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Adlet

Un muchacho joven que se hace llamar el hombre más fuerte del mundo. Él lucha
con un dominio de las diversas armas secretas.
Nashetania

Aunque ella es la princesa del gran reino de Piena, es una chica salvaje y libre, llena
de picardía. Ella es la santa de las Espadas.
Fremy

Una chica cuya fría indiferencia no permite que otros se le acerquen. Como la santa
de la pólvora, utiliza armas de fuego y balas en la batalla.
Goldof

Un joven caballero completamente devoto a Nashetania, esgrime una lanza


gigante.
Chamo

Una muchacha orgullosa que es llamada la guerrera más poderosa de la era actual.
Ella es la santa de los pantanos.
Hans

Un extraño hombre que imita a un gato mientras habla. Él se protege con una
habilidad poco mundana y peculiar.
Mora

Una mujer extremadamente grave e intelectual. Ella sirve como la líder de los
Santos y es la santa de las Montañas.
Prólogo: El Bosque de una Muerte Segura.

Según la leyenda, en el momento en que el rey demonio se despierte desde las


profundidades de la oscuridad, será un momento en que el mundo se transformará
en un infierno, la diosa del destino elegirá a seis héroes y les otorgará el poder de
salvar el mundo.

La siguiente historia es la historia de los héroes destinados a llevar la tarea de salvar


el mundo.

Sin embargo, al contar su historia hay un punto importante para recordar: Sólo seis
personas serían elegidas para salvar el mundo. No cinco, no siete. Sólo seis.

Un muchacho corría a través de un bosque envuelto en una niebla profunda. Él era


un espadachín joven con el pelo largo de color rojo fluyendo detrás de él mientras
se movía. Por encima de su ropa de cáñamo llevaba una armadura de cuero y un
protector de hierro por al frente. Una espada en la mano derecha, aunque un poco
pequeña, estaba sólidamente hecha.

Pero uno de los aspectos de su atuendo que era particularmente notable eran los
cuatro cinturones de cuero gruesos envueltos alrededor de su cintura y todas las
innumerables pequeñas bolsas atadas a ellos.

"Haa... haa... haa..."

El muchacho había sido herido. Sus ropas de cáñamo estaban rotas por todas
partes, exponiendo su piel a través de fuertes cortes. Su armadura de cuero fue
arrasada y sus dos manos tenían marcas de quemaduras. Además, la sangre
derramada por su cuerpo manchaba sus zapatos de un rojo intenso. Eran heridas
que habría matado a un hombre ordinario.

El nombre del joven era Adlet Maia y tenía 18 años de edad.

Adlet miró por encima de su hombro mientras corría. La niebla y las hojas gruesas
obstruían la luz y hacían un centro de la oscuridad al bosque. Pero mirando hacia la
espesa niebla oscura se podía ver la silueta débil de un humano.
Había estado siguiendo a Adlet. De hecho, acortó la distancia a un plazo de treinta
metros de él.

Esto es malo. En el momento en que pensaba aquello, una voz se hizo eco a través
del bosque.

"No!" El grito provenía de una mujer, su voz sonó como un agudo suave pajarito.

"¡Mierda!"

Al mismo tiempo que la oyó hablar una hoja surgió por debajo de los pies de Adlet.
Aunque era de unos tres metros de acero blanco de repente brotó desde la tierra
llana. La punta estaba dirigida precisamente a su corazón.

Adlet balanceó la espada que tenía en la mano en un apretón inverso y el cuarzo


que adornaba el pomo de la espada apenas logró bloquear la punta de la hoja que
lo atacó. El cuerpo de Adlet fue arrojado hacia atrás desde el retroceso y la espada
que lo atacó se rompió en pedazos.

Con acrobacias al revés, él metió la espada en el suelo, a continuación, utilizando


sólo la fuerza de sus brazos, levantó su cuerpo y saltó. Los próximos tres proyectiles
instantáneos surgieron de la tierra. Sus filos solamente rozaron su cuerpo.

"¿Yo te alcancé?", le preguntó su perseguidora femenina.

"¿Eres optimista? Vas a tener que ser más sigilosa que eso si quieres acabar
conmigo", respondió Adlet mientras aterrizaba en el suelo e inmediatamente
reanudó su fuga. La figura de su perseguidora se desvaneció en la niebla hasta el
punto en que ya no podía verla.

"Esfuérzate más! ¿De verdad crees que puedes coger al hombre más fuerte en la
tierra de esa manera?"

"Eres tan terco," la chica gritó mientras continuó su persecución.

Mientras corría, Adlet aplicó presión en su brazo derecho. A decir verdad, no había
sido capaz de repeler por completo todos sus ataques anteriores. Y ahora su brazo
se había rasgado y estaba la sangre goteando. Aun así, actuaba como si estuviera
compuesto y tranquilo en la medida que poseía la capacidad de ocultar su lesión.

Adlet miró hacia el dorso de la mano derecha mientras corría. Una cresta extraña
estaba grabada en la piel. Era aproximadamente del tamaño de la palma de un
bebé y en el centro del círculo había una decoración de una flor con seis pétalos. La
cresta era de color rojo oscura y estaba emitiendo un débil resplandor.

En cuanto a la cresta Adlet murmuró, "¿Cómo puedo ser asesinado? ¿Cómo puede
uno de los héroes de las Seis Flores se asesinado en un lugar como este?"

Lo que Adlet tenía en su mano derecha se llamaba comúnmente la cresta de las


Seis Flores. Era la prueba de que él era uno de los héroes elegidos para llevar la
suerte de salvar al mundo.

Según la leyenda, un terrible rey demonio mágico dormía en los extremos


occidentales del continente. Historias dicen que su cuerpo era repulsivo y su fuerza
estaba más allá de la imaginación. Asesinar a los seres humanos era el único
propósito de su existencia. Si se despertara de su sueño alguna vez, entonces
mandaría a decenas de miles de sus subordinados llamados Kyoma (básicamente
demonios) para sitiar al continente y así convertir el mundo en un infierno.

Ese rey demonio no tenía nombre; era conocido simplemente como El Majin.

Según la leyenda, cuando el Majin despierta de su largo letargo, la diosa del destino
elegirá a seis héroes. Y en los cuerpos de los elegidos aparecería una cresta en
forma de una flor.

Sólo estos seis serían capaces de derrotar al Majin, y nadie más.

Adlet Maia era uno de los héroes elegidos. Y él se embarcaría en un viaje para
derrotar a ese malvado demonio. Él se reuniría con sus compañeros que también
habían sido elegidos por el destino y todos ellos se dirigirían al lugar de descanso
del Majin.

Pero...
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"Aún no te has dado por vencido?", Gritó la voz de su perseguidora detrás de él.

Adlet corría desesperadamente de ella y de las espadas que lo atacaban hacia


arriba bajo sus pies. Pero toda la pérdida de sangre estaba causando que su visión
se volviera borrosa. Sus dedos estaban entumeciéndose y sus piernas estaban
tropezándose entre sí mismas. Sin embargo, eso no significaba que él dejara de
correr. Si ella lo alcanzara, él estaría muerto.

¿Por qué está pasando esto? Adlet pensaba.

En verdad, ahora mismo tendría que haber estado invadiendo el dominio donde el
Majin dormía. Ya que era su deber, él y los demás compañeros elegidos por el
destino deberían haber estado luchando contra los Kyoma juntos. Pero ahora Adlet
estaba siendo perseguido por una chica y ella estaba a punto de matarlo.

"¡Ahora!" La chica gritó y luego procedió a lanzar ataques hacia Adlet en rápida
sucesión, las cuchillas rozaron su cabello y rasgaron su armadura de cuero.

Una espada se acercó desde justo delante de él y le hizo agacharse para esquivarla.
Entonces inmediatamente después de que él se levantó y continuó su fuga, otra
espada lo atacó desde justo debajo de él. Rodó hacia un lado para evitarla.

Aunque los ataques no tenían un objetivo específico, eran feroces. Y de las decenas
de espadas que lo atacaron, cada de vez en cuando una o dos lograban atrapar a
Adlet. Y cada vez que evitaba un ataque, la brecha entre las cuchillas y su cuerpo
disminuía gradualmente.

De repente, dos cuchillas fueron hacia él, una vino desde la izquierda y la otra
desde su derecha. De las dos, una logró hacer un orificio en su costado. Cuando la
fuerza rompió sus costillas, su cuerpo fue arrojado a un lado lo que le causó caer
por el suelo.

Cuando la sangre se derramó desde su garganta, presionó sobre su lado y logró


levantar su cuerpo en cuclillas. Ni siquiera podía soportarlo más.

Su perseguidora se había acercado hasta el punto en que la podía ver con claridad.
"... Por fin, te tengo."

La figura de una chica salió desde la sombra de la niebla que la envolvía. Ella era
preciosa. Su cuerpo estaba vestido con una armadura blanca y empuñaba una
espada en la mano con incrustaciones de joyas. En la cabeza llevaba un casco con
orejas formado en la forma de un conejo.

Tenía el pelo brillante rubio, grandes ojos rojos y labios carnosos. Ella era una
muchacha hermosa con características distintas. Y podía sentir su nobleza y gracia
de sólo verla de pie frente a él. Todo en ella, desde su apariencia hasta su atuendo
era precioso.

"Nashetania..." Adlet llamó el nombre de la chica.

Sabía quién era. En su pecho estaba la misma cresta que estaba en su mano
derecha, la cresta de los Héroes de las Seis Flores. Nashetania también era una de
las seis elegidas para derrotar al Majin.

Y ahora Adlet estaba a punto de ser asesinado por un compañero con quien
debería de haber estado luchando juntos.

"Nashetania, escucha..."

"¿Qué?"

"Soy tu compañero."

Nashetania sonrió, y luego apuntó su estoque hacia Adlet. La hoja fue extendida y
atravesó la oreja de Adlet.

"¿¡Qué tontería estás diciendo ahora!?" Nashetania se rió, pero sus ojos se veían
como si estuviera mirando a algún tipo de alimaña. "Eres un tonto. Sin embargo, si
te rindes y confiesas entonces yo podría darte una muerte rápida".

"No voy a confesar. No hice nada malo."

"No sirve de nada. No me dejaré más engañar por ti". Nashetania suspiró en
silencio.
"Tú nos atrapaste en tu trampa. Tú nos engañaste, nos lastimaste. Pero ahora
entiendo claramente que eres un impostor".

"No estoy mintiendo. Tú estás siendo engañada. El enemigo te está utilizando para
tratar de matarme", Adlet dijo, pero sus palabras no parecían llegar a los oídos de
Nashetania. "Yo no maté a mis compañeros. Y tampoco puse una trampa para todo
el mundo".

"Estoy segura de que acabo de decir que no voy a dejar que me engañes más."

"No voy a engañarte en todo. Escucha, Nashetania! Yo no soy el séptimo".

La hoja de la espada delgada de Nashetania fue extendida, su punta apuntaba al


corazón de Adlet.

"Incorrecto. Tú eres el séptimo".

Según la leyenda, cuando el Majin despertaba de su largo letargo y lanzaba al


mundo en una crisis, la diosa del destino elegiría a seis héroes. Una cresta en forma
de flores aparecería en algún lugar del cuerpo de cada uno de ellos. Sólo ellos
podían derrotar al Majin y proteger al mundo. Nadie más.

Pero...

También había aparecido una séptima persona que llevaba el escudo de las seis
flores.

Cada uno de los siete ciertamente parecía poseer crestas auténticas. Pero Adlet
sabía por qué había una persona de más. Entre los siete, uno era un enemigo. Se
había infiltrado en el grupo con el fin de atraparlos y matarlos. Sin embargo, ¿quien
en el mundo entre los siete era el enemigo? Ante esa pregunta Adlet todavía no
tenía una respuesta.
Capítulo Uno: Parte Uno.

Tres meses antes, Adlet Maia estaba en Piena, un país rico situado en el centro del
continente. Era el país más grande del continente. Y cuando llegó a su tamaño, la
población, el poder militar, la riqueza, y todo lo demás, no había países que le
fueran superiores. La influencia de la familia real resonó en todo el continente y era
natural decir que en realidad no sólo gobernaban su territorio, sino a todo el
continente.

En el momento actual, la capital real de Piena sostenía un torneo de lucha ante los
dioses, un evento que se celebraba una vez al año.

En la medida que era el país más grande en el mundo, naturalmente el alcance del
torneo que se celebraba, era también el más grande en el mundo. Los participantes
eran diversos de los caballeros de Piena y hombres de infantería de honor
representantes de los países del entorno y conocidos mercenarios. Santos también
iban, alegando haber sido galardonados con el poder de los dioses. También
participaban guerreros gratis (Guerreros que no cobran nada por luchar) y la gente
que se jactaba de su poder en las calles de la ciudad.

Las puertas eran abiertas a todos los seres humanos y el número de participantes
del torneo superaba los 1.500.

Sin embargo, el nombre de Adlet Maia no estaba en la lista del torneo.

"¡Son las semifinales! Desde el campamento al oeste y de pertenencia a la nación


afluente de Piena; el jefe de los guardaespaldas del monarca, Batwal Reinhook."

Un viejo caballero con el pelo veteado de gris apareció desde el lado oeste de los
terrenos del templo, acompañado por los aplausos que llenaron el área.

"Y desde el campamento del este y que pertenece a la profunda nación verde de
Tomás; un representante de los mercenarios del oso pardo, Kuato Guinn"

Un guerrero que se asemejaba fuertemente a un gigante salió de la zona este. Los


vítores para él eran comparables a los del viejo caballero de Occidente.
Después de un mes el torneo finalmente estaba llegando a su fin. Sólo había tres
participantes que quedaban, y sólo dos encuentros más. En cuanto a los
espectadores, más de 10.000 llenaron la arena.

La arena en sí estaba en el centro de un templo situado al lado de la residencia real.


En realidad, era seguro decir que el escenario era el templo de la diosa del destino
que existía en primer lugar por la misma razón. Y en la entrada sur de la arena se
alzaba una estatua de una diosa que sostenía una sola flor, benévolamente velando
por los dos guerreros.

"Los ambos nombres de estos guerreros son conocidos por todo el país. Sin
embargo, esta no es una final ordinaria. No sólo este encuentro tendrá lugar ante el
gran gobernante de Piena, sino que también con el fin de garantizar la preservación
de la paz en nuestro mundo, el encuentro también se celebrará ante la presencia de
la diosa del destino. Según sea una batalla apropiada para estar ante un dios,
espero una pelea justa".

El primer ministro de Piena enfrentó a los guerreros y les explicó las reglas, pero los
dos guerreros no estaban escuchando. Ellos simplemente se miraban unos a otros
intensamente. Y poco a poco, incluso los espectadores que miraban a los dos
guerreros se tensaron más y más ante la expectación.

Este torneo celebraba un significado especial.

Había un rumor dando vueltas diciendo que el campeón de la competición sería


elegido como uno de los héroes de las Seis Flores.

"Tal como ustedes saben, el ganador de este encuentro se enfrentará al vencedor


del torneo anterior, Su Majestad la Princesa Nashetania. Las personas que se
involucren en el juego sucio, en otras palabras cobardes, no tienen las calificaciones
adecuadas para hacer frente a la princesa. Sin embargo, estos dos famosos
luchadores más que nunca... "

Las instrucciones del primer ministro de Piena continuaron sin cesar. Sin embargo,
durante su discurso, muchas personas no parecían notar el extraño evento que
ocurrió a un lado de la Arena. Desde la puerta sur de la arena, un joven se acercó.
Incluso los guardias de la arena no intentaron detenerlo. Los guardias de honor que
esperaban detrás del primer ministro cambiaron sus miradas, pero tampoco
trataron de moverse. Los espectadores, aun así no parecían prestarle mucha
atención tampoco. Su comportamiento era tan sumamente natural que parecía un
error el detenerlo.

El chico tenía el pelo largo de color rojo y llevaba ropa normal. No llevaba ninguna
armadura o un casco, pero él tenía una espada de madera en la espalda. También
llevaba cuatro cinturones que colgaban de sus caderas, cada uno con múltiples
bolsas diminutas fijadas al material.

El muchacho se abrió paso entre los dos guerreros, a continuación, con una sonrisa,
dijo: "Por favor perdónenme ustedes dos."

Al escuchar al repentino intruso, el primer ministro gritó con enojo: "¡Quien quiera
que seas! ¡Estás siendo extremadamente grosero!"

"Mi nombre es Adlet Maia. Yo soy el hombre más fuerte del mundo."

Los dos semifinalistas miraron a Adlet Maia con ojos que parecían estarlo
apuñalando hasta la muerte... y luego se giraron hacia él. Pero Adlet ni siquiera les
prestó alguna atención.

"Me gustaría contarles acerca de un cambio en los datos de este encuentro. Yo,
Adlet, el hombre más fuerte del mundo luchar contra los dos".

"¡Bastardo! ¿Estás loco?"

Adlet ignoró con calma al primer ministro enrojecido en rabia. Pero en ese
momento, los espectadores finalmente se dieron cuenta de la situación inusual y
estallaron en un alboroto.

"¡Oigan todos ustedes! Dense prisa y desháganse de este tonto," el mercenario


cuya batalla había sido interrumpida les gritó a los guardias de honor a la espera
detrás del primer ministro.

Fue en ese momento cuando los guardias finalmente se acordaron de lo que se


suponía que debían estar haciendo.
Sin embargo, en el instante en que los guardias de honor blandieron sus armas,
Adlet ampliamente sonrió.

"¡El encuentro ha comenzado!"

Al siguiente momento, Adlet movió sus manos más rápido que el ojo podía seguir.
Algo entonces saltó de sus dedos y golpeó la cabeza de los cuatro guardias de
honor haciendo que se agarraran la cabeza en el dolor.

"Tal como yo pensaba."

El joven ya no tenía a los guardias en su punto de mira. En su lugar, sólo miró al


viejo caballero y al mercenario de pie a cada lado de él.

Sin embargo los guardias se quitaron los aguijones que Adlet había lanzado en su
contra. Ellos fueron recubiertos con un veneno neural que estimulaba el dolor.
Aunque Adlet solamente había utilizado una pequeña cantidad de veneno, todavía
era algo para que estuvieran severamente durante unos 30 minutos.

Finalmente dándose cuenta de que el intruso no era un tonto, los guardias de


honor y el viejo caballero agarraron sus espadas a la vez. Entonces sin dudarlo los
guardias lanzaron su primer ataque hacia Adlet.

Si el joven hubiera tratado de tomar sus ataques con su espada de madera, sin
duda habría muerto al instante. Pero Adlet esquivó los ataques de los guardias.
Luego, en un instante, el viejo caballero lo atacó por detrás. Sin embargo, se movió
más rápido que los ojos podían ver, Adlet cogió una de las pequeñas bolsas en su
cintura. De ella sacó una pequeña botella y las tiró por detrás de él.

El viejo caballero desvió la botella con el centro de su espada. El contenido era sólo
agua, pero creó una oportunidad suficiente. El viejo caballero y el guardia se
mantuvieron a la distancia y ellos mismos se reunieron en una formación de pinzas
adelante y detrás de Adlet. Si se tratara de una pelea ordinaria esa situación sin
duda significaría una derrota segura. Sin embargo, para Adlet, era la oportunidad
que necesitaba para asegurar su victoria.
Adlet sacó un paquete de papel de uno de sus bolsillos y lo tiró al suelo. Un instante
después de que explotara bajo sus pies y el humo envolviera el cuerpo de Adlet, al
parecer había desaparecido.

"¿Quién en el mundo es él?"

"¡Él es un tramposo!" El caballero y el mercenario gritaron al tanto con sorpresa al


mismo tiempo.

Por supuesto que no eran personas que perderían contra un ordinario embaucador.
Pero los movimientos de Adlet eran rápidos e increíbles.

Dentro del humo, Adlet tomó su próxima herramienta de una de sus bolsas.
Cuando los dos perdieron el foco y se pusieron nerviosos en el humo, Adlet
completó sus preparativos para su derrota.

Primero Adlet saltó hacia el viejo caballero. A medida que el joven se movía, sacó la
espada de madera de su espalda y fue a golpear la espalda del viejo caballero.

"¡Débil!"

En el momento en que el caballero desvió su ataque, Adlet soltó la espada. Luego


agarró ambos brazos del viejo caballero y acercó su rostro. Al momento siguiente
batió sus dientes.

Tal vez por un momento el viejo caballero vio los objetos que Adlet había insertado
en su boca. Pero entonces una chispa acompañado de un alto aerosol salió desde la
boca de Adlet y estalló en llamas.

"Gaa," el viejo caballero gritó cuando el fuego fue rociado en su cara.

Al mismo tiempo, mientras que mantenía los brazos del viejo caballero, Adlet
revirtió su posición y luego tiró al caballero por encima del hombro. El caballero se
estrelló en el suelo sobre su espalda y dejó de moverse.

Poco después Adlet giró hacia el mercenario restante detrás de él, pero él no se
movió para atacar. Su ataque ya se había completado.
La cortina de humo de la bomba de humo se fue aclarando poco a poco. Y dentro
del humo, el mercenario estaba en cuclillas. Él estaba agarrando su pierna y
gritando en angustia.

"Lo siento. La aguja venenosa probablemente duele. Es probable desearía que te


hubiera derrotado con un arma secreta diferente".

Adlet frunció las cejas y con valentía se rió.

Dónde Adlet estuvo antes, había muchas chinchetas grandes esparcidas alrededor.
Desde que estaban pintadas del mismo color gris como el piso de la arena, era
difícil verlas sin forzar los ojos. Y al igual que su ataque anterior, las agujas en las
chinchetas también estaban recubiertas con el mismo veneno de neural que
inducía dolor.

Lo más probable es que fue cuando el mercenario corrió a través del humo en un
intento de atacarle por la espalda cuando pisó los pinchos. Si el mercenario hubiera
usado zapatos de acero o zapatos de cuero robustos, entonces él podría haberse
defendido fácilmente contra el ataque. Sin embargo, Adlet había mirado
estrechamente al caballero y el calzado del mercenario cuando se le había
acercado. Y desde que se movió rápidamente fue una consideración importante
para su actuar, el mercenario llevaba zapatos hechos de tela que eran ligeros y
fáciles para moverse.

"Sin embargo, tal como se mira, yo soy el ganador!" Adlet gritó, pero los
espectadores se quedaron mirando fijamente en silencio. Tal vez no podían creer lo
que habían oído. No podían creer que los dos guerreros quienes estaban
compitiendo por la cima del torneo fueron derrotados por un intruso sin nombre
en menos de diez segundos.

"¿Qué... qué están haciendo?! Vengan rápido! Rodéenlo! Enciérrenlo y Captúrenlo",


el primer ministro con pánico le gritó a los soldados que rodeaban la zona. Pero sin
que ni siquiera tuviera que decirlo, los soldados quitaron las capuchas de sus lanzas
y corrieron hacia el centro de la arena.

Cuando los soldados estaban a punto de atacar a Adlet, el muchacho gritó hacia la
estatua de la diosa con vistas a la batalla.
"Mi nombre es Adlet Maia! Yo soy el hombre más fuerte del mundo! ¿Puedes oírme
diosa de la suerte? No voy a dejar que te salgas con no elegirme como uno de los
héroes de las Seis Flores".

Los soldados corrieron hacia Adlet y mientras lo hacían, los espectadores


finalmente se dieron cuenta de lo que había sucedido.

"Guardias Reales! Saquen sus espadas! Eliminen a ese muchacho" Pero los
espectadores no sólo gritaban; algunos incluso se lanzaron hacia la arena.

Mientras tanto, el viejo caballero derrotado y el mercenario estaban de pie otra vez
y se enfrentaron con Adlet.

Después el santo campo de batalla donde la gente mostraba su fuerza ante la diosa
del destino se convirtió en el escenario de una pelea masiva incontrolable.

Y desde ese día, el nombre de Adlet Maia era conocido en todo el mundo. Era
conocido como el embaucador entrometido Adlet, el guerrero falto de honor Adlet,
y el peor candidato para las Seis Flores en toda la historia.

Capítulo Uno: Parte Dos.

Hace mil años, una sola entidad del mal apareció en el continente. Los seres
humanos no sabían mucho acerca de su existencia. ¿De dónde viene, por qué
nació? ¿Qué piensa?, ¿Qué pretende hacer? O más bien, ¿Tiene una conciencia o
pensamientos en primer lugar? Los humanos ni siquiera sabían si era un ser vivo o
no. Todo lo que sabían era que apareció de repente y sin previo aviso.

Sólo unas pocas personas sobrevivieron a sus encuentros con ese ser. De acuerdo
con su testimonio, la entidad estaba a unos diez metros y pico de altura. Y dijeron
que su cuerpo no tenía forma en conjunto, al igual que la vida, era como barro en
movimiento. Veneno brotaba de su cuerpo y el ácido de sus tentáculos disolvía
todo lo que tocaba, y así comenzó su ataque a la humanidad. Sin embargo, el ser no
quería comer a los seres humanos, ni tampoco quería atormentarlos; iba por ahí
matándolos con el único propósito de matar. Y cuando las partes de su cuerpo eran
cortadas, las partes se regeneraban como sus seguidores, quienes mataban a más
personas.
El ser no tenía un nombre, después de todo no era necesario darle uno. No había
nada similar a ello en cualquier parte del mundo.

Así que la entidad maligna fue llamado simplemente El Majin.

En ese momento, el continente estaba gobernado por el gran imperio inmortal


Rohane. Pero a pesar de que enviaron todas sus tropas para la batalla, no pudieron
derrotar al Majin.

Naciones fueron destruidas, familias reales se extinguieron, y pueblos y aldeas


desaparecieron en las llamas. La gente se desesperó y aceptaron que estaban
predestinados a ser aniquilados. Pero entonces de alguna parte una sola Santa
llegó.

Esta Santa se enfrentó al Majin con una sola flor como su arma. A pesar de que era
una mujer, ella era la única persona en el mundo entero que podía luchar contra el
Majin. Fue una terrible larga batalla, pero al final la Santa condujo al Majin al límite
externo del oeste y lo derrotó.

Pero cuando la Santa regresó, ella dijo que el Majin no había muerto y un día se
despertaría de su letargo, y probablemente, transformaría el mundo en un infierno.
La Santa entonces predijo que cuando el Majin despertara, aparecerían seis héroes
que heredarían su poder. Tendrían que enviar al Majin de nuevo en lo más
profundo de su letargo a cualquier precio.

En los cuerpos de los seis guerreros elegidos aparecería una cresta en forma de una
flor con seis pétalos. Y debido a este hecho, las personas los llamaban los héroes de
las Seis Flores.

En el pasado, el Majin despertó de su sueño dos veces. Pero en ambas ocasiones tal
como fue predicho los seis guerreros aparecieron y lo sellaron.

Había una condición para ser elegido como uno de los héroes de las Seis Flores. Los
seleccionados potenciales tendrían que mostrar su poder en los templos dedicados
a la diosa del destino, quienes fueron construidos por la santa que llevó a cabo la
sola flor. Había 30 de dichos lugares en el continente y el número de personas que
venían a mostrar su poder fácilmente superaban los 10.000.
Cuando el Majin despertara, el más fuerte entre ellos recibiría la cresta de las Seis
Flores. Para un guerrero, el ser elegido era el mayor honor y cada guerrero soñaba
con ser seleccionado como uno de los seis. Adlet no fue la excepción.

El tiempo del despertar del Majin se decía que era cercano, los signos de aquello se
había visto hace muchos años. En lo último, que se produciría en un año, pero que
también podría suceder mañana como muy pronto.

"... ¿Estás reflexionando sobre tus acciones? ¿Estás pensando ahora que hiciste algo
mal?"

Habían pasado tres días desde las semifinales y Adlet estaba en una cárcel para
graves criminales. Frente a los barrotes de la celda se encontraba el primer ministro
mirando hacia Adlet con una expresión agria, como si se hubiera tragado algo por
error.

Adlet fue herido de gravedad. Su cabeza, los hombros y las dos piernas estaban
envueltos en vendas, mientras que el brazo derecho colgaba en un cabestrillo. Eso
era de esperar, aunque no había manera de que al ser atacado por tanta gente,
resultara ileso.

Adlet se sentó en la fría cama y se enfrentó ante la primera autoridad del


monasterio. "Debería haber dicho esto antes, pero yo quería entrar oficialmente en
el torneo. Sin embargo, si fue debido a las reglas o algo así, no estaba autorizado a
entrar, no importaba lo que hiciera", Adlet se quejó.

El torneo ante la diosa tenía reglas y las armas que una persona podía utilizar eran
restringidas. Incluso las estrategias tales como ataques de truco o ataques
sorpresivos fueron prohibidos. Pero Adlet no podía hacer nada al respecto.

"Como es de su conocimiento, soy el hombre más fuerte del mundo, pero esas
reglas eran lo único que planteaba un problema para mí. Así que por eso, me di
cuenta de que no podía hacerse nada y me permití hacer caso omiso de ellas".

"¿Cuál es tu objetivo?"
"Debería ser evidente. Mi objetivo es ser elegido como uno de los héroes de las
Seis Flores".

"¿Dijiste las Seis Flores? Tú? ¿Estás diciendo que alguien como tú se merece el
honor de ser una de las seis?"

"Voy a ser elegido. Ya ha sido decidido. Después de todo, yo soy el hombre más
fuerte del mundo."

Adlet se rió y el primer ministro golpeó los barrotes de la celda. Este anciano
carecía de auto-control.

"... Pues bien, no has reflexionado sobre tus acciones en absoluto."

"Estoy reflexionando. Realmente. La guardia de honor y los guardias de la arena....


Estoy pensando en todas las lesiones que les di."

"¿Cómo te sientes acerca de todo el desorden que causaste en la santa arena?"

"No me podría importar menos sobre eso", dijo Adlet, haciendo que el primer
ministro sacara su espada.

Luego trató de romper la cerradura para abrirla, mientras que sus guardaespaldas
trataron desesperadamente para que dejara de hacerlo.

"Escucha aquí, me niego a soportar más esto. Yo te voy a colgar a ciencia cierta.
Puedes contar con ello!"

Los soldados lograron someter al primer ministro y juntos abandonaron la zona en


frente de la celda de la cárcel. Adlet luego se tiró sobre la cama y se encogió de
hombros ante todos los problemas.

Recordó la lucha que tuvo hace tres días con el viejo caballero y el mercenario.
Ambos eran terriblemente fuertes. Si sólo una de sus tácticas hubiera salido mal
entonces Adlet probablemente habría sido el que fuera derrotado.
Sin embargo, había sido capaz de ganar. Incluso si la pelea hubiera sido cruda,
todavía fue capaz de ganar. Eso fue prueba suficiente de que él era el más fuerte
del mundo.

"... Sin embargo, hay una cosa que lamento," Adlet murmuró mientras rodaba otra
vez en la cama. Era la princesa Nashetania.

Nashetania Louie Piena Augustra. La primera princesa de la nación de Piena.


Aunque su noble sangre significaba que era heredera de la más alta demanda al
trono, ella también era la guerrera más fuerte de Piena. Como una Santa que
recibía su poder del dios de las cuchillas, había oído que ella podría crear espadas
de la nada a voluntad.

Nashetania había ganado el torneo anterior y se había decidido que el vencedor del
encuentro donde Adlet se había entrometido lucharía contra ella en la final.

Adlet quería tratar de luchar contra ella. Y si él no podía, entonces por lo menos
había querido probar ver su rostro. Cuando había derrotado al viejo caballero y al
mercenario, se había preguntado si había una posibilidad de que ella apareciera,
pero al final no lo hizo.

Bueno, en realidad no importa en absoluto, pensó, suspirando una vez.

"Ah, te encontré", dijo alguien de pie delante de los barrotes de la celda. La voz y la
persona desde donde vino estaban completamente fuera de lugar en la prisión
sombría.

"... ¿Quién eres?"

Era una hermosa joven de cabello rubio. Y como si simplemente al mirarle daba un
toque de tranquilidad, mostraba una sonrisa encantadora. Llevaba un traje de
sirvienta negro, pero no le convenía en absoluto. Un Traje de Maid más plano sería
más adecuado para la chica.

"Sr. Adlet ¿verdad? Lo siento, pero ¿podrías venir por aquí?" La chica le hizo señas
con la mano varias veces.
Confundido, Adlet se levantó y se dirigió a los barrotes. Mientras se acercaba a la
muchacha, un olor dulce de manzana le tocó la nariz. Como era algo que nunca
había olido antes, pensaba que el perfume era fascinante.

"Por favor, dame la mano." Inesperadamente, la chica sacó la mano a través de los
barrotes.

"¿Eh?"

"Estoy realmente apenada por la repentina intrusión, pero tuve la oportunidad de


ver su pelea de hace tres días. Me conmovió tanto por su rendimiento que ahora
me he convertido en su fan".

"....Huh? ....Huh?" Con el aroma de la chica disolviendo su capacidad de


pensamiento, aquellas palabras sin sentido era lo único con lo que podía responder.

"Por favor, dame la mano. Un apretón de manos".

Adlet hizo lo que le dijo a la ligera y agarró la mano extendida de la chica.

Luego, cuando la chica le apretó la mano a cambio, dijo, "Mr. Adlet, estás muy
nervioso. ¿Es esta quizás la primera vez que has agarrado la mano de una chica?"

La chica luego se tapó la boca y se rió burlonamente. En respuesta, Adlet soltó su


mano en un apuro.

"Wha, ¿Qué estás diciendo? Estoy tranquilo. Yo he tocado sus manos muchas
veces".

Ella se rió. "Sin embargo, su rostro está tan rojo."

Mientras ella se echó a reír, Adlet sentía como recibía más y más fuerte el aroma de
manzana. Luego giró la cara ruborizada lejos de ella y cubrió sus mejillas.

"¿Estás tan terrible con las mujeres, a pesar de que eres tan fuerte?"

"Di lo que quieras, pero Adlet Maia es el hombre más fuerte del mundo. No es el
más fuerte del mundo por nada".
"... Me alegro de haber venido. Eres realmente interesante después de todo", dijo
la chica con una sonrisa. "Yo no sé nada de ti, Adlet. Así que, ¿te importaría decirme
acerca de ti?"

Adlet asintió. La joven con aroma de manzana tenía una sonrisa traviesa. Ahora que
lo pienso, no he escuchado su nombre todavía, Adlet pensó de repente.

Adlet Maia iba a cumplir dieciocho este año. Su ciudad natal estaba en un pequeño
país ubicado en una remota región al oeste. Se llamaba Woro, el país del lago
blanco. Debido a ciertas circunstancias dejó su pueblo natal cuando tenía diez años.
No tenía ni amante ni amigos. Y desde que era muy joven, no tuvo familia en el
mundo entero.

Durante mucho tiempo estuvo aislado en las montañas con su maestro, días y
noches de entrenamiento para poder derrotar al Majin. Él pulió sus habilidades con
la espada, entrenó su cuerpo, y estudió cómo utilizar y hacer cada una de sus armas
secretas.

El estilo de lucha único que ejercía era el resultado de la combinación de su manejo


de la espada con las diversas armas secretas a su disposición.

No pertenecía a ningún lugar y no seguía las órdenes de nadie. Él sólo continuó


entrenando como un guerrero independiente, con el único propósito de derrotar al
Majin. Esa fue la historia de Adlet. Las personas que vivían por la espada por lo
general pertenecían a los caballeros o los mercenarios. Así que si iban a la batalla
ganarían dinero y fama. Sin embargo, Adlet no tenía ningún interés en alguna de
esas cosas. Su objetivo era luchar contra el Majin; eso era todo. Había sólo unos
pocos guerreros sin restricciones genuinos como él en todo el continente.

Después de terminar su largo entrenamiento, descendió de la montaña y trató de


entrar en el torneo de lucha de Piena con el fin de confirmar que él era el más
fuerte del mundo. Y eso fue todo lo que le dijo a la chica.

La chica perfumada de manzana escuchó con entusiasmo la historia de Adlet. Pero


no tenía ni idea de qué era exactamente lo que fascinantemente pensaba.
"... Y por eso fui al torneo, para mostrarle a la diosa del destino que realmente soy
el hombre más fuerte del mundo. Pero lo siento. Me doy cuenta de que la mayoría
fue aburrido".

Con esas palabras, Adlet concluyó su historia y la chica perfumada de manzana


respondió con un aplauso. En un primer momento se había sentido incómodo, pero
poco a poco se había acostumbrado a hablar. Y en el extremo de que tenía a la
chica linda escuchar su historia en realidad lo hacía feliz.

"Fue interesante. Me alegro de que me alentara en venir a reunirme contigo


después de todo. De alguna manera me siento como si hubiera oído la frase "más
fuerte del mundo" suficientes veces para que me dure durante toda la vida".

"Eso es correcto." "Más fuerte del mundo" era la frase favorita de Adlet. Siempre
que hablaba de sí mismo absolutamente añadía aquello en la conversación.

"Es un hecho sólido que yo soy el más fuerte del mundo, por lo que tengo la
intención de decirlo confiadamente siempre que puedo."

"... Pero ¿está bien simplemente a ti mismo ponerte el nombre del más fuerte?
¿Incluso sin que te hayas enfrentado con la princesa Nashetania aun?" La chica dijo
aquellas palabras con un aire de provocación, pero Adlet no prestó ninguna
atención a su desafío.

"Ella es considerablemente fuerte. Pero yo soy más fuerte".

"Todavía hay muchas personas fuertes en el mundo."

"Por supuesto, pero no creo que exista alguien más fuerte que yo."

"... Sr. Adlet, ¿cuál es tu base para creer eso?"

"Sé que soy el más fuerte del mundo. Eso es todo."

"¿Eso es todo?"

"Lo sé. La diosa del destino lo sabe. En cuanto al resto, el Majin y los pueblos del
mundo, voy a tener que demostrárselo".
"¿En serio? Es increíble tu confianza".

"No es la confianza. Es un hecho claro".

La chica sonrió, pero al mismo tiempo, ella parecía preocupada sobre cómo debía
responder. Bueno, la confusión probablemente no podría ser ayudada, pensó Adlet.
Esta era la primera vez que una chica se reunía con el hombre más fuerte del
mundo, después de todo.

"Por cierto, ¿Está bien si te pido una pregunta más?"

"Claro, ¿qué es?"

"En un poco tiempo quiero salir de esta prisión. ¿Tienes algunos buenos métodos?"

"¿Quieres salir de este lugar? ¿Para qué?"

Esta chica tiene agallas, Adlet pensó, después de haber esperado una respuesta
ligeramente diferente.

Adlet le dijo a la joven cómo el primer ministro de Piena clamaba por la pena de
muerte. Adlet estaba en la cárcel, no se podía evitar, pero la ejecución era un
problema. La chica entonces se tocó la barbilla mientras que pensaba.

"Creo que está bien. El Sr. Primer Ministro estaba enojado, pero no creo que iría tan
lejos como la ejecución. Lo que hiciste no es una razón para que una persona
muera".

"¿Está bien? Entonces no hay problema".

Adlet fue relevado ya que en su condición actual, hubiera sido un poco difícil salir
de la prisión.

"¿Qué pasó en el torneo después? ¿Fue detenido?"

"No. Tus acciones... no se contaron. Ayer se celebró el duelo de nuevo y el


mercenario Kuato terminó ganando la semifinal por un margen muy estrecho.
Entonces Nashetania lo derrotó completamente en la final".
¿Acaba de abordar a la princesa sin un título honorífico, o fue sólo mi imaginación?

"Eso es inesperado. ¿El mercenario realmente ganó? Pensé que el viejo tenía una
ligera ventaja sobre él".

"Parece que cuando se lanzó al Sr. Batwal, se lesionó el hombro."

"Quizás su error fue al haberme tomado con calma."

Después de eso Adlet y la joven tuvieron algunas insignificantes habladurías y


charlas. Hablaron de cómo las personas estaban demasiado asustadas para estar en
pie cuando miraron a la realeza de Piena y los problemas con el alto costo de los
bienes. La chica era tan franca que hablar con ella era fácil. Y sólo teniendo una
conversación en sí era emocionante.

"Ah." El rostro de la niña de repente se puso serio, como si acabara de recordar


algo. "Me olvidé de que había algo acerca de lo que vine a hablar contigo. Y esta no
es la ocasión para una charla ociosa".

"¿Qué es? Pareces molesta."

La chica se quedó sin aliento, y luego en un susurro le preguntó: "¿Has oído hablar
del asesino de las Seis flores?"

"¿Qué es eso?"

"Hay un caballero del país de la fruta de color amarillo con el nombre de Matola
Wichita. ¿Has oído hablar de él?"

"Ah, sí sé el nombre."

En el mundo hay un montón de chismes acerca de quién sería elegido como uno de
los héroes. Sin embargo, entre los chismes había un nombre que había escuchado
en repetidas ocasiones. Era el nombre de un joven prodigio que se decía era el
mejor arquero del mundo.

"¿Has oído hablar de Foudelka de la nación de las arenas de oro? ¿O Asley la Santa
del hielo?"
Adlet asintió. Ambos eran nombres de guerreros conocidos.

"¿Qué pasó?"

"... Fueron asesinados. El criminal es desconocido".

"¿Podrían ser los Kyoma?"

"Quizás."

Los seres vivos que servían al Majin eran llamados Kyoma y se estaban preparando
para la reactivación del Majin, en secreto conspirando para emboscar y matar a los
seis héroes. Estaban ocultos en todo el continente, realizando diversos planes.
Además de que iban por ahí matando a todo el que pareciera fuera elegido como
uno de las Seis Flores.

"... Cosas como los Kyoma no son criaturas que puedan ser derrotadas fácilmente.
¿Cómo se supone que se derroten?"

"No lo sé."

"Eso es preocupante."

"Sr. Adlet, creo que tal vez es mejor si te quedas aquí. No importa a donde vayas, el
peligro no va a cambiar, pero al menos la prisión está bajo considerablemente una
fuerte guardia."

"Es verdad. Pues bien, me quedaré aquí hasta que mis heridas se curen".

Como si hubiera terminado de decirle lo que necesitaba, la chica nerviosa cambió


su mirada.

"Lo siento. Yo debería irme, siento como que voy a hacer enojar a mucha gente.
Bueno, ya estarán enojados, pero estarán aún más enojados".

"No me importa. Ve".


Ella asintió rápidamente hacia arriba y abajo, pero cuando empezó a salir, Adlet la
contuvo.

"Si te reúnes con la princesa dile esto por mí. Ella seguramente será elegida como
una de los seis también. Así que dile que estoy deseando que llegue el día en que
podamos luchar juntos".

"... ¿Eh?" La chica abrió la boca distraídamente. Entonces, por alguna razón, ella
comenzó a reír.

"¿Qué es?"

"Nada, lo siento. Le diré por ti. Si me encuentro con ella..."

La chica empezó a alejarse, luego miró por encima de su hombro y le sacó la


lengua.

"Sr. Adlet. Eres bastante idiota".

Estaba pensando en preguntarle de nuevo lo que le había querido decir, pero ella
ya se había ido. Así que por un tiempo Adlet reflexionó sobre lo que había dicho,
pero al darse cuenta de que no podía entenderlo decidió olvidarlo.

Adlet se acostó en la cama y miró hacia el techo, pensando en el llamado Asesino


de las Seis Flores.

"... ¿Asesino de las Seis Flores eh? Probablemente voy a tener que luchar contra el
después de que me elijan".

Hasta entonces Adlet había mostrado una expresión brillante, optimista. Pero
ahora, sus ojos estaban llenos de una silenciosa ira.
Capítulo Uno: Parte Tres.

Exactamente como la chica le había dicho, le habían dado una pena de prisión
fijada como su castigo.

Bueno, si eso era todo sobre lo que estaban pensando entonces no iba a objetar. En
su lugar, se quedaría solo en su celda y esperaría a que sus heridas sanaran.

Varios días después Adlet encontró una gran espada oculta en su cama.
Probablemente fue para la protección en caso de necesidad. Pero él no tenía ni
idea de si esa chica había colocado la espada en secreto en su celda o si alguna otra
d sus "fans" lo había hecho.

Pasó un mes, luego dos. Durante ese tiempo Adlet continuó entrenando en su celda
para que su cuerpo no cayera fuera de forma. Sin embargo, el asesino de las Seis
Flores o lo que fuera, nunca llegó.

En el momento en que el tercer mes pasó, sus heridas se curaron completamente.


Así que poco después, Adlet comenzó a pensar en escapar.

Pero una noche, un golpe repentino en el pecho lo despertó. Todo su cuerpo estaba
caliente, y su corazón estaba hirviendo en una agonía indescriptible. Luego,
después de unos diez segundos, una cresta ligeramente brillante apareció en su
mano derecha.

El Majin había despertado. Y Adlet había sido elegido como uno de los héroes de
las Seis Flores.

"Que pasa..." Adlet murmuró mientras miraba la cresta.

"Todo sucedió muy rápidamente y de forma inesperada."

Había imaginado que todo su cuerpo se envolvería en la luz o que la diosa del
destino se mostraría a sí misma y le mandaría ir a derrotar al Majin.

No podía evitar sentirse un poco decepcionado mientras miraba la cresta. Sin


embargo, en poco tiempo se dio cuenta de que no era el momento para este tipo
de sentimientos.
"Oye! Alguien, vengan!" Adlet gritó hacia los guardias cuando él golpeó los barrotes
de la celda. Si supieran que había sido elegido como uno de los seis entonces era
natural que probablemente no fueran capaces de mantenerlo en la celda por más
tiempo. Sin embargo, él no podía hacer nada al respecto si los guardias no venían.

"¿No hay nadie aquí? He sido elegido como uno de las Seis flores".

El interior de la prisión estaba inusualmente muerto en silencio. Ni siquiera podía


sentir la presencia de cualquiera de los guardias. Sin embargo, el momento en que
pensó que no había más remedio que escapar, de repente escuchó una conmoción
gigante procedente de la planta por debajo de él.

"¿Por qué vino a este tipo de lugar? ¿Qué tipo de negocios en el mundo podría
hacerle venir aquí?"

"Batwal. Date prisa y por favor no interfieras".

Recordó las dos voces. Una de ellas era de la chica perfumada en manzana. ¿Y no
era la persona siguiéndola el viejo caballero con quien había luchado en la arena?
Sin embargo no eran los únicos sonidos que escuchó. Detrás de ellos también podía
escuchar el sonido ruidoso de múltiples pasos.

"Sr. Adlet. ¿Has sido elegido?"

La niña corrió hasta la celda de Adlet. No llevaba el traje de sirvienta con el que
había estado hace unos días, sino una armadura blanca de lujo. Y un estoque
colgaba de su cintura. Ella también llevaba un casco con orejas en forma de un
conejo. Había oído en algún lugar antes que la toma de cascos con un adorno de
animales era una tradición de la familia real de Piena.

Y así, el momento en que la vio, Adlet se dio cuenta de su verdadera identidad.


También comprendió lo bastante idiota que era. Adlet sonrió con amargura, como
si eso fuera alguna segunda revelación se dio cuenta de la regularidad.

Entonces la chica delante de su celda, dijo, "Cuánto tiempo sin verte. Permíteme
presentarme formalmente. Mi nombre es Nashetania Louie Piena Augustra. Soy la
primera princesa de Piena y llamada la Santa de las Espadas".
La chica perfumada de manzana... Nashetania bajó la armadura en el pecho y le
reveló la cresta de las Seis Flores cerca de su clavícula.

"Y ahora que he sido elegida como una héroe de las Seis Flores. Espero con interés
trabajar contigo."

"Como Adlet Maia, el hombre más fuerte del mundo, yo siento lo mismo." Adlet le
mostró el escudo en su mano derecha.

"¡Princesa! ¡Qué cosa en el mundo está haciendo! Usted no tiene tiempo para estar
hablando con alguien como él."

Adlet mostró su cresta al viejo caballero también. Sus ojos se abrieron a la vista, y
luego se quedaron en silencio.

"Vamos de prisa y ven. Nuestro tiempo es limitado".

Nashetania abrió la celda de la cárcel y Adlet salió. Entonces los dos huyeron sin
escuchar las súplicas del viejo caballero para que se detuvieran.

"Vamos a utilizar caballos," Adlet sugirió.

"¡Por aquí!"

Los dos de saltaron por una ventana y aterrizaron en un césped. Allí, alguien que
parecía ser una criada real de Nashetania llevaba dos caballos con una mano
insegura.

"Sea muy cuidadosa", dijo la dama.

"Correcto", respondió Nashetania. "Vamos."

Nashetania y Adlet montaron en sus caballos y se lanzaron a la distancia. El viejo


caballero y los soldados gritaban detrás de ellos. Quizás ellos clamaban tener una
ceremonia para la salida de Nashetania, o tal vez estaban gritando para tener una
audiencia con la princesa, o posiblemente sólo estaban gritando sobre otros
asuntos intrascendentes.
Mirando el perfil de Nashetania mientras cabalgaba junto a él, Adlet sonrió. Esta
chica parecía haber logrado todo con éxito. Y como si estuviera pensando lo mismo,
ella lo miró y sonrió.

Hace mil años, una mujer llamada la Santa de Una Flor derrotó al Majin y lo selló.
Ella lo selló en la tierra más alejada hacia el oeste en una tierra llamada Península
Balca. Hoy era parte de la nación de la isla de Hierro Gwinvarell.

La península era como una boca hacia el continente en la forma de un matraz. Se


decidió que los Héroes de las Seis Flores se reunirían en ese lugar. Cada guerrero sin
duda fue informado de eso cuando mostraban sus habilidades en los diferentes
lugares sagrados ante la diosa del destino. Y no importaba en qué lugar del mundo
los Seis Héroes se originaran, si esperaban en ese lugar, todos finalmente se
reunirían.

Pero incluso después de que el Majin despertara, le tomaría un tiempo antes de


que recuperar su antiguo poder. Este era el momento en que los seis héroes
tendrían que encontrar una manera de llegar a la sección más alejada de la
península Balca y sellar al Majin de nuevo antes de que recuperara su fuerza.

Pero había más de 10.000 Kyomas preparados, a la espera de los seis héroes de la
península. Dado que sólo los seis podrían entrar en el lugar designado,
probablemente sería una larga y dolorosa lucha. En las últimas dos batallas más de
la mitad de los héroes sacrificaron sus vidas en esos conflictos.

Sin embargo, los elegidos para ser los Seis Héroes no le temían a la muerte.

Las voces de llanto de los Kyoma llenaban el vasto territorio de la Península Balca. Y
como resultado, la tierra no se llamaba a menudo con su nombre oficial. En cambio,
se le conocía comúnmente como el territorio en donde los Demonios se lamentan.

Después de dejar el reino de Piena y entrar a Fandawen, lo primero que Adlet y


Nashetania hicieron fue parar por la casa escondida de Adlet. En la morada había
preparado un montón de equipos y herramientas para su viaje. Así pues, él metió
varias armas secretas en las pequeñas bolsas en su cintura. Luego se ató una caja
grande de metal en la espalda, la cual llevaba una gran cantidad de bombas,
venenos y armas ocultas. Estas armas secretas eran esenciales para derrotar al
Majin y sin ellas Adlet no podía llamarse a sí mismo el hombre más fuerte del
mundo.

La caja de hierro era fuerte y pesada hasta el punto que un hombre promedio se
quedaría sin aliento por sólo llevarla en la espalda. Sin embargo, no se sentía muy
pesada para Adlet.

Después de conseguir los suministros, los dos montaron sobre sus caballos por un
día, saliendo de Piena, el país de la fruta amarilla.

"No nos están siguiendo más."

"...... ..Ellos probablemente lo abandonaron."

Adlet y Nashetania miraban detrás de ellos mientras hablaban. Ellos estaban


discutiendo y buscando al grupo desde el palacio real de Piena que había estado
persiguiendo a Nashetania.

"¿No estás siendo un poco fría? Probablemente son tus propios seguidores
¿verdad?"

"Eso es correcto, pero en todo caso son molestos."

No había ninguna necesidad para Adlet el utilizar un discurso honorífico con


Nashetania. Fue pensado para que ellos se sintieran como compañeros
completamente iguales. Nashetania también parecía estar de acuerdo con esa
perspectiva.

Con la sensación de preocupación por sus caballos exhaustos, los dos disminuyeron
un poco su ritmo y siguieron por una carretera de la ciudad. Había huertos que se
extendían a través de las tierras a su alrededor. Exactamente como se le denominó,
Fandawen era un país donde se podía recoger fruta deliciosa.

"Bastante. Esta es mi primera vez viendo huertos".


"¿Está bien?"
Nashetania parecía estar disfrutando mientras que miraba por encima los
alrededores. A pesar de que era un espectáculo bastante ordinario para Adlet, para
ella probablemente era una bastante novedad. Entonces en ese momento un carro
tirado por caballos lleno de limones hizo su camino hacia ellos.

"Disculpe, ¿Está bien si tengo uno?"

¿Qué hace ella?

Sin esperar la respuesta del conductor, Nashetania agarró uno de los limones. A
continuación, la apretó y chupó los deliciosos jugos que salían.

"Eso fue delicioso, gracias por el regalo."

A continuación, se limpió la boca y arrojó los restos al conductor. Adlet ya se había


dado cuenta antes, pero esa acción sólo reafirmó lo extraña que era la princesa.

"A fin de cuentas, la tierra es pacífica", dijo Nashetania mientras lamía los jugos de
su mano. "Estaba pensando en que el despertar del Majin sería una especie de
evento mucho más grande."

"Eso es lo que es. El mundo estaba también en la paz la última vez que el Majin
despertó y el tiempo antes de eso. De hecho, los únicos disturbios que se
produjeron estaban cerca del territorio de los Lamentos de los Demonios", Adlet
dijo. "Pero va a dejar de ser pacífico si fracasamos."

"Está bien. Así que, vamos a hacer nuestro mejor esfuerzo".

A partir de ahora por la calle otro carro de caballos llegó, esta vez relleno con
zanahorias. Nashetania de nuevo rápidamente saltó del caballo y agarró una de las
zanahorias sin pedir permiso.

Pensaba que no había manera de que ella lo comería crudo, pero luego ella hizo
algo para refutar su teoría. Una espada blanca delgada fue formada en el aire y
limpiamente quitó la piel de la zanahoria en un instante.

"¿Es el poder del dios de cuchillas?"


"Está bien. Es increíble ¿no? Pero eso es porque soy una santa". Nashetania hinchó
su pecho mientras tomaba un bocado de la zanahoria.

"Incluso puedo hacer cosas como esta". Cuando lo dijo, levantó su dedo índice.

Unas hojas surgieron desde el suelo. Eran de más de cinco metros de largo,
delgadas y terriblemente afiladas. Podrían perforar a través de los seres humanos y
Kyomas sin dificultad.

"Pero esta..."

Ella señaló con el dedo índice hacia Adlet. Cuchillas de unos 30 centímetros de
largo se materializaron alrededor de su dedo. Entonces una por una las cuchillas
atacaron la cara de Adlet.

"¡¿Qué estás haciendo, idiota?!"

"¿No puedes esquivar un ataque como este?"

Riéndose, Nashetania continuó disparando las hojas cortas hacia Adlet. Aunque
esquivó los ataques simples, dentro de él se sorprendió por su poder. Era el poder
de la Santa de las Cuchillas.

Santo era un término general para los guerreros que comandaban poder
sobrenatural. Menos de ochenta siquiera existían en todo el mundo y todos ellos,
sin excepción, eran mujeres.

Se decía que las santas se convertirían en lo mismo que los dioses quienes regían el
destino de toda la creación. Y puesto que los dioses residían dentro de sus cuerpos,
las Santas podrían pedir prestado su poder y manejar las habilidades más allá de los
seres humanos normales. En cuanto a Nashetania, de todos los diversos dioses,
tenía al dios de las cuchillas dentro de ella.

Sólo una persona llevaba a un dios en particular a la vez. Y así, por el momento no
había nadie que no fuera Nashetania quien tomara prestado el poder del dios de
cuchillas. Si moría ella renunciaría al poder del dios y otra persona sería elegida
como la santa de las cuchillas. Aparte de Nashetania como la Santa de las Cuchillas,
también estaba la Santa de fuego, hielo, montañas, y otras santas que poseían
diferentes poderes. Probablemente se elegiría alguna de ellas para ser una de las
Seis Flores.

Y en el pasado, la santa de la sola flor quien había derrotado al Majin había poseído
dentro de su cuerpo a la diosa del destino.

"Ya basta!" Adlet agarró una de las cuchillas voladoras de Nashetania y la lanzó
hacia ella. Golpeó su casco y luego cayó al suelo.

"Lo siento, me dejé llevar."

"Sí, definitivamente lo hiciste."

"¿Estás enojado?"

"Estoy completamente furioso."

El espíritu de Nashetania cayó y con una expresión sombría y abatida masticaba la


zanahoria cruda.

Probablemente no debería haberme enojado tanto, Adlet se lamentó.

"... Lo siento", dijo Nashetania con una voz deprimida que era completamente
diferente de la forma en que había hablado antes. "Soy una chica un poco extraña.
Mi padre y hasta las camareras siempre se enojaban conmigo".

"No, no es gran cosa."

"La gente como yo, probablemente, causa problemas similares donde quiera que
vayan."

