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Como Estimar Sexo y Edad PDF
Como Estimar Sexo y Edad PDF
Alejandra C. Ordóñez
Departamento de Prehistoria, Arqueología, Antropología e Historia Antigua.
Universidad de La Laguna.
alejacalderono@gmail.com
RESUMEN
En muchas ocasiones los/as arqueólogos/as se topan con restos humanos durante las labores de excava-
ción. La necesidad de un primer análisis del material, en muchos casos como consecuencia del mal es-
tado de conservación, hace necesario el conocimiento de unas mínimas nociones de los métodos más
útiles para la estimación de la edad y el sexo en restos esqueléticos. Sin embargo, la escasa formación
del arqueólogo/a en temas relacionados con la Antropología Física y la dispersión bibliográfica al res-
pecto, hace necesario un conocimiento mínimo de los principales métodos para llevar a cabo esta labor.
En este sentido, se presenta en este trabajo una guía básica, aunque apoyada en una amplia bibliografía,
que permite un primer acercamiento a este tipo de estudios, contribuyéndose así a la formación inter-
disciplinar de los/las arqueólogos/as.
Palabras clave:
determinación sexo, edad, Bioantropología, Arqueología
ABSTRACT
Many times during excavations archaeologists have to deal with human remains. Their preservation as well
as other circumstances can lead to the necessity of making the first anthropological analysis in the field.
The problem is that most of the archaeologists don’t have the anthropological knowledge necessary to do
this. Besides that, the bibliography about the subject tends to be much dispersed. This work is a basic guide,
supported on a wide bibliography, which intends to help archaeologists to perform preliminary bioanth-
ropological studies.
Keywords:
age and sex determination, Bioanthropology, Archaeology
fíciles de conseguir, sino tan sólo la for- En cuanto a los márgenes superiores de
mación adecuada de quien estudia el las órbitas, en el caso femenino son
material (Krenzer, 2006). más finos que en el hombre, que son
mucho más redondeados y gruesos.
- Cráneo y mandíbula
El cráneo no es la región del esqueleto Por otro lado, la mandíbula aporta bas-
cuyo sexo resulta más fácil de determi- tante información ya que, en general,
nar, sobre todo si está roto o fragmen- en el caso femenino es más grácil, con
tado (Brothwell, 1981:89). No el mentón redondeado, sin escotadura
obstante, en líneas generales, el cráneo infrasinfisaria mentoniana o poco mar-
masculino es mayor y más pesado, con cada y no suele presentar ni trígono
los rebordes de las inserciones muscu- mentoniano ni eversión de los ángulos
lares, tales como las líneas temporales gonianos (Campillo y Subirá,
y las crestas occipitales, mucho más 2004:182). Las mandíbulas masculinas
marcadas que en la mujer. El varón presentan una mayor robustez, con
tiene una frente que asciende con unas regiones goniales más desarrolla-
mayor inclinación, mientras que la das y destacadas. La rama ascendente
mujer presenta una frente más vertical es más ancha y prolongada, con unas
y curvada. apófisis coronoides más desarrolladas.
ordenada y a una edad conocida, aun- vido e intentar utilizar como referencia
que con ciertas variaciones según el in- a la misma población, o a una lo más
dividuo, el sexo o la población. La cercana posible. Si no se cuenta con se-
fusión es progresiva y se suele clasifi- ries propias para la población estudiada
car en: sin fusionar, unido o completa- se puede recurrir a los datos presenta-
mente fusionado. El comienzo de la dos por autores como Ubelaker (1989),
unión de las epífisis suele solaparse con aunque éstos sólo servirán para realizar
el final de la erupción dental, lo que una primera aproximación.
hace que ambas técnicas sean comple-
mentarias (White, 2005). Otros autores como Fazekas y Kosa
(1978) calcularon ecuaciones de regre-
Existen diferentes métodos para esti- sión que correlacionan la longitud en
mar el rango etario a partir de la unión centímetros con la edad fetal, obte-
de las epífisis. Los más conocidos son niendo resultados cuyo error máximo
los de Todd y D’Errico (1928) sobre la nunca excedía el medio mes lunar.
clavícula, el de Greulich y Pyle (1950) También se han desarrollado multitud
sobre la mano y la muñeca, el de Pyle de clasificaciones para distintas pobla-
y Hoerr (1955) sobre la rodilla o ciones, entre las que hay que citar las
McKern y Stewart (1957) en el fémur, de Olivier y Pineau (1960), Merchant
codo, tobillo, hombro, muñeca y rodi- y Ubelaker (1977), Sundick (1978),
lla. Todos los autores coinciden al indi- Hoffman (1979), Scheuer et al. (1980),
car que hay un marcado dimorfismo Hunt y Hatch (1981), entre otros.
