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TIPOLOGIA DE TITERES
CICLO :I
PUCALLPA – PERU
2016
1
DEDICATORIA
A mis padres y cada una de las persona que me
apoyan y me aconsejan en mis labores de
deformación profesionalización como
profesional
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INDICE
DEDICATORIA .......................................................................................................... 2
INDICE ........................................................................................................................ 3
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 4
HISTORIA DE LOS TÍTERES A NIVEL MUNDIAL Y NACIONAL .................... 5
Personajes de las farsas primitivas............................................................................... 6
Los títeres hieráticos .................................................................................................... 8
De generación en generación ....................................................................................... 9
Polleras, cortinas y batidores ..................................................................................... 10
Muñecos alrededor del mundo ................................................................................... 11
Un tal Maese Pedro .................................................................................................... 13
El gorjear de las aves ................................................................................................. 13
Punch: un libertino de siete suelas ............................................................................. 14
La conciencia de un pueblo ....................................................................................... 15
La historia de los Títeres en Perú............................................................................... 16
BIBLIOGRAFIA ....................................................................................................... 23
Internet: ...................................................................................................................... 23
3
INTRODUCCIÓN
Cualquier viaje al mundo de los títeres, ya sea el de nuestros días, ya el que nos
describe la historia, puede ser considerado desde varios puntos de vista. Uno de ellos,
el más frecuente, es el de la simple curiosidad, esa especie de actitud turística con que
solemos complacernos ante lo extraño o lo raro que nos ofrece la vida. El carácter
exótico y pintoresco que presenta el mundo de los títeres muy propicio y tentador para
que lo miremos con ojos de turista. Muchos viajeros ilustres de la cultura nos han
deleitado en diversas épocas con estas excursiones, no pocos se han apasionado con
ellas y más de uno nos ha dejado valiosos testimonios de su experiencia. Sus notas,
descripciones y narraciones se han convertido así en provechosos documentos para
quienes se dedican a investigar la historia de los títeres. Lamentablemente, lo que
ocurre a menudo es que esos materiales sean usados con fines periodísticos, sobre todo
como cosa pintoresca, y deglutidos sin masticar por muchos aficionados al arte de los
títeres.
Si nos ponemos a investigar ese mundo complicado con ánimo de averiguar qué es el
títere, la primera impresión resultará desalentadora. Es tal la variedad de muñecos, tan
diversas sus formas, tan numerosos los materiales utilizados para construirlos y las
técnicas para moverlos, que el solo intento de agruparlos por algunas características
semejantes será trabajo bastante engorroso. Con el agravante de que, una vez
descubiertas las pautas aparentemente ideales, se nos aparecerá un títere o un grupo de
títeres que no entre en ninguno de los casilleros tan laboriosamente construidos. A esto
se debe, sin duda, la existencia de tantas definiciones y clasificaciones no solo
confusas, sino contradictorias.
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HISTORIA DE LOS TÍTERES A NIVEL MUNDIAL Y NACIONAL
Vamos a correr el telón y asomarnos por
unos instantes al mundo de los títeres, a
ese maravilloso y complicado mundo,
tan antiguo como la misma humanidad.
Los títeres vienen de muy lejos. Es
perderse en el misterio pretender buscar
su origen. Nacieron con la imaginación,
y pertenecen a todos los tiempos y a
todos los lugares de la tierra. Charles
Nodier —quien fue un ferviente
admirador de los títeres— se ha ocupado
de ellos en varios artículos. Acerca de su
origen escribió en la Revue de Paris: "Al
no poder fijarse la época precisa de su nacimiento, puede decirse que el títere más
antiguo es la primera muñeca puesta en las manos de un niño, y que el primer drama
nace del monólogo, mejor dicho del diálogo que sostiene el niño y su muñeco. Yo
quisiera —continúa—poder dar a los comediantes un origen más ilustre, pero está
perfectamente demostrado que descienden en línea recta de los títeres y confesaremos
que, varios entre ellos, los que más admiramos en los grandes teatros, han conservado
un aire de familia"
En Egipto se han encontrado estatuas con resortes que usaban en las ceremonias
religiosas y entre los juguetes destinados a los niños. En Marionnettes et Guignols,
Ernest Maidron asegura que estos muñecos eran animados por movimientos de cabeza
y de brazos. También se halló en Egipto, en la tumba de una bailarina de nombre
Jelmis, al lado de la momia, un barco pequeño tripulado por varias figuras de marfil.