Hay algo que no puedo entender de esta chica. Había aparecido en su cárcel en un
traje de sirvienta y lo había tratado de empalar en el borde de la carretera. Y a
pesar de que estaba un poco enojado por esto último, era extraño que se sintiera
tan deprimido a causa de ella.
Esto es un problema. ¿Cómo se supone que iba a conectarme con ella? Adlet agarró
las riendas de su caballo y bajó su cabeza avergonzado. Los dos entonces avanzaron
sus caballos sin una sola palabra que se dijera entre ellos.

Espera, ¿por qué está el hombre más fuerte del mundo preocupándose por algo tan
trivial?, pensó. Pero el momento en que estaba a punto de hablar con ella, se dio
cuenta de que ella lo miraba desde las esquinas de sus ojos.

"Tal vez pensaste que yo estaba realmente triste."

"Oye!"

Nashetania se llevó la mano a la boca, una sonrisa de ridiculización fue mostrada en


su rostro. Se había olvidado de que a esta chica le encantaba jugar trucos.

"Jajajaja, eres divertido después de todo."

"Mierda. Me tenías preocupado por nada".

"Está bien. No me pondré triste tan fácilmente".

Adlet miró hacia otro lado, golpeó el trasera de su caballo con un látigo y salió,
dejando a Nashetania atrás.

"Por favor no te enfades. Sólo estaba bromeando".

"En verdad."

"Pero por favor no tengas la impresión equivocada. Normalmente soy más suave. Es
sólo hoy estoy mostrando mi felicidad".

"A partir de ahora nos dirigimos a luchar con El Majin. ¿Te acuerdas de eso?"

"Entiendo. Es sólo esta vez de verdad. Perdóname." Sonriendo, Nashetania bajó la


cabeza. "Ésta es mi primera vez. Y aunque entiendo que habrá una batalla después
de esto, no puedo controlarme".

"¿La primera vez para qué?"


"De estar con alguien como tú."

La expresión de Nashetania cambió de una sonrisa maliciosa de una chica bromista


a la amable sonrisa de alguien que sentía afecto hacia otro. Era una chica con
muchas sonrisas.

Adlet rápidamente comenzó a sentirse incómodo.

"Tú eres la primera persona con la que puedo hablar como igual, la primera persona
con la que puedo hablar con honestidad sobre lo que estoy pensando y cómo me
siento."

Más allá de torpe, Adlet comenzó a sentirse avergonzado. Entonces decidió mirarla
brevemente por el lado de su ojo. Y si hubiera pensado que tal vez ella estaba
divirtiendo al burlarse de él, no parecía que era el caso al mirarla.

"Ah, un carro de caballos. Vamos a tener otra zanahoria".

Ya sabía lo que estaba pensando o no, Nashetania comenzó a masticar otra


zanahoria cruda. Adlet simplemente se encogió de hombros y miró.

Capítulo Uno: Parte Cuatro.

Para el resto del día, Nashetania continuó haciendo lo que le gustaba. Y pronto el
día se oscureció y llegó la noche. Los dos descansaron sus caballos por el lado de
una carretera y se prepararon para dormir al aire libre. Al crecer en un palacio real,
Adlet preguntó si Nashetania sería capaz de manejar un campamento, pero ella dijo
que lo había hecho varias veces antes, así que no fue un problema.

Después de que Adlet preparó su saco de dormir, inspeccionaba su entorno para


cualquier punto ciego o lugares donde una persona podría estar en secreto al
acecho. Tenía que prepararse siempre para los ataques.

"¿Qué pasa?" Nashetania le preguntó, aunque con los ojos cerrados parecía que
ella estaba durmiendo. Ella estaba definitivamente sin preocupaciones.
"Bueno, antes de ir a dormir había algo que quería preguntarte. ¿Qué pasó con el
asesino de las Seis Flores?"

"Ahora que lo pienso, no te he dicho." La cara de Nashetania se nubló. No parecía


que iba a ser muy buena información. "Yo no te he mencionado esto antes, pero
hace realidad la mitad de un año Goldof fue en un viaje para perseguir al asesino."

"Goldof... es un caballero de tu reino."

Él sabía el nombre. Goldof Aurora, el jefe de los caballeros de negro con cuernos. Se
le jactaba como un joven prodigio por el ejército del reino real de Piena. Y él era
considerado como el caballero más fuerte de Piena, a la par con Nashetania.

"Por desgracia, no he oído ninguna buena noticia. Nuestro último contacto fue hace
más de un mes y medio atrás; sólo unas pocas palabras sin ninguna pista en cuanto
a su situación actual".

"Tal vez fue asesinados por su víctima."

"¡Eso no sucedió!" Nashetania levantó inusualmente su voz. "Goldof es fuerte.


Nunca le he vencido".

"¿Qué pasa con la competencia del año pasado?"

Nashetania fue l campeona del torneo del año pasado ante la diosa. Y ella luchó
contra Goldof en la final, el resultado de su lucha moral fue la derrota de Goldof.

"Al final lo tomó con calma. No podía hacerse nada. Los dos tomamos nuestras
posiciones en consideración, después de todo.

Sin embargo, no fue tan decepcionante porque le hice prometerme algo. Él


prometió que no iba a morir hasta que algún día podríamos tener nuestra
revancha. Y así, porque hice esa promesa, Goldof no morirá. Él no puede morir".

Después de pensar por un momento, Nashetania añadió una sola palabra hasta el
final.

"....Probablemente."
"¿Tienes fe en él o no?"

"Tengo fe en él, pero es un poco joven. No tiene más que 16."

"¿Eh joven? No estamos en condiciones de decir eso", dijo Adlet. Adlet tenía 18
años, y había oído que Nashetania poseía también la misma edad que él. Los dos
eran un poco demasiado jóvenes como para estar llevando el destino del mundo en
sus hombros.

"Aunque Goldof es fuerte, todavía tengo algunas dudas."

"Eso es una ilusión. Bueno de todos modos, ¿no pudo encontrar ninguna pista
sobre los movimientos del asesino?"

"Sí. Desde hace aproximadamente un mes y medio, el paradero de Leura, la santa


del Sol, ha sido desconocido".

"¿Leura? La santa del sol?"

Él sabía de aquel nombre también. Ella era una leyenda viviente, que poseía el
poder del dios del sol.

Hace unos 40 años, una mujer había mostrado aquel poder en una guerra. Desde
los cielos, ardientes rayos de luz cayeron sobre los castillos asediados por el
enemigo y los redujeron a cenizas. Se dice que esa mujer soltera derribó más de
diez castillos. Después de conseguir ser la más vieja, ella debía haber estado
sirviendo como la líder que gobernaba sobre las Santas. Pero por ahora ella debió
haberse retirado de esa posición.

"Ella es famosa, pero probablemente no es capaz de luchar contra la edad, ¿no?"

"Cierto. Ella ya es tiene más de ochenta. No importa lo fuerte que sea, no creo que
su cuerpo pueda manejar más el campo de batalla".

"Es extraño, ¿no crees? No debe haber otras personas que el asesino esté
buscando. Yo, tú, Goldof, Chamo del pantano... Todavía hay muchos guerreros
fuertes repartidos por todo el mundo".
"Incluso creo que es extraño, pero...". Nashetania se encogió de hombros. Incluso si
se discutiera más a fondo, probablemente no lo entendería mejor.

"Es suficiente. ¿Hay que ir a dormir? Aprenderemos sobre el asesino, tarde o


temprano".

"Tarde o temprano?"

"Vamos a luchar contra ellos con seguridad."

"¿Crees que es probablemente un Kyoma? ¿O podría posiblemente ser un


humano?"

"No lo sé."

Nashetania se fue a dormir y Adlet levantó las rodillas al pecho y cerró los ojos. Era
una postura con la que solía descansar su cuerpo y mente, mientras que estaba en
guardia.

El resto de la noche transcurrió sin ningún evento. Tal como ocurrió al siguiente día
y el siguiente después de ese. Sin embargo, el mismo hecho de que no pasara nada
hacía que la duda de Adlet lo hiciera sentir incómodo.

Los dos viajaron durante diez días. Fue un viaje presionado y tuvieron que cambiar
sus caballos varias veces a lo largo del camino. Durante ese tiempo nunca dormían
más de tres horas al día. Si no lo hubieran hecho y si hubiera sido un viaje normal,
entonces la distancia habría tomado unos treinta días el viajar.

Al final de su largo viaje, finalmente pasaron la frontera de Gwinvarell, las islas de


hierro que residían en el territorio de los Lamentos de los Demonios. Su camino
serpenteaba por el valle de una montaña escarpada y había espesos bosques que
los rodeaban.

Poco a poco, los rumores del Majin parecían ir en aumento dentro de los chismes
del pueblo. Y a medida que se acercaban al territorio de las Lamentaciones de los
Demonios, las expresiones de la gente que vieron se hacía más y más sombrías.
Entonces, cuando en realidad entraron en el país de las islas de hierro se dieron
cuenta de lo que parecían ser muchas familias que huían con sus pertenencias.

"... Apurémonos."

Tal como esperaba, la expresión burbujeante de Nashetania estaba completamente


ausente mientras se movía más y más hacia su destino. La chica tenía una
personalidad ingenua, pero no era una tonta.

"Presta atención. Los Kyomas probablemente pondrán en marcha su asalto en


cualquier momento ahora".

"¿Cómo sabes eso?"

"El enemigo planea atacar antes de que lo sepamos. Fue lo mismo para los últimos
seis Héroes".

"Estás bien informado."

"Mi maestro me enseñó información sobre los Kyomas en mi cabeza. Sus especies,
su hábitat, sus puntos débiles, e incluso su hipotético comportamiento".

"Voy a estar dependiendo de ti entonces."

Los dos continuaron más por el camino. A medida que avanzaban el número de
palabras que Nashetania hablaba disminuyó. Pronto se quedó en completo silencio.

Incapaz de soportarlo por más tiempo, Adlet habló. "Nashetania."

Ella no respondió. Su expresión mientras manejaba las riendas la miraba llena de


pensamiento.

"Nashetania!"

"¡¿Si qué?!"

"... ¿Estás nerviosa?"


Sus manos que sostenían las riendas estaban pálidas. Soltó el cuero y se limpió el
sudor en sus muslos. Las sudorosas palmas eran prueba de que estaba perdiendo la
compostura.

"Relájate, la lucha aún no ha comenzado."

"C... cierto, pero entonces ¿por qué estoy tan nerviosa?"

Adlet tenía una sola pregunta que se le vino a la mente. "¿Hasta ahora has estado
alguna vez en un combate real? ¿Tienes alguna experiencia real matando a gente?"

"Sobre eso..."

Ninguna, ¿eh?, pensó Adlet. Es probable que no se pudiera evitar. Aunque


imperfecta, ella era la princesa de un país entero.

"... Adlet, ¿de verdad crees que soy fuerte? Tal vez hasta ahora todo el mundo me
tomaba con calma", dijo Nashetania mientras miraba sus manos sudorosas.

"Relájate. No pienses asi."

"Si yo no me puedo relajar aun cuando no nos hemos encontrado con los Kyomas
reales, entonces..."

Estaba temblando, como si todas sus bromas lanzadas hasta ayer hubieran sido una
mentira. No, tal vez era más como que toda su jovialidad lanzada hasta ayer fuera
un intento de ocultar su inquietud.

Pero Nashetania no era una cobarde. Todo el mundo se sentía nervioso antes de su
primera vez en el campo de batalla. No importa lo fuerte que una persona fuera,
ese hecho nunca cambiaba.

"Nashetania, sonríe."

"¿Eh?"

"Sonríe. En primer lugar has eso y el resto irá por sí solo".


En cuanto juntó sus palmas Nashetania dijo, "No puedo Adlet. Si ni siquiera puedo
dejar que mis manos tiemblen, sonreír es..." Cuando lo dijo, ella levantó su cara y
miró a Adlet.

Entonces Adlet alzó su nariz con los dedos y apretó el aire de sus mejillas.

Nashetania hizo un sonido extraño, entonces sostuvo su mano sobre su boca y


desvió la mirada al suelo.

"Mira, te reíste. ¿Te sientes más tranquila?", Preguntó Adlet.

Nashetania miró sus manos y luego midió su pulso en el cuello. "Me siento mucho
mejor. Gracias."

En cuanto a la expresión de Nashetania, Adlet asintió. Ella estaba bien. Y aunque


ella todavía era inexperta e ingenua, en su centro tenía la esencia de un grande y
pleno guerrero.

"Esa fue la primera cosa que mi maestro me enseñó. Reír."

"Tuviste un buen maestro."

Me pregunto. Adlet se encogió de hombros.

Por el momento, su destino era la entrada al territorio de los Lamentos de los


Demonios. Sin embargo, su primer objetivo era reunir todas las Seis Flores. Aunque
probablemente hay muchas pruebas que nos esperan antes de que eso suceda.

Entonces en ese momento un hombre con un niño y una mujer con una pierna
lesionada vinieron corriendo hacia ellos desde muy arriba de la carretera.

"¿Qué pasó?" Nashetania desmontó de su caballo y se acercó a los dos. La mujer se


aferró a Nashetania y empezó a llorar.

"¡Tratamos de correr! Los Kyomas, vinieron después que tratamos de correr..."

"Por favor, trate de calmarse."


La mujer lloraba hasta el punto que ni siquiera podía hablar. Así que en vez de eso,
Nashetania miró al hombre.

"Nuestro pueblo tenía la intención de huir a la capital con los soldados. Pero, en el
camino los Kyoma nos atacaron y tuvimos que salir... nuestros compañeros... e
incluso nuestro hijo menor..."

A medida que el hombre hablaba, las manos de Nashetania nuevamente


comenzaron a temblar ligeramente. Adlet puso una mano en el hombro y le dijo en
voz baja: "Está en calma. Con tu fuerza no hay nada que debas tener miedo."
Después, Adlet azotó a su caballo en un muslo. "Nashetania, sígueme!"

"Oh vale."

Adlet agarró las riendas de su caballo más estrictamente y contempló la situación.


Fue exactamente como lo había predicho. Los Kyomas hacían arder los pueblos
cercanos y atacaban a la gente con el fin de atraer a cada uno de los héroes y
aplastarlos. La misma táctica se había cobrado la vida de uno de los seis en el
conflicto anterior.

Si él sólo pensaba en la victoria entonces el plan de acción correcto sería ignorar los
ataques. Pero Adlet imaginó que al ser esa la manera correcta simplemente debería
ir al infierno. ¿Por qué estaba luchando contra el Majin si no podía proteger a las
personas?

"¡Ya Está!"

Catorce Kyomas estaban atacando a un grupo de carros tirados por caballos. Eran
de unos diez metros de altura y se veían como sanguijuelas. Uno de cuerno y
múltiples antenas brotaban desde sus cabezas y en las puntas de los ojos antenas
eran muy similares a las de un humano.

Mientras que el Kyoma era solo un tipo de ser vivo a partir de un solo árbol
genealógico, podrían cambiar su forma en una cantidad infinita de formas. Estaban
los que estaban en frente de él quienes parecían sanguijuelas, pero también había
Kyomas que se asemejaban a gigantes insectos, aves y animales. De hecho, hubo
incluso las que parecían humanos y podían hablar.
Pero la única cosa que todos compartían era un cuerno que crecía fuera de sus
cabezas. Eso era todo.

Hubo decenas de soldados que luchaban contra los kyomas codo a codo con los
agricultores y sus familias. Y también hubo muchos lesionados y un número de
personas que estaban muertas. Al ver la escena, Adlet saltó de su caballo y cargó
hacia los Kyomas.

"¡Voy a mantenerlos! ¡Entonces, acaba con ellos!" Adlet le Gritó a Nashetania quien
corría detrás de él. Luego instantáneamente sacó una botella de hierro de una de
sus pequeñas bolsas, retiró la tapa y vertió el contenido en la boca.

Algunos de los Kyomas vieron a Adlet mientras se les acercaba, levantaron la cabeza
y arrojaron un líquido en su dirección. Pero hizo una voltereta sobre ellos para
esquivar su ataque. Y cuando llegó, provocó el pedernal en sus dientes frontales.

El contenido de la botella era una composición especialmente tratada de alcohol


inflamable, por lo que la chispa creaba una corriente de fuego que dejó escapar de
su boca y arremetió contra las caras de los Kyomas. Aunque las llamas deberían
haber sido lo suficientemente débiles como para ser dejadas de lado sin sufrir
ninguna lesión, sin embargo los Kyomas comenzaron a retorcerse en agonía.

Así como yo predije. Este tipo de Kyoma es débil contra el fuego.

Las armas secretas de Adlet en sí mismas en su mayoría no tenían ningún poder


considerable. Es por eso que él utilizaba muchas de ellas. Y atacaba el punto débil
de los Kyomas demostrando su valía.

"¡Bien!" Nashetania gritó.

Luego, utilizando el poder del dios de las cuchillas, Nashetania convocó tres hojas
de plata, cada una empaló a un Kyoma y lo mató. Los siete restantes aún estaban
atacando a los agricultores sin prestar ninguna atención hacia Adlet o Nashetania.

Adlet rápidamente sacó su próxima arma secreta, una pequeña flauta. Luego la
sostuvo en su boca y sopló.

".....?"
Ningún sonido salió, sin embargo todos los Kyomas atacando a los aldeanos se
dirigieron simultáneamente hacia Adlet. La flauta producía una onda de sonido
especial que atraía su atención.

Los Kyomas procedieron en atacar a Adlet, pero él esquivó con calma sus ataques.
Cuando llegaron hacia Adlet, Nashetania no perdió su oportunidad y perforó a
cinco Kyomas con sus cuchillas, matándolos. Adlet luego remató a los dos restantes
con su espada.

Y al igual que al parecer la batalla había terminado. Ni siquiera se tomó un minuto


para enviar el resto de los Kyomas.

"Huu," Adlet jadeó. A pesar de que no estaba cansado, estaba sudando. Esa no
había sido su primera batalla, pero el combate real seguía siendo tenso.

"... Haa... Haa..." Nashetania estaba sin aliento.

Adlet le puso una mano en el hombro y le dijo: "Estuviste perfecta. No parecía


como tu primera batalla en absoluto".

"Yo pude luchar con más calma de lo que pensé que podría. Así que yo también
debería ser útil a partir de ahora".

"Voy a estar contando contigo."

Nashetania sonrió.

Los dos entonces fueron y ayudaron a los soldados administrándoles ayuda. Los
aldeanos acumulaban los cadáveres de sus compañeros en carros tirados por
caballos. Pero el ver a otras personas muriendo fue doloroso; como fue ver las
caras de los niños que quedaron solos después de las muertes de sus padres.

"¿Es este todo el mundo? ¿Alguien se quedó atrás?" Adlet preguntó mientras
administraba la ayuda.

Como si fuera difícil de responder, algunos de los hombres con los que Adlet estaba
hablando miraron al suelo y algunos intercambiaron una rápida mirada con Adlet.
"¿Qué pasó?"

"Sobre eso..." Los aldeanos estaban dudando de hablar, tan pronto como eso pasó,
Adlet supuso la información.

"Alguien se quedó atrás."

"Sí... una chica que viajaba llegó al pueblo en paz."

Tan pronto como uno de los aldeanos le dijo, Adlet saltó de nuevo en su caballo.
Cuando estaba a punto de azotar su caballo en un muslo, Nashetania llegó y le pidió
a toda prisa, "Adlet, ¿a dónde vas?"

"Parece que una chica se quedó atrás. Voy a volver. Voy a ir a ver y luego volveré"

Al momento que Adlet trató de impulsar su caballo, Nashetania agarró su muñeca y


lo detuvo.

"Por favor espera. ¿Tiene planes de ir solo?"

"Ah cierto. Cuida de este lugar Nashetania".

Él trató de usar las riendas para azotar al caballo y correr, pero esta vez Nashetania
agarró la cola del caballo.

"¿Por qué me detienes?"

"No sirve de nada, Adlet. Ya es demasiado tarde".

"..."

"Hay sólo dos de nosotros. No podemos ir por ahí ayudando a todos, ni siquiera a la
única persona que se quede atrás".

Fue un poco sorprendente. Nashetania parecía estar mirando la situación con


calma.
"Por supuesto, tienes razón."

"Es lamentable, pero tenemos que abandonar a esa chica y seguir adelante."

Nashetania miró al suelo con una expresión triste. Probablemente ella realmente
quería ir y ayudar a la chica. Sin embargo, la opinión de Nashetania sobre que
derrotar al Majin tenía prioridad era correcta.

"... Derrotar al Majin. Salvar vidas humanas. Es difícil hacer las dos cosas".

"Incluso me resulta doloroso. Sin embargo, debemos considerar que reunirnos con
las demás Flores es nuestra principal prioridad".

Cuando Nashetania retiró la mano, Adlet azotó el caballo con las riendas. El caballo
relinchó y luego se fue corriendo.

"Lo siento, pero tienes que permitir que me vaya. Soy el hombre más fuerte del
mundo, después de todo!"

"¿¡Qué se supone que significa eso!?"

La derrota del Majin y ayudar a la gente. Yo puedo hacer las dos cosas, porque yo
soy el hombre más fuerte del mundo. Al menos eso es lo que Adlet murmuró en su
mente.

Capítulo Uno: Parte Cinco.

Después de galopar con su caballo durante unos treinta minutos, Adlet comenzó a
ver la valla que rodeaba el pueblo. El viaje había sido tranquilo. Ni un ser humano,
Kyoma o animal se veía.

El pueblo estaba tan quieto como la muerte. O bien los Kyomas todavía no habían
llegado, o que ya habían terminado con su tarea y se fueron... o que era una
trampa. Adlet se desmontó de su caballo, sacó su espada y se acercó con cautela.
La puerta de la aldea estaba colocada de forma anormal en el suelo. También había
cadáveres de Kyomas que parecían serpientes gigantes. Eran grandes y de acuerdo
a sus estudios eran mucho más fuertes que los Kyomas sanguijuelas que había
derrotado hace un tiempo.

Adlet se acercó a los cadáveres y examinó sus condiciones. Cada cabeza se había
roto por algo con un poder increíble. Tanteó la herida de uno de los cadáveres y
encontró una pastilla de hierro sobre 2 centímetros de diámetro enterrada dentro.

"... ¿Un tirachinas? No, ¿podría posiblemente ser un arma de fuego?"

Adlet estiró el cuello hacia un lado. Las armas de fuego eran miniaturizados
cañones que se inventaron hace unos treinta años. Ellos se habían extendido un
poco por todo el país desde entonces, pero aun así era difícil decir que eran armas
poderosas. Derribar a las personas sin casco o jabalíes eran las mejores armas que
lo podían hacer. Y él nunca había oído hablar de un arma de fuego que podría
matar a un Kyoma.

Adlet entró en el pueblo y vio los cadáveres de más Kyomas esparcidos alrededor.
Cada uno había sido asesinado con un solo disparo, bien disparados en la cabeza o
el corazón.

Entonces cayó en la cuenta. La chica que viajaba, quien fue dejada en el pueblo, no
se había quedado atrás en absoluto. Ella había luchado con los Kyomas allí. Para un
guerrero solitario el viajar aquí, en el momento en que el Majin despertó de su
letargo sólo podía significar una cosa.

Procedió a mirar alrededor de la chica. Pero después de revisar el interior de cada


casa y mirar por los jardines del pueblo sin éxito, decidió caminar hacia una choza
de carbón cerca en el borde de la aldea.

"... Oh."

La chica estaba allí. Levantó la mano y trató de hablar; sin embargo, su mano se
detuvo a medio camino y su voz quedó atrapada en su garganta. Era como si todo el
cuerpo de Adlet se congelara en el momento en que la vio.

La chica caminaba delante de la cabaña podrida. Ella parecía ser de alrededor de 17


años más o menos y llevaba una capa desgastada. Su cabello era blanco y ella se
aferraba a un pequeño cachorro en ambas manos. Mientras caminaba, ella
amorosamente acariciaba la piel del cuello del perro.

Con sólo una mirada Adlet sabía que ella era la que había derrotado a los Kyomas.
Además había una pistola que salía de la apertura de su capa. Pero por el momento
las cosas no significaban nada para Adlet. Aunque ella sólo estaba sosteniendo un
cachorro, la vista mundana fue suficiente para congelar a Adlet por completo.

"Yo lo he encontrado."

Había otro perro atado a una estaca en el suelo delante de la choza. Tal vez era el
padre del cachorro. La chica bajó el cachorro en sus brazos al suelo y comenzó a
saltar sobre el perro que parecía ser su padre. Y mientras el cachorro meneaba la
cola de una manera lúdica, la chica sacó un cuchillo de su bolsillo de la camisa,
cortó el collar del perro padre y lo liberó.

"Los Kyomas no atacarán a cualquier cosa excepto a los humanos. Así que vivan
aquí y estén en paz".

El perro padre y el cachorro brincaron sobre las rodillas de la chica y luego se


fueron, desapareciendo en el bosque. Todo el tiempo Adlet se quedó mirando
paralizado en el lugar, totalmente clavado en el suelo.

Ella era una muchacha hermosa. Su cara era un como la de una niña con un parche
que cubría su ojo derecho. Sin embargo su ojo izquierdo era tan azul que parecía
transparente. Aunque los bordes de sus ojos eran bellamente curvados ligeramente
hacia abajo en las esquinas, su mirada era fría.

Su capa estaba hecha de cuero y debajo de ella también llevaba ropa de cuero que
se aferraban fuertemente a su piel. También había un paño negro envuelto
alrededor de su cabeza.

Con sólo mirarla Adlet entendió que la chica era poderosa. Sus movimientos eran
impecables y finamente pulidos, como una cuchilla afilada. Y a partir de su
apariencia podía conjeturar que era una guerrera altamente capacitada.

La vista de ella incluso le hizo sentir como si su corazón se detendría si la viera de


más cerca.
Sin embargo, la manera en que ella había utilizado sus manos para acariciar al
cachorro lo confundió. Ella había envuelto sus manos alrededor de la espalda del
cachorro y parecía haber estado compartiendo su calor con el animal. Era como si
esas manos suaves estuvieran mostrándole al cachorro exactamente lo que eran el
amor y el afecto.

La chica se quedó en silencio en el bosque donde los dos perros se habían ido. Su
mirada y su expresión parecían ser terriblemente temporal, como una flor a punto
de marchitarse o una estrella a punto de caer. Al mirarla, parecía que toda su
existencia fuera efímera.

Adlet no podía entenderla completamente. Era fría pero aun así era cálida.
Terriblemente fuerte, pero al mismo tiempo débil. Y esas primeras impresiones
contradictorias le desconcertaron.

"¿Quién eres?"

La chica se volvió hacia Adlet, causando que su corazón saltara. Su mente se quedó
completamente en blanco y no podía pensar en nada que decir. Incluso empezó a
escuchar el sonido de los latidos del corazón en sus oídos.

No era que él se sorprendiera por su belleza. Tampoco se puso muy


emocionalmente por lo que probablemente fuera amor. Él no sabía lo que debía
hacer, lo que significaba que no podía hacer otra cosa que estar nervioso.

"¿Te gustan los perros?" Adlet finalmente exprimió una pregunta trivial.

La chica lo miró con la boca abierta, una expresión que reconocía como el asco.

"Me gustan los perros, pero odio a los seres humanos."

"... ¿Así es? A mí me gustan ambos."

"¿Quién eres?" Ella dijo, retirando la pistola desde debajo de su capa y con el
objetivo bien entre sus ojos. Adlet olvidó por completo sentir una sensación de
peligro. "¿También vienes a matarme?"
En el dorso de la mano izquierda estaba la cresta de las Seis Flores. Y con la pistola
todavía apuntando a su cara, Adlet miró distraídamente a la cara de la chica y la
cresta.

"Voy a atacar, ¿de acuerdo?"

En esas palabras, Adlet regresó a sus sentidos. En un apuro, levantó ambas manos,
mostrando que él no tenía ninguna intención hostil.

"Espera, no dispares. Mi nombre es Adlet Maia. Soy uno de las Seis Flores, al igual
que tú".

Cuando le mostró la cresta en la parte posterior de su mano, ella lo miró con


suspicacia.

"He oído hablar de ti. El guerrero cobarde del torneo de lucha de Piena. De acuerdo
a los rumores llevas una auténtica baja reputación".

Sus palabras lo confundieron. "Es... espera, ¿quién dijo esas cosas? Yo soy el
hombre más fuerte del mundo. Yo definitivamente no soy un guerrero cobarde",
dijo mientras trataba de calmar su acelerado corazón.

"Eres uno de las Seis Flores? No lo puedo creer".

No sentía ninguna delicadeza o vanidad viniendo desde la chica apuntando el arma


hacia él. Todo lo que había allí era un guerrero de cabeza fría, cauteloso y genuino.
Y la actitud de la chica estaba causando que la confusión de Adlet desapareciera
como la niebla.

"Son los rumores que están equivocados. Yo uso todos los métodos para ganar, y
eso no es cobarde."

"..."

"Soy Adlet, el hombre más fuerte del mundo. Hombres cobardes no pueden ser
llamados los más fuertes. Así que no apuntes tu arma hacia mí".
Adlet habló con confianza, pero la joven sólo lo miró con una expresión atónita, sin
dar indicios de bajar su arma.

"... ¿Tienes algunos otros compañeros?"

"Nashetania está cerca. Probablemente sabes de ella. Ella es la princesa de Piena y


la Santo de las Espadas".

"Nashetania... cierto. Así que esa chica también fue elegida, ¿eh?"

La chica todavía no intentó bajar su arma, aunque Adlet estaba seguro de haber
disipado cualquier idea de que él era un enemigo. Con su mirada fría lo siguió
mirando a su manera. Ella ni siquiera se le dirigió como alguien junto con quien iba
a luchar a partir de ahora en adelante.

"Dile esto a Nashetania y a los demás que conocerás."

"... ¿Qué?"

"Mi nombre es Fremy Speeddraw. Soy la santa de la pólvora".

La santa de la pólvora. No era una frase que Adlet hubiera escuchado. Los dioses
residían en todas las cosas y se regían por el destino de toda la creación. Sin
embargo, nunca había oído hablar de la pólvora, su dios, ni que existía un Santo de
la misma.

Pero él estaba más interesado en por qué pensaba que era importante decírselo a
los demás.

"No voy a viajar con ustedes. Así que permítanme luchar contra el Majin por mí
misma. Y como yo no quiero que todos sean un obstáculo para mí, no se metan en
mi camino".

"¿Qué estás diciendo?"

"¿Estás sordo? Yo te estoy diciendo que les digas a los demás que iremos por
caminos separados. Y tal como dije antes, no se metan en mi camino".
Adlet se quedó sin habla. ¿No fue precisamente porque se suponía que debían
combinar sus poderes porque había Seis Héroes? ¿Qué puede hacer posiblemente
sólo uno de ellos?

"Díles eso exactamente. Debe ser capaz de al menos hacer ese tipo de recado,
¿cierto?"

Después de decir eso, Fremy bajó su arma, se dio la vuelta y se echó a correr. Ella
era bastante rápida.

"Oy, espera!" A pesar de que él le dijo que esperara, no hubo razón para que lo
esperaría. Y antes de que él se diera cuenta, Fremy se había ido.

"¡Mierda!"

Adlet miró a sus alrededores. Vio al caballo que había montado viniendo hacia él y
sacó un cuchillo de su bolsillo de la camisa. A continuación, talló en la silla,
"Nashetania. Conocí a una de nuestras compañeras de las Seis Flores. Voy a
seguirla. No te preocupes por mí, y simplemente continua hacia el lugar
designado".

Después de hacer que el caballo corriera hacia el exterior de la aldea, Adlet miró en
la dirección donde Fremy se había ido.

"¡Espera! ¡¿A dónde vas Fremy?!" Él la llamó, pero no hubo respuesta. Aun así,
Adlet la siguió y corrió hacia el bosque.

Cualquier persona que corriera a través de un bosque dejaría pistas. Y si alguien


fuera a seguir las ramitas rotas y pisoteara las hojas dejadas entonces no debería
ser demasiado difícil rastrear a la persona que las hizo. Y así Adlet siguió corriendo
tras ella, escalando montañas y descendiendolas.

Pero las huellas de Fremy a menudo repentinamente se interrumpían. Parecía


como si estuviera corriendo mientras que se deshacía de sus pistas. Era la técnica
de ejecución de alguien acostumbrado a escapar.
"¿Qué pasa con esta chica?", Adlet murmuró mientras buscaba el área con un
telescopio. Vio la silueta débil de un ser humano en movimiento y corrió hacia esa
dirección.

Hubo momentos en los que pensaba que él sólo debía renunciar a su persecución y
volver. Además de que estaba preocupado por Nashetania, quien había dejado
atrás. Sin embargo, Adlet continuó siguiendo a Fremy. La intuición de su guerrero
estaba sonando y parecía que su mente estaba murmurándole, "Hay que seguirla."
Por alguna razón, él creía que ella absolutamente no debía estar sola.

Vio la espalda de Fremy mientras corría más en el bosque. Parecía que de alguna
manera la velocidad de Adlet era más rápido que la de ella. Y si eso fuera cierto,
entonces el tiempo que iba a atraparla se acercaba.

Y, por supuesto, después de perseguirla durante una hora, finalmente Adlet se puso
por delante de la joven.

"Es suficiente."

"... No puedo creerlo. Me alcanzaste".

Los dos se fulminaron con la mirada el uno hacia el otro, ya que ambos trabajaron
para recuperar el aliento. Entonces Fremy sacó su arma y apuntó el cañón hacia
Adlet.

"Ya te dije lo que debes decirles. No me sigas más".

"... ¿Qué quieres decir?"

"Si vienes en pos de mí más lejos voy a disparar."

Una ira hirviendo comenzó a brotar de la parte inferior del estómago de Adlet.
Incluso más que el hecho de que lo que decía era totalmente egoísta, él estaba
enojado de que había llegado al punto en el que iba a dispararle.
"Deja de joder idiota. ¿En qué piensas? Tú no puedes derrotar al Majin sola".

"Eres una molestia. Hazte a un lado."


"Claro que derrotaste a los Kyomas antes, pero el Majin es diferente.
Probablemente perderemos si los seis no combinamos nuestra fuerza y luchamos
juntos... ¿Eres una idiota que ni siquiera entiende eso?"

"Puedo luchar por mí misma. Puedo ganar por mí misma. Si necesitas la prueba, te
la voy a mostrar".

"¿Ah? ¿Qué piensas mostrarle a Adlet, el hombre más fuerte del mundo?"

Fremy puso su dedo en el gatillo y en respuesta Adlet dejó caer la caja de hierro en
la espalda y movió su mano sobre la empuñadura de su espada.

Durante un rato los dos se quedaron mirando el uno al otro. Por supuesto que no
parecía siquiera que Fremy destinara en realidad iniciar una pelea aquí. Sólo estaba
participando en una prueba de resistencia para ver quién retrocedería primero.

"Como mínimo, dime por qué. ¿Por qué quieres luchar sola? Debes decirnos eso a
todos nosotros".

"No puedo."

"¿Por Qué?"

Fremy se quedó en silencio.

"Di algo."

Ella no respondió.

"Te lo diré ahora de antemano, soy persistente. Hasta que no contestes, te seguiré
alrededor. Después de responder, yo todavía te seguiré a todas partes hasta que
digas a dónde vas. El hombre más fuerte del mundo es también el peor de los casos
cuando se trata de renunciar".

"Eres un hombre extraño. ¿Por qué podrías posiblemente ser el más fuerte del
mundo?"
"¿Por qué vas sola? ¿Por qué no te reúnes con las otras Flores? No voy a dejar de
hacer nada si no contestas".

Fremy mantuvo su mirada, pero sus dientes se estaban moliendo juntos y el dedo
que tenía en el gatillo estaba temblando. Eventualmente, sin embargo bajó la
mirada y en voz baja dijo: "Sin duda van a matarme si me encuentro con los otros."

Adlet se quedó sin habla. Sin embargo, a pesar de que no podía creer lo que había
dicho, podía ver que ella era bastante seria.

"Idiota. ¿No somos todos los mismos héroes de las Seis Flores? ¿Por qué habríamos
de matar a nuestro importante compañero?"

"Yo no quiero que me incluyas como uno de tus importantes compañeros o lo que
sea."

"¿Por Qué?"

La mirada de Fremy de repente creció fríamente. Era completamente diferente de


la luz que había estado dándole hasta entonces. Era una mirada que prometía que
estaba preparada para disparar.

"Si te digo la razón, entonces tú también trataras de matarme."

Adlet se detuvo un momento para pensar. Si presionaba más lejos se acabarían


matando unos a otros.

"Escoge. ¿Quieres que nos matemos unos a otros después de escuchar la razón o
quiere que nos matemos unos a otros sin escuchar la razón?"

"..."

"¿O es que quieres que sea todo tranquilo y dejes este lugar?"

Adlet volvió su espada a la vaina y cogió la caja de hierro del suelo. Mirando
aliviada, Fremy también bajó su arma.
"Lucharé contra el Majin sola. Has como desees. Pero si es posible, no quiero volver
a verte".

Fremy metió la pistola en la capa y le dio la espalda a Adlet.

¿Está realmente bien dejarla ir así? Se preguntó, antes de dar su propia respuesta.
No, definitivamente no está bien. Y con esa conclusión sin fundamento, Adlet se
movió y ferozmente se arrojó hacia Fremy.

En el instante en que ella se dio la vuelta Adlet arrojó una bolita de humo. Luego en
el humo le arrebató su bolso lejos.

"¿¡Qué estás haciendo!?"

"Dijiste que lo viera como me gustaría. Así que me permití hacer precisamente
eso."

"... Devuélveme las cosas."

Fremy de nuevo agarró su pistola, pero Adlet estaba agarrando la bolsa que le había
arrancado desde su pecho. Probablemente había balas o cartuchos para cargar la
pistola dentro. Incluso parecía que había un mapa y un poco de comida en el
interior.

"¿Estás jodiendo o simplemente eres un idiota?"

"No soy un idiota, ni estoy jodiendo tampoco. Ya he tomado una decisión. Te


acompañaré."

"... ¿Eh?"

"Ahora bien, si eso está arreglado, vamos a ir rápidamente." Él le dio a la chica sin
habla una mirada de reojo mientras la pasó.

"¿De qué estás hablando? ¡Devuélveme mis cosas!"


La expresión de Fremy cambió desde la confusión a la ira. Ella puso su dedo en el
gatillo.
"... Lo siento, pero si atacas voy a terminar huyendo con tu bolsa. Si eso ocurre,
sería un problema para ti".

"... ¿Quieres que te dispare?"

"O ¿quieres recuperar tus cosas y escapar? Debes saber antes de que no puedes
alcanzarme a lo lejos".

"¿Qué demonios estás pensando?"

Adlet se detuvo un momento para ordenar sus pensamientos. Luego, habló


lentamente en un tono admonitorio.

"No tengo idea de cuáles son tus circunstancias, pero pareces estar en una
situación difícil. En la soledad, vas hacia el territorio de los Lamentos de los
Demonios, el lugar donde el Majin y los Kyomas están esperando. Por otra parte
pareces pensar que vas a morir si te reúnes con las otras seis Flores. Por las normas
generales de la sociedad, parece como si estuvieras atrapada entre la espada y la
pared".

"¿Y?"

"No soy alguien que va a dejar a un compañero solo si está en una situación difícil.
El hombre más fuerte del mundo es amable. Así que, por eso he decidido
ayudarte".

"... ¿Estás bromeando? Si es así, te mataré."

"Deja de quejarte. Ahora date prisa y muévete", dijo Adlet, caminando junto a ella
e ignorando el hecho de que ella estaba dispuesta a dispararle.

"... No puedo creerlo. ¿Qué? ¿Qué tipo de? ... ¿Qué clase de hombre es éste?"

A pesar de que estaba agarrando su pelo en la frustración, al final parecía que ella
decidió venir. Y sin decir una palabra los dos caminaron por el centro de la selva.
Aunque su plan había sido simplemente moverse y dejar que las cosas siguieran su
curso, se preguntó si la situación actual estaba realmente bien. Había terminado
abandonando a Nashetania atrás. Y además no sabía cuándo Fremy en serio podría
tratar de matarlo.

Echó un vistazo atrás hacia Fremy. Su expresión había pasado de la confusión y


ahora estaba mostrando incluso miedo. Supongo que eso está bien. Estoy seguro
de que vamos a trabajar juntos.

"Hey, Fremy", dijo frente a Fremy mientras hablaba. "Aunque no sé tú situación, ya


que no hay más de seis héroes y tú eres uno de ellos, tengo la intención de
protegerte por el momento."

"Cállate y camina. Eres una molestia", ella escupió mientras se alejaba de su


mirada.

Capítulo Uno: Parte Seis.

"... Tengo hambre! Voy a comer tu carne... y beber tu sangre!"

Nashetania estaba luchando contra un Kyoma gigante que parecía un lobo. Aunque
imperfecto, el hecho de que podría producir cualquier forma de expresión humana
era la prueba de que se trataba de un poderoso Kyoma. Un poco de su sangre
goteaba desde su mejilla.

El Kyoma intentó levantar sus patas delanteras y aplastarla, pero ella lo interceptó y
contrarrestó causando que una cuchilla surgiera del suelo y se sumergiera a través
de su cuerpo.

Empalado por su cuchilla, el Kyoma gritó de dolor. Mientras lo hacía, Nashetania


limpió la sangre en su mejilla sobre su estoque. Su cuchilla luego se extendió y la
punta se metió en la boca del Kyoma.

Por reflejo, el Kyoma vomitó la sangre, ya que continuaba retorciéndose de dolor.

"SANGRE DE SANTA, no se puede comer... no puedo comer la sangre de la santa."

Los Kyomas se comían a los seres humanos. Sin embargo, los cuerpos de las santas
como Nashetania eran un veneno mortal para ellos.
"Y pensar que en un principio me daba miedo", Nashetania murmuró. Luego
produjo múltiples espadas en el aire que procedieron a rasgar al Kyoma en pedazos.

"Creo que hasta he conseguido acostumbrarme a luchar contra estos Kyoma."

El Kyoma como lobo, ahora destrozado en unas cuatro piezas, dejó de moverse.

Cuando la batalla había terminado, Nashetania encuestó a sus alrededores. El área


había caído de nuevo al silencio y no podía ver ningún Kyoma o Adlet en los
alrededores. Nashetania frunció el ceño en el desánimo. Ella encontró una silla
caída, sin embargo, con un mensaje para ella tallada en el cuero.

"Nashetania. Conocí a una de nuestras compañeras de las Seis Flores. Voy a


seguirla. No te preocupes por mí y simplemente continúa hacia el lugar designado".

"... ¿Qué es esto?"

Nashetania inclinó la cabeza hacia un lado en la confusión.

"Cuando dijo seguir, probablemente significaba que la chica estaba huyendo. Me


pregunto por qué ella estaba corriendo. ¿Quién en el mundo es este otro héroe?"

Mientras que ella se quejó, ella tomó otra mirada en el centro del pueblo, en busca
de algún artículo que Adlet pudiera haber dejado atrás. Pero durante su búsqueda,
un hombre musculoso vestido con una gran armadura negra estaba cabalgando en
la aldea en lo alto de un caballo negro.

Y cuando por fin consiguió un vistazo a su cara, Nashetania gritó: "Goldof!"

El hombre... Goldof desmontó de su caballo al lado de Nashetania y se dejó caer


sobre una rodilla. Luego se quitó el casco y la miró hacia la cara.

"Princesa, yo fui tarde al alcanzarte."

Goldof Aurora, se decía que es el hombre más fuerte entre los caballeros de Piena,
no parecía ser más joven que Nashetania en absoluto. Su armadura negra era
pesada y de construcción sólida. Además, su casco estaba formado con un par de
cuernos de carnero metálicos. En su mano derecha sostenía una gran lanza con el
mango atado a su muñeca por una cadena resistente. Con todo, se veía
exactamente como un veterano digno con muchos años de servicio militar en su
haber. Y aunque su expresión era severa, aún podían verse algunos rastros de la
juventud en su rostro.

"Viniste como se esperaba. Pensé que habías sido elegido" Nashetania le habló a
Goldof con una voz suave.

"Me siento honrado."

"Le estoy agradecida a la diosa del destino que te eligió. Contigo aquí no hay nada
que temer." Nashetania habló de una manera majestuosa, pero su tono era algo
rígido. Ella no tenía la misma relación relajada con Goldof que tenía con Adlet.

"Permítame arriesgar este cuerpo mío para protegerle, mi princesa. Sin lugar a
dudas, es mi intención matar al Majin y ver que se devuelve al reino de manera
segura".

Esas palabras le hicieron levantar una ceja.

"... Goldof."

"Sí."

"A partir de ahora tú y yo somos iguales. No me protejas a mí unilateralmente;


vamos a protegernos unos a otros".

"Pero la princesa, eres una mujer especial. Nada debe sucederle, incluso si la
posibilidad es remota".

"... Cierto. Lo sé. Tienes razón", dijo Nashetania, sacudiendo ligeramente la cabeza.
"Pero lo más importante, no hay problemas. Otro de las Seis Flores con el que
viajaba hasta hace poco tiempo se fue hacia alguna parte." Nashetania le mostró a
Goldof la silla de montar del caballo.
Leyó el mensaje y estiró el cuello hacia un lado.

"Yo realmente no entiendo lo que significa."


"Yo tampoco."

"¿Quién era su compañero que escribió esto?"

"El Sr. Adlet Maia. Probablemente has oído hablar de él, ¿eh?"

Cuando se enteró del nombre, la expresión de Goldof cambió. Lo más probable es


que también había oído todo sobre el torneo.

"No pongas esa cara. Él es una persona confiable".

"A pesar del hecho de que él te dejó, Princesa, ¿y se fue a alguna parte?"

Goldof le dirigió una mirada penetrante, como si fuera cauteloso acerca de confiar
en Adlet.

"Es por eso que vamos a buscarlo. Me pregunto en qué dirección se fue".

Goldof parecía reflexionar por un momento mientras miraba el mensaje de la silla


de montar. Pero él no estaba pensando en qué dirección Adlet había viajado. Más
bien, su expresión parecía indicar que estaba pensando en otra cosa.

"Adlet es probable que también se dirija hacia el territorio de los Lamentos de los
Demonios. Si se procede en esa dirección creo que vamos a ser capaces de unirnos
con él."

"Esa es probablemente la única opción. Aun así, estoy preocupado si él está bien".

Sin responder, Goldof tendió el caballo donde había llegado ante Nashetania. Ella lo
aceptó, echó la silla hacia atrás en la parte superior del caballo que Adlet había
utilizado para llegar allí y se subió encima.

Mientras cabalgaban sus caballos por la calle del pueblo, Nashetania dijo "Goldof.
Adlet es una buena persona. Claro que es bastante inusual y creo que en un primer
momento estés desconcertado por él. Pero si hablas con él, creo que después de un
tiempo se convertirán en amigos".
"... Claro."

"El mundo es enorme y me alegro de haber salido a recorrerlo. No hay manera de


que alguna vez hubiera conocido a una persona misteriosa como Adlet si yo
estuviera en el palacio".

"... Ya veo."

"Y una cosa más. Las burlas de él son muy divertidas." Nashetania sacó la lengua en
una sonrisa.

Sin embargo, Goldof parecía tener una mirada compleja en su rostro. Y pronto se
desvió la mirada y miró al suelo para que no la volviera a ver.

"Con el debido respeto de la princesa..."

"¿Qué es?"

"Mi princesa, sobre... Adlet." Goldof empezó a decir algo, pero luego vaciló y se
quedó en silencio por un largo tiempo.

Y con su cara mirando al suelo se quedó en silencio por un largo tiempo.

"¿Qué está mal? Estás siendo evasivo y siento como que has cambiado un poco en
el poco tiempo que hemos estado separados".

"Eso puede ser así. Le ruego me disculpe, princesa. Por favor, olvide lo que dije".

Nashetania ladeó la cabeza hacia un lado. Entonces ella juntó las manos y gritó:
"Eso es correcto. ¿Cuál es el trato con el asesino de las Seis Flores? ¿Te has
encontrado con alguna pista?"

En lo alto de su caballo, Goldof movió la cabeza de lado a lado.

"... Me da vergüenza decir que mi viaje no resultó en su muerte. Sin embargo, sí sé


su nombre, por lo que parece, y su poder".

"Has encontrado pistas después de todo. ¿Es la información correcta?"


"Sí. La información provino de alguien que luchó directamente con el asesino. Ellos
no parecen estar mintiendo".

"¿Qué clase de persona es este asesino de las Seis flores?"

Goldof habló con una poderosa voz gruesa. "El asesino de las Seis Flores es la santa
de la pólvora. Ella es una chica de pelo blanco que utiliza armas de fuego. Y su
nombre es Fremy".
Capítulo Dos: Parte Uno.

Adlet y Fremy continuaron hacia el territorio de los Lamentos de los Demonios. Seis
horas habían pasado desde que los dos se reunieron por primera vez en el pueblo y
el sol ya se había levantado muy alto en el cielo. Caminaban en silencio a lo largo de
un camino de montaña que sólo tenía las malas hierbas que crecían dispersas entre
las rocas y guijarros. Después de comprobar su ubicación en un mapa a la medida
de sus posibilidades, se imaginaron que tendrían que por fin ver el territorio
después de cruzar dos montañas más.

"Es un poco caliente, ¿eh?" Adlet le preguntó a Fremy quien caminaba delante de
él.

Sin embargo, no recibió respuesta.

"¿Sabes acerca de algo de esta área Fremy? Es especialmente cálido en estas


partes?"

Como era de esperar, ella no respondió.

"Nunca he oído hablar de la Santa de la pólvora. ¿Qué tipo de cosas puedes hacer?"

"..."

"Si es la Santa de la Pólvora ¿Significa eso que no llevas bombas? Yo estaría


encantado de darte algunas de las mías".

"..."

"Yo no sabía que un arma de fuego podría matar a los Kyomas. ¿Quién la hizo?"

Una y otra vez Adlet presentó a Fremy la oportunidad de tener una conversación
con la esperanza de que mejorara su relación aunque fuera un poco. Pero cada vez,
ella sólo respondió con un silencio similar a la piedra, y estaba empezando a
molestarlo. Su primera impresión fugaz sobre que se veía solitaria había
desaparecido. Ahora todo lo que veía era una chica descaradamente egoísta e
incomprensible.
"Responde algo. ¿Quién crees que soy?"
"Un sin vergüenza y temerario. Eres un hombre insensato ingobernable".

"Así que sólo vas a responder a eso..." Su respuesta lo sacó del estado de ánimo de
hablar y desde entonces él también decidió caminar en silencio.

Pensó en cómo probablemente le estaba yendo a Nashetania. Sería bueno si fuera


al territorio de los Lamentos de los Demonios, pero si estuviera quizá buscándolo,
su reunión terminaría retrasándose. Y él estaba preocupado por dejarla sola
después de todo.

"Si estás preocupado acerca de Nashetania entonces ¿por qué no vuelves?",


Preguntó Fremy, como si pudiera leer su mente.

"... No, no estoy preocupado por ella. Por lo menos no tanto como de ti".

Fremy resopló. "Yo no creía que Nashetania fuera elegida. Si tú y ella fueron
elegidos como héroes, entonces las actuales Seis Flores no tienen esperanza".

"Eso no es cierto. Claro, Nashetania es ingenua y carece de experiencia, pero es una


gran guerrera."

"Ella es arrogante, y carece tanto en habilidad y experiencia."

"A medida que soy el hombre más fuerte del mundo, todo el mundo carece de
habilidad frente a mí."

"Tonterías".

Fremy y Adlet cayeron de nuevo en silencio. Habían cruzado otra montaña, lo que
significa que después de la próxima iban a ver su destino.

Pero a medida que se acercaban a la cumbre de esa segunda montaña, de repente


Fremy dijo: "Tengo una petición." La frase repentina sorprendió a Adlet. "¿Podrías
estar de acuerdo?"

"... ¿Qué es?"


"En algún momento tú y yo nos mataremos los unos a otros. No me importa lo que
pienses, pero a pesar de todo sucederá".

"Eso no va a suceder", afirmó Adlet, pero Fremy negó con la cabeza.

"Por Favor. Cuando llegue el momento, no me tomes con calma. Incluso si eliges
matarme con tu espada, acaba conmigo rápidamente."

"¿Qué pasa con esa petición? El tipo de solicitud que me gustaría escuchar de ti es
si puedes luchar a mi lado".

"¿Pensaste que oirías ese tipo de solicitud de mí?"

"..."

"No puedo morir. No hasta que estas manos hayan derrotado al Majin".

Después de que Fremy dejado de hablar de nuevo. Incluso Adlet no se atrevía a


hablar más.

No puedo morir. Esas palabras contenían una fuerte determinación. Sin embargo,
por debajo de esas palabras Adlet también podría sentir una tristeza que no parecía
saber cómo expresar.

Los pensamientos de Adlet nuevamente se dirigieron a Nashetania. Cuando estaba


con ella el ambiente era brillante y alegre. Pero cuando estaba con Fremy su
corazón empezaba a doler, como si alguien le estuviera presionando hacia abajo en
el pecho.

"... Ese es el territorio de los Lamentos de los Demonios."

Los dos habían logrado finalmente llegar a la cima de la montaña. Y podrían ver un
gran espectáculo extendiéndose ante sus ojos.

Un bosque se extendía desde el pie de la montaña hasta el mar. Y un camino


estrecho y sinuoso atravesaba el centro de ese bosque. A lo lejos estaba el océano
oscuro y lo que se proyectaba hacia el exterior en sus aguas era la península Balca,
también conocida como el territorio de los Lamentos de los Demonios. Era donde el
Majin y los Kyomas yacían latentes.

Adlet señaló hacia la base de la península.

"Nuestro punto de encuentro es en donde el continente y la península se


conectan."

"Tú y los otros, quieres decir."

En realidad no podía ver toda la península desde la cumbre. La mayor parte de la


tierra se ocultaba por colinas escarpadas y escasamente salpicadas de bosques y
vegetación por todas partes. Curiosamente, toda la península también estaba
teñida de un rojo oscuro.

"Ese es un color increíble. Me pregunto si eso es la toxina del Majin".

El cuerpo del Majin libera una toxina única que llenaba todo el territorio de los
Lamentos de los Demonios. El resto de los seres vivos no se veían afectados por la
toxina, pero si lo que la tocaba era un ser humano, moriría en un día. Sólo había un
método para defenderse en contra de ella y era el ser elegido uno de los héroes de
las Seis Flores por la diosa de la suerte y recibir la protección divina.

Mientras existía la toxina, nadie excepto las Seis Flores sería capaz de acercarse. Sin
ella, sin embargo, ya no sería necesario que sólo seis personas atacaran.

"Así que, ¿ahora qué?", Preguntó Fremy. "Yo no quiero conocer a las otras flores."

Adlet señaló al pie de la montaña y dijo: "Tengo curiosidad por ese fuerte de allá."

Había una pequeña fortaleza donde estaba señalando. La mitad había sido
destruida, aparentemente por el fuego. Los dos entonces descendieron por la
montaña y llegaron delante de la estructura. Aunque el exterior estaba dañado,
todavía parecía haber personas en el interior.

Desconfiando de la zona, Fremy levantó la capucha y se cubrió la cresta en su mano


izquierda. Adlet encontró a un soldado sentado en una de las catapultas de la
fortaleza.
"Si las otras flores están en el interior, voy a correr."

"... Entendido."

Adlet asintió y habló con el soldado en el puesto de observación. "Discúlpeme!


Están los héroes de las Seis Flores dentro? "

"No, ellos vinieron hace dos días, pero ya han partido. ¿Quién es usted?"

Intercambió miradas con Fremy; por el momento no parecía que iba a ser un
problema para entrar.

"Soy Adlet Maia, uno de los héroes de las Seis Flores. Ella es... no te preocupes por
ella."

Estirando la cabeza hacia un lado, el soldado descendió desde el mirador y abrió la


puerta. Los dos entonces entraron en la fortaleza y Adlet mostró su cresta para
probar su identidad.

"Me alegra de que hayas venido, héroe de las Seis Flores. Tengo algo que decirle a
toda costa. ¿Podría pasar?"

"¿De qué se trata?"

"Es muy importante. Afectará sus próximas batallas".

Adlet lanzó una mirada fugaz hacia Fremy. Ella también parecía querer preguntar
acerca de la información del soldado.

"Por favor sígame. Ah, perdón por no presentarme antes. Mi nombre es Rowen
soldado de primera clase privada en el ejército de Gwinvale. Yo soy el actual
comandante de esta fortaleza".

"¿Comandante? ¿Usted?" Adlet preguntó sin pensar. En cuanto a la conducta del


hombre, Adlet entendió que era bastante fuerte, pero su rango era bajo y su equipo
era evidente.
"Todo el mundo está muerto. Mi comandante en jefe e incluso el general. Todos los
que quedamos somos yo y los oficiales subalternos. Pero hay algo que tenemos que
defender hasta que el último hombre quede en pie a toda costa".

Rowen comenzó a caminar y Fremy y Adlet lo siguieron en la fortaleza. Dentro, el


hedor de la muerte flotaba en el aire con muchos cadáveres humanos y algunos
Kyomas que permanecían dispersos. El daño dentro de la fortaleza era mucho
mayor que el daño de fuera.

"Está aquí."

