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ISBN: 978-1-61161-223-3
Impresión y encuadernación
Corporación en Servicios Integrales y Asesoría Profesional, S.A. de C.V.
Impreso en México
Printed in Mexico
1• edición: Octubre 2013
Procedencia de las imágenes: Archivos APIA
Dedicatoria
Prólogo .............................................................................. 9
E
ste libro versa fundamentalmente sobre el ministerio sumo
sacerdotal de Jesucristo, el único sacrificio por el pecado y el
único mediador entre Dios y el hombre. La mayor parte del
estudio se refiere a su ministerio en el santuario celestial.
La verdad del santuario es una de las más importantes de la
Biblia. Este libro no se ensimisma en los detalles del santuario te,
rrenal, sino que busca ver la vetdad de sus perspectivas más ge,
nerales. Otros autores han abordado exhaustivamente el santuario
terrenal y sus numerosos símbolos y rituales. Este libro se escribió
con un vivo deseo de dar una perspectiva eterna y un significado
vital a la doctrina central de la fe cristiana: la obra expiatoria y
reconciliadora de nuestro Señor Jesucristo, que implica la vindica,
ción de Dios y de su pueblo.
El santuario celestial proporciona a la iglesia remanente el úl,
timo mensaje de Dios a los hombres antes del regreso de Cristo.
Las sublimes alturas morales y espirituales a las que Cristo llama
10 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
L
a fe cristiana es una religión de redención, un rescate sobre,
natural, una operación de salvación. Esto quiere decir que el
hombre no puede salvarse por sí mismo. El pecado ha distan,
ciado al hombre de Dios. Por lo tanto, el rescate tenía que venir
desde fuera de nosotros. «Todos pecaron y están destituidos de la
gloria de Dios» (Rom. 3: 23).
El surgimiento del pecado es el acontecimiento más trágico
que alguna vez haya acaecido en nuestro universo. De todos los
mundos habitados, el nuestro es excepcional: aquí hay pecado y
muerte. Nadie ha escapado.
«Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre
y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hom,
bres, por cuanto todos pecaron» (Rom. 5: 12).
que había de venir con Jesucristo y a través de él. Así, Israel había
de ser una luz a las naciones, para que el evangelio pudiera alean..
zar los confines de la tierra. Israel había sido elegido para prepa..
rar al mundo para la venida de Cristo.
«Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe
a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, di ..
ciendo: "En ti serán benditas todas las naciones"» (Gál. 3: 8).
La naturaleza vital
del ministerio sacerdotal de Cristo
Cristo no ascendió al santuario celestial y se sentó a la diestra
del Padre para no hacer nada. En toda la historia del gran con..
flicto, el propósito y el plan constantes de Dios han venido al
hombre a través del ministerio del Hijo de Dios. Fue el Hijo de
Dios quien descendió sobre el monte Sinaí para comunicar la
ley y el evangelio a Moisés y a los hijos de Israel. Fue el Hijo de
Dios quien vino a la tierra y murió en la cruz para redimir a la
raza caída. Desde su ascensión, el Hijo de Dios ha estado acti.-
vamente ocupado en la dirección de la obra de la redención y
en el progreso de su iglesia. El Hijo de Dios volverá como Rey
de reyes y Señor de señores.
El apóstol Juan vio a Cristo en sus ropajes sacerdotales an,
dando entre «los siete candelabros que [... ] son las siete igle,
sias», que simbolizan a la iglesia de Dios en toda la era cristiana
(véase Apoc. 1: 12, 13, ~0).
Pablo habla de la obra de Cristo como «el mediador entre Dios
y los hombres» (1 Tim. 2: 5, NC). Cristo es nuestro «abogado»
(1 Juan 2: 1), nuestro intercesor (Heb. 7: 25), «el que está a la
diestra de Dios, y que intercede por nosotros» (Rom. 8: 34, JER).
Como Señor y Salvador, Dios lo exaltó «con su diestra [... ] para
dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados» (Hech. 5: 31).
El Padre también «encomienda al Hijo la tarea de juzgar» Ouan
5: 22, PER).
18 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
E
l significado bíblico de la expiación se centra en una idea bá..
sica: que Dios creó al hombre para vivir en un estado de uni..
dad con él, en todos los sentidos, para gozar de una relación
armoniosa con él y con sus semejantes. Dado que el hombre per..
tenece fundamentalmente a Dios, fue hecho para gozar de la uni..
dad con su Hacedor y vivir en paz con él.
Sin embargo, el pecado quebró esa unidad y produjo desar ..
manía por doquier. De ahí que exista una ruptura radical en
esa unidad. Dios y el hombre están alejados por causa del pe ..
cado. El hombre heredó el resultado del pecado de Adán: la
separación de Dios. El hombre no tiene en sí mismo forma al . .
guna de volver a Dios.
«Como está escrito: "No hay justo, ni aun uno; no hay quien en,
tienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se
hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera
uno"» (Rom. 3: 10,12).
26 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
«No hay ningún pecado que pueda cometer el hombre para el cual
no se haya hecho provisión en el Calvario» (Mensajes selectos, tomo
1, cap. 52, p. 403).
Cristo cargó con los pecados del hombre una vez: sobre la cruz.
Ahora no carga con ellos. Cargar con el pecado lo hizo Cristo por
su muerte.
de todos estos años, lno es evidente que, para empezar, la ley era
demasiado exigente y que jamás debería haberse exigido la obe,
diencia? Si ahora la pecaminosidad del hombre puede anular la
obligación de obedecer los mandamientos de Dios, el propio Dios
es quien debe adaptarse a la voluntad de sus criaturas y no al
revés. Obviamente, el pecado ya no sería lo suficientemente grave
como para merecer tal muerte para el Hijo de Dios. Si el pecado
puede ser perdonado sin un juicio emitido por Dios, la muerte ya
no es la paga del pecado y Dios sí tiene por inocente al malvado.
Por lo tanto, la cruz es la revelación maravillosa del carácter
amante y justo de Dios. Es la respuesta del propio Dios al pro..
blema del pecado. Es Dios soportando su propio juicio contra el
pecado en vez de ejecutándolo sobre los pecadores. Todas las cría..
turas son emplazadas a tomar partido por Cristo en su vida recta,
en su ley y en su justo juicio contra el pecado. Cuando los hom.-
bres lo hagan, el pecado jamás podrá volver a alzarse. El problema
del pecado ha sido resuelto. El trono de Dios está eternamente
seguro.
Cristo nuestro Sumo
Sacerdote
J
esucristo se ofreció a Dios para ser un sacrificio por el pecado
en la cruz. Tras su ascensión, ministra a la diestra del Padre en
el santuario celestial como Sumo Sacerdote y Mediador entre
Dios y el hombre. En ambos aspectos de su ministerio, Cristo se
ocupa en la labor de reconciliación o expiación.
«Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en
otro tiempo a los padres por los profetas, en estos últimos días nos
ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por
quien asimismo hizo el universo. Él [ ... ], habiendo efectuado la
purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó
a la diestra de la Majestad en las alturas» (Heb. 1: 1~3).
