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Norman Manea Y La Felicidad Obligatoria en La Rumania Comun PDF
Norman Manea Y La Felicidad Obligatoria en La Rumania Comun PDF
Brîndus a NICOLAESCU*
’
Universidad de Bucarest
Resumen
Presentamos el análisis de unos textos de Norman Manea, escritor rumano con-
temporáneo distinguido a través de numerosos galardones internacionales, tradu-
cido actualmente en veinte idiomas. Su obra se destaca, en su mayor parte, por la
descripción crítica y lúcida de la existencia y la disidencia intelectual bajo el régi-
men totalitario rumano antes de 1989. Su actitud moral es ejemplar en la cultura
rumana: como hijo de padres judíos, es superviviente de la deportación nazi y ulte-
riormente testigo incómodo de la dictadura comunista forzado a exiliarse a los
Estados Unidos. Esto explica la doble ironía de su destino «como outsider en
ambos sistemas». En el fondo, se trata de un escritor que comprende con mucha
agudeza los mecanismos pérfidos de un régimen cuyas promesas utópicas desen-
gañaron a muchos entusiastas.
Palabras clave: distopía, oxímoron, demagogia, propaganda, régimen totalitario,
dictadura, nacionalsocialismo.
Abstract
The purpose of our paper is to analyze some of the literary texts of Norman Manea,
a contemporary Romanian writer, recipient of numerous literary prizes and
translated already into twenty languages. His works have distinguished themselves,
on the whole, by means of his critical and lucid description of the intellectual
existence and dissidence under the Romanian totalitarian regime before 1989. His
moral stance can be set as a model in the Romanian culture: as a son of Jewish
family, he survived the Nazi deportation and afterwards became an irritating
witness of the communist dictatorship, thus forced to leave the country choose
exile to the United States. Therefore emerges the double irony of his destiny, he
felt but «an outsider in both systems». Ultimately, he will remain in the history of
literature as a writer endowed with a deep comprehension of the treacherous strategies
of o regime whose utopian promises lured so many enthusiasts.
Key words: dystopia, oxymoron, propaganda, demagogy, totalitarian regime, dic-
tatorship, National Socialism.
1. INTRODUCCIÓN
Emil Cioran, el gran filósofo de origen rumano que eligió el francés para
escribir sus obras, decía que hay pueblos inteligentes pero que por hablar
una lengua provinciana están condenados al anonimato. Así pues, la litera-
tura rumana no es ni mejor ni peor que otra literatura, simplemente es des-
conocida. Norman Manea aparece como una excepción. Este escritor de
lengua rumana, cuya obra ha sido traducida en veinte idiomas, se ha con-
vertido en el autor rumano contemporáneo más reconocido en el plano
internacional. Aunque vive desde hace años en los Estados Unidos, sigue
escribiendo en rumano, el idioma que todavía significa para él su casa, su
país; exiliado desde 1986, ha llevado su idioma como «la casa del caracol»:
«[…] pensando que podía sustituir al país con la lengua. Sólo me quedaba
llevarme mi lengua, mi casa, conmigo. La casa del caracol. Allá donde fuera
a naufragar, ésta sería, lo sabía, el refugio infantil de la supervivencia»1.
Incluso han sido traducidas ya al español Una ventana hacía la clase
trabajadora, Octubre a las ocho, (volúmenes de relatos), El sobre negro
(novela muy apreciada y premiada por los críticos, pero censurada en el co-
1. Norman Manea, El regreso del húligan, Barcelona, Tusquets, 2005, p. 213. En el capítulo
«La casa del caracol», el autor recuerda también el primer encuentro con la lengua ruma-
na, en 1945, a los cinco años, a través de un libro de cuentos, después de la deportación con
su familia a un campo de concentración de Transnistria. Ello explica aún más si cabe su
devoción por esa lengua, devoción que perdura todavía en 1986, cuando fue obligado por
el régimen totalitario a separarse una vez más de «la patria recuperada en 1945»: «La len-
gua promete no sólo el re-nacimiento, sino también la legitimación, la nacionalidad real y
la pertenencia real… En 1986 la Historia parecía repetir las negras farsas.» (Ibíd.: 212-213).
[…] propone que los ganadores de los sorteos […] como la lotería […] no sean
agraciados por suerte sino elegidos entre los ciudadanos que lo merezcan. De
esta manera, se evita la injusticia que tantas veces comete la suerte, que favore-
3. LA FELICIDAD IMPOSIBLE
3. Norman Manea, Payasos. El dictador y el artista, Barcelona, Tusquets, 2006, pp. 17-20.
incluso cuando se da cuenta de lo malo que le pueda pasar, esa mujer, una
intelectual, con juicio crítico, aunque no se quede sorprendida en el caso
de que la tortura continuara, aunque se entere del poder de sus verdugos,
no puede cesar de esperar que su vida mejore. Tanto es así que piensa, de
repente, que tal vez se trata de la «última broma, tras la cual le anuncien
que la ponen en libertad, que ya no la necesitan». Esperando a su miste-
rioso entrevistador, sus pensamientos se centran en su novio y sospecha
un posible chantaje: «¿[Podrían] chantajearla con la situación de sus
padres, de algún familiar? Acaso podía empeorar aún más la situación del
hombre al que amaba.» Se preocupa por su poder de resistir, tiene miedo
a ceder. Una vez más la esperanza es más fuerte que ella misma, se insinúa,
se convierta ya, por una débil, insidiosa promesa, en la tentación de una de
las más grandes, irresistibles aspiraciones del ser humano: la libertad. La
heroína se da cuenta que se trata de un juego cruel: «Durante varios días
la habían ido reanimando […] Domada, más o menos, idiotizada; en efec-
to, era consciente de que, sobre todo en las últimas horas, su determina-
ción y tenacidad habían disminuido […] se despertó con mucha flojera,
hecha polvo. Habría dormido semanas seguidas» (Ibíd.: 19-20).
