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DERECHO CIVIL IV

TRABAJO MONOGRÁFICO SOBRE EL DOMINIO


FIDUCIARIO

DOCENTES:
 DR. CUNDOM, RUBEN ALFREDO

 DR. VALLEJOS, JUAN PABLO

ALUMNOS:
-CANTERO, DAIANA L.U. 86275
-GONZALEZ, DANIEL ALEJANDRO L.U. 85815
-NUÑEZ, MARIA NEIFE L.U. 89609
-RODRIGUEZ, ARIEL HERNÁN L.U. 88391
INDICE
INTRODUCCIÓN

MARCO HISTÓRICO.
Derecho Romano. Derecho Germánico. Derecho Inglés. El trust y el use en el
common law. Evolución Histórica en nuestro país y marco formativo. El
fideicomiso en el Código Civil de Vélez. Marco normativo argentino del
Fideicomiso. Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación año 2014

CONTRATO DE FIDEICOMISO
Definición. Diferencia entre negocio fiduciario y el dominio fiduciario. Caracteres.
Plazo. Forma. Registro de contratos. Objeto del contrato. El beneficiario. El
fideicomisario. Aceptación del beneficio. Acciones contra el fiduciante y el
fideicomisario. Los cofiduciarios. La propiedad fiduciaria. Cese del fiduciario.
Procedimiento de sustitución. Extinción del fideicomisario. Fideicomiso
financiero.

DOMINIO FIDUCIARIO
Concepto. Sujeto y objeto del dominio fiduciario. Patrimonio separado. Modos de
adquisición del dominio fiduciario. Duración. Facultades del dueño fiduciario.
Extinción del dominio fiduciario.

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN

En este trabajo monográfico pretendemos desarrollar el dominio fiduciario, en


función de su ubicación dentro del ámbito contractual y de los derechos reales.
El fideicomiso, de donde parte y en donde se sustenta el dominio fiduciario, es
sin dudas uno de los más relevantes institutos de nuestro derecho y merece
especial atención.
Su marco histórico lo presenta como una institución de vieja data, pasando desde
el derecho romano, el germánico, la ilustración y se ha incorporado a los códigos
decimonónicos respaldada en un buen marco normativo, dentro del Código Civil
como dentro del Código Civil y Comercial, así como dentro de la ley 24441.
Dentro del abordaje pretendemos ilustrar dentro de ciertas cuestiones a saber:
marco histórico, contrato de fideicomiso y así finalmente desembocar en el
dominio fiduciario.
Marco histórico del instituto

Derecho Romano

El fideicomiso es de origen romano; se introdujo principalmente con dos objetos:


primero, facilitar los actos de última voluntad buscando un medio del que
dispusieran de sus bienes los peregrinos o quienes por otras causas no pudieran
hacer el testamento romano; segundo, hacer llegar las herencias a las personas
incapacitadas por ley para ser herederas, puesto que merecen ser remuneradas
por los servicios que habían prestado a los testadores.
La forma que este negocio de confianza adoptó en el derecho romano fue el
pactum fiduciae, que tomó las figuras de la fiducia cum creditore contracta (como
garantía), que fue la forma más primitiva del derecho romano de constituir una
garantía real, y fiducia cum amico contracta (en interés del fiduciante).
Según los historiadores, consistía en el contrato por el cual el deudor (fiduciante)
transmitía la propiedad de una cosa al acreedor (fiduciario) en garantía de la
obligación que los vinculaba mediante la forma de mancipatio o de la in iure
cessio; se concretaba al mismo tiempo un pacto –pactum fiduciae– por el cual el
acreedor se obligaba bajo su palabra –fides– a restituir la cosa al deudor cuando
fuera satisfecha la deuda. Si el deudor no pagaba en el tiempo acordado, se
consolidaba el dominio en cabeza del acreedor y no debía devolver suma alguna
al deudor, aun cuando su valor excediese el crédito que garantizaba. Si el
acreedor estaba autorizado por pacto a venderla –pactum de vendendo–, el
deudor tenía derecho personal a cobrar la diferencia entre el precio de venta y el
monto de la deuda pagada superfluum. Al principio fue un pacto basado en la
fides, pues el deudor debía confiar en la buena fe del acreedor y no poseía acción
contra el tercero en caso de enajenación –actio in rem–, la que solo competía al
propietario fiduciario.
“Con posterioridad se le reconoció la actio fiduciae –emergente del pacto de
fiducia–, de carácter personal por el cual el deudor pudo obligar al acreedor a
restituir la cosa, o bien a indemnizar los daños y perjuicios causados cuando la
restitución se hacía imposible por culpa del acreedor”. El acreedor fiduciario era
el propietario quiritario de la cosa fideicomitida en garantía; esta propiedad la
ejercía en nombre, cuenta e interés propio.
Hay, así, tres formas del fideicomiso en Roma: el fideicomiso sucesorio, la fiducia
en garantía, el encargo en confianza. El acta fiduciae –del pacto de fiduciae– era
el instrumento que evitaba los abusos y obligaba a restituir la cosa o indemnizar.
En el último tramo del período clásico del derecho romano, la fiducia en garantía
es reemplazada por la prenda–el pignus– y la hipoteca –hypotheca–, que
permitió al deudor mantener la posesión de la cosa.

Fideicomiso en el derecho germánico


En este derecho podemos remontarnos a tres institutos: la prenda inmobiliaria,
el manus fidelis, el Salman o treuhand. En el negocio fiduciario la transmisión se
hace bajo condición resolutoria, estableciéndose una propiedad limitada en
virtud de la retracción automática a la cual queda sujeto el bien que se restablece
en su primitiva condición de titular del derecho. Esto permite reivindicar el bien
de cualquier tercero que lo detente; se lo denomina “patrimonio de destino” o
“afecto”.
El derecho germánico marca una división de derechos que convierte al fiduciario
en propietario o acreedor formal o legal, mientras que la propiedad o el derecho
de crédito material corresponde al fiduciante, fraccionándose en un doble
sentido: uno como dominium legitimum y el otro como dominium material. Esta
concepción pasó del derecho medieval al trust anglosajón.

