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Los legitimados activos reciben la indemnización a título iure proprio, como daño emergente, por las
consecuencias patrimoniales propias que la supresión de la vida ajena produjo en ellos. Y en base al
apoyo y auxilio económico que les brindaba el fallecido, teniendo en cuenta todas las circunstancias de la
víctima (capacidad productiva, edad probable de vida, sexo, relaciones de familia etc.) y la de los
damnificados (asistencia que recibía, edad, necesidades asistenciales, tiempo probable de ayuda, etc.).
Los legitimados activos presumidos, es decir respecto de quienes rige la presunción legal iuris tantum de
daño, son el cónyuge, el conviviente, los hijos menores de 21 años o con derecho alimentario, los
incapaces o con capacidad restringida aún no declarada judicialmente.
Los restantes legitimados eventuales (hijos mayores, ascendientes, etc.) deberán acreditar el perjuicio.
La indemnización al supérstite e hijos. Comparación y críticas con el régimen anterior:
Cónyuge:
Es heredero necesario ya que padece las consecuencias del daño. Como bien lo aclara el articulado. Es
un legitimado activo presumido, no debe acreditar el perjuicio. Rige la presunción legal iuris tantum del
daño.
Conviviente:
Hoy en día, como bien se observa en el articulado, queda equiparado al cónyuge. Esto es así en razón de
que padece las consecuencias del daño. Es un legitimado activo presumido, no debe acreditar el perjuicio.
Rige la presunción legal iuris tantum del daño.
Sin embargo, en relación con el Código Civil de Vélez fue un tema de discusión. Hubo quienes le negaban
la acción fundándose en que no estaba amparado por los legitimados previstos en la ley, en que la
relación era contraria a la moral y las buenas costumbres, que es una relación que no crea vínculo jurídico,
etc. Otros le reconocían el derecho fundándose en que por la muerte de su compañero se le producía un
daño cierto. Hoy esto ya no es tema de debate.
Hijos:
Resultan herederos necesarios los hijos menores de veintiún años de edad con derecho alimentario y los
hijos incapaces o con capacidad restringida, aunque no hayan sido declarados tales judicialmente. Es un
legitimado activo presumido, no debe acreditar el perjuicio. Rige la presunción legal iuris tantum del daño.
En el caso de los hijos mayores no se aplica la legitimación activa presumida. No existe presunción iuris
tantum del daño. Por lo que son considerados legitimados eventuales, deben acreditar el perjuicio.
Padres:
No se aplica la legitimación activa presumida. No existe presunción iuris tantum del daño. Por lo que son
considerados legitimados eventuales, deben acreditar el perjuicio.
Cabe destacar que hoy en día el CCC regula específicamente el supuesto de perdida de chance de ayuda
futura como consecuencia de la muerte de los hijos.
Hermanos y otros colaterales:
Tampoco resultan ser herederos forzosos. No se aplica la legitimación activa presumida. No existe
presunción iuris tantum del daño. Por lo que son considerados legitimados eventuales, deben acreditar el
perjuicio.
Acreedores y socios:
Los acreedores solo tendrán derecho a reclamar si prueban que la muerte ha sido la causa adecuada que
impide la percepción del crédito. En cuanto al socio, tiene también derecho a pretender la indemnización
por los perjuicios que le haya causado la muerte de uno de sus socios.
Perdida de la chance de ayuda económica futura: concepto; requisitos; indemnización.
El articulo 1745 recepta el supuesto de perdida de chance de ayuda económica futura:
“c) la pérdida de chance de ayuda futura como consecuencia de la muerte de los hijos; este derecho
también compete a quien tenga la guarda del menor fallecido.”
En caso de muerte de los hijos menores la presunción comprende la pérdida de chance de asistencia
material y espiritual en la ancianidad y en caso de necesidad de los padres, presunción que es más fuerte
en las familias humildes. El artículo 1745 recepta el daño elaborado por la jurisprudencia y aclara que ese
derecho resarcitorio también compete al tercero que tenía la guarda del menor y, por consiguiente, estaba
beneficiado por la presunción de ayuda futura.
Los montos resarcitorios serán diferentes para cada damnificado atendiendo a la distinta situación
vivencial de cada uno de ellos.
Lesiones e incapacidades productivas o económicas: tipos, determinación de la indemnización,
gastos de incapacidad permanente.
Art. 1746: Indemnización por lesiones o incapacidad física o psíquica.
