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Contenido
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................ 4
CAPITULO I ................................................................................................................................. 5
1.1. CONCEPTO DE CONTRATOS A FAVOR DE TERCEROS ................................................. 5
1.2 RELATIVIDAD DEL CONTRATO ......................................................................................... 7
1.2.1 FUNDAMENTO DEL PRINCIPIO DE RELATIVIDAD ................................................. 8
1.2.2 EVOLUCIÓN DEL PRINCIPIO DE RELATIVIDAD: ..................................................... 9
1.3 ANTECEDENTES DEL CONTRATO A FAVOR DE TERCERO ......................................... 10
1.4 NATURALEZA DEL CONTRATO .......................................................................................... 12
1.4.1 LA TEORÍA DE LA OFERTA: ......................................................................................... 12
1.4.2 GESTIÓN DE NEGOCIOS ............................................................................................... 13
1.4.3 TEORÍA DE LA ADQUISICIÓN DIRECTA DEL DERECHO ........................................... 14
1.4.4 TEORÍA DE LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD ....................................................... 15
1.4.5 TEORÍA DE LA VOLUNTAD UNILATERAL .................................................................. 15
1.5. CARACTERÍSTICAS DEL CONTRATO A FAVOR DE TERCEROS.................................. 16
1.6 ELEMENTOS DEL CONTRATO EN FAVOR DE TERCEROS ............................................ 18
1.6.1 ELEMENTOS PERSONALES ....................................................................................... 18
1.6.2 ELEMENTOS FORMALES ........................................................................................... 19
1.7 PRINCIPALES APLICACIONES: ......................................................................................... 19
CAPITULO II: ASPECTO NORMATIVO ...................................................................................... 20
2.1 ORIGEN Y EXIGIBILIDAD DEL DERECHO DEL TERCERO ....................................... 20
2.2. DECLARACIÓN EFECTUADA POR LOS HEREDEROS ................................................... 21
2.3 FALTA DE ACEPTACIÓN DEL TERCERO......................................................................... 23
2.4 TITULARES DEL DERECHO A EXIGIR EL CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN...... 26
2.5 EXCLUSIVIDAD DEL TERCERO PARA EXIGIR LA OBLIGACIÓN ................................. 28
2.6 DERECHO DE SUSTITUIR AL TERCERO .................................................................................. 29
2.7 REVOCACIÓN O MODIFICACIÓN DEL DERECHO DEL TERCERO ................................ 31
2.8 INTRASMISIBILIDAD DE LA FACULTAD DE REVOCACIÓN O MODIFICACIÓN ... 34
2.9 REQUISITOS PARA LA REVOCACION O MODIFICACION ...................................................... 35
2.10 EXTINCIÓN DEL CONTRATO POR REVOCACIÓN ................................................................. 35
2.11 RENUNCIA A LA FACULTAD DE REVOCAR, MODIFICAR O SUSTITUIR ............................... 37
2.12 EXCEPCIONES OPONIBLES AL TERCERO ............................................................................. 39
CONCLUSIONES………………………………………………………………………………………………………………………41

ANEXOS…………………………………………………………………………………………………………………………………42

2
3
INTRODUCCIÓN

La figura jurídica del contrato a favor de tercero se encuentra regulado en nuestro código
civil de 1984 en los artículos 1457 al 1469 .

Si bien por el contrato en favor de tercero, el promitente se obliga frente alestipulante o


promisario a ejecutar una prestacion de dar, hacer o no hacer, las partes intervinientes
sera: el promitente, el estipulante. Este contrato como cualquierotro contrato entre dos
partes se forma por el acuerdo de estas para crear unarelacion jurídica obligacional, con la
particularidad que este contiene una clausula llamada estipulacion en virtud de la cual los
efectos se producen en vía directa einmediata en el patrimonio de un tercero. Ahora bien
cualquier contrato nominado o innominado es susceptible de convertirseen un contrato en
favor de tercero.

Como el tercero no interviene en la celebraciondel contrato, corresponde al estipulante y


al promitente, que sí intervienen, modelarel derecho del tercero como mejor les parezca,
en punto a su contenido y alcance.La unica limitacion que tienen es que el derecho del
tercero debe constituir para esteun beneficio neto.

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CONTRATO A FAVOR DE TERCERO

CAPITULO I

1.1. CONCEPTO DE CONTRATOS A FAVOR DE TERCEROS

La definición de este contrato que nos da PACCHIONNI, “es contrato a favor de tercero, en
sentido técnico, solamente aquel que, realizado válidamente entre dos personas, en donde
se pretende atribuir un derecho a favor de una tercera que no ha tenido parte alguna, ni
directa ni indirectamente, en su tramitación y en su perfección, y que, no obstante, logra
efectivamente atribuir a esa tercera persona un derecho propiamente suyo; derecho que
no puede estimarse como propio del que estipulo tal contrato y cedido luego al tercero o
simplemente ejercido por este en lugar de aquel”1

Las partes pueden celebrar un contrato, insertando una clausula (llamada estipulación) en
virtud de la cual los efectos se producen en vía directa e inmediata en el patrimonio de un
tercero como los contratos de seguros de vida, de trasporte de cosas y de renta vitalicia,
todos a favor de terceros2

El contrato a favor de tercero se encuentra definido en el art. 1457 del cc que prescribe:
“por el contrato a favor de tercero el promitente se obliga frente al estipulante a cumplir
una prestación en beneficio de una tercera persona. El estipulante debe tener interés
propio en la celebración del contrato”

De esta definición deducimos los siguientes elementos:

a. Elemento personal:

En este contrato intervienen tres personas promitente, estipulante y tercero

b. Prestaciones:

El promitente debe ejecutar la prestación, el estipulante es quien la fija y el tercero es el


beneficiario.

El estipulante no debe actuar en nombre del tercero, porque en este caso se daría la figura
del contrato con representación y el tercero vendría hacer parte del negocio, además no se
vincularía solo a ejercer un derecho, sino que quedaría vinculado por todo el negocio. El
estipulante actúa motu proprio.

1
PACCHIONNI,GIOVANNI, “los contratos a favor de terceros”, Editorial Revista del Derecho Privado,
Madrid,1910,1948,pag.4
2
CODIGO COMENTADO por los 100 mejores especialistas, tomo VII,GACETA JURIDICA,

5
El derecho de tercero surge directa o inmediatamente de la celebración del contrato. Para
que este sea exigible, es necesario la aceptación de tercero que opera retroactivamente
según el art. 1458 del c.c. si el tercero no acepta, el estipulante puede exigir el
cumplimiento de la prestación a su favor.

El estipulante puede revocar o modificar el derecho de tercero, siempre y cuando este no


haya hecho la declaración de la aceptación (art. 1458, 1459,1464 del c.c)

El contrato a favor de tercero puede referirse a cualquier tipo de contrato y a cualquier


tipo de prestación derivada de obligaciones de dar, hacer o no hacer

c. Vínculos:

El tercero es extraño a la relación formada entre el estipulante y el promitente, pues no


interviene en el mismo directa o indirectamente. Solo es beneficiario del mismo3

Normalmente de un contrato surge una relación jurídica en la que sus dos elementos, la
obligación y su contenido- la prestación- van dirigidos al mismo sujeto, quien. Como tal, es
acreedor del cumplimiento de obligación y acreedor de la ejecución de la prestación.

En el contrato en favor de tercero ocurre algo distinto, pues el surgen dos relaciones
distintas: una entre el estipulante y el promitente que radica en el cumplimiento de una
obligación; y otra entre el promitente y el tercero que radica en la ejecución de una
prestación. Distinguiéndose así entre el sujeto de la obligación (el estipulante) y el sujeto
de la prestación (el tercero), o como dice MESSINEO, falta la coincidencia entre el sujeto de
la declaración de voluntad (el estipulante) y el sujeto del interés (el tercero).

La explicación de esta aparente anomalía quizá se encuentra en algo que ha dicho


respecto del contrato reciproco, pero que pude generalizarse a todos los contratos. Se ha
visto al estudiar dicho contrato que la obligación es una relación jurídica que nace
directamente de la celebración del contrato, en virtud del cual una persona “el deudor”
tiene el deber de ejecutar una determinada prestación a favor de otra persona, el acreedor,
quien tiene la facultad de exigirla. En cambio, la prestación es un comportamiento o
conducta del deudor de la obligación y cuya ejecución obedece no a la celebración del
contrato, sino a la existencia de la relación obligacional creada por él.

Tratándose del contrato reciproco se ha dicho que el proceso obligacional empieza con la
creación de las obligaciones mediante el contrato bilateral y termina con la preparación de
la ejecución de la prestación a través del contrato reciproco. Se ha agregado que no se

3
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general, Comentarios a la Sección Primera del Libro
VII del Código Civil, Palestra Editores S.R.L., Lima, 2001, Tomo III

6
trata de dos contratos distintos, uno creador de obligaciones reciprocas y otro de
prestaciones reciprocas, si no d un solo contrato que cumple ambos roles en distintos
momentos del proceso de su celebración y ejecución.

Si suprimos el elemento de la reciprocidad, tendremos un contrato que crea


inmediatamente las obligaciones que componen la relación jurídica obligacional y crea
mediatamente las prestaciones que constituyen el contenido de las obligaciones.

En segundo lugar, el derecho del tercero, o sea el derecho a que el promitente ejecute la
prestación en su favor, no proviene del estipulante ni del promitente, si no que nace
directa e inmediatamente de la celebración del contrato si pasar por los respectivos
patrimonios de los contratantes. Estos es característicos del contrato en favor del tercero
tuviera otro origen. Ello explica, como se verá más adelante, la razón que ha motivado el
rechazo de varias de las teorías que se han formulado para explicar la naturaleza jurídica
del contrato en favor de terceros

Finalmente, el contrato en favor del tercero puede ser, indistintamente, con prestación a
cargo de una de las partes, caso en el cual una parte queda unilateralmente obligada frente
a otra, o con prestaciones reciprocas, caso en el cual ambas partes se obligan
recíprocamente entre sí, peo, en ambos casos, la prestación corresponde siempre a la
obligación del promitente- no del estipulante y debe ser siempre ejecutada exclusivamente
por el promitente, si participación.

1.2 RELATIVIDAD DEL CONTRATO

Toda concepción moderna de contrato privado descansa en el poder o facultad que el


ordenamiento jurídico ha delegado a los particulares para crear entre ellos relaciones
jurídicas obligatorias, dentro de los limites señalados por el mismo ordenamiento, tal es el
sentido el artículo 1354 del CC, según el cual las partes pueden determinar libremente el
contenido del contrato, siempre que no sea contrario a norma legal de carácter imperativo,
que se conjuga con lo dispuesto por el art. 1363 del mismo código.

El estado no ha considerado prudente autorizar a los particulares para que mediante un


contrato las partes que lo otorgan hacer ingresar derechos u obligaciones en las esferas
jurídicas de terceras personas. Es natural que esta tutela, que en si misma supone una
concesión, sea restringida lo más posible. Y este límite que puso la doctrina romana fue
que el contrato privado produjese sus efectos solo entre las partes que lo habían ultimado,
dando, en cierto modo, el autismo jurídico a un principio de la ética social, no solo romana

7
y antigua, sino moderna y universal: principio de que solo cada individuo es el verdadero
representante de sus propios intereses”

El principio de efecto relativo del contrato privado no obedece, pues, a la naturaleza del
mismo, sino a su condicionamiento por el estado para proteger la seguridad jurídica de los
particulares contra la invasión de sus respectivos centros de interés por acción de
terceros.

Según el artículo 1363 del código civil, los contratos solo producen entre las partes que los
otorgan y sus herederos. Se discute si los acreedores de las partes, para quienes según la
opinión más difundida, no sin serias objeciones, el patrimonio del deudor constituye una
garantía común, son realmente terceros, desde que el contrato produce un efecto especial
en los acreedores. Es por ello que estas personas son llamados terceros relativos.

