Está en la página 1de 16

RESUMEN

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL NOTARIADO EN MÉXICO

México es un país en donde se requiere la actividad del notario en un gran número de actos
y hechos jurídicos; es por esto necesario contar con notarios que desempeñen su labor
con eficiencia y que posean una gran cultura jurídica.
En México la actividad notarial ha tenido una evolución histórica muy interesante. Esta
evolución se ha dado de manera paulatina y de acuerdo a la realidad histórica de nuestro
país y a las necesidades de la sociedad. A continuación explicaremos de manera
cronológica y breve la historia del notariado en nuestro país.
 ETAPA PRECORTESIANA
En 1492 la América descubierta por Cristóbal Colon estaba compuesta por
diversos pueblos cuyos conocimientos astronómicos, agrícolas,
comerciales, arquitectónicos, entre otras habilidades les permitió desarrollarse
culturalmente unos más que a otros.
La escritura que utilizaban era dibujada debido a que no contaban con un alfabeto fonético,
de este modo hicieron constar varios acontecimientos, como simples noticias, el pago
de tributos y actos jurídicos simples como los contratos.
Entre los pueblos que conformaban México estaban los aztecas, toltecas, mixtecos-
zapotecas. El pueblo azteca se caracterizó por ser uno de los más conquistadores y
por imponer su sistema de vida a los demás pueblos que eran conquistados por él. Se sabe
que este pueblo se asentó en Tenochtitlan, antes de la conquista española.
En esa época no existía la figura del notario, sin embargo, existía un funcionario que se le
compara con el escriba egipcio, se llamaba Tlacuilo. La función del Tlacuilo, que era la de
redactar y relacionar hechos así como asesorar a las partes contratantes cuando se
necesitaba realizar una operación, pero no tenían el carácter de funcionarios públicos ni
de fedatarios.
El Tlacuilo, era el artesano azteca que dejaba constancia de los acontecimientos por medio
de signos ideográficos y pinturas, con lo que se guardaba memoria de ellos de una manera
creíble. El Tlacuilo se basaba en signos y dibujos para plasmar de esta manera los
acontecimientos que se le presentaban y de este modo subsistían en el tiempo. El Tlacuilo
es en consecuencia, el antecedente en México de lo que actualmente conocemos como la
figura del notario.
Un ejemplo de documento confeccionado por un Tlacuilo lo encontramos en la segunda
parte del Códice Mendocino, denominado "Mapa de Tributos". En este documento se
anotaban los impuestos o tributos que tenían que pagar los pueblos vencidos y subyugados
por los aztecas.
 ÉPOCA DE LA CONQUISTA
Durante la época de la Conquista, Hernán Cortés encontrándose ya en tierras americanas,
solicitó una escribanía del Rey con resultados desfavorables, sin embargo más tarde se le
otorgó la Escribanía del Ayuntamiento de Asúa, donde practicó las cuestiones del
Notariado que tanto le atraían, durante un periodo de cinco años. Más tarde en 1512
Cortés obtuvo una escribanía durante el gobierno de Diego Velázquez en recompensa a
su valor en el campo de batalla.
Cortés sabía del papel que le correspondía desempeñar a los escribanos, ya que conocía
las leyes que estos aplicaban. Durante la conquista, los escribanos dejaron constancia
escrita de la fundación de ciudades, de la creación de ciudades, entre otros acontecimientos
de relevancia para la historia de esa época. Cabe mencionar que entre los integrantes de
la expedición realizada por Colón, se encontraba Rodrigo de Escobedo, escribano del
consulado del mar, quien se encargaba de llevar un diario de la expedición, registrando el
tráfico de las mercancías, hechos sobresalientes y la actividad de la tripulación.
Dado que apenas comienza en esta etapa la conquista del continente americano y por tanto
de lo que después será la Nueva España, no existen actos que puedan registrar los
escribanos más que actos de guerra y claro que para ser escribano se requería autorización
de rey de España como es que sucedió con Cortés y es de suponerse que las leyes que
conocían eran las que regía a España.
Durante esta etapa como podremos darnos cuenta no hay evolución alguna, a continuación
