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Pag.
Resúmenes de los artículos ...................................... 5
AHTICULOS
PATAGONES Y PATAGONIA: UN CASO DE DENOMINACIÓN E P O N I M A CON
UNA ERRÓNEA ATRIBUCIÓN GEOGRÁFICA. Ramón Morales ................. 11
LUIS A. BURRERO
MAURICIO MASSONE M.
HANS NIEMEYER F.
JULIO PHILIPPI I.
SERGIO VILLALOBOS E.
INSTITUTO DE LA PATAGONÍA
FUNDADO EL 2 DE MARZO DE 1969
RAMÓN MORALES
MATEO MARTINIC
Information, in part inedit and in part scarcely know, on the abuses ca-
rried on against the Tierra del Fuego hunters during the livestock colonist
settlement at late XIX century, is given. With this the concept of genocide
to explain the rapid and massive extinction of the selknam ethnia is
affirmed.
El dominio del caballo por parte de los indígenas del sur de la Patagonia
originó un conjunto de hábitos que acabó por-dar forma a una cultura
particular. En este artículo se dan a conocer las maneras diferenciadas de
montar entre los hombres y las mujeres, debido a razones de carácter fun-
cional, y se describen los elementos característicos de las respectivas mon-
turas.
The mastering of the horse by the indians of South Patagonia gave rise to
an enterity of habits which lead to the shaping of a particular culture. In
this article the differenciated ridding ways among-men and women, due
to razons of functional nature, are given and the characteristic elements of
the respective saddles are described.
M-ATEO MARTINIC B.
Cazadores tardíos en la zona fronteriza del paralelo 52 sur. /. El paraje dejuni Aike
Later hunters in the border zone from the 52°south latüudeI. The place ofjuni Aike
ALFREDO PRIETO
Cazadores tardíos en la zona fronteriza del paralelo 52° sur. //. Alero Peggy Bird
Later hunter in the border zone from the 52° south latüude 11, Peggy Bird rock shelter
MAURICIO MASSONE
DOMINIQUE LEGOUPIL
The identificación of marine mammals in the patagonian coastal canoe-mdian sites: problems
and evidcnces
Some problems are reported and conclussions, which might be useful for
this type of faunistic studies, are given from the study of two archaeological
populations of marine mammals at Punta Baja and Bahía Colorada sites
(Otway Waters, Magallanes).
Questions on species identification, age and sexual determination of the
hunted animáis, so important to reconstruct the economical cycle of
Patagonian canoe-indians, are examined. Some peculiarities, such as
pinniped and other cranium fractures, seáis bacúla scarcity at Punta Baja
(while very abundant at Bahía Colorada), or unequal representation of
certain right and left side bones, are studied. Some hypothesis on hunting
techniques and consumption habits of this indian group are offered.
DÓNALO JACKSON
New antecedents on archaeological investigations at the Cerro Benitez área (Ultima Esperanza,
Magallanes)
HUGOG.NAMI
Obseruations on some bifacial artifacts from Bahía Laredo. Technologzcal consideratwnsfor the
southern región.
Some bifacial artifacts from Bahía Laredo (Magallanes, Chile) are studied
in detail. On basis of these studies, problems related with the functionabi-
lity of some proyectile points in Fuego-Patagonia, are discussed. The
theme of the reactivation of stone artifacts as an importan aspect for
archaeological interpretations is also viewed.
ANS.INST.PAT. Ser.Cs.Ss., Puma Arenas (Chile), vol. 19. 1989-1990
RAMÓN MORALES •
da visita efectuada por otro aborigen, seis días cierta, el aborigen descrito habría tenido que
después del primer encuentro, y del que afirma medir unos tres metros de altura.
textualmente: "Este hombre era más grande y No obstante, queda claro que fue la alta es-
mejor conformado que los otros" (1970:25). tatura lo que impresionó a los expedicionarios
Desde un comienzo los europeos hablaron de del Viejo Mundo, pero el testimonio escrito que
gigantes y aunque en ello hay una evidente exa- nos dejó Pigafetta, tras abandonar San Julián,
geración, conviene tener presente que los medi- respecto del nombre que aplicaron a los aborí-
terráneos y levantinos de la época poseían una genes es sólo una exueta y concisa frase: "Nues-
talla bastante más baja que la actual. A base de tro capitán dio a este pueblo el nombre de Pa-
armaduras que aún se conservan (también piezas tagones" (1970:29), sin que agregue explicación
de ropa y calzado) se ha establecido que la es- alguna sobre la razón que tuvo Magallanes para
tatura media en Europa oscilaba entre 1,50 m asignar tal denominación.
1,55 m. Ogbrum y Mimkroff (1958) sostienen Junto al factor estatura y corpulencia, se verá
que la baja estatura en el Viejo Mundo era una más adelante que la repelente pintura facial, la
tacha física que se arrastraba desde la Edad vestimenta, la voz gutural y lo salvaje y remoto
Media y que perduró hasta bien andado el siglo del ambiente en que vivían, también jugaron un
XVII. Convengamos en que Magallanes, al papel motivador en la elección de este nombre.
igual que la mayoría de sus hombres, debió me- Andando el tiempo, la leyenda de los gigantes
dir alrededor de 1,52 m de altura, de acuerdo patagones arribó a la literatura científica,
con uno de sus biógrafos más famosos que lo liberada ya del supuesto gigantismo, pero con la
describen como "...grueso, fornido y de talla curiosa referencia a los pies grandes. La
corriente" (Zweig, 1965). Al tratar de enten- pesquisa del origen de esta atribución etimoló-
derse con un individuo que lo soprepasaba en un gica nos retrotrajo, de autor en autor, hasta un
quinto de altura y que aparentaba ser más alto contemporáneo de Magallanes: el capitán
aún, debido a su indumentaria compuesta de Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés (1478-
una larga capa de piel de guanaco, con la que se 1557), consagrado como el primer cronista del
envolvía desde los hombros hasta media panto- Nuevo Mundo, de quien se publica, el mismo
rrilla, debió impresionarse ya que nunca en año de su fallecimiento, el Libro N° 20 de la
Europa, ni en región conocida a la fecha, había Segunda Parte de su Historia General y Natural
vivido la experiencia de verse tan superado física- de Las Indias, en cuyo sexto capítulo narra las
mente por un hombre que con su comportamien- vicisitudes vividas en el estrecho de Magallanes
to y aspecto hacía honor a su estampa por el clérigo Juan de Aréyzaga, integrante de la
corpulenta. expedición realizada en 1526 por Jofré de Loayza
La consecuencia más inmediata que acarreó y Sebastián Elcano, en un segundo intento por
este primer encuentro entre europeos bajos y llegar a las islas de la especiería y retornar a Es-
aborígenes altos, fue la propagación del mito de paña por la misma ruta abierta por Magallanes.
los hombres gigantes que habitaban las estepas En la página 42 del referido capítulo se lee: "El
del extremo sur americano. En los siglos siguien- día siguiente, continuando su jornada, perdieron
tes, viajeros, aventureros y cronistas poco fide- un compañero, que se decía Johan Pérez de
dignos, se encargarían de alimentar con nuevos Higuerola, y quedaron el clérigo y los otros dos
"testimonios" la fábula surgida en San Julián. hombres: é quando quisso amanescer, vieron
No faltaron los dibujos en que se hacia aparecer más de dos mili patagones ó gigantes (este
a los patagones duplicando en estatura a un nombre patagón fue á disparate puesto a esta
asombrado europeo. Mas sabemos hoy que la gente por los chrispstianos, porque tienen
exageración y la fantasía sobre lo descubierto, es grandes pies; pero no desproporcionados, segund
un sesgo psicológico que se halla vertido en la la altura de sus personas, aunque muy grandes
gran mayoría de los relatos y diarios de viajes que mas que los nuestros); y venian hacia los chrisps-
nos han legado los expedicionarios y descubri- tianos, aleando las manos y gritando...". Sin
dores geográficos de todas las épocas y regiones. embargo, atendiéndonos a un estricto orden
El propio Pigafetta es el mejor de todos los ejem- editor, no resulta ser ésta la primera versión en
plos, cuando dice: "Este hombre era tan alto que que se asocia etimológicamente a "patagón" con
con la cabeza apenas le llegábamos a la cintura" "pie grande", pues cuatro años antes se había
(1970:22). Para que tal aseveración hubiese sido publicado la Historia General de Las Indias de
PATACONES Y PATAGONIA: UN CASO DE DENOMINACIÓN EPONIMA 13
igual aceptan esta versión, sin que ninguno de peyorativo, perteneciente a una escala de valo-
ellos cite alguna fuente o diccionario que les res que resulta absurdo aplicarla a naturales o
permita aseverar o acatar tal etimología para la aborígenes de tierras recién descubiertas.
palabra patagón. Más tarde, investigadores más Aunque el etnocentrismo fue falta habitual entre
modernos nada aportan o corrigen al respecto; los colonizadores, en este caso no ajusta la fo-
Cañáis Frau. 1953; Casamiquela, 1960; Silva, nética, pues la doble "c" italiana se pronuncia
1984; y otros, son partidarios de la misma expli- como la "ch" castellana, lo que está bien distante
cación, la que a fuerza de repetirse y difundirse del sonido que la "g" áiempre ha tenido en los dos
ha terminado convirtiéndose en una pseudo idiomas de la península ibérica.
verdad científica de considerable arraigo en el La lengua materna de Magallanes también
conocimiento general. poseyó un término que permitió formular una
explicación a quienes han querido dar con la
ANÁLISIS ETIMOLÓGICO razón del nombre patagón. Existió (ya en
desuso) el vocablo "patacáo", que según
Para demostrar lo errado de la asociación que Corominas y Pascual (1981) fue también voz
se hace entre "patagón" y "pie grande", usual en la Francia e Italia medievales; su origen
efectuaremos un rastreo etimológico de este es desconocido e identificaba a una moneda
término, atendiéndonos a que su estructura dis- portuguesa del siglo XVI. Deodat (1955)
pone dividirlo en "pata" y en "gon". aplicaba este fundamento para sostener que
En portugués "pata" se ha conocido como Patagonia puede traducirse como : "Región o
"pate", "perna" y "pe'; "gon" y "go" nunca han tierra de los indios pobres, de escaso valer, por
existido. Invirtiendo la transcripción de la se- derivarse del término "patacáo", moneda
gunda parce de la palabra, consignamos que portuguesa de bajo valor usada en la época del
"grande" o "gran" han tenido su similar en los descubrimiento". Esta posibilidad se descarta
términos lusitanos "grande", "comprimido" y por sí sola, si se tiene en consideración que
"crescido". Ninguno de estos tres últimos forma Magallanes quedó impresionado por la estampa
con alguno de los tres primeros la palabra bus- física de los aborígenes, es un contrasentido su-
cada. poner que iba a escoger una voz despectiva para
En el castellano de la época, como en la ac- denominarlos.
tualidad, "pata" designa a la extremidad de un En castellano ha sido postulada la sinonimia
mueble o un animal; pero "gon" o "go" nunca de "patagón" con "patón"; pero esta suerte de so-
han existido; y los términos "grande" y "gran" no lución también careció de base y prueba docu-
eran distintos a como los conocemos en la actua- mental que la sustentara cuando fue esgrimida.
lidad. Recién en su versión de 1984, el Diccionario de la
En idioma italiano el resultado es igualmente Real Academia de la Lengua Castellana, esta-
negativo, porque "pata" no existe y para "pie" se blece a "patagón" como sinónimo de "patón"; lo
han conocido los términos "zampa", "piede", cual debe tratarse de un acuerdo o solución su-
"gamba", "sopatrasca" y "pianta"; "gon" o "go" mamente reciente puesto que no aparece
tampoco han existido y "grande" se designa sim- consignada en ninguna de las ediciones ante-
plemente como "gran". De igual manera no riores que son publicadas cada ocho años aproxi-
hallamos aquí los términos que uniéndolos nos madamente ' .
forme algo parecido a "patagón" o "patago". No obstante estos adversos resultados, convie-
Sin embargo, el Vocabulario Italiano de ne indagar también en la lengua madre de las
Rigutini y Fanfani (1903) tiene incor-porado el tres anteriores, donde se hallan los términos
compuesto "pataccóne-óna", que aparece "patagiatus", "patagium" y "patagus".
definido como "persona obesa, lenta para Forcellini en su Lexican Totius Latinitatú
operar". Bien sabemos que los tehuelches eran (1833), sostiene que el primero es un adjetivo re-
nómades que vivían de la caza del ñandú y el lacionado con el adorno de un vestido femenino;
guanaco; no concuerda, entonces, caracterizar- el segundo es una pieza de ropa femenina; y el
los como obesos y lentos. También Linati y
Delgado incluye el término "pataccone" en su
"Y dicen que investigan lo que inventan" comenta
Diccionario Italiano-Español (1887), definién- Miguel de Unamuno, refiriéndose a los filólogos y
dolo como "patán"; vale decir, un término puristas de la lengua.
PATAGONES Y PATAGON1A: UN CASO DE DENOMINACIÓN EPONIMA 15
último una enfermedad grave y mortal. Es obvia dacta para dar por terminado el problema.
también aquí la total desvinculación con la eti- Finalmente, no es posible pasar por alto al
mología antropométrica que nos ocupa. célebre Diccionario Yagán-Inglés del misionero
Agotadas entonces las posibilidades en los anglicano Thomas Bridge (1813-1887), en el
idiomas europeos, corresponde revisar las cual divide Patagonia en "patag" y "flnia" que
lenguas aborígenes del Nuevo Mundo, que traduce al inglés como "cualquier cosa o super-
también han sido escudriñadas en el afán de no ficie ancha"; continúa con la frase "ókan kü-p.-
pocos investigadores por resolver este misterio. 6"-ta gómi", que fonéticamente tiene cierto pare-
Para el peruano Paz Soldán, por ejemplo, Pa- cido con Patagonia y que traduce como "en mi
tagonia es corrupción de la palabra quechua casa hay una tabla"; del mismo modo forma bi
"pata-cuna", que significa: "pata", cerros no nomios con "p." (abreviatura de "patag") y
altos; "cuna", partícula plural que otorgaría el "umdci", "se cae una casa mal construida"; "p."
significado "muchos cerros no altos" (1885:369), y "unkóna", "estar en el agua sobre una cosa an-
caracterizando bastante bien el paisaje de las cha"; "p." y "una", "acción de ensanchar o des-
pampas cercanas al Estrecho. Tres años antes, el parramar". Luego continúa con otros cinco bi-
Dr. Spegazzini, había dictado una conferencia nomios formados con los términos "kataka",
en el Instituto Geográfico Argentino abordando "undeka-a", "wia", "unaina" y "unagulu",
este problema. El aporte del quechua -decía- es persistiendo en las traducciones la idea de
el término "patac", que significa "cien", al que "ampliarse" o "desparramarse" sobre variados
se suma "aonikenk" (denominación que los te- accidentes geográficos (1933:372).
huelches meridionales se daban a sí mismos) Dejaremos hasta aquí este breve recuento de
para formar el binomio "patac-aonikenk", que las más conocidas teorías que se han formulado,
con el concurso del tiempo llegó a transformarse, tanto a base de vocablos europeos como aborí-
o deformarse, en patagón. En cambio el Dr. genes, en torno a la posible etimología de la pa-
Boeri, opta por no apartarse de la lengua labra patagón. En nuestras indagaciones no fal-
tehuelche, donde "pata" es el término "siete" y tó el hallazgo de una nota insólita, a cargo de
"gon" designa a "codo"; o sea "hombres altos", Jerman Wieghardt, quien en su trabajo descrip-
de unos "siete codos" (2 m, aproximadamente). tivo sobre aborígenes fueguinos y patagones, sos-
El jesuka Pablo Pastells aporta la curiosidad de tuvo textualmente: "Los compañeros de Maga-
dividir la palabra en "pa" y en "tagón"; lo prime- llanes llamaron patagones a cierta tribu indígena
ro significa en la lengua pampa "venir" o a causa de sus anchos pies..." (1896:12).
"aproximarse" y lo segundo "roto" o "quebra-
do"; de aquí entonces que patagón significaría EL ORIGEN EPONIMO 2
"gente que viene de la tierra quebrada o rota",
las que habrían tenido -según él- origen en A quien corresponde el mérito (al menos com-
conmociones sísmicas habidas hace muchos partido) de haber sido el primer autor en seña-
siglos antes, desde tiempos muy remotos. lar el verdadero origen del término en cuestión,
Quien más se molestó con todos estos empeños es a la literata argentina María Rosa Lida de
por revelar el desconocido origen de la antro- Malkiel (1910-1962), quien enunció (1952) la
ponimia impuesta por Magallanes fue el profesor eponimia de la palabra patagón, pero con la
argentino F, Latzina, según se puede deducir de insalvable limitante que significa el apoyo en una
su Diccionario Geográfico Argentino, donde fuente indirecta, pues la dedujo de la obra de la
declara que no le merecen fe "ninguno de estos ensayista inglesa, Mary Patchell, The Palmerin
cuentos"; y en cuanto al difundido gigantismo de Romances in Elizabethan Prose Fiction (1947), y
los patagones, con toda intención escoge la al no conseguir, por su parte, la prueba material
versión de marinos holandeses que aseguraban ("rareza bibliográfica" la denominó) de la infor-
haber visto a niños de sólo seis semanas que ya mación que le proporcionaba ese ensayo
eran capaces de caminar atrás de sus madres; "si literario, fue tratada con el amable descrédito
tales tragaderas tenían en el siglo pasado los que generalmente obtienen las verdades a
sabios, imagínese el lector, cuales no tendrían los
brutos que constituían entonces el noventa y
nueve, nueve décimos porciento de la humani- Epónimo: personaje o héroe literario que da nombre
dad" (1899:509, 510), es la conclusión que re- a un pueblo, una región o una época.
16 RAMÓN MORALES
medias 5 . El último de sus connacionales en ginó interminables ciclos de novelas. Entre los
desestimarla fue el historiador Juan Hilarión que lograron mayor fama y aceptación entre los
Lenzi. según lo da a entender claramente en su lectores se halla el ciclo de los palmerines, inau-
Historia de Santa Cruz, donde hace un detenido gurado por el Palmerín de Oliva, el año 1511, en
análisis sobre las posibles razones que habría te- la ciudad de Salamanca. Al año siguiente
nido Magallanes para llamar patagones "a los aparece su segunda parte, con autoría anónima y
habitantes de las desconocidas tierras que tenía a bajo el título de Primaleón '. En ella, el héroe,
estribor". Primero ironiza sobre los esfuerzos lin- entre sus tantas aventuras, arriba a una remota
güísticos que le han precedido, a los que llama isla donde traba buena amistad con el caballero
"fantasías de sabios"; luego cita con cierta de la misma y su hijo Palantín. Entre los peligros
incredulidad a Lida de Malkiel, más que nada, que amenazan en este escenario insular se halla
por la contrariedad que le causa una explica- la existencia de cierta población de personas que
ción ajena a toda etimología, pero opta por su llevan una vida apartada y semi salvaje, entre los
descarte, considerando indemostrable tal suposi- que destaca un individuo, mitad hombre mitad
ción y "carente de razones suficientes". Finaliza animal, de gran corpulencia y braveza que tiene
su resumen declarando insoluble el problema y atemorizada a la población. A continuación
planteando una tajante conclusión: "El origen transcribimos literalmente parte de la página
del nombre no se conoce. Es secreto que Maga- 142 (foja CXIii) del Capítulo CXXXIII, en que
llanes guardó hasta su muerte; uno de los varios Palantín impone a Primaleón sobre la gente y el
misterios que Pigafetta no explicó". personaje referido:
Pigafetta ha sido criticado como cronista de . . . Y un día estando hablando de muchas cosas, él les
dudosa confiabilidad. Su escrito aparece pobla- preguntó si era grande aquella isla, y si era toda
poblada que era viciosa. Mi buen señor dijo Palantfn la
do de fantasías y exageraciones que le restan mayor población que ella tiene es en la costa de la mar,
exactitud al evaluársele como fuente de informa- y a la una parte de esta isla hay muy grandes montañas
ción histórica. Esto tiene una clara y simple y de poco tiempo a esta parte moran en ella una gente
explicación. El vicenzano, nacido en 1491 y muy apartada de todas las otras que hay en ella,
fallecido en 1534, como hombre culto no podía porque viven asi como animales y son muy bravos y
esquivos y comen carne cruda de lo que ellos cazan por
estar desconectado de la realidad de su época, la las moniañas/y son asi como salvajes que no traen sino
cual vivía el fenómeno literario de mayor consa- unas vestiduras de pieles de los animales que matan, y
gración y arraigo en la cultura popular del que la son tan desemejantes que es cosa maravillosa de ver/
historia de la literatura tenga memoria: los libros mas todo es nada con un hombre que ahora hay entre
y novelas de caballería. ellos que se llama Patagón y este patagón dicen que lo
engendró un animal que hay en aquellas montañas que
Al decir de muchos especialistas (Alborg, es el más desemejado que hay en todo el mundo/ salvo
1966; Menéndez Pelayo, 1943; Canalejas, 1880; que tiene muy gran entendimiento, y que es muy amigo
Gayangos, 1857) los libros de caballería entre- de las mujeres. Y dicen que tuvo que ver con una de
tuvieron durante más de tres siglos a casi un con- aquellas patagonas que asi las llamamos nosotros por
salvajes y que aquel animal engendró en ella aquel hijo,
tinente entero (Flandes, Francia, Inglaterra. y esto r i d i c u l o por muy cierto según, salió desemejado
Portugal y España, especialmente). Fueron una que tiene la-cara como de can y las orejas grandes que
vejdadera fiebre de la que incluso pudo parti- le llegan hasta los hombros y los dientes muy agudos y
cipar la numerosa población analfabeta de la grandes que le salen fuera de la boca retuertos, y los
época, gracias a que los dueños de tabernas y po- pies de manera de ciervo y corre tan ligero que no hay
sadas aseguraban mayor público consumidor
4 Novela caballeresca que narra los grandes hechos de
contratando a lectores que en voz alta ponían al Primaleón y su hermano Polendos, hijos de Palmerín
alcance de todos las aventuras caballerescas rela- de Oliva.
tadas en el último título de moda. Vio luz literaria en Salamanca el 3 de Julio de 1512,
Esta temática, abundante de hazañas y siendo reeditada en los años 1516, 1524, 1528, 1534,
proezas, protagonizadas por caballeros ansiosos 1563. 1566, 1585 y 1588. Según Palau y Dulcet
(1902). restarían tres ejemplares que se hallan en la
de gloria y nobleza, consiguió que muchos Biblioteca de Fernando de Colón, en la Biblioteca
autores desbordaran su imaginación, lo que ori- Parisina de Londres y en la Biblioteca Nacional de
París. La biblioteca del Museo Nacional de Historia
Rccepción injusta pues pasaron por alto que sólo tres Natural de Santiago cuenta con un microfilm de la
años más tarde obtuvo el convincente respaldo de M. edición de 1524 (gentileza del Servicio de Libros
Bataillon. y la propia autora amplió su información Raros y Preciosos de la Biblioteca Nacional de
en conferencia de publicación postuma (1976). París).
PATAGONES Y PATAGONIA: UN CASO DE DENOMINACIÓN EPONIMA 17
quien lo pueda alcanzar, y algunos que lo han visto heridas y decía que aquello le bastarla, mas su lenguaje
dicen de él maravillas y el anda de continuo por los ella ni otro lo podían entender y lurgo le trajeron que
montes cazando y trae dos leones con que hace sus cazas comiese y él lo hizo por ruego de la doncella, tanto era
y trae un arco en sus manos con saetas muy agudas con manso con ella, que todos lo tenían por cosa extraña.
que hiere. Y desde que este patagó se crió en las Primaleón fue muy ledo cuando aquella nueva supo...»
montañas hace mucho daño cuando sale a lo llano, y
no halla hombre de acá de los nuestros que no mata, y En las próximas páginas y capítulo irán siendo
por aquella parte dejan de hacer sus labores por él. Y cada vez más escasas las referencias a Patagón,
algunas veces nos hemos juntado muchos para macarlo salvo cuando Primaleón haga comentarios de sus
y tanto es hecho como nada antes el nos ha hecho gran llagas y heridas que tardarán un tiempo en sanar
daño y trac un cuerno a su cuello y tocándolo vienen
muchos de aquellos patagones a ayudarle y hace gran del todo; pero para los propósitos de esta investi-
daño que no temen sus vidas, por manera que asi lo gación la lectura de los tres párrafos citados es
hemos dejado hasta que Dios que es poderoso lo quite suficiente para deducir, con holgada seguridad,
del mundo que mucho nos sería menester su muerte». que "patagón" es por entero un nombre de
Una descripción reiterativa de Patagón fantasía, desprovisto de toda etimología, que no
(también aparece como Patagó) es la que con- responde a característica física alguna del perso-
templa el capitulo siguiente, y que es importan- naje que lo posee, ni tampoco se refiere en parti-
te porque al finalizar nos permite conocer otros cular a defecto o tacha física que exista en él.
patagones que acuden a los bramidos que aquél
les lanza después que es vencido. A continua- POSIBLE ORIGEN DEL ERROR
ción, transcribimos el breve pasaje de la segunda
columna, pág. 143 del citado capítulo, en que Indudablemente que en la errónea atribución
entran en escena dos de sus semejantes: etimológica que en esta investigación hemos
«...Déjate de eso dijo él y pensemos cómo llevaremos a
aclarado, mucho tuvieron que ver las dos
este diablo que mucho holgaría de llevarlo ante primeras sílabas del nombre. Si en lugar de
Gridonia. El está tan mal herido dijo Furente que será Patagón la denominación hubiera sido, por
maravilla poder eso hacer, mas todavía busquemos el ejemplo, "Fanagón", nunca nadie habría caído
remedio para llevarlo, y él se apeó y fue por la cadena en confusión alguna con los pies de los aboríge-
en que el gran Patagón traía los leones y Primaleón
cuando la vio fue muy ledo/ y ambos dos fueron a nes.
Patagón y echáronsele a la garganta, aunque hacía Tal vez todo no sea más que un caso de
tales cosas que los espantaba que daba grandes homofonía y homografía 5 . Lo más probable,
bramidos, por manera que acudieron allí dos de según explicamos al comienzo de este trabajo, es
aquellos patagones de su linaje, y estos traían asi mismo que hayan sido López de Gomara y Oviedo y
cuchillos muy agudos que otras armas no las tenían,
mas eran muy fuertes y legeros.» Valdés los primeros autores en cometer el error
de interpretación a la voz "pata" como alusiva al
Para completar la caracterización de este per- pie de los aborígenes, sin imaginar, o saber, que
sonaje, cuyo nombre lleva una vastísima región sólo era parte de un nombre de fantasía, apare-
sudamericana, transcribimos finalmente un cido en cierta literatura que no la consideraban
breve párrafo del Capítulo 135, en el cual se vier- entre sus lecturas habituales. El segundo error
ten alguno de sus rasgos psicológicos: habría sido tomar al monosílabo "gon" como el
«...Sélvida que asi se llamaba la hija del caballero equivalente portugués de los conceptos
señor de la isla vino por verlo y extrañamente fue "grandes" o "gran", sin darse la tarea de verifi-
espantada por mirarlo, mas Patagón no se espantó de car su traducción, pese a que la patria lusitana la
ver a ella, antes en mirarle su hermosura fue muy
manso. Y sabed que él tenia aquella condición asi como tenían tan próxima. Una prueba más de la es-
el animal que lo engendró de ser muy ledo con las casa simpatía que Magallanes tenía entre los es-
mujeres, y asi lo fue Patagón con Sélvida que no pudo pañoles de su época, incluyendo a historiadores
negar su natural, especialmente con aquella que le de alto nivel.
pareció extrañamente hermosa como ella lo era, y
lodos conocieron su placer con ella, y su padre le rogó
que se le allegase a él, ella con gran temor lo hizo,
Patagón fue muy ledo, cuando tan cerca de si la vio/ y
tanto hizo que la doncella le perdió el miedo que de él Homofonia y homografta son las dos acepciones que
tenia, y comenzólo a halagar con dulces palabras y tienen las palabras homónimas. La primera se re-
rogábale que se dejase curar y él lo entendió bien, mas fiere al sonido y la segunda a la escritura. En ambos
no lo quizo hacer porque él mismo se entendía de curar casos son dos palabras que tienen sonido o escritura
y sacó su lengua muy grande, y comenzó de lamer sus iguales, pero su significado es diferente.