Es respecto de aquellos terceros, de aquellos que no tienen vinculación alguna directa ni


indirecta con las partes contratantes, por la cual JOSSERAND las ha denominado “terceros
absolutos”, conocidos también como penitus extranei, que el contrato no produce efecto
alguno.

Sin embargo, no debe darse a esta regla carácter terminante pues el artículo 1363 del
código civil debe distinguirse entre los efectos directos del contrato, que son el contenido
de la relación jurídica creada por este, y los efectos indirectos del mismo, que son los que
se producen por los efectos directos, los demás terceros, deben reconocerlos, y en lo que
corresponda, respetarlos.

Sobre el particular es sumamente expresiva la exposición de ARRENECHEA, quien dice así:


“entre las partes el contrato es consentimiento y por tanto pura subjetividad. Frente a
tercero el contrato es ajeno relevante e irrelevante. Relevante cuando incide en la esfera
de sus intereses, como beneficiario o como perjuicio. Para el tercero contrato es una
realidad objetiva, con la que se ha de enfrentar. Y si el ordenamiento tutela sus intereses, si
le concede accionabilidad, lógicamente el análisis que hará el contrato en tus aspectos,
será el propio de un tercero.4

1.2.1 FUNDAMENTO DEL PRINCIPIO DE RELATIVIDAD

4
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general, Comentarios a la Sección Primera del Libro
VII del Código Civil, Palestra Editores S.R.L., Lima, 2001, Tomo III

8
El fundamento del principio de la relatividad del contrato se encuentra en la función que
cumple la autonomía de la voluntad privada, conforme a la cual el contrato es una
autorregulación de intereses privados, es decir, el instrumento a través del cual los sujetos
disponen de su propia esfera personal y patrimonial.

El contrato es el fruto del acuerdo entre las partes, quienes actuando con libertad e
igualdad, ejercen el poder soberano, delimitado por normas imperativas, el orden público
y las buenas costumbres, por el que autorregulan sus intereses económicos mediante
preceptos privados a los que se someten como a la ley misma, sin interferir en la esfera
jurídica ajena. Esto explica cómo el contrato tiene eficacia respecto de las partes y no de
terceros, quienes no pueden ser beneficiados ni perjudicados por un contrato en el cual no
son parte15, salvo disposición contraria de la ley. El principio según el cual el contrato no
produce efectos respecto a terceros, salvo en los casos previstos por la ley, responde en
efecto a la idea del contrato como expresión de la autonomía de la voluntad privada y por
tanto de la libertad de contratar con fines lícitos, siempre que no se contravenga leyes
imperativas, las buenas costumbres o el orden público (art. 2.14 de la Constitución y art.
219.8 del CC). Con la regla de la relatividad del contrato se tutela la libertad para contratar
y la libertad contractual de los sujetos.5

1.2.2 EVOLUCIÓN DEL PRINCIPIO DE RELATIVIDAD:

El derecho en su eterna búsqueda de la justicia, no podía mirar con buenos ojos un


principio, como el de la búsqueda absoluta relativa del contrato, que impedía que los
efectos de este afectaran a terceros.

Empezaron a surgir así, especialmente en el campo de la publicidad, situaciones en que el


contrato producen efectos respectos de terceros, desde que según DIEZ PICAZO, para
poner desplegar algunos efectos respectos de terceros del contrato debe haber sido
celebrado dando cumplimiento a determinados requisitos de la publicidad, que garantice
la certidumbre de su celebración y la certidumbre al momento que ha sido celebrado.

La donación con cargo a tercero, la restitución de la cosa depositada cuando el depositario


está obligado a hacerlo a un tercero y el seguro de vida, afirma FERREYRA que “el agio
romano “no se puede contratar para sí”, está superado por la ciencia actual. La autonomía
de la voluntad confiere a las partes plenitud de atribuciones para disponer con entera
libertad un beneficio en favor a de persona extraña a la celebración del contrato. El móvil

5
http://www.etorresvasquez.com.pe/pdf/CONTRATO-EN-FAVOR-DE-TERCER.pdf

9
que guía impulsa o impulsa la voluntad del estipulante, responderá a multiplicidad de
circunstancias.

1.3 ANTECEDENTES DEL CONTRATO A FAVOR DE


TERCERO

Está aceptado que en el derecho romano antiguo no se conoció una teoría general del
contrato, por lo cual carece de sentido, investigar sobre un contrato a favor de tercero. En
realidad no estaba permitido, ni prohibido; simplemente se desconocía.

No parece acertada la opinión de quienes consideran que el primer caso de contrato a


favor de tercero fue una mancipatio con cláusula a favor de tercero, ya que la mancipatio
nunca fue un contrato, en el sentido moderno de la palabra, sino u derecho objetivo
proveniente de una lex mancipii, cuyos efectos se producían en todas direcciones.

Recién en la época clásica el individualismo reinante en ella condujo a admitir que las
promesas a favor de tercero eran nulas, lo que, produjo a su vez que el tercero en virtud de
una clausula contractual no pudiera convertirse en acreedor, porque lo contratos no
podían producir efectos sino entre las partes

Ante esta situación, nos dice MARTIN BERNAL que “como medio indirecto- no como
medio de convalidarla- esto es, sin que todavía confiera acción directa para el estipulante o
para el tercero, se empleaba el procedimiento consistente en el empleo de la stipulatio
poenae. El promitente, cuando no tuviera el estipulante interés pecuniario personal en la
estipulación, se obligaba a aquel cierta cantidad (poena) si en el plazo convenido no
realizaba la prestación prometida en provecho del beneficiario, ante tal incumplimiento, el
estipulante tiene acción para reclamar la pena.

Las instituciones de Justiniano reconocieron posteriormente la validez de esta operación:”


por lo tanto si se estipulaba a favor de un tercero, la estipulación es nula; pero si se agrega
la citada clausula penal siguiente: ¿prometes darme tal suma si no la das a un tercero?, esa
cláusula es válida”.

Retomando el curso de nuestra historia, los juristas romanos, o los emperadores, fueron
introduciendo excepciones al principio de la nulidad absoluta de los contratos a favor de

10
terceros “impulsados por las exigencias de la práctica que por el deseo de crear nuevas
figuras jurídicas, o de introducir modificaciones en el sistema”.

Se discute en doctrina el carácter y el número de estas excepciones. PACCHIONNI piensa


que solo pueden ser consideradas como tales, desde el punto de vista del derecho
moderno, las que reúnan los siguientes requisitos:

a. Que el tercero ha permanecido realmente extraño en la ultimación del contrato.

b. Que haya adquirido en virtud del contrato, por haberlo querido la voluntad de las partes
contractuales.

c. Que quede excluida toda relación de representación entre el estipulante y el tercero.

MARTIN BERNAL termina su capítulo referente a los antecedentes romanos citando a


UNGER, quien afirma “ la teoría de los contratos a favor de tercero se encuentra expuesta
enteramente en el derecho romano, si bien solo en casos excepcionales, no tenemos otra
cosa que hacer si no tomarla de allí para darla a conocer y proporcionarle un valor
general”

El derecho germano antiguo, dominado por un acendrado espíritu materialista, que


contrastaba con el formalismo del derecho romano, siguió su propio derrotero.

De acuerdo con ORRELLE, en los países germánicos existió desde tiempos antiguos una
costumbre según la cual quien quería transmitir a otro un patrimonio, hacia tradición
simbólica en juicio de un intermediario, quien dentro de dos meses debía hacer entrega
definitiva, en presencia del rey, al tercero designado. Este intermediario se llamó Salman
(el hombre de la entrega).

La doctrina, salvo algunas excepciones que sostienen que en la época histórica eran
conocidos los contratos a favor de tercero, se inclina por considerar que el derecho
germánico no conoció el contrato favor de tercero hasta la elaboración por GROCIO, que
permitió emancipar a la estipulación a favor de tercero del instituto en la representación.

Solo a partir de ese momento se empieza a elaborar una teoría a favor de tercero, figura
que se plasma a través del estatuto de Bolonia y el estatuto de Florencia, donde se
reconoce no solo la atribución del derecho de tercero, si no tal derecho puede serle
conferido por sorpresa, con total ignorancia del tercero. Supone ello que no se exige, al
menos con valor constitutivo, la declaración del tercero para la adquisición del derecho,
aunque la misma lo perfeccione haciéndolo irrevocable.

Esta figura fue finalmente recogida, siglos después, por el BGB.

11
MARTIN BERNAL, menciona que el derecho canónico estimaba la obligación del
promitente como una “obligación natural”, válida para con el tercero.

Pasamos así el antiguo derecho francés, donde no se impuso del todo la doctrina del
derecho germano que autoriza la estipulación a favor de otro, ni tampoco la doctrina
restringida del derecho romano, llegándose así a una suerte de transacción entre los
principios de ambos sistemas, en una amalgama de la teoría de la estipulación por otro,
con la de los contratos innominados, meced al efecto mediador de la doctrina de POTHIER.

El derecho español, rechazo la estipulación a favor de tercero.

El código civil italiano de 1942 le abrió las puertas al contrato a favor de terceros.6

1.4 NATURALEZA DEL CONTRATO

Para explicar la naturaleza jurídica del contrato a favor de tercero se han formulado
diversas teorías. Veamos las más importantes:

1.4.1 LA TEORÍA DE LA OFERTA:

La estipulación en favor de tercero se descompone en dos convenciones. Por un primer


contrato el promitente se obliga frente al estipulante, el crédito ingresa en el patrimonio
de éste. Posteriormente el estipulante oferta su crédito contra el promitente al tercero
beneficiario.7 La aceptación de este último forma una segunda convención. El crédito pasa
así del patrimonio del estipulante al patrimonio del tercero, pero únicamente después de
que éste acepta.8

Si bien inicialmente tuvo muy buena acogida, con el correr del tiempo esta teoría fue
objeto de severas críticas adversas, se le formulan las siguientes objeciones:

a. En el lapso de celebración de los dos contratos el crédito contra el promitente


ingresaría al patrimonio del estipulante y estaría afectado a las acciones que
pudieran al patrimonio del estipulante y estaría afecto a las acciones que
pudieran tener los acreedores de este, en especial la de fraude del acto jurídico
por ser el segundo contrato el título de una cesión gratuita de derechos.

6
MANRESA Y NAVARRO, JOSE MARÍA, comentarios al código civil español, REUS SA, MADRID,
1967,T.VIII,VOL.II,PAG426
7
Arias, José, ob. cit, p. 278
8
López Santa María, Jorge, Los contratos, parte general, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile,
1986, p. 253.

