0*-mc**rfA i ocal r *eok>nai ot u Nueva España
:. rrv
Casi al finalizar el siglo xvi, una nueva
disposición, originada en la necesidad de la
Corona de allegarse recursos, permitió regu-
larizar mercedes que no habían tenido con-
firmación real y legalizó invasiones v compras
poco escrupulosas de terrenos a los indios,
mediante el pago de «composiciones» que
otorgaron el3dominio pleno c irrevocable so-
bre la tierra . Este sistema de regularizadón
creó el marco legal para el crecimiento
incontenible de Ira latifundios, propició grandes
abusos y expoliaciones contra las comunidades
indígenas y suscitó litigios interminables por la
posesión de tierras, que fueron el tema y la
razón práctica de muchos de los planos y mapas
que comenzaron a elaborarse durante las tres
últimas décadas del siglo XVI.
Buenos ex ponentes de la cartografía que
originaron el deslinde de tierras y los conflictos
relacionados con su posesión lo son un plano
firmado en 1580 por Valentín Jasso, que muestra
los parajes de San Francisco Tejería y Utlazpa
en Churubusco"; la representación de una
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
j¿
caballería ubicada en Gratinchan, cerca de ill TLACAZA7ALCA. 1S"5. FnftCaco
Texcoco, realizada en 1584 bajo la respon- de Allot, ligwuno Eiali ai Icyuis.
sabilidad de Rodrigo Dávila y Alonso López, 31 i 21 an. Maniucrrat i unu r
lempk «obir pjpd Hem ¿t Turres,
corregidor y escribano respectivamente^; una Archiva General (k b Nmáfa. Méjirn.
fracción de terreno delimitada por un río
en Cozamaloapan, Veracruz, signada en 1587
por Femando Salas, el justicia mayor" y un
plano doble de Tarimbaro y Cuitzeo, dibu-
jado alrededor de 1590".
Relaciones geográficas
La segunda gran veniente que favoreció el de-
sarrollo de la cartografía novohispana en el
siglo xvi tuvo su fundamento en la constante
preocupación de la Corona española por cono-
cer la geografía, los recursos naturales y los
hombres que habitaban las tierras recién in-
corporadas al imperio. Entre las primeras mani- * Floraano:4MS.
fonaciones de este tipo destaca una orden real " 76-
del 5 de abril de 1528, en la cual se pidió a los ,
miembros de la primera Audiencia de México, ■ M*pa 8?.
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992 Oí ti «va a/1". Hctchuo» ou. fcN«LVtno Di Dos Mundos

70. zote*, usmro ih uivt-mA. a los obispos y a los priores de los monasterios dirigió nuevamente a la Segunda Audiencia,
i $li. Pairo Pón ie /¿uaon. com- franciscanos y dominicos que remitieran a Es- manifeslindóle en ota ocasión que...
g*kx.
40iJI «jaxunu. Nu india
an Mwnocritoa muayoak tan-
paña descripciones de cada provincia, con co-
piAjchrro
c fcOWcGaimJ
pipd.dr Lkim>
Naofo.dt Mólhju
Tiara.
mentarios sobre el número de españoles e in- «Por que queremos tener entera noticia
dios, tributos, recursos naturales y topografía". de las cosas dr esa tierra y calidades dclla. os
Dos años después, la Segunda Audiencia fue mando que hagays hazer una muy larga
provista de instrucciones similares, razón por la y particular relación de la grandeza de esa
cual en agosto de 1531 anunció que se hablan tierra, ansi de ancho como de largo y de sus
enviado inspectores a reunir los datos requeridos, limites poniéndolos muy específicamente
y en noviembre dr 1532 remitió d informe por sus nombres propios, y como se confina
completo. Se sabe que esta (elación iba acom- y amojona por ellos y asimesmo de las
pañada de pinturas que k» indios habían hecho calidades y estrañezas que en ella ay par-
de sus tierras y pueblos, pese a lo cual en la ticularizándolos de cada pueblo por si, y que
actualidad se desconoce el paradero de tales poblaciones de gentes ay en ella de los
documentos, y por lo que respecta al texto, naturales poniendo sus ritos y costumbres
apenas subsisten algunos fragmentos que fue- particularmente, y ansimesmo que ve/i nos
ron aprovechados por Antonio de Herrera y y moradores de Españoles y con yndias, y
quantos por casar, y que puertos y ríos tie-
•* /¿¿¿30-31.
Gtrfuid. 1986 29. Tordesillas en la cuarta «Década» de íu Historia
nen y que edificios hay fechos, y que animales
" L« au pierna* dd CUuUri* Je general de lot heéos de los casuüanai en bu
Pup j fue lomada de Gohard. I y86; illas j Tierra Firme del mar Octano*. y aves se crian en ellas#".
£1 19 de noviembre de 1533, Carlos I je El emperador solicitó además pinturas de
OJITOGÍAFI* iOCAi. Y H&CIONAL DE LA Nl'EVA ESPAÑA