iniciaremos al análisis del nacimiento y desarrollo del notariado en México.
 ETAPA COLONIAL
La época colonial nació en 1521 con el fin de la Conquista y la caída de Cuauhtémoc; los
conquistadores enfocaron sus esfuerzos a organizar la vida política, jurídica, económica así
como la religiosa.
En la época colonial, una de las facultades del rey era la de designar a los escribanos por
ser una de las actividades del estado. En la práctica, los virreyes, gobernadores, alcalde y
los cabildos hacían uso de esta facultad al designar de manera provisional a los escribanos,
mientras que el rey los ratificaba. En un principio, existía la compra del oficio, siendo una
de las formas de ingreso a la escribanía; en efecto, eso continúo durante varias épocas.
Los requisitos para ser escribano: ser mayor de 25 años, de buena fama, lego, reservado,
cristiano, de buen entendimiento, vecino del lugar y conocedor del escribir. Las escrituras
debían ser realizadas con letra clara, en castellano y en un papel sellado, sin guarismos ni
abreviaturas contando con la actuación personalizada del notario; tenían también la
obligación de leerlas íntegramente, dando fe da la firma de los otorgantes y de
su conocimiento. La escribanía era una actividad privada, el rey señalaba el signo que debía
utilizar cada escribano.
Había dos clases de escribanos según las Siete Partidas: los de la corte del rey y los
escribanos públicos; en cambio las Leyes de las Indias señalaron tres tipos: los públicos,
los reales y los de número.
Para 1792 se construyó el Real Colegio de Escribanos de México; la Academia de Pasantes
y Aspirantes de Escribanos fue creada un año después, y más tarde, en 1793, la Real
Audiencia fundó una Academia de Enseñanza Notarial a la que debían concurrir por lo
menos dos meses por mes los aspirantes a escribanos.
De esta manera se logró una gran evolución notarial por medio de leyes, decretos y cédulas,
marcando el paso del refinamiento y actualización que día con día requiere la institución en
comento.
 ÉPOCA DE MÉXICO INDEPENDIENTE
El 9 de octubre de 1812 las Cortes Españolas expidieron un decreto sobre Arreglo de
Tribunales y sus Atribuciones concediendo en sus artículos 13 y 23 a las audiencias, el
conocimiento de todo lo relativo a la materia de escribanos.
La legislación positiva española, las leyes de Indias, decretos, Provisiones, Reales Cédulas
y demás que fueron dados durante la colonia continuaron aplicándose en México después
de la consumación de la independencia, tal y como lo dispuso el Reglamento Provisional
Político del primer Imperio Mexicano de 10 de enero de 1822. Con el transcurso de los
años, se fueron dictando nuevas leyes y decretos que paulatinamente fueron separando el
derecho español del mexicano.
Sin embargo, se fueron dictando nuevas leyes y decretos que paulatinamente separaron el
derecho mexicano del español. A partir de la Independencia, el régimen político de la
República Mexicana fluctuó entre el federalismo y el centralismo. Cuando el federalismo
era el sistema establecido, la legislación notarial fue local; cuando el régimen fue centralista,
las disposiciones notariales fueron generales, de aplicación en todo el territorio nacional.
Bajo la vigencia de la Constitución de 1824, una vez derrocado el imperio y organizada
la Nación en forma de República Federal; se dictaron algunas disposiciones aplicables a
los escribanos.
Según el manual del litigante instruido, publicado en México en 1843, los requisitos que se
exigían a los escribanos eran: Saber escribir, tener autoridad pública, cristiano y de buena
fama, hombre de secreto, entendedor en tomar las razones de lo que ha de escribir, vecino
del pueblo, y hombre secular. Para esta época existían tres clases de escribanos según la
Curia Filípica Mexicana: nacionales, públicos y de diligencias.
Al comienzo del siglo XX, la República Mexicana estuvo regulada por la Constitución de
1857, que establecía un sistema de organización federal y por lo mismo, el Distrito Federal
y cada uno de los Estados que lo integraban, tenían su propia legislación notarial.
