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Los ANALES DEL INSTITUTO DE LA PATAGONIA tienen por objetivo principal
la publicación de trabajos originales e inéditos realizados preferentemente por los inves-
tigadores del Instituto, en los campos de las Ciencias Sociales y Naturales referidos a la
Patagonia, la Tierra del Fuego, la Antartica e islas adyacentes y el océano Pacifico sur-
oriental.
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DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN INSTITUTO DE LA PATACONIA


Avda, Bulncs, Km. 4; Casilla de Gorreros 113-1); Puntu Arenas, Magallanes, CHILE

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International Standard Seriáis Number (ISSN) 0085-1922

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manera; "Dr ANALES DEL INSTITUTO DE LA PATAGONIA" y se agregue su volumen y uño de publi-
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IMPRESORES: Offwi Don Uoaco Maipó61ñ - Punta Arenas CHILE


A N A L E S
DEL INSTITUTO DE LA PATAGONIA
UNIVERSIDAD DE MAGALLANES

Vol. 19 S< iic Ciencias Sociales Año 1989-1990

DIRECTOR: MATEO MARTIN1C B.


COMITÉ EDITOR: MAURICIO MASSONE M., ALFREDO PRIETO.
SERGIO LAUSIC G.

Pag.
Resúmenes de los artículos ...................................... 5

AHTICULOS
PATAGONES Y PATAGONIA: UN CASO DE DENOMINACIÓN E P O N I M A CON
UNA ERRÓNEA ATRIBUCIÓN GEOGRÁFICA. Ramón Morales ................. 11

EL GENOCIDIO SELKNAM: NUEVOS ANTECEDENTES. Mateo Martinic B ..... 23

EL USO ECUESTRE ENTRE LOS AONIKENK, Mateo Martinic B. y Daniel Quiroz L. 29

NUEVOS ANTECEDENTES SOBRE NAIPES PATAGONES. Mateo Martinic B ..... 43

CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRANTERIZA DEL PARALI-LO 52° SUR.


I, EL PARAJE DE JUNI A1KE. Julieta Gómez Otero .............................. M

CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA DEL PARALELO 52° SUR.


II. A L E R O PEGGY B I R D , Alfredo Prieto 1 .................................... 73
INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA LAGUNA THOMAS GOULD.
Mauricio Massone M ................ 87
LA IDENTIFICACIÓN DE LOS MAMÍFEROS MARINOS EN LOS SITIOS
CANOEROS DE PATAGONIA: PROBLEMAS Y CONSTATACIONES. Dominique
Legoupil ...................................
ESTUDIO ANTRACOLOGICO DEL SITIO PUNTA BAJA I. María Eugenia Solari . 115
RETOCADORES EXTREMOS-LATERALES EN CONTEXTOS PALEO INDIOS,
Donald acksíín S ...........................
NUEVOS ANTECEDENTES SOBRE INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN
EL ÁREA DEL CERRO BENITEZ (ULTIMA ESPERANZA, MAGALLANES). Hugo
lar
Gabriel Nami ....................... »
EVOLUCIÓN CULTURAL DIVERGENTE EN LA PATAGONIA AUSTRAL. Luis
Alberto Borrero ...................
OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS ARTEFACTOS BIFACIALES DE BAHÍA
LAREDO. CONSIDERACIONES TECNOLÓGICAS P A R A EL EXTREMO AUS-
TRAL. Mugo Gabriel Nami ..........
MISCELÁNEA
Notas e informaciones bibliográficas ................
COMITÉ CONSULTOR PARA ESTE VOLUMEN

LUIS A. BURRERO

MAURICIO MASSONE M.

HANS NIEMEYER F.

JULIO PHILIPPI I.

SERGIO VILLALOBOS E.
INSTITUTO DE LA PATAGONÍA
FUNDADO EL 2 DE MARZO DE 1969

Creado para contribuir


al conocimiento científico
y al desarrollo cultural y social
de la región austral de América

INCORPORADO A LA UNIVERSIDAD DE MAGALLANES


EL 16 DE IULIO DE 1985
ANS. INST. PAT. Ser.Cs.Ss.. Punta Arenas (Chile), vol. 19. 1989-1990

RESÚMENES DE LOS ARTÍCULOS

RAMÓN MORALES

Patagones y Patagonia: un caso de denominación eponima con una errónea atribución


geográfica

Esta investigación constituye un recuento de todos los equívocos esfuerzos


lingüísticos que se han efectuado para explicar el motivo, o significado, del
nombre "patagones" impuesto por Magallanes a los tehuelches meridiona-
les (San Julián, 1520). Luego demuestra el origen epónimo del mismo,
como un antecedente más de la implicancia intelectual que tuvo la litera-
tura caballeresca en el contingente castellano que llevó a efecto la conquis-
ta del nuevo mundo americano.

Patagonians and Patagonia: a case of eponymous denominaron with an erroneus geographic


aliribution

This investigation constitutes a recall of all the equivocous linguistic efforts


made to explain the motive or the meaning of the ñame "Patagonians"
impossed by Magellan to the meridional tehuelches (San Julián, 1520).
It demostrates its eponymous origin as an additional antecedent for the
cultural implicancy of chivalry literatura in the Castillian contingent which
conquered the New American World.

MATEO MARTINIC

El genocidio selknam: nuevos antecedentes

Se entrega información en parte inédita y en parte poco conocida acerca de


los abusos cometidos en contra de los cazadores de la Tierra del Fuego
durante el asentamiento colonizador ganadero a fines del siglo XIX, con lo
que se afirma el concepto de genocidio para explicar la extinción pronta y
masiva de la etnia selknam.
RESÚMENES DE LOS ARTÍCULOS

The selknam genoctde: newantecedents

Information, in part inedit and in part scarcely know, on the abuses ca-
rried on against the Tierra del Fuego hunters during the livestock colonist
settlement at late XIX century, is given. With this the concept of genocide
to explain the rapid and massive extinction of the selknam ethnia is
affirmed.

MATEO MARTINIC Y DANIEL QUIROZ

El uso ecuestre entre los aóm'kenk

El dominio del caballo por parte de los indígenas del sur de la Patagonia
originó un conjunto de hábitos que acabó por-dar forma a una cultura
particular. En este artículo se dan a conocer las maneras diferenciadas de
montar entre los hombres y las mujeres, debido a razones de carácter fun-
cional, y se describen los elementos característicos de las respectivas mon-
turas.

The equestrian use among the aóm'kenk

The mastering of the horse by the indians of South Patagonia gave rise to
an enterity of habits which lead to the shaping of a particular culture. In
this article the differenciated ridding ways among-men and women, due
to razons of functional nature, are given and the characteristic elements of
the respective saddles are described.

M-ATEO MARTINIC B.

Nuevos antecedentes sobre naipes patagones

Se describe un conjunto de naipes que se conserva en el Museo de la Pata-


gonia de San Carlos de Bariloche (Argentina) y se afirma la vigencia de un
estilo de diseño simplificado basado eri el arte parietal de Sudpatagonia.

New antecedents on patagonian playtng caras

A set of playing cards kept at the Museo de la Patagonia, San Carlos de


Bariloche (Argentina) is described, and the existence of a simplified style of
design based on South Patagonian parietal art, is affirmed.

JULIETA GÓMEZ OTERO

Cazadores tardíos en la zona fronteriza del paralelo 52 sur. /. El paraje dejuni Aike

Se trata del estudio de un sitio arqueológico en la región esteparia


nororiental con evidencias de las unidades medias, tardías e históricas de la
secuencia de Magallanes. Junto a este examen se introduce en la problemá-
tica específica del poblamiento durante la unidad cultural tardía y se re-
visan anteriores hipótesis referentes a las variaciones del material cultural,
su disposición espacial y consecuentemente se formulan nuevas hipótesis
sobre los patrones de asentamiento en la localidad.
RESÚMENES DE LOS ARTÍCULOS 7

Later hunters in the border zone from the 52°south latüudeI. The place ofjuni Aike

An archaeological site from the northeastern región of the steppe are is


studied. Evidences of the middle later and historie unities in the Magellan
sequency were found. Together to this examination is introduced the
speciííc problematic of the colonization during the later cultural unity.
Also previous hypotesis refered to the cultural material variations and its
spatial disposition are revised; consequently new hypothesis on the
settlement patterns in the locality are presented.

ALFREDO PRIETO

Cazadores tardíos en la zona fronteriza del paralelo 52° sur. //. Alero Peggy Bird

Se presentan los resultados de la excavación de un yacimiento correspon-


diente a la unidad cultural tardía de la secuencia de Magallanes y se
discuten algunas de las implicancias del registro a la luz de nuevos ante-
cedentes con relación a las técnicas de caza utilizadas por los cazadores tar-
díos.

Later hunter in the border zone from the 52° south latüude 11, Peggy Bird rock shelter

The results of the excavation of a deposit corresponding to the later


cultural unity from the Magellan sequency are presented. Some of the
implications of the record are discussed considering new data in relación to
the hunting techniques used by later hunters.

MAURICIO MASSONE

Investigaciones arqueológicas en la Laguna Thomas Gould

Se describen las investigaciones arqueológicas efectuadas en la localidad de


Laguna Thomas Gould entre 1980 y 1982. Se exponen los antecedentes ge-
nerales, estratigráficos, cronológicos y espaciales del yacimiento. Se inten-
ta una interpretación del sitio como campamento base de un área de para-
dero que cuenta, en su red de asentamiento, con un conjunto de sitios
satélites.

Archaeological investigations at Thomas Gould lagoon

The archaeological investigations made at the locality of Thomas Gould


lagoon between 1980 and 1982 are described. The general, stratigraphic,
chronologic and spatial antecedents of the site are given. An interpreta-
tion of the site as a base camp in an afea of stoping places having an
enterity of satélite sites is intented.

DOMINIQUE LEGOUPIL

La identificación de los mamíferos marinos en los sitios canoeros de Patagonía: problemas y


constataciones
A base del estudio de dos poblaciones arqueológicas de mamíferos mari-
nos descubiertas en los yacimientos de Punta Baja y Bahía Colorada (Mar
8 RESÚMENES DE LOS ARTÍCULOS

de Otway, Magallanes) se da cuenta de algunos problemas y se extraen


conclusiones que pueden ser útiles para este tipo de estudios faunísticos.
Se analizan sucesivamente los problemas de identificación de especies, de
determinación de edad y sexo de los animales consumidos, tan importan-
tes para reconstruir el ciclo económico de los indígenas cazadores de mamí-
feros marinos. Asimismo se consideran ciertas particularidades, tales como
la fracturación de cráneos de pinnipedos y de nutrias en Punta Baja, la au-
sencia de huesos penianos de otáridos en el mismo yacimiento, no obstante
su abundancia en Bahía Colorada, y la representación desigual de ciertos
huesos derechos e izquierdos. Se han podido desarrollar así algunas
hipótesis sobre técnicas de caza y hábitos de consumo de este grupo
indígena.

The identificación of marine mammals in the patagonian coastal canoe-mdian sites: problems
and evidcnces

Some problems are reported and conclussions, which might be useful for
this type of faunistic studies, are given from the study of two archaeological
populations of marine mammals at Punta Baja and Bahía Colorada sites
(Otway Waters, Magallanes).
Questions on species identification, age and sexual determination of the
hunted animáis, so important to reconstruct the economical cycle of
Patagonian canoe-indians, are examined. Some peculiarities, such as
pinniped and other cranium fractures, seáis bacúla scarcity at Punta Baja
(while very abundant at Bahía Colorada), or unequal representation of
certain right and left side bones, are studied. Some hypothesis on hunting
techniques and consumption habits of this indian group are offered.

MARÍA EUGENIA SOLARI

Estudio antracologico del sitio Punta Baja 1

El análisis de los carbones extraídos del yacimiento canoero de Punta Baja


(Mar de Otway, Magallanes) demuestra que durante la época de la ocupa-
ción indígena existía en el lugar un bosque conformado principalmente
por especies como la "leñadura" (Maytenus magellamca), el "coigüe"
(Nothofagus betuloides) y el "canelo" (Drimys winteri), comunidad que fue
alterada posteriormente una ve"z que se produjo el asentamiento
colonizador en el área. La presencia de la "lenga" (Nothofagus pumilio) y
de otras especies como el "ciruelillo" (Embotrium coccineum) permiten
suponer que allí se daba la asociación definida por Pisano como Bosque
Patagónico Mixto. Finalmente la abundancia de "leñadura" en el campa-
mento indígena podría explicarse por el conocimiento de los naturales res-
pecto de su calidad como combustible.

Anihracologicalstudy ofsite Punta Baja 1

The analysis of charcoal extracted from the canoe-indians site of Punta


Baja (Otway Waters, Magallanes), shows that during the time of indian
occupation a forest mostly made up by species such as "leñadura"
(Maytenus magcllanica), "coigüe" (Nothofagus betuloides) and "canelo"
(Drymis winteri) existed, this community was lately altered after the
colonist sculement at the área. The presence of "lenga" (Nothofagus
RESÚMENES DE LOS ARTÍCULOS

pumilio) and other species as "ciruelillo" (Embotrium coccineum)\eads to


suppose that the association defined by Pisano as Mixed Patagonian Forest
was found here. Finaly the abundante of "leñadura" at the indian camp
sile could be explained by the knowledge of the natives about its quality as
fuel.

DÓNALO JACKSON

Retocadores extremo-lateral en contextos paleo-indios

Se describe un conjunto de retocadores de particulares características pro-


cedentes de tres sitios Palco-Indios. Se discuten las singularidades tecno-
lógicas de este tipo de instrumentos en los contextos Paleo-indios,

End-sided compressors in Paleo-Indian contexts

A group of compressors of special characteristics from three different


Paleo-Indian sites is described. The thecnological particularities of this
type of instrument in the Paleo-Indian contexts are discussed.

HUGO GABRIEL NAMI

Nuevos antecedentes sobre investigaciones arqueológicas en el área de Cerro Benitez (Ultima


Esperanza, Magallanes)

Se dan a conocer los avances de las investigaciones arqueológicas en la


Cueva del Medio y áreas vecinas en Ultima Esperanza. Se reportan
distintas actividades desarrolladas tanto en el campo como en el laborato-
rio. Además se dan a conocer nuevas fechas radiocarbónicas de las ocupa-
ciones humanas en la zona.

New antecedents on archaeological investigations at the Cerro Benitez área (Ultima Esperanza,
Magallanes)

The advance of the archaeological investigations at Cueva del Medio and


neighbouring áreas in Ultima Esperanza and the different fíeld and
laboratory activities carried on are reported. New radio-carbon datings of
the human occupation at the zone are given.

LUIS ALBERTO BORRERO

Evolución cultural divergente en la Pal agonía Austral

Presentación sintética de un modelo general de poblamiento de la Pata-


gonia, a través de distintas fases de exploración, colonización y ocupación
efectiva de espacios habitables. Se analiza en particular el caso de las po-
blaciones que ocuparon territorios al norte y al sur del estrecho de
Magallanes, postulándose la hipótesis de una evolución divergente sobre la
base de la posibilidad de desarrollo de un fenómeno de vicariancia en esta
última región, para explicar la diferenciación que se advierte en sus formas
culturales con respecto a las propias de Patagonia austral.
10 RESÚMENES DE LOS ARTÍCULOS

Divergcni cultural evolution in southern Patagont'a

Synthetic presentación of a general population model of Patagonia through


different phases of exploración, colonization and effective occupation of
habitable spaces. The case of populations which inhabited territories north
and south of the Strait of Magellan is particularily analyzed, putting forth
the hypotesis of a divergent evolution on basis of the possibility of
development of a vicariance phenomenun in this región, to explain the
differenciation noted in their cultural forms respecting those proper of
southern Patagonia.

HUGOG.NAMI

Observaciones sobre algunos artefactos bifaciales de Bahía Laredo. Consideraciones tecnológicas


para el extremo austral.
Se estudian en detalle algunos artefactos bifaciales procedentes de Bahía
Laredo (Magallanes, Chile). Sobre la base de estos estudios se discuten
distintos problemas relacionados con la funcionalidad de algunas puntas
de proyectil en Fuego-Patagonia. Además se enfoca el tema de las
reactivaciones del los artefactos de piedra como un aspecto importante
para la interpretación arqueológica.

Obseruations on some bifacial artifacts from Bahía Laredo. Technologzcal consideratwnsfor the
southern región.
Some bifacial artifacts from Bahía Laredo (Magallanes, Chile) are studied
in detail. On basis of these studies, problems related with the functionabi-
lity of some proyectile points in Fuego-Patagonia, are discussed. The
theme of the reactivation of stone artifacts as an importan aspect for
archaeological interpretations is also viewed.
ANS.INST.PAT. Ser.Cs.Ss., Puma Arenas (Chile), vol. 19. 1989-1990

PATAGONES Y PATAGONIA: UN CASO DE DENOMINACIÓN EPONIMA


CON UNA ERRÓNEA ATRIBUCIÓN GEOGRÁFICA

RAMÓN MORALES •

INTRODUCCIÓN BREVE HISTORIA DEL PROBLEMA

Es cosa sabida que el autor de esta antropo-


En gran parte de la literatura historiográfíca nimia se encontraba en el litoral suroriental de
referida a temas de la Patagonia se halla muy América, a mediados del año 1520, al mando de
arraigada la idea de atribuir al término una flota española, buscando el paso interoceá-
"patagón" la etimología "pata grande" o, en nico que hoy lleva su nombre.
último caso, la derivación de esa supuesta condi- Según el diario de Antonio Pigafetta, cronista
ción antropométrica. Si bien en los últimos años de la flota, fue en las playas de la bahía San
este error había ido paulatinamente dejando de Julián (49° 25' S - 67° 15' O) donde se avistó por
cometerse, se le ha visto reaparecer en textos es- primera vez, tras varios meses de fondeo inver-
colares, semanarios periodísticos y otros medios nal, a un hombre que a la distancia pareció ser
de difusión social; reiteración que obedece a que de sorprendente estatura. Una vez que lo
aun ninguna de las diversas disciplinas cientí- tuvieron junto a ellos pudieron confirmar la
ficas que se ocupan de la prehistoria americana, elevada talla que lo caracterizaba, de igual modo
ha acertado en indicar el correcto origen de esta que la de sus compañeros que luego se le suma-
denominación, que recibieron los tehuelches me- ron. Este encuentro fue el punto de partida para
ridionales de parte del insigne navegante portu- lo que luego se convertiría en una leyenda que
gués Fernando de Magallanes. aseguraba la existencia de una raza de gigantes
Como se trata de uno de los topónimos más que habitaban las australes pampas americanas
antiguos, más importantes y geográficamente y que obtendría rápida difusión en Europa y la
más extensos del continente, este trabajo se pro- naciente Hispanoamérica. En la centuria si-
pone resolver tal situación, descartando primero guiente, el inglés John Narborough, alrededor
cada una de las hipótesis de orden etimológico y del año 1669, practicó las primeras mediciones
filológico que han sido formuladas en torno a su corporales confiables en estos aborígenes, esta-
posible motivo o significado, y demostrando bleciendo para la estatura una media de cinco
luego cuál fue la fuente que proporcionó el nom- pies y diez pulgadas, es decir 1,75 m. Tratándo-
bre "patagón" al bautista de los tehuelches. se de un promedio es totalmente factible que
muchos individuos alcanzaran o superaran el
Licenciado en Antropología. Investigador adjunto,
Sección Antropología del Museo Nacional de Histo-
l.SOm. Para confirmarlo basta seguir a
ria Natural, Casilla 787, Santiago. Pigafetta que más adelante habla de una según-
12 RAMÓN MORALES

da visita efectuada por otro aborigen, seis días cierta, el aborigen descrito habría tenido que
después del primer encuentro, y del que afirma medir unos tres metros de altura.
textualmente: "Este hombre era más grande y No obstante, queda claro que fue la alta es-
mejor conformado que los otros" (1970:25). tatura lo que impresionó a los expedicionarios
Desde un comienzo los europeos hablaron de del Viejo Mundo, pero el testimonio escrito que
gigantes y aunque en ello hay una evidente exa- nos dejó Pigafetta, tras abandonar San Julián,
geración, conviene tener presente que los medi- respecto del nombre que aplicaron a los aborí-
terráneos y levantinos de la época poseían una genes es sólo una exueta y concisa frase: "Nues-
talla bastante más baja que la actual. A base de tro capitán dio a este pueblo el nombre de Pa-
armaduras que aún se conservan (también piezas tagones" (1970:29), sin que agregue explicación
de ropa y calzado) se ha establecido que la es- alguna sobre la razón que tuvo Magallanes para
tatura media en Europa oscilaba entre 1,50 m asignar tal denominación.
1,55 m. Ogbrum y Mimkroff (1958) sostienen Junto al factor estatura y corpulencia, se verá
que la baja estatura en el Viejo Mundo era una más adelante que la repelente pintura facial, la
tacha física que se arrastraba desde la Edad vestimenta, la voz gutural y lo salvaje y remoto
Media y que perduró hasta bien andado el siglo del ambiente en que vivían, también jugaron un
XVII. Convengamos en que Magallanes, al papel motivador en la elección de este nombre.
igual que la mayoría de sus hombres, debió me- Andando el tiempo, la leyenda de los gigantes
dir alrededor de 1,52 m de altura, de acuerdo patagones arribó a la literatura científica,
con uno de sus biógrafos más famosos que lo liberada ya del supuesto gigantismo, pero con la
describen como "...grueso, fornido y de talla curiosa referencia a los pies grandes. La
corriente" (Zweig, 1965). Al tratar de enten- pesquisa del origen de esta atribución etimoló-
derse con un individuo que lo soprepasaba en un gica nos retrotrajo, de autor en autor, hasta un
quinto de altura y que aparentaba ser más alto contemporáneo de Magallanes: el capitán
aún, debido a su indumentaria compuesta de Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés (1478-
una larga capa de piel de guanaco, con la que se 1557), consagrado como el primer cronista del
envolvía desde los hombros hasta media panto- Nuevo Mundo, de quien se publica, el mismo
rrilla, debió impresionarse ya que nunca en año de su fallecimiento, el Libro N° 20 de la
Europa, ni en región conocida a la fecha, había Segunda Parte de su Historia General y Natural
vivido la experiencia de verse tan superado física- de Las Indias, en cuyo sexto capítulo narra las
mente por un hombre que con su comportamien- vicisitudes vividas en el estrecho de Magallanes
to y aspecto hacía honor a su estampa por el clérigo Juan de Aréyzaga, integrante de la
corpulenta. expedición realizada en 1526 por Jofré de Loayza
La consecuencia más inmediata que acarreó y Sebastián Elcano, en un segundo intento por
este primer encuentro entre europeos bajos y llegar a las islas de la especiería y retornar a Es-
aborígenes altos, fue la propagación del mito de paña por la misma ruta abierta por Magallanes.
los hombres gigantes que habitaban las estepas En la página 42 del referido capítulo se lee: "El
del extremo sur americano. En los siglos siguien- día siguiente, continuando su jornada, perdieron
tes, viajeros, aventureros y cronistas poco fide- un compañero, que se decía Johan Pérez de
dignos, se encargarían de alimentar con nuevos Higuerola, y quedaron el clérigo y los otros dos
"testimonios" la fábula surgida en San Julián. hombres: é quando quisso amanescer, vieron
No faltaron los dibujos en que se hacia aparecer más de dos mili patagones ó gigantes (este
a los patagones duplicando en estatura a un nombre patagón fue á disparate puesto a esta
asombrado europeo. Mas sabemos hoy que la gente por los chrispstianos, porque tienen
exageración y la fantasía sobre lo descubierto, es grandes pies; pero no desproporcionados, segund
un sesgo psicológico que se halla vertido en la la altura de sus personas, aunque muy grandes
gran mayoría de los relatos y diarios de viajes que mas que los nuestros); y venian hacia los chrisps-
nos han legado los expedicionarios y descubri- tianos, aleando las manos y gritando...". Sin
dores geográficos de todas las épocas y regiones. embargo, atendiéndonos a un estricto orden
El propio Pigafetta es el mejor de todos los ejem- editor, no resulta ser ésta la primera versión en
plos, cuando dice: "Este hombre era tan alto que que se asocia etimológicamente a "patagón" con
con la cabeza apenas le llegábamos a la cintura" "pie grande", pues cuatro años antes se había
(1970:22). Para que tal aseveración hubiese sido publicado la Historia General de Las Indias de
PATACONES Y PATAGONIA: UN CASO DE DENOMINACIÓN EPONIMA 13

Francisco López de Gomara (1510-1566), en la se llaman patagones" (1944:428). Al parecer en-


cual su autor refiere la experiencia vivida por tiende que patagón es el nombre que los aborí-
Magallanes con los aborígenes de San Julián. genes se daban a sí mismos.
Del patagón capturado escribió lo siguiente: "... De estas tres posibilidades, más o menos con-
y ocho hombres no lo pudieron atar; echáronle temporáneas entre sí, fue la estipulada, tanto
unos grillos, como se los daban para llevar, y por Oviedo y Valdés como por López de
entonces bramaba; no quiso comer, de puro Gomara, la que ganó crédito y consagración en
coraje, y murióse. Tomaron para traer á España la ya incipiente historiografía americana. Pron-
la medida, ya que no podían la persona, y tuvo to sería acatada por los historiadores de las
once palmos de alto; dicen que los hay de trece centurias siguientes, a excepción de Antonio de
palmos, estatura grandísima, y que tienen Herrera (1615), quien respecto del episodio san-
disformes pies, por lo cual los llaman julianensc sólo menciona el bautismo cristiano
patagones". que se le impartió a uno de los aborígenes captu-
Hoy ya no es posible conocer los originales de rados, al que se impuso el nombre Juan Gigante
estas dos obras para hallar la fuente en que se ba- y luego se le embarcó en la nave San Antonio
saron estos dos autores para atribuir tal motivo donde falleció al poco tiempo. En cuanto a los
anatómico al nombre patagón. Posibilidad navegantes y viajeros que en las décadas y siglos
bastante incierta, en todo caso, pues no era de posteriores visitaron la zona del Estrecho, fueron
rigor en ese entonces citar la documentación uti- alternando el grado de exageración con que se
lizada para garantizar la veracidad de los hechos referían a la estatura de los aborígenes, pero al
que se exponían. Además, Medina (1901) mismo tiempo comenzaron a manifestar en su
establece que Oviedo y Valdés había comenzado escritos cierto desconcierto respecto a la relación
la publicación de su extensa obra en 1535, de consagrada entre el nombre con que se les
modo que tampoco nos resulta posible estable- conocía y el tamaño real de sus pies. El más
cer con seguridad quién leyó a quién, aunque claro de todos para rebatir aquella asociación
Oviedo y Valdés haya publicado sobre los pata- fue el naturalista chileno Enrique Ibar Sierra,
gones cuatro años más tarde que López de quien a fines del siglo XIX recorrió la Patagonia
Gomara. conviviendo un breve tiempo con sus aborígenes,
Medio siglo después del viaje de Loayza y lo que le permitió obtener los siguientes resulta-
Elcano, el corsario inglés Francis Drake también dos antropométricos: altura mínima 1,75 m;
tomó contacto con los patagones, pero su cronis- altura media 1,83 m; y altura máxima 1,92 m;
ta, el capellán Francis Fletcher, interpretó el La podometría le reportó una longitud mínima
origen del nombre a su manera, o en su idioma, de 25 cm; longitud medía de 27 cm; y una
pues dice al respecto: "... el nombre Pentagones, longitud máxima de 30 cm. Pero estaba tan con-
cinco codos (medida antigua equivalente a la dis- sagrada la asociación "patagón-pie grande", que
tancia entre el codo y la extremidad de la mano), a manera de conclusión recomendó el cambio de
es decir 7 pies y medio, describe la altura (sino nombre, ya que a su juicio: "... el nombre de los
un tanto más) de los más altos entre ellos" patagones no es, pues mui apropiado. El
(1854:60). patagón tiene el pie proporcionado a la estatura"
En cambio nada dice Pedro Mártir de (1979:43).
Anglería, también contemporáneo a estos viajes En cambio, la alta estatura (menos aún la
e historiador de mayor influencia que todos los indumentaria) no consiguió despertar ninguna
cronistas anteriores y posteriores a él. En su sospecha que la relacionara con el nombre pata-
Décadas del Nuevo Mundo, es muy lacónico gón, pese a que fue notoriamente magnificada
para referirse al descubrimiento de estos en dibujos y grabados aparecidos en célebres pu-
aborígenes, prefiriendo explayarse con mayores blicaciones (Pernety. 1769 y Fitz Roy, 1830,
detalles acerca de la drástica represión con que entre otros, aportaron los más difundidos). Y así
Magallanes sofocó el motín que estalló durante veremos que, posteriormente, nuestros historia-
la prolongada estadía invernal en la bahía San dores más clásicos harán suya, sin el menor
Julián. Sobre los naturales sólo narró lo siguien- atisbo de dudas, la referencia a los pies grandes
te: "Vieron allí chozas de indígenas; pero es gente como el único motivo del nombre impuesto por
inculta, sin armas, que sólo se cirbre con pieles; Magallanes: Amunátegui, 1861; Barros Arana,
errante sin asiento fijo, sin ley, de alta estatura: 1864; Medina, 1920; Encina, 1924; todos por
14 RAMÓN MORALES

igual aceptan esta versión, sin que ninguno de peyorativo, perteneciente a una escala de valo-
ellos cite alguna fuente o diccionario que les res que resulta absurdo aplicarla a naturales o
permita aseverar o acatar tal etimología para la aborígenes de tierras recién descubiertas.
palabra patagón. Más tarde, investigadores más Aunque el etnocentrismo fue falta habitual entre
modernos nada aportan o corrigen al respecto; los colonizadores, en este caso no ajusta la fo-
Cañáis Frau. 1953; Casamiquela, 1960; Silva, nética, pues la doble "c" italiana se pronuncia
1984; y otros, son partidarios de la misma expli- como la "ch" castellana, lo que está bien distante
cación, la que a fuerza de repetirse y difundirse del sonido que la "g" áiempre ha tenido en los dos
ha terminado convirtiéndose en una pseudo idiomas de la península ibérica.
verdad científica de considerable arraigo en el La lengua materna de Magallanes también
conocimiento general. poseyó un término que permitió formular una
explicación a quienes han querido dar con la
ANÁLISIS ETIMOLÓGICO razón del nombre patagón. Existió (ya en
desuso) el vocablo "patacáo", que según
Para demostrar lo errado de la asociación que Corominas y Pascual (1981) fue también voz
se hace entre "patagón" y "pie grande", usual en la Francia e Italia medievales; su origen
efectuaremos un rastreo etimológico de este es desconocido e identificaba a una moneda
término, atendiéndonos a que su estructura dis- portuguesa del siglo XVI. Deodat (1955)
pone dividirlo en "pata" y en "gon". aplicaba este fundamento para sostener que
En portugués "pata" se ha conocido como Patagonia puede traducirse como : "Región o
"pate", "perna" y "pe'; "gon" y "go" nunca han tierra de los indios pobres, de escaso valer, por
existido. Invirtiendo la transcripción de la se- derivarse del término "patacáo", moneda
gunda parce de la palabra, consignamos que portuguesa de bajo valor usada en la época del
"grande" o "gran" han tenido su similar en los descubrimiento". Esta posibilidad se descarta
términos lusitanos "grande", "comprimido" y por sí sola, si se tiene en consideración que
"crescido". Ninguno de estos tres últimos forma Magallanes quedó impresionado por la estampa
con alguno de los tres primeros la palabra bus- física de los aborígenes, es un contrasentido su-
cada. poner que iba a escoger una voz despectiva para
En el castellano de la época, como en la ac- denominarlos.
tualidad, "pata" designa a la extremidad de un En castellano ha sido postulada la sinonimia
mueble o un animal; pero "gon" o "go" nunca de "patagón" con "patón"; pero esta suerte de so-
han existido; y los términos "grande" y "gran" no lución también careció de base y prueba docu-
eran distintos a como los conocemos en la actua- mental que la sustentara cuando fue esgrimida.
lidad. Recién en su versión de 1984, el Diccionario de la
En idioma italiano el resultado es igualmente Real Academia de la Lengua Castellana, esta-
negativo, porque "pata" no existe y para "pie" se blece a "patagón" como sinónimo de "patón"; lo
han conocido los términos "zampa", "piede", cual debe tratarse de un acuerdo o solución su-
"gamba", "sopatrasca" y "pianta"; "gon" o "go" mamente reciente puesto que no aparece
tampoco han existido y "grande" se designa sim- consignada en ninguna de las ediciones ante-
plemente como "gran". De igual manera no riores que son publicadas cada ocho años aproxi-
hallamos aquí los términos que uniéndolos nos madamente ' .
forme algo parecido a "patagón" o "patago". No obstante estos adversos resultados, convie-
Sin embargo, el Vocabulario Italiano de ne indagar también en la lengua madre de las
Rigutini y Fanfani (1903) tiene incor-porado el tres anteriores, donde se hallan los términos
compuesto "pataccóne-óna", que aparece "patagiatus", "patagium" y "patagus".
definido como "persona obesa, lenta para Forcellini en su Lexican Totius Latinitatú
operar". Bien sabemos que los tehuelches eran (1833), sostiene que el primero es un adjetivo re-
nómades que vivían de la caza del ñandú y el lacionado con el adorno de un vestido femenino;
guanaco; no concuerda, entonces, caracterizar- el segundo es una pieza de ropa femenina; y el
los como obesos y lentos. También Linati y
Delgado incluye el término "pataccone" en su
"Y dicen que investigan lo que inventan" comenta
Diccionario Italiano-Español (1887), definién- Miguel de Unamuno, refiriéndose a los filólogos y
dolo como "patán"; vale decir, un término puristas de la lengua.
PATAGONES Y PATAGON1A: UN CASO DE DENOMINACIÓN EPONIMA 15

último una enfermedad grave y mortal. Es obvia dacta para dar por terminado el problema.
también aquí la total desvinculación con la eti- Finalmente, no es posible pasar por alto al
mología antropométrica que nos ocupa. célebre Diccionario Yagán-Inglés del misionero
Agotadas entonces las posibilidades en los anglicano Thomas Bridge (1813-1887), en el
idiomas europeos, corresponde revisar las cual divide Patagonia en "patag" y "flnia" que
lenguas aborígenes del Nuevo Mundo, que traduce al inglés como "cualquier cosa o super-
también han sido escudriñadas en el afán de no ficie ancha"; continúa con la frase "ókan kü-p.-
pocos investigadores por resolver este misterio. 6"-ta gómi", que fonéticamente tiene cierto pare-
Para el peruano Paz Soldán, por ejemplo, Pa- cido con Patagonia y que traduce como "en mi
tagonia es corrupción de la palabra quechua casa hay una tabla"; del mismo modo forma bi
"pata-cuna", que significa: "pata", cerros no nomios con "p." (abreviatura de "patag") y
altos; "cuna", partícula plural que otorgaría el "umdci", "se cae una casa mal construida"; "p."
significado "muchos cerros no altos" (1885:369), y "unkóna", "estar en el agua sobre una cosa an-
caracterizando bastante bien el paisaje de las cha"; "p." y "una", "acción de ensanchar o des-
pampas cercanas al Estrecho. Tres años antes, el parramar". Luego continúa con otros cinco bi-
Dr. Spegazzini, había dictado una conferencia nomios formados con los términos "kataka",
en el Instituto Geográfico Argentino abordando "undeka-a", "wia", "unaina" y "unagulu",
este problema. El aporte del quechua -decía- es persistiendo en las traducciones la idea de
el término "patac", que significa "cien", al que "ampliarse" o "desparramarse" sobre variados
se suma "aonikenk" (denominación que los te- accidentes geográficos (1933:372).
huelches meridionales se daban a sí mismos) Dejaremos hasta aquí este breve recuento de
para formar el binomio "patac-aonikenk", que las más conocidas teorías que se han formulado,
con el concurso del tiempo llegó a transformarse, tanto a base de vocablos europeos como aborí-
o deformarse, en patagón. En cambio el Dr. genes, en torno a la posible etimología de la pa-
Boeri, opta por no apartarse de la lengua labra patagón. En nuestras indagaciones no fal-
tehuelche, donde "pata" es el término "siete" y tó el hallazgo de una nota insólita, a cargo de
"gon" designa a "codo"; o sea "hombres altos", Jerman Wieghardt, quien en su trabajo descrip-
de unos "siete codos" (2 m, aproximadamente). tivo sobre aborígenes fueguinos y patagones, sos-
El jesuka Pablo Pastells aporta la curiosidad de tuvo textualmente: "Los compañeros de Maga-
dividir la palabra en "pa" y en "tagón"; lo prime- llanes llamaron patagones a cierta tribu indígena
ro significa en la lengua pampa "venir" o a causa de sus anchos pies..." (1896:12).
"aproximarse" y lo segundo "roto" o "quebra-
do"; de aquí entonces que patagón significaría EL ORIGEN EPONIMO 2
"gente que viene de la tierra quebrada o rota",
las que habrían tenido -según él- origen en A quien corresponde el mérito (al menos com-
conmociones sísmicas habidas hace muchos partido) de haber sido el primer autor en seña-
siglos antes, desde tiempos muy remotos. lar el verdadero origen del término en cuestión,
Quien más se molestó con todos estos empeños es a la literata argentina María Rosa Lida de
por revelar el desconocido origen de la antro- Malkiel (1910-1962), quien enunció (1952) la
ponimia impuesta por Magallanes fue el profesor eponimia de la palabra patagón, pero con la
argentino F, Latzina, según se puede deducir de insalvable limitante que significa el apoyo en una
su Diccionario Geográfico Argentino, donde fuente indirecta, pues la dedujo de la obra de la
declara que no le merecen fe "ninguno de estos ensayista inglesa, Mary Patchell, The Palmerin
cuentos"; y en cuanto al difundido gigantismo de Romances in Elizabethan Prose Fiction (1947), y
los patagones, con toda intención escoge la al no conseguir, por su parte, la prueba material
versión de marinos holandeses que aseguraban ("rareza bibliográfica" la denominó) de la infor-
haber visto a niños de sólo seis semanas que ya mación que le proporcionaba ese ensayo
eran capaces de caminar atrás de sus madres; "si literario, fue tratada con el amable descrédito
tales tragaderas tenían en el siglo pasado los que generalmente obtienen las verdades a
sabios, imagínese el lector, cuales no tendrían los
brutos que constituían entonces el noventa y
nueve, nueve décimos porciento de la humani- Epónimo: personaje o héroe literario que da nombre
dad" (1899:509, 510), es la conclusión que re- a un pueblo, una región o una época.
16 RAMÓN MORALES

medias 5 . El último de sus connacionales en ginó interminables ciclos de novelas. Entre los
desestimarla fue el historiador Juan Hilarión que lograron mayor fama y aceptación entre los
Lenzi. según lo da a entender claramente en su lectores se halla el ciclo de los palmerines, inau-
Historia de Santa Cruz, donde hace un detenido gurado por el Palmerín de Oliva, el año 1511, en
análisis sobre las posibles razones que habría te- la ciudad de Salamanca. Al año siguiente
nido Magallanes para llamar patagones "a los aparece su segunda parte, con autoría anónima y
habitantes de las desconocidas tierras que tenía a bajo el título de Primaleón '. En ella, el héroe,
estribor". Primero ironiza sobre los esfuerzos lin- entre sus tantas aventuras, arriba a una remota
güísticos que le han precedido, a los que llama isla donde traba buena amistad con el caballero
"fantasías de sabios"; luego cita con cierta de la misma y su hijo Palantín. Entre los peligros
incredulidad a Lida de Malkiel, más que nada, que amenazan en este escenario insular se halla
por la contrariedad que le causa una explica- la existencia de cierta población de personas que
ción ajena a toda etimología, pero opta por su llevan una vida apartada y semi salvaje, entre los
descarte, considerando indemostrable tal suposi- que destaca un individuo, mitad hombre mitad
ción y "carente de razones suficientes". Finaliza animal, de gran corpulencia y braveza que tiene
su resumen declarando insoluble el problema y atemorizada a la población. A continuación
planteando una tajante conclusión: "El origen transcribimos literalmente parte de la página
del nombre no se conoce. Es secreto que Maga- 142 (foja CXIii) del Capítulo CXXXIII, en que
llanes guardó hasta su muerte; uno de los varios Palantín impone a Primaleón sobre la gente y el
misterios que Pigafetta no explicó". personaje referido:
Pigafetta ha sido criticado como cronista de . . . Y un día estando hablando de muchas cosas, él les
dudosa confiabilidad. Su escrito aparece pobla- preguntó si era grande aquella isla, y si era toda
poblada que era viciosa. Mi buen señor dijo Palantfn la
do de fantasías y exageraciones que le restan mayor población que ella tiene es en la costa de la mar,
exactitud al evaluársele como fuente de informa- y a la una parte de esta isla hay muy grandes montañas
ción histórica. Esto tiene una clara y simple y de poco tiempo a esta parte moran en ella una gente
explicación. El vicenzano, nacido en 1491 y muy apartada de todas las otras que hay en ella,
fallecido en 1534, como hombre culto no podía porque viven asi como animales y son muy bravos y
esquivos y comen carne cruda de lo que ellos cazan por
estar desconectado de la realidad de su época, la las moniañas/y son asi como salvajes que no traen sino
cual vivía el fenómeno literario de mayor consa- unas vestiduras de pieles de los animales que matan, y
gración y arraigo en la cultura popular del que la son tan desemejantes que es cosa maravillosa de ver/
historia de la literatura tenga memoria: los libros mas todo es nada con un hombre que ahora hay entre
y novelas de caballería. ellos que se llama Patagón y este patagón dicen que lo
engendró un animal que hay en aquellas montañas que
Al decir de muchos especialistas (Alborg, es el más desemejado que hay en todo el mundo/ salvo
1966; Menéndez Pelayo, 1943; Canalejas, 1880; que tiene muy gran entendimiento, y que es muy amigo
Gayangos, 1857) los libros de caballería entre- de las mujeres. Y dicen que tuvo que ver con una de
tuvieron durante más de tres siglos a casi un con- aquellas patagonas que asi las llamamos nosotros por
salvajes y que aquel animal engendró en ella aquel hijo,
tinente entero (Flandes, Francia, Inglaterra. y esto r i d i c u l o por muy cierto según, salió desemejado
Portugal y España, especialmente). Fueron una que tiene la-cara como de can y las orejas grandes que
vejdadera fiebre de la que incluso pudo parti- le llegan hasta los hombros y los dientes muy agudos y
cipar la numerosa población analfabeta de la grandes que le salen fuera de la boca retuertos, y los
época, gracias a que los dueños de tabernas y po- pies de manera de ciervo y corre tan ligero que no hay
sadas aseguraban mayor público consumidor
4 Novela caballeresca que narra los grandes hechos de
contratando a lectores que en voz alta ponían al Primaleón y su hermano Polendos, hijos de Palmerín
alcance de todos las aventuras caballerescas rela- de Oliva.
tadas en el último título de moda. Vio luz literaria en Salamanca el 3 de Julio de 1512,
Esta temática, abundante de hazañas y siendo reeditada en los años 1516, 1524, 1528, 1534,
proezas, protagonizadas por caballeros ansiosos 1563. 1566, 1585 y 1588. Según Palau y Dulcet
(1902). restarían tres ejemplares que se hallan en la
de gloria y nobleza, consiguió que muchos Biblioteca de Fernando de Colón, en la Biblioteca
autores desbordaran su imaginación, lo que ori- Parisina de Londres y en la Biblioteca Nacional de
París. La biblioteca del Museo Nacional de Historia
Rccepción injusta pues pasaron por alto que sólo tres Natural de Santiago cuenta con un microfilm de la
años más tarde obtuvo el convincente respaldo de M. edición de 1524 (gentileza del Servicio de Libros
Bataillon. y la propia autora amplió su información Raros y Preciosos de la Biblioteca Nacional de
en conferencia de publicación postuma (1976). París).
PATAGONES Y PATAGONIA: UN CASO DE DENOMINACIÓN EPONIMA 17

quien lo pueda alcanzar, y algunos que lo han visto heridas y decía que aquello le bastarla, mas su lenguaje
dicen de él maravillas y el anda de continuo por los ella ni otro lo podían entender y lurgo le trajeron que
montes cazando y trae dos leones con que hace sus cazas comiese y él lo hizo por ruego de la doncella, tanto era
y trae un arco en sus manos con saetas muy agudas con manso con ella, que todos lo tenían por cosa extraña.
que hiere. Y desde que este patagó se crió en las Primaleón fue muy ledo cuando aquella nueva supo...»
montañas hace mucho daño cuando sale a lo llano, y
no halla hombre de acá de los nuestros que no mata, y En las próximas páginas y capítulo irán siendo
por aquella parte dejan de hacer sus labores por él. Y cada vez más escasas las referencias a Patagón,
algunas veces nos hemos juntado muchos para macarlo salvo cuando Primaleón haga comentarios de sus
y tanto es hecho como nada antes el nos ha hecho gran llagas y heridas que tardarán un tiempo en sanar
daño y trac un cuerno a su cuello y tocándolo vienen
muchos de aquellos patagones a ayudarle y hace gran del todo; pero para los propósitos de esta investi-
daño que no temen sus vidas, por manera que asi lo gación la lectura de los tres párrafos citados es
hemos dejado hasta que Dios que es poderoso lo quite suficiente para deducir, con holgada seguridad,
del mundo que mucho nos sería menester su muerte». que "patagón" es por entero un nombre de
Una descripción reiterativa de Patagón fantasía, desprovisto de toda etimología, que no
(también aparece como Patagó) es la que con- responde a característica física alguna del perso-
templa el capitulo siguiente, y que es importan- naje que lo posee, ni tampoco se refiere en parti-
te porque al finalizar nos permite conocer otros cular a defecto o tacha física que exista en él.
patagones que acuden a los bramidos que aquél
les lanza después que es vencido. A continua- POSIBLE ORIGEN DEL ERROR
ción, transcribimos el breve pasaje de la segunda
columna, pág. 143 del citado capítulo, en que Indudablemente que en la errónea atribución
entran en escena dos de sus semejantes: etimológica que en esta investigación hemos
«...Déjate de eso dijo él y pensemos cómo llevaremos a
aclarado, mucho tuvieron que ver las dos
este diablo que mucho holgaría de llevarlo ante primeras sílabas del nombre. Si en lugar de
Gridonia. El está tan mal herido dijo Furente que será Patagón la denominación hubiera sido, por
maravilla poder eso hacer, mas todavía busquemos el ejemplo, "Fanagón", nunca nadie habría caído
remedio para llevarlo, y él se apeó y fue por la cadena en confusión alguna con los pies de los aboríge-
en que el gran Patagón traía los leones y Primaleón
cuando la vio fue muy ledo/ y ambos dos fueron a nes.
Patagón y echáronsele a la garganta, aunque hacía Tal vez todo no sea más que un caso de
tales cosas que los espantaba que daba grandes homofonía y homografía 5 . Lo más probable,
bramidos, por manera que acudieron allí dos de según explicamos al comienzo de este trabajo, es
aquellos patagones de su linaje, y estos traían asi mismo que hayan sido López de Gomara y Oviedo y
cuchillos muy agudos que otras armas no las tenían,
mas eran muy fuertes y legeros.» Valdés los primeros autores en cometer el error
de interpretación a la voz "pata" como alusiva al
Para completar la caracterización de este per- pie de los aborígenes, sin imaginar, o saber, que
sonaje, cuyo nombre lleva una vastísima región sólo era parte de un nombre de fantasía, apare-
sudamericana, transcribimos finalmente un cido en cierta literatura que no la consideraban
breve párrafo del Capítulo 135, en el cual se vier- entre sus lecturas habituales. El segundo error
ten alguno de sus rasgos psicológicos: habría sido tomar al monosílabo "gon" como el
«...Sélvida que asi se llamaba la hija del caballero equivalente portugués de los conceptos
señor de la isla vino por verlo y extrañamente fue "grandes" o "gran", sin darse la tarea de verifi-
espantada por mirarlo, mas Patagón no se espantó de car su traducción, pese a que la patria lusitana la
ver a ella, antes en mirarle su hermosura fue muy
manso. Y sabed que él tenia aquella condición asi como tenían tan próxima. Una prueba más de la es-
el animal que lo engendró de ser muy ledo con las casa simpatía que Magallanes tenía entre los es-
mujeres, y asi lo fue Patagón con Sélvida que no pudo pañoles de su época, incluyendo a historiadores
negar su natural, especialmente con aquella que le de alto nivel.
pareció extrañamente hermosa como ella lo era, y
lodos conocieron su placer con ella, y su padre le rogó
que se le allegase a él, ella con gran temor lo hizo,
Patagón fue muy ledo, cuando tan cerca de si la vio/ y
tanto hizo que la doncella le perdió el miedo que de él Homofonia y homografta son las dos acepciones que
tenia, y comenzólo a halagar con dulces palabras y tienen las palabras homónimas. La primera se re-
rogábale que se dejase curar y él lo entendió bien, mas fiere al sonido y la segunda a la escritura. En ambos
no lo quizo hacer porque él mismo se entendía de curar casos son dos palabras que tienen sonido o escritura
y sacó su lengua muy grande, y comenzó de lamer sus iguales, pero su significado es diferente.
18 RAMÓN MORALES

lo.quclflbia. í*v
muchas cofaeid les piegunroficra grande anda De cocino poilos mores capado i crac
aquella tílasaficrarodapobladaqucma* 009 leones
rin tanja jospoblaaon que ella nene es enla [?uda9Conqf^£íK^
co^Dslsmar:ízsls^naparrcD€Ííaíflsai£ oisqUasmótafíasfa^müc^o&afíoqfalc
mfi^ grandes montañas Y Dcpocoriempo alo02no:fiK)faIfal?ótoet>€acflDelo&nros
fldhpancmoiancndlavnagcntemuva» qnornaíajpojmancraqlosl^otoesnoron
parrada prodas las ocres qucaTfliella:po2 feguros t po:aqlla parcetfra oefizjerfus la
que bíucafli como arumales-^ fon nmy. fea* üoKSptteL^lgunaflpcjesnoseiJcmos
uos y daüíüosi comen carne crudo pdp.g júiadoroocljofpOT lomatar itácoea fecl?o
ellos cacan po: las monrañas/^i fon afffcó/ corp^OBadaanu^dnosl^I^c^g^á^año
&Ui3g£5 que no rracn fino yna&peítidu ^ crsevn cuerno s fu cueto i tam'cndolo víe
nen mudaos ocaqllos patagones a le a^u
fon t an DefleincJQctes que es cofa marauíllo oar tfe^egran Daño q noremen fu spides;
••'SrcKfocgnaáaconpnfromtee po:maneraqaflíbaüernosoerado&ftaq
- 1 —i -
r curre ellos que fe llama Jíbara* t>¿o55csEXx3erc^oloareDdniüíJoGuemu
ODCoaccaavcnrrcdlosqüc
W- W -- - — & —

oii^ cttc pacagcnDíscnquebengendrovrt


animal que ayen aquclUs nionrañas ciuc
selm2SDcíícmc]adoqncQycnrodclmü
u£aicnygrcn:Qimcn* on^paacnou
yamigoDcIflVinuc;crcs*£DÍ5cn pansfboó 2 esapoiruegooe piímal
QücouoquclpaücrconvnaDcaqDellflspa* ^. , --^ r- ---- ---
ragoasqüeaffilasllainaiTiCTsnorDrrospo: partotflíes^íandádoofpuesflcafflconlu
rinicn IODO/ muy;deno
fegunrfaUoDcfc¡nqadoqucncnela¿r«cc)' yfantsmaríaqgrádesmaraüí
moDecanilasoíqasgrandcsqucleUegari
fílalos bornteoslíos Dientesmur
s^^^ qmampQípercofaTtíírmariSP
Fig. 1. Pane de las fojas cxi y cxii del Capitulo C X X X I I I en que se describe al gran Patagón; y encabezamiento del
Capitulo CXXXIV en el cual el caballero Primaleón enfrentará y derrotará a Patagón

COMENTARIO FINAL
sus máximos apogeos. La gran mayoría de
ibéricos que llegaban a "hacer la América" no
Si bien hacer comentarios sobre fenómenos tenía mayor nutriente intelectual que la
literarios escapa a nuestra especialidad y a los literatura popular. En cambio, las ideas rena-
objetivos de este articulo, no queremos por ello centistas, sobre lo que tanto cargan las tintas
dejar de referirnos someramente al influjo nuestros historiadores cuando se trata de indivi-
psicológico que en el proceso de conquista debe dualizar a la fuente de principios que motivaba a
haber tenido la literatura caballeresca. No en quienes ejercían los liderazgos de las campañas,
vano fueron contemporáneos y coincidentes en sólo estaban incorporadas en una élite social e
PATAGONES Y PATAGONIA: UN CASO DE DENOMINACIÓN EPONIMA 19

intelectual de aquella época, minoría que nunca patagones ya han desaparecido, pero el gigantes-
necesitó moverse de Europa en busca de mejores co vértice territorial y marítimo que forma parte
horizontes. De esta élite resulta difícil hacer del extremo sur americano continúa y
participar incluso a los capitanes de conquista, continuará llevando el fantasioso nombre de un
pue bien sabemos que entre ellos fue falencia fre- personaje ficticio; personaje que habría perma-
cuente el analfabetismo. Y si algún letrado, u necido eternamente ignorado en las polvorientas
hombre culto, cruzaba el océano para incorpo- páginas de una novela medieval, de no haber
rarse a la conquista, bastante incentivado lo •sido por la espontánea eponimia cometida por
hacía por la ilusión de hallar en los desconocidos quien estaba próximo a alcanzar la gloria de
escenarios del Nuevo Mundo, las mismas fabu- convertirse en el "amadís de los mares", al legar
losas descripciones que se leían en los libros de a la navegación mundial la primera ruta trans-
caballería. Así nos lo demuestra Irving Leonard oceánica, a la vez que una nueva cosmovisión a
en su maciza obra Los Libros del Conquistador, la humanidad de su época.
de la cual citaremos una reveladora confesión
que este autor registra de Antonio Pigafetta: "El AGRADECIMIENTOS
año 1519 estaba yo en España... con monseñor
Chiericato... Por los libros que yo había leído y Deseo expresar mi gratitud hacia los siguien-
por las conversaciones que tuve con los sabios tes funcionarios del Museo Nacional de Historia
que frecuentaban la casa del prelado supe que Natural de Santiago: a la Sra. Yakica Lucic,
navegando por el Océano se veían cosas mara- Encargada de Biblioteca, por las diligencias in-
villosas y me determiné a asegurarme por mis terbibliotecarias ante la Biblioteca Nacional de
propios ojos de la veracidad de todo lo que se París; al Sr. Ariel Camousseeight, Jefe de la
contaba..."(1953: 24, 25). Sección Entomología, por sus breves pero nece-
De todos los comentarios que hemos conocido sarias traducciones de la correspondencia fran-
en relación a lo motivadora que fue la literatura cesa; y al Sr. Francisco Silva, Coordinador Cien-
caballeresca para la conquista americana, el que tífico, por la obtención del financiamiento para
nos parece más adecuado para concluir este el microfilm utilizado. Asimismo, agradezco a la
trabajo es el que hace el ensayista español Martín Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museo el fi-
de Riquer en su amenísimo estudio sobre la vida nanciamiento proporcionado; y a mi colega
y obra de Cervantes, donde sostiene textualmen- Mauricio Massone, la lectura crítica de este ar-
te: "Los descubridores y colonizadores ¿le Indias tículo.
estaban hasta tal punto influenciados por la lec-
tura de libros de caballería que bautizaban las FUENTES DE CONSULTA
nuevas tierras que ganaban con nombres fingi-
dos y fabulosos países que habían encontrado en
sus lecturas predilectas" (1967: 19, 20). ABELLAN MARTÍNEZ. 1902. Rarezas de la
Tal fue el caso de Magallanes que en la remota Lengua Española. Madrid.
bahía de San Julián no halló objeción de su
cronista por denominar como lo hizo a aquellos ALONSO, A. 1953. Estudios Lingüísticos.
espigados naturales que se presentaron armados Temas Hispanoamericanos. Biblioteca
de arcos y flechas, envueltos con pieles de anima- Romántica Hispánica. Madrid.
les y sus rostros alterados por la pintura. Por el ALONSO, M. 1958. Enciclopedia del Idioma.
contrario, Pigafetta, con la emoción que le cau- Diccionario Histórico y Moderno de la
saba la primera visualización real de una de las Lengua Española (Siglos XII al XX).
tantas ficciones leídas en su literatura predilecta, Etimológico, Tecnológico, Regional e
no se demoró en registrar el nombre en su diario Hispanoamericano. Tomo III. Madrid.
de viaje; diario que él aspiraba se convirtiera en AMBRUZZI, L. 1954. Nuovo Dizionarío Spag-
la paráfrasis más real de todas las historias de nolo-Italiano e Italiano-Spagnolo. G. B.
caballería. Tampoco dudaría más tarde en Paravia.
escribir el topónimo "Regione Patagona" sobre ANÓNIMO. 1524. Primaleón. Novela de caba-
el primer mapa que se dibuja de aquellas tierras, llería (Segunda Parte del Palmerín de Oli-
limitadas al sur con el "Streto Patagónico". va). Biblioteca Nacional de París.
A casi cinco siglos de estos hechos los
20 RAMÓN MORALES

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EL GENOCIDIO SELKNAM: NUEVOS ANTECEDENTES

MATEO MARTINIC B.

