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OSTEOPOROSIS
Se ha demostrado que una fractura inicial es un factor de riesgo importante para otra nueva.
Las personas que han sufrido una fractura previa tienen un riesgo de hasta 86% para sufrir
cualquier otra. Los pacientes con frac- tura vertebral tienen un riesgo de 2.3 veces de sufrir
fractura de cadera y 1.4 veces de distal del antebrazo.
Osteoporosis secundarias: ocurren entre 20 y 30% de todos los casos. Se asocian a diversas
enfermedades endocrinas, hematológicas, gastrointestinales y medicamentosas.
Fisiopatología
Diagnóstico
• Criterios Mayores (FR elevado), aquellos que tienen un riesgo relativo (RR) asociado de
fractura 2 o más veces mayor al de la población sin FR
• Criterios Menores (FR moderado), aquellos FR que tienen un RR asociado de fractura entre 1
y 2 veces mayor al de la población sin FR Los FR mayores son los más predictivos para
osteoporosis en mujeres posmenopáusicas, y son aplicables en hombres mayores de 50 años.
Los antecedentes personales y/o familiares de fractura, la edad, la raza blanca, el bajo peso,
los antecedentes de caídas, la no utilización actual de estrógenos y una mala condición física
son factores que se asocian de manera consistente al riesgo de fractura. El tabaco, el alcohol,
la cafeína, la baja ingesta de calcio y vitamina D son factores de riesgo que se asocian de
manera menos consistente al riesgo de fractura.
El realizar una historia clínica completa permitirá detectar diferentes factores de riesgo para
osteoporosis y fractura. La combinación de los factores clínicos de fractura y la medida de la
DMO es un método eficaz para la valoración de riesgo de fractura. El riesgo de caída aumenta
significativamente con la edad y se estima
que de 15 a 30% de las personas mayores
de 65 años, se caen al menos 1 vez al año.
Tratamiento
1) las medidas generales, aplicables a todos los pacientes, cuya finalidad es la preservación de
la densidad mineral ósea (DMO);
2) el tratamiento farmacológico con medicamentos que actúan en distintos niveles de la
fisiopatología de la enfermedad y que se seleccionan de acuerdo con las características de
cada paciente.
Entre las recomendaciones generales se incluye una ingesta adecuada de calcio y vitamina D,
realizar ejercicio (en el que el paciente soporte su propio peso e incremente la fuerza muscular),
modificaciones en el estilo de vida (cese del alcoholismo y tabaquismo) y prevención de caídas.
Se recomienda una ingesta diaria de calcio de 1000mg y unos niveles séricos de 25-OH
vitamina D 30 ng/ml (75 mmol/l), suplementos de vitamina D2 (calciferol), vitamina D3
(colecalciferol o calcitriol) o calcifediol (25-OHD) no se recomiendan en mujeres
posmenopáusicas sanas, solo se recomienda en aquellas con antecedente de fracturas y
deformidades vertebrales.
Los bifosfonatos orales generalmente son bien tolerados y seguros, sin embargo, en pacientes
con antecedentes de trastornos gastrointestinales podrán incrementar los síntomas. En estos
casos debe considerarse la administración intravenosa de bifosfonatos.
Bibliografía:
Dorantes, Martínez, Guzmán. Endocrinología Clínica. 5ª Edición. Manual Moderno. 2016. Pp: 202-213