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1. CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS
Argumentar significa defender una idea o una opinión aportando un conjunto de razones que justifiquen
nuestra postura. La argumentación tiene una importancia enorme en la vida social. Utilizamos la
argumentación para justificar nuestros pensamientos o nuestros comportamientos, para persuadir a los demás
de nuestros puntos de vista, para influir sobre el comportamiento de los otros, como base para la toma de
decisiones... De hecho, ámbitos de tanta importancia social como la política o la administración de justicia se
basan en la argumentación.
La capacidad para argumentar correctamente suele ir emparejada con la capacidad de influir sobre las
personas y es un reflejo de la organización del pensamiento.
2. ELEMENTOS DE LA ARGUMENTACIÓN
c) Los argumentos son las razones en las que basamos nuestra postura ante el tema objeto de la
argumentación. Una vez expuesta la tesis, van ofreciéndose los argumentos para confirmarla o rechazarla. Es
decir, comienza el razonamiento en sí. La argumentación exige la presencia de la exposición que se
constituye en l material básico de la argumentación.
En el cuerpo argumentativo, es donde deben integrarse las citas, los argumentos, los ejemplos, los datos, etc.
Que servirán para fortalecer la opinión defendida o para refutar la contraria.
Por ejemplo, la tesis «El examen de selectividad es necesario» puede sustentarse en los siguientes
argumentos:
Conviene que se forme a la gente para aquellos puestos que necesita el país.
Hay que evitar que los estudiantes se concentren en algunas carreras para las que luego no hay salida.
Debe haber un examen que mida por igual a todos los estudiantes con independencia del centro del que
procedan.
La refutación es otra de las vertientes fundamentales de la argumentación; puede ser de una tesis admitida o
una objeción a un argumento.
Clases de argumentos
A la hora de preparar una argumentación se pueden utilizar diferentes clases de argumentos. Los más
importantes son los argumentos racionales, los de hecho, los proverbios y refranes, el sentir general de la
sociedad, los de ejemplificación y los de autoridad.
Argumentos racionales. Los argumentos racionales son aquellos que se basan en las ideas y
verdades admitidas y aceptadas por el conjunto de la sociedad. Un ejemplo de argumento racional
para apoyar la tesis «No hay que contaminar el mar» sería el siguiente:
Argumentos de hecho. Los argumentos de hecho son aquellos que se basan en pruebas o cifras
observables. Por ejemplo, la tesis «Este año ha llovido muy poco» puede sustentarse en un
argumento de hecho como el siguiente:
Proverbios y refranes. Sirven también de apoyo a la idea expuesta porque son conservados por la
tradición y poseen además, fuerza expresiva y un valor de verdad comúnmente aceptado y admitido
sin reservas. Más que parecer reiterativos potencias el valor contenido. “El enojo produce mucho
estrés”. Puede sustentarse con el argumento:
Alemania recicla su papel usado desde hace muchos años. Japón fabrica objetos de plástico a
partir de plástico ya usado.
Argumentos de autoridad. Los argumentos de autoridad son aquellos que están basados en la
opinión de una persona de reconocido prestigio, especialistas. Por ejemplo, la tesis «En todas las
épocas, el dinero ha tenido un gran poder», se puede apoyar en el siguiente argumento de autoridad:
El texto argumentativo es un tipo de texto que habitualmente combina partes expositivas y partes
argumentativas. Así, por ejemplo, es frecuente que el texto argumentativo comience con la presentación de
unos hechos –exposición– y continúe con las razones que justifican una determinada postura frente a esos
hechos –argumentación–.
A diferencia de los textos expositivos, en los que el emisor permanece generalmente oculto tras fórmulas
Impersonales, muchos textos argumentativos muestran una clara presencia del emisor y del destinatario.
Los textos argumentativos suelen estructurarse en cuatro partes claramente diferenciadas: la presentación, la
exposición de los hechos, la argumentación y la conclusión.