Naturaleza
del ministerio sacerdotal de Cristo
lCuál es la naturaleza de la labor sacerdotal de Cristo en el
cielo? Dado que es sacerdote para siempre, resulta importante
comprender cuál es la labor sacerdotal que sigue realizando. No
60 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
puede ser el sacrificio, porque eso lo hizo una vez en la tierra. Esto
no quiere decir que el sacrificio de Cristo en la tierra ya no tenga
significación en el cielo. Al contrario, los dos aspectos del minis ..
terio sacerdotal de Cristo están muy estrechamente relacionados.
Cristo emprendió su labor de Sumo Sacerdote en el cielo con el
poder de su ofrenda sacrificial. La redención tuvo lugar en la cruz.
La aplicación eficaz de esa redención en la vida del creyente es
efectuada por la obra de Cristo en el cielo.
Si Cristo ya no ofrece sacrificios, lqué hace? Su labor es de in..
tercesión:
«Por eso puede también salvar perpetuamente a los que por él
se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos»
(7: 25).
El significado literal de la palabra «interceder» es «pasar
entre». Denota mediar entre dos partes con vistas a reconciliar
diferencias. La palabra neotestamentaria «intercesión» incluye
todo tipo de actuación en nombre de otro, en particular la súplica
a favor del hombre ante Dios. Mientras estuvo en la tierra, Cristo
intercedió en forma de oración ante su Padre:
«Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me
diste, porque tuyos son [ ... ]. Ya no estoy en el mundo; pero
estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me
has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como
nosotros» Quan 17: 9 .. 11).
«Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: "Padre, gracias te doy por
haberme oído. Yo sé que siempre me oyes; pero lo dije por causa
de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has
enviado"» Quan 11: 41, 42).
Ofrecer la sangre
La sangre derramada de Cristo desempeña un papel clave en
la obra de intercesión. Cristo intercede en virtud de su sacrificio.
En el cielo, la sangre de Cristo, precisamente, clama a Dios por
nosotros.
«Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sion, a la ciu,
dad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos
millares de ángeles [ ... ], a Jesús, Mediador del nuevo pacto, y a la
sangre rociada que habla mejor que la de Abel» (Heb. 12: 22,24).
Abogado de la defensa
Parte de la obra intercesora de Cristo es proteger a su pueblo
contra las tentaciones y las acusaciones de Satanás.
66 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
«Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como
nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfec.-
tos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y
que los has amado a ellos como también a mí me has amado. [ ... ]
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido,
y estos han conocido que tú me enviaste» (vers. 22.-25).
«El que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que
el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para
vida eterna» (4: 14).
4. Cristo nuestro Sumo Sacerdote • 73
ministrando las riquezas y las bendiciones del cielo a los que crec.-
mos! Porque solo aquí se nos dispensan la fortaleza, la sabiduría y
la verdad que el hombre pecador necesita.
«Los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los
que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. El ocuparse de la
carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz, por
cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque
no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven
según la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no vivís
según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios
está en vosotros. Ysi alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de
él» (Rom. 8: 5,9).
p< lr motivos que son puros, para la gloria de Dios. Obra con el
poder del Espíritu Santo. Dios no necesita nuestra sabiduría, nues.-
1ra fortaleza, nuestra brillantez ni nuestra suficiencia. Pero los seres
humanos siempre somos tentados a confiar en tales cosas. Cuanto
más nos acerquemos al poder de Dios, menos hablaremos de
dicho poder o nos gloriaremos en la posesión del mismo. Separa ..
dos de Cristo, nada podemos hacer.
«Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí
y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada po ..
déis hacer. [ ... 1 En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis
mucho fruto y seáis así mis discípulos» Quan 15: 5.-8).
«Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba,
donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en
las cosas de arriba, no en las de la tierra, porque habéis muerto y
vuestra vida está escondida con Cristo en Dios» (Col. 3: 1-J).
a los hombres sin una prueba genuina, sin ningún criterio sobr:e la
verdad, sin ninguna norma absoluta de moralidad y orientación.
El Espíritu Santo guía a los hombres a vivir en armonía con la ver.-
dad de la Biblia y da testimonio de ese hecho. Los cristianos no de . .
bemos solazamos en la reivindicación de que poseemos el Espíritu
Santo con independencia de la Palabra y de la obediencia a la
misma. La Palabra de Dios, junto con el Espíritu Santo, es el ins . .
trumento escogido para el desarrollo de la fe salvadora.
Fe y conocimiento. La Biblia forma la base del conocimiento
para la fe. Gracias a "las Santas Escrituras, y no por ninguna otra
fuente, sabemos quién es Jesucristo y lo que ha hecho. Por la Pala . .
bra de Dios sabemos lo que el Cristo viviente hace en su ministe.-
rio sacerdotal. Solo por esta fuente sabemos cuál es la ley de Dios
y qué espera Dios de nosotros en términos de obediencia. En la Bi.-
blia, Dios ha dado a conocer su voluntad, sus actos salvíficos y su
plan de redención. El propio Dios nos ha revelado todo esto.
N ada en los escritos y las filosofías de los hombres, nada en las
experiencias de los hombres, nos da la Palabra de Dios. Por su.-.
puesto, es posible reducir este conocimiento a una comprensión
mental y nada más. Pero Dios busca en nosotros mucho más que
una percepción mental de estas verdades eternas. En ningún lugar
de la Biblia se contraponen la comprensión intelectual de laPa . .
labra y la fe salvadora. La fe implica la afirmación de la verdad in.-
telectual y objetiva de la Palabra, así como nuestro total
compromiso con l,a obediencia de esa Palabra. La fe no solo cree
lo que Dios ha dicho, sino que abre nuestra vida entera a lo ahí
revelado. Esta es la obediencia de fe que Dios requiere para la sal.-
vación.
Esta obediencia se hace posible por la morada interna del Es . .
píritu Santo. Sin embargo, el Espíritu Santo no destruye nuestra
libertad ni nos subyuga. No intercambia nuestra voluntad ni nues.-
tra mente con las suyas. Vivimos en unión con él y bajo su con.-
trol en virtud de la respuesta totalmente libre de la fe. El Cristo
4. Cristo nuestro Sumo Sacerdote • 79
viviente estimula todo el ser para que viva en armonía con él.
Nuestro concepto de fe salvadora puede ser distorsionado ya sea
por equiparada con cierto éxtasis interno del corazón o por el
mero asentimiento mental a los hechos relativos a Dios y a Cristo
en las Escrituras.
