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Teorías de La Personalidad
Teorías de La Personalidad
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TEORIAS DE LA ERSONALIDAD
TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
CÓDIGO : TeoPers
REQUISITO : PsPer
CARGA HORARIA PRESENCIAL : 100 hs
CARGA HORARIA A DISTANCIA : 45 hs
INICIO : 14/04/2018
EX. PARCIAL : 03/05/2018
EX. FINAL : 14/05/2018
FRECUENCIA : JUEVES A SABADO
CONTENIDO PROGRAMÁTICO
Definición de Personalidad:
La personalidad es el conjunto de características físicas, genéticas y sociales que
reúne un individuo, y que lo hacen diferente y único respecto del resto de los
individuos. En tanto, la interrelación y la comunión de todas estas características,
generalmente estables, serán las que determinarán la conducta y el comportamiento
de una persona y porque no también, de acuerdo a la estabilidad de las mismas,
predecir la respuesta que puede dar un individuo al cual conocemos ante
determinada circunstancia o estímulo.
Decimos que una persona es introvertida, cuando prefiere escuchar antes que hablar
en el caso de asistir a una reunión, quizás también evita las reuniones o encuentros
sociales como ser fiestas o eventos a los que se lo invita, y en el caso de participar
de ellos, no es precisamente quien más se destacará entre los presentes. Todo lo
contrario, claro, es quien puede definirse como persona “extrovertida”: disfruta de
las relaciones públicas y sociales, y suele ser muy expresivo al momento que debe
(o quiere) hablar o expresarse.
Entonces, los introvertidos son aquellos que suelen volcarse y abocarse más al
universo de sus sentimientos y pensamientos mientras que los extrovertidos, al
contrario de aquellos, se muestran más permeables al mundo exterior, son
sumamente sociales, les gusta y se interesan por saber de su entorno.
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
Por otro lado, la "dinámica" de enfrentamiento, relación y choque, entre las instancias
de la estructura del aparato psíquico determina junto a la necesidad de homeostasis y
equilibrio entre estas estancias, el comportamiento del sujeto. La dinámica freudiana
plantea como constructor de estas estancias, las experiencias e historia del individuo.
Los factores intrapsíquicos proporcionan las causas subyacentes de las conductas que se
manifestaron abiertamente, sean esta problemáticas o no. Por lo tanto, así como la
ansiedad que incapacita o los delirios de persecución de un paciente perturbado se
adjudicarían a conflictos no resueltos o a necesidades no satisfechas, la conducta
extrovertida y amistosa de un conocido en contraste podría verse como ocasionada a
partir de los sentimientos internos de temor o minusvalía o de un deseo latente de lograr
más popularidad que un hermano.
Énfasis en el papel del conflicto. Se considera que este es básico en el desarrollo de los
síntomas neuróticos. Normalmente se considera que los impulsos internos buscan
manifestarse y lograr gratificación en contra de las prohibiciones y límites
socioculturales. Los síntomas neuróticos son vistos como compromisos para intentar
resolver este conflicto. Desde la perspectiva psicoanalítica clásica se considera que el
conflicto no resuelto entre el ello (necesidades instintivas) y un superyó (valores y
normas sociales transmitidas por los padres) sobrepunitivo e inhibidor es la causa
fundamental de los trastornos psicológicos. Este conflicto es exacerbado por los
defectos del yo (la tercera estructura psicológica) que impiden la elaboración de
defensas apropiadas que permitirían una reducción de la tensión.
HISTORIA
Los terapeutas, al considerar lo largo y costoso del psicoanálisis, y el hecho de que los
análisis más largos que llegaran a tratar el complejo de Edipo no tenían mucho más
éxito en cuanto a resultados clínicos tangibles, empezaron a desarrollar técnicas que
dieran alternativas a la relativa pasividad del analista.
El psicoanálisis conquista cada vez más adeptos como método terapéutico, debido a que
rinde a los pacientes un beneficio mucho mayor que ninguna otra forma de tratamiento.
Su principal sector de aplicación es el de las neurosis más leves, como la histeria, las
fobias y los estados obsesivos; además, permite alcanzar considerables mejorías y hasta
curaciones en las deformaciones del carácter y en las inhibiciones y desviaciones
sexuales. Su influencia sobre la demencia precoz y la paranoia es dudosa, mientras que
en circunstancias favorables puede hacer frente aun a los más graves estados depresivos.
En todos los casos el tratamiento impone arduas demandas, tanto al médico como al
paciente: aquél debe contar con una formación especializada y debe dedicar un largo
período a la exploración profunda de cada caso; el paciente ha de realizar considerables
sacrificios, tanto materiales como psíquicos. Sin embargo, los resultados compensan por
lo común todos los esfuerzos. Tampoco el psicoanálisis es una panacea conveniente
para todos los trastornos psíquicos (cito, tute, jucunde; rápido,seguro, con alegría); por
el contrario, su aplicación ha venido a revelar por primera vez las dificultades y las
limitaciones con que se enfrenta el tratamiento de estas afecciones. Por el momento,
sólo en Berlín y en Viena existen instituciones privadas que tornan accesible el
tratamiento psicoanalítico también a las clases obreras e indigentes.