El Presidente de la República, Porfirio Díaz, promulgó el 19 de diciembre de 1901, la Ley
del Notariado que entró en vigor el 19 de enero de 1902. Su ámbito de aplicación abarcó el
Distrito y Territorios Federales. Esta ley dispuso que el ejercicio de la función notarial fuera
de orden público, conferido por el Ejecutivo de la Unión (Art. 1º.).
Posteriormente en 1910, se inicia el movimiento de Revolución que trajo como
consecuencia la actual Constitución, promulgada el 5 de febrero de 1917.
 MEXICO CONTEMPORÁNEO
El notario en México a principios del siglo, se estructura y organiza en forma definitiva, a
diferencia de los siglos anteriores en que la función notarial se regulaba conjuntamente con
la judicial, razón por la cual, este capítulo se denomina "México Contemporáneo".
Al comienzo del presente siglo México estuvo regulado por la constitución de 1857, que
establecía un sistema de organización federal y, por lo mismo, el Distrito Federal y cada
uno de los estados que la integraba, tenían su propia legislación notarial. Posteriormente,
en 1910 se inicia el movimiento de Revolución que trajo como consecuencia la actual
Constitución de 1917.
Es en el siglo XX cuando la institución notarial funciona como la conocemos actualmente,
ya que surgen leyes que regulan la materia de una manera más clara en cuanto a su
organización y funcionamiento. De esta manera se da la estructura y organización en
México a principios de siglo en cuanto a la materia notarial.
Son tres las legislaciones más relevantes en cuanto a cambios y evolución en materia
notarial: la ley de 1901, la de 1932 y la de 1946. A continuación se tocarán los puntos más
relevantes de cada una de ellas.
LEY DEL NOTARIADO DE 1901.
El 14 de diciembre de 1901 es promulgada la ley del notariado durante la presidencia del
General Porfirio Díaz, la cual entró en vigor en enero de 1902. Esta ley como una de las
medidas trascendentales que tomó fue la de elevar al notario al rango de las instituciones
públicas.
Esta ley estableció que los notarios debían quedar sujetos al gobierno, quien se encargaría
de nombrarlo y vigilarlo. También obligaba al notario a redactar por sí mismo las
actas notariales o escrituras matrices, asentándolas en el libro que corresponda
del protocolo.
LEY DE 1946
La tercera ley se llamó Ley del Notariado para el Distrito Federal y Territorios, fue publicada
en el Diario Oficial de la Federación el 23 de febrero de 1946. Esta ley es la primera que
contempla tanto al hombre como a la mujer como capaces de desempeñar la actividad
notarial. Continúa contemplando el carácter público de la función notarial y la obligatoriedad
de que el notario sea un profesional del Derecho y de guardar secreto profesional. Al igual
que la ley anterior precisa que el notario estará investido de fe pública para hacer constar
los hechos o actos jurídicos que los interesados pretendan autenticar conforme a las leyes.
Esta ley hace una clara distinción entre escrituras y actas; las primeras contienen actos
jurídicos y las segundas hechos jurídicos. Se autorizó al ejecutivo a crear más notarías en
casos de que las necesidades de una entidad así lo requirieran.
Esta ley definía al notario comprendiendo a la persona, ya fuera hombre o mujer, investida
de fe pública para hacer constar los actos y hechos jurídicos a los que los interesados deban
o quieran dar autenticidad conforme a las leyes, autorizada para intervenir en la formación
de tales actos o hechos jurídicos revistiéndolos de solemnidad y forma legales.
Establecía la incompatibilidad de funciones del notario con todo empleo o comisión
públicos. Sin embargo el notario podía aceptar cargos de instrucción pública,
de beneficencia privada, de beneficencia pública, o concejiles.
El notario es un profesional del Derecho, investido de fe pública por el Estado, que brinda
seguridad jurídica y certeza en los actos y hechos de los que da fe, manteniendo siempre
un alto nivel de profesionalismo, total imparcialidad con los prestatarios del servicio y plena
autonomía en sus decisiones, las cuales sólo tienen por límite el marco jurídico y el Estado
de Derecho.

