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Cuestiones y Horizontes

De la Dependencia Histórico-Estructural
a la Colonialidad/Descolonialidad
del Poder
Quijano, Aníbal
Cuestiones y horizontes: de la dependencia histórico-estructural a la
colonialidad/descolonialidad del poder / Aníbal Quijano; selección a cargo
de Danilo Assis Clímaco; con prólogo de Danilo Assis Clímaco. - 1a ed. -
Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO, 2014.
860 p. ; 20x20 cm. - (Antologías)

ISBN 978-987-722-018-6

1. Sociología. I. Assis Clímaco, Danilo, ed. lit. II. Assis Clímaco, Danilo,
prolog. III. Título
CDD 301

Otros descriptores asignados por CLACSO:


América Latina / Dependencia / Colonialidad / Descolonialidad / Estado /
Democracia / Capitalismo / Globalización / Poder / Imperialismo
Colección Antologías

Aníbal Quijano
Cuestiones y Horizontes
Antología esencial

De la Dependencia Histórico-Estructural
a la Colonialidad/Descolonialidad del Poder

Selección y prólogo a cargo de


Danilo Assis Clímaco
Editor Responsable Pablo Gentili - Secretario Ejecutivo de CLACSO
Directora Académica Fernanda Saforcada

Área de Acceso Abierto al Conocimiento y Difusión


Coordinador Editorial Lucas Sablich
Coordinador de Arte Marcelo Giardino

Diseño de tapa e interiores Fluxus Estudio

Correción de estilo Eugenia Cervio

Impresión Gráfica Laf

Primera Edición
Cuestiones y Horizontes. De la Dependencia Histórico-Estructural a la Colonialidad/Descolonialidad del Poder
(Buenos Aires: CLACSO, abril de 2014)

ISBN 978-987-722-018-6
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Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723

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Índice

Prólogo......................................................................................................................................... 13

Bibliografía de Aníbal Quijano.................................................................................................. 55

EJE 1
Heterogeneidad histórico-estructural del poder
y las tendencias de la crisis raigal de la
colonialidad global del poder

“Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica”........................................ 75


En: Revista Mexicana de Sociología. Año 30, vol. XXX. Nº 3,
julio-septiembre, 1968.

“‘Polo marginal’ y ‘mano de obra marginal’”......................................................................... 125


En: Imperialismo y Marginalidad en América Latina. Lima: Mosca Azul,
1977. (Primera edición: Santiago: CEPAL, 1970)

“Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia)”............. 171


En: Crisis imperialista y clase obrera en América Latina.
Lima: Edición del autor, 1974.

“América Latina en la economía mundial”............................................................................ 199


En: Problemas del Desarrollo, Instituto de Investigaciones
Económicas, UNAM, vol. XXIV, Nº 95, octubre-diciembre, 1993.
“¿Del ‘polo marginal’ a la ‘economía alternativa’?”.............................................................. 215
En: La Economía Popular y sus caminos en América Latina.
Mosca Azul-CEIS. Lima, 1998.

“El trabajo al final del siglo XX”.............................................................................................. 263


En : FOUNOU-TCHUIGOUA, Bernard. SY, Sams Dine. DIENG,
Amady A. (eds). Pensée sociale critique pour le XXie siècle / critical
social thought forthe XXIst century. Mélanges en I’honneur de/ Essais
in honour of Sami Amin. Paris: L’Harmattan, 2003.

“Colonialidad del poder y Clasificación Social”................................................................... 285


En: Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel (eds). El giro
decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá
del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores, 2007 (Primera
edición en: Festschrift For Immanuel Wallerstein. En Journal of World
Systems Research, vol. VI, Nº 2, Fall/Winter, pp.342-388. Special Issue.
Giovanni Arrighi and Walter L. Goldfrank, eds. Colorado, 2000) .

EJE 2
De la cultura política cotidiana a la socialización y la descolonización
del poder en todos los ámbitos de la existencia social

“José Carlos Mariátegui: reencuentro y debate. Prólogo a


7 ensayos de interpretación de la realidad peruana”....................................................... 331
En: Mariátegui. José Carlos 2007 7 ensayos de interpretación de la
realidad peruana. Caracas: Biblioteca de Ayacucho, 1979, 3ª ed.
(Primera edición: 1979).
“Nacionalismo, Neoimperialismo y Militarismo en el Perú
(Introducción y Parte primera)” y “La modernización
y homogeneización relativa del capitalismo en el Perú”..................................................... 429
En: Ediciones Periferia. Buenos Aires, 1971 (Primera edición bajo el nombre
“Carácter y perspectiva del actual régimen militar en el Perú” en Documento de
Seminario. Santiago de Chile: CESO-Universidad de Chile, 1970).

“El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la


revolución en América Latina”............................................................................................... 507
En: Crisis imperialista y clase obrera en América Latina Lima: Edición
del autor, 1974.

“¿Frente popular antimperialista o frente de trabajadores?”.............................................. 529


En: Sociedad y Politica, Nº 6, marzo de 1976. Lima, Perú.

“Los usos de la democracia burguesa”.................................................................................. 545


En: Sociedad y Politica, Nº 10, noviembre de 1980, Lima, Perú.

“Poder y democracia en el socialismo”................................................................................. 569


En: Sociedad y Politica, Nº 12, agosto de 1981, Lima, Perú.

“La crisis en Europa del Este y la Izquierda en América Latina”....................................... 589


En: El Fujimorismo y el Perú. SEDES. Lima, Perú, 1995.

“¿El fin de cual historia?”......................................................................................................... 595


En: En Analisis Politico, Nº 32, Setiembre-diciembre, Instituto de Estudios Políticos
y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia.
“Estado-nación, ciudadanía y democracia. Cuestiones abiertas” ..................................... 605
En: Helena Gonzáles y Heidulf Schmidt, comps. Democracia Para Una
Nueva Sociedad,Caracas, Nueva Sociedad, 1997.

“Allende otra vez: en el umbral de un nuevo periodo histórico”....................................... 625


En: América Latina en Movimiento, 2003. (Primera publicación: Il Manifesto,
N° 11, Roma, 2003)

“El ‘movimiento indígena’ y las cuestiones pendientes en América Latina”.................... 635


En: Revista Tareas, Nº 119, enero-abril. CELA, Centro de Estudios Latinoamericanos,
Justo Arosemena, Panamá, R. de Panamá. 2005. pp. 31-62.

EJE 3
Identidad latinoamericana y eurocentrismo;
el nuevo horizonte de sentido histórico
y la descolonialidad del poder

“Dominación y Cultura. (Notas sobre el problema de


la participación cultural)”........................................................................................................ 667
En: Quijano, Aníbal 1980 Dominación y cultura. Lo cholo y el conflicto
cultural en el Perú (Lima: Mosca azul editores) pp. 17-45. Originalmente
publicado en Revista latinoamericana de Ciencias
Sociales (Santiago de Chile) N° 1-2, 1971)

“Arguedas: la sonora banda de la sociedad”......................................................................... 691


En: Hueso Húmero, Nº 19, octubre-diciembre, 1984. Lima, Perú.
“La tensión del pensamiento latinoamericano”.................................................................... 697
En: Hueso Húmero, Nº 22, Lima, Perú, julio 1987, pp. 106-125 (Primera
publicación: La torre, revista de la Universidad de Puerto Rico. Coloquio
Marx ¿Para qué? Sociedad Puertoriqueña de Filosofía, Año XXXIV, No 131,
132,133, enero-setiembre 1986, Río Piedras, Puerto Rico).

“Lo público y lo privado: un enfoque latinoamericano”...................................................... 705


En: Modernidad, Identidad y Utopía en América Latina. Ediciones
Sociedad y Política. Lima, 1980.

“Estética de la Utopía”............................................................................................................. 733


Republicado en Hueso Húmero, Nº 27, Lima, Perú, 1990
(Primera publicación: En Estética y Sociedad en America
Latina, CLACSO. Buenos Aires, Argentina, 1990).

“La razón del Estado”............................................................................................................... 743


En: Modernidad en Los Andes, Henrique Urbano y Mirko Lauer, eds.,
Centro Bartolomé de las Casas, Cusco, 1991.

“‘Raza’, ‘Etnia’ y ‘Nación’ en Mariátegui: Cuestiones Abiertas”.......................................... 757


En: José Carlos Mariategui y Europa : El otro aspecto del descubrimiento.
Lima: Ed. Amauta. pp. 167-188, 1992.

“Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América Latina”............................................... 777


En: Colonialidad Del Saber Y Eurocentrismo. Edgardo Lander, ed.
UNESCO-CLACSO 2000. Buenos Aires, Argentina.

“El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento”................................................. 833


En: Hueso Húmero, Nº 37. Lima, Perú, 2001.
“¿Bien vivir?: entre el ‘desarrollo’ y la Des / Colonialidad del poder”................................ 847
En : Ecuador Debate, Nº 84, diciembre del 2011 (Primera publicación como “‘Bien Vivir’
para Redistribuir el poder. Los pueblos indígenas y su propuesta alternativa en tiempos
de dominación global”. En Informe 2009-2010 Oxfam. Pobreza, desigualdad y desarrollo
en el Perú, Julio 2010).
Prólogo*

Danilo Assis Clímaco**

E l pensamiento de Aníbal Quijano es un cues-


tionamiento incesante a América Latina, al
mundo y a las relaciones de poder que le dan a
últimos 500 años: la clasificación de la población
mundial mediante la noción de raza, proceso de
legitimación y naturalización de las relaciones
este un carácter de totalidad y a nuestro conti- de dominación iniciado con la colonización de
nente y a nuestros países sus específicas y con- América Latina y estrechamente interrelacio-
flictivas identidades. Su particular modo de ubi- nado con la articulación en torno al capital y al
carse en el mundo y en los más diversos debates mercado mundial de todas las formas históricas
teóricos, políticos y estéticos, le permitió a Qui- de control del trabajo, sus recursos y productos.
jano, hace ya más de dos décadas, desvelar el Que la noción de raza persistiera como principal
núcleo básico sobre el cual se ha venido articu- forma de dominación tras la independencia de
lando la existencia social global a lo largo de los América, que transcendiera el momento históri-
co que le dio origen, hizo necesario que Quijano
* Agradezco afectuosamente la lectura y los comen- cuñara el neologismo “colonialidad del poder” a
tarios atentos de Arlene Carvalho de Assis Clímaco, finales de la década del ochenta.
Boris Marañón, Ernesto Cuba, Inés Olivera, Jaime Co- La colonialidad del poder condiciona la entera
ronado, Pablo Quintero y Rita Segato. existencia social de las gentes de todo el mundo,
** Doctorante en el Programa de Estudios Latinoame- ya que la racialización delimita de modo decisivo
ricanos de la Universidad Nacional Autónoma de Méxi- la ubicación de cada persona y cada pueblo en las
co. Ha publicado sus investigaciones en los campos de relaciones de poder globales. Pero es en Améri-
la colonialidad del poder y del feminismo en diferentes
países de América Latina. Ha ofrecido cursos y confe-
ca, en América Latina sobre todo, que su cristali-
rencias en universidades, centros de investigación y es- zación se hace más evidente y traumática, puesto
pacios políticos de diferente índole. que aquí la diferenciación racial entre “indios”,
14 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

“negros”, “blancos”, y “mestizos” ocurre al inte- lismo monopólico, ocupando la diferenciación


rior de cada país. Encarnamos la paradoja de ser racial entre “indios” y “blancos” un lugar basal
Estados-nación modernos e independientes y, al en estas relaciones. Tampoco podría ser ca-
mismo tiempo, sociedades coloniales, en dónde sual que fuera en el Perú que una sensibilidad
toda reivindicación de democratización ha sido como la de José María Arguedas se debatiera
violentamente resistida por las élites “blancas”. del modo más desgarrador y vital en la tarea
Y dentro de América, Perú tiene una historia de subvertir estéticamente este nudo racial que
política e intelectual particular. Su Indepen- nos ata en tanto continente.
dencia supuso un aislamiento acentuado del Las reflexiones de Aníbal Quijano se entrañan
mercado mundial, al cual los terratenientes con la historia y el debate intelectual de su país,
respondieron sometiendo los “indios” a las for- de los cuales es uno de los más rigurosos y ori-
mas más opresivas de servidumbre. La entrada ginales intérpretes. La “colonialidad / descolonia-
al país del capital monopólico internacional a lidad del poder”, los términos que condensan el
finales del siglo XIX expandió la servidumbre momento actual de su pensamiento, tienen, de
“indígena”, suponiendo, además, una relativa- esta forma, densidades históricas, intelectuales y
mente estable alianza entre la clase terrate- estéticas específicas. Esta antología apunta hacia
niente-comercial y la incipiente burguesía, ar- ellas, comprendiéndose como un aporte a un de-
ticuladas a la burguesía internacional. De esta bate colectivo sobre la obra de Quijano en su inte-
forma, no podría haber sido casual que el genio gridad. La evidente importancia de ello para todo
de José Carlos Mariátegui tuviera su ocasión en pensamiento y práctica liberadoras se ve aumen-
el Perú de los años veinte. Deslindándose de tada en la medida en que la noción de “coloniali-
la eurocéntrica visión unilineal que condicio- dad” viene siendo, a nivel mundial, frecuentemen-
nó a sus contemporáneos, Mariátegui adelantó te expropiada con poco conocimiento o respeto
en décadas la investigación social latinoame- hacia la historia y los debates que la han consti-
ricana al comprender nuestras sociedades, la tuido, por veces por intelectuales con trayectoria
peruana en particular, como un heterogéneo consolidadas pero distantes a la de Quijano.
ensamblaje histórico, en el cual formas capi- Pero tal expropiación no es más que la con-
talistas y no capitalistas de organización de la tracara, seguramente inevitable, de una obra
producción se articulaban alrededor del capita- de enorme amplitud y profundidad que origi-
Prólogo15

naliza nuestro presente y horizontes de futuro. es profesor de la Universidad de Binghamton,


Un pensamiento que permite encontrar senti- Nueva York. En el 2010 funda y desde entonces
dos a una heterogeneidad de experiencias in- dirige la Cátedra América Latina y la Coloniali-
telectuales, políticas y estéticas que aspiran a dad del Poder, en la Universidad Ricardo Palma,
comprenderse en un período cuyo imaginario en Lima, ciudad donde ha residido desde la dé-
histórico ha sido finalmente aplanado por el eu- cada del cuarenta, a excepción de dos períodos
rocentrismo, en un proceso de larga duración en Santiago de Chile, el último de ellos entre
de control de la intersubjetividad global que 1965 y 1971, como investigador de la División
emergió con el capitalismo colonial global. de Asuntos Sociales de la Comisión Económica
El debate sobre la obra de Quijano, iniciado para América Latina (CEPAL) y de su obligado
en la década del sesenta, se ensanchó amplia- año de exilio en 1974, cuando fue profesor en la
mente tras su teorización de la colonialidad del Universidad Nacional Autónoma de México.
poder –divulgada en conferencias y seminarios
desde finales de la década del ochenta, y de for-
ma escrita desde “Colonialidad y Modernidad / El inicio de una trayectoria
Racionalidad”, texto de 1992–, adquiriendo una intelectual
posición central en toda reflexión crítica sobre
América y el Caribe y un interés creciente des- A lo largo de los cincuenta años de textos conoci-
de África, Asia y Europa. dos de Aníbal Quijano, es frecuente encontrarnos
Los reconocimientos a su trayectoria intelec- con enunciaciones en las que nuestro autor llama
tual son numerosos. Ha recibido distinciones la atención sobre el carácter exploratorio de las
y títulos de doctor Honoris Causa en algunas reflexiones que presenta, pide disculpas por ello
de las más prestigiosas universidades del conti- o incluso expresa su temor por exponer cuestio-
nente. Fue conferencista y profesor invitado en nes que expresan más su perplejidad que ideas
decenas de universidades y centros académicos sistematizadas. Ello apunta a un pensamiento que
de todo el mundo. Ha sido profesor en la Univer- se extiende siempre hacia sus propios límites, co-
sidad Nacional Mayor de San Marcos hasta di- lindando con aquello que no se deja aprehender
mitirse en 1995 como protesta a su invasión por y que, sin embargo, se obliga a ser pensado. Por
el ejército del gobierno fujimorista. Desde 1986 esto que Quijano siempre se haya referido a las
16 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

temáticas que aborda como cuestiones o indaga- en la política estudiantil lo llevó a estar un mes en
ciones. Y de ahí también que, pese a haber inicia- la cárcel en 1948, pudiendo terminar estudios ge-
do estudios rigurosos en el terreno de la política nerales sólo al año siguiente, cuando ya se había
y de la literatura desde, por lo menos, finales de la trasladado a la Facultad de Letras. A inicios de
década del cuarenta, haya demorado hasta 1962 1950, se debatió hasta el último momento entre
en dar el paso a la escritura académica: “cuando seguir la carrera de Literatura o de Historia, deci-
sentí que lo que tenía que decir no estaría, si no, diéndose, finalmente, por esta última. Ese mismo
en el debate que me importaba” (1997: 15). año se decanta por una opción política socialista
Raras veces, Aníbal Quijano ha escrito sobre y revolucionaria, pero es nuevamente encarcela-
su vida personal1. Nació a inicios de la década do en noviembre de 1950 y sale recién a finales
del treinta en Yanama, ciudad andina de la región del año siguiente. En 1952, la dictadura lo obligó
Áncash, al norte de Lima. Ingresó a estudios ge- a dejar su empleo como profesor de secundaria,
nerales en la Facultad de Ciencias de la Univer- pero logró terminar su primer año de Historia.
sidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) Ese mismo año, desde sus estudios sobre el de-
en 1948, el mismo año en que inicia el régimen bate socialista contemporáneo y la obra de Marx,
militar de Manuel Odría, que se extendería hasta descartó el estalinismo como opción revolucio-
1956. Fue la primera de las tres prolongadas dicta- naria. Aún en 1952, a partir de la revolución bo-
duras que le tocaría vivir al Perú desde entonces. liviana, ahonda sus estudios sobre Trotsky, pero
En todos los casos, Quijano se opuso tenazmente sin encontrar preocupaciones sobre la especifi-
y sufrió persecuciones que trastornaron severa- cidad peruana y latinoamericana en este autor,
mente su vida y la de su familia. Su participación como tampoco en sus seguidores, y percibiendo
tendencias tecnocráticas en sus prácticas polí-
ticas, también desestimó este camino. En todos
1 La información aquí expuesta proviene de conver- estos años, volvería por varias veces a estar en
saciones y de dos artículos suyos, “Trotsky (entre pa- clandestinidad, siendo encarcelado por períodos
réntesis)” (1991a), breve relato sobre su vida intelectual breves y recibiendo otros duros golpes:
a inicios de los años cincuenta; y “Raúl Porras, el otro
magisterio” (1997a), sobre su profesor en San Marcos e
importante político liberal, cuya entereza ética Quijano En este tiempo, la policía me despojó, dos ve-
reconoce como importante para su formación. ces en dos años, de todos mis papeles de tra-
Prólogo17

bajo, que eran muchos, y de toda la escritura sentida la necesidad de escribir en los años
que una desolada vigilia de demasiadas horas sesenta, produjo de manera aparentemente
durante muchos años, había recogido en dema- súbita textos muy diferentes entre sí, pero
siados, dispares, campos. En cada vez me sentí igualmente densos e informados por nume-
como si no hubiera hecho nada, nunca. Y en un
rosas corrientes de pensamiento peruanas,
momento de ese mismo 1953, eso sí lo recuerdo
latinoamericanas y mundiales. Sus posiciones
con precisión, decidí que no volvería escribir.
Todo lo que yo podía decir, ya estaba escrito y epistémica y crítica eran ya sólidas, más allá
mejor (1997: 15). de que las modificara y revolucionara a lo lar-
go de las siguientes décadas. En estos años,
inició su enseñanza universitaria en la UNM-
A lo largo de los siguientes años, sus investi- SM y en la Universidad Nacional Agraria La
gaciones privilegiarían la obra de Marx, sin Molina, posibilidad que había rechazado en la
dejar de lado sus lecturas en los más variados década anterior.
campos. Trabajó a lo largo de la década del cin- En 1962, escribió “C. Wright Mills, concien-
cuenta en archivos (sobre todo, alrededor de cia crítica de una sociedad de masas”, breve
la esclavitud en el país) y como profesor de se- homenaje al recién fallecido sociólogo esta-
cundaria. De su interés sobre el debate perua- dounidense. Entre 1964 y 1967, escribió trece
no, es testigo la antología de Mariátegui que él textos, en su mayoría, reflexiones extensas
organizó y que prologó Manuel Scorza en 1956. sobre teoría sociológica, la identidad chola en
De su pasión literaria –es un lector apasiona- el Perú (presentadas como artículo en 1964 y
do, pese a que sus escritos al respecto hayan como tesis de doctorado en 1965), la historia y
sido relativamente pocos–, atestigua la Anto- contexto contemporáneo de la política perua-
logía del cuento latinoamericano que publicó na, los movimientos campesinos en América
en 1957, en la que consideró obras de autores Latina y el Perú, y los cambios sociales relacio-
hasta entonces poco conocidos, como Augusto nados a la urbanización y el proceso de margi-
Roa Bastos o Julio Cortázar. nalización en América Latina.
Así, los testimonios de la década del cin- La abundante producción y su variedad
cuenta sugieren un intenso trabajo intelec- temática, características presentes en toda
tual y político, lo que explica por qué, una vez su trayectoria, refieren a un pensamiento in-
18 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

quieto y, sobre todo, a una propuesta com- como estas han ido interactuando y transfor-
prensiva de lo social como una totalidad mándose con el mundo y los debates del último
conformada por elementos heterogéneos, lo medio siglo.
cual exige un abordaje desde perspectivas di- Los escritos aquí seleccionados lo fueron
ferentes pero entrelazadas. por su calidad representativa dentro de los ejes
de cuestiones divisados. Sin embargo, cada
uno de ellos, como toda la demás producción
Las cuestiones que se abren a la textual conocida de Quijano –él ha escrito tam-
colonialidad / descolonialidad bién anónimamente y bajo seudónimos–, tiene
del poder específicas y heterogéneas riquezas que requie-
ren ser estudiadas y que este prólogo apenas
Como el mismo Quijano ha sustentado, las puede esbozar.
claves de un pensamiento se encuentran en
el “modo de urdir una relación cognitiva con El Primer Eje de Cuestiones, que a partir
el mundo” (1991b: IX). Asumiendo que, en su del momento actual de su pensamiento hemos
caso, esta relación es de carácter inquisitivo, titulado “Totalidad, heterogeneidad histórico-
hemos divisado tres grandes ejes de cuestio- estructural del poder y las tendencias de la cri-
nes sobre los cuales el pensamiento de Quijano sis raigal de la colonialidad global del poder”
viene constituyéndose, subdividiendo esta an- aborda la exigencia de cuestionar la existencia
tología y su prólogo a partir de ellos. Los textos social como una totalidad multidimensional
seleccionados delinean las bases constitutivas compuesta por elementos históricamente hete-
de estos ejes de cuestiones, la interacción en- rogéneos articulados por un patrón de poder.
tre ellos y con los sentidos de la realidad social Ello implicó desde el principio comprender las
que han dado a translucir. Desde esta pers- particularidades de América Latina y de cada
pectiva, la colonialidad y la descolonialidad uno de sus países dentro de su articulación con
del poder, como núcleo de sentido del actual el capitalismo mundial. Su temprana compren-
momento del pensamiento de Aníbal Quijano, sión de la naturaleza diferenciada de la crisis
no se desprenden meramente de las cuestiones del entero orden capitalista, iniciada en 1973,
que nuestro autor ha levantado, sino del modo y la posterior reubicación de América Latina
Prólogo19

como exportadora de capitales, le ofrecerían las heterogéneas organizaciones que toman


elementos fundamentales para la teorización forma en este período y de sus estudios histó-
de la colonialidad del poder. ricos sobre el manifiesto carácter racializado
de los Estados latinoamericanos.
El Segundo Eje de Cuestiones, “De la cultu-
ra política cotidiana a la socialización y la des- El Tercer Eje de Cuestiones, “Identidad la-
colonización del poder en todos los ámbitos tinoamericana y eurocentrismo; el nuevo hori-
de la existencia social”, parte de sus estudios zonte de sentido histórico y la descolonialidad
sobre la realidad y la intelectualidad peruana, del poder”, delinea la escindida identidad lati-
que le permitieron comprender el carácter oli- noamericana: su desencuentro consigo misma
gárquico de su organización político-económi- provocado por el eurocentrismo, pero también
ca y el proceso de homogenización burguesa la fertilidad potencialmente subversiva de ello,
que sufriría el país a partir de 1968, con un en lo estético, en lo cotidiano y en lo político.
gobierno militar discursivamente nacionalista Desde una reoriginalización de la historia de
pero alineado con el imperialismo. Su oposi- América y del entero patrón colonial de po-
ción al régimen desde una defensa de las lu- der, Quijano delinea cómo el eurocentrismo,
chas concretas y autónomas del proletariado en tanto modo de control de la intersubjetivi-
y de los demás grupos dominados, unido a su dad mundial, produjo un empobrecimiento del
seguimiento de las luchas socialistas (y no so- imaginario histórico y político que resultó cru-
cialistas) mundiales no alineadas a Moscú, lo cial para las derrotas de los pueblos iniciadas
llevaría en la década del setenta a compren- en la década del sesenta. Finalmente, levanta
der la lucha revolucionaria como una sociali- cuestiones alrededor de las luchas actuales de
zación cotidiana del poder. La amplia derrota las gentes “indigenizadas”, cuyo heterogéneo
de los movimientos sociales, y su consecuen- legado, proveniente tanto de los levantamien-
te fragmentación, lo condujo en la década del tos anti-coloniales en América como de las
ochenta a estudiar las nuevas y diversas for- experiencias subversivas mundiales del siglo
mas de agrupamiento social. La colonialidad XX, desarrolla un nuevo horizonte de sentido
del poder en este eje de cuestiones aparece histórico que abre la posibilidad de la entera
alrededor de los rasgos étnicos o “raciales” de descolonialidad del poder.
20 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Primer Eje de Cuestiones: momento de su pensamiento2, la noción de to-


Totalidad, heterogeneidad talidad es fragmentaria, heterogénea y proce-
histórico-estructural del sual, cuyo elemento articulador, el poder, es en
poder y las tendencias de la sí mismo conflictivo y heterogéneo. Todo ello
crisis raigal de la colonialidad abre una serie de cuestiones, cabiendo aquí ex-
global del poder poner sumariamente tres de ellas.
En primer lugar, se encuentra la dimensión
Totalidad, heterogeneidad, histórica de la totalidad, lo que implica no sólo
dominación, conflicto y la permanente transformación de lo social,
cambio social sino también la superposición y no simplemen-
te la sucesión de diferentes períodos históricos
La comprensión de la sociedad como una (con orígenes eventualmente distintos). Fór-
totalidad sería, desde Saint-Simon, el rasgo dis- mase, así, una amalgama de elementos hete-
tintivo de la sociología, área del saber que, den- rogéneos, cuya articulación, necesariamente
tro de una comprensión interdisciplinaria del tensa e inconclusa, exige el estudio de cada
pensamiento social, Quijano asumiría como momento histórico en su singularidad, sin per-
suya (1971a [1965]). La totalidad indica que el der por ello la perspectiva de los ejes históricos
sentido de los fenómenos sociales sólo puede que lo atraviesan y lo hacen comparable a otros
ser aprehendido en su relación con todos los períodos históricos.
demás fenómenos de su sociedad. La inobser- En segundo lugar, está la multidimensiona-
vancia de ello conduciría el conocimiento so- lidad de lo social, su composición por ámbitos
ciológico a la parcialidad o la distorsión. relativamente autónomos pero interdepen-
Aunque Saint-Simon y sus seguidores, así dientes entre sí y con el todo que conforman.
como luego Marx y Mariátegui desde sus res-
pectivas idiosincrasias (Quijano, 2007a [2000]),
comprendieron el carácter conflictivo y frag- 2 Son aquí especialmente relevantes “Imagen Saint-
simoniana de la sociedad industrial” (1964a); “Lo cho-
mentario de lo social en tanto totalidad, no lle-
lo y el conflicto cultural en el Perú” (1980a [1964]); e
garon a una discusión sistemática sobre ello, “Imagen y tareas del sociólogo de la sociedad peruana”
como propondría Quijano. Desde el primer (1971a [1965]).
Prólogo21

La delimitación de estos ámbitos ha variado a económico es a la vez capitalista y no capitalis-


lo largo de la obra de Quijano. Si en Lo cholo y ta, como en el que sus ámbitos social, cultural,
el conflicto cultural en el Perú (1980a [1964]), psicosocial y político son “indígena”, español y
divisaba a seis: económico, social, cultural, de- crecientemente euro-norteamericano. El capi-
mográfico, psicológico-social y político; en la talismo y el modo de vida euro-estadounidense
actualidad, estos ámbitos se articulan alrede- son preponderantes, pero no homogéneos.
dor de las disputas por el control del trabajo, Frente a ellos, el proceso de “cholificación”,
de la “naturaleza”, del sexo, de la subjetividad es decir, la adopción superpuesta de elemen-
y de la autoridad. tos “indígenas” y “occidentales” por parte de
Finalmente, se encuentran las relaciones de los habitantes de origen campesino, emerge
poder –planteadas como conflicto y domina- como “uno de los más efectivos agentes del
ción en sus primeros escritos– entre los grupos cambio sociocultural en el Perú” (1980a: 111).
sociales, que otorgan a la sociedad su histori- En oposición a la dominación impuesta por los
cidad, es decir, sus dinámicas de cambio. La terratenientes y la burguesía internacional, el
multidimensionalidad supone una instituciona- “grupo cholo” defiende la independencia eco-
lización específica de cada ámbito de lo social, nómico-política y las peculiaridades culturales
lo que les dota de relativa autonomía en sus re- peruanas. Así, la institucionalidad de la socie-
laciones de interdependencia. Por ello, si bien dad peruana es conflictiva y con tendencias
es posible considerar que uno de los ámbitos de cambio dispares, sólo parcialmente previ-
ocupa una primacía en su interrelación con los sibles, pero con una estabilidad relativa cuya
demás, no es posible postular que uno de los especificidad debe ser reconocida.
ámbitos, como el económico en el liberalismo Entre 1966 y 1971, viviendo en Chile como
o en el marxismo eurocéntrico, tenga una abso- investigador de la CEPAL, sus cruciales con-
luta primacía sobre los demás. tribuciones a los debates de la teoría de la
Lo cholo… es la obra de su primer período dependencia parten de la comprensión de que
que, de modo más original, se ha enfrentado a la totalidad social que concierne a los países
la noción de totalidad. En ella, se considera a la latinoamericanos es conformada por el “sis-
peruana como una sociedad no en, sino de tran- tema de relaciones de interdependencia for-
sición, tanto en el sentido en el que su orden mado por los países capitalistas” (1968: 526).
22 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

“Dependencia, cambio social y urbanización pendiente de cada país latinoamericano no su-


en Latinoamérica”, primer texto de esta anto- pone una homogeneidad de su población, sino
logía, es un ejemplo notable, entre otros po- una dominación interna:
sibles, de este momento de sus reflexiones.
Considerando el proceso de urbanización [...] la dependencia no enfrenta el conjunto de in-
como “una de las expresiones mayores del tereses sociales básicos de la sociedad dominada
proceso general de cambio en nuestras socie- con los de la sociedad dominante. Por el contra-
dades” (p. 525), lo comprende como atañen- rio, presupone una correspondencia básica de
do a todos los ámbitos de la existencia social: intereses entre los grupos dominantes de ambos
económico, político, social, cultural y ecológi- niveles de la relación [...] (p. 528).
co-demográfico. Por ello, se requiere una in-
vestigación integral que vincule el proceso de De esta manera, queda manifiesta la condición
urbanización a la entera historia de los países de dependencia histórica y estructural de los
de América Latina, individualmente y en su países latinoamericanos, enraizada en la na-
conjunto, y a su condición, desde el momento turaleza colaborativa entre las élites depen-
colonial, de dependientes: dientes y las dominantes en la sumisión de la
mayoría de la población de nuestros países. A
[...] las sociedades nacionales latinoamericanas partir de ello, el texto inquiere sobre el carác-
son constitutivamente dependientes y, en conse- ter de los cambios alrededor del proceso de
cuencia, su legalidad histórica es dependiente; o, urbanización en cada ámbito de la sociedad y
en otras palabras, la racionalidad de sus procesos en ella como un todo. Con ello, además, avan-
históricos de cambio no puede ser establecida al zaba Quijano más allá de un límite que obser-
margen de la dependencia (p. 526). vaba en los debates sobre la dependencia: sus
escasos aportes a la comprensión de cómo
Así, no es posible pensar la dependencia como las relaciones de dependencia afectaban in-
resultado de la intervención de un país autó- ternamente los países dependientes. En sus
nomo sobre otro autónomo, como había sido contribuciones a la cuestión de la marginali-
propuesto en los debates sobre desarrollo y zación, Quijano avanzaría de sobremanera en
modernización. Además, la condición de de- este aspecto.
Prólogo23

La crisis raigal del capitalismo nómica y política iniciada a finales de 1973. El


desde América Latina texto a este respecto aquí publicado, “Sobre la
naturaleza actual de la crisis del capitalismo”,
El debate sobre marginalización, en el que con- de 1974, sustenta que la que empezaba no era
tribuyeron pensadores como José Nun y Fer- una mera crisis cíclica del capitalismo, sino
nando Henrique Cardoso y del cual Aníbal Qui- que, como había previsto sin poder haber vivi-
jano es uno de los iniciadores, buscó dar cuen- do Marx, se encontraba en juego el límite mis-
ta de un fenómeno entonces restringido a La- mo del capital como forma de explotación. Cita
tinoamérica que permanecía insuficientemente a Marx:
explicado por la teorización de Marx sobre el
“ejército industrial de reserva”: la tendencia El desarrollo de las fuerzas productivas, que en
creciente de una población que, desplazada el capitalismo son fundamentalmente de origen
por los movimientos del capitalismo monopó- científico-tecnológico, hace que tienda a aumen-
tar constantemente la cantidad y la calidad de
lico de las actividades económicas no capita-
los medios técnicos de producción, que de ese
listas, eminentemente agrarias, no encontraba modo van dejando de ser solamente eso y asu-
condiciones para ubicarse como mano de obra miendo simultáneamente el papel de agentes
asalariada. En “Polo marginal y mano de obra productivos, cada vez más, reduciendo correla-
marginal” (1977a [1970]), Quijano avanza en tivamente el papel del trabajo vivo – es decir, del
el debate relacionando la marginalización de obrero – como agente productor [...] la fuerza
la mano de obra al “polo marginal” de la eco- valorizante del obrero individual se borra (ápud
nomía, es decir, el nivel más depauperado de Quijano, 1974a: 18).
cada sector de la economía, que utiliza los más
anticuados medios y formas de producción. Tal Como había sido evidente primero en Améri-
fenómeno es provocado por la abrupta y cons- ca Latina, la sobrepoblación a nivel mundial se
tante transferencia a América Latina de medios expandirá, a la par que el capitalismo especu-
de producción de tecnología intermedia. lativo crecerá exponencialmente. Parte de la
Y desde Latinoamérica, del debate sobre gravedad misma del período que se iniciaba
la marginalización en especial, Quijano pudo era la débil y equívoca teorización para enfren-
percibir temprano la gravedad de la crisis eco- tarse al inmediato porvenir. Paradojalmente,
24 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

si desde finales de la década del sesenta hubo Las mutaciones del poder y
entre amplios sectores de la población mundial su colonialidad
una mayor politización cotidiana y una mayor
diversidad crítica a las “prácticas sociales ena- Tras la crisis de los años treinta y, sobre todo,
jenantes” del capitalismo (p. 10), la teorización tras la Segunda Guerra Mundial, aún cuando los
marxista, absorbida por la tecnocratización de sectores imperialistas dominantes de los “paí-
los países de Europa del Este, actuaba en sen- ses centrales” no llegaron a perder su amplia
tido contrario hacia una desmovilización políti- hegemonía, fue mucho lo que tuvieron que ce-
ca. Por ello demanda Quijano un der para mantenerla. A nivel mundial, una infi-
nidad de luchas, que iba de los más explotados
esfuerzo encarnizado para romper con esa pe- a las burguesías “nacionales”, pasando por los
sada herencia, organizar nuestros conocimien- sectores obreros e intermedios, impuso una dis-
tos y nuestras formas de acción a la medida de tribución del poder. La recuperación de tierras,
nuestras necesidades actuales, si es que de esta la disminución amplia de la esclavitud y la servi-
crisis es la revolución socialista la que debe sa- dumbre, los derechos laborales, la independen-
lir, y no una lenta y agónica descomposición e cia de los Estados de África, Asia y el Caribe, la
irracionalidad creciente de la sociedad contem-
instauración de regímenes “socialistas” en todo
poránea (p. 11).
el globo, el incremento de la industrialización a
nivel global o las conquistas de muchas de las
En los siguientes años, Quijano no abandona- reivindicaciones de mujeres, jóvenes y pobla-
ría las reflexiones sobre el carácter de totali- ción de “color”, son algunas de las más contun-
dad de la existencia social, como tampoco so- dentes muestras de esta distribución de poder,
bre las tendencias de la crisis capitalista, pero de esta victoria parcial pero efectiva, de las gen-
una vez que sus preocupaciones se centraron tes dominadas. Específicamente en América La-
en la construcción de un socialismo desde la tina, está relacionada a todo ello la emergencia
especificidad de la lucha cotidiana de los traba- de corrientes teórico-políticas originales y una
jadores y demás explotados, los textos de este nueva efervescencia cultural, de la cual el llama-
período se encuentran en el Segundo Eje de do “boom literario” es una de las más prominen-
Cuestiones de este libro. tes manifestaciones (Quijano, 2008).
Prólogo25

“América Latina en la economía mundial” las formas de dominación iniciada con la colo-
(1993), conferencia en el Simposio Mundial nización de América, había persistido a la Inde-
por el 500° Aniversario de América, organi- pendencia de los países. De esta forma, los be-
zado por la UNESCO, el texto que aquí perfila neficios de la distribución mundial de recursos
este período histórico, parte justamente por entre la postguerra y mediados de la década del
constatar su término y su sucesión por otro de setenta, se hizo en Latinoamérica no en benefi-
signo inverso, de reconcentración de recursos cio de toda la población, sino de sus élites y par-
mundiales bajo control de una élite establecida cialmente de los grupos de trabajadores “blan-
en los países del centro. Las consecuencias de cos”, ocupando la racialización una importante
ello para América Latina fueron trágicas. Entre forma de adquirir de estos una lealtad hacia los
los datos que presenta el texto, se encuentra sectores dominantes (2000). Por lo tanto, con la
que América Latina perdió en la década del crisis de la década del setenta, el decrecimiento
ochenta más de la mitad de sus ahorros, 600 económico, la ampliación de los sectores mar-
mil millones de dólares, bajo servicios de deu- ginalizados de la población, el debilitamiento
da, fuga de capitales y pagos. La pregunta que de los sindicatos, el empobrecimiento del cam-
se hace Quijano es ¿por qué América Latina y po3 y la ausencia de un carácter nacional que ar-
no, por ejemplo, Japón o Suecia? ticulara los diferentes sectores de la población,
La respuesta se encuentra en el fraccionado se hizo imposible que América Latina evitara el
tejido social de los Estados latinoamericanos. desangramiento de sus recursos.
La colonialidad del poder, es decir, la clasifica- Los dos siguientes textos de la antología
ción “racial” de la población, impidió que las son representativos de algunas de las líneas de
élites “blancas” tuvieran un mínimo sentido de investigaciones que abrió Aníbal Quijano alre-
co-pertenencia nacional junto a las poblaciones dedor de las relaciones entre el capital y el tra-
“india” y “negra” de nuestros países, las cuales bajo dentro de la crisis. “¿Del ‘polo marginal’
sólo en el siglo XX y mediante amplias rebelio- a la ‘economía alternativa’?” (1998), es el ter-
nes lograron adquirir, aún de modo incompleto, cer y último capítulo de su libro La Economía
la erradicación de la servidumbre y la esclavi-
tud. La idea de raza, un invento carente de ba-
3 Ver, a este respecto: “Imperialismo y campesinado.
ses biológicas, como forma de legitimación de Sus actuales condiciones en el Perú” (1979b [1970]).
26 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Popular y sus caminos en América Latina, munitarias y de reciprocidad tiendan a expan-


realizado a partir de una amplia revisión de la dirse y en algunos casos a articularse entre
literatura sobre África, Asia y, especialmente, diferentes niveles geográficos y políticos, lo
Latinoamérica, y desde investigaciones propias que demuestra su importancia práctica y po-
en el Perú alrededor de las temáticas de “mar- sibilidades de expansión.
ginalización”, “economía informal” y “organi- Una singular importancia de este texto son
zaciones económicas populares” (p. 9; énfasis sus reflexiones sobre la Comunidad Urbana Au-
original). La riqueza y variedad de experiencias togestionaria de Villa El Salvador (CUAVES),
recogidas en el texto apuntan a que experiencia de democracia directa en todos
los ámbitos de interés colectivo por parte de
Los esfuerzos de los trabajadores “marginaliza- un centenar de miles de personas que invadie-
dos” por resolver sus problemas de sobreviven- ron un territorio de Lima en 1971 y obligaron al
cia, y en consecuencia por motivaciones de efi- Estado a aceptar su institucionalidad comuni-
cacia práctica, se han ido orientando en muchos taria. Y aunque en sus escritos no lo menciona,
casos, y su número parece ir en aumento, a forta-
Quijano tuvo participación activa en la cristali-
lecer y a expandir las relaciones económicas de
zación de esta experiencia, como se verá en el
reciprocidad o intercambio de fuerza de trabajo
y/o trabajo sin pasar por el mercado; a organizar- próximo Eje de Cuestiones.
se colectivamente de modo “comunal”, en lugar “El trabajo al final del siglo XX” (2003a),
de empresarial, para gestionar adecuadamente a su vez, discurre sobre las relaciones entre
sus recursos, sus productos, sus relaciones en el colonialidad del poder y trabajo tras la explo-
mercado y con los otros sectores de la economía tación de la mano de obra haber perdido su
y de la sociedad (p. 111). centralidad en el capitalismo. Las cuestiones
que abre el texto giran en torno a la expansión
Sin embargo, sin un horizonte definido de mundial de formas de explotación del trabajo
agrupamiento social, estas tendencias apare- que habían sido consideradas casi extintas: es-
cen usualmente de modo fragmentario, par- clavitud, servidumbre y reciprocidad. Una vez
cial y en asociación conflictiva con el mercado más, estas tendencias son excepcionalmente
y con el Estado. Pero es justamente el hecho acentuadas en Latinoamérica: la colonialidad
de que, frente a todo ello, estas tendencias co- del poder había impedido que el trabajo asala-
Prólogo27

riado llegara a ser pleno y, en consecuencia, la sando obviamente por Marx, quien mantuvo el
esclavitud y la servidumbre se expanden con carácter eurocéntrico del concepto, pero tam-
mayor facilidad, aunque también lo hace la re- bién abrió caminos para su subversión. Desde
ciprocidad, como una forma potencialmente la colonialidad del poder y la “nueva hetero-
alternativa al capitalismo. geneidad estructural” latinoamericana (1989),
manteniendo la cuestión principal de los deba-
Totalidad, heterogeneidad tes sobre “clase”, es decir, la del poder, Quijano
histórico-estructural del poder propone el término “clasificación social”, que
y colonialidad
[...] se refiere a los procesos de largo plazo, en los
Tras la Segunda Guerra Mundial, por más de cuales las gentes disputan por el control de los
treinta años, los diferentes procesos sociales ámbitos básicos de existencia social, y de cuyos
que apuntaban hacia una homogenización de la resultados se configura un patrón de distribución
población en el continente no habían borrado del poder, centrado en relaciones de explota-
muchas de sus sustanciales diferencias. Con la ción / dominación / conflicto entre la población
crisis, un proceso inverso de heterogenización de una sociedad y en una historia determinadas
de la población se inicia. Las investigaciones [...] el poder, en este enfoque, es una malla de re-
laciones de explotación / dominación / conflicto
de Quijano al respecto que, junto a otras en las
que se configuran entre las gentes, en la disputa
décadas del ochenta y noventa, permitieron la
por el control del trabajo, de la “naturaleza”, del
teorización de la colonialidad del poder, le fue- sexo, de la subjetividad y de la autoridad. Por lo
ron exigiendo la revisión de una serie de con- tanto, el poder no se reduce a las “relaciones de
ceptos, tales como totalidad, estructura, “cla- producción”, ni al “orden y autoridad”, separados
se”, poder o capitalismo o juntos. Y la clasificación social se refiere a los
El texto que cierra este Primer Eje de la an- lugares y a los roles de las gentes en el control del
tología, “Colonialidad del poder y Clasificación trabajo, sus recursos (incluidos los de la “natura-
Social” (2007a [2000]), revisa ampliamente el leza”) y sus productos; del sexo y sus productos;
debate sobre la noción de “clase”, de su adop- de la subjetividad y sus productos (ante todo el
ción desde las ciencias naturales por Saint-Si- imaginario y el conocimiento); y de la autoridad,
mon hasta los marxistas contemporáneos, pa- sus recursos y sus productos (2007a: 144).
28 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

La noción de clasificación social se entre- noción de “colonialidad del poder”: el control


laza, así, con lo procesual y ya no se restringe por parte de los “blancos” o “europeos” de las
al ámbito del control del trabajo, ocurriendo formas de explotación no asalariadas, reserva-
lo mismo con el término “poder”. La “hetero- das a los “indios” y “negros”, permite la apro-
geneidad histórico-estructural” del poder, a piación de sus productos en beneficio de las
su vez, se refiere a que las estructuras consti- relaciones asalariadas que –mediante la lucha
tuidas por un determinado patrón de poder, y de las gentes dominadas– se estaba consoli-
que adquieren cierta tendencia de auto-repro- dando en Europa.
ducción, están desde el principio conforma- Por ello, y pese a que Aníbal Quijano con-
das por una multiplicidad de elementos his- sidera que hay tres grandes ejes mediante los
tóricos cuya parcial autonomía se mantiene cuales las gentes son clasificadas dentro del
actuante. La totalidad social así conformada patrón de poder capitalista: el del trabajo, el
se encuentra en permanente transformación del sexo y el de la raza, es este último, el úni-
impulsada por su conflictividad constituyen- co que emerge con América, el que le otorga al
te. Los grupos airosos en las disputas por el patrón de poder capitalista su rasgo específico
poder alcanzan a imprimir determinado rum- y esencial.
bo a los cambios sociales, pero no los pueden
determinar plenamente. Segundo Eje de Cuestiones: de la
El texto también refleja el giro que sufrió cultura política cotidiana a la
en su obra de estos años el término “capitalis- socialización y descolonización
mo”. Este pasa a diferir de “capital”, referido del poder en todos los ámbitos de
a la explotación de mano de obra asalariada, la existencia social
mientras “capitalismo” nombra la articulación
de todas las formas de explotación de mano de El compromiso ético de Aníbal Quijano con
obra conocidas (esclavitud, servidumbre, reci- la radical democratización de todos los ám-
procidad y sus combinaciones), de sus meca- bitos de la existencia social se interrelaciona
nismos de control y de sus recursos, alrededor a su activa participación en las luchas de las
de las relaciones del capital y el mercado. Ello gentes dominadas y en el debate coyuntural
solamente se puede comprender mediante la peruanos, siempre en relación con las luchas
Prólogo29

sociales mundiales y en interlocución con el tenientes, aisladas geográficamente entre sí,


pensamiento crítico correlativo. hicieron más opresivas la servidumbre de los
indígenas (Quijano 1978c: 40-41). De ese modo,
La conformación histórica e la fractura racial y el “colonialismo interno”4se
intelectual de la sociedad peruana aseveran. Sería sólo en la segunda mitad del si-
glo XIX, a partir de la exportación de guano y
Sus investigaciones en las décadas del sesen- salitre, que el país reiniciaría un proceso de ar-
ta y setenta sobre la historia social, política, ticulación interna. Se forma entonces una “bur-
económica e intelectual peruana son indispen- guesía terrateniente y comercial” (2007b: XIV)
sables para orientarnos en su posicionamiento que, sin pretensión de acumulación o industria-
teórico-político. Algunos de los textos impor- lización, establece una tradición de corrupción
tantes son Naturaleza, situación y tendencias administrativa a servicio de un consumismo de
de la sociedad peruana contemporánea (un productos industrializados extranjeros.
ensayo de interpretación) (1967); “El Perú en En la década del nacimiento de Mariátegui,
la crisis de los años 30” (1977) e Imperialismo, la de 1890, el capital extranjero y monopólico,
Clases Sociales y Estado en el Perú 1895-1930 inglés y estadounidense, ingresa al país adue-
(1985 [1978]). El texto que representa aquí ñándose de las principales actividades econó-
este terreno de sus preocupaciones: “José Car- micas y comerciales, que eran también las que
los Mariátegui: reencuentro y debate” (2007b se basaban en la explotación asalariada: agro-
[1979]), prólogo solicitado por Ángel Rama exportación, minería, petróleo, transporte pe-
para la edición de 7 ensayos de interpretación sado, comercio internacional, banca y, desde la
de la realidad peruana de la Biblioteca Ayacu-
cho, expone como interrelacionadas la trayec-
toria política-intelectual del Amauta y la reali- 4 El término “colonialismo interno”, introducido en
dad del país, en el momento de cristalización el debate latinoamericano por Pablo González Casano-
de su estructura oligárquica. va y Rodolfo Stavenhagen, fue adoptado por Quijano
Tras la Independencia, el Perú vería sus entre los años sesenta y setenta. La teorización de la
colonialidad del poder encuentra los límites de este tér-
exportaciones agrícolas y mineras casi extin-
mino en su vinculación restricta a la noción de Estado-
guirse. En respuesta a ello, las familias terra- nación (Quijano, 2000: 234).
30 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

década del diez, la principal industria del país, La solidificación de esta amalgama contra-
la textil. dictoria recibió en el debate latinoamerica-
Así, la burguesía nacional no sólo queda no la denominación de “Estado oligárquico”
subordinada, sino totalmente privada de los y tendría su oposición. Desde el siglo XIX,
principales recursos de producción capitalis- campesinos e indígenas se levantaron contra
ta. Pero el aumento de la mano de obra urba- la expropiación de tierras y la servidumbre,
na requería uno equivalente en la producción pero la ausencia de articulación no permitió
agropecuaria para consumo interno, lo que que detuvieran la represión y el avance del
se realizó mediante violentos incrementos en proceso de expropiación. Hubo sectores de
la expropiación de tierras indígenas y campe- la burguesía, de inspiración positivista y aspi-
sinas y en su sumisión a la explotación servil, raciones nacionalistas, que propusieron una
lo que fortaleció los sectores de la burguesía alianza nacional que permitiera mejores con-
comercial y terrateniente, controladora del ca- diciones frente al capital monopólico, pero
pital comercial interno. carecían de fuerza social para constituirse en
Por parte de la burguesía imperialista, pues- alternativa concreta. Otrosí, sectores meno-
to que la producción capitalista en el Perú era res desprendidos de esta burguesía, por veces
direccionada al mercado mundial, no hubo in- sensibilizados con la lucha indígena, elabora-
terés en modificar las relaciones de producción ron una original crítica al carácter señorial
no-capitalistas, una vez que mantenían depri- del país. El más importante intelectual del
mido el valor de la fuerza de trabajo en el país período, Manuel González Prada (1844-1918),
y, así, permitían que la tasa de ganancia del ca- insertó en el debate la cuestión indígena, rei-
pital monopólico fuera mucho más alta que la vindicando una política educativa nacional y,
de la economía metropolitana. De esta forma: hacia el final de su vida, ya como partícipe de
un sindicalismo anarquista propiamente pe-
El Estado central es la representación de una aso- ruano (Quijano, 1995a [1990]), desveló la im-
ciación de intereses de dominación, entre la bur- portancia del carácter agrario en la cuestión
guesía capitalista peruana y los terratenientes, indígena, adelantándose por lo tanto a Mariá-
ambos subordinados aunque de distinta manera, tegui, cuya generación reconoció en González
a la burguesía imperialista (2007b: XXIII). Prada su antecesor.
Prólogo31

Sin embargo, una visión del conjunto de Quijano presenciaría y explicitaría: un nuevo
estas tendencias permaneció inescrutable acuerdo, ni nacionalista ni revolucionario, en-
para el pensamiento de la época, con la sola tre la burguesía peruana y la imperialista, en
excepción en toda Latinoamérica de José detrimento de la clase terrateniente señorial.
Carlos Mariátegui, la cual se explicaría, se- Con ello, la burguesía no sólo expandía su
gún Aníbal Quijano, por su adopción del so- control sobre la economía, sino que elimina-
cialismo marxista en ba la clase social que mayor resistencia popu-
lar provocaba.
[...] calidad de marco y punto de partida para in-
vestigar, conocer, explicar, interpretar y cambiar La larga década del setenta y la
una realidad histórica concreta, dentro de ella socialización del poder
misma. En lugar de ceñirse a la “aplicación” del
aparato conceptual marxista como una plantilla La consistencia de esta perspectiva histórica e
clasificatoria y nominadora, adobada de retórica intelectual, construida por Quijano, le permiti-
ideológica, sobre una realidad social determina- rá desvelar tanto el sentido de un período de
da, como durante tanto tiempo fue hecho entre cambios radicales que afectaban la naturaleza
nosotros (2007b: LX). misma de la sociedad peruana, como el carác-
ter del régimen dictatorial del general Velasco
De esta forma, sólo él pudo comprender y Alvarado que estos cambios permitieron.
sustentar –sobre todo, en su crítica a Haya Entre 1950 y 1966, la estructura del Producto
de la Torre– que la clase terrateniente no era Interno Bruto del país documentó la pérdida de
meramente feudal, del mismo modo que la primacía del sector agropecuario en la economía a
clase burguesa no conduciría el Perú a una favor de los sectores petroleros, mineros y fabriles,
revolución nacionalista y antioligárquica, una cuyas tasas de crecimiento anual doblan a la del
vez que la esencia de ambas se encontraba agropecuario (Quijano, 1967). La crisis entre los
en su sumisión al capitalismo monopólico grupos dominantes es consecuentemente grave, a
internacional. Ello no impidió que Mariátegui la vez que la creciente clase media adquiere una
planteara lo que cuarenta años después, du- relativa autonomía, alcanzando importantes bases
rante el gobierno militar de Velasco Alvarado, políticas entre trabajadores urbanos y rurales, cu-
32 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

yas organizaciones propias también se fortalecían. litares con diferentes adhesiones ideológicas,
Los conflictos relacionados a la recuperación tendría una orientación política oscilante.
de tierras serán especialmente graves. Además En esta coyuntura, Quijano buscará mos-
del mencionado estudio sobre “lo cholo”, Quija- trar cómo esta ambivalencia de la junta mili-
no escribirá en estos años “El movimiento cam- tar ocurría “dentro de ciertos límites precisa-
pesino peruano y sus líderes”5 (1979a [1965]), bles” (1971b [1970]: 13). El segundo texto de
y “Las experiencias de la última etapa de las este Eje, Nacionalismo, neoimperialismo y
luchas revolucionarias en el Perú” (1966) –este militarismo en el Perú (Introducción y Parte
bajo el seudónimo de Silvestre Condoruna. En- primera) (1971b), originalmente publicado en
tre ambos textos, expone un cuadro amplio de 19706, delineará el carácter esencialmente capi-
un nuevo período de recuperaciones de tierras, talista y no nacionalista del gobierno, mediante
iniciado a finales de la década del cincuenta y sendos análisis sobre la coyuntura política y
que, no obstante represiones por parte de tro- económica mundial, y las principales políticas
pas militares con formación antisubversiva, si- económicas de la junta.
guió su escalada e inició una articulación entre Lo que caracterizaría la dominación impe-
diferentes áreas del Perú y de estas con secto- rialista desde finales de la Segunda Guerra
res urbanos, incluidos guerrilleros. sería el proceso de “superposición y combi-
De esta forma, como se explicitará abajo, el nación relativamente conflictiva y contradic-
golpe militar de 1968 es fruto de un vacío de po- toria, entre dos modelos” (pp. 14-15): a) el tra-
der provocado por irreconciliables disputas en- dicional, de hegemonía estadounidense y ba-
tre los grupos políticos del país. Sin embargo, sado en los denominados “enclaves”, es decir,
su carácter político y económico no era trans- en el control monopólico sobre la producción
parente: el nuevo gobierno, compuesto por mi- y el mercado de los productos agroextracti-
vos latinoamericanos, sin mayor articulación
con los otros sectores de la economía de esos
5 Este texto constituye la única entrega de una inves- países; y b) las modalidades imperialistas re-
tigación más amplia, que tuvo de ser interrumpida por
perder sus condiciones de realización tras la violencia
represiva impulsada por el Estado contra las organiza- 6 “Carácter y perspectiva del actual régimen militar
ciones campesinas. en el Perú” (1970).
Prólogo33

cientes, que emergen a partir del excepcional oligarquías y sus aliados imperialistas tradicio-
desarrollo tecnológico, asociadas a nuevas nales. El escenario se hace más revuelto con
formas de organización empresarial, con pre- el recrudecimiento continental de las luchas
ponderancia creciente del capital financiero y campesinas y obreras. Ocurre la denominada
de núcleos empresariales y financieros supra- “crisis oligárquica”: la imposibilidad de que uno
nacionales, que entran en conflicto con gru- de los grupos burgueses que disputan el poder
pos imperialistas estadounidenses de carácter se imponga sobre los demás. Todo ello permi-
eminentemente nacional, cuya maleabilidad tiría emerger el
para adaptarse a las nuevas exigencias es
menor. La hegemonía estadounidense sigue [...] más interesante fenómeno político del re-
incontestable, pero emergen nuevos grupos ciente período histórico latinoamericano, no
imperialistas, nacionales o supranacionales, estudiado aún de manera adecuada y suficiente:
establecidos en Japón, Alemania y otros paí- la relativa autonomización de los sectores de au-
toridad intermediaria, Fuerzas Armadas y buro-
ses europeos.
cracia tecnocrática. Es decir, dos sectores y dos
Con respecto a Latinoamérica, los cambios
tipos de burocracia que eran los únicos sectores
estructurales del imperialismo supondrán el en posición de autoridad intermediaria y con las
desplazamiento hacia nuestros países de una condiciones necesarias para controlar esa frag-
parte de la producción tecnológica de nivel me- mentación de poder originada por la crisis de
dio, lo que potencializará la dinámica industrial hegemonía. De ambos, las Fuerzas Armadas eran
de países que habían iniciado su industrializa- el único sector realmente organizado y, además,
ción a inicios del siglo e iniciará la industria- dueño de la fuerza decisiva (1971: 35).
lización en aquellos que habían permanecido
como exportadores de materias primas. Dado En el Perú, esta autonomía no sólo sería am-
el nulo control de las élites locales sobre las plia, sino que permitiría convivir, dentro del go-
dinámicas del entero sistema capitalista / impe- bierno militar, diferentes perspectivas, que os-
rialista, los cambios son abruptos y el creciente cilaban entre un nacionalismo con influencias
poder económico de la burguesía latinoameri- del socialismo tecnocrático y un liberalismo
cana y de sus aliadas imperialistas se sobrepo- próximo al imperialismo. El discurso hegemó-
ne a los patrones establecidos por parte de las nico del gobierno tuvo un tono nacionalista-
34 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

popular y se tomaron algunas medidas que perialista, siendo incluso debatidas con empre-
podrían apuntar a ello, como la privatización sarios extranjeros antes de ser comunicadas a
de la mayor empresa petrolera en el país, o la la población. Asimismo, las medidas en contra
reforma agraria. No obstante, esta medida te- del sector terrateniente, eminentemente la re-
nía menos un interés por democratizar las re- forma agraria, ofrecen una serie de compensa-
laciones en el campo que por poner fin a las ciones económicas y facilidades para que sus
luchas campesinas, como lo afirmaría el mismo capitales sean transferidos al sector industrial.
primer ministro: “no hay ley más anticomunis- Las industrias estatales creadas o potencia-
ta que la Ley de Reforma Agraria, puesto que lizadas lo son a favor de los sectores burgue-
es una contención al avance del comunismo, ses internacionales, por lo cual la estatización,
y servirá para desmentir las afirmaciones de contra lo defendido por el gobierno, difiere ra-
aquellos que tildan de extremista al gobierno dicalmente de la nacionalización.
revolucionario” (apud Quijano: 1971: 97). De De este modo, como había sido previsto por
esta forma, las ambivalencias del gobierno re- Mariátegui y confirmado por las investigacio-
querirían un análisis que nes históricas de Quijano, el carácter depen-
diente de la burguesía nacional y su tradición
[...] permita inquirir, frente a cada medida con- señorial no permitieron una nacionalización de
creta del régimen, el interés social fundamental la sociedad, en términos de su democratización
a cuyo servicio se la establece, así como los com- efectiva. Hubo sectores nacionalistas dentro
promisos y las articulaciones de intereses espe- de la junta militar y un intento por negociar la
cíficos a través de los cuales se trata de alcanzar dependencia en términos menos desventajosos
aquello (p. 8). para el país, pero ello apenas atenuó el carác-
ter esencial del gobierno.
Así, Quijano analiza las medidas del gobierno En el año 1972, viviendo nuevamente en
en los principales sectores de la economía, en- Lima, Quijano se comprometerá con diferen-
tre ellos el agrario, el petrolero, el minero, el tes frentes de lucha contra el gobierno militar.
bancario y financiero y el industrial. En líneas Funda, junto a intelectuales, obreros y estu-
generales, las políticas económicas están cla- diantes, el Movimiento Revolucionario Socia-
ramente dentro de los intereses del capital im- lista (MRS), que aun siendo una organización
Prólogo35

reducida, logrará articulación con núcleos cia de clase de sus alternativas y sus cambiantes
obreros y estudiantiles en Arequipa, Huancayo, modalidades, así como del permanente esfuerzo
Ica, Ayacucho y, sobre todo, en la Comunidad de aprendizaje del desarrollo revolucionario en el
Urbana Autogestionaria de Villa El Salvador resto del mundo y de nuestra solidaridad activa
con esas luchas (Los editores, 1972: 3).
(CUAVES) de Lima (Rojas, 2006).
Junto a un grupo de intelectuales de prime-
ra importancia, entre ellos Julio Cotler, César Los artículos de Quijano a lo largo de los once
Germaná, Felipe Portocarrero y Heraclio Boni- años de la revista privilegiarán, por una parte,
lla, crea la revista Sociedad y Política, de la que análisis que articulan las políticas concretas
Quijano será director desde el primer número, del gobierno militar a las necesidades del capi-
de 1972, hasta su último, de 1983. La revista se talismo internacional y, por otra, el movimiento
declara marxista, socialista y revolucionaria, concreto y las alternativas posibles para las or-
sin vinculación a un grupo político específico ganizaciones obreras, campesinas y populares
y abierta a la participación de toda la izquierda en el país. Escribirá también algunos artículos
revolucionaria peruana. En su primer editorial, sobre Chile (1972) y Bolivia (1980, bajo el seu-
justifica su existencia, en la necesidad de ir ha- dónimo de José Oruro)7, a la vez que publicará
cia “una crítica de la estructura y el movimien- escritos de pensadores extranjeros de primera
to profundos de este sistema [el capitalista], de importancia, como Francisco Weffort, Rudolf
sus alternativas y procesos reales de cambio” Bahro o Rui Mauro Marini.
así como de las experiencias “en la construc- Ante su actividad política, la junta militar de-
ción del socialismo” de la izquierda revolucio- cide desterrar a Quijano, junto a Julio Cotler,
naria peruana, latinoamericana y mundial, en alegando excesos en sus labores críticas en So-
el momento en que la junta militar buscaba
imponer sobre las organizaciones clasistas un
gremialismo corporativo. La resistencia a ello, 7 Quijano ha acompañado de cerca la política de mu-
chos países latinoamericanos, quizás de un modo espe-
cial estos dos, que son también sobre los cuales vierte
[...] no puede conseguirse sino a costa de ince- mayores reflexiones en “El nuevo terreno de la lucha
sante esfuerzo de profundización de la crítica de clases y los problemas de la revolución en América
revolucionaria de esta sociedad y de la vigilan- Latina” (1974b), incluido en esta antología.
36 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ciedad y Política N° 4, de septiembre de 1973, Su primer representante fue Apolinario Rojas


en la cual Quijano había escrito “La coyuntura y durante su gestión la CUAVES organizó –en
política y las tareas de la clase obrera”. Rodrigo debate con el Estado y con el apoyo de técni-
Montoya (2011: 38), sin embargo, propone que cos aliados– su plan urbano, sus servicios de
la participación activa del MRS en la CUAVES educación, salud, transporte y comunicación,
fue un motivo velado, pero de primera impor- un sistema de financiamiento, además de un
tancia, para la deportación. mercado compuesto por tiendas como farma-
Villa El Salvador se inició como una invasión cia, ferretería o puesto de kerosene –combus-
en 1971, y dos años después llegaría a tener 110 tible para cocinas– que proveían productos de
mil habitantes. La experiencia de resistencia y primera necesidad a precio accesible. Se trata-
negociación con el gobierno se realizó en tér- ba, por lo tanto, de una ejemplar experiencia
minos comunitarios. Uno de los fundadores de lo que Quijano denominaría “cultura política
del MRS, el obrero textil residente en Villa el cotidiana” (1974a). Y si bien él no era residen-
Salvador, Apolinario Rojas, promovió la manu- te de la CUAVES, tenía un diálogo directo no
tención y expansión de este carácter comunita- sólo con Apolinario Rojas, sino con líderes de
rio, contra lo pretendido por el gobierno militar diferentes tendencias políticas en la Comuni-
de transformar Villa el Salvador en un barrio dad (Montoya, 2011: 56-57), por lo cual era de
corriente de Lima (Coronado, 1996). Mediante interés del gobierno militar apartarlo de tan au-
un debate insertado en la vida cotidiana de las tónoma experiencia.
gentes sobre sus necesidades y aspiraciones, Quijano pasó el año de 1974 como profesor
y una institucionalización representativa por de la Universidad Nacional Autónoma de Mé-
bloque de viviendas, la cual suponía la presen- xico (UNAM), regresando al Perú en 1975, año
cia de más de mil representantes con derecho en que el gobierno de Velasco, imposibilitado
a voto en las asambleas comunitarias –de las por la crisis de levantar la economía del país,
que cualquier persona podría participar con es derrocado por el ala más reaccionaria de la
derecho a voz–, se decidió, en 1973, por la ins- junta militar.
titucionalización de Villa el Salvador como Co- Quijano, como el MRS y la revista Sociedad
munidad Urbana Autogestionaria (CUAVES), y Política, constatando por un lado la gravedad
con orientación socialista y anticapitalista. de la crisis y la severidad con la que el nuevo
Prólogo37

gobierno quiso hacer recaer sus consecuencias culos fueran de Aníbal Quijano, pese al carácter
sobre los trabajadores y demás explotados y, anónimo de los mismos. En 1978, también se
por otro, el aumento de las protestas por parte editó la revista Sociedad y Política Quincenal,
de estos sectores y su mayor aproximación al bajo la dirección reconocida de Quijano, aun-
socialismo y a la crítica al sistema capitalista que sin artículos firmados. La mayor periodi-
como un todo, propone un frente de trabaja- cidad de ambas revistas y la brevedad de sus
dores8. La concepción de frente presuponía artículos indican la urgencia de la época.
la unión de las diferentes organizaciones de Las protestas se intensificaron y en 1977
trabajadores y de los demás explotados, socia- ocurre el primer paro general desde 1919, en
listas y no socialistas, a partir de sus deman- cuyo Comité Unificado de Lucha, se encon-
das inmediatas, pero dentro de una lógica de traba el integrante del MRS Apolinario Rojas,
autonomía del proletariado y los explotados y como representante del sindicato textil. La
bajo el liderazgo compartido entre las distintas CUAVES, que había pasado por un período de
organizaciones socialistas. literal sabotaje por parte de sectores de la iz-
Llamará la atención que, entre 1975 y 1979, quierda tecnocrática, se encontraba en un pro-
sólo se hayan publicado tres números de Socie- ceso de recuperación de autonomía y fue una
dad y Política y que la producción de artículos de las más comprometidas bases del paro.
firmados por Aníbal Quijano haya disminuido. Los efectos de la crisis sobre las clases do-
Ello se debió a que el MRS participó intensa- minadas se endurecieron en los años siguien-
mente en las luchas populares y proletarias de tes y, pese a que una dirección socialista en el
esos años. Entre 1976 y 1980, el MRS editó la re- movimiento de trabajadores no se hizo jamás
vista mensual Revolución Socialista, cuyo sub- hegemónica, las huelgas y confrontaciones se
título era la frase de Marx: “La emancipación de expandieron. En este contexto, el gobierno mi-
la clase obrera debe ser obra de la clase obrera litar, las élites y parte de la izquierda concier-
misma”, y es muy probable que la dirección de tan elecciones presidenciales para 1980. En
la misma y una parte considerable de sus artí- este mismo año, Quijano escribe “Los usos de
la democracia burguesa” (1980b), donde evi-
denció los elementos demagógicos presentes
8 Véase: “¿Frente popular antiimperialista o frente de
trabajadores?” (1976), incluido en esta antología. en esta maniobra, cuyos objetivos de confun-
38 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

dir y diluir la lucha de los trabajadores serían, Sin embargo, las derrotas de los movimien-
a la postre, exitosos. tos populares a nivel mundial, iniciadas a fina-
En este momento, en que las tendencias bu- les de la década del sesenta y acentuadas tras
rocráticas de la izquierda que Quijano comba- la crisis del capital en 1973 impusieron sus más
tía desde la década del cincuenta entorpecían a catastróficos efectos en la década del ochenta.
conciencia la movilización del pueblo peruano, Los movimientos obreros se desarticularon
que la CUAVES había sido igualmente víctima ante la precarización del trabajo. En el Perú,
de un primer intento de desarticulación, que la CUAVES perdió su batalla contra las fuer-
las luchas de los demás países de América Lati- zas del Estado y de la izquierda burocrática en
na también venían siendo perdidas y en el que 1983, el mismo año en que, sin artículos firma-
los intentos de desburocratización del Estado dos por Quijano, Sociedad y Política lanza su
en Europa del Este y en China habían sido aho- último número. Asimismo, el MRS se disolvió
gados con persecuciones y masacres, Quijano en esos años.
concibe el socialismo como democracia direc-
ta de los trabajadores en las páginas de las re- Descolonización del poder y
vistas que dirigía. El texto que aquí representa Estado-nación moderno / colonial
este movimiento de su pensamiento es “Poder
y democracia en el socialismo” (1981) 9. Quijano comprende la derrota sin aceptar su le-
gitimidad o perpetuidad. La década del ochenta
es de repliegue y redireccionamiento de fuer-
9 En la década del ochenta, como el mismo zas. Su movimiento reflexivo parece privile-
Quijano ha constatado (1987a), la socialdemocracia giar dos amplios e interrelacionados temas: el
fue hegemónica en el continente. La defensa de una
de la identidad latinoamericana, reflejado con
democracia directa frente a las versiones burocráticas
del socialismo parecía remontarse a un período mayor amplitud en los textos del Tercer Eje de
histórico superado. Sin embargo, desde que a inicios Cuestiones; y el de las formas de agrupamiento
de la década del noventa se inician nuevos períodos social que la crisis propició o a las que dotó de
de protesta en América Latina, abriendo espacio a un nuevo sentido sociológico.
los llamados “gobiernos progresistas”, las cuestiones
Los textos que dan cuenta de esta proble-
levantadas por Quijano en la década del setenta vuelven
a ser de primera importancia para el debate. mática, principalmente “La nueva heteroge-
Prólogo39

neidad estructural en América Latina” (1989) régimen10 y, al ser invadida la Universidad Na-
y “Poder y Crisis en América Latina” (1991c) cional Mayor de San Marcos por las Fuerzas
indagan sobre la “multi-inserción” de una Armadas, presenta como protesta su dimisión
heterogénea población dominada, es decir, de la que había sido por décadas su casa de
sobre su participación en diferentes y contra- enseñanza y debates.
dictorios procesos de agrupamiento social, Tres textos aquí presentados: “La crisis en
su relación con el Estado y con las formas de Europa del Este y la Izquierda en América La-
agrupamiento clasista. Aún cuando el debate tina” (1995a [1990]); “¿El fin de cuál Historia?”
en América Latina era incipiente, se hacen (1997c) y “Allende otra vez: en el umbral de un
entonces visibles dos temas posteriormente nuevo periodo histórico” (2003b), abordan la
decisivos para la teorización de la coloniali- aplastante victoria del capitalismo. Las razo-
dad del poder: a partir de investigaciones en nes de ello no estaban lejos de las preocupa-
Bolivia, Ecuador y México, sobre todo, Qui- ciones que Quijano expresó al inicio de la crisis
jano destaca la importancia creciente de la (1974a). La amplitud, diversidad y radicalidad
organización alrededor de lo étnico y lo “ra- creciente de los movimientos sociales alrede-
cial”; y desde investigaciones en Chile y de sus dor del mundo, cuyas reivindicaciones por la
propias reflexiones sobre la CUAVES y otras auto-reproducción democrática de la sociedad
experiencias peruanas y latinoamericanas, ad- amenazaba tanto al capitalismo como a las
vierte sobre formas de agrupación alrededor burocracias controladoras de los Estados del
de la reciprocidad en el trabajo y de la gestión “socialismo realmente existente”, generó por
colectiva de la autoridad. parte de ambas fuerzas un amplio y conjun-
La década del noventa será marcada por su to esfuerzo contrarrevolucionario. La lista de
teorización de la colonialidad del poder, pero derrotas impuestas entre 1965 y 1975 es larga:
también por la dictadura fujimorista que, en las rebeliones de París, México, Beijing o Pra-
medio de lo que Quijano denominó “turbio y ga y los movimientos feministas, de las gentes
sangriento intercambio terrorista entre el Es-
tado y la agrupación maoísta Sendero Lumi-
10 Quijano ha escrito numerosos artículos sobre el
noso” (2005: s/p), impone el neoliberalismo
fujimorismo. Entre ellos, “Populismo y Fujimorismo”
sin oposición organizada. Quijano enfrenta al (1997b) y “El Fujimorismo del gobierno Toledo” (2002).
40 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

racializadas y de formas no hegemónicas de a la vista. ¡Esa nueva Historia puede ser nuestra
sexualidad fueron simultáneamente reprimi- Historia! (1997b: 32).
das, cooptadas u obligadas a replegarse. Los
gobiernos socialistas no alineados a Moscú en Los dos últimos textos de ese Eje, “Estado-
África, Bolivia o Chile fueron sustituidos por nación, Ciudadanía y Democracia en cuestión”
regímenes dictatoriales subsidiados por las po- (1997d) y “El ‘movimiento indígena’ y las cues-
tencias de la “Guerra Fría”. Entre los setenta tiones pendientes en América Latina” (2005)
y los ochenta, el neoliberalismo, iniciado por –juntos a “Colonialidad del Poder, Eurocen-
Pinochet y seguido por Reagan y Thatcher, se trismo y América Latina” (2000) en el próximo
expande por todo el globo sobre los escombros Eje– son indicativos de sus reflexiones sobre
de los movimientos obreros debilitados por la las interrelaciones entre colonialidad del poder
creciente “marginalización” o “desempleo es- y Estado-nación moderno.
tructural”, derivados de la pérdida de impor- En la modernidad se conjugan conflictiva-
tancia de la mano de obra para el capitalismo mente dos exigencias sociales: “En un lado, el
financiero. Pero aún ante el presente y el futuro del capital, la del individualismo y la racionali-
próximo desoladores, Quijano apuesta por las dad instrumental. En el otro, el del trabajo, la
nuevas luchas que apenas se delineaban: de la igualdad social y la racionalidad históri-
ca” (1997d: 146). Los Estados-nación moder-
El fin de esa Historia no ocurrirá quieta, ni pa- nos se consolidan en Europa entre los siglos
cíficamente. Nunca ocurrió así el fin de ninguna XV y XIX en la medida en que pueden articular
Historia. Pagaremos todos, todas sus consecuen- estas exigencias. El Estado, como espacio de
cias. Pero no todo está dicho, ni decidido, sobre dominación en el que se establece un patrón
la suerte que correrán, que correremos, sus vícti- capitalista, adquiere un carácter nacional en
mas. Porque, pese a Hegel y a Fukuyama, no exis- la medida que las gentes sometidas a este pa-
te ninguna entidad suprahistórica que pre-decida
trón de poder, desde sus luchas, alcanzan una
nuestro destino. Y en tabla alguna está escrito
que seremos siempre derrotados. Es, por el con-
parcial pero concreta “democratización del
trario, el momento de romper con las rejas del control de recursos de producción, en el área
eurocentrismo y de preparar la otra Historia, la privada, y de mecanismos institucionales en el
que resultará de las grandes luchas que ya están área pública” (p. 148). Es decir, ocurre una ne-
Prólogo41

gociación de los límites de la dominación y la antes de la llegada de los colonizadores, a tra-


explotación, en la cual la racionalidad histórica vés de un proceso cuyas tendencias son claras
y su horizonte de transformación por la acción al inicio de la colonización, fueron homogeni-
de las gentes hacia la igualdad social alcanzan zados como “indios”, de la misma forma que lo
a imponerse en el imaginario, aunque en la fueron como “negros” aquellos con ascenden-
práctica social predomina la racionalidad ins- cia africana. Los impulsadores de la Indepen-
trumental. La cristalización de este oxímoron dencia, descendientes de los colonizadores,
es la ciudadanía, es decir, la “igualdad jurídica entonces ya auto-considerados “blancos”, re-
y civil de gentes desigualmente ubicadas en las chazaron cualquier sentido de co-pertenencia
relaciones de poder” (2000: 227). junto a “indios” o “negros”, cuyo trabajo siguió
En América, sin embargo, la situación sería siendo explotado bajo servidumbre y esclavi-
de signo inverso. Las reflexiones de Quijano tud hasta cuando fue posible y cuyos territo-
(2000, 2005) sobre las observaciones de Toc- rios pasaron a ser expropiables. No hubo, por
queville a la democracia que se establecía en lo tanto, el interés de impulsar una sociedad
Estados Unidos son muy perspicaces, casi di- y un mercado que albergara a una población
dácticas. El pensador francés se fascina con con mínimas condiciones de igualdad. Por el
la fácil integración de personas con heterogé- contrario, la importación de productos fabri-
neas historias, lenguas o culturas al naciente les europeos requería la sobreexplotación de
Estado-nación, en democráticas condiciones la mano de obra no-blanca en la economía
de igualdad. Pero advierte también la exclusión agrícola, y todo ello abría las condiciones para
de las personas “negras” e “indias” en este pro- que las luchas de las poblaciones dominadas
ceso. La cuestión racial en la obra de Quijano, en Europa alcanzaran una democratización
como ha remarcado Rita Segato (2010), se des- importante de la sociedad, alrededor de la no-
linda así de las nociones substantivas de raza, ción de ciudadanía.
sean biológicas o socioculturales, ubicándolas Cualquier democratización mínima de las
de modo claro en las relaciones coloniales de relaciones sociales en América, por lo tanto,
poder históricamente identificables. requeriría o bien una política genocida de los
Todos los pueblos, muy diferentes entre sí, pueblos no-blancos y una importación de mano
cuyos antepasados habían vivido en América de obra europea, o bien revoluciones verdade-
42 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ramente descoloniales, que socializaran el po- los pueblos pudieron históricamente defender
der en todos los ámbitos de la existencia social. una importante autonomía, se vuelve un espa-
La primera y única culminada fue la de Haití, cio de re-identificación. El cual, además, alber-
aunque luego sería saboteada. La Revolución ga tradiciones de prácticas democráticas y de
Mexicana fue interrumpida pero obligó a una reciprocidad en el trabajo, confluyentes con las
importante democratización de las relaciones prácticas de muchos otros pueblos explotados
sociales. La de Bolivia fue muy tempranamente en el período contemporáneo, pero quizás con
reprimida y no supuso cambios significativos un grado mayor de institucionalización social y
en la estructura de poder. una mayor capacidad presente y futura de co-
Desde esta perspectiva histórica, la emer- hesión social.
gencia del actual “movimiento indígena” en
los países andinos y mesoamericanos, es decir,
una re-identificación con términos coloniales Tercer Eje de Cuestiones:
por parte de un amplio sector de la población identidad latinoamericana
“campesina”, es para Quijano unos de los sig- y eurocentrismo; el nuevo
nos mayores de la crisis de la colonialidad del horizonte de sentido histórico y
poder. Entre otras reflexiones al respecto, Qui- la descolonialidad del poder
jano indaga sobre la interrelación entre todo el
tiempo histórico colonial (y en su entera hete- La identidad latinoamericana aparece en la
rogeneidad) que se encuentra tras una reivin- obra de Quijano como escindida entre su expe-
dicación basada en la terminología “racial”, las riencia concreta y su auto-percepción, marca-
luchas por la recuperación de tierras en todo el da esta última por lo que, desde la década del
continente en el siglo XX –con la derrocada de sesenta, Quijano denomina “eurocentrismo”.
los Estados oligárquicos y de la servidumbre– Ya sus primeras reflexiones sobre las entrela-
y el actual momento “neoliberal”, en el cual zadas cuestiones de la urbanización y el cam-
el Estado vuelve a ser expropiador de tierras po en América Latina, y especialmente en su
como hace cien años. estudio sobre lo “cholo”, muestran cómo la
En este escenario, la institución “comunidad dominación colonial, y posteriormente la terra-
indígena”, de origen colonial, en cuyo ámbito teniente y la burguesa, necesitan interrumpir
Prólogo43

los modos de auto-reproducción cultural de los cultura, sino de elaborarla y reelaborarla, con la
pueblos indígenas dominados. Estos últimos, a autonomía necesaria para organizar en cultura
su vez, rechazan su plena asimilación al modo su cambiante existencia social y psicológica, y
cultural que los dominantes les reservan, pero, por lo tanto para escoger en el fondo universal
de elementos culturales lo que resulte mejor para
privados de condiciones para mantener su au-
el desarrollo y el cambio de la calidad de la vida
tonomía, reelaboran elementos propios dentro
humana (p. 42).
de los códigos dominantes. El resultado es una
recreación cultural necesariamente tensa, ines-
En “Arguedas: la sonora banda de la sociedad”
table y conflictiva, que puede ser aceptada con
(1984), reconoce en esta capacidad subversiva
resignación o de una manera desafiadora y afir-
el genio del novelista y antropólogo peruano.
mativa, como en el caso del “grupo cholo” en
A través de los estudios de Martín Lienhard y
los años sesenta.
de Alberto Escobar, quienes muestran –respec-
El primer texto de este Eje, “Dominación y
tivamente sobre la narrativa y la lengua– cómo
Cultura” (1980c [1971]), denomina “dependen-
José María Arguedas trabajó de manera encar-
cia cultural” a esta condición histórica latinoa-
nizada desde el castellano y las formas narrati-
mericana. Dentro de la noción de totalidad, esta
vas dominantes para hacer relucir el quechua y
cuestión sólo podría ser resuelta mediante una
la forma india de ver el mundo, afirma Quijano:
revolución que atravesara todos los ámbitos de
lo social. A diferencia de un extendido culturalis-
El proyecto arguediano de la lengua importaba
mo, Quijano resalta el carácter a la vez histórico un proyecto cultural de dimensiones históricas.
y contemporáneo de lo cultural: la interrelación La lucha por otra lengua y por otra cultura, impli-
entre los pueblos supone un intercambio perma- caba la admisión y defensa de ambas herencias
nente de experiencias, por lo que no se trataría históricas en tanto y en cuanto pudieran ser, cada
de que los pueblos dominados retornaran a una una, recreadas y transfiguradas por medio de tal
cultura originaria, sino de una reconfiguración “intervención triunfante” de lo dominado en lo
revolucionaria y subversiva de la sociedad: dominante (1984: 160).

Son los grupos humanos portadores de las cultu- Este texto pertenece ya al período de redirec-
ras, quienes tienen derecho no sólo de portar una cionamiento del pensamiento quijaniano, a su
44 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

encuentro con la necesidad de otro pensar y tinoamericano” (1987b [1986]), Quijano parte
otro accionar. Él mantiene sus análisis sobre de la contradictoria adopción de un marxismo
las formas que va tomando la crisis del capita- científico y una filosofía mística de la historia,
lismo, constata la generalización de la “social- que Mariátegui asumía con tranquilidad y sus
democracia” en el continente (1987a), indaga estudiosos, con perplejidad, justificándola me-
sobre las formas contemporáneas de organi- diante su deficiencia teórica o su idiosincrasia
zación social, otorga nuevamente mayor im- personal. Quijano propone un tratamiento so-
portancia a la literatura en su reflexión (1984, ciológico y estético a la cuestión: en Mariátegui
1985, 1988) e intensifica sus estudios sobre actuaba “lo que sigue actuando hoy en el pen-
José Carlos Mariátegui: samiento, en la producción del pensamiento la-
tinoamericano”, es decir, la co-pertenencia de
La de Mariátegui es una obra que tiene una enor- mito y logos:
me aptitud para admitir lecturas nuevas, todo el
tiempo, cada vez que hay un recodo importante Con Mariátegui estaba constituyéndose, a mi jui-
en la historia de América Latina y del pensamien- cio, por primera vez de manera explícita, un cam-
to de América Latina. Y esta aptitud para admitir po cultural original que [...] implica que logos y
lecturas nuevas es probablemente lo que hace mito no son, no pueden ser externos entre sí, sino
que su obra sea, hoy día, un territorio cada vez contradictorios en un mismo movimiento intelec-
más concurrido (1987b [1986]: 106-107). tivo en que la imaginación actúa con y a través
del análisis lógico para constituir el conocimien-
to como representación global o globalizante y en
Y el recodo de los años ochenta no podría haber movimiento, que es indispensable para otorgar
sido más acentuado. Como muchas veces ha sus- estatus suprahistórico, mítico, pues, a lo que sólo
tentado, nunca antes en 500 años de historia, aun puede realizarse en la historia a través de muchas
bajo las más violentas derrotas, habíamos perdi- transcendencias y transfiguraciones (1987b: 109).
do la perspectiva de futuro. Por primera vez, la
colonialidad del poder capitalista se imponía a la La consolidación de este campo cultural origi-
intersubjetividad mundial como inevitable. nal, que posteriormente Quijano denominaría
En el primer texto sobre Mariátegui aquí como “racionalidad alternativa” (1995b), se
seleccionado, “La tensión del pensamiento la- hace vital para la necesaria revitalización del
Prólogo45

legado marxista. Lo real maravilloso o el realis- sin violentas arbitrariedades; la legitimidad de la


mo mágico, en este sentido, no se restringirían diversidad de los solidarios; la reciprocidad en la
a lo literario, como el mismo Gabriel García relación con los bienes y con el mundo en torno,
Márquez habría resaltado, sino que son propios tan por completo distintas a las condiciones euro-
peas de ese tiempo (1988: 11-12).
de toda experiencia de nuestro continente, in-
cluida obviamente la intelectual.
De esta forma, sus textos de finales de la Este y otros textos del período, como “Estética de
década del ochenta constituyen integrados, la Utopía” (1990) y “La razón del Estado” (1991)
alegres incluso, ejercicios de imaginación his- aquí presentados, abren muchas cuestiones, en-
tórica y rigurosidad investigativa. En “Lo públi- tre otras: la comprensión de lo comunitario y la
co y lo privado: un enfoque latinoamericano” reciprocidad contemporáneos cómo fenómenos
(1988), re-originaliza la comprensión histórica rearticulados por el capitalismo y, por lo tan-
de la modernidad: esta no se constituiría desde to, sociológicamente nuevos; la diferenciación
procesos históricos internos en Europa, sino entre la racionalidad histórica y liberadora y la
como resultante de los cambios que ocurrían que Max Horkheimer denominó “instrumental”;
en la totalidad del mundo y que, si fueron sis- la relación de ellas con la noción de Estado; y la
tematizados en Europa, se debió a su posición subversión estética y utópica de las experiencias
dominante en este mundo, en el cual América contemporáneas, por encima de la homogeniza-
tenía una plaza especial: ción pretendida por el patrón de poder.

Para Europa, la conquista de América fue tam- Colonialidad del poder,


bién un descubrimiento. No sólo y no tanto, qui- eurocentrismo y el nuevo orden
zás, en el manido sentido geográfico del término, intersubjetivo mundial
sino ante todo como el descubrimiento de expe-
riencias y de sentidos históricos originales y dife-
Estas indagaciones sobre la escindida identi-
rentes [...], a estas alturas, nadie puede ignorar ya
que, magnificadas o no, en la experiencia ameri- dad latinoamericana y sus subversiones, teóri-
cana, andina en primer término, no eran ajenas a co-política en Mariátegui; literaria en Arguedas,
la realidad algunas de las formas de existencia so- García Márquez o Juan Rulfo; estética, comuni-
cial buscadas, la alegría de una solidaridad social taria y utópica en el cotidiano latinoamericano,
46 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

implicaban profundizar en la investigación del cos” (apud Quijano, 1992: 184). De esta forma,
eurocentrismo, al cual en 2005 Quijano defini- Mariátegui pudo percibir la importancia fun-
ría como “modo de producción y de control damental de la “raza” en los ámbitos político,
de subjetividad –imaginario, conocimiento, intersubjetivo y económico peruanos y, por lo
memoria– y ante todo del conocimiento” (s/p), tanto, también para la posición del país en el
y en relación al cual emergía nuestra singular mercado mundial. Sin embargo, no alcanza a
identidad, latentemente subversiva. percibirla como la piedra angular de todo el pe-
Y encontraría en la experiencia colonial de ríodo histórico iniciado con América.
dominación y explotación de los pueblos aborí- El siguiente texto de la antología, “Coloniali-
genes de América y África –posteriormente ho- dad del Poder, Eurocentrismo y América Latina”
mogenizados como “indios” y “negros”, frente a (2000), además de traer un amplio análisis sobre
los cuales los dominantes pasarían a percibirse la constitución histórica de los diferentes Esta-
como “europeos” y “blancos”– la emergencia dos-nación de América, expone extensamente
del eurocentrismo. Por ello, ya en sus textos alrededor del “eurocentrismo”, cabiendo aquí
de 1992 articularía el eurocentrismo a la colo- traer apenas algunas de estas contribuciones.
nialidad del poder. El texto que representa aquí La colonización europea supuso en térmi-
este momento, “‘Raza’, ‘Etnia’ y ‘Nación’ en nos intersubjetivos que “todas las experien-
Mariátegui: Cuestiones Abiertas” (1992), tiene cias, historias, recursos y productos culturales,
además la especificidad de delinear las cues- terminaron también articulados en un solo or-
tiones abiertas por el Amauta que preludiaron den cultural global en torno de la hegemonía
el concepto de “colonialidad del poder”, entre europea u occidental” (p. 209). Ello se hizo
ellas el problema de la tierra y de la explota- mediante una serie de operaciones: todos los
ción diferenciada del trabajo de los indígenas: conocimientos de los pueblos colonizados que
“La raza tiene, ante todo, esta importancia en sirvieran al patrón colonial de poder les fueron
la cuestión del imperialismo”, diría Mariátegui, expropiados. Las capacidades de estos pueblos
a la vez que afirmaba: “los elementos feudales de reproducir sus propios patrones de sentidos
o burgueses, en nuestros países, sienten por fueron reprimidas tanto como fue posible, a la
los indios, como por los negros y mulatos, el vez que fueron forzados a adoptar parcialmen-
mismo desprecio que los imperialistas blan- te la cultura de los dominadores en lo necesa-
Prólogo47

rio para la reproducción de la dominación. La marcado por la imposibilidad de dar cuenta de


asociación del etnocentrismo con la noción de categorías no homogenizadas, desprendién-
“raza” –con la correlativa homogenización de dose de ello, entre otros rasgos, la asociación
todos los pueblos de América como “indígenas” de un nuevo y radical dualismo (europeo, no-
y de todos los de África como “negros”– supo- europeo, mente-cuerpo, cultura-naturaleza,
ne, además, una nueva perspectiva temporal y mito-logos, etc.) y un evolucionismo unilineal
geográfica. Los pueblos ubicados al norte del y unidireccional.
Atlántico pasarían a considerarse “blancos” y
“europeos”, cuya civilización habría sido cons- Horizontes y descolonialidad del poder
tituida mediante un proceso interno iniciado
en la Grecia clásica y culminado en la moder- En “El Regreso del Futuro y las Cuestiones del
nidad. Los pueblos “indios” y “negros”, repre- Conocimiento” (2001), Quijano sustenta que,
sentaban el pasado de Europa, pero paradóji- a lo largo de todo el siglo XX, hubo un desen-
camente, por su “raza” eran también inferiores cuentro “entre el imaginario histórico-crítico
natural y permanentemente. y la experiencia histórica concreta” (p. 9). El
Tal mistificación histórica, que le niega a las primero fue homogenizado por la versión más
poblaciones no-blancas no sólo sus efectivas eurocéntrica de la herencia de Marx: el “mate-
contribuciones a la historia mundial sino su ca- rialismo histórico”, y se dirigió al control del
pacidad para haberlo hecho, resultó eficaz, ya Estado-nación, en oposición a las experiencias
que su imposición sobre el imaginario mundial, históricas que a partir de la década del sesenta
incluido el de los dominados, ha sido hegemó- demandaron la autorreproducción democrá-
nica hasta ahora. El eurocentrismo no podría tica de la sociedad. La violenta y exitosa con-
ser, por lo tanto, un etnocentrismo –aun conte- trarrevolución impidió que estos movimientos
niendo un rasgo etnocéntrico. Tampoco se re- establecieran un firme imaginario alternativo.
fiere a una experiencia general de los pueblos Sin embargo, sus investigaciones y su cercanía
europeos, sino al modo de control intersubje- política a los movimientos indígenas le permiti-
tivo requerido por el patrón de poder capita- rían decir, diez años después, en el texto que con-
lista / colonial. Ello implicaría un amplio alla- cluye esta antología, “¿Bien Vivir?: entre el ‘desa-
namiento de la experiencia cognitiva mundial, rrollo’ y la des / colonialidad del poder” (2011):
48 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

[...] no obstante la derrota de los movimientos an- aleatorio que sean ellos quienes propongan la
tiautoritarios y antiburocráticos, y de la secuente noción de “Bien Vivir” como un nuevo horizon-
imposición de la “globalización” del nuevo Capi- te de sentido histórico en el que la igualdad, la
talismo Colonial Global, la simiente de un hori- solidaridad y la democracia plena incluyan una
zonte histórico nuevo pudo sobrevivir entre la relación de co-responsabilidad con las demás
nueva heterogeneidad histórico / estructural del
formas de vida y elementos de la Tierra.
imaginario mundial, y germina ahora como uno
Por ello, Quijano pudo decir en el año 2009,
de los signos mayores de la propuesta de Bien
Vivir. (p. 81)
a partir de la confluencia de las preocupacio-
nes de los pueblos indígenas y de la comunidad
científica, preocupaciones que debemos hacer
La acentuación de las tendencias desarrolladas nuestras los que estamos comprometidos y
por el “neoliberalismo”, la “globalización” y la comprometidas con aquella alegría de la so-
“posmodernidad” suponen ya una amenaza a lidaridad social que se mundializó a partir de
las condiciones mismas de vida humana y no América:
humana sobre la Tierra. La “crisis climática”,
provocada por la desorbitada agresión a la [...] el movimiento de los más dominados de este
“naturaleza”, afecta primera y principalmente mundo, los que si venden sus medios de subsis-
a las poblaciones “indigenizadas”. De esta for- tencia no podrían existir, y al mismo tiempo aque-
ma, los descendientes de los primeros pueblos llos que nos dan cuenta de que si eso se termina,
que habían sobrevivido al genocidio provocado nadie de nosotros podríamos vivir; entonces por
por la racialización en el momento originario fin emerge otro horizonte de sentido histórico que
ya está aquí, que ya está comenzando; porque no
del actual patrón de poder, encuentran nueva-
es sólo el discurso, no son sólo asambleas, están
mente amenazadas sus condiciones de vida.
reorganizando sus comunidades, están asociando
Su resistencia y sus propuestas alternativas, sus comunidades, están generando otra forma de
históricamente heterogéneas y en relación autoridad política en el mundo que va a tener que
con las demás luchas contra el patrón de po- competir y conflictuar con el Estado mientras el
der, no son una lucha más, sino que implican la Estado aún esté allí. Estamos con otro elemento
descolonialidad del patrón de poder en todos nuevo. Esto no es sólo una utopía, eso está co-
los ámbitos de existencia. Por lo tanto, no es menzando; estamos comenzando a convivir con
Prólogo49

el futuro. Podemos ser derrotados, incluso el Oruro, José 1980 “Bolivia: la tragedia de las
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* Se ha realizado una extensa búsqueda bibliográfica
con el intuito de incluir a todas las obras de Quijano, Latinoamericano de Sociología (Bogotá).
pero no es posible asegurar que no haya habido omisio- 6. “La poesía: una praxis” en Haraui (Lima)
nes, desde luego involuntarias. Asimismo, dado el ele- Año 1, N° 2, enero.
vado número de republicaciones de sus ensayos, nos
hemos limitado a citar la primera edición de cada texto,
1965
incluyendo una segunda caso tuviera una importancia
específica. Solo se han incluido las traducciones de sus 7. “Imagen y tareas del sociólogo en la
textos cuando publicadas antes que sus respectivos ori- sociedad peruana” en Letras, Revista de
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56 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

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EJE 1
Heterogeneidad
histórico-estructural del poder
y las tendencias de la crisis raigal
de la colonialidad global del poder
Dependencia, cambio social y
urbanización en Latinoamérica*

E l proceso actual de urbanización en Lati-


noamérica consiste en la expansión y la
modificación de los sectores urbanos ya exis-
mayores del proceso general de cambio de
nuestras sociedades1.
Los diversos órdenes institucionales básicos,
tentes en la sociedad, como cuya consecuencia analíticamente discernibles en la sociedad, guar-
tienden a alterarse las relaciones urbano-rura- dan entre sí y con la sociedad global una relación
les dentro de ella, condicionando y estimulan- de estrecha interdependencia; pero al mismo
do cambios correspondientes en los propios tiempo, disponen de una relativa autonomía de
sectores rurales. existencia y de cambio. Es decir, los procesos
Estas tendencias no se producen solamen- de cambio que afectan la entera estructura de
te en el orden ecológico-demográfico, sino la sociedad y que, por lo tanto, transcurren por
en cada uno de los varios órdenes institucio- cada uno de sus órdenes institucionales, pueden
nales en que puede ser analizada la estruc-
tura total de la sociedad, v. gr., económico,
ecológico-demográfico, social, cultural y po- 1 Sobre la justificación y desarrollo de este enfoque,
lítico. Esto es, se trata de un fenómeno mul- véase: Quijano, Aníbal 1967 “Urbanización de la socie-
dad en Latinoamérica” (Santiago de Chile: División de
tidimensional que es una de las expresiones
Asuntos Sociales de la CEPAL) agosto; y Quijano, Aní-
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sociedad rural” (Santiago de Chile: División de Asuntos
* Este artículo fue publicado originalmente en Revis- Sociales, CEPAL) abril, presentado en el Seminario
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76 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

realizarse en niveles distintos y con característi- En relación con todo eso, en general, la in-
cas propias en cada orden, en dependencia del vestigación de la urbanización de la sociedad
modo y de las circunstancias concretas en que en Latinoamérica tropieza aun con dos dificul-
se produce la necesaria interdependencia entre tades importantes. De un lado, aunque se re-
los órdenes y entre ellos y la sociedad global. conoce el carácter multidimensional del pro-
Es desde este punto de vista que tiene senti- ceso, no es claro cómo se articulan las varias
do sostener que el proceso general de urbani- dimensiones posibles entre sí y con la sociedad
zación de la sociedad en Latinoamérica tiene global, y el escollo suele conducir a privilegiar
que ser estudiado necesariamente como un la dimensión ecológico-demográfica, sin duda
proceso conjunto, que como tal, es condicio- porque ésta es la de más impositiva presencia.
nado por la situación histórica de la sociedad De otro lado, se investiga el fenómeno como
global en cada país y, en el conjunto de ellos, en si ocurriera en sociedades aisladas o autóno-
la región, pero quebrado en dimensiones espe- mas, a pesar de que las sociedades naciona-
cificas cuyas mutuas articulaciones deben ser les latinoamericanas son constitutivamente
establecidas sistemáticamente, al mismo tiem- dependientes y, en consecuencia, su legalidad
po que sus desniveles y características propias. histórica es dependiente. O, en otras palabras,
Esto es, si lo que se busca no es únicamen- la racionalidad de sus procesos históricos de
te estudiar alguna de sus manifestaciones más cambio no puede ser establecida al margen de
concretas, sino también cómo y por qué ocu- la dependencia.
rre el proceso conjunto y cuál es su lugar y su En lo que sigue, el propósito principal es ex-
significado en el proceso general de cambio de plorar la asociación entre el proceso de depen-
nuestras sociedades, él no puede ser reducido dencia y el de urbanización en Latinoamérica.
a ninguna de sus dimensiones por separado, ni
sólo a fenómenos que se desarrollan dentro del
sector estrictamente urbano, desmembrado de Dependencia y sociedad
sus relaciones de interdependencia con el ru- en Latinoamérica
ral. En fin, el conjunto no puede ser entendido
fuera del marco histórico que condiciona la si- Las sociedades nacionales latinoamericanas
tuación de la sociedad global. –con la reciente excepción de Cuba– pertene-
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 77

cen, individualmente y en conjunto, al siste- conjunto de “factores externos”, o de “obstá-


ma de relaciones de interdependencia forma- culos externos”. En esta imagen está implicado
do por los países capitalistas y, dentro de él, que esta relación se establece entre sociedades
ocupan una situación de dependencia. Desde de desigual nivel de poder económico, pero, en
el punto de vista de nuestras sociedades, se el fondo, autónomas; esto es, como un conjun-
trata ante todo de un sistema de relaciones de to de obstáculos que determinadas sociedades
dependencia. oponen desde fuera a otras más débiles que,
Este sistema de relaciones de dependencia, por ello, no son capaces de vencer esas difi-
en interacción con las singularidades de la cultades. Las repercusiones de esta situación
matriz histórico-social de cada una de nues- sobre el comportamiento de las sociedades dé-
tras sociedades nacionales, constituye uno de biles consistirían, en tal caso, en los acomoda-
los núcleos de factores determinantes de las mientos necesarios al de las sociedades domi-
tendencias básicas de existencia y de cambio nantes. Por otra parte, una tal concepción de la
de ellas. No es posible, en consecuencia, ex- dependencia presupone, también, que se trata
plicar adecuadamente el proceso conjunto de de acciones unilaterales que sociedades de ma-
cambio en Latinoamérica, ni ninguna de sus di- yor poder ejercen contra otras de menor poder.
mensiones significativas, al margen de esta si- En cuyo caso, la relación enfrenta los intereses
tuación histórica. El proceso de urbanización de todos los grupos sociales de una sociedad
en particular no puede ser explicado, válida- dominante contra los intereses de todos los
mente, sino como parte de la más amplia pro- grupos sociales de una sociedad dependiente.
blemática de la sociología de la dependencia Sin embargo, considerada la dependencia
latinoamericana. como un conjunto de factores “externos” que
Al parecer, la minimización, y con frecuen- traban el desarrollo de una sociedad, o como
cia la simple omisión, de este problema en las un conjunto de acciones unilaterales de las so-
investigaciones, resulta en parte de una inade- ciedades poderosas contra las débiles, sólo es
cuada conceptualización del fenómeno. una parte de la realidad. Así, por ejemplo, en
Así, en la generalidad de los estudios sobre el caso de las actuales relaciones entre Cuba
los problemas del subdesarrollo latinoameri- y Estados Unidos, el bloqueo económico im-
cano, la dependencia suele aparecer como un puesto unilateralmente a Cuba es, sin duda, un
78 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

obstáculo de gran importancia a su desarrollo, intereses dominantes dentro de las sociedades


lo que no obstante, no convierte a ese país en dependientes corresponden a los intereses del
dependiente de los Estados Unidos. Y, obvia- sistema total de relaciones de dependencia y
mente, eso es posible porque aquí, realmente, del sistema de producción y de mercado, en
se enfrentan los intereses de los grupos domi- su conjunto.
nantes de un país con los intereses nacionales Desde este punto de vista, la dependencia es
defendidos por el poder dominante en el otro. un sistema particular de interdependencia en
Es decir, siempre que se enfrentan los inte- el universo capitalista, dentro del cual un sec-
reses dominantes de sociedades de desigual tor es dominante sobre los demás. Para que eso
poder, la situación que se produce es conflic- sea posible, la correspondencia básica entre
tiva y puede, eventualmente, llevar a la depen- los intereses dominantes en ambos sectores es
dencia; pero ella misma no constituye una si- sine qua non. No se trata, pues, de un conjunto
tuación de dependencia. de acciones unilaterales de determinados paí-
En consecuencia, las relaciones de depen- ses poderosos contra otros débiles y, por eso,
dencia aparecen sólo cuando las sociedades de “factores externos”.
implicadas forman parte de una misma unidad Dentro de este marco genérico, las relacio-
estructural de interdependencia, dentro de la nes de dependencia en el capitalismo contem-
cual un sector es dominante sobre los demás, poráneo asumen muchas modalidades. Las
lo que constituye uno de los rasgos definitorios sociedades nacionales latinoamericanas son
del sistema de producción y de mercado del dependientes, como lo son hoy día la mayoría
capitalismo actual. Es decir, la dependencia de las asiáticas, africanas y algunas de las euro-
no enfrenta el conjunto de intereses sociales peas. Sin embargo, no se trata en cada caso de
básicos de la sociedad dominada con los de la relaciones idénticas de dependencia.
sociedad dominante. Por el contrario, presu- La construcción de la problemática general
pone una correspondencia básica de intereses de la dependencia está todavía por hacer, y nin-
entre los grupos dominantes de ambos niveles guna tipología de la dependencia existe actual-
de la relación, sin que eso excluya fricciones mente para servir de marco de referencia al es-
eventuales por la tasa de participación en los tudio de la situación latinoamericana. Tampo-
beneficios del sistema. En otros términos, los co es éste el lugar para intentar su elaboración.
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 79

No obstante, es indispensable señalar bre- tructurados de ellos, entraron a formar parte


vemente algunas de las características que integrante de las sociedades que luego se de-
otorgan especificidad innegable al sistema de sarrollaron en su territorio.
relaciones de dependencia dentro de las cuales Aunque la emancipación significó induda-
existen nuestras sociedades latinoamericanas, blemente un punto de ruptura que permitió la
con la excepción de Cuba. emergencia de las actuales nacionalidades, no
En primer lugar, a diferencia de la mayor par- supuso, sin embargo, la cancelación de la de-
te de las sociedades dependientes dentro del pendencia, sino su modificación. Más todavía,
capitalismo actual, las formaciones histórico- el propio proceso de descolonización fue, en
sociales que dieron origen a las actuales socie- gran medida, parte del proceso de transforma-
dades nacionales de la región, se constituyeron ción del sistema de producción y de mercado
como tales, ab initio, como parte del proceso del capitalismo, y dentro del cual y por lo cual,
de formación y desarrollo del sistema capitalis- se produjeron desplazamientos intermetropo-
ta de dependencia, en su período colonialista. litanos de poder y, en consecuencia, altera-
Es decir, nuestras sociedades originaron con ciones sustantivas en el sistema de relaciones
su nacimiento sus relaciones de dependencia. de dependencia. La dependencia colonialista
La dependencia, por lo tanto, es un elemen- dio paso a la dependencia imperialista. La pri-
to constitutivo de las sociedades nacionales mera dio origen a las formaciones históricas
latinoamericanas. De manera diferente, otras de capitalismo colonial latinoamericano; la
sociedades como la hindú o la china pre re- segunda, a su constitución como sociedades
volucionaria, en un nivel, o Japón, en otro, nacionales dependientes dentro del sistema
entraron en relaciones de dependencia como capitalista industrial.
sociedades ya constituidas y mantuvieron su De ese modo, la dependencia de las socie-
carácter de tales a lo largo de todo el proce- dades nacionales latinoamericanas no reside
so. No puede decirse lo mismo, por ejemplo, únicamente en la subordinación económica a
de las sociedades azteca e incaica, que fueron los intereses que dominan en las sociedades
totalmente desintegradas como formaciones metropolitanas y, por eso, en la totalidad del
histórico-sociales, aunque su población y nu- sistema capitalista, aunque ese sea el elemen-
merosos elementos aislados, y aun núcleos es- to más visible y decisivo. Mucho más que eso,
80 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

se trata de una dependencia histórica que no son capaces de alterar ni el sentido ni la na-
afecta a todos los demás órdenes institucio- turaleza de esas relaciones.
nales y al entero proceso histórico de nues- De allí se deriva, pues, que las relaciones
tras sociedades. de subordinación económica que nuestras
Esta dependencia histórica de nuestras so- sociedades mantienen con los intereses me-
ciedades radica en el hecho de que, mientras tropolitanos, no se asientan solamente en el
sean integrantes del sistema, las tendencias poder de estos para imponerlas, sino, sobre
fundamentales que adopta la estructura inter- todo, en el carácter dependiente de la propia
na de poder en aquéllas, así como los intereses estructura de poder imperante en nuestras
sociales concretos que dominan en esa estruc- sociedades. O, en otros términos, en la ade-
tura, están subordinadas, en cada momento, a cuación de esa estructura y de sus intereses
las tendencias que orientan las relaciones con dominantes, a los intereses dominantes en
los intereses dominantes en las sociedades las relaciones con las metrópolis y con el
metropolitanas. A cada período de cambio en conjunto entero del sistema de dependencia,
el carácter concreto de estas relaciones, co- en su capacidad para servir a la continuidad
rresponden igualmente cambios en el carácter de este sistema.
concreto de la estructura de poder en nuestras Desde este punto de vista, el concepto de
sociedades, adecuado a los requerimientos im- dependencia histórica tiene que ser elaborado
plicados en esas relaciones. y comprendido en dos dimensiones capitales:
Ciertamente, no se trata de una relación uni-
lateral y mecánica entre ambos procesos. Se 1. El carácter subordinado del lugar que nues-
trata de una relación de interdependencia, des- tras sociedades ocupan en las relaciones
de que los cambios que ocurren en el carácter con los intereses metropolitanos, los modos
concreto de la estructura de poder en nuestras concretos de articulación con ellos y sus
sociedades afectan también las formas espe- tendencias de cambio y de expresión con-
cíficas en que se encarnan las relaciones con creta, en cada momento.
los intereses metropolitanos. Pero en tanto no 2. El carácter subordinado de las tendencias,
haya cambiado la naturaleza histórica misma que adopta la estructura de poder interna de
de esa estructura de poder, aquellos cambios nuestras sociedades, al carácter concreto de
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 81

sus intereses dominantes y del modo como cano en el contexto del proceso de dependen-
se articulan entre sí, respecto de las tenden- cia, será no obstante conveniente una mínima
cias que adoptan nuestras relaciones con los ilustración exploratoria, confrontando dos mo-
intereses metropolitanos en cada momento. mentos del proceso de dependencia y sus impli-
caciones en la sociedad latinoamericana.
Lo que es específico de la dependencia latinoa-
mericana es que ninguna de ambas dimensio- 1. En el período poscolonial, los requerimien-
nes puede ser comprendida o explicada sin la tos específicos de la economía metropolitana,
otra, y sobre todo, que el proceso histórico glo- inglesa sobre todo, en el período que corre en-
bal de cada una de nuestras sociedades y del tre la emancipación y gran parte del siglo XIX,
conjunto de ellas, depende del proceso históri- implicaban principalmente relaciones econó-
co de sus relaciones con los intereses dominan- micas financiero-comerciales con las socieda-
tes en las sociedades metropolitanas. des nacionales latinoamericanas que emergían.
De ese modo puede también entenderse Esas relaciones se basaban en la compra de
por qué la autonomía nacional de cualquiera productos extractivos y la venta de productos
de nuestras sociedades nacionales, dentro del industriales de la época, y fundaron por consi-
sistema universal de interdependencia que se guiente una división de la producción interna-
desarrolla, no puede ser ganada sin una modi- cional entre países y áreas agro-extractivas y
ficación radical de la estructura de poder que países industriales.
sirve a la dependencia en las relaciones con las Ese tipo de relación significó dos cosas para
metrópolis y que es condicionada por esas re- las sociedades latinoamericanas, desde el pun-
laciones, a menos que los intereses metropoli- to de vista de la dependencia:
tanos hoy día dominantes hayan desaparecido
o se hayan debilitado totalmente, en cuyo caso a. el control de sus recursos productivos inter-
el sistema actual de dependencia habría tam- nos por los grupos dominantes latinoame-
bién desaparecido. ricanos, y una posición subordinada en el
Como no es esta la ocasión de desplegar, ni mercado internacional, es decir en sus rela-
siquiera en un esquema apretado e insuficiente, ciones económicas con los intereses metro-
un recuento del proceso histórico latinoameri- politanos dominantes en ese período;
82 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

b. el predominio total de los sectores agro- también por la expansión del control directo
extractivos en la estructura de producción metropolitano, bajo múltiples modalidades, de
latinoamericana. todos los sectores de producción y de actividad
económica en general, con un creciente énfa-
Por lo tanto, el carácter concreto de la clase do- sis en el control de los sectores urbanos e in-
minante en la sociedad latinoamericana tenía dustriales de la estructura económica. En tales
que ser, necesariamente, el de una burguesía condiciones, ni el régimen económico-social,
terrateniente en lo fundamental, en tanto que ni el régimen político correspondiente podrían
su fuente principal de poder económico-social ser los mismos de antes. Las nuevas tendencias
era el control de los medios de producción concretas en las relaciones económicas con los
agropecuaria. Los grupos dominantes dentro intereses metropolitanos dominantes, implican
de esa clase tenían también que ser aquellos dos cosas:
más ventajosamente ligados a las relaciones
económicas con las metrópolis, tanto en la a. la creciente disminución del control de sus
exportación agro-extractiva como en el con- recursos productivos internos para los gru-
trol del comercio de productos industriales de pos dominantes latinoamericanos, y una
importación. El régimen político asociado a tal acentuación de su posición subordinada en
estructura de poder económico-social fue, co- las relaciones de mercado con los grupos
rrespondientemente, el de una oligarquía, con metropolitanos;
un tipo de Estado burgués-oligárquico. Desde b. la tendencia al predominio de los nuevos
el punto de vista político, la clase dominante sectores de producción y de actividad eco-
era una burguesía oligárquica. nómica en muchos países y la tendencia
al desarrollo de ellos en la matriz anterior,
2. En la actualidad, las relaciones económicas en los otros países. Y de otro lado, junto a
entre nuestras sociedades y los nuevos centros los sectores agro-extractivos, la creciente
metropolitanos dominantes, suponen requeri- dependencia tecnológica de los sectores
mientos concretos mucho más amplios y diver- urbano-industriales, pasa a ser también uno
sificados. Junto a las relaciones financiero-mer- de los ejes de las relaciones económicas con
cantiles, las relaciones actuales se caracterizan los intereses metropolitanos.
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 83

En este contexto, el carácter concreto de la la posesión de los principales roles-estatus en


clase dominante en la sociedad latinoamerica- el orden político institucionalizado. El Estado,
na, se ha también complejizado y diversificado así, no puede ser más solamente oligárquico-
necesariamente, en tanto que sus fuentes de burgués, ni la clase dominante caracterizarse
poder se han ampliado y diversificado en la solamente como oligárquica, desde el punto de
estructura interna de la sociedad. Pasa así, a vista político.
constituirse en una burguesía terrateniente- La propia estructura institucional del Estado
minero-mercantil-financiero-industrial, al se ha también ensanchado y diversificado, al
mismo tiempo, donde cada uno de sus grupos paso de las crecientes necesidades nuevas de
constitutivos está interconectado con cada administración de una estructura económico-
uno de los otros, en cada uno de los sectores social más compleja, y al paso en que las re-
de actividad económica. laciones de poder político entre las diversas
Una tal estructura de actividad económica, clases existentes o en curso de formación se
diversificando la división social del trabajo, han ido también diversificando y matizando de
contribuye también a diversificar y a ampliar el nuevos elementos, y de nuevos mecanismos de
número y niveles de roles-estatus en la socie- dominación y de conflictos políticos.
dad. La estratificación de poder social incluye a De allí que, en la actualidad, sea posible re-
nuevos grupos y modifica a los anteriores. Las gistrar la acentuación de la crisis de la hege-
clases media y obrera constituyen hasta aquí monía oligárquica en el Estado, en una doble
los nuevos grupos más importantes, mientras manera: paso en que las relaciones de poder
los grupos marginalizados comienzan a obtener político entre las diversas clases dominantes,
una significación económico-social creciente. en la medida en que ninguno de ellos se asienta
El régimen político asociado a esa estruc- sobre fuentes de poder dominantes sobre las
tura de poder económico-social, no podría ser demás, en una matriz económica flexible y con-
sino solamente una oligarquía, definida como tradictoria en la cual ninguno de los recursos
la hegemonía de los miembros de la clase de producción y los correspondientes secto-
económico-socialmente dominante o de indivi- res de actividad económica dominan sobre los
duos procedentes de otras clases, pero al ser- demás, pero sobre todo, cuyas relaciones eco-
vicio directo de la dominante, en el control y nómicas con los grupos metropolitanos domi-
84 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nantes, sirven cambiantemente a los diversos ciedades latinoamericanas y el valor del con-
grupos de la clase dominante que compiten por cepto de dependencia histórica, para guiar
la hegemonía interna de la clase; de otro lado, la investigación y la comprensión de nuestra
una crisis de la hegemonía de la clase dominan- cambiante realidad.
te, en su conjunto, en sus relaciones de poder En tales condiciones, la problemática total
político con las otras clases existentes ya o en del desarrollo histórico de nuestras socieda-
curso de formación, sin que, sin embargo, estas des está afectada radicalmente por el hecho
otras clases hayan ya conseguido articular de de la dependencia. Esto no es un dato exter-
modo pleno y efectivo sus aspiraciones organi- no de referencia, sino un elemento funda-
zadas al poder en la sociedad. mental en la explicación de nuestra historia:
De allí, igualmente, que en algunos de los no se trata de sociedades con una legalidad
países más importantes de la región, esta crisis histórica autónoma, que, como consecuencia
de la hegemonía oligárquica en el Estado, haya de una posterior sujeción a la dominación
conducido a intentos de recomposición hege- externa, son forzadas a reajustarse en su
mónica sobre otras bases, mientras los crecien- comportamiento a las exigencias de los do-
tes reclamos de poder de las clases dominadas minadores; por el contrario, la legalidad total
comienza a poner en cuestión la naturaleza de estas sociedades es dependiente y su com-
burguesa misma del Estado, superponiendo la portamiento no es un sometimiento a una im-
crisis de hegemonía oligárquica con la crisis posición externa sino una correspondencia
del Estado burgués como tal. interna a las leyes generales del sistema de
Esta breve comparación entre ambas situa- dominación en su conjunto, pero especifica-
ciones históricas dentro del proceso de depen- das por múltiples elementos de intermedia-
dencia muestra con suficiente vigor, de modo ción y singularización.
concreto, que lo que ocurre en el seno mismo Esto significa que los cambios que tienen
de nuestras sociedades está permanentemente lugar en el sistema conjunto de dependencia,
subordinado a lo que ocurre en nuestras rela- condicionan los que ocurren en la sociedad
ciones con los intereses metropolitanos domi- dependiente de la misma manera como los
nantes, en cada momento. Por consecuencia, cambios así producidos en ella inducen alte-
el doble carácter de la dependencia de las so- raciones en las modalidades concretas de las
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 85

relaciones de dependencia en cada momento. te como un sistema de intermediación entre


Desde este punto de vista, un proceso histórico ambos procesos, y que, de las modificaciones
de tanta importancia como la expansión y cam- producidas por la urbanización, se derivan
bio de las formas urbanas de existencia social también efectos de cambio en las relaciones
que agitan hoy día a la totalidad de estos paí- mismas de dependencia, de modo que el siste-
ses, no puede ser ajeno a los condicionamien- ma de dependencia como tal se modifica tam-
tos implicados en la situación de dependencia. bién sobre la base de los cambios en el seno de
En lo que sigue, se intenta destacar ciertas las sociedades dependientes.
líneas básicas de esa asociación entre los cam- El carácter, en última instancia, dependiente
bios del sistema de dependencia y la historia de del proceso de urbanización en Latinoamérica,
la urbanización poscolonial en Latinoamérica, puede mostrarse principalmente en torno de
enfatizando lo que tiene lugar en el contexto dos de sus aspectos:
actual de la situación.
1. Los cambios en el perfil de la red urbana –v.
gr., la distribución de las localidades urba-
Dependencia y urbanización nas y su fluctuación en el territorio– en cada
poscolonial en Latinoamérica uno de los períodos destacados de modifica-
ción del sistema de dependencia.
La tesis central del enfoque sostiene que la ur- 2. Los cambios en el contenido de la sociedad
banización en Latinoamérica es un proceso de- urbana que habita esa red ecológico-demo-
pendiente. Esto es, que sus tendencias y carac- gráfica, en cada uno de tales períodos.
terísticas sobresalientes están regidas por las
del proceso de las relaciones de dependencia Desde luego, ambos aspectos están vincula-
de nuestras sociedades. Sin embargo, importa dos por relaciones de interdependencia, lo
insistir en que no se trata de una mera vincu- que no supone que estas sean de tipo “siste-
lación mecánica y unidireccional en la medi- mático”. El análisis trata de mantener tanto
da en que las singularidades y especificidades la autonomía como la vinculación entre am-
de la matriz histórico-social de cada una de bos, pero enfatizando a cada uno de ellos por
nuestras sociedades actúan permanentemen- separado.
86 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Los cambios en el perfil dable que el inicio de su proceso efectivo de


de la red urbana expansión y hegemonía, que hoy cristaliza defi-
Como se sabe, el ingreso de este territorio y de nitivamente, se produce por la incorporación al
las poblaciones que lo habitaban entonces al mundo capitalista y la imposición de patrones
sistema de dependencia colonial ibérico signi- de urbanismo y de urbanización derivados de
ficó, al mismo tiempo, su ingreso en el sistema la expansión y consolidación del sistema capi-
de producción y de mercado del capitalismo talista europeo.
en pleno proceso de expansión bajo su forma Sobre la base de la previa existencia de so-
mercantilista, a cuyo desarrollo la dependen- ciedades indígenas desarrolladas y de fuentes
cia colonial contribuyó en forma destacada. de producción de metales en determinadas
Los cambios en el sistema de dependencia aéreas, principalmente, aunque probablemen-
originados en los desplazamientos intermetro- te las circunstancias mismas del proceso de
politanos de poder en Europa, a medida que el colonización tuvieron buena parte en ello, du-
capitalismo se expandía y se consolidaban y rante los dos primeros siglos de la dependen-
modificaban sus formas de producción hasta cia colonial fueron esas áreas las que queda-
convertirse en capitalismo industrial, determi- ron más directa y estrechamente vinculadas al
naron en cada período cambios en el sistema sistema colonial y, a través de este, al merca-
de dominación en las colonias y desplaza- do europeo metropolitano. Como consecuen-
mientos decisivos en la articulación de cada cia, esas aéreas se convirtieron en los focos
una de las áreas colonizadas en las relaciones principales del desarrollo del capitalismo co-
de dependencia. lonial americano y, en tal virtud, concentraron
Tanto desde el punto de vista del conjunto de los focos principales del desarrollo urbano de
los actuales países de la región como del de cada ese período.
uno de ellos en particular, la historia del proceso Así en los siglos XVI y XVII la red urbana co-
de urbanización no ha dejado de estar, en nin- lonial se extendía ante todo a lo largo de Méxi-
gún momento, condicionada por esos cambios. co, Guatemala, la hoya del Pacifico sudamerica-
A pesar de que la urbanización tenía ya una no y en las zonas metalíferas andinas, mientras
historia relativamente larga y rica en este terri- que en la banda atlántica el desarrollo urbano
torio desde antes de la colonización, es indu- era relativamente débil comparativamente.
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 87

No es necesario aquí insistir mucho en los contribuyeron una serie de circunstancias his-
factores del monopolio comercial y la ruta de tóricas bien conocidas, y de manera especial,
distribución de las mercaderías que ingresaban las que caracterizaban el proceso interno den-
y salían del territorio colonial, y que fueron tro de las metrópolis coloniales ibéricas que
determinantes de la distribución de los princi- fueron pasando en el curso del siglo XVIII a
pales centros de desarrollo comercial urbano una posición subordinada y finalmente a una
de ese período, porque esos hechos son bien condición de dependencia y de subdesarrollo2.
conocidos. Mientras las metrópolis ibéricas, Las modificaciones en las formas concretas
y España en especial, ocupaban posiciones de producción y en la estructura de mercado
dominantes en el sistema de poder interme- del capitalismo metropolitano, que pasó del
tropolitano en Europa, las relaciones de de- mercantilismo metropolitano al industrialismo
pendencia de las colonias americanas con el entre los siglos XVI-XVIII, y los desplazamien-
sector metropolitano capitalista se realizaban tos de poder intermetropolitano que de allí se
exclusivamente a través del sistema colonial, a derivaron, determinaron de manera necesaria
su vez parte integrante del sistema capitalista cambios decisivos en la articulación misma del
en su conjunto. Y mientras esas circunstancias sistema de dependencia colonial y en el papel
permanecieron, las tendencias de distribución de intermediación que desempeñaba entre el
de los principales focos de desarrollo del ca- capitalismo colonial americano y el capitalis-
pitalismo colonial y de su correspondiente red mo metropolitano europeo.
de desarrollo urbano, que condicionaba esas La larga disputa por el poder político metro-
circunstancias, permanecieron también. politano entre España e Inglaterra, especial-
Sin embargo, a medida que el sistema capi- mente, fundada también en la disputa por el
talista metropolitano se fortalecía y modificaba
las formas concretas de su estructura de pro-
ducción y de mercado, el sistema de poder in- 2 Esos efectos fueron aún más pronunciados en el
termetropolitano fue alterándose intensamen- caso de Portugal, probablemente como resultado de
te desplazando las posiciones de predominio su más larga y profunda sujeción política a partir del
siglo XVII cuando cayó bajo la dominación de España
económico-político de manos de España a las
en el mismo momento en que el desarrollo capitalista
de Inglaterra, Francia y los Países Bajos. A eso se estancaba en este país.
88 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

control del mercado colonial americano, ya du- una doble economía, sobre todo en las colonias
rante el siglo XVII había comenzado a deterio- del Cono Sur.
rar seriamente la coherencia de la organización El desarrollo económico de las colonias
administrativa colonial y, sobre todo, la rigidez atlánticas determinó en el siglo XVIII altera-
del control peninsular sobre el desarrollo del ciones profundas en el sistema administrativo
comercio colonial. Las incursiones de pirate- colonial, por la creación del virreinato del Río
ría primero, y más tarde el desarrollo del con- de la Plata; pero, fundamentalmente, alteró
trabando en gran escala a favor del creciente todo el sistema de distribución del comercio
dominio inglés sobre la navegación comercial, en las colonias sudamericanas. La ruta de
fueron determinando progresivamente la difi- Buenos Aires fue rápidamente convirtiéndo-
cultad de mantener las rutas de tráfico comer- se en la ruta central, en contra de la ruta de
cial colonial anteriores y abriendo paso al de- Panamá-Lima.
sarrollo de las rutas atlánticas. Como resultado El siglo XVIII está marcado por la lucha en-
de eso, las aéreas coloniales situadas en esta tre los grupos económicos dominantes de la
zona iniciaron su proceso de desarrollo comer- banda del Pacifico, especialmente de la bur-
cial colonial y más tarde su desarrollo político, guesía criolla de Lima, y los nuevos grupos
dentro del sistema de articulación político-ad- emergentes en la banda del Atlántico. Y las
ministrativo colonial. nuevas condiciones del sistema capitalista
Todo este proceso va a acelerarse en el si- metropolitano, la creciente hegemonía inglesa
glo XVIII, especialmente a partir de la Paz de dentro de él, la creciente debilidad económico-
Utrecht en 1713, en que España fue obligada a política de las metrópolis ibéricas, hicieron in-
ceder a Inglaterra un conjunto de mecanismos evitable la derrota de los grupos dominantes
de participación en el mercado colonial ame- de la banda del Pacifico, que controlaba Lima
ricano, como el “navío de permiso” y el “navío en el sector sudamericano3.
de registro”, mecanismos limitados si se los
considera desde el punto de vista formal, pero
que sus beneficiarios supieron utilizar profun- 3 Véase: Céspedes del Castillo, Guillermo 1947 Lima
y Buenos Aires. Repercusiones económicas y políticas
damente para desarrollar una política de con-
de la creación del virreinato del Plata (Sevilla: Escuela
trabando comercial que muy pronto constituyó de Estudios Hispano-Americanos).
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 89

Como resultado de todo este largo y com- miento económico comercial y productivo,
plejo proceso, que sólo esquemáticamente se retenían y sin duda encontraban las impregna-
presenta aquí, en la banda atlántica surameri- ciones señorialistas de sus grupos dominantes
cana los principales centros de las relaciones y el carácter patrimonialista de sus organiza-
comerciales con Europa se desarrollaron rápi- ciones políticas.
damente como centros urbanos importantes. Es sobre ese nuevo punto de partida de la
Además, en parte como consecuencia de la es- sociedad urbana comercial en la zona atlánti-
casa significación de las poblaciones indígenas ca, que se insertará la posterior influencia de la
en regiones como la del Plata, no se había cons- migración europea.
tituido un estrato terrateniente señorialista de Así, pues, en el mismo período en que co-
poder y rasgos equivalentes al que existía en mienza el proceso de debilitamiento del sis-
la zona andina, lo que, sumado a la economía tema colonial de dependencia capitalista en
ganadero-comercial de la región en ese perío- América Latina, en la segunda mitad del siglo
do, permitió una más profunda y consisten- XVII, la red del coloniaje tiende a cambiar de fi-
te interiorización de formas más definidas de sonomía y la sociedad urbana tiende a cambiar
relaciones capitalistas entre los grupos que se su carácter concreto. Los principales focos de
formaban en la sociedad en comparación con desarrollo urbano de los siglos XVI-XVIII han
las sociedades del Pacifico andino, por ejem- comenzado a estancarse y a ser desplazados
plo, en las cuales, no obstante, el capitalismo a un lugar menos importante en favor de los
colonial había tenido sus principales centros nuevos, como tendencia, y en estos últimos la
en el período que terminaba. sociedad urbana emergente tiene un carácter
De ese modo, en las áreas coloniales de la predominantemente comercial y burgués, más
banda del Plata, sobre todo, en el curso de las definido que en los anteriores.
últimas décadas del siglo XVIII, el proceso de Al desintegrarse el sistema colonial, como
urbanización de la sociedad partía de un nivel parte de las transformaciones ya señaladas en
mayor de “modernización” en los términos de el sector metropolitano y de sus repercusiones
la época, en tanto que las sociedades urbanas en las sociedades coloniales, las tendencias
de mayor tradición en los principales centros anotadas cobran todo su pleno desarrollo. A
del poder colonial, en el marco del estanca- favor de la posición hegemónica de Inglaterra
90 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

en el mercado capitalista y con las condicio- Entre tanto, se estancó en países como los
nes tecnológicas imperantes entonces en el del área andina, en los cuales la producción
sistema de comunicación y de transporte que de metales había desaparecido casi totalmen-
servía a ese mercado, al terminar la coloniza- te hacia el final del siglo XVII, anulando en
ción ibérica y establecerse un nuevo sistema de ese momento las posibilidades de desarrollo
dependencia de las ex colonias con las metró- de las áreas metalíferas y de sus respectivos
polis europeas, las áreas latinoamericanas in- centros urbanos, como Potosí, Huamanga,
corporadas de modo más inmediato y en mayor Huancavelica, y sólo habían quedado en pro-
profundidad a ese nuevo sistema van a ser, pre- ceso de desarrollo decreciente los centros
cisamente, las de la banda atlántica en general. urbanos de la costa y las capitales adminis-
Las relaciones de dependencia que emer- trativas virreinales.
gen con la descolonización son fundamental- Como consecuencia, mientras los países
mente relaciones comerciales y financieras, y directamente incorporados a la dependencia
ellas afectaron de muy desigual manera a los comercial y financiera bajo la hegemonía ingle-
países que se constituyeron en el curso de la sa, y en segundo lugar de la francesa, pudieron
descolonización. continuar desarrollándose como capitalismo
Mientras los países del Pacifico, sobre todo comercial-agropecuario dependiente, en los
del Pacifico andino, quedaron colocados en otros se inició un largo proceso de casi com-
relaciones relativamente segmentarias con los pleta agrarización y estancamiento de la eco-
países metropolitanos europeos, los del Atlán- nomía, lo que permitió el reforzamiento de los
tico fueron incorporados de manera más direc- elementos señorialistas de origen colonial y
ta y consistente. la acentuación de las dificultades del desarro-
En esas condiciones, el desarrollo del ca- llo político en el cuadro del Estado burgués
pitalismo comercial y del capitalismo agrope- oligárquico en que se encarnó aquí el modelo
cuario vinculado a él, se realizó en los paí- burgués-liberal metropolitano.
ses atlánticos o en las áreas ya previamente Eso, en última instancia, responde por la
desarrolladas allí a lo largo del siglo XVIII y mayor duración del proceso de formación de
en las zonas relativamente bien conectadas a un efectivo sistema de articulación política y
esas rutas de tráfico comercial, como Chile. de integración nacional en estos países, duran-
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 91

te las décadas inmediatamente posteriores a la tiempo, el proceso de urbanización en la cos-


cancelación de la Colonia4. ta, bien que debilitado y precario, comenzó a
En estos últimos países, el proceso de tomar la delantera y la red urbana del país co-
urbanización se estancó, en general; sólo menzó a cambiar su fisonomía.
sus sectores relativamente incorporados de Este es, en términos generales, el proceso
modo directo a las relaciones comerciales de que explica la profunda alteración del perfil
dependencia, pudieron mantenerse en relati- urbano de Latinoamérica entre el período co-
vo pero débil crecimiento. Así, en el Perú por lonial y el período siguiente. México, Brasil,
ejemplo, mientras que durante los dos prime- Argentina, Chile, Uruguay, principalmente, pu-
ros siglos de la colonia todas las principales dieron mantener su desarrollo capitalista de-
ciudades estaban en la sierra, con excepción pendiente, y la importancia de sus relaciones
de Lima, posteriormente, como consecuencia de dependencia comercial fortaleció la urba-
del estancamiento del capitalismo comercial- nización de su población, mientras el proceso
minero y de la agrarización de su econo- inverso tenía lugar en los demás países.
mía, parte de los centros urbanos de la sie- Al pasar la hegemonía metropolitana dentro
rra desaparecieron como focos activos y se del sistema capitalista a manos de los Estados
mantuvieron sólo aquellos que servían como Unidos a partir de la Primera Guerra Mundial,
residenciales de la clase terrateniente pro- las nuevas exigencias de la producción indus-
vinciana y no tenían actividad productiva ni trial norteamericana expandieron las relacio-
movimiento comercial importantes. Al mismo nes de dependencia y las modificaron en sus
formas concretas. Sobre la dependencia co-
mercial y financiera, se añadió la dependencia
4 Piénsese, por ejemplo, en los procesos políticos
a base de inversiones directas y en “enclaves”
tan distintos de Chile y Perú, en el siglo XIX sobre
todo; la oligarquía minero-terrateniente de Chile pudo en muchos de nuestros países. Pero operando
conseguir muy rápidamente el pleno control del Estado, sobre la matriz resultante del proceso anterior,
a diferencia de la peruana, no obstante que esta era más sólo desarrollaron al máximo el esquema y las
amplia y aparentemente más poderosa, pero fundada tendencias ya prevalecientes de constitución
en una economía agrícola estancada y desarticulada
de la red urbana en la región en su conjunto y
nacionalmente, desde fines del siglo XVIII hasta la
segunda mitad del siglo XIX. en cada uno de los países.
92 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Cuando llega el período de la gran crisis de secuencia, el proceso de expansión y modifica-


los años treinta, los países que habían sido más ción de los sectores urbanos de la sociedad fue
estrechamente integrados a las relaciones co- también en esos países más intenso y amplio
merciales y financieras de dependencia tenían, respecto de los demás países.
ya por eso, una importante población urbana, Sin duda otros factores históricos, la enor-
socializada en los patrones de consumo de los me inmigración europea a Argentina, Uruguay
productos de la industria metropolitana; pero, y, en menor medida, a Brasil y Chile, contribu-
al mismo tiempo, tenían ya entre sus grupos de yeron notablemente a este proceso; pero, sin
poder económico dominante los sectores con duda también, no fue por azar que fueron pre-
los recursos y la aptitud necesarias para pro- cisamente estos países los que recibieron más
mover la inevitable sustitución de importacio- que otros esos contingentes migratorios. Eran
nes y un sistema político-institucional capaz de estos los países más en contacto con Europa y
estimularla v canalizarla. los más “modernizados”, esto es, europeizados,
En cambio en los países que, como los del lo que era el signo de la “modernización” en ese
área andina, habían sido menos consistente- momento. Eso fue una consecuencia de su más
mente articulados a la dependencia poscolonial directa y estrecha articulación con las metró-
financiero-mercantil y sólo recientemente co- polis europeas, desde fines del siglo XVIII.
menzaban a ser afectados por la dependencia in- En otros términos, al deteriorarse las relacio-
dustrial, el proceso de urbanización poscolonial nes de dependencia entre los países metropoli-
fue reducido, su mercado industrial limitado tanos y los latinoamericanos, en los años trein-
por tanto, y sus grupos dominantes carecían de ta, un grupo de países estaba en condiciones
los recursos y la aptitud para montar empresas de utilizar esta coyuntura para intentar un de-
industriales, del mismo modo como su aparato sarrollo industrial propio, aunque siempre débil
político de dominación no tenía las posibilida- y precario, en la medida en que la dependencia
des institucionales de hacerse cargo de la tarea. no fue liquidada. Por otro lado, los demás paí-
El resultado histórico conocido es que el ses no tenían esas condiciones; los efectos de
proceso de industrialización sustitutiva en es- la crisis en ellos fueron muy distintos y sólo sir-
cala importante se inició primero en México, vieron para acentuar aún más la dependencia.
Brasil, Argentina, Chile y Uruguay y, como con- Pero en ninguno de los casos la dependencia
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 93

estuvo ausente en el condicionamiento de sus No fue por azar que en los países de la banda
posibilidades, en cualquier sentido. atlántica sudamericana la urbanización se con-
El proceso de sustitución de importaciones centrara primordialmente en puertos (Buenos
de productos de consumo, que se desarrolló en Aires, Río de Janeiro), que por lo general cum-
esos países, naturalmente dio como resultado plían además funciones político-administrativas
el ensanchamiento de los sectores urbanos de en la colonia, o en las ciudades capitales bien
la economía, su modificación y la alteración conectadas con la ruta atlántica (Santiago).
de las relaciones urbano-rurales en todos los En otras palabras, las tendencias específicas
órdenes, dentro de la sociedad. Al proceso de que tomaba el desarrollo urbano dentro de la
expansión urbana iniciado en las postrimerías región y dentro de cada país, la concentración
del siglo XVIII, se añadió así un nuevo factor de regional de la urbanización en especial, fueron
grandes consecuencias. en todos los casos condicionadas por las rela-
De este modo, el proceso de urbanización ciones de dependencia, de la misma manera
poscolonial de esos países no fue, de ningún que en la actualidad.
modo, autónomo. Fue, al contrario, condicio-
nado en todo momento por el modo particular
de inserción de esos países en las cambiantes El proceso actual de urbanización
formas del sistema de relaciones de dependen- y los cambios en las relaciones de
cia con el resto del mundo capitalista. dependencia
De la misma manera, el débil desarrollo de la
expansión urbana en los países restantes, que De modo general, las relaciones actuales de
no obstante fueron los centros del desarrollo dependencia se caracterizan por los siguientes
urbano del período colonial, está vinculado de elementos:
manera directa a todos los vaivenes de sus rela-
ciones particulares de dependencia. No fue por i) La expansión y la acentuación, implicada
casualidad que unos países en lugar de otros, en el hecho de que las inversiones directas y el
y unas zonas dentro de cada país, tuvieran las control financiero y crediticio no están más re-
condiciones para desarrollarse o no, en general ducidas, como hasta hace unos años, principal-
y en el proceso de urbanización en particular. mente a los sectores primarios de la economía
94 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

dependiente, sino que tienden crecientemente ración, frente al panorama actual podría pen-
a poner mayor énfasis en los sectores secunda- sarse que, mientras en períodos anteriores las
rios y terciarios, sin que eso suponga el aban- relaciones de dependencia se realizaban sólo o
dono de los sectores anteriores5. básicamente entre la o las metrópolis y cada
Sobre esa base, además, las relaciones de país latinoamericano dependiente, en la actua-
dependencia no son ya sólo económico-políti- lidad, sin que eso haya terminado, se desarrolla
cas, sino que cubren todos los otros órdenes un esfuerzo de los grupos dominantes metro-
institucionales básicos de la sociedad depen- politanos y dependientes para coordinar y es-
diente, y dentro de estos, sobre todo el orden tructurar a nivel continental las relaciones de
cultural y psicosocial. Aunque nunca estuvo, dependencia, desde luego con los desniveles y
naturalmente, ausente la influencia cultural, en las formas particulares con que se debe operar
la actualidad parece crecer una tendencia a la en cada país por separado6.
sistematización de esa influencia sobre la vida En cierta medida, el hecho de que se de-
cultural en general y, particularmente, sobre sarrollen al mismo tiempo los esfuerzos de
los sistemas educativos institucionalizados. integración regional y subregional y la acen-
De esa manera, las relaciones de dependen- tuación del control por redes de monopolios
cia no solamente se han expandido en la eco- internacionales, sobre el proceso en curso de
nomía, sino en todos los otros órdenes de la industrialización y de ampliación del mercado
sociedad, y se acentúan y se hacen más com- regional interno, pareciera revelar también la
plejas, modificándose por lo tanto en sus for- existencia de una asociación entre ambos fenó-
mas concretas. menos. Esto es, que los afanes de integración

ii) La estructuración continental de la depen-


6 Esta tendencia corresponde, probablemente, a
dencia. Aunque probablemente este elemento la emergencia cada vez más visible de lo que podría
está aún en proceso de desarrollo y de configu- nombrarse como un imperialismo internacional mono-
polista, bajo la hegemonía norteamericana, que va de-
sarrollándose por encima de los intereses particulares
5 Véase, por ejemplo: “Financiamiento externo de o “nacionales” de los grupos dominantes de cada país
América Latina” (Nueva York: Naciones Unidas, 1966) metropolitano y que tiende a expresar los intereses ge-
Cuadros 15 y 179. nerales del sistema de dependencia.
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 95

regional, y su reciente apoyo por los países La expansión y la modificación


metropolitanos, en parte están vinculados a la de las relaciones de dependencia y
tendencia de estructuración de las relaciones la expansión y modificación de la
de dependencia de Latinoamérica a nivel conti- urbanización en la región
nental, sin que tendencias de integración de los
aparatos político-represivos estén ausentes de Desniveladamente entre los países y grupos de
este cuadro7. países, en función tanto de la matriz histórico-
En fin, las relaciones de dependencia tien- social con que cada país ingresa en el período
den a expandirse, acentuarse y hacerse más co- actual como de las exigencias de las economías
herentes y sistemáticas y a modificar, a través metropolitanas, el hecho es que las relaciones
de todo eso, sus formas concretas de funciona- económicas de dependencia se están expan-
miento. De la misma manera como en los pe- diendo, acentuando y modificando dentro de
ríodos anteriores de nuestra historia cada una cada país y en toda la región.
de las tendencias importantes de cambio en las Esta expansión significa, en lo fundamen-
relaciones de dependencia, de la articulación tal, que junto a las relaciones comerciales y
de cada uno de los países dentro de este cam- financieras de dependencia y al control por
biante sistema, produjo cambios fundamenta- inversiones directas en los sectores primarios
les en el proceso de urbanización, en la actua- de la economía, se desarrolla actualmente la
lidad este proceso está también condicionado inversión en los sectores secundarios y ter-
por las tendencias concretas que siguen las ciarios, tanto en los países que antes cumplie-
relaciones de dependencia, tanto desde el pun- ron el proceso de sustitución de importacio-
to de vista del conjunto de países de la región nes de bienes de consumo como en los que lo
como de cada uno de ellos por separado. Aquí inician recientemente8.
se tratará de mostrar en sus líneas gruesas la
interdependencia entre ambos fenómenos.
8 Algunos de los países más industrializados de Amé-
rica Latina, bien que dependientes, tuvieron antes la
7 Estas observaciones no involucran, desde luego, a posibilidad de mayor control interno de sus recursos
los esfuerzos de integración latinoamericana derivados, principales y de su desarrollo industrial, lo que permitió
precisamente, de la lucha contra la dependencia. cierto margen nacional a una burguesía que como en
96 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Como consecuencia de esas nuevas orienta- mente en unos pocos países de la región, sino
ciones de las relaciones económicas de depen- que tiende a generalizarse a todos ellos, aun-
dencia, la estructura económica de cada uno que desniveladamente. Mientras los países de
de los países, como del conjunto de ellos en mayor tradición industrial sobrepasan la eta-
la región, tiende a modificarse correspondien- pa sustitutiva de importaciones de bienes de
temente, revelando claramente su carácter in- consumo y se orientan a la industrialización de
trínsecamente dependiente. Tales cambios im- bienes intermedios de capital y de bienes de
plican, básicamente, lo siguiente: a) la expan- capital básicos, en los demás la etapa sustitu-
sión de la actividad comercial, la introducción tiva comienza y, en algunos de ellos, se super-
y diversificación de la producción industrial pone ya con la fase de producción de bienes de
y de los servicios en todos los países, cuales- capital intermedios.
quiera que sean las desigualdades de ritmo y Todo ese proceso puede ser adecuadamen-
de intensidad del proceso entre los países; b) te descrito como un proceso de “urbanización
la ampliación y la intensificación de la partici- de la economía”, en tanto que implica el creci-
pación de nuestras sociedades en la produc- miento y la modificación de los sectores urba-
ción industrial internacional, además, de su nos de la estructura económica de la sociedad,
propio crecimiento industrial interno; c) la que tiene lugar en diversos niveles y en ritmos
expansión y diversificación de la producción desiguales en todos los países de la región,
industrial ya no está más concentrada única- como consecuencia de las nuevas tendencias
concretas que orientan la expansión y cambio
de las relaciones económicas de dependencia.
Brasil– tentó inclusive un populismo nacionalista. Sin Los desniveles y diferencias del proceso entre
embargo, hoy día se admite que los sectores decisivos
los países de la región, corresponden tanto a los
de la economía brasileña, sobre todo industrial, están
bajo el control del capitalismo internacional. Eso liqui- modos concretos con que la nueva dependencia
da las bases económicas del nacionalismo burgués en se establece en cada uno, como a las singulari-
ese país, y el margen nacional de la burguesía, que pasa dades de la matriz histórico-social con que cada
a ser ahora una burguesía dependiente; al mismo título país ingresa en este contexto de cambio.
que las burguesías de países como Perú, por ejemplo,
Por otro lado, el desarrollo tecnológico de
que recientemente inician la industrialización sustituti-
va e intermedia. los medios de comunicación y de transporte
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 97

contemporáneos, que sirven a la nueva estruc- cias y condiciones de los sectores urbanos de
tura económica emergente y a sus necesidades la estructura económica, como, en gran parte,
de ampliación e interiorización del mercado en siguiendo un curso de más o menos rápida des-
cada país, así como a la expansión de la par- integración de sus formas tradicionales.
ticipación de estas sociedades en el mercado Aunque combinados con circunstancias
industrial internacional, contribuyen a que los históricas particulares que lo especifican, es
cambios en los sectores urbanos de la sociedad fundamentalmente como consecuencia de es-
tiendan a ser más profundos y rápidos, al mis- tos cambios en la estructura económica, deri-
mo tiempo que a la difusión de muchos de sus vados de los cambios en el sistema de depen-
elementos sobre el conjunto entero de la socie- dencia, que tiene lugar el proceso de cambio
dad. Esto es, hacia los propios sectores rurales ecológico-demográfico de nuestras socieda-
y semiurbanos. des, expresado principalmente por el aumento
El proceso de urbanización de la estructura relativo de la población urbana y del número
económica, regida sobre todo por la expansión y tamaño de las localidades urbanas, particu-
de la producción industrial interna y de la parti- larmente de las grandes ciudades, de manera
cipación en el mercado industrial internacional generalizada en la región. Esto es, a la gene-
que alimenta la expansión del comercio y de ralización del proceso de urbanización de la
los servicios, trae como resultado la alteración economía a todos los países latinoamericanos,
de las relaciones económicas urbano-rurales desniveladamente entre ellos, corresponde la
en la sociedad, tanto desde el punto de vista generalización de la urbanización ecológico-
nacional como regional latinoamericano, a lo demográfica en la región.
largo de una tendencia de penetración del mer- No solamente ambos procesos específicos
cado de productos urbanos en el campo, cuya ocurren al mismo tiempo en su magnitud ac-
amplitud varía de país a país y de zona a zona tual, particularmente a partir de los años fina-
dentro de cada país, en relación a la importan- les de la última guerra mundial, sino que sus
cia de la producción industrial interna princi- tendencias son comunes y en ello se revela su
palmente. En el proceso, los propios sectores asociación entrañable, permitiendo observar
rurales de la economía tienden a cambiar, ine- que se trata de dimensiones particulares de
vitablemente, tanto reajustándose a las exigen- un mismo proceso conjunto, que puede deno-
98 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

minarse como urbanización de la sociedad, plazamientos de hegemonía económica entre


junto a otras dimensiones que corresponden a ciudades de un país han implicado, también,
las formas que cobra el proceso en las otras cambios correspondientes en las tendencias
dimensiones de la sociedad. de concentración de la población urbana del
En efecto, cuando se examinan las tenden- país entre esas ciudades. De igual manera, el
cias que sigue el proceso de urbanización de la robustecimiento de la hegemonía económica
economía latinoamericana, no es difícil verifi- de una ciudad en un país conlleva, normal-
car que aparece concentrado en ciertas zonas mente, al fortalecimiento de su predominio
de la región entera y en ciertas zonas dentro de demográfico-ecológico, generando el fenóme-
cada país separadamente considerado. Y tales no denominado de “primacía urbana”9. San
áreas, o son aquellas más efectivamente articu- Pablo respecto de Río de Janeiro, o Guayaquil
ladas a los centros metropolitanos, o son aqué- respecto de Quito, ejemplifican el primer caso,
llas más inmediata y eficazmente conectadas y Lima el segundo.
con las primeras dentro del contexto nacional Ciertos investigadores del fenómeno de
y regional global. Y, notablemente, las primeras “primacía urbana” en el mundo subdesarro-
son siempre las de mayor desarrollo y ocupan
una posición hegemónica en el ámbito interno
de cada país. 9 El concepto de “ciudad primada” fue elaborado
por Mark Jefferson (“The Law of Primate Cities” en
Y, de otro lado, observando las tendencias Geographical Review, 29 de abril de 1939, pp. 226-32),
que sigue el crecimiento relativo de la po- como contraste con el de “sistema de ciudades” que se
blación urbana y el desarrollo ecológico de supone típico de países industrializados y en que la re-
sus principales núcleos de concentración, se lación demográfica entre ciudades seguiría la “Ley de
Paretto”, o sea que la más grande es el doble de grande
comprueba en seguida que estos elementos
que la segunda en tamaño. Sin embargo, el concepto ha
aparecen concentrados en las áreas de mayor sido innovado bastante desde entonces hasta definir el
grado de urbanización económica. Así, urbani- dominio que una ciudad que sobrepasa varias veces el
zación económica y urbanización ecológico- tamaño de la segunda en un país, ejerce en todos los
demográfica en Latinoamérica, son procesos órdenes de la vida de una sociedad subdesarrollada.
Véanse sobre esto, por ejemplo, los estudios aparecidos
interdependientes, regidos por los mismos
en Economic Development and Cultural Change, Vol.
factores matrices. Significativamente, los des- III, abril de 1965.
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 99

llado10 han llegado a la conclusión de que el Industrialización y urbanización


proceso económico no tiene relación signifi- en Latinoamérica
cativa con el problema y que, quizás el tama-
ño de la población total del país constituiría Se sostiene habitualmente que la expansión
el factor decisivo o más importante. Sin em- ecológico-demográfica urbana en las socieda-
bargo, para Latinoamérica por lo menos, el des subdesarrolladas antecede a la industriali-
tipo de proceso económico (la desigual con- zación o transcurre en gran parte al margen de
centración de la expansión y diversificación esta, mientras que en las sociedades desarrolla-
de los sectores urbanos de la economía entre das de hoy sucedió a la inversa.
ciudades y regiones de un país), condicio- Como no es siempre claro lo que se implica
nado por la forma particular de articulación bajo el término de “urbanización” en la vasta li-
geográfico-económica del país a las relacio- teratura comprometida con esa tesis, conviene
nes con los centros metropolitanos, parece descartar un riesgo mayor antes de examinar
explicar más adecuadamente la condición lo que ella aporta a nuestro conocimiento del
primada de ciertas regiones y/o ciudades y proceso aquí y ahora. Si lo que se trata de decir
el desarrollo de un colonialismo interno que es que el proceso de aparición y desarrollo de
reproduce, de cierta manera, la estructura de sectores urbanos de vida en la sociedad –lo que
dominación entre sectores de desigual desa- supone la aparición y crecimiento de ciuda-
rrollo en el sistema de dependencia capitalis- des– en los países actualmente desarrollados
ta en su conjunto. fue el resultado de la industrialización, la tesis
sería absurda y sólo podría existir por la mala
memoria histórica de los investigadores.
En efecto, el proceso de formación y ex-
pansión de las ciudades del actual mundo in-
dustrial, comenzó mucho antes del proceso de
industrialización. El renacimiento urbano eu-
10 Véase, por ejemplo: Mehta, Surinder 1964 “Some
ropeo, en particular, fue el resultado del rena-
demographic and economic correlates of primate
cities; a case for reevaluation” en Demography, Vol. 1, cimiento del comercio y de la expansión de una
N° 1: 136-148. economía de mercado en el seno de la sociedad
100 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