Desde el primer punto de vista, el dinámico deriva todos los procesos psíquicos -
salvo la recepción de estímulos exteriores de un interjuego de fuerzas que se
estimulan o se inhiben mutuamente, que se combinan entre sí, que establecen
transacciones las unas con las otras, etc. Todas las fuerzas tienen originalmente
el carácter de instintos, o sea, que son de origen orgánico; se caracterizan por
poseer una inmensa capacidad de persistencia (somática) y una reserva de
poderío (compulsión a la repetición); finalmente, halla su representación
psíquica en imágenes o ideas afectivamente cargadas (catexias).
En el psicoanálisis, no menos que en las otras ciencias, la teoría de los instintos
es un tema poco conocido.
El análisis empírico nos lleva a establecer dos grupos de instintos: los
denominados instintos del yo, cuyo fin es la autoconservación, y los instintos
objetales, que conciernen a la relación con los objetos exteriores. Los instintos
sociales no son aceptados con carácter elemental e irreducible.
Por el contrario, son sus conclusiones más recientes, y están, en todo sentido, expuestas
a corrección. El psicoanálisis se halla sólidamente fundado en la observación de los
hechos de la vida psíquica, de modo que su superestructura teórica es todavía
incompleta y se encuentra en constante modificación. En segundo lugar, no hemos de
asombrarnos si el psicoanálisis, que originalmente sólo pretendía explicar los
fenómenos psíquicos patológicos, llegó a convertirse en una psicología de la vida
psíquica normal. La justificación de tal desarrollo surgió al descubrirse que los sueños y
los actos fallidos (las “parapraxias”, como las equivocaciones del habla, etc) de los seres
normales responden al mismo mecanismo que los síntomas neuróticos.
Trabajando con gente del circo, Adler se inspiró en las inusuales fortalezas y
debilidades de los intérpretes. Se ha sugerido que Adler comenzó a desarrollar sus ideas
sobre la compensación y la inferioridad durante este tiempo.
Tras desarrollar sus teorías, fue invitado por Sigmund Freud a unirse a un grupo de
discusión informal que luego se convertiría en la Sociedad de los Miércoles y serviría
de matriz para la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Adler era un psicoanalista destacado
y respetado en el círculo íntimo de Freud.
Si bien formó parte de dicho círculo, Adler nunca fue un seguidor de Freud; su trato
siempre fue el de colegas en iguales términos.
Adler mantuvo siempre ideas propias a pesar de suscribir a la teoría del psicoanálisis
pero cuando se separó del círculo íntimo en 1911, junto a otros psicoanalistas
importantes como Carl Jung, se dedicó a trabajar en su propia teoría con más ahínco,
fundando la Sociedad para la Psicología Individual en 1912.
A partir de sus divergencias con Freud y el Psicoanálisis, Adler dejó la postura sobre la
primacía de la sexualidad y la libido como determinantes de la vida anímica y formuló
otra donde la evaluación individual del mundo es lo más determinante.
Adler consideraba que una persona se encuentra en confrontación en tres frentes
distintos: el social, el amoroso y el vocacional. Estas tres fuerzas con las que se
confronta determinan la naturaleza de la personalidad.
Psicodinámica
La psicología humana es psicodinámica por naturaleza. A diferencia del psicoanálisis
que hacía hincapié en las demandas pulsionales, Adler sostiene que la psique es guiada
por metas y alimentada por una fuerza creativa desconocida.
Las metas del individuo son inconcientes. pero tienen una función teleológica. Estas
pueden ser ficciones que tienen valor real para el individuo y la meta final puede estar
compuesta por innumerables sub-metas.
Holismo
Para la psicología individual el contexto es muy relevante en el funcionamiento y
crecimiento psicológico individual. El contexto de los miembros de la comunicad, la
construcción de dichas comunidades y las fuerzas sociohistóricas y políticas que les dan
forma tienen especial importancia e influencia en el individuo.
Esta visión holística del sujeto se debe en gran parte a la influencia de la teoría del
holismo de Jan Smuts, quien consideraba que la evolución provenía de la integración
progresiva de entidades completas menores hacia entidades mayores.
Esta visión holística luego sería retomada por la Psicología Comunitaria, aunque la
psicología individual se enfocaba más bien en la prevención y tratamiento a nivel
individual.
Tipología
Según la Psicología Individual existen esquemas de tipos de personalidad, aunque no se
consideran fijos sino más bien soluciones heurísticas o provisorias a los problemas que
surgen en la vida del individuo.
Son, más bien, patrones de comportamiento que pueden surgir como formas de encarar
la dinámica de inferioridad-superioridad. Son expresiones del Estilo de Vida.
Inclinado a recibir. Son personas sensibles que han desarrollado una coraza que las
proteja del mundo que les rodea pero necesitan de otros que les ayuden en las
dificultades con que se encuentran. Pueden volverse fácilmente dependientes y
desarrollar síntomas como fobias, compulsiones, ansiedad, etc.
Evasivo. Personas que evitan tomar riesgos o afrontar dificultades. No les gusta se
derrotados y evitan tener contacto social por miedo al rechazo o sentir una derrota.
Pueden ser exitosos pero no tomaron ningún riesgo para alcanzar dicha posición.
Dominante. Busca el poder y está dispuesto a manipular situaciones o personas para
lograr su cometido. Muestran actitudes autoritarias y son propensos a tener
comportamientos antisociales.
Socialmente útil. Son extrovertidos y muy activos. Tienen mucho contacto social y
buscan el bien común en balance con el individual.
Los “tipos” de personalidad son generalmente determinados en la infancia y el orden de
nacimiento.