iodo lo iluscrable. pero al igual que en d caso
anterior, la mayor pane del material se perdió y
hoy apenas se conocen algunos documentos
dispersos, redactados alrededor de 1534. que
responden a los propósitos estableados en la real
cédula. En los inicios de la década siguiente se
solicitó a Andrés de Barrios que describiera el
obispado de México, a Bartolomé de Zarate que
hiciera lo mismo con las diócesis de Antequera y
ITaxcala y a Pedro Almidez Chirinos y Andrés de
Tapia que se encargaran de la diócesis de
Michoacán. De los tres informes sólo se preserva
en la anualidad el de Zarate, que esrá fechado en
1544 y muestra una información escurra y
desorganizada".
Frente a estos documentos, la llamada Suma
de Visitas se presenta como el primer historial
Geografía y descripción unwrnal di las Indias,
la cual permaneció inédita hasta las postrime-
rías del siglo XIX".
Lópa de V'elasco había sido secretario
particular de Ovando v Godoy. por lo que
en 1571 esie le propuso para ocupar el cargo
de Cronista y Cosmógrafo Real, a fin de que
creara, ordenara y mantuviera un archivo con
todos los documentos descriptivos de la reali- Minn.lt- í. Sí; Acuna: I. "
dad americana. Una ve?, otorgado el nombra- Aoaíu: I, 7-8.
miento, López de Vdasco decidió reducir a un 7
sólo cincuenta preguntas el cuestionario de las I. W.4ILK» II IUAMJSM». ITV
Indias''. Este nuevo documento fue remitido Andrn ÍW.IL.. pinu i No imliia cv
de manera impresa en 1577, aunque cabe decir ola. 411 11 cm Mjiuktro i unta y
acuarela «Ant fifcL Aw ¿t Tir
que. aún en 1579, algunos funcionarios se qur- Archivo Genera! ¿c la Nación. Mona'

INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

que brindó información detallada y precisa
del virreinato de la Nueva España. Esta relación
fue formada por órdenes apresas dd Rey
entre 1548 y 1550, con el objeto de valorar
los estragos causados por una desastrosa epide-
mia de cocolizlli (enfermedad con síntomas
parecidos al tifus) entre la población nativa. El
documento resulta un tanto desigual, puesto
que cubre poco más de la mitad de los pueblos
de indios de que se tiene noticia, y mientras
unos son descritos de manera detallada, a otros
se les estudia en forma sumaria. En la Suina... se
omiten partes del Marquesado dd Valle, de
la mayor pane de la diócesis de Tlaxcala y
de la provincia de Guazacualco. pese a lo cual
puede considerarse como una fuente insusti-
tuible de información demográfica, geográfica
y económica de la nueva colonia' .
Cuando en 1566 don Juan de Ovando y
Godoy fue nombrado Visitador del Consejo de
Indias se apresuró a enviar a las autoridades avi-
la americanas un cuestionario con treinta y
siete preguntas, amparado en una real cédula de
23 de enero de 1569. Posteriormente solicitó
a los obispos y provinciales de las órdenes
regulares la contestación de otras doscientas
preguntas, mediante las cuales pretendía obte-
ner información sobre los pueblos y pobla-
ción, lenguas indígenas, encomiendas, límites
parroquiales, geografía y climas de la Nueva
España. De la obediencia a cite mandato surgió
un inmenso volumen de información que fue
resumido por Juan López de Vdasco en su
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992 (_A*Toc*AMA Unció oa Encuentrode Dr* Mimir

71 MHQUIC » MOTZINGO. 1579. jaban de no haberlo recibido. De cualquier

Aiiu* doomoado No india oak manera, a partir de 1578 las respuestas al cues-
42132
rcii tcbttcm. pipd.
Aüoiacnui
tUmei una r 9QB-
it Tima.
Aiduro Gaiaal ¿c U Nfófa. Mineo. tionario comenzaron a llegar a España y no
dejaron de fluir hasta finales de 1585 o princi-
pios de 1586, en que fueron despachadas Jas
de Guadalajara y Guatemala*.
El cuestionario que reclaboró López de Ve-
lasco estuvo dirigidoa «los Governadora. Corre-
gidora. o Alcaldes mayores*, asi como a los
consejos municipales y a los curas o religiosos
encargados de impartir doctrina en los pueblos
de españoles e indios. Las primeras die/, pre- 1
guntas del mismo fueron diseñadas para los
pueblos de españoles, mientras que de la
11 a la 15 se orientaron exclusivamente a los
poblados de indios. Lo que se intentó conocer
a iravés de este inicrrogjiorio fue el nombre
de la comarca o provincia en que estaba cncla-
 Cartografía local v regional de la Nueva Lu-ana

INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992


i-njn cada pueblo v su significado cn Irngua
indígena; d numbte del descubridor o con
quisudor Je b misma: d clima. la i optara-
fia, b altura del pueblo a nivel del mar y d
emplazamiento de los poblados. Asimismo, la
distancia entre pueblo v pueblo-, la demogra-
fía indígena con sus posibles lluauacionu; lis
costumbres y cultura de lev indios. amén de
un piano simple de la traía e I «aleación
de ks calles, plazas y monasterios''.
l'or lo que toca a los pueblos de indios.
a requirió información sobre las distancias
que separaban i uno; de otros, de b «di-
de su corregimiento y de b cabecera de su
doctrina; se solicitaron también datos sobre el
significado del nombre indigene de dichos
pueblos y b ra?/>n de que se llamaran asi; b len-
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
gua que hablaban los indígenas: a quien esta-
ban sujetos en tiempo de tu gentilidad; □ quien
tributaban y qué tributaban entonces, cuáles
eran las adoraciones, ritos v costumbre buenas
y malas que tenían; cómo se gobernaban; con
quién tenbn guerra y cómo peleaban; cuáles
eran sus vestimentas, qué comían y si acaso
habían vivido más sanos antiguamente que
después de la conquista*.
En las preguntas generales para pueblos de
indios c hispanos se inquiría sobre el asiento en
que estaban los poblados: si se encontraban
en sierra, sillc o tierra descubierta y llana: el
nombre y significado de la sierra, valle o enmar-
ca cn donde estuvieran: si la tierra era sana
o enferma, d por qué de esto, el tipo de
enfermedad» que proíifrraban y los reme-
dios que K usaban para curarbs. Se pedía
adonis información sobre los ríoj. su caudal,
lugar de nacimiento y posibilidades de apro-
vechamiento; lagos, lagunas y fuentes, con las
cosas más notables que hubieren cn ellos;
volcana y grutas y todo lo admirable de la
naturaleza que hubiera en la provincia".
Se requería igualmente enunciar los árboles
silvestres, frutos, provechos y maderas de su
extracción; los árboles de cultivo y frutales
*• f]í9U/¿dK»ertvffimiofiteaua- de la lictra c importados de Hiparía y otras
ano en w p@, Oicocd y pana; bs granos y ternillas, hortalizas y ver-
Bon: 155-162. duras que servían o hablan servido de sustento
* /W-157-I5I.
' /W lJft-159 a los naturales; W que de España se hablan
- /tóilW.lúi. llevado, como trigo, cebada, vides y olivos, y si
" Ikd. 161-I6I
había seda o grana y eii qué cantidad se recogía;
r t'h:n Mi srxr.
las hierbas y plantas aromáticas, coi: las virtu-
des medicinales o venenosas que poseían; los
animales salvajes y domésticos. Mis adelante
se pedían datos sobre las minas de metales y
piedras preciosas; bs cameras y salinas; b for-
ma de bs tasas y edificios y los materiales con
que eran construidos; las fortalezas y lugares
inexpugnables existentes cn la comarca; las
diócesis religiosas, monasterios, catedrales, pa-
rroquias. monasterios de Irailes y monjas que
existieran de cada orden, así coma los hospita-
les. colegios vobras pías".
I'or último, se solicitaba advertir si los pue-
blos eran marítimos, si el mar era tranquilo o tor-
mentoso; si la cosca era playa tranquila, brava o si
había arrecifes; si existía peligro en b navegación,
las mareas y los tiempos cn que ocurrían; los
cabos, puntas, bahías y ensenadas que hubiere
cn h comarca; los puertos y desembarcaderos
que existieren cn dicha costa, con un dibujo de
b traía dr los mismos; piaúca y capacidad de
los puertos y su fondeo en brazas: entrada y
salidas, comodidades e incomodidades que te-
nían de leña, agua y otros refrescos; islas per-
tenecientes a las costas con sus nombres y ra/ón
de los mismos; así corno una pintura de las islas
y una descripción, si se pudiere, de los sucios,
pastos, animales, ríos y fucnies que poseían".
Casi todos los encargados de resolver los
cuestionarios cumplieron su cometido, aunque
al final b información y respuestas que pro-
porcionaron resultaron muy desigualo. Puco
después de que todos los informes fueran
entregados, López de Ve!asco fue ascendido a
secretario real, por lo que el cargo de Cronista
Mayor y Cosmógrafo Real recayó en Pedro
Ambrosio de Ondériz [1519-15%l y más tarde
pasó a Andrés Gatcía de Céspedes (IW6 161 11"
Se sabe que este último reorganizó los ma-
nuscritos y Ies hizo eventualmcntc algunas
anotaciones, y aunque no existen pruebas de que
les haya sacado copias, tampoco se descarta la
posibilidad de que éstas pudieran haber estado
incluidas entre los 26 textos originales que cn el
transcurso de los años se perdieron irremi-
siblemente.
A tal extravío contribuyó cn gran medida el
constante peregrinar que sufrieron los docu-
mentos antes de dispersarse, el cual se inició en
1569. cuando fueron retirados de la sede del
 Cahtogmiu louai r ítí.ioNAi of u NUEVA ESPHAA
Consejo de Indias cn Madrid para ser res-
guardado» en el edificio de su archivo. Poste-
riormente, en 1718, fueron trasladados a
Simancas. En ese depósito permanecieron hasta
1783. cn que Juan Bautista Muñoz ordenó que
retornaran a Madrid para ser trasladados, un
lustro más tarde, a su resguardo definitivo en el
Archivo General de Indias de Sevilla". Debido a
los traslados y al constante manejo, varios de los
expedientes se desprendieron y dispersaron,
pasando a formar parte de otros bloques
documentales. Así pues, 46 de las relaciones
geográficas fueron a parar a la Real Academia de