“En caso de lesiones o incapacidad permanente, física o psíquica, total o parcial, la indemnización debe
ser evaluada mediante la determinación de un capital, de tal modo que sus rentas cubran la disminución
de la aptitud del damnificado para realizar actividades productivas o económicamente valorables, y que se
agote al término del plazo en que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades. Se
presumen los gastos médicos, farmacéuticos y por transporte que resultan razonables en función de la
índole de las lesiones o la incapacidad. En el supuesto de incapacidad permanente se debe indemnizar el
daño aunque el damnificado continúe ejerciendo una tarea remunerada. Esta indemnización procede aun
cuando otra persona deba prestar alimentos al damnificado.”
Tipos:
Incapacidad transitoria: La incapacidad transitoria es la que dura temporariamente porque transcurrido el
período de curación desaparece o remite, por lo que nunca se consolida definitivamente y se indemniza a
título de lucro cesante. A diferencia de la incapacidad permanente. Las reparaciones por incapacidad y por
lucro cesante no son excluyentes entre sí.
La presunción de gastos médicos, farmacéuticos y por transporte, que resultan razonables en función de la
índole de las lesiones o la incapacidad resulta aplicable tanto para la incapacidad transitoria como para la
permanente.
Incapacidad permanente: La incapacidad permanente se da cuando una persona no pueda, a causa de
la magnitud e importancia de una enfermedad o lesión, volver a desempeñar la actividad a la que se
dedicaba.
Puede ser de dos tipos: Incapacidad permanente parcial para la profesión habitual. Incapacidad
permanente total para la profesión habitual.
Determinación de la indemnización:
El capital indemnizatorio debe dar lugar a la producción de rentas que cubran la disminución de la aptitud
del damnificado para realizar actividades productivas o económicamente valorables, dándose el
agotamiento al término del plazo en que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades. Para
lo cual será de ayuda el uso de fórmulas matemáticas.
Se destaca que la integridad psicofísica de la persona no tiene un valor económico en sí misma, como si
se tratara de una cosa. Por lo que, el único daño patrimonial tiene relación con la disminución de la
capacidad de esa persona para la ejecución de tareas productivas o económicas. Y para medirlo lo mejor
es el empleo de fórmulas matemáticas que vinculen la disminución de la capacidad de la víctima con el
tiempo de vida en el que esta pudo continuar desarrollado esa actividad económica o productiva.
Gastos de incapacidad permanente:
Esta se debe indemnizar aunque el damnificado continúe ejerciendo una tarea remunerada, y aunque otra
persona deba prestarle alimentos. Es que el deber de prestar alimentos se funda en la satisfacción de las
necesidades básicas.
En cuanto a los gastos médicos, farmacéuticos o de transporte; se presumen aquellos que resultan
razonables en razón de la índole de las lesiones o la incapacidad. Resulta aplicable tanto para la
incapacidad transitoria como para la permanente.
Punto 4: Daños sufridos colectivamente.
La cuestión de la responsabilidad colectiva aparece, en cambio cuando el sujeto no está individualizado
entre un grupo de posibles responsables, y por lógica consecuencia, no se demuestra la relación causal.
La responsabilidad colectiva no ha sido contemplada sino en los casos excepcionales de los cuasidelitos
romanos de effusis et dejectis y de positis vel suspensi. La necesidad de no dejar a las víctimas sin la
reparación por los daños causados, con tanta frecuencia en aquella época, por cosas arrojadas o caídas
de un edificio, cuando no se sabía quién las arrojo o quien las coloco peligrosamente, llevo a imponer la
obligación de indemnizar a todos los ocupantes de la casa en proporción a su interés en la misma.
Hoy , la reiteración de daños producidos por grupos de personas no individualizadas actuando en las más
diversas circunstancias y el concepto cada vez más generalizado de que no debe dejarse a la víctima sin
resarcimiento del daño sufrido.
En sentido amplio, daño colectivo es aquel que afecta a varias personas, de manera simultánea o
sucesivamente.
En sentido estricto, se denomina daño colectivo al que experimenta un conjunto de personas a raíz de la
lesión a un interés grupal o social.