Derecho inglés. El trust y el use en el common law


“En realidad la palabra trust se emplea comúnmente para designar las grandes
combinaciones económico - financieras. Su verdadera acepción jurídica implica
el derecho de dominio de los bienes muebles e inmuebles que una persona tiene
a favor de otras”.
Es entonces una relación fiduciaria con respecto a determinados bienes, por lo
cual la persona que los posee (trus-tee) está obligada en derecho y equidad a
manejarlos en beneficio de un tercero (cestui que trust). Lo que lo distingue del
fideicomiso del derecho romano es que en el trust concurren dos propiedades
sobre el mismo bien, el trustee es propietario legal y el cestui que trust recibe la
protección como propietario en equidad. El antecedente del trust es el use, que
se remonta a la Edad Media; este se usaba para eludir persecuciones religiosas,
políticas, etcétera.

Evolución histórica en nuestro país y marco formativo


En nuestro país se discute la ubicación del fideicomiso dentro de las ramas del
derecho. Así, en el art. 8º, inc. 11, del cód. de comercio se afirmó, que el
fideicomiso constituye un negocio jurídico mercantil declarado por la ley como
acto de comercio legislado por nuestro derecho societario, bancario y de
quiebras. La ley 19.550 de Sociedades Comerciales en su art. 338 y siguientes,
trata sobre el “contrato de fideicomiso”.
El fideicomiso en el Código Civil de Vélez Sarsfield
Vélez Sarsfield legisla el dominio fiduciario en el art. 2662 como un régimen
particular del dominio y dice: “Dominio fiduciario es el que se adquiere en razón
de un fideicomiso constituido por contrato o por testamento, y está sometido a
durar solamente hasta la extinción del fideicomiso, para el efecto de entregar la
cosa a quien corresponda según el contrato, el testamento o la Ley”.
El dominio que se adquiere es un dominio denominado imperfecto. “Si cabe la
expresión dominio imperfecto”, es por los condicionamientos que el contrato de
fideicomiso impone en función de las finalidades que animan al instituyente; el
fiduciario sólo puede acatar y cumplir si acepta la designación. “Dominio
fiduciario es el que se adquiere en un fideicomiso singular, subordinado a durar
solamente hasta el cumplimiento de una condición resolutiva o hasta el
vencimiento de un plazo resolutivo, para el efecto de restituir la cosa a un
tercero”.
“Los artículos 2662, 3711 y 3730 del Código Civil que se refieren a instituciones
fiduciarias, no importan una aceptación legislativa ordenada para nuestro
régimen civil de derechos reales y sucesorios, ya que el primero habla de un
dominio fiduciario sin estructurarlo, y el segundo rechaza con la nulidad la
sustitución fideicomisaria”.

Marco normativo argentino del Fideicomiso


La ley 24.441 de Financiamiento de la Vivienda y la Construcción
El fideicomiso se perfecciona a través de un contrato y está regulado por los
arts. 1º al 26 inclusive de la ley 24.441 de Financiamiento de la Vivienda y la
Construcción. Esta ley es clara, la figura es considerada segura y aplicable a una
gran variedad de asuntos debido a sus características y sus ventajas
comparativas.
En primer lugar, hay que entender que la principal característica de la ley es la
confirmación de lo ya aceptado, es decir que “un sujeto sea titular de dos
patrimonios en forma concomitante” (arts. 14, 15 y 16); se rompe de esta manera
con la clásica teoría de Aubry y Rau sobre la unidad del patrimonio.
Esta ley trae consigo una filosofía netamente economicista que ha buscado la
inclusión y desarrollo del fideicomiso, especialmente el financiero. Este parece
haber sido el objetivo del legislador y contiene también preceptos de carácter
general que producen trascendentales innovaciones, pero que no ha derogado
ni expresa ni tácitamente la normativa del Libro III, Título VII del Código Civil. Es
reglamentada por resoluciones de la Comisión Nacional de Valores, entre ellas
la resolución 271/95.

Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación año 2014


El nuevo Código Civil y Comercial mantiene las ventajas de la figura del
fideicomiso e introduce potenciales mejoras que ordenan aspectos otrora de
diversa interpretación.
La ley 26.994/14 deroga los arts. 1º a 26 de la ley 24.441 que regulaban el
fideicomiso ordinario y el fideicomiso financiero. Se mantienen los arts. 83 y 84
de dicha ley, con lo que siguen vigentes las exenciones a los títulos valores y a
retribuciones del fiduciario puntuales. Este Código reproduce en general la
estructura de la ley 24.441, precisando algunos conceptos y aportando algunas
novedades consideradas de utilidad para la mejor aplicabilidad del contrato.
CONTRATO DE FIDEICOMISO

Definición
La definición de Fideicomiso en el Código Civil y Comercial de la Nación continúa
ubicada dentro del marco contractual: mantiene la posibilidad de constituirlo por
acto entre vivos u originado en una disposición de última voluntad (fideicomiso
testamentario). Su existencia se da por un acto bilateral, en cuanto a que las
partes se obligan recíprocamente la una hacia la otra.