Historia de Madrid, mientras que otros 41,
después de desaparecer temporalmente, fueron
adquiridas en 1853. a ffavés del corredor
Francisco González de Vera, por el historiador
mexicano Joaquín García IcazbaJceta.
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
Estos documento», permanecieron cn Mé- 74. wotiuv. IV) Gíhi«l CTtí-
xico hasta 1937. año en que uno de los nietos ra, aWik nWyoí, lipuumi iCopu
de don Joaquín, don Luis (lanía l'imcntel (id de 1857.) No indio cicali. 6(1» 44
cm. Mmuurfto a una y ituircU *jhrr
y EJgucro, los vendió junto con su biblio- pjptl. Majmirvj Minad Oiuícu i Br
teca a b Universidad de Texas. El número ira < alrnitin Onwo y Bcira Méxiio.
de relaciones que aún se conservan es de 167,
de Jas cuales 54 se refieren a Yucatán, 33 a Mé-
xico, 33 ai Antequcra. 17 a Michoacán. 15 a
Tlaxcala, 13 a Guadalajara y dos a Guatemala".
En aJgunos casos, junto con los expedientes
se conserva un importante cúmulo de mapas
y planos con diferentes facturas y desiguales
calidades, aunque cn la mayoría de los casos
estos documentos gráficos fueron desprendi-
dos y almacenados separadamente.
Buenos expolíenles de esta cartografía lo son
el plano de Culhuacan. signada por el corregidor
Gonzalo Gallegos en 1580; el de Teozaooalco,
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
75. OSiAOkNAÍ AUUUCAl OdON»
itouurno. 1591. Abrahun Ondea.
No irntn oaj» 52 x 22.5 cm. Gra-
balo en limira de cobir «obft fa-
pd. flaaicido i Li una ida. PutJi
ado co rbmnan OtUt Tmtnm.
Annwjpiac, O. nuopóoiu» Phnimia.
1591. Se*»tio GrogriSco dd Ej&diu
MjdíÜ Eíp»íu.
« Map* 61,71,73.74 r 79.
" MafUJ »8 yfi9.
" Map» 73.
CA*TOGHArtA HirrOItlCA Ml ENCUEVTIO Di IX» MUNDOS
trazado por órdenes dd corregidor Hernando
de Cervantes con una técnica marcadamente
indígena; d de Meztitlán en I579, bajo la
responsabilidad del alcalde mayor Gabriel de
Chivo; el de la congregación de Cempoala.
firmado en i 531 porel corregidor Luii Obregón,
y el de la Provincia de la Villa de Tabuco,
mandado hacer en 1579 por Melchor Alfáro de
Sana Cruz".
Cartografía novohispana
A pesar de las notorias diferencias cuantitativas
que caracterizaron a la producción cartográfica
del periodo comprendido entre 1521 y 1560.
y a la desarrollada en las últimas cuatro décadas
del siglo XVI, se puede afirmar que todo» los
planos y mapas elaborados en la Nueva España
presentan un conjunto de elementos que los
identifican no sólo con respecto a los elabora-
dos en Europa, sino también frente a trabajos
de la misma índole realizados en otras colonias
hispanoamericanas.
Esta particularidad no se originó exclu-
sivamente en los temas abordados, en las de-
ficiencias de precisión o en el escaso apego que
que se mostró hacia las directrices cartográficas
europeas, sino también en algunos de los ma-
teriales que se emplearon en ai ejecución, en la
destreza de los hombro que los realizaron y, sobre
todo, en la mezcla de caracteres hispanos con el
simbolismo y las técnicas de representación
geográfica empleados por los pueblos indígenas
rncwa menean os.
En lo que respecta a la temática, resulta
indispensable destacar que, a lo largo del siglo xvi,
la cartografía elaborada en la Nueva España
nunca se ocupó del territorio en su totalidad.
Su área de estudio y representación quedó
constreñida a los limites de los actuales estados de
México, Hidalgo, Tlaxcak, Puebla, Veracruz,
Oaxaca, Chiapas, Campeche. Tabasco. Yucatán,
Quintana Roo, Morelos. Guerrero, Midioacán,
Jalisco, Colima, Nayarit, Guanajuato y San Luis
Potosí.
Dentro de ese espacio geohistórico, quienes
elaboraban mapas se ocuparon de representar
barrios como del de Jesús María en Coyoacin;
parcelaciones de terrenos como la ocurrida en San
Francisco Topojaco, partido de Cuautitlán, en
1591"; parajes, corregimientos, mercedes, com-
posiciones, caballerías, poblados, tierras comu-
nales y ciudades, amén de provincias enteras
como la de Tabasco, realizada por Melchor Aifaro
de Santa Cruz en 1579. o la del occidente no-
vohispano, trazada por un autor desconocido
lucia 1587*.
La relativa pequenez de las áreas represen tadas
no puede explicarse simplemente por el atraso
científico que pudiera haberse experimentado en
la Nueva España, sino también porque los mapas
y planos realizados estuvieron destinados antes
que nada a satisfacer necesidades específicas:
reclamos por invasiones de tierras, limitación de
propiedades, usufructo de aguas, títulos funda-
CARTOGRAFÍA LOCAL V REGIONAL UL LA NUEVA EWANA
mcnulcs de pueblos, trazo de caminos, emplaza-
miemos de pueblos y ciudades, reconocí míen ios
de provincias, fijación de jurisdicciones civiles y
religiosas.
Así pues, no debe extrañar que la mayoría de
los mapas y planos del siglo XVI hayan sido
elaborados por autores desconocidos, que gene-
ralmente formaban pane de la comunidad
sometida a un litigio de tierras y que con mucha
frecuencia dejaban testimonios en el trabajo de su
ascendencia indígena. Ejemplos de ello son el
mapa de San Diego Xocollocon. en Quia-
huistlan, Tbxtala (1540); el de Tlalcosautiilan.
en Chípala (1587). y d de Cocoaranda. en
Veracruz (1555)".
En cambio, los españoles, criollos, mcsiirns
c indios hispanizados no vacilaban en dejar
testimonio de su autoría, siendo de esa mane- * Mipai m y 84
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
 Cuiogi-VIa Hcmutiot pu Eai i.ie.vtio i;t IX» Mlnm»