INTRODUCCIÓN estrecho de Magallanes, entre las autoridades y


sensible comunidad de Punta Arenas.
La circunstancia de disponer de otros antece-
Años atrás, al realizar un estudio sobre la co- dentes hasta ahora mayormente desconocidos,
lonización de Tierra del Fuego (Martinié, 1972), constituye una razón suficiente para abundar
nos ocupamos latamente de la cuestión referida a sobre tan ingrato tema, con el propósito de pre-
la extinción de la etnia selknam en dicho territo- cisar hasta donde es posible la participación que
rio. Fue ése el primer trabajo serio recaido sobre cupo a las acciones de violencia en el doloroso
tan delicada materia, por cuanto se realizó fun- desenlace étnico fueguino, en procura de una
damentalmente a base de documentación inédi- aproximación al animus que pudo inspirar el fe-
ta particularmente valiosa (Archivo Mauricio nómeno represivo en cuanto si el mismo pudo ser
Braun), al revés de otros anteriores basados por casual o deliberadamente homicida.
lo común en versiones de terceros o en fuentes
tardías no siempre fidedignas. Volvimos sobre el
tema con posterioridad (Martinic, 1979, 1988) NUEVOS ANTECEDENTES
agregando otros antecedentes y consideraciones
que nos permitieron afirmar el concepto de ge- La primera noticia histórica novedosa es en
nocidio que habíamos utilizado originalmente, realidad de antigua data, como que ha sido en-
esto es, la extinción violenta y rápida de un im- contrada en un volumen publicado en 1905, en
portante grupo aborigen. que se da cuenta de los resultados científicos de
Obviamente, el aspecto más débil en esta con- la Expedición Sueca a las Tierras Magallánicas
sideración ha estado siempre en lo que se refiere de 1895-1897, realizada bajo la dirección del Dr.
a las acciones punitivas desarrolladas por los co- Otto Nordenskjold. La referencia que interesa
lonizadores, con resultado de muerte, por cuanto para el caso aparece en un estudio particular re-
-y por razones comprensibles- las informaciones lacionado con la osteología de los aborígenes fue-
se manejaron con la máxima reserva, tanto, guinos, desarrollado por J.V. Hultkrantz,
entendemos, por la conciencia que había de tra- circunstancia que pudo contribuir a su escasa di-
tarse de actos censurables, cuanto por la reper- vulgación, pues esta comunicación no aparece
cusión que los mismos podían alcanzar allende el mencionada en las publicaciones que tratan inci-
dentalmente sobre la cuestión indígena.
Área de Historia. Instituto de la Palagonia, Uni-
Relata el especialista sueco que el material
versidad de Magallanes. Casilla de correo 113 L). óseo selknam empleado en el estudio procedía de
Punta Arenas, Magallanes. Chile. la zona septentrional de la Tierra del Fuego:
24 MATEO MARTIN1C

"Los esqueletos onas traídos por la Expedición


Nordenskjold provienen de tres indios matados a
tiros en el otoño de 1894. Estos hablan robado
ovejas de los colonos en Estancia Punta Delgada
(Springhill) en el norte de la isla Tierra del
Fuego (52° 55' L.S., 69° 10' L.O.) y entonces
matados con tiros en la cabeza. La expedición
sueca fue guiada un año más tarde por los colo-
nos de este lugar y halló los cadáveres ahora
momificados. Fueron trasladados en esta forma
a Stockholm"1,
La precisión de la referencia exime de mayor
comentario acerca de su veracidad. Importa sí
poner de relieve que el homicidio se produjo
entre gente rendida, no en combate, como se evi-
dencia además con la ilustración que muestra la
parte superior de un cráneo en el que se aprecia
el orificio de penetración del proyectil (pág.
1292. De aquí se infiere que el propósito punitivo
no se habría cumplido por parte de los represo-
res con la mera captura de los indígenas para su
eventual traslado a la Misión Salesiana de San
Rafael (isla Dawson), y que, por consecuencia, Vista superior de un cráneo selknam (En Hultkrantz, op.
únicamente la muerte de los mismos pudo te- cit.). El tamaño relativo del orificio de la calota hace suponer
el empleo de un proyectil de calibre 44.
nerse como reparación suficiente para el abigea-
to causado, en la perspectiva más amplia del es-
fuerzo colonizador pastoril.
El hecho de tratarse de varones y de haberse dos de que la única manera de asegurar el éxito
empleado contra ellos balas de calibre grueso, de la empresa pastoril era eliminando definitiva-
confirma nuestros datos sobre el armamento em- mente al indígena que aparecía como un fac-
pleado por los colonizadores (1972: 62). tor de perturbación para el desarrollo de! pro-
Esta criminal, injustificada e inaceptable con- ceso. Capturarlo, alimentarlo y trasladarlo lejos
ducta lleva a conjeturar acerca de si la misma de su territorio ancestral debió ser para muchos
pudo ser casual o, más bien, respondió a una causa de fastidio, gastos y molestias que podían
norma establecida defacto en el curso del proce- obviarse cortando por lo más sano: la elimina-
so colonizador ganadero. ción física, especialmente de los varones.
Lamentablemente, los antecedentes conocidos Es duro tener que aceptar esta conclusión
previamente configuran un contexto de actua- pero, reiteramos, todo apunta a que se trataba
ción que parece confirmar la vigencia de la se- de una regla habitual que, además, debe ser en-
gunda forma. Para los colonizadores o sus em- tendida en la concepción del darwinismo social
pleados, en el caso los agentes represivos direc- imperante en la época de los acontecimientos.
tos, no contó mayormente consideración huma- En una revisión posterior del archivo episcolar
nitaria alguna, toda vez que estaban persuadi- de Mauricio Braun, quien fuera el primer Di-
rector-Gerente de la Sociedad Explotadora de
1 "/m Osteologie der Ona und Yaghan Indianer des Tierra del Fuego -la principal empresa coloniza-
Feuerlandes". En O. Nordenskjold, Svenska Expe- dora del territorio insular-, encontramos una no-
dílioncn Títl Magellanslanderna, BD I, N: 05, pág.
127. ta fechada el 22 de febrero de 1894 y dirigida por
2 Se trata del único testimonio gráfico hasta ahora éste a John Me Rae, estanciero radicado en Por-
conocido sobre los hechos de violencia acaecidos en venir, quien tanto atendía sus propios intereses
Tierra del Fuego a fines del siglo XIX. se excluye ganaderos como los correspondientes a Rodolfo
por tanto la difundida fotografía de Popper con un
indio muerto a sus pies, por no corresponder a un Stubenrauch y Cía. en esa parte de la isla
hecho de represión sistemática sino a un enfrenta- grande. Pues bien, en la misiva Braun le hacía
micnto ocasional. mención a una conversación anterior, referida a
BLGENOCIDIOSELKNAMt NUEVOS \ \ m i ni N 1 1 s

los indios del sector de la sierra Boquerón y, te- En el documento, entre varias noticias, co-
niendo en cuenta los intereses de ambos en el meniaríos y comidillos rrirruios al acontecer mn-
área le recomendaba quitar esos estorbos -/o gallánico de la época, Robins participa la ocu-
ctear thcm azvay- tan pronto como fuera posible rrencia de un incidente ocurrido tiempo antes en
(Apéndice I). Rio Grande:
De primera, la frase puede parecer un tanto "Poco después que Ud. se fue los indios hicir
oscura, pero se aclara una vez que se conoce que ron una incursión y robaron 1.300 ovejas de una
el destinatario fue sindicado en su tiempo de vez y recientemente han robado otras 1.200, El
ser uno de los "cazadores de indios" 3 , Se sabe señor Mac Lennan ha recibido otro flechazo,
igualmente de la "eficacia" de las operaciones esta ver. en el centro de lu espalda y por suene
punitivas realizadas en ese distrito, tanto que el como yo tengo instrumento! quirúrgicos propios
importante grupo selknam que allí tenia su par- saqué de su espalda mnti.i fio h.i de vidrio hirn
cialidad territorial, desapareció literalmente de enterrada, él está bien ahora. Tenemos 15 sol-
la comarca. En ese contexto debe ser entendida dados aquí cuyo deber rs raznr indios pero h;u rn
la decidora y fría recomendación del empresa- la cacería alrededor del luego.
rio. "Los indios han quemado tros casas y rn el
Sin pretender, en absoluto, buscar algún hecho han mantenido las cosas muy movidas,
atenuante a tan reprobable proceder, cabe men- pero pude suponer que no siempre han salido li-
cionar que, de cualquier manera, su práctica bres. 8 de nosotros salimos de aquí una nochr y
habría disminuido un tanto a contar de 1895, viajamos al sur, pasado "Punta María", con un
época en que la comunidad magallánica, ya muy indio como gula y llegamos justo antes del ama-
sensibilizada respecto de la cuestión indígena, necer al punto más cercano al campamento
clamaba por la intervención enérgica de las au- indio, dejamos los caballos y caminamos un.i
toridades y de los tribunales de justicia para hora y 20 minutos a través del monte y pillamos
poner fin a las tropelías y matanzas que tenían alrededor de 70. Voy a correr un wlo sobre ios
ocurrencia en Tierra del Fuego. siguientes 5 minutos y dejarlo quf sufiongn • •!
Pero, si tal pudo suceder en Chile, en suelo resto* (Apéndice I I ) .
argentino fueguino imperaba una total libertad Con un testimonio asi de elocuente -con su
de exterminio. Allí no habla población, auto- curiosa delicadeza que deja a la libre imagina-
ridades ni prensa a los que el desgraciado asunto ción el horror del drama acontecido- y que,
pudiera importar, a lo menos en grado de preo- reiteramos, por razones comprensibles no ha
cupar a los inspiradores y ejecutores de las abundado, es posible apreciar el grado de barba-
cacerías humanas. De hecho, allí operaban al- rie alcanzado y también inferir la realidad y pro-
gunos de los más duros e inclementes cazadores, porciones de los hechos de violencia que tuvieron
destacando el tristemente célebre Mac Lennan, ocurrencia en suelo fueguino.
administrador de las estancias de José Menéndez. De los antecedentes consignados aparece ma-
Inclusive la fuerza policial allí establecida tenia nifiesto un indudable ánimo homicida que, sin
la misión específica de combatir a los indígenas. perjuicio de su atribución a los individuos que
Uno y otra fueron protagonistas de un episo- asumieron como actores la cruel decisión, debe
dio de horror en la desigual confrontación -si de asignarse igualmente al principio inspirador de
tal puede escribirse-, hasta ahora desconocido y la represión y que no fue otro que el de conseguir
sobre cuyos pormenores nos enteramos por un con eficacia y presteza el despeje del terreno de
documento inédito que llegó a nuestras manos obstáculos para el libre desenvolvimiento de la
por cortesía del señor Roderick Matheson, Vice- colonización pastoril, asi se tuviera que extermi-
Cónsul Británico en Punta Arenas. Se trata de nar a los indígenas que señoreaban el territorio
una carta escrita en julio de 1898 por James C. fueguino.
Robins, desde la estancia "Primera Argentina" 4 James C. Robins. clq profesión ingeniero inrcrtnito,
(propiedad de José Menéndez), a Albcrt H. fue un inmigrante tjue tuvo relevancia empirn.irinl y
Maryon, un amigo residente a la sazón en social en Magallanes. Fundó un establecimiento me-
talúrgico que adquirió gran prestigio entre loa del
Escocia 4. ramo y tuvo varios otros negmion rxiioaoa. I-'UP
asimismo miembro distinguido de varias Inslitucio
3 Cfr. "Panorama de la colonización en Tierra del nes sorietaríns y dr bnirtirirm i.i dr Punln Arenas.
Fuego entre 1891 y 1900". pág. 47. 5 Destocado por el autor.
26 MATEO MART1NIC

Concluyendo, los sucesos de violencia asesina APÉNDICE I


no fueron casuales, producio comprensible del
ardor del enfrentamiento entre cazadores de February 22th/94
hombres y predadores de animales, sino francos
y deliberados, cual cabía a un designio fríamente John Me RaeEsq.
calculado, con los resultados atroces que paulati- Porvenir
na y fragmentariamente han logrado conocerse y
cuya significación en la disminución numérica Dear Sir
de la población selknam pudo tal vez ser cuanti-
tativamente mayor que lo que alguna vez esti- Referring to the conversation that we had
máramos. together regarding the Boquerón Indians & con-
Vista de esta manera la situación, cabe sidering that it is to the interests of both of us to
revalorizar el esfuerzo humanitario que significó clear them away as soon as possible I am willing
la extracción física de parte de la etnia selknam, to contríbute with two thirds of the expenses to
a la que así se la libró de una extinción pronta y that effect & request you therefore to make
cruel, no obstante que, a la larga, su fatídico arrangements at once to have three (ilegible)
destino no variaría. men put there under you control given them the
Sin embargo de lo ocurrido y sus dolorosas con- necessary instructions so that they are able to ca-
secuencias, al fin no fue una hecatombe, pues rry out our wishes.
quedaron algunos grupos indígenas dispersos en Your faithfully
la vastedad de la gran isla fueguina. De hecho,
pasado 1900 cesaron las acciones de violencia en M. BRAUN
suelo chileno. Posiblemente se tratara de con-
juntos familiares a los que se les permitió vivir de Folio 387, COPIADOR DE CARTAS N° 5
la caza del guanaco o, tal vez, se les racionó oca- (Marzo 1893-Marzo 1895) ARCHIVO "MAURI-
sionalmente. Sólo así puede comprenderse la CIO BRAUN HAMBURGER", Museo Regional
presencia de algunos selknam como trabajadores de Magallanes, Punta Arenas.
en algunas estancias o haciendo vida libre, a los
que hiciéramos referencia en otro estudio (1982:
97 y 98). Un antecedente antiguo, pero escasa- APÉNDICE II
mente conocido, que así lo confirma procede del
etnólogo norteamericano Charles W. Furlong, J.O. Robins
quien, recorriendo la Tierra del Fuego entre c/o Señor Don José Menéndez
1907 y 1908, se encontró con un grupo de Punta Arenas, South America
selknam, pudiendo observar inclusive el desa-
rrollo de una cacería de guanacos en el sector de Estancia "Primera Argentina"
la confluencia de los ríos Osear y Progreso (entre Río Grande
la vertiente norte de la sierra Boquerón y la
sierra Balmaceda).
Es una consoladora noticia que contribuye a July 20th 1898
hacer alguna luz sobre la existencia final de los
restos del pueblo selknam en territorio fueguino My Dear Friend,
chileno durante las tres primeras décadas del I am sure ere this you have been saying Mr
presente siglo, Robins is like all the rest of the world 'out of sight
out of mind'. Well at last I am writing to you &
AGRADECIMIENTOS as you see am still in Río Grande. I have just
been to Punta Arenas to have a settlement of
Se agradece al señor Roderick Matheson, accounts & it was time after so long, Mr.
Vice-Cónsul de Gran Bretaña en Punta Arenas, Menéndez paid me what he agreed to L 25,0, Od.
el suministro de material documental inédito. or per month so I have my house free & a few pesos
Asimismo a los señores Edmundo Pisano y besides. We are buried in with snow so I am
Lothar Blunck la traducción de textos del inglés inside today. I can assure you this has been very
y alemán, respectivamente. hard work here to get things in order. Just after
EL GENOCIDIO SELKNAM: NUEVOS ANTECEDENTES 27

you left the Indians made a raid & stole 1,300 Andonio Diez, Becho Ken, San Gregorio,
sheep in one jump & now quite recently they Garlito, Albatros 300 tons, Keel Roy & now
have stole another 1.200, Mr Maclenna has had daily one is expected for Punta Delgada 300 tons
another arrow, this time in the centre of his back also. Now for the work on shore, there is a very
& as luck would have it I had surgical instru- good engineers shop & foundry, owned by the
ments of my own & took out of his back half a Germán watchmaker & another Germán called
glass arrow well bedded in, now he is all right. Geysse!. They have plenty to do but the trouble
We have 15 soldiers here whose duty is to hunt is to get mcn for the work. The chap who carne
Indians but they do the hunting around the fíre. from B. Ayres with us, works there & anybody
The Indians have burnt down three houses in they can get hold of. They are making a new
fact have kept thing pretty lively, but you may ship of the "Cabenda" 20.000 dollars contract
suppose they have not got away allways free. We for hull & machinery, deck work extra. I can
left here one night 8 of us & travelled South past assure you, you can do much worse than strike
"Punta María" with an Indian for a guide, & Punta again for it is most certainly going ahead
arrived just before daylight at the nearest point fast. The same Chief is in the Fovart, Larsen is
to the Indian camp left the horses & walked 1 Chief of "Torino" (?) who was in Cabenda, the
hour & 20 minutes through the Monte & just oíd fellow who came out 2nd (engineer) in the
caught them sleeping about 70 in number. I will "Buni" is Chief of the "Albatross" & Cap.
draw a veil over the next 5 minutes & leave you to Williamson's brother is 2nd with him. Admiral
guess the rest: Another time we made a big Mirain (?) is gone home could get nothing to do
circuit in the night & carne in at the back of a out here. I think he went a bit dotty.
tribe that was driving 235 sheep they had stolen Morris Brown's sister Mrs Nogueira has her
& we allowed them to come upon us within dis- grand house fínished & quite puts Menendiz's
tance of 100 yards. We were hid in a small patch house in the shade. The Government House is
of monte. This was the time Mac got the arrow, fínished & the Church in the Plaza & where the
also the Chief of Pólice got one in the neck, the oíd Quartel used to be the whole side of that
both of them had a very narrow squeak. We are block is made into barracks & is a big building,
now just where we were when you flnished in fact quite a grand Plaza, Menendiz has the
bringing sheep last year, we have lost all the Theater up & that also is a fine building, I thik
increase of the past year. that was commenced before you went away, it is
Radesky (Radeke?) had the sack out of the in front of the Convent 200.000 dollars, I was to
"Amadeo" just after you left, bought a schooner diñe at his house in Punta & I quite enjoyed
in conj (?) with Jacobbs (?) went to Gallagos & myself you may suppose. Mrs Nogueria has
lost her the first trip & is now bumming around bought the land between San Sebastian Bay &
Gallagos so I here. Cape Sunday & has an estancia there now, so
Carlos is still on board, Chief (Engineer) & it from Punta Arenas to here we have the mail
was him that fixed Radesky so I hear, but how, I runningvia Porvenir.
don't know as I never go on board. There has "Amadeo" has had a run of wrecks lately &
been two captains since Radesky & I hear there is last year cleared 7.000 pounas. All the steamers
going to be another soon, as the present is not are laid up there is a strike the Masters have
TT. lowered the wages to 50.000 dollars for firemen
Maclenna is Manager in 2nd Argentina & the & sailors but can get no men. Carlos has a
Indians stole 1.200 sheep from him two weeks settling up the other day & was paid L 12.0. Od
ago, I am thinking of putting (in) another year & per month but expected to get 15 so what he is
then tryingsomethingformyself in Punta. going to do now I don't know, I went by the
Ethel is still in the Falklands, Walter is at "Amadeo" & came back by horse & the Amadeo
school in Punta, Herbert is still at Correa y de runs well & knocks spots out of Fovart (6 tons per
Brymi's, Tooky is here bothering my life out day).
while I am writing this & Mrs Robins is sitting I have just sacked Ernesto Buschenhagen the
beside the fire reading, she is very well I am glad storekeeper for good conduct, during my
to say. absence to Punta Arenas, & the 2nd manager, so
Punta Arenas is going shead very fast there is I am quite alone now, they had a good oíd time
now in the steamer line, Amadeo, Bunte, Fovart, ta themselves with all the men helping them,
28 MATEO MARTIN1C

only three men remain on the farm of the oíd FUENTE DE CONSULTA
li.miK so you may suppose thing were pretty
lively during my absence. I am getting tired of
the job & it will not take much for me to move a) Inéditas
also, it is a big responsibility for to run this show Copiador de Cartas N° 5 (Marzo 1893-Marzo
it is getting more & more all the time, it is only 1895), Archivo "Mauricio Braun Hamburger".
the 25 pounds that keeps me. As soon as Ethel Museo Regional de Magallanes, Punta Arenas.
has put in her two years to school then I go to
Punta. My house brings in 40 per month as well Carta de J.C. Robins a A.H. Maryon. Archivo
as the 25.0.0 so I am able to look up a bit now. de Alan J. Maryon, Wisbech, Inglaterra.
Mr Lañe of Montevideo keeps up a regular
correspondente with me & gives me all the news b) Impresas
there, Fordham is still hanging on the same as
ever. I hope to hear from you & to hear you are FURLONG, CHARLES W. 1912. "Hunting the
doing well, Why not sell out & try your hand out Guanaco", The Outing Magazine, Vol.
hcre for good, surely by now you ha ve learnt life LXI, October 1912, Number 1, New
is not all "beer & skittles"?, why not learn this York.
lesson now instead of waiting another ten years to HULTKRANTZ.J.V. 1905. "Zur Osteologie der
learn this same? I hope you have passed the Ona und Yaghan Indianer des Feuerlan-
Board of Trade allright as you told me you was des". En O. Nordenskjold, Svenska
at school preparing. I don't know of any other Expedüionen Tul Magellanslánderna,
news now, that would interest you, so I think I BD. I. N: 05, pág. 109-173, Stockholm.
had better stop before you get tired of reading MARTINIC B. MATEO. 1972 "Panorama de la
this. I hope your reply will be full of news. You colonización en Tierra del Fuego entre
said you sent some papers but I did not get them. 1881 y 1900". Anales del Instituto de la
The only sure address is c/o Don José Menediz Patagonia, vol. 4(1-3): 5-69, Punta Are-
this is sure to reach me at all times, Mrs. Robins nas.
& Tooky is playing that game we used to play on 1978 "La política indígena de los gober-
board with the buttons & dice & are using the nadores de Magallanes 1843-1910".
same one you made with the same oíd shaving Anales del Instituto de la Patagonia, vol.
soap box & are grumbling & saying each is 10: 7-57. Punta Arenas.
cheating, so you see how Tooky is getting on, by 1982. La Tierra de los Fuegos. Municipa-
this means she is learning to count & read. I lidad de Porvenir, Punta Arenas.
really must stop now as they are saying "going to 1988. Magallanes, al sur de América.
have a game Da". Mrs Robins & Tookey says my Cape Horn Methanol - Museo Chileno de
best love to Mr Maryon. I must say good by oíd Arte Precolombino, Santiago.
shipmate & may you never fmd a worse friend &
well wisher than yours truly. Good by once more
& mind I am ever thinking of you & wondering
whether you are keeping straight.
Yours as ever
James C. Robins
ANS. INST. PAT. Ser.Cs.Ss., Punta Arenas (Chile), vol. 19. 1989-1990

EL USO ECUESTRE ENTRE LOS AONIKENK

MATEO MARTINIC B •
DANIEL QJJIROZ L."

Es cosa sabida la importancia que tuvo el do- cía cultural de la etnia aónikenk, sobre la que
minio y empleo del caballo entre los indígenas nos hemos ocupado precedentemente (Martinit y
del meridión continental de América, en especial Prieto, 1985-86; Martinic, 1987 a y b; Martinit y
entre los aónikenk, tanto que generó una verda- Prieto, 1988).
dera cultura particular que definimos como el Para el efecto, las fuentes informativas son,
uso ecuestre l. Este comprendía variados aspec- por una parte, las noticias etnohistóricas y los
tos referidos a la crianza o captura, doma, adies- testimonios gráficos (dibujos o croquis, grabados
tramiento, trato y manejo de los equinos, como y fotografías) y, por otra, los elementos museoló-
también a los elementos propios del cabalgar gicos.
(jaeces y arreos, monturas, riendas, cinchas,
maneas, bozales, lazos, etc.); al uso alimentario El caballo tehuelche
de la carne de los animales, al sacrificio de los
mismos con fines rituales y a la posesión de ca- Antes de abordar la materia, es conveniente
ballos como expresión patrimonial. entregar alguna información sobre las cabalga-
Siendo de importancia unos y otros, creemos duras empleadas por los indígenas. Los equinos
que puede ser de interés abordar en particular el arribaron a la Patagonia austral en época inde-
aspecto referido a la forma de montar de los te- terminada durante los primeros años del siglo
huelches meridionales australes. De hecho, XVIII. Procedían, según se conoce, de los caba-
ningún autor se ha ocupado hasta el presente de llos traídos al río de la Plata por los españoles en
esta materia, por lo que estimamos que esta co- 1536. Fracasada la fundación del adelantado
municación podrá resultar novedosa como Pedro de Mendoza, los animales quedaron en
información referida a los hábitos de los libertad y luego de aclimatarse se multiplicaron
indígenas durante el período final de la secuen- asombrosamente en las pastosas llanuras bona-
erenses, expandiendo sin cesar su territorio en
Area de Historia, Instituto de la Patagonia, Univer- especial hacia el oeste y el sur. Dos siglos
sidad de Magallanes. Casilla 113-D, Punta Arenas,
Magallanes. después, en 1744, el misionero jesuíta Tomás
** Dcpto. de Museos. Dirección de Bibliotecas Archi- Falkner comprobaría su abundancia, circuns-
vos y Museos. Avda. O'Higgins 651, Santiago. tancia de la que dejaría constancia: "...hallán-
1 Consideramos al uso ecuestre como parte del sistema dome en estas llanuras (sur de Buenos Aires)
cultural denominado "complejo ecuestre" (apud
Bird), con plena vigencia desde mediados del siglo durante quince días me rodearon por completo.
XVIII hasta mediados del siglo XIX. Algunas veces pasaron por donde yo estaba en
30 MATEO MARTINIC Y DANIEL QUIROZ

grandes tropillas a todo escape durante dos o tres


horas sin cortarse; y durante todo este tiempo, a
duras penas pudimos yo y los cuatro indios que
entonces me acompañaron, librarnos de que nos
atrepellaran e hiciesen mil pedazos" (1974: 67).
Con tal vigor reproductivo alcanzaron paula-
tinamente, a lo largo de dos centurias, hasta el
extremo meridional del continente. La primera
referencia a la presencia equina se debe a John
Bulkeley, quien en 1741 divisó jinetes en la costa
nororiental del estrecho de Magallanes, en la
proximidad de punta Daniel. Ahora sabemos
que los caballos habían alcanzado hasta la Pata-
gonia central medio siglo antes, a juzgar por el
dato del navegante francés Gouin de
Beauchesne, inédito hasta el presente, quien da
cuenta del hallazgo de un esqueleto en la zona de
Puerto Deseado, en 1699, parte del cual recogió
y llevó consigo para probar "a los españoles de
Chile" que la especie poblaba el territorio sudo-
riental americano. En el intertanto, los indíge-
nas fueron conociendo y dominando a los anima-
les, incorporándolos progresivamente a su
quehacer vital.
Por su origen hispano -andaluz- eran caballos
de poca alzada, aunque de ancho pecho, a lo
menos los que se conocieron en el territorio aus-
tral. Su entrecruzamiento produjo un desmejo-
ramiento genético, afectando alguna de sus ca-
racterísticas, en particular en lo tocante a su as-
pecto, más cercano al de un rocín vulgar (a
juzgar por la fotografía clásica del cacique Mu- Fig. 1. Cacique Mulato. Punta Arenas, hacia 1902-03
lato montado), que al de un caballo bien con- (Archivo histórico Instituto de la Patagonia, Univ. de
Magallanes).
formado, tanto que impresionó desfavorable-
mente a algunos viajeros del siglo pasado, entre Los tehuelches los apreciaban muchísimo, por
otros al comandante Luiz de Saldanha, de la ésas y otras razones, y cifraban en su posesión el
Armada Imperial del Brasil, que conoció a los grado de su importancia y riqueza. Estimaban
tehuelches en una de sus arribadas a Punta especialmente a los caballos salvajes, que abun-
Arenas (1882), quien describió a sus daban en las cercanías de Ultima Esperanza, a
cabalgaduras como animales flacos "que son una los que procuraban capturar y domar para re-
vergüenza de la noble raza de los Bucéfalos" novar sus tropillas.
(1936:49)(Fig. 1).
Su colorido era variopinto, no siendo escasos Laforma de montar indígena
los manchados o tobianos, pelaje por el que los
patagones tenían especial preferencia. Los aónikenk debieron conocer las monturas
Pero, aspecto aparte, eran animales veloces desde que comenzaron a usar el caballo, a través
para la caza, buenos para trepar y bajar pen- de sus relaciones con los tehuelches meridionales
dientes y saltar zanjas, en general muy bien boreales (mecharnúekenk), con los tehuelches
adaptados a las características naturales de terri- septentrionales y otros indígenas de las pampas
torio oriental patagónico. Eran, además, del norte del río Chubut, quienes a su tiempo las
sufridos, como para soportar el peso de los cor- habían tomado de los españoles.
pulentos indígenas y las cargas con que éstos los La primera referencia histórica sobre el hábito
abrumaban; eran, por fin, mansos y obedientes. ecuestre la debemos al navegante francés Louis
EL USO ECUESTRE ENTRE LOS AONIKENK 31

Antoine de Bougainville, quien en diciembre de las faldillas del mismo sillón, en una postura muy
1766 trabó contacto con un grupo de aónikenk violenta y trabajosa, que sólo la costumbre puede
en la costa de la bahía de San Gregorio (estrecho hacerles sufrir; por lo que están espuestas á
de Magallanes). Observó entonces que los caba- muchas caídas" (Id. pág. 6).
llos indígenas "...estaban ensillados y enbrida- Mucho después, en 1826, otros dos viajeros
dos a la manera de los habitantes del río de la que pasaron por el estrecho de Magallanes agre-
Plata. Un patagón tenía en su silla clavos dora- garon referencias sobre la modalidad ecuestre
dos, estribos de madera recubiertos con una lá- que interesa. El capitán norteamericano
mina de cobre y una brida de cuero trenzado; en Benjamín Morrell, quien vio a los indios en la
fin, todo un arnés español" (1946: 134). zona de bahía Oazy, afirmó rotundamente que
Pocos años después, en 1780, el comisionado ambos sexos cabalgaban igual. A su turno, el
español Antonio de Viedma, conoció y trató lar- hidrógrafo británico Philip Parker King conoció
gamente en la bahía de San Julián a una par- una parcialidad aónikenk en la bahía de San
cialidad tehuelche meridional del norte del río Gregorio, con la que estableció una mistosa rela-
Santa Cruz, cuyas costumbres, en la materia que ción, circunstancia que le permitió observar a
interesa, eran parecidas, sino idénticas, a las gusto a los naturales y enterarse de sus
propias de los naturales del sur de dicho curso costumbres. Respecto a su hábito ecuestre, escri-
fluvial, constatando que "El aparejo de montar biría: "A caballo ambos sexos montan a horca-
es á manera dé un albardón, sirr pretal ni grupa, jadas, pero las mujeres sobre una cantidad de
hecho también de cuero de guanaco grande, pieles y mantas. Las monturas y estribos que
reenchidos los bastos de paja fuerte. Los estri- usan los hombres son semejantes a los de Buenos
bos labrados por ellos de madera, y tan Aires" (1933, I, 35). Su colaborador y sucesor
pequeños, que tasadamente cabe el dedo pulgar Robert Ritz Roy añadiría después que los indios
del pie. Se ponen mal á caballo, pero son muy usaban una "silla ligera de madera con algunos
firmes en él, y lo mismo corren cuesta abajo que cueros por encima y por debajo" (1933, III: 159),
cuesta arriba" (1980: 5,6). El empleo del apa- Por fin, los misioneros norteamericanos
rejo hispano-platense durante el primer período William Arms y Titus Coan, que pasaron
del uso ecuestre se confirma con esta descripción, algunas semanas con los aónikenk entre noviem-
pues la silla descrita se caracterizaba por poseer bre de 1833 y enero de 1834, dejaron constancia
una perilla saliente y un arzón trasero alto, y era de la forma de montar de los indios, precisando
utilizada por los vaqueros; procedía de Anda- el matiz diferencial entre los sexos: "Después de
lucía, región tradicionalmente abundante en poner algunos cueros sobre uno de estos
ganado mayor. Caballos, se depositó sobre él nuestra Caja unida
Respecto de la forma en que cabalgaban las a un baúl pesado para balancearla, y sobre esto
indias y su correspondiente aparejo, Viedma una bolsa que pesaba tanto como una balija de
hace una descripción pormenorizada, dejando regular tamaño, y encima de todo esto iba
constancia de la diferencia que existía en dicho montada un mujer para gobernar el Caballo. El
hábito entre los sexos: "Los arreos de las caba- aderezo de los Caballos es muy simple. Los
llerías en que las mugeres montan, que por lo co- hombres usan una montura tosca, construida de
mún son yeguas, se componen de unos sillones de pedazos de palo, algo parecida al pomo o Cabe-
vaqueta o de suela (si la pueden conseguir), muy zada de nuestras Sillas; y las mujeres una especie
bien hechos, claveteados con clavitos de latón de sillón hecho de Cueros, y como los hombres,
amarillo, guarnecidos sus extremos con abalorios montan abiertas las piernas, pero sin estribos"
de diferentes colores (cuando los tienen), (1939: 114).
formando dibujos ó labores a su modo y fantasía. De estas referencias, no del todo concordantes,
(...) "Estos arreos son para gala y fiestas, pero en y del material gráfico compulsado perteneciente
sus marchas ordinarias no usan estos adornos, y a época posterior, es posible comprobar que
en lugar de dicho collar ponen un cordón de lana aunque hombres y mujeres utilizaban la cabal-
azul o colorado, de un dedo de grueso, con el gadura para su transporte personal, aquéllos la
cual dan tres vueltas al cuello de la caballería, y empleaban fundamentalmente para la práctica
les sirve también de estribo para montar en el si- de la caza y éstas para el transporte de los enseres
llón, donde se asientan con la cara á la cabeza personales y domésticos. Este distinto uso fun-
del caballo, recogiendo las piernas arriba sobre cional tanto exigía animales briosos en el primer
32 MATEO MARTINIC Y DANIEL QUIROZ

caso, como mansos en el segundo, cuanto impo-


nía una forma diferenciada de montar. Los
hombres lo hacían a horcajadas, en pelo o con
monturas, y las mujeres, siguiendo esa modali-
dad, aunque con variantes, o bien, lo que pare-
ció ser más común, sentadas directamente sobre
el lomo o la cruz del animal, o equilibrándose so-
bre una pila de mantas y pieles. Los arneses por
consecuencia eran diferentes, más sencillos los de
los hombres, quienes para entonces (hacia 1830-
40) empleaban con más frecuencia sillas simples
de fabricación propia, bien por ser más funcio-
nales de acuerdo con su experiencia, o porque
debieron recurrir a su inventiva para reempla-
zar las monturas más elaboradas de procedencia
platense, quizá más difíciles de conseguir.
La única documentación gráfica contemporá-
nea sobre las monturas usadas por los aónikenk
la debemos a los excelentes dibujantes Ernest
Goupil y L. Le Bretón, de la expedición de Jules
Cesar Dumont D'Urville. Este marino se encon-
tró a fines de 1837 con un grupo de patagones en
puerto Peckett (estrecho de Magallanes), ocasión
en que aquellos realizaron unas vividas repro- Fig. 2. Patagones en Puerto Peckeu. Dibujo de L. Le
Bretón. 1837. Observe la silla de montar en primer
ducciones de personajes y escenas del campa- plano.
mento indígena. Pues bien, en dos de los gra-
bados se aprecian monturas que se ajustan a la que, aparentemente, fueron el fruto de la adap-
descripción de los misioneros norteamericanos. tación o de la invención indígena, que conociera
Una, al parecer de madera (y cuero), combada y y describiera el explorador George Ch. Musters
con pronunciados arzones agujereados, para en 1869, y que habrían sido de uso común a con-
afirmar al jinete, que tal vez correspondía al "si- tar del tercio final del siglo: "Las monturas se
llón" mencionado por aquéllos, empleado en hacen del modo siguiente: se parte en dos un
forma graneada por Le Bretón (Fig. 2 primer pedazo de madera y por medio de una azuela
plano). La otra de diseño más sencillo, puede pequeña se le da el tamaño y grosor necesarios
verse en el jinete situado en la figura 3, primer para que forme los costados o aletas, diestramente
plano a la derecha, y que es diferente a la mon- adaptados a la forma del lomo del caballo; se
tura femenina, especialmente en cuanto se refie- abren agujeros en cada extremo de las aletas, y a
re a los fustes o cabezales. Esta se ajusta cabal- ellas se atan con cuero después de reducirlos al
mente a la que usara mucho después, en abril de tamaño requerido, los fustes formados con angu-
1857, el naturalista inglés Robert O. lares de árbol, como los codos que se usan en la
Cunningham en San Gregorio, durante una construcción de botes. Sobre esto se cose con
partida de caza de guanacos en la que participó tendones un cuero fresco de guanaco, desprovis-
invitado por los patagones, quien la describió to de su vellón y cuidadosamente cortado en la
así: "Las sillas patagónicas consisten en arma- debida forma', cuero que al secarse sirve para
zones de madera, provistas con arzones pronun- ligar fuertemente unas con otras las diferentes
ciados delante y detrás, y sobre los jinetes ponen piezas del armazón" (1964: 244, 245). En los
una pila de pieles, sobre las que se sientan" fustes se ataban dos tiras largas de cuero que
(1871:206). remataban en los estribos.
Hubo, además, otra montura más sencilla, ca- Como otros arneses y arreos, la silla solía ser
racterizada por una armazón en que los arzones adornada con cúpulas o semiesferas de plata o
eran muy rebajados. Tenemos así definida la bronce, o con tachones y trozos de este último
transición desde las formas hispano-bonaerenses metal o de cobre, artesanía en la que los
más elaboradas hasta los modelos más simples aónikenk eran especialmente hábiles, o también
EL USO ECUESTRE ENTRE LOS AON1KENK

con monedas de plata y otros colgantes metáli- La primera modalidad, no obstante las refe-
cos. La montura se completaba con un mandil o rencias etnohistóricas transcritas, debió ser de
trozo de poncho colocado directamente sobre el uso restringido. Quizás en caso de cabalgatas
lomo del caballo y con un trozo cuadrado de piel breves, sin impedimenta. Puede que entonces
(puma, guanaco u oveja, ésta en el caso de los las indias hubiesen usado el tipo de montura des-
indios de la Patagonia norte) sobre la silla. Todo crito, de altos fustes (el "sillón"). Cuando se
el conjunto se ataba con una cincha hecha de ti- hallaban en plan de trabajo de recolección de ra-
ras de cuero, con dos argollones de metal. mas para sus fogones, hacían con las mismas
En los paraderos históricos de Dinamarquero y atados más o menos voluminosos que se colgaban
San Gregorio se han encontrado varios de estos horizontalmente uno por cada costado del
elementos ornamentales y funcionales, lo que ha caballo y se montaba a horcajadas sobre el lomo
permitido profundizar en el conocimiento de las del animal, en forma harto forzada, pasando las
habilidades manuales y en el sentido estético de piernas por sobre los atados de ramas, tal como
los aónikenk, contribuyendo a aventar la con- lo registrara Le Bretón en puerto Peckett.
cepción que alguna vez pudo tenerse acerca de su Pero la modalidad más corriente, que se
pretendida pobreza cultural. empleaba en los continuos recorridos por las
Los indios patagones apreciaban especialmen- sendas indígenas inmemoriales, era aquella en
te sus monturas, tanto como sus caballos, sin que las mujeres montaban un caballo cargado
embargo de lo cual solían apostarlas en sus con los efectos de uso personal, tales como man-
juegos. Los perdedores, si carecían de otra tas, ponchos y pieles, y a veces sobrecargado con
montura, solían montar en pelo, lo que, a juicio otros útiles y enseres domésticos, como se mues-
de Musters, no les incomodaba en absoluto. Las tra en la figura 6. En estos casos, una variante
figuras 3, 4 y 5, ilustran sobre los arreos y las del estilo consistía en armar un asiento con las
formas de montar descritos. mantas y pieles, todo debidamente asegurado
En cuanto al modo de cabalgar de las mujeres con la cincha, sobre el cual la india se sentaba a
indígenas (las "chinas"), éste admitía variantes: a variable altura, según el espesor de la carga, pa-
horcajadas, a semi-horcajadas y sentadas. sando o no las piernas por los lados del pescuez'o

Fig. 3. Campamento de Patagones en Bahía Pcckett. Dibujo de E. Coupil, 1837.


MATEO MARTINIC Y DANIEL QUIROZ

- 4. Jinete Aónikenk según Musters.

Fig. 5. Campamento Aónikenk según Beerbohm. Obsérvesela forma de montar del jinete de la izquierda.
EL USO ECUESTRE ENTRE LOS AONIKENK 35

semi-horcajadas, que se daba cuando el caballo


no portaba bagaje sino únicamente los elemen-
tos que permitían montar con cierta comodidad
para lo que la inventiva indígena permitió crear
un elemento que estimamos original y exclusivo:
una almohadilla o cojín redondo, de forma
tubular y diámetro diferenciado entre los
extremos y el centro, de aproximadamente 0,60
m de largo y 15-20 cms de diámetro en los cabe-
zales. Dos de estas piezas se acomodaban afirma-
das con la cincha sobre los costados superiores
del lomo del animal, dejando entre los mismos
un relleno de piel o tejido, como cojín. Sobre
este conjunto se atravesaban otros dos cojinillos,
separados uno del otro, de modo que la india se
sentaba en el hueco que quedaba entre ambos,
pasando sus piernas por encima del más próximo
a la cabeza del caballo. Cuando la jinete era una
madre con creatura de pecho, el cojinillo pos-
terior se alejaba hacia el anca, dejando un espa-
cio donde se ubicaba la cuna en el mismo sentido
de ubicación de aquél, adosada directamente a
la espalda de la madre. El grabado que acompa-
ña a la relación de Musters, en que se aprecia la
partida del campamento de Mowaish, ilustra con
precisión la modalidad descrita (Fig. 7).

Fig. 6. China en viaje según Spears.

del caballo, como se aprecia en algunas de las


figuras. Para montar, o mejor, para
encaramarse, las mujeres se ayudaban con una
lazada firme, hermosamente tejida, que colgaba
del cuello del animal, según tempranamente lo
observara Antonio de Viedma,
"Cuando vieron que nos dispongamos a partir,
hicieron ellas lo misino, i al efecto arreglaron sus
grandes monturas, especies de aparejos, que les
sirven también para transportar sus viveres y
artículos de comercio; i se colocaron sobre ellas
sentadas i con las piernas colgando por delante,
de modo que a la distancia producen el mismo
efecto que un individuo montado en un
camello". Asi vieron los exploradores Alejandro
Bertrand y Aníbal Contreras a un grupo de
chinas, camino de Punta Arenas, a comienzos de
1885(1886:237). Fig. 7. China en viaje según Musiers. Obsérvese el cojinillo
sobre el que se apoyan las piernas.
Otra variante era la modalidad sentada a
36 MATEO MARTINIC Y DANIEL QUIROZ

Fig. 8. Indias Aónikcnk en viaje según Bourne.

Así como los varones parecían poner todo su Arreos de montar patagones existentes en el
interés en adornar sus sillas, las mujeres Museo de Historia Natural, Santiago de Chile2.
aónikenk hicieron de sus lazadas y cojinillos ob-
jeto de cuidadosa artesanía, a veces hermosa- SILLA DE MONTAR DE HOMBRE. 5745
mente ornamentados. Estos últimos elementos, (563). Enjalma forrada en cuero, Patagonia.
al decir de Musters, se confeccionaban con cuero
resistente, rellenándolos con ponchos viejos o Descripción
lana de guanaco. Se los cosía fina y firmemente La pieza está constituida por una armazón de
con tendones de avestruz y se los decoraba con madera cubierta completamente por un delgado
cupulitas de bronce o plata y con hermosas trozo de cuero de guanaco (menos de 1 mm de
pinturas, como se aprecia de las piezas por espesor). La estructura o armazón de madera
primera vez descritas, que se presentan a conti- (fuste) está formada por dos trozos rectangula-
nuación. Esta expresión artesanal pudo ser ca- res de sección biconvexa (aletas) ligeramente
racterística del período histórico que corrió entre curvados y más anchos y gruesos en sus extremos,
mediados del siglo XIX y los comienzos del XX y unidos a los lados interiores de otros dos trozos en
su desaparición posterior correspondió con el forma de V invertida (arzones).
proceso de aculturación del grupo sobreviviente La uniones de las aletas con los arzones se
delaetnia. hacen mediante una cuerda de cuero, posible-

Las piezas que pasan a describirse fueron adquiri-


das, con otros elementos de procedencia indígena,
hacia 1860 por el gobernador de la Colonia de
Magallanes Jorge Cristian Schyíhe y enviadas en
donación al Museo Nacional de Historia Natural.
Actualmente integran la colección etnográfica que
lleva el nombre del donante.
EL USO ECUESTRE ENTRE LOS AONIKENK 37

mente de guanaco. Como la estructura de largo, 300 mm de ancho y una altura de 260
madera está cubierta, no podemos determinar mm.
en forma precisa el modo de ensamble de las pie- La aleta derecha mide 420 mm de largo; el
zas. El trozo de cuero que cubre el fuste está uni- ancho va desde 125 mm en su parte media hasta
do por medio de cuatro costuras con puntada 140 mm en su parte anterior y 155 mm en su
tipo zigzag, dos que recorren completamente la parte posterior; el espesor varia entre 25 mm al
pared interior de cada uno de los arzones y las centro, 40 mm en su parte trasera y 45 mm en su
otras dos que se ubican a lo largo del sector supe- parte delantera. La aleta izquierda mide 422
rior de la parte interior de cada una de las ale- mm de largo; el ancho va desde 120 mm en su
tas. parte media hasta 150 mm en su parte anterior y
En la parte superior del arzón anterior se 170 mm en su parte posterior; el espesor varía
observan dos orificios por donde se amarra una entre 25 mm al centro y 40 mm en su parte
cuerda corta, la que se anuda a la correa de los trasera y 45 mm en su parte delantera.
estribos. En el arzón posterior existen otros dos La base del arzón anterior mide 295 mm y su
agujeros, ahora en su parte inferior, de donde altura es de 240 mm; su ancho máximo es de 70
salen dos cuerdas dobles cortas. mm y su espesor máximo de 27 mm. La base del
arzón posterior mide 300 mm y su altura es de
Dimensiones 190 mm; su ancho máximo es de 68 mm y su es-
Si medimos la pieza completa, considerada en pesor máximo de 30 mm.
equilibrio sobre su base, nos da 422 mm de

Fig. 9. Silla de montar de hombre. Colección Jorge Schythe. Museo Nacional de Historia Natural. N° I. 5749 (563).
Vista superior. Foto, F. Quiroz.

Fig. 10. Silla de Montar de Hombre. Colección Jorge Schythe, Museo Nacional de Historia Natural, N° I. 5745 (563).
Vista lateral. Foto. D. Quiroz.
38 MATEO MARTINIC Y DANIEL QUIROZ

SILLA DE MONTAR DE MUJER. 5749 (567). tiene dos pequeños orificios opuestos en su parte
Silla de mujer, 2 piezas forradas en cuero, pinta- inferior por donde se pasa el hilo que permite
das, las cabezas con 3 hileras de bucles de latón. unirla al trozo de arpillera.
Patagonia. La cantidad de cupulitas por anillo es variable
para cada una de las bases. La fórmula de cada
Descripción pieza es A = ant.: 24-21-18; pos.: 27-23-18 y B =
La silla se compone de dos cojinetes rígidos de ant.: 25-20-16; pos.: 25-20-16. El diámetro pro-
cuero, que se colocan uno a cada costado del ca- medio de las cupulitas es de 18 mm.
ballo, sujetándolo al lomo con una tira de cuero Con el fin de averiguar si existía pintura en las
ancha y flexible. La forma de cada pieza es se- cabezas o bases de los cojinetes, procedimos a re-
micilíndrica, de sección elíptica, ligeramente do- tirar las tapas de arpillera en la pieza B.
blada en su parte media y más angosta en el Las cabezas o bases tienen en el centro, una
centro que en los extremos. pequeña perforación de unos 8 mm de diámetro.
Cada cojinete está hecho de un solo trozo de El motivo principal está compuesto por una es-
cuero de guanaco, cosido mediante puntadas trella de seis puntas, verde, con un círculo en su
rectas con un fino hilo hecho en fibras de centro y pequeños puntos de color negro en la
tendones de guanaco y relleno de ramas de junco base de cada una de las puntas, inscrita en un
(tal vez también con otros elementos, como pe- anillo negro. Entre 4os lados de la estrella y el
dazos de lana, cuero, etc., pero no podemos anillo exterior se genera un espacio triangular
saberlo). donde se inscriben una serie de tres líneas en
forma de V, roja-negra-roja, con sus lados pa-
Decoración ralelos a los lados de la estrella. En el vértice de
Una parte importante del cuerpo o lado de cada línea hay un triangulo y de sus lados salen
cada cojinete se encuentra profusamente pintado una serie de triángulos más pequeños con una
con motivos geométricos en rojo y negro (sólo el prolongación de su lado exterior (Fig. 13).
área ubicada en el sector inferior de la pieza, que El motivo que decora ambas cabezas o bases
abarca casi un 20% del área total, no está de- de la pieza B es idéntico, excepto por una va-
corada). riación de color. En la base anterior el anillo
La parte decorada de la pieza se divide ver- exterior y el círculo interior son negros; en
ticalmente en tres franjas o sectores: el central, cambio, en la base posterior, tanto el anillo
pintado completamente de rojo, y los laterales, como el círculo son rojos. No retiramos las tapas
decorados alternando horizontalmente dos moti- de las cabezas de la pieza A, de modo que desco-
vos, I y II, en dos colores, rojo y negro. El motivo nocemos su decoración.
I es una línea zigzag con pequeños trazos hori-
zontales en cada uno de los vértices. El motivo II Dimensiones
es una línea recta de la que salen en forma al- La pieza A mide 560 mm de largo y sus diáme-
ternada, hacia arriba y hacia abajo, dos trazos tros seccionales son 120 y 240 mm en el centro y
en forma de T. 160 y 280 mm en los extremos. La pieza B mide
La decoración difiere un poco en ambos co- 560 mm de largo y sus diámetros seccionales son
jinetes, a pesar de usar los mismos motivos y co- 120 y 200 mm en el centro y 160 y 320 mm en los
lores. La fórmula de cada pieza es A = Izq.: extremos.
3(InIIr) In; Der.: 4(1 Inlr) Hn y B= Izq.: La franja vertical central decorada
4(IIrIn);Der.:4(IInIr). completamente de rojo mide 160 mm de largo,
Las cabezas o bases de cada cojinete se encuen- en ambas piezas, por 250 mm de ancho en la
tran cubiertas con un trozo de arpillera, cosidas pieza A y 205 mm en la pieza B. Las líneas deco-
muy irregularmente con un hilo hecho en ten- rativas horizontales laterales difieren enorme-
dones de guanaco a los extremos del cuerpo y mente en ancho, con un promedio cercano a los
llevan como decoración tres anillos concéntricos 40 mm.
de pequeñas cupulitas metálicas. Cada cupulita
EL USO ECUESTRE ENTRE LOS AONIKENK 39

Fig. 11, Silla de Montar de Mujer. Colección Jorge Schythe, Museo Nacional de Historia Natural, N° I.
5749(567). Vista Lateral. FotoD. Quiroz.

Fig. 12. Silla de Montar de Mujer. Colección Jorge Schythe, Museo Nacional de Historia Na-
tural, N° I. 5749 (5677. Vista Anterior. Foto D. Quiroz.
40 MATEO MARTIN1C Y DANIEL COJIROZ

Fig. 13. Cabeza anterior descubierta, silla de montar de mujer. Colección Jorge Schythe. Musco Nacional
de Historia Natural, N° I. 5749(567)8. Foto. D. Quiroz.

ADORNO DE MONTURA DE MUJER. 5750 cupulitas (15.4 por fila; faltan 2 en la sexta fila);
(568). Dos pedazos de cuero con chapas el diámetro de la mayor es de 32 mm y el de la
convexas de latón, para silla de mujer. menor 13 mm.
Patagonia.

Descripción
Se trata de dos trozos semi rectangulares de
cuero, de 5 mm de espesor, adornadas con apli-
caciones metálicas semiesféricas. Cada pequeña
cúpula tiene dos orificios en su base, por los que
se pasa un fino hilo hecho de fibras animales,
que las une al trozo de cuero respectivo. Cada
trozo cuenta con siete filas de cupulitas, siendo
su número variable (entre 13 y 17). En las filas
centrales se concentran las semiesferas más
grandes.

Dimensiones
El trozo A mide aproximadamente 400 mm de
largo máximo por 180 mm de ancho máximo.
La cantidad total de cupulitas es de 103 (14.7
por fila; faltan 2 en la quinta fila y una en la
séptima). La mayor de las cupulitas tiene un diá-
metro de 38 mm y la menor de 17 mm. Fig. 14. Adorno de montura de mujer. N° I. 5750 (568),
El largo máximo del trozo B es de 450 mm y su Colección J. Schythe, Musco Nacional de Historia
ancho máximo de 180 mm. Cuenta con 108 Natural. Foto. O. León V,
EL USO ECUESTRE ENTRE LOS AONIKENK 41

Fig. 15. Adorno para el pecho del caballo. N° I. 5750 (568). Colección]. Schythe, Museo Nacional de Historia Na-
lural. Foto. O. León V.