En el centro de la pista había una pesada puerta de hierro, y la apertura reveló una
habitación subterránea. De alguna manera, parecía que toda la fortaleza se hizo
para proteger ese lugar.

Con Rowen a la cabeza, los dos viajaron a una gran profundidad, donde cinco
soldados estaban en una pequeña habitación. Un altar en una forma que Adlet
nunca había visto antes se situaba en el centro de la habitación.

"¿Es eso lo que dijiste que estabas protegiendo?," Adlet preguntó mientras
señalaba hacia el altar. Pero el soldado de primera clase Rowen negó con la cabeza.

"Esta es una réplica de lo que debemos proteger. Por favor, eche un vistazo a este
mapa".

Un mapa que mostraba el área alrededor del territorio de los Lamentos de los
Demonios se extendió a través de una mesa delante del altar.

"Gwinvale se ha preparado para la resurrección del Majin y de esos esfuerzos,


hemos ideado un método para ayudar a las Seis Flores. Eso es lo que estamos
protegiendo".

El soldado puso su dedo en el lado de los continentes del mapa.

"En la actualidad los Kyomas están invadiendo el continente en gran número para
atacar a las Seis Flores. Creo que ya ha luchado contra ellos antes. Si estos Kyomas
se dan cuenta de que han entrado en el territorio de los Lamentos de los
Demonios, entonces van a cambiar su curso y retorno. Su objetivo es eliminar por
completo a todos los héroes de las Seis Flores. Ellos no piensan en otra cosa".

"Ya veo."

"Por lo tanto, en absoluto secreto el rey de Gwinvale creó un método para bloquear
la entrada de la península después de que las Seis Flores hayan entrado en el
territorio de los Lamentos de los Demonios."

Después de decirlo, el soldado señaló la frontera entre el territorio y el continente.

"El rey pidió prestado los poderes de las Santas de la Niebla, Ilusion, y la Sal para
establecer una poderosa barrera que impide que los Kyomas vayan y vengan al
bosque. Se llama la Barrera Ilusoria de Niebla".

Un gran círculo fue dibujado en el mapa alrededor de las tierras de la entrada al


territorio de los Lamentos de los Demonios. Probablemente designaba el rango de
la barrera.

Los Kyomas no podían cruzar el océano. E incluso si trataban de navegar allí en un


barco, las costas del territorio estaban cubiertas por cantos rodados (Google los
espera), lo que significaba que no había lugares para que un barco llegara a tierra.
También había Kyomas que podían volar, pero eran sólo unos pocos. Si la barrera
podría ser erigida alrededor de la zona de ese círculo se mantendría una
considerable cantidad de Kyomas dentro del territorio de los Lamentos de los
Demonios.

"Ese es un plan increíble. Entonces, ¿de qué tipo de barrera estamos hablando?"

"Usted no será capaz de entrar, ni va a ser capaz de salir. Esas son las únicas cosas
que se pretenden hacer. Cuando se invoca, todo dentro de la barrera será envuelto
en la niebla. Si alguien trata de salir de ella sentirán una sensación de confusión
sobre su paradero y en poco tiempo van a dar marcha atrás. Por el contrario, si
alguien intenta entrar en la niebla desde el otro lado van a tener la misma
sensación y terminarán saliendo.

"No sabía que tal cosa se había hecho." Adlet le dio a Fremy una rápida mirada. Por
lo que él podía decir por su expresión, ella tampoco sabía nada de la barrera.
"La barrera aún no se ha activado. Después de confirmar que todos los Seis héroes
hayan entrado en el territorio, entonces vamos a activarlo."

"¿Cómo van a activarlo?"

"En este momento". Rowen señaló un punto en el mapa, era a una ligera distancia
de la fortaleza.

"Es un lugar sagrado ahí donde vamos a activarlo. El templo está rodeado por un
muro de protección construido por la santa de sal para protegerse del Kyoma.
Usted no tendrá que preocuparse por los Kyomas irrumpiendo".

Mientras escuchaba, Adlet no podía evitar sentir una gran admiración por la gente
que había formulado el plan. Fue realmente magnífico.

Continuando, Rowen señaló a la zona cerca de la entrada del territorio de los


Lamentos de los Demonios.

"Una de los seis héroes, Mora-sama, la santo de las Montañas está esperando aquí.
Cuando visitó esta fortaleza hace dos días le informamos sobre la barrera y
discutimos nuestro plan".

Una de los Seis Héroes estaba esperando. Esas palabras causaron que Fremy diera
una mueca de dolor ligeramente.

"¿Y luego?"

"Cuando los seis se hayan reunido, Mora lanzará alguna señal de humo como
estaba previsto. Cuando hayamos confirmado la señal nos dirigiremos hacia el
templo y activaremos la barrera. Si somos atacados por Kyomas antes de que todos
los héroes se hayan reunido, a continuación, vamos a crear una señal de humo de
aquí cuando parezca que vayamos a ser aniquilados".

"¿Por Qué?"

"Cuando lancemos la señal, le pediremos que uno de los héroes por favor se dirijan
al templo y active por sí mismo la barrera. Después de discutir con Mora, esa fue la
conclusión a la que llegamos".
"..."

Adlet se quedó en silencio. Por lo que había oído, la persona que activara la barrera
no sería capaz de entrar en el territorio de los Lamentos de los Demonios desde el
exterior. En otras palabras, uno de los seis tendría que retirarse del frente de
batalla. Aun así, la barrera todavía parecía tener valor, incluso si perdían a una de
las Flores en el proceso.

"En el templo hay un altar igual a éste. Por favor, eche un vistazo a esto".

Rowen le dio señas a Adlet y se paró frente a la réplica. Era un diseño simple con un
pedestal y una espada sagrada en el centro. A la izquierda había una losa de piedra
con la escritura santa en el lado derecho.

"La activación de la barrera es fácil. Simplemente empuje la espada estando de pie


en el pedestal y ponga su mano en la pizarra. Luego diga, 'Niebla ven'."

"Lo tengo. Lo recordaré, pero la activación de la barrera es su trabajo y de sus


soldados".

"Entendido. Vamos a llevar a cabo nuestros deberes, incluso si morimos".

Adlet le tendió la mano a la primera clase privada Rowen y con una sonrisa el
soldado aceptó su apretón de manos. Los dos se apoderaron firmemente de las
manos de cada uno.

Capítulo Dos: Parte Dos.

Adlet y Fremy abandonaron la fortaleza y continuaron hacia el territorio de los


Lamentos de los Demonios. Había alrededor de una distancia de tres horas hasta el
punto de encuentro donde Mora la Santa de las montañas estaba esperando.

"Estamos en problemas", dijo Adlet. Fremy había estado completamente en silencio


desde que había oído hablar de la barrera.
"Rowen dijo que Mora está esperando en la entrada al territorio. Y tal vez
Nashetania también se haya reunido con ella en el lugar. Por lo que parece difícil
que serás capaz de entrar en el territorio sin que se den cuenta".

"No me hables. Estoy pensando."

Adlet se encogió de hombros.

"Bueno, ¿por qué no nos reunimos por ahora? Después de eso podemos pensar en
qué hacer".

"Si eso es una broma, no me estoy riendo. Si me encuentro con las demás Flores
nos mataremos unos a otros".

Para Adlet, que no le parecía probable que sucediera. Sólo eran seis compañeros y
no importa lo que sucediera en el pasado, por el momento no deberían limpiar la
pizarra y unir sus fuerzas? (Básicamente dejar a un lado el pasado quiere decir) Para
Adlet no le importaba qué tipo de villano podrían haber sido. Con el fin de derrotar
al Majin, él planeaba aceptarlos como sus compañeros.

"Por supuesto que no voy a planear en ser asesinada sin luchar."

"No te preocupes. Si terminamos peleando entre sí, yo te protegeré".

No lo había dicho como una broma. Después de todo, él pensó que ya una vez le
había dicho que no bromeara. Sin embargo, la expresión de Fremy cambió
ligeramente.

"... Adlet... tú..."

Sentía que era la primera vez que lo llamó por su nombre.

"Eres una buena persona."

Su refrán le hizo avergonzarse y su rostro se volvió un poco rojo. Se preguntó si la


actitud de Fremy pasada se fue suavizando, pero el siguiente instante su mirada
parecía un escalofrío que había ido por su espina dorsal.
"No muestres bondad hacia mí. Vas a hacer que me den ganas de matarte".

Estaba a punto de preguntarle qué estaba diciendo, pero antes él sintió algo con
intención asesina detrás de ellos y la apartó.

Una hoja blanca surgió de la tierra donde Fremy había estado de pie. Adlet se dio la
vuelta y vio a Nashetania en el bosque.

"Adlet-san, aléjate de esa persona!"

Fremy se levantó y disparó su arma sin ninguna advertencia. Pero otra hoja surgió
desde el suelo y desvió la bala. A continuación, un caballero armado negro gigante
salió del bosque y fue a un costado de Fremy. Sin embargo Adlet se situó en el
camino del caballero y desvió la lanza con su espada.

"Espera, ¡deténganse! No la ataquen!" Adlet gritó, pero Nashetania y el caballero


gigante no estuvieron escuchando.

"Dije que den un paso al costado. ¿No pueden oírme?"

"¿Qué demonios estás haciendo?" Nashetania gritó cuando ella se unió al ataque.

Fremy apuntó su arma a Nashetania mientras esquivaba otra de las cuchillas de


Nashetania que salían de la tierra. Mientras tanto Adlet detuvo al caballero
tratando de atacar a Fremy desde atrás.

"¿Qué es tan sorprendente? Yo dije que si nos reuníamos nos mataríamos entre sí",
dijo Fremy con desdén.

Adlet había entendido eso, pero también había pensado que tendría más tiempo
para hablar sobre eso.

"Usted está en el camino, Adlet."

El caballero gigante giró el mango de su lanza hacia Adlet. ¿Por qué sabe mi
nombre? Adlet pensó, pero no tenía el tiempo para pensar en ello. Se reunió con el
golpe del caballero con la espada y ambas armas fueron eliminadas hacia atrás
desde el impacto. Pero, mientras eran arrojadas hacia atrás, Adlet arrojó la arena
que estaba sosteniendo hacia los ojos del caballero.

Si viera o no eso como una oportunidad, en ese momento Fremy apuntó su arma
hacia el caballero gigante. Pero Adlet arrojó una piedra a ella con su espada,
golpeándola en el cuello.

Los cuatro se movieron frenéticamente - Nashetania y el caballero con Fremy como


el objetivo y Fremy implacablemente contraatacaba. Todo el tiempo Adlet detenía
desesperadamente todos sus ataques.

Creciendo impacientemente, Nashetania gritó: "Adlet-san, ¿por qué estás


interfiriendo?"

Adlet gritó aún más fuerte, "Todo el mundo deténgase! Ella no es el enemigo. Ella
es una de las seis flores!"

"¿Eh? ¿De qué estás hablando?"

Fremy y Nashetania se detuvieron. Entonces el caballero cambió de posición y se


encontraba en frente de Nashetania, como para protegerla. Adlet se empujó a sí
mismo directamente en el medio de los tres.

"Miren su mano izquierda. Ella es una héroe de las Seis Flores, no un enemigo".

Nashetania y el caballero gigante miraron a Fremy, y luego jadearon cuando


notaron la cresta en su mano. Pero ambos no hicieron un intento por bajar sus
armas.

"¿Qué... qué es esto, Goldof?" Nashetania le preguntó al caballero gigante... Goldof.

"No lo entiendo. Claramente me dijeron que Fremy es de hecho el enemigo",


Goldof respondió mientras señalaba la punta de su lanza hacia Fremy.

"Hey, el gigante de allá. ¿Estás poniendo las ideas en tu cabeza? ¿Qué crees que
estás haciendo?", Preguntó Adlet.

Goldof no respondió, sin embargo, él sólo miró a Adlet.


"... Eres Adlet, ¿el que escuché que se fue a hacer algo y dejó atrás a la princesa?"

"Y tú eres el tipo que ha estado enojado por un buen rato. Responde a mi maldita
pregunta".

Adlet y Goldof continuaron mirándose el uno al otro, pero pronto Nashetania calmó
al caballero por la espalda. Y para suavizar la situación, Adlet habló
deliberadamente lenta y silenciosamente.

"En primer lugar, voy a preguntarte, Nashetania. ¿Por qué estás atacando a Fremy?
Ella es nuestra compañera".

"Te equivocas, Adlet-san. Por favor, aléjate de esa chica".

"Por Favor. Responde a mi pregunta. Todavía no entiendo por qué".

"... Adlet-san. Puede que te resulte difícil de creer, pero esa chica es la criminal
asesina de las Seis Flores".

Adlet miró la cara de Fremy. Ella no se inmutó; ella se quedó preparada para usar su
arma, mirando a Nashetania

"¿Asesina de las Seis Flores? ¿De qué estás hablando?"

"Es una información creíble que Goldof encontró." Goldof asintió claramente en
respuesta a las palabras de Nashetania.

"... Fremy."

Adlet miró la cara de Fremy. Es probablemente una mentira, pensó. Pero Fremy
respondió como si fuera extremadamente obvio.

"Tienen razón."

"... ¿Qué?... ¿Qué estás diciendo?"


"Te lo dije antes. Si te dijera por qué los otros me iban a matar, entonces tú y yo
terminaríamos matándonos unos con otros." La parte frontal de la pistola de Fremy
pasó de señalar a Nashetania hacia Adlet.

"Es una mentira, ¿verdad?"

"Es la verdad. He matado a Matola Wichita, Foudelka Holly, Asley Alan, y un número
de otros guerreros que poseían la fuerza para ser elegidos como Héroes de las Seis
Flores. Incluso Goldof allá y Nashetania fueron listados como candidatos para la
eliminación. Pero tú no estabas en la lista".

Adlet recordó una vez que habló con Nashetania.

"Leura también... ¿Tú también mataste a la santa del sol?"

Fremy parecía un poco confundida.

"¿La Santa del Sol? ¿Leura? ... Yo no sé nada de eso. A pesar de que era una
candidata para la eliminación".

"Eso es irrelevante, Sr. Adlet. Ella es peligrosa. Por favor, ven", dijo Nashetania, pero
Adlet no apartó la mirada de Fremy.

"¿Por Qué? ¿Por qué matar a los candidatos de las Seis Flores?"

"¿No hay una sola respuesta? Con el fin de reactivar al Majin. Si mato a todos los
guerreros fuertes entonces todos los que fueran elegidos serían peces pequeños",
ella respondió.

Adlet no sabía cómo responder, pero luego Goldof dijo furiosamente: "Así que
¿entiendes ahora? Esa chica... Fremy es el enemigo".

Nashetania y Goldof se separaron hacia la izquierda y derecha. Ellos estaban


empezando a acercarse para coger a Fremy entre ellos. Adlet sin embargo, no se
podía mover. El criminal asesino de las Seis Flores también era uno de los héroes
que llevaban la cresta de las Seis Flores. Si ambos eran hechos evidentes, se
preguntaba que debía creer.
Entonces las palabras de Fremy aparecieron en su cabeza.

"... ¡No!" Adlet gritó, saliendo en defensa de Fremy.

"Adlet-san, ¿por qué?"

Adlet estaba realmente preocupado si era tan bueno como para detenerlos, pero
Fremy había dicho que no iba a morir hasta que ella matara al Majin. Y creyó que
esas palabras no eran una mentira.

"Escuchen Nashetania, Goldof. Escuchen bien. Los héroes de las Seis Flores no
fueron elegidos simplemente basados en nuestra fuerza. La voluntad de derrotar al
Majin a toda costa también se evalúa. No importa lo fuerte que sea una persona,
los que tratan de ser un aliado para no matar al Majin no puede ser elegido como
uno de los seis".

"Pero ella..."

"Fremy... estás pensando en la resurrección del Majin, ¿verdad?"

Fremy asintió.

"Y hay alguna razón que quieras para luchar contra el Majin resucitado."

"... Así es."

Adlet miró en dirección a Nashetania y abrió los brazos de par en par.

"¿Entiendes Nashetania? Ella es sin duda la asesina de las Seis Flores. Pero las
circunstancias han cambiado".

"¿Realmente crees eso?"

"Yo confío en ella. Y entiendo esto: su deseo de matar al Majin es genuino. Aunque
antes ella era un enemigo, ahora ella es sin duda un aliado".

"... Pero..."
"Si quieres luchar más estaré tomando el lado de Fremy."

Nashetania consideró la situación por un momento. Mientras lo hacía, Goldof dijo,


"Si me permite el atrevimiento de preguntar princesa, es este Adlet realmente un
personaje confiable?"

"Tú eres el tipo quien me estaba atacando hace un rato. ¿Cuál era la idea?"

"Estoy aquí para proteger a la princesa. Cualquier persona que exponga a la


princesa al peligro es un enemigo".

"Ya veo. Pero por ahora Nashetania puedo pedirte que quites tus cuchillas?"

"¡Adlet, dirígete a ella como la Princesa!" Goldof lo dijo mientras expresó


abiertamente su ira.

"¿Cómo es que el combate entre ustedes dos va a ayudar en algo? Entiendo Adlet-
san. Ya que insistes, supongo que no se puede evitar. Goldof, vamos a hacer como
dice Adlet en esta situación", Nashetania luego envainó su espada.

De mala gana Goldof también bajó la guardia. Adlet dio un suspiro de alivio.

"Pero... por favor ten cuidado", continuó Nashetania. "Eres muy ingenuo."

"Está bien. Soy el hombre más fuerte del mundo, después de todo. No me dejaré
engañar".

"Me siento muy incómoda con esto", respondió Nashetania.

Adlet miró hacia Fremy. "Tu preocupación sobre que te maten ha desaparecido por
ahora, bajar tu arma también."

"Sólo por ahora", dijo Fremy, bajando su arma y almacenándola de nuevo en su


cintura.

"Fremy-san. Te diré esto ahora: aunque yo no confío en ti, yo confío en Adlet-san".

"Eres una chica ingenua para ser capaz de confiar en un tipo como este."
Aunque ambas Nashetania y Fremy habían bajado sus armas, el aire era aún volátil
entre ellas. Al mismo tiempo Goldof miró a Adlet con los ojos llenos de animosidad.

La situación hizo que Adlet se pusiera muy nervioso hasta el punto en que se
preguntó si los Héroes de las Seis Flores siquiera serían capaces de luchar contra el
Majin.

Capítulo Dos: Parte Tres.

Por el momento, los cuatro decidieron dirigirse hacia donde Mora estaba
esperando. Y puesto que Fremy había acordado viajar con ellos, Adlet devolvió las
bolsas que había tomado de ella. Se movían a lo largo de un camino forestal;
Nashetania y Goldof caminaban muy juntos, Adlet un poco separado de ellos, y
Fremy aún más a medida que deliberadamente había colocado una gran distancia
entre ella y los demás. Era como si sus posiciones reflejaran las diferencias entre los
corazones de cada uno.

"Hey Fremy."

"¿Qué?"

"Desde que te ayudé allí, ¿no crees que me puedas decir al menos algunas palabras
de gratitud?"

"No hay razón para darte las gracias."

Adlet se encogió de hombros ante las palabras frías de Fremy. Entonces Nashetania
bajó la voz para que no se escuchara. "... Adlet-san."

"¿Qué pasa?" Le preguntó Adlet a su espalda, pero ella sólo respondió con una
mirada fría. "Lo siento por dejarte, pero no podía hacerse nada. Pensé que sería
malo si Fremy escapara".

Sólo lo miró fríamente aún más. Adlet se encogió de hombros otra vez.

"Fue sólo medio día. Pero parece como si tú y ella hubieran congeniado bastante
bien".
"¿Qué pasa contigo hablando así?" Nashetania colocó una mano en su boca. Había
una sonrisa pícara en su rostro, pero lo que era diferente en ella ahora a diferencia
de antes eran sus ojos. Estaban llenos de una auténtica mala voluntad.

"Cualquiera que sea la razón que estás dando la cara por ella, ¿es realmente una
situación en la que sólo se puede decir: 'Ya veo' ¿y eso es todo? Bueno, Fremy-san
es sin duda muy bonita. Estoy celosa."

"... Oy!"

"Bien, bien lo sé. Probablemente todos los hombres en el mundo les encanta el tipo
de chica que hace que los hombres quieran protegerlas, ¿eh?"

"Sobre eso Nashetania..."

"Sí, sí. Sólo tienes que ir a hacerlo en algún lugar. Hmph." Después de esas palabras
bien sarcásticas se distanció de Adlet.

"... ¿Es realmente una princesa?"

"Me preguntan eso mucho, pero sí lo soy." Nashetania miró hacia otro lado.

¿Qué pasa con ella?

El aire flotando entre ellos era pesado. Fremy estaba ignorando deliberadamente a
todos por completo, y Goldof estaba mirando a Adlet como si estuviera enojado
con él al estar hablando con Nashetania. Así Adlet se preguntó si este tipo de
estado de ánimo continuaría todo el camino hasta que llegaran al lugar donde esa
persona Mora estaba esperando, lo que sólo le hizo sentir triste.

Pero ¿por qué exactamente Goldof me está mirando? Adlet se acercó a su lado y
trató de hablar con él. "Con toda la conmoción antes no nos introducimos incluso
adecuadamente por nosotros mismos, pero espero que a partir de ahora vayamos a
trabajar bien juntos. Soy el hombre más fuerte del mundo, Adlet Maia."

"Ah." El tono de Goldof estaba claramente lleno de malicia.

"La asesina de las Seis Flores, Fremy. Estabas persiguiéndola, ¿verdad?"


"Está bien."

"Entiendo que no te sientas satisfecho con la situación, pero aguanta todo por
ahora. Por lo menos entiende las circunstancias en las que estamos".

"¿Qué estás diciendo? Yo sólo sigo órdenes de la princesa".

Extraño. No parecía como si estuviera enojado con Fremy. Y si no, ¿por qué este
tipo me odia?

"¿Hice algo mal en el torneo? ¿Terminé perjudicándote? ¿Crees que debo pedir
disculpas por algo?"

"En realidad no, no tienes que pedir disculpas."

Ninguna de esas sugerencias parecía ser la razón. Entonces, ¿cuál fue la causa?
Mientras reflexionaba sobre las posibilidades, Goldof decidió hablar con él en un
susurro tan bajo que Nashetania no los oyera hablar.

"... Adlet. ¿Cómo puedes ganar tanta confianza de la princesa?"

Todo hizo clic una vez que Adlet oyó esas palabras. Luego miró hacia atrás y
adelante entre Nashetania y Goldof comparando sus rostros.

"¿Por qué? ¿Estás preocupado por mí y ella convirtiéndonos en amigos?"

"Pr... preocuparse? Yo no estoy..."

"Relájate. No es lo que estás pensando. Si te preocupas por cosas triviales, ella se


burlará de ti."

"... Uh, ¿qué estás diciendo? No seas un idiota."

Era un tipo muy simple. Parecía que el hecho de que él y Nashetania se fueron
convirtiendo en amigos era el único hecho con el que no estaba contento. Aunque
uno no podía decirlo por su apariencia, él todavía estaba en algún lugar alrededor
de los 16 años de edad. Dentro de su cabeza era probablemente todavía un niño.
"Has todo lo posible para proteger a la princesa. En el camino me dijo un montón
de cosas, pero parece que ella realmente depende de ti. Tú eres el único que puede
protegerla", le dijo Adlet.

"Naturalmente, sólo yo puedo hacerlo."

Aunque Adlet le había dicho las palabras como un cumplido halagador, la expresión
de Goldof parecía sugerir que no estaba del todo satisfecho. Era fácil de tratar. Y en
ese sentido era muy diferente de Nashetania y Fremy.

"... Pero el enemigo no está llegando," Goldof murmuró.

Esa es toda la razón, pensó Adlet.

Las cosas eran todavía demasiado tranquilas. ¿Por qué seguían teniendo estas
conversaciones sin sentido a pesar de estar tan cerca del territorio de los Lamentos
de los Demonios donde estaban los Kyoma? Y ese hecho parecía que las cosas se
volvían gradualmente más y más ominosas.

En ese momento, Fremy quien había estado caminando en total silencio, dijo,
"curioso".

Los tres se giraron para ver a Fremy mirando hacia el cielo detrás de ella.

"Kyomas volando han estado dando vueltas el cielo detrás de nosotros desde hace
algún tiempo."

Adlet sacó el telescopio del bolsillo del pecho y miró en la dirección que Fremy
indicó. Efectivamente había una serie de criaturas de pájaro dando vueltas
alrededor.

"Hay sólo unos pocos de ellos por lo que es probable que no sean nada de qué
preocuparse", dijo Nashetania.

"Si no recuerdo mal, ese lugar allí es..." Adlet midió la distancia entre ellos y los
Kyoma por ojo y lo comparó con su mapa mental de la zona. "Esto es malo. Ahí es
donde se encuentra el templo de la Barrera Ilusoria de la Niebla".
La tensión se precipitó sobre los cuatro. El soldado de primera clase Rowen había
dicho que una vez dentro de la barrera los Kyoma no serían capaces de acercarse a
los Héroes. Aun así, la situación seguía siendo que fueran afectados. Adlet miró a
Fremy. "¿Puedes disparar desde aquí?"

"Eso sería difícil. Tendría que estar un poco más cerca".

"... Ellos lanzaron algo," murmuró Goldof.

Los Kyomas parecían estar escupiendo algo fuera de sus bocas. Y un instante
después un rugido estruendoso acompañado de humo estalló en el cielo.

"Adlet-san. Que cosa en el mundo fue eso?" preguntó Nashetania.

"Bombas... Los Kyomas están tirando bombas sobre el templo."

"¿Bombas? No seas ridículo."

Adlet estaba tan sorprendido como ella. Sabía que había Kyomas inteligentes, pero
nunca había considerado la posibilidad de que uno de ellos tenía la habilidad y los
materiales para fabricar explosivos.

Nashetania miró a Fremy y le preguntó: "Tú eres la Santa de la pólvora. ¿Podría ser
que esto lo estás haciendo?"

"No sé nada sobre esto."

"¡En cualquier caso, vamos!"

Los cuatro fueron de nuevo en el camino y llegaron. El templo estaba a unos quince
minutos si corrían a toda velocidad. Pero después de correr durante unos cinco
minutos ellos vieron una línea de Kyomas bloqueando su camino. Ellos no habían
visto a ningún Kyoma antes cuando habían pasado por esta zona, por lo que,
obviamente, los Kyomas fueron previstos para mantenerlos en el bosque.

"¡Vamos a romper a través de ellos! ¡Goldof!"


En respuesta a su voz, Goldof se agachó, lo que hizo que su cuerpo se hiciera lo más
pequeño posible. Entonces como una bala gigante, cargó contra uno de los Kyoma.
Adicionando un movimiento de torsión de su lanza, puso todo su peso en el arma y
la metió en la cabeza de un Kyoma que se parecía a un oso, pero tenía la cabeza de
un insecto. El Kyoma probablemente pesaba diez veces más que Goldof, sin
embargo, se abrió diez metros hacia atrás por el golpe.

Goldof trató de lanzarse a la apertura que había creado en la línea, pero un Kyoma
a un lado en forma de tigre-gritó: "¡Ha-Llegado. Vam... por ellos!" Aunque las
palabras eran difíciles de distinguir, eran sin duda habla humana.

Los Kyomas alineados se abalanzaron simultáneamente hacia Goldof, quien


lideraba el ataque.

Eres demasiado impaciente. Adlet pensó cuando el Kyoma tigre les dio señas a los
demás para rodearlos por todos los lados. Estos Kyomas eran completamente
diferentes de los que simplemente podrían ser enfrentados de frente. Si ellos
entendían el lenguaje humano entonces tendrían la inteligencia para establecer
una táctica que los flanqueara. Debían de haber vivido durante un tiempo
considerablemente largo.

Goldof forjó su camino a través de los Kyomas que estaban atacando desde todos
los lados y Nashetania, al tiempo que protegía su espalda, dio los golpes finales a
los Kyomas quienes habían sido derribados. Adlet y Fremy también estaban siendo
atacados desde todos los lados, causando que Adlet tirara abajo la caja de hierro en
la espalda y luchara.

La batalla se convirtió en una reyerta agitada, impidiendo que algunos de los héroes
salieran del círculo de Kyomas y haciendo su camino hacia el templo.

"Adlet-san. Por favor dirígete al templo. Nos encargaremos de esto", Nashetania


dijo mientras que bloqueó un ataque de un Kyoma en forma de lobo.

"Ah, cierto. Supongo que sacarnos de una situación difícil es mi papel después de
todo. Hey Fremy, Goldof, miren de cerca. Yo soy el hombre más fuerte del mundo."

"Basta ya de eso. Sólo date prisa!"


No estaba realmente jodiendo, de hecho en realidad estaba pensando en una
manera de salir de su situación mientras hablaba.

"Nashetania, Goldof, Fremy! Ataquen en la dirección del templo con todo lo que
tengan".

Nashetania y Goldof asintieron. Y aunque Fremy no mostró ningún cambio en su


expresión, parecía como si, al menos, había reconocido su mando.

Goldof metió la lanza y golpeó de nuevo a un Kyoma. Entonces Nashetania convocó


una espada para empalar al Kyoma detrás de él. Y Fremy derribó a otro Kyoma que
estaba delante de Adlet.

"Perfecto."

Adlet esquivó una de las cuchillas convocadas de Nashetania y lanzó un dardo


envenenado en el último Kyoma que vino a atacarlo. Como el dardo deshabilitó al
Kyoma, Adlet escapó del círculo y se empujó hacia el templo.

"Nosotros contamos contigo."

"¡Déjamelo a mí!"

Desde que Nashetania y los otros sostenían a sus perseguidores en la bahía, Adlet
no necesitaba emitir órdenes adicionales. No sólo estaban allí sin Kyomas
persiguiéndole, pero tampoco parecía que estuvieran planeando una emboscada.

Después de correr con toda su fuerza durante unos diez minutos, el sonido de la
batalla se calmó. Y en poco tiempo el bosque se abrió y reveló un templo.

"Ya está."

Adlet se detuvo y examinó el templo. Parecía que los Kyomas que habían
bombardeado el templo ya habían sido neutralizados. Sin embargo, el olor de la
pólvora todavía se mantenía fuerte.
El templo era inesperadamente pequeño, aproximadamente del tamaño de una
casa común. Pero el muro de piedra alrededor de él estaba sorprendentemente
bien construido.

Todo el edificio estaba rodeado por unas 20 columnas blancas. Probablemente eran
la defensa construida por la Santa de sal para alejar a los Kyomas. Fuera del
perímetro había una multitud de huellas de diferentes tipos de Kyomas, pero
dentro del área delimitada por los pilares no había ni siquiera una. No parecía como
si algún Kyoma pudiera ir más allá de esos pilares de sal.

Partes de los pilares estaban desconchadas fuera por los bombardeos y había
marcas de quemaduras en el templo, pero no parecía como que alguna de las
bombas hubiera sido un golpe crítico.

Probablemente no hubo ninguna víctima, pensó cuando se enteró de que una


mujer había caído al lado de uno de los pilares de sal.

"Hey, ¿qué pasa?"

Adlet corrió. La mujer llevaba un traje de sacerdote Shinto y su espalda estaba


quemada terriblemente.

"Aguanta ahí, yo te ayudaré." Dijo Adlet, sentándola en sus brazos. "¡No te


preocupes! ¡Tus heridas no son profundas!" Dijo mientras buscaba una de sus
bolsas para medicina.

"Ráp-ido", dijo la mujer, apuntando a la sien.

"¡Está bien ahora! No te muevas."

"Rápidamente... date prisa, no lo logrará.... por favor, todo..."

Adlet apretó los dientes. Sin la medicina era poco lo que podía hacer por ella. Ojalá
hubiera traído la caja de hierro. Contenía vendas y gasas para las quemaduras.

"Estoy bien... a pesar de que las cosas se ven mal... Yo soy una santa."

"No te mueras."
Adlet bajó suavemente su cabeza en el suelo, luego fue más allá de los pilares de sal
y se paró delante del templo.

La puerta del templo estaba cerrada con un fuerte bloqueo. Adlet insertó su espada
en el ojo de la cerradura y trató de arrancarlo por la fuerza, pero la cerradura no se
movió.

"Mierda, nadie dijo que estaba cerrada con llave. Tú allí" Adlet le gritó a la mujer.
"¡La llave!"

La mujer negó con la cabeza. Adlet luego sacó un explosivo adhesivo de uno de sus
bolsillos, lo montó a la cerradura y lo encendió.

Con una explosión voló la cerradura. Y justo después, dos soldados aparecieron
desde el interior. Vestidos de pies a cabeza en armaduras con espadas que salían de
todas partes de sus cuerpos, los dos se enfrentaron hacia Adlet.

"¿Qué es esto?"

Los soldados vinieron hacia él en línea recta, pero ellos no se movían muy
rápidamente. No le hacía falta ir tan lejos como para utilizar una de sus armas
secretas; acabó golpeándoles la cabeza con la empuñadura de su espada. Pero a
medida que sus cascos cayeron, Adlet vio que no tenían cabezas.

"¿Qué demonios?"

Trató de preguntarle a la mujer Sacerdote sintoísta ataviada sobre lo que estaba


pasando, pero en ese momento una risa estridente llenaba el aire.

"Akyakyakyakya," La mujer caída rió mientras su cuerpo fue retorcido y sin esfuerzo
se inclinó hacia él. Un cuerno brotó de su frente y su rostro se transformó en el de
un mono horrible.

Adlet sabía lo que era. Ella era una Kyoma que cambiaba de forma. Su maestro le
había dicho que si bien había sólo unos pocos Kyomas que podrían transformarse
en seres humanos o animales, que efectivamente existían.

"¡Tú!"
El Kyoma que cambió de forma inmediatamente se escapó. Empezó a correr tras
ella, pero pronto se detuvo. Investigar el estado del templo era su máxima
prioridad. Pero cuando de nuevo se dirigió hacia el templo, una sensación de temor
de repente se precipitó sobre él.

"¿Que...?"

Como si todo su cuerpo hubiera dejado caerse en agua helada, el aire a la vez se
hizo más frío.

Luego, lentamente, una niebla se levantó del suelo. En primer lugar, se levantó de
sus pies hasta el pecho, y luego subió hasta la cabeza y en un abrir y cerrar de ojos
se había cubierto por completo todo.

Adlet recordó las palabras del Primera Clase privado Rowen: Después de que la
barrera se active todo el bosque será envuelto en la niebla.

Todo el cuerpo de Adlet comenzó a temblar. No era tanto que su mente hubiera
presentido el peligro, ya que era su cuerpo el que lo sentía.

Después de que se active la barrera nadie será capaz de entrar más en el interior.

Adlet entró en el pequeño templo y miró el altar montado en el centro de la


estructura.

Y los que están dentro no serán capaces de salir. Tendría el mismo efecto en los
seres humanos y Kyomas.

Rowen había dicho que si alguien pone su mano sobre la losa de piedra que
contiene el poder de dios y colocaba la espada atesorada en el pedestal entonces la
barrera se activaría.

Y Adlet estaba mirando directamente a la espada colocada en ese pedestal.

"... No lo creo", Adlet murmuró. "¿Quién fue? ¿Quién activó la barrera?"


Adlet salió corriendo del templo y se echó a correr por la zona de gritos. Luego
sonó la flauta que atraía a los Kyomas y luego miró por encima de la zona con su
telescopio.

"¡Adlet-san!"

Después de un tiempo Nashetania apareció, su cara estaba roja y su expresión era


una de endurecimiento mientras corría hacia Adlet. Goldof y Fremy llegaron poco
después.

"¿Qué pasó? ¿¡Por qué se activó la barrera!?" Gritó. Era la primera vez que la había
oído enojada.

Atónito, Adlet respondió: "... No, no fui yo. Alguien activó la barrera y luego se
desvaneció en un instante".

"Eso es una mentira."

"No estoy mintiendo. En un instante, en realidad desaparecieron en un instante".

Los labios de Nashetania temblaban y Goldof lo miraba con una mirada con los ojos
abiertos. Incluso Fremy estaba en una pérdida para las palabras.

Esto no puede estar pasando. ¿Estaban atrapados?

"En cualquier caso, todo el mundo venga al interior." Dijo Adlet y los cuatro se
precipitaron en el templo.

Capítulo Dos: Parte Cuatro.

Nashetania se quedó mirando completamente desconcertada a la espada en el


pedestal. Luego trató de colocar su mano sobre la espada, y después de eso volvió
a comprobar la hoja y el pedestal.

"Ha estado activa la barrera. No me lo puedo creer. ¿Quién hizo esto?", Dijo
Nashetania, obligando a las palabras que salieran de sus labios.
"Lo siento, pero no tengo ni idea de lo que pasó", dijo Adlet, sacudiendo la cabeza.

"En cualquier caso tenemos que acabar con la barrera", dijo Goldof. "Disculpe".
Luego se acercó al altar y quitó la espada. Sin embargo, no podían ver ningún
cambio en la niebla que envolvía sus alrededores.

"¿Fue inútil? Princesa, ¿sabe de algún método para acabar con la barrera?"

"Yo tampoco lo sé. Pero tiene que-"

"Dame eso por un segundo," Adlet interrumpió.

"¿Sabes algo?"

"Las Seis Flores anteriores habían creado una barrera similar. Debían de haber
cancelado la barrera de esta manera."

Adlet corrió la hoja sobre su mano, cortando la piel, y goteaba su sangre desde la
espada y sobre el pedestal.

"Barrera Disuélvete," Adlet anunció, pero no pasó nada.

Momento siguiente Nashetania agarró la espada. "¡Barrera Disuélvete! ¡Barrera


Disípate! ¡Detente! ¡Detén la niebla! Yo soy la dueña de la barrera".

Una tras otra trató de decir potenciales frases adecuadas, pero al final la barrera no
se desvaneció. Entonces, finalmente, como si estuviera cansada de esperar, ella
comenzó a golpear el pedestal y la losa con la empuñadura de su estoque,
agrietando la espada atesorada y rompiendo la losa.

"Cálmate Nashetania. No hay punto en ser imprudente", dijo Fremy por detrás en
una voz de corazón frío. "Rowen de la fortaleza debe estar cerca. Él debe estar en
movimiento debido a las explosiones".

"... Está bien. Lo siento." Nashetania miró avergonzada, pero luego ordenó "Goldof,
defiende el templo. Tú también Fremy".

Y entonces ella y Adlet salieron del templo y comenzaron a buscar a Rowen.


#

Buscaron durante unos 30 minutos, pero su búsqueda no produjo ningún resultado.


Así que se dirigieron de nuevo al templo. Rowen y sus soldados no habían llegado a
la zona, o ya habían sido asesinados.

"¿Qué debemos hacer? Con las cosas llendo así, Mora la Santa de quien habíamos
hablado será aislada".

"Más importante aún, no podemos salir de este lugar."

Los cuatro se enfrentaron unos a otros y discutieron maneras de salir de su difícil


situación, pero no había buenas ideas que aparecieran.

"¿Qué es todo este ruido?", Dijo alguien desde el frente del templo.

El grupo miró al ver a una chica que estaba de pie delante de la puerta rota del
templo. Ella tenía un aspecto extraño. Ella se veía de 13 o 14 años de edad, llevaba
un vestido de volantes a cuadros, y tenía un sombrero de payaso. Además, ella
tenía en la mano un trozo de hierba de cola de zorra verde y tenía una bolsa y
cantimplora de agua colgando en diagonal desde el hombro a través de su cuerpo.
Era como si ella hubiera perdido su camino en medio de tener un día de campo.

"Um, gigante de allá", la chica dijo mientras miraba a Goldof.

"Usted encontró al asesino de las Seis Flores, ¿eh? Y esa de allí es definitivamente la
Princesa-sama de Piena." Esta vez miró a Nashetania. Hablaba sin ninguna
ansiedad, como si no tuviera ni idea por completo sobre qué tipo de situación había
entrado. "Ustedes dos fueron elegidos como uno de las Seis Flores?"

"¿Quién eres tú?", Preguntó Adlet.

La chica sonrió y dijo: "Encantado de conocerte, persona con los cinturones


divertidos. Soy la santa de los pantanos, Chamo Rosso. Y Chamo ha sido elegida
como una de las Seis Flores." Luego levantó el dobladillo de su falda, mostrándoles
la cresta de las Seis Flores en el muslo.

"¿Un niño de esta manera?" Adlet murmuró.


Chamo Rosso, la santa de los pantanos. No había ni una persona quien se ganara la
vida fuera de la batalla quien no supiera su nombre. Incluso había oído que su
poder superaba el de Nashetania. Y no sólo era la guerrera más fuerte de la era
actual, sino que excluyendo a la santa de la sola flor, ella también era famosa como
la más poderosa guerrera de toda la historia. Sin embargo, aunque Adlet realmente
no sabía qué tipo de poder utilizaba, él nunca pensó que sería posiblemente una
niña.

"¿Quién eres?" Chamo le preguntó.

"¿Yo? Soy Adlet Maia, el hombre más fuerte del mundo. Al igual que ellos, yo
también fui elegido como uno de las Seis Flores".

"¿El más fuerte en el mundo? ¿No es Chamo?" La chica respondió.

"Parece que es popular decir eso, pero en realidad no lo son. La persona más fuerte
del mundo soy en realidad yo".

"No entiendo lo que estás diciendo." Chamo estiró el cuello hacia un lado.

En broma, dijo Adlet, "Tengo que pedir disculpas. Acabé teniendo el título del más
fuerte del mundo a distancia de ti. Bueno... siendo segundo en el mundo es
increíble aunque no lo parezca, por lo que debe ser contenido".

"Hoey," Chamo hizo un sonido extraño y se cruzó de brazos para pensar. Luego,
después de un momento, ella se llevó las manos y le dijo: "Ah, lo tengo. Esta
persona es un idiota".

"Es un poco extraño, pero es fiable. Ten la seguridad", dijo Nashetania, cortó su
conversación mientras permanecía de pie a un lado.

Fue entonces cuando Adlet se dio cuenta de Fremy quien estaba detrás de él. Hasta
entonces su rostro había estado blanco, pero ahora ella estaba palideciendo cada
vez más y sus labios estaban temblando ligeramente.

Chamo la miró y le dijo: "Cuánto tiempo sin verte, Fremy. ¿Por qué estás aquí?"
Adlet le iba a preguntar si se conocían entre sí, pero Fremy simplemente se encogió
de miedo.

"Bueno Fremy, hablaremos más tarde. Ahora, que cosa ha pasado aquí?"

Cuando Chamo hizo girar la cola de zorro en sus manos, una sonrisa extraña
apareció en su rostro.

Nashetania y Adlet se turnaron contándole a Chamo la secuencia de eventos que


los llevaron al templo. Chamo no se había detenido por la fortaleza donde estaba la
primera clase privada Rowen, además ella no parecía saber al menos un poco
acerca de la Barrera Ilusoria de la Niebla. Sin embargo, también dijo que no sabía lo
suficiente en que podría pensar en un método para levantar la barrera.

Mientras hablaban, a veces Adlet miraba a Fremy. Ella estaba tranquila y aún en pie
por la orilla del templo. Ni siquiera trató de tocar el tema de Chamo y su conexión.

"Hmm. Entiendo. Estamos en un pequeño problema".

¿Qué haremos? Adlet pensó.

"Bueno, eso está bien. Pero, por el momento, vamos a matar a Fremy?" Chamo dijo
como si fuera la cosa más natural del mundo. Y en reflejo Fremy sacó su pistola.

"¡Espera!" Adlet se lanzó rápidamente a sí mismo entre las dos.

Chamo lo miró con una mirada desconcertada. "¿Por qué estás interfiriendo?"

"Debería estar preguntándote lo que estás pensando. Te explicamos que Fremy es


nuestra compañera".

"Dices cosas extrañas. Ella es la Asesina de las Seis Flores. Ella también activó la
barrera".

Chamo tocó la hierba de cola de zorro con la boca, pero luego Nashetania agarró la
muñeca de Chamo.
"Espera Chamo-san. Cuando se activó la barrera Fremy estaba con nosotros. Ella no
pudo haberla activado".

"Ah, cierto. Pero esto no tiene que ver con eso, así que vamos a hacerlo".

"No."

Chamo miró a Nashetania con los ojos llenos de ira silenciosa. "¿Por qué estás
dándole órdenes a Chamo? ¿Eres una estupenda persona? ¿Alguna princesa o algo
del lugar?"

"Sí, eso es correcto."

"... Ahora que lo pienso, eso es correcto. Entonces, ¿qué debemos hacer al
respecto?" Con una sonrisa amarga, Chamo se encogió de hombros.

"Chamo, ¿sucedió algo contigo y Fremy?", Preguntó Adlet, pero el que contestó no
fue Chamo, sino Goldof quien había estado observando en silencio.

"Chamo luchó contra Fremy antes."

"¿Qué quieres decir?"

Tomando el relevo desde donde Goldof dejó, Chamo comenzó a hablar. "Fue hace
aproximadamente medio año. Fremy había estado apuntando su arma a Chamo. La
mascota de Chamo había protegido inmediatamente a Chamo, pero fue un ataque
cercano. Entonces Chamo y Fremy lucharon, pero Fremy terminó huyendo. Fue la
primera vez que Chamo no terminó con alguien a quien quería matar. Así que
Chamo estaba muy enojada." Una intención asesina parecía que emanaba de su
cuerpo.

"Durante todo este tiempo Chamo ha estado pensando que tiene que matar a
Fremy. Así que está bien matarla".

Adlet sacudió la cabeza y Nashetania no soltó la muñeca de Chamo. Una atmósfera


turbulenta se colgó dentro del templo.
"Chamo-san. Por favor, espera un momento. En primer lugar debemos hacer frente
a la disolución de la barrera", dijo Nashetania.

"Usted princesa y el gigante tendrán que manejar de alguna manera la barrera.


Mientras tanto, Chamo acabará con Fremy".

"Nashetania tiene razón, Chamo. Con los cinco de nosotros aquí significa que Mora
quien iba delante de nosotros está sola. Por ella, acabar con la barrera tiene
prioridad".

Adlet y Nashetania continuaron para tratar de persuadir a Chamo en refrenarse a sí


misma, pero luego otra voz vino de la entrada del templo. "No hay necesidad de
preocuparse por mí."

Todo el mundo miró en la dirección de la voz para ver a una mujer alta de pie en la
entrada. Parecía que estaba probablemente en sus mediados de los veinte años.
Sus ojos eran vibrantes y su comportamiento parecía grave. Su cabello negro fluía
por su espalda y llevaba un traje de sacerdote sintoísta azul. Además sus brazos
llevaban dos piezas de armadura de hierro que parecían servir ambos como armas
y escudos.

Sólo Adlet por estar allí de pie sabía que era una guerrera excepcional.

"Ha sido un largo tiempo, princesa Nashetania, Chamo. Y supongo que el hombre
de allí es Goldof-dono. ¿Cómo estás?" La mujer caminó hasta el centro del templo.

"Soy la santa de las Montañas, Mora Chester. Sirvo como la cabeza de todos los
templos del mundo. Voy a estar contando con todos ustedes".

Incluso después de que Mora apareció, Nashetania no soltó la muñeca de Chamo.


Sin embargo, Mora se acercó, se interpuso entre ellas, y las obligó a terminar.

"Parece que hay algún tipo de disputa. Chamo este no es el momento de estar
centrándote en ti misma".

"... Mora-Obachan, Chamo no hizo nada malo."

"¿Está bien? Voy a escuchar tu excusa más tarde. Por ahora te callaras".
Debido a la intervención de Mora, Chamo a regañadientes dio marcha atrás. Hizo
que Adlet se sintiera aliviado de que una persona aparentemente fiable había
aparecido. Y ahora con su llegada se reunieron todos los Seis Héroes de las Seis
Flores.

"¿Ahora vamos a pasar a la verdadera cuestión que nos ocupa? ¿Por qué se ha
activado la barrera?"

"Me temo que caímos en la trampa del enemigo", respondió Nashetania.

"Probablemente. Los Kyomas usaron maravillosamente nuestras propias armas


contra nosotros".

"¿Eh? No es gran cosa. Si sabemos cómo bajar la barrera en ese entonces no será
un problema", dijo Adlet.

"Sí, eso es correcto... ¿joven?" Entonces, como si hubiera notado algo, ella miró a
cada uno de los rostros, uno por uno. "Por cierto, parece que un intruso se ha
deslizado en nuestras filas. ¿Quién es?"

Todo el mundo excepto Mora parecía confundido.

"Espera un segundo. ¿Qué quieres decir?"

"No quiero decir nada, no tenemos una persona de más?"

¿Que está diciendo ella? Adlet pensó cuando oyó otra voz desde la entrada del
templo.

"¿Miau? Parece que hay una multitud. Por casualidad están todos los miembros
reunidos?" (Este tipo siempre habla como gato, así que acostúmbrense xd)

Un extraño hombre entró en el templo. Tenía el pelo despeinado cubriendo sus


ojos y un aspecto descuidado, por lo que era difícil para Adlet discernir su edad.
Llevaba una camisa de cáñamo cruda, los pantalones y los zapatos de cuero suaves.
Si alguien se fijara en la nata que cuelga en su cintura, él se vería como una persona
muy normal. Y como si pretendía como una broma, la cola de un gato estaba
adjuntada a la parte trasera de sus pantalones.
El hombre miró hacia su alrededor en el interior del templo con una sonrisa
juguetona.

"Meow, hay un montón de mujeres hermosas en este grupo de Seis Flores. De


repente me siento muy motivado".

"... ¿Quién es usted?", Preguntó Nashetania.

Pero en lugar del hombre contestando, Mora dijo," voy a presentarlo. Sólo lo vi
ayer. Este es Hans Humpty. Es uno de las seis flores".

¿De qué está hablando? ¿No que todos los héroes ya estaban aquí?

"Parece que alguien trajo a una persona que no fue elegida como una de los seis.
¿Quién de ustedes no es una de las Seis Flores?"

Adlet no podía pensar. Todo lo que sabía era que estaban en una situación extraña
y absurda. Tanto Nashetania y Goldof se detuvieron, completamente atónitos. La
Fremy inexpresiva e incluso Chamo aparentemente estaban compuestamente
nerviosas, incapaces de procesar la situación actual.

"... Todo el mundo muestren sus crestas," Adlet dijo y sacó la cresta en su mano
derecha.

Entonces Fremy mostró su cresta en la parte posterior de su mano derecha a todo


el mundo. Momento siguiente Nashetania bajó la armadura en el pecho y expuso la
cresta cerca de su cuello. Y tras ella, Chamo levantó la falda y sacó su muslo con la
cresta en él.

"¿Qué?... ¿qué está pasando?" Mora estaba desconcertada.

"Goldof, ¿y tú? No he visto tu cresta", Adlet dijo. En respuesta, Goldof se quitó la


armadura de su hombro derecho y se dirigió el brazo hacia arriba. La cresta de las
Seis Flores estaba sin lugar a dudas en el hombro.

En cuanto a las cinco crestas expuestas, las expresiones de Mora y Hans se


congelaron ya que de repente se dieron cuenta de qué eran exactamente lo que
estaban viendo.
"Mora-san, Hans-san, por favor, muéstrennos sus crestas también."

"Miau, miau, ¿qué es esto?" Hans se quitó la camisa y con la parte superior de su
cuerpo desnudo, les mostró el escudo en su pecho derecho, alrededor de donde
estaba su corazón.

"... Mora-san, su cresta."

"Imposible. ¿Qué es esto? ¿Qué cosa está pasando?"

La mirada de todo el mundo se fue hacia Mora. Ella desabrochó los botones de su
atuendo Shinto, se dio la vuelta y bajó la parte posterior de su ropa. En el centro de
la espalda, entre los omóplatos estaba claramente la cresta de las Seis Flores.

"¿Hay siete?", Una Nashetania asombrada murmuró.

Nerviosa, Mora gritó: "Comprueben también. Es imposible que haya siete héroes
de las Seis Flores".

Los siete a continuación comprobaron las crestas de los demás. Una y otra vez
comprobaron las diferencias de tamaño y las diferencias en la tenue luz de
resplandor carmesí. Pero todas sus crestas eran las mismas sin siquiera una
pequeña diferencia.

Los siete estaban en una pérdida para las palabras, completamente desorientados
en cuanto a lo que estaba pasando.

"... ¿No es posible que siete personas fueran elegidas como los Héroes?" Adlet
murmuró.

"... Joven. En el pasado, la santa de la Flor Individual dividió su poder en seis partes
y la dejó para las futuras generaciones", contestó Mora. "Cada guerrero hereda una
de esas piezas, es por eso que hay sólo seis héroes."

"En otras palabras, ¿qué diablos está pasando?"

"Sólo hay seis héroes. Cualquier más o menos es imposible".


"Pero hay siete personas aquí ahora", dijo Fremy.

"Cierto, hay siete personas. Pero, ¿qué significa?" Nadie respondió a la pregunta de
Mora.

"Meoahahaha," Después de un tiempo, la risa resonó repentinamente por el


templo. El que se reía era el hombre extraño, Hans, quien había sido el último en
entrar en el templo.

"¿Qué es tan gracioso?"

"Miau. No es algo acerca que tengas que pensar tanto. Básicamente alguien aquí es
un impostor", dijo Hans rápidamente.

"Por lo tanto, el tema es, entonces, ¿por qué un impostor está aquí?", dijo Mora.

"Uno de nosotros es un enemigo, ¿miau?"

Adlet se quedó en silencio. Ese no era necesariamente el caso.

"Tal vez la diosa del destino no creía que seis serían suficientes por lo que ella
añadió otro. ¿Es eso posible?" Nashetania dijo, aunque su voz carecía de confianza.

"Pero si ese es el caso, ¿ni siquiera nos lo dijo a nosotros? Sin embargo, incluso si lo
hubiera hecho, no sabríamos si la diosa del destino hablara o no, miau".

Adlet se dio cuenta de que lo que Hans estaba diciendo era la explicación más
lógica.

"Uno de nosotros es un impostor. Y él no está tratando de dar la cara. Así que si no


es un enemigo entonces ¿qué diablos hace? Si hay otra razón, quiero que alguien
me diga, miau".

Cuando Hans hablaba, miró a cada uno de los rostros de los demás. Sudor frío
incluso estuvo formando en su propia cabeza. Adlet y los demás vinieron todos
juntos y se miraron. Pero al igual que Adlet y Hans, todos sus rostros parecían
mostrar confusión y el miedo.
Uno de ellos era un enemigo, sin embargo, desde sus expresiones nadie tenía ni
idea de quién era.

Siento que voy a reventar en carcajadas, el que está al acecho entre los siete
pensaba en secreto. Él estaba tratando con todas sus fuerzas de actuar nervioso al
igual que ellos, miraba directamente a los Héroes de las Seis Flores.

Todo había sido su plan y todo se había desarrollado perfectamente del mismo
modo ue había predicho. Con su cresta falsa había irrumpido en medio de las Seis
Flores. Entonces él los atrajo a los seis dentro de la barrera y los selló dentro del
bosque. Como si exactamente después de su escenario hipotético, todo su plan
había sido un éxito.

Las cosas habían progresado demasiado simplemente y en cuanto a los Seis, el


miedo se estaba extendiendo a través de ellos.

Así que de ahora en adelante, el impostor planeaba continuarse ocultando su


verdadera identidad y proceder a matar a las Seis Flores, uno por uno.
Probablemente sería una tarea extremadamente fácil. Y su primer objetivo era
Adlet Maia. Él era la primera persona que mataría.
Capítulo Tres: Parte Uno.
Había pasado una hora desde que los siete héroes se habían reunido en el templo.
En una gran parte de ese tiempo Adlet había estado corriendo por el bosque, y si su
mapa mental fuera correcto, entonces el área a su alrededor en el preciso
momento era el borde de la Barrera Ilusoria de Niebla.

"¿Qué es esta Barrera Ilusoria de Niebla? Todo lo que sé es que voy a tener una
gran sonrisa si podemos salir rápidamente de ella, miau".

Hans, a quien Adlet acababa de conocer hace un momento, corría a su lado. A


pesar de que no estaba en condiciones de ser crítico con los demás, Adlet pensaba
que Hans era muy sospechoso y por eso lo observaba con una mirada desconfiada.

Mientras corría, Adlet dejó marcas en los árboles a su alrededor. Pero después de
avanzar por un tiempo los árboles que había marcado antes estaban ahora de pie
en su camino. Con el tiempo se encontraron con que la totalidad de su dirección de
movimiento se había invertido.

"Así que la barrera se ha activado después de todo."

"Al igual que lo que pensábamos", dijo Hans.

Los dos, una vez más trataron de salir de la barrera, pero el resultado fue el mismo.
Intentaron caminar en línea recta e incluso después intentaron lanzar una cadena a
medida que avanzaban, pero no pudieron salir de la barrera.

Sin embargo, lo único que hicieron fue darse cuenta de que su sentido de dirección
único se había confundido cuando intentaban salir de la barrera. Mientras ellos
estaban en el interior, no se perdían.

"Parece que la desactivación de la barrera es nuestra única opción después de


todo." Adlet suspiró.

Por el momento los siete habían decidido centrarse en la eliminación de la barrera.