7" HWitSUJ WMi IfW U.MAtv

UCDO If HJU OtkLUnVl IWl
AboJus Onelxsi No intln scab.
K s 42.ilenurr<¿j
tubif 1 On Grabado
i U m UtanuI'uUi¡k
ado ra Thcsmm Oria Tmm*i
Anr»opue. Chnuopóatus PShkjjho.
IWl. SffnaoOeopiíficc <íd Ejóura
MuiáiL FiyiAi
Thiapeli
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

Sinus
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

' Amoc*> it Turc*» o «jkh de un
plans dc Aiiniiuan. Mot. A/érni
Co*nl de ti Kjaúa (AGV|. Turra
Ffjrxoío dc Ahnu jju/rcr como
M*¿. AGS'. 7V«r Fniwwfi L¿pa
¿acf¡¿ ta capí de Huctueiiia r
rUuAJb. Ou y Gm AGN. Turrtr
Femando dc Silu a tuiOT dc un nupa
dr GaniEikopsn. Vs. AGN. Tiif-
mo: Andró Fbfad pmsti un mifu dt
Aadia ie Tuhnaripi.
Turra. Radry Hp*. AGN.
Dink luct» tn d
irao ic un trupo dr Ccecaeáin. Edo.
dc Mb. AGN Timo: Valentin de
Jato üxjfó ua püno de Su Fran-
cuco: nufal 85 r 86.
" M«pa» 59 j Íi7.
* MÍ{>UM.73)Í5.
" Mjfojft." y 86.
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
Caí tug i ara Hbtchuca Da Eí.cuí.vmo r.i [X» Mcnmk
ra como llegaron hasta nosostros los nombres,
y cn muchos casos los oficios, dc cartógrafos
cn ciernes. Algunos & ellos fueron Antonio
de Turnos, Francisco dc Ala na y Francisco
López, indio intérprete; Fernando dc Salas,
justicia mayor, Andrés Rafael, pintor. Rodrigo
Dávila, corregidor, y Valentín dc Jasso, alcalde
Entre los mapas y planos dc la Nueva Espa-
ña se pueden encontrar ejemplos dc ni trema
simplicidad, realizados al carbón o a la tinta,
que const ras tan con trabajos al óleo, al temple
o a la acuarela sumamente elaborados, cn los
que se denota el gusto por el detalle y un
gran interó cn el paisaje. Estas oh ras se reali-
zaron fundamentalmente en papel europeo,
aunque no son escasas las piezas ejecutadas
sobre papel indígena, como ocurre con el ma-
pa de Xochimileo, trazado |«>r un autor des-
conocido cn 1568; sobre tela, como un mapa
dc Cocoatzintla. Jalapa, interpretado por un
autor desconocido en 1555; o sobre piel, como
el plano de la Ciudad dc México pintado
hacia 155U por los indios asistentes al Colegio
de Santa Cruz dc Tlatelolco".
Las proporciones de estos mapas y planos
fueron práctica mente nulas y en ningún caso
registraron escalas, lo cual se debió a que gene-
ralmente servían para ilustrar expedientes cn
los que era común hacer alusión a las dimensio-
nes o distancias dc los terrenos, caminos, parajes,
ríos, provincias, pueblos y ciudades dc los que
se trataba. Por otra parte, cn su concepción se
adoptaron indistintamente las formas cuadra-
das, como cn el mapa dc Oxtotipac, signado por
el corregidor Manuel Hernández cn 1590; rec-
tangulares. como en el de Tlacazazalca, firmado
por Francisco dc Alara?, en 1575; circulares, como
cn el dc la provincia dc Tabasco, realizado por
Melchor dc la Santa Cruz en 1579, y dc paisaje
cn perspectiva, como en el dc Coazamaloapan.
Veracruz, signado por Fernando dc Salas, justicia
mayor, en 1587".
Para delimitar las áreas geográficas repre-
sentadas se recurrió con mucha frecuencia al
dibujo dc cordilleras, zarzales, caminos, ríos y
bosques. Estas elementos estuvieron estrecha-
mente vinculados a la simhologfa cartográfica,
dentro de la cual se hicieron manifiestos un
conjunto dc caracteres generales y otros dc cone
regional o local. Entre los símbolos generales
cabe destacar la utilización dc iglesias con techos
en punta, almenadas o rematadas por espada-
ñas y cruces para señalar la presencia de un
pueblo. Mientras más grande eran éstas, de
mayor importancia eran Jos poblados o villas
donde se asentaban, destacándose la juris-
dicción que dichos asentamientos ejercían sobre
los circunvecinos mediante franjas que rodea-
ban el área dc influencia o bien que ligaban
a un pueblo menor con su cabecera. Ejemplos dc
este tipo nos los dan el mapa de Atlatlaucan,
elaborado por Antonio dc "Júraos cn 1539. y el
de San Gabriel Cholula, signado por Valentín
dc jasso cn 1590*.
El oriente y el occidente fueron marcados
generalmente con soles, y por lo que se refiere
CAftTOGkAflA lOTAl V RBCIONAL DE U Nl'FVA ESPAÑA
rm
78. CVUIUACAN. 1580. Gonulu Ua-
lltp». torrtpdor, ugjutirio. No indi-
ca cw-Jj "5 k 55 cm. Mantuairo >
liru y tOHitU lobic papd (copu fid
d< 1857). SUpoua Muud Oraaco
y Bern. Colección Oioiai y Bciu
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
79. (OW-WqACiav ui CUIKMM.
1581. Luí» Ofctgon. co«»cpdo<. ugju-
ano. No nidia oak. Hi i 68 an.
Manutenía i I ma y lauirli u>hrr
(upd (copu fid <lc 1857). Mipotto
Muiurt Ohmuj y Bar». Mto
 CAHTOGKAHA H 51 owe, DEL EKCUEN-tim I» IV» Must*»