feudal en declinación. La red urbana europea pano, y, por otra parte, de la ubicación de las
se fue formando, precisamente, siguiendo las fuentes de producción metalífera en lo que se
principales rutas del tráfico mercantil y fue refiere a su fundación. Pero los avatares de su
después que una extensa red urbana funciona- crecimiento, de los cambios de sus núcleos
ba ya en Europa Occidental que la producción principales, fueron el resultado de la forma en
manufacturera primero y la industria fabril que fueron afectadas por las fluctuaciones de
después, se desarrollaron. La aparición de la las tendencias de la economía urbana colonial,
industria fabril expandió y modificó drástica- condicionadas por las modificaciones en las
mente la economía urbana y determinó, a su relaciones de dependencia colonial y poscolo-
vez, la expansión y modificación igualmente nial. De todos modos, el desarrollo de la red ur-
profunda de la ecología y la demografía urba- bana latinoamericana reconoce orígenes ante-
nas. Al paso que se iban desarrollando las gran- riores a la industrialización. Esto es, tampoco
des concentraciones comerciales y posterior- en el área latinoamericana del subdesarrollo la
mente industriales, se desarrollaron también urbanización así concebida es el resultado de
las grandes concentraciones urbanas en las la industrialización.
mismas ciudades. Seria, pues, ridículo otorgar Todo eso permite inferir que la tesis se re-
a la industrialización la maternidad absoluta de fiere específicamente a un momento en que la
la urbanización –en tanto que hecho ecológico- población urbana es ya predominante, o tiende
demográfico– en el mundo desarrollado de la a serlo rápidamente, en una determinada socie-
actualidad. Eso no impide que se hayan forma- dad. Aquí la tesis es indudablemente correcta
do sociedades urbanas partiendo directamente en lo que se refiere al proceso cumplido o en
de la industrialización, si con ello se piensa en curso en los países desarrollados. Para los paí-
ciudades como Chicago o Detroit, por ejemplo. ses subdesarrollados en general y para el área
Esa norma general del proceso no ha dejado latinoamericana en especial, sólo es parcial-
de actuar también en Latinoamérica. Las redes mente cierta y, con tal restricción, sólo de un
urbanas de estos países en la época colonial, cierto modo. La adhesión acrítica a ella por in-
fueron el resultado de una política deliberada vestigadores de dentro y de fuera de la región,
de colonización y organización de la adminis- parecería residir en un modo ahistórico de per-
tración colonial, sobre todo en el sector his- cepción y de razonamiento de la realidad; esto
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 101

es, de las dificultades de encuadrar un proceso hoy, porque son industrializadas, no fueron
en el marco de un contexto histórico determi- nunca subdesarrolladas porque la industrializa-
nado, y de explorar las implicaciones del con- ción emergió con ellas. Además, su retraso en
texto sobre las formas concretas del proceso. el desarrollo industrial deriva de su condición
En efecto, en las sociedades ahora desarro- de dependencia de las actuales sociedades in-
lladas, el proceso de predominio de los secto- dustrializadas a lo largo de todo el proceso de
res urbanos en la sociedad, en cada una de sus industrialización contemporáneo y sólo las que
dimensiones de análisis y sobre todo en la di- lograron romper esta sujeción han podido salir
mensión ecológico-demográfica, fue un proce- del subdesarrollo o están en curso de hacerlo.
so conjunto con el proceso de predominio de la Es decir, no solamente son coetáneas de las so-
producción industrial-urbana en la estructura ciedades industrializadas, sino, fundamental-
de la economía. La sociedad se urbanizaba al mente, son dependientes de ellas y participan
paso que se industrializaba, y el ritmo de am- en esos términos y en esas condiciones de la
bos procesos no fue muy desigual. En cambio, producción internacional industrial en las so-
en las sociedades subdesarrolladas de hoy, por ciedades metropolitanas11.
tanto en Latinoamérica, la expansión ecológi- En otros términos, las sociedades subdesa-
co-demográfica urbana y aun otras dimensio- rrolladas de la actualidad no están fuera del
nes del proceso de urbanización, van muy lejos universo industrial contemporáneo, sino que,
delante del desarrollo de la producción indus- por su condición dependiente, participan sin
trial interna de esos países. Aparentemente, producirlos de los bienes del mercado indus-
pues, la urbanización de la sociedad en Amé- trial internacional. En cualquiera de las socie-
rica Latina o antecede a la industrialización u dades subdesarrolladas, importantes sectores
ocurre al margen de esta. de su vida están profundamente marcados por
Sin embargo, el problema es harto más com- esta participación en la industria metropoli-
plejo que lo que esa consideración sugiere. De
un lado, las actuales sociedades subdesarrolla-
das son coetáneas de las sociedades industria- 11 Acerca de esta problemática pueden verse algunas
ideas adelantadas en Quijano, Aníbal 1966 “El proceso
lizadas y esta es la medida de su subdesarrollo;
de urbanización en Latinoamérica” (Santiago de Chile:
por el contrario, las sociedades desarrolladas CEPAL) mayo, mimeo.
102 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

tana, y las relaciones típicas de dependencia El contexto histórico en el cual se desen-


capitalista en Latinoamérica, hasta hace pocos vuelve la tendencia actual de predominio de
años, correspondían a la división de trabajo im- las poblaciones urbanas en la población total
puesta por las metrópolis entre los producto- de muestras sociedades latinoamericanas, es
res de materias primas y los de productos urba- pues, radicalmente distinto de aquel en el cual
no-industriales. La creciente ampliación de las se inscribió el proceso de urbanización de las
relaciones comerciales entre ambos sectores, sociedades hoy día desarrolladas o industriali-
para los subdesarrollados significó y significa zadas. Por lo mismo, no tiene sentido enjuiciar
la ampliación constante de sus importaciones y explicar el proceso aquí y ahora, con los su-
de productos industriales de los países indus- puestos y los enfoques de análisis que permi-
trializados, esto es, desarrollados. ten explicar el proceso anterior en otro mar-
EL proceso de expansión y modificación de co histórico. Desde este punto de vista no es
los núcleos urbanos de poblamiento, en los correcto decir que la actual urbanización de la
países latinoamericanos no puede ser, en este población latinoamericana, y en general en el
sentido, considerado como anterior a la indus- mundo subdesarrollado, sea anterior o margi-
trialización de su sociedad, en la medida en que nal a la industrialización.
los grandes centros urbanos generados por la En segundo término, cualquier recuento
expansión de las relaciones comerciales de de- histórico del proceso poscolonial de urbaniza-
pendencia, implicaban creciente participación ción en estos países, en tanto que tendencia al
de sus habitantes en la producción industrial predominio demográfico urbano y a generaliza-
de fuera. ¿No fue, precisamente, ésta la base y ción de formas urbanas en cada uno de los ór-
el criterio de calificación de lo que se denomina denes institucionales de la sociedad, no puede
“sustitución de importaciones”? dejar de mostrar que ha tenido, gruesamente,
El proceso de industrialización de la sociedad dos grandes períodos desde el punto de vista
y de la cultura urbana latinoamericana sigue de la región en su totalidad:
siendo, en conjunto, mucho más un fenómeno
de participación en el mercado industrial inter- 1. Su concentración en ciertos países, y en
nacional, que uno de desarrollo de su produc- ciertas áreas dentro de ellos, precisamente
ción industrial interna y de participación en ella. en los mismos países y áreas donde primero
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 103

se desarrolló el proceso de industrialización interna, y de la participación en el mercado


sustitutiva: México, Brasil, Argentina, Chile, industrial internacional, operan como motores
Uruguay, principalmente. de expansión y de cambio de la economía ur-
2. Su generalización actual a los demás países bana, y a través de eso, condicionan el cambio
en la medida en que cada uno de estos in- de las relaciones urbano-rurales en todos los
gresa ahora en la era de la industrialización, órdenes o dimensiones de la estructura to-
sobre cuya base los sectores urbanos de la tal de la sociedad. Todo eso, no obstante, no
economía tienden a hacerse predominantes implica desconocer que entre el proceso de
en el conjunto de la economía nacional. urbanización de la economía, regida por la in-
dustrialización, y el proceso de urbanización
Eso revela que la participación en la produc- ecológico-demográfico, marcado por el rápido
ción industrial metropolitana no ha sido sufi- crecimiento de la población y las localidades
ciente para desarrollar la tendencia de predo- urbanas y su tendencia al predominio en la so-
minio urbano en la sociedad en Latinoamérica, ciedad, existe un ostensible desnivel y que el
y que sólo en el momento en que se introduce y último sobrepasa al primero, en una medida
se expande la producción industrial interna en probablemente mayor que en el período de la
estos países, la urbanización de la economía urbanización de las actuales sociedades desa-
puede ser lo suficientemente amplia y profun- rrolladas, aunque también esto debe ser objeto
da como para alterar las relaciones económi- de escrupulosa verificación.
cas urbano-rurales y para intensificar el proce- Pero en lugar de negar la asociación entre
so de cambio de las relaciones ecológico-de- industrialización y urbanización en Latinoa-
mográficas urbano-rurales en la sociedad, en mérica, sugiere una interpretación alternativa:
favor de lo urbano. Otra vez, aquí se observa que otros factores históricos por establecer en
que de ningún modo tiene sentido sostener la la investigación, están operando sobre el pro-
disociación entre el proceso de industrializa- ceso ecológico-demográfico como tal, además
ción y el de urbanización. de los cambios que la expansión industrial apa-
Para sociedades con una rica y prolongada reja. En otros términos, que si bien factores
historia urbana como son las de Latinoaméri- comunes rigen el proceso de urbanización de
ca, la expansión de la producción industrial la economía y el de urbanización ecológico-
104 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

demográfico en nuestras sociedades, cada uno troducción en unos países de “enclaves” agra-
de estos procesos cuenta también con factores rios y de otros minero-petroleros, además, y
privativos, en la medida en que, no obstante la la expansión de las relaciones comerciales de
necesaria interdependencia entre cada uno de dependencia, contribuyeron a ir ensanchando
los órdenes o dimensiones de toda sociedad progresivamente los sectores urbanos de la
global, cada uno de ellos dispone al mismo economía de esos países, alterando lentamen-
tiempo de una esfera de relativa autonomía. te, molecularmente, las relaciones económicas
Lo que importa, en consecuencia, es intentar urbano-rurales e interregionales, y desatando
establecer las condiciones históricas concretas necesariamente tendencias de crecimiento de-
y los factores específicos que enmarcan y ali- mográfico y ecológico urbano, sin llegar a las
mentan el modo particular de asociación entre tasas de los países del otro grupo.
estas dos dimensiones decisivas del proceso De otro lado, la ampliación de las actividades
de urbanización contemporáneo en América administrativas del Estado, junto con aquellos
Latina. Como se verá más adelante, el carác- factores, permitió que las principales ciudades-
ter dependiente de nuestras sociedades y, ante centros de la estructura político-administrativa
todo, de su economía, parece ser el principal fueran creciendo lentamente, mientras su eco-
elemento responsable. nomía se iba también expandiendo a ritmo difi-
Ya se ha visto cómo, y por qué condiciones, cultoso y lento, y diversificándose a nivel muy
determinados países de la región tuvieron la incipiente pero real.
posibilidad de tener un proceso de urbaniza- Al mismo tiempo, las fluctuaciones de los
ción más fuerte y más rápido que otros, en las precios de ciertos productos primarios en el
condiciones anteriores de la dependencia, que mercado internacional, bajo el control de los
en términos generales, termina en los años de grupos metropolitanos de poder económico en
la Segunda Guerra Mundial. función de sus exigencias cambiantes de pro-
Eso, sin embargo, no supuso que en los otros ducción, permitieron que la articulación de las
países el proceso de urbanización permanecie- diferentes zonas de cada país y de la región en
ra simplemente estancado o inexistente. Por su conjunto se fuera alternando y determinan-
el contrario, la constante ampliación de las do que las regiones más directa e inmediata-
relaciones económicas de dependencia, la in- mente integradas en las relaciones comerciales
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 105

y productivas de dependencia, fueran ganando Los cambios en el sistema de relaciones de


en desarrollo económico y modernización de dependencia no incluyen, por lo tanto, sola-
su aparato productivo y de su posición dentro mente los cambios en la orientación de las in-
de la estructura geoeconómica nacional y con- versiones y en las modalidades concretas de in-
tinental. En unos casos, las regiones costeras y fluencia y/o control comercial-financiero, sino
en otros, ciertas zonas del interior donde exis- también en relación a todo eso, los cambios en
tían los recursos naturales que servían a las ne- la articulación concreta de cada país y de cada
cesidades de las economías metropolitanas y zona dentro de cada país, a las relaciones eco-
del mercado internacional, fueron así desarro- nómicas de dependencia.
llándose progresivamente en términos de urba- Es de la forma en que se combinan estos dos
nización y desplazando a un segundo nivel a las elementos del sistema de dependencia que se
otras regiones. De ese modo, algunas capitales derivan, en lo fundamental, las tendencias es-
político-administrativas fueron desplazadas de pecificas que, en cada país, sigue el proceso de
su posición predominante en la vida económi- urbanización de la economía y de urbanización
ca y urbana de los países, tanto en aquellos que ecológico-demográfica en las sociedades lati-
habían cumplido o cumplían el proceso de sus- noamericanas dependientes, tanto en lo que se
titución de importaciones, como en aquellos refiere al perfil de sus redes urbanas, como en
donde el proceso se iniciaba apenas de modo lo que concierne al tipo de sociedad urbana que
muy incipiente. Tal es, por ejemplo, el caso de se desarrolla.
Brasil y de Ecuador, en ambos extremos. Por una parte, de la forma en que articu-
Es decir, de nuevo, los cambios en la arti- la cada una de las zonas dentro de un país al
culación de las diversas zonas de cada país en sistema de dependencia en que participa este,
el sistema de dependencia, determinaron la depende la mayor o menor concentración en
posición económica y urbana de esas zonas, ellas del proceso de expansión y de modifica-
contribuyendo decisivamente a la alteración ción de los sectores urbanos de la economía
del perfil urbano nacional y regional, de la del país. Por otra parte, la amplitud, el nivel y
misma manera como los cambios en los años los impactos de este proceso de urbanización
siguientes a la descolonización produjeron económica en el resto de la sociedad en su
efectos equivalentes. conjunto y en cada uno de sus órdenes estruc-
106 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

turales, dependen de las formas específicas las zonas de cada país y entre todos ellos, que
con que en cada país se presenta el fenómeno en algunos casos tiene una protuberancia ex-
de expansión y modificación de las relaciones cepcional, como en el caso de Lima (Perú) por
económicas de dependencia. ejemplo, que parece ser uno de los dos casos
En términos concretos, las tendencias de mayores de primacía urbana nacional en todo
concentración regional del proceso de desa- el mundo subdesarrollado12.
rrollo o de modernización y de la economía Lo que caracteriza a todas estas áreas que
urbana, la formación de “ciudades primadas” o hoy concentran el proceso de urbanización,
de regiones urbanas que tienen función metro- sea en términos de ciudad o en términos de una
politana en el ámbito interno de una sociedad región entera dentro de un país, es el hecho de
dependiente, son el resultado del modo y grado que, en todos los casos, funcionan como autén-
de articulación de las diversas zonas en las re- ticas cabeceras de puente de las relaciones de
laciones económicas de dependencia. Pero el dependencia de su país con las metrópolis ex-
tipo de economía y de sociedad urbana que se ternas, y como focos de concentración de esas
desarrolla en estas zonas, es el resultado de la relaciones y de sus grupos de poder correspon-
forma en que opera sobre ellas la urbanización dientes, en todos los órdenes.
de la economía regida por la dependencia. Respecto del tipo de economía y de sociedad
En la actualidad, cualquiera que sea el país urbana que se desarrolla en estas zonas y de sus
en que se piense dentro de Latinoamérica, lo impactos sobre las relaciones con las demás zo-
que es evidente es que el proceso de urbaniza- nas, de las relaciones urbano-rurales que se ge-
ción en todos los órdenes aparece y se desa- neran y cambian en el proceso y de los cambios
rrolla de manera concentrada en ciertas áreas, en la propia sociedad rural que se producen en
mientras el proceso es lento e incipiente o aún correspondencia con aquellos, los condiciona-
en retroceso en otras áreas. Esto no cambia si
se trata de los países que concentraron en la ur-
banización de la región en el período anterior, 12 Véanse: Hoselitz, Bert 1955 “Generative and Para-
o si se trata de los países que en la actualidad sitic Cities” en Economic Development and Cultural
Change, N° III: 81-136; y Herrick, Bruce 1965 Urban
ingresan en la aceleración del proceso. Esta
Migration and Economic Development in Chile (Mas-
tendencia ha creado un desnivelamiento entre sachusetts: M.I.T. Press) pp. 27-28.
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 107

mientos de la dependencia son igualmente de- Lo que caracterizó, en primer lugar, el proce-
cisivos, como se muestra en seguida. so de industrialización sustitutiva de bienes de
consumo en esos países, fue el hecho de que se
realizó en las condiciones de aflojamiento y de-
La industrialización dependiente y terioro de las relaciones económicas de depen-
sus efectos sobre la urbanización dencia, sea derivada de las crisis financieras de
los años treinta, sea como ruptura incompleta
Las modificaciones en los sectores urbanos de esas relaciones o de logro de un margen
de la economía de los países como Argentina, grande de autonomía, por vías revolucionarias
Brasil, México, Uruguay, Chile, implicadas en (México). En segundo lugar, que fue llevado
el proceso de industrialización sustitutiva de a cabo por empresarios nacionales, principal-
bienes de consumo, en combinación con la in- mente, con capitales nacionales, con una tec-
mediata dependencia cultural de los núcleos nología de nivel relativamente bajo, con formas
urbanos respecto de los países metropolita- de organización empresarial cuasi-familiar o
nos de Europa y de los Estados Unidos, no familiar, y por eso, marcadas por relaciones de
produjeron solamente la expansión y la modi- trabajo de origen paternalístico.
ficación de la economía urbana, concentrada Esos rasgos del proceso suponían, de una
en ciertas áreas, sino también la expansión parte, una relativa autonomía dentro de la
ecológico-demográfica urbana; pero, al mis- cual los intereses “nacionales” –léase los in-
mo tiempo, el desarrollo de estos procesos se tereses de los grupos dominantes nacionales–
realizó dentro de los moldes derivados de los eran predominantes, sin por eso alcanzar a
países metropolitanos o dominantes, en el ni- desligarse del sistema global de relaciones de
vel en que eso podía llevarse a cabo en países dependencia.
dependientes. Es decir, estos procesos signi- Por otra parte, el relativamente bajo nivel de
ficaron una determinada “modernización” de la tecnología empleada y las formas cuasi-fami-
la economía, de la sociedad y de la cultura liares de organización empresarial, permitían
urbanas en tales países, en relación a la que una oferta de trabajo relativamente amplia, de
existía en los demás o en ellos mismos en el modo que la población que poco a poco iba mi-
período colonial. grando a los centros urbanos industriales, tenía
108 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

la posibilidad de incorporarse a la estructura rio el proceso de difusión de lo urbano sobre el


de roles y de posiciones que emergían con la resto de la población, y ser lento el proceso de
industrialización. Desde este punto de vista, alteración de las relaciones urbano-rurales en
el crecimiento de la producción industrial y el todos los órdenes estructurales de la sociedad,
crecimiento urbano demográfico podrían mar- por ejemplo en países como Brasil.
char de manera no muy desnivelada, y, además, Esto es, la expansión y la modificación de
la expansión industrial urbana constituía un los sectores económicos, sociales y culturales
canal bastante efectivo de integración de la so- urbanos de la sociedad no implicaba en ese
ciedad, en el sentido en que tenía la capacidad momento efectos de la misma magnitud que
de incorporar mayor cantidad de población a hoy día sobre las relaciones urbano-rurales, en
los patrones dominantes del sistema. la medida en que los sectores rurales no po-
Si a todo ello se añaden los otros elementos drían ser impactados tan inmediata y decisiva-
que hacían parte del contexto histórico, sobre mente, y conducidos a una tendencia de des-
todo las características tecnológicas del sis- articulación. Desde luego, el desnivelamiento
tema de comunicaciones y de transporte, la entre el desarrollo urbano y el rural estaba
eficacia y la amplitud relativamente limitadas necesariamente inserto en las condiciones en
de los medios de comunicación de masas en que el proceso de desarrollo urbano se realiza-
comparación con los actuales, y la incorpora- ba, pero el campo, no obstante ser penetrado
ción a varios de estos países de contingentes y condicionado en general en su existencia,
migratorios europeos que imponían o difun- podía disponer de una esfera de relativa auto-
dían valores y normas ya surgidos en Europa nomía en el nivel de la vida cotidiana y de las
bajo la influencia de la industrialización –por situaciones inmediatas.
ejemplo, las normas en relación al tamaño fa- En estas condiciones, la población rural
miliar– se tienen algunos de los elementos bá- misma no recibía demasiado directa y drásti-
sicos de juicio para explicar por qué, mientras camente la influencia urbana, no era atraída
se desarrollaban núcleos de vida urbana rela- hacia lo la urbano en forma generalizada, y las
tivamente “moderna”, esto es, más próximo al bases de la economía y de la sociedad rural
modelo dominante de las sociedades urbanas cambiaban con lentitud y, en consecuencia, la
metropolitanas, tenía que ser lento y segmenta- población implicada no estaba siendo lanzada
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 109

de esa estructura y empujada a la migración en En primer lugar, el proceso de desarrollo


forma masiva. de la sustitución de importaciones de con-
Sin embargo, en la medida en que la desni- sumo, que comienza en la mayoría de los de-
velación era creciente, en esas condiciones, más países a partir, sobre todo, de la Segunda
estaba también creándose la matriz necesaria Guerra Mundial, se lleva a cabo no en un mo-
para que esos fenómenos se produjeran más mento de aflojamiento de las relaciones eco-
tarde con todos sus efectos. Los patrones de nómicas de dependencia, sino en el momento
fecundidad y de natalidad rurales se mantuvie- de su acentuación y como consecuencia de su
ron, mientras los avances médicos y sanitarios expansión y de la modificación de su orienta-
permitían la erradicación de endemias y epi- ción concreta.
demias a nivel nacional. El nivel tecnológico Mientras que en el primer grupo de países, la
y la estructura de propiedad y de tenencia de industrialización de productos de consumo se
la tierra que caracterizaban las zonas rurales realizó con capitales y empresas nacionales, la
más débilmente articuladas con la economía que se efectúa ahora en los demás países tiene
urbana en su forma directa permanecieron y, lugar bajo el control directo de los grupos de po-
en gran parte, sin duda empeoraron. der económico metropolitano. Este proceso se
En el momento en que determinados facto- lleva a cabo, sea porque los grupos extranjeros
res de innovación tecnológica y de modifica- aprovechan la mínima base existente ya en de-
ción de la propia sociedad urbana aparecen, terminadas ramas de la producción industrial,
los elementos de la situación anterior se harán pasando a controlarla por medio del crédito,
sentir con toda su violencia. del financiamiento o de la compra de acciones
Ahora bien, las condiciones en que se desa- dominantes, sea por la introducción de nuevas
rrolla el proceso equivalente en los países que ramas de producción no existentes previamen-
no hicieron antes la sustitución de importacio- te, o por el desplazamiento de los grupos nacio-
nes, es totalmente distinta. Y, al mismo tiempo, nales existentes por el desarrollo de empresas
las condiciones en que se desarrolla la indus- paralelas que prontamente se adueñan del mer-
trialización en los países que la iniciaron antes, cado. Este proceso implica, necesariamente en
son también muy distintas que en el período de las circunstancias actuales, los siguientes fenó-
su iniciación. menos, entre los más importantes:
110 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

1. El carácter monopolístico de la organiza- 6. Dado el hecho de que la población urbana,


ción de la producción y del mercado en en un amplio sector, ha sido ya normal-
tanto que los grupos inversionistas extran- mente socializada en patrones de vida y de
jeros pertenecen normalmente a redes de consumo de carácter industrial por la par-
monopolios internacionales. ticipación en el mercado internacional de
2. La imposibilidad de control del proceso producción industrial servido por cada vez
por los grupos nacionales, que ingresan en más poderosos y eficaces medios de comu-
este proceso como socios dependientes. nicación y de transporte de gran radio de-
3. La sustitución de empresas familiares, or- mográfico de acción, el tipo de bienes para
ganizadas de manera poco racionalizada y este mercado no son ya solamente aquellos
burocratizada, por formas de organización de consumo y de uso inmediato (alimentos,
empresarial de alto nivel de racionalización vestido, bebidas), sino también y en canti-
y burocratización, que en consecuencia tie- dad creciente, bienes de uso duradero y
nen la capacidad de organizar las relacio- bienes de capital intermedios. Como con-
nes de trabajo y los procesos productivos secuencia, las empresas dedicadas a la pro-
de manera más productiva en términos de ducción de esta segunda clase de bienes
la relación costos-beneficios. que se desarrollan más rápidamente, son
4. La introducción de instrumentos y pro- más productivas y de mayor rentabilidad.
cedimientos tecnológicos de alto nivel, 7. Pero, en la medida en que los bienes de
en relación al existente previamente o en capital básicos no son producidos local-
relación al que podían tener las empresas mente, por regla general, y las patentes y
industriales que se formaron en los países otros elementos del mercado capitalista
del primer grupo (Argentina, etc.), en los pertenecen a la economía metropolitana, el
períodos iniciales del proceso. desarrollo de la producción de bienes inter-
5. La exigencia consiguiente de mano de obra medios de capital y los de uso doméstico
de alto nivel de calificación y tecnificación duradero, implica la acentuación aun ma-
y, sobre todo, en el volumen reducido da- yor de la dependencia.
das las características tecnológicas impli- 8. En tanto que los grupos empresariales mo-
cadas en el sistema de “capital intensivo”. nopolísticos no operan en función de las
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 111

necesidades económico-sociales de la po- en tales centros y en ciertas zonas, contri-


blación, las ramas de producción que se buyendo de ese modo al aun mayor desni-
desarrollan no son, necesariamente las que vel entre las regiones y entre las ciudades
cumplen esa función, sino aquellas que tie- del país, en términos de desarrollo y de
nen en ese momento la más alta rentabili- “modernización”.
dad, inclusive imponiendo artificialmente el
mercado por medio de la propaganda, pu- Las consecuencias de esta forma de expansión
diendo por eso mismo detener el desarrollo y modificación de los sectores urbanos de la
de esas ramas en el momento en que ya no economía dependiente de aquellos de nuestros
son beneficiosos para los propósitos de la países que ahora inician o desarrollan la susti-
acumulación del capital. tución de importaciones, sobre el proceso con-
9. En tanto que la producción industrial ur- junto de urbanización y en particular sobre las
bana no está necesariamente regida por la tendencias de cambio de la sociedad urbana,
vecindad de fuentes de recursos naturales, son rápidamente perceptibles.
sino mucho más por la existencia de un De un lado, las áreas más afectadas por la
mercado o por las posibilidades de su de- directa articulación en el nuevo cuadro de la
sarrollo, la implantación de las empresas dependencia, en las cuales se desarrolla el
industriales controladas por el capital mo- proceso esquemáticamente mostrado, tienden
nopolista extranjero se hace inevitablemen- a desarrollarse a un ritmo acelerado, general-
te sólo en aquellas ciudades o zonas donde mente mayor que el que tuvieron las regiones
ese mercado inmediato existe. anteriormente desarrolladas en los otros paí-
10. Al mismo tiempo, como en esos centros ur- ses. Por lo mismo, la tendencia de concentra-
banos anteriormente desarrollados por las ción del desarrollo de la economía urbana en
previas relaciones comerciales de depen- determinadas regiones y ciudades, estimula la
dencia, por la presencia de instituciones atracción de estas áreas sobre la población de
administrativas, técnicas y educacionales, las otras ciudades y localidades urbanas me-
por la existencia de recursos de energía y nores, de las áreas rurales y, en general, de las
de servicios, el desarrollo de la producción otras zonas de menor desarrollo, o de mayor
industrial se hace de manera concentrada subdesarrollo.
112 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

De ese modo, el crecimiento relativo de la nómica urbana, inducidos principalmente por


población urbana dentro de cada país tiende a los cambios en las relaciones económicas de
concentrarse en unas pocas áreas y ciudades, dependencia –expansión de las inversiones
que son, exactamente, las mismas zonas y ciu- metropolitanas en los sectores secundarios
dades donde se concentra el crecimiento rela- y terciarios–, tienden también a alterar más o
tivo de la economía urbana, y en menor nivel se menos rápidamente, según el nivel de los cam-
desarrolla en las zonas y localidades más direc- bios en cada país, la distribución espacial de la
ta y eficazmente conectadas con las anteriores. red ecológico-demográfica urbana.
Característicamente, en cada uno de los paí- Así, mientras los sectores urbanos de la eco-
ses de Latinoamérica, el crecimiento relativo nomía de estos países tenían un carácter pre-
de la población urbana se concentra solamente dominantemente comercial y la producción
en aquellas zonas y ciudades directamente ar- industrial ligera era reducida, contando con re-
ticuladas al sistema de dependencia, y en las cursos tecnológicos de transporte y de comuni-
cuales se desarrolla el proceso de expansión y cación de poco desarrollo, solamente las zonas
cambio de la economía urbana. más profundamente articuladas a la dependen-
El perfil y la estructura de los sectores ur- cia de las metrópolis tenían la posibilidad de
banos de la sociedad son regidos así por las ampliar su crecimiento urbano y los principa-
modalidades específicas de las relaciones de les núcleos urbanos existían como islas dentro
dependencia en cada país y en el conjunto de del territorio nacional y continental.
ellos en la región. En general, el perfil se de- Pero al iniciarse el crecimiento de la produc-
sarrolla a lo largo de las tendencias ya ante- ción industrial urbana, y ampliarse al mismo
riormente establecidas, pero los cambios en el tiempo la actividad comercial y de servicios en
sistema de articulación de las diversas zonas y las ciudades donde se concentra esta expan-
localidades de un país a la dependencia, en pre- sión económica, y al entrar en escena nuevos
sencia de nuevos recursos de gran demanda en y más poderosos medios técnicos de comu-
el mercado internacional, introducen cambios nicación y de transporte para servir la nueva
en este perfil. estructura económica en desarrollo, profundas
De la misma manera, los cambios que se alteraciones tienden a producirse tanto en las
producen en la estructura de la actividad eco- relaciones económicas urbano-rurales, en las
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 113

relaciones económicas interurbanas y, en gene- nal en la producción industrial metropolitana,


ral interregionales. ciertas áreas quedan ventajosamente situadas
La difusa y molecular, en unos casos, y drás- en la red transporte-comunicación en creci-
tica y rápida, en otros, penetración del merca- miento y cambio, y las localidades implicadas
do de productos de procedencia urbana en el pasan a desempeñar una función de interme-
campo, la consiguiente formación de una red de diación entre la producción y el comercio de
mercados rurales y semiurbanos, pequeños si las ciudades principales y el resto del territorio.
se los considera aisladamente, pero en su con- A favor de esas circunstancias, su población
junto importantes, tiende a desarticular la es- tiende a crecer porque la localidad se convierte
tructura de la economía de las zonas rurales no en un foco de atracción para las poblaciones
inmediatamente incorporadas a la producción del área y de otras conexas, se desarrolla una
exportadora, dado el enorme y creciente desni- actividad comercial intensa y de servicios y, en
vel de estas zonas con las zonas urbanas en ex- ciertos casos, aun tienden a desarrollarse acti-
pansión económica. Se produce, de esa mane- vidades artesanales e industriales subsidiarias.
ra, un proceso de modificación de la estructura Es decir, el proceso de interiorización del
económico-social de las propias zonas rurales, mercado en el país, que resulta de la expansión
aun de las que están más aisladas dentro del y cambio de los sectores urbanos de la eco-
territorio nacional, bajo el poder de los nuevos nomía y de la correspondiente ampliación de
medios de comunicación y de transporte. la participación del país en la producción in-
Como consecuencia, aumenta el número de dustrial metropolitana, induce modificaciones
localidades semiurbanas en las áreas rurales, profundas en el perfil de la red urbana del país,
sea como crecimiento y cambio de las localida- permitiendo el crecimiento de nuevos centros
des rurales anteriores, sea como resultado de urbanos y la declinación de otros que quedan
formación de nuevas localidades. desventajosamente colocados en la nueva fiso-
De otro lado, al ampliarse la “infraestructu- nomía de la red de comunicaciones.
ra” de transporte y de comunicación para ser- Este proceso, al mismo tiempo, implica el
vir a las necesidades del desarrollo industrial- establecimiento de una doble dependencia.
comercial de ampliar su mercado interno, así De un lado, la expansión de la dependencia
como a la expansión de la participación nacio- global del país, a través de la expansión de la
114 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

dependencia económica de sus principales fo- quirir en cierta medida un carácter industrial,
cos de crecimiento económico y demográfico desde el punto de vista sociocultural.
urbano. De otro lado, las nuevas localidades Esto es, cuanto más amplio y efectivo es el
urbanas que se desarrollan a favor de la am- sistema de comunicación que se desarrolla por
pliación del mercado interno, en tanto que no la introducción de cada vez más poderosos me-
tienen producción industrial propia, depen- dios técnicos a su servicio, la difusión de las
den de la que existe y se expande en las ciu- nuevas modalidades y de los nuevos elementos
dades industriales. Al alterarse las relaciones que toman parte en la expansión y cambio de
económicas urbano-rurales en favor de lo ur- los sectores urbanos de la sociedad, es tanto
bano, ya consolidado en algunos países y en mayor en el conjunto de la población. Pero este
calidad de tendencia incipiente en otros, el proceso no habría sido posible en Latinoaméri-
campo pasa a ser dependiente de la ciudad. ca, si al mismo tiempo no se desarrollara –en
El colonialismo interno se ensancha y se hace un nivel mínimo suficiente– la producción in-
más profundo. dustrial urbana, si no se ampliara la participa-
De ese modo, la emergencia de un nuevo ción en la producción industrial metropolitana,
perfil urbano implica el surgimiento o el desa- de donde proceden todos los nuevos medios de
rrollo de un sistema urbano, en tanto que el comunicación.
anterior grado de relativo aislamiento entre las Pero, de la misma manera, este proceso no
localidades urbanas de diversos niveles se re- se presentaría con sus actuales rasgos de enor-
duce y tiende a desaparecer. Pero este sistema me desequilibrio interregional, urbano-rural e
urbano, ecológicamente considerado, contiene interurbano en el proceso, de tremenda con-
dos niveles básicos: el nivel urbano-industrial centración de los beneficios del proceso en las
y el nivel no-industrial, en una relación de de- regiones y ciudades más profundamente vincu-
pendencia, desde el punto de vista de la natu- ladas a las metrópolis externas y, por lo tanto,
raleza de la economía urbana. Sin embargo las como desarrollo urbano en favor de unos po-
principales ciudades no-industriales, en tanto cos y en detrimento de la gran mayoría de la
que participan de la producción industrial de población, o, en otros términos, como acentua-
las otras y a través de ellas de la producción ción del subdesarrollo, si los principales facto-
industrial metropolitana, tienden también a ad- res que alimentan todo el proceso no fueran el
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 115

resultado de la acentuación y de la expansión de las aéreas urbanas industriales no encuen-


de las relaciones de dependencia. tran un lugar definido en la estructura de roles
ocupacionales básicos, secundarios y subsidia-
rios del nuevo sistema industrial, sino también
Urbanización y marginalización por la progresiva declinación de ciertas ramas
de actividad productiva, frente a otras de gran
Desde el punto de vista del contenido de la so- tecnología y de gran rentabilidad para los mo-
ciedad urbana que se desarrolla ahora bajo el nopolios extranjeros. Es decir, no son sola-
signo de la industrialización, un hecho decisi- mente las tendencias reductivas del mercado
vo es el carácter crecientemente restrictivo del de trabajo en las nuevas empresas industriales,
mercado urbano de trabajo industrial y, por tan- sino también la relativa marginalización de
to, dominante. Al mismo tiempo que el aumen- ciertas ramas de producción dentro del nuevo
to de la población de las ciudades industriales esquema de industrialización dependiente, los
refuerza su atractivo, las características des- factores que conducen de modo inevitable, en
critas del proceso de industrialización depen- estas condiciones, a la marginalización de la
diente suponen una estructura tal del mercado población urbana.
de trabajo urbano que es totalmente imposible De allí, en consecuencia, que el crecimiento
para las crecientes promociones migratorias y relativo de la población de las ciudades don-
para las nuevas generaciones populares, naci- de se concentra el crecimiento industrial y
das en las mismas ciudades, incorporarse de económico en general, tienda a aparecer muy
manera estable y consistente en la estructura desnivelado en relación a la capacidad de la
de roles y posiciones de la nueva sociedad ur- sociedad urbana en emergencia, de absorber
bana que emerge con la industrialización. e integrar dentro de sus nuevos patrones a la
Esto es, esta industrialización dependiente creciente población.
es, por eso, excluyente; su lógica misma con- Este hecho suele ser explicado en la litera-
tiene la inevitabilidad de la marginalización tura pertinente como un resultado del débil
de crecientes sectores de la población urbana. desarrollo industrial en los países que inician
Esta marginalización en desarrollo no se pro- recientemente el proceso y que muestran altas
duce solamente porque los nuevos pobladores tasas de crecimiento relativo demográfico ur-
116 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

bano. Ese es sin duda también un factor impor- industrialización, concentrada en unas pocas
tante, porque es efectivo que el crecimiento de áreas y ciudades, y que en la actualidad han so-
la producción industrial es incipiente y preca- brepasado en su mayoría la etapa de la sustitu-
rio en la mayoría de los países de la región. ción de importaciones de consumo inmediato
No obstante, el hecho de que un fenómeno y ya tienen las bases de una producción indus-
equivalente de marginalización de las poblacio- trial de bienes de capital, el control del proceso
nes migrantes y de las que nacen en la ciudad en por los grupos nacionales de empresarios está
las capas populares esté ocurriendo también, siendo cancelado a gran velocidad, y pasando
de manera evidente, en los países en los cuales al poder directo o indirecto de las redes de
el desarrollo industrial es relativamente avan- monopolios internacionales. En la medida en
zado, como Brasil, Argentina, México, Chile, que la dependencia se expande y se acentúa en
muestra que el problema no reside tanto en la esos países, sobre la estructura de producción
pequeñez del crecimiento industrial, sino en su industrial principalmente, las mismas caracte-
carácter dependiente, con todas las implicacio- rísticas de la industrialización dependiente que
nes de este hecho que se han señalado antes13. marcan la etapa de sustitución de importacio-
En efecto, en aquellos países de la región que nes en los otros países están también manifes-
iniciaron hace bastante tiempo su proceso de tándose, y las tendencias restrictivas del mer-
cado de trabajo y la marginalización relativa
de ciertas ramas tradicionales de producción
13 El fenómeno de “marginalización” está también en de poco o ningún interés económico para los
proceso en sociedades autónomas y metropolitanas monopolios extranjeros, aunque pudieran te-
como EE.UU., como resultado de la concentración ner gran interés en términos nacionales, están
monopólica creciente y del desarrollo de la tecnología.
igualmente en proceso de desarrollo.
Esos mismos elementos, en un nivel menor, tienen
lugar en nuestras sociedades en un contexto distinto Quizás el caso de Brasil es el más resaltante
de desarrollo, porque éstas son dependientes, y se ejemplo de este proceso en este nivel de in-
producen efectos mucho más drásticos que en las dustrialización. Fue el único país importante
metrópolis, debido justamente a que tales elementos de Latinoamérica, donde no hubo ningún “en-
tienen lugar en el seno del capitalismo subdesarrollado
clave” controlado por los grupos económicos
y dependiente, mostrando de ese modo el carácter
desigual y combinado de este proceso histórico. metropolitanos, y donde el proceso de indus-
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 117

trialización se ha llevado a cabo con gran vi- nas rurales, como resultado de las tasas decre-
gor y ritmo, bajo el control inicial de empre- cientes de mortalidad mientras las de natalidad
sarios nacionales o inmigrantes nacionaliza- y fecundidad se mantienen altas o aun tienden
dos. Sin embargo, en la actualidad, la entera a crecer en ciertos casos.
estructura de actividad económica de ese país Pero, este hecho demográfico, necesita ser
está quedando rápidamente bajo el control de también ubicado en un contexto explicativo
las redes monopolísticas extranjeras. Nota- satisfactorio respecto de sus efectos sobre la
blemente, en los años de mayor expansión in- urbanización. El hecho es que la expansión
dustrial, la tasa de incorporación de mano de económica urbana, que altera profundamente
obra a la ocupación industrial fabril se mantu- las relaciones económicas urbano-rurales, en-
vo relativamente constante14. cuentra a los sectores rurales en su mayor par-
El hecho de que el crecimiento relativo de te en un desnivel gigantesco en relación al nivel
la población urbana sobrepase largamente al de desarrollo de la economía urbana, mientras
crecimiento económico urbano y sobre todo sólo muy lentamente van cambiando la tecno-
al crecimiento industrial, no se explica, desde logía productiva de las actividades primarias,
luego, enteramente por esos factores. Uno de las formas tradicionales de tenencia de la tierra
los elementos que explican el fenómeno de “su- y de organización de las relaciones de trabajo.
perurbanización”, en ese sentido, es el hecho Al desarrollarse más o menos rápidamente la
de que la expansión económica urbana marca- expansión económica urbana, esto afecta drás-
da por la industrialización se produce coetá- ticamente la estructura de la economía de estas
neamente con altísimas tasas de crecimiento zonas rurales, la desarticula en muchos respec-
demográfico nacional, especialmente en las zo- tos y sólo en muy pequeña medida los procesos
de reajuste y acomodo de la economía rural re-
trasada a las nuevas condiciones de sus rela-
14 Véase de Cardoso, F. H. y Reyna, José L. 1966 “Indus- ciones con la economía urbana, levantan una
trialización, estructura ocupacional y estratificación en cierta alternativa eficaz15.
Latinoamérica” (Santiago de Chile: ILPES / CEPAL) 23
de agosto, mimeo; y de Dillon Soares, Glaucio A. 1966
The New industrialization and the Brazilian Political 15 Véase: Quijano, Aníbal 1967 “Urbanización y ten-
System (Santiago de Chile: FLACSO). dencias de cambio en la sociedad rural en Latinoamé-
118 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

En esas condiciones, gran parte de la po- el crecimiento demográfico urbano sobrepasa


blación de las zonas rurales y de las propias el crecimiento de la economía urbana.
localidades semiurbanas enclavadas en las Y todas estas circunstancias, directa o indi-
áreas rurales, es lanzada fuera de las estructu- rectamente, encuentran su raíz más profunda
ras ocupacionales y de relaciones económicas, y determinante, en las modalidades de las re-
que tienden a deteriorarse más rápidamente y a laciones de dependencia, a través de cada una
acentuar su situación de crisis ya bastante lar- de las etapas de la historia de nuestras socie-
ga en el tiempo. Y esto ocurre precisamente en dades. Así, pues, tanto las tendencias de cons-
el mismo momento en que las tasas de creci- titución del perfil urbano de nuestros países, la
miento de la población de esas zonas tienden matriz económico-social efectiva que se cobija
a alcanzar índices muy altos. De ese modo, la en los sectores urbanos, las tendencias que se
marginalización de la población rural encuentra desarrollan en las relaciones urbano-rurales
una salida en la migración hacia las ciudades y y los propios cambios que operan en el seno
las áreas donde la economía urbana está en ex- de los sectores rurales dentro de este proceso,
pansión, y, en esas áreas, sólo puede encontrar forman el cuadro de urbanización dependiente
las condiciones restrictivas del mercado de tra- de nuestras sociedades, que no podría ser de
bajo y del mercado en general y es, de nuevo, ninguna manera explicado e interpretado vá-
marginalizada y, esta vez, definitivamente. lidamente –excepto en ciertos aspectos muy
Es decir, la combinación de las caracte- restringidos– sino como parte de una socio-
rísticas de la industrialización dependiente, logía de la dependencia, que necesita aún de
además de débil desarrollo, con las altas ta- una problemática coherentemente estableci-
sas de crecimiento demográfico y con el retra- da, pero de la cual el proceso de urbanización
so secular de la economía rural que entra en actual, en todos los niveles de las sociedades
proceso de desintegración más rápidamente nacionales latinoamericanas, es uno de sus nú-
que en un proceso de reajuste en sus relacio- cleos principales.
nes con la economía urbana, explica por qué En los límites de este articulo, no es posible
examinar cómo operan las relaciones de de-
pendencia y sus cambios, en cada una de las
rica” (Santiago de Chile: CEPAL - División de Asuntos
Sociales) ditto. dimensiones del proceso de urbanización. Es
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 119

importante, sin embargo, dejar señalados, por económicas de dependencia. No es adecuado


lo menos, ciertos fenómenos de dependencia explicar la difusión de modelos culturales me-
cultural en el proceso de urbanización. tropolitanos por las sociedades dependientes
En el proceso de expansión y modificación solamente en términos de imitación e influen-
de las relaciones económicas de dependen- cia, como quizás era en parte posible en los pe-
cia, que da lugar a la expansión y cambio de ríodos anteriores. La actuación de poderosos
los sectores urbanos de la economía, uno de medios de comunicación de masas podría ha-
los fenómenos más importantes y más percep- cer pensar que el fenómeno es puramente imi-
tibles consiste en la expansión y penetración tativo. Y, sin duda, lo es en una buena medida.
creciente de patrones de vida en general, que Sin embargo, quizás en la parte fundamental,
tienen procedencia metropolitana y, ante todo la dependencia cultural actual es mucho más el
norteamericana, de la misma manera que bajo resultado directo de la imposición desde dentro
la dependencia de Inglaterra y de Francia los de la sociedad dependiente. El hecho es que, en
países, y zonas dentro de ellos, directamente efecto, uno de los mecanismos básicos a través
incorporados a las relaciones comerciales y fi- de los que se difunde la cultura dependiente es
nancieras de dependencia fueron influidos por formado por los patrones de consumo.
los modelos culturales de esos países. Los patrones de consumo enredan en su tor-
Sin embargo, en la actualidad, la capacidad no los niveles, el contenido y la orientación de
de penetración y difusión de los modelos cul- las aspiraciones, van condicionando las normas
turales metropolitanos sobre las sociedades de relación entre los grupos y los individuos, y
urbanas en expansión y, de modo indirecto y desarrollando esquemas de orientación valóri-
segmentario, sobre las zonas rurales mas influi- ca correspondiente. El cash nexus está pasan-
das por la urbanización, sobrepasa de muy le- do a ser el signo de la vida de relación social.
jos la que tenían los modelos culturales metro- Ahora bien, los patrones de consumo en que
politanos europeos en el período anterior. Los son socializados los pobladores de las diversas
nuevos modelos están servidos por un podero- capas de la población urbana, en diferentes
so aparato tecnológico de difusión, de un gran medidas, son enteramente correspondientes
alcance geográfico-demográfico, y además, por tanto a las tendencias de expansión de la pro-
la expansión y acentuación de las relaciones ducción industrial como a las tendencias de
120 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

participación de estas poblaciones en el mer- urbana entre las poblaciones rurales, la actual
cado internacional de la producción industrial, emergencia y desarrollo de una cultura urba-
que es uno de los mayores canales de indus- na dependiente en Latinoamérica, es uno de
trialización de las sociedades en Latinoamé- los fenómenos de mayor significación16.
rica, ya que el crecimiento industrial interno
es pobre y precario en general. A su vez, cada
una de estas tendencias de producción inter- Urbanización y desarrollo
na industrial y de participación en el mercado
de la producción industrial internacional, son El hecho de que, en la generalidad de los países
moldeadas por las relaciones productivas y las latinoamericanos, los cambios de mayor im-
relaciones comerciales y financieras de depen- pacto y visibilidad tienen lugar ante todo en los
dencia, que operan desde dentro de la propia sectores urbanos, ha llevado a muchos estudio-
sociedad dependiente, ya que los grupos eco- sos a pensar que, estimulando el desarrollo ur-
nómicos dominantes de estas relaciones ope- bano, se puede conseguir un estimulo directo
ran desde dentro de ella. al desarrollo y la “modernización” general de la
Es decir, la difusión de modelos de vida y de sociedad. Para ello, sería necesaria una política
patrones de consumo especialmente, no es so- deliberada de urbanización17.
lamente el resultado de la tendencia a imitar a En un nivel muy general y abstracto, pues-
las sociedades prestigiosas, que caracteriza a to que la expansión y el cambio de los secto-
las sociedades subdesarrolladas. Es en mucho res urbanos aparecen canalizando gran parte
el resultado de la imposición desde dentro, a de la precaria expansión económica y de las
través de mecanismos económicos y servidos principales transformaciones culturales que
al mismo tiempo por los medios actuales de
comunicación. Desde el punto de vista de la
urbanización de la cultura, esto es, de la expan- 16 Véase, sobre el caso peruano de Quijano, Aníbal
1967 Tendencias de cambio en la sociedad peruana
sión y modificación de las formas urbanas de
(BBB: CESO - Universidad de Chile) mimeo.
cultura en la sociedad, de la alteración de las
17 Un enfoque en tal sentido es, por ejemplo, el de
relaciones culturales urbano-rurales, y de la di-
Friedmann, John 1967 “Una estrategia de urbanización
fusión de elementos culturales de procedencia deliberada” (Santiago de Chile: CIDU) octubre, mimeo.
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 121

se suelen asimilar a la “modernización”, pare- deformaciones que, sincréticamente, pueden


cería correcto admitir que urbanización, de- ser descritas bajo los términos de colonialismo
sarrollo y “modernización”, son términos casi y dependencia interna crecientes, marginaliza-
intercambiables. ción económico-social y cultura dependiente.
Sin embargo, es indispensable explorar con Es decir, en un proceso de acentuación del pro-
cautela las alternativas y las respectivas impli- ceso de subdesarrollo general de estos países,
caciones de una posible política de urbaniza- no obstante el hecho de una errática expansión
ción deliberada, como vía de desarrollo de las económica en los núcleos urbanos que en Lati-
sociedades latinoamericanas, en el contexto noamérica fungen de metrópolis internas.
histórico actual, aunque dentro de los límites El colonialismo interno se expresa en la
de este trabajo eso no puede hacerse sino de brecha creciente entre los centros y regiones
manera muy somera. urbanas y los núcleos y regiones rurales, en
En primer término, de las investigaciones en desmedro de estos; en la creciente dependen-
curso acerca del proceso actual de urbaniza- cia del nivel urbano no-industrial respecto de
ción en estos países, de las cuales este artículo poquísimos y vacilantes centros urbanos de ni-
es un parcial resultado, se desprende que este vel industrial. La creciente dependencia rural
proceso con sus tendencias y sus característi- de lo urbano no obedece tanto al desarrollo de
cas presentes es básicamente dependiente de unos pocos centros urbanos, sino al retroceso
las orientaciones que tiende a seguir en este pe- de los niveles de vida en el campo, como con-
ríodo el conjunto de relaciones de dependencia secuencia de la deterioración de la estructura
de nuestras sociedades. En su propia esfera y económica del campo bajo los impactos y las
a su propio modo, esta urbanización es parte y exigencias de la economía urbana, sin que una
consecuencia del proceso de expansión, acen- estructura alternativa más eficaz esté en de-
tuación y modificación de las características sarrollo, excepto para contadas áreas que se
especificas de la situación de dependencia. reajustan irregularmente a las condiciones de
Sobre estas bases, las alteraciones que la la economía urbana dependiente. La concen-
urbanización canaliza e induce en cada uno de tración tecnológica, financiera y de servicios
los sectores de la estructura de nuestras socie- en, normalmente, uno o dos “polos de desa-
dades, han venido a resultar en un conjunto de rrollo” de la economía urbana, que funcionan
122 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

como auténticas cabeceras de puente de la más enérgicas, sobre todo en los principales
expansión y la acentuación de la dependencia, núcleos urbanos. De ese modo, se va constitu-
y que, gracias a ello, se erigen en metrópolis yendo todo un estrato nuevo en la sociedad, for-
internas, al mismo tiempo que se ensancha la mado por todos aquellos que no encuentran ni
población de otros núcleos urbanos que sirven pueden encontrar, salvo efímeramente, un lugar
como mercados de la producción industrial estable y definido dentro de la nueva estructura
extranjera y nacional, convierte a estos cen- de actividad económica y de participación en el
tros sin vida productiva propia en apéndices mercado de bienes y servicios de la sociedad,
coloniales, y en intermediarios de los centros que tiende a hacerse dominante. Mientras que
urbanos industriales en la explotación de los antes los marginalizados constituían grupos dis-
recursos del resto del país. persos y aislados, en la actualidad va desarro-
La marginalización económico-social de cre- llándose como todo un estrato que atraviesa el
cientes sectores de la población tanto urbana cuerpo entero de la sociedad, y acerca de cuyos
como rural, es el resultado inevitable de las intereses sociales y de los conflictos inherentes
características dependientes del proceso de ex- barruntamos ya mucho, pero no sabemos tanto
pansión de la economía urbana y de sus conse- de manera efectiva.
cuencias en el campo, en el mismo momento en La cultura dependiente, como se vio en pagi-
que las tasas de crecimiento demográfico tien- nas anteriores, resulta de la presión combinada
den a crecer en la generalidad de los países y el de mecanismos externos e internos de influen-
proceso de crisis de la economía rural lanza a cia sobre la población de la sociedad, especial-
cada vez mayores contingentes humanos fuera mente de los centros urbanos de mayor desa-
de las estructuras anteriores, los impulsa a la rrollo, para abandonar su propia cultura antes
migración y a la búsqueda de precarias fuentes de haber tenido el tiempo de interiorizar la que
de ingreso, pero sin que existan ni en la ciudad se produce y vende en el complejo de produc-
ni en el campo estructuras ocupacionales y ción y de mercado industrial. En el fondo equi-
fuentes de ingreso que les permitan participar vale a la situación lingüística de ciertos países
efectivamente del reducido y débil “desarrollo” latinoamericanos colonizados en la actualidad,
de unos pocos centros urbanos. Y, no obstan- donde amplios sectores de población han olvi-
te, las presiones para el consumo son cada vez dado su propia lengua antes de haber tenido el
Dependencia, cambio social y urbanización en Latinoamérica 123

tiempo de aprender la otra. Esto es, un proceso formas claras de conciencia social en los gru-
de alienación cultural, de la cual se alimenta la pos dominados y contribuye a su organización
voracidad mercantil de los monopolios interna- diferenciada de intereses. Porque las ciudades
cionales y la perversión de la conciencia social. cumplen en Latinoamérica una función ambi-
No es difícil reconocer que, en este contex- valente, sirviendo al mismo tiempo y contra-
to, toda posible política de desarrollo urbano dictoriamente, de vehículos a la penetración y
deliberado destinada a estimular el desarrollo, expansión de la dependencia, a la cultura de la
ingresaría, sin poder evitarlo, en el callejón sin dependencia y a la dilución de cierto tipo de
salida de acentuación de la dependencia y de conflictos entre ciertos grupos; pero también
la situación de subdesarrollo que se funda en permiten a otros la concientización y la radica-
aquella, si el contenido básico de sus métodos lización y permiten la organización y difusión
de acción implicara solamente el estimulo de de elementos de conciencia y de mecanismos
las tendencias actuales de urbanización, con de conflicto social.
variantes que no afectaran el carácter depen- No obstante, nada permite asegurar que una
diente del proceso. Es decir, estimular al máxi- política de urbanización que condujera a una
mo las tendencias ya en curso del actual proce- rápida y drástica multiplicación y agudización
so de desarrollo urbano, no podría tener otro de los problemas y, por lo tanto, a una situación
resultado que acentuar las deformaciones ya de crisis generalizada de la sociedad, pudiera
en desarrollo y agudizar drásticamente los pro- contar en el mismo momento con las organiza-
blemas consiguientes. ciones y las formas adecuadas de conciencia y
Desde luego, es posible pensar que esta mul- de conducta político-social de los grupos domi-
tiplicación y agudización de los problemas, ori- nados, como para que la situación no desembo-
ginaría a la larga una situación intolerable para cara, por ejemplo, en el fortalecimiento máxi-
los sectores sociales afectados y obligaría a la mo de regímenes ultra-represivos, como ya ha
sociedad a un resuelto enfrentamiento de sus comenzado a ocurrir en algunos sitios.
problemas. Es cierto que la urbanización en- No parece, pues, viable una política de desa-
gendra nuevos conflictos y eleva los anteriores rrollo y de modernización de estas sociedades
a un nuevo nivel. Es cierto que la urbanización por un camino de acentuación del subdesarro-
contribuye a la más amplia y rápida difusión de llo, si tal política contemplara ante todo el for-
124 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

talecimiento de las actuales tendencias del pro- medida en que todo proceso de urbanización
ceso de urbanización en los países de la región. implica determinados cambios en las relacio-
En consecuencia, toda política de desarrollo nes urbano-rurales en cada uno de los órdenes
urbano que se proponga deliberadamente usar institucionales de la sociedad, no es posible
este proceso como mecanismo de dinamización planear el desarrollo urbano al margen de esta
del desarrollo de la sociedad en Latinoamérica, interdependencia, si lo que se busca es reducir
requiere partir por la consideración de dos nú- las deformaciones que en esas relaciones supe-
cleos principales de factores. De un lado, aquel ren el colonialismo y la dependencia internas,
que forma parte de las relaciones de dependen- asociadas igualmente a la problemática de la
cia, ya que sin el control de este factor no hay dependencia global de la sociedad.
siquiera cómo pensar en una adecuada redis- En otros términos, el proceso de urbani-
tribución de la red urbana dentro del territorio zación en Latinoamérica no puede servir de
del país, que permita reorientar las tendencias canal a un proceso de desarrollo efectivo de
migratorias, establecer un sistema urbano apto nuestras sociedades, sino a condición de que
para estimular y dirigir los recursos y las aspi- los principales factores derivados de la depen-
raciones de cambio de los diversos sectores re- dencia, que hoy día lo alimentan, sean modi-
gionales y sociales interesados. Sin ese control, ficados profundamente, y a condición de que
no sería tampoco posible evitar los efectos de no se considere al desarrollo urbano desligado
marginalización económico-social, y de cultura de sus relaciones de interdependencia con los
dependiente, que se originan en el desarrollo sectores rurales. En suma, sólo en tanto y en
de la sociedad urbana que emerge en Latino- cuanto la situación de dependencia de nuestras
américa por el carácter dependiente de la es- sociedades sea cancelada o, por lo menos, se-
tructura económica urbana. De otro lado, en la riamente reducida y controlada.
“Polo marginal” y
“mano de obra marginal”*

Introducción en la economía global y a las modalidades do-


minantes con que dichos sectores tienden a
La investigación reciente sobre los cambios en desarrollarse; 2) su articulación y subordina-
la estructura económica de América Latina ha ción indirecta y segmentaria a los mecanismos
puesto de relieve dos procesos interconecta- dominantes de organización económica; 3) su
dos, que implican la aparición de contradiccio- precaria estructuración interna.
nes nuevas dentro de tal estructura y cuyo de- De otro lado, de la diferenciación y del creci-
sarrollo comienza a generar conflictos sociales miento de un sector de mano de obra –y de la
importantes, con tendencias a la agudización. población a él asociada– que va perdiendo toda
Se trata, de un lado, de la diferenciación y posibilidad de acceso a los roles económicos
del ensanchamiento de un conjunto de roles que distinguen a las modalidades dominantes de
económicos, es decir el mecanismo de orga- organización de la actividad económica y a los
nización de la actividad económica, que se sectores de actividad que esas modalidades recu-
caracterizan por tres rasgos principales: 1) su bren dentro del sistema vigente, a medida que és-
relación segmentaria, y aún así extremamente tas se desarrollan. En consecuencia, va perdien-
precaria, con los medios básicos de produc- do también toda posibilidad de relación orgánica
ción que sirven a los sectores ya hegemónicos y estable con los medios básicos de producción
que esos sectores y esas modalidades controlan.
* Este capítulo forma parte del libro: Quijano, Aníbal
Cada uno de estos procesos corresponde a
1977 Imperialismo y marginalidad en América Lati- un diferente campo de análisis de la realidad.
na (Lima: Mosca Azul Ediciones) pp. 239-287; cuya pri- El primero hace parte de la población de los ni-
mera edición fue en (Santiago de Chile: CEPAL, 1970). veles en que se diversifica la estructura econó-
126 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

mica y de los cambios en los modos de articula- terminada de relaciones de producción y de


ción de esos niveles, dentro del sistema vigente; poder social y político– que existe en América
esto es, a los cambios en los modos de acumu- Latina, como cualquiera otra dentro del siste-
lación capitalista. El segundo, corresponde a la ma actual, se caracteriza por articularse con
problemática del destino de la población traba- niveles muy distintos de desarrollo y por com-
jadora (mano de obra), en el curso de los cam- binar elementos que corresponden a instancias
bios en los modos de acumulación capitalista. históricas distintas.
Sin embargo, es fácil ver que ambos procesos No obstante, esos rasgos genéricos del siste-
corresponden a una misma lógica histórica y ma global asumen en América Latina formas es-
que son rigurosamente interdependientes. pecíficas, determinadas por los cambiantes mo-
Aunque una discusión más amplia de estos dos de articulación subordinada que, desde sus
problemas puede ser encontrada en un trabajo orígenes en el siglo XVI, esta formación tiene
previo1, es útil sumarizar aquí los factores y en- dentro del sistema conjunto y respecto de aque-
granajes de determinación de estos procesos, llos que detentan los niveles de mayor desarro-
y el curso del razonamiento que pretende des- llo en cada momento de la historia de este siste-
ocultar el significado de ellos para el desarrollo ma. Esas formas específicas de configuración de
latinoamericano. la estructura económico-social latinoamericana,
hacen que ella tenga un carácter dependiente.
Sumariamente, lo anterior se expresa en las
La formación económico-social siguientes características principales:
latinoamericana
1. La combinación entre relaciones de producción
La formación económico-social –o, en otros capitalistas y precapitalistas, bajo la hegemonía
términos, la configuración históricamente de- de las primeras y en servicio de ellas. La configu-
ración total se mueve conducida por las primeras
y, desde este punto de vista, es fundamentalmen-
1 Véase: Quijano, Aníbal 1970 Redefinición de la de- te, pero no homogéneamente, capitalista.
pendencia y proceso de marginalización en América
Aunque en el curso de la expansión de las
Latina (Santiago de Chile: CEPAL - División de Asun-
tos Sociales) mimeo. relaciones capitalistas de producción, las otras
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 127

han venido decreciendo en número (por ejem- 2. La combinación entre elementos estructura-
plo, las relaciones esclavistas fueron erradica- les correspondientes a etapas históricas dife-
das), u operan restringidas casi exclusivamen- rentes dentro del propio modo de producción
te a los más bajos niveles de los sectores pri- capitalista, que se articulan en forma fragmen-
marios de producción (como la “reciprocidad” taria e inconsistente.
procedente del “modo andino” de producción2 Así, relaciones procedentes del capitalismo
en la agricultura de subsistencia, el “colonato” comercial colonial y poscolonial, del capita-
o “peonaje” en la “hacienda tradicional”), o se
han modificado en una dirección capitalista ge- la más distante de la realidad, ambas han contribuido,
nerando formas híbridas (como el “inquilinaje” cada cual a su modo, a oscurecer y confundir el análisis
en Chile), muchos de sus elementos siguen aún social de América Latina. El concepto de “formación
vigentes, con mayor o menor vigor según la ex- económico-social dependiente y desigual y combinada”
pansión capitalista en cada país, se combinan permite un tratamiento teórico más ceñido de nuestra
realidad, a condición de que no se lo convierta, como al
de diversas maneras dentro de la estructura término “dependencia”, en una especie de instrumen-
básica de producción y sus efectos se hacen to mágico que explica todo ahorrando la investigación
presentes en amplia medida en las relaciones concreta. Es decir, a condición de que se establezcan
de poder social y político3. concretamente los elementos específicos que se com-
binan, los modos cambiantes de su combinación y los
factores que ayudan a explicar esa combinación. En
verdad, no se podría entender seriamente los enmara-
2 El concepto de “modo de producción andino” se ñados e híbridos procesos y fenómenos histórico-so-
propone para rescatar la especificidad histórica de las ciales en América Latina, sin recurrir al carácter “des-
relaciones de producción prehispánicas en el territorio igual-combinado” de esta sociedad. En particular, los
del Imperio Incaico, y que no caben bajo otros conceptos. fenómenos de clase y los problemas de Estado en estos
3 Las relaciones entre las relaciones capitalistas y países, serían o incomprensibles o distorsionadamente
las precapitalistas de producción han sido, tradicional- comprensibles fuera de este marco teórico. Desde este
mente, discutidas en América Latina en dos posiciones punto de vista no es por accidente que no disponga-
teóricas: la del “dualismo estructural” y la de “capita- mos todavía de estudios satisfactoriamente orientados
lismo solamente”. La discusión tiene casi medio siglo sobre estos problemas del Estado y las clases sociales
ahora, aunque tuvo en la década que termina su más en América Latina. Las dos posiciones tradicionales no
intenso momento. Creo que ambas posiciones plantean proporcionan los instrumentos adecuados para captar
erróneamente el problema; aunque la primera sea hoy la elusiva realidad.
128 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

lismo industrial competitivo y del capitalismo 5. Esos nuevos sectores y modalidades no se


industrial monopólico, se combinan (no sola- injertan aquí como un sector estructural inte-
mente se superponen) en niveles diferentes, en gral o coherente, sino en forma fragmentaria
cada uno de los niveles y en cada uno de los y básicamente como resultado de un proceso
sectores de producción. que ocurre al interior de las formaciones do-
minantes, pero que no ocurre paralelamente en
3. Cada uno de los sectores nuevos de produc- la matriz latinoamericana, ni se reproduce por
ción y cada una de las nuevas modalidades que supuesto después del injerto en ella de esos
aparecen como hegemónicos en cada momen- nuevos elementos.
to del proceso de expansión capitalista, no 6. De ese modo, la transición de una etapa
son el resultado de un desarrollo orgánico de a otra del proceso de expansión capitalística
los sectores y modalidades precedentes en la en América Latina tiene carácter abrupto, pues
propia formación económico-social latinoame- no se deriva de un proceso orgánico al interior
ricana, sino que proceden de las formaciones de la previa estructura económica. El cambio
dominantes del sistema global y son, por tanto, así es incapaz de generalizar los efectos de la
un injerto dentro de la matriz productiva lati- modernización al cuerpo entero de la matriz
noamericana previa. productiva precedente, y en consecuencia es
igualmente incapaz de erradicar las modalida-
4. El injerto de los nuevos elementos en la ma- des anteriores de organización de la actividad
triz previa, se hace por la acción de agentes económica, y los nuevos elementos que se in-
económicos cuyos intereses sociales predomi- jertan tienen que combinarse con los que co-
nan en las formaciones dominantes del sistema rresponde a las modalidades previas.
y en servicio de sus intereses dentro de esas La abruptez de los cambios, por el injerto
formaciones o en el sistema total, sea operan- fragmentario de los elementos y procesos que
do directamente desde dentro de la matriz lati- tienen lugar en las formaciones dominantes del
noamericana o desde fuera por intermedio de sistema, puede ilustrarse fácilmente si se con-
agentes económicos nativos pero asociados a sidera la actual generalización de la produc-
aquellos intereses. ción industrial en América Latina. Al injertarse
ésta en nuestros países, aparece ya bajo la mo-
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 129

dalidad monopolística de organización y por lo un nuevo nivel dentro de cada sector de la


mismo con un nivel tecnológico relativamente estructura productiva. El cambio, así, ocurre
elevado. Sin embargo, en primer lugar, ambos como un proceso de diversificación de niveles
elementos no son en América Latina el resulta- de producción, en cada uno de los sectores eco-
do del desarrollo orgánico ni de las modalida- nómicos, articulados bajo la hegemonía de una
des competitivas de organización del capitalis- nueva modalidad de organización de la activi-
mo industrial previo en América Latina, ni de dad económica. Así, por ejemplo, al injertarse
los previos niveles de desarrollo tecnológico la producción industrial no se erradica –como
de estos países. Llegan aquí ya desarrollados pretende la imagen convencional– la previa pro-
y como el resultado de procesos ocurridos en ducción artesanal de manufacturas, sino que
otras formaciones. En segundo lugar, vienen por el contrario tiende inclusive a expandirse y
en forma fragmentaria, esto es como elemen- a modificarse conformando un nuevo nivel den-
tos, no como sectores estructurales integrales. tro de la producción manufacturera, articulado
Cuando decimos que una nueva tecnología se al nivel industrial. Del mismo modo, la agricul-
injerta en nuestras economías, la palabra está tura de subsistencia no se erradica, sino que se
evidentemente mal empleada. Lo que vienen deprime aun más y se modifica acordemente, al
son los productos de una tecnología, en tanto introducirse la producción agropecuaria bajo
que esta es un conjunto de actividades, de co- modalidades empresariales de gran escala. En
nocimientos organizados institucionalmente y resumen, los previos elementos y modalidades
en proceso de desarrollo. Nada de ello viene a de producción ven deprimida incesantemen-
América Latina. Sólo sus resultados. te su posición relativa dentro de la estructura
económica global, pero no son erradicados ni
7. Esa abruptez de los cambios, al impedir la aislados como bolsones locales.
generalización de sus efectos en el cuerpo en-
tero de la estructura de producción, hace que 8. En consecuencia, el proceso de cambio en
los elementos y modalidades preexistentes no las formaciones económico-sociales de Améri-
solamente no puedan ser erradicados –o salvo ca Latina, consiste simultáneamente en: a) el
de manera fragmentaria y discontinua– sino injerto abrupto y en condición hegemónica de
que, como consecuencia, tiende a conformar nuevos sectores y/o de modalidades nuevas de
130 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

organización productiva; b) la redefinición y la hace también a un ritmo creciente. La princi-


depresión de la posición relativa de los previos pal consecuencia de eso, para las formaciones
sectores y modalidades, que pasan ser los nive- económico-sociales latinoamericanas, es que
les más bajos de cada sector productivo; c) la los cambios tienden a ser aún más abruptos, de
redefinición de la función y las características modo que los efectos de la innovación se con-
concretas de cada uno de los niveles y modali- centran aún más, produciéndose desigualda-
dades productivas; y d) la alteración en los mo- des más pronunciadas entre los varios niveles
dos de articulación de todos estos elementos productivos de cada sector, y entre cada sector,
y niveles, en los términos requeridos por las lo que genera contradicciones más drásticas y
nuevas modalidades hegemónicas injertadas a de más rápido tiempo de maduración. Por ello,
la previa matriz. la matriz económico-social es llevada perma-
No se trata, pues, simplemente de que per- nentemente al borde de la ruptura y sus me-
manecen los elementos y modalidades previas, canismos de integración son constantemente
es decir, las relaciones previas de producción, alterados y puestos en crisis.
sino que cada uno de ellos asume funciones y
características nuevas dentro del conjunto, y 10. Como resultado de esas determinaciones
en tal sentido son todos ellos un producto del históricas, la estructura global de relaciones de
injerto de las nuevas modalidades hegemóni- producción y de poder político-social en Amé-
cas y de los nuevos medios de producción que rica Latina, se configura permanentemente de
las sirven. modo precario y extremadamente inconsisten-
te, no solamente en el nivel de la totalidad, sino
9. A medida que los cambios en el modo de en cada una de sus dimensiones analíticamente
producción capitalista, dentro de las formacio- diferenciables, y es en consecuencia sometida
nes dominantes del sistema van ocurriendo a a presiones y requerimientos que se combinan
un ritmo creciente debido a la emergencia de y se contraponen al mismo tiempo, moviéndo-
la “revolución científico-tecnológica” como el se en su conjunto bajo la hegemonía de sus nú-
medio fundamental de producción, el injerto cleos estructurales dominantes.
en la matriz económica latinoamericana de La totalidad estructural que así existe, no
los elementos originados en aquel proceso se puede, por eso, lograr dentro del sistema una
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 131

consistencia suficientemente perdurable, como dientes, esto es tienen una estructura global
para obtener la relativa autonomía necesaria incapaz –como tal estructura global– de auto-
sobre sus partes principales, como para gober- nomía dentro del sistema. En otros términos,
nar desde sí misma el destino de éstas según las leyes históricas especificas que rigen sus
la lógica histórica homogénea, ni para articular modos específicos de estructuración, son de-
en sus propios términos los requerimientos y pendientes de los modos cambiantes de arti-
los elementos procedentes desde fuera de ella. culación subordinada entre los intereses so-
Es decir, sus cambiantes partes principales tie- ciales dominantes, en cada momento, dentro
nen hegemonía, sobre la totalidad de la estruc- de estas formaciones, y los intereses sociales
tura. Esta es incapaz de autonomía, como tal dominantes en las formaciones de mayor ni-
estructura global. vel de desarrollo del sistema. Actualmente hay
una discusión intensa en torno del concepto
11. En tanto que estas partes principales en de dependencia. Por supuesto este no es lugar
la estructura global son regidas a su vez por para insertarse en esa discusión. Eso no obs-
los intereses sociales hegemónicos en las for- tante, para los fines de este trabajo es conve-
maciones dominantes del sistema, a través de niente establecer algunos deslindes.
cambiantes mecanismos de articulación con Primeramente debe señalarse que muchos
los intereses sociales hegemónicos dentro de consideran intercambiables dos conceptos
las formaciones latinoamericanas, eso signifi- que ahora es necesario distinguir: el de subor-
ca que las leyes históricas específicas de estas dinación nacional y el de dependencia estruc-
formaciones, sus tendencias mayores de es- tural. En efecto, una extendida corriente alude
tructuración, son derivativas de esos mecanis- con el término “dependencia” a una situación
mos de articulación de intereses dominantes, de subordinación de los países latinoamerica-
que subordinan estas formaciones económico- nos respecto de otros países con un muy alto
sociales a las de mayor nivel de desarrollo den- nivel de desarrollo industrial situación que se
tro del sistema. expresaría en la presión que los países fuertes
ejercen desde fuera sobre los países latinoa-
12. De ese modo, las formaciones históricas mericanos y que estos, por su debilidad, no
latinoamericanas son estructuralmente depen- pueden eludir o contestar A tal enfoque corres-
132 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ponde la calificación de “externa” que se añade Sin embargo, este último enfoque no permi-
a la palabra “dependencia”. te decir aún mucho acerca de lo que ocurre al
Para otra corriente la dependencia es un interior de la formación económico-social su-
modo de articulación estructural entre las bordinada, como consecuencia de ese modo
formaciones económico-sociales de América de dominación. En otros términos, si bien da
Latina y las que caracterizan a los países de cuenta de los modos de articulación entre los
mayor desarrollo dentro del orden capitalista dos niveles de formación económico-social del
internacional. Aquí por lo tanto, no se trata so- sistema, no da cuenta de los modos de articula-
lamente de una subordinación que se organiza ción dentro de la formación subordinada.
por presiones desde fuera, sino de un modo de Para lo que aquí interesa, el concepto de
dominación que se ejerce también desde den- “dependencia estructural” se restringe a dar
tro, es decir, desde el interior de las estructuras cuenta del carácter específico que asume la
económicas latinoamericanas. Por eso se de- propia estructura de la formación económico-
nomina “dependencia estructural” a ese modo social latinoamericana, como consecuencia
de articulación entre estructura económico- de su permanente articulación subordinada
sociales de distinto nivel de desarrollo dentro dentro del sistema al que pertenece. En otros
de un sistema común. términos, se propone distinguir de un lado los
Ciertamente, la diferencia entre ambos enfo- modos de articulación entre esta estructura y
ques es bastante grande y visible. Enfrentando la de las metropolitanas, y los modos de articu-
una formulación que es en el fondo ideológica lación de esta estructura o formación económi-
porque escamotea los intereses reales en jue- co-social, como consecuencia de lo anterior, y
go, el segundo enfoque permite precisar la na- se denomina a lo segundo bajo el concepto de
turaleza efectiva de la relación de dominación, “dependencia estructural”.
esto es la básica correspondencia de intereses Si así no fuera, este concepto no tendría otra
entre los grupos sociales dominantes en ambos función que la de sustituir, para ciertos fines, el
niveles de desarrollo del sistema, intereses que concepto de “imperialismo”, sin generar el co-
se articulan en una relación de subordinación nocimiento necesario acerca de cómo se pro-
de los grupos dominantes nativos de América cesa la articulación de los elementos produci-
Latina respecto de los metropolitanos. dos por la dominación imperialista para confi-
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 133

gurar una determinada formación económico- cambios en sus mecanismos, el carácter depen-
social sometida a aquélla. En rigor, el concepto diente de la estructura económico-social, suje-
de “dependencia estructural” da cuenta de las to a esa dominación, no podría ser eliminado.
leyes históricas especificas que conducen los El problema que aquí emerge es, por supues-
procesos básicos de toda formación econó- to, cómo una estructura económico-social de-
mico-social sometida a la dominación impe- pendiente puede llegar a modificar sus modos
rialista, del carácter derivativo que esas leyes de articulación con los centros dominantes.
históricas asumen respecto de los modos de Hasta aquí, el proceso ha impedido la crista-
dominación imperialista, y en ese sentido alu- lización de relaciones de poder plenamente
de a esos modos, esto es, los supone. Por esta depuradas al interior de nuestras sociedades,
razón se ha señalado antes que la “dependencia y eso a su vez ha dificultado la coalescencia de
estructural” supone la subordinación a la do- los intereses sociales que en éstas son antagó-
minación imperialista, pero no consiste en ella. nicas a la dominación. Sin embargo, la conver-
La dominación imperialista ha engendrado gencia entre los procesos de crisis al interior
en América Latina –y probablemente también del nivel dominante del sistema, y el desarrollo
en otras latitudes– formaciones económico-so- de las contradicciones que ponen a nuestras
ciales cuyos modos de articulación se caracte- sociedades al borde permanente de una ruptu-
rizan por la precariedad y la inconsistencia ex- ra que se contiene desde fuera, o por una eficaz
trema de la estructura global resultante, como asociación controladora desde fuera y desde
consecuencia del hecho de que sus elementos dentro, pueden generar, y de hecho han gene-
centrales o dominantes son en cada momento rado, situaciones que con tienen todas las posi-
el producto de sus cambiantes modos de rela- bilidades de ruptura de la dominación y a partir
ción con los centros de dominación del sistema de allí las posibilidades de homogeneización de
global y no el resultado del desarrollo y modi- la naturaleza histórica de las sociedades domi-
ficación orgánica de los elementos que en un nadas, es decir de cancelación del carácter de-
determinado momento configuran la estructu- pendiente de sus estructuras globales.
ra de la propia formación dominada. Mientras De otro modo, un lento proceso de depura-
esa situación persista, esto es, mientras la do- ción del carácter histórico de los elementos que
minación imperialista perdure no obstante los configuran las actuales estructuras económico-
134 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

sociales latinoamericanas, por la erradicación en la matriz económica latinoamericana, de


de los elementos precapitalistas y de los que modo fragmentario, y por lo mismo, sin capa-
corresponden a las más viejas modalidades ca- cidad de generalizar sus efectos innovadores
pitalistas, podría generar la depuración de las –”modernizadores”– a la totalidad de la ma-
relaciones entre los grupos de interés social, y triz preexistente.
plantear una distinta alternativa de cancelación Solamente en la medida en que en un de-
de la dominación imperialista y de la dependen- terminado país aparezcan configuraciones
cia de las estructuras sociales sometidas a ella. de intereses sociales capaces de extraer la
Sin embargo, el proceso real que hemos esta- estructura productiva de su país fuera del
do mostrando sumariamente no sólo hace muy sistema vigente, puede ser viable un proceso
lento, discontinuo y fragmentario el curso de de homogeneización histórica profunda y con-
la “homogenización histórica” de la estructura sistente, como esfuerzo deliberado, es decir,
global, sino que se desarrolla según una lógica globalmente planificado. En tanto que el pro-
central que en el fondo impide la homogenei- ceso se mantenga como un curso de cambios
zación, en tanto las relaciones de dominación moleculares que la propia estructura y sus re-
inter-formaciones de nivel muy desigual de de- laciones con las dominantes generan sin una
sarrollo se mantengan. planificación global orientada en otro sentido,
En los años recientes, se advierten en di- el carácter dependiente de estas formaciones
versos países, esfuerzos que tienden hacia tendería a prevalecer.
una “homogeneización histórica” de la estruc- Este conjunto de proposiciones, sumaria-
tura global de las relaciones de producción. mente apuntadas, constituye el marco o matriz
Pero estos esfuerzos se centran ante todo en teórica que da sentido al estudio de los dos pro-
la erradicación de los elementos precapitalis- cesos señalados al comienzo del trabajo, y es
tas que subsisten aún dentro de esa estructu- dentro de este marco que será posible revelar a
ra, mientras que por otro lado tienden a acen- que factores concretos responden esos proce-
tuarse las desigualdades y las combinaciones sos, así como el significado de estos, es decir,
al interior de las relaciones capitalistas de el tipo de contradicciones y conflictos que tien-
producción, a medida que nuevas modalida- den a generar en la sociedad.
des se injertan cada vez más abruptamente
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 135

El “polo marginal”, un nivel de un proceso de expansión y de modificación


nuevo dentro de la estructura de los sectores y modalidades antes dominan-
económica latinoamericana tes en la economía latinoamericana, sino un
injerto en ella, pues fueron generados y desa-
Contra el trasfondo del esquema precedente, rrollados en el proceso de cambio ocurrido al
podemos ahora tratar de establecer los cam- interior de la estructura económica de los paí-
bios que estarían ocurriendo actualmente en ses dominantes del sistema vigente.
las relaciones de producción en América Lati- Esto es, se trata de alteraciones que ocurren
na, a partir del injerto relativamente reciente de manera abrupta en el seno de la estructura
de nuevas modalidades de organización de la económica latinoamericana, y que en conse-
actividad económica, en el marco de la estruc- cuencia no emergen modificando y sustituyen-
tura preexistente. do por erradicación los sectores y modalidades
En primer lugar, desde el punto de vista que anteriores, sino combinándose con ellos para
aquí interesa, deben señalarse dos fenómenos formar una nueva articulación estructural de
como los decisivos en el cambio de la estructu- la economía en su conjunto, y en la medida en
ra económica latinoamericana, y que emergen que asumen una posición hegemónica dentro
en prácticamente todos los países, con dife- de ella, modifican la posición relativa de los
rencias de escala y de ritmo: anteriores elementos, su función concreta y
sus características concretas, de tal modo que
1. La generalización de la producción indus- esos elementos así modificados, son en gran
trial de bienes y servicios, como sector hege- medida un producto de estos cambios y no
mónico de la estructura económica global. meramente un remanente o una sobreviven-
2. La emergencia de la modalidad monopolísti- cia. Corresponde entonces, inquirir acerca de
ca de organización de la actividad económica lo que es inherente a esos dos fenómenos se-
en su conjunto y principalmente de su sector ñalados, y acerca de sus implicaciones y efec-
hegemónico, como la modalidad dominante. tos sobre la estructura económica concreta de
América Latina.
Como se sabe bien, ninguno de estos elemen- En primer término, la generalización de la
tos –nuevos en América Latina– es el producto modalidad monopolística como dominante en
136 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

los sectores productivos, a su vez dominantes manda de grupos minoritarios de la pobla-


en la estructura económica conjunta, implica ción, demanda que se genera y se orienta por
esencialmente la concentración de poder eco- mecanismos tanto económicos (crédito para
nómico y el desarrollo de mecanismos adecua- adquirir cierto tipo de bienes y de servicios,
dos para su organización y expansión, al servi- y no otros) como psicológicos (propaganda
cio de los intereses hegemónicos en el sistema y manipulación de las aspiraciones y orien-
global. taciones de consumo).
3. La introducción de mecanismos nuevos de
1. El control de los medios básicos de produc- realización de la plusvalía. Podría pensarse
ción, tanto preexistentes, como los apareja- (y de hecho así se sigue pensando en am-
dos por el injerto de los nuevos elementos, plios sectores), que la relativamente redu-
en un núcleo reducido de organizaciones de cida dimensión demográfica del mercado
producción: capital, materias primas, tecno- que sirve a estas empresas, supone una de-
logía. Esta última debe entenderse aquí en manda inelástica y que, en consecuencia, es
su doble dimensión: instrumentos materia- indispensable para la organización monopo-
les y procesos técnicos correspondientes, lística de la producción industrial presionar
y técnicas de organización de las relaciones por cambios en la estructura económico-
de trabajo. social que permitan el ensanchamiento de-
2. El control del mercado significativo para las mográfico de su mercado. Aunque es obvio
necesidades de realización de plusvalía y de que una expansión cuantitativa del merca-
acumulación de capital de esas empresas. do es útil a las empresas monopolísticas, la
Característicamente en el caso latinoame- experiencia reciente de los países de mayor
ricano, ese mercado no es necesariamente desarrollo relativo en la región revela que
muy amplio, no abarca por lo mismo a la lo que cuenta en primer término, es la am-
generalidad de la población, sino que se res- pliación cualitativa de su mercado; es decir,
tringe a los sectores de población de altos y un relativo aumento de la población de los
medios ingresos. Esto es, la producción de sectores medios inmediatamente asocia-
bienes y de servicios en estas empresas, está dos a la clase dominante, por un lado, y la
orientada principalmente a servir a la de- recurrencia de la demanda por los mismos
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 137

productos al interior de este mercado. Para explotación sobre la economía total de la


que lo último pueda funcionar, se ponen en formación dominada.
juego mecanismos innovados de realización 7. La reorganización de las organizaciones y
de plusvalía, que básicamente consiste en la mecanismos de financiamiento, y su control
denominada “obsolescence” del modelo de restringido al servicio de las organizaciones
los productos básicos y el cambio continua- monopolísticas de producción ¿Qué ocurre
do de los modelos por pequeñas alteracio- en esas condiciones, con los sectores an-
nes de forma y de elementos, y en los me- teriormente hegemónicos de la economía
canismos de crédito ligados a esos cambios latinoamericana, o con los niveles y modali-
del modelo de bienes. dades en que antes existían los mismos sec-
4. Para el control de este mercado y para su tores que son hoy día dominantes?
ampliación cualitativa, la estructura genera
mecanismos que permiten incrementar la La teoría general supone que en el curso de
concentración de los ingresos en los grupos la expansión de la producción industrial de
que constituyen ese mercado. bienes y de servicios, los sectores artesanales
5. El incremento tecnológico constante, que correspondientes tienden a ser erradicados o,
permite aumentar la productividad del tra- por lo menos, reducidos, así como en el desa-
bajo, la racionalización de las relaciones de rrollo de las modalidades monopolísticas y de
trabajo lo que implica el incremento en la sus cambios, las modalidades competitivas de
tasa de explotación del trabajo y por lo mis- organización empresarial tienden igualmente a
mo la reducción de las necesidades de fuer- ser sustituidas y a ser erradicadas.
za de trabajo. Esta imagen da cuenta en general de cómo
6. El incremento de la tasa de acumulación de ha venido ocurriendo el desarrollo del modo de
capital y de concentración del excedente, producción capitalista, tomado en abstracto,
tanto para la expansión de la producción y es decir fuera de un contexto históricamente
de la capacidad de control económico de determinado. Aún, la imagen puede ser relati-
la empresa, como para la transferencia de vamente eficaz cuando se consideran los paí-
capital a los centros económicos metropo- ses que actualmente detentan los niveles más
litanos. Esto es, un aumento en la tasa de avanzados del desarrollo de este modo de pro-
138 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ducción, a pesar de que en este caso ella sólo su completa incapacidad de acceso a los nue-
podría en rigor ser empleada como una aproxi- vos medios de producción que supone el incre-
mación, pues en la realidad concreta la emer- mento tecnológico.
gencia de nuevas modalidades de organización Este fenómeno no está ocurriendo solamen-
económica no supuso la eliminación total de te al interior del sector industrial-fabril, sino en
las precedentes y es posible que el ritmo del cada uno de los otros sectores de la actividad
cambio a partir de la “revolución científico- económica, y de modo más visible al interior
tecnológica” esté produciendo mucho más una de los sectores llamados terciarios en la termi-
combinación de las viejas y las nuevas moda- nología corriente, con la excepción –por obvias
lidades, e inclusive una reviviscencia de los razones– de la Administración Pública y de las
niveles de producción que parecían definitiva- Finanzas, aunque aquí parecen desarrollarse
mente erradicados o que quedaban solamente ciertos mecanismos de tipo marginal.
en bolsones geográficamente aislados, como Es decir, en cada uno de los sectores básicos
en el caso de la producción semifabril, y aun de la actividad económica de los países latinoa-
directamente artesanal, en los Estados Unidos. mericanos tiende a expandirse, y en esa medida
Para el caso latinoamericano –y probable- a diferenciarse, un nivel de actividades y de me-
mente para otras formaciones equivalentes en canismos de organización económica que van
otras regiones– esa imagen es definitivamente perdiendo incesantemente toda posibilidad de
inadecuada. Debido al hecho de que esos nue- acceso estable a los medios básicos de produc-
vos elementos son injertos, y por lo tanto se ción y a los mercados de rendimiento significa-
incorporan abruptamente en el seno de estas tivo para las posibilidades de incremento de la
economías, los sectores y modalidades anterio- acumulación de capital: la artesanía de bienes
res de producción lejos de desaparecer, están y de servicios, el pequeño comercio de bienes
expandiéndose y modificándose por sus nue- y de servicios, las actividades agropecuarias de
vos modos de articulación en la estructura eco- mínimo nivel de productividad, no solamente
nómica global, pero naturalmente ocupando un no han desaparecido ni muestran señales de
nivel cada vez más deprimido, por la incesante desaparición, sino que muy por el contrario se
pérdida del control de los recursos productivos han expandido y tienden a expandirse, confi-
y de los mercados de que antes disponían y por gurando de ese modo un nivel de actividad
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 139

económica que por su magnitud puede ser dife- vez extremadamente reducidos, inestables y
renciado como un nivel nuevo en la economía de configuración incompleta en comparación
latinoamericana. con sus equivalentes en los otros niveles, y que
Sin duda, en todos los periodos de la historia sirven a un mercado conformado por la propia
latinoamericana y en general en las sociedades población incorporada a este nivel de activi-
capitalistas, han existido siempre estas formas dad, incapaz por lo tanto de permitir la acumu-
de actividad económica, despojadas de toda lación creciente de capital.
relación significativa con los medios básicos Frente a este fenómeno, la teoría contem-
de producción de las modalidades y sectores poránea carece de una adecuada elaboración
dominantes de la economía. Sin embargo, es conceptual. El concepto más cercano sería
solamente en el periodo actual que ellas tien- el de “economía de subsistencia”, con el cual
den a expandirse y a diferenciarse como todo se ha dado cuenta de un nivel de la actividad
un nivel o estrato de la economía que atraviesa económica caracterizado por una relativa au-
el cuerpo entero de la estructura económica, tosuficiencia, esto es por la producción para el
eso es que hace parte creciente de cada uno de propio consumo del productor, por lo tanto en
sus sectores sustantivos. En este sentido debe pequeña cantidad y sin condiciones de generar
insistirse en que este nivel –el más deprimido– excedentes, que normalmente hacía parte de
de la actividad económica es un producto de los sectores rurales de la economía.
las nuevas condiciones en que se procesa la ar- De un lado, la propia noción de “economía
ticulación de la estructura económica latinoa- de subsistencia”, aunque puede todavía dar
mericana, y no una mera sobrevivencia. cuenta de las características de la actividad
Este nivel deprimido de la economía contie- económica de grupos cada vez más reducidos
ne un conjunto de ocupaciones características, y relativamente aislados de los centros impor-
de mecanismos de organización de ellas, es tantes de producción rural, es ya inadecuada si
decir de las relaciones de trabajo, que no son se pretende continuar usándola para denomi-
las propias de las modalidades dominantes en nar a la situación económica de los pobladores
cada sector, que emplean recursos residuales rurales sin tierra y sin empleo estable o de los
de producción que se estructuran de modo minifundiarios, pues en su mayor parte ellos
inestable y precario que generan ingresos a la han ingresado hace ya bastante tiempo en las
140 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

relaciones de mercado monetario del capitalis- de ésta a partir del injerto de nuevas modali-
mo rural y urbano menor y no son, por lo mis- dades y medios de producción, y en curso de
mo, “autosuficientes”. De otro lado, aparte de expansión y de diferenciación.
que aquí no se trata de un segmento económico El concepto propuesto tiene el valor de dar
con relaciones sólo tangenciales con el merca- cuenta del tipo de relaciones que estas ocupa-
do monetario, como en el caso de la “economía ciones y mecanismos de organización, de ellas,
de subsistencia”, pues son justamente este tipo tienen con los medios básicos de producción,
de relaciones de mercado que están en el cen- del tipo de relaciones en que ellas se articulan
tro mismo del fenómeno que nos interesa, con con el resto de la estructura y ante todo con
aquel concepto se aludía también a una franja sus niveles dominantes, y el nivel deprimido
de la economía caracterizada por el acceso es- que ocupan dentro de esa articulación.
table a recursos de producción básicos, aunque Respecto de lo primero, se trata de relacio-
en escala reducida, que permitía justamente el nes segmentarias y precarias en extremo con
autoabastecimiento. los medios básicos de producción controlados
Por el contrario, en el fenómeno que tra- por las modalidades y los niveles dominantes
tamos de explorar el elemento definitorio es de la economía global. Por lo segundo, se trata
justamente la falta de acceso estable a los de relaciones de dominación indirectas y seg-
recursos básicos de producción que sirven a mentarias con los mecanismos de organización
los niveles dominantes de cada uno de los sec- inherentes a esas modalidades, las cuales al
tores económicos, en cuyas condiciones las mismo tiempo engendran y subordinan el “polo
ocupaciones y mecanismos de su organización marginal” a sus intereses, y finalmente, se trata
sólo pueden operar sobre recursos residuales, del nivel más deprimido y más dominado de la
de un lado, y actividades residuales, en su ma- estructura económica total.
yor parte. Además, este concepto así formulado, per-
Por estas razones, aquí se propone el con- mite la visualización del fenómeno en su di-
cepto de “polo marginal” de la economía para mensión adecuada. Algunos han tratado de
caracterizar este nivel nuevo de la actividad acuñar la distinción entre el “sector integrado”
económica latinoamericana, producto de los y el “sector marginal” de la economía, como un
cambios recientes en el modo de articulación nuevo dualismo estructural en las formaciones
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 141

latinoamericanas, con estructura y lógica dis- “Mano de obra marginada”, nuevo


tintas de existencia y desarrollo. Frente a ese sector diferenciable dentro de la
modo de considerar el problema, el concepto población trabajadora
de “polo marginal” pone de relieve la presencia
de una lógica histórica común a todos los nive- Mientras que hasta aquí se ha intentado mostrar
les de la estructura económica latinoamericana cómo el injerto de un nuevo nivel hegemónico
que produce al mismo tiempo los niveles cen- en la estructura económica latinoamericana
trales y los niveles periféricos, y de ese modo desencadena un proceso de cambios que produ-
articula a ambos en una misma trama estructu- cen un “polo marginal” en esa estructura, ahora
ral, en posiciones distintas. la discusión concierne a las implicaciones de
La imagen geodésica evocada en esta con- ese proceso para el mercado de trabajo respecti-
ceptualización, supone la presencia de un “nú- vo y, por lo tanto, para el destino de la población
cleo central” y de “polos” en la estructura de la trabajadora en el curso de estos cambios.
Tierra. Así como no se puede pensar a ambos El nuevo modo de articulación de las rela-
elementos como “sectores estructurales” dis- ciones de producción, requiere ciertos cam-
tintos, cada cual con una lógica independiente bios en la cantidad y en la calidad de la fuerza
de movimiento, no tiene tampoco ningún asi- de trabajo, que cada uno de los niveles y mo-
dero concebir a cada uno de los niveles en que dalidades de producción necesita, así como
se diferencia la estructura económica total en en los respectivos mecanismos de absorción,
América Latina, como formando una estructu- exclusión y depresión de la mano de obra. La
ra en sí misma, con distinta e independiente ló- nueva configuración resultante en el mercado
gica de articulación y de comportamiento. de trabajo, implicará necesariamente nuevas
A partir de aquí, el problema es intentar fuentes y nuevas formas de diferenciación en
establecer concretamente tanto los lími- la composición de la población trabajadora, en
tes como las relaciones específicas que este consecuencia de lo cual aparecerán también
“polo marginal” tiene dentro de la estructura elementos nuevos en las relaciones de domina-
global de la economía, y en primer lugar con ción-conflicto de la sociedad.
los núcleos dominantes en ella. Eso se inda- Importa, pues, tratar de establecer los fac-
gará más adelante. tores y los mecanismos específicos que operan
142 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

sobre el mercado de trabajo, por los cambios relaciones que se establecerán entre los varios
concretos que allí tienen o pueden tener lugar, sectores productivos y cada uno de sus niveles
y por lo que todo ello implica para la población y modalidades, respecto de la formación, des-
trabajadora. Para eso es necesario, en primer plazamiento, absorción, exclusión y depresión
término, determinar de dónde surgen o a qué de la mano de obra.
obedecen los nuevos requerimientos del volu- Así, pues, debemos examinar en la partida,
men y del tipo de fuerza de trabajo en la nueva los factores que especifican el tipo de necesida-
estructura de la economía. des de fuerza de trabajo de los actuales niveles
La diferenciación de niveles y modalidades hegemónicos de la economía. Dos son los fac-
de producción y su combinación en la econo- tores principales:
mía latinoamericana, en cuyo curso tiende a
surgir un “polo marginal”, es básicamente de- 1. El tipo de recursos productivos que emplean.
terminada por el acceso diferencial que cada 2. Los intereses sociales que controlan esos
uno de aquéllos tiene a los medios de produc- recursos y los mecanismos de que se sirven
ción. A su vez, eso es condicionado por el tipo para ello.
de relaciones, que respecto de esos recursos se
establecen entre las nuevas modalidades mo- En cuanto a lo primero, ya se ha señalado que
nopolísticas dominantes, y las previas que se en el actual nivel hegemónico de la economía
modifican al combinarse con aquéllas. Es de- latinoamericana, el principal recurso produc-
cir que, en último análisis, esos cambios son el tivo es la nueva tecnología, proveniente de la
resultado de las determinaciones que surgen a “revolución científico-tecnológica” que ocurre
partir del control monopolístico de los medios en las economías metropolitanas del sistema.
básicos de producción de la sociedad. Esta consideración no supone disminuir la im-
De la misma manera, los cambios en la es- portancia de los otros medios de producción,
tructura del mercado de trabajo son determina- sino atribuir a la nueva tecnología una condi-
dos, en última instancia, por el tipo de necesi- ción primada, en función de su capacidad para
dades de fuerza de trabajo inherentes a nuevas definir el uso de los demás recursos.
modalidades monopolísticas dominantes, pues Respecto de lo segundo, tampoco es nece-
es eso, precisamente, lo que norma el tipo de sario insistir en el hecho de que los intereses
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 143

sociales a cuyo servicio y bajo cuyo control se 1. El incremento de la tasa de explotación del
injerta esa nueva “tecnología”, consiste en la trabajo, por el incremento de la productivi-
acumulación de capital en manos de un reduci- dad inherente a la nueva tecnología.
do conjunto de empresas monopolísticamente 2. La modificación de la estructura cualitativa
organizadas, que tienen el dominio del sistema de la mano de obra requerida por esa tecno-
global, y que con la asociación subordinada de logía y para esos efectos, en el sentido de
grupos empresariales nativos mantienen, sin una elevación de los niveles de calificación.
embargo, sus intereses centrales radicados en 3. La correlativa reducción del volumen relati-
las economías metropolitanas, lo cual excluye vo de fuerza de trabajo o mano de obra re-
el uso autónomo de esos recursos por la socie- querida por los niveles productivos en que
dad dependiente. esa tecnología es dominante.
Resultado de la acción combinada de este 4. La situación desventajosa de todos los otros
control de intereses monopolísticos y del carác- niveles productivos para tener acceso a la
ter abrupto de su injerto en América Latina, es la tecnología y al capital acumulado en los ni-
concentración de esa tecnología sólo en los más veles dominantes, por el control y la concen-
altos estratos de la economía, la concentración tración impuestos por los intereses socia-
de sus productos en manos de reducidos grupos les monopolísticos, y secundariamente por
dominantes e intermedios de la sociedad, el in- la incapacidad de las modalidades previas
cremento y la concentración de la acumulación como resultado de la abruptez del proce-
de capital en manos de pocas empresas mono- so, todo lo cual impide que la limitación del
polísticas y la transferencia de la mayor parte volumen de mano de obra necesaria en los
del excedente hacia los centros metropolitanos niveles dominantes pueda ser compensada
del sistema y, en menor medida, hacia los gru- por la ampliación de la capacidad producti-
pos nativos subordinados a aquéllas pero domi- va de los otros niveles.
nantes dentro de la sociedad dependiente. 5. En tanto que la producción de esos niveles
Esta constelación de factores tiene implica- dominantes sirve, casi exclusivamente, al
ciones decisivas en los mecanismos que rigen mercado de altos y medios ingresos, social y
el mercado de trabajo de estos niveles y moda- culturalmente orientados al consumo de esa
lidades de producción: producción, y dada la concentración de ta-
144 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

les grupos en sólo unos pocos centros urba- multáneamente con el crecimiento de la pobla-
nos principales, el mercado real de trabajo ción trabajadora en su conjunto, pero de modo
de esos niveles de producción se concentra especial de sus sectores de más bajo nivel de
también en esos centros urbanos. calificación, a tasas largamente más altas que
6. De ese modo, el mercado de trabajo gene- en cualquier otro período anterior de la econo-
rado y regido por esos niveles productivos mía latinoamericana.
tiende a ser, al mismo tiempo, reducido, ex- En segundo lugar, el incremento de las exi-
cluyente y concentrado en pocos centros del gencias cualitativas de ese mercado de trabajo
sector urbano de la sociedad. del nivel dominante, por su carácter de injerto
abrupto, no guarda ninguna simetría con las
En resumen, se puede observar una clara mo- previas experiencias, destrezas, entrenamiento
dificación de la estructura del mercado de y nivel cultural (o psicosocial) de la mayor par-
trabajo de los niveles y modalidades hegemó- te de la mano de obra que la sociedad genera
nicos de la economía latinoamericana, tanto y que, precisamente, es la que crece a las más
desde el punto de vista de su distribución en altas tasas.
el espacio económico de la sociedad, de sus En tercer lugar, la concentración del merca-
requerimientos cualitativos de ocupación y do de trabajo de ese nivel, con esas caracterís-
de calificación, como del volumen relativo de ticas, en los principales centros del sector ur-
fuerza de trabajo necesaria. bano de la sociedad, ocurre simultáneamente
Este conjunto de factores y de mecanismos con el rápido crecimiento demográfico de esos
se pone en marcha convergiendo y combinán- centros, tanto como consecuencia del creci-
dose con otros órdenes de factores, cuyas re- miento vegetativo de la previa población, como
laciones con el primero examinaremos por del desplazamiento migratorio desde centros
separado, y de cuya convergencia resulta un urbanos menores y desde las áreas rurales.
mercado de trabajo global con una estructura No es muy difícil ver como en tales condi-
extremadamente diferenciada. ciones y circunstancias, los efectos de un mer-
Se trata, en primer lugar, de que la limitación cado de trabajo de ese tipo sobre la población
de las necesidades cuantitativas de fuerza de trabajadora se agudizan hasta el dramatismo
trabajo en los niveles hegemónicos ocurre si- haciéndose más visibles, y generando formas
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 145

de relación social que podrían no estar presen- que les permite obtener hegemonía sobre los
tes bajo otras circunstancias, como se verá en sectores rurales, condiciona y rige el despla-
su lugar más adelante. zamiento de población desde las áreas rurales
Por otro lado, aquellas características con a las urbanas. Este cambio en la estructura
que emerge el mercado de trabajo en los niveles ecológico-demográfica de la sociedad, entra-
dominantes de la economía, se desarrollan con- ña desde luego el desplazamiento de mano de
vergiendo con alteraciones sustantivas en los obra desde los sectores rurales a los urbanos
requerimientos y mecanismos del mercado de en una tendencia al predominio de los últimos
trabajo correspondiente a cada uno de los sec- en la absorción de fuerza de trabajo.
tores de la economía y a cada uno de sus niveles La imagen convencional suponía que ese
y modalidades, y las cuales se producen, preci- desplazamiento de mano de obra era, ante
samente, como consecuencia de los cambios en todo, entre los sectores productivos dominan-
los modos de articulación entre esos sectores y tes en ambas áreas, esto es, entre los sectores
niveles de producción, a partir del injerto de las extractivos y el sector industrial-manufac-
nuevas modalidades como las dominantes de la turero. De ese modo, el predominio urbano
estructura total de esta economía. en términos de volumen de mano de obra,
Si bien los factores y mecanismos que gobier- implicaría sobre todo el predominio del sec-
nan el mercado de trabajo de los nuevos niveles tor industrial-manufacturero sobre todos los
dominantes son engendrados, ante todo, al in- otros, a ese respecto. Sin embargo, en Amé-
terior de esos niveles, en cambio, el proceso de rica Latina es visible que no es precisamente
formación, desplazamiento, intercambio e inser- eso lo que ocurre, pues en todos los países de
ción de mano de obra en la economía conjunta la región la proporción de mano de obra que
se deriva de cómo se alteran las relaciones de el sector secundario absorbe es mucho menor
articulación entre sus diversos sectores y nive- que en los otros sectores urbanos de empleo,
les productivos y, en primer término, entre los y no hay muestras de tender a alterar esa re-
sectores y niveles dominantes y los demás. lación. Y eso sucede exactamente en el mis-
Para comenzar por una perspectiva de con- mo momento en que la manufactura industrial
junto, la expansión y modificación de los sec- gana hegemonía sobre todas las otras, desde
tores urbanos de la economía en un proceso el punto de vista de su capacidad productiva
146 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y de su capacidad para articular la estructura y, sobre todo, retener, una proporción de mano
global en sus términos. de obra suficientemente grande como para que
El predominio en unos países y la tenden- el sector en su conjunto aparezca conteniendo
cia a ello en otros, del sector manufacturero- la mayor parte de la mano de obra total en la
industrial, es por cierto el responsable de la economía. Eso se debe a dos factores princi-
creciente hegemonía de los sectores urbanos pales:
de la economía sobre los rurales. Pero al mis- Primero que la parte de “capitalismo compe-
mo tiempo eso sucede como consecuencia del titivo” en el sector secundario está deteriorán-
incremento de la capacidad productiva de los dose bastante rápidamente bajo la acción del
niveles organizados monopolísticamente, y no nivel monopolístico, en todas las rama princi-
tanto por la de los niveles bajo otras modalida- pales del sector en que existía. De hecho, las
des, y como esos niveles desarrollan un merca- ramas dominantes hoy día del sector se desa-
do de trabajo a la par reducido y excluyente, rrollaron directamente bajo control monopo-
el desplazamiento de mano de obra desde los lístico y sus exigencias financiero-tecnológicas
sectores rurales no puede hacerse hacia la ma- excluyen otras modalidades de control. Así,
nufactura industrial de ese nivel sino en una sólo en las ramas “tradicionales” (vestuario,
fracción minoritaria. alimentación, calzado) sobrevive la modali-
No obstante, se podría pensar que si bien dad “competitiva” del capitalismo, pero en su
esa mano de obra no puede llegar hasta los ni- mayor parte en un nivel semifabril de organi-
veles hegemónicos del sector secundario, en zación pues el nivel fabril está ya, en buena
cambio puede dirigirse hacia los otros niveles parte, colocado bajo control monopolista. Esa
del sector: el nivel fabril bajo la modalidad de condición presiona a ese nivel de la producción
“capitalismo competitivo”, o el nivel semifabril manufacturera a continuar absorbiendo mano
y artesanal. de obra sólo de modo irregular y fluctuante,
En efecto, la gruesa mayoría de la mano de entre la limitada expansión de algunas ramas
obra en el sector secundario, se encuentra en y la contracción de otras, y de las empresas en
América Latina en esos niveles, y especialmen- cada una de las ramas, a medida que la acción
te en el nivel semifabril y artesanal. Con todo monopolística despeja a este nivel de recursos
esos niveles no tienen capacidad para absorber productivos, de financiamiento, y de mercado.
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 147

Las empresas de este tipo de “capitalismo industrialización”, en que por lo tanto la mis-
competitivo”, son característicamente fluc- ma persona era simultáneamente agricultor y
tuantes. Unas desaparecen mientras otras sur- artesano. Como sector diferenciado, en los sec-
gen, y pocas permanecen en condiciones de tores rurales, era ciertamente muy reducido, y
constante deterioro de su lugar en el mercado su crecimiento en ciertos países o regiones de
y en la producción. Pero esas características, ellos es más bien reciente.
típicas del “capitalismo competitivo”, permi- No es difícil explicar estas condiciones de
ten en cierta medida el mantenimiento de este existencia de la artesanía manufacturera urba-
nivel productivo del sector, aunque su función na, en la América Latina poscolonial. Funda-
principal es surtir a los más bajos niveles del mentalmente, ello es una consecuencia de la
mercado, y transferir sus excedentes –por di- “división del trabajo” impuesta a estos países
versos mecanismos– hacia el nivel monopo- por las relaciones de dominación imperialista,
lístico del sector, y de la economía en su con- es decir por la obligada restricción latinoame-
junto. No obstante, es su permanencia lo que ricana a la producción de materias primas de
asegura el mercado de trabajo más amplio del un lado, y a la importación de bienes manu-
sector secundario en su conjunto. facturados desde los centros metropolitanos
En cuanto al nivel directamente artesanal dominantes en cada etapa. Debido a eso, la
del sector secundario urbano, en la América relativamente amplia gama de artesanía manu-
Latina poscolonial no fue nunca muy grande facturera urbana colonial, fue decayendo rápi-
el volumen de mano de obra allí incorporado, damente en el periodo posterior, y esa forma
porque su producción nunca fue muy impor- de producción quedó por largo tiempo concen-
tante, así como nunca ocupó un lugar de pre- trada en las áreas rurales, en las condiciones
ponderancia ni en el conjunto de la economía señaladas antes. De otro lado, la relativamente
ni en sus sectores urbanos. En los sectores temprana instalación de la producción fabril de
rurales, la artesanía manufacturera no existía ciertos bienes de alimentación bebida, vestua-
como un sector diferenciado e independiente rio, calzado, en la mayor parte de estos países,
de los demás, pues formaba parte del carácter aceleró la declinación de la artesanía manufac-
difuso o no especificado y no delimitado de los turera urbana.
roles de la economía rural anterior a la “nueva En esas condiciones ese nivel productivo
148 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

urbano no podía tener mucha capacidad de ab- sectores rurales y los urbanos de la economía,
sorber la mano de obra que crecía en las ciuda- las nuevas formas de diferenciación y articula-
des principales, mientras que el comercio y los ción entre cada uno de sus sectores y niveles
servicios, primero, y poco más tarde la cons- productivos producen también consecuencias
trucción y los transportes, se constituían como decisivas sobre el mercado de trabajo.
los principales focos de atracción de la mano La expansión de las relaciones estrictamen-
de obra que se incorporaba al mercado de tra- te capitalistas de producción en los sectores ru-
bajo urbano más importante. Esta tendencia no rales, lenta y molecular anteriormente y ahora
hará sino fortalecerse al insertarse la “nueva in- cada vez más acelerada, obedece a las nuevas
dustrialización”, esto es, la manufactura fabril condiciones que imponen los sectores urbanos
con tecnología compleja y bajo control mono- de la economía y ante todo el sector fabril-
polístico, con sus característicos requerimien- industrial. Esas condiciones consisten, princi-
tos de mano de obra. palmente, en las necesidades nuevas del mer-
De allí que, no obstante que la masa mayor cado urbano de productos rurales, tanto desde
de mano de obra del sector secundario, se con- el punto de vista del consumo de la población
centra en los niveles semifabriles y artesanales urbana como de su aparato productivo, y en
bajo modalidad premonopolística, el sector en la expansión del mercado rural de productos
su conjunto no tiene ninguna posibilidad de urbanos, no solamente de sus niveles interme-
absorber a la mayor proporción de la mano de dios y bajos, sino también de ciertos productos
obra urbana en su conjunto. El desplazamien- de origen metropolitano extranjero, como la
to de mano de obra desde los sectores rurales radio portátil, el reloj de pulsera, etcétera.
hacia los urbanos de la economía, no consiste La modificación del mercado urbano de pro-
pues en un intercambio de mano de obra entre ductos rurales está también asociada a la modi-
los sectores primarios y el sector secundario, ficación del mercado internacional de produc-
sino en una proporción minoritaria, pues la tos rurales, que acompaña a la modificación de
mayor parte de la mano de obra desplazada no los requerimientos de la economía metropo-
ingresa en el sector secundario, y la que lo hace litana dominante. La combinación de ambos
se concentra a su vez mayoritariamente en sus elementos fuerza en la economía rural ciertos
más bajos niveles. Tomados por separado los cambios sustantivos, tanto en la especializa-
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 149

ción productiva, como en la organización de la tación implica también ciertos incrementos de


producción y el uso de los recursos producti- productividad, vía introducción de nuevo ins-
vos. Esos cambios son fortalecidos y acompa- trumental o de nuevas formas de organización
ñados por los que se derivan de la penetración del trabajo, y la concentración de los recursos
creciente de productos urbanos en el mercado productivos en manos de pocos grupos que ya
rural, de la correspondiente expansión de re- existían, se refuerza y se consolida en la ma-
laciones monetarias de mercado y de trabajo. yor parte de los países. En otros, los esfuerzos
Las presiones para una modificación en la de redistribución de los recursos productivos
especialización productiva rural, así como agropecuarios, no solamente de manera limi-
para cambios en la organización de la produc- tada y errática en muchos casos, sino dentro
ción y el uso de los recursos, se ejercen, natu- del marco vigente de relaciones de producción,
ralmente, sobre todo el nivel dominante de la permite la desconcentración de los recursos
economía rural, en cada uno de sus sectores. productivos en los más bajos niveles produc-
De un lado, las actividades extractivas cuya tivos rurales; pero la racionalización implicada
producción se destina al mercado internacio- de uso de esos recursos y de organización del
nal, sufren un proceso de racionalización y de trabajo, engendra necesariamente la limitación
concentración de tipo monopolístico, estatal o cuantitativa de fuerza de trabajo, acompañada
privado, se incrementan sus recursos tecnoló- de la expansión de las relaciones monetarias
gicos, de tal modo que se reducen rápidamente de trabajo y de mercado.
las respectivas necesidades de fuerza de traba- De su lado, la rápida alteración de las rela-
jo, mientras se incrementan las exigencias cua- ciones comerciales urbano-rurales, sobre todo
litativas de mano de obra. entre los principales centros urbanos y el cam-
De otro lado, las actividades extractivas po, con su secuela de expansión de las relacio-
destinadas al mercado urbano principal, y en nes monetarias de mercado en la población
menor medida al mercado regional o local, rural, genera un proceso de rápida declinación
reorientan las líneas de producción en función de numerosos roles económicos y la expansión
de los nuevos requerimientos de materias pri- de otros nuevos de contenido urbano, especial-
mas para la industria urbana, ante todo, y de mente vinculados al comercio, al transporte, a
consumo de la población urbana. Esa reorien- los servicios. Se podría pensar que en este pro-
150 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ceso, la mano de obra que queda fuera de la y trabajo. Lo que era en el momento anterior
estructura nueva de mercado de trabajo agro- de la economía rural una “economía de subsis-
pecuario y extractivo, es incorporada al mer- tencia”, se va modificando en un sentido que lo
cado provisto por los nuevos roles que surgen. coloca como parte del nuevo “polo marginal”
Con toda su importancia y su amplitud relati- de la economía rural nueva.
va, esos nuevos roles no se desarrollan ni a la Así, en el proceso de cambios de los sec-
velocidad y ni con la amplitud suficientes para tores rurales de la economía derivados de los
acoger la mano de obra que sale de los otros nuevos modos de su articulación de conjunto
sectores, ni esa mano de obra puede modificar con la economía urbana, y de la redefinición de
sus previas características como para insertar- las relaciones entre sus propios sectores y ni-
se en los nuevos roles. Pero, sobre todo, estas veles productivos, engendra una nueva estruc-
nuevas actividades aparecen por lo general ya tura del mercado de trabajo, que implica bási-
bajo el control de pocos grupos, que en su pro- camente que un contingente creciente de mano
porción dominante tienen radicación urbana. de obra –incrementada por las tasas muy altas
La expansión del mercado rural de produc- de crecimiento demográfico, más altas aquí
tos urbanos, y de las relaciones monetarias de que en los otros sectores de la economía– va
mercado y de trabajo, tiene un impacto parti- quedando fuera del mercado de trabajo de los
cularmente fuerte sobre el nivel de la “econo- niveles dominantes de la economía rural, mien-
mía de subsistencia” en las aéreas rurales. No tras los nuevos niveles intermedios no tienen
solamente se van deteriorando sus pequeños la suficiente amplitud para absorberlo, y de ese
recursos de producción, por el agotamiento modo es obligada a emigrar geográficamente o
de la tierra en sus manos, por falta de me- a refugiarse en un nuevo “polo marginal” rural,
dios financiero-tecnológicos adecuados, por constituido por lo que se modifica de la previa
el aumento de la población respectiva a tasas “economía de subsistencia”, y por un conjun-
naturalmente más altas que en los otros sec- to de actividades comerciales y de servicio del
tores, sino que sus peculiares características más bajo nivel, de recursos productivos exi-
de producción para el propio consumo se van guos, de precario nivel de organización.
debilitando, aunque no desaparezcan ante el Al interior de la economía urbana, y básica-
empuje de las nuevas relaciones de mercado mente en sus principales centros, los hechos
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 151

predominantes que definen las características En segundo lugar, puesto que la posición he-
del mercado de trabajo global y ya no solamen- gemónica del sector secundario no beneficia a
te del que corresponde al del nivel controlado todos los niveles del sector, sino que resulta de
monopolísticamente, también forman parte de la concentración monopolística de los niveles
los cambios en las relaciones entre los diversos productivos más avanzados, es inevitable que
sectores de la economía urbana y entre las mo- los otros sectores tiendan también a diferen-
dalidades de cada uno de sus niveles. ciarse acordemente en niveles de rendimiento.
En primer lugar, la hegemonía del sector De ese modo, para la producción de los más
manufacturero o secundario, no implica so- altos niveles del sector secundario, destinada a
lamente la subordinación correlativa de los los grupos de altos y medios ingresos, se cons-
otros, sino sobre todo una estructura distinta tituye un nivel correspondiente de servicios y
de articulación entre todos ellos, y entre cada de distribución comercial, que por lo tanto con-
uno de sus respectivos niveles. Así, tanto los trola monopolísticamente esas ramas de activi-
sectores intermediarios como la construc- dad a ese nivel.
ción, la energía y los transportes, como el Paralelamente, la expansión relativa aun-
comercio y los servicios (o sectores “tercia- que de características fluctuantes e inestables,
rios”), tienden a ser organizados, de un lado, dada su modalidad competitiva de organiza-
según las mismas modalidades del sector se- ción, de los niveles intermedios de producción
cundario o sea industrialmente; de otro lado, manufacturera que sirven a un mercado de las
los niveles dominantes de cada uno de esos capas bajas de los grupos de ingresos medios
otros sectores, pasan a ser controlados de y a los grupos de bajos ingresos, urbanos y ru-
modo monopolístico; y, finalmente, se organi- rales, genera correlativamente la expansión de
zan para servir las necesidades de realización servicios y de comercio de nivel intermedio, or-
de plusvalía generada en el sector secundario, ganizados también bajo modalidades competi-
y dada la orientación central de éste, para ser- tivas, y por lo mismo inestable y fluctuante. En
vir al mercado de los grupos de altos y medios cambio el deterioro constante de la producción
ingresos de la sociedad, y a las necesidades de directamente artesanal de manufacturas, a pe-
acumulación y transferencia de capital hacia sar de la limitada y fluctuante expansión de una
los centros metropolitanas. artesanía moderna por lo general no requiere
152 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de la aparición de un sector diferenciado de de sectores urbanos de producción, cuyos más


comercio de estos productos, que por lo mis- altos niveles limitan sus necesidades cuantita-
mo se hace por los propios productores, de tal tivas de mano de obra, incrementan sus exigen-
manera que su mano de obra correspondiente cias cualitativas, concentran su mercado sólo
ejerce simultáneamente la función de produc- en pocos centros, mientras sus niveles inter-
ción y de comercio de sus productos. medios y bajos pierden sin cesar su acceso a
Sin embargo, en la medida en que una vasta recursos de producción, y sus empresas pier-
gama de servicios en los principales centros den estabilidad y fluctúan entre alternativas de
urbanos latinoamericanos no están aún indus- desaparición y expansión según las coyunturas
trialmente organizados, al paso en que crece de crisis generadas por el proceso de concen-
aluviónicamente la población de esos centros tración monopólica.
y en particular sus capas de bajos ingresos, se El nuevo mercado global de trabajo urbano,
expande tanto el nivel semi-industrial de los al propio tiempo que deteriora la significación
servicios para los grupos de altos y medios económica, es decir el rendimiento en términos
ingresos, como la artesanía de servicios para de producción de capital, de un vasto conjun-
el mercado de bajos ingresos, que es el de ma- to de roles y de formas de organización de la
yor crecimiento. actividad económica, no es capaz de erradicar
En esas condiciones, dadas las caracterís- definitivamente esos roles, ni de absorber a la
ticas propias de los niveles industrial y mo- mano de obra que se forma allí y que es despla-
nopolísticamente organizados de la economía zada desde allí, sino que produce un constante
urbana, respecto del tipo de necesidades de deterioro relativo de las condiciones de ocupa-
fuerza de trabajo, la mano de obra que se for- ción y de salarios de la mano de obra empleada
ma y que se desplaza o que es desplazada de en esos roles.
los sectores rurales, así como la que se forma y Del mismo modo como los cambios en la
es desplazada entre los sectores urbanos, se ve economía rural producen un mercado de tra-
atrapada en una verdadera tenaza: un conjunto bajo en cuya estructura no tienen más cabida
de sectores primarios de producción que ince- contingentes crecientes de mano de obra, los
santemente desplazan mano de obra, que crece cambios en la economía urbana engendran
a tasas demográficas muy altas, y un conjunto un mercado de trabajo en cuya estructura sus
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 153

más altos niveles tienen carácter excluyente nal”, y a diferenciarse y a establecerse como tal
de mano de obra, sus niveles intermedios no dentro de la economía.
tienen la estabilidad ni la capacidad de expan-
sión necesarias para acoger de modo estable la
mano de obra que afluye hacia ellos o de rete- Problemas de conceptualización
ner la que ya tiene, y donde por consecuencia
es inevitable que se expanda y se diferencie un Mientras que el concepto de “polo marginal” de
“mercado marginal” de trabajo para las ocupa- la economía fue acuñado para llenar un vacío
ciones y roles que conforman el “polo margi- conceptual frente a un fenómeno nuevo, el pro-
nal” de la economía. blema conceptual frente a este sector diferen-
Se produce así un sector creciente de mano ciable dentro de la mano de obra del sistema,
de obra que respecto de las necesidades de em- es más bien de deficiencia de los conceptos
pleo de los niveles hegemónicos de actividad, existentes que de carencia de ellos.
monopolísticamente organizados, es sobrante; Dos vertientes teóricas en la Economía
respecto de los niveles intermedios, organiza- contemporánea han elaborado conceptos que
dos bajo modalidad competitiva y en conse- de cierta manera conciernen a la situación de
cuencia marcado por la inestabilidad perma- este sector de mano de obra en la estructura
nente de sus empresas más débiles, y de sus de producción.
ocupaciones periféricas, esa mano de obra es La corriente “neoclásica”, de un lado, ha
flotante, pues tiene que estar, intermitentemen- puesto en circulación un grupo de conceptos
te, ocupada o desocupada o subocupada, según de vasta utilización: “desempleo”, “subempleo”,
las contingencias que afectan a este nivel eco- “desocupación disfrazada”. Es ya larga y cono-
nómico. En consecuencia, no puede escapar a cida la discusión sobre la precisión y el valor
la tendencia de hacer permanente su obligado analítico de estas categorías y no es necesario
refugio en los roles característicos del “polo prolongarla aquí4. No obstante sus ambigüeda-
marginal”, en donde fluctúa entre una nume-
rosa gama de ocupaciones y de relaciones de
4 Sobre esta discusión ver, principalmente, Myrdal,
trabajo. En este sentido, la tendencia principal
Gunnar 1968 Asian Drama: an Inquiry into the Poverty
de esa mano de obra es convertirse en “margi- of Nations (Nueva York: Pantheon Books / Random
154 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

des y sus limitaciones, estas nociones pueden tuación de esa mano de obra en la estructura
sin duda ayudar algo a la medición de las pro- de relaciones de producción, y por eso mismo,
porciones de la mano de obra que en un deter- esas categorías nada pueden decir tampoco so-
minado momento de una economía, no tienen bre los modos de articulación de la estructura
empleo estable y orgánicamente vinculado a económica, de los modos de acumulación de
la producción, en diferentes niveles, aunque capital que en ella predominan, y las determi-
por cierto no se ha alcanzado univocidad de naciones que de ella se derivan para las relacio-
criterios –número de horas o días trabajados, nes entre cada uno de los sectores de la mano
cantidad de unidades producidas, ingresos per- de obra y las relaciones de producción.
cibidos, son los más usados– y eso limita aún Por otro lado, el enfoque marxista ha elabo-
su poder de medición. rado la teoría de la “superpoblación relativa”,
Para los propósitos de este trabajo, la difi- para dar cuenta de las diferenciaciones que, en
cultad central que ofrecen estas categorías es la economía capitalista industrial, se estable-
que, precisamente, agotan su utilidad en eso: cen entre la población trabajadora, en función
un intento de cuantificación en abstracto de la de sus relaciones con el proceso de acumu-
proporción de mano de obra no plenamente lación del capital. El concepto central de la
empleada, sin permitir indicar nada acerca del teoría, es el de “ejército industrial de reserva”,
lugar concreto que aquélla tiene en las relacio- como denominación del sector de la población
nes de producción de la sociedad, o en otros obrera que, en un determinado momento de
términos, del rol económico que define la si- la acumulación capitalista, resulta “excesiva
para las necesidades medias de explotación
del capital, es decir, una población obrera re-
House) Vol. II, cap. 21: 961 ss. Todaro, M. y Harris, J.
manente o sobrante”5.
R. 1969 “Wages, Industrial Employment and Labour
Productivity in a Developing Economy” en Eastern
Africa Economic Review, junio. Welliz, Stanilaw s/f
“Dual Economics, Disguised Unemployment and 5 Marx, Karl 1946 El Capital (México: Fondo de Cul-
Unlimited Supply of Labor” en Economice, Vol. XXXV, tura Económica) 4ta edición, Tomo I, Cap. XXIII, p. 533.
N° 137: 22-52. Wennacott, Paul 1962 “Disguised and En rigor, los conceptos de “superpoblación relativa”
Overt Unemployment in Underdeveloped Economies” y de “ejército industrial de reserva” deben ser distin-
en Quarterly Journal of Economics, Vol. 76. guidos, pues corresponden a los distintos niveles de
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 155

Para la teoría, la acumulación capitalista y un “ejército industrial de reserva”, o “super-


no es solamente un incremento cuantitativo población relativa”, creciendo esta última en
sino un proceso de cambios cualitativos, que proporciones siempre mayores.
alteran la composición cualitativa del capital, Esta “superpoblación relativa” existe bajo
y que consisten en un constante incremento de diferentes modalidades, de las cuales serían
la masa de medios técnicos de producción y tres las principales, además de dos secunda-
una disminución relativa de la masa de mano rias: la superpoblación flotante, la latente, la
de obra para hacerlos producir, aun si el valor intermitente. Las otras dos secundarias, se-
de esa masa de mano de obra no disminuye rian el “lumpenproletariado” y los “pauperiza-
y por lo tanto si no se altera la composición dos”. La flotante caracteriza a los centros de
orgánica del capital. El incremento de produc- la industria moderna, y consiste en una masa
tividad que eso lleva consigo y, por lo tanto, de mano de obra que es alternativamente in-
el aumento de la tasa media de explotación corporada y expulsada del empleo activo, en
sobre el trabajo, tiende a producir de manera función de los ciclos de contracción o expan-
constante una población obrera que excede a sión del sistema. La latente existe en las zo-
las necesidades de fuerza de trabajo. De ese nas rurales, donde la acumulación de capital
modo, la población obrera en su conjunto se tiende a dejar a un sector de trabajadores en
diferencia entre un “ejército obrero en activo” situación de subempleo, lo que se prueba por
su éxodo posterior a las ciudades. La inter-
mitente, forma parte del “ejército obrero en
análisis, no obstante que en El Capital esa distinción activo”, pero con una base de trabajo muy
no aparece enteramente explicada. De allí que en este irregular, como por ejemplo los trabajadores
trabajo se señale la teoría de la superpoblación relativa,
a domicilio. El “lumpenproletariado” o “prole-
cuyo concepto central era, en El Capital, el de “ejérci-
to industrial de reserva”. Dentro de esta perspectiva, el tariado andrajoso” es el conjunto de vagabun-
concepto de “mano de obra marginada”, que no es otra dos, criminales y prostitutas. Finalmente, los
cosa que un intento de conceptualización de ciertos “pauperizados” son los despojos de la super-
cambios que ocurren en el destino de los trabajadores población relativa, que pierden todo recurso
al cambiar los modos de acumulación capitalista, se
de ingresos, como los totalmente desocupa-
inscribe legítimamente dentro de la teoría de la super-
población relativa, y no se opone a ella. dos aunque estén en capacidad de trabajar,
156 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

los huérfanos, hijos de pobres y los inválidos del rol económico específico que esa mano de
sin ningún recurso. La órbita del pauperismo obra tiene normalmente en las relaciones de
es “el asilo de inválidos del ejército obrero en producción. En efecto, para Marx, si bien la
activo y el peso muerto del ejército industrial formación del ejército industrial de reserva
de reserva”6. es una tendencia constante del capitalismo,
Parecería, pues, que el concepto de “mano la situación de la mano de obra implicada es
de obra marginada” no añade nada a nuestro transitoria, pues su formación obedece a un
conocimiento, y que el de “ejército industrial momento cíclico de expulsión de obreros que
de reserva” es suficiente para dar cuenta de luego serán absorbidos, parcial o totalmente,
los sectores actuales de la mano de obra que al expandirse la necesidad de fuerza de traba-
no tienen cabida en el “ejército obrero en ac- jo cuando se dilata el mercado de las viejas ra-
tivo” de la economía capitalista de hoy. Esta mas de producción o cuando aparecen nuevas
es, justamente, la posición de algunos investi- ramas. Aquí, por lo tanto, esa mano de obra
gadores en la discusión reciente sobre el tema cumple el rol específico de constituir un con-
de la “marginalidad”7. tingente disponible para ser incorporados al
Sin embargo, conviene examinar más dete- “ejército obrero en activo”, apenas las necesi-
nidamente el problema. El concepto de “ejér- dades de explotación del capital así lo requie-
cito industrial de reserva” contiene otras dos ran. Esa es la precisa razón por la cual Marx
dimensiones cuya comprensión es esencial la denominó “ejército industrial de reserva”.
para nuestro problema: una en relación a la Desde ese punto de vista, y eso tiene especial
teoría de los ciclos económicos de contrac- relevancia para esta discusión, este sector de
ción y expansión del sistema, y otra respecto mano de obra es “una de las condiciones de
vida del régimen capitalista de producción”,
pues como afirma Marx, “si la existencia de
6 Marx, op. cit. (T. I, cap. XXIII: 545). una superpoblación obrera es producto nece-
7 Por ejemplo: Cardoso, Fernando Henrique “Comen- sario de la acumulación o del incremento de
tário sobre os conceitos de Superpopulação Relativa e la riqueza dentro del régimen capitalista, esta
Marginalidade”. Documento del 2° Seminario Latino-
superpoblación se convierte a su vez en pa-
americano para el Desarrollo, Santiago de Chile, no-
viembre de 1970, mimeo. lanca de la acumulación del capital, más aún,
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 157

en una de las condiciones de vida del régimen mantener un sector de mano de obra disponi-
capitalista de producción”8. ble o en reserva, que servirá posteriormente
En segundo término, la diferenciación de la como palanca de la expansión del capital en
población obrera en “ejército obrero en acti- un momento siguiente, y por eso como condi-
vo” y “ejército industrial de reserva”, estable- ción de vida del régimen de producción, sino
ce relaciones precisas entre ambos respecto también es un mecanismo para mantener el
del nivel de salario. Si “el movimiento general nivel de salarios tan bajo como sea posible y
de los salarios se regula exclusivamente por retener una proporción mayor de plusvalía, y
las expansiones y contracciones del ejército para incrementar la productividad del traba-
industrial de reserva, que corresponden a las jo o sea para generar mayor plusvalía con los
alternativas periódicas del ciclo industrial”9, obreros activos.
es porque la existencia de un sector obrero Estamos ahora en condiciones de establecer
inactivo obliga a una relación de competencia si, en efecto, lo que ocurre hoy día en la econo-
entre los obreros para conseguir empleo y esa mía latinoamericana consiste solamente en la
presión obliga a los obreros activos a trabajar formación de un “ejército industrial de reser-
todavía más y a someterse a las condiciones va” con las mismas características y roles y si,
del capital, eso es, a aceptar las condiciones en consecuencia, este concepto basta para dar
de salario inferiores a las que normalmente ob- cuenta de lo que en este trabajo se incluye bajo
tendrían sin intervención de la concurrencia de el concepto de “mano de obra marginada”.
los obreros inactivos, y a generar más plusvalía Habíamos establecido antes que este sector
no solamente por recibir menores salarios sino de mano de obra, cuya formación y cuyos ro-
por aumentar el rendimiento del trabajo. les investigamos, era necesariamente sobrante
Dentro de esta perspectiva, en consecuen- para los niveles hegemónicos de cada uno de
cia, la formación de un “ejército industrial de los sectores productivos y principalmente para
reserva” no es solamente un mecanismo para el nivel hegemónico del sector industrial-urba-
no de la economía, puesto que la utilización de
medios de producción particulares, producto
8 Marx, op. cit. (T. I, cap. XXIII: 535). de la “revolución científico-tecnológica”, pro-
9 Marx, op. cit. (T. I, cap. XXIII: 539). duce dos consecuencias decisivas:
158 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

1. Que el incremento de la productividad del obra, pues, no constituye más la “palanca” o


trabajo es hoy día básica y crecientemente “condición de vida” del régimen de producción
independiente de la concurrencia entre los en su fase actual.
obreros por empleo y salario, sino que es el Cuando Marx estudiaba este fenómeno, ubi-
producto de la capacidad de los mismos me- caba a la población “flotante”, precisamente
dios de producción como tales. en los centros de la industria moderna, cuyos
2. Que, en consecuencia, toda expansión de la ciclos alternativos contraían o expandían el
producción industrial no depende más –en volumen de esa población. Creo que hoy día,
lo fundamental– de la cantidad de la mano esas alternativas cíclicas de los “centros de la
de obra disponible en el mercado, sino de industria moderna”, es decir, en los que hoy
la calidad de las innovaciones tecnológicas suelen llamarse los “sectores de punta” de la
puestas en juego. economía, hacen de esa población o mano de
obra, algo sobrante, excluido, como tendencia
Desde ese punto de vista, la mano de obra dis- permanente o secular, no transitoria, y no una
ponible en el mercado no constituye más una “reserva”, palanca o condición de vida, del ré-
“reserva” para esos niveles hegemónicos de la gimen de producción.
producción industrial, sino una mano de obra Por otra parte, si no es más “reserva”, ni
excluida, que conforme avanzan los cambios “palanca”, ni presión para aumentar la produc-
en la composición técnica del capital, pierde tividad del trabajo, para los niveles hegemóni-
de modo permanente y no transitorio la po- cos del régimen de producción, queda aún la
sibilidad de ser absorbida en esos niveles he- dimensión salarial del rol de esa mano de obra
gemónicos de producción y, ante todo, en la que, como se sabe, consistía en el “ejército
producción urbano-industrial que tiene la he- industrial de reserva” en la creación de una
gemonía dentro de la economía global. Esto concurrencia entre los obreros para obtener y
es, los sectores y niveles “de punta” –como se retener empleo, lo que permitía al capitalista
dice hoy día– del régimen de producción capi- mantener deprimidos los salarios bajo ame-
talista, no requieren de una vasta masa de tra- naza de sustitución y por sustitución efectiva
bajo disponible para las finalidades específicas de los “más hábiles por los menos hábiles, la
de expansión de la producción. Esa mano de mano de obra madura por otra incipiente, los
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 159

hombres por mujeres, los obreros adultos por adecuado de calificación técnica ha obligado a
jóvenes o por niños”10. los capitalistas y a sus Gobiernos a establecer
Si bien hoy día sigue siendo cierto que el centros especiales de capacitación de mano de
nivel promedio de la masa global de salarios obra. Eso ayuda a explicar la apreciable distan-
se rige por las alternativas de contracción y cia que hay entre el salario de los obreros de los
expansión de la mano de obra inactiva del sis- niveles avanzados de la producción en América
tema, no parece cierto en cambio que el nivel Latina, y el de los obreros de los niveles inter-
promedio de salarios de los niveles hegemóni- medios, para ya no hablar del nivel o “polo mar-
cos del régimen económico actual se rija por el ginal”. Segundo, porque ausente o debilitado el
mismo mecanismo. Por dos factores principa- factor de la concurrencia inter-obrera (activos
les: primero porque el tipo de exigencias cua- vs. inactivos), los obreros del nivel hegemóni-
litativas de trabajo derivadas de la calidad de co de la producción obtienen una mayor auto-
los actuales medios básicos de producción, im- nomía relativa que les permite no tener que so-
pide, o por lo menos dificulta no solamente la meterse a las condiciones impuestas por el ca-
amenaza de sustitución sino la posibilidad real pital tanto como en el periodo examinado por
de sustitución de la fuerza de trabajo incorpo- Marx. Por eso, tanto el nivel de salarios como
rada a los niveles avanzados de la producción, las demás condiciones del trabajo son, en ese
dado el característico bajo nivel tecnológico de nivel, pronunciadamente diferentes que en los
la mano de obra disponible en el mercado. Ca- niveles inferiores de la producción.
recería de sentido, hoy día, admitir la posibili- Las preguntas que, desde luego surgen aquí,
dad de que la mano de obra hábil sea sustituida son, primero, qué mecanismos económicos
por la menos hábil, la madura por la incipiente, regulan el nivel de salarios de los obreros del
la adulta por la muy joven o niña, etc., en los nivel hegemónico, y segundo, si la mano de
niveles dominantes de la producción actual, obra excluida o marginada llena algún rol en
los que rigen el destino del sistema. Inclusive, este campo.
la relativa escasez de mano de obra del nivel Podemos referirnos, por vía de hipótesis, a
ciertos factores que parecen los principales en
la determinación del nivel de salarios de ese
10 Marx, op. cit. (T. I, cap. XXIII: 538). grupo de obreros:
160 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

1. La extrema diferenciación de calificaciones este respecto, si el capital se viera obligado a


técnicas entre la masa total de trabajadores distribuir la misma cantidad de trabajo entre
en el mercado de trabajo, donde sólo un gru- un mayor número de obreros por una reduc-
po relativamente reducido detenta el nivel ción del tiempo de trabajo de cada uno.
adecuado a las exigencias cualitativas del 5. Así, el incremento en la tasa de explotación
nivel hegemónico de la producción, implica del trabajo, que permite la exclusión de una
una suerte de monopolio de oferta de fuerza proporción creciente de obreros, permite al
de trabajo para ese reducido grupo. capital pagar salarios mayores a los que em-
2. Eso determina tanto una mayor autonomía plea, así como permite a los obreros activos
relativa como un mayor poder de negocia- allí una oferta monopólica de trabajo y una
ción de ese grupo de obreros con el capital. mayor capacidad de negociación.
3. La alta productividad por hombre ocupado 6. Mientras que en el período premonopólico
y la consiguiente generación de mayor plus- del capital, la concurrencia entre el “ejército
valía, en condiciones de oferta monopólica de obreros en activo” y el “ejército industrial
de fuerza de trabajo, permite también a los de reserva” permitía al capital mantener de-
obreros de este grupo una mayor capacidad primidos los salarios del primero y a éste lo
de negociación sobre las condiciones de sa- obligaba a someterse a esas condiciones, la
lario y de trabajo. Pero, también, permite al exclusión o marginación de los obreros y
capital pagar un nivel más alto de salarios. la eliminación de su concurrencia, permite
4. Esta posición del capital es reforzada por la ahora al capital levantar el nivel salarial de
posibilidad de reducir su oferta de trabajo y los obreros que emplea y a éstos levantar su
por tanto de excluir a una masa creciente, en capacidad de negociación.
términos relativos, de participar en el valor
total del capital variable que de ese modo no En fin, la mano de obra excluida del nivel hege-
tiene que aumentar, aun si aumenta el sala- mónico de la actividad económica, ya no puede
rio pagado a los obreros ocupados, hasta el ser explicada en los términos del concepto de
punto en que ponga en peligro la tasa media “ejército industrial de reserva” para ese nivel
de ganancia y de acumulación de capital. específico, y su rol económico se ha transfor-
Piénsese, por ejemplo, en lo que ocurriría a mado aunque no se ha hecho meramente su-
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 161

perfluo. Es importante insistir en esto último, también la combinación de roles de un mismo


frente a ciertas opiniones para las cuales este segmento de la población trabajadora.
sector de mano de obra es meramente un re- El problema es, no obstante, que la constante
manente superfluo. Es, pues, no desprovisto de depresión relativa del nivel de las ocupaciones
justificación científica proponer el concepto cobijadas bajo el capitalismo competitivo, en la
de “mano de obra marginada”, para ese sector estructura total de la economía, implica, tam-
de trabajadores y respecto del nivel hegemóni- bién allí la formación de una mano de obra que
co de la economía. tiende a ser excluida de modo permanente y no
En cambio, esa “mano de obra marginada” transitorio como en el período premonopólico.
del nivel monopolístico hegemónico, retiene Sometido a la presión dominante del nivel
todas las dimensiones básicas del rol econó- monopolístico, el estrato de capitalismo com-
mico del ejército industrial de reserva respec- petitivo no tiene las condiciones necesarias
to del nivel intermedio de la economía, bajo para asegurar su expansión sino a lo largo de
organización de “capitalismo competitivo”. una tendencia de deterioro, sobre todo si se
Por esa razón, ya antes se había establecido tiene en cuenta su debilidad derivada de las
que si bien ese sector de fuerza de trabajo circunstancias de su implantación en América
era –desde el punto de vista del empleo– un Latina, en permanente situación subordinada a
sobrante para el nivel monopolístico, era en las necesidades de las modalidades monopóli-
cambio para el nivel intermedio “competitivo” cas, ya en desarrollo en los centros metropoli-
una mano de obra flotante, dadas las caracte- tanos del sistema, y en obligada combinación
rísticas típicas de esta modalidad de organiza- con múltiples elementos de origen precapitalis-
ción económica. ta propios de la matriz económica latinoameri-
La combinación en un mismo contexto es- cana colonial y poscolonial.
tructural, en un mismo momento histórico, de En este marco no se puede esperar que todas
las más viejas y de las más recientes modali- las dimensiones del rol económico del “ejército
dades de organización económica capitalista industrial de reserva” puedan continuar indem-
y sus respectivos niveles de producción, arti- nes, aún dentro de la franja de capitalismo com-
culados de manera extremadamente desigual petitivo en América Latina. Ese rol se mantiene,
pero interpenetrándose mutuamente, produce pues, en condiciones de constante debilitamien-
162 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

to, y generando para un sector posiblemente social son mucho más drásticas y abruptas.
creciente de la mano de obra allí involucrada, Así ocurre como consecuencia de la extrema
la tendencia de permanecer inactivo y excluido, diferenciación y, sin embargo, combinación de
mientras sólo parte del “ejército industrial de relaciones de producción que históricamente
reserva” obtiene oportunidad de ser absorbido corresponden a cada una de las fases del de-
en una alternativa de expansión del empleo del sarrollo del modo de producción capitalista y
nivel correspondiente de la economía. a otros modos previos en cuya combinación se
Se va formando, por eso, a lo largo de este injertó y se impuso el capitalismo en este sub-
proceso, todo un sector de mano de obra que continente. El proceso de “marginalización” se
no es excluida solamente del nivel monopolís- ha convertido ya, en América Latina, en un ele-
tico, sino también del propio nivel competiti- mento definitorio del carácter específico que
vo del capitalismo latinoamericano. El destino asume este régimen de producción en una es-
necesario de esa mano de obra, dentro del ré- tructura dependiente. Y por añadidura, parece
gimen de producción vigente, es refugiarse de probable que esta tendencia no haya cobrado
manera cada vez más permanente en el “polo aun su más plena realización.
marginal” de la economía.
Así, “polo marginal” de la economía y “mano
de obra marginada”, son fenómenos esencial- Principales consecuencias
mente interdependientes, resultado de la lógi- del proceso de marginalización
ca histórica central que actúa en las tendencias
predominantes del capitalismo. Tal como aparece de la discusión precedente,
Si bien tendencias equivalentes parecen es- el proceso abarca simultanea y articuladamen-
tar crecientemente activas en el seno mismo te la generación del “polo marginal” de la eco-
de las formaciones económico-sociales cuyos nomía y de la “mano de obra marginada”. Pero
intereses sociales dominantes tienen el con- la inquisición acerca de sus consecuencias
trol del sistema global, tales tendencias son para los fines de este estudio será hecha para
sin duda mucho más pronunciadas en América cada una de sus dimensiones separadamente.
Latina, se desarrollan a un ritmo mayor, y sus En lo que se refiere al “polo marginal”, la
consecuencias sobre la estructura económico- más saltante consecuencia de su diferencia-
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 163

ción y expansión es la emergencia de una nue- porque eso agudiza las contradicciones pre-
va contradicción dentro de la estructura global vias, pues las modifica al combinarse con ellas.
del capitalismo subdesarrollado y dependiente Por otra parte, este proceso desoculta con
de América Latina. mayor claridad que otros, el proceso general de
Dada la extrema diferenciación o hetero- acentuación y de profundización de la articula-
geneidad de los niveles y modalidades que se ción dependiente de la economía latinoameri-
combinan en la estructura global de esta eco- cana, puesto que la diferenciación y expansión
nomía latinoamericana, esta asume un carác- del “polo marginal” se deriva de la hegemonía
ter profundamente contradictorio, de donde se monopolística en la estructura global, esto es
deriva en gran medida su gran dificultad para del desarrollo casi exclusivo sólo de los niveles
lograr un desarrollo relativamente coherente y más estrechamente controlados por los intere-
racionalizado, puesto que cada uno de los ni- ses del capitalismo monopolista internacional.
veles y modalidades presiona en una dirección Por lo que se refiere a la “mano de obra mar-
divergente de las otras, de tal modo que el de- ginada”, su diferenciación y crecimiento lleva
sarrollo o crecimiento de un nivel resulta en la consigo la profundización de la diferenciación
depresión de los otros, se perpetua un tipo de social, ya suficientemente extrema antes de
desarrollo extremadamente desigual que sólo eso. De partida, establece una importante di-
beneficia a un sector de la economía, mientras ferenciación en el seno mismo de la población
los otros se subdesarrollan. El resultado global trabajadora, generando una suerte de “subcla-
es un subdesarrollo relativo del conjunto, por- se” dentro del proletariado en su conjunto, for-
que los resultados del desarrollo de un núcleo taleciendo dramáticamente la carga que sobre
reducido no revierten al conjunto sino en pe- los hombros del proletariado activo significa-
queña medida. ba ya el previo “ejército industrial de reserva”,
La emergencia de un nuevo nivel tan severa- y acarreando una concurrencia más aguda en-
mente deprimido como el “polo marginal” hace tre la población trabajadora por las oportuni-
a la estructura económica global aun más des- dades de empleo en los niveles intermedios de
igual, más heterogénea y más contradictoria, la economía.
no solamente porque se añade una contradic- En seguida, introduce una nueva fuente de
ción más, sino también y no en menor medida, conflictos sociales a nivel global de la socie-
164 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

dad, que no solamente se añade a los conflictos para desocultar la incapacidad creciente del
existentes antes entre el proletariado urbano y régimen actual de producción con sus actuales
la burguesía urbana, entre los trabajadores del características, para satisfacer las necesidades
campo, con todas sus diferenciaciones previas, mínimas del grueso de la población de la so-
y la burguesía rural, sino que necesariamente ciedad, mientras se satisfacen en cambio los
presiona hacia una agudización de esos conflic- intereses de sus reducidos grupos dominantes.
tos al combinarse con ellos. Eso puede ilustrar- Por lo que atañe a ese último aspecto del
se bien si se consideran las nuevas tendencias problema, es importante también señalar que
que se desarrollan en la conducta del Estado, no solamente los mecanismos de marginali-
respecto de estos nuevos grupos, sea a lo largo zación, como tales, llenan un rol decisivo para
de una política de asistencialismo paternalista los intereses de los grupos que controlan el
que se alterna con una política represiva, sea nivel monopolístico de la economía, sino que
hacia una política posible equivalente al “apar- también la “mano de obra marginada” ya pro-
theid” cuyos primeros indicios comienzan a ducida por esos mecanismos, no es en modo
despuntar en las opiniones de ciertos econo- alguno ajena a la realización de los intereses de
mistas que sugieren una política económica se- aquellos grupos.
parada, de tipo compulsivo, para estos grupos, Si ciertamente esa mano de obra es super-
y en las de ciertos funcionarios y políticos de flua para el nivel monopolístico de la econo-
organizaciones intergubernamentales que pre- mía, desde el punto de vista de las necesidades
conizan la adopción de una imposible política directas de empleo de ese nivel, la parte margi-
de exportación de mano de obra, o, finalmen- nada de los trabajadores contribuye por otras
te, a lo largo de una política de absorción en vías importantes al fortalecimiento del nivel
empleos cuando el poder político recae en un monopolístico, en las condiciones especificas
cierto control de los sectores populares. de la economía latinoamericana. Algunos in-
Esta profundización severa de las diferen- vestigadores parecen inclinarse, no obstante,
ciaciones sociales, el crecimiento a tasas pro- a pensar que si bien se puede admitir el valor
bablemente más altas de un estrato de pobla- de los mecanismos de marginalización para los
ción sometido a un proceso de pauperización intereses monopolísticos, en cambio una vez
económica, social y cultural, sirve también producida la “mano de obra marginada” pierde,
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 165

como tal, toda significación para esos intere- la economía global latinoamericana, y desde
ses. Es decir, si una epidemia, por ejemplo, ba- los últimos hacia los centros metropolitanas
rriera con la totalidad de esa mano de obra, el del sistema conjunto, puesto que son los inte-
nivel monopólico de la economía no sería afec- reses dominantes en ellos los que tienen asi-
tado por eso en absoluto y pudiera ser posible, mismo el dominio del nivel monopolístico de la
inclusive, que saliera beneficiado al eliminarse economía latinoamericana.
una fuente de conflictos molestos y los costos En efecto, esa relación estructural central
sociales anexos. entre esos tres niveles de actividad económi-
La proposición implícita en ese último razo- ca es precisamente lo que explica, en primer
namiento es, obviamente, que los varios nive- lugar, por qué no es posible el desarrollo de
les diferenciados de la economía global existen los niveles marginal e intermedio. Los meca-
y se desarrollan como compartimientos estan- nismos que rigen esa constante transferencia
cos, es decir sin ninguna articulación estructu- de capital están en relación directa con los
ral sustantiva entre ellos. Pero es obvio, igual- mecanismos de la organización financiera, que
mente, que eso no es así en absoluto. Bien al consisten en mecanismos de captación de re-
contrario, pese a sus profundas desigualdades cursos, vía ahorros, depósitos, cuentas corrien-
y a sus tendencias especificas diferentes, el he- tes, etc., que son transferencias a la inversión,
cho es que los varios niveles y modalidades se esto es convertidos en capital, principalmente
combinan y se articulan estructuralmente de en beneficio de los grupos monopolísticos que
manera entrañable, y eso es lo que configura son, justamente, los que tienen el control del
la estructura global unitaria de una formación aparato mayor de financiamiento.
económico-social como la de América Latina. Los recursos que el nivel monopolístico cap-
Esa estrecha articulación y combinación es- ta de los otros niveles tienen dos fuentes prin-
tructural entre esos niveles –los cuales pueden cipales de procedencia:
ser formulados en términos analíticos como
nivel monopolístico, competitivo y marginal– 1. La plusvalía generada en el nivel intermedia-
implica principalmente lo siguiente: rio, competitivamente organizado.
La permanente transferencia de capital des- 2. La plusvalía realizada por este nivel compe-
de los niveles inferiores hacia los superiores de titivo en el mercado popular o de bajos in-
166 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

gresos, del cual la mano de obra marginada La masa de “mano de obra marginada”, por
tiende a formar parte en forma creciente. lo tanto, no solamente contribuye a la acumu-
lación de capital del nivel intermediario, en su
Respecto de lo primero, debe recordarse que la rol de “ejército industrial de reserva” allí, sino
“mano de obra marginada” del nivel monopo- también en su rol de “consumidor explotado”
lístico es “ejército de reserva” en su gran parte, (Caplowitz). Además, no es totalmente desde-
en el nivel competitivo. Los roles que esa mano ñable la pequeña acumulación de capital que se
de obra cumple en este nivel, permiten a éste produce en el propio “polo marginal”, en todas
mantener deprimidos los salarios y aumentar las actividades del sector que se puede consi-
así su tasa de extracción de plusvalía, la cual es derar como una “pequeña burguesía marginal”,
transferida en su gran parte al nivel monopolís- y que en alguna medida ingresan también a los
tico a través de las vías normales de la organi- tragaderos del aparato financiero global vía los
zación financiera del sistema. depósitos en cooperativas, mutuales, y aún en
Respecto de lo segundo, se debe señalar que el propio sistema bancario convencional.
la ampliación del mercado popular urbano y El capital así acumulado, es transferido por
rural, al cual se destina en su parte principal esos mecanismos desde el “polo marginal” ha-
la producción del nivel intermediario, tiende a cia el nivel intermediario y desde éste hacia el
ser constituido ya no solamente por la pobla- nivel monopolístico, y a través de éste último
ción obrera en actividad y las capas bajas de es transferido en su mayor proporción hacia
la pequeña burguesía, sino también en una par- los centros metropolitanos donde radican los
te creciente por la mano de obra marginada y grupos dominantes de este nivel.
la población que de ella depende. Los bienes Si el capital acumulado en el nivel interme-
que se comercian en el “polo marginal” de la diario se reinvirtiera en el propio nivel, éste no
economía, provienen en su mayor parte de la sufriría su tendencia de deterioro relativo sino
producción del nivel intermedio, y aún de la que por el contrario tendría todas las posibilida-
del nivel monopolístico para el caso de ciertos des de desarrollarse del mismo modo que en el
bienes específicos como los aparatos de radio, período premonopólico; en consecuencia no se
televisión, relojes, bicicletas, productos farma- generaría todo un “polo marginal” en la econo-
céuticos, principalmente. mía, salvo como núcleos reducidos y dispersos
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 167

de ocupaciones transitorias, que por cierto han ingresos, obligan a la utilización intermitente
existido siempre en el capitalismo industrial. de la mano de obra marginada, en una vasta
Pero, en tal caso, los grupos empresariales mo- gama de ocupaciones de reparación, de aseo,
nopolísticos que se injertan en América Latina, de vigilancia, etc., etc., y que actualmente no
tendrían que usar exclusivamente sus propios podrían ser efectuadas si esa mano de obra no
recursos, esto es, tendrían que traerlos desde el estuviera disponible para eso.
exterior en su mayor parte. Sin embargo, como Es necesario apuntar también que, no obs-
se sabe bien, la inversión directa de capitales tante los roles que el “polo marginal” y la
desde el exterior, en América Latina tiene un “mano de obra marginal” cumplen en benefi-
monto inferior al capital que se transfiere des- cio de los intereses monopolísticos dominan-
de aquí hacia los centros metropolitanos, de tes, es probable que el crecimiento constante
un lado, y se sabe también que una parte sus- y a ritmo mayor de “mano de obra marginada”
tantiva del capital que esos grupos invierten en que el sistema bajo sus actuales tendencias no
nuestros países proviene de los recursos que se puede dejar de generar, esté sobrepasando rá-
captan en estos propios países, a través de sus pidamente los límites en los cuales se reduce
organismos de financiamiento. Esto es, de re- a servir esos intereses. Esto es, que la visibi-
cursos que provienen de los niveles inferiores lidad cada vez mayor de esa población, tanto
de la economía, que se capitalizan en el nivel para sí misma como para el resto de la socie-
monopolístico y que se transfieren en gran par- dad, se está convirtiendo rápidamente en un
te a los centros metropolitanos. “problema” para la sociedad y para sus grupos
No parece, pues, que la desaparición súbita dominantes, a causa no solamente de los cos-
de toda la masa de mano de obra marginada tos directos que implica su existencia y que el
del nivel hegemónico, podría dejar sin afec- Estado se ve obligado a asumir, aun cuando sea
tar a este nivel, y por cierto mucho menos a en mínima fracción, pues la parte mayor recae
la economía global en su conjunto. Todo ello, sobre los hombros del propio proletariado y de
sin considerar el hecho evidente de que la dé- las capas más bajas de la pequeña burguesía,
bil industrialización de numerosos servicios en sino porque agudiza al máximo las contradic-
nuestras sociedades, junto con las característi- ciones y conflictos generales de la sociedad,
cas culturales de los grupos de altos y medios abultando al máximo también los efectos y las
168 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

bases mismas del actual orden de dominación. vechan de las necesidades de la población para
La opinión corriente quiere ver en la presen- la acumulación de capital en pocas manos, en
cia de esa masa de población, un problema de tal régimen carecería de sentido quejarse del
empleo en esta economía. En realidad, no se pleno despliegue de una avanzada tecnología
trata de eso. Desde el punto de vista estricta- productiva, que ahorrara la necesidad de tra-
mente económico, el régimen actual de pro- bajo humano, y que por lo mismo permitiera a
ducción en América Latina no tiene ningún pro- los miembros de la sociedad abandonar en las
blema de empleo. Este problema existe para la máquinas la tarea de proporcionar los bienes y
población misma que no tiene empleo, en tanto servicios necesarios y dedicar el tiempo de los
que una sociedad de mercado dominada por in- hombres a otras actividades y otras formas de
tereses privados, el empleo es la única fuente realización y desarrollo humano.
de ingresos que los trabajadores tienen y por lo Es decir, no es la clase de recursos produc-
tanto la fuente del acceso a los bienes y servi- tivos, la tecnología que se emplea, sino la cla-
cios que requieren. se de intereses en cuyo beneficio se usan esos
Un aspecto de esa corriente de opinión, pre- recursos lo que está en la base del “problema
tende además que este “problema de empleo” de empleo”, que ahora se agrava para la masa
en el sistema, proviene del uso de una tecnolo- mayor de la población de nuestras sociedades.
gía cada vez más compleja, ahorradora de mano Esto no constituye problema técnico para el ré-
de obra, y sus sostenedores no han resistido a gimen actual de producción, esto es, para sus
la fácil conclusión de que es necesario impedir grupos dominantes. Comienza a constituir un
el desarrollo tecnológico, para poder usar téc- “problema” para éstos en el terreno político-so-
nicas de “trabajo-intensivo”. Otra vez, tampoco cial, a medida que despuntan por todas partes
es allí donde reside el problema, o por lo me- los primeros indicios de que la agudización de
nos no fundamentalmente allí. En otro régimen los conflictos y contradicciones de la sociedad
social, lejano aún hoy día, en que los bienes y global, se deriva también del crecimiento de
servicios fueran producidos para la satisfac- este sector de mano de obra excluida de los ni-
ción de las necesidades colectivas e individua- veles significativos de empleo del sistema.
les de sus miembros, y no como hoy día para el En otros términos, como ocurre en todos
lucro y el poder de grupos privados, que apro- los casos, un fenómeno no alcanza el esta-
“Polo marginal” y “mano de obra marginal” 169

tus de problema para la sociedad global, sino los grupos dominantes puedan dar al proble-
cuando los intereses de sus grupos dominan- ma, depende del nivel que en ese momento
tes comienzan a ser en algún sentido amenaza- haya podido alcanzar la movilización y la or-
dos por la presencia del fenómeno, sea directa ganización de los dominados, y de las contra-
o indirectamente. Mientras así no sea, el pro- dicciones que existan en el propio seno de los
blema, sólo existe para los sectores específi- grupos dominantes.
cos de población a los cuales aquél fenómeno
afecta directamente. La clase de respuesta que Febrero de 1970.
Sobre la naturaleza actual
de la crisis del capitalismo*
(Primera conferencia)