18 RAMÓN MORALES
lo.quclflbia. í*v
muchas cofaeid les piegunroficra grande anda De cocino poilos mores capado i crac
aquella tílasaficrarodapobladaqucma* 009 leones
rin tanja jospoblaaon que ella nene es enla [?uda9Conqf^£íK^
co^Dslsmar:ízsls^naparrcD€Ííaíflsai£ oisqUasmótafíasfa^müc^o&afíoqfalc
mfi^ grandes montañas Y Dcpocoriempo alo02no:fiK)faIfal?ótoet>€acflDelo&nros
fldhpancmoiancndlavnagcntemuva» qnornaíajpojmancraqlosl^otoesnoron
parrada prodas las ocres qucaTfliella:po2 feguros t po:aqlla parcetfra oefizjerfus la
que bíucafli como arumales-^ fon nmy. fea* üoKSptteL^lgunaflpcjesnoseiJcmos
uos y daüíüosi comen carne crudo pdp.g júiadoroocljofpOT lomatar itácoea fecl?o
ellos cacan po: las monrañas/^i fon afffcó/ corp^OBadaanu^dnosl^I^c^g^á^año
&Ui3g£5 que no rracn fino yna&peítidu ^ crsevn cuerno s fu cueto i tam'cndolo víe
nen mudaos ocaqllos patagones a le a^u
fon t an DefleincJQctes que es cofa marauíllo oar tfe^egran Daño q noremen fu spides;
••'SrcKfocgnaáaconpnfromtee po:maneraqaflíbaüernosoerado&ftaq
- 1 —i -
r curre ellos que fe llama Jíbara* t>¿o55csEXx3erc^oloareDdniüíJoGuemu
ODCoaccaavcnrrcdlosqüc
W- W -- - — & —
COMENTARIO FINAL
sus máximos apogeos. La gran mayoría de
ibéricos que llegaban a "hacer la América" no
Si bien hacer comentarios sobre fenómenos tenía mayor nutriente intelectual que la
literarios escapa a nuestra especialidad y a los literatura popular. En cambio, las ideas rena-
objetivos de este articulo, no queremos por ello centistas, sobre lo que tanto cargan las tintas
dejar de referirnos someramente al influjo nuestros historiadores cuando se trata de indivi-
psicológico que en el proceso de conquista debe dualizar a la fuente de principios que motivaba a
haber tenido la literatura caballeresca. No en quienes ejercían los liderazgos de las campañas,
vano fueron contemporáneos y coincidentes en sólo estaban incorporadas en una élite social e
PATAGONES Y PATAGONIA: UN CASO DE DENOMINACIÓN EPONIMA 19
intelectual de aquella época, minoría que nunca patagones ya han desaparecido, pero el gigantes-
necesitó moverse de Europa en busca de mejores co vértice territorial y marítimo que forma parte
horizontes. De esta élite resulta difícil hacer del extremo sur americano continúa y
participar incluso a los capitanes de conquista, continuará llevando el fantasioso nombre de un
pue bien sabemos que entre ellos fue falencia fre- personaje ficticio; personaje que habría perma-
cuente el analfabetismo. Y si algún letrado, u necido eternamente ignorado en las polvorientas
hombre culto, cruzaba el océano para incorpo- páginas de una novela medieval, de no haber
rarse a la conquista, bastante incentivado lo •sido por la espontánea eponimia cometida por
hacía por la ilusión de hallar en los desconocidos quien estaba próximo a alcanzar la gloria de
escenarios del Nuevo Mundo, las mismas fabu- convertirse en el "amadís de los mares", al legar
losas descripciones que se leían en los libros de a la navegación mundial la primera ruta trans-
caballería. Así nos lo demuestra Irving Leonard oceánica, a la vez que una nueva cosmovisión a
en su maciza obra Los Libros del Conquistador, la humanidad de su época.
de la cual citaremos una reveladora confesión
que este autor registra de Antonio Pigafetta: "El AGRADECIMIENTOS
año 1519 estaba yo en España... con monseñor
Chiericato... Por los libros que yo había leído y Deseo expresar mi gratitud hacia los siguien-
por las conversaciones que tuve con los sabios tes funcionarios del Museo Nacional de Historia
que frecuentaban la casa del prelado supe que Natural de Santiago: a la Sra. Yakica Lucic,
navegando por el Océano se veían cosas mara- Encargada de Biblioteca, por las diligencias in-
villosas y me determiné a asegurarme por mis terbibliotecarias ante la Biblioteca Nacional de
propios ojos de la veracidad de todo lo que se París; al Sr. Ariel Camousseeight, Jefe de la
contaba..."(1953: 24, 25). Sección Entomología, por sus breves pero nece-
De todos los comentarios que hemos conocido sarias traducciones de la correspondencia fran-
en relación a lo motivadora que fue la literatura cesa; y al Sr. Francisco Silva, Coordinador Cien-
caballeresca para la conquista americana, el que tífico, por la obtención del financiamiento para
nos parece más adecuado para concluir este el microfilm utilizado. Asimismo, agradezco a la
trabajo es el que hace el ensayista español Martín Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museo el fi-
de Riquer en su amenísimo estudio sobre la vida nanciamiento proporcionado; y a mi colega
y obra de Cervantes, donde sostiene textualmen- Mauricio Massone, la lectura crítica de este ar-
te: "Los descubridores y colonizadores ¿le Indias tículo.
estaban hasta tal punto influenciados por la lec-
tura de libros de caballería que bautizaban las FUENTES DE CONSULTA
nuevas tierras que ganaban con nombres fingi-
dos y fabulosos países que habían encontrado en
sus lecturas predilectas" (1967: 19, 20). ABELLAN MARTÍNEZ. 1902. Rarezas de la
Tal fue el caso de Magallanes que en la remota Lengua Española. Madrid.
bahía de San Julián no halló objeción de su
cronista por denominar como lo hizo a aquellos ALONSO, A. 1953. Estudios Lingüísticos.
espigados naturales que se presentaron armados Temas Hispanoamericanos. Biblioteca
de arcos y flechas, envueltos con pieles de anima- Romántica Hispánica. Madrid.
les y sus rostros alterados por la pintura. Por el ALONSO, M. 1958. Enciclopedia del Idioma.
contrario, Pigafetta, con la emoción que le cau- Diccionario Histórico y Moderno de la
saba la primera visualización real de una de las Lengua Española (Siglos XII al XX).
tantas ficciones leídas en su literatura predilecta, Etimológico, Tecnológico, Regional e
no se demoró en registrar el nombre en su diario Hispanoamericano. Tomo III. Madrid.
de viaje; diario que él aspiraba se convirtiera en AMBRUZZI, L. 1954. Nuovo Dizionarío Spag-
la paráfrasis más real de todas las historias de nolo-Italiano e Italiano-Spagnolo. G. B.
caballería. Tampoco dudaría más tarde en Paravia.
escribir el topónimo "Regione Patagona" sobre ANÓNIMO. 1524. Primaleón. Novela de caba-
el primer mapa que se dibuja de aquellas tierras, llería (Segunda Parte del Palmerín de Oli-
limitadas al sur con el "Streto Patagónico". va). Biblioteca Nacional de París.
A casi cinco siglos de estos hechos los
20 RAMÓN MORALES
POMEI, F. 1716. índice Universale, Nel quale guel de Cervantes de Filología Hispánica.
fi contengono i Nomi di quafi tuíte le cofe Madrid.
del Mondo, delle Scienze e delle Arti, VIQUEIRA BARREIRO, J.M. 1961. Diccio-
co'loro termini principali. Firenze. nario Español-Portugués y Portugués-
RIGUT1NIE. FANFANI. . 1903. Vocabolario Español. Edit, Aguilar. Madrid.
Italiano della Lingua Paríala. Novemen- VITERBO, J.S.R. 1962. Elucidario das Pala
te Compílalo da Giuseppe Rigutini. Edit. vras, Termos e Frases que en Portugal an-
Barbera. Firenze. tigamenle se usaram e que hoje regular-
RISO PATRÓN. F. 1924. Diccionario Jeográ- mente se ignoram. obra indispensável
fico de Chile. Imprenta Universitaria. para entender seur erro or documentos
Santiago, rnais raros e preciosos que entre nos se
RODRÍGUEZ, Ida. 1977. Amadises de Améri- conservam. Edicao Crítica bascada nos
ca. Gardos. Coñac. Venezuela. manuscritos e origináis de Viterbo, por
ROQUETTE, J.T. 1852. Diccionario Dos Mario Fiúza. Livraria Civilizacao. Porto.
Synonymos da Lingua Portuguesa. París. ZWEIG, S. 1965. Magallanes. Novela biográ-
THOMAS, H. 1952. Las Novelas de Caballería fica. Obras Completas. II Tomo. Colec-
Españolas y Portuguesas. Instituto Mi- ción Clásicos Modernos. Barcelona.
ANS. INST. PAT. Scr.Cs.Ss,. Punta Arenas (Chile), vol. 19, 1989-1990
MATEO MARTINIC B.
los indios del sector de la sierra Boquerón y, te- En el documento, entre varias noticias, co-
niendo en cuenta los intereses de ambos en el meniaríos y comidillos rrirruios al acontecer mn-
área le recomendaba quitar esos estorbos -/o gallánico de la época, Robins participa la ocu-
ctear thcm azvay- tan pronto como fuera posible rrencia de un incidente ocurrido tiempo antes en
(Apéndice I). Rio Grande:
De primera, la frase puede parecer un tanto "Poco después que Ud. se fue los indios hicir
oscura, pero se aclara una vez que se conoce que ron una incursión y robaron 1.300 ovejas de una
el destinatario fue sindicado en su tiempo de vez y recientemente han robado otras 1.200, El
ser uno de los "cazadores de indios" 3 , Se sabe señor Mac Lennan ha recibido otro flechazo,
igualmente de la "eficacia" de las operaciones esta ver. en el centro de lu espalda y por suene
punitivas realizadas en ese distrito, tanto que el como yo tengo instrumento! quirúrgicos propios
importante grupo selknam que allí tenia su par- saqué de su espalda mnti.i fio h.i de vidrio hirn
cialidad territorial, desapareció literalmente de enterrada, él está bien ahora. Tenemos 15 sol-
la comarca. En ese contexto debe ser entendida dados aquí cuyo deber rs raznr indios pero h;u rn
la decidora y fría recomendación del empresa- la cacería alrededor del luego.
rio. "Los indios han quemado tros casas y rn el
Sin pretender, en absoluto, buscar algún hecho han mantenido las cosas muy movidas,
atenuante a tan reprobable proceder, cabe men- pero pude suponer que no siempre han salido li-
cionar que, de cualquier manera, su práctica bres. 8 de nosotros salimos de aquí una nochr y
habría disminuido un tanto a contar de 1895, viajamos al sur, pasado "Punta María", con un
época en que la comunidad magallánica, ya muy indio como gula y llegamos justo antes del ama-
sensibilizada respecto de la cuestión indígena, necer al punto más cercano al campamento
clamaba por la intervención enérgica de las au- indio, dejamos los caballos y caminamos un.i
toridades y de los tribunales de justicia para hora y 20 minutos a través del monte y pillamos
poner fin a las tropelías y matanzas que tenían alrededor de 70. Voy a correr un wlo sobre ios
ocurrencia en Tierra del Fuego. siguientes 5 minutos y dejarlo quf sufiongn • •!
Pero, si tal pudo suceder en Chile, en suelo resto* (Apéndice I I ) .
argentino fueguino imperaba una total libertad Con un testimonio asi de elocuente -con su
de exterminio. Allí no habla población, auto- curiosa delicadeza que deja a la libre imagina-
ridades ni prensa a los que el desgraciado asunto ción el horror del drama acontecido- y que,
pudiera importar, a lo menos en grado de preo- reiteramos, por razones comprensibles no ha
cupar a los inspiradores y ejecutores de las abundado, es posible apreciar el grado de barba-
cacerías humanas. De hecho, allí operaban al- rie alcanzado y también inferir la realidad y pro-
gunos de los más duros e inclementes cazadores, porciones de los hechos de violencia que tuvieron
destacando el tristemente célebre Mac Lennan, ocurrencia en suelo fueguino.
administrador de las estancias de José Menéndez. De los antecedentes consignados aparece ma-
Inclusive la fuerza policial allí establecida tenia nifiesto un indudable ánimo homicida que, sin
la misión específica de combatir a los indígenas. perjuicio de su atribución a los individuos que
Uno y otra fueron protagonistas de un episo- asumieron como actores la cruel decisión, debe
dio de horror en la desigual confrontación -si de asignarse igualmente al principio inspirador de
tal puede escribirse-, hasta ahora desconocido y la represión y que no fue otro que el de conseguir
sobre cuyos pormenores nos enteramos por un con eficacia y presteza el despeje del terreno de
documento inédito que llegó a nuestras manos obstáculos para el libre desenvolvimiento de la
por cortesía del señor Roderick Matheson, Vice- colonización pastoril, asi se tuviera que extermi-
Cónsul Británico en Punta Arenas. Se trata de nar a los indígenas que señoreaban el territorio
una carta escrita en julio de 1898 por James C. fueguino.
Robins, desde la estancia "Primera Argentina" 4 James C. Robins. clq profesión ingeniero inrcrtnito,
(propiedad de José Menéndez), a Albcrt H. fue un inmigrante tjue tuvo relevancia empirn.irinl y
Maryon, un amigo residente a la sazón en social en Magallanes. Fundó un establecimiento me-
talúrgico que adquirió gran prestigio entre loa del
Escocia 4. ramo y tuvo varios otros negmion rxiioaoa. I-'UP
asimismo miembro distinguido de varias Inslitucio
3 Cfr. "Panorama de la colonización en Tierra del nes sorietaríns y dr bnirtirirm i.i dr Punln Arenas.
Fuego entre 1891 y 1900". pág. 47. 5 Destocado por el autor.
26 MATEO MART1NIC
you left the Indians made a raid & stole 1,300 Andonio Diez, Becho Ken, San Gregorio,
sheep in one jump & now quite recently they Garlito, Albatros 300 tons, Keel Roy & now
have stole another 1.200, Mr Maclenna has had daily one is expected for Punta Delgada 300 tons
another arrow, this time in the centre of his back also. Now for the work on shore, there is a very
& as luck would have it I had surgical instru- good engineers shop & foundry, owned by the
ments of my own & took out of his back half a Germán watchmaker & another Germán called
glass arrow well bedded in, now he is all right. Geysse!. They have plenty to do but the trouble
We have 15 soldiers here whose duty is to hunt is to get mcn for the work. The chap who carne
Indians but they do the hunting around the fíre. from B. Ayres with us, works there & anybody
The Indians have burnt down three houses in they can get hold of. They are making a new
fact have kept thing pretty lively, but you may ship of the "Cabenda" 20.000 dollars contract
suppose they have not got away allways free. We for hull & machinery, deck work extra. I can
left here one night 8 of us & travelled South past assure you, you can do much worse than strike
"Punta María" with an Indian for a guide, & Punta again for it is most certainly going ahead
arrived just before daylight at the nearest point fast. The same Chief is in the Fovart, Larsen is
to the Indian camp left the horses & walked 1 Chief of "Torino" (?) who was in Cabenda, the
hour & 20 minutes through the Monte & just oíd fellow who came out 2nd (engineer) in the
caught them sleeping about 70 in number. I will "Buni" is Chief of the "Albatross" & Cap.
draw a veil over the next 5 minutes & leave you to Williamson's brother is 2nd with him. Admiral
guess the rest: Another time we made a big Mirain (?) is gone home could get nothing to do
circuit in the night & carne in at the back of a out here. I think he went a bit dotty.
tribe that was driving 235 sheep they had stolen Morris Brown's sister Mrs Nogueira has her
& we allowed them to come upon us within dis- grand house fínished & quite puts Menendiz's
tance of 100 yards. We were hid in a small patch house in the shade. The Government House is
of monte. This was the time Mac got the arrow, fínished & the Church in the Plaza & where the
also the Chief of Pólice got one in the neck, the oíd Quartel used to be the whole side of that
both of them had a very narrow squeak. We are block is made into barracks & is a big building,
now just where we were when you flnished in fact quite a grand Plaza, Menendiz has the
bringing sheep last year, we have lost all the Theater up & that also is a fine building, I thik
increase of the past year. that was commenced before you went away, it is
Radesky (Radeke?) had the sack out of the in front of the Convent 200.000 dollars, I was to
"Amadeo" just after you left, bought a schooner diñe at his house in Punta & I quite enjoyed
in conj (?) with Jacobbs (?) went to Gallagos & myself you may suppose. Mrs Nogueria has
lost her the first trip & is now bumming around bought the land between San Sebastian Bay &
Gallagos so I here. Cape Sunday & has an estancia there now, so
Carlos is still on board, Chief (Engineer) & it from Punta Arenas to here we have the mail
was him that fixed Radesky so I hear, but how, I runningvia Porvenir.
don't know as I never go on board. There has "Amadeo" has had a run of wrecks lately &
been two captains since Radesky & I hear there is last year cleared 7.000 pounas. All the steamers
going to be another soon, as the present is not are laid up there is a strike the Masters have
TT. lowered the wages to 50.000 dollars for firemen
Maclenna is Manager in 2nd Argentina & the & sailors but can get no men. Carlos has a
Indians stole 1.200 sheep from him two weeks settling up the other day & was paid L 12.0. Od
ago, I am thinking of putting (in) another year & per month but expected to get 15 so what he is
then tryingsomethingformyself in Punta. going to do now I don't know, I went by the
Ethel is still in the Falklands, Walter is at "Amadeo" & came back by horse & the Amadeo
school in Punta, Herbert is still at Correa y de runs well & knocks spots out of Fovart (6 tons per
Brymi's, Tooky is here bothering my life out day).
while I am writing this & Mrs Robins is sitting I have just sacked Ernesto Buschenhagen the
beside the fire reading, she is very well I am glad storekeeper for good conduct, during my
to say. absence to Punta Arenas, & the 2nd manager, so
Punta Arenas is going shead very fast there is I am quite alone now, they had a good oíd time
now in the steamer line, Amadeo, Bunte, Fovart, ta themselves with all the men helping them,
28 MATEO MARTIN1C
only three men remain on the farm of the oíd FUENTE DE CONSULTA
li.miK so you may suppose thing were pretty
lively during my absence. I am getting tired of
the job & it will not take much for me to move a) Inéditas
also, it is a big responsibility for to run this show Copiador de Cartas N° 5 (Marzo 1893-Marzo
it is getting more & more all the time, it is only 1895), Archivo "Mauricio Braun Hamburger".
the 25 pounds that keeps me. As soon as Ethel Museo Regional de Magallanes, Punta Arenas.
has put in her two years to school then I go to
Punta. My house brings in 40 per month as well Carta de J.C. Robins a A.H. Maryon. Archivo
as the 25.0.0 so I am able to look up a bit now. de Alan J. Maryon, Wisbech, Inglaterra.
Mr Lañe of Montevideo keeps up a regular
correspondente with me & gives me all the news b) Impresas
there, Fordham is still hanging on the same as
ever. I hope to hear from you & to hear you are FURLONG, CHARLES W. 1912. "Hunting the
doing well, Why not sell out & try your hand out Guanaco", The Outing Magazine, Vol.
hcre for good, surely by now you ha ve learnt life LXI, October 1912, Number 1, New
is not all "beer & skittles"?, why not learn this York.
lesson now instead of waiting another ten years to HULTKRANTZ.J.V. 1905. "Zur Osteologie der
learn this same? I hope you have passed the Ona und Yaghan Indianer des Feuerlan-
Board of Trade allright as you told me you was des". En O. Nordenskjold, Svenska
at school preparing. I don't know of any other Expedüionen Tul Magellanslánderna,
news now, that would interest you, so I think I BD. I. N: 05, pág. 109-173, Stockholm.
had better stop before you get tired of reading MARTINIC B. MATEO. 1972 "Panorama de la
this. I hope your reply will be full of news. You colonización en Tierra del Fuego entre
said you sent some papers but I did not get them. 1881 y 1900". Anales del Instituto de la
The only sure address is c/o Don José Menediz Patagonia, vol. 4(1-3): 5-69, Punta Are-
this is sure to reach me at all times, Mrs. Robins nas.
& Tooky is playing that game we used to play on 1978 "La política indígena de los gober-
board with the buttons & dice & are using the nadores de Magallanes 1843-1910".
same one you made with the same oíd shaving Anales del Instituto de la Patagonia, vol.
soap box & are grumbling & saying each is 10: 7-57. Punta Arenas.
cheating, so you see how Tooky is getting on, by 1982. La Tierra de los Fuegos. Municipa-
this means she is learning to count & read. I lidad de Porvenir, Punta Arenas.
really must stop now as they are saying "going to 1988. Magallanes, al sur de América.
have a game Da". Mrs Robins & Tookey says my Cape Horn Methanol - Museo Chileno de
best love to Mr Maryon. I must say good by oíd Arte Precolombino, Santiago.
shipmate & may you never fmd a worse friend &
well wisher than yours truly. Good by once more
& mind I am ever thinking of you & wondering
whether you are keeping straight.
Yours as ever
James C. Robins
ANS. INST. PAT. Ser.Cs.Ss., Punta Arenas (Chile), vol. 19. 1989-1990
MATEO MARTINIC B •
DANIEL QJJIROZ L."
Es cosa sabida la importancia que tuvo el do- cía cultural de la etnia aónikenk, sobre la que
minio y empleo del caballo entre los indígenas nos hemos ocupado precedentemente (Martinit y
del meridión continental de América, en especial Prieto, 1985-86; Martinic, 1987 a y b; Martinit y
entre los aónikenk, tanto que generó una verda- Prieto, 1988).
dera cultura particular que definimos como el Para el efecto, las fuentes informativas son,
uso ecuestre l. Este comprendía variados aspec- por una parte, las noticias etnohistóricas y los
tos referidos a la crianza o captura, doma, adies- testimonios gráficos (dibujos o croquis, grabados
tramiento, trato y manejo de los equinos, como y fotografías) y, por otra, los elementos museoló-
también a los elementos propios del cabalgar gicos.
(jaeces y arreos, monturas, riendas, cinchas,
maneas, bozales, lazos, etc.); al uso alimentario El caballo tehuelche
de la carne de los animales, al sacrificio de los
mismos con fines rituales y a la posesión de ca- Antes de abordar la materia, es conveniente
ballos como expresión patrimonial. entregar alguna información sobre las cabalga-
Siendo de importancia unos y otros, creemos duras empleadas por los indígenas. Los equinos
que puede ser de interés abordar en particular el arribaron a la Patagonia austral en época inde-
aspecto referido a la forma de montar de los te- terminada durante los primeros años del siglo
huelches meridionales australes. De hecho, XVIII. Procedían, según se conoce, de los caba-
ningún autor se ha ocupado hasta el presente de llos traídos al río de la Plata por los españoles en
esta materia, por lo que estimamos que esta co- 1536. Fracasada la fundación del adelantado
municación podrá resultar novedosa como Pedro de Mendoza, los animales quedaron en
información referida a los hábitos de los libertad y luego de aclimatarse se multiplicaron
indígenas durante el período final de la secuen- asombrosamente en las pastosas llanuras bona-
erenses, expandiendo sin cesar su territorio en
Area de Historia, Instituto de la Patagonia, Univer- especial hacia el oeste y el sur. Dos siglos
sidad de Magallanes. Casilla 113-D, Punta Arenas,
Magallanes. después, en 1744, el misionero jesuíta Tomás
** Dcpto. de Museos. Dirección de Bibliotecas Archi- Falkner comprobaría su abundancia, circuns-
vos y Museos. Avda. O'Higgins 651, Santiago. tancia de la que dejaría constancia: "...hallán-
1 Consideramos al uso ecuestre como parte del sistema dome en estas llanuras (sur de Buenos Aires)
cultural denominado "complejo ecuestre" (apud
Bird), con plena vigencia desde mediados del siglo durante quince días me rodearon por completo.
XVIII hasta mediados del siglo XIX. Algunas veces pasaron por donde yo estaba en
30 MATEO MARTINIC Y DANIEL QUIROZ
Antoine de Bougainville, quien en diciembre de las faldillas del mismo sillón, en una postura muy
1766 trabó contacto con un grupo de aónikenk violenta y trabajosa, que sólo la costumbre puede
en la costa de la bahía de San Gregorio (estrecho hacerles sufrir; por lo que están espuestas á
de Magallanes). Observó entonces que los caba- muchas caídas" (Id. pág. 6).
llos indígenas "...estaban ensillados y enbrida- Mucho después, en 1826, otros dos viajeros
dos a la manera de los habitantes del río de la que pasaron por el estrecho de Magallanes agre-
Plata. Un patagón tenía en su silla clavos dora- garon referencias sobre la modalidad ecuestre
dos, estribos de madera recubiertos con una lá- que interesa. El capitán norteamericano
mina de cobre y una brida de cuero trenzado; en Benjamín Morrell, quien vio a los indios en la
fin, todo un arnés español" (1946: 134). zona de bahía Oazy, afirmó rotundamente que
Pocos años después, en 1780, el comisionado ambos sexos cabalgaban igual. A su turno, el
español Antonio de Viedma, conoció y trató lar- hidrógrafo británico Philip Parker King conoció
gamente en la bahía de San Julián a una par- una parcialidad aónikenk en la bahía de San
cialidad tehuelche meridional del norte del río Gregorio, con la que estableció una mistosa rela-
Santa Cruz, cuyas costumbres, en la materia que ción, circunstancia que le permitió observar a
interesa, eran parecidas, sino idénticas, a las gusto a los naturales y enterarse de sus
propias de los naturales del sur de dicho curso costumbres. Respecto a su hábito ecuestre, escri-
fluvial, constatando que "El aparejo de montar biría: "A caballo ambos sexos montan a horca-
es á manera dé un albardón, sirr pretal ni grupa, jadas, pero las mujeres sobre una cantidad de
hecho también de cuero de guanaco grande, pieles y mantas. Las monturas y estribos que
reenchidos los bastos de paja fuerte. Los estri- usan los hombres son semejantes a los de Buenos
bos labrados por ellos de madera, y tan Aires" (1933, I, 35). Su colaborador y sucesor
pequeños, que tasadamente cabe el dedo pulgar Robert Ritz Roy añadiría después que los indios
del pie. Se ponen mal á caballo, pero son muy usaban una "silla ligera de madera con algunos
firmes en él, y lo mismo corren cuesta abajo que cueros por encima y por debajo" (1933, III: 159),
cuesta arriba" (1980: 5,6). El empleo del apa- Por fin, los misioneros norteamericanos
rejo hispano-platense durante el primer período William Arms y Titus Coan, que pasaron
del uso ecuestre se confirma con esta descripción, algunas semanas con los aónikenk entre noviem-
pues la silla descrita se caracterizaba por poseer bre de 1833 y enero de 1834, dejaron constancia
una perilla saliente y un arzón trasero alto, y era de la forma de montar de los indios, precisando
utilizada por los vaqueros; procedía de Anda- el matiz diferencial entre los sexos: "Después de
lucía, región tradicionalmente abundante en poner algunos cueros sobre uno de estos
ganado mayor. Caballos, se depositó sobre él nuestra Caja unida
Respecto de la forma en que cabalgaban las a un baúl pesado para balancearla, y sobre esto
indias y su correspondiente aparejo, Viedma una bolsa que pesaba tanto como una balija de
hace una descripción pormenorizada, dejando regular tamaño, y encima de todo esto iba
constancia de la diferencia que existía en dicho montada un mujer para gobernar el Caballo. El
hábito entre los sexos: "Los arreos de las caba- aderezo de los Caballos es muy simple. Los
llerías en que las mugeres montan, que por lo co- hombres usan una montura tosca, construida de
mún son yeguas, se componen de unos sillones de pedazos de palo, algo parecida al pomo o Cabe-
vaqueta o de suela (si la pueden conseguir), muy zada de nuestras Sillas; y las mujeres una especie
bien hechos, claveteados con clavitos de latón de sillón hecho de Cueros, y como los hombres,
amarillo, guarnecidos sus extremos con abalorios montan abiertas las piernas, pero sin estribos"
de diferentes colores (cuando los tienen), (1939: 114).
formando dibujos ó labores a su modo y fantasía. De estas referencias, no del todo concordantes,
(...) "Estos arreos son para gala y fiestas, pero en y del material gráfico compulsado perteneciente
sus marchas ordinarias no usan estos adornos, y a época posterior, es posible comprobar que
en lugar de dicho collar ponen un cordón de lana aunque hombres y mujeres utilizaban la cabal-
azul o colorado, de un dedo de grueso, con el gadura para su transporte personal, aquéllos la
cual dan tres vueltas al cuello de la caballería, y empleaban fundamentalmente para la práctica
les sirve también de estribo para montar en el si- de la caza y éstas para el transporte de los enseres
llón, donde se asientan con la cara á la cabeza personales y domésticos. Este distinto uso fun-
del caballo, recogiendo las piernas arriba sobre cional tanto exigía animales briosos en el primer
32 MATEO MARTINIC Y DANIEL QUIROZ
con monedas de plata y otros colgantes metáli- La primera modalidad, no obstante las refe-
cos. La montura se completaba con un mandil o rencias etnohistóricas transcritas, debió ser de
trozo de poncho colocado directamente sobre el uso restringido. Quizás en caso de cabalgatas
lomo del caballo y con un trozo cuadrado de piel breves, sin impedimenta. Puede que entonces
(puma, guanaco u oveja, ésta en el caso de los las indias hubiesen usado el tipo de montura des-
indios de la Patagonia norte) sobre la silla. Todo crito, de altos fustes (el "sillón"). Cuando se
el conjunto se ataba con una cincha hecha de ti- hallaban en plan de trabajo de recolección de ra-
ras de cuero, con dos argollones de metal. mas para sus fogones, hacían con las mismas
En los paraderos históricos de Dinamarquero y atados más o menos voluminosos que se colgaban
San Gregorio se han encontrado varios de estos horizontalmente uno por cada costado del
elementos ornamentales y funcionales, lo que ha caballo y se montaba a horcajadas sobre el lomo
permitido profundizar en el conocimiento de las del animal, en forma harto forzada, pasando las
habilidades manuales y en el sentido estético de piernas por sobre los atados de ramas, tal como
los aónikenk, contribuyendo a aventar la con- lo registrara Le Bretón en puerto Peckett.
cepción que alguna vez pudo tenerse acerca de su Pero la modalidad más corriente, que se
pretendida pobreza cultural. empleaba en los continuos recorridos por las
Los indios patagones apreciaban especialmen- sendas indígenas inmemoriales, era aquella en
te sus monturas, tanto como sus caballos, sin que las mujeres montaban un caballo cargado
embargo de lo cual solían apostarlas en sus con los efectos de uso personal, tales como man-
juegos. Los perdedores, si carecían de otra tas, ponchos y pieles, y a veces sobrecargado con
montura, solían montar en pelo, lo que, a juicio otros útiles y enseres domésticos, como se mues-
de Musters, no les incomodaba en absoluto. Las tra en la figura 6. En estos casos, una variante
figuras 3, 4 y 5, ilustran sobre los arreos y las del estilo consistía en armar un asiento con las
formas de montar descritos. mantas y pieles, todo debidamente asegurado
En cuanto al modo de cabalgar de las mujeres con la cincha, sobre el cual la india se sentaba a
indígenas (las "chinas"), éste admitía variantes: a variable altura, según el espesor de la carga, pa-
horcajadas, a semi-horcajadas y sentadas. sando o no las piernas por los lados del pescuez'o
Fig. 5. Campamento Aónikenk según Beerbohm. Obsérvesela forma de montar del jinete de la izquierda.
EL USO ECUESTRE ENTRE LOS AONIKENK 35
Así como los varones parecían poner todo su Arreos de montar patagones existentes en el
interés en adornar sus sillas, las mujeres Museo de Historia Natural, Santiago de Chile2.
aónikenk hicieron de sus lazadas y cojinillos ob-
jeto de cuidadosa artesanía, a veces hermosa- SILLA DE MONTAR DE HOMBRE. 5745
mente ornamentados. Estos últimos elementos, (563). Enjalma forrada en cuero, Patagonia.
al decir de Musters, se confeccionaban con cuero
resistente, rellenándolos con ponchos viejos o Descripción
lana de guanaco. Se los cosía fina y firmemente La pieza está constituida por una armazón de
con tendones de avestruz y se los decoraba con madera cubierta completamente por un delgado
cupulitas de bronce o plata y con hermosas trozo de cuero de guanaco (menos de 1 mm de
pinturas, como se aprecia de las piezas por espesor). La estructura o armazón de madera
primera vez descritas, que se presentan a conti- (fuste) está formada por dos trozos rectangula-
nuación. Esta expresión artesanal pudo ser ca- res de sección biconvexa (aletas) ligeramente
racterística del período histórico que corrió entre curvados y más anchos y gruesos en sus extremos,
mediados del siglo XIX y los comienzos del XX y unidos a los lados interiores de otros dos trozos en
su desaparición posterior correspondió con el forma de V invertida (arzones).
proceso de aculturación del grupo sobreviviente La uniones de las aletas con los arzones se
delaetnia. hacen mediante una cuerda de cuero, posible-
mente de guanaco. Como la estructura de largo, 300 mm de ancho y una altura de 260
madera está cubierta, no podemos determinar mm.
en forma precisa el modo de ensamble de las pie- La aleta derecha mide 420 mm de largo; el
zas. El trozo de cuero que cubre el fuste está uni- ancho va desde 125 mm en su parte media hasta
do por medio de cuatro costuras con puntada 140 mm en su parte anterior y 155 mm en su
tipo zigzag, dos que recorren completamente la parte posterior; el espesor varia entre 25 mm al
pared interior de cada uno de los arzones y las centro, 40 mm en su parte trasera y 45 mm en su
otras dos que se ubican a lo largo del sector supe- parte delantera. La aleta izquierda mide 422
rior de la parte interior de cada una de las ale- mm de largo; el ancho va desde 120 mm en su
tas. parte media hasta 150 mm en su parte anterior y
En la parte superior del arzón anterior se 170 mm en su parte posterior; el espesor varía
observan dos orificios por donde se amarra una entre 25 mm al centro y 40 mm en su parte
cuerda corta, la que se anuda a la correa de los trasera y 45 mm en su parte delantera.
estribos. En el arzón posterior existen otros dos La base del arzón anterior mide 295 mm y su
agujeros, ahora en su parte inferior, de donde altura es de 240 mm; su ancho máximo es de 70
salen dos cuerdas dobles cortas. mm y su espesor máximo de 27 mm. La base del
arzón posterior mide 300 mm y su altura es de
Dimensiones 190 mm; su ancho máximo es de 68 mm y su es-
Si medimos la pieza completa, considerada en pesor máximo de 30 mm.
equilibrio sobre su base, nos da 422 mm de
Fig. 9. Silla de montar de hombre. Colección Jorge Schythe. Museo Nacional de Historia Natural. N° I. 5749 (563).
Vista superior. Foto, F. Quiroz.
Fig. 10. Silla de Montar de Hombre. Colección Jorge Schythe, Museo Nacional de Historia Natural, N° I. 5745 (563).
Vista lateral. Foto. D. Quiroz.