sexual, ya que en las mujeres el final
del crecimiento se produce un año o Cabe destacar que la aplicación de este
dos antes que en los hombres (Krog- método exige la contrastación de los re-
man e Iscan, 1986; Stewart, 1979). Por sultados obtenidos con el mayor nú-
este motivo, lo correcto sería determi- mero de huesos posible, así como con
nar el sexo antes de establecer la edad los datos aportados por los métodos an-
del individuo. teriores.
los dientes, su morfología, su tamaño, rring y Teng 2000), son muchos los au-
la estructura interna de las coronas, la tores que han puesto en duda la efecti-
angulación de los dientes, su uso en vidad de este método cuando se intenta
funciones no relacionadas con la ali- establecer la edad de un individuo, ya
mentación, la biomecánica de la mas- que existe una gran variabilidad intra e
ticación y la dieta. (McKee y Molnar, interpoblacional (Masset, 1989). No
1988, Walker et al., 1991). Si el des- obstante, en los años 80 Meindl y Lo-
gaste de una población es suficiente- vejoy (1985) rescataron el estudio de
mente homogéneo se podrá decir que las suturas craneales, que había caído
el grado de desgaste se da en función en desuso en la primera mitad del siglo
de la edad. Para aplicar este método XX. Lo que hicieron fue seleccionar
hay que tener mucho cuidado con fac- una serie de 17 segmentos de 1 cm en
tores como las patologías o el uso de diez suturas y lo registraron en una es-
los dientes como herramientas, ya que cala desde 0 (abierta) hasta 3 (comple-
éstos pueden falsear los resultados. Lo tamente cerrada) (Buikstra, 1994).
que se suele hacer es aplicar una seria- Estos resultados se comparan con una
ción de toda la dentición basada en el tabla que da una aproximación de la
desarrollo y el desgaste. Uno de los pri- edad.
meros en establecer una escala de atri-
ción basada en el desarrollo fue Miles En cualquier caso, hay un buen criterio
(1963). Para entender las bases de la para determinar este periodo, que es el
técnica se presenta el siguiente ejem- cierre de la sutura basio esfenoidea.
plo: un primer molar acumula aproxi- Esta sincondrosis comienza a cerrarse
madamente 6 años de desgaste antes de alrededor de los 17 años y aparece to-
que salga el segundo molar del mismo talmente obliterada entre los 22 y 25
individuo. Cuando una cantidad simi- años (Krogman e Iscan, 1986). No obs-
lar de desgaste (equivalente a 6 años) tante, este método debe ser utilizado en
se encuentra en un tercer molar de otro combinación con otros que resultan
individuo, asumiendo que éste ha erup- más fiables (Acsádi y Nemeskéri,
cionado a los 18 años, la edad de ese 1970; Meindl y Lovejoy, 1985).
individuo se puede estimar en 18+6=
24 años. -Cambios en la sínfisis púbica
La sínfisis púbica es la región anató-
-Suturas craneales mica más empleada para la determina-
A pesar de que se han realizado nume- ción de la edad en adultos. Esta es la
rosos trabajos sobre el cráneo (McKern zona de contacto entre los dos huesos
y Stewart, 1957; Nemeskeri et al., coxales, a nivel del pubis. Los cambios
1960; Todd y Lyon, 1924, 1925; He- relacionados con la edad de esta super-
ficie continúan aún después de que se con una textura de grano fino, un pa-
ha llegado a la estatura adulta y las epí- trón regular y usualmente ondulaciones
fisis de los distintos miembros se hayan en la superficie transversa de un indi-
fusionado. El primer sistema formal viduo joven. La topografía de la super-
para usar estos cambios para determi- ficie es muy similar al hueso
nar la edad fue desarrollado por Todd subcondral. Al comenzar la edad adulta
(1920), quien sistematizó los cambios estas características de la articulación
observados en la faceta articular de la sacroiliaca son modificadas progresiva
sínfisis púbica en 10 fases. Más tarde, y regularmente a medida que se enve-
McKern y Stewart (1957) y Gilbert y jece. La granulosidad de la superficie
McKern (1973) ofrecieron una nueva se vuelve más gruesa y las estrías se re-
clasificación que se basaba en los cam- ducen dramáticamente. La organiza-
bios morfológicos observados en tres ción transversal de la juventud se va
zonas específicas de la sínfisis púbica; perdiendo y la superficie comienza a
en concreto, analizaron las rampas dor- mostrar microporosidad. En las últimas
sal y ventral, así como el reborde sinfi- etapas de la vida, la superficie se vuelve
sario. Ya recientemente, Brooks y cada vez más densa y desorganizada.