ADORNO PARA EL PECHO DEL CABALLO. rizontal es el más largo: mide 700 mm de largo
5751 (569). Pechera de cuero con bucles de latón por 80 mm de ancho y lleva seis cúpulas metáli-
para caballo. Patagonia, cas. Los tres trozos verticales son más cortos y
miden 370 mm de largo por 80 mm de ancho,
360 mm de largo por 85 mm de ancho y 360 mm
Descripción de largo por 90 mm de ancho respectivamente,
Esta pieza está compuesta por cuatro trozos llevando cada uno cuatro cúpulas metálicas. La
rectangulares de cuero de guanaco, de 1 mm de cúpula mayor mide 78 mm de diámetro y tiene
espesor. El más largo ocupa una posición hori- una altura de 41 mm; la menor tiene un
zontal y cosidos a su borde inferior, con fibras diámetro de 74 mm y una altura de 31 mm.
animales (probablemente de guanaco), van los
otros tres trozos en forma vertical, separados FUENTES DE CONSULTA
entre sí por unos 60 mm. Los extremos sueltos de
los trozos verticales se unen con una pequeña
cuerda de cuero, anudada en el trozo del centro. ARMS, WILLIAM y TITUS COAN 1939 "Ex^
En uno de los extremos del trozo horizontal, cor- tracto de los diarios de los señores...", Re~
tado en diagonal, existen rastros de que estuvo vista de la Biblioteca Nacional, tomo III,
cosido a otra pieza mediante 18 puntadas. N° 9, primer semestre, Buenos Aires.
La pieza lleva en toda su extensión aplicacio- BEERBOHM. JULIUS. 1879. Wanderings in
nes metálicas cupuliformes. Cada cúpula tiene Patagonia. Chatto and Windus, Londres.
dos orificios en su base por donde se pasa una BENIGNUS, SIEGFRIED. 1912 In Chile, Pata-
cuerda hecha en cuero de guanaco, de unos 8 gonien und auf Feuerland. Dietrich Rei-
mm de ancho, para unirlas a los trozos de cuero. mer(Ernst Vohsen), Berlín.
BERTRAND, ALEJANDRO. 1885. "Memoria
Dimensiones de la Rejión Central de las Tierras Maga-
El trozo de cuero que ocupa una posición ho- llánicas". Anuario Hidrográfico de la
42 MATEO MARTINIC Y DANIEL QJJIROZ

Manna de Chile, tomo V: 203-343. Val- del Instituto de la Patagonia", vol 18: 99-
paraíso. 105, Punta Arenas.
BOUGAINVILLE, LOUIS ANTOINE DE. MORREL, BENJAMÍN. 1832. A narrative of
1946 Viaje alrededor del mundo. Espasa- four voyages to the South Sea, North and
Calpe Argentina S. A. Buenos Aires. South Pacific Ocean, Chínese Sea,
BOURNE, BENJAMÍN FRANKLIN. 1853. The Ethiopic and Southern Atlantic Ocean,
captive in Patagom'a. Gould and Lincoln, Indian and Antarctic Ocean from the
Boston. year 1822 to 1831. J. & J. Harper, New
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Edimburgh. MUSTERS, JORGE CH. 1964. Vida entre los
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Patagonia y de las partes contiguas de la ROGERS, JUAN TOMAS. 1880 "Segunda
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Buenos Aires. gonia". Anuario Hidrográfico de la Mari-
FITZ ROY, ROBERT. 1933. Narración de los na de Chile, tomo VI, Santiago.
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132, París.
ANS. INST. PAT. Ser.Cs.Ss.. Punta Arenas (Chile), vol. 19, 1989-1990

NUEVOS ANTECEDENTES SOBRE NAIPES PATAGONES

MATEO MARTINIC B. *

INTRODUCCIÓN

En una comunicación anterior (Martinic, NAIPES TEHUELCHES DE LA COLECCIÓN


1987) tratamos extensamente acerca del hábito DEL MUSEO DE LA PATAGONIA.
del juego de naipes entre los tehuelches del sur de
la Patagonia, con una referencia especial para el Se trata de un lote de quince naipes que fue
tipo de cartas empleado por los indígenas y otra donado hacia 1944-45 por el teniente coronel
para su origen y fabricación, postulándose la Napoleón A. Irusta, a la sazón Presidente de la
autoría aónikenk o tehuelche meridional para los Administración de Parques Nacionales, organis-
conjuntos existentes en el Museo de Historia mo del que depende el museo. La procedencia
Natural de Santiago de Chile (modalidad de atribuida al conjunto es la provincia de Santa
dibujo complejo), en el Museum of Mankind de Cruz, territorio patagónico donde antaño radi-
Londres y en el Pitt Rivers Museum de Oxford caron las etnias aborígenes aónikenk, mechar -
(modalidad de dibujo sencillo). A propósito de núekenk y teushkenk, agrupadas comúnmente
esta ú l t i m a f o r m a a b u n d a m o s en bajo el gentilicio común de tehuelches o pata-
consideraciones acerca de la evolución del diseño gones (Martinic, 1991).
indígena en las piezas lúdicas. Los naipes fueron inventariados bajo los nú-
La difusión de la comunicación que se comen- meros 826-A a 826-N y uno sólo con el número y
ta nos permitió enterarnos de la existencia de un sin letra. Están confeccionados sobre cuero de
nuevo conjunto de naipes de los patagones (que caballo cortado en secciones rectangulares irre-
pasa a ser así el cuarto conocido), conservado en gulares, con resultado de pequeñas diferencias
el Museo de la Patagonia de Bariloche (Río en sus dimensiones. Estas, tomadas según los ejes
Negro, Argentina) y que se pasa a describir1. ortogonales que pasan por el centro de cada
naipe, promedian 87,8 mm en el largo, con un
* Arca de Historia, Instituto de la Patagonia, Uní máximo de 88,4 mm y un mínimo de 86,6 mm;
versídad de Magallanes. Casilla 1 1 3 1 ) , Punta Are- 54,9 mm en el ancho, con un máximo de 55,7
nas. Magallanes. Chile, mm y un mínimo de 52,7 mm. El espesor medio
1 Encontrándose en prensa este articulo, el señor de los naipes es de 0.48 mm. Los bordes están
Mauricio Massone nos ha informado sobre un quinto bien definidos por un corte neto, realizado con
conjunto de naipes aónikenk que se exhibe en el una herramienta filosa (A. Hajduk, com. pers.)
Museo de La Plata (Argentina), y que por sus carac-
terísticas de diseño corresponderla a la modalidad de El diseño de los motivos diferenciales está he-
dibujo sencillo. cho sobre la superficie externa del cuero, debi-
44 MATEO MARTINIC

Fig. 1. Naipes patagones (fotografía Tam Muro). Cortesía del Musco de la Palagonia "Francisco P. Moreno".
Administración de Parques Nacionales (San Carlos de Bariloctic, Rio Negro, Argentina).
NUEVOS ANTECEDENTES SOBRK NAII'KS I'A I Ar.ONKS 45

damente raspada para eliminar los pelos. Los próximo envío "como curiosidad un naipe
motivos son de dos clases: figurativos (antropo- Patagón".
morfos y zoomorfos) y geométricos (puntos, ra-
yas, cruces). Los colores son rojo (Aso ^80 £30 AGRADECIMIENTOS
a Ago MgO C40) Y a z u í oscuro (N40 MSQ Cgg) de
acuerdo con el Atlas de tos colores de Küppers. Se agradece a la Lie. Cecilia Girgenti, Direc-
Los pigmentos son de aspecto pastoso; el rojo tal tora del Musco de la Patagonia "Francisco P.
vez elaborado a base de hematita y el azul oscuro Moreno", por el suministro del documental grá-
a base de añil mezclado quizás con alguna fico y la autorización para su reproducción. Se
sustancia carbonosa, en uno y otro caso en una agradece, asimismo, al Lie. Adán Hajduk la
preparación hecha con grasa (Fig. 1). revisión del material y los antecedentes que han
Los naipes presentan además manchas atri- facilitado su descripción. Por fin, expresamos el
buibles al uso y algunas alteraciones ocasionadas reconocimiento por la colaboración prestada por
posteriormente por razón de conservación (tajo el señor Max Ruh, de Schaffhausen (Suiza) en
central a modo de ojal) o exhibición (orificios en cuanto a la obtención de información especiali-
los ángulos y bordes superior e inferior). zada.
Sobre la base de los motivos descritos prece-
dentemente, afirmamos nuestra interpretación
anterior en cuanto a la vigencia de un diseño pa- FUENTE DE CONSULTA
tagón simplificado, asociado directamente con el
arte parietal de Sudpatagonia, según ha sido des- MANN, SYLVIA. 1990 All cards on the tablc
crito por Bate (1970) y Massone (1982), en Deutsches Spielkartenmuseum, Leinfel-
especial con el denominado estilo "Rio Chico", den. Tomo I, Marburg.
caracterizado por las figuras antropomorfas y MARTINIC B., MATEO. 1987 "El juego de
zoomorfas esquemáticas y por trazos lineales, pa- naipes entre los Aónikenk". Anales del
ralelas, puntos, "peines", etc. Así, se reitera, el Instituto de la Patagonia, vol. 17; 23-30,
conjunto que se describe tendría, por razón de su Punta Arenas.
diseño, una condición paradigmática del estilo 1991. "La población aónikenk (tehuelche
de que se trata 2 . meridional austral) en tiempos
En una publicación reciente, Sylvia Mann históricos". Actas del IV Congreso de His-
(1990), comentando el simbolismo de estas car- toria Regional de Chile, Universidad de la
tas indígenas, cree ver en ellas algún parentesco Frontera, Temuco.
con naipes del África occidental elaborados so- S/AUTOR. Correspondencia Intendencia de
bre corteza de bambú y de las Filipinas, también Chiloé ¡841-1845. Archivo Nacional,
confeccionados sobre corteza vegetal. Santiago.
Finalmente, consideramos que aunque cono-
cidas durante el siglo pasado, estas piezas lúdicas
indígenas debieron ser siempre escasas y por
tanto objeto de interés para los no aborigénes de-
bido a su rareza. Ello, a nuestro entender, se
confirma con una referencia que hemos encon-
trado en una comunicación enviada el 17 de fe-
brero de 1845 por Justo de la Rivera, goberna-
dor de la Colonia de Magallanes, al general José
Santiago Aldunate, ministro de Guerra y
Marina, en la que aquél le anticipa a éste el

No deberla excluirse en U consideración de esta


interpretación la circunstancia del "aire de familia"
que se adviene cnirc los diseños de los naipes y
algunos motivos propios del arte quillanguero (con
fccción de capas) de los aónikenk, aspecto éste que
justificarla un estudio especializado.
ANS. INST. PAT. Ser.Cs.Ss.. Punta Arenas (Chile), vol. 19. 1989 1990

CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA DEL


PARALELO 52 SUR. I. EL PARAJE DEJUNI AIRE *

JULIETA GÓMEZ OTERO**

INTRODUCCIÓN En el sector argentino, luego de los trabajos


precursores de Osvaldo Menghin (1952), se suce-
Patagonia Meridional está dividida en un sec- dieron los de Carlos Gradin (1966). los de
tor argentino y otro chileno por el límite inter- Amalia Sanguinetti (1976, 1979. 1976-80;
nacional que la atraviesa de oeste a este a los 52° Sanguinetti y Borrero, 1977); los de Borrero
de lat. sur. Desde que Junius Bird (1938) sentara (1976-80, 1984a y b, 1985, 1986), los de Hugo
las bases para el desarrollo sistemático de la Ar- Nami (1984a, b, c y d; 1985-86 y 1987) y los de
queología en esta región, a partir del descubri- Gómez Otero (1982, 1983, 1987, 1988, 1989 en
miento de las milenarias secuencias culturales de prensa; Gómez Otero y Fontanella, 1981: Gómez
las cuevas Fell y Pali-Aike, importantes inves- Otero y Barbería 1982).
tigaciones han tenido lugar a uno y otro lado de El incremento de los estudios y la compara-
la frontera. ción ínter-conjuntos produjo que se visualizaran
En la porción chilena se destacan los estudios una cantidad importante de similitudes entre los
efectuados por cinco misiones arqueológicas restos arqueológicos hallados a uno y otro lado
francesas (Emperaire y otros, 1963; Laming- de la frontera, especialmente entre los corres-
Emperaire, 1962, 1965, 1967, 1968a y b); y las pondientes a los Períodos IV y V de Bird. A
emprendidas posteriormente por arqueólogos pesar de ello transcurrieron varios años antes de
chilenos del Instituto de la Patagonia (Punta que se lograran realizar investigaciones bina-
Arenas) como: Ornar Ortiz Troncoso (1972, cionales relacionadas con esa fase. En 1986 fui
1973, 1980-81); Felipe Bate (1970 y 1971); invitada por el Dr. Mateo Martinic a participar
Mauricio Massone (1979, 1981, 1982, 1984, en el "Proyecto Arqueológico Conjunto Chileno-
1985-86), sumándose en los últimos años las de Argentino en la Zona Fronteriza (paralelo 52°
Mateo Martinic, Alfredo Prieto y Pedro Cárde- S.)", entre el valle del río Chico y el del Gallegos
nas (Martinic, 1984); Martinic y Prieto, 1985- Chico, que tenía como antecedente un convenio
86; Prieto, 1984a y b; Massone, Prieto y de cooperación académica suscrito por la Uni-
Cárdenas, 1985-86). versidad Nacional de la Patagonia (Argentina) y
la Universidad de Magallanes, y cuya contrapar-
Corresponde al "Proyecto Arqueológico Conjunto te chilena contaba con un subsidio de la OEA
Chileno-Argentino en la zona fronteriza del para-
lelo 52° S.", financiado por la O.E. A. (Fig. 1).
" flecaría CONICET ( rgentina). M. Thomas 2043. Las investigaciones ofrecían perspectivas po-
(9120). Pío. Madryn, Chubut, Argentina. tenciales muy interesantes porque se iban a reali-
48 JULIETA GÓMEZ OTERO

A Q E A DÉ T R A B A J O PROYECTO BINACIONAL

• BltiOJ
A Píntjr»* ruptit'ti
* ¿olidos

Fig. 1. Mapa que muestra el sector íronlerizo (en recuadro) comprendido en el proyecto arqueológico binacional.

zar en una zona aledaña a aquéllas donde se ha- En estas campañas participaron los siguientes
bían centrado anteriormente estudios (cuenca del investigadores: por la contraparte chilena, el
río Gallegos), en sitios muy semejantes al alero Lie. Alfredo Prieto y el técnico Pedro Cárdenas
Potrok-aike (ver Gómez Otero. 1987 y 1988), lo del Área de Historia del Instituto de la Patago
que permitiría demostrar si las proposiciones nia; por la contraparte argentina, la Lie. Elsa
planteadas para este último no se apoyaban Barbería directora del Centro de Investigaciones
sobre sus circunstancias peculiares o aleatorias, y del Instituto Universitario de Santa Cruz, y la au-
también explorar el grado de variabilidad reco- tora, docente de la Universidad Nacional de
nocible de rasgos definitorios frente a circuns- la Patagonia y Becaria de Formación Superior
tancias diferentes. La comparación de dos o más del CONICET, en calidad de responsable de los
sitios posibilitaría eliminar factores causales trabajos arqueológicos.
azarosos para aproximarse gradualmente a A continuación se exponen los resultados de
explicaciones mejor delimitadas. las investigaciones efectuadas en el paraje Juni-
Fue así que se efectuaron tres campañas. La Aike, más especialmente los relativos a un
primera de ellas tuvo lugar en noviembre de pequeño alero (Juni Aike 1), que fue excavado
1987, en el paraje Juni-aike, sobre el valle del parcialmente.
Gallegos Chico; la segunda se realizó en el alero
Peggy Bird, en noviembre de 1988, ambas en te- EL PARAJE JUNI-AIKE
rritorio chileno. La tercera se efectuó en el alero
Potrok-Aike, en suelo argentino, en enero de Localizarían y Descripción
1989 (Fig. 1). El paraje Juni-Aike se encuentra a 52° S y 70°
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 49

41' O. sobre el valle de un afluente del Gallegos, pinturas rupestres y muestreo de un taller de
el Gallegos Chico. El paisaje está dominado por confección de raspadores en vidrio.
este curso de agua que es angosto, sinuoso y de
rápida corriente. Su amplio valle enmarcado Los sitios de superficie
por mesetas de suave relieve se estrecha nota- Juni-Aike 2
blemente en ese lugar, conformando una especie
de embudo de orientación SO-NE, por el que se Este sitio, de importantes dimensiones (300 m
cuelan y logran mayor ímpetu los vientos de largo x 100 m de ancho), se extiende en forma
dominantes del suroeste. A ambos lados de la paralela al río Gallegos Chico, a partir de unos
frontera se observan paredones de roca basáltica dos metros desde su orilla derecha. Los materia-
que corresponden a las estribaciones más occi- les se encontraron semi-enterrados o apoyados
dentales del "Campo Pali-Aike" (Skewes, 1978). sobre pequeñas áreas (5 a 10 m de diámetro)
En cuanto a la flora se observa la correspondien- deprimidas y erosionadas, cuyo suelo está com-
te a la "Estepa Patagónica Xérica" (Pisano, puesto por un sedimento de grano muy fino gris
1977), aunque llamó la atención la escasez y oscuro que continen diminutos caracoles blan-
poco porte de los ejemplares de calafate cos. Estas áreas sirvieron como punto de refe-
(Berberís sp.). Entre las especies introducidas, rencia en la recolección. A partir del análisis de
sobresale la achicoria que ha invadido todo el una muestra de 61 piezas líticas se reconocieron
valle. Sobre los afloramientos volcánicos pro- en general los rasgos típicos de la industria de
liferan liqúenes anaranjados y blancos. Se piedra de la fase Magallanes IV (ver Massone,
descubrieron hongos en un cañadón seco. 1981 y Gómez Otero, 1988), aunque merece des-
Respecto de la fauna se observaron gran canti- tacarse el hallazgo de una punta triangular
dad y diversidad de aves (bandurrias, caiquenes, apendunculada del tipo Magallanes III y seis
patos, lechuzas, teros, yales, etc.) que en los días lascas y una lámina muy grandes (75 mm a 145
en que se efectuó la campaña estaban empollan- mm de largo x 50 mm 93 mm de ancho x 15 mm
do. Los mamíferos detectados fueron: guanacos, a 24 mm de espesor). Cabe mencionar que el
zorrinos y pequeños ratones. En el río habitan año anterior Martinié. Prieto y Cárdenas,
salmones (Fig. 2). habían encontrado otras puntas triangulares en
las cercanías, así como un núcleo de hojas, de
Los trabajos de campo forma piramidal. En otros sectores se hallaron
Objetivos, metodología y desarrollo también puntas pedunculadas como las del
Período IV de Bird. Los restos faunísticos
El objetivo principal fue el de excavar un asociados corresponden a huesos largos partidos
pequeño alero (Juni-Aike 1) previamente sondea- de guanaco (húmero, radio-cúbito y metapodios)
do por los investigadores chilenos, que había y a vértebras.
aportado materiales adscribibles a la fase
Magallanes IV. La excavación se realizó de la Juni-Aike 3
siguiente manera: se plantearon tres cuadrículas;
dos de un metro de lado y otra de 1 m x 60 cm. Es un taller de raspadores de vidrio situado al
A los fines de lograr un registro lo más completo pie del paredón volcánico, sobre la parte más
posible de la estructura del sitio, se llana del valle y más cercana al río. Las piezas se
Uiscriminaron microniveles artificiales de 3 a 5 encontraban diseminadas sobre un área de
cm, se aplicó el método tridimensional, se des- aproximadamente cinco por tres metros;
cribieron los contextos más importantes, se mi- algunas semi-enterradas. Se recogieron 17 ras-
dieron los fogones, se dibujaron plantas y perfiles padores enteros y 4 fragmentados,
se tomaron fotografías y se puso especial aten- confeccionados sobre vidrio de botella blanco,
ción en la recuperación de microlascas y astillas verde claro o verde oscuro, que en ninguno de los
de huesos detectados en zaranda. Se extrajeron casos presentó el brillo iridiscente típico de los
muestras de sedimento, de pigmento, de carbón vidrios antiguos. Las formas en general son
y de cascara de huevos. trapezoidales o subregtangulares cortas o largas.
Se efectuaron además otros trabajos que am-. Su tamaño oscila entre los 38 a 26 mm de
pliaron y completaron la información obtenida longitud, los 46 a 34 mm de ancho y los 9 a 6 mm
de Juni-Aike 1: prospección, relevamiento de de espesor. Asociados con ellos se hallaron hue-
50 JULIETA GÓMEZ OTERO

sos largos partidos, fragmentos de costillas y EL ALERO J U N I A I K E 1


piezas dentarias que parecen de guanaco.
Es un alero de reducidas dimensiones (5,20 m
}uni-Aike 4 de largo x 3,61 m de profundidad x 2.77 m de
altura), que forma parte del paredón de roca
Sobre uno de los sectores terminales del fara- volcánica que emerge sobre la parte superior de
llón que contiene a Juni-Aike 1, y a escasos la barda que circunscribe el valle del río por su
metros de éste, se detectaron pinturas rupestres. margen derecha. A su frente, y a unos 100 m de
Este tramo, orientado al NE ofrece excelentes distancia, el Gallegos Chico cruza a territorio
paneles naturales que lamentablemente han sido argentino (Fig. 2). El alero está orientado exac
parcialmente invadidos por liqúenes. Las tamente al N, lo que lo protege de los vientos
pinturas se hallan distribuidas sobre las caras predominantes del suroeste. Sobre el talud, que
menos rugosas y protegidas, variando su distan- tiene una inclinación de 35° a 40°, se hallaron
cia al piso actual entre 1,20 m y 2 m. De los 11 numerosas piezas líticas. Sobre el piso del abrigo
motivos identificables, 9 están nítidos y 2 muy reposaban bloques angulosos caídos de la cum
desvaidos. Las pinturas son de color rojo oscuro brera y techo.
intenso, y a juzgar por el grosor, fueron ejecuta-
Estratigrafía
das con los dedos. El motivo más reiterado es
una serie de tres a cuatro líneas paralelas verti- Las excavaciones permitieron distinguir dobre
cales y oblicuas de unos 10 cm de longitud. buzamiento de los sedimentos: a) E-O, con 20 cm
También se distinguieron: un "peine" formado a favor del oeste; y b) S-N. es decir mayor poten
por 8 rayas verticales, 2 círculos y un rectángulo cía de sedimentos sobre el sector exterior. La
acostado con vértices redondeados, cuya base roca de base presentó escalonamiento ya que en
parece haberse destruido. Todos los motivos co- la cuadrícula A apareció entre los -60 y -90 cm;
rresponderían al estilo "Río Chico" de Bate en la B entre los - 90 y — 1,30 cm; mientras qui-
(1970 y 1971) y al geométrico de Massone (1982). en la C lo hizo entre -1,30 y 1.48m. Se descubrió

Fig. SI. Vista aérea del área arqueológica de Juni-Aike. mirando directamente al sur. La flecha indica el
Siliojum-Aikc 1; los números 2. 3 y 4 señalan los sitios correspondió
líente.
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 51

una cueva de roedor sobre el lado O de la leto de vacuno juvenil completamente calcina-
cuadricula C. inmediatamente por debajo de la do. Se recogieron algunos artefactos aislados.
primera capa y sobre un gran bloque caído del te- Capa 4: (45-48 crn a 59-70 cm). Sedimento
cho. Por tratarse de sedimentos arenosos y por castaño claro rojizo, de grano grueso, suelto y
haber perturbaciones biosénicas (cuevas de húmedo, conteniendo roca volcánica disgrega-
animales fosoriales) es posible que haya habido da. Sobre su base apoyaban grandes bloques.
migración vertical de artefactos y restos óseos. Se En el lado E se vio una lente de cenizas y carbo-
discriminaron cinco capas naturales: nes de 7 a 2 cm de potencia. Escasos materiales
Superficie y capa 1: (0-20 a 30 cm). culturales asociados.
Sedimento de grano muy fino y suelto, castaño Capa 5: (59-70 cm a 75 cm 1,48 m).
claro, con numerosos fragmentos pequeños de Sedimento castaño oscuro, de grano fino, suelto
roca volcánica. La capa está invadida por una y húmedo, con menor proporción de roca dis-
potente lente de guano concrecionado, que gregada. Entre los -70 y -80 cm se distinguió,
tiende a desaparecer en profundidad. Nivel sobre los lados O y E una lente de cenizas y car-
estéril. bones, los cuales se hacen más abundantes a
Capa 2: (20-30 cm a 30-42 cm). Sedimento partir de los - 92 cm. Importante proporción de
castaño amarillento, de grano muy fino, materiales culturales.
compacto y húmedo, que contiene roca volcáni- Relación entre capas naturales y capas cultura-
ca disgregada y dos lentes, una blanca y otra les.
negra muy densas, de forma y extensión irregula- Se diferenciaron tres niveles culturales sobre la
res. Hacia el fondo del alero se encontraron dos base de los siguientes criterios: a) disposición de
esqueletos de ovino. Nivel estéril. las capas naturales; b) disposición de las lentes de
Capa 3: (30-42 cm a 45-58 cm). Sedimento carbones; c) materiales asociados con los
gris claro, de grano muy fino, compacto y seco, fogones; y d) remontaje de piezas líticas y óseas.
que incluye gran cantidad de rodados muy pe- Los tres niveles son atribuibles a un mismo com-
queños. A los -39 cm se vieron las cúspides de ponente cultural (Rouse, 1973). La correspon-
bloques caídos del techo. En el sector correspon- dencia de los niveles culturales con las capas sedi-
diente a las cuadrículas A y B se halló un esque- mentarias es:

LINEA DE GOTEO

JUNI-AIKE 1 (PLANTA)

Im
52 JULIETA GÓMEZ OTERO

JUNI-AIKE1 (PERFIL LADO OESTE)

140

* Primeras ocupaciones - capa V (-1,09 m hasta Cronología


la roca de base).
* Ocupaciones medias - capa V (hasta -1,04 m). A través de la Universidad de Magallanes se
* Ocupaciones finales - capa IV. envió al laboratorio de Radiocarbono de la Uni
Cabe aquí una aclaración. Como estamos versidad de Pittsburgh (USA), una muestra de
conscientes de que la anterior diferenciación carbón extraída de un fogón a -1,04 m, la cual
puede no coincidir con la realidad, se abordó el dio una antigüedad de 850 - 40 años AP. Como
conjunto cultural de Juni-Aike 1 desde dos ángu- el fogón estaba situado justo en el límite entre las
los diferentes: por una parte se tomó cada rasgo ocupaciones medias y las primeras, podemos
por separado y se siguió su evolución a lo largo de afirmar que el inicio de las medias coincide con
la secuencia; por la otra se consideró cada una de el comienzo supuesto por Bird (1988, en Hyslop)
las ocupaciones como una unidad con caracterís- para su Período V, que se remontaría al 900 AP.
ticas propias. Este doble tratamiento permitió A juzgar por la potencia de los sedimentos co-
conocer en primer lugar, qué rasgos permane- rrespondientes a las primeras ocupaciones y por
cieron estables, cuáles cambiaron, cuáles desa- las características de los materiales culturales,
parecieron y cuáles se agregaron; en segundo lu- se estima que ellas no son mucho más antiguas
gar organizar los datos en una secuencia. que las inmediatamente anteriores. En cuanto a
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA

las finales, el hallazgo del esqueleto de vacuno y Estas cifras demuestran semejante intensidad
de una mandíbula de liebre europea serían de ocupación en los niveles primeros y medios, y
prueba de que al menos hubo una ocupación en marcada diferencia respecto de los finales, lo que
tiempos históricos. prueba que en esa época el alero prácticamente
no fue ocupado.
MATERIALES LITICOS Por último se efectuó una operación que con-
sistió en dividir la cantidad de instrumentos
Criterios metodológicos (119) recuperados de los niveles medios, por la
supuesta cantidad de años durante los cuales
El análisis tipológico y técnico-morfológico tuvieron lugar esas ocupaciones (desde el 1.100
de los materiales líticos se efectuó de acuerdo con D.C. hasta el 1520 D.C. (fecha del inicio del
la metodología propuesta por Aschero (1974), período histórico en Patagonia), lo que demos-
pero teniendo en cuenta las modificaciones en lo tró que si el alero hubiera sido redundantemente
que respecta a clasificación y terminología que usado año a año, la cantidad de utensilios des-
hiciera en 1983. La única ficha que se utilizó cartados por temporada en el sector excavado,
conforme con la versión actualizada fue la de habría sido de 0.28, lo que representa un prome-
desechos de talla. Asimismo se aplicaron dio extremadamente bajo.
técnicas de remontaje.

a) Cantidades y proporciones CUADRO N° 1

Totales generales 195 instrumentos (15,19%)


1088 desechos de talla (84,80%)
1283
Totales por niveles culturales
Ultimas ocupaciones 16 instrumentos (20%)
68 desechos de talla (80%)
84
Ocupaciones medias 119 instrumentos (14%)
692 desechos de talla (86%)
810
Primeras ocupaciones 60 instrumentos (15%)
328 desechos de talla (85%)
388

Como puede observarse la relación b) Materia prima


instrumentos/desechos de talla es similar en
todos los niveles. Se aplicó además una fórmula El basalto fue la roca más usada, superan-
para medir la densidad de instrumentos en rela- do el 50% del total. La proporción de las mate-
ción con el volumen de sedimentos^ siendo sus rias primas que le siguen varía según se trate de
resultados los siguientes: instrumentos o de desechos. Entre los primeros
CUADRO N° 2
Densidad M3 N° Instrumentos
* Ultimas Ocupaciones 0.390 16 44/m3
* Ocupaciones medias 0.980 119 121/m3
* Primeras ocupaciones 0.720 60 83/m3
54 IUUETA GÓMEZ OTERO

comparten el segundo puesto las sílices y c) Formas-base


cuarcitas (17%), mientras que entre los desechos
detrás del basalto se encuentran las sílices (17%) Del total de las piezas, un 86% son lascas,
y las cuarcitas (8%). Hacia el final de las ocupa- 6.50% son láminas y 3.5% son hojas. Las demás
ciones se nota menor aprovechamiento para la formas-base no superan el 2.4%. A pesar de que
confección de instrumentos. En los primeros en todos los niveles se eligieron predominante-
niveles se la usó para fabricar láminas y hojas, mente las lascas para la confección de
mientras que en los siguientes fue reemplazado instrumentos, se observa una disminución mar
por sílices y calcedonia. Con basalto se confec- cada de las mismas en las ocupaciones medias,
cionaron raederas, raclettes. instrumentos reemplazándose el espacio perdido con las
burilantes y puntas tipo Magallanes IV, Los de- láminas, que ahora en vez de fabricarse de
sechos más abundantes corresponden a lascas hi- basalto, se hacen de sílices, cuarcitas y especial-
permicrolíticas a pequeñas. Casi no se mente calcedonia. Entre los desechos de talla las
registraron núcleos (ver cuadro N° 1). proporciones entre lascas y piezas laminares
En cuanto a las cuarcitas, su uso se mantiene coinciden con las generales del sitio. Los roda-
estable en los dos niveles más antiguos (15 a dos fueron usados como yunques y/o percutores;
17%). mientras que en los finales asciende al los núcleos y nucleiformes como cepillos, mien-
doble. Las formas-base (ver cuadro N° 2) son tras que sobre ta única preforma bifacial halla-
de tamaños grandes y espesos: rodados, núcleos y da, se talló un filo de raedera.
nucleiformes que sirvieron como cepillos,
yunques y/o percutores. Entre los desechos de d) Talones
talla la mayor parte son mi ero lascas y lascas
pequeñas a normales, no registrándose práctica- La mayoría de los instrumentos y desechos de
mente láminas. talla muestran que sus formas-base fueron
Respecto de los instrumentos en sílices extraídas sin preparación de la plataforma de
se comprueba un panorama similar al de las percusión. Entre los primeros vemos que en las
cuarcitas; estabilidad en las primeras ocupacio- ocupaciones iniciales y en las medias sobresalen
nes y en las medias (16%), aumento en las los talones lisos (32% y 37%) respectivamente),
últimas (25%). Las sílices se usaron para fabri- mientras que en las últimas igualan porcentajes
car raspadores, cuchillos de filo retocado y con los corticales (25%), que en las anteriores
natural, cortantes, instrumentos burilantes y al- giran alrededor del 15%. En los tardíos desa-
gunas puntas. Entre los desechos se pueden ver parecen los diedros, facetados y retocados. Los
de todo tipo y tamaño, lo que sugiere que esta puntiformes y filiformes se mantienen por debajo
roca era de fácil tallado y que se aprovechaba del 6%. Las piezas con talones indeterminables
exhaustivemente. por fragmentación o rebaje parten de un 14% en
Por último, la calcedonia blanca muestra su los primeros niveles y llegan al 31% en los fina
mayor empleo en los niveles medios, en donde les. Entre los desechos de talla ocupan el
duplica su proporción, y en donde se la eligió segundo lugar los diedro-facetados (alrededor
para la confección del 50% de los raspadores, del 20%, siguiéndoles los filiformes (13 a 18%).
cuchillos de filo retocado y natural sobre láminas
u hojas, y una delicada punta de proyectil del e) Serie técnica
tipo Período V de Bird. En las otras dos ocupa-
ciones no se observan relaciones recurrentes en- Entre los instrumentos formalizados, los más
tre la calcedonia y algún grupo tipológico en abundantes son los de filo retocado marginal o
particular. Entre los desechos es la que mayor ultramarginal. Casi con exclusividad la posición
porcentaje de láminas presenta, entre ellas hojas del retoque fue unifacial directa. Prácticamen-
propiamente dichas. En general el tamaño de te no se registraron ejemplares que presentaron
los productos de talla es muy pequeño a retoque inverso o alterno. La bifacialidad entre
pequeño, lo que estaría en conformidad con las los de filo marginal o ultramarginal se observó en
pobres dimensiones de los núcleos de esta roca, 4 piezas en las primeras ocupaciones, 5 en 'las
por otra parte totalmente agotados. Esto medias y 1 en las finales, correspondiendo la
revelaría escasez y/o poca magnitud de los nodu- mayoría a cuchillos. El retoque extendido fue
los. utilizado esencialmente para fabricar puntas de
CAZADORAS TARDÍOS EN I.A ZONA FRONTKRIZA 55

CUADRO N° 1

PERIODO HISTOR. MAGALLANES IV MAGALLANES IV


GRUPOS OCUPACIONES OCUPACIONES PRIMERAS
TIPOLÓGICOS FINALES MEDIAS OCUPACIONES TOTAL
(-45 a 63 cm) (•70a -1.04 m) ( 1 . 0 9 a 1.48 m)

DJ SI Cu C'.jl Olí 101 u* -Si rg c:*i Olf lot B« Si Cu i -.1 un 101

RODADOS
partidos y retoc. x^ 1 1 1 1 2
YUNQUES
PERCUTORES 2<¡ 1 1 1 1 2
PERCUTORES
NÚCLEOS Y
1 1
X' 3 1
X X1 2

NUCLEIFORMES
UNIFACES s< 1 5

y<*
1

X ><,
6

B I FACES

CEPILLOS
S<r
2£ 2
^xj
2 1
X1>< 3
RASPADORES 1 1 3 3 1 7 1 15 3 1 4 20

RAEDERAS 2 2 4 12 3 1 16 5 3 8 28
RACLETTES
CUCHILLOS
1
X1
,4
7 4
1
1 2
5

14
4

3 2
4

5
9
20
FILO RET.
CUCHILLOS
FILONAT. 1 1 6 4 5 2 1 18 5 5 24
CORTANTES 1 1 2 7 1 2 10 2 1 1 4 16

MUESCAS RET. 1 1 1 1
X 2

MUESCAS NAT.
X 1 1 3 1 4 5
DENTICULADOS
BURILES I
1 1
1 9 1
X10 ,3
1
1 4
1 2

15
PERFORADORES 1 1 2 1 I 2 2 2 6
LASCAS CON
RET. SUMARIO
PUNTAS MAGA*
1
X 1
6

5 1
3

1
9

7
2

4
2

1
2
1
6

6
15

14
LLANESIVtipoA
PUNTAS MAGA-
LLANES IV tipo B X 1 1 2 1 1 3
DUDOSOS O
INDETERMIN.
TOTALES 1 1
X 16 ^x^
1 1 2
60
2

5 '1 5 66 19 18 14 2 119 36 10 10 4 195


56 JULIETA GÓMEZ OTERt)

CUADRO N° 2

OCUPACIONES OCUPACIONES PRIMERAS


FORMÁ- OCUPACIONES
BASE FINALES MEDIAS TOTAL
(Piezas enteras) Cal Oír TOT.
Bi Sí Cu Tal Oír TOT. Ba .Si r tl Cal Otr. TOT Ba Si Cu

RODADOS 1 1 1 1 2 2 2 5
NODULO
TABULAR X 1 1 1 1 2
NÚCLEOS Y
NUCLEIF. 1 1 4 1 1 6
X 7
PREFORMAS
BIFACIALES
LASCAS
X 1 1
X 1

PRIMARIAS 1 1 6 1 1 8 3 1 1 5 14
LASCAS
SECUNDARIAS
LASCAS C/
X 0 4 4 17 2 1 3 20

DORSO 1 1 2 5 1 1 7 5 3 2 10 10
LASCAS
ANGULARES 1 1 2 13 1 1 1 2 18 5 1 2 8 28
LASCAS DE
ARISTA 1 1 2 4 1 1 1 7 4 3 1 1
X 18
LASCAS EN
CRESTA
LASCAS
X 2 2 1 1 3

PLANAS 1 1 3 2 1 6 5 5 12
LASCAS
1 1 2 2 5 8 2 1 1 4 14

x
1
INDETERM.
LAMINA
CORTICAL 1 1 1 1 2
LAMINA
DESBASTE X 2 1 3 1 1 4
LAMINA C/
DORSO X 1 1 1 3 X 3
LAMINA ARIS
SIMPLE X 1 1 X 1
LAMINA ARIS-
TA DOBLE X 1 1 X 1
LAMINA
INDETERM.
LAMINA EN
X 1 1 1 1 2

CRESTA X 2 1 3 X 3
HOJA
DESBASTE
HOJA ARISTA
X X X ^x:
SIMPLE 1 1 X2 2 3
HOJA ARISTA
DOBLE X X X -xr
HOJA ARISTA
X 1 X
MÚLTIPLE
HOJA INDET.
INDETERMIN 1
x1
1
5 1
1

3
1
9 3 2 1
X
6
1

16
1

TOTAL 4 4 4 1 1 14 58 15 18 14 2 107 35' 10 10 4 59 180


CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA

proyectil bifacialés, entre las cuales las del tipo Las puntas de proyectil son de dos tipos y
Magallanes IV muestran los negativos de lascado según nuestra propuesta (Gómez Otero, 1987 y
propios del proceso de reducción bifacial (Nami, 1988) corresponden todas a la fase Magallanes
1984b); en las microlíticas esto no se registró. IV:
Con respecto a la talla extendida/retoque 1. Limbo triangular corto o largo de lados recti-
marginal su proporción es muy baja y está vin- líneos o ligeramente convexos, aletas entrantes
culada con los cepillos. Los artefactos que mues- rectas y pedúnculo diferenciado ancho de bordes
tran picado son los yunques y se halló un único convexilíneos o concavilíneos, base escotada y
ejemplar en las ocupaciones medias y en las tamaño pequeño a mediano (Aschero, 1983): 14
primeras respectivamente. Los de filo natural a 17 ejemplares. A partir de ahora se denomina-
oscilan entre el 25% en las más antiguas y Si rán puntas "Magallanes IV tipo a".
31 % en las finales. La mayor parte de ellos son 2. Limbo triangular corto o largo de lados
cuchillos. rectilíneos o ligeramente convexos, aletas en-
trantes agudas, pedúnculo diferenciado angosto
f) Grupos tipológicos de lados rectos, y tamaño muy pequeño a
pequeño. Ahora serán llamadas puntas
Los más representados son los de "Magallanes IV tipo b".
raspado/corte-raspado (raspadores, raederas y Los yunques muestran picaduras en los bordes
raclettes), y los de corte (cuchillps de filo y en el centro, lo que sugiere que ejercieron
retocado, natural y cortantes). En las ocupa- también la función de percutores.
ciones iniciales y en las últimas predominan los Por último nos referimos a un pequeño y del-
del primer tipo (31% contra 24% de los de gado utensilio de calcedonia, de bordes y base
corte). En las medias se invierte esa relación, ya convexos, formalizado por retoques bifacial ex-
que los de corte llegan al 35% y los otros al 30%. tendido, que fue hallado en las ocupaciones me-
Les siguen en todos los niveles los instrumentos dias. Personalmente habíamos observado ejem-
de punción (perforadores y buriles) que comien- plares semejantes entre los materiales del Alero
zan con un 10% en los iniciales" y terminan con de los Pescadores (Molina, 1967-70), entre los de
un 19% en los finales. Ocupan el cuarto lugar un sitio patagoniense descubierto en las afueras
las lascas con retoque sumario (109 a 6%) y el de Trelew y entre los niveles tardíos del alero
quinto las puntas de proyectil que en las prime- Potrok-Aike. De estos seis artefactos, cinco eran
ras ocupaciones llegan a un 12%, descendiendo de-calcedonia blanca y presentaban esmerada
en las otras a un 8% y un 6% respectivamente. terminación. Tres de ellos fueron estudiados
Entre los de raspado/corte-raspado, en los bajo microscopio por la Dra. Mansur, quien no
primeros y últimos niveles las raederas son detectó rastros de uso como instrumento
mucho más abundantes que los raspadores (más (Mansur, 1988, com. pers,)- No obstante como
del doble), mientras que en los medios, todos tienen el ápice fragmentado, pienso que
emparejan porcentajes (13.5% y 12,5%). La son perforadores de punta destacada, de los que
mayoría de las raederas son laterales simples, a se conservó la base escutiforme. Massone incluye
las que siguen las angulares y laterales simples. perforadores dentro de los rasgos diagnósticos de
Los raspadores más frecuentes son los frontales su "Unidad Cultural Tardía".
de tamaño en general muy pequeño, la otra-
variedad son los laterales, de dimensiones g) Tamaño
mayores.
Entre los cuchillos de filo retocado y natural Instrumentos:
predominan los laterales simples, luego se ubican Después de los yunques, las raederas son
los dobles, estando ambos subgrupos relaciona- los de mayor tamaño (mediano-grandes a muy
dos con lascas laminares, láminas y hojas. grandes, predominando las grandes). En cuanto
Los instrumentos burilantes están representa- al módulo longitud/anchura son mediano-
dos por puntas apenas formatizadas por un golpe alargadas a cortas muy anchas, sobresaliendo las
de buril. No presentan la base preparada o reto- normales en las primeras ocupaciones y las
cada. Los perforadores tampoco muestran es- mediano-alargadas en las medias y en las
merada terminación, ni en el extremo activo ni últimas. Los raspadores son los más
en la base. pequeños y anchos (pequeños a mediano-peque-
58 JULIETA GÓMEZ OTERO

ños; mediano-alargados a cortos anchísimos). (muerte in situ, acarreo por parte de animales
Las raclettes son mediano-grandes a grandes predadores, arrastre por corrientes de agua, etc.)
(destacándose las primeras); mediano-alargadas y que para poder distinguirlos se deben aplicar
a cortas muy anchas, dominando las mediano criterios tafonómicos, en la mayoría de los yaci-
normales en todos los niveles. Los cuchillos de mientos la presencia o ausencia de determinados
filo retocado se ubican entre los pequeños y me- taxones, su proporción en .relación con el
diano-grandes. prevaleciendo los mediano- conjunto, el estado de los huesos, etc., se debió a
pequeños en las primeras ocupaciones, los causas culturales: selectividad, tabúes, estrate
mediano-grandes en las medias y los grandes en gias estacionales, métodos de caza. etc. Sobre
las últimas. En cuanto al ancho, los medianos ellas pudieron influir también ciertas variables
sobresalen en toda la secuencia. Los cuchillos de como: oferta del medio, factores climáticos, éxi
filo natural, fluctúan entre los mediano- tos o fracasos en la empresa, etc. Esto hace-la di-
pequeñas en las ocupaciones primeras y medias, ferencia entre los sitios paleontológicos y los ar
y los pequeños en las fípales. En cuanto al queológicos, diferencia que también debe con
módulo longitudinal-anchura, excepto en los servarse con respecto a los métodos a utilizar
últimos niveles en que son cortos muy anchos, para su abordaje. No obstante, para evitar
son mayoría los laminares normales y errores y al mismo tiempo información limitada,
loslaminares alargados. se aplicarán ambos criterios: el de la Biología sis-
temática y el ecléctico como complemento del
Desechos de talla: anterior.
En cuanto a la terminología se utiliza la de
Respecto de las lascas predominan en toda Grayson (1984), clasificando en consecuencia
la secuencia las normales, ocupando el segundo como "elemento" a todo hueso o diente completo
lugar las alargadas y luego las anchas. Entre las que tenga su homólogo en el esqueleto de un in-
láminas se destacan las normales, siguiéndoles dividuo, y como "espécimen" a todo fragmento
las angostas. En general disminuye el tamaijo y óseo identificable o indentificable. Dentro de los
el módulo en los niveles medios en relación con especímenes se diferencia: a) fragmentos (mayo
los primeros niveles. res de 50 mm); b) astillas (menores de 50 mm); c)
cilindros (en el sentido de Borrero. 1984:41); y d)
RESTOS FAUNISTICOS lascas óseas (en el sentido de Borrero. op. cit.).
Para determinar el NMI nos basamos en el
Criterios metodológicos. método de Grayson (1984), aprovechando
además como complemento -para el caso de los
Antes de emprender el estudio de los restos guanacos- un trabajo de Osvaldo Herrera (1988)
óseos de Juni-Aike 1, tuvimos oportunidad de sobre el desarrollo osteológico y grados de fusión
leer un trabajo de Salemmc, Miotti y Tonni ósea de ejemplares de este camélido originarios
(1988), en el que se critican los métodos eclécti- de Tierra del Fuego, teniendo en cuenta las dis-
cos utilizados por varios arqueólogos para reali- tancias geográficas y temporales entre su mues-
zar la determinación sistemática de los materia- tra y la de Juni-Aike.
les óseos hallados en sitios arqueológicos. Según Respecto de la identificación y clasificación de
los autores: "consecuencia de ésto es la contabi- marcas, estas fueron de tipo macroscópico y con-
lización y asignación taxonómica de especímenes sideramos fundamentalmente los siguientes pa
que a los ojos del biólogo sistemático más expe- rámetros: a) morfología (grosor, longitud, pro-
rimentado serían indeterminables" (pág. 66). fundidad y trazado); b) posición en relación con
Obviamente esta crítica recae sobre el trabajo la topografía de los huesos; y c) frecuencia, para
con los materiales de Potrok-Aike (Gómez Otero, lo cual nos apoyamos en los trabajos de Bunn
1988); sin embargo, a pesar de que se acepta y (1981). Binford (1981), Mengoni, (1988) y
adherimos a ella, estamos convencidos de que no Gómez Otero (1988). Como las piezas no fueron
debemos utilizar únicamente parámetros de tipo observadas bajo microscopio, como su deterioro
paleontológico para evaluar y clasificar muestras general impidió en algunos casos la identifica-
de fauna de sitios arqueológicos. Si bien es cierto ción con certeza de las huellas y como es posible
que hay ocasiones en que la presencia de que el grado de mala conservación haya enmas-
algunos taxones se debió a causas naturales carado la clasificación de algunas se privilegia su
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 59

descripción por sobre su interpretación, clase Mammalia, se computaron como


mínimo 789 ejemplares. Entre ellos se identifi-
a) Cantidad de piezas caron 261, de los cuales 189 (72.4%) pertenecen
a Lama guanicoe, 68 (26%) a roedores (62 a
Se recogieron en total 1.498 piezas, de las Cíenomys sp. y 5 a cricétido), uno al orden de los
cuales 72 son elementos y 1.426 especímenes. La Lagomorfos (liebre europea), 3 (1.14%) a
cantidad de piezas por niveles es la siguiente; carnívoros (1 a Dusicyon culpaeus?, 1 a

CUADRO N° 3

Elementos Especímenes TOTAL

• Ocupaciones finales 4(10.25%) 37(90.2 %) 41


• Ocupaciones medias 36( 3.96%) 872(96 %) 908
• Primeras ocupaciones 32( 5.82%) 517(94.17%) 549

TOTAL 72 1426 1498

Si bien la frecuencia de artefactos e instru- Conepatus sp. y I a indeterminado), y por último


mentos Uticos no necesariamente es covariante hay un espécimen del orden Cetácea (ver cuadro
con la de restos óseos, se observa que la propor- N ° 3). Del resto de los especímenes de
ción de huesos en las capas medias es notable- mamíferos, 37 no fueron identificados. Los
mente mayor que en las otras, lo que también se demás son fragmentos y astillas de diversas partes
comprobó entre los materiales líticos. La del esqueleto que, a juzgar por su aspecto,
diferencia más marcada la muestran las ocupa- espesor y densidad podrían pertenecer a
ciones finales, a partir de las cuales el alero casi guanaco.
no fue ocupado. Hay 542 especímenes cuya identificación es
De los elementos, 3 (4%) corresponden a la muy difícil. Se trata de astillas morfológicamen-
clase Aves. La clase Mammalia está representa- te similares a las anteriores, pero algo más
da por 64 ejemplares de los que 35 pertenecen al delgadas y livianas. Si se aplica el método
orden Artiodactyla (34 a Lama guanicoe (53%), ecléctico y se toma en cuenta que hay presencia
1 a ovino * ; 18 (28%) al orden Rodentia (17 a de al menos tres crias de guanaco, esos especí-
Ctenomys sp., 1 a Cricetidae); 3 (5%) al orden menes podrían corresponder a ellas.
Carnívora; 1 (1.5%) al orden Cetácea y 7 a Por último merece comentario aparte el es-
taxones no identificados. Hay además 5(7%) queleto de vacuno juvenil hallado en la capa na-
elementos cuya clase no pudo ser determinada. tural 3. Este había sido descubierto el año ante-
Entre los especímenes, la clase Aves está rior por los investigadores chilenos, y enviada
presente a través de 94 (6.59%) piezas, de las que una muestra para su determinación, al lie.
8 corresponden a Rhea, 6 a ave grande (del Guillermo Mengoni, que fue quien la identificó.
tamaño aproximado de un cisne o caiquén), 44 a Como esos restos estaban calcinados, y a los fines
ave mediana (del porte de un pato silvestre), 23 a de comprobar si el animal había sido muerte,
ave pequeña (como una martineta), y 16 a ave de trozado o consumido por el hombre, se realizó un
tamaño indeterminado. En cuanto a los de la minucioso decapado, gracias al cual se compro-
bó que el esqueleto estaba completo y sin desarti-
cular. Se pensó entonces que su muerte se debió
Esle elemento Correspondiente a ovino, pudo ha-
berse introducido en el sedimento de manera a causas naturales (congelamiento) y que
natural, por cuanto en la capa II se hallaron dos probablemente fue quemado debido al avanzado
esqueletos de oveja, cuya muerte se debió con toda estado de descomposición en que se encontraba
seguridad a congelamiento. cuando fue descubierto meses después.
60 JULIETA GÓMEZ OTERO

CUADRO N° 4
CANTIDAD DE PIEZAS OSEAS DE TAXONES IDENTIFICADOS POR NIVELES
ELEMENTOS MAS
ESPECÍMENES Ocup. Finales Ocup. Medias Ocup, Prim. TOTAL

MAMÍFEROS
1. Guanaco 10(76.9%) 120(60.6%) 93(47.9%) 223
2. Ovino — 1(0.50%) — 1
3. Coruro 2(15.3%) 21(10.8%) 63(32.4%) 86
4. Cricétido — 2(1.01%) 4(2.06%) 6
5. Liebre europea 1(7.69%) — 1

6. Zorro colorado — 2(1.01%) — 2
7. Zorrino — 2(1.01%) — 2
8. Carnívoro indet. — 1(0.50%) 1(0.51% 2
9. Cetáceo — 1(0.50%) — 1
AVES
1 . Avestruz — 7(3.53%) 1(0.51%) 8
2. Ave grande — 5(2.52%) 1(0.51%) 6
3. Ave mediana — 26(13.1%) 18(9.27%) 44
4. Ave pequeña — 10(5.05%) 13(6.70%) 23
TOTALES 13 198 194 405

b) Estado de conservación del material aunque en mucho menor proporción- sobre frag-
mentos y astillas de diáfísis. Del mismo tipo,
En general los huesos muestran un estado de pero curvas, fueron vistas sobre espeíímenes de
conservación que fluctúa entre regular y malo, huesos planos, entre ellos costillas. De acuerdo
presentando la mayoría -en especial los de las con Bunn (1981) y con experimentaciones pro-
cuadrículas A y B (niveles más profundos)- im- pias con huesos de ovino frescos, las incisiones
portante crecimiento de dendritas de transversales y oblicuas serían de corte; las
manganeso, desgaste del esmalte, tejido espon- paralelas al eje, de descarne; y las que se repiten
joso al descubierto, friabilidad, etc. implicarían corte de músculos o tendones o
c) Huellas varias quizás una preparación de la superficie de los
huesos previa a la fractura. En cuanto a la cur
El análisis macroscópico permitió detectar 361 vatura de las incisiones sobre los especímenes
piezas (24%) con diversos tipos de marcas. pJanos, es posible que se deba a las mismas ca-
Setenta y dos de ellas presentan combinación de racterísticas de los huesos que influyeron en el
más de una clase de huellas, llegando en algunos movimiento efectuado en el proceso de corte y/o
casos a poseer hasta seis distintas. Las más descarne.
abundantes son las incisiones en forma de Otro tipo de marcas son los surcos (18%)
"V" (Walker y Long, 1977: 605:616), que cortos, de más de 1 mm de ancho, de sección
alcanzan un 30%. Sobresalen las cortas (hasta 1 plana, paralelos o subparalelos entre si y profun-
mm de ancho), rectilíneas, playas a profundas, dos. Se los encuentra sobre los bordes de frac-
generalmente transversales u oblicuas con tura y bordes de costillas. Son muy semejantes a
respecto al eje longitudinal del hueso, las que surcos observados sobre dos especímenes de
fueron vistas preferentemente sobre las diáfísis Potrok-Aike, que según Mengoni Goñalons
de huesos largos, estando en algunos casos aisla- (1988, com. pers.) son originados por roedores.
das y en otros, formando haces cerca de bordes Existen otro tipo de surcos, aislados, largos,
de fractura. Incisiones medianas a largas, profundos, en forma de "S" transversal y oblicua
delgadas, rectas, de profundidad variada y al eje. Se los vio sobre una rama mandibular, un
paralelas al eje longitudinal se detectaron fragmento de metapodio y una astilla de diálisis
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 61

CUADRO N° 5
LISTA DE RESTOS ÓSEOS DE LAMA GUANICOE IDENTIFICABLES
OCUPACIONES
ELEMENTOS Y ESPECÍMENES Finales Medias Primeras TOTAL

Cabeza

• Cráneo (fragm.) — 4 6 10
• Arcos zigomáticos (fragm.) — 1 1 2
• Maxilar (fragm.) — — 1 1
• Mandíbula (fragm.) — 5 — 5
• Piezas dentarias 2 7 4 13
Tronco
Axis — — 2 2
Vert. cervicales (fragm.) — 4 6 10
Vert. dorsales (fragm.) — 3 1 4
Vert. lumbales — 1 — 1
Vert. caudales — 1 — 1
Vert. indeterm. (fragm.) — 12 6 18
Costillas (fragm.) ^ 12 6 18
Pelvis (fragm.) — 2 — 2
Extremidades
• Húmero
Epíf. prox. — 1 2 3
Epif. distal — — 2 2
Diáfisis 4 4 8

• Radio-cúbito — — 2 2
Epíf. distal — 1 1 2
Diáfisis 1 8 4 13
• Fémur
Epíf. prox. — 1 1 2
Epíf. distal — 1 — 1
Diáfisis 1 2 2 5
tj • Tibia
Epif. prox. — — 1 1
Epíf. distal — — 1 1
Diáfisis 1 2 2 5
• Metapodios
Epíf. prox. metacarpo — 2 1 3
Epíf. prox. metatarso _ 1 4 5
Epíf. distal metapodios — 6 6 12
Diáfisis 2 10 6 18
• Metacarpales — 11 1 12
• Metalárseles — 2 7 9
• Falanges
Ira. 2 8 6 16
2da. — 3 4 7
3ra. 1 5 3 9
TOTALES 10(4.48%) 120(53.81%) 93(41.70%) 223
JULIETA GÓMEZ OTERO

dr K".iii¿if (> |»H>V( - n i r r i i e de las ocupaciones cambio los de ave sí muestran mayor deterioro
por parte de carnívoros (picaduras y cilindros),
También se distinguieron picaduras o aunque se debe considerar la presencia de dos
puncturcs (14%), de forma circular u oval, cuentas sobre huesos de ave, lo que podría
(Ir I a 4 rnm de diámetro, dísiribuidos prefercn- indicar que al menos en ciertas ocasiones los ci-
temrnie sobre el ct-niro dr las piezas. En algunos lindros podrían estar relacionados con la inten-
( .isns Icis srgulcín (j estaban asociados con ellos, ción de confeccionar esos adornos.
surcos lardos y curvos; en otros estaban
dispursuis rn par con forma de cuña o coma d) Número Mínimo de Individuos (NMI)
(Silvc-ira y K c r n á n d r z , 198H; 47) sobre huesos de
mamíferos y aves (especialmente cilindricos). Aplicando el método de la Biología, estaría
I mliis esas marcas parecen vinculadas con la ac- comprobada en toda la secuencia la presencia de
tuación de carnívoros (cánidos y félidos) en el al menos 5 individuos de guanaco. Si se utiliza
prot esn ile mordisqueo (Binford, 1981). además el método ecléctico se tendría registrada
Un porcentaje importante (38%) dentro de los la presencia de 4 guanacos (2 juveniles y 2 crías)
huesos i "u huellas lo abarcan los sometidos a la en las primeras ocupaciones; 2 guanacos (1
acción del fuego, más de la mitad están subadulto y una cría) en las medias; y 1 guanaco
carbonizados; sólo una pequeña parte sufrió adulto? en las últimas.
calcinación, y el resto está quemado sin llegar a El NMI de otros taxones es el siguiente: a)
la carbonización. La mayor concentración se dio Primeras ocupaciones (1 carnívoro indetermina-
emre 80 y -90 cm, sobre astillas de diáfisis, do, 1 cricétido, 18 coruros, 1 avestruz, 1 ave
varias de las cuales muestran fractura por expo- grande, 1 mediana y dos pequeñas); b)
si( ion al fuego. Dado el reducido tamaño de los Ocupaciones medias (1 ovino, 1 zorro, 1 zorrino,
huesos no se puede reconocer si fueron quemados 1 cricétido, 6 coruros, I cetáceo, 1 avestruz, 2
en estado fresco o seco (Borrero, 1984: 42 y 43). aves grandes, 3 medianas y 4 pequeñas); c)
Existe otra clase de marcas como muescas, Ocupaciones finales (2 coruros, 1 liebre europea
negativos, astilladuras. que se interpretan como y 1 ave pequeña).
producto de percusión. Fueron detectados en los
tres niveles sobre fragmentos y astillas de diáfisis e) Partes del esqueleto representadas
de guanaco, sobre los bordes de fractura, o sobre
el cuerpo (depresiones, Gifford. 1981). Conside- El guanaco tiene representadas todas las
ramos sin descartar la posible intervención de partes del esqueleto, aunque predominan am-
carnívoros (Binford, op. cit.; Gifford, op. cit.) pliamente los huesos de las extremidades (ver
que la mayor parte de los especímenes presentan cuadro N° 5). De los otros artiodáctilos, el
claras huellas de acción humana. ejemplar de vacuno está completo y articulado, y
En síntesis, si bien se ha comprobado que de ovino sólo se halló un astrágalo. En cuanto a
sobre el conjunto de restos faunísticos actuaron los carnívoros excepto un cubito de zorrino, los
hombres, roedores y carnívoros, ha habido demás especímenes corresponden a piezas
diferencias de número y grado. Respecto de la dentarias y hemimandíbulas.
acción de los roedores sobre los huesos de Respecto de los roedores, los coruros están pre-
guanaco, se puede afirmar que sus marcas son sentes a través de todas las partes del esqueleto,
post dcposicionales porque estos mamíferos pero son mayoría los huesos de la cabeza. Los
prefieren los huesos más bien secos y libres de cricétidos están ejemplificados únicamente por
partes blandas. En cuanto a los carnívoros, hemimandíbulas. De liebre europea hay
tampoco han causado grandes daños a los restos también una hemimandíbula. Por último, se
de guanacos, ya que no se vieron cilindros, y se registró una vértebra de cetáceo.
conservaron las epífisis proximales y distales de
fémur y húmero. Es posible entonces que los pos de la fase Magallanes IV estos cánidos eran los
carnívoros se limitarán al roído y masticado de más abundantes de su tipo en la región esteparia
huesos quizás ya tratados por el hombre*. En fuera de los controvertidos perros domésticos (ver
Clunon-Brock, en Hyslop, 1988; y trabajos citados
en Orqucra, 1987: 366)- se puede inferir que los
Sc'gún I l i i i i r i f i ( i g 8 8 ) , los zorros no producen mayor carnívoros que actuaron sobre los restos de guanaco
sobre los huesos de guanaco. Como en liom- fueron zorros.
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 63