Diferencia entre el negocio fiduciario y el dominio fiduciario. El primero está


configurado por la relación contractual, mientras que el segundo es el derecho
real que surge de aquélla, pero no todo el negocio fiduciario. Mediante el contrato
de fideicomiso el fiduciante puede transmitir al fiduciario un derecho de dominio
sobre una cosa y otra clase de derecho patrimonial (ej: un título de crédito) sólo
en el primer caso se puede hablar de dominio fiduciario.
Esta idea se halla plasmada en el nuevo Código cuyo art. 1682, el cual dice:
“sobre los bienes fideicomitidos se constituye una propiedad fiduciaria, regida
por las disposiciones de este capítulo por las que correspondan a la naturaleza
de los bienes”.

El límite estaría dado en el objeto: si el negocio fiduciario tiene por fin transmitir
el dominio de cosas, habrá dominio fiduciario; si se transmiten al fiduciario otra
clase de bienes, se aplicarán las normas que correspondan a su naturaleza,
cuestión que habrá que examinar en cada caso. La solución es coherente con la
teoría general de los derechos reales, pues éstos sólo pueden tener por objeto
cosas ciertas, determinadas, actualmente existentes, y que estén en el comercio.
No se concibe el derecho real sobre cosas inciertas o futuras. Claro que, por
excepción, el objeto del derecho real puede ser un bien, si una norma específica
así lo prevé (art. 1883, segundo párrafo, CCyC).

A partir de la sanción de la LF, y ahora en el Código Civil y Comercial, el dominio


fiduciario responde a una causa-fuente “tríptica”. El contrato de Fideicomiso ser
el destinado a generar la existencia del dominio fiduciario.

La existencia del dominio fiduciario puede o no coincidir con la celebración del


contrato de Fideicomiso. En el caso de coincidir, requerirá escritura pública si la
transmisión de un inmueble, por ejemplo, se efectiviza en el mismo acto no así
si es posterior a la celebración. En el caso de no coincidir la existencia del
dominio fiduciario con la celebración del contrato de Fideicomiso, la única
exigencia de Constitución del Fideicomiso es la forma escrita, sin necesidad de
instrumentos públicos. Entonces: habrá un contrato de Fideicomiso donde el
Fiduciante se obliga a transmitir el dominio de un inmueble en el futuro.

Caracteres
El contrato de Fideicomiso es un contrato consensual, queda concluido para
producir sus efectos propios, desde que las partes hubiesen manifestado
recíprocamente su consentimiento; el contrato existe desde la celebración,
siendo transmitidos en ese acto o posteriormente los bienes. Estamos hablando
de un contrato consensual y o real, o con efectos reales; si bien el nuevo código
elimina la categoría de los contratos reales, ello no obsta de que este contrato
se pueda llevar a cabo sin la tradición de la cosa, ya que es una obligación que
puede cumplirse con posterioridad a la celebración del contrato.
Posee una “estipulación a favor de terceros”, puede ser por vía convencional o
por el sistema de sustituciones previstos en la ley (art 1671), Beneficiario y/o
fideicomisario; pero no puede haber identidad entre fiduciante y fiduciario.
Para el perfeccionamiento del contrato se requiere la aceptación del Fiduciario.
El negocio fiduciario no puede ser modificado, en principio, por voluntad
individual, sólo por acuerdo de partes.

Plazo
Art 1667: autoriza la posibilidad de no identificar al beneficiario inicialmente,
estableciendo la manera de determinarlo en un futuro (arts: 1671-1672, y el
inciso e).
Art 1668: trae una mejora respecto d la LF arts 4 y 26, sin modificar los 30 años
como plazo máximo de existencia; cumplida la condición o pasado ese plazo, a
falta de estipulación, los bienes deben transmitirse al Fiduciante o sus herederos.
La ley contempla que la extralimitación convencional del plazo máximo legal no
provoca la nulidad del contrato, sino la reducción del plazo máximo legal; excepto
que el beneficiario fuere un incapaz, en cuyo caso durará hasta el cese de su
incapacidad o su muerte.

Forma
El art 1699, introduce la regulación expresa de la forma del contrato, tratamiento
ausente en el régimen anterior.
No hay cambios en cuanto a que el contrato puede celebrarse por instrumento
público o privado, excepto cuando se refiere a bienes cuya transmisión debe ser
celebrada por instrumento público-si en el acto se transmiten los bienes.
-Un acierto de la norma citada es: que vale como promesa otorgarlo cuando por
la naturaleza de los bienes debe formalizarse por instrumento público.

Registro de contratos
Cuando a través del de Fideicomiso se transmite cosas registrables, es menester
la inscripción en el Registro correspondiente, para la oponibilidad a terceros
interesados de buena fe.
Sin perjuicio de lo dicho, el nuevo Código trae una novedad importante: el
legislador inserto un agregado en el art 1699 “forma. El contrato, que debe
inscribirse en el Registro Público que corresponda…” Es decir, si más detalles y
efectos, pero es evidente que dispone la existencia de un Registro de Contratos
de Fideicomiso, no de transmisión de bienes.

Objeto del contrato


Dispone el art 1670 del CCyC: Pueden ser objeto del fideicomiso todos los bienes
que se encuentran en el comercio, incluso universalidades, pero no pueden serlo
las herencias futuras.”
Pueden ser objeto del Fideicomiso, todos los bienes que se encuentran en el
comercio, pueden ser entonces bienes futuros e incluso cosas ajenas. (indicando
que la efectivización de la prestación prescinde al momento de la constitución).
La incorporación de un texto referido al objeto del contrato pone fin a una
discusión doctrinaria, al admitir que las universalidades pueden ser objeto objeto
del contrato, no así las herencias futuras. Si los bienes pueden ser enunciados
en forma genérica, bastando la declaración de sus requisitos y características,
no se justifica que no se admita la transmisión de una universalidad jurídica o de
hecho.