Suchey (1990) redefinieron las fases li- Los defectos de la zona subcondral au-
mitándolas a seis. mentan dando lugar a una macroporo-
sidad que se va incrementando a partir
-Cambios en la región sacro-ilíaca de la quinta década de vida. Para la
Este método fue planteado por Love- sexta y séptima décadas de la vida, la
joy et al., (1985), quienes examinaron superficie se vuelve densa, tiene tanto
la superficie auricular de la articulación micro como macroporosidad y pierde
sacro-ilíaca como un posible lugar de toda evidencia de organización trans-
cambio regular en función de la edad. versal. Se ha formalizado un sistema de
Una de las principales ventajas de este ocho etapas para clasificar esta meta-
método es que existen más posibilida- morfosis.
des de que este hueso se conserve en
restos arqueológicos ya que esta zona -Cambios en el extremo esternocos-
se preserva con mucha más facilidad en tal de la 4ª costilla
los contextos arqueológicos o forenses.Iscan y Loth (1986) estudiaron la me-
Además, a pesar de que es más com- tamorfosis del extremo esternal de la
plicado que el anterior, los cambios secuarta costilla y encontraron que hay
pueden ver con claridad más allá de losuna correspondencia con la edad, aun-
50 años. que varía dependiendo del sexo. Para
ello examinaron la forma, la textura y
Estos cambios parten de una superficie las cualidades en general de este ex-
tremo para definir una serie de fases, en la vida. No se entrará en detalle sobre
las primeras este extremo empieza esta metodología porque implica el uso
siendo plano con unos bordes regula- de técnicos especializados, pero si se
res y redondeados. Con la edad, estos debe hacer una advertencia sobre su
bordes se vuelven más delgados e irre- aplicación y es que la remodelación del
gulares; la porosidad de la superficie hueso se encuentra fuertemente in-
aumenta y el hueso se vuelve desigual fluenciada por otros factores además de
(Isçan et al. 1984, 1986, 1987). Para su la edad, como el sexo, las hormonas, el
clasificación se han establecido 9 esta- estrés mecánico o cuestiones nutricio-
dios de 0 a 8 (Campillo, 2004). nales. Esto hace necesaria una aplica-
ción cautelosa que tenga en cuenta
-Otros métodos todos los factores que hayan podido
Además de los métodos morfológicos afectar al hueso (White, 2005).
explicados con anterioridad, existen
otros basados en técnicas como las ra- 4.- Consideraciones finales
diografías o el análisis de la microes- Como se ha podido comprobar existen
tructura del hueso. En cuanto al multitud de métodos tanto para estimar
primero, éste se fundamenta en el estu- la edad como para determinar el sexo
dio de los cambios en el hueso espon- en restos osteoarqueológicos. La esti-
joso y cortical a lo largo de la vida. mación sexual es más fácil en indivi-
Walker y Lovejoy (1985) estudiaron duos adultos que en los infantiles,
este fenómeno a través de radiografías mientras que la edad lo es en sudadul-
en las que se pudo describir una pér- tos. Esta divergencia ha obligado a los
dida de hueso progresiva en determi- distintos autores a centrarse en aquellos
nados puntos, tanto de la clavícula campos menos conocidos, mejorando
como del fémur. A partir de ahí, se es- continuamente los aspectos más con-
tableció una relación entre el aumento trovertidos en uno u otro campo.
de la edad y la disminución en la den-
sidad del hueso. En el texto de Jackes Todos los trabajos expuestos en este
(1992), se encuentra un análisis sobre trabajo son válidos, aunque hay que
la aplicación de esta metodología en tener presente que el uso de uno u otro
restos arqueológicos. Otro grupo de depende de las características de la
métodos son aquellos que estiman la muestra, no sólo a nivel cronológico y
edad a través de la microestructura del cultural, sino también biológico.
hueso. Ésta se estudia a través de la his-
tomorfometría, que permite la cuantifi- Por último, cabe recordar que la esti-
cación de los osteones, que evidencian mación sexual debe realizarse antes
la remodelación del hueso a lo largo de que la etaria, pues en ocasiones, mu-
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