Las memorias
Otra herencia del psicoanálisis, en la Psicología Individual las memorias -especialmente
las de la infancia- tienen gran importancia en el trabajo terapéutico.
Según Adler, las memorias son la expresión de la lógica “privada” del individuo,
constituyéndose metáforas de su filosofía de vida.
Los recuerdos no son nunca triviales, son elegidos inconcientemente como recordatorios
de las limitaciones o el signficado de eventos, el sujeto escoge recordar aquello que
tiene alguna relevancia con su vida actual o sus problemas.
El orden de nacimiento
Como se dijo antes, el orden de nacimiento dentro de una familia determina en parte el
estilo de vida y el tipo de personalidad de cada individuo.
Al estudiar los efectos del orden en la vida individual, Adler buscaba responder la
pregunta sobre por qué los niños, a pesar de ser criados en la misma familia y
supuestamente en el mismo ambiente compartido, desarrollan personalidades distintas.
En su época se creía que estas diferencias se debían más bien a pequeñas variaciones
genéticas.
Sin embargo, Adler demostró que los hermanos en verdad crecen en ambientes
distintos: el mayor crece en una familia que con hermanos menores, el del medio en una
con hermanos mayores y menores y el menor en una con hermanos mayores. Por lo
cual, es la constelación familiar la que explica las diferencias entre hermanos.
El primogénito tiene una posición favorable por obtener la atención de los nuevos
padres hasta la llegada del segundo hijo, quien le potenciaría sentimientos de destrono y
tristeza por no ser más el centro de atención.
El segundo hijo (o los del medio) es quien más probablemente sería un individuo feliz
puesto que no tuvo una vivencia de destrono ni tampoco fue consentido, aunque es
común que se vuelva rebelde y se sienta hecho a un lado.
TELEOLOGÍA
Adler afirmaba que todos los individuos tenían una idea de cómo sería su ser ideal. A
esta imagen de sí la llamaba finalismo ficticio. Este finalismo (o teleología) otorga una
dirección más clara sobre las decisiones que el individuo hace sobre sí mismo.
La meta última del individuo es alcanzar la perfección, meta por lo demás inalcanzable
pero cuya ficción motiva a superarse a sí mismo.
COMPLEJO DE INFERIORIDAD
Haciendo construido el concepto de teleología en la que el individuo tiene una
motivación que le lleva a accionar en función de alcanzar su meta, a Adler se le
presentó la pregunta sobre por qué gran parte de la población permanece sin embargo
insatisfecha y lejos de alcanzar la perfección.
Su respuesta es que todos nacemos con un sentimiento de inferioridad puesto que como
infantes somos seres indefensos y dependientes de un otro que garantice nuestra
existencia. Es un sentimiento de valer poco o nada como persona, estar incompleto o
equivocado.
Carl Jung (26 de julio de 1875 – 6 de junio de 1961) fue un psiquiatra y psicoterapeuta
suizo que fundó la psicología analítica. Su trabajo sigue siendo influyente en la
psiquiatría pero también en la filosofía, antropología, literatura y estudios religiosos.
Fue un escritor prolífico, aunque muchos de sus trabajos no fueron publicados hasta su
muerte.
Fue uno de los pupilos de Freud, que luego se separó de este para crear su propia teoría
de la personalidad y su propio modelo terapéutico. A la corriente de pensamiento
psicológico que creó Carl Jung se le conoce como psicología profunda.
En este artículo se explicará con detalle y de forma simple los conceptos principales de
la teoría de Carl Jung. Y en otros artículos se ampliará mucho más sobre el fascinante
mundo de los arquetipos. De esta forma, podrán entender de mejor manera en qué
consiste la psicología profunda de este gran autor.
Hay que recordar que, Jung, además de un gran investigador centrado en los datos duros
de las ciencias, también fue un gran lector sobre todo tipo de mitologías del mundo.
Estos conocimientos sobre el manejo universal del simbolismo son tan importantes en
su teoría, como cualquier otro hallazgo medible por la ciencia en su forma más fría.
Estudiar a Carl Jung, entonces, es estudiar una mezcla a veces difícil de digerir entre
ciencia y misticismo. Pero si se le da la lectura adecuada, se puede dilucidar el carácter
científico que persiguió este autor durante su vida. El objetivo de este artículo es
mostrar a Jung, despojándolo de los mitos errados construidos sobre él con los años.
Allí trabajó con Eugene Bleuler, quien lo guió en sus teorías sobre la esquizofrenia.
También en ese periodo se casa, da clases en la Universidad de Zurich y toma consultas
privadas, donde crea el método de las asociaciones de palabras. Método que compartirá
con Freud, a quien admiraba, cuando finalmente lo conoció en 1907, en Viena.
Sin embargo, aunque Freud lo tomara casi como heredero del trono psicoanalístico,
Jung nunca compartió todas las ideas de su colega. Por ello, tan rápido como en 1909, la
relación profesional y la amistad empezó a dejar ver sus primeras fricciones. Y, de
alguna forma, allí empezaría el período más fértil en la obra de Carl Jung.
A partir de su jubilación, en el año 1946, con 71 años, se aisló de la vida pública hasta
casi una década después, en 1955, cuando muere su esposa. Carl Jung moriría 6 años
después, en 1961, a la edad de 86 años, dejando un gran legado al mundo en la
comprensión profunda de la psique, difícilmente superable.
