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Hoy la ordenanza Basura Cero cumple 7 años

Hace 7 años, el 13 de noviembre de 2008 el Concejo Municipal aprobó por unanimidad


la ordenanza 8335 “Basura Cero”. La ordenanza fue fruto del trabajo conjunto de Taller
Ecologista junto a organizaciones amigas y vecinos movilizados por los impactos
ambientales de los rellenos sanitarios.

Los resultados de las acciones desarrolladas por la Municipalidad no han logrado


todavía un impacto sensible en la cantidad de residuos que diariamente la ciudad envía a
la comuna de Ricardone para su disposición final. A la fecha ya hay 25 hectáreas
ocupadas por una montaña de basura proveniente de la ciudad de Rosario que desde
2003 a la fecha ha venido creciendo a pasos agigantados, a razón de unas 800 toneladas
que cada día que cada día se suman a la montaña.

Entre los objetivos de la ordenanza Basura Cero está el de incluir a los recuperadores
informales en la gestión de los residuos, algo que está lejos de cumplirse. Uno de los
temas dominantes en este año fue el lanzamiento de un programa para eliminar el uso de
caballos en la recolección informal y las acciones de resistencia emprendidas por los
carreros ante el temor de perder su fuente de sustento. En nuestra opinión tal programa,
el “Andando” es un mal ejemplo de política pública: hubo escasa planificación, mucha
imprevisión, no se incorporó la perspectiva y necesidades de los carreros. La forma en
que se evalúa los resultados, a partir de cuántos caballos se entregaron o cuánta gente se
inscribió denota un sesgo que apunta a mostrar algún éxito pero no a mejorar la realidad
de quienes viven de esta actividad, ni siquiera a mejorar la situación de los caballos. La
falta de transparencia es notable: no hay información clara acerca de dónde van los
caballos, ni ningún reporte oficial sobre el devenir del programa.

En el 2014 se enviaron a Ricardone un 28% más de residuos respecto al año 2008 en


que se aprobó la ordenanza y un 80% más respecto de las metas planteadas. Rosario está
más limpia a costa de perjudicar la calidad de vida de quienes viven cerca del relleno.

Creemos que muchas cosas deben cambiar estructuralmente para revertir esta situación:
- sistemas de disposición inicial más cercanos, que no hagan el sacar la basura un
hecho tan anónimo, tal como ocurre con los grandes contenedores que hay en la
calle. Las metodologías de disposición inicial y recolección conocidas como
“Puerta a puerta” vienen funcionando mucho mejor y permiten una gran calidad
de separación. En cambio los grandes contenedores en la calle impiden cualquier
tipo de control y en Rosario ya se ha comprobado que son los peores sistemas
para separar.
- Establecer incentivos para el que separa, con el objetivo de que en algún
momento sea obligatorio.
- Incluir a los residuos orgánicos limpios en los esquemas de separación en
origen. Los orgánicos son más de la mitad de los residuos que generamos. El
compostaje de residuos mezclados, tal como el que ocurre en la planta de Bella
Vista, da lugar a un producto contaminado y con menos posibilidades de uso.
Posiblemente no debería ni siquiera llamarse compost al material orgánico
estabilizado que allí se obtiene.
- Integrar a los cartoneros a la gestión de los residuos en todas las etapas: difusión,
recolección, clasificación y tratamiento de residuos. Los cartoneros tienen una
valiosa experiencia y pueden jugar un rol clave, potenciando la separación en
origen y mejorando a la vez sus condiciones de vida. Es necesario que haya una
voluntad política clara del Municipio de avanzar en esta dirección.

En pocas semanas todos los países se reúnen para abordar la crisis del cambio climático.
Erróneamente el manejo de residuos ha sido en general subestimado respecto de su
vinculación con el clima. Sin embargo la aplicación planes de Basura Cero puede tener
un efecto muy importante para mitigar el cambio climático, una de las mayores
amenazas que enfrentamos en este siglo.

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