Una de ellas, articulada, podía ponerse en movimiento mediante unos hilos. En el
centro de este barco, había una casita con puertas de marfil, que al abrirse dejaba ver
toda la escena de un teatro de títeres. Quizás esta bailarina ofrecía con sus muñecos
representaciones por el estilo de las que años más tarde se dieron en Grecia y en Roma
y, más adelante, aplaudieron las muchedumbres de París, Londres y Viena.
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Los chinos conocen a los títeres desde tiempos remotos. Hacen su aparición en los ritos
religiosos y en las calles, entre las gentes del pueblo. De China —según las crónicas—
, los llevan los músicos andariegos al Japón, atravesando Corea. Allí llegaron a una
perfección extraordinaria. Están modelados en madera y mueven las cejas, los ojos, la
boca y articulan los dedos de las manos. Algunos son muy grandes y de un mecanismo
tan complicado que para manejar una sola marioneta hacen falta tres titiriteros.
6
Petronio, Horacio, Aulus Gelio
mencionan en sus escritos espectáculos
de títeres en Roma1. Los personajes más
característicos de las farsas primitivas de
títeres en Roma fueron tomados de la
realidad, de tipos populares que más
tarde influenciaron notablemente a la
commedia dell'arte —que a su vez
influye sobre el teatro de títeres— para
dar nacimiento a Brighella, el Capitán,
Colombina, Cassandro, Pantalón. "Lamia el vampiro africano y Manducus el otro
antiguo —escribe Pierre Louis Ducharte en La comédie italienne— han nacido de
marionetas y el último ha evolucionado en Capitán." Y más adelante agrega: "Al lado
de la commedia dell'arte existió siempre el teatro de marionetas. El uno y el otro, sin
duda, se ha hecho sin interrupción préstamos de escenarios y de máscaras."
Hay quien afirma que en la India existían los títeres varios siglos antes de Cristo. En
la literatura hindú, en cuentos, leyendas y libros sagrados, hallamos referencias a estos
remotos personajes movidos por la mano del hombre. En el Mahabarata 2—donde la
historia está mezclada con la mitología— nos encontramos con este pasaje: "Cuando
el hijo del poderoso Arjun salió al frente de una expedición guerrera, su novia, la
princesa Uttara, le pidió al despedirse que le trajera lindas y transparentes telas de
colores para vestir a sus títeres." Y dice un viejo relato hindú: "Parvati, la mujer del
Dios Shiva, hizo un hermoso títere que escondía a los ojos de su esposo para que éste
no lo viera y se enamorara. Llevó la muñeca a la montaña, y todos los días iba a
visitarla y a adorarla. Pero el Dios Shiva, una vez, la descubrió mientras buscaba una
flor. Se enamoró del títere, le dio vida y huyeron juntos".
1
Petronio, Horacio, Aulus Gelio mencionan en sus escritos espectáculos de títeres en Roma
2
Mahabarata
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Enrique Vesely, distinguido escritor checoslovaco que se ha dedicado al estudio de los
títeres, en un libro editado en Praga en 1910 3— Desde los primitivos títeres hasta los
títeres checos—, escribe refiriéndose al origen de las marionetas: "La cuna del teatro
de muñecos fue la India y desde allí se divulgó por el mundo." Y más adelante traza
un caprichoso itinerario: de la India, lugar preciso del nacimiento, pasaron a Persia, de
allí a Arabia, y de Arabia los gitanos los llevaron a Europa atravesando Grecia e Italia.