Un ejemplo sería el de una persona que ha sufrido un trauma infantil (podría ser un
abuso sexual) y, para protegerse de ese recuerdo doloroso, la psique envía ese recuerdo
al inconsciente y el sujeto no puede recordarlo, ni sabe que lo ha olvidado.
Y así como no se puede tener consciencia (en el pleno sentido de la palabra) de cuáles
son los contenidos genéticos que hemos heredado, tampoco se tiene consciencia de ese
Es el inconsciente colectivo el que permite, por ejemplo, que los contenidos de sueños y
pesadillas se hayan repetido por generaciones en diferentes sociedades que nunca
tuvieron contacto entre sí. Igual que muchísimos preceptos religiosos, mucha de la
ficción (cuentos, mitos, etc.) que conocemos, entre otras experiencias compartidas.
Sea, entonces, que este inconsciente colectivo tenga un espacio específico en nuestra
psique, que sea parte del código genético de la especie, o cualquier otra explicación
posible, condiciona la forma en la que se reacciona al mundo y a sus personas. Los
arquetipos serían, según Jung, el contenido principal del inconsciente colectivo.
Los arquetipos plantean la tendencia que tiene cada persona a experimentar la realidad
de una forma específica. Pero hay que acotar que esta tendencia es innata. Por ejemplo,
ante un obstáculo que impida lograr el aprendizaje de un tema u otra meta, cada cual
tendrá una tendencia sobre cómo lo vivencia y cómo responde.
De los arquetipos lo que más se conoce es que están representados bajo la figura de
entidades o personajes simbólicos (la madre, el héroe, la sombra, el animal, etc.). Así
pues, estas figuras simbólicas en realidad representan aspectos de nuestra psique y la
forma en que interactúan.
En otras palabras, permiten entender nuestra psique de una manera organizada. Y para
el modelo de psicoterapia basado en las teorías junguianas es fundamental para la
reorganización y reestructuración de la psique de cada individuo. De allí la importancia
de este constructo junguiano y la necesidad de dedicarle un artículo completo.
Esta continua presencia de pensamientos, ideas, deseos y más de tipo opuesto, es lo que,
según Jung genera la energía psíquica. Esta energía o poder del psiquismo es similar al
concepto freudiano de libido, y es la que permite al humano emprender acciones.
El principio de equivalencia
Deriva del anterior y explica que la energía resultante de la oposición se distribuye de
forma equitativa en ambos polos. Esto adquiere mucha importancia, en tanto que la
conducta del individuo casi nunca satisface a ambos polos y uno de estos dos polos
quedará desatendido, con energía que no se utilizó.
Estos complejos tienen que ver con las interpretaciones que hace el sujeto sobre sus
pensamientos. El inconsciente personal es amoral; no considera nada ni bueno ni malo
por principio. Estas etiquetas se las pone cada persona. Y muchos complejos tienen que
ver con no aceptar los pensamientos que surgen y se etiquetan como negativos.
El principio de entropía
Este último principio cierra las premisas de los anteriores, indicando que existe una
tendencia entre los opuestos a atraerse entre sí. Ello pues la psique intenta disminuir la
energía vital usada y ya se indicó que mientras más extremos los polos, más energía
gastan. Si los opuestos se acercan paulatinamente, la energía requerida será menor.
A este proceso de reconciliarse con los opuestos propios (y por ende limpiarse de
complejos), se le conoce como trascendencia. A la trascendencia de todos los opuestos
(masculino-femenino, maduro-infantil, valiente-cobarde, bueno-malo, etc.) se le conoce
como “self” y es la meta de toda persona para la psicología profunda.
Así como los arquetipos serían el contenido del inconsciente colectivo, la sincronicidad
sería la forman en que se comunican dos inconscientes individuales o, dicho de otra
forma, sería el lenguaje del inconsciente colectivo. De acuerdo a Jung existen personas
más sensibles que otras para entender este lenguaje o comunicarse por medio de él.
Ante el temor de morir, lo publicó sin haber dado todavía con las pruebas científicas
requeridas, y por ello sigue siendo uno de los puntos más debatidos de su obra. Sin
embargo, en la actualidad, nuevos hallazgos, incluso en áreas tan lejanas como la física
cuántica, prometen dar una respuesta definitiva y científica a este complejo tema.
Esta división puede parecer algo complicada de entender, pero se hace más clara cuando
se incorpora a las funciones de la personalidad. Estas funciones son las que le permiten
a cada cual enfrentarse a la realidad, tanto interna como externa. Y todas las personas
tienen estrategias de afrontamiento diferentes. Esta sería su personalidad.
La segunda función es la del pensamiento que, ahora sí, implica un juicio lógico de la
información que se ha recabado con la primera función. Esta sí sería una función
racional y su principal utilidad es guiar el proceso de toma de decisiones.
Partiendo de ese punto, cada uno tendrá una función principal (la más desarrollada y
consciente), una secundaria (también consciente y usada como apoyo a la principal),
una terciaria (poco desarrollada y poco consciente) y una inferior (muy poco
desarrollada y, en la mayoría de los casos inconsciente).
Para la psicología profunda, uno de los objetivos principales es lograr que el individuo
desarrolle ambos polos de la personalidad y sus cuatro funciones, logrando que todas
estas se hagan conscientes. La trascendencia antes indicada sobre los arquetipos
opuestos, aplica también a estos factores de la personalidad.
Como se puede notar, entonces, las teorías de Jung revelan a un ser humano complejo,
lleno de polos opuestos y matices, que debe jugar a construirse, a encontrar su centro,
por toda la vida. Es una teoría elegante que todavía es vigente y cuyo legado ha tocado a
muchas más disciplinas que las interesadas en estudiar al humano.