Equiparar la fe con la experiencia interior es exponerse a los
engaños de mucho de lo que se ve en los avivamientos moder. .
nos. No se nos emplaza a buscar excitación emocional que poda. .
mos identificar como la presencia de Dios. Tampoco se nos
emplaza a intentar descubrir a Dios de esta manera en nuestra
vida interior ni a alardear de él ahí. No damos testimonio de cierto
sentimiento interior al que llamamos Dios. Solo podemos dar tes . .
timonio del Cristo viviente de la historia y de la eternidad. Cómo
y cuándo viene Cristo a nosotros en nuestra vida interior es
asunto suyo. No podemos permitimos el lujo de esperar tener una
sensación sobrecogedora para estar seguros. No podemos insistir
en que todos los demás compartan la misma experiencia como
prueba de su fe. Nuestra certidumbre está ligada al Cristo eterno
que se hizo hombre, al Hijo de Dios que murió y ascendió a los lu . .
gares celestiales por nosotros. Nuestra ancla está en el trono de
Dios, no en la experiencia humana.
Podemos dar testimonio del,poder salvador de Cristo, de lo
que ha hecho y hace por nosotros, pero la fe salvadora no está
ahí. La fe salvadora siempre se abre al exterior, hacia Cristo y a la
Palabra de Dios. La fe da la respuesta de conjunto a estos grandes
hechos y a las verdades reveladas, que siguen siendo verdaderos
con independencia de lo que las personas puedan experimentar.
En la fe salvadora no puede darse tener el Espíritu con privación
de la Palabra de Dios.
«También a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a
ellos; a ellos de nada les sirvió haber oído la palabra, por no ir
acompañada de fe en los que la oyeron» (Heb. 4: 2).
80 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
La vindicación de Dios
Dado que los dos cabritos simbolizan a Cristo y a Satanás, res,
pectivamente, la cuestión final en cuanto a la eliminación del pe,
cado es entre Cristo y Satanás. Lo bueno es que la expiación
incluye la restauración de la unidad y la armonía en todo el uni,
verso. Lo malo es que la expiación es la eliminación del pecado
para satisfacción del universo moral. Bajo todo esto hay algo bá,
sico: la vindicación del carácter de Dios ante la realidad del pe,
cado que ha existido y prosperado desde su origen.
Elena G. de White identifica la expulsión del segundo cabrito
con la erradicación del pecado y de Satanás.
«La obra de Cristo en favor de la redención del hombre y la puri,
ficación del pecado del universo, será concluida cuando se saque
el pecado del santuario celestial y sea colocado sobre Satanás,
quien sufrirá el castigo final. Así en el servicio simbólico, el ciclo
anual del ministerio se completaba con la purificación del santua,
rio y la confesión de los pecados sobre la cabeza del macho cabrío
de Azazel.
«El macho cabrío emisario, que cargaba con los pecados de Israel,
era enviado «a tierra inhabitada» (Levítico 16: 22); así también
Satanás, cargado con la responsabilidad de todos los pecados que
5. El día de la expiación • 103
gloria. Por eso debía ser puesto de manifiesto ante los habitantes del
cielo y ante los de todos los mundos, que el gobierno de Dios era
justo y su ley perfecta. [... ]
»En la ejecución final del juicio se verá que no existe causa para el
pecado. Cuando el Juez de toda la tierra pregunte a Satanás: "¿Por
qué te rebelaste contra mí y arrebataste súbditos de mi reino?", el
autor del mal no podrá ofrecer excusa alguna. Toda boca perma,
necerá cerrada, todas las huestes rebeldes quedarán mudas. [... ]
«La última demandá del alma es [ ... ] que Dios vindique sus cami,
nos ante los hombres. Nos preocupa más que Dios se haga justi. .
cia a sí mismo que incluso a nuestras esperanzas» (P. T. Forsyth,
The]ustification ofGod [Londres: Independent Press, Ltd., 1957],
p. 121).
la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban es,
critas en los libros, según sus obras. [... ] La muerte y el Hades fue,
ron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. El que no
se halló inscrito en el libro de la vida, fue lanzado al lago de fuego»
(Apoc. 20: ¡, 15).
«El juicio lo sacará todo a la luz [... ]. Los hombres gritarán Amén
a su condenación eterna [ ... ] . Para que se ejemplifiquen su justi,
cia, su misericordia, su amor y su santidad, debe mostrarse que su
trono es intachable; que todas estas dudas y estas preguntas rela,
tivas a su administración divina sean conocidas por completo [... ].
Se demostrará que desde el día en que Satanás tentó y arruinó a
la humanidad en el huerto, ha seducido a los seres humanos para
que hagan el mal y ha acusado a Dios de injusticia, parcialidad y
crueldad. La permanencia de la eternidad no puede producirse
hasta que toda esta falsedad y esta calumnia hayan sido barridas.
Esto se realizará delante del gran trono blanco y cegador ante un
universo congregado» (E Wimberley, The Seven Seals of the Apo,
calypse [Nueva York: Fleming Revell, 1922], pp. 157, 160).
112 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
U
na de las doctrinas históricas de los adventistas del séptimo
día es la enseñanza relativa a un juicio previo al regreso de
Cristo. Los adventistas lo llamamos «juicio investigador»; es
decir, una apertura de los libros de actas ante un tribunal celeste
en el santuario celestial. Durante este tiempo de juicio, que em ..
pezó en 1844, Dios revela a todos los interesados quiénes son
realmente los salvos de todos los tiempos. Su propósito es lograr
un veredicto universal a favor de los santos antes de su resurrec ..
ción, de cara a la vindicación tanto de estos como de Dios.
«Acompañado por ángeles celestiales, nuestro gran Sumo Sacer..
dote entra en el lugar santísimo, y allí, en la presencia de Dios, da
principio a los últimos actos de su ministerio en beneficio del hom..
bre, a saber, cumplir la obra del juicio y hacer expiación por todos
aquellos que resulten tener derecho a ella» (El conflicto de los siglos,
cap. 29, p. 472).
116 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
Un tribunal celestial
Esta visión no representa a Dios ejecutando juicio en la tierra,
sino que presenta un juicio que tiene lugar en el cielo. El marco
de este juicio presagia gran solemnidad. Jesús, el Hijo de hombre,
124 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
recibe grandes honores, tanto para sí mismo como para sus san. .
tos. Todo esto tiene lugar en medio de las ceremonias más im . .
presionantes en presencia de todos los ángeles y de los seres
celestiales.
«Fueron puestos unos tronos y se sentó un Anciano de días. Su
vestido era blanco como la nieve; el pelo de su cabeza, como lana
limpia; su trono, llama de fuego, y fuego ardiente las ruedas del
mismo. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; miles de
miles lo servían, y millones de millones estaban delante de él. El
Juez se sentó y los libros fueron abiertos» (Dan. 7: 9, 10).
Hay una razón específica por la que este juicio tiene lugar el"\ el
«lugar santísimo» del santuario celestial. El juicio pertenece a Dios.
El juicio en el santuario de Dios y proveniente del mismo estará
por encima y más allá de las decisiones y del poder de los hombres.
Dará garantías de un juicio justo. Los veredictos de los hombres en
la tierra han sido equivocados muy a menudo. El hombre no tiene
forma de saber quiénes se salvan y quiénes se pierden. Solo Dios
tiene acceso al corazón humano y a las motivaciones de los hom.-
6. El juicio previo al advenimiento • 125
Dios solo puede odiar y juzgar el pecado por lo que este es. En
su santidad, el Señor solo puede llamar al pecador a rendir cuentas.