Dice también en el libro mencionado que Vidushaka, el personaje más popular y más
viejo del teatro de títeres hindú, es el bisabuelo de todos los fantoches. Y por ser
Vidushaka un enano con joroba, con dientes largos asomándose por entre los labios
gruesos, la cabeza pelada, el rostro deformado, todos sus descendientes directos o
indirectos —Polichinela, Kasparek, Guignol, Punch— han heredado la joroba u otra
deformidad del desgraciado progenitor.
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Enrique Vesely, distinguido escritor checoslovaco que se ha dedicado al estudio de los títeres, en un
libro editado en Praga en en un libro editado en Praga en 1910
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En los escritores antiguos hay referencias a los títeres hieráticos. Los citan Herodoto y
Luciano. Es conocida la Venus de madera, atribuida a Dédalos 4, que se movía por
medio de mercurio. También se movía y predecía el futuro la estatua de Júpiter
Ammon. Ochenta sacerdotes, en las procesiones, la cargaban sobre sus hombros y ella,
con movimientos de cabeza, les indicaba el camino. Charles Magnin y Ernest Maidron,
en los libros ya citados, nos dan detalles sobre estas curiosas imágenes y del
conocimiento que se tenía entonces sobre las propiedades del imán sobre el hierro. Los
títeres hieráticos —anota Vesely— tomaron parte original en los misterios religiosos,
cuando el hombre no se animaba a representar a sus dioses.
De generación en generación
Las marionetas jamás llegarán a envejecer. No sienten el lento rodar de los siglos,
Viven y sonríen por encima el tiempo. Hoy gozamos delante de un teatro de títeres
igual, exactamente igual como gozaban los niños y los viejos, hace siglos, cuando
rodeaban a los juglares y saltimbanquis, cuando éstos hacían aparecer a los fantoches
que llevaban ocultos debajo de sus capas.
En Europa, los títeres fueron usados al principio por la Iglesia para hacer
representaciones de pasajes bíblicos y leyendas de santos. Después comenzaron a
popularizarse, y se llevaron a escena cuentos, historias de caballería y de bandoleros.
Las obras eran de carácter cómico o dramático, tomadas sobre relatos que se iban
transmitiendo verbalmente, de generación en generación. Muy rara vez aparecían en
escena más de dos personajes. El público solía intervenir casi siempre en las
representaciones, y el titiritero se veía obligado a improvisar y a apartarse del
argumento.
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Es conocida la Venus de madera, atribuida a Dédalos
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En el siglo XVI, los músicos andariegos atraen la atención con una novedad en materia
de títeres que los franceses llaman marionnettes à la planchette. El músico, después de
congregar al público, mueve al compás de su instrumento dos figurillas sostenidas por
un hilo que sujeta a su pierna. De esta manera las hace danzar, mientras suena
alegremente la gaita, la pipa o el tambor. Shakespeare y Ben Jonson suelen recordar
con frecuencia a estos remotos personajes movidos por hilos. Milton se inspiró, para
crear su Paraíso perdido, mientras asistía a una función de marionetas que
representaban la Historia de Adán y Eva. Goethe fue también un enamorado de los
títeres. El Fausto le fue revelado por unos
titiriteros de la feria de Francfort. Y Lord
Byron llegó a decir: el que no ama a los
títeres no es digno de vivir.
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Brioché, que actuaban en el Puente Nuevo, y los de hilo, de La Grille, en el Marais.
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resistirlo y, además, se obligó a todos los titiriteros de París a volver nuevamente a las
ferias.
Hay épocas en que los hombres parece que se hubieran olvidado de las marionetas.