12
b. En el caso de fallecimiento del estipulante en el mismo lapso, sus herederos
exigirán que el citado crédito se considerara en la masa hereditaria.
c. Si quien falleciera fuera el tercero, la oferta del estipulante caducaría, por la
aplicación de la regla contenida en el artículo 13876 del código civil.
d. Especialmente, el derecho del tercero no surgiría del primer contrato, que es lo
que constituye la esencia del contrato en favor de terceros, si no provendría
del estipulante.9

1.4.2 GESTIÓN DE NEGOCIOS

El estipulante al contratar con el promitente estaría gestionando los negocios del tercero,
sin contar con mandato para ello; el estipulante sería un gestor del beneficiario. La
declaración del tercero de hacer uso del beneficio establecido en su favor constituye un
acto de ratificación de los actos del gestor. Con la ratificación el tercero pasa a ocupar, con
efectos retroactivos, la posición jurídica del estipulante, lo que explica la adquisición del
derecho por el tercero desde el momento mismo de la celebración del contrato entre
estipulante y promitente, sin que previamente forme parte del patrimonio del estipulante.
Los inconvenientes de esta teoría radican en que la gestión de negocio ajeno y el contrato a
favor de tercero son dos instituciones distintas que no pueden confundirse. El estipulante
actúa en nombre propio, con interés propio, y no como gestor de los negocios o la
administración de los bienes de otro. En la gestión de negocios, el dueño del bien o negocio
que aproveche las ventajas de la gestión, debe cumplir las obligaciones que el gestor ha
asumido por él y hacerse responsable de ellas, reembolsando los gastos efectuados por el
gestor e indemnizando los daños que éste haya sufrido en el desempeño de la gestión (art.
1952); nada de esto sucede en el contrato a favor de tercero, quien puede repudiar la
estipulación en su favor.10

ORELLE agrega además las siguientes razones para diferenciar la estipulación a favor de
tercero de la gestión de negocios:

a. En la gestión de negocios el derecho del tercero nace por la notificación, que


sirve de fuente para la obligación, mientras que en la estipulación, el tercero
adquiere un derecho directo

9
De la puente y Lavalle pg. 135- 136
10
Lambert, E., Du contract en feveur de tiers, Girard et Briere, Paris, 1893; Saleilles, R., Etude de la
Théorie générale de l’obbligation, 3ra. ed., Librairie Générale de Droit et de jurisprudence, Paris, 1914.

13
b. La gestión de negocios supone un negocio preexistente, útilmente conducido,
requisitos que no son necesarios para la estipulación la aceptación en favor del
tercero
c. En la gestión una vez producida la ratificación, queda totalmente desplazado el
gestor, mientras que en la estipulación la aceptación del tercero no desplaza al
estipulante, quien conserva su rol negocial, e incluso las acciones para
reclamar el cumplimiento de la prestación, a más de las que correspondan al
beneficiario
d. En la gestión, el gestor se encuentra obligado a continuar la gestión hasta que
el dueño se encuentre situación de proveer siendo esta consecuencia propia
de la estipulación en favor de terceros. 11

1.4.3 TEORÍA DE LA ADQUISICIÓN DIRECTA DEL DERECHO

Por esta teoría, denominada también teoría del derecho directo, el tercero beneficiario
adquiere el derecho desde el instante mismo en que se celebra el contrato entre el
estipulante y el promitente, aunque el tercero lo ignore. La aceptación no crea el derecho,
sino que éste emana directamente del contrato. La aceptación solamente es un
presupuesto de la exigibilidad del derecho. El derecho existe desde el momento mismo de
la celebración del contrato aun cuando el beneficiario no sea de momento una persona
determinada, como sucede con el seguro de responsabilidad civil por los probables daños
que se puedan causar.
Nuestro Código civil se adhiere a esta teoría: “El derecho del tercero surge directa e
inmediatamente de la celebración del contrato”. Empero será necesario que el tercero
haga conocer al estipulante y al promitente su voluntad de hacer uso de ese derecho, para
que sea exigible, operando esta declaración retroactivamente. La declaración del
beneficiario puede ser previa al contrato” (art. 1458). “La declaración de hacer uso del
derecho puede ser efectuada por los herederos del tercero beneficiario, salvo pacto
distinto” (art. 1459).
El tercero adquiere el derecho estipulado en su favor por efecto directo de la celebración
del contrato, “la intervención del tercero que declare (incluso en relación al promitente)
que quiere aprovechar la estipulación en su favor, no tiene carácter de aceptación que
haga al tercero parte en el contrato (lo cual trasformaría este último en un negocio
plurilateral): es claro que si el tercero, salvo la reserva ya hecha de un pacto en contrario,
adquiere el derecho por efecto de la estipulación que ha tenido lugar entre las partes, la

11
De la puente y Lavalle pg. 136-138

14
aceptación del tercero no puede tener el efecto de reproducir la adquisición ya efectuada.
Ni aun siquiera en el caso de que el antedicho pacto contrario exigiese la aceptación por
parte del tercero, tendría ésta el efecto de llevar al tercero a ser parte en el contrato, sino
que se insertaría en éste a modo de condicio iuris de la eficacia a favor del tercero”. Esta
teoría es criticada por no proporcionar una explicación técnica, sino sólo comprueba un
resultado.12

1.4.4 TEORÍA DE LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD

El contrato a favor de tercero encuentra su fundamento en el poder de la autonomía de la


voluntad privada, por el cual los sujetos son libres de celebrar los contratos que quieren
con el contenido que deseen, con efectos para sí o en beneficio de terceros, siempre que no
contravengan normas imperativas, el orden público o las buenas costumbres. En el
Derecho moderno nada impide que las partes contratantes, en ejercicio de su libertad de
contratar con fines lícitos, puedan ponerse de acuerdo para establecer contractualmente
beneficios para ellos mismos o para terceras personas13

1.4.5 TEORÍA DE LA VOLUNTAD UNILATERAL

De acuerdo a esta teoría, la sola declaración de voluntad unilateral del promitente


determina la adquisición del beneficio por el tercero. JOSSERAND sostiene que “el tercero
beneficiario es acreedor en virtud de un acto jurídico unilateral, situado en un cuadro
contractual que le da vida y le asegura eficacia”.
Saleilles critica esta teoría diciendo que “cuando se habla de la creación de una obligación
por voluntad unilateral, se supone que esta obligación tiene por fuente la manifestación de
la sola voluntad del deudor. Pero aquí la obligación resulta de un contrato; se trata de una
obligación convencional, porque la voluntad del futuro deudor, ha debido concurrir con la
de otra persona para engendrar la obligación”. No se puede desdoblar entre contrato y
voluntad unilateral, porque ello conduce a convertir el derecho del tercero beneficiario en
una promesa desligada de su causa, la cual subsistiría aun cuando el contrato sea nulo,
cayendo en la concepción alemana de los actos abstractos.14

12
Barbero, Domenico, ob. cit., p. 616.
13
Enneccerus-Kipp-Wolff, Tratado de Derecho civil, t. 2, v. 1, Derecho de las obligaciones, Barcelona,
1933, p. 171.
14
Josserand, Louis, Derecho civil, trad. del francés, t. 2, vol. 1, Ed. Jurídica Europa-América, Buenos
Aires, 1950, nota 415, N° 304.

15
1.5. CARACTERÍSTICAS DEL CONTRATO A FAVOR DE
TERCEROS

De acuerdo con ARIAS SCREIBER, las características del contrato en favor de terceros son
las siguientes:

 ES UN CONTRATO

Esta es la figura que ha recogido el artículo 1457 de nuestro código civil, que dice: “por el
contrato a favor de tercero el promitente se obliga (…)”.

Se trata, por consiguiente, de un contrato que celebran el estipulante y el promitente con


el objeto de crear un derecho en favor de un tercero. Como todo contrato, está sujeto a las
disposiciones contenidas en los artículos 1373 y siguientes del código civil.

 ES UN CONTRATO ENTRE DOS PARTES

Quienes intervienen en el contrato son, como se han visto, el estipulante y el promitente.


El tercero, como su nombre lo indica, no es parte en el contrato y, por el contrario, es
necesario que sea extraño a él.

Es así como mediante el contrato a favor de terceros que sea reciproco, el estipulante y el
promitente se obligan recíprocamente en el momento de celebrarlo y, llegado el momento
de ejecutarlo, la prestación a cargo del promitente se ejecuta a favor del tercero, sin que
por ello deje de ser reciproca con la prestación a cargo del estipulante que debe ejecutar
en favor del promitente.

 EL TERCERO DEBE SER EXTRAÑO AL CONTRATO

La característica más típica del contrato en favor de terceros es que este- el tercero-, pese
a ser el beneficiario de la prestación a cargo del promitente, no interviene de manera
alguna en el contrato del cual emana su derecho.

El hecho de que este articulo 1458 del código civil disponga que se requiere que el tercero
haga conocer al estipulante y al promitente su voluntad de hacer uso del derecho
constituido a su favor, para que sea exigible, no significa que el tercero, mediante esta
aceptación, ingrese a formar parte del contrato celebrado entre el estipulante y el
promitente. Tal como dice DIEZ PICAZO, “la aceptación del tercero no forma parte
integrante del contrato y no es por tanto un requisito para la perfección del mismo. Si la

16
aceptación del tercero operara como requisito de perfección, antes de que recayese tal
aceptación no existiera vinculación para nadie, lo que es incompatible con la configuración
que el código da a la figura que nos ocupa”.

En efecto, el contrato en favor de terceros no puede ser entre tres partes: estipulante,
promitente y beneficiario, pues en este caso este último no sería tercero. Se trataría
simplemente de un contrato trilateral como, por ejemplo, la cesión de posición
contractual, pero no de un contrato en beneficio de un extraño a la relación contractual.

 LA FINALIDAD DEL CONTRATO ES EL INTERÉS DEL TERCERO

Se ha visto anteriormente que el contrato en favor de tercero puede ser en sentido


impropio y en sentido propio, según que el tercero quede únicamente autorizado a recibir
la prestación a cargo del promitente o tenga además el derecho a exigir esta prestación.

Para que el contrato en favor de tercero cumpla realmente su rol es preciso que se celebre
en sentido propio, esto es, con la finalidad que el tercero adquiera el derecho a la
prestación y, en ejercicio de este derecho, pueda exigir su ejecución. Lo que busca el
estipulante y el promitente al celebrar el contrato es beneficiar directamente al tercero, de
tal manera que del contrato nazca un crédito en provecho del tercero y en contra del
promitente.

 EL ESTIPULANTE DEBE TENER UN INTERÉS PROPIO

El segundo párrafo del artículo 1457 del código civil establece que el estipulante debe
tener interés propio en la celebración del contrato.

 LA PRESTACIÓN EN FAVOR DEL TERCERO PUEDE SER DE LA MÁS VARIADA


NATURALEZA

Nos dice ARIAS ACHREIBER que el contenido de la obligación del promitente en favor del
beneficiario puede ser una prestación de dar, de hacer o de no hacer.

Podría objetarse que la prestación a cargo del promitente y en favor del tercero es un
derecho excepcional, creado exclusivamente por voluntad de ley, de tal manera que puede
escapar de la naturaleza de los derechos que normalmente surgen de la celebración de un
contrato ordinario, pero no debe olvidarse que lo único excepcional de dicha prestación es
que, en vez de estar orientada hacia el acreedor de la obligación- o sea del estipulante-,
como ocurre normalmente en todos los contratos, es desviada de este curso normal y
dirigida al beneficiario. En los demás, es una prestación de origen contractual que debe

17
seguir la regla aplicable a todas las prestaciones que tienen este origen, esto es, el ser el
contenido de una relación obligacional.

No cabe, pues, que el régimen del código civil peruano el contrato en favor de tercero sea
apto para crear un derecho real en favor de tercero.

1.6 ELEMENTOS DEL CONTRATO EN FAVOR DE TERCEROS


Se distingue entre elementos personales y los formales

1.6.1 ELEMENTOS PERSONALES


En el contrato en favor de terceros actúan tres personas: dos de ellas, el estipulante y el
promitente celebran el contrato, y la otra, el tercero, se beneficia con los efectos del
mismo. Vamos a examinar rápidamente las características de cada una de estas tres
personas.

a. EL ESTIPULANTE

El estipulante, dentro del contexto del contrato en favor de terceros, es el contratante que
estipula, dado a esta expresión el significado de imponer determinadas condiciones. Si
bien es cierto que en el contrato en favor de tercero, como en la generalidad de los
contratos, los dos contratantes se encuentran en paridad jurídica, se da en dicho contrato
la peculiaridad de que él se celebra para satisfacer un interés propio del estipulante, de tal
manera que, en el fondo, es este quien impone su voluntad en el sentido que la prestación
a cargo del promitente no debe ir dirigida a él, como es normal, sino desviarse en favor del
tercero, con los consiguientes derechos de revocación y modificación. En esto estriba toda
la diferencia, pues en lo demás las relaciones entre ambos contratantes no difieren de los
otros contratos.