En cuanto a las aves, hay fragmentos de por supuesto carne.


costillas, esternón y tarso metatarso de avestruz,
cilindros de ave grande escápulas, costillas, g) Instrumentos y posibles instrumentos
esternón y huesos de las extremidades superiores
e inferiores de ave mediana y de ave pequeña. Para la fabricación de artefactos así como
para el aprovechamiento de puntas o extremos
í) Patrones de trozamiento y fractura del esque- naturales como utensilios, se usaron fragmentos
leto de guanaco. de diáfisis de guanaco. Los instrumentos bien
formalizados son muy pocos en los tres niveles
Los huesos de guanaco presentan un índice de (posiblemente hayan sido traídos), y se trata de:
fragmentación notable en las tres ocupaciones. retocadores, perforadores y espátulas. Todos
De los de la cabeza, el cráneo está reducido a ellos presentan huellas macroscópicas de uso,
astillas; los arcos zígomáticos están aislados; el tales como pulimento y/o brillo en los bordes o
maxilar y la mandíbula están separados en sus extremos activos, así como algunas astilladuras
ramas y luego quebrados en varios segmentos. muy pequeñas. En total se recogieron 9 artefac-
En cuanto al tronco, las vértebras están tos: a) primeros niveles (1 espátula, 1 puñal?); b)
ejemplificadas por apófisis espinosas, facetas niveles medios (3 retocadores, 1 espátula y 1
mediales y la pelvis por dos bordes superiores del perforador; y c) últimos niveles (1 retocador y
ileón. No se hallaron restos de escápula ni de una espátula).
esternón. Respecto de las extremidades, Se detectaron algunos fragmentos de diáfisis
las epífisis -salvo las desprendidas naturalmente que muestran sobre bordes supuestamente acti-
por no estar fusionadas- fueron separadas de las vos: pulimento, o redondeamiento, brillo,
diáfisis por fractura en espiral o por un tipo de astilladuras, etc. Podrían tratarse de "utensilios
fractura transversal semejante al que hubiere de uso expeditivo" (Bonnichsen y Will, 1984:18),
hecho una sierra, ya que los bordes de fractura modificados por el uso reiterado. Si así fuere
no están astillados. La mayor parte de las habría: a) primeras ocupaciones (3 retocadores,
diáfisis están represntadas por astillas, y las 4 espátulas, 2 punzones y un extremo convexo en
primeras falanges están quebradas longitudinal bisel abrupto); b) ocupaciones medias (4
y/o transversalmente. También se hallaron retocadores, 7 espátulas, 1 punta destacada, 1
lascas de diáfisis. extremo recto en bisel abrupto y otro agudo con
Fue en las primeras ocupaciones donde se microretoque); c) últimos niveles (1 punta
detectaron los patrones de trozamiento más destacada redondeada).
claros, ya que a partir de la aplicación de Existen dos diáfisis indeterminadas con
técnicas de remontaje se descubrió que las muescas profundas en un extremo, muy
epífisis distales de húmero formaban una unidad semejantes a una que se halló en Potrok-Aike.
junto con las proximales de radio-cúbito, al igual Finalmente en las tres ocupaciones se recogieron
que las distales de radio-cúbito con las fragmentos con puntas naturales que podrían
proximales de metacarpo. haber servido como formas-base o usados sin
Se manejaron criterios tafonómicos para previa formatización.
identificar posible incidencia de carnívoros y
de pisoteo sobre el grado de fragmentación de los h) Otros hallazgos
huesos, pero, por una parte -como ya se ha
tratado- los carnívoros no produjeron mayor Entre los restos de origen animal se hallaron
daño, y por la otra, el alero Juni-Aike 1 no está también: a) numerosos fragmentos de cascara de
en un lugar de tránsito, así que si hubo pisoteo huevos de avestruz; b) dos cuentas sobre huesos
fue ocasional y no reiterado. de ave de unos 18 mm de longitud por 4 mm de
A partir de lo expuesto, se puede inferir que el ancho y sección triangular decoradas con una
guanaco fue aprovechado de manera artes a nal: serie de incisiones paralelas muy finas y cortas,
sesos, lengua, posiblemente los ojos (ver Claraz, transversales al eje del hueso; c) un trozo muy
1988; Casamiquela, 1980), tendones (sobre la pequeño y delgado de cuero de color castaño
base de la presencia de vértebras cervicales), oscuro rojizo; y d) una fibra de pelo torsionada
médula, huesos para utensilios, cuero (que se de 50 mm de largo y 0.5 mm de espesor, que
separaría entre la primera y segunda falange), y parece de guanaco.
64 JULIETA GÓMEZ OTERO

Todos esos hallazgos corresponden a la PATRONES DE ASENTAMIENTO


cumbre de las ocupaciones medias (-72 a -85 cm)
en las cuadriculas A y B, donde además se regis- Dado que se ha excavado sólo una tercera
tró la mayor cantidad y variedad de materiales parte del alero, el panorama que a continua-
de toda clase, entre ellos dos puntas Magallanes ción se presentará tiene carácter estrictamente
IV tipo b. así como el más alto porcentaje de provisorio. De las tres cuadrículas la que
láminas y hojas de toda la secuencia. proveyó mayor cantidad de materiales de todo
tipo fue la B, siguiéndole en orden de importan
RESTOS VEGETALES cia la C y la A. En mi opinión esta diferencia se
debió al marcado desnivel de la roca de base- en
Se encontraron en un fogón restos vegetales el área de la cuadrícula A que impidió su
quemados identificados en aquel momento por ocupación hasta que la sedimentación la
el Lie. Prieto como pertenecientes a "llareta". emparejó con el resto de la superficie habitable
Posteriormente fueron estudiados por la Dra. del alero. Esto se advirtió a través de las huellas
Mónica Beniller, investigadora del Centro Na- de fogones que mostraron que luego de la nive-
cional Patagónico (CONICET-Pto. Madryn), lación los hogares se emplazaron más hacia el
quien determinó su correspondencia con el fondo, preferentemente sobre el límite entre las
genero Azorella, pudiendo tratarse muy posible- cuadriculas A y B. Por el contrario, el área de la
mente de Azorella caespitosa. Este vegetal, que cuadrícula C fue mayormente utilizada en las
se detectó en grandes cantidades en el paraje ocupaciones más antiguas, porque a partir de los
Juni-Aike, crece sobre las rocas y entre grietas en -85 cm y hasta los -39 el espacio estuvo invadido
forma de cojín. Sus raíces, de color castaño por grandes bloques posiblemente caídos del
oscuro, son-muy delgadas y largas y cuando se las techo.
quiebra surge un líquido pegajoso. En distintas Los fogones no estaban formalizados con
zonas del Chubut (centro-norte y Paso de In- piedras, ni se registraron los de tipo "cubeta".
dios), una planta semejante es usada como leña En la cuadricula A fueron detectados dos
por los pobladores rurales, y se la llama "leña de carnadas de vegetales, una de las cuales rodeaba
piedra". una huella de fogón y estaba parcialmente que-
También se registraron dos carnadas de vege- mada.
tales compuestas por pastos duros y ramitas muy Se distinguieron al menos doce huellas de
pequeñas (ver Patrones de asentamiento más fogón de forma y tamaño variados (diámetro
adelante). máx. entre 81 y 25 cm; diámetro mín. entre 53 y
12 cm), predominando los pequeños. Los car-
PIGMENTOS MINERALES bones eran muy chicos (más aún que los de
Potrok-Aike), lo que podría tener relación con:
En la cumbre de las ocupaciones medias, a -84 a) la leña supuestamente usada -Azorella s^.- de
cm fueron hallados granulos de pigmento rojo raíces muy delgadas; o b) mayor tiempo de
oscuro, de tono muy similar al de las pinturas ru- combustión.
pestres del alero contiguo. Muestras del mismo En el interior o perisferia de todas las huellas
fueron analizadas por el químico Miguel Harvey de fogón se observaron: lascas, desechos de talla,
de la Universidad Nacional de la Patagonia, me- raspadores agotados, puntas de proyectil rotas,
diante el método de difracción de Rayo X. La raederas, cuchillos, huesos de ave, fragmentos y
composición mineralógica era la siguiente: 90% astillas óseas de guanaco. En algunos se hallaron
de Hematita y 10% de Maghcmita y Magnetita, también yunques y percutores, guijarros
concordando ésta con la de dos muestras prove- partidos, cascaras de huevo, pigmento rojo,
nientes de la zona del río Pinturas (Iñiguez y utensilios de hueso y espcímenes de carnívoros.
Gradin, 1977; Barbosa y Gradin. 1988). Según Esto probaría que los ocasionales ocupantes del
los dos últimos autores, la conjunción de alero no sólo lo usaron para abrigarse y consumir
hematita y magnetita forman dos variedades de alimentos, sino también para ejecutar diversas
rojo: el propiamente dicho y el castaño oscuro
rojizo. tareas de extracción y mantenimiento.
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 65

RESUMEN coruros, cricétidos y carnívoros. Respecto de los


patrones de trozamiento coinciden en: a) fogones
Si se acepta que las puntas triangulares ape- no formatizados; b) tamaño muy exiguo de los
dunculadas halladas en Juni-Aike 2 corres- carbones; c) asociación de materiales líticos y
ponden a la fase Magallanes III y que por lo faunísticos con las huellas de fogón.
tanto tienen la antigüedad que Bird (en Hyslop, Las diferencias entre ambas ocupaciones se
op. cit.) obtuvo radiocarbónicamente para esa observan a partir del comienzo de los niveles me-
fase, se puede afirmar que hace 8.000 a 6.000 dios, en los cuales se nota un enriquecimiento en
añaos ya habría habido cazadores-recolectores cuanto a variedad de materiales: presencia de
visitando la zona. La gran extensión de Juni- puntas de proyectil Magallanes IV tipo b, de
Aike 2 y su alta densidad de materiales Uticos cuentas decoradas sobre huesos de ave, de un
permiten suponer que hubo una importante fragmento de cuero, de una fibra de pelo de
concentración de población, o que los asenta- guanaco, de granulos de pigmento rojo, de
mientos fueron prolongados, o que el lugar fue carnadas de vegetales, de un perforador tallado
usado reiteradamente a lo largo de los milenios. bifacialmente. En cuanto a la industria lítica se
Prueba de esto último estaría dada por la comprobó: a) incremento en el uso de sílices y
presencia de las puntas Magallanes IV tipo a. calcedonia elegidas para extraer láminas y hojas;
aunque se debe tener en cuenta que en niveles b) mayor proporción de talones retocados y
atribuibles a la fase Magallanes III se había en- puntiformes; c) aumento en la producción de
contrado puntas pedunculadas de ese tipo, láminas; d) igual porcentaje de raspadores y rae-
algunas bastantes pequeñas (Bird, en Hyslop, deras. Respecto de los restos faunísticos; b)
op.cit.). presencia de una vértebra de cetáceo que indi-
En cuanto a Juni-Aike 1, existen suficientes in- caría movimientos entre el interior y la costa y
dicios como para atribuir los tres niveles cul- posible aprovechamiento de recursos marinos; c)
turales a un único componente vinculado con la presencia de cascaras de huevo de avestruz.
fase Magallanes IV (ver Massone, 1981 y Gómez En cambio las ocupaciones finales muestran
Otero, 1988). No obstante esas tres ocupaciones no sólo poca cantidad y variedad de materiales
presentan sus diferencias dándose las mayores de todo tipo, sino también empobrecimiento de
distancias entre las finales y las dos anteriores. la tecnología lítica: a) no se seleccionaron las
Entre los niveles más antiguos y los medios se materias primas; b) no se fabricaron más
mantuvieron constantes los siguientes rasgos: a) láminas y hojas; c) hay supremacía de talones
aprovechamiento de materias primas locales, en corticales y lisos; d) las raederas son mucho más
especial el basalto; b) recurrencia en la utiliza- abundantes que los raspadores; e) hubo termi-
ción de las cuarcitas para cepillos, yunques y per- nación tosca de los artefactos. Los restos faunís-
cutores, de sílices y calcedonia para raspadores, y ticos son también escasos y poco variados. Entre
el basalto para el resto de los grupos tipológicos; los de guanaco no está representado el tronco,
c) tecnología lítica basada sobre la producción mientras que las extremediades lo están sólo por
de lascas; d) predominio de talones lisos; e) for- diáfisis y la cabeza por piezas dentarias. Un reto-
matización mediante retoque marginal o ultra- cador y una espátula son los únicos utensilios
marginal unifacial directo; f) bifacialidad res- hallados.
tringida a puntas de proyectil; g) igual propor- Respecto del esqueleto de vacuno que
ción y características de los grupos y subgrupos reposaba sellando la secuencia cultural, se
tipológicos, excepto en el caso de los raspadores; consultó al historiador Mateo Martinic, quien
h) utilización de lascas laminares, láminas y explicó que la presencia de ese animal debió
hojas para los cuchillos. En cuanto a los restos estar vinculada con la temprana introducción de
faunísticos: a) predominio de los huesos de ganado vacuno en Magallanes, traído en 1844
guanaco, representado por todas las partes del desde Chiloé. "Este ganado creció en número, y
esqueleto, en especial las extremidades; b) alto cuando en 1844 se produce el motín de
grado de fragmentación de los restos óseos de Cambiazo -y por ende la destrucción del esta-
guanaco; c) presencia de utensilios sobre huesos blecimiento y su abandono- los tehuelches
de guanaco (retocadores, perforadores, llegaron después y arrearon muchas cabezas.
espátulas), formatizados y de uso expeditivo; d) (...). El resto del ganado se alzó, yéndose a
existencia de restos óseos de aves diversas, los montes del oeste y norte de Punta Arenas. En
JULIETA GÓMEZ OTERO
66

esos lugares se desarrolló tanto que a mediados Juni-Aike de la misma manera que el de Potrok-
de la década de 1850, los habitantes hablaban de Aike. Sin embargo, la nueva información y las
la "Vaquería del Norte (norte de Punta Arenas coincidencias halladas sólo aumentaron las
hacia río Verde y campos del mar de Skyring), y interrogantes y ayudaron a percibir cierta incon-
la "Vaquería del Norte" (norte de Punta Arenas gruencia.
hacia el Otway)" (Martinié. 1988. com. pers.). Para explicar la secuencia de Potrok-Aike se
Por su parte, el taller de raspadores en vidrio habían contrastado tres modelos: el de Borrero
(Juni-Aike 3) evidencia algunas transformaciones (1984) sobre variabilidad de sitios en Patagonia,
operadas en la cultura de los tehuelches meridio- el de Binford (1980) sobre sistemas de asenta-
nales como consecuencia del contacto con los miento entre cazadores-recolectores, y el de
blancos. Pero esos raspadores reflejan no sólo Horn (1968, cit. Smith,.1983) sobre la teoría del
que la tecnología de la piedra fue reeemplazada Forrajeamiento Óptimo. Acorde con ellos se
por la del vidrio, sino también el gran consumo llegó a la conclusión que los autores de la fase
de bebidas alcohólicas por parte de estos Magallanes IV practicaron una estrategia de
indígenas, afición que se constituyó en uno de los forrajeamiento, y que dentro de su sistema de
factores determinantes de su extinción asentamiento este alero habría funcionado como
(Martinic, 1985-86). base-residencial temporaria.
En cuanto a las pinturas rupestres de Juni- Proponemos ahora desandar el camino y co-
Aike 4, tanto Bate (Í971), como Massone (1982) menzar nuevamente, parte por parte.
consideran que estos símbolos estarían relaciona- La atribución de base-residencial (Binford,
dos con una tradición estilísticas que habría co- 1980) tuvo como fundamento el hecho que en
menzado en tiempos de la fase Magallanes III y Potrok-Aike (P.A.) había claras evidencias de
perdurado hasta épocas poco anteriores al actividades múltiples, algunas de las cuales
período histórico. revelaban la presencia demujeres, lo que no con-
Resumiendo, en el paraje Juni-Aike, hay evi- cordaba con lo esperado para los otros tipos de
dencias suficientes que indican que desde épocas sitios que según el autor podían formar los forra-
quizás muy tempranas (8.000-6.000 AP) y hasta jeadores: la "localización" y el "campamento de
tiempos históricos recientes, esa zona fue visita- caza". Pero, si una base-residencial supone la
da por cazadores-recolectores. que en ciertas permanencia de un grupo autosufíciente durante
ocasiones habrían permanecido en ella por algunos días, la superficie de ese alero (y también
algunos días, mientras que en otras el tiempo ne- la de Juni-Aike 1) era muy estrecha como para
cesario como para celebrar ciertas prácticas es- que sobre ella se asentaran muchas personas si-
pirituales o mágicas, o para cazar, consumir multáneamente, y menos aún durante cierto
alimentos, fabricar utensilios, o ya en tiempos tiempo, teniendo en cuenta que al espacio
históricos recientes, posiblemente atrapar algún mínimamente habitable hay que restar el área de
vacuno de los que merodeaban en las inmedia- fogones y la ocupada por los restos de comida, los
ciones. utensilios y las esquirlas de piedra y hueso.
Según Cook y Heizer (cit. Odell, 1980) entre so-
INTERPRETACIÓN Y CONCLUSIÓN ciedades cazadoras-recolectoras, a cada indivi-
duo correspondería algo menos de 2 m. Si esto
La secuencia cultural de Juni-Aike 1 es realmente así. P.A. y Juni-Aike (J.A. 1) no
presenta rasgos muy similares a los del alero podrían haber sido habitados por más de cinco
Potrok-Aike, ya sea por su pequeño tamaño, personas el mismo tiempo. Sin embargo, resul-
como por tecnología lítica y ósea, patrones de taba difícil imaginar una partida de forrajea-
asentamiento, manejo de recursos faunísticos, miento integrada por tan pocos componentes.
etc. (ver Gómez Otero, 1988). Las semejanzas Ahora bien, Binford (1980) había planteado que
son más acentuadas aún entre los niveles tardíos si los recursos están dispersos o son escasos, los
de Potrok-Aike y las ocupaciones medias de Juni- forrajeadores pueden dispersarse en pequeñas
Aike, agregándose el hecho de ser ambos casi unidades sociales ("grupos mínimos de forrajea-
contemporáneos: 740 ± 180 años A.P. y 850 miento") conformad-as por 5 a 10 personas eco-
± 40 años A.P. respectivamente. nómicamente activas (mujeres + varones), que
Vista la gran cantidad de caracteres comunes, explotan asi un radio de caza y recolección más
parecía lógico interpretar el contexto cultural de extendido. Considerando la distribución del
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 67

guanaco -recurso primordial de los forrajeado- tores que ocuparon esos sitios, llegaron a tales
res de la fase Magallanes IV asumimos que parajes portando sus tiendas de cuero. Perso-
cumple con la condición de disperso, debido a su nalmente siempre tuvimos la convicción de que
fuerte sentido de la territorialidad (Raedecke, al menos los indígenas de esta región dispusie-
1976; Franklin, 1983; Saba, 1987), exacerbado ron de paravientos o chozas de cuero desde los
entre los grupos familiares en la época reproducti- primeros tiempos del poblamiento, y que la
va. Como en P.A. (también en J.A. 1) había elección del lugar donde asentar una base-resi-
pruebas de ocupaciones de primavera y/o verano dencial no necesariamente tuvo que depender de
(cascaras de huevos, restos de guanaco neonato, la existencia de abrigos rocosos adecuados, sino
etc.) se reforzaba la idea de una disgregación del más bien de la presencia de recursos críticos
grupo social mayor en unidades pequeñas para como agua, leña, caza, materia prima lírica, etc.
los fines de predar sobre los grupos familiares de En tal sentido Binford (1978; 289-294) sostiene
esecamélido. que "Los arqueólogos, particularmente aquéllos
No obstante ello, si a ambos parajes llegaban interesados en el Paleolítico tienen a interpretar
más de cinco individuos, ¿dónde se albergarían a las cuevas y abrigos rocosos como centros de
durante la estadía y cuánto duraría aquélla? operación". Agrega además que no encontró
Contiguos a P,A. había otros aleros que pruebas del uso de los mismos como bases-resi-
sondeados aportaron materiales culturales del denciales entre los Nunamiut actuales, ni en la
mismo tipo. Se propuso entonces que todos ellos bibliografía concerniente a 240 casos de cazado-
podrían haber sido ocupados simultáneamente res-recolectores habitantes de latitudes mayores
por sucesivas partidas de forrajeadores. Pero, de 35 grados Norte y Sur. Sin dejar de tener en
ninguno de esos abrigos era adecuado como para cuenta esta información, se consideró entonces y
una permanencia prolongada. Se contrasten se considera ahora importante no partir de esa
consecuencia el modelo de Borrero (1984) y se premisa, sino dejar que sea el registro arqueoló-
comprobó que la mayor aproximación se daba gico el que la confirme o descarte.
con el "campamento transitorio", ya que había Pues bien, supongamos que los usuarios de los
representación proporcionada de huesos de aleros Potrok-Aike y Juni-Aike llegaron y
guanaco de diverso valor económico (igual que armaron sus tiendas o paravientos de cuero al pie
en J.A. 1), lo que indicaba que el lugar de de los mismos, y que los aprovecharon como ta-
matanza debió estar cerca y que no se trató de un lleres de actividades múltiples. Si así pasó y los
campamento de caza sino de procesamiento. parajes fueron ocupados por sucesivas partidas
Por último, dada la gran cantidad de material de forrajeadores, año tras año ("nomadismo
Utico morfológica y tipológicamente semejante al atado" de Binford, op.ctt.). durante varios días,
de los aleros, encontrado en superficie en las se debería haber encontrado mucho mayor den-
inmedicaciones de ambos, se planteó que éstos sidad de materiales y más elevado NMI de
sólo habían sido usados como refugio guanaco que los registrados (8 en P.A. y 5 en
circunstancial ante las inclemencias del tiempo, J.A.l). Además esto se contradice con la gran
o como lugar de descanso nocturno. Pero, en la cantidad de piezas líticas halladas en los
campaña de 1989 en el alero Potrok-Aike se alrededores, que demuestran que fuera de los
constató que las áreas supuestamente aptas para aleros se ejecutaron acciones semejantes.
dormitorio (adyacencias de paredes y fondo (ver Proponemos entonces otras explicaciones,
Binford, 1988), estaban ocupadas por materiales para cuya justificación se asume que en las
de todo tipo, quedando por lo tanto desechada - épocas en que estos aleros fueron ocupados, las
al menos en ese lugar- la segunda posibilidad. condiciones climáticas eran semejantes a las
Por su parte, en el paraje Juni-Aike no se habían actuales. De acuerdo con los estudios sobre la
registrado otros abrigos habitables, lo que evolución del clima y la vegetación posglaciales
sugería que, si todos los grupos de forrajeadores al sur del río Santa Cruz -si bien escasos y en
que se asentaron en él no contaban con otra algunos puntos discrepantes', se puede afirmar
vivienda que los refugios rocosos, la falta de
espacio debió haber impedido la ejecución de Según Mcrcer (1970 y 1976) el avance final del hielo
muchas tareas de extracción y mantenimiento. -o 'estadio Punta Bandera"- terminó bastante
Pero, otras alternativas de explicación pueden tiempo atrás del 12.640 A.P., fecha en la que el
ser válidas si se acepta que los cazadores-recolec- Canal Jerónimo (desembocadura del Otway) ya esta-
68 JULIETA GÓMEZ OTERO

que luego del 11.000/10.000 A.P., sobrevino un Por el emplazamiento de Potrok-Aike y Juni-
período templado y seco, que hasta la actuali Aike 1 en respectivos parajes favorables para la
dad no habría experimentado cambios de supervivencia humana, por la alta proporción de
magnitud. Por otra parte, según los análisis materiales Uticos hallados en sus inmediaciones,
polínicos efectuados en el cercano alero Pali- por la gran cercanía a sitios con pinturas rupes-
Aike 1 (Massone e Hidalgo, 1981), las condicio- tres, nos inclinamos a pensar que las bases-resi-
nes vegetacionales del área no habrían variado denciales debieron estar muy próximas. La pre-
en los últimos 2.000 años, siendo dominados por sencia de vestigios posiblemente vinculados con
un ambiente de estepa. la fase Magallanes III y la prueba de ocupacio-
Pues bien, sobre la base de esos datos paleo- nes en tiempos históricos demuestran que esas
ambientales, y considerando la existencia en buenas condiciones de habitabilidad fueron re-
ambos abrigos de pruebas de ocupaciones cen- conocidas también en otras épocas.
tradas en primavera-verano, época del año Resta entonces encontrar una denominación
durante la cual la región patagónica austral se ve adecuada para estos sitios. Los de "base-residen-
sometida a la acción muy frecuente de fuertes cial temporaria" propuesto en el trabajo sobre el
vientos que soplan del suroeste, se propone que alero Potrok-Aike ya no satisface. Tampoco
en la estación cálida (fines de octubre a marzo), entusiasma el término "campamento de paso
los abrigos chicos sólo fueron usados como (Bonford y Binford, 1969) ni el de "campamento
refugio circunstancial por grupos de cazadores- transitorio" de Borrero, porque inducen a
recolectores que: a) se encontraron acampando interpretarlos en relación con itinerarios o derro-
en las inmediaciones y que por causa de algún teros, quizás fijos, quizás aleatorios, lo que coinci-
intenso temporal de viento, sus tiendas de cuero diría únicamente con la proposición *'b)". Por
no se hubiesen mantenido en pie o hubiesen su- otra parte tampoco concuerdan las caracterís-
frido alguna rotura"; o b) que en ocasión del ticas distintivas de los campamentos temporarios
traslado entre una base residencial y otra, de esos autores con las del contexto arqueoló-
hubiesen sido sorprendidos por un violento tem- gico de los aleros. Por todo ello, proponemos lla-
poral. marlos "campamentos ocasionales". Como se
En ambos casos se espera que los provisionales distinguieron sobre la base de trabajos efectua-
ocupantes ejecutaran mínimas actividades de dos en sitios de primavera-verano, en principio
extracción y mantenimiento hasta que las condi- no habría que esperarlos en los meses fríos.
ciones climáticas les permitieran abandonar los En síntesis, como consecuencia del estudio ar-
sitios. Por lo tanto el registro arqueológico queológico integral de estos dos pequeños aleros,
debería mostrar: baja densidad de materiales de muy semejantes entre sí y situados en una misma
todo tipo; alto porcentaje de instrumentos expe- zona geográfica, se pudo reconocer la recurren-
ditivos; presencia de utensilios de descarte, cia de un conjunto de rasgos defínitorios, a partir
huesos de guanaco de diverso valor económico, de los cuales se propone la existencia -dentro del
fogones pequeños y no formatizados, y pruebas sistema de asentamiento forrajeador (Binford.
de estacionalidad centrada en los meses cálidos 1980) de la fase Magallanes IV- de un tipo de
(cascaras de huevo, restos de aves migratorias, de sitio distinto, el "campamento ocasional", cuya
guanaco nonato y/o neonato, etc.). funcionalidad no estaría tan ligada a una inten-
ba libre de hielos permanentes. El lapso siguiente o
cionalidad precisa o a itinerarios pautados, como
hipsitermal habría sido templado pero habría finali- sería el caso de las "bases-residenciales" o las "lo-
zado hacia el 4.550 A.P., cuando se inició una serie calizaciones", sino más bien a tactores imprevisi-
de tres reavances neoglaciales de poca relevancia, bles o azarosos, los que en nuestra opinión,
Merccr (1976) negó que hubiera habido un reavance también merecen ser tomados en cuenta a la
glacial en el XI milenio A.P. Sin embargo los
registros patinológicos dicen lo contrario: Heusscr, hora de interpretar problemáticas arqueológi-
1966; Heusser y Rabassa. 1987; Markgraf, 1988. en cas.
Hyslop). Markgraf (op.cü.) sugiere además que
hubo incremento de la aridez en los últimos 1.000 AGRADECIMIENTOS
años, lo que también habría sido insinuado por Auer
(1958) sobre la base de datos de Tierra del Fuego.
Durante la campaña de Juni-Aike. tuvo lugar un La autora agradece la colaboración y apoyo
fuerte temporal de viento, con ráfagas de más de 100 prestados por Elsa Barbería y familia, Dr. Mateo
km/h, que produjo la rotura de las carpas. Martinic y esposa, y por los excelentes compane-
i A/ \ l i i » K l s I \ K I H t ) < a \ LA ZONA FRONTERIZA h'l

ros Alfredo Prieto y Pedro Cárdenas. Asimismo Programa de Estudios Prehistóricos,


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CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA DEL


PARALELO 52° SUR. II. EL ALERO PEGGY BIRD*

ALFREDO PRIETO IGLESIAS"

INTRODUCCIÓN Magallanes no aparecía clara y la presencia en ct


área de una variedad de sitios atríbuibles princi-
Durante el desarrollo del proyecto "Estudios palmente a los mismos permitía una probable
arqueológicos en la zona fronteriza del paralelo solución al problema, toda vez que divisiones
52° sur" se excavaron dos nuevos yacimientos ar- mal fundadas podían conducir a erradas
queológicos en el área y se continuaron los traba- concepciones sobre nuevas oleadas de población
jos en un tercero (alero Potrok-Aike) previa- o a repentinas influencias extraterritoriales
mente excavado por uno de los investigadores del (Bird, op.cit,). Otro aspecto era la búsqueda
proyecto (Gómez Otero, 1988). El conjunto de objetiva de una explicación para el cambio en el
estas nuevas informaciones ha ido perfilando tamaño de las puntas de proyectil pedunculadas,
mejor el conocimiento de las ocupaciones tardías La razón más plausible para entender dicho
(Massone, 1981) en la región volcánica de Pali cambio decía relación con la evidencia del arribo
Aike(Skewes, 1978). (¿?) del arco a la Patagonia (en el hecho éste se
En efecto esta zona era una de las mejor co- ha encontrado presente hace^ cinco siglos). La
nocidas por la arqueología austral desde que investigación buscaba entonces dar cuenta
Junius Bird realizara sus primeros estudios en la arqueológica de este arribo a través de la
década de 30 (Bird, 1988). Sin embargo, el área evidencia de una reducción de tamaño de los
requería de un conocimiento adicional para artefactos antes mencionados, pero aún sin una
ahondar en problemas referidos a una mejor posición clara respecto del rango ponderado de
tipificación de las ocupaciones, valorizando la las puntas de flechas y su técnica de caza
unicidad de tal periodo propuesta por Massone y asociada. Los artefactos bifaciales pcdunculados
destacada por Julieta Gómez Otero (Op, cit.). de los dos períodos antedichos subsumlan una
Así, la diferencia establecida por Bird entre serie de formas, variaciones de estilo, tamaños.
los períodos IV y V de la secuencia de etc. Una posible interpretación de dichas varia-
ciones podía buscarse en la reutilización de pun-
Corresponde al "Proyecto Arqueológico Conjunto tas rotas (cfr. Flenniken y Raymond 1986 y Hurt
Chileno-Argentino en la zona fronteriza del para- Thomas, 1986). La reocupación de sitios con
lelo 52° S", financiado por la O.E. A.
Aren de Historia, Instituto de la Patagonia. Uni- artefactos bifaciales en superficie podía facilitar
versidad de Magallanes. C.C. 113 — D , Punta las modificaciones de este material, toda vez que
Arenas, Magallanes, Chile. el tamaño de los módulos aumentaba hacia el
74 ALFREDO PRIETO IGLESIAS

pasado (hasta el período III en realidad) crea un ambiente particular por estar
volviéndose de este modo preformas de resguardado de los vientos dominantes del SO de
modificaciones intra e interperíodos. Las únicas modo que puede cobijar en su interior grupos de
puntas que no debieron sufrir tales modifica- calafates y algunos otros arbustos contrastando
ciones, como es obvio, serían las pequeñas fuertemente con las áridas pampas circundantes.
puntas del período V. En su fondo hay una pequeña laguna permanen-
El cambio de períodos no tenía tampoco sostén te que es frecuentada por aves y esporádicos gru
ambiental en el sentido de que dependiera de un pos de guanacos. Junto a esta laguna se encon
cambio de clima o condiciones medioambienta- traron tres instrumentos unifaciales. pero en los
les bien acotadas en el tiempo: "las condiciones alrededores no se hallaron evidencias de algún
actuales de estepa en el sector oriental estaban ya sitio de matanza (Fig. 2).
vigentes hacia e 2.500 A.P. con un clima más
frío y más seco que en las épocas precedentes de En dos bloques basálticos soldados al techo del
expansión de bosques" (Markgraf, en Hyslop. alero se encontraron pinturas rupestres atribuí-
1988). En el hecho el arribo del arco debió bles al estilo "Río Chico". Se ubican a una dis-
provocar importantes cambios en los tancia de no más de 30 a 40 cm entre sí. Se trata
agregamientos sociales y aún en las pautas de de líneas realizadas en rojo, del grueso de un de-
asentamiento ya que la aceptación de esla nueva do y el motivo más destacable es un "peine" simi-
tecnología (más certera) habría cambiado el lar a uno encontrado en Juni-Aike.
cerco por el acecho reduciendo de este modo la En la vecindad del cráter, además, existen
cantidad de cazadores comprometidos en tal numerosos yacimientos, a cortas distancias unos
actividad. de otros, ocupando afloramientos rocosos,
En definitiva la importancia que atribuimos a cañadones y bordes de lagunas. Se describen en
esta investigación no es otra que la de interrogar seguida algunos de ellos.
nuevamente el "esperado" material cultural Cerro Timone. Se ubica a 1.7 km al este del alero
desde otras perspectivas inquisitivas abiertas por Peggy Bird en un pequeño cañadón muy prote-
el tiempo. gido de los vientos en la ladera oeste del cerro
Timone. Destaca en él un matorral de grandes
Descripción del sitio y su vecindad calafates. En la cima del cerro se encontró un
pequeño conjunto de lascas. De la misma se
El cráter Peggy Bird había sido descubierto dominan una gran extensión a la redonda. Los
durante una exploración realizada en 1985*, oca- instrumentos unifaciales de este sitio son bastan-
sión en la que se le denominó en la forma ante- te más grandes que en aquel alero y aunque las
dicha en homenaje a Margaret Bird esposa y proporciones de materia prima son similares,
compañera de trabajo de Junius Bird. y benefac- destaca el aumento en cantidad y tamaño de los
tora de las actividades de investigación del Área núcleos y lascas de sílex (en el sentido de Ortiz-
de Historia del Instituto de la Patagonia. El sitio Troncoso 1970). Se encontraron también un
se ubica en la ladera sur de un cráter volcánico, pedúnculo, un limbo y una preforma de proyec-
que mide 1.500 de largo por 750 m de ancho y til del tipo Período IV. Hay asimismo restos
aproximadamente 40 m de profundidad (Fig. 1), óseos.
cortado parcialmente por la frontera chileno- Cerro Puesto Límite. Está situado a 7 km al sur
argentina. A diferencia de la mayoría de los en un afloramiento basáltico. Los artefactos
otros cráteres, sus afloramientos son de toba con unifaciales encontrados son pequeños, destacan-
algunas brechas basálticas. El alero Peggy Bird do las raederas y cuchillos, un pedúnculo, dos
tiene 14 m de largo por 2.50 a 3 m de fondo puntas P. IV, una muesca, un yunque percutor y
máximo y 1.2 m de altura. A unos 50 m al oeste tan sólo dos pequeñas lascas de sílex.
se encuentra otra formación semejante con res- Cañadón Potrok-Aike 1. Se encuentra a 3 km al
tos arqueológicos. Ambos se hayan a sotavento SO en un cañadón pastoso desprovisto de
en el borde superior del cráter y enfrentan una matorrales. Contiene un pequeño arroyo
fuerte pendiente en la que se encuentra estacional. Destaca aquí la presencia de 15
abundante material cultural. Este accidente puntas atribuibles a los Períodos IV y V, con
marcadas diferencias estilísticas; los artefactos
Martinic, Prieto y Cárdenas.
unifaciales son de sílice y basalto con sólo un
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 75
76 ALFREDO PRIKTO 1CI ESIAS

Fig. 3. Perspectiva del área fronteriza comprendida en el estudio. 1. Alero sin nombre; 2. Alero Potrok-Aike; ,
Cañadón Potrok-Aike 1; 4, Cañadón Potrok-Aikc 2; 5. Alero Peggy Bird; 6. Cerro Timone; 7. Cueva de los
Contrabandistas; 8. Alero de la Frontera; 9. Alero Timone; 10. Borde superior Laguna Timone; I I . Alero
Picana; 12. Acceso La Portada y 13. Corral del Diablo.

Fig. 4. Vista del secior fronterizo vecino al sitio Cueva de los Contrabandistas (fondo, derecha).
CAZADORES TARDÍOS F,N LA ZONA FRONTERIZA 77

pequeño nodulo de sílex. da por sedimentos pardos con intrusiones de pe-


Alero Potrok-Aike 2. Es un sitio ubicado al sur queños clastos del conglomerado y uno que otro
del mismo cañadón, donde se encontró un aflo- bloque de basalto. La capa inferior contenía
ramiento basáltico que contenta restos arqueoló- algunas eminencias de brechas basálticas.
gicos tales como puntas Periodo IV, una bola Las capas resultaron poco diagnósticas en
con surco, instrumentos y una bala del tipo cuanto a diferencias de ocupaciones, excepto por
Lefacheux. los dos fogones existentes en la línea CD que
Este proyectil fue encontrado también en Juni- podrían estar significando al menos dos pisos
Aike y Dinamarquero (Martinié, 1987). ocupacionales. Los restos arqueológicos por su
Piedra Grande. Se halla a 12 km al SO de Peggy parte no mostraron grandes diferencias con
Bird, junto a un gran bloque errático fuera del excepción de los primeros niveles de Gl en que
campo de lava. Allí se encontraron algunos arte- predominan los desechos de sílex y consecuente-
factos, todos ellos de basalto. Se trata sin duda mente los talones lisos naturales en las lascas pe-
de un pequeño campamento transitorio cuya queñas, puesto que la materia prima se presenta
fuente de aprovisionamiento de materia prima en forma de placas de unos dos a tres centíme-
lltica debiera ubicarse en algún sitio del norte tros de espesor.
pues en los alrededores no hay dicha roca.
Alero de la Frontera. Se ubica a 7 km al Este. Se 2. El material Utico
observaron algunos restos arqueológicos junto a
un panel con pinturas del estilo Rio Chico. Se pudo determinar la presencia de basalto,
Cuevas de los Contrabandistas. Está situada t a 5 sílex, sílices, obsidiana, jaspe, calcedonia. Esta
km al Este. Aquí se observa abundante material determinación es ecléctica y por lo mismo pue-
arqueológico junto a restos de botellas antiguas. den haber errores en la adscripción de algunos
En un alero vecino se encontró un negativo de materiales como los sílices. Dentro de otros en su
mano en rojo. mayoría se tabularon rocas sin fractura con-
Otros sitios cercanos con características cul- coidal, fragmentos de rodados, arenisca, etc.
turales parecidas son alero Potrok-Aike, Campo Se recuperó un total de 3.519 desechos de talla
Chile 1, 2 y 3, Acceso La Portada, entre varios. repartidos en 2.227 fragmentos de basalto, 596
(Figs.Sv4). de sílex, 427 de sílices, 27 de calcedonia, 31 de
jaspe. 78 de obsidiana y 133 de otros materiales.
EXCAVACIÓN DEL SITIO ALERO PEGGY Su distribución era la siguiente:
BIRD
Basalto Sílex Sílices Calcedonia
NIVELES SUPERIORES: 1.179 395 212 27
/. Metodología y Desarrollo Jaspe Obsidiana Oíros Total
12 56 40 1.911
Se excavaron siete cuadriculas de 1 m2 cada Basalto Sílex Sílices Calcedonia
una con una profundidad máxima de 40 cm, NIVELES INFERIORES: 1.048 201 215 10
removiéndose en total 2,8 m 3 de sedimentos. Jaspe Obsidiana Otros Total
Como las pinturas se ubicaban en la porción 19 22 93 1.608
occidental del alero se excavó bajo las mismas y Cabe notar que sólo tres de los desechos de ob-
además una cuadricula al centro del alero sidiana son negros; el resto corresponde a la
(cuadricula Gl) para controlar la variabilidad obsidiana verde de la zona del mar de Otway.
intrasitio. El amero utilizado tenia una malla de Se eligió al azar un total de 199 piezas de di-
7.5 mm. Los estratos se dividieron artificialmen- ferentes cuadrículas para examinar los talones y
te cada 5 cm por lo que en las cuadriculas EG dio otras características. Gran parte del material se
8 niveles mientras que en las líneas CD dio 4 a 5 encuentra fragmentado, especialmente las
niveles (Fig. 5 y 6). míe rol as cas.
Para efectos de orden dividimos las capas en Se observaron;
inferiores y superiores. La capa superficial tiene
de 5 a 10 cm de guano de oveja y pedregullo del Naturales Lis. Nat. Di. Fac. Pt. Fil. Lis.
conglomerado. De ahí en adelante se observaron
sólo los fogones como rasgos distintivos ya que la 4 12 11 19 20 54 79
matriz corre pareja hasta la roca base conforma-
78 ALFREDO PRIETO IG1 ESIAS

- - - 6 - - _E D C

PLANTA

fogón 1

PERFIL Í0"cm

Fig. 5. Planta y perfil de sitio Alero Peggy Bird.

Fig. 6. Alero Peggy Bird; detalle de la excavación.


CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 79

La mayoría del conjunto de desechos son las-


cas muy pequeñas, mayores de 1 cm y menores
de 3 cm. La lasca más grande del conjunto tenía
6 cm. Se observaron por otra parte 16 lascas pri-
marias, 39 secundarias y 144 internas.

3. Instrumentos
La distinción entre raederas, cuchillos y SÍLEX
37865(58)
raspadores se efectuó sobre la base de la JASPE
medición de la parte central del filo, como
propone Aschero (1983).
En general, los instrumentos unifaciales se en-
cuentran en buen estado, esto es, sólo 11 de ellos
aparecen fragmentados. No ocurre lo mismo
con las puntas. Sólo dos están enteras; tas demás
son fragmentos de aletas (5), pedúnculos (8),
limbos (3), pedúnculos y limbos (12) y ápices (2).
26 puntas y fragmentos de puntas son de basalto, 38219 38756(88)
4 de sílex y 2 de sílice, en cambio 3 de losbifaces SÍLEX CALCEDONIA
son de sílex y uno de basalto. Las puntas más
pequeñas se hicieron de sílex y sílices (Figs. 7 y8).

TABLA 1
N. Sup. N. Inf. Total
38294
Raederas: 7 8 15 SÍLEX 37941
Raspadores: 6 11 17
Cuchillos: 2 3 5 Fig. 7. Raspadores y raederas.
Raclettes: 2 2

Muescas: 3 2 5
Buriles: 1 1
Cepillos: —
— 1 1*
Puntas y Fg.Pt.: 18 14 32
Bifaces: 3 1 4
Percutor: — —
2
Piedra
(moler o grasera): — 1
Bolas — 2**
Total 88 38636 38066 38514 38637
(SÍLICE) (SÍLEX) (BASALTO) (SÍLICE)

* Se encontró otro cepillo en la ladera


** En superficie al pie del alero. Fig. 8. Tipos de puntas del nivel superior.
80 ALFREDO PRIETO IGLESIAS

A i » i * * - » »*
Ángulo Filo
N° Pieza Medidas Origen Mat. Prima parte media

38153/D1 N6 Rp.Lt. 112/71/10 Lc.sc Sílice 80


38785/G1 N8 Cp.Ft.Lt. 100/46/19 lc.sc Sílice 52
39103/r.Sup. Op.Ft.L.t. 135/67/43 Ic.int. riolita 54
38389/CD2 Rd.Lt. 77/54/14 lc.sc basalto 50
38241/D1 N2 Rd.Lt. 51/43/13 Ic.itn. basalto 52
38837/E1 N3 Rd.Lt. 45/27/9 Ic.pr. basalto 50
38428/D2 N3 Rd.Ft.Lt. 52/49/15 Ic.sec. basalto 55
38064/C3 N2 Rd. (35)/42/8 Ic.sec. basalto 50
38289/D1 N4 Rd.Lt. (57)/50/10 Ic.sec. sílice 51
38484/G1 N2 Rd.Cu.Cv. (19)/(28)/3.3 Ic.int. basalto 51/36
38149/D1 N6 Rd.CV. (26)/(21)/6.0 Lc.int. basalto 57/47
38342/D1 N5 Rd.Ft.BIt. 66/38/11 Ic.int. basalto 66/48
bifacial
38291/D1 N4 Rd. Bifacial (31)/(32)/13 Ic.int. basalto 55
38585/G1 N3 Cu.Lt. 43/30/8 lc.sc. sílice 44
38242/D1 N2 (28)/)36)/8 Ic.sec. sílice 58
38441 /D2N3 Cu.Lt. 39/25/7 Le. Prím. basalto 39
38242/D1 N2 Rd.Lt. (28)/36/8 Lc.sec. sílice 58
38480/D2/ N5 Cu.Cv. (44J/51/11 Lc.int. ... 44
38479/D2 N5 Cu.Lt. (31)/49/6 Lc.sec. sílice 50
38283/D1 N4 Cu.Lt. (43)/54/12 Lc.int. sílice 48
38771/G1 N8 Rd.Lt. (38)/(31)/9 Lc.int. sílice 51
38781/G1 N8 Cu (21)/(21)/4.5 Lc.sec. sílice 35
38780/G1 N8 Rd. (31)/(14)/8 Lc.int. sílice 52
38120/D1 N6 Cu.Ft.Lt. 34/40/6 Lc.sec. sílice 20
38292/D1 N4 Mu.Lt.Rp. (21)/39/ Lc.int. basalto 39/65
38665/G1 N5 Mu.Lt. (35)/35/18 Lc.int. basalto 50
37943/C2 N2 Mu. 'Rp.Lt. (38)/(15)/7 Lc.int. basalto 60/68
38622/G1 N4 Mu.Lt. (40)/28/5 Lc.sec. basalto 71
38219/D1 NI Mu.Rp.Ft.Blt .33/15.4 Lc.int. sílex 54/48
38472/D2 N5 Buril 25/6/4 Lc.int. obsidiana 41
— — — verde —
38016/C3N1 Blt.Cu.Ft. 61/38/12 Lc.sec. sílice 65/28
38341 /DI N5 Rp.Lt. (43)/42/13 Lc.int. basalto 71
38338/D1 N5 Rp. Rd.Ft.Lt. (37)/43/09 Lc.int. — 95/50
38907/E1 N5 Rp.Ft.Lt. 31/30/11 Lc.sec. basalto 85
38472/D2 N3 Rp.Ft.de uña 29/24/7 Lc.sec. sílex 59
38294/D1 N4 Rp.Ft. 23/10/3 Ic.sec. sílex 65
38756/G1 N7 Rp.Ft.Lt. 20/14/6 Ic.sec. sílex 60
38475/D2N5 Rp.Ft.Lt. 33/28/14 Ic.sec. sílex 120
37988/C2 N4 Rp.Ft.Lt. 21/16/5 Ic.int. sílex 50
38151/D1 N6 Rp.Ft. 23/21/7 Lc.sec. sílex 68
39012/E1 N8 Rp.Ft. (21)/16/4 Ic.int. basalto 50
39019/E1 N8 Rp.Ft. 20/21/4 Ic.sec. sílice 68
38223/D1 NI Rp.Ft. 21/17/5 Ic.prim. basalto 74
38065/C3 N2 Rp.Ft. (15)15/5 Ic.sec. sílex 72
Abreviaturas Cu. Cuchillo Ft. Frontal Lc.prim. Lasca primaria
Rp. Raspador Ce. Cepillo Ft.Lt. Fronto Lateral Lc.se. Lasca secundaria
Rd. Raedera Mu. Muesca Bit. Bilateral Le. int . Lasca Interna
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA

TABLA III zonas con mayor amplitud térmica con altas


temperaturas en verano y muy bajas en invierno
38153 Raedera 112x71x10 Lasca secund. Sil. (cerca de 60° de variación), en una de las áreas
DI N6 Lateral 80° con mayor continentalidad climática de Maga-
38789 Raedera 77x5414 Lasca secund. Bas. llanes. Los huesos parecen haber estado sujetos a
Co2 lateral 50 termofracturas, pero ello debe corresponder a
etc. largos períodos de exposición durante las esta-
ciones o a permanencias bajo la capa sometida a
4. Restos Faunísticos procesos de criogenia y oscilaciones de tempera-
turas sobre y bajo cero. Se observó una aparien-
Los restos fauníticos están en muy mal estado cia "fresca" sólo en un conjunto articulado de
de conservación con una textura porosa y líneas calcáneo, astrágalo, navicular, etc. Esta parte
de termofracturas. En su casi totalidad pertene- de los cuartos traseros está, naturalmente, muy
cen a restos óseos de guanaco a juzgar por su bien ligada siendo más fácil romper el
espesor y aspecto general. Su peso total es de metapodio que la misma articulación.
2.720 grs de los cuales 458 grs corresponden a as- En el conjunto se encontró sólo un retocador
tillas menores de 3 cm de largo. El número total de huesos realizado sobre la porción proximal del
de restos no identificados es de 517. De ellos 191 metatarso izquierdo de guanaco, pero había otro
corresponden a fragmentos de epífisis (contienen fragmento de metapodio bastante meteorizado
algo de tejido esponjoso) y los 326 restantes a que podría interpretarse como retocador. El
fragmentos de diáfísis. Se pudieron determinar primero se encontraba en buen estado de con-
190 especímenes. Del conjunto de éstos, 28 servación bajo una roca al igual que una piedra
corresponden a ejemplares juveniles, tal. vez "grasera" o sobador sobre rodado. Esta presenta
neonatos. No se encontró ningún espécimen cla- huellas de una sustancia grasa, oscura en una de
ramente correspondiente a ñandú aunque no de- sus caras. Todo ello a pocos centímetros de uno
be descartarse su presencia. Tampoco se de los fogones de la línea CD.
encontró algún resto identificable de huemul
(Hippocamelus btsulcus). Como los neonatos o 5. Otros Restos
juveniles se encuentran en toda la secuencia es
probable que el sitio haya sido ocupado recu- Finalmente, se encontraron en toda la
rrentemente durante primavera-verano. En secuencia fragmentos de huevo de ñandú, un
NMI (número mínimo de individuos) se deter- resto de Azorella y un trocito de piel, al parecer
minó a base del elemento mayormente represen- de guanaco.
tado. Esto es, cinco epífisis proximales del TABLA IV
húmero derecho de las cuales una pertenece a-un
ejemplar juvenil. Muchos elementos son frag- Restos Faunísticos Lama guanicoe
mentos óseos identificados a partir de crestas,
agujeros nutricios, carillas articulares, etc. por lo Cant./Porcen. N° Sup. N° Inf.
que su número (no así el NMI) pueden corres- Vértebra Indt. 13(6.8) 11 2
ponder a un conjunto menor. Dada las caracte- Vértebra Lumbar 2(1.0) 1 1
rísticas de conservación de los restos no se pudo Vértebra Cervical 3(1.5) 1 2
reconstituir ninguno de ellos. Sólo cinco especí- Escápula 4(2.1) 2 2
menes presentaban huellas de acción de fuego, Radioulna 11(5.8) 7 4
aparecían coloreados de negro o negro rojizo; no Metapodio indet. 31(16.3) 23 8
se encontraron huesos calcinados. Se observaron Metacarpo 3(1.5) 3
por otra parte, nueve huellas de corte, principal- Metatarso 3(1.5) 2
mente singulares y poco profundas correspon- 2a Falange 3(1.57 3
dientes a una vértebra (apófisis espinosa), 1 a Falange 4(2.1) 3
falange, segunda falange, radio, húmero, Falange indet. 3(1.5) 3
mandíbula, meiapodio y estrágalo. La mayoría Húmero 15(7.9) 10 5
de los huesos estaban en muy malas condiciones Tibia 9(4.7) 5 4
de conservación debido al ambiente que rodea al Atlas 1(0.5) 1
sitio. En efecto, el cráter se ubica en una de las Fémur 12(6.3) 8
ALFREDO PRIETO IGLESIAS
82