El notario ejerce su función con independencia del poder público y los particulares. Es así
como recibe, interpreta, redacta y da forma legal a la voluntad de los comparecientes al
plasmarla en un instrumento público y auténtico, redactado bajo su responsabilidad y que
puede ser una escritura pública, si se trata de dar fe de un acto jurídico; por ejemplo, un
contrato; o bien un acta notarial, si se certifica un hecho jurídico o material, por ejemplo,
una notificación o una fe de hechos.

El notario conserva y reproduce el instrumento, brindando así seguridad y tranquilidad a la


sociedad. También auxilia a las autoridades locales y federales en el cálculo y cobro de
impuestos y derechos; y vigila que se registren los actos que ante él se otorgan.

¿Cuáles son los requisitos para ser notario?

Los requisitos para ser notario son distintos en cada estado, ya que los establece la ley
local. Sin embargo, en términos generales se requiere ser licenciado en Derecho, haber
realizado una práctica en alguna notaría, tener buena reputación tanto personal como
profesional y aprobar o en su caso ser vencedor en un examen de oposición.

¿Puede un notario de un estado ejercer su función en otro estado de la República


Mexicana?

No. Los notarios sólo pueden ejercer su función en el territorio de la entidad federativa que
les corresponde. Lo anterior no significa que no puedan dar fe de actos cuyo objeto sean
bienes ubicados en otra entidad, siempre y cuando el acto se otorgue dentro de la entidad
de la que son notarios.

Por ejemplo, una compraventa de una propiedad en Cancún se puede realizar en la Ciudad
de México, siempre y cuando la firma de la escritura se realice en la Ciudad de México.
¿Qué ley regula la actividad de los notarios?

En nuestro sistema jurídico, la materia notarial es de orden local; por ello cada estado de la
República tiene su propia ley del notariado y en ésta se regula la actividad de los notarios
en esa entidad federativa, así como los requisitos para ser notario, responsabilidades,
derechos, obligaciones y sanciones.

¿Qué institución regula la actividad notarial en cada estado?

La Ley del Notariado de cada entidad establece qué instancia del gobierno local es la
encargada de supervisar la actividad notarial. Estas instancias son responsables de
asegurar el cumplimiento de la ley por parte del notariado. Es importante señalar que el
notariado es una actividad de gran responsabilidad, que acarrea fuertes sanciones en caso
de incumplimiento.

¿Cuáles son las principales características de la función notarial en México?

En México, al igual que todos los países con sistema notarial de corte latino, el notario en
el ejercicio de sus funciones debe asesorar a las partes, interpretar su voluntad, redactar,
leer, explicar y autorizar el instrumento correspondiente, así como conservarlo y
reproducirlo.

¿De qué actos da fe el notario?

El notario interviene en diversos actos como son testamentos, poderes, constitución de


sociedades y asociaciones, así como de aquéllos cuyo objeto sean inmuebles, como por
ejemplo, compraventas, donaciones, hipotecas, fideicomisos y adjudicaciones por herencia.

Además da fe de hechos, realiza notificaciones, requerimientos, existencia y capacidad de


las personas, reconocimiento de firmas, protocolizaciones de actas y hechos materiales en
general.

¿Cuáles son las obligaciones de un notario?

El notariado mexicano es un coadyuvante en la administración de justicia en México, al


proporcionar seguridad jurídica y prevenir posibles litigios y conflictos, y colabora con
autoridades administrativas y fiscales en el ámbito de sus atribuciones. La función notarial
se extiende a todas las actividades jurídicas no contenciosas, por lo que proporciona
seguridad jurídica y previene posibles litigios y conflictos al mediar entre las partes.