zoológicos, siempre se representan asociado-,

al entorno natural o bien a las funciones gana-
deras o de cria de caballos que se desarrollan
en las áreas captadas por los mapas, mientras
que b flora puede incluir palmeras, maizales,
cactáceas o pinos, según el clima de la región que
se retrate. En ocasiones, las casas se asemejan
mucho a las allá prehispánicas, pero lo más
frecuente es que se dibujen con sus caracterís-
ticas focales. Asi pues, se vuelve común observar
en los mapas torreones feudales, casas con techos
de dos Maguas o con terrados, simples chozas y
palapas .
Ciudades y regiones en la
cartografía europea
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

A pesar de la imponancia que hoy tienen como

cimientos del desarrollo cartográfico de México,
los mapas y planos relacionadas con íiiigias de
aguas fueron poco valorados y difundidos en su
tiempo, puesto que su destino mis frecuente
fue el de pasar a engrosar los volúmenes de
documentos acumulados en lus archivos del
virreinato. Algo similar ocurrió con los mapas y
planos anexos a las relaciones geográficas, en los
que además mediaba el interés del gobierno
español en no difundir información sobre sus
posesiones ultramarina*. No obstante, por una
afortunada eventualidad, estos documentos
gráficos pudieron ser consultados directamente,
o a través de copias, antes de quedar ocultos bajo
=1 polvo de los archivos españoles.
80. yuAirrawuru. HUIHUFTMX r los cerros, cuevas y ríos, rcsulió común re-
TurCOLULA. 1583- Fnncnco López. aprcscniarlos con glifos y (orinas estilizadas
Entre aquellos que tuvieran en sus manos
copias u originales de estas piezas cartográficas
auápresc.
511. 31 cm.üffltaiui.
MinioarnoNo india
j rinuetah.
wfet
(Mpri. htm iit Titmu. Aichrro que los
recordaban mucho a la pictografía de
códices indígenas' . Algo similar ocurrió
cabe mencionar a Abraham Ortelius. quien nació
en Amberes en 1527 y desde muy joven se dedicó
(Jencil de b Nación. Mnko.
con los caminas y rutas, que fueron señala- a iluminar y a comercializar tanto mapas como
dos mediante hileras de huellas de pies, aun- cartas geográficas. A diferencia de su contem-
que, como indicio de los nuevos tiempos, en poráneo y amigo Gerardo Meraior. Oriclius
muchas ocasiones estas huellas adquirieron la nunca fue a la universidad ni llegó a la cario-
forma de herraduras". grafía por las matemáticas o la astronomía. Su
Entre los símbolos de carácter regional gusto y conocimiento de los mapas surgió del
o local, cabe mencionar en primer lugar a permanente comercio que con ellos hacía, oficio
Lu figuras humanas, que denotan su lugar de que lo Jlcvó a viajar por las islas Británicas, por
"" fctyu»66.70y origen y su calidad de europeas, indígenas, Francia c Italia, para vender las mejores pie-
Mifa»7l 71 M. negras o cbíchimecaj, por medio de sus ras- zas cartográficas del testo de Europa, así como
° Mjpjj 79yx Bg. go* Asonármeos, pigmentaciones de piel y ves- para adquirir ejemplares de las producciones
"" Büoruin;
Mipu 68.69.81 y 85.
273-274: Crone 138 timentas". Por lo que toca a los especímenes
CaXTOC.EAKIA lOCAl V ÜEGION'Al Di LA NUEVA Bl'ANA
En este trifico constante, Onelius conoció a
Aegidius Hooftman. un próspero mercader que
en 1561 lo convenció para que reuniera los
treinta mapas rnás dignos de crédito que exis-
tían en la ¿poca, a fin de pasarlos a planchas de
cobre con dimensiones no mayores a los 60 por
70 centímetros. El objetivo era crear una co-
lección encuadernada de mapas dentro de un
estilo y proporciones perfectamente definidos,
que fuera útil a todos aquellos que. como los
comerciantes, requerían conocer los nuevos
dcscubrimentos y los cambios gcopolíticos del
orbe para desempeñar de manera óptima sus
En la realización de esta labor gigantesca,
Onelius contó con la ayuda de Mercator y de
otro amigo, el grabador Christophe Plantin,
en cuya imprenta de Ambercs se terminaron
de imprimir y encuadernar los mapas el 20 de
mayo de 1570, cuando habían pasado ya diez
años desde que Hooftman los solicitara. La
obra en su conjunto fue titulada Theatrum Orbu
Terrarum o La representación del mundo, y en
ella se incluyeron setenta mapas en cincuenta
y tres hojas, en lugar de los treinta solicitados
originalmente. Cuando fue posible se registró
el nombre de los autores, y junto con cada
mapa se incluyó un pequeño texto descriptivo
del lugar o continente que representaba. Así,
sin proponérselo. Ortelius produjo el primer
arlas moderno, ajeno a los antiguos concep-
tos ptolcmaicos. c interesado, desde su pona
da, en los cuatro continentes fusta entonces
considerados, es decir, Europa, Asia. Africa y
América'".
El Theamim... obtuvo un éxito comercial
inmediato, al punto que se comenzó a trabajar
tres meses después en la primera reedición del
mismo. Entre 1570 y 1612, el Theatrum... al-
canzó las cuarenta y una ediciones, veintiuna de
las cuales se hicieron en latin y dos en holandés,
cinco en alemán, seis en francés, cuatro en
español, dos en italiano y una en ingjés. Al
morir Ortelius en 1598, el Tbcatnim... ya ha-
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
bía sido enriquecido con cinco Addnamenia.
mediante las cuales se le llegaron a incluir
cien mapas más que constantemente fueron
actualizados, así como con un Parergon, o serie
de mapas históricos, que Onelius realizó en
su totalidad y que a la larga acabaron por
constituir un atlas aparee".
La rápida difusión de su obra no dejó de Boon da: 274,
traerle problemas con el tribunal de la In- *- Gone 140.
quisición, pero en 1575, una vez que su ono- - Iká Mü. TocJey. M.
81.Rodngo
CDATOCHAN T TOÍCOCO.y Alomo
Dinli. comido», 1584
López, oaibíno, ugiuunoi. No indi-
ca< muoola.lobre42pupd.
i 34 cntfiwwMiouiaiio
4 Tunal.i
Anchivo Gcneal de b NitiSn. México.
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992 CasTOGMHA HSTOHICA Da EsdlEiimo t>í Dos MltNTxr.