Aquí, ante Dios, el hombre queda al descubierto hasta los recove ..
cos más recónditos de su propio corazón. El espíritu odioso y hos ..
til, la mirada lujuriosa, el pensamiento airado, los deseos secretos,
no pueden ocultarse de Dios. Con absoluta franqueza, Dios reve ..
lará el pecado que se agazapa de la forma más sutil y disimulada.
Hasta las palabras de cada hombre están incluidas (Mat. 12: 36).
Dios no se mueve en el ámbito de las generalidades.
Este texto afirma que no solo los impíos con sus actos malva ..
dos serán llevados a juicio, sino también los justos con sus buenas
acciones.
Ninguna condenación
para los que están en Cristo
«Üs aseguro que quien oye mi palabra y cree en aquel que me
envió tiene vida eterna y no es sometido a juicio, sino que ha pa ..
sado de la muerte a la vida» Ouan 5: 24, PER).
El derecho a gobernar
Una de las palabras clave de Daniel 7 es «dominio». La pala--
bra hebrea es so/tan. Significa «el derecho a gobernar», «Sobera--
nía». Este juicio determina quién tiene derecho a reinar, el
derecho a ejercer su soberanía sobre todas las naciones, lenguas y
pueblos. Cristo se presenta ante el Padre para recibir este domi--
nio. Como consecuencia de este juicio, el dominio se quita a esas
potencias terrenales que han dominado la tierra y se le da a Cristo
{vers. 12--14).
«Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos,
naciones y lenguas lo sirvieran; su dominio es dominio eterno,
que nunca pasará; y su reino es uno que nunca será destruido
(vers. 14)».
L
a Biblia afirma que el juicio es, invariablemente, según las
obras.
«Sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas
es según la verdad. [ ... ] Pero por tu dureza y por tu corazón no
arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la
revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno con,
forme a sus obras» (Rom. 2: 2,6).
«Todos los que sin la ley han pecado, sin la ley también perecerán;
y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados,
pues no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino que los
que obedecen la ley serán justificados [ ... ] en el día en que Dios
juzgará por medio de Jesucristo los secretos de los hombres, con.-
forme a mi evangelio» (Rom. 2: 12.-16).
Así, Dios escogió y buscó modelar a los israelitas para que fue,
ran su instrumento supremo en la proclamación de la ley y el
evangelio y para preparar· al mundo para el Mesías venidero. A
través de Israel, Dios se propuso enseñar al mundo acerca de sí
mismo. Las revelaciones divinas por medio del pueblo hebreo es ..
taban por encima de todas las filosofías de los hombres y de las
creaciones del pensamiento del hombre, y las superaban. Dios se..
leccionó una nación para hacer de ese pueblo el instrumento
mismo de su propósito de revelarse a todos los hombres y salvar a
la humanidad mediante el advenimiento del Hijo de Dios, nacido
judío. No obstante, en toda su historia, el pueblo de Israel se mos,
tró desobediente a la voz divina, negándose a guardar sus manda,
mientas. Hablando de la infidelidad de Israel, Moisés dijo:
«Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día en que yo os conozco»
(9: 24).
«Porque yo conozco tu rebelión y tu dura cerviz. Si aun viviendo
yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; lcuánto más después
que yo haya muerto?» (31: 27).
que Dios quiso hacer en favor del mundo por Israel, la nación es,
cogida, lo realizará finalmente mediante su iglesia que está en la
tierra hoy» (Profetas y reyes, cap. 59, p. 483).
«Luego Jehová habló a Moisés y le dijo: "En el primer día del mes
primero harás levantar el tabernáculo, [ ... ] . Después tomarás el
aceite de la unción, ungirás el tabernáculo y todo lo que está en él;
lo santificarás con todos sus utensilios, y será santo. [ ... ] Luego
llevarás a A.arón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo [... ] y
[ ... ]los ungirás"» (40: 1.. 15; véase también Lev. 8: 10.. 12).
los 490 años nos lleva a la puerta abierta del santuario celestial a
través de la cual, a la conclusión de su obra en la tierra, entró para
proseguir su ministerio sacerdotal, «sacerdote para siempre, según
el orden de Melquisedec» (Heb. 5: 6).
La transición del santuario terrenal al santuario celestial es es.-
pecialmente notoria. No es accidental ni trivial, sino intencional
y significativa. Los acontecimientos de la septuagésima semana
realizados por Cristo combinan el pasado y el futuro, lo terrenal
con lo celestial, lo temporal con lo eterno. Vista así, la obra me.-
diadora expiatoria de Cristo no es un acontecimiento excepcional
en la historia judía; es parte esencial de Cristo, Sumo S~cerdote
para siempre.
«Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los
herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso
juramento, para que por dos cosas inmutables, en las cuales es im..
posible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que
hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de no ..
sotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que
penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como
precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de
Melqúisedec» (Heb. 6: 17.. 20).
El libro de Hebreos afirma una y otra vez que Cristo fue «hecho»
Sumo Sacerdote, eficiente en el más alto grado, reconocido como
tal por su Padre {véanse Heb. 5: 5; 6: 20; 7: 15, 16; 9: 11).
En el sistema levítico, además de la ofrenda del sacrificio sobre
el altar, se producía la presentación de su sangre ante Dios en el
santuario. Así Cristo, tras su sacrificio en la cruz, entra a la pre ..
senda del Padre, constituyéndose en lo sucesivo representante y
Sumo Sacerdote del hombre. Su ministerio ante el Padre en el
cielo corresponde al del sacerdote levítico, cuya característica car..
dinal se formula así:
«El Señor ha jurado, y no cambiará de parecer: "Tú eres sacerdote
para siempre". Por tanto, Jesús ha llegado a ser el que garantiza un
pacto superior. [ ... ] Por eso también puede salvar por completo a
los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para
interceder por ellos. Nos convenía tener un sumo sacerdote así:
santo, irreprochable, puro, apartado de los pecadores y exaltado
8. Las setenta semanas • 165
P
ara captar la importancia del santuario celestial y su «puri. .
ficación» en el gran conflicto entre Cristo y Satanás, debe . .
ríamos tener ciertas cosas presentes. En primer lugar, el
santuario celestial es el centro neurálgico del programa de Dios
para abordar el problema del pecado y la redención de los hom . .
bres. Solo él está equipado para tratar el pecado y a los pecadores.
En segundo lugar, dado que es el centro de las operaciones divi. .
nas, también es objeto del ataque de Satanás y de sus potencias
delegadas en la tierra; de aquí el ataque del cuerno pequeño após . .
tata contra el santuario de Dios y el ministerio sacerdotal de
Cristo. En tercer lugar, la doctrina bíblica de la purificación del
santuario da la clave de las iniciativas finales de Dios y revela a los
hombres la última fase de la labor sacerdotal de Cristo, que lleva
a la vindicación de Dios y su pueblo y a la erradicación del pe . .
cado y de Satanás.