Las principales obligaciones de un notario son:

• Actuar de manera imparcial al asesorar a las personas que comparecen ante él,
protegiendo los intereses de todos los involucrados.
• Redactar, leer y explicar el instrumento que contiene el acto o hecho del que dará fe.
•Calcular, retener y enterar el monto de los impuestos de las escrituras que autoriza, así
como pagarlos en la Tesorería Local o Federal, cuando se causen.
•Inscribir en el Registro Público de la Propiedad y en el de Comercio los actos que así lo
requieren.
•Dar reporte de las actividades vulnerables relacionadas con el lavado de dinero a las
autoridades correspondientes.

¿Cuándo se instituyó el notariado en México?

El notariado es una actividad que forma parte de la historia del país, su antecedente
prehispánico es el Tlacuilo, quien pintaba los códices y murales en Mesoamérica dando fe
de actividades estatales.

La actividad notarial en nuestro país está regulada desde el Virreinato y se considera a


Hernán Cortés el primer fedatario de la Nueva España.

A través de los documentos notariales se puede conocer la historia de México, ya que en


los archivos notariales existen registros de la última voluntad de personajes históricos como
Sor Juana Inés de la Cruz, Don Miguel Hidalgo y Costilla, María Ignacia Rodríguez, mejor
conocida como “la güera Rodríguez”, Leona Vicario, Benito Juárez, entre otros. También se
pueden encontrar otros documentos como un protocolo de traspaso de poder de una mina
de plata de Hernán Cortés, un poder otorgado a fray Bartolomé de las Casas y un protocolo
de solicitud de préstamo hipotecario de Guadalupe Victoria, entre otros.

¿Todos los que trabajan en una notaría son notarios?

No, en una notaría trabajan personas con diferentes profesiones, sin embargo, la mayoría
son licenciados en Derecho. Es importante señalar que muchos de ellos aspiran a hacer
carrera en la profesión y convertirse en notarios públicos. En términos generales los
requisitos para ser notario son: ser licenciado en Derecho, haber realizado una práctica en
alguna notaría, tener buena reputación tanto personal como profesional y aprobar o en su
caso ser vencedor en un examen de oposición.

¿Qué es una patente notarial o fiat notarial?

Es la autorización que otorga el poder ejecutivo del Gobierno de cada entidad federativa,
por virtud de la cual permite que un profesional del Derecho elabore instrumentos públicos
que gozan de la presunción legal de verdad y ejerza funciones como notario.

¿Todo vencedor de un examen de oposición recibe una notaría?

En las legislaciones locales que prevén el examen de oposición como medio para acceder
al notariado, el vencedor de dicho examen recibirá su patente o fiat de notario.

¿Cuántos notarios hay en la República Mexicana?

En México existen más de 4,100 notarías, por lo que todos contamos con un notario cercano
que pueda asesorarnos y otorgarnos certeza jurídica en diferentes momentos de nuestra
vida familiar, patrimonial y profesional/empresarial.

¿Qué sistema notarial sigue México?

En México se sigue el sistema notarial latino, caracterizado principalmente porque quien


ejerce el notariado es un profesional del Derecho en grado universitario. El notario en este
sistema desempeña una función pública, pero no depende directamente de alguna
autoridad administrativa. En este sistema el notario da autenticidad a los hechos y actos
ocurridos en su presencia, por poseer fe pública; asimismo tiene la función de recibir e
interpretar la voluntad de las partes, dándole forma legal, al redactar un instrumento público.
Las funciones del notario son importantes porque todas sirven para prevenir conflictos o
litigios. La Unión Internacional del Notariado agrupa a 87 países que funcionan bajo el
sistema de derecho romano germánico y el sistema notarial latino.
POSICION PERSONAL

Si bien es cierto que podemos decir que la historia de cualquier cosa es irrelevante para
algunos, a lo largo del desarrollo de este tema pude darme cuenta que la historia es uno de
los elementos fundamentales para iniciar el conocimiento de cualquier cosa u objeto y con
mayor razón para iniciar el conocimiento y análisis de cualquier materia en este caso me
refiero al derecho notarial.