38 MATEO MARTINIC Y DANIEL QUIROZ
SILLA DE MONTAR DE MUJER. 5749 (567). tiene dos pequeños orificios opuestos en su parte
Silla de mujer, 2 piezas forradas en cuero, pinta- inferior por donde se pasa el hilo que permite
das, las cabezas con 3 hileras de bucles de latón. unirla al trozo de arpillera.
Patagonia. La cantidad de cupulitas por anillo es variable
para cada una de las bases. La fórmula de cada
Descripción pieza es A = ant.: 24-21-18; pos.: 27-23-18 y B =
La silla se compone de dos cojinetes rígidos de ant.: 25-20-16; pos.: 25-20-16. El diámetro pro-
cuero, que se colocan uno a cada costado del ca- medio de las cupulitas es de 18 mm.
ballo, sujetándolo al lomo con una tira de cuero Con el fin de averiguar si existía pintura en las
ancha y flexible. La forma de cada pieza es se- cabezas o bases de los cojinetes, procedimos a re-
micilíndrica, de sección elíptica, ligeramente do- tirar las tapas de arpillera en la pieza B.
blada en su parte media y más angosta en el Las cabezas o bases tienen en el centro, una
centro que en los extremos. pequeña perforación de unos 8 mm de diámetro.
Cada cojinete está hecho de un solo trozo de El motivo principal está compuesto por una es-
cuero de guanaco, cosido mediante puntadas trella de seis puntas, verde, con un círculo en su
rectas con un fino hilo hecho en fibras de centro y pequeños puntos de color negro en la
tendones de guanaco y relleno de ramas de junco base de cada una de las puntas, inscrita en un
(tal vez también con otros elementos, como pe- anillo negro. Entre 4os lados de la estrella y el
dazos de lana, cuero, etc., pero no podemos anillo exterior se genera un espacio triangular
saberlo). donde se inscriben una serie de tres líneas en
forma de V, roja-negra-roja, con sus lados pa-
Decoración ralelos a los lados de la estrella. En el vértice de
Una parte importante del cuerpo o lado de cada línea hay un triangulo y de sus lados salen
cada cojinete se encuentra profusamente pintado una serie de triángulos más pequeños con una
con motivos geométricos en rojo y negro (sólo el prolongación de su lado exterior (Fig. 13).
área ubicada en el sector inferior de la pieza, que El motivo que decora ambas cabezas o bases
abarca casi un 20% del área total, no está de- de la pieza B es idéntico, excepto por una va-
corada). riación de color. En la base anterior el anillo
La parte decorada de la pieza se divide ver- exterior y el círculo interior son negros; en
ticalmente en tres franjas o sectores: el central, cambio, en la base posterior, tanto el anillo
pintado completamente de rojo, y los laterales, como el círculo son rojos. No retiramos las tapas
decorados alternando horizontalmente dos moti- de las cabezas de la pieza A, de modo que desco-
vos, I y II, en dos colores, rojo y negro. El motivo nocemos su decoración.
I es una línea zigzag con pequeños trazos hori-
zontales en cada uno de los vértices. El motivo II Dimensiones
es una línea recta de la que salen en forma al- La pieza A mide 560 mm de largo y sus diáme-
ternada, hacia arriba y hacia abajo, dos trazos tros seccionales son 120 y 240 mm en el centro y
en forma de T. 160 y 280 mm en los extremos. La pieza B mide
La decoración difiere un poco en ambos co- 560 mm de largo y sus diámetros seccionales son
jinetes, a pesar de usar los mismos motivos y co- 120 y 200 mm en el centro y 160 y 320 mm en los
lores. La fórmula de cada pieza es A = Izq.: extremos.
3(InIIr) In; Der.: 4(1 Inlr) Hn y B= Izq.: La franja vertical central decorada
4(IIrIn);Der.:4(IInIr). completamente de rojo mide 160 mm de largo,
Las cabezas o bases de cada cojinete se encuen- en ambas piezas, por 250 mm de ancho en la
tran cubiertas con un trozo de arpillera, cosidas pieza A y 205 mm en la pieza B. Las líneas deco-
muy irregularmente con un hilo hecho en ten- rativas horizontales laterales difieren enorme-
dones de guanaco a los extremos del cuerpo y mente en ancho, con un promedio cercano a los
llevan como decoración tres anillos concéntricos 40 mm.
de pequeñas cupulitas metálicas. Cada cupulita
EL USO ECUESTRE ENTRE LOS AONIKENK 39
Fig. 11, Silla de Montar de Mujer. Colección Jorge Schythe, Museo Nacional de Historia Natural, N° I.
5749(567). Vista Lateral. FotoD. Quiroz.
Fig. 12. Silla de Montar de Mujer. Colección Jorge Schythe, Museo Nacional de Historia Na-
tural, N° I. 5749 (5677. Vista Anterior. Foto D. Quiroz.
40 MATEO MARTIN1C Y DANIEL COJIROZ
Fig. 13. Cabeza anterior descubierta, silla de montar de mujer. Colección Jorge Schythe. Musco Nacional
de Historia Natural, N° I. 5749(567)8. Foto. D. Quiroz.
ADORNO DE MONTURA DE MUJER. 5750 cupulitas (15.4 por fila; faltan 2 en la sexta fila);
(568). Dos pedazos de cuero con chapas el diámetro de la mayor es de 32 mm y el de la
convexas de latón, para silla de mujer. menor 13 mm.
Patagonia.
Descripción
Se trata de dos trozos semi rectangulares de
cuero, de 5 mm de espesor, adornadas con apli-
caciones metálicas semiesféricas. Cada pequeña
cúpula tiene dos orificios en su base, por los que
se pasa un fino hilo hecho de fibras animales,
que las une al trozo de cuero respectivo. Cada
trozo cuenta con siete filas de cupulitas, siendo
su número variable (entre 13 y 17). En las filas
centrales se concentran las semiesferas más
grandes.
Dimensiones
El trozo A mide aproximadamente 400 mm de
largo máximo por 180 mm de ancho máximo.
La cantidad total de cupulitas es de 103 (14.7
por fila; faltan 2 en la quinta fila y una en la
séptima). La mayor de las cupulitas tiene un diá-
metro de 38 mm y la menor de 17 mm. Fig. 14. Adorno de montura de mujer. N° I. 5750 (568),
El largo máximo del trozo B es de 450 mm y su Colección J. Schythe, Musco Nacional de Historia
ancho máximo de 180 mm. Cuenta con 108 Natural. Foto. O. León V,
EL USO ECUESTRE ENTRE LOS AONIKENK 41
Fig. 15. Adorno para el pecho del caballo. N° I. 5750 (568). Colección]. Schythe, Museo Nacional de Historia Na-
lural. Foto. O. León V.
ADORNO PARA EL PECHO DEL CABALLO. rizontal es el más largo: mide 700 mm de largo
5751 (569). Pechera de cuero con bucles de latón por 80 mm de ancho y lleva seis cúpulas metáli-
para caballo. Patagonia, cas. Los tres trozos verticales son más cortos y
miden 370 mm de largo por 80 mm de ancho,
360 mm de largo por 85 mm de ancho y 360 mm
Descripción de largo por 90 mm de ancho respectivamente,
Esta pieza está compuesta por cuatro trozos llevando cada uno cuatro cúpulas metálicas. La
rectangulares de cuero de guanaco, de 1 mm de cúpula mayor mide 78 mm de diámetro y tiene
espesor. El más largo ocupa una posición hori- una altura de 41 mm; la menor tiene un
zontal y cosidos a su borde inferior, con fibras diámetro de 74 mm y una altura de 31 mm.
animales (probablemente de guanaco), van los
otros tres trozos en forma vertical, separados FUENTES DE CONSULTA
entre sí por unos 60 mm. Los extremos sueltos de
los trozos verticales se unen con una pequeña
cuerda de cuero, anudada en el trozo del centro. ARMS, WILLIAM y TITUS COAN 1939 "Ex^
En uno de los extremos del trozo horizontal, cor- tracto de los diarios de los señores...", Re~
tado en diagonal, existen rastros de que estuvo vista de la Biblioteca Nacional, tomo III,
cosido a otra pieza mediante 18 puntadas. N° 9, primer semestre, Buenos Aires.
La pieza lleva en toda su extensión aplicacio- BEERBOHM. JULIUS. 1879. Wanderings in
nes metálicas cupuliformes. Cada cúpula tiene Patagonia. Chatto and Windus, Londres.
dos orificios en su base por donde se pasa una BENIGNUS, SIEGFRIED. 1912 In Chile, Pata-
cuerda hecha en cuero de guanaco, de unos 8 gonien und auf Feuerland. Dietrich Rei-
mm de ancho, para unirlas a los trozos de cuero. mer(Ernst Vohsen), Berlín.
BERTRAND, ALEJANDRO. 1885. "Memoria
Dimensiones de la Rejión Central de las Tierras Maga-
El trozo de cuero que ocupa una posición ho- llánicas". Anuario Hidrográfico de la
42 MATEO MARTINIC Y DANIEL QJJIROZ
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132, París.
ANS. INST. PAT. Ser.Cs.Ss.. Punta Arenas (Chile), vol. 19, 1989-1990
MATEO MARTINIC B. *
INTRODUCCIÓN
Fig. 1. Naipes patagones (fotografía Tam Muro). Cortesía del Musco de la Palagonia "Francisco P. Moreno".
Administración de Parques Nacionales (San Carlos de Bariloctic, Rio Negro, Argentina).
NUEVOS ANTECEDENTES SOBRK NAII'KS I'A I Ar.ONKS 45
damente raspada para eliminar los pelos. Los próximo envío "como curiosidad un naipe
motivos son de dos clases: figurativos (antropo- Patagón".
morfos y zoomorfos) y geométricos (puntos, ra-
yas, cruces). Los colores son rojo (Aso ^80 £30 AGRADECIMIENTOS
a Ago MgO C40) Y a z u í oscuro (N40 MSQ Cgg) de
acuerdo con el Atlas de tos colores de Küppers. Se agradece a la Lie. Cecilia Girgenti, Direc-
Los pigmentos son de aspecto pastoso; el rojo tal tora del Musco de la Patagonia "Francisco P.
vez elaborado a base de hematita y el azul oscuro Moreno", por el suministro del documental grá-
a base de añil mezclado quizás con alguna fico y la autorización para su reproducción. Se
sustancia carbonosa, en uno y otro caso en una agradece, asimismo, al Lie. Adán Hajduk la
preparación hecha con grasa (Fig. 1). revisión del material y los antecedentes que han
Los naipes presentan además manchas atri- facilitado su descripción. Por fin, expresamos el
buibles al uso y algunas alteraciones ocasionadas reconocimiento por la colaboración prestada por
posteriormente por razón de conservación (tajo el señor Max Ruh, de Schaffhausen (Suiza) en
central a modo de ojal) o exhibición (orificios en cuanto a la obtención de información especiali-
los ángulos y bordes superior e inferior). zada.
Sobre la base de los motivos descritos prece-
dentemente, afirmamos nuestra interpretación
anterior en cuanto a la vigencia de un diseño pa- FUENTE DE CONSULTA
tagón simplificado, asociado directamente con el
arte parietal de Sudpatagonia, según ha sido des- MANN, SYLVIA. 1990 All cards on the tablc
crito por Bate (1970) y Massone (1982), en Deutsches Spielkartenmuseum, Leinfel-
especial con el denominado estilo "Rio Chico", den. Tomo I, Marburg.
caracterizado por las figuras antropomorfas y MARTINIC B., MATEO. 1987 "El juego de
zoomorfas esquemáticas y por trazos lineales, pa- naipes entre los Aónikenk". Anales del
ralelas, puntos, "peines", etc. Así, se reitera, el Instituto de la Patagonia, vol. 17; 23-30,
conjunto que se describe tendría, por razón de su Punta Arenas.
diseño, una condición paradigmática del estilo 1991. "La población aónikenk (tehuelche
de que se trata 2 . meridional austral) en tiempos
En una publicación reciente, Sylvia Mann históricos". Actas del IV Congreso de His-
(1990), comentando el simbolismo de estas car- toria Regional de Chile, Universidad de la
tas indígenas, cree ver en ellas algún parentesco Frontera, Temuco.
con naipes del África occidental elaborados so- S/AUTOR. Correspondencia Intendencia de
bre corteza de bambú y de las Filipinas, también Chiloé ¡841-1845. Archivo Nacional,
confeccionados sobre corteza vegetal. Santiago.
Finalmente, consideramos que aunque cono-
cidas durante el siglo pasado, estas piezas lúdicas
indígenas debieron ser siempre escasas y por
tanto objeto de interés para los no aborigénes de-
bido a su rareza. Ello, a nuestro entender, se
confirma con una referencia que hemos encon-
trado en una comunicación enviada el 17 de fe-
brero de 1845 por Justo de la Rivera, goberna-
dor de la Colonia de Magallanes, al general José
Santiago Aldunate, ministro de Guerra y
Marina, en la que aquél le anticipa a éste el
A Q E A DÉ T R A B A J O PROYECTO BINACIONAL
• BltiOJ
A Píntjr»* ruptit'ti
* ¿olidos
Fig. 1. Mapa que muestra el sector íronlerizo (en recuadro) comprendido en el proyecto arqueológico binacional.
zar en una zona aledaña a aquéllas donde se ha- En estas campañas participaron los siguientes
bían centrado anteriormente estudios (cuenca del investigadores: por la contraparte chilena, el
río Gallegos), en sitios muy semejantes al alero Lie. Alfredo Prieto y el técnico Pedro Cárdenas
Potrok-aike (ver Gómez Otero. 1987 y 1988), lo del Área de Historia del Instituto de la Patago
que permitiría demostrar si las proposiciones nia; por la contraparte argentina, la Lie. Elsa
planteadas para este último no se apoyaban Barbería directora del Centro de Investigaciones
sobre sus circunstancias peculiares o aleatorias, y del Instituto Universitario de Santa Cruz, y la au-
también explorar el grado de variabilidad reco- tora, docente de la Universidad Nacional de
nocible de rasgos definitorios frente a circuns- la Patagonia y Becaria de Formación Superior
tancias diferentes. La comparación de dos o más del CONICET, en calidad de responsable de los
sitios posibilitaría eliminar factores causales trabajos arqueológicos.
azarosos para aproximarse gradualmente a A continuación se exponen los resultados de
explicaciones mejor delimitadas. las investigaciones efectuadas en el paraje Juni-
Fue así que se efectuaron tres campañas. La Aike, más especialmente los relativos a un
primera de ellas tuvo lugar en noviembre de pequeño alero (Juni Aike 1), que fue excavado
1987, en el paraje Juni-aike, sobre el valle del parcialmente.
Gallegos Chico; la segunda se realizó en el alero
Peggy Bird, en noviembre de 1988, ambas en te- EL PARAJE JUNI-AIKE
rritorio chileno. La tercera se efectuó en el alero
Potrok-Aike, en suelo argentino, en enero de Localizarían y Descripción
1989 (Fig. 1). El paraje Juni-Aike se encuentra a 52° S y 70°
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 49
41' O. sobre el valle de un afluente del Gallegos, pinturas rupestres y muestreo de un taller de
el Gallegos Chico. El paisaje está dominado por confección de raspadores en vidrio.
este curso de agua que es angosto, sinuoso y de
rápida corriente. Su amplio valle enmarcado Los sitios de superficie
por mesetas de suave relieve se estrecha nota- Juni-Aike 2
blemente en ese lugar, conformando una especie
de embudo de orientación SO-NE, por el que se Este sitio, de importantes dimensiones (300 m
cuelan y logran mayor ímpetu los vientos de largo x 100 m de ancho), se extiende en forma
dominantes del suroeste. A ambos lados de la paralela al río Gallegos Chico, a partir de unos
frontera se observan paredones de roca basáltica dos metros desde su orilla derecha. Los materia-
que corresponden a las estribaciones más occi- les se encontraron semi-enterrados o apoyados
dentales del "Campo Pali-Aike" (Skewes, 1978). sobre pequeñas áreas (5 a 10 m de diámetro)
En cuanto a la flora se observa la correspondien- deprimidas y erosionadas, cuyo suelo está com-
te a la "Estepa Patagónica Xérica" (Pisano, puesto por un sedimento de grano muy fino gris
1977), aunque llamó la atención la escasez y oscuro que continen diminutos caracoles blan-
poco porte de los ejemplares de calafate cos. Estas áreas sirvieron como punto de refe-
(Berberís sp.). Entre las especies introducidas, rencia en la recolección. A partir del análisis de
sobresale la achicoria que ha invadido todo el una muestra de 61 piezas líticas se reconocieron
valle. Sobre los afloramientos volcánicos pro- en general los rasgos típicos de la industria de
liferan liqúenes anaranjados y blancos. Se piedra de la fase Magallanes IV (ver Massone,
descubrieron hongos en un cañadón seco. 1981 y Gómez Otero, 1988), aunque merece des-
Respecto de la fauna se observaron gran canti- tacarse el hallazgo de una punta triangular
dad y diversidad de aves (bandurrias, caiquenes, apendunculada del tipo Magallanes III y seis
patos, lechuzas, teros, yales, etc.) que en los días lascas y una lámina muy grandes (75 mm a 145
en que se efectuó la campaña estaban empollan- mm de largo x 50 mm 93 mm de ancho x 15 mm
do. Los mamíferos detectados fueron: guanacos, a 24 mm de espesor). Cabe mencionar que el
zorrinos y pequeños ratones. En el río habitan año anterior Martinié. Prieto y Cárdenas,
salmones (Fig. 2). habían encontrado otras puntas triangulares en
las cercanías, así como un núcleo de hojas, de
Los trabajos de campo forma piramidal. En otros sectores se hallaron
Objetivos, metodología y desarrollo también puntas pedunculadas como las del
Período IV de Bird. Los restos faunísticos
El objetivo principal fue el de excavar un asociados corresponden a huesos largos partidos
pequeño alero (Juni-Aike 1) previamente sondea- de guanaco (húmero, radio-cúbito y metapodios)
do por los investigadores chilenos, que había y a vértebras.
aportado materiales adscribibles a la fase
Magallanes IV. La excavación se realizó de la Juni-Aike 3
siguiente manera: se plantearon tres cuadrículas;
dos de un metro de lado y otra de 1 m x 60 cm. Es un taller de raspadores de vidrio situado al
A los fines de lograr un registro lo más completo pie del paredón volcánico, sobre la parte más
posible de la estructura del sitio, se llana del valle y más cercana al río. Las piezas se
Uiscriminaron microniveles artificiales de 3 a 5 encontraban diseminadas sobre un área de
cm, se aplicó el método tridimensional, se des- aproximadamente cinco por tres metros;
cribieron los contextos más importantes, se mi- algunas semi-enterradas. Se recogieron 17 ras-
dieron los fogones, se dibujaron plantas y perfiles padores enteros y 4 fragmentados,
se tomaron fotografías y se puso especial aten- confeccionados sobre vidrio de botella blanco,
ción en la recuperación de microlascas y astillas verde claro o verde oscuro, que en ninguno de los
de huesos detectados en zaranda. Se extrajeron casos presentó el brillo iridiscente típico de los
muestras de sedimento, de pigmento, de carbón vidrios antiguos. Las formas en general son
y de cascara de huevos. trapezoidales o subregtangulares cortas o largas.
Se efectuaron además otros trabajos que am-. Su tamaño oscila entre los 38 a 26 mm de
pliaron y completaron la información obtenida longitud, los 46 a 34 mm de ancho y los 9 a 6 mm
de Juni-Aike 1: prospección, relevamiento de de espesor. Asociados con ellos se hallaron hue-
50 JULIETA GÓMEZ OTERO
Fig. SI. Vista aérea del área arqueológica de Juni-Aike. mirando directamente al sur. La flecha indica el
Siliojum-Aikc 1; los números 2. 3 y 4 señalan los sitios correspondió
líente.
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 51
una cueva de roedor sobre el lado O de la leto de vacuno juvenil completamente calcina-
cuadricula C. inmediatamente por debajo de la do. Se recogieron algunos artefactos aislados.
primera capa y sobre un gran bloque caído del te- Capa 4: (45-48 crn a 59-70 cm). Sedimento
cho. Por tratarse de sedimentos arenosos y por castaño claro rojizo, de grano grueso, suelto y
haber perturbaciones biosénicas (cuevas de húmedo, conteniendo roca volcánica disgrega-
animales fosoriales) es posible que haya habido da. Sobre su base apoyaban grandes bloques.
migración vertical de artefactos y restos óseos. Se En el lado E se vio una lente de cenizas y carbo-
discriminaron cinco capas naturales: nes de 7 a 2 cm de potencia. Escasos materiales
Superficie y capa 1: (0-20 a 30 cm). culturales asociados.
Sedimento de grano muy fino y suelto, castaño Capa 5: (59-70 cm a 75 cm 1,48 m).
claro, con numerosos fragmentos pequeños de Sedimento castaño oscuro, de grano fino, suelto
roca volcánica. La capa está invadida por una y húmedo, con menor proporción de roca dis-
potente lente de guano concrecionado, que gregada. Entre los -70 y -80 cm se distinguió,
tiende a desaparecer en profundidad. Nivel sobre los lados O y E una lente de cenizas y car-
estéril. bones, los cuales se hacen más abundantes a
Capa 2: (20-30 cm a 30-42 cm). Sedimento partir de los - 92 cm. Importante proporción de
castaño amarillento, de grano muy fino, materiales culturales.
compacto y húmedo, que contiene roca volcáni- Relación entre capas naturales y capas cultura-
ca disgregada y dos lentes, una blanca y otra les.
negra muy densas, de forma y extensión irregula- Se diferenciaron tres niveles culturales sobre la
res. Hacia el fondo del alero se encontraron dos base de los siguientes criterios: a) disposición de
esqueletos de ovino. Nivel estéril. las capas naturales; b) disposición de las lentes de
Capa 3: (30-42 cm a 45-58 cm). Sedimento carbones; c) materiales asociados con los
gris claro, de grano muy fino, compacto y seco, fogones; y d) remontaje de piezas líticas y óseas.
que incluye gran cantidad de rodados muy pe- Los tres niveles son atribuibles a un mismo com-
queños. A los -39 cm se vieron las cúspides de ponente cultural (Rouse, 1973). La correspon-
bloques caídos del techo. En el sector correspon- dencia de los niveles culturales con las capas sedi-
diente a las cuadrículas A y B se halló un esque- mentarias es:
LINEA DE GOTEO
JUNI-AIKE 1 (PLANTA)
Im
52 JULIETA GÓMEZ OTERO
140
las finales, el hallazgo del esqueleto de vacuno y Estas cifras demuestran semejante intensidad
de una mandíbula de liebre europea serían de ocupación en los niveles primeros y medios, y
prueba de que al menos hubo una ocupación en marcada diferencia respecto de los finales, lo que
tiempos históricos. prueba que en esa época el alero prácticamente
no fue ocupado.
MATERIALES LITICOS Por último se efectuó una operación que con-
sistió en dividir la cantidad de instrumentos
Criterios metodológicos (119) recuperados de los niveles medios, por la
supuesta cantidad de años durante los cuales
El análisis tipológico y técnico-morfológico tuvieron lugar esas ocupaciones (desde el 1.100
de los materiales líticos se efectuó de acuerdo con D.C. hasta el 1520 D.C. (fecha del inicio del
la metodología propuesta por Aschero (1974), período histórico en Patagonia), lo que demos-
pero teniendo en cuenta las modificaciones en lo tró que si el alero hubiera sido redundantemente
que respecta a clasificación y terminología que usado año a año, la cantidad de utensilios des-
hiciera en 1983. La única ficha que se utilizó cartados por temporada en el sector excavado,
conforme con la versión actualizada fue la de habría sido de 0.28, lo que representa un prome-
desechos de talla. Asimismo se aplicaron dio extremadamente bajo.
técnicas de remontaje.
CUADRO N° 1
RODADOS
partidos y retoc. x^ 1 1 1 1 2
YUNQUES
PERCUTORES 2<¡ 1 1 1 1 2
PERCUTORES
NÚCLEOS Y
1 1
X' 3 1
X X1 2
NUCLEIFORMES
UNIFACES s< 1 5
y<*
1
X ><,
6
B I FACES
CEPILLOS
S<r
2£ 2
^xj
2 1
X1>< 3
RASPADORES 1 1 3 3 1 7 1 15 3 1 4 20
RAEDERAS 2 2 4 12 3 1 16 5 3 8 28
RACLETTES
CUCHILLOS
1
X1
,4
7 4
1
1 2
5
14
4
3 2
4
5
9
20
FILO RET.
CUCHILLOS
FILONAT. 1 1 6 4 5 2 1 18 5 5 24
CORTANTES 1 1 2 7 1 2 10 2 1 1 4 16
MUESCAS RET. 1 1 1 1
X 2
MUESCAS NAT.
X 1 1 3 1 4 5
DENTICULADOS
BURILES I
1 1
1 9 1
X10 ,3
1
1 4
1 2
15
PERFORADORES 1 1 2 1 I 2 2 2 6
LASCAS CON
RET. SUMARIO
PUNTAS MAGA*
1
X 1
6
5 1
3
1
9
7
2
4
2
1
2
1
6
6
15
14
LLANESIVtipoA
PUNTAS MAGA-
LLANES IV tipo B X 1 1 2 1 1 3
DUDOSOS O
INDETERMIN.
TOTALES 1 1
X 16 ^x^
1 1 2
60
2
CUADRO N° 2
RODADOS 1 1 1 1 2 2 2 5
NODULO
TABULAR X 1 1 1 1 2
NÚCLEOS Y
NUCLEIF. 1 1 4 1 1 6
X 7
PREFORMAS
BIFACIALES
LASCAS
X 1 1
X 1
PRIMARIAS 1 1 6 1 1 8 3 1 1 5 14
LASCAS
SECUNDARIAS
LASCAS C/
X 0 4 4 17 2 1 3 20
DORSO 1 1 2 5 1 1 7 5 3 2 10 10
LASCAS
ANGULARES 1 1 2 13 1 1 1 2 18 5 1 2 8 28
LASCAS DE
ARISTA 1 1 2 4 1 1 1 7 4 3 1 1
X 18
LASCAS EN
CRESTA
LASCAS
X 2 2 1 1 3
PLANAS 1 1 3 2 1 6 5 5 12
LASCAS
1 1 2 2 5 8 2 1 1 4 14
x
1
INDETERM.
LAMINA
CORTICAL 1 1 1 1 2
LAMINA
DESBASTE X 2 1 3 1 1 4
LAMINA C/
DORSO X 1 1 1 3 X 3
LAMINA ARIS
SIMPLE X 1 1 X 1
LAMINA ARIS-
TA DOBLE X 1 1 X 1
LAMINA
INDETERM.
LAMINA EN
X 1 1 1 1 2
CRESTA X 2 1 3 X 3
HOJA
DESBASTE
HOJA ARISTA
X X X ^x:
SIMPLE 1 1 X2 2 3
HOJA ARISTA
DOBLE X X X -xr
HOJA ARISTA
X 1 X
MÚLTIPLE
HOJA INDET.
INDETERMIN 1
x1
1
5 1
1
3
1
9 3 2 1
X
6
1
16
1
proyectil bifacialés, entre las cuales las del tipo Las puntas de proyectil son de dos tipos y
Magallanes IV muestran los negativos de lascado según nuestra propuesta (Gómez Otero, 1987 y
propios del proceso de reducción bifacial (Nami, 1988) corresponden todas a la fase Magallanes
1984b); en las microlíticas esto no se registró. IV:
Con respecto a la talla extendida/retoque 1. Limbo triangular corto o largo de lados recti-
marginal su proporción es muy baja y está vin- líneos o ligeramente convexos, aletas entrantes
culada con los cepillos. Los artefactos que mues- rectas y pedúnculo diferenciado ancho de bordes
tran picado son los yunques y se halló un único convexilíneos o concavilíneos, base escotada y
ejemplar en las ocupaciones medias y en las tamaño pequeño a mediano (Aschero, 1983): 14
primeras respectivamente. Los de filo natural a 17 ejemplares. A partir de ahora se denomina-
oscilan entre el 25% en las más antiguas y Si rán puntas "Magallanes IV tipo a".
31 % en las finales. La mayor parte de ellos son 2. Limbo triangular corto o largo de lados
cuchillos. rectilíneos o ligeramente convexos, aletas en-
trantes agudas, pedúnculo diferenciado angosto
f) Grupos tipológicos de lados rectos, y tamaño muy pequeño a
pequeño. Ahora serán llamadas puntas
Los más representados son los de "Magallanes IV tipo b".
raspado/corte-raspado (raspadores, raederas y Los yunques muestran picaduras en los bordes
raclettes), y los de corte (cuchillps de filo y en el centro, lo que sugiere que ejercieron
retocado, natural y cortantes). En las ocupa- también la función de percutores.
ciones iniciales y en las últimas predominan los Por último nos referimos a un pequeño y del-
del primer tipo (31% contra 24% de los de gado utensilio de calcedonia, de bordes y base
corte). En las medias se invierte esa relación, ya convexos, formalizado por retoques bifacial ex-
que los de corte llegan al 35% y los otros al 30%. tendido, que fue hallado en las ocupaciones me-
Les siguen en todos los niveles los instrumentos dias. Personalmente habíamos observado ejem-
de punción (perforadores y buriles) que comien- plares semejantes entre los materiales del Alero
zan con un 10% en los iniciales" y terminan con de los Pescadores (Molina, 1967-70), entre los de
un 19% en los finales. Ocupan el cuarto lugar un sitio patagoniense descubierto en las afueras
las lascas con retoque sumario (109 a 6%) y el de Trelew y entre los niveles tardíos del alero
quinto las puntas de proyectil que en las prime- Potrok-Aike. De estos seis artefactos, cinco eran
ras ocupaciones llegan a un 12%, descendiendo de-calcedonia blanca y presentaban esmerada
en las otras a un 8% y un 6% respectivamente. terminación. Tres de ellos fueron estudiados
Entre los de raspado/corte-raspado, en los bajo microscopio por la Dra. Mansur, quien no
primeros y últimos niveles las raederas son detectó rastros de uso como instrumento
mucho más abundantes que los raspadores (más (Mansur, 1988, com. pers,)- No obstante como
del doble), mientras que en los medios, todos tienen el ápice fragmentado, pienso que
emparejan porcentajes (13.5% y 12,5%). La son perforadores de punta destacada, de los que
mayoría de las raederas son laterales simples, a se conservó la base escutiforme. Massone incluye
las que siguen las angulares y laterales simples. perforadores dentro de los rasgos diagnósticos de
Los raspadores más frecuentes son los frontales su "Unidad Cultural Tardía".
de tamaño en general muy pequeño, la otra-
variedad son los laterales, de dimensiones g) Tamaño
mayores.
Entre los cuchillos de filo retocado y natural Instrumentos:
predominan los laterales simples, luego se ubican Después de los yunques, las raederas son
los dobles, estando ambos subgrupos relaciona- los de mayor tamaño (mediano-grandes a muy
dos con lascas laminares, láminas y hojas. grandes, predominando las grandes). En cuanto
Los instrumentos burilantes están representa- al módulo longitud/anchura son mediano-
dos por puntas apenas formatizadas por un golpe alargadas a cortas muy anchas, sobresaliendo las
de buril. No presentan la base preparada o reto- normales en las primeras ocupaciones y las
cada. Los perforadores tampoco muestran es- mediano-alargadas en las medias y en las
merada terminación, ni en el extremo activo ni últimas. Los raspadores son los más
en la base. pequeños y anchos (pequeños a mediano-peque-
58 JULIETA GÓMEZ OTERO
ños; mediano-alargados a cortos anchísimos). (muerte in situ, acarreo por parte de animales
Las raclettes son mediano-grandes a grandes predadores, arrastre por corrientes de agua, etc.)