26(13.6) 20 tes datos acerca de la composición social de loj


Costilla indet.
Mandíbula (frag.) 1(0.5) 1 grupos que lo habitaron). Sitios como Cañadón
Molares y Premolar. 12(6.3) 4 8 Potrok-Aike o Cerro Timone son abiertos y ^
3(1.5) 2 1 permanencia en ellos requeriría algún tipo dt
Cráneo (frag.)
ARtic. indet. 13(6.8) 5 8 toldos; por ello es probable que los campamentos
Patella 2(1.0) 1 1 transitorios se ubicaran en pequeños afloramien
Astrágalo 5(2.6) 2 3 tos o aleros cercanos a campamentos base en e«
Calcáneo 4(2.1) 1 3 momento deshabitados. El conjunto artefactual,
Cuboide 2(1.0) 1 1 por su parte, indica hacia labores eminentemen
Pisciforme 1(0.5) — 1 te ligadas a la caza con excepción de los
Cuneiforme 2(1.0) 1 1 raspadores de uña, pero este tipo de artefacto
Escafoide 2(1.0) — 6 pudo ser multifuncional "dependiendo del con
texto específico su atribución funcional"
190
(Yacobaccio. 1987: 138). Pero las puntas, lai
Restos Faunísticos Ctenomys sp. muescas, retocadores, cuchillos, raederas, etc.
son artefactos relacionados con actividades de
Mandíbula 4 2 2 caza. Esta clase de yacimiento es frecuente en la
Maxila 3 3 región volcánica de Pali-Aike: "lo que tienen en
Fg. Cráneo 1 1 común es la falta de arreglos internos, la notablt
preponderancia en el uso del basalto como
Ave mediana indet. tipo Chloephaga materia prima, la fragmentación del material
óseo y la escasa variedad de restos faunistica
Fg.extrem.indet. 3 2 (Borrero, op. cit.: 45).
Tarsometatarso 1 1 Sin embargo, hay varios aspectos que merecen
Carpometacarpo 1 1 destacarse a partir de la evidencia extraída dd
Frg. Huevo Ñandú 3 1 sitio Peggy Bird y su vecindad:
No hay piezas completas, el número se refiere 1.- Sólo la caza con arco y flecha parece conducir
a fragmentos reconocibles. a este tipo de ocupaciones, ya que la caza con
El 21.5% de esta muestra pertenece a elemen- bolas o lanzas parece requerir de grupos de ca
tos juveniles. zadores más numerosos, por lo que los pequeña
aleros no podrían albergar a partidas compra
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
metidas temporalmente en un cerco y lejos de UD
A base de la interpretación del conjunto de campamento base. Es notoria, por ejemplo, li
restos podría afirmarse que las ocupaciones pri- presencia casi exclusiva de materiales atribuí
mavera-verano del sitio fueron realizadas por bles al período III en bordes de lagunas, cuevasi
pequeños grupos de cazadores con estadías de unos aleros espaciosos y no en pequeños abrigos cer
pocos días durante las estaciones más cálidas. canos, donde sí abunda material perteneciente al
Estas pudieron corresponder a "campamentos período siguiente. Cabe la posibilidad de que los
transitorios" (Borrero, 1987) que debieron estar aleros fueran habitables sólo a partir de una
fuertemente condicionados en la logística de las 4.000 a 5.000 años atrás (Período IV) por razón
sociedades de la Unidad Cultural Tardía*. Un de una mayor velocidad en la sedimentación.
conjunto de sitios vecinos-demasiado vecinos y su Por otro lado, la caza con arco y flecha pudf
cercanía con dos o tres campamentos base como independizar a grupos familiares (?), de agrega
Cerro Timone o Cañadón Potrok-Aike sugiere
dos sociales mayores y conducir a nueva
avanzadas de pequeños grupos de cazadores con
patrones territoriales y a redes de ocupación máí
anterioridad al arribo del conjunto familiar
complejas como las observadas en la región
mayor. En efecto, varios sitios de la región vol-
volcánica de Pali Aike. En el hecho el uso dd
cánica se encontraban al borde de afloramientos
arco requiere de una disponibilidad de maden
rocosos que ofrecen escasa habitabilidad en
que pudo motivar movimientos hacia, o Ínter
términos disponibles por persona (una proxémi-
ca de los distintos sitios puede entregar interesan- cambios con grupos más occidentales, en o
supuesto de que en la estepa los arbustos como o
O a campamentos ocasionales en el sentido Hp calafate no sirvieran para este fin. Un indicio di
Gómez (1989-90).
dichas relaciones puede estar señalado por 'J
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 83

presencia de la obsidiana del Otway en los sitios "Cuando usted caza con un rifle debe
esteparios. considerar cosas tales como el tamaño de su bala
En el caso del astil esto es distinto, hay muchas y su velocidad, porque un rifle'mata por schock.
maderas con que se puede fabricar (Prieto, Pero una flecha es diferente, usted puede oír a
1987). Si la rotura de puntas y astiles era fre- un arquero decir que su ciervo ni siquiera se
cuente, fuera por el tipo de impacto o por el sus- enteró de que fue herido y luego después de un
trato del mismo, ello debió corresponderse con la período se desplomó. Esto se debe a que una
promoción de un cambio tecnológico consecuen- flecha mata haciendo sangrar al animal. De
te con esta debilidad. Una de las fracturas más manera que la punta de flecha más deseable es
frecuentes de los astiles según los arqueros ac- aquella que producirá mayor sangría y esto es lo
tuales (Kovacic, com. pers. 1990) es la provocada que hace más fácil de entender el factor siash. Es
por la caída del animal sobre ellos (si no es res- simplemente la cantidad de carne que cortará y
guardada por la penetración completa en el dejará sangrando la punta de flecha conforme se
cuerpo del mismo... y aún asi). Estas fracturas abre paso". (Sin referencia de autor).
podían ser del astil completo o de la punta en el Desde esta perspectiva cuesta mucho com-
caso en que quedara sujeto a una fuerte prender cómo algunas puntas del Período V,
vibración. La rotura de las puntas Ifticas podia tipo "ona" pudieron ser herramientas de caza,
conducir a una reducción de las mismas o a su puesto que son tan pequeñas que hubiera bas-
abandono (Flenniken. Hurst, op.cü., 1987). La tado con afilar el astil para cumplir con el ob-
rotura del ápice era frecuente al caer al suelo. jetivo. Es difícil, por otra parte, creer que estas
En el alero Peggy Bird se encuentra puntas, puntas iban directo al corzón penetrando, por
limbos y pedúnculos, algunos de los limbos o los espacios intercostales puesto que gran parte
piezas completas de un mismo nivel tienen mar- de este órgano es tapado por la escápula y una
cadas diferencias estilísticas (Fig. 8) puntas N° costilla; los espacios intercostales son bastante
38636. 38066 y 38637. Ellas pudieron estas sig- amplios por lo demás. Hemos comprobado que
nificando distinciones de propiedades. en el caso de un chulengo (guanaco joven) de
Dentro de la arquería selknam (Gusinde 1982, siete meses de edad, el espacio intercostal a la
Bridges, 1952. Gallardo. 1910) es interesante altura del corazón es de 3 cm. Los selknam tira-
constatar que el cazador nunca mataba el ban preferentemente de atrás para adelante
guanaco al instante sino que debía perseguirlo a penetrando por las partes blandas del guanaco,
veces por horas antes de que cayera. En este "...con una habilidad admirable (los onas), ha
contexto cuesta entender el abandono de la bo- cen entrar la flecha por el vacío, de atrás hacia
leadora en reemplazo del arco como un adelanto adelante, a fin de que lleguen a los órganos
en la eficacia de la caza, puesto que aquélla sí vitales. Entonces se nota que el arma ha
que inmovilizaba inmediatamente al animal. atravesado el animal de parte a pane asomando
Pero esta ventaja solamente es relativa a la caza; por un lado la punta mientras que del otro sólo
otra cosa son las implicancias sociales de unas y han quedado fuera las plumas guiadoras de la
otras. flecha, se impone esta forma de herir a fin de im-
Auxiliares de la caza con arco como el perro' pedir que la flecha tropiece con un hueso, en
pudieron también influir grandemente en la re- cuyo caso se rompería y sólo haría una herida
ducción del tiempo de persecución de las presas y leve" (Gallardo, op.cü. 186). Como se ha visto
consecuentemente en el módulo de las puntas de ameriormente uno de los restos de la arquería es
proyectil. A este respecto, es de interés conocer el de minimizar el tiempo de persecusión de la
la opinión de un experto: "primero, tratemos de presa herida; ello se logra con una punta ancha
determinar cómo elegir la mejor punta de flecha sin importar demasiado el largo de la misma
para la tarea. La consideración más importante (Fig. 9). Una punta con ápice que asegure pene-
es la que nosotros llamamos el factor slask. Pa-
ra entender éste necesitamos comprender cómo
mata una flecha. FACTORSLASH

Tanto Pigafeta (1970) como Sarmiento (1950) dan Fig. 9. Según el factor slash las formas ADr> y ACB cumplen
cuenta de la presencia de estos animales entre los el mismo objetivo.
patagones.
ALFREDO PRIETO IGLESIAS

u.H ton y un ancho que dé una buena sangría es del alero. Y aunque Ia5 pinturas se encuentra
- . . I . M . i.ir f r i K . 10). Kilo, sin considerar el peso generalmente asociadas a yacimientos fa
,1. i.i misma ni el ancho de la guarnición de Período IV bien pudiera ser que se trate de ac
pluma* la que siempre debe ser mayor que la tividades realizadas en anteriores épocas. La evi
distancia dr alna a alela. Del mismo modo, dencia es "aérea" y por lo mismo difícil 4
fli-hr- i r . I u i irsr al máximo la resitencia a la pe conectar con el registro arqueológico. De todot
netraciA" "l"'< «da P°r 'a un>6n del pedúnculo a) modos este tipo de manifestación es importan^
al considerar que el registro arqueológico rj¿
astil.
cuenta más bien de modos de subsistencia, *
trabaja con el espacio de tiempo reservado j
labores de apropiación, sin embargo, estai
mismas labores implican un postfactum de ocio,
de esparcimiento. En definitiva, las pinturai
tienen una autoría dudosa; sin embargo, por Jai
I-IK 10 Pufiij <lr Cariarían Poirol» Aikc I qur reúne buena características climáticas y ambientales de |a
< .i|i.i< KJ.i(l <ir |M-nrtiai ¡6n ton ancho adecuado para zona podría relacionarse esta actividad con laj
IjviMKiid. (Tamañonitural) estaciones más cálidas. Finalmente, el sustrato
A partir de todas estas informaciones puede en que se realizaron las pinturas (prísmaj
colegirse que las puntas pequeñas "tipo ona" de basálticos) en la región volcánica de Pali Aike
Patagonia y Tierra del Fuego (cuyo ancho puede estar determinando el estilo ya que ofrece
medido en la« alelas no pasa de los 15 mm) no muy poco espacio para el trabajo, en cambio
pudieron ser empleadas como punta de flecha mucho más al oeste, en la zona del lago Sofía,
para la caza y si tal vez. como ejercicios para por ejemplo, los sustratos son más amplioj
niños o para algún otro uso desconocido. (conglomerado fino cubierto de calcita) y conse
2.- La presencia de guanacos neonatos o juve- cuentemente los motivos son más extensos y
niles requiere de una explicación adicional. Tal complejos.
vez algunas pieles de las presas eran desaprove- i. • Hasta aquí se ha utilizado la analogía
chadas, sin embargo las de chulengo eran espe- etnográfica para dar cuenta de algunos tópicos.
cialmente apetecidas en tiempos historíeos. Ya Esto lleva a suponer por la escasa profundidad a
Sarmiento (1950), indica que se vestían de que se hallaban los restos, o por las dataciones dt
"pieles cocidas entre sí". Aunque críptica, la sitios vecinos en igual contexto como Juni Aike o
referencia pudo deberse al manto del tipo Potrok Aike, que aquí se trabajó con bajas
quillanguero, en cuyo caso los cazadores debían antigüedades, tal vez no superiores a un milenio
entregar la piel fresca a la mujer para que ella la antes del presente. Esto último justifica un tamo
estaqueara y secara por varios días antes del más la utilización de los datos correspondientes a
raspado Cualquier tratamiento de pieles los indígenas históricos. Al efecto, cabe recordar
prolongaba las estadías si las mismas no se que hasta tiempo reciente (principios del siglo
desechaban, o las acortaba si las mujeres se en- XX) los aonikenk deambularon por esta zona.
contraban en otro lugar, supuesta una división La evidencia entregada por material indígena
del trabajo similar a la existente en tiempos histórico (Martinié y Prieto, 1988) y los propia
históricos. documentos contemporáneos confirman la idea
).• Uno de los supuestos utilizados para planear de una ocupación preferencial del territorio
la excavación del alero Pcggy Bird decía relación volcánico y peri volcánico, haciendo del mismo
con la escasa altura a la que se encontraban las una isla geográfica y un relicto humano, durantf
pinturas rupestres (1.20 m del suelo actual). Se la fase expansiva de la colonización pastoril, quf
buscaba un piso correspondiente a una altura avanzaba por la cuenca del Estrecho de Maga
mayor. Sin embargo el "piso" encontrado fue la llanes y la del Río Gallegos. Allí, comprobada
roca base a escasos 20 ó 30 cm y sin pigmento mente, vivieron los últimos tehuelches en la parif
esperado. A juzgar por las lincas las pinturas se más meridional de la Patagonia Austral.
hicieron con los dedos. El motivo "peine" es
recurrente, fue encontrado en Juni Aike, pero es AGRADECIMIENTOS
iliflcil establecer alguna relación entre la
actividad plástica con alguna de las ocupaciones El autor expresa su reconocimiento a '3
CAZADORES TARDÍOS EN LA ZONA FRONTERIZA 85

Organización de los Estados Americanos por su technological Analysis. American


contribución financiera que hizo posible la reali- Antiquitv. Vol. 51. N° 3. 603-614.
zación del proyecto. De igual modo al señor GALLARDO. CARLOS. 1910. Los Onas. Bs.
Fernando Schmidt-, de la Misión de Chile ante la As.
O.E.A., por su decisiva intervención en la conse- GUSINDE. MARTIN. 1982. Los Selknam. 2
cusión de la misma. Un agradecimiento especial Vol.CAEA. Bs.As.
va para el señor John Fell Mac Kay por su apoyo HURST THOMAS. DAVID. 1986. Poinis ón
en las tareas de campo. Points: A Reply to Flenniken and
Se agradece además, el apoyo del Sr. Ramiro Raymond. American Antiquity.
Cárdenas, puestero de esa zona, al ayudante Sr. MARTINIC. MATEO. 1987. El uso de las ar-
Pedro Cárdenas que como siempre apoyó con mas de fuego por los Aonikenk". Ans.
pericia y acucia los trabajos de campo y fnst. Pat. Vol 17: 35-40, Punta Arenas,
finalmente al Sr. Pedro Kovacic. sin cuyos datos Chile.
y conversaciones no hubiera sido posible MARTINIC, MATEO Y PRIETO. ALFREDO.
adelantar algunas hipótesis vertidas en este tra- 1988. "Artesanía Aonikenk sobre metal a
bajo. Finalmente a las compañeras de labores la luz de los hallazgos arqueológicos".
Julieta Gómez Otero y Elsa Barbería, junto a las Ans. Insí. Pat. Vol. 18, Punta Arenas.
cuales dimos un ejemplo de integración PIGAFETTA, ANTONIO. 1970. Primer viaje
académica en el paralelo 52° S. en torno del globo. Ed. Feo. Aguirre.
Bs.As.
BIBLIOGRAFÍA PRIETO, ALFREDO. 1987. La Hecha
Selknam: Proceso de fabricación del astil
y función del emplumado . Ans. Inst.
BRIDGES. LUCAS. 1952. El último confín de la Pal. Vol. 17-31-33, Punta Arenas, Chile.
Tierra. Emece Editores S.A.; Buenos SARMIENTO, PEDRO. 1950. Viajes al Estre-
Aires. cho de Magallanes 1579-1584. 2 T.
FITZ-ROY. 1933. Narración de los viajes de le- Emese. Bs.As.
vantamientos de los buques de S.M. "Ad- S/AUTOR. The razor edge book of shárpe-
venture" y "Beagle" en los años 1826 a ning Cap. 7. Sharpening Arrowheads.
1836. Volumen MU. Bs.As. YACOBACCIO, HUGO. 1987. Los raspadores
FLENNIKEN Y RAYMOND. 1986. "Morpholo de Patagonia: un problema de multifun-
gical projectile Point Typology: ción. las. Jornadas de Arqueología de la
Replication Erperinenjation and Patagonia, Trelew.
ANS, INST. PAT. Ser.Cs.Ss.. Punta Arenas (Chile), vol. 19. 1989 1990

INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA LAGUNA THOMAS GOULD


(1980 - 1982)*
EN HOMENAJE AL DR. JUNIUS BIRD.

MAURICIO MASSONE M.

INTRODUCCIÓN A su vez, Ortiz-Troncoso (1972), publicó un


estudio de materiales Uticos superficiales proce-
En 1968 la Misión Arqueológica Francesa a dentes de la laguna Thomas Gould, entre los que
cargo de Annette Laming-Emperaire, efectuó un destacan boleadoras, puntas de proyectil, raspa-
primer sondeo en el yacimiento situado a orillas dores, lascas, núcleos y otros artefactos corres-
de la laguna Thomas Gould, localizada en el pondientes tipológicamente a los períodos III y
sector central de la extensa zona volcánica de IV de Bird.
Pali Aike, entre el río Chico y el cañadón Seco. Durante 1979, el propio Bird practicó un
El sondeo puso de manifiesto la existencia de di- nuevo sondeo estratigrafía? en el lugar, a los pies
ferentes niveles estratigráficos que contenían ce- de la alta pared volcánica que limita la laguna
nizas, carbones, restos óseos y material lítico. hacia el oeste, en compañía de John Fell hijo. El
Por otra parte, la Misión Francesa daba cuenta sondeo alcanzó varios metros de profundidad y
del hallazgo de numerosos restos Uticos sobre la permitió descubrir nuevos restos líticos y óseos en
playa que bordea la laguna, a los pies de la pared diferentes niveles estratigráficos correspondien-
volcánica (Laming-Emperaire, 1972). tes a ocupaciones tehuelches y pretehuelches
En años anteriores Junius Bird y John Fell (Bird, 1980: Com. personal).
habían recorrido los bordes de la laguna encon- La naturaleza del sitio, un campamento abier-
trando 69 boleadoras ovaladas pequeñas que co- to a orilla de una laguna de crecimiento estacio-
rresponden tipológicamente a las boleadoras nal, con un potencial estratigrafía) de interés,
características del período III de la secuencia motivó al arqueólogo estadounidense a progra-
cultural establecida por el primero de los investi- mar una investigación más amplia del yacimiento.
gadores para la región situada al norte del es- Es asi como en 1980 encabezó un nueva misión
trecho de Magallanes (Bird, 1980: Com. perso- arqueológica para el estudio de Laguna Thomas
nal; Bird 1938 y 1946). Gould, en la cual el autor tuvo ocasión de cola-
borar con el Dr. Bird, En la expedición parti-
• Corresponde al programa del Instituto de la Pata- ciparon además el Sr. Pedro Cárdenas, ayudan-
gonia "Poblamiemo aborigen de Fuego-Patagonia te de terreno y los señores Jorge Gibbons y Clau-
Chilena".
'* Arqueólogo, Dirección de Bibliotecas. Archivos y
dio Santana. La campaña se llevó a cabo en Ir
Museos. Clasificador 1400, Correo Centra), San- brero-marzo del año indicado y constituyó el úl-
tiago. timo estudio de terreno emprendido por Junius
MAURICIO MASSONE

-d CAMPO RIO CHICO

• SITIOS INCLUIDOS EN EL
ÁREA DE PARADERO.
O SITIOS MARGINALES AL
ÁREA DE PARADERO.
LIMITE INTERNACIONAL.
HUELLAS.

Bird en Fuego-Patagonia, poniendo término de El alejamiento posterior del investigador res-


ese modo a una meritoria labor científica de me- ponsable del Instituto de la Patagonia, impidió
dio siglo en el extremo sur del continente ameri- efectuar el estudio detallado de los materiales
cano. líticos y óseos rescatados entre 1980y 1982.
En febrero y marzo de 1981 el Instituto de la Transcurridos 10 años desde la campaña en
Patagonia financió una segunda campaña de es- cabezada por el Dr. Bird a Laguna Thomas
tudios en el sitio, que permitió ampliar las ex- Gould, hemos considerado un deber publicar la
cavaciones realizadas en el primer año, recom- información arqueológica disponible, como un
probando diferentes aspectos estratigráficos de homenaje a la memoria de tan destacado inves-
interés. Los estudios fueron dirigidos por el tigador, considerado con justicia como el inicia-
autor, quién contó con la colaboración de los se- dor de la arqueología científica en Fuego-Pala
ñores Mario Donoso y Claudio Santana. gonia chilena.
Durante 1982, pocos meses antes de su falle- Por tanto, este artículo se propone exponer los
cimiento, el Dr. Bird nos instó a continuar los antecedentes generales, estratigráficos, crono-
estudios en Laguna Thomas Gould, para lo cual lógicos, espaciales, y las primeras consideracio
obtuvo algunos fondos en Estados Unidos. Dicho nes interpretativas del yacimiento situado junto a
financiamiento permitió llevar adelante una ter- la laguna Thomas Gould, conocida también
cera campaña en noviembre del mismo año, que bajo los nombres "Tom Gould" y "Thomas
tuvo por finalidad efectuar trabajos estratigrá- Gold" (Martinie, 1990: Com. personal).
ficos en otros sectores del yacimiento y nuevas. Esperamos que otros colegas puedan estudiar en
prospecciones superficiales en el área, a fin de breve plazo las variadas colecciones líricas y óseas
completar la información obtenida con ante- del sitio, depositadas en el Instituto de la Pata-
rioridad. En esta última campaña el suscrito fue gonia de Punta Arenas, con el objeto de ampliar
acompañado por los ayudantes Pedro Cárdenas y el conocimiento arqueológico de las ocupaciones
Jorge Ramírez. humanas ocurridas en el lugar a lo largo de
varios milenios.
INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA LAGUNA THOMAS GOULD 89

ASPECTOS MEDIOAMBIENTALES. permitieron constatar que el borde occidental de


la laguna se encontraba a 325 m de distancia de
La laguna de Thomas Gould está localizada a la pared volcánica. En contraposición, observa-
l u . ' i km al sureste de Cueva Fell y se sitúa en el ciones aéreas realizadas en septiembre del mismo
borde inferior oriental del cerro Tehuelche, año demostraron que dicha orilla se encontraba
correspondiente a un depósito de agua de mar- a escasos metros de distancia a la pared. En
cado crecimiento estacional. Hacia el sur se en- febrero de 1981, el borde estaba situado a 115 m
cuentra limitada por el faldeo inferior de los ce- de distancia. En noviembre de 1982, la orilla oc-
rros Martín e Iturbe, al oeste limita con el cerro cidental se situaba a 60 m. Finalmente, en fe-
Walichu y hacía el norte está demarcada por un brero de 1987. se constató que la laguna estaba
suave lomaje que antecede el descenso hacia la completamente seca.
orilla del río Chico o Ciaike, en las proximida- La zona corresponde a un paisaje estepario
des de la confluencia con el cañadón Seco. con escasa vegetación arbustiva y precipitacio-
De este modo la laguna Thomas Gould está nes que oscilan entre 200 y 300 mm al año. Entrr
comprendida en una microcuenca situada entre la fauna domina la presencia de variadas aves
el río Chico y el cañadón Seco, con condiciones entre las que se cuentan ñandú (Pterocnemia
ambientales particulares al interior de la exten- pennata pennata). caiquén (Chloephaga píela).
sa zona volcánica de Pali Aike(Fig. 1). bandurria (Theristicus caudatus), patos,
En años de mayores precipitaciones la laguna flamenco (Phoenicopterus chil»>i<,is) y perdun.i
alcanza un diámetro máximo cercano a 1.5 km (Attagts malouinus). Se constata además la pre-
de extensión en la época invernal y primaveral. sencia de zorro gris (Canis grisetis), roedores y
Durante el verano su nivel decrece considerable- ocasionalmente guanaco (Lama guanicoe).
mente quedando en algunas ocasiones totalmen- Las observaciones estivales de 1980 y 1981
te seca o reducida a una pequeña laguna central permitieron constatar que el cambio de nivel de
de un diámetro no superior a 100 ó 200 m. la laguna, las diferencias de extensión y la pre-
Su orilla occidental está limitada por una sencia o ausencia de un borde húmedo próximo
alta pared volcánica que constituye parte del al sector con agua, inciden de manera conside-
faldeo inferior del cerro Tehuelche. La pared, rable en el comportamiento de las aves.
de corte vertical, recorre los bordes de la laguna En efecto, en febrero de 1980, la existencia de
en dirección norte-sur con una extensión total de un bajo nivel del agua asociado a un extenso
334 m. que da forma en su base a un extenso sec- borde fangoso, coincidió con la práctica de per-
tor protegido en forma natural de los fuertes manencia nocturna de importantes cantidades
vientos dominantes del oeste. En épocas de cre- de caiquenes y bandurrias. Por el contrario, en
cida del nivel lacustre, el sector protegido cons- febrero de 1981, un mayor nivel de la laguna y la
tituye una angosta franja de no más de 40 a 50 ausencia de un borde fangoso, estuvo relaciona-
m, mientras que el periodo de desecamiento es- da con la ausencia nocturna de dichas aves y una
tacional se convierte en un amplio espacio abier- presencia diurna más escasa; situaciones que
to de reparo. pueden ser de interés para la interpretación ar-
Mediciones efectuadas en febrero de 1980. queológica.

PLANTA DEL SITIO THOMAS GOULD


MAURICIO MASSONE
90

ESTUDIOS ESTRATIGRAFICOS ciones en la zona cercana al extremo sur del


afloramiento rocoso, con el propósito de
Durante la campaña de 1980 encabezada por observar posibles diferencias espaciales en la ocu-
el Dr. Bird, se trazó una trinchera de 14 x 3 m pación del yacimiento. De este modo se practicó
a los pies de la pared volcánica, en forma per- una cuadrícula C 2 a 247 m al sur de la trinchera
pendicular al borde de la laguna. Se escogió 1 y la cuadrícula C 3 situada a 185 m de la
para ello el sector de topografía más elevada en misma, esta última en un sector cubierto por
relación al borde de la laguna, con el propósito grandes bloques rocosos desprendidos de la
de encontrar posibles depósitos culturales pro- pared (Figs. 1 , 2 y 3).
fundos no inundados por las crecidas estaciona-
les. El lugar escogido se ubica 34 m al sur del TRINCHERA 1
límite septentrional de la extensa pared.
El levantamiento topográfico del perfil entre En 1980 las cuadrículas A-B-C y D de la trin-
la base de la pared y el borde de la laguna, chera 1 fueron excavadas de acuerdo a estrati
indicó que los depósitos superiores de materiales grafía artificial y natural. En 1981 se utilizó uní
finos contiguos a la pared, estaban situados a 8 camente el criterio de estratigrafía natural para
m sobre el nivel máximo de crecida lacustre en el estudio de las cuadrículas F y G, de la misma
tiempo reciente, límite estimado junto al borde trinchera.
de una angosta terraza cortada por acción del Por tanto, con posterioridad, debió efectuarse
agua. una conversión estratigráfica a base del análisis
La trinchera 1 se subdividió en 7 cuadriculas de los perfiles excavados, de las notas del cua
de 2 m x 3 m. En 1980, se excavaron las cua- derno de terreno y de la experiencia reunida en
drículas A-B-C y D más próximas a la pared. La las excavaciones.
cuadricula A resultó de forma irregular y de El estudio de los primeros dos años permitió
menor tamaño que las otras debido a su deli- constatar en la trinchera 1 las siguientes unida
mitación por la base del afloramiento rocoso. En des estratigráficas (Fig. 4):
las cuadrículas A y B los estudios alcanzaron una
profundidad de 6,18 m quedando de manifiesto Unidad I
un perfil estratigráfico de especial ínteres. O a 10-20 cm de profundidad. Areno-lirnosa,
En 1981, se excavaron las cuadriculas F y G de pardo claro, grano fino, con abundantes raíces.
la misma trinchera, alcanzando una profundi- Equivale al nivel 1 y parte del nivel 2 artificial
dad máxima de 3,60 m. Dichos trabajos permi- de 1980 en las cuadrículas A, B, C, D ; y a l n i v e l l
tieron recomprobar parte importante de la se- real en las cuadrículas F y G de 1981.
cuencia estratigráfica conocida en 1980 y afinar Material cultural: Escasas lascas líticas y mi
el conocimiento de los niveles superiores y medios crodesechos. Algunos restos óseos de guanaco,
del yacimiento. ñandú, otras aves, zorro y roedores.
Durante 1982, se llevaron a cabo dos excava-

LAGUNA THOMAS GOULD


PERRL ESTE-OESTE (1960-81)
DESDE PAREO ROCOSA AL BORDE DE LA LAGUNA

Sector excavado en 1980


Sector excavado en 1981
LJ Sedimentos sobre el nivel de terraza
LJ Sedimentos bajo el nivel de terraza
0 Pared rocosa
G Proyección de la pared rocosa
INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA LAGUNA I MOMAS GOULD 91

Unidad II Umdad IV
10-20 a 25-40 cm de profundidad. Es más 55-100 a 105-248 cm de profundidad. Presen-
profunda en las cuadrículas A, B y parte de C. ta un marcado buzamiento en su base, de orien-
Areno-limosa, gris-negro, grano fino. tación oeste-este. En las cuadrículas A y B la
Equivale a parte de los niveles artificiales 2 y 3 capa tiene una potencia de 5 a 30 cm. En D su
de 1980 en las cuadrículas A, B, C, y D y al nivel espesor es de 100 cm. En F alcanza su mayor
II real de 1981 en F y G. potencia de hasta 185 cm. Arenosa, gris pardo
Material cultural: extensos restos de fogón en claro, grano fino a muy fino.
B, C y D, con acomodación de piedras naturales Se trata de un depósito sin restos culturales
('i . Abundante material Utico y óseo asociado al constituido por arena que corresponde a sucesi-
área del gran fogón. vas evidencias de depositación con diferencias
Material lítico: Puntas pedunculadas de los microestratigráficas. Tan sólo en la parte
tipos período IV y V de la secuencia cultural con- superior de la cuadrícula G, entre 70 y 100 cm de
tinental (Bird, 1938). Raspadores frontales profundidad, se encontraron algunos restos líti-
pequeños, raspadores laterales, raederas y lascas. cos y óseos poco diagnósticos, sin que pueda
Materia prima lítica: basalto, sílex, calcedonia asegurarse si se trata de materiales culturales de
y otros. la base de la ocupación humana correspondiente
Material óseo: abundante huesos de guanaco, a la unidad III, enterrados a mayor profundi-
ñandú, otras aves, zorro, coruro y otros roedores. dad, o si constituyen evidencias de una ocupa-
ción anterior.
Unidad III En el depósito se encontraron algunos bloques
25-40 a 100 cm de profundidad. Es notoria- rocosos de gran tamaño caídos desde la pared en
mente más profunda en las cuadrículas A, B, una época anterior a la formación del depósito
parte de C y de G. Areno-limosa, pardo-gris, superior del nivel III.
grano fino.
Equivale a los niveles artificiales 4, 5, 6 y 7 en Unidad V
las cuadrículas A, B y parte de C, y al nivel 4 en 105-115 a 248-256 cm de profundidad.
la cuadricula D del año 1980; al nivel III real de Presenta un marcado buzamiento oeste-este.
las cuadrículas F y G del año 1981. Aparece a 105 cm de profundidad en la cuadrí-
Material lítico: puntas pedunculadas tipo pe- cula B, a 157 cm de profundidad en D y a 148
ríodo IV (una en obsidiana), raspadores cm de profundidad en F. Su espesor oscila entre
frontales pequeños, raspadores y raederas latera- 7 y 28 cm. Arenosa, blanco, grano medio a fino.
les, grandes raspadores sobre núcleo a modo de Se trata de una unidad sin material cultural.
cepillos, lascas, gran abundancia de núcleos en
la parte inferior del nivel. Boleadoras esféricas y Unidad Vi
subesféricas de gran tamaño, percutores. 115-130 a 235-344 cm de profundidad. Es de
Materia prima litica: basalto, sílice, calcedo- marcado buzamiento oeste-este. En la cuadrícu-
nia, obsidiana y otros. la B presenta un espesor de 15 a 20 cm que au-
Material óseo: abundantes restos óseos de menta en parte de la cuadrícula C, en B y en F.
guanaco, en menor proporción presencia de alcanzando en esta última una potencia de 109
ñandú, otras aves, zorros y roedores (coruro y cm.
otros). Areno-arcillosa, pardo, grano fino, con abun-
Se observaron gran cantidad de huesos de dante gravilla y roca fragmentada.
guanaco con cortes intencionales para la extrac- Material cultural: existencia de restos óseos
ción de la médula ósea. muy fragmentados y alterados de aves, cánidos,
Otros materiales: fragmento de concha guanaco y roedores. Lascas llticas principalmen-
marina indeterminada y fragmentos de cascaras te en basalto y un raspador sobre núcleo.
pertenecientes a huevos de ñandú.
1 En la cuadricula C. entre 30 y 40 cm de profundi- Unidad Vil
dad, se observó una alineación de piedras naturales 130-150 a 280-370 cm de profundidad.
de orientación norte-sur, de 3 m de largo, que pue- Arenosa a areno-arcillosa, gris, grano fino. Es
den corresponder a una disposición artificial para
servir de reparo. Entre las piedras y en su costado un nivel muy potente en las cuadrículas A y B,
occidental se extendía un extenso fogón. alcanzando un espesor de hasta 160 cm. Se
92 MAURICIO MASSONE

PARED ROCOSA

SECTOR NO EXCAVADO

LAGUNA THOMAS GOULD


TRINCHERA 1: CUADRICULA A-B-C-D
PERFIL ESTE-OESTE (1960)

O 1 2m
dibujo dt M A AZOCAR M. sobrí original de JUNUS BIRO

aprecian en esta unidad a los menos 15 eventos con gravilla, algunos rodados, fragmentos de
menores de depositación, arenosos y areno- roca descompuesta y grandes bloques rocosos.
arcillosos que van alternándose, dando forma a Pardo claro. En el depósito se detectaron en
una compleja microestratigrafía. Se trata de de- 1980 algunos restos óseos muy fragmentados de
pósitos sin restos culturales. difícil identificación y sin pruebas de una acción
cultural sobre los mismos.
Unidad VIH
280-290 a 440-450 cm de profundidad. Unidad X
Ceniza volcánica blanca. Ofrece una superficie Bajo 618 cm de profundidad. Grandes
con fuerte buzamiento de oeste a este. La super- bloques rocosos caídos de la pared volcánica.
ficie de la unidad se encuentra a 280 cm de pro- Color gris-pardo. La existencia de estos bloques
fundidad junto a la pared, a 370 cm de profun- impidió profundizar más la excavación.
didad en el contacto de las cuadrículas A-B. La
base de la unidad se presenta con una suave in- CUADRICULA C2
clinación alcanzando una profundidad entre 440
y 450cm. En noviembre de 1982 se excavó la cuadrícula
Depósito sin evidencias culturales. C 2 a 247 rn al sur de la trinchera 1. con el objeto
de conocer el comportamiento estratigráfico del
Unidad IX sitio en el borde opuesto de la pared volcánica.
440-450 a 618 cm de profundidad. Arcillosa La cuadrícula de 3 m x 3 m se trazó sobre una
INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA LAGUNA THOMAS GOIJLD 93

superficie inclinada situada a 4 m sobre el nivel se detectó además un raspador frontal de


del camino de tierra, que corresponde aproxima- tamaño mediano en basalto.
damente al borde del máximo nivel de inunda- Por otra parte, en la Unidad IV se localizaron
ción invernal. algunas esquirlas líticas, un fragmento óseo de
Allí se excavó hasta 260 cm de profundidad ave y algunos restos de coruro. entre 70 y 95 cm
encontrándose representadas las unidades estrati- de profundidad.
gráficas I, II, III y IV de la trinchera 1, aunque La Unidad V de arena blanca está presente
con una potencia algo más limitada y con una entre 95 y 105 cm, pero mezclada con cenizas
menor presencia de materiales culturales. volcánica del nivel VIII, al parecer redepositada
Sin embargo, la relación estratigráfíca y cul- por acción del agua. Allí se encontró un hueso
tural entre las unidades de la cuadrícula 2 y de ave quebrado.
Trinchera 1 es muy marcada. En la cuadrícula La Unidad VI se sitúa entre 105 y 140 cm de
C 2, bajo el nivel IV de arena estéril, se constató profundidad, con la existencia de abundantes
la existencia de un piso compacto de paleo-playa bloques rocosos. Entre los bloques se localizaron
lacustre formado por bloques volcánicos algunos restos de carbón y escasos restos óseos
medianos y pequeños algo redondeados, por fragmentados.
efecto del agua, que aparece entre 240 y 260 cm Bajo 140 cm de profundidad se apreciaron al-
de profundidad. gunos manchones débiles de ceniza volcánica
blanca que deben corresponder a remanentes de
CUADRICULA C 3 la Unidad VIII.
Entre 143 y 200 cm de profundidad se encon-
Finalmente en el curso del mismo año se traron depósitos arcillosos con granulos y rocas
excavó la cuadrícula C 3 de 165 x 150 cm y a 185 que pueden ser correlacionabas con la unidad
m al sur de T 1, al reparo de un alero rocoso estratigráfíca IX sin que existan allí pruebas
suelto desprendido de la pared volcánica. El claras de materiales culturales.
alero tiene 3,30 m de frente por 1,80 m de fondo. Bajo 200 cm se encuentran grandes rocas que
El piso de C 3 se sitúa a una altura de 5,63 m parecen corresponder al derrumbe original que
sobre el camino y el borde de la terraza que dio forma al alero.
limita la crecida invernal normal de la laguna. En síntesis, C 3 muestra un perfil estratigrafía)
En C 3 se profundizó hasta 2 m comprobando comparable a T 1, pero reducido a 2 m de
la presencia de todas las unidades estratigrafías espesor, con algunos aspectos interpretativos aún
detectadas en T 1, a excepción de la Unidad VII no totalmente dilucidados.
que no se registra en forma clara.
Entre los aspectos destacables de C 3 se cuenta CRONOLOGÍA
una estructura de fogón con piedras y restos de
carbón en asociación con elementos Uticos y Con el propósito de obtener fechados
óseos en la parte superior de la Unidad II, entre absolutos para la secuencia estratigráfico-cultu-
15 y 22 cm de profundidad. En la Unidad III ral de Laguna Thomas Gould, se enviaron en
entre 30 y 50 cm de profundidad, se localizó un 1981 cuatro muestras de carbón vegetal al labo-
extenso fogón con piedras parcialmente ratorio Gakushuin University de Japón, para su
quemadas, al cual se encontraron asociados hue- procesamiento por el método C 14. Las muestras
sos de guanaco, coruro y material Utico. Entre fueron extraídas de las unidades estratigráficas
este último material se cuenta con una raedera II y III de la trinchera 1, en sus cuadriculas A, B,
lateral, un percutor y lascas de basalto. C y D excavadas en 1980.
En la parte basal de la Unidad III, entre 52 y Los resultados fueron los siguientes:
70 cm de profundidad, se encontró un tercer fo- GAK 9193 - Parte superior de Unidad II, 470 ±
gón con abundantes huesos de guanaco, resal- 130 añosap.
tando mandíbulas y huesos largos. Estos últimos GAK 9194 - Parte inferior de Unidad II, 250 ±
muestran cortes artificiales para la extracción de 120 añosap.
la médula. Varios de los huesos estaban GAK 9195 Parte superior de Unidad III,
quemados. En la parte superior del fogón se 4.560 ± 130 añosap.
identificó un pedúnculo de punta lítica del tipo GAK 9196 Parte inferior de Unidad III,
período IV. En el sector basal de la Unidad III 1.280 ± 130 añosap.
94 MAURICIO MASSONE

Estos permiten concluir que las dos fechas que contiene evidencias de ocupación humana,
correspondientes a la Unidad II, 470 y 250 años las que deben ser anteriores a las fechas indica
ap. (1.480 y 1.700 dC), se enmarcan dentro del das.
rango cronológico del período cultural V de la
secuencia continental establecida por Junius INTERPRETACIÓN DEL PROCESO DE
Bird (1938). rango que varía entre 200 y 800 FORMACIÓN DEL YACIMIENTO.
años ap., para la región esteparia oriental de
Magallanes (Massone, 1981). En la actualidad, la pared volcánica que
Por otra parte, el contexto ergológico de la forma el faldeo inferior oriental del cerro
Unidad II presenta entre sus elementos cultura- Tehuelche, alcanza una altura de 6.40 m sobre
les, las características puntas pedunculadas la superficie de la trinchera 1. La altura de la
pequeñas del tipo período V. Por tal motivo, si pared es aún mayor a unos 50 m al sur de la
bien las fechas acusan una ligera inversión en el trinchera, alcanzando alturas de 10 o más
orden de antigüedad, en términos generales son metros, para decrecer progresivamente hacia el
coherentes con el rango cronológico y el contex- extremo sur, desapareciendo a una distancia de
to cultural que les corresponde. 334 m en relación a su extremos norte.
En cuanto a las fechas de 4.560 ap. y 1.280 ap. La fuerte pendiente del cerro Tehuelche en la
para la parte superior e inferior de la unidad es- ladera oriental y su remate sobre la abrupta
tratigráfica III, respectivamente, la inversión en pared volcánica, ha hecho posible que durante
el orden de antigüedad es más preocupante 2 . milenios se depositara gran cantidad de sedimen
Si bien ambas fechas parecían coherentes con tos finos y bloques rocosos en el borde occidental
el rango cronológico del período IV, anterior al de la laguna Thomas Gould. Esta acción debió
800 ap. y coherentes con el contexto cultural en- estar complementada por procesos de deposita-
contrado en la Unidad III, creímos que la fecha ción y erosión producto de la acción cólica y de
de 1.280 años ap. (670 dC) debía corresponder a las sucesivas crecidas y descensos del nivel
la parte superior de la unidad y la fecha de 4.560 lacustre.
ap. (2.610 aC) a la parte basal de la misma. Frente al sector central de la pared volcánica
Ambas podrían haber sufrido una confusión en están dispuestos algunos bloques rocosos,
el laboratorio Gakushuin, similar a la señalada situados en la pendiente que toca el borde de la
en la nota a pie de página. laguna. Por su parte, frente al sector sur de la
A fin de solucionar este problema, en 1981 se pared, en las proximidades de la cuadrícula C 3,
envió al laboratorio Dicarb Radioisotope CO de se encuentran abundantes bloques rocosos de
Florida U.S.A., una nueva muestra de carbón gran tamaño, caídos del cerro Tehuelche y que
vegetal procedente de la base de la unidad estra- dan forma a pequeños abrigos rocosos, entre los
tigráflca III obtenida de la Trinchera 1, que destaca aquél que contiene el depósito C3.
cuadrícula G, excavada en el mismo año, para La información obtenida de las excavaciones
obtener una nueva datación. El resultado fue el realizadas en la trinchera 1, cuadrículas C 2 y C
siguiente: 3 y las observaciones superficiales del sitio, per-
Dic. 2320-4280 + 50 ap. miten postular el siguiente proceso de formación
Esto confirma que el inicio de la unidad estra- de depósitos naturales-culturales que abarcan
tigráfica III, que corresponde al inicio del varios milenios.
período cultural IV en laguna Thomas Gould, se En el sector de la trinchera 1, el primer even-
remonta a 4.280 - 4.560 ap. (2.330-2.610 aC). to de depositación Tegistrado corresponde a la
Hasta el momento no se han obtenido aún caida de grandes bloques desde la pared
fechados de la unidad estratigráfica VI inferior, volcánica, que quedaron ubicados bajo 6,18 m
2 En cana del 6 de mayor de 1981, el Dr. Kunihiko con respecto a la superficie actual, cuando los
Kigoshi del laboratorio Gakushuin envió al autor los sedimentos superficiales próximos a la pared se
resultados de 10 fechados radiocarbónicos, seis co- encontraban prácticamente al mismo nivel del
rrespondientes a muestras del alero Pali Aike 2 y 4 borde de la laguna o quizás la laguna llegaba
procedentes de Laguna Thomas Gould. En la carta
se excusaba por un error inicial cometido en el labo- hasta la misma pared volcánica.
ratorio Gakushuin. al invertirse la numeración de dos Este proceso inicial de depositación represen-
muestras de Palí Aike, error que el propio Dr. tado en la unidad estratigráfica X, debió ocurrir
Kigoshi detectó. en una fecha incierta que puede situarse tenta
INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA LAGUNA THOMAS COULD 95

25.692 24.603 27.138


27.140

18.685 19.653
f25.122

* * *
18.686
18.689 27.372

27.033 17.154 21.494


17.103

22.719 2cm

F'g. 5. Instrumentos llticos del sitio Thomas Gould. a: raedera-cuchillo; b: puntas Periodo 111; c: puntas Periodo
IV; d: puntas Periodo V; e: boleadoras ovaladas Periodo 111; f: boleadoras Período IV; g: cepillo.
96 MAURICIO MASSONE

tivamcnte con anterioridad a 10.000 años ap., del período IV y por sobre el nivel de ceniza
por antecedentes indirectos que se indicarán más volcánica, hacen pensar en la posibilidad que se
adelante. trate de restos dejados por los cazadores del
Posteriormente, prosiguieron depositándose período III continental. Por otra parte, a orillas
grandes bloques que fueron cubiertos por de la laguna en la superficie situada a unos 30-50
material arcilloso con gravilla y algunos rodados m de distancia de la trinchera 1, se han
de posible origen fluvioglacial, dando forma a la encontrado abundantes boleadoras y puntas del
unidad estratigráfica IX. Durante este período tipo período III. Al respecto consideramos que
quedan dispuestos en el sitio algunos restos óseos estos materiales, de estar representados estrati-
sin que pueda asegurarse si corresponden a un gráficamente, deberían encontrarse en la
proceso de depositación cultural o natural. Unidad VI.
A continuación se depositó en el lugar una im- A continuación de los restos dejados por la
portante cantidad de ceniza volcánica blanca, ocupación humana del nivel VI se depositó en el
muy similar a la capa de ceniza de la Cueva Pali sector norte del yacimiento una capa delgada de
Aike identificada como tephra I de Auer (1974), arena blanca (Unidad V), que sella la superficie
con una antigüedad de 9.000 años ap. De ser anterior y la separa de los estratos de arena gris
correlacionares ambas cenizas volcánicas, superiores. La Unidad V está representada en
situación aún no precisada, la Unidad VIII de los sectores norte y central sur del sitio, sin em
Thomas Gould podría tener la antigüedad abso- bargo no se aprecia en el extremo sur del mismo.
luta referida. Por su parte, la Unidad IV parece corres
Posteriores sedimentos de arena fina micro- ponder a depósitos de arena traídos por acción
estratificados por probable acción cólica y some- cólica que pudieron estar afectados en diferente c
tidos a reordenación debida a sucesivas crecidas momentos por las crecidas del nivel de la laguna
de las aguas lagunares, barrieron buena parte a juzgar por su microestratigrafía.
del depósito cinerítico, dejando en la trinchera Hace aproximadamente 4.500 a 4.200 años
1, sólo un testigo que alcanza junto a la pared un ap. nuevos grupos humanos se hacen presentes
espesor de hasta 70 cm. Sin embargo, la en el lugar y ocupan la superficie próxima a la
marcada inclinación del nivel de la ceniza en su pared volcánica para protegerse de los agentes
extremo occidental, da cuenta de una acción de climáticos. Se trata de cazadores prototehuelchcs
socavamiento. Por otra parte, en C 3, sobre los del período cultural IV, que escogen preferente
débiles testimonios de la unidad de ceniza se mente el sector norte del yacimiento para estable
encuentran los depósitos de arena con restos de cer campamento, siendo probable que estos luga
matriz cinerítica mezclada, producto de la res. junto con proporcionarles reparo, pudieran
redepositación secundaria por acción del agua. servir de escondites para acechar a las presas que se
Los niveles microestratifícados de arena fina se acercaban a los bordes de la laguna, facilitando su
suceden a lo menos en 15 eventos que dan forma cacería.
a la unidad estratigráfica VIII, entre 370 y 150- Los abundantes restos de fogones, de mate-
130 cm de profundidad. riales culturales asociados, su despersión espa
El evento depositacional siguiente corresponde cial y la sucesión estratigráfica que ofrecen, en la
a la Unidad VI conformada por materiales Unidad II de la trinchera 1, indican que se tra-
areno-arcillosos, gravillas y roca fragmentada. taba de un campamento utilizado en forma re-
La superficie de esta capa presenta cierta incli- currente por los grupos cazadores del período
nación hacia el borde de la laguna, no obstante, cultural IV, hasta probablemente unos 1.000
el material lítico y óseo detectado tanto en la años ap.
superficie como al interior de la unidad, está Los fragmentos de cascaras de huevos de
indicando la primera presencia humana cierta ñandú ponen de manifiesto una ocupación en la
en el sitio. Se trata de cazadores terrestres que estación de primavera a lo menos en uno de los
aprovecharon presas como guanaco, aves, momentos correspondientes al período IV. Este
cánidos y roedores. hecho, la presencia de una concha marina en
Si bien no se encontraron elementos tecnoló- una zona alejada de la costa, la gran cantidad de
gicos diagnósticos para afiliar esta presencia huesos de guanaco con cortes intencionales para
cultural a un período definido, su posición es- la extracción de la médula y la diversidad de
tratigráfica intermedia por debajo del depósito otras especies animales registradas, dan cuenta
INVESTIC'.ACIONES ARQUEOLÓGICAS F.N LA LAGUNA I MOMAS GOUI.D 97

de un aprovechamiento amplio de todos los re- durante este período final destacan los avista-
cursos disponibles. El análisis detallado de los mientos de tehuelches en los sectores de Dina-
materiales óseos podrá indicar a futuro si dicho marquero, valle del Bautismo y valle del rio
patrón corresponde a pautas habituales de los Zurdo, como lugares predilectos de paradero
grupos prototehuelches en diferentes períodos (Massone, 1979).
del año, o bien si se trata de una diversidad re-
lacionada con el problema de disponibilidad de RELACIONES ESPACIALES Y
carnes magras en una específica. CONCLUSIONES
El sector más meridional del sitio fue el menos
ocupado durante este período, a juzgar por las Los antecedentes analizados indican que el
escasas pruebas culturales encontradas en la sitio de laguna Thomas Gould corresponden a
cuadrícula C 2. Su proximidad al borde sur de un extenso campamento que fue ocupado en
la pared volcánica, hace de él un sector de escaso forma reiterada durante diferentes periodos por
abrigo azptado con frecuencia por el viento. grupos cazadores terrestres de tradición tehuel-
La unidad estratigráfica II demuestra que los che y proto-tehuelche.
cazadores del período cultural V continuaron Las características del yacimiento con impor-
utilizando el sitio como un lugar de campamento tantes concentraciones de materiales líricos y
entre 470 y 250 años ap. (1.480 a 1.700 dC), óseos asociados a restos de fogones en diferentes
correspondiendo ya a grupos tehuelches meridio- sectores, junto con su especial situación de
nales (aónikenk) de la fase pre-ecuestre. reparo al pie de la pared volcánica, a orillas de la
Durante el período se mantienen las principa- laguna, indican que debió tratarse de un sitio de
les pautas de asentamiento desarrolladas en la campamento base o lugar de paradero habitual,
época anterior. A jiivel tecnológico junto con localizado a 10,5 km al sur-este de cueva Fell, a
perdurar el uso de la punta pedunculada ancha 16 km al ñor oeste del cráter Pali Aike y a 9 km al
de tipo período IV r surge el uso complementario norte del campamento Rose Aike,
de una punta pedunculada más pequeña y de fi- La concentración espacial de numerosas bo-
na terminación relacionada con el empleo del leadoras ovaladas y puntas de proyectiles ape-
arco y flecha. dunculados y pedunculados asimilables a los pe-
Llama la atención durante algún momento de ríodos culturales III, IV y V, encontradas en la
esta etapa, la dispersión de restos de fogón y superficie del borde húmedo de la laguna, indi-
otros materiales culturales asociados, junto a una can que el espacio próximo al agua correspon-
alineación de piedras naturales que parecen co- día además a un sector de cacería, contiguo al
rresponder a una disposición artificial a modo de campamento.
reparo, antecedente de singular interés por Consideramos que un paradero de tanta im-
cuando hasta el momento se conocía para el área portancia debió estas vinculado a otros sitios
tan sólo la práctica aónikenk de acumular satélites, necesarios para completar las diferen-
piedras en los chenques, para cumplir una fun- tes actividades de subsistencia de estos grupos
ción funeraria. nómades, constituyendo en conjunto un área de
El depósito superior del yacimiento (Unidad paradero, de modo similar al patrón de asenta-
1), indica una continuidad más débil en el uso miento detectado en la costa del estrecho de Ma-
del sitio con posterioridad al 1.700 dC., por gallanes (Massone, 1979 y 1984).
parte de los grupos aónikenk. Hasta el momento Un estudio de los sitios arqueológicos más
no se han encontrado evidencias de elementos próximos situados en un radio 5-7 km desde el
metálicos o vitreos, diagnósticos de una ocupa- campamento de Thomas Gould, permiten visua-
ción tehuelche correspondiente a su fase ecues- lizar una relación posible en dicho sentido.
tre final, detectada en otros sitios de Magallanes En efecto se han localizado a lo menos 9 sitios
como es el caso de Dinamarquero, Juniaike y San próximos de menor relevancia pero que parecen
Gregorio (Martinic y Prieto, 1985-86 y 1988). cobrar sentido especial si los entendemos vincu-
Los antecedentes etnohistóricos para la lados al yacimiento estudiado, dando forma a
segunda mitad del siglo XIX, incluyen escasas una red de asentamiento local, a lo menos
referencias relativas al área de estudio, que durante algún periodo de tiempo.
aluden principalmente al valle de Ciaike y La Cerro Tehuelche 1. Pequeño abrigo rocoso
Portada, situados más al oeste. Por otra parte, situado cerca de la cumbre del cerro homónimo
98 MAURICIO MASSONE

y a unos 500 m de distancia al oeste del sitio avanzada próximo a un lugar de matanza.
Thomas Gould. Allí se localizaron escasos ma- Cerro Conlreras 1. Escaso material lítico y óseo
leriales Uticos entre los que se cuenta una rae- dispuesto a los pies de un abrigo rocoso situado
dera. El lugar parece corresponder a un sitio de en la ladera norte del cerro indicado y a 6 km al
protección ocasional y divisadero de presas para sur-este del sitio Thomas Gould.
la caza, Cerro Navarro 1. Restos Uticos y óseos
Cerro Martín 1. Concentración de material lítico localizados junto a un reparo de rocas en la
en la cumbre del cerro, sin protección rocosa. Se ladera superior oeste y nor-oeste del cerro y a
trata de un área de actividad de taller lítico en (6,5 km al sur-este de Thomas Gould. Entre los
altura, asociado a un divisadero de presas. Entre materiales se encontró una punta fragmentada
los materiales liticos destaca el hallazgo de una del tipo período III.
punta tipo período IV. El lugar está situado a 3 Todos los sitios indicados a excepción de
km al suroeste del campamento Thomas Gould. Thomas Gould se encuentran localizados en el
Cerro ¡turbe 1. Concentración de material lítico perímetro delimitado por la microcuenca de la
en la cumbre del cerro. Área de talla lírica aso- laguna, que en su lado oriental cae el cañadón
ciada a un sitio de divisadero, de características seco, hasta tocar los cerros Contreras y Navarro.
similares al anterior. El sitio está localizado a 5 La afinidad cultural de los principales hallazgos
km al sur-este del campamento Thomas Gould. liticos y óseos en los yacimientos referidos, su
Cerro ¡turbe 2. Escasa concentración de material proximidad espacial y su funcionalidad diferen-
lítico junto a un pequeño abrigo rocoso, en el ciada, están indicando que a lo menos, durante
borde sur-occidental de la laguna de dicho cerro, algunos períodos, uno o más de estos sitios debió
a 4,5 km al sur de Thomas Gould. Destacan en estar vinculado con el campamento base de
el sitio algunas lascas y la presencia de una punta Thomas Gould.
sin aletas que parece corresponder al rango de Las pruebas analizadas indican que en
las puntas cola de pescado, del período cultural I algunos momentos de los períodos III, IV y V, los
(Jackson, 1990, MS.). grupos instalados en Thomas Gould utilizaban el
Cerro Walichu J. Alero rocoso situado en el campamento situado a los pies de la extensa pa-
sector nor-oeste del cerro, con abundantes restos red volcánica como lugar de parada. Los espa-
óseos y material lítico superficial. Destacan 2 cios próximos a los bordes de la laguna eran
puntas tipo período IV y 2 tipo período V. El aptos para la cacería, especialmente en los mo
sitio se localiza a 3,5 km al este del campamento mentos previos a la instalación del campamento,
Thomas Gould. puesto que la cuenca que rodea la laguna se
Cerro Walichu 2. Restos óseos y liticos superfi- presta para la estrategia de realizar círculos di
ciales situados a 4.5 km de este-sureste de caza, considerando además la abundante fauna
Thomas Gould y localizados en la ladera sur-este actual que frecuenta el lugar y la gran cantidad
del cerro, junto a una alineación rocosa natural, de restos óseos encontrados. Por otra parte, los
en la pendiente que baja al cañadón seco. Des- bloques rocosos próximos a la laguna, podían
tacan el hallazgo de una boleadora esférica frag- permitir también la posibilidad de acecho a
mentada. corta distancia.
Cañadón Seco 2. Sitio con paneles de pictogra- En forma alternativa disponían de algunos
fías localizados en el curso medio inferior del reparos menores bajo techo, como Cerro
Cañadón Seco, inmediatamente al sur-este de Tehuelche 1, Cerro Walichu 1 y Cerro Contreras
Cerro Walichu en el sector más encajonado de su 1, como espacio de refugio ocasional para algu-
curso y a 5 km al sur-este del yacimiento Thomas nos individuos.
Gould. Las pinturas rupestres corresponden al Por otra parte, la amplia visión geográfica que
sub-estilo Río Chico, vinculado en gran medida se obtiene desde las cumbres de los cerros Martín
con la tradición de cazadores tardíos continenta- e Iturbe en todas las direcciones circundantes,
les (Massone, 1985). En el lugar se detectó debió constituir un atractivo de interés para uti-
además una concentración de huesos de guanaco lizar esos lugares como sitios de avistamiento y
expuestos en un corte del terreno, bajo el sector seguimiento de presas a larga distancia, con el
más abrupto de la pared, restos que podrían objeto de planificar los desplazamientos a mayor
corresponder a evidencias de una actividad de escala, en el área cercana a la laguna Thomas
caza o bien a restos de un campamento de Gould, o bien para decidir el traslado del cam-
INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA LAGUNA TIIOMAS GOULD 99

pamento base a otra área de paradero. En Fennoscadian ocean levcl transgirssiuns


dichos cerros de origen volcánico podían obtener and regression of thr l.itrst gl.n iation"
también algunas materias primas para el trabajo Anuales Actiflciniar scientiarum (i-nmctn-
Utico. Serie A l l í . Helsinki.
Asimismo, en diferentes períodos, los BATE.' LUIS FELIPE. 1971. Primeras investí
cazadores asentados temporalmente en laguna gaciones sobre el arte rupestre de la Pala-
Thomas Gould, debieron incursionar en el gonia chilena. (Segundo informe). Ans.
cañadón Seco, donde se han localizado abruptas Insi. Pal. l¿: 33-11. P u n t a Arenas.
paredes rocosas con presencia de pinturas rupes- 1978-79. Las investigaciones sobre los ca-
tres del sub-estilo Río Chico, en el sitio cañadón zadores tempranos en Chile Austral. Tra-
Seco 2. Este sector encajonado del Cañadón pananda año 1. N° 2: 14-23. Aisén.
Seco pudo representar además un excelente lu- Chile.
gar para sorprender y encerrar animales de caza. BIRD, J U N I U S . 1WH ' Amiquity and migrations
Finalmente es preciso señalar que fuera del of thc early inhabitants of Patagonia".
sistema de la micro cuenca se encuentran Thc Geographical Review. Vol. 28 N° 2:
algunos otros sitios próximos de interés como son 250-275, New York.
los sitios con arte rupestre Rio Chico 1 (Bate, 1946."Thc Archaeology of Patagonia",
1978-79), cañadón Seco 1 (Bate, 1971), cañadón Handbook of South American Indian\,
Seco 4 (Massone, 1985) y los yacimientos con ma- Burean of American Ethnology Vol.
terial lítico y Óseo de los períodos tardíos IV y V 143, N° 1: 17-24, Washington.
denominados cerro Schmid 1, 2 y 3, localizados JACKSON, DÓNALO. 1990. Hallazgo de punta
por el autor y miembros del Instituto de la Pa- "Cola de Pescado" en Patogenia Meridw
tagonia en 1982, al este del cerro Navarro. na/(MS).
Dada la relativa cercanía al sitio de Thomas L A M I N G - E M P E R A I R E 1972. Annette. Sites
Gould, inferior a 10 km es posible que los caza- prehistoriques de Patagonie Chilienne.
dores asentados en dicha área de paradero, in- Objets et Mondes: 201 224. París.
cursionaran en algún momento en tales sitios. MARTINIC, MATEO y ALFREDO PRIETO.
No obstante, es posible que algunos de estos yaci- "Dinamarqucro, encrucijada de muís in-
mientos haya tenido una mayor relación con otra dígenas". Ans. Inst. Pat, 16: 53-83. Punía
red de paraderos vecina, como podría ser la de Arenas.
Fell, Rose Aike o Pali Aike. 1988. "Artesanía Aonikenk sobre metales
De este modo, la laguna Thomas Gould pare- a la luz de hallazgos arqueológicos". Ans.
ce constituir el punto nuclear de un área de pa- Inst Pat. 18: 99-105.. Punta Arenas.
radero, con un radio fluctuante entre aproxima- MASSONE, M A U R I C I O . 1979. "Panorama el
damente 5 y 7 km de extensión probable, en la nohistórico y arqueológico de la
cual una comunidad de cazadores podía desa- ocupación tehuelche y protohuclchc en la
rrollar sus múltiples actividades de subsistencia costa del Estrecho de Magallanes". Ans.
aprovechando sitios alternativos para funciones Insí. Pat. 10: 63-107. Punta Arenas.
diversificadas, con el propósito de optimizar la 1981. "Arqueología de la región volcánica
explotación de los recursos naturales existentes. de Pali Aike (Patagonia Meridional chi-
lena)". Ans. Insí, Pat. 12: 95-124. Punta
AGRADECIMIENTOS Arenas.
Deseo agradecer de modo especial a la señora 1984. "Los paraderos tehuelches y
Peggy Fell y su familia por el gran apoyo brinda- prototchuclchcs en la costa del estrecho de
do durante las investigaciones efectuadas en la- Magallanes". Ans. /nst. Pat. 15: 27-42.
guna Thomas Gould. De igual modo compro- Punta Arenas.
meten mi gratitud los encargados de la sección 1985. "Estudio comparativo de nuevos si-
Dicky que permitieron nuestro trabajo en la lo- tios con pinturas rupestres aborígenes de
calidad y todos quienes colaboraron en las dis- Magallanes". Estudios en Arte Rupestre.
tintas etapas del mismo. 205-223. Santiago.
LITERATURA CITADA ORTIZ-TRONCOSO. 1972. "Material lítico de
Patagonia Austral. Seis yacimientos de su-
AUER, VAINO. 1974. "The isorhithmicity sub- perficie". Ans. ¡nst. Pat. 3: 49-82. Punta
sequente to thc Fuego Patagonian and Arenas.
ANS. INST. PAT.Ser.Cs.Ss., Punta Arenas (Chile), vol. 19, 1989-1990

LA IDENTIFICACIÓN DE LOS MAMÍFEROS MARINOS EN LOS


SITIOS CANOEROS DE PATAGONIA: PROBLEMA Y CONSTATACIONES

DOMINIQUE LEGOUPIL*

La excavación arqueológica de los dos yaci- En cada caso más del 90% de la alimentación,
mientos de indios canoeros del mar de Olway, calculada en valor calórico, está dada por los
Punta Baja y Bahía Colorada, nos ha permitido pinnipedos. En Punta Baja, un mínimo de
constatar la importancia preponderante de los setenta Otaria flavescens fueron contabilizados,
mamíferos marinos y, particularmente, de los entre los cuales habían más de un 70% de
otáridos, en la dieta alimenticia local. A partir individuos jóvenes (Legoupil, 1989) y, en Bahía
del estudio de más de 20.000 vestigios óseos, Colorada 63 Arctocephalus australis, casi todos
se puede plantear algunas interrogantes bien es- adultos, como lo testimonia una buena epifiza-
pecificas a los arqueólogos, en razón al aspecto ción, en general, de los huesos (Legoupil, en
residual y selectivo de los restos. Estos problemas preparación).
pasan generalmente desapercibidos para los Algunos delfines aparecen igualmente dentro
zoólogos y biólogos que trabajan a menudo sobre de esta alimentación común a ambos yacimien-
animales completos e incluso, algunas veces, tos; en cambio, la nutria fue encontrada sola-
conocidos en vida. mente en el sitio de Punta Baja y no existe la cer-
Son algunos de estos problemas y nuestros re- teza que fuera utilizada en la dieta alimenticia.
sultados que hemos querido exponer en este Al parecer, en el caso de los fragmentos óseos de
artículo. cetáceos, éstos fueron recolectados en las playas
Punta Baja y Bahía Colorada son dos yaci- para fabricar utensilios. Por ello no pueden ser
mientos muy semejantes, situados en el mar de tomados en cuenta dentro del análisis de los
Otway a una decena de millas marinas el uno del restos de comida. Por último, un diente
otro: el primero situado a la entrada del fiordo quemado de cachalote, encontrado en Bahía
Silva Palma, el segundo en la isla Englefield (Fig. Colorada, podría tener una significación pura-
I). No obstante, cinco milenios los separan: mente ritual o estética.
Punta Baja fue datado en 280 + 70 A.P. y Bahía Dada su importancia económica los pinnipe-
Colorada tiene una datación de 5.500 + 70 A.P. dos retuvieron particularmente nuestra aten-
Ambos sitios son campamentos en donde la caza ción.
de mamíferos marinos, y particularmente de
pinnipedos, fue preponderante (Fig. 2). A. Los otáridos: problemas de especies

Dos especies principales de otáridos


Centre National de Recherche Scieniifique. París,
Francia. frecuentan aún hoy en día los archipiélagos de
102 DOMINIQUE LECOUPIL

Estrecho de Magallanes

OCÉANO ATLÁNTICO

TIERRA DEL FUEGO

OCÉANO PACIFICO

Fig. 1. El mar de Otway: Los yacimientos de Punta Baja y Bahía Colorada.