168 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
«El continuo»
«Por él [el cuerno pequeño] fue quitado el sacrificio continuo»
(Dan. 8: 11). La palabra hebrea traducida «continuo» es tamfd,
que significa «diario», «perpetuo». La Revised Standard Version es ..
tadounidense pone «the continual bumt offering» (el holocausto
continuo) y The New English Bible «the regular offering» (la ofrenda
regular). En español, la Nueva Versión Internacional pone «el sacri.-
ficio diario» y la Biblia de ]erusalén «el sacrificio perpetuo». El hin.-
capié no se hace en el sacrificio, sino en la naturaleza continua del
ministerio sacerdotal. Se refiere a todo el ritual del templo ofrecido
cotidianamente por los sacerdotes para oficiar el perdón y la reden.-
ción. «Ciertamente, todo sacerdote está día tras día ministrando»
(Heb. 10: 11). Los ritos «continuos» tipificaban la provisión conti..
nua y completa en la obra sacerdotal de Cristo para quienes acuden
buscando perdón y salvación.
Al comparar el ministerio sacerdotal de Cristo con el levítico,
no debemos pensar que sea como el del santuario terrenal. Dado
que el incienso ofrecido con las oraciones de los santos simboliza
9. Entonces el santuario emergerá victorioso • 179
los méritos de Cristo, cabe esperar que Cristo ofrezca esos méritos,
no que queme incienso. Dado que las «siete lámparas de fuego»
simbolizan al Espíritu Santo (véase Apoc. 4: 5), cabe esperar que
Cristo nos ministre al Espíritu Santo, no que esté ocupado en en.-
cender lámparas.
Moisés, Daniel y Juan representaron las realidades divinas por
medio de aspectos terrenales literales porque el hombre, como pe..
cador, no podía contemplar las realidades de lo divino y, para ver
lo eterno a través de lo visible, se usan símbolos. Así se nos ins ..
truye sobre el programa divino de la redención y el juicio.
Ha de concebirse que el sacrificio y el ministerio sacerdotal
cumplen todos los símbolos y los ritos del santuario y el sacerdocio
levíticos. En el centro mismo de la fe cristiana se yergue nuestro
Sumo Sacerdote, quien derramó su sangre por la humanidad y
quien se sienta a la diestra de Dios como nuestro Mediador eterno.
Hemos sido comprados con su sangre, redimidos por su sangre
y tenemos el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su
gracia (véanse Efe. 1: 7; 2: 13; Col. 1: 20; 1 Ped. 1: 18, 19). Así,
Cristo realizó una ofrenda plena, perfecta y suficiente por los pe.-
cados del mundo entero. En él todos nuestros pecados están expia ..
dos. Ya no impiden nuestra admisión a la presencia y el favor divinos.
Cristo nunca deja de ser el Mediador entre Dios y el hombre. N in..
guna otra labor mediadora es aceptable ante Dios. La obra y el ffii..
nisterio de Cristo son para salvar a los hombres. Lo hace no solo por
su muerte en la cruz, sino también por su vida (Rom. 5: 10). Cristo
arbitra a cuantos acuden a él las realidades espirituales y las conse..
cuencias de la redención lograda en la cruz.
«El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros ma ..
tasteis colgándolo en un madero. A este, Dios ha exaltado con su
diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento
y perdón de pecados» (Hech. 5: 30, 31).
Quitar el continuo
«Por él fue quitado el sacrificio continuo, y el lugar de su santua ..
rio fue echado por tierra>> (Dan. 8: 11).
conexión con este santuario, los 1260, 1290 y 1335 días, pode,
mos inferior que las 2300 tardes y mañanas simbolizan años. Esto
se ve apoyado adicionalmente por las setenta semanas de años de
Daniel9, que son tiempo literal, y los 1260 días proféticos de Apo,
calipsis 12 y 13. Por ello, hay buena razón para la creencia de que
estas cifras numéricas constituyan tiempo profético; que el santua,
rio al que se alude es el celestial y no el terrenal, que dejó de existir
después del año 70 d.C.
Además, parece imposible explicar satisfactoriamente los gran,
des temas representados en estas visiones en términos de días li,
terales. Las diversas visiones y profecías implicaban adentrarse en
el futuro remoto. La estrecha identidad y el alcance de estas visio,
nes están entre las pruebas más convincentes de que estos días
representan años y de que incumben al santuario verdadero del
cielo. El sellamiento de la visión del continuo y el santuario hasta
el tiempo del fin y la promesa de que Daniel se levantaría sobre su
heredad cuando llegase el momento de la revelación plena miran
mucho más allá que el día en que oyó esas palabras.
Uno de los problemas de la interpretación se centra en el uso del
1
término «Santuario», en qué tenía en mente Daniel: el santuario te,
rrenal o el santuario celestial. La historia de la salvación comienza
con el terrenal y pasa al celestial cuando el antitipo cumple el tipo.
Esto resulta evidente en el sacrificio y el ministerio de los sacerdotes
levíticos en comparación con el sacrificio y el ministerio sacerdotal
de Cristo. La visión de Daniel abarca ambos, porque forman parte del
plan y el propósito de Dios en la historia judía y cristiana.
Si Daniel S: 9,14 se refiere meramente a desolaciones literales
en Jerusalén y a la destrucción de los judíos, entonces la liberación
se produciría mediante la acción de una fuerza militar mayor, que
habría de ser seguida por una restauración literal de los ritos dia,
rios. Pero la comunicación del ángel con Daniel implica clara,
mente que los problemas van más allá de la realidad del santuario
terrenal, alcanzando el celestial.
184 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
«en el día en que Dios juzgará por medio de Jesucristo los se,
cretas de los hombres, conforme a mi evangelio» (Rom. 2: 16).
«Vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro
escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi un ángel
poderoso que pregonaba a gran voz: "l Quién es digno de abrir el
libro y desatar sus sellos?". Pero ninguno, ni en el cielo ni en la
tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro [ ... 1Entonces
uno de los ancianos me dijo: "No llores, porque el León de la tribu
de J udá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar
sus siete sellos". [ ... 1 [Y el Cordero1 vino y tomó el libro de la
mano derecha del que estaba sentado en el trono. Cuando hubo
tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro anda..
nos se postraron delante del Cordero. [ ... ]
Después de que los santos hayan estado de pie, por así decirlo,
ante el tribunal en el esplendor de la justicia de Cristo, serán arre ..
batados y trasladados para vivir y reinar con Cristo mil años. Per..
tenecerán a esa orden de la verdad en la que Cristo es el Rey
eterno, siempre presente entre su pueblo. El juicio debe tener lugar
antes del regreso de Cristo, porque este es el portal que conduce
más allá de la tumba en la primera res.urrección, y eso está reser..
vado para cuantos hayan sido vindicados ante el tribunal de Dios.
El mensaje que emana del santuario celestial es seguro. La vi..
sión de los 2300 días es verdadera. Nada puede negar el justo jui..
cio de Dios, porque todas las cuentas se llevan hasta el último
céntimo. Vayamos con Cristo, porque ahora es el momento de
levantamos en nuestra heredad en estos últimos días.