(destacándose las primeras); mediano-alargadas y que para poder distinguirlos se deben aplicar
a cortas muy anchas, dominando las mediano criterios tafonómicos, en la mayoría de los yaci-
normales en todos los niveles. Los cuchillos de mientos la presencia o ausencia de determinados
filo retocado se ubican entre los pequeños y me- taxones, su proporción en .relación con el
diano-grandes. prevaleciendo los mediano- conjunto, el estado de los huesos, etc., se debió a
pequeños en las primeras ocupaciones, los causas culturales: selectividad, tabúes, estrate
mediano-grandes en las medias y los grandes en gias estacionales, métodos de caza. etc. Sobre
las últimas. En cuanto al ancho, los medianos ellas pudieron influir también ciertas variables
sobresalen en toda la secuencia. Los cuchillos de como: oferta del medio, factores climáticos, éxi
filo natural, fluctúan entre los mediano- tos o fracasos en la empresa, etc. Esto hace-la di-
pequeñas en las ocupaciones primeras y medias, ferencia entre los sitios paleontológicos y los ar
y los pequeños en las fípales. En cuanto al queológicos, diferencia que también debe con
módulo longitudinal-anchura, excepto en los servarse con respecto a los métodos a utilizar
últimos niveles en que son cortos muy anchos, para su abordaje. No obstante, para evitar
son mayoría los laminares normales y errores y al mismo tiempo información limitada,
loslaminares alargados. se aplicarán ambos criterios: el de la Biología sis-
temática y el ecléctico como complemento del
Desechos de talla: anterior.
En cuanto a la terminología se utiliza la de
Respecto de las lascas predominan en toda Grayson (1984), clasificando en consecuencia
la secuencia las normales, ocupando el segundo como "elemento" a todo hueso o diente completo
lugar las alargadas y luego las anchas. Entre las que tenga su homólogo en el esqueleto de un in-
láminas se destacan las normales, siguiéndoles dividuo, y como "espécimen" a todo fragmento
las angostas. En general disminuye el tamaijo y óseo identificable o indentificable. Dentro de los
el módulo en los niveles medios en relación con especímenes se diferencia: a) fragmentos (mayo
los primeros niveles. res de 50 mm); b) astillas (menores de 50 mm); c)
cilindros (en el sentido de Borrero. 1984:41); y d)
RESTOS FAUNISTICOS lascas óseas (en el sentido de Borrero. op. cit.).
Para determinar el NMI nos basamos en el
Criterios metodológicos. método de Grayson (1984), aprovechando
además como complemento -para el caso de los
Antes de emprender el estudio de los restos guanacos- un trabajo de Osvaldo Herrera (1988)
óseos de Juni-Aike 1, tuvimos oportunidad de sobre el desarrollo osteológico y grados de fusión
leer un trabajo de Salemmc, Miotti y Tonni ósea de ejemplares de este camélido originarios
(1988), en el que se critican los métodos eclécti- de Tierra del Fuego, teniendo en cuenta las dis-
cos utilizados por varios arqueólogos para reali- tancias geográficas y temporales entre su mues-
zar la determinación sistemática de los materia- tra y la de Juni-Aike.
les óseos hallados en sitios arqueológicos. Según Respecto de la identificación y clasificación de
los autores: "consecuencia de ésto es la contabi- marcas, estas fueron de tipo macroscópico y con-
lización y asignación taxonómica de especímenes sideramos fundamentalmente los siguientes pa
que a los ojos del biólogo sistemático más expe- rámetros: a) morfología (grosor, longitud, pro-
rimentado serían indeterminables" (pág. 66). fundidad y trazado); b) posición en relación con
Obviamente esta crítica recae sobre el trabajo la topografía de los huesos; y c) frecuencia, para
con los materiales de Potrok-Aike (Gómez Otero, lo cual nos apoyamos en los trabajos de Bunn
1988); sin embargo, a pesar de que se acepta y (1981). Binford (1981), Mengoni, (1988) y
adherimos a ella, estamos convencidos de que no Gómez Otero (1988). Como las piezas no fueron
debemos utilizar únicamente parámetros de tipo observadas bajo microscopio, como su deterioro
paleontológico para evaluar y clasificar muestras general impidió en algunos casos la identifica-
de fauna de sitios arqueológicos. Si bien es cierto ción con certeza de las huellas y como es posible
que hay ocasiones en que la presencia de que el grado de mala conservación haya enmas-
algunos taxones se debió a causas naturales carado la clasificación de algunas se privilegia su
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 59
CUADRO N° 3
CUADRO N° 4
CANTIDAD DE PIEZAS OSEAS DE TAXONES IDENTIFICADOS POR NIVELES
ELEMENTOS MAS
ESPECÍMENES Ocup. Finales Ocup. Medias Ocup, Prim. TOTAL
MAMÍFEROS
1. Guanaco 10(76.9%) 120(60.6%) 93(47.9%) 223
2. Ovino — 1(0.50%) — 1
3. Coruro 2(15.3%) 21(10.8%) 63(32.4%) 86
4. Cricétido — 2(1.01%) 4(2.06%) 6
5. Liebre europea 1(7.69%) — 1
—
6. Zorro colorado — 2(1.01%) — 2
7. Zorrino — 2(1.01%) — 2
8. Carnívoro indet. — 1(0.50%) 1(0.51% 2
9. Cetáceo — 1(0.50%) — 1
AVES
1 . Avestruz — 7(3.53%) 1(0.51%) 8
2. Ave grande — 5(2.52%) 1(0.51%) 6
3. Ave mediana — 26(13.1%) 18(9.27%) 44
4. Ave pequeña — 10(5.05%) 13(6.70%) 23
TOTALES 13 198 194 405
b) Estado de conservación del material aunque en mucho menor proporción- sobre frag-
mentos y astillas de diáfísis. Del mismo tipo,
En general los huesos muestran un estado de pero curvas, fueron vistas sobre espeíímenes de
conservación que fluctúa entre regular y malo, huesos planos, entre ellos costillas. De acuerdo
presentando la mayoría -en especial los de las con Bunn (1981) y con experimentaciones pro-
cuadrículas A y B (niveles más profundos)- im- pias con huesos de ovino frescos, las incisiones
portante crecimiento de dendritas de transversales y oblicuas serían de corte; las
manganeso, desgaste del esmalte, tejido espon- paralelas al eje, de descarne; y las que se repiten
joso al descubierto, friabilidad, etc. implicarían corte de músculos o tendones o
c) Huellas varias quizás una preparación de la superficie de los
huesos previa a la fractura. En cuanto a la cur
El análisis macroscópico permitió detectar 361 vatura de las incisiones sobre los especímenes
piezas (24%) con diversos tipos de marcas. pJanos, es posible que se deba a las mismas ca-
Setenta y dos de ellas presentan combinación de racterísticas de los huesos que influyeron en el
más de una clase de huellas, llegando en algunos movimiento efectuado en el proceso de corte y/o
casos a poseer hasta seis distintas. Las más descarne.
abundantes son las incisiones en forma de Otro tipo de marcas son los surcos (18%)
"V" (Walker y Long, 1977: 605:616), que cortos, de más de 1 mm de ancho, de sección
alcanzan un 30%. Sobresalen las cortas (hasta 1 plana, paralelos o subparalelos entre si y profun-
mm de ancho), rectilíneas, playas a profundas, dos. Se los encuentra sobre los bordes de frac-
generalmente transversales u oblicuas con tura y bordes de costillas. Son muy semejantes a
respecto al eje longitudinal del hueso, las que surcos observados sobre dos especímenes de
fueron vistas preferentemente sobre las diáfísis Potrok-Aike, que según Mengoni Goñalons
de huesos largos, estando en algunos casos aisla- (1988, com. pers.) son originados por roedores.
das y en otros, formando haces cerca de bordes Existen otro tipo de surcos, aislados, largos,
de fractura. Incisiones medianas a largas, profundos, en forma de "S" transversal y oblicua
delgadas, rectas, de profundidad variada y al eje. Se los vio sobre una rama mandibular, un
paralelas al eje longitudinal se detectaron fragmento de metapodio y una astilla de diálisis
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 61
CUADRO N° 5
LISTA DE RESTOS ÓSEOS DE LAMA GUANICOE IDENTIFICABLES
OCUPACIONES
ELEMENTOS Y ESPECÍMENES Finales Medias Primeras TOTAL
Cabeza
• Cráneo (fragm.) — 4 6 10
• Arcos zigomáticos (fragm.) — 1 1 2
• Maxilar (fragm.) — — 1 1
• Mandíbula (fragm.) — 5 — 5
• Piezas dentarias 2 7 4 13
Tronco
Axis — — 2 2
Vert. cervicales (fragm.) — 4 6 10
Vert. dorsales (fragm.) — 3 1 4
Vert. lumbales — 1 — 1
Vert. caudales — 1 — 1
Vert. indeterm. (fragm.) — 12 6 18
Costillas (fragm.) ^ 12 6 18
Pelvis (fragm.) — 2 — 2
Extremidades
• Húmero
Epíf. prox. — 1 2 3
Epif. distal — — 2 2
Diáfisis 4 4 8
—
• Radio-cúbito — — 2 2
Epíf. distal — 1 1 2
Diáfisis 1 8 4 13
• Fémur
Epíf. prox. — 1 1 2
Epíf. distal — 1 — 1
Diáfisis 1 2 2 5
tj • Tibia
Epif. prox. — — 1 1
Epíf. distal — — 1 1
Diáfisis 1 2 2 5
• Metapodios
Epíf. prox. metacarpo — 2 1 3
Epíf. prox. metatarso _ 1 4 5
Epíf. distal metapodios — 6 6 12
Diáfisis 2 10 6 18
• Metacarpales — 11 1 12
• Metalárseles — 2 7 9
• Falanges
Ira. 2 8 6 16
2da. — 3 4 7
3ra. 1 5 3 9
TOTALES 10(4.48%) 120(53.81%) 93(41.70%) 223
JULIETA GÓMEZ OTERO
dr K".iii¿if (> |»H>V( - n i r r i i e de las ocupaciones cambio los de ave sí muestran mayor deterioro
por parte de carnívoros (picaduras y cilindros),
También se distinguieron picaduras o aunque se debe considerar la presencia de dos
puncturcs (14%), de forma circular u oval, cuentas sobre huesos de ave, lo que podría
(Ir I a 4 rnm de diámetro, dísiribuidos prefercn- indicar que al menos en ciertas ocasiones los ci-
temrnie sobre el ct-niro dr las piezas. En algunos lindros podrían estar relacionados con la inten-
( .isns Icis srgulcín (j estaban asociados con ellos, ción de confeccionar esos adornos.
surcos lardos y curvos; en otros estaban
dispursuis rn par con forma de cuña o coma d) Número Mínimo de Individuos (NMI)
(Silvc-ira y K c r n á n d r z , 198H; 47) sobre huesos de
mamíferos y aves (especialmente cilindricos). Aplicando el método de la Biología, estaría
I mliis esas marcas parecen vinculadas con la ac- comprobada en toda la secuencia la presencia de
tuación de carnívoros (cánidos y félidos) en el al menos 5 individuos de guanaco. Si se utiliza
prot esn ile mordisqueo (Binford, 1981). además el método ecléctico se tendría registrada
Un porcentaje importante (38%) dentro de los la presencia de 4 guanacos (2 juveniles y 2 crías)
huesos i "u huellas lo abarcan los sometidos a la en las primeras ocupaciones; 2 guanacos (1
acción del fuego, más de la mitad están subadulto y una cría) en las medias; y 1 guanaco
carbonizados; sólo una pequeña parte sufrió adulto? en las últimas.
calcinación, y el resto está quemado sin llegar a El NMI de otros taxones es el siguiente: a)
la carbonización. La mayor concentración se dio Primeras ocupaciones (1 carnívoro indetermina-
emre 80 y -90 cm, sobre astillas de diáfisis, do, 1 cricétido, 18 coruros, 1 avestruz, 1 ave
varias de las cuales muestran fractura por expo- grande, 1 mediana y dos pequeñas); b)
si( ion al fuego. Dado el reducido tamaño de los Ocupaciones medias (1 ovino, 1 zorro, 1 zorrino,
huesos no se puede reconocer si fueron quemados 1 cricétido, 6 coruros, I cetáceo, 1 avestruz, 2
en estado fresco o seco (Borrero, 1984: 42 y 43). aves grandes, 3 medianas y 4 pequeñas); c)
Existe otra clase de marcas como muescas, Ocupaciones finales (2 coruros, 1 liebre europea
negativos, astilladuras. que se interpretan como y 1 ave pequeña).
producto de percusión. Fueron detectados en los
tres niveles sobre fragmentos y astillas de diáfisis e) Partes del esqueleto representadas
de guanaco, sobre los bordes de fractura, o sobre
el cuerpo (depresiones, Gifford. 1981). Conside- El guanaco tiene representadas todas las
ramos sin descartar la posible intervención de partes del esqueleto, aunque predominan am-
carnívoros (Binford, op. cit.; Gifford, op. cit.) pliamente los huesos de las extremidades (ver
que la mayor parte de los especímenes presentan cuadro N° 5). De los otros artiodáctilos, el
claras huellas de acción humana. ejemplar de vacuno está completo y articulado, y
En síntesis, si bien se ha comprobado que de ovino sólo se halló un astrágalo. En cuanto a
sobre el conjunto de restos faunísticos actuaron los carnívoros excepto un cubito de zorrino, los
hombres, roedores y carnívoros, ha habido demás especímenes corresponden a piezas
diferencias de número y grado. Respecto de la dentarias y hemimandíbulas.
acción de los roedores sobre los huesos de Respecto de los roedores, los coruros están pre-
guanaco, se puede afirmar que sus marcas son sentes a través de todas las partes del esqueleto,
post dcposicionales porque estos mamíferos pero son mayoría los huesos de la cabeza. Los
prefieren los huesos más bien secos y libres de cricétidos están ejemplificados únicamente por
partes blandas. En cuanto a los carnívoros, hemimandíbulas. De liebre europea hay
tampoco han causado grandes daños a los restos también una hemimandíbula. Por último, se
de guanacos, ya que no se vieron cilindros, y se registró una vértebra de cetáceo.
conservaron las epífisis proximales y distales de
fémur y húmero. Es posible entonces que los pos de la fase Magallanes IV estos cánidos eran los
carnívoros se limitarán al roído y masticado de más abundantes de su tipo en la región esteparia
huesos quizás ya tratados por el hombre*. En fuera de los controvertidos perros domésticos (ver
Clunon-Brock, en Hyslop, 1988; y trabajos citados
en Orqucra, 1987: 366)- se puede inferir que los
Sc'gún I l i i i i r i f i ( i g 8 8 ) , los zorros no producen mayor carnívoros que actuaron sobre los restos de guanaco
sobre los huesos de guanaco. Como en liom- fueron zorros.
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 63
esos lugares se desarrolló tanto que a mediados Juni-Aike de la misma manera que el de Potrok-
de la década de 1850, los habitantes hablaban de Aike. Sin embargo, la nueva información y las
la "Vaquería del Norte (norte de Punta Arenas coincidencias halladas sólo aumentaron las
hacia río Verde y campos del mar de Skyring), y interrogantes y ayudaron a percibir cierta incon-
la "Vaquería del Norte" (norte de Punta Arenas gruencia.
hacia el Otway)" (Martinié. 1988. com. pers.). Para explicar la secuencia de Potrok-Aike se
Por su parte, el taller de raspadores en vidrio habían contrastado tres modelos: el de Borrero
(Juni-Aike 3) evidencia algunas transformaciones (1984) sobre variabilidad de sitios en Patagonia,
operadas en la cultura de los tehuelches meridio- el de Binford (1980) sobre sistemas de asenta-
nales como consecuencia del contacto con los miento entre cazadores-recolectores, y el de
blancos. Pero esos raspadores reflejan no sólo Horn (1968, cit. Smith,.1983) sobre la teoría del
que la tecnología de la piedra fue reeemplazada Forrajeamiento Óptimo. Acorde con ellos se
por la del vidrio, sino también el gran consumo llegó a la conclusión que los autores de la fase
de bebidas alcohólicas por parte de estos Magallanes IV practicaron una estrategia de
indígenas, afición que se constituyó en uno de los forrajeamiento, y que dentro de su sistema de
factores determinantes de su extinción asentamiento este alero habría funcionado como
(Martinic, 1985-86). base-residencial temporaria.
En cuanto a las pinturas rupestres de Juni- Proponemos ahora desandar el camino y co-
Aike 4, tanto Bate (Í971), como Massone (1982) menzar nuevamente, parte por parte.
consideran que estos símbolos estarían relaciona- La atribución de base-residencial (Binford,
dos con una tradición estilísticas que habría co- 1980) tuvo como fundamento el hecho que en
menzado en tiempos de la fase Magallanes III y Potrok-Aike (P.A.) había claras evidencias de
perdurado hasta épocas poco anteriores al actividades múltiples, algunas de las cuales
período histórico. revelaban la presencia demujeres, lo que no con-
Resumiendo, en el paraje Juni-Aike, hay evi- cordaba con lo esperado para los otros tipos de
dencias suficientes que indican que desde épocas sitios que según el autor podían formar los forra-
quizás muy tempranas (8.000-6.000 AP) y hasta jeadores: la "localización" y el "campamento de
tiempos históricos recientes, esa zona fue visita- caza". Pero, si una base-residencial supone la
da por cazadores-recolectores. que en ciertas permanencia de un grupo autosufíciente durante
ocasiones habrían permanecido en ella por algunos días, la superficie de ese alero (y también
algunos días, mientras que en otras el tiempo ne- la de Juni-Aike 1) era muy estrecha como para
cesario como para celebrar ciertas prácticas es- que sobre ella se asentaran muchas personas si-
pirituales o mágicas, o para cazar, consumir multáneamente, y menos aún durante cierto
alimentos, fabricar utensilios, o ya en tiempos tiempo, teniendo en cuenta que al espacio
históricos recientes, posiblemente atrapar algún mínimamente habitable hay que restar el área de
vacuno de los que merodeaban en las inmedia- fogones y la ocupada por los restos de comida, los
ciones. utensilios y las esquirlas de piedra y hueso.
Según Cook y Heizer (cit. Odell, 1980) entre so-
INTERPRETACIÓN Y CONCLUSIÓN ciedades cazadoras-recolectoras, a cada indivi-
duo correspondería algo menos de 2 m. Si esto
La secuencia cultural de Juni-Aike 1 es realmente así. P.A. y Juni-Aike (J.A. 1) no
presenta rasgos muy similares a los del alero podrían haber sido habitados por más de cinco
Potrok-Aike, ya sea por su pequeño tamaño, personas el mismo tiempo. Sin embargo, resul-
como por tecnología lítica y ósea, patrones de taba difícil imaginar una partida de forrajea-
asentamiento, manejo de recursos faunísticos, miento integrada por tan pocos componentes.
etc. (ver Gómez Otero, 1988). Las semejanzas Ahora bien, Binford (1980) había planteado que
son más acentuadas aún entre los niveles tardíos si los recursos están dispersos o son escasos, los
de Potrok-Aike y las ocupaciones medias de Juni- forrajeadores pueden dispersarse en pequeñas
Aike, agregándose el hecho de ser ambos casi unidades sociales ("grupos mínimos de forrajea-
contemporáneos: 740 ± 180 años A.P. y 850 miento") conformad-as por 5 a 10 personas eco-
± 40 años A.P. respectivamente. nómicamente activas (mujeres + varones), que
Vista la gran cantidad de caracteres comunes, explotan asi un radio de caza y recolección más
parecía lógico interpretar el contexto cultural de extendido. Considerando la distribución del
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 67
guanaco -recurso primordial de los forrajeado- tores que ocuparon esos sitios, llegaron a tales
res de la fase Magallanes IV asumimos que parajes portando sus tiendas de cuero. Perso-
cumple con la condición de disperso, debido a su nalmente siempre tuvimos la convicción de que
fuerte sentido de la territorialidad (Raedecke, al menos los indígenas de esta región dispusie-
1976; Franklin, 1983; Saba, 1987), exacerbado ron de paravientos o chozas de cuero desde los
entre los grupos familiares en la época reproducti- primeros tiempos del poblamiento, y que la
va. Como en P.A. (también en J.A. 1) había elección del lugar donde asentar una base-resi-
pruebas de ocupaciones de primavera y/o verano dencial no necesariamente tuvo que depender de
(cascaras de huevos, restos de guanaco neonato, la existencia de abrigos rocosos adecuados, sino
etc.) se reforzaba la idea de una disgregación del más bien de la presencia de recursos críticos
grupo social mayor en unidades pequeñas para como agua, leña, caza, materia prima lírica, etc.
los fines de predar sobre los grupos familiares de En tal sentido Binford (1978; 289-294) sostiene
esecamélido. que "Los arqueólogos, particularmente aquéllos
No obstante ello, si a ambos parajes llegaban interesados en el Paleolítico tienen a interpretar
más de cinco individuos, ¿dónde se albergarían a las cuevas y abrigos rocosos como centros de
durante la estadía y cuánto duraría aquélla? operación". Agrega además que no encontró
Contiguos a P,A. había otros aleros que pruebas del uso de los mismos como bases-resi-
sondeados aportaron materiales culturales del denciales entre los Nunamiut actuales, ni en la
mismo tipo. Se propuso entonces que todos ellos bibliografía concerniente a 240 casos de cazado-
podrían haber sido ocupados simultáneamente res-recolectores habitantes de latitudes mayores
por sucesivas partidas de forrajeadores. Pero, de 35 grados Norte y Sur. Sin dejar de tener en
ninguno de esos abrigos era adecuado como para cuenta esta información, se consideró entonces y
una permanencia prolongada. Se contrasten se considera ahora importante no partir de esa
consecuencia el modelo de Borrero (1984) y se premisa, sino dejar que sea el registro arqueoló-
comprobó que la mayor aproximación se daba gico el que la confirme o descarte.
con el "campamento transitorio", ya que había Pues bien, supongamos que los usuarios de los
representación proporcionada de huesos de aleros Potrok-Aike y Juni-Aike llegaron y
guanaco de diverso valor económico (igual que armaron sus tiendas o paravientos de cuero al pie
en J.A. 1), lo que indicaba que el lugar de de los mismos, y que los aprovecharon como ta-
matanza debió estar cerca y que no se trató de un lleres de actividades múltiples. Si así pasó y los
campamento de caza sino de procesamiento. parajes fueron ocupados por sucesivas partidas
Por último, dada la gran cantidad de material de forrajeadores, año tras año ("nomadismo
Utico morfológica y tipológicamente semejante al atado" de Binford, op.ctt.). durante varios días,
de los aleros, encontrado en superficie en las se debería haber encontrado mucho mayor den-
inmedicaciones de ambos, se planteó que éstos sidad de materiales y más elevado NMI de
sólo habían sido usados como refugio guanaco que los registrados (8 en P.A. y 5 en
circunstancial ante las inclemencias del tiempo, J.A.l). Además esto se contradice con la gran
o como lugar de descanso nocturno. Pero, en la cantidad de piezas líticas halladas en los
campaña de 1989 en el alero Potrok-Aike se alrededores, que demuestran que fuera de los
constató que las áreas supuestamente aptas para aleros se ejecutaron acciones semejantes.
dormitorio (adyacencias de paredes y fondo (ver Proponemos entonces otras explicaciones,
Binford, 1988), estaban ocupadas por materiales para cuya justificación se asume que en las
de todo tipo, quedando por lo tanto desechada - épocas en que estos aleros fueron ocupados, las
al menos en ese lugar- la segunda posibilidad. condiciones climáticas eran semejantes a las
Por su parte, en el paraje Juni-Aike no se habían actuales. De acuerdo con los estudios sobre la
registrado otros abrigos habitables, lo que evolución del clima y la vegetación posglaciales
sugería que, si todos los grupos de forrajeadores al sur del río Santa Cruz -si bien escasos y en
que se asentaron en él no contaban con otra algunos puntos discrepantes', se puede afirmar
vivienda que los refugios rocosos, la falta de
espacio debió haber impedido la ejecución de Según Mcrcer (1970 y 1976) el avance final del hielo
muchas tareas de extracción y mantenimiento. -o 'estadio Punta Bandera"- terminó bastante
Pero, otras alternativas de explicación pueden tiempo atrás del 12.640 A.P., fecha en la que el
ser válidas si se acepta que los cazadores-recolec- Canal Jerónimo (desembocadura del Otway) ya esta-
68 JULIETA GÓMEZ OTERO
que luego del 11.000/10.000 A.P., sobrevino un Por el emplazamiento de Potrok-Aike y Juni-
período templado y seco, que hasta la actuali Aike 1 en respectivos parajes favorables para la
dad no habría experimentado cambios de supervivencia humana, por la alta proporción de
magnitud. Por otra parte, según los análisis materiales Uticos hallados en sus inmediaciones,
polínicos efectuados en el cercano alero Pali- por la gran cercanía a sitios con pinturas rupes-
Aike 1 (Massone e Hidalgo, 1981), las condicio- tres, nos inclinamos a pensar que las bases-resi-
nes vegetacionales del área no habrían variado denciales debieron estar muy próximas. La pre-
en los últimos 2.000 años, siendo dominados por sencia de vestigios posiblemente vinculados con
un ambiente de estepa. la fase Magallanes III y la prueba de ocupacio-
Pues bien, sobre la base de esos datos paleo- nes en tiempos históricos demuestran que esas
ambientales, y considerando la existencia en buenas condiciones de habitabilidad fueron re-
ambos abrigos de pruebas de ocupaciones cen- conocidas también en otras épocas.
tradas en primavera-verano, época del año Resta entonces encontrar una denominación
durante la cual la región patagónica austral se ve adecuada para estos sitios. Los de "base-residen-
sometida a la acción muy frecuente de fuertes cial temporaria" propuesto en el trabajo sobre el
vientos que soplan del suroeste, se propone que alero Potrok-Aike ya no satisface. Tampoco
en la estación cálida (fines de octubre a marzo), entusiasma el término "campamento de paso
los abrigos chicos sólo fueron usados como (Bonford y Binford, 1969) ni el de "campamento
refugio circunstancial por grupos de cazadores- transitorio" de Borrero, porque inducen a
recolectores que: a) se encontraron acampando interpretarlos en relación con itinerarios o derro-
en las inmediaciones y que por causa de algún teros, quizás fijos, quizás aleatorios, lo que coinci-
intenso temporal de viento, sus tiendas de cuero diría únicamente con la proposición *'b)". Por
no se hubiesen mantenido en pie o hubiesen su- otra parte tampoco concuerdan las caracterís-
frido alguna rotura"; o b) que en ocasión del ticas distintivas de los campamentos temporarios
traslado entre una base residencial y otra, de esos autores con las del contexto arqueoló-
hubiesen sido sorprendidos por un violento tem- gico de los aleros. Por todo ello, proponemos lla-
poral. marlos "campamentos ocasionales". Como se
En ambos casos se espera que los provisionales distinguieron sobre la base de trabajos efectua-
ocupantes ejecutaran mínimas actividades de dos en sitios de primavera-verano, en principio
extracción y mantenimiento hasta que las condi- no habría que esperarlos en los meses fríos.
ciones climáticas les permitieran abandonar los En síntesis, como consecuencia del estudio ar-
sitios. Por lo tanto el registro arqueológico queológico integral de estos dos pequeños aleros,
debería mostrar: baja densidad de materiales de muy semejantes entre sí y situados en una misma
todo tipo; alto porcentaje de instrumentos expe- zona geográfica, se pudo reconocer la recurren-
ditivos; presencia de utensilios de descarte, cia de un conjunto de rasgos defínitorios, a partir
huesos de guanaco de diverso valor económico, de los cuales se propone la existencia -dentro del
fogones pequeños y no formatizados, y pruebas sistema de asentamiento forrajeador (Binford.
de estacionalidad centrada en los meses cálidos 1980) de la fase Magallanes IV- de un tipo de
(cascaras de huevo, restos de aves migratorias, de sitio distinto, el "campamento ocasional", cuya
guanaco nonato y/o neonato, etc.). funcionalidad no estaría tan ligada a una inten-
ba libre de hielos permanentes. El lapso siguiente o
cionalidad precisa o a itinerarios pautados, como
hipsitermal habría sido templado pero habría finali- sería el caso de las "bases-residenciales" o las "lo-
zado hacia el 4.550 A.P., cuando se inició una serie calizaciones", sino más bien a tactores imprevisi-
de tres reavances neoglaciales de poca relevancia, bles o azarosos, los que en nuestra opinión,
Merccr (1976) negó que hubiera habido un reavance también merecen ser tomados en cuenta a la
glacial en el XI milenio A.P. Sin embargo los
registros patinológicos dicen lo contrario: Heusscr, hora de interpretar problemáticas arqueológi-
1966; Heusser y Rabassa. 1987; Markgraf, 1988. en cas.
Hyslop). Markgraf (op.cü.) sugiere además que
hubo incremento de la aridez en los últimos 1.000 AGRADECIMIENTOS
años, lo que también habría sido insinuado por Auer
(1958) sobre la base de datos de Tierra del Fuego.
Durante la campaña de Juni-Aike. tuvo lugar un La autora agradece la colaboración y apoyo
fuerte temporal de viento, con ráfagas de más de 100 prestados por Elsa Barbería y familia, Dr. Mateo
km/h, que produjo la rotura de las carpas. Martinic y esposa, y por los excelentes compane-
i A/ \ l i i » K l s I \ K I H t ) < a \ LA ZONA FRONTERIZA h'l
pasado (hasta el período III en realidad) crea un ambiente particular por estar
volviéndose de este modo preformas de resguardado de los vientos dominantes del SO de
modificaciones intra e interperíodos. Las únicas modo que puede cobijar en su interior grupos de
puntas que no debieron sufrir tales modifica- calafates y algunos otros arbustos contrastando
ciones, como es obvio, serían las pequeñas fuertemente con las áridas pampas circundantes.
puntas del período V. En su fondo hay una pequeña laguna permanen-
El cambio de períodos no tenía tampoco sostén te que es frecuentada por aves y esporádicos gru
ambiental en el sentido de que dependiera de un pos de guanacos. Junto a esta laguna se encon
cambio de clima o condiciones medioambienta- traron tres instrumentos unifaciales. pero en los
les bien acotadas en el tiempo: "las condiciones alrededores no se hallaron evidencias de algún
actuales de estepa en el sector oriental estaban ya sitio de matanza (Fig. 2).
vigentes hacia e 2.500 A.P. con un clima más
frío y más seco que en las épocas precedentes de En dos bloques basálticos soldados al techo del
expansión de bosques" (Markgraf, en Hyslop. alero se encontraron pinturas rupestres atribuí-
1988). En el hecho el arribo del arco debió bles al estilo "Río Chico". Se ubican a una dis-
provocar importantes cambios en los tancia de no más de 30 a 40 cm entre sí. Se trata
agregamientos sociales y aún en las pautas de de líneas realizadas en rojo, del grueso de un de-
asentamiento ya que la aceptación de esla nueva do y el motivo más destacable es un "peine" simi-
tecnología (más certera) habría cambiado el lar a uno encontrado en Juni-Aike.
cerco por el acecho reduciendo de este modo la En la vecindad del cráter, además, existen
cantidad de cazadores comprometidos en tal numerosos yacimientos, a cortas distancias unos
actividad. de otros, ocupando afloramientos rocosos,
En definitiva la importancia que atribuimos a cañadones y bordes de lagunas. Se describen en
esta investigación no es otra que la de interrogar seguida algunos de ellos.
nuevamente el "esperado" material cultural Cerro Timone. Se ubica a 1.7 km al este del alero
desde otras perspectivas inquisitivas abiertas por Peggy Bird en un pequeño cañadón muy prote-
el tiempo. gido de los vientos en la ladera oeste del cerro
Timone. Destaca en él un matorral de grandes
Descripción del sitio y su vecindad calafates. En la cima del cerro se encontró un
pequeño conjunto de lascas. De la misma se
El cráter Peggy Bird había sido descubierto dominan una gran extensión a la redonda. Los
durante una exploración realizada en 1985*, oca- instrumentos unifaciales de este sitio son bastan-
sión en la que se le denominó en la forma ante- te más grandes que en aquel alero y aunque las
dicha en homenaje a Margaret Bird esposa y proporciones de materia prima son similares,
compañera de trabajo de Junius Bird. y benefac- destaca el aumento en cantidad y tamaño de los
tora de las actividades de investigación del Área núcleos y lascas de sílex (en el sentido de Ortiz-
de Historia del Instituto de la Patagonia. El sitio Troncoso 1970). Se encontraron también un
se ubica en la ladera sur de un cráter volcánico, pedúnculo, un limbo y una preforma de proyec-
que mide 1.500 de largo por 750 m de ancho y til del tipo Período IV. Hay asimismo restos
aproximadamente 40 m de profundidad (Fig. 1), óseos.
cortado parcialmente por la frontera chileno- Cerro Puesto Límite. Está situado a 7 km al sur
argentina. A diferencia de la mayoría de los en un afloramiento basáltico. Los artefactos
otros cráteres, sus afloramientos son de toba con unifaciales encontrados son pequeños, destacan-
algunas brechas basálticas. El alero Peggy Bird do las raederas y cuchillos, un pedúnculo, dos
tiene 14 m de largo por 2.50 a 3 m de fondo puntas P. IV, una muesca, un yunque percutor y
máximo y 1.2 m de altura. A unos 50 m al oeste tan sólo dos pequeñas lascas de sílex.
se encuentra otra formación semejante con res- Cañadón Potrok-Aike 1. Se encuentra a 3 km al
tos arqueológicos. Ambos se hayan a sotavento SO en un cañadón pastoso desprovisto de
en el borde superior del cráter y enfrentan una matorrales. Contiene un pequeño arroyo
fuerte pendiente en la que se encuentra estacional. Destaca aquí la presencia de 15
abundante material cultural. Este accidente puntas atribuibles a los Períodos IV y V, con
marcadas diferencias estilísticas; los artefactos
Martinic, Prieto y Cárdenas.
unifaciales son de sílice y basalto con sólo un
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 75
76 ALFREDO PRIKTO 1CI ESIAS
Fig. 3. Perspectiva del área fronteriza comprendida en el estudio. 1. Alero sin nombre; 2. Alero Potrok-Aike; ,
Cañadón Potrok-Aike 1; 4, Cañadón Potrok-Aikc 2; 5. Alero Peggy Bird; 6. Cerro Timone; 7. Cueva de los
Contrabandistas; 8. Alero de la Frontera; 9. Alero Timone; 10. Borde superior Laguna Timone; I I . Alero
Picana; 12. Acceso La Portada y 13. Corral del Diablo.