Patagonia: los grandes lobos comunes o leones cuentena de kilogramos para las hembras adul
marinos (Otaria flavescens) y los pequeños lobos tas y alrededor de 150 kg para ios machos adultos
finos (Arclocephalus australis). (según las cifras de King, 1954 y Nigel-Bonner,
En vida, ambas especies son muy fáciles de re- 1981); se caracterizan por una bella piel oscura
conocer. constituida por dos tipos de pelaje diferente y
Los lobos finos son pequeños y ágiles, pesan de superpuesto; por eso también son llamados lobos
3 a 5 kg en el caso de los recién nacidos, una cin- de dos pelos.

otaridae
otros

PUNTA BAJA BAHÍA COLORADA

Fig. 2. Espectros faunísticos de las especies consumidas en Punta Baja y Bahía Colorada: valores calóricos
IDENTIFICACIÓN DE MAMÍFEROS MARINOS EN SITIOS CANOEROS 103

Arctocephalus australis

Fig. 3. Cráneos de Otaria flavcsccns y de Arclocephaliu: vista del hueso palatino y arco dentario: a) esquemas reducidos
extraídos de Siefeld. 1983. 7. b) Otaria flavesceiu y Arctocephalus australis (col. Inst.Patagonia). c) Otaria
flavescens y Arctocephalus galapagoensis (Museo Nacional de Historia Natural, París).

Los leones marinos son más grandes: su escala zoólogos. En efecto, mientras no se encuentran
de dimensión es más amplia entre los recién en el agua, viven agrupados sobre loberías gene-
nacidos de 12a 15 kg hasta los machos viejos que ralmente específicas. La cohabitación interes-
pueden pesar 300 kg. Su pelaje, corto y áspero, pecífica es excepcional: muy ocasionalmente se
de color claro en los adultos, es muy caracterís- conocen algunos casos individuales.
tico; particularmente en los machos de edad Lamentablemente estos medios fáciles de
avanzada, quienes son reconocidos por su larga identificación, para zoólogos y etólogos, no se
melena rubia, lo que les valió su denominación encuentran, en la mayor parte del tiempo, a
de leones marinos. disposición de los arqueólogos. El cuero no se
Los hábitos gregarios de estos animales conserva casi nunca en los yacimientos arqueo-
facilitan, en general, su reconocimiento por los lógicos; el esqueleto del animal no está en
104 DOMlNlQyELEGQUPIL

conexión y es difícil atribuirles sexo y edad; 2* clave: ln arcada dentaria superior


además, en los sitios, la mezcla de las dos espc-
t irs i . t / i t d a s poi el hombre es siempre posible, Siclfeld (1983) observó la existencia de una
dada su elección. segunda clave de determinación, que nosotros
En la mayoría de los casos, el arqueólogo no pudimos verificar en nuestra colección. Como se
dispone más que de los huesos y fragmentos de puede ver en la figura 3 la arcada dentaria
éstos, dispersos y mezclados. superior es sub-paralela y rectilínea en los Otaria
El reconocimiento de las dos especies a partir flavescens, en cambio ella presenta una forma
de estos vestigios es delicado, dado que sus es- curva sinusoidal en los Arcloccplialus australis.
queletos son muy similares y las claves de deter- Lamentablemente, en Bahía Colorada y Punta
minación ósea escasas y limitadas a ciertos hue- Baja, los arcos dentarios superiores, aún cuando
sos solamente. son muy resistentes, se encontraban a menudo
Por lo tanto, los únicos medios de identifica- rotos e incluso ausentes, al parecer por una prác-
ción que posee el arqueólogo son algunas raras tica cultural (modo de consumo).
características morfológicas y morfométricas.
2 a clave: la mandíbula
I. LOS FACTORES MORFOLÓGICOS
Contrariamente al palatino y al maxilar
Las dos claves de determinación ósea más per- superior, la mandíbula estaba generalmente
tinentes conciernen ambas a la parte nasal: el bien conservada en nuestros yacimientos. En
hueso palatino y el arco dentario superior. La- particular en Punta Baja, es este hueso el que nos
mentablemente estas partes están a menudo mal permitió la mejor evaluación del NMI (Número
conservadas. Mínimo de Individuos). Por lo tanto nosotros
hemos tratado de descubrir, con la ayuda de C.
/ J clave: el hueso palatino de Muizon (Investigador, CNRS) al cual agrade
cemos aquí, si este hueso, a menudo el más
La diferencia esquelética más evidente obser- interesante en arqueozoología, presentaba rasgos
vada por los zoólogos se refiere a la forma del característicos, fácilmente reconocibles, en
hueso palatino. El es muy cóncavo y continúa ambas especies.
hacia atrás hasta el nivel de los pteriogoides en el Nuestro principal problema consistió en
caso de los Otarinac (King, 1954: 334), al con- encontrar colecciones de comparación de las dos
trario de los Arclocephalinac donde es más corto especies que pudieran ser confrontadas con e!
y se interrumpe en el nivel medio de las arcadas material arqueológico. El material estudiado fue
cigomáticas(Fig. 3). heteróclito: algunos Otaria flavescens del Musée
Esta es la única clave de determinación que no National d'Histoire Naturelle de París, seis
se presta a confusión. La atribución de un hueso cráneos de Otaria flavescens y dos de
palatino a una y otra especie puede efectuarse Arctocephalus australis de la colección del
sin vacilación y sin ninguna interpretación Instituto de la Patagonia en Punta Arenas, dos
subjetiva. Los paleontólogos y zoólogos la Arctocephalus australis del Centro Austral de
pueden utilizar comúnmente cuando se trata de Investigación Científica (CADIC) en Ushuaia.
animales generalmente enteros, bien individuali- un Arclocephalus australis del Museo Territorial
zados y en conexión. Desgraciadamente para el de Tierra del Fuego en Ushuaia y dieciséis
arqueólogo, no solamente los huesos se mandíbulas de jóvenes Arctocephalus austral^
encuentran siempre dispersos y la identificación provenientes de las islas Malvinas, de la colección
de un hueso palatino no permite el reconoci- Hamilton del British Museum.
miento de todo el esqueleto, sino que, sobretodo De este modo pudieron ser puestas en eviden
este hueso es muy frágil y casi siempre se rompe cia tres nuevas claves: dos en mandíbulas de
en su parte posterior. En nuestros dos sitios, adultos y otra sobre las de individuos jóvenes.
entre las decenas de miles de restos, fue encon- a) La fosa masseter es profunda y posee sus
trado un solo hueso palatino: él pertenecía a relieves muy marcados en los Arctocephalus
un enorme cráneo de macho de Otaria flavescens australis, en cambio ésta es más esfumada en los
excepcionalmente conservado en Punta Baja. Otaria flavescens (F\g. 4).
IDENTIFICACIÓN DE MAMÍFEROS MARINOS EN SITIOS CANOEROS 105

Olirli Mavoiconi Arcioctphtluí

. 'I. Mandíbulas di- Otaría JlavOíCeru y Arcioccpltaíusaustraiis: fosa massclery proceso coronoide.

b) el proceso coronoide posee una forma para los arqueólogos.


redondeada y su borde posterior presenta un án- c) en los jóvenes, la forma del canino parece
gulo muy abierto con el borde superior del pro- más redondeada y maciza en los Otaria
ceso articular en los Otaria flavesccns, particu- flavesccns. más fina y estrecha, un poco "diente
larmente en los adultos; en los Arciocephalus de sable", en los Arctocephalus australts. Des-
aiistralts su forma es más cuadrangular y su graciadamente, a menudo los dientes se
borde posterior forma una profunda escotadura encuentran ausentes de las mandíbulas. Por eso,
con el borde superior del proceso articular (Fig. hemos tratado de poner en evidencia este carác-
4). ter por una medición de las mandíbulas en el
Nosotros pudimos verificar la validez de estas lugar de implantación del canino; calculando el
claves en el material proveniente de nuestros si- índice de espesor máximo de la mandíbula a
tios. Sabemos, para el conjunto del estudio, que nivel del canino (multiplicado por 100) y
las poblaciones de pinnipedos representados dividiéndolo por el largo total de la mandíbula.
eran, en el caso de Punta Baja, de Otaria Este índice calculado sobre las mandíbulas de 16
flavesccns y, en Bahfa Colorada, de jóvenes Arctocephalus australis de la colección
Arciocephalus australis (Lcgoupil, 1989 y en Hamilton dio una media de 7.8 mm. mientras
preparación). Todas las mandíbulas de Punta que en el caso de los siete jóvenes Otaria
Baja tenían en efecto la fosa esfumada y el flavesccns de Punta Baja esta era de 13,7
proceso coronoide redondeado con el ángulo (Legoupil, 1989). No obstante este cálculo
muy abierto de los Otaria flavescens; en cambio, reposa sobre un número insuficiente de mandí-
las mandíbulas de Bahía Colorada presentaban bulas y sería necesario verificarlo en otras colec-
una fosa masseler muy marcada y el proceso ciones de referencia, provenientes de Patagonia
coronoide de \os/ircloccphalus australis (Fig. 5). misma. Esta clave está propuesta, por ahora, a
De este modo, se tiene la confirmación de la modo de hipótesis y solamente para los jóvenes.
eficacia de esta clave de determinación para las A su vez, seria necesario buscar claves de de-
mandíbulas, la que nos parece de un gran interés terminación para los huesos largos, en las cuales
KM. i n.imi'll

I-ir '< I.,l» in.iM(lllnil,i> tlr pinnlprttiMflr M.iliLi Cnlniiid.i,

t.i alnhuMon r s p n l l i í a <"• muy d i l h i l . i e < irn u.u idos pesando de 3.35 k« a 5/15 k«, dr
una hipótesis cíe ( ! «Ir Mui/on (rom. per.) una hembra ¡idulla de'48.5 UK y dr un niarlm
poilila se i (|iir la i í e s l a ilrl húmelo rslr o i i c u t . i ndulto do I5ÍI kg, Paia lc>s Otaria flavusccm, estr
il.i de in.oi, i.i duélenle cu ambas especies. misino a i i i . i i ronohoiado poi King (1983) cila
pe.sits <|ue van dr 12 a 15 k^ p a i a el na( iniienlo.
II. I.OS I ' A C I ( ) K K S M O H H ) M I - . I RICOS ulicdrdoi de 150 kj< cu laa hembras adultan y 300
k^ p a i a los uia( líos adultos.
/ i.ti.\ modidas absolutas Los machos a d u l t o s de Oíatni //rtcr.wvru son,
dr rslr modo, muy l á r i h u e n i e idrniilicados al
I , a s (los espeí irs poseen un t a n t a no l i g n a m o n m i e i i o i de u n a población, ya o,ur su peso puede
ir i l i l n r l i l r al n a < ei ; e l l a s .se i n d i v i d u a l i / a n de l l r j - a i Corrientemente al doble del peso dr su
u i a i i e í a lúas III.IH a<la a medida (pie i irc e u , p,n tiembla y también de un macho ArctOCOpllalus
i i i u l a i i n e u l e en los i n a t l u i s , eu i -,1/611 del I u n í e itn\lnih\, la dimensión dr sus huesos ( c u a l q u i e í a
diniiM'lisMKi sexual, l ' a i a los . In / " « i ' / t l m h n de ellos) i epi eseiuaríi, por lo lanío, umi
<itnlnih\ Ni^el Boiuiri ( I Í I H 1 ) < i l a í-l c a s o de c-xt epción eu los hÍNli)f{i amas. Do este modo, poi
IDENTIFICACIÓN DE MAMIFI ROS MAKINOS EN SU IOS CANOEROS 107

OtorlB fUv. tt ? ***


Arctoctphnlui a. t1 •V

FÍK. ti. l . i i i K i n i i n i l i l o h.it.il <lr fllffUnOI (le OtlnMoi i i i r d i d m | n i r Allrn ( I HHII) y Klnx<l%'l). i« Irtfoiipil, 1 OHfl

ejemplo, un c r á n e o (pie posee u n L u g o ( o i u l i l o príicticamente insoluhle en los anímales jóvenes,


basa I s n p e i i o r U 310 HUÍ) m r n pertenecerá a excepción de los rerif-n naridcis ÁTClOCepftallU
i t i f l i s t n i i b l e i n e i i i e ,i un macho a d u l t o Otaria f t u s t rah\ que ac caracterizan por su talla
/"Mi'rur/M (Fig. 6). Es el mismo cano para una pequeña.
m a n d í b u l a en t . i c u a l la a l t u r a (tomada en la F.l . M I . d i M - . morfornétrlco de los huesos, para
p a i l r posterior de la 5 a post c a n i n a ) será permitir una rleierminación cspeclfn •"
snpeiioi a f>0 tnm (Fig. 7). pertinente, deberla por tanto ser efectuada con
el reconocimiento de la edad y, e v e n t u a l m e n t e ,
del sexo del a i i i i n . i l . I-.M.I-, < o i x l n iones sr l e ñ i M - n
n
raramente, a menos que se descubra un a n i m a l
fl-
completo en conexión, donde, por ejemplo, el
4 - sexo estará representado por el baculum y la
2 - edad por el examen de los dientes.
flFTl
Prácticamente la única fuente que posee el
21 31 36 43 81 arqueólogo es una evaluación de la edad por el
grado de epifización de los huesos, y, t a m b i é n
HK. 7. A l l n i i i dr mundtbul.iN de Otaria flttvcícrm mucho»,
dr I'unlii llaj.i In Lr^nupíl, 1<)8'>, fif< 17, por su estado de porosidad. Convendría, por lo
t a n t o , e x a m i n a r la dimensión de los huesos en
l'or el c o n t r a r i o los huesos que corresponden a función de su epifi¿ación. De esta m a n e t a , ron el
animales de 12 a 150 Ug se s i t u a r á n en una larga mismo tamaño, los huesos no epiluados
/una que engloba a m b a s especies (Fig. 8). l'or lo p n i r n c r e r á n a animales más jóvenes que los
M i l l o , ellos pueden pertenecer a lodos los rpili/.idos Al c o n t r a r i o , un a n i m a l de t a l l a
t'trftnrr/t/Kihn au\tralñ (salvo los recien n.i< idos) p e q u e ñ a o m e d i a n a , c o n huesos peí leí l . i n i r i i l e
y a lodos los Otftrtfi /'Ifirr \rrnii (a excepción de los r p i l i / . i d u s , sera n c c e i i , i n t e n t e un a d u l t o , pero de
machos a d u l t o » ) . pequeña t a l l a por su pertenencia e s p e c i f i c a en
consecuencia un ATClOCOplialUí australt's.
Lamentablemente, la determinación de I i
edad por la epifización es l i m i t a d a : ella
Otarlo (lavoteen!
E Arclocopholuí auitralli
i oni jeme solamente a los animales a d u l t o s , y
a ú n . dentro di- estos, es a veces inoperante, en la
medida que la epili/ación de los r n a m l f c i o s
marinos puede ser t a r d í a (Cirasse, 1967; 804),
p a r t i c u l . l í m e n l e p a t a los Otaria flavOSCOHS, De
este modo un hueso e p i l i / . i d o il.n.í la c e i l i i n d
q u e el a n i m a l es adulto; pero un hueso no
epifi/ado no e n t r e g a r á n i n g u n a información: el
puede corresponder t a n t o a un i n d i v i d u o joven
como a un adulto (sobre todo para los Otaria
flavo se ens).
H, Curvo* dr peno dr Olitrnt flmx-u rtiy y
2. La visión global: /a.\ nu'dnla.\ rrlatnti\ una
De rsir n i o d f » , es difícil observar una población
diferencia i n o i ( ' o m < ; i i i c - a e n i r e un esqueleto de
I ' I . H bo ,-[rt (oí r/J/m/í/v dustrafis y uno de Cuando se cuenta romo en Babia Colorada y
hembra Otaria flaVQSCen$\ el problema queda l ' n n t a Baja con una colección importante y
108 U O M I N I Q U E I.KGOUPIL

la segunda, recargada en los anchos superiores,


representa una población adulta. Esto es confir-
mado por la ausencia de epifización de los huesos
concernidos en los picos de 15-20 mm en el
primer caso y por la epifización de los huesos
situados dentro de los valores sobresalientes de
20-30 mm, en el segundo caso.
En Punta Baja, la epifización a menudo no
llegaba a su término en el animal, aunque sea de
gran talla (20-30 mm de ancho del fémur) y la
presencia de animales de tamaño excepcional
(30-40 mm de ancho del fémur) son las marcas
de una población de Otaría flavescens. Por el
contrario, en Bahía Colorada, la buena osifica-
ción de un importante grupo de fémures de 20-
Fig. 9. Anchura de fémur. 30 mm testimonia que los animales, aunque
pequeños, habían llegado a su plena madura-
homogénea, el examen de las curvas del tamaño ción (lo que puede ser confirmado por la
de los huesos puede permitir la distinción entre ausencia de fémures de tamaño excepcional).
diferentes tipos de poblaciones que presentan ca- Tal curva es, por lo tanto, el reflejo de una po-
racterísticas propias de edad y de especie. blación de Arctocephalus australis.
Tomemos el caso, por ejemplo, del ancho de No obstante dichas curvas entregan indicacio-
diálisis de fémures (Fig. 9) en los dos ya- nes sujetas a dos condiciones indispensables: el
cimientos. Constatamos (Fig. 10) que, en Punta número de piezas consideradas debe ser suficien-
Baja, sitio compuesto de un 70% de jóvenes temente importante para tener un valor estadís
Otaria flavescens, la curva esta hinchada en los tico y, la población debe ser homogénea. En
anchos menores (15-20 mm) y cae inmediata- efecto, las curvas obtenidas son muy evidentes y
mente en los valores superiores (20-40 mm). Al pertinentes sólo en el caso donde la población
contrario, en Bahía Colorada, donde la considerada está formada por una sola especie,
población era esencialmente de adultos pero ellas serán mucho más heterométricas e
Arctocepkalus australis, los anchos superiores de ininterpretables en el caso de una mezcla.
la escala (20-30 mm) son los que dominan abso- Este presupuesto de homogeneidad en la
lutamente. población cazada en un yacimiento está general-
La primera curva abultada en su inicio es mente aceptada por la mayoría de los
típica de una población de jóvenes, en tanto que arqueólogos quienes se fundamentan para la

Punta Baja Bahía Colorada

40 - 40-

30" 30

20- 20

10

mm
10 15 20 25 30 35 40 10 15 20 25 30 35 40
Fig. 10. Anchura de los fémures de otaridos en Punta Baja y Bahía Colorada.
IDENTIFICACIÓN DE MAMÍFEROS MARINOS EN SITIOS CANOEROS 109

determinación del NMI. sobre un solo hueso, Este hueso está raramente representado, tanto
considerando como más representativo (a en la literatura como en las colecciones de refe-
menudo la mandíbula). Pero ¿qué arqueo- rencia. Pese a nuestras investigaciones, los solos
zoólogo. estudiando la fauna de un yacimiento, ejemplares que pudimos descubrir en los museos
podrá identificar entre los miles de huesos de fueron dos huesos de Arctocephalus australis en
Otaria flavescens, una costilla o más aún un el British Museum, muy similares a los de Punta
fémur ocasional de Arctocephalus australis, con Baja y Bahía Colorada. Presentamos aquí una
una morfología absolutamente comparable? foto de un hueso peniano de Punta Baja con el
De esta manera, pese al carácter muy claro de apex típico de los otáridos (Fig. 1 la). Pero es ne-
las dos curvas aquí interpretadas, sería conve-
niente recalcar que no se trata más que de un
estudio global, el cual pudo dejar pasar algunos
casos individuales.
Finalmente, es sólo poniendo en práctica,
según los casos, uno, otro, o el conjunto de
métodos propuestos, que podemos esperar
resolver el problema de la determinación
específica de los animales cazados por los indios
canoeros y aportar con certeza una afirmación
que vaya más allá de una simple proyección
entre el pasado y el presente o entre la determi-
nación de un hueso o la de todo un esqueleto.

B. Los otáridos: determinación del sexo

Más allá de las consideraciones morfométri-


cas que hemos ya visto, dos partes óseas permiten
la determinación del sexo: el diente canino y,
naturalmente, el baculum.
Los caninos, caracteres sexuales secundarios
evidentes, se encuentran claramente más desa-
rrollados entre los machos que entre las
hembras. De este modo según nuestras observa-
ciones en las mandíbulas de Otaria flavescens de
Punta Baja "el canino de un macho adulto
puede llegar a tener una decena de cms de largo
y de 4 a 5 cms de diámetro en la base, mientras
que el de una hembra sobrepasa raramente 3 a 4
cm de largo y 1,5 cm de diámetro" 1 . Esta
característica es lamentablemente muy difícil de
observaren los individuos jóvenes.
El baculum, que permite caracterizar clara-
mente la población de machos, es a veces difícil
de identificar, debido a su fragilidad. La
mayoría del tiempo el apex, parte más caracte-
rística, no se conserva y sólo perdura un pequeño BAHÍA COLORADA
fragmento del hueso largo; además su superficie Fig. 11. Huesos penianos de oíáridos provenientes de Punta
a menudo se encuentra porosa y erosionada. Baja y Bahía Colorada.
I
1 "La canine d'un mále adulte peni atteindrc une cesario recalcar que no hemos podido aún verifi-
dizaine de centimétrcs de longueur el 4 ou 5 cm de car, debido a la falta de una colección de refe-
diaméire á la base, tandis que cclle d'une femellc
depasse rarcment 3 á 4 cm de longueur et 1,5 cm de
rencia adecuada, si este hueso presenta una
diamétre". Legoupil, 1989: 61. diferencia entre Otaria flavescens y
no DOMIN1QUE LEGOUPIL

Arctoccphalits australis. El sólo elemento de derechos en Bahía Colorada. 53% izquierdos y


información que poseemos a propósito de este 47% derechos en Punta Baja. Sin embargo, este
sujeto rs débil: "El apex es transversalmente más equilibrio resulta solamente de la ley de las gran-
ancho en la mayoría de los lobos comunes des cantidades, que están en juego y, que tienden
vivientes que en los lobos finos"2. El único hueso a estancar las diferencias. En efecto, individual-
peniano de otárido descubierto en Punta Baja mente podemos notar a veces grandes diferen-
era muy parecido a los diecinueve encontrado en cias: así vemos el caso extremo en Bahía
muy mal estado, en Bahía Colorada (Fig. 1 Ib). Colorada donde el tercer hueso del tarso estaba
La escasez de huesos penianos en Punta Baja, representado por un 33% de derechos y 67% de
a la diferencia de Bahía Colorada, donde son izquierdos y, en Punta Baja es el hueso
numerosos, puede tener diferentes explicacio- unciforme que presenta el más fuerte desequili-
nes: brio con un 13% de derechos y un 87% de iz-
Sea por su fragilidad en una población quiéraos. Estos desequilibrios son puntuales y
compuesta en su mayoría por individuos jóvenes, no sistemáticos. No podrían ser causados por
en los cuales se verá que ciertos huesos pequeños, una conservación diferencial, lo cual se justifica
cartilaginosos, desaparecen fácilmente. en huesos con un tipo de resistencia diferente,
- Sea por la relativa escasez de machos, ya que excluyendo con ello, el caso de dos huesos geme
se vio que los adultos eran sobretodo hembras los (derecho e izquierdo). Tampoco se puede
(probablemente madres). suponer que sea causado por la ausencia de una
Sea porque las técnicas utilizadas para parte de los vestigios: en Bahía Colorada la exea
destripar el animal habrían causado la pérdida vación fue exhaustiva y en Punta Baja, falta sola-
de este pequeño hueso, en el lugar mismo de la mente una ínfima parte de los restos, muy loca
caza. lizados en el borde erosionado de la terraza. La
explicación que encontramos es una vez más
C. Representación de los huesos de otáridos: cultural: sabemos que los nómades canoeros se
conservación o selección antrópica trasladaban incesantemente, transportando en
sus canoas pesados pedazos de carne para su
El conjunto de los huesos del esqueleto de los consumo diario. Podemos entonces suponer qui-
pinnipedos se encuentran representados en los en cada partida desde Punta Baja, lugar de caza
dos yacimientos, salvo algunas excepciones que importante, ellos llevaban consigo ya sea un
son interesantes de ser analizadas. cuarto anterior izquierdo, como un cuarto
Se ha visto que la ausencia relativa de huesos posterior derecho del animal, etc. De esta
penianos en Punta Baja podría tener diferentes manera se explicarían las disparidades observa
explicaciones. das en los restos óseos abandonados en el campa
También faltaban en Bahía Colorada un gran mentó. Además la importancia de esas desigual
número de cráneos en relación a la cantidad de dades estaría en relación al número de viajes
otáridos representados en el conjunto de los efectuados: mientras más veces se partía, más
huesos. Allí se puede aún encontrar una expli- serían las oportunidades en que la canoa fue
cación cultural: sea que los otáridos fueron deca- llenada de provisiones para el viaje, tomadas
pitados en el lugar de la caza, o, lo que nos éstas del campamento. De este modo se expli-
parece más probable, dada la presencia de nu- carían las diferencias más relevantes
merosas mandíbulas, que los cráneos fueron (derecho/izquierdo) para Punta Baja, campa
tirados más larde lejos del campamento, debido mentó ocupado en múltiples ocasiones como lo
a su volumen. testimonia la presencia de 4 chozas y la
Además, también se pudieron afirmar las estratigrafía de los fogones, que para Bahía
grandes desigualdades en la representación de la Colorada, asentamiento de una sola habitación.
lateralidad de los huesos. Globalmente, parece Tres anomalías en la representación de los ves-
existir un equilibrio en la cantidad de huesos iz- tigios óseos de Punta Baja podrían deberse a la
quierdo y derechos: 52% izquierdos y 48% conservación diferencial: la escasez de huesos del
tarso y del carpo de los jóvenes, de sus vértebras y
2 "The apex is iransvcrsely broader in mosl of ihc de sus rótulas (patcllas). La explicación a este
living sea lions (han in thc fur seáis". Kim et al., fenómeno fue dada durante la preparación, en el
1975: 545. laboratorio de Anatomía Comparada (Museum
IDENTIFICACIÓN DE MAMÍFEROS MARINOS EN SITIOS CANOEROS 111

National d'Histoire Naturelle) de un joven día de los huesos de Otaría flavescens y a la


Otaría flavescens, cuyo cuerpo descubrimos en juventud de esta población.
una playa de Englefield, en 1987. Luego de El examen de los cortes dentarios efectuados
hervirlo y descarnarlo, se procedió a limpiar sus sobre un cierto número de caninos de Punta
huesos con la ayuda de tricloretilenp. Una vez Baja, permitió el recuento directo de la edad de
terminada esta operación, esos huesos, muy car- los animales. Fue, de este modo, que se pudo
tilaginosos, en los jóvenes (tarso, carpos, rótulas descubrir la edad a veces muy elevada de ciertas
y cuerpos vertebrales) habían desaparecido com- hembras adultas (hasta 25 años).
pletamente o estaban reducidos a un pequeño Por último, en Bahía Colorada, es el grado de
resto óseo, minúsculo e informe. La rareza de obturación de la cavidad pulposa de los caninos
estos huesos subraya, una vez más, cuan joven que nos indica la edad del animal. En el mo-
era la población de Punta Baja, comparada a la mento en que la cavidad estaba completamente
de Bahía Colorada, compuesta de adultos, de los llena se estimó que el animal era un adulto,
cuales rótulas, tarsos, carpos y cuerpos vertebra- incluso viejo; cuando ésta estaba todavía semi-
les estaban normalmente presentes (incluso, en abierta, se trataría de un animal
ese sitio un hueso carpiano, el escafolunario, es el inmaduro/adulto joven y cuando ella se
más representado). encontraba totalmente abierta (en relación con
la delgadez de las paredes) se estimó que se tra-
D. Los alaridos: determinación de la edad taba de jóvenes.

Es interesante evaluar la edad de los otáridos 2. La edad de los jóvenes


cazados por dos motivos:
- En primer lugar, porque puesto en relación Ya se vio que ésta podía ser estimada, de
con el sexo, permite evaluar el tipo de población manera general, a base de diferentes caracteres:
cazada, así en Punta Baja se observó que se tra- medidas, grados de osificación de los huesos.
taba esencialmente de algunas madres y Pero es sobre todo el examen de sus dientes lo
numerosos cachorros; que permite precisarla, incluso hasta la estacio-
• Y también, porque si es suficientemente pre- nalidad.
cisa en los jóvenes, permite saber en que estación De este modo, el examen de los cortes
fueron cazados. De este modo, se supone que en dentarios permite, más allá que el simple recuen-
Punta Baja, la ocupación fue esencialmente to de los GLG (growth layer groups), la
otoñal, ya que se encontraron de preferencia evaluación de la estación en la cual el animal fue
jóvenes de 3 a 6 meses (suponiendo que hubieran muerto. Esta se encuentra indicada por la
nacido, tanto antiguamente como en la actuali- posición del último GLG, más o menos próximo
dad, durante el verano austral). de la superficie del diente. Aún así, esta estima-
ción es muy delicada y nosotros renunciamos,
1. La diferencia entre jóvenes y adultos por prudencia, a hacerla, para los animales de
Punta Baja (Legoupil, 1989, annexe 3).
Ella se encuentra fundamentada esencialmen- Por el contrario, un análisis de la salida de la
te, tanto sobre el grado de epiflzación de los hue- dentición definitiva en los Otaria flavescens de
sos, como sobre sus dimensiones, siempre en fun- una colección de referencia (colección Hamilton
ción del sexo y de la especie, como se vio ante- del British Museum), nos permitió medir la edad
riormente. Igualmente se le puede evaluar a de aparición de los dientes en los lobos jóvenes.
partir del examen de los dientes: dimensiones, Así, se podía observar ocasionalmente en las
desgaste, recuento de las marcas de crecimiento mandíbulas la presencia de dientes de leche
("growth layer group") sobre la sección dentaria, hasta aproximadamente 5/6 meses. Los incisivos
cierre de las raíces dentarias, etc. definitivos, presentes prácticamente desde el
Así, en los Arctocephalus australis de Bahía nacimiento, son poco interesantes. Por el
Colorada, la epifización de los huesos largos per- contrario, los caninos y post-caninos presentan
mitió, casi sin error, distinguir los adultos de los grados de erupción de mucho interés: los post-
individuos inmaduros del mismo tamaño. Por el caninos definitivos no habían salido aún para el
contrario, en Punta Baja, este criterio fue mucho nacimiento, estaba su mitad afuera hacia los 2-3
menos operacional, debido a la osificación tar- meses y los 3/4 para los 6 meses; el canino
112 PQMJNIQUE LEGOUPIL

definitivo no había aún aparecido hacia los 6 recientemente completo de una nutria pequeña
meses, pero comenzaba a salir solamente hacia el (colee, pers. confirmada por la observación de
año. un hueso peniano que forma parte de un
Con la condición de admitir una correlación esqueleto de J.C. Torres - Sección Zoología del
entre esta colección que proviene de las islas Museo de Historia Natural de Santiago). Este
Malvinas y la de Otaria de Patagonia, se obtiene hueso, aunque más pequeño que los de Punta
una serie de referencias interesantes. Es a partir Baja (68 mm de largo en lugar de 80-83 mm),
de ésta que efectuamos nuestras estimaciones presenta la misma morfología, tan específica,
estacionales, a su vez, confirmadas por otros como en los de Punta Baja (Fie. 12).

'>
datos faunísticos: aves (Lefévre, 1989),
mamíferos terrestes, etc.

E. Los delffnídos: representación desús huesos

Los delfínidos parecen haber intervenido de a


manera secundaria pero regular en la alimenta-
ción de los indios canoeros. Por ello, en cada
uno de nuestros yacimientos, tanto en Bahía Co-
lorada como en Punta Baja, fueron encontrados
los restos de dos delfínidos. Pese a ello es intere-
sante de remarcar como, en ambos casos, los es-
queletos se encuentran poco representados: esen-
cialmente lo están por algunas vértebras de
largas apófisis muy características, algunos
pequeños huesos (huesos chevrons); y muy
raramente por fragmentos de huesos del cráneo (
(en algunos casos maxilares) o de miembros
(húmeros). Parecería, por lo tanto, que esos
animales no fueron llevados de manera Fig. 12. Huesos penianos de nutrias:
exhaustiva al campamento, sino que con ellos se a) baculum de nutria (colección J.C. Torres, Musen
practicó un descuartizamiento, quizás selectivo, Nacional de Historia Natural de Santiago).
en el lugar mismo de la caza. b) vestigio arqueológico de Punía Baja.
La presencia de dos nutrias jóvenes planteó un
F. Los mustélidos: algunos problemas interrogante sobre la estacionalidad, para la cuaJ
no hemos aún encontrado una respuesta.
En Punta Baja pudo constatarse un mínimo de ¿Nacen las nutrias en Chile en abril-mayo,
ocho nutrias. Se trataría, como nosotros pudi- como lo indica Nowak Paradiso (1983)?. En esc
mos constatar por comparación con un esquele- caso se podría confirmar nuestra hipótesis sobre
to del British Museum, de la gran Luirá la ocupación, en especial, otoñal del sitio. O por
provocax. Los cráneos, en su mayoría, se encon- el contrario ¿nacen en septiembre-octubre, como
traban fracturados, testimonio probable de la lo indica otro autor -(Housse, 1953)?: entonces
técnica de caza a golpes o, menos probablemen- podrían representar otro período de ocupación
te, debido al consumo. que el correspondiente a la caza de los otáridos y
Un hueso que nos reservó un problema, aves. Esperamos muy pronto descubrir la solu
durante largo tiempo, fue el hueso peniano. Dos ción a este problema, a priori, tan simple.
de éstos, descubiertos en Punta Baja, presentan El estudio de la fauna marina en los sitios ar-
una extremidad ("apex"), globular y atravesado queológicos de los archipiélagos de Patagonia,
longitudinalmente, en su parte inferior, por un representa probablemente uno de los ejes de in-
profundo surco, muy diferente del de los vestigación más prometedores que se ofrecen
pinnipedos, aún cuando sus dimensiones son si- para comprender el funcionamiento de las
milares. En principio, en la ausencia de una sociedades de indios canoeros. La explotación
colección de comparación de nutrias, la atribu- del medio marino, y particularmente de los
ción a este animal fue hipotética. Pero ella fue mamíferos marinos, da explicación a lo
IDENTIFICACIÓN DE MAMÍFEROS MARINOS EN SITIOS CANOEROS 113

económico, técnico y también social, de ese HOUSSE, R. 1953. Los mamíferos de Chile, su
modo original de vída. vida y sus costumbres. Ed. Univ. de Chile,
De la búsqueda de presas estacionales depende Santiago, 189p.
su nomadismo y los ritmos estacionales de KIM. K.C. REPENNING. C.A. et G.V. MORE-
desplazamiento; de la precariedad de los recursos JOHN. 1975. Specific antiquity of the
de un lugar (rápidamente agotadas por una ex- specific life and evolution of otarid Seáis.
plotación demasiado intensa), dependerán las Rapp. Reun. Cons. int. Exptor., Mer:
posibilidades de concentraciones -por tanto, de 544-549.
sedentarización- y. por ello, del desarrollo KING. J. 1954. The Otarid seáis of the Pacific
demográfico de los grupos. Coast of America. &ull Br. Mus. Nat.
La elección de las especies cazadas tiene un History (Zool), vol. 2(10): 311-337.
doble impacto sobre el equipamiento técnico, el 1983. Seáis of the world. reed.. Br. Mus.
cual depende, tanto de los materiales disponi- (Nat. Hist.) Cornell Univ. Press. Ithacan.
bles (los huesos de mamíferos marinos y de aves New York. 240p.
eran los más utilizados como de las necesidades LEFEVRE, C. 1989. L'avifaune de Patagonie et
de armas y utensilios que corresponden a los di- ses relations avec l'Homme au cours des
ferentes tipos de caza. six derniers millénaires. These de
Durante el estudio de los restos de fauna de un Doctorat de 3é cycle, Université de París I
yacimiento arqueológico, es necesario, por lo Panthéon-Sorbonne, multieraphié.
tanto, poder determinar exactamente la especie LEGOUPIL, D. 1989. Ethno-archéologie dans
cazada, el tipo de población representada les Archipels de Patagonie: les Nómades
(¿población típica de un roquerío de reproduc- Marins de Punta Baja, Mémoire N° 84,
ción?; ¿individuos aislados?), la edad de las ADPF, ed. Recherches sur les
presas (y, por tanto, la estación de caza), etc. Civilisations, 380p.
Así, se nos presentó un cierto número de Sous presse- La vie animale dans la Mer
problemas. Algunos pudieron ser resueltos y nos d'Otway (Patagonie australe) durant les
pareció útil comunicar nuestra experiencia; derniers 6.000 ans: faune archéologique
otros quedan aún en suspenso, pero esperamos et antécédents écologiques. In:
que el hecho de haberlos expuestos, suscitará su Arqueología y medio ambiente, 46 emr
próxima solución. Congrés des Américanistes. Amsterdam,
4-8JuiIIet 1988, BAR.
En préparation. Le gisement de Bahía
FUENTES DE CONSULTA Colorada (ile d'Englefield, Patagonie aus-
trale).
NIGEL BONNER, W. 1981. Southern fur seáis
ALLEN, J.A. 1880. History of North American Arctocephalus. Handbook of Marine
Pinnipeds. U.S. geol. Geog. Surv. Terr. Mammals, Academic Press. Inc. (Lon-
Mise. Publ. 12, XVI, 785 p. 60. don) LTD.
HAMILTON, S.E. 1934. The southern sea-lon f NOWAK R.M. y J.L. PARADISO. 1983. Wal-
Otaria byronia (de Blainville). Discov. ker's Mammals of the World, ed. John
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sea-lion, Otaria byronia (de Blainville). SIELFELD. W.K. 1983. Mamíferos marinos de
Discov. Rep., 19. Chile. Ed. Univ. de Chile, 199p.
ANS. INST. PAT. Scr.Cs.Ss.. Punía Arenas (Chile), vol. 19. 1989-1990

ESTUDIO ANTRACOLOGICO DEL SITIO PUNTA BAJA 1


(MAR DE OTWAY)

MARÍA EUGENIA SOLARI"

INTRODUCCIÓN
betuloides Dri'mys winteri Psudopanax
El sitio arqueológico de Punta Baja se encuen- laetevirens), que se encuentra presente en la
tra en su punta homónima, lugar de conjunción región de los canales occidentales patagónicos,
del mar de Otway y del fiordo Silva Palma, en la en sectores con una alto índice de precipitaciones
península de Brunswick, Región de Magallanes (700-800 mm). La presencia de Pseudopanax
(Chile). laetevirens (barraco), que no sobrepasa en la
Descubierto en 1980, fue objeto de tres península de Brunswick alturas mayores de 150
campañas arqueológicas en los años siguientes, m avala, a su vez. el predominio de temperaturas
las cuales permitieron estudiar un campamento y precipitaciones más altas que en el "bosque
de cazadores-pescadores marinos, de tradición magallánico perennifolio" (N. betuloides - D.
alacalufe (Legoupil, 1989). winterí) del cual está ausente (Pisano, 1973).
Situado actualmente en una terraza de 2-3 Un inventario de vegetación fue efectuado
m.s.n.m., su datación de 280 ± 70 A.P. durante las campañas arqueológicas de 1981-82
corresponde a un período en el cual los senos o (Solari y Legoupil, 1989) en el sector comprendi-
mares interiores actuales, de la península de do entre Bahía Camden y Punta Errázuriz que
Brunwick, aún no habían sido descubiertos por permitió tatito registrar las especies y asociacio-
los europeos. Su explotación inicial, principal- nes existentes (Fig.l - Tabla 1), como efectuar
mente forestal, se produce a partir de la primera una recolección de las maderas de las especies
mitad del siglo XX, para luego aprovechar, en leñosas, para la confección de una colección de
su lugar, praderas aptas para el ganado ovino. referencia, paso inicial en todo estudio antraco-
Es así como la vegetación sólo sufre una acele- lógico.
rada y drástica modificación antrópica durante Una primera lista florística fue entregada por
este último siglo, período en el cual la tala y la S. Thiébauit (1989), a partir de análisis prelimi-
roza dejan numerosos testimonios en el caso de nar de los carbones de algunas cuadrículas,
Punta Baja y lugares adyacentes. análisis que será complementado, en este
Punta Baja esta inscrita dentro del dominio trabajo, por el estudio exhaustivo de éstos,
del "Bosque Patagónico Mixto" (Nothofagus recogidos durante la excavación del sitio (Tabla
2-3-4).
Laboraioire de Paléoboianique, Environnement et
Archéologie. Uníversité des Sciencies et Techniqucs Análisis Antracológico
du Languedoc. Place Eugene Bataillon, CP 062
34095 Montpellier cedex 2, Francia. Como todo estudio de maderas carbonizadas
116 MARÍA EUGENIA SOLARI

tada en el estudio de la colección de referencia


de maderas actuales carbonizadas procedentes
Seno de Otway de Patagonia y en los manuales de anatomía de
especies leñosas chilenas. (Wagemann 1949,
r^Pünta Camd Rancussi 1988).
fPunta Baja A nivel de los resultados, el antracoanálisis del
sitio, podría beneficiar la doble perspectiva que
Punta Errázuriz posee la disciplina:
Etno-arqueológica, en tanto es una disciplina
que se ocupa de atestiguar, en este caso, el uso
que estos grupos de nómades marinos hicieron de
Península de Brunswic; la vegetación de Punta Baja, lo que pudo impli
car una elección, de ciertas especies leñosas como
combustible y/o como madera de obra (habita
ción, utensilios, embarcaciones).
Ecológica, esta perspectiva será más difícil de
aprehender en el presente estudio, aún así, con
la ayuda de una buena metodología de recogida
25 SOkm
durante la excavación, el estudio de los carbones
Zona estudiada reflejará la vegetación en torno al sitio, en
Fig. 1. La vegetación de Punta Baja: zona estudiada relación a los sucesivos usos y vaciados de las es
(extraído de Solari y Legoupil, 1989, fig.4) tructuras de combustión y, en consecuencia, a la
que provienen de un contexto arqueológico, el permanencia que tuvieron dichos grupos en un
antracoanálisis de los carbones de Punta Baja I campamento, como fue Punta Baja.
se basó, primeramente, en su identificación Lamentablemente debido al temor de conta-
anatómica por medio de un microscopio de luz minación con carbones producto de incendios
reflejada. Dicha identificación está fundamen- intencionales de la península durante el siglo
TABLA 1
Especies encontradas en Punta Baja
NOMBRE CIENTÍFICO N. VERNACULAR Herbario Madera
Arboles
Nothofagus beluloides coifíiie * *
Maytenits magellanica lefíadura * *
Pseudopanax. laetevirens barraco * *
Drimys winteri canelo * *
PilRerodendron uvifera ciprés de las Guaitecas * *
Embothriwn coccinewn ciruelillo * *
Arbustos
Berberís buxifolia calafate * *
Berberís ilicifolia michay * *
Chüiotrichum diffusum mata negra * *
Empetrum rubrum murtilla * *
Escallonia sp. - * *
Fuchsia maRellanica chuco * *
Pernettya mucronata chaura * *
Ribes magellanicum parrilla * *
Herbáceas
Apium australe apio salvaje *
Marsippospermum grandiflorum junquillo *
Blechnum penna-marína "helécho" *
Poa yaganica gramínea *
Otras especies inventariadas no son relevantes para el presente estudio.
ESTUDIO ANTRACOLOG1CO DEL SITIO BAJA I 117

\¿ ¿ i área A
área B
areaC PUNTA BAJA
desecho de combustión
id 4 indust. quemada

fogón

^^ habitación
23 Número de carbones

7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21
Fig. 2. Localización de los carbones en la excavación (adaptado de Legoupíl, 1989, planos 1, 2 y 31)

XX, la metodología de recogida de los restos dominantes continúan siendo: leñadura


leñosos carbonizados no fue exhaustiva. El (45.8%), coigue (30.5%), canelo (16.6%).
antracoanálisis fue así efectuado sobre sólo 302 Área C: son el fogón I y dos zonas de vaciado,
carbones recogidos con la mano, durante la una compuesta de tierra mezclada con carbones
excavación. y una zona de cenizas, quienes conforman un
área donde, si bien existe un conchai, es menor y
RESULTADOS menos denso, correspondiendo a los desechos de
una habitación aislada. Los carbones estudia-
A partir de una análisis espacial de los dos son 51 y las 4 especies principales son
carbones (Fig. 2) pudieron ser individualizadas 3 leñadura (31.3%), lenga (31.3%), canelo
áreas principales de concentración de éstos (7.8%) y coigue (5.8%).
(Tablas 2-3-4): Las especies arbóreas determinadas represen-
Área A: Es el sector ocupado por los fogones III, tan el 92% del total de carbones del sitio. Se
IV y V, donde se sitúan la concentración mayor confeccionó un histograma de la frecuencia de
de vestigios arqueológicos del sitio y corresponde tres especies que se reiteran (leñadura, coigue,
también, en el caso de los carbones, a su canti- canelo) (Fig. 3). En él se observa la predominan-
dad más elevada (179), con la presencia de 10 cia de la leñadura en las tres áreas.
taxones, entre los cuales predominan, leñadura En general, dentro de los taxones es interesan-
(55.3%), coigue (14.5%), lenga (8.9%) y canelo te encontrai a los que componen actualmente el
(6-1%). estrato forestal, muy deteriorado, de algunos
Área B: pertenecen a ésta los fogones II y VI, el sectores casi relictuales de la península de Punta
conchai en esta zona es menos denso y, a su vez, Baja: Nolkofagus betuloides (coigue), Maytenus
la cantidad de carbones estudiados y el número magellanica (leñadura), Drimys winteri(canelo),
de tazas es menor (72/7); a excepción de la Pseudopanax laetevirens (barraco).
lenga, inexistente en esta área, las especies pre- Existen además otras dos especies que no se en-
TABLAS 2, 3 y 4 00
Identificación anatómica de los carbones de Punta Baja I.
TABLA 2 ÁREA A
TAXONES /CUADRICULAS H 12 K 10 K l l K 1 2 K13 L7 L8 L9 LIO L l l L12 M 8 M 9 M 10 M 11 M 13 N 11 N 1 2 N 1 3 012 013 TOTAL %
Berberís buxi folia 1 1 7 9 5,03
Drimvs winleri 5 2 1 2 1 U 6,15
Fuchsia magellanica 1 1 0,56
Maylenus magellanica 14 14 8 1 1 7 1 3 5 11 25 1 6 1 1 99 55,31
Nothofagus bftuíoides 1 6 1 3 1 2 1 2 3 6 26 14,53
Noího. betuloides-ancíartica 5 5 2,79
Nathofagus pumilio 10 1 1 2 2 16 8,94
Nothofagus sp. 1 1 0,56
Pseudopanax ¡aetevtrens 1 1 0,56
Ribes magellanicum 1 1 1 1 1 1 6 3.35
Indeterminados 2 2 1,12
Indclciminablcs 1 1 2 1,12
TOTAL 16 43 3 13 3 1 10 1 6 1 1 7 11 30 1 9 1 2 3 4 13 179 100,00 2
>
TABLA 3 AREAB
TAXONES /CUADRICULAS H 16 H17 114 J 1 4 J 1 5 J16 K 1 6 TOTAL %
Drimys winíeri 1 4 3 4 12 16,67 c
o
Embothrium coccineum 1 1 1,39 P1
z
Mayíenus magellanica 1 1 23 4 1 33 45,83
Nothofagus betuloides 2 3 12 1 4 22 30,56 C/5
O
Nothofagus sp. 1 1 1,39 r-
Pseudopanax ¡aeíevírens 2 2 2,78
Ribes magellanicum 1 1 1,39
TOTAL 4 1 1 10 35 9 9 72 100,00

TABLA 4 AREAC
TAXONES /CUADRICULAS J19 J20 K21 L19 L21 M19 TOTAL %
Drimys winíeri 3 1 4 7,84
Maytenus magellanica 1 3 8 2 2 16 31,37
NothofaRus betuloides 1 1 1 3 5,88
Noího. betuloides-anctanica • 8 8 15,69
Noíhofagus pumilio 6 10 16 31,37
Nothofagus sp. 2 1 3 5,88
Ribes mageüanicum 1 1 1,96
TOTAL 6 4 25 2 13 1 51 100,00
ESTUDIO ANTRACOLOGICO DEL SITIO PUNTA BAJA I 119