El estipulante debe tener la capacidad general para contratar y la especial que imponga el
tipo de contrato que se celebra.

b. EL PROMITENTE

Es la contraparte contractual del estipulante. En virtud del contrato en favor de tercero el


promitente se obliga frente al estipulante a ejecutar una prestación en beneficio de un
tercero.

Para ello, el promitente requiere tener la capacidad general para contratar y la especial
que imponga el tipo de contrato que celebre, así como la aptitud necesaria para ejecutar la
prestación en favor del tercero.

18
c. EL TERCERO

Es el beneficiario a título gratuito de la prestación a cargo del promitente.

El tercero no requiere tener capacidad para contratar, desde que no contrata. Necesita si
tener capacidad de goce para poder adquirir el derecho en su favor.

Además, en nuestro sistema legal el tercero debe emitir una declaración de voluntad con
efectos jurídicos, como es la de aceptar hacer uso-del derecho que se le otorga, por lo cual
debe tener también la capacidad necesario a ello. Desde luego, esta capacidad debe tenerla
en el momento de declarar y no en el momento de celebrase el contrato.

1.6.2 ELEMENTOS FORMALES


En cuanto a la forma del contrato en favor de tercero depende de la naturaleza del
contrato celebrado entre el estipulante el promitente.

El primer problema radica en que la prestación en favor del tercero se ejecuta


naturalmente a título gratuito por lo cual cabria sostener que el tercero estaría aceptando
una donación y debe, por lo tanto, observar la forma requerida para este contrato. Sin
embrago, debe tenerse presente que entre el promitente y el tercero no se celebra un
contrato, por lo cual la aceptación de la prestación no puede ser considerarse como la
aceptación de la prestación no puede ser considerada como la aceptación de una donación,
que es un contrato.

Otro problema es el relativo a si la aceptación por el tercero de una estipulación


proveniente de un contrato solemne en favor de tercero debe observar la misma
solemnidad. Si el contrato básico celebrado entre el estipulante y el promitente es
solemne, ello ocurrirá, según su naturaleza, por mandato de ley o por voluntad de los
contratantes, pero esta solemnidad no tiene por qué hacerse extensiva a los actos de
ejecución de ese contrato, como es la declaración del tercero. Ya se ha visto que la
aceptación no forma parte integrante del contrato.

1.7 PRINCIPALES APLICACIONES:


La doctrina cita como las aplicaciones más frecuentes del contrato privado en favor de
tercero, las siguientes:

a. Los seguros, en sus diversas variedades del seguro de vida, el seguro de daños, el
seguro colectivo contra riesgos del trabajo y el seguro por cuenta de quien
corresponda. En todas estas variedades cabe que el asegurado, actuando como

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estipulante, contrate con el asegurador, quien ocupa el rol de promitente, en favor
de terceros.
b. El contrato de trasporte de mercancías, cuando el destinatario de las mercancías es
una persona jurídicamente distinta del expedidor.
c. La donación con cargo, cuando este consiste en beneficiar a un tercero.
d. TURH sostiene que por la idea de los contratos en favor de terceros puede
explicarse el régimen de los títulos a la orden y al portador, en los cuales la
prestación se promete a todas aquellas personas que sean tenedores legítimos de
los títulos.
e. Ciertos autores (JOSSERAND, RIPERT y BOULANGER) proponen considerar como
contrato en favor de tercero la inversión hecha por el marido en beneficio de la
mujer.

CAPITULO II: ASPECTO NORMATIVO

2.1 ORIGEN Y EXIGIBILIDAD DEL DERECHO DEL TERCERO

ARTICULO 1458

El derecho del tercero surge directa e inmediatamente de la celebración del contrato.


Empero, será necesario que el tercero haga conocer al estipulante y al promitente su
voluntad de hacer uso de ese derecho, para que sea exigible, operando esta declaración
retroactivamente.

La declaración del beneficiario puede ser previa al contrato.

COMENTARIO:

Esta norma ha sido criticada por incongruente: “tenemos entonces un sistema que
consagra el surgimiento del derecho del tercero de manera directa e inmediata del
contrato, pero parece olvidar concederle un derecho de rechazo con carácter retroactivo;
en cambio prevé una declaración por parte del tercero que determina la exigibilidad del
derecho con carácter retroactivo que evoca la absoluta intangibilidad de la esfera jurídica
del tercero, con claro sabor a la doctrina francesa clásica”. (1).

El tercero "puede por eso declarar de querer aprovecharse de la estipulación en su propio


favor, pero tal declaración no es una aceptación en sentido técnico Y tiene precisamente la
función, de un lado de impedir la modificación la revocación de la estipulación misma por
parte del estipulante y, por otro lado, de consumar el poder de rechazo, que puede en

20
efecto ser ejercitado solo hasta el momento en que o, por un lado. Él ha adherido o, por el
otro, el estipulante ha revocado.

El tercero "adquiere el derecho frente quien ha hecho la promesa, desde el momento de la


estipulación del contrato a su favor (artículo 1411, segundo párrafo), pero esta
adquisición no es estable y definitiva. Y no lo es, porque no puede negarse al tercero la
facultad de renunciar al beneficio: de otro lado, además de la posibilidad de este rechazo,
es justo también que el estipulante pueda revocar o modificar la estipulación a favor del
tercero, que no sabe si será o no aceptada"(4).

No obstante la claridad de las afirmaciones anteriores debemos disentir de las mismas. Lo


que otorga el contrato a favor de terceros es un derecho potestativo al tercero de rechazar
o de aceptar el derecho a su favor.

"En efecto, este tipo negocian en relación a los terceros, se expresa siempre como una
situación de naturaleza potestativa, que permite al tercero de hacerlo propio (por ejemplo,
el poder del heredero de aceptar la herencia, el derecho de quien tiene una prelación legal)
o de rechazar (en la acción paulina) los efectos que el negocio tiene ya producido o puede
producir; junto a la situación activa, que se produce en cabeza del tercero, surge
evidentemente en cabeza de las partes autores del contrato, en cuyos efectos la ley ha
entendido extender al tercero, una situación pasiva de sujeción, que consiste en no poder
impedir la iniciativa del tercero que ejercite su poder"(5).

Este tipo de efecto jurídico también se aplica a los contratos a favor de terceros quienes
tienen el derecho potestativo de rechazar el derecho a su favor y las partes (estipulante y
promitente) están en una situación de sujeción.

2.2. DECLARACIÓN EFECTUADA POR LOS HEREDEROS


ARTICULO 1459

La declaración de hacer uso del derecho puede ser efectuada por los herederos del tercero
beneficiario, salvo pacto distinto.

COMENTARIO

Notas previas Como lo señala MEDICUS, una relación obligacional puede convenirse de
forma que el deudor no tenga que cumplir al acreedor sino a un tercero. Por ejemplo,
alguien hace un envío de flores a una amiga, o un empresario conviene con una

21
aseguradora una jubilación complementaria para sus trabajadores, o un hijo alquila una
habitación para su madre en una residencia de ancianos. Estos ejemplos revelan la
frecuencia con la que se celebra el denominado contrato a favor de tercero (artículos 1457
al 1469 del Código Civil), que no es sino un modelo tipo de contratación con diferentes
manifestaciones prácticas; y que se caracteriza porque la prestación a cargo de una de las
partes, denominada promitente, se ejecuta en favor de un tercero, por antonomasia ajeno
al contrato, todo en interés de la otra parte, o estipulante.

Lo más relevante de la figura, qué duda cabe, es que el derecho en favor del tercero
emerge directamente del contrato (cfr. artículo 1458 del Código Civil), por el solo acuerdo
de los agentes contratantes. Así lo precisa Scognamiglio, al afirmar que el derecho del
tercero no surge de la ley ni exige aceptación del beneficiado sino que se deriva
(estrictamente) del propio contrato. Esta situación relativiza -valga la redundancia- el
denominado principio de relatividad contractual, por el cual todo contrato genera efectos
directos solo para quienes lo celebran (cfr. artículo 1363 del Código Civil).

No obstante, se admite en tanto cumple una finalidad económica social relevante; y es que,
como lo señala De la Puente, "si la vida real demuestra que es conveniente que un tercero
adquiera un derecho de un contrato celebrado entre otros y ofrece casos en que este
principio cubre necesidades reales y tiene aplicaciones efectivas, lo deseable es acoger
legislativamente esta realidad".

a. La aceptación del tercero Del tenor del artículo 1458 del Código Civil se desprende
claramente que el derecho en favor del tercero surge (existe, es válido) con el solo
acuerdo entre promitente y estipulante. Sin embargo, la misma norma condiciona
su exigibilidad - por el tercero- a su previa aceptación.
Se ha polemizado mucho en doctrina sobre la naturaleza y efectos de la aceptación
del tercero. Diez-Picaza considera, por ejemplo, que la aceptación es solamente "un
requisito para evitar la eficacia de la revocación del derecho en favor del tercero y
envuelve, al mismo tiempo, una voluntad de querer aprovecharse de ella, pues
nadie puede enriquecerse sin su consentimiento".
Por nuestra parte, y en el entendido que es plenamente factible (y conveniente)
distinguir, de un lado, la validez y, por el otro, la eficacia de un derecho, de modo
que sin aceptación el derecho es válido pero ineficaz, por lo que no podría ser
ejercitado. Por lo dicho, entonces "el efecto del contrato a favor de tercero no es
hacer eficaz el derecho del tercero, para lo cual se requiere que este acepte, sino
otorgar validez (existencia) al citado derecho, el cual, tiene carácter de eventual o
contingente".

22
b. Aceptación por los herederos El artículo 1459 del Código Civil, que es materia
concreta del presente análisis, se pone en una situación excepcional: que el tercero
beneficiado con la estipulación fallezca sin haber aceptado.
En ese sentido, dispone que la aceptación de hacer uso del derecho puede ser
efectuada por los herederos del tercero, salvo que se pacte algo diferente. Pues
bien, puede resultar de algún modo discutible que la regla (general) frente a la
muerte del tercero sea la extensión a los herederos de la posibilidad de aceptar.
Y es que sea cual fuere la causa o interés que lleva al estipulante a celebrar el
contrato, en la mayoría de los casos la liberalidad se efectuará en razón de la
persona del tercero, esto es tendrá carácter personalísimo (así será normalmente
en los contratos de seguros, renta vitalicia y en la donación con cargo, entre otros),
por lo cual la extensión del beneficio a los herederos debería ser excepcional. No
obstante, la ley ha optado por la regla contraria y ampara el deseo de los herederos
de valerse de la estipulación. Esto, por supuesto, siempre que en el contrato no se
pacte algo distinto y/o en la medida en que el estipulante no ejerza su derecho de
revocación antes de la declaración de los herederos.
c. Oportunidad del pacto en contrario En opinión de la Puente el pacto distinto al que
se refiere el artículo en comentario debe existir al momento en que surge el
derecho del tercero, lo que excluye la posibilidad de un pacto posterior.
Particularmente, no vemos inconveniente para que en vía de modificación,
conforme al artículo 1964 del Código Civil, se introduzca dicho pacto, de modo que
no se extienda a los herederos la posibilidad de heredar. A tal efecto, y no obstante
el texto de este último artículo, el promitente deberá dar su conformidad a la
modificación, en tanto esta puede incidir sobre sus propios derechos.

2.3 FALTA DE ACEPTACIÓN DEL TERCERO


ARTICULO 1460

Si el tercero no acepta hacer uso del derecho, el estipulante puede exigir el beneficio en su
favor.