Con la táctica consabida, para intimidar, el importante personaje la
dejó que esperase. «Para que perdiera los nervios, […] que se le trastorna-
ra el cerebro mientras esperaba y se preguntaba qué más cosas se habrían
inventado.» La protagonista llega a darse ánimo a sí misma, «había apren-
dido a defenderse». Para su gran sorpresa, un hombre que al principio le
parece un pobre funcionario, pequeño empleado o portero, asustado,
encorvado, «diablo cansado y sudoroso», cargado con cajas, prueba ser «el
gran jefe», el entrevistador al que esperaba. Cuando se acerca, la prisione-
ra le observa y concluye que «ése era el hombre esperado, ya no cabía la
menor duda», a juzgar por su mirada, por sus ojos «inteligentes…vidrio-
sos y salvajes, [que] no se movían, no pestañaban […] escrutadores, cap-
tadores y calculadores» —retrato muy expresivo que logra sugerir la
crueldad apenas escondida, mal simulada, típica de los atormentadores. Lo
primero que hace es pedir a la mujer que se quite el gorro que le tapaba el
cráneo rapado, obligarla a quedarse con «la cabeza monda y lironda, relu-
ciente como una bola de billar» —para hacerla sentir ridícula. Sin embar-
go, el hombre pretende sugerir la idea de que se trata de una simple con-
versación entre dos personas normales. «Recapitula», le relata con muchos
detalles todos sus tormentos y mortificaciones en la cárcel por no haber
respondido a los preguntas de los torturadores. (Por ejemplo, palizas de
rutina; estar de pie ante un potente proyector durante horas por la noche;
después de afeitarla al cero le obligaron a hacer con el cabello un «plume-
No basta con la obediencia. …Si no sufre, ¿cómo vas a estar seguro de que obe-
dece tu voluntad y no la suya propia? El poder radica en infligir dolor y humi-
llación. El poder está en la facultad de hacer pedazos los espíritus y volverlos a
construir dándoles nuevas formas elegidas por ti […] Es lo contrario, exacta-
mente lo contrario de esas estúpidas utopías hedonistas que imaginaron los
antiguos reformadores. Un mundo de miedo, de ración y de tormento, un
mundo para pisotear y ser pisoteado, un mundo que se hará cada día más des-
piadado. El progreso de nuestro mundo será la consecución de más dolor. Las
antiguas civilizaciones sostenían basarse en el amor o en la justicia. La nuestra
se funda en el odio. En nuestro mundo no habrá más emociones que el miedo,
la rabia, el triunfo y la humillación. Ya estamos aplastando los hábitos menta-
les […] No habrá lealtad; no existirá más fidelidad que la que se debe al Partido,
ni más amor que el amor al Gran Hermano […] Cuando seamos todopodero-
sos, ya no necesitaremos la ciencia. No habrá ya distinción entre la belleza y la
fealdad. Ya no habrá curiosidad, ni alegría de vivir. Todos los placeres de la
emulación serán destruidos»4.
4. CONCLUSIÓN
Hemos intentado demostrar las connotaciones simbólicas de algunos per-
sonajes e instancias literarias que se refieren a la imagen reversa de la utopía
clásica, en el sentido atribuido, entre otros, por Tomás Moro, de sociedad
ideal, perfecta. Al contrario, en el siglo XX, el reverso de esa imagen sur-
gió como término antitético: la utopía negativa o distopía, acuñada por el
escritor ruso Yevgeni Zamiatin, según la Enciclopedia Británica, y conti-
nuada por Aldous Huxley y George Orwell.
La diferencia entre utopía y distopía depende, muchas veces, de la in-
terpretación del lector, «testigo» distante de los mecanismos literarios que
reconstruyen la verdad de una sociedad. Norman Manea enseña a sus lec-
tores una lección de lucidez: más allá del generoso ideal humanista que el
comunismo proponía, el análisis proyecto-realidad revela «un sistema que
se ha impuesto por la fuerza». Esta discordancia entre la ideología y la rea-
lidad que lo niega, origina además la capacidad de mistificar. «En la amplia
zona de discordancias (en la que actúa la demagogia y se manifiesta la elas-
ticidad social) actúan también los procesos vitales, es decir, se mueve tam-
bién la vida, lo cotidiano»5.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
MANEA, Norman, Felicidad obligatoria. Traducción del rumano de Joaquín Garrigós. Bar-
celona, Tusquets, 2007.
MANEA, Norman, Payasos. El dictador y el artista. Traducción del rumano de Joaquín Ga-
rrigós. Barcelona, Tusquets, 2006.
MANEA, Norman, El regreso del húligan. Traducción del rumano de Joaquín Garrigós.
Barcelona, Tusquets, 2005.
ORWELL, George, 1984. Traducción de Rafael Vázquez Zamora. Barcelona, Destino, 1984.