Eso fue un problema mucho más urgente que buscar al impostor entre ellos. Así,
mientras Adlet y Hans confirmaron el estado de los límites de la barrera, los cinco
restantes se quedaron en el templo y buscaban una manera de levantar la barrera.
"Volvamos al templo," Hans sugirió. Adlet asintió y se echó a correr. "Miau, por
cierto, ¿por casualidad eres el tipo que irrumpió en el torneo de Piena ante la
diosa?"

"Así es, ¿Has oído hablar de él?"

"Hay un rumor de que eres, un guerrero cobarde, tomaste como rehén a la nieta de
Batwal. ¿Es eso cierto?"

"Es sólo una especie de rumor." Adlet no había tenido a nadie como rehén. Y Hans
no tenía derecho a llamarlo un guerrero cobarde en el primer lugar.

"Por cierto Hans, nunca he oído tu nombre antes. ¿Dónde has estado y qué has
estado haciendo?"

Aparte de Hans todos los demás con quien se habían reunido eran gente famosa.
Por supuesto Nashetania lo era, pero Mora, Chamo y Goldof eran también nombres
conocidos. Incluso Fremy como la Asesina de las Seis Flores era infame. Sólo Hans
era completamente desconocido.

"Bueno, si sabías que sería un problema."

"¿Que se supone que significa eso?"

Sin responder, Hans simplemente le dedicó una sonrisa gigante.

Cuando regresaron al templo se encontraron con que los otros cinco habían estado
esperando que regresaran. Nashetania, Mora y Chamo estaban reunidas en torno al
altar, y de pie un poco separados de ellos estaban Fremy y Goldof.

Ambas muñecas de Fremy estaban envueltas en cadenas que Goldof sostenía. Él


también estaba observando de cerca, ni siquiera con vistas al menor movimiento.
Además sus maletas y armas estaban en posesión de Mora, que básicamente
significaba que le era imposible a Fremy resistirse.

Naturalmente Fremy También fue la primera en ser puesta bajo sospecha. Chamo
insistió en matarla pronto, pero después de que los seis habían hablado de ello se
llegó a la conclusión de que iban a retenerla por el momento. Así que Fremy miraba
sin emoción el altar. Era una expresión de alguien que había renunciado a algo.

"Entonces, ¿cuál es el trato Mora?", Preguntó Hans. Mora parecía ser el más
conocedor tanto de los escritos sagrados que utilizan el poder de los santos y la
barrera que amplifica los poderes de los santos.

"Sí, lo sé, hasta cierto punto, pero antes de hablar ¿puedes decirme un poco sobre
ti? Todavía no he conectado la cara con tu nombre".

"Meomeow, tu memoria es horrible." Hans rió.

"Junto con la introducción, dime brevemente sobre tus antecedentes y lo que has
estado haciendo hasta cuando nos reunimos todos."

"¿Por qué?"

"Puede que tenga que hacer referencia de ello más tarde para determinar quién es
el impostor... la séptima persona."

Adlet y los demás se reunieron alrededor del altar y Goldof empujó a Fremy,
obligándola a unirse al círculo.

"Bueno, ¿entonces, que se iniciará?", Preguntó Mora.

Antes de que nadie supiera, ella había asumido el papel de líder y todos habían
aceptado naturalmente eso. Ella era compuesta y digna.

"Yo comenzare. Soy Adlet Maia, el hombre más fuerte del mundo".

Adlet fue el primero en rodar la pelota. Tocó su historia, sus encuentros con
Nashetania y Fremy, y lo que sucedió cuando finalmente llegó al templo. Por
supuesto, repitió el hecho de que él era el hombre más fuerte del mundo una y otra
vez.

"... Um, Adlet ¿eh? Es evidente que un hombre extraño ha sido elegido."Mora dijo
encogiéndose de hombros después de que Adlet había terminado su explicación.
"¿El más fuerte del mundo? Meowhaha, eres un idiota. Este tipo es un serio idiota."
Hans no hizo más que reír.

Adlet sin embargo no le hizo caso. "Cuando se activó la barrera, yo era la persona
más cercana. ¿Debo hablar de lo que sucedió en ese entonces también?"

"No, yo específicamente preguntaré sobre esto más adelante. ¿Quién es el


siguiente?"

Nashetania, quien estaba de pie al lado de Adlet, levantó la mano.

"En especial quiero oír la historia de la muchacha del conejo. Si es posible, quiero
escucharla sola, con apenas las dos".

"Hans o quienquiera que seas, podrías saber un poco mejor tu lugar. Esta es la
princesa de la corona del Reino de Piena. Ella esencialmente no es alguien que
escucharía a alguien como tú," Goldof intervino.

"¿Miau? Ella es una princesa, ¡¿a pesar de que ella es una conejita?! Ahora mi
interés incrementó aún más".

"¿Está bien si hablo?", Preguntó Nashetania, mirando harta.

Su historia hasta cuando llegó al templo no era tan diferente de la de Adlet. Las
únicas cosas que escuchó por primera vez eran que se había reunido con Goldof
poco después de que se había extraviado, y cómo los dos habían hablado de la
Barrera Ilusoria de Niebla en la fortaleza después de que Adlet y Fremy la habían
dejado.

Goldof luego continuó desde allí. Habló de cómo había estado persiguiendo al
asesino de las Seis Flores y cómo había estado solo en la Nación del río sagrado
cuando había recibido la cresta de las Seis Flores. También habló de su reencuentro
con Nashetania. Por supuesto, Adlet ya sabía todo lo que había dicho.

El siguiente en hablar fue Mora. "Mi nombre es Mora Chester. Yo soy la Santa de las
Montañas y la actual jefe de todos los templos en el mundo".
"Todos los templos en el mundo?" Adlet interrumpió. Había oído su nombre antes,
pero no sabía mucho sobre ella.

Junto a él, Nashetania añadió una explicación gratuita. "Ella es la encargada de la


organización que supervisa a todas las santas."

"Bueno, no es como que estoy haciendo un trabajo muy importante. Sigo la pista
de las Santas para que no estén abusando de sus poderes. En cualquier caso, tengo
que memorizar todos los 78 nombres, caras y poderes de las santas."

"Aquellos como Chamo, cuando adquieren el poder de una Santa, hay que ir a la
casa de Mora y presentarse", dijo Chamo.

"Pero yo no sabía el nombre de Fremy. La santo de la pólvora, ¿eh? Nunca he oído


hablar de esa persona. Ella es probablemente una Santa de una nueva creación".

"¿No es imposible que un nuevo santo nasca?", Preguntó Adlet.

"No es algo inaudito, a pesar de que no ha sucedido en los últimos 100 años más o
menos. Ahora, de vuelta a mi historia", continuó Mora. "Hace unos diez años que
asumí el papel de la cabeza de todos los templos del mundo, en sustitución del
anterior líder Leura-sama, la santa del Sol"

Leura. Adlet había oído ese nombre una y otra vez durante su viaje. La santa que
podía manejar la luz y el calor del sol y tenía el poder de incinerar castillos. A pesar
de que había envejecido, él no sabía si su habilidad para manejar el sol se había
debilitado, pero había oído que su cuerpo se había deteriorado hasta el punto en
que ya no podía salir de su sillón. Y encima de eso, el último mes su paradero se
había hecho desconocido.

"Durante diez años creo que he cumplido con los deberes sin errores graves.
Mantener a Chamo de actuar con violencia era mi única dificultad".

"Creo que Mora-san ha hecho un trabajo espléndido. Incluso mi padre ha dicho que
mientras exista Mora-san las Santas probablemente no cometerán actos malvados".

"¿El rey de Piena dijo eso? Me siento honrado." Mora asintió con satisfacción, en
respuesta a las palabras de Nashetania.
"Yo estaba haciendo mi trabajo en el país de los picos en rojo cuando el Majin
despertó. Pronto partí para el territorio de los Lamentos de los Demonios y llegué al
punto de encuentro dos días después. He oído de la Primera Clase privada Rowen
en la fortaleza sobre la Barrera Ilusoria de Niebla y fue el mismo día que decidimos
nuestro plan. Yo había estado escondiéndome sola en espera, pero ayer Hans vino
vagando por mi camino. Él ya había visto las explosiones que se produjeron en la
dirección del templo y así que se dirigía en esa dirección".

"¿No sabías nada de la Barrera Ilusoria de Niebla hasta hace dos días? ¿No es tu
trabajo administrar a las santas?", Preguntó Adlet.

"Yo sabía de su existencia, pero yo no había oído hablar de ello en detalle. He oído
acerca de cómo activar la barrera, y la ubicación del templo hace dos días de
Rowen. Así que, me imagino que habló mucho con Uspa la Santa de la niebla o
Adorea la Santa de las ilusiones de antemano".

Los nombres que acababa de dar probablemente eran las santas que hicieron la
barrera. Probablemente estaba relacionada con ellas. Debo recordarlo para más
adelante.

"Pues bien, la próxima es Chamo", dijo Mora y Chamo asintió.

"Umm, bueno Chamo es la Santa de los Pantanos con 14 años. Chamo se convirtió
en una santa tal vez alrededor de los siete años. Chamo es un poco demasiado
fuerte, así que cuando Chamo utiliza su poder Mora-Obachan siempre se enoja.

"Bastante tiempo atrás Chamo entró en el torneo de la Nación de las frutas


amarillas. En la primera ronda Chamo mató a su oponente por error. Después de
aquello todas las personas que deberían haber participado se abstuvieron de
hacerlo".

Incluso Adlet conocía esa historia. Historias que representan su fuerza eran bien
conocidas.

"Hasta que Chamo llegó aquí nada en particular pasó en su vida... Cuando El Majin
despertó Chamo estaba en su casa. La madre y el padre de Chamo la prepararon
para el viaje y después de recibir un mapa Chamo se dirigió hacia El territorio de las
Lamentaciones de los Demonios. Realmente, Chamo debería haber sido la primera
en llegar, pero en el camino Chamo se perdió y se retrasó.

"Así que cuando Chamo caminaba al azar y matando Kyomas escuchó una especie
de conmoción y se fue en esa dirección. Cuando lo hizo, una niebla de repente
comenzó a aparecer y cuando iba al templo Fremy estaba allí, los dos hechos
sorprendieron a Chamo. Eso es todo de la historia de Chamo".

Después de que Chamo terminó su explicación, Goldof ofreció una explicación


complementaria a Mora y Hans detallando cómo antes Chamo había luchado con
Fremy y también cómo Fremy era la criminal asesina de las Seis Flores.

"Miau, ¿ella es la asesina de las Seis Flores? No lo creo."

"Ella misma confesó ser la asesina. No creo que sea un error", respondió Goldof. Y
aunque parecía que estuviera pensando en algo, Hans no dijo nada.

"Vamos a escuchar la historia de Fremy después. El siguiente es Hans", dijo Mora.

"Sí."

Tal como sugirió Mora, Hans comenzó a hablar. Debería prestar mucha atención al
escuchar, pensó Adlet. A pesar de que no era bueno al fijarse en su aspecto, con su
forma de hablar y su actitud serena, el chico seguía siendo el más sospechoso.

"Miau, soy Hans Humpty. Nací en... bueno, eso es intrascendente. En cuanto a mi
trabajo, soy un asesino".

"¿Asesino?" Nashetania estiró el cuello hacia un lado.

"Princesa, asesinos son personas que son contratados para asesinar por dinero. Son
personas cuyo comercio está en matar a la gente." Nashetania parecía sorprendida
por la explicación de Goldof. Era como si no hubiera conocido que ese tipo de
profesión existía.

".... ¿Alguien como ese tipo de persona es una de las Seis Flores?"
"¿Miau? ¿Es malo que un asesino sea un héroe?", Dijo Hans como si ridiculizara a
Nashetania por ser ignorante de los caminos del mundo. "Las historias de las Seis
flores son irrelevantes. Los chicos que puedan derrotar al Majin, si son asesinos o
no, son los elegidos para ser uno de los héroes. Me equivoco?"

"Pe... pero..."

"Princesa-san, cuanto más se piensa en ello, más te darás cuenta de que no se


puede corregir el mundo. De hecho muchas de las personas que han solicitado mis
servicios han sido las personas importantes de su país".

"¡Eso no puede ser verdad!"

"Bueno, asesinos y así sucesivamente, no vale la pena preocuparse. ¿Puedo


continuar con mi historia, miau?"

Adlet asintió. A pesar de que pudo haber sido malo para Nashetania, los detalles de
la obra de un asesino eran una historia para otro día.

"Cuando fui elegido como uno de las Seis Flores Yo estaba relativamente cerca del
territorio de los Lamentos de los Demonios. En primer lugar, me reuní con el rey de
este país y negocié lo mucho que iba a recibir por derrotar al Majin. El rey era muy
generoso y recibí una gran cantidad de pago por adelantado. Así que después de
que escondí ese dinero llegé al territorio de los Lamentos de los Demonios donde
conocí a Mora".

"¿Negociaciones y dinero? ¿Antes de luchar?"

"¿Miau? Por regla general no mato si no hay dinero de por medio. ¿No me digas
que todo lo haces sin pedir nada?"

Adlet nunca había considerado hacer dinero o algo así por derrotar al Majin.

"¿No sabías acerca de la barrera?", Preguntó Goldof.

"¿Miau? Supongo que el rey había insistido en que fuera a la fortaleza, o algo así
maulló. Pero pensé que no tenía nada que ver conmigo, así que le ignoré. Me
enteré de la barrera por Mora".
Algo de eso no estaba bien, pensó Adlet. ¿No debería la Barrera Ilusoria de Niebla
ser una información importante? Adlet no podía entender su razón para reunirse
con Mora sin escuchar esa información, pero por el momento no dijo nada y
decidió simplemente escuchar su historia.

"Después de eso no hay nada que contar. Vi las explosiones sucediendo y vine al
templo, miau".

Fue entonces cuando Chamo hizo la pregunta que había estado pensando durante
toda su historia. "Oye, ¿por qué hablas así?"

Después de que ella le preguntó, Hans acarició la cara con la mano tal como un gato
lo hacía con sus patas. Luego hizo un salto mortal hacia atrás en el aire. Cuando
aterrizó él respondió: "Mi estilo de lucha se llama hoja de gato. Es un estilo de
espada que trabaja por imitar el movimiento de los gatos. Los gatos son un poco
como mis maestros, miau. Y así, para expresar mi respeto por ellos, incluso hablo
como ellos".

"Las Seis Flores en esta ocasión son todos un montón de gente extraña", Mora se
quejó.

"Absolutamente". Adlet asintió con la cabeza.

"No debes hablar. Eres el tonto más fuerte del mundo", dijo Hans con una risa.

Después de que la historia de Hans había terminado, la mirada de todo el mundo


cayó en la última persona. Restringida por Goldof, Fremy había escuchado a sus
otros compañeros sin pronunciar una sola palabra.

"... Y ahora la llamada Fremy", dijo Mora.

"Si no quieres hablar eso está muy mal. Debes tener en cuenta el hecho de que
vacilar sólo empeorará tu posición".

"¿Qué puede ser peor que esto?" Fremy escupió, y luego se quedó en silencio de
nuevo. Pero después de un breve silencio, lentamente comenzó a hablar.
"Soy una mujer nacida entre Kyomas y seres humanos."

Todo el mundo se quedó sin aliento, excepto Chamo y Goldof.

"Goldof. Retira la tela alrededor de su cabeza y su parche en el ojo".

Cumpliendo con el mandato, Goldof expuso la cabeza. Su ojo derecho era de color
rosa y no había rastro de un cuerno en el centro de la frente; la prueba de la
identidad de un Kyoma. Se había desprendido desde la base, dejando sólo una
cicatriz.

Capítulo Tres: Parte Dos.

"Ahora que lo pienso, ya no tienes un cuerno. ¿Lo rompiste por ti misma?",


preguntó Chamo.

En lugar de responder, sin embargo, Fremy procedió a contar su historia.

"Hace unos veinte años un solo Kyoma abandonó el territorio de los Lamentos de
los Demonios y se escondió en el mundo de los humanos. Se estaba preparando
para la reactivación del Majin, y el soldado que se creó para oponerse a los Héroes
de las Seis Flores era yo.

"Mi padre era un ser humano. No sé la cara, puesto que mi madre lo mató tan
pronto cuando nací. Nací de una madre Kyoma y criado por un Kyoma. Mi madre y
su compañero Kyoma secuestraron a muchos seres humanos y les hizo crear un
nuevo sitio sagrado para adorar al Dios de la pólvora. Entonces recibí el poder de la
Santa de la pólvora".

"Y entonces..."

"Estando a la altura de las expectativas de mi madre, me hice fuerte. He seguido los


mandamientos de mi madre y fui por ahí matando a seres humanos fuertes, todo
para que el Majin fuera revivido perfectamente. Yo no tenía dudas. Aunque yo soy
mitad humana, pensaba que era un Kyoma legítimo. Quería proteger al Majin y nos
llevaría a lo que yo creía que era una dirección brillante".
"¿Entonces por qué estás aquí? ¿Por qué decidiste luchar contra el Majin?"
Preguntó Mora. Y eso fue exactamente el núcleo de su historia.

"....Incluso Si te lo dijera, no parece como si me fueras a creer."

"Sin embargo, si no hablas no vamos a saber si creerte o no."

Mora y Fremy se miraron la una a la otra. Entonces Chamo intervino, "Está bien, si
realmente no hablas, ya que tenemos la intención de matarte, no obstante. ¿No es
eso correcto? Hemos decidido que el impostor es Fremy, ¿verdad?"

"Tranquila Chamo, no hay nada decidido todavía."

Chamo miró hacia Adlet con una expresión inocente en su cara. Pero en el centro
de sus ojos todavía habitaba una cólera débil.

"¿Cuál es tu nombre? ¿Otra vez? Eres un dolor. La madre de Chamo no te dijo que
estuvieras alrededor de Chamo, ¿verdad?"

"No tengo ni idea."

"Bueno, ahora sabes esto. No le hables de nuevo a Chamo".

"¡Chamo! Ahora es el momento de escuchar la historia de Fremy," Mora la regañó y


Chamo se quedó en silencio. Adlet le agradeció a Mora quien estaba allí. Si ella no
estuviera no tenía idea de lo que habría sucedido.

"Fremy-san, por favor habla. Por qué estás luchando contra el Majin?", Preguntó
Nashetania, pero Fremy solamente miró a todos con una mirada fría.

"... Chamo dijo que está bien si yo no hablo. Así que estoy de acuerdo. Yo también
no quiero hablar." Después de que ella lo dijo, Fremy completamente paró de
hablar. E incluso cuando Adlet le pidió que hablara, ni siquiera lo miró a los ojos.

En poco tiempo, Mora cambió el tema, como si estuviera impacientanda.


"La introducción está gastando el tiempo por lo que no se puede evitar. Pero lo más
importante, ¿cómo podemos salir de aquí?"
Adlet iba a decirle que no se resistiera en hablar, pero se contuvo. La sugerencia de
Mora fue más constructiva.

"Tal como ya dijeron Goldof y Fremy antes, Chamo, Nashetania y yo tratamos de de


buscar el diseño de la barrera".

Adlet y Hans asintieron. Mientras ellos estaban buscando en el borde de la barrera,


Mora y los demás habían estado leyendo las palabras sagradas en el altar.

"En primer lugar, voy a exponer nuestras conclusiones. No existe un método para
derribar la barrera escrito en estas frases sagradas. Hay una posibilidad de que
exista un método, pero en este momento no lo sabemos".

"....Meow, ¿No es eso lo peor?" Hans murmuró.

"Esto significa que sólo hay dos opciones disponibles para nosotros. La primera es
que la persona que inició la barrera por sí mismo debe ser capaz de disolverla. La
otra es que la barrera debe disolverse si la misma persona que la activó muere".

"¿No estás equivocada?"

"Parece casi seguro. En primer lugar, no hay teorías que explicarían una situación en
la que incluso la persona que activó la barrera no pudiera disolverla. Parece poco
probable que la barrera continuará incluso si la persona que la activó muere".

"Ya veo..." Adlet recordó cuando se activó la barrera. En el momento en que abrió
la puerta los soldados blindados que habían salido y lo atacaron. La risa estridente
de la Kyoma detrás de él siguió después de eso. Así que en esos momentos alguien
había activado la barrera y luego huyó.

¿Quién en el mundo fueron ellos y cómo lo hicieron?

"La persona que activó la barrera todavía está dentro de ella?" Adlet le preguntó a
Mora con la esperanza de encontrar un punto de apoyo en sus pensamientos.

"Él está aqui. No importa si es humano o Kyoma, absolutamente no puede salir de


la barrera. Así que no se han producido cambios con la persona que posiblemente
activó la barrera".
"¿Podrían activarlo desde fuera del templo?"

"Eso es imposible."

"¿Podría solamente la barrera ser activada por un ser humano?"

Mora pensó por un momento antes de responder. "Sólo podía ser un humano. Los
Kyomas no deberían ser capaces de promulgar una barrera que fue hecha por los
Santos".

"En otras palabras... es un ser humano que se ha aliado con El Majin", dijo Adlet,
pero Mora negó enérgicamente con la cabeza de lado a lado.

"No parece probable que esa persona podría ser humano. Si El Majin revive
plenamente, aniquilará a todos los seres humanos. No hay nadie que haría algo así
por cualquier motivo".

"Bueno, por lo menos hay una persona así en este grupo", dijo Adlet.

"Así que Fremy es el enemigo. ¿Por qué no lo entiendes?" Chamo preguntó


asombrada.

"Eso todavía no se ha determinado. Creo que Fremy es nuestra compañera".

"Pero no me parece que haya un humano aliado con el Majin entre nosotros que no
sea Fremy." Mora estiró el cuello hacia un lado.

"No," Adlet declaró firmemente. "Los Kyomas secuestraron a un montón de gente y


coaccionan con ellos. No hay nadie que sería capaz de continuar negándose en esas
circunstancias. Así que hay un ser humano sin duda, que obedece a los Kyomas".

"... Entiendo Adlet. ¿Estás diciendo que no bajemos nuestra guardia?", dijo Mora.

"... Desde hace un tiempo," De repente Fremy comenzó a hablar. Impresionado,


todo el mundo miró a su manera. "Mora estuvo comentado varias cosas, ¿pero es
lo que está diciendo la verdad?"
Mora miró a Fremy.

"Yo no digo cosas como la especulación. Todo lo que he señalado son hechos sin
errores".

"Eso no es lo que quise decir. Me temo que no hay ninguna prueba de que eres la
genuina".

Mora se quedó en silencio.

"Yo no soy el impostor... la séptima persona no soy yo. Es alguien entre vosotros
seis. En mis ojos, Mora, también no es nada más que una sospechosa. Dices que si
la persona real que activó la barrera es asesinada entonces podemos disolver la
barrera. También mencionas cómo un Kyoma no puede activar la barrera, pero no
hay garantía de que cualquiera de esas cosas sean verdaderas".

Mora vaciló y Adlet sintió como que había sido atacado con la guardia baja. Mora
era una persona con una identidad verificada, por lo que no dudaba de ella. Pero
Fremy tenía toda la razón; no había ninguna garantía de que lo que decía era la
verdad.

"... Fremy-san, creo que lo que Mora-san ha dicho es correcto", dijo Nashetania.

"Sí, Chamo piensa lo mismo."

"Cierto. Pero no hay que olvidar que uno de nosotros es un enemigo y que uno de
nosotros está mintiendo".

"Fremy-san. Ahora tú eres la persona más sospechosa aquí", dijo Nashetania.

"Yo no soy la séptima. Eso es todo lo que puedo decir por ahora".

"Bueno, entonces, ¿quién es el séptimo?" A la pregunta de Goldof, Fremy no


respondió.
Poco a poco el temor de que un impostor estaba entre ellos se deslizaba en sus
cuerpos. Uno de ellos era un enemigo y esa persona estaba mintiendo. Incluso si
alguien decía algo un poco trivial, tendrían que ponerse en duda una vez. Por el
contrario, si Adlet dijera algo descuidado había una posibilidad de que sería
sospechoso. Tenía que tener cuidado de no ser engañado, puesto bajo sospecha, o
confundir una mentira por la verdad.

Chamo luego cortó la conversación. "Hey, esto ya se ha convertido en un dolor para


Chamo. Así que no puedo simplemente matar a Fremy?"

"¿Eso de nuevo?"

A pesar de ser un niño, Chamo hizo que Adlet se enojara.

"Es porque se está diciendo una y otra; si el impostor no es Fremy entonces, ¿quién
podría ser? En cualquier caso, no hace falta decir que Fremy también activó la
barrera. Así que grande, ¿puedes romper su cuello por mí?"

Goldof negó con la cabeza. "Chamo-san. Fremy estaba justo al lado de la princesa y
yo cuando se activó la barrera. Incluso si ella sea el impostor, alguien más activó la
barrera".

"Cierto. Bueno vamos a obtener la información de ella por la tortura. Aunque la


tortura de Chamo será primero, Chamo hará su mejor esfuerzo."

Chamo luego tocó la pieza de cola de zorra hierba verde con los labios y un
escalofrío corrió por la espalda de Adlet. No sabía cómo se utilizaba ese pedazo de
hierba, pero él sentía que era increíblemente aterrador.

"¡Espera! ¡Alto!" Adlet gritó mientras agarraba la empuñadura de la espada a la


cintura.

"¿Torturar? No puedes hacer eso. Goldof, deten a Chamo-san," Nashetania le


ordenó, pero Goldof miró vacilante.

"Princesa, con el fin de protegerla no se puede hacer nada. Adlet lleva a la princesa
hacia fuera".

"¡Goldof! ¡¿Qué estás diciendo?!" Nashetania gritó mientras se agarraba la cabeza.


Mientras tanto, Chamo se acercó lentamente hacia Fremy.
Mora también dudaba, pero su renuencia no parecía estar acerca de detener la
situación. Ella parecía nerviosa con Nashetania. Sin embargo, al momento Adlet
pensó que la lucha iba a ser la única opción, una voz completamente inesperada
habló.

"Detente ahora. No creo que Fremy sea el séptimo." Fue Hans.

Impresionado por el repentino estallido, Chamo retiró el césped de su boca. "¿Qué


estás diciendo, Gato-san?"

"O tal vez debería decir que ella es demasiado sospechosa."

"Esa es una débil excusa."

"Miau, bueno, entonces déjame ser preciso. Supongamos que Fremy es el séptimo,
entonces ¿por qué Adlet sigue vivo?", Preguntó Hans, pero Chamo solamente
parecía dudosa. "Si Fremy fuera la séptima entonces es extraño que Adlet no fuera
asesinado. Ella también debería haber aprovechado la oportunidad para matar a la
princesa con quien había viajado. Y por lo que he oído, creo que ha habido
múltiples posibilidades".

"Eso es..."

"La reunión de los siete sería la peor situación posible para Fremy. Como la asesina
de las Seis Flores ella ha mantenido su cara y nombre distinto. ¿No sería más claro
para ella que los hubiera torturado y asesinado?"

"Tienes razón."

"Desde el punto de vista de Fremy tenía que evitar la reunión de los siete a toda
costa. Sin embargo, a pesar de aquello, tal como ha dicho Adlet los siguió
innecesariamente. Si Fremy fuera el séptimo entonces ¿que cosa es lo que quiere
hacer?"

"... Tienes un punto. Si Fremy fuera el enemigo entonces ella ha hecho demasiadas
acciones irracionales", dijo Mora.

"Eso puede ser así...", Nashetania también estuvo de acuerdo.


Adlet exhaló un suspiro de alivio por la ayuda inesperada.

"Pero el hecho de que Fremy es la más sospechosa no ha cambiado."

"Bueno, eso es cierto, pero si ella planeaba engañarnos entonces creo que ella
habría hecho las cosas un poco más inteligente"

Chamo miró con tristeza a la hierba de cola de zorra en sus manos. "¿Así que
Chamo no la puede torturar?"

"Miau, por ahora todavía no puedes."

"Esta es la primera vez que un montón de gente le ha respondido de nuevo a


Chamo." Con los sentimientos disminuidos, Chamo se quedó en silencio. Parecía
que por el momento el peligro delante de ellos había sido evadido.

"... Bueno, entonces ¿qué debemos hacer ahora?", Preguntó Mora, mirando harta
del bullicio con la tortura. Habían estado hablando durante un tiempo bastante
largo, pero no habían hecho casi ningún progreso.

De repente Nashetania se llevó una mano a la frente y se dejó caer al suelo en


cuclillas.

"¡Princesa!" Goldof soltó a Fremy y corrió hacia Nashetania e inmediatamente


después Hans agarró las cadenas de Fremy.

"Estoy bien... Yo estaba un poco mareada", dijo Nashetania, y luego trató de


levantarse.

"Siéntate. No te sobreesfuerces", dijo Adlet.

Y con su mano pegada a la frente, Nashetania se arrodilló. Goldof luego se acercó a


su lado y la apoyó. Estaba pálida, como si estuviera muy cansada. Incluso la primera
vez que había luchado contra los Kyomas con Adlet ella no se había visto así de
frágil.
Ella era una excelente guerrero, pero ella se había criado sin ninguna molestia, lo
que la hacía emocionalmente frágil. El hecho de que uno de sus compañeros era un
enemigo era simplemente una situación que no podía manejar.

"Supongo que no se puede evitar. Vamos a descansar por un tiempo", dijo Mora
con un encogimiento de hombros. Aunque no era una situación donde podrían
descansar, cada uno tomó un descanso.

Nashetania decidió confiar en Goldof, por lo que Adlet se puso de pie. Cuando
Mora le hizo señas. Él obedeció y juntos se acercaron a una de las esquinas del
templo.

"¿Qué pasa, Mora?"

"Nada en particular, de verdad. Sólo pensé que parecías ser el más sensible del
grupo".

"Está bien. No importa lo que sea, yo soy el más fuerte del mundo".

"Si eres el más sensible del grupo, entonces estoy preocupada por el futuro." Mora
suspiró suavemente. "¿Por qué crees que Fremy no es el séptimo?"

"No tengo ninguna prueba ni nada. Sólo la impresión que recibí de ella cuando
estábamos juntos".

"¿No fue sólo la mitad de un día en la mayoría?"

"Sin embargo, cuando me encontré con ella me dio esa impresión."

"Esa es una razón vaga."

"Había decidido que iba a confiar en ella la primera vez que la conocí."

Mora parecía que estaba teniendo problemas para la comprender. "... Eres
demasiado joven. Y como un joven que no conoce la duda también puede ser
peligroso".

"Gracias por el consejo, pero no tengo la intención de cambiar mi mente."


"Me siento incómodo con todo esto. Incluyendo que los héroes que se reunieron
en esta ocasión son todos muy jóvenes. Incluso se podría decir que Chamo y Goldof
siguen siendo niños. Me pregunto si la Diosa del Destino cometió un error con sus
decisiones".

Eso era cierto. Adlet y Nashetania tenían 18. Y aunque las edades de Fremy y de
Hans eran desconocidas, no parecían tan diferentes de sí mismo.

"No es sólo la fuerza de la experiencia. Los jóvenes también tienen la fuerza de la


juventud".

"Eso es cierto, pero..."

"Te sentirás más a gusto si piensas así. Si eres pesimista, entonces ni siquiera serás
capaz de tener éxito en las cosas que deberías ser capaz de hacer".

"Ya eo. Me pregunto si pensar así es también el privilegio de los jóvenes." Dijo
Mora y luego sonrió.

Pero pensando desde la perspectiva de las normas comunes del mundo, entonces
Mora era también completamente una persona joven. Aunque extrañamente
hablaba de una manera que no parecía su edad, se preguntaba cuán vieja era
realmente.

"No trates de adivinar la edad de una mujer, idiota."

Ella era fuerte, por lo que Adlet sonrió con un poco de vergüenza.

Nashetania entonces se puso de pie. La vitalidad había vuelto a su rostro y Adlet


podía ver el deseo de luchar que residía en sus ojos.

"Estoy tranquila ahora. Lo siento por molestarles a todos".


Los siete dispersos por la habitación volvieron al altar. Mientras lo hacían, Goldof
una vez más se hizo cargo de custodiar a Fremy.
"Vamos afuera. Tenemos que seguir tratando de desactivar la barrera. Pero primero
debemos buscar pistas. Adlet explicanos con el mayor detalle posible lo que ocurrió
cuando se activó la barrera".

Mora instó a todos a salir fuera del templo, y tal como Adlet salió, Nashetania le
agarró la mano.

"¿Qué pasa, Nashetania?"

"Umm, por favor no pienses en mí como poco fiable. Yo estaba un poco sacudida".

"Entiendo. Parecías más estar jugando algún tipo de broma de mal gusto que estar
experimentando un momento de debilidad".

Nashetania hizo un puño apretado y se lo mostró a Adlet.

"Lo haré lo mejor que pueda."

"¿Haciendo bromas?"

"No, con derribar la barrera y buscar al séptimo."

Los siete salieron del templo y frente a ellos Adlet les dijo a todos acerca de lo que
había ocurrido en lo que podía recordar. Primero habló de la forma cambiante del
Kyoma alrededor del pilar de sal del templo, tal como ella lo había instado a entrar
en el templo, haciéndose pasar por una mujer, y cómo, después de que ella había
revelado su verdadera identidad se escapó.

"Ese Kyoma sabe algo. Si pudiéramos capturarlo y obligarlo a confesar..." dijo


Goldof.

Pero después de que había hablado, la cara de Chamo se transformó en una de


vergüenza." Lo siento, Chamo la mató. Había huido a donde estaba Chamo".

"Tal exceso..." Goldof se sorprendió.


"Incluso si la hubiéramos cogido, obtener información de el probablemente habría
sido imposible", dijo Mora, ofreciéndole a Chamo algún tipo de asistencia. "Los
Kyomas son criaturas leales. Si se les ordenara no hablar entonces absolutamente
no hablarían incluso si fueran a ser asesinados".

Adlet luego continuó su relato, informándoles acerca de la forma en que la puerta


estaba cerrada y la forma en que la abrió criticamente.

"Extraño. ¿Estaba cerrada con llave? Pero pensaba que era habitual llevar una llave
de antemano".

Tal como Chamo estiró el cuello hacia un lado, Mora sacó una llave desde su pecho.
"Yo la tengo. Incluso el soldado de primera clase Rowen probablemente nunca
pensó que esta situación iba a pasar".

Adlet dijo otra vez con su historia, informándoles acerca de los dos soldados
armados que salieron y lo atacaron después de que estalló la puerta. Eso fue la más
desconcertante. Adlet había sido atacado, pero no parecía como si hubiesen sido
subordinados de los Kyomas.

"¿Esta armadura? He estado interesada en ella por un tiempo." Nashetania recogió


la armadura caída y miró dentro. No había alguien dentro, no estaba más que vacía.
"El interior de esta armadura está densamente escrita con la escritura sagrada. Es
demasiado complicado para mí leerla".

"Estos guardias fueron hechos por la Santa de los Sellos. Ellos atacarían a cualquier
persona que abriera la puerta de manera indiscriminada y sin el método
adecuado", explicó Mora.

"Wow, fue sellado muy seguro."

"El rey de las Islas del Hierro que hizo esta barrera es muy reservado. Con el fin de
evitar que la barrera fuera destruida prohibió que tanto los Kyomas, así como los
seres humanos no entraran en este lugar".

"Pero está siendo mal utilizada en este momento."

A pesar de estar hecho con buenas intenciones, no estarían atrapados dentro del
bosque si no fuera por la barrera. Y ahora Adlet quería interrogar a la persona
responsable de su circunstancia actual.
Estaba a punto de continuar su historia cuando se dio cuenta de que Hans
curiosamente miraba a través de la armadura. Hans luego miró detenidamente la
puerta rota. Su rostro se puso serio, pero antes de que Adlet le pudiera preguntar
cuál era el problema, Mora le instó a continuar.

"¿Y después de eso?"

"Ah, cuando abrí la puerta la barrera ya había sido activada. Creo que la niebla
comenzó a levantarse inmediatamente después de que abrí la puerta. Y cuando fui
adentro la espada ya estaba de pie en el pedestal".

"... Así que la barrera se activó justo antes de abrir la puerta."

"Y no había ninguna figura o sombra dentro del templo. Francamente, yo no lo


podía creer."

Al enterarse de que Mora se cruzó de brazos para pensar. "Este no parece ser el
acto de una persona normal. Sin lugar a dudas una Santa está involucrada".

"¿Una Santa? ... ¿Por qué una Santa colaboraría con El Majin?"

"Ellos probablemente estaban coaccionados. Es una táctica que los Kyomas utilizan
a menudo".

Adlet miró a Mora. "Puesto que tú eres el jefe de todos los templos probablemente
lo sabes, así que entonces ¿que santa podría ser capaz de hacer una cosa así?"

"... ¿Ilusiones? No, eso es imposible. Hizo un método para dejar este lugar sin
siquiera mostrarse ante ti al menos una vez... Nadie así se me viene fácilmente a la
mente".

"Miau, Adlet!" Hans de repente gritó. "¿No hay nada malo con tu memoria?"

"Yo no lo creo... ¿Qué pasa?"


"Ya veo. Te lo preguntaré de nuevo. No hay nada malo con la memoria, ¿no?"

Adlet estaba confundido.


"Si quieres corregir tu declaración, ahora es el momento. Después de esto, incluso
si dices que quieres recomponerte no va a ser tan fácil".

"Sí. ¿Cual es el asunto?"

"Cuando entraste en el templo, la espada ya estaba insertada en el pedestal. ¿No


estás equivocado acerca de eso?"

"Cierto."

"Yo voy a preguntarlo por última vez. ¿No estás equivocado?"

"Eres persistente. Yo estoy diciendo que creo que no me equivoco. ¿Por qué no me
crees?"

En ese momento Hans tranquilamente puso la mano en la empuñadura de su


espada al cinto. Tuviera o no la intención de sacarla, Adlet no estaba seguro, pero
su mano estaba en ella.

"... Yo soy un asesino. Así que soy como un especialista cuando se trata de colarme
en lugares y escapar de ellos, miau".

"Oh. Eso es confiable", dijo Mora.

"Para la gente en un oficio como el mío, la persona que se teme más es la santa de
los Sellos. Eso es porque cuando se trata de aquella Santa, hace puertas extrañas en
todas partes. Las cerraduras de las puertas no se pueden abrir, la persona no puede
salir si la puerta está cerrada, y si se abre la puerta a continuación, rejas de hierro
caerían en ese lugar. He estado en problemas innumerables veces a causa de ella.
Así que estoy bastante bien informado cuando se trata de puertas de esa santa".

"Así que..."

"Esta puerta se hizo así. En lugar de ser terriblemente fuerte, fue construida de una
manera que no se podría cerrar por segunda vez después de que se abriera".

"Espera, ¿qué quieres decir con eso?"


"Yo soy el que hace la pregunta, Adlet, y tu historia es extraña. Dijiste que cuando
llegaste aquí la puerta estaba cerrada y que cuando rompiste la puerta la barrera se
activó. Si es así, ¿cómo es que la persona que activó la barrera llegó dentro?"

"¿Qué estás implicando?"

Había probablemente un número de maneras en que una persona podía entrar.

"Miau, Adlet. Antes de que se rompiera la puerta era imposible entrar en el templo.
Era absolutamente imposible".

"¡Espera! Eso no es necesariamente cierto".

Adlet entró en el templo y buscó una ventana de ventilación, pero no había nada de
eso. La ventana de iluminación era tanto de vidrio grueso y cubierto por barras de
hierro. Luego buscó en las paredes de piedra, pero no se encontraron marcas en
cualquier lugar donde se podría haber reparado la piedra.

Atónito, miró dentro del templo y pensó en cómo el culpable podría haber
escapado después de activar la barrera. Pero él no era capaz de entender cómo
habían entrado antes.

"Adlet, morirás a menos que pienses tan duro como puedas. Si nadie debió haber
sido capaz de entrar en el templo, entonces ¿cómo la persona que activó la barrera
fue capaz de entrar? ¿Miau?"

"... Eso es..."

"La puerta no se puede cerrar si se abre una vez. Y aparte de la puerta no hay
salidas. ¿Crees que alguien podría entrar en el templo, en estas circunstancias?
Incluso si fuera un Kyoma especial el que ayudó, el Kyoma no podía acercarse al
templo. Así que alguien debe haber entrado en el templo por el poder humano por
sí solo".
"..."

"Por cierto, déjenme decirles una cosa ahora. Cuando no se puede entrar o salir de
un lugar, la gente comúnmente lo llaman como un cuarto cerrado."
Una habitación cerrada. Esa frase desconocida se precipitó sobre la cabeza de
Adlet. Y aunque lo intentaba, no podía llegar a cualquier método para entrar en la
habitación.

"Probablemente cavaron un agujero. Quitaron la piedra angular, cavaron un hoyo y


se infiltraron en la sala de allí. Luego activaron la barrera, escaparon por el mismo
agujero cuando estaba fue abierta la puerta, y rápidamente se fueron."

"¿Miau? ¿En un instante? ¿Cómo?"

"Puede haber una santa que tenga ese tipo de poder, ¿no? La santa de la Tierra o
algo así" Adlet dijo mientras buscaba un rastro del agujero.

Pero entonces Chamo dijo: "No hay nada allí."

"¿Por qué piensas eso?"

"Cuando tú y Hans iban al borde de la barrera, Mora-Obachan dijo que podría


haber personas escondidas en la zona. Así que Chamo utilizó el poder de la ciénaga
y trató de buscar en el suelo y en el bosque. Chamo también tiene el poder para
buscar dentro de las plantas, pero no había rastros de que algún agujero había sido
cavado en el suelo".

El poder de los pantanos... ¿la capacidad de buscar bajo tierra? ¿Qué clase de
potencia tiene?

"Adlet, Chamo también vio donde había estado buscando. No pensé que hubiera
un agujero excavado allí." Dijo Goldof y Nashetania asintió. Adlet no tuvo más
remedio que creer en ellos.

"Además, voy a decir esto. La santa de la Tierra no tiene ese tipo de poder. E incluso
con las habilidades de Chamo, cavar un agujero y escapar en un instante no es
posible", agregó Mora.
Y ahora con todo el mundo negando su reclamación, Adlet también tuvo más
remedio que tirar la posibilidad sobre que la persona había cavado un agujero y se
escapó.
"Está bien si no fuera un agujero. Pero lo hicieron usando algún tipo de poder de
una Santa", dijo Adlet, dando la vuelta hacia Mora. "Mora, hay probablemente
alguien. Debe haber una santa que tenga el tipo de poder para abrir la puerta y
entrar en el templo".

"Lo siento, pero no la hay. El poder de la Santa de los sellos no puede ser roto.
Podrían forzar la puerta abierta, pero una vez abierta la puerta no se podría cerrar
de nuevo."

"Eso no puede ser cierto, si no hubo un poder de una Santa entonces nadie... podía
entrar en este templo", dijo Adlet, luego tomó un momento para pensar. "Hay
santas desconocidas. Aquellas criadas por los Kyomas, al igual que Fremy".

"No, no hay. Mi madre me dijo que yo era la única hija nacida de una Kyoma y un
ser humano", dijo Fremy con voz serena.

Cuando Adlet miró hacia adelante vio a Hans que había estado desenvainando en
silencio su espada, y Chamo quien estaba tocando la hierba de cola de zorra en los
labios.

"Detenganse Hans, Chamo. Vamos a continuar hablando un poco más. Es


demasiado pronto para tomar una decisión." Mora les dijo que se detuvieran, pero
al mismo tiempo miraba hacia Adlet sospechosamente.

"... ¿Eh? Um, yo realmente no entiendo lo que están dando a entender", dijo
Nashetania, nerviosa. "¿Qué están diciendo todo el mundo? ¿Goldof? ¿Hans-san?
¿Mora-san? ¿Adlet-san?"

A medida que la tensión fue aumentando gradualmente, solamente Nashetania no


entendía la situación.

"... Te diré princesa. En este momento, Adlet está bajo sospecha".

"Miau, eso es correcto. Además sospecho que es definitivo".


"¿¡Por qué!? ¡Eso es imposible! ¡Adlet-san es el único que definitivamente no es el
enemigo!" Lo gritos de Nashetania parecían venir desde muy lejos.
"Miau, eso no es cierto, porque hasta que Adlet abrió la puerta nadie podía entrar
en el templo. Si nadie diferente a Adlet podía entrar entonces, ¿quién crees que
activó la barrera?"

"¡No es Adlet-san! ¡Eso es una especie de mentira!"

Los hombros de Hans temblaban mientras reía. "Eres tan cruel para engañarla,
Adlet. ¿No deberías hacerlo mejor para despejarle sus sospechas, miau?"

"Estoy muy sorprendida, nuestras posiciones han cambiado tan rápidamente", dijo
Fremy. Incluso Goldof quien sostenía las restricciones de Fremy estaba mirando
hacia Adlet con una mirada cautelosa.

"Hasta hace un tiempo aquel hombre ha puesto un pie para ti, Fremy. ¿Qué piensas
acerca de ayudarlo a salir de esto?"

"No lo puedo evitar. Y no tengo ninguna intención de hacerlo," Fremy respondió


fríamente ante la instigación de Mora.

"La puerta..." Adlet murmuró. "El culpable abrió la puerta una vez y entró. Luego
destruyó la puerta que no se podía ni abrir ni cerrar, hizo una nueva puerta y selló
el templo. Y después de eso el culpable se escondió dentro del templo.

"Cuando llegué frente al templo el culpable activó la barrera. Luego, cuando abrí la
puerta de alguna manera constante se escapó hacia fuera! Si es así, entonces es
posible que el se haya escapado!"

Era una explicación débil y después de oírla Hans estalló en carcajadas. Era como si
estuviera mofándose de Adlet, "¿Qué fue eso? ¿Era eso lo único que se te
ocurrió?".

"... ¡Esta puerta fue creada previamente por la Santa de los Sellos. La vida de la
Santa es todavía inexperta y le sería muy imposible crear una puerta impresionante
como esa!"

"¿Qué hay de malo en eso? ¿La anterior Santa probablemente hizo lo correcto?" La
voz de Adlet se resquebrajaba y no podía ocultar su pánico.
"La muerte de la Santa anterior fue hace cuatro años. Es imposible que nadie más
que ella hubiera proporcionado esa puerta".

Incluso había negado su sugerencia desesperada.

Así que en ese momento sin pensar, Adlet gritó: "Tú eres el séptimo."

Ya no había ninguna otra posibilidad. La historia sobre la puerta, la Santa, todo era
una mentira. Cualquier cosa que no fuera una mentira era imposible.

"Desafortunadamente, Adlet," comenzó Mora, "la historia de Hans está todo en lo


cierto."

Adlet ya no podía pensar en nada que replicar.

Temblando, Nashetania dijo, "Es... es una mentira. Adlet-san, esto... esto es un


disparate".

Ella era la única que todavía creía que era inocente. ¿Por qué está pasando esto?

Era una trampa. Adlet había sido atrapado en una trampa. El séptimo no sólo les
había atrapado en el interior de la barrera. También había tendido una trampa que
llevara a los compañeros de las Seis Flores en matarse unos a otros.

"Bueno, entonces, ¿qué debemos hacer? Compartan sus pensamientos conmigo


todo el mundo".

"¡¿Pensamientos sobre qué?!" Adlet gritó, pero Mora no respondió. Ella no lo


necesitaba hacer. Los pensamientos que quería oír hablar eran si Adlet era el
culpable o no. Si matarlo o dejarlo vivir.

"Por supuesto que creo que Adlet es el culpable. Vamos a eliminarlo de inmediato",
dijo Hans.

"Yo me opongo. ¿Matar Adlet-san? ¡No hay manera de que podamos hacer eso!"
Nashetania gritó.
"Bueno, Chamo todavía está interesada en Fremy. Pero incluso toda esta charla
Chamo no se ha perdido. Así que por ahora, Chamo puede tratar de torturar a
Adlet?" Chamo rió. ¿Era grave o se propuso como una broma?

"Creo que el pensamiento de Hans es correcto. Pero será mejor matarlo después de
examinar la situación un poco más," Después de que Mora habló las cinco miradas
cayeron sobre Fremy encadenada y Goldof quien sostenía cuyas cadenas.

Fremy habló primero. "No tengo ninguna opinión. Hagan lo que quieran."

"Fremy..." Adlet apretó los dientes. Deseaba que ella le hubiera ayudado aunque
fuera un poco... sólo un poco.

"Ya veo. ¿Qué tal Goldof?"

Goldof cerró los ojos y pensó por un corto tiempo. Al mismo tiempo, él aflojó su
agarre sobre las restricciones de Fremy.

"Goldof... tú entiendes ¿verdad? Adlet-san no puede ser el enemigo", Nashetania


dijo.

Goldof entonces abrió los ojos y dijo: "Mis pensamientos son estos..." mientras
movía simultáneamente la lanza atada en su espalda. Luego, en un instante, cerró
la distancia entre él y Adlet.

"¡Goldof!" Nashetania gritó.

Adlet trató de saltar hacia un lado para evitar el ataque de Goldof, pero fue un poco
demasiado lento. Apenas esquivó la lanza, pero él todavía fue lanzado hacia atrás
por el empuje del gigante y se estrelló contra la pared del templo.

Al mismo tiempo, Hans había sacado su espada y justo antes del ataque de Goldof,
Hans comenzó a saltar hacia Adlet. Durante ese tiempo Adlet no podía pensar en
otra cosa, pero si pudiera, habría preguntado cómo Hans se podía mover de esa
manera.
Ya fuera por el instinto guerrero, por reflejos condicionados inconscientes, o tal vez
sólo el destino, la mano de Adlet se movió y sacó algo de una de sus bolsas. De
todas las herramientas secretas que había lanzado de sus bolsas, la que ahora tenía
en la mano era la más excelente. En sólo una vista parecería como nada más que
una especie de metal envuelto en papel. Pero cuando él la apretó los productos
químicos especiales y los fragmentos de metal raro en el papel se tocaron y
provocaron una reacción química.

"¡Ah!" El objeto lanzó una luz intensa, varias veces más fuerte que mirar
directamente al sol. Era probable que una cortina de humo no fuea eficaz contra las
habilidades de Hans y Goldof, pero ambos no podrían lidiar con ese ataque
desconocido.

Todo el mundo cubrió sus ojos y se inclinó lejos de la luz. Y dentro de ese momento
la cabeza de Adlet violentamente se torció alrededor mientras buscaba una manera
de escapar de los seis. A pesar de que no estaba seguro de si la idea que se le
ocurrió fuera correcta o no, un período donde continuara pensando no se le
presentó a sí mismo.

Así, Adlet corrió. Corrió hacia Fremy. Hacia Fremy cuyas muñecas estaban atadas y
cuyo cuerpo fue envuelto en cadenas... cadenas que acababan de ser liberadas de
las garras de Goldof.

Con el fin de ganar sería agotarlos por todos los medios posibles. Usaría todo en su
entorno. De ninguna manera podría no darse el lujo de elegir la herramienta que
necesitaba. Y esa fue la convicción de que tenía detrás de llamarse a sí mismo el
hombre más fuerte del mundo. Ya sea si la condena era correcta, era una historia
diferente, pero sin tener en cuenta eso, se condujo exclusivamente por ese
principio.

Cuando Hans y los demás recuperaron su visión, Adlet se había llevado a Fremy en
su hombro. Un dardo de dormir sobresalía en ella y la espada de Adlet se
presionaba en la parte posterior de su cuello.

"Que nadie se mueva. Si se mueven, la apuñalaré", dijo Adlet, la punta de su


espada ya le había atravesado el cuello un poco.

Como si se congelaran, los cinco rodeando a Adlet dejaron de moverse. Esta fue su
única opción. Sólo tenía dos dardos para dormir y sus otras armas secretas sin duda
no habrían sido capaces de abrir una oportunidad.
"No es cierto... esto," la espada de Nashetania se deslizó fuera de sus manos y cayó
al suelo.

"Así que esto significa salir del secreto", dijo Mora.

"Vaya, miau. Esto es más de lo que esperaba".

Adlet y los problemáticos cinco se miraron el uno al otro. Sin embargo, el problema
que preocupaba a Adlet era que Hans estaba bloqueando la salida.

"Muévete del camino."

"Dices que salga del camino, pero no lo haré, maullido. Dijiste que no nos
moviéramos, ahora quieres que me mueva".

"Bien entonces, no te muevas. Permanece allí. "

"¿Qué debo hacer, ¿eh?" En silencio Hans se dirigía hacia una posibilidad de atacar
el cuello de Adlet, pero Adlet no le presentó ninguna oportunidad de ataque.

"Dejamelo", Chamo dijo y movió la hierba de cola de zorra hacia los labios.

Pero Mora los detuvo. "Espera. Con tu poder dañarás a Fremy también. Eso no
puede suceder".

"Bueno, entonces, ¿qué debemos hacer?"

Cansado de esperar, Adlet gritó: "¡¿Quién les permitió que consulten entre
ustedes?! ¡Elije Hans! Retirate o la mato".

"Miau, miau! Lo tengo, voy a moverme por lo que no grites!", Dijo Hans y se movió
a un paso de la puerta.

Al instante siguiente Adlet lanzó su segunda bomba de luz. Una vez más todo el
mundo excluyendo a Adlet cubrió sus ojos. Pero, por supuesto, ya que era la
segunda vez que había usado el ataque, fue menos eficaz que antes.
Sin soltar a Fremy, Adlet salió por la puerta. Y en ese momento sintió una oleada de
choque a través de la espalda. Hans había tirado su espada en la espalda de Adlet.

"Guh."

Esta vez Adlet arrojó una bolita de cortina de humo, parando a Hans y los otros de
perseguirlo. Y utilizando sólo las armas secretas que tenía en la mano, Adlet huyó.

Pasó los pilares de sal y entró en el bosque. Luego corrió, corrió y siguió corriendo.
Continuó lanzándose lejos del sonido de los pasos que le seguían detrás de él.

Su espalda estaba ardiendo de dolor. Sin embargo, no podía quitar la espada. Si se


retiraba la hoja, luego la sangre podría brotar y pronto sería incapaz de moverse.
Así que se moverse con la espada clavada en él era su única opción para escapar.

"... Mierda." Mientras corría Adlet se preguntó si lo que había hecho estaba bien.
Pero no fue así. Después de lo que había hecho, ni una sola persona creería que
todavía era inocente. Sin embargo, con el fin de sobrevivir no tuvo ninguna otra
opción.

Se preguntó cuántas horas había corrido. La niebla estaba teñida de un tenue rojo y
en poco tiempo fue reemplazado por la oscuridad. El sol comenzaba a ponerse.

Antes de darse cuenta ya no podía oír los pasos de los demás. Adlet luego se
detuvo, bajó a Fremy de su hombro, y se dejó caer al suelo.

Una vez que él se deslizó hacia una genuflexión se encontró con que no podía
moverse un paso más. La sangre no circulaba alrededor de su cabeza y sus
pensamientos estaban desordenados. Antes de que Fremy despertara tenía que
quitar la espada y detener el sangrado. Después de eso, él tendría que darle otro
dardo de dormir a ella. Además de esas tareas también tenía que prepararse para
los demás.

Sin embargo, su cuerpo ya no podía moverse. Adlet luego se derrumbó en el suelo y


empezó a perder el conocimiento.
Sus labios se movieron ligeramente. Si perdía la conciencia sería el final, se dijo. Sin
embargo, la conciencia de Adlet se hundía en la oscuridad como si estuviera siendo
tirado dentro de ella.

¿Qué estás haciendo Adlet Maia? Eres el hombre más fuerte del mundo, ¿no? No
puedes morir en un lugar como este. Tal como su mente le murmuró estas palabras,
extendió la mano hacia la espalda.

Pero la mano que intentó sacar la espada cayó débilmente al suelo. Y con ese
último movimiento, Adlet dejó de moverse.

Capítulo Tres: Parte Tres.

A través de la oscuridad del bosque, Hans corrió en busca de Adlet.

"¡Hans! ¡Eso es suficiente! El sol se ha puesto." Dentro de la Barrera Ilusoria de


Niebla, ahora envuelta por la oscuridad, la voz de Mora resonó en el aire.

Hans se detuvo y respondió: "¿Meow? ¿Qué tontería descuidada estás diciendo?"

"Es peligroso ir más lejos. Adlet es un hombre que va a utilizar tácticas contra ti que
nunca te esperas. Su dominio está dentro de la oscuridad".

"¿A pesar de que fue golpeado de esa manera y Fremy será asesinada?"

"Hans. Muéstrame tu cresta. Desde que la mío está en mi espalda no puedo verla."

"¿Y por qué quieres verla?" Hans levantó la camisa y le mostró la cresta en el pecho.

"Fremy no ha sido asesinada, sin embargo, lo que significa que Adlet sigue
considerando que Fremy tiene valor como rehén."

"¿Como sabes eso?"


"Trata de mirar a tu cresta."

Hans miró a la cresta en el pecho. Estaba dando una luz tenue, diferente de cómo
se veía antes.
"No hubo tiempo de explicarlo antes, pero hay seis pétalos ¿verdad? Si uno de los
héroes de las Seis Flores muere un pétalo se desvanecerá. Así es como podemos
saber si nuestros compañeros están vivos o no".

"No sabía eso."

"Goldof, Chamo, y la princesa están volviendo al templo ahora. Volvamos por


ahora".

