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mentira de la culpabilidad de Alemania, que mediante la brutal tiranía de los "tratados de paz"
de Versalles y St. Germain, e infatigable y fanáticamente lucha por todos los medios para la
destrucción total de esta dictadura y todas las consecuencias que tienen su origen en aquellos.
III La Revolución alemana renuncia desde este momento, a gobernar y expoliar pueblos y
naciones extranjeras; sólo quiere, nada más y nada menos, su propio espacio vital para la joven
nación de los alemanes, con el mismo derecho otros pueblos y naciones que reconocen la
decisión de la guerra como una voluntad del destino.
IV La Revolución alemana proclama que el único propósito del Estado es la unión de todas
las fuerzas de la nación, una concentración de fuerzas para asegurar la vida y el futuro de esta
nación, afirmando cada medio que para dicho objetivo precise, y destruyendo todo aquello que
lo impida.
V La Revolución alemana exige desde aquí, que se vertebre el más radical poder estatal
central contra aquellas fuerzas que, de manera individual o simplemente por su propio empeño,
obstaculicen dicha construcción, ya sean aquellas destructivos entes estatales, de índole
partidista o confesionales.
La unidad del Estado de la nación alemana une a las crecientes fuerzas de la tierra y el pueblo,
dirigiéndolas hacia una poderosa unidad.
VIII La Revolución alemana rechaza, por tanto, el sistema económico individualista del
capitalismo, y su derrocamiento es el primer objetivo que se impone la revolución alemana para
su triunfo. Su identidad se reconoce por completo en el sistema corporativo del socialismo, en la
que la medida exacta o la finalidad de toda la economía es, no ansiar la riqueza o las ganancias,
sino la satisfacción de las necesidades de la nación.
XII La Revolución alemana encuentra este deber en el pleno desarrollo del espíritu
tradicional de su pueblo. En consecuencia, combate por todos los medios, contra los
degeneradores de la raza, contra toda influencia cultural foránea, en pos de una renovación
racial popular y por la cultura alemana. Lucha, en particular, contra el Judaísmo que, unido a las
fuerzas supranacionales de la francmasonería y el ultramontanismo, dificultan
premeditadamente la vida del espíritu alemán.
XIII La Revolución alemana combate, igualmente contra el absolutismo del Derecho judeo-
romano, por un Derecho alemán, cuyos ejes residen en el Ser y el Honor alemanes, afirmando y
valorando las desigualdades de los hombres. El Derecho alemán reconoce como ciudadano
únicamente al compatriota y como medida el bienestar general.
XIV La Revolución alemana derribará la visión del mundo de la Gran Revolución francesa, y
será el modelo del siglo XX.
Es nacionalista –contra la esclavitud del pueblo alemán- ; es socialista –contra la tiranía del
dinero- ; es popular –contra la destrucción de la alma alemana-, y únicamente tiene en su meta
en el bienestar de la nación.