La Teoría del Desarrollo Psicosocial fue ideada por Erik Erikson a partir de la
reinterpretación de las fases psicosexuales desarrolladas por Sigmund Freud en las
cuales subrayó los aspectos sociales de cada una de ellas en cuatro facetas principales:
Enfatizó la comprensión del ‘yo’ como una fuerza intensa, como una capacidad
organizadora de la persona, capaz de reconciliar las fuerzas sintónicas y distónicas, así
como de resolver las crisis derivadas del contexto genético, cultural e histórico de cada
persona.
Erikson disiente con Freud en la relevancia que este último otorgó al desarrollo sexual
para explicar el desarrollo evolutivo del individuo.
Erikson entiende que el individuo, a medida que va transcurriendo por las diferentes
etapas, va desarrollando su consciencia gracias a la interacción social.
Erikson también propone una teoría de la competencia. Cada una de las etapas vitales da
pie al desarrollo de una serie de competencias.
Otro de los rasgos fundamentales de la teoría de Erikson es que cada una de las etapas
se ven determinadas por un conflicto que permite el desarrollo individual. Cuando la
persona logra resolver cada uno de los conflictos, crece psicológicamente.
1. Confianza vs Desconfianza
Este estadio transcurre desde el nacimiento hasta los dieciocho meses de vida, y
depende de la relación o vínculo que se haya creado con la madre.
La relación con la madre determinará los futuros vínculos que se establecerán con las
personas a lo largo de su vida. Es la sensación de confianza, vulnerabilidad, frustración,
satisfacción, seguridad… la que puede determinar la calidad de las relaciones.
Este estadio empieza desde los 18 meses hasta los 3 años de vida del niño.
3. Iniciativa vs Culpa
El niño empieza a desarrollarse muy rápido, tanto física como intelectualmente. Crece
su interés por relacionarse con otros niños, poniendo a prueba sus habilidades y
capacidades. Los niños sienten curiosidad y es positivo motivarles para desarrollarse
creativamente.
En caso de que los padres reaccionen de negativamente a las preguntas de los niños o a
la iniciativa de éstos, es probable que les genere sensación de culpabilidad.
4. Laboriosidad vs Inferioridad
Este estadio se produce entre los 6-7 años hasta los 12 años.
Los niños muestran un interés genuino por el funcionamiento de las cosas e intentan
llevar a cabo muchas actividades por sí mismos, con su propio esfuerzo y poniendo en
uso sus conocimientos y habilidades. Por esa razón es tan importante la estimulación
positiva que pueda ofrecerle la escuela, en casa o por el grupo de iguales. Éste último
comienza a adquirir una relevancia trascendental para ellos.
En el caso de que esto no sea bien acogido o sus fracasos motiven las comparaciones
con otros, el niño puede desarrollar cierta sensación de inferioridad que le hará sentirse
inseguro frente a los demás.
Este estadio tiene lugar durante la adolescencia. En esta etapa, una pregunta se formula
de forma insistente: ¿quién soy?
Este estadio comprende desde los 20 años hasta los 40, aproximadamente.
Si se evade este tipo de intimidad, uno puede estar rozando la soledad o el aislamiento,
situación que puede acabar en depresión.
El estancamiento es esa pregunta que se hace el individuo: ¿qué es lo que hago aquí si
no sirve para nada?; se siente estancado y no logra canalizar su esfuerzo para poder
ofrecer algo a los suyos o al mundo.
Inicialmente, era una forma de psicoterapia fundada entre los años 50 y 60 por el
médico y psiquiatra Eric Berne, un pensador innovador y creativo que unió ideas de
otras corrientes (psicoanalítica, cognitiva-conductual, fenomenológica, etc.), pero este
cuerpo teórico y práctico sigue vigente en la actualidad y se aplica en multitud de
contextos.
Eric Leonard Bernstein, más conocido como Eric Berne, es el padre del Análisis
Transaccional. Nació en Canadá en 1910 y falleció en 1970. Era hijo de un médico
polaco que murió de tuberculosis cuando Eric era solo un niño. Berne decidió seguir el
camino de su padre y, tras doctorarse en Medicina en 1935, en 1936 comenzó su carrera
como psiquiatra en la Clínica Psiquiátrica de la Escuela de Medicina de la Universidad
de Yale, donde trabajó durante dos años.
Unos años más tarde iniciaría sus estudios en psicoanálisis con Paul Federn, uno de los
primeros discípulos de Sigmund Freud. Tras su paso por varios centros sanitarios y tras
servir al ejército norteamericano como psiquiatra, en 1946, cuando decidió vivir en
California, continuó su formación psicoanalítica con Erik Erikson.
Pero Berne, a pesar de respetar sus orígenes como psicoanalista, no estaba de acuerdo
con ciertas ideas que este modelo promovía y, tras la publicación de distintos artículos y
libros, desarrolló su propio modelo de “psiquiatría social”. Sus obras fueron auténticos
best sellers, siempre escritas con un vocabulario sencillo permitiendo la comprensión
tanto de los profesionales como de los clientes. Para Berne, la comunicación y el
conocimiento son en gran medida la solución de los problemas emocionales, y centra su
planteamiento en la relaciones sociales, donde la transacción es la unidad básica.
