Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Muchos son los factores que pueden influir en el hecho de que una persona tenga o no
confianza en sí misma, pero hay uno que es primordial: la manera en que es criada la
persona. Cuando hablamos de persona, pensamos en una persona adulta y a menudo
olvidamos que esa persona adulta fue antes una persona niña. Es durante la infancia que
se echan las bases de lo que será la persona adulta, y es muy difícil que esta persona
adulta pueda cambiar el rumbo que le fue marcado en su infancia.
Esto es así porque la infancia es la época en que la mente es más maleable, cuando más
intensamente recibe la influencia de lo que la rodea. De aquí que cuando se habla de la
influencia del medio ambiente o del entorno, se está haciendo referencia a la acción de
los padres, de los parientes, de los amigos, de los maestros, de los compañeros
escolares, durante la época en que la persona es más influenciable: su infancia.
Existen maneras de criar a un niño que estimulan la confianza en sí mismo y otras que
tienden a destruirla. Deshacer el efecto de una mala crianza o una mala educación, es
muy difícil cuando la persona ya es adulta. Sin embargo, el cambio puede darse, ya sea
de manera fortuita o de manera deliberada.
A través de la lectura de libros y revistas, o por medio del cine y la televisión, la persona
que pensaba carecer de capacidad o de posibilidades puede ver a otras en su misma
situación realizar actividades o alcanzar objetivos que consideraba fuera de su alcance.
A esta forma podemos llamarla "por el conocimiento", dado que la persona conoce
cosas que antes ignoraba, y eso es lo que provoca el cambio.
Existe también una vía gradual para llegar a tener fe en la capacidad de uno para una
tarea. Esta consiste en ir acercándose a la meta deseada por etapas sucesivas. Se
comienza por tareas más sencillas y de a poco se va incrementando la dificultad. Este
método se ha usado por siglos en la capacitación laboral: la persona se inicia como
aprendiz y gradualmente, a lo largo del tiempo, va adquiriendo más responsabilidades y
ascendiendo en la escala laboral.
Finalmente, existe un método que algunos pueden tomar como mágico pero que en
realidad tiene fundamentos neurológicos. Consiste en practicar representaciones
mentales (o visualizaciones) de la tarea que se pretende realizar. Hechas comparaciones
entre personas que practicaron este tipo de "ejercicios mentales" y otras que no lo
hicieron, se encontró que las primeras eran más eficaces que las segundas.
Las personas pueden desarrollar diversas creencias que pueden interferir en la confianza
en sí mismos, algunas de ellas son positivas y otras negativas. A continuación se
presentan algunos ejemplos, cada uno con una creencia alternativa:
1. Creencia: “Yo debo sentirme siempre amado o aprobado por las personas
significativas en mi vida”.
2. Creencia: “Debo ser competente y debo alcanzar el éxito en todas las áreas que
son importantes en mi vida”.
2. Creencia: “Mi pasado sigue siendo importante y siento que controla mis
emociones y comportamiento en el presente”. Creencia alternativa: Si bien tu
confianza fue especialmente vulnerable a influencias externas durante tu
infancia, ahora que ya eres mayor puedes tomar perspectiva de las cosas.
Haciendo esto, vas a poder decidir qué cosas vas a permitir que continúen
afectando tu vida y cuáles no.
Las creencias negativas, como las presentadas anteriormente, te van dejando vulnerable
a los siguientes patrones de pensamiento auto derrotista.