La hora
del juicio de Dios
«Juicio»
Las dos palabras griegas más importantes traducidas «juicio»
son krisis y krima. Krisis se refiere al acto o al proceso de juzgar,
normalmente independiente del veredicto que haya de emitirse.
El significado de la raíz es «separar», distinguir entre lo recto y lo
perverso. Krima, por otro lado, es el veredicto, la decisión a la que
se llega como consecuencia del proceso judicial.
Krisis es la palabra usada en Apocalipsis 14: 7. Se refiere a la
hora del juicio o separación, por parte de Dios, de los salvos y
los perdidos. La mayoría de las visiones y los mensajes del Apoca~
lipsis se ocupa de acontecimientos y juicios que conciernen al
tiempo del fin antes del regreso de Cristo. Para los que se entre~
guen por completo a Cristo, la hora del juicio del Señor dará como
resultado su vindicación; para los que adoren a la bestia, a su ima~
gen y reciban su marca, el juicio dará como resultado la condena.
El Apocalipsis afirma, como ningún otro libro del N u evo Testa~
mento, que antes del regreso de Cristo, mediante un procedi.-
miento judicial en el santuario celestial, Dios separará claramente
a los justos de los malvados, a lo auténtico de lo falso.
Además, declara el texto, «la hora de su juicio ha llegado». El
tiempo aoristo griego significa que el juicio es ahora, no en algún
momento del futuro. Ahora Dios está inmerso en un proceso de
10. La hora del juicio de Dios • 201
Esta trágica situación del mundo será abordada por una ac. .
ción decisiva por parte de Dios desde su santuario en el cielo. Con
independencia de cuáles hayan sido las pruebas del pueblo de
Dios, podemos estar seguros de que la hora del juicio divino sig. .
nificará el triunfo definitivo y la bienaventuranza eterna de los
santos. La Biblia reivindica para nuestro mundo nada menos que
completa armonía con Dios. Será efectuada por la hora del juicio
divino1 no del humano, y acallará para siempre la rebelión de los
hombres y los ángeles. Se ha dado tiempo al pecado para revelar
su verdadero carácter hasta que se alcance la hora de la crisis. Esa
hora ha llegado. Dios intervendrá para establecer su justicia y su
iglesia, y llevará al mundo a su fin por medio del regreso personal
y visible de Jesucristo.
La mayor parte del mundo religioso y científico de nuestra
época expresa el desarrollo de la verdad, la religión, la cultura y las
civilizaciones en términos de una duración ilimitada. Se cree que
las soluciones a los problemas de nuestro mundo tienen lugar en
el marco del proceso histórico actual. Pero el cumplimiento de la
Palabra y las profecías de Dios requiere el tiempo del fin, el fin de
la historia como el hombre la ha conocido en los últimos seis mil
años. La culminación de la historia está aquí, cuando las prome . .
sas de Dios de un cielo nuevo y una tierra nueva, la restauración
de todas las cosas a una completa armonía con Dios, han de ma. .
terializarse en breve. Ahora mismo Dios está ordenando el rumbo
del mundo y dirigiendo este último período. La clave de los siglos,
la clave de la época actual, llega al hombre desde el santuario ce . .
lestial. Nunca debiera perderse de vista ese hecho.
Teniendo en cuenta este juicio que tiene lugar ahora y la in. .
minente aparición de Jesucristo, la misión de la iglesia no es la re . .
forma social ni la paz mundial o la eliminación de la pobreza en
el mundo -aunque, gracias al evangelio y al amor de Cristo, sí se
produce una reforma social--. La misión es la regeneración y la
transformación de las personas por el poder del evangelio y por el
poder santificador de la verdad de Dios por medio del Espíritu
Santo.
204 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
Tiempo de iuzgar
lA qué período se aplican las palabras «la hora de su juicio ha
llegado»? En el contexto de Apocalipsis 14, la hora del juicio di..
vino precede tanto a la ira de Dios, en términos de las siete pla..
gas postreras, como a la segunda venida de Cristo (léanse los vers.
10, 15, 16). Este juicio coincide en el tiempo con la predicación
mundial del evangelio. Igual que el evangelio eterno, con la opor..
tunidad de creer y ser salvos, es una realidad presente, se dice que
el juicio divino ha llegado. Ambos aspectos del último mensaje al
mundo son mutuamente complementarios. Los versículos 6 al12
de Apocalipsis 14 describen tanto un juicio que tiene lugar como
un evangelio que se predica antes del regreso de Cristo, mientras
la puerta de la salvación sigue abierta. Los versículos 14 al 20 se
refieren al momento en que acabe en la tierra la obra de Dios.
Los que oigan y acepten el evangelio y que sean vindicados en
ese tribunal celestial serán cosechados cuando Cristo venga. Han
oído la voz del Hijo de Dios a través del mensaje del juicio y el
evangelio. Han sido revestidos de la justicia de Cristo. Por ello,
quedan en pie, por así decirlo, ante el tribunal de Cristo. Al abrir
los libros de registro y confesar el nombre de los creyentes ante el
Padre y la hueste angélica, el Hijo lleva a cabo una tarea de jui..
cio para que, en su venida, pueda «recompensar a cada uno según
sea su obra» (22: 12).
La imagen del gran Segador sentado sobre una nube blanca
con una hoz afilada en la mano es simbólica. Al terminar su mi.-
nisterio sacerdotal como Redentor y Juez, el Hijo del hombre
206 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
que conformarse con las leyes y los juicios de una religión após ..
tata, blasfemando con ello contra el santuario de Dios y negando
a los hombres la verdad del ministerio de Cristo de justicia y de
juicio. La visión de este capítulo afirma que el engañoso gobierno
dominante de los usurpadores acabará siendo destruido por una
revelación y una nueva compresión de la obra de Cristo en el san..
tuario celestial.
La justificación o la purificación del santuario significa que hay
un principio eterno de justicia y rectitud que prevalecerá sobre
los engaños y las injusticias de los hombres. A partir de 1844 se
verá que el ministerio sacerdotal de Cristo y la santidad de la ley
de Dios son la única solución justa al problema del pecado. Así
sería restaurado el santuario celestial (vers. 14). Entonces empe ..
zaría a «emerger victorioso» (The New English Bible). Al hacerlo,
Cristo se vindicará a sí mismo y vindicará a su pueblo.
Es digno de nota que, a finales del siglo XVIII y en la p~imera
mitad del XIX, hubo dirigentes de iglesia y gente interesada en la
religión que interpretaron que estas mismas profecías cronológi..
cas relativas al juicio y al santuario señalaban el fin del mundo y
el regreso de Cristo allá por 1844. Estaban equivocados. Losad..
ventistas del séptimo día creemos que se refieren al inicio de «la
hora del juicio de Dios», que empezó en el santuario celestial en
ese momento.
