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- CONSIDERACIÓN ESPECIAL DE LA CONSTITUCIÓN VIGENTE DE 1993,


ESPECIALMENTE: EL ARTÍCULO 2° COMO GARANTÍA DE LA LIBERTAD
RELIGIOSA DE LA PERSONA Y EL ARTÍCULO 50 DE LA CONSTITUCIONES
COMO MARCO DE LAS RELACIONES IGLESIA – ESTADO EN EL PERÚ.

La constitución política del Perú en vigor, al tutelar la libertad religiosa


reconoce que es un derecho inmune de toda coacción, de tal manera que nadie puede
ser obligado a obrar en contra de sus creencias religiosas, ni ser impedidos. La
libertad religiosa en el derecho constitucional peruano experimentó diversas etapas,
desde confesionalidad del estado hasta su reconocimiento en la constitución vigente.
Cabe mencionar el artículo 2 de la constitución política del Perú que está
conformado por 24 apartados:
Artículo 2°.- Toda persona tiene derecho:
1. A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre
desarrollo y bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece.
2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza,
sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.
3. A la libertad de conciencia y de religión, en forma individual o asociada. No hay
persecución por razón de ideas o creencias. No hay delito de opinión. El ejercicio público
de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden público.
4. A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento
mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación
social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las
responsabilidades de ley. Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás
medios de comunicación social se tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero
común.
Es delito toda acción que suspende o clausura algún órgano de expresión o le impide
circular libremente. Los derechos de informar y opinar comprenden los de fundar medios
de comunicación.
5. A solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de
cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se
exceptúan las informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se
excluyan por ley o por razones de seguridad nacional.
El secreto bancario y la reserva tributaria pueden levantarse a pedido del juez, del
Fiscal de la Nación, o de una comisión investigadora del Congreso con arreglo a ley y
siempre que se refieran al caso investigado.
6. A que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no
suministren informaciones que afecten la intimidad personal y familiar….
23. A la legítima defensa.
24. A la libertad y a la seguridad personales. En consecuencia:
Y el numeral 3 del artículo 2 trata también, que toda persona tiene derecho a
la libertad de conciencia y de religión, en forma individual o asociada. No hay
persecución por razón de ideas o creencias. No hay delito de opinión. El ejercicio

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público de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el
orden público.
El apartado 3, la primera parte, del artículo 2 regula los derechos fundamentales
en la constitución vigente (toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y de
religión, en forma individual y asociada. En el apartado siguiente (4), se reconoce la
libertad de información, opinión, expresión y difusión de pensamiento libertades que
también se fundamentan en la conciencia de las personas pero que tienen un objeto
distinto, las convicciones filosóficas, ideológicas..
Principios informadores son: la libertad religiosa, la laicidad del Estado, la
igualdad, y la cooperación con las confesiones. Todos ellos dimanan directamente de
la Constitución, por lo que pueden ser también denominados como principios
constitucionales y participan de la fuerza normativa de la Constitución.

PRINCIPIO DE LIBERTAD RELIGIOSA.-La libertad religiosa es el derecho


fundamental de toda persona porque es antes que el estado y está basado en la
dignidad de la persona. Este derecho se puede ejercer libremente tanto en público
como en privado, individual o colectivo. La libertad religiosa tiene sus límites que
son: derechos y libertades de los demás; moral pública, orden público que es el no
perturbar la sociedad.
Límites que no afecte al orden público: que no altere el medio público, además
también no ofenda a la moral.
Para que la libertad religiosa exista, el estado debe respetar en sus leyes las
creencias de cada individuo, así como el ejercicio del culto individual y colectivo. Por
otra parte el estado tiene el poder y el deber de establecer restricciones a la libertad de
cada uno, pero solamente en la medida en ello sea necesario proteger la libertad de todos.
De la libertad religiosa puede hablarse como principio:
. Como principio inspira la norma básica o constitución del estado y de toda la
actuación de los poderes públicos y de los individuos dentro de la comunidad
política.

. Estado al servicio de la persona y de sus derechos fundamentales.

. En lo que se refiere al derecho de libertad religiosa el Estado garantiza la máxima


libertad posible y la mínima constricción necesaria.

. En cuestiones religiosas el Estado se abstiene de actuar y deja plena libertad a los


ciudadanos y confesiones.

. El primero de ellos es que el Estado está al servicio de la persona humana, y no al


revés.
La libertad de culto o libertad religiosa es un derecho fundamental que se refiere
a la opción de cada ser humano de elegir libremente su religión, de no elegir ninguna
(irreligión), o de no creer o validar la existencia de un Dios (ateísmo y agnosticismo) y
ejercer dicha creencia públicamente, sin ser víctima de…

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PRINCIPIO DE IGUALDAD; no significa uniformidad o igualitarismo. La
verdadera justicia consiste en dar, no a todos lo mismo, sino a cada uno lo suyo, lo
que en justicia le corresponde. Tan injusto es tratar igualmente situaciones desiguales
como tratar desigualmente situaciones iguales. Así pues: La igualdad religiosa ante la
ley no tiene nada que ver con la uniformidad.

