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Este relato fue redactado siguiendo reglas singularmente rigurosas. ¿Puedes rastrearlas?

RARA AVIS – Leo Maslíah

Roberto dejó rápidamente la represa pero resbaló, cayendo redondo al río. Esquivando rocas y
rompiendo olas resueltamente, logró reconquistar la ribera. Descansó. Recuperó fuerzas. Rezó
(era religioso). Su respiración se regularizó. A ritmo lento, retomó su ruta. Un ratón estaba
royendo una remolacha. ”¡Qué relajo!”, pensó Roberto. Era rubio, pequeño, robusto y retacón.
Caminaba raro, con rigidez de robot. De repente, lo rodearon cuatro rufianes. “¿Me raptan?”,
preguntó. Riendo, los reos le robaron el reloj. “¡Qué racha”! Estaba rabiando, cuando recordó que
recientemente había reunido grandes riquezas. Enfiló rumbo a Rosario, donde recaudó intereses
realmente cuantiosos. Rememorando el robo, reclamó venganza. Rentó mercenarios, regateó un
rato, consiguió rebaja. Pero, recapacitando, ofreció recompensas especiales. Rogó a Ra que
recibieran la reprimenda los rateros. Para recrearse, escuchó radio: estaban repuntando el ranking
los Redonditos de Ricota. Pasaron rock and roll de Rolling Stones, Raúl Porchetto, Riff y Axel Roses.
Luego, rapsodias de Rachmaninoff. Al radiar el rotativo anunciaron rutinariamente que recién
cuatro rateros habían reventado a ráfagas de rifles con repetición. ¡Gol!, rigió él, rematadamente
feliz. Recobró su reloj y rajó a recónditos lugares, recorriendo diferentes regiones hasta resolver,
como Rómulo y Remo, fundar Roma.

Escuchen el tema de León Gieco: “Los Orozco” y mencionen las reglas que se tuvieron en cuenta
en dicha ocasión.

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