Fig. 4. Vista del secior fronterizo vecino al sitio Cueva de los Contrabandistas (fondo, derecha).
CAZADORES TARDÍOS F,N LA ZONA FRONTERIZA 77
- - - 6 - - _E D C
PLANTA
fogón 1
PERFIL Í0"cm
3. Instrumentos
La distinción entre raederas, cuchillos y SÍLEX
37865(58)
raspadores se efectuó sobre la base de la JASPE
medición de la parte central del filo, como
propone Aschero (1983).
En general, los instrumentos unifaciales se en-
cuentran en buen estado, esto es, sólo 11 de ellos
aparecen fragmentados. No ocurre lo mismo
con las puntas. Sólo dos están enteras; tas demás
son fragmentos de aletas (5), pedúnculos (8),
limbos (3), pedúnculos y limbos (12) y ápices (2).
26 puntas y fragmentos de puntas son de basalto, 38219 38756(88)
4 de sílex y 2 de sílice, en cambio 3 de losbifaces SÍLEX CALCEDONIA
son de sílex y uno de basalto. Las puntas más
pequeñas se hicieron de sílex y sílices (Figs. 7 y8).
TABLA 1
N. Sup. N. Inf. Total
38294
Raederas: 7 8 15 SÍLEX 37941
Raspadores: 6 11 17
Cuchillos: 2 3 5 Fig. 7. Raspadores y raederas.
Raclettes: 2 2
—
Muescas: 3 2 5
Buriles: 1 1
Cepillos: —
— 1 1*
Puntas y Fg.Pt.: 18 14 32
Bifaces: 3 1 4
Percutor: — —
2
Piedra
(moler o grasera): — 1
Bolas — 2**
Total 88 38636 38066 38514 38637
(SÍLICE) (SÍLEX) (BASALTO) (SÍLICE)
A i » i * * - » »*
Ángulo Filo
N° Pieza Medidas Origen Mat. Prima parte media
presencia de la obsidiana del Otway en los sitios "Cuando usted caza con un rifle debe
esteparios. considerar cosas tales como el tamaño de su bala
En el caso del astil esto es distinto, hay muchas y su velocidad, porque un rifle'mata por schock.
maderas con que se puede fabricar (Prieto, Pero una flecha es diferente, usted puede oír a
1987). Si la rotura de puntas y astiles era fre- un arquero decir que su ciervo ni siquiera se
cuente, fuera por el tipo de impacto o por el sus- enteró de que fue herido y luego después de un
trato del mismo, ello debió corresponderse con la período se desplomó. Esto se debe a que una
promoción de un cambio tecnológico consecuen- flecha mata haciendo sangrar al animal. De
te con esta debilidad. Una de las fracturas más manera que la punta de flecha más deseable es
frecuentes de los astiles según los arqueros ac- aquella que producirá mayor sangría y esto es lo
tuales (Kovacic, com. pers. 1990) es la provocada que hace más fácil de entender el factor siash. Es
por la caída del animal sobre ellos (si no es res- simplemente la cantidad de carne que cortará y
guardada por la penetración completa en el dejará sangrando la punta de flecha conforme se
cuerpo del mismo... y aún asi). Estas fracturas abre paso". (Sin referencia de autor).
podían ser del astil completo o de la punta en el Desde esta perspectiva cuesta mucho com-
caso en que quedara sujeto a una fuerte prender cómo algunas puntas del Período V,
vibración. La rotura de las puntas Ifticas podia tipo "ona" pudieron ser herramientas de caza,
conducir a una reducción de las mismas o a su puesto que son tan pequeñas que hubiera bas-
abandono (Flenniken. Hurst, op.cü., 1987). La tado con afilar el astil para cumplir con el ob-
rotura del ápice era frecuente al caer al suelo. jetivo. Es difícil, por otra parte, creer que estas
En el alero Peggy Bird se encuentra puntas, puntas iban directo al corzón penetrando, por
limbos y pedúnculos, algunos de los limbos o los espacios intercostales puesto que gran parte
piezas completas de un mismo nivel tienen mar- de este órgano es tapado por la escápula y una
cadas diferencias estilísticas (Fig. 8) puntas N° costilla; los espacios intercostales son bastante
38636. 38066 y 38637. Ellas pudieron estas sig- amplios por lo demás. Hemos comprobado que
nificando distinciones de propiedades. en el caso de un chulengo (guanaco joven) de
Dentro de la arquería selknam (Gusinde 1982, siete meses de edad, el espacio intercostal a la
Bridges, 1952. Gallardo. 1910) es interesante altura del corazón es de 3 cm. Los selknam tira-
constatar que el cazador nunca mataba el ban preferentemente de atrás para adelante
guanaco al instante sino que debía perseguirlo a penetrando por las partes blandas del guanaco,
veces por horas antes de que cayera. En este "...con una habilidad admirable (los onas), ha
contexto cuesta entender el abandono de la bo- cen entrar la flecha por el vacío, de atrás hacia
leadora en reemplazo del arco como un adelanto adelante, a fin de que lleguen a los órganos
en la eficacia de la caza, puesto que aquélla sí vitales. Entonces se nota que el arma ha
que inmovilizaba inmediatamente al animal. atravesado el animal de parte a pane asomando
Pero esta ventaja solamente es relativa a la caza; por un lado la punta mientras que del otro sólo
otra cosa son las implicancias sociales de unas y han quedado fuera las plumas guiadoras de la
otras. flecha, se impone esta forma de herir a fin de im-
Auxiliares de la caza con arco como el perro' pedir que la flecha tropiece con un hueso, en
pudieron también influir grandemente en la re- cuyo caso se rompería y sólo haría una herida
ducción del tiempo de persecución de las presas y leve" (Gallardo, op.cü. 186). Como se ha visto
consecuentemente en el módulo de las puntas de ameriormente uno de los restos de la arquería es
proyectil. A este respecto, es de interés conocer el de minimizar el tiempo de persecusión de la
la opinión de un experto: "primero, tratemos de presa herida; ello se logra con una punta ancha
determinar cómo elegir la mejor punta de flecha sin importar demasiado el largo de la misma
para la tarea. La consideración más importante (Fig. 9). Una punta con ápice que asegure pene-
es la que nosotros llamamos el factor slask. Pa-
ra entender éste necesitamos comprender cómo
mata una flecha. FACTORSLASH
Tanto Pigafeta (1970) como Sarmiento (1950) dan Fig. 9. Según el factor slash las formas ADr> y ACB cumplen
cuenta de la presencia de estos animales entre los el mismo objetivo.
patagones.
ALFREDO PRIETO IGLESIAS
u.H ton y un ancho que dé una buena sangría es del alero. Y aunque Ia5 pinturas se encuentra
- . . I . M . i.ir f r i K . 10). Kilo, sin considerar el peso generalmente asociadas a yacimientos fa
,1. i.i misma ni el ancho de la guarnición de Período IV bien pudiera ser que se trate de ac
pluma* la que siempre debe ser mayor que la tividades realizadas en anteriores épocas. La evi
distancia dr alna a alela. Del mismo modo, dencia es "aérea" y por lo mismo difícil 4
fli-hr- i r . I u i irsr al máximo la resitencia a la pe conectar con el registro arqueológico. De todot
netraciA" "l"'< «da P°r 'a un>6n del pedúnculo a) modos este tipo de manifestación es importan^
al considerar que el registro arqueológico rj¿
astil.
cuenta más bien de modos de subsistencia, *
trabaja con el espacio de tiempo reservado j
labores de apropiación, sin embargo, estai
mismas labores implican un postfactum de ocio,
de esparcimiento. En definitiva, las pinturai
tienen una autoría dudosa; sin embargo, por Jai
I-IK 10 Pufiij <lr Cariarían Poirol» Aikc I qur reúne buena características climáticas y ambientales de |a
< .i|i.i< KJ.i(l <ir |M-nrtiai ¡6n ton ancho adecuado para zona podría relacionarse esta actividad con laj
IjviMKiid. (Tamañonitural) estaciones más cálidas. Finalmente, el sustrato
A partir de todas estas informaciones puede en que se realizaron las pinturas (prísmaj
colegirse que las puntas pequeñas "tipo ona" de basálticos) en la región volcánica de Pali Aike
Patagonia y Tierra del Fuego (cuyo ancho puede estar determinando el estilo ya que ofrece
medido en la« alelas no pasa de los 15 mm) no muy poco espacio para el trabajo, en cambio
pudieron ser empleadas como punta de flecha mucho más al oeste, en la zona del lago Sofía,
para la caza y si tal vez. como ejercicios para por ejemplo, los sustratos son más amplioj
niños o para algún otro uso desconocido. (conglomerado fino cubierto de calcita) y conse
2.- La presencia de guanacos neonatos o juve- cuentemente los motivos son más extensos y
niles requiere de una explicación adicional. Tal complejos.
vez algunas pieles de las presas eran desaprove- i. • Hasta aquí se ha utilizado la analogía
chadas, sin embargo las de chulengo eran espe- etnográfica para dar cuenta de algunos tópicos.
cialmente apetecidas en tiempos historíeos. Ya Esto lleva a suponer por la escasa profundidad a
Sarmiento (1950), indica que se vestían de que se hallaban los restos, o por las dataciones dt
"pieles cocidas entre sí". Aunque críptica, la sitios vecinos en igual contexto como Juni Aike o
referencia pudo deberse al manto del tipo Potrok Aike, que aquí se trabajó con bajas
quillanguero, en cuyo caso los cazadores debían antigüedades, tal vez no superiores a un milenio
entregar la piel fresca a la mujer para que ella la antes del presente. Esto último justifica un tamo
estaqueara y secara por varios días antes del más la utilización de los datos correspondientes a
raspado Cualquier tratamiento de pieles los indígenas históricos. Al efecto, cabe recordar
prolongaba las estadías si las mismas no se que hasta tiempo reciente (principios del siglo
desechaban, o las acortaba si las mujeres se en- XX) los aonikenk deambularon por esta zona.
contraban en otro lugar, supuesta una división La evidencia entregada por material indígena
del trabajo similar a la existente en tiempos histórico (Martinié y Prieto, 1988) y los propia
históricos. documentos contemporáneos confirman la idea
).• Uno de los supuestos utilizados para planear de una ocupación preferencial del territorio
la excavación del alero Pcggy Bird decía relación volcánico y peri volcánico, haciendo del mismo
con la escasa altura a la que se encontraban las una isla geográfica y un relicto humano, durantf
pinturas rupestres (1.20 m del suelo actual). Se la fase expansiva de la colonización pastoril, quf
buscaba un piso correspondiente a una altura avanzaba por la cuenca del Estrecho de Maga
mayor. Sin embargo el "piso" encontrado fue la llanes y la del Río Gallegos. Allí, comprobada
roca base a escasos 20 ó 30 cm y sin pigmento mente, vivieron los últimos tehuelches en la parif
esperado. A juzgar por las lincas las pinturas se más meridional de la Patagonia Austral.
hicieron con los dedos. El motivo "peine" es
recurrente, fue encontrado en Juni Aike, pero es AGRADECIMIENTOS
iliflcil establecer alguna relación entre la
actividad plástica con alguna de las ocupaciones El autor expresa su reconocimiento a '3
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 85
MAURICIO MASSONE M.
• SITIOS INCLUIDOS EN EL
ÁREA DE PARADERO.
O SITIOS MARGINALES AL
ÁREA DE PARADERO.
LIMITE INTERNACIONAL.
HUELLAS.
Unidad II Umdad IV
10-20 a 25-40 cm de profundidad. Es más 55-100 a 105-248 cm de profundidad. Presen-
profunda en las cuadrículas A, B y parte de C. ta un marcado buzamiento en su base, de orien-
Areno-limosa, gris-negro, grano fino. tación oeste-este. En las cuadrículas A y B la
Equivale a parte de los niveles artificiales 2 y 3 capa tiene una potencia de 5 a 30 cm. En D su
de 1980 en las cuadrículas A, B, C, y D y al nivel espesor es de 100 cm. En F alcanza su mayor
II real de 1981 en F y G. potencia de hasta 185 cm. Arenosa, gris pardo
Material cultural: extensos restos de fogón en claro, grano fino a muy fino.
B, C y D, con acomodación de piedras naturales Se trata de un depósito sin restos culturales
('i . Abundante material Utico y óseo asociado al constituido por arena que corresponde a sucesi-
área del gran fogón. vas evidencias de depositación con diferencias
Material lítico: Puntas pedunculadas de los microestratigráficas. Tan sólo en la parte
tipos período IV y V de la secuencia cultural con- superior de la cuadrícula G, entre 70 y 100 cm de
tinental (Bird, 1938). Raspadores frontales profundidad, se encontraron algunos restos líti-
pequeños, raspadores laterales, raederas y lascas. cos y óseos poco diagnósticos, sin que pueda
Materia prima lítica: basalto, sílex, calcedonia asegurarse si se trata de materiales culturales de
y otros. la base de la ocupación humana correspondiente
Material óseo: abundante huesos de guanaco, a la unidad III, enterrados a mayor profundi-
ñandú, otras aves, zorro, coruro y otros roedores. dad, o si constituyen evidencias de una ocupa-
ción anterior.
Unidad III En el depósito se encontraron algunos bloques
25-40 a 100 cm de profundidad. Es notoria- rocosos de gran tamaño caídos desde la pared en
mente más profunda en las cuadrículas A, B, una época anterior a la formación del depósito
parte de C y de G. Areno-limosa, pardo-gris, superior del nivel III.
grano fino.
Equivale a los niveles artificiales 4, 5, 6 y 7 en Unidad V
las cuadrículas A, B y parte de C, y al nivel 4 en 105-115 a 248-256 cm de profundidad.
la cuadricula D del año 1980; al nivel III real de Presenta un marcado buzamiento oeste-este.
las cuadrículas F y G del año 1981. Aparece a 105 cm de profundidad en la cuadrí-
Material lítico: puntas pedunculadas tipo pe- cula B, a 157 cm de profundidad en D y a 148
ríodo IV (una en obsidiana), raspadores cm de profundidad en F. Su espesor oscila entre
frontales pequeños, raspadores y raederas latera- 7 y 28 cm. Arenosa, blanco, grano medio a fino.
les, grandes raspadores sobre núcleo a modo de Se trata de una unidad sin material cultural.
cepillos, lascas, gran abundancia de núcleos en
la parte inferior del nivel. Boleadoras esféricas y Unidad Vi
subesféricas de gran tamaño, percutores. 115-130 a 235-344 cm de profundidad. Es de
Materia prima litica: basalto, sílice, calcedo- marcado buzamiento oeste-este. En la cuadrícu-
nia, obsidiana y otros. la B presenta un espesor de 15 a 20 cm que au-
Material óseo: abundantes restos óseos de menta en parte de la cuadrícula C, en B y en F.
guanaco, en menor proporción presencia de alcanzando en esta última una potencia de 109
ñandú, otras aves, zorros y roedores (coruro y cm.
otros). Areno-arcillosa, pardo, grano fino, con abun-
Se observaron gran cantidad de huesos de dante gravilla y roca fragmentada.
guanaco con cortes intencionales para la extrac- Material cultural: existencia de restos óseos
ción de la médula ósea. muy fragmentados y alterados de aves, cánidos,
Otros materiales: fragmento de concha guanaco y roedores. Lascas llticas principalmen-
marina indeterminada y fragmentos de cascaras te en basalto y un raspador sobre núcleo.
pertenecientes a huevos de ñandú.
1 En la cuadricula C. entre 30 y 40 cm de profundi- Unidad Vil
dad, se observó una alineación de piedras naturales 130-150 a 280-370 cm de profundidad.
de orientación norte-sur, de 3 m de largo, que pue- Arenosa a areno-arcillosa, gris, grano fino. Es
den corresponder a una disposición artificial para
servir de reparo. Entre las piedras y en su costado un nivel muy potente en las cuadrículas A y B,
occidental se extendía un extenso fogón. alcanzando un espesor de hasta 160 cm. Se
92 MAURICIO MASSONE
PARED ROCOSA
SECTOR NO EXCAVADO
O 1 2m
dibujo dt M A AZOCAR M. sobrí original de JUNUS BIRO
aprecian en esta unidad a los menos 15 eventos con gravilla, algunos rodados, fragmentos de
menores de depositación, arenosos y areno- roca descompuesta y grandes bloques rocosos.
arcillosos que van alternándose, dando forma a Pardo claro. En el depósito se detectaron en
una compleja microestratigrafía. Se trata de de- 1980 algunos restos óseos muy fragmentados de
pósitos sin restos culturales. difícil identificación y sin pruebas de una acción
cultural sobre los mismos.
Unidad VIH
280-290 a 440-450 cm de profundidad. Unidad X
Ceniza volcánica blanca. Ofrece una superficie Bajo 618 cm de profundidad. Grandes
con fuerte buzamiento de oeste a este. La super- bloques rocosos caídos de la pared volcánica.
ficie de la unidad se encuentra a 280 cm de pro- Color gris-pardo. La existencia de estos bloques
fundidad junto a la pared, a 370 cm de profun- impidió profundizar más la excavación.
didad en el contacto de las cuadrículas A-B. La
base de la unidad se presenta con una suave in- CUADRICULA C2
clinación alcanzando una profundidad entre 440
y 450cm. En noviembre de 1982 se excavó la cuadrícula
Depósito sin evidencias culturales. C 2 a 247 rn al sur de la trinchera 1. con el objeto
de conocer el comportamiento estratigráfico del
Unidad IX sitio en el borde opuesto de la pared volcánica.
440-450 a 618 cm de profundidad. Arcillosa La cuadrícula de 3 m x 3 m se trazó sobre una
INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA LAGUNA THOMAS GOIJLD 93
Estos permiten concluir que las dos fechas que contiene evidencias de ocupación humana,
correspondientes a la Unidad II, 470 y 250 años las que deben ser anteriores a las fechas indica
ap. (1.480 y 1.700 dC), se enmarcan dentro del das.
rango cronológico del período cultural V de la
secuencia continental establecida por Junius INTERPRETACIÓN DEL PROCESO DE
Bird (1938). rango que varía entre 200 y 800 FORMACIÓN DEL YACIMIENTO.
años ap., para la región esteparia oriental de
Magallanes (Massone, 1981). En la actualidad, la pared volcánica que
Por otra parte, el contexto ergológico de la forma el faldeo inferior oriental del cerro
Unidad II presenta entre sus elementos cultura- Tehuelche, alcanza una altura de 6.40 m sobre
les, las características puntas pedunculadas la superficie de la trinchera 1. La altura de la
pequeñas del tipo período V. Por tal motivo, si pared es aún mayor a unos 50 m al sur de la
bien las fechas acusan una ligera inversión en el trinchera, alcanzando alturas de 10 o más
orden de antigüedad, en términos generales son metros, para decrecer progresivamente hacia el
coherentes con el rango cronológico y el contex- extremo sur, desapareciendo a una distancia de
to cultural que les corresponde. 334 m en relación a su extremos norte.
En cuanto a las fechas de 4.560 ap. y 1.280 ap. La fuerte pendiente del cerro Tehuelche en la
para la parte superior e inferior de la unidad es- ladera oriental y su remate sobre la abrupta
tratigráfica III, respectivamente, la inversión en pared volcánica, ha hecho posible que durante
el orden de antigüedad es más preocupante 2 . milenios se depositara gran cantidad de sedimen
Si bien ambas fechas parecían coherentes con tos finos y bloques rocosos en el borde occidental
el rango cronológico del período IV, anterior al de la laguna Thomas Gould. Esta acción debió
800 ap. y coherentes con el contexto cultural en- estar complementada por procesos de deposita-
contrado en la Unidad III, creímos que la fecha ción y erosión producto de la acción cólica y de
de 1.280 años ap. (670 dC) debía corresponder a las sucesivas crecidas y descensos del nivel
la parte superior de la unidad y la fecha de 4.560 lacustre.
ap. (2.610 aC) a la parte basal de la misma. Frente al sector central de la pared volcánica
Ambas podrían haber sufrido una confusión en están dispuestos algunos bloques rocosos,
el laboratorio Gakushuin, similar a la señalada situados en la pendiente que toca el borde de la
en la nota a pie de página. laguna. Por su parte, frente al sector sur de la
A fin de solucionar este problema, en 1981 se pared, en las proximidades de la cuadrícula C 3,
envió al laboratorio Dicarb Radioisotope CO de se encuentran abundantes bloques rocosos de
Florida U.S.A., una nueva muestra de carbón gran tamaño, caídos del cerro Tehuelche y que
vegetal procedente de la base de la unidad estra- dan forma a pequeños abrigos rocosos, entre los
tigráflca III obtenida de la Trinchera 1, que destaca aquél que contiene el depósito C3.
cuadrícula G, excavada en el mismo año, para La información obtenida de las excavaciones
obtener una nueva datación. El resultado fue el realizadas en la trinchera 1, cuadrículas C 2 y C
siguiente: 3 y las observaciones superficiales del sitio, per-
Dic. 2320-4280 + 50 ap. miten postular el siguiente proceso de formación
Esto confirma que el inicio de la unidad estra- de depósitos naturales-culturales que abarcan
tigráfica III, que corresponde al inicio del varios milenios.
período cultural IV en laguna Thomas Gould, se En el sector de la trinchera 1, el primer even-
remonta a 4.280 - 4.560 ap. (2.330-2.610 aC). to de depositación Tegistrado corresponde a la
Hasta el momento no se han obtenido aún caida de grandes bloques desde la pared
fechados de la unidad estratigráfica VI inferior, volcánica, que quedaron ubicados bajo 6,18 m
2 En cana del 6 de mayor de 1981, el Dr. Kunihiko con respecto a la superficie actual, cuando los
Kigoshi del laboratorio Gakushuin envió al autor los sedimentos superficiales próximos a la pared se
resultados de 10 fechados radiocarbónicos, seis co- encontraban prácticamente al mismo nivel del
rrespondientes a muestras del alero Pali Aike 2 y 4 borde de la laguna o quizás la laguna llegaba
procedentes de Laguna Thomas Gould. En la carta
se excusaba por un error inicial cometido en el labo- hasta la misma pared volcánica.
ratorio Gakushuin. al invertirse la numeración de dos Este proceso inicial de depositación represen-
muestras de Palí Aike, error que el propio Dr. tado en la unidad estratigráfica X, debió ocurrir
Kigoshi detectó. en una fecha incierta que puede situarse tenta
INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA LAGUNA THOMAS COULD 95
18.685 19.653
f25.122
* * *
18.686
18.689 27.372
22.719 2cm
F'g. 5. Instrumentos llticos del sitio Thomas Gould. a: raedera-cuchillo; b: puntas Periodo 111; c: puntas Periodo
IV; d: puntas Periodo V; e: boleadoras ovaladas Periodo 111; f: boleadoras Período IV; g: cepillo.
96 MAURICIO MASSONE
tivamcnte con anterioridad a 10.000 años ap., del período IV y por sobre el nivel de ceniza
por antecedentes indirectos que se indicarán más volcánica, hacen pensar en la posibilidad que se
adelante. trate de restos dejados por los cazadores del
Posteriormente, prosiguieron depositándose período III continental. Por otra parte, a orillas
grandes bloques que fueron cubiertos por de la laguna en la superficie situada a unos 30-50
material arcilloso con gravilla y algunos rodados m de distancia de la trinchera 1, se han
de posible origen fluvioglacial, dando forma a la encontrado abundantes boleadoras y puntas del
unidad estratigráfica IX. Durante este período tipo período III. Al respecto consideramos que
quedan dispuestos en el sitio algunos restos óseos estos materiales, de estar representados estrati-
sin que pueda asegurarse si corresponden a un gráficamente, deberían encontrarse en la
proceso de depositación cultural o natural. Unidad VI.
A continuación se depositó en el lugar una im- A continuación de los restos dejados por la
portante cantidad de ceniza volcánica blanca, ocupación humana del nivel VI se depositó en el
muy similar a la capa de ceniza de la Cueva Pali sector norte del yacimiento una capa delgada de
Aike identificada como tephra I de Auer (1974), arena blanca (Unidad V), que sella la superficie
con una antigüedad de 9.000 años ap. De ser anterior y la separa de los estratos de arena gris
correlacionares ambas cenizas volcánicas, superiores. La Unidad V está representada en
situación aún no precisada, la Unidad VIII de los sectores norte y central sur del sitio, sin em
Thomas Gould podría tener la antigüedad abso- bargo no se aprecia en el extremo sur del mismo.
luta referida. Por su parte, la Unidad IV parece corres
Posteriores sedimentos de arena fina micro- ponder a depósitos de arena traídos por acción
estratificados por probable acción cólica y some- cólica que pudieron estar afectados en diferente c
tidos a reordenación debida a sucesivas crecidas momentos por las crecidas del nivel de la laguna
de las aguas lagunares, barrieron buena parte a juzgar por su microestratigrafía.
del depósito cinerítico, dejando en la trinchera Hace aproximadamente 4.500 a 4.200 años
1, sólo un testigo que alcanza junto a la pared un ap. nuevos grupos humanos se hacen presentes
espesor de hasta 70 cm. Sin embargo, la en el lugar y ocupan la superficie próxima a la
marcada inclinación del nivel de la ceniza en su pared volcánica para protegerse de los agentes
extremo occidental, da cuenta de una acción de climáticos. Se trata de cazadores prototehuelchcs
socavamiento. Por otra parte, en C 3, sobre los del período cultural IV, que escogen preferente
débiles testimonios de la unidad de ceniza se mente el sector norte del yacimiento para estable
encuentran los depósitos de arena con restos de cer campamento, siendo probable que estos luga
matriz cinerítica mezclada, producto de la res. junto con proporcionarles reparo, pudieran
redepositación secundaria por acción del agua. servir de escondites para acechar a las presas que se
Los niveles microestratifícados de arena fina se acercaban a los bordes de la laguna, facilitando su
suceden a lo menos en 15 eventos que dan forma cacería.
a la unidad estratigráfica VIII, entre 370 y 150- Los abundantes restos de fogones, de mate-
130 cm de profundidad. riales culturales asociados, su despersión espa
El evento depositacional siguiente corresponde cial y la sucesión estratigráfica que ofrecen, en la
a la Unidad VI conformada por materiales Unidad II de la trinchera 1, indican que se tra-
areno-arcillosos, gravillas y roca fragmentada. taba de un campamento utilizado en forma re-
La superficie de esta capa presenta cierta incli- currente por los grupos cazadores del período
nación hacia el borde de la laguna, no obstante, cultural IV, hasta probablemente unos 1.000
el material lítico y óseo detectado tanto en la años ap.
superficie como al interior de la unidad, está Los fragmentos de cascaras de huevos de
indicando la primera presencia humana cierta ñandú ponen de manifiesto una ocupación en la
en el sitio. Se trata de cazadores terrestres que estación de primavera a lo menos en uno de los
aprovecharon presas como guanaco, aves, momentos correspondientes al período IV. Este
cánidos y roedores. hecho, la presencia de una concha marina en
Si bien no se encontraron elementos tecnoló- una zona alejada de la costa, la gran cantidad de
gicos diagnósticos para afiliar esta presencia huesos de guanaco con cortes intencionales para
cultural a un período definido, su posición es- la extracción de la médula y la diversidad de
tratigráfica intermedia por debajo del depósito otras especies animales registradas, dan cuenta
INVESTIC'.ACIONES ARQUEOLÓGICAS F.N LA LAGUNA I MOMAS GOUI.D 97
de un aprovechamiento amplio de todos los re- durante este período final destacan los avista-
cursos disponibles. El análisis detallado de los mientos de tehuelches en los sectores de Dina-
materiales óseos podrá indicar a futuro si dicho marquero, valle del Bautismo y valle del rio
patrón corresponde a pautas habituales de los Zurdo, como lugares predilectos de paradero
grupos prototehuelches en diferentes períodos (Massone, 1979).
del año, o bien si se trata de una diversidad re-
lacionada con el problema de disponibilidad de RELACIONES ESPACIALES Y
carnes magras en una específica. CONCLUSIONES
El sector más meridional del sitio fue el menos
ocupado durante este período, a juzgar por las Los antecedentes analizados indican que el
escasas pruebas culturales encontradas en la sitio de laguna Thomas Gould corresponden a
cuadrícula C 2. Su proximidad al borde sur de un extenso campamento que fue ocupado en
la pared volcánica, hace de él un sector de escaso forma reiterada durante diferentes periodos por
abrigo azptado con frecuencia por el viento. grupos cazadores terrestres de tradición tehuel-
La unidad estratigráfica II demuestra que los che y proto-tehuelche.
cazadores del período cultural V continuaron Las características del yacimiento con impor-
utilizando el sitio como un lugar de campamento tantes concentraciones de materiales líricos y
entre 470 y 250 años ap. (1.480 a 1.700 dC), óseos asociados a restos de fogones en diferentes
correspondiendo ya a grupos tehuelches meridio- sectores, junto con su especial situación de
nales (aónikenk) de la fase pre-ecuestre. reparo al pie de la pared volcánica, a orillas de la
Durante el período se mantienen las principa- laguna, indican que debió tratarse de un sitio de
les pautas de asentamiento desarrolladas en la campamento base o lugar de paradero habitual,
época anterior. A jiivel tecnológico junto con localizado a 10,5 km al sur-este de cueva Fell, a
perdurar el uso de la punta pedunculada ancha 16 km al ñor oeste del cráter Pali Aike y a 9 km al
de tipo período IV r surge el uso complementario norte del campamento Rose Aike,
de una punta pedunculada más pequeña y de fi- La concentración espacial de numerosas bo-
na terminación relacionada con el empleo del leadoras ovaladas y puntas de proyectiles ape-
arco y flecha. dunculados y pedunculados asimilables a los pe-
Llama la atención durante algún momento de ríodos culturales III, IV y V, encontradas en la
esta etapa, la dispersión de restos de fogón y superficie del borde húmedo de la laguna, indi-
otros materiales culturales asociados, junto a una can que el espacio próximo al agua correspon-
alineación de piedras naturales que parecen co- día además a un sector de cacería, contiguo al
rresponder a una disposición artificial a modo de campamento.
reparo, antecedente de singular interés por Consideramos que un paradero de tanta im-
cuando hasta el momento se conocía para el área portancia debió estas vinculado a otros sitios
tan sólo la práctica aónikenk de acumular satélites, necesarios para completar las diferen-
piedras en los chenques, para cumplir una fun- tes actividades de subsistencia de estos grupos
ción funeraria. nómades, constituyendo en conjunto un área de
El depósito superior del yacimiento (Unidad paradero, de modo similar al patrón de asenta-
1), indica una continuidad más débil en el uso miento detectado en la costa del estrecho de Ma-
del sitio con posterioridad al 1.700 dC., por gallanes (Massone, 1979 y 1984).
parte de los grupos aónikenk. Hasta el momento Un estudio de los sitios arqueológicos más
no se han encontrado evidencias de elementos próximos situados en un radio 5-7 km desde el
metálicos o vitreos, diagnósticos de una ocupa- campamento de Thomas Gould, permiten visua-
ción tehuelche correspondiente a su fase ecues- lizar una relación posible en dicho sentido.
tre final, detectada en otros sitios de Magallanes En efecto se han localizado a lo menos 9 sitios
como es el caso de Dinamarquero, Juniaike y San próximos de menor relevancia pero que parecen
Gregorio (Martinic y Prieto, 1985-86 y 1988). cobrar sentido especial si los entendemos vincu-
Los antecedentes etnohistóricos para la lados al yacimiento estudiado, dando forma a
segunda mitad del siglo XIX, incluyen escasas una red de asentamiento local, a lo menos
referencias relativas al área de estudio, que durante algún periodo de tiempo.
aluden principalmente al valle de Ciaike y La Cerro Tehuelche 1. Pequeño abrigo rocoso
Portada, situados más al oeste. Por otra parte, situado cerca de la cumbre del cerro homónimo
98 MAURICIO MASSONE
y a unos 500 m de distancia al oeste del sitio avanzada próximo a un lugar de matanza.
