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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

(Universidad del Perú, DECANA de América)

ESCUELA DE ESTUDIOS GENERALES

ÁREA DE HUMANIDADES, CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

TITULO DE LA MONOGRAFÍA

Filosofía de la técnica

PRESENTADO POR

Ambrosio Ramirez, Faustino Alexis (EA: filosofía)


Zenteno Pacheco, Felipe Arturo (EA: filosofía)

PARA EL CURSO DE LENGUAJE ACADÉMICO

PROF (A). MARÍA LAFITTE APARICIO

LIMA – PERÚ

2018
INTRODUCCIÓN

Vivimos una época en que la producción de la investigación tecnológica configura


notablemente el quehacer cotidiano. En efecto, la amplitud y profundidad del uso de
artefactos técnicos son patentes tanto por la sobreabundancia de productos tecnológicos como
por la incapacidad generacional para prescindir de estos. Tales fenómenos, que podríamos
englobar bajo el término de vida tecnificada, sugieren una nueva esfera de actividades en que
el esfuerzo por satisfacer necesidades, sean estas elementales o superfluas, ha reformado la
naturaleza y, gradualmente, el modo de vida humano. Sin embargo, suscitan dudas en cuanto
a la injerencia no gratuita de la simplificación de las necesidades humanas en el desarrollo
personal de cada individuo; a manera de pregunta, ¿cómo afrontar los problemas que la
relación vida humana-técnica supone?

El presente trabajo es un esfuerzo por introducir a la filosofía de la técnica como


marco epistemológico para el tratamiento del problema de la relación vida humana-técnica.
Su tema, por lo tanto, refiere a las herramientas con que esta filosofía aborda las cuestiones
que la reflexión sobre la técnica conlleva. Su objetivo principal, en este sentido, es aclarar el
concepto de técnica y su relación con el hombre. Como objetivos secundarios se propone,
primero, plantear un concepto de hombre y uno de necesidad, y explicar cómo la relación
entre ambos elucida el significado de técnica; y segundo, exponer las categorías con que la
epistemología clasifica y estudia los problemas filosóficos que la actividad técnica desprende.

La concreción de los objetivos previamente formulados nos ha planteado estructurar


el desarrollo de esta monografía en cuatro estadios. El primero, titulado “Antropología de la
técnica”, desarrolla el concepto de técnica en función de la necesidades sui generis del ser
humano. El segundo, bajo el rótulo de “Metodología de la técnica”, explora y expone los
mecanismos de invención que dan cuenta del descubrimiento técnico. El tercero, encabezado
como “Axiología de la técnica”, (…). El cuarto, intitulado “Tecnoética”, (…).

Finalmente, esperamos que la validez de los razonamientos y la precisión de los


conceptos en ellos empleados confieran al lector criterios con los que evaluar o ampliar su
conocimiento sobre la dimensión técnica de la vida humana. (…).
ANTROPOLOGÍA DE LA TÉCNICA

La omnipresencia espacial y temporal de los artefactos tecnológicos es un tópico


innegable. Más aún, es la creación técnica actividad insoslayable de la presencia humana
desde el comienzo de su historia. Del mismo parecer es Quintanilla (2017), quien afirma lo
siguiente:

La historia de las civilizaciones es la historia de sus técnicas, y en las más antiguas


encontramos la presencia de grandes realizaciones técnicas relacionadas con la
agricultura, la caza, la ganadería, el transporte, la guerra y el control de la
organización social […]. Desde muy antiguo han existido máquinas en el sentido que
hoy damos a este término, como dispositivos capaces de transformar una fuerza de
determinada naturaleza para realizar un trabajo útil de carácter mecánico. Incluso han
existido desde la Antigüedad tratados teóricos acerca de la construcción y el
funcionamiento de dispositivos mecánicos […]. Así pues, no solo las técnicas
primitivas supuestamente relacionadas con la supervivencia, sino también complejas
técnicas artesanales y teorías abstractas de carácter tecnológico son componentes muy
primitivos de la experiencia y la cultura humanas. (pp. 25-6)

No es el objetivo de este capítulo pormenorizar este hecho, que damos por manifiesto.
Sí lo es, empero, explicar por qué la actividad técnica es indisociable de la existencia
humana, por qué, como sostiene Ortega y Gasset (1977), “sin la técnica el hombre no existiría
ni habría existido” (p. 15).

Sostener tal tesis, advirtámoslo ya, requerirá esbozar una teoría del hombre, una que
responda (tentativamente) a la pregunta por el sentido de la existencia humana. Así pues, a
partir de los conceptos de deseo primordial, necesidad original, programa vital y bienestar,
caracterizaremos la condición humana en relación al mundo. Luego, introduciremos la
categoría de técnica como la intermediación que los vincula, y que, junto a ellos, da cuenta
del despliegue de actividades que constituyen la vida humana. Finalmente, explicaremos por
qué la técnica es un hecho humano peculiar frente a la naturaleza, por qué, en fin, es un
acontecimiento extranatural.

