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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


ESCUELA PROFESIONAL DE ANTROPOLOGIA

INDICE
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RESUMEN/ ASTRAC
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INTRODUCCIÓN

En la ampliación por conocer más de la ciencia antropológica nos vemos en la necesidad


de investigar acerca de los clásicos del método etnográfico y que de una u otra manera
fueron los pioneros en ejercer la ciencia antropológica, partiendo desde ese punto de vista
y teniendo como objetivo principal obtener modelos que nos ayuden a poder
desenvolvernos correctamente en las sociedades en las que nos adentremos es que
tomamos como guías a nuestros autores clásicos los cuales ya iban amoldando los inicios
de la antropología y dándonos a los futuros antropólogos un método rico en conocimiento
profundo de las sociedades.
Abarcaremos desde este punto de vista al Obispo de Trujillo del Perú José Martínez de
Compañón de descendencia española, quien con sus visitas a los pueblos peruanos nos
entregó un legado rico en cultura, y con ello una forma exquisita en comparar y describir
culturas, en torno a ello nos basaremos en que cada estampilla en la que describía la vida
social de los pueblos era desde ya un conjunto de manifestaciones culturales emergentes
en la época , así mismo en torno a la música muestra la riqueza cultural y como desde el
folklore cada pueblo manifiesta los distintos fenómenos sociales de la época, con ello y
añadiéndole la minuciosa técnica observacional que este tenía podemos encontrar la
importancia de dicho autor, es por ello que en el siguiente trabajo mencionaremos y
resaltaremos los principales aportes y obras que hoy en día nos sirven como guías para el
desarrollo de la ciencia antropológica entorno a las estructuras sociales.
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JOSÉ MARTÍNEZ DE COMPAÑÓN


1- BIOGRAFÍA
Nació en Villa Cabredo, Navarra, España el 10 de enero
de 1738. Sus padres fueron Mateo Martínez Compañón
y María Martínez de Bujanda. Estudió filosofía, leyes y
Cánones en el colegio de Sancti de la Universidad de
Oñate (Guipúzcoa), donde se graduó de Doctor en 1759
llegando a catedrático, juez conservador y candelario.
En 1761 fue ordenado sacerdote cuando solo contaba
con 23 años de edad; en mayo de 1765 fue recibido
como capellán en el Colegio Mayor de San Bartolomé
de la Universidad de Salamanca, y en agosto de ese
mismo año obtuvo por oposición el puesto de canónico
doctoral de la Catedral de Santander (asesor jurídico del
Cabildo).
En 1766 fue designado consultor del Consejo de la
Suprema Inquisición y en 1767 Carlos III le nombró para la dignidad de Chantre de la
Catedral de Lima. El 25 de enero de 1768 obtuvo la licencia para poder pasar a Indias
junto con dos criados, pero estos presentaron un informe de limpieza de sangre de los
servidores.
Tomo posesión de la chantría el 17 de julio de 1768 y en Lima ocupo los cargos de
examinador general, juez de diezmos y visitador general de capellanías. Además, fue
rector del Seminario de Santo Toribio de Mongrovejo y participo como secretario en el
VI Concilio Limense (1772), por la amistad con el arzobispo Diego Antonio de Parada;
por los méritos que reunía se le nombró socio benemérito de la Real Sociedad Bascongada
de Amigos del País.
El mismo monarca le propuso para obispo de Trujillo siendo nombrado por Pío VI el 25
de febrero de 1778, fue ordenado por su amigo y protector el arzobispo Parada el 25 de
marzo de 1779, llegando a Trujillo el 13 de mayo después de enterrar al prelado limeño
que había llenado los días de su episcopado con el ejemplo de un buen pastor. En algún
tiempo fue profesor de la Universidad de San Marcos, como asegura Don José de
Baquijano en su historia de aquella Real Universidad.
El 13 de septiembre de 1788 fue promovido al archidiócesis de Santafé de Bogotá, algo
que no esperaba y no quería ya que se acercaba el fin de su estancia en Trujillo fue dejando
testimonios de lo que le costaba salir.
El 17 de agosto de 1797 que falleció, lleno su episcopado santafesino de obras de caridad,
religiosas y culturales, como antes había hecho en Trujillo porque el compromiso de su
entrega personal a su tarea evangelizadora era en un principio de conciencia y razón.
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2- LAS IDEAS DEL OBISPO