Introducción la de la maduración definitiva de sus formas


de producción específicas, y en consecuencia
Todos nos damos cuenta, aunque de manera to- de la iniciación de su crisis. Pero todo eso no
davía poco precisa, que todo un período histó- ha afectado solamente al propio sistema, sino
rico está llegando a su término, que ha entrado también a todo el proceso de construcción del
en crisis. Como este período fue el del dominio socialismo y al desarrollo del pensamiento y
del capitalismo, la crisis presente es ante todo la práctica revolucionarios, particularmente
la crisis de este sistema. Como modo de pro- en Occidente.
ducción y como modelo de existencia social, Creo que no es dudoso que esa notable vi-
éste parece estar iniciando el final de su exis- talidad del capitalismo durante el período que
tencia histórica. Sin embargo, no es solamente termina, es uno de los más importantes facto-
el capitalismo el que está en crisis. Aunque de res asociados al curso de deformación y estan-
modo diferente y con proyecciones muy distin- camiento del progreso socialista de los países
tas, lo está también el socialismo tanto en la de Europa del Este, así como del pensamien-
realidad de su construcción como en su teoría. to y la práctica política de la mayor parte del
La extraordinaria vitalidad con que re- movimiento comunista internacional, especial-
surgió el capitalismo después de la Segunda mente del que está ligado a la línea política de
Guerra Mundial, parece haber sido la antesa- aquellos países.
Por cerca de cuarenta años, la teoría, la
* Publicado en Quijano, Aníbal 1974 Crisis imperia- práctica política y la cultura política cotidia-
lista y clase obrera en América Latina (Lima: Edición na del movimiento marxista occidental, han
del autor) pp. 9-47. sido sometidos a los efectos cruzados del
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proceso de burocratización y tecnocratiza- del movimiento revolucionario actual, y que


ción del poder y del razonamiento político en nos hace recordar con angustia el reclamo le-
los países de Europa del Este, así como a las ninista de que sin teoría revolucionaria no hay
ilusiones y las prácticas sociales enajenantes acción revolucionaria. Gran parte de nuestro
secretadas por la lozanía del capitalismo en andamiaje de conocimientos y de ideas de hoy
proceso de maduración. provienen y están atados a las condiciones y a
Fue en medio de ese proceso que la mayor las características del período que ahora se re-
parte del movimiento comunista internacional suelve en crisis, y es en cambio muy débil nues-
llegó casi a confundir la idea de revolución con tra capacidad de comprender la naturaleza de
la del desarrollo, a reinterpretar de manera rei- la crisis actual, de las tendencias centrales de
ficatoria los elementos centrales de la teoría cambio que están implicadas allí. Esa debili-
marxista, y a casi convertirse en una oposición dad hace que, con desoladora frecuencia, nos
interna del sistema más bien que en una alter- rindamos a interpretar las situaciones nuevas
nativa revolucionaria contra él. como si fueran las pasadas, a usar formas de
De las consecuencias de ese proceso no han acción que acaso hubieran sido aptas para si-
salido indemnes quizás ninguno de los sectores tuaciones anteriores como útiles para nuestros
del movimiento revolucionario contemporá- problemas actuales.
neo, en ningún país sometido a la dominación Hará falta un esfuerzo colectivo encarnizado
capitalista. No hemos sido capaces de evitar, para romper con esta pesada herencia, organi-
plenamente, que el capitalismo en el perío- zar nuestros conocimientos y nuestras formas
do en que su maduración final le prestaba un de acción a la medida de nuestras necesidades
aura de lozanía, no solamente comprometiera actuales, si es que de esta crisis es la revolu-
el desarrollo de la teoría revolucionaria, sino ción socialista la que debe salir, y no una lenta
también pervirtiese nuestras vidas a pesar de y agónica descomposición e irracionalidad cre-
nuestras intenciones. ciente de la sociedad contemporánea.
Inevitablemente, bajo estas determinacio- Esta vez yo no puedo traer aquí otra cosa
nes, ingresamos en este período de crisis con que una reflexión en voz alta sobre algunos de
una notable debilidad teórica, que produce hoy los problemas que parecen más urgentes de in-
día una situación pantanosa para el desarrollo vestigar; es decir más perplejidades que afirma-
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 173

ciones posibles, a lo sumo el intento de acuñar transnacionales y se desarrolla el sector esta-


algunos interrogantes que pudieran tener signi- tal de capital monopólico; que hay un curso de
ficación para orientar las búsquedas. internacionalización aún más pronunciado del
capital aunque el control está anclado princi-
palmente en los Estados Unidos, el Mercado
Sobre la naturaleza actual Común Europeo y el Japón; que se abre una
de la crisis del capitalismo relativa separación entre las políticas inmedia-
tas de estas grandes corporaciones y las de los
Especialmente a partir de las perturbaciones principales Estados imperialistas, sin que esto
monetarias de fines de la década pasada, se signifique que estos hayan dejado de ser el ins-
han venido acumulando los síntomas y las sos- trumento político de su dominación. Que las
pechas de que el capitalismo ingresaba en un operaciones de estas corporaciones transna-
período de crisis. Sin embargo, no me parece cionales entrañan una tendencia creciente a la
que sería muy fructífera la búsqueda de estu- inflación, y en consecuencia de mayor empo-
dios y de esfuerzos teóricos que nos dieran brecimiento de las masas explotadas de todo
cuenta de su carácter concreto. ¿Se trata de el mundo; que los desequilibrios monetarios
una crisis cíclica del tipo clásico y que, como y comerciales entre los principales centros
ellas, permitirá todavía a este modo de produc- de acumulación tienden a ser mayores, y se
ción una vitalidad renovada? ¿Una corta crisis agudizan por los efectos de las guerras impe-
de coyuntura? ¿O es una crisis que afecta a las rialistas en el sudeste asiático y en el cercano
bases mismas del capitalismo y que así anuncia Oriente. Que la mayor concentración de ca-
el comienzo del fin del sistema? pital se desarrolla en las ramas de medios de
Lo más importante de la literatura especia- producción, más bien que en las de bienes de
lizada, que proviene de los últimos años de consumo; que las prácticas especulativas en la
renovación de la investigación y reflexión mar- acumulación de capital se extienden cada día
xista, nos ha enseñado que el capitalismo ha más, originando sectores de economía ficticia
cristalizado su fase monopolística; que como y despilfarro de recursos crecientes; que, en
su expresión emergen ahora los gigantescos fin, el desarrollo de las fuerzas productivas se
conglomerados llamados multinacionales o hace más y más errático y desigual y que se
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pervierte el uso de las más potentes convir- Capital: “Lo que de por sí nos interesa aquí –es-
tiéndolas en fuerzas destructivas. cribió allí– no es precisamente el grado más o
Ninguna duda cabe de que todo este arsenal menos alto de las contradicciones, que brotan
de conocimientos establecidos describe con de las leyes naturales de la producción capita-
propiedad, y aún con refinamiento, el conjunto lista. Nos interesan más bien estas leyes de por
de cambios más importantes que ocurren en el sí, estas tendencias, que actúan y se imponen
sistema, como adaptación constante a sus poten- con férrea necesidad”1.
cialidades y necesidades. No obstante, me atrevo Marx pudo prever la inevitabilidad de la
a decir que, con toda su importancia, todo esto concentración de capital. Pero no tuvo el tiem-
es insuficiente para enseñarnos por qué ocu- po de analizarla en concreto. Los teóricos de la
rren esos cambios y sobre todo qué sucede en Segunda Internacional y con ellos Lenin, asis-
medio de esos cambios con el problema mismo tieron a la llegada de ese proceso, analizaron
de la producción de valor y de plusvalía, con las en vivo la iniciación del capitalismo monopo-
relaciones de producción como tales, y con las lista y con él de la era del imperialismo. Le-
relaciones entre estas y el grado de desarrollo nin pudo prever que como consecuencia de la
de las fuerzas productivas. Es decir, qué pasa agudización de las contradicciones del sistema
en la matriz misma del modo de producción y en este período el capitalismo ingresaba en su
cuáles serían las consecuencias de ello. fase final.
Y este es, a mi juicio, el vacío central de la Creo sin embargo que el genio político de
investigación marxista actual de la economía Lenin contaba más con los límites políticos del
política del imperialismo. Creo, además, que capitalismo, con la probabilidad del desarrollo
mientras este problema capital no sea atacado del movimiento revolucionario internacional,
a fondo en la investigación, nuestra capacidad y europeo en particular, para el fin del capita-
de previsión histórica concreta sigue siendo li- lismo. Porque es ahora un resultado histórico,
mitada, y en esas condiciones la construcción que desde el punto de vista de sus límites téc-
de una alternativa revolucionaria eficaz es cier- nicos, el capitalismo del período de Lenin dis-
tamente muy difícil.
Para decirlo en los propios términos de
1 Marx, Karl 1946 El Capital (México: Fondo de Cul-
Marx en el “Prólogo” a la primera edición del tura Económica) T. l: XIV; 4ta edición.
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 175

taba aún de su fase de maduración definitiva. tema, porque es una empresa consciente y de-
Y después de Lenin, la revolución socialista en liberada como ninguna otra. Y, por eso mismo,
Europa, varias veces posible, fue una y otra vez está sujeta a la capacidad de acierto o error del
derrotada, y en su lugar, fue en la periferia del agente histórico revolucionario.
capitalismo donde esa revolución pudo triun- De allí no se desprende, sin embargo, que
far, y ante todo en China. Es decir, no precisa- si no hay revolución socialista el capitalismo
mente en el centro de la maduración del modo puede continuar indefinidamente en la histo-
de producción capitalista. Y así como en Rusia ria, aunque modificándose, adaptándose per-
de 1917, en esos lugares la revolución pudo manentemente a sus contradicciones. Lejos de
triunfar ante todo por factores histórico-políti- eso, como todos los otros sistemas históricos,
cos y menos por la maduración de las formas no puede dejar de llegar a un límite técnico,
específicas de la producción capitalista. teóricamente previsible.
Sabemos, ciertamente, que el capitalismo Marx descubrió que el capitalismo tiene dos
tiene un límite político; la revolución socialista. niveles de contradicciones, diferentes pero in-
Pero ahora también sabemos que esta no tiene terdependientes. Un primer nivel, cotidiano, es
que ser, necesariamente, el resultado del agota- la contradicción entre la forma cada vez más
miento total de las bases del modo de produc- social de la producción y la forma privada,
ción. Es el resultado de la eficiencia con que es cada vez más concentrada, de la apropiación
capaz de actuar la fuerza revolucionaria de los de los productos y de los recursos de produc-
trabajadores, en una coyuntura histórica deter- ción. Esta contradicción alimenta la diaria lu-
minada. Y, notablemente, eso ha ocurrido hasta cha de clases. Y es privativa del capitalismo.
hoy fuera de los centros de mayor desarrollo El segundo nivel, consiste en la contra-
del sistema capitalista. dicción entre el desarrollo de de las fuerzas
Sabemos, igualmente, que la revolución so- productivas y las relaciones de producción
cialista surge como una necesidad histórica de dentro de los cuales operan y se desenvuel-
las propias tendencias inherentes al desarro- ven. Esta contradicción es común a todos los
llo del capitalismo; pero que no es de ningún modos de producción, pero actúa dentro del
modo una fatalidad histórica, ni un desarrollo capitalismo de manera específica, a través del
automático de las contradicciones de ese sis- desarrollo de los medios técnicos de produc-
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ción, de origen básicamente científico-tecno- la Economía Política2. Pero la teoría específi-


lógico. El desarrollo del primer nivel de con- ca respecto del modo de producción capitalis-
tradicciones depende, en último análisis, del ta, se encuentra esbozada en los Grundrisse3.
grado de maduración del segundo nivel. Es Allí Marx proyectó su genio de previsión teó-
decir, del crecimiento que las fuerzas produc- rica, para dejarnos el único texto conocido en
tivas van alcanzando. Cuando estas entran en la literatura marxista en que se establece, con
contradicción abierta e insostenible con las precisión, a partir de qué momento se puede
relaciones sociales de producción dentro de afirmar, teóricamente, que el modo de produc-
las cuales han madurado, las contradicciones ción capitalista, en tanto que sistema de pro-
del primer nivel ingresan también en su fase ducción y de apropiación de plusvalía, ha en-
de agudización definitiva. trado en el comienzo del fin.
De esa manera, la crisis definitiva del siste- El núcleo de las tesis de Marx se refiere a
ma como tal, sólo emerge cuando al entrar en los cambios en la composición orgánica y téc-
contradicción definida las relaciones sociales nica del capital. El desarrollo de las fuerzas
de producción con el grado de desarrollo de las productivas, que en el capitalismo son funda-
fuerzas productivas, las contradicciones entre
la forma social de la producción y la forma pri-
vada de la apropiación se agudizan tanto que el 2 Dice Karl Marx en el “Prólogo” a la Contribución
sistema no es más capaz de estabilizarlas y, en a la Crítica de la Economía Política: “Al llegar a
consecuencia, se expresan en la máxima viru- una determinada etapa de su desarrollo, las fuerzas
productivas materiales de la sociedad, chocan con las
lencia de las luchas de clases.
relaciones de producción existentes, o, lo que no es más
Para Marx, pues, es en este segundo nivel de que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de
contradicciones en donde reside, en definitiva, propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta
el límite técnico del capitalismo. Y eso debe ex- allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas,
presarse políticamente en el primer nivel. estas relaciones se convierten en trabas suyas. Se abre
así una época de revolución social” (ediciones varias).
Como se sabe, la teoría general acerca de
este problema por lo que toca a cualquier modo 3 Marx, Karl 1967 Fondements de la Critique de
l’Ecomomie Politique (París: Anthropos). Título origi-
de producción, se encuentra en el célebre texto
nal en alemán: Grundrisse der Kritik der Politischen
del “Prólogo” a la Contribución a la Crítica de Ökonomie.
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 177

mentalmente de origen científico-tecnológico, fuerza de la naturaleza, muy por encima de su


hace que tienda a aumentar constantemente la valor de producción, y que por lo tanto su va-
cantidad y la calidad de los medios técnicos lor no puede ser más medido según el tiempo
de producción, que de ese modo van dejando de trabajo socialmente necesario invertido en
de ser solamente eso y asumiendo simultánea- su producción, no obstante ser trabajo acumu-
mente el papel de agentes productivos cada lado, porque ese trabajo acumulado es, en la
vez más, reduciendo correlativamente el papel práctica, el resultado del desarrollo de toda la
del trabajo vivo –es decir, del obrero– como ciencia y la tecnología de ese momento. Según
agente productor, intermediador entre los Marx, ese sería el resultado necesario del desa-
medios técnicos y las materias primas, hasta rrollo de máquinas y de sistemas le maquinas
que llega un momento en que los obreros son automatizadas, servidas por mecanismos de
apenas “accesorios conscientes” de los medios autodirección. En el lenguaje actual se habla-
técnicos de producción. De esa manera, “el ría de la cibernética y de su combinación con
proceso de producción cesa de ser un proceso la energía nuclear6.
de trabajo, en el sentido en que el trabajo cons- Un grado tal de desarrollo de las fuerzas
tituiría la unidad dominante”4. A partir de ese productivas, supone que el capital se ha de-
momento “el valor objetivado en la maquina- sarrollado completamente en sus formas de
ria se presenta allí como la condición previa: producción específicas. Y en la medida en que
frente a ella, la fuerza valorizante del obrero aquí el tiempo de trabajo cesa de ser el prin-
individual se borra, habiendo devenido infini- cipio determinante de la producción, también
tamente pequeña”5. el capital, en tanto fuerza dominante de la pro-
Para que ese momento pueda llegar, es ne- ducción, deja de tener función. O sea “se abre
cesario que los medios técnicos de producción él mismo a su disolución”7.
hayan adquirido una condición tal que su capa- En el modo de producción capitalista, la me-
cidad productiva sea equiparable a la de una dida del valor depende de la cantidad de tiem-

4 Marx, op. cit., T. II: 212. 6 Marx, op. cit., T II: 221.
5 Marx, op. cit., T. II: 213. 7 Marx, op. cit., T II: 215.
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po socialmente necesario invertido en su pro- también de corresponder al cálculo del tiempo


ducción. Y el proceso de valorización se funda socialmente necesario. Así, la ley del valor cesa
en la intervención del trabajo vivo, que simultá- de actuar en la producción. En otros términos,
neamente conserva y transfiere el valor del tra- las relaciones de producción capitalistas dejan
bajo acumulado –medios técnicos y materias de tener lugar.
primas– y crea un nuevo valor, al intermediar Si ello es así, el capitalismo en tanto que
entre los medios técnicos de producción y el sistema de producción y acumulación de plus-
objeto de producción. valía y fundado en la ley del valor, ha llega-
A partir del momento en que el proceso de do al límite de sus posibilidades históricas
producción deja de ser un intercambio entre de existencia y se “abre él mismo a su diso-
el trabajo vivo y el trabajo acumulado u objeti- lución”. A partir de ese momento, o las revo-
vado, puesto que los medios técnicos han asu- luciones socialistas producen la eliminación
mido el papel de medios de producción y de deliberada del capitalismo, o se ingresa en un
agentes de producción, al mismo tiempo, y la período en que el sistema es cada vez más pri-
fuerza valorizante del obrero ha devenido infi- sionero de sus contradicciones, cada vez más
nitamente pequeña, la producción no consiste irracional. Las relaciones sociales de produc-
más en la creación de valor sino, básicamente, ción y su expresión jurídica como relaciones
en la transferencia de valor. Los medios técni- de propiedad, son ya inútiles, históricamente,
cos, nuevos agentes de producción, no crean para el uso eficaz de las fuerzas productivas y
un nuevo valor. Sólo pueden transferir al pro- para su desarrollo. Así, la contradicción entre
ducto, parte del trabajo acumulado o de valor el desarrollo de las fuerzas productivas y las
que condensan. En este momento, por lo tanto, relaciones sociales de producción capitalis-
deja de producirse plusvalía. tas, alcanzan un momento de enfrentamiento
De otro lado, en la medida en que los podero- abierto y explícito. Y “se abre un periodo de
sos medios técnicos y agentes de producción, revolución social”.
al mismo tiempo, tienen una capacidad produc- A nadie se le ocurriría hoy que la situación
tiva que ya no guarda relación con el tiempo de prevista por Marx es la característica del ac-
trabajo inmediato que se invirtió en su produc- tual sistema capitalista, visto en conjunto. Pero
ción, la medida del valor de sus productos deja sabemos desde Lenin que el capitalismo como
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 179

sistema se desarrolla desigualmente. Y desde de la investigación marxista acerca de esta cru-


Trotsky sabemos también que ese desarrollo cial cuestión.
es desigual y combinado. Esto es, que el capi- La aparición de máquinas y de sistemas de
talismo se desarrolla en niveles distintos pero máquinas automatizadas y dotadas de meca-
orgánicamente articulados dentro del conjun- nismos de autodirección y de autorregulación,
to, interpenetrándose y condicionándose entre que Marx había previsto como requisito para el
ellos y con el conjunto. comienzo del momento en que el trabajo, bajo
Es, por lo tanto, legítima la pregunta acerca su forma inmediata, deja de ser la fuente prin-
de ¿hasta qué punto y en qué lugar del sistema cipal de la producción, es ya indiscutible en la
capitalista actual, pudiera estar ingresando el actualidad.
momento teóricamente previsto por Marx? Y si Eso ha llevado a la completa automatización
acaso fuera así ¿cuáles podrían ser las conse- de la producción en no pocos centros de pro-
cuencias teóricas y concretamente discernibles ducción, especialmente en aquellas ramas de
para el resto del sistema, para sus relaciones producción de medios técnicos de producción,
con los sistemas poscapitalistas ya existentes? que son las que hoy día comandan como puntas
Y, para las necesidades de la revolución socia- avanzadas el modo de producción capitalista.
lista ¿qué se desprendería de todo eso? ¿Cuál es el significado de este hecho para el
Imposible encontrar, en este momento, al- problema de las contradicciones entre el grado
guna respuesta solvente a la primera de esas de desarrollo de las fuerzas productivas mate-
preguntas. Por lo menos hasta donde conozco, riales y las relaciones sociales de producción,
no existen resultados de investigaciones enca- o, su forma jurídica, las relaciones de propie-
minadas a explorar este problema. A pesar de dad, en el capitalismo actual? ¿Qué ocurre en
la recurrencia de la palabra crisis en nuestro los núcleos totalmente automatizados de pro-
lenguaje político de las últimas décadas, esta ducción con el problema de la producción de
pregunta no parece haber sido formulada con valor y de plusvalía?
la urgencia necesaria. Y creo, además, que para No pretendo aquí ofrecer una respuesta aca-
esta carencia no ha sido ajena la gran vitalidad bada a estos problemas. No conozco investiga-
del capitalismo hasta este momento. Pero creo ciones realizadas y las mías están apenas ini-
también que ahora es indispensable la atención ciadas. Por el momento, mis reflexiones están,
180 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ante todo, enderezadas a reclamar la atención actualmente su expansión está limitándose de-
de los investigadores. liberadamente cada vez más. Y en tanto que el
No obstante, arriesgo una sospecha. Si se capitalismo existe en un vasto sistema, una de
admite que, según las tesis de Marx, la pre- cuyas características centrales es la desigual-
sencia de sistema de máquinas automáticas dad y la combinación entre diferentes niveles
dotadas de autorregulación y autodirección de desarrollo de las formas específicas de pro-
implica que los medios y técnicos de produc- ducción, el capitalista, dueño de aquellos nú-
ción asumen, a la vez, la función de agentes de cleos automatizados de producción, tiene aún
producción y que, en consecuencia, el trabajo la posibilidad de realizar el producto que ya no
individual pasa a ser en la práctica un “acce- contiene nuevo valor, y, por ende, plusvalía en
sorio consciente” de esos medios técnicos, el resto del sistema donde la automatización no
su capacidad de valorización deviene infinita- ha llegado aún, y valorizar después lo realiza-
mente pequeña, ello implicaría que en aquellos do en dicho segmento del circuito de acumu-
núcleos productivos del capitalismo donde la lación.
producción se automatiza totalmente, está ce- Si eso puede ocurrir así, se debe, ciertamen-
sando la producción de nuevo valor y por lo te, a que no obstante el hecho de que el capital
tanto de plusvalía. Y conforme a las propias ha dejado de ser en aquellos núcleos automati-
tesis de Marx, el tiempo de trabajo está dejan- zados, un elemento necesario para la produc-
do de ser la medida de la producción. En sus ción, puesto que ya no se valoriza allí, el capita-
propios términos: “desde el momento en que el lista sigue, siendo el dueño de los recursos de
trabajo, bajo su forma inmediata, ha dejado de producción que están dejando de ser capital y
ser la fuente principal de la riqueza, el tiempo puede aún usarlos como si fueran capital sir-
de trabajo debe dejar y deja de, ser su medida. viéndose del resto del sistema. Esto es, debido
Y el valor de cambio deja, por tanto, también a la persistencia de las relaciones sociales de
de ser la medida del valor de uso”. producción, bajo la forma jurídica de relacio-
Sin embargo, en tanto que el proceso de nes de propiedad, y de la estructura política
automatización de la producción está todavía que las mantiene. La forma social de la pro-
restringido a núcleos reducidos del aparato ducción, en su grado más avanzado dentro del
productivo del capitalismo, y con toda certeza capitalismo, se contradice abiertamente con
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 181

la apropiación privada, porque el grado de de- lo que no por estar aún referido a algunos nú-
sarrollo de las fuerzas productivas materiales cleos avanzados del sistema deja de ser menos
choca abiertamente con las relaciones de pro- fundamentalmente significativo para el desti-
piedad capitalistas, como Marx había previsto. no ulterior de este modo de producción. En
Decíamos que la expansión de la automati- consecuencia, esta situación está pasando a
zación de la producción, y su generalización ser el basamento último de la crisis actual del
en las diversas ramas dentro del capitalismo, capitalismo. De ser así, debería ser posible es-
son hoy técnicamente posibles, pero que esta tablecer las vinculaciones entre esa situación
difusión es lenta y errática, y deliberadamen- y las más visibles y mejor descritas tendencias
te trabada por los capitalistas. Por ejemplo, la actuales del sistema, como intentaremos mos-
producción de las llamadas máquinas de con- trarlo más adelante.
trol numérico está prácticamente detenida y Un primer problema debe ser despejado en
restringida su aplicación a pocos núcleos del la partida. Admitir que el modo de producción
sistema, inclusive en sus centros de acumula- capitalista como tal podría estar comenzando
ción. Es decir, el capitalismo está trabando el a ser corroído por el choque abierto entre las
desarrollo y la expansión de sus medios más fuerzas productivas que ha desarrollado y las
poderosos de producción, precisamente por- relaciones sociales de producción que las co-
que ese desarrollo choca ahora abiertamente bijan, no implica que el capitalismo como sis-
con las actuales relaciones de producción, que tema concreto de existencia social esté amena-
son la base esencial de este sistema, ya que el zado de un súbito derrumbe.
continuado desarrollo de esos medios produc- Lo que sucede, como tendencia, es que el sis-
tivos va necesariamente, como acabamos de tema comienza a ser cada vez más prisionero de
verlo, recortando los límites de la producción sus contradicciones en todos sus niveles, por-
de valor, último fundamento del capitalismo. que estas contradicciones tienden a ser cada vez
Si todo eso tiene sentido, arriesgo otra sos- más agudas y explicitas. El sistema es creciente-
pecha: tomado en su calidad de modo de pro- mente incapaz de estabilizarlas o de encontrar
ducción, el capitalismo estaría ingresando en mecanismos para amortiguarlas. En consecuen-
un periodo de limitaciones crecientes a la pro- cia se va tornando más y más irracional, y es
ducción de valor y de apropiación de plusvalía, sentido por eso como cada vez más absurdo.
182 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Creo que esa tendencia tiene manifestacio- bruto nacional. Todo un cuadro de agudos pro-
nes ya muy visibles hoy día, particularmente si blemas en el principal centro de acumulación
se piensa en lo que ocurre en las sociedades ca- capitalista contemporáneo, que dan cuenta de
pitalistas más desarrolladas, y principalmente la agudización de las contradicciones internas
en los Estados Unidos; donde probablemente de la economía capitalista de ese país.
tienen lugar, más que en otras partes del siste- En otro terreno, en ningún otro centro ca-
ma, los procesos previstos por Marx. pitalista avanzado es, como en los Estados
Probablemente no es por accidente, que a Unidos, tan patente el desarrollo de la crisis
pesar de que el capital dominante en el impe- política y cultural, que expresan en esas dimen-
rialismo contemporáneo proviene de ese país, siones lo que ocurre en la matriz productiva.
la economía nacional como tal aparece en los La quiebra de la lealtad de capas crecientes de
Estados Unidos con dificultades cada vez más la población a los más entrañables contenidos
graves. Así, la literatura especializada señala valóricos del capitalismo, la pérdida de sentido
la tendencia a la expansión de capital ficticio, de la cultura del consumismo y de toda la ética
en una vasta gama de actividades que no tienen social que sostenía la adhesión de la población
relevancia alguna para la producción, pero que a las necesidades del capital, especialmente
hacen parte creciente de la acumulación de ca- entre los jóvenes; la irremediable corrosión de
pital, en desmedro de la inversión productiva; la eficiencia de la organización social, traduci-
la tendencia a la reproducción creciente de me- da tan expresivamente en la frase acuñada por
dios técnicos de producción en lugar de la de la prensa de ese país como “el deterioro de la
bienes de uso y de consumo; los problemas de calidad de la vida cotidiana”, muestran bien
la absorción de mano de obra y la ampliación a las claras un proceso de agudización de las
del desempleo y del subempleo; una escalada contradicciones sociales, que va arrastrando a
inflacionaria mayor que en otros periodos, con la más poderosa sociedad capitalista a una cre-
su secuencia de baja de los salarios reales de los ciente inconsistencia, tan bien presentada en
trabajadores; la cada vez más corta alternancia Growing up Absurd de Paul Goodman8.
entre los ciclos de expansión y de recesión; las
dificultades de la balanza comercial y de la ba-
8 Goodman, Paul 1961 Growing Up Absurd (Nueva
lanza de pagos; en 1970 no aumentó el producto York: Vintage Books).
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 183

En medida todavía menor, procesos simila- privada de los recursos de producción y de


res se van desarrollando en todos los principa- sus productos.
les centros del sistema, en Europa Occidental y En los límites de esta conferencia, por ob-
Japón. Y sus extremos se difunden también en vias razones, no se podrán explorar los proble-
todo el resto del mismo. mas aquí implicados sino en sus términos gene-
Un segundo problema teórico, a partir de rales y de manera más bien alusiva.
aquí, es que en el supuesto de que efectiva- En primer lugar, creo que la manifestación
mente todo aquello esté ocurriendo al interior más definida de la agudización de las contra-
de las puntas avanzadas de la producción y dicciones entre la forma social de la produc-
del régimen social capitalista, en términos de ción y la forma privada de la apropiación, es
la agudización de las contradicciones entre el el tremendo desarrollo de las nuevas formas
grado de desarrollo de los medios técnicos de empresariales llamadas “empresas multinacio-
producción y las relaciones sociales de pro- nales o transnacionales” y de la internacionali-
ducción, eso debe necesariamente expresarse zación del capital que eso significa.
en la agudización de las contradicciones entre Ciertamente, el capital fue siempre inter-
la forma social de la producción y la forma nacional desde el comienzo, en el sentido de
privada de la apropiación. ¿Cuáles serían, en que sus intereses sobrepasan las fronteras na-
ese sentido, sus manifestaciones? cionales y son para ellos más importantes que
En el discurso teórico marxista, la madu- los intereses nacionales. Sin embargo, es en
ración de las contradicciones derivadas del un sentido más profundo que la internaciona-
grado de desarrollo de las fuerzas produc- lización del capital se desarrolla: la estructura
tivas, en el capitalismo, implica su agudiza- internacional del capital y de la producción
ción entre la forma social de la producción capitalista.
y la forma privada de la apropiación. Es el Desde este punto de vista, no es difícil con-
desarrollo de las fuerzas productivas que cordar en que el grado de internacionalización
empuja la cada vez mayor socialización de la del capital es hoy día inmensamente más de-
producción y como contrapartida, la lógica sarrollado que antes. De una parte, a través
de la acumulación capitalista empuja hacia de la internacionalización de la propiedad del
la creciente concentración de la apropiación capital y de la internacionalización de la es-
184 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

tructura monopolista antes relativamente res- utilizar el control de tan gigantesco grado de
tringida a muy pocos centros de acumulación. desarrollo de las fuerzas productivas y de la
De otra parte, a través de la acelerada expan- forma social de la producción a escala inter-
sión del circuito internacional de la reproduc- nacional. Ese proceso iniciado desde la termi-
ción ampliada y de las bases generales de la nación de la Segunda Guerra Mundial, princi-
acumulación directa de capital, en una escala palmente para el reflotamiento del capitalismo
antes desconocida. de Europa Occidental, asume hoy día la forma
Ese proceso de maduración o de culmina- de las “empresas multinacionales o transnacio-
ción de la internacionalización del capital, y nales”, como expresión de la forma cada vez
de la estructura capitalista de la producción, más concentrada de la apropiación privada de
es la expresión más clara de la maduración de la producción.
la forma social de la producción derivada del Diversos fenómenos económicos bien esta-
grado de desarrollo de los medios técnicos de blecidos, y cuyas tendencias de agravamiento
producción que hasta aquí ha permitido el ca- constituyen hoy día los problemas que dan
pitalismo. Y en primer término, eso se refleja lugar a las preocupaciones oficiales sobre la
en el grado de socialización de la forma de la crisis del capitalismo, dan cuenta de la agudi-
producción científica-tecnológica a escala in- zación de las contradicciones entre el grado de
ternacional, que funda el hecho de que los me- desarrollo de la forma social de la producción y
dios técnicos tengan en las puntas avanzadas de la forma privada, cada vez más concentrada,
del sistema la capacidad creciente de limitar la de la apropiación. Mencionaré aquí solamente
participación valorizante del obrero individual, los más resaltantes.
y de limitar correlativamente la producción de
nuevo valor y de plusvalía en esos núcleos. 1) La agudización de la tendencia a la despro-
La inherente tendencia a la concentración porción en la distribución de capital dentro del
de capital que este modo de producción con- aparato internacional de producción y su se-
lleva, se ha venido desarrollando parejamente cuela, la agudización de la inflación.
a este grado de socialización de la forma de Sabemos que el capitalismo se ha desarrolla-
la producción, imponiendo la necesidad de la do siempre de manera desigual, constituyendo
reorganización empresarial para mantener y niveles de diferente grado de desarrollo, que
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 185

se articulan orgánicamente en una economía La rentabilidad de la acumulación no está


internacional, condicionándose mutuamente. necesariamente condicionada a las necesida-
Pero esta tendencia se acentúa tanto más, con- des productivas de la sociedad, y por lo mis-
forme avanza el proceso de maduración de la mo, la distribución de capital entre las diversas
forma social de la producción a escala interna- áreas y niveles de desarrollo de la economía
cional, mientras del otro lado se concentra y se capitalista internacional se lleva a cabo en fun-
monopoliza más y más el capital. ción de las propias exigencias del capital y del
Esa desigualdad no se establece solamente curso de la lucha de clases internacional.
entre formaciones sociales concretas de dife- Así, por ejemplo, después de la Segunda
rente nivel de desarrollo capitalista, sino tam- Guerra Mundial, fueron las necesidades de la
bién dentro de cada una de aquellas, entre las reconstrucción del capitalismo europeo occi-
diversas ramas de la producción, y dentro de dental y japonés, y más tarde las necesidades
éstas, en diversos niveles de desarrollo. de las guerras en el Sudeste asiático y en el Me-
Y esta tendencia al desarrollo desigual se dio Oriente, que generaron la incontrolada –no
deriva, como se sabe, de la desigual distribu- planificada– expansión creciente del crédito
ción del capital entre cada parte del aparato internacional, originando en todos los princi-
de producción internacional del capitalismo. pales centros de acumulación, desequilibrios
Tanto más se desarrolla la concentración mo- productivos, que engendraron desequilibrios
nopolística de capital, esa desproporción en comerciales y de pagos internacionales, que
la distribución de capital tiende a acentuarse. desde fines de la pasada década se traducen
La estructura imperialista del capitalismo tiene crecientemente en desequilibrios financieros y
aquí su asiento y su regulación. monetarios, esto es, en inflación.
En el centro de este problema se coloca, por Estos desequilibrios en la distribución de
eso mismo, el problema de la acumulación ren- capital en el circuito total de acumulación ca-
table del capital. Por su naturaleza, este corre pitalista se agudizan cada vez más, conforme
precisamente hacia donde son mejores y más la acumulación se concentra en la producción
firmes las posibilidades de hacer más rentable de medios técnicos de producción en lugar de
la acumulación, como base para la ampliación bienes de consumo para la masa de la pobla-
de la escala de la reproducción de capital. ción, y en la producción de medios bélicos y de
186 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

exploración espacial. De esa manera, la realiza- Estados imperialistas principales, sin que eso
ción de la plusvalía se produce crecientemente signifique que no utilicen a tales Estados, para
al interior de esos mismos circuitos de acumu- los fines de su interés privado monopolístico.
lación, originando un desequilibrio productivo Todo eso va adquiriendo ahora las caracte-
global y en la estructura del empleo, por la ex- rísticas de un engranaje circular. Conforme los
pansión de la sobrepoblación relativa en todos efectos de estos fenómenos se agravan, es más
los principales centros de acumulación mono- necesario para el capital monopolístico inter-
polista de capital. nacional tender a concentrarse en operaciones
Y conforme esa tendencia avanza, para- de más corta y fácil rentabilidad. Y en conse-
lelamente se van ampliando los circuitos de cuencia, los desequilibrios en la estructura pro-
acumulación ficticia de capital, esto es no pro- ductiva, en la estructura comercial, financiera
ductiva, ni vinculada a la producción ni aún y monetaria, serán más y más profundos. Está
indirectamente, desarrollando mecanismos fic- en la esencia misma del grado de desarrollo de
ticios de capital. la monopolización de capital, que las “empre-
Como las grandes corporaciones monopo- sas multinacionales” expresan, la tendencia
listas, “multinacionales o transnacionales” van a la agudización de la inflación internacional,
concentrando la masa mayor de capital finan- porque son sus necesidades de acumulación
ciero, en relación a las instituciones estatales e rentable creciente que empujan la cada más
interestatales de financiamiento, y más todavía desigual y desproporcionada distribución de
esas mismas instituciones son indirectamente capital en la economía internacional. Veremos,
controladas por las corporaciones privadas, más adelante, qué significa eso desde el punto
es finalmente cada vez más difícil toda posi- de vista de la lucha de clases.
ble programación racional de la distribución
de capital, pues aquellas corporaciones no so- 2) Un segundo problema, vinculado con el ante-
lamente escapan a todo control público, sino rior, es que el desarrollo creciente de la cantidad
que además, dada la magnitud de sus recursos, y calidad de los medios técnicos de producción,
tienden a separar de modo creciente sus opera- en los centros principales de acumulación del
ciones y sus políticas respecto inclusive de la sistema, imponen necesariamente la obsolescen-
política económica internacional de los propios cia tanto de los propios medios técnicos de pro-
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 187

ducción como de gran parte de la producción. Y, empresarios quedarían en bancarrota, fuera de


al mismo tiempo, una creciente capacidad ocio- la clase. Y eso, aunque fuera económicamente
sa de esa inmensa capacidad productiva. deseable, para el sistema capitalista no lo es ni
El capital desarrolla sus fuerzas productivas, política ni socialmente en cualquier momento.
simultáneamente, como respuesta a las luchas Es como consecuencia de eso, que a su tur-
reivindicativas del proletariado, como por sus no se traba la innovación tecnológica, como en
propias necesidades de acumulación. Inclusive el uso que hemos señalado antes de las máqui-
ahora y en adelante, cuando parece que en sus nas de control numérico. Pero, como al mismo
más avanzados núcleos productivos, el capital tiempo, se sigue produciendo nuevos medios
comienza a tropezar con los primeros límites técnicos, una parte creciente de los obsoletos
a su valorización por el propio efecto del gra- en la misma rama tiende a entrar en desuso o
do de desarrollo de sus medios de producción, los nuevos medios no pueden ser usados en
no puede dejar de producir e innovar esos re- toda su capacidad productiva, especialmen-
cursos, aún cuando tenderá a hacerlo cada vez te si se tiene en cuenta que a eso debe aña-
más errática y anárquicamente, más lentamen- dirse el problema de la desigual distribución
te y pervirtiendo los más potentes al convertir- de capitales. Si, por ejemplo, no se expande a
los en recursos de destrucción bélica. la velocidad posible la producción masiva de
El resultado inevitable de esa renovación medios de producción tan poderosos como las
de la masa de medios de producción y de su máquinas de control numérico, eso quiere de-
innovación cualitativa, es la obsolescencia de cir que los medios de producción de ese tipo
una parte de los previamente producidos, que de máquinas no se están usando en toda su ca-
no se pueden simplemente abandonar en masa. pacidad productiva.
Porque, ¿qué ocurriría si una parte importan- Todo ello, por supuesto, refuerza las tenden-
te de la masa de medios técnicos obsoletos cias a los desequilibrios crecientes en la estruc-
de producción se abandonara o se tirara? Eso tura productiva, y sus efectos inflacionarios, y
significaría el hundimiento, la bancarrota de de límites crecientes a la rentabilidad de la acu-
capas importantes de la burguesía, asociadas mulación en los principales centros del siste-
precisamente al control y al uso de tales recur- ma, problemas que no se pueden solucionar so-
sos. Cientos de miles de pequeños y medianos lamente al interior del circuito de acumulación
188 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de esos centros. Luego veremos las consecuen- características, imponen una cada vez mayor
cias que de allí se derivan para las relaciones agudización de las tendencias de inconsisten-
con los otros niveles de desarrollo del sistema cia y de irracionalización en la distribución de
capitalista internacional en su conjunto. los recursos productivos. Y sus consecuencias
Marx había previsto que en un determina- están ya muy visiblemente haciéndose presen-
do momento del grado de desarrollo de los tes en la revitalización de las luchas de clase.
medios técnicos de producción, las fuerzas En conjunto, pues, los límites y dificultades
productivas básicas del capitalismo, la forma crecientes que el capital monopolista encuen-
social de la producción se desarrollaría en un tra ahora, para su valorización y rentabilidad
sentido preciso: el trabajo individual pasaba en los puntos más avanzados de la estructura
a ser cada vez menos importante, y el trabajo de producción, están agravando las contradic-
social global pasaba a ser el decisivo, a través ciones diarias del capitalismo en todos los prin-
de su objetivación en el capital. La necesidad cipales centros de acumulación del sistema, y
de acumulación creciente del capital, de otro se expresan en problemas de obsolescencia
lado, empuja la tendencia a la cada vez mayor tecnológica, en el aumento de la capacidad
concentración de la forma privada de la apro- ociosa de parte de los medios técnicos de pro-
piación. Y las contradicciones entre estos dos ducción, en desequilibrios de la distribución de
términos de la producción capitalista pasarían, capital, en inflación y en límites a la rentabili-
por lo tanto, a dominar la vida diaria del siste- dad de la acumulación para una parte impor-
ma. Es esta situación, me parece, la que mues- tante del capital monopolista.
tran precisamente los fenómenos que acaba-
mos de señalar. 3) De aquí se deriva una de las más visibles
Es decir, a pesar de que la maduración de la tendencias del capitalismo contemporáneo,
forma social de la producción exige y permite como sistema global: la necesidad de amplia-
la planificación racional del uso de los recursos ción acelerada del circuito internacional de
a escala internacional, la tendencia a la con- reproducción ampliada, y de expansión gene-
centración monopólica del capital, llevada a ral de las bases de acumulación internacional
su más grande desarrollo en las empresas mul- de capital.
tinacionales conglomeradas, por sus propias Para compensar los límites a la valoriza-
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 189

ción y a la rentabilidad de la acumulación en En este caso, los problemas de valorización


los principales centros del sistema, el capital y, en consecuencia, de rentabilidad de la acu-
monopolista internacional es arrastrado impe- mulación de una parte importante del capital
riosamente a la necesidad de ampliar su circui- monopolista internacional, en los principales
to internacional de reproducción ampliada. Y, centros de esa acumulación, repercuten en los
para que eso sea factible, es igualmente indis- otros niveles como tendencias a la ampliación
pensable la expansión de las bases de la acu- del circuito internacional de reproducción
mulación en todos los otros niveles del circuito ampliada en donde eso es ya posible según
internacional de reproducción del capital. el grado de desarrollo de las fuerzas produc-
El modo de producción capitalista contem- tivas, o de expansión de las bases generales
poráneo existe dentro de un vasto sistema in- de la acumulación de capital, allí donde ese
ternacional de producción y de poder, caracte- grado de desarrollo de las fuerzas productivas
rizado por la desigualdad y la combinación de no faculta aún la incorporación a la reproduc-
los varios niveles de desarrollo de las formas ción ampliada.
específicas de producción. Eso significa que Y esta tendencia necesaria del capital mono-
cuando en las puntas del sistema esas formas polista internacional se expresa, actualmente,
específicas ya han madurado plenamente, en con toda visibilidad en una rápida modificación
otros de sus niveles se encuentran en un gra- de lo que Lenin llamó la “cadena imperialista”,
do de maduración intermedia, y en otros están concepto que a mi juicio hay que rescatar y uti-
apenas en curso de expansión y de implanta- lizar más sistemáticamente9.
ción. Y como todos estos niveles de desarrollo Desde este punto de vista, es necesario re-
no existen separadamente, sino estructural- cordar que hasta antes de la Segunda Guerra
mente articulados entre sí, las consecuencias Mundial, el sistema capitalista estaba constitui-
de lo que ocurre en el nivel más avanzado, no
pueden dejar de repercutir en todos los otros
niveles, a través de procesos particulares re- 9 He adelantado algunas ideas acerca de los cambios
feridos a las condiciones históricas concretas en la cadena imperialista, en “Imperialismo y Relaciones
Internacionales en América Latina”, trabajo presentado
de las formaciones sociales en que esos otros
en el Symposium sobre las Relaciones Internacionales
niveles se desenvuelven. entre América Latina y Estados Unidos, Lima 1973.
190 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

do, grosso modo, en dos grandes niveles que za de trabajo, con la matriz económica de ori-
en el lenguaje de la economía latinoamericana gen precapitalista dentro de la cual se injertaba
se denominó “centro” y “periferia”, o “metró- el capital monopolista en esos países.
polis” y “satélites”. Sin mucha precisión, con A esa situación correspondía la conocida
esos términos, se aludía al hecho de que desde división internacional del trabajo, entre países
la iniciación del desarrollo del capital monopo- productores de productos industriales y países
lista internacional y de la era imperialista, ese productores de materias primas.
capital operaba invirtiéndose en prácticamente Después de la Segunda Guerra Mundial y
todos los países y regiones, pero manteniendo principalmente después de fines de la década
sus centros de acumulación y de realización de de los años cincuenta, aquella estructura del
plusvalía en sólo unos pocos países. Estos se sistema imperialista se ha modificado profun-
constituyeron así como los “centros” del siste- damente, y las actuales tendencias a la amplia-
ma y los países restantes en la “periferia”. ción del circuito internacional de reproducción
Durante todo ese periodo, el “centro” eran ampliada la modificarán aún más rápidamente.
los Estados Unidos, Europa Occidental y Ja- Actualmente ya ha aparecido una segunda
pón, como sedes básicas del circuito de re- franja de países, en los cuales el previo desa-
producción ampliada y de control del capital rrollo del capitalismo y de sus fuerzas produc-
monopolista internacional. En prácticamente tivas, ha permitido su incorporación sectorial
todos los demás países, el capital monopo- –no homogénea– al circuito internacional de
lista operaba sobre la base de un sistema de reproducción ampliada o está empujando ha-
acumulación semicolonial, en la medida en cia ello. En América Latina, sin duda es Brasil
que simultáneamente, usaba a aquellos países el más preciso ejemplo, pero también México
como bases de generación de plusvalía a ser en y en menor medida Argentina, están dentro de
su mayor parte realizada y acumulada en los esta tendencia. India e Indonesia en el Asia,
“centros”, trabando por consecuencia el desa- Irán e Israel en el Medio Oriente, y Sudáfri-
rrollo de un circuito interno de acumulación en ca en el África, podrían ser los otros países
la “periferia”, mientras al mismo tiempo se arti- considerados ya, sectorialmente, como incor-
culaba de diversas maneras, pero sobre todo a porados o incorporándose a ese circuito in-
través de la determinación del valor de la fuer- ternacional de reproducción ampliada. En tal
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 191

condición, constituyen subsedes o subcentros lonial siguen vigentes, aunque con tendencias
de acumulación. en la mayor parte de ellos a integrarse en el
Una tercera franja de países, por otro lado, nivel inmediatamente superior, esto es en la
está atravesando activamente procesos que tercera franja de la estructura internacional de
consisten en la reducción del ámbito de exis- acumulación. En América Latina, países como
tencia de relaciones de producción de origen Haití, Paraguay, Bolivia, y la mayor parte de los
precapitalista, y en el surgimiento o conso- países centroamericanos, probablemente co-
lidación de las bases de circuitos internos de rresponden aún a este nivel de desarrollo ca-
acumulación, sobre la base del desarrollo de pitalista, así como la mayor parte de los países
la actividad industrial-urbana de nivel interme- africanos recientemente descolonizados. En
dio; por consecuencia de erradicación de las todos ellos sin embargo, con mayor o menor
bases de la acumulación semicolonial. En esos amplitud, actúan procesos de expansión de las
países, sin embargo, el desarrollo previo de las bases de la acumulación.
fuerzas productivas urbano-industriales, no El sistema capitalista internacional, en
ha alcanzado todavía el grado suficiente como tanto que cadena imperialista, es pues hoy
para permitir la incorporación, ni siquiera de día algo muy distinto de lo que era hasta los
manera sectorial, de esas economías al circui- años finales de la Segunda Guerra Mundial y
to internacional de reproducción ampliada. No aún hasta el comienzo de la década pasada. Es
obstante eso, es completamente claro que allí este proceso de ampliación del circuito inter-
están en pleno curso de expansión las bases de nacional de reproducción ampliada, ante todo,
la acumulación interna de capital, pero bajo el así como la expansión en general de las bases
dominio del capital monopolista internacional internacionales de acumulación en todos los
y en función de las necesidades de las sedes niveles, lo que va modificando la estructura
centrales de la reproducción ampliada. En de la división internacional de la producción,
América Latina, este es el caso de países como fenómeno ya tantas veces señalado en la litera-
Colombia, Chile, Perú, Venezuela, Uruguay, y tura reciente sobre el imperialismo. Todo ello
en un nivel más retrasado, de Ecuador. en conjunto, permite afirmar que estamos ya
Y finalmente, una cuarta franja de países en ingresados en el período del tercer imperialis-
los cuales las bases de la acumulación semico- mo capitalista.
192 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

No es difícil darse cuenta que todo este pro- lación entre los diversos sectores productivos,
ceso de reajustes en la estructura de la cadena restringen inevitablemente el campo principal
imperialista, no puede llevarse a cabo sino por de la acumulación monopolista internacional a
medio de enérgicos reajustes en la estructura los sectores extractivos de materias primas y
productiva, social y política de las formacio- energéticas. El mercado interno no puede ex-
nes sociales concretas sometidas a la domina- pandirse a la velocidad necesaria para la acu-
ción imperialista. mulación industrial, porque para eso habría
Y estos procesos no pueden sino engendrar sido necesario que las relaciones capitalistas
la agudización de todas las contradicciones de producción se hubieran ya expandido y con-
estructurales y conflictos sociales y políticos solidado en sus niveles intermedios de desarro-
entrañados tanto dentro de los propios países llo, abarcando a la masa mayor de la población
sometidos a la dominación imperialista, como trabajadora.
entre los varios niveles que ahora componen el Y, por otra parte, la erradicación de las
sistema en su conjunto. No es posible, en los bases de la acumulación semicolonial; por
límites de esta conferencia, intentar el desplie- lo tanto de los “enclaves” extractivos, de los
gue de esta problemática. restos de relaciones de producción de origen
Característicamente, por ejemplo, en los precapitalista, y de las formas primitivas de la
países que, como el Perú, actualmente atravie- propia acumulación capitalista, no pueden ser
san un proceso en que se erradican las bases de realizadas sino a través de procesos políticos
la acumulación semicolonial en favor del desa- que conducen a la inestabilidad de las bases
rrollo de un circuito interno de acumulación, a del poder político burgués.
través de una asociación entre el capital estatal Simultáneamente, las expectativas que en
y el capital monopolista internacional, son ya estos países se desarrollan en torno de esos
muy visibles las contradicciones entre las ne- reajustes en la estructura productiva, tropie-
cesidades de la consolidación y la ampliación zan dramáticamente con la agravación de la
de ese circuito interno de acumulación con las inflación internacional, con los problemas de
necesidades del capital monopolista interna- la desocupación y la subocupación crecientes,
cional, ya que el débil desarrollo previo de la con la reconcentración del ingreso y las luchas
actividad industrial urbana y la precaria articu- reivindicativas de los trabajadores de la ciudad
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 193

y del campo, tanto más imperiosas cuanto ma- actuales de producción, sin pérdida para esas
yor es la agravación de estos problemas. sedes centrales de la acumulación monopólica
De hecho, por esas causas, no parecen ser de su condición de tal. Esto es, sin arriesgar el
tampoco muy amplias ni muy firmes las posi- carácter imperialista de la acumulación inter-
bilidades de la continuación de este proceso nacional de capital. Y hemos señalado antes
de ampliación del circuito internacional de cuáles son las consecuencias, ya en curso, del
reproducción ampliada y de expansión de desarrollo de las fuerzas productivas en esas
las bases generales de la acumulación capi- puntas avanzadas de la producción capitalista.
talista internacional. Si bien, por lo tanto, estos reajustes en la ca-
Si bien, desde el punto de vista de los paí- dena imperialista tienden a profundizarse, de
ses sometidos a la dominación del capital otro lado son también muy pronunciadas las
monopolista internacional, esos límites son contradicciones que limitan estos procesos,
principalmente vinculados a los efectos de la así como aquellas a cuya agravación dan lugar.
agravación de la inflación internacional y a Sin embargo, creo que este es uno de los nudos
las posibilidades de control político suficiente decisivos del problema de la sobrevivencia del
para no arriesgar la estabilidad y la permanen- imperialismo contemporáneo, y el estudio de
cia del propio sistema, esos límites están en sus perspectivas debiera ser uno de los focos
los países sedes centrales de la acumulación, principales de la investigación revolucionaria.
vinculadas a las posibilidades mismas del desa- Finalmente, quisiera terminar esta expo-
rrollo aún más amplio de los medios técnicos sición, en algunas reflexiones acerca del sig-
de producción. Pues, en efecto, para que este nificado de todo esto para la lucha de clases
desplazamiento de recursos de producción ha- internacional.
cia las franjas nuevas de la cadena imperialis- Primero que nada, me parece importante se-
ta pudiera hacerse plenamente y producir una ñalar que se están constituyendo nuevas bases
efectiva ampliación del circuito internacional estructurales, objetivas, para las necesidades
de reproducción ampliada, sería también indis- y el reclamo revolucionarios de solidaridad in-
pensable que en los países centrales se diera un ternacional de los trabajadores. El proceso de
gran salto tecnológico, que permitiera despla- internacionalización creciente de las formas
zar una parte sustantiva de los medios técnicos específicas de la producción capitalista, la ma-
194 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

duración de la forma social de la producción posible, aunque la desigualdad del desarrollo


que eso conlleva, la final internacionalización de la conciencia política dentro de ese pro-
de la estructura del capital, contienen ahora letariado internacional, no solamente traba
bases objetivas para esa solidaridad estructu- hoy día la materialización orgánica de su so-
ral y no solamente ideológico-política, del pro- lidaridad, sino que inclusive algunos sectores
letariado internacional, porque este es ahora importantes de trabajadores en ciertos países
cada vez más, precisamente eso: internacional, centrales del sistema podrían tender a actuar
en el pleno sentido de la palabra. en sentido contrario.
En períodos anteriores, esa calidad del prole- En segundo lugar, la agudización de las
tariado estaba ciertamente ya contenida como contradicciones entre la forma social de la
tendencia incipiente, tanto como era aún no producción y la forma privada, cada vez más
definidamente madurada la propia internacio- concentrada de la apropiación, especialmente
nalización del capital. Así mientras el sistema en los centros de acumulación del sistema, no
imperialista dividía a unos pocos centros de pueden dejar de expresarse, necesariamente,
acumulación de una vasta “periferia”, en la di- en la revitalización de las luchas de clases
visión internacional del trabajo, y en la medida en esos países. En este período asistiremos
en que en esa “periferia” las formas específicas probablemente, ya estamos comenzando a
de producción capitalista estaban aún en cur- hacerlo, a esa revitalización y quizás al des-
so de expansión y de consolidación, los traba- plazamiento del lugar central de esas luchas
jadores de ambos niveles del sistema estaban de clases desde la “periferia” dominada a los
separados por una distancia muy grande de in- “centros” del sistema.
tereses específicos, a pesar de la comunidad en Dos procesos, principalmente, alimentan
abstracto de sus intereses generales. hoy día la agudización de la lucha de clases in-
En la actualidad, por el contrario, es en la ternacional, y en particular en las sociedades
propia nueva estructura del capital y de la ca- más desarrolladas del capitalismo.
dena imperialista, que el proletariado se inter- Uno es el proceso de inflación, una de cu-
nacionaliza de modo concreto y es a través de yas varas inevitables es la pauperización de
sus intereses concretos o específicos que va amplios sectores de trabajadores, por la baja
desarrollándose su solidaridad internacional continuada de los salarios reales. Me permi-
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 195

to recordar a ustedes que en el curso del año significativa de la masa de su producción. Pero,
1973, el salario real promedio del proletariado como es obvio, esta posibilidad choca contra
norteamericano bajó en más del tres por cien- las necesidades de aumentar los beneficios y
to. Y fenómenos similares están ocurriendo en la acumulación por parte de la burguesía. Sin
todos los otros principales centros del sistema, embargo, la burguesía puede trabar aquella po-
en Europa y Japón, y la importación de la in- sibilidad técnica, por su condición de propie-
flación internacional está ahora agravando la taria de los recursos de producción, y por su
inflación interna de la mayor parte de los otros dominio del poder político.
países de la órbita del imperialismo. Este pro- Un segundo proceso, vinculado a esta re-
ceso de inflación, está en combinación con las vitalización de las luchas de clases, es la con-
tendencias de desocupación creciente, que va tinuada pérdida de fuerza de toda la ética so-
alcanzando proporciones muy grande en todos cial que comprometía a la masa mayor de la
los países centrales. población trabajadora a la lealtad al capitalis-
Esta situación está ya planteando presiones mo y a sus necesidades características. Este
reivindicativas desusadas, por empleo y sala- fenómeno, cuyas primeras manifestaciones
rios, entre el proletariado de los países centra- más ruidosas fueron observadas en la rebe-
les y la burguesía monopolista internacional. lión juvenil norteamericana contra las gue-
La lucha por el nivel de participación de los tra- rras imperialistas, contra la cultura del con-
bajadores en el producto de la sociedad, está sumismo, en la rebelión juvenil y obrera del
haciendo su ingreso en el escenario de manera Mayo francés de 1968, en el “otoño caliente”
decisiva, precisamente como consecuencia de de Italia del 69, no ha hecho sino expandirse
la agudización de las contradicciones entre la y acentuarse desde entonces.
forma cada vez más social de la producción y Es parte de ese mismo proceso, la aparición
la forma privada, cada vez más concentrada, de de una nueva reivindicación en el proletariado
la apropiación. de los países centrales, y en particular en Eu-
Una sociedad como la de los Estados Uni- ropa: la necesidad del control de la producción
dos, podría probablemente ya estar en condi- y de los recursos de producción. Eso da cuenta
ciones, técnicamente, de liberar, esto es, de de que los elementos que tienden a configurar
socializar el consumo de una proporción muy la conciencia social de ese proletariado no son
196 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ya, solamente, derivados de la ideología políti- Debido a esos problemas, a pesar de la vi-
ca explícita, sino también de las condiciones sible maduración de la conciencia social del
cotidianas de la propia existencia social, a su proletariado, el retraso de su conciencia polí-
vez derivadas de la maduración definitiva de tica y de sus organizaciones políticas de clase
las formas específicas de la producción ca- es una situación que no puede ser sobrepasa-
pitalista, y sus implicaciones señaladas en la da sino por un enérgico esfuerzo colectivo de
creciente anarquización e incongruencia de revitalización de la teoría revolucionaria. La
una sociedad cada vez más prisionera de sus maduración de las bases técnicas del socia-
contradicciones. lismo en el capitalismo contemporáneo, no
Es, por eso, en ese preciso sentido que se po- madura automáticamente las bases políticas
dría decir que las bases técnicas del socialismo de su construcción efectiva. Creo también, no
están ya presentes en la situación actual del ca- obstante, que ahora están surgiendo aunque
pitalismo, en los países centrales. que dispersamente, las bases renovadas de un
Por cierto, creo que ni en Estados Unidos, posible desarrollo teórico y político concreto
ni en Europa, el grueso del proletariado ha de la revolución socialista.
recogido ya en términos políticos explícitos, Esta revitalización de las luchas de clases en
su necesidad de poder sobre los recursos todos sus niveles, dentro y fuera de los centros
de producción y sobre la organización de la de acumulación principales, el deterioro de las
producción. Y ese problema no es solamente bases sociales concretas de la gran estabilidad
el resultado de los efectos de la lozanía del política en los países centrales después de la
capitalismo en el periodo que termina, sino Segunda Guerra Mundial, está empujando a la
también del proceso de estancamiento y de- burguesía a la construcción de regímenes po-
formación del proceso de construcción del líticos de tipo autoritario-tecnocrático en esos
socialismo en los países de Europa del Este, y países, así como en los países de los otros nive-
de sus consecuencias sobre el estancamiento les de la cadena imperialista, utilizando simul-
y la deformación de la investigación, la orga- táneamente ensayos de dominación política
nización y la práctica revolucionarias en el de tipo corporativista combinada con técnicas
movimiento socialista internacional, durante de manipulación de origen “populista”, y regí-
varias décadas. menes abiertamente fascistas, según el nivel
Sobre la naturaleza actual de la crisis del capitalismo (Primera conferencia) 197

alcanzado por las luchas políticas de clase en agravación de la crisis final del capitalismo.
cada país. El socialismo, sin embargo, no es ya sólo una
En este nuevo escenario, signado por la posibilidad teórica. Ha iniciado ya su historia
iniciación de la fase abierta de las contradic- real en aéreas decisivas del mundo, y a pesar
ciones entre las fuerzas productivas y las rela- de sus dificultades, de su estancamiento y de-
ciones sociales de producción del capitalismo, formación en unos lugares, o de la incertidum-
la burguesía y el proletariado internacionales bre de su desarrollo en otros, es su presencia
están, pues, preparándose a luchas definitivas efectiva lo que, también, contará decisivamen-
a un plazo quizás no demasiado largo. Serán los te en el destino final de la crisis del capitalismo.
resultados de esas luchas, las que decidirán, en Lo que de todo esto concierne a la América
último término, si es el socialismo o una suerte Latina, lo intentaremos ver en nuestra próxima
de barbarie técnica, lo que podrá surgir de la conversación.
América Latina
en la economía mundial*

A mérica Latina es, en términos relativos a


lo que ha perdido, la víctima principal de
la crisis mundial de la economía, aunque en
añade lo que ha salido como fuga de capitales y
pagos, la cifra es más del doble y compromete
más del 50% de tal ahorro. América Latina ha
términos absolutos lo sea África. Y es poco vuelto a ser, como al comienzo de su historia,
probable que haya logrado salir del pantano de neta exportadora de capitales.
esta situación antes del tramonto del siglo. En Además, la participación de la región en el
la década pasada se hicieron visibles cambios comercio mundial se ha desplomado al 3%. La
drásticos en el lugar y en el papel de América magnitud de la caída salta a la vista si se com-
Latina en la economía mundial. Esas alteracio- para con el 30% de antes de la Segunda Guerra
nes están asociadas a graves problemas en la Mundial, o con el 11-15% desde entonces hasta
sociedad latinoamericana y, en particular, para la crisis mundial. Y así ocurre a pesar de que
la amplia mayoría de los trabajadores. la exportación regional saltó en un 56% entre
Sobre lo primero, bastan pocos datos para 1980 y 1988, aunque exactamente en el mismo
mostrarlo. La salida de capitales desde Amé- período los términos de intercambio caían en
rica Latina entre 1980 y 1990, solamente por más del 22%.
servicios de la deuda internacional, fue de al- En su otra cara, esta crisis está vinculada a
rededor de $200 mil millones de dólares, lo que problemas económicos y sociales cuya magni-
equivale al 25% del ahorro interno. Si a ello se tud, en algunos aspectos, no tiene precedentes.
Desde 1980 el Producto Interno Bruto (PIB) ha
caído en más de 10% (es cierto, por supuesto,
* Publicado originalmente en Problemas del desarrollo
(México: UNAM), Vol. XXIV, N° 95: 43-59, oct.-dic., 1993. que hay fuertes diferencias entre los países; en
200 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

los extremos, algunos crecieron en alrededor Los factores en causa


de un 2% mientras otros decrecieron en más
del 20%). El ingreso per cápita cayó en un 15% La explicación más o menos consensual sobre
y el consumo global per cápita en más del 7%; aquellos fenómenos remite, principalmente, a
la inversión se contrajo en un 40%; el nivel del las tendencias del capital financiero y su tras-
salario mínimo declinó en más de 11%; el des- nacionalización o, mejor, globalización, bajo el
empleo urbano se expandió en un 10%, mien- control de lo que suele ser denominado “el cen-
tras la llamada “economía informal” lo hizo en tro” en la nomenclatura de la imagen “centro-
cerca del 5%. periferia”, o “el norte” en otra más geográfica
Como parte del proceso, la pauperización y reciente.
afecta a una proporción creciente de la pobla- Acerca de sus implicaciones, en el actual
ción latinoamericana. Estimaciones conserva- debate latinoamericano, para unos se trata
doras señalan que actualmente unos 170 millo- apenas de los efectos del normal e inevitable
nes de personas, lo que equivale a un 43% del comportamiento de la economía mundial y
total de dicha población, están sometidas a la toda solución de los problemas que ello impli-
“pobreza crítica”. Quizás no es inútil recordar ca en cada región o país sólo puede provenir
que ya en 1970, se estimaba que unos 54 millo- de una adecuación apropiada a las normas y a
nes (18% del total en ese monto) se encontraba los mecanismos de ese comportamiento. Esa
en condiciones de “indigencia” y otros 130 mi- es, como se sabe, la propuesta de los llamados
llones (40%) bajo “pobreza crítica”1. “neoliberales”. Para otros, se trata de una im-
posición de los países del “centro” o “norte”,
que debiera ser rechazada o resistida. Esta pos-
1 Las estadísticas son conocidas y están en diversas
fuentes. Eso evita insistir en ellas. Los datos aquí con- tura aglutina a las diversas gentes que concu-
signados provienen, principalmente, de: Ghai, Dharam rren, ahora sin demasiado énfasis, a la defensa
(ed.) 1991 The IMF and the South (Londres: Zed Books) de lo nacional-estatal y proponen una suerte
pp. 13-37; Quijano, Aníbal 1984 Transnacionalización de “neodesarrollismo” o “neoestructuralismo”
y crisis de la economía en América Latina (San Juan:
como alternativa.
CEREP); Martner, Gonzalo et al. 1987 Diseños para el
cambio. Modelos socioculturales (Caracas: Nueva So- En todo caso, para todos ellos se trata de
ciedad / UNITAR) pp. 169-211. una cuestión de poder inter-nacional o inter-
América Latina en la economía mundial 201

regional. No cuesta, en efecto, imaginar cuán paz de retenerlos o, mejor aún, de atraerlos?
diferente sería la situación de América Latina ¿Por qué sí, en cambio, Japón y los otros “ti-
si aquellos 600 mil millones de dólares hubie- gres asiáticos” (en particular, Corea del Sur y
ran sido invertidos en esta región durante los Taiwán)?
últimos 10 años. Parece evidente, a primera Tal pregunta es mucho más pertinente aún,
vista, que la situación actual de América Latina si se considera que América Latina ha sido en
en la economía mundial es, en lo fundamental, períodos anteriores, por ejemplo, para no ir
resultado del desplazamiento de sus recursos muy lejos, entre la Segunda Guerra Mundial
en favor del “centro” o “norte”, como parte nor- y fines de los setenta, una región a la que han
mal del comportamiento de la economía, en la afluido considerables recursos económicos y,
versión neoliberal; o, en la otra versión, como donde antes de la crisis actual, sobre todo en
imposición del poder. los cincuenta y sesenta, se habían producido
Tal perspectiva no es, en general, incorrec- importantes procesos de industrialización,
ta. En verdad, somos afectados por un nuevo expansión, diversificación y tecnificación de
momento de drástica reconcentración de los la economía.
recursos del mundo bajo el control de una re- Inclusive, tomada en su conjunto la región
ducida minoría de su población, cuyos núcleos logró mantener, durante gran parte de los se-
y cuyos instrumentos de control están concen- tenta, una nada desdeñable dinámica econó-
trados, ante todo, en los países que confor- mica que contrastaba con la “stagflation” del
man lo que suele denominarse “el centro”, o “centro”2.
en términos geográficos “el norte”. Y los me- Es necesario, en consecuencia, admitir
canismos económicos más importantes de esa que América Latina, no obstante algunos im-
reconcentración de recursos son, sin duda, los portantes y relativamente largos períodos de
del capital financiero. manejo de recursos de capital, no ha logrado
Sin embargo, de todo ello no podría des- consolidar y hacer estable y duradero su pro-
prenderse ninguna respuesta acerca de una ceso de desarrollo, por lo cual aún fluctúa, en
pregunta necesaria: ¿por qué se desplazan
esos recursos fuera de América Latina? En
otros términos, ¿por qué esta región no es ca- 2 Véase: Quijano (1984) Op. cit.
202 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

contraste con los países y/o regiones del “cen- tro”, permite, ha permitido siempre, imponer
tro” o “norte”, no solamente entre los ciclos sus decisiones y condiciones sobre los demás.
normales de expansión y de contracción del Actualmente se reúne el “Grupo de los 7” y sus
capital, sino, en primer término, entre perío- decisiones se imponen sobre todo el mundo.
dos de drásticos drenajes de recursos en fa- Empero, de un lado, los efectos de esa impo-
vor del “centro”, como ahora, y de afluencia sición ocurren en modos y medidas muy dife-
relativamente considerable de capital hacia la rentes en cada país o en cada región. Y de otro,
región, como después de la Segunda Guerra los países y regiones integrantes de tal centro
Mundial. En todo caso, los ciclos del capital no son siempre los mismos, como ocurre ahora
y el flujo y reflujo de recursos en la región, con Japón. En la propia Europa, y aunque unos
se dan superpuestos y aquéllos a través de son más “céntricos” que otros, se puede reco-
éstos. Por eso, América Latina no ha dejado nocer que países como los de Escandinavia
de ser víctima de los mecanismos actuales del o más recientemente los de Iberia, que antes
capital financiero, en lugar de tener un papel estaban fuera, han terminado o terminan inte-
importante o decisivo en la definición y en la grándose al “centro”. En todo caso, se trata de
acción de tales mecanismos. países desarrollados.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, des- La pregunta es obligada: ¿por qué, por
trozada la economía europea, sobre todo la de ejemplo: Dinamarca y no México, o Suecia y
Alemania y la de Japón, América Latina apare- no Argentina? Puesto que no se trata de una
cía mejor colocada para ingresar en la vía de un falta de recursos crónica, dada la magnitud
desarrollo estructural y duradero. Argentina, de las riquezas producidas y extraídas des-
por ejemplo, era un país cuya capacidad finan- de América Latina o que se han movido en
ciera, comercial, técnica, y cuya dotación de ella en diversos períodos; ni tendría sentido
recursos naturales y humanos, eran sin duda admitir algún mítico “carácter nacional” o
claramente ventajosas respecto de los países “cultural”, que condena a estos países a la pri-
que hoy son los “tigres asiáticos”, e inclusive sión perpetua del subdesarrollo, parece pues
de Japón. pertinente indagar de nuevo en esta historia
No es muy difícil mostrar y admitir que, en y, puesto que estamos en eso, lo que implica
efecto, el mayor poder de los países del “cen- 1492 en ella.
América Latina en la economía mundial 203

Las mutaciones del poder ca de esos cambios. Y, como se sabe, fue Amé-
rica Latina la protagonista principal, no sólo el
Lo primero que me parece necesario es escenario, de ese debate.
hacer notar que la tendencia actual de recon- No se podría afirmar, con seriedad, que se
centración brutal de recursos económicos de trataba simplemente de la acción espontánea
todo el mundo, bajo el control del “centro” o de los mecanismos de la economía. Lejos de
“norte”, implica una modificación radical de lo eso, fue la profunda redistribución del poder
que ocurría en el período precedente. En ese como secuela de la Segunda Guerra Mundial;
sentido, se trata de toda una mutación, no de de la confrontación ruso-estadounidense-eu-
un cambio corriente. ropea o “Guerra Fría”; de las revoluciones an-
En efecto, al término de la Segunda Guerra ticoloniales victoriosas; de los “socialismos”
Mundial se abrió un período más bien prolon- en Asia, África y América Latina; de los movi-
gado de redistribución relativamente importan- mientos y regímenes políticos del new deal,
te de recursos de producción y de estructuras socialdemócratas, socialcristianos, en Eu-
productivas en todo el mundo. Podría decirse ropa y en Estados Unidos; de los regímenes
que se produjo una relativa democratización en nacionalista-populistas que tenían discursos,
el control de los recursos. Y aunque eso no sig- y en algunos casos prácticas radicales, en
nificó la cancelación de los patrones mayores todo el llamado “Tercer Mundo” y en especial
de distribución de poder mundial, esto es, la en América Latina; de la presión de los movi-
relación de dominación y de dependencia en- mientos y organismos de los asalariados, en
tre el “centro” y la “periferia”, el hecho es que todas partes; de los notables cambios cultu-
cada uno de los términos de esa relación fue rales e ideológicos que recorrían el planeta
profundamente modificado en su composición y empujaban a jóvenes, mujeres, poblaciones
y en sus características, de modo que la pro- “de color”, a luchar por la democratización
pia relación fue, en ese sentido, también pro- del poder entre los países, entre las regiones,
fundamente cambiada. Todo el debate acerca entre las categorías sociales. No sólo, en con-
del “desarrollo-subdesarrollo”, de la “depen- secuencia, en las relaciones entre estructu-
dencia” y del “centro-periferia”, expresaba de ras institucionales, sino en cada rincón de la
modo bastante ceñido el contexto y la dinámi- vida cotidiana.
204 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Sería ocioso ir aquí más lejos sobre cosas sa- altera de manera tan dramática la tendencia
bidas. Lo que importa es poner de relieve que imperante en el período anterior. El estallido
se trataba de toda una confrontación cuyos del patrón de poder denominado “socialismo
contenidos sociales y/o nacionales se amalga- real” por sus beneficiarios culmina toda aquella
maban de múltiples modos en cada contexto reconfiguración del poder global.
y que forzaron en una medida apreciable una Puesto que no ocurrió una imposición por la
relativa redistribución del poder, sobre todo violencia, de los intereses o de las decisiones
económico y político, a escala mundial. del “centro” sobre las otras regiones (militar-
Esa dinámica se produjo en asociación con el mente fue, por el contrario, derrotado, como en
proceso de globalización del capital. No se po- Vietnam y en Argelia); ni tiene sentido asumir
dría explicar, probablemente, la crisis secuente con seriedad el simplismo de una propuesta
de la estructura mundial de acumulación, sin que otorga a los solos mecanismos financieros
considerar que dicha crisis fue de algún modo –independientemente de los otros factores del
el momento crucial de aquella confrontación y poder, como si operaran en un vacuum histó-
permitió un movimiento victorioso de los con- rico-social–, la facultad de ordenar y reordenar
troladores del capital, de sus sedes regionales y las relaciones de poder en el mundo, no es ar-
nacionales y de sus organismos e instituciones bitrario sugerir la búsqueda e identificación de
de control. otros elementos contenidos, probablemente,
La trasnacionalización o globalización del en dichas relaciones.
capital financiero emergió como uno de sus Por obvias razones, no se me ocurriría pre-
cauces decisivos. Pero fue sobre todo la suce- tender aquí esa búsqueda para la entera estruc-
siva derrota política de todos los movimien- tura mundial del poder. Es América Latina, la
tos, organizaciones y regímenes políticos que, que aquí está en cuestión.
en diversos sentidos y ante todo nacionales,
se habían enfrentado a esos sectores domi-
nantes del capital, lo que ha ido permitiendo La colonialidad del poder
imponer lo que ahora se registra: este nuevo
momento de drástica reconcentración del po- ¿Es mera coincidencia, que a la escala global
der y de recursos económicos y políticos, que del planeta, la abrumadora mayoría de las
América Latina en la economía mundial 205

gentes explotadas, dominadas, discriminadas En 1492, con el nacimiento de América y de


y en algunas regiones inclusive despojadas Europa, del capitalismo y de la modernidad, se
de recursos de sobrevivencia, procedan de inicia un proceso de brutal y violenta reconcen-
las sociedades destruidas y/o colonizadas por tración de los recursos del mundo, el trabajo
los europeos? ¿Es mera coincidencia que las en primer término, bajo el control de Europa.
regiones y/o países de la “periferia” o “sur” Ese proceso prosigue y se expande en los si-
correspondan, precisamente, a las áreas que glos posteriores con la colonización de las so-
habitaban las sociedades destruidas y/o co- ciedades de la Península Indostánica, de Áfri-
lonizadas por los europeos? ¿Es mera coinci- ca, de China y del Medio Oriente. De ese modo
dencia que las gentes que descienden, parcial se va produciendo la mundialización del poder,
o totalmente, de las poblaciones colonizadas de la economía en primer término, en torno del
por los europeos, sean en su amplia mayoría, capital. Es su culminación que se procesa en
dominadas y discriminadas donde quiera que nuestro tiempo y que denominamos como glo-
habiten? Si no se trata –¿habrá quien pudiera balización del poder. El control centralizado de
decir que sí?– en esas situaciones de simples tal proceso en Europa no ha terminado; pero
coincidencias históricas, no se puede eludir la se amplió primero a los descendientes de los
cuestión de las relaciones entre la colonialidad colonizadores europeos en América del Norte
del poder y el desarrollo3. y más recientemente a otras sociedades no-
europeas, pero nunca colonizadas por Europa,
como Japón.
3 Colonialidad es un neologismo necesario. Tiene Empero, la condición fundamental de las re-
respecto del término colonialismo, la misma ubicación laciones entre lo europeo y lo no-europeo, que
que modernidad respecto de modernismo. Se refiere,
se impone durante ese proceso, no fue sólo la
ante todo, a relaciones de poder en las cuales las cate-
gorías de “raza”, “color”, “etnicidad”, son inherentes y explotación del trabajo de los dominados, en
fundamentales. Sobre el concepto de colonialidad del
poder y sus implicaciones, véase: Quijano, Aníbal 1991
“Colonialidad y modernidad / racionalidad” en Perú y Wallerstein, Immanuel 1992 “La americanidad como
Indígena (Lima), N° 29, pp. 11-21. Reproducido en concepto o las Américas en el moderno sistema-mun-
Bonilla, Heraclio (ed.) 1992 Los conquistadores (Qui- do” en International Social Science Journal (París:
to: FLACSO) pp. 437-446. También de Quijano, Aníbal UNESCO) pp. 549-559, nov.
206 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

todas sus formas, separadas y combinadas; ni moderna racionalidad, que terminó imponién-
la centralización de los recursos y de los bene- dose como expresión dominante del mundo
ficios en favor de los dominantes, europeos en que comenzó con la formación de América. Y
el caso. Cada uno de tales elementos ha tenido no han abandonado hasta hoy ese lugar, aun-
una historia muy cambiante en el curso de este que la racionalidad eurocentrista ha entrado en
largo tiempo, como quedó antes señalado. crisis al mismo tiempo que culmina y transita
Lo que ha permanecido inalterado, no obs- la globalización final de dicho mundo. Por todo
tante sus muchos avatares, es lo que emergió ello, la relación de poder entre europeos y no-
como radicalmente nuevo en la conquista y europeos, y entre lo europeo y lo no europeo,
destrucción de las sociedades precolombinas no ha dejado hasta hoy de reproducir su primi-
y la formación de América: la constitución genio carácter, la colonialidad.
de las categorías que ahora conocemos como Sin tal colonialidad del poder no sería posi-
“raza”, “color”, “etnia” y el derivado complejo ble entender y explicar la paradójica historia
“racismo / etnicismo”, como elementos fun- de las relaciones de América Latina dentro del
dantes e inherentes a la relación de poder en- mundo, ni del mundo de las relaciones sociales
tre europeos y no-europeos, y entre lo europeo dentro de América Latina, ni sus recíprocas im-
y lo no-europeo4. plicaciones. En otros términos, la historia del
Tales categorías actuaron –y actúan– en las poder, de la cual hace parte la del “desarrollo”,
relaciones materiales; pero no dependen de sería ininteligible en América Latina.
ellas, que han cambiado todo el tiempo desde Debe recordarse, en primer lugar, que el
entonces. Están constituidas en las relaciones control del poder poscolonial fue ganado por
intersubjetivas del poder. Más aún, ellas se hi- los herederos de los colonizadores5. Como iro-
cieron parte inherente de la entera racionali-
dad eurocentrista, esa peculiar distorsión de la
5 Haití fue una excepción poco duradera. Allí
ocurrió la primera experiencia mundial en que se
4 Véase, en ese sentido: Quijano, Aníbal 1993 “Raza, destruye, en el mismo movimiento, la dominación
etnia y nación: cuestiones abiertas” en José Carlos Ma- nacional o colonialismo; la dominación de clase,
riátegui y Europa El otro aspecto del descubrimiento el esclavismo; y la dominación “racial” de los
(Lima: Amauta) pp. 167-188. “blancos” sobre los “negros”. Pocos años después, la
América Latina en la economía mundial 207

nía histórica, la Independencia les permitió, en dominado como un otro sujeto, es decir, dife-
el área iberoamericana, hasta la ventaja de no rente pero igual. Y por lo cual, la ciudadanía
tener que lidiar con el poder contralor de la Co- del dominado no puede ser cabal, ni la socie-
rona respecto de las relaciones con los domina- dad realmente nacionalizada, ni el Estado efec-
dos, “indios” sobre todo, “negros” y “mestizos”, tivamente representativo, ni el orden político-
las nuevas identidades históricas establecidas social estable y legítimo.
durante la Colonia. De ese modo, la coloniali- La percepción eurocentrista implica que la
dad pudo ser inclusive acentuada, una vez ter- realidad latinoamericana sólo puede ser vista
minado el colonialismo. según las imágenes inevitablemente distor-
Respecto de lo que aquí está en debate, dos sionadas en el espejo europeo. Esto es, no
implicaciones mayores merecen ser por lo me- meramente quiméricas; pero necesariamente
nos consignadas, ya que en tan corto espacio inexactas. Debido a ello, los problemas no han
no podrían ser debatidas con detenimiento6. podido ser nunca ceñidamente planteados y
Primero, el desencuentro perdurable entre, de mucho menos adecuadamente resueltos. Todo
un lado, la originalidad y la especificidad de la ocurre sólo como: si niega su propia identidad,
experiencia histórica llamada América Latina no se logra ser auténtico. Lo trágico de eso es
y, del otro, la configuración eurocentrista de la que los problemas no pueden ser resueltos,
mirada, de la perspectiva dominante, que sigue salvo parcial y fugazmente. Porque América,
tratando de “leer” esa realidad como-si-fuera- y por sobre todo América Latina, no es, no
Europa. Segundo, la hasta ahora insanable puede ser, por modo alguno, una prolongación
lacra de la percepción eurocentrista del do- de Europa. Occidente, quizás. Europa, jamás.
minante sobre el dominado (“indio’”, “negro” América del Norte es ante todo una manera
o “mestizo”), que bloquea la admisión de tal avanzada de Occidente. Pero no es, no lo fue
nunca, meramente una copia o una prolonga-
ción de Europa. Si lo es, quizás sólo en los mis-
reocupación colonial de la nueva nación por Estados
mos modo y medida con los cuales Europa es
Unidos, destruyó esas conquistas.
hoy una prolongación de América del Norte.
6 Un examen de estas cuestiones puede ser
Para América Latina, Occidente es por cierto
encontrado en: Quijano, Aníbal 1993 Poder y cultura
en América Latina (San Pablo: EDUS). una de sus básicas maneras. Todo lo demás,
208 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

le es propio. Pero todo eso quiere decir que el de estratos socioeconómicos, sino ante todo en
eurocentrismo, como modo dominante de per- términos “étnico-raciales”7.
cibir, de elaborar nuestra realidad, es un ele- No obstante, la ideología aceptada formal-
mento necesario de la colonialidad del poder mente, esto es, ideológico-jurídicamente, va en
que perdura y es reproducido en interés de los contra de tales categorías y discriminaciones, y
beneficiarios de tal poder. en casi todos los países de la región éstas apa-
Las categorías “raza”, “color”, “etnicidad” y el recen, por lo mismo, veladas y con frecuencia
complejo intersubjetivo “racismo-etnicismo”, no negadas explícitamente por los dominadores y
sólo son inherentes al eurocentrismo en Amé- no pocas veces por las víctimas. Brasil y Perú
rica Latina, son sus fundamentos. El modo de son los ejemplos típicos. Por ello, la división
percibir, en general, y esas categorías mentales en castas separadas jurídicamente es, por el
se corresponden y se refuerzan recíprocamente. momento, impensable. De allí se origina una
Dentro de aquella configuración, las corres- peculiar paradoja latinoamericana: los domina-
pondencias sociales, materiales o ideológicas, dos pugnan por entrar y están entrando todo el
que están asociadas a la democratización bá- tiempo a la ciudadanía y al mismo tiempo no
sica y a la correspondiente nacionalización re- terminan de entrar y consolidarse en ella. La
lativa de las sociedades, en América Latina no sociedad latinoamericana es, de ese modo, ra-
pueden desarrollarse plenamente. Para los do- dical y permanentemente conflictiva.
minantes, que se autoperciben como europeos Una parte muy grande de las víctimas de la
o tratan de asimilarse a éstos, la suerte de los colonialidad del poder, no puede ejercer sino
dominados sólo es importante en cuanto afec- muy parcial y formulistamente la ciudadanía,
ta el interés de los dominantes. Eso bloquea, ni política, ni socialmente. El Estado y el ente-
todo el tiempo, la posibilidad real de moderni- ro orden político no son, no pueden ser plena-
dad estructural y global de esas sociedades. A mente representativos ni estables, porque los
las instituciones y aspectos de la vida cotidiana
en los cuales participan los dominados, la mo-
dernidad no llega sino parcial y a veces preca- 7 El debate sobre esta cuestión de la ciudadanía en
América Latina está en desarrollo. Véase: Da Matta,
riamente. La dominación, en consecuencia, no
Roberto et al. 1992 Brasileiro: Cidadão? (San Pablo:
se ejerce sólo en términos de clases sociales o Cultura Editores Associados) pp. 3-32.
América Latina en la economía mundial 209

conflictos derivados del choque superpuesto migrantes europeos, los sobrevivientes de las
de intereses sociales y “racial-étnicos” no sólo poblaciones aborígenes quedaron tan margina-
se reproducen sin tregua, sino que son insolu- dos que hoy son sociológicamente invisibles.
bles e inabsorbibles en el orden constituido La europeización demográfica de esos países
sobre esas bases. La sociedad no llega a de- permitió, sin embargo, que las distancias so-
mocratizarse, ni, por lo tanto, a nacionalizarse ciales en esos países fueran menos extremas y
por entero. explícitas que en los demás. Con toda su cruel-
El “Estado-nación” no dejará de ser –en dad histórica, esa es una ilustración eficaz de la
mayor o menor medida, según los casos– una cuestión aquí en debate.
mistificación, mientras la colonialidad sea la Por todo ello, el flujo y reflujo de vastos re-
condición básica del poder en la sociedad. Ya cursos hacia y desde América Latina, desde la
Mariátegui, antes de 1930, había observado que Independencia, no fue empleado por los domi-
en América Latina, a diferencia de China, por nantes en beneficio de la sociedad nacional en
ejemplo, no eran suficientemente fuertes y du- su conjunto, porque ella no existía sino como
raderos los lazos de solidaridad nacional entre el conjunto de los dominadores, ni estaba en
dominantes y dominados, por el conflicto “ra- el interés de éstos organizarla y desarrollarla
cial”, y que los dominantes “blancos” se identi- en beneficio de toda la población, aún con to-
ficaban más con los intereses europeos que con das las desigualdades sociales de tipo clasista.
los de “indios”, “negros” y “mestizos”8. El efecto perverso de ese comportamiento ha
No han logrado escapar del todo a ese des- sido, en todas partes, la inestabilidad y la pre-
tino, ni siquiera los países del llamado Cono cariedad del desarrollo.
Sur (Argentina, Chile, Uruguay) que intentaron Cuando en determinados períodos, por la
lograr la europeidad por medio de la matanza afluencia de capitales o por la reinversión sig-
de millones de aborígenes y su reemplazo por nificativa de recursos internamente generados,
algunos países o la región entera pudieron
ostentar cifras macroeconómicas a veces im-
8 Mariátegui, José Carlos 1992 “El problema de las presionantes, los beneficios nunca dejaron de
razas en América Latina” y “Punto de vista antiimpe-
estar brutalmente concentrados bajo el control
rialista” en Quijano, Aníbal Textos básicos (Lima: FCE)
pp. 210-257 y 203-210, respectivamente. de los dominadores o lo fueron incluso aún
210 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

más en ese mismo momento (no está demasia- Los países escandinavos son buenos ejem-
do lejos en el tiempo el “milagro brasileño”). plos de una historia en la cual la redistribución
Y si por la presión de los trabajadores fue po- del control de recursos de producción y de ciu-
sible disminuir dicha concentración, como en dadanía corre pareja con el desarrollo, desde el
Argentina bajo el primer gobierno de Perón, el principio. Alemania, Italia, España, de su parte,
orden político respectivo no duró mucho y ce- ilustran las relaciones entre democratización
dió paso a una prolongada inestabilidad. del poder y la consolidación y estabilización
Probablemente estos problemas se ven con del desarrollo. Fuera de Europa, Japón, forza-
más claridad, en contraste con la experiencia do a admitir una reforma agraria y una consti-
de países y regiones que han logrado consoli- tución política liberal. Corea del Sur y Taiwán,
dar y estabilizar su desarrollo. En todos ellos, a las que les fueron también impuestas refor-
una cuestión ha sido resuelta no como secuen- mas agrarias, aún no cumplen del todo con la
cia del desarrollo, sino como su condición, sea redistribución de la democratización política,
de partida o de consolidación: la distribución por lo cual hay margen para preguntar si la
relativamente importante del control de recur- consolidación del desarrollo está ya asegurada.
sos de producción, y del poder en la sociedad La democratización relativa del control de
y en el Estado. No se trata de la inexistencia recursos implica una pareja democratización
de concentración del control de recursos de relativa de las relaciones de poder en la socie-
producción y del poder social y político. El dad y en el Estado; la universalización de la
mundo está aún muy lejos de eso. Se trata de la ciudadanía; la universalidad y la estabilidad de
coexistencia de dicha concentración, con una la representatividad política; la legitimidad y
difundida propiedad mediana y pequeña de re- la estabilidad del Estado. Y, en consecuencia,
cursos de producción; es decir, se trata de una la continuidad de políticas de desarrollo y del
relativa democratización del control de recur- proceso de redistribución de ciudadanía. En
sos de producción. Y al mismo tiempo, de una última instancia, el “desarrollo” continuado es
real distribución de la ciudadanía social y polí- la otra cara de la continuada democratización
tica. Esto es, de una relativa democratización del poder.
del control de las relaciones de poder en la vida Si en América Latina han terminado todo el
social y en el Estado. tiempo frustradas todas las tendencias y opor-
América Latina en la economía mundial 211

tunidades de una “revolución industrial” endó- ma concentración del control de recursos de


gena y autónoma, la explicación difícilmente producción y de ciudadanía9.
podría ser encontrada fuera de la colonialidad Cuando no hay otra manera de sortear la pre-
del poder. ¿No está vinculada a ésta, en una sión de los trabajadores y de todos los sectores
amplia medida, la “sustitución de importacio- dominados de la población contra la inequidad
nes” para el consumo de las clases oligárqui- del reparto de los bienes sociales, los regíme-
cas y las capas medias asociadas, en lugar de nes llamados “nacionalistas-populistas” se han
la industrialización de los recursos y materias refugiado siempre en políticas de distribución
primas locales, para el consumo del conjunto de ingresos, sin poder o sin querer una redis-
de la población? ¿No tiene nada que ver con tribución del control de recursos económicos
eso el hecho de que la mayoría de esa pobla- y de ciudadanía. Dadas esas condiciones, tales
ción fuera no-europea? ¿No se revela allí la au- políticas han sido siempre, inevitablemente, ar-
sencia de una sociedad realmente nacional o tificiales y de corto alcance y duración. Pero,
en curso de nacionalización? ¿O de otro modo, mucho peor, en todos los casos se ha revelado
una nacionalidad restringida a la etnicidad de que resulta virtualmente impensable para las
los dominantes? clases dominantes asentadas en la colonialidad
Una de las persistentes obsesiones del y para sus alianzas imperialistas ceder a esa re-
debate latinoamericano acerca del desarro- distribución de ingresos, porque eso implicaría
llo-subdesarrollo y de la democracia, es el poner en cuestión las bases de ese poder. Por
problema de la concentración extrema de eso, todos los regímenes llamados “populistas”
los ingresos, porque no solamente allí está han caído, sin excepción alguna, bajo los gol-
implicada la estrechez del mercado local, pes militares sangrientos y represivos.
sino toda la cuestión del acceso de la mayo- En Europa o en el Asia de la posguerra, la
ría de la población a los servicios y recursos colonialidad del poder no ha intervenido como
que la sociedad produce o importa. Esa ob- en América Latina. La explotación y la domina-
sesión por la distribución de ingresos no es
impertinente. Pero es superficial y, a la pos-
9 La más reciente muestra es la publicación de CEPAL
tre, descaminada. La desigual distribución de
1992 Crecimiento económico con equidad (Santiago de
ingresos no es sino la otra cara de la extre- Chile: CEPAL).
212 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ción han sido, ante todo, de clase. Han ocurrido medida, las relaciones fundadas en el comple-
dentro de una misma “raza”, si no siempre de jo “raza-etnia”.
una misma “etnia”. La combinación de “raza” Sería desatinado decir que no existe vincu-
y de “etnia” ha sido mostrada en sus perversos lación fundamental entre esos procesos y el
extremos en Sudáfrica. Pero no debe olvidarse hecho de que México sea, desde 1930, el único
que América es el lugar de su nacimiento, Más país latinoamericano sin golpes militares. Por
recientemente, en Europa y Japón se ha insta- lo tanto, el de más prolongada estabilidad polí-
lado también la colonialidad del poder, por la tica de toda la región. Y que, de otro lado, allí se
presencia de trabajadores migrantes que no so- haya llevado a cabo también el más prolongado
lamente provienen de otras “etnias” o “naciona- proceso de desarrollo económico continuado
lidades”, como los del Mediterráneo en Europa de América Latina en este siglo, desde el fin de
Central, sino también ahora de “razas / etnias” la guerra civil hasta fines de los años setenta.
muy diferentes de las europeas, como los pue- Sería igualmente infundado pensar que
blos norafricanos, asiáticos, del Medio Oriente tal estabilidad sea solamente el resultado del
y de América Latina. Sus efectos comienzan a fraude, de la manipulación o de la represión,
estar a la vista, y es poco dudoso que serán aún en servicio de un régimen político de partido
más abultados en el período siguiente. único. El virtual monopolio político del Partido
Revolucionario Institucional (PRI) en esta me-
dia centuria, es tan real como los fraudes elec-
El espejo de México torales y la represión. Pero no es real que ese
monopolio haya sido sostenido solamente por
La relativa democratización y nacionalización medios represivos como en Brasil o Chile bajo
de la sociedad y del Estado, por medio de la las recientes dictaduras militares; ni únicamen-
descolonización de las relaciones de poder, te bajo represión y fraude, como en Paraguay
en América Latina ha ocurrido hasta ahora so- bajo Stroessner. Lejos de eso, la estabilidad ha
lamente en México. Y aún allí, de manera in- estado montada, en particular hasta fines de
completa y no definitiva. La guerra civil entre los sesenta, ante todo en la legitimidad y la re-
1910 y 1930 subvirtió no solamente las rela- presentatividad del orden político y del Estado
ciones de clase, sino también y en una amplia emergido de la guerra civil, en la misma medi-
América Latina en la economía mundial 213

da en que se logró una extensión relativamente ción y democratización definitiva del poder y
importante de la ciudadanía, más importante de la consolidación del desarrollo.
aún si se tiene en cuenta que rompía una de las Diversas implicaciones importantes se des-
más fuertes y rígidas estructuras de poder co- prendieron de esos fenómenos. Básicamente,
lonial de toda América Latina. la restauración de las jerarquías y la reconcen-
La redistribución del control de recursos, tración de recursos de producción y de poder
vía reforma agraria, salarios y servicios socia- social y político, al comienzo de modo gradual
les, principalmente, fue aparejada a la redistri- y lento, acelerado y masivo después de los
bución del control del Estado, sobre todo por sesenta. En la medida del fortalecimiento de
medio de las organizaciones corporativas de ese proceso, se bloqueó primero la continuada
los trabajadores. Y la expansión de la econo- descolonización del poder y actualmente no se
mía mantuvo en América Latina, durante un pe- puede evitar la impresión de que la coloniali-
riodo inusualmente extenso, esa coexistencia dad se reproduce y se perpetua de modo no
de la concentración y de la redistribución de tan espontáneo. Esa práctica ha terminado
bienes y de beneficios que es característica de arrastrando también una de las divisas del ré-
los procesos que en otros lugares han llevado gimen político vigente, el discurso de la iden-
a consolidar el desarrollo. La estabilidad mexi- tidad nacional.
cana no se podría entender por separado de la Nada de eso ha ocurrido, ni podría ocurrir,
combinación de todos esos factores. sin consecuencias sobre el desarrollo mexica-
Eso dicho, es indispensable observar que no. Debido a tales nuevas tendencias en el po-
la relativa democratización del poder y de sus der, la bomba de succión financiera colocada
fuentes y recursos, la descolonización del mis- por el “norte” sobre el “sur”, no solamente ya no
mo, en México distó mucho de ser suficiente- encontró en México barreras razonablemente
mente profunda y global, no obstante todos eficaces, sino que obtuvo activos socios entre
aquellos avances. El control estatal de los prin- los nuevos dominantes del país, especialmente
cipales recursos productivos y el monopolio desde comienzos de los años ochenta. La pro-
político del PRI sobre el Estado, mellaron des- ducción, el empleo y los ingresos cayeron brus-
de la partida no sólo los alcances, sino sobre camente. La inestabilidad política comenzó a
todo la lógica y los caminos de la descoloniza- tocar las puertas con la fractura del PRI y el
214 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

crecimiento de las tendencias políticas que ex- favor de toda o la mayoría de la población. Y,
presan el nuevo poder social. El crecimiento de aparentemente, ninguna redistribución puede
la economía se ha hecho inestable y precario, y esperarse hoy sin pareja descolonización del
en todo caso, a diferencia de lo que ocurría en poder, lo mismo en su cara material que en las
el período posrevolucionario, ahora no se vin- relaciones intersubjetivas. Si así no ocurre, sin
cula, o sólo a contrapelo, a la descolonización embargo, en un plazo razonablemente corto,
continuada de la sociedad y del Estado. la historia puede cobrar sus cuentas, irónica-
mente, en las propias sedes del “centro” en
donde la colonialidad instala ahora sus más
De te fabula narratur turbulentas sedes.
Un brasileño ingenioso dijo una vez que Bra-
Todo lo anterior sirve para sugerir que demo- sil podía ser mejor denominado Belindia, par-
cracia y desarrollo no se han dado, ni pueden te Bélgica y parte India. Le replicaron que sí,
darse, por separado o en secuencia. Y que en pero que la mayoría de la población y de los
el caso de América Latina, la democratización votantes está en “India” y el control del poder
significa ante todo la descolonización del po- en “Bélgica”. Europa parece haber entrado en
der. Pero la cuestión no implica solamente a un camino parecido, Si la colonialidad no es
esta región, sino a la naturaleza del poder glo- enfrentada y erradicada, si el poder y sus recur-
bal a escala del planeta. sos no son democratizados a la escala global
Sin redistribución mundial de los recursos del planeta, tal vez Europa descubra, si no lo ha
no se puede pensar en el desarrollo de ningu- hecho todavía, que la fábula habla también de
na región por separado, en todo caso no en su propia historia.
¿Del “polo marginal”
a la “economía alternativa”?*

C on la cuestión de la “marginalidad” se de-


batía, sobre todo, lo que ocurría con el
trabajo y los trabajadores dentro de las nuevas
constituir un complejo entero de actividades
económicas, de formas de organización, de uso
y nivel de recursos y de tecnología y de pro-
tendencias del capital. La cuestión central de ductividad.
aquella problemática era la relación capital- Ese complejo, constituido dentro del po-
fuerza de trabajo. Para un sector de los investi- der capitalista (ciertamente era su “polo mar-
gadores, el empleo asalariado era el problema ginal”), tenía sin embargo una característica
principal y desde ese punto de vista, el lugar peculiar: el personaje central no era el capital,
de los trabajadores sin empleo respecto del ca- sino el trabajo. Esto es, organizado sin capita-
pital. Ese era, sobre todo, el sentido de la pro- listas, y sin empresas. Eso dejaba abiertas cier-
puesta de Nun sobre la “masa marginal”. Pero tas cuestiones mayores: ante todo, el tipo de re-
ese era también su límite y su dificultad. laciones sociales que se constituían, o tendían
La propuesta alternativa de “polo marginal” a ello, en el “polo marginal” y en general en el
del capital, significaba ya un primer momento “mundo de la marginalidad”; y luego, las rela-
de rebasar los límites de dicha problemática, ciones entre tal “polo marginal” y el conjunto
de no quedarse en los límites del problema del del poder capitalista.
empleo, al introducir la idea de que las activi- Aunque, como lo hiciera notar Larissa Lom-
dades de los des y sub empleados, tendían a nitz1, la reciprocidad fue ya entonces sugeri-

* Publicado en Quijano, Aníbal 1998 La economía po- 1 “Larissa Lomnitz 1978 “Mechanisms of articulation
pular y sus caminos en América Latina (Lima: Mosca between shantytown settlers and the urban system” en
Azul Editores / CEIS-CECOSAM) pp. 109-192. Urban Anthropology, 7 (2) pp. 185-206. Se refería, ob-
216 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

da como parte integrante del “polo marginal” adecuadamente sus recursos, sus productos,
y como indispensable en toda la explicación sus relaciones en el mercado y con los otros
de la capacidad de producción, intercambio y sectores de la economía y de la sociedad.
reproducción (esto es, de la capacidad de so- Eso no niega la presencia del “polo margi-
brevivencia y de reproducción de los “margina- nal”, ni de la “pequeña producción mercantil”,
lizados”) en una franja la economía donde los ni de la “microempresa” establecida por traba-
recursos eran de una precariedad tan extrema. jadores que tratan de convertirse en capitalis-
La cuestión no fue entonces realmente estudia- tas, ni de capitalistas que organizan empresas
da y discutida. “informales” o usan para una parte de sus inte-
Un par de décadas más tarde, una documen- reses “formales” el espacio “informal”. Estable-
tación extensa produce una imagen distinta: los cer las dimensiones, las características propias
esfuerzos de los trabajadores “marginalizados” y las relaciones entre todos estos campos de
por resolver sus problemas de sobrevivencia, actividad económica, es una tarea que aún falta
y en consecuencia por motivaciones de efica- proseguir.
cia práctica, se han ido orientando en muchos
casos, y su número parece ir en aumento, a for-
talecer y a expandir las relaciones económicas Las “organizaciones económicas
de reciprocidad o intercambio de fuerza de tra- populares” (oep)
bajo y/o de trabajo sin pasar por el mercado;
a organizarse colectivamente de modo “comu- Las “organizaciones económicas populares”
nal”, en lugar de empresarial, para gestionar son un conjunto heterogéneo de organizacio-
nes formadas entre “pobladores”2, especial-

viamente, a “La constitución del ‘mundo’ de la margi-


nalidad urbana”. El texto, escrito en abril de 1969, fue 2 El término de “pobladores” fue acuñado en Améri-
originalmente difundido en EURE, revista de Universi- ca Latina, después de la Segunda Guerra Mundial, para
dad Católica de Chile, en ese mismo año, y en Espaces nominar a los que levantaban viviendas precarias en los
et Societés, N° 1, 1971. Está incluido en Quijano, Aníbal “márgenes” de las ciudades, en tierras que “invadían”
1977 Imperialismo y Marginalidad en America Lati- para “poblar”. La mayoría de dichos “pobladores” eran
na (Lima: Mosca Azul Ediciones) pp. 192-227. y son migrantes, pero la proporción de los no-migrantes
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 217

mente, pero que comparten un rasgo: son or- Los “talleres laborales” son “pequeñas uni-
ganizaciones de tipo comunitario. La denomi- dades económicas cuya actividad central es la
nación de “organizaciones económicas popula- producción y comercialización de bienes y de
res” (oep, en adelante) ha sido propuesta por servicios”, cuyos miembros varían entre 3 y 15
grupo de investigadores chilenos agrupados en personas. Trabajan en “condiciones igualita-
un proyecto denominado Programa de Econo- rias”, con cuerpos directivos elegidos y contro-
mía del Trabajo (PET). lados directamente, con asignación individual
El grupo formado por Luís Razeto y sus aso- de responsabilidades y de tareas. Usan recur-
ciados propone la siguiente tipología de dichas sos limitados, tienen calificaciones simples, y
organizaciones3: la división de trabajo es simple. Producen a pe-
dido y/o por cuenta propia, pero en todo caso
1. Los talleres laborales. para el mercado4.
2. Las organizaciones de cesantes. Las “organizaciones de cesantes” se organi-
3. Las organizaciones para el consumo básico. zan en su condición de “desocupados” para tra-
4. Las organizaciones para problemas habita- tar de obtener empleo. Pueden funcionar even-
cionales. tualmente como coordinadoras de ese esfuerzo
5. Las organizaciones poblacionales de servicios. y como agencias de empleo. Las indicaciones
acerca de su organización son escasas, pero se
trataría, de todos modos, de formas comunita-
ha ido creciendo. Como resultado existen ahora “pobla- rias de asociación y de autoridad.
ciones” de ese tipo, con diferentes nombres: barriadas,
Las “organizaciones para el consumo bási-
asentamientos humanos, urbanizaciones populares, fa-
velas, villas-miseria, poblaciones clandestinas o escon- co” se dedican a la obtención de alimentos y
didas, etc. El término “poblador” se emplea como toda de recursos de uso y de consumo indispensa-
una categoría social en los estudios sobre los sectores bles. Funcionan, con diversos nombres, como
pobres que habitan en esas áreas de ciudades latinoa-
mericanas. Chile es, seguramente, el país donde esa
palabra tiene mayor circulación en esa literatura. 4 Véase de Hardy, Clarisa 1986 Talleres artesanales
3 Razeto, Luis et al. 1990 Las organizaciones econó- de ConchalÍ (Santiago de Chile: PET). Y de Egaña, Ro-
micas populares, 1973-1990 (Santiago de Chile: Ed. drigo 1986 De Taller a Empresa de Trabajadores (San-
Programa de Economía del Trabajo) pp. 53-70. tiago de Chile: PET).
218 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

colectivos de preparación y servicio de alimen- de género y/o de edad, como los jóvenes, los
tos, “ollas comunes”5, “comedores populares”; pensionados, las mujeres7.
de provisión de recursos, “comités de abaste- Razeto y sus asociados insisten que estas ex-
cimiento”; colectivos de compra, para abara- periencias son marcadas por una conciencia de
tar el precio de las subsistencias, “comprando solidaridad; que no se agotan en las necesida-
juntos”, “bodegas populares”; “huertos familia-
res”, “mini granjas”, “grupos de autoayuda”.
7 Una clasificación paralela es propuesta por otra de
Las “organizaciones para problemas habita- las investigadoras del PET, Hardy, Clarisa 1987 Orga-
cionales”, que son “comités de sin casa”, que nizarse para vivir. pobreza urbana y organización
buscan tierra para poblar; “grupos pre coopera- popular (Santiago de Chile: PET). Pero, como se ve, no
tivos”, que buscan comprar juntos y abaratar el modifica en lo sustancial la clasificación original de Ra-
precio de terrenos o “sitios” para habitar; y, co- zeto y sus asociados.
mités para obtener agua, luz y otros servicios6. 1. Organizaciones laboral-productivas
Finalmente, las “organizaciones poblacio- a. talleres solidarios
nales de servicios”, se agrupan para atender b. talleres de sindicatos territoriales
colectivamente problemas de salud, de educa- c. talleres por rama
ción, de recreación, etc., a veces por categorías d. “amasanderías” (panaderías)
2. Organizaciones para el consumo
a. huertos familiares
5 Véase de Hardy, Clarisa 1986 Hambre, dignidad,
b. comedores populares
ollas comunes (Santiago de Chile: PET), Para una
minuciosa presentación de las características y c. ollas comunes
actividades de esas organizaciones en Chile. También, 3. Organizaciones de servicios sociales
de Gallardo, Bernarda 1987 “El redescubrimiento del a. de vivienda y deudas
carácter social del hambre: las “ollas comunes” en
b. de salud
Espacio y Poder. Los Pobladores (Santiago de Chile:
FLACSO) pp. 171-201. 4. Organizaciones laboral-reivindicativas
6 Ver Sánchez, Daniela 1987 “Instituciones y Acción a. sindicatos territoriales de trabaja-
Poblacional. Surgimiento de su acción en el período dores independientes
1973-1981” en Espacio y Poder. Los Pobladores b. sindicatos por rama, de trabajado-
(Santiago de Chile: FLACSO) pp. 123-169. res independientes.
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 219

des económicas, sino que se dirigen a enfrentar en percibir las tensiones entre prácticas comu-
las necesidades integrales de la existencia de nitarias y un individualismo muy acentuado.
sus miembros. Y proponen admitir esas organi- De un lado, las organizaciones comunitarias
zaciones como señal de la emergencia de toda se forman entre pobladores territorialmente
una “economía alternativa” a la del capital, pre- vecinos. Esto es, son organizaciones vecinales.
cisamente en base a esos rasgos de solidaridad Se desarrollaron en Chile principalmente des-
consciente; de comunalidad de las formas de de 1983, en un momento de crisis muy grave,
asociación y la orientación hacia la solución de para tratar de solucionar necesidades vitales.
las necesidades integrales8. Pero una vez constituidas, actúan como una
Otros estudiosos, de las mismas organizacio- base o como un principio de identificación.
nes, reconocen su importancia y su amplitud Esa idea de que la acción comunitaria ac-
entre los “pobladores”; pero son más cautos en túa como un “principio de identificación” es
sus propuestas9. Sobre todo, ellos convergen compartida por virtualmente todos los que
estudian esas organizaciones. Según eso, el
grupo se ve o tiende a verse como algo más
8 Además del texto citado, véase también de Ra- que un instrumento de solución de problemas
zeto, Luis 1986 Economía Popular de Solidaridad
(Santiago de Chile: Área Pastoral de la Conferencia prácticos y materiales, inmediatos. La acción
Episcopal de Chile). comunitaria pasaría a ser percibida como una
9 Entre los principales, Campero, Guillermo 1987 En- conquista, como un motivo de realización, es-
tre la sobrevivencia y la acción política (Santiago de Chi- tímulo de acciones e iniciativas. Saball y Valen-
le: ILET); Hardy, Clarisa 1989 La ciudad escindida (San- zuela señalan que en esas instituciones actúa
tiago de Chile: PET); Tironi, Eduardo 1986 “La revuelta los una “lógica comunitaria”10.
pobladores” en Nueva Sociedad (Caracas) N° 83; Baño,
Sin embargo, no todas las organizaciones de
Rodrigo 1985 Lo social y lo político (Santiago de Chile:
FLACSO); Espinoza, Vicente 1986 Tendencias del movi- ese tipo tienen igualmente intensa esa “lógica
miento poblacional (Santiago de Chile: SUR); Espinoza, comunitaria”. Solamente las que permanecen
Vicente et al. s/f “Poder local, pobladores y democracia” por la exigencia misma de las necesidades.
en Proposiciones (Santiago de Chile: SUR) N° 12; Oxhorn,
Philip 1986 “Democracia y Participación Popular. Organi-
zaciones populares en la futura democracia chilena” Con- 10 Saball, P. y Valenzuela, E. 1985 La acción comuni-
tribuciones (Santiago de Chile: FLACSO) N° 44. taria (Santiago de Chile: SUR).
220 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Como Tironi y Campero señalan, no se trata banos para poblar y en la presión para conse-
de que una ética comunitaria sea la que mueve guir servicios urbanos. La DC, en el gobierno
a los “pobladores” a ese tipo de asociaciones; desde 1964, había establecido en esa época la
son más bien las necesidades prácticas urgen- política de la “promoción popular” y de la “par-
tes, que no pueden ser resueltas o enfrentadas ticipación popular”, y las “juntas de vecinos”,
inmediatamente de otro modo. Pero en la me- “clubes de madres” y “asociaciones de pobla-
dida en que esas necesidades materiales no dores” se formaron como parte de esa política,
se resuelven del todo, la asociación misma se en buena parte de las poblaciones urbanas lla-
convierte en un modo simbólico, imaginario, de madas “marginales”.
compensarlas. Eso hace decir a Campero que Aquellas organizaciones, a diferencia de los
ese tipo de organizaciones son más bien “ins- sindicatos, no reivindicaban salario y condi-
tituciones compensatorias”11. Aunque, por otro ciones de empleo sino, principalmente, tierra
lado, Tironi admite que la organización comu- para poblar y servicios urbanos. Había, pues,
nal es, quizás, una manera de protegerse contra una vasta y prolongada experiencia de organi-
la desintegración social y podría ser también in- zación entre ese sector de la población urbana.
terpretada como un modo de rechazo a un tipo Desde 1973, fecha del golpe de Pinochet, pero
de modernización por el mercado que la dicta- sobre todo desde 1983, cuando se inicia la mo-
dura militar impulsaba12. vilización callejera contra la dictadura, en el
Esa clase de organizaciones de tipo comu- momento de una muy grave crisis económica,
nal no son estrictamente nuevas en Chile. Te- esa experiencia organizativa se volcó hacia los
nían una presencia extendida desde la década problemas del empleo, del ingreso, del hambre
de los sesenta, por acción de la Democracia y de vivienda.
Cristiana y de la Unidad Popular, sobre todo, Con todo, lo que sin duda es significativo es
en los problemas de ocupación de terrenos ur- el hecho de que superada la fase mayor de la
crisis en Chile, las organizaciones comunales
no se hayan disuelto, sino que hayan continua-
11 Campero (1987) p. 69, op.cit. do extendiéndose. Según el PET, para fin de la
pasada década, sumaban cerca de 2 mil organi-
12 Tironi, H. E. 1986 “La revuelta de los pobladores” en
Nueva Sociedad (Caracas) N° 83. zaciones solamente en el Gran Santiago, con 50
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 221

mil miembros activos y otras 200 mil personas productivos”, las “asociaciones de microem-
vinculadas a ellas. Esto es, un 15% de una po- presarios”, y las “pequeñas empresas autoges-
blación calculada en 1.317.238 personas13. Aho- tionarias”, las que no tienen carácter comunal,
ra, para presionar por la solución de problemas ni se fundan en la reciprocidad, sino de modo
más permanentes: servicios sociales (salud, muy parcial. El calificativo de “autogestiona-
educación, vivienda) que fueron severamente rias” para ese tipo de organizaciones, deriva
reducidos bajo la dictadura. Y se han mantenido aparentemente del hecho que sus miembros
las que ya existían, especialmente, los “talleres son, generalmente, ex trabajadores asalaria-
laborales” las “juntas de vecinos”, los “centros dos, despedidos o renunciantes de empresas,
de madres”, los sindicatos de facto, y se han muchos de los cuales han invertido sus “indem-
establecido organismos de coordinación, por nizaciones” (dinero recibido como compensa-
tipos de organización y por áreas territoriales14. ción por tiempo de servicio, al término del em-
Ese tipo de organizaciones existe también en pleo), para iniciarse como pequeños empresa-
otros países. El Perú es, probablemente, uno de rios, individualmente o en grupo. Algunos au-
sus escenarios más ilustrativos. Allí, donde la tores han comenzado a usar la misma fórmula
tradición de la reciprocidad y la comunidad es acuñada por el PET15, para denominar, también
más prolongada y, sin duda más viva, ese tipo en el Perú, ambos tipos de organizaciones. La
de organizaciones forma una red extendida en terminología se ha hecho más equívoca.
todo el país. Sus principales denominaciones Las “ollas comunes” son en todas partes una
locales son, principalmente, los “comedores práctica de los trabajadores, de cocinar y de
populares”, los “comités del vaso de leche”, las comer en grupo. Generalmente se formaban
“ollas comunes”, las cuales son caracterizadas cuando una huelga se hacía prolongada y no
por la reciprocidad y la comunidad. parecía tener visos inmediatos de solución,
Hay, sin embargo, también las “asociaciones lo que acarreaba dificultades alimenticias en-
de vendedores ambulantes”, los “microtalleres

15 Ortiz, Humberto 1990 “Las organizaciones econó-


micas populares” en Creación popular de la sociedad.
13 Razeto et al. (1990) op. cit. Y Hardy (1989) op. cit. Autogestión y autogobierno en el Perú (Lima: Demo-
14 Hardy (1989) op.cit. cracia y Socialismo) pp. 43-51.
222 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

tre las familias de los huelguistas, obligando a pleados, trabajadores con muy bajos ingresos,
cocinas y comedores colectivos, con frecuen- e inclusive estudiantes.
cia en lugares públicos. Y eso era también una Bajo la crisis de comienzos de los años se-
manera de hacer visible la situación para el tenta, los “comedores populares” comenzaron
público, como un recurso de presión sobre a formarse en las “barriadas”, bajo la adminis-
los patrones y/o el Estado. Al hacerse graves tración directa de sus usuarios, si no siempre
y estables el desempleo y la carencia de ingre- por su iniciativa. Al profundizarse la crisis en la
sos, esas prácticas se han hecho más comunes década siguiente, se han convertido en institu-
y más frecuentes entre los habitantes de los ciones estables, con núcleos de personas orga-
barrios pobres. No son, sin embargo, institu- nizadas, con cierta división de roles, en donde
ciones estables, no dan lugar a relaciones que la reciprocidad y la gestión comunal tienen un
se reproducen y a roles definidos. Tienen un lugar central. Actualmente, se estima que fun-
carácter más bien coyuntural. cionan alrededor de mil “comedores popula-
Los “comedores populares” y los “comités res” en el país, cada uno de los cuales produce
del vaso de leche” son más regulares. En el y sirve un promedio de 150 a 200 raciones dia-
caso peruano, su origen se remonta a la crisis rias, generalmente a la hora de la comida del
de los años treinta, época durante la cual el mediodía (almuerzo, en el lenguaje peruano).
Estado, las parroquias u otras instituciones de Una parte de esos núcleos se coordinan entre
beneficencia pública, organizaron comedores sí, en cada barriada y a escala de toda la ciudad.
colectivos llamados “comedores populares”, Los “comités del vaso de leche” son más re-
para los desocupados urbanos y proveyeron cientes. Se formaron bajo el gobierno munici-
de desayuno en algunas escuelas de niños po- pal de la Izquierda Unida, en Lima, entre 1983
bres, con el nombre de “gotas de leche”. Esas y 1987. Funcionaron masivamente durante ese
prácticas, sin embargo, estaban entonces bajo período y se convirtieron en una red institucio-
la administración y el control de aquellas ins- nal que agrupaba a unas 100 mil personas en
tituciones públicas, fuera de la iniciativa y del Lima Metropolitana, todas mujeres, con apoyo
control de los usuarios y consumidores. Persis- financiero internacional y con el aprovisiona-
tieron durante los años siguientes a la Segunda miento y la asesoría del Municipio de Lima bajo
Guerra Mundial, en Lima, sirviendo a desem- gestión de la IU, que formó para ese propósito
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 223

la institución llamada FOVIDA (Fomento de cantil”, formadas por familias y/o con pocos
la vida) y con el apoyo de las organizaciones asalariados. No existe documentación acerca
políticas de ese frente político. Desde entonces de núcleos que se fundan exclusiva o princi-
operan más restrictamente, haciendo frente a palmente en la reciprocidad y la comunidad
la hostilidad de las nuevas autoridades munici- más allá de las familias17. Parecería así, curio-
pales, pero todavía con apoyo financiero inter- samente, que la reciprocidad y la comunidad
nacional relativamente importante16. son más frecuentes entre los “pobladores” de
Los “microtalleres” son agrupaciones de Chile. Pero esa es una cuestión que requiere
producción mercantil en pequeña escala, cu- estudios más precisos.
yos propietarios actúan también como admi- Las llamadas “empresas autogestionarias”
nistradores y trabajadores, y que se dirigen y “empresas administradas por trabajadores”
explícitamente a producir para el mercado
y, si es posible, acumular capital. Muchos de
17 En una reciente investigación en Villa El Salvador
esos talleres son efectivamente pequeñas em- (VES), la más importante y famosa de las experiencias
presas, con asalariados, aunque los propieta- peruanas de autogobierno y de autogestión comunal de
rios-administradores suelen también trabajar ciertas actividades económicas del período anterior, no
ellos mismos y con sus familiares, a los que se ha encontrado información eficaz acerca de la actual
no pagan salario. La combinación entre esas presencia de núcleos de reciprocidad y de comunalidad
en la producción o en el comercio, más allá de los lími-
varias formas de trabajo en una sola unidad o tes de las familias, pero sí de la extensión de los núcleos
taller, parece ser muy frecuente, pero no existe que agrupan a miembros de la misma familia. El Parque
documentación eficaz acerca de eso. Es más Industrial, que fue antes organizado para la Producción
frecuente en la información disponible, encon- industrial en VES, bajo la gestión comunal del Consejo
Comunal de la Comunidad Urbana Autogestionaria de
trar unidades de “pequeña producción mer-
Villa El Salvador (CUAVES), ha sido deliberadamente
reorganizado por el actual gobierno nacional y local en
una asociación de pequeños y medianos empresarios.
16 Una sistemática discusión de las experiencias de Sobre estas organizaciones en Lima, también de Pait
los “comedores populares” y de los “vasos de leche” se Volstein, Sara 1990 “Micro y pequeños talleres produc-
encuentra en: Galler, Nora y Núñez, Pilar (comp.) 1989 tivos” en Creación popular de la sociedad. Autogestión
Mujer y Comedores Populares (Lima: SEPADE). Tam- y autogobierno en el Perú (Lima: Democracia y Socia-
bién puede verse Ortiz (1990) op. cit. lismo) pp. 37-43
224 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

aparecieron bajo el gobierno militar del perío- otras, afiliadas a la Central de Empresas Admi-
do 1968-1980, sobre todo bajo el régimen del nistradas por Trabajadores (CEAT), cuando han
general Velasco Alvarado. Hay una literatura logrado sobrevivir, lo hacen en malas condicio-
más o menos amplia sobre sus experiencias. nes, para defender el empleo real. Pero en esos
Se construyeron por la iniciativa del Estado, casos “la calidad de la democracia al interior de
en algunos casos por las motivaciones ideoló- esas empresas ha sido variable y pocas de ellas
gicas de algunos de los organismos políticos del han logrado desarrollarse empresarialmente”.
régimen, que pretendían replicar en el Perú la La experiencia de esas “empresas autoges-
experiencia de la autogestión en Yugoeslavia. tionarias” o “administradas por sus trabajado-
Sobrevivieron algunas, con variadas medidas res” no ha sido, sin embargo, desprovista de in-
de éxito, a la retirada del gobierno militar en terés para el futuro. En Chile se iniciaron bajo
1980. Las que lograron organizarse como em- el gobierno de Eduardo Frei, con el apoyo cre-
presas reales, con recursos financieros y tecno- diticio del Estado y el apoyo técnico del Servi-
logía útil, han sido muy pocas y, en todos los cio de Cooperación Técnica, organismo estatal,
casos, no tienen nada que ver con el discurso y se extendieron bajo el gobierno de Salvador
de la autogestión. Así lo reconoce, algo melan- Allende, cuando varias empresas fueron esta-
cólicamente, uno de sus ideólogos y estudiosos: tizadas y otras pasaron a poder de sus traba-
“Hay algunas cuantas empresas que han tenido jadores. Bajo el golpe militar de 1973, algunas
un relativo éxito económico-financiero, aunque de las empresas estatizadas fueron adquiridas
frecuentemente a costa de su calidad autoges-
tionaria y sin llegar a ser éxitos rotundos”18. Las
las experiencias equivalentes en los diversos países
latinoamericanos, especialmente en Bolivia, Chile y
18 Scurrah, Martin “Las posibilidades de autogobierno Perú, se encuentran en la compilación de Iturraspe,
en la industria nacional” en Creación popular de la Francisco 1986 “Participación, cogestión, autogestión
sociedad. Autogestión y autogobierno en el Perú en América Latina” en Nueva Sociedad (Caracas) 2
(Lima: Democracia y Socialismo) pp. 21-29. Del mismo Vols. También en Roca, Santiago (comp.) 1981 La
autor, véase también: “The experience of worker self- autogestión en América Latina y en el Caribe (Lima:
management in Peru and Chile” en Annis, Sheldon y CLA e IICA). También puede verse de Quijano, Aníbal
Hakim, Peter (comps.) 1988 Direct to the Poor (Boulder: 1991 “Poder y crisis en América Latina” en Páginas, N°
Lynne Rienner) pp. 132-453. Estudios detallados sobre 109: 40-60, junio.
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 225

por los trabajadores con el apoyo crediticio de cenes comunales” es una de las más ilustrativas.
la Iglesia y de los restos del Servicio de Coo- Algunos de ellos se formaron de modo espon-
peración Técnica, que se había formado desde táneo y operan independientemente desde los
los años sesenta. Pero, poco después las difi- setenta. Pero son casos excepcionales. La gene-
cultades financieras, de mercado y de adminis- ralidad se formó por iniciativa de la Iglesia Cató-
tración fueron excesivas para esas empresas. lica, junto con las organizaciones sindicales del
Su dependencia del apoyo externo, crediticio campesinado. Especialmente en los valles del
y técnico, que fue su marca de nacimiento, fue Cauca y del Magdalena. Se constituyeron redes
también el elemento central de su desintegra- de distribución comercial patrocinadas por la
ción. Lo mismo ocurrió en el Perú después del Iglesia (Grupo Asociativo Versalles y CEMECAV,
reemplazo del régimen velasquista19. en el Cauca; FUNDER, en el Magdalena; FUN-
La documentación acerca de otros países DACOMUN, Acción Comunal y COINCA, en
parecería indicar que las “empresas autoges- Risaralda), especialmente a través del Instituto
tionarias” no son una experiencia frecuente, Campesino Avanzado, dirigido por los jesuitas.
lo mismo que las organizaciones fundadas Los estudios señalan que los propósitos
en la reciprocidad y la comunidad entre los sociales y los económicos, empresariales, no
trabajadores de las ciudades. En cambio, las resultaron compatibles. Pero, sobre todo, que
organizaciones cooperativas y comunales en sin el apoyo, la asesoría y aún el control de
los medios rurales son una experiencia relati- las instituciones de la Iglesia, esos “almacenes
vamente frecuente. comunales” no sobreviven o se convierten en
En el caso de Colombia, por ejemplo, la ex- empresas privadas de algunos de los miembros
periencia de las “bodegas comunales” o “alma- originales20.
De otro lado, las organizaciones de tipo
cooperativo y de tipo comunitario organizadas
19 Una de esas experiencias es recontada en Scurrah,
Martín y Podestá, Bruno 1988 “The experience of
worker self-management in Perú and Chile” en Annis y 20 Butler Flora, Cornelia et al. 1988 “Community
Hakim (1988) pp. 132-154, op. cit. Para una evaluación Stores in Rural Colombia. Organizing the means of
del significado político de esas experiencias, ver mi consumption” en Annis y Hakim (1988) pp. 117-131,
texto “Poder y Crisis en América” ya citado. op. cit.
226 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

para la producción en el Campo colombiano, de antigua historia, con prolongado ejercicio


que durante un momento parecieron generali- de la capacidad de decidir autónomamente, y
zarse como una experiencia estable, han tenido con la disciplina social para el cumplimiento
en general los mismos resultados. Un estudio de las decisiones, han demostrado ser, en el
específico llevado a cabo sobre el conjunto de campo latinoamericano, no solamente capaces
ellas, a escala nacional, da cuenta de eso21. de perdurar, sino inclusive de formar empresas
En su periodo de auge, hasta 1974, llegaron comunales exitosas. Uno de los casos mayor
a sumar unas 1.300 organizaciones con unas documentados es la empresa comunal de Ta-
15 mil familias y 320 hectáreas de tierra. Hacia quile, para gestionar y controlar la actividad
1985, sólo quedaban 629 organizaciones, las fa- del turismo en beneficio de la comunidad.
milias habían disminuido en casi 76% y la tierra Taquile es una pequeña comunidad isleña en
en cerca de 66%. Las asociaciones sobrevivien- el Lago Titicaca, en el lado peruano, de difícil
tes, no parecen tener vitalidad para perdurar: acceso, distante de los centros urbanos de la
“la renta generada por 30 hectáreas de tierra zona. Sus habitantes forman una comunidad
no supera como término medio un salario mí- de larga historia. Han formado organismos exi-
nimo”, informa el estudio. tosos para atraer, alojar y transportar turistas;
Solamente las organizaciones comunales grupos de producción artesanal para ese mer-
cado; ferias y almacenes de venta de artesanía.
La comunidad comienza a ser próspera, sus
21 Gonzáles, Manuel Guillermo 1987 Origen y servicios lentamente comienzan a modernizar-
evolución de las formas asociativas campesinas de se y sus productos comienzan a ser adecuados
producción y de trabajo en Colombia (Santiago de a las tendencias de su mercado. Pero, también,
Chile: CEPAL) mimeo. Contra los resultados de su
esa prosperidad impulsa las tendencias a la ac-
propia investigación, el autor sigue fiel al discurso sobre
la “incorporación de los marginados a la sociedad”, a tividad comercial privada entre los miembros
través de tales “formas asociativas”. Véase también de de la comunidad. Un cambio fundamental está
Angulo, Alejandro 1991 “Un experimento en desarrollo ingresando en ella22.
participativo” en CINEP, febrero; donde se da cuenta
de una empresa comunitaria agrícola que tuvo éxito
sólo cuando dejó de ser comunitaria y se convirtió en 22 Healey, Kevin y Zorn, Elaine 1988 “Lake Titicaca’s
una empresa privada común. campesino controlled tourism” en Annis y Hakim, op.
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 227

¿Existe hoy una “economía desigualmente ubicados en ese intercambio,


alternativa”? bajo el control y en beneficio de los que con-
trolan los recursos de producción.
La documentación acerca de las “organizacio- 2. La participación de las relaciones familia-
nes económicas populares” en América Lati- res, en general de las relaciones primarias
na, no arroja un resultado definido acerca de (compadrazgo, clientelismo, procedencia
esa cuestión. geográfica y/o “étnica” común), en las unida-
Si lo que esa denominación señala es un re- des organizativas de la actividad económica;
lativamente numeroso, diverso y heterogéneo y el hogar o vivienda y la calle como sedes
conjunto de modalidades de producir, consu- de dicha actividad, son los rasgos comunes
mir y reproducir bienes materiales y servicios, de aquellas modalidades.
más o menos diferenciable de la organización 3. La fuerza de trabajo se intercambia sólo par-
empresarial predominante en el capitalismo cialmente en el mercado, a través del sala-
contemporáneo, eso es, sin duda, cierto. En rio; y el salario se combina con trabajo no
efecto, es demostrable que: pagado, en proporciones variables según las
modalidades.
1. Existe un sector más o menos amplio, no su- 4. La organización del control y de la adminis-
ficientemente medido en la investigación, de tración del trabajo y de los recursos en esas
unidades de actividad económica que no son unidades, admite predominantemente las
plenamente de tipo empresarial, es decir, no normas de la organización familiar y, even-
están basadas exclusiva o predominantemen- tualmente, comunal.
te en el salario y en general en el mercado; ni
se organizan siempre entre grupos sociales Desde ese específico ángulo de evaluación, en
la economía urbana actual en América Latina,
podría ser diferenciado un sector donde no ac-
cit., pp. 45-58. El primer estudio antropológico de esa túan plenamente las normas y las instituciones
comunidad fue hecho a comienzos de los cincuenta, predominantes de la empresa capitalista.
por: Matos, José y Avalos, Rosalía 1969 La comunidad
¿Confirma eso la hipótesis de una “econo-
de Taquile (Lima: s/d). La distancia entre una etapa y
otra de la comunidad es realmente notable. mía alternativa”, en el sentido específico de
228 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

una economía alternativa al capital, y concre- no ser, y de hecho no lo son en muchos casos,
tamente en América Latina? No del todo. Como muy grandes; pero son reales y potencialmen-
toda la información muestra, la amplia mayoría te ampliables.
de tales unidades y actores de aquel sector se Se trata, sin embargo, de una franja económi-
organizan incluyendo, en mayor o menor me- co-social donde la reciprocidad es un elemento
dida, el trabajo asalariado; entre grupos des- presente de modo generalizado, aunque no ne-
igualmente ubicados acerca del control de los cesariamente predominante. El rasgo central
recursos productivos y en consecuencia de la de esta franja es su ambigua ubicación entre
producción y/o de los beneficios; se orientan a las relaciones de reciprocidad-comunidad, de
la obtención de beneficios y a la acumulación, un lado, y, de otro lado, el capital. En su con-
si les es posible y operan, de ese modo, con la junto, sin embargo, hace parte de la estructura
lógica del capital, en todo o en parte. En mu- global de poder del capital.
chos casos se trata, seguramente, de un capi- Podría admitirse, según todo aquello, que
talismo de los pobres. Pero donde, de todos existe algo como una “economía popular”23, es
modos, es la lógica del capital la que preside, decir, aquella que protagonizan los que no con-
no obstante todas las limitaciones específicas trolan los recursos principales de producción,
que encuentra en ese nivel, el comportamiento ni los resortes del poder estatal, o los del mer-
de tales unidades y actores.
En esa franja económica, muchos de los
que controlan las unidades y sus relaciones 23 Véase, por ejemplo, la propuesta de José Luis
con el resto de la economía, son simultánea- Coraggio concepto de “economía popular”: “conjunto de
mente trabajadores y empresarios si emplean recursos, prácticas y relaciones económicas propias de
los agentes económicos populares de una sociedad”. La
ajena fuerza de trabajo asalariado. Pero tam-
categoría “popular” aquí como: “unidades elementales
bién hay asalariados que no tienen acceso de producción, reproducción (familia, cooperativas,
alguno al control de recursos productivos; y comunidades, etc.) que dependen fundamentalmente
otros que en la misma condición ni siquiera re- del ejercicio continuado de la capacidad de trabajo de
ciben salario. Las distancias sociales inmedia- sus miembros para resolver las condiciones materiales
de su reproducción”. Ver: “Política económica,
tas, concretas, entre esos estratos –sobre todo
comunicación y economía popular” en Debate, marzo
vistas desde la cima del poder global– pueden de 1989, pp. 57-94.
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 229

cado. Que se caracteriza por la variable com- realizado (bienes y servicios); b) entre sujetos
binación entre los patrones del capital y los de socialmente iguales.
la reciprocidad, aunque probablemente con el El concepto de comunidad, se refiere a un
predominio tendencial de los primeros. Esa es modo de organización y gestión colectiva don-
una especificidad, sin duda, pero difícilmente de todos los miembros individualmente se con-
sería suficiente para admitir que se trata ya de sideran socialmente iguales, intervienen direc-
una “economía alternativa” a la del capital. tamente en las decisiones, a través de los deba-
Empero, eso no agota el vasto universo de tes y de un sistema de autoridades elegidas y
las relaciones económicas entre los despoja- controladas de modo inmediato y directo, esto
dos del control del poder y de los recursos de es, donde la representación de autoridad no es
producción. indirecta. Se trata claramente, de una específi-
ca estructura de autoridad.
Cuando ambos elementos se asocian en la
Reciprocidad y comunidades: formación de una unidad económica, no lo
¿nuevas relaciones? hacen por separado del mercado sino en re-
lación contradictoria con él. Obtienen sus re-
La investigación registra también, como ha cursos iniciales en el mercado y usan los que
quedado establecido, que en la economía urba- producen para el mercado de todo aquello que
na actual de América Latina está presente un requieren y que no producen. Tienen, sin em-
sector de unidades de actividad económica que bargo un rasgo propio: esas unidades de acti-
no se organizan en torno de la lógica del ca- vidad económica no se proponen la obtención
pital, sino exclusivamente sobre la base de la de beneficios desigualmente distribuibles entre
reciprocidad y de la comunidad. los miembros.
El concepto de reciprocidad que aquí se La información disponible no permite medir
utiliza, se refiere a relaciones de producción la proporción de esas unidades de reciprocidad
/ distribución que se establecen con dos ras- y de comunidad dentro de la economía urbana
gos específicos: a) como intercambio directo, latinoamericana. Probablemente es un sector
esto es que no pasa por el mercado, de fuerza relativamente reducido, si se lo compara con el
de trabajo (capacidad de trabajar) y de trabajo anterior, cuasi o semi o para-empresarial.
230 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