El Beneficiario: el art 1671, del CCyC, admite que el Fiduciario también pueda
ser Beneficiario. Con esta disposición se termina la discusión doctrinaria acerca
de si el Fiduciario puede tener el doble rol, más allá de si es o no conveniente la
superposición, particularmente en lo que respecta la especie del Fideicomiso en
Garantía, donde el Fiduciario funge también como Beneficiario.

El Fideicomisario: el art 1672, del CCyC, se continúa con la diferencia entre


Beneficiario y Fideicomisario, llena el injustificado vacío en la LF respecto de la
regulación de este último protagonista, dando así respuesta las críticas.
La distinción entre “Beneficiario y Fideicomisario” es una creación argentina,
porque en el resto de las legislaciones latinoamericanas son sinónimos.
La LF los diferencia al asignarle al Fideicomisario el derecho al remanente del
patrimonio fiduciario o bien su destinatario final. El CCyC continúa con esa
motivación. No fue un acierto en la ley ni en el código, sólo complica y hasta llega
a confundir, tal así que el Código debió agregar regulación. Sucede que en
esencia, Beneficiario y Fideicomisario, tienen la misma naturaleza substancial en
relación al contrato de Fideicomiso.
El Código anterior omitía al Fideicomisario en el derecho a exigir rendición de
cuentas al Fiduciario; sólo el Beneficiario tenía esa prerrogativa. El CCyC
soluciona estos y otros vacíos, haciendo envío a favor del Fideicomisario de los
derechos que prevé para el Beneficiario.

Aceptación del beneficio: el art 1681, del CCyC, el cual no tiene concordancia
con la LF, hace expreso lo que era implícito en el régimen anterior, esto es que
la estipulación a favor del Beneficiario y del Fideicomisario requiere, para que
estos se incorporen a la vinculación contractual, de la aceptación de esos
protagonistas.

ARTICULO 1681.- Aceptación del beneficiario y del fideicomisario. Fraude.


Para recibir las prestaciones del fideicomiso, el beneficiario y el
fideicomisario deben aceptar su calidad de tales.
La aceptación se presume cuando intervienen en el contrato de
fideicomiso, cuando realizan actos que inequívocamente la suponen o son
titulares de certificados de participación o de títulos de deuda en los
fideicomisos financieros.
No mediando aceptación en los términos indicados, el fiduciario puede
requerirla mediante acto auténtico fijando a tal fin un plazo prudencial. No
producida la aceptación, debe solicitar al juez que la requiera sin otra
substanciación, fijando a tal fin el modo de notificación al interesado que
resulte más adecuado.
El beneficiario y el fideicomisario pueden, en la medida de su interés,
reclamar por el debido cumplimiento del contrato y la revocación de los
actos realizados por el fiduciario en fraude de sus intereses, sin perjuicio
de los derechos de los terceros interesados de buena fe.
Acciones contra el Fiduciante y el Fideicomisario: el art 1689 del CCyC
continúa con lo que se hallaba implícito en la LF: el fiduciante y el fideicomisario
también pueden ser sujetos pasivos de la acción del fiduciario, destinada a
defender los bienes fideicomitidos. Asimismo habilita también al Fideicomisario
a ejercer acciones en sustitución del Fiduciario, equiparándolo con el Fiduciante
y el Beneficiario, a diferencia de la LF en la que son los únicos autorizados.

Los cofiduciarios-La copropiedad fiduciaria: al admitir expresamente el


CCyC, -la posibilidad de un condominio Fiduciario y enervar el derecho a
accionar por participación que caracteriza al condominio corriente, -establecer la
responsabilidad solidaria de los cofiduciarios por el cumplimiento de las
obligaciones resultantes del Fideicomiso, el legislador soluciona la problemática
de la copropiedad fiduciaria del anterior régimen.
Rendición de cuentas. Reembolso de gastos. Retribución.
El art 1675 del CCyC, hace extensivo al Fiduciario y al Fideicomisario la facultad
de exigir la rendición de cuentas al Fiduciario que, en la ley anterior, sólo preveía
expresamente respecto del Beneficiario. Continúa como obligación de orden
público la de rendir cuentas al menos una vez al año, y la prohibición de
dispensar la culpa del Fiduciario respecto del incumplimiento de sus
obligaciones.

Cese del Fiduciario-Procedimiento de sustitución: el art 1678: está destinado


a las causales de cesación del Fiduciario. Como novedad, resuelve un problema
cuya solución está ausente en el régimen aún vigente. Añade la posibilidad de
remover al Fiduciario, o la renuncia de este cuando no estuviere
convencionalmente previsto, por imposibilidad material o jurídica para
desempeñar la función fiduciaria. Por último el citado artículo se inclina por la
continuidad de la Fiduciaria persona jurídica en los supuestos de disolución de
la sociedad por fusión o absorción, cuando la doctrina en la LF planteaba dudas
acerca de lo que correspondía.

Extinción del Fideicomisario- Causales: el art 1697, reitera lo dispuesto en la


LF, y agrega la irrevocabilidad del contrato en los Fideicomisos Financieros
después de haberse iniciado la oferta pública de los certificados de participación
o de los títulos de deuda.

Propiedad fiduciaria. Patrimonio separado. Intangibilidad.


Responsabilidad. Seguros: los arts 1682 y 1683 del CCyC relativos a la
propiedad fiduciaria y sus efectos, no introducen variantes respecto del régimen
actual.
ARTICULO 1682.- Propiedad fiduciaria. Sobre los bienes fideicomitidos se
constituye una propiedad fiduciaria, regida por las disposiciones de este
Capítulo y por las que correspondan a la naturaleza de los bienes.