Thomas Gould. Allí se localizaron escasos ma- Cerro Conlreras 1. Escaso material lítico y óseo
leriales Uticos entre los que se cuenta una rae- dispuesto a los pies de un abrigo rocoso situado
dera. El lugar parece corresponder a un sitio de en la ladera norte del cerro indicado y a 6 km al
protección ocasional y divisadero de presas para sur-este del sitio Thomas Gould.
la caza, Cerro Navarro 1. Restos Uticos y óseos
Cerro Martín 1. Concentración de material lítico localizados junto a un reparo de rocas en la
en la cumbre del cerro, sin protección rocosa. Se ladera superior oeste y nor-oeste del cerro y a
trata de un área de actividad de taller lítico en (6,5 km al sur-este de Thomas Gould. Entre los
altura, asociado a un divisadero de presas. Entre materiales se encontró una punta fragmentada
los materiales liticos destaca el hallazgo de una del tipo período III.
punta tipo período IV. El lugar está situado a 3 Todos los sitios indicados a excepción de
km al suroeste del campamento Thomas Gould. Thomas Gould se encuentran localizados en el
Cerro ¡turbe 1. Concentración de material lítico perímetro delimitado por la microcuenca de la
en la cumbre del cerro. Área de talla lírica aso- laguna, que en su lado oriental cae el cañadón
ciada a un sitio de divisadero, de características seco, hasta tocar los cerros Contreras y Navarro.
similares al anterior. El sitio está localizado a 5 La afinidad cultural de los principales hallazgos
km al sur-este del campamento Thomas Gould. liticos y óseos en los yacimientos referidos, su
Cerro ¡turbe 2. Escasa concentración de material proximidad espacial y su funcionalidad diferen-
lítico junto a un pequeño abrigo rocoso, en el ciada, están indicando que a lo menos, durante
borde sur-occidental de la laguna de dicho cerro, algunos períodos, uno o más de estos sitios debió
a 4,5 km al sur de Thomas Gould. Destacan en estar vinculado con el campamento base de
el sitio algunas lascas y la presencia de una punta Thomas Gould.
sin aletas que parece corresponder al rango de Las pruebas analizadas indican que en
las puntas cola de pescado, del período cultural I algunos momentos de los períodos III, IV y V, los
(Jackson, 1990, MS.). grupos instalados en Thomas Gould utilizaban el
Cerro Walichu J. Alero rocoso situado en el campamento situado a los pies de la extensa pa-
sector nor-oeste del cerro, con abundantes restos red volcánica como lugar de parada. Los espa-
óseos y material lítico superficial. Destacan 2 cios próximos a los bordes de la laguna eran
puntas tipo período IV y 2 tipo período V. El aptos para la cacería, especialmente en los mo
sitio se localiza a 3,5 km al este del campamento mentos previos a la instalación del campamento,
Thomas Gould. puesto que la cuenca que rodea la laguna se
Cerro Walichu 2. Restos óseos y liticos superfi- presta para la estrategia de realizar círculos di
ciales situados a 4.5 km de este-sureste de caza, considerando además la abundante fauna
Thomas Gould y localizados en la ladera sur-este actual que frecuenta el lugar y la gran cantidad
del cerro, junto a una alineación rocosa natural, de restos óseos encontrados. Por otra parte, los
en la pendiente que baja al cañadón seco. Des- bloques rocosos próximos a la laguna, podían
tacan el hallazgo de una boleadora esférica frag- permitir también la posibilidad de acecho a
mentada. corta distancia.
Cañadón Seco 2. Sitio con paneles de pictogra- En forma alternativa disponían de algunos
fías localizados en el curso medio inferior del reparos menores bajo techo, como Cerro
Cañadón Seco, inmediatamente al sur-este de Tehuelche 1, Cerro Walichu 1 y Cerro Contreras
Cerro Walichu en el sector más encajonado de su 1, como espacio de refugio ocasional para algu-
curso y a 5 km al sur-este del yacimiento Thomas nos individuos.
Gould. Las pinturas rupestres corresponden al Por otra parte, la amplia visión geográfica que
sub-estilo Río Chico, vinculado en gran medida se obtiene desde las cumbres de los cerros Martín
con la tradición de cazadores tardíos continenta- e Iturbe en todas las direcciones circundantes,
les (Massone, 1985). En el lugar se detectó debió constituir un atractivo de interés para uti-
además una concentración de huesos de guanaco lizar esos lugares como sitios de avistamiento y
expuestos en un corte del terreno, bajo el sector seguimiento de presas a larga distancia, con el
más abrupto de la pared, restos que podrían objeto de planificar los desplazamientos a mayor
corresponder a evidencias de una actividad de escala, en el área cercana a la laguna Thomas
caza o bien a restos de un campamento de Gould, o bien para decidir el traslado del cam-
INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA LAGUNA TIIOMAS GOULD 99
DOMINIQUE LEGOUPIL*
La excavación arqueológica de los dos yaci- En cada caso más del 90% de la alimentación,
mientos de indios canoeros del mar de Olway, calculada en valor calórico, está dada por los
Punta Baja y Bahía Colorada, nos ha permitido pinnipedos. En Punta Baja, un mínimo de
constatar la importancia preponderante de los setenta Otaria flavescens fueron contabilizados,
mamíferos marinos y, particularmente, de los entre los cuales habían más de un 70% de
otáridos, en la dieta alimenticia local. A partir individuos jóvenes (Legoupil, 1989) y, en Bahía
del estudio de más de 20.000 vestigios óseos, Colorada 63 Arctocephalus australis, casi todos
se puede plantear algunas interrogantes bien es- adultos, como lo testimonia una buena epifiza-
pecificas a los arqueólogos, en razón al aspecto ción, en general, de los huesos (Legoupil, en
residual y selectivo de los restos. Estos problemas preparación).
pasan generalmente desapercibidos para los Algunos delfines aparecen igualmente dentro
zoólogos y biólogos que trabajan a menudo sobre de esta alimentación común a ambos yacimien-
animales completos e incluso, algunas veces, tos; en cambio, la nutria fue encontrada sola-
conocidos en vida. mente en el sitio de Punta Baja y no existe la cer-
Son algunos de estos problemas y nuestros re- teza que fuera utilizada en la dieta alimenticia.
sultados que hemos querido exponer en este Al parecer, en el caso de los fragmentos óseos de
artículo. cetáceos, éstos fueron recolectados en las playas
Punta Baja y Bahía Colorada son dos yaci- para fabricar utensilios. Por ello no pueden ser
mientos muy semejantes, situados en el mar de tomados en cuenta dentro del análisis de los
Otway a una decena de millas marinas el uno del restos de comida. Por último, un diente
otro: el primero situado a la entrada del fiordo quemado de cachalote, encontrado en Bahía
Silva Palma, el segundo en la isla Englefield (Fig. Colorada, podría tener una significación pura-
I). No obstante, cinco milenios los separan: mente ritual o estética.
Punta Baja fue datado en 280 + 70 A.P. y Bahía Dada su importancia económica los pinnipe-
Colorada tiene una datación de 5.500 + 70 A.P. dos retuvieron particularmente nuestra aten-
Ambos sitios son campamentos en donde la caza ción.
de mamíferos marinos, y particularmente de
pinnipedos, fue preponderante (Fig. 2). A. Los otáridos: problemas de especies
Estrecho de Magallanes
OCÉANO ATLÁNTICO
OCÉANO PACIFICO
Patagonia: los grandes lobos comunes o leones cuentena de kilogramos para las hembras adul
marinos (Otaria flavescens) y los pequeños lobos tas y alrededor de 150 kg para ios machos adultos
finos (Arclocephalus australis). (según las cifras de King, 1954 y Nigel-Bonner,
En vida, ambas especies son muy fáciles de re- 1981); se caracterizan por una bella piel oscura
conocer. constituida por dos tipos de pelaje diferente y
Los lobos finos son pequeños y ágiles, pesan de superpuesto; por eso también son llamados lobos
3 a 5 kg en el caso de los recién nacidos, una cin- de dos pelos.
otaridae
otros
Fig. 2. Espectros faunísticos de las especies consumidas en Punta Baja y Bahía Colorada: valores calóricos
IDENTIFICACIÓN DE MAMÍFEROS MARINOS EN SITIOS CANOEROS 103
Arctocephalus australis
Fig. 3. Cráneos de Otaria flavcsccns y de Arclocephaliu: vista del hueso palatino y arco dentario: a) esquemas reducidos
extraídos de Siefeld. 1983. 7. b) Otaria flavesceiu y Arctocephalus australis (col. Inst.Patagonia). c) Otaria
flavescens y Arctocephalus galapagoensis (Museo Nacional de Historia Natural, París).
Los leones marinos son más grandes: su escala zoólogos. En efecto, mientras no se encuentran
de dimensión es más amplia entre los recién en el agua, viven agrupados sobre loberías gene-
nacidos de 12a 15 kg hasta los machos viejos que ralmente específicas. La cohabitación interes-
pueden pesar 300 kg. Su pelaje, corto y áspero, pecífica es excepcional: muy ocasionalmente se
de color claro en los adultos, es muy caracterís- conocen algunos casos individuales.
tico; particularmente en los machos de edad Lamentablemente estos medios fáciles de
avanzada, quienes son reconocidos por su larga identificación, para zoólogos y etólogos, no se
melena rubia, lo que les valió su denominación encuentran, en la mayor parte del tiempo, a
de leones marinos. disposición de los arqueólogos. El cuero no se
Los hábitos gregarios de estos animales conserva casi nunca en los yacimientos arqueo-
facilitan, en general, su reconocimiento por los lógicos; el esqueleto del animal no está en
104 DOMlNlQyELEGQUPIL
. 'I. Mandíbulas di- Otaría JlavOíCeru y Arcioccpltaíusaustraiis: fosa massclery proceso coronoide.
t.i alnhuMon r s p n l l i í a <"• muy d i l h i l . i e < irn u.u idos pesando de 3.35 k« a 5/15 k«, dr
una hipótesis cíe ( ! «Ir Mui/on (rom. per.) una hembra ¡idulla de'48.5 UK y dr un niarlm
poilila se i (|iir la i í e s l a ilrl húmelo rslr o i i c u t . i ndulto do I5ÍI kg, Paia lc>s Otaria flavusccm, estr
il.i de in.oi, i.i duélenle cu ambas especies. misino a i i i . i i ronohoiado poi King (1983) cila
pe.sits <|ue van dr 12 a 15 k^ p a i a el na( iniienlo.
II. I.OS I ' A C I ( ) K K S M O H H ) M I - . I RICOS ulicdrdoi de 150 kj< cu laa hembras adultan y 300
k^ p a i a los uia( líos adultos.
/ i.ti.\ modidas absolutas Los machos a d u l t o s de Oíatni //rtcr.wvru son,
dr rslr modo, muy l á r i h u e n i e idrniilicados al
I , a s (los espeí irs poseen un t a n t a no l i g n a m o n m i e i i o i de u n a población, ya o,ur su peso puede
ir i l i l n r l i l r al n a < ei ; e l l a s .se i n d i v i d u a l i / a n de l l r j - a i Corrientemente al doble del peso dr su
u i a i i e í a lúas III.IH a<la a medida (pie i irc e u , p,n tiembla y también de un macho ArctOCOpllalus
i i i u l a i i n e u l e en los i n a t l u i s , eu i -,1/611 del I u n í e itn\lnih\, la dimensión dr sus huesos ( c u a l q u i e í a
diniiM'lisMKi sexual, l ' a i a los . In / " « i ' / t l m h n de ellos) i epi eseiuaríi, por lo lanío, umi
<itnlnih\ Ni^el Boiuiri ( I Í I H 1 ) < i l a í-l c a s o de c-xt epción eu los hÍNli)f{i amas. Do este modo, poi
IDENTIFICACIÓN DE MAMIFI ROS MAKINOS EN SU IOS CANOEROS 107
FÍK. ti. l . i i i K i n i i n i l i l o h.it.il <lr fllffUnOI (le OtlnMoi i i i r d i d m | n i r Allrn ( I HHII) y Klnx<l%'l). i« Irtfoiipil, 1 OHfl
40 - 40-
30" 30
20- 20
10
mm
10 15 20 25 30 35 40 10 15 20 25 30 35 40
Fig. 10. Anchura de los fémures de otaridos en Punta Baja y Bahía Colorada.
IDENTIFICACIÓN DE MAMÍFEROS MARINOS EN SITIOS CANOEROS 109
determinación del NMI. sobre un solo hueso, Este hueso está raramente representado, tanto
considerando como más representativo (a en la literatura como en las colecciones de refe-
menudo la mandíbula). Pero ¿qué arqueo- rencia. Pese a nuestras investigaciones, los solos
zoólogo. estudiando la fauna de un yacimiento, ejemplares que pudimos descubrir en los museos
podrá identificar entre los miles de huesos de fueron dos huesos de Arctocephalus australis en
Otaria flavescens, una costilla o más aún un el British Museum, muy similares a los de Punta
fémur ocasional de Arctocephalus australis, con Baja y Bahía Colorada. Presentamos aquí una
una morfología absolutamente comparable? foto de un hueso peniano de Punta Baja con el
De esta manera, pese al carácter muy claro de apex típico de los otáridos (Fig. 1 la). Pero es ne-
las dos curvas aquí interpretadas, sería conve-
niente recalcar que no se trata más que de un
estudio global, el cual pudo dejar pasar algunos
casos individuales.
Finalmente, es sólo poniendo en práctica,
según los casos, uno, otro, o el conjunto de
métodos propuestos, que podemos esperar
resolver el problema de la determinación
específica de los animales cazados por los indios
canoeros y aportar con certeza una afirmación
que vaya más allá de una simple proyección
entre el pasado y el presente o entre la determi-
nación de un hueso o la de todo un esqueleto.
definitivo no había aún aparecido hacia los 6 recientemente completo de una nutria pequeña
meses, pero comenzaba a salir solamente hacia el (colee, pers. confirmada por la observación de
año. un hueso peniano que forma parte de un
Con la condición de admitir una correlación esqueleto de J.C. Torres - Sección Zoología del
entre esta colección que proviene de las islas Museo de Historia Natural de Santiago). Este
Malvinas y la de Otaria de Patagonia, se obtiene hueso, aunque más pequeño que los de Punta
una serie de referencias interesantes. Es a partir Baja (68 mm de largo en lugar de 80-83 mm),
de ésta que efectuamos nuestras estimaciones presenta la misma morfología, tan específica,
estacionales, a su vez, confirmadas por otros como en los de Punta Baja (Fie. 12).
'>
datos faunísticos: aves (Lefévre, 1989),
mamíferos terrestes, etc.
económico, técnico y también social, de ese HOUSSE, R. 1953. Los mamíferos de Chile, su
modo original de vída. vida y sus costumbres. Ed. Univ. de Chile,
De la búsqueda de presas estacionales depende Santiago, 189p.
su nomadismo y los ritmos estacionales de KIM. K.C. REPENNING. C.A. et G.V. MORE-
desplazamiento; de la precariedad de los recursos JOHN. 1975. Specific antiquity of the
de un lugar (rápidamente agotadas por una ex- specific life and evolution of otarid Seáis.
plotación demasiado intensa), dependerán las Rapp. Reun. Cons. int. Exptor., Mer:
posibilidades de concentraciones -por tanto, de 544-549.
sedentarización- y. por ello, del desarrollo KING. J. 1954. The Otarid seáis of the Pacific
demográfico de los grupos. Coast of America. &ull Br. Mus. Nat.
La elección de las especies cazadas tiene un History (Zool), vol. 2(10): 311-337.
doble impacto sobre el equipamiento técnico, el 1983. Seáis of the world. reed.. Br. Mus.
cual depende, tanto de los materiales disponi- (Nat. Hist.) Cornell Univ. Press. Ithacan.
bles (los huesos de mamíferos marinos y de aves New York. 240p.
eran los más utilizados como de las necesidades LEFEVRE, C. 1989. L'avifaune de Patagonie et
de armas y utensilios que corresponden a los di- ses relations avec l'Homme au cours des
ferentes tipos de caza. six derniers millénaires. These de
Durante el estudio de los restos de fauna de un Doctorat de 3é cycle, Université de París I
yacimiento arqueológico, es necesario, por lo Panthéon-Sorbonne, multieraphié.
tanto, poder determinar exactamente la especie LEGOUPIL, D. 1989. Ethno-archéologie dans
cazada, el tipo de población representada les Archipels de Patagonie: les Nómades
(¿población típica de un roquerío de reproduc- Marins de Punta Baja, Mémoire N° 84,
ción?; ¿individuos aislados?), la edad de las ADPF, ed. Recherches sur les
presas (y, por tanto, la estación de caza), etc. Civilisations, 380p.
Así, se nos presentó un cierto número de Sous presse- La vie animale dans la Mer
problemas. Algunos pudieron ser resueltos y nos d'Otway (Patagonie australe) durant les
pareció útil comunicar nuestra experiencia; derniers 6.000 ans: faune archéologique
otros quedan aún en suspenso, pero esperamos et antécédents écologiques. In:
que el hecho de haberlos expuestos, suscitará su Arqueología y medio ambiente, 46 emr
próxima solución. Congrés des Américanistes. Amsterdam,
4-8JuiIIet 1988, BAR.
En préparation. Le gisement de Bahía
FUENTES DE CONSULTA Colorada (ile d'Englefield, Patagonie aus-
trale).
NIGEL BONNER, W. 1981. Southern fur seáis
ALLEN, J.A. 1880. History of North American Arctocephalus. Handbook of Marine
Pinnipeds. U.S. geol. Geog. Surv. Terr. Mammals, Academic Press. Inc. (Lon-
Mise. Publ. 12, XVI, 785 p. 60. don) LTD.
HAMILTON, S.E. 1934. The southern sea-lon f NOWAK R.M. y J.L. PARADISO. 1983. Wal-
Otaria byronia (de Blainville). Discov. ker's Mammals of the World, ed. John
Rep., 8. " Hopkins, Univ. Press, London, 2 vol.
1940. A second report on the southern 1362p.
sea-lion, Otaria byronia (de Blainville). SIELFELD. W.K. 1983. Mamíferos marinos de
Discov. Rep., 19. Chile. Ed. Univ. de Chile, 199p.
ANS. INST. PAT. Scr.Cs.Ss.. Punía Arenas (Chile), vol. 19. 1989-1990
INTRODUCCIÓN
betuloides Dri'mys winteri Psudopanax
El sitio arqueológico de Punta Baja se encuen- laetevirens), que se encuentra presente en la
tra en su punta homónima, lugar de conjunción región de los canales occidentales patagónicos,
del mar de Otway y del fiordo Silva Palma, en la en sectores con una alto índice de precipitaciones
península de Brunswick, Región de Magallanes (700-800 mm). La presencia de Pseudopanax
(Chile). laetevirens (barraco), que no sobrepasa en la
Descubierto en 1980, fue objeto de tres península de Brunswick alturas mayores de 150
campañas arqueológicas en los años siguientes, m avala, a su vez. el predominio de temperaturas
las cuales permitieron estudiar un campamento y precipitaciones más altas que en el "bosque
de cazadores-pescadores marinos, de tradición magallánico perennifolio" (N. betuloides - D.
alacalufe (Legoupil, 1989). winterí) del cual está ausente (Pisano, 1973).
Situado actualmente en una terraza de 2-3 Un inventario de vegetación fue efectuado
m.s.n.m., su datación de 280 ± 70 A.P. durante las campañas arqueológicas de 1981-82
corresponde a un período en el cual los senos o (Solari y Legoupil, 1989) en el sector comprendi-
mares interiores actuales, de la península de do entre Bahía Camden y Punta Errázuriz que
Brunwick, aún no habían sido descubiertos por permitió tatito registrar las especies y asociacio-
los europeos. Su explotación inicial, principal- nes existentes (Fig.l - Tabla 1), como efectuar
mente forestal, se produce a partir de la primera una recolección de las maderas de las especies
mitad del siglo XX, para luego aprovechar, en leñosas, para la confección de una colección de
su lugar, praderas aptas para el ganado ovino. referencia, paso inicial en todo estudio antraco-
Es así como la vegetación sólo sufre una acele- lógico.
rada y drástica modificación antrópica durante Una primera lista florística fue entregada por
este último siglo, período en el cual la tala y la S. Thiébauit (1989), a partir de análisis prelimi-
roza dejan numerosos testimonios en el caso de nar de los carbones de algunas cuadrículas,
Punta Baja y lugares adyacentes. análisis que será complementado, en este
Punta Baja esta inscrita dentro del dominio trabajo, por el estudio exhaustivo de éstos,
del "Bosque Patagónico Mixto" (Nothofagus recogidos durante la excavación del sitio (Tabla
2-3-4).
Laboraioire de Paléoboianique, Environnement et
Archéologie. Uníversité des Sciencies et Techniqucs Análisis Antracológico
du Languedoc. Place Eugene Bataillon, CP 062
34095 Montpellier cedex 2, Francia. Como todo estudio de maderas carbonizadas
116 MARÍA EUGENIA SOLARI
\¿ ¿ i área A
área B
areaC PUNTA BAJA
desecho de combustión
id 4 indust. quemada
fogón
^^ habitación
23 Número de carbones
7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21
Fig. 2. Localización de los carbones en la excavación (adaptado de Legoupíl, 1989, planos 1, 2 y 31)
TABLA 4 AREAC
TAXONES /CUADRICULAS J19 J20 K21 L19 L21 M19 TOTAL %
Drimys winíeri 3 1 4 7,84
Maytenus magellanica 1 3 8 2 2 16 31,37
NothofaRus betuloides 1 1 1 3 5,88
Noího. betuloides-anctanica • 8 8 15,69
Noíhofagus pumilio 6 10 16 31,37
Nothofagus sp. 2 1 3 5,88
Ribes mageüanicum 1 1 1,96
TOTAL 6 4 25 2 13 1 51 100,00
ESTUDIO ANTRACOLOGICO DEL SITIO PUNTA BAJA I 119
60-1
LENADURA
COIGUE
CANELO
herbácea donde se encuentra el yacimiento ar- a aprehender mejor la relación entre estos grupos
queológico. de nómadas marinos y su medio ecológico. La-
mentablemente la antracología como disciplina
recientemente incorporada al quehacer arqueo
CONCLUSIONES lógico de la zona no ha tenido acceso a los
carbones de sitios arqueológicos como: Punta
Los carbones analizados son principalmente el Santa Ana, Bahía Buena, Ponsomby, etc., con
resultado del funcionamiento de los 6 fogones los cuales se daría una visión en el tiempo, de este
encontrados en el sitio y de sus respectivas lim- sector de transición entre la pampa oriental, do-
piezas, repartiéndose principalmente en el suelo minio de la Festuca y la gran región occidental
de las habitaciones I - I I - I I I - I V y en mayor grado
en los conchales exteriores (Fig. 2). del bosque impenetrable de Nothofagus.
El estudio micromorfológico de los fogones
(Wattez, 1989), permitió observar que dos de FUENTES DE CONSULTA
ellos (IV y V) sufrieron un tipo de combustión de
más baja intensidad y corta duración que las es-
tructuras de combustión III-II-I, en las cuales los LEGOUPIL, D. 1989. Etno-archéologie dans les
microrrestos resultantes de un fuego largo e archipeh de Patagonie: les nómades
intenso, se encuentran reducidos al estado de marins de Punía Baja. Editions
cenizas. Un estudio antracológico exhaustivo no REcherche sur les Civilisations, mémoire
pudo ser hecho dada la característica común a N° 84, 262p.
todos los fogones, de encontrarse ausentes de PISANO, E. 1973 Fitogeografía de la península
vestigios, debido a sus limpiezas sistemáticas. de Brunswick, Magallanes I.
El temor inicial que pudo tenerse de una Comunidades meso-higromórficas e
posible contaminación con raíces superficiales de higromórficas. Anales del Instituto de la
especies arbustivas que se encuentran actual- Patagonia, vol. IV, N° 1-3: 141-206.
mente sobre la terraza, puede ser excluido, dada RANCUSSI, M., NISHIDA, M., NISHIDA, H
la inexistencia de fragmentos con una anatomía 1988. Xylotomy of important chilean
característica de esta parte de la planta, woods. In Nishida M. (ed.): Contributions
tratándose en todos los casos de su parte aérea to the botany in the Andes II. Academia
(ramaje, tronco). Scientific book inc., Tokyo, 68-158p., 66
Aún cuando los carbones estudiados no son planchas.
numerosos, podrían corroborar la hipótesis SOLARI, M.E., LEGOUPIL, D. 1989. La flora
anteriormente formulada, vale decir, la utiliza- In Legoupil D. (ed.), 1989: 22-25.
ción de la asociación del "Bosque Magallánico THIEBAULT, S. 1989. Identification par obser
Mixto", que ocupa actualmente ciertos sectores vation au mícroscope optique á reflexión
interiores de las terrazas más altas de la des restes ligneux carbonisés prélévés dans
península de Brunswick: en las inmediaciones le gisement de Punta Baja. In Legoupil D.
del río Canelo (mar de Otway), de la punta (ed.), 1989:241.
Errázuriz (fiordo Silva Palma) y también en la WAGEMANN, W. 1949. Maderas chilenas,
zona costera de algunos sectores del fiordo, que contribución a su anatomía e identifica-
colindan con aquellos que poseen la asociación ción. De Lüloa, tomo XVI: 263-375.
descrita para Punta Baja (Pisano, 1973), pero Actas del II Congreso Sudamericano de
que no han sufrido una intensa antropización, Botánica. Tucumán.
como es el caso de estos últimos. WATTEZ, J. 1989. Micromorphologie du rem-
Como todo trabajo pionero, se necesitará rea- plisage des foyers de Punta Baja. In
lizar otros estudios en el sector, para poder llegar Legoupil D. (ed.), 1989: 243-244.
ANS. INST. I'AT Ser Cs.Ss., Punía Arenas(Chilp), vol. 19. 1989-1990
RETOCADORES EXTREMO-LATERALES EN
CONTEXTOS PALEO INDIOS
herbácea donde se encuentra el yacimiento ar- a aprehender mejor la relación entre estos grupos
queológico. de nómadas marinos y su medio ecológico. La-
mentablemente la antracología como disciplina
recientemente incorporada al quehacer arqueo-
CONCLUSIONES lógico de la zona no ha tenido acceso a los
Los carbones analizados son principalmente el carbones de sitios arqueológicos como: Punta
resultado del funcionamiento de los 6 fogones Santa Ana, Bahía Buena, Ponsomby, etc., con
encontrados en el sitio y de sus respectivas lim- los cuales se daría una visión en el tiempo, de este
piezas, repartiéndose principalmente en el suelo sector de transición entre la pampa oriental, do
de las habitaciones I - I I - I I I - I V y en mayor grado minio de la Festuca y la gran región occidental
en los conchales exteriores (Fig. 2). del bosque impenetrable de Nothofagus.
El estudio micromorfológico de los fogones
(Waitez, 1989), permitió observar que dos de FUENTES DE CONSULTA
ellos (IV y V) sufrieron un tipo de combustión de
más baja intensidad y corta duración que las es-
tructuras de combustión III-II-I, en las cuales los LEGOUPIL, D. 1989. Etno-archéologie dans les
microrresios resultantes de un fuego largo e archipels de Patagonie: les nómades
intenso, se encuentran reducidos al estado de marins de Punta Baja. Editions
cenizas. Un estudio antracológico exhaustivo no REcherche sur les Civilisations, mémoire
pudo ser hecho dada la característica común a N° 84, 262p.
todos los fogones, de encontrarse ausentes de PISANO, E. 1973 Fitogeografía de la península
vestigios, debido a sus limpiezas sistemáticas. de Brunswick, Magallanes I.
El temor inicial que pudo tenerse de una Comunidades meso-higromórficas e
posible contaminación con raíces superficiales de higromórfícas. Anales del Instituto de la
especies arbustivas que se encuentran actual- Patagona, vol. IV, N° 1-3: 141-206.
mente sobre la terraza, puede ser excluido, dada RANCUSSI, M., NISHIDA, M., NISHIDA, H.
la inexistencia de fragmentos con una anatomía 1988. Xylotomy of important chilean
característica de esta parte de la planta, woods. In Nishida M. (ed.): Contributions
tratándose en todos los casos de su parte aérea to the botany in the Andes II. Academia
(ramaje, tronco). Scientific book inc., Tokyo, 68-158p., 66
Aún cuando los carbones estudiados no son planchas.
numerosos, podrían corroborar la hipótesis SOLARI, M.E., LEGOUPIL, D. 1989. La flora
anteriormente formulada, vale decir, la utiliza- In Legoupil D. (ed.), 1989: 22-25.
ción de la asociación del "Bosque Magallánico THIEBAULT, S. 1989. Identification par obser
Mixto", que ocupa actualmente ciertos sectores vation au microscope optique á reflexión
interiores de las terrazas más altas de la des restes ligneux carbonisés prélévés dans
península de Brunswick: en las inmediaciones le gisement de Punta Baja. In Legoupil D.
del río Canelo (mar de Otway), de la punta (ed.). 1989:241.