Es importante conocer no sólo cómo surgió sino como se desarrolló y evolucionó el derecho
notarial, dado que es la base del conocimiento verdadero de la institución notarial porque
de esta manera podemos darnos cuenta de la evolución que ha tenido el notario, sus
funciones y de manera general la institución notarial desde los aztecas hasta nuestros días.

La historia de las instituciones es importante que los estudiantes la analicemos porque la


mayoría de las veces nos puede revelar la causa de que las leyes vigentes contengan tal o
cual proposión normativa ya que de no saber o no analizar la historia o evolución de las
instituciones jurídicas podríamos pensar que dichas instituciones son producto de la mente
del legislador que únicamente analiza las necesidades de la saciedad en su momento y las
plasma en las leyes que crea.

Al realizar esta investigación pude darme cuenta que una de las instituciones más
importantes y de mayor prestigio en nuestro país es precisamente la del notariado, puesto
que a lo largo del tiempo ha tenido como finalidad la de dar certeza y seguridad jurídica a
quienes acuden a los notarios para realiza un acto o hecho jurídico, ya que por su actuación
la sociedad tiene confianza en su actuar.

También pude darme cuenta que la actividad del notario es muy antigua ya que podemos
encontrar vestigios de la necesidad de la sociedad de dejar prueba fehaciente de la
realización de actos y hechos jurídicos desde los egipcios y en nuestro país desde los
aztecas

El derecho hispanoamericano, y el mexicano por consecuencia, combina una serie de


elementos burocráticos. Empero, sus raíces socioculturales son otras y reflejan más una
serie de contradicciones entre las ansias de modernización y la tradición. Con esto se
recalca que la ruta teórica del derecho en la historia de Occidente es en esencia igual, pero
no se ha dado en la misma dirección o grado.

Sin embargo, aquí importa puntualizar la idea de que la forma como se estructuró es la
base o el entorno con el cual se fortalecen, contradicen y vienen aparejados ciertos hábitos,
prácticas sociales o costumbres que conforman el mundo notarial mexicano. Estos
desajustes e ineficiencias del derecho hispanoamericano se debieron a un plegamiento a
normas alejadas de la realidad social. La fuerte herencia española colonial provocó que los
cambios fueran más formales y no reales en la práctica jurídica.

¿Cómo entender esta idea? se debe a que del régimen virreinal pervivió una "concepción
jurídica, formal y exegética" (1968: 216). Esto ocasionó que los practicantes del derecho,
con mentalidad de notarios, absolvieran o condenaran las leyes según contuvieran con
claridad la solución de los casos recurrentes.

La mentalidad notarial de nuestro derecho se sustenta en que los notarios, con frecuencia
abogados, reunieron en su misma persona dos funciones: levantar actas y dar fe de
importantes acontecimientos, lo cual quedó inscrito desde que llegaron con los primeros
conquistadores. Éstos pedían al escribano leer en latín el "requerimiento". En éste se
ofrecía a los indígenas abrazar la fe católica y ser súbditos del rey, pues de lo contrario, y
ante tal testimonio signado y teniendo varios testigos, eran sometidos con la espada. Esto
era una forma de legitimar la lucha. Consecuentemente, la tradición y el discurso
redundaron en una serie de prácticas jurídicas caracterizadas por la fuerte influencia de
hábitos jurídicos de tipo forense.

En otro orden de ideas, si bien en el siglo XIX el papel de los abogados creció y los estudios
de derecho se ampliaron, esto se debió a que la profesión llegó a ser la puerta de entrada
para otras actividades políticas y públicas, o simplemente para el reconocimiento social.
Pero en su trasfondo el mundo abogadil conservaba las raíces coloniales, aun cuando en
instantes se constituían grupos que luchaban y recurrían a las constituciones de corte
francés o estadounidense o a la idea de constitucionalidad para modernizarlo.