Quedan los muñecos callados, inmóviles, dormidos. Apenas si alguien, muy de tarde
en tarde, los recuerda como algo lejano, perdido en el tiempo y la distancia. Y un día,
otra vez, vuelven a surgir. Despiertan del largo silencio. Las calles y las plazas se
pueblan de música y de voces titiritescas.
Podrecca con su teatro nos mostró un mundo de magia. Paseó por los cinco continentes
sus mil doscientos muñecos de madera, de una perfección extraordinaria. Los piccoli
de Prodecca. Color, técnica, música y poesía; sueño de sueños.
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Guignol es en Francia el más popular de los títeres. Le siguen Lafleur, Gnaffron.
Laurent Mourguet fundó en Lyon, en 1795, un teatrito de títeres donde nació el popular
Guignol. ¿De dónde viene este Guignol? Muchas y graciosas discusiones tuvieron
italianos y franceses disputándose la paternidad del títere lionés. Los italianos decían
que Mourguet había tomado al principio como personaje central de su teatro a
Polichinela, y que un vecino
del barrio de Saint Paul —
operario de una sedería e
infaltable en las
representaciones—, cada vez
que le agradaba una escena, la
aplaudía gritando: "¡C'est
guignolant!" (exclamación
que podría traducirse como
"qué gracioso es"). La
expresión guignolant —terminan sosteniendo los italianos— pasó al repertorio del
titiritero y, más tarde, abreviada, se usó para designar a un personaje que llegó a ser
popularísimo con el andar del tiempo.
Los franceses, en cambio, afirmaban que era oriundo de Francia. Y Víctor Bresse
escribía acerca de Guignol en 1908: "Recuerdo que en cierta ocasión en que hojeaba
el Archivo Departamental, 6en las listas de los lioneses inscriptos en las Compañías
del Batallón de Rhone y el Loire, en 1792, hallé el enganche de un tal Jean Guignol,
de veinticuatro años de edad, tintorero. Yo opino —continúa Bresse— que el nombre
de Guignol es muy viejo en Lyon y me lo prueba la mención siguiente: hallé el nombre
de Guignol en un testamento de 1267."
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Víctor Bresse escribía acerca de Guignol en 1908: "Recuerdo que en cierta ocasión en que hojeaba el
Archivo Departamental,
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Un tal Maese Pedro
En España tenemos referencia de titiriteros a fines del siglo XII. Gerardo Riquier de
Narvana, en la Súplica al Rey de Castilla, Alfonso X (en 1274), 7nos da noticias de
títeres y titiriteros que recorren los caminos de la península.
En el Quijote hace Cervantes una descripción del titiritero que en el Siglo de Oro
viajaba en una carreta con su mono, su tablado y su trujamán. Y así lo presenta a Ginés
de Pasamonte, cuando llega a la venta a pedir posada: "Todo vestido de gamuza,
medias, gregüescos y jubón". Y más adelante agrega: "Olvidábame de decir cómo el
tal Maese Pedro traía cubierto el ojo izquierdo y casi medio carrillo con un parche de
tafetán verde". Después cuando Don Quijote pregunta quién era ese tal Maese Pedro,
así le responde el ventero: "Éste es un famoso titiritero que ha muchos días que anda
por esta Mancha de Aragón, enseñando un retablo de la libertad de Melisendra, dada
por el famoso Don Gaiferos, que es una de las mejores y más representadas historias
que de muchos años a esta parte en este reino se han visto. Trae asimismo consigo un
mono de la más rara habilidad que se vio entre monos (...) Se cree que el tal Maese
Pedro está riquísimo y es hombre galante (como dicen en Italia) y bon compaño, y
dase la mejor vida del mundo; habla más que seis y bebe más que doce, todo a costa
de su lengua, de su mono y de su retablo."