Errázuriz (fiordo Silva Palma) y también en la WAGEMANN, W. 1949. Maderas chilenas,
zona costera de algunos sectores del fiordo, que contribución a su anatomía e identifica-
colindan con aquellos que poseen la asociación ción. De Ltlloa, tomo XVI: 263-375.
descrita para Punta Baja (Pisano, 1973), pero Actas del II Congreso Sudamericano de
que no han sufrido una intensa antropización, Botánica. Tucumán.
como es el caso de estos últimos. WATTEZ, J. 1989. Micromorphologie du rem-
Como todo trabajo pionero, se necesitará rea- plisage des foyers de Punta Baja. In
lizar otros estudios en el sector, para poder llegar Legoupil D. (ed.), 1989: 243-244.
ANS. INST. PAT. Scr.Cs.Ss.. Punta Arenas (Chile), vol. 19. 1989-1990
O 10
Fig, 1. A Retocador extremo lateral procedente de Tagua Tagua 1, Chile Central. B. Retocador extremo lateral
procedente de Cueva del Medio, Magallanes. C. Retocador extremo lateral procedente de Cueva 1 Laguna
Sofía, Magallanes. (Flecha ancha indica a extremos utilizados como compresores y flecha delgada indica
bordes laterales utilizados como percutores).
Un último ejemplar, proviene de las excava- huellas se encuentran ubicadas en los extremos
ciones de Cueva 1 Laguna Sofía, con claras aso- y/o sobre la superficie externa del hueso, adya
ciaciones estratigrafías a fauna extinta y con cente al extremo, en posición lateral, de a l l í lj
una datación de alrededor de los 11,000 años designación de extremo-laterales. Todos los
A.P. con ausencia, por el momento, de puntas ejemplares, excepto uno en fragmento de
tipo Cola de Pescado. £1 sitio se encuentra en costilla, se encuentran elaborados sobre huesos
estos momentos en proceso de estudio por el largos de las extremidades» en el caso de Tagua
investigador Alfredo Prieto. En este sitio, se ha Tagua parecen corresponder a huesos de caballo
registrado además de fauna extinta asociacio- y en Cueva del Medio como en Cueva Laguna
nes con evidencias de instrumental litico. Sofía a huesos de guanaco. Todos los ejempla-
Los rasgos contextúales comunes a estos reto- res se encuentran fracturados intencionalmente;
cadores en los tres sitios son la asociación a fauna en algunos casos, la matriz, normalmente la
extinta con instrumentos Uticos, en dos de ellos diáfisis de los huesos, ha sido rebajada por per-
con puntas tipo Cola de Pescado, con dataciones cusión hacia la cara interna, como asi lo
que oscilan entre los 9.000 y los 12.000 años A.P. atestiguan los negativos de cicatrices desprendi-
Por el momento, este tipo de retocadores no se das. Sólo un ejemplar corresponde a un hueso
han registrado en sitios tardíos. largo epifisiario, los restantes a porciones de
Los retocadores en cuestión, se encuentran diáfisis y en un caso, a una costilla.
caracterizados por la presencia de huellas de uso En nueve ejemplares se observaron huellas de
indicativas de la acción de presionar sobre un desgaste por uso (empleando para el caso una
extremo y percutir sobre un borde lateral. Tales lupa binocular de 60x). tanto en los extremos
RETOCADORES EXTREMO-LATERALES EN CONTEXTOS PALEO-INDIOS 123
como en los bordes laterales adyacentes; en los empleo de los extremos laterales externos no per-
restantes sólo se constataron huellas sobre las su- miten una adecuada manipulación para retocar
perficies laterales externas. por presión, aunque el retoque es posible y con
La observación microscópica de las huellas de cierta facilidad. Posteriormente, ambos retoca-
uso en los extremos, muestran claro desgaste, dores se utilizaron como percutores para
asociado al cual se observan ligeras estrias. Las eliminar aristas e irregularidades de dos puntas
superficies laterales adyacentes mostraban de proyectiles bifaciales (basalto) obteniendo
huellas de trituramiento, dejando una superficie huellas de uso, prácticamente idénticas a las
ligeramente cóncava, con las que en algunos observadas en los ejemplares arqueológicos, es
casos se asociaban claras incisiones cortas y pro- decir un trituramiento sectorizado, pequeñas
fundas, como producto del apoyo y presión incisiones y rasguños producto de la acción de
de un filo agudo retocado o vivo, ocasionalmente percutir y -del desliz del instrumento. También
asociadas a "rasguños" e incisiones, dando la sen- quedaron en ambas piezas experimentales
sación como si se hubiera resbalado el instru- pequeñas partículas incrustadas del basalto
mento que se estaba retocando. Estas incisiones correspondiente a las piezas que se retocaron.
tienden a ser ligeramente oblicuas al eje del ins- La replicación experimental no sólo mostró la
trumento. En siete ejemplares, sobre la superfi- gran similitud con las huellas observadas en los
cie con incisiones de cortes y trituramiento, se ejemplares arqueológicos, sino también la
observaron micro-incrustaciones líticas de color facilidad con que se logra el retoque por
oscuro (lutita o basalto?), materias primas que percusión blanda. A este respecto se sugiere que
en Cueva del Medio y Laguna Sofía fueron piezas tales como puntas de proyectiles y otros
empleadas para la elaboración de instrumentos instrumentos fueran retocados por presión, pero
retocados. En tres ejemplares de Cueva del que las irregularidades, aristas y el abultamien-
Medio se detectaron residuos de pigmento y en to de los bordes fueran rebajados utilizados estos
uno de ellos una muesca cóncava como utilizada retocadores como percutores ocasionales; la na-
para raspar un objeto convexo. Tales huellas, en turaleza de su materia prima y su escaso peso
el caso de los extremos, indican la utilización permitía rebajar con facilidad tales irregulari-
como compresores y en el caso de las adyacentes dades, de allí la presencia de huellas de presión
laterales, la acción de compresión y sobre los extremos y huellas de una percusión
principalmente una percusión suave. suave en los bordes laterales adyacentes.
Las dimensiones de estos retocadores son
Longitud Máxima 161 mm (mínima 69 mm), COMENTARIOS FINALES
Ancho Máximo 45 mm (mínimo 18 mm) y
Espesor Máximo 19 mm (mínimo 5 mm). Las di- Las particularidades en cuanto a la ubicación
mensiones promedio; Longitud 115 mm. Ancho; de las huellas de uso de estos retocadores y su
27 mm y Espesor 8 mm (Fig. 1). empleo tanto como compresores y percutores, nos
sugiere una singularidad de tipo tecnológica del
REPLICACION EXPERIMENTAL equipo instrumental de los cazadores Paleo-
Indios.
Utilizamos dos retocadores de metapodio de Este tipo de retocadores sirvieron para elabo-
guanaco, uno correspondiente a una astilla y rar artefactos Uticos por presión y percusión.
otro que fue especialmente preparado, Entre tales artefactos deben mencionarse las
adelgazando por desgaste un extremo para ser tipicas puntas Cola de Pescado, las que se
utilizado. Ambos retocadores fueron usados encuentran presentes por lo menos en dos de los
sobre la superficie externa adyacente a uno de los sitios de la muestra estudiada. En estos lugares
extremos para retocar por presión lascas de también se registraron retocadores o compreso-
basalto y obsidiana. Sobre las superficies de res elaborados en huesos largos pero trabajados
contacto utilizadas quedaron pequeñas para adecuar la forma a la función del instru-
incisiones que al juntarse dan el aspecto de un mento.
leve trituramiento asociado a ligeros rasguños, Este tipo de evidencias, aunque específicas,
las que ocurrieron al resbalar el instrumento. tienen relevancia como datos de singularidad
Tales huellas son algo similares a las observadas en cultural, además de proporcionar información
las piezas arqueológicas, sin embargo, la forma de tecnológica sobre las comunidades Paleo-Indias.
124 DÓNALOJACKSON SQUELLA
nivel paleoindio se presentaba claramente y al llas de huesos. Estos últimos hallazgos proba-
igual que en las excavaciones anteriores blemente provengan de los pozos de depredación
prosiguieron los hallazgos de instrumentos de cercanos. El espesor de la misma es de aproxi-
piedra y restos de especies faunísticas correspon- madamente 20 cm. A continuación sigue una
dientes a las mismas colectadas anteriormente. formación de cantos rodados muy compactada,
También se pudo constatar otra estructura de similar a la que cubre la ocupación paleoindia.
combustión ubicada en la cuadrícula 29/12. Esta yace sobre la arenas que rellena la cueva.
Procedente de la misma se colectó una pequeña Desde el punto de vista arqueológico, esta
muestra que lementablemente no tuvo el sufi- cuadrícula proporcionó evidencia negativa. Esto
ciente contenido de carbón como para ser proce- es importante, debido a que brinda datos para el
sada para su fechado radiocarbónico (Tammers, conocimiento del límite de la ocupación de la
1990). cueva en la zona frontal.
Siguiendo a Schmid (1963, apud Butzer 1972) Por otra parte, tal como se habia mencionado,
dividimos la Cueva del Medio en tres partes a con la limpieza de los sedimentos procedentes de
saber: La entrada, el centro y el fondo. Debido las depredaciones, se fueron exponiendo mayores
al avance de las excavaciones y de la limpieza de superficies intactas. Por ello, se eligió otra zona,
los pozos de depredación y sus sedimentos circun- ubicada en la línea de las cuadrículas 18. Allí, la
dantes, se fue observando con mayor claridad las estratigrafía se nos presentó como en nuestra
zonas intactas que existen en el sitio. Además, primera expedición. Esto quiere decir que no
dado que en esta investigación estamos tratando existe en esta zona, el sello de cantos Yodados que
de conocer el uso del espacio por las sociedades se encuentra en gran parte de la superficie
paleoindias (Nami 1990a), decidimos sondear excavada del centro.
zonas que pensamos que estaban intactas. Con Desde el punto de vista cultural, tampoco pre-
ese objetivo se realizaron distintas cuadrículas senta diferencias notables con lo hallado hasta el
distantes del área excavada que está en la zona momento. En efecto, en la capa superficial se
media. Esa fue la razón por la cual se realizaron encuentran restos actuales mezclados con huesos
en la parte frontal y en el fondo de la cueva. y lascas de origen arqueológico, entremezclados
Las cuadrículas excavadas en la zona frontal con cantos rodados y sedimentos procedentes de
se localizaron en distintas partes. Algunas en las la desintegración del conglomerado. Continúa
cercanías de la línea de goteo. Para ello se una zona estéril, sobre la cual subyace una capa
planteó una cuadrícula a veinte metros hacia el de ocupación humana.
sur de la línea de cuadrículas 29. Así se excavó la Independientemente de su ubicación cronoló-
unidad 10/13, en la zona que según observacio- gica pensamos que era necesario proceder a la
nes anteriores pensamos que estaba intacta pues- excavación de los sedimentos intactos que la
to que sobre su superficie hay gran cantidad de rodeaban. De esta manera, nos extendimos
cantos rodados que provienen del talud de la hacia el oeste y sur. Así en esta porción
cueva y que caen hacia el interior. Por eso, excavamos las cuadrículas 17/10 (a-b), 18/10 y
debido a su cantidad y disposición, pensamos 18/11. En la medida de lo posible en el futuro
que podría existir una capa de guijarros muy las extenderemos, ya que todo indica que esta
potente que sirviera de sello si hubiese habido zona no ha sido alterada por los depredadores.
una ocupación humana previa a su depositación. En la cuadrícula encontrada hacia el oeste, se
De hecho, en las inmediaciones de esa zona, pudo constatar que la lente carbonosa ubicada
producto de la harneadura de los sedimentos que en la unidad adyacente continuaba aproxima-
provenían de los pozos de depredación, se encon- damente 30 cm. En este sedimento carbonosos se
traron gran cantidad de instrumentos líticos recuperaron también restos óseos de fauna
como así también de restos óseos, algunos de los extinta y artefactos líticos, consistentes en un
cuales ya han sido estudiados (ver Borrero, número no muy alto de lascas pequeñas. Esta
Lanata y Borella 1988). misma situación sucedió alrededor de la lente
En esta cuadrícula se pudo constatar que la carbonosa.
capa más superficial de cantos rodados mezcla- Deseando confirmar la pertenencia de este
dos con arenas muy finas, contiene restos de hue- nivel al período paleoindio, se extrajo una
sos de cordero, trozos de vidrios de botella muy muestra de 230 gramos de huesos colectados en
modernos, junto con lascas muy aisladas y asti- una de las cuadrículas (18/11) entre los 50 y 60
NUEVOS ANTECEDENTES SOBRE INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS 127
y 2). Estos provenían de la limpieza superficial Con el objeto de tener un control más que
de los sedimentos procedentes de los pozos de sirva de referencia para entender el proceso de
depredación circundantes. Probablemente, formación de este sitio, se construyó uno expe
estos instrumentos provengan de la capa más su- rimental con el propósito de observarlo a través
perficial que contiene a la lente carbonosa. del tiempo y obtener datos que sirvan para en-
Futuras investigaciones de campo confirmarán o tender otros con problemas similares.
refutarán esta observación. Entonces, con ese objetivo se eligió una de las
Otros de los hallazgos realizados en el sedi- porciones ubicadas en el frente y cuyo lugar es
mento removido, es una gran cantidad de apto para permanencia debido a la luz y al
huesos, algunos de fauna extinta, otros de fauna reparo que ofrece. Desde el punto de vista ar-
actual. Es estado de conservación es excelente, queológico y estratigráfico esta zona estaba abso-
ya que alguno de ellos todavía conservan restos lutamente perturbada por los saqueadores. Esta
de cuero adheridos. fue limpiada y harnereadaen la tercera expedi-
También se recuperó gran cantidad de lascas y ción. Luego se procedió a tapar el pozo de
microlascas. Algunos de los hallazgos realizados depredación con los sedimentos procedentes de
en este sector se ilustran en la figura. Es impor- estas acciones vandálicas como así también por
tante puntualizar que las especies de fauna aquél proveniente del zarandeo de los de la
extinta identificadas no varían de las encontra- excavación. Por este motivo, en la cuarta
das en los otros sectores de la cueva (Menegaz, expedición, la superficie de esta porción estaba
com. pers. 1990). nivelada con la del resto de la cueva.
En este sector entonces, se pusieron en prácti-
Formación de un sitio experimental
ca con actividades básicas relacionadas con la
Los sitios experimentales son una actividad co- subsistencia durante nuestra estada en la cueva.
rriente en la arqueología contemporánea. Su De esta manera se encendió fuego con el objeto
construcción tiende a brindar información sobre de calentar agua, preparar alimentos y/o como
distintos aspectos relacionados con los procesos fuente de calor. Se acumuló la leña indispensa-
de formación del registro arqueológico. La crea- ble para tal fin. Además se realizaron experi-
ción de sitios experimentales tiene un amplio mentos replicativos y simulativos de artefactos
rango que varía desde la simulación de estructu- dejados por los indígenas. Así las tareas de talla
ras de cazadores recolectores hasta las de socie- fueron extracción de formas-base partiendo de
dades más complejas como las agriculturas o pas- grandes nodulos de materia prima local 3 . Estas
toriles. formas-bases fueron utilizadas en la confección
Como se mencionó en el informe anterior de instrumentos de manufactura simple.
(Nami 1987: 82-83) para una comprensión ade- Además se fracturaron .huesos por percusión uti-
cuada de los vestigios arqueológicos y consecuen- lizando yunques y luego se arrojaron huesos
temente un mejor entendimiento de las socieda- modernos procedentes de otras zonas de la
des del pasado, es importantísimo estudiar los cueva. Cada artefacto y ecofacto fue numerado
procesos que intervinieron en la formación de con pintura sintética blanca. Esta tarea fue
sitio. En ese informe se brindaron algunos datos realizada con el objeto de seguir su historia
que se consideraron importantes en este aspecto. depositacional a lo largo del tiempo en una
Sin embargo, pensamos que son necesarios otros escala pequeña 4 . La numeración se hizo de
controles para discutir la multivariedad de
factores intervinientes en el mismo (ver Schiffer Los nodulos de materia prima empleados fueron
1987). Antecedentes de esta tarea hay colectados en forma no programada, es decir, los
numerosos (v. gr. Chilcot y Deetz 1977, Madsen recogíamos cuando los encontrábamos en nuestra
1981). Específicamente en Patagonia y Tierra caminatas desde nuestro campamento base en la
ponería del Monumento Natural hasta la cueva o en
del Fuego, e' autor ha realizado una serie de dis- el sitio mismo. Solamente recogimos lo que conside-
tintos sitios con el mismo objetivo 2 . ramos suficiente para esta experiencia. Se buscaba
2 Los restantes siiios experimentales han sido construi- extraer forma-bascs o confeccionar instrumentos de
dos lamo en distintos emplazamientos como asi manufactura simple.
también en ambientes distintos de Argentina. Ellos En uno de los sitios experimentales mencionados -
son Alero Piedra del Águila (Neuquén). Alero Piedra Águila- se pudo observar como en un lapso
Campo Cerda (Chubut) y Península Mitre (Tierra no mayor de siete días se modificaba extraordina-
del Fuego) (Nami, 1986). riamente el registro dejado.
NUEVOS ANTECEDENTES SOBRE INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS 129
acuerdo a las condiciones de depositación como 18/11, 30/9 y 29/12. Actualmente estas
así también de dimensiones. Debido a esto, no se muestras están siendo procesadas en el Labora-
numeraron a las lascas muy pequeñas o aquellas torio de Paleomagnetismo y Magnetismo de las
que estaban depositadas de manera tal que im- Rocas "Daniel A. Valencio" (UBA-CONICET).
pedían esta tarea. En efecto, fue interesante ob-
servar cómo, sobre el sedimento arenoso seco, Comienzo del análisis de los recursos potenciales
algunas lascas al ser extraídas utilizando del sitio
percusión con mano libre, se depositan
"clavándose" en forma vertical sobre el terreno. Tal como lo habíamos planteado en el informe
Cada vestigio fue mapeado y registrado en una anterior, uno de nuestros objetivos desde el pun-
planta de la misma manera que se lo hace con los to de vista metodológico, era el de realizar el
de origen arqueológico. estudio de los recursos potenciales del sitio.
Con ese objetivo, se plantearon distintas
Muestreo Arqueomagnético transectas siguiendo la dirección de los cuatro
puntos cardinales, tomando como punto de re-
Como es sabido la geología es una ciencia que ferencia al sitio en cuestión. En la puesta en
colabora estrechamente con la arqueología, práctica de esta técnica, se contó con la gentil
dando lugar a la llamada Geología arqueológica colaboración del guardaparque Carlos Barría,
(Hassan 1979, Gifford y Raap 1985, etc.). eficaz y profundo conocedor del área.
Muchas disciplinas y metodologías son de En este informe no nos extenderemos sobre la§
utilidad para los arqueólogos. observaciones realizadas, aunque es importante
Algunos años atrás, la geoarqueología fue puntualizar que, en la zona norte, este y oeste los
definida como "la contribución de las ciencias de cañadones existentes alrededor del Cerro Benítez
la tierra, particularmente la geomorfologia y la parecían ser interesantes vías de comunicación
petrografía sedimentaria, en la interpretación para los grupos que circularon la región durante
del contexto arqueológico" (Gladfelter 1977. la historia de esa zona en Ultima Esperanza.
519). Durante el trayecto realizado, se tuvieron en
Uno de los métodos de datación existentes y cuenta y se registraron recursos minerales
poco utilizado en la arqueología es el (materias primas líticas), recursos vegetales y
paleomagnetismo. Este método posibilita entre recursos faunísticos observados.
otras cosas, observar las variaciones paleosecu- La continuación del mismo como así también
lares que existieron en el campo magnético de la sus resultados serán motivo de un informe par-
corteza terrestre. De esta manera esta escala de ticular.
"grano muy fino" permitirían al arqueólogo Es importante destacar que en el territorio de
fechar una columna estratigrafía. explotación de Cueva del Medio están la Cueva
Con el objeto de completar las dataciones del Mylodon y Cueva 1 del Lago Sofía las que
radiocarbónicas y al mismo tiempo observar -en podrían formar parte del subsistema de asenta-
la medida de lo posible- el lapso de depositación miento y del uso del espacio a una mayor escala
sedimentológica se tomaron muestras para de las sociedad paleoindias.
intentar realizar alguna datación paleomagnéti-
ca de dicha cueva. Sondeo en el abrigo Pedro Cárdenas
La tarea de recolección de las muestras fue
realizada según los lineamientos propuestos por Según lo acordado en nuestra orientación
Valencio (1980). Estas no difieren notablemen- teórica, básicamente nuestro acercamiento a las
te de las propuestas por otros (v. gr. Tarling investigaciones arqueológicas es regional, lo que
1985). Con ese objetivo se utilizaron tubos de está íntimamente relacionado con las investiga-
hidrobronz de una pulgada de largo y diámetro ciones deductivas en arqueología. Esta es la
respectivamente. Estos fueron insertados en razón por la cual es necesario trabajar sobre la
distintos perfiles de la excavación. Esta tarea fue base de la información proporcionada por muy
llevada a cabo de manera tal que la inserción su- distintos tipos de sitios como así también el
perponga la mitad de cada muestra con la que se conocimiento de los distintos subsistemas que
encuentra estratigráficamente por encima. De forman al sistema socio-cultural del pasado. Por
esta forma, se muestrearon los perfiles 18/10 eso, nuestra intención es la búsqueda de sitios
130 HUGO GABRIEL NAMI
AGRADECIMIENTOS
para dicha saturación. Esto implica, básicamen- determinados del espacio, con rangos de acción
te, que las presiones selectivas causadas por la especificados, y (c) ocupación efectiva, que se re-
competencia entre grupos humanos sólo pudie- fiere al momento en que todo el espacio desea-
ron ser importantes muy tardíamente. La consi- ble está siendo utilizado. En una presentación
deración de estas presiones es esencial para la anterior (Borrero 1989a) llamé a esta última fase
discusión sobre procesos de complejización cul- "estabilización", pero este término no expresa
tural. adecuadamente toda la dinámica que se registra
Aunque actualmente existe bastante acuerdo dentro de la misma (ver más-abajo).
con respecto a que el poblamiento no se prqdujo La fase (a) implica movimiento a lo largo de
por migración rápida, se puede decir que el mo- rutas naturales y la utilización de localidades no
delo defendido aquí difiere bastante de los de óptimas. No se espera una redundancia muy
otros investigadores. Por ejemplo Orquera, en marcada en el uso de los sitios, sin embargo el
uno de los pocos modelos explícitos publicados número de los mismos debe ser muy inferior a los
(Orquera 1987. ver también 1984-1985) ve la creados por ocupaciones posteriores. Se espera
historia del poblamiento de la Patagonia como cierta discontinuidad ocupacional, tanto en una
un proceso de adaptación progresiva del escala local como regional. Esto aumenta las po-
ambiente, y considera que las industrias o cultu- sibilidades de alternancia ocupacional con carní
ras más recientes eran más eficientes que las más voros o roedores, lo que puede afectar la inte-
antiguas. No creemos que esta posición sea gridad de los sitios. Teóricamente esos sitios tie-
defendible. Ante todo porque los desafíos nen mejores posibilidades de ser destruidos o de
planteados a los pobladores antiguos y recientes estas cubiertos por sedimentos. Las expectativas
eran muy diferentes, y no se relacionaban sólo de encontrarlos son, entonces, bajas. Las
con el ambiente. En los últimos tiempos era ne- primeras ocupaciones de algunos sitios, que
cesario conciliar actividades con numerosos siempre son más circunscritas y de menor inten-
vecinos, una situación que seguramente no se sidad que las superiores, invitan a ser considera
planteaba hace 10 u 11.000 años. Por ese das dentro de esta fase, pero los problemas de
motivo "eficiencia" debe implicar cosas muy dis- muestreo regional impiden hacerlo.
tintas, según las circunstancias en que funcionó Probablemente estos primeros grupos tenían
cada sociedad. Para Orquera el poblamiento rangos de acción muy grandes.
comienza con una tradición cultural-adaptativa La fase (b) implica un uso más repetitivo de si-
indiferenciada, que se separa en tres líneas evo- tios localizados ópticamente; se espera que se for-
lutivas. Alrededor del 6.000 A.P. las tres líneas men grupos más o menos discretos de sitios,
están básicamente en equilibrio con el ambiente, debido a falta de superposición de los rangos de
y desaparecen los incentivos para desarrollar acción. Se espera que estos últimos sean más
métodos más intensivos de explotación (Orquera restringidos que los de la fase de exploración.
1987: 348). En el modelo que presentamos aquí, Bajo estas condiciones la visibilidad debe ser muy
en cambio, las presiones selectivas no faltan alta y, lo que es aún más importante, la resolu-
pues no dependen exclusivamente del ambiente. ción debe ser muy buena. Sitios concentrados en
Por otra parte, como lo ha destacado Fisher, la las cuencas de los ríos Chico, Deseado y Traful, y
dependencia que tienen estos enfoques con res- en el Seno Ultima Esperanza, con ocupaciones
pecto a la vieja terminología y planteos de centradas alrededor del 10.500 A.P., en algunos
Menghin ya no arrojan resultados relevantes casos llegando hasta 7.000 A.P., parecen respon-
para los nuevos objetivos de la investigación der a estas característica.
(Fisher 1986-1987). La fase (c) implica la aparición de mecanismos
dependientes de la densidad, incluyendo ajustes
El Modelo poblacionales (Hayden 1972), deriva cultural
(Binford 1963), o competencia por territorios de
Tres fases son postulables para la ocupación alta productividad (Nicholas 1988). La
de un determinado espacio (ver Schwartz 1970, visibilidad arqueológica debe ser muy alta, pero
Borrero 1989a). Estas son: (a) exploración, que la resolución muy baja, debido a la superposi-
se refiere a la dispersión inicial hacia una zona ción de rangos de acción motivada por la den-
vacía, (b) colonización, que se refiere a la conso- sidad. Dichos rangos de acción, por otra parte,
lidación inicial de grupos humanos en sectores deberían ser marcadamente más pequeños. Los
EVOLUCIÓN C U L T U R A L DIVERGENTE EN LA PATAGONIA AUSTRAL 135
similares al norte y al sur del Estrecho (H.G. se produjera la apertura del Estrecho.
Nami, com. pers.; contra Borrero 1979). En resumen, mínimamente se pueden esperar
Cuando se conozcan mejor las propiedades de la dos etapas evolutivas. La primera es previa a la
materias primas seleccionadas en cada caso apertura del estrecho del Magallanes. En una
(Ratto 1988, 1989) y la distribución de las fuen- escala espacial amplia, un modelo de deriva
tes de abastecimiento (Franco 1990) será posible puede contribuir a explicar ciertas diferencias de
avanzar mucho en esta discusión. detalle entre los materiales correspondientes a los
Cuando se reconoce que no nos enfrentamos bloques espacio-tiempo "Fell-Laguna Blanca/
con un proceso de dispersión, empezamos a plan- 11.000-8.500 A.P." por un lado y "Tres Arroyos-
tearnos situaciones que antes eran impensables. Marazzi/11.000-9.000 A.P."por otro. Este caso
Por ejemplo, que el rango de acción de las po- es teórico, debido a que no conocemos bien los
blaciones humanas que utilizaban algunos sitios sistemas de los que participaban esos conjuntos
ubicados al norte del actual estrecho de Maga- arqueológicos. Parece más tratable
llanes pudo abarcar territorios ubicados hoy al deductivamente, a partir de las diferencias
sur del mismo, y viceversa. Esta forma de pen- ambientales postulables. Se puede plantear que
sar obliga a un completo replanteo de nuestros las poblaciones humanas experimentaban cierto
modelos de uso del espacio. Al implantarse la aislamiento parcial y, como resultado del mismo,
barrera acuática debió ocurrir un completo reor- se produjo tanto deriva (no adaptativa) como
denamiento del espacio explotado, producién- radiación adaptativa. En esos tiempos las pobla-
dose procesos de contracción y expansión de los ciones de Ultima Esperanza estaban probable-
rangos de acción de las poblaciones instaladas mente respondiendo a un ambiente de cierta
cerca del Estrecho. Como parte de dicho reor- productividad diferencial, «n el que desde
denamiento debió comenzar un proceso de evo- cualquier sitio dado se tenía acceso a una varie-
lución independiente que no sólo hace imposi- dad de ambientes (Borrero 1985). La ocupa-
ble seguir llamando "Onas" a materiales ubica- ciones humanas de más de 10.000 años allí iden-
dos al norte del Estrecho, sino que nos permite tificadas poseen elementos morfológicamente
comprender la existencia de diferentes procesos comparables a los de "Fell-Laguna Blanca"
de reducción lítica. (Nami 1987). Al mismo tiempo esas ocupacio-
Esto constituye el fundamento esencial para nes deberían diferir en una serie de aspectos rela-
considerar la posibilidad de evolución cionados con la dinámica ambiental, que debió
divergente. A esto se agregan las evidencias de ser muy distinta en ambas regiones.
los estudios de osteología humana (Cocilovo La segunda etapa es posterior a la aparición
1981, Cocilovo y Guichon 1985-1986). Estos del Estrecho. Se puede pensar en (a) el
trabajos mostraron que las poblaciones fuegui- aislamiento que produce, y (b) la diferenciación
nas (incluyendo cazadores terrestres y marítimos) ambiental que posibilita. Bajo esas condiciones
eran muy parecidas entre sí cuando se las com- es esperable radiación adaptativa. Probable-
paraba con las poblaciones de cazadores terres- mente deba esperarse mayor diferenciación en
tres continentales. los ambientes terrestres del norte, debido a la
Todo esto sugiere que las trayectorias mayor variedad ambiental. Es lo que se observa
biológicas y culturales al norte y al sur del con la aparición del Casapedrense, y también
estrecho de Magallanes puedan tener cierta pro- con otras "industrias" de discutible status
fundidad temporal y, por ende, cierta indepen- (Borrero 1989b). Por otra parte, la explotación
dencia. La evidencia no sólo lleva a desalentar el de ambientes costeros por grupos de cazadores
uso del modelo de dispersión, sino que torna más terrestres ya se manifiesta con cierta intensidad
relevante un modelo cladogenético. desde el 3.000 A.P. En el sur la principal
Es importante aclarar que es posible esperar variedad la dan los ambientes de canales, donde
cambios que resulten exclusivamente del aisla- cobra forma un sistema adaptativo marítimo
miento parcial, sin que sean adaptativos', esto (Orquera y Piaña 1983, Ortiz Troncóse 1985).
sería divergencia no adaptativa o "deriva" Otros cambios también pueden resultar de un
(Flannery 1983) y puede ser sensible a la densi- proceso de deriva, pero de un tipo muy diferen-
dad humana (Binford 1963). De hecho pueden te al planteado para la primera etapa. Se trata
esperarse tanto deriva independiente de la densi- del segundo tipo discutido por Binford (1963),
dad como radiaciones adaptativas antes de que también dependiente de la densidad humana, y
EVOLUCIÓN CULTURAL DIVERGENTE EN LA PATAGONÍA AUSTRAL 137
en este caso operativo para sociedades con con los de Carballo (com. pers.) y los de Goñi
muchos "vecinos". La formación de conchales (1988), deberán servir para entender la
en la costa atlántica de la Isla Grande desde importancia de las áreas lacustres en la arqueo-
aproximadamente el 2.700 A.P. puede tener que logía patagónica. Esta información también ser-
ver con este proceso. La evidencia disponible virá, incidentalmente, para estudiar cambios en
sugiere que son sitios complementarios dentro de las estrategias de movilidad utilizadas en diferen-
sistemas de subsistencia con orientación terres- tes cortes temporales (ver Kelly 1988). Es espera -
tre. La deriva, en este caso, actuaría indepen- ble que las limitaciones impuestas por un
dientemente al norte y al sur del Estrecho. Estos ambiente isleño afecten dichas estrategias en
procesos paralelos de deriva deberían producir forma marcada. La forma de las distribuciones
diferencias importantes tan solo a largo plazo de materiales Uticos en superficie al norte y al sur
(ver Herskovits 1984). Muchas de ellas debieron del Estrecho debe reflejar estas diferencias. Para
hacer eclosión en tiempos inmediatamente ante- estudiarlas se están aplicando técnicas de regis-
riores a la conquista española. Recién estamos tro de hallazgos aislados, las que junto con la dis-
comenzando a reconocerlos con los trabajos de tribución de los loci de alta densidad de
Gómez Otero (1986-1987) en la zona de los hallazgos que llamamos sitios, deben dar infor-
Morros, de Massone (1979) y de Prieto (1988) en mación sobre el uso del espacio.
la costa del estrecho de Magallanes, y de Carba- Estas implicaciones, por otra parte, cuentan
llo en la costa sur del lago Argentino (ver con una fuerte carga teórica, en tanto se siguen
Carballo et al. 1988). de un cuerpo bien sustentado y que constituye el
núcleo de la ecología evolucionista. Existen
Perspectiva cuerpos de datos independientes que pueden
servir como controles de algunas de las ideas
Tenemos entonces que, apelando a vicariancia discutidas aquí, nos referimos básicamente a los
en lugar de dispersión, contamos con una serie estudios de antropología biológica (Cocilovo y
de implicaciones diferentes a las manejadas Guichón 1985-1986, ver también Hammel y
clásicamente. Algunas de ellas son estudiables Howell 1987), incluyendo los de morfología
en el registro arqueológico y paleontológico funcional y análisis de isótopos estables (Yesner
fueguino y patagónico. A grandes trazos son et al. 1989), y a los estudios de divergencia lin-
esperables: güística (Cavalli-Sforza et al. 1988, Bateman et
(a) Diferentes proporciones entre carnívoros y al. 1990). La utilización de escalas espaciales y
mamíferos terrestres, que tienen que afectar la temporales que sean comparables con las utili-
inserción de poblaciones humanas, implicando zadas en otros trabajos orientados regionalmen-
diferentes organizaciones ecológicas. El análisis te (Gamble y Soffer 1990) es esencial para que el
de estroncio y bario en huesos humanos puede estudio tenga un significado global. Sobre esa
servir de indicador trófico (Sillen et al. 1989, base será posible plantear un estudio de la ar-
Burton 1990) y quizás pueda utilizarse en el queología patagónica dentro de un marco de re-
futuro. También los estudios específicos sobre ferencia evolucionista.
los tipos de interacción establecidos entre car- AGRADECIMIENTOS
nívoros y poblaciones humanas sirven para ese
objetivo (Borrero et al. 1988). A la Fundación Antorchas, la que mediante
(b) Diferencias en los rangos de acción de las po- un subsidio de investigación (Proyecto 11078/1)
blaciones humanas, las que son discutibles permitió iniciar un programa de dataciones
mediante el análisis de las regularidades en la radiocarbónicas indispensable para la realiza-
distribución de materiales. Ya discutimos que ción de nuestro trabajo. A Janis Klimowicz del
estas diferencias se pueden relacionar con las dis- Desert Research Institute de Reno, y a Gary
tintas fases del poblamiento patagónico y, por Haynes de la Universidad de Nevada en Reno
ende, pueden servir como sus indicadores por su ayuda durante la preparación de este tra-
arqueológicos. Estudios preliminares en la costa bajo. A Mateo Martinic B. y Alfredo Prieto por
norte del lago Argentino muestran la presencia las apasionantes discusiones sobre el tema prin-
de algunas formas particulares de distribución cipal de este trabajo. A Patricia Campan y
de diferentes clases de materiales Uticos, Beatriz N. Ventura por sus observaciones sobre
(observaciones inéditas). Estos estudios, junto una primera versión del manuscrito.