Así, las grandes profecías cronológicas de la historia universal
sitúan este juicio con posterioridad a los 1260 años de tribulación
de la iglesia, o poco después de 1798. La profecía de los 2300 años
identificaba que la nueva fase del ministerio de juicio de Cristo
empezaría en 1844. La Biblia llama a esto el tiempo del fin, que
llega a su culminación con el regreso de Cristo.
«Los libros del cielo, en los cuales están consignados los nom,
bres y los actos de los hombres, determinarán los fallos del juicio.
El profeta Daniel dice: "El Juez se sentó, y los libros se abrie,
ron"» (El conflicto de los siglos, cap. 29, p. 472).
El iuicio investigador
«Üs aseguro que quien oye mi palabra y cree en aquel que me
envió tiene vida eterna y no es sometido a juicio, sino que ha pa . .
sado de la muerte a la vida» Quan 5: 24, PER).
Entre los amigos y los críticos de los adventistas del séptimo día,
nada ha suscitado mayor discusión y oposición que la enseñanza
de un juicio investigador en el cielo reservado para el pueblo de
Dios antes del regreso de Cristo. Para muchos, esta doctrina parece
destrozar toda posibilidad de certidumbre aquí y ahora y deja en la
incertidumbre la propia situación de uno ante Dios. lCómo puede
un cristiano estar seguro en esta vida de su destino y su futuro con
Dios hasta que el juicio previo al advenimiento haya sacado a la
luz los hechos de cada persona y se pronuncie sentencia?
Si hemos de entender la relación entre los santos y el juicio, es
preciso que mantengamos nuestro apego estricto a la Palabra de
Dios. Hay amplia evidencia en las Escrituras que afirma la segu . .
ridad y la certidumbre de quienes entregan su vida a Jesucristo.
«Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra
vocación y elección, porque haciendo estas cosas, jamás caeréis.
De esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el
reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo» (2 Ped. 1:
10, 11).
«Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de
Dios, pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar
otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adop . .
ción, por el cual clamamos: "iAbba, Padre!". El Espíritu mismo da
testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios» (Rom.
8: 14. . 16).
«En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros, en
que nos ha dado de su Espíritu. [... ] En esto se ha perfeccionado
el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del
juicio» (1 Juan 4: 1.3 . . 17).
1O. La hora del juicio de Dios • 213
Un iuicio deseable
«Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los
que habían muerto por causa de la palabra de Dios y del testimo,
nio que tenían. Clamaban a gran voz, diciendo: "lHasta cuándo
Señor, santo y verdadero, vas a tardar en juzgar y vengar nuestra
sangre de los que habitan sobre la tierra?". Entonces se les dio
216 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
«Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me cono,
cen» Quan 10: 14).
218 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
glorificará tu nombre?, pues solo tú eres santo; por lo cual todas las
naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han mani,
festado"» (Apoc. 15: 2,4).
«Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los man..
damientos de Dios y la fe de Jesús» {Apoc. 14: 12).
integrantes. Más allá de todas las cuestiones y las teorías del jui..
cio humano, Jesús dará a conocer a sus ovejas. Tan pronto como
sus nombres se pronuncien en presencia del Padre, todo irá bien.
El juicio investigador es una revelación del amor y la lealtad a
Dios en su máxima expresión.
Por doquie¡; los hombres deberían reconocer la responsabUidad
de un juicio presente. Jesucristo es la Persona más dominante y re ..
volucionaria de la historia humana, de cuyo círculo de influencia
y de cuyo destino nadie puede desvincularse. Nadie que lo siga y
permanezca fiel a él aquí estará de pie temeroso ante Dios. Tanto
pronto como los seres humanos se den cuenta de la tremenda sig..
nificación y de la finalidad de este juicio, pierden el derecho a ser
moral y espiritualmente indiferentes. Hay una Persona a la que
los seres humanos no podemos evitar. Una pregunta que los seres
humanos debemos afrontar: ¿Qué debo hacer de Aquel que es
llamado el Cristo? La majestad espiritual del Hombre que es Dios
encausará a l.os hombres ante su tribunal, del cual no pueden
apartarse con seguridad a no ser que los confiese como discípulos
suyos y no como sus enemigos.
La expectativa de que se nos llame a aparecer junto a nuestro
registro a rendir cuentas ante Dios no ejerce sobre la vida de los
hombres el poder que debiera. Teniendo en cuenta la vida y la
muerte de Cristo por la humanidad, ningún hombre puede creer
en serio que el Cristo vivo no juzgará a cada individuo.
Sqrprende que, al contemplar la deplorable extensión del mal
y de la rebelión en nuestro mundo contemporáneo, los hombres
queden indiferentes al mensaje final de «la hora del juicio de
Dios», que implica el destino de todos los hombres. Este mensaje
es la última palabra de revelación divina antes del fin del tiempo
de gracia; está dado para esta hora y esta época.
«Bienaventurados los que lavan sus ropas para tener derecho al
árbol de la vida y para entrar por las puertas en la ciudad. [ ... ] Yo,
Jesús, he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en
228 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
las iglesias. [... ]El Espíritu y la Esposa dicen: "iVen!". El que oye,
diga: "iVen!". Y el que tiene sed, venga. El que quiera, tome gra~
tuitamente del agua de la vida. [ ... ] El que da testimonio de estas
cosas dice: "Ciertamente vengo en breve". iAmén! iVen, Señor
Jesús!» (Apoc. 22: 14,20).
La segunda venida
ele Cristo
L
legamos ahora a ese acontecimiento supremo que se hacer,
nido sobre el divino plan de la redención desde el comienzo.
~esucristo es el Salvador, el Juez y el Rey del ser humano. El
propósito de Dios solo se materializará con el regreso de Cristo a
nuestro mundo.
En las visiones y los mensajes de Daniel 7 a 12 y Apocalipsis
5, 1O a 14 y 17 a 19, se revela a Dios dirigiendo los acontecimien--
tos y las iniciativas finales en nuestro mundo hasta la victoria de.-
finitiva. Tanto en tipo como en antitipo, Dios ha desplegado su
programa para salvar a los perdidos y lograr la reconciliación de
todas las cosas con él.
Esta poderosa actuación de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote en
el santuario celestial, constituye la característica distintiva del úl.-
timo mensaje de Dios al mundo. El centro neurálgico de la fe cris ..
tiana, particularmente en esta época, no está en la mente ni en el
230 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
las puertas en la ciudad. Pero los perros estarán afuera, y los hechi~
ceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo aquel que
ama y practica la mentira. [... ] El que da testimonio de estas cosas
dice: "Ciertamente vengo en breve». iAmén! iVen, Señor Jesús!"»
{Apoc. 22: 12~ 20).
La promesa divina
La Biblia declara que el hombre tiene un futuro tan cierta,
mente como que tiene un pasado y un presente. Este futuro no es
una mera extensión de la vida tal como existe en la tierra en la ac,
tualidad. Los cristianos buscamos una certidumbre nacida de la fe
en las promesas de Dios. Las personas precisamos oír un mensaje
11. La segunda venida de Cristo • 233
«Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del cono,
cimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él lo he perdido
todo y lo tengo por basura I ... ]. Quiero conocerlo a él y el poder
de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar
a ser semejante a él en su muerte, si es que en alguna manera logro
llegar a la resurrección de entre los muertos» (Fil. 3: 8,11).