La información tampoco permite ir muy le- resto de la “economía popular”, se abren algu-
jos en la discriminación de la actividad de esas nas cuestiones necesarias: ¿se trata solamente
unidades dentro de la estructura productiva. de un fenómeno coyuntural, de una “estrategia
Sin embargo, principalmente la documentación de sobrevivencia”, imputable a la crisis del
acerca de Chile y Perú, permite sugerir que se capitalismo subdesarrollado y dependiente, y
concentran abrumadoramente en el sector de destinado a desaparecer con ella?
la producción y distribución de alimentos: las La reciprocidad como relación social básica
“ollas comunes”, los “comedores populares”, y la comunidad como forma de organización
los “comités del vaso de leche”, son sus ejem- y de gestión del trabajo y de los recursos, así
plos demostrativos. Secundariamente, parece como de marco de una existencia social global,
ser también que la producción de productos fueron los elementos centrales de la vida social
alimenticios cobijaría una parte de esas unida- en el territorio que ocupa hoy América Latina,
des, si se piensa en los “huertos familiares” chi- antes del período colonial. Y no han dejado de
lenos. En los “talleres” y “microempresas”, de serlo hasta hoy para una parte importante de la
ambos países, la reciprocidad existe en combi- población campesina de origen indígena. Pero
nación con el salario. Pero la información no es habían venido retrocediendo frente a la expan-
suficientemente eficaz sobre eso. sión de las relaciones sociales impuestas por
Se trata, demostrablemente, de un sector re- los colonizadores, la servidumbre y la esclavi-
lativamente reducido de unidades de actividad tud, primero, y después, sobre todo, el capital,
económica, y, sobre todo, no ubicado en nin- hasta el punto de que parecían instituciones
guna de las áreas principales de la estructura supérstites, en algunas zonas campesinas del
productiva urbana. mundo andino o de México-Mesoamérica.
Con todo, la presencia de un sector de uni- La novedad de la reciprocidad y de la comu-
dades de actividad económica, exclusivamen- nidad en América Latina, no es, pues, cronoló-
te fundadas en la reciprocidad y organizadas gica. Es sociológica. En primer término, porque
como comunidad, importa una novedad socio- en sus actuales modalidades aquellas relacio-
lógica en el escenario latinoamericano. Y si se nes sociales no son simplemente una extensión
considera la presencia importante, generaliza- del patrón histórico original. En segundo tér-
da si no predominante, de la reciprocidad en el mino, porque ahora son más características del
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 231

mundo urbano del capitalismo. Son, por todo Eso es aún más notable, si se tiene en cuenta
eso, un producto de las actuales condiciones que en Chile y en una ciudad como Santiago,
en que opera el capital en estos países. los patrones comunales y de reciprocidad no
La reciprocidad y la comunidad eran antes tenían, desde hace tiempo, la misma vigencia y
los rasgos fundantes de colectividades cerra- la misma fuerza que en el Perú o en Lima. No es,
das, donde la jerarquía social y la tradición según eso, solamente la vinculación inmediata
eran la fuente de las normas y de los valores con la historia andina, ni la mera expansión
cotidianos, y donde, por otra parte, el espacio de presuntas o reales identidades “étnicas” de
de la identidad y de la libertad individuales, de origen indígena en las ciudades –como sería el
la creatividad individualizable, no era, no po- caso de Perú, Ecuador o Bolivia– lo que expli-
día ser, muy amplio. Pero en el mundo urbano caría la nueva presencia de esas relaciones de
actual de Santiago o de Lima, no es más la je- reciprocidad y de comunidad. ¿Qué entonces?
rarquía social originaria, sino la igualdad social La explicación no es, quizás, tan difícil. Pero
entre sus miembros, lo que caracteriza a las ins- aún es de todos modos indecisa. Bajo las con-
tituciones comunitarias. No es más la tradición, diciones del capital en sociedades como las de
sino el debate y la decisión colectivos el ámbito esos países, y otros en el “tercer mundo”, una
de donde surgen las normas, las instituciones, proporción creciente de la población no puede
los valores. Y por lo mismo, son la identidad y la vivir, ni siquiera sobrevivir, exclusivamente –o
creatividad de los individuos lo que alimenta la inclusive principalmente– sobre las base de las
comunidad, sin que eso implique simplemente reglas del mercado capitalista. Tiene que apelar
que ello se ejerza sobre un vacuum histórico, a otros modos, si existen, o inventarlos, si no.
ni que la tradición sea inexistente. Excepto que Y no hay una opción única para eso. Las for-
la tradición es, cada vez más, la del cambio, no mas de explotación / dominación consideradas
sólo, ni tanto, de la continuidad24. “arcaicas” parecen estar de regreso en muchos
lados: trabajo coercitivo esclavista y para-es-
clavista; servidumbre personal, sin pago en sa-
24 Una convincente documentación ha sido establecida lario; combinación del salario con esas formas;
y discutida en nuestra reciente investigación en Villa
combinación de todas ellas o de cada una, con
El Salvador (VES). Véase: Villa El Salvador. Poder y
comunidad (Lima, CEIS-CECOSAM, 1996). la reciprocidad y la comunidad; diferenciación
232 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de éstas últimas separadamente, bajo determi- del salario, se inició, como se sabe, en algún
nadas condiciones25. momento entre los siglos XII-XIII en algún lu-
Se trata, en consecuencia, de un producto de gar del Mediterráneo, en las penínsulas itálica
las tendencias de las relaciones entre el capital o ibérica, quizás en ambas, verosímilmente en
y todas las demás modalidades de relaciones la Península Ibérica antes de la “reconquista”
sociales, o, en otros términos, con las otras for- castellano-aragonesa. Ese proceso de mercan-
mas de trabajo no-asalariado. Donde hay que ir tilización de la fuerza de trabajo parecería es-
a buscar los factores específicos que empujan a tar empezando a agotarse, si se toma en cuenta
una parte de la población hacia la reciprocidad que: a) en algunas unidades de producción del
y la comunidad, no es tanto en la “tradición an- universo capitalista, la acción valorizante de la
dina” precolonial o colonial latinoamericana, fuerza de trabajo individual no está presente o
sino en las tendencias de comportamiento ac- no de modo significativo y ha dejado, en conse-
tual del capital. cuencia, de ser allí indispensable; b) que en los
Este no es, desde luego, el lugar, ni la oca- niveles más altos de la estructura global de acu-
sión, para esa indagación. Con todo, es perti- mulación es reconocida la tendencia de predo-
nente sugerir una pista de trabajo. La mercan- minio del trabajo muerto o acumulado, sobre el
tilización de la fuerza de trabajo, la formación trabajo vivo; c) que la compra y venta de fuerza
de trabajo continúa aún expandiéndose en los
más bajos niveles del universo capitalista, pero
25 En 1991, la Asamblea General de las Naciones Uni- en condiciones de sobre-explotación.
das decidió la formación de una comisión de investiga- Al mismo tiempo, una contradicción ha co-
ción sobre la esclavitud en el mundo actual. Sus con- menzado a protuberarse. De un lado, está aún
clusiones recientes indican que unas 200 millones de
activo el proceso de descomposición de las re-
personas estarían actualmente en situación de esclavi-
tud. Antes, la OIT, en su Informe de 1993, reconocía la laciones no capitalistas de producción / distri-
existencia de unas 6 millones de personas esclavas. Y bución y se produce una cantidad creciente de
la expansión de esa forma de explotación-dominación fuerza de trabajo disponible para ingresar en el
estaría ocurriendo en regiones de la ex Unión Soviética, mercado de fuerza de trabajo. Sin embargo, da-
en China, y quizás en Estados Unidos. Véase la “Entre-
das las tendencias anteriores, una proporción
vista a José de Souza Martins” en Estudos Avançados
(San Pablo: USP) N° 31, 1997. creciente de esa fuerza de trabajo no podrá ser
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 233

comprada, ni vendida; esto es, no podrá ser dad pueden ser el único posible recurso para la
convertida en mercancía. De otro lado, en con- sobrevivencia.
secuencia, formas de trabajo no-salariales tien- La reciprocidad y la comunidad, productos
den a ser reproducidas, de otro modo que en el de la historia actual del capital global, no son
pasado, ahora bajo las condiciones del capital en esas poblaciones el resultado de comporta-
y en articulación con éste. mientos y decisiones ideológicas, ni de visio-
En las condiciones tendenciales del capital, nes intelectuales, ni de una previa y separada
y de la distribución geosocial de sus beneficios “ética de solidaridad”. No son un intento políti-
y de sus desventajas, la mano de obra disponi- co-ideológico de “construir” sociedades utópi-
ble, sobre todo en el “tercer mundo”, está en cas26. Y sus protagonistas pueden no solamente
una peculiar situación: no puede sobrevivir so- no ser conscientes de estas cuestiones, sino,
lamente según las normas del capital; ni puede inclusive, como ocurre ahora en las elecciones
todavía separarse y aislarse de ellas. Requiere nacionales de varios de esos países, apoyar a y
aprender en una práctica no siempre ni necesa- votar por las opciones políticas de “derecha”.
riamente consciente, cómo servirse de ambas, No se trata, por lo tanto, de artefactos políti-
en las proporciones que las situaciones y posi-
bilidades concretas permitan o exijan.
Es dentro de esa tendencia que la parte más 26 El más importante movimiento de ese carácter en
este siglo fue el de los kibutz en la fundación de la nue-
inmediata y directamente ligada a la sobrevi- va sociedad de Israel. El kibutz fue un intento de llevar
vencia inmediata, la alimentación específica- a la práctica en Palestina la utopía de los socialistas del
mente, en varios países se organiza o tiende movimiento judío: construir una asociación de gentes
a ser organizada entre los desposeídos de re- libres, conscientes e iguales que organizan su existen-
cia social en torno de la reciprocidad, de decisiones
cursos de producción e impedidos de vender
colectivas debatidas y consentidas, y de la autoridad
su fuerza de trabajo de manera casi exclusiva- comunal. Durante una primera etapa recorrió esa tra-
mente fundada en la reciprocidad y en la co- yectoria. Pero después fue subordinado a los intereses
munidad, porque ellos no tendrían, si no, otro sociales que dominaron el Estado de Israel. Véase de
modo de sobrevivir. Para segmentos amplios Schapiro, Melford E. 1956 Kibbutz: Venture in Utopía
(Cambridge: Harvard University Press); de Schwartz,
de la población latinoamericana de hoy, en al-
Richard D. 1957 “Democracy and Collectivism in the
gunos momentos, la solidaridad y la reciproci- Kibbutz” en Social Problems, Vol. V, pp.137-147.
234 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

cos, sino de soluciones necesarias. De allí parte cipal de esos elementos en las actividades de
un conjunto de cuestiones cruciales para el de- uso y de consumo inmediato, la alimentación,
bate contemporáneo, las relaciones entre capi- los servicios familiares, ante todo. Y sólo muy
tal y trabajo no-asalariado; las relaciones entre secundariamente, en actividades productivas
reciprocidad y mercado; las relaciones entre la de otra clase de bienes. Muy poco, demasiado
racionalidad del capital y las de la comunidad, poco, para fundar un modo de existencia social
para mencionar algunas de las más inmediatas. estable y diferenciada, una “economía alterna-
Pero ellas no serán discutidas aquí. tiva” al capital.
Dicho todo eso, sin embargo, es igualmente Segundo, la extrema dependencia de las uni-
necesario hacer notar que esas tendencias ha- dades de reciprocidad-comunidad, del apoyo
cia la formación de una franja diferenciada de financiero e institucional exterior. Virtualmen-
economía de reciprocidad y de comunidad, y la te sin excepciones, todos los estudios registran
presencia de esos elementos en combinación esa dependencia. Si bien no todas las unida-
con el capital, no tienen o no parecen tener aún des se originan de ese modo, todas en cambio
la densidad y la definición que podrían permi- perduran solamente de ese modo, lo mismo
tirles una vitalidad perdurable, capacidad de en Chile que en el Perú o en Brasil. O, como
reproducción y expansión, y de sostenerse en en el caso colombiano y boliviano, inclusive
articulación y en conflicto con el capital27. las “cooperativas” y “comunidades” rurales.
Ciertos hechos tienen que ser observados La Iglesia, la “solidaridad internacional”, las
en esa cuestión. Uno, la concentración prin- “organizaciones no gubernamentales (ONG)”
locales, las organizaciones políticas y hasta
organismos del Estado, conforman esa red de
27 Otros autores, por ejemplo Gustavo Esteva, tienen
apoyo a esas comunidades. Y más aún, ese apo-
otra opinión: “Quiénes viven en los márgenes parecen
haber encontrado en la crisis una oportunidad excep- yo exterior es una de las típicas demandas de
cional para llevar adelante sus proyectos y para rege- movilizaciones callejeras o institucionales de
nerar sus modos de vida” y agrega poco después “Ellos ese tipo de comunidades.
son el nuevo fantasma que recorre el mundo”. Véase su Tercero, la concentración, en algunos ca-
ensayo: “El proyecto político de los márgenes”. Docu-
sos virtualmente exclusiva, de personas del
mento del XVI Congreso Interamericano de Planifica-
ción. San Juan, Puerto Rico, 1988. género femenino en esas organizaciones; con
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 235

una presencia escasa y a veces nula de varo- va inversión de capital, producción masiva de
nes. Así, en Chile, las mujeres son el 65% de empleo, de salarios y bienes y servicios. Y esta
los miembros del conjunto del sector de las es, sin duda, la decisiva cuestión abierta para el
“organizaciones económicas populares”, lo futuro de esas tendencias. Es en las tendencias
que incluye las unidades que combinan sa- de desenvolvimiento del capital, de las rela-
lario, mercado y reciprocidad28. Y en el caso ciones entre capital y trabajo en el proceso de
peruano, los “comedores populares” agrupan reestructuración mundial del poder, donde se
a 100 mil personas, todas ellas mujeres29. Eso resolverá el destino posterior de las experien-
parecería apuntar a que, en un sentido, esas cias que, para algunos, probablemente parecen
instituciones inician un proceso de socializa- ser muy locales.
ción de las actividades familiares privadas, y
se mantiene aún, por eso, el conjunto de roles
asignados a la mujer en las sociedades pa- La comunidad en las instituciones
triarcales, por ejemplo la preparación y servi- de autogobierno local
cio de alimentación.
No cuesta imaginar, por eso, que si una súbi- Las formas comunales o comunitarias de or-
ta inversión masiva de capital, de producción ganización y de gestión, en América Latina
de empleo y salarios significativos; de provi- no se presentan solamente en la dimensión
sión de bienes y de servicios, etc., ocurriera en económica de la existencia social, ni sola-
esos países, probablemente no quedaría sino mente en vinculación con la reciprocidad.
alguna huella aislada y pálida de esa experien- Inclusive, podría decirse que actualmente
cia de comunidad y de reciprocidad. parecen tener su más amplio escenario en
Lo que cuesta imaginar, por el contrario, es las instituciones políticas, en las formas de
exactamente esa posibilidad de que en un fu- autogobierno local.
turo previsible llegue a estos países tal masi- Esas instituciones de autogobierno local
han sido uno de los más frecuentes asuntos
de la extensa literatura que, durante la pa-
28 Hardy (1989) op. cit. sada década de los ochenta, se produjo en
29 Ortiz (1990) op. cit. América Latina bajo el rubro de los “nuevos
236 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

movimientos sociales”30. No será necesario re- paralelamente, su revitalización e innovación


contar aquí su historia. Lo que importa dejar en las zonas rurales, especialmente en el área
señalado es su gradual expansión en virtual- andino-amazónica.
mente todas las ciudades latinoamericanas, En la ciudad, los casos más definidos de
en los barrios “populares” que se han formado toda América Latina y por eso también más es-
después de la Segunda Guerra Mundial31. Y, tudiados son los de Villa El Salvador, principal-
mente, y Huaycán, formado tiempo después,
en Lima (véase la nota anterior). El punto de
30 Una discusión extensa acerca de la cuestión de los partida en cada uno de esos casos, sin duda,
“nuevos movimientos sociales” en América Latina, y una fue la percepción de un vecindario urbano no
revisión de lo principal de su literatura, se encuentra en como una población de gentes dispersas, sino
Quijano, Aníbal 1991 “Poder y crisis en América Latina”
en Páginas (Lima) N° 109: 40-60, junio.
como una comunidad y, en consecuencia, la de-
cisión de sus pobladores de organizarse desde
31 Los casos más estudiados son, probablemente, los
de Lima, Río de Janeiro, México, Santiago. La literatura
la partida en términos comunales, al margen de
de investigación y de debate es extensa. Véase, sobre las regulaciones legales vigentes sobre las mu-
todo, de Pease, Henry y Ballón, Eduardo (eds.) 1982 nicipalidades; esto es, como una organización
Movimiento popular, participación y democracia de autogobierno.
(Lima: s/d); de Gómez, Rafael 1990 “Autogobierno local: La organización comunal de autogobierno lo-
la experiencia de Huaycan” en Creación popular de la
sociedad (Lima) pp.29-37; de Kovarich, Lucio 1988 Lu- cal, a diferencia de las municipalidades, implica
tas sociais e cidade (San Pablo: s/d); de Singer, Paulo una estructura organizativa que vincula a toda
“Neighborhood in San Pablo” en Safa, Helen (ed.) 1982 la población en una red de instituciones comu-
Toward a political economy of urbanization in the
Third World Country,(Delhi: Oxford University Press);
de Mainwaring, Scott 1989 “Grassroots, popular mo-
vements and the struggle for democracy” en Stephan, Latin American Research Review (LARR) Vol. IV; de
Alfred (ed.) Democratizing Brazil (Oxford University Stokes, Susan 1991 “Politics and Latin-American urban
Press) pp. 168-204; y, del mismo autor: “Urban Popu- poor. Reflections from a Lima Shantytown” en Latin
lar Movements, Identity and Democratization in Brazil” American Research Review (LARR) Vol. XXVI, N° 2; de
en Comparative Political Studies, N° 20: 131-143, ju- Powell, Sandra 1969 “Political Participation in Barria-
lio de 1987; de Lommnitz, Larissa 1974 “The Social and das: a Case Study” en Comparative Political Studies,
Economic Organizations of a Mexican Shantytown” en Vol.2, N° 2: 195-215.
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 237

nales, en todos los ámbitos de la vida colectiva: suficientemente diferenciada y diferenciable,


unidades de producción, mercado, escuela, ser- capaz de cobijar dentro de su propio marco
vicios de salud, de distribución de ámbitos de una población social y culturalmente heterogé-
recreación, etc. Eso, a su vez, lleva a una planea- nea; relaciones de producción y formas de tra-
ción urbana que contenga tales nexos de articu- bajo heterogéneas; y una compleja pluralidad
lación y de comunicación32. En una población de instituciones sociales. Y capaz también de
como Villa El Salvador, se trata de una vasta red producir formas de identidad y de lealtad.
organizacional para aproximadamente 300 mil No se sigue de allí que todas las actividades
habitantes. Huaycán tiene cerca de la mitad. La sean comunales. La vida privada, individual,
población involucrada es socialmente hetero- familiar, empresarial, política, etc., etc., no es
génea, inclusive diferenciada en clases sociales incompatible con el autogobierno comunal lo-
y/o en etnicidades. Y su existencia social está, cal, hasta tanto cada ámbito privado no vaya
en su mayor y fundamental parte, articulada al en contra del autogobierno local. Pero no se
conjunto de la sociedad “nacional”, a las estruc- trata de relaciones armoniosas, sino de ten-
turas formales, estatales, de autoridad, al mun- sión y eventualmente de conflicto. Sobre todo,
do del capital. a partir del momento en que sobre esas orga-
El autogobierno comunal es, en consecuen- nizaciones se superpone el régimen municipal
cia, una estructura de autoridad vinculada, di- oficial. Villa El Salvador es un claro ejemplo
recta o indirectamente, en relaciones de com- actual de ese conflicto, no obstante el hecho
plementariedad y de conflicto, con el Estado y de que sus autoridades municipales provienen
sus instituciones de autoridad. Pero también de la “izquierda”.
En el ámbito rural / urbano (esto es, no exclu-
sivamente rural, ni exclusivamente urbano) dos
32 Véase sobre eso los resultados de nuestra investi-
gación en Villa El Salvador: Coronado, Jaime en Villa son los casos seguramente más importantes:
El Salvador: poder y comunidad, op. cit. También, de
Ballón, Eduardo 1990 “La planificación participativa y 1) El reciente movimiento de reorganización
la organización comunitaria como vía de desarrollo. El de las poblaciones de la cuenca del Amazonas
caso de Villa El Salvador” en Políticas y estrategias de
(grupos lingüísticos o “etnias”), en entidades
planificación (Río Piedras: SIAP). Sobre Huaycán, véa-
se Ortiz (1990) op. cit. de autogobierno local de estructura comunal,
238 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

que se articulan entre sí en cada país forman- dor del Lago Titicaca, en una estructura de
do una red organizacional de segundo nivel y autogobierno regional, formada por la aso-
luego a escala amazónica, en una red de tercer ciación de las comunidades de cada circuns-
nivel, denominada Coordinadora de Organi- cripción administrativa, en una estructura
zaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica llamada “multicomunal”, y luego la articula-
(COICA). Se estima que la COICA representa ción de tales “multicomunales” en la llamada
algunos cientos de miles de personas. Unión Nacional de las Comunidades Aymaras
Las organizaciones integrantes de la COI- (UNCA). El propósito declarado es velar por
CA tienen, además, organización nacional los intereses de la población aymara en un
en cada país y están comenzando un período momento en que la crisis es muy grave, hay
de conflictos crecientes con los Estados cen- muy poco o nada que esperar del Estado cen-
trales que, en América Latina, no obstante la tral y en consecuencia, se requiere una orga-
colonialidad inherente a las relaciones entre nización global, que permita debatir, decidir,
los grupos “étnicos” y culturas, se consideran planificar, globalmente.
“Estados-nación”. Los conflictos más fuertes En cada caso se trata de un proceso de revi-
se han producido en Ecuador, particularmente talización de la institución comunal y de la reci-
con la organización de los schuar, y han pro- procidad; pero al mismo tiempo de una profun-
ducido numerosas víctimas entre éstos. No son da innovación en la estructura de organización,
menores en los casos de Brasil, Perú y Bolivia, de gestión y de autoridad. La organización im-
agravados por los problemas derivados de la plica asambleas y debates donde participan
producción de coca y el tráfico de cocaína en todas las personas mayores de 18 años (en al-
las regiones amazónicas de esos países. En Ve- gunos lugares, mayores de 14), cualquiera sea
nezuela, el gobierno actual dio un paso notable: su condición y género. La elección de las au-
entregó al grupo de los yanomanis un territorio toridades, por votación en cada comunidad; la
autónomo, más extenso que Bélgica. Ese es, representación directa, bajo control directo en
aún, un caso singular. cada comunidad; la organización de institucio-
nes ad hoc para cada ámbito de actividad (en
2) La reciente organización de las comunida- la UNCA, por ejemplo, para la pesca, la agricul-
des aymaras, en el Altiplano peruano alrede- tura, la ganadería, la artesanía, la educación, la
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 239

salud, los asuntos de la mujer, de los jóvenes), tiempo, de sus dificultades frente a las fuerzas
por los mismos mecanismos33. del capital y de su estado, es seguramente la
experiencia de la Comunidad Urbana Autoges-
tionaria de Villa El Salvador (CUAVES).
La experiencia de Villa Villa El Salvador es ahora lo que en Lima
El Salvador34 suele ser llamado un “distrito popular”35, donde
habitan 254.641 personas, según el último cen-
Una ilustración eficiente de las relaciones nue- so nacional de población (1993). Pero nació
vas que van surgiendo en torno de la estruc- como la CUAVES, en 1973, con una población
tura comunal de autoridad, como forma de censada entonces en 109.165 personas, agrupa-
representación y de autogobierno local en las da desde una invasión de tierras en 197136.
nuevas poblaciones urbanas formadas princi- La CUAVES fue producto de un compromiso
palmente por trabajadores, así como, al mismo entre el Estado y una población que buscaba
tierra para poblar e invadió una zona arenosa
en los linderos de una de las más exclusivas zo-
33 La información sobre COICA proviene de recientes nas “residenciales”37 del sur de la ciudad. Este
indagaciones personales con sus dirigentes nacionales y
algunos regionales. Sobre la Unión Nacional de Comuni-
dades Aymaras (UNCA), la información proviene de un
reciente recorrido personal durante más de 2 meses en 35 No sólo y no tanto por el nivel de ingresos y los es-
las comunidades aymaras agrupadas en UNCA, de ex- tándares de vida, sino porque allí no habitan la burgue-
tensas conversaciones con sus dirigentes nacionales y sía y las capas medias que, faute de mieux, pueden ser
locales, y de asistencia a algunas de sus asambleas. llamadas “europeizadas”, tanto porque su cultura tiene
ese sello, como porque procuran diferenciarse de las
34 La información específica acerca de VES proviene gentes de procedencia “andina” (término que se hace
de una revisión de los documentos de la CUAVES, de equivalente de “indio” o “cholo”) “ablancando”, i. e. “eu-
la bibliografía acerca de VES y de una encuesta hecha ropeizando” su autoimagen e identidad.
sobre una muestra del 10% de viviendas de VES, como
parte del proyecto de investigaciones que llevan a cabo 36 Véase: “Villa El Salvador: Resultados del II Censo
el Centro Comunitario de Salud Mental (CECOSAM) y el CUAVES 84” (Lima: VES, 1984) pp. 53 ss.
Centro de Investigaciones Sociales (CEIS). La muestra 37 En Lima son denominadas así las zonas de vivienda
fue diseñada en 1996 por el Instituto de Estadística e de la burguesía y de las capas medias asociadas a ella
Informática (INEI) a pedido de CEIS-CECOSAM. en términos de ingresos y de estilos de vida. No recon-
240 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

compromiso fue posible por las características Concejo Municipal Distrital, para incorporar
de lo que se autodenominaba el “Gobierno Re- esa población, finalmente, a su propia y verti-
volucionario de la Fuerza Armada” y fue mejor cal estructura de autoridad. Y luego, cubierto
conocido como el régimen “velasquista”. Pero por las tendencias de fragmentación social y de
fue por decisión de los pobladores y contrarian- reclasificación de la población que las actuales
do las presiones estatales, que se organizó de tendencias del capital producen y que una ver-
esa manera, esto es, como una estructura co- sión extrema del “neoliberalismo” logró impo-
munal representación y de autogobierno local. ner abruptamente en el país, desde 1990.
CUAVES se constituyó como un proyecto Respecto de las cuestiones aquí debatidas,
de autonomía política, pero no de separación son muchas las implicaciones de esa excepcio-
de un sector de la población frente al Estado. nal experiencia que merecen ser consignadas.
En tal carácter fue, sin duda, una experiencia En primer término, debe ser señalada la gravi-
excepcional en el nuevo mundo urbano latino- tación de la CUAVES en la generación y crista-
americano que se formó en la segunda mitad lización de una identidad colectiva. Tiene que
del siglo XX. No podía, en consecuencia, desa- haber sido tan intensa que, aún hoy, cuando la
rrollar sino relaciones contradictorias con el autoridad comunal es, como institución real,
Estado. Y es, en verdad, sorprendente el que y para los jóvenes incluso como memoria ya
haya podido, en esas condiciones, establecer- apenas una virtualidad, sus huellas son clara-
se y perdurar por más de una década, hasta su mente perceptibles en la actitud de la pobla-
virtual eclipse desde la segunda mitad de los ción sobre sí misma dentro de la ciudad. No
años ochenta, primero sometido por el Esta- se trata de una identidad diferenciadora, de un
do, que lo convirtió en un Distrito y le creó un nosotros frente a los demás. Se trata de una
suerte de autoestima colectiva, que gravita so-
bre el promedio de los individuos, incluso en
taré aquí la historia de Villa El Salvador (VES), sobre la gentes para las cuales CUAVES no es más una
que hay una extensa literatura. Una revisión sistemáti- esperanza, o no logró ser una memoria. Y para
ca de ella fue tarea de nuestra investigación. Véase el muchos aún es una apelación, cuando y cada
respectivo informe de: Pajuelo, Ramón “Villa El Salva-
vez que se requiere enfrentar una frustración o
dor en su Bibliografía” en Villa El Salvador. Poder y
Comunidad, op. cit. un descontento.
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 241

Esa poderosa huella de la experiencia de la ción, unidad económico-financiera, unidad de


CUAVES en la subjetividad social de la pobla- administración, comité de asesoramiento) y a
ción, proviene probablemente de la experien- los Comités Especiales. Cada teniente de un
cia colectiva de autorganización de la pobla- cargo, de cualquier nivel, provenía pues de la
ción, de planeamiento colectivo del poblamien- asamblea de una de las manzanas, su conducta
to, de enfrentamiento colectivo a la autoridad y sus acciones en el cargo eran evaluadas allí y
estatal en demanda de recursos, de servicios en el conjunto de la comunidad, y podía ser re-
urbanos y sociales, y frente a represiones poli- movido por acuerdo de su asamblea de origen.
ciales. Pero se formó y se sostiene en algo que Esta fue, claramente, una democracia directa,
no se ha desintegrado del mismo modo que la donde los representantes, las autoridades y
instancia central de la autoridad comunal: una sus actos y decisiones en el ejercicio de esas
textura social cuya formación, consistencia y responsabilidades, quedaban sujetos al control
reproducción remiten a la estructura de auto- directo de los miembros de la comunidad.
gobierno comunal. Semejante estructura reclamaba y estimula-
Dicha estructura partía de la organización ba la participación de todos los pobladores en
de los habitantes de cada bloque de viviendas o los debates y en las acciones acordadas en las
“manzana”. Ellos se organizaban en una Asam- asambleas. Pero también permitía a las gentes
blea y elegían a los miembros del Comité de establecer entre sí relaciones directas, desde
Manzana y sus delegados o representantes. Los las comunales, de grupos, hasta las plenamen-
delegados de todas las “manzanas” formaban te individuales. En un sentido, de una parte se
la Asamblea del Grupo Residencial y elegían estableció una urdimbre entre la vida comunal
un Comité del Grupo Residencial. Y finalmen- y la familiar e individual. Pero eran gentes de
te todos los representantes de esos sectores se heterogéneas procedencias e identidades, que
organizaban en la Asamblea Comunal que ele- se relacionaban entre sí como individualida-
gía a los miembros del Concejo Ejecutivo Co- des. Pudieron confluir, por lo tanto, múltiples
munal, al Concejo de Vigilancia, a los Concejos y heterogéneas identidades y subjetividades.
de Línea (seis en total: producción, servicios, Articularse y diferenciarse intereses diversos.
comercialización, educación, salud y previsión Consentir y disentir ideas y orientaciones. No
social); a los Organismos de Apoyo (planifica- era la memoria de los mayores o la tradición y
242 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

las jerarquías tradicionales lo que regia la vida el cual fueron manejados los problemas de los
de la comunidad, sino el debate, la decisión, la pobladores de VES, durante la vigencia de la
elección. La solidaridad no era, por lo mismo, CUAVES39.
una voluntariosa decisión, o un discurso, sino Para partir, debe quedar establecido que vir-
el tejido mismo de la vida diaria entre las gen- tualmente todo lo fundamental que VES tiene
tes de la comunidad. Y algo extremadamente hoy en materia de planeamiento del poblado,
importante de ser tenido en cuenta para esta de organización del espacio, de distribución
discusión: toda acción era no sólo producto de de las viviendas, de provisión de recursos, de
debates y decisiones colectivas, sino que era redes viales y servicios urbanos, de servicios
ella misma colectiva, tenía siempre y necesa- de salud, de educación, fueron hechos por la
riamente el carácter de una movilización colec- CUAVES o fueron resultado de largas y con
tiva de una parte o del conjunto de la pobla- frecuencia conflictivas negociaciones con el
ción, en cada caso. Estado central, con la presión de miles de po-
Esas formas de organización, de debate, de bladores movilizados en las calles adyacentes a
decisiones y acciones colectivas y la seguridad la respectivas oficinas públicas. Es notable que
personal y colectiva conquistada en esa forma todo eso pudiera ser logrado por una entidad
de existencia social, no tienen hoy la misma que nunca fue legalmente reconocida, aunque
presencia afirmada e institucionalizada en cada en el contexto político de ese período pudie-
parte de la población, pero en muchas de ellas ra ser un interlocutor de facto para el Estado.
no se han extinguido. La organización y la ac- Desde que se creó la Municipalidad Distrital,
tividad de Grupos y de Sectores se mantienen esos recursos y servicios se han ampliado40.
en algunos casos y en otros aún, una latencia38. El planeamiento y habilitación del espacio
Es solamente contra el trasfondo de esa ex- y del terreno, donde la CUAVES fue estable-
periencia que puede entenderse el modo según
39 Para una discusión completa y pormenorizada de
38 Véanse los documentos y testimonios mencionados las CUAVES, tales como resultan de la documentación
en Coronado “La Estructura de Autoridad y obtenida en nuestra investigación, véase, op. cit.
Representación en una Comunidad Urbana” en Villa El 40 VES no tiene aún servicios completos de agua
Salvador. Poder y Comunidad, op. cit. potable, de desagüe, ni de asfaltado de sus calles.
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 243

cida, fueron hechos como resultado de una cumplido en sus diez años de existencia. No
negociación entre el Concejo Comunal y el se logró una instalación de servicios de agua
Estado, conjuntamente por técnicos amigos y desagüe, que permitiera irrigar áreas vegeta-
de los pobladores y los miembros de la nueva das. Pero el desierto pudo no sólo ser habitado
comunidad. La CUAVES, ya estructura comu- de gentes, sino también de dispersos árboles
nal de autoridad, llegó al acuerdo de ir hacia la irrigados con el agua ahorrada en el consumo
organización comunal de la economía y de la doméstico, lo que ha llevado a algunos econo-
sociedad. Con esa perspectiva, presionaba por mistas-ecologistas como Juan Martínez Allier,
un planeamiento integral del espacio, sobre la a señalar VES como el ejemplo de un planea-
base de que el Estado admitiera que se trata- miento urbano con sentido ecológico.
ba del espacio de una comunidad y que esta- CUAVES no logró en cambio que el Estado
ría bajo el control de ésta. El planeamiento fue admitiera que ella fuera la dueña del territorio
proyectado así, en efecto, aunque no se realizó de la comunidad y que la población decidiera
sino en sus primeras etapas. La distribución de en asambleas dónde, a quiénes y por qué razo-
las aéreas y edificaciones públicas, así como la nes se adjudicarían las viviendas. Especialmen-
distribución de las áreas de viviendas, siguió te, que el precio de los terrenos para viviendas
ese planeamiento. no fuera pagado o, en todo caso, no al Estado,
No es probable que haya muchos ejemplos sino a la propia CUAVES. Y en consecuencia,
de esta forma de poblamiento, después de la que la producción de las viviendas fuera una
Segunda Guerra Mundial, en el mundo urbano tarea y una responsabilidad comunal con sus
de América Latina. Y para todo observador de miembros. La dirección inicial del Concejo Co-
VES, no cabe duda de que esa forma comunal munal fue derrotada en esa pugna y reemplaza-
de planeamiento moderó, de modo notable, da por otra más pragmática en sus relaciones
la hostilidad del seco y desértico arenal, aso- con el Estado. En adelante, la construcción de
ciado al de la pobreza, sobre sus pobladores. las viviendas, si bien hecha como autocons-
CUAVES decidió la forestación de su territorio trucción por cada familia, en muchos casos
y diseñó áreas de bosques futuros, irrigados apoyada en la ayuda mutua procedente de la
con lagunas de oxidación, plantíos de árboles experiencia comunal de los indígenas perua-
en las calles, jardines. Poco de eso pudo ser nos, fue un asunto privado.
244 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Entre 1974 y 1975, CUAVES negoció también con el Estado entraron en una fase más agu-
con el Estado la creación de una estructura bá- da. Pero los planes no se licuaron. Fueron de-
sica de financiamiento de las actividades de batidos una y otra vez, entre 1974 y 1975. Los
producción, incluida la vivienda, de sus pobla- proyectos incluían una Granja Agrícola, Talle-
dores. El 18 de agosto de 1974 fue establecida res de Panificación, de Carpintería, de Vidrio
la primera Caja Comunal, con fondos iniciales Soplado, la creación de una Empresa Comunal
del Banco Popular del Perú (expropiado y pa- de Trasporte, otra de Construcción Civil; la
sado a la propiedad estatal). El propósito de habilitación de una Zona Industrial. Entonces
la Caja Comunal era establecer un sistema de se inició la formación del Parque Industrial de
ahorros y de créditos de los pobladores, para VES, con pequeños talleres formados bajo el
las necesidades individuales y colectivas. Para patrocinio de la comunidad.
los gastos familiares en salud, educación, vi- Las Comisiones de Educación, de Salud, de
vienda, ante todo. Y en segundo lugar, para la Trasporte, de Comunicaciones, desplegaron un
organización de “empresas autogestionarias” incesante esfuerzo para conseguir que el Esta-
pensadas para producir, en adelante, de mane- do estableciera en VES centros educativos, de
ra comunal sus bienes y servicios. salud, servicios de trasporte colectivo. A esas
La Caja Comunal tuvo vida activa durante presiones se debe la presencia actual de varios
una primera etapa. Recibió ahorros y otorgó centros educativos, de un hospital y de centros
créditos. Con éstos se inició la formación de de salud. Y vale la pena registrar los enfoques
pequeños talleres artesanales y la organización que orientaban los esfuerzos. En la II Conven-
de un servicio comunal de expendio de kero- ción de la CUAVES, en agosto de 1974, fueron
sene, que era entonces y aún es hoy, el recurso debatidos todos los proyectos de desarrollo, en
energético doméstico de las cocinas de la ma- cada una de las áreas. Sobre la educación se
yor parte de los pobres de Lima. afirma que: “es un engranaje fundamental para
CUAVES formó una comisión de proyectos la auténtica liberación de nuestra sociedad, del
públicos, a la que encargó estudiar y proyectar sistema de explotación y de dependencia” y
la factibilidad de unas 20 empresas autogestio- sobre la salud, que “el concepto de salud es la
narias en VES. Los proyectos no prosperaron, expresión más visible de la capacidad de reali-
entre otras cosas debido a que los conflictos zarse como ser humano y social” y que por eso
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 245

la política de salud de la comunidad debe ser elecciones al Concejo Comunal e intenta des-
“encarado en sus aspectos culturales, sanita- mantelar todas las entidades de producción,
rio, económico y social”. de distribución y de financiamiento de la CUA-
El manejo del servicio de distribución del VES. Duró un año. La amplia mayoría de la po-
kerosene, es quizás uno de los más ilustrativos blación levantó de nuevo el proyecto comunal.
ejemplos de lo que significaba la organización Eligió esta vez a una dirección para la cual era
y la autoridad comunal en la vida diaria de la explícito un proyecto comunal de autogobier-
población de VES. CUAVES se había hecho no y de autoproducción de la economía, de la
cargo de esa responsabilidad desde 1973, y en sociedad, de la cultura.
1975 se organiza una red de centros de distri- Recomenzó entonces, con toda su fuerza, la
bución del producto. El propósito declarado movilización organizada de la comunidad exi-
era abaratar el costo de uno de los más indis- giendo al Estado la dotación de servicios fal-
pensables elementos de la vida diaria de la po- tantes, de luz, de asfalto de trasportes, de agua
blación, eliminando el tramo de la intermedia- y desagüe, de limpieza pública, de centros de
ción privada. CUAVES logró que PETROPERU educación, de salud. Y se inició la reorganiza-
suscribiera un Contrato de Préstamo de Equi- ción de las empresas comunales, que la admi-
po (un surtidor, un tanque de 4 mil galones), a nistración anterior había logrado desmantelar
cambio de ser el único vendedor del producto casi totalmente: la Caja Comunal, la Farmacia
en esa población. Y, durante unos años, esa Comunal, la Ferretería Comunal, los Grifos
fue una de las más valiosas ayudas diarias de de Kerosene, el Parque Industrial. Muchos de
la autoridad comunal a su población, aunque esos pedidos fueron atendidos, no por el Esta-
fue también una de sus más complicadas y tra- do, pero sí por agencias internacionales, como
bajosas tareas. UNICEF, UNESCO, en las áreas de educación y
Las relaciones con el Estado no podían ser de salud. Por un tiempo, también las empresas
sino contradictorias, y los conflictos en el Es- comunales se reactivaron.
tado atravesaban a toda la población de VES. La economía peruana, sin embargo, ya había
Tras el golpe de Estado de 1975 y el cambio del ingresado en la crisis mundial desde 1974. El
carácter del régimen militar, una de las tenden- Estado gobernado por un régimen menos am-
cias políticas dentro de la comunidad gana las bivalente frente a las demandas populares, te-
246 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nía menos disposición a ceder a las demandas (CARE), para la conservación de sus áreas fo-
y a las movilizaciones de VES. restadas, y para dar empleo y salarios a pobla-
La segunda mitad de la década fue ocupada dores de VES en esas actividades.
por grandes confrontaciones sociales y políti- Entre 1980 y 1983 en la CUAVES crecen,
cas entre el gobierno militar y los trabajadores, como en la izquierda de todo el país, las ten-
sobre todo, pero también entre el gobierno dencias políticas adversas a las ideas de auto-
y sectores de la burguesía. El régimen mili- gobierno y de autoproducción de la sociedad.
tar asume un carácter dictatorial más abierto Casi todas ellas van también dejando atrás sus
frente a los trabajadores, logra contener y dis- propias ideas favorables al “socialismo real-
persar las fuerzas organizadas más radicales, mente existente” y van adoptando el discurso
derrotando el Paro Nacional de 1977, y sobre social-liberal, los más, y socialdemócrata los
esa base reabre desde 1978 una nueva institu- menos. El “barrantismo” (por Alfonso Barran-
cionalidad liberal, que se ha mantenido hasta el tes) fue la ajustada expresión política de esas
“fujimorismo”41. tendencias, juntas conquistan una amplia he-
CUAVES se constituyó en esos años, espe- gemonía en el Concejo Comunal de CUAVES,
cialmente entre 1975 y 1978, en uno de los bas- presionan por la conversión de VES en un dis-
tiones organizados de la resistencia popular trito y la elección de un Concejo Municipal. El
contra la dictadura. Aún en esas circunstan- Estado decreta en 1983 la creación del Distrito
cias, manejando las contradicciones internas de Villa El Salvador y, en las elecciones mu-
del régimen militar, CUAVES logra acuerdos nicipales de ese mismo año, las fuerzas hege-
con entidades estatales (Oficina Nacional de mónicas en CUAVES obtienen también una
Apoyo Alimentario, Instituto Nacional Fores- amplia victoria.
tal), y con organismos de ayuda internacional Durante un período más bien corto, las re-
laciones entre el Concejo Municipal y el Con-
cejo Comunal fueron ambivalentes. Inclusive,
41 Sobre mi debate acerca del “fujimorismo”, ver formalmente el primero admitió la primacía
mis textos reunidos en: El Fujimorismo en el Perú de la autoridad comunal. Eso no duró mucho.
(Lima: SEADE, 1995); y “Populismo y Fujimorismo”
Los conflictos no tardaron. Se hicieron áspe-
en AA. VV. Populismo en los Andes (Caracas: Nueva
Sociedad, 1998). ros sobre todo en relación con los impuestos
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 247

municipales. La población tenía que pagar en celebrado. No obstante las huellas de la expe-
adelante, tributos, a los que apropiadamente riencia comunal en la intersubjetividad de una
se conoce como impuestos, por los servicios parte de los pobladores, la estructura social
que había arrancado con sus movilizaciones al de la población es muy distinta que durante
Estado o había logrado establecer con su pro- la existencia de la CUAVES. No solamente no
pio trabajo. Pero CUAVES estaba ya demasia- existe más la urdimbre organizativa comunal,
do debilitada, dispersos los grupos que impul- como trama de las relaciones de la vida diaria
saban la organización y la existencia comunal, de las gentes. La diferenciación y la estratifi-
y estaba bajo la hegemonía de los partidarios cación social se han hecho notablemente pro-
del Estado central. El Municipio se impuso en nunciadas. La concentración del control de
toda la banda. recursos, de ingresos, sigue las mismas pau-
CUAVES no ha dejado de existir formalmen- tas que en el resto de la sociedad peruana. Es
te. Pero desde mediados de los ochenta fue de- decir, ha crecido bruscamente el número de
jando de ser la excepcional red organizativa, la pobres y la magnitud de su pobreza. Notable-
fuerza movilizadora y la intersubjetividad y la mente, en una muestra del 10% de hogares de
forma de existencia diaria, que eran su especifi- VES, en 1996, no se encontró ningún ingreso
cidad y su promesa. Hoy, inclusive su local está personal que llegara a mil soles mensuales (en
alquilado a una de las organizaciones religiosas el otro extremo, casi el 10% de la muestra no
llamadas protestantes. alcanzaba el Ingreso Mínimo Legal, 230 soles
Las empresas comunales (la Caja Comunal, en la fecha de la muestra).
la Farmacia Comunal, la Ferretería Comunal, Pero esta vez, los pobres de VES no están
la distribución comunal del kerosene, los ta- organizados, la mayoría de ellos no tienen re-
lleres comunales) han sido desmanteladas. El laciones estables fuera de la familia inmedia-
Parque Industrial de VES ha sido convertido, ta, porque la lucha por la sobrevivencia es un
por deliberado esfuerzo del Estado y del Mu- asunto individual y familiar. De allí, probable-
nicipio, en una colección de pequeñas empre- mente, como luego veremos, la insistencia de
sas privadas. los incluidos en esa muestra sobre el carácter
En las ceremonias por el 25° Aniversario de individual del trabajo.
Villa El Salvador, en 1996, sólo el Distrito fue
248 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Las implicaciones de la 1. La fragmentación estructural


reclasificación social
Los posmodernistas insisten en que la frag-
Lo que ha ocurrido con la CUAVES no fue, sin mentación estructural –o social, como ellos
embargo, sino en primera instancia, el resulta- la llaman– es un fenómeno específico de la si-
do de los cambios en las correlaciones de fuer- tuación actual de la sociedad y que es uno de
zas políticas e ideológicas entre la población. los signos de la posmodernización42. Es más
Mucho más poderosa ha sido la actuación probable, no obstante, que se trate de algo que
de las tendencias del capital que se conocen ocurre en todos los momentos de transición
hoy como “globalización” (la reconcentración entre un tipo de sociedad y otro, como ocurrió
mundial del control de recursos, de ingresos y entre la sociedad feudal y la capitalista en Eu-
del Estado), y cuya aplicación comenzó inse- ropa Occidental (“all that is solid melts into
guramente en el Perú bajo la “segunda fase” air”, observaron ya los autores del Manifies-
del régimen militar, entre 1975-1980, prosiguió to); o entre un modo y otro de un mismo, pero
irregularmente bajo Belaunde, entre 1980 y estructural e históricamente heterogéneo pa-
1985, y tras un corto y fallido intento de resis- trón de poder, como es nuestra experiencia
tencia entre 1985 y 1987, ha sido finalmente im- en América desde 1492. De todos modos de
puesto en sus máximos extremos desde 1990, lo que estamos tratando aquí no es tanto de
por el fujimorismo. la desintegración de las instituciones y organi-
Dos de esas tendencias requieren aquí una zaciones formales y públicas, sino de las más
discusión específica. Una, la fragmentación es- profundas y permanentes mallas de relacio-
tructural del mundo del trabajo y la reclasifi- nes sociales que llegaron a existir de manera
cación social de la respectiva población. Otra estructurada, es decir que se reprodujeron, se
es la crisis de identidades y de perspectivas
sociales. Ambos procesos tienen lugar en toda
la sociedad peruana, sin duda, pero no en toda 42 En América Latina, sobre todo Lanz, Rigoberto
1996 La deriva posmoderna del sujeto (Caracas: s/d).
ella actuó una experiencia como la CUAVES.
También en: “Lo que el fin de la política quiere decir”
Por eso tiene especial interés explorar más de en RELEA. Revista Latinoamericana de Estudios
cerca esos mismos fenómenos en VES. Avanzados (Caracas: UCV) N° 1: 7-17, julio de 1996.
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 249

procesaron, por un tiempo largo, tanto en sus En el caso de VES, dichos efectos son noto-
dimensiones material como intersubjetiva, in- rios. En 1996, en una muestra del 10% de hoga-
cluyendo, en consecuencia, identidades, pers- res del distrito, entre personas mayores de 18
pectivas y discursos. años, cuya mayoría está entre 28 y 37 años de
Para no ir demasiado lejos, en esta ocasión, edad, sólo encontramos 5,75% de asalariados
el proceso que algunos comienzan a denominar, activos, ningún obrero industrial y un 20,31%
inadecuadamente, como el “fin del trabajo”43, de desempleados totales. Los demás trabajado-
es uno de los decisivos procesos de fragmen- res ocupados eran los llamados dependientes
tación estructural: las relaciones sociales de no-asalariados, 3,13%; artesanos y vendedores
producción-distribución fundadas en el salario de calle 43,75%. Y trabajadores en relaciones
y los agrupamientos sociales correspondientes eventuales de múltiples tipos, 7,81%.
han entrado en ese proceso. Todos los trabajadores asalariados de esa
Para lo que aquí está en cuestión, es perti- muestra tienen empleos en lugares diferentes.
nente hacer notar que el proceso de clasifica- Lo mismo ocurre con todos los demás encues-
ción fundado en esas relaciones sociales espe- tados. Esto es, están involucrados de modo
cíficas ha entrado mundialmente en fragmen- estrictamente individual en sus ocupaciones.
tación. La “globalización” implica, desde este Y no se conocen entre sí. El máximo ingreso
punto de vista, al mismo tiempo una re-concen- mensual encontrado en la muestra es menor de
tración del poder y una fragmentación de am- mil soles, equivalente a 377 dólares, y el más
plias áreas de relaciones sociales. Para hacer bajo es de 230 soles, unos 86 dólares (al cambio
visible el fenómeno, bastaría con observar las de la fecha de la encuesta).
consecuencias de la “desindustrialización” ma- El cambio es importante. Cuando la CUA-
siva de países antes “industriales”, con el masi- VES se organizó, 25 años atrás, era una pobla-
vo desempleo y con la reproducción necesaria ción pobre, sin duda, cuyos recursos no alcan-
de formas de trabajo no-salariales. Los efectos zaban para procurarse cada uno vivienda en el
son aún más drásticos en países como el Perú. mercado, cuya mayoría no tenía empleo y sa-
lario estable. Pero con una minoría importan-
te de asalariados estables, obreros en grandes
43 Rifkin, Jeremy 1994 The End of the Work (Nueva
York: Jeremy P. Tarcher Inc.). y medianas industrias, o empleados del más
250 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

bajo escalón en dependencias del Estado. La mente empleados” (con salario mayor que el
estratificación no era muy pronunciada, ni la mínimo legal) son 37,8%; los “subempleados”
concentración de ingresos. La heterogeneidad (con salario menor al mínimo legal) son 45,8%;
social de la población no incluía diferencias de y los “desempleados” son el 16,4%44.
clase. Eran, en su generalidad, trabajadores de Tales informaciones apuntarían a que una
procedencias diversas, migrantes, en el mismo parte significativa, aunque minoritaria, de la
proceso de agrupamiento clasista que los de- población que se organiza originalmente en la
más trabajadores del país. El trabajo era parte Comunidad es asalariada, la mayoría de ella
de una malla de relaciones sociales. formada por obreros industriales. Los demás
No se dispone de cifras precisas sobre la son trabajadores independientes que están,
composición laboral de la población fundado- sobre todo, en el comercio callejero de bienes
ra de la CUAVES, en 1973. Las de los Censos y de servicios de todo tipo. Los asalariados
Nacionales de esos años incluyen a VES dentro industriales trabajan en fábricas, se conocen
del Distrito de San Juan de Miraflores. Y el lla- entre sí, están organizados en sindicatos y mu-
mado Autocenso de 1973 (hecho por los pobla- chos de ellos son dirigentes sindicales y miem-
dores de VES), no discrimina entre asalariados bros de organizaciones políticas, por lo general
y no-asalariados (otras son sus categorías: arte- de izquierda.
sanos y obreros, 37%; comerciantes, 33%; alba- De hecho, el primero de los Secretarios Ge-
ñiles, 20%; servicios, 7%; agropecuario, 3%). La nerales del Concejo Comunal de la CUAVES,
misma fuente señala que el 70% de los trabaja- Apolinario Rojas Obispo, era obrero textil, di-
dores se empleaba fuera de VES. Diez años des- rigente del sindicato de la fábrica Hilos Cadena
pués, en 1984, CUAVES hace otro Autocenso. y de un Comité de Lucha Textil, y llegaría más
Pero no se produce información directa sobre tarde a ser uno de los dirigentes y uno de los
el trabajo. Las cifras son estimaciones hechas redactores del Manifiesto del famoso Comando
a partir del Censo Nacional de 1981 acerca del
Distrito de Villa María del Triunfo al cual VES
aún pertenecía. Como en 1973, una de cada 44 Véase los datos del Autocenso de CUAVES en
1973, en: Zapata, Antonio 1996 Sociedad y Poder Local
cuatro personas tiene empleo estable. Sobre
(Lima: DESCO) p. 101. Véase también: CUAVES 1984
una PEA de 45.717 personas, los “adecuada- Un pueblo, una realidad (Lima: VES).
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 251

Unitario de Lucha (CUL), que organizó y acau- trabajadores, no implica solamente desempleo
dilló el Paro Nacional de junio de 1977, en la y subempleo permanentes o “desocupación
práctica el primer paro nacional del país des- estructural”. Los obliga a reproducir, de modo
pués de 1919, con el cual culmina el ciclo de creciente, relaciones de trabajo no-salariales,
movimientos populares desde 1945. a combinar flexible y pragmáticamente varias
La población de trabajadores de Villa El Sal- de ellas para poder sobrevivir. Están, en conse-
vador es hoy, sin duda, más numerosa y más cuencia, sometidos a un proceso de reclasifica-
pobre que en 1973. Sin duda también está atada ción social, o, en otros términos, a la salida de
como antes a las relaciones de explotación del las previas relaciones de clases y a la reconfi-
capital, sea de manera directa en la produc- guración de otras distintas, que no tienen aún,
ción, o por medio del despojo en el mercado en ningún lugar del mundo, estructuras claras,
de ingresos y de bienes y servicios. Pero lo está cristalizadas y reconocibles por sus implicados.
de manera diferente que antes: de modo indi-
vidual, disperso, sin condiciones sociales de 2. Los problemas de identidad
agrupamiento en función de esas relaciones. y de perspectivas sociales
En otros términos sus relaciones sociales den-
tro del capital son fragmentarias. Las actas y los documentos de las Conven-
Las informaciones oficiales sobre la situa- ciones de la CUAVES, en particular de la II y de
ción de los trabajadores del país, dan cuenta la III45, muestran el despliegue de una perspec-
de que más del 85% de la PEA es subempleada,
aunque el desempleo oficial aparece sólo alre-
dedor del 10% de esa población. Una mirada 45 “Los pobladores de Villa El Salvador rechazamos
y repudiamos toda organización social, económica,
más atenta a la información del último Censo,
política y cultural basada en el sistema capitalista e in-
indica que la masa mayor de los trabajadores, corporamos a nuestra conducta social, a nuestra orga-
incluidos los que tienen empleo, están en la nización vecinal y a nuestras creaciones económicas,
misma situación: con relaciones fragmentarias políticas y culturales, los principios socialistas de so-
dentro del capital. lidaridad y fraternidad entre los pobladores”, dice en
parte la Declaración Política de la I Convención de la
La carencia de relaciones de trabajo estables,
CUAVES, de 28 al 29 de julio de 1973. Véanse los docu-
articuladas en agrupamientos amplios, para los mentos y los debates en los Archivos Apolinario Rojas
252 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

tiva social en la cual los conflictos entre el capi- es proclamada como la trayectoria específica
tal y el trabajo, de un parte, y las cuestiones de de socialismo que la CUAVES asume. El “cua-
la liberación social de los trabajadores perua- vismo” es el nombre de esa particular concep-
nos, de la explotación y de la discriminación, ción de socialismo. Mientras esa trayectoria
son los ejes centrales. Y no se trata solamente se desarrolla, CUAVES reafirma la decisión de
de un debate abstracto. La perspectiva orienta, mantener con el Estado central relaciones de
modula, todos los proyectos y las propuestas autonomía y de negociación sobre los recursos
concretas sobre la organización de la educa- que necesita del Estado.
ción, de la salud, de la producción, de la dis- La idea de trabajo en esos debates está aso-
tribución, de la comunicación, de la población ciada explícitamente a las cuestiones de ex-
organizada en la CUAVES. plotación y de liberación de la explotación, al
La Comisión de Asuntos Políticos de la II mismo tiempo, porque la experiencia de trabajo
Convención sostiene que el capitalismo priva- está articulada en estructuras sociales percep-
do, lo mismo que el capitalismo de Estado, son tibles, que colectivizan la experiencia, generan
por igual formas de explotación del trabajo. La relaciones, identidades y perspectivas de gru-
Comisión de Educación insiste en la necesidad po, permiten diferenciar, organizar y movilizar
del desarrollo de las facultades individuales intereses sociales. Y no fueron pocos los que
y la conciencia social. La Comisión de Salud, tomaron parte en esas Convenciones. A la III
propone que la salud es una expresión de las asistieron cerca de 1.200 delegados elegidos en
relaciones sociales y no solamente de la biolo- todos los grupos y sectores de la comunidad y
gía. Los documentos de la III Convención son varios cientos más en calidad de participantes
todavía más explícitos y enfáticos. La democra- con voz, pero sin derecho a voto, ya que no eran
tización de las relaciones sociales cotidianas y delegados elegidos en sus respectivas asam-
del control de recursos y de los mecanismos de bleas de grupo y de sector. Las deliberaciones y
decisión colectiva, no la estatización del con- las votaciones fueron seguidas, en consecuen-
trol de los recursos y de la vida de las gentes, cia, por el conjunto de la población. La perspec-
tiva y el discurso sobre las relaciones entre el
trabajo y la explotación no eran patrimonio de
y L. Rubio, V. Nicho. Véase también el estudio de Jaime
Coronado, op. cit. una minoría, sino la corriente central del pensa-
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 253

miento social de los pobladores de VES en ese Era muy sorprendente, antes de hacer esas
momento. De otro modo, no sería explicable verificaciones, encontrar que cerca del 2% de
que con ocasión del Paro Nacional de 1977 y del la muestra asumía la identidad de empresa-
Paro del magisterio en 1978, fuera el conjunto rios. Pero la idea de empresa resultó ser no di-
de la población la que tomara parte activa, en su ferente de la idea de trabajo. Un empresario no
promoción, en su defensa y en el cumplimiento es, en esa imagen, el funcionario del capital,
de los acuerdos de sus asambleas. que ejerce el control de la relación social, del
Por esas razones, la perspectiva encontrada trabajo y de la apropiación final del producto.
en la población encuestada aparece como un Se trata de una persona emprendedora, con
violento contraste. Todos ellos son trabajado- iniciativa y con capacidad de trabajo organiza-
res y sus ingresos no superan en ningún caso do y persistente.
la parca cifra de 374 dólares. No obstante, vir- El trabajo y la empresa son, en consecuen-
tualmente para todos, la idea de trabajo evoca, cia, elementos de una ética social que hace del
exclusivamente, las ideas de esfuerzo, de em- esfuerzo y de la iniciativa los ejes del destino
peño y de sacrificio, individuales o, a lo sumo, de los individuos, de los grupos sociales, de la
familiares. En ningún caso, la idea de trabajo sociedad. Y eso está en clara vinculación con
evoca relaciones sociales estructuradas, mu- las parejas de imágenes que forman, de un lado
cho menos la explotación o la dominación. trabajo-esfuerzo e individuo-familia, del otro.
Cuando, por lo tanto, se encuentra que la Y eso aparece más acusado aún, cuando en
mayoría abrumadora se identifican como tra- el último escalón descendente de la estratifi-
bajadores, se encuentra también que no se trata cación social se coloca a los “vagos” y a los
de una indicación de un lugar en determinadas “desocupados”.
relaciones sociales, mención de agentes anta- Finalmente, es pertinente aquí discutir bre-
gonistas o de intereses socialmente diferentes, vemente algunas de las implicaciones de los
sino que se trata de una alusión a ser gentes datos sobre la percepción social de los encues-
esforzadas, activas, con capacidad de hacer lo tados acerca del conjunto de la sociedad, sobre
necesario para sostenerse y, con más esfuerzo todo respecto de las diferencias de las gentes
y algo de buena suerte, mejorar su situación en en el poder y también respecto de sus expecta-
la sociedad. tivas sobre futuro.
254 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

En el discurso social característico de los De otro lado, la abrumadora mayoría señala


pobladores de la CUAVES, la idea de la división el control de riquezas y el ejercicio de la auto-
de la sociedad en clases sociales y de esa divi- ridad política pública, como las fuentes y las
sión como el eje de la estructura del poder, pa- expresiones de esa desigualdad. Pero se trata
rece ser la corriente virtualmente consensual, de la imagen de una sociedad estratificada se-
por lo menos entre los grupos dirigentes. Pero gún el acceso al control de riquezas y de poder
si se tiene en cuenta que los asistentes en las político. Según eso, hay gente muy rica y/o con
asambleas y convenciones eran cientos y en las poder político, gente que tiene esos recursos
movilizaciones colectivas varios miles, y que en medida mediana, gente que tiene muy poca
parecían participar de la misma perspectiva riqueza y nada de poder político y todavía algu-
social, no es arbitrario inferir que ese discurso nas gentes que no tienen nada.
no era patrimonio solamente de una reducida No sería pertinente inferir de esa diferen-
minoría de dirigentes, o de una “vanguardia” ciación entre las gentes, la idea de que hay
iluminada. Los archivos que fueron organiza- algo diferente que una estratificación social.
dos en este estudio, produjeron una respetable Esto es, que en la estructura de la sociedad
masa documental acerca de eso46. hay una ruptura entre intereses sociales y no
Lo que la encuesta mostró, sin embargo, solamente diferencias de medida en un con-
no pareciera ser la continuidad de esa pers- tinuum al que pertenecen todas las gentes.
pectiva social. Las gentes de la muestra, todas Sólo el 6% de la muestra señala, por ejemplo,
ellas, no tienen dificultad alguna en distinguir que hay una cuestión de explotación en las
las diferencias de poder entre las gentes de la relaciones de trabajo y que eso es lo que hace
sociedad. La admisión de que la sociedad está que unos se enriquezcan y lleguen a un lugar
hecha de gentes desigualmente ubicadas en el en el control del poder. La mayoría (41,18%),
poder no tiene una sola excepción entre los propone el “trabajo” (i. e. el esfuerzo, la ini-
encuestados. ciativa) como el factor de enriquecimiento de
la gente y de su participación en el control del
poder. Y, por supuesto, en el Perú, la “corrup-
46 Sobre todo, véanse los Archivos: Apolinario Rojas
ción” pública y privada (45%) y el “narcotráfi-
y L. Rubio, V. Nicho. Véase también el estudio de Jaime
Coronado op.cit. co” (15,63%).
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 255

Eso no impide, sin embargo, que un 59,38% de actividad económica generadas dentro de
opine que la desigualdad social no es “natural”, ese marco, y presiona sobre las perspectivas
mientras que el 26,56% opina que sí. Ni que vir- de una parte de la población acerca de la so-
tualmente todos (90,2%) opinen que no debería ciedad, del poder, del futuro.
existir desigualdad social entre las gentes. Y to- Ese trasfondo, dramatiza el significado de
dos, menos dos personas, se identifiquen como la desintegración de la organización y de la
trabajadores. Y notablemente, el 42,19% de la autoridad comunal y de la perspectiva de au-
muestra se ubica en la “clase inferior”, la “clase togobierno y de autoproducción de la socie-
C” de las encuestas de opinión pública, contra dad. No sólo han debilitado la capacidad de
un 46,88% en la “intermedia” o “clase B” de esas defensa de la mayoría de la población de VES
encuestas, y un 3,13% en la “clase alta” o “clase frente a las exacerbadas tendencias “margina-
A” de las mismas. lizantes” del capital de hoy día, inclusive su
La muestra fue pequeña, de hogares, no de capacidad de sobrevivencia como parte de
población, y el estudio fue concebido como una sociedad organizada. Y en la misma medi-
una manera de levantar, aprender, las cues- da, parece haber agudizado también la crisis
tiones significativas que pueden ser registra- de identidad social y de las perspectivas so-
das en la sociedad peruana hoy y en particu- ciales de los trabajadores.
lar entre los trabajadores. No hay, en conse- La re-clasificación social, sin embargo,
cuencia, nada concluyente en esas primeras implica, implicará de todos modos entre los
inferencias, sobre ninguna de las cuestiones trabajadores, procesos de re-identificación
planteadas. Sin embargo, no hay modo de evi- social, el redescubrimiento de las relaciones
tar la impresión de que el desempleo, la desa- sociales que se traman en torno del trabajo,
gregación de los agrupamientos sociales liga- la percepción de intereses sociales diferen-
dos a las relaciones de trabajo, junto con la ciados en esas relaciones, la organización
re-estratificación de la población de VES, pre- institucional de tales intereses. Esos proce-
sionan hacia una re-clasificación de esa pobla- sos están ya activos en el mundo global del
ción en sus relaciones con el poder capitalis- capital.
ta. Y que todo eso se asocia a la declinación de
la organización comunitaria, de las unidades
256 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

La institucionalidad comunal: la sociedad latinoamericana (y seguramente la


¿la democracia social como de todo el “Tercer Mundo”) ha entrado en un
condición de la ciudadanía? periodo de reestructuración. Una parte de ella
ocurre por el cambio de las relaciones entre
Tanto en los casos de Villa El Salvador, como los dominantes y los dominados, y en la dis-
en Huaycán, en sus orígenes debe considerar- puta sobre el Estado, todo lo cual se establece
se la influencia relativamente importante de ante todo como una crisis de representatividad
la orientación ideológica de los dirigentes de política. La otra parte ocurre por la reorgani-
los pobladores cuando se constituían esas po- zación de los modos de existencia social de
blaciones. Pero, la amplitud y la densidad de los dominados, primero para enfrentar en lo
las poblaciones respectivas (varios cientos de inmediato los problemas de la sobrevivencia
miles), indican también que esa influencia fue o reproducción de la existencia social mate-
sólo uno de los factores. Podría quizás pensar- rial; luego para enfrentar el largo plazo de sus
se, con alguna justificación, que la experiencia problemas globales de organización social y
de la comunidad andina, mostrada en la revita- política, y para reconstituir, redefiniéndola, su
lización comunal entre los campesinos ayma- identidad en crisis. Está, según parece, en cur-
ras y amazónicos, actúa también en la ciudades so de constitución una nueva institucionalidad
de esos países. Pero el hecho de que estén pre- de la sociedad latinoamericana. Una parte del
sentes también en Santiago de Chile (las “jun- debate sobre la explicación apela a la “rebelión
tas vecinales”, las “comunas industriales”) o en étnica” contra la continuidad de la colonialidad
Río de Janeiro (las Asociaciones de Favelados del poder en estos países. Pero, probablemen-
y su Federación de Asociaciones de Favelados te, en la conjunción entre la reproducción de
del Estado de Guanabara), formas que embrio- la reciprocidad-comunidad en la producción y
nan organización y autogobierno local, cierto reproducción material de la existencia y social,
es que en menor escala, implica también que y la expansión de la comunidad en la organiza-
esa continuidad de la experiencia histórica es, ción global de la existencia social, hay signos
de nuevo, sólo uno de los factores. más complejos.
De algún modo, en las condiciones de la cri- No parece arbitrario, en esas condiciones,
sis económica, la propia institucionalidad de señalar una cuestión necesaria, que reclama
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 257

una investigación posterior: de una parte, con del poder fundado en el capital consiste, entre
sólo las reglas del mercado capitalista, las po- otras cosas, en una drástica redefinición de las
blaciones pobres de América Latina no podrían relaciones capital-trabajo y en una no menos
en modo alguno reproducir su existencia mate- drástica re-clasificación social de la población
rial, no podrían sobrevivir; por eso requieren y mundial. Ambos fenómenos parecerían llevar,
organizan la reciprocidad, en medida crecien- de un lado, hacia la reproducción de formas
te. De otra parte, con solamente los núcleos de no-salariales de explotación y de trabajo en ge-
Estado-nación47 que se han formado en las con- neral. De otro lado, hacia la crisis de las insti-
diciones de la colonialidad del poder, tampoco tuciones de autoridad del “Estado-nación” y, de
parece suficiente como marco y modo de orga- ese modo, a la producción y o reproducción de
nización de la existencia social global, para una otras formas y estructuras de autoridad.
parte creciente de las poblaciones “populares”, Esas son, sin embargo, cuestiones abiertas
urbanas y rurales, de América Latina. Requie- que demandan investigaciones específicas, que
ren la comunidad como forma de autogobierno aún tardarán. Para América Latina, son, no obs-
local y regional. tante, ya decisivas en el corto plazo. Por dos
¿Hay una relación necesaria entre esas di- condicionantes:
mensiones de la actual realidad latinoamerica-
na? Aún es temprano para pensar en respuestas 1. En América Latina no llegó a ser plenamen-
definidas. No son pocos, sin embargo, los sig- te universal el trabajo asalariado. Esto es,
nos que parecieran indicar que la globalización no fueron erradicadas del todo las formas
previas o meramente distintas. Debido a
eso, la des-mercantilización de la fuerza de
47 Sobre las limitaciones y dificultades del Estado-
trabajo, a nivel global, aquí parece implicar,
nación, donde la colonialidad no pudo ser sobrepasada,
inclusive en la más larga guerra revolucionaria, véase el ante todo, la más rápida extensión de las
excelente estudio de: Eckstein, Susan 1977 The Poverty formas no salariales del trabajo, incluida la
of Revolution. The State and the Urban Poor in Mexico reciprocidad. Así se constituye una nueva
(Princeton: Princeton University Press). También, de clasificación social de la población, y una
la misma autora: Power and Popular Protest: Latin
nueva heterogeneidad histórico-estructural
American Social Movements (Berkeley: University of
California Press, 1989). de la sociedad.
258 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

2. Del mismo modo, la colonialidad del poder, cuentran sus modelos en las instituciones pro-
que consiste en que la diferencia entre lo ducidas por el capital en estos países, como los
europeo y lo no europeo funda la desigual- sindicatos, las asociaciones gremiales y corpo-
dad de ambos en el poder, en la sociedad y rativas. Las nuevas estructuras de autoridad
en el Estado, no fue erradicada en América que comienzan a brotar o a embrionarse, ten-
Latina. En otros términos, la sociedad no derán, probablemente, a combinar todos esos
fue descolonizada, democratizada o “nacio- elementos y a producir mutaciones y produc-
nalizada” plenamente, y en algunos casos tos muy diferentes. La comunidad actual, urba-
quizás ni siquiera básicamente; ni represen- na o urbano-rural, es uno de esos productos.
tada tampoco, plenamente, en un “Estado-
nación”. La mistificación eurocéntrica de
esta categoría fue aún más acusada en estos ¿Qué hacer frente a la nueva
países. Por ello nunca han dejado de haber, institucionalidad social en
virtualmente en todos los países latinoame- América Latina?
ricanos, estructuras de autoridad diferentes
de las estatales, en relaciones de comple- Lisa Peattie48 realizó un prolijo estudio an-
mentariedad y/o de conflicto. tropológico entre las pequeñas unidades de
producción de calzado en Colombia, procuran-
Nada hay que sorprenda, en consecuencia, que do encontrar respuesta a esa pregunta genera-
al ingresar el “Estado-nación” en un período de lizada en el actual debate internacional: ¿qué
crisis, la nueva heterogeneidad histórico-es- hacer con el “sector informal”? Por supuesto,
tructural de la sociedad latinoamericana tienda encontró que inclusive un segmento muy deli-
a producir, en todos los ámbitos posibles, otras
estructuras de autoridad. Algunas de éstas en-
cuentran sus patrones formales en la memoria, 48 Peattie, Lisa R. 1982 “What is to be done with the
y aún, en las prácticas aún vigentes, como en informal sector? A case study of shoe manufacturers
las poblaciones de origen indígena, aunque no in Colombia” en Safa, Helen (ed.) Towards a
Political Economy of Urbanization in Third World
son, no pueden ser, simplemente una prolon-
Countries (New Delhi: Oxford University Press) pp.
gación del pasado o de sus modelos. Otras, en- 208-232, op. cit.
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 259

mitado es suficientemente heterogéneo como algo de ese nivel extremo y están, además,
para mostrar que ni siquiera allí era posible una diversificando la institucionalidad económica,
sola respuesta. La complejidad del problema es social, cultural y política en una dirección que
más notoria, si se piensa no solamente en tér- lleva a la democratización de la vida cotidiana
minos de la economía, sino de la entera nueva de la sociedad.
institucionalidad social que va emergiendo en La propuesta más afín con la corriente ideo-
América Latina. Pero la profesora Peattie seña- lógica predominante insiste en considerar a
ló también lo que no siempre es explícito para todos los sujetos, de lo que aquí se denomina
todos: “economic policies are at the bottom “polo marginal”, como empresarios. Si así se
grounded in political choice”. Y eso añade decide, sería necesario ayudarlos a desarro-
complejidad al problema, porque los intereses llarse en esa dirección. Requerirán crédito,
entre los que hay que escoger no van todos en asistencia técnica para la gestión, la adminis-
la misma dirección. tración, el mercadeo, y mercado. De hecho esa
Este trabajo permite señalar que hay tres política ha sido practicada en alguna medida en
segmentos de la población latinoamericana de cada país. En el Perú, bajo el gobierno de Alan
hoy que requieren más ayuda que los demás: García, se creó el Instituto de Economía del
Sector Informal (IDESI), para esas finalidades.
1. Los que son prisioneros del “polo marginal” Obviamente, los recursos disponibles eran tan
del capital. magros que no produjo resultados eficaces. La
2. Los que se han constituido en las “organiza- Cooperación Técnica alemana tiene una red de
ciones económicas populares”, incluidas las servicios en esa dirección, en diversos países.
unidades exclusivamente fundadas en la re- Pero, naturalmente, sólo puede operar sobre
ciprocidad y la comunidad. una proporción realmente insignificante de esa
3. Las organizaciones comunales de autogo- población. Y algunas ONG han logrado estable-
bierno local. cer con los bancos redes de crédito a trabajado-
res urbano-rurales, procurando convertirlos en
Los primeros están presos en un incesante y pequeños empresarios. El problema de fondo
no siempre exitoso esfuerzo de pura sobrevi- consiste, sin duda, en que hay una mistificación
vencia. Los otros dos, parecen haber salido evidente de la realidad, si se considera a todos
260 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ellos empresarios, reales o potenciales. Y ocu- ría un camino inconducente. En consecuencia,


rrirá, de todos modos, que aunque unos pocos hay que organizar la ayuda de tal modo que se
de ellos lograran convertirse o ser convertidos encuentren medios eficaces para esa combina-
en empresarios, por ese camino la generalidad ción, de modo flexible, para resolver proble-
de ellos nunca dejará su desesperada situación mas concretos, de producción, de distribución,
actual. ¿Es para eso, quizás, que ese discurso de innovación tecnológica, de fortalecimiento
ideológico está diseñado? de las organizaciones mismas, a través de su
La alternativa más promisoria, en conse- asociación en amplias redes zonales, regiona-
cuencia, sería ayudarlos a seguir el mismo ca- les, nacionales y transnacionales.
mino que las “organizaciones económicas po- Esas organizaciones requieren crédito, en-
pulares”, cuyos sujetos no han logrado salir de trenamiento técnico, mercado, profundización
la pobreza, pero sí de la extrema situación de la de la democracia interna y de su capacidad de
pura sobrevivencia, solamente en la medida en presencia pública. El crédito no provendrá del
que se han asociado, se han enseñado a combi- sistema financiero convencional, ni puede es-
nar la reciprocidad con el mercado; pero, sobre perarse que continúe la dependencia absoluta
todo, a no dejar que ninguno de sus miembros respecto de la red de “solidaridad internacio-
se las arregle como pueda y... no pueda. nal”. Y cada “oep”, aislada o asociada sólo en
Esta segunda franja de población, como vi- un vecindario, no podría resolver todos esos
mos, se ordena en una ambigua situación entre problemas. En ese sentido, las experiencias
el capital y la reciprocidad. Dadas las tenden- de los pueblos urbanos como Villa El Salvador
cias actuales de las relaciones capital-trabajo, y o Huaycán, o de los pueblos urbano-rurales
la concentración de recursos de todo el mundo como los aymaras de Puno, Perú, que intentan
bajo el control de unos pocos centros de acu- organizaciones globales, son caminos que re-
mulación, ayudar a las “oep” a convertirse en quieren ser mejor estudiados y desarrollados.
empresas capitalistas exitosas, es seguramente La experiencia de las aldeas africanas49, donde
un callejón sin salida. Pero dada también la in-
cipiencia de los recursos y de la capacidad de
49 Ghai, Dharam 1990 “Participatory Development:
reproducción de las unidades exclusivamente
some Perspectives from Grassroot Experiences”. Do-
de reciprocidad-comunidad, este también se- cumento de la Conferencia Internacional sobre la Par-
¿Del “polo marginal” a la “economía alternativa”? 261

existen redes de crédito, asistencia recíproca, Es, acaso, probable que en las sociedades
generalización de innovaciones y mercado, po- no mercantiles, en particular en el área andi-
drían tener en América Latina una densidad y na, la comunidad y la reciprocidad tuvieran
una eficacia, probablemente, mucho mayores. en algunos casos una relación que las hacia
Es en ese nivel, sin duda, en donde encuen- virtualmente equivalentes, porque la única re-
tran toda su importancia histórica las organi- lación social dentro de una dada comunidad
zaciones comunales de autogobierno local o fuera la reciprocidad. Esa no es, para nada, el
regional. Aquí no están, por razones obvias, caso de la comunidad en América Latina desde
el lugar, ni la ocasión, para ir más lejos o más el siglo XVI. Desde entonces, y cada vez más,
a fondo en la discusión de la cuestión de las en una comunidad existen numerosas y diver-
estructuras de autoridad en la escena latinoa- sas relaciones sociales, reciprocidad, pequeña
mericana actual. Dicha cuestión es, por su- producción independiente, pequeño o mediano
puesto, una de las más importantes, decisiva capital, mercado.
quizás, para el debate sobre la re-estructura- Es necesario, por lo tanto, distinguir la co-
ción del poder, en particular de las institucio- munidad y las relaciones sociales de produc-
nes políticas y de las relaciones entre lo po- ción y de intercambio. La primera existe, en
lítico y lo social, o más restrictamente, entre todo lo fundamental, como una estructura de
Estado y sociedad. Pero su discusión requiere autoridad que enmarca e involucra una plura-
otro espacio. lidad de relaciones sociales, de instituciones
Lo que importa despejar aquí es, ante todo, sociales, culturales e inclusive políticas.
la confusión existente en mucha de la literatu- Lo que las hace importantes, en verdad
ra actual, entre la reciprocidad como relación decisivas, para nuestro debate aquí, es su
social de producción / distribución y la comuni- demostrada capacidad de fortalecer la capa-
dad. De hecho, virtualmente la totalidad de los cidad de las organizaciones económicas que
textos que tratan estos asuntos, incluyen esa combinan variablemente, pero de algún modo
confusión, sobre todo los estudios de la “oep”. en torno de la reciprocidad, diversas formas
de trabajo, de producción y de intercambio,
para sostenerse y ampliarse, para insertarse
ticipación Popular en la Recuperación y Desarrollo de
África, realizada en Arusha, Zimbabwe. en la economía dominante con posibilidad de
262 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

defender una cuota importante de sus recur- proviene de las ideologías políticas convencio-
sos y de sus beneficios. nales, sino de las presiones estructural-históri-
En su experiencia actual, la comunidad es cas de la realidad actual.
un fenómeno nuevo, sobre todo en la sociedad Si se logra establecer mecanismos eficaces,
urbana, pero no menos en la economía rural como existen ya en algunos casos, para articu-
fundada en el capital. No se trata de una mera lar las “oep” a esas comunidades de autogobier-
prolongación de la comunidad antigua, ni de no local o regional, su capacidad de presencia
las instituciones rurales en la ciudad. Especial- y de presión por recursos, espacio, autoridad,
mente cuando se trata de comunidades, o de en la sociedad podrá ser robustecida. En todo
articulaciones de comunidades, que agrupan, caso, las amplias masas prisioneras del “polo
como en los casos de Villa El Salvador o de la marginal” de la economía podrán encontrar es-
UNCA, a cientos de miles de personas. pacio para otro desarrollo, no sólo para la so-
Más allá de la retórica de la “participación brevivencia. Sin ello, aquellas “oep” quizás no
popular” y de las propuestas de autocontem- se irán, ya no se morirán; pero pueden tardar
plación admirativa que le proponen las capas mucho en ser eficaces alternativas.
medias profesionales, como lo denuncia Shel- Nada de eso puede ocurrir sin conflictos, sin
don Annis50, son sin duda una realidad que no organización y sin una clara conciencia de las
situaciones y de las tendencias de la realidad.
Pero eso es, precisamente, el fondo de la cues-
50 Annis y Hakim (1988) p. 209, op. cit. tión: la necesidad de optar.
El trabajo al final
del siglo XX*

L a amplia mayoría de quienes observan los


procesos y las perspectivas del tramo fi-
nal del siglo XX, admiten que este período se
rar la perspectiva desde la cual quiero debatir
la cuestión del trabajo, es pertinente dejar al-
gunas de las señales principales de una opción
caracteriza en lo fundamental, por la globali- distinta1.
zación. Todos, o casi, usamos este término,
aunque sería inútil buscar algún consenso in-
equívoco sobre lo que nombra. Probablemente ¿Qué se globaliza? Y ¿por qué?
la idea más familiar, la más difundida en todo
caso, se refiere a una integración de la pobla- Primero que nada, me parece necesario seña-
ción de todo el globo en una malla común de lar que lo que se denomina así es, ante todo, el
relaciones económicas y de comunicación, in- modo como se procesa hoy el patrón de poder
tegración que sería un producto del alto nivel mundial que comenzó con la constitución de
de la tecnología disponible, la cual está, ade- América y de Europa, desde 1492, y cuyos ejes
más, en continua innovación. centrales son:
Esta no es la ocasión para discutir a fondo
esos problemas. No obstante, apenas para acla-
1 Esta es la versión revisada de la desgrabación de
la conferencia ofrecida, en octubre de 1999, en el Au-
* Este artículo fue publicado en: Founou-Tchuigoua, ditorio de la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras,
Bernard; SY, Sams Dine y Dieng, Amady A. (eds.) 2003 con ocasión del Primer Centenario de la fundación de
Pensée Sociale Critique pour le XXIe Siècle (París / la Confederación General de Trabajadores de Puerto
Budapest / Turín: Forum du Tiers-Monde, L’Harmattan) Rico y por generosa invitación de ellos. Y a ellos está
Mélanges en I’honneur de Samir Amin. dedicada.
264 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

1. La clasificación social básica y universal de 3. La división del globo entre regiones identi-
la población mundial sobre la base de la idea ficadas, primero según su lugar en la colo-
de “raza”. Esta idea y sus efectos en las re- nialidad del poder, blancos / europeos, do-
laciones de poder son un producto de la do- minantes y los de color, dominados; segun-
minación colonial. En consecuencia, dicha do, según su lugar en la estructura mundial
clasificación social tiene carácter colonial y del capitalismo, entre centros imperiales y
es un elemento de colonialidad en el poder. regiones dependientes. Y, tercero, en torno
Impuesta sobre la totalidad de la población de Europa como la sede del control central
del mundo, constituye la primera forma glo- sobre el conjunto de esa estructura mundial
bal de dominación social. de poder.
2. La formación de una estructura de control 4. El eurocentrismo como la perspectiva domi-
del trabajo, de sus recursos y productos, nante de intersubjetividad y de conocimiento.
que articuló a todas las formas histórica-
mente conocidas (esclavitud, servidumbre, Dicho de manera breve, tal patrón de poder fue
pequeña producción mercantil indepen- desde el comienzo, mundial, capitalista, eu-
diente, reciprocidad y salario) en torno de rocentrado, colonial-moderno2. Esa especifica
y bajo el predominio de la relación capital- configuración de poder implicó la constitución
salario (en adelante, capital) y del mercado de un mundo nuevo, propio. Dado el carácter
mundial. Por el lugar central y dominante de sus ejes fundamentales, sus tendencias cen-
del capital en esa estructura, ésta admitió, trales implicaron desde el comienzo al conjun-
en lo fundamental, un carácter capitalista y to de la población del planeta. En ese preciso
fue impuesto sobre todo el mundo. De ese
modo, se constituyó un nuevo patrón de ex-
plotación: el capitalismo mundial. Y puesto 2 Una discusión detenida de esto en: Quijano, Aníbal
que se trata de una estructura de control 2000 “Colonialidad del poder, eurocentrismo y Améri-
sobre todas las formas de trabajo y que así ca Latina” en Lander, Edgardo M. (comp.) 2000 Colo-
afecta a la totalidad de la población mun- nialidad del saber, eurocentrismo y ciencias sociales
(Buenos Aires: UNESCO / CLACSO). Versión en inglés
dial, también se trata de la primera forma
en: NEPANTLA (Durham: Duke University) Vol. 1, N°
global de explotación social. 3, 2000.
El trabajo al final del siglo XX 265

sentido fue “global” desde la partida. Es decir, riales y simbólicos, son más rápidos y eficaces
se ha movido históricamente siempre y de que nunca antes, que abarcan o pueden abarcar
modo necesario como conjunto, aunque dada todo el planeta al mismo tiempo y que han cam-
su heterogeneidad histórico-estructural, sus biado nuestras formas de percibir el tiempo y
procesos específicos hayan afectado la vida co- el espacio, así como nuestra propia ubicación
tidiana de la población del mundo, sobre todo respecto de ellos y de las demás gentes.
en su inmediatez, de modo discontinuo y diver- El mundo humano parece, pues, no sólo ha-
so. Por eso, las relaciones entre el carácter glo- berse encogido, sino integrado dentro de un
bal de la configuración de poder y de su movi- mundo único, con una única economía, una
miento histórico, de una parte y la percepción única política, una única sociedad, con una
de las gentes implicadas, de la otra, han sido, única cultura. Aunque sobre esta última ya está
necesariamente, discontinuas. No todas las difundida la idea de la “multiculturalidad”, esta
gentes, ni siempre, han estado en condiciones categoría parece referirse, principalmente, a
de percibir la globalidad del patrón de poder, ni aspectos laterales, hasta externos a los otros,
su lugar o sus relaciones dentro de él. Ahora, sobre todo a la economía. Por eso, esas otras
en el tramo final del siglo, es diferente, todo el dimensiones de la existencia social y del po-
mundo, virtualmente, habla de la globalización. der no están en cuestión. Lo que sí lo está es
¿Qué es, pues, lo que ha llevado al cambio de la identidad. En otros términos, pareciera que
tales relaciones, en particular de la percepción todos somos parte de un poder mundial único
de las gentes? e integrado de modo sistémico, esto es globa-
Hay un virtual consenso acerca de que el fac- lizado. Y todo eso sería consecuencia natural
tor de mayor impacto es la creciente velocidad de la tecnología existente. Esa perspectiva no
en la comunicación y en la información y de es inexacta en todo, pero tampoco está libre de
que son los medios tecnológicos disponibles riesgos. Veamos algunos de los principales:
los que la producen. Y es cierto, obviamente,
que los medios tecnológicos para la comunica- 1. Esa imagen implica, primero, que la globali-
ción, el transporte, la producción y circulación zación ocurre como los fenómenos naturales,
de información y de conocimiento, en fin para esto es, sin que las gentes puedan intervenir
la producción y circulación de objetos mate- en ellos para controlarlos y son en ese senti-
266 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

do inevitables, es decir, respecto de ellos las 3. Desde ese punto de vista la Historia no es lo
decisiones de las gentes no cuentan mucho. que las gentes hacen y deciden hacer, sino
Para muchos, pues, se trataría de algo dado, algo que opera por encima de ellas un ma-
sobre lo cual no hay, o no caben, sino algunas crosujeto, como el Destino o la Providencia,
preguntas puntuales y factuales, y que puede y que se realiza conduciendo la existencia
ser usado, y de hecho lo es, para explicar casi y la historia de la especie. No es sorpren-
todo lo más importante de lo que hoy ocurre dente, pues, que mucha gente admita que la
en el mundo que habitamos y que nos habita. globalización es algo así como un fenómeno
2. La idea de que es virtualmente total la inte- natural, que escapa por lo tanto a cualquier
gración del patrón de poder emergido con posibilidad de control o de intervención hu-
la constitución del capitalismo, de América mana y respecto del cual, en consecuencia,
y de Europa, ha dado lugar al reingreso de no cabe otra cosa que adecuar la conducta,
una vieja idea eurocéntrica: puesto que toda los fines, los proyectos individuales y colecti-
la población del mundo está ahora, por fin, vos, o resignarse a ser simplemente víctimas.
integrada dentro de un mundo histórico- 4. Por fin, la globalización implicaría una inte-
cultural único, configurado según el patrón gración del mundo y del poder tan completa
eurocéntrico (el dominio del mercado, de las y sistémica como la de un machihembrado,
instituciones políticas liberales y del pensa- una suerte de maquinaria o de ensamblaje
miento racional), la humanidad habría alcan- sin fisuras, ni resquicios y del cual, en conse-
zado sus metas históricas. Eso implicaría que cuencia, no habría como escapar, ni tendría
la Historia ha llegado a su plena realización. sentido pretenderlo.
En adelante, no habría más razones para de-
sear, buscar o esperar cambios históricos
fundamentales. Este mundo globalizado tie- dre Kojève, en Francia, después de la Segunda Guerra
ne, pues, carácter ahistórico. En ese sentido, Mundial. Y ganó audiencia mundial, junto con la impo-
habríamos llegado al “fin de la Historia”3. sición del neoliberalismo, por Francis Fukuyama y su
célebre artículo “El fin de la Historia”. Sobre este deba-
te ver mi texto: “¿El fin de cuál Historia?” en Análisis
3 La propuesta original es de Hegel (Lecciones sobre político (Bogotá: Instituto de Estudios Políticos e Inter-
la Filosofía de la Historia). Fue retomada por Alexan- nacionales - UNC) N° 32: 27-32, sept.-oct., 1997.
El trabajo al final del siglo XX 267

Por supuesto, esa es una visión mistificato- mal, y además ver cosas que obviamente no
ria, ya que la historia como algo producido habíamos visto realmente. Y esto es no sólo
por las acciones de las gentes queda oscure- importante, es en verdad decisivo porque tie-
cida. Eso impide percibir, precisamente, las ne que ver con la perspectiva de conocimiento
gentes, sus acciones, sus relaciones y los pro- misma, no solamente con la percepción pun-
cesos en que toman parte. Entre otras cosas, tual de los fenómenos con los cuales vamos a
lo que ha ocurrido y ocurre hoy con las rela- trabajar. Todos necesitamos tener en cuenta
ciones de poder. De hecho el poder está fuera este cambio de perspectiva en el punto mismo
de cuestión en la imagen dominante acerca de partida de nuestra conversación sobre la
de la globalización. cuestión del trabajo.
En fin, la globalidad inherente al patrón de
poder vigente ha terminado imponiéndose a la
percepción de la población implicada, pero al La crisis de las relaciones de
costo de profundas distorsiones acerca de los trabajo en el capitalismo
otros rasgos fundantes de tal estructura de po-
der. Con todo, el hecho de que dicha globalidad Quisiera comenzar explorando la signifi-
sea hoy globalmente percibida, tiene decisivas cación que tiene o puede tener un dato que
implicaciones. todos aquí, probablemente, conocemos. La
Más allá de lo que cada uno piense sobre estimación estadística más difundida es que,
la globalización, hay algo que me parece muy a fines del siglo XX, había en el mundo aproxi-
importante: su debate nos ha obligado a to- madamente 800 millones de desempleados.
dos a volver a mirar el mundo en su conjun- Esta es una estimación conservadora, ya que
to; es decir, abrir de nuevo, volver a elaborar solamente cuenta los que ahora buscan tra-
una perspectiva global de este mundo y de bajo asalariado y no lo encuentran, y no a los
su especifico patrón de poder. Eso, sin duda, que ya no lo buscan o nunca lo han buscado.
nos está permitiendo ver cosas nuevas. Pero ¿Qué indica o podría indicar esta infor-
lo que es igualmente importante, es que nos mación? Los economistas han acuñado la
está permitiendo ver de otro modo cosas que idea de “desempleo estructural”, como ad-
antes habíamos visto, quizás, parcialmente o misión empírica de que el creciente desem-
268 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

pleo mundial no es una situación coyuntural del trabajo, está ya relativamente difundida,
que podrá ser sobrepasada cuando se arre- aunque no realmente discutida, con autores
gle la situación, sino, por el contrario, una como Jeremy Rifkin4 en Estados Unidos o
nueva tendencia de la estructura mundial Dominique Meda5 en Francia, entre los más
de las relaciones capital-trabajo, un rasgo conocidos.
inherente a las condiciones del sistema ca- ¿Por qué la idea del fin del trabajo? En pri-
pitalista de este momento y del futuro. Y, en mer lugar, da cuenta de que en nuestras cabe-
consecuencia, que la tradicional propuesta zas, en las cabezas de buena parte de nosotros,
de “pleno empleo” bajo el capitalismo, sea se ha establecido una equivalencia, una sino-
en el centro o en la periferia, debe ser final- nimia, entre la idea de trabajo asalariado y la
mente abandonada. idea general del trabajo. Así, en nuestro lengua-
De otro lado, ya no es tan marginal como je corriente decimos “estoy sin trabajo”, o que
hace veinte o veinticinco años la percepción alguien “no tiene trabajo”, cuando queremos
de que, cuanto más altos los niveles tecnoló- decir: “no tengo empleo asalariado” o que al-
gicos en la estructura de acumulación y de gún otro no lo tiene. Eso significa que hacemos
apropiación de la economía contemporánea, sinónimos el empleo asalariado con la idea ge-
la presencia de la fuerza viva de trabajo in- neral del trabajo.
dividual tiende a disminuir, de manera que ¿Por qué ocurre así? En verdad, esta es una
en los máximos niveles es, probablemente, indicación de la presencia de la lógica del ca-
no significativa. Si esto no es la expresión pitalismo en nuestro modo de pensar y espe-
de una situación coyuntural, sino de una cíficamente de una de sus particulares formas,
tendencia estructural que se desarrollará lo que llamamos la perspectiva eurocéntrica
conforme lo haga la tecnología respectiva, de conocimiento y de producción del conoci-
es inevitable admitir que se trata de una ten- miento. Unas de las características de esa pers-
dencia global de continuada declinación del
trabajo asalariado.
4 Rifkin, Jeremy 1994 El Fin del Trabajo (Buenos
Como sabemos, esas tendencias ya han Aires: Paidós).
dado lugar a la idea de que el trabajo mis-
5 Meda, Dominique 1995 Le travail, une valeur en
mo está tocando a su fin. Esta idea, la del fin voie de disparition (París: Flammarion).
El trabajo al final del siglo XX 269

pectiva de conocimiento es la tendencia a ho- del empleo, entonces estamos hablando de un


mogenizar fenómenos que son por su carácter problema absolutamente vital. La pregunta sin
heterogéneos, como el trabajo. Decir que todo duda existe ahora en todas las cabezas. Ahí
trabajo es equivalente a empleo asalariado, ob- está la extensa literatura sobre la “pobreza”
viamente hace percibir como homogéneo algo para testimoniarlo.
que por su naturaleza es heterogéneo y eso es En 1991 las Naciones Unidas admitieron la
exactamente el punto a partir del cual tenemos necesidad de nombrar una comisión específica
que comenzar a reabrir las puertas. para estudiar la esclavitud actual en el mundo.
Si admitimos que el trabajo asalariado, en Su más reciente informe, de 1993, indica que
tanto fuerza de trabajo individual convertida más o menos 200 millones de personas están
en mercancía, tiende a declinar, sobre todo hoy en día en estado de esclavitud en todo el
conforme se sube los niveles tecnológicos del mundo. La OIT por su lado, más o menos por la
aparato productivo y que eso no es más una si- misma fecha, informaba que sus investigacio-
tuación de crisis coyuntural sino la tendencia nes indicaban que había, más o menos, entre
secular inherente a la estructura capitalista de 6 y 10 millones de esclavos en el mundo. In-
aquí en adelante, esto significa que ciertamente clusive, en un reciente informe de un instituto
el trabajo asalariado está en cuestión, en crisis. de investigaciones en la India, se concluye que
Entonces otras preguntas son inevitables: sólo en la India habría alrededor de 3 millones
¿qué hacen los trabajadores que no encuentran de esclavos6.
empleo? Y ¿qué pasa con sus asociados prima- ¿Qué quiere decir todo esto? Para comen-
rios, sus familias en primer lugar, es decir con zar, que la esclavitud no se ha terminado como
la clase social de los trabajadores asalariados? parecía o que está de regreso. En realidad,
Porque a ese respecto, 800 millones es una ci- existen suficientes indicaciones de que la es-
fra que tiene que ser multiplicada por lo me- clavitud está en curso de re-expansión o re-
nos por cinco ¿no es verdad? Bien, ¿qué hacen, producción, así como la servidumbre perso-
pues, los trabajadores? ¿Se suicidan colectiva-
mente? Si se trata de una economía en la cual
6 Sobre estas cuestiones ver: Quijano, Aníbal 1998 La
hoy no se puede vivir sin ingresos, y el único
economía popular y sus caminos en América Latina
ingreso posible de los trabajadores proviene (Lima: CEIS-CECOSAM).
270 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nal, la pequeña producción mercantil y la reci- con diferencias de ritmo y de calendario según
procidad. Pero, obviamente, no se reproducen los lugares, en el único patrón de clasificación
como “modos de producción pre-capitalista”. social correspondiente a las relaciones capital-
Todo lo contrario, son el producto de las ac- salario, y que por lo tanto tendríamos tarde o
tuales tendencias del capitalismo mundial, de temprano a todos convertidos sea en traba-
su tendencia de “desocupación estructural”. jadores asalariados, en sectores medios o en
Los trabajadores obligados a vivir en el mer- burguesía. Muchos han insistido, sin embargo,
cado, pero que no consiguen vender su fuerza en que no desaparecían los campesinos, y que
de trabajo, se ven también forzados a aceptar ese fenómeno se había mostrado intratable en
cualquier forma de explotación para sobrevi- esa teoría del capitalismo y de sus clases so-
vir, inclusive la esclavitud. Paralelamente co- ciales (Teodor Shanin los llamó, por eso, la
mienzan a reproducirse las redes de esclavis- “clase incómoda”7).
mo de gentes, como la frontera entre Estados Sin embargo, si existen 200 millones de es-
Unidos y México, en el Sur Oeste, o en el Sur clavos, si la servidumbre personal está de re-
de Estados Unidos, o en la Cuenca Amazóni- greso, si la pequeña producción mercantil es
ca, lo que significa que se reproduce también ubicua mundialmente, ya que es el elemento
la ética social correspondiente. Dadas esas central de lo que se denomina “economía infor-
condiciones, no puede ser arbitrario señalar mal”, si la reciprocidad, es decir, el intercambio
una vinculación entre estas tendencias y las de trabajo y fuerza de trabajo que no pasa por
limitaciones crecientes a la presencia de la el mercado, están en proceso de re expansión,
fuerza de trabajo individual mercantilizada, entonces tenemos la obligación teórica e his-
en los niveles tecnológicamente más avanza- tórica de preguntamos, si por lo tanto hay algo
dos de la estructura mundial de acumulación. que no habíamos visto bien en esta idea de que
Eso contradice una de las ideas más difun- el capitalismo generaba tal único patrón de
didas que hemos manejado virtualmente todos clasificación social y creo que la conclusión es
durante este último siglo ¿no es verdad? Creo
que todos podemos admitir esto. Nos había-
7 Shanin, Teodor 1972 The Awkward Class. Political
mos acostumbrado a pensar que el capitalismo
Sociology of Peasantry in a Developing Society:
entubaba al conjunto la población del mundo, Russia, 1910-1925 (Londres: Oxford University Press).
El trabajo al final del siglo XX 271

inevitable: esta idea era básicamente errónea encontraríamos en América Latina y ahora en
porque nunca ocurrió así y porque, con toda el mundo entero? De nuevo, probablemente las
probabilidad, nunca ocurrirá así. Y creo que siguientes cosas, pero probablemente ya en el
América Latina es un excelente ejemplo para siguiente orden: salariado, pequeña producción
mostrar que así no fue nunca. mercantil, servidumbre personal, esclavitud y
reciprocidad. Y todavía los últimos bolsones de
economía natural.
América y el control capitalista Quiere decir que en estos 500 años en que
del trabajo el capitalismo y el mercado mundial se consti-
tuyen como dominantes, en realidad no ha ha-
América Latina, permítanme recordarnos a to- bido sino una forma cambiante de articulación
dos nosotros, latinoamericanos y latinoamen- de elementos que siempre estuvieron allí.
canistas, es un sujeto fundamental de la histo- Necesitamos contrastar estos hechos con
ria de los últimos 500 años. Con la constitución ciertos supuestos que han fundado la pers-
de lo que hoy llamamos América, se constituye pectiva histórica dominante aún hoy. Dos son
también el capitalismo mundial y comienza el los más importantes. Primero, la idea de la di-
período de la modernidad. Para hacer visibles visión de la historia del mundo en dos grandes
estos hechos, quisiera proponer lo siguiente: periodos: precapitalismo y capitalismo. La
supongamos que estamos a comienzos del Si- reciprocidad, la esclavitud y la servidumbre
glo XVI en América, para entonces exclusiva- son, sin duda, precapitalistas en el sentido
mente lo que hoy es América Latina ¿Qué cosas cronológico, ya que el capital como relación
encontraríamos en términos de las formas de social fundada en el salario llegó después.
control y de explotación del trabajo? Proba- Pero esa periodización de la historia implica-
blemente las siguientes cosas y probablemente ba también que dichas formas de explotación
en el siguiente orden: esclavitud, servidumbre serían, más tarde o más temprano, eliminadas
personal, reciprocidad, pequeña producción del escenario histórico, y reemplazadas úni-
mercantil y salario. Y todavía sin mencionar lo camente por la relación capital-salario, hasta
que se llama economía natural entre los eco- su agotamiento histórico. La segunda es la
nomistas, ¿verdad? Cinco siglos después, ¿Qué idea de que, por lo tanto, capitalismo es un
272 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

concepto referido exclusivamente a la rela- tación y de control del trabajo para producir
ción capital-salario. mercancías para el mercado mundial. Es de-
Sin embargo, en América la esclavitud no cir, no solamente existían simultáneamente,
fue una prolongación de la esclavitud clási- en el mismo momento y en el mismo espacio
ca, sino un fenómeno histórica y sociológi- histórico, sino que fueron articuladas en tomo
camente nuevo: fue deliberadamente esta- del mercado y, por eso, en tomo también de
blecida y desarrollada como mercancía, para la relación capital-salario que desde entonces
producir mercancías para el mercado mun- pasó a ser el eje central de esa articulación y
dial. Así también, la servidumbre personal de esa manera se hizo dominante sobre todas
fue empleada para producir mercancías para las demás relaciones de producción y sobre
el mercado mundial. Incluso la reciprocidad, todo el mundo.
probablemente lo más opuesto a las relacio- Con América, se establecía pues una nueva
nes mercantiles –como en la historia de las configuración de control del trabajo, de sus re-
sociedades mesoamericanas o las andinas, cursos, de sus productos, en la cual todas las
donde el intercambio no mercantil de fuerza formas quedaban articuladas en torno de la
de trabajo y trabajo era el patrón central de relación capital-salario y del mercado mundial.
organización del trabajo y de la producción– Capitalismo, en consecuencia, es una categoría
fue reconstruida para producir mercancías que históricamente no se refiere solamente a
para el mercado mundial. la relación capital-salario, sino al conjunto de
La mita, institución central de la recipro- la nueva estructura de control global del tra-
cidad andina, fue empleada para llevar a la bajo articulada bajo el dominio del capital. Y,
gente a trabajar a las minas, en los obrajes, en notablemente, lo que comenzó en América es
las haciendas, para producir mercancías para lo que existe hoy en todo el mundo, esto es glo-
el mercado mundial. De manera que todas las balmente: el capitalismo mundial.
formas que conocemos hoy de control y de Desde una perspectiva global, la relación
explotación del trabajo, a partir de América capital-salario no ha existido, en su posición
fueron reorganizadas todas, ya no como una dominante, separada, mucho menos aislada,
secuencia de previos modos de producción, de las demás, en momento alguno de la histo-
sino como formas de organización de explo- ria de los últimos 500 años. Desde entonces se
El trabajo al final del siglo XX 273

ha desarrollado solamente como el eje central evolucionismo unilineal y unidireccional y el


de articulación de todas las demás formas de dualismo estructural.
control y de explotación del trabajo. Y con toda Es dudoso, sin embargo, que así ocurra a la
probabilidad no habría podido desarrollarse de escala de todo un Estado-nación sobre todo
otro modo. Por consecuencia, el concepto de si se trata de entidades muy vastas y com-
capitalismo mundial no se refiere solamente plejas, ni siquiera en esos países llamados
a la presencia de la relación capital-salario en “centrales”. En todos ellos, la heterogeneidad
todo el mundo, sino al conjunto de la estruc- histórico-estructural sigue siendo un rasgo
tura capitalista global del control del trabajo, inescapable de la realidad, si uno piensa, por
de sus recursos y de sus productos, dominante ejemplo, en las diferencias entre Chicago y
sobre todo el mundo. los Apalaches del Sur. O desde la Segunda
En cambio, por supuesto, si se pierde la Guerra Mundial en adelante, la extrema hete-
perspectiva del capitalismo mundial y se la rogeneidad de las relaciones de trabajo de las
reemplaza por una exclusivamente local sería “maquilas” y en el trabajo familiar en la pro-
posible encontrar la presencia virtualmente ducción de calzado en el Mediterráneo, para
exclusiva de la relación capital-salario. Esto no mencionar lo que ocurre en el Asia, África
ha llevado a los economistas liberales sobre o América Latina.
todo desde la Primera Guerra Mundial, a pos-
tular, primero, la idea del capitalismo nacio-
nal y de la homogeneidad de las economías Heterogeneidad histórico-
capitalistas de los países que ahora llamamos estructural de las relaciones
“centrales”. Segundo, a colocar según ese capital-trabajo
criterio como capitalistas a los países “cen-
trarles” y a los demás como precapitalistas Este es uno de los problemas teóricos e his-
o en curso de camino hacia el capitalismo. tóricos que confrontamos hoy, porque ahora
A esa visión fueron también arrastrados los podemos percibir que tenemos un nuevo y
economistas del llamado materialismo his- más complejo universo de relaciones sociales
tórico. Esto es, se impuso sobre casi todos entre capital y trabajo y que, en consecuencia,
esa curiosa amalgama eurocéntrica entre el necesitamos replantearnos la relación trabajo
274 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

asalariado y capital dentro de esta perspectiva pensable replantear las relaciones del conjunto
global, así como la relación entre capital y tra- de la fuerza de trabajo con el capital?
bajo no asalariado y la relación entre trabajo Estamos aquí hablando de algo sumamen-
asalariado y trabajo no asalariado. te delicado. La idea de que la clase obrera
El trabajo asalariado siempre ha sido una industrial o el proletariado fuera el sujeto an-
pequeña minoría en el conjunto del trabajo en tagonista par excellence respecto del capita-
el mundo capitalista, ya que todas las formas lismo, ya tenía la dificultad de hacer de algo
de trabajo han estado operando dentro de la heterogéneo, el proletariado industrial, una
articulación con el capital y al servicio del ca- categoría homogénea; sin embargo, dicha he-
pital, por lo tanto, como parte del capitalismo. terogeneidad no era visible para todos, dado
Esto no niega que la relación capital y trabajo el dominio de la perspectiva nacional en el de-
asalariado fue el eje en torno de la cual se ar- bate del capitalismo. Ahora, en cambio, la he-
ticularon, desde el comienzo del capitalismo, terogeneidad del conjunto de los trabajadores
todas las formas del trabajo. sometidos al capital en todas las formas de
Esa verificación abre otra cuestión impor- explotación articuladas a su dominio, se pre-
tante: quiere decir que el trabajo asalariado no senta de manera más claramente perceptible
es el único sujeto antagonista o alternativo al que antes, debido, precisamente, a la perspec-
capital, aunque sí el central dada su centrali- tiva de la globalidad.
dad en la configuración global del capitalismo. Por lo tanto el sujeto antagonista del ca-
Esa centralidad fue sin duda mucho más visi- pital no es más uno solo y homogéneo, sino
ble hasta la crisis de los años setenta. Pero si por el contrario una vasta pluralidad hetero-
avanza el proceso de declinación del trabajo génea, con una diversidad de identidades e
asalariado en las puntas tecnológicamente más intereses concretos. No obstante, todos ellos
avanzadas de la estructura mundial de acumu- juntos tienen un solo antagonista al frente: el
lación, así como la re-expansión de las otras capital. Por lo cual sus relaciones de conflic-
formas de trabajo ¿qué ocurre con la centrali- to con el capital, sea para negociar con él o
dad del trabajo asalariado en la confrontación para destruirlo, constituyen ahora un proble-
del trabajo con el capital? ¿También está en- ma nuevo y diferente que es indispensable
trando en crisis? ¿Y en consecuencia, es indis- replantear.
El trabajo al final del siglo XX 275

Colonialidad de las relaciones ta como el más eficaz instrumento de domina-


capital-trabajo ción social de los últimos 500 años, como fun-
damento de la clasificación social básica de la
Esto implica un cambio necesario en nuestra población del mundo, y de ese modo asociarla
perspectiva habitual acerca de nuestra expe- al capitalismo, a su vez el primer y más eficaz
riencia y va en contra de la perspectiva euro- patrón global de control del trabajo.
céntrica que no nos permitió percibir esos pro- La idea de raza no se apoya en ámbito algu-
blemas, ni preguntarnos sobre ellos. Tampoco no de la realidad biológica de la especie. Pero
nos permitió ver otros problemas que afectan, fue impuesta profunda y perdurablemente en
de modo igualmente importante, las relaciones la intersubjetividad de la población mundial,
entre trabajo y capital. Los compañeros que tanto entre sus beneficiarios como entre sus
trabajan en la historia del sindicalismo en Es- víctimas. Es el más profundo y perdurable pro-
tados Unidos saben bien, sin duda, que uno de ducto de la experiencia colonial, y sin el colo-
los problemas centrales del movimiento sindi- nialismo originado a partir de América no hu-
cal en ese país, fue la discriminación social fun- biera sido posible. Pero el colonialismo ha que-
dada en la idea de raza o color, que diferencia y dado atrás y su más perdurable producto aún
jerarquiza a los trabajadores llamados blancos forma parte constitutiva del específico patrón
y los de color. Este conflicto que pareció por un de poder vigente, la raza es, pues, un elemento
momento entrar en una vía de solución, sin em- de colonialidad en tales relaciones de poder8.
bargo no sólo no se ha resuelto, sino que vuelve
a plantearse con mucha más crudeza que antes
en diferentes áreas. 8 La idea de raza o color es uno de los productos
centrales de la dominación colonial específica, que co-
Es preciso detenernos un poco en las cues- menzó con América. Ha servido a los colonizadores
tiones que se plantean con la dominación ra- blancos para controlar el poder mundial, como crite-
cial para las relaciones entre capital y traba- rio de clasificación social básica, de la población del
jo. La idea de raza no existe en la historia del mundo y para control del capitalismo mundial, como
elemento de la división social del trabajo. Ver de Qui-
mundo antes de América. Pero desde entonces,
jano, Aníbal 1999 “¡Qué tal raza!” en Familia y cam-
desde el comienzo mismo de las relaciones de bio social (Lima: CECOSAM); y publicada también en:
dominación colonial, fue establecida e impues- Revista venezolana de economía y ciencias sociales
276 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

No tenemos ahora la ocasión de ir muy lejos constituía y constituye hoy un único sistema,
en la exploración de las implicaciones de dicha fuimos acostumbrados a pensar que eran dos
colonialidad del poder en las relaciones entre mundos separados, no sólo como geografía
capital y trabajo. Pero hay algo que todos pode- del capitalismo, sino en el tiempo, entre capi-
mos observar. Y es en verdad algo muy notable: talismo y precapitalismo. La visión del tránsi-
no puede ser una coincidencia o simplemente to entre ambos consistía, por lo tanto, en un
un accidente histórico que la inmensa mayoría proceso de llegar a ser como Europa o como
de los trabajadores asalariados de más bajos Estados Unidos. Es decir, todos los países del
salarios, así como la inmensa mayoría de los mundo tendrían alguna vez una economía ho-
trabajadores no asalariados, esto es, la inmen- mogéneamente capitalista, las poblaciones de
sa mayoría de los trabajadores que son los más todos los países serían ubicadas en las diver-
explotados, dominados y discriminados, en sas clases sociales según los roles y los rangos
todo el mundo, donde quiera que estén, son las del capitalismo.
gentes llamadas de razas inferiores o de color. Semejante visión no tomaba en cuenta, ob-
Y de otro lado, la inmensa mayoría de ellos ha- viamente, la profunda y radical asociación en-
bita, precisamente, los países que llamamos pe- tre el patrón de dominación armado en torno
riferia, subdesarrollados, etc., y todos los cua- de la idea de raza y el patrón de explotación
les fueron, curiosamente, colonias europeas. del trabajo bajo la dominación del capital. Y
Hasta la crisis de los años setenta del siglo que en consecuencia la clasificación de las
XIX, el trabajo asalariado estaba, principal- gentes en el poder no se fundaba, nunca se
mente, en lo que llamamos el “centro”. Y el tra- fundó en realidad, solamente en los roles y en
bajo no asalariado, la esclavitud, la servidum- el lugar de las gentes en el sistema de explo-
bre personal, la reciprocidad, estaban sobre tación, excepto en términos locales y sólo en
todo en la “periferia”. Pero, aunque todo eso los espacios donde la discriminación de raza
estuviera ausente. Y ahora, desde una pers-
pectiva global, desde la perspectiva del patrón
(Caracas) Vol. 6, N° 1: 37-45, 2000. Sobre las relaciones mundial de poder configurado en torno de la
entre raza y biología ver: Marks, Jonathan 1994 Hu-
colonialidad y del capitalismo, podemos por
man Biodiversity: Genes, Race, and History (Nueva
York: Aldine de Gruyter).  fin ver que no era así, que la clasificación de
El trabajo al final del siglo XX 277

las gentes, desde América en adelante, tuvo En un lado, aún cuando la población asa-
siempre al globo como su contexto y como su lariada nunca dejó de ser minoría dentro del
escenario. Que las diferencias entre “centro” conjunto de los trabajadores sometidos al ca-
y “periferia”, la distribución de identidades pitalismo mundial, la tendencia de mercantili-
geoculturales, la distribución del trabajo, y la zación de la fuerza de trabajo era hasta antes
distribución de regímenes socioculturales y de la crisis de mediados de los setenta de este
políticos en el mundo, no podrían ser explica- siglo, la tendencia predominante. En ese sen-
das sin esa articulación entre ambos ejes del tido, bien podría decirse que no era del todo
patrón de poder mundial. infundada la percepción de que tarde o tem-
prano uno de los ejes del patrón de clases so-
ciales del capital sería finalmente el único, no
Reclasificación social de la sólo el dominante. Actualmente, sin embargo,
población mundial aún cuando la mercantilización de la fuerza de
trabajo es, probablemente, todavía la tenden-
Como vimos, el patrón de poder mundial que cia más universal concerniente al trabajo en el
hoy es vigente no consiste solamente en un pa- capitalismo mundial, el hecho de que sus lími-
trón de explotación de trabajo, el capitalismo, tes sean visibles y crecientes en los niveles tec-
sino también en un patrón de dominación, ra- nológicamente más altos de la estructura mun-
cial. Por lo tanto, la clasificación social de las dial de acumulación capitalista, implica que el
gentes en este patrón de poder es el resultado asalariamiento de los trabajadores continúa
del modo en que se articulan los dos ejes del expandiéndose en el mundo, ya sólo de modo
poder en el mundo, no sólo en uno de ellos. equivalente a como avanza un reloj que atrasa
Eso nos abre una cuestión necesaria. Actual- sistemáticamente.
mente, el control y la explotación del trabajo Si la esclavitud, la servidumbre personal, la
son mucho más complejos y están cambiando pequeña producción mercantil independiente
profundamente debido a las nuevas relaciones y la reciprocidad tienden a reproducirse con-
entre capital y salario y entre capital y traba- forme se profundizan las actuales tendencias
jo no salarial. Y el patrón de dominación está del capital; si, en consecuencia, el salariado
igualmente en crisis a escala mundial. podría no ser sino una de las tendencias en
278 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

curso, todo eso implicaría que los dominantes junto de la explotación capitalista, así como con
del sistema capitalista y las capas medias aso- las viejas formas de dominación social embuti-
ciadas a ellos, no se relacionan en el control das en esos constructos mentales de la moderni-
del trabajo solamente con el salariado, ni real, dad que se conocen como raza y género.
ni tendencialmente.
De otro lado, las modalidades de domina-
ción social universal, fundadas sea en las di- Poder capitalista y crisis de las
ferencias sexuales o en las diferencias llama- relaciones de trabajo
das raciales, están sin duda en plena crisis.
En un mundo marcado por la heterogeneidad ¿Cuáles son o pueden ser las implicaciones
histórico-estructural y la discontinuidad de sus de estas tendencias para el destino del poder
movimientos históricos, dicha crisis tiene mo- en su conjunto y en especial para los traba-
mentos, formas y límites diversos. En unos la- jadores?
dos se trata de imponer la relegitimación de las Hay aquí muchas y muy importantes cues-
peores formas de esa dominación, mientras en tiones implicadas. Aquí, en esta ocasión, quiero
otros avanza, aunque irregularmente, la desin- abrir sólo algunas de ellas ya que no dispon-
tegración de la intersubjetividad en la cual esa dremos de mucho tiempo. Hoy trabajamos y
dominación se asienta. Globalmente, en todo pensamos todo eso en el marco de una profun-
caso, esa dominación está material y subjetiva- da derrota, una derrota mundial. Y creo que es
mente en crisis. indispensable pasar revista a lo que ha sido de-
Una inferencia hipotética parece ser inesca- rrotado. Ha sido derrotado lo que era llamado
pable, no obstante toda su provisoriedad mien- el “socialismo realmente existente”; han sido
tras procede la investigación: estamos inmersos derrotados los que se llamaban “movimientos
en un proceso de reclasificación social de la po- de liberación nacional”, incluido lo que se lla-
blación del mundo, a escala global. Es decir, las maba el “socialismo africano”. Han sido derro-
gentes se distribuyen en las relaciones de poder, tados los esfuerzos de “desarrollo” –es decir,
en una tendencia que no se restringe solamente de llegar a ser como los países del “centro”– de
a las relaciones capital-salario, sino que ahora los países llamados del “Tercer Mundo” o de la
concierne más a todo lo que ocurre con el con- “periferia”. Han sido inclusive derrotados los
El trabajo al final del siglo XX 279

rudimentos del Welfare State que estaba consti- cuestiones mayores. Primero, que la clasifica-
tuyéndose en ciertos países “periféricos”. Y en ción social básica, de la población del mundo
el propio “centro”, el Welfare State se bate a la en términos raciales, o en otros términos, la
defensiva. El movimiento sindical está a la de- colonialidad del poder, ha permitido que los
fensiva. Cede trinchera tras trinchera, y tiene procesos de nacionalización / democratización
que hacer cada vez concesiones más grandes. de sociedades y Estados fuera desarrollada en
Uno de los hechos emblemáticos de esa de- el “centro”, pero constantemente bloqueada en
rrota sindical, ocurrió no hace mucho en Ale- la “periferia”. Por ejemplo en América Latina,
mania –país sede de uno de los más exitosos a pesar de ser una de las primeras donde el
y perdurables experimentos de Welfare State colonialismo europeo fue erradicado, la co-
y de pactos explícitos entre capital y trabajo lonialidad del poder no ha podido ser nunca
asalariado– cuando los trabajadores de la Vo- erradicada del todo y en algunos lugares ni si-
lkswagen fueron forzados a aceptar una muy quiera reducida o seriamente cuestionada. Por
drástica reducción de sus salarios como condi- lo cual, desde mi punto de vista no hay en Amé-
ción para mantener sus empleos. Esto es el fin rica Latina un solo Estado-nación plenamente
de Weimar, dijo entonces Oskar Negt, último constituido. México inició temprano un proce-
heredero radical de la Escuela de Frankfurt y so de nacionalización de la sociedad, pues la
profesor de la Universidad de Hannover, donde guerra civil revolucionaria entre 1910 y 1927
está la sede central de la VW. fue ante todo un proceso de descolonización
Lo que vemos, lo que podemos ver, es que de las relaciones sociales, es decir de democra-
fueron derrotadas muchas cosas que fueron tización de la sociedad. Pero ese proceso fue
muy diferentes en concreto entre sí, pero que tempranamente mutilado y desde fines de los
a mi juicio tienen, todas, un elemento común. setenta, no sólo se ha “interrumpido” (revolu-
Todos esos movimientos, organizaciones y re- ción interrumpida es el concepto acuñado por
gímenes plantearon el problema del poder en Adolfo Gilly), sino que ha sido derrotado y sus
términos de una única estructura de autoridad consecuencias están a la vista. En el Cono Sur
pública: el Estado-nación. Eso, incluso cuan- de América Latina, Chile y Uruguay fueron los
do el discurso político apelaba a un sedicente países donde la nacionalización fue la otra cara
internacionalismo. Eso dejaba pendientes dos del exterminio genocida de las poblaciones
280 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

aborígenes. Pero en todas partes, el proceso el tiempo necesario para examinar tan com-
está contenido y en riesgo, precisamente por- plicado asunto9. De todos modos, sugiero que
que la descolonización social, la democratiza- la propensión de pensar los fenómenos histó-
ción de la sociedad y del Estado, están en ries- rico-sociales como si fueran homogéneos, de
go, más que en momento alguno de los últimos estructura dual, y actuando históricamente de
200 años. Hablo por ejemplo de mi propio país, modo evolutivo unilineal y unidireccional, es
el Perú. Allí después de décadas de esfuerzos una de las explicaciones centrales de esa de-
por democratizar la sociedad peruana y su re- rrota. En efecto, si las clases sociales fueran
presentación en el Estado, es decir, de naciona- homogéneas, y actuaran en la historia de modo
lizar la sociedad y su Estado, el proceso ha sido lineal y evolutivo, los dominados / explotados
detenido y sufre un profundo retroceso. Este podrían conquistar como unidad homogénea
puede ser un ejemplo extremo en América La- un Estado-nación homogéneo. Ya es más con-
tina. Pero esa es la tendencia del conjunto de trovertible que pudieran también conducirlo
América Latina. homogénea y evolutivamente en dirección a su
En segundo término, que incluso en los ca- propia destrucción. Pero la población trabaja-
sos en que pareció exitoso el proyecto de con- dora ha sido siempre heterogénea, no sólo a es-
quistar el dominio del Estado-nación como eje cala mundial, sino en cada lugar, en cada país.
y punto de partida para resolver los problemas No puede actuar históricamente de manera ho-
de la dominación de los pueblos y de la explo- mogénea, ni continua y evolutiva. Ahora es más
tación del trabajo, la experiencia ha dejado heterogénea y discontinua que nunca antes. Y
rigurosamente claro que no era ese el camino aunque todos los trabajadores tienen en el ca-
más adecuado. De hecho, la derrota mundial a pital un antagonista común, no lo tienen cada
la que antes he aludido, y en especial la desin-
tegración del “socialismo realmente existente”,
ya estaba implicada en la adopción de ese ca- 9 Discuto algo más extensamente estas cuestiones
mino estratégico. en: “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América
Ambas cuestiones remiten a un problema Latina” en Lander, Edgardo M. (comp.), op. cit.. Tam-
bién puede verse: “El fantasma del desarrollo en Améri-
en la perspectiva de conocimiento, en el eu-
ca Latina” en Revista venezolana de economía y cien-
rocentrismo en definitiva. No tendremos hoy cias sociales (Caracas) Vol. 6, N° 2: 73-90, 2000.
El trabajo al final del siglo XX 281

sector o en cada momento de la misma manera. política de los intereses sociales de las capas
Por lo cual es difícil que se pueda transformar medias y de los trabajadores. Es decir, ha sido
en una –o única– fuerza organizada, cuyo único necesaria una re-privatización del Estado, para
interés conjunto fuera luchar por el control de re-privatizar el control de la economía.
un único Estado y a partir de allí a la “cons- En otros términos, el capitalismo requiere
trucción” de otra sociedad, como solía decirse des-democratizar y des-nacionalizar socieda-
antes de la derrota. des y Estados. En consecuencia, el eje princi-
El Estado no ha desaparecido, ni va a des- pal de conflicto de poder parecería, a primera
aparecer a corto plazo. El capital necesita vista, en sostener o restaurar el carácter de
más que nunca el Estado, pero no el llamado Estado-nación de la autoridad pública. Y en
moderno Estado-nación. Porque el moderno efecto, en el punto de partida y también por un
Estado-nación requiere, para ser efectivo, un momento no desdeñable, la lucha de los traba-
proceso de relativa, pero real e importante, jadores y de las capas medias empobrecidas
democratización del control del trabajo y de la contra los efectos más nocivos del neoliberalis-
autoridad pública. Esto es absolutamente in- mo, sin duda tenderá a reconquistar lo que les
compatible con la actual tendencia dominante ha sido arrebatado. Y para eso, será también
del capitalismo, sometido en su conjunto al in- necesario recuperar lo que habían logrado con-
terés de creciente re-concentración del control quistar como representación, o por lo menos
del trabajo, de recursos, de productos, y para de intermediación política, en el Estado.
todo lo cual requiere reconcentrar aún más el En esa lucha, sin embargo, será tarde o
control del Estado. El neoliberalismo insiste, y temprano descubierto que esas conquistas no
eso es casi cómico, que el mercado es contrario pueden ser afirmadas, ni estabilizadas, sino
al Estado. Pero no tiene sentido en la realidad. por la ampliación continua y cotidiana de la
Sin Estado, ese mercado sería simplemente im- democracia en la sociedad y que eso implica
posible. La entrega de la producción y distri- individuos libres y socialmente iguales, que
bución de servicios públicos al mercado domi- por eso tengan, todos, igual acceso a tomar
nado por las corporaciones, es una imposición parte en la generación y en la gestión de las
del Estado. Pero para eso ha sido necesario pri- instituciones de autoridad pública en la so-
mero desalojar del Estado a la representación ciedad. Es decir una ciudadanía que no se
282 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

restrinja, ni se agote, en el ritual ejercicio del sobre todo, un campo de conflicto porque in-
voto. Porque esa es la conquista principal de teresa cada vez menos a la burguesía, ya que
la modernidad: los individuos para ser libres sus intereses llevan, exactamente debido a la
requieren ser socialmente iguales. La demo- globalización, a la continuada reducción de
cracia es, por eso, un interés social material los márgenes de democracia en la sociedad
de la sociedad, no sólo una aspiración ético- y en el Estado.
estética. Por lo tanto, también es un campo Se sabe bien que en la esclavitud o en la ser-
de conflicto en la sociedad, como ocurre con vidumbre personal ninguna forma de demo-
todo interés social genuino. cracia es posible en sociedad, ni en su Estado.
La afirmación y la estabilización de la Los límites de lo que puede conquistarse en el
democracia en la sociedad, requiere una lu- capital-salario son conocidos. Y el “socialismo
cha constante por su ampliación en la vida real” mostró esos límites de modo aún más
cotidiana de esa sociedad. Eso requiere, sin decisivo. Eso sugiere, seguramente, que sería
duda, la descolonización de las relaciones de más bien en relaciones sociales de reciproci-
poder, en primer término. Y dada la notable dad y bajo formas de autoridad de carácter co-
y más compleja heterogeneidad histórico- munal, donde la ciudadanía plena, la libertad
estructural de la población dominada y so- individual y la igualdad social son y pueden ser
metida al capitalismo, en todas las formas viables a largo plazo, como formas cotidianas
de control del trabajo, en todas las formas de de la existencia social en el vasto universo de
dominación y de control, de raza o de géne- la diversidad y de la heterogeneidad histórico-
ro, en todas las formas de control del sexo y estructural. No es, por eso, seguramente acci-
de sus productos, la democracia como forma dental que en muchos lugares del mundo estén
de vida cotidiana de la sociedad requiere un apareciendo formas comunales de autoridad
universo institucional también heterogéneo, pública y formas de organización del trabajo
que sin duda rebasa la institucionalidad del en términos de reciprocidad. Estas formas, no
Estado-nación. Aún el más moderno, esto es, solamente sirven ahora para asegurar la so-
el más democrático de los Estados-nación brevivencia, sino también como parte de un
está armado en función del poder del capi- proceso histórico alternativo al de un poder
talismo, en el cual la democracia es ahora, fundado en la colonialidad, como instrumen-
El trabajo al final del siglo XX 283

to de dominación, y en el capitalismo como Las perspectivas próximas


modo de explotación. Tales experiencias de
reciprocidad y de comunidad se combinan y He procurado aquí, sobre todo, abrir cuestio-
se articulan de muchos modos con el Estado nes cuyo debate me parece necesario y urgen-
y con el mercado. Nada podría existir, hoy, por te, en particular entre los trabajadores. Lo he
separado de éstos. Pero ahora es patente que hecho de manera apretada y esquemática, en el
tampoco solamente con ellos. Lo que quizás breve tiempo del cual disponemos. Permítanme
veremos en el futuro, por lo tanto, en un mun- ahora terminar con unas pocas notas sobre el
do heterogéneo, serán heterogéneas combina- nuevo período que estamos comenzando.
ciones entre todos esos procesos. Si observamos el escenario mundial, dos no-
El mundo es realmente muy heterogéneo. tas son claramente perceptibles. En primer tér-
Seguramente veremos en adelante no sólo mino, el agotamiento del inmenso atractivo del
las combinaciones, sino también los con- neoliberalismo que la burguesía logró imponer
flictos. Tales conflictos se moverán entre después de la crisis mundial comenzada a me-
el extremo mercado-Estado y el extremo diados de los setenta.
comunidad-reciprocidad, haciendo muchas Sus terribles efectos sobre la mayoría de la
combinaciones posibles. En América Latina población mundial son no sólo tan visibles, sino
eso comenzó a ser relativamente visible des- sobre todo tan potencialmente conflictivos, que
de muy temprano, para una parte, es verdad han llegado a preocupar a los capitanes polí-
que minoritaria, del debate. Nuestras inves- ticos de la burguesía mundial. El empobreci-
tigaciones en el famoso debate de la margi- miento cada vez mayor de la mayoría de la po-
nalización en América Latina apuntaban, ya blación mundial, la polarización social extrema
en los sesenta, a la idea de la declinación (un 20% de la población mundial controla el 80%
del salariado, por la pérdida de interés y de del Producto Mundial), no llevan a la estabiliza-
capacidad del capital para convertir toda la ción y a la relegitimación del patrón mundial de
fuerza de trabajo mundial en mercancía. Ese poder actual, sino a su más profunda crisis, tan-
proceso comienza a ser visible ahora para to en las relaciones capital-trabajo, como en las
cada vez más gentes. Tanto que hasta se pue- relaciones entre razas y géneros, así como en el
de hablar del fin del trabajo. modo eurocéntrico de producir conocimiento.
284 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

En segundo término, estas tendencias y las de la derrota está terminando. La resistencia,


insostenibles situaciones que se han creado en sin embargo, no será suficiente, ni siquiera para
todo el mundo, ya han desatado la resistencia reconquistar Io perdido. Aunque después de las
de sus víctimas, lo que agudiza la preocupación derrotas las luchas se reinician siempre con la
de los beneficiarios. Las numerosas huelgas de memoria de las gentes, por lo tanto en busca de
asalariados, en todo el mundo, las luchas polí- reconquistar lo que fue perdido, no es la nostal-
ticas contra los regímenes que sólo sirven a los gia, sino la esperanza, es decir, el futuro Io que
fines del capital financiero, las disputas de he- tiene que ser confrontado. En este derrotero,
gemonía sobre los mercados de Asia y América las luchas por la continuada ampliación de la
Latina son las señales de que ya hemos ingre- democracia en las relaciones sociales cotidia-
sado en un período de grandes tormentas so- nas, más allá en consecuencia de los límites del
ciales y políticas en todo el mundo. El tiempo Estado-nación, ya están en el horizonte.
Colonialidad del poder
y clasificación social*

Introducción social1. Se origina y mundializa a partir de Amé-

La colonialidad es uno de los elementos cons-


titutivos y específicos del patrón mundial de 1 Colonialidad es un concepto diferente, aunque vin-
culado con el concepto de colonialismo. Este último se
poder capitalista. Se funda en la imposición refiere estrictamente a una estructura de dominación y
de una clasificación racial / étnica de la pobla- explotación, donde el control de la autoridad política, de
ción del mundo como piedra angular de dicho los recursos de producción y del trabajo de una pobla-
patrón de poder, y opera en cada uno de los ción determinada lo detenta otra de diferente identidad,
y cuyas sedes centrales están, además, en otra jurisdic-
planos, ámbitos y dimensiones, materiales y
ción territorial. Pero no siempre, ni necesariamente, im-
subjetivas, de la existencia cotidiana y a escala plica relaciones racistas de poder. El colonialismo es,
obviamente, más antiguo, en tanto que la colonialidad
ha probado ser, en los últimos quinientos años, más pro-
* Castro-Gómez, Santiago y Grosfoguel, Ramón funda y duradera que el colonialismo. Pero sin duda fue
(comps.) 2007 El giro decolonial: reflexiones para una engendrada dentro de éste y, más aún, sin él no habría
diversidad epistémica más allá del capitalismo global podido ser impuesta en la intersubjetividad del mundo,
(Bogotá: Siglo del Hombre / Universidad Central / Insti- de modo tan enraizado y prolongado. Pablo González
tuto de Estudios Sociales Contemporáneos y Pontificia Casanova (1965) y Rodolfo Stavenhagen (1965) propu-
Universidad Javeriana / Instituto Pensar). Primera edi- sieron llamar “colonialismo interno” al poder racista / et-
ción en Giovanni Arrighi and Walter L. Goldfrank (eds.) nicista que opera dentro de un Estado-nación. Pero eso
2000 Festschrift For Immanuel Wallerstein en Journal tendría sentido sólo desde una perspectiva eurocéntrica
of World Systems Research (Colorado) Vol. VI, no. 2, sobre el Estado-nación. Sobre mis propuestas acerca del
Fall/Winter, pp.342-388. Special Issue. concepto de colonialidad del poder, remito, sobre todo, a
286 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

rica. Con la constitución de América (Latina)2, nialidad (indios, negros, aceitunados, amari-
en el mismo momento y en el mismo movimien- llos, blancos, mestizos) y las geoculturales del
to histórico, el emergente poder capitalista se colonialismo (América, África, Lejano Oriente,
hace mundial, sus centros hegemónicos se lo- Cercano Oriente, Occidente y Europa). Las re-
calizan en las zonas situadas sobre el Atlántico laciones intersubjetivas correspondientes, en
–que después se identificarán como Europa–, y las cuales se fueron fundiendo las experiencias
como ejes centrales de su nuevo patrón de do- del colonialismo y de la colonialidad con las
minación se establecen también la colonialidad necesidades del capitalismo, se fueron configu-
y la modernidad. En otras palabras: con Améri- rando como un nuevo universo de relaciones
ca (Latina) el capitalismo se hace mundial, eu- intersubjetivas de dominación bajo la hegemo-
rocentrado y la colonialidad y la modernidad se nía eurocentrada. Ese específico universo es el
instalan, hasta hoy, como los ejes constitutivos que será después denominado modernidad.
de este específico patrón de poder3. Desde el siglo XVII, en los principales cen-
En el curso del despliegue de esas caracte- tros hegemónicos de ese patrón mundial de
rísticas del poder actual, se fueron configuran- poder –en esa centuria no por acaso Holan-
do las nuevas identidades sociales de la colo- da (Descartes, Spinoza) e Inglaterra (Locke,
Newton)–, desde ese universo intersubjeti-
vo fue elaborado y formalizado un modo de
mis textos (1991: 11-29; 1993 y 1994). Véase, también, mi
producir conocimiento que daba cuenta de
texto escrito junto con Immanuel Wallerstein: “America-
nity as a Concept or the Americas in the Modern World las necesidades cognitivas del capitalismo: la
System” (1992). medición, la cuantificación, la externalización
2 La apropiación del nombre “América” por Estados (objetivación) de lo cognoscible respecto del
Unidos ha originado una extendida confusión que aquí conocedor, para el control de las relaciones de
nos obliga a recordar que originalmente el nombre las gentes con la naturaleza, y entre aquellas
correspondía exclusivamente a los dominios ibéricos respecto de ésta, en especial de la propiedad de
en este continente, que abarcaban desde Tierra del
los recursos de producción. Dentro de esa mis-
Fuego hasta más o menos la mitad suroeste del actual
territorio de los Estados Unidos. ma orientación fueron, también, ya formalmen-
te naturalizadas las experiencias, identidades
3 Véase “La modernidad, el capitalismo y América
Latina nacen el mismo día” (1991b). y relaciones históricas de la colonialidad y de
Colonialidad del poder y clasificación social 287

la distribución geocultural del poder capitalista en consecuencia, como dada, no susceptible


mundial. Ese modo de conocimiento fue, por de ser cuestionada. Desde el siglo XVIII, sobre
su carácter y por su origen eurocéntrico, deno- todo con el Iluminismo, en el eurocentrismo se
minado racional; fue impuesto y admitido en el fue afirmando la mitológica idea de que Euro-
conjunto del mundo capitalista como la única pa era preexistente a ese patrón de poder; que
racionalidad válida y como emblema de la mo- ya era antes un centro mundial del capitalismo
dernidad. Las líneas matrices de esa perspecti- que colonizó al resto del mundo y elaboró por
va cognitiva se han mantenido, no obstante los su cuenta y desde dentro la modernidad y la
cambios de sus contenidos específicos, y las racionalidad5. En este orden de ideas, Europa
críticas y los debates, a lo largo de la duración y los europeos eran el momento y el nivel más
del poder mundial del capitalismo colonial y avanzados en el camino lineal, unidireccional y
moderno. Esa es la modernidad / racionalidad continuo de la especie. Se consolidó así, junto
que ahora está, finalmente, en crisis4. con esa idea, otro de los núcleos principales
El eurocentrismo, por lo tanto, no es la pers- de la colonialidad / modernidad eurocéntrica:
pectiva cognitiva de los europeos exclusiva- una concepción de humanidad, según la cual
mente, o sólo de los dominantes del capitalis- la población del mundo se diferencia en infe-
mo mundial, sino del conjunto de los educados riores y superiores, irracionales y racionales,
bajo su hegemonía. Y aunque implica un compo- primitivos y civilizados, tradicionales y moder-
nente etnocéntrico, éste no lo explica, ni es su nos. Más tarde, en especial desde mediados del
fuente principal de sentido. Se trata de la pers- siglo XIX y a pesar del continuado despliegue
pectiva cognitiva producida en el largo tiempo de la mundialización del capital, fue saliendo
del conjunto del mundo eurocentrado del capi- de la perspectiva hegemónica la percepción
talismo colonial / moderno, y que naturaliza
la experiencia de las gentes en este patrón de
poder. Esto es, la hace percibir como natural, 5 “Europa” es aquí el nombre de una metáfora, no de
una zona geográfica ni de su población. Se refiere a todo
lo que se estableció como una expresión racial / étnica
4 He discutido antes esas cuestiones en Modernidad, / cultural de Europa, como una prolongación de ella,
identidad y utopía en América Latina (1988) y en es decir, como un carácter distintivo de la identidad no
“Colonialidad y modernidad / racionalidad” (1991a). sometida a la colonialidad del poder.
288 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de la totalidad mundial del poder capitalista y Segunda Guerra Mundial, comenzando, por su-
del tiempo largo de su reproducción, cambio puesto, en las áreas dominadas y dependientes
y crisis. El lugar del capitalismo mundial fue del mundo capitalista. Cuando se trata del po-
ocupado por el Estado-nación y las relaciones der, es siempre desde los márgenes desde don-
entre Estados-nación, no sólo como unidad de de suele ser más visto, y más temprano, porque
análisis sino como el único enfoque válido de entra en cuestión la totalidad del campo de
conocimiento sobre el capitalismo; no sólo en relaciones y de sentidos que constituye tal po-
el liberalismo sino también en el llamado ma- der. Desde América Latina, sin duda la más in-
terialismo histórico, la más difundida y la más fluyente de las tentativas de mostrar de nuevo
eurocéntrica de las vertientes derivadas de la la mundialidad del capitalismo fue la propuesta
heterogénea herencia de Marx. de Raúl Prebisch y sus asociados, para pensar
La revuelta intelectual contra esa perspecti- el capitalismo como un sistema mundial dife-
va y contra ese modo eurocéntrico de producir renciado en “centros” y “periferias”. Tal visión
conocimiento nunca estuvo exactamente au- fue retomada y reelaborada en la obra de Im-
sente, en particular en América Latina6. Pero manuel Wallerstein, cuya propuesta teórica del
no levanta vuelo realmente sino después de la “sistema-mundo moderno”, desde una perspec-
tiva donde confluyen la visión marxiana del ca-
pitalismo como un sistema mundial y la brau-
6 Una crítica explícita al evolucionismo unilineal deliana sobre la larga duración histórica, ha
y unidireccional del eurocentrismo está ya presente, reabierto y renovado, de modo decisivo, el de-
por ejemplo, en el libro de Haya de la Torre El bate sobre la reconstitución de una perspectiva
Antiimperialismo y el APRA (escrito según su autor global en la investigación científico-social del
en 1924, aunque su primera edición es de 1932). La
último cuarto del siglo XX7. En ese nuevo con-
percepción de las relaciones económicas de poder
en el Perú, implicada en el primero de los Ensayos
de interpretación de la realidad peruana (1928) de
José Carlos Mariátegui, puede ser considerada como 7 Véase, de Raúl Prebisch, Hacia una dinámica del
el embrión del concepto de heterogeneidad histórico- desarrollo latinoamericano (1963), “Crítica al capitalis-
estructural, elaborado a mediados de los años sesenta. mo periférico” (1976) y Capitalismo periférico, crisis
Véase mi libro Notas sobre el concepto de marginalidad y transformación (1981). Véase también, de Immanuel
social (1966). Wallerstein, The Modern World System (1974-1989).
Colonialidad del poder y clasificación social 289

texto están hoy activos otros componentes del las cuestiones de subjetividad y de género en
debate latinoamericano que apuntan hacia una el debate, la mirada eurocéntrica no ha podido
nueva idea de totalidad histórico-social, nú- percibir todos esos ámbitos en la configuración
cleo de una racionalidad no-eurocéntrica. Me del poder, porque ha sido dominada por la con-
refiero a las propuestas sobre la colonialidad frontación entre dos principales vertientes de
del poder y sobre la heterogeneidad histórico- ideas: una hegemónica: el liberalismo; y otra
estructural de todos los mundos de existencia subalterna, aunque de intención contestataria:
social, de las cuales hablaré inmediatamente. el materialismo histórico.
El liberalismo no tiene una perspectiva uní-
voca sobre el poder. Su más antigua variante
La cuestión del poder en el (Hobbes) sostiene que es la autoridad, acor-
eurocentrismo dada por individuos hasta entonces dispersos,
lo que ubica los componentes de la existen-
Tal como lo conocemos históricamente, el po- cia social en un orden adecuado a las necesi-
der es un espacio y una malla de relaciones so- dades de la vida individual. Aunque de nuevo
ciales de explotación / dominación / conflicto actual, como sustento del neoliberalismo, du-
articuladas, básicamente, en función y en torno rante gran parte del siglo XX cedió terreno a
de la disputa por el control de los siguientes la predominancia de las propuestas del estruc-
ámbitos de existencia social: 1) el trabajo y turalismo, del estructural-funcionalismo y del
sus productos; 2) en dependencia del anterior, funcionalismo, cuyo elemento común respecto
la “naturaleza” y sus recursos de producción; del problema es que la sociedad se ordena en
3) el sexo, sus productos y la reproducción de torno de un limitado conjunto de patrones his-
la especie; 4) la subjetividad y sus productos tóricamente invariantes, por lo cual los com-
materiales e intersubjetivos, incluido el cono- ponentes de una sociedad guardan entre sí re-
cimiento; 5) la autoridad y sus instrumentos, laciones continuas y consistentes, en razón de
de coerción en particular, para asegurar la re- sus respectivas funciones, y éstas, a su vez, son
producción de ese patrón de relaciones socia- inherentes al carácter de cada elemento. Con
les y regular sus cambios. En las dos últimas todas esas variantes, hoy coexisten y se combi-
centurias, sin embargo, y hasta la irrupción de nan de muchos modos el viejo empirismo y el
290 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nuevo posmodernismo, para los cuales no hay cuestiones. En primer término, todas presupo-
tal cosa como una estructura global de relacio- nen una estructura configurada por elementos
nes sociales, una sociedad, en tanto que una históricamente homogéneos, no obstante la
totalidad determinada y distinguible de otras. diversidad de formas y caracteres, que guardan
De esa manera se dan la mano con la antigua entre sí relaciones continuas y consistentes –
propuesta hobbesiana. sea por sus “funciones”, sea por sus cadenas de
Para el materialismo histórico –la más eu- determinaciones–, lineales y unidireccionales,
rocéntrica de las versiones de la heterogénea en el tiempo y en el espacio.
herencia de Marx–, las estructuras sociales se Toda estructura social es, en esa perspecti-
constituyen sobre la base de las relaciones que va, orgánica o sistémica, mecánica. Y esa es,
se establecen para el control del trabajo y de exactamente, la opción preferencial del euro-
sus productos. Tales relaciones se denominan centrismo en la producción del conocimiento
relaciones de producción. Pero, a diferencia histórico. En esa opción, algo llamado “socie-
de las variantes del liberalismo, no sólo afirma dad”, en tanto que una articulación de múltiples
la primacía de uno de los ámbitos –el trabajo existencias en una única estructura, o no es po-
y las relaciones de producción– sobre los de- sible y no tiene lugar en la realidad, como en el
más, sino también, y con idéntica insistencia, viejo empirismo y en el nuevo posmodernismo,
que el orden configurado corresponde a una o si existe sólo puede ser de modo sistémico u
cadena de determinaciones que proviene del orgánico. En segundo lugar, en todas esas ver-
ámbito primado y atraviesa al conjunto. Desde tientes subyace la idea de que de algún modo
ese punto de vista, el control del trabajo es la las relaciones entre los componentes de una es-
base sobre la cual se articulan las relaciones de tructura social son dadas, ahistóricas, esto es,
poder y, a la vez, el determinante del conjunto son el producto de la actuación de algún agente
y de cada una de ellas. A pesar de sus muchas anterior a la historia de las relaciones entre las
y muy marcadas diferencias, en todas esas ver- gentes. Si, como en Hobbes, se hacen interve-
tientes se puede discernir un conjunto de su- nir acciones y decisiones humanas en el origen
puestos y de problemas comunes que indican de la autoridad y del orden, no se trata en rigor
su común linaje eurocéntrico. Aquí es perti- de ninguna historia, o siquiera de un mito histó-
nente poner de relieve, principalmente, dos rico, sino de un mito metafísico que postula un
Colonialidad del poder y clasificación social 291

estado de naturaleza, con individuos humanos ciones continuas, lineales y unidireccionales,


que entre sí no guardan relaciones distintas a la sería innecesario y a fin de cuentas impensable.
continua violencia, es decir, que no tienen en-
tre sí genuinas relaciones sociales. Si en Marx
también se hacen intervenir acciones humanas La heterogeneidad histórico-
en el origen de las “relaciones de producción”, estructural del poder
para el materialismo histórico eso ocurre por
fuera de toda subjetividad, esto es, también Semejante perspectiva de conocimiento difícil-
metafísica y no históricamente. No de modo mente podría dar cuenta de la experiencia his-
distinto, en el funcionalismo, en el estructu- tórica. En primer término, no se conoce patrón
ralismo y en el estructural-funcionalismo, las alguno de poder en el cual sus componentes
gentes están sometidas ab initio al imperio de se relacionen de ese modo y en especial en el
ciertos patrones de conducta históricamente largo tiempo. Lejos de eso, se trata siempre de
invariantes. una articulación estructural entre elementos
La perspectiva eurocéntrica, en cualquiera históricamente heterogéneos, es decir, que pro-
de sus variantes, implica, pues, un postulado vienen de historias específicas y de espacios-
históricamente imposible: que las relaciones tiempos distintos y distantes entre sí, que de
entre los elementos de un patrón histórico de ese modo tienen formas y caracteres no sólo
poder tienen ya determinadas sus relaciones diferentes, sino discontinuos, incoherentes y
antes de toda historia. Esto es, como si fueran aun conflictivos entre sí, en cada momento y en
relaciones definidas previamente en un reino el largo tiempo. De ello son una demostración
óntico, ahistórico o transhistórico. La moder- histórica eficiente, mejor quizás que ninguna
nidad eurocéntrica no parece haber terminado otra experiencia, precisamente la constitución
con el ejercicio de secularizar la idea de un y el desenvolvimiento histórico de América y
Dios providencial. De otro modo, concebir la del capitalismo mundial, colonial y moderno.
existencia social de gentes concretas como En cada uno de los principales ámbitos de
configurada ab initio y por elementos histó- la existencia social, cuyo control disputan las
ricamente homogéneos y consistentes, desti- gentes, y de cuyas victorias y derrotas se for-
nados indefinidamente a guardar entre sí rela- man las relaciones de explotación / domina-
292 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ción / conflicto que constituyen el poder, los lo que en primera instancia genera las condi-
elementos componentes son siempre históri- ciones para esa articulación es la capacidad
camente heterogéneos. Así, en el capitalismo que un grupo logra obtener o encontrar para
mundial el trabajo existe actualmente, como imponerse sobre los demás y articular bajo su
hace quinientos años, en todas y cada una de control, en una nueva estructura social, sus he-
sus formas históricamente conocidas (salario, terogéneas historias. Es siempre una historia
esclavitud, servidumbre, pequeña producción de necesidades, pero igualmente de intencio-
mercantil, reciprocidad), pero todas ellas al nes, de deseos, de conocimientos o ignoran-
servicio del capital y articulándose en torno cias, de opciones y preferencias, de decisiones
de su forma salarial. Pero, del mismo modo, en certeras o erróneas, de victorias y derrotas. De
cualquiera de los otros ámbitos –la autoridad, ningún modo, en consecuencia, de la acción de
el sexo, la subjetividad– están presentes todas factores extrahistóricos.
las formas históricamente conocidas, bajo la Las posibilidades de acción de las gentes no
primacía general de sus formas llamadas mo- son infinitas, o siquiera muy numerosas y di-
dernas: el “Estado-nación”, “la familia burgue- versas. Los recursos que disputan no son abun-
sa”, la “racionalidad moderna”. dantes. Más significativo aún es el hecho de que
Lo que es realmente notable de toda estruc- las acciones u omisiones humanas no pueden
tura social es que elementos, experiencias, pro- desprenderse de lo que está ya previamente
ductos, históricamente discontinuos, distintos, hecho y existe como condicionante de las ac-
distantes y heterogéneos puedan articularse ciones, externamente o no de la subjetividad,
juntos, no obstante sus incongruencias y sus del conocimiento y/o de los deseos y de las in-
conflictos, en la trama común que los urde en tenciones. Por ello, las opciones, queridas o no,
una estructura conjunta. La pregunta pertinen- conscientes o no, para todos o para algunos,
te indaga acerca de lo que produce, permite o no pueden ser decididas, ni actuadas, en un va-
determina semejante campo de relaciones, y le cuum histórico. De allí no se deriva, sin embar-
otorga el carácter y el comportamiento de una go, no necesariamente en todo caso, que las op-
totalidad histórica específica y determinada. Y ciones estén inscritas ya en una determinación
como la experiencia de América y del actual extrahistórica, suprahistórica o transhistórica,
mundo capitalista lo demuestra, en cada caso como en el destino de la tragedia griega clási-
Colonialidad del poder y clasificación social 293

ca. No son, en suma, inevitables. ¿O lo era el ducción de esas relaciones y al control de sus
hecho de que Colón tropezara con lo que llamó crisis y de sus cambios.
La Hispaniola en lugar de llegar a lo que hoy lla- Si desde Hobbes el liberalismo insiste, sin
mamos Nueva York? Las condiciones técnicas embargo, en que la autoridad decide el orden
de esa aventura permitían lo mismo el uno que social, el orden estructural de las relaciones
el otro resultado, o el fracaso de ambos. Pién- de poder, es porque también insiste en que to-
sese en todas las implicaciones fundamentales, dos los otros ámbitos de existencia social arti-
no banales, de tal cuestión, para la historia del culados en esa estructura son naturales. Pero
mundo capitalista. si no se admite ese imposible carácter no-his-
La capacidad y la fuerza que le sirven a un tórico de la existencia social, debe buscarse
grupo para imponerse sobre otros no es, sin en otra instancia histórica la explicación de
embargo, suficiente para articular heterogé- que la existencia social consista en ámbitos o
neas historias en un orden estructural durade- campos de relaciones sociales específicas, y
ro. Ellas ciertamente producen la autoridad, en que tales campos tiendan a articularse en un
tanto que capacidad de coerción. La fuerza y campo conjunto de relaciones, cuya configu-
la coerción, o, en la mirada liberal, el consen- ración estructural y su reproducción o remo-
so, no pueden, sin embargo, producir, ni repro- ción en el tiempo se reconoce con el concepto
ducir duraderamente el orden estructural de de sociedad. ¿Dónde encontrar esa instancia?
una sociedad, es decir, las relaciones entre los Ya quedó señalada la dificultad de las pro-
componentes de cada uno de los ámbitos de puestas estructuralistas y funcionalistas, no
la existencia social, ni las relaciones entre los sólo para dar cuenta de la heterogeneidad
ámbitos mismos. Ni, en especial, producir el histórica de las estructuras sociales, sino tam-
sentido del movimiento y del desenvolvimiento bién por implicar relaciones necesariamente
histórico de la estructura social en su conjun- consistentes entre sus componentes. Queda,
to. Lo único que puede hacer la autoridad es en consecuencia, la propuesta marxiana (una
obligar, o persuadir, a las gentes a someterse a de las fuentes del materialismo histórico) so-
esas relaciones y a ese sentido general del mo- bre el trabajo como ámbito primado de toda
vimiento de la sociedad que les habita. De ese sociedad, y sobre el control del trabajo como
modo contribuye al sostenimiento, a la repro- el primado en todo poder social. Dos son los
294 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

problemas que levanta esta propuesta y que dos ellos se articulan entre sí y con el capi-
requieren ser discutidos. tal. El propio trabajo asalariado se diferencia
En primer lugar, es cierto que la experien- entre todas las formas históricas de acumula-
cia del poder capitalista mundial, eurocen- ción, desde la llamada originaria o primitiva,
trado y colonial / moderno, muestra que es el la plusvalía extensiva, incluyendo todas las
control del trabajo el factor primado en este gradaciones de la intensiva y todos los niveles
patrón de poder: éste es, en primer término, que la actual tecnología permite y contiene,
capitalista. En consecuencia, el control del hasta aquellos en que la fuerza viva de trabajo
trabajo por el capital es la condición central individual es virtualmente insignificante. El
del poder capitalista. Pero en Marx implica, capitalismo abarca, tiene que abarcar, todo
de una parte, la homogeneidad histórica de ese complejo y heterogéneo universo bajo su
éste y de los demás factores, y de otra parte, dominación.
que el trabajo determina, todo el tiempo y de Respecto de la cadena unidireccional de
modo permanente, el carácter, el lugar y la determinaciones que le permite al trabajo
función de todos los demás ámbitos en la es- articular los demás ámbitos y mantenerlos
tructura de poder. Sin embargo, si se examina articulados en el largo tiempo, la experiencia
de nuevo la experiencia del patrón mundial del patrón de poder capitalista, mundial, eu-
del poder capitalista, nada permite verificar rocentrado y colonial / moderno no muestra
la homogeneidad histórica de sus componen- tampoco nada que obligue a admitir que el
tes, ni siquiera de los fundamentales, sea del rasgo capitalista haya hecho necesarios, en
trabajo, del capital, o del capitalismo. Por el el sentido de inevitables, los demás. De otra
contrario, dentro de cada una de esas cate- parte, sin duda el carácter capitalista de este
gorías no sólo coexisten, sino se articulan y patrón de poder tiene implicaciones decisivas
se combinan todas y cada una de las formas, sobre el carácter y el sentido de las relaciones
etapas y niveles de la historia de cada una de intersubjetivas, de las relaciones de autoridad
ellas. Por ejemplo, el trabajo asalariado exis- y sobre las relaciones en torno del sexo y sus
te hoy, como al comienzo de su historia, junto productos. Pero, primero, sólo si se ignora la
con la esclavitud, la servidumbre, la pequeña heterogeneidad histórica de esas relaciones y
producción mercantil, la reciprocidad. Y to- del modo como se ordenan en cada ámbito
Colonialidad del poder y clasificación social 295

y entre ellos, sería posible admitir la unili- rogénea tenga el movimiento, el desenvolvi-
nealidad y unidireccionalidad de esas impli- miento o, si se quiere, el comportamiento de
caciones. Y, segundo, a esta altura del debate una totalidad histórica, no bastan tales modos
debiera ser obvio que si bien el actual modo de determinación recíproca y heterogénea
de controlar el trabajo tiene implicaciones so- entre sus componentes. Es indispensable que
bre, por ejemplo, la intersubjetividad social, uno (o más) entre ellos tenga la primacía –en
sabemos, del mismo modo, que para que se el caso del capitalismo, el control combinado
optara por la forma capitalista de organizar del trabajo y de la autoridad– pero no como
y controlar el trabajo, fue necesaria una in- determinante o base de determinaciones en
tersubjetividad que la hiciera posible y prefe- el sentido del materialismo histórico, sino es-
rible. Las determinaciones no son, pues, no trictamente como eje(s) de articulación del
pueden ser, unilineales, ni unidireccionales. conjunto. De ese modo, el movimiento con-
Y no sólo son recíprocas. Son heterogéneas, junto de esa totalidad, el sentido de su des-
discontinuas, inconsistentes, conflictivas, envolvimiento, abarca, trasciende cada uno
como corresponde a las relaciones entre ele- de sus componentes. Es decir, determinado
mentos que tienen, todos y cada uno, tales campo de relaciones sociales se comporta
características. La articulación de heterogé- como una totalidad. Pero semejante totalidad
neos, discontinuos y conflictivos elementos histórico-social, como articulación de hetero-
en una estructura común, en un determinado géneos, discontinuos y conflictivos elemen-
campo de relaciones, implica, pues, requiere, tos, no puede ser de modo alguno cerrada, no
relaciones de recíprocas, múltiples y hetero- puede ser un organismo, ni puede ser, como
géneas determinaciones. una máquina, consistente de modo sistémico,
El estructuralismo y el funcionalismo no y constituir una entidad en la cual la lógica de
lograron percibir esas necesidades históricas. cada uno de los elementos corresponde a la
Tomaron un camino mal-conducente, redu- de cada uno de los otros. Sus movimientos de
ciéndolas a la idea de relaciones funcionales conjunto no pueden ser, en consecuencia, uni-
entre los elementos de una estructura social. lineales, ni unidireccionales, como sería nece-
De todos modos, sin embargo, para que una sariamente el caso de entidades orgánicas o
estructura histórico-estructuralmente hete- sistémicas o mecánicas.
296 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Notas sobre la cuestión histórico-social. En la partida, es necesario


de la totalidad reconocer que todo fenómeno histórico-social
consiste en y/o expresa una relación social o
Acerca de esa problemática es indispensable una malla de relaciones sociales. Por eso, su
continuar indagando y debatiendo las impli- explicación y su sentido no pueden ser encon-
caciones del paradigma epistemológico de la trados sino respecto de un campo de relacio-
relación entre el todo y las partes respecto de nes mayor al que corresponde. Dicho campo
la existencia histórico-social. El eurocentrismo de relaciones respecto del cual un determinado
ha llevado, a virtualmente todo el mundo, a ad- fenómeno puede tener explicación y sentido es
mitir que en una totalidad el todo tiene abso- lo que aquí se asume con el concepto de tota-
luta primacía determinante sobre todas y cada lidad histórico-social. La continuada presencia
una de las partes, y que por lo tanto hay una de este paradigma en la investigación y en el
y sólo una lógica que gobierna el comporta- debate histórico-social desde, sobre todo, fines
miento del todo y de todas y de cada una de las del siglo XVIII, no es un accidente: da cuenta
partes. Las posibles variantes en el movimiento del reconocimiento de su tremenda importan-
de cada parte son secundarias, sin efecto sobre cia, ante todo porque permitió liberarse del
el todo, y reconocidas como particularidades atomismo empirista y del providencialismo. No
de una regla o lógica general del todo al que obstante, el empirismo atomístico no sólo se
pertenecen. No es pertinente aquí, por razones ha mantenido en el debate, sino que ahora ha
obvias, plantear un debate sistemático acerca encontrado una expresión nueva en el llamado
de aquel paradigma que en la modernidad eu- posmodernismo filosófico-social8. En ambos se
rocéntrica ha terminado siendo admitido como
una de las piedras angulares de la racionalidad, 8 El término “filosófico-social” cumple aquí la función
y que en la producción del conocimiento con- de hacer notar que el intenso proceso de renovación del
creto llega a ser actuado con la espontaneidad debate filosófico tiene un sello peculiar: no se trata sólo
de la respiración, esto es, de manera incues- de una prolongación del viejo debate sobre las viejas
cuestiones de la metafísica eurocéntrica, sino de las
tionable. Lo único que propongo aquí es abrir
cuestiones levantadas en el debate histórico-social de
la cuestión restricta de sus implicaciones en los últimos doscientos años, y en particular en la segun-
el conocimiento específico de la experiencia da mitad del siglo XX. El reconocimiento de este rasgo
Colonialidad del poder y clasificación social 297

niega la idea de totalidad y de su necesidad en cuestión o para su defensa, el punto de parti-