23
Comentario

Federico G. Mesinas Montero

a. Naturaleza de la no aceptación

No obstante que, por efecto del artículo 1458 del Código Civil, con la sola celebración
del contrato el derecho surge a favor del tercero, puede suceder que finalmente este
no acepte el beneficio. Este rechazo puede ser expreso o tácito, siempre con carácter
recepticio.

¿Cuál es la naturaleza jurídica o alcances de la no aceptación?

Sobre el tema, estamos de acuerdo con DE LA PUENTE en que la no aceptación no


significa la renuncia a un derecho adquirido o el rechazo de una oferta. Se trata de una
declaración que simplemente no permite que el derecho (adquirido) despliegue
eficacia. Es decir, que aun cuando válido, el derecho originado por el contrato no
podrá ser exigido por el tercero.

b. Consecuencias de la no aceptación

Ahora, si bien por la falta de aceptación el contrato es ineficaz respecto del tercero,
esto no significa que la relación contractual quede resuelta. Como puede verse del
tenor del artículo 1460 del Código Civil, si el tercero no acepta hacer uso del derecho,
el estipulante (se entiende, en ejecución del contrato celebrado) puede exigir el
beneficio en su favor. En tal sentido, "aun rechazado el beneficio por el tercero, la
relación de cobertura (promitente-estipulante) sigue en pie, solo que el promitente no
estará obligado a pagar el beneficio al tercero sino al propio estipulante" (BORDA).

El artículo 1460 reorienta el destino de la prestación no aceptada inicialmente por el


tercero, con lo cual el contrato cumpliría también su finalidad. En el fondo, se atribuye
al contrato a favor de tercero una función económico social mayor a la inicialmente
planteada, pues por defecto satisfaría también un particular interés del estipulante
distinto de la intención de beneficiar al tercero.

Esto, por cierto, es coherente con el texto del artículo 1457 del Código Civil, que
señala que el estipulante debe contar con un interés propio respecto del contrato.

Este interés, digno de protección pero no necesariamente de carácter pecuniario


(ENNECCERUS), justificaría entonces la prestación última a favor del estipulante.

24
DE LA PUENTE discrepa con la posibilidad de que el interés del estipulante pueda ser
uno diferente al deseo de favorecer al tercero. En su opinión, si bien el estipulante
tiene un interés propio en la estipulación "su interés es que el tercero, y no otra
persona, reciba la prestación a cargo del promitente", Por ello considera que lo
correcto sería que a falta de aceptación el contrato quede simplemente sin efecto o
resuelto, posición que comparte VAN THUR.

Existen posiciones intermedias, como la de ENNECCERUS, en el sentido de que resulta


un problema de interpretación determinar si procede o no la exigencia del estipulante
en su favor, para lo cual debe observarse cada contrato en concreto.

Así, por ejemplo "en lo seguros de capital ha de suponerse que sí (procede la exigencia
del estipulante)... Por el contrario, tratándose de seguros de renta, al menos en el caso
de muerte anterior del tercero, en la mayoría de casos la intención de las partes no
será la de que se pague al contratante del seguro (estipulante) o a sus herederos",
Sobre este mismo punto Díez-Picazo considera que debe atenderse al carácter
oneroso o gratuito de la relación entre promitente y estipulante.

Según el autor, a tenor de lo regulado en el artículo 1460 la regla básica es que el


estipulante puede exigir la prestación, en el entendido de que ello satisface su interés
propio, que no sería únicamente que la prestación se satisfaga a favor del tercero. Y es
que si, por un lado, el artículo 1457 exige la concurrencia indefectible del interés
propio y luego el artículo mencionado permite la ejecución a favor del estipulante,
queda claro que, en el fondo, el interés propio exigido por la leyes uno que se satisface
(o puede satisfacerse) tanto si se ejecuta la prestación para el tercero como,
subsidiariamente, para el propio estipulante.

Esto, por cierto, no es óbice para que en algunos casos se desprenda de la naturaleza
del contrato o de la voluntad de las partes que el contrato deba quedar sin efecto en
razón de la no aceptación. Al efecto, debe notarse que el artículo 1460 no obliga a que
el beneficio se ejecute necesariamente en favor del estipulante, sino que este "puede"
solicitarlo. Entonces, por más que el estipulante detente un interés propio, ello no
significa que de todas formas se le deba beneficiar con la prestación del promitente
cuando el tercero no acepta.

El autor establece que la interpretación correcta del artículo 1460 es que habrán
casos en los que el estipulante simplemente no "podrá" exigir el beneficio: sea porque
finalmente esa es su voluntad unilateral, porque así lo expresaron las partes en el
contrato o, en todo caso, porque la naturaleza misma de la relación contractual no

25
admita tal posibilidad. En los demás casos podrá hacerla, apoyándose en su interés
propio.

2.4 TITULARES DEL DERECHO A EXIGIR EL


CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN

ARTICULO 1461

El estipulante tiene derecho a exigir el cumplimiento de la obligación por el promitente. El


mismo derecho le corresponde al tercero beneficiario una vez que haya efectuado la
declaración a que se refieren el artículo 1458 ya los herederos del mismo en el caso del
artículo 1459.

Comentario: FEDERICO G. MESINAS MONTERO

a. Como lo precisa De la Puente, es esencial al contrato a favor de tercero que este


último tenga derecho a exigir al promitente la ejecución de la prestación: "El
contrato a favor de tercero se celebra precisamente con tal finalidad, esto es, no
solo para beneficiar al tercero sino para que este adquiera y ejercite el derecho
creado en su favor". Cuando no se concede derecho al tercero -sino solo al
estipulante- para exigir el cumplimiento de obligación, estamos frente al
denominado contrato impropio a favor de tercero (DE LA PUENTE Y LAVALLE). La
naturaleza de este último contrato, como lo señala ENNECCERUS, no ofrece
dificultad alguna "pues solo el contenido de la obligación del deudor (promitente)
se determina en el sentido de que el acto debido tiene que ejecutarse hacia el
tercero". El tercero no adquiere, por tanto, derecho alguno por la celebración del
contrato ni puede exigir el cumplimiento.
b. Derecho del estipulante a exigir el cumplimiento Puede observarse, en primer
lugar, que el artículo 1461 permite al estipulante exigir el cumplimiento de la
obligación del promitente, se entiende, a favor del tercero. Es decir, que no
obstante ser rasgo fundamental del contrato propio a favor del tercero, que la
aceptación permita a este último exigir el cumplimiento, la ley también otorga tal
prerrogativa al estipulante. Esta opción legislativa, no es pacífica en la doctrina,
pues no faltan quienes niegan que el estipulante pueda forzar la ejecución. Al
efecto, como lo observan RIPERT Y BOULANGER, habría que tener en
consideración que el acreedor de la prestación es el tercero y, por tanto, solo a este
debería corresponder accionar el cumplimiento.

26
Para DE LA PUENTE, la regulación peruana se justifica por el interés propio del
estipulante para que se satisfaga la obligación en favor del tercero. En virtud de
este interés, por tanto, es menester conceder al estipulante los medios necesarios
para obtener que el promitente ejecute la prestación a su cargo tras la aceptación
del tercero. Por nuestra parte, en tanto consideramos que el interés propio del
estipulante se satisface, en principio, ejecutándose la prestación a favor del tercero
-aunque no solo de ese modo, pues también cabe la ejecución a favor del propio
estipulante encontramos también en él, el justificativo para que el estipulante
pueda exigir el cumplimiento.
Se discute asimismo si el estipulante puede exigir la resolución del contrato frente
al incumplimiento del promitente frente al tercero. En opinión de autores, como
De la Puente, ello no sería posible en tanto con la acción resolutoria intentada por
el estipulante "se privaría al tercero de un derecho que ha manifestado estar
dispuesto a recibir". Se prefiere la posición contraria que expresan, entre otros,
Messineo y Josserand, en el sentido de que el estipulante puede actuar por cuenta
propia contra el promitente y pedir la resolución del contrato. Y es que, finalmente,
el estipulante es parte del contrato y como talle corresponde resolver la relación
cuando la prestación se incumple de forma definitiva. Ello debe ser así, además,
porque de ningún modo el tercero puede exigir la resolución de un contrato del
que no es parte, siendo la resolución una paso previo fundamental para exigir
luego el resarcimiento de los daños al promitente, de no ser posible o no haber
interés por la ejecución forzada.
c. Derecho del tercero a exigir el cumplimiento Ahora bien, con la aceptación se hace
eficaz el derecho adquirido por el tercero, de modo que este puede exigir también
su cumplimiento. Como se ha visto, esta es la característica fundamental que
distingue al contrato propio a favor de tercero, del impropio. El derecho del
tercero a exigir el cumplimiento es, jurídicamente y en la práctica, un verdadero
derecho de crédito. Como señala MESSINEO, "en realidad, lo que ocurre en el
contrato a favor de tercero es que se impone al deudor (promitente) un deber
jurídico (obligación) en ventaja de un sujeto que, no obstante no ser parte en el
contrato, adquiere, sin embargo, un verdadero y propio derecho de crédito contra
el promitente". El derecho a exigir del tercero se caracteriza además por gozar de
autonomía (aunque relativa) respecto del derecho del estipulante. Es decir, es
autónomo pero "únicamente en el sentido de que el tercero puede hacer valer el
derecho directamente contra el promitente y no está obligado a tal fin, a pedir la
intervención del estipulante" (MESSINEO). Sin embargo, en última instancia tal

27
derecho se ve afectado y/o sigue la suerte de la relación entre el estipulante o
promitente; de modo, por ejemplo, que si esta es nula, también lo será el derecho
del tercero (este tema será analizado con detenimiento al comentarse el artículo
1469). Luego, se discute también en doctrina si el derecho a exigir el cumplimiento
faculta al tercero a accionar la resolución del contrato en caso de incumplimiento.
Sobre el tema, convenimos con MOSSET ITURRASPE en que al no ser el tercero
parte en el contrato, le es ajena la posibilidad de resolver..
d. Derecho de los herederos a exigir el cumplimiento Como lo señala DE LA PUENTE,
el artículo 1461 confirma la regla del ya comentado artículo 1459, esto es, que ante
la muerte del beneficiario sus herederos podrán aceptar el derecho y, en ese
sentido, exigir su cumplimiento. Aunque la norma no lo dice, por lógica se entiende
que el mismo derecho corresponderá a los herederos del tercero que aceptó el
derecho antes de fallecer.

2.5 EXCLUSIVIDAD DEL TERCERO PARA EXIGIR LA


OBLIGACIÓN
ARTICULO 1462

Cuando se deja exclusivamente al tercero el derecho de hacer exigible la obligación del


promitente, el estipulante no podrá exonerar a este.

COMENTARIO: FEDERICO G. MESINAS

La norma en comentario parte de un supuesto claro: que el contrato a favor de tercero se


haya establecido que el derecho de exigir el cumplimiento solo corresponde al tercero y no
al estipulante (lo de hacer “hacer exigible” no puede ser interpretado como “aceptar”
porque el que acepta es siempre el tercero.). Presume entonces que el tercero ya acepto el
beneficio a su favor.

Lo que no se entiende es la consecuencia legal de la situación, vale decir, que en estos


casos “el estipulante no podrá exonerar al promitente”. La exoneración seria entonces
para que el promitente no ejecute ya su prestación. Sin embargo, ello no tiene lógica pues
en ningún caso el estipulante puede “exonerar” de su obligación al promitente luego de
que el tercero ya aceptó el derecho.

Debe tenerse en cuenta que la revocación del derecho del tercero solo procede ante de la
aceptación. Igual sucede con la modificación, y cualquier otro acto posterior que pretende
privar de eficacia o extinguir el derecho del tercero exigirá la conformidad con este último,

28
por lo cual no hay lugar para que se dé la exoneración de la que se habla el dispositivo
analizado. Es decir, la norma prohíbe algo que no tenga posibilidad legal ni fáctica.