La presentación es una especie de introducción que da comienzo al discurso. Tiene como finalidad
presentar ante el receptor el tema sobre el que se va a argumentar. Además, el argumentador intenta
generalmente captar la atención del destinatario y despertar en él una actitud favorable.
La exposición de los hechos tiene como objeto enumerar y explicar los hechos que se consideran
fundamentales y presentar la tesis de forma clara y concisa.
La argumentación suele ocupar la parte central del texto y contiene los argumentos que apoyan la
tesis o postura del argumentador.
La conclusión es la parte final del texto argumentativo. Debe contener un resumen de lo expuesto y
recoger tanto la tesis del argumentador como los argumentos principales. La conclusión es la última
oportunidad que tiene el emisor para convencer al destinatario de sus ideas u opiniones.
6. La lógica argumentativa
Para que una argumentación sea correcta, los razonamientos deben estar sujetos a las leyes de la lógica.
Cuando en un texto argumentativo la lógica no se utiliza o se utiliza incorrectamente, entonces nos
encontramos ante una mala argumentación.
Una mala argumentación se produce muchas veces como consecuencia de la ignorancia o inexperiencia del
argumentador. Pero en ocasiones se recurre a argumentaciones incorrectas de forma consciente, con la
intención de convencer al destinatario del mensaje por medios no racionales.
7. Errores de la argumentación
En general, podemos hablar de dos grandes tipos de argumentos no sujetos a las leyes de la lógica: los
argumentos incorrectos y los falsos argumentos.
7.1. Los argumentos incorrectos se derivan de la mala utilización de la lógica argumental, y son
especialmente frecuentes en las personas inexpertas. Entre ellos destacan los siguientes:
7.2. Los falsos argumentos son, en realidad, modos de persuasión ajenos a la lógica argumental.
Los más utilizados son los siguientes:
a. Apelar a los sentimientos del destinatario. Este procedimiento persuasivo va desde el halago
hasta la compasión pasando por la amenaza. Por ejemplo: Como ustedes son personas
inteligentes y muy preparadas científicamente, sabrán comprender la importancia que tiene la
teoría que defiendo.
b. Apelar a la importancia, al prestigio o a la autoridad del emisor. Este tipo de argumentación
trata de captar la adhesión incondicional del destinatario o del auditorio no por la tesis en sí,
sino por la persona que la defiende. Se utilizan, por ejemplo, cuando el argumentador emplea
falsos argumentos como éste: Ustedes saben que yo nunca defendería nada que no fuera cierto...
Además de informar, los medios de comunicación tienen la misión de orientar al público para que interprete
los hechos y los acontecimientos de una determinada manera. Por eso, en numerosas ocasiones el periodista
no sólo expone unos hechos, sino que también transmite sus ideas o sus opiniones y argumenta sobre ellos.
Esta mezcla de exposición y argumentación es muy frecuente en artículos periodísticos:
Los periódicos y demás medios de comunicación social tienen reservados unos lugares en los que desarrollan
de forma especial su labor orientadora.
Y al igual que hay géneros periodísticos para exponer hechos ante el público -como, por ejemplo, la noticia-
hay otros cuya misión principal es la de argumentar sobre tales hechos. Los principales géneros periodísticos
de carácter argumentativo son el artículo de fondo y el editorial.
La distribución del razonamiento en párrafos ayuda a asimilar mejor el contenido a la vez que favorece la
organización de las ideas. La coherencia en su estructura y la claridad en la elocución son cualidades que
deben observarse en toda argumentación. Un texto debidamente fragmentado en párrafos es más fácilmente
interpretado y asimilado que un texto indiviso.
En la organización del párrafo intervienen activamente rasgos gramaticales como los nexos con los cuales se
asegura la evolución progresiva de un texto. Todo discurso necesita nexos para manifestar una determinada
orientación en el significado de los elementos léxicos sobre los que actúa; para mostrar la restricción, la
oposición, la relación causa-efecto.
2. Los ejemplos. Son importantes para ilustrar lo que se pretende demostrar o defender.
3. La repetición. Es una de las figuras que parece repotenciar el efecto de convicción en el lector.