Intervención repentina
En lo que a la situación del mundo se refiere, la Biblia no pro . .
mete un cambio para mejor. No se trata de pesimismo. Es la ver . .
dad bíblica.
«También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos pe,
ligrosos. Habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanido,
sos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos,
impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin tem,
planza, crueles, enemigos de lo bueno, traidores, impetuosos, en,
greídos, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán
apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella. A esos, eví,
talos» (2 Tim. 3: 1,5).
Cristo lleva ausente personal y visiblemente casi dos mil años. Por
lo tanto, ha surgido una tendencia a considerar el inminente re . .
greso de Cristo como una tergiversación de la Palabra de Dios,
cuando no una falsificación. La aparente demora del regreso de
Cristo hace aparecer incierta la posibilidad de una conclusión en
cuanto al inminente fin de los siglos. Se afirma que la uniformi. .
dad de la naturaleza niega toda posibilidad de una intervención
divina. La Biblia predijo que en los últimos días los hombres pen . .
sarían así.
«Sabed ante todo que en los últimos días vendrán burlad~res, an . .
dando según sus propias pasiones y diciendo: "lDónde está la pro. .
mesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres
durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el princi. .
pio de la creación". Estos ignoran voluntariamente que en el tiempo
antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos y también la
tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el
mundo de entonces pereció anegado en agua. Pero los cielos y la
tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guar. .
dados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hom. .
bres impíos» (2 Ped. 3: 3. . 7).
Debido a su precipitación y a su fuerza cat~strófica, el fin del
mundo fue comparado por Cristo con la destrucción del mundo
por el diluvio y con la aniquilación de Sodoma y Gomarra por el
fuego.
«Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo
del hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento,
hasta el día en que entró Noé en el arca y vino el diluvio y los des . .
truyó a todos. Asimismo, como sucedió en los días de Lot, cuando
comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; pero
el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y
los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del hombre se
manifieste» (Luc. 17: 26~30).
242 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
L
a hora del juicio de Dios sacará a la luz a los que constituyen
la verdadera iglesia. La iglesia .es denominada «el cuerpo de
Cristo». «Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo y miembros
cada uno en particular» (1 Cor. 12: 27). El cuerpo incluye a todos
los cristianos verdaderos, vivos y muertos. Son parte de Cristo, la
Cabeza viviente.
«Respondiendo Simón Pedro, dijo: "Tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente". Entonces le respondió Jesús: "Bienaventurado eres,
Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino
mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo que tú eres
Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades
no la dominarán"» (Mat. 16: 16,18).
Cristo afirma que tiene una iglesia en este mundo; que «las
puertas del Hades» no dominarán a la iglesia de Dios. He aquí
una promesa divina de que su iglesia prevalecerá contra toda
oposición. No debería ser difícil la decisión de formar parte de
tal iglesia.
248 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
Por lo tanto, es preciso que todas las iglesias, sin importar su ta,
maño o su ubicación geográfica se sometan a prueba por esa
norma dada de la verdad: las Sagradas Escrituras. Aquí no puede
haber componendas de ningún tipo si la iglesia ha de mantenerse
fiel a su Señor. Cuando decimos que Cristo instituyó la iglesia cris,
tiana, no queremos decir que creara una organización y que luego
dejara que los pastores, los obispos y los arzobispos la administra,
ran. Cristo siempre es el Señor de la iglesia. Dios gobierna la igle,
sia en verdad y con amor. Cuando Cristo es Señor y cuando el
Espíritu dirige, la iglesia debe ser conducida a la verdad. Cristo
jamás negaría las Escrituras. Él mismo declaró: «La Escritura no
puede ser quebrantada» Quan 10: 35). Cristo pone de manifiesto
que aceptar y obedecer su Palabra revelada es una prueba de dis,
cipulado.
12. La iglesia remanente de Dios • 251
«Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: "Si vo,
sotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis dis,
cípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres"» Ouan
8: 31, 32).
En función de esto, los hombres se encontrarán ya sea a favor
de Dios o en contra de él. El peligro que afronta la iglesia es la po,
sibilidad de que se aleje de las ~scrituras, y el engaño consiguiente
a sus propios seguidores. Así, los hombres pueden apartarse ca..
yendo en el error mientras reivindican continuamente creer en
la verdad. Por esta razón, ninguna iglesia puede declarar por su
propia autoridad que un hombre esté «en la verdad>~ o que sea
«salvo». Solo Dios puede hacer eso. Solo la Palabra de Dios puede
revelar la verdad y distinguirla del error.
Todo cristiano profeso es personalmente responsable de for.-
mularse las debidas preguntas: ¿Realmente quiero conocer la ver..
dad? ¿Me propongo realmente obedecer la verdad revel~da en la
Palabra de Dios? A través de las Sagradas Escrituras, Dios ha su ..
ministrado todo lo necesario para llevar a los pecadores a la luz.
La palabra de verdad es la luz que brilla en las tinieblas de este
mundo. Está disponible para cuantos la lean y la estudien. Esta es
la responsabilidad de la persona, sin importar de qué iglesia sea
miembro. Asimismo, todo pastor de cualquier confesión tiene la
orden sagrada de aprender la verdad y de guiar a sus oyentes en
el camino de la verdad. Cuando los hombres son así confrontados,
contestan Sí o No a Dios.
Una iglesia puede alejarse tanto de la verdad que su mensaje
mismo sea tinieblas; su propio ritual, sus propias proclamaciones
formales, su culto, son solo un barniz y una falsificación que ocul..
tan su alejamiento de la fe.
En la actualidad muchas personas religiosas han llegado a creer
en su iglesia particular sin conocer ni examinar la verdad de la
posición de esa iglesia ni si ellas mismas en realidad viven obe..
dientemente la voluntad revelada de Dios. Que cualquier iglesia
252 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
«Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los man..
damientos de Dios y la fe de Jesús» (14: 12).
Ocuparse de la doctrina
Uno de los peligros más funestos para una iglesia en estos úl,
timos días es carecer de una sana doctrina. La palabra griega tra,
ducida «doctrina» es didaskalia o «enseñanza». Las Escrituras
forman la base de la sana doctrina o enseñanza, de un conocí,
miento doctrinal de las cosas divinas. Las doctrinas bíblicas son las
verdades fundamentales de la Biblia, por lo general dispuestas sis,
temáticamente. La mente está estructurada de tal manera que
precisa ver las verdades de la Biblia en su debida relación. Las
doctrinas bíblicas se conciben normalmente en términos de con,
ceptos intelectuales, en contraposición con la verdad en la expe,
rienda y en la práctica.
254 • NUESTRO SUMO SACERDOTE
«Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis
obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmi~
rieron» (Rom. 6: 17).
ISBN
978-1-61161-223-3