2.6 DERECHO DE SUSTITUIR AL TERCERO

ARTICULO 1463

El estipulante puede reservar en el contrato el derecho de sustituir al tercero


independiente de la voluntad de este y de la del promitente.

La sustitución a que se refiere el párrafo anterior no se trasmite a los herederos del


estipulante, salvo pacto distinto.

a. La reserva del derecho de sustituir

El artículo 1463 del código civil permite la inclusión de un pacto en el contrato a favor
de tercero para la sustitución o cambio de este último, aun luego de que hubiere
aceptado el derecho en su favor. Si bien la configuración de este pacto exige acuerdo
entre las partes, el ejercicio completo de la facultad de sustituir corresponde al
estipulante, incluso contra la voluntad del promitente.

En realidad, nos parece que aun si no existiera el artículo en comentario no habría


óbice jurídico para la inclusión de un pacto de sustitución en un contrato a favor de
tercero. Finalmente, pudiendo el estipulante prever que su interés de favorecer al
tercero desaparezca y se reconduzca en favor de otra persona, puede acordar con el
promitente la posibilidad de sustituir, lo que no vulnera norma legal alguna ni
perjudica al tercero sustituido, quien conocía del condicionamiento y, por ende, de la
precariedad de su derecho.15

Es claro también que, en principio, la sustitución no tiene por qué perjudicar al


promitente, al haber este aceptado esa posibilidad al celebrar el contrato. Sin
embargo, puede suceder que el promitente incurra en ciertos gastos en el intento
(frustrado) de cumplir frente al tercero sustituido como consecuencia del cambio
mismo de beneficiario (por ejemplo, el sustituido domicilia en otra localidad, por lo
cual ahora resulta más costoso cumplir). Tales gastos deben ser de cargo del
estipulante.

15
Teoria general del contrato. Universidad Extemado de Colombia, 1991; SPOTA. Insütuciones de
Derecho Civil. Contratos. Vol. 111.

29
b. ¿Puede ser el mismo estipulante?

DE LA PUENTE, en discrepancia de la posición de TUHR, opina que de ningún modo el


estipulante puede designarse a sí mismo como sustituto:” personalmente para el
autor sugiere que si quiere respetarse la naturaleza del contrato a favor de tercero, la
estipulación debe beneficiar a un extraño al contrato, pues si acepta que el
beneficiario puede llegar a ser el propio estipulante, el contrato a favor de tercero se
habrá convertido en un contrato normal, en el que la prestación se ejecutara a favor
del titular de la obligación respectiva, que en esa eventualidad es el estipulante.

Estamos de acuerdo con la apreciación, pues permitir que el estipulante se sustituya


como beneficiario, aun cuando el tercero ya acepto, trastoca la funcionalidad
económica-social del contrato a favor de tercero que en efecto es el concreto beneficio
a una persona ajena al contrato ( por más de que el estipulante pueda exigir el
beneficio cuando no haya aceptación). En el fondo, además, de ello resulta una
soslayada forma de ejercer el derecho de revocación luego de la aceptación,
violándose la ratio del artículo 1464 del código civil( aunque en este caso no se
produzca la extinción del contrato).

No obstante lo dicho, nos parece que no hay problema legal alguno para celebrar un
contrato atípico que permita al “ estipulante” reservarse el derecho de sustituirse
como beneficiario, siempre que el “promitente” no haya cumplido con su obligación.
Este contrato, plenamente factible, no generaría sin embargo un derecho directo a
favor de tercero, efecto que solo es propio del contrato a favor de tercero.

c. Consecuencias de la muerte del estipulante

Salvo que se pacte algo distinto. Los herederos del estipulante no pueden ejercer la
facultad de sustituir al tercero. la razón la expresa claramente LA PUENTE, al señalar
que “ el derecho de sustitución es de carácter muy personal, ya que importa, a solo
juicio del estipulante y sin expresión de motivo, privar a alguien de un beneficio para
concedérselo a otro, lo cual determina que no sea normalmente transmisible a los
herederos del estipulante.

Finalmente, y siguiendo a MEDICUS, no vemos óbice alguno para que la facultad de


sustitución la ejerza el estipulante en vía testamentaria.

30
2.7 REVOCACIÓN O MODIFICACIÓN DEL DERECHO DEL
TERCERO
ARTICULO 1464

El estipulante puede revocar o modificar el derecho del tercero en tanto no se hayan


producido los casos de aceptación previstos en los artículos 1458 y 1459

a. El rol de la aceptación

Como se ha visto, en aplicación del artículo 1458 del código civil, el derecho de
tercero surge directa e inmediatamente del contrato celebrado en su favor. Sin
embargo, la misma norma específica que para que el derecho sea exigible, el tercero
debe comunicar su aceptación a las partes del contrato, estipulante y promitente.

La aceptación del derecho juega así un rol fundamental, pues determina finalmente
que el contrato a favor de tercero produzca plenos efectos. Pero, igual de importante,
es que en la práctica al derecho del tercero adquiera firmeza solo con la aceptación,
pues hasta antes de ella la situación del derecho adquirido es verdaderamente
precaria.16

La principal manifestación de la precariedad de la que hablamos, la constituye el


artículo 1464 que es materia de este análisis. Esta norma otorga amplias facultades al
estipulante para poner fin inmotivadamente al derecho (ya adquirido) del tercero vía
de revocación o para modificarlo, siempre que el tercero no haya comunicado su
aceptación y sin que este puede hacer nada para evitar el cambio. Por ende, solo la
aceptación elimina la precariedad, perfecciona y otorga firmeza al derecho del
tercero.

b. La facultad de revocar

La revocación es el acto unilateral del estipulante por el cual se priva de existencia


jurídica al derecho de tercero (aunque, como lo señala diez-picazo, nada impide que
se pacte la revocación conjunta por el promitente y el estipulante). Responde, ´por
supuesto, a una variación del interés del estipulante por beneficiar al tercero,
pudiéndola realizar siempre que este último no haya aceptado el beneficio.

16
ARIAS SCHREIBER PEZET, Max. Exegesis del Código Civil Peruano de 1984. Tomo I, Contratos. Parte
General. Ed. Gaceta Jurídica. Tercera Edición. Nov. 2000, P 153.

31
Como lo explica DE LA PUENTE, se ha discutido en doctrina sobre la pertinencia de
que se conceda un derecho de revocación en estos casos. Sobre todo porque el
tercero ya adquirió el derecho por la sola celebración del contrato en su favor, por lo
cual resulta lógico que lo pierda en virtud de un acto posterior, unilateral e
inmotivado del estipulante.

Sobre este punto, sin embargo, compartimos el criterio del autor mencionado en el
sentido de que la figura de la revocación se justifica cuando el tercero, no obstante
haber conocido del derecho, no se pronuncia aceptándolo o rechazándolo, actuando la
revocación como un remedio para esta situación. Así, pues, “si el contrato a favor de
tercero se celebra para beneficiar a este otorgándole un crédito contra el promitente,
no obstante lo cual la inercia del tercero, al no formular su declaración de aceptación,
frustra la finalidad del contrato, es necesario encontrar un remedio a la situación para
evitar que el derecho del tercero quede en el aire, flotando entre sus promitente, que
ya es deudor, y tercero, que aún no es acreedor.

Para el autor, ese remedio, está constituido por la atribución de revocación concebida
por la ley de alguien, en virtud de la cual basta la declaración del revocante para que
el derecho del tercero desaparezca, deje de existir.

c. Carácter Receptacio

La revocación es un acto recepticio, que debe ir dirigido tanto al tercero como al


promitente. Como lo señala DIEZ-PICAZO, “al primero, porque disminuye su
patrimonio por cuanto el derecho se le ha atribuido ya con la estipulación. Al segundo,
para que no cumpla la prestación pactada a favor de tercero.17

Por otro lado, y aun cuando nuestra legislación no lo señale, la revocación del
beneficio puede hacerse en vía testamentaria.

d. Efectos de la revocación

Tal como lo señala MESINEO, cuando la estipulación hubiese sido revocada (en
tiempo oportuno) el derecho del tercero se pierde aunque ya hubiera sido legalmente
adquirido. En el fondo, la revocación, en cuanto al efecto que produce, se asimila al
rechazo del beneficio por el tercero.

Ahora, si bien el artículo que comentamos no precisa el efecto legal que en estricto
produce la revocación, DE LA PUENTE señala que se trata de una causal de invalidez.

17
DIEZ-PICASSO, Luis y GULLÓN, Antonio. “Sistema de Derecho Civil”-Vol. II Novena edición. Editorial
Tecnos S.A. 1997.

32
A nuestro parecer, sin embargo, y siguiendo la lógica del artículo 1467 del código civil,
que por efecto de la revocación considera inexistente (“… Produce la extinción…”) al
contrato a favor de tercero, debería interpretarse que en virtud del artículo 1464 el
derecho del tercero seria también inexistente y no invalido.

El tema, por supuesto, se presta a interpretaciones, sobre todo porque en realidad es


un error que se incorporen en nuestro código civil dispositivos que apelen a la teoría
o criterio de la “existencia” para considerar finalizado u acto, cuando el libro del acto
jurídico se ha estructurado sobre los conceptos de invalidez e ineficacia (mas las
sanciones legales de nulidad y anulabilidad), debiendo mantenerse la coherencia en el
resto de libros. No obstante ello, al ser (legalmente) inexistente el contrato de donde
emana el derecho de tercero, debería también considerarse inexistente el derecho
mismo.

De otro lado, tal como lo precisa DE LA PUENTE, un segundo efecto de la revocación


es que priva de efectos a cualquier declaración posterior del tercero por la cual este
pretenda hacer suyo y/o exigir el derecho. En otras palabras, la revocación priva de
eficacia la aceptación del tercero.18

e. Modificación

El artículo que se analiza concede también al estipulante el derecho de modificar el


contrato, previo la aceptación del tercero. Esta facultad se justifica igualmente en la
falta de aceptación o de rechazo del derecho por parte del tercero. Pero el interés del
estipulante en este caso no será necesariamente “sancionar” (como sucede con la
revocación) al tercero privándolo de todo (o parte) de su beneficio, sino que puede
presentarse varias posibilidades.

Así, por ejemplo, dada la inercia del derecho, el estipulante podría en efecto disminuir
el beneficio, en desmedro del tercero y como una suerte de sanción. Pero, de repente,
y si es verdaderamente el deseo del estipulante de beneficiar al tercero, podría optar
más bien por mejorar el derecho, de modo que se generen más incentivos para que el
tercero acepte. En fin, las situaciones pueden ser variadas.

Un problema, sin embargo, que si observamos en el dispositivo en comentario es que


no exige la conformidad del promitente para la modificación del derecho de tercero.
Se pierde de vista aquí la modificación puede afectar la aceptación del promitente.
Haciendo más costo o complicado su cumplimiento. Consideramos, por ello, que la

18
DE LA PUENTE y LAVALLE, Manuel. "El contrato en general" Comentarios de la sección primera del
libro VII del Código Civil, Palestra, 2007, 3 tomos

33
modificación no puede ser unilateral y exige la concurrencia indefectible de la
aceptación del promitente.