El propio Eric Berne explica en su libro “Los juegos en que participamos” que: “La
unidad de relación social es la transacción. Si dos personas se encuentran la una a la
otra...tarde o temprano una de las dos hablará, dará alguna indicación o mostrará
agradecimiento por su presencia. Esto se conoce como estímulo de transacción. La otra
persona entonces dirá o hará algo que esté relacionado con el estímulo, y eso se llama
respuesta transaccional”.
El modelo de Eric Berne fue ganando popularidad, y éste decidió fundar la ITAA
(Asociación Internacional de Análisis Transaccional) con la misión de profundizar en
ciertos conceptos del análisis transaccional y aportar desarrollos diferentes dentro de la
teoría. Esta institución sigue vigente hoy en día para asegurar la calidad terapéutica y
formativa en los distintos centros que se practica el análisis transaccional.
Un enfoque integrativo
Dentro del análisis transaccional existen distintas escuelas, por ejemplo. la clásica o la
catexis. A medida que un practicante integra los conceptos del análisis transaccional, se
decanta por una escuela que encaje con su manera de ser o de hacer terapia, o se mueve
por los distintos enfoques dentro esta misma teoría, de modo que se trata de encontrar
una forma que se adapte mejor a los casos tratados. De algún modo, se parte de una base
teórica y práctica y se pasa a algunas variantes, tal y como suele ocurrir con los
psicoanalistas.
De hecho, el enfoque integrativo de Berne nació gracias a que éste, influenciado por el
psicoanálisis, pensó que la teoría freudiana centraba todo su esfuerzo en el pasado, lo
que resultaba en una práctica terapéutica que dejaba de lado el “aquí y el ahora”,
olvidando aspectos tan beneficiosos para la terapia como la concentración en lo
consciente (aunque también lo inconsciente).
Para lograrlo, combinó ideas y técnicas del psicoanálisis clásico con ideas del
humanismo o el conductismo. La nueva teoría no se centraba tanto en la introspección
hacia el pasado, sino que el presente, el contexto interpersonal o la autorrealización y el
crecimiento personal cobraban vida en su nueva forma de hacer terapia.
Uno de los grandes logros del análisis transaccional es que propone una metodología y
unos conceptos básicos expresados en un lenguaje simple y sin tecnicismos, y a su vez
facilita técnicas para el cambio personal.
Las transacciones psicológicas se analizan mediante los estados del ego, distintos de los
que propuso Freud. Existen tres estados del yo: Padre, Adulto y Niño.
Padre: Se habla y piensa con los patrones aprendidos de una figura autoritaria en la
niñez. Es una copia de la infancia.
Legado:
El análisis transaccional es una teoría popular, aunque su eficacia está cuestionada por
la falta de estudios científicos que demuestren su eficacia (en parte, esto se debe a que
parte del psicoanálisis y su epistemología). Hoy en día, todavía es posible formarse no
solo en terapia, sino que existen másters enfocados hacia otros campos de aplicación,
por ejemplo, en Coaching Transaccional para Organizaciones.
A continuación se exponen algunos de los son aspectos más importantes de esta teoría.
El análisis transaccional se centra en:
Las relaciones, en todas sus formas: con uno mismo y con los demás.
Es una teoría de la comunicación que analiza las distintas formas de interacción: entre
los individuos, parejas, familias, organizaciones, etc.
La Terapia Gestalt, desarrollada por Fritz Perls, Laura Perls y Paul Goodman en los
años 40, es un modelo de terapia humanista-existencialista que fue originalmente
diseñado como una alternativa al psicoanálisis convencional.
Hablar de la Terapia Gestalt es hablar de su creador: Fritz Perls. Por tanto, vamos a
empezar repasando su biografía.
Friedrich (Fritz) Perls nació en Berlín en 1893. Fue estudiante de medicina, pero poco
antes de que comenzara la Primera Guerra Mundial interrumpió sus estudios. No
obstante, aunque a la edad de 21 años se alistó en la Cruz Roja, esto no fue obstáculo
para que prosiguiera con sus estudios. Así, en 1920 obtuvo el doctorado en Medicina y
se especializó en Neuropsiquiatría.
Tres años más tarde, Fritz comienza su andadura como trotamundos y realiza una serie
de viajes (por ejemplo a Estados Unidos) con el fin de expandir sus conocimientos
respecto a su nueva profesión. En 1926 conoce a Karen Horney, con quien compartirá
una estrecha relación. Gracias a ella, se interesa por el Psicoanálisis y comienza a
estudiarlo en distintos centros e institutos, convirtiéndose así en psicoanalista. Por tanto,
Fritz se interesó en la psicología psicoanalítica, aunque más adelante, en contraposición
al psicoanálisis, Fritz creó la Terapia Gestalt.
En el año 1930, se casa con Laura Posner, más tarde conocida como Laura Perls.
Debido al régimen de Hitler y la Alemania Nazi, en 1933, decide emigrar a
Johannesburgo (Sudáfrica). Allí fundó el Instituto Sudafricano de Psicoanálisis; en 1942
publicó su primer libro, “Ego, Hambre y Agresión”; y desde 1942 hasta 1946, trabajó
como psiquiatra en el ejército de Sudáfrica.
En 1946, se mudó con su familia a Nueva York donde trabajó durante un tiempo con
Wilhelm Reich y Karen Horney, pero al poco tiempo empezó a trabajar con Paul
Goodman en Manhattan. Junto a éste y junto a Ralph Hefferline, publicó el libro
“Terapia Gestalt: Excitación y Crecimiento de la Personalidad Humana” basado en las
investigaciones y datos clínicos de Fritz Perls.