7
Gerardo Riquier de Narvana, en la Súplica al Rey de Castilla, Alfonso X (en 1274),
8
España; Sebastián de Covarrubias, en el Tesoro de la Lengua Castellana,
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gobiernan como si ellos mesmos se moviesen y los maestros que están dentro, detrás
de un repostero y de un castillo que tienen de madera, están silbando con unos pitos
que parece hablar las mismas figuras, y porque el pito suena ti-ti, se llamaron títeres,
y puede ser griego, del verbo tytise, que indica el gorjear de las aves. Hay otra manera
de títeres, que con ciertas ruedas como de reloj, tirándoles las cuerdas van haciendo
sobre una mesa ciertos movimientos que parecen personas animadas, y el maestro los
trae tan ajustados que en llegando al borde de la mesa dan la vuelta, caminando hasta
el lugar de done salieron. Algunos van tañendo un laúd, moviendo la cabeza y
meneando las niñas de los ojos, y todo esto lo hace con la ruedas y la cuerdas." Y
termina diciendo "que fue una invención de Joanelo, gran matemático y segundo de
Arquímedes; sin embargo hubo en los pasados siglos esa invención, como lo atestigua
Horacio en el libro II".
Con el nacimiento de Punch, los títeres desacreditados por Old Vice se rehabilitaron y
comenzaron a ganarse los teatros confortables. El público fue haciéndose cada vez más
selecto. Aumentaron los tablados y también los precios de las entradas. Los titiriteros
se esmeraron en la presentación de las obras. Una de ellas se hizo famosa. Se estrenó
al comenzar el siglo XVI, y se llamaba La creación el mundo o El diluvio de Noé. En
esta obra, el agua corría por el escenario. Se veían al Arca y a Noé con su familia y a
todos los animales con sus respectivas parejas. Los pájaros volaban por el aire.
Aparecían, también el Mal saliendo del infierno, Lázaro resucitado y varias figuras
danzando en torno de ellos.
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Punch vino al mundo con un carácter alegre y jovial. Con el correr de los días se va
transformando hasta llega a convertirse en un cínico cruel, un libertino de siete suelas.
El libro de Ernest Maidron, Las locuras del señor Punch —muy en boga en la primera
mitad del siglo XVIII—, muestra al personaje como un sujeto alegre, pero violento y
sanguinario: "¡Oídme un momento, nada más que un momento! Voy a contaros una
historia, la historia del señor Punch, que fue un vil tunante, sin fe y con muchas muertes
encima. Tenía una mujer y un niño, los dos de una belleza sin igual. Punch no era
hermoso. Tenía una nariz de elefante. Sobre su espalda se elevaba un cono que se
alzaba a la altura de su cabeza, pero dicen que esto no le impedía tener la voz tan
seductora como la de una sirena. Era cruel como un turco y, como tal, no podía
contentarse con una sola mujer. Es, en efecto, muy aburrido tener una sola mujer y, sin
embargo, la ley le prohibía tener dos y también veintidós... aunque él hubiera podido
contentarlas a todas. El malvado sedujo a una dama. Después, porque empezaba a
molestarle, mató a la mujer, al hijo de ambos y también a sus suegros. Y se echó a
rodar por el mundo. Visitó muchos países, y era tan seductor que sólo tres mujeres se
negaron a seguir sus locuras: una joven campesina, una piadosa abadesa y la tercera,
yo no puedo decir lo que era pero sí asegurar que era la más impura de las mujeres. En
Italia encontró las mujeres de la peor especie; en Francia comprobó que tenían la voz
muy alta; en Inglaterra, tímidas y recatadas al principio, se convertían luego en las más
amorosas del mundo; en España las halló orgullosas como infantas (aunque frágiles
como infantas); y en Alemania las encontró de hielo. No tenía ningún escrúpulo en
jugar con la vida de los hombres. Padres y hermanos pasaban por sus manos. Uno
tiembla de sólo pensar en el horrible reguero de sangre que ha vertido a sus pies.