la producción del conocimiento. da ha sido el reconocimiento de su existencia
La renovación y la expansión de la visión real en la vida de las gentes. Pero, sobre todo,
atomística de la experiencia histórico-social en fue la crítica del poder la que terminó coloca-
plena crisis de la modernidad / racionalidad no da en el centro mismo del estudio y del debate
es tampoco un accidente. Es un asunto com- histórico-social. En cambio, en la visión ato-
plejo y contradictorio. Da cuenta, por un lado, mística, sea del viejo empirismo o del nuevo
de que ahora es más perceptible que las ideas posmodernismo, las relaciones sociales no for-
dominantes de totalidad dejan fuera de ellas man campos complejos de relaciones sociales
muchas, demasiadas, áreas de la experiencia en donde están articulados todos los ámbitos
histórico-social, o las acogen sólo de modo dis- diferenciables de existencia social y, en conse-
torsionante. Pero, por otro lado, tampoco es ac- cuencia, de relaciones sociales. Es decir, algo
cidental la explícita asociación de la negación llamado “sociedad” no tiene lugar en la reali-
de la totalidad con la negación de la realidad dad. Por lo tanto, encontrar la explicación y el
del poder social, en el nuevo posmodernismo sentido de los fenómenos sociales no es posi-
tanto como en el viejo empirismo. ble, ni necesario. La experiencia contingente,
En efecto, lo que el paradigma de la totali- la descripción como representación, serían lo
dad permitió percibir en la historia de la exis- único necesario y legítimo. La idea de totalidad
tencia social de las gentes concretas fue, pre- no sólo no sería necesaria sino, sobre todo, se-
cisamente, el poder como la más persistente ría una distorsión epistemológica. La idea que
forma de articulación estructural de alcance remite a la existencia de estructuras duraderas
social. Desde entonces, sea para ponerlo en de relaciones sociales cede el lugar a la idea de
fluencias inestables y cambiantes, que no lle-
gan a cuajar en estructuras9.
es importante para nosotros, no sólo y no tanto por- Para poder negar la realidad del poder so-
que indica la influencia de las ciencias sociales sobre cial, el empirismo y el posmodernismo requie-
la filosofía, sino ante todo porque este debate es vital
para la elaboración de una racionalidad alternativa a la
eurocéntrica y para la renovación de los fundamentos
del conocimiento histórico-social. 9 Véase Roland Anrup (1985: 5-23).
298 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ren negar la idea de totalidad histórico-social y tado y discutido, de que toda idea de totalidad
la existencia de un ámbito primado en la con- implica que el todo y las partes corresponden
figuración social, actuando como eje de articu- a una misma lógica de existencia. Es decir, tie-
lación de los demás. El poder en el viejo empi- nen una homogeneidad básica que sustenta la
rismo sólo existe como autoridad, en un solo consistencia y la continuidad de sus relaciones,
ámbito de relaciones sociales, por definición, como en un organismo, o en una máquina, o
dispersas. En el posmodernismo, desde sus orí- en una entidad sistémica. En esa perspectiva,
genes post-estructuralistas, el poder sólo exis- la negación de la necesidad de esa idea de to-
te a la escala de las micro-relaciones sociales talidad en la producción del conocimiento es
y como fenómeno disperso y fluido. No tiene extrema, pero no del todo arbitraria. Para nues-
sentido, en consecuencia, para ninguna de ta- tras actuales necesidades de conocimiento his-
les vertientes del debate, pensar en el cambio tórico-social, esa idea de totalidad implica hoy
de algo llamado “sociedad” en su conjunto y distorsiones de la realidad tan graves como las
ubicar para eso sus ejes de articulación o los desventajas del viejo empirismo atomístico.
factores de determinación que deben ser cam- Pero, ¿qué pasa si nos enfrentamos a tota-
biados. El cambio histórico sería estrictamente lidades que consisten en una articulación de
un asunto individual, aunque fueran varios los elementos históricamente heterogéneos, cuyas
individuos comprometidos en las micro-rela- relaciones son discontinuas, inconsistentes,
ciones sociales. conflictivas? La respuesta es que en la exis-
En esa confrontación entre las ideas orgáni- tencia social las relaciones entre el todo y las
cas y sistémicas de totalidad, de un lado, y la partes son reales, pero necesariamente muy
negación de toda idea de totalidad, del otro, pa- distintas de las que postula el eurocentrismo.
reciera tratarse de opciones muy contrapues- Una totalidad histórico-social es en un campo
tas, incluso referidas a perspectivas epistémi- de relaciones estructurado por la articulación
cas no conciliables. Ambas tienen, sin embar- heterogénea y discontinua de diversos ámbi-
go, un común linaje eurocéntrico: para ambas tos de existencia social, cada uno de ellos a su
posiciones el paradigma eurocéntrico de totali- vez estructurado con elementos históricamen-
dad es el único pensable. Dicho de otro modo, te heterogéneos, discontinuos en el tiempo y
en ambas subyace el supuesto nunca explici- conflictivos. Eso quiere decir que las partes
Colonialidad del poder y clasificación social 299

en un campo de relaciones de poder social no comportarse en una orientación general, no


son sólo “partes”; lo son respecto del conjunto puede hacerlo de manera unilineal, ni unidi-
del campo, de la totalidad que éste constitu- reccional, ni unidimensional, porque están en
ye y, en consecuencia, se mueve dentro de la acción múltiples, heterogéneas e incluso con-
orientación general del conjunto; pero no lo flictivas pulsiones o lógicas de movimiento. En
son en su relación separada con cada una de especial, si se considera que son necesidades,
las otras. Cada una de ellas es una unidad total deseos, intenciones, opciones, decisiones y ac-
en su propia configuración, porque igualmente ciones humanas las que están, constantemen-
tiene una constitución históricamente hetero- te, en juego. En otros términos, los procesos
génea. Cada elemento de una totalidad histó- históricos de cambio no consisten, no pueden
rica es una particularidad y, al mismo tiempo, consistir, en la transformación de una totalidad
una especificidad, incluso, eventualmente, una históricamente homogénea en otra equivalen-
singularidad. Todos ellos se mueven dentro de te, sea gradual y continuamente, o por saltos
la tendencia general del conjunto, pero tienen y rupturas. Si así fuera, el cambio implicaría la
o pueden tener una autonomía relativa y que salida completa del escenario histórico de una
puede ser, o llegar a ser, conflictiva con la del totalidad con todos sus componentes, para que
conjunto. En ello reside también la noción del otra derivada de ella ocupara su lugar. Esa es
cambio histórico-social. la idea central, necesaria, explícita en el evo-
¿Significa eso que la idea de totalidad no tie- lucionismo gradual y unilineal, o implicada en
ne allí lugar ni sentido? Nada de eso. Lo que las variantes del estructuralismo y del funcio-
articula todos los ámbitos heterogéneos y dis- nalismo y, aunque algo en contra de su discurso
continuos en una estructura histórico-social formal, también del materialismo histórico. Así
es un eje común, por lo cual el todo tiende a no ocurre, sin embargo, en la experiencia real,
moverse, en general, de modo conjunto, ac- menos con el patrón de poder mundial que se
túa como una totalidad. Pero esa estructura constituyó con América. El cambio afecta de
no es, no puede ser, cerrada, como en cambio modo heterogéneo, discontinuo, a los compo-
no puede dejar de serlo una estructura orgá- nentes de un campo histórico de relaciones
nica o sistémica. Por eso, a diferencia de és- sociales. Ese es, probablemente, el significado
tas, si bien ese conjunto tiende a moverse o a histórico, concreto, de lo que se postula como
300 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

contradicción en el movimiento histórico de la Desde una perspectiva orgánica o sistémica


existencia social. de la totalidad histórico-social, toda pretensión
La percepción de que un campo de relacio- de manejo de totalidades histórico-sociales, en
nes sociales está constituido de elementos ho- especial cuando se trata de planificar de ese
mogéneos, continuos, aunque contradictorios modo el cambio, no puede dejar de conducir
(en el sentido hegeliano), lleva a la visión de la a experiencias que han dado en llamarse, no
historia como una secuencia de cambios que por acaso, totalitarias. Al mismo tiempo, sin
consisten en la transformación de un conjun- embargo, puesto que no es inevitable que toda
to homogéneo y continuo en otro equivalen- idea de totalidad sea sistémica, orgánica o me-
te. Y el debate sobre si eso ocurre gradual y cánica, la simple negación de toda idea de to-
linealmente o por “saltos”, y que suele pasar talidad en el conocimiento histórico-social no
como una confrontación epistemológica en- puede dejar de estar asociada a la negación de
tre el “positivismo” y la “dialéctica” es, en la realidad del poder a escala social. En reali-
consecuencia, meramente formal. No implica dad, desoculta el sesgo ideológico que la vincu-
en realidad ninguna ruptura epistemológica. la al poder vigente.
Puede verse, así, que lo que lleva a muchos a
desprenderse de toda idea de totalidad es que
las ideas sistémicas u orgánicas acerca de ella La cuestión de la clasificación
han llegado a ser percibidas, o sentidas, como social
una suerte de corsé intelectual, porque fuerzan
a homogenizar la experiencia real, y de ese Desde los años ochenta, en medio de la crisis
modo a verla de modo distorsionado. Eso no mundial del poder capitalista, se hizo más pro-
lleva a negar, desde luego, la existencia posi- nunciada la derrota, ya tendencialmente visi-
ble o probada de totalidades orgánicas o sis- ble, de los regímenes del despotismo burocrá-
témicas. De hecho hay organismos y mecanos tico, rival del capitalismo privado, de los pro-
cuyas partes se corresponden unas con otras cesos de democratización de las sociedades y
de manera sistémica. Pero toda pretensión de Estados capitalistas de la “periferia”, y también
ver de esta manera las estructuras sociales es de los movimientos de los trabajadores orien-
necesariamente distorsionante. tados a la destrucción del capitalismo. Ese con-
Colonialidad del poder y clasificación social 301

texto facilitó la salida a la luz de las corrientes, regímenes y movimientos que le disputaban la
hasta ese momento más bien subterráneas, que hegemonía mundial a los centros hegemóni-
dentro del materialismo histórico comenzaban cos del capitalismo o se enfrentaban al capi-
a sentir cierto malestar con su concepción he- talismo. Y facilitó la imposición del discurso
redada acerca de las clases sociales10. El pron- neoliberal del capitalismo como una suerte de
to resultado fue, como ocurre con frecuencia, sentido común universal, que desde entonces
que el niño fue arrojado junto con el agua su- hasta hace muy poco se hizo no sólo dominan-
cia, y las clases sociales se eclipsaron en el es- te, sino virtualmente único11. Es menos obvio,
cenario intelectual y político. Es obvio que ese sin embargo, si fue única o principalmente para
resultado fue parte de la derrota mundial de los poder pasarse con comodidad al campo adver-
sario, que muchos habituales de los predios del
materialismo histórico se despojaran, después
10 El debate sobre el problema de las clases socia- de la derrota, de una de sus armas predilectas.
les está ya muy cargado de años, aunque se hizo más
intenso después de la Segunda Guerra Mundial. Una
Aunque esa es la acusación oída con más
incisiva revisión es la de Dale Tomich: “World of Ca- frecuencia, no es probable que sea la mejor
pital / Worlds of Labor: A Global Perspective” (1997). encaminada. Es más probable que con la cues-
Sin embargo, probablemente fue la conocida polémi- tión de las clases sociales, entre los cultores o
ca de Ellen Meiksins Wood, A Retreat from Class: A seguidores del materialismo histórico, hubiera
New “True” Socialism (1986), frente a Ernesto Laclau
y Chantal Mouffe, Hegemony and Socialist Strategy estado ocurriendo algo equivalente a lo que
(1985), lo que dio cuenta del momento de flexión cli- ocurrió con las ideas orgánica o sistémica acer-
mática mayor de la atmósfera intelectual del llamado ca de la totalidad: las derrotas y, sobre todo,
“marxismo occidental” respecto de la cuestión de las las decepciones en su propio campo político
clases sociales. Desde entonces, se extendió rápida-
(el “socialismo realmente existente”) hacían
mente el desuso del concepto, como ha ocurrido con
casi todos los problemas teóricos centrales del debate cada vez más problemático el uso productivo,
precedente. Fueron simplemente sacados del debate, y en el campo del conocimiento, de la versión
las ideas y conceptos en juego entraron en desuso. Su
regreso comienza, más bien rápidamente, con la crisis
de hegemonía global, arrastrada por los apetitos preda- 11 “Pensamiento único” es el nombre acuñado y reite-
torios del capital financiero y el desprestigio mundial radamente usado por Ignacio Ramonet en las páginas
del neoliberalismo. de Le Monde Diplomatique, que él dirige.
302 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

del materialismo histórico sobre las clases so- dónde proceden las dificultades con la teoría
ciales. Esa versión había logrado convertir una de las clases sociales del materialismo históri-
categoría histórica en una categoría estática, co? El rastro más nítido conduce a una historia
en los términos de E. P. Thompson, y en am- con tres estancias distintas. Primera, la cons-
plia medida ese era el producto que, según la titución del materialismo histórico, a fines del
descripción de Parkin, a fines de los setenta, se siglo XIX, como un producto de la hibridación
“fabricaba y mercadeaba” en muchas universi- marxista-positivista, en el tardío Engels y en
dades de Europa y de Estados Unidos12. Y pues- los teóricos de la socialdemocracia europea,
to que para una amplia mayoría, dicha versión alemana en especial, con amplias y duraderas
era la única legitimada como correcta, el res- reverberaciones entre los socialistas de todo el
pectivo concepto de clases sociales comenzó mundo. Segunda, la canonización de la versión
a ser sentido también como un corsé intelec- llamada marxismo-leninismo, impuesta por el
tual. Los esfuerzos para hacer más llevadero despotismo burocrático establecido bajo el es-
ese corsé, si bien no fueron muy numerosos, talinismo, desde mediados de los años veinte.
ganaron amplia audiencia en los años sesen- Finalmente, la nueva hibridación de ese mate-
ta. Piénsese, por ejemplo, en la resonancia de rialismo histórico con el estructuralismo fran-
la obra de Nicos Poulantzas, en una vereda, o cés, después de la Segunda Guerra Mundial15.
la de Erik Olin Wright, en la de enfrente13. Es- El materialismo histórico, respecto de la cues-
fuerzos de crítica mucho más fecunda pero con tión de las clases sociales, así como en otras
menos audiencia inmediata, como la de E. P. áreas respecto de la herencia teórica de Marx,
Thompson, desafortunadamente no llevaron
hasta una entera propuesta alternativa14. ¿De
15 Acerca del marxismo-positivismo, véase Theodor
Shanin, The Late Marx: The Russian Road (1984). De
12 Véase Frank Parkin (1979). la avasalladora influencia del estructuralismo francés
en el materialismo histórico después de la segunda gue-
13 De Nicos Poulantzas véase, en especial, Pouvoir et rra mundial, la obra de Althusser y de los althusseria-
Classes Sociales (1968), y de Erik Olin Wright, Class, nos es una convincente y conocida demostración. Y de
Crisis and the State (1978). lo devastadora que llegó a ser entre algunos de ellos,
14 Véase, de E. P. Thompson, The Making of the English seguramente un notorio ejemplo es la obra de Hindess
Working Class (1964) y Poverty and Theory (1978). y Hirst, Pre-Capitalist Modes of Production (1975).
Colonialidad del poder y clasificación social 303

no es exactamente una ruptura, sino una con- rialismo histórico17. En particular en la famosa
tinuidad parcial y distorsionada. Ese legado Exposition de la Doctrine, publicada en 1828
intelectual es reconocidamente heterogéneo, y por la llamada izquierda saintsimoniana, de ex-
lo es aún más su tramo final, producido, preci- tendida influencia en el debate social y político,
samente, cuando Marx puso en cuestión los nú- durante buena parte del siglo XIX.
cleos eurocéntricos de su propio pensamiento, No se agotan allí las notables coincidencias
desafortunadamente sin lograr encontrar una con el materialismo histórico respecto de la
resolución eficaz a los problemas epistémicos cuestión de las clases sociales. Para ser un tex-
y teóricos implicados. Admite, pues, heterogé- to escrito después de trescientos años de histo-
neas lecturas. Pero el materialismo histórico, ria del capitalismo mundial eurocentrado y co-
sobre todo en su versión marxista-leninista,
pretendió, no sin éxito, hacer pasar el legado
de Marx como una obra sistemáticamente ho- 17 No se puede pasar por alto la intrigante ausencia
en Marx de casi toda mención del pensamiento saintsi-
mogénea e imponer su propia lectura, a fin de moniano, en especial de la Exposition de la Doctrine,
ser admitido como el único legítimo heredero. tanto mayor por el hecho de que usó todos los concep-
Es sabido que Marx dijo expresamente que tos básicos y la terminología de sus obras: la lista de
no era el descubridor de las clases sociales, ni clases sociales antagónicas que encabeza el capítulo I
de sus luchas, pues antes de él lo habían hecho de El manifiesto ya está íntegra en la Exposition (amos
y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos), así
los historiadores y economistas burgueses16. como clase obrera, trabajadores asalariados, proleta-
Pero, aunque él, curiosamente, no la menciona, rios. Además, no tiene que forzarse nada la Exposition
no hay duda alguna de que fue en la obra de para encontrar que la perspectiva entera de la relación
Claude Henri de Saint-Simon y de los saintsi- entre clases sociales e historia, y entre la explotación
de la clase obrera o proletariado y la revolución para
monianos donde fueron formulados por prime-
poner punto final a todas las formas de explotación,
ra vez, mucho antes de Marx, los elementos bá- ya están formuladas allí, antes de reaparecer para la
sicos de lo que un siglo después sería conocido posteridad como las claves de la teoría revolucionaria
como la teoría de las clases sociales del mate- del materialismo histórico. En ese sentido, el recono-
cimiento hecho por Engels (Del socialismo utópico
al socialismo científico) de la “genial perspicacia” de
Saint-Simon, mientras lo ubica entre los “socialistas
16 Véase Karl Marx y Frederic Engels (1947: 71-74). utópicos”, es tardío e interesado.
304 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

lonial / moderno, no puede dejar de ser llama- junto con sus similitudes, tiene también nota-
tiva la ceguera absoluta de la Exposition de la bles diferencias que aquí apenas es pertinente
Doctrine respecto de los siguientes puntos: 1) señalar. En primer término, Marx se mantuvo,
la coexistencia y la asociación, bajo el capitalis- es verdad, hasta casi el final de su trabajo, den-
mo, de todas las formas de explotación / domi- tro de la misma perspectiva (saintsimoniana y
nación del trabajo; 2) en el mundo del capitalis- eurocéntrica) de una secuencia histórica uni-
mo no existían solamente las clases sociales de lineal y unidireccional de sociedades de clase.
“industriales”, de un lado, y “obreros” o “prole- Sin embargo, como se sabe bien ahora, al irse
tarios”, del otro, sino también las de “esclavos”, familiarizando con las investigaciones históri-
“siervos”, “plebeyos” y “campesinos libres”; 3) cas y con el debate político de los “populistas”
las relaciones de dominación originadas en la rusos, se dio cuenta de que esa unidireccionali-
experiencia colonial de “europeos” o “blancos” dad y esa unilinealidad dejaban fuera de la his-
e “indios”, “negros”, “amarillos” y “mestizos”, toria otras decisivas experiencias históricas.
implicaban profundas relaciones de poder, que Llegó, así, a ser consciente del eurocentrismo
en aquel periodo estaban tan estrechamente li- de su perspectiva histórica, pero no dio el sal-
gadas a las formas de explotación del trabajo to epistemológico correspondiente. El mate-
que parecían “naturalmente” asociadas entre rialismo histórico posterior eligió condenar y
sí; 4) la relación capital-salario no era el único omitir ese tramo de la indagación de Marx, y se
eje de poder, ni siquiera en la economía, sino aferró dogmáticamente a lo más eurocéntrico
que había otros ejes de poder que existían y ac- de su herencia.
tuaban en ámbitos que no eran solamente eco- Es cierto, por otra parte, como todo el mun-
nómicos, como la “raza”, el género y la edad; do advierte, que hay una distinción percepti-
5) en consecuencia, la distribución del poder ble entre su visión de las relaciones de clase,
entre la población de una sociedad no provenía implicadas en su teoría sobre el capital, y la
exclusivamente de las relaciones en torno del que subyace a sus estudios históricos. En esa
control del trabajo, ni se reducía a ellas. teoría, el capital es una relación social especí-
El movimiento de la indagación de Marx so- fica de producción, cuyos dos términos funda-
bre las clases sociales no fue probablemente mentales son los capitalistas y los obreros. Los
ajeno al debate de los saintsimonianos. Pero primeros son quienes controlan esa relación,
Colonialidad del poder y clasificación social 305

y en esa calidad, son “funcionarios” del capi- en las dos clases sociales fundamentales. La
tal. Son los dominantes de esa relación, pero tercera es que la teoría de El Capital implica
lo hacen en su propio y privado beneficio. En que se trata de una relación social, estructu-
esa calidad, son explotadores de los obreros. rada independientemente de la voluntad y de
Desde ese punto de vista, ambos términos son la conciencia de las gentes, y que, en conse-
las clases sociales fundamentales de El Capi- cuencia, éstas se encuentran distribuidas en
tal. De otro lado, sin embargo, y sobre todo en ella de manera necesaria e inevitable, por una
su análisis de la coyuntura francesa, especial- legalidad histórica que las sobrepasa. En esa
mente en El 18 Brumario de Luis Bonaparte, visión, las clases sociales son presentadas
Marx da cuenta de varias clases sociales que, como estructuras dadas por la naturaleza de
según las condiciones del conflicto político- la relación social; sus ocupantes son portado-
social, emergen, se consolidan o se retiran de res de sus determinaciones y, por lo tanto, sus
escena: burguesía comercial, burguesía indus- comportamientos deberían expresar dichas
trial, proletariado, grandes terratenientes, oli- determinaciones estructurales.
garquía financiera, pequeña-burguesía, clase La primera propuesta tiene confirmación
media, lumpemproletariado, gran burocracia. en las propias palabras de Marx. Así, ya en el
Así mismo, en Teorías de la plusvalía, advierte famoso e inconcluso capítulo sobre las clases,
que Ricardo olvida enfatizar el constante creci- del Vol. III de El Capital, Marx sostiene que:
miento de las clases medias.
El materialismo histórico posterior, en es- Los propietarios de simple fuerza de trabajo, los
pecial en su versión marxista-leninista, ha ma- propietarios de capital y los propietarios de tie-
rras, cuyas respectivas fuentes de ingresos son el
nejado esas diferencias en la indagación mar-
salario, la ganancia y la renta del suelo, es decir,
xiana, por medio de tres propuestas. La prime-
los obreros asalariados, los capitalistas y los te-
ra es que las diferencias se deben al nivel de rratenientes, forman las tres grandes clases de la
abstracción teórica en El Capital, e histórico sociedad moderna, basada en el régimen capita-
coyuntural en El 18 Brumario. La segunda es lista de producción (1966: 817).
que esas diferencias son, además, transitorias,
pues en el desenvolvimiento del capital, la so- Sin embargo, comprueba que ni siquiera en
ciedad tenderá de todos modos a polarizarse Inglaterra, no obstante ser la más desarro-
306 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

llada y “clásica” de las modernas sociedades solidan, parcial y temporalmente o de modo


capitalistas, “se presenta en toda su pureza definido y permanente, según el curso de las
esta división de la sociedad en clases”, ya que luchas concretas de las gentes concretas, dis-
clases medias y estratos intermedios no dejan putando el control de cada ámbito del poder.
que sean nítidas las líneas de separación en- No son estructuras, ni categorías, anteriores a
tre las clases. Pero inmediatamente advierte tales conflictos.
que eso será depurado por el desenvolvimien- Esa línea de reflexión de Marx también está
to de la ley del desarrollo capitalista, que lleva presente en El Capital, a pesar de todas sus co-
continuamente a la polarización entre las cla- nocidas ambigüedades. Por eso, la tercera pro-
ses fundamentales. puesta establece una diferencia básica entre
Con El 18 Brumario, sin embargo, ocurre la perspectiva marxiana y la del materialismo
un doble desplazamiento de problemática y histórico. Mientras que en éste las clases socia-
de perspectiva, que no se puede explicar sola- les son ocupantes de una suerte de nichos es-
mente porque se trate de un análisis histórico tructurales, donde son ubicadas y distribuidas
coyuntural. En el movimiento de la reflexión las gentes por las relaciones de producción, en
marxiana están implícitas, de una parte, la idea Marx se trata de un proceso histórico concreto
de que en la sociedad francesa de ese tiempo de clasificación de las gentes. Esto es, un pro-
no existe sólo el salario, sino varias y diversas ceso de luchas en que unos logran someter a
otras formas de explotación del trabajo, todas otros en la disputa por el control del trabajo
articuladas al dominio del capital y en su bene- y de los recursos de producción. En otros tér-
ficio. De algún modo, eso preludia la diferen- minos, las relaciones de producción no son ex-
ciación entre capital (relación entre capital y ternas, ni anteriores a las luchas de las gentes,
salario) y capitalismo (relaciones heterogé- sino el resultado de las luchas entre las gentes
neas entre capital y todas las demás formas de por el control del trabajo y de los recursos de
trabajo), que confronta anticipadamente a la producción, de las victorias de los unos y de las
teoría de la articulación de modos de produc- derrotas de otros, y como resultado de las cua-
ción, producida más tarde por el materialismo les se ubican y/o son ubicadas o clasificadas.
histórico. De otra parte, la idea según la cual Esa es, sin duda, la propuesta teórica implica-
las clases se forman, se desintegran o se con- da en el famoso capítulo sobre la “acumulación
Colonialidad del poder y clasificación social 307

originaria”18. De otro modo, la línea de análisis “clases medias”, tendían a crecer conforme el
de El 18 Brumario de Luis Bonaparte no ten- capitalismo se desarrollaba. En segundo lugar,
dría sentido. En la línea marxiana, en conse- porque no era suficiente la visión dualista del
cuencia, las clases sociales no son estructuras, pasaje entre “precapitalismo” y “capitalismo”
ni categorías, sino relaciones históricamente respecto de las experiencias del “Tercer Mun-
producidas y, en ese sentido, históricamente do”, en donde configuraciones de poder muy
determinadas, aun cuando esa visión esté re- complejas y heterogéneas no corresponden a
ducida a sólo uno de los ámbitos del poder: el las secuencias y etapas esperadas en la teoría
trabajo. En cambio, en el materialismo históri- eurocéntrica del capitalismo. Sin embargo, el
co, tal como lo señala E. P. Thompson, se pro- materialismo histórico no logró encontrar una
longa la visión “estática”, es decir, ahistórica, salida teórica respaldada en la experiencia his-
que asigna a las clases sociales la calidad de tórica, y arribó apenas a la propuesta de “articu-
estructuras establecidas por relaciones de pro- lación de modos de producción”, sin abandonar
ducción, que vienen a la existencia por fuera de la idea de la secuencia entre ellos. Es decir, tales
la subjetividad y de las acciones de las gentes, “articulaciones” no dejan de ser coyunturas de
es decir, antes de toda historia. la transición entre los modos “precapitalistas” y
El materialismo histórico ha reconocido, el “capitalismo”19. En otros términos, consisten
después de la segunda guerra mundial, que en
su visión evolucionista y unidireccional de las
clases sociales y de las sociedades de clase, hay 19 Esa línea caracterizó las investigaciones y los de-
pendientes problemas complicados. En primer bates científico-sociales entre los marxistas estructu-
lugar por la reiterada comprobación de que in- ralistas franceses, sobre todo durante los años setenta
(entre otros, Pierre Philippe Rey, Claude Meillassoux).
cluso en los “centros”, algunas clases “precapi-
En inglés, véase la compilación de Harold Wolpe: The
talistas”, el campesinado en particular, no salían Articulation of Modes of Production (1973). En Amé-
ni parecían dispuestas a salir de la escena his- rica Latina, una parte de los investigadores optó por
tórica del “capitalismo”, mientras que otras, las una perspectiva diferente, según la cual el capitalismo
es una estructura de explotación / dominación donde
se articulan todas las formas históricamente conocidas
18 Véase Karl Marx, El Capital (1966, Vol. I, cap. XXIV: de explotación del trabajo, en torno de un eje común:
607 ss.). las relaciones capital-salario. Es la línea seguida en mis
308 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

en la coexistencia (transitoria, por supuesto) mente distinta la manera de conocer que llevó,
del pasado y el presente de su visión histórica. primero a los historiadores franceses del siglo
Al materialismo histórico le es ajena y hostil la XVIII, y después a los saintsimonianos de las
idea de que no se trata de “modos de produc- primeras décadas del XIX, a clasificar en “cla-
ción articulados”, sino del capitalismo como ses” a la población europea. Para Linneo, las
estructura mundial de poder dentro del cual, y plantas estaban allí, en el “reino vegetal”, da-
a su servicio, se articulan todas las formas his- das por naturaleza, y a partir de algunas de sus
tóricamente conocidas de trabajo, de control y características, empíricamente diferenciables,
de explotación social del trabajo. era posible “clasificarlas”. Los que estudiaban
De otro lado, la idea de “clase” fue introdu- y debatían la sociedad de la Europa centro-
cida en los estudios sobre la naturaleza antes nórdica, a fines del siglo XVIII y a comienzos
que en los estudios sobre la sociedad. Fue el del XIX, aplicaron la misma perspectiva a las
naturalista sueco, Linneo, el primero en usarla gentes, y encontraron que era posible clasifi-
en su famosa clasificación botánica del siglo carlas también a partir de sus características
XVIII. Él descubrió que era posible clasificar más constantes, en especial por su lugar en la
las plantas según el número y la disposición de estructura social de riqueza y pobreza, mando
los estambres de las flores, porque éstas tien- y obediencia. Fue un hallazgo saintsimoniano
den a permanecer sin cambios en el curso de descubrir que la fuente principal de esas dife-
la evolución20. No pareciera haber sido básica- rencias estaba en el control del trabajo y sus
productos y de los recursos de la naturaleza
empleados en el trabajo.
propios trabajos, por ejemplo, en Lo cholo en el conflic-
to cultural peruano (1964); Imperialismo, clases so- Los teóricos del materialismo histórico, des-
ciales y Estado en el Perú (1973) y Naturaleza, situa- de fines del siglo XIX, no produjeron rupturas o
ción y tendencias de la sociedad peruana (1969). Esa mutaciones decisivas en esa perspectiva de co-
es la perspectiva denominada “histórico-estructural”, nocimiento. Por supuesto, al transferir el sus-
que aparece ya desde mis “Notas sobre el concepto de
marginalidad social” (1966).
20 Carlos Linneo (1707-1778) (Carolus Linnaeus, en 1730. Véase James L. Larson, Reason and Experience:
latín, y en sueco, Carl Von Linné) fue el primero en ela- The Representation of Natural Order in the Work of
borar un sistema de clasificación de las plantas desde Carl Von Linné (1971).
Colonialidad del poder y clasificación social 309

tantivo “clase” del mundo de la naturaleza al de cognitivas de su origen naturalista y, a través


la sociedad, era indispensable asociarlo con un de ellas, de su duradera imprenta sobre la pers-
adjetivo que legitimara ese desplazamiento: la pectiva eurocéntrica en el conocimiento histó-
clase deja de ser botánica y se muta en social. rico-social. No se podría entender, ni explicar
Pero dicho desplazamiento fue básicamente de otro modo, la idea del materialismo histó-
semántico. El nuevo adjetivo no podía ser ca- rico o de los sociólogos de la “sociedad indus-
paz, por sí solo, ni de cortar el cordón umbilical trial”, según la cual, las gentes son “portadoras”
que ataba al recién nacido concepto al vientre de las determinaciones estructurales de clase
naturalista, ni de proporcionarle para su desa- y deben, en consecuencia, actuar según ellas.
rrollo una atmósfera epistémica alternativa. En Sus deseos, preferencias, intenciones, volicio-
el pensamiento eurocéntrico, heredero de la nes, decisiones y acciones son configuradas se-
Ilustración continental, la sociedad era un or- gún esas determinaciones, y deben responder a
ganismo, un orden dado y cerrado, y las clases ellas. El problema creado por la inevitable dis-
sociales fueron pensadas como categorías ya tancia entre ese presupuesto y la subjetividad
dadas en la “sociedad”, como ocurría con las y la conducta externa de las gentes así clasi-
plantas en la “naturaleza”. ficadas, encontró en el materialismo histórico
Debe tenerse en cuenta, en relación con una imposible solución: era un problema de
esas cuestiones, que otros términos que tienen la “conciencia”, y ésta sólo podía ser llevada a
el mismo común origen naturalista –estructu- los explotados por los intelectuales burgueses,
ra, procesos, organismo–, en el eurocentrismo como el polen es llevado a las plantas por las
pasan al conocimiento social con las mismas abejas (Kautsky-Lenin). O irse elaborando y de-
ataduras cognitivas que el término clase. La sarrollando en una progresión orientada hacia
obvia vinculación entre la idea eurocéntrica de una imposible “conciencia posible” (Lukács).
las clases sociales con las ideas de “estructu- La impronta naturalista, positivista y mar-
ra” como un orden dado en la sociedad, y de xista-positivista de la teoría eurocéntrica de
“proceso” como algo que tiene lugar en una es- las clases sociales, implica también dos cues-
tructura, y de todas ellas con la idea orgánica tiones cruciales: 1) en su origen, la teoría de
y sistémica de “totalidad”, ilumina con claridad las clases sociales está pensada exclusivamen-
la persistencia en ellas de todas las marcas te sobre la base de la experiencia europea, la
310 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

cual, a su vez, está pensada según la perspec- existencia social en donde se forman relacio-
tiva eurocéntrica; 2) las únicas diferencias que nes de poder entre las gentes no son considera-
son percibidas entre los europeos como real- das en absoluto, o son consideradas sólo como
mente significativas –una vez abolidas las jerar- derivativas de las “relaciones de producción” y
quías nobiliarias por la revolución francesa– se determinadas por ellas.
refieren a la riqueza / pobreza y al mando / obe- Todo aquello significa que la idea de clases
diencia. Diferencias que remiten, de un lado, al sociales es elaborada en el pensamiento euro-
lugar y a los roles de las gentes respecto del céntrico, entre fines del siglo XVIII y fines del
control del trabajo y de los recursos que en la XIX, cuando ya la percepción de la totalidad
naturaleza sirven para trabajar (relaciones de desde Europa, por entonces el “centro” del
producción), y de otro lado, a los lugares y ro- mundo capitalista, ha sido ya definitivamente
les de las gentes en el control de la autoridad, organizada como una dualidad histórica: Euro-
ergo, del Estado. Las otras diferencias que en la pa (para el caso, sobre todo Europa central e
población europea de los siglos XVIII y XIX es- Inglaterra) y no-Europa. Y esa dualidad impli-
taban vinculadas a diferencias de poder, princi- caba, además, que mucho de todo lo que era
palmente sexo y edad, en esa perspectiva son no-Europa, aunque existía en el mismo escena-
“naturales”, es decir, hacen parte de la clasifi- rio temporal, en realidad correspondía al pasa-
cación en la “naturaleza”. En otros términos, la do de un tiempo lineal, cuyo punto de llegada
teoría eurocéntrica sobre las clases sociales, y era, obviamente, Europa. En la no-Europa exis-
no solamente en el materialismo histórico mar- tían, en ese mismo momento, siglo XIX, todas
xista-positivista, o entre los weberianos, sino las formas no-salariales del trabajo. Pero desde
en el propio Marx, es reduccionista: se refiere Saint Simon hasta hoy, el eurocentrismo sólo
única y exclusivamente a uno solo de los ám- ve en ellas el pasado “precapitalista” o “prein-
bitos del poder: el control del trabajo y de sus dustrial”. Es decir, esas clases sociales son
recursos y productos. Y eso es especialmente “precapitalistas” o no existen. En la no-Europa
notable, sobre todo en Marx y sus herederos, habían sido impuestas identidades raciales
pues no obstante que su propósito formal es es- no-europeas o “no-blancas”. Pero ellas, como
tudiar, entender y cambiar o destruir el poder la edad o el género entre los europeos, corres-
en la sociedad, todas las otras instancias de la ponden a diferencias “naturales” de poder en-
Colonialidad del poder y clasificación social 311

tre europeos y no-europeos. En Europa están y no hay realmente nada fundamental que ga-
en formación, o ya están formadas, las institu- nar si son tales o cuales las características que
ciones modernas de autoridad: los Estados-na- se escogen, o deben ser escogidas, para que la
ción modernos y sus respectivas identidades. operación clasificatoria resulte menos “ideoló-
Pero en la no-Europa sólo son percibidas las gica” y más “objetiva”.
tribus y las etnias como el pasado “pre-moder- Con la clasificación de los elementos de la
no”, pues ellas serán reemplazadas en algún naturaleza lo que importaba era, como corres-
futuro por Estados-nación “como en Europa”. pondía a la racionalidad cartesiana, descubrir
Europa es civilizada. No-Europa es primitiva. las “propiedades” que definen y al mismo tiem-
El sujeto racional es europeo. La no-Europa es po emparentan a determinados “objetos” entre
objeto de conocimiento. Como corresponde, la sí, o los distinguen individualmente y muestran
ciencia que estudiará a los europeos se llamará su género próximo y su diferencia específica.
“Sociología”, mientras la que estudiará a los no- Pero con la cuestión de las clases sociales, lo
europeos se llamará “Etnografía”. que realmente está en juego, y lo estuvo desde
A esta altura del debate no es, pues, suficien- el comienzo en el propósito de quienes intro-
te mantenerse en los conocidos parámetros, dujeron la idea, es algo radicalmente distinto:
porque eso no agota la cuestión, ni resuelve los la cuestión del poder en la sociedad. Y el pro-
problemas planteados en el conocimiento y en blema es que ninguna de aquellas opciones, ni
la acción. Limitarse a insistir en que es necesa- juntas, ni por separado, son aptas para permitir
rio historizar la cuestión de las clases sociales, aprehender e indagar la constitución histórica
es decir, referirla a la historia concreta de gen- del poder, y mucho menos la del poder capita-
tes concretas, en lugar de mantener una visión lista, mundial y colonial / moderno.
“estática” o ahistórica de las clases sociales, o Por todo eso, es pertinente salir de la teoría
poner a Weber en lugar de Marx, o explorar sus eurocéntrica de las clases sociales y avanzar
entrecruzamientos viables, como suele hacerse hacia una teoría histórica de la clasificación
en la sociología escolar, ya es inconducente. En social. El concepto de clasificación social, en
cualquiera de esas opciones, y en todas juntas, esta propuesta, se refiere a los procesos de lar-
se trata sólo de clasificar a las gentes por algu- go plazo, en los cuales las gentes disputan por
nas de sus dadas características diferenciales, el control de los ámbitos básicos de existencia
312 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

social, y de cuyos resultados se configura un diferencias sociales, ya que sus características,


patrón de distribución del poder, centrado en empíricamente observables y diferenciables,
relaciones de explotación / dominación / con- son resultado de esas relaciones de poder, sus
flicto entre la población de una sociedad y en señales y sus huellas. Se puede partir de éstas
una historia determinadas. Fue ya señalado para un primer momento y un primer nivel de
que el poder, en este enfoque, es una malla de aprehensión de las relaciones de poder, pero
relaciones de explotación / dominación / con- no tiene sentido hacer residir en ellas la natu-
flicto que se configuran entre las gentes, en la raleza de su lugar en la sociedad. Es decir, su
disputa por el control del trabajo, de la “natura- clase social.
leza”, del sexo, de la subjetividad y de la auto-
ridad. Por lo tanto, el poder no se reduce a las
“relaciones de producción”, ni al “orden y au- Heterogeneidad de la
toridad”, separados o juntos. Y la clasificación clasificación social
social se refiere a los lugares y a los roles de las
gentes en el control del trabajo, sus recursos Desde la inserción de América en el capitalis-
(incluidos los de la “naturaleza”) y sus produc- mo mundial moderno / colonial, las gentes se
tos; del sexo y sus productos; de la subjetividad clasifican y son clasificadas según tres líneas
y sus productos (ante todo el imaginario y el diferentes, pero articuladas en una estructura
conocimiento); y de la autoridad, sus recursos global común por la colonialidad del poder: tra-
y sus productos. bajo, género y raza. La edad no llega a ser inser-
En ese sentido específico, toda posible teo- tada de modo equivalente en las relaciones so-
ría de la clasificación social de las gentes re- ciales de poder, pero sí en determinados ámbi-
quiere, necesariamente, indagar por la historia, tos del poder. Y en torno de dos ejes centrales:
las condiciones y las determinaciones de una el control de la producción de recursos de so-
dada distribución de relaciones de poder en brevivencia social y el control de la reproduc-
una sociedad específica. Porque es esa distri- ción biológica de la especie. El primero implica
bución del poder entre las gentes de una so- el control de la fuerza de trabajo, de los recur-
ciedad la que las clasifica socialmente, deter- sos y productos del trabajo, lo que incluye los
mina sus recíprocas relaciones y genera sus recursos “naturales”, y se institucionaliza como
Colonialidad del poder y clasificación social 313

“propiedad”. El segundo implica el control del instancias centrales del poder, es conflictivo.
sexo y sus productos (placer y descendencia), Es decir, consiste en una disputa, violenta o
en función de la propiedad. La “raza” fue incor- no, en derrotas y en victorias, en resistencias,
porada en el capitalismo eurocentrado en fun- y en avances y retrocesos. Ocurre en términos
ción de ambos ejes. Y el control de la autoridad individuales y/o colectivos, con lealtades y trai-
se organiza para garantizar las relaciones de ciones, persistencias y deserciones. Y, puesto
poder así configuradas. En esa perspectiva, las que toda estructura de relaciones es una arti-
“clases sociales” resultantes son heterogéneas, culación de discontinuos, heterogéneos y con-
discontinuas, conflictivas, y están articuladas flictivos ámbitos y dimensiones, los lugares y
también de modo heterogéneo, discontinuo y los papeles no necesariamente tienen o pueden
conflictivo. La colonialidad del poder es el eje tener las mismas ubicaciones y relaciones en
que las articula en una estructura común, como cada ámbito de la existencia social, o en cada
podrá ser mostrado más adelante. En tanto que momento del respectivo espacio / tiempo. Esto
todos los elementos que concurren a la cons- es, las gentes pueden tener, por ejemplo, un lu-
titución de un patrón de poder son de origen, gar y un papel respecto del control del trabajo,
forma y carácter discontinuos, heterogéneos, y otro bien diferente y hasta opuesto respecto
contradictorios y conflictivos en el espacio y del control del sexo o de la subjetividad, o en
en el tiempo, es decir, cambian o pueden cam- las instituciones de autoridad. Y no siempre los
biar en cada una de esas instancias, en función mismos en el curso del tiempo.
de sus cambiantes relaciones con cada uno de Desde ese punto de vista, la idea eurocéntri-
los otros, las relaciones de poder no son, no ca de que las gentes que, en un dado momento
pueden ser, una suerte de nichos estructurales de un patrón de poder, ocupan ciertos lugares
preexistentes, en donde las gentes son distri- y ejercen ciertos roles, constituyan por esos
buidas, y de los cuales asumen tales o cuales solos factores una comunidad o un sujeto his-
características y se comportan o deben com- tórico, apunta en una dirección históricamente
portarse acordemente. inconducente. Semejante idea sólo sería admi-
El modo como las gentes llegan a ocupar, to- sible si fuera posible admitir también que ta-
tal o parcialmente, transitoria o establemente, les gentes ocupan lugares y cumplen papeles
un lugar y un papel respecto del control de las simétricamente consistentes entre sí, en cada
314 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

una de las instancias centrales del poder. La De una propuesta alternativa al eurocen-
distribución de las gentes en las relaciones de trismo no se desprende, en consecuencia, que
poder tiene, en consecuencia, el carácter de una población afectada en un momento y una
procesos de clasificación, des-clasificación y forma del proceso de clasificación social, no
re-clasificación social de una población, es de- llegue a tener los rasgos de un grupo real, de
cir, el carácter de aquella articulada dentro de una comunidad y de un sujeto social. Pero tales
un patrón social de poder de larga duración. rasgos sólo se constituyen como parte y resul-
No se trata aquí solamente del hecho de que tado de una historia de conflictos, de un patrón
las gentes cambian y pueden cambiar su lugar y de memoria asociado a esa historia y que es
sus papeles en un patrón de poder, sino de que percibido como una identidad, y que produce
tal patrón, como tal, está siempre en cuestión, una voluntad y una decisión de trenzar las he-
puesto que las gentes están disputando todo el terogéneas y discontinuas experiencias parti-
tiempo, y los recursos, razones y necesidades culares en una articulación subjetiva colectiva,
de esos conflictos nunca son los mismos en que se constituye en un elemento de las rela-
cada momento de una larga historia. En otros ciones reales materiales. Las luchas colectivas
términos, el poder está siempre en estado de
conflicto y en procesos de distribución y de
redistribución. Sus periodos históricos pueden tador del movimiento respectivo, orientado en una di-
rección ya determinada. Tal “sujeto” sólo puede existir,
ser distinguidos, precisamente, en relación con en todo caso, no como histórico, sino, bien al contra-
tales procesos21. rio, como metafísico. De otro lado, sin embargo, la sim-
ple negación de toda posibilidad de subjetivación de
un conjunto de gentes, de su constitución como sujeto
21 Dejo para otro trabajo el debate más detenido so- colectivo bajo ciertas condiciones y durante un cierto
bre la cuestión del “sujeto histórico”, que ha sido pues- tiempo, va directamente contra la experiencia históri-
to en la mesa por las corrientes posmodernistas. Por el ca, si no admite que lo que puede llamarse “sujeto”, no
momento creo necesario indicar, apenas, primero mi sólo colectivo, sino inclusive individual, está siempre
escepticismo respecto de la noción de “sujeto históri- constituido por elementos heterogéneos y disconti-
co”, porque remite, quizás inevitablemente, a la heren- nuos, y que llega a ser una unidad sólo cuando esos
cia hegeliana, no del todo “invertida” en el materialis- elementos se articulan en torno de un eje específico,
mo histórico. Esto es, a una cierta mirada teleológica bajo condiciones concretas, respecto de necesidades
de la historia y a un “sujeto” orgánico o sistémico, por- concretas y de modo transitorio.
Colonialidad del poder y clasificación social 315

de sectores de trabajadores que llegan a organi- plotación / dominación / conflicto. De las tres
zarse en sindicatos, en partidos políticos, las de instancias es el trabajo, esto es, la explotación
identidades llamadas “nacionales y/o étnicas”, / dominación, la que se ubica como el ámbito
las de comunidades, inclusive, mucho más am- central y permanente. La dominación hace po-
plias, que se agrupan como identidades religio- sible la explotación y no se la encuentra, sino
sas, y que son perdurables por largos plazos, muy raramente, actuando por separado. Las
son ejemplos históricos de tales procesos de otras instancias son, ante todo, instancias de
subjetivación de amplias y heterogéneas po- dominación, ya que la explotación sexual, es-
blaciones, que son incluso discontinuos en el pecíficamente, es discontinua. Esto es, mien-
tiempo y en el espacio. tras que la relación de explotación / domina-
Sin embargo, no todos los procesos de sub- ción entre capital-trabajo es continua, el mis-
jetivación social o de constitución de sujetos mo tipo de relación varón-mujer no ocurre en
colectivos pueden ser reconocidos como pro- todos los casos, ni en todas las circunstancias;
cesos de clasificación social. En algunos ca- no es, pues, continua. Así mismo, en la relación
sos se trata de un problema de formación de entre “razas” se trata, ante todo, de domina-
identidades, de un proceso identitario que no ción. En fin, la articulación entre instancias de
pone en cuestión, para nada, esas instancias de explotación y de dominación es heterogénea y
poder social. Desde nuestra perspectiva, sólo discontinua. Y, por lo mismo, la clasificación
los procesos de subjetivación, cuyo sentido es social como un proceso en el cual las tres ins-
el conflicto en torno de la explotación / domi- tancias están asociadas / disociadas, tiene tam-
nación, constituyen procesos de clasificación bién, necesariamente, esas características.
social. En el capitalismo mundial la cuestión Una idea, que originalmente fue propues-
del trabajo, de la raza y del género, son las tres ta con claro carácter histórico por Marx, fue
instancias centrales respecto de las cuales se posteriormente mistificada en el materialismo
ordenan esas relaciones conflictivas de explo- histórico: el interés de clase. En la medida en
tación / dominación. Ergo, los procesos de cla- que la idea de clase se hizo reduccionista y se
sificación social consistirán, de todos modos, ahistorizó, el interés de clase en el capitalis-
en procesos donde esas tres instancias se aso- mo fue reducido a la relación entre capital y
cian o se disocian respecto del complejo ex- salario. Los intereses de los demás trabajado-
316 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

res fueron siempre vistos como secundarios y De todos modos, ningún proceso de clasi-
susceptibles de ser subordinados a los de los ficación social, de subjetivación de las gentes
asalariados obreros, y en particular a los de la frente al capitalismo, podrá ser suficientemen-
llamada clase obrera industrial. te seguro para reproducirse y sostenerse por
¿Qué ocurre, sin embargo, si se asume, el periodo necesario para llevar a las víctimas
como es imperativo hoy, que el capitalismo ar- de la explotación / dominación capitalista a
ticula y explota a los trabajadores bajo todas su liberación, si, desde la perspectiva inme-
las formas de trabajo, y que los mecanismos diata de las gentes concretas implicadas, esas
de dominación usados para ese efecto –“raza” tres instancias son percibidas y manejadas de
y “género”– son usados diferenciadamente en modo separado o, peor, en conflicto. No por
ese heterogéneo universo de trabajadores? En acaso, mantener, acentuar y exasperar entre
primer término, el concepto de interés de clase los explotados / dominados la percepción de
requiere ser pensado también en términos de esas diferenciadas situaciones, en relación con
su heterogeneidad histórico-estructural. el trabajo, la raza y el género, ha sido y es un
En seguida, es necesario establecer, en cada medio extremamente eficaz de los capitalistas
momento y en cada contexto específico, el eje para mantener el control del poder. La colonia-
común de relación de explotación / dominación lidad del poder ha tenido en esta historia el pa-
/ conflicto entre todos los trabajadores, someti- pel central.
dos a todas las formas de trabajo y a todas las
formas de dominación, con el capital y sus fun-
cionarios. Por esas razones, acerca de la clasifi- Colonialidad del poder
cación social o procesos de subjetivación social y clasificación social
frente a la explotación / dominación, la cuestión
central es la determinación de las condiciones En la historia conocida antes del capitalismo
históricas específicas respecto de las cuales es mundial se puede verificar que, en las relacio-
posible percibir los modos, los niveles y los lí- nes de poder, ciertos atributos de la especie
mites de la asociación de las gentes implicadas han jugado un papel principal en la clasifica-
en esas tres instancias (trabajo, género y raza), ción social de las gentes: sexo, edad y fuerza de
en un periodo y en un contexto específicos. trabajo son sin duda los más antiguos. Desde
Colonialidad del poder y clasificación social 317

la conquista de América se añadió el fenotipo. en la naturaleza, es una indicación muy eficaz


El sexo y la edad son atributos biológicos di- de que el poder, todo poder, requiere de ese
ferenciales, aunque su lugar en las relaciones mecanismo subjetivo para su reproducción. Y
de explotación / dominación / conflicto está es interesante preguntarse por qué. Mientras
asociado a la elaboración de dichos atributos la producción social de la categoría “género”,
como categorías sociales. En cambio, la fuerza a partir del sexo, es sin duda la más antigua
de trabajo y el fenotipo no son atributos bioló- en la historia social, la producción de la cate-
gicos diferenciales. El color de la piel, la forma goría “raza”, a partir del fenotipo, es relativa-
y el color del cabello, de los ojos, la forma y mente reciente, y su plena incorporación a la
el tamaño de la nariz, etc., no tienen ninguna clasificación de las gentes en las relaciones de
consecuencia en la estructura biológica de la poder tiene apenas quinientos años: comienza
persona y, ciertamente, menos aún en sus ca- con América y la mundialización del patrón de
pacidades históricas. Y, del mismo modo, ser poder capitalista22.
trabajador “manual” o “intelectual” no tiene re-
lación con la estructura biológica. En otros tér-
minos, el papel que cada uno de esos elemen- 22 Llevaría a otra parte discutir aquí extensa y especí-
tos juega en la clasificación social, esto es, en ficamente la cuestión racial. Remito a mi estudio “Raza,
la distribución del poder, no tiene nada que ver etnia, nación: cuestiones abiertas” (1992). La literatu-
ra de este debate no cesa de crecer. Quizás la más útil
con la biología, ni con la “naturaleza”. Tal papel entre las publicaciones recientes sea la de Jonathan
es el resultado de las disputas por el control de Marks, Human Biodiversity. Genes, Race and History
los ámbitos sociales. (1995). Entre los menos recientes, véase la compilación
Por lo mismo, la naturalización de las ca- de Raymond Mack, Race, Class, and Power (1963).
Ciertas almas piadosas quisieran la igualdad entre las
tegorías sociales que dan cuenta del lugar de
razas, pero juran que éstas son realmente existentes.
esos elementos en el poder es un desnudo pro- Así, virtualmente en todas las universidades de Estados
ducto histórico social. El hecho de que las ca- Unidos, hay cátedras sobre “Race and Ethnicity”, y el
tegorías, que identifican lugares y papeles en servicio de Migraciones tiene una prolija clasificación
las relaciones de poder, tengan la pretensión racista / etnicista, basada en los rasgos fenotípicos (co-
lor, sobre todo), aunque el gobierno federal haya sido
de ser simplemente nombres de fenómenos
obligado a admitir la “igualdad racial”. Casi todos los in-
“naturales”, tengan o no alguna referencia real dígenas de otros países que estudiaron en esas univer-
318 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Las diferencias fenotípicas entre vencedo- eurocentrado del patrón de poder, material e
res y vencidos han sido usadas como justifica- intersubjetivo. Es decir, de su colonialidad.
ción de la producción de la categoría “raza”, Se convirtió, así, en el más específico de los
aunque se trata, ante todo, de una elabora- elementos del patrón mundial de poder capi-
ción de las relaciones de dominación como talista eurocentrado y colonial / moderno, y
tales. La importancia y la significación de la penetró cada una de las áreas de la existencia
producción de esta categoría para el patrón social del patrón de poder mundial, eurocen-
mundial de poder capitalista eurocéntrico y trado, colonial / moderno. Hace falta estudiar
colonial / moderno, difícilmente podría ser y establecer, de modo sistemático (no sisté-
exagerada: la atribución de las nuevas iden- mico), las implicaciones de la colonialidad
tidades sociales resultantes y su distribución del poder en el mundo capitalista. En los lí-
en las relaciones de poder mundial capitalis- mites de este texto, me restringiré a proponer
ta, se estableció y se reprodujo como la forma un esquema de las principales cuestiones.
básica de la clasificación social universal del
capitalismo mundial, y como el fundamento A. Colonialidad de la clasificación
de las nuevas identidades geoculturales y de social universal del mundo
sus relaciones de poder en el mundo. Y, así capitalista
mismo, llegó a ser el trasfondo de la produc-
ción de las nuevas relaciones intersubjetivas Lo que comenzó con América fue mundialmen-
de dominación, y de una perspectiva de co- te impuesto. La población de todo el mundo
nocimiento mundialmente impuesta como la fue clasificada, ante todo, en identidades “ra-
única racional. La racialización de las relacio- ciales”, y dividida entre los dominantes / supe-
nes de poder entre las nuevas identidades so- riores “europeos” y los dominados / inferiores
ciales y geoculturales fue el sustento y la refe- “no-europeos”. Las diferencias fenotípicas fue-
rencia legitimadora fundamental del carácter ron usadas, definidas, como expresión exter-
na de las diferencias “raciales”: en un primer
periodo, principalmente el “color” de la piel y
sidades y pasaron por ese servicio de migraciones, re-
del cabello y la forma y el color de los ojos;
gresan a sus países convertidos a la religión del “colour
consciousness”, y proclaman la realidad de la “raza”. más tarde, en los siglos XIX y XX, también
Colonialidad del poder y clasificación social 319

otros rasgos como la forma de la cara, el ta- B. Colonialidad de la articulación


maño del cráneo, la forma y el tamaño de la política y neocultural
nariz. El color de la piel fue definido como la
marca “racial” diferencial más significativa, Los territorios y las organizaciones políticas
por más visible, entre los dominantes / supe- de base territorial, colonizadas parcial o to-
riores o “europeos”, de un lado, y el conjunto talmente o no colonizadas, fueron clasifica-
de los dominados / inferiores “no-europeos”, dos en el patrón eurocentrado del capitalis-
del otro lado. De ese modo, se adjudicó a los mo colonial/moderno, precisamente, según
dominadores / superiores europeos el atribu- el lugar que las “razas” y sus respectivos “co-
to de “raza blanca”, y a todos los dominados / lores” tenían en cada caso. Así se articuló el
inferiores “no-europeos”, el atributo de “razas poder entre “Europa”, “América”, “África”,
de color”23. La escalera de gradación entre el “Asia” y, mucho más tarde, “Oceanía”. Eso
“blanco” de la “raza blanca” y cada uno de los facilitó la naturalización del control eurocen-
otros “colores” de la piel fue asumida como trado de los territorios, de los recursos de
una gradación entre lo superior y lo inferior en producción en la “naturaleza”. Y cada una de
la clasificación social “racial”. esas categorías, impuestas desde el eurocen-
tro del poder, ha terminado siendo finalmen-
te admitida hasta hoy, para la mayoría, como
23 El proceso de la producción social del color, expresión de la naturaleza y de la geografía,
como el signo principal de una clasificación social no de la historia del poder en el planeta. Los
universal del mundo colonial / moderno y eurocen- grupos dominantes de las razas no-blancas
trado del capitalismo, es todavía una cuestión cuya fueron sometidos a ser tributarios, es decir,
investigación histórica sistemática está por hacerse.
Aquí es indispensable señalar que, antes de América,
intermediarios en la cadena de transferencia
el “color” no se registra como clasificador de las gen- de valor y de riquezas de la periferia colonial
tes en las relaciones de poder. El eurocentramiento al eurocentro, o asociados dependientes. Los
del nuevo patrón de poder no fue, sin duda, inevita- Estados-nación del centro se constituyeron
ble. Pero fue su establecimiento lo que dio origen, teniendo como contrapartida los Estados
explicación y sentido a la imposición de la categoría
“raza”, y del “color” como su marca externa, desde el coloniales primero, y los Estados-nación de-
siglo XVI hasta hoy. pendientes después.
320 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Como parte de esa relación, los procesos de América, o donde las poblaciones aborígenes
ciudadanización, de representación desigual fueron reducidas a minorías aisladas, si no ex-
pero real de los diversos sectores sociales, terminadas, como sucedió en Estados Unidos,
la retribución en servicios públicos de la pro- Canadá, Australia y Nueva Zelandia. De allí se
ducción y de la tributación de los trabajadores desprende, de nuevo, que la colonialidad del
(llamado Welfare State), no ha dejado de ser, poder implica, en las relaciones internaciona-
en definitiva, privilegio del centro, porque su les de poder y en las relaciones internas den-
costo se paga en muy amplia medida por la tro de los países, lo que en América Latina ha
explotación del trabajo de la periferia colonial sido denominado como dependencia históri-
en condiciones no democráticas y no naciona- co-estructural.
les, esto es, como sobre-explotación. Debido a
esas determinaciones, todos los países cuyas C. Colonialidad de la distribución
poblaciones son, en su mayoría, víctimas de mundial del trabajo
relaciones racistas o etnicistas de poder, no
han logrado salir de la periferia colonial, en la No menos decisiva para el capitalismo euro-
disputa por el “desarrollo”24. Y los países que centrado moderno / colonial fue la distribución
han llegado a incorporarse al “centro”, o están mundial de trabajo en torno de la colonialidad
en camino de hacerlo, son aquellos cuyas so- del poder. El capitalismo ha organizado la ex-
ciedades, o no tienen relaciones de coloniali- plotación del trabajo en un complejo engranaje
dad, porque, precisamente, no fueron colonias mundial, en torno del predominio de la relación
europeas, o lo fueron pero de modo muy corto capital-salario. Para muchos teóricos, en eso
y muy parcial (Japón, Taiwán, China), o países consiste todo el capitalismo. Todo lo demás
en donde las poblaciones colonizadas fueron es “precapitalista” y, de esa manera, externo al
en un comienzo minorías pequeñas, como los capital. Sin embargo, desde América sabemos
“negros” al formarse Estados Unidos de Norte que la acumulación capitalista no ha prescindi-
do, en momento alguno, de la colonialidad del
poder hasta hoy día.
24 Sobre la relación entre colonialidad y desarrollo,
El esquema de un mundo capitalista, dual-
véase mi texto “América Latina en la economía mun-
dial” (1993). mente ordenado en “centro” y “periferia”, no
Colonialidad del poder y clasificación social 321

es arbitrario precisamente por esa razón, aun- al lugar de las gentes en el control del trabajo
que probablemente habría sido mejor pensar y de sus productos, sino que, inclusive en ese
en “centro colonial” y “periferia colonial” (en restricto ámbito, quedaron ordenadas sobre
el sentido de la colonialidad, y no sólo, y no la base principal de la colonialidad del poder.
tanto, del colonialismo), para evitar la se- En el eurocentro, pensado de modo aislado
creción “naturalista”, físico-geográfica de la y separado de la periferia colonial, la clasifi-
imagen. En el centro (eurocentro), la forma cación social apareció, inevitablemente, sólo
dominante, no sólo estructuralmente, sino en relación con el trabajo, ya que los “euro-
también, a largo plazo, demográficamente, peos” no se percibían aún como racialmente
de la relación capital-trabajo, fue salarial. Es diferenciados, como, en cambio, sí lo hacen
decir que la relación salarial fue, principal- hoy, cuando las poblaciones víctimas de la
mente, “blanca”. En la “periferia colonial”, en colonialidad del poder han logrado instalarse
cambio, la relación salarial fue, con el tiempo, en las sedes originales de los colonizadores.
estructuralmente dominante, pero siempre Las “clases sociales” fueron, por eso, concep-
minoritaria en la demografía como en todo lo tualmente separadas y diferenciadas de las
demás, mientras que las más extendidas y sec- “razas”, y sus recíprocas relaciones fueron
torialmente dominantes fueron todas las otras pensadas como externas. Globalmente, sin
formas de explotación del trabajo: esclavitud, embargo, como fue siempre la condición mis-
servidumbre, producción mercantil simple, re- ma de existencia del capitalismo, las “clases
ciprocidad. Pero todas ellas estuvieron, desde sociales” fueron diferenciadamente distribui-
el comienzo, articuladas bajo el dominio del das entre la población del planeta, sobre la
capital y en su beneficio. base de la colonialidad del poder: en el euro-
Globalmente, la relación salarial ha sido centro los dominantes son capitalistas, mien-
siempre, hoy inclusive, la menos extendida tras que los dominados son los asalariados,
geográfica y demográficamente. El universo las clases medias y los campesinos indepen-
mundial del trabajo y de los trabajadores del dientes; en la periferia colonial, en cambio,
capital fue, en cambio, diverso y heterogéneo. los dominantes son capitalistas tributarios
En consecuencia, las “clases sociales” entre la y/o asociados dependientes, mientras que
población del mundo, no sólo no se redujeron los dominados son esclavos, siervos, peque-
322 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ños productores mercantiles independientes, La unidad e integración familiar, impuestas


asalariados, clases medias y campesinos. como ejes del patrón de familia burguesa del
Esa clasificación social diferenciada, entre el mundo eurocentrado, fue la contrapartida de
centro y la periferia colonial, ha sido el meca- la continuada desintegración de las unidades
nismo central del engranaje de acumulación de parentesco en las razas no-blancas, apro-
global en beneficio del centro. De hecho, es piables y distribuibles, no sólo como mercan-
lo que ha permitido producir, mantener y cos- cías, sino directamente como animales. En
tear la lealtad de los explotados / dominados particular entre los esclavos negros, ya que
“blancos” frente a las “razas”, ante todo en la sobre ellos esa forma de dominación fue más
“periferia colonial”, pero también dentro del explícita, inmediata y prolongada. La caracte-
“centro”, como no ha terminado de ocurrir, rística hipocresía subyacente a las normas y
sobre todo en Estados Unidos. valores formal-ideales de la familia burguesa,
no es, desde entonces, ajena a la colonialidad
D. Colonialidad de las relaciones del poder.
de género
E. Colonialidad de las relaciones
En todo el mundo colonial, las normas y los culturales o intersubjetivas
patrones formal-ideales de comportamiento
sexual de los géneros y, en consecuencia, los Ya quedaron anotadas muchas de las implica-
patrones de organización familiar de los “eu- ciones mayores de la hegemonía del eurocen-
ropeos” fueron directamente fundados en la trismo en las relaciones culturales, intersubje-
clasificación racial: la libertad sexual de los va- tivas en general, en el mundo del capitalismo
rones y la fidelidad de las mujeres fue, en todo colonial / moderno. Aquí apenas vale apuntar
el mundo eurocentrado, la contrapartida del lo siguiente. En todas las sociedades donde
“libre” –esto es, no pagado como en la prosti- la colonización implicó la destrucción de la
tución– acceso sexual de los varones blancos estructura social, la población colonizada fue
a las mujeres negras e indias. En Europa, en despojada de sus saberes intelectuales y de
cambio, fue la prostitución de las mujeres la sus medios de expresión exteriorizantes u ob-
contrapartida del patrón de familia burguesa. jetivantes. Fueron reducidos a la condición de
Colonialidad del poder y clasificación social 323

gentes rurales e iletradas. En las sociedades aquella. La dominación es, por lo tanto, sine
donde la colonización no logró la total des- qua non del poder, de todo poder. Esta es una
trucción social, las herencias intelectual y es- vieja constante histórica. La producción de
tético-visual no pudieron ser destruidas, pero un imaginario mitológico es uno de sus más
fue impuesta la hegemonía de la perspectiva característicos mecanismos. La naturaliza-
eurocéntrica en las relaciones intersubjetivas ción de las instituciones y categorías que or-
con los dominados. A largo plazo, en todo el denan las relaciones de poder, impuestas por
mundo eurocentrado se fue imponiendo la he- los vencedores / dominadores, ha sido hasta
gemonía del modo eurocéntrico de percepción ahora su procedimiento específico. En el ca-
y de producción de conocimientos, y en una pitalismo eurocentrado, es sobre la base de
parte muy amplia de la población mundial el la naturalización de la colonialidad de poder
propio imaginario fue colonizado. Last but not que la “cultura universal” fue impregnada de
least, la hegemonía eurocéntrica en la cultura mitología y de mistificación en la elaboración
del mundo capitalista ha implicado una mane- de fenómenos de la realidad. La lealtad ra-
ra mistificada de percepción de la realidad, lo cial de los blancos frente a las otras razas ha
mismo en el centro que en la periferia colonial. servido como la piedra angular de la lealtad,
Pero sus efectos en la última, en el conocimien- incluso nacional, de los explotados y domina-
to y en la acción, han sido casi siempre histó- dos “blancos” respecto de sus explotadores
ricamente conducentes a callejones sin salida. en todo el mundo y, en primer término, en el
La cuestión nacional, la cuestión de la revolu- “eurocentro”25.
ción, la cuestión de la democracia son sus em-
blemáticos ejemplos.
25 Se trata de un fenómeno muy conocido, como lo
testimonia la continuada segregación de los “negros”
F. Dominación / explotación, en las centrales sindicales dirigidas por “blancos” en los
colonialidad y corporeidad Estados Unidos. Pero no afecta sólo a los trabajadores
mismos, sino, peor, a sus ideólogos y líderes políticos,
Hay una relación clara entre la explotación que se reclaman socialistas. Los más ilustrativos ejem-
plos son la división entre todos los socialistas, primero,
y la dominación: no toda dominación impli-
y de los marxistas después, frente al racismo y al colo-
ca explotación, pero ésta no es posible sin nialismo en África y en Asia, en los siglos XIX y XX. Ver
324 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

La “naturalización” mitológica de las cate- “Raza” es una categoría cuyo origen in-
gorías básicas de la explotación / dominación tersubjetivo es, en ese sentido, demostra-
es un instrumento de poder excepcionalmen- ble. ¿Por qué, entonces, ha llegado a ser tan
te poderoso. El ejemplo más conocido es la presente en la sociedad “moderna”, tan pro-
producción del “género” como si fuera idénti- fundamente introyectada en el imaginario
co a sexo. Muchas gentes piensan que ocurre mundial, como si fuera realmente “natural” y
lo mismo con “raza” respecto, sobre todo, de material? Sugiero un camino de indagación:
“color”. Pero esta es una radical confusión. porque implica algo muy material: el cuerpo
Después de todo, el sexo es realmente un atri- humano. La corporalidad es el nivel decisivo
buto biológico (implica procesos biológicos) de las relaciones de poder. Porque el “cuerpo”
y algo tiene que ver con el “genero”. Pero el menta a la “persona”, si se libera el concepto
“color” es, literalmente, un invento eurocén- de “cuerpo” de las implicaciones mistificato-
trico en tanto que referencia “natural” o bioló- rias del antiguo dualismo judeocristiano (al-
gica de “raza”, ya que nada tiene que hacer con ma-cuerpo, psiquis-cuerpo, etcétera). Y eso
la biología. Y, encima, el “color” en la sociedad es lo que hace posible la “naturalización” de
colonial / moderna no siempre ha sido el más tales relaciones sociales. En la explotación,
importante de los elementos de racialización es el cuerpo el que es usado y consumido en
efectiva o de los proyectos de racialización, el trabajo y, en la mayor parte del mundo, en
como en el caso de los “arios” respecto de la pobreza, en el hambre, en la malnutrición,
los demás “blancos”, incluidos los “blancos” en la enfermedad. Es el cuerpo el implicado
“judíos”, y, más recientemente, en los proce- en el castigo, en la represión, en las torturas y
sos de racialización de las relaciones árabe- en las masacres durante las luchas contra los
israelíes. Estas son, si falta hiciera, eficientes explotadores.
demostraciones históricas del carácter estric- Pinochet es un nombre de lo que le ocurre
tamente mítico-social de la relación entre “co- a los explotados en su “cuerpo” cuando son
lor” y “raza”. derrotados en esas luchas. En las relaciones
de género, se trata del cuerpo. En la “raza”, la
referencia es al cuerpo, pues el “color” pre-
el documentado estudio de Horace Davis, Nationalism
and Socialism (1967). sume el cuerpo. Hoy, la lucha contra la ex-
Colonialidad del poder y clasificación social 325

plotación / dominación implica, sin duda, en Extensión Cultural Universidad Nacional de


primer término, la lucha por la destrucción Colombia, N° 20: 5-23.
de la colonialidad del poder, no sólo para Davis, Horace 1967 Nationalism and Socialism
terminar con el racismo, sino por su condi- (Nueva York: Monthly Review Press).
González Casanova, Pablo 1965 “Internal
ción de eje articulador del patrón universal
Colonialism and National Development”
del capitalismo eurocentrado. Esa lucha es
en Studies in Comparative International
parte de la destrucción del poder capitalista, Development, N° 1-4.
por ser hoy la trama viva de todas las for- Haya de la Torre, Raúl 1932 El Antiimperialismo y
mas históricas de explotación, dominación, el APRA (Santiago: Ercilla).
discriminación, materiales e intersubjetivas. Hindess y Hirst 1975 Pre-Capitalist Modes of
El lugar central de la “corporeidad”, en este Production (Londres: Routledge).
plano, lleva a la necesidad de pensar, de re- Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal 1985 Hegemony
pensar, vías específicas para su liberación, and Socialist Strategy (Londres: Verso).
esto es, para la liberación de las gentes, in- Larson, James L. 1971 Reason and Experience: The
dividualmente y en sociedad, del poder, de Representation of Natural Order in the Work of
Carl Von Linné (Nueva York: s/d).
todo poder. Y la experiencia histórica hasta
Mack, Raymond 1963 Race, Class, and Power
aquí apunta a que no hay camino distinto que
(Nueva York: American Book).
la socialización radical del poder para llegar Mariátegui, José Carlos 1928 7 Ensayos de
a ese resultado. Eso significa, la devolución interpretación de la realidad peruana
a las gentes mismas, de modo directo e inme- (Lima: s/d).
diato, del control de las instancias básicas de Marks, Jonathan 1995 Human Biodiversity. Genes,
su existencia social: trabajo, sexo, subjetivi- Race and History (Nueva York: Aldine de
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326 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

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EJE 2
De la cultura política cotidiana
a la socialización y la descolonización
del poder en todos los ámbitos
de la existencia social
José Carlos Mariátegui:
Reencuentro y debate
Prólogo a 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana*

E n poco más de diez años, más de una


veintena de trabajos, cuya gran mayo-
ría corresponde a la última década, han sido
al cual, como todos reconocen, hizo originales
y perdurables contribuciones.
¿Qué significa eso? ¿Qué significa hoy
publicados sobre el pensamiento y la acción reflexionar sobre Mariátegui? En el ámbito
de José Carlos Mariátegui. A pocos años del peruano es, ante todo, el testimonio irrecu-
cincuentenario de su muerte y a pocos meses sable del reencuentro, cada día más profun-
del de la primera edición de sus 7 ensayos, se do, después de varias décadas, entre el mo-
renueva y se amplía, nacional e internacional- vimiento revolucionario de un proletariado
mente, el interés por estudiarlo, por encontrar que avanza a la conquista de su madurez po-
su lugar y su significado en el desarrollo del lítica y de la dirección de las luchas de los
pensamiento revolucionario contemporáneo, demás explotados peruanos, y la memoria
del hombre a quien debe la contribución cen-
tral al nacimiento de sus primeras organiza-
* El texto “José Carlos Mariátegui: reencuentro y de-
ciones sindicales y políticas nacionales, y la
bate” fue escrito en 1978, a instancias de Ángel Rama,
y se publicó en 1979 como “Prólogo” a la primera edi- aún fecunda matriz de una teoría y de una
ción de los 7 ensayos… publicado por la Biblioteca orientación estratégica revolucionarias en la
Ayacucho. La presente versión proviene de la tercera sociedad peruana.
edición del mismo libro: Mariátegui, José Carlos 2007 En el plano internacional, europeo en par-
7 ensayos de interpretación de la realidad peruana
ticular, el interés actual por Mariátegui, de al-
(Caracas: Fundación Biblioteca Ayacucho) Colección
Clásica, N° 69. En <www.bibliotecayacucho.gob.ve/ gún modo forma parte del activo proceso de
fba/index.php?id=97&backPID=96&swords=mariategu revitalización de la investigación y la reflexión
i&tt_products=69>. marxista, en la brega por cancelar plenamen-
332 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

te el largo período de su aherrojamiento y an- citar sólo a los más ilustres. Hoy el pensa-
quilosamiento burocrático. Por reencontrar, miento marxista no podría ser concebido
también en este plano, las bases genuinas de solamente a través de la retina occidental. Y
la vitalidad revolucionaria del marxismo en la ahora, cuando las luchas de clases vuelven a
propia obra de sus creadores y en el rescate desarrollarse también en los propios centros
de las aportaciones hechas por quienes, como del mundo capitalista, el debate marxista ac-
Rosa Luxemburgo o Gramsci, fueron relega- tual en Europa o en Estados Unidos, no po-
dos, durante ese período, a una discreta pe- dría prescindir de ese nuevo marco. De otro
numbra mistificatoria de su herencia teórica. lado, en la crisis actual, no son solamente las
En ese proceso es inevitable reconocer ahora, ilusiones burguesas, alimentadas por un largo
por encima de las fronteras eurocentristas que período de esplendor capitalista, las que es-
han constreñido el pensamiento marxista occi- tán declinando y perdiendo su influencia en el
dental, la contribución creadora y vivificante seno de la clase obrera. Son también las in-
de los revolucionarios no-europeos al desarro- fecciones ideológicas de raíz burocrática, que
llo del pensamiento marxista, y en especial de pierden terreno en el marxismo, como conse-
los que provienen de lo que la ideología al uso cuencia de la revitalización de las luchas de
ha bautizado como Tercer Mundo. En América clases, no solamente en el orden capitalista,
Latina, Mariátegui ocupa un sitial cimero. sino también en Europa del Este, de modo
Desde la Segunda Guerra Mundial, las más cada vez más visible.
intensas y decisivas luchas revolucionarias Y en América Latina, la historia trágica
han tenido escenarios distantes de Europa. de las derrotas de los movimientos revo-
Triunfantes o derrotadas, aquellas han revela- lucionarios después de Cuba, así como el
do en Asia, África y América Latina, un nuevo reciente desarrollo de las luchas de clases
territorio del pensamiento revolucionario, y en algunos países como Perú, Ecuador, Co-
han colocado, junto a la lista de los “clásicos” lombia, principalmente, explica la paralela
europeos del marxismo, los nuevos nombres intensidad de la búsqueda de nuevas bases
cuyo pensamiento y acción ocupan hoy gran para la teoría y la práctica revolucionarias,
parte del debate internacional: Mao, Ho Chi distintas de las que fueron resultado del do-
Minh, Castro, Guevara, Amílcar Cabral, para minio de direcciones burocrático-reformis-
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 333

tas sobre las luchas de los explotados de 16 de abril de 1930. Su biografía forma parte,
este continente. así, de un período excepcionalmente signifi-
En este camino, el reencuentro de los tra- cativo en la historia peruana, y que puede ser
bajadores peruanos con el pensamiento de considerado como un auténtico puente his-
Mariátegui constituye todo un signo: el ingre- tórico entre la sociedad colonial y la actual,
so de las luchas de clases en el Perú, en un porque durante él tiene lugar una compleja
período histórico nuevo, caracterizado, fun- combinación entre los principales elementos
damentalmente, por la depuración y la pro- de la herencia colonial, apenas modificados
fundización, en la misma medida, del carác- superficialmente desde mediados del siglo
ter histórico de la sociedad peruana, y de la XIX, y los nuevos elementos que con la im-
madurez de clase de su proletariado. Y como plantación dominante del capital monopolis-
todo reencuentro, en plena lucha, es un deba- ta, de control imperialista, van produciendo
te, no una canonización. una reconfiguración de las bases económi-
cas, sociales y políticas, de la estructura de
la sociedad peruana. La accidentada y com-
El Perú de Mariátegui: 1894-1930 pleja dialéctica del desarrollo y la depura-
ción de esa estructura, ha dominado desde
José Carlos Mariátegui nació en Moquegua entonces la historia peruana, ha enmarcado
el 14 de junio de 18941, y murió en Lima el y condicionado sus luchas sociales y políti-
cas y definido los temas centrales de su de-
bate. Y aunque desde la crisis de 1930 hasta
1 Mariátegui creía haber nacido en Lima y en 1895. la actual, ese proceso de depuración está en
Actualmente, sin embargo, está plenamente probado
lo fundamental, realizado, el peso objetivo y
que nació en Moquegua, el 14 de junio de 1894. Véase
de Guillermo Rouillon: Bio-bibliografía de José Carlos subjetivo de lo ocurrido durante ese período
Mariátegui (Lima: Universidad Nacional Mayor de San está aún, en muchos sentidos, presente. No
Marcos, 1963); y La creación heroica de José Carlos es, por eso, un azar, que algunos de los te-
Mariátegui. La edad de piedra (Lima: Arica, 1975). mas centrales del debate ideológico de ese
Esta última obra contiene una abundante información
momento, sean todavía vigentes en el actual,
sobre los antecedentes familiares de Mariátegui y sobre
su vida hasta 1919. y por lo cual el estudio de la obra de Mariá-
334 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

tegui no tenga, en modo alguno, un interés nuel Pardo, en 1878, no disponían en ese mo-
solamente histórico. mento de un jefe del prestigio necesario para
Cuando Mariátegui nace, transcurrida una encabezar la oposición. Debido a ello, al final
década desde la derrota frente a Chile, el Perú de esa década era Nicolás de Piérola, jefe del
está saliendo de los desastrosos efectos de esa Partido Demócrata, y antes representante de
guerra, y en la víspera de un cambio político las capas de comerciantes y terratenientes me-
que marca, en la práctica, el comienzo del nue- nores provincianos y de orientación señorialis-
vo período. ta, quien surgía como vocero de la oposición,
En efecto, desarticulada la economía duran- consiguiendo al final, el tácito apoyo del Par-
te el conflicto, debilitado consiguientemente tido Civil, del cual había sido opositor político
el poder económico y político de los núcleos antes de la guerra.
de burguesía comercial y terrateniente de la La relativa reactivación de la economía,
costa, en plena constitución antes de la gue- permitía a los núcleos de burguesía comercial
rra, y casi desmantelado el aparato estatal y el y terrateniente de la costa volver a fortalecer
orden político que, bajo la creciente dirección su poder económico y forzar su regreso a la di-
de esos núcleos burgueses, estaba en desarro- rección del Estado, apoyándose en el inmenso
llo, tras la derrota el país había recaído bajo descontento popular, que la rigidez autoritaria
un nuevo caudillaje militar, que era ante todo y la arbitrariedad y corrupción de los regíme-
la representación política de la inconexa clase nes militares venía acumulando, y que se ali-
terrateniente señorial del interior, dirigido por mentaba además de un generalizado sentimien-
el general Andrés A. Cáceres, el prestigioso to de frustración nacional por la derrota.
jefe de la resistencia contra el invasor chileno. Eso permitió a Piérola canalizar ese descon-
En tales condiciones, los debilitados nú- tento con una prédica populista y encabezar la
cleos burgueses y las capas medias urbanas, sublevación triunfante de 1895, que desalojan-
organizados desde antes de la guerra en el Par- do del poder al caudillaje militar y lo que éste
tido Civil, principalmente, se encontraron obli- representaba, inauguró la precaria estructura
gados no solamente a transar con el régimen política que duró hasta 1919, pero, sobre todo,
militarista-señorial, sino en cierto modo a sos- señaló el paso a un período de reconfiguración
tenerlo. Asesinado su principal dirigente, Ma- de la estructura de la sociedad peruana.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 335

Historia local y coyuntura del capital comercial. De ahí la consiguiente


mundial debilidad de los núcleos de burguesía, básica-
mente mercantil y terrateniente, su aún preca-
Al estudiar el proceso de expansión de la gran ria diferenciación como clase social respecto
propiedad agraria en la Sierra del Sur perua- de la clase terrateniente señorial, dominadora
no, a fines del siglo XIX y comienzos del XX, de campesinos enfeudados y también, en gran
François Chevalier señaló que ello fue el resul- parte, de campesinos independientes o agru-
tado del encuentro entre la “historia local y la pados en comunidades. Y debido a lo cual,
coyuntura mundial”2. Tal conclusión es válida esos núcleos burgueses no habían logrado aún
no solamente para ese problema específico, adueñarse enteramente del poder político y
sino también para el conjunto de la problemáti- llevar a cabo su propia revolución democráti-
ca peruana de ese período. ca en la economía y en el Estado. La precarie-
En el tránsito del siglo XIX, la “coyuntura dad institucional del Estado, no solamente por
mundial” estaba presidida por dos fenómenos los efectos de la reciente guerra, sino también
básicos: la expansión imperialista del capital como expresión de la debilidad burguesa y de
monopólico y la disputa entre las burguesías de la dispersión política de la clase terrateniente
Inglaterra y de Estados Unidos por la hegemo- señorial. Y en ese marco, finalmente, por un
nía en el control de ese proceso, especialmente debate ideológico signado por un sentimiento
en lo que respecta a la América Latina. de “urgencia nacional”, unánimemente com-
La “historia local” estaba marcada, ante partido, pero parejamente cabal demostración
todo, por la incipiencia del capitalismo, en el de la perplejidad y el desconcierto ideológico
seno de una formación social cuya base abru- y de la incongruencia de los proyectos políti-
madoramente predominante eran las relacio- cos de las principales fracciones burguesas y
nes precapitalistas de producción, aunque ya señoriales dominantes.
ampliamente condicionadas por la expansión La inserción de esa historia local en la co-
yuntura mundial, no podía dejar de implicar
un dominio decisivo de la última en la de-
2 Chevalier, François 1966 “L’expansion de la grande
terminación de las características del nuevo
proprieté dans le Haut-Perou au XXème Siècle” en
Annales, Vol. 4: 821-825, jul.-ago. período.
336 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Tres procesos centrales conducen, desde interno y la ampliación del capital comercial
entonces hasta 1930, la historia peruana: la en las zonas más inmediatamente vinculadas
implantación y consolidación del capital mo- a la costa.
nopolista, bajo control imperialista, como Como resultado, fueron constituyéndose los
dominante de una compleja combinación con primeros núcleos importantes de burguesía co-
las relaciones precapitalistas de producción, mercial y terrateniente, desde luego principal-
hasta entonces dominantes; la reconstitución, mente en la costa. Sin embargo, esos núcleos
sobre esa base, de los intereses y de los mo- burgueses no surgían en condiciones de de-
vimientos de clases, y de sus modos de rela- sarrollar una “revolución industrial” interna y
ción en el Estado; y el desarrollo y renovación autónoma, porque se constituían ya como bur-
del debate ideológico-político, en una primera guesía “compradora”, dependientes de la bur-
etapa sólo dentro de las clases dominantes, y guesía industrial europea. Solamente algunos
después de 1919, entre ellas y las clases explo- reducidos núcleos burgueses se orientaban a la
tadas y medias. capitalización del beneficio comercial, acumu-
lado en precarios establecimientos manufactu-
reros, en su mayoría semifabriles.
La implantación y dominio del Esa dependencia congénita de la emergente
capital monopólico imperialista burguesía peruana, no solamente limitó su ca-
pacidad de acumulación interna, sino también
Antes de fines del siglo XIX, en el Perú se había contribuyó a desarrollar su orientación con-
iniciado la formación de incipientes núcleos sumista y su propensión a parasitar los ingre-
de relaciones capitalistas de producción, bajo sos fiscales, procedentes de la renta guanera
modalidades primitivas de acumulación, como y salitrera y de los cuantiosos préstamos de
consecuencia, principalmente, de la reactiva- Inglaterra y Francia, que reforzaban la depen-
ción del comercio internacional sobre la base dencia global del país respecto de la burguesía
del guano y del salitre, primero, y del algodón europea. Y, asimismo, la condujo a acumular
posteriormente. Ese proceso tuvo lugar casi casi exclusivamente en la producción agríco-
exclusivamente en la costa. Pero permitió, la exportable, destinada al mercado europeo
también, la relativa dinamización del comercio y norteamericano, y en la actividad comercial
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 337

de importación de la producción industrial de Sin ser inexistentes, las bases del capitalis-
esos países3. mo en el Perú eran no sólo precarias y débiles,
Esa burguesía, pues, tendía a desarrollar- sino, lo que resultaba mucho más importante
se básicamente como burguesía terrateniente y decisivo, eran llevadas por una tendencia a
y comercial, bloqueando sus posibilidades de la deformación y a la dependencia, con todo lo
avanzar hacia su “revolución industrial”. Debido que ello implica para el destino histórico de la
a eso, no estaba en condiciones, ni interesada, burguesía en el Perú.
en llevar adelante su propia revolución demo- Sin embargo, los más poderosos grupos de
crática en la economía y en el Estado, es decir, la emergente burguesía, influidos por un di-
de avanzar hacia la desintegración de las rela- fuso positivismo introducido hacia mediados
ciones de producción de origen precapitalista, de siglo4, y enfrentados a la desorganización y
serviles o comunales, para liberar mano de obra corrupción administrativa bajo los sucesivos
y recursos de producción, y hacia la democra- regímenes militares, se movilizaron a fines de
tización del Estado, conforme a la ideología li- la década de los sesenta hacia la disputa del
beral formalmente adoptada, sobre todo desde poder político con una ideología de desarrollo
mediados de siglo. Por ello, no solamente se nacional, lo que cristalizó en la formación del
encontraba colocada en situación de permitir la Partido Civil en 18715 y en el primer proyecto
continuación del predominio del precapitalismo
y de su clase terrateniente dominante, sino que
también era incapaz de diferenciarse de ésta rá- 4 Así lo afirma, aunque sin referencias explícitas,
Augusto Salazar Bondy en: Historia de las ideas en el
pida y plenamente, ni social ni ideológicamente.
Perú contemporáneo (Lima: Moncloa, 1965) Tomo 1: 3.
5 Manuel Pardo fue el más importante ideólogo de la
3 Sobre este período y estas cuestiones, puede con- burguesía comercial-terrateniente del Perú, en el siglo
sultarse de Heraclio Bonilla, Guano y burguesía en el XIX. Fundó el Partido Civil, culminación de un movi-
Perú (Lima: IEP, 1974); de Jonathan Levin, The Export miento contra el militarismo caudillesco, preconizando
Economies (Cambridge, 1960); de Shane Hunt, Growth la modernización económica y administrativa del país,
and Guano in the 19th Century in Perú (Princeton con una orientación nacionalista que llegó inclusive a
University Press, 1973); y de Ernesto Yépez, Perú proponer la estatización del guano y del salitre, los dos
1820-1920: un siglo de desarrollo capitalista (Lima: principales recursos de exportación del Perú en esa
IEP, 1972). época, aunque bajo su gestión presidencial no se tomó
338 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de desarrollo capitalista nacional, bajo la con- como clase. Se dice que fue en ese momento
ducción de Manuel Pardo, asumiendo el go- cuando el término oligarquía, de tanta signifi-
bierno en 1872. cación en nuestra historia, hizo su ingreso en
A pesar de algunas medidas de reforma ad- el Perú6.
ministrativa y educacional, que mostraban su Al término de la década de los setenta so-
orientación modernizante, este primer gobier- brevino el conflicto con Chile y sus consecuen-
no civil de la burguesía peruana, no fue capaz cias enterraron definitivamente las posibilida-
de tocar ningún interés fundamental de la clase des de un proyecto de desarrollo capitalista
terrateniente, ni de enfrentarse exitosamente a nacional.
la grave crisis económica en que había enca- Debido a ello, la implantación del capitalis-
llado la economía peruana a comienzos de los mo, en tanto que relación social de producción
años setenta, estrangulada por una deuda ex- dominante, se lleva a cabo en el Perú ya bajo
terna crecida. su forma monopólica y en esa condición, bajo
Administrando una economía en crisis, control imperialista de burguesías extranjeras,
e impotente para remover el piso del poder desde fines del siglo XIX.
de los terratenientes, no solamente fracasó El proceso de implantación del capital mo-
en su intento de ganar el apoyo de las masas nopólico se inicia poco después de la guerra
populares urbanas, sino que tuvo que enfren- con Chile, cuando en 1890 los tenedores de bo-
tarse a ellas y a los representantes políticos nos de la deuda externa, incrementada durante
de los terratenientes, poniendo en evidencia la guerra, obligaron al gobierno de Cáceres a la
los límites y deformaciones de su desarrollo firma del Contrato Grace, mediante el cual di-
chos acreedores se organizaron en la Peruvian
Corporation Ltd. y obtuvieron la concesión del
ninguna medida para eso. Su pensamiento puede estu- control de los ferrocarriles, por un período de
diarse en la compilación de sus escritos: El centenario 75 años. Piérola, al ocupar el gobierno en 1895,
de Manuel Pardo (Lima, 1935: 2 Vols.). También puede
consultarse sobre los intentos de modernización oligár-
quica en el Perú, de Howard Karno, The Oligarchy and 6 Véase: Basadre, Jorge 1963 “La aristocracia y
the Modernization of Perú (1870-1920) (Los Ángeles: las clases medias civiles en el Perú republicano” en
University of California; tesis no publicada, s/f). Mercurio Peruano (Lima) XLIII: 437-440.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 339

desarrolló un modelo ya establecido, con una despojada de sus principales recursos de


política abiertamente destinada a atraer capi- producción7.
tal extranjero, que en la coyuntura era, preci-
samente, capital monopólico.
Entre 1895 y 1914, se habían instalado en el Capital monopólico y precapital
Perú las primeras cuatro grandes corporacio-
nes, la ya mencionada Peruvian Corporation El capital monopólico se implanta en la eco-
Ltd., Cerro de Pasco Corporation, Internacio- nomía peruana constituyendo núcleos de re-
nal Petroleum Corporation, y Grace. La prime- laciones capitalistas de producción, en los
ra de capital británico y las demás norteame- principales sectores productivos de la econo-
ricanas. Ocupaban, junto a otras empresas ex- mía cuya matriz previa era casi enteramente
tranjeras menores, el lugar de predominio en precapitalista.
la minería, en el petróleo, en la agricultura de La investigación social latinoamericana
exportación y en el transporte pesado. Y en la ha difundido la denominación de “enclave”
misma etapa, el capital imperialista conseguía
también el dominio de casi toda la banca, del
comercio internacional y de la empresa princi- 7 Acerca de la penetración del capital norteameri-
pal de servicio eléctrico. cano y sus consecuencias inmediatas en la economía
peruana, aparte del conocido estudio de James Carey,
Después de la crisis económica iniciada en Perú and The United States (Notre Dame, 1964); hay
1913 y continuada durante la Primera Guerra recientes investigaciones con un enfoque más pro-
Mundial (14-18), el capital imperialista ocupó ductivo: William Bollinger, The Rise of United States
también el control de las empresas industria- Influence in the Peruvian Economy (1868-1921)
(Berkeley: University of California; tesis no publica-
les más importantes, en la textilería y otras
da, s/f); Heraclio Bonilla “La emergencia del control
ramas menores, consolidando su dominio de norteamericano sobre la economía peruana” en Desa-
la economía peruana, en todos aquellos sec- rrollo Económico, Vol. 16, N° 64, 1977; y hay amplia
tores donde se implantaba el capital como información en un estudio sobre un período mayor, de
relación social de producción, y dejando, de Rosemary Thorp y Geoff Bertram, Industrialización
en una economía abierta. El caso del Perú en el pe-
ese modo, a la burguesía interna en una po-
ríodo 1890-1940 (Lima: Universidad Católica de Lima /
sición totalmente subordinada y, sobre todo, CISEPA, 1974).
340 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

para esa forma de implantación del capital industrial europea o norteamericana al país.
en estos países8. El término, sin embargo, Por su carácter reducido y concentrado en nú-
contiene más una imagen que un concepto, cleos, en determinadas ramas de producción,
pues más bien dificulta que permite des- ese capital no tendrá, tampoco, interés en una
ocultar el tipo de relaciones que se estable- masiva liberación de mano de obra, sino en la
cen entre esos núcleos de relaciones capi- formación de un mercado limitado de fuerza de
talistas de producción y la matriz de origen trabajo libre.
precapitalista. Sobre esas bases, el capital monopolista
Ausente un circuito interno de acumula- implantado en ese período, resulta en una si-
ción, integrador de los sectores productivos, tuación estructuralmente condicionada para
y liquidados en su nacimiento los elementos no entrar en conflicto con las relaciones preca-
que llevaban a su desarrollo9, por la propia pitalistas de producción que predominan en el
acción del capital imperialista, cada uno de resto de la economía.
los sectores en los cuales éste se implanta Por el contrario, las necesidades del ca-
en condición dominante, es articulado al cir- pital implantado en tales condiciones, en-
cuito capitalista nacional de donde proviene cuentran en las relaciones precapitalistas un
ese capital, esto es, a un circuito externo de elemento decisivo para su operación. En la
acumulación y de realización de la plusvalía medida en que el valor de la fuerza de trabajo
generada en esos núcleos capitalistas. explotada por el capital monopólico, se cons-
Debido a ello, ni la producción industrial tituye fundamentalmente en el área no capi-
interna, ni el mercado interno del Perú, tienen talista de la economía, la tasa de ganancia de
interés para el capital monopolista durante ese ese capital resulta mucho más alta en este
período, sino de manera limitada a las propias país en relación con la que puede obtener en
necesidades de exportación de la producción la economía metropolitana, en las mismas ra-
mas de producción.
De ese modo, para el capital imperialista no
8 El más célebre texto es el de Cardoso, Fernando
Henrique y Faletto, Enzo 1973 Dependencia y desarrollo solamente no será necesaria la desintegración
en América Latina (México: Siglo XXI). de las relaciones no capitalistas, sino, por el
9 Véase de Bollinger, op. cit. contrario, su perduración será útil para sus ne-
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 341

cesidades de acumulación, por el tiempo que tenientes señoriales a extender sus tierras y a
requiera el mantenimiento de esta modalidad contar con una masa mayor de campesinado
de operación. Ese tiempo fue largo. para su explotación.
Capital monopólico y precapital, se combi- Esa expansión de la gran propiedad agraria
narán así, contradictoriamente, en una estruc- y de campesinado enfeudado bajo el dominio
tura económica conjunta, bajo el dominio del terrateniente señorial, no dejará de tener con-
primero, en una tendencia de acentuación de secuencias sobre esta clase. Una parte impor-
ese dominio10. tante de ella se irá convirtiendo en burguesía
Una de las consecuencias más importantes comercial-terrateniente, controlando capital
de esa configuración económica, será –como comercial en medida muy significativa en de-
Chevalier11 señala– la expansión de la gran pro- terminadas zonas12.
piedad agraria bajo control de los terratenien- Esa reactivación del mercado interno im-
tes señoriales, en toda la sierra peruana, y el pulsa la expansión del capital comercial, que
consiguiente enfeudamiento de una mayor can- pasa a servir como correa de transmisión entre
tidad de campesinado, bajo esa dominación. La la producción mercantil procedente del área
ampliación del mercado interno de productos no capitalista y las necesidades del capital mo-
alimenticios de origen agropecuario, conforme nopólico. Y ello implica la ampliación de una
se ampliaban los centros urbanos y la mano capa de pequeña y mediana burguesía comer-
de obra en los “enclaves” y en actividades de cial, intermediadora entre la burguesía capita-
comercio y de servicios, impulsará a los terra- lista y los terratenientes señoriales y también
una parte del campesinado no directamente
enfeudado.
10 Sobre el modo de implantación del capital monopó-
lico en el Perú y sus implicaciones económico-sociales
y políticas, puede verse de Aníbal Quijano, “Imperialis- 12 Sobre este problema hay investigaciones demostra-
mo, clases sociales y Estado en el Perú (1895-1930)”. tivas. Montoya, Rodrigo 1980 Capitalismo y no capi-
Escrito en 1973, acaba de ser publicado en Clases so- talismo en el Perú (Lima: Mosca Azul Editores); que
ciales y crisis política en América Latina (México: también se difundió, antes de editarse, con el título: El
Siglo XXI, 1977). proceso histórico de articulación del Capitalismo y el
11 François Chevalier, op. cit. no capitalismo. 1890-1977.
342 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Burguesía imperialista y burguesía Las tasas de ganancia eran mucho más altas
interna: la cuestión nacional en las ramas de producción exportable: algo-
dón, caña de azúcar, minerales, lo que arras-
En el curso de la implantación del capital mo- traba a la raquitizada burguesía peruana prin-
nopólico, con esas modalidades, la burguesía cipalmente en esas ramas que dominaba ya la
comercial y terrateniente formada en el pe- burguesía imperialista. Y aun cuando, sobre
ríodo anterior, mientras era despojada de sus todo después de la crisis de mediados de la se-
principales recursos de producción y del con- gunda década de este siglo, algunos grupos de
trol de su dominio nacional sobre el proceso capitalistas peruanos pudieron acumular en la
capitalista, fue también, sin embargo, impulsa- industria fabril y semifabril, consiguiendo le-
da a la acumulación capitalista en los reduci- gislación protectora, eso no cambió en lo fun-
dos márgenes de operación que le habían sido damental la situación configurada.
impuestos, y en los mismos sectores y ramas La nueva burguesía capitalista peruana no
de producción en que se implantaba el control dejó de enriquecerse, pero sólo a condición de
de la burguesía monopolista extranjera. la pérdida de su hegemonía en el proceso capi-
De ese modo, en el mismo proceso, cumplía talista, en el mismo momento en que éste gana-
su tránsito definitivo de su condición de bur- ba el dominio en el conjunto de la estructura
guesía básicamente comercial a la de burgue- económica del país.
sía capitalista stricto sensu, y de otro lado, su Las características y tendencias de este pro-
opción histórica de clase nacional dominante, ceso, no dejaron de ser percibidas y resistidas
quedaba castrada dando lugar a su constitu- por algunas fracciones de la burguesía perua-
ción como apéndice semicolonial de la bur- na. Pero esas fracciones eran no solamente las
guesía imperialista, durante todo ese período. más débiles, sino, paradójicamente, las más
Lo último, no solamente por el carácter mino- apegadas a las tradiciones señorialistas de su
ritario y subordinado de la parte de capital que origen terrateniente. Y quienes, en el debate de
quedaba bajo su control, sino, particularmen- fines de siglo, reclamaban protección estatal
te, por acumular en los mismos cauces y mo- para los capitalistas nacionales, señalando las
dalidades impuestos por la burguesía imperia- vías de un desarrollo capitalista bajo control
lista dominante. nacional, eran solamente aislados ideólogos,
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 343

de filiación positivista, sin suficiente influencia en consecuencia, para toda movilización y or-
en el seno de la clase13. ganización política de clase fuera del Estado,
Por esos factores, las fracciones nacionalis- por un largo período. Con el golpe de Leguía en
tas de la burguesía peruana fueron debilitándo- 1919 y la desintegración del Partido Civil y de
se y perdiendo su lugar en la dirección de la los otros menores, que no fueron reemplazados
clase, a lo largo de las dos primeras décadas por ningún otro en que la clase se organizara
del siglo XX. Y cuando, como consecuencia de para dirigir al Estado, se cierra esa etapa de las
la crisis del 14-18, la pugna hegemónica entre disputas por la hegemonía nacional14.
las burguesías norteamericana y británica se
resuelve en favor de la primera, estarán dadas
en el Perú las condiciones para que las fraccio- La asociación de intereses
nes más pro imperialistas de la burguesía inter- dominantes en el Estado:
na, asuman la plena dirección de la clase y el la oligarquía
lugar de ésta en la dirección del Estado, derro-
tando a las fracciones más renuentes a la domi- Sobre esa base material (combinación de ca-
nación del capital norteamericano, en nombre pitalismo monopólico y precapital bajo el do-
del progreso y de la modernidad. minio del primero) y social (articulación de in-
Allí culmina el proceso de semicolonaliza- tereses entre burguesía y terratenientes seño-
ción de la burguesía peruana, ocasionando la riales), definidas las relaciones de poder entre
pérdida de su hegemonía nacional, incapaci- burguesía imperialista e interna, se fue consoli-
tándola para todo proyecto en esa dirección y,
14 Sobre el proceso de reconstitución y crisis de la
hegemonía oligárquica, véanse: Quijano, Aníbal 1969
13 Particularmente: Capello, Joaquín y Petriconi, Luis El Perú en la crisis de los años treinta (Santiago:
1971 (1876) Estudio sobre la independencia económi- s/d); reproducido en América Latina en la crisis de
ca del Perú, (Lima: Biblioteca Peruana). De Capello es los años treinta (México: Instituto de Investigacio-
útil también ver, para apreciar su posición modernista nes Sociales-UNAM, 1977). Y el panorama histórico
y nacionalista, La sociología de Lima (Lima, 1895- bien orientado de Chavarría, Jesús 1972 “La desapa-
1902; 4 Vols.) y El problema de la educación pública rición del Perú colonial” en Aportes (París) N° 3: 120-
(Lima, 1902). 155, enero.
344 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

dando un Estado, cuya base es conformada por Y en tanto que el sistema de poder local y
esa asociación de intereses dominantes. aun regional, en las áreas de dominio terrate-
Si bien la burguesía peruana, reconstituida niente señorial y/o comercial, no es atacado en
bajo esas condiciones, logra, en el curso de ese su base, las relaciones de producción de origen
proceso, volver a la dirección del Estado, no precapitalista, ahora articuladas a la lógica y a
puede hacerlo sino admitiendo la amplia influen- las necesidades de la acumulación capitalista,
cia de la clase terrateniente señorial en todo el ese Estado central es el remate de una estruc-
orden político del país, y la representación de tura global de poder político, una de cuyas ba-
las fracciones terratenientes-comerciantes en el ses y de vasta presencia en el país, el caciquis-
seno mismo de la dirección del aparato estatal. mo gamonal, no está integrado a él aunque sí
En la medida en que no sólo se mantiene sino vinculado de modo conflictivo.
se expande el dominio terrateniente sobre el En esas condiciones, por su estructura y por
campesinado, se expande y se consolida tam- la lógica de su movimiento histórico, tal siste-
bién todo un sistema de poder político local y ma de poder –es decir, los intereses sociales
regional, controlado por los terratenientes, sólo que lo constituyen y lo dominan– excluye total-
a través del cual y en conflicto con él, puede el mente la participación de las masas campesi-
Estado central presidir la estructura nacional nas a todo canal de influencia en el Estado cen-
de poder político. Los términos de “caciquis- tral y en particular en el orden del caciquismo
mo” y de “gamonalismo”, designan ese sistema gamonal local. Permite solamente resquicios
de poder terrateniente. estrechos de participación de las capas medias
De ese modo, el Estado central es la repre- que, sin embargo, se van ampliando. Y rechaza
sentación de una asociación de intereses de la participación de los núcleos de proletariado
dominación, entre la burguesía capitalista pe- que la presencia del capital está constituyendo
ruana y los terratenientes, ambos subordina- como nueva clase social.
dos, aunque de distinta manera, a la burguesía El entero sistema de poder político y su Es-
imperialista, en la medida en que ese Estado tado central, por su específico carácter de cla-
administra y controla una formación social en se, es decir, el que se deriva de esta particular
cuya base son predominantes los intereses de historia, asume, así, un carácter oligárquico.
la burguesía imperialista. Oligarquía, en el Perú, es un término que
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 345

comenzó a usarse en el siglo pasado, bajo la micolonial que asume la burguesía interna que
primera administración civil burguesa, desig- lo dirige; y su indefinición de clase, por cons-
nando un estilo de dominación política. Pero tituirse como articulación de intereses entre
la perduración de este estilo llevó a dotar al burguesía y terratenientes, y de lo cual derivará
término de una connotación más compleja, su carácter oligárquico.
denominando ya no solamente a esta peculiar A partir de entonces, el ciclo burgués de
combinación de intereses de dominación en el la historia peruana no podrá encauzarse por
Estado, sino a las clases sociales mismas que una revolución democrático-burguesa, en el
sostenían el Estado oligárquico. Ello no nos sentido de una conquista burguesa del poder
exime, no obstante, de la necesidad de reco- estatal, a la cabeza de las clases dominadas y
nocer que, en rigor, el concepto de oligarquía aburguesando su conciencia, para destruir la
mienta, en el Perú, a esa estructura de poder base material del poder de la clase terratenien-
político, con un Estado cuyo carácter de clase te señorial. El proceso burgués asumirá, en
no es depurado, ya que su dominio es compar- cambio, el carácter sui generis de una “revo-
tido por clases que, como la burguesía y los te- lución antioligárquica y nacionalista”. Esto es,
rratenientes señoriales o “gamonales” son, en de gradual, aunque conflictiva y eventualmente
la totalidad histórica, conflictivas, pero que por violenta, depuración del contenido de clase del
determinaciones históricas particulares apare- Estado, por el desplazamiento gradual de los
cerán, durante un período, articulando contra- terratenientes señoriales y de las mismas frac-
dictoriamente sus intereses en el seno del mis- ciones burguesas asociadas a ellos, de su lugar
mo Estado. Y que, por el carácter de sus bases en la dirección del Estado. Y, de otro lado, por
materiales, implicaba el control monopólico de intentos de rescate de la autonomía del domi-
las clases dominantes sobre la orientación de nio nacional de la clase burguesa. Ninguno de
su comportamiento. estos planos del proceso podría desarrollarse
El Estado que se reconstituye en el proceso independientemente del otro.
de implantación y de consolidación del domi- La erradicación de la base material del po-
nio del capital monopolista imperialista, estará der señorial, habrá de ser en la historia poste-
caracterizado, así, por dos rasgos definitorios: rior, fundamentalmente el resultado de la gra-
su indefinición nacional, debido al carácter se- dual generalización del capital, en tanto que
346 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

relación social de producción, a todas y cada so del Politeama15, había roto los fuegos de la
una de las ramas de la economía del país. El primera fase de la batalla contra la dominación
lugar de esa clase en el Estado se irá por ello oligárquica de los terratenientes, denunciando
reduciendo paulatinamente. Serán las luchas la incapacidad y la corrupción de la clase do-
campesinas las que acelerarán la desintegra- minante y de su instrumento militar, la sujeción
ción del caciquismo gamonal, y muy significa- de las masas campesinas a la ignorancia y a la
tivamente, entrando en conflicto con la bur- servidumbre, y llamando a la juventud a la lu-
guesía dominante, en el momento más fuerte y cha contra esa situación nacional.
exitoso de sus luchas, desde fines de los años Pocos meses después, en el Teatro Olimpo,
cincuenta. arremetía contra la mediocridad y el servilismo
Los intentos de rescate de la autonomía na- hipócrita de los intelectuales oficialistas, re-
cional del dominio de la burguesía interna, si clamando a la nueva generación “romper con
bien pudieron ser, en breves momentos, interés el pacto infame de hablar a media voz”16. Y, a
de minoritarias y débiles fracciones burguesas, fines del mismo año, publicaba “Propaganda
no fueron tanto la obra de la clase, dadas sus y ataque”17, señalando que el verdadero fun-
raíces y las tendencias de su movimiento. Y por damento de la nación lo constituían las masas
eso se encontraron sus ideólogos y protagonis- indígenas y que hasta tanto ellas no estuvieran
tas entre las capas medias y populares bajo la plenamente representadas en el Estado, no se
influencia de las primeras y tuvieron que lle- podía esperar un cambio sustantivo de los pro-
varse a cabo, también significativamente, en blemas del país.
buena medida en contra de la opinión y de la De ese modo, armada de la implacable y
conducta de la propia burguesía interna. bruñida violencia de los apóstrofes de don Ma-
nuel, tomaba carta de ciudadanía política, por

Luchas sociales y debate


ideológico antes de 1919 15 Compilado en González Prada, Manuel 1915 Pági-
nas libres (Madrid: Editorial América).
Seis años antes del nacimiento de Mariátegui, 16 Op. cit.
Manuel González Prada, en el célebre discur- 17 Op. cit.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 347

primera y efímera vez en la historia peruana, tores de la opinión política e intelectual18. Esa
una versión revolucionaria del liberalismo, que insurrección inauguraba el ciclo de intermiten-
no se paraba como hasta entonces, en la crítica tes guerras campesinas contra la dominación
de los vicios políticos e ideológicos solamen- terrateniente, que dura hasta mediados de la
te, y avanzaba hasta poner en cuestión la base década de los treinta, precisamente como reac-
misma del orden oligárquico, introduciendo en ción contra la expansión de la gran propiedad
el debate nacional lo que será uno de sus te- agraria, bajo control de los terratenientes seño-
mas centrales por varias décadas, el problema riales, impulsada por el nuevo interés que éstos
del campesinado indio, y estableciendo los pri- adquirían en este período, por el modo en que
meros elementos consistentes de un proyecto se establecían las relaciones con la dominación
democrático-burgués avanzado, que no puede del capital monopolista.
ser considerado como una mera prolongación No era, pues, sólo una coincidencia que tres
del liberalismo del período anterior. años después de esa insurrección vencida, tro-
El tema del indio, y con él una de las cuestio- nara el discurso del Politeama y se publicara
nes centrales de todo el orden oligárquico, en- “Propaganda y ataque”; que en el mismo año
traba al debate, no solamente porque la derrota se publicara también la primera novela indige-
frente a Chile había puesto de manifiesto de nista, La trinidad del indio o costumbres del
qué modo la dominación terrateniente sobre la interior, donde su autor, José T. Itolararres19,
masa indígena, en un característico régimen de ponía en la picota la trinidad del cura, el juez
“colonialismo interno”, era el fundamento de la
falta de integración nacional, a su vez factor de-
cisivo de esa derrota, sino ante todo porque en 18 Acerca de esa insurrección: Reyna, Ernesto 1930 El
ese mismo momento comenzaba un nuevo ciclo Amauta Atusparia (Lima: Amauta) “Prólogo” de José
de las luchas del campesinado indio en el país. Carlos Mariátegui. Basadre, Jorge Historia de la Repú-
Poco antes del discurso del Politeama, había blica del Perú (T. II: 272-273, ediciones varias). Quijano,
Aníbal 1966 “Los movimientos campesinos contempo-
tenido lugar la primera gran insurrección del
ráneos de América Latina” en Lipset, Seymour y Sola-
campesinado indio en esa etapa, en el Calle- ri, Aldo (eds.) Élites y desarrollos en América Latina
jón de Huaylas, Sierra Norte del Perú, y cuya (Buenos Aires: Paidós).
fuerza y extensión conmovieron amplios sec- 19 Seudónimo de José Torres Lara.
348 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y el costeño, en la opresión del indio, y que al problemas nacionales, González Prada puso
año siguiente, Clorinda Matto de Turner, discí- al descubierto los límites que el desarrollo de
pula de González Prada y miembro del Círculo clase de la burguesía peruana imponía al pen-
Literario que éste presidía, publicara Aves sin samiento de la mayor parte de sus ideólogos.
nido, destinada a convertirse en la pieza más Esos límites irán acentuándose, conforme la
importante de la narrativa indigenista perua- implantación del capital monopolista y el do-
na20. El ciclo de esta narrativa, es coetáneo del minio de la burguesía imperialista iban redu-
ciclo de las luchas del campesinado indio con- ciendo a la burguesía peruana a la condición
tra la expansión del latifundio gamonal. semicolonial, impidiéndole recoger ella misma
Durante las tres décadas siguientes, el propio las banderas de la revolución democrática.
González Prada dedicó una vigilante atención Por ello, más que por las características per-
al desarrollo de las luchas campesinas, apo- sonales de González Prada, según opinará más
yándolas desde la prensa, mientras maduraba tarde Mariátegui, el movimiento político que
su concepción del problema del indio hasta su sus inmediatos seguidores intentaron alzar con
ensayo Nuestros indios21, que dejó incompleto esa orientación, no tenía las bases sociales ne-
e inédito a su muerte en 1918, donde por pri- cesarias para su desarrollo y se frustró al nacer,
mera vez se vincula claramente la situación del llevando al mismo González Prada a transitar
indio al sistema vigente de propiedad agraria, a hacia un positivismo anarco, cuando toma par-
los rasgos feudales en el régimen de la hacienda te en el debate de las luchas del naciente prole-
andina, y al caciquismo local de los gamonales. tariado a comienzos del siglo XX.
Todavía él mismo un positivista liberal en Entre fines del XIX y comienzos del siglo XX,
ese momento, al introducir este crucial incor- ingresaba en la palestra ideológica peruana la
dio en el debate ideológico que los demás posi- llamada generación del novecientos, la mayo-
tivistas liberales realizaban entonces sobre los ría de cuyos más influyentes miembros tenía
también filiación positivista liberal, y era por-
tavoz de las fracciones más modernizantes de
20 La primera edición apareció en Valencia, España,
en 1889. la burguesía peruana. Y no es que desconocie-
ran la existencia del problema indio en la falta
21 En González Prada, Manuel 1924 Horas de lucha
(Callao: Lux) Segunda edición. de integración nacional. Pero de una parte, su
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 349

atención estaba más concentrada en los pro- de regímenes como el de Porfirio Díaz y sus
blemas institucionales del Estado y las cues- “científicos”, o el de Juan Vicente Gómez y el
tiones políticas concomitantes con la actividad “cesarismo democrático” que los intelectuales
capitalista en plena dinamización. Y, de otra a su servicio proponían como modelo, para
parte, su visión del problema del indio estaba establecer la integración nacional y salir de
inevitablemente mutilada por la aún indecisa la anarquía caudillesca hacia algo como esa
diferenciación de su clase con los terratenien- inventada “pax porfiriana”, como marco del
tes señoriales, orientándolos a discutir el pro- reordenamiento nacional.
blema exclusivamente en términos culturales, Otros, como Víctor Andrés Belaúnde23, reco-
y en particular morales y educacionales. nociendo que “la nacionalidad no está formada
De allí que los temas de la educación y de todavía” y que “nuestro ideal debe ser eminen-
la cultura, y la modernización institucional temente nacionalista”, sólo podían reclamar la
del Estado, fueran, junto con la especulación moralización y la racionalización institucional
académico-filosófica, los ejes de su producción del Estado, como recursos para lograr el cum-
ideológica y fue en torno de ellos que llevaron a plimiento de tal ideal24. Y en un plano más con-
cabo sus debates más resonantes. creto, Garland y Gubbins25 sostenían la nece-
Todos ellos se reclamaban de una postu- sidad de facilitar la entrada y la implantación
ra nacionalista y modernista, acorde con su del capital extranjero, como camino de la mo-
ideal positivista del progreso. Algunos, como dernización y el progreso del país. Atrás habían
Francisco García Calderón22, desde una pers- quedado los reclamos de Capello y otros, y aun
pectiva optimista, sin duda estimulada por la
dinamización de la actividad económica re-
sultante de la penetración capitalista imperia- 23 De Víctor Andrés Belaúnde, en ese período, princi-
palmente: La crisis presente (Lima, 1914); La realidad
lista, ponían su esperanza en el surgimiento
nacional (Lima, 1930) libro destinado a la refutación
de los 7 ensayos… de Mariátegui; véase también sus
Memorias (Lima: Lumen, 1961: Vol. 1 y 1962: Vol. 2).
22 Véanse, de Francisco García Calderón: Le Pèrou
Contemporain (París, 1907); Les Démocraties Latines 24 V. A. Belaúnde, La crisis presente, p. 98.
de l’Amerique (París, 1912); La creación de un conti- 25 De Alejandro Garland, sobre todo, El Perú en 1906
nente (París, 1913). (Lima, 1907); y Reseña industrial del Perú (Lima, 1905).
350 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

las proposiciones de Manuel Pardo, para pre- logos reconocidos, que al ir produciéndose los
servar el control nacional de los recursos, y la primeros grandes conflictos sociales engendra-
protección estatal de los capitalistas naciona- dos en el seno del nuevo capitalismo, el grueso
les para afianzarlo. de esos intelectuales se encontraba enfrentado
Cuando las necesidades del capital planteen contra toda posibilidad de una legislación que
exigencias de tecnificación y modernización a institucionalizara esas luchas y sus organiza-
la cultura y a la educación en el país, todavía ciones como parte de un régimen burgués. Sólo
la burguesía aparecerá dividida entre quienes, muy minoritarias fracciones, lideradas por quie-
como Manuel Vicente Villarán26 preconizan nes como Billinghurst28 traían una formación
una educación pragmática y de orientación hecha íntegramente en el extranjero, intentaron
técnica al alcance de las masas, y quienes abrir paso a esa legislación y aun apoyarse en
como Alejandro Deustua27 encontrarán la oca- esas luchas para buscar una relativa democrati-
sión de destilar los más encostrados prejuicios
señoriales contra el indio, para oponerse, en 28 Guillermo Billinghurst, rico comerciante, nacido
nombre del progreso, a una educación dirigida en Iquique cuando era aún territorio peruano, y
a las capas populares, reclamando una educa- educado en Santiago y Valparaíso, fue alcalde de Lima y
ción elitista e intelectualista. presidente del Perú (1912-1914). Candidato anticivilista
Fue sin duda debido a esta debilidad social y de ideología populista y modernista, comandó el
primer movimiento de las masas de las capas medias y
política de la burguesía peruana y de sus ideó- populares de Lima, para imponer su candidatura contra
la negativa oficialista, en un gran mitin callejero en que,
con el lema del “pan grande”, las masas expresaban
su protesta contra la severa situación económica bajo
26 De Manuel Vicente Villarán, los ensayos reunidos la crisis de ese momento, y hacían su ingreso en una
en Estudios sobre la educación nacional (Lima, 1922); orientación antioligárquica que se clarifica y consolida
de ellos, principalmente: “Las profesiones liberales en desde entonces. Bajo su fugaz gobierno hizo algunas
Perú”; “El factor económico en la educación nacional” concesiones al movimiento obrero, legalizando las
(Lima, 1905). huelgas y sindicatos, lo que acarreó su caída por un
27 De Alejandro Deustua, introductor de la filosofía golpe militar dirigido por Benavides. Véase: Basadre,
de Bergson y de los neohegelianos italianos en el Perú, Jorge Historia, op. cit., t. VIII; Quijano, El Perú en la
acerca de este problema véase sus ensayos en La crisis de los años treinta, op. cit. No hay hasta ahora
cultura nacional (Lima, 1937). ningún estudio específico sobre Billinghurst.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 351

zación del Estado. Y, por supuesto, fue rápida- con las luchas políticas por la democratización
mente derrotado. del Estado en las movilizaciones que impusie-
En esas condiciones, ningún puente ideoló- ron la candidatura de Billinghurst, bajo cuyo
gico y político podía ser establecido entre el fugaz gobierno lograron las primeras leyes de
naciente movimiento obrero y popular en las reconocimiento sindical. Y tras la caída de ese
ciudades y en los latifundios capitalistas de régimen, se desarrollaron hasta imponer la le-
la costa y las fracciones modernizantes de la galización de la jornada de 8 horas, y su prime-
burguesía, para cualquier tentativa exitosa de ra central sindical en 1919, cuando ya la gene-
democratización de las bases y la estructura ración joven de los intelectuales de las capas
institucional del Estado. Y las capas medias de medias ingresaba también en la lucha por la
profesionales e intelectuales que iban amplián- democratización de la educación superior, y el
dose gradualmente, vagamente, orientadas en conflicto dentro de la burguesía se resolvía en
esa dirección, comenzaban a ser empujadas a favor de su fracción más proimperialista, pero
colocarse políticamente más cerca del movi- también menos señorialista29.
miento obrero y popular que del establishment La implantación del capital en su fase mono-
oligárquico. Y después de la crisis de mediados pólica durante esas décadas, había ido reconfi-
de la segunda década de este siglo, frustrada gurando las bases de la estructura de la socie-
la posibilidad de Billinghurst, las tendencias en dad peruana, a través de una compleja combi-
esa dirección se consolidaron. nación con la expansión del latifundio señorial.
Aunque sin una relación orgánica con las Eso implicaba que en el mismo momento en
luchas del campesinado contra la expansión que se desarrollaban las luchas campesinas
del gamonalismo, las del naciente proletariado contra los terratenientes, estuvieran ya en esce-
y de las capas medias y populares urbanas se na las luchas obreras bajo orientación anarquis-
desarrollaban paralelamente en esas primeras ta y anarcosindicalista. Y mientras el Estado, en
décadas. Desde la primera gran huelga de los representación de la asociación contradictoria
“braceros” de Chicama en 1912, las luchas por
la sindicalización y la legalización de la jor-
29 Véase, de Sulmont, Denis 1975 El movimiento obre-
nada de 8 horas, se hicieron más fuertes y se
ro en el Perú: 1900-1956 (Lima: Universidad Católica
generalizaron. Encontraron un punto de unión de Lima).
352 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de intereses de aquellas clases dominantes, se El desarrollo de las luchas obreras conver-


enfrentaba a esa doble vertiente de las luchas gió, después de la guerra, con las luchas inicia-
de clases de los dominados, al interior de la les de las capas medias intelectuales por la de-
burguesía se iba produciendo una diferencia- mocratización de la educación y en esa coyun-
ción política que se resolvería por el triunfo de tura, ya bajo el impacto de la onda de expan-
las fracciones más ligadas a los intereses de sión internacional del socialismo, producto de
la burguesía imperialista norteamericana, que las luchas europeas y de la Revolución Rusa,
asentaba su hegemonía sobre la británica tras la en 1918 surgieron los primeros brotes de una
guerra del 14-18. Y del mismo modo, al interior versión pequeño-burguesa del socialismo, in-
de los terratenientes señoriales, sus sectores fluyendo sobre algunos intelectuales y obreros.
ligados más directamente al capital comercial, En cambio, el positivismo liberal cedía,
iban apareciendo aliados a las fracciones bur- en ese mismo momento, su puesto rector en
guesas vencedoras, en el condominio inmedia- la ideología burguesa en favor del idealismo
to del Estado. El golpe de Estado de Leguía en bergsoniano, acogido entusiastamente por
1919, y la política estatal de la década siguiente, los representantes intelectuales de las frac-
la desintegración de los partidos históricos de ciones burguesas que perdían terreno en la
burgueses y terratenientes, así como el debate lucha por la hegemonía30, y esa tendencia fue
ideológico nacional, fueron una cabal expre-
sión de esas tendencias y conflictos.
De un lado, el radicalismo burgués del pri- 30 Principalmente Deustua y Belaúnde, ya citados. Y
mer González Prada evolucionó al anarquismo, José de la Riva Agüero; los dos últimos prologuistas y
y formó parte de esa corriente ideológica en las comentadores de la tesis de Mariano Iberico, La filo-
sofía de Enrique Bergson, presentada en San Marcos
luchas y organizaciones del proletariado fabril,
en 1916. Iberico fue diputado por la derecha y por la
semifabril y rural. La posta de ese radicalismo izquierda intelectual en el Perú, antes de 1930. En 1926,
burgués, que la propia burguesía no recogió ni Mariátegui le publicó, en su Editorial Minerva, El nuevo
amparó, será, después de 1919, tomada y rede- absoluto, en el cual Iberico defendía el vitalismo berg-
finida como corriente “antioligárquico-naciona- soniano como base filosófica del socialismo, desde que
éste tenía una vocación redentora y en “su profundo
lista” por las capas medias nuevas que se recla-
sentido, es una voluntad religiosa”, posición que fue ex-
maron herederas del primer González Prada. plícitamente comentada y apoyada por Mariátegui en
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 353

consolidándose en la década siguiente, como tan hijo de su tiempo, como de su propia fuerza
reacción frente al régimen leguiísta que había para dominarlo.
llegado al poder enarbolando los señuelos del Al caracterizar su etapa anterior a su viaje
progreso y de la modernización, caros al posi- a Europa en 1919 como su “edad de piedra”,
tivismo, que utilizaba desde el poder a algunos Mariátegui estableció una separación de su his-
de los intelectuales positivistas, pero que, al toria vital en dos grandes etapas. Y, de modo
mismo tiempo, rebajaba los ideales positivis- general, esa división es admisible31.
tas a una función de taparrabo de una política No hay duda, en efecto, de que su estancia
de venalidad, de corrupción, de arribismo y europea fue crucial para el desarrollo de Ma-
despotismo. riátegui en todos los órdenes de su experiencia
Esa situación ayuda a explicar por qué, en la personal. Allí hizo su primer aprendizaje mar-
década siguiente, el idealismo vitalista de inspi- xista, decidió consagrar su vida al socialismo
ración bergsoniana será utilizado contra el po- revolucionario en el Perú, encontró a la compa-
sitivismo, simultáneamente desde la derecha y ñera de su vida y universalizó su horizonte de
desde la izquierda. ideas y emociones. Es cierto, igualmente, que
de entonces arranca lo fundamental de su obra
y de su influencia en la historia peruana.
Las principales etapas No obstante, fue también el propio Mariáte-
de Mariátegui gui quien se encargó de recordar el significado
de su labor anterior a esa fecha, particularmen-
Ese complejo escenario histórico fue el que
produjo a Mariátegui y que desde 1918 en ade-
31 Ese juicio de Mariátegui ha influido en sus he-
lante fue también en parte su producto. Pues
rederos familiares, que hasta ahora no publican
nadie como él, en el Perú, fue simultáneamente sus escritos anteriores a 1919, en las llamadas OC,
y en sus biógrafos como Rouillon, ya citado. Diego
Messeguer ha trazado recientemente, en un exten-
“25 años de sucesos extranjeros”, publicado ese mismo so estudio sobre Mariátegui, una periodización más
año e incorporado después en: Historia de la crisis próxima a la realidad. Véase: Messeguer, Diego 1974
mundial en Obras completas (Lima: Amauta, 1959; Vol. José Carlos Mariátegui y su pensamiento revolu-
VIII); denominadas, en adelante, OC. cionario (Lima: IEP).
354 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

te en los años inmediatamente previos32. Y, en Repliegue físico y aventura


verdad, si la experiencia europea maduró y intelectual: 1894-1914
redefinió sus opciones personales, fue sobre
la base de una orientación establecida ya, en Mariátegui era el segundo de tres hijos sobrevi-
lo fundamental, antes. Si bien son perceptibles vientes, de un inestable matrimonio entre Fran-
rupturas significativas entre ambas etapas, par- cisco Javier Mariátegui, limeño, de familia terra-
ticularmente en su pensamiento político, en teniente encumbrada, nieto de un conocido ideó-
otros planos se trata más bien de afirmamien- logo liberal del mismo nombre, y de María Ama-
tos y desarrollos. lia Lachira, campesina del pueblo de Sayan, en
Por eso, aunque no se trata aquí de recons- la sierra Norte de Lima. No conoció a su padre33.
truir su biografía, es necesario, especialmente Cuando tenía ocho años, en 1902, a su po-
para el lector no peruano, sumarizar brevemen- breza material y a la ausencia paterna, le so-
te las principales etapas del desarrollo del pen- brevino una enfermedad que dejó baldada para
samiento mariateguiano. siempre su pierna izquierda, inmovilizándolo
durante una larga convalecencia.
En el ambiente religioso de su familia, esa
32 En comunicación enviada a la Primera Conferencia enfermedad reforzó probablemente en el niño
de Partidos Comunistas de América Latina, en junio de
1929, Mariátegui señala: “[…] el tratado de Mariátegui Mariátegui su adhesión religiosa, dando lugar
con los tópicos nacionales no es, como algunos creen, al desarrollo de inclinaciones místicas. Y, al
posterior a su regreso de Europa [...] no hay que olvidar mismo tiempo, el repliegue forzoso consigo
que a los catorce o quince años, empezó a trabajar en mismo le permitió iniciar la lectura de la pe-
el periodismo y que, por consiguiente, a partir de esa queña biblioteca dejada por su padre antes de
edad tuvo contacto con los acontecimientos y cosas
del país, aunque para enjuiciarlos carecía de puntos eclipsarse del todo del hogar, y comenzar su
de vista sistemáticos”. En esa carta consigna su revista formación autodidacta procurándose ávida-
Nueva Época y su periódico La Razón, así como su mente material de lectura. Su inquietud des-
participación en la huelga obrera de 1919. Véase el atada lo llevará poco después a estudiar fran-
texto respectivo en: Martínez de la Torre, Ricardo 1949
(1947) Apuntes para una interpretación marxista de
la historia del Perú (Lima: Empresa Editora Peruana,
Vol. 4, T. II: 403). 33 Rouillon, La edad de piedra, op. cit.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 355

cés por su cuenta. Por la misma época comen- redacción del periódico y a partir de 1914 co-
zaría también a escribir sus primeros versos34, menzó a publicar con el seudónimo de Juan
de contenido místico-religioso. Croniqueur.
Esa experiencia infantil, de pobreza y de Juan Croniqueur, autodidacta de vasta y va-
ausencias, de enfermedad y de inactividad ria lectura, principalmente literaria, espíritu
física, de soledad y de melancolía, de reli- crítico aún sin derrotero y temperamento artís-
giosidad y de poética mística, de inquietas e tico, estación de un viaje hacia la identidad so-
interrogadoras lecturas, es sin duda funda- cial y personal, peregrina un tiempo, entre los
mental para la comprensión de la obra adul- 20 y 23 años, entre la influencia de D’Annunzio
ta mariateguiana. Cómo no ver allí el origen y el esteticismo, la incursión por el mundo de la
de los resortes emocionales que atravesarán sociedad oligárquica, en su calidad de cronista
permanentemente una parte de su desarrollo, hípico y social (hasta llegó a dirigir El Turf),
y en especial esa tensión de agonista entre la crónica literaria, retiros espirituales y poe-
una concepción metafísica de la existencia, sía místico-sensual, y todavía, el mismo año de
alimento de una voluntad heroica de acción, la Revolución Rusa, organiza con otros perio-
y las implicaciones necesarias de la adhesión distas de la bohemia provinciana de Lima una
al marxismo, que caracterizan gran parte de sesión de danza en el cementerio para Norka
su pensamiento. Ruskaya, con el consiguiente escándalo de la
beatería limeña.
Mariátegui, pues, estaba entonces princi-
Del colonialismo a la crítica palmente ocupado en explorar sus posibilida-
social y política: 1914-1919 des de encontrar un lugar en el establishment
social y cultural. Eran, sin embargo, los años
Mariátegui entró como obrero alcanza-rejones de la crisis y de la guerra mundial, del encres-
al periódico La Prensa, en 1909, y fue subien- pamiento de las luchas de clases en Europa,
do de posición hasta que en 1913 asumió la y en el Perú la etapa de intensificación de las
luchas obreras, del creciente descontento de
las nuevas capas medias, y la agudización del
34 Op. cit., p. 70. debate y del conflicto político dentro de las
356 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

clases oligárquicas. Hasta 1916 no parecen ha- y su generación, a la crítica de la sociedad y


ber registros del impacto de esos procesos en del Estado.
Mariátegui. Y no obstante, fue en el curso de No en vano Valdelomar había sido secretario
esa etapa y sobre todo después de esa fecha, de Billinghurst durante su campaña a la presi-
que fue despertando en él la preocupación por dencia de la República, que pudo triunfar so-
las cuestiones políticas y sociales, agudizándo- bre los hombros de una inmensa movilización
se su mirada crítica de la sociedad, lo que irá popular anticivilista. Y Mariátegui, a la sazón,
apareciendo inclusive en sus crónicas de tono ya había conocido a González Prada y era ami-
levemente irónico sobre temas banales. go de su hijo, poeta también, Alfredo González
En 1916, con César Falcón, Félix del Valle Prada. Y en ese mismo año, Mariátegui publi-
y bajo la dirección de Abraham Valdelomar, ca en La Prensa un artículo comentando iró-
sus compañeros de La Prensa, funda la revista nicamente una conferencia de Riva Agüero, y
Colónida, de la que se publicarán cuatro nú- defendiendo el modernismo literario contra el
meros y en los cuales Mariátegui colabora con academicismo. Riva Agüero ya era, en ese mo-
su producción literaria. Años después, sos- mento, uno de los más destacados intelectua-
tendrá que cuando colabora en Colónida era les de los grupos más señoriales de la coalición
aún un “literato inficionado de decadentismo oligárquica en el poder, y que ya en 1915 había
y bizantinismo finiseculares”35. Eso era aún, en fundado el Partido Nacional Democrático y
efecto. A pesar de ello, Colónida representaba el movimiento “futurista”, como parte de una
ya el ingreso, aunque vacilante y confuso, de orientación de abandono del positivismo y de
un nuevo estado mental que portaba una gene- repliegue en un idealismo reaccionario de raíz
ración intelectual heredera de las enseñanzas bergsoniana. Enjuiciando una década después
de González Prada, que aprendía a rechazar la ese movimiento “futurista”, Mariátegui lo se-
presencia de la engolada mentalidad señorial ñalará como un movimiento de “restauración
y su academicismo. Y la actitud crítica en la colonialista y civilista en el pensamiento y en
literatura, pronto se extenderá, en Mariátegui la literatura del Perú”36.