85. cozAUMCMtAN. n>87. Fomxk

de Solas. luiriai mijxtt. EkjJj piáa
en kguu 42 * cm. Mimnaizo j
tina j Kuud> ubre ¡upd JUm dt
Turro. Alduro útoml át í¿ Njúón.
Médco.

V>. US (Mua choluu. 1590

Vilcnün de ¡toa, ugiuaiu. fmU
kfu*»- 59132 cm. Minmcriio a linua
T xuvda lobtcpypd. Rtmedr Turra,
A/diiro Geaaal de fa Naciia M6iw
CaITOCRAFÍA UXTAÍ Y ISCKINALDI LA N'ltTVA EgTAKA
doxia católica fue certificada. se le designó
geógrafo del rey Felipe II de España. Esic
nombramiento podría hake ríe considerado
como un título honorario, de no ser porque
sólo gracias a ¿I te puede explicar que, desde
la Addilamenta de 1579. el Tfmtrtim Orbis
Terrarum contuviera los mapas titulados Hit-
paniae Novae Sivae Afagnae, Retens el vera
Dacriptio: Hiipanielae, Cubae Allarunque Insu-
la rum Cireuniacietiiium Delineado y Culiacanae
Amerieae Repon'u Dacriptio, mientras que a
partir de la de 1584 se le sumaran los deno-
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
87. TAWMMJtO > CMSK). 1590-AutOt
doto nocido No india acak 60 * 41
cm. Minmaito i nnu j taareii tobrt
p»pd Rfu it Tima. Archivo Gf-
ncoJ df U Nación. Minea
minados Perwiar Auriferae Regionis fypus; La
Florida y Guastecan Rr¿"
Según se sabe, el mapa titulado Perwiae
Avrifern... fue copia de otro dibujado por
Diego Hurtado de Mendoza; el de La Florida
se hizo mn base en un mapa de Hieronymo
Chaves, d Cosmógrafo Real de España, que
poseía la información obtenida durante la
expedición que realizó Hernando de Soto entre
1539 y 1542. y el Hispaniae Cubar... se inspiró
en mapas como el de ...las Indias Occidentales,
que sirvió para ilustrar las Décadas de! Nuevo - Toolcr A Gao». 3*
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
88. MN FÍAtOKU TBOJACO, DiV
Tino de awmTUM. 1591. Amor
¿aawoááo. No india oak. }8 x 31
an. Minútenlo i ana y tamzfo table
papel Ramadr Turra, Aidúva Gene-
ral de b NjÓÓC- Míuoj
- Mipu 75.82/83.
- küp.77
- M*pa»75r8J.
Ca*tog«aíia HbtOMCA ua Enci*nt*o nt Dos Munuc»
Mutubde Pedro Manir de Angiaía. En cambio,
en los mapas llamados Húpaniae Novae...
Ctiliaanae Amencae... y Gumucan Reg. no exis-
tió la menor referencia de origen, pese a que
en dios se registró una división geopolítica
y una toponimia detalladas y precisas del inte-
rior del virreinato de la Nueva España*.
EJ mapa mis grande y detallado fue el
Hispaniae Novae..., puesto que en él se in-
cluyó todo el occidente y una gran parte del
centro de la Nueva España. La hidrografía
del interior ocupa en el mapa un lugar muy
importante, al igual que la ubicación de
ciudades como La de México, Puebla, Valla-
dolid, Guadalajara y Zacatecas, la división polí-
tica entre las Audiencias de México y la Nueva
Galicia y la copononimia de los numerosos
poblados distribuidos en c&c extenso territorio*'.
Por su parte, en el plano titulado Culiacame
Americat... k representó el litoral y la tierra
adentro del área comprendida enirc bs desem-
bocaduras de los ríos Espíritu Santo, Piastla,
Solis, Ciguatlán y Mayo; mientras que en el
Guas tetan Reg. se plasmó el litoral y d interior
del territorio comprendido enrre los ríos de
las Palmas y Pánuco".
La abundancia y precisión de los nombres y
lugares que se señalan en estos mapas hace
suponer que Ortelius tuvo en sus manos, como
geógrafo de Felipe II que en, algunas de las re
lad unes geográficas y de los planos manuscritos
que las acompañaban. Por los años en que los
mapas llegaron a enriquecer el Theairum Orbis
Ttrrarum, podría decirse que las descripciones
consultadas por Ondius fueron las que respon-
dieron al cuestionario de Juan López de Velasen.
Sin embargo, son precisamente las fechas las