Aunque él tenía una joroba sobre la espalda, las mujeres no podían resistirle. Se decía
que en su viaje había firmado un pacto con el diablo. Un día volvió a Inglaterra. La
policía lo detuvo y fue condenado a muerte. Pero esa vez engañó al verdugo y salió
con vida de la horca. Entonces vino a buscarlo el diablo. Pelearon, el diablo con una
horquilla y Punch con un bastón. Armado sólo con un bastón venció al diablo,
matándolo."
La conciencia de un pueblo
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Cuando Bohemia vivía bajo la dominación de los Habsburgos, un titiritero, Matej
Kopecky, se sirvió de los títeres para despertar la conciencia de su pueblo. Hacía
representaciones en checo, lengua que apenas entendían los opresores de su patria.
Episodios de años felices, cuando Bohemia era libre y tenía sus reyes. Este titiritero
—a quien llamaron el patriarca de los títeres— es hoy una gloria nacional. Murió en
1847 y dejó veinte hijos que continuaron divulgando el arte de su padre. Más tarde, los
muñecos de Juan Lastovka fueron,
en 1848, portavoces de la
revolución. Y más tarde José Skupa
y su teatro de marionetas
colaboraron en la guerra de 1914.
Representaba la obra Cómo
Kasparek de Pilsen entierra a los
austríacos. Una vez terminada la
guerra colocaron una placa en la casa donde nació el titiritero.
José Skupa sostuvo con los ingresos de su teatro de títeres un sanatorio para niños
convalecientes. En el año 1920 creó un muñeco hoy muy popular, no sólo en
Checoslovaquia sino también en toda Europa y Norteamérica. Se llama Spejbl y, desde
1926, le acompaña su hijo Hurvinek, otra creación de Skupa.
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Los títeres en el Perú, se afirma, tuvieron su origen desde antes de la época de los
INCAS. en historias muy completas se menciona en América a México y Perú, como
los representantes más antiguos de éste arte.
En el Perú, como en el resto de América, la llegada de los Españoles abre una nueva
etapa de esta actividad. En la Colonia, durante el siglo VII, se hizo célebre doña Leonor
de Gondomar a quién el Virrey de la Monclova autorizó sus espectáculos. En 1630 se
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daban en Lima espectáculos en los Claustros de San Francisco y ya en el siglo XVIII,
los títeres constituían un espectáculo netamente popular, con carácter de crítica de
costumbres, situación política, etc.
Pequeños títeres a hilos, hechos rústicamente de yeso, pero manejados con habilidad
y gracia repetían innumerables danzas indígenas: bailaban los CHUKCHOS, pandillas
de afectados por el paludismo de las tierras calientes, bailaban temblando, imitando
las convulsiones de la enfermedad. Los médicos danzando para calmarlos les pegaban
con almohadas y les clavaban jeringas; bailaban los MAJEÑOS, arrieros que traían el
vino de Majes, borrachos y con una botella en la mano. Otra comparsa de muñecos
representaba la adoración al Sol, inspirándose sin duda en la fiesta del INTI RAYMI
que hasta hoy se celebra en Cuzco. Los únicos muñecos habladores eran los SIKILAS,
abogados, jueces, empingorotados, narigones con altos sombreros de copa y levita.
Dos abogados y dos lugartenientes, son los personajes. Uno de ellos lleva un libro en
el que aparentemente están las leyes absurdas del país. En un momento de la danza,
los abogados acusan a alguno de los espectadores de haber cometido un crimen,
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generalmente algo ridículo y simplón, entonces se entabla la disputa, la defensa a la
sentencia del culpable, entre el público y los títeres.
Hoy en día, sólo queda como rezago de esta tradición la celebración de la fiesta CRUZ-
VELAKUY, donde asisten, no únicamente los bailarines humanos, sino los títeres, ya
sin mucho ingenio ni creatividad.