2.8 INTRASMISIBILIDAD DE LA FACULTAD DE


REVOCACIÓN O MODIFICACIÓN

ARTICULO 1465

La facultad de revocación o modificación no se trasmite a los herederos, salvo pacto


distinto.

a. la intrasmisibilidad de la facultad de revocar

DIEZ-PICAZO, en concordancia con la legislación española, señala que “el poder de


revocación se trasmite a los herederos del estipulante, porque forma parte de la situación
jurídica contractual en la que ellos le suceden”. La opción de la legislación peruana, sin
embargo, es distinta, permitiéndose la trasmisión de facultad de revocar solo si así se
pacta.19

En el fondo, el fundamento de esta regulación es similar al que se da con relación al


artículo 1463, esto es, que la decisión de revocar (como lo es la de sustituir) resulta muy
personal, sin que el estipulante deba expresar motivación alguna, por lo cual no resulta
adecuada (o natural) una regla general de trasmisión de esa facultad a los herederos.
Como lo señala de la puente,” en muchos casos la relación se origina en lazos de afecto o
de especial consideración entre las personas del estipulante y del beneficiario, lo que
justifica, aunque tal consideración no tenga carácter general para todos los casos, que se
establezcan como regla natural que la facultad de revocación no es trasmisible a los
herederos.

Finalmente, de ser el caso, el pacto en contrario reflejaría la opción también personal del
estipulante de que sus herederos puedan revocar el beneficio y extinguir el contrato.

19
DíEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Civil. Vol 11. Tecnos. Madrid, 1995

34
2.9 REQUISITOS PARA LA REVOCACION O MODIFICACION

ARTICULO 1466.- EL CONOCIMIENTO DEL TERCERO

Al comentar el artículo 1964 del código civil, siguiendo que tanto la facultad de revocar
como la de modificar el derecho del tercero se justificaban por la falta de aceptación o
rechazo del derecho. Es decir, que ante la inercia del tercero era conveniente que el
estipulante pudiera variar el destino del derecho, modificándolo o de plano extinguiéndolo
vía revocación.

a. modificaciones posteriores

Luego de que se produjo la aceptación no cabe de ningún modo, conforme a nuestra


normatividad, una modificación (o revocación) del derecho (salvo que el tercero
acepte el cambio) fundamentada en las variaciones que pudieren haberse suscitado
en la relación entre el estipulante y el tercero, más concretamente por la pérdida o
variación del interés del primero por beneficiar al segundo.

Aun cuando, por las razones que fuere, hubiera desaparecido (parcial o totalmente) el
interés del estipulante de beneficiar al tercero, el derecho de este no podrá ser
modificado o revocado contra su voluntad.

2.10 EXTINCIÓN DEL CONTRATO POR REVOCACIÓN

ARTICULO 1467

La revocación de la estipulación en favor del tercero produce la extinción del contrato,


salvo pacto distinto

a. como queda el contrato luego de la revocación

El artículo 1767 regula el efecto concreto que produce la revocación, esto es, la
extinción del contrato en favor de tercero. Así, pues, el solo ejercicio de la facultad
revocatoria que le concede al estipulante el artículo 1464 deriva en la extinción de la
relación entre el promitente y estipulante, junto con la del derecho del tercero.

Esta opción no es, por cierto pacifica, en la doctrina ni en las legislaciones


comparadas. En Italia, como lo hacer ver DE LA PUENTE, la doctrina defiende la
posición tomada por el código civil de ese país en el sentido de que la revocación

35
conlleva a que el estipulante pueda exigir el beneficio en su favor, y en el entendido de
que este cuente con un interés propio en el contrato (distinto, claro está, del interés
en que la ejecución sea a favor del tercero).

LÓPEZ DE ZAVALIA, considera también que si la ventaja se pierde para el tercero se


dirige en adelante a favor del propio estipulante, pero “salvo que en otra cosa
resultare de una interpretación del contrato o del acto de revocación”.

Con relación a lo dispuesto por nuestro código civil, pensamos que el efecto que debió
atribuirse a la revocación, para mantener la coherencia con el artículo 1640 sobre la
falta de aceptación, debió ser que se conceda al estipulante el derecho de exigir la
prestación en su favor. No se establece justificación práctica para que el efecto en los
dos casos mencionados sea distinto.

Debe tenerse en cuenta que la situación de las partes del contrato, frente a la falta de
aceptación o a la revocación, es siempre la misma. En cuanto al promitente, en ambos
casos ya no puede cumplir frente al tercero como inicialmente se pactó, por lo que
debe definirse el destino de su prestación. Por su parte, el estipulante siempre puede
tener un interés propio de aprovecharse del beneficio. En suma, al ser asimilables los
supuestos, si en uno se optó por otorgarle el beneficio al estipulante, debió hacerse lo
mismo en el otro.

No obstante lo dicho, la deficiencia manifestada se aminora de algún modo por la


posibilidad del pacto distinto, admitido por el artículo en comentario. Mediante este
pacto, entonces, el estipulante puede dejar sentado su deseo de valerse de la
estipulación si en última instancia decide revocar el beneficio del tercero.

De otro lado, como lo hacer ver DE LA PUENTE, resulta novedoso que para poner fin a
la relación entre el promitente y el estipulante, el artículo sanciona la” inexistencia”,
(……se produce la extinción…) del contrato, y no recurre al concepto más evidente de
la ineficacia. Que es además el que informa a nuestro código civil. Debe tenerse en
cuenta que existen autores, como lohmnan, que considera que la inexistencia es una
calificación ajena a nuestro derecho, pues jurídicamente los actos o negocios jurídicos
simplemente valen o no. 20

b. la restitución de las prestaciones y/o gastos

20
ARIAS SCHREIBER PEZET, Max. Exegesis del Código Civil Peruano de 1984. Tomo I, Contratos. Parte
General. Ed. Gaceta Jurídica. Tercera Edición. Nov. 2000, P 153.

36
Por lo recién expresado, convenimos también con DE LA PUENTE en que la extinción
del contrato determina que el estipulante y el promitente deban restituirse las
respectivas prestaciones de la relación de cobertura, en el estado en que se
encontraren cuando se produce la revocación.

Parece que en estos casos también procede que el promitente reclame al estipulante
el pago de los gastos en los que hubiera incurrido antes de la revocación, al tratar de
cumplir su (frustrada) obligación frente a terceros.

2.11 RENUNCIA A LA FACULTAD DE REVOCAR, MODIFICAR O


SUSTITUIR
ARTÍCULO 1468

Se puede renunciar a la facultad de revocar, modificar o sustituir el contrato en favor de


tercero.

a. Efecto de la norma

En virtud del artículo 1464 del código civil, el estipulante puede revocar o modificar el
derecho del tercero en tanto no se haya producido la aceptación. Por su parte, el
artículo 1463 señala que el estipulante puede reservar en el contrato el derecho de
sustituir al tercero independientemente de la voluntad de este y de la del promitente.

Como puede apreciarse, el artículo en comentario permite que el estipulante renuncie


de forma previa a sus derechos de revocar o modificar el contrato o de sustituir al
tercero, configurándose en los dispositivos antes mencionados.

Un análisis lógico a priori hace pensar que la norma no conlleva problema alguno,
pues si los derechos a revocar, modificar o sustituir corresponden al estipulante y
están configurados en su único interés, no hay razón para que pueda renunciar a ellos.

b. Retractación de la renuncia

LÓPEZ DE ZAVALIA, por ejemplo, se cuestiona si verdaderamente el derecho de


revocar, o ius revocandi, puede ser renunciable, de tal manera que se conceda al
tercero un beneficio irrevocable y sin que haya mediado aceptación.

Considera que ello no es posible pues no puede crearse un beneficio que, desde un
punto de vista práctico, resulta realmente irrevocable sin declaración alguna del
tercero. Y es que “si bien es verdad que, en principio, puede renunciarse a todos los
derechos, no lo es menos que la renuncia puede ser retractada mientras no haya sido
“aceptada”, de donde se sigue que, creado como irrevocable un beneficio en el
37
contrato, o renunciada después la facultad de revocar, por la retracción de la renuncia
se volvería al régimen de revocabilidad.21

No se puede admitirse la posición recién citada si se quiere dar algún sentido al


artículo 1468, por más que el problema planteado no deje de ser relevante. En efecto,
puede interpretarse que luego de formulada la renuncia a la revocación e incorporada
esta al contrato, el estipulante puede retractarse de ella mientras no hay aceptación,
teniendo en cuenta que está facultado también para modificar el contrato (aunque
debería exigirse aquí la conformidad del promitente).

Parece, sin embargo, que de un modo indirecto puede encontrarse la solución al


problema el artículo 1466 del código civil, que introduce el elemento del
conocimiento del tercero y le otorga un valor predominante a los efectos de la
revocación o modificación del derecho de tercero. En tal sentido, si para hacer valer
una revocación o modificación es necesario que el tercero haya conocido de la
existencia del contrato, lo razonable es que pueda hacerse valer una retractación a la
renuncia en la medida que el tercero haya conocido del contrato. En otras palabras, si
la eficacia del derecho a revocar o modificar está condicionada al conocimiento del
contrato, la eficacia de la renuncia a estos derechos debe sujetarse a la misma
condición, por lo que cabría la retractación solo hasta antes de ese derecho.

c. El problema de la renuncia a la sustitución

Como relación al derecho de sustituir al tercero se presenta un problema adicional


que explica claramente DE LA PUENTE. Y es que no resulta fácil de entender una
renuncia a la facultad de sustitución si esta no opera legalmente, sino por reserva
expresa del propio estipulante. En tal sentido, como lo señala el autor citado, “la mejor
manera como el estipulante pueda renunciar a la sustitución es no reservándose la
facultad de hacerlo”. 22

No obstante, precisa el mismo autor que no puede descartarse la posibilidad de que el


estipulante se reserve en el contrato el derecho de sustituir al tercero y
posteriormente, cambiando de opinión, renuncia de tal derecho. Solo así podrá
encontrarse alguna lógica a la facultad de renunciar a la sustitución, por más que se
trate de un supuesto poco probable.

21
MORALES HERVÍAS, Rómulo. “Estudios Sobre Teoría General del Contrato”. Grijley-2006
22
DE LA PUENTE y LAVALLE, Manuel. El contrato en general. Tomo V. PUCP Fondo Editorial. Lima, 1996.
DíEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Civil. Vol 11.

38
2.12 EXCEPCIONES OPONIBLES AL TERCERO

ARTICULO 1469

El promitente puede oponerse al tercero las excepciones fundadas en el contrato, pero no


las que deriven de otras relaciones existentes entre él y el estipulante.

a. excepciones fundadas en el contrato

Si bien el derecho adquirido por el tercero, consecuencia del contrato celebrado en su


favor, es relativamente autónomo al poder de exigir directamente al promitente, sin
necesidad de intervención del estipulante; ello significa, como lo precisa MESSINEO,
que “no sea influido en modo alguno por las suerte de las relaciones entre el
estipulante y el promitente”, teniendo en este aspecto un carácter verdaderamente
accesorio, y es que como quiera que el derecho del tercero se basa inmediatamente en
el contrato, queda sujeto también a todas las objeciones derivadas del mismo, o sea, a
todas las objeciones que broten de los vicios, de la naturaleza o del contenido del
contrato”.23

El artículo 1469 de nuestro código civil se alinea a este criterio, permitiendo que el
promitente oponga al tercero las excepciones fundadas en el contrato, más
específicamente en su relación de cobertura con el estipulante. El derecho del tercero
depende así del destino del contrato: del cumplimiento del estipulante, de los vicios
que pudieran concurrir, etc.

Entre las excepciones que comúnmente podrían plantearse, primero estarán aquellas
vinculadas al incumplimiento del estipulante. Como lo señala MEDICUS, cuando la
relación de cobertura está en un contrato reciproco(o de prestaciones reciprocas)
normalmente produce efecto contra el tercero la excepción de contrato no cumplido o
de incumplimiento que permite la suspensión de la ejecución de la prestación debida.