Actualmente se conciben tres clases de derechos: individuales, individuales homogéneos y derechos de
incidencia colectiva. Estos dos últimos tienen por objeto bienes colectivos o derechos colectivos
Sistemas del derecho comparado:
La responsabilidad colectiva ha tenido recepción en el derecho alemán desde la sanción del código civil,
en cambio en Francia se ha seguido una interesante evolución jurisprudencial hasta la consagración
legislativa de este tipo de responsabilidad en el caso de la ley de reformas al CP del 4 de junio de 1970.
Derecho alemán
En el código alemán la cuestión se halla expresamente resuelta en favor de la admisión de la
responsabilidad colectiva.
Derecho Francés
En Francia la jurisprudencia y la doctrina han mantenido durante mucho tiempo el principio de la
responsabilidad individual, tratando de evitar la injusticia que de otro modo se cometería al condenar a un
inocente.
Si la responsabilidad es considerada del lado del autor daño y como una sanción de sus actos
reprochables, la solución restrictiva aparece entonces y los argumentos doctrinarios son irrefutables.
La función esencial de la responsabilidad en su técnica tradicional no es el castigo de los actos injustos,
sino la indemnización de los daños injustos.
Sistema en el derecho nacional:
En el derecho nacional, dentro del CCC, no hay ninguna norma específica que regule los daños sufridos y
causados colectivamente.
En el proyecto de reforma del CC, se había planteado en tres artículos (desde el 1745) regular los daños
sufridos colectivamente y los daños causados colectivamente. Pero esto fue eliminado.
Legitimación activa: sistema de legitimación colectiva.
Estos tipos de derechos son ejercidos, acorde con la resolución de la CSJN en el fallo "Halabi" por el
defensor del pueblo, las asociaciones que concentran el interés colectivo y el afectado (legitimación activa)
(artículo 43 CN).
Su característica principal está dada por el hecho de ser "no distributivos", esto quiere decir que un bien es
colectivo cuando conceptual, fáctica o jurídicamente sea imposible dividirlo en partes y otorgárselas a otros
individuos.
Los daños sufridos colectivamente se presentan en aquellos daños que impactan el medio ambiente, los
daños nucleares, los vicios de los productos de consumo, etc. Los destinatarios del peligro no son las
personas de manera aislada, sino categorías ligadas entre sí por ciertas características.
Vía procesal y reparación: reglas.
El CCC ha perdido fuerza al haber suprimido los artículos que contemplaban el daño sufrido
colectivamente y también al suprimir la sanción pecuniaria prevista.
Tener en cuenta: articulo 52 Ley de Defensa del Consumidor n° 24.240, artículos 41, 42 y 43 CN.
ARTICULO 52. — Acciones Judiciales.
“Sin perjuicio de lo dispuesto en esta ley, el consumidor y usuario podrán iniciar acciones judiciales cuando
sus intereses resulten afectados o amenazados.
La acción corresponderá al consumidor o usuario por su propio derecho, a las asociaciones de
consumidores o usuarios autorizadas en los términos del artículo 56 de esta ley, a la autoridad de
aplicación nacional o local, al Defensor del Pueblo y al Ministerio Público Fiscal. Dicho Ministerio, cuando
no intervenga en el proceso como parte, actuará obligatoriamente como fiscal de la ley.
En las causas judiciales que tramiten en defensa de intereses de incidencia colectiva, las asociaciones de
consumidores y usuarios que lo requieran estarán habilitadas como litisconsortes de cualquiera de los
demás legitimados por el presente artículo, previa evaluación del juez competente sobre la legitimación de
éstas.
Resolverá si es procedente o no, teniendo en cuenta si existe su respectiva acreditación para tal fin de
acuerdo a la normativa vigente.
En caso de desistimiento o abandono de la acción de las referidas asociaciones legitimadas la titularidad
activa será asumida por el Ministerio Público Fiscal.”
Artículo 41: CN
“Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano
y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las
generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la
obligación de recomponer, según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos
naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información
y educación ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las
provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales.
Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los
radiactivos.”
Artículo 42: CN
“Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la
protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la
libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno.
Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa
de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales
y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de
consumidores y de usuarios.
La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los
marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria
participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los
organismos de control.”
Artículo 43: CN
“Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio
judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma
actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos
y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la
inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesiva.
Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los derechos que
protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia
colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines,
registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y formas de su organización.
Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a ella referidos y de su
finalidad, que consten en registros o bancos de datos públicos, o los privados destinados a proveer
informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o
actualización de aquéllos. No podrá afectarse el secreto de las fuentes de información periodística.
Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o amenazado fuera la libertad física, o en caso de
agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de detención, o en el de desaparición forzada de
personas, la acción de hábeas corpus podrá ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en su favor y
el juez resolverá de inmediato, aun durante la vigencia del estado de sitio.”
Daño ambiental: régimen legal.
El daño ambiental conocido como “daño ambiental de incidencia colectiva” es definido por la Ley General
del Ambiente en su artículo 27 in fine:
“Se define al daño ambiental como toda alteración relevante que modifique negativamente el ambiente,
sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas, o los bienes o valores colectivos.”
La LGA diferencia el daño ambiental del daño a los individuos a través del ambiente. En el caso del daño
al ambiente nos encontramos con un daño al medio, ya sea mediante su alteración o destrucción, que
afecta la calidad de vida de los distintos seres vivos, sus ecosistemas y los componentes de la noción de
ambiente. Cuando existe daño al ambiente no debe necesariamente concretarse un daño específico o
puntual a las personas o sus bienes particulares.
La LGA distingue la responsabilidad penal y administrativa de la responsabilidad civil por daño ambiental
colectivo:
ARTÍCULO 29. La exención de responsabilidad sólo se producirá acreditando que, a pesar de haberse
adoptado todas las medidas destinadas a evitarlo y sin mediar culpa concurrente del responsable, los
daños se produjeron por culpa exclusiva de la víctima o de un tercero por quien no debe responder.
La responsabilidad civil o penal, por daño ambiental, es independiente de la administrativa.
ARTÍCULO 30. Producido el daño ambiental colectivo, tendrán legitimación para obtener la recomposición
del ambiente dañado, el afectado, el Defensor del Pueblo y las asociaciones no gubernamentales de
defensa ambiental, conforme lo prevé el artículo 43 de la Constitución Nacional, y el Estado nacional,
provincial o municipal; asimismo, quedará legitimado para la acción de recomposición o de indemnización
pertinente, la persona directamente damnificada por el hecho dañoso acaecido en su jurisdicción.
Deducida demanda de daño ambiental colectivo por alguno de los titulares señalados, no podrán
interponerla los restantes, lo que no obsta a su derecho a intervenir como terceros.- Sin perjuicio de lo
indicado precedentemente toda persona podrá solicitar, mediante acción de amparo, la cesación de
actividades generadoras de daño ambiental colectivo.
ARTÍCULO 31. Si en la comisión del daño ambiental colectivo, hubieren participado dos o más personas, o
no fuere posible la determinación precisa de la medida del daño aportado por cada responsable, todos
serán responsables solidariamente de la reparación frente a la sociedad, sin perjuicio, en su caso, del
derecho de repetición entre sí para lo que el juez interviniente podrá determinar el grado de
responsabilidad de cada persona responsable.
En el caso de que el daño sea producido por personas jurídicas la responsabilidad se haga extensiva a
sus autoridades y profesionales, en la medida de su participación
Patrimonio cultural: normas aplicables.
En cuanto al régimen jurídico, es importante el transito operado en Argentina desde la concepción que
entendía su tutela mediante leyes especiales (la llamada “Legislación Patrimonial”) a la incorporación
constitucional (con la reforma de 1994) del denominado “Derecho al patrimonio cultural (DPC)”
La reforma incorporó a la Constitución Nacional la “tercera” generación de derechos, positivizando el
“Derecho al patrimonio y a la identidad cultural” -entre otros de su clase-, pero además, estableciendo la
manda de dictar una ley de presupuestos mínimos que (a más de veinte años). Argentina consagró en la
Constitución Nacional (y en muchas cartas provinciales), el DPC, dándole carácter de derecho colectivo.
En síntesis, la reforma nacional en Argentina, cambió sustancialmente la cuestión y obliga a considerar
que: Antes de la reforma, el PC se estudiaba mediante la llamada “legislación del patrimonio” con reenvío
a numerosas leyes, pues existe un universo de bienes que conforman el concepto “patrimonio” y por tanto
existe una frondosa legislación especial5 , normas generales (nacionales o provinciales) sin perjuicio de la
articulación con normas municipales (locales); la reforma constitucional (94) al incorporar el “DPC” con
remisión al “ambiente” y en el capítulo “nuevos derechos”, le da además de lo expresado, dimensión de
derecho humano, fijando la responsabilidad inter generacional de tutela.
En Argentina los bienes que integran el PC de la nación son enumerados en Ley 25.1977 que crea el
Registro Único de Bienes Culturales.