El obispo Martínez de Compañón ha sido considerado como “un intelectual característico
de las vanguardias afrancesadas de España en su tiempo”. Cuando visitó personalmente
su vastísima diócesis de Trujillo, lo hizo impulsado por su ilustrado sentido de la
observación y su inagotable curiosidad. Esta visita le tomo tres años desde 1782 y 1785,
y le significo alrededor de 1700 millas de áspero peregrinar de norte a sur, desde la costa
del norte a sur y desde la costa del Pacifico hasta las profundidades de la selva amazónica.
Esta fue su monumental contribución personal no solo a su fe religiosa y a su rey, sino
también a la antropología, arqueología, costumbres, flora y fauna, agricultura, cartografía,
humanismo, música y en general, al renacimiento científico español del siglo XVIII.
Un año después de finalizar su visita diocesana escribió al rey anunciándole una futura
Historia General de su obispado. Posteriormente, le envió cajones con cerámica
precolombina y sus nueve volúmenes manuscritos con 1.411 dibujos en acuarela de
bellísimas escenas de sus enormes y variados dominios espirituales.
Durante sus años de peregrinaje el obispo Martínez de Compañón fundo alrededor de 20
pueblos, hizo construir más de 100 escuelas, iglesias, seminarios y escuelas para indios;
trazo miles de millas de caminos y canales de regadío, además introdujo nuevos métodos
de labranza y reunió la primera colección conocida de música popular peruana. El mismo
enseño canto gregoriano en algunos de los pueblos visitados: Piura, Lambayeque, y
Cajamarca, donde daba “diariamente las lecciones de canto llano a sus seminaristas”.
En el repertorio musical incluyo un canto de negros, también hizo referencia a una
reciente y sangrienta revuelta indígena entre 1780 y 1783 la cual se asumió que fue el
levantamiento realizado por Túpac Amaru II quien se revelo en conjunto con otros indios
por sus derechos ya que como bien sabemos en dicha época se cometían injusticias en
todo el aspecto hacia los indios quienes eran los que recibían la peor parte de la sociedad
en todo el ámbito1. Así mismo en este aspecto podemos deducir ya desde esa época no
solamente los indígenas expresaban sus reclamos por medio del folklore sino también en
este aspecto ciertos obispos que se conforme van a adentrándose a las realidades en este
caso de Trujillo del Perú para posterior a ello dar planteamientos y destacarlos en las
letras musicales, en dibujos, o cualquier forma de expresión por las que puedan ser
difundidos los reclamos de la época, es por ello que el obispado de Martínez de
Compañón fue muy importante en torno también al estudio de las sociedades, la forma en
caracterizar la música y adentrarse en las sociedades hizo que se ubicará dentro de los
contribuidores del manejo más adelante del método etnográfico, convirtiéndose así en un
clásico de la época ya que como se menciona en los párrafos anteriores su recorrido por
partes del país hicieron que pueda aprender de las sociedades y poder mirar la cultura de
forma mucho más cercana.
Posterior a ello Martínez de Compañón es nombrado por el rey el 13 de setiembre de 1788
como arzobispo de Bogotá en este aspecto se considera un error que se haya manejado de

1
F. Javier Campos y Fernández de Sevilla, El Obispo de Trujillo del Perú Martínez de Compañón y su obra
(1778-1788) OSA
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esta manera ya que aún le faltaba mucho por hacer dentro del territorio y por ello el
traslado de Compañón a Bogotá frustro en tanto su anunciada Historia General, el cual
debió completarse con nuevas experiencias y estudios de la realidad peruana, posterior a
esto el mismo hizo saber su pesar del alejamiento del Perú.
3- EL MANUSCRITO
En lo que es a la contribución y el legado de dicho Obispo podemos encontrar que este
ha dejado legados que hasta el día de hoy se preservan por un lado encontramos que este
se involucró testimonios que son insustituibles para los trasplantes culturales las cuales
provenían explícitamente de dos vertientes contrapuestas: por un la de América hacia
Europa , como en las cuales todavía sobrevivían civilizaciones aborígenes y por otro lado
la de Europa hacia América, en donde se pueden encontrar dibujos y música los cuales se
muestran como modelos vividos de tradiciones importadas. En este aspecto se puede
agregar a ello las diferencias culturales, así como la supervivencia de una cultura por
encima de la otra, esta diferencia se logra detectar y ser observada por Martínez de
Compañón, el rol importante de la música para expresar las distintas fallas de la época es
de suma importancia para poder entender de este modo también las diversas culturas.
Posterior a esto en noviembre 1788 el año en que fue elegido como arzobispo de Bogotá
este envía al rey desde la ciudad de Trujillo 24 cajones con “curiosidades del Arte y de la
Naturaleza”, los cuales contenían 600 vasos arqueológicos. Estos fueron embarcados en
el puerto del Callao, es así que ya cuando el obispo dejo el arzobispado de Trujillo llevo
consigo su colección arqueológica, los nueve volúmenes manuscritos y las notas para su
futura Historia General. Luego desde Cartagena de indias envió seis cajones más los
cuales contenían 185 huacos de barro. Una vez instalado en Bogotá en 1791, con los
nueve volúmenes y otro cajón con piezas de oro, plata, tumbaga – cobre, madreperla,
hueso, piedra, madera, pita y algodón, todo esto fue enviado a España, pero su obra no
fue concluida así que no pudo ponerle fin a esta. Pero las notas de dicho obispo fueron
utilizadas más tarde por su sobrino José Ignacio Lecuanda quien las publico en el
Mercurio Peruano detallando visitas a donde logro ir Martínez de Compañón, siendo la
primera sobre Chachapoyas, el segundo tomo fue de unas estampitas graficas de Trujillo,
la cual contenía dedicatorias de modelos de trajes de la población indígena, española y
mestiza; escenas de la vida social, agricultura, ganadería, industria, minería, caza, pesca,
juegos, bailes, enfermedades, estadística de la población, cuadro comparativo de ocgo
leguas indígenas, instrumentos musicales y transcripciones de música escritas en los
folios dobles 176 a 194.
Así mismo cada tipo de láminas dedicadas a las danzas e instrumentos musicales ilustra
el propósito del obispo, que trato de mostrar, como complemento coreográfico a la música
transcrita, cada tipo de danza pertenecían a una cultura así mismo se asocia a antiguas
danzas folclóricas propias de las localidades donde el visito, algunas de estas todavía
vigentes como la de los Doce Pares de Francia – tribus precolombinas, esclavos negros,
juegos peninsulares, carnaval, indios y hasta pájaros y animales. La asociación de
instrumentos musicales con diferentes tipos de danzas no es de ningún modo casual, todo
tiene su porque y los instrumentos utilizados eran de acuerdo a la sociedad en la que se
desarrollaban.
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4.- EL OBISPADO DE TRUJILLO