Las raíces culturales seguían intactas pues, como plantea Galindo y la historia lo
demuestra, el derecho formal hispanoamericano no ha sido el producto de la adaptación
vernácula, sino del trabajo de élites ilustradas. Esto se aplica tanto a las Leyes de Indias
que fueron redactadas por los teólogos y juristas sobre la base de los informes de los
conquistadores y las autoridades, como a los reclamos que algunos grupos realizaron para
que se hicieran nuevas legislaciones en las luchas de independencia. De allí que la
mentalidad notarial del derecho hispanoamericano no fuera trastocada aun cuando las
elites estaban imbuidas del derecho romano y la cultura europea, ya fuera del racionalismo
o el positivismo (Galindo, 1968: 218).

La influencia que ha recibido el derecho español en América ha pasado por varias etapas:
una casi de completa españolización (la Colonia); otra de influencia española en
determinados campos del derecho (penal, mercantil, procesal), y otra en que lo español se
ve combinado con otras influencias y se ha sometido a la elaboración propia que aflora con
el auge de las universidades. Y pese a que nuestro derecho recibe influencia de varios
modelos, visiones o prácticas jurídicas, y se presentan variaciones en las diferentes ramas
del derecho, lo español permanece como telón de fondo de la vida latinoamericana y como
principal contenido de los valores culturales (Galindo, 1968: 218–221).

La influencia española fue y es mayor en lo comercial y lo penal en cuanto a la materia de


procedimientos. En éstos, como en la rama civil, se aprecia el modelo español de la más
rancia estirpe. Lo anterior se tradujo en que en nuestro derecho exista una "mentalidad
reglamentista", que consiste no sólo en buscar un reglamento para todo, sino en sentirse
incómodo cuando una norma jurídica no disponga de éste (Galindo, 1968: 222).

Otra forma de entender esta lógica es mediante la forma como los abogados reducen el
derecho a la ley. Jaime del Arenal (2007) cuestiona esta limitante cuando dice que un
Estado de legalidad cuida y calcula cómo respetar y acatar la ley; esto se da entre los
directores que cumplen una orden de su superior jerárquico hasta los primeros ministros y
presidentes de Estados democráticos, pasando por los mismos tiranos y dictadores. Esto
es el "reduccionismo simplón" en el que devino la profesión.

Quizá el peor daño que hace la mentalidad notarial y exegética es que da poco vuelo a la
creación doctrinaria y al manejo de los cuerpos de leyes como un sistema. En lógica
contraria, el marco jurídico es tan sólo una suma de normas (Galindo, 1968: 221). Es así
como el "acátese pero no se cumpla" tiene sentido en un derecho notarial–burocrático. De
este modo, nuestro derecho burocrático–notarial ha implicado que se requieran en términos
prácticos licencias y permisos, entre otros, y que los litigios judiciales sean pleitos de papel
al contestar y sustentar las querellas por medio de oficios, formas y citatorios.

La mentalidad reglamentista también se ve reflejada cuando los mismos integrantes del


campo reconocen que dejan el asunto de las constituciones (formulación o diseño) a los
políticos, abogados cons–titucionalistas y politólogos, en tanto que ellos están más atentos
a la elaboración de las leyes secundarias y reglamentarias.

En cuanto a la enseñanza de la profesión, de acuerdo con Rogelio Pérez Perdomo (2004:


184), las universidades públicas cargaron la currícula a lo estrictamente jurídico y se
soslayó lo político y lo sociológico. En tanto, las universidades privadas fueron de dos tipos:
las católicas y las que combatieron al Estado, y ambas se dirigieron a formar a los abogados
de negocios.

Una idea que debe ser clara es que las escuelas de derecho en el siglo XX ya no contaron
con la importancia que tuvieron en el siglo anterior. Si al principio los abogados estuvieron
listos para ocupar las posiciones burocráticas en el Estado, conforme éste se hacía
complejo ya no los podía reclutar en sus estructuras, pues exigía otro tipo de profesionales;
además, ser abogado ya no era garantía de una buena posición social. Asimismo, las redes
y las relaciones con que operaba la maquinaria estatal ya no funcionaban para su beneficio.
Esto provocó nuevos fenómenos, pero los abogados al menos estaban preparados para
adentrarse en los laberintos burocráticos, ya fuera para fungir como tramitadores o gestores
de diversos asuntos ante las instancias estatales.

