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4 - Los sectores de
producción y sus características.
Los sectores de producción, o lo que es lo mismo, los sectores de actividad
económica, establecen una clasificación de la economía en función del tipo de proceso
productivo que lo caracteriza.
Cada país apuesta más firmemente por uno u otro sector en función, entre otros factores
clave, de los recursos propios —y/o ajenos— con los que cuenta, de sus posibilidades de
crecimiento y expansión, y de sus preferencias a la hora de adoptar una estrategia de
desarrollo concreta, caracterizando así su modelo productivo y, con ello, determinando en
gran medida las políticas de gestión que deberá adoptar para alcanzar los objetivos
económicos que se haya establecido. Los sectores productivos de algunas economías se
caracterizan por un peso muy alto en el sector de los servicios, pero otros países como se
basan más en las industrias manufactureras y el comercio.
Como es de suponer, los distintos sectores de producción presentan grandes diferencias
entre sí, especialmente en áreas clave y tan fundamentales como las
de abastecimiento, suministro y logística, y por supuesto en los procesos y las actividades
directamente implicadas en la producción. Es decir, la planificación y la gestión de la
cadena de suministro en función de las necesidades y las especificidades propias de cada
sector juegan un papel fundamental en su definición.
El sector terciario o de servicios: incluye todas las actividades que no producen una
mercancía como tal, pero que se encargan de abastecer al mercado de bienes y servicios y
que, por lo tanto, devienen necesarias y fundamentales para el correcto funcionamiento de
la economía en general. Este sector incluye el comercio, las industrias hotelera y
de restauración, el transporte, los servicios financieros, las comunicaciones, los servicios
de educación, los servicios profesionales, las administraciones públicas...
Con rigor, los dos primeros sectores producen bienes tangibles y, por ello, se consideran
sectores productivos; en cambio, el terciario se considera estrictamente un sector no
productivo, puesto que no produce bienes tangibles pese a ser, sin embargo, de vital
importancia para la construcción de numerosas economías nacionales y fundamental en la
estimación del PIB de cualquier país desarrollado.
Los nuevos sectores de producción
Como decíamos, la espectacular evolución experimentada por las TIC en los últimos años
ha propiciado la emancipación de ciertas actividades económicas con características y
especificidades propias, que han terminado por cuajar y dar a luz a nuevos sectores
productivos aparte del primario, secundario y terciario tradicionales. Dentro de esto
podemos encontrar dos nuevos sectores:
El sector cuaternario o sector de la información: principalmente, este nuevo sector nace del
I+D+i, de la investigación, el desarrollo y la innovación; unas actividades propias del sector
secundario e industrial pero que, por su importancia estratégica y sus modos propios de
producción, actualmente permiten hablar de ellas como un sector diferenciado del resto. El
punto en común de las empresas que entran a formar parte de este sector es que incluyen
servicios que son imposibles de mecanizar y se basan en conocimientos. Es por ello que
servicios como información, consultoría, planificación financiera o servicios de índole
intelectual se pueden encontrar en esta categoría. Otro punto en común de las empresas que
están categorizadas dentro del sector cuaternario es la mentalidad que tienen sobre la
inversión, ya que la ven como una manera de crecer y expandirse. Para ello, la investigación
la centran en reducción de costes, aprovechamiento de mercados, producción de ideas
innovadoras y nuevas maneras de producción.
Miquel Serracanta