En 1951 fundó el Instituto Nueva York para la Terapia Gestalt y empezó a formar a los
psicólogos interesados por su modelo terapéutico. Es entonces cuando Fritz difunde sus
ideas por Estados Unidos y comienza a realizar seminarios y talleres por distintos países
del mundo.
En 1964, Fritz Perls se trasladó a California para enseñar la Terapia Gestalt como forma
de vida más que como un modelo de terapia en el Instituto Esalen de California, con el
que se asoció, y Laura Perls asumió la dirección del Instituto de Nueva York. En 1969
se trasladó a Canadá y estableció una comunidad para terapeutas. El 14 de marzo de
1970 murió en Chicago.
Una de sus particularidades es que no es considerada una simple psicoterapia, sino una
auténtica filosofía de vida, que influye en la manera de percibir las relaciones con el
mundo por parte del individuo. Por tanto, y siguiendo el principio gestaltista de “todo es
más que la suma de las partes”, el ser humano es visto desde una perspectiva holística y
unificadora, integrando a la vez, sus dimensiones sensoriales, afectivas, intelectuales,
sociales y espirituales, y entendiendo a éste en su experiencia global.
En busca de la autoconsciencia
Su práctica utiliza el “insight” respecto a las experiencias del paciente, alentando a éste
a explorar de manera creativa la forma de encontrar su propia satisfacción en las
distintas áreas de su vida. La base de este modelo terapéutico es la autoconsciencia del
paciente respecto a su comportamiento, sus emociones, sus sentimientos, sus
percepciones y sus sensaciones. Por tanto, no se centra solamente explicar los orígenes
de las dificultades y el dolor que puede sentir el individuo, sino que permite
experimentar y experimentarr las soluciones nuevas. Es más importante el cómo que el
por qué, es decir, que cuando un individuo entiende cómo hace lo que hace, puede
comprender por qué lo hace.
El terapeuta no le dice al paciente lo que debe hacer, sino que utiliza la capacidad
educativa del diálogo, y está más preocupado por el vínculo de confianza con éste, con
el objetivo de aumentar la autenticidad de la relación. Pese a que Fritz estudió medicina,
la Terapia Gestalt es un enfoque más educacional que médico.
Carl Rogers propone la idea de que la personalidad de cada individuo puede analizarse
según el modo en el que se acerca o se aleja a un modo de ser y vivir la vida al que él
pone la etiqueta de persona altamente funcional.
Según Carl Rogers, los rasgos de la personalidad que definían a las personas altamente
funcionales están definidos según las siguientes cinco características.
1. Apertura a la experiencia
La personalidad de la personas altamente funcional es, según Carl Rogers, muy abierta a
la experiencia, en un sentido amplio. No adopta una actitud defensiva por defecto ante
lo desconocido, sino que prefiere explorar nuevas posibilidades. Es por eso que este tipo
de personalidad se define por la aceptación de las emociones asociadas a lo que se está
viviendo, la no evitación de las "emociones negativas" y la adopción de actitudes
receptivas ante situaciones que no son claramente peligrosas.
Esta característica tiene que ver con la tendencia a asumir que es uno mismo quien ha de
otorgar sentido a las experiencias que se viven en cada momento, a través de un proceso
de creación de significado. De este modo, se deja que el modo de vivir el día a día sea
espontáneo, creativo, sin intentar que todo lo que se percibe encaje a la fuerza en
esquemas preconcebidos. El estilo de vida asociado a este tipo de personalidad, para
Carl Rogers, se caracteriza por evitar la tendencia a prejuzgar.
No se analiza el presente como algo que debe ser explicado totalmente por las vivencias
del pasado, sino que se vive plenamente.
Para Carl Rogers, el hecho de abrazar una manera libre de vivir la vida conlleva fiarse
del propio criterio y la propia manera de tomar decisiones por encima de cualquier otro
referente. La idea es que, como nadie conoce mejor que uno mismo la propia manera de
vivir la vida, no se tiende a apoyarse en códigos de comportamiento impuestos desde
instancias externas.
4. Creatividad
El hecho de que las personas altamente funcionales de Carl Rogers sean enemigas de los
dogmas y las convenciones hace que miren más allá de lo considerado como "normal".
Esto proporciona las bases necesarias para que puedan desarrollar su creatividad.
5. Libertad de elección
6. Carácter constructivo
Este tipo de personalidad muestra una gran facilidad para dar respuesta a todas las
necesidades de manera equilibrada, de manera que las crisis son aprovechadas como
oportunidades para construir nuevas oportunidades y encontrar maneras de alcanzar
niveles de bienestar.
7. Desarrollo personal
Las características y definiciones que Carl Rogers utiliza para definir a las personas
altamente funcionales son muy abstractas y altamente ambiguas, ya que ceñirse a
conceptos muy rígidos iría en contra de su idea de que una personalidad basada en la
auto-actualización y el desarrollo personal fluye constantemente y escapa a las
convenciones.
Sin embargo, esto también le ha ganado muchas críticas: a fin de cuentas, prácticamente
todo el mundo puede sentirse identificado con los rasgos que se atribuyen a las personas
altamente funcionales, siguiendo la lógica del efecto Forer.