60-1
LENADURA
COIGUE
CANELO

ÁREA A ÁREA B ÁREA C


Fig. 3. Hisiograma de frecuencias relativas de los principales laxones en las (res áreas

cuentran actualmente en la zona, el primero, Lo anterior podría ser corroborado por la


con una representación muy puntual leñadura, largamente representada en los
Embothrium coccineum (ciruelillo) y el otro, carbones (44%), que se encuentra en la actuali-
Nothofagus pumüio (lenga), especie caducifolia dad en un estado de rebrote en Punta Baja y,
que se desarrolla en suelos con buen drenaje y como su nombre lo indica, sigue siendo aún muy
soporta bajas temperaturas, con una aparición apetecida como combustible por los ovejeros de
constante en todo el presente estudio (10.5%). la zona.
Es probable que muchos de los denominados A nivel de la identificación anatómica de las
Nothofagus sp. del estudio preliminar de especies, debe ser señalada una dificultad, el
Thiébault (1989) correspondan más exactamen- género Nothofagus presenta en la zona austral
te a la lenga, que en ese momento no se tenía en tres especies dominantes: el coigüe, la lenga y el -
la colección de referencia de maderas actuales de ñirre (N. antárctica), éste último posee en deter-
Patagonia, por lo que su identificación no fue minadas ocasiones una cierta similitud antómica
posible. con el coigüe, por ello, dentro de la tabla de
La presencia de la lenga en los carbones, especies, deber ser señalada una dificultad; el
permite plantear la hipótesis que hace 300 años coigüe no fue fehacientemente identificado, que-
en el lugar podría encontrarse un tipo de vege- dando la especie descrita como Nothofagus
tación que Pisano describe como "Bosque Maga- betuloides-antarctica, esto no descarta la
llánico Mixto" para la actualidad, el cual está presencia del ñirre, especie muy adaptable que
compuesto de la asociación de coigue y lenga soporta zonas más secas y puede ser asociada a la
acompañados de canelo, barraco y ciruelillo, en lenga, con la cual incluso presenta cierta hibri-
variables porcentajes de acuerdo al suelo y la do- dación (Pisano, 1973).
minancia de un tipo y otro de Nothofagus Las especies arbustivas, Berberís buxifolia
(Pisano, 1973). (calafate), Fuchsia mageüanica (chuco) y Ribes
El alto porcentaje de madera de árboles uti- mageüanicus (parrilla), poseen un porcentaje de
lizados podría deberse a la presencia, en ese representación muy bajo en los carbones (4%).
momento, en el sector, de una cantidad impor- Sin embargo, en la actualidad, son las especies
tante de especies reputadas como excelentes para colonizadoras que repueblan grandes áreas de
entregar una mejor y más perdurable combus- praderaS dejadas luego de la tala del bosque en
tión. la península y más exactamente en la terraza
120 MARÍA EUGENIA SOLAR1

herbácea donde se encuentra el yacimiento ar- a aprehender mejor la relación entre estos grupos
queológico. de nómadas marinos y su medio ecológico. La-
mentablemente la antracología como disciplina
recientemente incorporada al quehacer arqueo
CONCLUSIONES lógico de la zona no ha tenido acceso a los
carbones de sitios arqueológicos como: Punta
Los carbones analizados son principalmente el Santa Ana, Bahía Buena, Ponsomby, etc., con
resultado del funcionamiento de los 6 fogones los cuales se daría una visión en el tiempo, de este
encontrados en el sitio y de sus respectivas lim- sector de transición entre la pampa oriental, do-
piezas, repartiéndose principalmente en el suelo minio de la Festuca y la gran región occidental
de las habitaciones I - I I - I I I - I V y en mayor grado
en los conchales exteriores (Fig. 2). del bosque impenetrable de Nothofagus.
El estudio micromorfológico de los fogones
(Wattez, 1989), permitió observar que dos de FUENTES DE CONSULTA
ellos (IV y V) sufrieron un tipo de combustión de
más baja intensidad y corta duración que las es-
tructuras de combustión III-II-I, en las cuales los LEGOUPIL, D. 1989. Etno-archéologie dans les
microrrestos resultantes de un fuego largo e archipeh de Patagonie: les nómades
intenso, se encuentran reducidos al estado de marins de Punía Baja. Editions
cenizas. Un estudio antracológico exhaustivo no REcherche sur les Civilisations, mémoire
pudo ser hecho dada la característica común a N° 84, 262p.
todos los fogones, de encontrarse ausentes de PISANO, E. 1973 Fitogeografía de la península
vestigios, debido a sus limpiezas sistemáticas. de Brunswick, Magallanes I.
El temor inicial que pudo tenerse de una Comunidades meso-higromórficas e
posible contaminación con raíces superficiales de higromórficas. Anales del Instituto de la
especies arbustivas que se encuentran actual- Patagonia, vol. IV, N° 1-3: 141-206.
mente sobre la terraza, puede ser excluido, dada RANCUSSI, M., NISHIDA, M., NISHIDA, H
la inexistencia de fragmentos con una anatomía 1988. Xylotomy of important chilean
característica de esta parte de la planta, woods. In Nishida M. (ed.): Contributions
tratándose en todos los casos de su parte aérea to the botany in the Andes II. Academia
(ramaje, tronco). Scientific book inc., Tokyo, 68-158p., 66
Aún cuando los carbones estudiados no son planchas.
numerosos, podrían corroborar la hipótesis SOLARI, M.E., LEGOUPIL, D. 1989. La flora
anteriormente formulada, vale decir, la utiliza- In Legoupil D. (ed.), 1989: 22-25.
ción de la asociación del "Bosque Magallánico THIEBAULT, S. 1989. Identification par obser
Mixto", que ocupa actualmente ciertos sectores vation au mícroscope optique á reflexión
interiores de las terrazas más altas de la des restes ligneux carbonisés prélévés dans
península de Brunswick: en las inmediaciones le gisement de Punta Baja. In Legoupil D.
del río Canelo (mar de Otway), de la punta (ed.), 1989:241.
Errázuriz (fiordo Silva Palma) y también en la WAGEMANN, W. 1949. Maderas chilenas,
zona costera de algunos sectores del fiordo, que contribución a su anatomía e identifica-
colindan con aquellos que poseen la asociación ción. De Lüloa, tomo XVI: 263-375.
descrita para Punta Baja (Pisano, 1973), pero Actas del II Congreso Sudamericano de
que no han sufrido una intensa antropización, Botánica. Tucumán.
como es el caso de estos últimos. WATTEZ, J. 1989. Micromorphologie du rem-
Como todo trabajo pionero, se necesitará rea- plisage des foyers de Punta Baja. In
lizar otros estudios en el sector, para poder llegar Legoupil D. (ed.), 1989: 243-244.
ANS. INST. I'AT Ser Cs.Ss., Punía Arenas(Chilp), vol. 19. 1989-1990

RETOCADORES EXTREMO-LATERALES EN
CONTEXTOS PALEO INDIOS

DÓNALO JACKSON SQJUELLA*

INTRODUCCIÓN Et contexto y descripción de tos artefactos

Recientemente, el autor ha tenido la De total de los ejemplares estudiados, tres de


oportunidad de estudiar la colección de arte- este tipo de retocadores fueron registrados en el
factos Uticos y óseos procedentes de las excava- sitio de Tagua Tagua, con clara asociación a
ciones del sitio Paleo-Indio de Tagua Tagua fauna extinta y con una datación radiocarbónica
{Casamiquela y et al. 1967: Montané, 1968 a-b). de 11.380 ± 320 años A.P. (Montané, J . 1968).
Entre los materiales estudiados se identificaron En su oportunidad este tipo de retocadores
percutores-retocadores con huellas de uso extre- fueron descritos como retocadores tipo Quina
mo-laterales (Jackson. 1990, ms), instrumentos {Montané. 1968b). Nosotros, lo describimos
cuyas singularidades no habíamos observado en como percutores-compresores (Jackson, 1990
retocadores de contextos tardíos. Posteriormen- ms). Aunque en las excavaciones de 1967 no se
te, al revisar en el Instituto de la Patagonia registraron puntas tipo "Cola de Pescado", en las
(Universidad de Magallanes) parte de la colec- recientes excavaciones del mismo sitio se han de-
ción de! sitio Paleo-Indio de Cueva del Medio tectado este tipo de evidencias (Núñez, L. 1990:
(Nami, 1987) y parte del material de una excava- comunicación personal).
ción del sitio Cueva 1 Laguna Sofía, que se Un total de 14 ejemplares fueron registrados
encuentra en proceso de estudio, constatamos la entre los materiales recuperados de los sectores
presencia de retocadores extremo-laterales muy removidos de Cueva del Medio, sitio que ha sido
similares a los registrados en el sitio de Tagua sistemáticamente excavado y que presenta dos
Tagua y coincidentemente procedentes de con- ocupaciones; por una parte, un componente
textos culturales semejantes, lo cual ha motivado tardío (Magallanes III) y un componente tem-
la presente nota para dar a conocer lo que podría prano (Magallanes I), este último con una data-
ser un rasgo de singularidad distintiva de instru- ción de 10.550 ± 120 y 12.390 1 180 años A.P.
mental y tecnología empleada por los cazadores (Nami. 1987). Aunque los materiales estudiados
Palco-Indios. provienen de un sector removido, suponemos
que posiblemente corresponden a la ocupación
Pateo-India. En este sitio, se registraron dos
Investigador asociado. Sección Antropología, Musco puntas del tipo Cola de Pescado en claras aso-
Nacional de Historia Natural, Santiago, Chile. ciaciones estratigráíícas.
120 M A R Í A EUGENIA SOLARI

herbácea donde se encuentra el yacimiento ar- a aprehender mejor la relación entre estos grupos
queológico. de nómadas marinos y su medio ecológico. La-
mentablemente la antracología como disciplina
recientemente incorporada al quehacer arqueo-
CONCLUSIONES lógico de la zona no ha tenido acceso a los
Los carbones analizados son principalmente el carbones de sitios arqueológicos como: Punta
resultado del funcionamiento de los 6 fogones Santa Ana, Bahía Buena, Ponsomby, etc., con
encontrados en el sitio y de sus respectivas lim- los cuales se daría una visión en el tiempo, de este
piezas, repartiéndose principalmente en el suelo sector de transición entre la pampa oriental, do
de las habitaciones I - I I - I I I - I V y en mayor grado minio de la Festuca y la gran región occidental
en los conchales exteriores (Fig. 2). del bosque impenetrable de Nothofagus.
El estudio micromorfológico de los fogones
(Waitez, 1989), permitió observar que dos de FUENTES DE CONSULTA
ellos (IV y V) sufrieron un tipo de combustión de
más baja intensidad y corta duración que las es-
tructuras de combustión III-II-I, en las cuales los LEGOUPIL, D. 1989. Etno-archéologie dans les
microrresios resultantes de un fuego largo e archipels de Patagonie: les nómades
intenso, se encuentran reducidos al estado de marins de Punta Baja. Editions
cenizas. Un estudio antracológico exhaustivo no REcherche sur les Civilisations, mémoire
pudo ser hecho dada la característica común a N° 84, 262p.
todos los fogones, de encontrarse ausentes de PISANO, E. 1973 Fitogeografía de la península
vestigios, debido a sus limpiezas sistemáticas. de Brunswick, Magallanes I.
El temor inicial que pudo tenerse de una Comunidades meso-higromórficas e
posible contaminación con raíces superficiales de higromórfícas. Anales del Instituto de la
especies arbustivas que se encuentran actual- Patagona, vol. IV, N° 1-3: 141-206.
mente sobre la terraza, puede ser excluido, dada RANCUSSI, M., NISHIDA, M., NISHIDA, H.
la inexistencia de fragmentos con una anatomía 1988. Xylotomy of important chilean
característica de esta parte de la planta, woods. In Nishida M. (ed.): Contributions
tratándose en todos los casos de su parte aérea to the botany in the Andes II. Academia
(ramaje, tronco). Scientific book inc., Tokyo, 68-158p., 66
Aún cuando los carbones estudiados no son planchas.
numerosos, podrían corroborar la hipótesis SOLARI, M.E., LEGOUPIL, D. 1989. La flora
anteriormente formulada, vale decir, la utiliza- In Legoupil D. (ed.), 1989: 22-25.
ción de la asociación del "Bosque Magallánico THIEBAULT, S. 1989. Identification par obser
Mixto", que ocupa actualmente ciertos sectores vation au microscope optique á reflexión
interiores de las terrazas más altas de la des restes ligneux carbonisés prélévés dans
península de Brunswick: en las inmediaciones le gisement de Punta Baja. In Legoupil D.
del río Canelo (mar de Otway), de la punta (ed.). 1989:241.
Errázuriz (fiordo Silva Palma) y también en la WAGEMANN, W. 1949. Maderas chilenas,
zona costera de algunos sectores del fiordo, que contribución a su anatomía e identifica-
colindan con aquellos que poseen la asociación ción. De Ltlloa, tomo XVI: 263-375.
descrita para Punta Baja (Pisano, 1973), pero Actas del II Congreso Sudamericano de
que no han sufrido una intensa antropización, Botánica. Tucumán.
como es el caso de estos últimos. WATTEZ, J. 1989. Micromorphologie du rem-
Como todo trabajo pionero, se necesitará rea- plisage des foyers de Punta Baja. In
lizar otros estudios en el sector, para poder llegar Legoupil D. (ed.), 1989: 243-244.
ANS. INST. PAT. Scr.Cs.Ss.. Punta Arenas (Chile), vol. 19. 1989-1990

RETOCADORES EXTREMO LATERALES EN


CONTEXTOS PALEO-INDIOS

DÓNALO JACKSON SQUELLA*

INTRODUCCIÓN El contexto y descripción de los artefactos

Recientemente, el autor ha tenido la De total de los ejemplares estudiados, tres de


oportunidad de estudiar la colección de arte- este tipo de retocadores fueron registrados en el
factos Uticos y óseos procedentes de las excava- sitio de Tagua Tagua, con clara asociación a
ciones del sitio Palco-Indio de Tagua Tagua fauna extinta y con una datación radiocarbónica
(Casamiquela y et al. 1967: Montané, 1968 a-b). de 11.380 ± 320 años A. P. (Montané, J , 1968).
Entre los materiales estudiados se identificaron En su oportunidad este tipo de retocadores
percutores-retocadores con huellas de uso extre- fueron descritos como retocadores tipo Quina
mo-laterales (Jackson, 1990, ms), instrumentos (Montané, 1968b). Nosotros, lo describimos
cuyas singularidades no habíamos observado en como percutores-compresores (Jackson, 1990
retocadores de contextos tardíos. Posteriormen- ms). Aunque en las excavaciones de 1967 no se
te, al revisar en el Instituto de la Patagonia registraron puntas tipo "Cola de Pescado", en las
(Universidad de Magallanes) parte de la colec- recientes excavaciones del mismo sitio se han de-
ción del sitio Palco-Indio de Cueva del Medio tectado este tipo de evidencias (Núñez, L. 1990;
(Nami, 1987) y parte del material de una excava- comunicación personal).
ción del sitio Cueva 1 Laguna Sofía, que se Un total de 14 ejemplares fueron registrados
encuentra en proceso de estudio, constatamos la entre los materiales recuperados de los sectores
presencia de retocadores extremo-laterales muy removidos de Cueva del Medio, sitio que ha sido
similares a los registrados en el sitio de Tagua sistemáticamente excavado y que presenta dos
Tagua y coincidentemente procedentes de con- ocupaciones; por una parte, un componente
textos culturales semejantes, lo cual ha motivado tardío (Magallanes III) y un componente tem-
la presente nota para dar a conocer lo que podría prano (Magallanes I), este último con una data-
ser un rasgo de singularidad distintiva de instru- ción de 10.550 ± 120 y 12.390 ± 180 años A.P.
mental y tecnología empleada por los cazadores (Nami, 1987). Aunque los materiales estudiados
Palco-Indios. provienen de un sector removido, suponemos
que posiblemente corresponden a la ocupación
Palco-India. En este sitio, se registraron dos
Investigador asociado, Sección Antropología, Musco puntas del tipo Cola de Pescado en claras aso-
Nacional de Historia Natural. Santiago. Chile. ciaciones estratigráfícas.
122 DONALDJACKSON SQUELLA

O 10

Fig, 1. A Retocador extremo lateral procedente de Tagua Tagua 1, Chile Central. B. Retocador extremo lateral
procedente de Cueva del Medio, Magallanes. C. Retocador extremo lateral procedente de Cueva 1 Laguna
Sofía, Magallanes. (Flecha ancha indica a extremos utilizados como compresores y flecha delgada indica
bordes laterales utilizados como percutores).

Un último ejemplar, proviene de las excava- huellas se encuentran ubicadas en los extremos
ciones de Cueva 1 Laguna Sofía, con claras aso- y/o sobre la superficie externa del hueso, adya
ciaciones estratigrafías a fauna extinta y con cente al extremo, en posición lateral, de a l l í lj
una datación de alrededor de los 11,000 años designación de extremo-laterales. Todos los
A.P. con ausencia, por el momento, de puntas ejemplares, excepto uno en fragmento de
tipo Cola de Pescado. £1 sitio se encuentra en costilla, se encuentran elaborados sobre huesos
estos momentos en proceso de estudio por el largos de las extremidades» en el caso de Tagua
investigador Alfredo Prieto. En este sitio, se ha Tagua parecen corresponder a huesos de caballo
registrado además de fauna extinta asociacio- y en Cueva del Medio como en Cueva Laguna
nes con evidencias de instrumental litico. Sofía a huesos de guanaco. Todos los ejempla-
Los rasgos contextúales comunes a estos reto- res se encuentran fracturados intencionalmente;
cadores en los tres sitios son la asociación a fauna en algunos casos, la matriz, normalmente la
extinta con instrumentos Uticos, en dos de ellos diáfisis de los huesos, ha sido rebajada por per-
con puntas tipo Cola de Pescado, con dataciones cusión hacia la cara interna, como asi lo
que oscilan entre los 9.000 y los 12.000 años A.P. atestiguan los negativos de cicatrices desprendi-
Por el momento, este tipo de retocadores no se das. Sólo un ejemplar corresponde a un hueso
han registrado en sitios tardíos. largo epifisiario, los restantes a porciones de
Los retocadores en cuestión, se encuentran diáfisis y en un caso, a una costilla.
caracterizados por la presencia de huellas de uso En nueve ejemplares se observaron huellas de
indicativas de la acción de presionar sobre un desgaste por uso (empleando para el caso una
extremo y percutir sobre un borde lateral. Tales lupa binocular de 60x). tanto en los extremos
RETOCADORES EXTREMO-LATERALES EN CONTEXTOS PALEO-INDIOS 123

como en los bordes laterales adyacentes; en los empleo de los extremos laterales externos no per-
restantes sólo se constataron huellas sobre las su- miten una adecuada manipulación para retocar
perficies laterales externas. por presión, aunque el retoque es posible y con
La observación microscópica de las huellas de cierta facilidad. Posteriormente, ambos retoca-
uso en los extremos, muestran claro desgaste, dores se utilizaron como percutores para
asociado al cual se observan ligeras estrias. Las eliminar aristas e irregularidades de dos puntas
superficies laterales adyacentes mostraban de proyectiles bifaciales (basalto) obteniendo
huellas de trituramiento, dejando una superficie huellas de uso, prácticamente idénticas a las
ligeramente cóncava, con las que en algunos observadas en los ejemplares arqueológicos, es
casos se asociaban claras incisiones cortas y pro- decir un trituramiento sectorizado, pequeñas
fundas, como producto del apoyo y presión incisiones y rasguños producto de la acción de
de un filo agudo retocado o vivo, ocasionalmente percutir y -del desliz del instrumento. También
asociadas a "rasguños" e incisiones, dando la sen- quedaron en ambas piezas experimentales
sación como si se hubiera resbalado el instru- pequeñas partículas incrustadas del basalto
mento que se estaba retocando. Estas incisiones correspondiente a las piezas que se retocaron.
tienden a ser ligeramente oblicuas al eje del ins- La replicación experimental no sólo mostró la
trumento. En siete ejemplares, sobre la superfi- gran similitud con las huellas observadas en los
cie con incisiones de cortes y trituramiento, se ejemplares arqueológicos, sino también la
observaron micro-incrustaciones líticas de color facilidad con que se logra el retoque por
oscuro (lutita o basalto?), materias primas que percusión blanda. A este respecto se sugiere que
en Cueva del Medio y Laguna Sofía fueron piezas tales como puntas de proyectiles y otros
empleadas para la elaboración de instrumentos instrumentos fueran retocados por presión, pero
retocados. En tres ejemplares de Cueva del que las irregularidades, aristas y el abultamien-
Medio se detectaron residuos de pigmento y en to de los bordes fueran rebajados utilizados estos
uno de ellos una muesca cóncava como utilizada retocadores como percutores ocasionales; la na-
para raspar un objeto convexo. Tales huellas, en turaleza de su materia prima y su escaso peso
el caso de los extremos, indican la utilización permitía rebajar con facilidad tales irregulari-
como compresores y en el caso de las adyacentes dades, de allí la presencia de huellas de presión
laterales, la acción de compresión y sobre los extremos y huellas de una percusión
principalmente una percusión suave. suave en los bordes laterales adyacentes.
Las dimensiones de estos retocadores son
Longitud Máxima 161 mm (mínima 69 mm), COMENTARIOS FINALES
Ancho Máximo 45 mm (mínimo 18 mm) y
Espesor Máximo 19 mm (mínimo 5 mm). Las di- Las particularidades en cuanto a la ubicación
mensiones promedio; Longitud 115 mm. Ancho; de las huellas de uso de estos retocadores y su
27 mm y Espesor 8 mm (Fig. 1). empleo tanto como compresores y percutores, nos
sugiere una singularidad de tipo tecnológica del
REPLICACION EXPERIMENTAL equipo instrumental de los cazadores Paleo-
Indios.
Utilizamos dos retocadores de metapodio de Este tipo de retocadores sirvieron para elabo-
guanaco, uno correspondiente a una astilla y rar artefactos Uticos por presión y percusión.
otro que fue especialmente preparado, Entre tales artefactos deben mencionarse las
adelgazando por desgaste un extremo para ser tipicas puntas Cola de Pescado, las que se
utilizado. Ambos retocadores fueron usados encuentran presentes por lo menos en dos de los
sobre la superficie externa adyacente a uno de los sitios de la muestra estudiada. En estos lugares
extremos para retocar por presión lascas de también se registraron retocadores o compreso-
basalto y obsidiana. Sobre las superficies de res elaborados en huesos largos pero trabajados
contacto utilizadas quedaron pequeñas para adecuar la forma a la función del instru-
incisiones que al juntarse dan el aspecto de un mento.
leve trituramiento asociado a ligeros rasguños, Este tipo de evidencias, aunque específicas,
las que ocurrieron al resbalar el instrumento. tienen relevancia como datos de singularidad
Tales huellas son algo similares a las observadas en cultural, además de proporcionar información
las piezas arqueológicas, sin embargo, la forma de tecnológica sobre las comunidades Paleo-Indias.
124 DÓNALOJACKSON SQUELLA

En este sentido, la investigación de pequeños JACKSON, DÓNALO S. 1990. Componentes


detalles en los diversos materiales arqueológicos Culturales de la ocupación Pateo-India de
pueden ir proporcionando un cuerpo de datos Tagua Tagua J. Informe (m.s.) Proyecto
que en el marco de contextos globales adquieren Palco-Indio en Chile.
una mayor significación en la interpretación MONTANE, JULIO. 1968a. Primer Fechado
cultural. Radiocarbónico de Tagua Tagua. Noti-
ciario Mensual N° 139, Museo Nacional
de Historia Natural, Santiago, Chile.
BIBLIOGRAFÍA CITADA 1969b. Paleo-Indian Remains from
Laguna of Tagua Tagua, Central Chile.
CASAMIQUELA R.J. MONTANE y R. Science, Vol. 161, Pp. 1137-1138.
SANTANA. 1967. Convivencia del NAMI G., HUGO. 1987. Cueva del Medio: Pers-
hombre con el mastodonte en Chile pectivas arqueológicas para la Patagonia
Central. Austral.
Noticiario Mensual N° 132 Pp. 1-5 Museo Anales del Instituto de la Patagonia, Serie
Nacional de Historia Natural. Santiago, Ciencias Sociales, Vol. 17, Universidad de
Chile. Magallanes, Punta Arenas, Chile.
ANS. INST. PAT. Scr.Cs.Ss., Punta Arenas (Chile), vol. 19. 1989-1990

NUEVOS ANTECEDENTES SOBRE INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS


EN EL ÁREA DE CERRO BENITEZ (ULTIMA ESPERANZA, MAGALLANES)

HUGO GABRIEL N A M I '

INTRODUCCIÓN informar a la comunidad científica nacional e


internacional sobre su adelanto. El objetivo es
A principios de 1986, comenzamos las excava- que los datos aportados sean útiles para aquellos
ciones arqueológicas en el sitio Cueva del Medio. investigadores que desean integrarlos en sus res-
A partir de ese momento se han llevado a cabo pectivos estudios.
una serie de trabajos tanto en el sitio como con Para una mayor comprensión del artículo se lo
los materiales recuperados. Además, tal como lo divide en distintas secciones de acuerdo a las
habíamos planteado, también se han realizado tareas realizadas.
diversos estudios interdisciplinarios. Los mismos
han sido dados a conocer en distintos artículos Cuarta campaña de excavación arqueológica en
(Allison 1989, Borrero, Lanata y Borella 1988, la Cueva del Medio
Menegaz y Nami 1989, Nami 1985-86. 1987a,
1987b, 1989a, 1989bt 1990a, 1990b, Nami y Tal como se había previsto, se continuó con las
Casé 1988). excavaciones arqueológicas en el sitio Cueva del
Continuando con este proyecto que el Insti- Medio. Como tarea inicial se procedió a limpiar
tuto de la Patagonia lleva a cabo en la Región los perfiles de la excavación anterior. En efecto,
Central Magallánica y Ultima Esperanza, se ha al final de cada expedición, tal como lo sugirió
proseguido con estas investigaciones en años re- Massone (1985-86: 146) se protegieron los
cientes. perfiles con paredes de madera y luego se tapó la
El objetivo de este artículo es dar a conocer excavación. Esta actividad de protección hasta
algunos de los avances de los trabajos realizados el momento ha dado excelentes resultados. En
en el lapso comprendido entre comienzos de efecto, en todas las expediciones los perfiles res-
1988 y 1990 respectivamente. La misma incluye pectivos han sido retomados intactos, sin nin-
referencias sobre las actividades llevadas a cabo guna perturbación post-excavación. Para
tanto en el campo como en laboratorio. mencionar algunas: los derrumbes, la acción de
Estas informaciones sólo deben tomarse como roedores o la de buscadores aficiona-
parte de la investigación. Una vez más se intenta dos. Continuando con la metodología conocida
(Nami, 1987) se excavaron las cuadrículas 29/8
Programa de Estudios Prehistóricos (UBA-
CONICET). Bartolomé Mitre 5° "A", (1039),
(a-c), 29/9, 29/10, 29/11, 29/12. 29/13, 29/14,
Buenos Aires, Argentina. , 30/6, 30/9, 30/10 y 30/11. En estos sectores el
126 HUGO GABRIEL NAMI

nivel paleoindio se presentaba claramente y al llas de huesos. Estos últimos hallazgos proba-
igual que en las excavaciones anteriores blemente provengan de los pozos de depredación
prosiguieron los hallazgos de instrumentos de cercanos. El espesor de la misma es de aproxi-
piedra y restos de especies faunísticas correspon- madamente 20 cm. A continuación sigue una
dientes a las mismas colectadas anteriormente. formación de cantos rodados muy compactada,
También se pudo constatar otra estructura de similar a la que cubre la ocupación paleoindia.
combustión ubicada en la cuadrícula 29/12. Esta yace sobre la arenas que rellena la cueva.
Procedente de la misma se colectó una pequeña Desde el punto de vista arqueológico, esta
muestra que lementablemente no tuvo el sufi- cuadrícula proporcionó evidencia negativa. Esto
ciente contenido de carbón como para ser proce- es importante, debido a que brinda datos para el
sada para su fechado radiocarbónico (Tammers, conocimiento del límite de la ocupación de la
1990). cueva en la zona frontal.
Siguiendo a Schmid (1963, apud Butzer 1972) Por otra parte, tal como se habia mencionado,
dividimos la Cueva del Medio en tres partes a con la limpieza de los sedimentos procedentes de
saber: La entrada, el centro y el fondo. Debido las depredaciones, se fueron exponiendo mayores
al avance de las excavaciones y de la limpieza de superficies intactas. Por ello, se eligió otra zona,
los pozos de depredación y sus sedimentos circun- ubicada en la línea de las cuadrículas 18. Allí, la
dantes, se fue observando con mayor claridad las estratigrafía se nos presentó como en nuestra
zonas intactas que existen en el sitio. Además, primera expedición. Esto quiere decir que no
dado que en esta investigación estamos tratando existe en esta zona, el sello de cantos Yodados que
de conocer el uso del espacio por las sociedades se encuentra en gran parte de la superficie
paleoindias (Nami 1990a), decidimos sondear excavada del centro.
zonas que pensamos que estaban intactas. Con Desde el punto de vista cultural, tampoco pre-
ese objetivo se realizaron distintas cuadrículas senta diferencias notables con lo hallado hasta el
distantes del área excavada que está en la zona momento. En efecto, en la capa superficial se
media. Esa fue la razón por la cual se realizaron encuentran restos actuales mezclados con huesos
en la parte frontal y en el fondo de la cueva. y lascas de origen arqueológico, entremezclados
Las cuadrículas excavadas en la zona frontal con cantos rodados y sedimentos procedentes de
se localizaron en distintas partes. Algunas en las la desintegración del conglomerado. Continúa
cercanías de la línea de goteo. Para ello se una zona estéril, sobre la cual subyace una capa
planteó una cuadrícula a veinte metros hacia el de ocupación humana.
sur de la línea de cuadrículas 29. Así se excavó la Independientemente de su ubicación cronoló-
unidad 10/13, en la zona que según observacio- gica pensamos que era necesario proceder a la
nes anteriores pensamos que estaba intacta pues- excavación de los sedimentos intactos que la
to que sobre su superficie hay gran cantidad de rodeaban. De esta manera, nos extendimos
cantos rodados que provienen del talud de la hacia el oeste y sur. Así en esta porción
cueva y que caen hacia el interior. Por eso, excavamos las cuadrículas 17/10 (a-b), 18/10 y
debido a su cantidad y disposición, pensamos 18/11. En la medida de lo posible en el futuro
que podría existir una capa de guijarros muy las extenderemos, ya que todo indica que esta
potente que sirviera de sello si hubiese habido zona no ha sido alterada por los depredadores.
una ocupación humana previa a su depositación. En la cuadrícula encontrada hacia el oeste, se
De hecho, en las inmediaciones de esa zona, pudo constatar que la lente carbonosa ubicada
producto de la harneadura de los sedimentos que en la unidad adyacente continuaba aproxima-
provenían de los pozos de depredación, se encon- damente 30 cm. En este sedimento carbonosos se
traron gran cantidad de instrumentos líticos recuperaron también restos óseos de fauna
como así también de restos óseos, algunos de los extinta y artefactos líticos, consistentes en un
cuales ya han sido estudiados (ver Borrero, número no muy alto de lascas pequeñas. Esta
Lanata y Borella 1988). misma situación sucedió alrededor de la lente
En esta cuadrícula se pudo constatar que la carbonosa.
capa más superficial de cantos rodados mezcla- Deseando confirmar la pertenencia de este
dos con arenas muy finas, contiene restos de hue- nivel al período paleoindio, se extrajo una
sos de cordero, trozos de vidrios de botella muy muestra de 230 gramos de huesos colectados en
modernos, junto con lascas muy aisladas y asti- una de las cuadrículas (18/11) entre los 50 y 60
NUEVOS ANTECEDENTES SOBRE INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS 127

cm desde el nivel O y bordeando al fogón cuyo


análisis radiocarbónico entregó una fecha de
9.770 + 70 A.P. (Beta-40281) 1 . Este fechado es
coherente con los de la ocupación Fell-1, razón
por la cual lo adscribimos a la ocupación
mencionada.
También se hicieron excavaciones en la
cuadrícula 18/3. Otro aspecto interesante para
el estudio del manejo del espacio en Cueva del
Medio fue la evidencia suministrada por los
hallazgos realizados en el fondo. En efecto, al
igual que la actividad desarrollada en la zona
frontal, se continuó con la limpieza de los pozos
de depredación existentes en esa zona. Además
se harneó el sedimento y se limpió el sector para
observar si se encontraban zonas intactas. Los
resultados fueron positivos ya que pudimos apre- Fig. 1. Raspador hallado en la zona del fondo de la cueva.
Tamaño natural.
ciar que las partes no depredadas cubrían una
superficie más grande de la que pensábamos.
Continuando con la limpieza en la zona del
fondo, se logró ubicar un nivel arqueológico a
muy pocos centímetros de la capa superficial.
Esta que se presenta muy compactada está
formada por clastos desprendidos del techo y
sedimento. La misma se pudo identificar a
partir del perfil de uno de los pozos de depreda-
ción. Allí, inmediatamente por debajo de esta
compactación. cubierta por ésta, se ubicó una
lente carbonosa.
Es importante destacar que en la superficie de
esta porción en una de las áreas adyacentes al
mismo, en las irregularidades dejadas por los
depredadores, se ubicó una lente carbonosa
cubierta por esta capa compacta. Esta zona pre-
senta indicios de ocupación humana proporcio-
nado por instrumentos líticos y los restos de
carbón. De estos vestigios se pudo tomar una
pequeña muestra que ha sido datada en 4.290 ±
130A.P. (Beta-37167).
Sobre la base de los instrumentos líticos
recolectados y que procedían de los sedimentos
removidos como así también de los encontrados
en la superficie es posible pensar que esta parte
de la cueva presenta una interesante ocupación
humana. Esta es la razón por la cual será ne-
cesario excavarla siguiendo la metodología em-
pleada en las expediciones anteriores. Además
se colectó una considerable cantidad de instru-
mentos líticos de excelente manufactura (Figs. 1
Fig. 2. Raedera procedente de los sedimentos circundantes al
La muestra consistía en distintas astillas y fragmen- nivel con ocupación humana detectado en el fondo.
tos de huesos de magafauna (Mylodon sp.. Tamaño natural.
Hippidium sp. y Lama (Borrero, com. pers. 1990).
128 HUGO GABRIEL N A M I

y 2). Estos provenían de la limpieza superficial Con el objeto de tener un control más que
de los sedimentos procedentes de los pozos de sirva de referencia para entender el proceso de
depredación circundantes. Probablemente, formación de este sitio, se construyó uno expe
estos instrumentos provengan de la capa más su- rimental con el propósito de observarlo a través
perficial que contiene a la lente carbonosa. del tiempo y obtener datos que sirvan para en-
Futuras investigaciones de campo confirmarán o tender otros con problemas similares.
refutarán esta observación. Entonces, con ese objetivo se eligió una de las
Otros de los hallazgos realizados en el sedi- porciones ubicadas en el frente y cuyo lugar es
mento removido, es una gran cantidad de apto para permanencia debido a la luz y al
huesos, algunos de fauna extinta, otros de fauna reparo que ofrece. Desde el punto de vista ar-
actual. Es estado de conservación es excelente, queológico y estratigráfico esta zona estaba abso-
ya que alguno de ellos todavía conservan restos lutamente perturbada por los saqueadores. Esta
de cuero adheridos. fue limpiada y harnereadaen la tercera expedi-
También se recuperó gran cantidad de lascas y ción. Luego se procedió a tapar el pozo de
microlascas. Algunos de los hallazgos realizados depredación con los sedimentos procedentes de
en este sector se ilustran en la figura. Es impor- estas acciones vandálicas como así también por
tante puntualizar que las especies de fauna aquél proveniente del zarandeo de los de la
extinta identificadas no varían de las encontra- excavación. Por este motivo, en la cuarta
das en los otros sectores de la cueva (Menegaz, expedición, la superficie de esta porción estaba
com. pers. 1990). nivelada con la del resto de la cueva.
En este sector entonces, se pusieron en prácti-
Formación de un sitio experimental
ca con actividades básicas relacionadas con la
Los sitios experimentales son una actividad co- subsistencia durante nuestra estada en la cueva.
rriente en la arqueología contemporánea. Su De esta manera se encendió fuego con el objeto
construcción tiende a brindar información sobre de calentar agua, preparar alimentos y/o como
distintos aspectos relacionados con los procesos fuente de calor. Se acumuló la leña indispensa-
de formación del registro arqueológico. La crea- ble para tal fin. Además se realizaron experi-
ción de sitios experimentales tiene un amplio mentos replicativos y simulativos de artefactos
rango que varía desde la simulación de estructu- dejados por los indígenas. Así las tareas de talla
ras de cazadores recolectores hasta las de socie- fueron extracción de formas-base partiendo de
dades más complejas como las agriculturas o pas- grandes nodulos de materia prima local 3 . Estas
toriles. formas-bases fueron utilizadas en la confección
Como se mencionó en el informe anterior de instrumentos de manufactura simple.
(Nami 1987: 82-83) para una comprensión ade- Además se fracturaron .huesos por percusión uti-
cuada de los vestigios arqueológicos y consecuen- lizando yunques y luego se arrojaron huesos
temente un mejor entendimiento de las socieda- modernos procedentes de otras zonas de la
des del pasado, es importantísimo estudiar los cueva. Cada artefacto y ecofacto fue numerado
procesos que intervinieron en la formación de con pintura sintética blanca. Esta tarea fue
sitio. En ese informe se brindaron algunos datos realizada con el objeto de seguir su historia
que se consideraron importantes en este aspecto. depositacional a lo largo del tiempo en una
Sin embargo, pensamos que son necesarios otros escala pequeña 4 . La numeración se hizo de
controles para discutir la multivariedad de
factores intervinientes en el mismo (ver Schiffer Los nodulos de materia prima empleados fueron
1987). Antecedentes de esta tarea hay colectados en forma no programada, es decir, los
numerosos (v. gr. Chilcot y Deetz 1977, Madsen recogíamos cuando los encontrábamos en nuestra
1981). Específicamente en Patagonia y Tierra caminatas desde nuestro campamento base en la
ponería del Monumento Natural hasta la cueva o en
del Fuego, e' autor ha realizado una serie de dis- el sitio mismo. Solamente recogimos lo que conside-
tintos sitios con el mismo objetivo 2 . ramos suficiente para esta experiencia. Se buscaba
2 Los restantes siiios experimentales han sido construi- extraer forma-bascs o confeccionar instrumentos de
dos lamo en distintos emplazamientos como asi manufactura simple.
también en ambientes distintos de Argentina. Ellos En uno de los sitios experimentales mencionados -
son Alero Piedra del Águila (Neuquén). Alero Piedra Águila- se pudo observar como en un lapso
Campo Cerda (Chubut) y Península Mitre (Tierra no mayor de siete días se modificaba extraordina-
del Fuego) (Nami, 1986). riamente el registro dejado.
NUEVOS ANTECEDENTES SOBRE INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS 129

acuerdo a las condiciones de depositación como 18/11, 30/9 y 29/12. Actualmente estas
así también de dimensiones. Debido a esto, no se muestras están siendo procesadas en el Labora-
numeraron a las lascas muy pequeñas o aquellas torio de Paleomagnetismo y Magnetismo de las
que estaban depositadas de manera tal que im- Rocas "Daniel A. Valencio" (UBA-CONICET).
pedían esta tarea. En efecto, fue interesante ob-
servar cómo, sobre el sedimento arenoso seco, Comienzo del análisis de los recursos potenciales
algunas lascas al ser extraídas utilizando del sitio
percusión con mano libre, se depositan
"clavándose" en forma vertical sobre el terreno. Tal como lo habíamos planteado en el informe
Cada vestigio fue mapeado y registrado en una anterior, uno de nuestros objetivos desde el pun-
planta de la misma manera que se lo hace con los to de vista metodológico, era el de realizar el
de origen arqueológico. estudio de los recursos potenciales del sitio.
Con ese objetivo, se plantearon distintas
Muestreo Arqueomagnético transectas siguiendo la dirección de los cuatro
puntos cardinales, tomando como punto de re-
Como es sabido la geología es una ciencia que ferencia al sitio en cuestión. En la puesta en
colabora estrechamente con la arqueología, práctica de esta técnica, se contó con la gentil
dando lugar a la llamada Geología arqueológica colaboración del guardaparque Carlos Barría,
(Hassan 1979, Gifford y Raap 1985, etc.). eficaz y profundo conocedor del área.
Muchas disciplinas y metodologías son de En este informe no nos extenderemos sobre la§
utilidad para los arqueólogos. observaciones realizadas, aunque es importante
Algunos años atrás, la geoarqueología fue puntualizar que, en la zona norte, este y oeste los
definida como "la contribución de las ciencias de cañadones existentes alrededor del Cerro Benítez
la tierra, particularmente la geomorfologia y la parecían ser interesantes vías de comunicación
petrografía sedimentaria, en la interpretación para los grupos que circularon la región durante
del contexto arqueológico" (Gladfelter 1977. la historia de esa zona en Ultima Esperanza.
519). Durante el trayecto realizado, se tuvieron en
Uno de los métodos de datación existentes y cuenta y se registraron recursos minerales
poco utilizado en la arqueología es el (materias primas líticas), recursos vegetales y
paleomagnetismo. Este método posibilita entre recursos faunísticos observados.
otras cosas, observar las variaciones paleosecu- La continuación del mismo como así también
lares que existieron en el campo magnético de la sus resultados serán motivo de un informe par-
corteza terrestre. De esta manera esta escala de ticular.
"grano muy fino" permitirían al arqueólogo Es importante destacar que en el territorio de
fechar una columna estratigrafía. explotación de Cueva del Medio están la Cueva
Con el objeto de completar las dataciones del Mylodon y Cueva 1 del Lago Sofía las que
radiocarbónicas y al mismo tiempo observar -en podrían formar parte del subsistema de asenta-
la medida de lo posible- el lapso de depositación miento y del uso del espacio a una mayor escala
sedimentológica se tomaron muestras para de las sociedad paleoindias.
intentar realizar alguna datación paleomagnéti-
ca de dicha cueva. Sondeo en el abrigo Pedro Cárdenas
La tarea de recolección de las muestras fue
realizada según los lineamientos propuestos por Según lo acordado en nuestra orientación
Valencio (1980). Estas no difieren notablemen- teórica, básicamente nuestro acercamiento a las
te de las propuestas por otros (v. gr. Tarling investigaciones arqueológicas es regional, lo que
1985). Con ese objetivo se utilizaron tubos de está íntimamente relacionado con las investiga-
hidrobronz de una pulgada de largo y diámetro ciones deductivas en arqueología. Esta es la
respectivamente. Estos fueron insertados en razón por la cual es necesario trabajar sobre la
distintos perfiles de la excavación. Esta tarea fue base de la información proporcionada por muy
llevada a cabo de manera tal que la inserción su- distintos tipos de sitios como así también el
perponga la mitad de cada muestra con la que se conocimiento de los distintos subsistemas que
encuentra estratigráficamente por encima. De forman al sistema socio-cultural del pasado. Por
esta forma, se muestrearon los perfiles 18/10 eso, nuestra intención es la búsqueda de sitios
130 HUGO GABRIEL NAMI

Fig. 3. Raederas colcciadas en el sondeo al abrigo Pedro Cárdenas

que se complementen o hayan interactuado en el Teniendo en cuenta lo anterior, el sondeo de


subsistema de asentamiento de las sociedades un metro cuadrado fue realizado en una zona
cazadoras-recolectoras que habitaron el sur de que se consideró importante por las considicio-
Ultima Esperanza. nes de reparo que presenta este abrigo.
La Cueva del Medio recibe su nombre por El mismo brindó resultados positivos desde el
estar ubicada entre las famosas Cuevas de punto de vista arqueológico. En efecto, en los
Mylodon (o Cueva Grande) y la Cueva Chica. En aproximadamente 60 cm de sedimento muy
las inmediaciones de esta última, hay una serie negro y homogéneo ubicado por encima de una
de abrigos-jocosos en forma de aleros pequeños y potente matriz arenosa de color amarillo oro y
cuevas que muy probablemente sirvieron de entremezclada con guijarros, mostrando de esta
refugio para los antiguos cazadores-recolectores manera una compactación muy marcada y
que habitaron la región. Aproximadamente a estéril desde el punto de vista arqueológico. Es
100 metros hacia el SO de la Cueva Chica, importante destacar que en este sector se hacía
existen una serie de abrigos rocosos. Uno de ellos extremadamente difícil la excavación.
es de considerable dimensión y presentaba exce- No obstante la pequeña superficie sondeada,
lentes condiciones para su habitabilidad. Por es interesante dar a conocer y describir breve-
estas características fue seleccionado para llevar mente a los hallazgos realizados, la mayoría de
a cabo un sondeo y evaluar sus posibilidades de los cuales consisten en artefactos líticos. En
futura excavación. Como un homenaje y agra- efecto, desde muy pocos centímetros por debajo
decimiento a nuestro gentil y eficaz colaborador de la superficie y hasta una profundidad de 65
de campo, se consideró oportuno llamarlo por su crn aproximadamente se colectaron los siguien-
nombre: Pedro Cárdenas. tes instrumentos de piedra:

Profundidad Grupo Materia Largo Ancho Espesor Figura


(en cm) Tipológico Prima (en mm)

-28 Raedera Vulcanita 49 106 18 3a


-29 Raedera Toba 88 40 7 3b
-52 Cuchillo Toba 49 31 5 4
-62 A.T.B.P.E. Toba 58 58 12
Referencia: A.T.B.P.E. = Artefactos de talla bifacial parcialmente extendida.
NUEVOS ANTECEDENTES SOBRE INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS 131

Junto con los instrumentos también se de ocupación humana en Ultima Esperanza a


colectaron distintas clases de desechos través del tiempo.
subproductos de talla uni o bifacial extendida,
como así también de retoque y/o reactivación de
instrumentos. La mayor parte de estos desechos
son de toba y vulcanita de origen local, proce-
dentes tanto de los conglomerados del Cerro
Benítez como de los sedimentos glaciales circun-
dantes. Sin embargo es importante destacar que
entre ellos existen algunos de rocas silíceas
coloreadas y obsidiana muy probablemente de
procedencia alóctona. Estos desechos de talla
están siendo estudiados utilizando el sistema
DELCO(BelleIli<?¿a/. 1985-87).

Fig. 5. Piedra grabada Alero Pedro Cárdenas

AGRADECIMIENTOS

Una vez más deseo agradecer a todas las


personas que hicieron posible esta investigación
desde el comienzo.
Al Instituto de la Patagonia, Universidad de
Magallanes, Punta Arenas. A losguardaparques
del Monumento Natural Cueva del Milodón y
Corporación Nacional Forestal de Puerto
Fig. 4, Cuchillo procedente del Alero Pedro Cárdenas.
Tamaño natural
Natales, al CONICETde Argentina, al Junius B.
Bird Committee del Museo de Historia Natural
de Nueva York, y a la Sigma Xi: The Scientific
Otro hallazgo interesante consiste en una Research Society de Connecticut y a la Wenner-
pequeña placa grabada con incisiones paralelas Green Foundation for Anthropological Research
realizadas sobre la corteza de un nodulo tabular de Nueva York quienes de una u otra manera
de calcedonia traslúcida blanquecina (ver figura apoyaron distintos aspectos de los trabajos reali-
5). zados hasta el momento.
Finalmente debernos hacer mención de el
hallazgo de una concentración de carbón vegetal
existente entre los 65 y 71 centímetros de BIBLIOGRAFÍA CITADA
profundidad. Afortunadamente se extrajo una
muestra adecuada para su datación
radiocarbónica. La misma fue enviada al
Laboratorio de la Universidad de Pittsburgh. De ALLISON, N. 1989. From the end of the Eart.
esta manera se pudo obtener una fecha de 7.415 Mammoih Trumphet 5 (3): 3&8, Orono.
± 165 años A.P. (PITT-0706). BORRERO, L.A., J.L. LANATA y F. BORE
El abrigo Pedro Cárdenas mostró por medio LLA. 1988. Reestudiando huesos: Nuevas
de este sondeo, interesantísimas perspectivas consideraciones sobre sitios de Ultuma Es-
para su posterior excavación sistemática. La peranza. Anales del Instituto de la Pata-
misma brindará datos que articulen el proceso gonia 18: 133-156, Punta Arenas.
132 HUGO GABRIEL NAMI

BUTZER. K.W. 1973. Environtnent and Ar- 71-105, Punta Arenas.


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EVOLUCIÓN CULTURAL DIVERGENTE EN LA PATAGONIA AUSTRAL*

LUIS ALBERTO BORRERO*'

INTRODUCCIÓN lentamente por las estepas patagónicas, a lo


largo de unos 116 12.000 años radiocarbónicos.
En anteriores trabajos se han presentado los Dentro de ese corto período debemos dar cuenta
elementos básicos de un modelo general de po- de la ocupación de la mayoría de los espacios
blamiento de la Patagonia (Borrero 1989a). colonizables. Este proceso no debe ser visto como
Aquí se resumen algunos de esos elementos, y se un constante movimiento hacia el sur, sino como
tratan con mayor detalle algunas implicaciones un flujo multidireccional, dependiendo de la je-
del mismo para los estudios del poblamiento de rarquía de espacios disponibles en cada sucesiva
Tierra del Fuego. El objetivo de este trabajo no expansión. El mecanismo debió combinar pro-
es simplemente presentar una historia plausible cesos de fisión de bandas con los de ampliación
del poblamiento y colonización de la Patagonia, de radios de caza. El avance hacia el sur debió
sino utilizar dicha historia conjetural como ser el resultado de una relativa saturación o, al
punto de partida de nuevas líneas de investiga- menos parcialmente, de una falta de interés en
ción. Algunas de ellas están siendo desarrolla- los espacios más norteños. La jerarquía de los
das en este momento. espacios debió relacionarse con la productividad
de los ambientes y, sobre esa base, puede postu-
Poblamiento de la Patagonia larse que entre las zonas habitadas quedaron
comprendidos varios sectores vacíos. Parece
Entendemos que el proceso de poblamiento no difícil sostener que la Patagonia fue ocupada en
se puede ser simplemente visto como un movi- forma espacialmente continua en algún
miento migratorio, sino que requiere una expli- momento de su historia.
cación más compleja. Parece aceptable que las Si analizamos el proceso de poblamiento bajo
primeras poblaciones humanas se difundieron un modelo de lento llenado de espacios, surgen
algunas implicaciones interesantes que pueden
' ayudar a dirigir la investigación futura. Algunas
Este trabajo se inscribe dentro del Proyecto "Evolu- versiones del modelo de migración implicaban
ción divergente en sistemas adapiativos de cazadores una rápida saturación del espacio (Martín 1973).
y recolectores terrestres en el extremo Sur de
Sudamérica" (CONICET, PID 3-085100-88). En cambio el modelo de flujo lento, aún
Programa de Estudios Prehistóricos Bartolomé Mitre actuando dentro de la corta escala temporal
1970- Piso 5 (1039) Buenos Aires, Argentina. disponible en Patagonia, otorga más tiempo
134 LUIS ALBERTO BURRERO

para dicha saturación. Esto implica, básicamen- determinados del espacio, con rangos de acción
te, que las presiones selectivas causadas por la especificados, y (c) ocupación efectiva, que se re-
competencia entre grupos humanos sólo pudie- fiere al momento en que todo el espacio desea-
ron ser importantes muy tardíamente. La consi- ble está siendo utilizado. En una presentación
deración de estas presiones es esencial para la anterior (Borrero 1989a) llamé a esta última fase
discusión sobre procesos de complejización cul- "estabilización", pero este término no expresa
tural. adecuadamente toda la dinámica que se registra
Aunque actualmente existe bastante acuerdo dentro de la misma (ver más-abajo).
con respecto a que el poblamiento no se prqdujo La fase (a) implica movimiento a lo largo de
por migración rápida, se puede decir que el mo- rutas naturales y la utilización de localidades no
delo defendido aquí difiere bastante de los de óptimas. No se espera una redundancia muy
otros investigadores. Por ejemplo Orquera, en marcada en el uso de los sitios, sin embargo el
uno de los pocos modelos explícitos publicados número de los mismos debe ser muy inferior a los
(Orquera 1987. ver también 1984-1985) ve la creados por ocupaciones posteriores. Se espera
historia del poblamiento de la Patagonia como cierta discontinuidad ocupacional, tanto en una
un proceso de adaptación progresiva del escala local como regional. Esto aumenta las po-
ambiente, y considera que las industrias o cultu- sibilidades de alternancia ocupacional con carní
ras más recientes eran más eficientes que las más voros o roedores, lo que puede afectar la inte-
antiguas. No creemos que esta posición sea gridad de los sitios. Teóricamente esos sitios tie-
defendible. Ante todo porque los desafíos nen mejores posibilidades de ser destruidos o de
planteados a los pobladores antiguos y recientes estas cubiertos por sedimentos. Las expectativas
eran muy diferentes, y no se relacionaban sólo de encontrarlos son, entonces, bajas. Las
con el ambiente. En los últimos tiempos era ne- primeras ocupaciones de algunos sitios, que
cesario conciliar actividades con numerosos siempre son más circunscritas y de menor inten-
vecinos, una situación que seguramente no se sidad que las superiores, invitan a ser considera
planteaba hace 10 u 11.000 años. Por ese das dentro de esta fase, pero los problemas de
motivo "eficiencia" debe implicar cosas muy dis- muestreo regional impiden hacerlo.
tintas, según las circunstancias en que funcionó Probablemente estos primeros grupos tenían
cada sociedad. Para Orquera el poblamiento rangos de acción muy grandes.
comienza con una tradición cultural-adaptativa La fase (b) implica un uso más repetitivo de si-
indiferenciada, que se separa en tres líneas evo- tios localizados ópticamente; se espera que se for-
lutivas. Alrededor del 6.000 A.P. las tres líneas men grupos más o menos discretos de sitios,
están básicamente en equilibrio con el ambiente, debido a falta de superposición de los rangos de
y desaparecen los incentivos para desarrollar acción. Se espera que estos últimos sean más
métodos más intensivos de explotación (Orquera restringidos que los de la fase de exploración.
1987: 348). En el modelo que presentamos aquí, Bajo estas condiciones la visibilidad debe ser muy
en cambio, las presiones selectivas no faltan alta y, lo que es aún más importante, la resolu-
pues no dependen exclusivamente del ambiente. ción debe ser muy buena. Sitios concentrados en
Por otra parte, como lo ha destacado Fisher, la las cuencas de los ríos Chico, Deseado y Traful, y
dependencia que tienen estos enfoques con res- en el Seno Ultima Esperanza, con ocupaciones
pecto a la vieja terminología y planteos de centradas alrededor del 10.500 A.P., en algunos
Menghin ya no arrojan resultados relevantes casos llegando hasta 7.000 A.P., parecen respon-
para los nuevos objetivos de la investigación der a estas característica.
(Fisher 1986-1987). La fase (c) implica la aparición de mecanismos
dependientes de la densidad, incluyendo ajustes
El Modelo poblacionales (Hayden 1972), deriva cultural
(Binford 1963), o competencia por territorios de
Tres fases son postulables para la ocupación alta productividad (Nicholas 1988). La
de un determinado espacio (ver Schwartz 1970, visibilidad arqueológica debe ser muy alta, pero
Borrero 1989a). Estas son: (a) exploración, que la resolución muy baja, debido a la superposi-
se refiere a la dispersión inicial hacia una zona ción de rangos de acción motivada por la den-
vacía, (b) colonización, que se refiere a la conso- sidad. Dichos rangos de acción, por otra parte,
lidación inicial de grupos humanos en sectores deberían ser marcadamente más pequeños. Los
EVOLUCIÓN C U L T U R A L DIVERGENTE EN LA PATAGONIA AUSTRAL 135

sitios atribuidos genéricamente al Casapedrensc concepto causen confusión. En biogcografía el


pueden corresponder a una etapa embrionaria término "dispersión" se utiliza cuando los proce-
de esta fase. sos de poblamiento se producen sorteando una
Las ocupaciones posteriores al Casapedrense. barrera (Crisci y Morrone 1989). Parece que ese
no importa a que unidad cultural sean no fue el caso fueguino, donde la evidencia geo-
atribuiblcs, parecen responder plenamente a las lógica para la apertura del estrecho de Magalla-
condiciones de la fase de ocupación efectiva. Ya nes muestra que esta barrera se instauró unos
mencionamos la baja resolución arqueológica es- tres mil años después de que se produjera el po-
perable, y es probable que por ese motivo las blamiento humano (Porter ct al. 1984, Rabassa
"industrias" que se han propuesto para después c/ al. 1986). Por ello, desde una perspectiva
de aproximadamente 4,000 A.P. tengan una de- biogeográfica es más defendible el caso de
finición tan poco clara (ver Aschero 1983. "vicariancia" (Morain 1984: 119. Darlingion
Gradin 1980). 1978, Gould 1980). Se habla de vicariancia
En los últimos tiempos deben haber operado cuando se trata de una barrera natural (en este
una serie de procesos de fusión y fisión de grupos caso el estrecho de Magallanes) que dividió un
y/o territorios, probablemente a lo largo de área ocupada ancestralmente.
líneas similares a lo que se observó entre los La diferencia entre dispersión y vicariancia es
Selk'nam de Tierra del Fuego entre fines del siglo importante. Efectivamente, si habláramos de
XIX y comienzos del XX (Chapman 1986). Los dispersión, el fenómeno habría afectado tan sólo
cazadores terrestres muestran una variedad muy a las poblaciones humanas sin necesidad de
grande de estrategias adaptativas en distintos implicar a otras especies; un modelo de
lugares de ta estepa patagónica (Borrero 1984), y vicariancia, en cambio, implica a muchos laxa
esta se manifiesta también entre los grupos cer- (Morain 1984: 119). Bajo el primer modelo un
canos al océano, los que disponían de un notable nuevo taxon se adapta a una serie de condiciones
conocimiento de la dinámica costera y de los diferentes; bajo el segundo modelo un número
recursos allí disponibles (Prieto 1988). Debido a de taxa sobrelleva cambios (que pueden ser
la disminución de los rangos de acción deben adaptativos o no) y que pueden producir taxa
haber aparecido mecanismos alternativos para el vicarios (Rcig 1981).
aprovisionamiento de materias primas Para el caso de las poblaciones humanas los
especiales. La ocupación efectiva también debe cambios no son exclusivamente genéticos, sino
asociarse con mecanismos sociales para ordenar también en la cultura material (ver Leonard
el uso del espacio, estos pueden incluir desde 1989). Estos, como ya he dicho, pueden ser
actividades guerreras hasta un calendario ritual adaptativos o no, pero ante la presencia de la
panregional. Estos mecanismos se conocen etno- barrera geográfica son potencialmente importan-
gráficamente, pero es muy difícil discutirlos para tes. Se han elaborado teorías de interacción cul-
tiempos prehistóricos. De todas maneras se pue- tural que sirven para sustanciar este fenómeno
den plantear algunas líneas de trabajo relacio- (Wobst 1977. Plog 1980). Hay otros aspectos
nadas con la distribución y localización de pin- vinculados con el modelo de dispersión aplicado
turas y grabados rupestres. La competencia por en el sur de Sudamérica. Este asumió la forma
el uso de recursos también debería dejar una im- de sucesivas migraciones en masa, y se mantuvo
pronta en el registro arqueológico. que estas producían arrinconamicnto de pobla-
ciones (Menghin 1957, Chapman 1986). Las im-
El caso de Tierra del Fuego plicaciones y significado de estos procesos han
sido definitivamente criticadas por Piaña (1984).
Los modelos tradicionales sobre el poblamien- Bajo estos modelos de dispersión se planteó
to de Tierra del Fuego han apelado implícita o %
una continuidad esencial en la cultura material
explícitamente al concepto de "dispersión". Es- observable al norte y al sur del Estrecho, a punto
te proceso está fuera de toda discusión para el tal que se llamó "Onas" a las puntas de proyectil
caso patagónico, pero no parece funcionar para que caracterizaban la fase Magallanes V (Bird
Tierra del Fuego. En general se lo ha aplicado 1946, 1988). Hoy existen evidencias tecnológi-
desde una perspectiva estrictamente cultural cas que permiten defender que son distintos los
(Vignati 1927, Bird 1946, Menghin 1960, etc.), procesos de reducción lítica utilizados para
pero esto no quita que el uso del término y del preparar puntas de proyectil morfológicamente
136 LUIS ALBERTO BURRERO

