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Oración Encuentro de Directores de Escuelas Católicas

Canto Inicial

“Lo que viven los jóvenes es reflejo de la sociedad y de la cultura que


les toca vivir. Los jóvenes no sólo anticipan el futuro, sino que también
concentran los valores y las tensiones del presente como “centinelas
de la aurora”.

“Cada generación recibe el influjo de la cultura en que está inmersa y,


luego, la modifica creativamente para, finalmente, transmitirla a la
siguiente generación. La evangelización de los jóvenes es, por ello, un
lugar medular de la evangelización profética de las culturas”.

Así como el documento conclusivo de Aparecida nos recuerda que


“Niños y ancianos construyen el futuro de los pueblos. Los niños
porque llevarán adelante la historia, los ancianos porque transmiten la
experiencia y la sabiduría de su vida”, el Papa Francisco nos refresca
con las palabras a los jóvenes en Brasil: “Esta relación, este diálogo
entre las generaciones, es un tesoro que tenemos que preservar y
alimentar”.

Pidamos a nuestro Padre Dios para que anime a nuestras


comunidades a cultivar el don del diálogo permanente, haciendo de
nosotros y de nuestros equipos, instrumentos para canalizar la
necesidad de comunicación de los jóvenes, niños y niñas
permitiéndonos ser el nexo con su historia y facilitadores de la
construcción de su futuro, fortaleciendo el diálogo intergeneracional.
Antífona para Recibir el Evangelio

Palabra de Dios: Jeremías 1, 4-8

El Señor se dirigió a mí, y me dijo:


«Antes de darte la vida, ya te había yo escogido;
antes de que nacieras, ya te había yo apartado;
te había destinado a ser profeta de las naciones.»
Yo contesté:
«¡Ay, Señor! ¡Yo soy muy joven y no sé hablar!»
Pero el Señor me dijo:
«No digas que eres muy joven.
Tú irás a donde yo te mande,
y dirás lo que yo te ordene.
No tengas miedo de nadie,
pues yo estaré contigo para protegerte.
Yo, el Señor, doy mi palabra.»
Pidamos al Señor para que cada comunidad educativa sea
constructora de puentes de dialogo, desatando los nudos que han ido
cerrando las posibilidades de entendimiento entre las diferentes
generaciones:

Señor, haz de cada uno de nosotros el instrumento que guie por el


camino de la sabiduría y el conocimiento a cada niño y niña que acude
a nuestras escuelas para que guiados por tu ejemplo, sepamos cuidar
el tesoro que nos entregas marcado por la ingenuidad, la curiosidad y
la indefensión.

Antífona al Espíritu Santo

Señor, Permítenos abrir nuestros corazones para escuchar las


necesidades y de los jóvenes siendo para ellos fuente de sabiduría y
un agente que los conduzca al encuentro permanente contigo, con el
Señor de la Historia.

Antífona al Espíritu Santo

Te pedimos Señor que nos bendigas con el don de la escucha activa


de nuestros adultos mayores y seamos instrumentos que faciliten la
transmisión de la experiencia acumulada de aquellos que ya están en
el otoño de la vida.

Antífona al Espíritu Santo

Con profunda humildad, te pedimos que nos ayudes a desatar el nudo


de la incomunicación al interior de la familia, haciendo de nosotros
instrumento que orienta una comunicación sincera y clara entre los
padres para que florezca el diálogo con los hijos y aprenden a valorar
la historia de sus padres y su propia historia.

Antífona al Espíritu Santo


Oración del Diálogo
(Ignacio Larrañaga)

Señor Dios, te alabamos y te glorificamos


por la hermosura de ese don que se llama diálogo.
Es un hijo predilecto de Dios,
porque es como aquella corriente alterna
que bulle incesantemente en el seno de la Santa Trinidad.
El diálogo desata los nudos, disipa las suspicacias, abre las puertas,
soluciona los conflictos, engrandece las personas, es vínculo de
unidad y "madre" de la fraternidad.
Cristo Jesús, núcleo de la comunidad,
haznos comprender que nuestras desinteligencias
se deben, casi siempre, a la falta de diálogo.
Haznos comprender que mutuamente nos necesitamos y nos
complementamos, porque tenemos para dar y necesitamos recibir, ya
que puedo ver lo que otros no ven, y ellos pueden ver lo que yo no veo.
Señor Jesús, cuando aparezca la tensión,
dame la humildad para no querer imponer mi verdad,
atacando la verdad del hermano
de saber callar en el momento oportuno
de saber esperar a que el otro acabe
de expresar por completo su verdad.
Dame la sabiduría para comprender
que ningún ser humano es capaz
de captar enteramente la verdad,
y que no existe error o desatino
que no tenga una parte de verdad.
Dame la sensatez para reconocer
que también yo puedo estar equivocado
en algún aspecto de la verdad
y para dejarme enriquecer con la verdad del otro.
Dame, en fin, la generosidad
para pensar que también el otro busca honestamente la verdad,
y para mirar sin prejuicios y con benevolencia las opiniones ajenas.
Señor Jesús, danos la gracia de dialogar. Amén.

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