ARTICULO 1683.- Efectos frente a terceros. El carácter fiduciario de la


propiedad tiene efectos frente a terceros desde el momento en que se
cumplen los requisitos exigidos de acuerdo con la naturaleza de los bienes
respectivos.
FIDEICOMISO FINANCIERO
Del capítulo 30 del (Fideicomiso) del CCyC, las secciones cuarta, quinta y sexta
están dedicadas a la especie del Fideicomiso Financiero. En general puede
decirse que el articulado que le dedica (1690/6) no trae novedades sustanciales,
sino que es el texto de la LF (arts. 19 a 22) el que recoge mejor redacción, con
pocas novedades. Incorpora instrumentaciones operativas propias del mercado
de capitales y oferta pública.
La LF, reguló el Contrato de Fideicomiso común, luego lo que especificó como
Fideicomiso Financiero y brevemente, el Fideicomiso Testamentario. El CCyC
mejoró la normativa de esas especies y suma ahora la regulación del
Fideicomiso en Garantía.

Las nuevas normas sobre Fideicomiso Financiero mantienen lo fundamental:


-Al igual que en la LF la especie se sigue rigiendo por la normativa general y los
principios que el CCyC dedica al Fideicomiso sin distinción de especie. Así
resulta del art 1960 del nuevo Código: “Fideicomiso financiero es el contrato de
Fideicomiso sujeto a reglas precedentes…”; (lo precedente: las normas que
comienzan en el art 1666). La regulación no difiere de la que le corresponde al
contrato de Fideicomiso común. Sin embargo, como consecuencia de su
especificidad, …”además de las exigencias de contenido generales previstas en
el artículo 1667, el contrato de Fideicomiso financiero debe incluir los términos y
condiciones de emisión de los títulos valores, las reglas para la adopción de
decisiones por parte de los Beneficiarios, incluyendo las previsiones para el caso
de insuficiencia o insolvencia del patrimonio fideicomitido, y la denominación o
identificación particular del Fideicomiso financiero” (art 1692 CCyC). Sin perjuicio
de los dispuesto en este último artículo, el Fideicomiso Financiero, también está
sujeto al régimen de liquidación judicial previsto en el art 1687 del nuevo Código.
Si los interesados no acuerdan una solución convencional, el patrimonio
fiduciario tendrá el destino previsto en esta última norma.

La Comisión Nacional de Valores, cuando hace oferta pública de valores


negociables Fiduciarios, continúa sujeto a la supervisión de la autoridad de
contralor estatal; así como el Banco Central de la República Argentina en sus
respectivas competencias.

Se mantiene la especificidad funcional del Fiduciario en cuanto a que debe ser


“…una entidad financiera o una sociedad especialmente autorizada por el
organismo de contralor de los mercados de valores…” (art 1690 CCyC).
-Continúa la posibilidad de ofrecer al público, lo que en la LF se denominan
certificados de participación y títulos representativos de deuda (art 19) “...en los
términos de la normativa sobre oferta pública de títulos valores...“ (art 1691
CCyC) y “en ese supuesto, el organismo de contralor de los mercados de valores
debe ser autoridad de aplicación respecto de los Fideicomisos financieros,
pudiendo dictar normas reglamentarias, incluyendo la determinación de los
requisitos a cumplir para actuar como Fiduciario”.
Como novedad el art 1693 del CCyC, a la vez que reproduce el art 21 de la LF,
admite la posibilidad de que el Fideicomiso Financiero sea vehículo para la
emisión o respaldo de títulos valores atípicos (art 1820 CCyC “libertad de
creación de títulos valores”) que no son estrictamente valores negociables
fiduciarios como lo son las especies de los certificados de participación y los
títulos representativos de deuda nominados en el régimen anterior.

El art 1694 del CCyC reproduce el art 22 de la LF: “Pueden emitirse diversas
clases de certificados de participación o títulos representativos de deuda, con
derechos diferentes. Dentro de cada clase se deben otorgar los mismos
derechos. La emisión puede dividirse en series.” Sin embargo, agrega un texto
al final, novedad importante: “…los títulos representativos de deuda dan a sus
titulares el derecho a reclamar por vía ejecutiva”. Con eso se cierra toda
discusión acerca de si los valores negociables fiduciarios de deuda cuentan con
esa prerrogativa procesal (los valores fiduciarios de participación se encuentran
excluidos de ese beneficio).
Los valores negociables fiduciarios tienen a partir de la unificación que el CCyC
le da los títulos valores en el Libro tercero, Capítulo 6 (arts 1815 a 1881), en lo
que corresponda a la especificidad que tienen los nominados Certificados de
Participación de Títulos Representativos de Deuda.

El art 1695 trata las Asambleas de tenedores de títulos representativos de deuda


o certificados de participación, ya no como un medio de deliberación de
tenedores de títulos fiduciarios con oferta pública frente a supuestos de
insuficiencia patrimonial, como lo hace el art 23 de la LF, sino como reunión de
sujetos para la adopción de decisiones colectivas “…a la que se aplican las
reglas de convocatoria, quórum, funcionamiento y la mayorías de las sociedades
anónimas, excepto en el caso en que se trate la insuficiencia del patrimonio
fideicomitido o la reestructuración de sus pagos a los Beneficiarios. En este
último supuesto, se aplican las reglas de las asambleas extraordinarias de
sociedades anónimas, pero ninguna decisión es válida sin el voto favorable de
tres cuartas partes de los títulos emitidos y en circulación”. La disposición tiene
carácter supletorio en ausencia de disposiciones contractuales en contrario, o
reglamentaciones del organismo de contralor (la CNV). A diferencia del régimen
actual que no lo prevé, hay en el texto un envío general a la ley de sociedades
respecto de las asambleas, a diferencia de la LF que solo hace envío a la ley de
obligaciones negociables para tratar únicamente los títulos negociables
fiduciarios en cuanto a sus formas, pero no en cuanto al régimen completo de
funcionamiento de la reunión de socios.