RESEÑA HISITORICA
Trujillo formaba parte de la Arquidiócesis de Lima. Dado el dilatado territorio que esta
comprendía, a solicitud del Rey Felipe II, el Papa Gregorio XII, a través de la Bula “Illius
fulciti praesidio”, del 15 de junio de 1577, creaba la Diócesis de Trujillo, en cuya ciudad
tendría asiento la nueva silla episcopal, y se elevaba a la categoría de Catedral la iglesia
principal de Nuestra Señora de la Asunción, que era la matriz o parroquial.
La jurisdicción comprendía desde Santa (Ancash) hasta Ayabaca (Piura). Fue nombrado
como primer obispo de Trujillo el ilustrísimo Fray Alonso Guzmán y Talavera de la
Orden de San Jerónimo, el 15 de abril de 1577, el cual luego de ser consagrado obispo,
renunció a la sede episcopal.
Trujillo fue elevada a la categoría de Arquidiócesis por el Papa Pío XII, con el breve
(Constitución Apostólica “Inter Praecipuas”) del 23 de mayo de 1943, siendo su primer
arzobispo Monseñor Juan Gualberto Guevara, quien luego fue trasladado a Lima y más
tarde preconizado primer Cardenal del Perú.
Esta arquidiócesis producto de desmembraciones sucesivas ha dado origen a la
Arquidiócesis de Piura en 1939, a la Diócesis de Chiclayo, en 1956 y a la Prelatura de
Huamachuco en 1961.
Actualmente la jurisdicción del arquidiócesis abarca las provincias de Pacasmayo,
Otuzco, Santiago de Chuco, Julcán, Ascope, Virú, Gran Chimú, Chepén y Trujillo, en el
Departamento de La Libertad.
“Aunque creado por Gregorio XIII el 15 de abril de 1577 fue definitivamente constituido
por Paulo V el 29 de octubre de 1609. La diócesis de Trujillo era un inmenso territorio
calculado en unos 150.000 km2 que abarcaba toda la costa, sierra y selva del Norte del
Perú, según el reparto que hizo el virrey marqués de Montesclaros a quien Felipe III le
encomendó la delimitación del nuevo obispado, asesorado por los prelados de Lima y de
Quito de cuyos territorios se segregó los de la nueva mitra, y por personal cualificado de
la Audiencia. “2
En la época de la colonia, muy al margen de haberse dado ese sincretismo, aún existían
indígenas, indios, entre otros que adoraban a sus dioses, a sus apus, es por eso que, en el
intento del catolicismo de poner un alto a todo esto, que a sus ojos era considerado algo
impío y pagano, debido que para ellos el único (Dios) verdadero era el suyo, y que creían
que el demonio influía en los indios, destruyeron la religión del (otro).
“Durante los siglos en que se desarrolló la colonia, los españoles asumieron que
los indígenas americanos eran paganos y gentiles. Al igual que en otros lugares del
continente americano, en el norte peruano existían claras muestras de adoración a