Buscando convencerse, Hans siguió detrás de Mora. Cuando llegaron al templo se


encontraron con los tres restantes esperándolos.

"No es bueno. Le hemos perdido completamente de vista. Ese tipo es


extremadamente rápido".

"Incluso con una espada apuñalada en su espalda todavía fue capaz de moverse así.
Es un rival difícil".

Mora suspiró. "No hay nada que podamos hacer... Vamos a buscarle de nuevo
mañana. Hasta entonces, vamos a orar que Fremy sigua viva".

Después de que Mora se apoyó contra la pared y cerró los ojos. Cada uno de los
otros descansaron lo que deseaban, a excepción de Nashetania que estaba
agazapada y agarrándose la cabeza.

"... Adlet-san... ¿Por qué? Por qué harías esto?

El séptimo había sido sorprendido por la velocidad en la que Adlet huyó, su


pensamiento perspicaz y la suerte. Nunca había imaginado que sería capaz de
escapar con seguridad al estar rodeado por el estilo. Parecía que para el séptimo se
trataba de un error el juzgar a Adlet como inferior en comparación con las otras
flores.
Sin embargo, era un asunto de poca importancia. No importaba qué camino
tomara, Adlet seguía en jaque mate. Ahora lo único que estaba esperando era que
uno de los otros matara a Adlet.

Así que el séptimo dejaría que Adlet vagara libremente por un tiempo. No había
ninguna necesidad de apresurarse.

Cuando los cinco fueron terminando su búsqueda de Adlet y regresaron al templo,


Adlet estaba tirado en el suelo con la conciencia perdida. Dentro de esa oscuridad,
Adlet tuvo un sueño. Era un viejo y nostálgico sueño de cuando era un niño...

Gritando, Adlet levantó un pedazo de madera hacia arriba. Con un pequeño palo
envuelto en algodón intentó golpear al chico frente a él. Pero el niño fácilmente
esquivó su ataque, y a cambio golpeó el hombro de Adlet con su propio palo.

Adlet gritó y dejó caer su arma.

"Jajaja, otra derrota total para Adlet." El chico se rió. Su nombre era Raina, amigo
de Adlet que era tres años mayor que él.

Estaban en un pequeño pueblo en las montañas de Aurora, la Nación del Lago


Blanco. También era un lugar ordinario donde una cincuentena de aldeanos vivían
por la cría de ovejas, haciendo trigo y recolectando setas de la montaña. Y era
precisamente porque era su ciudad natal, que era normal para Adlet pensar que era
tan preciosa. Su nombre era Hasuna.

En un rincón de los campos de pastoreo de ovejas, donde corrían, Adlet y Raina


habían estado entrenando en la lucha con espada. Eran los únicos chicos de la
aldea y cuando encontraban el tiempo irían alrededor balanceando palos envueltos
en algodón.

Los rumores de que el renacimiento del Majin se acercaba rápidamente, incluso


llegaron a una aldea remota como Hasuna. El territorio de las Lamentaciones de los
Demonios no estaba tan lejos del pueblo y pensaban que tal vez los Kyomas de esa
región vendrían y atacarían. Así que los chicos organizaron una fuerza de defensa
que consistía en sólo ellos dos.
"Adlet, haste más fuerte. A este ritmo ni siquiera podrías vencer a mi madre, y
mucho menos a los Kyomas." Raina le dijo mientras utilizaba sus brazos para
bloquear el moretón de Adlet cubriéndolo en una bodega. "Bueno, ¿no deseas
entonces que tu madre esté en la fuerza de defensa?"

"¿¡Qué estás diciendo!? Yo y tú somos la fuerza de defensa," Adlet se quejó


mientras masajeaba su cuerpo herido.

En realidad Adlet no tenía ningún interés en participar en la fuerza de defensa con


Raina. En cualquier caso, los Kyomas no vendrían porque los héroes de las Seis
Flores acabarían con el Majin por ellos. Y si los Kyomas vinieran, estaría bien para
que ellos a su vez corrieran y huyeran. Eso es lo que estaba pensando Adlet, pero
no pudo rechazar de plano la solicitud de su único amigo.

"¡Raina! ¿Dónde estás? Sé que estás jugando con Ad!" Una voz llamaba a Raina
desde muy lejos. Fue su madre que venía por él, ya que estaba jugando en ves de
ayudar con los campos de trigo. Raina, sin embargo, sacó la lengua y huyó en la
dirección opuesta de su madre.

Para Adlet, fue un día terrible. Y desde que se asoció con la fuerza de defensa,
también se vio obligado en el papel de calmar a la madre enojada de Raina.

"Ah, bienvenido a casa. Debes estar gastado".

Cuando Adlet regresó a su casa de piedra, el olor a guiso de setas y la voz de una
mujer de unos veinticinco años lo saludaron. Su nombre era Shetra y ella era la
tutora de Adlet.

"Sis, dice Raina que no voy a aguantar otra sesión de entrenamiento."

"Personalmente creo que es bueno. E incluso Raina no está haciéndolo de mala


voluntad".

"Estoy harto. No pasa nada si no me hago fuerte. Además, no me gusta luchar,"


Adlet se quejó mientras colocaba un paño sobre la mesa. Mientras lo hacía, un
delicioso olor flotaba desde el centro de la casa.
"¿No son estos hongos flor de paragua? Son perfectos. Los ingredientes han sido
escasos recientemente".

Después de que Raina salió corriendo, Adlet había entrado en el bosque y arrancó
setas. Ese día él puso sus manos en una serie de setas que no encontraba a
menudo. Encontrar deliciosas setas era la afición de Adlet y una de sus habilidades
especiales.

Shetra cortaba en rodajas los champiñones y cuando ella las añadió al guiso, un
olor salado como la carne chamuscada flotó hacia él.

Hace tres años, Adlet perdió a sus padres y Shetra perdió a su esposo pastor de una
epidemia. Shetra tomó a Adlet y después de aquello los dos vivían juntos bajo el
mismo techo y dependían uno del otro. Shetra esquilada la lana de las ovejas y
Adlet hacía el queso de la leche de las ovejas. Los dos hacían su vida desde la venta
de esos productos a los otros aldeanos.

Era un recuerdo de cuando Adlet Maia tenía diez años. En ese momento había
estado contenido. Shetra abrazó al chico que perdió a sus padres de cerca e hizo
que Adlet sonriera de nuevo. Adlet le encantaba el olor a suciedad y la de animales
domesticados a quienes se les filtrara por su piel. (El olor)

Y a pesar de ser una persona difícil, Raina era también su querido amigo. Aunque
Adlet estaba harto de la participación en la fuerza de autodefensa con apenas los
dos, Adlet entendía bien que a su manera Raina se preocupaba por Adlet y la
ciudad.

Los otros aldeanos eran gente buena también. Todos ellos decían que su queso mal
hecho era bueno y se lo compraban, a pesar de que habría sido mucho más
delicioso si Shetra lo hubiera hecho.

En ese momento Adlet era realmente un chico normal. Él nunca pensó que podría
convertirse en un héroe de las Seis Flores. De hecho, ni siquiera una sola vez incluso
pensó en que quería ser uno de los héroes. Era experto en conseguir las setas. En
aquel entonces su meta en la vida era ser capaz de hacer aún más un delicioso
queso.

Él había creído que ese tipo de días continuarían por siempre....


Pero eso fue un sueño, un sueño de un tiempo que había pasado completamente
lejos.....

"¿Por qué has venido aquí?"

La escena de su sueño cambió y ahora se encontraba en una casa en el medio del


bosque.

Ubicado dentro de la selva exuberante y densa, el lugar parecía como una casa que
había sido formada y construida en una cueva. Y en el interior, un hombre estaba
sentado con las piernas cruzadas en el suelo.

"Atro Spyker, me enteré de que si soy enseñado por ti voy a ser más fuerte."

Adlet tenía un aspecto trágico. Sus ropas estaban gastadas y su cuerpo delgado y
demacrado. Sus dos manos estaban cubiertas de sangre y como un cadáver,
solamente amargura permanecía en sus ojos.

"Vuelve a bajar la montaña. Si quieres llegar a ser fuerte, entonces únete a los
caballeros. Y si eres un plebeyo, únete a los mercenarios," El anciano le dijo... Atro
en voz baja y ronca.

"Eso no funcionará. Me haré más fuerte, pero no voy a ser capaz de convertirme en
el más fuerte del mundo".

"... ¿Más fuerte Del mundo?" La frente de Atro se sacudió. Sin embargo, Adlet no
podía decir exactamente que expresión estaba haciendo a causa de sus espesas
cejas.

"Por un medio ordinario no puedo ser para nada el más fuerte del mundo así. Para
llegar a ser el más fuerte, tengo que desviarme de la ruta normal. Voy a ser el
hombre más fuerte del mundo. Y después de lo que lo haya hecho así, voy a
derrotar a los Kyomas".
"¿Por qué quieres ser fuerte?"
A la pregunta del anciano, Adlet respondió: "Para recuperar lo que me fue robado.
Más que nadie, más que a nadie, tengo que ser fuerte y ser capaz de recuperar lo
que he perdido".

"Rindete" Atro dijo cruelmente. "No se puede recuperar lo que has perdido. Da y
sigue viviendo".

"Eso no es cierto", Adlet gritó. "¡Tengo que tomarlo de nuevo! Si no lo hago, ¿qué
razón tengo para seguir viviendo!? Si no derroto al Majin y no puedo luchar contra
los Kyomas entonces no habrá valor en mi vida."

Por un corto tiempo Atro miró a los ojos de Adlet y pensó: "¿Me tomas por tonto?
¿Crees que es fácil llegar a ser el más fuerte del mundo?"

Con un rostro cubierto de lágrimas, dijo Adlet, "No me importa si te burlas de mí.
No me importa si te ríes de mí. Voy a seguir queriendo convertirme en el hombre
más fuerte del mundo. Voy a seguir gritando que me convertiré en el hombre más
fuerte del mundo. Si no lo hago entonces, ¿¡Cómo puedo llegar a ser fuerte!?"

Atro levantó la vista al cielo, como si pensara en algo. Luego se puso de pie
lentamente. Y después de eso le dio una patada en el estómago a Adlet, tirándolo al
suelo. El golpe dejó sin aliento a Adlet e incluso con el estómago vacío, podía sentir
la bilis que brotaba dentro de él.

Atro le dio una patada en sus costados y la espalda una y otra vez. Luego dio un
paso en la cara de Adlet y lo puso en el suelo.

"Ríe", dijo.

"... ¿Eh?... lau..." A pesar de que trató de responder a su espalda, las palabras no
podían salir. Él estaba en tanto dolor que pensaba que iba a morir.

"Si quieres ser fuerte, ríe." El pie de Atro se clavó en la espalda de Adlet.

"Los momentos tristes cuando quieres morir. Los tiempos dolorosos cuando quieres
abandonar todo y huir. Los tiempos de desesperación cuando no puedes ver el sol.
Una persona que puede reírse puede llegar a ser fuerte, incluso en todos estos
momentos".
Adlet inclinó el labio tembloroso. Sus mejillas temblaban, baba goteaba de su boca
y de alguna manera lo hizo parecer como si estuviera sonriendo. Pero aún así Adlet
rió.

Atro luego continuó para vencer a Adlet. Cuando le pateó la cara la sangre de Adlet
brotaba de su nariz. Cuando pateó el estómago lo que salió de su boca fue una
mezcla de sangre y vómito. Independientemente, Atro nunca se detuvo.

Arrojando el vómito con sangre, la hemorragia de la nariz, y las lágrimas cayendo


por su cara, Adlet rió. Y esa fue la primera habilidad de lucha que Atro le enseñó.

Adlet despertó. Había sido un sueño difuso y errante.

"Uh...".

Él estaba en el bosque, sorprendido de que aún estaba vivo.

¿Eh?

Cuando había caído estaba seguro de que había estado boca abajo, pero ahora
estaba acostado boca arriba con una raíz de árbol que servía como su almohada.

Trató de tocar su espalda, pero la hoja que debería haber estado atrapada en su
carne no estaba allí. Su herida había sido tratada, la apertura había sido cosida y
cerrada, y toda la zona envuelta en vendas.

Me pregunto quien trató mi herida. Quizás Nashetania me encontró.

"Estás despierto", dijo una voz. Dentro de la oscuridad envuelta en niebla, Adlet
débilmente podía ver la figura de Fremy.

"Perdiste tus signos vitales, por lo que si descansas podrás moverte pronto."

"¿Trataste mi herida?", Preguntó Adlet mientras se sentaba.


"Está bien."

"¿Por qué?" Fremy debía haber también pensado que Adlet era el séptimo. Y para
empezar, tenían una relación turbulenta desde que se conocieron. No sabía de
ninguna razón por la que ella le ayudaría.

"Estoy 99% segura de que eres el séptimo. Pero yo no lo creo completamente. Así
que estoy tomando precauciones para el ciento restante".

"... Es la verdad. Soy genuino. Vine a luchar contra el Majin".

"Cierto. Pero yo no te creo", dijo Fremy y luego miró hacia otro lado.

Se hizo el silencio entre ellos y el bosque en la noche era tranquilo. Adlet se


preguntaba si tal vez los otros cinco habían renunciado a buscarlo, ya que no había
señales de cualquier persecución.

Entonces, ¿qué debo hacer ahora? No importa como tengo que demostrar mi
inocencia. ¿Pero cómo?

"Es lamentable, pero no tengo ni idea de cómo el culpable entró en el templo".

"Probablemente no ya que tú eres el culpable."

"¿Fue lo que Hans dijo la verdad? ¿Realmente no había manera de abrir esa
puerta?"

"No sé tanto como Hans, pero sé un poco sobre la santa de los sellos también. No
creo que lo que decía fuera incorrecto".

"..."

"Y Mora también dijo que no. No hay una manera de entrar en el templo".

Si eso fuera así, entonces realmente nada me vino a la mente. Si fuera posible,
entonces eso significaría que Hans, Mora y Fremy eran cómplices. Pero sólo uno de
los siete era un enemigo, los otros eran genuinos.
Era imposible para los Héroes de los Seis Flores que siguieran adelante sin dejar de
ser cómplices con el enemigo. En otras palabras, si varias personas estuvieron de
acuerdo en una opinión a continuación, sin duda, lo que acordaron era la verdad.

"Tal vez el culpable es Mora", dijo Adlet. Ella había dicho que no era una santa que
podría entrar en la habitación cerrada. Pero si su testimonio era una mentira
entonces, ¿qué? Si ella fuera cómplice de la santa que se infiltró en el templo,
¿entonces qué?

"Puede ser posible. Pero no puedes probarlo sin capturar al culpable que se infiltró
en el templo y mostrar sus habilidades para todos."

"No, si puede haber Santas que incluso ella no conosca. Ella no sabía acerca de ti,
por lo que no puedes decir que no haya santas desconocidas".

"Es lo mismo. Sin la captura de la Santa no se puede probar el delito".

Así que de alguna manera u otra tenía que capturar al culpable que activó la
barrera.

"Muy bien, vamos a aclarar esto. En primer lugar hay dos enemigos, pero además
uno está entre los siete que se han reunido y otro es la persona que se infiltró en el
templo y activó la barrera".

No había ningún error sobre eso. Aparte de Adlet, era imposible que cualquiera de
los otros seis activara la barrera. Cuando se activó la barrera, Fremy, Nashetania y
Goldof habían estado luchando contra los Kyomas. Mora y Hans se dirigían al
templo. El paradero de Chamo era el único que no conocía, pero se le dio un
testimonio afirmando que incluso con su poder, habría sido imposible entrar en el
templo.

"La persona que posee una cresta y se coló entre nosotros es el séptimo. Vamos a
llamar a la persona que activó la barrera como el octavo. Por supuesto que están
trabajando con los Kyomas. Mientras tanto, los Kyomas atrajeron a los Seis Héroes
al templo por las bombas que caían, y nos atacaron con el fin de separarme de ti y
los demás. Era un plan increíblemente minucioso".
"... Pero las preguntas siguen siendo. ¿Por qué está el séptimo entre nosotros? Si su
plan era atraparnos en la barrera luego podría haber logrado escapar sin estar entre
nosotros".

"Eso es una idiotez. Si el séptimo no estuviera aquí, entonces no me habrían


tomado como el impostor. Atraparnos no era el plan, el plan era enmarcarme y
matarme".

"Nunca he pensado en eso, porque creo que tú eres el séptimo."

Ella estaba participando en la conversación, pero no parecía que le creyera a fondo.


Pensó después de convencerla de que ella se había convertido en su aliada, pero de
alguna manera incluso parecía poco probable.

"Por el momento está bien poner fuera los asuntos relacionados con el séptimo.
Nuestra máxima prioridad es encontrar al octavo".

"¿Puedes encontrarlo por tu cuenta?"

Adlet se vio obligado a guardar silencio. Tendría que buscar al enemigo cuyo poder
y verdadera identidad no conocía mientras esquivaba la búsqueda de los otros
cinco. Por supuesto que era poco probable que el octavo estuviera paseando sobre
la zona. Probablemente estaba escondido para que no se le encontrara.

¿Es posible un plan de este tipo? ¿O es sólo posible por todos?, Adlet preguntó.
Pero cada vez que Adlet creía, algo era imposible, lo que le hacía sonreír. Y una vez
más, su boca se ensanchaba en una sonrisa y se sentía lleno de júbilo.

"Eres un hombre extraño. ¿Por qué sonríes?"

"Naturalmente, mi capacidad de sonreír es porque soy el hombre más fuerte del


mundo". Adlet apretó sus manos en puños.

"Incluso una situación terrible como esta no va a poner incluso un poco de mella en
tu espíritu?"
Ríete de la desesperación. Eso fue lo primero que su maestro Atro le había
enseñado.
"Mañana va a ser divertido. Mañana será el día en que destrozare el esquema del
enemigo en pedazos. Mañana también será el día en que probaré tanto mi
inocencia y al mismo tiempo que soy el más fuerte del mundo. No puedo esperar a
que salga el sol".

Adlet continuó riendo. No tenía ni idea acerca de la verdadera identidad del octavo
y no parecía probable que pudiera escapar de los demás, pero si él no se reía
entonces todo había terminado.

"Es una ilusión."

"No, es determinación."

Mientras que él se echó a reír, Adlet pensó en la verdadera identidad del octavo y
su poder. Él recorrió su memoria alguna pista, o algún elemento natural que había
pasado por alto.

Y de repente, después de un tiempo, Fremy habló. "¿Por qué te dispusiste a ser una
de las Seis Flores?"

¿Por qué? Fue una dulce sorpresa. Todo este tiempo Fremy había sido indiferente a
sus compañeros, por lo que ese momento probablemente fue la primera vez que
había tenido algún interés en otra persona.

"¿Por qué preguntas algo así?"

"Debido a que no eres más que una persona común."

"..."

"Hans es dotado, y también lo es Goldof. Pero tú eres diferente. Sólo eres una
persona común que utiliza una gran cantidad de armas inusuales".

"... ¿Estás diciendo que soy débil? ¿Yo? ¿El hombre más fuerte del mundo?"

"Eso no es lo que estoy diciendo. ¿Cómo puede una persona común como tú llegar
a ser tan fuerte como eres? Esa es mi pregunta".
Adlet no respondió. Hans y Goldof y similares eran talentosos, pero el no era más
que una persona común. No podía negar eso. Su habilidad de espada era normal y
su capacidad de arte marcial no era rival para ellos.

"... Es gracias a mi maestro", dijo Adlet. "Ahora digo eso, pero mi maestro era un
hombre loco. Estaba obsesionado con derrotar a los Kyomas y nada más. No
parecía humano".

"..."

"Él me clavó varias tácticas. Todos los días me entrené hasta que estuve vomitando
y no podía moverme. Y cuando eso ya había pasado, como si me atara a mi
escritorio estudié desde cómo hacer armas secretas y venenos", la forma de
perfeccionar la pólvora, todo el camino que conducía al conocimiento científico.

"... ¿La ciencia? ¿Tú estudiaste tanto?"

"Estoy agradecido por mi maestro y yo fui capaz de llegar a ser más fuerte gracias a
él. Sin sus tácticas de combate no convencionales yo no habría sido capaz de
convertirme en el más fuerte del mundo."

"Yo sé sobre el hombre."

Adlet miró la cara de Fremy.

"Atro Spyker. Fue uno de mis objetivos para eliminar. Pero ya era viejo, era una
prioridad baja".

"Cierto. Ese es el."

"He oído que todos sus alumnos huyeron. Ellos no podían tolerar su cruel
entrenamiento".

"Esa información es errónea. Yo no salí huyendo".

"¿Cómo fuiste capaz de aguantar?"

Adlet no respondió.
"Había algo, ¿no? ¿Alguna razón tuvo que establecerse para que te convirtieras en
un héroe de las Seis Flores?"

De repente Adlet recordó la vez que había hablado con Nashetania en la cárcel. Ella
le había preguntaso esto y aquello, pero Adlet no había respondido todo.

Había cosas que eran demasiado sombrías; cosas que él no podía decir fácilmente.

"... Cuando yo era un niño, un solo Kyoma vino a mi pueblo." Y, sin embargo, por
alguna razón Adlet comenzó naturalmente a hablar del pasado. "No lo podia creer.
Yo había pensado que los Kyomas existían en un mundo lejano. Mi amigo trató de
enfrentarlo con su solo palo, pero el llanto me congeló".

"¿Qué tipo de Kyoma era?"

"Era en la forma de un ser humano. Su cuerpo tenía manchas de color verde y


carne. En ese momento parecía tan enorme que atravesaba los cielos, pero no creo
que probablemente fuera tan alto. Era aproximadamente del tamaño de Goldof".

"¿Probablemente tenía tres alas derechas? ¿Alas-Cuervo como que le salían de la


espalda?"

Eso justo. "¿Lo conoces?"

"Continua tu historia", respondió Fremy.

"... El no atacó a la gente, ni se comió a la gente. Simplemente sonrió y se acercó a


mi amigo y entonces acarició mi cabeza. Suavemente, increíblemente suave".

Ese Kyoma llamó a los adultos del pueblo a reunirse en un solo lugar. Mi hermana y
yo habíamos dicho que estábamos durmiendo, pero no había manera de que
pudiéramos dormir. Estaba temblando en los brazos de mi hermana.

"¿Y luego?"
"A la mañana siguiente, el Kyoma había desaparecido. No había heridos, ni la gente
que fuera sido asesinada. Estaba aliviado. Pero después de eso, el jefe del pueblo
habló diciendole a todos que el pueblo se iba a migrar al Territorio de las
Lamentaciones de los Demonios y estarían sujetos a las reglas del Majin".

"..."

"Los adultos estaban diciendo por unanimidad cosas como "El mundo de los
humanos ha terminado. Los héroes de las Seis Flores absolutamente no pueden
ganar". Y todos ellos también creían que aliarse con el Majin era la única manera de
salvar sus vidas. Sólo habían hablado por una noche, pero era como si la gente de la
aldea se había convertido en personas diferentes.

"Yo no sé lo que debía hacer. Yo estaba asustado y temblando. Sólo mi hermana y


mi amigo se opusieron a la idea.

"Pero el Kyoma había dicho también algo más. Dijo que arrancaría el corazón de
cualquier persona que se opusiera a la idea y los llevaría al Majin como un signo de
los habitantes del pueblo prometiendo su lealtad".

"Eso suena como algo que diría."

Así que ella sabía de aquel Kyoma después de todo.

"¿Qué clase de ser es?"

"Todos los Kyomas se rigen por tres Kyomas mayores. Él es uno de ellos. Él es
también el que se le ocurrió la idea de crear un niño de un Kyoma y un Humano y le
ordenó a mi madre que me diera a luz."

"..." Adlet se quedó en silencio.

"Continúa tu historia."

"Hasta el final los dos no odiaron a los aldeanos. El Kyoma era el malo, no ellos. Mi
amigo había dicho: "No odio a los aldeanos." Y mi hermana dio razones diciendo:
"Después de que las cosas vuelvan a la normalidad, sin duda todos viviremos felices
juntos una vez más". Dijeron que me quedaría con las setas de nuevo. Y Raina había
dicho que podíamos hacer una fuerza de defensa juntos de nuevo".
"... ¿Que les pasó a ellos?"

"Mi amigo murió protegiéndome. Mi hermana murió permitiéndome escapar. Yo


soy el único que sobrevivió." Dijo Adlet, pero luego se detuvo en seco. "¿Por qué
estoy incluso diciéndote esto? A cierto, es porque esa era la razón por la que soy el
más fuerte", dijo Adlet mientras cerraba los ojos y vio sus caras flotando en su
mente.

"Cuando le dije la historia a mi amo, me había dicho que yo era capaz de


convertirme en fuerte gracias a mi hermana y mi amigo. Algún día las cosas
absolutamente volverían a la normalidad. Algún día otra vez podrémos vivir juntos
en armonía. Porque creo en esas palabras, incluso ahora, he sido capaz de llegar a
ser fuerte. Las personas que buscan venganza no pueden llegar a ser fuertes, sólo
las personas que tienen algo en que creer".

Fremy no dijo una palabra.

"¿Es eso suficiente?"

Fue una conversación inesperadamente larga, pero la noche era larga. Y había un
montón de tiempo para hablar.

"Estoy celosa", dijo Fremy.

Adlet no podía creer lo que escuchaba. "Justo ahora, ¿qué dijiste?"

"He dicho que estoy celosa."

Adlet olvidó el dolor en la espalda, se puso de pie y le tendió la mano al cinto de su


espada. "¿Qué dijiste? ¿No hay manera de que hayas dicho que tienes celos?"

"Estoy celosa. Yo ni siquiera tengo algo en qué creer".

Sin palabras, Adlet quitó la mano de su espada y volvió a sentarse.

"La persona más querida para mí me abandonó."

"... ¿Qué quieres decir?"


"El Kyoma que me dio a luz y me crió. Ella fue la que me dio mi arma, el poder de la
Santa de la pólvora, y la felicidad. Y entonces ella me abandonó".

Adlet estaba completamente quieto y no hizo ni un solo sonido para mostrar que él
estaba prestando atención. Fue contando su historia a su discreción.

"Es como he dicho antes. Yo me crié y rodeé de Kyomas. No eran como los que
derrotaste hoy. Tenían la sabiduría, el coraje y eran leales al Majin. Yo los había
amado. Y yo había pensado que todos ellos también me amaban".

"Por orden de mi madre yo maté a mucha gente. Nunca tuve alguna pregunta. Por
el contrario, yo había pensado que tenía que hacer mi mejor esfuerzo para matar a
la gente.

"Soy medio de un Kyoma con sangre humana sucia dentro de mí. Así que pensé que
tenía que esforzarme más que cualquier otro Kyoma para servir al Majin. Incluso la
mitad de un Kyoma sería reconocida como un Kyoma completo si mataba a un
montón de seres humanos. Eso es lo que yo creía".

Después de decirlo la expresión de Fremy parecía más infantil que nunca.

"Pero yo había entendido que no podía contribuir al Majin, no importa la cantidad


de peces pequeños que matara. Las seis personas más fuertes del mundo, los que
eran peces grandes me mandarían a la ruina. Nashetania y Mora estaban bien
protegidas, así que no podía acercarme a ellas. Así que decidí desafiar a Chamo.

"Yo había creído que iba a ser reconocido como un Kyoma completo si pudiera
derrotar a Chamo".

"... Perdiste."

"Me arrepiento de ello. Ojalá hubiera ido tras Nashetania o Mora, en lugar de
luchar contra ella. Yo no mantuve ni una oportunidad y no pude hacer nada más
que correr. Además de eso, también me acobardé. Abordando el reto, había ido tan
lejos como para que Chamo me identificara por mí misma".

Adlet ni siquiera podía imaginar qué tipo de pelea había sido.


"Y cuando yo apenas conseguí volver con mi vida... mi madre trató de matarme. Lo
mismo hicieron los otros Kyomas que yo había pensado que eran mis compañeros.
Tal como ves, yo ya había servido mi propósito. Y tal vez todavía me hubiese
gustado que hubiera muerto entonces. Pero me las arreglé para escapar".

Fremy se acarició la frente. Fue donde su cuerno había estado, una cicatriz que era
la prueba que era una Kyoma.

"... Lo que yo no puedo perdonar no es que ellos trataron de matarme. Es que ellos
fingieron amarme. Si yo fuera sólo alguna muñeca para utilizar, entonces entiendo
que incluso si me traicionaran no pensaría que fuera doloroso. Así que si sólo
hubieran planeado traicionarme desde el principio, entonces me gustaría que me lo
hubieran planteado de esa manera. Me hubiera gustado que me hubieran criado
como una esclava para combatir a los seres humanos. Mi madre... mi madre..."
Fremy apretó sus manos en puños. "Mi madre fingió amarme."

(Fremy es perfecta, porqué no existirán mujeres como ella en el mundo? Csm :c)

"... Venganza?"

"Yo no estaría satisfecha con sólo matarla. Tengo que destruir lo que mi madre
arriesgó su vida para proteger. No me sentiré satisfecha a menos que mata al Majin.
Si hago eso, entonces puedo decirle a mi madre sin sentir remordimiento. Puedo
decirle que lo que hice fue el resultado de lo que me hizo".

Cuando Adlet había conocido a Fremy tenía la intención de dejarla sola, y ahora por
fin entendía la razón. Ella era como él. El dolor que ella dio a luz era el mismo que el
suyo. Era el dolor de ser traicionado por la gente en que creía y perder el lugar
donde se podía volver. Era un dolor de odio que quemaba el cuerpo.

La venganza no tenía sentido. La venganza está cometiendo un error. La venganza


no produce nada. Había un montón de gente que decía cosas como esas. Pero ellos
no lo entendían. La venganza no se hacía porque no tenía sentido o porque era
justa, o porque uno podría conseguir algo de ella. Lo hacía porque la persona no
podía hacer otra cosa.
"En ese momento yo había estado contenida. Mi madre estaba allí y mis amigos
estaban allí. Jugamos juntos y luchamos juntos. Yo tenía un perro, entonces
también. Me pregunto qué pasó con él. ¿Sigue recibiendo alimentos o fue
abandonado también?" Fremy continuó hablando, pero parecía más como si
estuviera hablando consigo misma.

"Hey Fremy."

"¿Qué?"

"Sea lo que sea, da todo de ti."

Él lo pensó como un estímulo desde el corazón, pero probablemente un poco de él


se dijo que estaba feliz por ella. Sin embargo, su respuesta fue una mirada más
llena de dudas de frialdad.

"Adlet, ¿por qué no dudas?"

"¿Eh?"

"¿Por qué mi historia parece ser la verdad? ¿No estás considerando la posibilidad
de que la inventé?"

"¿Qué estás diciendo Fremy?"

"Si dices que eres genuino entonces debo ser la persona de más desconfianza.
Desde el punto de vista, yo soy la persona más sospechosa, no importa cómo se
piense en ello".

"Eso sin duda puede ser así."

"En el caso de que seas genuino entonces la primera cosa que debes hacer es
encontrar la prueba de que yo soy el séptimo. Sin embargo no es así. Eso por sí solo
es suficiente razón para sospechar".

Adlet pensó que era una teoría extraña, pero entendía que desde su punto de vista
no era ilógico.
"Eso, eh..." Adlet buscó una respuesta. Varias palabras surgieron en su mente, pero
ninguna de ellas parecía adecuada. No podía acertadamente poner sus
sentimientos en las palabras adecuadas.

Luego recordó cuando él había encontrado primero a Fremy. Parecía que hubiera
sido hace un tiempo extremadamente largo, pero en realidad fue sólo por la
mañana. Los sentimientos que había sentido entonces eran los que expresó
desesperadamente en palabras ahora.

"No quiero pensar que eres el enemigo."

"... No puedo entender. Ni desde el punto de vista de que seas genuino, ni siquiera
si eres el séptimo."

"¿Eh? No tengas una idea equivocada Fremy. No es porque yo particularmente


sienta algo por tí o nada".

"Eso no es lo que estoy hablando. No digas cosas brutas así" Fremy escupió. "No
puedo entender. Realmente absolutamente no puedo entender." Cuando ella lo
dijo, Fremy de repente se puso de pie. "Voy a regresar al templo. Tal vez los otros se
han reunido allí".

"¿Te estas yendo?"

"Claro."

La figura de Fremy luego desapareció en la oscuridad. Hablando de cada uno de sus


pasados, sintió que fueron capaces de entenderse entre sí un poco. Pero tal vez esa
era la alucinación de un momento.

"¿Quieres venir conmigo?" Adlet la llamó en la oscuridad.

Fremy se detuvo y pensó por un momento. "Hemos hablado de varias cosas, pero
el hecho de que eres el más sospechoso no ha cambiado después de todo."

"... Ya veo."

"Pero, por una sola vez voy a escuchar lo que tienes que decir."
Desde la oscuridad Fremy le arrojó algo. Era un pequeño petardo hecho de una
bola de pólvora.

"Fue hecho con mi habilidad... el poder del Dios de la pólvora. Si lo lanzas al suelo
va a explotar. Y si lo haces, no importa dónde ocurra, lo sabré".

"¿Estás diciendo que puedo llamarte si uso esto?"

"No me malinterpretes. Esto no quiere decir que confío en ti. La próxima vez que
vea tu cara puede ser el momento en que te mate".

"..."

"Usarlo o no, eso depende de ti." Y con eso Fremy desapareció en la oscuridad.

Mientras que miraba fijamente a la oscuridad Adlet pensó en la conversación que


había tenido con Fremy. De su conversación sólo había una cosa que se había
confirmado. Fremy absolutamente no era el enemigo. No eran sus razones por las
que él lo creía, sino por su corazón.

Quería protegerla... Desde el Majin ... Desde el séptimo.

"Fremy. Te protegeré. Y no sólo tú, Nashetania y los demás compañeros también.


Porque puedo proteger a todo el mundo".

No hubo respuesta.

Adlet se relajó, miró hacia el cielo oscuro cubierto por la niebla y el pensaba en el
pasado.

Volvió a pensar en hace cinco años, una época en que, bajo la guía de Atro, fue
acercándose poco a poco el día en que se haría el más fuerte del mundo. Durante
ese tiempo él había regresado a su pueblo natal, sólo una vez. Pero toda la zona
había sido quemada en el suelo.
Nada fue dejado. Ni el lugar en el que él y su amigo pasaron su tiempo, ni la casa
donde había vivido con su hermana. El único hecho de la aldea incendiada le
transmitió fue que las cosas que había perdido nunca volverían.
Adlet creía que no llegó a ser fuerte por la venganza, ni luchar a causa del odio. No,
él se hizo fuerte porque no iba a perder a nadie más.

Pero a pesar de que lo creía, la persona que él quería proteger era indiferente.
Capítulo Cuatro: Parte Uno.

En la mente de la séptima, matar a Adlet con sus propias manos no era el mejor
curso de acción. De hecho, quería dejarle la tarea a uno de los héroes de las Seis
Flores.

Si las cosas iban bien, entonces el séptimo podría colocar toda la culpa y culpar a la
persona que mató a Adlet. E incluso si no podía hacer eso, formaría una gran fisura
en la confianza mutua compartida entre las flores. Usando esa fisura, con mucho
tacto, podría dar la vuelta, causando más discordia interna entre los compañeros.

El séptimo no sabía lo que iba a ocurrir en el futuro. Pero hacía entender que la
flexibilidad era muy importante. Tenía que ser capaz de ver las circunstancias así,
sin apegarse justmente a una forma de pensar para que pudiera utilizar con
precisión las herramientas disponibles para el. Y más que nada, no podían dejarse
como sospechoso.

Si pudiera hacerlo, entonces la victoria caería en su regazo.

Bueno, entonces, ¿quien va a matar a Adlet por mí?

Cuando Fremy volvió al templo, Chamo, Nashetania y Hans ya estaban durmiendo.


Mora y Goldof, por el contrario, se mantenían afuera de guardia.

"¿Has estado viva después de todo? ¿Qué pasó con Adlet?", preguntó Mora.

"Él huyó. Fue herido y yo hubiera querido capturarle si fuera posible, pero yo no
tenía mi arma."

"Ya veo. Está bien para que descansar también. Vamos a escuchar acerca de los
detalles mañana por la mañana".

Cuando Fremy entró en el templo, Goldof la llamó y le dijo: "Lo siento, por
sospechar."

"No importa. Cualquier persona normal habría hecho lo mismo".


Cuando amaneció, Fremy le dijo a los cinco lo que pasó después de que Adlet la
secuestró. Luego siguió con su propia historia personal. En concreto, ¿por qué ella
quería luchar contra el Majin?

"Aquellos Kyoma eran sin corazón." Mora frunció el ceño.

"Esa fue una historia terrible, si es verdad," dijo Chamo.

"¡Chamo! ¿Todavía sospechas de Fremy? Ya está claro que Fremy es nuestra


importante aliada", Mora le reprendió, a lo que Chamo rió.

"Meohehe, ahora me siento un poco incómodo. ¿Está bien pensar en ella como
nuestra compañera?"

"Hans, ¿incluso estás diciendo algo como eso?", Preguntó Mora.

"¿De verdad lucharemos contra Adlet?" Hans continuó, preguntándole a Fremy. "La
espada que le clavé fue exitosamente y profundamente clavada en tu regreso?"

"Se perdieron sus signos vitales. Aún no eres tan fuerte como reclamas".

"Adlet mostró un gran afecto hacia ti. Cuando se sospechaba de ti, él se puso de pie
por ti. Cuando Chamo dijo que iba a torturarte se enojó y la detuvo. Incluso la idea
de que Adlet también te excita no es imposible".

"Eres muy irritante."

"Meowy, el corazón de una mujer es un misterio eterno. Sus palabras y sus


sentimientos no coinciden".

"Hans, para un poco", dijo Mora y Hans dejó de hablar, con una mirada de fingida
sorpresa en su rostro.

"Yo también tengo algunas preguntas. Fremy, ¿qué piensas de Adlet? ¿Cómo te
sentiste cuando te diste cuenta de que era el séptimo?"

"Ah, pensé que era verdad después de todo."


"¿Después de todo?

"Había intentado conseguir mi lado bueno, fingía preocupación y trató de ganar mi


confianza. Pero ahora entiendo por qué".

"Meowy, eres una mujer terrible. Y Adlet es un chico cuyos problemas no


importan".

Fremy miró a Hans.

"Más importante aún, ¿cómo vamos a coger a Adlet?" Goldof preguntó y Hans se
acercó a la esquina del templo.

Miró la caja de hierro colocada en la esquina y le dijo: "La mayoría de las armas de
ese tipo están aquí. Sin ellas, no puede luchar. Creo que si le esperamos aquí va a
volver a conseguirlas miau".

"Él no está limitada a aquellas. Él todavía tiene armas en cierta medida escondidas
en él", Fremy objetó.

"No es suficiente para luchar contra todos nosotros."

"Mientras que eso puede ser verdad, yo no creo que sea bueno decir que carece de
los medios", dijo Goldof. "Debemos irnos de aquí. Y ya que nuestro tiempo es
limitado, probablemente deberíamos dividirnos para perseguirlo".

"Goldof está en lo cierto", dijo Mora. "Vamos a proceder en grupos de dos. Primero
Fremy. Tú y yo buscaremos a Adlet".

Fremy asintió.

"Princesa, has un grupo con Goldof. Asegúrate de que no lo tome con calma.
Goldof, estoy confiando a la princesa para ti".

Goldof asintió y Nashetania lo miró con una expresión aparentemente inquieta.

"Chamo y Hans permanecerán aquí para enfrentar a Adlet. Manteniendo la


concentración y manteniendo su ingenio sobre ustedes".
"¿Miau? Mi motivación se reduce a la mitad si no estoy con una chica bonita.
¿Puedo cambiar con Goldof?"

Todo el mundo ignoró la queja de Hans.

"Si no hay objeciones, vamos a darnos prisa e irnos."

"De ninguna manera" Chamo intervino. "Chamo odia esperar."

"Ya veo. Pues bien, Fremy te quedas aquí y Chamo, ven conmigo".

"Chamo no quiere caminar por todo el lugar tampoco. Chamo jugará alrededor de
la zona hasta que la barrera se redusca".

"... ¿Quieres que te regañe, Chamo?" Parecía que Mora estaba a punto de estallar
una vena en su frente.

Hans se rió. "Está bien. Voy a ser suficiente para un tipo como él".

"... Son todos los compañeros un poco fiables. Bueno, entonces tengan cuidado de
no perderse. Y no salir demasiado lejos".

Nashetania y Goldof partieron hacia el oeste. Pero cuando Mora y Fremy estaban a
punto de salir en la dirección opuesta, Hans llamó a Fremy.

"Hey, Fremy."

"¿Qué?"

"¿Eres realmente capaz de luchar contra los Kyomas?"

"¿Qué quieres decir?"

"Si en frente de tu querida madre importante, ella te dice cosas como "Lo siento,
perdóname, he estado lamentandolo todo durante todo este tiempo, vamos a vivir
juntos de nuevo" ¿Serías capaz de matarla?"

"Yo sería capaz de matarla porque yo sé que ella está mintiendo."


"Te equivocas," Hans respondió y Fremy lo miró con una cara llena de ira. "Yo soy
un asesino. He recibido muchas peticiones. Los maridos traicionados por sus
esposas. Los niños abandonados por sus padres. Esas personas se acercaron a mí y
me dijeron que los matara. Pero ya ves, no es que fuera alguna vez feliz por ese tipo
de trabajo. Bueno, al final cerca de la mitad me dijo que terminara el asesinato en
el última momento, miau".

"... ¿Cual es tu punto?"

"... Bueno, supongo que no importa."

"¡Vamos a ir Fremy!", Mora dijo y las dos le dieron la espalda a Hans y entraron en
el bosque.

Después de salir del templo y caminar por un tiempo, Nashetania se detuvo de


repente. Ella se dio la vuelta y miró detrás de ella, miró la topografía de la zona una
y otra vez.

"¿Qué pasa?" Goldof, quien la había estado siguiendo, estaba perplejo por su
comportamiento.

"Goldof. Esta pregunta puede parecerte repentina y extraña, pero ¿Confías en mí?"
Nashetania miró directamente a los ojos de Goldof mientras hablaba.

"Claro. ¿Si usted es la princesa por qué habría que desconfiar?"

Pero su respuesta sólo hizo oscurecer la expresión de Nashetania. "No vas a


entender lo que quiero decir. Lo que quiero preguntar es si vas a estar de acuerdo
conmigo sin decir una palabra?"

"Princesa, ¿qué estás pensando?"

Nashetania siguió mirando a los ojos de Goldof y dijo: "Adlet-san no es el séptimo.


De ahora en adelante voy a actuar para demostrar ese hecho".

"¡Princesa!" Goldof gritó.


"Sólo por esta vez no pasa nada", dijo, refiriéndose a su arrebato. "¡Está de acuerdo
conmigo, sin decir ni una palabra más. Sé que Adlet-san cayó en una trampa y está
esperando mi ayuda!"

"No puedo consentir eso. Incluso si se trata de las palabras de la princesa, yo no


puedo hacer lo que me estás pidiendo".

"No estoy diciendo que no tengo la más mínima idea sobre el asunto", dijo
Nashetania, de pie firme. "Hay alguien de quien estoy nerviosa. Todavía no tengo
pruebas, y yo podría simplemente estar equivocada. Pero, tal vez hay pistas que nos
llevarán a la verdad".

"¿De quién sospecha?"

Con voz tranquila Nashetania respondió: "Hans-san."

Mientras tanto, Adlet había estado moviéndose, corriendo en silencio en lo alto de


las ramas de los árboles para que no dejara ninguna huella. De vez en cuando se
detenía, confirmaba que nadie estaba cerca de él y luego continuaba.

Se dirigía hacia el templo con la esperanza de si podía encontrar pruebas de la


octava entonces las sospechas hacia él se disolverían por el momento. Fue un curso
de acción mucho más eficaz que ciegamente ir corriendo por el bosque en busca de
la octava.

Se preguntó cómo los seis se movían alrededor mientras saltaba de copa en copa.
Tal vez los seis me están buscando en grupos de dos o tres. Esa fue una decisión
racional, si están siendo cautelosos acerca de ataques por sorpresa.

Si ellos se movían en grupos de dos, sería bastante malo. Cualquier persona sola
podría estar junto con el séptimo y después de matar a su compañero
desprevenido culparía a Adlet. Eso puede haber sido el próximo plan del séptimo.

Tengo que darme prisa antes de que pueda llevar a cabo su plan.
Se preguntó si la investigación del templo era posible. Como mínimo debía haber
dos personas que custodiaban el templo. Pero si fueran Nashetania o Fremy
entonces podría usarlas. Con la cooperación de Fremy o de Nashetania él podría
conseguir que desucoparan al templo para él. O podría tratar directamente de
negociar con una de ellas para entrar en el templo.

Eran planes terribles, y desde que estaba en el extremo de la carretera, se iba todo
al azar. Pero en el momento eran las únicas opciones que tenía.

"... Hagámoslo."

Finalmente llegó al templo sin caer en cualquiera de sus perseguidores. Parece que
la suerte no le había abandonado. Luego subió otro árbol, sacó su telescopio y
buscó la zona. No había gente en todo el templo.

Tal vez me están esperando con una emboscada en el templo. Adlet pensó mientras
rodeaba detrás el templo y se acercaba con cautela. Luego saltó al tejado. Luego, él
puso su oído al techo de piedra y escuchó los sonidos en el interior.

Pero no podía oír nada procedente desde dentro del templo. ¿Podría ser que no
hubiera nadie dentro o era todo una trampa para atraerle? Si se tratara de una
trampa, ¿la había hecho uno de sus compañeros o había sido el séptimo?

De repente sintió un intento de asesinato y su cuerpo reaccionó antes de que


pudiera pensar en ello.

"¡Memeow!"

Cuando Adlet rodó hacia un lado para esquivar el ataque, una espada se clavó en el
techo en el mismo momento exacto. Su atacante se había acercado desde atrás sin
hacer el más mínimo sonido.

"Yo pensé que vendrías, Adlet."

"Así que eres tú, Hans."


Había olvidado el hecho de que el tipo era un asesino. Ataques por sorpresa y las
trampas eran sus especialidades. Había previsto la llegada de Adlet, y
probablemente, se había escondido en el bosque con antelación.

Hans sacó su espada desde la azotea. Luego mostraba una nata en cada mano,
hacía girar las armas usando solamente sus muñecas. A pesar de que parecía que
estaba jugando, estaba definitivamente en guardia. Era un movimiento extraño.

"Previamente pensé que tus habilidades cobardes eran tus únicas armas. Pero tú
eres más capaz de lo que pensaba".

Hans parecía sorprendido de que su ataque sorpresa hubiera perdido.

"Así que nos hemos quedado en esto eh. Esto es un problema. Supongo que parece
que no vamos a tener más remedio que matarnos unos a otros." Adlet sacó su
espada y se enfrentó a Hans. Pero eso era una finta. Como no había espacio para
las negociaciones ya estaba pensando en nada más que un método de escape.

"Es mejor si tienes el deseo de matarme. Si no, entonces esto se resolverá en un


instante." Sonriendo de oreja a oreja, Hans hizo girar sus espadas, como si él no
pudiera contener su entusiasmo por la lucha.

"Vamos a partir de ahí. Dejar batallar a un guerrero menos calificado contra un


oponente superior."

"Mehi. Mehihi, umeomeomeomeow!" Emitiendo un grito extraño, Hans se


abalanzó sobre Adlet.

Segun lo planeado.

El plan de Adlet era bloquear el primer ataque, y en la apertura lanzar una bolita de
humo en la cara de Hans.

Pero justo antes de que tocara a Adlet, Hans utilizó las dos manos y los pies para
detenerse. Y en la abertura creada por Adlet lo atrapó con la guardia baja, hizo un
saque de hilatura y envió la bomba de humo volando desde la mano izquierda de
Adlet.
"Miau. Los mismos movimientos no van a funcionar de nuevo".

Utilizando el impulso de su patada giratoria, Hans metió su espada en Adlet, quien


saltó hacia atrás desde el techo apenas esquivando la hoja. Entonces Hans torció su
cuerpo y saltó en el aire después de él.

Los dos cayeron desde el techo del templo, y cuando Adlet aterrizó en el suelo,
levantó la vista para ver a Hans cayendo hacia él de frente. Pero en aquel momento
Adlet pensó que era el momento perfecto para escapar, Hans, con las manos aún
agarrando su espada, aterrizó en sus puños. Luego, con sólo el poder en sus brazos,
lanzó su cuerpo hacia Adlet.

Rotatoriamente a través del aire, lo golpeó. Adlet tomó todas sus fuerzas para
bloquear el golpe con la palma de su espada. Tal como él había puesto todo su peso
corporal en el golpe, el ataque destruyó el equilibrio de Adlet. Hans aterrizó de
nuevo en sus manos y después de todas las cosas corrió hacia Adlet de nuevo. A
continuación, se enrolló hacia adelante con sus dos espadas destinado para la
cabeza de Adlet.

"Guah."

Aunque el marco de Hans no era muy grande, sus ataques eran terriblemente
fuertes. Sólo detenerlos hacía que los hombros de Adlet se estremecieran.

La rápida sucesión de ataques de Hans continuaron. Y como si no existiera la


gravedad, Hans caminaba sobre sus manos con saltos mortales y volteretas una y
otra vez, y se movió libremente en sus manos y pies cuando atacó a Adlet.

¿Son estos los movimientos de un ser humano? Los ataques estaban volando hacia
su camino desde direcciones inesperadas. A pesar de que no parecía que estaba
haciendo otra cosa que jugar un rato, ni siquiera un solo ataque era inútil. Hans se
enrolló sobre Adlet moviéndose como un gato jugando con una pelota.

Adlet lanzó dardos envenenados integrados en sus mangas y luego trató de golpear
a Hans con el clavo escondido en el pie, pero todos fueron esquivados. No, ellos no
lo podían golpear.
Las armas de Adlet eran cosas que se utilizaban cuando el enemigo no las esperaba.
Pero en ese momento fue él quien experimentó lo inesperado.

"Umeow!"

Una de las patadas de Adlet se arrojó en la desesperación aterrizando en el


intestino de Hans y él soltó su espada. Esa apertura fue el momento en que Adlet
intentó colocar una bolita de humo.

"¡Umeomeow!"

Hans cogió sus espadas en el aire con sus pies, y luego con el poder de los dos
brazos que forzaron a su cuerpo en la forma de un taladro se lanzó hacia Adlet.
Como si se trataba de un ataque con las piernas, Adlet fue capaz de detener el
ataque con su espada, pero en ese instante las manos de Hans agarraron los pies de
Adlet y tiraron de él hasta el suelo.

"Mierda..." Adlet jadeó cuando aterrizó boca abajo. Pero no tuvo tiempo de gritar.
Instantáneamente Hans estaba de pie y había presionado su espada al cuello de
Adlet.

Había sido magnífico y, en realidad, una conclusión rápida. Adlet había sido
completamente derrotado. Atónito, Adlet se quedó mirando la hoja pegada a su
cuello.

La espadade de Hans le estaba impidiendo completamente a Adlet moverse. Si se


moviera ligeramente, su cuello se rompería.

"Miau. Eso es lamentable Adlet", dijo Hans con una sonrisa. "No era un mal plan. Yo
no habría sido capaz de llegar fácilmente con la idea de convertirme en un héroe
impostor de las Seis Flores. Y si yo no estuviera aquí tal vez habría sido capaz de
engañar a todo el mundo con un poco más de éxito".

"Hans, soy..."

"No eres el impostor... ¿es que lo que vas a decir meow? Eso no va a funcionar."
Hans tenía una amplia sonrisa.
"Me sorprendiste cuando tomaste un rehén. Eres más rápido de pies de lo que
pensaba".

Así que sus acciones entonces habían sido un error después de todo. Aunque Adlet
se arrepintió, no tenía tiempo en el momento para lamentar las cosas que habían
pasado. Ahora tenía que meterse en su situación actual.

"Así que, escupeme. ¿Quién te ha estado dando órdenes? ¿Qué tipo de razón
puede haber para que puedas traicionar a la humanidad y aliarte con el Majin? Si
hablas con la verdad no voy a hacer nada malo contigo".

"... No puedo decirlo ya que no soy el impostor".

"No te detengas. Bien, miau, entiendo. ¿Tienes algunas historias lacrimógenas para
explicarte a ti mismo? ¿Necesitas tomar un medicamento para tu madre enferma?
¿Tu amante fue tomada como rehén?"

"No tengo familia. Tampoco tengo una amante. Lo he dicho una y otra vez, pero yo
no soy el impostor."

"... Miau, así que no hay nadie para sentirse triste por que mueras."

Cuando la espada de Hans arrancó la carne del cuello de Adlet, Adlet se movió. Él
no había agotado todas sus armas secretas. Había un solo cable que se extendía
hacia abajo de la manga de Adlet, que él pellizcó y tiró. Y en el instante siguiente
una bolsa en la cintura se rompió con un sonido violento y humo amarillo se
repartió en la zona.

"Gumeow!" Hans gritó cuando él se cubrió los ojos. Lo que fue roto no era sólo una
bomba de humo; era una bomba llena de gas lacrimógeno que detenía por igual
tanto a los Kyomas y a los seres humanos en sus pistas.

"Mierda. No puedo creer que cayera ene sto por este imbécil. ¡Esta muy doloroso!"

El impacto fue mucho peor para Adlet quien había tomado la explosión a
quemarropa. Sin embargo, Adlet pudo escapar de la encerrona de Hans. A
continuación, tomó la espalda desde Hans y trató de correr. Pero con el dolor en sus
ojos no podía correr rectamente y se estrelló violentamente de cabeza en uno de
los pilares de sal.

"¡Meomeomeow! Qué persistente mocoso eres".

"Voy a ser persistente hasta que llegue lejos."

Mientras ambos se frotaron los ojos, Hans y Adlet continuaron luchando. Adlet
había utilizado su carta de triunfo y sólo tenía unas pocas armas secretas restantes
en la mano.

Adlet creía que no podía vencer a Hans. Por lo menos, probablemente ni siquiera
sería capaz de escapar de frente a él a menos que su gran plan lo cogiera con la
guardia baja.

A pesar de tener casi ningún campo de visión, los ataques de Hans eran más feroces
que nunca. De pie y desde arriba de su cabeza, Hans blandió su espada hacia Adlet
en todo tipo de direcciones, enroscándose sobre él como si estuviera bailando.

"... Dotado" Adlet murmuró.

No había duda de que Hans era un prodigio. En todo el mundo sólo uno de cada
100.000, o uno de cada millón sólo poseían el tipo de habilidad que estaba
demostrando. Sin ello, Hans no sería capaz de manejar una técnica de espada como
esa.

Adlet era diferente. Él era una persona común. Una persona completamente
normal.

Pero Adlet preguntaba quién era el que había decidido que una persona normal no
podría llegar a ser el más fuerte del mundo.

"¡No puedes escapar miau!"

Mientras que hacía un salto mortal hacia adelante en el aire, Hans atacó. No
importa qué tipo de ataque se esgrimía contra él, Adlet no podía predecirlos.
Poniendo en marcha una defensa con su espada y vaina, Adlet bloqueó el ataque
de arriba. Entonces, cuando Hans tocó el suelo hizo una voltereta, y con tanto de
las cuchillas en las manos y los dos pies atacó con una doble cuchilla y patada
doble. Adlet bloqueó las cuchillas y creó una abertura, la que Hans utilizó para
empujar dos patadas en el estómago.

"¡Ja! ¡Es completamente ineficaz!" Adlet gritó mientras sentía ganas de vomitar.

El hombre que le había enseñado a Adlet no había omitido ningún puñetazo. Adlet
se había hecho fuerte en el infierno. Había fortalecido su cuerpo, esgrimió una
espada y estudió a fondo cómo utilizar sus armas secretas. Sin embargo a través de
todo ese trabajo duro, por fin se dio cuenta de que había un muro infranqueable
distribuido entre las personas con talento y ordinarias.

"¡Por aquí!" Al momento en que Hans saltó, Adlet lanzó su última pastilla de humo
al suelo. Y con su cuerpo boca abajo en el suelo pasó bajo el cuerpo de Hans.

Gracias a todo su duro trabajo de alguna manera fue capaz de bloquear los ataques
de Hans. Pero no podía ir más allá de ese punto. Superar a los superdotados era
algo que una persona normal no podría hacer.

Sin embargo, incluso si perdía en fuerza real, aún podía ganar. Incluso si él no
estaba dotado, aún podía vencer a alguien tan talentoso como Hans. Adlet había
ido todo su camino hasta donde estaba ahora creyendo eso.

"... Haa... Haa..."

Los dos lucharon durante mucho tiempo. La mayoría de las herramientas en los
cinturones de Adlet eran menos. Hans era en su mayoría estaba ileso, pero por otro
lado todo el cuerpo de Adlet estaba cubierto de heridas.

Pero incluso Hans se sintió ligeramente fatigado. Por tan sólo un ligero momento
detuvo su ataque. Ese fue el momento que Adlet había estado esperando.

