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Litigante Por Amor - Guion
Litigante Por Amor - Guion
Cáceres: Buenos días a todos los presentes, soy don Juan de Dios Cáceres
comerciante y hacendado domiciliado en la hacienda “Cáceres Gracia” de la
cual soy dueño.
Por todo esto y más es inaudito que sea vendida al mismo precio que fue
adquirida. Además, la esclava no es cruelmente maltratada y en mi casa
siempre fue tratada con amor y es y ha sido engreída por mi esposa desde que
vive con nosotros.
Abogado de Cáceres: El precio ofrecido por don Urtecho es muy bajo para el
valor de la esclava que no solo es monetario ya que sabe realizar todas las
labores domésticas sino que también tiene un valor sentimental y el precio no
puede ser el mismo.
Ciriaco: Disculpe don Cáceres pero teniendo en cuenta los maltratos que ha
padecido mi esposa durante años me parece un exceso y una usura el precio
que exige por ella.
Ella es constantemente maltratada, ella lava lana sacándola del agua caliente a
fría, limpia muy temprano en las mañanas y se acuesta muy tarde, casi no
duerme.
Cáceres: Dionisia olvidemos todo esto y sigue viviendo con nosotros. El dinero
que será devuelto a tu esposo y exijo que se le imponga la pena del perpetuo
silencio.
Dionisia es más que una esclava para nosotros es como si fuera parte de
nuestra familia, mi esposa y mis hijos la quieren mucho y además ella no es
una simple esclava, ella está al cuidado de toda la casa y ella no realiza
trabajos diferentes a los demás.
Además, con qué cara reclama este mantenido desvergonzado si vive del
trabajo de Dionisia, es más, yo lo mantengo porque vive en mi casa, yo pago
su comida, sus enfermedades, lo visto, no les permito gasto alguno, él se
mantiene a mis expensas.
Y Sr. Corregidor también hay que tener en cuenta que muchas veces los
esclavos mienten y calumnian a sus amos con tal de conseguir su libertad.
Don Bernabé: Buenos días Sr. Corregidor, soy Bernabé Urrieta Gonzales, y
hace 20 años le vendí a don Pablo esta esclava de nacimiento para que se la
obsequiara a su sobrina Jerónima de Gracia.
Don Bernabé: No, para nada, depende si es hombre o mujer y que puede
saber hacer.
Corregidor: Proceda.
Ciriaco: Por lo tanto, mi esposa ya no es útil ya que está muy enferma, para
que retenerla si no les va a servir.
Doña Jerónima: Buenos días Sr. Corregidor, Dionisia siempre ha sido muy
cercana a mi desde que era pequeña, no me explico que ha podido motivar
este proceder ya que ella y su esposo vivían en mi casa, yo no quiero venderla
solo le pido que recapacite y olvidemos todo esto y vuelva con nosotros.
Además, Dionisia como cualquier otra mujer sufre mucho por no estar al lado
de su marido ya que él se ha ido a trabajar lejos para reunir el dinero y ahorrar,
además, ellos están casados y Dios manda que la mujer deba estar al lado de
su marido al lugar donde vaya.