2.1. La teoría del hombre técnico

Hemos dicho que la técnica es un hecho indesligable de la vida humana. Esta


afirmación, sin embargo, no es clara ni sustanciosa, pues ni precisamos en qué consiste eso
que llamamos vida humana, ni esclarecemos la naturaleza de la relación entre esta y la
técnica. La experiencia sobre nuestro entorno tampoco ayuda a elucidarla, pues:

Hoy no solo no se suele ver funcionar las técnicas correspondientes, sino que la mayor
parte de ellas son invisibles […]. Esto trae consigo que, contra lo que al pronto pueda
parecer, la colocación del hombre actual ante su propia vida es más irreal, más
inconsciente, […] y tiene menos noción […] de las condiciones bajo las cuales vive.
(Ortega y Gasset, 1977, p. 19)

Así pues, la amplitud o “espectáculo” de la producción técnica (y, por consiguiente,


su uso masificado) no se condice con una conciencia atenta o real frente al hondo impacto de
aquella en la cotidianidad humana. Mas ¿qué sucedería si el hombre técnico y su
conocimiento se esfumasen repentinamente? Al respecto, Bunge (2012) prevé lo siguiente:

¿Cuánto tiempo podrán seguir funcionando el suministro de energía eléctrica y de


agua corriente, las fábricas, las explotaciones agrícolas avanzadas, los comercios, los
transportes, las comunicaciones, los hospitales, las escuelas, las oficinas públicas y los
hogares, todos los cuales dependen de millones de máquinas y motores cuyo
mantenimiento y reparación exigen conocimientos especializados? ¿Cuánta gente
moriría de frío, hambre o enfermedad al cabo de pocas semanas, y qué porcentaje
sobreviviría al cabo de un año? ¿Cuánto demoraría esa sociedad en pasar de la
civilización a un estado aun peor que la barbarie, ya que sus miembros no están
preparados para vivir sin artefactos? (p. 27)

Por consiguiente, la continuidad de la existencia humana es consecuencia de la


asunción de la producción técnica y su uso como garantías para la satisfacción de sus
necesidades. Ahora bien, ¿cómo sostener este hecho principal, a saber, que es la técnica, y no
la naturaleza, el sustrato de la vida humana?

Hemos dicho, no directamente, que la técnica se identifica con la producción técnica y


su uso; luego, afirmamos que ella es inseparable de la vida humana; finalmente,
consideramos que la técnica es la base que posibilidad la continuidad de la existencia del
hombre. Pero no es cierto que el conjunto de los artefactos tecnológicos sea el fin de la
actividad de cada uno de nosotros; de lo contrario, alegar su invisibilización no tendría
asidero. Menos cierto es que ella sea necesariamente el único basamento con que el hombre
atiende a su interés por vivir; de ser así, cercenaríamos las necesidades elementales que
comparte con los seres vivos no humanos tales como alimentarse, desplazarse, respirar o
dormir, por la razón de que su satisfacción no presupone (irremediablemente) realización
técnica alguna.

No es, pues, la técnica determinante de la existencia humana, si por existencia


entendemos el conjunto de actividades elementales encaminadas a suplir sus condiciones de
permanencia. Sí lo es, en cambio, de un modo particular de estar en el mundo, a saber, el
bienestar. Entendemos por bienestar el conjunto de actividades enfocadas en satisfacer las
necesidades superfluas, esto es, aquellas que, descuidadas, no comprometen la continuidad de
la vida orgánica del hombre; comprendamos, sin embargo, que ambas clases de necesidad
son capitales para el ser del hombre.

2.2. La técnica: dimensión humana sui generis

Si los actos técnicos, indistintamente, posibilitan la satisfacción de las necesidades


elementales y/o de las superfluas, ¿por qué no atribuirlos a los seres vivos no humanos si
estos mantienen su vida en función de necesidades básica? Al respecto, Ortega y Gasset
(1977) precisa lo siguiente:

Todo se aclara […] si se advierte que las finalidades son distintas: de un lado servir a
la vida orgánica, que es adaptación del sujeto al medio, simple estar en la naturaleza.
De otro, servir a la buena vida, al bienestar, que implica adaptación del medio a la
voluntad del sujeto. (p. 41)

En base a esta cita, podemos introducir un nuevo concepto de técnica, a saber, como
“la reforma que el hombre impone a la naturaleza en vista de la satisfacción de sus
necesidades” (Ortega y Gasset, 1977, p. 32).

[…] seguramente la humanidad podría adoptar una actitud diferente y, en vez de


intentar modificar y controlar el mundo que lo circunda, podría intentar adaptar sus
deseos a la realidad. Pero en el momento en que alguien se plantea un objetivo de
transformación de la realidad para que esta se adapte a sus deseos ha dado un paso
definitivo para introducirse en la vorágine del desarrollo tecnológico, de la que no
podrá salir, salvo que renuncie a su pretensión (cosa que, en una situación histórica
como la nuestra [s. XXI], equivaldría al suicidio). (p. 120)
METODOLOGÍA DE LA TÉCNICA
AXIOLOGÍA DE LA TÉCNICA
TECNOÉTICA
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bunge, M. (2012). Filosofía de la tecnología y otros ensayos. Lima, Perú: Fondo Editorial de
la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (UIGV).

Ortega y Gasset, J. (1977). Meditación de la técnica y otros ensayos. Madrid, España:


Revista de Occidente.

Quintanilla, M. A. (2017). Tecnología: un enfoque filosófico y otros ensayos de filosofía de la


tecnología. D. F., México: Fondo de Cultura Económica.

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