que anulan esta hipótesis, puesto que hubiera
sido imposible que, simultáneamente a la rea-
lización y remisión de los informes, Ortelius
 Caítogiaha LOCAL y jugional M LA Ni.TVa BfAKA
hubiera podido consultarlos, dibujar los mapas,
grabarlos, imprimirlos y difundirlos.
Por ules motivos se puede suponer que la
verdadera base de información de Abraham
Onclius fue la Suma ele Visitas redactada
alrededor de 1551. en la cual se resumieron los
inform esde laj inspecciones (levadas a cabo en los
pueblos de indios enue 1547 y 1550 para evaluar
(os caragos de una virulenta epidemia de
cocoliztli. Al igual que en otros casos, dichos
informes tuvieron que ser acompañados de
mapas y planos elaborados por autores lóales, y a
diferencia de lo ocurrido en otras relaciones
geográficas, en lasde la Suma... ocuparon un lugtr
preponderante las descripciones dd centro de
México, de Puebla, Michoacán, Nueva Galicia,
Culiacán y la Huasteca, cuyos territorios fueron
precisamente los representados en los mapas
Hispaniae Novae.... Culiacanae Ameneae... y
Guastecan Rr¿\
De esta trilogía, el mapa mis reconocido
fue el déla Hispaniae Novae Swae Magnae, Keceni
et vera Deicriptio, pues ademis de haber apa-
recido en el Thtarrum... hasta su postrera edi-
ción de 1612 fue reproducido casi de manera
íntegra por Gerardo Mercator para después
quedar incluido en su Atlas postumo de 1595
y, una vez reducido, en el Atlas Minor. Copias
de este mapa también fueron realizadas por
Jodocus Hondius, quien lo tituló Hispania
Nova en 1590; por Matías Quad Kinckclbach,
que a pesar de haberle hecho algunos cambios,
(o nombró Hispaniae Novae Silv Magnae
vera Dacriptiv para publicarlo en 1600, y
por Guillermo Blaeu, que designándolo Nova
Hispania et Nova Galicia, lo incluyó en su
Atlas Mayor alrededor de 1671".
Finalmente, cabe decir que el camino que
abrió Onclius al incluir en sus mapas la
toponimia interior de las colonias españolas
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
»9. SAS FMNCnCO TFK>|AO> Y TU-
coMisro. mrntno « cuAtrrrru.*.
1591 Autor daainoáckt. No india
aala. 31 x 19 cm. Mm turnio > ana
y aaurcL) lofait pipd Ann it Tim*¡.
AfiJui-o General dr Li NfciAi Máiai.
90. KurrACimicu y ruarmm.
wsnuro m cumico. HI4. Diego
bquivd
um Nor india
GutcUn.oakumepdw.
42 » Muju-
col
M«macrira i riña * vureü wbrn p»
pel Rtm it Tuna. Ar chira General
de U Nación. Mineo.
»' Gcilutil. IMiJI.
- Mip. 92.
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
CARTOGRAFÍA UXAl Y «ILUUN.U DE LA NUIVA BPAKA

NOVA HIM AMIA.

"N OVA GALICIA.

INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

92. ÍWVA MWAMA fT W'l ÜWJO*.

1671. Guillermo Nicu. Ejoíj ptóa
enbulomiilii ajufiotu
en Ümini wbrr62fuprf.
» 5'iluminado
tía Gn
i U KilMfü BíMiorea Niooru) de
Madrid. Ejfufti
 CAIIIIJLAIU HLMOKIO L>LL tN'i.L'EVTÍÜ Dt Di* Ml'NIX*
en AmcJicj fnciatu luc w-yujJo, .íumpx nu
enj! [jitrj prcc¡".n>n, pyr jutí.rc^ romo rbcodr.)*c>
de Brr que in.duvo ilguno de Eos nombres de
poblados i regiiiiKa cu su Ammctu Par. .Vfjfit
Cagnu Je 1592; Gerardo Mcrcajof. que hi ¿o
lo misma en íu Anurrúa Sur iWu Aiwdc IÍV").
v Cornelias Viyrfliei, que en su Asías mínimo
' M4u9i. de Iyi7 incluyó un elocuente mapa de h
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
Hispmm Not'J\ De cu manera, la cartografía
rHemtie al continente americano rompió, en el
uJtíjtio tercio del siglo xvi, el mutismo ntantc-
nido sobre lus nombres de los pueblos. vílJas.
regiones y jurisdicciones que empezaban 3
consolidarse como piezas integrantes de un
espacio geohisiórico distinto e inmerso en su
nueva y peculiar identidad.