Vale la pena recalcar que, en el siglo XIX, "abogado" en México era sinónimo de litigante,
poeta, escritor, periodista, político y humanista. Era una profesión de éxito junto a la de cura
y de soldado. Pero en el siglo XX el abogado entró en un proceso de especialización como
resultado de la burocratización estatal. De esta manera, la abogacía era una profesión que
requería pericia técnica. Si un abogado, en los primeros 50 años del siglo XX, era un
profesionista que tenía que ver con dos grandes áreas del derecho, la penal y la civil, dicha
construcción persistió, pero al inicio del siglo XXi el abogado era aquel que se dedicaba al
litigio. Por tal razón, quienes cultivan la llamada ciencia jurídica son llamados juristas,
científicos o doctrinistas de un derecho más racional (Ovilla Mandujano, 2000: 21 y 27).5
Con esto debe quedar claro que la profesión jurídica ha cambiado con el tiempo, y que el
papel que los abogados tenían en el siglo XiX como diplomáticos, políticos o intelectuales
fue otro en el siglo XX, ya que el dominio técnico–legal imperó. De esta distinción conviene
rescatar que dicha pericia profesional no ha sido la burocrático–racional, sino la
burocrático–notarial: presente y constante en una visión histórica de larga duración. Este
derecho notarial se mantiene más en las actitudes, las prácticas y el comportamiento
jurídicos que en los cuerpos de doctrina y las leyes. Esta mentalidad se manifiesta cuando
la solemnidad, la casuística, el apego a los textos y la escuela de la exégesis excedida, es
decir, la tradición escrita o gramatical excesiva, veda el trabajo judicial y la práctica de un
derecho más racional. Dada la naturaleza lenta e ineficaz del derecho mexicano, así como
del monopolio que tiene el gremio de los abogados, tiene sentido la exigencia de Santos
cuando pide que se "desacralice el derecho" (Santos, 1989 y 2009).

Aún es notorio que la profesión de abogado constituye una de las carreras tradicionales
que miles de jóvenes buscan estudiar. Puede haber diversos factores, circunstancias o
elementos que explicarían este fenómeno, pero el hecho de ser abogado representa aún
en el imaginario individual y colectivo —y pese a la masificación de la profesión— un
elemento de movilidad social, por un lado, y que los jóvenes están convencidos de obtener
estatus y reconocimiento social, por el otro. Esto último es lo que resalta el gremio y el
campo jurídico–judicial, al menos en Jalisco.

Del resultado de las jerarquías que hay en dicho campo, las distinciones sociales se
acentúan y son más marcadas con respecto a quienes están en una posición hegemónica
o dominante. Es decir, si un individuo del campo no cuenta o construye las redes y
relaciones sociales necesarias, difícilmente sobresaldría. De ahí que un individuo con
mayor capital simbólico en el campo jurídico sea el que trate de ser un prestigiado litigante,
magistrado, dirigente gremial, destacado abogado, notario público y/o catedrático en una
universidad de Jalisco o de otras partes del país. De las posiciones y profesiones que
integran y conforman el campo jurídico y judicial de Jalisco, la de notario público proporciona
mayor capital simbólico. Tal capital es resultado de interrelaciones sociales y políticas entre
un conjunto de actores e instituciones, por lo que en los siguientes párrafos será descrita la
estructura de un campo profesional en específico, el cual podría dar cuenta de cualquier
otro del país.
Serán descritas las posiciones que ocupan sujetos y actores en específico: la delineación
de la estructura sociológica de la actividad notarial. Primero se describen trayectorias
particulares y colectivas, para encontrar elementos ordenadores que permitan abordar la
dimensión institucional. Hecho esto, se pasa a dinamizar el campo en una coyuntura crítica
y a analizar el repliegue de estrategias específicas de los grupos en conflicto.

También podría gustarte