2
EL OBISPO DE TRUJILLO DEL PERÚ MARTÍNEZ COMPAÑÓN Y SU OBRA (1778 - 1788), página 174.
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numerosos ídolos representados por figuras, piedras, montes y altares. Desde la


perspectiva de los conquistadores estas pruebas concretas, junto con las creencias y
rituales que las acompañaban, proporcionaron evidencias irrefutables de paganismo y
desconocimiento del «verdadero Dios». Peor aún, esto era también indicación de la
existencia e influencia del demonio entre los indígenas, en abierto enfrentamiento con los
preceptos de la Iglesia católica. Los religiosos españoles estaban convencidos de poseer
la única verdad, pues para ellos el dios católico era el auténtico. Con esta óptica reducida
no hubo posibilidad de que pudieran comprender ni tolerar las creencias y prácticas
rituales indígenas, las cuales fueron juzgadas como producto directo de la ignorancia e
influencia del demonio. Había que erradicarlas a toda costa. Esta actitud rechazó el
diálogo y más bien impuso su punto de vista destruyendo la religión del «otro»
(MARZAL 1999:148)”3

Aunque creado por Gregorio XIII el 15 de abril de 1577 fue definitivamente constituido
por Paulo V el 29 de octubre de 1609. La diócesis de Trujillo era un inmenso territorio
calculado en unos 150.000 km2 que abarcaba toda la costa, sierra y selva del Norte del
Perú, según el reparto que hizo el virrey marqués de Montesclaros a quien Felipe III le
encomendó la delimitación del nuevo obispado, asesorado por los prelados de Lima y de
Quito de cuyos territorios se segregó los de la nueva mitra, y por personal cualificado de
la Audiencia4

5- MÄS QUE UNA VISITA PASTORAL

Más que una visita pastoral, esto tiene un fuerte trasfondo religioso, estas visitas que se
hacen a las diócesis han sido y siguen siendo el sistema que diseño la iglesia para que los
respectivos prelados, como cabeza visible, padres y maestros de esa Iglesia territorial a
ella confiadas por el Sumo Pontífice, conozcan a sus hijos espirituales.

La Visita que Monseñor Martínez Compañón realizó a la diócesis de Trujillo del Perú se
ha tenido como modelo de visita, donde el prelado no solo se ocupó de los asuntos
religiosos, sino que trató de diseñar proyectos de tipo social y cultural que mejorasen la

3
Más allá de los encantos: Documentos sobre la extirpación de idolatrías Trujillo (siglos XVII – XX),
Capitulo 2.
4
EL OBISPO DE TRUJILLO DEL PERÚ MARTÍNEZ COMPAÑÓN Y SU OBRA (1778 -
1788), página 174.
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vida humana de aquellos fieles postrados en la mayor indigencia humana. Y estamos


hablando de las décadas finales del siglo XVIII; tanto en la América española como en la
Península conocemos otras visitas pastorales en la línea de esta que estudiamos.

Para el buen conocimiento de la diócesis -sus fieles y sus problemas muy poco tiempo
después de tomar posesión del obispado programó una detenida visita pastoral completa.
Primero quiso resolver los problemas existentes que encontró en el Cabildo catedral, clero
y un sector de laicos que venían del anterior prelado F. Javier Luna Victoria, -que se
habían incrementado durante el tiempo de sede vacante (1777-1779)-, como secuela de
la disciplina regular que había tratado de implantar, además de su abierta defensa de la
Compañía de Jesús en los momentos de la expulsión y supresión de la Compañía.

La Visita fue un ejemplo de fidelidad a la Iglesia y a la Corona como había confesado al


proyectarla, teniendo en cuenta que lo hacía como exigencia de su deber, pero
entregándose principalmente en favor de sus hijos más desfavorecidos a los que quería
sacar de esa situación de indigencia material y espiritual en la que vivían, porque haciendo
eso era como pensaba que mejor servía a la vocación de evangelizador a la que se sentía
llamado51. Y para asombro de generaciones no se olvidó de estudiar la tierra, las aguas,
los frutos, y las especies de los reinos de la naturaleza, así como de la explotación y
aprovechamiento de los recursos que tenían, y del embellecimiento de los templos del
inmenso territorio de su diócesis, dejando cientos de imágenes que serían el complemento
del texto que no se llegó a escribir5

5
EL OBISPO DE TRUJILLO DEL PERÚ MARTÍNEZ COMPAÑÓN Y SU OBRA (1778 -
1788), página 183
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ANEXOS

Ilustración de la danza Ynidios de la


de los Sierra de Cavallo
Pájaros
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Chaco de vicuñas Danza de las pallas


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Diócesis de Trujillo a finales del


siglo XVIII (división provincial)
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ARZOBISPADO DE
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Linkcografía

https://books.openedition.org/ifea/4935?lang=es

http://www.iglesiacatolica.org.pe/cep_mapas/mapas_je/trujillo.htm

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