35 “Carta a Samuel Glusberg” (OC, Vol. II) 36 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana
contracarátula. (Lima: Amauta, 1968) 13a edición, p. 216.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 357

Fue, sin embargo, otro hecho lo que contri- de las fracciones más señorialistas, tres años
buyó a despertar su interés político y al aban- después, con el golpe de Leguía. Eran también
dono de la negación de la política que era una los años de la prédica wilsoniana, cuyos ecos
de las marcas de la experiencia colónida. A resonaban también en el Perú, junto con los de
mediados de 1916, la oposición leguiísta con- las tempestades políticas europeas, particular-
tra el régimen de José Pardo (1915-1919), y con mente el triunfo de la Revolución Rusa, y los
la participación de las corrientes que apoya- primeros impactos de la Revolución Mexicana,
ron a Billinghurst, fundó un nuevo periódico, mientras se extendían las luchas obreras y la
El Tiempo, y Mariátegui renunció a La Prensa influencia del anarquismo y el anarco-sindica-
para incorporarse al nuevo diario. Allí fue en- lismo, y los jóvenes de las nuevas capas medias
cargado de la crónica parlamentaria, que ejer- intelectuales iniciaban su enfrentamiento a la
ció hasta 1919. educación oligárquica en la Universidad.
A pesar de que en los dos años siguientes, En la redacción de El Tiempo convergían las
Mariátegui todavía intensificará sus incursio- corrientes positivistas liberales, de leguiístas y
nes en el mundo oligárquico, escribiendo cróni- billinghuristas, y más débilmente la influencia
cas sociales e hípicas, y mantendrá su adhesión del gonzález-pradismo y las primeras ideas so-
religiosa escribiendo sobre temas costumbris- cializantes.
tas y religiosos (inclusive ganó en 1917 el pre- La influencia de esta atmósfera puede regis-
mio de la Municipalidad de Lima, por su artícu- trarse en la creciente ironía de las crónicas de
lo “La Procesión tradicional”), la concurrencia Mariátegui, en la nueva seguridad de su prosa
a los debates parlamentarios fue, seguramente, de tono polémico, presumiblemente también
una puerta de entrada a la observación y a la en la medida en que su conocimiento de la
reflexión sobre los problemas político-sociales fauna oligárquica, en su calidad de cronista de
del país y del mundo, tan intensamente agita- publicaciones como El Turf y Lulú, le iba reve-
dos en esos mismos años. lando una realidad que ya era capaz de mirar
El Parlamento peruano de esos años era el como indeseable.
escenario en que se debatían las opciones ideo- Por ello, desde 1917, la casi totalidad de su
lógicas y los conflictos políticos dentro de la producción de periodista en El Tiempo, apare-
coalición dominante, poco antes de la derrota ce ya consagrada exclusivamente a los temas
358 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de la política nacional y ahora observada ya de El Tiempo, en cuyos talleres se imprimía


también desde fuera de los debates parlamen- Nuestra Época, y maltrata físicamente al inde-
tarios. El periodismo comienza en Mariátegui fenso y débil autor.
a convertirse en un vehículo de expresión de Poco después, los redactores de Nuestra
una nueva mirada crítica de la sociedad, como Época y otros de la misma tendencia se agru-
para varios de sus compañeros de redacción, pan en el Comité Organizador del Partido So-
y principalmente César Falcón, Félix del Valle cialista. Uno de los miembros más influyentes,
y otros, ganados según parece antes que Ma- Luis Ulloa, propone convertir ese grupo en
riátegui al interés por las luchas sociales y las partido, lo que Mariátegui y Falcón rechazan,
ideas socialistas, y que probablemente ejer- apartándose del grupo.
cieron una importante influencia sobre él en Las inevitables dificultades resultantes de
esos años. esos hechos, con los directores de El Tiem-
Como la orientación de El Tiempo ya les re- po, empujan finalmente a Mariátegui y Falcón
sulta muy moderada, a mediados de 1918 todos a fundar el periódico La Razón, en mayo de
ellos se agrupan para publicar la revista Nues- 1919. Es el año y el mes de la gran huelga obre-
tra Época, como vocero de una tendencia so- ra por las 8 horas y el abaratamiento de las sub-
cializante, inspirada en las ideas y en el modelo sistencias, y, al mismo tiempo, del movimiento
de la revista España, que en ese país dirigía abierto de los estudiantes de San Marcos por la
Luis Araquistain y donde colaboraba una parte reforma universitaria, secuencia del movimien-
de la generación del 98. Unamuno entre ellos. to de Córdoba, del año anterior. Es, también, el
La orientación ideológica y vital de José año del golpe de Leguía.
Carlos Mariátegui comienza a definirse. Y no La Razón apoya enérgicamente ambos mo-
tardará en pagar sus primeras consecuencias. vimientos, obrero y universitario, y de cierto
Tras la publicación en esa revista de su artí- modo toma parte en la campaña leguiísta. El
culo “Malas tendencias: el deber del ejército gobierno de Pardo apresa a los dirigentes de la
y del Estado”, defendiendo la idea de emplear huelga obrera, pero poco después Leguía, y ante
más los recursos fiscales en la promoción de la extensión de la misma, se ve obligado a libe-
la educación y del trabajo, en lugar de armas, rarlos. La gran manifestación obrera que celebra
un grupo de oficiales llegará hasta la redacción ese hecho, llegará hasta las puertas del periódi-
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 359

co, aclamando a Mariátegui, que tuvo que pro- pa. Se dice que ese gesto de Leguía se debió
nunciar un discurso desde el balcón del local. al hecho de estar casado con una parienta de
Mariátegui ha entrado, finalmente, en la lucha Mariátegui, por la rama paterna37. Y en esas
política al lado del naciente proletariado, orien- gestiones familiares, sin duda influía el hecho
tándose hacia el socialismo. Sus ideas socialis- de ser ya Mariátegui un escritor e intelectual de
tas, en ese momento, corresponden aún, en ri- renombre en el país.
gor, a una orientación democrática radicalizada En octubre de 1919, Mariátegui partió con
por elementos socializantes. Pero está formada destino a Europa. Después de una breve escala
la base de su posterior afirmación socialista re- en Nueva York, llegó a Francia primero y fue
volucionaria; y el piso emocional de su tempera- a fines de ese año a radicarse en Italia. Tenía
tura de combate, está liberado de sus afanes de 25 años.
esnobismo aristocratizante y esteticista.
Al arreciar el movimiento de los estudiantes
reformistas, chocando con el rápido repliegue La experiencia europea y el
del régimen de Leguía desde su inicial prédica aprendizaje marxista: 1919-1923
democrática hacia el despotismo pro imperia-
lista que fue su marca, manteniéndose la movi- Mariátegui testimonió el impacto emocional
lización obrera, La Razón se enfrenta crítica- e intelectual de su breve estadía en la capital
mente a Leguía, hasta ser considerado por éste francesa. Con su experiencia de periodista
como un peligro para su régimen. Después de la parlamentario, no dejó de asistir a algunas se-
publicación de un editorial que denunciaba “el siones de la Cámara de diputados. Pero fue-
tinglado de la patria nueva”, en agosto de ese ron, sobre todo, el contacto personal con el
año, se prohíbe la circulación del periódico. grupo Clarté y principalmente con Henri Bar-
Leguía, a través de un emisario relacionado
con Mariátegui, ofrece a Mariátegui y a Falcón
optar entre la cárcel o un viaje a Europa en ca- 37 Rouillon, op. cit., pp. 308-310. Transcribe la resolu-
lidad de agentes de propaganda del gobierno ción gubernamental que autoriza al Consulado Peruano
en Génova, a pagar a Mariátegui un salario por su labor
peruano. Era en realidad, un poco disimulado
de “agente de propaganda periodística en Italia”, a par-
destierro. Ambos optaron por el viaje a Euro- tir de enero de 1920.
360 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

busse y Romain Rolland, y su asistencia a los A pesar de que París era la meca de la pere-
mítines obreros de Belleville, lo que retendrá grinación europea de la mayor parte de los inte-
en su memoria. lectuales y artistas latinoamericanos del perío-
Antes de salir del Perú había ya leído L’Enfer do, Mariátegui escogió Italia como sede de su
y leyó Le Feu apenas llegado a París. Poco des- experiencia europea. ¿Por qué Italia? Según Ba-
pués conoció personalmente a Barbusse en las zán, Mariátegui recordaba que “en París, su me-
oficinas de Clarté. El impacto debió ser recí- tro, su clima húmedo y los grises impertérritos
proco y se estableció una relación duradera. de su cielo llegaron a quebrantar mi salud. Me
Barbusse no lo olvidó y su huella fue intensa dirigí sin más hacia el sur. Hacia Italia, de donde
en Mariátegui38. De su contacto con el prole- me llamaba un viejo amigo mío, peruano”40.
tariado parisino en los mítines de Belleville, Dada la salud quebradiza de Mariátegui, esa
guardará una imagen impregnada de uno de explicación es seguramente real. Pero no fue
los temas recurrentes de la obra mariateguia- quizás la más importante. Después de todo, él
na posterior, la emoción religiosa: “Mis me- estaba habituado a los “grises impertérritos”
jores recuerdos son los mítines de Belleville, y a la humedad de Lima. Estuardo Núñez41 ha
donde sentí en su más alta intensidad el calor esclarecido bien que no fue circunstancial en-
religioso de las nuevas multitudes”, dirá más teramente la opción italiana de Mariátegui, de-
tarde a uno de sus biógrafos39. mostrando la influyente presencia de la cultura
italiana en el Perú, a comienzos del siglo XX, y
la relativa familiaridad que Mariátegui y sus ami-
38 Bazán, Armando 1939 Mariátegui y su tiempo
gos más cercanos ya tenían con ella. Valdelo-
(Santiago: VVV); allí consigna que Barbusse se refería a
Mariátegui como “una nouvelle lumière de l’Amerique, mar, que había ejercido notable influencia en la
un specimen nouveau de l’homme americain” (p. 14). orientación inicial de las actividades literarias y
39 Bazán (1939: 71). En la edición de 1969, Vol. XX de estéticas de Mariátegui, ya había residido en Ita-
las OC de Mariátegui, ese texto ha sido cambiado por
el siguiente: “mis mejores recuerdos son los mítines
de Belleville, donde sentí en su más alta intensidad la
emoción social revolucionaria de las nuevas multitudes” 40 Bazán (1939: 71).
(p. 56), lo que es evidentemente una falsificación contra 41 Núñez, Estuardo “Prólogo” a Cartas de Italia (OC,
el espíritu de Mariátegui. Vol. XV) op. cit.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 361

lia en la preguerra y publicó también unas Car- Cuando Mariátegui llega a Italia, al fin del
tas de Italia, como lo hará después Mariátegui, año 1919, el país estaba sacudido por una gra-
aunque sobre una temática totalmente distinta. ve crisis económica, sobre cuyo piso se en-
Y un personaje como Riva Agüero, tan antitéti- frentaban las masas obreras y los capitalistas,
camente opuesto a Mariátegui, social e ideoló- poniendo en crisis el liberalismo tanto como
gicamente, coincidió con éste en Italia y juntos el socialismo, entre cuyas brechas ascendía el
caminaron en Roma, y no dejó de proclamar su fascismo. A ello se añadía un sentimiento de
adhesión a Italia, aunque por motivos políticos frustración, porque las expectativas de expan-
distintos. Riva Agüero se hará fascista. sión hacia los Balcanes habían sido bloquea-
Y puesto que la estadía en Italia tuvo una in- das por los resultados de la Paz de Versalles.
fluencia tan decisiva en la formación de Mariáte- Y ese sentimiento nacional de frustración, que
gui, en particular en el modo en que comenzó su sobre todo la pequeña burguesía italiana des-
encuentro con el marxismo, es oportuno señalar tilaba, era uno de los alimentos de la propa-
que el idealismo neohegeliano y el actualismo, ganda nacionalista y fascista, y en cuyo clima
de Croce y Gentile, ya estaban presentes en la habían brotado los oropeles de la prédica de
atmósfera intelectual peruana desde comienzos D’Annunzio, su famosa marcha sobre Fiume
de la segunda década de este siglo, inspirando, y su Constitución44, que tanta resonancia ten-
junto con Bergson, una de las corrientes filosófi- drían en el crecimiento del fascismo.
cas que, en ese entonces, debatía los problemas Mariátegui encontró aún el eco de la Consti-
de la cultura y de la educación en el Perú. Ale- tución d’annunziana y, apenas llegado, es sobre
jandro Deustua, tan influyente en esos años en ese tema que escribió (“El Estatuto del estado
la oposición contra el positivismo, había publi- libre de Fiume”), en su calidad de correspon-
cado La cultura superior en Italia ya en 191242, sal de El Tiempo, de Lima, en cuyas páginas
que el propio Mariátegui cita en sus 7 ensayos43. publicará sus observaciones europeas45. Como

42 Deustua, Alejandro 1912 La cultura superior en 44 Véase de Paris, Robert 1968 Les Origines du Fas-
Italia (Lima: Ediciones Rosay). cisme (París: Flammarion) pp. 64-66.
43 7 ensayos, p. 22. 45 Estuardo Núñez, op. cit.
362 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Bazán recuerda46, el poético inicio de la Cons- Es, sin embargo, en esos mismos años que
titución, no dejó de impactar en Mariátegui, está iniciando su formación marxista y absor-
d’annunziano en sus primeros pasos de escri- biendo la atmósfera política e intelectual del
tor: “La vida es bella y digna de ser bellamente debate marxista en Italia, y asistiendo como
vivida”, reclamaba el poeta y Mariátegui lo re- testigo privilegiado a las ocupaciones obreras
cordará años más tarde, señalando que en ese de las fábricas, a las vacilaciones y a las luchas
proyecto de Constitución existen elementos de internas del Partido Socialista Italiano y al na-
comunismo, de filiación utópica47. cimiento del Partido Comunista Italiano, en el
En su copiosa producción periodística como Congreso de Livorno (1921), donde quizás pudo
corresponsal de El Tiempo, puede notarse la conocer a Gramsci49. De allí, sin duda, no obs-
apasionada avidez con que Mariátegui vigila la tante el carácter periodístico de su indagación
política italiana y europea en general, preocu- de la escena europea, que sobre todo a partir
pado por los signos históricos de la coyuntu- de 1921 se aprecia la seguridad de su orienta-
ra más bien que en una interpretación teórica, ción y de su evaluación de los acontecimientos
como se reafirmará después, ya en el Perú, al políticos, la crisis de la democracia liberal y de
ordenar en un panorama global su visión de su ideología, la crisis de la socialdemocracia y
la crisis europea: “Pienso que no es posible el significado del fascismo, que son los temas
aprehender en una teoría el entero panorama dominantes de sus crónicas50.
del mundo contemporáneo. Que no es posible,
sobre todo, fijar en una teoría su movimiento.
49 No existe información concreta y eficiente acerca
Tenemos que explorarlo y conocerlo, episodio
de las posibles relaciones personales entre Mariátegui
por episodio, faceta por faceta. Nuestro juicio y y Gramsci. Su viuda afirma que se conocieron. En todo
nuestra imaginación se sentirán siempre en re- caso, es probable que Mariátegui haya visto a Gramsci
tardo respecto de la totalidad del fenómeno”48. en Livorno, con ocasión del Congreso del Partido
Socialista de Italia, y probablemente lo leyera en
L’Ordine Nuovo, que se publicaba ya cuando Mariátegui
residía en Italia.
46 Bazán, op. cit., p. 72.
50 Recopiladas principalmente en Cartas de Italia
47 La escena contemporánea (OC, Vol. I: 22). (OC, Vol. XV), La escena contemporánea (OC, Vol. I),
48 Op. cit., “Prólogo”. El alma matinal (OC, Vol. III), principalmente.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 363

En particular, su evaluación del fascismo y y, presumiblemente, el modo de su encuentro


de los factores que le dieron origen y que im- con el marxismo. Y, en particular, su relación
pulsaron su ascenso al poder, por la impoten- con Piero Gobetti, antiguo gentiliano, seguidor
cia del liberalismo y la crisis interna de la so- de Croce, y liberal radicalizado que colaboraba
cialdemocracia italiana, cuya mayoría adhería en L’Ordine Nuovo, la revista del ala comunis-
a una orientación reformista. Como lo señala ta del socialismo italiano, ejerció un impacto
uno de sus comentaristas51, Mariátegui es una reconocido y evidenciado por Mariátegui mu-
importante fuente para el estudio de la vida po- chas veces en su obra posterior. Asimismo, en
lítica italiana de esa etapa. Italia fue donde él se familiarizó con la obra
El año de 1921 parece haber sido el punto de Sorel, que tanta presencia llegó a tener en
de llegada a una nueva etapa, no solamente su concepción filosófica personal. Algunos,
personal, sino del pensamiento político de como Robert Paris, han sugerido también que
Mariátegui, pues entonces ya se considera un el aire de movimiento épico y heroico que el
marxista: “desposé una mujer y algunas ideas”, mussolinismo fungía incorporar a la atmósfera
afirmará más tarde acerca de su experiencia emocional italiana, habría tenido alguna par-
en ese momento. te en la evolución del sentido mítico-heroico
La atmósfera cultural e ideológica italiana presente en la concepción mariateguiana de
de esos años, muy influida por la obra de los fi- la existencia y atribuible también a algunos re-
lósofos neohegelianos y actualistas como Cro- volucionarios italianos formados en ese perío-
ce y Gentile, el primero de los cuales contaba do52. Italia, pues, fue una estación decisiva en la
con la admiración de muchos de los ideólogos
marxistas más importantes del debate italiano
52 Paris, Robert 1973 “El marxismo latinoamerica-
de ese momento y al que Mariátegui conoció
no de Mariátegui” en El marxismo latinoamericano
personalmente, enmarcó e impregnó de modo de Mariátegui (Buenos Aires: Ediciones Crisis). De
importante el desarrollo de los estudios de éste este autor, véase también: “Mariátegui, un ‘sorelis-
me’ ambigue” en Aportes (París) N° 22. 178-184, 1977;
Paris, Robert 1967 “Mariátegui e Gobetti” en Centro
51 Melis, Antonio 1971 “Mariátegui, primer marxista de Studi Piero Gobetti (Torino) Quaderno 12: 3-13.; y su
América” en Dessau, Albert; Kossok, Manfred y Melis, “Preface” a la edición francesa de los 7 ensayos (Pa-
Antonio Tres estudios (Lima: Biblioteca Amauta). rís: Maspero).
364 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

formación de Mariátegui, intelectual, política y seguro de que Alemania sería pronto el segun-
emocionalmente, llegando a ser un permanen- do país soviético de Europa, estimulado por la
te punto de referencia de su visión de los pro- atmósfera política de las calles de Berlín y las
blemas. Recorrió sus principales ciudades, se huelgas renanas54. En marzo de 1923, se embar-
familiarizó con su acervo histórico y cultural, có de regreso al Perú.
se vinculó a algunas de las figuras del primer
plano intelectual y político del país, reorgani-
zó su tesitura personal sobre el mundo y pudo De regreso en el Perú: dos etapas
adquirir allí las bases de su prodigioso y vital
aliento de agonista. A comienzos de 1922, poco En la labor de Mariátegui en el Perú, desde
antes de abandonar Italia, acordó con algunos el 18 de marzo en que llega, hasta el 16 de abril
peruanos su decisión de iniciar la acción socia- de 1930, fecha de su muerte, pueden recono-
lista en el Perú. Entre marzo de 1922 y marzo cerse dos etapas principales:
de 1923, Mariátegui recorrió Alemania, Austria,
Hungría, Checoslovaquia y, brevemente otra 1) 1923-1928. Cuando Mariátegui llega al Perú,
vez, Francia. De ese periplo da cuenta en sus el movimiento de la reforma universitaria y el
crónicas, impactado por la crisis social y políti- movimiento obrero ya han avanzado en la rela-
ca del continente, afirmándose en su adhesión ción iniciada con motivo de las huelgas de 1919
a la necesidad de una revolución socialista, y la iniciación de la lucha por la reforma uni-
su rechazo del reformismo socialdemócrata versitaria. Acordadas por el Congreso de Estu-
y la para él declinación y crisis final de la de- diantes del Cusco en 1920, bajo la presidencia
mocracia liberal y de la cultura occidental, ya de Haya de la Torre, ya están en funciones las
bajo la evidente influencia de sus lecturas de Universidades Populares González Prada, cuyo
Spengler53. No pudo llegar a Rusia, como era, propósito era desarrollar la formación intelec-
obviamente, su gran deseo, por las dificultades tual de los obreros, permitiendo también la for-
de salud de su mujer y de su hijo. Pero estaba mación de lo que González Prada había recla-

53 Bazán, op. cit. 54 Bazán, ibíd.


José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 365

mado antes, un Frente Único de Trabajadores año, Mariátegui inicia un ciclo de conferencias
Manuales e Intelectuales. sobre la crisis mundial56, con lo cual comienza
Entretanto, el gobierno de Leguía, tras un su propaganda socialista entre los obreros, y el
breve inicio populista, ya ha hecho ostensible su debate, cauteloso al comienzo, con el anarco-
viraje hacia el despotismo y hacia el entreguis- sindicalismo dominante entre los obreros poli-
mo a la dominación imperialista norteamerica- tizados hasta entonces.
na. Y ese movimiento de obreros y estudiantes Y cuando en octubre de ese año, el gobier-
está enfrentado a esa política. Un mes después no de Leguía pasa a una represión sistemática
de la llegada de Mariátegui, oponiéndose a una contra los líderes de ese movimiento y Haya y
ceremonia de consagración del Perú al “Cora- otros son deportados, Mariátegui asume la di-
zón de Jesús”, decretada por Leguía, una tumul- rección de Claridad, la revista que bajo direc-
tuosa manifestación de obreros y estudiantes se ción de Haya venía iniciando el debate ideoló-
enfrenta, el 23 de mayo, a la represión policial, gico contra el régimen de Leguía. Y, al mismo
muriendo un obrero y un estudiante. Durante tiempo, comienza a colaborar en Variedades,
esa manifestación, el dinamismo y la oratoria y en Mundial, revistas de orientación liberal,
de Haya de la Torre lo llevan al comando de la donde sus temas dominantes serán, por varios
movilización55. Mariátegui no quiso participar años, el fascismo y la Revolución Rusa, las
en ese acto, por considerarlo ineficaz y circuns- principales figuras de la política europea y las
tancial. Haya y sus seguidores, considerarán tendencias de la literatura y el arte europeo.
después, que esa manifestación fue el bautismo Mientras procura no enfrentar abiertamen-
político del Frente Único de Trabajadores Ma- te al régimen de Leguía, de otro lado, sin em-
nuales e Intelectuales, que daría origen al APRA. bargo, se dedica a intensificar sus contactos
Poco después, sin embargo, Haya invitó a con los obreros, y es encarcelado por breve
Mariátegui a participar en las Universidades tiempo, en enero de 1924. Aún está tratando
Populares González Prada. Y en junio de ese de no chocar abiertamente con las corrientes
anarco-sindicalistas y con la naciente influen-
55 Basadre, Jorge 1931 Perú: Problema y posibilidad.
Ensayo de una síntesis de la evolución histórica del
Perú (Lima: Librería Francesa Científica). 56 Historia de la crisis mundial (OC, Vol. VIII).
366 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

cia democrático-nacionalista en el medio obre- Funda la Editorial Minerva para publicar una
ro, como aparece en su mensaje a los obreros serie de libros nacionales y extranjeros desti-
por el 1° de Mayo de 192457, donde insiste en nados a desarrollar la atmósfera intelectual y
que “somos todavía pocos para dividirnos” y anímica que permita romper la influencia ideo-
llama a orientarse por un programa de Frente lógica oligárquica sobre la nueva generación
Único, siguiendo claramente las decisiones del de intelectuales y artistas. En 1925 publica su
III y IV Congreso de la III Internacional58, sobre colección de ensayos sobre la Escena contem-
el Frente Único Proletario entre los revolucio- poránea, y comienza a estudiar concretamente
narios y el frente Único Antiimperialista con la historia económica-social y política peruana
las corrientes nacionalistas, aunque la idea del y su realidad de entonces, y para poder tener
partido y la autonomía política del socialismo una tribuna propia para todo ese vasto proyec-
revolucionario sobre esa base, en lo cual insis- to, funda en 1926 la revista Amauta, tan cen-
ten también las resoluciones de la III Interna- tral en su influencia sobre su tiempo peruano
cional antes de 1924, no están presentes. y latinoamericano. Amauta fue, durante esa
A fines de mayo de 1924, recrudece su anti- etapa, vehículo de debate con la ideología oli-
gua enfermedad y se le amputa su pierna de- gárquica, en frente único con el nacionalismo
recha, hasta entonces no afectada. Desde en- democrático radical del APRA y Haya de la
tonces quedará fijado a una silla de ruedas. Su Torre, y antena alerta a todos los movimientos
inagotable coraje le permitirá sobreponerse a intelectuales y artísticos de su tiempo, dentro y
ello, y mantener una activa producción perio- fuera del Perú.
dística e intelectual en plena convalecencia y
hacer aún más intensa su actividad posterior59. 2) A partir de 1928, hasta su muerte, la labor de
Mariátegui es marcada, ante todo, por el desa-
rrollo y maduración de su pensamiento político
57 Martínez de la Torre, op. cit., p. 46. y sus trabajos de organización sindical y políti-
ca del proletariado peruano.
58 Traducidas al español en “Los cuatro primeros
congresos de la Internacional Comunista” en Cuadernos En el primer terreno, definido ya el APRA
de pasado y presente (Buenos Aires) N° 47, 1973. como una alternativa distinta y opuesta a la
59 Bazán, op. cit., p. 104. III Internacional en América Latina, mien-
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 367

tras al propio tiempo la orientación de ésta rencia Comunista Latinoamericana de Buenos


sufre un brusco viraje después de la derrota Aires, en junio del mismo año.
de la Revolución China en 1927, Mariátegui Imposibilitado por su enfermedad de concu-
entra en polémica con el APRA y decide la rrir a estos dos eventos de la III Internacional,
creación del Partido Socialista del Perú, rom- Mariátegui envía con una delegación documen-
piendo con el APRA y con Haya de la Torre60. tos sobre el problema indígena, la situación
Paralelamente polemiza con el revisionismo política y las tareas sindicales del movimiento
de Henri de Man, escribiendo su Defensa del obrero, para la reunión de Montevideo, y Pun-
marxismo y el mismo año de 1928 publica to de vista antiimperialista y El problema de
sus 7 ensayos. las razas en América Latina, escrito en cola-
Al propio tiempo, organiza la Confederación boración con Hugo Pesce, para la reunión de
General de Trabajadores del Perú y comienza la Buenos Aires. Y, especialmente en esta última,
publicación del periódico Labor para los fines su posición política expresada en esos docu-
de la propaganda socialista entre los obreros. mentos, así como su concepción del partido
El año siguiente, 1929, marca el comienzo y del carácter y el programa estratégico de la
de una etapa crucial en el desarrollo del pen- revolución peruana, entran en fuerte polémica
samiento revolucionario de Mariátegui, que su con la dirección oficial de la III Internacional
muerte interrumpirá. En efecto, su designación en esa reunión61, iniciándose así una etapa en la
como miembro del Consejo General de la Liga cual, al mismo tiempo, Mariátegui y su Partido
contra el Imperialismo, organismo de la III In- Socialista del Perú entran a formar parte de la
ternacional, en el segundo congreso de Berlín, III Internacional, y abren una polémica funda-
a comienzos del año, formaliza su vinculación mental con la dirección oficial de aquella.
orgánica con la III Internacional. En tal calidad, Las dificultades políticas de Mariátegui con
su grupo es invitado al Congreso Constituyente el despotismo de Leguía se hacen más graves.
de la Confederación Sindical Latinoamericana Al ser clausurado su periódico Labor, decide,
de Montevideo, en mayo, y a la Primera Confe- a fines de año, preparar su viaje a Buenos Ai-

60 Martínez de la Torre, op. cit., pp. 272 y ss. 61 Op. cit., pp. 402 y ss.
368 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

res, para ir a establecerse allí, contando con las lucionario no pudieron contar con la lucidez de
previas gestiones de Waldo Frank y de Samuel su conductor, mientras la dirección del partido
Glusberg. Pero el empeoramiento de su salud que él organizara era asumida, precisamente,
se lo impedirá. Su actividad no cesa, sin embar- por la tendencia contra la cual él había iniciado
go, hasta su muerte el 16 de abril de 1930. una polémica fundamental y que ahora abando-
Las banderas rojas de los sindicatos obre- naba lo medular del pensamiento de Mariáte-
ros, La Internacional en miles de voces, acom- gui, a la sombra de su propio nombre.
pañaron su féretro. El proletariado organizado La disputa por su herencia teórica y política
rindió homenaje a su primer dirigente socialis- y el debate sobre su pensamiento, se iniciaron
ta revolucionario, y después los intelectuales inmediatamente después de su muerte, entre
de América a uno de sus adelantados. el nacionalismo radical aprista de esos años y
los seguidores de la III Internacional, tercian-
do en ella los portavoces intelectuales de la
El debate sobre el pensamiento coalición oligárquica63.
y la obra de Mariátegui

Mariátegui muere en un momento crucial de la 63 En la revista Claridad, de Buenos Aires, se publi-


historia peruana, cuando los conflictos socia- caron, de la parte aprista, de Manuel Seoane, “Contra-
luces de Mariátegui”; de Luis E. Heysen, “Mariátegui,
les acumulados desde comienzos de siglo esta- bolchevique d’annunziano”; de Carlos M. Cox, “Re-
llan, bajo el impacto local de la crisis económi- flexiones sobre José Carlos Mariátegui”; fueron contes-
ca internacional, en la más grave crisis política tados por Armando Bazán, “La defensa de Amauta”; por
antes de la actual. Durante ella, revolución y Juan Vargas, “En defensa de José Carlos Mariátegui”;
y con un interesante debate sobre “Aprismo y Marxis-
contrarrevolución dominaron la escena nacio-
mo”, de Jorge Núñez Valdivia. Todos estos artículos es-
nal por primera vez de manera abierta, hasta la tán compilados en El marxismo latinoamericano de
derrota de los movimientos revolucionarios62. Mariátegui (Buenos Aires, 1973). Escritores liberales
El proletariado peruano y el movimiento revo- como Sanín Cano, Jesualdo y otros tomaron parte en
esos homenajes en Claridad, Repertorio Americano y
otras publicaciones. Sus artículos están incorporados
62 Véase de Aníbal Quijano, El Perú en la crisis de los al Vol. X de las OC. Por su parte, los adláteres perua-
años treinta, op. cit. nos del fascismo mussoliniano, se dedicaron a atacar a
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 369

Empero, después de la derrota del movimien- embargo, se había orientado resueltamente por
to popular revolucionario, y consolidado nueva- la línea de Mariátegui, en los años inmediata-
mente el poder oligárquico, a través de sucesivas mente anteriores a la muerte del Amauta, pero
dictaduras militares y civiles, el pensamiento de que después de la derrota de los años treinta
Mariátegui fue virtualmente enterrado durante fue cayendo bajo la influencia dominante del
casi treinta años, hasta que el nuevo desarrollo aprismo, que ya declinante llegó aún hasta me-
de las luchas de clases en el Perú y en el mundo, diados de los años sesenta.
y la crisis política de la dirección del movimien- La responsabilidad central en ese retroceso
to comunista oficial, lo han devuelto al primer político del proletariado peruano, debe cargar-
plano del debate político actual en el Perú, so- se ante todo a la orientación errónea e incon-
bre todo desde la década pasada. ducente que los seguidores de la III Internacio-
Si bien es verdad que la derrota del movi- nal estalinista imprimieron al pensamiento y a
miento revolucionario fue determinante en la práctica políticos del Partido Comunista Pe-
ese entierro, fue también la derrota de la di- ruano (nombre y carácter que el Partido Socia-
rección revolucionaria del proletariado y del lista del Perú, fundado por Mariátegui, asumió
socialismo revolucionario frente al APRA, un a su muerte), distintos y opuestos en aspectos
factor importante, que gravitó en el posterior esenciales respecto de las líneas principales
desarrollo del pensamiento social y político del programa estratégico que Mariátegui había
peruano hasta no hace mucho, oscureciendo la comenzado a desarrollar, en polémicas con la
memoria política de una clase obrera que, sin dirección oficial de la III Internacional, en el úl-
timo año antes de morir.
También, sin duda, la ignorancia acerca del
Mariátegui. Riva-Agüero publicó su “Origen, desarrollo
pensamiento y la acción mariateguianos, para
e influencia del fascismo en el Perú” en Revista de la
Universidad Católica de Lima, T. V, N° 30; haciendo la mayor parte de los miembros de las gene-
un encendido elogio del fascismo. Raúl Ferrero publi- raciones siguientes dentro y fuera de la clase
có Marxismo y nacionalismo (Lima, 1934), que es la obrera, durante toda esa etapa, fue mantenida
pieza ideológica más destacada del fascismo peruano. por el hecho de que sus herederos familiares
Y desde la tienda católica reaccionaria, V.A. Belaúnde
iniciaron con mucho retardo (1959), la publi-
publicaba La realidad nacional, op. cit., y Mario Alza-
mora Valdez, El marxismo filosófico (Lima, 1934). cación de la producción periodística, literaria,
370 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

sociológica y política de Mariátegui, hasta el blicar los textos correspondientes a su “edad


punto de que los textos políticos más impor- de piedra”, hasta 1919. Irónico destino para
tantes, y en especial los de su polémica con la quien fundó una editorial, cuyo prestigio actual
dirección latinoamericana oficial de la III In- proviene, precisamente, del masivo interés por
ternacional, no fueron publicados dentro de la la obra mariateguiana y que obliga a sucesivas
serie de sus Obras Completas, sino en 1969 y reediciones de cada uno de los volúmenes que
aun así de modo incompleto, ya que solamente se vienen publicando.
en las rápidas reediciones posteriores se han
ido exhumando otros materiales para el volu-
men respectivo64. Y aún no aparece uno de sus Las cuatro caras de un mito
textos fundamentales65, ni se han vuelto a pu-
En la ya extensa y engamada investigación so-
bre Mariátegui, no son todavía numerosos los
64 En la edición de 1977, han sido incorporados dos esfuerzos de una reconquista crítica de lo que
nuevos materiales, que precisan la visión mariateguiana en su pensamiento sigue teniendo la vigencia
acerca de la presencia y papel del capitalismo en el de una genuina y fecunda matriz teórica para
Perú. Pero aún faltan otros textos. Ya Moretic observó,
en 1970, que en las llamadas Obras completas, no han el proletariado revolucionario del Perú actual.
sido incluidos artículos de los cuatro que Mariátegui Su copiosa y en gran parte inorgánica pro-
escribió sobre Trotsky, que tratan de la separación de ducción, y las importantes diferencias regis-
éste del gobierno, de su expulsión del partido y de su trables en la evolución de su pensamiento,
exilio: “El partido bolchevique y Trotsky” (Variedades,
entre las varias etapas y los diversos planos
31 de enero de 1925); “Trotsky y la oposición comunista”
(Variedades, 25 de noviembre de 1928), y “El exilio
de Trotsky” (Variedades, 25 de noviembre de 1929).
En los dos primeros, Mariátegui apoya cautamente a de vista sobre la revolución socialista en el Perú”.
Trotsky, pero en el último justifica el exilio. Véase de Conforme lo iba escribiendo fue enviándolo a su amigo
Moretic, Yerko 1970 José Carlos Mariátegui: Su vida César Falcón para que lo editara en España, durante
e ideario. Su concepción del realismo (Santiago de 1928 y 1929. Falcón nunca dio cuenta de los envíos.
Chile: Universidad Técnica del Estado) p. 153. Ya a su regreso al Perú, muerto Mariátegui, afirmó no
65 Mariátegui consideraba el libro sobre política e haberlo recibido nunca. Martínez de la Torre, op. cit., p.
ideología peruanas, como “la exposición de sus puntos 404. Puede medirse la significación de esa pérdida.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 371

de su reflexión, han dado lugar a varios y con- comunista oficial), han tratado de encontrar en
trapuestos intentos de recuperación mistifi- Mariátegui lo que sería un “marxismo abierto”,
catoria de matices y áreas particulares de la resaltando como demostración presunta la pre-
obra mariateguiana, para distintos intereses sencia del bergsonismo en su postura antiposi-
político-sociales. tivista, la idea del mito, de origen soreliano, en
Y esa parcelación de una obra compleja, y su concepción del mundo, y la huella del hu-
con frecuencia incongruente, ha ido enmale- manismo idealista del neohegeliano Croce o de
zando de tal modo el camino del reencuentro Gobetti en la ideología mariateguiana66.
de Mariátegui, que es lícito decir que de ese Otros, como Hernando Aguirre Gamio para
boscaje de varias visiones separadas es la ima- demostrar que no hay que ser marxista para
gen de un mito lo que surge para ocupar el lu- ser socialista, han buscado recomponer un
gar de la historia. Mariátegui que casi no era marxista o lo era
Cuatro son, principalmente, los rostros que de manera adjetiva, puesto que no sólo reco-
se entrecruzan para componer ese mito: nocía el valor del sentimiento religioso sino
partía de él, admitía su creencia en Dios, y
1) El que han procurado armar los representan- hacía explícita su concepción metafísica de
tes de las corrientes reformistas socializantes la existencia, fundada en la idea soreliana del
de las capas medias intelectuales, adversas al mito y en la centralidad de la voluntad ago-
marxismo y al socialismo revolucionario, y que nista del individuo, tan cara a Unamuno, en la
actúan en la política peruana, desde mediados historia67. Así, Aguirre Gamio cree haber en-
de los años cincuenta, fungiendo de ala izquier- contrado las bases para emparentar la ideo-
da humanista de los últimos intentos reformis- logía mariateguiana y el misticismo irraciona-
tas, desde Belaúnde a Velasco. lista de un Berdiaev.
Dentro de esta vertiente, unos, como Sala-
zar Bondy, oponiéndose, desde una posición
66 Salazar Bondy, Augusto 1965 Historia de las ideas
influida por el Merleau-Ponty de Les Aventures
en el Perú contemporáneo (Lima, Moncloa) 2 Vols. Véa-
de la Dialectique y Humanisme et Terreur, al se Vol. II, pp. 311-337.
“marxismo dogmático” (en realidad a la ver-
67 Aguirre Gamio, Hernando 1975 Mariátegui, destino
sión de la burocracia dirigente del movimiento polémico (Lima: Instituto Nacional de Cultura).
372 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

2) Junto a aquellos, los representantes de las telectuales del hombre, pero ubicándolo aleja-
corrientes hoy democrático-burguesas como el do de la realidad. Otros, como Heysen, llevan-
APRA y nacionalistas, el “velasquismo”, cada do su encono personal hasta calificarlo como
uno por sus propias necesidades en la arena “bolchevique d’annunziano”, mientras citaba
actual de la lucha de clases en el Perú, se es- la frase de Haya, según la cual “Mariátegui ha
fuerzan hoy día en recuperar a Mariátegui para hecho del problema de la tierra el renegar el
su propio lote. fascismo. Pero el fascismo no puede renegar a
El APRA, desde la muerte de Mariátegui, ha D’Annunzio”68.
navegado entre dos aguas, por distintas necesi- Sin embargo, ya a fines de los años cincuen-
dades en distintos momentos, con relación a la ta, conforme las masas populares peruanas co-
obra mariateguiana. menzaban confusamente su descontento con el
En un primer momento, apenas muerto el APRA, al ir depurándose el contenido de clase
Amauta, el APRA se establecía en el Perú y el de la política aprista asumiendo los intereses
aprismo en varios otros países de América La- de la burguesía modernizante y renunciando a
tina, como una corriente democrático-naciona- su radicalismo nacionalista, los intelectuales
lista radical, que se proclamaba como la más apristas comenzaron a sentir la necesidad de
idónea alternativa de la revolución latinoame- una nueva legitimación, a través de la recu-
ricana, inspirada en el marxismo, en contra de peración aprista de Mariátegui. Chang Rodrí-
la III Internacional, en ese momento en pleno guez69 fue el primero en sostener que aquél no
viraje hacia su postura de ultraizquierda de dejó de ser aprista ideológicamente hasta su
comienzos de los años treinta. Era necesario muerte, y que sólo las intrigas de los agentes de
para el APRA, por eso, recalcar la adhesión de la III Internacional, aprovechándose de la en-
Mariátegui a la III Internacional y diferenciar- fermedad de los últimos meses de Mariátegui,
se nítidamente de su posición. Y esa fue la in-
tención de los artículos con que los dirigentes
68 Véase El marxismo latinoamericano de Mariáte-
apristas en el exilio, participaron en los home-
gui, op. cit.
najes necrológicos a Mariátegui, en Claridad
69 Chang-Rodríguez, Eugenio 1957 La literatura polí-
y otras revistas. Algunos, como Cox y Seoane,
tica de González Prada, Mariátegui y Haya de la Torre
reconocieron las altas calidades humanas e in- (México: Andrea) Colección Studium 18, pp. 127-203.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 373

lo llevaron a romper con Haya y con el APRA. aval frente a esas masas, la recuperación de
Consecuentemente, trató de demostrar que el Mariátegui comience a ser un tópico recurren-
pensamiento mariateguiano es, fundamental- te en la propaganda aprista. De lo último, el
mente, heredero en línea recta del de González reciente libro de Luis Alberto Sánchez70 es un
Prada, como el de Haya, por supuesto. claro ejemplo, aunque también de la torsión
Actualmente, esa tentación aprista es casi mental que esta tentativa no puede dejar de
una urgencia. Tras la experiencia del milita- implicar aun para sus propios autores en su
rismo reformista en el Perú y del militarismo actual ubicación.
fascistoide en los demás países del cono sur, Y no ha faltado, desde luego, en el apogeo
el APRA asume una postura socialdemócra- del “velasquismo”, la apelación, con el pro-
ta como alternativa a la una y a la otra. Esa pósito de legitimación frente a las masas, a la
posición, en las presentes circunstancias pe- inevitable cita del “ni calco ni copia” de Mariá-
ruanas, no es ya la bandera de un intento de tegui, para contrabandear la obra de ese régi-
revolución antiimperialista, sino la de una con- men como una opción revolucionaria original,
solidación de la democracia burguesa bajo las “ni capitalista ni comunista”, o de la frase “pe-
condiciones establecidas de una asociación ruanicemos el Perú” que Mariátegui adoptara,
entre el capital monopólico internacional y el para cohonestar, con el apoyo del PCP, un na-
reducido capital monopólico interno, depura- cionalismo parcial e inconsecuente como toda
da ya del sueño velasquista de pretensión de la una revolución71.
hegemonía del capital estatal. Pero no se trata
de una empresa con fáciles ganancias. Las ma-
sas obreras están terminando de emancipar- 70 Sánchez, Luis Alberto 1978 Apuntes para una
se del liderazgo aprista y se orientan hacia el biografía del Apra (Lima: Mosca Azul Editores).
socialismo revolucionario, en cuya dirección 71 Discurso del general Juan Velasco Alvarado, al in-
gravitan también grandes sectores de las otras augurar el VI Congreso Latinoamericano de Industria-
capas dominadas. Dada esta situación, no es les, publicado en El Peruano, 6 de abril de 1971. Véase
sorprendente que el APRA haya vuelto a ex- también el comentario elogioso de Jorge del Prado,
secretario general del Partido Comunista Peruano, en
hibir en su prensa el recuerdo de sus prelimi-
“La ideología de Mariátegui”, compilado en el volumen
nares impregnaciones marxistas, ni que como Vigencia de José Carlos Mariátegui (Lima: 1972) p. 4.
374 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

3) Del otro lado, los seguidores y voceros del na ni se explica su etapa de colaboración por
movimiento comunista fiel a la dirección mos- varios años73. De sus relaciones con la III Inter-
covita, dentro y fuera del Perú han comenzado, nacional, se recalca su adhesión y se pasa por
desde hace algunos años, a desplegar un enér- alto su polémica final o se la minimiza74. Inclu-
gico esfuerzo de divulgación de su particular sive, la fundación por Mariátegui de un Partido
memoria de la vida y la obra de Mariátegui, Socialista del Perú, como partido no exclusiva-
buscando imponer, a un público ya sospechoso mente obrero pero bajo la dirección de una lí-
e inquieto por demasiadas razones, una figura nea proletaria, y de una célula comunista, se la
de cuyo pensamiento son resaltados solamente explica por las dificultades del clima represivo
ciertos rasgos y elementos que permiten pre- de entonces, para hacer pasar con naturalidad
sentarlo como el anticipado teórico de la actual el actual Partido Comunista como el fundado
ideología y de la práctica del Partido Comunis- por Mariátegui, a pesar de los documentos co-
ta Peruano y como fiel intérprete de la direc- nocidos del debate sobre el carácter del parti-
ción de la III Internacional estaliniana. do75. Y, en fin, de la concepción mariateguiana
Del conjunto del pensamiento mariateguia- de la naturaleza particular de la formación so-
no se minimiza, a veces hasta el ridículo, los cial peruana, dentro del mundo capitalista, así
elementos de filiación no marxista y la huella como de las líneas centrales de un programa
de influencias recibidas y depuradas en diver- estratégico específico para aquella, dentro de
sas etapas de su formación72. De la relación con la revolución socialista internacional, se esca-
el APRA y con Haya de la Torre, se rescata el motea todo aquello que no concurra al apoyo
certero valor de su polémica, pero no se exami-

73 Del Prado, op. cit., Kossok, Manfred 1971 “José Car-


72 Del Prado, op. cit.; Dessau, Adalbert 1971 Literatu- los Mariátegui y su aporte al desarrollo de las ideas mar-
ra y sociedad en las obras de José Carlos Mariátegui, xistas en el Perú” en Dessau, Albert; Kossok, Manfred y
Mariátegui, tres estudios (Lima: Biblioteca Amauta); Melis, Antonio Tres estudios (Lima: Biblioteca Amauta).
sin embargo, otros como Álvaro Mosquera, han eludido
esa tentación y debaten críticamente esas influencias 74 Ibídem; Semionov-Shulgovsky, “El papel de Mariá-
en la obra de Mariátegui. Véase su “Aproximación al es- tegui en la formación del Partido Comunista del Perú”,
tudio de la ideología de Mariátegui”, Vigencia de José El marxismo latinoamericano de Mariátegui, op. cit.
Carlos Mariátegui, op. cit. 75 Ibídem.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 375

de la línea de una “revolución antiimperialista y fuerzo, para el carácter del proceso revolucio-
antifeudal” del actual PCP, contra los textos ex- nario peruano. Por lo demás, en su trabajo hay
plícitos de Mariátegui76. A la antigua y grosera anotaciones de interés sobre la relación entre
acusación de “populista”, que todos reconocen Mariátegui y la historia italiana y sobre los
ahora como parte del ambiente estaliniano de paralelos posibles entre aquél y Gramsci, que
los años treinta77, le sustituye así la adjudica- todavía requieren de mayor documentación.
ción de teórico de la revolución en dos etapas, Y del mismo modo, en Dessau pueden encon-
una democrático-burguesa, nacionalista, ade- trarse contribuciones útiles para el examen de
más, en el caso peruano, y otra socialista, que las ideas mariateguianas sobre las relaciones
no obstante sus orígenes mencheviques, sirve entre literatura y sociedad79.
tan bien a la línea política del PC peruano, des- Empero, no solamente los ideólogos e histo-
de mediados de los años treinta. riadores prosoviéticos son los que tratan ahora
Es verdad que, no tan urgidos como rusos o de una reapropiación de Mariátegui. Después
peruanos por esa construcción sobre Mariáte- de la división del Partido Comunista Peruano,
gui, otros estudiosos europeos como Melis no entre los seguidores de la dirección rusa y los
han dejado de reconocer el valor del esfuerzo de la china, a comienzos de la década pasada,
mariateguiano de “situar los rasgos especí- no podía faltar en el debate sobre Mariátegui
ficos de una formación económico-social en el esfuerzo de los “prochinos”, para conver-
un modelo general de desarrollo histórico”78, tirlo en teórico de la revolución de la “nueva
pero no han llevado esa comprobación al aná- democracia” y de la “liberación nacional”, y
lisis de las implicaciones políticas de tal es- de la revolución en dos etapas80, o de su más
reciente versión peruana “revolución nacional
democrática popular”81.
76 Del Prado, op. cit.; Semionov-Shulgovsky, op. cit.;
José Martínez, “Mariátegui y la Revolución Peruana”,
Vigencia de José Carlos Mariátegui, op. cit.
77 Tanto Dessau como Semionov-Shulgovsky, reco- 79 Dessau, op. cit.
nocen que esas acusaciones corresponden al ambiente 80 Véase el folleto Retomemos a Mariátegui y recons-
político estalinista durante ese período. tituyamos su partido (Lima: 1975).
78 Melis, op. cit. 81 Véase “Mariátegui es del pueblo y no de la burgue-
376 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

4) Y para no faltar en esta liza, una parte de los mulando y cuyo tiempo de perduración puede
trotskistas han comenzado su propia polémica no ser corto.
con Mariátegui, acusándolo de ser responsable No es, sin embargo, casual que así suceda.
de la ampliación y la consolidación del APRA Primero, porque es la más completa demostra-
en la dirección de las masas peruanas, por ha- ción de la importancia de Mariátegui en el actual
ber tardado, en obediencia a las consignas de debate peruano y en alguna medida en el inter-
la III Internacional, en romper su colaboración nacional. Segundo, porque en su producción
con el APRA y en comenzar la organización del intelectual como en su acción política, no son
partido del proletariado, llegando a calificarlo inexistentes las bases para todas y cada una de
de nacionalista “hostil al marxismo”82, lo que esas tentativas de recuperación o de negación
supone el completo olvido de su contribución parcelaria de la obra revolucionaria del Amauta.
esencial al estudio de la historia social y la so- El pensamiento de Mariátegui fue desarro-
ciedad peruana, y de sus fundamentales ideas llándose en el curso de una frenética explo-
sobre el carácter y las modalidades de la revo- ración personal del horizonte histórico de su
lución peruana, que lo llevaron al final de su tiempo, ramificándose en una insólita riqueza
vida a polemizar dentro de la III Internacional, de facetas y en diversos planos, y fue maduran-
y que constituyen, precisamente, el piso sobre do sobre todo a medida en que fue concretándo-
el cual Mariátegui se levanta entre los más im- se su condición de dirigente revolucionario del
portantes marxistas latinoamericanos. proletariado peruano, y conforme éste, en gran
Ya puede, pues, apreciarse que no es sen- parte bajo su influencia, comenzaba a alzarse a
cilla tarea para los estudiosos de Mariátegui, un piso nuevo de organización y de conciencia.
abrirse paso entre esta densa mitificación y Aunque no ha sido consecuente con la metodo-
mistificación que de su pensamiento y de su logía implícita en su afirmación, es un acierto de
acción política, sobre todo, se ha venido acu- Jorge del Prado señalar que “la personalidad de
Mariátegui fue desarrollándose simultáneamente
que la personalidad de la clase obrera” peruana83.
sía” en Crítica marxista-leninista (Lima) Separata,
mimeo, s/f.
82 En “Mariátegui y el trotzkismo” en Comunismo, 83 Del Prado, Jorge 1965 “José Carlos Mariátegui y su
Año II, N° III: 24 y ss., septiembre de 1974. época” en Unidad, semanario del PSP, 15 de abril, p. 4.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 377

Pero ello implica la necesidad de aproximarse to de su reflexión y las razones de sus bús-
a su estudio no como a un compendio sistemá- quedas y perplejidades, en lugar del habitual
tico y cerrado, lo que suele hacerse, sino como ordenamiento de citas, cosechables para muy
a un proceso que, como el de cualquier hombre distintas razones en una producción por igual
abrasado por la pasión del conocimiento y de la copiosa y no sistemática.
acción, va haciéndose y rehaciéndose en todo o Y estas páginas no pueden, tampoco, por su
en parte, en función de la atmósfera en que vive carácter y por sus límites, escapar a esas difi-
en cada momento, de las herencias ideológicas cultades. Pues no se trata aquí de otra cosa sino
y emocionales recibidas, de las necesidades par- de marcar ciertas señales necesarias para la
ticulares de la polémica en cada situación, de la exploración del territorio mariateguiano, que
disponibilidad o no de ideas y de conocimientos como pocos en América Latina debe ser hoy día
dentro del horizonte de la reflexión de su tiem- urgente y plenamente explorado y reconocido.
po, lo que pocos ensayan. Y mucho más el de un
hombre como Mariátegui, autodidacto desde las
bases de su formación, en lucha sin tregua contra Mariátegui en la fundación del
la adversidad física y el tiempo. Lo esencial de su marxismo en América Latina
obra fue hecho en siete años, y no de modo siste-
mático, sino frente a las necesidades polémicas y Mariátegui no fue, ciertamente, ni el primero ni
vitales de esos tensos años. el único que, antes de 1930, contribuyó a la in-
Contra esa manera de conocer, conspira, in- troducción del marxismo en América Latina, y
clusive, la forma en que han sido compilados a la educación y organización políticas de la cla-
y editados los trabajos de Mariátegui, por afi- se obrera de estos países dentro del socialismo
nidades temáticas, con frecuencia establecidas revolucionario. En la misma época, actuaban
arbitrariamente por los editores o compilado- Recabarren en Chile, Codovilla y Ponce en Ar-
res, más bien que por su lugar en las etapas del gentina, Mella en Cuba, Pereyra en Brasil, y las
desarrollo de la formación de su autor. primeras ideas marxistas ya habían comenzado
Por todo ello, desafortunadamente, nos fal- antes a circular, en pequeños cenáculos, en Mé-
tan aún estudios organizados dentro de esa xico, a través de Rhodakanaty y otros. Inclusi-
perspectiva, que permitan seguir el movimien- ve, algunos de ellos pudieron, quizás, acceder a
378 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

un conocimiento intelectual del marxismo más adaptar tradiciones estancadas o cubiertas por
elaborado que el de Mariátegui84. procesos históricos ulteriores”, como, según
¿Por qué, entonces, cuando todos los demás Dessau, habrían sido los casos de Ingenieros y
sólo pueden ser estudiados ante todo por razo- de Ponce85. Y añade que “además, tienen (las
nes históricas, Mariátegui sigue vigente? ¿Por enseñanzas de Mariátegui) la particularidad
qué, no obstante las insuficiencias y las incon- de que él concibió su obra desde el principio
gruencias de su formación de pensador mar- como una empresa de trascendencia nacional
xista, ocupa aún un lugar decisivo en nuestro orientada a la vez a organizar a la clase obrera
actual debate? y a orientar a sus aliados”86.
Algunos, como Dessau, contestan que fue el Sin embargo, el hecho de que el sedimento
atraso del desarrollo histórico del Perú y de la ideológico liberal o socialista fuera en el Perú
mayor parte de los países latinoamericanos, lo menor que en otros países, puede otorgar a Ma-
que favoreció a Mariátegui para lograr una obra riátegui una nitidez mayor a su gloria de fun-
“de resultados relevantes para todos los países dador, pero ¿de qué modo responde por la ori-
latinoamericanos”, ya que en otros, como Ar- ginalidad, no meramente cronológica, y por la
gentina y Chile, “los pensadores progresistas y perdurable validez de su contribución al mar-
revolucionarios se veían obligados a renovar y xismo y a la revolución en América Latina? ¿De
qué modo podía favorecer a esa calidad de su
obra, el tener que lidiar con el atraso histórico-
84 Por ejemplo, Jaime Labastida sostiene que Aníbal social e intelectual del medio peruano de esa
Ponce logró una formación marxista teóricamente época? ¿No concibieron Recabarren o Mella su
más consistente que la de Mariátegui, no obstante propia obra como “una empresa de trascenden-
reconocer que Ponce no intentó la investigación crítica
cia nacional”?
de la historia y la sociedad argentinas. Pero este es,
precisamente, el problema. Porque ¿cómo se demuestra Más certero y perspicaz, Melis señala en Ma-
la profundidad real de la asimilación del instrumental riátegui “su propósito de situar los rasgos espe-
teórico y metodológico marxista, si no se lo lleva al
descubrimiento de una realidad histórica concreta?
Véase de Jaime Labastida, Introducción a humanismo
y revolución, selección de ensayos de Aníbal Ponce 85 Dessau, op. cit., p. 72.
(México, Siglo XXI, 1973) Segunda edición. 86 Op. cit., p. 73.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 379

cíficos de una formación económico-social en concreta, desde dentro de ella misma. En lugar
un modelo de desarrollo histórico, lo cual es de ceñirse a la “aplicación” del aparato concep-
lo único que confiere un valor auténticamente tual marxista como una plantilla clasificatoria
científico al marxismo, más allá de toda inter- y nominadora, adobada de retórica ideológica,
pretación deformadora en el sentido del histori- sobre una realidad social determinada, como
cismo idealista”87. En otros términos, es el mar- durante tanto tiempo fue hecho entre nosotros,
xismo de Mariátegui y menos el atraso o ade- lo mismo por los herederos de la retina euro-
lanto relativos del Perú y otros países, lo que centrista que por los seguidores de la “ortodo-
da cuenta del valor y de la vigencia de su obra. xia” de la burocracia oficial del movimiento co-
Esa es, en verdad, la respuesta. Si Mariátegui munista, después de Lenin.
fue capaz de dejar una obra en la cual los revo- Más allá de las limitaciones de su formación,
lucionarios de América Latina y de otros países, en una vida corta y como pocas dura, sujeta
pueden aún encontrar y reconstruir una matriz también a las limitaciones del horizonte de
de indiscutible fecundidad para las tareas de ideas y de conocimientos de su tiempo sobre
hoy, se debe ante todo al hecho de haber sido, los problemas específicos de la historia pe-
entre todos los que contribuyeron a la implan- ruana y latinoamericana: más allá de nuestros
tación del marxismo en la América Latina de acuerdos y desacuerdos con sus formulaciones
su tiempo, el que más profunda y certeramente concretas, como investigador y como dirigente
logró apropiarse –y no importa si de modo más político del proletariado revolucionario, es por
intuitivo que sistemático y elaborado, o cruzado aquellas razones que Mariátegui tiene hoy el si-
con preocupaciones metafísicas– aquello que, tial de un fundador y de un guía actual para el
como Melis apunta, “confiere un valor auténti- marxismo en América Latina.
camente científico [revolucionario, pues, A.Q.] Es, por eso, desde esta perspectiva y en fun-
al marxismo”. Esto es, su calidad de marco y ción de ella, que debe hacerse el debate de su
punto de partida para investigar, conocer, expli- pensamiento y de su acción, y el balance de los
car, interpretar y cambiar una realidad histórica elementos que concurrieron a su desarrollo.
En particular, de aquellos de origen no marxis-
ta que llegaron a tener presencia destacada en
87 Melis, op. cit., p. 30. su formación intelectual y emocional, como la
380 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

concepción, en muchos aspectos metafísica, permanencia de la voluntad de acción revolu-


que atravesaba su fascinada avidez por explo- cionaria, de otro lado.
rar todos los ámbitos de la experiencia humana
sobre la tierra, o su admiración por figuras que 2) Vinculada a la anterior, la insistencia en la
hoy nadie admira, como Sorel, o su frecuente centralidad de la voluntad individual como fun-
referencia a Dios y al sentido religioso de su damento de la acción histórica, y por ello en la
vocación política. Nada añade a Mariátegui la necesidad de un alimento de fe y de fundamen-
minimización inútil de esos elementos en su to metafísico para la restauración de una moral
pensamiento, como unos procuran, ni le rebaja humana despojada de los lastres de la concien-
destacarlos por sobre todos los demás, como cia burguesa.
otros hacen. No está en ellos, ni el valor ejem- En el primer plano, son muchos los pasajes
plar de su vida, ni lo perdurable de su lugar his- de su varia producción escrita donde esa ten-
tórico entre nosotros. sión está presente, aunque como tensión teó-
rica objetiva, más bien que como tensión psi-
cológica o subjetivamente percibida por Mariá-
Los problemas en el marxismo tegui. Pero es sobre todo en Defensa del mar-
de Mariátegui xismo88, escrita en su madurez (1928), contra
el revisionismo de Henri de Man (Más allá del
A partir de esas consideraciones, dos áreas marxismo), a donde hay que acudir para tomar
de problemas pueden señalarse, principal- su más ordenada y explícita reflexión sobre ese
mente, en el modo mariateguiano de asumir problema.
el marxismo: En esos ensayos, Mariátegui aparece preocu-
pado fundamentalmente con problemas de ca-
1) La no resuelta tensión entre una concepción rácter ético-filosóficos, más bien que con pro-
del marxismo como teoría de la sociedad y de blemas de carácter epistemológico o metodo-
la historia, y método de interpretación y ac- lógico, o sobre éstos sólo por implicación, en
ción revolucionaria, de un lado, y filosofía de
la historia, apta para recibir las aguas de otras
vertientes filosóficas que contribuyeran a la 88 Defensa del marxismo (OC, Vol. V).
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 381

particular sobre el problema del determinismo jada atrás por el progreso científico. Marx no
y la voluntad, o del materialismo y la produc- tenía por qué crear más que un método de in-
ción de valores espirituales. terpretación histórica de la sociedad actual”90
Posada señala, a propósito de ese texto, que (énfasis propio).
“Mariátegui no plantea en su obra una proble- No se plantea, pues, el aparato epistemoló-
mática metodológica y ella carece de un con- gico que funda ese “método de interpretación
junto de conceptos filosóficos estructurados. histórica”, ni parece distinguir que, además de
El marxismo era para él fruto exclusivamente método, y de interpretación, el marxismo es
de la confrontación, no fruto de la ciencia y de una teoría de la sociedad, es decir, con la capa-
una práctica teórica. Mariátegui representa en cidad de dar cuenta de las leyes que mueven la
Latinoamérica la tesis de que el marxismo se sociedad y de los elementos que concurren a la
define como tal en la controversia, descalificán- constitución de esas leyes, y de donde nace su
dose así implícitamente su valor como teoría”89. poder explicativo y de interpretación.
Pero, si lo primero es en gran medida cierto, lo “Vana es toda tentativa –afirma más adelan-
último es mucho más el testimonio de la pre- te– de catalogarla (a la crítica marxista) como
sencia, en Posada, de esa infección althuseriana una simple teoría científica, mientras obre en
que distingue entre “práctica teórica” y “prácti- la historia como evangelio y método de un mo-
ca política”, como dos cuestiones separadas, lo vimiento de masas. Porque “el materialismo
que no son sino, tan mal llamadas de ese modo, histórico –habla de nuevo Croce– surgió de la
dos momentos de una misma práctica. necesidad de darse cuenta de una determinada
Lo cierto es, sin embargo, que Mariátegui configuración social, no ya de un propósito de
sostiene que “El materialismo histórico no es, investigación de los factores de la vida his-
precisamente, el materialismo metafísico o fi- tórica; y se formó en la cabeza de políticos y
losófico, ni es una filosofía de la historia, de- revolucionarios, no ya de fríos y acompasados
sabios de biblioteca”91 (énfasis propio).

89 Posada, Francisco 1968 Los orígenes del pensa-


miento marxista en Latinoamérica: Política y cultu-
ra en José Carlos Mariátegui (Madrid: Ciencia Nue- 90 Op. cit., p. 36.
va) p. 21. 91 Ibíd., pp. 36-37.
382 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Mariátegui se apoya en Croce, admitiendo la Reflexiones sobre la violencia– a la luz de la


idea contenida en la frase subrayada, extraña filosofía bergsoniana, continuando a Marx que,
y aun adversa a la naturaleza del marxismo, cincuenta años antes, lo había ilustrado a la luz
para relievar de éste solamente su dimensión de la filosofía de Hegel, Fichte y Feuerbach”92.
de método de interpretación y de acción, idea Y añade inmediatamente: “Vitalismo, acti-
que aparece reiterada en otros pasajes de este vismo, pragmatismo, relativismo, ninguna de
y otros textos. estas corrientes filosóficas, en lo que podían
En refuerzo de su opinión según la cual aportar a la revolución, han quedado al margen
“Marx no tenía por qué crear más que un mé- del movimiento intelectual marxista. William
todo de interpretación histórica de la sociedad James no es ajeno a la teoría de los mitos so-
actual”, Mariátegui parece levantar el proble- ciales de Sorel, tan señaladamente influida, de
ma de la necesidad de una filosofía de la histo- otra parte, por Wilfredo Pareto”93.
ria para completar la obra de Marx, y para ello De ese modo, una curiosa amalgama de ten-
apela a otras fuentes filosóficas. dencias filosóficas, todas no solamente ajenas
“Si Marx –dice Mariátegui– no pudo basar sino opuestas al marxismo, ingresan a compo-
su plan político ni su concepción histórica en ner una suerte de filosofía de la historia, que
la biología de De Vries, ni en la psicología de para Mariátegui no sólo no contradice, sino
Freud, ni en la física de Einstein; ni más ni me- complementa y enriquece, o como él dice “ilus-
nos que Kant en su elaboración filosófica tuvo tra”, al marxismo.
que contentarse con la física newtoniana y la No ignora Mariátegui que la base epistemo-
ciencia de su tiempo: el marxismo –o sus inte- lógica del marxismo es materialista y dialécti-
lectuales– en su curso posterior, no ha pasado ca: “La concepción materialista de Marx nace,
de asimilar lo más sustancial y activo de la es- dialécticamente, como antítesis de la concep-
peculación filosófica e histórica poshegeliana o ción idealista de Hegel. Y esta misma relación
posracionalista. Georges Sorel, tan influyente no aparece muy clara a críticos tan sagaces
en la formación espiritual de Lenin, ilustró el
movimiento revolucionario socialista –con un
talento que Henri de Man no ignora, aunque 92 Ibíd., pp. 38-39.
en su volumen omita toda cita del autor de 93 Ibíd., p. 39.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 383

como Croce”94. No obstante, no es tampoco marxismo” coincidente con la de Gentile, aun-


seguro que la epistemología dialéctica y mate- que su adhesión posterior al fascismo hace de
rialista, y no solamente un método de interpre- Croce una autoridad mayor, con la mediación
tación histórica materialista por reconocer una de Gobetti96.
base material en la historia, sea lo que Mariáte- No es eso tan claro. Mariátegui se opone
gui está poniendo de relieve en esa afirmación. explícitamente a toda espiritualización del
Porque vuelve a citar a Croce (“éste es uno de marxismo: “la primera posición falsa en esta
los representantes más autorizados de la filo- meditación –dice refiriéndose a ello– es la de
sofía idealista, cuyo dictamen parecerá a todos suponer que una concepción materialista del
más decisivo que cualquier deploración jesuita universo no sea apta para producir grandes va-
de la inteligencia pequeñoburguesa”), respal- lores espirituales”97. No se trata, por tanto, de
dando su idea de que la denominación de mate- una espiritualización. El problema es otro: la
rialista cumplía en Marx y Engels la función de dialéctica materialista, como epistemología y
subrayar que la cuestión social no es una cues- como método, parece excluida como problema
tión moral. La larga cita de Croce continúa: “Y, del debate, para ser reemplazada por otro, ma-
finalmente, no carece en esto de eficacia la de- terialismo y valores espirituales, un problema
nominación de ‘materialismo’, que hace pensar ético-metafísico.
en seguida en el interés bien entendido y en el Un sesgo equivalente guía la discusión so-
cálculo de los placeres. Pero es evidente que la bre el problema del determinismo. Vuelve el
idealidad y lo absoluto de la moral, en el senti- problema moral a dominar el planteamiento,
do filosófico de tales palabras, son presupuesto trátese del carácter voluntarista del socialis-
del socialismo”95. mo, sin perjuicio de su “fondo determinista”,
Es sin duda por esas oscilaciones, que Ro- o de la “moral de productores” que es el sello
bert Paris ha creído ver en la Defensa del mar- de un proletariado cuando ingresa a la historia
xismo, una “tentativa de espiritualización del

96 Paris, El marxismo latinoamericano de Mariáte-


94 Ibíd., p. 36. gui, op. cit., p. 14.
95 Ibíd., pp. 47-48. 97 Defensa del marxismo, p. 85.
384 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

como clase social, y del sentido heroico y crea- ciedad. Y ese problema surge más claramente
dor del socialismo: aún, bajo esa luz, cuando sostiene: “En la lucha
de clases, donde residen todos los elementos
El carácter voluntarista del socialismo no es, en de lo sublime y heroico de su ascensión, el pro-
verdad, menos evidente, aunque sí menos enten- letariado debe elevarse a una ‘moral de produc-
dido por la crítica, que su fondo determinista. tores’, muy distante y muy distinta de la ‘moral
Para valorarlo, basta, sin embargo, seguir el desa- de los esclavos’ de que oficiosamente se empe-
rrollo del movimiento proletario, desde la acción
ñan en proveerlo sus gratuitos profesores de
de Marx y Engels en Londres, en los orígenes de
moral, horrorizados de su materialismo”99. La
la I Internacional, hasta su actualidad, dominada
por el primer experimento de Estado socialista: conciencia ocupa su lugar exacto en la praxis,
la URSS. En ese proceso, cada palabra, cada acto y ésta en la determinación de la historia.
del marxismo tiene un acento de fe, de voluntad,
de convicción heroica y creadora, cuyo impulso 3) Aquella necesidad que Mariátegui sentía de
sería absurdo buscar en un mediocre y pasivo una filosofía de la historia, en la cual cupieran al
sentimiento determinista98. mismo tiempo la obra de Marx y todas las otras
vertientes filosóficas “en lo que podían aportar
Aquí, sin embargo, bajo la cara externa de pro- a la revolución”, asume en su pensamiento la
blema ético-filosófico, Mariátegui maneja una forma de una lucha contra el positivismo, para
intuición certera: el lugar fundamental de la lo cual se afirma en una concepción según la
praxis en la determinación de la historia, y la cual la acción humana requiere bases metafí-
relación esencial entre la acción de los condi- sicas, y en particular la acción revolucionaria,
cionamientos objetivos (externos a la concien- pues sólo la fe permite sobrepasar un “pasivo
cia) y la acción consciente, como integrantes determinismo” y galvanizar la voluntad de ac-
de las mismas leyes de movimiento de la socie- ción y sostener el heroísmo.
dad, como momentos recíprocamente activos Esa concepción se emparenta al existencia-
en la constitución de la praxis global de la so- lismo que, con la difusión de la obra de Heide-

98 Ibíd., p. 58. 99 Ibíd., pp. 60-61.


José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 385

gger y de Kierkegaard y la vuelta de Nietzsche, tiva. No volverán, quién sabe hasta cuándo, los
dominó una gran parte del debate filosófico tiempos de vivir con dulzura. La dulce vida pre
inmediatamente posterior a la Segunda Guerra bélica no generó sino escepticismo y nihilismo.
Mundial, impregnando también el propio de- Y de la crítica de este escepticismo y nihilismo,
bate marxista a través de la obra de Jean-Paul nace la ruda, la fuerte, la perentoria necesidad
Sartre. Mariátegui conoció la obra de Nietzsche de una fe y de un mito que mueva a los hom-
y no es sorprendente, por todo eso, que sea una bres a vivir peligrosamente”101.
cita de ese autor que encabece los 7 ensayos Proclamando que “ni la razón ni la ciencia
y que su huella, y especialmente la de su Za- pueden satisfacer toda la necesidad de infini-
ratustra, se registre en diversos pasajes de la to que hay en el hombre” y que “únicamente
producción mariateguiana. el mito posee la preciosa virtud de llenar su yo
“Los revolucionarios, como los fascistas, se profundo”, llega a decir Mariátegui que el hom-
proponen por su parte vivir peligrosamente. bre “como la filosofía lo define, es un animal
En los revolucionarios, como en los fascistas, metafísico. No se vive fecundamente sin una
se advierte análogo impulso romántico, análo- concepción metafísica de la vida. El mito mueve
go humor quijotesco”, sostiene Mariátegui en al hombre en la historia. Sin un mito la existen-
1925100, tras citar un trozo de un discurso de cia del hombre no tiene ningún sentido históri-
Mussolini, en el cual el nietzscheano “vive pe- co. La historia la hacen los hombres poseídos e
ligrosamente” y las reminiscencias del pórtico iluminados por una creencia, por una esperanza
de la Constitución d’annunziana de Fiume, son superhumana; los demás hombres son el coro
explícitas. anónimo del drama”102. Nietzsche, otra vez.
Y más adelante, en el mismo texto, afirma Pareciera, así, que Mariátegui se hunde en
“La vida, más que pensamiento, quiere ser hoy un misticismo irracionalista; contra la razón y
acción, esto es, combate. El hombre contempo- la ciencia, opone el mito y la fe. Contra la idea
ráneo tiene necesidad de fe. Y la única fe, que marxista según la cual es la lucha de clases la
puede ocupar su yo profundo, es una fe comba-

101 Ibíd., pp. 17-18.


100 El alma matinal (OC, Vol. III: 17). 102 Ibíd., pp. 18-19.
386 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

que mueve la historia, recurre a la idea del su- será la verdad de mañana. Una verdad es válida
perhombre nietzscheano. Y todavía, más ade- sólo para una época. Contentémonos con una
lante, afirma que “Hace algún tiempo que se verdad relativa”104.
constata el carácter religioso, místico, metafí- Y en la lucha contemporánea, esa es para
sico del socialismo”103. Mariátegui la ventaja del proletariado sobre la
No es así, exactamente. Mariátegui enfren- burguesía: el primero tiene una postura afir-
ta un doble enemigo: el escepticismo nihilista, mativa; contra el escepticismo y el nihilismo,
el “alma desencantada” (Ortega y Gasset), y al tiene una fe y un mito. Contra el positivismo,
mismo tiempo, el positivismo y el cientificismo es, además, relativista. La burguesía, en cam-
de esa raíz, entre cuyos polos está desgarrada bio, es prisionera de la negación escéptica o de
la inteligencia burguesa entre las dos crisis y su chato positivismo105. Para él, pues, es, sobre
las dos guerras. esa base, que la voluntad de acción revolucio-
Citando un poema (La danza delante del naria adquiere un fundamento seguro: el mito.
arca) de Henri Frank, observa que a pesar de Y la lucha contra el conformismo y la mediocri-
la “voluntad de creer” del poeta, “el arca está dad burguesas, tiene dos caras: “el pesimismo
vacía” y que el poeta tiene que partir en busca de la realidad y el optimismo del ideal”, según
de Dios, como la demostración de que la cultu- la frase tomada de Vasconcelos y que evoca,
ra burguesa está en crisis y que el escepticismo como todo el mundo advierte, la que Gramsci
es infecundo. Pero, de otro lado, “los filósofos adoptara106 de Romain Rolland.
nos aportan una verdad análoga a la de los poe- Así como en su debate con Henri de Man, los
tas. La filosofía contemporánea ha barrido el problemas del materialismo y el determinismo
mediocre edificio positivista. Ha esclarecido y son colocados por Mariátegui dentro de una
demarcado los modestos confines de la razón. perspectiva ético-filosófica, aquí la lucha contra
Y ha formulado las actuales teorías del mito y el positivismo encuentra, también, la misma ubi-
de la acción. Inútil es, según estas teorías, bus-
car una verdad absoluta. La verdad de hoy no
104 Ibíd., pp. 20-21.
105 Ibíd., p. 22.
103 Ibíd., p. 22. 106 Ibíd., p. 28.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 387

cación, en el mismo plano que el problema del que no puede tener que ver con la poca acce-
conformismo y el escepticismo nihilista, las cues- sibilidad de los textos, porque El Capital ya
tiones metodológicas están ausentes, y los fun- existía traducido a idiomas que Mariátegui sa-
damentos epistemológicos del debate marxista bía leer, se debe en primer lugar a que los teó-
contra el positivismo, no se plantean, y son reem- ricos italianos, incluso Gramsci, no prestaron
plazados por la metafísica: “lo metafísico –insis- mucha atención a la economía política marxis-
te– ha recuperado su antiguo rol en el mundo ta, concentrándose más en la filosofía y en la
después del fracaso de la experiencia positivista. teoría política y prestando mucha atención a
Todos sabemos que el propio positivismo cuando los problemas espirituales y culturales, lo que
ahondó su especulación se tornó metafísico”107. estaba en consonancia con las preocupaciones
No hay, pues, duda de que Mariátegui ensam- del propio Mariátegui”108.
bló en su formación intelectual, una concepción En la misma línea, Messeguer cree que “Ma-
del marxismo como “método de interpretación riátegui se acercó al marxismo” a través de
histórica y de acción” y una filosofía de la histo- Croce y Labriola, y que recibió un “marxismo
ria de explícito contenido metafísico y religioso. filtrado a través de Sorel, Gramsci, Clarté, los
líderes rusos y aun autores no marxistas como
A. Tilgher, P. Gobetti y B. Croce”109.
Las fuentes del marxismo Y Paris, que es sin duda quien más detenida-
y de la filosofía de la historia mente ha investigado las fuentes de la forma-
mariateguianos ción intelectual de Mariátegui en Europa, apor-
ta una evidencia consistente sobre la influencia
Dessau afirma que “resulta evidente que Mariá- del bergsonismo soreliano y del neohegelianis-
tegui se ocupó relativamente poco de la eco- mo de Gentile, Croce y Gobetti, en la filosofía
nomía política marxista que, sin embargo, es de la historia mariateguiana110.
uno de los tres elementos fundamentales del
marxismo-leninismo. Parece que este hecho,
108 Dessau, op. cit., p. 83.
109 Messeguer, op. cit., pp. 136-141.
107 Ibíd., p. 146. 110 Paris, op. cit.
388 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

No está, sin embargo, establecido suficien- por el ideólogo del “sindicalismo revoluciona-
temente a través de cuáles textos fue Mariá- rio”. De él toma la idea del mito social como
tegui asimilando el marxismo, y de qué forma fundamento de la fe y de la acción revoluciona-
gravitaron en ese aprendizaje las influencias ria de las multitudes, así como antídoto contra
verificadas. Como advierte Paris, si bien Ma- el escepticismo de los intelectuales y alimento
riátegui se apoyó numerosas veces en la au- esencial de una concepción metafísica de la
toridad de Croce en su polémica con De Man, existencia. Reflexiones sobre la violencia, de
especialmente, no dejó de hacer explícito en Sorel, ocupa un lugar tan privilegiado en la ad-
ningún momento su reconocimiento de la miración de Mariátegui y son tantas veces las
posición liberal y no marxista de Croce, lo citas de este autor a las que recurre como apo-
mismo que la de Gobetti. Por ello, el neohe- yo y autorizada palabra, que Dessau ha podido
gelianismo crociano, o su versión radicali- decir que pareciera que “conoció más a Sorel
zada en Gobetti, aparece en Mariátegui más que a Lenin”111.
bien como un constante punto de referencia Para Mariátegui, Sorel es “uno de los más al-
y como una atmósfera que envuelve de modo tos representantes del pensamiento francés del
“latente” (Paris), su reflexión sobre la historia siglo XX”112, y Reflexiones sobre la violencia,
y la filosofía. Es cierto, sin embargo, que Cro- “representan por su magnitud y consecuencias
ce medió –como lo demuestra Paris– en el co- históricas, otro de los libros del nuevo siglo”113,
nocimiento de Mariátegui acerca de Labriola poco después de afirmar que La evolución
y que la huella de su lectura, particularmente creadora, de Bergson, a cuyo conocimiento
del Materialismo Storico ed Economia mar- y admiración llegó a través de Sorel, “consti-
xistica de Croce, es registrable en el modo tuye, en todo caso, un acontecimiento mucho
mariateguiano de ensamblar la “metodología más considerable que la creación del reino
marxista de interpretación histórica” en una servio-croata-sloveno, conocido también con
filosofía de la historia.
En cambio la influencia de Sorel, y a través
de él, principalmente, del Bergson de La evolu- 111 Dessau, op. cit., p. 83.
ción creadora, es mucho más directa en Mariá- 112 El alma matinal, p. 23.
tegui y éste no ocultó su inmensa admiración 113 Historia de la crisis mundial, p. 200.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 389

el nombre de Yugoslavia”114. Y no titubea en Cincuenta años después, sorprende en un hom-


repetir una afirmación del periódico Journal bre como Mariátegui esa desaforada admira-
de Genéve, recogida en el artículo del propio ción a un pensamiento tan confuso y prescin-
Sorel, “Pour Lenine”, según la cual aquél tuvo dible como el de Sorel. Sorprende aún más que
una influencia muy grande en la “formación es- crea en la gran influencia de Sorel sobre Lenin,
piritual” de Lenin115. Y todavía en los 7 ensayos a pesar de conocer y citar el Materialismo y
lo coloca junto a Marx, ya que para Mariátegui empiriocriticismo del último, donde Sorel es
“(la civilización) de Marx y de Sorel es una ci- vapuleado como “confusionista bien conocido”
vilización industrial” y Sorel es un “economista y una de esas personas que “no pueden pensar
moderno”116. más que contrasentidos”118, y donde Lenin se
En su combate contra el positivismo, Mariá- dedica a demoler prolijamente todas aquellas
tegui apela ante todo a la autoridad de Berg- corrientes filosóficas que, como las que Sorel
son-Sorel: defiende, encarnan la hostilidad reaccionaria
al marxismo. Por lo demás, como hace bien
[…] superando las bases racionalistas y positivis- en anotarlo Paris119, las obras que contienen
tas del socialismo de su época, Sorel encuentra ya todo el fundamento del “leninismo”, fueron
en Bergson y los pragmatistas, ideas que vigori- publicadas por Lenin antes de la aparición de
zan el pensamiento socialista, restituyéndolo a Reflexiones sobre la violencia.
la misión revolucionaria de la cual lo habían gra-
Sin embargo, la sorpresa no debe ser mucha,
dualmente alejado el aburguesamiento intelec-
si se recuerda que en la atmósfera del debate
tual y espiritual de los partidos y de sus parlamen-
tarios, que se satisfacían en el campo filosófico ideológico italiano durante los años de la esta-
con el historicismo más chato y el evolucionismo día de Mariátegui, Sorel tenía una presencia im-
más pávido [...]117. portante y que, en general, en Europa, el llama-
do sindicalismo revolucionario, cuyo ideólogo

114 Op. cit., p. 198.


118 Lenin, Vladimir Ilich 1948 Materialismo y empirio-
115 Defensa del marxismo, pp. 17-19. criticismo (Moscú: Ediciones en Lenguas Extranjeras)
116 7 ensayos, pp. 52 y 66. p. 336.
117 Defensa del marxismo, p. 17. 119 Paris, op. cit., p. 19.
390 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

más conocido era aquél, llegó en los años de la vanizar de nuevo la voluntad de la burguesía,
primera posguerra a tener una influencia amplia impidiendo su apoltronamiento, para alcanzar
entre obreros e intelectuales revolucionarios. el “perfeccionamiento histórico de la sociedad
Mariátegui habría conocido a Sorel en Italia, capitalista”. Mariátegui, tampoco.
por sus vinculaciones con Croce. Pero quizás En efecto, Sorel sostenía que:
también conocía, leyendo L’Ordine Nuovo, que
el propio Gramsci no ocultaba su deferente La violencia proletaria no solamente puede ase-
consideración para con Sorel, no obstante su gurar la revolución futura, sino mucho más aún
explícita condenación del “sindicalismo revo- parece ser el único medio del cual disponen las
lucionario” y su advertencia de que no había en sociedades europeas, embotadas por el humani-
tarismo, para recuperar su antigua energía. Esta
Sorel un método consistente que pudiera usar-
violencia fuerza al capitalismo a preocuparse
se con resultados siempre eficaces120. A pesar
únicamente de su función material y tiende a
de lo cual, Gramsci elogiaba en Sorel haber devolverle las cualidades belicosas que antes
heredado “un poco de las virtudes de sus dos poseía. Una clase obrera creciente y sólidamen-
maestros: la áspera lógica de Marx y la conmo- te organizada puede forzar a la clase capitalista
vida y plebeya elocuencia de Proudhon”, por lo a mantenerse ardiente en la lucha industrial; si
cual “su palabra no puede dejar indiferentes a frente a una burguesía hambrienta de riquezas y
los obreros turineses”121. de conquista, se yergue un proletariado unido y
Y Gramsci no podía, sin embargo, ignorar revolucionario, la sociedad capitalista alcanzará
que la apología soreliana de la violencia no des- su perfección histórica.
embocaba en la destrucción del capitalismo y Así la violencia proletaria ha devenido un factor
esencial al marxismo. Agreguemos, una vez más,
de la burguesía, sino que estaba explícitamente
que ella tendrá por efecto, si es conducida conve-
concebida como un mecanismo de utilización
nientemente, de suprimir el socialismo parlamen-
de la lucha de clases y de su violencia, para gal- tario, que no podrá más pasar como dirigente de
las clases obreras y como guardián del orden122.

120 Gramsci, Antonio 1954 L’Ordine Nuovo (Milán:


Einaudi) Tercera edición, p. 146. 122 Sorel, Georges 1936 Reflexions sur la Violence
121 Gramsci, op. cit., pp. 460-461. (París: Marcel Rivière) Tercera edición, p. 120.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 391

Sorel estaba, pues, interesado menos en la re- los años veinte. Eso, no obstante, no equivale a
volución socialista del proletariado, cuanto en decir, como Messeguer, que Mariátegui recibió
la destrucción del orden burgués liberal y so- solamente un “marxismo filtrado” por Croce,
cialdemócrata. Nada sorprende, en consecuen- Sorel o Gobetti.
cia, que enfatizara el sindicalismo y no la lucha Mariátegui conoció de primera mano varias
por el Estado como estrategia revolucionaria, y de las obras más importantes de Marx, Lenin,
que fuera el fascismo mussoliniano el que me- Kautsky, Hilferding, Trotsky, Bujarin, a los cua-
jor entendiera el mensaje soreliano. les cita en sus principales trabajos. Y, aunque
Es obvio que ni Gramsci ni Mariátegui po- es dudoso como medida de lo que un hombre
dían compartir esa entraña contrarrevolucio- lee, el registro de su biblioteca, Vanden123 ha
naria que la fraseología revolucionaria sore- podido establecer que la biblioteca personal de
liana encerraba. No obstante no disimularon Mariátegui contenía todas esas obras, anotadas
su aprecio por el maestro del “sindicalismo y subrayadas por su dueño.
revolucionario”. Pero lo que en el primero era Surge, entonces, la pregunta necesaria
una muy consciente y discriminadora atención acerca de por qué Mariátegui acordaba un
al sorelismo, en Mariátegui aparece como una lugar tan prominente en su pensamiento a la
admiración tan grande que lo lleva a ponerlo en obra de Croce, Gobetti y, especialmente, de
la estantería marxista nada menos que junto al Sorel, y a través de éste, a la influencia del
propio Marx. Y aunque parece probable que no bergsonismo y del pragmatismo, y en menor
conociera la obra teórica de Rosa Luxemburgo, medida del Unamuno de Agonía del cristia-
por ejemplo, y la del propio Engels quizás prin- nismo y Sentimiento trágico de la vida. Y
cipalmente a través de Croce, no hay modo de otra aún más difícil: ¿en qué medida todas
justificar hoy esa admiración. esas influencias están presentes en su obra de
De todos modos, lo que resulta demostrable investigador de la historia social y política pe-
es que esas influencias en la formación inte- ruana, y de teórico de la revolución socialista
lectual y espiritual de Mariátegui, provienen en América Latina?
en una medida principal del hecho de que su
aprendizaje marxista fue realizado dentro de la
123 Vanden, Harry 1975 Mariátegui, influencias en su
particular atmósfera italiana de comienzos de formación ideológica (Lima: Biblioteca Amauta).
392 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Sobre la primera, no soy el primero en sospe- inteligencia peruana se apoyaba en el vitalismo


char que la angustia mariateguiana, su necesidad bergsoniano contra el positivismo, él se sentirá
de una concepción heroica de la existencia y de justificado en el uso del mismo bebedero ideo-
fundamentos metafísicos para su voluntad de ac- lógico para combatir al positivismo y a Leguía.
ción revolucionaria, tienen mucho que ver con Lo que le parecía importante no era el origen y
el pasado de inclinaciones místico-religiosas y la relación de esas ideas con el marxismo, sino
estéticas del Mariátegui anterior al viaje a Euro- su eficacia, en un determinado momento histó-
pa, y cuyo confrontamiento con el materialismo rico, para coadyuvar a la causa de la revolución
marxista no pudo ser resuelto a través de una moviendo a las mentes fuera del conformismo
discusión en el terreno epistemológico y meto- que, en el Perú, era naturalmente equivalente a
dológico, dadas las insuficiencias implicadas en sostener el orden oligárquico-imperialista.
su formación enteramente autodidacta, y encon- De allí, por ejemplo, la adopción de la idea
tró un cauce ético-filosófico de solución que, no del mito social como instrumento para movili-
por ser teóricamente inconsistente, era menos zar a las masas indias, que no estaban en condi-
eficaz psicológicamente en el Mariátegui madu- ciones de acceder a un plano más elaborado del
ro. A ello contribuyó mucho el carácter mismo conocimiento de la teoría revolucionaria; “el
del debate ideológico italiano y el predominio de vulgo no sutiliza tanto”, dirá una vez, para soste-
las cuestiones culturales y políticas, pero sobre ner la necesidad del mito. Se equivoca, por eso,
esa base de la propia formación de Mariátegui. Paris, al sostener que la adhesión de Mariátegui
Cuando a su regreso de Europa, Mariátegui a Sorel y a su idea del mito social, era sólo una
encuentra el positivismo rebajado a la ideolo- expresión del recóndito reconocimiento que
gía del corrupto arribismo del período de Le- aquél tenía, de que en las condiciones peruanas
guía, su convicción de que el positivismo era la idea misma de una revolución socialista era
responsable del reformismo parlamentario de un mito, al cual tenía que aferrarse para con-
la socialdemocracia, y de la crisis del libera- tinuar actuando y difundiendo el socialismo124.
lismo, que se habían revelado impotentes para Sería necio decir que toda esa ideología que en
contener el fascismo el uno, y para desarrollar
la revolución socialista la otra, quedará forta-
lecida. Y, a pesar de que la más reaccionaria 124 Paris, op. cit., pp. 33-34.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 393

Mariátegui enmarcaba al marxismo, era sólo mismo período”125. Y Posada parece retener a
exterior e instrumental, o que el lugar que tenía duras penas la tentación de tirar el niño junto
en su pensamiento fuera superficial o pequeño. con el agua sucia, afirmando que Mariátegui
No; estaba en la capa más honda de la tensión corresponde “más bien a la fase de gestación
emocional del hombre. Pero es necesario, tam- del marxismo en América Latina […], no cons-
bién reconocer que él hacía de esa ideología un ciente de la especificidad teórica de la filosofía
uso particular y consciente; piso emocional y marxista”126, sin duda porque él mismo estaba
ético para mover el ánimo y la conducta propia más interesado en la “práctica teórica” autóno-
y ajena hacia la revolución socialista. ma, ajena al marxismo.
Por todo eso, carecen igualmente de asidero Lo que hoy nos asombra en la obra mariate-
real la idea acuñada por Salazar Bondy, sobre guiana es que, a pesar de sus ambigüedades con-
un “marxismo abierto” que en Mariátegui se- ceptuales y de la insuficiencia de su formación
ría la alternativa a un “marxismo dogmático”, teórica, haya logrado hacer los descubrimientos
o la aún más peregrina pretensión de Aguirre teóricos más importantes de la investigación
Gamio sobre un Mariátegui ideólogo de un so- marxista de su tiempo en y sobre América Lati-
cialismo religioso pariente del de Berdiaev. Es na, que constituyen puntos de partida necesarios
más correcto señalar que no todo en el pen- para la crítica revolucionaria actual de nuestra
samiento mariateguiano era marxista y que en sociedad. Porque es por eso que la obra de Ma-
su polémica contra el revisionismo y el positi- riátegui es importante en la historia del Perú o de
vismo, son las cuestiones ético-filosóficas las América Latina, y no porque en ella se encuen-
que tienen primacía sobre las epistemológicas tren todas esas ambigüedades, o por cuanta ad-
y metodológicas, acerca de las cuales su for- miración tenía por Sorel o Croce o Unamuno. Y
mación era insuficiente. no es acaso muy grande el riesgo de decir que, de
Robert Paris ha señalado que esos proble- algún modo, sus descubrimientos marxistas de la
mas, y en especial la impronta soreliana en el realidad fundamental del Perú de su tiempo, fue-
pensamiento de Mariátegui, “hace que resul-
te tan ambiguo el aparato conceptual de los 7
ensayos, así como tan difícil en todo momen- 125 Paris, op. cit., p. 21.
to la clarificación política e ideológica de este 126 Posada, op. cit., p. 14.
394 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ron la conquista de una mentalidad cuya autono- implicaciones sobre toda América Latina, está
mía y osadía intelectual, eran apoyadas inclusive contenida en sus 7 ensayos y en las recopila-
en esos elementos, teóricamente espurios y, sin ciones que forman los volúmenes de Ideología
embargo, psicológicamente eficaces para permi- y política, Peruanicemos al Perú, Temas de
tir que no se plegara simplemente a una adhesión educación, Temas de nuestra América, y en
acrítica a las “ortodoxias” burocráticas. los documentos sobre la organización y debate
Porque fue la enhiesta voluntad de acción re- del Partido Socialista del Perú, reproducidos
volucionaria del hombre, y no importa si alimen- por Martínez de la Torre en sus Apuntes para
tada por una concepción metafísica de la exis- una interpretación marxista de la historia
tencia individual, lo que le permitió llevar a la del Perú127.
práctica lo que está implicado en la XI Tesis so- Desaparecido hasta hoy el único libro orgá-
bre Feuerbach, por debajo de su apariencia de nico que Mariátegui produjo, sobre la evolu-
reclamo ético: quien quiera conocer la realidad ción política e ideológica del Perú, anunciada
ha de saber que sólo puede lograrlo en combate en la “Advertencia” de los 7 ensayos, junto a
con ella, metiéndose dentro de ella, para trans- éstos, son los materiales que están reunidos
formarla. O renunciar al conocimiento profundo en Ideología y política los de mayor significa-
y contentarse con el de su apariencia. ción política, y en especial Punto de vista an-
Y eso es lo que, más allá de la connotación vo- tiimperialista, escrito casi un año antes de su
luntarista a la que todos aluden, otorga su más muerte y expresión del punto más alto de su
pleno sentido a su admirativo elogio de la frase madurez política. Debe esperarse una mayor
de Lenin, en boca de Unamuno: “Tanto peor para difusión de estos materiales fuera del Perú, ya
la realidad”. que conociendo solamente los 7 ensayos no
puede obtenerse una cabal apreciación de la
La contribución marxista de originalidad y del valor de la contribución mar-
Mariátegui al descubrimiento xista de su autor.
de América Latina
Lo fundamental de la producción maria-
teguiana sobre los problemas peruanos, con 127 Martínez de la Torre, op. cit., T. II.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 395

El conjunto de sus investigaciones sobre la La naturaleza específica de la


historia económico-social y política del Perú, formación social peruana
de sus trabajos editoriales y culturales, así
como su acción de organizador sindical y po- Al enjuiciar la evolución de la economía pe-
lítico y los lineamientos de una perspectiva ruana desde la Primera Guerra Mundial, Ma-
estratégica de la revolución peruana, que al- riátegui constata que con la implantación de
canzó a trazar antes de su muerte, dan cuenta la industria moderna, el dominio del capital
de que, desde su regreso y en especial desde financiero, y la definición de la disputa hege-
1925, Mariátegui se enfrentó a los problemas mónica entre Estados Unidos e Inglaterra en
peruanos a través de una triple polémica. Esta favor del primero, se ha acelerado la inserción
fue desenvolviéndose conforme avanzaba en de la economía peruana en el orden capitalista
el reconocimiento de la realidad peruana y la- internacional, y que eso se traduce, además,
tinoamericana, y maduraba su vinculación po- en un “reforzamiento de la hegemonía de la
lítica concreta con el movimiento obrero y con costa en la economía peruana”, porque en esa
el entero movimiento popular. región es donde más plenamente se implanta
Esa triple polémica lo enfrentó, sucesivamen- el capitalismo, en la industria y en los latifun-
te, a los ideólogos del orden oligárquico-impe- dios capitalistas.
rialista, al nacionalismo democrático aprista, Como consecuencia, verifica que se produce
entonces radicalizado con elementos socializan- “el desenvolvimiento de una clase capitalista,
tes y marxizantes, y a la dirección oficial de la III dentro de la cual cesa de prevalecer como an-
Internacional en América Latina. tes la antigua aristocracia. La propiedad agra-
No es mi propósito aquí, en el marco de un ria conserva su potencial; pero declina la de los
ensayo introductorio, presentar y discutir cada apellidos virreinales. Se constata el robusteci-
uno de los elementos de esa polémica y en cada miento de la burguesía”128.
una de sus etapas, sino aquello que, en mi opi- Sobre esa base y dentro de esa perspectiva,
nión, constituye lo más original y de ese modo concluye: “Apuntaré una constatación final: la
más valioso y perdurable de su contribución a
nuestro conocimiento de la realidad concreta
del Perú. 128 7 ensayos, op. cit. pp. 23-24.
396 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de que en el Perú actual coexisten tres econo- tiene el concepto de la renta antes que el de la
mías diferentes. Bajo el régimen de economía producción. El sentimiento de aventura, el ím-
feudal nacido de la Conquista subsisten en la petu de la creación, el poder organizador, que
sierra algunos residuos vivos todavía de la eco- caracterizan al capitalista auténtico, son entre
nomía comunista indígena. En la costa, sobre nosotros casi desconocidos”130.
un suelo feudal, crece una economía burguesa Esa condición de la burguesía criolla es el
que, por lo menos en su desarrollo mental, da resultado de dos determinaciones. Su relación
la impresión de una economía retardada”129. con el capital extranjero, con el cual se “han
En otros términos, tres modos de produc- contentado con servir de intermediarios”131, de
ción coexisten en el Perú. Pero, bajo la “he- un lado, y su relación con los rezagos feudales
gemonía de la costa”, esto es, del capitalismo, en la costa capitalista y el predominio del feu-
aunque éste da “la impresión de una economía dalismo en la sierra132.
retardada”, es decir, en nuestra jerga actual, Con genial perspicacia, afirma: “En el Perú,
subdesarrollada, es por eso que se “robuste- contra el sentido de la emancipación republi-
ce la burguesía”, ya diferenciada como clase cana, se ha encargado al espíritu del feudo –
aparte de la “antigua aristocracia”, o sea de los antítesis y negación del espíritu del burgo– la
terratenientes señoriales, y éstos “dejan de pre- creación de una economía capitalista”133.
valecer como antes”. A la hegemonía del capi- Este enfoque del carácter de la economía
tal en la economía, corresponde la hegemonía peruana, como compleja y contradictoria arti-
de la burguesía en la sociedad. culación entre capital y precapital, bajo la he-
Más adelante observa que los sectores ca- gemonía del primero, del mismo modo como
pitalistas (minería, comercio, transportes), es- todavía se articulan “feudalismo” y “comunis-
tán en manos del capital extranjero, y que la mo indígena”, en la sierra, ambos bajo el capi-
burguesía criolla carece de los atributos em-
presariales de la europea o norteamericana:
“El capitalista, o mejor el propietario, criollo, 130 Ibíd., p. 29.
131 Ibíd. , p. 26.
132 Ibíd., pp. 25-29.
129 Ibíd., p. 24. 133 Ibíd., p. 29.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 397

tal, produciendo efectos no solamente sobre la abiertas coincidencias sobre numerosos otros
lógica del desenvolvimiento económico sino aspectos del debate sobre el orden oligárquico-
también sobre la mentalidad de las clases, es imperialista, como lo testimonian los mismos 7
el hallazgo básico de la investigación mariate- ensayos si se los confronta con la producción
guiana, y de donde se derivarán sus desarrollos de Haya de la Torre, anterior en este debate. Y,
sobre el carácter y las perspectivas de la revo- asimismo, en ese enfoque se fundará inmedia-
lución peruana. tamente después su polémica contra la orien-
Aparte del debate, hasta hoy inacabado, tación oficial de la III Internacional, al ingresar
sobre el problema del “feudalismo colonial” ésta en su viraje posterior al fracaso de su in-
y del “comunismo incaico”, que eran visiones tervención en la Revolución China, en 1927.
compartidas ampliamente con las corrientes Él podía no tener suficiente formación me-
democrático-nacionalistas y Haya de la To- todológica, tener una parte de su pensamiento
rre134, quien desde 1923 venía sosteniendo en sujeto a la influencia de ideólogos no marxis-
el exilio esas tesis, ese enfoque mariateguiano tas; eso, como se ve, no impidió que elaborara
era el único que en toda América Latina podía, un enfoque en el cual la teoría materialista de
en ese momento, dar cuenta de la especificidad la historia y su fundamento dialéctico, están en
profunda, de la originalidad del proceso histó- la práctica plenamente presentes. Y la investi-
rico de estas formaciones sociales dentro de su gación actual no ha hecho sino confirmar este
común pertenencia a la legalidad general del descubrimiento fundamental de Mariátegui,
orden capitalista imperialista. Era el único en- como he procurado mostrarlo en las primeras
foque que no era ni un invento de la realidad, ni páginas de este texto.
una mera “aplicación” exterior de las catego- Mariátegui logra poner de manifiesto cómo, a
rías marxistas a nuestra realidad. pesar de sus diferencias profundas, los tres mo-
Y fue desde esta base que Mariátegui pudo dos vigentes de producción concurren a la confi-
después diferenciarse nítidamente del APRA y guración de una misma y unitaria estructura eco-
de Haya de la Torre, no obstante sus amplias y nómico-social, sobre la base de su articulación
recíproca bajo la lógica hegemónica del capital.
Esa concepción contrasta inequívocamen-
134 Haya de la Torre, Víctor Raúl 1977 Obras completas
(Lima: Editorial Mejía Baca) T. I: 67 y 85. te con la visión dualista elaborada por Haya,
398 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y adoptada más tarde por los seguidores de lista de nuestras formaciones sociales, entre un
la propia III Internacional y los ideólogos del sector feudal y otro capitalista, que sólo tienen
modernismo desarrollista, tan en boga hasta no en común un territorio jurídicamente delimita-
hace mucho en América Latina. do por un país o un continente.
Y, al mismo tiempo, en esa concepción ma- Unidad de elementos contradictorios, en una
riateguiana estaba y está, necesariamente, im- determinada y concreta situación histórica,
plicada una oposición fundamental a la idea de donde se combinan desiguales niveles de de-
una secuencia, derivada de un razonamiento sarrollo, interpenetrándose y condicionándose
lógico abstracto pero en modo alguno dialéc- constantemente y donde no se puede destruir
tico marxista, entre una etapa revolucionaria uno de sus elementos sin afectar el conjunto y
antifeudal previa a una anticapitalista, como a la inversa, es la visión categóricamente mar-
la experiencia europea sugería y aún sigue xista y dialéctica que nos entrega Mariátegui
sugiriendo a muchos, en la medida en que las como formulación específica y como postura
luchas de clases que eran determinadas por epistemológico-metodológica.
esta particular cambiación histórica, no podían Es verdad, sin embargo, y sería ocioso ne-
desenvolverse, en tanto que revolucionarias, garlo, que esa concepción no llegó a ser plena
de otro modo que afectando no solamente al y sistemáticamente elaborada por Mariátegui,
conjunto de esa estructura, sino a su eje articu- y aparece en buena medida intuida y poco
lador y dominante en primer término; esto es, consolidada.
al capitalismo. Y en tanto que dentro de este De otro lado es notorio que la mayor aten-
capitalismo era el capital monopólico imperia- ción de Mariátegui se concentra en el análisis
lista el dominante, el ataque al capital era, al del sector no capitalista de la economía, como
mismo tiempo y no en dos tiempos, un ataque tema dominante de su investigación y de su
al imperialismo y al capitalismo como tal. reflexión económico-social. Eso no indica, no
No hay que ser muy perspicaz, tras el largo y obstante, sino el hecho de que el problema del
fatigoso camino recorrido por el debate latino- campesinado era obviamente el tema central
americano de las dos últimas décadas, para ver de todo el debate político de la época en el
que la teoría de la revolución por etapas es he- Perú, cubierto en abrumador predominio por
redera y tributaria entrañable de la teoría dua- las corrientes democrático-nacionalistas que
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 399

Haya acaudillaba, mientras que la figura mar- feudalidad sobreviviente –afirma– son dos: lati-
xista de Mariátegui fue, durante la mayor parte fundio y servidumbre”136. Pero, al mismo tiem-
del período, solitaria. Y, de otro lado, el hecho po, plantea que “la hora de ensayar en el Perú
demostrable de que el propio pensamiento el método liberal, la fórmula individualista, ha
mariateguiano compartía en amplia medida pasado ya”137. ¿Por qué? Porque la liquidación
muchas de las concepciones ambientes, lo que de la feudalidad hace ya parte, para él, del pro-
sin duda era facilitado porque hasta 1928 Haya blema de la liquidación del conjunto del orden
estaba en su fase ideológica más radical y bajo vigente, dominado por el capital, como acaba
una apreciable influencia marxista. de señalarlo inmediatamente antes.
A pesar de eso, es también demostrable que En otros términos, la feudalidad existente en
aun dentro de esa común perspectiva, la base la sierra es tal feudalismo sólo si se lo considera
del enfoque mariateguiano lleva a diferencias separadamente de su lugar en el conjunto de la
sustantivas en la teorización del problema cam- estructura económica del país. Tomado dentro
pesino y del feudalismo. Aparte del hecho de de este conjunto, es decir, articulado al capital y
que el dualismo no está presente en Mariátegui, bajo su dominio, es “semifeudal”. Si la solución
mientras que para Haya y sus seguidores lo que del problema del campesinado indio y del pro-
existía en la estructura económica de la sierra blema agrario es la destrucción de la feudalidad,
era un feudalismo total, de origen colonial, Ma- eso no puede realizarse sino dentro del proceso
riátegui coloca el problema en otra perspectiva. global de la revolución anticapitalista. Ni antes,
Lo que él observa en la sierra como predomi- ni después, como enfáticamente sostiene al dis-
nante, y como rezagos en la costa capitalista, cutir el problema del indio en particular138.
es un “semifeudalismo” en la economía, y un Por ello, la lucha del proletariado contra el
“gamonalismo” como forma específica de la do- capital, en la costa, es indesligable de la del
minación política local de los terratenientes135. campesinado contra la feudalidad. Y ambas
¿Por qué “semifeudal”? Mariátegui no ofrece
una respuesta directa. “Las expresiones de la
136 Ibíd., p. 43.
137 Ibíd., p. 44.
135 7 ensayos, pp. 44 y ss. 138 Ibíd., p. 32.
400 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

son la base de la revolución socialista indoame- Empero, mientras que en Haya esa solución
ricana, como sostendría después. colectivista del problema agrario hace parte
La misma diferente perspectiva entre Haya de un desarrollo capitalista, en un régimen de
y Mariátegui se encuentra a propósito del capitalismo de Estado, para Mariátegui esa
problema de la “comunidad indígena” y de misma fórmula de resolver el problema agra-
su lugar en el proceso revolucionario. Ambos rio e indígena hace parte de una perspectiva
compartían la tesis del carácter “comunista socialista de reorganización de la entera socie-
primitivo” de la sociedad incaica, de la cual dad peruana.
procedía la “comunidad indígena”, como ele- Después de la muerte de Mariátegui, Mi-
mento superviviente de ese “comunismo in- roshevsky publicó en 1942 una crítica a Ma-
caico”. Haya había formulado esa tesis poco riátegui en Dialéctica, la revista del Partido
antes de Mariátegui, siguiendo a Von Hans- Comunista de Cuba142 acusándolo de “popu-
tein, Ernesto Quesada y Tomás Joyce139 e in- lista” y “representante de la democracia re-
sistirá en ella en artículos publicados en la volucionaria” primero y después de “propa-
propia Amauta, en 1926 y 1928140. Inclusive, gandista del socialismo pequeñoburgués” y
en una carta a Gabriel del Mazo, en junio de de la “revolución campesina socialista”, por
1925, Haya propone una solución del proble- sostener que la “comunidad indígena” podía
ma indígena o campesino, que eliminando el ser el punto de partida para una reorganiza-
feudalismo revierta la tierra a la comunidad, ción socialista de la estructura agraria, dentro
“como se trata ahora de hacerlo en Rusia. Co- de una revolución socialista en el Perú. Ese
lectivismo o Socialismo”, y añade líneas más artículo era un eco algo tardío de la polémica
adelante, que “la nueva comuna rusa –ya lo ha entre Mariátegui y la III Internacional estali-
dicho Montandon en Clarté– es la vieja comu- nista, en 1929.
nidad incaica modernizada”141.

142 V. Miroshevsky, El populismo en el Perú. Papel de


139 Haya de la Torre, op. cit., pp. 59 y ss. Mariátegui en la historia del pensamiento social la-
tinoamericano. Publicado originalmente en Moscú, y
140 Ibíd., pp. 115 y ss. reproducido en Dialéctica, Revista del Partido Comu-
141 Ibíd., p. 84. nista Cubano (La Habana) N° 1, mayo-junio, 1942.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 401

Mariátegui estaba limitado por el horizon- el lugar que Mariátegui plantea para el destino
te del conocimiento científico de su tiempo de la “comunidad indígena” en el proceso de la
acerca del problema de la sociedad incaica, y revolución socialista peruana, pues aquí vuelve
en coincidencia con Haya de la Torre, Castro a encontrarse una de las más originales y valio-
Pozo143, Valcárcel144, y dentro de la clásica es- sas contribuciones del Amauta para el proble-
quematización de la evolución histórica en cin- ma de la revolución peruana en ese período, y
co modos de producción del marxismo de esa que coinciden, sin que él lo supiera, con algu-
época, antes del redescubrimiento del concep- nas ideas de Lenin sobre el problema del pasaje
to de modo de producción asiático en Marx, ad- al socialismo de sociedades en que todavía que-
mitió la tesis del carácter comunista primitivo daban amplios sectores precapitalistas.
de la sociedad incaica, aunque reconociendo el En efecto, en el informe presentado en nom-
despotismo teocrático del Estado inca, y en ese bre de la Comisión sobre el problema nacional
sentido yendo más lejos que la simplificación y colonial, al Segundo Congreso de la Interna-
de Engels sobre la “barbarie media” en que cional Comunista, en 1920, Lenin sostenía que
habría estado esa sociedad, que todavía hoy “La Internacional comunista debe establecer y
repiten con ingenuidad algunos comentaristas justificar, en el plano teórico, el principio de que
peruanos de esas tesis de Mariátegui145. con la ayuda del proletariado de los países avan-
Eso, sin embargo, en nada apoya la banal zados, los países atrasados pueden arribar al
tergiversación que Miroshevsky fabrica sobre régimen soviético y, pasando por ciertas etapas
de desarrollo, al comunismo, evitando el estadio
capitalista”146, desechando así enérgica y nítida-
143 Hildebrando Castro Pozo, Nuestra comunidad in-
dígena (Lima, 1919) y Del ayllu al cooperativismo so-
cialista (Lima, 1934). 146 Lenin, Oeuvres, T. XXXI, p. 252. En el Congreso de la
Internacional Comunista, de 1920, Lenin polemizando con
144 Luis Eduardo Valcárcel, De la vida incaica (Lima, N. Roy, delegado hindú, sostenía que “el campesinado su-
1925); Del ayllu al imperio (Lima, 1926) y Tempestad jeto a dominación semifeudal podría asimilar plenamente
en los Andes (Lima, 1927), publicado en la Editorial Mi- la organización soviética” bajo conducción política co-
nerva, de Mariátegui, con prólogo de éste. munista en una línea proletaria, aun si no era posible un
145 Véase la reciente compilación Los modos de pro- movimiento puramente proletario. Citado en Garaudy, R.
ducción en el Perú (Lima, 1977). 1967 Le Problème Chinoise (París: Seghers) pp. 77-84.
402 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

mente esa suerte de “economismo” que sostiene Mariátegui redescubría, en suelo peruano y por
que no es posible saltar la etapa capitalista bajo su cuenta, ideas con una ya larga e ilustre histo-
ninguna condición histórica, tan cara a los men- ria en el desarrollo de la teoría revolucionaria
cheviques, al revisionismo de Bernstein (Condi- marxista, precisamente porque venía de hacer
tions du Socialisme) y al estalinismo después. aquel descubrimiento fundamental ya señala-
Por lo demás, esas tesis leninistas provenían do, como la base de todo su enfoque teórico
directamente de Marx y Engels, quienes en el acerca del carácter de la sociedad peruana y de
“Prefacio” a la traducción rusa del Manifiesto, sus perspectivas revolucionarias. Y era lo que,
en 1882, señalaban que: en sus propios términos, puede ser calificado
como “determinismo pávido” y “positivismo
En Rusia, junto a la especulación capitalista que chato”, infectando profundamente la nueva
se desarrolla febrilmente y de la propiedad agraria “ortodoxia” burocrática de la III Internacional
burguesa en plena formación, más de la mitad de estalinista, el único e ineficaz respaldo a la tor-
la tierra es propiedad comunal de los campesinos. pe argumentación de Miroshevsky en represen-
Se trata, por tanto, de saber si [en] la comunidad
tación de esa dirección.
campesina rusa, esta forma ya descompuesta de
la antigua propiedad comunal de la tierra, pasará
directamente a la forma comunista superior de la
propiedad agraria, o bien ella debe seguir primero La crítica mariateguiana del
el mismo proceso de disolución que ha sufrido en APRA y de la dirección de la
el curso del desarrollo histórico de Occidente. III Internacional
La única respuesta que se puede dar hoy día a esta
cuestión es la siguiente: si la Revolución Rusa da Aunque con fundamentales diferencias en las
la señal de una revolución obrera en Occidente, bases de sus respectivos enfoques, tal como
y si las dos se complementan, la propiedad co- queda señalado, las coincidencias ideológi-
munal actual de Rusia podrá servir de punto de cas y políticas entre Mariátegui y la corriente
partida a una evolución comunista147.
nacionalista democrática que lideraba Haya
de la Torre fueron relativamente amplias, en
tanto que durante la etapa entre 1923 y 1928,
147 Marx y Engels, “Prefacio” a la edición rusa del Ma-
nifiesto comunista, citado en Garaudy, op. cit., p. 58. el debate ideológico peruano estaba centra-
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 403

do básicamente en el esclarecimiento de la y al carácter oligárquico de la cultura. Es útil


sobrevivencia de los elementos de origen comparar, en ese sentido, la producción de am-
colonial en la sociedad vigente y en el carác- bos hasta 1927, en que las diferencias comien-
ter oligárquico del Estado y de la cultura. Y zan a precisarse y sistematizarse.
Mariátegui tomó parte activa en las tareas Aquella ubicación de Mariátegui dentro de
intelectuales y políticas del frente único que una política poco diferenciada en un frente úni-
entonces constituía el APRA, entre las capas co democrático-nacionalista radicalizado que
medias nuevas que emergían y el naciente encarnaba el APRA, no correspondía solamen-
proletariado y el campesinado. te a la gradual maduración y depuración de su
El carácter de Amauta, la revista de Mariá- propio enfoque sobre la realidad concreta, sino
tegui, correspondió a ese contexto, en su plu- también coincidía ostensiblemente con la orien-
ralidad ideológica unificada por su connota- tación política que, después de la muerte de
ción antioligárquica y nacionalista, dentro de Lenin, la dirección estalinista había conseguido
la cual la propaganda socialista de Mariátegui imponer en la III Internacional.
tenía un lugar destacado, pero sin una nítida Apoyándose formalmente en las resolucio-
diferenciación. Eso se prolongará, aunque en nes del II, III y IV Congreso de la Internacional,
una línea de creciente depuración, hasta el N° la dirección estalinista había terminado por en-
17, de septiembre de 1928, en que Mariátegui fatizar las coincidencias circunstanciales sobre
anuncia, en el célebre editorial “Aniversario y las diferencias y la necesaria autonomía políti-
balance”, la definición socialista de la revista. ca, como señalan aquellas resoluciones, en la
Del mismo modo, en tanto que los 7 ensayos política de frente único antiimperialista. Esa
fueron publicados desde 1926 en Amauta, y política era conducida principalmente en Asia
aparecieron como volumen solamente en 1928, y en particular en el caso de China, donde se
puede apreciarse que, no obstante las diferen- condujo al Partido Comunista hasta su integra-
cias básicas de enfoque, son muchos los aspec- ción y casi disolución dentro del Kuomintang,
tos específicos en los cuales se puede registrar hasta su fracaso, que culminaría con las masa-
coincidencias entre el pensamiento de Haya y cres de Shanghái en marzo de 1927 y el baño
el de Mariátegui, particularmente en todo aque- de sangre de la heroica “Comuna de Cantón”
llo que se refiere a los problemas de la colonia del proletariado chino, en diciembre del mismo
404 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

año, bajo las balas del ejército del Kuomintang pesar de la enérgica oposición de algunos di-
conducido por Chiang Kai-shek. rigentes comunistas latinoamericanos, Mella
Y puesto que Haya de la Torre definía en- principalmente, la conducta de la dirección de
tonces al APRA como el Kuomintang latinoa- la Internacional aún es ambigua frente a Haya y
mericano, Mariátegui pudo sentirse justificado al APRA. Pero, a partir de entonces, los campos
no solamente en su participación dentro del son claramente demarcados y opuestos.
APRA, sino en la cautela y lentitud de la dife- De su lado, Haya entra en una acelerada
renciación y autonomización política frente a actividad de organizador y propagandista del
la corriente democrático- nacionalista predo- APRA como alternativa a la III Internacional,
minante dentro de ese frente único. A pesar de y ya no como frente único sino como un Par-
que sus tareas de organizador sindical y su pro- tido donde deben integrarse los componentes
paganda socialista fueron intensas y reales, es de ese frente, bajo la dirección de las clases
también efectivo que solamente al final de esa medias, y bajo un comando férreamente cen-
etapa, Mariátegui se concentró en la polémica tralizado. Y frente a eso, los dirigentes de los
diferenciadora y en la organización política partidos comunistas ya formados como tales
autónoma de la corriente socialista dentro del en América Latina, lo combaten resueltamen-
frente, en 1928. te, Mella sale a la palestra con su folleto ¿Qué
Hasta comienzos de 1927, la dirección de la es el APRA?, a comienzos de 1928 en México.
III Internacional estaba aún claramente intere- Y Mariátegui, aunque todavía da cabida en
sada en atraer a su órbita al APRA y presumi- el mismo momento al artículo definitorio de
blemente en ganar la adhesión del propio Haya Haya “Sobre el papel de las clases medias”, en
de la Torre. Pero al hacerse claro el fracaso de Amauta, comienza un intercambio polémico
la política con el Kuomintang en China, y la con Haya y con los grupos apristas en el exilio,
cada vez más definida actitud de Haya como lo que lleva a la ruptura final y a la formación
alternativa latinoamericana a la III Interna- del Partido Socialista del Perú, en el segundo
cional, la ruptura será inevitable. Todavía, sin semestre de 1928, paralelamente a la defini-
embargo, Haya es invitado al Congreso Anti- ción socialista de Amauta.
imperialista de Bruselas, en febrero de 1927, La polémica exige a Mariátegui sistematizar
un mes antes de la masacre de Shanghái, y a y depurar su enfoque de la realidad peruana y
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 405

latinoamericana y su pensamiento político con- sobre el problema de las especificidades histó-


creto, cuyas bases últimas ya eran formuladas ricas de las formaciones sociales latinoameri-
desde 1926. Y es entonces cuando Mariátegui canas, dentro del orden imperialista internacio-
pone en juego su excepcional perspicacia para nal, como, y más claramente, sobre el carácter
penetrar la realidad específica, históricamente de la revolución y del partido, con ocasión de
determinada, de la realidad peruana y latinoa- la Primera Conferencia Comunista Latinoame-
mericana, alzándose como el más fecundo y ricana en junio de 1929, en Buenos Aires.
profundo teórico y dirigente marxista revolu- El eje de la polémica contra el APRA y contra
cionario de su tiempo en América Latina. Haya, así como con la dirección de la III Inter-
César Germaná, en un lúcido estudio recien- nacional estalinista, es el carácter específico del
temente publicado148, ha contrastado sistemá- imperialismo en América Latina, y su papel or-
ticamente el pensamiento mariateguiano y el denador en las tendencias de las luchas de cla-
de Haya, para demostrar la validez original y la ses. Sobre esa base, en ambos frentes de su po-
vigencia del primero, confirmada enteramente lémica, avanza hasta descubrir el carácter espe-
en la experiencia histórica desde la crisis de cífico, en ese período, de la revolución en estos
los años treinta hasta hoy. países y el del partido destinado a su dirección.
Empero, no es solamente contra el APRA y
contra Haya que Mariátegui endereza su crítica
revolucionaria. En el curso de esa polémica, no El carácter del imperialismo
puede dejar de hacer el balance crítico de la y sus implicaciones sobre la
experiencia de la dirección oficial de la III In- lucha de clases
ternacional, dentro y fuera de América Latina,
y en especial en China. Y, como consecuencia, Frente al APRA y Haya de la Torre, Mariátegui
es llevado a polemizar con esa dirección, tanto pone de relieve el contenido de clase del impe-
rialismo, como más significativo que su conte-
nido nacional, y como determinante del pro-
148 Germaná, César 1977 “La polémica Haya-Mariátegui. pio rol del problema nacional dentro del impe-
Reforma o Revolución en el Perú” en Cuadernos de
rialismo, y sobre cuya base solamente puede
Sociedad y Política (Lima) N° 2, colección dirigida por
Aníbal Quijano. aprehenderse la naturaleza y el movimiento
406 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

histórico concreto de las luchas de clases en obra, en Haya el imperialismo asume así un ca-
América Latina. rácter ambiguo: al mismo tiempo es la domina-
Para el APRA y para Haya de la Torre, el im- ción extranjera, indeseada, y la iniciación del
perialismo se define por dos rasgos básicos: 1) el progreso, deseado y necesario.
carácter extranjero del origen y de la propiedad Para Mariátegui, en cambio, no solamente
del capital invertido en nuestros países; 2) en no hay tal dualismo, como ya quedó demos-
tanto que es sólo a través de esa inversión que trado antes, sino que el imperialismo es, ante
el capitalismo aparece en éstos, tal capitalismo todo, capital monopólico en expansión inter-
es incipiente. Consiguientemente, el imperialis- nacional, y su emergencia constituye la inter-
mo es, contrariamente a lo que Lenin afirma, la nacionalización de la estructura del capital, en
primera fase del capitalismo entre nosotros y, en tanto que relación social de producción. Es de-
esa condición, un primer y necesario paso pro- cir, es sobre todo el carácter de clase de la do-
gresivo contra la feudalidad de origen colonial149. minación imperialista lo que así se pone al des-
Aparte de la tesis de que el imperialismo im- cubierto: capital monopólico, explotador del
plica en América Latina la constitución de una trabajo; burguesía monopolista, explotadora
dualidad histórica entre capitalismo y feudalis- de la clase obrera. Y solamente a partir de ello,
mo, entre los que sólo es común el territorio puede ubicarse apropiadamente la relación na-
geográfico y jurídico (país), que recorre toda su cional: burguesía extranjera sobre trabajador
peruano o latinoamericano150.
De esa manera, en pleno acuerdo con Lenin,
149 Haya de la Torre, V. R. 1972 El antiimperialismo citado explícitamente, la penetración imperialis-
y el APRA (Lima: Amauta) pp. 18-19. François Bourri- ta en América Latina, es la de la última fase del
caud, en un libro escrito más bien con simpatía hacia
capitalismo y no de su primera, como Haya quie-
el APRA y Haya de la Torre, no ha podido dejar de ob-
servar que “tal ideología se construyó sobre la base de re para resaltar su “originalidad” frente a Lenin.
abruptas antítesis” y que el “peso del esquema dualista” Debido a ello, y no tanto por lo extranjero
explica a qué “peligros de rigidez expone al APRA antes de su origen y control, el capital que penetra en
de librarlo a los riesgos del oportunismo cuando Víctor
Raúl Haya de la Torre quiera imprimir más flexibilidad a
su acción”. Véase Poder y sociedad en el Perú contem-
poráneo (Buenos Aires: Sur, 1967) p. 139. 150 Ideología y política (OC, Vol. XIII: 160).
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 407

América Latina no puede operar como el capi- en acumular en la producción exportable de


tal competitivo operó en las fases previas del materias primas, en su comercialización y fi-
desarrollo capitalista en Europa o en Estados nanciamiento. No tiene necesidad de ampliar
Unidos: “La época de la libre concurrencia en rápidamente ni el mercado interno de bienes
la economía capitalista ha terminado en todos de producción industrial interna, ni el de mano
los campos y aspectos. Estamos en la época de de obra libre. No sólo no necesita, sino que re-
los monopolios, vale decir de los imperios. Los quiere no enfrentarse conflictivamente con los
países latinoamericanos llegan con retardo a la intereses de los terratenientes gamonales153.
competencia capitalista. Los primeros puestos De ello no se deriva, sin embargo, la inevita-
están asignados. El destino de estos países, bilidad de la permanencia de esa asociación de
dentro del orden capitalista, es el de simples intereses entre la burguesía imperialista y los
colonias”151, afirma Mariátegui. terratenientes gamonales, para todo el tiempo.
En consecuencia, cuanto más se expanda el Aquí Mariátegui se enfrenta simultáneamente
capitalismo y se modernice en nuestros países, al pensamiento aprista, según el cual es nece-
tanto mayor será la presencia del capital mo- saria la alianza con el capital interno y la bur-
nopólico y del imperialismo que en él se funda: guesía interna nacionalista para enfrentar esa
“A medida que crezca su capitalismo, y en con- alianza imperialista terrateniente, y a la direc-
secuencia, la penetración imperialista, tiene ción de la III Internacional, para la cual, lo re-
que acentuarse ese carácter (semicolonial) de velaba la experiencia en China y la aplicación
su economía” dice ya en las primeras líneas de menchevique de las tesis leninistas de los ante-
Punto de vista antiimperialista152. riores congresos de la Internacional, la alian-
En el período que Mariátegui estudia el ca- za con la burguesía progresista y nacionalista
pital imperialista, que domina en nuestra eco- es imprescindible, inclusive bajo su comando,
nomía está, por su articulación con el merca- para la lucha antiimperialista y antifeudal.
do externo, interesado casi exclusivamente Mariátegui se pregunta: “¿Los intereses del
capitalismo imperialista coinciden necesaria y

151 Ibíd., pp. 82 y 248.


152 Ibíd., p. 86. 153 7 ensayos, pp. 78-80.
408 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

fatalmente en nuestros países con los intereses del imperialismo: que desaparezcan los grandes
feudales y semifeudales de la clase terratenien- latifundios, que en su lugar se constituya una
te? ¿La lucha contra la feudalidad se identifica economía agraria basada en lo que la demagogia
forzada y completamente con la lucha antiim- burguesa llama la ‘democratización’ de la pro-
piedad del suelo, que los viejos aristócratas se
perialista?”. Y responde luego:
vean desplazados por una burguesía y una pe-
queña burguesía más poderosa e influyente –y
Ciertamente, el capitalismo usa el poder de la
por lo mismo más apta para garantizar la paz
clase feudal, en tanto que la considera la clase
social– nada de esto es contrario a los intereses
políticamente dominante. Pero sus intereses
del imperialismo154.
económicos no son los mismos. La pequeña bur-
guesía, sin exceptuar a la más demagógica, si
atenúa en la práctica sus impulsos más marca- ¿Mariátegui profeta del ulterior destino aprista
damente nacionalistas, puede llegar a la misma y “velasquista”, de las experiencias peronistas
estrecha alianza con el capitalismo imperialista. y democristianas? Nada de eso. Es el más lúci-
El capital financiero se sentirá más seguro, si el do y penetrante análisis marxista revoluciona-
poder está en manos de la clase más numerosa, rio de las tendencias centrales del movimiento
que satisfaciendo ciertas reivindicaciones apre- histórico de las formaciones sociales latinoa-
miosas y estorbando la orientación clasista de mericanas, lo que esta notable formulación
las masas, está en mejores condiciones que la pone en evidencia, enfrentando al aprismo y,
vieja y odiada clase feudal de defender los in- al propio tiempo, haciendo el balance crítico
tereses del capitalismo, de ser su custodio y su
de las implicaciones de la política de la III In-
ujier. La creación de la pequeña propiedad, la
expropiación de los latifundios, la liquidación
ternacional en el Asia, para América Latina, en
de los privilegios feudales, no son contrarios a plena Conferencia Comunista Latinoamericana
los intereses del imperialismo de modo inme- de Buenos Aires, en 1929.
diato. Por el contrario, en la medida en que los Señalando las diferencias específicas entre
rezagos de la feudalidad entraban el desenvolvi- el papel del imperialismo en Centroamérica y
miento de una economía capitalista, ese movi- en Suramérica, y aludiendo implícitamente al
miento de liquidación de la feudalidad, coincide
con las exigencias del crecimiento capitalista,
promovido por las inversiones y los técnicos 154 Ideología y política, pp. 92-93.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 409

problema del imperialismo en Asia, Mariáte- ve error”155. Y haciendo explícita su crítica a


gui sostiene que para los países de América la dirección de la Internacional, aclara: “Ya en
del Sur, por su estructura y por su política, el nuestra discusión con los dirigentes del apris-
imperialismo no supone el mismo problema mo, reprobando su tendencia a proponer a la
colonial que para los otros, y que en conse- América Latina un Kuo Min Tang, como modo
cuencia no se trata aquí de una política de li- de evitar la imitación europeísta y acomodar la
beración nacional como interés percibido por acción revolucionaria a una apreciación exacta
la burguesía o la pequeña burguesía, y que jus- de nuestra propia realidad, sosteníamos hace
tifique aliarse y subordinarse a ella en la lucha más de un año la siguiente tesis”156, la que alu-
revolucionaria. de a la importancia de los factores culturales,
Sitúa así, desde dentro de las determinacio- en la común defensa, por parte de burgueses
nes históricas concretas de las formaciones y trabajadores, de la nacionalidad avasallada
sociales latinoamericanas del Sur, el papel en países donde dentro de una cultura común
político de las burguesías nacionales respecto se diferencian las clases sociales y sus subcul-
del imperialismo, y los límites inevitables en turas, al contrario de lo que ocurre en el Perú
la oposición pequeño burguesa al imperialis- y los países andinos, donde una oposición cul-
mo, ciega para el contenido de clase de esta tural agudiza el conflicto de clases y lleva a la
dominación. burguesía a robustecer su identificación con
A través de la crítica al APRA, Mariátegui los intereses extranjeros, con los cuales ya está
se enfrenta a la línea política central de la III asociada en la economía.
Internacional estalinista, sosteniendo la invia- Contra la tesis aprista de la necesidad de
bilidad histórica de una burguesía con sen- la dirección de las clases medias en el frente
tido nacional y progresista: “Pretender que revolucionario antiimperialista, Mariátegui
en esta capa social prenda un sentimiento de se apoya en la experiencia mexicana reciente
nacionalismo revolucionario, parecido al que para demostrar la necesaria inconsecuencia
en condiciones distintas representa un factor
en la lucha antiimperialista en los países se-
micoloniales avasallados por el imperialismo, 155 Ibíd., pp. 85-86.
en los últimos decenios en Asia, sería un gra- 156 Ibíd., p. 86.
410 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

del nacionalismo de la pequeña burguesía en la canas del Sur y del Norte, a partir del modo en
lucha contra el imperialismo, porque en nues- que se implanta el capital imperialista, en arti-
tros países, por sobre el problema nacional, “el culación con el precapital, y sobre la base de la
factor clasista es más decisivo, está más desa- previa historia colonial que escindió la cultura
rrollado” y “No hay razón para recurrir a vagas peruana y otras, en un conflicto cultural radical,
fórmulas populistas tras de las cuales no pue- Mariátegui desoculta el papel ordenador del ca-
den dejar de prosperar tendencias reacciona- pital monopólico imperialista, en la economía
rias” como ocurrió en México157. y en el contenido y orientación concreta de los
Porque, aclara Mariátegui: intereses y de los movimientos de las clases so-
ciales, para demostrar la incorrección científica
¿qué cosa puede oponer a la penetración capi- y su correlato político oportunista, en toda polí-
talista la más demagógica pequeña burguesía? tica que, como la del APRA y la de la dirección
Nada, sino palabras. Nada, sino una temporal estalinista de la III Internacional, pretenda apo-
borrachera nacionalista. El asalto del poder por yarse solamente en el problema nacional plan-
el antiimperialismo, como movimiento demagó-
teado por la dominación imperialista, subordi-
gico populista, si fuese posible, no representaría
nando a ello el problema de clase.
nunca la conquista del poder por las masas pro-
letarias, por el socialismo. La revolución socia-
lista encontraría su más encarnizado y peligroso
enemigo –peligro por su confusionismo, por su El carácter de la revolución:
demagogia– en la pequeña burguesía afirmada en “socialismo indoamericano”
el poder, ganado mediante sus voces de orden158.

La misma palabra Revolución, en esta América


De esa manera, desde dentro de las determi- de las pequeñas revoluciones, se presta bastante
naciones históricas concretas, específicas, que al equívoco. Tenemos que reivindicarla rigurosa
mueven a las formaciones sociales latinoameri- e intransigentemente. Tenemos que restituirle su
sentido estricto y cabal. La revolución latinoame-
ricana, será, nada más y nada menos, que una eta-
157 Ibíd., p. 92. pa, una fase de la revolución mundial. Será sim-
158 Ibíd., p. 91. ple y puramente, la revolución socialista. A esta
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 411

palabra se puede agregar, según los casos, todos que tal como ya lo establecía en sus 7 ensayos,
los adjetivos que queráis: ‘antiimperialista’, ‘agra- aparece como el problema medular del período
rista’, ‘nacionalista-revolucionaria’. El socialismo y no puede tener solución efectiva sino dentro
los supone, los antecede, los abarca a todos159. del desarrollo de una transición socialista. El
socialismo latinoamericano “supone” la solu-
Esta rotunda afirmación que Mariátegui estam- ción de esos problemas, porque sólo en él son
pa en el editorial de la nueva etapa de Amauta “abarcados” realmente, y por ello es la perspec-
al romper con el APRA, en 1928, destaca dos de tiva estratégica de la revolución socialista y no
los elementos cruciales de la concepción polí- de otra, la que está antes de todo, la que “ante-
tica de su madurez. En primer término, acor- cede” a todo.
de con su enfoque de que el orden capitalista Ambos elementos son reiterados, un año des-
es una totalidad, toda revolución socialista en pués en la Primera Conferencia Comunista Lati-
cualquiera de sus partes, es parte de la revolu- noamericana de Buenos Aires: “En conclusión,
ción mundial contra el capitalismo, y no se en- somos antiimperialistas porque somos marxis-
claustra en una remisión solamente a los pro- tas, porque somos revolucionarios, porque opo-
blemas internos de un país. En algún sentido, nemos al capitalismo el socialismo como siste-
anticipa lo que, acaso, habría sido su posición ma antagónico llamado a sucederlo, porque en
sobre el “socialismo en un solo país”, que en la lucha contra los imperialismos extranjeros
ese momento estaba ya en el aire. En segundo cumplimos nuestros deberes de solidaridad con
lugar, como toda revolución profunda y genui- las masas revolucionarias de Europa”160.
na, la de América Latina no puede sino estar Más cerca de Perón y de Haya que de Marx,
destinada, en primer término, a dar cuenta y a Ramos comenta este texto: “cada palabra es un
resolver los problemas específicos de su reali- error”, sostiene en su confusión161, plegándose
dad, en el momento y en el contexto concreto a la acusación aprista acerca del europeísmo
en que tiene lugar. De allí, la referencia al pro-
blema antiimperialista, como solución de clase
del problema nacional, y al problema agrario, 160 Ibíd., p. 95.
161
Ramos, Jorge Abelardo “La discusión sobre
Mariátegui” en El marxismo latinoamericano de
159 Ibíd., pp. 247-248. Mariátegui, op. cit, p. 157.
412 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de Mariátegui. Y, a su turno, los jefes del Parti- perialista. Además, esa perspectiva estratégica
do Comunista Peruano, no ocultan su esfuerzo era la única que permitiría el siguiente paso al
por encajar a Mariátegui la idea de una revo- socialismo. A su modo, Haya se plegaba, en el
lución en dos etapas, contra las explícitas afir- fondo, a la tesis de las dos etapas de la revolu-
maciones de su “guía”162, para oponerse a esa ción y a la del carácter antifeudal y antiimperia-
misma acusación. lista de su primera etapa, por lo cual ésta tenía
Mariátegui continúa enfrentando, hoy, el que estar bajo la dirección de las clases medias
nacionalismo democrático burgués y peque- y sostener el capital163.
ñoburgués y, al mismo tiempo, el oportunismo De su lado, la dirección de la III Internacio-
reformista-burocrático del movimiento comu- nal, equipada con las tesis sobre la Cuestión
nista oficial. China, de Stalin, había puesto en práctica de
En ese momento, Haya y los apristas soste- modo consistente una política no muy dis-
nían que el único modo de rescatar la realidad tinta en la fundamental. Y antes de 1930, aun
específica de América Latina en una estrategia después del fracaso de esa experiencia china,
revolucionaria, era basarse en el problema na- estaba aún empeñada en la orientación antiim-
cional y no en el problema de clase para en- perialista y no socialista en América Latina, or-
frentar al imperialismo. La revolución era en su ganizando las Ligas Antiimperialistas, aunque
carácter esencial y específico, una revolución inmediatamente después, en plena crisis inter-
antiimperialista en ese sentido. Sólo un Estado nacional del treinta, viraría intempestivamen-
antiimperialista, fundado en una alianza nacio- te hacia una política ultraizquierdista, cuyas
nal de clases nacionalistas, podía resolver al primeras puntas estaban ya en el debate de la
mismo tiempo las dos cuestiones de fondo: la Primera Conferencia Comunista Latinoameri-
necesidad del capital, que tal Estado podía con- cana, de junio de 1929.
trolar en beneficio del desarrollo nacional; y la Mariátegui se enfrentaba, pues, a ambas
emancipación nacional, al producir la integra- direcciones, cuando en su texto presentado
ción nacional y liberarla de la dominación im-
163 Haya de la Torre 1976 “Sobre el papel de las clases
medias” en Obras completas (Lima: Juan Mejía Baca) T.
162 Jorge de Prado, op. cit.; y José Martínez, op. cit. 1, pp. 171-175; El antiimperialismo y el APRA, op. cit.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 413

a esa Conferencia y que no fue aprobado, Una de las distinciones importantes entre la si-
declara: “El antiimperialismo, para noso- tuación colonial y neocolonial reside en las pers-
tros, no constituye, ni puede constituir, por pectivas de la lucha. En el caso colonial (en el
sí solo un programa político, un movimiento que la “Nación-Clase” combate contra las fuerzas
de represión de la burguesía del país coloniza-
de masas apto para la conquista del poder.
dor) puede conducir, al menos en apariencia, a
El antiimperialismo, admitido que pudie-
una solución nacionalista (revolución nacional):
se movilizar al lado de las masas obreras y la Nación conquista su independencia y adopta,
campesinas, a la burguesía y a la pequeña en hipótesis, la estructura económica que más le
burguesía nacionalistas (ya hemos negado conviene. El caso neocolonial (en que las clases
terminantemente esta posibilidad) no anula trabajadoras y sus aliados, luchan simultánea-
el antagonismo entre las clases, no suprime mente contra la burguesía imperialista y la clase
su diferencia de intereses”164, reclamando dirigente nativa) no se resuelve por una solución
una estrategia socialista. nacionalista; exige la destrucción de la estructu-
En América Latina, insiste Mariátegui, esa ra capitalista implantada por el imperialismo en
línea es inconducente a la revolución de los el territorio nacional, y postula justamente una
solución socialista. Esta distinción resulta princi-
explotados. América Latina no es Asia, y sólo
palmente, de la diferencia de nivel de las fuerzas
los países centroamericanos pueden aquí ser
productivas en los dos casos, y de la consiguiente
escenario de una estrategia revolucionaria de agravación de la lucha de clases165.
“liberación nacional” sin, al mismo tiempo, li-
beración de clase. En el resto, “el factor cla- Empero, ¿de qué socialismo hablaba Mariáte-
sista es más decisivo” por el carácter del desa- gui? Los apristas habían difundido contra él
rrollo capitalista y de la dominación nacional la acusación de europeísta, porque postulaba
imperialista. una solución socialista de los problemas pe-
Varias décadas después, en combate con su ruanos y latinoamericanos, lo que, en opinión
propia y específica realidad, Amílcar Cabral de Haya y sus seguidores, equivalía a tratar la
descubrirá exactamente lo mismo:

165 Cabral, Amílcar 1966 “L’Arme de la Téorie” en


164 Ideología y política, p. 90. Partisans, N° 6-7.
414 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

realidad latinoamericana como si fuera de la cía a una opción diferente. Y, de otro lado, la
Europa, donde el capitalismo estaba ya ple- orientación que comenzaba a tomar el proce-
namente establecido y el proletariado era una so mexicano, y la desastrosa experiencia del
clase numerosa y madura, apta para dirigir el Kuomintang chino y de la política allí seguida
proceso de una revolución socialista, mien- por la III Internacional, se constituían como
tras que en América Latina, la nacionalidad lecciones que en convergencia con su propio
estaba aún en formación, la feudalidad era enfoque de la situación latinoamericana, re-
dominante, el capitalismo estaba “en su pri- forzaban su opción socialista revolucionaria.
mera fase”, y el proletariado era una clase en Él no podía, sin embargo, desconocer que
incipiente constitución. Por ello los apristas la visión aprista de la realidad latinoamerica-
reclamaban un amplio frente social y políti- na no era descaminada en todas y cada una
co dirigido por las clases medias, para con- de sus partes, aunque las bases de esa visión
tender con esa realidad y resolver aquellos fueran radicalmente equivocadas. En efecto,
problemas, tal como la experiencia mexicana aunque moviéndose dentro una tendencia de
y china demostraban como la más viable al- creciente subordinación a la hegemonía del
ternativa. Una visión superficial y parcelaria capital, los rezagos serviles y semiserviles
de la realidad, daba a esa prédica aprista una aprisionaban aún a una inmensa mayoría de la
persuasiva apariencia de realismo. población trabajadora, situando el problema
El propio Mariátegui, antes de 1927, ha- agrario y campesino en una perspectiva to-
bía expresado con frecuencia su apoyo y su talmente diferente de la europea. Los terrate-
esperanza en los procesos de México y de nientes gamonales tenían una presencia muy
China, donde las corrientes y organizaciones grande en el orden político, no solamente en
socialistas combatían bajo la dirección de la el caciquismo local, sino en el seno del propio
burguesía y pequeña burguesía nacionalistas Estado central. El proletariado era realmente
y revolucionarias. Pero, de un lado, su propia una minoría, y aunque de extraordinaria com-
investigación de la realidad latinoamericana batividad y militancia, su educación socialista
bajo la dominación imperialista, con sus es- y su organización política no hacían más que
pecíficos rasgos, era ya una base teórica cuyo comenzar, principalmente bajo la acción del
desarrollo y depuración sistemática condu- propio Mariátegui. Y estaba también allí el
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 415

problema nacional, en su doble dimensión: la antiimperialista y en El problema de las ra-


dominación imperialista y la desintegración zas en América Latina, a la Conferencia Co-
social y política interna. munista de Buenos Aires.
No obstante, su investigación demostraba Por todo ello, Mariátegui levanta contra el
que no había, ni podría haber más adelante, nacionalismo aprista, el socialismo, pero, al
una clase burguesa nacionalista con interés mismo tiempo, la orientación oficial de la III
y con capacidad de disputar revolucionaria- Internacional, tras el fracaso de su política en
mente a la burguesía imperialista el dominio China, iniciaba un viraje hacia una política de
nacional. Y que, aun cuando bajo determina- la cual las alianzas con los movimientos nacio-
das condiciones no existentes en el Perú y nalistas pequeñoburgueses serán excluidas, el
en la mayor parte de América Latina, eso pu- lugar acordado a los problemas sociales del
diera ocurrir, México y China demostraban campesinado antes, será sustituido por los
los límites cortos de una política puramente problemas nacionales supuestos de esas ma-
nacionalista y democrática, que no incluyera sas, como bases de una política que con el
desde la partida la posibilidad de destrucción nombre de proletaria era, en el fondo, obreris-
del capital como tal. Aunque la pequeña bur- ta y burocrática. Las primeras puntas de ese
guesía podía llegar más lejos en su verbalis- viraje están ya activas en el debate de Buenos
mo, en la práctica no iba tampoco más allá del Aires, en 1929, y se harán predominantes lue-
capitalismo nacional. Y en esa medida, todos go, hasta mediados de los años treinta. Y, fren-
los problemas de fondo, nacionales y socia- te a esas opciones, Mariátegui levanta como la
les, no quedaban resueltos, ni siquiera den- opción revolucionaria que nace de la realidad
tro de los límites de resolución que el propio concreta, lo que él denomina el “socialismo
capitalismo moderno permitía. En la era del indoamericano”.
imperialismo, la generalización y desarrollo “Profesamos abiertamente el concepto de
del capitalismo en nuestros países, no podía que nos toca crear el socialismo indoamerica-
implicar sino la modificación de los términos no, de que nada es tan absurdo como copiar li-
de la dominación, pero al mismo tiempo su teralmente fórmulas europeas, de que nuestra
ampliación y su profundización. Esas eran las praxis debe corresponder a la realidad que te-
conclusiones presentadas en Punto de vista nemos delante”, afirma Mariátegui ya en 1928,
416 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

en una carta escrita a los grupos del APRA en entre la Internacional y el APRA en el Congreso
el exilio, definiendo posiciones con Haya166. Y Antiimperialista de Bruselas168.
el mismo año, al presentar la nueva etapa de No obstante, Mariátegui y su grupo demo-
Amauta ya desprendida del APRA y definida raron un año, antes de decidir la organización
como socialista, reitera: “No queremos, cier- de un partido diferente del APRA, y, significa-
tamente, que el socialismo sea en América ni tivamente, al hacerlo, acordaron fundar no un
calco ni copia. Debe ser creación heroica. Te- partido comunista, sino el Partido Socialista
nemos que dar vida, con nuestra propia reali- del Perú, cuyo Comité Organizador quedó
dad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo constituido el 7 de octubre de 1928, con Ma-
indoamericano. He ahí una misión digna de una riátegui como su secretario general. El año
generación nueva”167. previo transcurrió entre la activa correspon-
¿Cómo concebía Mariátegui el “socialismo dencia del debate interno del APRA, y la ma-
indoamericano”? duración y depuración del pensamiento del
propio Mariátegui.
La explicación de esa decisión, diferente de
El debate de Buenos Aires: la que la III Internacional recomendaba con
carácter del partido y del apremio, se encuentra en los textos preparato-
programa rios para el programa del Partido Socialista del
Perú, y en los documentos enviados a la Pri-
El Secretariado Latino de la III Internacional, mera Conferencia Comunista Latinoamericana
ya desde 1927, había urgido al grupo de Mariá- (El problema de las razas en América Latina
tegui en Lima a organizar inmediatamente un y Punto de vista antiimperialista) en junio de
Partido Comunista, integrante de la Internacio- 1929, en Buenos Aires, y en el debate que sobre
nal, para oponerse a la influencia aprista entre ellos y el carácter del partido y del programa
los obreros, una vez que se produjo la ruptura se suscitó en esa reunión, entre la dirección
latinoamericana de la Internacional y la dele-

166 Martínez de la Torre, op. cit., T. II, p. 300.


167 Ideología y política, pp. 246-253. 168 Martínez de la Torre, op. cit., pp. 392-396.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 417

gación enviada por Mariátegui y su Partido So- ción doctrinal según la cual, reconociendo el
cialista del Perú. carácter internacional de la economía y el del
En los documentos de la fundación del Par- movimiento revolucionario del proletariado,
tido Socialista y de la elaboración de su pro- “el Partido Socialista adapta su praxis a las cir-
grama, el partido es definido con un doble ca- cunstancias concretas del país; pero obedece
rácter: de un lado, sus bases sociales son las a una amplia visión de clase y las mismas cir-
masas obreras y el campesinado; de otro lado, cunstancias nacionales están subordinadas al
su dirección es proletaria169. ritmo de la historia mundial”.
“La organización de los obreros y campe- Reiterando su concepción del imperialismo,
sinos, con carácter netamente clasista, cons- en una ajustada línea leninista, Mariátegui afir-
tituye el objeto de nuestro esfuerzo y nuestra ma que “La praxis del socialismo marxista en
propaganda y la base de la lucha contra el este período es la del marxismo-leninismo. El
imperialismo extranjero y la burguesía nacio- marxismo-leninismo es el método revoluciona-
nal”, reza el artículo primero del documento rio de la etapa del imperialismo y de los mono-
de fundación. Y más adelante, en el artículo polios. El Partido Socialista del Perú lo adopta
3, se reitera y precisa: “La lucha política exi- como su método de lucha”.
ge la creación de un partido de clase, en cuya Con ese método marxista-leninista en el
formación y orientamiento se esforzará tenaz- análisis de la realidad peruana, Mariátegui des-
mente por hacer prevalecer sus puntos de vista cubre que “bajo el régimen burgués enfeudado
revolucionarios clasistas. De acuerdo con las a los intereses imperialistas, coludido con la
condiciones concretas actuales del Perú, el Co- feudalidad gamonalista y clerical, y las taras y
mité concurrirá a la constitución de un partido rezagos de la feudalidad colonial”, no es posi-
socialista, basado en las masas obreras y cam- ble la solución de los problemas sociales ni de
pesinas organizadas”. los problemas nacionales del país. “La eman-
Y, de su lado, el documento preparatorio del cipación de la economía del país es posible
programa del partido, se abre con una declara- únicamente por la acción de las masas prole-
tarias, solidarias con la lucha antiimperialista
mundial. Sólo la acción proletaria puede es-
169 Op. cit., pp. 397-402. timular primero y realizar después las tareas
418 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de la revolución democrático-burguesa que el lo mismo que el estímulo que se preste al libre


régimen burgués es incompetente para desa- resurgimiento del pueblo indígena, a la manifes-
rrollar y cumplir”. tación creadora de sus fuerzas y espíritu nativos,
Casi medio siglo después, los jefes del ac- no significa en lo absoluto una romántica y anti-
tual Partido Comunista Peruano, han hecho el histórica tendencia de reconstrucción o resurrec-
ción del socialismo incaico, que correspondió a
esfuerzo de encontrar en ese último párrafo la
condiciones históricas completamente superadas
justificación de su propia tesis de las dos eta-
y del cual sólo quedan como factor aprovechable,
pas separadas de un proceso revolucionario dentro de una técnica de producción perfecta-
conducente al socialismo170. Pero no advierten mente científica, los hábitos de cooperación y de
la contradicción que eso significa con la con- socialismo de los campesinos indígenas. El socia-
traposición que Mariátegui establece entre la lismo presupone la técnica, la ciencia, la etapa ca-
necesidad de resolver las “tareas democrático- pitalista; y no puede importar el menor retroceso
burguesas”, y la incapacidad estructural del en la adquisición de las conquistas de la civiliza-
“régimen burgués”, para cumplirlas. ción moderna, sino por lo contrario la máxima y
Pero el movimiento del razonamiento maria- metódica aceleración de la incorporación de esas
teguiano se precisa en seguida: conquistas en la vida nacional.

