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Ramírez Hernández Miriam 9CM24 ISSSTE Hospital Regional Lic.

Adolfo López Mateos


Escuela Superior de Medicina IPN GyO 28/09/18

OSTEOPOROSIS

La osteoporosis es una enfermedad esquelética generalizada, crónica, progresiva,


caracterizada por reducción de la masa ósea, deterioro de la microarquitectura, compromiso de
la resistencia ósea e incremento del riesgo de fractura.

La osteoporosis es una de las enfermedades más frecuentes, se considera un grave problema


de salud pública. En la actualidad se estima que más de 200 millones de personas en todo el
mundo sufren esta enfermedad. Afecta a los dos sexos de todas las razas y su prevalencia
aumenta a medida que la población envejece.

Se ha demostrado que una fractura inicial es un factor de riesgo importante para otra nueva.
Las personas que han sufrido una fractura previa tienen un riesgo de hasta 86% para sufrir
cualquier otra. Los pacientes con frac- tura vertebral tienen un riesgo de 2.3 veces de sufrir
fractura de cadera y 1.4 veces de distal del antebrazo.

Se puede clasificar como:

Osteoporosis primaria o involutiva: Es la más frecuente en el adulto. Se produce con el


transcurso de los años, en especial, en la mujer después de la menopausia (osteoporosis
posmenopáusica o tipo I) como resultado del cese de la función ovárica, la pérdida ósea se
acelera y afecta principalmente al hueso trabecular siendo las fracturas vertebrales y de la
porción distal del antebrazo (fractura de Colles) las más frecuentes. Por efecto del
envejecimiento, tanto en la mujer como en el hombre por encima de los 70 años, se desarrolla
osteoporosis senil o tipo II, es la consecuencia de la pérdida de la densidad como de la calidad
ósea debido a factores crónico-degenerativos, así como de masa muscular. Ambas formas
muestran momentos distintos de un mismo proceso que evoluciona a lo largo de los años.

Osteoporosis secundarias: ocurren entre 20 y 30% de todos los casos. Se asocian a diversas
enfermedades endocrinas, hematológicas, gastrointestinales y medicamentosas.
Fisiopatología

A lo largo de la vida el hueso se reabsorbe periódicamente por los osteoclastos y es


reemplazado por hueso nuevo por los osteoblastos. Este proceso se conoce como
remodelación y está dirigido por la necesidad de reparación percibida por los osteocitos con
masa ósea relacionada con la edad comienza de inmediato después del pico de masa ósea, la
mayor pérdida se produce después de los 65 años. Los hombres tienen menor riesgo de
osteoporosis debido a que ganan más hueso durante la pubertad y pierden menos hueso
durante el envejecimiento ya que a diferencia de las mujeres no tienen una pérdida abrupta de
estrógenos. El 85% de las ancianas mayores de 80 años tienen osteoporosis con un incremento
en la porosidad cortical. El envejecimiento aumenta el riesgo de fractura independiente de la
masa ósea por disminución de la fuerza muscular y de la resistencia ósea (10 a 20% por cada
década después de los 50 años). La influencia de la fuerza muscular depende de la actividad
física que se realice.

Diagnóstico

La osteoporosis se diagnostica con un estudio de densitometría ósea y se define, como


densidad mineral ósea (DMO) en la cadera o la columna lumbar menor o igual de 2.5
desviaciones estándar (DE) por debajo de la DMO media de una población de referencia de
adultos jóvenes.

Los FR para osteoporosis y fractura se clasifican en:

• Criterios Mayores (FR elevado), aquellos que tienen un riesgo relativo (RR) asociado de
fractura 2 o más veces mayor al de la población sin FR
• Criterios Menores (FR moderado), aquellos FR que tienen un RR asociado de fractura entre 1
y 2 veces mayor al de la población sin FR Los FR mayores son los más predictivos para
osteoporosis en mujeres posmenopáusicas, y son aplicables en hombres mayores de 50 años.

La suma de factores de riesgo conlleva mayor probabilidad de fractura y obliga a la evaluación


para iniciar tratamiento específico. Aunque la Densidad Mineral Ósea (DMO) baja es
considerada un FR mayor, hay mujeres que han sufrido una fractura por fragilidad aún con DMO
normal.

Los antecedentes personales y/o familiares de fractura, la edad, la raza blanca, el bajo peso,
los antecedentes de caídas, la no utilización actual de estrógenos y una mala condición física
son factores que se asocian de manera consistente al riesgo de fractura. El tabaco, el alcohol,
la cafeína, la baja ingesta de calcio y vitamina D son factores de riesgo que se asocian de
manera menos consistente al riesgo de fractura.

El realizar una historia clínica completa permitirá detectar diferentes factores de riesgo para
osteoporosis y fractura. La combinación de los factores clínicos de fractura y la medida de la
DMO es un método eficaz para la valoración de riesgo de fractura. El riesgo de caída aumenta
significativamente con la edad y se estima
que de 15 a 30% de las personas mayores
de 65 años, se caen al menos 1 vez al año.

La indicación de realizar densitometría ósea


debe basarse en criterios clínicos que nos
permitan seleccionar a los pacientes, en los
que la utilización de esta técnica resulte
eficiente:

Tratamiento

Cuenta con dos recomendaciones:

1) las medidas generales, aplicables a todos los pacientes, cuya finalidad es la preservación de
la densidad mineral ósea (DMO);
2) el tratamiento farmacológico con medicamentos que actúan en distintos niveles de la
fisiopatología de la enfermedad y que se seleccionan de acuerdo con las características de
cada paciente.

Entre las recomendaciones generales se incluye una ingesta adecuada de calcio y vitamina D,
realizar ejercicio (en el que el paciente soporte su propio peso e incremente la fuerza muscular),
modificaciones en el estilo de vida (cese del alcoholismo y tabaquismo) y prevención de caídas.

Las medidas no farmacológicas que han demostrado un efecto benéfico en la reducción de


fracturas y cantidad de masa ósea incluyen: práctica de ejercicio físico, eliminación de hábitos
tóxicos, dieta equilibrada, aporte adecuado de calcio y vitamina D, prevención de caídas.

Se recomienda una ingesta diaria de calcio de 1000mg y unos niveles séricos de 25-OH
vitamina D 30 ng/ml (75 mmol/l), suplementos de vitamina D2 (calciferol), vitamina D3
(colecalciferol o calcitriol) o calcifediol (25-OHD) no se recomiendan en mujeres
posmenopáusicas sanas, solo se recomienda en aquellas con antecedente de fracturas y
deformidades vertebrales.

Se recomienda el raloxifeno en pacientes con osteoporosis de columna lumbar en


posmenopausia tardía, con antecedentes de cáncer de mama con receptores estrogénicos
positivos; El raloxifeno presenta un aumento de la incidencia de trombosis venosa y no debe
administrarse en mujeres con riesgo elevado para esta patología.

Los bifosfonatos orales generalmente son bien tolerados y seguros, sin embargo, en pacientes
con antecedentes de trastornos gastrointestinales podrán incrementar los síntomas. En estos
casos debe considerarse la administración intravenosa de bifosfonatos.

Bibliografía:

Diagnóstico y Tratamiento de Osteoporosis en Mujeres Posmenopáusicas. Guía de Referencia Rápida. 2013

Dorantes, Martínez, Guzmán. Endocrinología Clínica. 5ª Edición. Manual Moderno. 2016. Pp: 202-213

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