Principio de igualdad, es que el estado y los poderes públicos tratan a todos


por igual sin discriminación por cuestiones religiosas. Se da en igualdad de
condiciones gozan de los mismos derechos, obligaciones y beneficios. Esto no quiere
decir que el estado tenga la misma religión, ni conformidad ni igualitarismo.
Aplicando el principio de igualdad a la religión, significa que todos los ciudadanos
tienen el mismo derecho al mismo trato fundamental por razón de sus creencias por parte
del Estado, los grupos sociales o los demás ciudadanos. Y en consecuencias queda
prohibida toda discriminación por motivos religiosos. Se da en igualdad de condiciones
gozan de los mismos derechos y obligaciones y beneficios. Esto no quiere decir que el
estado tenga la misma religión, ni conformidad ni igualitarismo.

Tanto la laicidad del Estado, como el principio de igualdad y el de cooperación del


Estado con las Confesiones tienen como finalidad de facilitar y asegurar la libertad
religiosa.
Artículo 50°.- Dentro de un régimen de independencia y autonomía (principio de
laicidad), el Estado reconoce a la Iglesia Católica como elemento importante en la
formación histórica, cultural y moral del Perú, y le presta su colaboración. El Estado
respeta otras confesiones y puede establecer formas de colaboración con ellas (principio
de cooperación).
*Principio de laicidad el que el estado es aconfesional, respeta y neutral
ELEMENTOS NECESARIOS PARA UNA SANA LAICIDAD
-Reconocimiento y tutela de la L.R.
-Reconocimiento de la dimensión pública de la fe
-Contribución de la religión a la cuestión de la cultura y el acervo de valores en la
sociedad.
-Deber moral de la sociedad respecto de la doctrina cristiana
-Autonomía del diálogo interreligioso.

*Carácter neutral que el estado tiene un papel de respeto.

El principio de laicidad indica que el Estado, trata el factor religioso con criterios
no religiosos, sino jurídico civiles. Ni el Estado puede actuar como una confesión, ni las
confesiones pueden actuar como Estado.

*El Estado ha de tratar el factor religioso como a cualquier otro factor social que
manifiesta la legítima voluntad de los ciudadanos, sin discriminarlo injustamente.

*No se puede invocar la laicidad del Estado para limitar la libertad religiosa de los
ciudadanos y de las Confesiones (que son también titulares colectivos del derecho de
libertad religiosa). Es más, el Estado ha de comprometerse a que la libertad religiosa
sea real y efectiva.

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El laicismo es una enfermedad o desnaturalización de la laicidad, que pretende
reducir la religión al ámbito privado de las conciencias, rechazando cualquier
manifestación pública de lo religioso. En cierto sentido se trata de una especie de nuevo
confesionalismo, pero de signo contrario al anterior. En este caso la religión oficial es la
laicidad, que se impone como dogma oficial del Estado y de todas las administraciones
públicas, obstaculizando en ocasiones el legítimo ejercicio del derecho de libertad
religiosa.

EL PRINCIPIO DE COOPERACIÓN ENTRE EL ESTADO Y LAS CONFESIONES RELIGIOSAS

Por el principio de cooperación el Estado (los poderes públicos) colabora con


las confesiones religiosas en todo aquello que facilite el ejercicio de la libertad
religiosa de sus fieles, que son también ciudadanos, y en otros temas de interés
común (las denominadas cuestiones mixtas, como pueden ser la educación, el
matrimonio, o la asistencia religiosa).

= significa la constitucionalización de común entendimiento. Bilateral o pluralidad


que ha de tener las relaciones entre los poderes públicos y las confesiones en orden
a la colaboración del status jurídico especifico y a la regulación de su contribución
al bien común del ciudadano.
Artículo 86. Dentro de un régimen de independencia y autonomía, el Estado
reconoce a la Iglesia Católica como elemento importante en la formación histórica,
cultural y moral del Perú. Le presta su colaboración. El Estado puede también establecer
formas de colaboración con otras confesiones.

Dentro de un régimen de independencia y autonomía, el estado reconoce a la


Iglesia católica como elemento importante en la formación histórica, cultural, moral
del Perú y les presta su colaboración. El Estado respeta otras confesiones y puede
establecer formas de colaboración con ellas. Tratado lo hará explícito indicando que
la Iglesia recibe del estado la colaboración conveniente para la mejor realización de
su servicio a la comunidad nacional. Los Poderes públicos estarían obligados a
cooperar con las demás confesiones en la misma medida en que resultan obligados a
cooperar con aquélla.

La Constitución no concreta cómo ha de llevarse a cabo esta cooperación. Sin


embargo, la manifestación más clara la encontramos en los acuerdos concordatarios con
la Iglesia católica y los acuerdos de cooperación con las confesiones minoritarias. En
dichos acuerdos el Estado concreta esa cooperación y el modo de efectuarla. Pero la
cooperación no se limita a las confesiones con acuerdo o notorio arraigo, sino que ha de
extenderse a todas, ya que la constitución no la limita.

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