138 LUIS ALBERTO B O R R E R O
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sámente rebatido en la ciencia arqueológica nen para adaptarse, controlar y/o modificar el
contemporánea. Específicamente en Patagonia, medio ambiente. Desde una perspectiva antro-
recientemente Borrero (1989) cuestiona sobre pológico-social este subsistema está ligado y/o
bases sólidas y con argumentos coherentes el uso retroalimentado con otras partes que componen
de tales conceptos. En relación estricta con los el sistema socio-cultural, tales como la religión,
estudios de los artefactos de piedra vinculados economía, y otros (Nami, 1985). Esta es la razón
con esta perspectiva arqueológica, los mismos por la cual entendemos que los instrumentos Uti-
han sido profundamente discutidos en la década cos arqueológicos deben ser interpretados desde
del '70 (Hill y Evans 1970, Binford 1972, Klejn una perspectiva sistemática y procesual, tratan-
1973. do de entender muy distintos aspectos relaciona-
Puede ser útil una critica realizada a los estu- dos con las conductas de los seres humanos que
dios clásicos sobre las interpretaciones de los bi- los produjeron (Nami, 1988a: 158). Entonces
faces achelenses europeos, porque resume en pocas para relacionar la cultura material con la con-
palabras problemas esenciales de su compren- ducta humana existen diferentes niveles en las
sión, en los cuales los procesos en relación a los escalas y técnicas analíticas, que están estricta-
artefactos de piedra eran muy poco tenidos en mente vinculados con los enfoques realistas y
cuenta. Así Bradley y Sampson (1986) puntuali- deductivos de la ciencia contemporánea (Nami,
zan las criticas siguientes: 1990a).
-Las interpretaciones culturales basadas en la Este estudio nació durante nuestra última
clasificación de los instrumentos Uticos asumían permanencia en Punta Arenas. Allí, a solicitud
de una manera poco explícita que la forma de los del investigador Alfredo Prieto se tuvo la oportu
instrumentos -especialmente los bifaciales- nidad de observar con cierto detenimiento los
reflejaban los diseños tradicionales de un grupo artefactos bifaciales colectados en Bahía Laredo
cultural y que tal tipo válido servia para (Prieto, 1988). El objetivo era extraer cierta
distinguir a un grupo de otro. información que sirviera para su interpretación
- El grupo se mantenía inalterado por dichas tecnológica. Remitimos al lector al informe de
restricciones de diseño en la confección de instru- este investigador para recabar información con
mentos tallados sobre lascas, núcleos o nodulos textual y cronológica en relación con estos
porque éstos cubrían la necesidad del momento y hallazgos. En este artículo solamente brindare
no tenian un valor permanente para sus autores. rnos algunos datos relacionados con la manufac
Las formas de los instrumentos, especial- tura, la función y, sobre la base de la existencia
mente los bifaciales, representaban estadios evo- de algunas formas interesantes, discutiremos
lutivos de refinamiento estilístico y por lo tanto algunos conceptos relacionados con los cambios
podían ser usados como fósiles-guias cstratigráfi- que existen en los instrumentos bifaciales debido
cos y, por último, tales fósiles-guías eran en efecto a su reactivación y reciclado. Los mismos se
como organismos biológicos sujetos a las leyes de sustentan en informaciones obtenidas de mate
Darwin y sus sucesores (ver por ej. Ackerly y riales etnográficos y de experimentos replicativos
Bayham 1984: 85). modernos.
Estos criterios generaron explicaciones del Es importante destacar que sobre la base de
pasado muy pobres desde numerosos puntos de estos hallazgos, en el futuro se discutirán algunos
vista y muy alejados de la realidad de los instru- aspectos relacionados con la participación de
mentos de piedra en el sistema socio-cultural que formas y estilos de manufacturas semejantes en
los produjo. Un notable ejemplo de este arcaís- distintos sistemas socio-culturales del extremo
mo interpretativo es el valorar la "eficacia" de las sur americano.
tecnologías líticas del pasado de acuerdo al filo
de los artefactos y de la materia prima utilizada Observaciones técnicas sobre los artefactos
(cf. Orquera 1984: 79-ss, Ackerly y Bayham
1984, Browman 1984, Clark 1984). Sobre la base de lo anterior solamente descri-
Con una perspectiva algo diferente a la de los biremos las piezas inventariadas con el número
autores mencionados y desde un punto de vista 40766 B.L. 1 R.S., 36356 L-l-a 10/5. 36748
antropológico, entendemos que el subsistema L-7A 717 y 407b B.L. R.S. Todos estos son ha
tecnológico de las sociedades cazadoras-recolec- llazgos procedentes tanto de superficie como de
toras es el conjunto de medios materiales que tie- estratigrafía, los que muy probablemente corres-
OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS ARTEFACTOS BIFACIALES 143
Fig. 1. Piezas arqueológicas procedentes de Bahía Laredo. a) Instrumentos bifaciales reactivados procedentes de
Bahía Laredo N° 36748 y N° 36356. b) Biface procedente de B.L. 1. La flecha indica la fisura existente en la
mitad superior. Fotografías del autor.
144 HUGO GABRIEL NAMI
Fig. 2, A. Arpones Yamanas conservados en el Museo de Historia Natural de Montevideo (Uruguay). B. Acercamiento
de las puntas de pizarra alisada. Obsérvese la peculiar forma de enastado. C. Puntas de arpones de vidrio
conservadas en el Museo Salcsiano de Punta Arenas. Obsérvese los intermediarios. (Fotos del autor).
OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS ARTEFACTOS BIFACIALES 145
puntas líticas. La adaptación en esa región es con el hecho de que estas piezas hayan sido utili-
costera, razón por la cual puede pensarse que zadas como cuchillos, es decir, que fueran utili-
muchas de esas puntas de proyectil grandes zadas en tareas de corte o aún raspado. No
hayan sido utilizadas en estas armas (Nami, debemos olvidar que, las puntas de proyectil de
1986a). grandes dimensiones -independientemente del
Los cabezales de arpones con puntas de pro- arma en las que fueron empleadas- tienen filos
yectil líticas y de material similar -tales como el aptos para tareas de corte5. Hay evidencia ar-
vidrio de manufactura occidental- han sido ob- queológica que apoya esta hipótesis, sobre la
servadas en las colecciones del Museo de Historia base de cuidadosos análisis. No nos extendere-
Natural de Montevideo1 y en el Museo Salesiano mos demasiado sobre el tema, solamente se
Mayorino Borgatello de Punta Arenas. Las con- ejemplifica con algunos estudios interesantes
servadas en el primero han podido ser estudiadas sobre reutilización de puntas de proyectil o su
con cierto detenimiento gracias a la gentil cola- uso funcional complementario procedentes de
boración de Jorge Femenías. Algunas están ilus- diferentes partes del mundo. Estos datos son
tradas en la fig. 2. útiles para construir la teoría de alcance medio
Las puntas enastadas en estos arpones están que permita entender y explicar problemas de
confeccionadas sobre pizarra negra y fueron con- relevancia arqueológica (ver Thomás 1986a para
formadas utilizando la técnica de alisado2. A arqueología en general y Nami 1990a, 1990b,
simple vista es posible observar las estrías dejadas para tecnología experimental en particular.
por el proceso abrasivo. El filo fue obtenido Un párrafo aparte merece el biface (Fig. Ib,
biselando los bordes. El espesor de estas piezas pieza N° 40766) colectado en la superficie del si-
oscila entre los 4 y 5 mm. Estas piezas son de tio Bahía Laredo 1. Este artefacto ha sido con-
forma triangular con pedúnculos y aletas y pre- feccionado utilizando una lasca como formá-
sentan un particular enastamiento y sujeción al base. La remoción de lascas con la cual ha sido
astil. Muy probablemente este fue realizado con formatizado es una progresión lineal continua
Margyroparpus sp. comúnmente conocida como (sensu Callahan 1975, ver Nami 1983). A juzgar
junco o junquillo, material muy utilizado por los por los negativos de lascados, probablemente en
yamanas en la técnica cestera (Pérez de Micou, esta etapa ha sido tallado utilizando un percutor
com. pers. 1990). blando. En efecto, observaciones experimenta-
Otros cabezales de arpones -aunque no denta- les de distintos investigadores muestran que estos
dos- con puntas de proyectil de vidrio de grandes instrumentos de talla tienden a dejar negativos
tamaños se exhiben* en las vitrinas del Museo de lascados planos, terminaciones angulares o
Salesiano de Punta Arenas. Allí, gentilmente se agudas y negativos bulbares difusos (ver
nos permitió fotografiarlas en 1983 (fig. 2c). Callahan 1979: 83, Sollberger 1968: 126). Las
Estas piezas, también pedunculadas y con aletas, dimensiones en mm son 102,5 de largo, 77 de
fueron confeccionadas partiendo de trozos de vi- ancho y 16 de espesor. El promedio de la suma
drio plano y presentan retoques dejados por la de ángulos es de 58° y la relación ancho/espesor
utilización de la técnica de presión en su manu- es de 4,7. Este artefacto tiene una fisura. Este
factura. defecto es causa común de abandono de esta
Entonces, sobre la base de lo anterior se puede clase de artefactos durante su reducción (ver
postular que algunas puntas de proyectil de Callahan 1979). En efecto, un tallador
grandes tamaños halladas en la isla grande de experimentado puede predecir que, si continúa
Tierra del Fuego y en sitios costeros de Patagonia tallando, la fractura de la pieza puede llegar a
pudieron haber sido utilizadas en arpones. Por ser inminente, debido a la existencia de fisura
lo tanto, algunas de las piezas exhumadas por durante el proceso de reducción bifacial. Es muy
Prieto en Bahía Laredo pudieron haber cumpli- probable que este biface sea un estadio temprano
do esa función. Esta situación no se contradice de manufactura de instrumentos bifaciales
grandes, tales como las puntas de proyectil
analizadas o cuchillos bifaciales.
1 Estas piezas fueron trasladadas por la Cañonera
Rivera tn. 1888. 3 En el experimento Ginsberg. durante el procesa-
2 Consideramos alisado a la técnica de desgaste de ma- miento y descuartizamiento de un elefante las pun-
lerial Utico utilizando procesos abrasivos (Semenov tas Clovis fueron utilizadas muy eficazmente en dis-
tintas tareas (Stanford 1987).
1964).
146 HUGO GABRIEL NAMI
Fíg. 3. a. Siluetas superpuestas del reavivamiemo experimental de una punta de proyectil Dalton: O. Sin reavivados. 1
a 3 indican los reavivamíentos luego de haber sido usada cortando asta y la pérdida del aserrado. Los números
entre paréntesis indican las medidas en mm de los anchos. 4. Forma final exhausta de la pieza. Esta superpo-
sición se realizó sobre la base de las fotos publicadas por Goodyear (1974). No se dibujaron las siluetas de las
piezas con los bordes desgastados, b. Secuencia de reducción y reactivación experimental realizada por Bradley
y Stanford en la Institución Smuhsoniana. A a C: Preformas. D a F: producto final con sus correspondientes
reactivaciones. Fotografía del autor.
utilizando réplicas de puntas de proyectil tardías y son continuamente reactivadas, razón por la
de la Gran Cuenca Norteamericana. En éstos se cual cambian notablemente de tamaño (Borrero
utilizaron flechas utilizando como blancos y Yacobaccio com. pers. 1984).
animales muertos. Las fracturas producidas y su
reparación aportaron datos interesantes para Algunos ejemplos sudamericanos y patagónicos
discutir probables implicancias en la interpreta-
ción cultural. Otros ejemplos interesantes e ilus- Sobre la base de las observaciones anteriores se
trativos de reactivación y consecuente cambio de puede postular que tanto las piezas estudiadas de
formas en piezas bifaciales son los estudios que Bahia Laredo como otras procedentes de distin-
sobre material arqueológico realizó Wheat tos sitios de Patagonia y Tierra del Fuego tienen
(1975) con puntas Firstwiew, del sitio paleoindio notables transformaciones de forma y tamaño
Olsen-Chubuck. Peterson (1978) también debido a sus constantes reactivaciones.
observa sobre puntas de armas tempranas -en En el NO de la provincia de Santa Cruz,
este caso Hell Gap- la variabilidad que se hemos postulado que la variación de algunas de
produce en estas piezas por su continua reacti- las formas en las puntas de proyectil triangulares
vación. Situación que también se encuentra en de las ocupaciones más tempranas del Alero
conjuntos Folsom (v. gr. Wilmsen y Roberts 1978 Cárdenas (Gradín 1982) se deben precisamente a
figs. 105: h-i, 106: g entre otras, Frison y Bradley su reactivación (Fig. 4a).
1980 fig. 33, Stanford & Broilo 1981: 10. Emery Para el extremo austral, más específicamente
& Stanford 1982: 12 fig 2 entre otros). En todos en Fell I, se puede afirmar que no es muy difícil
estos casos se mantiene el diseño original en la observar la variación de forma y tamaño de los
forma y las dimensiones cambian notablemente limbos en algunas puntas de proyectil
como causa de su reducción. paleoindias procedentes de Fell y Pali Aike (Bird
Otro ejemplo interesante de reactivación de 1988), o la observada en la colección Fell conser-
puntas de proyectiles lo proporcionan los caza- vada en el Museo Regional de Magallanes que
dores-recolectores Aché del Paraguay. Entre tiene los bordes del limbo recto, muy probable-
ellos Borrero y Yacobaccio llevaron a cabo inves- mente debido a su reactivación (fig. 4b). Por
tigaciones etnoarqueológicas (Borrero y Yacoba- otra parte, puntas de proyectil recicladas Fell I se
ccio 1989). Entre las distintas observaciones que encuentran en la provincia de Buenos Aires
realizaron estos investigadores, estuvo la (Flegenheimer 1988: 58) (Fig. 4).
continua reactivación a la que someten estos En el norte de la Patagonia Argentina, hemos
indígenas a sus puntas de flechas para cazar podido detectar ejemplares reactivados de pie-
monos. Estas piezas las confeccionan en madera zas triangulares de considerable tamaño. En
Fig. 4.a. Punta de proyecúl procedente del Alero Cárdenas cuya asimetría muy probablemente se deba su reactiva-
ción, b. Punta de proyectil Fell 1 procedente de la cueva Fell. Muy probablemente la forma recta de sus bordes
se deba a su reavivado. Dibujo sobre fotografía del autor. Colección Fell.
OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS ARTEFACTOS BIFACIALES 149
efecto, en la zona de Piedra del Águila en la pro- BIRD, J. 1988. Travels and Archaeology in
vincia de Neuquén se detectó esta conducta a South Chile (Ed. by John Hyslop), Uni-
través de la modificación sufrida por la pieza versity of lowa Press, lowa.
tanto en la forma general como en la sección BONNICHSEN. R. & H.G. NAMI. 1988. Clo-
transversal (ver Nami 1987, 1988b). vis and the Emergence of a New World
Una situación semejante dejadas por los pri- Projectile Point Patterns: A Search for the
meros sudamericanos son las puntas exhumadas Cause. En prensa: Clovis Origins and
por Lynch (1980) en las cuevas de Guitarrero. Adaptaítons (Bonnichsen, R. ed.), Center
Nuestra opinión (Bonnichsen y Nami 1988) es for the Study of the First Americans,
que algunos de los cambios de formas y tamaños Orono.
que Lynch considera tipos distintos se deben a su BORRERO, L.A. 1989. Replanteo de la Ar-
reactivación. queología Patagónica, ¡nterciencia 14
Es importante destacar que, tanto la conducta (3): 127-135, Caracas.
de reactivación como así también de reutiliza- BORRERO, L.A. & YACOBACCIO, H.D. 1989
ción de puntas de proyectil en la manufactura de Etnoarqueología de Asentamientos Aché.
otros instrumentos son aspectos dignos de tenerse Journal de la Sacíete des Americanistes
en cuenta en los estudios Uticos de Patagonia y LXXV: 7-33, París.
Tierra del Fuego. Esta situación ha podido ser BRADLEY. B. & SAMPSON, C.G. 1986. Ana-
observada por el autor en muy distintos arte- lysis by replication of two Acheulian
factos procedentes de distintas áreas de la región. artifact assemblages. Stone Age Prehis-
Se necesitan estudios detallados que brinden tory (Bailey.'G.N. & Callow, P., Eds.):
datos más precisos sobre este tópico. 29-45, Cambridge University Press,
Resumiendo, la reactivación de instrumentos Cambridge.
bifaciales -trátese de puntas de proyectil, BROWMAN, D.L. 1984. Comentario al artícu-
cuchillos o cualquier otro- es una conducta muy lo de Orquera. Current Anthropology 25
generalizada entre los cazadores-recolectores. (1); 86, Chicago.
Especialmente cuando hay problemas en el abas- CALLAHAN, E. 1975. Flake Removal Sequen-
tecimiento de materias primas. Esta situación ce and Cultural Inference, Trabajo
está estrictamente relacionada con aquellos presentado en la 40th reunión anual de la
aspectos que en tecnología son denominados Society for American Archaeology, 105
instrumentos conservados (sensu Binford 1979). págs., MS, Dallas.
1979. The Basics of Biface Knapping in
REFERENCIAS CITADAS the Eastern Flutes Point Tradition. A
Manual for Flintknappers and Lilhic
ACKERLY, N.W. & F.E. BAYHAM. 1984. Co- Analysts. Archaeology of Eastern North
mentario al artículo de Orquera. America! (1): 1-180.
Concurrent Anthropology 25 (1): 85 — 86, 1981. Pamunkey House building: An
Chicago. experimental Study of Late Woodland
AHLER, S.A. 1971. Projectile Point Form and Construction Technology in the
Function at Rodgers Shelter, Missouri. Powhatan Confederacy. Tesis Doctoral,
Missouri Archaeological Society Research Catholic University of America, 538 pp.
Series 8: 146 pp. + 45 láminas, Washington D.C.
Columbia. CLARK, G.A. 1984. Comentario al artículo de
BINFORD, L.R. 1972. Contemporary model Orquera. Current Anthropology 25 (1):
building: paradigms and the current sta- 87-88, Chicago.
te of Paleolithic research. Models and DE BROSSES, CH. 1756. Histoire des Naviga-
paradigms in contemporary archaeology tions aux terres australes. París.
(Clarke, D. ed.), 109-166, Methuen. DUNNEL, R.C. 1978. Style and Function: A
Londres. Fundamental Dicotomy. American Anti-
1979. Organizaron and Formation Pro- quityWC¿); 192-202, Washington D.C.
cesses Looking at Curated Technologies. EMERY, S. & D. STANFORD. 1982. Prelimina
Journal of Antrfwpological Research 35 ry Report on Archeological Investigations
(3): 255-273, Albuquerque. at the Cattle Guard Site, Alamosa
150 HUGO GABRIEL NAMI
también a las características de la manufactura y comenta y analiza relacionándolos con los títulos
formas de uso del instrumental indígena y c) a la de cada parte y con las situaciones geográficas y
organización espacio-temporal de un jurisdiccionales pertinentes. Esta es, en suma,
campamento canoero. Por fin, se incluyen una contribución historiográfica novedosa para
algunos estudios particulares de carácter la consideración de una materia cuyo interés no
petrológico. osteológico y de otro tipo. Así se parece ceder en los ambientes académicos.
entrega una información completísima y variada
que conforma un aporte por cierto valioso para LAS MISIONES FRANCISCANAS DE CHILE
el conocimiento de la vida y cultura de los A FINES DEL SIGLO XVIII: 1771-1800. Por
cazadores marinos de la Patagonia, cuyo mérito Rodolfo Urbina Burgos. 17x23,5 cm. Instituto
debe acreditarse principalmente a Dominique de Historia de la Universidad Católica de Valpa-
Legoupil por la seriedad y constancia puestas de raíso, Serie Monografías Históricas N° 4.
relieve en el desarrollo de la labor investigadora, Valparaíso, 1990. La acción misional de la
que es de indudable jerarquía científica. Iglesia Católica en las tierras insulares y conti-
Mención especial merece el cuidado que se nentales del sudoccidente y sur del Reino de
aprecia en la edición y la excelente presentación Chile durante los siglos XVI al XIX constituye
del libro que se comenta, lo que realza su un capítulo importantísimo del acontecer his-
calidad. tórico de esos territorios en lo tocante a su cristia-
nización y civilización, y por ende para la
PROCESO DE CONFORMACIÓN TERRITO- afirmación de la jurisdicción hispano-chilena
RIAL DE CHILE (1536-2881). Análisis com- sobre los mismos, circunstancias que darían con-
parado en relación a la Argentina. Por Hernán tenido y carácter, amén de singularidad, a la hu-
Ferrer Fougá. 18,5 x 26 cms 2 tomos, 114 y 166 manidad chiloense. Fue ciertamente una acti-
pp.t mapas. Instituto de Investigaciones del Pa- vidad polifacética variada y rica, como bien lo
trimonio Territorial de Chile, Universidad de apunta el autor al afirmar que "...la presencia
Santiago de Chile. Santiago, 1990. La disputa del religioso misionero a lo largo de los tres siglos
diplomática por el dominio de la región austral que corren entre el XVI y el XVIII, es algo más
del continente americano que sostuvieran que templos. El fraile fue abriendo surcos y
durante buena parte del siglo XIX Chile y Ar- echando las semillas de la fe, cuyos frutos espi-
gentina, cuyas secuelas han alcanzado hasta rituales son hoy la columna vertebral de la
nuestros días, ha conformado y conforma una al cultura insular...".
parecer inagotable fuente de actividad historio- Iniciada con la conquista hispana de la isla
gráfica. Así lo confirma la obra del profesor grande de Chiloé, la actividad misionera cobró
Hernán Ferrer Fougá, que aborda la materia en forma una vez que se instaló en ella la Compañía
forma novedosa, esto es, a través del análisis his- de Jesús en los comienzos del siglo XVII, al ex-
tórico comparado de los correspondientes títulos tenderse paulatinamente por el vasto archipiéla-
esgrimidos por las partes litigantes, comenzando go dependiente y por la tierra del norte y del
desde el lejano tiempo de la conquista española; oriente, inclusive ultracordillera de los Andes.
la evolución de las jurisdicciones territoriales Se desarrolló así por más de un siglo y medio una
entre Chile y Argentina; la presentación resumi- empresa abnegada, meritísima y noble como
da de las negociaciones entabladas entre ambas pocas, que en su continuidad temporal y en su
naciones hasta la conclusión del litigio con el progresiva dilatación espacial dio estructura y
Tratado de Límites de 1881, para terminar con carácter a un proceso a la par evangelizador y
una valorización comparada de los distintos an- civilizador, cuya trascendencia es materia de
tecedentes jurídicos, cartográficos, de ocupación reiterados estudios históricos, «entre los cuales se
y de otro orden que fundaron las respectivas cuentan importantes contribuciones del propio
posiciones y que, desde el punto de vista chileno, autor.
muestran un grado de consistencia determinante Cortada abrupta y dolorosamente la obra de los
que, sensiblemente, no se vio reflejado en el jesuítas con la pragmática real de 1767 que
acuerdo transaccional mencionado, en lo dispuso la expulsión de estos religiosos de los
tocante a la conservación de una mayor porción dominios americanos de España, surgió de
del territorio disputado. La exposición se com- inmediato el problema de la continuidad de tan
plementa con numerosos mapas que el autor magna empresa, responsabilidad que se
NOTAS E INFORMACIONES BIBLIOGRÁFICAS 155
determinó encomendar a la Orden de San recogen sus vicisitudes. Es una nueva contribu-
Francisco, de antigua presencia y con valiosa ción de Grosse para el conocimiento geográfico
experiencia misional en las fronteras de la región que adoptara como propia hace más
meridionales del reino chileno. de medio siglo.
El autor, académico con vasta y profunda
versación en la historia de Chiloé y una labor CONOCIENDO TORRES DEL PAINE. Por
historiográfica consagratoria, nos informa en Gladys Caray y Osear Guineo. 16x21,5 cms,
este libro acerca de las características y formas en ilustraciones, 110 pp. Edición de los autores.
que se desarrolló ese difícil reemplazo misionero, Santiago, 1990. Se trata de una bien lograda
en su contexto de tiempo y circunstancias so- guía de información turística bilingüe español-
ciales y políticas, concluyendo con la evaluación ínglés sobre el más afamado de los parques
de su ardua gestión respecto de la trascendencia nacionales de la Región Magallánica, "Torres
en la afirmación espiritual del pueblo chilote. del Paine", con antecedentes variados de carác-
Fruto de un trabajo de investigación acucioso, ter histórico, geográfico y naturalista, comple-
que comprendió diversos repositorios, la exposi- tamentada con fotografías panorámicas, de flora
ción resulta interesante y amena, no obstante la y fauna, algunas excelentes.
abundancia de datos y antecedentes, presentada
con el estilo y lenguaje elegantes que distinguen RECUERDOS DE MI ABUELO FRANCISCO
al autor. Valorizamos especialmente esta obra PASCASIO MORENO. Por Adela Moreno
del Profesor Urbina Burgos como una nueva Terrero de Benítez. 17x21,5 cms, ilitstraciones.
contribución para la historia de Chiloé durante Buenos Aires, 1989. Nueva biografía del famoso
el período indiano o colonial, que pone de relieve explorador argentino de las tierras australes del
una vez más la trascendencia de la preocupación continente, con antecedentes novedosos extraí-
espiritual y social de la Iglesia Católica, como la dos de documentación inédita privada y oficial,
importancia incuestionable de la presencia y que contiene referencias particulares a algunas
acción hispana como avanzada fronteriza con de las principales expediciones que aquél em-
proyección permanente hacia la parte más prendiera al servicio de su nación.
meridional de Sudamérica.
LA ANTARTICA, CONTINENTE DE LA ES-
EXPEDICIONES EN LA PATAGONIA OCCI- PERANZA. Varios autores. 17,5x26,5 cms, 140
DENTAL. Hacia la Carretera Austral. Por Juan pp. ilustraciones y mapas. Edición a cargo del
Augusto Grosse. 18,5x26,5 cms 360 pp., ilustra- Museo Regional Salesiano "Mayoríno
ciones y mapas. Editorial Andrés Bello. Borgaíello" y de la Fundación para el Desarrollo
Santiago, 1990. El notable y rápido desarrollo XII Región-Magallanes (PIDE). Punta Arenas,
socio-económico que se registra en los territorios 1990. Libro que recoge las distintas contribucio-
de la Patagonia central y boreal de Chile y la nes presentadas en el curso de las Primeras
facilidad creciente con que se accede a ellos y se Jornadas Antárticas realizadas en la capital
los recorre, hace olvidar que apenas un cuarto de magallánica en agosto de 1989. Entre ellas
siglo atrás eran en buena parte suelos vírgenes en destacan los estudios de Osear Pinochet de la
los que la posibilidad de un camino vinculante Barra, Daniel Torres, Manuel Baquedano y
era poco menos que una utopía. La sorprenden- Sergio Lausic.
te realidad actual se debe en mucho al esforzado
explorador alemán Juan Augusto Grosse, avecin- LA CONQUISTA DE AYSEN (Provincia de
dado en Chile desde los años 30, quien con el Llanquihue, 1900-1918). Por Sergio Millar Soto.
tesón y el afán propios de pioneros buscó por 16x21 cms, 134 pp. Cayenel Ediciones. Puerto
distintos rumbos la posibilidad de abrir caminos Montt, 1990. Crónica de algunos episodios de la
en la bravia región, jalonando así el trazado de colonización temprana de la Región de Aisén,
distintas y extensas secciones de la futura carre- preparada sobre la base de las informaciones
tera austral. publicadas por los diarios de Puerto Montt du-
Este libro brinda la oportunidad de conocer las rante las dos primeras décadas del siglo, donde se
vivencias y aconteceres durante algunos de los pone de relieve la patriótica actividad de José
trayectos exploratorios de los que el autor fuera Antolín Silva Ormeño, arquetipo del pionero gene-
protagonista, a través de descripciones que roso movido únicamente por el bienestar colectivo.
156 NOTAS E INFORMACIONES BIBLIOGRÁFICAS
ESTE LIBRO
SE TERMINO DE IMPRIMIR
EN EL MES DE JULIO DE 1991
EN LOS TALLERES GRÁFICOS
DE OFFSET DON BOSCO
PUNTA ARENAS. CHILE
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