El socialismo encuentra lo mismo en la subsisten- Y más adelante: “Cumplida su etapa democrá-


cia de las comunidades que en las grandes empre- tico-burguesa, la revolución deviene en sus ob-
sas agrícolas, los elementos de una solución so- jetivos y en su doctrina revolución proletaria.
cialista de la cuestión agraria, solución que tole- El partido del proletariado, capacitado por la
rará en parte la explotación de la tierra por los pe- lucha para el ejercicio del poder y el desarrollo
queños agricultores ahí donde el yanaconazgo o
de su propio programa, realiza en esa etapa las
la pequeña propiedad recomiendan dejar a la ges-
tareas de la organización y defensa del orden
tión individual, en tanto que se avanza en la ges-
tión colectiva de la agricultura, las zonas donde socialista”.
ese género de explotación prevalece. Pero esto, No hay información disponible acerca del
conocimiento o no, que Mariátegui podía haber
tenido de las Tesis de Abril, de Lenin, o del de-
170 Del Prado, op. cit.; José Martínez, op. cit. bate acerca de la revolución permanente. Por
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 419

eso mismo, lo que es notable en el despliegue democrático-burguesa, la revolución deviene


del razonamiento mariateguiano, es la nitidez en sus objetivos y en su doctrina revolución
de su concepción acerca del proceso de la re- proletaria”, se cuida bien de precisar en segui-
volución socialista como una transición. Esto da: “En esa etapa (el partido del proletariado)
es, durante la cual se articulan de modo nece- realiza las tareas de organización y defensa del
sario las tareas y los problemas que correspon- orden socialista”.
den a la revolución democrática que la burgue- En otros términos, al mismo tiempo en que
sía ya es inapta para realizar bajo su dominio, están llevándose a cabo las “tareas” democrá-
y los que corresponden al socialismo, como tico-burguesas, están ya en curso las tareas es-
socialización de los recursos de producción pecíficamente socialistas, dentro de un mismo
y de la apropiación de los productos, una vez y único proceso, durante el cual ese proceso va
que las masas logran levantar como Estado sus depurándose en su contenido de clase, “devie-
organizaciones de poder, en todo tipo de for- ne” proletaria conforme madura la transición.
mación social donde el capital se presente aún Así, las “tareas democrático-burguesas” asu-
articulado con el pre-capital, pero ya bajo su men, desde la partida, en el proceso, un sentido
hegemónico dominio. Y, precisamente, el des- tendencial no burgués, pues están enmarcadas
cubrimiento sustantivo de Mariátegui, al inves- y condicionadas por el carácter socialista del
tigar las modalidades específicas de implanta- proceso global.
ción del capital monopolista y sus implicacio- Por eso y para eso, la dirección proletaria de
nes sobre los intereses y el movimiento de las la revolución es la piedra de toque. Y ello sólo
clases sociales, en el Perú, era lo que conducía puede ser asegurado por un partido cuya direc-
a considerar o interpretar la formación social ción sea proletaria. Pero, en las condiciones
peruana en ese específico sentido. concretas del Perú, señala Mariátegui, eso no
Y no se trata, como puede apreciarse de sus supone un partido obrero, sino uno de base so-
textos, de una idea simplista de proceso “inin- cial más amplia, y en el caso peruano, obrera y
terrumpido”, como hoy se estila decir, entre campesina fundamentalmente. Es, por lo tanto,
una etapa democrático-burguesa diferenciada y el carácter de clase de su línea política estraté-
separada y previa a una etapa socialista. Cuan- gica, de su dirección (no sólo de sus dirigentes),
do Mariátegui señala que “cumplida su etapa lo que define el carácter de clase del partido.
420 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

¿Qué tipo de poder político, cuál estructu- cado ya en el proceso de la propia Revolución
ra de Estado, implica esa revolución, ese “so- Rusa, como el mismo Lenin lo esclarece en su
cialismo indoamericano”? Mariátegui no tuvo polémica con Kautsky, en La Revolución pro-
tiempo de desarrollar su teoría hasta lograr letaria y el renegado Kautsky, que Mariátegui
una respuesta precisa. Pero el movimiento ciertamente conocía.
de su razonamiento, el carácter del partido y Era exactamente el mismo momento en el
de la revolución, apuntan evidentemente a un cual Mao recogía críticamente la experiencia de
poder de las masas explotadas todas, bajo la la Revolución China hasta 1927, a partir de su
dirección del proletariado; es decir, de una lí- célebre Informe sobre la encuesta en Hunan.
nea proletaria de dirección. En las condicio- El desarrollo de la reflexión de Mao, lo lleva a
nes peruanas de la época, la gran mayoría de caracterizar la Revolución China en esa etapa,
las masas explotadas eran aún campesinas, y como “antiimperialista y antifeudal”, es decir,
la clase obrera una reducida minoría. En tales nacional y democrática. Pero su realización
condiciones, la dictadura del proletariado es, ya no puede ser la obra de la burguesía, sino
al comienzo, la dirección proletaria de un po- la de un amplio movimiento de masas, donde
der estatal de base social más amplia, donde el el campesinado, por su volumen y su lugar en
campesinado tiene un lugar fundamental. Pero, la sociedad china, desempeñaría un rol funda-
en su “devenir” va depurándose, convirtiéndo- mental, pero bajo la dirección del proletariado.
se en sus objetivos y en su programa, proletaria Y también en Mao, dadas esas condiciones de
cada vez más. Es decir, el carácter de clase del la sociedad china, esa dirección proletaria no
Estado revolucionario va depurándose en un era concebida tanto como la dirección física de
sentido de acentuación del carácter proletario la clase obrera china, minoritaria y diezmada
del poder, conforme va depurándose la estruc- bajo la represión de Kuomintang, sino la de una
tura social básica de la sociedad en la transi- línea política que asume los intereses del pro-
ción socialista. letariado chino e internacional, en el partido
Ese concepto de la dictadura del proletaria- comunista. Única garantía de que la revolución
do, ya había sido enfatizado por Lenin en el II comenzada de ese modo, se desenvolviera sin
Congreso de la III Internacional, en el debate interrupción hacia el socialismo. Mao llamó a
con N. Roy, y en un sentido claro está impli- ese proceso como algo sui generis, una “nueva
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 421

democracia”171, fase de transición al socialis- rencia de los Partidos Comunistas de América


mo. El paralelo con el razonamiento de Mariá- Latina, de Buenos Aires, llevaba esa perspec-
tegui señala las convergencias y las diferen- tiva estratégica sobre la revolución peruana y
cias de fondo. Es Mariátegui que alcanza una latinoamericana. Los dos textos centrales que
precisión teórica más limpia e históricamente esa delegación llevaba, fueron escritos por Ma-
verificada. La propia Revolución China, tras la riátegui: El problema de las razas en América
conquista del poder por el Partido Comunista Latina y Punto de vista antiimperialista, ade-
bajo la dirección de Mao, es una demostración más de los documentos sobre el Partido Socia-
de ello: combinación, desde la partida, de las lista del Perú.
tareas democráticas y las socialistas, inclusive La dirección oficial de la III Internacional
en el campo. Así, las tareas democráticas son en esa Conferencia, debatió y criticó con du-
“nuevas”, sui generis, esto es, no propiamente reza esos planteamientos, y no fue aprobado
burguesas, porque hacen parte de un proceso el documento principal, Punto de vista anti-
global de contenido tendencialmente socialista imperialista172.
en el largo plazo, y ya parcialmente socialista Frente a la posición mariateguiana de que el
en el corto. problema del campesinado indígena era de ca-
La delegación enviada por Mariátegui y el rácter económico-social y político (servidum-
Partido Socialista del Perú, a la Primera Confe- bre y semiservidumbre, caciquismo gamonal,
bajo dominio imperialista), Codovilla y otros
respondieron con el planteamiento de la “au-
171 Tse-tung, Mao 1951 La Nouvelle Démocratie todeterminación nacional” de los campesinos
(París: Editions Sociales). Acerca del debate sobre los quechuas y aymaras. Así, ofrecían al campesi-
problemas de la Revolución China, véase también de
nado una salida “nacional”, y los problemas de
Stalin, J. 1954 Obras (Moscú: Ediciones en Lenguas
Extranjeras) Vol. 9, pp. 209 y ss. y Vol. 10, pp. 10-39; de su explotación de clase le eran escamoteados.
Trotsky, L. 1976 León Trotsky en China (Nueva York: Frente al planteamiento mariateguiano so-
Monad Press); de Schram, Stuart 1964 The Political bre el carácter del partido, como organización
Thought of Mao Tse-tung (Londres: Pall Mall Press);
Carrère d’Encausse, Hélène y Schram, Stuart 1965 Le
Marxisme et l’Asie (París: Armand Colin Collection); y
de Garaudy, op. cit. 172 Martínez de la Torre, op. cit., pp. 402-485.
422 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

política de base social obrera y campesina, ta, y en el debate con la dirección del Partido
bajo dirección política proletaria, la dirección Socialista del Perú, logra imponer las directi-
oficial de la III Internacional estaliniana insiste vas de la Internacional. En la reunión del 20 de
en el carácter obrero del partido, pues según mayo de 1930, y tras la separación de algunos
ellos es en la composición social, ante todo, miembros de la dirección del Partido Socialis-
donde reside el carácter proletario del partido. ta, y con la oposición de Martínez de la Torre,
Frente al problema del carácter de clase de quien defendía las posiciones de Mariátegui,
la revolución, esa dirección insiste en lo “anti- habiendo sido su más cercano colaborador
imperialista y antifeudal”. No obstante, contra antes de su muerte, el partido se convierte en
Mariátegui, se opone a toda táctica de alianzas el Partido Comunista Peruano, miembro de la
con los movimientos nacionalista-democráti- III Internacional. Martínez de la Torre renun-
cos pequeñoburgueses, como el APRA, apelan- ciaría después174.
do a la experiencia china. Eudocio Ravines, elegido secretario gene-
Sin embargo, el Partido Socialista del Perú ral del Partido Comunista peruano, asume
logró mantenerse, aunque en una posición es- inmediatamente la tarea de “liquidación del
pecial, dentro de la III Internacional. Pero, ape- Amautismo”175, esto es, la ideología mariate-
nas muerto Mariátegui, la III Internacional en-
vió al grupo dirigente de ese partido, un largo
documento173, en el cual se reiteran las tesis ofi- 174 Ibíd., pp. 508-519.
ciales de esa dirección internacional, y se urge 175 En la sesión del 20 de septiembre de 1962, en la
a cambiar el nombre del partido por el Partido Cámara de Diputados del Perú, Sandro Mariátegui, hijo
Comunista Peruano y a someterse a la discipli- mayor de José Carlos y en ese momento diputado del
partido Acción Popular, de Belaúnde, tras declarar que
na de la III Internacional.
“me molesta que el nombre de mi padre se mencione en
Coincidiendo con ello, llega a Lima Eudocio un debate de carácter político” (!), afirmó que Eudocio
Ravines, miembro importante de la dirección Ravines “alentaba a sus huestes” con el eslogan de “Hay
latinoamericana de la Internacional estalinis- que liquidar el amautismo”. Citado en Sánchez, op. cit.,
p. 190. También Romualdo Valle, en su “Prólogo” a
figuras y aspectos de la vida mundial (OC, Vol. XVII),
consigna que “Hay que acabar con el amautismo” era el
173 Ibíd., pp. 497-508. eslogan de Ravines, op. cit., p. 12.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 423

guiana. No muchos años después, Ravines pa- miento obrero dirigido por el partido, fue que-
saría con armas y bagajes al servicio del impe- dando aislado políticamente, lo mismo que el
rialismo y de la fracción más reaccionaria de la movimiento popular democrático-nacionalista
burguesía peruana. dirigido por el APRA, facilitándose así la repre-
En la crisis política que estallaba en el Perú sión y la derrota de ambos movimientos.
en ese preciso momento, gran parte de las ca- Tras esa derrota, el campo para el enraiza-
pas medias y populares eran organizadas y li- miento de la influencia aprista en el seno de las
deradas por el APRA y por Haya de la Torre, masas populares del Perú, incluidas las masas
orientándose hacia un nacionalismo democrá- obreras hasta entonces dirigidas hacia el socia-
tico radical. De su lado, los sindicatos obreros lismo, quedaba pavimentado por un largo pe-
urbanos y mineros, agrupados en la Confedera- ríodo. Por su parte, la dictadura militar oligár-
ción General de Trabajadores, fundada por Ma- quica, logró la destrucción de la Confederación
riátegui, pasaron a ser dirigidos por el Partido General de Trabajadores, ilegalizando todo el
Comunista. Dieron una heroica lucha, bajo la movimiento sindical y político de las masas.
represión más severa, contra la dictadura oli- Pasada esa etapa ultraizquierdista de la
gárquico-militar. Pero la dirección de la III In- III Internacional estaliniana, ésta amparó en
ternacional estaba ya, en ese momento, en ple- América Latina el predominio ideológico del
no curso de su período ultraizquierdista, que “browderismo” (Earl Browder era el líder del
duraría hasta mediados de esa década. Bajo Partido Comunista de los Estados Unidos),
su disciplina, el Partido Comunista peruano, que significó la aplicación mecánica, y en el
condenaba al APRA como fascista, rechazan- caso peruano reaccionaria, de una política
do de ese modo toda convergencia táctica con destinada a la colaboración con las burgue-
el más importante movimiento de masas bajo sías nacionales y progresistas (que eran, se-
orientación “antiimperialista y antifeudal”, de gún Mariátegui, inexistentes e inviables en el
las capas medias. Llamaba a los campesinos Perú), en una línea “antiimperialista y antifeu-
a luchar por la “autodeterminación de las na- dal” y para una estrategia revolucionaria en
cionalidades quechua y aymara”, más bien que dos etapas. La ya dudosa táctica de los “fren-
por la tierra y la liquidación del latifundio y la tes populares” en Europa, encontraba así en
servidumbre. Y por todo ello, el heroico movi- América Latina una correspondencia política
424 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

que, en el caso peruano, tenía casi nada en co- presente en la escritura mariateguiana, a través
mún con el pensamiento de Mariátegui y con de esa particular intensidad emocional registra-
la realidad. ble en la nerviosa concisión de la frase. Y que,
Inútil ejercitarse en el “ifismo”, preguntán- se me ocurre, no puede ser atribuida únicamen-
dose cuál habría sido la posición y la práctica te a su largo ejercicio de periodista, ni puede
políticas de Mariátegui frente a esos vaivenes ser calibrada solamente como un atuendo téc-
de la línea general de esa Internacional. En nico externo, en quien sostenía que era el espíri-
China, Mao siguió, con éxito, una conducta tu y no la técnica meramente lo que expresa los
pragmática: pertenencia y autonomía, en la III cambios en la sensibilidad estética de un perío-
Internacional bajo Stalin. do. Y aunque hoy su lenguaje ha envejecido en
parte, esa intensidad emocional de agonista, la
concisión de la frase, la economía de palabras
Escritura y crítica literaria de su escritura, mantienen vigentes la moderni-
en Mariátegui dad actual de su prosa.
La segunda, es que la postura estética que
Yo no tengo competencia para discutir con se va elaborando en sus muy numerosos artí-
profundidad y acaso ni siquiera con propiedad, culos y ensayos de crítica literaria, puede ser
este tema. Sólo quiero apuntar un par de ideas. mirada en dos planos. Uno, referido a sus jui-
La primera, es que Mariátegui, con Vallejo cios sobre el proceso de la literatura peruana,
y Eguren, es uno de los tres más importantes contenidos en sus 7 ensayos. En ellos, Mariá-
escritores del movimiento que se inicia bajo el tegui aparece intentando menos un enfoque
estímulo y la obra de Valdelomar, en el Perú. A clasista del fenómeno literario, que empeña-
Vallejo y a Eguren, lo emparenta la tensión me- do en acelerar y ampliar la emancipación de
tafísica de su visión personal de la historia176, la producción literaria peruana de su tiempo,
del andamiaje mental oligárquico y colonialis-
ta. Inclusive su esbozo de periodización del
176 Mariátegui sostiene que: “mi concepción estética
se unimisma, en la intimidad de mi conciencia, con
mis convicciones morales, políticas y religiosas, y que, puede operar independientemente o diversamente”, 7
sin dejar de ser concepción estrictamente estética, no ensayos, p. 182.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 425

proceso literario peruano, en colonial, cosmo- tier, Rulfo o Arguedas, suelen ser considerados
polita y nacional, y no en períodos marcados como principales exponentes.
por regímenes de clase, así lo demuestran. En Contra lo colonial y lo oligárquico en el
ese sentido, la posición de Mariátegui hace Perú, Mariátegui opuso el cosmopolitismo, el
parte de un movimiento ideológico naciona- regionalismo y el indigenismo, en busca de la
lista-democrático, en cuyo seno surge la es- afirmación del carácter nacional de nuestra li-
tética que ha dominado la crítica y la historia teratura. Contra lo burgués en Europa (lo bu-
literarias del Perú, desde los años veinte de rocrático estaba aún en brote no percibido),
este siglo, como lo apunta Mirko Lauer177, al opuso el realismo como antídoto del encubri-
iniciar el enjuiciamiento de la obra histórica miento; pero, al mismo tiempo, contra el realis-
y crítica de Luis Alberto Sánchez, la principal mo chato de la literatura burguesa y populista,
de todo este período. sostuvo la libertad imaginativa. Lo “real mara-
El otro, concierne al parentesco de la obra villoso”, como camino al descubrimiento de la
crítico-literaria de Mariátegui, con las posicio- realidad global más profunda. El “realismo crí-
nes antiburguesas y antiburocráticas surgidas tico”, como desocultamiento de la dominación
en el debate posterior al dominio danoviano dentro de esa realidad.
del “realismo socialista”. En particular, con el Antena universal y creadora, para él la infor-
“realismo crítico” lukacsiano178, y la más re- mación abierta, la crítica y la libertad estéticas
ciente, anticipada en mucho por la obra de Ma- son los alimentos de un arte de vanguardia. Sin
riátegui, discusión sobre lo “real maravilloso” perder de vista que en todo nacimiento magmá-
o “realismo mágico”, tan actual en la crítica y tico son numerosos los riesgos de impurezas y
la producción literaria narrativa de América desorientaciones, defendió enfáticamente la li-
Latina, y de la cual García Márquez, Carpen- bertad de experimentación artística y literaria,
a condición de su autenticidad, de que no se
encerrara en un formalismo tecnicista o en la
177 Lauer, Mirko 1978 Luis Alberto Sánchez. Notas
pura negación. Y contra las fáciles tentaciones
sobre el pensamiento burgués en la crítica literaria
peruana (Lima: mimeo). de encasillar la perspectiva de una clase revo-
lucionaria en la cultura, dentro de los cortos
178 Véase de Lukács, Georg 1960 La Signification
Présente du Realisme Critique (París: Gallimard). moldes de un régimen político determinado o
426 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

en el dudoso gusto de una burocracia, se apoyó A partir de Mariátegui


en una perspectiva histórica de largo plazo y
en la fecundidad creadora de las masas en el A casi ya cincuenta años de su muerte, Mariáte-
movimiento de la historia. gui sigue siendo la experiencia intelectual fun-
Por todo ello, también en este terreno, damental del Perú del siglo XX.
Mariátegui es una fuente necesaria para el Hoy día, en el Perú y en América Latina toda,
actual debate sobre estas cuestiones en Amé- con la solitaria excepción de Cuba, el capita-
rica Latina179. lismo y a través de éste la dominación impe-
rialista se han generalizado y profundizado. El
proletariado está pasando plenamente al pri-
179 No obstante que en la obra publicada de Mariáte- mer plano del escenario político, conquistando
gui, cerca de un cuarenta por ciento está dedicado a la dirección de las masas explotadas. Bajo su
la crítica literaria y a la reflexión sobre las relaciones
entre sociedad y literatura, este aspecto de su labor es,
influencia, una nueva inteligencia revoluciona-
en general, poco conocido y estudiado. La gran aten- ria pugna por liberarse de las apariencias rea-
ción que prestó a esos problemas, muestra que no se listas de las quimeras desarrollistas burguesas
trata sólo de un tributo a sus inclinaciones literarias, y pequeñoburguesas, y de sus andaderas neo-
sino de su convicción sobre la importancia política de positivistas, así como del reformismo obrero-
primer orden que esos problemas tienen, en la lucha
ideológica por el surgimiento de una cultura nueva en burocrático internacionalmente en crisis.
el curso de la revolución socialista. En ese sentido, Lo que Mariátegui alcanzó a descubrir como
su obra se asemeja a la de Trotsky, crítico literario y tendencias profundas del movimiento histórico
teórico de la crítica literaria, cuya orientación siguió de nuestras formaciones sociales, es ahora una
Mariátegui, y se emparenta con la visión gramsciana situación consolidada. Históricamente victorio-
del lugar de estas cuestiones en la lucha revolucio-
naria. Aparte de las referencias que se encuentran en so de su combate contra el ambiguo nacionalis-
muchas de las historias literarias de América Hispana,
como las de Bazin, Henríquez Ureña, Zum Felde, An-
derson Imbert, el único estudio específico que conoz- Dessau, op. cit., que lo considera “fundador de la cien-
co es el de Yerko Moretic, José Carlos Mariátegui. Su cia literaria marxista en América Latina”. Puede verse
vida e ideario. Su concepción del realismo (Santiago también, de Augusto Tamayo Vargas, “El proceso de la
de Chile: Universidad Técnica del Estado, 1970). Véa- literatura” en Presencia y proyección de los 7 ensa-
se Partes III y IV. También hay indicaciones útiles en yos, (Lima: Amauta, 1976).
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 427

mo democrático aprista y contra el dogmatismo revolucionario y de poder madurar, todavía,


oportunista de la dirección estalinista en la III bajo las enseñanzas de un Amauta de esa talla,
Internacional, el tiempo de Mariátegui es hoy rescatando su primera y más perdurable lec-
más presente que nunca y más fecunda su voz. ción: conocer y transformar la realidad desde
El proletariado peruano puede enorgullecer- dentro de ella misma. En este camino, el reen-
se legítimamente de haber nacido al socialismo cuentro con Mariátegui es un punto de partida.
Nacionalismo, neoimperialismo
y militarismo en el Perú
(Introducción y Parte primera)*

Introducción vigente; y lo que se autodefine como el “Gobier-


no Revolucionario de las Fuerzas Armadas”, se
Por las circunstancias y las características con presenta corno uno de los fenómenos políticos
las cuales se inauguraba, tras el golpe de Esta- de más difícil análisis de la historia reciente de
do que derrocó al gobierno de Belaúnde, en la América Latina.
madrugada del 3 de octubre de 1968, el actual Al carácter contradictorio de las principales
régimen militar en el Perú parecía destinado medidas del régimen se suma, como factor de
desde el comienzo a generar confusión y des- confusión, la perplejidad que ellas engendran
concierto1. Dieciocho meses después éste sigue en casi todos los sectores políticos, dentro y
fuera del país, porque ésta se traduce en con-
ductas igualmente contradictorias y erráticas
* Publicado en Quijano, Aníbal 1971 Nacionalismo, de esos sectores frente al gobierno. Por eso,
neoimperialismo y militarismo en el Perú (Buenos resulta difícil y quizás arriesgado determinar
Aires: Periferia). En su primera versión fueron ambos tanto el carácter social del régimen como las
textos publicados conjuntamente bajo un mismo título:
1970 “Carácter y perspectiva del actual régimen militar
probables alternativas de desenvolvimiento de
en el Perú” en Documento de Seminario (Santiago de la actual situación.
Chile: CESO-Universidad de Chile). Quien en esas condiciones intentara examinar
1 Así se señalaba ya en los más tempranos intentos y evaluar esta experiencia, ciñéndose únicamen-
de análisis de este golpe de Estado. Véase, a este res- te a las circunstancias empíricas que hasta aquí
pecto: Collar, Ramón 1968 el golpe militar en el Perú la acompañan, y tomando la situación peruana
en el contexto de la realidad peruana y latinoameri-
cana (Lima: s/d) octubre, mimeo. Reproducido en Pen-
como marco exclusivo de referencia, correría el
samiento crítico (La Habana) abril de 1969. riesgo de permanecer prisionero de la confusión.
430 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Y es esto lo que parece ocurrir con la generali- co analítico más amplio, lo cual implica, a su
dad de los sectores políticos peruanos, para los vez, insertarla en el contexto de la problemá-
cuales no es fácil escapar a la fluctuación entre tica contemporánea de la dependencia de ese
el rechazo y las expectativas, al compás de las conjunto, en el orden capitalista internacional.
fluctuaciones del propio régimen, entre medidas Desafortunadamente, la realidad actual, tan-
de signo social y nacional incongruentes. to del Perú como de América Latina toda, resal-
Mientras que para unos, sobre todo para ta la impotencia de los “modelos” o, por mejor
ciertos sectores de la burguesía peruana, este decir, estereotipos de análisis a los que hemos
régimen lleva al país hacia una nueva “Cuba” en estado habituados hasta hace pocos años, y
América Latina, sin que de este criterio deje de los nuevos modelos teóricos en desarrollo no
participar también un minoritario sector de la tienen aún la elaboración suficiente como para
izquierda socialista peruana, para otros, sobre hacer posible una más adecuada categoriza-
todo en la izquierda, el gobierno resulta tanto ción de los elementos de esta realidad. No se
un nuevo agente pro-oligárquico y pro-impe- dispone pues de criterios claros que permitan
rialista como un gobierno reformista burgués, reconocer el lugar y el significado de un fenó-
“modernista”, un “populismo militar”, etcétera. meno como el actual régimen militar peruano,
Al propio tiempo que este desconcierto es ya en el contexto peruano y latinoamericano, y
una indicación de la fluidez relativa del carácter para explorar las alternativas centrales que, a
del nuevo régimen militar, es también, por eso partir de aquí, podrían estarse abriendo para él.
mismo, una razón de cautela para el análisis de En su conjunto, con la excepción de Cuba,
éste y para la determinación de su significado América Latina atraviesa una coyuntura histó-
frente al destino ulterior de la sociedad perua- rica cuyos signos definitorios son:
na y al más amplio escenario latinoamericano
en su conjunto. La del Perú es una sociedad de 1. La redefinición de la estructura de domina-
capitalismo subdesarrollado y de organización ción y de conflicto, en todas las dimensiones
nacional-dependiente, que hace parte de la básicas de la sociedad.
problemática general de América Latina. No se 2. La acentuación y profundización de la crisis
puede prescindir, por lo tanto, para examinar de hegemonía política, que lo anterior trae
su actual situación, de insertarla en ese mar- apareado.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 431

3. La agudización de los problemas sociales ge- Desde esta perspectiva, todo intento de exa-
nerados por el subdesarrollo productivo de men de los procesos de un determinado país
la sociedad, en un periodo en que crecientes requiere no perder de vista la interdependencia
sectores de su población son penetrados por existente entre esta doble cadena de determi-
modelos de vida característicos de los gru- naciones y, al mismo tiempo, rescatar la auto-
pos medios y altos de las sociedades de alta nomía relativa de cada una de ellas y su parti-
productividad. cular lugar en la configuración del proceso que
4. Todo ello en dependencia de los cambios se analiza.
que especifican la redefinición de las mo- No obstante, es obvio que en los límites de
dalidades de dominación imperialista sobre un artículo como éste no podría caber un traba-
América Latina en su conjunto, y sobre cada jo que hiciera cabal justicia a esa postura meto-
uno de sus países en particular, lo cual a su dológica. Por eso, aquí sólo se busca examinar
vez es función, ante todo, de los cambios que la situación particular del Perú en este momen-
tienen lugar en el modo de producción ca- to, referida a la problemática latinoamericana,
pitalista en los países hegemónicos de este pero otorgando el primer plano a las circuns-
sistema, y de los desplazamientos de poder tancias específicas que en este país muestran
entre éstos. tanto su privativa historia, como su correspon-
dencia a la más amplia unidad problemática de
Este cuadro general se expresa de manera di- la dependencia latinoamericana en el orden ca-
ferente en cada uno de los países latinoame- pitalista internacional2. Las razones antes alu-
ricanos, según las circunstancias específicas
con que cada uno de ellos ingresa en la actual
2 Las ideas del autor, sobre la problemática latinoa-
coyuntura. Como consecuencia, las tendencias
mericana, pueden ser encontradas en: “Dependencia,
concretas de cambio que emergen y se desarro- cambio social y urbanización en Latinoamérica” en
llan (o no), dan lugar en cada caso a situaciones Revista Mexicana de Sociología (México: Instituto de
cuyas características asumen su pertenencia, Investigaciones Sociales - UNAM) Año 30, Vol. XXX, N°
al mismo tiempo, a la lógica histórica común 3: 525-570, jul.-sept., 1968; “El marco estructural de la
participación social en América Latina”, documento del
a la totalidad latinoamericana y a las especifi-
Symposium sobre Participación Social en América
cidades privativas de la historia de cada país. Latina, organizado por la OIT y el Colegio de México
432 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

didas evitan tener que insistir en la condición to de éste y los diversos grupos básicos de
necesariamente tentativa del enfoque que se interés social en el país.
trata de organizar. 3. La tendencia, hasta ahora, a mantener polí-
ticamente desmovilizadas a las masas de los
¿Fuerzas Armadas en busca de clase? grupos dominados de la sociedad, y a ejercer
el poder en una línea de autoritarismo tecno-
Si se examina la conducta de este régimen, crático y paternalista.
tanto en su dimensión económica como po-
lítico-ideológica, y la conducta de los dife- No puede sorprender, en consecuencia, que
rentes sectores de interés social y nacional, tanto dentro como fuera del Perú, este régimen
ciertas notas parecen destacarse por su re- sea considerado con hostilidad, desconfianza
currencia como las marcas características de y expectativa positiva, al mismo tiempo, por
la situación creada desde el golpe de Estado cada uno de los grupos de interés afectado en
hasta aquí: cada momento y por cada medida, y que la per-
plejidad y la confusión se hayan convertido en
1. La principal ambivalencia de las principales parte integrante de la situación.
medidas efectivas y de las formulaciones Comentando las vacilaciones y ambivalen-
político-ideológicas del régimen militar, esto cias del régimen, en una discusión ocasional,
es, la continuada fluctuación de este entre un ingenioso reflexionó que se trataba de un go-
medidas y verbalizaciones de signo social y bierno dirigido por Fuerzas Armadas en busca
nacional contradictorio. de clase. La zurda frase bien podría no ser ente-
2. La relativa fluidez de las relaciones políticas ramente extraña a la realidad. Sin embargo, un
inmediatas, tanto en el seno mismo del equi- examen algo más detenido del contenido con-
po militar gobernante, como entre el conjun- creto de los rasgos sobresalientes generales de
este régimen, permite encontrar algunos de los
hilos que podrían guiarnos en el laberinto. Pues
en octubre de 1969, mimeo; “Redefinición de la depen- si bien la ambivalencia es muy ostensible, ocu-
dencia y marginación en América Latina” (Santiago de
rre dentro de ciertos límites precisables, no por
Chile, 1970) mimeo; y La crisis de hegemonía política
en América Latina (en preparación). menos visibles menos efectivos.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 433

Los cambios en la estructura capitalismo, todo proceso de cambio importan-


del imperialismo y sus consecuencias te de dichos modos, significa también modifica-
para América Latina ciones igualmente importantes en esa estruc-
tura, pues cambia necesariamente el carácter
Uno de los núcleos de factores que determi- concreto de los grupos y de sus relaciones de
nan en la actualidad las principales tenden- poder en la sociedad.
cias de cambio de la sociedad en América Si bien los factores que determinan la con-
Latina, es el que está implicado en el pro- dición dependiente de estas sociedades se
ceso de modificación de los patrones gene- combinan en múltiples formas con los que pro-
rales y de los mecanismos concretos de ar- vienen de las singularidades históricas de cada
ticulación de la economía latinoamericana país para producir situaciones particulares,
dentro del orden capitalista internacional al esa matriz de dependencia puede explicar gran
cual pertenece, proceso que puede ser ade- parte de los procesos fundamentales de cam-
cuadamente descrito como redefinición de bio actual en América Latina y, de modo parti-
las modalidades de dominación imperialista cular, la crisis de hegemonía política a la cual
en estos países. responde el comportamiento político actual de
Como consecuencia del intenso desarro- cada país.
llo tecnológico en los países hegemónicos Es indispensable, por eso, destacar los ele-
del capitalismo internacional, de los cam- mentos principales de la redefinición de la do-
bios en los sistemas de organización empre- minación imperialista en estos países, con el
sarial, y de los reajustes en las relaciones de objeto de explorar las implicaciones de este
poder entre dichos países, las modalidades proceso para la situación particular del Perú,
de la dominación imperialista están alterán- y tratar de establecer el significado de la po-
dose en forma relativamente rápida en Amé- lítica del actual régimen militar en relación a
rica Latina. dicho proceso.
Dada la condición dependiente de la estruc- Lo que caracteriza la etapa actual de la do-
tura de dominación y de conflicto de las socie- minación imperialista en América Latina es la
dades latinoamericanas respecto de sus modos superposición y combinación, relativamente
de articulación con los países hegemónicos del conflictiva y contradictoria, entre dos modelos
434 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

implícitos, que aquí sólo pueden presentarse mía latinoamericana. Esta tendencia, que se
muy esquemáticamente3. inició en los países latinoamericanos de mayor
Por una parte, lo que puede denominarse el desarrollo industrial-urbano, está ahora en cur-
imperialismo “tradicional”, desarrollado bajo so de generalización en un número cada vez
la hegemonía norteamericana desde la Primera mayor de nuestros países, obviamente a la me-
Guerra Mundial, y especificado por el control dida de las condiciones económico-políticas en
que la burguesía metropolitana y ante todo la cada caso.
norteamericana, ejerce sobre la producción Este proceso no ocurre como una sustitución
y/o el mercado internacional de los recursos lineal de un modelo por otro, sino como combi-
agroextractivos de los países latinoamerica- nación de los elementos del uno y del otro en
nos. En la generalidad de éstos, ese dominio configuraciones ceñidas a las circunstancias
operaba y en muchos aún opera, a través de de cada país; sin embargo, el proceso implica
“enclaves”, esto es, de empresas totalmente el progresivo predominio de los elementos del
controladas por el capital imperialista, relativa- nuevo modelo, y en los países de mayor grado
mente desvinculadas del resto de la economía de desarrollo industrial-urbano previo, puede
del país4. observarse que este constituye ya el eje funda-
Por otra, la modalidad más reciente que co- mental de la dominación imperialista5.
mienza a desarrollarse aproximadamente des- Esta modificación de la estructura del impe-
de fines de la Segunda Guerra Mundial consis- rialismo en América Latina no podría dejar de
te en un progresivo desplazamiento del eje de expresar las diferenciaciones entre los varios
dominación desde los sectores agroextractivos grupos de interés específico en el seno de la
hacia el sector industrial urbano de la econo- burguesía metropolitana y los conflictos y des-
plazamientos de las relaciones de poder entre

3 Una discusión más amplia puede verse en:


“Redefinición de la dependencia y marginación en 5 Véase, por ejemplo: Dos Santos, Theotonio 1968
América Latina” (1970) op. cit. La nueva estructura de la dependencia (Santiago de
4 Sobre el concepto de “enclave” véase: Cardoso, Chile: Ceso) sobre el caso brasileño; y de Delgado,
F. H. y Faletto, E. 1969 Dependencia y desarrollo en Julián 1968 “La industria, un desafío en la Argentina” en
América Latina (México: Siglo XXI). Primera Plana (Buenos Aires).
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 435

ellos, así como sus convergencias y sus combi- dencias de cambio en la estructura de poder
naciones. Por otra parte, significa también que imperialista, de los principales factores que las
las bases político-sociales nativas de los países determinan, y de las implicaciones del proceso
latinoamericanos, a las cuales está articulado para América Latina.
cada uno de los modelos imperialistas, sufren Tres tendencias centrales parecen marcar
igualmente un proceso de diferenciación en el surgimiento de una nueva estructura impe-
función de intereses específicos y compiten, rialista:
convergen y se combinan de diversos modos,
según la configuración que aparece en cada 1. El creciente desplazamiento de poder entre
país por la superposición y la combinación de los principales centros nacional-imperialistas.
ambos modelos, y los cambios en la estructura Eso consiste en el progresivo deterioro de
económica dependiente. la posición hegemónica de los Estados Unidos,
No es, pues, el imperialismo un bloque ho- como el principal centro de poder imperialista,
mogéneo de intereses sino en la abstracción, y el paralelo ensanchamiento de la autonomía
ni tendría sentido evaluar los actos de política relativa de Alemania y Japón, principalmente, y
económica de un determinado régimen político de otros centros menores como Francia, Ingla-
latinoamericano en función de una tal perspec- terra, Italia, Europa del Norte y los Países Ba-
tiva. Por el contrario, sólo una distinción muy jos. Este hecho no significa que la hegemonía
cuidadosa entre los varios niveles y modalida- norteamericana haya sido ya cancelada, ni que
des de imperialismo, y entre los varios grupos los Estados Unidos dejen de constituir, todavía,
concretos de interés que corresponden a cada el eje actual del orden imperialista. Es decir, la
uno de aquellos, puede permitir una medida efi- tendencia sólo puede desarrollarse como parte
caz del contenido real de un conjunto de ope- de un proceso de conflictos y de contradiccio-
raciones, en relación a la problemática general nes crecientes entre esos diversos escalones
del imperialismo. de la actual estructura de poder imperialista.
En un apretado esquema, aquí se presenta
un conjunto de proposiciones, cuya adecua- 2. Los cambios en la composición estructural
da justificación sobrepasa los límites de este de la burguesía imperialista, como tal, es decir,
artículo, acerca de las más pronunciadas ten- de la posición relativa de sus principales nú-
436 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

cleos de interés específico, en la dominación y imperialistas como entre grupos de interés


en la acumulación. especifico en el interior de la propia burguesía
Dos son las más significativas manifestacio- imperialista como clase, convergiendo con
nes de ese proceso. Por una parte, el regre- otros factores que serán señalados más adelan-
so de los núcleos financieros de la burguesía te, conducen a la aparición de nuevos modos
imperialista, dotados de organización y estilo de articulación de intereses entre la burguesía
profundamente distintos que en anteriores imperialista y la burguesía dependiente, entre
etapas, como el grupo hegemónico de esa bur- los Estados nacional-imperialistas y los Esta-
guesía en su conjunto. Por otra, la emergencia dos nacional-dependientes, es decir, a formas
de núcleos “cosmopólicos” o “supra-nacio- nuevas de dominación imperialista.
nales” dentro de la burguesía imperialista, y Las más resaltantes de esas nuevas formas
cuyos modos e intereses específicos de opera- de dominación imperialista, son: a) una más
ción tienden a diferenciarse de las anteriores orgánica articulación de intereses y de me-
organizaciones empresariales internacionales canismos de explotación entre la burguesía
y nacional-imperialistas con redes internacio- imperialista y los Estados nacional-depen-
nales de dominación. Como consecuencia de dientes; b) el desplazamiento tecnológico y
eso aparecen fuentes de conflictos entre los productivo de nivel intermedio hacia ciertas
intereses de esos nuevos grupos y los de los áreas de capitalismo dependiente-subdesa-
sectores nacional-imperialistas, lo cual se re- rrollado y, como resultado, el desplazamien-
fleja en las tensiones recientes entre las acti- to del eje de dominación desde los sectores
tudes proteccionistas de algunos sectores de agroextractivos hacia los sectores industrial-
la burguesía norteamericana y las opuestas urbanos en esas áreas; c) ello, a su vez, resulta
sostenidas por grupos empresariales que, sin en nuevas articulaciones de interés con nue-
embargo, se originan precisamente en el seno vos grupos burgueses-dependientes y el debi-
de la propia burguesía norteamericana, en su litamiento y/o cancelación de las anteriores
mayor parte. alianzas; d) la acentuación de mecanismos de
acumulación polarizada en esas áreas depen-
3. Estos desplazamientos de poder interim- dientes-subdesarrolladas y el desarrollo de la
perialista, tanto a nivel de Estados nacional- acumulación financiera.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 437

Dos órdenes de factores convergen en la de- ocurre a un ritmo cada vez más rápido y se
terminación histórica de las nuevas tendencias desarrolla en formas cada vez más complejas.
en la estructura de dominación imperialista: Ese problema es uno de los factores que es-
tán en la base del deterioro de la hegemonía
1. Las modificaciones en el carácter concreto económica norteamericana sobre el resto del
del modo de producción capitalista como mundo imperialista.
tal. Esto es, la cristalización definitiva del En efecto, así como en su tiempo Inglaterra,
carácter monopólico del capitalismo, como a pesar de ser el principal centro imperialista,
forma predominante de organización y de no fue capaz de adaptar a la innovación tec-
acumulación. nológica su aparato físico e institucional de
2. Los cada vez más rápidos cambios en la co- producción en la amplitud y en el ritmo nece-
rrelación de fuerzas políticas en la lucha de sarios, los Estados Unidos de hoy, no obstante
clases a escala internacional. ser sin duda el principal centro de producción
y de innovación tecnológica, no pueden com-
Dos factores mayores contribuyen a la crista- petir con la mayor capacidad de adaptación
lización de la nueva fase del modo de produc- a esa innovación que tienen países como Ale-
ción capitalista: el extraordinario desarrollo de mania y Japón por el hecho de poseer un an-
las fuerzas productivas dentro del capitalismo, damiaje productivo más reciente y, por lo tan-
cuya máxima expresión es la llamada “revo- to, más a la par con el desarrollo tecnológico
lución científico-tecnológica”, y la profunda contemporáneo. El resultado para los Estados
innovación en la estructura de organización Unidos es, por la creciente pérdida de ritmo en
empresarial y de las relaciones de producción la carrera de adaptación tecnológica y quizá de
a que lo anterior ha conducido. innovación tecnológica, especialmente frente a
Sin embargo, la “revolución científico-tecno- un país como Alemania, cuyo aparato produc-
lógica” no beneficia homogéneamente a todos tivo es en gran parte el producto de esa nueva
los centros de poder imperialistas, ni a cada tecnología. Por otra, el precipitado ritmo de
uno de los núcleos de la burguesía imperialista. innovación tecnológica introduce en la econo-
En primer lugar, implica un problema de mía norteamericana crecientes desequilibrios
adaptación a la innovación tecnológica, la cual entre sus varios sectores y ramas de produc-
438 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ción, pues al paso que unas ramas envejecen la producción bélico-astronáutica, y a través
tecnológicamente y dejan de ser atractivas de organizaciones de una vasta y compleja bu-
para la inversión, determinadas ramas nuevas rocratización para las otras ramas de produc-
llegan a tener un desarrollo excepcionalmente ción. Por otra parte, parecen incrementarse las
protuberante, como en el caso de la industria dificultades de inversión que se originan en el
bélica y la asociada a la exploración espacial. crecimiento de capital acumulado en magnitu-
Esos desequilibrios entre los varios niveles des extraordinarias, acorde con la capacidad
tecnológicos de la economía norteamericana, productiva de los nuevos medios, y con la mo-
implican también desde luego desplazamien- dalidad monopolística de acumulación. Esas
tos de poder en el seno de la propia burguesía dificultades implican al mismo tiempo la re-
norteamericana, lo que en términos de la jer- ducción relativa de oportunidades de inversión
ga política yanqui, podría ser traducido como lucrativa, por la reducción relativa de las tasas
un desplazamiento de poder entre los genera- de rentabilidad de la inversión. Resulta, pues,
les viejos y los generales nuevos, por ejemplo, necesaria la ampliación de la escala de las ope-
entre General Electric y General Dynamics, la raciones, el regreso a las formas de acumula-
última aparecida y desarrollada justamente a la ción financiera, y la organización de empresas
sombra de la producción bélico-astronáutica. adecuadas a ello tanto en magnitud como en
En segundo lugar, este fabuloso despliegue multiplicidad de campos de operación6.
de los recursos científico-tecnológicos de pro-
ducción impone la reorganización de la estruc-
tura organizativa de las empresas, por lo tanto, 6 Ciertos indicios –la tendencia decreciente en el uso
de las relaciones de producción y junto con ello de la capacidad instalada en la industria manufacturera
en varios países, el agotamiento de la demanda interna,
impone también una más vasta arena de opera-
la menor absorción de mano de obra– muestran que el
ción. Por una parte, los problemas de financia- crecimiento económico de los países industrializados
miento de los fabulosos costos que significan comienza a ser más lento y ciertamente las tasas son
la investigación, la producción y la utilización menores. En esas condiciones, las oportunidades de
de tecnología, requieren un vasto y complejo inversión ya no son suficientes para el capital que se
acumula crecientemente por el efecto de la concentra-
aparato financiero que se establece a través del
ción y la tecnología, las tasas de lucro descienden; todo
Estado para las ramas directamente ligadas a eso requiere ampliar la exportación de capital hacia las
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 439

En la punta de ese proceso surgen las nue- esa escala y en esa multiplicidad de campos
vas organizaciones empresariales “conglome- y de intereses. Esta es una verdadera “revolu-
radas” que compiten ventajosamente con las ción empresarial”. El desarrollo de las fuerzas
tradicionales organizaciones monopolísticas, productivas y la renovación de la estructura
pues no solamente abarcan una heterogénea de las empresas obligan a sobrepasar rápida-
gama de campos de operación, de producción, mente las limitaciones de intereses nacional-
de intereses específicos amalgamados, sino imperialistas para determinados núcleos de la
que disponen de mecanismos a la par comple- burguesía imperialista, y de modo particular
jos, vastos y flexibles, capaces de operar en para los grandes conglomerados financieros
más recientes.
áreas bajo dominio imperialista, o estrechar alianzas o
Siempre fue correcta, en términos generales,
acuerdos ventajosos de inversión con los países de Eu- la afirmación de que la burguesía no tiene pa-
ropa del Este. En el primer caso, que aquí nos interesa tria y que antepone sus intereses de clase a los
más, será necesaria la exportación de capitales, tanto intereses de “patria”. Sin embargo, es también
para usar las grandes oportunidades de inversión como correcto que hasta aquí la burguesía imperialista
las enormes tasas de lucro que nuestros países pueden
proporcionar, como para financiar la exportación de
operaba diferenciándose en intereses nacional-
ciertas manufacturas para las cuales la demanda inter- imperialistas, cuyo producto fueron las guerras
na en los países industriales está agotándose. El 67% de interimperialistas. Pero la unificación del campo
la exportación alemana actual es de bienes de capital y imperialista bajo la hegemonía total de los Esta-
de productos químicos y petroquímicos de alta elabora- dos Unidos desde el fin de la última guerra, por
ción, y el mejor mercado posible para esos productos
son los países en curso de industrialización, sea de las una parte, y los nuevos requerimientos de la “re-
áreas dominadas o de las áreas de Europa Central. volución científico-tecnológica” y de la “revolu-
ción empresarial” por otra, han creado definiti-
Para vender esos productos en América Latina es
necesario desarrollar las unidades productivas aptas vamente las bases para la emergencia de ciertos
para usarlos, para eso hay que hacer inversiones núcleos de burguesía imperialista, y ante todo
previas, y por otra parte, financiar la compra de esos de los nuevos grupos financieros “conglomera-
productos. En las condiciones políticas actuales, dos”, que requieren operar por encima y aun en
todo ello obliga a una modificación profunda de los
contra de los intereses nacional-imperialistas.
mecanismos de dominación y de los mecanismos de
acumulación y explotación. Esto es, que comienzan a situarse no solamente
440 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

como los núcleos hegemónicos de la burguesía norteamericana, pues es la que recibe las pre-
imperialista, dado el regreso de las formas de siones mayores.
acumulación financiera como predominantes, Estos factores convergen a su vez con los
sino también como núcleos de interés “cosmo- que se derivan de las alternativas de la lucha
pólico” o “supranacional”, obligados a enfren- de clases en el escenario mundial. Aquí deben
tarse con los intereses nacional-imperialistas relevarse sobre todo dos hechos: la creciente
de otros grupos burgueses y de ciertos Estados presencia de los países llamados socialistas en
nacional-imperialistas. Esas tensiones se hacen el financiamiento y la asistencia técnica a cier-
ahora presentes en el caso de los Estados Uni- tas áreas dependientes-subdesarrolladas del
dos y sus tendencias proteccionistas, frente a la capitalismo, y de modo especial el desarrollo
invasión de su mercado por productos prove- de las movilizaciones nacionalista antiimperia-
nientes de otros países y de empresas contro- listas y socialista-revolucionarias que abarcan
ladas precisamente por grupos financieros que, cada vez más vastas áreas del mundo domina-
en buena medida, se originaron en la inversión do por la burguesía imperialista. El símbolo
norteamericana en Europa o Japón, y que están máximo de esas luchas es, sin duda, Vietnam.
ahora más interesados en su beneficio de grupo Los esfuerzos de los Estados Unidos como
que en la salud de la economía nacional-imperia- el principal Estado imperialista para detener
lista de los Estados Unidos. o torcer el desarrollo de esas luchas, lo han
Aparece así diseñándose un cuadro extre- obligado a un drenaje financiero creciente, no
madamente contradictorio, donde se superpo- solamente para subvertir gastos de la guerra
nen, convergen, compiten y se combinan, en en Indochina sino también para mantener un
diversos modos y grados, tendencias derivadas costoso equipo militar y político en numerosos
de los desplazamientos de poder Internacional puntos estratégicos del mundo. Esto, sumado
imperialistas, de la diferenciación de intereses al drenaje de recursos financieros del país por
entre los núcleos cosmopolizantes y los intere- cuenta de inversionistas y financistas que luego
ses nacional-imperialistas, del acceso a condi- enviarán desde Europa o Japón sus productos
ción hegemónica de los nuevos conglomerados al mercado norteamericano, ha creado una si-
financieros. Todo ello, en la presente etapa, tuación desventajosa en la balanza internacio-
afecta principalmente a la economía nacional nal de los Estados Unidos, crecientes presio-
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 441

nes inflacionarias y mayores dificultades para ción del Estado burgués norteamericano, de
sostener la posición del dólar en el sistema mo- amagos endémicos de recesión económica que
netario internacional. se repiten en ciclos cada vez más cortos, del
Desde el punto de vista político, la reducción deterioro de la calidad de la vida cotidiana en
de la hegemonía norteamericana y su repetido las grandes ciudades, en el seno mismo de una
fracaso en los esfuerzos contrarrevoluciona- sociedad que se preciaba de su eficiencia, de su
rios en Indochina, han producido un irrever- organización y de sus libertades públicas.
sible deterioro en la imagen burguesa interna- En tales condiciones, los otros Estados im-
cional acerca de la capacidad restauradora del perialistas están advertidos de que pueden y
principal Estado imperialista. Contrariamente deben ampliar su margen de autonomía, tan-
a lo ocurrido durante la Primera y la Segunda to económica como política; las burguesías
guerras mundiales, en que los Estados Unidos dependientes y los Estados nacional-depen-
se presentaron con la imagen de una autoridad dientes que controlan disponen también de un
restauradora de la legitimidad y de la respeta- margen relativamente creciente de maniobra
bilidad del orden político-social burgués y del dentro de la pugna interimperialista, tratan de
orden internacional, actualmente esa imagen presionar por nuevas ventajas, por formas más
se trueca rápidamente en su contrario, no sólo flexibles y orgánicas de articulación y por nue-
en el campo de batalla, sino también y con no vas formas de alianzas políticas.
menos importancia, en la propia dimensión po- Pero, también se ensancha el campo de la
lítica del problema. movilización antiimperialista y revolucionaria
En efecto, su fracaso contrarrevoluciona- y sus presiones repercuten en la conducta de
rio en Indochina se apareja a la ruptura de la los Estados nacional-dependientes. Por todos
lealtad juvenil con la política internacional estos canales, la burguesía imperialista trata de
del Estado norteamericano, el desarrollo del modificar sus modos de dominación y de ex-
movimiento negro, la expansión de ideologías plotación sobre los trabajadores del mundo do-
de contestación y de revolución en la intelli- minado, de innovar sus modos de articulación
gentzia joven y, paralelamente, el crecimiento de intereses económicos y de alianzas políticas
de la criminalidad política interburguesa (los con las burguesías dependientes y con cada
asesinatos de los Kennedy), de la fascistiza- uno de sus sectores.
442 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

En verdad, esta es una hora que puede ser el número de países latinoamericanos don-
decisiva para el destino del mundo contempo- de la industria manufacturera pasa consti-
ráneo, en que los fantasmas del fascismo y de tuirse como eje central de articulación de
la revolución se enfrentan de nuevo para un la economía, lo que ya es efectivo desde
combate mucho más vasto y más definitivo. cierto tiempo para un grupo de países que
Las implicaciones de ese proceso para Amé- iniciaron la industrialización sustitutiva en
rica Latina son desde todo punto de vista de- el marco de la crisis financiera-imperialista
cisivas, en tanto que la estructura económico- de los años treinta.
social, política y cultural de estos países es his- 3. La abrupta concentración monopólica de
tóricamente dependiente de los cambios en los los recursos productivos y del mercado,
modos de dominación imperialista. tanto mayor cuanto menos desarrollado
En la dimensión económica, sin ninguna era el capitalismo industrial competitivo
pretensión exhaustiva, se pueden enumerar previamente existente en cada país y, en
por lo menos algunas de las más salientes con- los casos en que se ha alcanzado ya un
secuencias: mayor desarrollo relativo y la industria
manufacturera es ya el sector dominante
1. La aceleración de la ya iniciada tendencia de la economía desde hace dos décadas, el
al desplazamiento hacia América Latina de surgimiento de una estructura oligopólica
algunas ramas de producción industrial de asimétrica. Todo bajo el control de la bur-
nivel liviano e intermedio, y de la corres- guesía imperialista.
pondiente tecnología de tipo intermedio y 4. La internacionalización del mercado in-
de penúltima data, según el previo nivel de terno de cada país y las presiones para la
desarrollo industrial y las condiciones del ampliación del mercado por la asociación
mercado de cada país. de varios países en esa internacionaliza-
2. Como consecuencia, se acelera la generali- ción del mercado. Se trata aquí del proceso
zación de la producción industrial de esos por el cual la burguesía imperialista ya no
niveles y de las formas correspondientes solamente envía sus productos desde los
de organización industrial de la economía principales centros imperialistas, sino que
en su conjunto, aumentando de ese modo establece unidades de producción dentro
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 443

de los propios países dominados y amplía dos nacional-de pendientes latinoamerica-


su dominio del mercado interno. Esto es, nos, particularmente a nivel financiero, en
se trata de una interiorización de algunos la organización de mecanismos de explota-
núcleos de la burguesía imperialista, y de ción y de acumulación. De ahí la expansión
sus mecanismos de control, en la economía del nuevo rol económico del Estado en la
latinoamericana. economía latinoamericana, en diversos ni-
5. El surgimiento y/o el incremento –según veles según los países, la acentuación del
los países– de la acumulación polarizada rol ordenador del Estado en la economía y
como modo dominante de acumulación la expansión del área de gestión económi-
capitalista, como consecuencia de la mo- ca estatal.
nopolización u oligopolización asimétrica 9. Como consecuencia de todo ello, la inno-
de recursos y mercado; el ensanchamiento vación de los mecanismos de articulación
y agudización de los previos desequilibrios de intereses entre la burguesía imperialista
sectoriales y regionales en la economía lati- y la burguesía dependiente, los desplaza-
noamericana en su conjunto y de cada país mientos de alianzas económico-políticas
en particular; la exacerbación del carácter entre núcleos de cada uno de esos estratos
desigual-combinado de esa economía y el burgueses. Básicamente, el debilitamiento
surgimiento y/o cristalización de un polo de las anteriores alianzas de la burguesía
marginal en ella, como resultado de esa imperialista con los núcleos burgueses-de-
acumulación polarizada. pendientes ligados a los sectores agroex-
6. La agudización de la competencia interim- tractivos para desplazar hacia el Estado la
perialista, tanto inter-nacional imperialis- articulación en esos sectores, y una más es-
ta como inter-organizaciones empresaria- trecha subordinación de los núcleos indus-
les, por el control de los recursos produc- trial-urbanos de la burguesía dependiente.
tivos y del mercado latinoamericano. 10. Según las circunstancias y el desarrollo de
7. La expansión de las formas financieras de las luchas político-sociales de cada país, la
acumulación. dependencia tiende a profundizarse o com-
8. Una más estrecha y orgánica articulación pletarse, tal como aparece hoy característi-
de la burguesía imperialista con los Esta- camente en el Brasil, o se mantienen y aún
444 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

crecen las pretensiones de “capitalismo básicos de interés en la sociedad para impo-


nacional” en otros; las diferencias centra- ner sus intereses particulares como intereses
les entre ambos esquemas derivan básica- generales de la sociedad, y sobre el Estado sus
mente de la mayor o menor presencia del propios modos de dominación política.
Estado nacional-dependiente en la nueva El continuado desplazamiento del eje de do-
estructura de articulación imperialista. En minación imperialista en la economía latinoa-
los primeros, la articulación se produce mericana desde los sectores agroextractivos
ante todo entre la burguesía imperialista hacia los urbano-industriales, sin abandonar su
y la burguesía dependiente, por una ma- control sobre los primeros, lo cual conlleva una
yor subordinación de ésta y la internacio- redefinición de las articulaciones económico-
nalización del mercado, mientras en los políticas de la burguesía imperialista con cada
segundos, por el relativamente débil desa- uno de los sectores de la burguesía dependien-
rrollo de la burguesía financiero-industrial te en la misma dirección, ya se había iniciado
dependiente, la articulación se produce o hace rato bajo la plena hegemonía norteame-
tiende a hacerlo ante todo entre el Estado ricana, principalmente en los más importantes
nacional-dependiente y la burguesía impe- países de América Latina.
rialista, manteniendo a la burguesía depen- Las transformaciones en la estructura pro-
diente como tal en una situación de subor- ductiva y en la estructura social apareada fue-
dinación a esa nueva alianza. ron cambiando gradualmente las bases socia-
les concretas del poder político representado
Desde el punto de vista político-social, con- en el Estado, molecular y poco visiblemente
viene destacar sobre todo un fenómeno que al comienzo y desde la última década en for-
compendia y da expresión global a las determi- ma más rápida y profunda, aunque los niveles
naciones engendradas por el proceso quebrado y características de este proceso, así como su
y contradictorio de cambio en la estructura de calendario, corresponden a las circunstancias
poder imperialista: la acentuación de la crisis específicas de cada país.
de hegemonía política en América Latina. Esas modificaciones en las bases sociales
La crisis de hegemonía política consiste en concretas del Estado, pronto cobraron la for-
la incapacidad de cualesquiera de los grupos ma de una progresiva reducción de la presen-
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 445

cia hegemónica de los sectores oligárquicos del injerto de nuevos sectores y de nuevas mo-
de la burguesía dependiente en el control de dalidades de producción y de explotación en la
la política estatal del ensanchamiento del apa- economía latinoamericana, lejos de originar un
rato tecno-burocrático, con personal prove- curso de homogenización global de la econo-
niente cada vez más de los rangos medios de mía, acentuó los desequilibrios sectoriales y re-
la sociedad que crecían con la expansión de la gionales superponiendo en una contradictoria
economía urbano-industrial, y de la cada vez estructura, sin embargo unitaria, niveles, moda-
mayor participación de los nuevos sectores ur- lidades y estratos de producción y de domina-
bano-industriales de la burguesía dependiente ción correspondientes a modos de producción
en el poder político junto al fortalecimiento de diversos articulados bajo la hegemonía del ca-
sus pretensiones hegemónicas. Esa etapa del pitalismo, y dentro de este a períodos y formas
proceso, fue la que en la reflexión latinoameri- concretas muy distintos y muy distantes.
cana se denominó como crisis de la domina- De esa manera, las pretensiones hegemóni-
ción oligárquica. cas de los sectores urbano-industriales de la
Si el proceso de cambio en la estructura burguesía dependiente sobre el Estado nacio-
económico-social, engendrado y enmarcado nal-dependiente no podían cristalizar en una
en el desplazamiento del eje de dominación efectiva posición dominante, puesto que las ba-
económica imperialista, hubiera ocurrido de ses de poder económico-social de los sectores
manera unilineal y homogénea, esto es por la oligárquicos de esa burguesía si bien en curso
modernización de todo el sector primario y la de deterioro y reducción relativa, no se habían
erradicación de los sectores de subsistencia, al modificado suficientemente ni se reducían en
paso en que se ensanchaban y se modernizaban la medida y en el ritmo suficiente.
los sectores industrial-urbanos de la economía, Era, pues, inevitable una conflictiva copar-
el proceso de cambios en las bases sociales ticipación en el control del Estado de ambos
del Estado habría necesariamente implicado sectores de la burguesía dependiente, sin que
el paso normal, es decir, sin tensiones y con- ninguno de ellos estuviera a corto plazo en
flictos importantes de la hegemonía burguesa- condiciones de imponer su propia supremacía,
oligárquica a la hegemonía burguesa-industrial precisamente en el mismo momento en que el
moderna. Pero el carácter abrupto y desigual aparato institucional del Estado se ensanchaba
446 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y modificaba más o menos inorgánicamente, la capacidad política adecuada como para pro-
acogiendo una presencia cada vez más efecti- porcionar su propia salida a la crisis de la hege-
va, esto es, operativa, de una numerosa buro- monía política, a pesar de lo cual sus demandas
cracia reclutada crecientemente en los secto- y sus presiones asociadas a los movimientos de
res medios de la sociedad. los sectores medios, agudizaban y profundiza-
Este complejo proceso que en realidad se ban la crisis de la hegemonía oligárquica.
inicia en América Latina alrededor de los años Este contexto produjo un tipo precario y
treinta, fue haciéndose explícito y profundo contradictorio de articulación política que en
hacia fines de la Segunda Guerra Mundial, y la terminología latinoamericana ha sido deno-
se acelerará dramáticamente en las dos últi- minado “populismo”, término que da nombre
mas décadas. En el marco de ese proceso, la a un concepto político que tiene escaso pa-
presencia de los sectores medios (pequeña rentesco con lo que bajo la misma palabra se
burguesía y asalariados de “cuello blanco”) y denominó para un período de la Revolución
del proletariado industrial-urbano fue hacién- Rusa. Aquí se trata de una articulación política
dose cada vez más prominente y sus exigencias precaria entre ciertos sectores de la burgue-
políticas antioligárquicas cada vez más claras sía urbano-industrial, de los sectores medios
y con mayor capacidad de presión. Al mismo técnico-profesionales, y de las clases domina-
tiempo, la crisis de la economía agroextractiva das, en la casi totalidad de los países latinoa-
no ligada al mercado internacional –otra de las mericanos, con diferencias de calendario y que
consecuencias de la abrupta enjertación de la caracterizan a numerosos movimientos políti-
producción industrial bajo dominación mono- co-ideológicos y en pocos casos a regímenes
polística, al paso en que por otros factores se políticos efectivos.
modificaba la psicología social rural– fue em- Esas articulaciones necesariamente preca-
pujando a los trabajadores del campo a una ac- rias por el carácter contradictorio de los inte-
titud de protesta y de rebelión anti-terratenien- reses combinados estuvieron, por lo general,
te que generó finalmente las notables moviliza- bajo el comando político-ideológico de los nue-
ciones campesinas de las dos décadas pasadas. vos sectores medios urbanos cuando se trata
Las clases dominadas de la sociedad no te- de movimientos o de partidos, pero cuando
nían aún ni la conciencia, ni la organización, ni se trata de regímenes políticos efectivos, su
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 447

control real estuvo en manos de un sector de la cancelar en la misma medida la influencia ideo-
propia burguesía urbano-industrial. lógica populista-reformista y movilizar orgáni-
En esos últimos casos, la articulación polí- camente a las masas de las clases dominadas de
tica fue siempre una simbiosis de mecanismos la sociedad. Desató así una secuela de intentos
de manipulación política que usaban las reivin- insurreccionales de tipo guerrillero, cuyo foco
dicaciones populares de tipo económico aten- sociológico fue una franja de la intelligentzia
didas en pequeña escala para crear ilusiones radicalizada, con ramificaciones populares.
de participación política efectiva; pero tam- A partir de ese hecho la crisis de la hege-
bién, en algunos casos, existió evidentemen- monía política en América Latina adquirió
te una efectiva alianza orgánica con algunas una nueva dimensión que se combinaría y se
organizaciones que representaban, más que superpondría con la crisis de la hegemonía oli-
otras, a las clases dominadas, sea a través de gárquica: la crisis de la legitimidad de la do-
partidos o de sindicatos. minación burguesa como tal en América Lati-
En la última década, un factor excepcional- na. Es decir, en el momento mismo en que se
mente importante, producto en gran parte de fortalecían las pretensiones hegemónicas de
la radicalización completa de las tendencias los sectores industrial-urbanos de la burguesía
populistas latinoamericanas, vino no solamente dependiente contra la hegemonía oligárquica
a complicar este cuadro, sino prácticamente a en crisis, la conducta real de esos nuevos gru-
establecer un punto de flexión en el proceso, un pos burgueses para alcanzar el pleno dominio
nuevo punto de partida: la Revolución cubana. sobre el Estado tenía necesariamente que me-
Convergiendo con las brechas ya abiertas llarse y limitarse, ya no solamente porque las
por las presiones políticas populares, con las bases de poder oligárquico se deterioraban
movilizaciones campesinas en varios países, con demasiada lentitud, sino también y mucho
y con el deterioro de la influencia ideológica más importante, porque había que enfrentarse
populista-reformista sobre las masas, la revo- a un nuevo y más peligroso competidor: la re-
lución cubana galvanizó súbitamente la volun- volución popular.
tad de poder revolucionario en ciertos sectores Si bien las masas de las clases dominadas no
políticos. Ganó pronto la simpatía y la imagina- habían alcanzado a clarificar de manera organi-
ción popular, si bien no fue capaz de romper y zada sus reivindicaciones sobre el poder polí-
448 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

tico, y no tenían por lo mismo todavía, una ca- ter precario de la articulación política en que
pacidad efectiva de disputar concretamente el consistía; segundo, porque bajo los regímenes
poder, era también evidente que se aceleraba el populistas bien pronto las ilusiones de partici-
deterioro de la influencia ideológica populista- pación política de las masas fueron convirtién-
reformista, que las organizaciones correspon- dose en demandas reales de participación, por-
dientes entraban en crisis y se dividían y sub- que existían las condiciones para un aprendiza-
dividían en todas partes (Acción Democrática, je concreto de las masas, de fortalecimiento de
APRA, MNR, Democracia Cristiana, Peronismo, sus tendencias más radicales; tercero, porque
etc.) y que los propios partidos obreros refor- todo ello se magnificaba frente a la alternativa
mistas más importantes sufrían la misma crisis insurreccional que ganaba terreno.
agravada por la división internacional de poder Esa crisis no resuelta de hegemonía políti-
en el campo socialista. Las masas populares ca, aun bajo la égida omnipotente de la domi-
comenzaban a abandonar lentamente esas di- nación norteamericana, se fue agravando al
recciones políticas sin encontrar todavía otras comenzar a aparecer las primeras puntas de la
más adecuadas a sus nuevas reivindicaciones pugna interimperialista, alrededor de los años
políticas y, aunque los movimientos guerrilleros 64-65, por el control del mercado de inversio-
por diversas razones no se constituían como ge- nes y de productos, ante todo en los países de
nuinas direcciones populares organizadas, todo mayor desarrollo industrial relativo.
obligaba a pensar que ese nuevo estado de co- Entraron en crisis rápidamente las institu-
sas no tardaría en engendrar nuevas formas de ciones y los agentes tradicionales de legitima-
organización político-revolucionaria arraigadas ción del orden político-social vigente; la máxi-
en las masas, nuevas formas de movilización y ma expresión de ello fue la crisis ideológica
una capacidad acrecida de presión y de disputa en el interior de la Iglesia Católica y, paralela-
por el poder. mente, en la intelligentzia técnico-profesional
En ese nuevo contexto, profundizándose hasta entonces entrampada en el “desarrollis-
con otra dimensión la crisis de la hegemonía mo”, mientras la intelligentzia joven abrazaba
política latinoamericana, el populismo no po- ampliamente las expresiones más radicales de
día ser, ni fue en parte alguna del continente, las ideologías revolucionarias, haciendo entrar
una alternativa eficaz. Primero, por el carác- a instituciones características como la Univer-
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 449

sidad en su etapa de crisis final bajo el orden de autoridad intermediaria, Fuerzas Armadas y
social vigente. burocracia tecnocrática. Es decir, dos sectores
Es decir, por todas partes a nivel de la su- y dos tipos de burocracia que eran los únicos
perestructura ideológica, las relaciones de do- sectores en posición de autoridad intermediaria
minación-conflicto, las relaciones de clase, in- y con las condiciones necesarias para controlar
gresaban y en una etapa completamente nueva. esa fragmentación de poder originada por la cri-
Naturalmente, estas tendencias generales se sis de hegemonía. De ambos, las Fuerzas Arma-
encarnaban en situaciones y modalidades par- das eran el único sector realmente organizado
ticulares, según las especificidades históricas y, además, dueño de la fuerza decisiva.
del desarrollo de cada país. Por lo tanto, las sa- En este trabajo no hay lugar para explicar e
lidas –si no las soluciones– a la generalización historiar de qué modo las Fuerzas Armadas lle-
y profundización de la crisis política no podían garon a ser una autoridad intermediaria en de-
ser, en modo alguno, iguales para cada país o terminados países, cambiando su más conoci-
grupo de países. Sin embargo, la matriz general do rol de instrumento de represión. Baste decir
del proceso operaba en cada uno de ellos. por ahora que el fenómeno no es, en absoluto,
En ciertos países, la acentuación de la crisis inédito en América Latina.
política bajo las nuevas condiciones de cam- En otros países (Chile), el desarrollo alcan-
bio de la estructura de poder interimperialista, zado por la politización y la organización de
la incapacidad de los mayores sectores de la las masas de las clases dominadas al mismo
burguesía dependiente para controlar el poder tiempo que se acentuaba la desarticulación po-
estatal a su manera, de relegitimar la domina- lítica de la burguesía dependiente, combinado
ción burguesa, y al mismo tiempo la relativa in- con una tradición de “profesionalismo” en las
organicidad y precariedad de los movimientos Fuerzas Armadas, ha dado como resultado la
populares revolucionarios, crearon una suerte especial coyuntura de acceso al control de la
de creciente fragmentación de poder que dio administración estatal por las organizaciones
lugar al más interesante fenómeno político del políticas populares, aunque sin pareja capaci-
reciente período histórico latinoamericano, no dad de efectiva hegemonía política, es decir,
estudiado aún de manera adecuada y suficien- de dominio pleno del Estado, en tanto que los
te: la relativa autonomización de los sectores agentes políticos burgueses tienen aún una am-
450 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

plia esfera de influencia y de control político. O populares de las posiciones ya alcanzadas en


sea, una situación precaria y que sólo un cam- la estructura de poder político, o para impedir
bio profundo de la correlación de fuerzas po- un desarrollo posible en esa dirección. En ese
líticas, más allá de las contiendas electorales, sentido, se podría sostener que es inadecua-
puede convertir en definitiva. do afirmar una autonomización relativa de las
El proceso de maduración de la crisis de Fuerzas Armadas, puesto que en esos casos
hegemonía política no es aún aparentemente las Fuerzas Armadas emergieron claramente
suficiente en muchos países, donde tendencias al servicio del orden burgués. Sin embargo, es
equivalentes están también en curso. Pero en visible que en ambos casos los regímenes mili-
estos últimos, las alternativas de salida no esta- tares se desligaron hasta cierto punto de la pro-
rán marcadas sólo por las relaciones de fuerzas tección de los intereses de grupos particulares
en el interior de cada país, sino de modo muy de la burguesía dependiente y tomaron en cam-
amplio por los efectos de las salidas políticas bio la protección del sistema como tal, esto es,
ya ocurridas en los principales países. de la clase en su conjunto. Para ello, fue nece-
La relatividad de la autonomización de los sario ejecutar un conjunto de medidas no sola-
sectores de autoridad intermediaria y de las mente en contra de las masas populares, sino
Fuerzas Armadas en primer lugar es, por su- contra los agentes políticos de la burguesía en
puesto, de grado y de naturaleza bien diferente el período anterior. Esto es, en la arena estric-
en cada contexto nacional particular. Los facto- ta de la superestructura política, los militares
res centrales que juegan en ello parecen ser so- en el poder no requirieron pedir permiso a la
bre todo dos: por una parte la profundidad de la clase dominante para ejecutar las tareas que
fragmentación de poder en el interior de la clase ellos decidieron como convenientes. Aun en
dominante y la envergadura alcanzada en el país el plano de la economía, el ordenamiento dado
por el conjunto de la misma, por otra el grado de por los militares fue al comienzo una solución,
organización alcanzado por las masas populares en cuyo diseño o en cuya ejecución, las elites
y el peso de sus presiones sobre el poder. económicas o políticas burguesas tuvieron una
En efecto, se puede observar que en ciertos participación más bien indirecta. En cambio,
países (Brasil, Argentina) las Fuerzas Armadas fue desde el comienzo visible una estrecha arti-
tomaron el poder para desalojar a las masas culación política entre los militares y una capa
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 451

de burocracia técnico-profesional, orientada fue de todos modos lo que permitió cancelar


ciertamente hacia la consolidación de una eco- las tensiones políticas interburguesas del mo-
nomía capitalista plenamente dependiente. mento precedente, en la medida en que las
Por lo tanto, si bien los intereses de la bur- Fuerzas Armadas entraron a tallar en nombre
guesía (imperialista y dependiente) estuvieron de los intereses generales de la clase, y no de
desde el comienzo mismo de esos regímenes en uno de sus sectores en particular. Sin embargo,
el control y la orientación de la política econó- el problema ahora es que el desarrollo de las
mica, eso fue así a través de la intermediación pugnas interimperialistas está introduciendo,
tecnocrática ante todo. En el caso de Brasil, la otra vez, brechas significativas en la cohesión
consolidación de esa política ha permitido la política de las propias Fuerzas Armadas y en el
vuelta creciente de los propios burgueses al seno de la propia burguesía dependiente. Esa
mando de la política económica. No obstante, pugna inter-burguesía dependiente ya no tiene
aun allí y todavía hoy se puede observar que el carácter de un conflicto entre los sectores
en la arena propiamente política, los agentes oligárquicos y los sectores urbano-industria-
directos de la burguesía no logran retomar el les, sino que ocurre en el interior mismo de la
control y éste está firmemente anclado en ma- burguesía urbano-industrial, según las diferen-
nos de los propios militares. ciaciones de articulación económica con los
Es decir, si bien el peso alcanzado por la sectores de la burguesía imperialista que pug-
burguesía en el Brasil no permitió a los nuevos nan por el control o la participación más ven-
gobernantes militares alcanzar una autonomía tajosa en la economía brasileña. Es temprano
muy amplia en el manejo de la política económi- aún para ver concretamente el destino de esas
ca, eso no se produjo sin embargo por la acción nuevas tendencias. Ellas dependerán tanto del
y la intervención directa de sus élites económi- curso y del grado de las pugnas interimperialis-
co-políticas, sino por la mediación tecnocráti- tas, como de las posibilidades de las masas po-
ca. En cambio, en la arena política como tal, la pulares y de sus representantes políticos para
burguesía abandonó obligadamente el campo volver a hacerse presente con peso suficiente
al control directo de los nuevos mandantes. La en la arena política.
relativa autonomía alcanzada por las Fuerzas La autonomía relativa alcanzada por las
Armadas en el curso de la crisis hegemónica, Fuerzas Armadas en países como Perú o Bo-
452 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

livia cobró profundidad y expresión de modo dependiente boliviana era probablemente una
muy distinto. En el caso peruano, la debilidad de las más raquíticas y débiles del continente.
del desarrollo de los sectores urbano-industria- Las Fuerzas Armadas, en consecuencia, estu-
les de la burguesía dependiente –debido al he- vieron desde el primer momento colocadas
cho de que el rápido desarrollo de estos secto- entre la burguesía imperialista por una parte,
res económicos se hizo desde el comienzo bajo y trabajadores obreros y campesinos por otra.
el control de la burguesía imperialista, mucho Cualquier medida, aun de poca monta, afecta-
más que en asociación con ella– y la clara in- ba fuertemente a uno u otro sector. Por lo mis-
organicidad y limitación del desarrollo político mo, apenas un sector de las Fuerzas Armadas
alcanzado por las masas populares, permitie- tomó el gobierno con la pretensión de autono-
ron al gobierno militar una autonomía acaso mía intermediadora, y no como mero agente
nunca antes alcanzada en condiciones no re- director del imperialismo, era normal que la
volucionarias por gobierno alguno de América fragmentación en el seno de las Fuerzas Arma-
Latina. La capacidad de presión y/o de control das se profundizara, y que en cambio acreciera
frente al régimen es limitada en ambos campos rápidamente el margen de movilización y de
políticos, aunque respecto a las masas popula- presión de las organizaciones sindicales y po-
res esa debilidad es más clara. El régimen mili- líticas de los trabajadores. De allí el aparente-
tar peruano no solamente adquirió como en los mente paradójico fenómeno de que en un país
otros países un pleno control de los aspectos como Bolivia, las masas trabajadoras tengan
políticos del poder, sino también una pareja ca- una presencia más visible en ciertos niveles de
pacidad de control del orden económico. poder y una más amplia capacidad de presión
En Bolivia, en cambio, la situación contaba explícita sobre el Estado.
con un factor ausente en todos los otros casos: Desde luego, no debe perderse de vista el
la compacta definición de los trabajadores bo- hecho de que las Fuerzas Armadas bolivianas
livianos por el socialismo, pasada la lección del no tuvieran todavía una densidad organizativa
período nacionalista del primer gobierno del y burocrática comparable con las de los otros
MNR, su capacidad de movilización y de pre- países mencionados, ni una capa tecnocrático-
sión, si no su capacidad de poder en medida profesional en cuya alianza pudiera reposar el
equivalente, mientras del otro lado la burguesía poder militar, para enfrentarse con pretensio-
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 453

nes autonomistas tanto a la burguesía como a tes de poder; los desplazamientos de poder en-
los trabajadores. tre sus diversos núcleos de interés concreto;
Brasil, Argentina, Perú, Bolivia y Chile, en ese los nuevos modos de su articulación y subordi-
orden, constituyen en este momento los países nación con los imperialismos que ahora operan
donde se juegan las varias gamas en que se ex- u operarán más adelante; sus contradicciones
tienden los resultados de la crisis de hegemonía y debilidades, es una tarea que debe cumplirse
política, en las condiciones del cambio de la es- de todos modos.
tructura del imperialismo. Pero América Latina Sin embargo, esos son asuntos que en Amé-
presenta una gama aun mayor de alternativas rica Latina son menos estudiados que las cir-
posibles derivadas de la extraordinaria hetero- cunstancias y las actitudes de las clases domi-
geneidad, desigualdad y combinación de sus es- nadas, probablemente porque lo último ha sido
tructuras histórico-sociales. Por lo tanto, debe el campo de interés que han desarrollado los
suponerse por lo menos la posibilidad de que los investigadores del imperialismo y no hemos
efectos de los “modelos” en curso, y del desarro- aprendido aún a organizar una política alter-
llo de la pugna interimperialista sobre América nativa de investigación: mostrar a las clases
Latina, produzcan aún situaciones y regímenes dominadas lo que ocurre con sus dominadores,
políticos con otras alternativas. No obstante, lo su cambiante rostro, sus fuentes de poder, sus
que importa es destacar la matriz genérica en contradicciones y sus intereses, y que pueden y
cuyo seno se mueven y de cuyo seno surgen las deben hacer los dominados en cada coyuntura
varias opciones viables; es a partir de esa ma- o a lo largo de sus tendencias. En lugar de esto
triz que puede ser posible comprender –y por lo se ha insistido en mostrar cuán dominados y
tanto intentar intervenir– el destino de la revolu- explotados están los dominados y los explota-
ción socialista en América Latina. dos, cosa que ellos y sus dominadores saben
Vigilar en cada país y en toda América La- muy bien, y cómo varían sus actitudes y su
tina el grado en que se mantiene, robustece o comportamiento, datos éstos que pueden ser
deteriora la hegemonía norteamericana en el interesantes para los dominados, pero que so-
marco de la incipiente pugna interimperialista, bre cuyo conocimiento producido a través de
el vigor y el poder de la burguesía dependiente la investigación los dominadores están en me-
como tal; el desarrollo de cada una de sus fuen- jor posición de aprehenderlos y de utilizarlos.
454 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

El proceso de redefinición, de modificación En efecto, antes de esa década, el control


de las relaciones de clase, de su depuración den- extranjero y principalmente norteamericano
tro de ciertos límites, es quizás el primer proble- sobre la economía peruana, se ejercía a tra-
ma que surge a partir de las nuevas condiciones vés del dominio de los recursos agroextracti-
del orden imperialista. Pero dentro de ello, es vos casi exclusivamente. Dentro de ello, los
necesario comenzar desocultando los nuevos recursos agrícolas de exportación constituían
mecanismos y los nuevos agentes concretos de el núcleo predominante, a renglón seguido
la dominación, sus límites y sus perspectivas. venían el petróleo y la minería, en ese orden,
Es decir, buscar una vía de efectiva educación mientras que la actividad industrial-urbana no
revolucionaria que consiste ante todo en identi- constituía aun un sector de interés para la in-
ficar al enemigo, reconocer su verdadero rostro versión extranjera.
bajo la confusión, sus debilidades y sus armas, Debido a eso, la economía peruana de ese pe-
la arena de sus movimientos. ríodo estaba estructurada estrictamente en co-
Las notas que preceden y las que siguen, son rrespondencia con las líneas de esa modalidad
un tosco intento en esa dirección, apenas, por de dominación imperialista. Era una economía
ahora, apuntes que adelantan para el debate, al- agroextractiva, donde la rama agropecuaria te-
gunas ideas y proposiciones cuya elaboración nía una posición de absoluto predominio.
es objeto de un trabajo más amplio y más dete- A partir de los años cincuenta, apoyada en
nido en plena preparación. una política económica orientada en su favor y
bajo su control, la penetración imperialista se
El proceso peruano anterior amplió bruscamente en la producción minera
al golpe militar de 1968 y, dado el rápido crecimiento de la población
urbana sobre todo en el área de Lima-Callao,
De modo todavía errático pero con creciente el capital imperialista comenzó también a afluir
rapidez, la estructura de dominación imperia- hacia la producción industrial.
lista en la economía peruana había venido mo- Como consecuencia, la economía del Perú
dificándose, sobre todo a partir de los años cin- entró en un rápido proceso de diversificación,
cuenta, en un gradual proceso de ampliación, pues junto a la anterior producción agrope-
diversificación y profundización. cuaria, cobraron un desarrollo importante la
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 455

minería, el petróleo y la industria fabril. En el politana, quien decidía además los límites de
período que corre entre 1950 y 1968, la compo- este proceso.
sición del PBN se modificó sustantivamente, El hecho de que el crecimiento de la minería
pues la industria fabril pasó a ocupar el pri- y de los sectores urbano-industriales de la eco-
mer lugar que antes correspondía a las activi- nomía peruana, ocurriera sin que los sectores
dades agropecuarias, y cada una de las tasas “tradicionales” hubieran sido modificados pre-
de crecimiento anual promedio de la industria viamente, señala el carácter desigual y combi-
y de la minería eran el doble de la que mostra- nado de ese proceso. En la medida en que éste
ba la agropecuaria7. es dependiente, señala también la combinación
Con una nitidez notable, el proceso de la entre el viejo y el nuevo modelo de dominación
economía peruana revelaba así su condición imperialista, y la aparición de nuevos grupos
dependiente de los cambios en las modali- de burguesía imperialista, cuyas relaciones con
dades de la dominación imperialista. El dete- los grupos burgueses nativos que dominaban el
rioro relativo del crecimiento de Ia actividad sector agropecuario de la economía no podían
agropecuaria de exportación, correspondía a ser las mismas que las que tenían los grupos
la creciente pérdida de interés del capital im- imperialistas que dominaban ese sector.
perialista por incrementar sus inversiones en La era de la dominación imperialista, fun-
este sector, y en cambio la minería y la indus- dada exclusivamente en la alianza entre la
tria crecían precisamente como resultado de la burguesía terrateniente-comercial nativa y la
penetración del capital extranjero. Desde lue- burguesía imperialista, había ingresado en el
go, esto implicaba que el control imperialista principio del fin.
de estos sectores era completo, y que ellos se Los elementos del nuevo modelo imperialis-
desarrollaban en una línea de orientación di- ta en el Perú estaban aun en curso de desarro-
rectamente beneficiosa a la burguesía metro- llo, su posición no era aun de plena hegemonía
en la estructura de esa dominación. Pero, en
la medida en que el conjunto de la economía
7 Tal proceso puede encontrarse descrito en: Quijano, del país se reorientaba en los términos del nue-
Aníbal 1968 Situación y tendencias de la sociedad
vo modelo, sus requerimientos no tardarían en
peruana contemporánea” en Pensamiento crítico (La
Habana) 16 de mayo de 1968. hacerse sentir abiertamente, en relación a la
456 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

estrechez del mercado interno industrial, a la y los grupos asociados a él iban consolidando
necesidad implicada de una reforma agraria, sus pretensiones hegemónicas en el Estado, o
así como a la necesidad de una mayor partici- en tanto maduraban las condiciones y los es-
pación de los grupos burgueses (nativo-impe- fuerzos de una mutación revolucionaria de la
rialistas) asociados al sector industrial-urbano sociedad.
y minero, en la definición de la política econó- Justamente, esas eran las circunstancias
mica del país. Ergo, en el control del Estado. antes del golpe de 1968, y ellas explican las
Bajo las relaciones políticas previas al gol- configuraciones políticas que estaban en curso
pe, que expresaban con bastante claridad las para el período electoral próximo. Es útil, por
modificaciones habidas en la estructura de las eso mismo, inquirir la relación que las medidas
relaciones de dependencia, en la estructura de puestas en juego por el nuevo régimen militar
la economía, y en consecuencia en la estructu- pueden tener con las líneas matrices de ese
ra de las relaciones de poder social, las líneas proceso.
tendenciales que comenzaban a orientar la
economía peruana, sólo podían desarrollarse
a través de políticas de compromiso entre los Parte primera
varios sectores burgueses que compartían el La modernización y
poder económico y político, sin capacidad he- homogeneización relativa
gemónica por ninguno de los lados, y con con- del capitalismo en el Perú
cesiones obligadas a la creciente presión de los
grupos dominados e intermedios. Pero, al mis- 1. La política de la Junta Militar
mo tiempo, sólo a través de una más acentuada frente al imperialismo
y completa dependencia, siguiendo la pauta ya
iniciada de ensanchamiento del control impe- Evaluadas en su conjunto, las medidas que la
rialista en la producción industrial, sin aban- Junta Militar ha puesto en práctica en relación
dono de sus previas posiciones en los otros al imperialismo, permiten sostener que mien-
sectores. Así, el proceso parecía destinado a tras por una parte se trata de eliminar total-
ser obligadamente errático y lento, en tanto se mente el control imperialista de los recursos
iba consolidando el nuevo eje de dominación agrícolas de exportación, y las formas tradicio-
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 457

nales de “enclave” en el control de los recursos Sierra del Sur del país), supone la eliminación
minero-petroleros, por otra se tiende a fortale- total del control extranjero, y en particular
cer la presencia del capital extranjero tanto en norteamericano, sobre los recursos agrícolas
el sector minero como en el urbano-industrial de exportación.
de la economía peruana. Como se sabe, el control imperialista en este
En consecuencia, por lo menos hasta ahora, sector afectaba, principalmente, la producción
parecería que la lógica implícita en la política de la caña de azúcar y de sus derivados, y en
económica del régimen militar, conduce a la menor escala la del algodón, el arroz y otros
cancelación final del modelo tradicional de im- cultivos, todos los cuales estaban concentrados
perialismo, pero robustece las posibilidades del en la Costa Central y Norte del país, debido a
nuevo modelo. Esto puede apreciarse claramen- las condiciones climáticas favorables de esta
te si se examinan los alcances de las más impor- zona, así como a las facilidades de transporte
tantes medidas adoptadas hasta aquí, frente a la por su vecindad del mar. Poco antes de la nueva
inversión extranjera y sus modalidades. Ley de Reforma Agraria, este mismo gobierno
había realizado la expropiación de las vastas
La Reforma Agraria propiedades agrícolas y ganaderas de la Cerro
de Pasco Corp., en la Sierra Central, acto que ya
Entre las medidas tomadas por la Junta Militar estaba aprobado según los términos de la Ley
ésta es, con mucho, la de mayores efectos de anterior de Reforma Agraria, dictada bajo el go-
cambio en la sociedad peruana, por sus alcan- bierno de Belaúnde, pero que no fue cumplida.
ces y por la energía de su realización. Pero en La expropiación de los complejos “agroindus-
esta parte del trabajo nos ceñiremos a exami- triales” de los Departamentos de Lambayque y
nar sus efectos sobre la inversión extranjera, La Libertad, así como de parte del Departamen-
comprometiéndonos a ver más adelante lo que to de Lima –que en su mayor parte estaban bajo
implica sobre el resto de la sociedad. el control directo de empresas extranjeras, y en
Desde este punto de vista, la Reforma Agra- el resto en asociación con capitalistas nativos–
ria iniciada con la promulgación de la ley res- fue definida por el presidente Velasco como “el
pectiva, el 24 de junio de 1969, en seguida de comienzo de la verdadera revolución social y
la masacre de los campesinos de Huanta (en la económica del Perú”. Si no tanto, por lo menos
458 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

se trata, en efecto, de la más importante refor- control de la producción industrial. La cance-


ma realizada bajo este régimen. lación del eje tradicional de dominación impe-
Sin embargo, en relación al problema del rialista, el control de los sectores agrarios de la
imperialismo en el Perú, la ley tiene dos im- economía, conlleva –en la ley, por lo menos– el
portantes limitaciones: 1) además del pago en fortalecimiento del nuevo eje de dominación:
efectivo, en verdad limitado, la ley establece el la producción industrial.
pago en bonos de amortización anual en efec- Algunos sectores de la izquierda socialista
tivo, durante veinte años, hasta el límite de peruana, que ven en este régimen un agente
aproximadamente 270 mil soles. Por encima de genuino de revolución socialista8, piensan que
ese límite, los bonos serán canjeados por ac- estas disposiciones son estériles, porque no
ciones industriales en las empresas industria- tendría sentido esperar que la burguesía terra-
les de propiedad estatal; 2) de acuerdo con la teniente del país, por ser un sector retrógrado,
misma ley, todo terrateniente afectado por la pueda convertirse en parte de la nueva burgue-
expropiación de sus propiedades, tiene dere- sía industrial peruana. El argumento olvida, sin
cho de acudir al Banco Industrial, para canjear embargo, que el hecho de que la ley no distin-
sus bonos, al 100% de su valor, a condición de ga entre nativos o imperialistas, al disponer el
aportar otro tanto en dinero efectivo, para su canje de bonos por créditos industriales, per-
inversión en una nueva planta industrial. mite precisamente al sector que era al mismo
No es difícil observar que la finalidad de tiempo el más poderoso y el más “moderno” de
estas disposiciones es la conversión de los ca- la burguesía terrateniente, esto es, al sector im-
pitalistas agrarios en capitalistas industriales. perialista, su desplazamiento hacia la actividad
La ley no hace distingos entre los capitalistas industrial. Olvida que es, justamente, este gru-
agrarios nativos y los imperialistas. De ese po el que, dentro de la oligarquía terrateniente
modo, permite a la gran empresa agraria impe- del Perú, hace ya mucho tiempo que combina
rialista, en primer lugar, ya que la nativa era de la explotación de los recursos agrícolas con la
hecho subordinada a la anterior, desplazar sus
capitales hacia la actividad industrial, y en con-
8 Frías, Ismael 1969 “Reforma Agraria” en Inkarri
secuencia, junto con eliminar su control de los
(Lima: Órgano de la Liga Socialista Revolucionaria) N°
recursos agrícolas, fortalece su posibilidad de 3-4, mimeo.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 459

producción industrial, como en el caso de la En conjunto, no es tan difícil percibir los


Grace and Co., propietaria por igual de exten- límites fijados por el propio régimen a su po-
sos latifundios cañeros, y de la más importante lítica frente al modelo tradicional de domina-
planta de producción de papel y fertilizantes ción imperialista, inclusive en la más radical de
del Perú. sus medidas de reforma. Esto, desde luego, no
Por otro lado, en la ley y en la práctica, la supone necesariamente la admisión de que el
Junta Militar ha hecho una distinción cuidado- proceso resultante se guiará por la misma lógi-
sa entre el control de recursos agrícolas y el ca implícita en las disposiciones de la ley. Pero
control de plantas industriales, cuando se tra- aquí lo que nos interesaba era, exactamente,
te de las mismas empresas. De este modo, al mostrar esa lógica.
expropiarse los latifundios cañeros de la Grace
and Co., en el acto de expropiación se inter- La política petrolera. La expropiación
vinieron también las instalaciones industria- y expulsión de la IPC
les de la empresa, situadas en el mismo lugar.
Pero, inmediatamente, el gobierno ordenó la La Junta Militar inició su gobierno con la más
devolución de dichas instalaciones, no obstan- espectacular de las medidas tomadas hasta la fe-
te que, en lo fundamental, ellas sirven para la cha, y la que mayores dificultades le ocasionó en
industrialización de los productos agrícolas del sus relaciones políticas con el principal país im-
latifundio expropiado. perialista: la ocupación militar de los yacimien-
Junto con el control directo, en “enclave”, tos e instalaciones de la Brea y Pariñas, de pro-
de la producción agrícola de exportación, el piedad de la International Petroleum Co. (IPC).
imperialismo opera en el Perú por medio del A esa medida siguieron, en una progresión, otras
control de la comercialización internacional que terminaron con la completa expropiación de
de la producción, tanto de las empresas más los bienes de esta empresa en el Perú y la ex-
importantes, como de las medianas. Anderson pulsión de la misma del país, sin recibir compen-
Clayton es, sin duda, la principal y hegemónica sación alguna. Los hechos son suficientemente
empresa en este campo. Nada ha sido dicho ni conocidos y sería ocioso reseñalarlos aquí.
hecho por este régimen en relación a esta parte La IPC era ciertamente, el mayor monopolio
del viejo modelo de dominación imperialista. petrolero del Perú, y su presencia en el Perú
460 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

fue objeto permanente de crítica, no sólo para en la pugna diplomática secuente con el gobier-
los sectores de la oposición antioligárquica, no de Estados Unidos fue indudablemente el
sino también para algunos de los más impor- de mayor repercusión, dentro y fuera del país,
tantes grupos de la propia burguesía nativa, en relación a la política frente al imperialismo,
que no admitieron el ultraje que el laudo de la y es este, quizá, su mayor significado junto con
Corona Británica implicaba para la soberanía la eliminación del mayor monopolio privado
nacional. De ese modo, a lo largo de más de imperialista sobre la producción y el comercio
cuarenta años, la IPC constituyó uno de los del petróleo en el país.
más álgidos temas del debate político del país. Los bienes de la IPC fueron estatizados, en-
A medida que las condiciones y las correla- tregándose su administración a la Empresa Pe-
ciones políticas iban llevando en el país a una trolera Fiscal que, creada en 1939, después de
presencia mayor de sectores nacionalistas y muchos años de precaria actividad había llega-
modernistas en la esfera de influencia sobre el do en 1967 a convertirse en el tercer productor
poder, la IPC había venido tratando de cambiar de petróleo del Perú. Así, la Junta Militar ini-
su estatuto legal y de acogerse a las ventajas ciaba una política petrolera que se presentaba
que le ofrecía la Ley de Minería y Petróleo otor- como nacionalista, no sólo por expropiar una
gada bajo la dictadura de Odría, mientras por empresa imperialista, sino también por adqui-
otra parte, estaba dejando de invertir en su pro- rir el control estatal de los correspondientes
pia empresa y asociándose a otras empresas recursos y de su comercialización.
petroleras, reteniendo el control de la red de Sin embargo, el problema es más complejo.
distribución nacional e internacional del petró- De un lado, con marcada insistencia a lo lar-
leo peruano y sus derivados. go de todo el proceso que culminó con la ex-
La expropiación de esta empresa cancelaba propiación de la IPC y su expulsión del país, la
una situación cada vez más difícil de mantener, Junta estableció que este acto era totalmente
tanto para aquélla como para los sucesivos go- excepcional y que no suponía, en modo algu-
biernos. El acto de ocupación militar de los ya- no, una medida generalizable a otras empresas
cimientos o instalaciones, la expropiación sin extranjeras. No constituía, por tanto, parte de
indemnización de todas las propiedades de la una política en esa dirección, o en todo caso
IPC, así como la conducta del régimen militar esa política se agotaba en ese acto.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 461

En efecto, las otras empresas petroleras Petroleum Corp., de los Estados Unidos; po-
bajo control de capital imperialista no han see una concesión cuyo 70% está ubicado en
sido tocadas hasta la fecha, y en la actualidad el zócalo continental. Pasa en este momen-
algunas de las más importantes de ellas, están to a convertirse en el segundo productor de
en curso de ampliar sus inversiones y sus con- petróleo del Perú, por la ampliación de sus
cesiones. Existen actualmente siete empresas yacimientos, pasando de una producción de
petroleras operando en el Perú, las menores 23 mil barriles diarios a 32 mil en el curso de
de ellas con participación de capitales nativos, los últimos seis meses. Es la mayor empresa
tanto en la extracción como en la refinación privada en la producción petrolera peruana,
del producto9. y se prepara a ampliar sus operaciones en la
Ellas son: región comprendida en el extremo norte del
zócalo continental del país.
1. La Compañía Petrolera Lobitos, fundada en En agosto de 1969, Belco firmó un contrato
1926, que era hasta 1968 la segunda en im- de dos años con la Empresa Petrolera Fis-
portancia después de la IPC, y que proveía cal (PETROPERÚ), según el cual la última
el 25 % de la producción del país. Consti- compra a la primera parte de su producción
tuida en Lima por la Lobitos Oilfields Ltda., (26 mil barriles), y lo restante es exportado
filial de la Burmah Oil Ltda. de Londres, des- directamente por Belco a un precio más alto,
de 1957 había vendido el 50% de sus accio- principalmente a Trinidad, donde su empre-
nes a la IPC. sa matriz opera una refinería.
2. La Belco Petroleum Corporation of Peru, Recientemente, el vicepresidente y geren-
que existe desde 1935, como filial de la Belco te general de la empresa, ingeniero Alfre-
do Rosenzweig, declaró haber recibido
los “necesarios incentivos” por parte del
9 Datos sobre la situación de Perú en materia de gobierno para seguir operando, y que no
petróleo, así como un buen recuento de los incidentes había indicación alguna de que esa actitud
que siguieron a la ocupación militar de los yacimientos fuera a cambiar. El mismo calcula que el
e instalaciones de la IPC en Brea y Pariñas, se encuentra
monto total de la inversión de su empresa
en: Favre, Henri 1969 “Perou - L’Affaire de l’IPC” en
Probemas d’Amérique Latine (París) sept. en el Perú asciende ahora a U$S 50 millo-
462 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nes10. Hasta 1968, la inversión norteame- la misma zona amazónica, y exporta su pro-
ricana en petróleo no sobrepasaba, en el ducción al Brasil.
Perú, la cifra de U$S 68 millones, incluida 7. La Refinería Conchan-California SA, forma-
la IPC. da en 1960 por asociación entre el grupo
3. La Peruvian Pacific Petroleum Company, Prado del Perú y la Standard Oil de Califor-
empresa americana que opera en el Perú a nia, ambos participan con el 50% de las ac-
partir de 1953. ciones cada uno. Refina alrededor de 10 mil
4. La Petrolera Amotape SA, establecida en barriles diarios.
1953, con participación de capitales perua-
nos, pero bajo el control de capitales nor- Por lo tanto, si bien la expropiación de la IPC
teamericanos. liquidó el mayor monopolio privado en la pro-
5. La Compañía de Petróleo Ganzo Azul Ltda., ducción petrolera del Perú, y convirtió a la Em-
de propiedad de la Sociedad de Transportes presa Petrolera Fiscal en el productor principal
Amazónicos SA, cuyos principales propie- del país, con todas sus consecuencias econó-
tarios son la Texas Gulf Oil, adquirida hace micas, simbólicas y políticas, no ha implicado
poco por la Sinclair Oil Corp. de Nueva York, una política petrolera plenamente nacionalista,
la Kendall Refining Co. y la Michigan Oil Co. confirmando la insistencia de la Junta en el ca-
Tiene una concesión de 30 mil hectáreas en rácter excepcional de la expropiación de la IPC.
la zona amazónica, posee su propia refinería No sólo no ha habido más expropiaciones, sino
y exporta la mayor parte de su producción que la inversión norteamericana privada en
al Brasil. esta rama, después del golpe, equipara, prácti-
6. La Compañía Peruana de Petróleo El Orien- camente, la que existía antes de la expropiación
te SA, formada en 1941 con capitales perua- de la IPC, en un plazo relativamente corto.
nos, hoy día bajo control norteamericano, No obstante, debe tenerse en cuenta que
tiene una concesión de 12 mil hectáreas en el gobierno ha dejado indicada su intención
de sustituir el régimen legal actual de las em-
presas petroleras privadas. Estas operan bajo
10 Los datos sobre la ampliación de operaciones de
legislaciones diversas, siendo la más ventajo-
Belco se encuentran en Peruvian Times (Lima) 20 de
marzo de 1970. sa de ellas la Ley 11.780, promulgada en 1952
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 463

bajo la dictadura de Odría, que fija la duración la América Latina de hoy y en el Perú concre-
de las concesiones en cuarenta años, fija en un tamente. Eso remite al examen del carácter de
máximo de 20% los impuestos sobre los benefi- clase del Estado, y será discutido más adelante.
cios, exonera de todo impuesto la importación
de los bienes de capital necesarios, y crea una La política minera. El contrato Cuajone
escala de desgravación de impuestos por con-
cepto de agotamiento de los pozos de petróleo. La minería se convirtió, a partir de los años cin-
Belco, por ejemplo, está sometida a esta ley. cuenta, en la rama que concentraba el más alto
El gobierno ha declarado, por boca de su porcentaje de la inversión imperialista en el
ministro de Minas y Energía, que se propone Perú, sustituyendo por completo a la agricultu-
en adelante cambiar el régimen de concesiones ra como el área principal de control extranjero
por el de contratos de explotación, sin afectar de la economía peruana.
los derechos adquiridos antes. Ninguna medi- Desde 1906, la minería había sido práctica-
da efectiva se ha tomado aún hasta este mo- mente monopolizada gradualmente por el ca-
mento, aunque se presume que una nueva Ley pital norteamericano, y su control se ejercía
de Minería y Petróleo está en preparación. Si en la más acusada forma de “enclave”. Cerro
esa intención se lleva a cabo, ello implicaría la de Pasco Cooper Corporation, dueña de los
eliminación de las características de “enclave” yacimientos de ese nombre en la Sierra Cen-
que las empresas privadas petroleras todavía tral, era hasta 1960 la empresa principal. Pero
mantienen en gran parte, y que han comenzado hacia 1950 se descubrieron una serie de impor-
a ser modificadas por la obligación de vender tantes yacimientos minerales, de cobre en pri-
a la PETROPERÚ su producción de crudo, en mer lugar, y de hierro y otros metales. Como
su mayor parte, y a los precios fijados por ésta. consecuencia, las empresas norteamericanas
Del otro lado, desde el punto de vista de lo obtuvieron, de la dictadura de Odría en 1952,
que implica la estatización de las propiedades una Ley de Minería y Petróleo en la cual se les
de la IPC, respecto del carácter nacionalista hacían las mayores concesiones y exoneracio-
de la política petrolera de la Junta, el proble- nes tributarias.
ma consiste en establecer si efectivamente toda Hacia fines de la década del cincuenta ha-
estatización es sinónimo de nacionalización, en bían entrado en explotación los minerales de
464 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

cobre de Toquepala (sur del país), hasta hace pala fueron impedidos de sindicalizarse en su-
poco considerado como el yacimiento de co- cesivas oportunidades, lo que produjo conflic-
bre de mayor importancia descubierto después tos que finalizaron con más de una masacre de
de la guerra11, bajo el control de la Southern los trabajadores, en plena década actual. Las
Peruvian Corp., de propiedad de la American concesiones que la legislación otorgaba a las
Smelting and Refining Co., y los minerales de empresas habrían permitido que los costos de
hierro de Marcona, bajo el control de la Mar- producción del cobre de Toquepala, llegaran a
cona Mining Co. Pero yacimientos todavía más ser los más bajos del mundo, sólo un poco por
importantes de cobre en Cuajone, Cerro Ver- encima de 10 ctvs. de dólar por libra de cobre12.
de, Quellaveco y Michiquillay no habían sido Durante el gobierno de Belaúnde se habían
puestos en explotación, no obstante haber sido iniciado las gestiones para la explotación de los
puestos bajo el control de las mismas empre- yacimientos cupríferos restantes, y principal-
sas norteamericanas. mente para el de Cuajone, bajo el control de la
La exportación minera del Perú pasó a enca- misma Southern Peruvian Corp., dueña de To-
bezar largamente la lista de las exportaciones quepala, filial de la American Smelting and Re-
peruanas, y las tres cuartas partes de los bene- fining Co. de los Estados Unidos. Las empresas
ficios obtenidos por las empresas imperialistas imperialistas aprovecharon la circunstancia de
en el Perú, en su conjunto, proceden de la mi- que el Perú estaba precisado de refinanciar su
nería. La Southern Peruvian Corporation es la crecida deuda externa, para obtener mayores
principal beneficiaria. concesiones como condición para el éxito de
La modalidad del “enclave” en el control im- las gestiones del ministro Ulloa, en la última
perialista de la minería no disminuyó y antes fase del gobierno belaundista, para refinanciar
bien se desarrolló contando con el servilismo esa deuda.
de los sucesivos gobiernos anteriores a la ac- Esas fueron las condiciones principales que
tual Junta Militar. Los trabajadores de Toque- encontró la Junta Militar al asumir el poder.
¿Cuál ha sido su conducta frente a ellas?
11 Carey, James C. 1964 Peru and the United States
1900-1962 (Notre Dame: Notre Dame University Press)
p. 171. 12 Carey (1964) p. 171.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 465

En primer término, es importante recordar En lo sustancial, el contrato es no muy dife-


que, como parte de su política de reorganización rente de los convenios habituales en esta ma-
de la Administración Pública, este régimen creó teria en el Perú. Sin embargo, el gobierno, por
el Ministerio de Minas y Energía, suprimiendo el boca de su ministro de Minas y Energía, ha es-
antiguo Ministerio de Fomento. De este modo, tablecido su intención de retener para el Esta-
hacía claro su reconocimiento de la importan- do el monopolio de la refinación y de la comer-
cia central de la actividad minera en la econo- cialización del cobre procedente de ésta y las
mía peruana, y sus intenciones de elaborar una futuras explotaciones de este mineral, dejando
política para ella. A la cabeza de este portafolio expresamente aclarado que se respetarían los
fue nombrado el general Jorge Fernández Mal- “derechos adquiridos” de la Cerro de Pasco
donado, ascendido a este grado en diciembre de Corp., dueña de la única refinería de cobre ac-
1968, y sobre quien hay un práctico consenso en tualmente existente en el país, y que produce
el Perú para considerarlo el más radical de los las únicas 50 mil toneladas de cobre refinado,
militares de la tendencia nacionalista en el gabi- de las 200 mil toneladas que el país exporta.
nete. En ese cargo, fue él uno de los que maneja- Ciertamente, no se han dado todavía los
ron exitosamente el problema surgido a raíz de pasos concretos que permitirían la cristaliza-
la expropiación de la IPC. ción de la anunciada intención del gobierno.
Hasta el momento, la medida más impor- No obstante, el anuncio implica que al mismo
tante del actual régimen en materia minera ha tiempo que se mantiene y se expande el mo-
sido la firma del contrato para la explotación nopolio imperialista de la minería, se trata de
de los yacimientos cupríferos de Cuajone, con eliminar sus características de “enclave”, por
la Southern Peruvian Cooper Corp., en octubre medio del control estatal de la refinación y de
de 1969. Según ese convenio, se otorga a la más la comercialización, que harían que la actividad
poderosa empresa imperialista en la minería minera se integrara eficazmente a la economía
peruana, uno de los mayores yacimientos de del país.
cobre del país, a condición de invertir en las A comienzos de marzo de 1970, una misión
operaciones la suma de 350 millones de dóla- de empresarios mineros japoneses terminó sus
res, de los cuales en los dieciocho primeros conversaciones con las autoridades peruanas,
meses se invertirían 26,4 millones. en torno de proyectos de inversión japonesa
466 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

en la minería peruana. Los resultados de esas ros con intereses mineros no están satisfechos
conversaciones no han sido materia de conoci- de que el Estado controle la refinación y comer-
miento público sino muy fragmentariamente, a cialización de cobre, eso no impide que haya
través de declaraciones del jefe de esa misión “todas las evidencia de que tanto los intereses
en una reunión de la Sociedad Nacional de Mi- locales como los extranjeros, están totalmente
nería. A tenor de ellas, se habría tratado de la dispuestos a ir adelante con proyectos de todas
formación de “empresas mixtas” entre capita- las formas y tamaños en el Perú”13.
les japoneses y peruanos, para la explotación No se puede adelantar nada más sobre el
de cobre, sin que se sepa la proporción en que contenido probable de la nueva Ley de Minería,
cada grupo empresarial participaría en esas que deberá definir la política futura de la Jun-
combinaciones. ta en este terreno, mientras esa legislación no
Por otro lado, el jefe de esa misión, señor haya sido promulgada, pues hasta la fecha pa-
Mitsui Atkio, hizo público el hecho de que las recen ser los empresarios extranjeros los mejor
autoridades peruanas le hubieran entregado enterados del curso de elaboración de esa ley.
una copia del proyecto de la nueva Ley de Mi- En todo caso, los hechos hasta aquí confi-
nería y Petróleo que estaría en preparación. Lo guran un inequívoco cuadro, según el cual no
que quiere decir que el gobierno ha hecho cir- se trata en este régimen de eliminar la domina-
cular ese texto entre los empresarios imperia- ción imperialista en la producción minera del
listas, mucho antes de su discusión en el país. Perú, pues al contrario parecen existir todas
Ello fue confirmado casi simultáneamente en las posibilidades de que esa eliminación se am-
una nota de Peruvian Times, semanario edita- plíe todavía más en el futuro. Pero, al mismo
do al servicio de los intereses extranjeros en el tiempo, surge también con claridad que esa
Perú, según la cual copias de los proyectos de dominación no podrá continuar ni ampliarse,
ley de Bancos, de Minería y Petróleo, y de la sin admitir importantes modificaciones en sus
Pesca habían circulado entre los empresarios, pautas actuales, de las cuales lo fundamental
los que habrían hecho llegar al gobierno sus ob- era hasta aquí la modalidad del “enclave”. Este
servaciones y sus recomendaciones.
La misma nota de Peruvian Times sostiene
también que, si bien los empresarios extranje- 13 Peruvian Times (Lima) 13 de marzo de 1970, p. 1.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 467

sería eliminado, necesariamente, si el control extranjera en la economía peruana, ha sido la


estatal de la refinación y la comercialización promulgación de un conjunto de disposiciones
del cobre se lleva a efecto, pues eso supondría sobre la organización bancaria en el Perú, la
la integración orgánica de la actividad minera primera de las cuales fue denominada Ley de
en el desarrollo industrial del país. Peruanización de la Banca, en junio de 1969.
El problema que surge a partir de esas mo- La llamada “peruanización” de la Banca, con-
dificaciones en la estructura de la dominación siste en la prohibición de que en los Bancos que
imperialista de la producción minera, es el sig- no sean estrictamente sucursales de los Bancos
nificado de ellas para una posible eliminación o extranjeros el capital extranjero pueda partici-
reducción de la dependencia de la economía pe- par con más del 25% de las acciones, y la prohi-
ruana en su conjunto. En efecto, la mayor inte- bición a las sucursales de Bancos foráneos de
gración orgánica de la minería al resto de la eco- captar y de manejar el ahorro público, pues de-
nomía del país, por su contribución al desarrollo berán operar exclusivamente con sus capitales.
industrial del mismo levanta inmediatamente el Esta medida fue adoptada como respuesta
problema del control de la actividad industrial, a una situación creada muy poco antes del gol-
pues en el caso de que esta última continuara pe, en la etapa final del gobierno belaundista,
como hasta hoy bajo el entero dominio de la como consecuencia de la rápida compra de
burguesía imperialista, esa mayor integración varios bancos del país por bancos norteameri-
orgánica de la minería a la economía industrial canos, de tal modo que la única entidad banca-
no podría producir otra cosa que el fortaleci- ria que quedaba bajo el control de empresarios
miento definitivo del nuevo eje de dominación nativos era el Banco Popular, de propiedad del
imperialista, implicado en el nuevo modelo an- grupo Prado.
tes descrito. Volveremos a ver este problema al Además, el gobierno transformó la estruc-
discutir la política industrial del régimen. tura del Banco Central de Reserva, cuya direc-
ción estaba bajo el control de representantes
La política bancaria y financiera de la banca privada convirtiéndolo en Banco de
la Nación, bajo control estatal en su totalidad.
Otra de las medidas que la Junta ha adoptado, A comienzos de 1970, el gobierno dispuso
y que afectan las modalidades de dominación además que el Banco de la Nación comenza-
468 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ra a operar no sólo como Banco Central, sino Esa errática política bancaria del régimen
también como Banco Comercial, compitiendo no permite, por lo tanto, sostener que se tra-
por lo tanto con la banca privada; la medida te de una tendencia destinada a reducir de
fue saludada por los órganos de prensa de verdad la dominación imperialista sobre la
tendencia nacionalista, como la más efectiva actividad financiera del país, no obstante que
medida gubernamental para romper el mono- formalmente contiene esa posibilidad. Aun
polio financiero privado y extranjero, pues era a nivel formal, esa posibilidad no debe ser
claro que la banca nacional, dotada de todos exagerada, pues se tiene el ejemplo de que el
los recursos financieros del Estado, tenía una grupo bancario de mayor importancia hasta la
capacidad no sólo de competir exitosamente fecha en el Perú, el Banco de Crédito, ligado
con la banca privada, sino aun de convertirse a intereses financieros italianos básicamente
en el eje real de las actividades respectivas en y de otros países europeos, acaba de anun-
el país14. ciar que está dando los pasos necesarios para
Sin embargo, la medida no llegó a cumplir adaptarse a la Ley de “peruanización banca-
las esperanzas de los órganos nacionalistas de ria”, al mismo tiempo que anuncia el incre-
prensa; pues fue inmediatamente seguida de mento de su capital de 285 millones de soles
otras que autorizaban la fusión de los bancos a 313,5 millones de soles, y beneficios netos
privados, de manera tal, que contradecía en en 1969 superiores en un 3,9 % a los de 196815.
la práctica las disposiciones de la “peruaniza- ¿La adaptación anunciada por este Banco a la
ción” bancaria. “peruanización”, significaría realmente la eli-
Inmediatamente después, el gobierno limitó minación del capital extranjero en el control
la autorización dada a la banca nacional, deter- de ese Banco?
minando que sus operaciones comerciales se En cuanto a la política monetaria y credi-
ejercieran únicamente en las ciudades provin- ticia del actual régimen, está enmarcada bas-
ciales en donde los bancos comerciales priva- tante rígidamente en los límites de la política
dos no tenían sucursales. que preconiza el FMI para estos países: la

14 Oiga, semanario limeño que apoya al régimen inci-


tándolo a profundizar su línea nacionalista. 15 Peruvian Times (Lima) 20 de marzo de 1970, p. 14.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 469

reducción de los gastos públicos de manera plo, no parecen haberse alterado de manera
drástica, con el objeto de reducir el déficit fis- sustantiva16.
cal que se arrastraba desde el gobierno ante-
rior, frenar la inflación y mantener la estabili- La política pesquera
dad de la moneda.
Con esos propósitos el actual gobierno re- Es bien conocido que el Perú ocupa el primer
novó el convenio stand by con el FMI, poco lugar en el mundo en la exportación de hari-
después del golpe de Estado. A pesar de que na de pescado, lo que evidencia la importancia
a su vencimiento, en octubre de 1969, ese que esta actividad tiene en la economía perua-
convenio no fue renovado –porque en ver- na. De hecho, el crecimiento que ésta tuvo en la
dad no era necesario en el momento en que última década puede explicarse en gran parte
la balanza internacional era largamente fa- por el aumento de las exportaciones del país, y
vorable al Perú por la drástica reducción de la harina de pescado cumplió aquí una función
las importaciones– la política financiera y sólo inferior a la minería.
monetaria de la Junta ha continuado hasta Se trata de una actividad de relativamen-
este momento sin variaciones importantes. te reciente desarrollo en el país, que se inició
Aunque hay algunos indicios de que esa po- bajo el control de empresarios nativos, aprove-
lítica sería pronto flexibilizada, como vere- chando de las necesidades de fertilizantes y de
mos después. alimentación avícola y pecuaria en los países
Todos estos datos indican que en el área metropolitanos, en la posguerra. Sin embargo,
financiera la Junta Militar, no obstante haber no pasó mucho tiempo para que los capitales
tomado algunas medidas formalmente desti- extranjeros la penetraran y la controlaran, y en
nadas a la modificación de la dominación im- la actualidad esta rama económica está bajo el
perialista, en este sector de la economía pe-
ruana no ha logrado acuñar en la práctica una
línea de conducta definida y, en consecuencia, 16 Los “Fondos Mutuos” son un típico mecanismo im-
las actividades bancarias habituales, junto perialista para controlar y extraer los capitales nativos
de los países subdesarrollados hacia los países metro-
con las prácticas financieras implicadas en la
politanas. Han sido recientemente denunciados, inclu-
institución de los “Fondos Mutuos”, por ejem- sive por gobiernos como el de Colombia.
470 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

dominio de capitales norteamericanos, alema- parte, los empresarios habrían estado insis-
nes y japoneses. tiendo ante el gobierno, acerca de “las casi
Reconociendo su importancia en la vida insuperables dificultades que se presentarían
económica del país, la Junta Militar creó el bajo el esquema de un control estatal de la
Ministerio de Pesquería, a cuya cabeza fue comercialización internacional de la harina
nombrado recientemente el general Javier de pescado”, y proponiendo como esquema
Tantaleán Vanini. Pero ninguna medida espe- alternativo que el Estado deje en libertad, a
cialmente importante ha sido aún tomada por las grandes empresas pesqueras, y que esti-
el gobierno, acerca de la pesca y la fabricación mule para las pequeñas la creación de “una
de harina de pescado. Se ha establecido, sin vasta red de cooperativas peruanas de pro-
embargo, que una ley ad hoc está en prepa- ductores de harina de pescado, bajo el estre-
ración, para definir la política del régimen en cho control del gobierno”, lo cual, según los
esta materia. empresarios, permitiría la estabilización de
Los lineamientos generales, de esa posible precios, “por razones técnicas, en alto nivel”
política, han sido recientemente indicados por y un mercado crediticio flexiblemente distri-
el nuevo ministro, en declaraciones sucesivas y buido entre las empresas de todo tamaño17.
en una reunión sostenida con los empresarios Entretanto, con gran desconcierto de los ór-
del ramo. De ellas se desprende que lo que la ganos de prensa que apoyan al régimen, pero
Junta trataría de hacer, es supervigilar la co- preconizando una política nacionalista más
mercialización internacional de la harina de consistente, el ministro del ramo terminó re-
pescado, estimular la formación de empresas cientemente una gira por los principales puer-
mixtas peruano-extranjeras, y estimular la for- tos pesqueros del país, en compañía del más
mación de empresas cooperativas. importante representante de los empresarios
Es interesante a ese respecto observar pesqueros, Banchero Rossi, estrechamente
que, otra vez, los textos que contendrían el asociado los capitales extranjeros, al cual se le
proyecto de ley en preparación, han circu- habría ofrecido encargarse de organizar la pes-
lado entre los empresarios, mucho antes
que la opinión pública estuviera informada
del contenido de lo que se proyecta. Por su 17 Peruvian Times (Lima) 13 de marzo de 1970, p. 2.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 471

ca y las industrias derivadas para el consumo reado al crecimiento de la inversión extranjera


alimentario nacional18. en esa rama, que ha determinado el completo
Esta errática política, no ha impedido a control imperialista (empresarial, financiero y
las empresas continuar desarrollándose en tecnológico) en esta rama. Según cifras oficia-
sus tendencias de fusión empresarial. En- les, más del 80% de la inversión industrial en el
tre 1968-1970 se fusionaron nueve empresas, Perú es extranjera19.
todas ellas bajo capital extranjero. Es decir, La condición dependiente de la producción
parecería haber alguna indicación de que en industrial del Perú consiste no solamente en
los textos preparatorios de la ley pesquera, la participación dominante del capital extran-
los empresarios no han encontrado ningún jero en las empresas, sino también en el carác-
elemento que los obligara a retraer sus inver- ter apendicular de su tecnología y de su orien-
siones y a disminuir la producción, a pesar de tación, respecto de la industria de los países
los inconvenientes posibles del proyectado metropolitanos.
control estatal sobre el comercio exterior de Eso implica, para cualquier régimen que tra-
esa producción, en adelante. tara de desarrollar la producción industrial del
Perú en función de las necesidades del desarro-
La política industrial llo nacional, la necesidad de poner en práctica
medidas que permitieran la erradicación del
Como ya se dejó señalado, el crecimiento in- control imperialista en esta rama.
dustrial en el Perú fue notablemente rápido a Esto es tanto más decisivo, si se tiene en
partir de los años cincuenta y especialmente cuenta que la actividad industrial-urbana está
en la reciente década, aunque dentro de los lí-
mites de una industrialización sustitutiva e in-
termedia. Pero ese crecimiento ha corrido apa- 19 Instituto Nacional de Planificación 1970 Plan de
desarrollo económico social 1967-1970 (Lima: INP)
Vol. III. Sobre el desarrollo industrial en el Perú, pue-
18 Oiga (Lima) 13 de marzo de 1970, pp. 14-16. Comen- de verse: CEPAL 1959 “Desarrollo industrial del Perú”
tando esa gira del ministro de Pesquería, el articulista (Santiago de Chile: CEPAL); Instituto Nacional de Pla-
reclamaba un amplio debate nacional del problema de nificación 1966 “Desarrollo de la industria en el Perú”
la pesca. (Lima: INP) mimeo.
472 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

pasando, en los países más importantes de para el desarrollo de la industria bajo el impe-
América Latina, a constituirse en el nuevo eje rialismo, con todas las ventajas para el último.
real de la dominación imperialista, en el pre- Acaso sea, precisamente, a causa de estos
ciso momento en que esta rama se convierte, problemas, que la política de la Junta en este
también, en el sector hegemónico dentro de la campo sea hasta este momento la menos de-
estructura económica dependiente, con todas finida, a pesar del hecho de que, en diversas
sus consecuencias sobre la matriz subdesarro- ocasiones, los principales voceros del régimen
llada de esta economía. han dejado establecida una enérgica disposi-
Podría decirse, pues, que en el fondo es ésta ción industrialista, quizá la pieza clave del di-
la piedra de toque para una evaluación de los lí- seño implícito de política económica que este
mites de la política económica de la Junta, fren- gobierno patrocina.
te al problema del imperialismo. En efecto, si La Junta creó también un Ministerio de In-
la industria va a permanecer bajo el control de dustrias, y ha hecho saber que estaría en pre-
aquél, las actuales modificaciones en las modali- paración una nueva ley para definir la política
dades de dominación que se ejercían en la mine- a seguir en la materia, y que sustituiría a la
ría y en el petróleo, no implicarían otra cosa que Ley de Fomento Industrial en vigencia20. Pero,
el desarrollo de un eje minero-industrial de do- otra vez, los textos preparatorios de la nueva
minación imperialista en la economía peruana. ley habrían circulado privadamente entre los
Aún si el Estado avanzara hacia el completo
control de las actividades y recursos extracti-
vos, mientras la industria permanezca anclada 20 La Ley de Fomento Industrial tenía en parte la fi-
en manos de las redes monopolísticas metro- nalidad de estimular la descentralización de la produc-
ción industrial, concentrada en casi un 70% en Lima,
politanas, difícilmente podría producirse una
Callao. Se establecieron entonces los llamados “par-
situación muy diferente de la que actualmen- ques industriales” en varias ciudades provincianas, y
te existe, en países como Argentina, Brasil o numerosos “incentivos” en forma de exoneraciones
México, donde la producción extractiva y las tributarias. No solamente la descentralización no se
llamadas “industrias básicas” controladas por produjo, sino que Lima, Callao, acumuló a partir de la
ley, un 4,7% más en el valor total de la producción in-
el Estado, sirven en la práctica como la infraes-
dustrial del país; pero los incentivos fueron provecho-
tructura de materias primas y de servicios, samente usados por los empresarios.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 473

empresarios, antes de su conocimiento por el soda cáustica, 70 mil toneladas de clorina, 100
resto del país. El nuevo esquema contemplaría toneladas de carbonato de sodio22. Además se
establecer “incentivos de promoción global”21. ensancharía la capacidad de los astilleros del
Diversas declaraciones de las autoridades Callao que, debido al desarrollo de la pesca,
del gobierno señalan que este se propondría es- han tenido recientemente un crecimiento rela-
timular inversión privada en la industria, pero tivamente importante.
también la intención de retener para el Estado De ese modo, la producción industrial pe-
el control y la gestión directa de las “industrias ruana quedaría dividida en dos sectores: la
básicas”: siderurgia, química básica y petroquí- “industria básica” en manos del Estado, y la in-
mica, específicamente. dustria manufacturera en manos de las empre-
En ese sentido, los planes anunciados dise- sas privadas. Como éstas están en sus niveles
ñan metas relativamente ambiciosas para la decisivos en manos del imperialismo, esa divi-
parte que el Estado controlaría, pero dejan en sión podría equivaler en lo fundamental, a una
claro también que el sector manufacturero que- reproducción de la situación actual en otros
daría en manos de las empresas privadas, y que países mencionados. Esto es, a una suerte de
en ese sector la inversión recibiría estímulos y articulación entre los monopolios inter y su-
seguridades. pranacionales, controlando la industria manu-
Así, entre las más importantes metas esta- facturera, y el Estado controlando la “industria
blecidas se precisan: 1 millón de toneladas de básica”, con obvios beneficios para aquéllos
acero, 300 mil toneladas de cobre refinado, 300 mientras el Estado no definiera una política na-
mil toneladas de cinc refinado, mil toneladas cionalista más consistente.
de plata refinada, 250 mil toneladas de produc- Dentro de estas perspectivas, la Junta ha
tos petroquímicos, 300 mil toneladas de ácido adoptado ciertas medidas que afectan a las
sulfúrico, 100 mil toneladas de ácido fosfórico, empresas industriales en diversas formas. En
75 mil toneladas de ácido nítrico, 150 mil tone- primer lugar, bien al comienzo del régimen, se
ladas de ácido clorhídrico, 80 mil toneladas de estableció una severa restricción de importa-

21 Peruvian Times (Lima) 13 de marzo de 1970, p. 2. 22 Ibídem.


474 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ciones, suspendiendo las de los bienes manu- cha, la banca comercial incrementó sus fondos
facturados en el país y restringiendo aquellas con depósitos de la Tesorería Fiscal.
que no siendo producidas aquí, se considera- Esa política crediticia selectiva, se orienta a
ran superfluas. favorecer básicamente al sector más producti-
Aunque esa medida fue, ante todo, destinada vo y más moderno de la industria, que es jus-
a reducir los gastos en divisas y estabilizar la tamente el que está bajo el control del capital
moneda, sus efectos fueron positivos para las imperialista. Como consecuencia, dos fenóme-
empresas industriales, pues fueron el único nos paralelos pero interconectados están ocu-
sector que en medio del descenso general del rriendo en el país. De un lado, una activa fusión
crecimiento económico y no obstante la caída empresarial de las empresas más importantes,
de la demanda para bienes fabriles, causada y del otro, la reducción de la capacidad produc-
por el descenso de la capacidad de consumo tiva de las empresas medias, que reducen las
interno, ha podido mantener un aumento de la jornadas de trabajo, especialmente en el sector
producción en 5,1%, en su conjunto. textil, que estaría operando a un 40% de su ca-
AI renovarse en octubre de 1968, inmedia- pacidad instalada, habiéndolo hecho en 1968 al
tamente después del golpe, los acuerdos con 60%. Al mismo tiempo, numerosas empresas de
el FMI, dentro la política antiinflacionaria a menor capacidad financiera están quebrando.
que ello dio lugar, el gobierno restringió los Entre octubre de 1968 y marzo de 1970 se
créditos obligando a la banca comercial a un fusionaron 51 empresas, de las cuales 14 co-
aumento del encaje. La medida afectó princi- rresponden a la industria manufacturera y 9 a
palmente al comercio y a la industria, y dentro la industria de harina de pescado; por otra par-
de ésta de modo especial a los empresarios te, en el mismo período cerraron 73 empresas,
medios y pequeños. 181 redujeron secciones, y 54 suspendieron sus
La contracción crediticia se mantiene aún en operaciones (Véanse los Cuadros respectivos
sus líneas generales; sin embargo, a partir de en el Anexo).
octubre de 1969, el Ministerio de Economía y Esta tendencia a la fusión empresarial ocu-
Finanzas ha iniciado gradualmente una flexibi- rre paralelamente con el proceso de merging
lización crediticia con una política de adjudi- de las empresas imperialistas matrices de las
cación selectiva de créditos. A partir de esa fe- que operan en el Perú. No se dispone de datos
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 475

suficientes para evaluar la magnitud ni el nú- nos crecientes recursos de producción y la


mero de las empresas que operan en el Perú, parte sustantiva del mercado, son exactamen-
y cuyas matrices se fusionan en conglomera- te las empresas imperialistas o aquellas en las
dos en los países metropolitanas. A título de cuales la participación del capital nativo es to-
ilustración, sin embargo, se puede mencionar talmente subordinada.
el reciente anuncio de Pirelli Peruana Ice, SA, La reciente cristalización del Pacto Andino,
acerca del merging entre Pirelli SA, de Milán, en el cual participa el Perú y cuya sede se ha
Societé Internationale Pirelli SA, Basiles y Dun- establecido precisamente en Lima, cuenta con
lop Company Ltda. (Tenant Peru, de origen nor- apoyo entusiasta del actual gobierno. Este
teamericano, y Oerliken Co., de origen belga, la pacto ha sido elaborado con la finalidad de
segunda de las cuales afirma controlar el 80% favorecer el crecimiento industrial en los paí-
del mercado peruano de electrodos, firmaron ses firmantes, sobre la base de un mercado de
también recientemente un contrato similar)23. consumo que abarca a la población conjunta de
Como se puede observar, la actual política ellos. Eso significa que la producción industrial
crediticia de la Junta favorece largamente el de cada país requiere ser rápidamente incre-
proceso de concentración empresarial en la mentada en su capacidad productiva, para lo
industria y, a través de ello, la acentuación cual se precisa racionalización, tecnificación y
del predominio imperialista en esta rama de reorganización de las empresas y de la entera
la economía del país. No es muy difícil cole- estructura de la producción industrial.
gir que las empresas que cierran o reducen sus Bajo las presentes condiciones, y de conti-
operaciones, son aquellas con menor capaci- nuar las tendencias que se acaban de reseñar,
dad financiera, de menor nivel tecnológico, para el caso peruano, todo aquello significaría
etc., que en su mayor proporción son, justa- normalmente el desarrollo de la concentración
mente, aquellas en que el capital nativo tiene empresarial en la industria, la eliminación de
mayor participación. En cambio, las empresas las empresas de menor capacidad productiva,
que se fusionan y que concentran en sus ma- la distribución del mercado entre las empresas
más poderosas. Esto es, una todavía mayor po-
sibilidad de consolidación y expansión de la
23 Ibídem, p. 3. dominación imperialista en la industria perua-
476 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

na, ya que los empresarios nativos privados no los cuales obviamente está destinada la pro-
podrían tener de modo alguno, la capacidad ne- ducción del modelo popular de automóvil, im-
cesaria para competir con éxito con las empre- plica necesariamente la concentración empre-
sas metropolitanas. La única alternativa para sarial rápida dentro de esta rama de la indus-
impedir o reducir esa dominación sería el con- tria. Hasta aquí operaban 13 ensambladoras,
trol estatal de la industria manufacturera, o la de propiedad norteamericana en su mayoría y
entrega de ella a la gestión de los trabajadores. japonesa en la otra parte; pero, a partir de aquí,
Entretanto, la Junta continúa insistiendo en su se estima que no quedarían operando más de 3
disposición a estimular la inversión privada en empresas importantes.
la industria. Estas medidas han sido presentadas por la
Como parte de este proceso de concentra- Junta, como una “peruanización” de la indus-
ción empresarial, la Junta decidió reciente- tria automotriz. El término parece ser usado
mente la reorganización de la industria de en- sistemáticamente para referirse a la erradi-
samblaje de vehículos motorizados, la cual es cación de los rasgos de “enclave” con que las
íntegramente de propiedad extranjera. La reor- empresas extranjeras operaban, con lo cual se
ganización implica la restricción del número hace posible una mayor integración orgánica
de modelos ensamblados, el establecimiento de esas empresas y de esas ramas de produc-
del control de precios y la prohibición de im- ción dentro de la economía del país. No obs-
portación de materiales que el país produce, tante, la propiedad queda en manos del capital
así como la exigencia de llegar a la fabricación extranjero. Por otra parte, medidas similares
nacional de la totalidad de las partes para el han sido ya antes adoptadas en Argentina por
ensamblaje. Además, a partir del próximo año, las mismas empresas, y recientemente el go-
la producción de un modelo popular de auto- bierno chileno dispuso lo mismo, sin que pueda
móvil cuyo precio no sobrepase los mil dólares hablarse en estos casos de una política nacio-
por unidad. nalista implicada en tales medidas.
Este conjunto de medidas, aparte de elimi- En materia de comercialización internacio-
nar las típicas características de enclave con nal de la producción manufacturera del país,
que operaban estas ensambladoras, y de favo- asunto vinculado al Pacto Andino, no son aún
recer a los sectores medios de la población, a definidas las perspectivas. No obstante, la Jun-
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 477

ta ha hecho saber que se propone estimular la Reforma Agraria25. Sobre eso han recaído in-
exportación de bienes “no tradicionales”, esto sistentes declaraciones de las principales auto-
es industriales. Para ello, se propondría como ridades, especialmente del ministro de Econo-
meta de mediano plazo, alcanzar una exporta- mía y del ministro de Relaciones Exteriores26,
ción de esos productos, por un valor de 200 mi- en el mismo sentido. No obstante, nada se sabe
llones de dólares. Al mismo tiempo, se otorga- en concreto, hasta hoy, acerca de esta proyec-
rían facilidades a la importación de los bienes tada reforma.
de capital indispensables para las industrias a (Si cabe usar los rumores, se atribuye, a
las cuales los planes de desarrollo adjudicaran algunos de los más influyentes miembros del
calidad prioritaria, a tenor de los textos prepa- gobierno, la indicación de que se trataría de
ratorios de los planes hechos circular por el medidas destinadas a promover la armonía de
gobierno entre los empresarios24. intereses entre empresarios y trabajadores).
Respecto de la política industrial, conviene
mencionar también, finalmente, que la Junta La política general frente a
señaló desde el comienzo que entre sus planes la inversión extranjera
estaba una “reforma de la empresa”, la cual
junto con la reforma agraria fue definida como Del conjunto de intenciones declaradas y de
pieza clave de su política de reformas. La mera medidas puestas en práctica por la Junta en
idea generó inmediatamente una ola de protes- relación a las inversiones privadas extranjeras,
tas y de oposición entre los empresarios y sus
voceros periodísticos. Como consecuencia, el
gobierno hizo saber que esa reforma no esta- 25 Véase el discurso del general Velasco del 28 de julio
ba destinada a realizarse inmediatamente, sino de 1969, reproducido en El Peruano (Lima) 30 de julio
a lo largo de un proceso lento y gradual, y no de 1969.
implicaba tampoco la cooperativización de las 26 Discurso del general Mercado Jarrín ante la Asam-
empresas fuera de lo prescrito por la Ley de blea de la ONU, reproducido en Oiga (Lima) 13 de
septiembre de 1969; “Exposición sobre la situación
económico-financiera del país” del general Francisco
Morales Bermúdez, reproducido en El Peruano (Lima)
24 Ibídem, p. 2. 16 de octubre de 1969.
478 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

se puede desprender que de la misma manera Reunión Anual del Fondo Monetario Internacio-
como se tiende a eliminar las características de nal y del Banco Mundial, en setiembre del mis-
“enclave” con que operaban las empresas de mo año, insistió en que las medidas monetarias
propiedad extranjera en el país, la inversión ex- y fiscales del régimen, tenían por objeto “esta-
tranjera en general no podría eludir la presión blecer” la confianza de los inversionistas extran-
para una mayor reinversión de sus utilidades jeros, y que las reformas estructurales proyecta-
dentro del Perú. das ofrecían a ellos aún mayores posibilidades.
En materia de intenciones, el presidente Ve- Sosteniendo que el esfuerzo interno es suficien-
lasco estableció, en su discurso del 28 de julio te para cubrir las necesidades de inversión del
de 1969, que “se debe racionalizar la inversión Perú, añadió: “expresamos a todos los países
de capitales extranjeros en nuestros países. desarrollados del mundo, sin discriminación
La inversión privada extranjera, si bien crea alguna, que las puertas de nuestra patria están
focos de modernización económica, sirve en abiertas a la inversión extranjera […]”.
las actuales condiciones como mecanismo de Parecería, así, que la política de la Junta
succión de la riqueza de los países latinoameri- frente a la inversión privada extranjera, cami-
canos. Paradójicamente, pese a nuestra condi- na en un difícil equilibrio entre los reclamos de
ción de naciones en vías de desarrollo, somos sometimiento de ese capital a las necesidades
en nulidad exportadores de capitales y finan- de transformación estructural del país, por una
ciadores del espectacular desarrollo de los paí- parte, y el sometimiento de estas transforma-
ses altamente industrializados. Con la riqueza ciones estructurales a las posibilidades mayo-
extraída de América Latina, se dinamiza el de- res que ellas abrirían al capital extranjero, por
sarrollo de otras áreas del mundo que operan la otra. Lo primero impone el control nacional
como zonas de expansión del industrialismo de la inversión extranjera. Lo segundo, a la
moderno […]”. En consecuencia, la inversión postre, el control imperialista de un proceso de
extranjera debe venir “bajo formas que garanti- modificaciones estructurales que, en ese senti-
cen la justa participación de nuestros países en do, tendría fundamentalmente un carácter de
las riquezas que ellos y sus hombres producen”. modernización y reajuste del sistema, en cuyo
Por otra parte, sin embargo, el ministro de caso efectivamente sería un terreno fértil para
Economía y Finanzas, en una exposición en la la acumulación capitalista.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 479

De todos modos, la reducción de los már- corresponden a un país imperialista determi-


genes exportables de beneficio para el capital nado, y en el caso peruano principalmente al
extranjero en el Perú, supone un cambio im- norteamericano, favorecía en cambio a los in-
portante en la conducta tanto del Estado pe- versionistas de carácter supranacional. Pues,
ruano como de los inversionistas. De llevarse en efecto, inclusive para los primeros, el tipo
a la realidad, la mayor reinversión de utilidades de organización empresarial que se desarrolla
dentro del país, a pesar de sus beneficios para hoy día en el capitalismo metropolitano, hace
los inversionistas, implicaría también una ma- posible que un sector creciente de grupos
yor disponibilidad de capitales y una mayor po- burgueses imperialistas no requieran nece-
sibilidad de crecimiento de ciertas áreas de la sariamente de la exportación del total de sus
economía peruana. beneficios, para incrementar su acumulación
No obstante, no debe olvidarse para los de capital.
propósitos de evaluación de lo que esa polí- La forma práctica en que comienza a ope-
tica supone frente al problema global del im- rar esa política de “nacionalización” de la in-
perialismo que esta tendencia ocurre en el versión privada extranjera, y sus alcances so-
mismo período en que se desarrollan grupos bre los beneficios de ésta, pueden apreciarse
de burguesía imperialista de carácter inter en las principales medidas adoptadas por la
y supranacional, es decir, que no responden Junta:
necesariamente a intereses nacionales impe-
rialistas, y tienden a operar como grupos cos- 1. El Decreto-Ley 17.854 “permite efectuar in-
mopolitas27. Como, por ejemplo, ADELA en versiones de una parte de la utilidad neta
América Latina. de cada ejercicio libre de todo impuesto, en
Lo anterior implica que la política dise- otras actividades manufactureras, inclusive
ñada por la Junta sobre este asunto, si bien en empresas industriales distintas, así como
podría afectar parcialmente a los grupos de en la integración vertical de la industria, y
inversionistas extranjeros cuyos intereses en obras e instalaciones destinadas a pro-
veer los servicios indispensables para la im-
plantación de nuevas instalaciones fabriles,
27 Véase, sobre esto: Quijano “Redefinición de la de-
pendencia y marginación en América Latina”, op. cit. que impliquen una reducción de los costos
480 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de producción o de comercialización de las bienes de capital que no se produzcan en


empresas”28. el país, y que sean financiadas en no me-
2. Más significativamente todavía, el Decreto nos del 90% con créditos del exterior, a un
Ley 17.475, otorga “exoneraciones y benefi- plazo no menor de cuatro años y a una tasa
cios para las empresas de servicios multina- de interés no mayor del 3% sobre la tasa
cionales, establecidas o que se establezcan preferencial”31 (énfasis propio).
en el país [Lima es la sede latinoamericana 5. Se han establecido “garantías de disponibili-
de ADELA; nota del autor], y cuyos recursos dad” de disponibilidad de divisas, tanto para
de capital se constituyan en el caso de accio- empresas nacionales como extranjeras, para
nistas extranjeros con recursos provenien- el pago de servicios en el país y en el exterior
tes exclusivamente del exterior, permitiendo que se encuentren debidamente justificados,
que los contratos de operaciones que reali- extendiéndose esta garantía en el caso de
cen con personas y entidades extranjeras… empresas extranjeras, al pago de capitales
estén exonerados de impuestos, y otorgando invertidos, intereses y utilidades”32.
un trato tributario especial para los técnicos
y funcionarios que vengan al país […]”29. Así, no por reinvertir más en el país, los inver-
3. El Decreto Supremo 049-69, exonera de im- sionistas extranjeros se beneficiarán menos.
puestos a la renta a las empresas por las ope- Sin duda, la producción del país podría crecer
raciones de crédito que hagan con entidades en alguna medida. Pero, los beneficios de ese
industriales y financieras extranjeras30. crecimiento, podrían no ser del país33.
4. Por el Decreto-Ley 17.665, se exonera de la
sobretasa del 10% a las “importaciones de
31 Ibídem.
32 Ibídem.
28 “Exposición sobre la situación económico-financie- 33 Entre 1956 y 1965, la inversión extranjera total en el
ra del país” del general Francisco Morales Bermúdez, país obtuvo beneficios que crecieron desde EL 9,9% en
op. cit. 1956 hasta el 19% en 1965. La inversión norteamericana,
en particular, obtuvo beneficios por un total de U$S 532
29 Ibídem. millones, de los cuales sólo U$S 138 millones fueron
30 Ibídem. invertidos en el Perú. La disminución de los beneficios
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 481

En el marco de esta política, la Junta está nomía del país, así tomo obtener un margen
haciendo evidentes esfuerzos por multila- mayor de maniobra frente a este imperialismo.
teralizar la inversión extranjera en el Perú. En ese sentido, parecería que la actitud y la
Esto es, para atraer capitales europeos y conducta del régimen frente al imperialismo se
japoneses principalmente, además de los orientan, básicamente, a enfrentar las formas
norteamericanos. tradicionales, tanto como la exclusividad nor-
Como se sabe, la inversión privada extran- teamericana en la dominación imperialista de
jera era y todavía es, en su proporción do- la economía peruana.
minante, de origen norteamericano. Eso ha
significado que la noción misma del imperia- La multilateralización del
lismo esté asociada en el Perú, para la gene- comercio exterior
ralidad de la población, casi exclusivamente a
la dominación norteamericana. Como parte de esa misma línea política, la Jun-
La Junta ha enviado varias misiones a los ta ha tenido éxito en desarrollar rápidamente
países europeos, para persuadir a los inversio- lo que ya se insinuaba en el régimen anterior
nistas europeos de la conveniencia de invertir como ampliación de las relaciones comerciales
en el Perú, y por su parte misiones japonesas, con los países de Europa del Este.
canadienses y escandinavas, han estado re- El establecimiento de relaciones diplomáti-
cientemente en el país, explorando las posibi- cas con todos los países llamados socialistas
lidades de inversión. en Europa del Este, y la firma de convenios co-
Claramente, esta apertura de la Junta hacia merciales y de crédito con la mayoría de ellos,
los inversionistas europeos y asiáticos implica no es un rasgo privativa del Perú, pues la mayo-
el propósito de reducir el impacto de la pre- ría de los países más importantes de América
sencia norteamericana en el control de la eco- Latina, incluidos los que tienen los gobiernos
más conservadores y antipopulares, lo han he-
cho antes.
exportables afectaría a este sector del imperialismo en En consecuencia, no se podría inferir de
primer lugar; pero eso, como se ve en las tasas anuales
estas relaciones con los países de Europa del
de beneficio, no disminuiría la acumulación de capital
en manos de las empresas extranjeras. Este, la presencia de una línea política que tu-
482 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

viera implicaciones de mayor alcance frente al Mientras sean las empresas privadas bajo
problema del imperialismo. control imperialista las que tengan el dominio
Por una parte, nada indica hasta este mo- de los recursos de producción del país, la mul-
mento que la Junta se proponga romper con el tilateralización del comercio exterior serviría
mercado internacional controlado por la bur- en primer término a la acumulación capitalis-
guesía imperialista, ni por otra, que los países ta privada, no obstante los beneficios para el
de Europa del Este tiendan a presionar en esa Estado en materia de divisas e impuestos. Y es
dirección a este régimen o a los de otros países este el problema central.
de América Latina.
El significado preciso de estas nuevas rela- 2. La conducta del imperialismo
ciones diplomáticas y comerciales no parece frente a la Junta Militar
pues ser distinto que el que tiene en todos los
otros países latinoamericanos, que las estable- En general, se puede observar que la conducta
cieron antes que el Perú. Esto es, la multilate- del imperialismo norteamericano, tanto desde
ralización de su comercio exterior sin romper el punto de vista del Estado imperialista como
con el mercado internacional, controlado por de la burguesía como tal, se ha caracterizado
el imperialismo, y la obtención de un margen en sus relaciones con este régimen, por una
relativamente más grande de maniobra frente combinación flexible de cautelosa diplomacia
al principal de los países imperialistas. y de reticente bloqueo financiero.
Sólo si la Junta se decidiera al control esta- Por una parte, el gobierno norteamericano
tal del comercio exterior del Perú, esas nuevas amenazó con la aplicación de la Enmienda Hiken-
relaciones adquirirían un sentido distinto, pues looper, a raíz de la ocupación de los yacimientos
en ese caso sería inevitable un enfrentamiento e instalaciones de la IPC en Talara, y ciertos sec-
radical con el imperialismo. Las actuales tenta- tores de esa administración reclamaron la aplica-
tivas de controlar el comercio internacional de ción de la Enmienda Pelly por la captura de bar-
algunos productos peruanos de exportación, cos pesqueros californianos en aguas peruanas, y
como el cobre en primer lugar, y quizá la harina la suspensión de la ayuda militar al Perú.
de pescado, podrían en cierta forma introducir Sin embargo, esas medidas no fueron aplica-
un elemento importante en estas relaciones. das formalmente en ningún momento y, en su
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 483

reciente visita al Perú, el señor Meyer, subse- pues la deuda peruana fue refinanciada y las
cretario de Estado para Asuntos Latinoameri- solicitudes peruanas de crédito comienzan a
canos, declaró públicamente que la Enmienda ser atendidas.
Hikenlooper era inaplicable y carecía de sen- Esta conducta diplomática cautelosa, acom-
tido. No obstante, el mismo personaje había pañada de cierto bloqueo financiero que no lle-
anunciado la aplicación inevitable de esa medi- gó, sin embargo, a ningún límite que violentara
da, en las reuniones del Senado norteamerica- las relaciones con la Junta Militar, se puede
no en el mes de abril de 1969. comparar con la intervención en Guatemala
Todo ello, a pesar de que la Junta Militar en el momento en que los intereses de la Uni-
no sólo expropió a la IPC, sus yacimientos e ted Fruit fueron afectados, la invasión a Cuba,
instalaciones de refinería, sino también y con la invasión de los marines a Santo Domingo
posterioridad a la amenaza de enmienda, la red frente a un intento constitucionalista de un
de distribución comercial de petróleo y deriva- sector de las Fuerzas Armadas, y la presencia
dos que la empresa controlaba en el país; de la norteamericana en la destitución de Goulart en
expulsión de las misiones militares norteame- Brasil. Algo parecía haber obligado a cambiar
ricanas como respuesta a la amenaza de sus- la conducta del más poderoso Estado imperia-
pensión de la ayuda militar; de la declaración lista del mundo. Tal vez no muchos años antes,
de la indeseabilidad de la visita de Rockefeller el lobby petrolero habría tenido fácil éxito en
al Perú, y poco más tarde de la expropiación de sus demandas de castigo sobre el régimen que
los latifundios cañeros de propiedad america- se atrevía a tocar esos intereses.
na, en la Costa Norte del país. En realidad, varios factores se han modifica-
Por otro lado, sin embargo, las principales do, trabando la capacidad represiva del impe-
instituciones financieras y crediticias inter- rialismo norteamericano. Aquí sólo es posible
nacionales, controladas por Estados Unidos, indicarlos someramente:
suspendieron las operaciones con el Perú, in-
mediatamente después de la expropiación de 1. La reducción de la hegemonía norteamerica-
la IPC y pusieron dificultades a las gestiones na en el orden capitalista internacional, como
para refinanciar la deuda externa del Perú. resultado tanto de sus dificultades económi-
Esa situación perdura en medida relativa, cas crecientes –inflación en ascenso, amagos
484 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de recesión–, como de la mayor capacidad ejercidas de manera uniformemente benefi-


obtenida en los últimos años por otros países ciosa por todos los grupos de la burguesía
imperialistas, como Alemania y Japón espe- norteamericana que operan en la región, y
cialmente, frente a los cuales los Estados Uni- en consecuencia es inevitable que se produz-
dos están obligados a reajustar sus relaciones can diferencias de interés y de apreciación
económicas. de cada coyuntura en estos países. Por eso
2. El desprestigio de la política intervencionis- mismo, el Estado norteamericano es some-
ta del Estado norteamericano, como conse- tido a presiones contrapuestas, y no podría
cuencia de la “guerra sucia” que hace en Viet- desarrollar una política compacta en favor
nam, no solamente fuera sino también den- de uno solo de los grupos burgueses, sobre
tro de la propia población norteamericana. todo cuando se trata de los grupos asociados
3. Las crecientes dificultades políticas inter- a las modalidades “tradicionales” de domina-
nas, por la ruptura de la lealtad nacional de ción en América Latina.
parte de la juventud, el desarrollo del movi-
miento negro y la incipiente entrada aun de De este modo, paradójicamente, el imperia-
algunos grupos del proletariado blanco en lismo norteamericano tiene hoy día una nece-
los movimientos de protesta. sidad mayor de aumentar su explotación en
4. El posible deterioro de la cohesión política América Latina, frente a la reducción de su an-
de la propia burguesía norteamericana, res- terior total hegemonía sobre todo el orden ca-
pecto de los cambios necesarios que deben pitalista internacional. Pero, al mismo tiempo,
ser introducidos en las relaciones con los un conjunto complejo y cruzado de factores
países dominados, y también en cierta forma traba su capacidad de imposición política so-
como parte de los conflictos que comienzan bre cada país de América Latina, para los fines
a pronunciarse entre la vieja oligarquía mo- de esa explotación.
nopólica y sectores burgueses nuevos, más Es posible, a pesar de todo ello, que el im-
agresivos y modernos, surgidos del desarro- perialismo norteamericano hubiera presen-
llo de las industrias bélicas y astronáuticas. tado una reacción más agresiva, si el régimen
5. Las nuevas modalidades de dominación im- peruano hubiera aparecido con una definida
perialista en América Latina no pueden ser posición antiimperialista global, de un lado, y
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 485

si los agentes del actual proceso, con todas sus cana encontrar una línea definida y coheren-
incoherencias, hubieran sido distintos o más te de acción. La experiencia cubana, de cuyo
débiles. En el primer caso, las contradicciones desarrollo posterior mucha gente ha culpado
de interés sectorial entre los grupos burgueses a la rigidez de la reacción norteamericana, era
imperialistas habrían dado paso a una política también probablemente un ejemplo a tener en
común de clase. En el segundo caso, se hubiera cuenta, un aviso para mantener una línea flexi-
tratado de eliminar las aristas más salientes de ble y cautelosa, hasta ver mejor.
las tendencias nacionalistas y reformistas del Estos factores permitirían explicar por qué
régimen peruano. en el mismo momento en que la IPC arreciaba
Así, si un gobierno civil hubiera emprendi- su campaña contra el régimen peruano, influ-
do las mismas medidas sin previo acuerdo con yentes personalidades políticas, dentro y fuera
Estados Unidos, habría quedado siempre la de la administración actual de ese país, ataca-
posibilidad de un golpe militar, como en otros ban las demandas de esa empresa y la acusaban
casos recientes en América Latina y fuera de de manejos indefendibles en el Perú, como en
ella. Pero ocurría que eran, precisamente, las el caso de Richard Godwin en sus intervencio-
propias Fuerzas Armadas las que emprendían nes en las sesiones especiales del Senado nor-
esas acciones. Si las Fuerzas Armadas hubie- teamericano, las vacilaciones de Frank Church,
ran presentado algún punto de fisura impor- presidente del Subcomité del Senado para
tante, hubiera sido fácil oponer a un sector Asuntos Latinoamericanos, así como las del se-
contra el otro, como en Santo Domingo. Pero, nador Fulbright en esas mismas reuniones.
en el Perú la situación era diferente, pues el Cuando se decretó la Reforma Agraria y se
grupo en el poder parecía tener una unidad expropiaron en seguida los latifundios coste-
bastante fuerte, por lo menos respecto de esas ños, afectando así a varias empresas norteame-
medidas específicas. ricanas, numerosas voces norteamericanas
Frente a un régimen con rasgos nacionalis- aplaudieron la medida. Significativamente,
tas, pero que al mismo tiempo enfatizaba su Wall Street Journal editorializó sucesivamen-
decisión de mantener las bases del actual or- te apoyando esa medida y señalando, sobre
den económico social, era pues difícil para el todo, que ella permitía la estabilización po-
Estado y para la propia burguesía norteameri- lítico-social del Perú y con ello se favorecían
486 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

las posibilidades futuras de las inversiones Sechura, a través de la empresa Bayovar; ca-
norteamericanas en este país, pues la inestabi- pitales escandinavos están ampliando su ra-
lidad político-social era el principal problema dio de operaciones en el país, sobre todo en el
para tales intervenciones. Si se recuerdan las comercio y en algunas industrias mecánicas; y
declaraciones del ministro de Economía y Fi- misiones de diversos países europeos han es-
nanzas en la reunión anual del FMI y del Banco tado recientemente en el país explorando sus
Mundial, Wall Street Journal no estaba, acaso, posibilidades de inversión.
muy lejos de la verdad. Todo ello no sería posible si la hegemonía
En cuanto al resto de la burguesía impe- norteamericana fuera tan completa como hasta
rialista, europea, canadiense o japonesa, no hace pocos años, después de la Segunda Gue-
fue en momento alguno afectada por ninguna rra Mundial, y tampoco si el régimen hubiera
medida de la Junta Militar; la creciente auto- definido su política en una dirección plenamen-
nomía relativa de esas burguesías respecto te antiimperialista.
de la hegemonía norteamericana, les permite Finalmente, en este recuento debe encon-
operar con mayor soltura en el mundo subde- trar lugar la presencia creciente de la Unión
sarrollado. Pasados los primeros momentos Soviética y los países de Europa del Este en
de la sorpresa, el desarrollo de la situación América Latina. Visiblemente, estos países no
peruana debe haberlos convencido de que están orientándose hacia una competencia an-
se abren para ellos condiciones beneficiosas. tagónica con los intereses imperialistas en esta
En efecto, Japón ha entrado en tratos con la región, pero la coyuntura actual de reajuste de
Junta Militar para varias operaciones de fi- fuerzas interimperialistas y de redefinición de
nanciamiento, notablemente en la ampliación las relaciones de dependencia en América La-
de las refinerías de petróleo y de acero, y sus tina, les permite ensanchar sus relaciones co-
misiones han dejado saber en el Perú que se merciales en esta área, sin entrar en conflicto, y
ampliarían las inversiones privadas japone- sin buscar hacerlo, con el imperialismo34.
sas, parte de ellas en empresas mixtas, en la
explotación del cobre, de la pesca, y otros
34 Se dice en el Perú, en fuentes internas del gobierno
rubros. Capitales alemanes tienen el control
actual, que la Unión Soviética había negado toda
de los riquísimos yacimientos de fosfato en posibilidad de ayuda financiera para un proyecto de
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 487

Dada la actual estructura de dominación 3. ¿Hacia una “dependencia


económica en América Latina, estas nuevas negociada”?
relaciones comerciales con Europa del Este, a
la vez que amplían el margen de maniobra de Varios años atrás, en La Prensa, el más reac-
Estados con ribetes nacionalistas, no pueden cionario de los periódicos limeños, el entonces
dejar de favorecer a las empresas imperialistas. periodista y hoy empresario Federico Costa
Como éstas controlan la mayor parte de los re- Laurent, acuñó una frase irónica pero correcta
cursos y de los mecanismos del comercio exte- sobre las relaciones entre el Perú y los Estados
rior de sus productos, pueden obtener ventajas Unidos: “lo que pasa –decía– es que cuando
efectivas con esta ampliación de las relaciones Estados Unidos nos dice ‘siéntense’, nosotros
comerciales. nos echamos”.
La gran burguesía imperialista, nacional o Las medidas puestas en práctica, así como
supranacional, protagonista y autora de las las intenciones expresadas por la Junta Militar
actuales tendencias de cambio, en el carácter actual, constituyen un cambio evidente frente
concreto del modo mismo de producción ca- a la caracterización anterior de la situación.
pitalista en los países metropolitanos, en las Esto es, por primera vez en la historia peruana
relaciones de poder entre los grupos burgue- de este siglo, el Perú tiene un gobierno capaz
ses hegemónicos, así como en los patrones de sentarse con tranquilidad frente al principal
de dominación sobre América Latina, está sin dominador del país, y aún de mantenerse de pie
duda colocada en la posición de privilegio para frente sus amenazas. Pero, también, los hechos
percibir con claridad, el tipo de beneficio (o ponen de relieve con claridad suficiente, que
no), que puede obtener de un proceso como el este gobierno no está llevando las cosas hasta
peruano actual, y de los reajustes que debe ha- un punto en que el Perú salga con un portazo
cer en su comportamiento para hacer efectivos de la casa cuyo dueño principal es el Tío Sam.
esos beneficios. Sin prejuzgar las intenciones no declaradas,
lo que se ha hecho hasta aquí por la Junta en
materia de política económica, puede inscribir-
explotación estatal del cobre, en los días en que se se adecuadamente, dentro del proceso que he-
discutió el contrato Cuajone. mos denominado como redefinición de las rela-
488 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ciones de dominación imperialista en América sistema imperialista. En cierta forma, tal pare-
Latina. Si esa política se desarrolla en los mis- cería desprenderse de ciertas declaraciones de
mos rieles en adelante, el resultado podría ser intención de los gobernantes peruanos. El ge-
un modo nuevo de articulación del Perú den- neral Velasco, en su discurso del 28 de julio de
tro del sistema imperialista, y una estructura 1969, planteaba tres grupos de medidas como
económica dependiente de una nueva manera condición para la permanencia del Perú dentro
respecto de esa articulación. Y esa dependen- del orden social vigente: la mejora de los “tér-
cia sería, sin duda, menos ofensiva a la sensi- minos del intercambio” comercial de América
bilidad nacional de los sectores intermedios de Latina con el resto del mundo, la reducción
la sociedad, sin enclaves, más orgánica y más de las barreras comerciales entre los países
compleja. Más “moderna”. latinoamericanos, y la racionalización de la
Pero el precio de este juego implicaría, por inversión de capitales extranjeros. “Las tres
otra parte, el fortalecimiento de la capacidad medidas –dijo en esa ocasión– aquí planteadas,
interventora del Estado peruano en la econo- representan la mejor solución al problema de
mía y en las relaciones económicas con los una creciente pobreza generalizada, que puede
otros países. Si se cristalizan las actuales tenta- tornar virtualmente inevitable la alternativa de
tivas de control estatal de las “industrias bási- otras formas de organización política, econó-
cas”, respecto a la comercialización internacio- mica y social, que no deseamos, y cuya pre-
nal de ciertos productos claves (cobre, harina sencia en el actual panorama latinoamericano
de pescado), el Estado peruano podría adquirir podría significar serio peligro para la unidad de
un poder suficiente para regir de cerca las rela- todo el continente” (énfasis propio).
ciones entre trabajadores y empresarios, para Es decir, la dependencia no va a ser erra-
vigilar la orientación de las inversiones entre dicada. Pero debe modificarse, de manera im-
los varios sectores económicos, y las relacio- portante, para continuar. Los términos de esa
nes con otros países. Hasta hoy, el Estado pe- modificación son un asunto a negociar, y el Es-
ruano carecía casi por completo de un poder tado peruano pasa a ser el principal personaje
efectivo en esa dirección. en este asunto.
Es decir, el Estado peruano adquiriría capa- Sin embargo, el Estado es una esfera de ac-
cidad de negociar sus modos de pertenencia al ción en la que participan, convergen o compi-
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 489

ten, grupos sociales concretos, cuyo número, plicita y deliberadamente en el reordenamiento


capacidad de influencia o de control, estilos y y mantenimiento de las relaciones de domina-
modos de participación en esta esfera institu- ción a que el Perú es sometido, no dependen so-
cional, dependen de las características concre- lamente de las tendencias generales de cambio
tas de la estructura económico-social básica y en el campo económico, sino de la forma en que
de las circunstancias concretas que caracteri- se configuren las relaciones políticas entre los
zan un momento histórico. La conducta con- grupos sociales concretos de la sociedad perua-
creta del Estado depende, en consecuencia, de na, y entre éstos y los grupos que dominan el
los grupos e intereses sociales concretos que en sistema imperialista en su conjunto.
un momento determinado tienen acceso a la in- En consecuencia, podría ocurrir que en el
fluencia y/o control del aparato estatal, y de la mismo proceso en que se va fortaleciendo el
medida del acceso que cada uno de esos grupos Estado, los intereses concretos que lo contro-
tiene a la definición de la conducta del Estado. lan no tengan carácter nacional, como parece
En América Latina, este es uno de los proble- ser la situación de ciertos países mayores de
mas más difícilmente manejables en la actual América Latina. Una articulación político-
investigación social. Porque a la complejidad económica entre una red de monopolios im-
de la trama económico-social de estos países perialistas y el Estado, controlando un área
y a los desniveles en el proceso de depuración importante de la economía, supone necesa-
de relaciones de clase se añade, para complicar riamente que ese Estado es ciertamente fuer-
el cuadro, el problema nacional implicado en te o más fuerte que antes, orgánicamente más
el sistema imperialista. Obviamente, aquí no se estructurado, más eficaz; pero también que es
trata de discutir teóricamente este problema35. menos nacional que antes. La bifurcación en-
Interesa en cambio señalar, que la mayor o tre Estado y nación puede ser un proceso ne-
menor capacidad del Estado para intervenir ex- cesario, esto es, inevitable, si la estructura de
la dependencia llega a hacerse más profunda
y más completa. La dependencia neocolonial
35 El problema es discutido en La crisis de hegemonía requiere un Estado apropiado en ese sentido,
política en América Latina, op.cit. Algunas ideas son
es decir, un Estado nacional-dependiente cuyo
adelantadas en “El marco estructural de la participación
social en América Latina”, op.cit. último término ha pasado a ser predominante
490 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

en la caracterización. ¿No es ésta o parecida la desplazamientos de poder entre los grupos que
actual situación en el Brasil, por ejemplo? participan en el manejo del aparato del Estado.
Pero, si las circunstancias políticas implica- En consecuencia, la necesidad de explorar las
ran –como quizás hoy día en el Perú– una con- bases sociales concretas del actual régimen pe-
figuración en la cual el Estado estuviera bajo el ruano, las relaciones políticas que se articulan
control de grupos concretos con intereses so- en su seno y entre el régimen y el resto de la
ciales y nacionales no firmes y no congruentes, sociedad, las tendencias a lo largo de las cuales
con presencia importante de grupos con orien- podría desarrollarse esta particular configura-
tación nacionalista, podría permitir una capaci- ción, constituyen el camino obligado para in-
dad de negociación relativamente amplia para tentar esclarecer el problema.
el Estado. Lo hecho hasta aquí puede evaluarse, sin
El problema en este último caso, consiste mucha vacilación, como un intento de nego-
en las posibilidades de estabilidad y perdura- ciar los términos de la redefinición de la depen-
ción de una situación de ese tipo, en el curso dencia. Lo que de aquí en adelante ocurra, sin
de un proceso en el cual la dominación impe- embargo, puede no depender exclusivamente
rialista no solamente no se erradica, sino que de eso.
se modifica para fortalecerse en el nivel de la
estructura económica. Por lo menos en el nivel 4. La modificación de la estructura
de la abstracción, un cuadro así tendería nece- interna de dominación y de conflicto
sariamente a resolverse hacia uno de los extre-
mos: o una definición de la conducta estatal en La política frente a la burguesía nativa
términos del neocolonialismo, o un enfrenta-
miento mayor con el dominio imperialista. Sin La clase dominante de la sociedad peruana, an-
embargo, en la actual coyuntura latinoamerica- tes del proceso de reformas puesto en marcha
na podrían aparecer soluciones híbridas pro- por la Junta Militar, era en su conjunto una bur-
ducto de combinaciones entre elementos muy guesía dependiente.
desiguales, como lo indica la propia situación Antes de la Segunda Guerra Mundial, el
peruana. En todo caso, no por mucho tiempo. sector hegemónico dentro de esa clase estaba
Como es obvio, ambas alternativas suponen constituido por la burguesía terrateniente que
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 491

controlaba los recursos agrícolas de exporta- ciudades de la costa, permitieron que junto a
ción, pero cuyas ramificaciones en la banca las empresas extranjeras y bajo su hegemonía,
y en el comercio eran muy importantes. Los se expandieran también empresas nativas so-
sectores industriales de la burguesía eran aún metidas al financiamiento, a la tecnología y a
pequeños y, por lo mismo, su participación en la orientación imperialista.
la definición del estilo y de los mecanismos Las consecuencias de ese proceso sobre la
de dominación de su clase sobre la sociedad, clase dominante fueron la diversificación del
muy limitados. conjunto, la reducción acelerada del lugar he-
La diversificación y ampliación de la domi- gemónico del sector terrateniente y la corre-
nación imperialista sobre la economía peruana, lativa expansión de los márgenes de partici-
que se desarrolla con posterioridad a la Segun- pación de los grupos industrial-urbanos, en la
da Guerra Mundial, y en su forma más acusada conformación de los patrones de dominación
a partir de la década del cincuenta, producen de la clase en su conjunto. Es decir, el carácter
también la diversificación de la propia estruc- concreto de la clase burguesa dependiente se
tura económica dependiente y, en consecuen- había modificado de manera intensa.
cia, de la clase burguesa dependiente. Pero, dentro de ese marco, se inició y se
Con rapidez notable, surgieron y se ex- desarrolló también un proceso de relativa di-
pandieron los sectores urbano-industriales. ferenciación de intereses, de estilos y mecanis-
Mientras que la gran minería estuvo en su in- mos de dominación, dentro de la clase domi-
tegridad bajo el control y la propiedad de las nante. En un grueso esquema, esta podría ser
empresas norteamericanas, en los sectores diferenciada en los siguientes grupos:
urbano-industriales fue posible un relativo
crecimiento de sectores burgueses nativos, 1. La gran burguesía terrateniente, dueña de
asociados a la inversión extranjera y bajo su los recursos agrícolas de exportación que
control, y por lo tanto limitados desde la par- las empresas extranjeras no controlaban
tida respecto de sus posibilidades de autono- directamente, ubicada en su mayor pro-
mía y de desarrollo. A pesar de ello, la ace- porción en la costa.
lerada urbanización del país en su conjunto, 2. La mediana burguesía terrateniente, dueña
pero sobre todo de Lima-Callao y de pocas de los recursos agropecuarios destinados al
492 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

comercio interno, ubicada en su mayor par- res de la burguesía dependiente. El rasgo más
te en la sierra. acusado de esa política es su definida vocación
3. La gran burguesía industrial dependiente en “antioligárquica”, esto es, adversa a la burgue-
su integridad de la inversión extranjera. sía terrateniente y en particular al grupo he-
4. La mediana burguesía industrial, bastante gemónico dentro de ella y, paralelamente, su
diversificada pero de escasa capacidad fi- orientación de estimulo a los sectores urbano-
nanciera, y por lo tanto de productividad industriales, en especial a los grupos hegemó-
limitada. nicos dentro de esos sectores.
Aparte de que prácticamente en cada uno
Múltiples vínculos, financieros y familiares, li- de sus discursos, el jefe del gobierno ha des-
gaban a los diferentes sectores entre sí. La bur- lindado cuidadosamente a los diversos grupos
guesía terrateniente tenía importante partici- de la burguesía dependiente del país, atacando
pación en la banca y en el comercio, pero tam- enconadamente a la burguesía terrateniente
bién en la industria, la minería y el petróleo36. y proclamando su apoyo a los sectores indus-
No obstante, en los sectores urbano-industria- triales, las principales medidas efectivas del
les, muchos grupos desligados de vínculos muy régimen están claramente enderezadas a pro-
importantes con la burguesía terrateniente, ha- ducir la definitiva transformación del carácter
bían emergido y se expandían. concreto de esa clase, en favor de la plena he-
La política económica de la Junta Militar gemonía de sus sectores urbano-industriales.
afecta diferencialmente a los diversos secto- La Reforma Agraria comenzó, precisamente,
afectando a los grandes latifundios costeños,
asiento del poder de la gran burguesía terrate-
36 Se estima que de los 45 grupos familiares que se
niente. Sin embargo, las disposiciones que en
consideran el núcleo dominante de la clase, el 56% tenía
acciones en la banca y finanzas; el 53% en los seguros; esa ley facultan el canje de bonos por acciones
el 75% controlaba la propiedad urbana; el 56% tenía in- industriales en las empresas controladas por
versiones en las empresas comerciales; el 64% en las el Estado, por una parte, y por créditos para
empresas industriales; el 20% en la minería; el 12% en la inversión en la industria contra inversiones
el petróleo. Véase Sarfati, Magalí y Bergman, Alma, E.
en efectivo por la suma equivalente, por otra,
1969 Social Stratification in Peru (Berkeley: Institute
of International Studies-UCLA). abren por lo menos formalmente, la posibilidad
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 493

de la conversión de la burguesía terrateniente sin afectar. Los límites máximos de propiedad


en burguesía industrial. que la ley fija (Arts. 28 a 34), llegan a ser de 165
Si bien es cierto que, según las declaraciones hectáreas en la sierra y de 600 en la costa, para
gubernamentales, los terratenientes no están la tierra cultivable. Para la tierra de pasturas, la
invirtiendo actualmente en la forma preconiza- ley fija entre 1.500 y 4.500 hectáreas en la costa,
da por la Junta, eso no implica necesariamente y en la sierra lo necesario para una ganadería
que no lo hagan en el momento que consideren de 5 mil a 15 mil ovinos.
adecuado para ello, ni que sea la totalidad de Esto es, no obstante su efectiva radicalidad
este sector el que tome esa actitud37. en comparación de otras reformas agrarias en
La operación de canje de esos bonos, de ha- América Latina y la energía y celeridad pues-
cerse efectiva, implicaría que si bien la gran bur- tas en la ejecución, la reforma agraria peruana
guesía terrateniente y gran parte de la mediana, implica la liquidación de los estratos mayores
desaparecen como grupo social del escenario de la burguesía terrateniente, pero favorece la
peruano, en cambio se habría ensanchado la consolidación y la expansión de una capa re-
base social de la burguesía industrial-urbana, y lativamente amplia de pequeña y mediana bur-
se habría homogenizado y depurado el carácter guesía rural. Dependiendo de lo que ocurra en
de la clase, eliminando los conflictos sectoria- la historia peruana posterior, esta capa puede
les de interés dentro de ella. convertirse, como en otros países antes, en
Sin embargo, la Ley de Reforma Agraria no un efectivo parachoque contra la profundiza-
elimina a la totalidad de la burguesía terrate- ción del proceso de cambios, por un período
niente. Al tiempo en que liquida a sus estratos considerable. Fue, probablemente, con eso en
más poderosos, deja a un sector relativamente mente, que el general Montagne, primer minis-
amplio de la mediana burguesía terrateniente tro y ministro de Guerra, declaró a la prensa de
Buenos Aires, el 19 de julio de 1969: “No hay
ley más anticomunista que la Ley de Reforma
37 Según informaciones recogidas en el Banco In- Agraria, puesto que es una contención al avan-
dustrial, organismo encargado de los canjes de los ce del comunismo, y servirá para desmentir las
bonos de la deuda agraria, a fines de 1969 había ya
afirmaciones de aquellos que tildan de extre-
más de un centenar de expedientes con solicitudes
para esta finalidad. mista al gobierno revolucionario”.
494 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Los intereses de la gran burguesía terra- trata, en este caso, de un mercado interno
teniente fuera de la agricultura, no han sido para la producción industrial controlada por
tocados. En uno de sus discursos, el general la empresa privada. El imperialismo y la bur-
Velasco acusó a la “oligarquía” de conspirar guesía nativa dependiente son, pues, los ob-
contra el régimen, a través de la retracción vios beneficiarios.
de inversiones, del control de la banca y de la Sin embargo, dentro de esta tendencia a esti-
prensa. Pero, las medidas sobre la banca están mular a la burguesía industrial-urbana, la Junta
dirigidas a reducir el control extranjero en ella, ha introducido un elemento de discriminación
y la única expropiación de la prensa ha sido la entre los estratos de ese sector, a través de una
de los periódicos Expreso y Extra, que no per- política de otorgamiento selectivo de créditos
tenecían precisamente a los grupos más defi- para la producción industrial. Como ya se seña-
nidamente terratenientes. Entre los periódicos ló antes, a partir de octubre de 1969, el Ministe-
importantes, el diario limeño La Prensa, que rio de Economía y Finanzas comenzó a flexibi-
dirige el mayor exponente político de los terra- lizar la rígida contracción crediticia que había
tenientes, el señor Pedro Beltrán Espantoso, adoptado al asumir el poder la Junta.
no ha sido molestado en absoluto. Los efectos de esa drástica contracción cre-
Respecto de los sectores industriales de diticia, fueron el descenso de las colocaciones
la burguesía, la Junta Militar ha declarado en el Banco Industrial en 1,3% en el año 1969
reiteradamente su intención de estimularla respecto del año anterior; el estancamiento de
y protegerla. De hecho, la restricción de las los créditos industriales en la Banca comer-
importaciones industriales, las exoneracio- cial al mismo nivel que en el año 1968 (15%), y
nes para la importación de bienes de capital la consiguiente crisis de liquidez en el sector
industrial, y las exoneraciones y créditos para industrial.
la exportación de bienes manufacturados, así Esos mecanismos financiero-crediticios
lo confirman. causaron, a su vez, una baja notable en la
La propia Reforma Agraria ha sido explí- tasa anual promedio de producción indus-
citamente proclamada como destinada a trial global (7% durante el decenio) a 5,1 % en
ensanchar el mercado interno para la pro- 1968 y a 1,9% en 1969. Pero ese descenso en
ducción industrial, lo cual es obvio. Pero se la producción industrial global no afectó de
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 495

manera uniforme a cada una de sus ramas, mo de modo directo. En cambio, en las indus-
ni dentro de éstas a cada uno de sus niveles trias más dinámicas, esto es, de más alta tec-
empresariales38. nificación y productividad, la burguesía nativa
En efecto, mientras la industria textil redujo está directamente sometida a la dominación
en un 20% la utilización de su capacidad insta- imperialista, o son directamente las empre-
lada, crecieron las industrias químicas, las au- sas de propiedad extranjera las que controlan
tomotrices, y metal-mecánicas en general. En los recursos, la producción y el mercado. Así,
las otras ramas la reducción fue generalizada. la actual política de la Junta para estimular
Dentro de ese curso, una cantidad conside- y proteger a la burguesía industrial, supone
rable de empresas y plantas fabriles, especial- también la eliminación de los grupos más dé-
mente en las ramas llamadas “tradicionales” biles o más obsoletos de la mediana y de la
por los economistas convencionales, esto es, pequeña burguesía industrial, y la concentra-
en las industrias de alimentación, vestuario y ción de poder económico en manos de la gran
calzado, han ido cerrando, suspendiendo sus burguesía industrial dependiente, asociada a
operaciones y, en una buena cantidad de casos, la burguesía imperialista.
reduciendo secciones y horarios de trabajo39. Por razones obvias, la burguesía terrate-
Precisamente en estas ramas, y en los nive- niente es la más descontenta con el actual
les medios y pequeños de las empresas respec- régimen. Sin embargo, no se podría decir que
tivas, se concentra el grueso de la burguesía haya mostrado una agresividad política de-
nativa no totalmente enfeudada al imperialis- masiado manifiesta, lo cual puede explicarse
posiblemente por la cautelosa reacción del
imperialismo, la tácita aceptación de la Refor-
38 Los datos corresponden a los trabajos elaborados en ma Agraria por parte de éste, dada la dificul-
la División de Desarrollo Económico de CEPAL para el tad práctica de hacer una oposición abierta y
“Informe económico” de 1969; a la “Exposición sobre la activa en condiciones claramente adversas, y
situación económico-financiera del país” op. cit.; y a su
la falta de solidaridad manifiesta de los otros
más reciente informe de una reunión con empresarios
industriales en febrero de 1970, reproducido en Oiga sectores de la burguesía.
(Lima) 4 de marzo de 1970. La oposición de este grupo frente a la políti-
39 Véase Cuadro 5 del “Anexo”. ca de la Junta se canaliza por otras vías. La re-
496 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

tracción de la inversión y la fuga de capitales40 De ser ciertas las versiones recientemente


son los mecanismos más importantes en el pla- circuladas en Lima –en ocasión de la manifesta-
no económico, a los cuales el general Velasco ción de apoyo al gobierno del general Velasco,
calificó de expresiones del “gran complot de la ofrecida por los jefes y oficiales de las Fuerzas
derecha económica, su estrategia anti-revolu- Armadas el 20 de marzo de este año en el Pala-
cionaria, su gran traición a la causa del pueblo cio de Gobierno– este acto habría sido el resul-
peruano […]”41. tado del descubrimiento de un golpe de dere-
Pero, por otro lado, la “oligarquía” no ha cha que se habría estado preparando y cuyo jefe
dejado sin explorar el camino de un posible habría sido, justamente, el general Benavides.
golpe de los sectores militares adictos a ella, En lo que respecta a los otros sectores de la
u opuestos al actual grupo de poder dentro de burguesía peruana, podría decirse que su con-
la Junta Militar. Desde los comienzos mismos ducta frente al régimen actual se ha caracteri-
del año 69, los voceros periodísticos de los te- zado por una cautelosa espera, una reticente
rratenientes se dedicaron a tratar de producir simpatía por las medidas modernizadoras, y
divisiones en el seno del gabinete y de las Fuer- críticas más o menos abiertas a las medidas
zas Armadas, junto con los grupos políticos políticas que pudieran conllevar una mayor
más claramente pro-imperialistas del régimen radicalización del proceso, sin dejar de usar
derrocado. El general José Benavides, enton- en su provecho las medidas económicas de in-
ces ministro de Agricultura y el más conspicuo centivo a la inversión urbano-industrial. En su
representante de la oligarquía dentro del gabi- conjunto, una conducta con rasgos pronuncia-
nete, fue públicamente elogiado y presentado damente similares a la de los grupos imperia-
como su líder en La Prensa, órgano por exce- listas más “modernos”.
lencia de la burguesía terrateniente del país. Los empresarios industriales y comercia-
les, agrupados en la Sociedad Nacional de
Industrias y en la Confederación Nacional de
40 Según los cálculos de CEPAL, ascenderían a 180
Comerciantes, no han ocultado su interés y
millones de dólares estadounidenses los capitales que
han “fugado” del Perú desde el golpe militar. su simpatía por las medidas modernizadoras
del régimen, ni su temor por los anunciados
41 Discurso del general Velasco, 3 de octubre de 1969,
en el primer aniversario del golpe militar. propósitos de una “reforma de la empresa”. El
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 497

acercamiento político entre los industriales y ría oscilar entre la simpatía por los gastos na-
la Junta tiene quizás una expresión significa- cionalistas del régimen y el descontento por las
tiva en el nombramiento del presidente de la dificultades financieras y crediticias originadas
Sociedad Nacional de Industrias, señor Eduar- por la actual situación, si se juzga por informa-
do Dibos, como alcalde de Lima, una vez que ciones y entrevistas personales.
la Junta decretó la suspensión de las eleccio- Podría decirse que, en su conjunto, la bur-
nes municipales. guesía nativa aparece en este momento dividi-
Por su parte, los directivos de la Confede- da en tres grupos principales, en su conducta
ración Nacional de Comerciantes mantienen frente al régimen y al proceso desatado.
una actitud relativamente más coherente de La burguesía terrateniente, en primer térmi-
apoyo al régimen, expresado en declaraciones no, aliada a los grupos imperialistas más tra-
reiteradas, inclusive en ocasión de las visitas dicionales, más o menos claramente opuesta a
de grupos de ellos a varios países, Chile en la política reformista de la Junta y deseosa de
particular, en donde el gerente de esa entidad recuperar el poder.
declaró a la prensa su completo apoyo a las La gran burguesía urbano-industrial, asocia-
medidas de la Junta42. da y dependiente de los grupos imperialistas
Es difícil establecer la conducta de los em- más dinámicos, que presta un reticente apoyo
presarios medianos y pequeños en la actividad al régimen y a las medidas que la favorecen,
urbano-industrial, afectados por el proceso de pero que no deja de reclamar “la modificación
concentración empresarial, que supone a la lar- de ciertas condiciones negativas para la inver-
ga la reducción de la presencia de este sector sión”, esto es, la moderación de los gestos na-
dentro de la clase y subordina enteramente al cionalistas y reformistas de la Junta, como pre-
imperialismo a sus grupos remanentes. Parece- cio para otorgar un apoyo y una colaboración
más decidida43.