Adlet se quitó una de sus correas que sujetaban sus diversas armas secretas y la
tiró. Confundido por la acción, Hans se detuvo y en ese momento Adlet eliminó
rápidamente su segundo, tercero y cuarto cinturón y los tiró también. Todos los
cinturones cayeron directamente en el centro entre ellos.
Por primera vez Hans miró preocupado porque Adlet había arrojado sus armas
secretas ahora dándole la ventaja a Hans. Pero Hans no era un hombre tan sencillo
de pensar que ese era realmente el caso.

"Miau, ¿qué estás haciendo?"

".......Yo no tengo más mis armas secretas. Te ganaré con mi fuerza por sí sola".

"... Estás jugando algún tipo de truco."

"Así es," Adlet lo admitió fácilmente. Hubo una diferencia abrumadora en sus
habilidades de espada. Y había una posibilidad fuerte de que Hans realmente
pensara que era una trampa.

"....Meow", Dijo Hans en un gemido. Él estaba en una pérdida en cuanto a cómo


continuar.

Era extraño. Hasta hace un momento Hans tenía superioridad completa en la lucha.
Y puesto que Adlet había tirado sus armas secretas, Hans estaba en una posición
aún más ventajosa. Sin embargo, Hans no podía moverse.

Si Adlet tuviera que decir la verdad, diría que no tendría manera de detener a Hans
Hans si decidiera dejar de pensar y atacara. Pero Adlet creía que Hans no atacaría.
Hans tenía una mente aguda. Y porque era tan fuerte no podía atacar. Incluso si
pensaba que Adlet pretendía (Actuaba) tenerle una trampa, él todavía no atacaría.

"¿Qué te pasa Hans? ¿Asustado?"

"Sí, estoy asustado. No tiene sentido en engañarte".

"Eres honesto."

"Yo maté a gente, pero yo no miento. No puedo mentir."

Dada la situación, no habría éxito en derrotar a Hans. El éxito para Adlet sería
aclarar su falso cargo y descubrir quién era el séptimo. Así que lo que él estaba
tratando de hacer ahora era su plan para lograr ese objetivo.
"Miau", Hans estaba observando a Adlet con cuidado. Estaba comprobando si había
algo oculto en la ropa de Adlet o su boca. O si había algo que había caído cerca, que
podría ser utilizado como un arma.

Pero Hans no estaba prestando atención a la única arma que Adlet sostenía, la
espada. Y usando esa oportunidad, Adlet golpeó.

Adlet agarró la empuñadura de su espada con fuerza y la retorció. Y con el sonido


de una pesada primavera, la hoja de la espada de Adlet voló, disparándose en una
línea recta y golpeando la funda en la cintura de Hans.

"¡Miau!" Hans saltó hacia atrás e inmediatamente después Adlet le gritó.

"¡Hans! Alguien como tú puede entender lo que acaba de pasar ¿no? Yo perdí a
propósito con ese ataque." Tal como gritó Adlet, arrojó su vaina restante muy lejos
en la distancia. Ahora estaba completamente desarmado.

"... ¿Qué te pasa?"

"Un tipo como tú debe entender eso también."

Después de tirar la empuñadura de su espada, Adlet procedió a quitarse la


armadura y la ropa, mostrándole a Hans que él estaba realmente desarmado.

"Piensa Hans. Si yo fuera el séptimo entonces ¿qué razón tendría yo para perder
con ese ataque? El último ataque fue la única oportunidad que tenía para ser capaz
de matarte. ¿Qué razón habría para dejar escapar la oportunidad ante mis ojos?"

"... Miau."

Adlet estaba usando la desesperada situación con el fin de ganar a Hans como su
aliado. Creía que un hombre como Hans debía ser capaz de entender que Adlet no
era el séptimo.

Por lo menos, Adlet oró que Hans le comprendiera.

"No importa cuánto trates de engañarme, no va a funcionar."


"Si yo fuera el séptimo entonces sería más beneficioso matarte que engañarte. No
hay límites a la baja posibilidad de ser capaz de engañarte, pero la posibilidad de
que podría matarte era casi segura".

"... Guu."

"Yo soy el genuino. Y es por eso que no debo matar a un compañero. Esa es mi
respuesta, la razón de que con mi ataque de antes perdí. Entiende Hans!"

Agarrando sus espadas con fuerza, Hans miró preocupado. El argumento de Adlet
debería haber tenido sentido por lo que creía que él era capaz de persuadir a Hans.

Pero sólo había un agujero gigante en su plan. Si Hans fuera el séptimo Adlet estaría
completamente desarmado frente a los ojos del enemigo.

La situación actual era un juego de azar. Pero Adlet no tuvo más remedio que
apostar porque Hans no era el séptimo.

Adlet oró. Te lo ruego Hans. Entiende y acepta que soy un miembro genuino de las
Seis Flores.

Eventualmente, todo el poder del cuerpo de Hnas repentinamente se fue. "Miau.


Estoy convencido. Eres una verdadera flor".

Había sido capaz de persuadirlo.

Sudor frío estaba siendo derramado del cuerpo de Adlet. Las probabilidades en su
apuesta habían sido extremadamente desventajosas, pero aún así habían ganado al
final.

Sin embargo, las siguientes palabras de Hans causaron que su espalda se tensara.

"Fue una buena opción que me quedara aquí. Si hubiera sido otro de tus
compañeros me habrías convencido".

"... ¿Eh?"

"Es una pena. Realmente lamentable".


Hans sonrió y Adlet se apresuró a llegar a los cinturones que había tirado al suelo.

"Es desafortunado, pero yo soy el séptimo", dijo Hans, moviéndose hacia Adlet al
mismo tiempo.

Y en el momento en que Adlet agarró un cinturón, la espada de Hans lo acuchilló en


el cuello.

Un choque ardiente corrió a través de su cuerpo, y Adlet definitivamente podría


sentir su cabeza siendo separada de su cuerpo.

Pero...

Todavía agarrando su cinturón, Adlet estaba vivo. Luego tocó su cuello y confirmó
que estaba de hecho todavía unido. No había ni una sola barra delgada.

De pie al lado y sonriente, Hans dijo: "Los seres humanos se engañan con las
palabras. Sus acciones también los engañan. Y tampoco sus ojos, voces, ni las
emociones se pueden confiar. Pero, el rostro de una persona en la muerte no puede
mentir. Directamente antes de la muerte su cara reveló lo que eran tus verdaderas
intenciones".

Adlet casi no escuchó la voz de Hans.

"Si fueras el impostor entonces habrías hecho una cara que implicaría que yo
siendo el séptimo era ridículo. Pero hiciste una cara que parecía dar a entender que
todo había terminado. Al parecer no pareces ser el impostor".

"Pensé....mi cuello.... ¿Había sido cortado?" Adlet apenas forzó esas palabras
saliendo de su boca.

"¿Está bien? Eso es sólo porque alucinaste que fuiste cortado de esa manera." Hans
rió. Luego recogió la armadura y la ropa de Adlet y las arrojó sobre Adlet." ¿Cuánto
tiempo vas a estar separado de esa manera? Date prisa y vístete. No tengo ningún
interés en ver a un hombre desnudo".
Volviendo a sus sentidos, Adlet se levantó, puso su ropa de nuevo y se abrochó los
cinturones. Luego recogió los pedazos de la espada y volvió a insertar la hoja en la
empuñadura.

"A partir de ahora, vamos a trabajar bien juntos." Hans le tendió la mano al Adlet
ahora totalmente equipado y Adlet aceptó su apretón de manos.

"A decir verdad, he estado pensando que era un poco extraño que fueras el
séptimo. Si fueras el séptimo entonces no habrías tenido ninguna razón para
levantarte por Fremy".

"Si lo hubieras pensado en ese entonces deberías haberlo dicho."

"Meowehee, lo siento por eso."

Era solo un paso hacia adelante. Pero fue un paso gigante. El hombre, quien había
sido el que sospechaba más de Adlet, se había convertido en su compañero y
alguien en quien podía confiar.

Por fin estoy empezando a ver un poco de esperanza.

Capítulo Cuatro: Parte Dos.

Fremy y Mora se encontraban en el mismo lugar donde Adlet había pasado la


noche.

"Hay una serie de marcas y grabados, pero en cuanto a la dirección donde él salió
corriendo no tengo ni idea", dijo Mora quien había estado mirando al suelo. Ella se
puso de pie, como si se hubiera dado por vencida.

"El rastro de sangre y huellas en todo el extremo fueron tapadas", agregó Fremy.

"Los tipos como Adlet tienen que ser vistos como los mejores cuando se trata de
escapar."

Fremy miró por encima de su entorno. "Tal vez él todavía está por aquí."
"Las posibilidades de aquello son bajas. A pesar de que hemos elegido venir a
buscarlo, no parece probable que se quedaría en un solo lugar".

"Eso es lo que él quiere que creamos, pero me atrevería a decir que todavía puede
estar en el mismo lugar."

Mora se cruzó de brazos y pensó por un momento.

"¿Qué pasa?", Preguntó Fremy.

"No lo sé. ¿Qué es lo que Adlet quiere hacer?"

"Está de espaldas contra la pared, lo que significa que su única opción es correr."

"Te equivocas. Tiene que haber algo que está planeando. Ha trabajado
minuciosamente algún tipo de plan. Así que para mí no parece que la situación
actual será el fin para él".

"En cualquier caso, todo habrá terminado una vez que lo atrapemos. Vamos. No
tenemos más remedio que buscar al azar".

Fremy le dio la espalda a Mora y empezó a alejarse, pero luego Mora la llamó para
que se detuviera.

"No corras. Vamos a hablar un poco. Será mejor que nos movamos después de que
hayamos recopilado nuestros pensamientos".

"... Entendido."

"En primer lugar, tengo algo que me gustaría preguntarte. ¿No sabes nada acerca
de esta trampa actual?"

"No sé nada."

"Nunca oíte hablar de él entre los Kyoma?"

"... ¿Me estás interrogando?"


Mora puso una mano en el hombro de Fremy y dijo: "Espera. No lo tomes a mal. Es
comprensible que desconfiarías de nosotros después de ayer, pero ya no
sospechamos".

"No sé sobre eso. ¿Qué pasa con Hans? O Chamo?"

"Permíteme parafrasear eso. Ya no sospecho de ti. Creo que eres un aliado


importante".

"Cierto..." Fremy respondió. Sin embargo, bajo la mirada de Mora, con el tiempo
ella bajó la cabeza ligeramente. "Lo siento, pero yo no lo sé. Los Kyomas se dividen
en varios grupos pequeños y casi nunca interactúan unos con otros".

"Pensé que los Kyomas eran más en grupos de bandas y trabajaban por una causa
común."

"El funcionamiento interno de los Kyomas son complejos. Mucho más de lo que
piensas".

"Ya veo."

"¿No había información desde tu lado? Había humanos aliados con el Majin. ¿No
sabes absolutamente nada acerca de eso?"

"... No se. Estarías completamente justificada en criticarme como incompetente."


Mora suspiró. "Dando aquella información, simplemente decidió que era una falsa
alarma sin intentar verificarlo. Si yo hubiera sido más cuidadosa entonces se habría
evitado esta situación".

Mora puso una mano en la frente. Su arrepentimiento parecía desprenderse de


ella.

"No te preocupes. No eres la culpable de esto".

"¿Qué es eso? ¿No estás diciendo algo agradable?" Después de decir eso Mora
sonrió. Luego puso su mano sobre la cabeza de Fremy. "No es una buena cosa lo
que Adlet hizo. Él te trajo hasta nosotros. Incluso si eso fuera sólo un enlace en su
plan, aun así fue una buena cosa".
"No me trates como una niña."

"Desde mi punto de vista eres una niña."

Fremy giró su cuello y sacudió la mano de Mora.

"Olvídate del hecho de que eras el asesino de las Seis Flores. Estabas siguiendo
órdenes. Es lo mismo que cuando un soldado mata a alguien en el campo de batalla
y que no está acusado de un delito. La princesa y Goldof parecía que no fueron
capaces de convencerse pero van a entrar en razón con el tiempo".

"..."

"Pronto incluso Chamo se abrirá a ti. Ella es un dolor en el cuello, pero ella tiene
buenos puntos. Hans... podría ser mejor que lo dejen solo. Sin embargo, si bien es
cierto que eres el asesino de las Seis Flores y la hija de un Kyoma no es necesario
para construir un muro".

Mirando lejos a Mora, Fremy se quedó en silencio por un momento. "Este no es el


momento para hablar de nada. Vamos a perseguir a Adlet" Fremy dijo y entonces
empezó a alejarse. Mora la siguió.

Mientras caminaban, Mora dijo, "Entiendo que sientas algo por Adlet. Cuando
fuiste acorralada por nosotros él fue el único que trató de ayudarte".

Fremy no respondió.

"Pero hay que tomar en consideración que Adlet es el enemigo. Además él es un


enemigo sorprendentemente cobarde".

"Relájate. Estoy totalmente odiándolo".

"Tal entusiasmo. Luego, en cuanto lo encontremos, matalo. Mátalo a cualquier


precio, Fremy".

Mátalo a cualquier precio, Mora le recordó a Fremy una y otra vez. Y en respuesta
Fremy simplemente repitió su insistencia hasta que se enfadó.
#

Nashetania y Goldof estaban cerca del borde de la barrera, en el borde de la


carretera que conducía al Territorio de las Lamentaciones de los Demonios. Era
donde los héroes de las Seis Flores deberían haberse reunido y al parecer donde
Mora y Hans habían estado esperando a las flores restantes hasta ayer.

"¿Has oído algo que viene del templo?", Preguntó Goldof.

"No, nada", respondió Nashetania. "Pero lo más importante, tenemos que buscar".

Había un pozo oculto en la gran espesura a un lado de la carretera, que parecía el


lugar donde Mora y Hans se habían quedado. Con una expresión seria en su rostro,
Nashetania estaba ocupada mirando sobre el foso, pero ella era la única que estaba
entusiasmada con la búsqueda. Goldof estaba parado sin hacer nada y sin buscar
problemas.

"No sirve de nada. Hans-san y Mora-san estaban sin duda aquí, pero eso es todo lo
que sé", Nashetania dijo mientras salía de la fosa. "Hans debió haber conseguido un
poco de información de los Kyomas aquí. Pero no hay pistas que demuestren que
los Kyomas se hubieran acercado a este lugar.

Nashetania se agarró la cabeza. "Quiero reunirme con Mora-san, pero me pregunto


si ella me escuchará. Mora-san cree que Adlet-san es el séptimo. ¿Qué puedo hacer
para convencerla?"

"Princesa..."

"Estoy enojado conmigo mismo. Aunque Adlet-san puede morir, no puedo hacer o
pensar en nada".

"Princesa, por favor déjelo", Goldof dijo, como si ya no podía aguantar con ella.

Nashetania miró a Goldof. "Así que no me crees, ¿eh?"

"¡Adlet es el enemigo! ¡No importa lo que usted diga princesa, eso no va a


cambiar!"
"Ya basta. Si no me crees entonces adelante y persigue a Adlet-san si quieres!"
Nashetania luego puso su mano en la boca. "... Lo siento, Goldof. Dije demasiado",
dijo con una expresión de dolor. "No me lo puedo creer. Nunca pensé que volvería a
gritar en toda su vida".

Goldof también parecía herido. Pero cuando Nashetania le dio la espalda a él, como
si una presa se hubiera reventado Goldof espetó: "Princesa, ¿por qué Adlet?"

"¿Eh?"

"¿Por qué, en vez de mí quien te ha servido desde que era joven, ¿cree en Adlet?"

"¿Qué quieres decir?"

"... Perdóneme, pero ¿que le pasó princesa? ¡Algo cambió en ti!"

Nashetania se quedó sin habla.

"¡¿Qué es Adlet para usted?! El fuera de la ley se introdujo en el torneo ante la


diosa, el de algún lugar y dudosos orígenes desconocidos, un hombre solo viajando
por unos diez días. ¿Por qué está tan preocupada por él?"

Aún sin habla, Nashetania miró a Goldof. "Podría decir lo mismo de ti. ¿Que te
pasó?"

"Princesa, yo..."

"¿Qué estás diciendo Goldof? La lucha por la suerte del mundo ya ha comenzado y
nuestros compañeros están expuestos al peligro. No puedo ser la yo de siempre,
¿no?"

"Eso, eso..."

"Adlet-san es nuestro compañero, nuestro importante compañero que combinará


su fuerza con nuestra propia para oponerse al Majin. ¿Hay algo más en que hayas
estado pensando?"

"..."
"Lo siento, pero ¿qué te pasa? Este no es el momento de estar frente a tus celos".

"... Tienes razón. Aunque yo debería estar protegiendo a la princesa, no he sido yo".

Goldof puso los ojos en el suelo. Su cuerpo estaba temblando de vergüenza.

"Goldof. Me he dado cuenta de tus sentimientos por un tiempo. Pero ahora no es el


momento. En realidad no es el momento".

"... Cierto."

"Vamos a olvidar esta conversación", dijo Nashetania y luego suspiró en voz baja.

"Incluso se puede perder la calma. Eso es porque tienes 16, eres todavía un niño.
Desde que eras una persona confiable, me había olvidado".

"..."

"Nosotros no nos hemos comprendido entre sí tanto como pensábamos."

Nashetania después volvió hacia su búsqueda de la zona, dejando a Goldof de pie


completamente inmóvil, en un sueño. Y la mirada de la situación hizo que tanto
ellos sintieran como si una fisura masiva se había formado entre su relación amo-
sirviente.

"Miau, una vez más, vamos a buscar completamente dentro del templo."

Adlet entró en el templo junto con Hans. Entonces, una vez más, confirmó si había
caminos secretos o puertas ocultas. Pero no pudieron encontrar nada, ni siquiera
un solo rastro.

Durante la búsqueda, Adlet había sido un poco cauteloso acerca de Hans. De hecho,
él había estado preguntando si Hans encontraría algo que insinuara que Adlet era el
séptimo después de todo.
En cuanto a Hans, estuvo hábilmente aferrado al techo y comprobando las áreas
extrañas.

"Hmm, pero no hay manera de que no haya nada aquí, miau".

Sin embargo, la opinión de Hans sobre Adlet no parecía haber cambiado. Hans ni
siquiera parecía estar actuando con cautela hacia él. La forma en que actuaba
parecía sospechosa y hizo que Adlet se preguntara de nuevo si Hans era en realidad
el séptimo, pero sólo dejaría que Adlet fuera por el momento.

"¿Qué estás haciendo? Tú eres el que está en una situación difícil. Enfocate y
busca", Hans le regañó.

"¿Ah?, no, lo siento." En un apuro, Adlet volvió a su tarea de verificar el suelo. El


hecho de que no era un impostor era aterrador. Significaba que incluso las personas
que en que debía ser capaz de confiar ahora ya no podía.

Sin embargo, por el momento Adlet no estaba en una posición en la que podía
sospechar de Hans. No tenía más remedio que apostar a que Hans era genuino.

"Nada. No hay caminos secretos".

Hans saltó del techo y aterrizó en el suelo. Y con que habían terminado de buscar
tanto en el suelo y las paredes, con lo único que habían descubierto es que no
había caminos secretos.

"No tengo la mínima idea. Dado que no eres el séptimo debería haber habido
alguien que entrara en el templo antes. Sin embargo, no hay caminos para que lo
hicieran, así que ¿qué significa eso?"

"Probablemente sea una santa después de todo. Alguien con el poder para crear un
camino secreto o pasar a través de paredes. Es posible que también tuviera el
poder de cerrar las puertas abiertas".

"La mujer Mora dijo que no existe tal Santa. Así que en ese caso deberíamos
sospechar de Mora?" Preguntó Hans.
Mora había declarado que ella conocía los poderes de todas las Santas. También
mencionó que era imposible que una Santa o alguien más entraran en el templo sin
dejar rastro. Sin embargo, había una posibilidad de que ella había estado
mintiendo.

"Eso es demasiado apresurado. Es posible que haya poderes que Mora no conoce.
Hipotéticamente, incluso si el octavo fuera alguien quien Mora conocía, también es
posible pensar que habían estado ocultando una parte de sus poderes".

"Eso es posible. Sin embargo... si es así entonces estamos en un punto muerto,


miau".

"Vaya, eso es correcto.... Yo lo olvidé."

Adlet abrió la caja de hierro que había sido colocada en la esquina del templo. Se
había agotado todas sus armas secretas en escapar de los seis y durante su batalla
con Hans. Así que para prepararse para la siguiente batalla debía reponer sus
herramientas.

"Hay un montón de cosas. ¿Tienes la necesidad de ver herramientas que puedas


utilizar? ¿Un arma secreta que pueda ver a través de la mentira o algo así?" Hans
preguntó mientras alcanzó una herramienta en la caja de hierro.

"Las únicas cosas que he traído conmigo son herramientas para luchar contra los
Kyomas. Pero para una situación como esta, traje algo más".

Adlet luego miró a una pequeña botella almacenada en la parte inferior de la caja
de hierro. La sacó y se quedó mirándola en sus pensamientos.

"¿Qué pasa? ¿Sabes quién es el séptimo?"

"No, eso no es todo. Pero..."

Adlet seguía pensando por un tiempo. Luego descorchó la botella. La parte superior
se había convertido en un aerosol, que luego utilizó para recubrir el altar con el
líquido rojo de la botella.

"¿Qué estás haciendo?"


"Nada en realidad..."

"¿Qué es esto?", Preguntó Hans, mirando la botella.

Pero cuando Adlet estaba a punto de explicar oyeron un débil sonido viniendo
desde fuera.

Hans al instante salió corriendo del templo. Al mismo tiempo, Adlet puso
rápidamente la botella en una de las pequeñas bolsas en su cinturón.

"¿Quién volvió?", Preguntó Adlet, entonces tranquilamente sacó la cabeza por la


puerta rota y examinó los alrededores. Hans estaba saludándole, señalando que no
había ningún problema.

"Pueden volver en cualquier momento ahora."

"Deberíamos darnos prisa entonces."

Los dos cambiaron su búsqueda en el exterior del templo, comprobaron los muros
por alguna traza de un camino secreto. Pero no encontraron nada, igual que antes.
No encontraron ningún rastro no natural, huellas, o cualquier otra cosa fuera de lo
común.

"Pero, ¿qué vamos a hacer, miau? Va a ser un poco feo cuando los otros regresen".

"Vamos a terminar aquí ahora y empezar la búsqueda del octavo."

"¿Al azar? Ni siquiera hemos encontrado una sola pista".

Adlet se apoyó contra uno de los pilares de sal, cerró los ojos y pensó.
Lejos de una pista, ni siquiera habían encontrado pruebas de que existía la octava.
Sin embargo, eso no significaba que no existía ya que no había habido alguien que
activara la barrera justo antes de que Adlet entrara en el templo.

Cuando se activó la barrera, Fremy, Nashetania y Goldof estaban todos en el mismo


lugar. Hans y Mora estaban también juntos. Sólo había una persona que había
andado por sí mismo.
"... ¿Chamo?", Preguntó Adlet. Ella se había mostrado inesperadamente sola en el
templo. Y no había nadie que pudiera probar lo que había estado haciendo antes
de eso.

Sin embargo, incluso si ella no tenía una coartada, no cambiaba el hecho de que su
entrada en el templo fuera imposible. Sin hallar qué camino o método se utilizó
para infiltrarse en el templo, no podían resolver nada.

"Por cierto, ya que estábamos en una prisa antes, había algo que me olvidé de
preguntarte."

"¿Qué es?"

"¿Cómo se activa la barrera? No me detuve por la fortaleza, así que realmente no lo


sé".

"¿No fuiste informado por Mora? La barrera..." Adlet dejó lo que estaba diciendo
cuando una luz brilló en su cabeza. Hans había dicho algo importante.

"... ¿Qué esta mal?"

Adlet recordó lo mejor que pudo de todos los eventos que habían ocurrido desde el
momento en que entró en el templo ahora. Recordó todo lo que se dijo entre el
grupo, hasta cada palabra y frase. Él estaba convencido de que su visión estaba en
el punto de partida.

"Es Chamo".

"¿El séptimo?"

"No. Tengo algo que preguntarle. ¿Dónde está ahora?"

"Chamo debería estar jugando por allí. Tengo miedo de llamarla".

"Probablemente será malo si estoy aquí. Anda tú. Pregúntale una cosa por mí".

"Que es eso..."
Cuando estaba a punto de decirle a Hans la pregunta, Adlet vio un gusano gigante
en frente de él. Se movía por el suelo a una increíblemente alta velocidad y de
rumbo hacia el bosque.

Después de un rato una voz sonó desde la dirección desde donde el gusano
desapareció.

"Chamo está aquí." Dijo Chamo, acercándose y agitando la hierba de cola de zorra
en su mano derecha. "Gato-san. Así que crees que Adlet no es el impostor ¿eh?
¿Por qué estás hablando de manera tan irresponsable?"

Hans corrió delante de Adlet.

"Miau, no ataques, Chamo. Sé que no es el enemigo".

"Esa es una idea extraña. ¿Por qué?"

"Sobre eso..."

"Si va a ser una larga explicación, no tienes que decírsela a Chamo", dijo,
interrumpiendo a Hans. "A Chamo realmente no le importa."

Hans estaba en una pérdida en cuanto a cómo responder y Adlet tampoco sabía lo
que estaba pensando Chamo. Se preguntó si ella incluso planeaba averiguar quién
era el séptimo.

"Chamo está cansada de estar aquí. Estar sola es aburrido y Chamo no tiene nada
para jugar. Chamo quiere ir y derrotar al Majin rápido".

"Ya veo. Siento lo mismo. Así que tengo algo que quiero preguntarte. Con el fin de
encontrar quién es el séptimo, es muy importante".

La petición de Adlet sólo hizo que Chamo hiciera un puchero, como si estuviera
aburrida por el concepto.

"Ya he tenido suficiente de este tipo de conversaciones, discutiendo quién es el


impostor es y quien es el auténtico."
Chamo planteó la hierba de cola de zorra en sus manos. Luego hizo una leve
sonrisa. En el momento en que ella sonrió, la piel de gallina apareció en la piel de
Adlet.

"En primer lugar, voy a matarte Adlet. Y si no eres el impostor, entonces Fremy. Y si
tampoco es ella, entonces Gato-san. Si no es él, entonces voy a deshacerme de la
princesa-sama y el Gigante. Pero ya que no hay manera de que Mora-Obachan
podría ser el séptimo, ella es la única que Chamo no tiene ningún deseo de matar".

"Espera Chamo, ¿qué estás diciendo?" Adlet gritó, mientras inconscientemente


desenvainó su espada. Hans también, como un gato, se agachó y se preparó para
atacar.

"Si los matas a todos, entonces, ¿quién será el enemigo? ¿Crees que serás
suficiente para matar al Majin por ti misma?"

Chamo movió la hierba de cola de zorra, se la metió en la boca y la metió en la


parte posterior de la garganta. A continuación, en voz alta comenzó a hacer sonidos
de vomito y poco después empezó a vomitar. Una mezcla de vómito de color
amarillo negro, marrón y sucio fue vomitado por todo el suelo. Era una cantidad
anormal, diez veces el tamaño de su pequeño cuerpo.

"¡Meow, meomeow!", Dijo Hans en el miedo.

El vómito de Chamo fue tomando forma. A partir de las serpientes gigantes y


sanguijuelas a las ranas y lagartos; el vómito estaba cambiando en la forma de
Kyomas que vivian en el agua.

"Permiteme que Chamo explique. Hay un pantano en el estómago de Chamo. Y


dentro de ese pantano están todas las criaturas que Chamo ha comido hasta ahora,
todos viven en armonía." Chamo luego limpió la baba de su boca con la manga. Y
justo después, todos los Kyomas a la vez atacaron a Adlet y Hans.

"¡Debemos correr!"

"¡Por supuesto!"
Sin un momento de vacilación, los dos le dieron la espalda a Chamo. Pero dentro
del bosque un número aún mayor de Kyomas los emboscó. Los dos se dieron la
vuelta y corrieron hacia los pilares de sal. Pero los Kyomas que Chamo había
vomitado ignoraron la barrera y vinieron contra ellos de todos modos.

50 Kyomas estaban acercándose a ellos. Y los Kyomas de Chamo habían rodeado


por completo los terrenos del templo.

"No tenemos otra opción", Adlet gritó.

No había nada más que pudieran hacer sino luchar. Adlet sacó bombas de humo de
sus bolsas y las arrojó a una serpiente Kyoma que se acercaba. Al mismo tiempo,
Hans giró en el aire y le cortó el cuello a un lagarto Kyoma que vino a atacarlo. Pero
al momento siguiente el Kyoma volvió a la vida, como si nada hubiera pasado. Los
dos héroes luego se unieron para acabar con un Kyoma araña de agua que saltó por
el aire hacia ellos. Pero sus ocho patas rasgadas al instante volvieron a crecer.

"¿Qué es esto? ¿Qué debemos hacer frente a cosas como estas?" Hans gimió. Y
Adlet finalmente entendió por qué Fremy estaba tan asustada de Chamo.

Los Kyomas arrojados por Chamo formaron una línea y rodearon a los dos
guerreros, por lo que se veía no había manera de escapar.

"¡Deja de joder Chamo! ¿¡Por qué estás atacando incluso a Hans!? "

"¿No está realmente bien? No hay pruebas de que Gato-San no es el impostor".

"¿¡Eres idiota!? ¿En qué piensas?"

Adlet se enfureció, pero la cara de Chamo parecía que no entendía por lo que
estaba aún enojado.

"Chamo pensó en una buena idea. Gato-san, mata a Adlet. Y luego, si la barrera se
desactiva Chamo no te va a matar".

Adlet miró a Hans.


Con una sonrisa dolorida, Hans dijo: "No te preocupes. No tengo ninguna intención
de hacer eso." Hans luego señaló su espada hacia Chamo.

"Hans. Cuando no tienes otra opción, incluso si eres sólo tú, ejecutame," Adlet
sugirió.

"Detente de bromear y actuar todo alto y poderoso", replicó Hans.

Y con eso, los dos se lanzaron en su ataque contra Chamo, quien sólo se rió y se
puso a vomitar aún más Kyomas.

Capítulo Cuatro: Parte Tres.

Adlet y Hans lucharon dentro del círculo de Kyomas, con Chamo de pie en el centro,
con los brazos cruzados sobre el pecho.

Incluso si trataban de hacer frente a otro Kyoma, por su regeneración no tenía


sentido. Así que Chamo era su objetivo. Sin embargo, cada vez que intentaban
atacar a Chamo, un Kyoma se colocaba en el camino uno tras otro. Ellos con
valentía bloqueaban cualquier ataque dirigido a Chamo con sus cuerpos, incluso las
armas que Adlet lanzaba contra ellos.

"¡No podemos llegar a ella! ¡Separate! ¡Tenemos que coordinar nuestro ataque!"

"¡Miau! ¡Lo tengo! ¡Piensa en un plan!"

Los dos se separaron e intentaron rodear a Chamo desde la izquierda y derecha.


Adlet llamó a los Kyomas hacia él y Hans los rodeó por atrás. Pero ambas tácticas
eran inútiles. Cada Kyoma se movía de forma autónoma, por lo que incluso si
trataban de golpearla con un ataque inesperado sería inútil.

"Jeje. Todo el mundo hace lo mismo. ¿Trabajan juntos para atacar Chamo? Nadie ha
sido capaz de lograr eso." No parecía como que Chamo estaba en medio de una
lucha por la forma en que ella estaba actuando toda tranquila y serena.

"Cualquier cosa, sin embargo, ¿Adlet?" Hans gritó.


Adlet no pudo contestar. Entonces una sanguijuela Kyoma detrás de él arrojó ácido
a su manera. Adlet la esquivó a un lado, pero otro Kyoma comenzó su camino. Adlet
apuñaló su espada en su estómago y arrojó el cuerpo del Kyoma detrás de él.

Estaba cansado y todavía no se había recuperado de la fatiga de su batalla con


Hans. Hans probablemente sentía lo mismo. Esto significa que cuanto más tiempo
la lucha se prolongue, más desfavorable sería para ellos.

"¡Hans! Cúbreme" Adlet gritó.

Cortando la lengua de una rana Kyoma, Hans respondió: "¡Mis manos están llenas.
No seas flojo!"

"¡Ya se me ocurrirá algo mientras me estás protegiendo!"

Hans luego hizo un gran salto y aterrizó junto a Adlet. Y tal como había solicitado
Adlet, Hans interceptó al Kyoma atacándolo. Sin pensar en las consecuencias, sus
movimientos eran imprudentes. Pero no podía mantenerlos durante mucho más
tiempo.

Bajando la voz, Adlet preguntó: "¿Cuánto tiempo puedes mantenerlos?"

"60 segundos", Hans respondió.

"Después de 60 segundos, no pienses en ello, simplemente ataca a Chamo. Yo te


cubro." Dijo Adlet, y entonces él redirigió su atención en Chamo.

Primero debía buscar un arma efectiva. Adlet luego lanzó varios tipos de dardos
envenenados y observó sus efectos. Los dardos de sueño y dardos de parálisis no
funcionaron, pero los dardos de dolor fueron eficaces.

Momento siguiente Adlet sacó el alcohol inflamable de uno de sus bolsillos y lo


puso en su boca. Entonces puso el pedernal en su boca y roció fuego en el Kyoma.

"Woah, me sorprende. Escupir fuego no es algo que los seres humanos puedan
hacer", dijo Chamo en un tono despreocupada. Eres la única con quien no me
gustaría hablar de eso, pensó Adlet.
Entonces Adlet sacó otras de sus armas secretas de sus bolsas. Era la herramienta
que había usado junto a Nashetania cuando estaban protegiendo a los aldeanos, la
flauta que atrajo la atención de los Kyomas.

Fuego, dardos envenenados y la flauta. Sólo dos de ellos funcionaran en Chamo.


Esto no es posible. Necesito otro plan.

Pero Hans estaba acercandose a su límite, así que lo que sucedió a partir de ese
momento Adlet acabó dejándolo a la casualidad.

"¡Hans, ve!"

Al mismo tiempo, cuando él lo llamó, Adlet sopló la flauta. Todos los Kyomas
reaccionaron con un sobresalto y se dirigieron hacia el rostro de Adlet. Y en la
apertura Hans cerró una distancia considerable.

Adlet luego sopló fuego en los Kyomas viniendo por él, haciendo que retrocedieran
a la distancia.

Sin embargo, la flauta sólo pudo desviar su atención por un momento. Pronto, los
Kyomas convergieron hacia Hans desde ambos lados, pero Hans no mostró ningún
intento de evadirlos; confiaba en Adlet.

Y Adlet recompensó la confianza de Hans. Sacó los dardos envenenados sin que los
Kyomas lo notaran, Adlet lanzó los dardos en sus cuerpos haciendo que gritaran
mientras que sus cuerpos se retorcían en extremo dolor.

Y sin nada bloqueando el camino entre él y Chamo, Hans saltó hacia delante.

Pero eso no puede ser todo lo que necesitaban, pensó Adlet. Un ataque por
sorpresa como este no funcionaría contra el oponente que asustó tanto a Fremy.

Chamo sonrió.

"Idiota." Ella abrió mucho la boca.

"¡No lo esquives!" Adlet le gritó a Hans. "¡Deten el ataque!"


Tras el grito de Adlet, un montón de cucarachas gigantes aparecieron en la boca de
Chamo, y luego salieron disparadas a Hans como proyectiles de cañón.

Hans cruzó su espada en el aire y desvió el ataque de las cucarachas, lanzando


fácilmente sus cuerpos a un lado.

Mientras tanto Adlet ya se estaba moviendo. Corrió en línea directa y saltó. Luego,
con ambas piernas, pateó la parte posterior de Hans. Cuando las cucarachas fueron
arrojadas a la distancia frente a él, la patada voladora desde detrás del cuerpo de
Hans lo obligó a girar en el aire como una pelota.

"¡Ataca, Hans!" Adlet gritó.

Hans estaba volando directamente hacia donde Chamo estaba parada. Con una
cara que parecía inocente de lo que estaba pasando, ella se limitó a mirar a Hans
mientras giraba en su camino.

Hans gritó mientras se hacía girar por el aire, y una vez que estaba en el rango
golpeó el borde plano de su espada contra la cabeza de Chamo y la tiró al suelo.
Luego aterrizó como una pelota y cayó a lo largo de la tierra.

Cuando Adlet cayó al suelo después de la patada, corrió hacia donde Chamo se
había derrumbado, pero terminarla no era necesario. Ella ya estaba fuera de
combate.

(Y supuestamente esta es la más fuerte de la era? ... ni siquiera pelea ella sino sus
“bichitos”, me recuerda a una tal cof cof “lucy” cof cof... )

Al momento siguiente los Kyomas perdieron sus formas y regresaron a un estado


como de barro. Y después de unos segundos fueron absorbidos de nuevo en boca
de Chamo.

"¡Adlet! ¡Contenla!" Hans gritó.

Adlet sacó un vendaje de su bolsa y lo metió en la boca de la desmayada Chamo.

"Mmm." Chamo despertó e inmediatamente trató de escupir el vendaje.


"¡Miau, no dejes que lo escupa!"

Adlet agarró los brazos de Chamo con una mano y con la otra rellenó el vendaje
más profundamente en su boca. Hans se levantó, corrió y juntos inmovilizaron a la
chica que luchaba.

"¡Detenla hasta que deje de luchar!"

"¡Atala!"

Los dos echaron a un lado sus espadas e intentaron contener a Chamo. Adlet sacó
otro vendaje y la amordazó aún más. Luego se quitó uno de sus cinturones y ató los
brazos de Chamo detrás de su espalda.

Aun así, Chamo siguió luchando por un tiempo. Pero con el tiempo se quedó quieta
y en silencio.

Después de que la pelea había terminado Adlet estaba tan exhausto que no podía
hablar por un tiempo. Hans parecía estar en el mismo estado. En cualquier caso
estaban cansados. Completamente agotados.

"... Me duele la espalda," Hans murmuró.

Con Chamo sentada en el suelo a su lado, Adlet y Hans quedaron colapsados en el


suelo ante el agotamiento durante mucho tiempo.

"Bueno, ¿qué debemos hacer?"

"¿Qué debemos hacer?, de hecho."

Los dos miraron a Chamo. Ella estaba mirando a Adlet y su rostro parecía el de un
niño que fue regañado después de jugar una broma y ahora lloriqueaba deseando
que la otra persona no se enojara tanto.

Cuando no estamos luchando, ella es sólo una niña.


"No creo que Chamo sea el séptimo", dijo Adlet.

"Ni yo", añadió Hans.

El séptimo era probablemente alguien extremadamente cauteloso y deliberado. La


conducta de Chamo, por el contrario, era demasiado precipitada e irresponsable.
Por supuesto que no podía llegar a la conclusión de que era ella.

"Miau. Cuando los otros regresen no tendremos más remedio que luchar contra
ellos".

"Está bien. Este séptima es una molestia como un enemigo".

Adlet se puso de pie. No podía perder tiempo. Los compañeros que estaban afuera
buscándolo volverían pronto.

"Así que, ¿cuál es tu pregunta para Chamo? A pesar de que no parece que ella
pueda responder en su estado".

"Está bien. Ella sólo puede responder con un sí o un no." Adlet dijo al lado de
Chamo. Luego, cuando la miraba, él le dijo: "Respóndeme a esto. Sólo puedes
mover la cabeza. Por Favor."

Chamo parecía insatisfecha, pero al mismo tiempo parecía que tenía la intención de
responder.

"¿Sabes cómo activar la Barrera Ilusoria de Niebla?"

Chamo miró con perplejidad ante la pregunta. Era como si ella no entendía por qué
estaba preguntando sobre eso. Ella asintió con la cabeza.

"Pero, ¿sabías cómo activar la barrera antes de conocernos en el templo?"

Silenciosamente Chamo negó con la cabeza de lado a lado.

#
Unos quince minutos habían pasado desde su pelea con Chamo y ahora Adlet iba a
través del bosque de niebla sin hacer ruido. Se dirigía hacia el este, y al levantar la
vista al cielo, juzgó que era pasado el mediodía por el hecho de que el sol
empezaba a descender.

"...Gug," gruñó cuando aterrizó mal sobre una rama.

Cuando él había saltado, la espalda le había empezado a doler, tanto que dio lugar a
su pobre destino e hizo mucho ruido. La herida de espada que había recibido de
Hans ayer estaba haciéndole daño otra vez y él había quedado sin analgésicos. Y
muy probablemente sus peleas con Hans y Chamo la habían empeorado.

Con todo, Adlet resultó herido, cansado, y el dolor de su herida solamente


amplificó su fatiga.

"Tienes que durar," Adlet le dijo a su cuerpo.

Su único compañero, Hans, no estaba con él. Él estaba con Chamo en el templo,
manteniendo un ojo en ella para que no fuera a luchar de nuevo. Pero él también
estaba allí para protegerla de la séptima. Teniendo en cuenta el poder de Chamo, el
hecho de que estaba previsto y con el destino sería una oportunidad ideal para la
séptima. Adlet estaba descorazonado de que no podía luchar junto a Hans, pero no
podía evitarlo.

Adlet miró por encima de su entorno. Después de confirmar que no había nadie
cerca de él, sacó el petardo que Fremy le había dado la noche anterior. Según ella,
sería para informarle de su posición.

Dudó por un momento, y luego rompió el petardo contra el tronco del árbol.
Después, se escondió en el árbol y esperó a Fremy.

Y entonces se le ocurrió la clave para llegar a un gran avance con el plan de la


séptima.

En la sección norte del bosque, Fremy y Mora estaban corriendo de nuevo hacia el
templo.
"No hay ningún error. Lo que escuchamos antes fue a Chamo luchando", dijo Fremy.

"Pero no puedo oírlos ahora", respondió Mora. "¿Ella dejó ir a Adlet o la batalla
llegó a una conclusión?"

"Es imposible que Chamo perdiera. Y además, Hans también estaba allí".

"Pero no he oído la señal. ¿Qué está pasando?"

Las seis personas que perseguían a Adlet todos coincidieron en que si lo


encontraban enviarían una una señal muy fuerte, que son los petardos de Fremy.

Fremy de pronto se detuvo y contempló sus alrededores.

"¿Qué pasa?"

"Mora, ve hacia el templo. Voy a ir en una dirección diferente".

"¿Para qué?"

"Tal vez Adlet escapó después de su pelea con Chamo. Si él se escapó de esta
manera se le puede tender una emboscada. Y si él se escapó en una dirección
diferente, entonces lo encontraré".

"... Está bien. Ten cuidado." Había algo oculto en las palabras de Mora mientras
miraba bruscamente y vigilante hacia Fremy.
Entonces Mora salió corriendo. Cuando Fremy ya no podía verla, ella siguió
corriendo en línea recta detrás de ella.

Hasta en un árbol, Adlet siguió esperando a Fremy que llegara.

No tenía ninguna prueba de que ella se había convertido en su aliada. Por el


contrario, ella podría llevar consigo a Mora y las dos le podrían matar. La
oportunidad era de 50-50, o menos que eso a su favor.
Se podría concluir desde su relación con Nashetania que ella era alguien que podía
confiar. Pero Goldof la acompañaba. Y lo más probable es que no se iría de su lado,
no importa qué.

Así que ahora no tenía más remedio que contar con Fremy.

Mientras que Adlet esperó, recordó las conversaciones que había tenido con Hans
durante su búsqueda en el templo, antes de su pelea con Chamo. Cuando Adlet le
había sugerido a Hans que llamara a Fremy, le hizo fruncir el ceño.

"Miau. Sabía que algo era extraño. Así que dejaste escapar a la chica a propósito
después de todo".

"¿Te has dado cuenta de eso?"

"Pensé que era posible. Pero Fremy ocultó esa información".

Eso hizo que Adlet se sintiera un poco incómodo. Tal vez había otros que eran
conscientes del pacto secreto que él y Fremy tenían juntos.

"Voy a llamar a Fremy. Tal vez se dio cuenta de algo".

"Debes parar con eso. Lo que quiero decir es que nunca debes poner tu vida en
contacto con ella. Esa chica es peligrosa, miau".

"... ¿Por qué piensas eso?"

"Miau. Desde que la sospecha que rodea se ha despejado hace que Fremy sea la
persona con la más alta posibilidad de ser el séptimo".

Adlet negó con la cabeza.

"Fremy es genuina. Estoy seguro de eso".

"... Estamos divididos sobre este tema, entonces."

Durante un tiempo los dos se fulminaron con la mirada el uno al otro. Tampoco
parecía dispuesto a cambiar de opinión.
"Por ahora, voy a considerar su autenticidad. Pero incluso si pienso que Fremy es
genuina, todavía no creo que debas ponerte en contacto con ella."

"¿Por qué? Me dejó escapar".

"Ella te dejó escapar por ahora, pero creo que ella planea matarte al final."

"¿Por qué piensas eso?"

La mirada de Hans era penetrante. Su actitud bromista hasta ahora se había


desvanecido y ahora todos lo que Adlet veía era el rostro de un asesino cruel sin
corazón.

"Fremy vive en la oscuridad. Ella no ama o se fía de nadie. Ella solo se pregunta si
hay enemigos a su alrededor o si las únicas personas que la rodean son los que se
convertirán en sus enemigos antes o después. Ese es el tipo de mundo en que vive.
¿Meow?"

"..."

"Yo también soy un ser humano que vive en la oscuridad. Pero la oscuridad que
está en Fremy es mucho más oscura que la mía".

"... ¿Es eso lo que piensas?"

"Así es, miau. Cosas como la confianza, la amistad y la protección de compañeros:


ese tipo de cosas que piensas acerca de los sentimientos son de un tipo
completamente diferente de la criatura viviente de lo que es ella. No puedes pensar
que puedan entenderse unos a otros".

Probablemente los consejos de Hans no eran incorrectos. Y estaba simpatizando


con Adlet a su manera. Pero Adlet no creía que él y Fremy no pudieran formar una
relación de confianza.

"Adlet. Fremy no te quiere. Ella odia la forma en que has intentado tan duro luchar
por ella."
"..."

"No me malinterpretes. No es que ella luche contigo externamente, pero en el


fondo ella no le gusta nada de eso ni le encanta. Ella te tiene aversión a fondo
desde el fondo de su corazón. No, ella te detesta. Por lo menos eso parecía a lo
lejos por lo que dijo esta mañana".

Tal vez eso era un acto.

"Olvídate de Fremy. Y más que eso, olvídate de la habitación cerrada".

Y en esa nota, su conversación sobre Fremy había terminado.

Después de derrotar a Chamo, Adlet dijo que se reuniría con Fremy y salió del
templo. Mientras lo hacía, Hans le recordó repetidamente que tuviera cuidado.

Mientras viajaba, Adlet pensó en Fremy.

Ayer por la noche los dos habían hablado del pasado de cada uno. En ese
momento, a pesar de que fue sólo un poco, él sentía que podía entender su
corazón. Y esos sentimientos no parecían como una ilusión.

No creía que ella confiaba en él. Pero no había ni una sola razón por la que ella lo
detestara. Sin embargo, él no sabía lo que estaba pensando Fremy. Y él no se dio
cuenta de lo que había en su corazón.

Si tenía o no razón para ignorar el consejo de Hans, la respuesta vendría pronto


hacia Adlet.

Hacia la niebla vio a Fremy. Su figura era débil y ella parecía estar buscándolo.
Durante un tiempo él sólo miraba. Luego se confirmó que no había ni rastro de
nadie en los alrededores. Después preparándose, Adlet finalmente se dejó caer
frente a Fremy.

"... Sobreviviste." Fremy fue la primera en hablar. Ella agarró su arma y tenía el
dedo en el gatillo, pero ella no estaba apuntando el cañón hacia Adlet.
"Estoy agotado. Pensé que iba a morir muchas veces. Cuando regresé al templo
Hans estaba allí y..."

"Sólo habla de cosas útiles para la desactivación de la barrera", dijo Fremy con
frialdad.

Adlet se estremeció un poco ante su interjección, pero luego reconsideró el


sentimiento y pensó que no debería importar. Había sido así desde el principio.

"Una idea vino hacia mí. ¿Quieres oír mi opinión y la información?"

"Depende del contenido."

"La trampa distribuida de la séptima. Pudimos ver una parte de ella".

"... Estoy escuchando."

"En el principio intuímos mal. No, fue la séptima la que nos hizo hacer conjeturas
equivocadas. Nadie había activado la barrera antes de abrir la puerta del templo. Y
cuando abrí la puerta y entré, la barrera aún no había sido activada".

"Creo que eso es un poco absurdo."

"Sigue escuchando. Sabíamos cómo activar la barrera. Colocar la espada en el


pedestal; y después de decir el mando sobre la losa, la barrera se activaría. ¿Y quien
lo explicó a nosotros? Fue la Primera Clase privada Rowen en la fortaleza".

Mirando de lejos la cara de Fremy, Adlet continuó.

"Pero, ¿qué piensas acerca de la idea de Rowen siendo cómplice de la séptima?"


Tanto tú como yo no sabíamos que la barrera existía hasta que escuchamos al
respecto de ello por Rowen. Nashetania y Goldof también; dijeron ayer que fue la
primera vez que habían oído de la barrera. Mora sabía sobre la barrera, pero ella
dijo que no sabía cómo activarla. Hans se enteró de Mora. Y he confirmado antes
con Chamo que ella sólo fue consciente del proceso de activación de la barrera
después de que lo escuchó de mí ayer. En otras palabras, no sabríamos incluso si
Rowen había mentido".
"... Continua".

"Esta es la estrategia que el séptimo formuló. En primer lugar utilizar a Rowen para
decirnos una mentira acerca de cómo activar la barrera. A continuación, utilizar a
los Kyomas para que todos nosotros fueramos atraídos al templo.

Prediciendo cuando yo abrí la puerta del templo, hicieron niebla engullendo todo el
bosque de alguna manera. Así que nos equivocamos al pensar que alguien había
activado la barrera y había huido. En realidad, en ese momento la barrera aún no
había sido activada. Sólo había niebla. La espada estaba de pie en el pedestal desde
el principio".

"..."

"Y con indiferencia el séptimo se acercó al altar y activó la barrera. En ese momento
todo el mundo estaba buscando a tientas con el altar en un intento de desactivar la
barrera. Fue entonces cuando el séptimo se coló y activó la barrera. Después desde
que se reveló hasta que abrí la puerta del templo, el templo había estado
completamente sellado. Y si me podía enmarcar, entonces eso completaría su
trampa".

"La persona que puso la culpa en ti fue Hans. ¿Estás diciendo que él es el séptimo?"

"No lo creo. Quizás el séptimo destinó a que Hans dijera la verdad. Hans era muy
conocedor de las puertas de la Santa. Así que el séptimo le confió la explicación a
Hans".

Adlet luego agregó más información para complementar su explicación. Le dijo a


Fremy sobre su pelea con Hans, cómo mutuamente confirmaron que entre sí no
eran el séptimo. Y luego de su pelea con Chamo después.

"Lo importante es que alguien esperó hasta el momento exacto cuando entré en el
templo y causó la niebla de esa forma. Si cogemos al culpable que causó la niebla,
se demostraría mi inocencia".

"Ya veo," dijo Fremy, y luego se lo pensó por un momento. "Creo que es una idea
increíble. Bien hecho."
Adlet apretó su mano en un puño y lo golpeó en la palma de su mano. Sin embargo,
Fremy pronto añadió: "Pero estás absolutamente incorrecto."

"... ¿Eh?"

"Es imposible. Es imposible que la niebla se forme a pesar de que la barrera no está
activada".

"¿No puede la santa de la Niebla hacer algo así?"

"Te equivocas en tu forma de pensar de las Santas. ¿Crees que es posible utilizar el
poder de los dioses desde la nada? Pero eso es incorrecto. El poder de las Santas es
limitado".

"Pero una santa que pueda producir niebla probablemente existe."

"Ella existe. Una de las personas que crearon esta barrera fue la santa de la Niebla.
Pero es imposible pensar que causó la niebla".

"¿Por qué?"

"Si la Santa de la Niebla usa su poder la niebla inicialmente aparecerá en el área a


su alrededor. La anchura del radio es probablemente de 50 metros. Y se necesitaría
mucho tiempo para que la niebla se estire a través de todo el bosque. Con un
bosque tan grande, creo que tomaría un mínimo de quince minutos. Pero la niebla
al instante apareció en todo el bosque".

"Espera. ¿Acaso la niebla no cubre todo el bosque al momento que la barrera se


activa?"

"Está bien. Pero era una barrera que tomó mucho tiempo formar. Desde hace 10
años se tuvo que acumular el poder del Dios de la Niebla, sería muy difícil ser capaz
de producir tanta niebla en un instante".

"¿Así que ella probablemente no podría crear otra barrera además de la Barrera
Ilusoria de Niebla? ¿Otra barrera que produjera la niebla?"
Fremy negó con la cabeza y señaló el suelo bajo sus pies.

"Trata de cavar", dijo Fremy.

Adlet luego cavó un poco en el suelo con su espada y encontró algo puesto con
frases sagradas escritas en ella.

"Esa es una de las partes que contiene el poder de la Barrera Ilusoria de Niebla. Hay
un sinnúmero de partes como ésta enterradas dentro de todo el bosque. Ah, se me
había olvidado mencionar. Sólo una barrera puede formarse en un lugar. Si alguien
intenta formar una segunda, entonces una de las dos perdería su efecto".

"... Pero pero..."

"Es imposible que la niebla se produjera sin el poder de la barrera. Y no pueden


existir dos barreras que produzcan niebla en este bosque. En otras palabras, es
imposible".

"..." No había palabras que vinieron de Adlet. La buena idea que se le había
ocurrido había sido anulada rápidamente.

Él también creía que su situación actual era imposible por cualquier otro método
que el había pensado. Y así Adlet ya no tenía espacio para una refutación.

"¿Tienes alguna pregunta?" Preguntó Fremy con frío corazón hacia el Adlet
espiritualmente derrotado.

"¡Qué tonto!" Mora gritó en el templo. Ella golpeó el suelo con la mano armada,
por lo que el suelo en el entorno tembló ligeramente.

"Meow, miau. No te pongas tan enojada".

Hans le había explicado los últimos acontecimientos a Mora y mientras escuchaba,


Mora se sonrojó en un rojo intenso. Pero cuando su explicación fue escuchada
expresó más abiertamente su enojo.
"Esto es habitual para Chamo. ¡Pero Hans! Había pensado que eras un idiota antes,
pero nunca había pensado que eras tan idiota!"

"Eso es una cosa cruel para decir."

"¿Por qué dejaste que Adlet escapara? ¡Fue la, no, tal vez la única oportunidad
oportuna que tuvimos!"

Mirando harto, Hans replicó: "Bueno, espera Mora. Creo que su inocencia se puede
probar".

"... ¿Qué estás diciendo?"

"Él es una persona bastante buena. Vio a través del plan del séptimo".

"Voy a escucharlo. Ora para que mi cadena de paciencia esté hasta el final".

Hans le dijo a Mora sobre la teoría de Adlet, y ella lo escuchó en silencio. Pero
cuando terminó ella exhaló un suspiro enorme.

"No sabes nada sobre el poder de las Santas. Causar niebla para florecer es
imposible".

"Hay más de una posibilidad de que la habitación cerrada del templo estuviera
rota."

"Ambos son lo mismo. La habitación cerrada del templo no podía estar rota y la
niebla no se podía producir".

Mora le explicó por qué la aparición de la niebla era imposible. Para que la niebla se
produjera en un instante una barrera era importante. Y encima de eso, no podrían
existir dos barreras al mismo tiempo".

"Miau, Mora eres inflexible. A pesar de que he oído lo que has dicho, no parece
imposible para mí".

"Chamo. ¿Puedes encontrar una manera para que la niebla aparesca al instante?"
De pie, con los brazos en poder de Hans, Chamo negó con la cabeza.

"Te equivocas. Se podría entender si solo pensaras en ello un poco. Después de que
al séptimo se le ocurrió un plan fenomenal lo ejecutó".

"Ah, ya veo. Piensa lo que quieras. Iré a buscar a Adlet".

Mora trató de darle la espalda a Hans, pero Hans lanzó un cuchillo que se pegó en
el suelo a sus pies.

"Espera. Yo lo creo. Adlet no es el séptimo".

"... ¿No te he regañado lo suficiente?" Mora miró a Hans.

"Si Adlet fuera el séptimo entonces ¿por qué no me mató? ¿Por qué ayudó a
Fremy? ¿Por qué no acabó a Chamo? No hay manera de explicarlo".

Mora suspiró como si dijera que estaba estupefacta.

"¿No lo sabes? Puedo explicarte fácilmente por qué Adlet no te mató".

"..."

"Para empezar, ¿por qué ese tipo apareció frente a nosotros? Si sólo quería
atraparnos aquí entonces no era necesario presentarse en el templo. Hubiera sido
mejor si él sigilosamente activaba la barrera y luego no hacía más que correr de un
lugar a otro.

"Pero en vez de eso llevaba una cresta falsa y apareció ante nosotros. ¿Con qué
propósito?"

"... Miau, que um..."

"Con el fin de confundirnos con pensamientos como que Adlet puede ser genuino y
puede haber algún otro que es el séptimo. ¿No crees que nos hizo pensarlo con el
fin de invitarnos a la discordia entre nosotros? Su trampa es una que ataca a
nuestra mente. ¡¿Por qué no puedes entender eso?!"
Sus palabras causaron que Hans estuviera en una pérdida para las palabras. Chamo
sonrió con la boca rellena.