Creó tipos nacionales y farsas originales de verdadero mérito. Con gran amor y
paciencia se propuso obtener una técnica adecuada, haciendo él mismo sus muñecos y
encontrando manera de animarlos con cañas e hilos. Creó así personajes, como Don
Silverio, Mamá Gerundia, Orejoncito, Chocolatito, copia de los vecinos del barrio.
Llegó así a tener más de trescientos personajes, con todos los vecinos del barrio. Con
ellos hizo sus farsas perfectas que empezaron por divertir en los corralones y casas de
la vecindad, luego en funciones públicas en el entonces muy conocido salón
CAPELLA, muy vistas, tanto por niños como por adultos, para gozar de los personajes
y de las ocurrencias.
Don Silverio de gran tarro y pantalones claros, de larga levita y voz aguardentosa,
eterno descontento, buen bebedor y salvador de la Patria con palabras. Estaba también
Mamá Gerundia, gorda y ostentosa, chismosa y amante de las ropas perfumadas,
regañona y en perpetuo pleito con Don Silverio. Estaba Porotito, zambito mezcla de
pícaro, engreído y afeminado. Chocolatito, gracioso y ocurrente, etc. No contento Ño
Valdivieso con sus farsas llenas de críticas sociales y más diestro en la técnica de los
títeres, hizo ciertas obras de gran espectáculo, como EL COMBATE DEL 2 DE
MAYO que llenaba de admiración pese a las deficiencias, teniendo en cuenta la
19
pobreza y la falta de instrucción de Ño Valdivieso, no podían ser mejores. También
estaba la corrida de toros en la que el perdedor cómico era el torero; y el circo con su
infaltable maromero que encantaba con sus saltos y que llevaba al colmo de la
admiración cuando se quedaba sin cabeza y comenzaba a jugar con ella en sus pies.
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El poeta José Gálvez dice de él -recordando sus años infantiles en que quedó para
siempre maravillado por los títeres de Ño Valdivieso: "Era (...) un bohemio original,
una enorme alma de artista incompleta por la ignorancia, pero grande mente intuitiva,
un espíritu sano, un corazón gozoso y generoso que supo repartir como un sembrador,
alegría entre los niños ... y quién supo ser amable con los pequeños, bien merece que
los ya mayores que no olvidan la infancia y como consuelo de amarguras, se
complazcan en revivirla de vez en vez, siempre que puedan, le tributen un homenaje
simple y puro, con la pureza y simplicidad con que lo hiciera en los primeros años".
Dos años antes que Amadeo de La Torre, iniciara su actividad titiritera en Ayacucho
murió (1931) Julián Barrenechea, titiritero y sastre de profesión, nacido en Huanta y
llamado "TIO" cariñosamente por los niños de la región.
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Su teatrín de 1,20 mtrs. x 1,20 mtrs. era montado a gran altura sobre una estructura de
cañas. Anunciaba su espectáculo con un pito de caña o una vejiga de cordero en
ocasión de fiestas religiosas y especialmente para el 28 de julio, Fiesta Nacional,
ofreciendo un repertorio histórico, sobre Tacna y Arica. Y dentro del costumbrismo la
tradicional corrida de toros, con una técnica muy avanzada en títeres a hilos, lograba
encajar la espada en el testuz del toro.
Para finalizar este corte histórico de los antecedentes del arte del teatro de títeres en
Perú queremos afirmar que para que vuelva a retomar el hilo perdido o más bien
olvidado: su calidad de arte popular es preciso retomar los valores legítimos:
problemática social, música, cuento, artesanía vernacular en un resurgir acorde al
tiempo ya la sociedad. Es decir actualizar al teatro de títeres y despertar el sentido
crítico y de participación de su público.
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BIBLIOGRAFIA
Internet:
www.museoargdeltitere.com.ar
www.cculturalcoop.org.ar
www.titiriteros.com.ar/home.htm
www.asambleatitiriteros.com.ar
www.triangulo-titeres.com.ar/cvitae.htm
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