En segundo término, estarán las excepciones vinculadas a los vicios de invalidez


(nulidad o anulación, artículo 219 y 221 del código civil) u otros supuestos que

23
Código procesal civil peruano prescribe: Art. 446. Excepciones proponibles. El demandado sólo puede
proponer las siguientes excepciones: 1. Incompetencia; 2. Incapacidad del demandante o de su
representante; 3. Representación defectuosa o insuficiente del demandante o del demandado; 4.
Oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer la demanda; 5. Falta de agotamiento de la vía
administrativa; 6.Falta de legitimidad para obrar del demandante o del demandado; 7. Listispendencia;
8. Cosa juzgada; 9. Desistimiento de la pretensión; 10.Conclusión del proceso por conciliación o
transacción; 11. Caducidad; 12. Prescripción extintiva; y, 13. Convenio arbitral.

39
produzcan la ineficacia del contrato celebrado y, por ende también, del derecho del
tercero.

Es claro, también que el promitente podrá oponerle al tercero las condiciones u otras
circunstancias objetivas a las que estén supeditada la exigibilidad del derecho mismo.
En síntesis, como lo señala diez-picazo, “debe entenderse que el promitente puede
oponerse a las excepciones derivadas de las condiciones objetivas del derecho del
tercero (falta de vencimiento, prescripción, etc.) y las que derivan del contrato mismo
del que el tercero traiga su derecho (por ejemplo, el estipulante incumplió el contrato
o es nulo).

b. excepciones inoponibles por ser ajenas al contrato

Puede verse que el artículo 1469 se cuida en señalar que no son oponibles al tercero
las excepciones que deriven de relaciones existentes entre el promitente y el
estipulante, ajenas al contrato que origina el derecho del tercero. La razón la explica
claramente LÓPEZ DE ZAVALIA:” el promitente puede oponer al tercero las defensa
propias de la relación principal, pero en manera alguna las que tuviera contra el
estipulante en razón de otras relaciones (como la compensación); que pueda oponer
las primeras es consecuencia de que la relación principal cumple el papel de la causa,
que no pueda acudir a las segundas, resulta de la autonomía del beneficio en virtud de
la creación directa.

Queda sobreentendido que tampoco será oponibles por el promitente las excepciones
que pudieran derivar de la relación, esto es, entre el estipulante y el tercero.

c. excepciones en la relación entre tercero y promitente

En doctrina, se discute si el promitente puede oponerse al tercero las excepciones


personales que tenga con este (esto es, distintas de las condiciones objetivas para
exigir el derecho). Como puede apreciarse ello no desprende directamente del
artículo 1469 del código civil.

No obstante, dada la naturaleza crediticia del derecho del tercero, no vemos obstáculo
alguno para que el promitente efectué tal oposición. Y es que, como señala DE LA
PUENTE, “el promitente es un deudor del tercero, por lo cual puede oponerse todas
las excepciones que normalmente puedan oponer un deudor a su acreedor por razón
de la relación existente entre ambos, como es el caso de la compensación de un
crédito del promitente contra el tercero.

40
3. CONCLUSIONES:

 La figura jurídica del contrato a favor de tercero se encuentra regulado en nuestro


código civil de 1984 en los artículos 1457 al 1469.
 En este el contrato en favor de terceros actúan tres personas: el estipulante y el
promitente que celebran el contrato, y la otra, el tercero, que se beneficia con los
efectos del mismo. En la cual establecen que el promitente se compromete a
realizar una prestación en beneficio de un tercero.

 El tercero por su parte recibe un beneficio, es un centro de interés, sin embargo no


constituye parte contractual, solo puede exigir al promitente la prestación incluso
mediante ejecución forzada pero no puede ir mas allá de lo establecido.

 Puede ser determinado o determinable, puede incluso no existir al momento de la


celebración del contrato.

 El estipulante debe tener interés propio en el contrato, debe tener interés en que el
tercero se beneficie, empero su interés no constituye la causa del contrato sino
únicamente forma parte del perfil causal y se une al perfil causal del promitente.
 Este tipo de contrato tiene como finalidad que el tercero adquiera el derecho a la
prestación y, en ejercicio de este derecho, pueda exigir su ejecución.

 Para que el contrato en favor de tercero cumpla realmente su rol es preciso que se
celebre en sentido propio, esto es, con la finalidad que el tercero adquiera el
derecho a la prestación y, en ejercicio de este derecho, pueda exigir su ejecución.
Lo que busca el estipulante y el promitente al celebrar el contrato es beneficiar
directamente al tercero, de tal manera que del contrato nazca un crédito en
provecho del tercero y en contra del promitente.
 El derecho de tercero surge directa o inmediatamente de la celebración del
contrato. Para que este sea exigible, es necesario la aceptación de tercero que
opera retroactivamente según el art. 1458 del c.c. si el tercero no acepta, el
estipulante puede exigir el cumplimiento de la prestación a su favor.
 El estipulante puede revocar o modificar el derecho de tercero, siempre y cuando
este no haya hecho la declaración de la aceptación (art. 1458, 1459,1464 del c.c).

 El contrato a favor de tercero puede referirse a cualquier tipo de contrato y a


cualquier tipo de prestación derivada de obligaciones de dar, hacer o no hacer

41
ANEXOS

42
CONTRATO DE RENTA VITALICIA

1.-MODELO DE CONTRATO DE RENTA VITALICIA

Señor Notario:

Sírvase extender en su registro de escrituras públicas una de renta vitalicia que celebran
de una parte____________, con R.U.C N°__________, domiciliado en Guayaquil, debidamente
inscrita en la Ficha N°____________ del Registro de Personas Jurídicas de____________,
representada por Director Gerente_______________, con R.U.C N°____________, domiciliado
en____________, según poder inscrito en la ficha registral antes señalada, a quien en adelante
se le denominará para efectos de este contrato “LA EMPRESA”; y de la otra parte
don_______________, con R.U.C N°____________, domiciliado en_______________, a quien en adelante
se le denominará “EL RENTISTA”, en los términos y condiciones siguientes:

PRIMERO: “LA EMPRESA” declara que “EL RENTISTA” ha prestado servicios en la


sociedad______________ señalada en la parte introductoria de este documento
durante____________, luego de los cuales renunció voluntariamente y recibió a su entera
satisfacción los beneficios sociales que por ley le correspondían. Por su parte “EL
RENTISTA” expresa su conformidad con lo expuesto en la presente cláusula.

SEGUNDO: Por el presente contrato “LA EMPRESA”, pagará todos los______ de cada mes “EL
RENTISTA”, y a título de renta vitalicia, _________ DOLARES AMERICANOS, en efectivo y en
el domicilio de éste.

TERCERO: El plazo de duración del presente contrato es el tiempo de vida de “EL


RENTISTA”; en tal sentido, este contrato se extinguirá a la muerte de éste y no se
trasmitirá a sus herederos.

CUARTO: Es acuerdo de las partes que el presente contrato no obliga a “EL RENTISTA” a
realizar prestación alguna en beneficio de “LA EMPRESA” por la renta vitalicia que en este
acto se contrata.

QUINTO: La renta vitalicia que en este se constituye es de carácter personal; por tanto “EL
RENTISTA” no podrá cederlo bajo ningún título a terceros ni trasmitirlos a sus herederos.

43
SEXTO: Cuando haya necesidad de mantener el valor constante de la renta vitalicia objeto
de este contrato, las partes reajustarán el importe de la renta establecida en la cláusula
segunda de este documento, conforme a lo previsto por el artículo 1930 del Código Civil.

SEPTIMO: “EL RENTISTA” declara que goza de buena salud física y mental, por tanto el
presente contrato de renta vitalicia no adolece de ninguna de las nulidades establecidas en
el artículo 1927 del Código Civil.

OCTAVO: Los contratantes convienen que todos los gastos y tributos que originen la
celebración y ejecución del presente contrato serán asumidos por “LA EMPRESA”.

NOVENO: Para los efectos del presente contrato, las partes señalan como sus domicilios
los indicados en la parte introductoria de este documento, y, en caso de producirse
controversia con motivo de celebración y ejecución de la presente renta vitalicia, los
contratantes se someten a la competencia territorial de los jueces y tribunales
de_______________.

DECIMO: El cambio de domicilio de cualquiera de las partes contratantes no surtirá efecto


si dicho cambio no ha sido comunicado a la otra parte mediante carta notarial.

DECIMO PRIMERO: En todo lo no previsto por las partes en este contrato, ambas se
someten a lo establecido por las disposiciones del Código Civil y demás normas
pertinentes.

Señor Notario, sírvase usted agregar los insertos de ley y elevara escritura pública el
presente contrato de renta vitalicia.

PERU, _____de__________de20___

EL EMPRESA EL RENTISTA

44
Modelo de Contrato de Renta Vitalicia

En ................................., a ............ de ........................ de ........

REUNIDOS

De una parte, Don/ña. ........................................., mayor de edad, soltero, con domicilio


........................... y D.N.I. no..............................., que interviene en nombre y derecho propio. Y de
otra parte, Don/ña. ....................................., mayor de edad, soltero, con domicilio ..................... y
D.N.I. no ..............................., que interviene en nombre y derecho propio Ambas partes se
reconocen recíprocamente la capacidad legal necesaria para otorgar el presente Contrato
de Renta Vitalicia. A tal efecto

MANIFIESTAN

I. Que Don/ña...es titular del pleno dominio de la siguiente finca urbana: ............. libre de
cargas y gravámenes, inscrita en el Registro de la Propiedad de ............. Núm. .......... II. Que
las partes otorgan el presente Contrato de Renta Vitalicia con sujeción a las siguientes:

ESTIPULACIONES

PRIMERA. Transmisión de la propiedad.- Por el presente contrato, Don/ña. ..................


transmite a Don/ña. ...................., que la adquiere y acepta en este acto para sí misma, la
propiedad de la finca arriba descrita y cuanto sea accesorio a la misma, cuya situación
física, jurídica y registral conoce el adquirente, la encuentra conforme y acepta.

SEGUNDA. Determinación de la renta vitalicia.- Don/ña. .............., se obliga a satisfacer a


Don/ ña. ................ como contraprestación una renta anual de ......... euros. El pago de la
citada renta deberá abonarse por meses anticipados, del día ... al día ........, siendo la
primera a la firma del presente contrato.

TERCERA. Cláusula de estabilización de la renta.- La renta convenida será revisada


anualmente, mediante la aplicación del índice de precios al consumo que publique el

45
Instituto Nacional de Estadística u organismo que le sustituya, teniendo como fecha de
referencia para la revisión la de otorgamiento del presente documento.

CUARTA. Duración.- La renta será satisfecha hasta la fecha del fallecimiento del
transmitente, debiéndose satisfacer el importe total aunque el fallecimiento hubiese
sobrevenido antes de la expiración del plazo en que ha de pagarse.

QUINTA. Condición resolutoria explícita.- Las partes acuerdan someter esta transmisión a
la condición resolutoria automática del impago total o parcial de cualquiera de las
mensualidades dentro de los diez días siguientes al requerimiento que fehacientemente
haga el transmitente al adquirente en el domicilio de este último. Cumplida la condición,
Don/Doña ................ deberá restituir a Don/Doña ...................... la finca transmitida, sin que las
partes puedan reclamarse los frutos del inmueble ni las pensiones satisfechas.

SEXTA. Gastos del contrato.- Todos los gastos e impuestos ocasionados como consecuencia
del otorgamiento del presente documento y de la escritura pública en que en su momento
se formalice, serán de cuenta del adquirente.

SÉPTIMA. Fuero.- Las partes, con renuncia expresa a cualquier otro fuero que pudiera
corresponderles, se someten a los Juzgados y Tribunales de...................... para la resolución
de los conflictos a que este contrato pudiera dar lugar.

En prueba de conformidad de lo expuesto, las partes firman el presente...

46
47

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