Por último el art 1696 del CCyC prevé, como novedad, que ”En el supuesto de
existencia de títulos representativos de deuda y certificados de participación en
un mismo Fideicomiso financiero, el cómputo del quórum y las mayorías se debe
hacer sobre el valor nominal conjunto de los títulos valores en circulación. Sin
embargo, excepto disposición en contrario en el contrato, ninguna decisión
vinculada con la insuficiencia del patrimonio fideicomitido o la reestructuración
de pagos a los Beneficiarios es válida sin el voto favorable de tres cuartas partes
de los títulos representativos de deuda emitidos y en circulación, excluyendo a
los títulos representativos de deuda subordinados”.
Dominio Fiduciario
Concepto:
El Art. 1946 nos habla sobre el Dominio Imperfecto, quien dice ser las que están
sometidas a plazo, condición o cargos o algún tipo de gravámenes con cargas
reales. El mismo artículo agrega que los supuestos de estos dominios
imperfectos son entre otros los revocables, el fiduciario y los desmembrados…
en este trabajo desarrollaremos el supuesto de Dominio Fiduciario.
El Dominio Fiduciario es una especie de genero de dominio imperfecto, está
tipificado por el Art 1701: “Dominio fiduciario es aquel que se adquiere con razón
de un fideicomiso constituido por contrato o por testamento, y está sometido a
durar solamente hasta la extinción del fideicomiso, para el efecto de entregar la
cosa a quien corresponda según contrato, testamento o ley”.
La fuente de dominio fiduciario es un acto o negocio fiduciario, en el cual el
pactum fiduciae se materializa mediante la condición o el plazo resolutorio,
aunque ello también se puede lograr mediante un acto de última voluntad
(testamento). Prevé el art. 1669 que el contrato debe ser registrado en el Registro
Público que corresponda.
Dispone el art. 1964 que el Dominio Fiduciario se rige “Por lo previsto en las
normas del Capítulo 31, Titulo IV del Libro Tercero” y el art. 1702 que “son
aplicables al Dominio Fiduciario las normas que rigen los Derechos Reales en
general y, en particular, el Dominio, previstas en los Títulos I y III del Libro Cuarto
de este código”
Según Kipper este método es criticable. Opina que no es correcto legislar sobre
el Dominio Fiduciario, especie de Dominio (Derecho Real), en la parte del Código
dedica a los contratos. Para colmo, cada uno remite al otro. Lo correcto hubiera
sido legislar el Dominio Fiduciario junto al Dominio Revocable en el capítulo del
Dominio Imperfecto.
En el Dominio Fiduciario, también se acepta su constitución por Testamento (art.
1699). Ello en tanto no se configure una sustitución fideicomisaria prohibida por
el Art. 1972 … “en los actos por causa de muerte son nulas las cláusulas que
afectan las porciones legítimas, o implican una sustitución fideicomisaria” en este
caso habrá que respetar la porción disponible en el caso de haber herederos
forzosos … En tal sentido, prevé el Art. 1700 que “es nulo el fideicomiso
constituido con el fin de que el fiduciario este obligado a mantener o administrar
el patrimonio fideicomisito para ser transmitido únicamente a su muerte a otro
fiduciario de existencia actual o futura”
SUJETO Y OBJETO DEL DOMINIO FIDUCIARIO:
Los sujetos son las partes que componen la relación jurídica, del negocio
fiduciario que sirve de causa fuente al Dominio Fiduciario, pues en lo que
concierne al Derecho Real no se puede hablar de partes, porque se establece
una relación DIRECTA E INMEDIATA entre el sujeto y la cosa; en el caso, entre
el titular del Dominio Fiduciario y el objeto del fideicomiso.
Las partes intervinientes en el Negocio Fiduciario pueden ser dos, tres o cuatro:
1) El constituyente o fideicomisante, que es quien se desprende del dominio
en favor de otra persona.
2) El fiduciario, que recibe el Dominio trasmitido temporariamente por el
constituyente del fideicomiso.
3) El Fideicomisario, que es el tercero a quien habrá que trasmitirle el
Dominio si se cumple la condición resolutoria o cuando venza el plazo
resolutorio establecido en el contrato.
4) El Beneficiario (pueden ser más de uno) que recibirá los beneficios de la
gestión fiduciaria.

Parece preferible reservar la expresión Dominio Fiduciario cuando se transitan


cosas o bienes que pueden ser objeto del Derecho Real de Dominio, y utilizar la
de “Propiedad Fiduciaria” cuando se trate de otros bienes. Esa es la idea que se
desprende del art. 1682 en tanto dispone que “sobre los bienes fideicomitidos se
constituye una propiedad fiduciaria, regida por las disposiciones de este Capítulo
y por las normas que correspondan a la naturaleza de los bienes” haciendo
referencia al Capítulo 30 del C. C. y C. “Contratos de Fideicomiso”