similares al norte y al sur del Estrecho (H.G. se produjera la apertura del Estrecho.
Nami, com. pers.; contra Borrero 1979). En resumen, mínimamente se pueden esperar
Cuando se conozcan mejor las propiedades de la dos etapas evolutivas. La primera es previa a la
materias primas seleccionadas en cada caso apertura del estrecho del Magallanes. En una
(Ratto 1988, 1989) y la distribución de las fuen- escala espacial amplia, un modelo de deriva
tes de abastecimiento (Franco 1990) será posible puede contribuir a explicar ciertas diferencias de
avanzar mucho en esta discusión. detalle entre los materiales correspondientes a los
Cuando se reconoce que no nos enfrentamos bloques espacio-tiempo "Fell-Laguna Blanca/
con un proceso de dispersión, empezamos a plan- 11.000-8.500 A.P." por un lado y "Tres Arroyos-
tearnos situaciones que antes eran impensables. Marazzi/11.000-9.000 A.P."por otro. Este caso
Por ejemplo, que el rango de acción de las po- es teórico, debido a que no conocemos bien los
blaciones humanas que utilizaban algunos sitios sistemas de los que participaban esos conjuntos
ubicados al norte del actual estrecho de Maga- arqueológicos. Parece más tratable
llanes pudo abarcar territorios ubicados hoy al deductivamente, a partir de las diferencias
sur del mismo, y viceversa. Esta forma de pen- ambientales postulables. Se puede plantear que
sar obliga a un completo replanteo de nuestros las poblaciones humanas experimentaban cierto
modelos de uso del espacio. Al implantarse la aislamiento parcial y, como resultado del mismo,
barrera acuática debió ocurrir un completo reor- se produjo tanto deriva (no adaptativa) como
denamiento del espacio explotado, producién- radiación adaptativa. En esos tiempos las pobla-
dose procesos de contracción y expansión de los ciones de Ultima Esperanza estaban probable-
rangos de acción de las poblaciones instaladas mente respondiendo a un ambiente de cierta
cerca del Estrecho. Como parte de dicho reor- productividad diferencial, «n el que desde
denamiento debió comenzar un proceso de evo- cualquier sitio dado se tenía acceso a una varie-
lución independiente que no sólo hace imposi- dad de ambientes (Borrero 1985). La ocupa-
ble seguir llamando "Onas" a materiales ubica- ciones humanas de más de 10.000 años allí iden-
dos al norte del Estrecho, sino que nos permite tificadas poseen elementos morfológicamente
comprender la existencia de diferentes procesos comparables a los de "Fell-Laguna Blanca"
de reducción lítica. (Nami 1987). Al mismo tiempo esas ocupacio-
Esto constituye el fundamento esencial para nes deberían diferir en una serie de aspectos rela-
considerar la posibilidad de evolución cionados con la dinámica ambiental, que debió
divergente. A esto se agregan las evidencias de ser muy distinta en ambas regiones.
los estudios de osteología humana (Cocilovo La segunda etapa es posterior a la aparición
1981, Cocilovo y Guichon 1985-1986). Estos del Estrecho. Se puede pensar en (a) el
trabajos mostraron que las poblaciones fuegui- aislamiento que produce, y (b) la diferenciación
nas (incluyendo cazadores terrestres y marítimos) ambiental que posibilita. Bajo esas condiciones
eran muy parecidas entre sí cuando se las com- es esperable radiación adaptativa. Probable-
paraba con las poblaciones de cazadores terres- mente deba esperarse mayor diferenciación en
tres continentales. los ambientes terrestres del norte, debido a la
Todo esto sugiere que las trayectorias mayor variedad ambiental. Es lo que se observa
biológicas y culturales al norte y al sur del con la aparición del Casapedrense, y también
estrecho de Magallanes puedan tener cierta pro- con otras "industrias" de discutible status
fundidad temporal y, por ende, cierta indepen- (Borrero 1989b). Por otra parte, la explotación
dencia. La evidencia no sólo lleva a desalentar el de ambientes costeros por grupos de cazadores
uso del modelo de dispersión, sino que torna más terrestres ya se manifiesta con cierta intensidad
relevante un modelo cladogenético. desde el 3.000 A.P. En el sur la principal
Es importante aclarar que es posible esperar variedad la dan los ambientes de canales, donde
cambios que resulten exclusivamente del aisla- cobra forma un sistema adaptativo marítimo
miento parcial, sin que sean adaptativos', esto (Orquera y Piaña 1983, Ortiz Troncóse 1985).
sería divergencia no adaptativa o "deriva" Otros cambios también pueden resultar de un
(Flannery 1983) y puede ser sensible a la densi- proceso de deriva, pero de un tipo muy diferen-
dad humana (Binford 1963). De hecho pueden te al planteado para la primera etapa. Se trata
esperarse tanto deriva independiente de la densi- del segundo tipo discutido por Binford (1963),
dad como radiaciones adaptativas antes de que también dependiente de la densidad humana, y
EVOLUCIÓN CULTURAL DIVERGENTE EN LA PATAGONÍA AUSTRAL 137

en este caso operativo para sociedades con con los de Carballo (com. pers.) y los de Goñi
muchos "vecinos". La formación de conchales (1988), deberán servir para entender la
en la costa atlántica de la Isla Grande desde importancia de las áreas lacustres en la arqueo-
aproximadamente el 2.700 A.P. puede tener que logía patagónica. Esta información también ser-
ver con este proceso. La evidencia disponible virá, incidentalmente, para estudiar cambios en
sugiere que son sitios complementarios dentro de las estrategias de movilidad utilizadas en diferen-
sistemas de subsistencia con orientación terres- tes cortes temporales (ver Kelly 1988). Es espera -
tre. La deriva, en este caso, actuaría indepen- ble que las limitaciones impuestas por un
dientemente al norte y al sur del Estrecho. Estos ambiente isleño afecten dichas estrategias en
procesos paralelos de deriva deberían producir forma marcada. La forma de las distribuciones
diferencias importantes tan solo a largo plazo de materiales Uticos en superficie al norte y al sur
(ver Herskovits 1984). Muchas de ellas debieron del Estrecho debe reflejar estas diferencias. Para
hacer eclosión en tiempos inmediatamente ante- estudiarlas se están aplicando técnicas de regis-
riores a la conquista española. Recién estamos tro de hallazgos aislados, las que junto con la dis-
comenzando a reconocerlos con los trabajos de tribución de los loci de alta densidad de
Gómez Otero (1986-1987) en la zona de los hallazgos que llamamos sitios, deben dar infor-
Morros, de Massone (1979) y de Prieto (1988) en mación sobre el uso del espacio.
la costa del estrecho de Magallanes, y de Carba- Estas implicaciones, por otra parte, cuentan
llo en la costa sur del lago Argentino (ver con una fuerte carga teórica, en tanto se siguen
Carballo et al. 1988). de un cuerpo bien sustentado y que constituye el
núcleo de la ecología evolucionista. Existen
Perspectiva cuerpos de datos independientes que pueden
servir como controles de algunas de las ideas
Tenemos entonces que, apelando a vicariancia discutidas aquí, nos referimos básicamente a los
en lugar de dispersión, contamos con una serie estudios de antropología biológica (Cocilovo y
de implicaciones diferentes a las manejadas Guichón 1985-1986, ver también Hammel y
clásicamente. Algunas de ellas son estudiables Howell 1987), incluyendo los de morfología
en el registro arqueológico y paleontológico funcional y análisis de isótopos estables (Yesner
fueguino y patagónico. A grandes trazos son et al. 1989), y a los estudios de divergencia lin-
esperables: güística (Cavalli-Sforza et al. 1988, Bateman et
(a) Diferentes proporciones entre carnívoros y al. 1990). La utilización de escalas espaciales y
mamíferos terrestres, que tienen que afectar la temporales que sean comparables con las utili-
inserción de poblaciones humanas, implicando zadas en otros trabajos orientados regionalmen-
diferentes organizaciones ecológicas. El análisis te (Gamble y Soffer 1990) es esencial para que el
de estroncio y bario en huesos humanos puede estudio tenga un significado global. Sobre esa
servir de indicador trófico (Sillen et al. 1989, base será posible plantear un estudio de la ar-
Burton 1990) y quizás pueda utilizarse en el queología patagónica dentro de un marco de re-
futuro. También los estudios específicos sobre ferencia evolucionista.
los tipos de interacción establecidos entre car- AGRADECIMIENTOS
nívoros y poblaciones humanas sirven para ese
objetivo (Borrero et al. 1988). A la Fundación Antorchas, la que mediante
(b) Diferencias en los rangos de acción de las po- un subsidio de investigación (Proyecto 11078/1)
blaciones humanas, las que son discutibles permitió iniciar un programa de dataciones
mediante el análisis de las regularidades en la radiocarbónicas indispensable para la realiza-
distribución de materiales. Ya discutimos que ción de nuestro trabajo. A Janis Klimowicz del
estas diferencias se pueden relacionar con las dis- Desert Research Institute de Reno, y a Gary
tintas fases del poblamiento patagónico y, por Haynes de la Universidad de Nevada en Reno
ende, pueden servir como sus indicadores por su ayuda durante la preparación de este tra-
arqueológicos. Estudios preliminares en la costa bajo. A Mateo Martinic B. y Alfredo Prieto por
norte del lago Argentino muestran la presencia las apasionantes discusiones sobre el tema prin-
de algunas formas particulares de distribución cipal de este trabajo. A Patricia Campan y
de diferentes clases de materiales Uticos, Beatriz N. Ventura por sus observaciones sobre
(observaciones inéditas). Estos estudios, junto una primera versión del manuscrito.
138 LUIS ALBERTO B O R R E R O

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OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS ARTEFACTOS BIFACIALES DE


BAHÍA LAREDO. CONSIDERACIONES TECNOLÓGICAS PARA EL
EXTREMO AUSTRAL

HUGO GABRIEL NAMI*

INTRODUCCIÓN les de la investigación arqueológica precerámi-


ca, eran el carbono 14 y la clasificación de los ar-
Durante casi un siglo, la mayoría de las inves- tefactos por medio de sus tipologías.
tigaciones arqueológicas tendían a interpretar Partiendo de las revisiones teóricas y episte-
los hallazgos con un marco puramente cronoló- mológicas que comenzaron a desarrollarse en
gico y cultural. Este paradigma de investigación distintos países durante la década del '60 y a fines
perduró mundialmente hasta la década del '70 de la del '70 en el extremo'sur de América, se
aproximadamente. Específicamente entre pusieron en práctica gran cantidad de métodos
algunos arqueólogos sudamericanos -casi para interpretar los vestigios arqueológicos. Los
dogmáticamente- hasta nuestros días. instrumentos líticos no fueron ajenos a esa "revo-
En lo referente a las sociedades que habitaron lución". A partir de la década mencionada el in-
el extremo austral durante el pasado, las inter- terés por esa clase de artefactos se centró en la in-
pretaciones sobre vida, usos y costumbres, terpretación de su función con el uso de micros-
estaban basadas en la observación de los arte- copios y el de las técnicas de su confección.
factos arqueológicos, los paralelos etnográficos y Ambos aspectos olvidados o tratados como meros
U intuición. Sobre tal base, se construyeron las fenómenos dependientes de la tipología.
corrientes que daban el marco teórico para inter- Obviamente esta situación no era ajena a las co-
pretar y explicar los hallazgos. rrientes normativas que imperaban en las inter-
Como es sabido, los instrumentos de piedra, pretaciones del pasado.
durante muchísimos años fueron los "fósiles De esta forma en el extremo sur patagónico-
guías" con los cuales se construyeron las famosas fueguino el estudio del fenómeno tecnológico ha
"Edades de piedra", las que representaban las sido abordado con diferentes enfoques normati-
etapas más antiguas de la Historia de la Humani- vos, la mayoría de los cuales tienen una perspec-
dad. tiva histórico-cultural y reconstruccionista-histó-
Hasta fines de la década del '70 en la mayor rica (sensu Dunnel 1978).
parte del mundo las metodologías fundamenta- Desde un punto de vista dogmático algunos ar-
queólogos todavía utilizan unidades tales como el
de "industrias", "fase", "facie", "linaje" (v. gr.
Programa de Estudios Prehistóricos (UBA
CONICET). Bartolomé Mitre 5° "A". (1039).
Orquera 1984, 1987, Orquera y Piaña 1986-87,
Buenos Aires, Argentina. Mansur 1983 entre otros) cuyo uso ha sido exten-
142 MUGO GABRIEL N A M I

sámente rebatido en la ciencia arqueológica nen para adaptarse, controlar y/o modificar el
contemporánea. Específicamente en Patagonia, medio ambiente. Desde una perspectiva antro-
recientemente Borrero (1989) cuestiona sobre pológico-social este subsistema está ligado y/o
bases sólidas y con argumentos coherentes el uso retroalimentado con otras partes que componen
de tales conceptos. En relación estricta con los el sistema socio-cultural, tales como la religión,
estudios de los artefactos de piedra vinculados economía, y otros (Nami, 1985). Esta es la razón
con esta perspectiva arqueológica, los mismos por la cual entendemos que los instrumentos Uti-
han sido profundamente discutidos en la década cos arqueológicos deben ser interpretados desde
del '70 (Hill y Evans 1970, Binford 1972, Klejn una perspectiva sistemática y procesual, tratan-
1973. do de entender muy distintos aspectos relaciona-
Puede ser útil una critica realizada a los estu- dos con las conductas de los seres humanos que
dios clásicos sobre las interpretaciones de los bi- los produjeron (Nami, 1988a: 158). Entonces
faces achelenses europeos, porque resume en pocas para relacionar la cultura material con la con-
palabras problemas esenciales de su compren- ducta humana existen diferentes niveles en las
sión, en los cuales los procesos en relación a los escalas y técnicas analíticas, que están estricta-
artefactos de piedra eran muy poco tenidos en mente vinculados con los enfoques realistas y
cuenta. Así Bradley y Sampson (1986) puntuali- deductivos de la ciencia contemporánea (Nami,
zan las criticas siguientes: 1990a).
-Las interpretaciones culturales basadas en la Este estudio nació durante nuestra última
clasificación de los instrumentos Uticos asumían permanencia en Punta Arenas. Allí, a solicitud
de una manera poco explícita que la forma de los del investigador Alfredo Prieto se tuvo la oportu
instrumentos -especialmente los bifaciales- nidad de observar con cierto detenimiento los
reflejaban los diseños tradicionales de un grupo artefactos bifaciales colectados en Bahía Laredo
cultural y que tal tipo válido servia para (Prieto, 1988). El objetivo era extraer cierta
distinguir a un grupo de otro. información que sirviera para su interpretación
- El grupo se mantenía inalterado por dichas tecnológica. Remitimos al lector al informe de
restricciones de diseño en la confección de instru- este investigador para recabar información con
mentos tallados sobre lascas, núcleos o nodulos textual y cronológica en relación con estos
porque éstos cubrían la necesidad del momento y hallazgos. En este artículo solamente brindare
no tenian un valor permanente para sus autores. rnos algunos datos relacionados con la manufac
Las formas de los instrumentos, especial- tura, la función y, sobre la base de la existencia
mente los bifaciales, representaban estadios evo- de algunas formas interesantes, discutiremos
lutivos de refinamiento estilístico y por lo tanto algunos conceptos relacionados con los cambios
podían ser usados como fósiles-guias cstratigráfi- que existen en los instrumentos bifaciales debido
cos y, por último, tales fósiles-guías eran en efecto a su reactivación y reciclado. Los mismos se
como organismos biológicos sujetos a las leyes de sustentan en informaciones obtenidas de mate
Darwin y sus sucesores (ver por ej. Ackerly y riales etnográficos y de experimentos replicativos
Bayham 1984: 85). modernos.
Estos criterios generaron explicaciones del Es importante destacar que sobre la base de
pasado muy pobres desde numerosos puntos de estos hallazgos, en el futuro se discutirán algunos
vista y muy alejados de la realidad de los instru- aspectos relacionados con la participación de
mentos de piedra en el sistema socio-cultural que formas y estilos de manufacturas semejantes en
los produjo. Un notable ejemplo de este arcaís- distintos sistemas socio-culturales del extremo
mo interpretativo es el valorar la "eficacia" de las sur americano.
tecnologías líticas del pasado de acuerdo al filo
de los artefactos y de la materia prima utilizada Observaciones técnicas sobre los artefactos
(cf. Orquera 1984: 79-ss, Ackerly y Bayham
1984, Browman 1984, Clark 1984). Sobre la base de lo anterior solamente descri-
Con una perspectiva algo diferente a la de los biremos las piezas inventariadas con el número
autores mencionados y desde un punto de vista 40766 B.L. 1 R.S., 36356 L-l-a 10/5. 36748
antropológico, entendemos que el subsistema L-7A 717 y 407b B.L. R.S. Todos estos son ha
tecnológico de las sociedades cazadoras-recolec- llazgos procedentes tanto de superficie como de
toras es el conjunto de medios materiales que tie- estratigrafía, los que muy probablemente corres-
OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS ARTEFACTOS BIFACIALES 143

pondcn a un mismo sistema socio-cultural (ver nológico (Nami en prep.).


Prieto op.cü.). En la tabla 1 se brindan algunos Desde el punto de vista funcional nuestra hi-
datos relevantes sobre estos especímenes. pótesis es que algunas de estas puntas de proyec-
La primera pieza corresponde a una punta de til pudieron haber sido utilizadas como puntas
proyectil que revela formas y técnicas de manu- de arpón y/o cuchillos. Es por eso que pensamos
factura comunes con piezas similares encontra- que algunas de las puntas líticas de tamaño gran-
das en la isla grande de Tierra del Fuego. Co- de encontradas tanto en la Tierra del Fuego
rresponde a una punta de proyectil con como en Bahía Laredo, podrían haber sido u t i l i -
pedúnculo destacado por escotaduras. Presenta zadas en cabezales de arpones. En efecto, la in-
evidencia de una confección muy esmerada, formación de carácter etnográfico, procedente
especialmente en el logro de la talla bifacial de fuentes escritas y ergológicas, muestra que se
previa que conformó la preforma. Esto se mani- utilizaban puntas de proyectil confeccionadas en
fiesta en la simetría de las secciones longitudi- piedra como extremos de este tipo de armas.
nales y transversales como así también por su Una fuente interesante al respecto es la de De
delgadez. En efecto, el espesor máximo de esta Brosses (1756: 443-444). De esta manera este
pieza alcanza los 4,5 mm. A esta talla bifacial autor afirma: "U sont armées differémment
mencionada, razón por la cual debió pasar por quelques, uns ont des are & des fleches, au dout
etapas de manufactura bifaciales (ver Nami desquelles il y a des harpoons de pierre fait ausse
1988a) le siguió una etapa de regularizaron final avec assez d'art".
realizada utilizando la técnica de presión que Según Gallardo, los arpones -mencionando
dejaron retoques paralelos irregulares muy sólo a los de hueso- no solamente eran utilizados
difíciles de observar a causa de la piedra sobre la para matar lobos, sino también para pescar "y se
que fue fabricada. Esta roca -como así también hacen de diferentes tamaño según el uso a que
muchas otras de la isla de Tierra del Fuego- pre- con preferencia se destinará" (1910: 284).
sentaban desde el punto de vista del tallador Por otra parte, observaciones personales en
muchas dificultades para su trabajo. Eviden- colecciones etnográficas conservadas en diferen-
ciando que los artesanos que las confeccionaban tes museos, proporcionaron al autor evidencia
tenían una gran habilidad técnica (Fig. 1). indiscutible de la utilización de puntas de
Tanto la forma, dimensiones y manufactura proyectil líticas cuyos tamaños son semejantes a
presentan similaridades con sus semejantes pro- las encontradas en distintos sitios arqueológicos
cedentes de otras partes de la región austral. costeros. Entre ellos, los de la localidad arqueo-
Esta es la razón por la cual nuestra opinión es lógica Rancho Donata en el extremo sudoriental
que entre las ocupaciones humanas más tardías, de la Tierra del Fuego. Allí, por ejemplo, los ha-
existen sistemas de información semejantes en llazgos de puntas óseas de arpones son poco nu-
relación a algunos aspectos de su subsistema tec- merosos, contrastando con un alto número de

Fig. 1. Piezas arqueológicas procedentes de Bahía Laredo. a) Instrumentos bifaciales reactivados procedentes de
Bahía Laredo N° 36748 y N° 36356. b) Biface procedente de B.L. 1. La flecha indica la fisura existente en la
mitad superior. Fotografías del autor.
144 HUGO GABRIEL NAMI

Fig. 2, A. Arpones Yamanas conservados en el Museo de Historia Natural de Montevideo (Uruguay). B. Acercamiento
de las puntas de pizarra alisada. Obsérvese la peculiar forma de enastado. C. Puntas de arpones de vidrio
conservadas en el Museo Salcsiano de Punta Arenas. Obsérvese los intermediarios. (Fotos del autor).
OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS ARTEFACTOS BIFACIALES 145

puntas líticas. La adaptación en esa región es con el hecho de que estas piezas hayan sido utili-
costera, razón por la cual puede pensarse que zadas como cuchillos, es decir, que fueran utili-
muchas de esas puntas de proyectil grandes zadas en tareas de corte o aún raspado. No
hayan sido utilizadas en estas armas (Nami, debemos olvidar que, las puntas de proyectil de
1986a). grandes dimensiones -independientemente del
Los cabezales de arpones con puntas de pro- arma en las que fueron empleadas- tienen filos
yectil líticas y de material similar -tales como el aptos para tareas de corte5. Hay evidencia ar-
vidrio de manufactura occidental- han sido ob- queológica que apoya esta hipótesis, sobre la
servadas en las colecciones del Museo de Historia base de cuidadosos análisis. No nos extendere-
Natural de Montevideo1 y en el Museo Salesiano mos demasiado sobre el tema, solamente se
Mayorino Borgatello de Punta Arenas. Las con- ejemplifica con algunos estudios interesantes
servadas en el primero han podido ser estudiadas sobre reutilización de puntas de proyectil o su
con cierto detenimiento gracias a la gentil cola- uso funcional complementario procedentes de
boración de Jorge Femenías. Algunas están ilus- diferentes partes del mundo. Estos datos son
tradas en la fig. 2. útiles para construir la teoría de alcance medio
Las puntas enastadas en estos arpones están que permita entender y explicar problemas de
confeccionadas sobre pizarra negra y fueron con- relevancia arqueológica (ver Thomás 1986a para
formadas utilizando la técnica de alisado2. A arqueología en general y Nami 1990a, 1990b,
simple vista es posible observar las estrías dejadas para tecnología experimental en particular.
por el proceso abrasivo. El filo fue obtenido Un párrafo aparte merece el biface (Fig. Ib,
biselando los bordes. El espesor de estas piezas pieza N° 40766) colectado en la superficie del si-
oscila entre los 4 y 5 mm. Estas piezas son de tio Bahía Laredo 1. Este artefacto ha sido con-
forma triangular con pedúnculos y aletas y pre- feccionado utilizando una lasca como formá-
sentan un particular enastamiento y sujeción al base. La remoción de lascas con la cual ha sido
astil. Muy probablemente este fue realizado con formatizado es una progresión lineal continua
Margyroparpus sp. comúnmente conocida como (sensu Callahan 1975, ver Nami 1983). A juzgar
junco o junquillo, material muy utilizado por los por los negativos de lascados, probablemente en
yamanas en la técnica cestera (Pérez de Micou, esta etapa ha sido tallado utilizando un percutor
com. pers. 1990). blando. En efecto, observaciones experimenta-
Otros cabezales de arpones -aunque no denta- les de distintos investigadores muestran que estos
dos- con puntas de proyectil de vidrio de grandes instrumentos de talla tienden a dejar negativos
tamaños se exhiben* en las vitrinas del Museo de lascados planos, terminaciones angulares o
Salesiano de Punta Arenas. Allí, gentilmente se agudas y negativos bulbares difusos (ver
nos permitió fotografiarlas en 1983 (fig. 2c). Callahan 1979: 83, Sollberger 1968: 126). Las
Estas piezas, también pedunculadas y con aletas, dimensiones en mm son 102,5 de largo, 77 de
fueron confeccionadas partiendo de trozos de vi- ancho y 16 de espesor. El promedio de la suma
drio plano y presentan retoques dejados por la de ángulos es de 58° y la relación ancho/espesor
utilización de la técnica de presión en su manu- es de 4,7. Este artefacto tiene una fisura. Este
factura. defecto es causa común de abandono de esta
Entonces, sobre la base de lo anterior se puede clase de artefactos durante su reducción (ver
postular que algunas puntas de proyectil de Callahan 1979). En efecto, un tallador
grandes tamaños halladas en la isla grande de experimentado puede predecir que, si continúa
Tierra del Fuego y en sitios costeros de Patagonia tallando, la fractura de la pieza puede llegar a
pudieron haber sido utilizadas en arpones. Por ser inminente, debido a la existencia de fisura
lo tanto, algunas de las piezas exhumadas por durante el proceso de reducción bifacial. Es muy
Prieto en Bahía Laredo pudieron haber cumpli- probable que este biface sea un estadio temprano
do esa función. Esta situación no se contradice de manufactura de instrumentos bifaciales
grandes, tales como las puntas de proyectil
analizadas o cuchillos bifaciales.
1 Estas piezas fueron trasladadas por la Cañonera
Rivera tn. 1888. 3 En el experimento Ginsberg. durante el procesa-
2 Consideramos alisado a la técnica de desgaste de ma- miento y descuartizamiento de un elefante las pun-
lerial Utico utilizando procesos abrasivos (Semenov tas Clovis fueron utilizadas muy eficazmente en dis-
tintas tareas (Stanford 1987).
1964).
146 HUGO GABRIEL NAMI

Las reactivaciones en la interpretación arqueoló- Actualmente está fuera de discusión entre'mu-


gica. Algunos casos y ejemplos. chos arqueólogos, que los instrumentos de piedra
sufren cambios de forma a lo largo de su
En las interpretaciones arqueológicas con- "historia de vida" y como bien afirma Kelly
temporáneas es sumamente importante tener en (1989: 718) son instrumentos de larga vida útil.
cuenta distintos aspectos que se refieren a las En el caso particular de los instrumentos bifa-
conductas que tenían los hombres del pasado en ciales, éstos tienen la particularidad de que su
relación a sus equipos de subsistencia. En éstos vida útil es muy larga, no solamente cumpliendo
los instrumentos de piedra tenían un papel fun- la función específica para la cual fueron confec-
damental. cionados sino también otra complementaria. En
Creemos que tanto la pieza 36356 L-l A 10/5 y ellos, tanto la materia prima, la complejidad en
36748 L-1A 7/7 corresponden a puntas de pro- su confección, como muchas veces su enmanga-
yectil y/o cuchillos que han sufrido distintas miento, pueden influir en esta "larga vida útil".
reactivaciones durante su uso. Ello debido a su Esta es la razón por la cual son muy modificados
forma como así también a la gran irregularidad para ser utilizados y más aún cuando escasea la
que presentan los lascados sobre sus caras. En el materia prima «adecuada para confeccionarlos
caso de la pieza 36356 L-1A, que está manufac- (Sollberger 1971: 211). Sin embargo, uno de los
turada sobre una roca de grano muy fino, la problemas es la identificación arqueológica de la
misma presenta una notable disminución del reactivación en los artefactos arqueológicos.
ancho en los bordes que tiene hacia los extremos Esta situación puede llevar a confusiones en la
y desde su tercio inferior. Como se verá más ade- clasificación, teniendo consecuencias similares a
lante esta situación es recurrente en las piezas las que se dieron con la de los bifaces en la inter-
que son reactivadas durante su uso y/o estando pretación arqueológica desde un punto de vista
enmangadas* (Fig. la). normativo puro (Nami 1988a).
Esta misma irregularidad se observa tanto en Un ejemplo interesante de modificaciones que
el diseño de la pieza, en la forma de los retoques Goodyear (1974) observó experimentalmente, es
escamosos y en la asimetría de la forma. Además el de las puntas de proyectil Dahon. En efecto,
este espécimen presenta un notable contraste su experimento estaba dirigido a observar la va-
entre la forma y regularidad de los lascados en su riabilidad existente en las formas de una punta
parte basal con los del resto de la pieza. En de proyectil aserrada que utilizó para realizar
efecto, su base está adelgazada por retoques con acciones de corte sobre un asta. Para ello
bastante precisión como así también parte de sus trabajó con la ayuda de Jim Spears un tallador
porciones adyacentes mientras que, el resto de la del estado de Missouri. En este experimento ob-
pieza presenta una talla superpuesta a los servó las notables diferencias que se producían
mismos muy irregular. en la forma de la pieza experimental debido a
Desde el punto de vista de la manufactura, se sus continuas reactivaciones (Fig. 3a). Como se
puede observar que fue confeccionada partiendo observa en la figura, la concavidad de los bordes,
de una lasca a la cual se talló con lascados pro- es semejante a la pieza 36356 de BL-1A (cuad.
fundos muy extendidos probablemente 10/5) y 36748 L-1A 7/7. Como se verá más ade-
realizados por percusión y luego se la regularizó lante otros» experimentos han producido resul-
por presión. tados similares en la modificación de los bordes y
Para explicar con mayor precisión este por ende de la forma de las piezas (Fig. 3).
concepto, desarrollamos algunos ejemplos ar- Algunos de los instrumentos utilizados en el
queológicos y experimentales que ayudan a cons- experimento Pamunkey constituyen en ejemplo
truir esta teoría y, por ende, explican sobre bases experimental digno de mencionarse. Además
realistas las interpretaciones de los artefactos por las características del diseño de las piezas
arqueológicos en cuestión. recuerdan a las de nuestro caso y algunas de
otras partes de Tierra del Fuego (ver Callarían
1981). En efecto, este experimento fue diseñado
Es nuestra opinión que, las puntas triangulares para reconstruir una casa larga iroquesa utili-
pudieran haber sido utilizadas como cuchillos. Al
parecer las fuentes etnohisióricas sugieren que entre zando técnicas tradicionales, cordelería, ceste-
los fueguinos existían cuchillos de piedra (de Brosses ría, cerámica y Utico entre otras. Algunas de las
1756:439). piezas experimentales de manufactura compleja
OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS ARTEFACTOS BIFACIALES 147

Fíg. 3. a. Siluetas superpuestas del reavivamiemo experimental de una punta de proyectil Dalton: O. Sin reavivados. 1
a 3 indican los reavivamíentos luego de haber sido usada cortando asta y la pérdida del aserrado. Los números
entre paréntesis indican las medidas en mm de los anchos. 4. Forma final exhausta de la pieza. Esta superpo-
sición se realizó sobre la base de las fotos publicadas por Goodyear (1974). No se dibujaron las siluetas de las
piezas con los bordes desgastados, b. Secuencia de reducción y reactivación experimental realizada por Bradley
y Stanford en la Institución Smuhsoniana. A a C: Preformas. D a F: producto final con sus correspondientes
reactivaciones. Fotografía del autor.

incluían cuchillos triangulares de tamaños y alternativas de reactivación. Gracias a la gentil


formas que recuerdan ejemplares que confeccio- disposición del Dr. Stanford se pudieron
naban la gente de los sistemas socioculturales del fotografiar estas reproducciones (Fig. 3b).
extremo sur de América. Estas piezas debían ser Otro caso es el de las puntas de proyectil
reactivadas al ser empleadas con acción de corte arcaicas estudiadas por Ahler (1971) en
sobre distintos materiales. Esta conducta trajo Norteamérica. En efecto, pruebas experimenta-
como consecuencia la debida modificación de la les tendientes a investigar el desgaste que que-
forma: a la lógica disminución del tamaño le daba en los filos de estas piezas, permitieron
siguió una modificación de los bordes. mostrar cómo en un alto porcentaje pudieron
Otro experimento es el que realizaron Bradley haber sido utilizadas tanto en acciones de corte
y Stanford en la Institución Smithsoniana. En como de raspado. Inclusive se pudo observar la
éste, un hecho interesante fue observar la varia- variabilidad de las formas y el daño que
bilidad de formas debido a las continuas reacti- sufrieron las piezas experimentales utilizadas.
vaciones de una réplica de punta de proyectil Sin analizar la discusión generada entre
paleoindia Cody. Además, fue muy significa- Flenniken y Thomas (cf. Flenniken y Raymond
tivo el hecho de que a medida que se iban reali- 1986, 1987. Thomas 1986b) el primero de estos
zando las reactivaciones, cada una de ellas era investigadores observó la dinámica de cambio
moldeada con resina plástica. Con esta técnica con la relación existente entre fractura por uso-
se pudo observar muy'cercanamente las modifi- cambio de forma por reactivación. Estos estu-
caciones sufridas hasta llegar al agotamiento de dios experimentales fueron puestos en práctica
148 IUK;O(;AHRIKL.NAMI

utilizando réplicas de puntas de proyectil tardías y son continuamente reactivadas, razón por la
de la Gran Cuenca Norteamericana. En éstos se cual cambian notablemente de tamaño (Borrero
utilizaron flechas utilizando como blancos y Yacobaccio com. pers. 1984).
animales muertos. Las fracturas producidas y su
reparación aportaron datos interesantes para Algunos ejemplos sudamericanos y patagónicos
discutir probables implicancias en la interpreta-
ción cultural. Otros ejemplos interesantes e ilus- Sobre la base de las observaciones anteriores se
trativos de reactivación y consecuente cambio de puede postular que tanto las piezas estudiadas de
formas en piezas bifaciales son los estudios que Bahia Laredo como otras procedentes de distin-
sobre material arqueológico realizó Wheat tos sitios de Patagonia y Tierra del Fuego tienen
(1975) con puntas Firstwiew, del sitio paleoindio notables transformaciones de forma y tamaño
Olsen-Chubuck. Peterson (1978) también debido a sus constantes reactivaciones.
observa sobre puntas de armas tempranas -en En el NO de la provincia de Santa Cruz,
este caso Hell Gap- la variabilidad que se hemos postulado que la variación de algunas de
produce en estas piezas por su continua reacti- las formas en las puntas de proyectil triangulares
vación. Situación que también se encuentra en de las ocupaciones más tempranas del Alero
conjuntos Folsom (v. gr. Wilmsen y Roberts 1978 Cárdenas (Gradín 1982) se deben precisamente a
figs. 105: h-i, 106: g entre otras, Frison y Bradley su reactivación (Fig. 4a).
1980 fig. 33, Stanford & Broilo 1981: 10. Emery Para el extremo austral, más específicamente
& Stanford 1982: 12 fig 2 entre otros). En todos en Fell I, se puede afirmar que no es muy difícil
estos casos se mantiene el diseño original en la observar la variación de forma y tamaño de los
forma y las dimensiones cambian notablemente limbos en algunas puntas de proyectil
como causa de su reducción. paleoindias procedentes de Fell y Pali Aike (Bird
Otro ejemplo interesante de reactivación de 1988), o la observada en la colección Fell conser-
puntas de proyectiles lo proporcionan los caza- vada en el Museo Regional de Magallanes que
dores-recolectores Aché del Paraguay. Entre tiene los bordes del limbo recto, muy probable-
ellos Borrero y Yacobaccio llevaron a cabo inves- mente debido a su reactivación (fig. 4b). Por
tigaciones etnoarqueológicas (Borrero y Yacoba- otra parte, puntas de proyectil recicladas Fell I se
ccio 1989). Entre las distintas observaciones que encuentran en la provincia de Buenos Aires
realizaron estos investigadores, estuvo la (Flegenheimer 1988: 58) (Fig. 4).
continua reactivación a la que someten estos En el norte de la Patagonia Argentina, hemos
indígenas a sus puntas de flechas para cazar podido detectar ejemplares reactivados de pie-
monos. Estas piezas las confeccionan en madera zas triangulares de considerable tamaño. En

Fig. 4.a. Punta de proyecúl procedente del Alero Cárdenas cuya asimetría muy probablemente se deba su reactiva-
ción, b. Punta de proyectil Fell 1 procedente de la cueva Fell. Muy probablemente la forma recta de sus bordes
se deba a su reavivado. Dibujo sobre fotografía del autor. Colección Fell.
OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS ARTEFACTOS BIFACIALES 149

efecto, en la zona de Piedra del Águila en la pro- BIRD, J. 1988. Travels and Archaeology in
vincia de Neuquén se detectó esta conducta a South Chile (Ed. by John Hyslop), Uni-
través de la modificación sufrida por la pieza versity of lowa Press, lowa.
tanto en la forma general como en la sección BONNICHSEN. R. & H.G. NAMI. 1988. Clo-
transversal (ver Nami 1987, 1988b). vis and the Emergence of a New World
Una situación semejante dejadas por los pri- Projectile Point Patterns: A Search for the
meros sudamericanos son las puntas exhumadas Cause. En prensa: Clovis Origins and
por Lynch (1980) en las cuevas de Guitarrero. Adaptaítons (Bonnichsen, R. ed.), Center
Nuestra opinión (Bonnichsen y Nami 1988) es for the Study of the First Americans,
que algunos de los cambios de formas y tamaños Orono.
que Lynch considera tipos distintos se deben a su BORRERO, L.A. 1989. Replanteo de la Ar-
reactivación. queología Patagónica, ¡nterciencia 14
Es importante destacar que, tanto la conducta (3): 127-135, Caracas.
de reactivación como así también de reutiliza- BORRERO, L.A. & YACOBACCIO, H.D. 1989
ción de puntas de proyectil en la manufactura de Etnoarqueología de Asentamientos Aché.
otros instrumentos son aspectos dignos de tenerse Journal de la Sacíete des Americanistes
en cuenta en los estudios Uticos de Patagonia y LXXV: 7-33, París.
Tierra del Fuego. Esta situación ha podido ser BRADLEY. B. & SAMPSON, C.G. 1986. Ana-
observada por el autor en muy distintos arte- lysis by replication of two Acheulian
factos procedentes de distintas áreas de la región. artifact assemblages. Stone Age Prehis-
Se necesitan estudios detallados que brinden tory (Bailey.'G.N. & Callow, P., Eds.):
datos más precisos sobre este tópico. 29-45, Cambridge University Press,
Resumiendo, la reactivación de instrumentos Cambridge.
bifaciales -trátese de puntas de proyectil, BROWMAN, D.L. 1984. Comentario al artícu-
cuchillos o cualquier otro- es una conducta muy lo de Orquera. Current Anthropology 25
generalizada entre los cazadores-recolectores. (1); 86, Chicago.
Especialmente cuando hay problemas en el abas- CALLAHAN, E. 1975. Flake Removal Sequen-
tecimiento de materias primas. Esta situación ce and Cultural Inference, Trabajo
está estrictamente relacionada con aquellos presentado en la 40th reunión anual de la
aspectos que en tecnología son denominados Society for American Archaeology, 105
instrumentos conservados (sensu Binford 1979). págs., MS, Dallas.
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NOTAS E INFORMACIONES BIBLIOGRÁFICAS*

ETHNO-ARCHEOLOGIE DANS LES Legoupil, del Centre National de la Recherche


ARCHIPELS DE PATAGONIE: Les nómades Scientifíque, quien a contar de 1980 ha venido
marins de Punta Baja. Por Dominique Lcgoupü. desarrollando investigaciones centradas en los
21x29,5 cms. Ilustraciones y mapas. 262 pp. pueblos marítimos de Patagonia. Son bien co-
Edüions Recherche sur les Civilizations nocidos sus trabajos realizados en la zona del mar
A.D.P.F., Parú, 1989. En los estudios científicos interior de Otway, en los yacimientos de Punta
desarrollados durante el último siglo en la Baja y Bahía Colorada, que han resultado escla-
Región Magallánica con el objeto de ampliar y recedores para distintos aspectos de la evolución
profundizar la información disponible sobre los cultural y vital de los cazadores-recolectores
orígenes, formas culturales y características de marinos, en particular durante los últimos siglos
los habitantes primitivos y autóctonos, ha cabido de su existencia histórica, así como para el ade-
una importante contribución a los investigado- lanto del conocimiento sobre la humanidad
res franceses. La preocupación, iniciada con los meridional pretérita.
célebres trabajos de la Misión Científica del La obra que se comenta reúne el conjunto com-
Cabo de Hornos en 1882 y 1883, adquirió con pleto y organizado de antecedentes referidos al
propiedad el carácter de meritoria tradición con sitio de Punta Baja, característico del área de es-
las actividades de la Misión del Museo del tudio, fruto de un trabajo sistemático y acucioso
Hombre de París, entre 1946 y 1948, bajo la llevado a cabo a lo largo de una década, inclu-
dirección de Joseph Emperaire, proseguidas yendo las tareas de campo, gabinete y laborato-
luego como empresa personal entre 1951 y 1959, rio de la autora y sus colaboradores, además de
y, tras su fallecimiento, continuadas por su espo- los aportes de especialistas en distintas discipli-
sa y colaboradora Annette Laming (Misiones nas.
Arqueológicas Francesas en Chile Austral, 1960- De partida se presenta el medio natural con sus
1961, 1964-1965-y 1967-1968), cuyos trabajos distintas particularidades geológicas, vitales y
merecen destacarse por razón de su valor e ambientales, y después se brinda información
interés permanentes para la etnografía y la ar- histórica sobre sus habitantes a modo de aproxi-
queología australes. mación introductoria a la materia principal que
En la reanudación de esa relevante tarea cien- es la descripción arqueológica del yacimiento de
tífica cabe mencionar a la Dra. Dominique Punta Baja. Estudios especiales se refieren a) a
los vestigios alimentarios y su composición
* Sección destinada a informar o comentar únicamen- especifica, a las técnicas de recolección o captura
te obras y publicaciones relacionadas con la
Patagonia, Tierra del Fuego y regiones adyacentes.
y a su importancia como fuente nutricia; b)
154 NOTAS E INFORMACIONES BIBLIOGRÁFICAS

también a las características de la manufactura y comenta y analiza relacionándolos con los títulos
formas de uso del instrumental indígena y c) a la de cada parte y con las situaciones geográficas y
organización espacio-temporal de un jurisdiccionales pertinentes. Esta es, en suma,
campamento canoero. Por fin, se incluyen una contribución historiográfica novedosa para
algunos estudios particulares de carácter la consideración de una materia cuyo interés no
petrológico. osteológico y de otro tipo. Así se parece ceder en los ambientes académicos.
entrega una información completísima y variada
que conforma un aporte por cierto valioso para LAS MISIONES FRANCISCANAS DE CHILE
el conocimiento de la vida y cultura de los A FINES DEL SIGLO XVIII: 1771-1800. Por
cazadores marinos de la Patagonia, cuyo mérito Rodolfo Urbina Burgos. 17x23,5 cm. Instituto
debe acreditarse principalmente a Dominique de Historia de la Universidad Católica de Valpa-
Legoupil por la seriedad y constancia puestas de raíso, Serie Monografías Históricas N° 4.
relieve en el desarrollo de la labor investigadora, Valparaíso, 1990. La acción misional de la
que es de indudable jerarquía científica. Iglesia Católica en las tierras insulares y conti-
Mención especial merece el cuidado que se nentales del sudoccidente y sur del Reino de
aprecia en la edición y la excelente presentación Chile durante los siglos XVI al XIX constituye
del libro que se comenta, lo que realza su un capítulo importantísimo del acontecer his-
calidad. tórico de esos territorios en lo tocante a su cristia-
nización y civilización, y por ende para la
PROCESO DE CONFORMACIÓN TERRITO- afirmación de la jurisdicción hispano-chilena
RIAL DE CHILE (1536-2881). Análisis com- sobre los mismos, circunstancias que darían con-
parado en relación a la Argentina. Por Hernán tenido y carácter, amén de singularidad, a la hu-
Ferrer Fougá. 18,5 x 26 cms 2 tomos, 114 y 166 manidad chiloense. Fue ciertamente una acti-
pp.t mapas. Instituto de Investigaciones del Pa- vidad polifacética variada y rica, como bien lo
trimonio Territorial de Chile, Universidad de apunta el autor al afirmar que "...la presencia
Santiago de Chile. Santiago, 1990. La disputa del religioso misionero a lo largo de los tres siglos
diplomática por el dominio de la región austral que corren entre el XVI y el XVIII, es algo más
del continente americano que sostuvieran que templos. El fraile fue abriendo surcos y
durante buena parte del siglo XIX Chile y Ar- echando las semillas de la fe, cuyos frutos espi-
gentina, cuyas secuelas han alcanzado hasta rituales son hoy la columna vertebral de la
nuestros días, ha conformado y conforma una al cultura insular...".
parecer inagotable fuente de actividad historio- Iniciada con la conquista hispana de la isla
gráfica. Así lo confirma la obra del profesor grande de Chiloé, la actividad misionera cobró
Hernán Ferrer Fougá, que aborda la materia en forma una vez que se instaló en ella la Compañía
forma novedosa, esto es, a través del análisis his- de Jesús en los comienzos del siglo XVII, al ex-
tórico comparado de los correspondientes títulos tenderse paulatinamente por el vasto archipiéla-
esgrimidos por las partes litigantes, comenzando go dependiente y por la tierra del norte y del
desde el lejano tiempo de la conquista española; oriente, inclusive ultracordillera de los Andes.
la evolución de las jurisdicciones territoriales Se desarrolló así por más de un siglo y medio una
entre Chile y Argentina; la presentación resumi- empresa abnegada, meritísima y noble como
da de las negociaciones entabladas entre ambas pocas, que en su continuidad temporal y en su
naciones hasta la conclusión del litigio con el progresiva dilatación espacial dio estructura y
Tratado de Límites de 1881, para terminar con carácter a un proceso a la par evangelizador y
una valorización comparada de los distintos an- civilizador, cuya trascendencia es materia de
tecedentes jurídicos, cartográficos, de ocupación reiterados estudios históricos, «entre los cuales se
y de otro orden que fundaron las respectivas cuentan importantes contribuciones del propio
posiciones y que, desde el punto de vista chileno, autor.
muestran un grado de consistencia determinante Cortada abrupta y dolorosamente la obra de los
que, sensiblemente, no se vio reflejado en el jesuítas con la pragmática real de 1767 que
acuerdo transaccional mencionado, en lo dispuso la expulsión de estos religiosos de los
tocante a la conservación de una mayor porción dominios americanos de España, surgió de
del territorio disputado. La exposición se com- inmediato el problema de la continuidad de tan
plementa con numerosos mapas que el autor magna empresa, responsabilidad que se
NOTAS E INFORMACIONES BIBLIOGRÁFICAS 155

determinó encomendar a la Orden de San recogen sus vicisitudes. Es una nueva contribu-
Francisco, de antigua presencia y con valiosa ción de Grosse para el conocimiento geográfico
experiencia misional en las fronteras de la región que adoptara como propia hace más
meridionales del reino chileno. de medio siglo.
El autor, académico con vasta y profunda
versación en la historia de Chiloé y una labor CONOCIENDO TORRES DEL PAINE. Por
historiográfica consagratoria, nos informa en Gladys Caray y Osear Guineo. 16x21,5 cms,
este libro acerca de las características y formas en ilustraciones, 110 pp. Edición de los autores.
que se desarrolló ese difícil reemplazo misionero, Santiago, 1990. Se trata de una bien lograda
en su contexto de tiempo y circunstancias so- guía de información turística bilingüe español-
ciales y políticas, concluyendo con la evaluación ínglés sobre el más afamado de los parques
de su ardua gestión respecto de la trascendencia nacionales de la Región Magallánica, "Torres
en la afirmación espiritual del pueblo chilote. del Paine", con antecedentes variados de carác-
Fruto de un trabajo de investigación acucioso, ter histórico, geográfico y naturalista, comple-
que comprendió diversos repositorios, la exposi- tamentada con fotografías panorámicas, de flora
ción resulta interesante y amena, no obstante la y fauna, algunas excelentes.
abundancia de datos y antecedentes, presentada
con el estilo y lenguaje elegantes que distinguen RECUERDOS DE MI ABUELO FRANCISCO
al autor. Valorizamos especialmente esta obra PASCASIO MORENO. Por Adela Moreno
del Profesor Urbina Burgos como una nueva Terrero de Benítez. 17x21,5 cms, ilitstraciones.
contribución para la historia de Chiloé durante Buenos Aires, 1989. Nueva biografía del famoso
el período indiano o colonial, que pone de relieve explorador argentino de las tierras australes del
una vez más la trascendencia de la preocupación continente, con antecedentes novedosos extraí-
espiritual y social de la Iglesia Católica, como la dos de documentación inédita privada y oficial,
importancia incuestionable de la presencia y que contiene referencias particulares a algunas
acción hispana como avanzada fronteriza con de las principales expediciones que aquél em-
proyección permanente hacia la parte más prendiera al servicio de su nación.
meridional de Sudamérica.
LA ANTARTICA, CONTINENTE DE LA ES-
EXPEDICIONES EN LA PATAGONIA OCCI- PERANZA. Varios autores. 17,5x26,5 cms, 140
DENTAL. Hacia la Carretera Austral. Por Juan pp. ilustraciones y mapas. Edición a cargo del
Augusto Grosse. 18,5x26,5 cms 360 pp., ilustra- Museo Regional Salesiano "Mayoríno
ciones y mapas. Editorial Andrés Bello. Borgaíello" y de la Fundación para el Desarrollo
Santiago, 1990. El notable y rápido desarrollo XII Región-Magallanes (PIDE). Punta Arenas,
socio-económico que se registra en los territorios 1990. Libro que recoge las distintas contribucio-
de la Patagonia central y boreal de Chile y la nes presentadas en el curso de las Primeras
facilidad creciente con que se accede a ellos y se Jornadas Antárticas realizadas en la capital
los recorre, hace olvidar que apenas un cuarto de magallánica en agosto de 1989. Entre ellas
siglo atrás eran en buena parte suelos vírgenes en destacan los estudios de Osear Pinochet de la
los que la posibilidad de un camino vinculante Barra, Daniel Torres, Manuel Baquedano y
era poco menos que una utopía. La sorprenden- Sergio Lausic.
te realidad actual se debe en mucho al esforzado
explorador alemán Juan Augusto Grosse, avecin- LA CONQUISTA DE AYSEN (Provincia de
dado en Chile desde los años 30, quien con el Llanquihue, 1900-1918). Por Sergio Millar Soto.
tesón y el afán propios de pioneros buscó por 16x21 cms, 134 pp. Cayenel Ediciones. Puerto
distintos rumbos la posibilidad de abrir caminos Montt, 1990. Crónica de algunos episodios de la
en la bravia región, jalonando así el trazado de colonización temprana de la Región de Aisén,
distintas y extensas secciones de la futura carre- preparada sobre la base de las informaciones
tera austral. publicadas por los diarios de Puerto Montt du-
Este libro brinda la oportunidad de conocer las rante las dos primeras décadas del siglo, donde se
vivencias y aconteceres durante algunos de los pone de relieve la patriótica actividad de José
trayectos exploratorios de los que el autor fuera Antolín Silva Ormeño, arquetipo del pionero gene-
protagonista, a través de descripciones que roso movido únicamente por el bienestar colectivo.
156 NOTAS E INFORMACIONES BIBLIOGRÁFICAS

DIARIO DE VIAJE DE EXPLORACIÓN AL historia americana no caben dudas acerca de ia


CHUBUT 1865-1866. Por Jorge Claraz. 15x23 más que posible, probable vinculación que en
cms, mapa. Mar\mar Ediciones. Buenos Aires, tiempos anteriores al hallazgo colombino del
1988. Durante el siglo XIX la Patagonia suscitó gran continente pudo darse entre los pueblos de
el interés de numerosos viajeros que recorrieron allende el vasto Pacífico y aquellos que
el territorio que aún transcurrida la primera habitaban la costa occidental del Nuevo Mundo.
mitad de la centuria se mantenía en buena parte Se sabe, en efecto, de tradiciones, particular-
ignoto para el conocimiento universal. Entre mente entre chinos y polinésicos, como también
varios se contó el naturalista suizo Jorge Claraz en algunas comunidades andinas, que conservan
quien, entre 1865 y 1866, emprendió un viaje de vestigios referidos a contactos transoceánicos
exploración de la zona central norpatagónica siquiera ocasionales. Hay, además, sorprenden-
comprendida entre los ríos Negro y Chubut, a la tes rastros etno-culturales entre los habitantes de
sazón dominio exclusivo de los tehuelches del Chiloé y otras regiones chilenas que sugieren una
norte y otras agrupaciones indígenas. Durante influencia extracontinental procedente de allen-
ese recorrido el científico realizó cantidad de ob- de el gran océano. No puede negarse, a priori,
servaciones sobre la naturaleza del territorio que las noticias de tales acontecimientos trascen-
visitado y sobre las particularidades de sus habi- dieron a sus protagonistas y llegaron de algún
tantes humanos y animales. Dio forma de esa modo -tal vez a través de incontables versiones- a
manera a un documento particularmente valioso los oídos de los rarísimos consmógrafos de
que sin embargo permaneció inédito durante tiempos pretéritos, quienes los habrían recogido
más de un siglo. Por fin, traducido del alemán y consignado en áus relaciones y descripciones
original al español y editado por Marymar ha gráficas referidos a la forma, proporción y
sido entregado al conocimiento de los estudiosos particularidades de las tierras y mares del
y lectores interesados en los temas patagónicos planeta. En estos documentos arcaicos y en otros
como una fuente novedosa e interesante acerca posteriores igualmente antiguos que aquéllos
de la naturaleza y etnografía de los territorios de inspiraron, algunos estudiosos de la protocar-
Río Negro y Chubut al promediar la centuria tografía han querido ver representaciones antici-
decimonona. El texto del autor está precedido padas de América y, en el caso que interesa, de
por un erudito estudio preliminar a cargo del su parte meridional donde se sitúa la Región
Doctor Rodolfo Casamiquela. Magallánica.
La obra de que se trata es la versión castellana
VOYAGERS TO THE STRAIT OF MAGE- del libro Das Gegeimnis des Drachesnschwanzes:
LLAN. Yugoslav (Croatian) Inmigratton to Die Kentnts Südamenkas VOT Colon (Berlín,
Southern Chile. Por Mateo Martinic B. 14x22 1980), cuyo autor ha desarrollado un¿ actividad
cms, ilustraciones y mapas. Reanissance sostenida de investigación y difusión en su afán
Publications, Woríhington, Ohio, 1990. por demostrar ante el ambiente académico que
Versión en idioma inglés del libro "La inmigra- tal representación precolombina es un hecho in-
ción yugoslava en Magallanes" del mismo autor controvertible. En su esfuerzo dialéctico, el
(ver Anales del Instituto de la Patagonia, vol. 9: Profesor Gallez, como lo comentáramos opor-
250, 1978), en traducción realizada por los pro- tunamente (ver Anales del Instituto de la Pata-
fesores Víctor C. Dahl y Earl L. Rees, del gonia, vol. 12: 314-315), incurre en algunos
Departamento de Lenguas Extranjeras de la excesos interpretativos respecto de presuntas
Universidad Estatal de Portland (Oregon, "coincidencias" etnográficas, toponímicas y
EE.UU. de América), a quienes se debe geográficas, con los que busca afirmar su
asimismo un breve estudio introductorio sobre el convicción, circunstancia que a nuestro juicio
origen y desarrollo de la comunidad eslavo- debilita su argumentación ante los entendidos en
croata en Magallanes. los temas americanos, para el caso de los corres-
pondientes a la Patagonia y la Tierra del Fuego.
LA COLA DEL DRAGÓN. AMERICA DEL No obstante éste y otros alcances que pueden
SUR EN LOS MAPAS ANTIGUOS, MEDIE- hacérsele, debe recibirse este libro como un
VALES Y RENACENTISTAS. Por Paul Gallez. aporte par una discusión académica respecto de
17x24 cms, mapas. Instituto Patagónico. Bahía una materia de interés evidente, aún
Blanca, 1990. Para los entendidos en la proto- apasionante, sobre la que mucho queda por
NOTAS E INFORMACIONES BIBLIOGRÁFICAS 157

investigar y publicar. la calidad de las ilustraciones cartográficas entre


La edición correspondiente es de carácter la versión alemana original y la que se comenta,
limitado en cuanto a tirada, presumiblemente que es claramente superior en aquélla.
por razón de costo, circunstancia a la que
debiera atribuirse la diferencia que se aprecia en Mateo Martinic B.

ESTE LIBRO
SE TERMINO DE IMPRIMIR
EN EL MES DE JULIO DE 1991
EN LOS TALLERES GRÁFICOS
DE OFFSET DON BOSCO
PUNTA ARENAS. CHILE

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