ARTICULO 1º: La presente ley tiene por objeto la centralización del ordenamiento de datos de los bienes
culturales de la Nación, en el marco de un sistema de protección colectiva de su patrimonio que a partir de
la identificación y registro del mismo será denominado Registro Nacional de Bienes Culturales.
ARTICULO 2º: A los efectos de la presente ley se entiende por "bienes culturales", a todos aquellos
objetos, seres o sitios que constituyen la expresión o el testimonio de la creación humana y la evolución de
la naturaleza y que tienen un valor arqueológico, histórico, artístico, científico o técnico excepcional. El
universo de estos bienes constituirá el patrimonio cultural argentino.
Se entiende por "bienes culturales histórico-artísticos" todas las obras del hombre u obras conjuntas del
hombre y la naturaleza, de carácter irreemplazable, cuya peculiaridad, unidad, rareza y/o antigüedad les
confiere un valor universal o nacional excepcional desde el punto de vista histórico, etnológico o
antropológico, así como las obras arquitectónicas, de la escultura o de pintura y las de carácter
arqueológico.
- En la responsabilidad grupal el del daño causado “individualmente”, por un miembro integrante del
grupo determinado; aunque anónimo.
- En la responsabilidad colectiva, el daño es causado “por todos los integrantes”, o mejor dicho todos
tienen algún grado de participación en él.
1 -En la primera hipótesis, pese a estar en presencia de un daño grupal, el origen es individual, aunque
anónimo. Si la persona, integrante del grupo, fuese “individualizada”, centrará la cuestión en la órbita de
la responsabilidad individual, y no regirán los principios de la responsabilidad colectiva. El ejemplo típico
del grupo de cacería, en los cuales uno de ellos hiere a una persona, y ante la indeterminación de su
autor, se condena a todos los miembros del grupo.
2 -En la segunda hipótesis, serán todos los miembros de esa cantidad de personas los que conjuntamente
ocasionarán el daño.
A) Todos los miembros han tenido algún grado de participación en el daño.. Por ejemplo cuando varias
fábricas vuelcan desechos contaminantes en el cauce de un río.
b) Todos los integrantes han contribuido a generar el daño, aunque no pueda determinarse en que
proporción han contribuido. El ejemplo típico de las avalanchas en espectáculos públicos, o el accionar de
las “barras bravas” generadoras de daños.
Régimen legal del CCC: supuestos. Eximentes.
Art. 1760 Cosa suspendida o arrojada.
Si de una parte de un edificio cae una cosa, o si ésta es arrojada, los dueños y ocupantes de dicha parte
responden solidariamente por el daño que cause. Sólo se libera quien demuestre que no participó en su
producción.
La norma en comentario regula un caso puntual de responsabilidad colectiva, constituido por los daños
ocasionados por las cosas caídas o arrojadas de un edificio. En tal caso, la ley presume que son autores
del daño todos los dueños u ocupantes de la parte del inmueble de la cual provenga la cosa dañosa,
quienes responden objetiva y solidariamente, pero pueden liberarse de responsabilidad mediante prueba
en contrario.
El ámbito de aplicación de este supuesto de responsabilidad incluye los daños causados tanto por cosas
arrojadas como por objetos que caen de un edificio. De este modo se supera la distinción anterior entre las
cosas arrojadas y aquellas "suspendidas o puestas de un modo peligroso que lleguen a caer", proveniente
del derecho romano, por una enunciación más clara. En cuanto al lugar de la caída de esas cosas, el
nuevo texto nada dice, con lo cual cabe interpretar que rige no sólo para las cosas caídas o arrojadas a la
calle —como lo disponía el artículo 1119 del código derogado—, sino también para las que impactan en
sectores no abiertos al público, como un patio interno.
La ley menciona como legitimados pasivos a los dueños y los ocupantes de la parte del edificio de la que
proviene la cosa. La referencia al "ocupante" busca ampliar el alcance del artículo, pues incluye a cualquier
persona que habite en el inmueble, ya se trate de un locatario, usufructuario, usuario, poseedor,
comodatario, depositario, etcétera
En los supuestos regidos por la norma, la ley presume, salvo prueba en contrario, que todos los dueños u
ocupantes de la parte del edificio de la que cayó la cosa son autores del daño. Queda a su cargo, para
eximirse, acreditar que no han participado en la producción del perjuicio.