PATRIMONIO SEPARADO:
Sobre los bienes fideicomitidos se crea un patrimonio separado o de afectación
en cabeza del fiduciario, con un régimen específico. (Art. 1685, 1686). Los bienes
fideicomitidos quedan exentos de la acción singular o colectiva de los acreedores
del fiduciante, quedando a salvo las acciones de fraude y de ineficacia concursal;
y los acreedores del beneficiario solo pueden ejercer sus derechos sobre los
frutos de los bienes fideicomitidos.
A su vez, también establece la ley que los bienes del fiduciario (tampoco los del
fiduciante, del beneficiario ni del fideicomisario) no responderán por las
obligaciones contraídas en la ejecución del fideicomiso, las que solo serán
satisfechas con los bienes fideicomitidos, y la insuficiencia de estos no dará lugar
a la declaración de su quiebra. En este supuesto, se deberá liquidar el
fideicomiso, lo que estará a cargo del Juez Competente (Art. 1687)
MODOS DE ADQUISICION DEL DOMINIO FIDUCIARIO:
El Dominio Fiduciario se adquiere por actos entre vivos y en forma derivada, por
la concurrencia del título y el modo (tradición). El titulo está configurado por el
llamado Negocio Fiduciario o pactum fiduciario, el cual contiene una modalidad
resolutoria que, al verificarse, obliga al fiduciario a retrasmitir el Dominio Perfecto
de la cosa al fideicomisario.
Para que la transmisión fiduciaria de inmueble sea oponible a terceros, deberá
ser inscripta en el Registro de la Propiedad Inmueble. La inscripción es necesaria
para terceros interesados de buena fe. También se puede constituir el dominio
fiduciario por actos de última voluntad, siempre y cuando no se configure una
situación fideicomisaria prohibida.
DURACION:
El contrato de fideicomiso puede establecerse subordinado a un plazo o a una
condición resolutoria, con un límite máximo de treinta años, salvo que el
beneficiario fuere un incapaz o con capacidad restringida, caso en que puede
durar hasta su muerte o hasta la cesación de su incapacidad o de su restricción.
FACULTADES DEL DUEÑO FIDUCIARIO:
El artículo 1704 referido a las facultades del fiduciario: “el titular del dominio
fiduciario tiene las facultades del dueño perfecto, en tanto los actos jurídicos que
realiza se ajusten al fin del fideicomiso y a las disposiciones contractuales
pactadas”, no es más que la repetición del artículo 1688, que le otorga al
fiduciario la facultad de disponer y gravar, cuando quieran los fines del
fideicomiso.
Podría suceder que el Fiduciario realizara algún acto de disposición sin que lo
requieran los fines del fideicomiso. Tal acto, si bien en un principio sería inválido,
lo cierto es que deberá ser mantenido si el adquiriente es de buena fe y a título
oneroso. Por aplicación de los principios generales, si no es factible reclamarle
al tercero, el dinero que se hubiere obtenido entra al patrimonio fideicomitido por
subrogación real y, además, el fiduciario será responsable frente a las partes del
daño que hubiese causado.
Pendiente del plazo o la condición, el fiduciario es el dueño de la cosa tramitada,
cabe reconocer que sus facultades son amplias, es decir, que goza de todas las
prerrogativas y derechos con que cuenta el dueño pleno o perfecto. Esta es,
además, la solución prevista por el art. 1966 para el dominio revocable, norma
que debe ser aplicada por analogía.
Así, puede realizar actos de disposición (material y jurídico) y de administración
sobre la cosa que fue confiada. Tanto unos como otros, en principio,
permanecerán incólumes. Puede también percibir los frutos, usar y gozar de la
cosa (de acuerdo a lo estipulado) y ejercer acciones posesorias y reales en
defensa de las cosas que adquirió.
● ACTOS DE DISPOSICION:
El código sienta la regla de que el fiduciario, en su condición de dueño, puede
enajenar o gravar la cosa. Es la lógica consecuencia de tener el ius abutenci que
confiare derecho real dominio.
Sin embargo, también se le imponen limitaciones. Dispone el artículo 1688 que
“El fiduciario puede disponer o gravar los bienes fideicomitidos cuando lo
requieran los fines del fideicomiso, sin que sea necesario el consentimiento del
fiduciante, del beneficiario o del fideicomisario. El contrato puede prever
limitaciones a estas facultades, incluso la prohibición de enajenar, las que, en su
caso, deben ser inscriptas en los registros correspondientes a cosa registrables.
Dichas limitaciones no son oponibles a terceros interesados de buena fe, sin
perjuicio de los derechos respecto del fiduciario”. agrega el art. 1704 que “el
titular del Dominio Fiduciario tiene las facultades del dueño perfecto, en tanto los
actos jurídicos que realiza se ajusten al fin de fideicomiso y a las disposiciones
contractuales pactadas”.
Surgen así las siguientes restricciones a los actos de disposición:
1) Los fines del fideicomiso
2) La necesidad de consentimiento del fiduciante, beneficiario o del
fideicomisario, si así se estableció en el contrato
3) La prohibición de enajenar, si se hubiere pactado
4) La imposibilidad de transmitir su derecho por causa de muerte, pues si
fallece la cosa fideicomitida no pasa a sus herederos sino que se le
designa un fiduciario sustituto.

Los actos de disposiciones que realice el fiduciario a terceros no estarán sujetos


a resolverse en forma retroactiva al verificarse el evento resolutorio, pues el art.
1688 y el art. 1705 del c. c. y c así lo prevé.
● ACCIONES: El fiduciario puede ejercer acciones posesorias y reales en
caso de sufrir algún ataque en su derecho de propiedad.
● DERECHO A LA RETRIBUCION: el fiduciario tiene derecho a una
retribución por su trabajo y al reembolso de los gastos, salvo
estipulaciones en contrario, lo cual tiene relevancia en el plano
obligacional, personal.
● DERECHO A RENUNCIAR: art. 1687, inc. E, el fiduciario cesara como tal
si renuncia, siempre y cuando en el contrato se hubiera autorizado
expresamente esta causa. En tal caso, corresponderá la designación de
un sustituto.