"En realidad, su plan está teniendo éxito. Fuiste engañado a fondo por él. La
princesa también parecía pensar que él no era el impostor. Eso significa que dos
dentro de las Seis Flores ya están cayendo por su truco".

"Pero bueno, Adlet..."

"¿Por qué se resistió a Fremy? ¿Con el fin de conquistarla como un aliado? ¿Por qué
no te mató? Con el fin de engañarte. ¿Él no es el séptimo porque no te mató?
Incluso si fuera el séptimo no querría hacerlo. ¡¿Tienes algo para refutar eso?!"

"Pero lo vi."

"¿El rostro de una persona cerca de la muerte no puede engañar? ¿No es todo nada
más que tu opinión?"

Hans era incapaz de decir algo. Y así Mora con una voz llena de decisión, dijo en
silencio, "Ya no tienes otra opción."

Adlet le preguntó a Fremy una pregunta tras otra. Se preguntaba si no había una
manera de crear niebla o si no había una Santa con esa capacidad. No sabía mucho
acerca de las habilidades de una santa, por lo que para saberlo él no tenía más
remedio que preguntarle a Fremy.

Pero las respuestas de Fremy eran cortas, ya que sólo repetía cómo su teoría era
imposible.

"... ¿Qué piensas acerca de renunciar ya?", Preguntó, con frialdad interrumpiendo
sus preguntas. "Ya está en jaque mate. Me temo que tus teorías son débiles y
también se han agotado todas las opciones de escape. Incluso si fueras genuino no
hay manera de que vayas a sobrevivir".
Adlet estaba en una pérdida. Tal vez le fuera imposible conseguir su cooperación
después de todo. Me pregunto si será inútil hablar siquiera con ella nunca más. Tal
vez sería mejor buscar a alguien quien cooperara conmigo.

"No sirve de nada. No hay manera de que pueda darme por vencido. Si me matan,
entonces el séptimo pondrá sus ojos en el próximo. Le enmarcará y lo matará igual
que a mí".

Fremy apartó los ojos, pensando en algo. Incluso ella debía entender el peligro de
su posición. Habían hablado durante mucho tiempo, por lo que era posible que
Mora se dirigiera hacia ella. Permanecer juntos más tiempo podía ser peligroso.
Pero el momento en que pensó en abandonarlo, Fremy habló.

"¿Esta vez vas a buscar a Nashetania?" Fremy parecía disgustada. Su conjetura era
exactamente correcta. Ahora que había sido desechado por Fremy, Nashetania era
la única persona en quien podía confiar.

"Confías en Hans, luego yo, y luego Nashetania. Eres el más fuerte del mundo,
¿eh?"

"... Estoy acostumbrado. Ambos se divertían y reían".

"¿No tienes ningún orgullo?"

"... Que puedo hacer", dijo Adlet, y luego sonrió. Él sonrió con orgullo. "El más
fuerte del mundo es cool. Él es el chico más cool del mundo. Y así que voy a seguir
luchando todo el tiempo que pueda."

"..."

"No te preocupes, déjamelo a mí. Mientras yo viva no debe haber ninguna


sospecha cerniéndose sobre ti. ¡Confía en mí Fremy!"

Después de decir eso Adlet le dio la espalda a Fremy y avanzó más en el bosque.

"Espera."

Impresionado, Adlet se dio la vuelta.


"Incluso si dices que crea en ti, no hay manera de que pueda hacer eso. Todavía no
puedo entender".

"..."

"¿Por qué eres capaz de sonreír? ¿Por qué no te desanimas? ¿Por qué me
proteges? ¿En qué piensas? No puedo entender nada de eso".

"Fremy."

"Entiendo que es peligroso ahora. Pero quédate aquí por un poco más. Quiero
saber más de ti." Luego, en voz baja, Fremy añadió: "Porque tal vez yo pueda
creerte".

Capítulo Cuatro: Parte Cuatro.

Mientras tanto Nashetania y Goldof todavía estaban en el borde oeste de la


barrera. Había una gran cantidad de envoltorios de comida en las plantas, de los
que Nashetania procedió a recoger unos pocos. Luego comprobó ambos lados y los
arrojó lejos.

Goldof también buscaba la zona. Miró los árboles, uno por uno y comprobó si había
pistas extrañas. Sin embargo, él estaba molesto, y la exposición de su vergonzoso
comportamiento parecía haber formado una grieta en su relación. Y como
resultado, la atmósfera entre ellos era pesada.

"Vamos a parar ya aquí. Es más importante para nosotros si buscamos a Adlet-san y


lo protegemos", dijo Nashetania y comenzó a alejarse.

Estaban muy lejos del templo y no habían oído el sonido de la lucha de Hans y Adlet
o su posterior pelea con Chamo.

"Princesa, yo todavía no le he preguntado. ¿Por qué usted sospecha de Hans?"

Nashetania miró hacia atrás y se detuvo.


"... Yo también pensé que algo estaba mal antes. Pero yo no te he contado los
detalles".

"Vamos a caminar."

Goldof y Nashetania caminaban lado a lado. "Sólo una cosa ha estado


esencialmente en mi mente. Sin embargo, puede que haya simplemente escuchado
mal. Si fuera sólo un malentendido entonces no dudes en burlarte de mí".

"No lo haré. Así que con eso de lado, por favor dígame su razonamiento." Dijo
Goldof, instándola a continuar.

"Me pregunto si todavía recuerdas. La primera vez que se presentó, Hans-san dijo,
"¿Meow? ¡¿Ella es una princesa, a pesar de que ella es una conejita?!"

"Claro que me acuerdo."

"Pero es extraño. Dentro del templo, cuando Hans-san y Mora-san entraron


primero, me llamó princesa".

"... ¿Está segura de eso?"

"¿No puedes recordar? No es de extrañar, había estado hablando de cosas muy


triviales, después de todo".

Goldof estiró el cuello hacia un lado. Parecía que no podía recordarlo después de
todo.

"En el principio se sentía fuera de lugar. No pensé que fuera extraño hasta bastante
después de eso. Y ahora, cuanto más pienso en ello, más pesa en mi mente".

"... ¿Si lo que está diciendo es verdad?"

"Bueno, al principio él sabía que yo era una princesa. Pero después él fingió que no
sabía. ¿Por qué?"
Mientras caminaban, Goldof pensó. "Cuando Hans y Mora-san llegaron al templo
estaba a su lado todo el tiempo. Es posible que ellos llamaran a la princesa después
de mirarnos juntos de esa manera".

"... Cierto. Pero había una cosa más: el momento en que Hans-san se puso de pie
hacia Fremy-san cuando ella estaba siendo amenazada con la tortura".

"¿Que era extraño?"

"Había algo. ¿No había algo que era extraño?" Nashetania abofeteó la cara con la
palma de la mano. "¿Por qué no puedes entender, a pesar de que parece estar tan
cerca en frente tuyo? ¿Tienes la intención de bromear con ésta inútil?" (La princesa
lo dice como broma a sí misma)

"... Bueno, en cualquier caso, vamos a darnos prisa. No seré más confundido. Voy a
confiar en el juicio de la princesa".

"... Gracias. ¿Ahora Goldof puedes echar un vistazo por mí? Me pregunto si Adlet-
san sigue vivo".

Nashetania abrió la placa del pecho de su armadura y le mostró a Goldof la cresta


cerca de su cuello.

"Por favor, tranquilice su mente. Nadie ha muerto todavía. Adlet y los otros
compañeros todavía están vivos".

"Cierto. Estamos haciendo todo lo que podemos, Adlet-san. Y no voy a perder a


ninguno".

Los dos entonces continuaron avanzando hacia el templo.

Tal vez puedo creerte.

Cuando Adlet oyó esas palabras una esperanza nació en su corazón. Hans ya era su
compañero. Nashetania quizá también creía en él. Si Fremy también se aliaba con él
ya no sería necesario correr.
Ese pensamiento estaba en el fondo de su mente, hasta cierto punto.

Pero como si aplastara la esperanza oculta, Fremy apuntó su arma hacia Adlet.

"He tenido preguntas durante mucho tiempo. ¿Por qué me protegiste? ¿Por qué no
has dudado ni siquiera una vez?"

"¿Por qué estás apuntando tu arma contra mí?"

"Si pareces estar engañándome, voy a apretar el gatillo."

Adlet estaba confundido por el comportamiento de Fremy. Sus preguntas fueron


inesperadas y parecía estar buscando respuestas con impaciencia. A pesar de que le
había dicho a Adlet que no le entendía, desde su punto de vista él tampoco podía
entenderla.

¿Debería tratar de decirle mis verdaderos sentimientos? ¿Podría ella escucharme?


¿Sería capaz de creerme? Adlet consideró abandonar esas egoístas esperanzas.

Pero luego dijo: "... Es un problema de mis sentimientos. No creo que seas un
enemigo. Quiero protegerte. Sin embargo no tengo ninguna razón por la que puedo
decirlo."
"¿No me oyes? No me engañes".

"Fremy."

Con el cañón dirigido a él, Adlet buscó dentro de su mente. Adlet dudaba si había
seguido defendiendo a Fremy en un grado no natural, no sólo desde la perspectiva
de un extraño, sino que para Fremy también.

Sin embargo ¿Por qué? Adlet se preguntó a sí mismo y buscó una respuesta
mientras Fremy lo miró fijamente y apuntó su arma hacia su corazón.

"Responde."

Adlet en silencio comenzó a hablar.


"Hace mucho tiempo he tratado de convertirme en una herramienta de batalla.
Traté de tirar mi corazón humano y traté de convertirme en un ser cuyo único
propósito era matar al Kyoma quien me había arrebatado todo".

Fremy no le pidió algo así, ¿qué tipo de historia es esto? Ella sólo escuchaba en
silencio.

"Tal como has dicho y tal como mi maestro lo dijo, pensé, porque soy una persona
común, no había manera de que pudiera llegar a ser el más fuerte del mundo. Pero
eso era incorrecto".

"¿Qué era?"

"Yo había pensado que podía tirar mi corazón, pero no es algo que se pueda tirar.
No importa cuántas veces pensara en renunciar a mi corazón, mi corazón seguía
siendo como era".

"Te equivocas, Adlet", dijo Fremy con voz fría. "Tuve la oportunidad de tirar mi
corazón. Pero no era un corazón humano, era uno Kyoma. Con el fin de vengarme
de mi madre y el Majin, lo tiré a la basura y sobreviví."

"Te equivocas Fremy. El corazón no puede ser desechado. Después de todo, incluso
si consideras desperdiciar tu corazón, se debe a los sentimientos de tu corazón".
Fremy estaba mirando a Adlet, pero no pudo decirle lo que estaba pensando.

"Tirar todo para ser el más fuerte es algo que nunca seré capaz de hacer. No
importa qué, lo único que nunca seré capaz de detener será el preocuparme por
otras personas".

"..."

"Me preocupo por ti Fremy. Aunque no puedo decir que haya sido un largo tiempo,
sólo ha sido desde ayer. Pero desde entonces me he preocupado por ti."

Con sus ojos de par en par, Fremy limitó a Adlet.

"¿Eso es lo que has estado pensando? ¿Cuando tú y yo estábamos juntos estabas


pensando eso?"
"Estoy apenas notando mis sentimientos ahora. Sin embargo, desde la primera vez
que te vi esos sentimientos no han cambiado".

"¿Así que por eso me protegiste?"

"Estaba preocupado. Cuando nos encontramos con Nashetania sabía que eras el
asesino de las seis flores. Pero cuando vi a Nashetania y Goldof sospechando pensé
que no era nada bueno. Si incluso tus compañeros no confiaban en ti, entonces
pensé que no tenía más remedio que hacerlo. Y si no hubiera nadie en el mundo
que te protegería, entonces pensé que no tenía más remedio que protegerte".

"¿Y después de eso?"

"Sentí lo mismo incluso cuando entendimos que había un impostor entre nosotros.
Lo pensé más que la búsqueda de la séptima o cualquier otra cosa, tenía que
protegerte. Dudar de ti y pensamientos similares nunca se cruzaron por mi mente.
Es natural pensar que no es natural. Pero no se puede evitar. He venido a cuidar de
ti".

"¿Qué te gusta de mí?"

"Realmente no lo sé. Pero cuando tienes pensamientos tristes en tu corazón, es


doloroso para mí también. Y a pesar de que yo soy el hombre más fuerte del
mundo, no puedo tolerar ese dolor".

"Así que... ¿tienes que protegerme?"

En la fría expresión de Fremy se podía decir que había un signo leve de confusión. A
pesar de que a veces se parecía a una muñeca con una pistola, confiaba en que ella
no era un monstruo sin corazón.

Incluso ella tenía un corazón. Y si tenía un corazón entonces él creía que debería ser
capaz de llegar a él.

"Lo siento, pero es imposible que me protejas. Voy a morir después de matar al
Majin de todos modos."
"¡¿Por qué?!"

"Después de matar al Majin, ¿qué lugar estaría bien donde yo viva? No podría
regresar a donde están los Kyomas. Y no hay ningún lugar en donde podría vivir en
el mundo humano. No tendré más remedio que morir. Sería ideal si el Majin me
matara al mismo tiempo que yo lo destruyera".

"No," dijo Adlet mientras negaba con la cabeza. "Ahora la venganza puede ser todo
para ti, pero es sólo por ahora. Cuando tu venganza se cumpla entonces tendrás
que comenzar tu próxima vida".

"Eso no es una opción para mí. Los seres humanos nunca me aceptarán. Nunca
aceptarían a la hija de un Kyoma y la Asesina de las Seis Flores".

"No te preocupes. Voy a hacer que suceda de alguna manera".

"... ¿Qué estás diciendo?"

"El mundo es enorme. Al menos puedo hacer un lugar que tendrá a una persona
como tú."

"No digas tonterías. No hay manera de que podría hacer eso".


"Tú eres la que dice tonterías. ¿Quién crees que soy? Soy Adlet, el hombre más
fuerte del mundo. No hay ninguna razón que no pueda permitirme hacer un solo
lugar donde puedas pertenecer".

Incluso Adlet entiende que lo que decía era absurdo. En esta situación actual estaba
lejos de derrotar al Majin. De hecho, sus compañeros venían a matarlo. Pero el
primer paso era creer que podía hacerlo. Si él no creía que pudiera hacerlo,
entonces él no lograría nada.

"¿Crees que estoy bromeando? ¿Crees que soy un tonto? No lo creo. Yo te mostraré
que puedo hacerlo, sin duda... y eso es lo que quería decir. Eso es todo lo que
siento".

Fremy apartó los ojos y se quedó en silencio por un largo tiempo.


Mientras tanto las palabras de Hans estaban flotando en la mente de Adlet "Fremy
vive en la oscuridad. Ella no ama o se fía de nadie. Ella solo se pregunta si hay
enemigos a su alrededor o si las únicas personas que la rodean son los que se
convertirán en sus enemigos o no. Esa es la clase de mundo en donde vive".

Eso está mal, pensó Adlet. Eso no era ella.

"Cosas como la confianza, la amistad y la protección de compañeros: ese tipo de


cosas que piensas acerca de los sentimientos son de un tipo completamente
diferente de la criatura viviente de lo que ella es. No puedes pensar que pueden
entenderse.

Hans, confío en ti, pero en este caso te equivocas. Puedo entenderla.

El tiempo pasó y Adlet esperó en silencio e inmóvil.

"... Yo te entiendo...", dijo Fremy.

Entonces Adlet vio. Dentro de su ojo, el ojo que buscaba acabar con él,
definitivamente había un deseo de matar.

Un disparo de pistola sonó a través del aire. Adlet se dejó caer al suelo y apenas
esquivó la bala.
"... Estoy seguro de aquello ahora. Eres el enemigo", dijo Fremy. Y mirando a su
manera, Adlet podía ver una infinita y profunda oscuridad que se había extendido
por todo su ojo.

Mora corrió hacia Hans delante de ella. Llevando a Chamo en sus brazos, no tenía
forma de detenerla. Mora luego llevó a Chamo y eliminó las restricciones sobre sus
manos y boca.

"¡Puha!" Chamo exhaló.

Mora luego entregó la hierba de cola de zorra a la ahora libre Chamo.

"Qué estás haciendo? ¿No sabes lo peligrosa que es?" Hans gritó.
"Cuida de él. Y no te muevas de este lugar. Vale Chamo?"

"Si, vale. Dejalo a Chamo", dijo Chamo con una sonrisa.

Mora entonces agarró firmemente su hombro. "Dije cuida de él. Yo no he dicho que
lo ataques. Acabaras actuando egoístamente si lo atacas. Si puedes hacer esto bien,
no voy a enojarme más".

"... Ah, por lo que estás enojada después de todo." Un sudor frío corría por la frente
de Chamo.

"Si actúas egoístamente esta vez, no voy a tener más remedio que golpearte."

"Lo tengo", dijo Chamo, mientras presionaba las manos hacia atrás.

"¿Mora es lo suficientemente fuerte como para asustarte, Chamo?" Hans se


sorprendió.

Chamo fue quien respondió: "Chamo es mucho más fuerte, pero... Mora-Obachan
da miedo."

Mora dejó escapar un profundo suspiro. Entonces, a pesar de que no estaba


haciendo nada, un zumbido pesado comenzó a emitirse desde su cuerpo.

"Dios de las Montañas. Préstame tu poder", murmuró, y luego Mora abrió la boca
muy anchamente y gritó. Su voz era como una explosión.

"PRINCESA! GOLDOF! FREMY!"

No era sólo una gran voz. El incremento de voz hizo un eco que resonó varias veces
a lo largo de todo el bosque.

"¡Miau! ¿Qué es eso?"

"Ese es el poder de los ecos. Mora-Obachan es la santa de las Montañas y por lo


que ella puede hacer un montón de esas cosas".
Hans y Chamo presionaron sus manos a sus oídos. Ni podían oír la voz de los otros.

"¡HANS fue engañado! ¡Logró escapar de la muerte, pero está en estado crítico. Por
fin puedo decir que es ADLET! ¡Es el séptimo después de todo!"

Hans parecía asustado.

"MATENLO LO ANTES POSIBLE! NO DUDEN!" Y con eso Mora dejó de usar el poder
de ecos.

"¿En qué estás pensando?!" Enfurecido, Hans agarró el cuello de Mora.

"Ahora, incluso la princesa probablemente se preparará para lo que hay que hacer.
Y aunque yo no sé lo que está pensando Fremy, no hay manera de que ella vaya a
dejar ir a Adlet. Así que Adlet ha sido acorralado".

"... Tú, tú no puedes..." Tal como Hans estaba hablando, un Kyoma en forma de
serpiente de enroscó sobre su brazo. Chamo había escupido a cuatro Kyomas y ellos
lo restringieron.

"Mora-Obachan. ¿No puedo dejarlo medio muerto?"

"No digas tonterías. Sólo retenlo por ahora." Mora fijó la solapa y luego se echó a
correr.

"¡Espera! ¡Espera maldita sea!"

Hans trató de perseguir a Mora, sin embargo las restricciones de Chamo no lo


dejaron.

"¡Espera! ¡¿Podrías ser tú el séptimo?!"

Mora no se volvió haciaatrás en respuesta a los gritos fr Hans. Ella sólo siguió
directamente a donde estaba Fremy.

Los ecos de Mora rezonaron en todo el bosque.


Tal como Fremy cargó una bala, dijo con frialdad: "Parece que era verdad."

Corriendo con su cuerpo cerca del suelo, la cara de Adlet temblaba de ira.

"¡¿Qué demonios estás haciendo, Mora?!"

Miró a su propia mano. La cresta no le faltaba ningún pétalo. Sin embargo, se


preguntó si Hans estaba a salvo. Y él estaba profundamente preocupado de que
Hans en realidad podría estar al borde de la muerte.

Y más que eso, tal vez ahora que había perdido incluso su última compañera.
Dentro de su corazón oró, Nashetania, por favor, date cuenta de que es una
mentira.

En su mano Fremy produjo un mechón de polvora del tamaño de una manzana.


Luego la arrojó tan alto en el cielo y la hizo estallar. Probablemente era para dejar
que Mora, Goldof y Nashetania supieran su ubicación.

Si se quedaba allí podría estar rodeado. Pero si él se dirigía hacia el templo iba a
correr hacia Mora.

Qué tengo que hacer? ¿Cómo demonios voy a salir de esto?

"... Princesa, ¿has oído esas palabras justo ahora?"

Nashetania estaba sorprendida, y no parecía como si las palabras de Goldof le


hubieran llegado a ella. Luego oyeron el sonido de una explosión.

"Esa fue probablemente Fremy. Quizá nos está diciendo la ubicación de Adlet.
Debemos ir".

"..."

Nashetania se quedó mirando en la dirección del templo cubierto por la niebla.


"Lo siento, Hans-san. No eras el enemigo después de todo".

"... Princesa."

"¿Qué he estado haciendo aquí?"

"Bueno, vamos a ir."

Goldof agarró la mano de Nashetania y tiró de ella hacia adelante. Sin embargo, ella
sólo se tambaleó y no trató de correr. Ella estaba centrándose en algún momento
en el cielo vacío, pensando en algo.

"Espera un segundo."

"¿Que está mal? ¿Qué está pensando?" A pesar de que tenía prisa, aun así era fiel,
por lo que Goldof esperó a Nashetania.

Luego, después de que aproximadamente un minuto pasó, Nashetania gritó,


"Haa..." Entonces ella se echó a reír, sorprendiendo a Goldof. "Haa, hahaa,
ahahaha."

"Princesa, por favor consiga recomponerse. Que esta mal?"


Por un poco más Nashetania continuó riéndose. Entonces su risa se calmó y de
repente habló en un frío tono.

"Realmente no he pensando bien hoy. Tantas cosas pasaron, pero yo no sabía qué
eran. Pero estoy tranquila ahora. Finalmente me he compuesto a mí misma
Goldof".

"Pero si usted está compuesta.... lo que es bueno."

"Lo he entendido ahora", Nashetania dijo y miró a Goldof." Esta es la primera vez
que he conocido esta sensación. Un sentimiento grave de ira".

"Princesa..."
"No estoy diciendo que nunca he estado enojada antes, pero nunca había estado
realmente enojada. Esta es la primera vez que he entendido como se siente la ira
de verdad".

Nashetania sonrió y luego se echó a correr. Era como si ella fuera alguien
completamente diferente a la persona que había sido hasta entonces.

"Finalmente entiendo. Esto fue lo que era. Era este tipo de emoción. Esta emoción,
me pregunto cómo debo expresarla".

"... Princesa..."

"Adlet-san, aunque yo le creí... Incluso si yo creía en él..."

Nashetania estaba agarrando su estoque y temblando de ira.

"¡Esto es muy bueno, Goldof. Desde que empecé mi viaje no han sido nada más
que cosas que he aprendido por primera vez. Y desde ahora en adelante voy a
seguir encontrándome con cosas por primera vez!"

Sin siquiera voltear a mirar en la dirección de Goldof, Nashetania siguió corriendo


hacia adelante.

"¡Quiero saber! Si me baso en la ira y corto en pedazos a mi enemigo, me pregunto


qué tipo de emoción sentiré".

En cuanto a Nashetania mientras corría hacia adelante, Goldof no podía llegar a


cualquier palabra que decir.

Fremy iba detrás de Adlet. Chamo había contenido a Hans. Y Mora, Nashetania y
Goldof corrían hacia Adlet. El momento era ahora, el séptimo había estado
pensando.

No podía decir que las cosas iban bien. Originalmente, el séptimo había esperado
que solamente Adlet fuera un poco más fácil de tratar. Pero el séptimo había sido
sorprendido cuando Adlet tomó a Fremy como rehén. Y el séptimo nunca había
pensado que Adlet continuaría luchando durante todo un día después de eso.

Adlet estaba del todo lleno de sorpresas. Y su título autoproclamado del más fuerte
del mundo estaba empezando a parecer que no era una mentira.

Sin embargo, eso fue un error de cálculo trivial por parte del séptimo. El final de
Adlet había sido una cuestión de tiempo desde el principio. Incluso si él se resistió
durante uno o dos días no cambió la situación en absoluto.

El séptimo se preguntó lo que debía hacer después de matar a Adlet. Por supuesto,
la siguiente persona con la que trataría sería Fremy. Eso también sería una tarea
sencilla. Sus compañeros vendrían automáticamente a matarla.

Las cosas serían un poco más difíciles después de eso. El que parecería estar
dirigido con sospechas sería ejecutado. Si las opiniones parecían dividir suscitarían
una confrontación y harian que se mataran unos a otros. Así que sin la exageración
de sí mismos mediante la realización de un plan, el séptimo imaginó que debía
desempeñar la situación por el oído y responder en consecuencia.

Aunque la probabilidad es baja, si el séptimo tuviera las sospechas centradas en él


su movimiento en ese momento sería escapar. Después de haber matado a dos de
las Seis Flores ya sería un logro militar suficiente.

Si Adlet detuviera la pelea, el séptimo se preguntó qué haría si Adlet tratara de


resolver las cosas a través de hablar. Sólo la orden cómo el séptimo se ocuparía de
que las cosas cambiaran. Tomar la iniciativa en la conversación, que ejecutaran a
Fremy. Después de eso debía ser bueno hacerle frente a Adlet. No habría alguna
dificultad que viniera junto con el plan, pero el séptimo no pensaba que sería un
gran problema.

Como un reconocido estratega de la guerra había dicho, cuando comienza una


batalla, el final decide el 90%. El séptimo reflexionó sobre la exactitud de esas
palabras.

Cuando Adlet había puesto un pie en el templo el séptimo había sido capaz de
poner en movimiento su trampa de producir niebla y sin que nadie lo notara. En
ese momento, el resultado había sido decidido.
Sin embargo, el séptimo tenía una preocupación. Eran los rostros que los héroes de
las Seis Flores tendrían después de matar a Adlet y Fremy. Aunque el séptimo había
estado resistiendo desesperadamente las ganas de reírse hasta ese punto, el
séptimo se preguntó si sería capaz de resistir soreir delante de los demás cuando
los héroes restantes se dieran cuenta de que ni Adlet ni Fremy habían sido el
impostor.

Capítulo Cuatro: Parte Cinco.

"¡Fremy! ¡Vuelve al templo! ¡Al llegar allí te darás cuenta de que Mora está
mintiendo!" Adlet gritó mientras corría por el bosque. Sin embargo, Fremy no
respondió. Ella sólo lo siguió persiguiendo con su rifle a punto y listo para disparar.

Aun así, Fremy estaba teniendo dificultades para atacarlo, ya que cada vez que ella
disparaba el arma, tenía que volver a cargarla. Parecía que el rifle no tenía la
capacidad de disparar tiros consecutivos.

"¿Y qué?", Preguntó Fremy cuando iba tras Adlet. "Tal vez Mora está mintiendo.
Pero eso no cambia el hecho de que eres el impostor".

"Por qué piensas eso? Yo..." En el momento en que se dio la vuelta para gritar, el
cuerpo de Adlet se agachó y una bala voló justo encima de la cabeza. El aire
caliente quemó su piel y en ese momento se dio cuenta de que si él tomara uno de
esos golpes saldría su cuerpo volando.

"... Un poco menos."

Fremy cargó otra bala en su rifle. Por lo general, la pólvora y la bala se ingresaban
en la boca del cañón y tenían que ser rellenados hacia abajo con un poste. Sin
embargo, Fremy cargaba el arma alrededor de donde su mano estaba agarrando el
fusil. Así Adlet no tenía la más remota idea de qué tipo de estructura o mecanismos
eran operados por el rifle.

"¡¿Todavía no has llegado?! ¡Mora! ¡Adlet está aquí!" Gritó Fremy.


Adlet se preguntó qué tan cerca estaba Mora en su ubicación. Sin embargo, como
no sabía en qué dirección era seguro escapar, él simplemente estaba corriendo en
una dirección aleatoria.

Desde el principio, Adlet había sido más rápido que Fremy. Y si él fuera capaz de
poner suficiente distancia entre él y ella creía que debería ser capaz de escapar de
su campo de visión. Pero en el momento que no pudo verla nunca más la oyó
gritar: "No vas a escapar."

Esta vez una bomba voló hacia él. Adlet saltó hacia una rama de árbol mientras que
la explosión derribó los árboles circundantes. Desde el otro lado del humo una
segunda y tercera bomba volaron hacia Adlet, trazando una parábola en el cielo.

Adlet lanzó cuchillos hacia las bombas para golpearlas, pero la presión del aire y las
chispas aún ardían en su cuerpo.

Sus habilidades de combate eran tan fundamentalmente diferentes que ni siquiera


podía escapar. Era como si se tratara de un pequeño barco tratando de luchar
contra un buque de guerra equipado con filas de cañones.

Él estaba impotente. Una vez más Adlet tuvo que digerir ese hecho. Lo que él
llamaría armas eran pequeñas espadas, dardos para dormir, cuchillos para lanzar y
bombas de humo. También tenía varias bombas simples pero no podía compararse
con las de Fremy.

Sin embargo, Adlet era el más fuerte del mundo. Eso es lo que él creía.

Sin ningún tipo de preocupación por posibles bajas, las bombas estaban volando
por toda el área. Una bomba, sin embargo, se deslizó a través cuando Adlet no
logró interceptarla con sus cuchillos. Así que saltó de la rama de un árbol donde
estaba, hizo un ovillo en el aire y soportó el choque de la explosión.

"No me voy a permitir sentir algún tipo de alivio hasta que finalmente logre la
meta. No será hasta que este ojo vea claramente a su enemigo reducido a un trozo
de carne".
Adlet sabía que si él recibía un fuerte golpe en seguimiento de Fremy sería el final.
Así que antes de que ella lanzara otra bomba, Adlet lanzó un darlo de dolor hacia
ella.

"¡HU!"

Por suerte, la golpeó.

Y en el momento Fremy dejó de moverse, fue capaz de escapar. Sin embargo, Adlet
atrevidamente se quedó donde estaba. Si corría, mientras que contenía la
respiración, la sangre no circularía en la cabeza. Y si él no podía pensar no sería
capaz de sobrevivir.

¿Qué debo hacer ahora? Se preguntó si debía exponer el método utilizado para
producir la niebla o si debía buscar la ayuda de Hans. Pero al final él tampoco creía
que fuera la decisión correcta.

Fremy fue la clave. Si ella no le creyó, no tenía posibilidades de éxito.

Así que él no podía correr. Él se enfrentaría con el corazón de la chica que no le


creyó.

"¿Por qué crees que soy el impostor?"

El humo se despejaba y Fremy apareció en el campo de visión de Adlet. Ella pronto


agarró el dardo venenoso en su hombro derecho y lo tiró al suelo.

"... No abras tu boca sucia."

Las palabras de Fremy estaban llenas de resentimiento. Pero se preguntó por qué.
Él no había dicho nada que la hiciera enojar. Sin embargo, a pesar de que estaba
molesta, al mismo tiempo, él pensó que era una buena oportunidad para que él
pudiera tratar de entenderla. Si pudiera averiguar por qué estaba enojada tal vez
podría encontrar una manera de cambiar de opinión.

"¡RESPONDE lo que te pregunté, Fremy!" Adlet habló más fuerte. Tratar de calmarla
tendría el efecto contrario.
"Puedo ver tu verdadera naturaleza. La verdadera naturaleza de un tramposo
cobarde".

"¡Respóndeme!"

"Por lo que puedo ver, hay un motivo sucio debajo de tus palabras. Todas estas
palabras que suenan agradables, pero estás tratando de engañarme."

"¡Estoy hablando de mis verdaderos sentimientos! ¡No estás viendo nada!"

Fremy estaba formando una bomba gigante en su mano mientras miraba a Adlet.
Probablemente tenía la intención de hacer estallar toda la zona alrededor de Adlet
y no dejar rastro. Pero Adlet resistió las ganas de correr y se quedó donde estaba.

"Siempre estás diciendo las mismas mentiras. Confío en ti. Te protegeré. He estado
pensando en ti." Mientras hablaba, Adlet podría débilmente ver lágrimas en sus
ojos. "No van a engañarme de nuevo. Tú lo ves, yo no considero que alguien que
me proteja sea conveniente. Lucho sola, vivo sola y voy a morir sola."

"... Fremy."

"¡Ahora lo sé. En mi cuerpo, en mi piel, finalmente me doy cuenta de que es mucho


mejor no confiar en nadie que confiar en alguien y ser traicionada!" Ella gritó
mientras lanzaba la bomba. Y cuando Adlet observó enfocado pensaba en el
pasado de Fremy y cuando la gente que la amaba la había traicionado.

No era que Fremy no confiaba en la gente. Ella decidió firmemente en su corazón


no confiar en la gente para que no fuera traicionada. Pero si alguien la mirara de
una manera diferente, podrían ver que en su corazón ella quería confiar en alguien.

Adlet saltó hacia atrás y la bomba se estrelló contra el suelo bajo sus pies. No era
una bomba de humo o de gases lacrimógenos, sino una bomba hecha para matar.
Aún así, a pesar de que saltó hacia atrás, no pudo escapar por completo en el
tiempo. No había nada que pudiera hacer para evitar que su cuerpo volara hacia
atrás por el choque de la explosión. Apenas había evadido la explosión de la bomba
principal de Fremy, recibiendo quemaduras por todo el cuerpo en lugar de ser
partido en pedazos.
"¡Fremy! ¡¿Acabaste con él!?" Una voz la llamó desde atrás de Adlet.

"¡Mora!" Adlet y Fremy gritaron al mismo tiempo.

Mora se precipitaba hacia Adlet con fuerza violenta.

"No utilices una bomba. ¡Cúbreme con tu pistola! ¡Voy a matar a Adlet!"

Fremy tiró la bomba recién tomada en la mano y preparó su arma. Y con un puño
blindado dispuesto a matar, Mora se acercó.

Adlet se puso de pie, le dio la espalda a Fremy y corrió directamente hacia Mora.

Pero justo antes de que su puño le golpeara, y al igual que Fremy disparara su arma,
Adlet se agachó hasta el suelo. Él estaba completamente indefenso y no tenía
manera de defenderse de la bala. Sin embargo, él continuó viviendo. La bala fue
desviada con un agudo acento, pero Adlet no fue el que había desviado la bala.

Fue Mora.

"... Mora. ¿Por qué le bloqueas?"

"Cálmate. Mira de cerca, Fremy. "

Adlet había bajado hasta sus rodillas a los pies de Mora, con las manos extendidas,
las palmas hacia arriba. Era una postura de lealtad.
Fremy bajó la pistola y Mora miró hacia abajo tanto como le fuera posible.

"¿Finalmente te has rendido? Bueno, es demasiado tarde. No creo que esto vaya a
salvar tu vida", dijo Fremy.

"... Así que te desharás de otra persona ¿eh?", Dijo Adlet.

"Pero antes de hacer eso vamos a dejar que él nos diga todo", Mora dijo.
"Cuéntanos tu plan Adlet, y dínos quien está detrás de tus acciones."

Adlet levantó la vista y preguntó: "¿Está Hans bien?"


Lo único que Adlet había temido era que Mora y Chamo hubieran unido sus fuerzas
y vencieran a Hans casi hasta la muerte. Pero la expresión de Mora cambió
ligeramente, y a partir de eso, confirmó que Hans estaba seguro.

"¿Qué estás diciendo? ¿No fuiste tú el que lo hirió?"

"..Si está seguro, entonces está bien."

Adlet no pudo romper su postura, porque la mano de Mora estaba en su cabeza. Y


a esa distancia, si ella la bajara, podía aplastarle la cabeza en pedazos.

"Bueno, entonces habla. ¿Por qué te aliaste con el Majin? Cuéntanos los detalles de
cómo llegaste a poseer una cresta falsa".

"Por desgracia no tengo nada que decir al respecto. Sólo puedo decir lo mismo que
he estado diciendo todo este tiempo".

"Entonces morirás."

En el momento en Mora levantó su puño, Adlet gritó: "¡Comprueba tu autenticidad


Fremy!"

Con una mirada de sorpresa, Mora detuvo su mano. Luego dirigió su mirada hacia
Fremy. Pero desde que ella estaba detrás de Mora no sabía qué expresión Fremy
tenía en su rostro.

"¿Tienes la intención de decir lo que quizo decir? Te puedes negar, pero las cosas se
aclararán si lo haces".

Mora no respondió. En cambio, Fremy preguntó: "¿Qué quieres decir?"

Vas a preguntar después de todo, pensó Adlet, entonces él siguió hablando. "Tengo
una suposición. Estoy asumiendo que la persona que activó la barrera es uno de los
siete que apareció con la cresta de las Seis Flores. No hay hechos que nadie entrara
en el templo. Y puesto que no tenemos tiempo, voy a ignorar esa opción".

"Tú eres el impostor, bastardo. ¿No hay suficientes pruebas de ello?"


Parecía que había un temblor en la clara voz de Mora, pero Adlet la obligó a
ignorarla.

"Yo no voy a sacar un arma. Así que no me ataques, simplemente estaré en silencio
y veré", dijo Adlet, a continuación, con la mano izquierda buscó en una de las
bolsas en su cinturón. Luego sacó una botella pequeña de hierro y la puso a su lado.

"Esta es una sustancia química producida por mi maestro. Es muy valiosa con el fin
de que debo utilizarla con cuidado".

"... ¿Tú maestro? Podría ser..."

Mora no pudo encontrar las palabras para continuar. Tal vez ella sabía de Atro, pero
no había tiempo en el momento de confirmar este hecho.

"Este producto químico fue diseñado para encontrar rastros de Kyomas. Reacciona
a las secreciones únicas creadas por los órganos de los Kyomas y cambia de color".

"..."

Mora tenía una expresión dudosa, sin embargo, sin darse la vuelta Adlet añadió:
"Fremy, pon la mano sobre una de tus balas. Tírala hacia mi lado".

Una bala vino hacia el lado de Adlet. Fremy quería oír lo que tenía que decir Adlet.
Para Adlet significaba que ella todavía, aunque fuera sólo un poco, pensaba que no
podía ser el impostor.

Acostado boca abajo, Adlet abrió la botella con las dos manos y pulverizó la bala
con el producto químico. La bala cambió a rojo a continuación, después de 30
segundos volvió a la normalidad.

"¿Crees que esto es un truco? Si lo crees, y luego sigues adelante y examinas de


cerca. Te darás cuenta de que este es definitivamente un producto químico para
encontrar rastros de Kyomas".

"¿En qué diablos estás pensando?" Mora se quejó.


"Rocié este producto químico en el altar que activó la barrera. Pero el altar no
cambió de color. Hans también confirmó esto. Y como se acaba de ver, este
producto químico si reaccionó a Fremy".

"... Adlet" Fremy estaba a punto de decir algo, pero se detuvo.

"Fremy nunca tocó el altar. Y esa es la prueba de que es genuina. Esa es la prueba
de que no activó la barrera".

Y con ello, él había sido capaz de demostrar que Fremy no era el impostor. No
importa qué tipo de trampa el séptimo tratara de establecer, Fremy no podía ser
acusada falsamente de ser la impostora. E incluso si ella fuera a ser acusada, Hans
probablemente la protegería.

Había habido una posibilidad de que pudiera escapar de Mora. Sin embargo, Adlet
había elegido proteger a Fremy en su lugar. Tal vez como resultado de esa elección
Adlet moriría, pero Adlet puso toda su energía en el cuidado de quien se necesitaba
ser ayudado, por lo que no se arrepentía de la decisión.

"Mora, si eres el séptimo, entonces trabajaste mal. Yo frustré tu plan para que
enmarcaras a Fremy y trataras de deshacerte de ella".

"Fremy, no te dejes engañar. No creas este tipo de cosas extrañas", dijo Mora.

"Fremy. Después de que muera, encuentra al séptimo. Tú puedes confiar en Hans.


Trabaja con él".

"No dejes que te engañe Fremy. ¿Lo entiendes no? Este hombre ha estado tratando
de atraparte todo este tiempo. Ha sido sólo un halagador con el fin de tratar de
ganar tu confianza. Esto no es nada más que eso", Mora trató de persuadir a Fremy,
pero Fremy no le devolvió ninguna respuesta.

"Adlet!" Mora hizo un puño y se preparó para atacar. "Tuviste a todos los demás. Y
por un momento incluso pensé que tal vez eras el genuino".

"No me mates, Mora. Te podrías arrepentir, si eres de hecho verdadera".


"Eso es exactamente por qué tengo que hacer esto", Mora le gritó a Adlet. "¡Es un
comportamiento como ese el que te hace tan aterrador. Si yo no te mato aquí todo
el mundo va a terminar creyéndote!"

Adlet cerró los ojos. No podría esquivar el ataque de Mora. No había nada más que
pudiera hacer.

Oyó el sonido de división del aire cuando Mora de primera descendió su puño. Pero
entonces olló otro sonido dividiendo el aire. Era un sonido metálico de tono alto,
reverberando a través del aire.

"Tonta!" Gritó Mora.

Adlet abrió los ojos y se dio la vuelta para ver el humo blanco elevándose desde el
rifle aplomado de Fremy.

La bala había rebotado desde la mano de hierro de Mora.

"Adlet. Yo he odiado todo sobre ti desde que nos conocimos." La expresión de


Fremy estaba fría. Sin embargo, una sola lágrima corrió por debajo de su ojo.

"Yo odiaba el hecho de que estaba empezando a confiar en ti."

"¡Detente Fremy! ¡No te dejes engañar!"

"E incluso ahora te odio. De hecho, cuanto más hablamos, más te odio. Pero sí creo
que lo que dices es cierto. A pesar de que me prometí no volver a confiar en nadie
más".

"¡Fremy!"

Una vez más Mora levantó su puño. Sin embargo, Adlet giró y esquivó su ataque.

"¡Es suficiente! Me desharé de ti mismo".

Adlet cogió su espada y se levantó. Y Mora, quien ahora estaba paralizada se volvió
contra ella, una vez más trató de atacar a Adlet.
"¡Corre Adlet!" Fremy gritó mientras lanzaba una pequeña bomba.

Y Adlet corriendo, pensando que finalmente él y Fremy fueron capaces de


entenderse entre sí. Pero aún así, la victoria estaba todavía muy lejos. Todavía tenía
que exponer cómo se había producido la niebla.

(FREMY IS THE BEST WAIFU MOTHERFUCKERS!!!!)


Capítulo Cinco: Parte Uno.

"¡No vas a a escapar!"

Mora corrió, haciendo caso omiso de la pequeña bomba cerca de ella mientras que
Adlet esquivó su puño sobre él. Movió su puño y luego lo empujó contra el suelo,
creando un agujero como si algo así como un meteorito se había estrellado contra
el suelo. Incluso ella era un oponente excepcional.

"¡Hun!" Mora gruñó mientras agarraba la base de un árbol y lo tiró. Cada raíz del
árbol fue levantada de la tierra, una por una y luego una vez que el árbol fue
totalmente desarraigado lo utilizó como un bate gigante para atacar a Adlet.

"¡Cuidado!" Fremy gritó mientras sus balas golpearon el tronco del árbol.

Sin embargo, Mora ignoró a Fremy y se centró únicamente en Adlet. Sus ataques
eran persistentes y cada golpe tenía el poder para matarlo instantáneamente.

Aún así, Fremy logró forzar su camino delante de Mora y hablar con Adlet. "Voy a
contenerla. Escapa Adlet".

"De ninguna manera. Tienes que correr también. Mora es peligrosa".

La posibilidad de que Mora fuera el séptimo no era baja y por lo que era peligroso
que Fremy enfrentara a Mora uno contra la otra.

"¡Estás interfiriendo, Fremy!"

Fremy interceptó la carga de Mora y Adlet se detuvo para pensar en una forma en
que los dos podían escapar. Sin embargo, en ese momento Adlet sintió algo
peligroso acercándose desde su lado.

"¡Fremy-san, sal del camino!"

Fremy saltó hacia un lado y Adlet rodó hacia los demás como tal e innumerables
láminas blancas surgieron desde la tierra donde habían estado.

"Llegas tarde, princesa," Mora murmuró.


Nashetania estaba profundamente en el bosque con su estoque preparado y una
sonrisa en su rostro. Ella ciertamente sonreía mucho, Adlet pensó mientras la
miraba. Sin embargo, había algo diferente en ella.

"¿Lo entiendes, Adlet?", Fremy preguntó. Ella estaba apuntando su arma hacia
Mora y su bomba hacia Nashetania. De hecho él entendía lo que estaba tratando
de decir. Nashetania ya no era su aliada.

Por alguna razón Nashetania no se movió después de su ataque inicial. Ella se


quedó completamente inmóvil, con una sonrisa que parecía que se había unido a
su cara.

Adlet entonces se dio cuenta de que Goldof estaba detrás de Nashetania. Estaba
viendo hacia Adlet mientras que también buscaba una oportunidad de irrumpir.

"Fue divertido, Adlet-san. Los diez días que viajé contigo" Nashetania comenzó a
hablar, como si hubiera olvidado que estaban en un campo de batalla. "Parecía que
sabía muchas cosas, pero yo realmente no sabía nada. No sabía la alegría de viajar
sin un cochero o la limpieza (Se refiere a carros de la realeza). Fue la primera vez
que conocí el miedo en un combate real, y la primera vez que supe de la fiabilidad y
la confianza que se podía encontrar en la gente en mi lado mientras me animaba".

Hacía mucho tiempo que Adlet no había visto su mirada tan tranquila. Ella había
estado desconcertada, asustada y con problemas desde que había descubierto que
existía el séptimo. Sin embargo, ahora se veía alegre.

"Estoy agradecida. Gracias."

Un escalofrío recorrió la espalda de Adlet.

"Pero ahora que he terminado de expresar mi gratitud, te voy a matar."

"... Corre. Cuando tengas la oportunidad, corre con toda tu energía. Nashetania
está fuera de su mente", le susurró Fremy. Adlet estuvo de acuerdo. Estaba tan
asustado de Nashetania en ese momento tal como Fremy estaba.

"Escucha Nashetania. Hans está bien y Adlet no es el enemigo. Mora está


mintiendo", dijo Fremy.
"No Princesa. Adlet es el enemigo. Hans fue engañado. Y Fremy acabó siendo
engañada," Mora replicó. Pero no había compostura en su voz.

"Cálmate Nashetania. Todavía no sabemos quién es el séptimo. Pero no es Adlet".

"No caigas en la trampa. Adlet experto en el engaño".

Tanto Fremy y Mora trataron varias veces de persuadir a Nashetania. Pero Adlet
permaneció en silencio y se limitó a mirarla.

Él no quería pelear. Estaba herido y agotado. La herida que había recibido de Hans
estaba empezando a dolerle de nuevo. Además, le estaban doliendo las
quemaduras que obtuvo de su pelea con Fremy. No tenía fuerzas para luchar contra
Nashetania.

"Goldof, que estás escuchando ¿verdad? No hagas un movimiento todavía", Fremy


le dijo a Goldof. Pero la respuesta fue en un sentido más indeseable.

"Ten cuidado", le dijo Nashetania a Goldof. "No sé lo que Fremy-san va a hacer."

Ella la había ignorado. Nashetania había ignorado todo lo que Fremy había dicho.

Entonces Mora rió y Fremy dejó de intentar convencer a Nashetania. Incluso Adlet
se preparó de nuevo para otra pelea.

Sin embargo, aunque Adlet pensó que el ataque vendría en cualquier momento,
Nashetania sólo sonrió y lo miró fijamente. Su falta de movimiento también parecía
confundir a Mora.

Fremy se dio la vuelta y le preguntó: "Adlet, ¿qué debemos hacer?"

Adlet no podía devolver una respuesta. Si Nashetania se reuniera con Hans y


comprendiera que estaba seguro, entonces su mente iba a cambiar. Pero Adlet
empezó a preguntarse si realmente estaban a salvo. Además, él se preguntaba si
Mora era el séptimo, si Chamo era el séptimo, o si el séptimo tenía otra trampa
preparada para ellos.

"¿No puedes pensar en nada?"


"Vamos directo al templo. Si Hans está seguro nos lo encontraremos allí".

"¿Y si no es seguro....?"

"No tenemos tiempo para pensar en eso."

No había otra opción, era para que Adlet demostrara su inocencia allí y ahora. Si se
exponía todo del plan del séptimo entonces la batalla iba a terminar.

Pero por el momento no existía un método para hacer que la niebla se formara
viniéndole a la mente.

Piensa, Adlet se dijo a sí mismo. Sólo hay uno ciertamente. Si puedo establecer la
prueba del método, o incluso si no puedo, pero soy capaz de hacer una reclamación
convincente, al menos, entonces podemos salir de esto sin tener que luchar.

"... Estoy pensando también. Sin embargo... No he llegado a nada", dijo Fremy
lamentablemente. Pero Adlet no podía culparla. No podía pensar en nada tampoco.

"Adlet-san. Estoy esperando..." Nashetania le dijo de pronto. Su voz era brillante y


alegre, lo que se sentía completamente fuera de lugar.

"¿Esperando a qué?"

"Tu confesión", dijo mientras apuntaba su estoque hacia Adlet. "Sé que si capturo a
la persona que hizo cosas malas va a confesar antes de que muera. Está bien? Estoy
seguro de que mi doncella me lo dijo hace mucho tiempo".

Impresionada, Mora dijo, "... Princesa. Usted es un poco ignorante de los caminos
del mundo. La confesión no es algo que la gente haga, no importa quiénes sean."

"¿Es eso así?" Nashetania dio un solo gesto contundente. Luego inclinó la cabeza
hacia un lado y pensaba.

"Bueno, en ese caso, está bien si lo mato."

Un instante después una hoja surgió hacia Adlet.


Él no pudo esquivarlo y el hombro se le dividió. La hoja había sido tan fuerte que ni
siquiera sintió algún dolor. El ataque que debería haber escrito una muerte segura
había salido al paso sin vacilar, cuando apenas había parecido que Nashetania
esperaba inmóvil. Él por completo, no podía leer los movimientos de Nashetania;
No estaba preparado y no tenía forma de saber si un ataque iba a venir en su
camino o no.

"¡No!" Fremy gritó y disparó una bala en el bosque. Pero Goldof, blandiendo su
lanza, percibió e interceptó el ataque. La bala le dio a su armadura y lanzó su
cuerpo hacia atrás. Sin embargo, retomó su carga el próximo momento después de
aterrizar.

"¿De qué está hecha esa armadura?" Fremy se sorprendió. No sólo era una
armadura especial, sino que Goldof era aún más especial. Aún así, por lo menos el
arma de Fremy debería haber causado algún tipo de daño, aunque fuera sólo para
su armadura.

Goldof se lanzó hacia adelante y Adlet y Fremy saltaron. Luego de tomar ventaja de
esa situación, Mora agarró a Fremy y el estoque de Nashetania se dirigió hacia el
corazón de Adlet.

"¡Voy a mantener a Fremy! Princesa, Goldof, acaben con él!" Mora gritó.

Pero Fremy no le permitió a Mora ganar, tal como ella dispersó algunas pequeñas
bombas debajo de su capa. La fuerza de las explosiones detuvo en seco a Mora y el
humo bloqueó la visión de Goldof.

"¿Por qué estás interfiriendo Fremy?" Goldof murmuró.

Sin embargo, sin tener que buscar profundamente, Goldof pronto entrecerró los
lugares de interés en donde iría Adlet. Pero en un instante Fremy había cargado
otra bala y disparó al pie de Goldof. La bala no penetró en su armadura, pero
destruyó el equilibrio y le causó caer.

"¡Te voy a mostrar que puedo sostener a estos dos. Adlet, corre!"

Adlet estaba preocupado por Fremy, pero justo cuando estaba a punto de decir que
la protegería, se preguntó si él debía dejarla sola y correr. Estaba agotado y no tenía
muchas armas. Así que sus posibilidades de ganar en un encuentro mano a mano
encuentro eran muy escasas.

"Fremy. Sin duda esperame. ¡Yo soy el hombre más fuerte del mundo!" Adlet gritó
mientras corría lejos.

Y mientras él estaba gritando y huyendo, Fremy sonrió un poco.

Adlet corrió aunque el bosque estaba lleno de niebla, en dirección al templo donde
estaba Hans.

"¡No vas a escapar!"

Nashetania se acercaba por detrás y él esquivaba los ataques sucesivos que se le


desataban desde el suelo y los troncos de los árboles.

Podía ver el templo justo por delante de él en la distancia. Y aunque en el momento


Nashetania estaba pensando que Adlet había dejado a Hans medio muerto, si podía
resolver este malentendido, entonces debía ser capaz de evitar una pelea.

(Bueno cuando Mora grita, realmente dice que Hans había sido engañado, pero tal
parece que Nashetania y los demás entendieron que con eso se refería a que Adlet
lo había atacado)

Arrojó una bomba de humo detrás de él, nublando la visión de Nashetania. Luego
lanzó dardos envenenados que inducían el dolor para que dejara de perseguirle.
Aunque su intención era la de utilizar todo el resto de sus pocas armas secretas
restantes, sólo esperaba que pudiera llegar al templo. La batalla terminaría cuando
se encontraran con Hans.

"¡Goldof! ¡Mora-san! ¿¡Qué están haciendo!?" Nashetania gritó detrás de ella. Sin
embargo, no hubo respuesta.

Tal como Fremy lo había declarado, los retenía a los dos. Y con eso de ser cierto,
Adlet creía que podía conseguirlo con inmediato éxito.
El sol ya se estaba empezando a establecer lo que significaba que había sido casi un
día entero desde que habían sido atrapados en el bosque. Y todo el tiempo había
sido una larga batalla. Había secuestrado a Fremy y fue perseguido por los demás.
Él había luchado con Hans y luego peleó contra Chamo. Entonces las cosas habían
llegado a tal punto que Fremy incluso trató de matarlo. Cada vez había sido herido y
ahora su cuerpo ya estaba llegando a su límite.

(Y pensar que todos los hechos desde que se reunieron solo han ocurrido en 2 dias,
pareciera como si hubieran sido más xD)

Sin embargo, esta sería la última pelea que podía conseguir con éxito huir y
reunirse con Hans quien haría que Nashetania detuviera sus ataques. Entonces él y
Hans podrían ir a ayudar a Fremy.

Él todavía no sabía quién era el séptimo y el método utilizado para hacer la niebla
también se mantuvo desconocido. Sin embargo, Hans y Fremy se habían aliado con
él. Y ellos serían capaces de detener la lucha y comenzar las discusiones.

De todas las bombas de humo que había tirado en rápida sucesión, Nashetania
había completamente perdido de vista a Adlet. Y aunque Adlet casi había agotado
todas sus armas secretas, no era un problema. El templo estaba justo en frente de
él.

"Hans" Adlet gritó.

Pero no hubo respuesta. No podía ver a nadie en cualquier lugar del templo.

"¡Hans! ¿Estás ahí? ¡Si estás allí sal!"

Tal vez está dentro, Adlet pensó mientras gritaba una y otra vez. Sin embargo, al
final no hubo respuesta.

"¿¡A dónde fuiste!? ¡Hans! ¡Chamo! ¿¡Dónde fueron!?"

Adlet miró el escudo en su mano derecha. Todos los pétalos estaban presentes.
Todas las Seis Flores todavía estaban vivas. Así que Hans y Chamo debían estar
vivos.
Pero, ¿dónde se fueron? ¿Cayeron en la trampa de la séptima? ¿O es que Hans
sufrió hasta el punto de la muerte por medio de Chamo?

"A pesar de que fuiste quien se encargó de Hans-san, todavía lo estás buscando?"

Nashetania vino lentamente hacia fuera del bosque.

"Por alguna razón se fueron a alguna parte."

¿O podría ser que el séptimo era Hans y que Hans estaba en silencio a la espera de
que Nashetania lo matara.

Nashetania llegó y lo atacó, pero Adlet saltó al templo, corrió a través del techo del
templo, y luego escapó hacia el lado opuesto. Él no tuvo ninguna posibilidad de
reponer sus armas secretas.

"¡Espera!"

Adlet tenía que correr. Sin embargo, ¿A dónde iba a correr? ¿Cómo iba a escapar?
Ya no tenía ningún tipo de armas secretas con él.

Adlet corrió desesperadamente por el bosque sl momento que la oscuridad


descendió lentamente sobre los árboles. Sus heridas eran profundas y ya había
pasado los límites de su fatiga. Todo lo cual significaba que ya había agotado toda
su energía.

"¡¿Estás ahí?!"

Nashetania implacablemente persiguió a Adlet. Se preguntaba cuánto tiempo iba a


ser capaz de evadir con éxito sus ataques. Sin embargo, sabía que ya no podía durar
mucho tiempo.

"¿Todavía estás escapando?"

Ya había renunciado a una cita con Hans.


Así que sólo había una opción ciertamente. Para desentrañar el misterio del
séptimo. Voy a exponerle la verdad a Nashetania y confirmarle que no soy el
séptimo. Esa es mi única opción.

Pero Adlet no sabía cómo se había hecho la niebla. Podía desentrañar el misterio,
pero sin pruebas no sería capaz de convencer a Nashetania.

Y así Adlet pensó en cómo se podría haber producido la niebla. La Niebla. Niebla.
Niebla. Niebla. Niebla.