Solo cada persona es capaz de juzgar hasta qué punto es útil o inspirador tener estas
características como referencia.
necesidades y factores que motivan a las personas; esta jerarquía identifica cinco
categorías de necesidades y considera un orden jerárquico ascendente de acuerdo a su
importancia para la supervivencia y la capacidad de motivación. (Quintero; J; 2007:1).
Es así como a medida que el hombre va satisfaciendo sus necesidades surgen otras que
cambian o modifican el comportamiento del mismo; considerando que solo cuando una
necesidad está “razonablemente” satisfecha, se disparará una nueva necesidad
(Quintero; J; 2007:1).
Maslow propuso dos necesidades de estima: una inferior que incluye el respeto de los
demás, la necesidad de estatus, fama, gloria, reconocimiento, atención, reputación, y
dignidad; y otra superior, que determina la necesidad de respeto de sí mismo,
incluyendo sentimientos como confianza, competencia, logro, maestría, independencia y
libertad (Quintero; J; 2007:2).
actividad especifica; de esta forma una persona que está inspirada para la música debe
hacer música, un artista debe pintar, y un poeta debe escribir (Quintero; J; 2007:3).
Además de las cinco necesidades antes descritas, Maslow también identificó otras tres
categorías de necesidades, lo que dio origen a una rectificación de la jerarquía de
necesidades (Quintero; J; 2007:4).
Es necesario destacar que esta teoría, forma parte del paradigma educativo humanista,
para el cual el logro máximo de la auto-realización de los estudiantes en todos los
aspectos de la personalidad es fundamental, procurando, proporcionar una educación
con formación y crecimiento personal (Quintero; J; 2007:5). Se debe tener en cuenta,
además, que para que un alumno pueda llegar a la autorealización se requiere que las
otras necesidades estén cubiertas, lo que se plantea como una dificultad para aulas en
que los niños no han satisfecho necesidades de tipo fisiológicas, de seguridad o de amor,
pertenencia y de estima. Por ello las formas en que se aborda la satisfacción de estas
necesidades también se torna como un desafío para las instituciones educativas y el
sistema escolar en general, considerando que las carencias como por ejemplo el hambre,
la inseguridad o sentido de indefensión, la falta de constitución en la familia, entre otras
problemáticas están muy presentes en la vida de muchos alumnos sobre todo de los que
provienen de contextos más vulnerables y por ende afectan su educación y la búsqueda
de su auto- realización.
Teorías principales:
Para Von Foerster, hay dos tipos de cibernética: de primer orden (en la que se habla de
estabilidad y cambio dentro del sistema) y de segundo orden o de los sistemas
observantes (en el que el acto de observar un sistema influiría en el sistema
observado). La cibernética de segundo orden influye en las teorías sistémicas en tanto
que es muy difícil evaluar, observar o intervenir en un sistema sin influir en este.
Los desarrollos más actuales en relación a entender y tratar a la familia como sistema
los encontramos en la Terapia Familiar Sistémica. La Teoría de la Comunicación
(Watzlawick, Beavin y Jackson, 1967) resulta de gran ayuda a la hora de
conceptualizar el funcionamiento a nivel pragmático de la familia. Los conceptos
principales son: la imposibilidad de no comunicar (toda conducta es información para
los demás, incluso la no acción), los niveles digital y analógico de un mismo mensaje
(todo mensaje tiene un contenido, o nivel digital, que se interpreta según el tipo de
relación, o nivel analógico, que se establece entre el emisor y el receptor), la
puntuación de secuencias circulares (el punto en que cada persona considera que se da
la causa de una secuencia que, en realidad, no tiene una causa ni efecto determinados)
y la simetría o complementariedad de las relaciones (basadas en la igualdad o basadas
en la diferencia, como la relación profesor-alumno o jefe-empleado).
En la psicología del desarrollo cobra cada vez más fuerza la Teoría de los Sistemas
Dinámicos (ver, por ejemplo, Thelen, E. y Smith, L. B., 1994 o van Geert, P. y
Steenbeek, H., 2005) para explicar cómo se produce el desarrollo en los niños sobre
todo en relación al lenguaje y las habilidades motoras. Se puede considerar a la
persona como un sistema compuesto por diferentes elementos que trabajan
conjuntamente como una unidad. Desde este punto de vista sistémico no cabe la
clásica distinción entre conducta, pensamiento y emoción.
La intervención sistémica:
La terapia sistémica no tiene una raíz única a la que remitirse (como pueden tener el
psicoanálisis en Freud).
En los años cincuenta y partiendo de lugares tan diversos como Norteamerica e Italia,
comenzó a producirse un desplazamiento del foco del tratamiento, que hasta entonces
había estado centrado en el individuo y en los grupos, al ámbito familiar.
Se observó que con una cantidad considerablemente menor de sesiones era posible
conseguir cambios signficativos en la conducta de los pacientes.
A partir de ahi y mediante una mejor comprensión del problema nos será posible
desarrollar nuevas estrategias de comportamiento y comunicación individuales y más
adaptativas.
Datos históricos
Nuestra biografia nos sirve para entender mejor nuestro comportamiento actual y
localizar patrones desadaptativos.
Implicaciones y técnicas
Pensar de forma sistémica significa trabajar con vistas a encontrar una hipótesis que
resulte útil y permita al individuo, familia o grupo la superación del "problema" actual a
la vez que un desarrollo positivo.
Para ello, el terapeuta debe de ser capaz de empatizar con, o al menos comprender, los
diferentes puntos de vista que los miembros del sistema aportan.
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