EXTNCION DEL DOMINIO FIDUCIARIO:


Se extingue principalmente por el cumplimiento de la condición resolutoria o por
el vencimiento del plazo resolutorio, en es ese caso el fiduciario debe trasmitir la
cosa a quien corresponda. El acaecimiento del evento resolutorio produce ipso
iure el cambio de titularidad, pues para el designado adquiere el dominio no es
necesario la tradición de la cosa.
En efecto, dispone el art. 1706 que, producida la extinción del fideicomiso, el
fiduciario de una cosa queda inmediatamente constituido en poseedor a nombre
del sueño perfecto.
Si la cosa es registrable y el modo suficiente consiste en la inscripción
constitutiva, se requiere inscribir la readquisición; si la inscripción ni es
constitutiva, se requiere a efecto de su oponibilidad.
Coincide la extinción del dominio fiduciario (derecho real sobre una cosa) con la
extinción del negocio fiduciario (causa fuente de aquel).
La extinción tendrá efectos retroactivos cuando el tercero sea de mala fe o haya
adquirido a título gratuito. Habrá mala fe cuando el fiduciario realice actos de
disposición que sean ajenos a los fines del fideicomiso, o a pesar de una cláusula
que limite sus facultades, y el tercero haya sabido o debido saber, actuando con
diligencia.
El artículo 1705 del CCyCN formula una diferencia esencial entre el dominio
fiduciario y el dominio revocable: “la extinción del dominio fiduciario no tiene
efecto retroactivo respecto de los actos realizados por el fiduciario, excepto que
no se ajusten a los fines del fideicomiso y a las disposiciones contractuales
pactadas, y que el tercer adquiriente carezca de buena fe y título oneroso”. Se
puede afirmar que este artículo es consecuencia de las normas anteriores; por
otro lado, es consistente con los artículos 199 y 1967 ya que la resolución en el
dominio revocable opera con efecto retroactivo. Así sucede también en el
sistema del código civil (artículo 2670).
Una novedad importante en el CCyCN es la “readquisición” del dominio perfecto.
Según el artículo 1706 “producida la extinción del fideicomiso, el fiduciario de
una cosa queda inmediatamente constituido en poseedor a nombre del dueño
perfecto. Si la cosa es registrable y el modo suficiente consiste en la inscripción
constitutiva, se requiere inscribir la readquisición; si la inscripción no es
constitutiva se requiere a efecto de su oponibilidad”. Significa que, si se extingue
el fideicomiso, para que el fideicomisario -o quien tenga derecho a la cosa-
adquiera el dominio, no es menester de la tradición, ya que el fiduciario se
convierte automáticamente en tenedor, se trata de un caso de “constituto
possesorio” (artículo 1892 CCyCN). Una solución similar prevé el nuevo código
(artículo 1968) para el caso de dominio revocable en el régimen del código civil
el artículo 1371, inciso 2°, exige la tradición. La palabra “readquisición” está mal
utilizada ya que el Fideicomisario adquiriría por primera vez. Sería correcta
únicamente en el caso del fiduciante o de sus herederos. En cuanto a las cosas
registrables, en el caso de la inscripción registral constitutiva, si se hace
necesaria la inscripción para la “readquisición”, en los demás casos se requiere
también la inscripción registral, pero solo a los efectos de publicidad.
En lo atinente al dominio fiduciario el art. 1707, CCyCN, repite conceptos ya
comentados anteriormente: "Cuando la extinción no es retroactiva son oponibles
al dueño perfecto todos los actos realizados por el titular del dominio Fiduciario.

Si la extinción es retroactiva el dueño perfecto readquiere el dominio libre de


todos los actos jurídicos realizados". Es decir que la extinción será retroactiva si
el Fiduciario enajenó la cosa sin que lo requieran los fines del Fideicomiso, o
mediando una prohibición, y el tercero carece de buena fe y título oneroso. La
palabra "readquiere" nuevamente está mal empleada.
CONCLUSIÓN
El fideicomiso ha sido siempre tema de debate, en cuanto a como se desarrolló
y en cuanto a las expectativas que generó. En el debate legislativo de la ley
24441 ya se hablaba de que “El Proyecto a través de las instituciones jurídicas
implementadas, permitirá colocar a la Argentina dentro de las más modernas
tendencias en la materia, a las que ya han adherido países como Francia,
Inglaterra, Estados Unidos, y España entre otros. Precisamente en la legislación
de esos países y en su rica experiencia, se ha inspirado el proyecto que se
propicia. En la misma línea se pueden citar las legislaciones de diversos Estados
hispanoparlantes como, por ejemplo, Colombia, Chile, Venezuela y México”.
Héctor Lafaille, sostuvo que “en nuestro derecho hay una institución
desperdiciada…”, la del negocio fiduciario.

Para concluir este trabajo, en donde hemos abordado al contrato de fideicomiso


y al dominio fiduciario, queremos resaltar lo que señalaba oportunamente el Dr.
Silvio Lisoprawski quien explica que el dominio fiduciario se encuentra mal
ubicado dentro de la metodología del CCyCN, ya que debiera estar en el libro IV
de los Derechos Reales, en el capítulo 3 dedicado al dominio imperfecto. El
dominio fiduciario es un supuesto de dominio imperfecto.
BIBLIOGRAFÍA

 Código Civil y Comercial de la Nación. Contexto. Resistencia, 2015.


 Código Civil. Zavalia. Buenos Aires, 2013.
 KIPER, Claudio. Manual de los Derechos Reales. 1° edición. Santa
Fé. Rubizal-Culzoni, 2016.
 STIGLITZ, Ruben, Suplemento Especial Nuevo Código Civil y
Comercial, Contratos en particular. Buenos Aires, La ley, 2015.
 PEIRE, Juan Manuel, 17 de abril de 2017, El contrato de fideicomiso,
breve reseña del fideicomiso en distintas etapas, El Derecho. Pp 1-
2.

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