Con tantos pensamientos que circulaban en su mente, los movimientos de Adlet se


ralentizaron. Y en ese momento una de las espadas de Nashetania le abrió el
costado, causando que Adlet se cayera y se desplomara hacia abajo contra el tronco
de un árbol.

"... Por fin te tengo."

De la niebla distante, Nashetania se acercó más lentamente.

"... Nashetania."

Mientras la miraba a la cara, Adlet recordó el día que habían emprendido el viaje.
La primera vez que Adlet la había visto se había sorprendido. Nunca había pensado
que la princesa vendría hacia él, haciéndose pasar por una criada.

En ese momento había pensado que habían desarrollado una buena relación. Y con
ella, él había pensado que los dos ni siquiera deberían temerles al Majin.

¿Por qué está sucediendo una cosa así? Adlet se preguntó. ¿Por qué estoy en la
mira de la gente junto con quien debería de estar luchando? Y ¿por qué estoy a
punto de perder la vida?"

"... Escucha, Nashetania."

"¿Qué?"

"Soy tu compañero."
Nashetania sonrió, y luego apuntó su estoque hacia Adlet. La hoja se extendió y
atravesó la oreja de Adlet.

"¡¿Qué tontería estás diciendo ahora?!" Nashetania rió, pero sus ojos se veían
como si estuviera mirando a algún tipo de alimaña.

¿Así que ella era una chica que podría hacer una cara como esa? Cuando se
conocieron ella parecía una muchacha brillante y animada. Pero también era una
guerrera digna de ser elegida como una de las Seis Flores. Así que por supuesto
había colmillos en su corazón.

"Eres un tonto. Sin embargo, si te rindes y confiesas entonces yo podría darte una
muerte rápida".

"No voy a confesar. Yo no he hecho nada malo", dijo Adlet. Pero también entendió
que ella no estaba escuchando.

Cuando se conocieron, no fue así en absoluto. Festivamente había bromeado a su


alrededor. Ella había comido las zanahorias crudas y las cuchillas juguetonamente
se habían enviado volando hacia él. ¿Qué fue de lo que hablamos en ese
momento? Cierto, el asesino de las Seis Flores. Hablamos de cómo no pensamos
que podríamos llegar a ser compañeros con el asesino.

El asesino de las Sies Flores. Por un momento se sintió un poco incómodo al pensar
en ese título. Sin embargo, el flash de un pensamiento desapareció antes de que
pudiera tomar forma.

"No sirve de nada. No me dejaré engañar más". Nashetania suspiró en silencio." Tú


nos atrapaste en tu trampa. Tú nos engañaste, nos lastimaste. Pero ahora entiendo
claramente que eres un impostor".

"No estoy mintiendo. Tú estás siendo engañada. El enemigo te está utilizando para
tratar de matarme", dijo Adlet, pero sus palabras no parecían llegar a los oídos de
Nashetania. "Yo no maté a mis compañeros. Y yo no puse una trampa para todo el
mundo".

Su estoque apuntaba lentamente hacia su corazón.


Es probable que pueda bloquearlo, pensó. Si tengo suerte es probable que pueda
sobrevivir. Pero los brazos de Adlet ya no funcionaban.

¿Qué ocurriría como consecuencia de que bloqueara el ataque? Acababaría


muriendo después de eso de todas maneras. Además, el dolor y el agotamiento le
habían quitado toda la fuerza a Adlet.

Hace frío. Ayer cuando viajé con Fremy había sido tan cálido, ¿por qué es tan frío
ahora?

"Estoy segura de que acabo de decir no voy a dejar que me engañes más," dijo
Nashetania, mientras continuaba apuntando la hoja de su estoque en el corazón de
Adlet. Pero Adlet no la olló... él sólo estaba pensando en el frío que hacía.

"No voy a engañarte. ¡Escucha, Nashetania! Yo no soy el séptimo".

"Incorrecto. Tú eres el séptimo".

La hoja fue extendida. Al momento siguiente Adlet movió los brazos, cruzándolos y
colocándolos en frente de la cuchilla. Podía oír el sonido de su carne siendo
destrozada. Pero los huesos de sus brazos fueron capaces de detener la cuchilla, a
pesar de que la espada había atravesado completamente a través de su brazo
izquierdo y apenas fue detenido por su derecho.

"... ¿Hace frío?" Adlet murmuró.

"... No Sirve de nada."

Nashetania estaba empujando la hoja, pero Adlet la empujó hacia atrás. Obligó a su
espalda y retorció los brazos hacia un lado, haciendo que Nashetania perdiera el
equilibrio y se tropezara.

Con la espada todavía perforada a través de su brazo izquierdo, Adlet se puso en pie
y rompió el estoque. El contraataque fue tan repentino que desconcertó a
Nashetania por un momento.

"Lo siento", gritó mientras corría hacia adelante. Luego pateó a Nashetania en la
cara con la parte inferior de su zapato. Retrocediendo, lanzó lo que quedaba de su
espada y agarró su cara. Entonces Adlet dio otro paso hacia adelante y estrelló el
calcañar contra su barbilla.

Inmediatamente después, se dirigió hacia la espalda de Nashetania y corrió. La


energía había vuelto a sus ojos.

¿Por qué no me di cuenta antes?

La respuesta había estado justa al lado de él. Había pasado tan cerca de él que era
patético que no se diera cuenta hasta ahora.

La Barrera Ilusoria de Niebla estaba fría.

"¡Ugu! ¡No vas a escapar!"

Con la boca, Adlet sacó la hoja clavada en su brazo. Mientras tanto, Nashetania lo
perseguía detrás, pero Adlet siguió corriendo sin pensar en otra cosa por su mente.
Y aunque las espadas le estaban atacando desde el suelo y desde el cielo, Adlet oró
para que alguna de ellas no lo golpeara y corrió apenas directamente hacia
adelante.

No podía demostrar su inocencia allí. Para demostrarla, él tendría que correr.

"¡Princesa! ¿Estás a salvo?"

Adlet podía oír la voz de Goldof viniendo desde muy lejos. Entonces vio débilmente
las siluetas de Mora y Goldof desde dentro de la niebla. También pudo ver que
Mora llevaba a Fremy por encima del hombro. Ella estaba luchando para
deshacerse de las restricciones de Mora.

Adlet estaba feliz de que Fremy estaba a salvo. Ella había luchado bien por él y
ahora ella todavía estaba perfectamente viva.
Ahora, desentrañar el misterio del séptimo era lo único que le quedaba hacer a
Adlet.

"¡No te preocupes por mi! ¡Persigue a Adlet!"


Y con eso Goldof comenzó su carga, cortando con su lanza los árboles a su paso
mientras corría hacia Adlet. Con su espada, Adlet desvió el ataque, pero la fuerza
del gigante Goldof lo envió volando hacia atrás.

Estoy agradecido, sin embargo, pensó Adlet. Goldof lo había enviado a volar en la
dirección que él quería viajar. Y en el momento incluso sólo correr era doloroso.

"¡Corre!" Fremy gritó en la espalda de Mora.

Giró su cuerpo y logró deshacer sus ataduras un poco. Luego giró su cuerpo hacia
Goldof y Nashetania y lanzó una bomba en su camino. Los detuvo por un momento.

Y en ese momento Adlet corrió. Corrió, corrió y siguió corriendo.

Pero al final Goldof lo atrapó. El gigante torció el brazo y lo tiró al suelo.

"Esto es lo más lejos que vas a ir Adlet."

Adlet había caído a unos diez minutos del templo, rodeado de cadáveres Kyomas.

Ayer cuando Adlet y los demás habían visto las explosiones de Kyomas él y sus tres
compañeros corrieron hacia el templo. Y ahora estaba en el mismo lugar donde
habían sido atacados por los Kyomas, con Adlet finalmente rompiendo sus filas y
corriendo hacia el templo mientras Nashetania y los otros los exterminaban.

"Lo siento Goldof. No lo pude acabar." Nashetania le dijo mientras corría hacia
donde estaba Adlet.

"¿Qué estás diciendo? Lo perseguiste por nosotros".

Goldof apretó su agarre en Adlet, aunque Adlet carecía de la fuerza para resistirse.

"Lo hiciste bien Goldof. Ahora, mátalo." Llevando a Fremy en su espalda, Mora
también corrió hacia ellos.

"¡No! ¡Deténganse! ¡Adlet por favor corre!" Fremy gritó mientras se retorcía encima
de los hombros de Mora.
"Princesa, Mora-san. En lugar de matarlo, hay que obligarlo a divulgar cierta
información. Si lo matamos, no sabemos quién fue el cerebro detrás de él".

"No, Goldof. Un tipo como este no va a hablar. Me temo que es un hombre


testarudo".

"¡Vamos! ¡Déjame ir Mora!" Fremy luchó y luchó, pero no se pudo liberar por sí
misma.

Desde la perspectiva de un forastero parecería que Adlet había sido acorralado. Sin
embargo, Adlet sonreía. Y el motivo de su sonrisa era la figura que se aproximaba
por detrás de Mora.

"... ¿Eh?"

En el momento en que vio la figura, el estoque de Nashetania salió desde su mano.

"Llegas tarde. ¿Dónde has estado? ¿Y qué has estado haciendo?", preguntó Adlet.

Finalmente pudieron ver que la figura que se aproximaba era claramente Hans, con
Chamo caminando detrás de él.

"Lo siento. Yo los estaba buscando a todos ustedes".

Hans se golpeó la cabeza como si estuviera avergonzado. Parecía entender que


Adlet había deseado que no hubiera abandonado el templo. Bueno, no hay
necesidad de criticarlo. Se las arregló para que fuera justo a tiempo.

"... ¿Ajá?"

Durante un tiempo Nashetania estaba en shock total. Incluso Goldof estaba en una
pérdida de palabras. Entonces, olvidando hasta recoger incluso su espada,
Nashetania corrió hacia Adlet.

"Esto... esto no puedo... no puedo..." Las lágrimas cayeron por su rostro.

Con una sonrisa forzada, Adlet dijo "Nashetania. Eres muy fuerte. Fuiste un tanto
formidable".
"¿Qué es esto?" Tomando su cara, Nashetania empezó a llorar. Goldof luego miró
más a Mora con Fremy todavía en su hombro.

"Mora-san, explicalo por nosotros." Su mano estaba agarrando su lanza.

Fingiendo que ella estaba en calma, Mora dijo, "Siento que les haya mentido. Sin
embargo, si no fuera por esto no habríamos sido capaces de arrinconar a Adlet".

"Mora-san. Tú..." Llena de ira, Nashetania fulminó con la mirada a Mora. "¿¡Por qué
nos engañaste!?"

"Adlet es el impostor. Ese hecho no ha cambiado. ¡Mis métodos no son un


problema si es con el fin de que seamos victoriosos!"

"¡Te equivocas! Mentiste. Tú nos engañaste a todos nosotros".

Con lágrimas en su rostro, Nashetania agarró a Mora. Sin embargo, Goldof pronto
liberó a Adlet y se abrió paso entre las dos. En la confusión, Fremy escapó del
hombro de Mora y corrió hacia Adlet. Ella le prestó su hombro y lentamente le
ayudó a levantarse.

"... Oye," Adlet le dijo mientras caminaba tambaleándose con el apoyo de Fremy.
Había hablado en voz baja, pero todo el mundo prestó atención. "¿Qué piensas
acerca de los medios del más fuerte del mundo?"

Fremy lo dirigió a un árbol y después de descansar su peso sobre la corteza, Adlet


bajó lentamente hasta el suelo. Fremy luego metió la mano en uno de sus bolsillos
en el pecho, sacó un poco de hilo y aguja, y comenzó a suturar las heridas de Adlet.

"El poder, la habilidad, la sabiduría, el corazón, y la suerte. El más fuerte posee


todas estas cosas del mundo.", Dijo Adlet y luego miró a sus compañeros con una
sonrisa. "Así que la respuesta es simple. Soy el más fuerte del mundo. ¿Podría
alguien que no fuera yo haber logrado llegar hasta aquí?"

Mora estaba confusa y en pánico.

"Bueno, las cosas van a estar bien pronto. Vamos a derrotar al séptimo".
Después de escucharlo Mora miró asombrada. Nashetania y Goldof parecía que
habían sido alcanzados por un rayo. Chamo estaba un poco sorprendida. Y Fremy la
miró, con un ojo lleno de anticipación. Entonces Hans sonrió.

"Voy a exponer la trampa de la entrada del séptimo."

Capítulo Cinco: Parte Dos.

Adlet procedió a revelar su teoría.

Primero fue sobre las cosas que había hablado con Hans y Fremy. En concreto, que
el método para activar la barrera que escucharon del soldado de primera clase
Rowen había sido una mentira, y que el séptimo había activado la barrera después
de que Adlet había abierto las puertas del templo. Varias veces durante su
explicación, Adlet tuvo que parar debido al dolor y a que Fremy estaba tratando sus
heridas sin ningún tipo de anestesia.

Las únicas personas que le escucharon atentamente eran Nashetania y Goldof.


Mora y Chamo parecían ser conscientes ya de su teoría, así que quizás Hans les
había dicho.

Cuando terminó con la primera mitad de su idea, una exhalación dolorosa largo
salió de su boca.

"Miau. No nos importa si hacemos esto después de que te recuperes. ¿O te gustaría


que alguien tome tu lugar?", Preguntó Hans.

"No bromees. Parece que quieres robarte lo más destacado de mi historia por tí
mismo," Adlet dijo mientras mostraba una sonrisa tranquila.

"¿Mora puedes dejarlo continuar?", Fremy preguntó.

Un sudor frío era visible en su frente y cuello. "Que, ¿qué estás diciendo?"

"Si eres el séptimo entonces yo creo que es el momento para que renuncies
pronto."
"No digas estupideces." Mora dijo y luego volvió su atención hacia Adlet." Adlet. Tu
teoría no se sostiene. No hay una manera de producir la niebla. Fue una poderosa
barrera la que hizo la niebla aquí".

Adlet agitó su mano hacia Mora para conseguir que dejara de hablar. Él ya sabía lo
que quería decir.

"Pero hay alguien. Sólo hay una santa en el mundo que puede crear niebla,
¿verdad?"

"... Eres un idiota", Mora se quejó.

Mirándola, Adlet suspiró masivamente. Luego miró a Hans y trató de parecer duro,
pero incluso el hablar le era muy doloroso.

"Mora. Antes de que lo digas, no pensabas que fuera el poder de una santa, ¿no?
Pero te lo digo de nuevo. Todas ustedes santas no conocen el poder de la ciencia.
Eso es debido a que el poder de las Santas supera a la de la ciencia. Sin embargo, a
pesar de que para todos ustedes no puede ser nada más que una cosa cruda e
inferior, la ciencia es realmente increíble".

"... ¿La ciencia?" Mora estiró el cuello hacia un lado. Parecía que ella realmente no
entendía incluso lo que significaba la palabra.

"En primer lugar ¿sabes lo que es la niebla? El vapor del agua se solidifica en el aire
y hace que las partículas sean finas. El aire que se respira en el invierno, que se
convierte en blanco y las nubes que flotan en el cielo siguen el mismo principio".

Tal como Adlet explicó recordó lo que su maestro Atro Spyker le había dicho. Con el
fin de fabricar armas secretas Adlet aprendió el conocimiento científico que
dominaba Atro. Él aprendió los principios detrás de la quema de fuego, los
principios de los efectos de los venenos, todo el camino a las leyes del movimiento
que rigen gases y líquidos. Si él no aprendiera esas cosas, entonces él nunca habría
conseguido llegar a una respuesta.

Sin embargo, en el momento en que él se había preguntado sobre qué uso tendría
aprender ese tipo de cosas.
"En cuanto al aire, mayor es la temperatura atmosférica, más vapor de agua el aire
se puede contener. Y si la temperatura bajara de repente, el vapor del agua en el
aire regresaría a un líquido y se convertiría en finas partículas que flotan en el aire.
¿Está claro hasta ahora?"

"No, en absoluto", dijo Chamo.

Adlet hizo una sonrisa amarga. "Por ahora sólo entiende que cuando la
temperatura aumenta y de repente se hace fresca, se formará niebla."

"Lo tengo." Inesperadamente, Chamo acordó sin protestar.

"La humedad en este bosque es siempre muy alta, debido a que está justo al lado
del mar y la humedad de los vientos que el océano trae a través. Así que si la
temperatura en este bosque fuera a caer de repente, se formaría la niebla en un
instante".

"Espera", dijo Mora. Ella siempre interrumpió. "¿Cómo la temperatura de repente


bajaría? También le es imposible para la Santa del Hielo y la Santa de las nieves el
extender una barrera a gran escala".

"Eres de mente cerrada, Mora. La temperatura no bajó. Aumentó".

Mora se quedó en silencio por un momento. Entonces, como si hubiera notado


algo, levantó la cabeza.

"En realidad, este fue su gran plan y el alcance del mismo había sido extraordinario.
De hecho, para engañarme inició su trampa utilizando a la misma naturaleza".
"... La Santa del Sol, Leura," Fremy murmuró. Eso es exactamente correcto.

En la época en que se embarcó en su viaje, había oído acerca de la asesina de las


Seis Flores. El experto arquero Matola, el Caballero Foudelka, la santa de Hielo
Asley, y la santa del sol Leura. Todos esos nombres pertenecían a guerreros
conocidos que habían sido asesinados uno por uno.

Pero cuando él había oído esa información, sintió que el relativo a la Santa del Sol
Leura estaba fuera de lugar. A pesar de que era una santa que poseía una enorme
potencia, no debería ser capaz de luchar a su avanzada edad. Así que como
resultado se había preguntado por qué el asesino de las Seis Flores la mataría.

Después, Adlet se reunió con Fremy y cuando se enteró de que ella era la asesina
de las Seis Flores, Adlet le había preguntado ", Leura también... ¿También mataste a
la santa del sol?"

En el momento Fremy respondió: "¿La Santa del Sol? ¿Leura? ... Yo no sé nada de
eso".

Por supuesto Fremy había sido traicionada por sus compañeros Kyomas medio año
antes. Y ella no había matado a ningún candidato a las Seis Flores después de eso.
Desde que Leura solamente había desaparecido un poco más de un mes, eso
significaba que Fremy no había participado en el asesinato de la santa del Sol

Y si así fuera, entonces ¿quién lo hizo?

"Voy a preguntarte una cosa, Mora. ¿Con la energía de la santa del sol es posible
que la temperatura en la zona aumente a la vez? Es probable que sea posible. Ella
era famosa por tener el poder de incinerar los castillos".

"... Es posible."

"¿Sería posible incluso cuando se hizo mayor?"

"Las piernas de Leura se han vuelto débiles y no pueden moverse de su sillón. Sin
embargo, el poder del Dios del Sol no tiene conexión con el deterioro del cuerpo."
En lugar de Mora quien vacilaba, Fremy habló.

Adlet asintió, y luego entró en el núcleo de su teoría. "Ahora te diré acerca de la


trampa que el séptimo utilizó. En primer lugar el séptimo secuestró a Leura y la
obligó a cooperar. Probablemente tomó a uno de sus miembros de la familia como
rehén o algo por el estilo. Bajo coacción, Leura elevó la temperatura en toda esta
zona. Quizás el cambio tomó cerca de un mes." Adlet miró por encima de sus
compañeros.

"Ustedes deben recordar como era todo cuando vinimos por primera vez aquí. ¿No
que pensamos que era extrañamente caliente? Ese fue el poder de Leura".
Cada uno de los compañeros recordó los acontecimientos de ayer, luego asintieron.

"A continuación, los compañeros del séptimo atacaron la fortaleza y decidieron


matar a todos dentro. Entonces esos compañeros se hicieron pasar por soldados. O
tal vez los soldados de la fortaleza podrían haber sido originalmente compañeros
del séptimo. No sé cual es el caso. A continuación, los soldados nos dijeron acerca
de la existencia de la Barrera Ilusoria de Niebla, pero mintieron sobre cómo
activarla".

"¿Y si alguien entre nosotros hubiera conocido el método real para activar la
barrera?", Preguntó Mora.

"Entonces su plan se habría detenido en ese momento. Sin embargo, la posibilidad


de eso era baja. El rey que hizo la fortaleza era cauto y ni siquiera le dijo de la
existencia de la barrera a nadie más que a un grupo limitado de personas".

"... ¿Y?"

"El séptimo utilizó a los Kyomas para atraernos al templo. Luego, cuando abrí la
puerta, enviaron una señal. Después de ese signo, el compañero Kyoma cerca del
séptimo mató a Leura. La señal enviada fue el Kyoma que cambió de forma cerca
del templo. Sus risas, probablemente, indicaron que había llegado el momento de
eliminar a la santa del Sol y como Leura murió, los poderes del sol que había
utilizado se extinguieron. A continuación, la temperatura de repente cayó y la
niebla se creó. Y así nos quedamos completamente equivocados sobre el hecho de
que la barrera se había activado".

Cuando Adlet había entrado en el templo había sentido que un escalofrío le


recorría la espalda. Eso no era una alucinación; la temperatura realmente había
estado cayendo. Sin embargo, nunca había esperado que el cambio en la
temperatura fuera una parte de la trampa del enemigo.

"Después de que el séptimo con indiferencia se acercó al altar. Y aprovechó nuestra


confusión, en realidad activó la barrera. No necesito explicar lo que pasó después
de eso. Hizo sospechar y realmente el séptimo pensó que sería bueno esperar
pacientemente para que se decidiera que yo fuera el impostor".
"¡Espera! ¡¿Qué pruebas tienes?! ¡Todo esto no es nada más que suposición!"

"Todavía estoy en el medio de mi explicación."

Fremy ya había terminado el tratamiento de él, así que Adlet trató de ponerse de
pie. Sin embargo, Hans lo detuvo.

"Déjamelo a mí. Está bien si tú acabas de explicar".

Adlet se puso en cuclillas con la espalda contra el tronco del árbol. En cuanto a
Hans, fue a buscar a cada uno de los cadáveres de los Kyomas establecidos en el
suelo.

"Bueno, entonces, eso nos lleva al problema final. ¿De dónde salieron los
compañeros del séptimo que escondieron el cadáver de Leura? Leura no estaba
muerta tan lejos del templo porque ella y su asesino tenían que haber estado a una
distancia donde la voz del Kyoma, actuando como una señal, les podría llegar.

"Ellos no han vagado llevando el cadáver porque había una posibilidad de que se
encontrarían con Mora, Hans o Chamo. E incluso si lo enterraban, estaba el temor
de que se descubriera después de todo, porque Chamo estaba aquí".

Utilizar a los Kyomas dentro de su estómago era una de las habilidades de Chamo. Y
con ello habría utilizado a un gusano o un lagarto Kyoma para buscar el suelo y que
podría haber localizado el cadáver.

"No hay muchos lugares para esconderse, incluso en un gran bosque. No, más bien
no existe ninguno a excepción que uno".
"Miau, lo encontré", dijo Hans mientras señalaba a uno de los cadáveres Kyoma.

Era de alrededor de cinco metros de largo y se parecía a la forma de un cocodrilo.


Uno no lo sabría si no se viera de cerca, pero el estómago del Kyoma estaba
ligeramente hinchado.

"Hans, córtalo por mí."


Adlet tragó saliva. Había llegado el momento fatal. La única prueba que podría
demostrar la inocencia de Adlet podría residir allí. Y así, si sus deducciones eran
correctas o no, ellos lo sabrían todo una vez que el Kyoma fuera abierto.

"El único lugar para esconder un cadáver está dentro del cadáver de un Kyoma."

Hans sacó su espada y cortó el estómago del cocodrilo. Y el cadáver de una anciana,
cubierta de fluidos digestivos del Kyoma, cayó fuera.

"Ahora se acaba de confirmar, Mora. No me equivoco al pensar que esta mujer de


edad es Leura, la Santa del Sol, ¿correcto?", Hans preguntó.

Mora se acercó tímidamente a la anciana, y luego se dejó caer al suelo.

"... Es Leura-sama. Esta persona es Leura-sama".

Adlet exhaló con alivio y Hans se hizo cargo del habla.

"Bueno, entonces, ¿hay alguien que todavía piensa que Adlet es el impostor, miau?
Si es así, me gustaría que explicara por qué esta anciana murió aquí, miau".

Adlet había pensado que no debería haber nadie, pero luego Mora se resistió.

"¡Incluso esto es una trampa! ¡Adlet lo arregló de antemano para que pudiera
afirmar que se tratara de la verdad!"

Mora seguía afirmando que Adlet era el impostor; Sin embargo nadie la escuchaba.

"Si ese fuera el caso, entonces Adlet habría revelado este razonamiento hace
mucho tiempo. ¿Cuántas veces crees que estuvo cerca de la muerte antes de llegar
a este punto?"

"Um..." Mora bajó la cabeza, sin dejar de pensar en una refutación. Pero ella era la
única persona dudando de Adlet. Las mesas se habían vuelto en su contra. Ahora, el
séptimo fue acorralado.

Luego, Mora en un murmullo "... he cometido un error. Adlet no era el impostor".


Teniendo el dolor, Adlet exhaló un suspiro. El poder dejó su cuerpo y su espalda se
deslizó por el tronco del árbol.

Pensó en empujarse a sí mismo con sus puños, pero al final él no se sentía igual.

"Desde el principio has estado mal, ¿verdad? Yo no soy el séptimo".

La perspectiva de su victoria había descansado en la cuerda floja. Y él no había


creído que el cadáver de Leura estaba escondido allí. Podría simplemente haber
estado enterrado en el suelo. O incluso era posible que ella hubiera muerto fuera
de la barrera. Hasta el final Adlet había confiado las cosas a la suerte.

Sin embargo, él había ganado. Él había expuesto por completo el plan del séptimo.

¿Quién en el mundo podría haber logrado llegar a este punto que no fuera yo?

"Oye, ¿quién mató a la anciana?", Preguntó Chamo.

"Fue probablemente el tipo Kyoma cocodrilo. Mató a Leura, se la comió, y luego


murió aquí."

"Espera. Más importante aún ¿quien en el mundo es el séptimo?" Mora gritó. Su


pregunta fue respondida con el silencio de todos.

Incluso Adlet todavía no sabía quién era el séptimo. Había sido capaz de exponer
todos los detalles de la trampa, pero no fue capaz de obtener una prueba sobre la
identidad del séptimo.

Sin embargo, parecía que la discusión ya no era necesaria.

"Mora-san. ¿Entiendes la posición en la que estás en este momento?", Nashetania


preguntó. Sus palabras estaban llenas de una silenciosa ira. Cogió su espada caída y
apuntó hacia Mora.

"Fremy-san, por favor no te alejes de Adlet-san. Goldof, no dejes que Mora-san


escape".
Dando un paso atrás, Mora gritó: "¡Espera, princesa! No soy yo. ¿Qué pruebas
tienes tú?"

"Claro que no tenemos pruebas, pero ¿estás diciendo que es alguien que no seas
tú? No es posible que tengas la intención de decir algo sobre que el impostor es
Fremy-san, ¿no?"

Probablemente debería detenerla, pensó Adlet. No había ninguna prueba. Pero,


¿quién podría ser otro que Mora? Creía que Fremy no era el impostor. Lo mismo
con Nashetania. Hans había colaborado con él para exponer el plan del séptimo. Y
él no sospechaba de Chamo desde el principio. Tampoco Goldof. Parecía muy poco
probable que un hombre tan leal como Goldof los hubiera traicionado.

Sin duda fue Mora. Pero el momento en que pensó aquello, Chamo dijo, "No es
Obachan."

Todos miraron a Chamo.

"Chamo tiene esto", añadió y se volvió hasta la camisa para mostrar su estómago.
Una losa de piedra había sido insertada en su cinturón, pero Adlet no tenía idea de
lo que era.

"Después de que Mora-Obachan se fuera, Chamo rompió el suelo del templo e


intentó cavar por debajo de él. Después de eso Chamo encontró una caja grande
con una espada sagrada y losa de piedra dentro".

Hans a continuación, se hizo cargo de la explicación de Chamo. "La persona que


hizo esta barrera se había preparado muy bien. El altar que activó la barrera, se
había creado un repuesto con antelación. Desde que fue enterrado
considerablemente profundo era difícil de excavar. Adlet, no entró en el templo de
nuevo, ¿verdad? Había un agujero gigante en el suelo".

Adlet negó con la cabeza. Nashetania lo perseguía y no había sido capaz de ver
mucho, sino huir de ella.

"Jejeje, Chamo lo encontró."


"Bueno, estaba bajo el suelo, yo era el único que se le ocurrió la idea," Hans
argumentó.

"Sin embargo, Chamo fue quien la encontró."

"Pero yo fui el que pensó en ello, miau."

"Luchen por el crédito después. Que está escrito en esa losa?", Adlet preguntó.

Hans y Chamo sonrieron al mismo tiempo.

"No hay dos losas. La primera era la que estaba el altar. Por otro lado, esta de aquí
no está escrita en la escritura sagrada, sino con palabras que aún puedo leer".

En ese momento todo el mundo dirigió su atención a Hans. Por lo tanto, nadie se
dio cuenta si la expresión facial alguno de los siete había cambiado.

"Con el fin de activar la barrera de nuevo, retire la espada atesorada y la losa rota, y
después de esto debe repetir los pasos de activación. Es decir, agarre la espada
atesorada, extienda la sangre y rompa la losa al mismo tiempo, al momento que
usted dice las palabras prescritas".

"... ¿Eh?", Goldof preguntó. Pero el sonido mudo no parecía haber venido de él.

Adlet también no creyó lo que escuchaba. Momento siguiente dudaba de su


memoria. Y al final se puso en duda la autenticidad de la losa.

Porque seguramente recordó lo que sucedió después de que él y los demás habían
puesto un pie en el templo, pero antes de que Chamo había llegado...

"¿Miau? Bueno, ¿quién rompió la losa? Miau. No lo sé."

"Cuando Chamo llegó, la losa ya había sido rota. ¿Quién lo rompió?"

Adlet buscó en su memoria...

"Había estado activa la barrera. No me lo puedo creer. ¿Quién hizo esto?"


Nashetania había dicho, forzando que las palabras salieran de sus labios.
"Lo siento, pero no tengo ni idea de lo que pasó", Adlet respondió agitando la
cabeza.

"En cualquier caso tenemos que bajar la barrera", Goldof dijo. "Discúlpeme."

La primera persona en tocarlo fue Goldof. Sacó la espada atesorada y trató de


desactivar la barrera.

Adlet fue la siguiente persona que la tocó. Pasó la hoja por la mano y extendió su
sangre, y luego trató de desactivar la barrera. Y después de eso...

Nashetania había agarrado la espada, dijo varias frases y finalmente, como si se


cansara de esperar, golpeó el pedestal y la losa.

"Dame eso por un segundo," Adlet entonces la había interrumpido cuando se


dieron cuenta de que no estaba pasando nada.

"¡Barrera disolvete! ¡Barrera disipate! ¡Detente! ¡Deten la niebla! Yo soy el dueño


de la barrera".

Y eso había sido cuando la losa se rompió.

"Esto es bueno, Mora-Obachan. Estabas a punto de ser asesinada".

"... Tengo problemas por ahora. ¿Qué quieres decir?"

Chamo sonrió a Mora quien parecía nerviosa e incapaz de comprender la situación.

"Adlet, fue quien lo vio, ¿verdad? ¿Quién rompió la losa?," Hans preguntó, pero
Adlet no pudo contestar. "Miau, ¿sabes? Fremy" Hans entonces le preguntó a
Fremy en su lugar.

Sin dudarlo, ella respondió, "Nashetania."

Nashetania dio un paso atrás, con una expresión de terror en su rostro. Ella estaba
en una pérdida para las palabras y ligeramente negó con la cabeza mientras
desesperadamente declaraba su inocencia.
"En ese momento... la losa.... p... pero estás diciendo que pretendía activar la
barrera..."

"¿Fue la princesa? Eso es una sorpresa. Estaba pensando que era más probable que
hubiera sido Goldof, miau."

Hans sacó su espada y Chamo llevó la hierba de cola de zorra a la boca. Pero Goldof
se paró en su camino y los detuvo a los dos.

Era una especie de trampa. Si no, entonces algo no iba bien. No había manera de
que ella era la culpable, Adlet pensó mientras buscaba el recuerdo de los días que
había pasado con ella.

Nashetania no había mostrado ningún comportamiento sospechoso. Recordó el


momento en que se hizo pasar por una dama y le visitó. Entonces, el momento en
que fueron seleccionados como los héroes de las Seis Flores y se embarcaron en su
viaje. Después de eso él pensó en el momento en que protegieron a los aldeanos
que estaban bajo ataque. Momento siguiente fue la única vez que se habían
separado, y después de eso, cuando se reunieron. También pensó en cuando había
considerado a Fremy como un enemigo y la batalla que siguió después de eso.

Y después de esa batalla se habían dirigido al templo que estaba siendo


bombardeado.

"... Ah..." un sonido como un grito escapó de la boca de Adlet.

En el camino hacia el templo los cuatro habían sido detenidos por Kyomas. Y en el
caos de la batalla, Nashetania le había dicho: "Adlet-san. Por favor dirigete al
templo. Nos encargaremos de esto".

¿Por qué no me di cuenta antes? Había un solo requisito previo importante para
que la trampa funcionara. Y esa era que uno de los héroes de las Seis Flores se las
arreglara para llegar a la zona en frente del templo. Las palabras de Nashetania
habían estimulado a Adlet en moverse, y cuando él llegó al templo fue cuando cayó
en la trampa del séptimo.
"¿No has estado acusando simplemente a una persona tras otra? Bueno, pueden
estar seguros, voy a proteger a la princesa".

Goldof estaba emitiendo una intensa aura de asesinato de todo su cuerpo mientras
custodiaba a Nashetania detrás de él.

"¿La princesa? No puede ser...". Nerviosa, Mora no pudo hacer nada.

Hans y Chamo avanzaron lentamente hacia Nashetania, mientras que Fremy sacó su
rifle y lo preparó. En el otro lado Nashetania sacó su espada y miró con urgencia
hacia Adlet.

"Adlet-san. Por favor di algo. Yo no soy el séptimo".

Estaba mal, ella no era el impostor. Adlet trató de decirlo, sin embargo, lo que se
apresuró en salir desde su boca fue totalmente diferente.

"No puede ser. ¿Es esto cierto, Nashetania?"

"... Adlet-san."

En el momento en que escuchó sus palabras, la expresión de Nashetania cambió de


repente. La chica que tenía miedo y que buscaba ayuda había cambiado a una sin
vida y chica sin exresiones.

Luego sonrió dulcemente. Era la misma cuando se conocieron; una sonrisa elegante
y alegre.

"Me rindo", dijo.

"¿Qué?" Preguntó Adlet a su espalda.

Nashetania envainó su espada y estiró ambas manos hacia los lados.

"¿No lo entiendes? Me rindo. Eso significa que me rindo".

(Impaktado xd)
Capítulo Cinco: Parte Tres.

Todo el mundo se quedó sin habla y no podía moverse ni una pulgada.

La expresión e indiferente forma de hablar de Nashetania los había tomado a todos


por sorpresa. Y sin embargo, nadie podía hacer nada más que mirarla.

"... Princesa. ¿Qué estás diciendo?"

"Lo que estoy diciendo, Goldof, es que yo soy el séptimo."

Nashetania tocó el hombro del petrificado Goldof, como diciendo, "gracias por
todo."

"Lo siento", dijo Nashetania, luego pasó por el lado de Goldof y se situó en el
centro del templo. "Tal vez yo podría haberme resistido un poco más. Pero con
Adlet-san como está ahora, probablemente sería inútil, no importa lo que diga."

Luego miró a cada uno de sus rostros.

"Cometí un error. Hubiera sabido sobre el equipo de ritual de repuesto, pero yo no


sabía que el método para la activación de la barrera estaba escrito en él. Mi
preparación fue insuficiente. Y yo ni siquiera derroté a una persona, a pesar de que
inicialmente pensé que podía deshacerme de dos personas por lo menos".

Nashetania estaba en calma. Ella no era tímida, apologética, ni nerviosa.

"La causa de mi derrota fue probable porque me faltó asertividad. Aunque había
varias opciones, como acercarme a Adlet y atacarlo por sorpresa o teniendo a
Goldof acabando con él, los pasé a todos por alto. En cualquier caso, por parte la
forma de mi plan había ido muy bien".

Sus palabras estaban entrando en los oídos de Adlet, pero ellas no estaban llegando
a su cerebro.

"Hans-san, al principio pensé que sería tal vez la mayor molestia de un enemigo.
Desde entonces he formulado muchas maneras de enmarcarte y entonces
matarte... Pero todo fue inútil. Es decepcionante. Bueno, al menos yo tenía razón
acerca de que eras el enemigo más poderoso. Y apuesto a que si no estuvieras aquí
no hubiera perdido".

Riendo, Nashetania tomó otra mirada a todos.

"¿Qué está mal? Todo el mundo está en silencio".

Cuando Adlet vio su expresión pensó que ella no podía ser el enemigo después de
todo. Se veía tan desvergonzada. Tal vez incluso había pensado que atrapar a Adlet
había sido la cosa correcta de hacer.

"... ¿Qué?..." Mora logró ahogarse.

"¿Por qué intentas matarnos?, no, si realmente tienes la intención de matarnos...


entonces ¿significa que te aliaste con el Majin y tienes la intención de destruir el
mundo?"

Mora estaba tan sorprendida que no podía hablar normalmente. Y viendo a Mora
de esa manera, la expresión de Nashetania se oscureció ligeramente.

"En realidad, hacer todo esto podría no haber sido necesario. Yo podría haber
revelado todo a ti y solicitar tu cooperación. Pero ahora todo eso no tiene sentido".

Goldof se dejó caer de rodillas ante los pies de Nashetania. "¡Princesa! Por favor
dígame! ¡¿Qué cosa en el mundo está tratando de hacer?! Le seguiré."

Nashetania miró a Goldof y sonrió amargamente hacia adelante.


"Realmente Goldof. Yo había pensado que te unieras a mí. Si no hubieras dicho
nada y en silencio escucharas lo que tenía que decir entonces yo te habría dicho la
verdad. Pero tú... "Ella se detuvo a medio camino y puso la mano en su boca. Luego
se rió cruelmente. "¿Podría estar posiblemente sugiriendolo?..."

Algo probablemente había pasado entre Goldof y ella. Pero lo que fuera, no
importaba.

"Pero princesa, Chamo quiere saber. ¿Por qué quieres matar a Chamo y los
demás?"
"Claro, claro que eso es de lo que estamos hablando." Nashetania tocó el pecho y
con una voz sincera dijo: "Deseo la verdadera paz. Quiero crear un mundo con el
Majin, donde los Kyomas y los seres humanos puedan vivir juntos sin pelear. Con
esto en mente, ejecuté este plan". (Sinceramente esta mina está mal de cabeza xd)

Adlet no podía decir nada. Para empezar, ni siquiera entendía lo que quería decir.

"Yo no tengo ningún resentimiento hacia cualquiera de ustedes. Pero para mí, la
reactivación del Majin era necesaria. Así que para hacer eso tenía que eliminar a los
Héroes de las Seis Flores a toda costa".

"¿Para qué? No sé lo que quieres decir. ¿Qué estás diciendo, princesa?" Mora
preguntó mientras se agarraba la cabeza.

Pero Nashetania la ignoró y continuó: "Tengo una petición para todos ustedes.
¿Pueden retirarse de esta batalla? Voy a tratar con el Majin revivido. No voy a dejar
que se destruya el mundo de los humanos porque amo a los seres humanos y a los
Kyomas por igual".

"Princesa, te lo ruego. Por favor, hable de una manera que podamos entender".

"Voy a hablar sólo entonces. Mi objetivo es reformar a los Kyomas y hacer que
hagan la paz con los seres humanos".

Adlet no entendía la razón, y para él, ella estaba diciendo tonterías. A pesar de eso,
escuchó lo que tenía que decir. Tal vez fue debido al aire que estaban inhalando en
ese lugar, o tal vez era su carisma.
"Meow, miau. Hacer la paz y que el mundo se convierta en tranquilidad?" Incluso
Hans estaba abrumado por lo que estaba diciendo Nashetania.

"Sí, será pacífico. No estoy diciendo que no habrá peligro. Y con el fin de realizar
esta paz habrá algunos sacrificios. Sin embargo, serían realmente pocos sacrificios".

"... ¿Cuántos?", Preguntó Fremy.

"Espero que los sacrificios humanos sean alrededor de 500 mil personas", dijo
Nashetania de una manera muy natural con una voz llena de confianza.
(El fin justifica los medios? xd)

No lo puedo entender, pensó Adlet. No podía entender lo que Nashetania estaba


tratando de hacer, ni lo que estaba pensando. Y mirándola ahora, sintió que su
hermosa apariencia era la de un monstruo.

"... Hans, Fremy, Mora, Chamo", Adlet dijo, frente al asombro de sus compañeros.
"... ¡Mátenla!"

Estimulado por el comando, Hans sacó su espada y corrió. Chamo pegó la hierba de
cola de zorra por su garganta y vomitó a los Kyomas. Y Mora apretó los puños y se
precipitó hacia Nashetania.

El primero en hacer contacto fue Mora, quien con un solo golpe, rompió la cara de
Nashetania con el puño.

Sin embargo....

"Así que la persuasión era inútil después de todo."

Con la cabeza resquebrajada, Nashetania se paró como si nada hubiera sucedido.


Entonces su cuerpo, armadura y ropa se derrumbaron y se transforman en un
estado como de barro.

"Eso es muy malo." La voz no vino desde el barro que solía ser Nashetania, sino
desde el bosque circundante." Adiós Goldof. Es una pena que no pudimos viajar
juntos".
"¿Qué es esto?"

"La habilidad de un Kyoma. Y la habilidad del nivel de uno considerablemente alto",


dijo Adlet.

"Y en cuanto a ti Fremy-san, creo que podrías ser capaz de entenderme."

"¡Miau! Ella todavía está cerca".

"Nos encontraremos de nuevo."


Hans fue a perseguir a Nashetania, corriendo en la dirección donde la voz provenía.
Tal como él, Chamo hizo que sus Kyomas fueran tras ella.

"¡Fremy! Estoy confiando Adlet a ti!" Mora dijo, y luego también se precipitó en el
bosque.

Y después de un tiempo el paralítico Goldof siguió al resto y corrió en esa dirección,


dejando sólo a Adlet y Fremy en el templo.

"... Es, no puede ser. ¿Fue Nashetania? No puedo creerlo", Adlet gimió.

El dolor atacó su cuerpo tan pronto como empezó a sentirse a gusto después de
que la verdadera identidad del séptimo fuera revelada. Fremy se apoyó contra el
árbol, así y se sentó a su lado.

"No hables Adlet. Estás esforzándote en exceso".

"Exagerar las cosas es mi especialidad...". Adlet se rió hacia Fremy, cuyo rostro
estaba por encima de la cabeza.

"Estás sangrando demasiado. Espera un momento. Tengo un poco de medicina


fuerte en mí".

"Te has convertido en extremadamente amable... Podría haber sido así de bonita
desde el principio."

"He dicho que no hables," Fremy le dijo mientras buscaba dentro de su capa.
Mientras la veía buscando, Adlet la recordó cuando la conoció. La primera vez que
la vio, había pensado que era hermosa. Y entonces sintió como si quisiera
protegerla. Sin embargo no había ninguna razón para ese impulso, se sentía de esa
manera. E incluso ahora cuando él sabía que ella era la hija de un Kyoma y la
Asesina de las Seis Flores, ese sentimiento no había cambiado.

"... Oye, Fremy. ¿Te preocupas por mí?"


Su mano buscando dentro de su capa se detuvo. Luego miró a Adlet y respondió:
"Te odio." Después de que las palabras salieron Fremy desvió la mirada, pero sus
palabras no sonaban mal.

"Por qué?"

"Cuando estoy contigo, yo quiero vivir."

Al escuchar esas palabras, Adlet sonrió.

No voy a dejarte morir, trató de contestar de nuevo, pero las palabras no salían de
su garganta y no podía mover bien su lengua.

"... ¡Adlet!"

Su visión de repente se redujo. Fremy le abofeteó la mejilla y parecía estar gritando


algo, pero las palabras no llegaron a sus oídos.

"... No.... Tus ojos"

No podía oírla muy bien y él sentía terriblemente sueño.

No te preocupes, yo sólo voy a cerrar los ojos por un rato. Eso también Adlet trató
de decir, pero sus labios no se movieron.

En ese momento Adlet sintió algo suave tocando sus labios. Un líquido fue vertido
en su boca, viajó por su garganta y entró en su estómago.

Entonces la conciencia de Adlet cayó en la oscuridad.


Cuando Adlet abrió los ojos era extremadamente brillante. Era por la mañana y el
sol brillaba sobre su mejilla.

Y la niebla se había despejado.

"..."

Adlet miró a su alrededor que le rodeaba. Él estaba dentro del templo y la luz del
sol brillaba a través de la puerta rota.

"¿Estás despierto?" Le dijo una voz desde el otro lado de la luz del sol. Cuando
Adlet gió la cara en esa dirección vio a Mora sentada en su lado.

"Es una pena que yo no fuera Fremy, ¿eh?"

¿Era sarcasmo? Adlet preguntó. Sin embargo, sin duda habría sido más feliz con
Fremy a su lado en lugar de Mora.

Adlet miró a su cuerpo. Una compresa de color verde oscuro se había extendido
sobre su piel. Pero él no creía que Fremy había utilizado una herramienta de este
tipo cuando ella lo trató.

"Es una planta medicinal que contiene el espíritu de las montañas. Con una herida
como esa debe tomar dos días para recuperarte".

"¿En serio?"

"Es el poder de las montañas. Debes creer en mi poder".

Adlet se sentó. Fue bastante doloroso, pero definitivamente podía moverse. Y ayer
mismo había creído que ya no iba a pelear de nuevo. El poder de los santos era
increíble.

"Adlet, lo siento." Mora puso repentinamente ambas manos en el suelo y bajó la


cabeza.

"No me di cuenta de que eras genuino. Fue un completo fracaso de mi parte. Es


porque había actuado como una tonta que estas lesiones..."
"Lo que ha pasado ha pasado. Es más importante que te disculpes con todos los
demás".

Las palabras de Adlet hicieron que Mora levantara la cabeza hacia arriba. Y cuando
lo hizo, escuchó la voz de Hans proviniendo desde la dirección de sus pies.

"Ella ya puso las manos en el suelo y se disculpó con nosotros también."

"¿Es eso así? ... Bueno, entonces está bien."

Adlet yacía de nuevo tendido en el suelo. Parecía que solamente Mora y Hans
estaban en el templo por lo que se preguntó qué pasó con sus otros compañeros. Y
Nashetania.

"Nashetania escapó. Lo siento, miau", dijo Hans.

"¿Cómo está la seguridad de todos?"

"Claro. Chamo, Fremy y Goldof están afuera".

Adlet exhaló con alivio. Si todo el mundo estaba a salvo, a continuación, por el
momento las cosas estaban bien. Habían logrado superar esa trampa espantosa sin
perder una sola persona. Ese fue un logro satisfactorio.

"Adlet. Me estremezco al pensar en lo que habría ocurrido si no estuvieras aquí.


Todos fuimos engañados por Nashetania... quién sabe cuántos habrían muerto".

"Bueno, sigue confiando más en mí desde ahora en adelante entonces."

"... ¿El más fuerte del mundo? Normalmente yo estaría a punto de reírme de tal
afirmación, pero eres diferente. De verdad lo has hecho bien".

"Miau, miau, miau," Hans llegó y cortó. "¿No vas a darme las gracias?"

"Tienes razón. Te esforzaste".

"¡Miau! ¿Qué pasa con la actitud diferente?" Hans ventiló en la insatisfacción." Hice
un montón. Al principio yo era el que notó que eras inocente. Los dos luego
detuvimos a Chamo. Y yo fui el que convenció a Chamo y le hizo buscar en el
terreno".

"Yo, lo tengo. Lo hiciste bien también. Gracias lo aprecio."

"Eso es mejor."

Hans realmente había llegado a través de él, Adlet pensó mientras los dos
argumentaron de ida y vuelta. Debido a que había sido capaz de ver a través de la
situación y encontrar la verdad, Adlet todavía estaba vivo. Y de los dos, había sido el
que persiguió a Nashetania hasta el final.

"Hans, eras probablemente consciente de la trampa de Nashetania, ¿verdad?"

"Sí, pero sólo la mitad de ella. Nunca pensé que el cadáver estaba escondido", dijo
Hans, con un rostro que no parecía estar mintiendo.

Desde el fondo de su corazón, Adlet estuvo alegre de que Hans no fuera el


enemigo." Hans. Eres realmente increíble. Nunca he visto a otra persona tan
confiable como tú".

"¿Hmm?"

Hans de repente comenzó a actuar de manera diferente de lo normal. Su cara se


puso roja y miró hacia su alrededor, rascándose la cabeza.

"Voy a estar confiando en ti desde aquí en adelante también".

"Miau miau. Me avergonzaré de ser alabado tanto".

"¿Qué pasa con este chico?" Mora murmuró. Adlet realmente no lo sabía tampoco.

Chamo luego entró en el templo.

"Chamo, ¿cómo está Goldof?"

"No está bien. No importa lo que dijo Chamo, él no respondió".


"Esto va a ser un problema para nosotros más adelante si no podemos obligarle a
rehacerse. Nuestra batalla aún no ha comenzado".

El estado de ánimo de Adlet hasta ese entonces había desapareció después de


escuchar esas palabras. Ella estaba en lo cierto. Su objetivo era derrotar al Majin.

Adlet se sentó, y luego se puso de pie.

"¿Qué? ¿Puedes estar de pie, Adlet?"

"Voy a respirar el aire exterior un poco."

Había dolor, pero si él acabara acostumbrándose no sería un problema. Y así Adlet


dejó a Hans y los otros y se fue afuera.

Bañado por la luz de la mañana, Adlet caminó a través de los pilares de sal. Fue
entonces cuando vio a Goldof agachado y apoyado contra uno de los pilares. Pero
pensando que se le debía dejar solo, Adlet dejó ese lugar.

Pronto encontró a la persona que estaba buscando. Estaba de pie en el bosque, a


una ligera distancia del templo.

"... Estás despierto?", Dijo Fremy secamente. Su actitud de ayer había cambiado por
completo de nuevo a su frialdad habitual.

"Sí."

Se puso de pie a su lado y le preguntó lo que debía decir. Pero desde que vio su
cara, nada le vino a la mente.

"Es lamentable que Nashetania sea el séptimo."

"¿Por que dices eso?"

"¿Te gustaba ella no?"

"¿Por qué dices eso?" Adlet preguntó con el ceño fruncido. No era que él no
hubiera sentido nada especial hacia ella. Pero en su propia forma de ver las cosas
había pensado en ella como alguien con quien se llevaba bien, por lo que
lamentablemente el pensamiento lo consideró lamentable.

"Lo siento, pero no hablo mucho." Fremy luego miró hacia otro lado. Su actitud
confundió a Adlet; no era nada parecida a la que había estado ayer cuando ella
había trabajado tan duro para protegerlo.

"Realmente no sé cómo debo hablar contigo o cómo debo enfrentarme a mí


misma."

"..."

"Así que quiero un poco de tiempo."

Adlet suspiró. "Entiendo. Bueno, yo quiero preguntarte dos cosas".

Fremy asintió.

"¿Quieres venir con nosotros? ¿Y has renunciado a querer luchar sola?"

"Yo podría decir que sí, y que ya he renunciado luchar contra él sola, pero es
probable que no consideraría esas respuestas como válidas."

Tienes razón. No voy a tomar las respuestas como válidas, Adlet pensó. Y luego se
preguntó: "¿Es verdad que cuando estás conmigo quieres vivir?"

Fremy miró al suelo y su rostro se puso rojo. Luego lo miraba con un ojo lleno de
resentimiento, ella apenas asintió.

"Vamos a darlo todo. Vamos a vencer al Majin, y sobreviviremos".

Fremy asintió. Entonces, como si estuviera diciendo que era suficiente habla, o algo
así, ella se dio la vuelta.

Entonces en ese momento Adlet vio que una persona se acercaba al templo desde
la dirección de la fortaleza.
"¿Qué pasa Adlet?", Fremy preguntó. Pero pronto ella también se dio cuenta de la
persona.

Una chica se acercaba. De una corta estatura y vestida con armadura de hierro, ella
corrió hacia ellos, haciendo mucho ruido mientras se movía.

Al darse cuenta del sonido, Mora y los otros salieron del templo. Goldof también
levantó la cabeza y miró a la chica.

"Ah, bueno, lo siento."

La niña bajó la cabeza en una profunda reverencia. Llevaba gafas pequeñas, parecía
suave y tímida como un pequeño animal. Su armadura gruesa tristemente no se le
ajustaba en absoluto.

"... ¿Rolonia?", Preguntó Adlet.

La niña levantó la cabeza. Y cuando se dio cuenta de quién era, su rostro se iluminó
de pronto.

"¡Ad-kun! ¡Mucho tiempo sin verte! Así que fuiste elegido después de todo".

"Cuánto tiempo sin verte... eso es cierto, pero..." Adlet vaciló.

La niña se acercó para un apretón de manos y aunque Adlet estaba confundido, él


aceptó.

"... ¿Quién es esta chica?" Fremy preguntó desde detrás de él.

De repente, la chica soltó la mano y se dio cuenta de los que la rodeaban. Luego
bajó la cabeza otra vez.

"Yo... lo siento por no presentarme antes." La chica... Rolonia, se mantuvo


inclinando la cabeza una y otra vez." Yo soy la Santa de la Sangra Fresca, Rolonia
Manchetta! Lo siento por llegar tarde!"

"Rolonia, ¿Por qué estás aquí?", Mora preguntó.


La niña levantó la cabeza y miró a Mora. "Mora-san, estoy tarde y lo siento mucho.
Pero cuando traté de reunirme con todos ustedes la niebla salió y yo no podía
acercarme".

"Pero eso no es lo que quiero decir..."

"Um... Yo sé que no soy lo suficientemente fuerte como para ser una héroe de las
Seis Flores, pero voy a hacerlo lo mejor posible."

Adlet tragó saliva, su columna vertebral se puso rígida, y por un momento incluso
sintió como si sus pies estaban tambaleando bajo él.

"¿Nos puedes mostrar la prueba?", Mora preguntó.

"Vosotros... Sí. Aquí está; mi prueba de que soy un héroe de las Seis Flores."
Mientras hablaba, Rolonia se quitó la placa del pecho y les mostró una cresta
alrededor de su cuello. Era la misma que tenía Adlet y los otros compañeros.

Una cresta real de las Seis Flores.

"Um, lo siento, pero ha habido algo en mi mente desde hace un tiempo", dijo
Rolonia mientras miraba a los compañeros estremeciéndose.

"¿Por qué hay siete de nosotros?"

A la pregunta del Rolonia, nadie podía responder.

Ahora Adlet entendió que la batalla con Nashetania no había sido nada más que
una escaramuza. La verdadera batalla por fin estaba a punto de comenzar.
Palabras del Autor.

Para los que hayan leído mi anterior trabajo "La Serie del Bibliotecario Luchador" ha
sido un largo tiempo. Para aquellos que no, es un placer conocerlos. Mi nombre es
Ishio Yamagata.

¿Qué piensan de "Los Héroes de las Seis Flores?" Espero que podamos construir
una relación a largo plazo en el futuro.

Hubo una larga brecha después de que concluí mi trabajo anterior, y había
preocupado a muchas personas. Tengo la intención de hacer todo lo posible para
no tener otro lapso como ese desde ahora en adelante.

Por un tiempo relativamente largo pensé que me había perdido de vista a mí


mismo. Sin embargo, recientemente he llegado a pensar si eso era realmente el
caso. En cualquier caso, probablemente no tengo más remedio que escribir. ¿He
tomado un ligero paso adelante? O estoy tomando un paso atrás?

Eventos Actuales

Por naturaleza soy bueno con el calor y débil con el frío, por lo que cuando se
convierte en el verano me preocupo acerca de la enfermedad con el aire
acondicionado. Pero este año debido a la falta de electricidad, cada lugar se
contuvo del aire acondicionado. Así que tuve la oportunidad de pasar mis días más
sano de lo que me gustaría estar en un típico año.

Aun así, estos días que fuera humillado por el exceso de aireación, cogí un resfriado
y me reduje durante 3 días. Al día siguiente me recuperé así que tomé una ducha
fría y luego el frío volvió, por lo cual desperdicié otro día. Tal vez no había nada que
se pudiera hacer sobre este evento poco probable.

Estoy relativamente y genuinamente preocupado.

Tengo la intención de donar una parte de las regalías de este trabajo con el grupo
municipal "Comisión de Descontaminación de Fukushima" sometiéndose a una
extracción del material radiactivo de Fukushima.
Sólo tengo una pequeña suma de fondos, pero para ser capaz de apoyar la
reconstrucción sólo un poco es lo más importante.

Y por último están mis gracias. Para Miyagi-san quien dibujó las ilustraciones para
mí, de verdad gracias. Para el Sr. T. a cargo de la edición de este volumen, esta vez
también lo siento por hacerle preocupar. Y a todos en el departamento de edición,
quienes me ayudaron mucho.

Y a todos mis lectores, vamos a vernos de nuevo.

Con los mejores deseos,

Yamagata Ishio.

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