42 El actual presidente de CONACO, el señor Máximo


Cisneros, es presidente de APSA, de la Inmobiliaria 43 En respuesta del llamamiento del ministro de Eco-
Industrial SA, director del Conchan-California, entre nomía y Finanzas para contribuir con el 80% de la inver-
otras empresas, véase Peruvian Times (Lima) 13 de sión necesaria para levantar la actual tasa negativa de
marzo de 1970, p. 16. crecimiento económico, el presidente de la SIN, Eduar-
498 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Finalmente, la mediana burguesía industrial- La política frente a los grupos


urbana, indecisa entre el descontento por el intermedios y dominados
deterioro de su actual situación y su simpatía
por las medidas modernizadoras del régimen, Respecto de los sectores intermedios de la so-
así como por sus arrestos nacionalistas. ciedad peruana, la Junta ha desarrollado una
Así como los sectores más “modernos” política bastante definida, cuyas mejores ex-
de la gran burguesía imperialista tienen una presiones pueden encontrarse en la Reforma
posición óptima para evaluar los beneficios Agraria, la Ley Universitaria, y en la incorpo-
que el actual proceso podría reportarles, las ración política y burocrática de considerables
modificaciones necesarias en su comporta- grupos de estos sectores.
miento para hacer efectivos esos beneficios, Ya se han señalado los efectos que causaría
y los mecanismos más adecuados para definir la Reforma Agraria en la consolidación y am-
la conducta del régimen en su favor, la bur- pliación de los sectores medios rurales, no so-
guesía nativa urbano-industrial más estrecha- lamente por los límites máximos de propiedad
mente asociada a esos sectores parece tam- agraria no afectables, sino también por el pro-
bién ser el grupo de interés mejor colocado pósito de cooperativización de los trabajadores
para percibir con claridad la conveniencia de de los “complejos agroindustriales” expropia-
su apoyo a las medidas modernizadoras de la dos en la costa, y la de los miembros de las
Junta, y los mecanismos de presión que pue- “comunidades indígenas”, rebautizadas como
de usar para configurar un proceso más ade- “comunidades campesinas”. Por otra parte,
cuado a sus intereses. la Reforma Agraria está dirigida también a la
erradicación de la propiedad minifundiaria en
la agricultura, por mecanismos de reconcentra-
do Dibos, declaró lo siguiente: “[…] de no modificarse ción parcelaria, allí donde fuera necesario.
ciertas condiciones negativas para la inversión, estas En cuanto a la Ley Universitaria promulgada
cifras [las de la inversión privada, nota del autor] alcan- por la Junta en febrero de 1969, y modificada
zarían sólo el nivel peligroso de 4 mil millones de soles, posteriormente para amortiguar sus efectos
insuficientes para atender las expectativas de mejores
políticos entre los estudiantes universitarios,
niveles de vida de nuestra población.”; reproducido en
Oiga (Lima) 6 de marzo de 1970. desde el punto de vista que aquí interesa, está
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 499

dirigida con plena nitidez a convertir a la Uni- ción de la economía y de la sociedad, que era
versidad peruana en una típica universidad de ya una de las características más notables del
clase media, subordinada a las finalidades de proceso de cambios ocurrido en las últimas dé-
una economía industrial capitalista44, dentro de cadas, habrá de ser fortalecido y estimulado.
un régimen destinado a controlar la creciente Por lo que se refiere a los grupos domina-
radicalización política de la población univer- dos de la sociedad, éstos son desigualmente
sitaria, y reducir el volumen de la que proviene afectados por la política económico-social de
de los sectores populares. la Junta.
Por otra parte, desde la ascensión de la Jun- Por un lado, una amplia proporción del
ta al poder, contingentes bastante numerosos campesinado asalariado de los grandes latifun-
de profesionales y técnicos de todo nivel están dios de la costa y de la sierra, ingresa con la
encontrando cabida en las actividades asocia- Reforma Agraria en un proceso de reubicación
das, directa e indirectamente, a la administra- económico-social dentro de la sociedad, pues
ción pública, en las numerosas instituciones su nueva condición de propietarios cooperati-
creadas para llevar a la práctica las medidas vos supone el cambio radical de su condición
de reforma. de obreros rurales a miembros de la pequeña
El ensanchamiento de las actividades urba- y mediana burguesía rural. Ese proceso debe
no-industriales, que la política económica de afectar, en el mismo sentido, también al cam-
la Junta favorece, obrará por su parte como pesinado minifundiario y al campesinado no
un canal bastante amplio de ensanchamiento asalariado en las “haciendas” de la sierra.
de las actividades típicas de los sectores me- En cambio, la creciente masa de asalariados
dios urbanos. rurales sin tierra, y sin condición de colonos en
Esto es, el proceso de expansión creciente las “haciendas tradicionales”, probablemente
de estos sectores, en el curso de la urbaniza- verá empeorada su condición actual en el cam-
po y deberá engrosar el contingente migratorio
hacia las localidades urbanas. Por un lado, el
44 Un buen examen de esta ley, desde el punto de vista proceso de reorganización de las relaciones
de sus efectos académico-políticos, es el de Jaworski,
de trabajo en los sectores agrarios más tradi-
Hélan y Pássara, Luis 1969 “Legislación universitaria y
régimen político” en Víspera, p. 13-14. cionales, que probablemente acompañará a la
500 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Reforma Agraria y al proceso entero de moder- reducción de secciones y de turnos de trabajo


nización capitalista de la economía rural, im- en muchas otras, y la paralización temporal de
plica necesariamente la reducción de las nece- la producción de otras por la acumulación de
sidades de mano de obra en el campo. Por otro stocks que no encuentran salida por la contrac-
lado, este sector no podrá ser beneficiario de ción de la demanda interna, ha afectado princi-
la Reforma Agraria, por lo menos dentro de las palmente a los rubros menos productivos, más
actuales tendencias de su realización. “tradicionales”, de la actividad industrial, a la
Los trabajadores urbanos, de su lado, cons- cual se acogía el contingente mayor de la po-
tituyen el sector social más adversamente afec- blación obrero-industrial.
tado por la situación actual. En efecto, el vir- Paralelamente, la política de congelamiento
tual estancamiento de la actividad económica de salarios iniciada en el régimen anterior, ha
global, hasta llegar a una tasa negativa de cre- sido continuada por la Junta hasta hace poco45,
cimiento (1,4% en 1968 y 1,8% un 1969, contra en que el gobierno elevó el salario mínimo vi-
3,1% de crecimiento demográfico), ha determi- tal a 66 soles diarios en Lima, dólar y medio
nado el incremento del volumen de población al cambio actual; y a sumas que van desde 80
desocupada y subocupada entre los trabajado- ctvs. de dólar a 1 dólar en otras partes de la
res urbanos. costa. Es decir, durante tres años consecutivos,
La actividad de construcción alcanzó las los trabajadores del país han vivido con los sa-
proporciones de un boom en las dos últimas larios congelados, y mientras el costo de vida
décadas, a favor del vertiginoso crecimiento subió desde 1967 aproximadamente en el 77%,
demográfico de las principales ciudades y en los salarios se elevaron en cerca del 10%, según
particular de Lima-Callao. La población tra- el reciente informe del FMI, en enero de 1970.
bajadora ocupada en esta rama había llegado, Dentro de las actuales tendencias de con-
por lo mismo, a constituirse en un voluminoso centración de poder económico en los sectores
sector que reclutaba la gran mayoría de los mi- urbano-industriales de la burguesía, y de cre-
grantes rurales y de localidades urbanas meno- cimiento de un modo de acumulación polari-
res. Actualmente, se calcula que el 80% de esa
masa de trabajadores está desempleada.
La liquidación de numerosas empresas, la 45 El Decreto fue promulgado a fines de marzo de 1970.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 501

zada como predominante, el mercado urbano- necesidades de mano de obra, el proceso de


industrial de trabajo podría ampliar en cierta marginalización de la masa de la PEA puede
medida su capacidad de absorción, si existiese crecer si las presentes tendencias perduran y
un dinamismo efectivo de la economía urbana. se desarrollan.
Sin embargo, una parte importante de la mano Todo ello permite entender por qué, en el
de obra sólo podría ser absorbida en muy bajos curso de los 18 meses de gobierno de la Junta
niveles de ingreso y de productividad. De otro Militar, han ocurrido 804 huelgas de trabaja-
lado, la aceleración de la crisis de los sectores dores, afectando a casi 250 mil trabajadores,
de subsistencia en el campo y en las localida- de los cuales la mayor proporción correspon-
des urbanas no industriales, tendería a acen- de a la industria manufacturera. No sorpren-
tuar la formación de un “polo marginal” de la de que el trato otorgado por las autoridades
economía, al cual sería empujado un amplio del Ministerio de Trabajo a los reclamos de
sector de la población trabajadora46. los trabajadores haya sido generalmente des-
Probablemente, una parte de la masa des- favorable, pues con excepción del ministro
ocupada y subocupada actual será absorbida nuevo, son viejas las leyes y los funcionarios,
o reabsorbida, si se reactiva el crecimiento esto es, forman parte de una tradición al ser-
económico. Pero si se tiene en cuenta que la vicio de la burguesía.
población económicamente activa crece en el Dadas las actuales circunstancias económi-
país en 3,2% anual, al mismo tiempo en que cas y las tendencias de concentración empre-
el incremento tecnológico y la organización sarial, es bastante probable que el número de
empresarial tienden a la reducción de las huelgas no disminuirá, y los conflictos obrero-
patronales pueden tender a agudizarse.
Finalmente, los sectores llamados “margina-
46 Sobre la noción de “polo marginal” de la economía les” en el lenguaje corriente, es decir, quienes
y el proceso de marginalización en América Latina, véa- forman la población habitante de las áreas de
se: Quijano, Aníbal 1970 Redefinición de la dependen- vivienda miserable, obtienen una política tí-
cia y proceso de marginalización en América Latina picamente “asistencialista” de la Junta. Para
(Santiago de Chile: CEPAL - División de Asuntos Socia-
comenzar, esos sectores residenciales fueron
les) mimeo; y “Polo marginal de la economía y mano de
obra marginalizada” (Santiago de Chile: CEPAL, 1970). rebautizados con el nombre de “Pueblos Jóve-
502 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nes”, en sustitución de su anterior denomina- Eso no significa que la Junta no haya toma-
ción de “barriadas marginales” y se organizó do ciertas medidas que, sin alterar significati-
una entidad llamada el Consejo de los Pueblos vamente las tendencias apuntadas, favorecen
Jóvenes, destinada a prestar asistencia a esas a algunos sectores más o menos definidos de
poblaciones. Durante los primeros meses del trabajadores. Así, en febrero de este año, se
año 69, el ministro de Gobierno se dedicó a re- dictó un Decreto Ley por el cual se limitan los
correr las barriadas del país, ofreciendo regalos contratos individuales a plazo fijo, que era uno
a sus moradores y pronunciando discursos del de los mecanismos más usados por los empre-
más puro corte populista. Cesada esa actividad, sarios para no tener que pagar las prestaciones
el Consejo de los Pueblos Jóvenes está constru- sociales a que da derecho la estabilidad en el
yendo obras de electrificación y de transporte trabajo, según la legislación laboral vigente.
en algunas de las más populosas barriadas. En marzo de este mismo año, se decretó la
Una visión de conjunto de la política de la incorporación de los trabajadores domésticos
Junta frente a los sectores dominados permite a los beneficios del seguro social obligatorio, y
discernir, en cierta forma, que en el proceso de se reglamentó su jornada de trabajo. Esa medi-
cambios en las relaciones de clase y en el carác- da trata de poner fin a la explotación incontro-
ter de cada una de las principales agrupaciones lada de estos trabajadores, en una sociedad en
de interés, el proletariado urbano-rural aparece que múltiples instituciones de origen señorial
como el sector sobre cuyos hombros parecería se prolongaban junto con el colonialismo inter-
recaer el peso mayor de este proceso. no sobre la población de origen indígena.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 503

Anexo
Cuadro 1. Inversión directa de EE.UU en el Perú (en millones de dólares)
Área 1950 1960 1970
Minería 148 275 340
Petróleo 18 121 38
Manufactura 13 32 98
Comercio 10 20 22
Servicios Públicos 12 35 54
Otros 2 11 53
Total 295 502 605
Fuente: Survey of Current Business (EE.UU: Dept. of Commerce) varios números.

Cuadro 2. Cierre, reducciones, paralizaciones temporarias de empresas, 1968-1970


Ramas de actividad Cierre Reducción Paralización Total
Agricultura 1 3 4
Pesca 1 1
Minería 2 5 7
Manufactura 42 136 38 216
Construcción 2 2
Transporte 1 2 1 4
Comercio 12 13 5 30
Servicios 10 16 6 32
Totales 70 176 50 296
Fuente: Servicio de Empleo y Recursos Humanos, Ministerio de Trabajo y Comunidades, marzo de 1970.
504 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Cuadro 3. Fusiones de empresas por ramas de actividad, 1968-1970*


Ramas de actividad 1968 1969 1970 Total
Agricultura
Pesca 1 9 2 12
Minería 1 1
Manufactura 1 14 15
Construcción
Transporte 2 2
Comercio 5 2 7
Servicios 5 1 6
No especificados 7 1 8
Totales 3 42 7 51
Fuentes: Diario Mercantil y Registros Públicos, marzo de 1970.
* El capital total de las empresas fusionadas (con excepción de 7 de ellas cuyos datos no han podido ser obtenidos)
asciende a 1.338.510.000 soles (32.128.139 dólares).

Cuadro 4. Huelgas de trabajadores por ramas de actividad, 1968-1970*


Ramas de actividad 1968 1969 1970 Total
Agricultura 43 36 9 88
Pesca 9 1 10
Minería 21 27 4 52
Manufactura 189 142 33 364
Construcción 13 6 5 24
Transporte y Energía 25 10 6 41
Comercio 57 141 9 207
Servicios 6 11 1 18
Totales 363 373 68 804
Fuente: SERH, Ministerio de Trabajo y Comunidades, marzo de 1970.
* El total de los trabajadores afectados es de 241.388, sin contar el año 1970 para el cual no se obtuvieron datos.
Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo en el Perú 505

Cuadro 5. PBI por sectores productivos (composición porcentual)


Sectores productivos 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970
Agropecuario 20,4 19,6 18,9 17,7 17,4 16,5 15,9 15,9 14,7 14,9 14,5
Pesca 1,6 1,9 2,1 1,9 2,1 1,7 1,9 2,1 2,1 1,8 2,1
Minería 8,6 8,5 7,3 7,7 7,4 7,3 6,9 7 7,3 7 6,8
Industria 16,6 16,8 17,1 17,6 18 18,6 19,3 19,9 20,3 20,2 20,9
Construcciones 4,1 4,6 4,6 3,9 4 4,3 4,4 3,9 3,2 3,2 3,4
Comercio 17,5 17,8 17,9 17,8 17,8 18,1 18,5 17,6 18 17,6 17,6
Electricidad, gas y agua 0,7 0,8 0,8 0,8 0,8 0,9 0,9 1 1 1,1 1
Vivienda 6,5 6,2 5,9 5,8 5,7 5,5 5,4 5,5 5,6 5,7 5,5
Gobierno 9,3 9,7 9,5 9,9 9,8 9,9 9,9 10 10,2 10,3 10
Otros 14,7 14,1 15,9 16,9 17 17,2 16,9 17,1 17,6 18,2 18,2
Total PBI 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: en base a los datos del Banco Central de Reserva.
El nuevo terreno de la lucha de clases
y los problemas de la revolución
en América Latina*

E n nuestras dos reuniones anteriores he


tratado de presentar, en sus líneas ge-
nerales, las tendencias y las características
nos enfrentamos en este nuevo escenario de
las luchas de clase.

nuevas con que se mueve y se configura el


terreno actual de la lucha de clases en Amé- La mesa de tres patas
rica Latina. Ahora, después de esto, supongo
que todos nosotros tendríamos necesidad de Para partir, quisiera sugerir que en relación a
contestar a una pregunta obligada: ¿Y frente los problemas de la revolución socialista, den-
a todo esto, qué vamos a hacer? Yo supongo tro y fuera, de América Latina, necesitamos
también, o mejor, estoy seguro, que ustedes todavía estrechar y sistematizar la articulación
son totalmente sensatos y no están esperan- entre tres elementos básicos; construir lo que,
do que acuñe aquí respuestas a esta gran pre- con una imagen menor, podríamos llamar algo
gunta. En verdad, creo que en esta ocasión y así como una mesa de tres patas: una teoría que
en un lugar como éste, es más pertinente in- efectivamente dé cuenta de la realidad y de sus
tentar formular los problemas, por lo menos movimientos, la organización y movilización
algunos de los más importantes, a los cuales política de las clases dominadas, y el desarro-
llo de la capacidad de violencia revolucionaria
* Publicado en Quijano, Aníbal 1974 Crisis imperia-
de las masas.
lista y clase obrera en América Latina (Lima: Edición Me parece que en América Latina, como
del autor) pp. 87-116. lo muestra bien la experiencia actual, no
508 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

hemos podido aún conseguir plenamente la En primer lugar, lo que hemos denominado
sistemática articulación de esos tres elemen- como el agotamiento de las bases objetivas del
tos. Hemos tenido movimientos populares nacionalismo antioligárquico, como parte de
fuertemente organizados, pero en los cuales una estrategia revolucionaria conducente al
los retrasos y las limitaciones teóricas han socialismo, y cuyo agotamiento explica el auge
producido conducciones vacilantes; u orga- y la declinación actual del nacionalismo de ori-
nizaciones con notable capacidad de violen- gen pequeñoburgués.
cia revolucionaria, pero cuya conexión con Sobre este problema, creo que la confusión
el movimiento organizado de las masas ha es todavía muy extendida, porque las condicio-
sido en todos los casos precaria. O, finalmen- nes propias de la dominación imperialista en el
te, núcleos políticos con una relativamente pasado ciclo del capital permitieron que den-
notable lucidez teórica, pero cuya audiencia tro de la teoría revolucionaria se concluyera,
en las masas, cuya presencia real en el seno correctamente para ese período, que en toda
de ellas y cuya capacidad de trabajo organi- sociedad nacional sometida a la dominación
zado han sido, casi siempre, débiles. Y hasta imperialista, la burguesía dependiente era o
tanto que no hayamos podido construir esta podía ser nacionalista. En consecuencia era no
mesa de tres patas, serán siempre más pro- solamente posible sino también necesario, que
bables las derrotas que los triunfos de las lu- se trabajara en la construcción de una alianza
chas revolucionarias. de los trabajadores con la burguesía nacional,
para un enfrentamiento conjunto contra la bur-
guesía imperialista.
Los problemas de la teoría Y en efecto, si no en todas partes, existían al-
gunas bases objetivas para que aquello pudiera
En la reunión pasada, aludí a tres problemas ser así en América Latina. Las dos principales,
cuya investigación y discusión me parecen de- pueden ser formuladas brevemente:
cisivas para la construcción de una estrategia
revolucionaria en América Latina, y que resul- 1) En la mayoría de países sometidos a la do-
tan del esquema crítico-explicativo presenta- minación imperialista, el modelo central de
do previamente. acumulación era de carácter semicolonial, una
El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina 509

de cuyas bases fundamentales era la extendida el control directo de recursos igualmente im-
persistencia de relaciones de producción de portantes de producción. Debido a eso, dentro
origen precapitalista, estructuralmente articu- de su asociación subordinada con la burguesía
ladas a las necesidades de acumulación de un monopolista o imperialista, aquellos núcleos
capital monopolista con sedes casi exclusiva- de burguesía dependiente tenían interés y ca-
mente externas de realización y de acumula- pacidad para intentar enfrentamientos parcia-
ción. En esa situación, las posibilidades y ne- les con la burguesía imperialista, admitiendo
cesidades de expansión del mercado interno, inclusive apoyarse en movimientos populares
de formación o de ampliación de un circuito para tratar de hacer reformas que permitieran,
interno de acumulación, estaban relativamen- al mismo tiempo, la expansión de las bases de
te bloqueadas y, en consecuencia, las posibili- un circuito interno de acumulación y de reali-
dades y necesidades de expansión del poder zación, y la mayor participación en los benefi-
económico propio de las burguesías depen- cios de la producción capitalista como tal.
dientes. En las regiones y países colonizados, En otros países, en cambio, las bases del
esa situación estaba agravada por el bloqueo desarrollo capitalista eran tan extremamente
de la participación de las burguesías nativas incipientes y, por lo tanto, los respectivos nú-
en el poder político. cleos de burguesía capitalista, que al producir-
En otros términos, en las contradicciones de se la penetración directa de capital imperialis-
la estructura de las relaciones de producción ta en ellos la burguesía imperialista se articuló
se asentaba una base objetiva de conflictos en- políticamente con una oligarquía de terrate-
tre la burguesía imperialista y la dependiente. nientes señoriales y comerciantes. O, en otros
En América Latina, a pesar de que en térmi- casos, los núcleos emergentes de burguesía
nos generales esa era la situación en todos los nacional sin ser despreciables estaban políti-
países, la posibilidad de conflictos reales entre camente debilitados y la burguesía imperialis-
la burguesía imperialista y la dependiente no se ta pudo apoderarse de la práctica totalidad de
dio con la misma profundidad en todos ellos. los recursos de producción en ese momento
En algunos países, por determinaciones his- significativa, reduciendo a la burguesía depen-
tóricas bien precisables, pudieron emerger nú- diente a una condición económica y política-
cleos importantes de burguesía dependiente en mente demasiado débil.
510 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

En estos últimos países, o no existía una se han ido reduciendo, cediendo el lugar a una
burguesía dependiente en tanto que una clase cada vez más profunda identificación de sus in-
social efectiva, sino como núcleos reducidos y tereses concretos.
dispersos, o fue reducida a una condición de
debilidad tan extrema que no tuvo en momento 2) Una segunda base de conflictos entre ambos
alguno capacidad para un enfrentamiento im- estratos de la burguesía era la notable limita-
portante con la burguesía imperialista, y, por lo ción de los márgenes de autonomía, que los
mismo, tampoco un interés real para hacerlo, Estados imperialistas permitían o toleraban a
ya que a ese nivel de incapacidad se produce los Estados nacional-dependientes, de un lado,
también una falta de interés efectivo. Sobre porque el bloqueo a los intereses propios de
todo, porque en esas condiciones, los movi- las burguesías dependientes en la arena eco-
mientos populares antioligárquicos, obligaron nómica estaba reforzado por el bloqueo a la
a este tipo de burguesías dependientes a apo- autonomía de su participación en el poder po-
yarse y entregarse aún más profundamente a la lítico; y de otro lado, porque la competencia
dominación imperialista. entre las burguesías nacional-imperialistas,
Todos sabemos que a pesar de estas diferen- obligaba a sus respectivos Estados a someter
cias profundas entre los países latinoamerica- a los Estados nacional-dependientes a un con-
nos, la mayor parte de los movimientos políti- trol muy riguroso.
cos que se reclaman socialistas, intentaron la Esa situación correspondía al hecho de que
aplicación mecánica e indiscriminada de una en ese período, el capital monopolista estaba
estrategia de alianzas con las burguesías nacio- dividido entre las manos de burguesías nacio-
nales, en todas partes. Y en ciertos países, casi nal-imperialistas que se disputaban los merca-
siempre a destiempo. dos, los recursos productivos, y el control polí-
Actualmente, el proceso de cambios que he- tico de zonas y países para garantizar el control
mos venido examinando ha modificado aquella de sus recursos económicos.
situación de manera fundamental. En la medi- En esas condiciones, una burguesía depen-
da en que se van ampliando y reorganizando las diente que quedaba colocada bajo el dominio
bases del capitalismo, las fuentes de conflicto de una de las burguesías nacional-imperialis-
entre la burguesía dependiente y la imperialista tas, no tenía posibilidades de diversificar sus
El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina 511

relaciones económicas con las de otros países estas modificaciones en la estructura del im-
y de ampliar sus márgenes de beneficios. La au- perialismo, se llevaron a cabo bajo la total he-
tonomía relativa de la burguesía dependiente gemonía del Estado norteamericano, el cual
en el plano político era, por lo tanto, un interés fue emergiendo de ese modo ya no solamente
de aquella y una fuente de conflictos con la bur- como un Estado nacional imperialista en com-
guesía imperialista. petencia con otros, sino cada vez más como el
La competencia entre las burguesías de los Estado imperialista hegemónico, que habien-
diversos países imperialistas no se ha termina- do reducido muy drásticamente la capacidad
do. Es ya claro, sin embargo, que actualmente político-militar de los otros Estados imperia-
esa competencia se ha modificado en varios listas, asumía ya no solamente la defensa de
sentidos, admitiendo una creciente capacidad sus intereses nacional-imperialistas, sino la
de las burguesías dependientes para multilate- defensa de los intereses del conjunto del siste-
ralizar sus relaciones económicas y políticas y, ma imperialista.
en ese sentido, disponer de un margen relati- Dentro de este nuevo contexto, la compe-
vamente ampliado de autonomía respecto del tencia entre las burguesías imperialistas, sin
control de un determinado Estado imperialista que sus bases nacionales se hayan terminado,
en particular, sin que eso, signifique su salida va asumiendo la forma de una competencia in-
del orden imperialista en su conjunto. ter-empresas multinacionales, combinada con
El proceso de creciente internacionaliza- la competencia inter-nacional. Pero, además,
ción del capital, el surgimiento de las grandes las burguesías nacional-imperialistas que toda-
corporaciones conglomeradas transnaciona- vía pudieran operar como tales, no tienen hoy
les, implica una autonomía relativa importante día las posibilidades político-militares que les
de la política de estas respecto de los Estados permitían, a cada una por separado, buscar el
imperialistas, y amplían también las posibili- control aparte de una zona o de un país en con-
dades de maniobra de las burguesías depen- tra de las demás. Ninguna de ellas puede ir de-
dientes dentro del campo imperialista al que masiado lejos en esa dirección, en el momento
pertenecen. en que sus conflictos internos están ya subordi-
Y, no menos importante, el hecho de que nados definitivamente a las necesidades de la
a partir de la Segunda Guerra Mundial todas defensa global del sistema.
512 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

De su lado, el propio Estado imperialista he- Todo ello supone, a mi juicio, la necesidad
gemónico no podría ya operar solamente como de replantear a fondo el razonamiento político
representante de los intereses de una burgue- que colocaba y todavía coloca el nacionalismo-
sía nacional-imperialista particular. El capital antioligárquico, como una etapa y una parte
monopólico de origen norteamericano tiene real de una estrategia de lucha por el socialis-
el dominio del sistema en tanto que opera en mo. Es decir, las bases teóricas del reformismo
su carácter de capital monopólico internacio- en América Latina, cobijadas en el seno mismo
nal, dominador y expresión del sistema en su de movimientos que sostienen explícitamente
conjunto. El Estado norteamericano, en tanto su orientación socialista, son despojadas ahora
que Estado imperialista hegemónico, requiere de todo sustento en la realidad.
ahora simultáneamente defender sus intereses En segundo lugar, y en estrecha relación con
nacionales, y arbitrar entre éstos y las necesi- el problema anterior, me parece necesario in-
dades de defensa global del sistema. sistir en que esa nueva situación de los Estados
Se ha cerrado así, o está terminando de ce- nacional-dependientes es parte integrante de la
rrarse, en América Latina, el ciclo histórico en alteración de sus funciones concretas respecto
el cual, existían bases estructurales de contra- del problema de la acumulación de capital.
dicciones importantes entre los intereses de la Por las razones que acabamos de anotar, en
burguesía imperialista y aquellos de la burgue- el ciclo que ahora termina la estatización de re-
sía dependiente. cursos de producción dentro de nuestros paí-
Asistimos hoy día, en América Latina, a una ses, fue durante un momento un curso objetivo
cada vez más profunda asociación de intereses de nacionalización del capital, en la medida en
entre burguesía imperialista y burguesía de- que eso correspondía al carácter objetivo de las
pendiente, al mismo tiempo en que los Estados contradicciones importantes de intereses en-
nacional-dependientes disponen visiblemente tre la burguesía imperialista y la dependiente,
de un margen de maniobra suficientemente contradicciones que no por ser parciales eran
amplio como para multilateralizar las relacio- menos reales, por lo menos en algunos países.
nes económicas y políticas de sus países (de Sin embargo, es evidente hoy día que la esta-
los capitales que allí operan), de un modo bas- tización de capital ya no es en América Latina,
tante diferente que en el período anterior. sinónimo de nacionalización automáticamente.
El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina 513

El desarrollo de las tendencias hacia el capita- fundamentalmente subordinadas a las que se


lismo de Estado, se procesa actualmente como derivan de la nueva estructura. Es decir, lo que
parte de una asociación del capital estatal y del pueda quedar de los intereses nacionales del
capital monopólico internacional e interno, en capital y de la burguesía dependientes, se sub-
todos nuestros países. Y esta asociación está sumen en las necesidades de la asociación con
pasando a ser el eje nuevo de la expansión del el capital y la burguesía monopolista interna-
dominio del capital monopolista internacional cional y sus contradicciones.
en la economía latinoamericana. Como hemos visto antes, esas nuevas con-
He insistido, en la reunión anterior, que el tradicciones son aquellas que se derivan de las
capitalismo de Estado en la actualidad es el re- necesidades de consolidación de los circui-
sultado, simultáneamente, de las necesidades tos internos de acumulación en unos países,
del propio grado de desarrollo de las fuerzas o de las necesidades de ampliar la inserción
productivas dentro del capitalismo en estos en el circuito internacional de reproducción
países, y de las necesidades de expansión de ampliada en otros, frente a los intereses inme-
las bases de la acumulación internacional del diatos del capital monopolista internacional.
capital monopólico, así como de los problemas Y de otro lado, las que se derivan de las nece-
derivados de la necesidad de control político sidades del Estado de operar ahora como em-
de los conflictos de clase en el momento mismo presario capitalista, frente a sus necesidades
de este reajuste de las bases del capitalismo y agravadas de arbitrar y controlar los conflic-
de la hegemonía de la burguesía monopolista tos sustantivos entre las clases, en el preciso
en el Estado. período de la depuración y de la profundiza-
Eso significa que la asociación entre capital ción de esos conflictos.
estatal y capital monopólico internacional e No creo necesario detenernos en estos pro-
interno, que funda el desarrollo de las tenden- blemas ahora, puesto que fueron examinados
cias hacia el capitalismo de Estado, no sola- ya en la pasada reunión. Quizás, no obstante,
mente no está exenta de contradicciones, sino no es inútil enfatizar que esas contradicciones
que tampoco agota plenamente las contradic- tenderán necesariamente a profundizarse, en
ciones originadas en la situación anterior. Sin el curso de agudización de los conflictos políti-
embargo, el hecho es que éstas últimas están co-sociales, en torno de los propios problemas
514 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

del capitalismo de Estado y de las nuevas for- precapitalista, de formas oligárquicas de domi-
mas de dominación política que éste implica nación política y social.
en la actualidad. El problema que de allí se desprende no es,
Los soportes, contradicciones y límites del sin embargo, que sea necesario primero liqui-
capitalismo de Estado, como posibilidad de dar todo aquello, como condición para la lucha
desarrollo de un nacionalismo antiimperialista contra el dominio del capital. Antes como aho-
y de democratización de la sociedad y del Es- ra, pero sobre todo ahora, aquello se mantiene
tado, parten de una posible fase de revolución por el dominio del capital, en primer término,
democrático-burguesa nacionalista, muestran porque éste es en América Latina ante todo el
claramente que una concepción de la revolu- dominio del capital monopolista internacional.
ción fundada en esta alternativa sólo puede En consecuencia, la tarea central de la re-
servir para mantener la confusión en la con- volución en América Latina es la destrucción
ciencia política de los trabajadores. del dominio del capital monopólico inter-
Finalmente, por todas esas razones, es per- nacional y de sus bases políticas y sociales,
tinente sostener que la continuidad de for- como condición para la erradicación de todas
mulaciones políticas que conciben el proceso las formas de dominación que aquel mantiene.
revolucionario orientado al socialismo, como Esta es, por eso, una tarea al mismo tiempo
dividido en dos etapas, una democrático-nacio- nacional o antiimperialista y anticapitalista.
nalista primero, y otra socialista después, no Esto es, socialista.
tiene más asideros históricos objetivos. De eso no se desprende, no obstante, que
Como hemos visto una y otra vez, el proceso esa sea la única tarea, es decir, no todo en esta
de expansión y de reorganización de las bases revolución por hacer comprende el socialismo.
del capitalismo en América Latina, de depura- De lo que se trata aquí es de una combinación
ción de la estructura de clases y de las bases y de una superposición entre las necesidades
sociales concretas y de las funciones del Esta- de una revolución democrático-nacionalista y
do, no han cancelado ni pueden cancelar, bajo de una revolución socialista, de la liberación
el reino del capital monopólico, el conjunto de nacional y de la liberación de clase. Pero es la
problemas y de tareas emanadas de la persis- iniciación de la última que se coloca como con-
tencia de relaciones de producción de origen dición de la otra, por obra de las condiciones
El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina 515

específicas en que se produjo en nuestros paí- zar en la revolución, y que para poder cumplir
ses la dominación del capital bajo la forma de inclusive esas tareas era necesario poner en
la dominación imperialista. marcha las tareas iniciales propias de la revo-
La fórmula que algunas tendencias revolu- lución socialista.
cionarias utilizan recientemente, de una revo- En ese mismo sentido, creo que la experien-
lución por etapas pero ininterrumpida, puede cia histórica concreta de América Latina mues-
ser una formulación lógica pero no me parece tra, desde hace bastante tiempo, que todos los
que recupere las necesidades reales de la his- procesos revolucionarios que se limitaron a las
toria. Ambas revoluciones se combinan, sobre tareas propias del nacionalismo-antioligárqui-
la base de la iniciación de la más avanzada. co no pudieron consolidarse realmente en esa
La destrucción del dominio del capital mono- dirección. Y que solamente esas tareas pudie-
polista internacional, no implica automática- ron ser llevadas a cabo plenamente, a través de
mente la destrucción del dominio del capital la iniciación de las tareas propias de la destruc-
en general; pero es la condición de la realiza- ción del dominio del capital, como en Cuba.
ción de las tareas democrático-nacionales, y a Eso implica, naturalmente, la conquista del
largo plazo, de la destrucción del entero domi- poder político por los trabajadores, como con-
nio del capital. dición sine qua non. Pero esa conquista del
Creo que es útil recordar aquí que cuando poder político, no puede ser lograda, a su vez,
Lenin en las famosas Tesis de abril, sostenía sino a través de una estrategia de lucha despe-
que la revolución democrático burguesa se ha- jada de todas las confusiones teóricas proce-
bía agotado y era entonces indispensable en- dentes del ciclo anterior.
rumbarse en la vía de la revolución socialista,
no estaba diciendo que las tareas propias de
la revolución democrático-burguesa se habían Teoría de clase y conciencia
efectivamente realizado en la Rusia de abril de clase
de 1917, cuando la reforma agraria no estaba
ni siquiera iniciada. Lo que estaba obviamente Aquí, por eso, se plantea un problema de fon-
diciendo es que, por esa vía la de la revolución do: el de la relación entre la teoría de clase y la
democrático-burguesa, era ya imposible avan- conciencia de clase. Pues si la teoría revolucio-
516 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

naria sobre el capital que hoy se desarrolla en rado aun sus problemas en el más alto nivel po-
América Latina, no llega a ser parte integrante lítico, la propia cultura y la vida cotidiana están
de la conciencia política de los trabajadores, y generando una nueva subjetividad en el seno
no solamente patrimonio de sectores intelec- de la clase. Aquí, en cambio, no estamos toda-
tuales, profesionales, o de grupos igualmente vía asistiendo en concreto a la maduración del
restrictos de trabajadores, esa teoría no llegara capitalismo en ese límite, que funda la madurez
a ser concretamente eficaz para las luchas re- de las posibilidades de una sociedad socialista
volucionarias de las masas de trabajadores. en el seno mismo de su antagonista.
La conciencia de clase es, por cierto, una Por eso, cuando hablamos de la conciencia
conciencia concreta. Como dijo Fernando de clase del proletariado latinoamericano, esta-
Claudin en una reunión pasada, “la conciencia mos aludiendo a algo muy preciso: la concien-
de clase es un fenómeno histórico”. Es decir, se cia de cuál es el escenario en que se mueve, de
forma y se transforma en el curso concreto de cuáles son las tendencias fundamentales que
los cambios en la estructura de relaciones de se mueven en este escenario, cuáles son sus
clase y de las luchas de clase. Pero la historia enemigos concretos, sus formas específicas de
del capitalismo es, también, la historia de sus acción y de poder, sus límites y sus debilidades,
desigualdades y de sus combinaciones. En ese y por lo tanto cuáles son las propias potenciali-
sentido, cuando hablamos de la conciencia de dades del proletariado y, por lo tanto sus alter-
clase del proletariado y, por lo tanto, de la ma- nativas concretas.
durez política de esta clase, estamos también El hecho de que el proletariado se haya
necesariamente hablando de varios niveles po- constituido, o esté ya en trance de constituir-
sibles de conciencia de clase, simultáneamente se, como clase objetivamente central dentro
presentes en el mismo horizonte histórico. del conjunto de los dominados y ya no sola-
Una es, por consecuencia, la conciencia y mente como virtualidad para el futuro, en la
la madurez política posibles en el proletariado generalidad de los países latinoamericanos;
de los centros de desarrollo del capitalismo, y el hecho, de que sus relaciones de clase es-
otra posible en el proletariado latinoamerica- tén depurándose, profundizándose, en todas
no. Allá, a pesar de que es visible que una parte sus dimensiones; todo ello implica, también,
muy importante del proletariado no ha recupe- que estamos en presencia de una nueva po-
El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina 517

tencialidad política del proletariado, para que se han desarrollado en la misma dirección.
convertirse en la clase políticamente hege- Para los problemas que estamos conside-
mónica de manera concreta, en el seno de rando es importante hacer, aunque de paso,
las masas dominadas para disputar el poder algunas reflexiones acerca de las condiciones
en la sociedad. que permitieron al proletariado de esos dos
Sin embargo, como nos lo recuerda toda países, tan diferentes entre sí, la emancipación
la experiencia histórica, todo eso no es sufi- de su conciencia de clase. Debe ser claro para
ciente para que de allí se derive una madura ustedes que, en ausencia de investigaciones
conciencia político-revolucionaria en la clase. específicas, sólo podemos apuntar aquí algu-
El problema, a partir de aquí, es tratar de ver nas hipótesis.
con qué dificultades se enfrentan los trabaja- En el caso de Chile, me parece que el prole-
dores latinoamericanos, para lograr que esta tariado, en tanto que una parte significativa de
situación objetiva se convierta también en la la población trabajadora, apareció más tempra-
situación subjetiva de la clase, y eso pase, a su no que en ningún otro país de América Latina.
vez, a convertirse en una condición objetiva de En esa magnitud, debido a las características
la realidad. de la explotación capitalista del salitre, que ini-
En América Latina, con la excepción de dos ciada en territorios ajenos desde mediados del
países, el proletariado no ha logrado aún inde- siglo pasado, terminó dentro del país chileno.
pendizarse plenamente de la influencia de las La explotación salitrera requería desde el
secreciones ideológicas de origen burgués y comienzo una masa muy grande de trabajado-
pequeñoburgués, y en particular de la herencia res, tanto por las características de la dispersa
de la ideología del populismo nacionalista y ubicación de ese fertilizante en las inmensas
antioligárquico. Los dos únicos países donde, a llanuras desérticas, como por las propias ca-
mi juicio, el proletariado ganó la emancipación racterísticas del nivel tecnológico empleado
de su conciencia respecto de la ideología bur- por el capital. Se formó de esa manera una
guesa o de sus intermediarios pequeñoburgue- masa proletarizada numerosa y relativamente
ses son Chile y Bolivia. Eso no impide, por su- segregada del contacto cotidiano con el resto
puesto, reconocer en varios otros países la pre- de la población, sometida a una forma particu-
sencia de importantes núcleos de proletariado larmente dura de explotación, primero bajo ca-
518 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

pitalistas nacionales chilenos y posteriormente cho del origen boliviano de los dueños de ese
bajo el capital inglés. capital. La inexistencia de otros sectores de
Las luchas proletarias se iniciaron, por eso producción, en los cuales el capitalismo tuvie-
mismo, en Chile antes que en los demás países, ra algún desarrollo significativo, hizo que ese
dando paso al surgimiento de un movimiento capital monopolista que controlaba las minas,
de organización sindical y política que, inclu- se aliara políticamente con los terratenientes
sive, tendió desde sus inicios hacia una orien- señoriales y comerciantes, para controlar el
tación socializante antes de la Revolución rusa poder del Estado. Es decir, aparte del reduci-
de 1917. Y después de ésta, sus repercusiones do núcleo de burguesía monopolista dueña de
políticas en América Latina encontraron ya a las minas, en Bolivia no era posible encontrar
ese proletariado chileno en condiciones de existiendo como clase, hasta hace no mucho
hacer el transito efectivo a una orientación tiempo, una burguesía interna capaz de inten-
socialista definida; de todo lo cual emergieron tar y de lograr el dominio ideológico sobre el
los más importantes partidos de la clase obrera proletariado minero, enfrentado en una rela-
que hayan existido hasta aquí en América La- ción de explotación sin atenuantes de género
tina. Nada de lo que sucedió en ese país hasta alguno, al capital imperialista y, además, como
hoy día ha sido desde entonces ajeno a esta en el caso chileno, en una situación de relativa
presencia organizada del proletariado, desde la segregación del contacto cotidiano respecto
ampliación y la profundización de las formas del resto de la sociedad.
propias de la democracia burguesa, hasta la re- Eso permitió que los reducidos núcleos de
ciente disputa por el poder y la entronización sectores sociales medios, que después de la
de un fascismo militarista. Guerra del Chaco fueron orientándose hacia
En Bolivia, el proceso se dio de modo muy posiciones nacionalistas y antioligárquicas ra-
diferente en su conjunto, pero también sobre dicales, no pudieran tampoco lograr en la mis-
la base de algunas importantes similitudes. ma medida que en otros países, una influencia
Cuando se produce en gran escala la explota- totalmente dominante sobre ese proletariado
ción de estaño, los capitales surgidos en esa minero, mientras que los núcleos intelectuales
explotación se integrarán a la masa global del de orientación definidamente socialista pudie-
capital monopolista internacional, a despe- ron, en cambio, contribuir a la educación socia-
El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina 519

lista de ese proletariado, precisamente sobre la des de influencia directa de la burguesía y de


base de la especial situación de clase de esos las capas medias, en Chile.
trabajadores. Desde entonces, éstos se fueron En cambio en todos los otros países, los nú-
desarrollando como una de las más avanzadas cleos centrales del proletariado estuvieron des-
fracciones del proletariado latinoamericano, a de la partida colocados en una situación que
pesar de que la brutalidad represiva desatada permitía la influencia de ideologías de origen
permanentemente sobre ellos traba aún, por burgués o pequeñoburgués. Y en todos esos
medio de sucesivas masacres de cuadros de países, esa herencia pesa aún de manera impor-
vanguardia, la consolidación de organizaciones tante como una de las dificultades principales
políticas acordes con el grado de desarrollo de para la emancipación política del proletariado.
la conciencia política de esos trabajadores. Como consecuencia, los movimientos popu-
La profundidad de los logros de la Revolu- lares más importantes en todos estos países,
ción popular del 52 fue ante todo el resultado se desarrollaron bajo el comando ideológico y
de la acción política de ese proletariado, y a pe- político de sectores medios y de fracciones de
sar de su reciente derrota, esa clase junto con la propia burguesía en conflicto con la burgue-
la de Chile, son las que han protagonizado los sía imperialista.
dos, hasta ahora únicos, procesos en América Actualmente, sin embargo, el proceso de
Latina de disputa abierta por el poder con una expansión del capitalismo y de depuración
orientación explícitamente socialista, bajo el relativa de las relaciones de clases lleva al de-
comando concreto del proletariado. terioro incesante de las bases del predominio
Estos dos casos ilustran, en mi opinión, un ideológico de los sectores medios sobre el pro-
hecho significativo. El proletariado pudo eman- letariado. A pesar de que en este proceso esas
cipar su conciencia política, por la ausencia de capas medias se han expandido y se expanden
capas burguesas y pequeñoburguesas, con la cada vez más, los intereses concretos de estas
capacidad de determinar los límites del desa- capas han ido acomodándose a la nueva confi-
rrollo ideológico de los trabajadores, en el caso guración de la matriz productiva y social, asi-
boliviano; o, porque el proletariado se desarro- milándose como intermediarios burocráticos
lló como clase, en una situación relativamente de la explotación del capital sobre el trabajo
aislada al comienzo, respecto de las posibilida- y desembocando su orientación nacionalista
520 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

en el sostenimiento de las actuales tendencias América Latina un continuado e irreversible


hacia el capitalismo de Estado, dentro de cuyo debilitamiento del control político concreto de
desarrollo pueden encontrar ahora un papel esas capas medias sobre los trabajadores y sus
decisivo y una ampliación de sus oportunida- organizaciones sindicales y políticas, se puede
des políticas. también observar que la presencia de sus cons-
Como consecuencia, esas capas medias de trucciones ideológicas previas, el nacionalismo
creciente carácter tecnoburocrático han veni- antioligárquico, sigue aún muy extendida en el
do perdiendo interés y capacidad para liderar seno de las masas trabajadoras.
movimientos populares en contra de las for- La emancipación de la conciencia del pro-
mas concretas de dominación, y buscando en letariado sólo puede ganarse en lucha total
cambio mantener su predominio político sobre contra la herencia de las ideologías de tipo
los trabajadores para una finalidad opuesta: populista y contra la imposición del dominio
subordinarlos a ideologías de conciliación de corporativista que, apoyado aún en esa ideolo-
clase, integrarlos políticamente a las necesida- gía, amenaza ahora con impedir el desarrollo
des e intereses de la asociación entre capital de la autonomía de las organizaciones de clase
estatal y capital monopolista internacional, a la de los trabajadores, y oscurecer aún más su
acción propia del capital estatal y a las formas conciencia.
de dominio político corporativo que aquel re- El militarismo fascista que aparece aho-
quiere sobre las masas. ra como una de las formas de la dominación
Todo eso significa para el proletariado, y para burguesa, es ideológicamente un problema di-
los militantes revolucionarios, la necesidad de ferente. Hoy los trabajadores lo conocen y lo
erradicar y destruir la influencia ideológica y visualizan como un enemigo frontal. Sus secre-
política de esas capas medias, intermediadoras ciones ideológicas sólo podrían aún afectar a
de los intereses de la burguesía. Y esa tarea no algunas de las capas de trabajadores más atra-
puede ser cumplida sin la destrucción de las sadas políticamente, y no por mucho tiempo,
bases teóricas de crítica y de interpretación de dadas las condiciones materiales concretas a
la sociedad en América Latina, que proceden que esas masas son sometidas. El corporati-
del campo burgués grande o pequeño. Porque vismo no fascista en cambio, es un fenómeno
si bien se puede observar en varios países de más complejo. Se funda en reformas parciales,
El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina 521

en una ideología de conciliación de clase en igualmente persistente de reformismo obrero-


la herencia populista, tanto desde el punto de burocrático.
vista ideológico, como en el uso del arsenal de Debido a la hibridez de sus bases teóricas y
técnicas de manipulación política, y se apoya, a su vinculación estrecha a la orientación de
además, en la simpatía de las corrientes de re- las necesidades políticas internacionales de los
formismo obrero-burocrático. países de Europa del Este, especialmente en
Denomino reformismo obrero-burocrático a los países marcados por la presencia de fuer-
una tendencia hoy bastante extendida dentro tes corrientes políticas de conducción e ideo-
del movimiento político de los trabajadores, logía pequeñoburguesa, el reformismo obrero-
que junto con proclamar explícitamente el so- burocrático ha tratado y aún trata de ordenar
cialismo como su meta, funda su acción políti- su acción política en función de alianzas con
ca concreta en un tipo de razonamiento en que sectores medios o burgueses “progresistas” y
se hibridan, de un lado, la versión burocrática en subordinación a ellos, sin intentar siquiera
del marxismo y, del otro, formulaciones más o la formulación de alternativas propias de los
menos radicalizadas –por ser fraseadas en mar- trabajadores.
xismo– de esquemas de análisis social que pro- Más que en ninguna otra, y sobre todo por
vienen en gran parte del arsenal ideológico de más tiempo, es en esta corriente política en
las capas medias democrático-nacionalistas. donde se encarnan y enraízan, hasta hoy día,
Dependiendo de su grado real de vincula- los presupuestos teóricos provenientes, al
ción orgánica con las masas trabajadoras, mismo tiempo, de la versión radical de los mo-
muy diferente entre los países de América La- vimientos populistas de los años treinta y de
tina, esta tendencia varía también en su grado algunas de las hipótesis marxistas ligadas espe-
de radicalidad y coherencia. En determinados cíficamente a las condiciones históricas del ci-
países de reciente industrialización, las orga- clo pasado del capital y de la dominación impe-
nizaciones políticas que contienen esta ten- rialista, y que se reifican ahora y se convierten
dencia han sido generalmente mucho más re- en manos de esa corriente, en un puente entre
formistas y burocráticas que las de otros paí- ella y los grupos tecno-burocráticos y burgue-
ses, en donde su arraigo en las masas significó ses que encabezan el proceso de reajuste de la
siempre un correctivo persistente a una línea dominación del capital.
522 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

En ese particular sentido, la lucha contra parcialmente, el populismo y el corporativismo


las bases de la influencia ideológica del popu- provienen totalmente de las secreciones ideo-
lismo en el proletariado, no puede llevarse a lógicas de la clase enemiga del proletariado, y
cabo plenamente sino también luchando por sus representantes y portavoces en el seno de
la erradicación de la influencia del reformismo los movimientos de los trabajadores son agen-
obrero-burocrático. Porque si bien, considera- tes del enemigo. Deben ser, pues, enfrentados
do en general, éste es un paso adelante en la sin cuartel.
conciencia proletaria respecto del populismo, El reformismo obrero-burocrático, en cam-
es también cierto actualmente que éste se pro- bio, sobre todo proviene y se desarrolla des-
longa todavía en la influencia del reformismo de el interior mismo del proletariado, aunque
obrero-burocrático. recogiendo elementos ideológicos de origen
Y, desde luego, las bases teóricas del refor- pequeñoburgués o burocrático. Representa un
mismo en los movimientos populares de Améri- estadio atrasado en el desarrollo de la concien-
ca Latina no pueden ser combatidas y erradica- cia política de los trabajadores, y en determi-
das sino también a través de la lucha contra la nadas condiciones las organizaciones que lo
influencia del reformismo obrero-burocrático. expresan, pueden aparecer como aliados de
El problema de la emancipación de la con- determinadas fracciones del enemigo de clase
ciencia política del proletariado, en América y al servicio de sus alternativas.
Latina, requiere ser pues planteado como una Pero, por su propia naturaleza y origen, por
lucha simultánea en tres frentes: contra la su pertenencia al proletariado, el reformismo
herencia ideológica del populismo antioligár- obrero-burocrático no puede ser tratado como
quico; contra los intentos de control corpora- el enemigo de clase, sino como un fenómeno de
tivista de los trabajadores bajo el capitalismo desviación contradictoria en el desarrollo polí-
del Estado su ideología de conciliación de tico de la clase. La lucha contra él implica pues,
clases; y contra la influencia del reformismo en concreto, modalidades y problemas diferen-
obrero-burocrático. tes que en el caso de los anteriores. Depende,
Aquí, sin embargo, es indispensable estable- en lo fundamental, de las condiciones especí-
cer una distinción necesaria. Cada cual a su ficas en que se desarrolla la lucha política del
manera y en su momento, tramándose hoy día proletariado y de las conductas específicas de
El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina 523

las organizaciones portadoras del reformismo lares ideológica y programáticamente condu-


obrero-burocrático. cidos por el proletariado, puede viabilizarse
realmente la perspectiva de la revolución la-
tinoamericana, porque las bases para ese de-
La formación de un nuevo sarrollo están ya madurando en el proceso de
movimiento popular cambios que estamos registrando.
revolucionario Se trata, pues, de la formación de un nue-
vo movimiento popular que para desarrollar-
Desde los años veinte de este siglo, en América se en una dirección real y consecuentemente
Latina se desarrollaron movimientos populares revolucionaria requiere estar centrada en la
que, con grados diversos de radicalidad, estu- hegemonía política del proletariado. Pero,
vieron bajo la conducción ideológica y progra- a su turno, para que eso pueda ocurrir, es
mática de capas sociales medias. también indispensable que el proletariado se
Hemos visto que las bases estructurales de constituya como una clase revolucionaria, de
este tipo de movimientos políticos, están ago- manera concreta.
tándose. Eso no significa, sin embargo, que se Acabamos de ver cómo, para que el prole-
hayan cancelado totalmente, ni que la influen- tariado se constituya efectivamente como una
cia ideológica y la presencia orgánica de tales clase revolucionaria, la emancipación de la
movimientos hayan sido liquidadas. Aunque conciencia política de esta clase es una de las
en países como Bolivia y Chile, en los últimos condiciones necesarias, y que para ello es in-
años el proletariado pasó claramente a enca- dispensable la lucha por la erradicación de los
bezar la movilización popular, en los restantes restos de la influencia ideológica de las capas
países sólo muy dificultosamente van abrién- sociales medias, del reformismo obrero-buro-
dose las posibilidades de un desplazamiento crático y contra los intentos o las cristaliza-
efectivo de la hegemonía política dentro del ciones de un sistema de dominación política
movimiento popular. burguesa con rasgos corporativistas.
Es claro también, no obstante, que dentro Esa lucha no puede –para constituir la
de nuestro esquema de análisis, solamente a base del desarrollo revolucionario de la cla-
través del desarrollo de movimientos popu- se– realizarse solamente como desmontaje
524 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

crítico y destrucción teórica de los funda- Dentro de la brevedad del tiempo, aquí quie-
mentos ideológicos, intereses y perspectivas ro apuntar de paso solamente dos cuestiones,
de acción política concreta de aquellas ten- sobre este problema. Primero, algo que quizás
dencias, ni solamente tratando de llevar a la por obvio se nos pasa con frecuencia de lar-
conciencia de la clase los nuevos factores go. Yo he visto muchos programas en América
en que se fundan ahora sus potencialidades Latina, todos hemos visto muchos programas,
políticas propias. Todo ello es indispensable, más o menos interesantes. Pero programa es
pero no es suficiente. un concepto científico-político. Y para los mar-
Hasta que no se haya desarrollado la capa- xistas, traduce la base científica del socialismo.
cidad de las clases para ordenar programática- Es, por lo tanto, un problema de investigación
mente sus alternativas de acción, tanto para la de la realidad. Implica sacar a luz los proble-
lucha por el poder como para sus realizaciones mas, explorar las alternativas de su solución y
posteriores, la presencia de la influencia políti- ordenarlas en un programa de acción. Es, pues,
ca de sus enemigos o de las tendencias refor- la debilidad de nuestra capacidad de investiga-
mistas surgidas de su propio seno, condicio- ción revolucionaria de nuestra realidad, lo que
nará y limitará el proceso de autonomización está detrás de la dificultad del proletariado de
política de los trabajadores. ordenar programáticamente sus propias alter-
En este sentido, debemos decir que actual- nativas políticas.
mente, en la mayor parte de nuestros países, En segundo lugar, cuando hablamos de la
no hemos todavía superado realmente la etapa conducción política del proletariado en un
de la crítica de las alternativas burguesas, pe- nuevo movimiento popular, que por esa razón
queñoburguesas u obreras reformistas. Más to- central es un movimiento popular revoluciona-
davía, que determinadas corrientes revolucio- rio, aludimos por supuesto a una alianza polí-
narias que luchan en el seno de movimientos tica de clases dominadas que se orienta por el
populares bajo conducción burguesa respalda- programa del proletariado. Quiere decir esto,
da por capas de burocracia sindical reformista, que se trata de un programa que no se refiere
traducen hoy día como “realismo político” su solamente a los problemas propios del proleta-
“apoyo crítico” a esa conducción, sobre la base riado, sino también a los de las clases o capas
de esa deficiencia. sociales aliadas a él, pero con la particularidad
El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina 525

de que las alternativas de solución de los pro- una de los sectores productivos, y por la su-
blemas de éstas clases o capas sociales, son perposición de diversas modalidades de acu-
planteadas en función de los intereses de clase mulación en cada una de ellos, han originado
del proletariado, en el largo plazo. una no menos profunda heterogeneidad en la
Creo que aquí reside la esencial diferencia composición estructural del proletariado, y
entre los movimientos populares conducidos por eso entre los intereses específicos de sus
por capas sociales medias y los que son dirigi- varias fracciones.
dos por el proletariado. Mientras que en el pri- La integración política del proletariado, des-
mer caso se trata de un programa policlasista, de el punto de vista de sus alternativas progra-
en que se articulan soluciones para los intere- máticas, implica por eso mismo la necesidad
ses del corto plazo de las clases dominadas, en de investigar y establecer de manera concreta,
el segundo caso se trata de que los problemas en cada momento concreto, como pueden ser
de las clases dominadas puedan enfrentarse articulados esos varios intereses específicos
a través de alternativas que se vinculen a las con los intereses generales de la clase.
necesidades de desarrollo y profundización del Por lo general, tanto en el terreno sindical,
proceso revolucionario en una dirección socia- como en el terreno político, las organizaciones
lista, aunque las formulaciones y procedimien- del proletariado radican principalmente en las
tos concretos puedan depender de la correla- capas y fracciones más concentradas, de ma-
ción de fuerzas políticas de cada momento en yores ingresos, de mayor nivel de educación
cada país determinado. tanto escolar como informal, y tienden por eso
Además, sobre esta cuestión, me parece mismo a orientarse sobre todo en función de
todavía conveniente insistir en que –tal como los intereses de estos grupos de la clase y no
lo he señalado reiteradamente en las reunio- siempre en sus potencialidades de desarrollo
nes pasadas– el propio concepto de proleta- ideológico-político. Algunas de las recientes
riado requiere ser rigurosamente alejado de experiencias revolucionarias, como la chilena,
toda connotación metafísica. Las profundas han mostrado la dificultad de encontrar formas
desigualdades y combinaciones del desarro- de articular, tanto orgánica como programáti-
llo capitalista en América Latina, por la des- camente, a esas capas del proletariado con las
igualdad de la expansión del capital en cada que corresponden a los otros niveles y modali-
526 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

dades del capital y del proceso de proletariza- pocas y breves consideraciones sobre este pro-
ción de los trabajadores. blema de la organización política.
Desde este punto de vista, es en el seno mis- En primer término, como lo dejé antes seña-
mo de ese proletariado concreto, con todas sus lado, me parece que actualmente en América
diferencias internas de interés específico, que Latina puede observarse el hecho de que no he-
se plantea también el problema de la alianza mos logrado aún una articulación sistemática,
política, a veces y para determinados países, en entre nuestros esfuerzos por la organización
un nivel acaso tan decisivo como respecto de política de la clase y los vinculados al desarro-
las alianzas entre el conjunto del proletariado y llo de la teoría y los programas revolucionarios
las otras clases y capas sociales dominadas. Y de ella. Y, a mi juicio, a ello se debe que la or-
ese problema tiene que ser, también, expresa- ganización política del proletariado parece ser
do en el propio programa del proletariado. pensada mucho más en términos de modelos
Finalmente, todos sabemos que la constitu- que de programas de organización.
ción del proletariado como una clase efectiva- Probablemente coincidiríamos, en abstrac-
mente revolucionaria, no puede desarrollarse to, en que las formas de desarrollo de la orga-
ni consolidarse sino a través del desarrollo de nización política de los trabajadores surgen,
su capacidad de organización y movilización en cada caso, desde el interior de las determi-
política independiente. Y que hay una dia- naciones objetivas concretas de una realidad
léctica permanente entre ello y el proceso de específica, de la historia de las luchas de clase
emancipación de la conciencia política y del propias de cada contexto, enriquecidas por la
desarrollo de la capacidad política de clase. Es experiencia y las enseñanzas del movimiento
decir, que así como la organización política de revolucionario en el resto del mundo.
la clase se desarrolla en relación a las líneas Eso, desde luego, implica que los trabajado-
estratégicas de sus alternativas políticas y a sus res de una sociedad concreta, históricamente
programas concretos de acción, éstos depen- determinada, no se organizan para cumplir las
den igualmente del fortalecimiento de la orga- tareas de una revolución en general, sino para
nización de la clase. enfrentar, de las maneras que la investigación
Para no prolongar en exceso esta exposi- y la experiencia constante revelan como las
ción, quisiera terminarla haciendo sólo unas más eficaces, los problemas y las tareas revo-
El nuevo terreno de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina 527

lucionarias específicas de una situación histó- revolucionario, sino mucho más de la versión
rica especifica. burocrática del modelo y de su historia; el mo-
Sin embargo, se puede tener la impresión de delo maoísta de combinación de partido y ejér-
que en la etapa actual de nuestras luchas, una cito popular revolucionario; el modelo “foquis-
parte aún mayoritaria de las corrientes revolu- ta” derivado de la experiencia cubana; el más
cionarias están mucho más dispuestas a ensa- reciente, que en parte se deriva del anterior, y
yar la adaptación de modelos de organización que se suele denominar como modelo de orga-
y de acción que ganaron prestigio por su ex- nización político-militar, en diversas variantes,
periencia exitosa en procesos revolucionarios que traslada la acción guerrillera del escenario
triunfales en otros contextos históricos muy di- rural al urbano. Y hasta hace no mucho tiempo,
ferentes. El problema es, no obstante, que esos alguna tendencia política suramericana preco-
modelos de organización política exitosos fue- nizaba un modelo de organización política ba-
ron en todos los casos el resultado de un traba- sada en los sindicatos, buscando generalizar la
jo político ordenado teórica y prácticamente, experiencia argentina de un momento, en que
desde el interior mismo de las necesidades y el movimiento peronista se expresaba princi-
características específicas de la lucha de clases palmente en los sindicatos, sin que en ningún
de las respectivas sociedades. ¿O no fue esa la otro país fuera posible observar ninguna situa-
base del surgimiento del tipo de organización ción equivalente.
bolchevique, a diferencia del de los partidos Esta situación da cuenta de nuestras difi-
social-demócratas de Europa Occidental en el cultades y al mismo tiempo de nuestras bús-
mismo periodo? ¿O la combinación de partido quedas. Particularmente después de la revolu-
y ejército popular revolucionario que conquis- ción cubana, la experiencia de organización,
tó a China para la revolución socialista? de movilización, de acción, se ha enriquecido
Hoy en América Latina, la izquierda revolu- enormemente en nuestros países. Y la entrada
cionaria aparece dividida sobre este problema, creciente de las masas en la escena política, sin
siguiendo más o menos los siguientes modelos duda está desarrollando en todas partes for-
de organización: el modelo bolchevique, que mas y mecanismos de organización, que surgen
aquí resulta no tanto de la historia real del par- de la propia experiencia cotidiana de las luchas
tido bolchevique en Rusia durante el periodo de estas masas.
528 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Creo, por eso, que los problemas de or- lucionaria, exitosa o frustrada, de otros con-
ganización política no pueden ser tampoco textos históricos.
ajenos a la investigación sistemática que En esta perspectiva, las enseñanzas de Lenin
permita desde dentro de nuestra propia y Mao tienen que ser recuperadas no solamente,
experiencia pasada y presente, enriquecer y quizás no tanto, en términos de sus fórmulas
la teoría actual sobre la organización revo- específicas, elaboradas para su propia circuns-
lucionaria, y ordenar nuestras tareas en un tancia y lucha, sino ante todo en términos de
programa concreto de organización, apto su metodología que, básicamente, consiste en
para recoger y asimilar la experiencia revo- investigar la realidad concreta y partir de ella.
¿Frente Popular Antiimperialista
o Frente de Trabajadores?*

E l frente capitalista, con la conducción del


régimen militar, ha desencadenado una
nueva fase ofensiva contra los trabajadores
De esa manera, aunque todavía difusamen-
te, comienzan a prefigurarse las tendencias al
enfrentamiento de las fuerzas diferenciadas del
explotados que se expresa en la política eco- capital y del trabajo. En otras palabras, están
nómica y laboral, cuyo contenido esencial es configurándose las bases de un nuevo período
aplastar el salario y la capacidad de consu- histórico de las luchas de clase en el Perú: la
mo de los explotados para defender las ga- disputa por el poder en la sociedad.
nancias de los capitalistas durante la crisis, Para imponer su política económica y labo-
y contener administrativamente a las deman- ral, el régimen y su frente capitalista tendrían
das reivindicativas de los trabajadores, cas- que aplastar con la represión la resistencia en
tigando sus protestas con la masificación de curso de los trabajadores. Pero será la fuerza
los despidos. de esta resistencia lo que determine, en fin de
De su lado y por vez primera, los trabaja- cuentas, si avanza la ofensiva capitalista o si su
dores se agitan y se aglutinan ya no solamen- gobierno se ve forzado a maniobrar en retirada.
te para sostener sus reivindicaciones en cada De hecho, ya en este momento, la amplitud de
centro de trabajo y sector gremial, sino para la protesta y las señales de organización de la
enfrentar lo principal de la política económica resistencia de los trabadores, han obligado in-
y laboral del actual régimen militar. Es decir, clusive a los aparatos corporativos del régimen
comienzan a movilizarse como clase. a proponer modificaciones en esa política y al
gobierno a prometerlas.
* Este articulo fue publicado en Sociedad y Política ¿De dónde surge todo esto? En lo funda-
(Lima) Año 2, N° 6: 3-9, marzo de 1976. mental, del hecho de que están agudizándose
530 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

las contradicciones del capitalismo en el Perú, duración de un conjunto de procesos básicos


intensificadas por la actual coyuntura de crisis en la estructura profunda de esta sociedad, en
económica, empujando a los intereses sociales gran medida, como consecuencia de los reajus-
básicos, es decir, a las clases sociales, a dife- tes introducidos desde 1968.
renciarse y a enfrentarse de modo cada vez Se trata, fundamentalmente, del avance en
más abierto y profundo. En la medida en que la depuración del carácter capitalista de las re-
este proceso se desarrolle, irá poniendo en pri- laciones sociales de producción y de la estruc-
mer plano la cuestión del poder en la sociedad. tura de las relaciones entre las clases sociales,
Los protagonistas principales de este en- particularmente en el Estado.
frentamiento, son la burguesía y el proletaria- La expresión política de estos procesos se
do. Pero en torno de cada uno de ellos tienden revela en dos cuestiones básicas: en el cambio
ahora –y lo harán más claramente en adelante– del contenido y carácter de clase de la lucha
a reagruparse las fuerzas políticas que repre- por la democracia de un lado, y de la lucha con-
sentan los intereses de todas las otras capas de tra la dominación imperialista, del otro.
nuestra sociedad. La lucha por la democracia en el Perú no se
Para el proletariado, las alternativas de este dirige hoy, principalmente, a la destrucción de
proceso dependerán, en adelante, ante todo de la dominación oligarquía y al establecimiento
la corrección de su orientación estratégica y de de una democracia liberal burguesa. El proble-
sus procedimientos tácticos. Es decir, del gra- ma central ahora es impedir la imposición de
do en que la clase asuma conscientemente las una forma corporativa de dominación burgue-
perspectivas políticas que objetivamente se le sa, que podría tener un desemboque fascista
abren, así como los condicionamientos concre- sobre los trabajadores.
tos que permiten su desarrollo. Las luchas antiimperialistas no pueden con-
tenerse solamente en el rescate de la indepen-
dencia nacional manteniendo el carácter capi-
Los problemas estratégicos talista de la sociedad nacional, inclusive con
modificaciones profundas, sino que se orientan
La fase en la cual están ingresando las luchas a la destrucción del dominio imperialista en
de clases en el país; es el resultado de la ma- tanto que capitalista.
Frente Popular Antiimperialista o Frente de Trabajadores 531

En otros términos, el contenido de clase de Durante los últimos siete años, la tecnobu-
los dos planos decisivos de las luchas políticas rocracia representante de los intereses del ca-
en el país se está modificando radicalmente. pital, ha iniciado la construcción de un amplio
Sería puro utopismo, pensar que la lucha sector de capital estatal, como base material
contra la orientación corporativista, impresa de una asociación de intereses entre la bur-
por la tecnocracia capitalista en la reorganiza- guesía y las capas medias, tratando inclusive
ción del Estado, pudiera contenerse –excepto de integrar corporativamente a los trabajado-
por un corto y convulsivo momento– en los res a esa alianza. Algunos de los grupos de esa
límites de una democracia liberal burguesa o tecnocracia concebían esa política, ideológica-
populista, capaz de institucionalizar las luchas mente, como una vía para ganar independen-
de clases en el marco de las reglas de juego de cia respecto de la dominación imperialista.
una legalidad burguesa o pequeñoburguesa. Sin embargo, conforme ha ido fortaleciéndose
El corporativismo es una exigencia objetiva y consolidándose el capital estatal, se ha ido
del avance de la monopolización del capital y asociando cada vez más profundamente con el
del establecimiento del capital estatal como eje capital imperialista, y convirtiéndose en un me-
de su hegemonía, en el marco de una crisis es- canismo de integración más profunda del capi-
tructural profunda del orden capitalista, de la talismo peruano dentro del orden imperialista.
cual esta coyuntura de crisis económica es una El capital estatal se construye y se consolida
manifestación más grave que las anteriores. a pesar de la ideología nacionalista, de conteni-
Por eso, la lucha contra el corporativismo no do pequeñoburgués, de algunos de los grupos
puede resolverse, a largo plazo, sino por la im- de la tecnocracia, como eje de una asociación
posición de la democracia, de los trabajadores de intereses entre la burguesía monopolista in-
o por su derrota. ternacional, la burguesía monopolista interna y
De la misma manera, el problema nacional una capa media tecnoburocrática que funda en
no puede encontrar solución en la construc- la administración de esos intereses sus expec-
ción de un Estado nacional suficientemente tativas de participación en el poder del capital.
fuerte como para obligar, a la burguesía impe- La lucha contra la dominación imperialista
rialista, a invertir en función de las necesidades hoy, en lo concreto, se dirige contra esa aso-
del desarrollo del país. ciación de intereses, representada en el actual
532 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Estado, y dentro de cuya asociación el predo- 3. La profundización de la crisis ideológica y


minio de la burguesía monopolista internacio- de la fragmentación orgánica de las agrupa-
nal tiende a acentuarse. ciones y corrientes de la izquierda socialista.
Así, la resistencia frente a la imposición del 4. La iniciación incipiente, aunque con posibili-
corporativismo, o sea el combate por la demo- dades de más rápido desarrollo, de una ten-
cracia, y la lucha contra la dominación imperia- dencia a la aglutinación de los trabajadores
lista enfrentan el mismo enemigo y se condicio- en un frente de resistencia a la política eco-
nan mutuamente. En consecuencia, ambas son nómica y laboral capitalista, pero todavía
ahora, en lo fundamental una tarea de clase del bajo la dirección de las corrientes sindicales
proletariado. y políticas que aún mantienen expectativas
acerca del carácter antiimperialista del régi-
men militar y en especial acerca de la radi-
Los problemas tácticos: calidad, en esa dirección, del sector identi-
la coyuntura inmediata y las ficado con el general Fernández Maldonado.
relaciones de fuerzas
Es claro, pues, que no obstante que la profun-
La coyuntura inmediata se caracteriza por los dización de sus contradicciones va empujado
siguientes rasgos principales: a la estructura básica de esta sociedad, hacia
la profundización de las luchas de clases y la
1. La iniciación de una nueva fase de ofensiva diferenciación de las fuerzas políticas del ca-
capitalista contra los trabajadores explota- pital y del trabajo, en la coyuntura inmediata
dos y, en primer lugar, contra el proletariado. las fuerzas políticas del capital son largamente
2. Mayores y más profundas vacilaciones polí- más poderosas y están en plena ofensiva.
ticas de las capas medias reformistas sean EI proletariado aparece todavía en una fase
democrático-nacionalistas o socialdemócra- de organización de la resistencia contra esa
tas. Es probable que a partir de la ascensión ofensiva. Aun cuando se puede observar una
del general Fernández Maldonado al segun- más generalizada conciencia de clase en la
do rango en el gobierno militar, esas vacila- masa proletaria, eso se contrasta con marca-
ciones se acentúen. dos desniveles en el desarrollo político de esa
Frente Popular Antiimperialista o Frente de Trabajadores 533

conciencia, entre algunos importantes núcleos Por todo ello, surgen ahora y coyuntural-
de su vanguardia y el resto de la clase. mente ganan terreno las corrientes políticas
Esos núcleos de vanguardia no han logrado que buscan aglutinar a las masas de trabaja-
aún cohesionarse en una organización política dores explotados en un frente popular anti-
común, levantar una alternativa programática imperialista, bajo la dirección de los grupos
y avanzar en la lucha por la dirección de la cla- reformistas (democráticos-nacionalistas y so-
se frente a las corrientes y organizaciones de cialdemócratas) de las capas medias y de las
orientación socialista reformista y burocrática. agrupaciones y corrientes socialistas reformis-
La influencia ideológica del socialismo ha tas del proletariado, en la perspectiva de una
ganado algún terreno entre los grupos dirigen- convergencia con los sectores más radicales
tes de las otras capas explotadas de la sociedad del régimen militar.
y entre algunos sectores medios; intelectuales Esta alternativa, es presentada como la es-
y asalariados. Pero estas capas no están aún trategia política “realista” para la actual co-
articuladas efectivamente en un frente político rrelación de fuerzas, ya que para los propug-
bajo la dirección del proletariado. nadores de esta opción se impondría como
Son, precisamente, esta notoria desigual- cuestión central la necesidad de preservar
dad de fuerzas políticas entre la burguesía y el las condiciones políticas que harían posible
proletariado y la situación política de éste, las la maduración de la conciencia y organiza-
condiciones que permiten la mayor presencia ción de los trabajadores. Se conduce así a los
del socialismo reformista en la dirección de la trabajadores explotados a aglutinarse en un
clase obrera, y refuerzan las vacilaciones de las frente político indiferenciado en términos de
capas medias ideológicamente radicalizadas, clase, capaz, por eso de converger y conciliar
entre las clases fundamentales. con determinados sectores del frente capita-
Y de otro lado, las aún no resueltas pugnas lista y, de ese modo, neutralizar a sus sectores
por la hegemonía dentro del frente capitalista, más reaccionarios, evitando una pendiente
dan una apariencia justificatoria a las expecta- represiva que, bajo las actuales condiciones,
tivas de las corrientes reformistas del proleta- avanzaría hacia el fascismo.
riado y de las capas medias, frente al régimen Así presentada, esa propuesta política pare-
militar actual. ce, en efecto, ajustada a lo que la realidad obli-
534 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ga o permite. Sin embargo, omite la considera- de la estructura profunda de la sociedad irán


ción de algunos problemas capitales. empujando a la burguesía y a sus representan-
Primero, que el terreno de conciliación y de tes tecnocráticos en el Estado hacia el endu-
convergencia entre los trabajadores explota- recimiento de su ofensiva política contra los
dos y un posible sector radical del frente ca- trabajadores, pues esa exigencia no depende
pitalista es cada vez más angosto y precario, solamente de la amplitud de las movilizaciones
mientras la crisis económica exija al capital y a de los explotados, sino también de la necesi-
sus representantes a ir aplastando más y más el dad de arrebatar a éstos una parte importante
nivel de vida de las masas y a contener represi- de su salario para defender los decrecientes
vamente sus protestas y movilizaciones. márgenes de ganancia del capital.
Segundo, que hay indicaciones suficientes En las condiciones actuales de la crisis, no
de que el capitalismo ha ingresado en un ciclo se requeriría reprimir a los trabajadores si es-
largo de crisis económica, lo que implica que tos no se organizaran y resistieran. Pero no
aún cuando se produzcan recuperaciones par- dejaría de ser necesario para los capitalistas
ciales serán insuficientes y cortas, recayendo recortar el salario de los ocupados y reducir el
en dificultades más profundas. número de trabajadores ocupados.
Tercero, que esa crisis atraviesa el capitalis- Quinto, que dadas estas condiciones, las di-
mo dependiente en el Perú, no solamente por la ferenciaciones políticas dentro del frente capi-
inflación y la reducción de precios internacio- talista no expresan solamente las divergencia
nales de las exportaciones peruana, sino tam- de intereses fraccionales en general, sino tam-
bién porque esos fenómenos repercuten aquí bién el modo en que esos intereses se asumen
con intensidad debido a la estructura de acu- en momentos diferentes de la lucha de clases.
mulación y producción que el actual régimen Es decir, esas diferenciaciones políticas dentro
ha promovido, y que agudiza las contradiccio- de la burguesía son momentos diferentes de la
nes de la estructura interna del capitalismo en lucha de clases y no distingos en la naturaleza
el Perú, debido a que las reformas hechas no de sus intereses. ¿O no se recuerda que hubo
han logrado resolver a fondo las contradiccio- un tiempo en que las burguesías chilena y uru-
nes previas y han creado nuevas. guaya eran consideradas como la cara simpáti-
Cuarto, que por todo ello los movimientos ca de la burguesía latinoamericana?
Frente Popular Antiimperialista o Frente de Trabajadores 535

Sexto, en consecuencia, encuadrar la lucha adquirir la fuerza y la clarividencia tácticas ne-


de las masas trabajadoras solamente en los cesarias, sino a condición de orientarse resuel-
límites del apoyo a una de las fracciones del tamente hacia sus metas mayores de poder en
frente capitalista, para impedir el triunfo de las la sociedad.
más reaccionarias y represivas, no solamente Por eso, no es por el camino de un frente
podría ser ineficaz para ese propósito, sino que, popular (esto es, indiferenciado en términos
peor aún, podría estar llevando al proletariado de clase, sin la hegemonía política del prole-
y a los demás explotados a buscar una conci- tariado) antiimperialista (en esos términos,
liación con una fracción del frente capitalista nacionalista no anticapitalista), que podría ser
que en un primer momento aparece en una po- factible ya no se diga la conquista del poder to-
sición menos represiva, pero que en una fase tal en la sociedad, sino la resistencia victoriosa
posterior puede ser empujado a encabezar la contra la ofensiva actual de la burguesía.
ofensiva burguesa, si las necesidades del capi-
tal lo imponen.
Séptimo, por todo ello, despojar al proleta- Las condiciones de la victoria
riado y a las otras capas explotadas de una al- del proletariado
ternativa clara y explícitamente socialista revo-
lucionaria en aras de una convergencia con un Reconocida la debilidad inicial de la posición
sector presuntamente radical del frente capita- de fuerza del proletariado frente a la actual
lista, puede concluir –y la reiterada experiencia ofensiva capitalista, el problema decisivo para
histórica lo confirma– en el debilitamiento de la clase consiste en la acumulación y la orga-
su capacidad política, obscureciendo su con- nización de las fuerzas necesarias para resistir
ciencia y subordinando a sus organizaciones con éxito esa ofensiva y para emerger de esta
a uno u otro sector de la clase explotadora y, situación con las bases organizadas necesarias
bajo las condiciones de una crisis que se agudi- para el desarrollo de su poder político.
za, llevándolas a una derrota profunda. Resistir exitosamente esta ofensiva quiere
Inclusive para poder combatir exitosamen- decir impedir su ampliación y profundización,
te por una meta como la que esa alternativa si es posible, y forzar al frente capitalista a
en cuestión plantea, el proletariado no podría retroceder en las cuestiones sustantivas que
536 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

coyunturalmente importan a los trabajadores: estratégicas que han comenzado a abrirse


salario, empleo y libertad de organización inde- para la clase.
pendiente y de huelga. Y ninguna de estas cuestiones puede ser
Para ello son indispensables, la organización eficazmente abordada, a menos que el pro-
independiente y diferenciada del proletariado, letariado y en primer lugar sus núcleos de
unificando a sus más amplias masas alrededor vanguardia y el conjunto de los militantes
de una plataforma concreta de lucha para la socialistas revolucionarios, sean capaces de
coyuntura y la conquista del apoyo de las otras luchar organizadamente para defender y con-
capas de trabajadores explotados, y de los sec- solidar el ya iniciado proceso de independi-
tores medios, buscando articularlas en un fren- zación política de la clase frente a la burgue-
te político bajo la dirección del proletariado sía, frente a las capas medias conciliadoras y
revolucionario. reformistas.
Sólo en la medida en que ambas tareas se Para ello, la condición básica es la lucha
cumplan, la resistencia contra la ofensiva ca- por la hegemonía de la dirección socialista
pitalista podrá ser exitosa y se habría iniciado revolucionaria dentro del proletariado, fren-
la construcción de las bases del desarrollo del te a las direcciones socialistas reformistas y
poder político del proletariado y de los demás conciliadoras.
explotados del país, en lugar de quedar aprisio- El primer paso en esa perspectiva, bajo
nados y subordinados a las disputas fracciona- las actuales condiciones, tiene que ser la rea-
les dentro del frente capitalista. glutinación de los núcleos de vanguardia del
En otros términos, solamente en tanto que proletariado y de todos los militantes de su
en las luchas inmediatas pueda ir acentuán- causa histórica, que converjan hacia la afir-
dose y consolidándose la independencia po- mación y consolidación de la independencia
lítica del proletariado y su capacidad de lide- política de la clase en la opción estratégica
razgo sobre los explotados, atrayendo hacia del socialismo revolucionario, como direc-
su campo a las capas medias, el proletariado ción de un amplio frente político del conjun-
podría ir utilizando las contradicciones so- to de los explotados.
ciales y políticas profundizándolas y agudi- Y dado el hecho de que este proceso de rea-
zándolas, para avanzar hacia las perspectivas glutinación política no puede engendrar auto-
Frente Popular Antiimperialista o Frente de Trabajadores 537

máticamente una organización política unifica- encadenar la actual fase de ofensiva contra los
da en torno de un programa coherente, el paso trabajadores explotados1.
inicial no puede ser otro que la construcción de Sin embargo, bajo la crisis ningún frente
un frente político de trabajadores socialistas capitalista puede ser, en el Perú, ni estable ni
revolucionarios, alrededor de una plataforma coherente. Por eso dentro de ese frente son
de lucha para la coyuntura concreta y para el observables pugnas por la hegemonía. Unos
fortalecimiento de las bases iniciaIes del poder grupos presionan por imponer de modo más
político del proletariado, como dirigente de un abiertamente represivo las condiciones del
amplio frente de explotados y de las capas me- capital sobre los trabajadores, y por eliminar
dias próximas a ellos. o anular totalmente los accesorios del “mode-
Dentro de ese frente de trabajadores socia- lo peruano” como las comunidades laborales
listas revolucionarios, cada tendencia, agru- o la propiedad “social”. Otros grupos, tratan
pación o fracción, requiere disponer del mar- todavía de mantener un equilibrio político
gen de autonomía para luchar por sus propias que permita estimular las vacilaciones de las
consignas, hasta donde sea compatible con la direcciones reformistas del proletariado y de
necesidad imperiosa de una disciplina común las capas medias, y neutralizar a algunos sec-
para el cumplimiento de las tareas acordadas. tores de trabajadores con ilusorias formas de
“participación”.
De esa situación del frente capitalista, las di-
El enemigo común, recciones reformistas del proletariado y de las
sus diferenciaciones y las capas medias radicalizadas, derivan la ilusión
implicaciones de éstas para la de que en el seno de ese frente, y particular-
política del proletariado mente dentro del régimen militar, existen sec-
tores aliados de los trabajadores.
Desde el derrocamiento de Velasco y de su Sobre esa base, las corrientes políticas refor-
camarilla fascista, se ha ido constituyendo un mistas presentan ante las masas trabajadoras,
implícito frente capitalista alrededor del nue-
vo régimen militar, y se han ido montando las
1 Para el examen de esas cuestiones, véase el artículo
estructuras y los operativos políticos para des- sobre “El Frente Capitalista”, en este mismo número.
538 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

a “la derecha” y “al imperialismo”, así abstrac- tentemente a nuestros asesores legales y diri-
tamente señalados, como el enemigo común gentes sindicales, confinándolos en el Sepa o
tanto de los trabajadores como de esas fraccio- en lugares desconocidos, agrediendo a nues-
nes supuestamente antiimperialistas radicales tro derecho de defensa legal? ¿Quién, en fin,
y hasta socialistas del frente capitalista. decreta cataratas de alza de precios, desvalori-
Esa pendiente reformista, llega inclusive za la moneda, subsidia a los empresarios, para
hasta a presentar las comunidades laborales garantizar las ganancias de los capitalistas, y
y la propiedad “social”, como auténticas con- recorta nuestro salario?
quistas revolucionarias de los trabajadores, Por donde quiera que los trabajadores mi-
abandonando toda crítica de esas instituciones ren todas estas preguntas tienen una sola res-
desde el punto de vista del proletariado, y mis- puesta obligada: el régimen militar actual es
tificando las posibilidades tácticas de utiliza- el responsable directo de estas agresiones a
ción clasista de esas reformas capitalistas. los trabajadores, porque administra el Estado,
Las propias legítimas luchas por la defensa en representación de los intereses de los capi-
y la consolidación de las conquistas democrá- talistas privados y estatales, internacionales e
ticas de los trabajadores, por la amnistía polí- internos.
tico-laboral, son dirigidas contra la “derecha” ¿Qué quiere decir eso? Que sin perjuicio de
y el “imperialismo”, en abstracto, resultando que dentro del régimen militar haya gentes más
así que el enemigo contra el cual esas luchas reaccionarias y represivas que otras, y que unos
se dirigen, en realidad, no tiene cara ni nom- quieran avanzar más hacia el capitalismo de
bre concretos. Estado mientras otros quieran limitarlo y darle
Los trabajadores, sin embargo, tienen que más protección al capital privado, el conjunto
preguntarse: ¿quién está amenazando y re- de la política del régimen expresa los intereses
cortando nuestras libertades democráticas? del conjunto del capital.
¿Quién ampara, legaliza y garantiza con la No se trata de desconocer que dentro del
represión, la diaria y ahora masiva expulsión frente capitalista en su conjunto, y dentro del
de dirigentes y trabajadores de base de sus régimen militar en particular, se diferencian
centros de trabajo? ¿Quién ilegaliza nuestras fracciones y disputan por la hegemonía dentro
huelgas? ¿Quién secuestra arbitraria y prepo- del frente y dentro del Estado.
Frente Popular Antiimperialista o Frente de Trabajadores 539

No se trata, tampoco, de que esas diferen- del frente de los trabajadores. Para ello, otra
cias y disputas fraccionales entre los capita- vez, la diferenciación política organizada de los
listas y entre sus representantes tecnocráticos trabajadores, bajo la dirección del proletariado
en el Estado, sean indiferentes para las necesi- revolucionario –o sea, orientándose estratégi-
dades políticas del proletariado y de todos los camente hacia la revolución socialista– es el
trabajadores. Al contrario, para estos siempre requisito indispensable.
será indispensable agudizar esas luchas frac-
cionales, arrebatarle sus aliados, e inclusive
ganar aliados en los propios grupos tecnocrá- Las vacilaciones de las capas
ticos, para debilitar el frente capitalista y ro- medias: su significado y las tareas
bustecer el propio. del proletariado frente a ellas
De lo que se trata es de combatir toda mis-
tificación del significado político concreto de ¿Cuáles son pues las bases sociales y políticas
esas pugnas fraccionales en el campo enemi- de esas ilusiones mistificadoras sobre el régi-
go, como condición para el desarrollo de una men militar, que ahora cobran auge entre los
orientación estratégica, y de procedimientos grupos reformistas de las capas medias?
tácticos correctos, para utilizar esas contra- En general, son condiciones inherentes a las
dicciones secundarias en el frente burgués al capas medias la incoherencia ideológica y las
servicio de la revolución de los trabajadores. vacilaciones políticas concretas, tanto por la
En ese sentido, sólo despojándose de todo situación intermediaria de ellas entre las clases
espejismo mistificador acerca de pretendidas sociales básicas, como por la heterogeneidad
fracciones antiimperialistas radicales o socia- de la situación social concreta de sus grupos
listas en el frente capitalista, para los trabaja- dentro de su situación genérica, heterogenei-
dores será posible defenderse del peligro de dad que se hace más compleja conforme avan-
convertirse en instrumentos de los intereses za la generalización y diversificación del capi-
fraccionales de los grupos modernistas del talismo en la estructura de la sociedad.
frente capitalista. Y, al contrario, lograr que No obstante, el contenido y la profundidad
esas luchas fraccionales burguesas sean un ins- de esas características de los grupos sociales
trumento para fortalecer la posición de fuerza intermedios, no son concretamente las mismas
540 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

en cada momento. Dependen, por un lado, del En esas condiciones, ya no es solamente el


grado de profundidad que va alcanzando en problema de los márgenes de participación en
cada momento el deslinde entre los intereses el poder del capital (como en los tiempos de
de la burguesía y los del proletariado. Y, de otro la lucha antioligárquica), que se plantea para
lado, de la fuerza política relativa que los fren- las capas medias. Hoy va entrando en crisis la
tes políticos de cada una de estas clases tiene base misma de la existencia social de esos gru-
en cada coyuntura. pos, su lugar y su papel en la intermediación
Así, conviene recordar que en períodos an- social, cultural y política entre la burguesía y
teriores de la historia política del Perú, gran el proletariado.
parte de las capas medias se enfrentaron y Por eso, conforme estos movimientos de la
murieron combatiendo contra las formas estructura profunda de las relaciones entre las
dictatoriales de la dominación oligárquica, clases vayan expresándose en las coyunturas
junto a los trabajadores. Así, también, en las concretas, las vacilaciones de las capas medias
primeras etapas del actual proceso, mientras entre la burguesía y el proletariado tenderán a
los problemas centrales se referían a la erradi- hacerse más profundas y ostensibles.
cación de las bases principales de la domina- Hoy, por eso, la ideología política de estas
ción oligárquica en crisis, y de las formas de capas medias es cada vez más incongruente.
dominación imperialista de tipo semicolonial Unos grupos se orientan hacía un anticomu-
ya en desintegración, gran parte de las capas nismo de desemboque fascista, si las luchas de
medias se fueron radicalizando y participaron clase se acentúan. Otros, se radicalizan. Y estos
enérgicamente en la crítica contra la oligar- últimos, sin embargo, tratando de no perder su
quía y el imperialismo. lugar en el juego político del capital y, debido a
El problema es que, ahora, las contradiccio- eso, llegando hasta a separar estructuralmen-
nes profundas del capitalismo dependiente en te lo político de lo económico en su reflexión
el Perú están madurando las bases del deslinde política, sin ver –e inclusive dejando de ver, en
abierto entre los intereses del capital y del tra- ciertos casos– la dependencia estructural de lo
bajo, de la burguesía y del proletariado como político respecto de lo económico.
clases. La cuestión del poder en la sociedad co- Actualmente se puede observar, que entre
mienza difusamente a ser planteado. los grupos radicalizados de las capas medias,
Frente Popular Antiimperialista o Frente de Trabajadores 541

estas vacilaciones ideológicas y políticas tencia de un frente político de esta clase, y que
concretas se han acentuado, particularmente da lugar a que la ofensiva capitalista avance y
después del derrocamiento de Velasco. Y eso se produzcan algunas derrotas parciales del
puede apreciarse en la producción ideológica proletariado.
de algunos centros académicos y políticos, En este sentido, la experiencia de las repre-
donde predominan grupos de capas medias siones de la última fase del gobierno Velasco,
intelectuales y profesionales bien asentadas así como la ofensiva actual del régimen, cons-
en la cultura burguesa, pero una parte de las tituyen elementos muy importantes en la base
cuales se ha ido radicalizando hacia el socia- de las racionalizaciones ideológicas en que se
lismo durante el actual proceso, porque sus expresan, en este momento, las vacilaciones
asientos sociales y culturales están entrando de esos grupos estimulando sus ilusiones en
en crisis. los sectores menos reaccionarios y represivos
¿De dónde procede esta acentuación de las del régimen militar.
vacilaciones de los grupos radicalizados de Para el proletariado y para todos los inte-
esas capas medias, su marcada reticencia a grantes de su movimiento socialista revolu-
identificar la cara y el nombre concretos del cionario es decisivo conquistar militantes y
enemigo de los trabajadores en el instante en aliados firmes dentro de esas capas medias y
que arrecia la ofensiva política del capital? ayudarlas a definir sus vacilaciones.
¿Y por qué estas vacilaciones en el momento Y por lo mismo que un factor central de esas
en que esa radicalización llega muchas veces vacilaciones es la inexistencia de una fuerza
hasta la adopción general de una orientación política diferenciada del proletariado revolu-
socialista? cionario, la condición para conquistar el apoyo
El factor principal de este problema es un firme de esos grupos y ganar militantes revolu-
factor político concreto: la actual y muy mar- cionarios en su seno es, precisamente, la lucha
cada desigualdad de las fuerzas políticas de la por construir esa fuerza política diferenciada y
burguesía y del proletariado, que se expresa autónoma del proletariado revolucionario. El
ante todo en la inexistencia de una organiza- frente de trabajadores socialistas revoluciona-
ción revolucionaria con raigambre entre las ba- rios es, por todo ello, una imperiosa necesidad
ses mayoritarias del proletariado y en la inexis- y una tarea urgente.
542 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Al mismo tiempo, no obstante, es imprescin- ciones inmediatas de los trabajadores, pero


dible igualmente la desmitificación constante también las necesidades de profundización
y severa, de los señuelos ideológicos que esos de la autonomización y diferenciación polí-
grupos se fabrican para justificar sus vacilacio- ticas del proletariado frente a la burguesía
nes y para arrastrar a los propios trabajadores y a las capas medias reformistas, y de cons-
explotados, todavía en camino de maduración trucción de un amplio frente de trabajadores
de su conciencia política de clase, a la conci- explotados (semiproletariado rural y urbano,
liación con las fracciones representativas del campesinado pobre, capas medias asalaria-
capital que buscan, precisamente, esa concilia- das de bajos ingresos, capas de bajos ingre-
ción como medio de integración corporativa de sos de la pequeña burguesía urbana) bajo la
los trabajadores a la base del Estado. dirección del proletariado revolucionario.
2. Para impulsar esa tarea es necesaria la lucha
por la hegemonía en la dirección de las frac-
Las tareas inmediatas ciones más avanzadas y más organizadas del
proletariado, en primer lugar, así como en
A fin de impulsar la resistencia organizada las fracciones equivalentes en las otras ca-
de los trabajadores contra la actual ofensiva pas de trabajadores explotados. Esta lucha
capitalista que dirige el régimen militar, en la implica concretamente la disputa por esa he-
perspectiva de la afirmación del socialismo re- gemonía frente a las direcciones socialistas
volucionario como orientación estratégica de reformistas de la clase.
la clase y como bandera de construcción de un 3. La base de esa lucha, dada la actual disper-
frente político de los trabajadores explotados sión organizativa de las corrientes y fraccio-
bajo la dirección del proletariado revoluciona- nes socialistas revolucionarias, es el esfuer-
rio, tres tareas aparecen como las principales zo de su aglutinación en un frente de traba-
en el punto de partida: jadores socialistas revolucionarios, como
base para el desarrollo de un movimiento
1. La lucha por construir una plataforma común socialista revolucionario capaz de luchar
de lucha para la coyuntura. Dicha plataforma por su hegemonía en le dirección del prole-
tiene que recoger las más sentidas reivindica- tariado, y de su frente político.
Frente Popular Antiimperialista o Frente de Trabajadores 543

Este Frente de Trabajadores no puede ser ni Y en el terreno específicamente sindical,


una quinta central, ni nada parecido. Toda pre- como una tendencia organizada capaz de
tensión de ir hacia algo como eso en las actua- luchar por su programa en las actuales orga-
les circunstancias, no sólo sería un grave error nizaciones sindicales clasistas y, sobre todo,
político, sino una criminalidad política contra dentro de la más importante de ellas, la
el proletariado. CGTP, impulsando a las bases, organizándo-
El Frente de Trabajadores sólo puede sur- las en núcleos del Frente de Trabajadores, y
gir y desarrollarse como un polo de orienta- en la medida en que aquellos se desarrollen,
ción socialista revolucionaria de las luchas luchar por la dirección de sus organizacio-
sindicales y políticas de los trabajadores. nes sindicales.
Los usos de la
democracia burguesa*

S e atribuye a Melcíades Peña, el brillante


científico social argentino malogrado en
plena juventud, haber señalado en una ocasión
Esos rasgos del proceso histórico de los paí-
ses latinoamericanos aparecen particularmen-
te pronunciados en el destino que hasta ahora
que los nuestros son países del como si… en ha tenido la experiencia de los regímenes de-
todo lo que se refiere al desarrollo de las bases mocrático burgueses. Pues no obstante la de-
materiales, sociales, culturales y políticas capi- mostrable objetividad de los límites históricos,
talistas de estirpe “occidental”. que aquellos han demostrado ser impotentes
Las distancias y desencuentros entre los para rebasar en su desarrollo, en toda Améri-
hechos objetivos y las representaciones ideo- ca Latina, una parte todavía importante de las
lógicas, a los que aludía el agudo argentino, clases dominadas y las capas medias próximas
en nuestros países no resultan solamente de a ellas y sus tendencias y organizaciones políti-
la historia local sino que revelan o desocultan cas mantienen todas sus expectativas sobre la
lo que produce la dominación imperialista, materialización efectiva y plena de ese régimen
pues gran parte de los sustentos de esa ideo- político, precisamente en un periodo en que
logía proviene de la experiencia burguesa de tales expectativas van mostrando su carácter
Europa y de los Estados Unidos, en la que se en última instancia ilusorio frente al desapego
funda el provincianismo eurocentrista en la creciente de la propia burguesía en la viabili-
reflexión de algunos de los más influyentes dad real del mantenimiento de su dominio bajo
teóricos revolucionarios. un régimen democrático.
En América Latina, la democracia burguesa
* Este artículo fue publicado en Sociedad y política ha resultado ser hasta ahora realizable sólo
(Lima) N° 10, noviembre de 1980. a medias allí donde ha encontrado bases de
546 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

estabilidad prolongada como en México; de mente en países como los de América Latina
duración más corta cuanto más plenamente donde la burguesía, interna e internacional, se
se desarrollaba, como en Uruguay y Chile; de descubre en cada momento cada vez más ur-
limitado alcance y de indecisa estabilización gida de tirar por la borda las reglas del juego
en otros como Venezuela y Colombia, a pesar democrático para poder sostener su domina-
de sus recursos materiales; siempre precaria ción. La democracia, bajo un manto burgués,
e inestable en algunos como Perú, o directa- va convirtiéndose en estos países y tanto más
mente una imposibilidad histórica como en subdesarrolladas sus bases capitalistas y más
Bolivia de hoy. profundo su sometimiento imperialista, en un
Y nada de eso es un accidente histórico, ni juego de imposibilidades cuyo desemboque no
se trata de algo que tiene vitalidad suficiente puede ser sino –como lo muestran, cada vez
como para ir asentándose con el tiempo. No más, numerosos ejemplos– o la derrota de las
lo primero, porque nada es más claramente es- masas acaudilladas por direcciones que sólo
tablecido en la historia contemporánea que el buscan la afirmación de la democracia burgue-
hecho de que solamente aquellas formaciones sa, o la imposición de la democracia con otro
sociales en donde se produjo una revolución contenido de clase, como democracia de los
industrial desde dentro, y revoluciones bur- trabajadores.
guesas profundas fundadas en aquella, han po- Porque es cada vez menos conveniente
dido desarrollar todo lo que podía esperarse para la burguesía, la democracia burguesa
históricamente de un régimen político ya limi- es cada vez menos viable para los trabajado-
tado por su naturaleza de clase, como marco res. Solamente asumiendo a fondo todas las
de un orden social de dominación. Y nada de implicaciones de esta innegable tendencia de
eso ha ocurrido y, obviamente, no podrá ocu- la historia política actual de América Latina,
rrir más en lugar alguno de América Latina. las masas y sus direcciones políticas pueden
No lo segundo porque es igualmente eviden- movilizarse victoriosamente en la lucha por
te que conforme avanza el tiempo –es decir, la democracia. Es verdad indudable la que ex-
el desarrollo de las luchas de clases en el or- presa la formulación circulante actualmente
den capitalista mundial y la crisis del propio en muchos países de que la lucha por la de-
modo de producción capitalista– es precisa- mocracia es hoy una consigna revolucionaria.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 547

Pero a condición de reconocer que no puede Capital y democracia en el


culminar victoriosamente como democra- Perú postvelasquista
cia burguesa, aunque las masas se movilicen
inicialmente pugnando por conquistarla. Las Aparentemente, las reformas realizadas en el
experiencias de Cuba antes y la de Nicaragua período velasquista han permitido instalar ba-
hoy, si ésta se consolida, son la más acabada ses suficientemente firmes para el advenimien-
demostración de ello, así como en su sentido to del régimen democrático burgués como
negativo la reciente derrota en Bolivia. marco estable de la vida política del país.
Para los trabajadores explotados y los revo- En efecto, erradicadas las bases materiales
lucionarios peruanos, lo que aquellas verifica- del poder de las fracciones oligárquicas de la
ciones plantean es el problema de los usos de burguesía y de sus aliados gamonales, y en gran
la democracia burguesa en relación a las ne- medida también sus productos sociales y polí-
cesidades de la lucha por la democracia, que, ticos; desplazado el eje de dominación política
como acabamos de ver, no puede afirmarse a la nueva burguesía urbano-industrial moder-
y vencer sino como democracia de los traba- nizada y reorganizada; ampliadas y tecnocrati-
jadores, si de lo que se trata es realmente de zadas en gran parte las capas medias, que han
conquistar una democracia real y no solamente podido desprenderse de su antigua condición
la sustitución de la dominación burguesa por y función de clientela asumiendo el papel de
una burocrática que, desde el punto de vista aliado indispensable en la administración del
de la democracia, es en muchos sentidos un capital y del Estado y en consecuencia aptas,
retroceso respecto de las conquistas de las ma- en principio, para abandonar el viejo y tradi-
sas en las democracias burguesas plenamente cional terreno de la oposición antioligárquica y
desarrolladas. El debate sobre este problema ejercer la intermediación ideológica y política
no puede estar ausente entre nosotros hoy día, entre el nuevo poder burgués y los dominados,
porque de la claridad que las masas adquieran base insustituible en todas partes para la esta-
sobre eso y de sus decisiones dependerá no bilidad de la democracia burguesa; las masas
solamente el destino estratégico de sus luchas, trabajadoras de la ciudad y del campo en pleno
sino lo que puedan conquistar dentro de la pro- curso de organización, pero aún bajo la clara
pia situación actual. hegemonía política de direcciones reformistas
548 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y prisioneras de ideologías que prolongan radi- del poder dentro del bloque imperialista, que
calizándolas formulaciones heredadas del pe- incluye la reorganización de la estructura in-
ríodo de luchas antioligárquico-nacionalistas, ternacional de producción de trabajo y de in-
y hasta capaces, como se acaba de ver en las tercambio y antes que nada la reposición de
últimas elecciones, de ilusionarse con la más las bases de tasas de ganancia tan altas como
burguesa de las candidaturas membretándola sea posible.
de “mal menor” a pesar de la probada experien- En el caso peruano, esas necesidades del ca-
cia con el enorme calibre de ese mal. Y encima, pital tienen manifestaciones ya plenamente vi-
inclusive un “carterismo” aún interesado en la- sibilizadas desde el régimen militar de Morales
var de la cara del más feroz Estado imperialista Bermúdez y especialmente desde el Ministerio
de todos los tiempos, la sangre de las masas del Silva Ruete y que se presentan bajo Belaúnde-
Cono Sur, tratando de restaurar el atractivo de Ulloa de modo aún más definido.
una democracia parametrada sobre las masas En las páginas de esta revista, ya hemos te-
en movimiento en los demás países, para evi- nido ocasión de señalar las más importantes de
tar que sus luchas por la democracia rebasen esas necesidades y tendencias de actuación del
el marco burgués, como en Cuba o Nicaragua. capital. En primer término, se trata de una más
Todo parecería concurrir a la afirmación de las profunda integración, del capital que opera en
bases de la democracia burguesa en este país. el país, en la estructura internacional de pro-
No obstante, todos esos nuevos elementos ducción y de mercado, bajo el control más ple-
se establecen precisamente en un escenario no de la burguesía monopólica internacional.
nacional e internacional cuyo comportamiento Dado el carácter no solamente subdesarro-
de conjunto está presidido por otros factores llado sino extremadamente desigual del capi-
que neutralizan y tendencialmente llevan a la tal en este país, esa integración mayor y más
anulación de las virtualidades democrático- profunda en el capitalismo internacional, no
burguesas que aquellos pudieran haber ma- podría ser de modo alguno realizada sobre el
terializado bajo otras condiciones históricas. conjunto de la economía peruana. Se requie-
Tales otros factores son las imperiosas nece- re, por el contrario y como se observa ya sin
sidades del capital dentro de la actual crisis y dificultad, concentrar al máximo la capaci-
de sus consecuencias sobre la redistribución dad productiva en unos pocos rubros en los
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 549

cuales la burguesía monopólica internacional caso peruano, y no puede por eso mismo nece-
está interesada, no solamente porque se trata sitar una masa muy grande de mano de obra, y
de aquellos en los cuales se produce valores la gruesa mayoría de esta condenada a una si-
de uso de importante demanda internacional, tuación permanente de sub y desempleo y para
sino porque sobre esa base tales rubros son los la cual, coyunturalmente y mientras el Estado
únicos en los cuales aquella burguesía puede pueda disponer de recursos, puede ser posible
obtener las más altas tasas de ganancia, ope- la creación de fuentes de empleo de corta dura-
rando en el Perú. ción y de bajos salarios.
Así puede hacerse, dependiendo en cada En segundo lugar, para que esa producción
momento de los cambios en los ciclos del mer- exportable pueda ser realmente colocada en el
cado internacional, con los minerales y ener- mercado internacional debe asegurarse su ca-
géticos, con la producción pesquera, de algo- pacidad competitiva. Lo cual, dada la base tec-
dón, azúcar, café y maderas, principalmente, y nológica instalada en el país, tiene que reposar
secundariamente con los pocos productos de ante todo en la reducción del costo de la mano
manufactura fabril establecidos en el país y ca- de obra implicada. Como es conocido, esa re-
paces aún, fluctuantemente, de acceder al mer- ducción se apoya, a su vez, en la extensión de
cado internacional. la mano de obra de reserva y marginada, en el
Hacerlo implica condenar a una situación de uso del trabajo a destajo y a domicilio, y en el
estancamiento permanente a todo el resto de la uso de recursos tecnológicos de gran produc-
estructura productiva nacional, y desprenderse tividad, pero que no requieren sino bajos, o a
del mercado interno de todos esos productos lo sumo medios, niveles de calificación de la
exportables y al mismo tiempo de todos aque- mano de obra, como en el caso de los llamados
llos cuya producción se estanca o aún va eli- microprocesos. Y, desde luego forzando a los
minándose. Y, de otro lado, implica igualmente trabajadores a producir por su propia cuenta
dividir acordemente el mercado de mano de una parte importante de los bienes y servicios
obra, entre una minoría requerida para soste- que sirven para reproducir su fuerza de trabajo,
ner la producción exportable y que por la natu- tal como ocurre hoy en las barriadas con la au-
raleza de competencia oligopólica del mercado toconstrucción de la vivienda, de los servicios
internacional no puede ser muy amplia para el urbanos, inclusive el recojo de basura.
550 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

En tercer lugar, el mercado interno “solven- crisis, de despojar, a los trabajadores por la vía
te” –como gustan decir los economistas bur- de los precios de los bienes y servicios, de los
gueses con toda propiedad– no atendido por recursos que les entrega como salario.
la producción interna, tiene que ser satisfecho Para que semejante orden capitalista pue-
por la importación de la producción interna- da operar, es indispensable que el control del
cional. Esa “demanda solvente” no puede ser capital sea ejercido de manera total y con-
sino en muy pequeña parte integrada por los centrada por la burguesía monopolista más
trabajadores, ya que ellos en su mayoría que- poderosa (internacional interna, asociados, lo
dan sub o desempleados y los ocupados con sa- que incluye al Estado), y eso implica no sola-
larios bajos en promedio. La parte mayor y más mente el sometimiento de los explotados, sino
solvente del mercado interno es naturalmente también, necesariamente, el debilitamiento y
la burguesía y las capas medias prosperas. El eventual destrucción de los sectores impor-
reducido volumen demográfico de tales consu- tantes de la mediana burguesía y no solamen-
midores es compensado por una creciente re- te de la pequeña.
concentración del ingreso en ese sector. Las consecuencias políticas del desarrollo
En cuarto lugar, una parte importante del de esas tendencias de comportamiento del
capital dinero no puede ser invertido en pro- capital en el Perú son visibles hoy día en sus
yectos productivos, desde que se afirma la tramos iniciales y previsibles las líneas de su
concentración productiva en la exportación desenvolvimiento. Las masas no pueden dejar
limitada en su amplitud por la del mercado de movilizarse en demanda de empleo y de
internacional al que puede tener acceso. En salarios, en lucha contra la inflación y contra
consecuencia, ese capital busca rentabilizarse el conjunto de la política económica burgue-
rápidamente en aquellos rubros de rápida ro- sa, en procura de servicios y de bienes y de
tación de capital, tendiendo a la ampliación de mejores condiciones de trabajo y de vida en
los mecanismos especulativos de acumulación general. Y de su lado, los grupos burgueses
que son, naturalmente, de carácter financiero y adversamente afectados por la concentración
comercial. Y de ese modo, puede crecer la espi- de capital y la reducción de sus recursos y del
ral inflacionaria, inclusive más allá de la necesi- mercado, al mismo tiempo que enfrentados
dad estructural del conjunto del capital, bajo la a la presión de sus propios trabajadores, no
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 551

pueden dejar de reivindicar frente al Estado tamientos políticos más amplios, cuyo destino,
contra ambos problemas. si los trabajadores no desarrollan su propia
De ese modo, al enfrentamiento entre la bur- fuerza, lleva como es ya sabido a la reiteración
guesía y su Estado, de un lado, y la gran ma- de regímenes fundados únicamente en la repre-
yoría de los explotados, del otro, se suman los sión, usualmente bajo comando militar.
conflictos al interior de la propia clase burgue- Nadie puede dudar hoy en el Perú, que todas
sa. Y las capas medias, en tal escenario, no pue- y cada una de estas tendencias están ya en ac-
den ejercer de modo normal su papel de inter- tuación, aunque todavía no en toda su fuerza.
mediación ideológica y política entre las clases La concentración de la producción para la ex-
y entre las fracciones de la clase dominante y portación, y la división de la economía nacio-
tenderán a diferenciarse en corrientes tironea- nal en dos niveles muy diferenciados que viene
das por esas contrapuestas presiones. desde Morales Bermúdez, no solamente conti-
El desarrollo de una política económica cen- núa sino que se profundiza. La concentración
trada en esas líneas, no puede cobijarse en las de capital implicada en eso y sus expresiones
reglas de juego de la democracia burguesa de en la política fiscal (Certex, rebajas de impues-
modo estable. Por el contrario, las necesidades tos). La rápida ampliación de la importación
del capital empujarán inevitablemente a las y las medidas fiscales pertinentes (rebaja de
fracciones burguesas en el poder a ir reducien- aranceles y eliminación de las restricciones y
do el ámbito de ejercicio real de la democracia, prohibiciones de importación de productos lo-
de los trabajadores en primer término, y aun- cales). El alza generalizada y periódica de pre-
que de modo distinto, es decir con mecanismos cios (el “desembalse” como pretexto). El alza
de la propia política económica, sobre las frac- de las tasas de interés bancario para compa-
ciones burguesas descontentas. Cuanto más se tibilizarlas con las tasas de inflación, que cre-
desarrollen o desplieguen esas tendencias del cen, y cuyos efectos no pueden sino impulsar
capital, tanto más apremiante la necesidad de la concentración de capital y la propensión es-
la burguesía en el poder de limitar el ejercicio peculativa, la aún mayor reducción de la pro-
de la democracia. La represión, bajo mecanis- ducción bajo mediano y pequeño capital con
mos legales pero cada vez más arbitrarios, irá sus consecuencias sobre el empleo estructural,
ampliando su sitio y abriendo el paso a enfren- mientras se incentiva el negocio y la especula-
552 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ción de tierras urbanas y de construcción (tan dente de la Cámara de Diputados contra los de
propios de la clientela belaundista) inclusive la oposición hasta las increíbles posturas de los
como medio de creación de empleo coyun- ministros, como el de Agricultura, por ejemplo,
tural. Una política monetaria destinada al au- que con ocasión de la liberación de la venta
mento de las ganancias de los exportadores y de carne, declaró suelto de huesos que como
a la reducción de la capacidad adquisitiva de las masas siempre han consumido solamente
las masas. El relanzamiento de las distancias las menudencias, los precios de éstas no han
salariales, para reconcentrar el ingreso en las sido muy elevados, para que la carne cara sea
capas medias tecno-burocráticas y en la bur- consumida como siempre por los que tienen
guesía. La reprivatización del capital estatal, dinero. O del ministro de Minas y Energía que
en la propiedad y en el control, para dar mayor en una entrevista televisada proclamó que no
cabida a los grandes monopolios mineros, pe- era correcto permitir que las grandes empresas
troleros, pesqueros e industriales. Todas estas mineras y petroleras ganen tan poco, y que es
medidas, demuestran fuera de toda duda que, indispensable y urgente reducir los impuestos
como se señaló en nuestro número anterior, no que ellas pagan…
solamente no hay y no podía esperarse de este Una política con tal contenido y tales ca-
“mal menor”, al que el grueso de la izquierda racterísticas se ubica a medio camino entre el
peruana contribuyó a instalar en el poder, otra liberalismo extremo que Friedman patrocina
cosa que la ampliación y la profundización de y Pinochet realiza, y el confuso y extraviado
las líneas maestras de la política económica ya neokeinesianismo, como sustenta Samuelson,
iniciada bajo Silva Ruete y compañía. invitado inmediatamente por Ulloa para ayu-
Dueño de una cómoda mayoría parlamen- dar a diseñar los planes del gobierno. Lo que
taria, y del apoyo y control de las Fuerzas Ar- diferencia a ambas direcciones es que en el
madas, el régimen Belaúnde-Ulloa dispone de caso de la política Belaúnde-Ulloa, se trata de
mayor capacidad que el régimen militar pre- hacer gradual selectivamente una política libe-
vio para ir desarrollando esa política. Ello, sin ral, ya que por razones coyunturales (eleccio-
duda, explica una particular y desusada fran- nes recientes, y reciente salida de un régimen
queza en las declaraciones de sus portavoces autoritario) no sería posible ni recomendable
y ministros, desde las destemplanzas del presi- hacerlo de golpe y porrazo. Pero es también
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 553

previsible que en la medida en que esta política cía de Investigaciones del Perú y reclamando a
se vaya desenvolviendo, los propios factores éstos entregarse a esa represión con toda ener-
que ayude a poner en escena, presionarán por gía. ¿Cómo podría ser sorprendente que el mi-
una mayor depuración y manifestación de la nistro de Trabajo anuncie la pronta dación de
lógica del liberalismo en la política económi- una legislación para impedir las huelgas, por-
ca del régimen y del Estado. Y la democracia que son políticas, a pesar de que la democracia
burguesa, ni siquiera limitada, no puede ser el supone, precisamente, el ejercicio de los dere-
marco más conveniente para el desarrollo de chos políticos en todas sus formas amparadas
semejante política, porque ésta sólo puede ser por la Ley Fundamental?
llevada a cabo, consistentemente, por la impo- En realidad, lo único que debe llamar a sor-
sición y la fuerza. presa, si alguna en verdad cabe, es el persisten-
Sobre un punto de partida tan precario para te reclamo de cierta izquierda a Belaúnde para
las masas ya castigadas por siete años conse- que “cumpla sus promesas” (!). Dadas las cir-
cutivos de desempleo, de bajos salarios y de cunstancias y la representación de clase del Sr.
inflación, impuestos por la dictadura, es real- Belaúnde, ello equivale a pretender que el jefe
mente un escarnio que el belaundismo reclame de un ejército enemigo se comporte como jefe
a los trabajadores nada menos que una “tregua de nuestro propio ejército. ¿O es que el Sr. Be-
laboral”, cuando en verdad lo que ellos necesi- laúnde subió al gobierno como representante
tan y con urgencia de grito es una “tregua en de los trabajadores? ¿Los intereses de quiénes
la explotación”. Como es obvio, ésta carece de y, en consecuencia, las promesas a quién debe
todo sentido, y aquella sólo puede ser impuesta cumplir?
por la fuerza.
No puede ser pues, en modo alguno inespe-
rado o sorprendente el hecho de que apenas a Los usos burgueses de la
un mes de su elección, el presidente Belaúnde democracia burguesa
haya tenido que amenazar con la represión a
los trabajadores que presionan por reivindica- Si se admite que tales son las necesidades ac-
ciones de empleo y de salario, en un discurso tuales del capital en el Perú y sus implicaciones
pronunciado frente a los miembros de la Poli- sobre la política del Estado, en el sentido de
554 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

una creciente incompatibilidad entre esas nece- No debe descartarse, en consecuencia, la


sidades y el pleno ejercicio de la legalidad de- posibilidad hipotética de que las principales
mocrático-burguesa, cabe preguntarse por qué fracciones de la burguesía en el Perú, concu-
la burguesía ha concurrido al establecimiento rrieran al reciente proceso de reinstalación
de este régimen y pugnado y ganado en la bata- de una legalidad democrática, con el conven-
lla por el total control del Estado en este marco. cimiento de que dados los nuevos elementos
Ante todo, puede ser todavía útil para una producidos por las reformas hechas, esta vez
parte de los lectores recordar lo sabido: que no un régimen democrático podía afirmarse cabal-
existe ninguna relación automática y simple mente y perdurar, bajo su comando.
entre las tendencias que mueven la estructura Una reflexión más detenida sobre el conjun-
profunda de la sociedad y el modo en que los to de las circunstancias que han intervenido en
protagonistas sociales, en este caso las clases y y rodeado al desplazamiento de la dictadura
sus respectivas fracciones, las perciben y se las militar y sobre el escenario más amplio de las
representan. Y eso no es solamente válido para luchas de clases en América Latina, puede lle-
el comportamiento de las clases dominadas, vamos a descubrir otros elementos quizás más
normalmente sometidas al dominio ideológico decisivos para explicar la conducta actual de
de los dominadores, sino también para ellos la burguesía en relación a las opciones entre
mismos. En términos más concretos, no siem- democracia y dictadura burguesas.
pre ni todas y cada una de las fracciones de la En primer término, es necesario tener en
burguesía están en situación de tener una con- cuenta el hecho de que la dictadura militar y la
ciencia clara de las demandas de las necesida- burguesía convergieron en la decisión de abrir
des objetivas del capital, en tanto que relación las puertas electorales, primero para la Asam-
social, sobre el comportamiento político de la blea Constituyente y después para el cambio
clase y de su Estado en cada momento. Es a de gobierno, en el momento en que la movili-
través de las exigencias concretas de las luchas zación de las masas trabajadoras cobraba una
de clases, que la conciencia y el comportamien- amplitud y fuerza tales que su desarrollo bajo
to externo se van modelando en la dirección la continuidad de la dictadura entrañaba la
hacia la cual presionan los intereses objetivos amenaza de convenir la crisis económica en
concretos y específicos de cada coyuntura. una crisis social y política generalizada.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 555

Era necesario en ese momento, desde el pun- encontrar que la burguesía y sus Fuerzas Ar-
to de vista de la burguesía y de su dictadura mi- madas también, en ciertos países han optado
litar, maniobrar sobre las masas desatando la por una política de contención de las luchas
expectativa electoral de modo que la urgencia de los trabajadores por la democracia ya no
democrática de las masas pudiera ser encua- simplemente con la represión, sino tratando
drada en el marco burgués antes de arriesgar de institucionalizar los movimientos de rebe-
su sobrepasamiento por una lucha más profun- lión de las clases dominadas por medio de la
da por otra democracia, la de los trabajadores. legalidad burguesa, tan limitada o tan amplia
Las elecciones y el régimen democráti- dependiendo de la fuerza de esos movimientos.
co burgués resultante son, en ese sentido, al Han llegado inclusive, como en el caso de Nica-
mismo tiempo una conquista y una derrota ragua y la particular intervención de los países
de las masas. Lo primero, porque fueron ellas andinos, a contribuir a la derrota de una bestial
las que impusieron la necesidad del recambio dictadura al costo de un evidente riesgo de que
democrático. Lo segundo, porque en su actual la burguesía sea erradicada del mapa político
nivel de desarrollo político de clase bajo sus de ese país, a condición de que se preserven
actuales direcciones, demostraron no estar en ciertas fuerzas burguesas que pudieran posibi-
condiciones ni de rebasar el marco impues- litar eventualmente la contención del proceso
to por la burguesía y la dictadura, ni, por lo nicaragüense en el marco burgués.
menos, ampliar su fuerza relativa en el marco Esto es decir que una parte muy importan-
institucional resultante. Por el contrario, no te de la burguesía en América Latina, y con
solamente las masas dispersas, sino inclusive cierto respaldo del “carterismo”, percibe con
sus organizaciones y direcciones políticas en bastante claridad que la contención de la lucha
su amplia mayoría, contribuyeron al logro de democrática de las masas no puede hacerse
una amplia hegemonía de una de las fraccio- sino en último extremo por la represión total,
nes burguesas contendientes. dadas sus consecuencias internacionales. Y
Si se considera desde esta perspectiva lo que es conveniente, para la preservación de la
que ha venido ocurriendo en los países del dominación burguesa, tanto tiempo como sea
norte sudamericano y del Caribe, en contras- posible, necesario inclusive graduar la política
te con los del llamado Cono Sur, no es difícil de crisis del capital garantizando que opere de
556 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

todos modos aunque menos plenamente, como la realidad en juego, las masas han demostra-
costo inevitable del mantenimiento histórico do una y otra vez su lealtad primordial a sus
de la dominación. propios impulsos y necesidades, y donde por
Esta demostrable tendencia en la política lo tanto ni el grueso de la burguesía miserable-
burguesa, dice bien sobre el nuevo carácter mente débil, ni las Fuerzas Armadas, pueden
de la clase y de las nuevas bases en que eso bajar la guardia ni un momento.
se asienta, pasado el período de la omnímoda En el Perú, a diferencia de Bolivia, cierta-
hegemonía de las fracciones oligárquicas y del mente existe una burguesía aún más capaz que
tipo de las necesidades imperialistas en que antes, por su modernización, de disputar el
ellas se apoyaban. Pero, al mismo tiempo, dan dominio ideológico, psicológico-social, y polí-
cuenta que las luchas de clases se han ido de- tico de las masas. La reciente elección prueba
sarrollando hasta un punto en que la relación que, como Marx apuntara en una ocasión, las
entre la burguesía y la democracia, cuando masas o la mayor parte de ellas todavía con-
ésta puede aún estar bajo su control es cada ceden a los burgueses su “derecho natural” a
vez más contradictoria y tiende a depurarse de gobernar. Capas medias más amplias, diversifi-
esas contradicciones en una dirección no de- cadas, con acceso a un estilo de vida burgués,
mocrática, dadas las necesidades del capital y con acceso a una cuota parte del poder del
y las luchas políticas que ellas implican. Por capital como funcionarios suyos en el Estado y
consecuencia, solamente si el éxito corona el en las empresas privadas. Y un movimiento re-
esfuerzo de una nueva legitimación de la domi- volucionario que en buena medida apenas ha
nación burguesa en la conciencia de las masas, comenzado a mostrar débiles signos de madu-
la burguesía de estos países puede respetar sus ración. Y donde es, por consecuencia, posible
propias normas democráticas. aún si solamente por una etapa no muy prolon-
No es así accidental que en Bolivia –para no gada, la institucionalización de los movimien-
hablar de Chile, Argentina, Uruguay en la ac- tos de los dominados en la legalidad burguesa.
tualidad–, la democracia burguesa no puede La burguesía en el Perú, sin duda, es conscien-
ser tolerada ni siquiera superficialmente, en te de tal uso de la democracia.
un país en que cualesquiera que sea la falsa Junto a esos factores, comunes al Perú y otros
conciencia de las direcciones políticas sobre países, otros más específicamente referidos a
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 557

las circunstancias locales concurren también a más abiertamente destinada a las necesidades
perfilar los usos burgueses de la democracia. del capital ya antes señaladas.
Se puede decir que con el recambio de la dic- Si bien bajo Morales Bermúdez-Silva Ruete,
tadura militar, la burguesía en el Perú ha logra- ya habían sido establecidas las bases de esa po-
do matar dos pájaros con un solo tiro. El prime- lítica del capital monopólico, para la burguesía
ro es que, tratándose de una dictadura militar en el Perú se presentaba con el violento enfren-
que las masas habían llegado a odiar totalmen- tamiento de las masas a la dictadura la mejor
te, la burguesía no podía usar ningún otro ro- ocasión para presentarse como la alternativa
paje que la democracia civil y constitucional democrática deseada y, simultáneamente, para
para ganar a las masas contra las tendencias obtener el control total del Estado para el de-
revolucionarias. La democracia era pues, aquí, sarrollo de una política económica ceñida a las
una imposición de las circunstancias. necesidades del capital monopólico. En este
El segundo es, sin duda, más importante. La esfuerzo, la tracción que en la práctica resultó
dictadura militar era ciertamente odiada por ser la mejor representante de esas necesidades
los trabajadores. Pero para las necesidades po- pudo contar, inclusive, con la falsa conciencia
lítico-económicas de la burguesía, el régimen de la mayoría de las direcciones políticas de las
militar era no solamente una dictadura. Era masas, para lograr una hegemonía tan amplia
también un régimen todavía asentado sobre que le permite ahora emplearse más a fondo en
un conjunto de elementos producidos por las la prosecución de su política.
reformas de su primera fase, que para el des- En definitiva, para la burguesía en el Perú, la
pliegue de la reorganización de las bases de la democracia burguesa tiene dos usos percepti-
dominación del capital monopólico internacio- bles. Primero, la contención de los movimien-
nal, tienen que ser o desmantelados o redefini- tos de las clases dominadas por la democracia,
dos según esas necesidades. Para ello, es con- en los límites del marco burgués, sin el recurso
veniente la eliminación de hasta los vestigios a la represión generalizada cuando eso es defi-
de influencia del nacionalismo corporatista en nidamente posible. Segundo, la profundización
el aparato administrativo del Estado, a fin de y ampliación de la política pro-monopolista co-
abrir las puertas de la privatización del capital menzada bajo Morales Bermúdez-Silva Ruete,
estatal establecido, y a una política financiera adueñándose del control total del aparato del
558 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Estado por el expediente de presentarse a las riales importantes, posibilitando la amortigua-


masas como la única alternativa real de demo- ción de sus impulsos de desarrollo político. Por
cracia frente a una dictadura que ellas odiaban el contrario, dentro de la crisis y sobre un piso
totalmente y cuyos enfrentamientos entraba- económico subdesarrollado y desigual, eso no
ban el pleno despliegue de esa política. es en modo alguno viable. El gobierno sólo
El problema que surge, con nitidez, en este puede apelar al reclamo de “tregua laboral”
contexto es que el primero de tales usos entra antes de pasar al uso de la fuerza. Esto puede
inevitablemente en conflicto con el segundo y permitir imponer la política económica que el
tanto más rápida e intensamente cuanto más capital monopólico requiere; pero drena inevi-
plena es la presencia del segundo, porque las tablemente las bases del uso de la democracia
necesidades inmediatas del capital son impe- burguesa para institucionalizar la lucha demo-
riosas. Más aún, la amplia hegemonía lograda crática de las masas.
por el gobierno belaundista que encarna estas Las opciones entre ambas necesidades, cuya
contrapuestas exigencias, en la medida en que contraposición irá agudizándose mientras du-
permite ir más a prisa y más fondo en la puesta ren las necesidades de reorganización de los
en marcha de la política económica requerida, patrones de acumulación en el país, irán no
aun dentro de la decisión de graduarla, ya va solamente empujando al régimen belaundista a
sacando a flote rápidamente el conflicto entre definirse entre ambas por las exigencias del ca-
ambas necesidades de la burguesía. pital, como ya comenzó a hacerlo, sino también
El primero de tales usos no podría ser eficaz a sus bases sociales y políticas a diferenciarse
sino en la medida en que el marco de la demo- entre estas alternativas, como está igualmente
cracia burguesa sea suficientemente amplio y comenzando a ocurrir.
flexible como para cobijar, no solo formal sino
efectivamente, algunas de las demandas bási-
cas de las masas. Pero para ello sería indispen- Los trabajadores y la
sable que las bases materiales del capitalismo democracia burguesa
peruano hubieran logrado un desarrollo mayor,
de modo que fuera posible recibir las deman- Un mecanismo manido que la burguesía
das de los trabajadores con concesiones mate- pone en acción en todas partes, especialmen-
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 559

te en el Perú, para sortear esa clase de dificul- sus propios actores y que no deben interferirse
tades, es arrastrar a las masas y a sus direccio- ni articularse entre sí.
nes políticas a ser ideológica y prácticamente Así, en particular se deslindan los campos de
encajonadas en las instituciones políticas de actuación de los organismos sociales e indivi-
la burguesía, persuadiéndolas y/o imponién- duos, por su pretendida pertenencia a uno de
doles la idea de que la democracia existe esos escenarios. Lo cual es en los hechos un
única y exclusivamente bajo la forma de esas deslinde entre los límites del ejercicio de los
instituciones: parlamento; tribunales de justi- derechos políticos de las clases sociales mis-
cia; administración central del gobierno y sus mas. Por ejemplo, los partidos pertenecen a la
dependencias. esfera de lo político. Los sindicatos no, porque
Para ello la burguesía martilla sobre las ma- corresponden a la esfera de lo económico.
sas la idea de que solamente lo que pasa a tra- Cuando el ministro de Trabajo acusa a los
vés de esas instituciones y bajo sus reglas, im- obreros y a sus sindicatos de hacer huelgas
puestas por ella, es la exclusiva arena de la vida políticas y les recrimina estar usando los sin-
política de la sociedad. Y que en consecuencia, dicatos para fines que no son los suyos, ya que
todas las demás áreas de la vida de la sociedad la política no puede y no debe intervenir en la
están y deben estar fuera de la política y sobre vida sindical, lo que ese ministro hace es poner
todo la esfera de las relaciones de trabajo de de manifiesto exactamente esa necesidad bur-
las empresas privadas o públicas y las accio- guesa de lograr que los obreros se representen
nes y decisiones que se refieren a la actividad ideológicamente a la sociedad como dividida
económica en general, para cuyas áreas la bur- en compartimientos bien diferenciados, a uno
guesía pretende la intervención de criterios y de los cuales, el de lo político, les está vedado
de normas puramente técnicas, despojadas de el acceso a través de los sindicatos y al que sólo
contenido político. pueden acceder a través de los partidos. Pero,
De ese modo, en la vida de la sociedad que- al mismo tiempo, a condición de que esos parti-
dan definidos dos escenarios diferenciados: el dos pueden actuar solamente dentro de las ins-
de las instituciones políticas y el de las demás tituciones políticas del Estado burgués, y bajo
esferas de la actividad social. Cada uno con sus sus reglas. Es decir, en la práctica bloquea la
propias reglas de juego, sus propios criterios, actuación política de la clase obrera en los or-
560 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ganismos en los cuales vive diariamente y cas- instituciones y reglas que crean las acciones
tra aquella que puede hacer en los organismos directas de las masas. Todo el esfuerzo de la
en los cuales, por la naturaleza de su actividad burguesía y de su Estado se dirige a impedir
diaria, los obreros y los demás trabajadores tie- la existencia y el desarrollo de este segundo
nen menos posibilidad y proclividad de actuar. escenario, por la prédica ideológica y por la
Como de hecho, sin embargo, a través de fuerza si aquella no basta.
las instituciones políticas del Estado burgués, Y es en esta cuestión, en esta encrucijada, en
la inmensa mayoría de la clase obrera, del dis- donde se deciden todo el tiempo los destinos y
perso semiproletariado, del campesinado, no las posibilidades de la lucha por la democracia.
pueden hacer valer sus necesidades, precisa- En la medida en que las masas y sus direccio-
mente porque tales instituciones están total- nes políticas, se sometan a la imposición ideo-
mente controladas por la burguesía directa o lógica o violenta de la burguesía para concen-
indirectamente, se ven obligados a actuar para trar su acción política sólo en lo que la clase
esos fines por fuera de esas instituciones, a dominante define como político y democrático,
través de sus propios organismos de masas, concurren a fortalecer las bases del dominio
como los sindicatos, los comités de fábrica o político y de la explotación de la burguesía.
de localidad, y de tipos de acción que tienden a Este problema cobra hoy una importancia
salirse de las normas legales impuestas por la decisiva para las masas trabajadoras perua-
burguesía y su Estado. Cuando el Estado y la nas, exactamente porque como hemos mos-
burguesía acusan a las masas de estar haciendo trado hasta ahora, para la burguesía en nues-
política de esa manera, no se equivocan. Lo que tro país la democracia tiene ahora solamente
tratan de hacer es que esas acciones se canali- el interés de contener en los límites burgueses
cen únicamente a través de las instituciones de la lucha por la democracia, y no se trata de
la propia burguesía y bajo sus leyes, porque en modo alguno de un interés de democratizar
ellas los trabajadores no pueden desplegar su realmente la vida entera de la sociedad contra
fuerza ni conquistar sus demandas. la dominación oligárquica o feudal, como al-
En la práctica se establecen, pues, dos es- gunos pueden todavía creer. Y de otro lado, en
cenarios políticos. Uno el de la instituciona- aprovechar el hecho de que el régimen despla-
lidad y la legalidad burguesa. Otro, el de las zado era una dictadura odiada por las masas,
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 561

para legitimar bajo cobertura de democracia las actuales organizaciones y direcciones polí-
los intereses más urgentes del capital mo- ticas de la izquierda peruana.
nopólico imperialista, que son cada vez más No se sigue de allí, como pudiera pensar-
opresivos para los trabajadores peruanos. Es se simplistamente, que las masas no deben
decir, en otros términos, los límites burgueses actuar en el escenario institucional de la bur-
de la democracia en el Perú de hoy implican, guesía en momento alguno, ni que sea siempre
ni más ni menos, el sometimiento de las masas conveniente actuar de cualquier manera en el
a las necesidades del capital imperialista y del escenario de la lucha directa, rebasando todo
capital interno asociados, desempleo masivo, lo que limita la legalidad burguesa. No se trata
salarios deprimidos, inflación y sus conse- de no participar en el parlamento o usar los
cuencias sociales. tribunales burgueses de justicia, o de no par-
Encerrar la actuación política de las masas ticipar en las elecciones para actuar en esas
en el cuadro de las instituciones políticas del instituciones.
Estado burgués, equivale claramente al apoyo Lo que en este terreno ocurre, y la expe-
de esas necesidades explotativas del capital. riencia peruana e internacional es demostra-
Desde este punto de vista, todos aquellos tiva, es que ciertas formas de acción directa
que entre las masas y sus direcciones políticas de las masas corresponden siempre al modo y
actuales concurren en algún sentido al encua- al nivel en que sus direcciones políticas y sin-
dramiento de ellas exclusiva o principalmente dicales resisten o se someten a la imposición
en las instituciones burguesas (parlamento, burguesa de considerar como área de acción
elecciones para esas instituciones), cumplen política legitima a sus propias instituciones, y
ese papel de apoyo a la política de la burgue- a los actores individuales u orgánicos permiti-
sía. El parlamentarismo y el electoralismo son dos en ellas.
expresiones de ello, así como la tendencia a Por ejemplo, actualmente en el Perú se re-
movilizar a las masas en apoyo de los partidos gistra una numerosa serie de huelgas. Pero
(que actúan precisamente en esas institucio- notablemente, ellas no solamente se llevan
nes), y no a los partidos en apoyo de las luchas a cabo de manera dispersa, sin coordinación
directas y organizaciones de las masas, todavía ni centralización, sino también y particular-
tan extensamente practicada por la mayoría de mente con una orientación exclusivamente
562 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

gremial, aunque la rudeza en el reclamo y en en la definición del comportamiento de este en


las luchas y el lenguaje radical las presenten cada una de las esferas que interesan al conjun-
como clasistas. to de los trabajadores. Y, ciertamente para eso,
¿Qué quiere decir orientación gremial y no no puede esperarse salvo excepcionalmente
clasista? Que las reivindicaciones de estas que un sindicato o un organismo separado y
huelgas se refieren exclusivamente a empleo, sin coordinación con otros pueda conducirse
salarios y condiciones de trabajo, y en ningún de ese modo y en ese nivel.
caso a cuestionar la política económica global Igualmente, si los partidos que representan
del Estado y sus bases, que son el fundamento tendencias y sectores de las masas conciben la
de los problemas de empleo y de salario que los lucha política, y en consecuencia la lucha por
trabajadores levantan, o a poner en cuestión el poder, como exclusivo papel de los partidos
las políticas sectoriales del Estado que afectan y para lo cual gestionan el apoyo de las masas,
la vida diaria de las masas en cada área, como es inevitable que ellos no se empeñen realmen-
la educación, el transporte, la salud, la vivien- te, aunque a veces lo hagan verbalmente, en el
da, la recreación. uso de los partidos para apoyar la movilización
No están, en modo alguno, desligadas tales y la organización directa de las masas en cada
ausencias en las plataformas de lucha de los una de las áreas de su actividad diaria y en la
trabajadores en huelga con el hecho de que centralización de todos esos organismos para
estas se hagan de modo disperso y no centra- una acción conjunta sobre el Estado, sea para
lizado. Ni ambas están desvinculadas del tipo intervenir en la definición de la política, sea
de relación habitualmente establecido entre global o sectorial.
las organizaciones sindicales y equivalentes En efecto, si un partido político asume la
con los partidos, y direcciones partidarias, y idea de que el poder lo conquista y lo adminis-
de la orientación del comportamiento de esos tra y dirige el partido y no las masas mismas,
partidos en las instituciones políticas del Es- con sus propias organizaciones de base, ine-
tado burgués. vitablemente tenderá a converger con la bur-
La acción movilizada y organizada de los tra- guesía en privilegiar el escenario institucional
bajadores asume un carácter político de clase, y legal burgués y en agenciarse, para esos fines,
cuando presiona sobre el Estado interviniendo el apoyo de las masas.
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 563

Y esa es, en general, la situación en la que Estado y no una alternativa a ésta, en la me-
aún se mueven las masas y sus direcciones dida en que ponían en cuestión el conjunto de
políticas mayoritarias, no obstante el hecho la política económica del Estado y empujaban
de que los trabajadores son empujados, con o hacia la coordinación y centralización nacional
por fuera de su conciencia y de sus intenciones de sus direcciones.
deliberadas, a establecer otro escenario de sus Sin embargo, una y otra vez esos movimien-
luchas políticas, en la acción directa. tos fueron contenidos y derrotados puesto que
Mientras así suceda, la burguesía saldrá las líneas centrales de la política de la dictadu-
siempre victoriosa en uno y otro escenario. En ra pudieron ser mantenidas y realizadas, aun-
el de sus instituciones políticas formales, por- que forzadas a gradualizarse y modularse. Eso
que controla las reglas del juego y los recursos se debió, como se sabe, a que la conquista de
para eso. En el de las acciones directas, por- la unidad y centralización nacional del amplio
que su aparato administrativo y represivo se y vigoroso movimiento de masas fue efímera,
enfrentará solamente a movimientos de masas precisamente porque las principales direccio-
parciales y dispersos, y que cuestionan exclu- nes partidarias y sus expresiones sindicales
sivamente los efectos de la política del Estado rompieron esa unidad. Como en caso del PCP
y no esa política misma y las bases en que se y de su dirección en la CGTP, o la boicotearon
funda. De ese modo, movimientos de masas desde fuera con el absurdo argumento de que
y direcciones políticas de ellas serán siempre esos paros eran “revisionistas”, como en el caso
prisioneros de los límites burgueses de la de- de Patria Roja. En ambos casos, fue puesto en
mocracia. Y a pesar de sus luchas y del des- evidencia que esas organizaciones partidarias
contento general, la política del capital podrá centraban su acción en el interés del partido y
llevarse a cabo de todos modos. requerían a las masas en su apoyo, en lugar de
Con los grandes paros nacionales entre concurrir al interés de las masas y actuar en su
1977-1979, surgieron por primera vez en la his- apoyo. Y esa misma conducta fue reiterada en
toria política peruana movimientos de masas la experiencia de ARI.
de orientación efectivamente clasista, a pesar Las consecuencias de esa política han sido
de que su programa de lucha era básicamente claras. Los movimientos de masas fueron dis-
defensivo, de resistencia contra la política del persándose y las bases fueron forzadas al re-
564 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

pliegue, permitiendo el descabezamiento de te en los límites burgueses, porque la demo-


las direcciones sindicales más combativas y cracia, inclusive la que ella controla, es cada
perdiendo la iniciada orientación de clase para vez menos conveniente para la burguesía en
refugiarse en la reivindicación parcial y gre- el período de crisis capitalista. Y porque para
mialista. Esas fueron las bases de la derrota esa clase, hoy la democracia es sobre todo un
electoral de la izquierda, así como de la con- modo de legitimar frente a las masas, por ha-
quista de la hegemonía en la dirección política ber sustituido a una odiada dictadura militar,
de la burguesía por Acción Popular frente al una más abierta realización de las necesidades
APRA, una vez que para las Fuerzas Armadas políticas del capital monopólico internacional
y las fracciones burguesas más definidamente e interno asociados.
pro-monopolistas, el reflujo de las masas hacía En segundo término, es necesario reconocer
innecesario guarecerse detrás del APRA, que la existencia de un doble escenario de la acción
en el momento anterior, inmediatamente antes política para las masas. De un lado el de las ins-
de la Constituyente, aparecía para ambas como tituciones formales del Estado burgués. Del
la mejor protección por su lugar importante en otro, el de las acciones directas de las masas,
el seno de las capas populares. con sus propias instituciones como los sindica-
tos, los comités de fábrica o de localidades, las
organizaciones barriales, y sus propias reglas
Las bases de una política de clase de juego. Y desde este punto de vista, las masas
del movimiento de masas bajo la trabajadoras tienen que usar ambos niveles de
actual democracia burguesa la acción política, pero usando el terreno de las
instituciones formales del Estado burgués para
Todo lo anterior, permite señalar las líneas ge- apoyar y desarrollar la lucha directa y de nin-
nerales de un camino de desarrollo de la lucha gún modo al contrario.
democrática de las masas explotadas, en la ac- Si estuviéramos en otro periodo histórico o
tual coyuntura democrático-burguesa del Perú. en otra coyuntura, en donde el movimiento de
Tenemos que partir, ante todo, de la verifi- masas fuera aún incipiente y reducido y con
cación de que la lucha por la democracia no mejores condiciones materiales y sociales de
puede desarrollarse ni culminar exitosamen- existencia, acaso podría ser todavía necesario,
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 565

principalmente, ampliar la participación de las laciones que hasta hoy se mantienen entre los
masas y de sus representantes en las institu- partidos y las organizaciones no partidarias de
ciones del Estado burgués, movilizando a las las masas, de modo que en lugar de que los par-
masas en apoyo a esa necesidad, como medio tidos busquen su crecimiento con el apoyo de
de afirmar siquiera la vigencia de esas institu- las masas con la finalidad de participar en las
ciones de la democracia burguesa. instituciones del Estado burgués, ahora, y más
Esa no es más en el Perú la situación de los tarde para controlar el poder político conquis-
trabajadores. Sus movimientos reivindicativos tado por las masas, los partidos se organicen
y políticos han alcanzado ya un nivel de desa- y se desarrollen para fortalecer ahora el movi-
rrollo suficientemente importante, y atravesa- miento independiente de las masas y sus accio-
do experiencias clasistas excepcionalmente nes directas, y posteriormente para sostener y
significativas como las de los paros nacionales defender el poder de las organizaciones direc-
últimos, y, a pesar de sus frustraciones, inclu- tas de las masas. Esa es la base misma del de-
sive la participación independiente en las elec- sarrollo de la lucha democrática de las masas,
ciones del 78 y del 80. Todo ello funda, objeti- hoy día dentro del marco burgués, y mañana
vamente, la necesidad de contribuir a la afirma- por la gestión de su propia democracia. Y ello
ción y desarrollo de este proceso de independi- implica, evidentemente, la modificación igual-
zación y de orientación clasista de centraliza- mente radical del modo mismo en que se cons-
ción de acumulación de fuerza del movimiento tituyen los partidos de las clases explotadas y
de los explotados por fuera de la limitada arena ante todo los del proletariado revolucionario.
de las instituciones formales de la democracia La consecuencia central de estas premisas
burguesa. En adelante, la participación de sus es la lucha por la unidad del movimiento de las
representantes en tales instituciones tiene que masas y de sus organizaciones de todo tipo, pa-
ser usada por las masas prioritariamente para rejamente a la búsqueda y defensa de la demo-
apoyar el desarrollo de la movilización y orga- cracia interna de esas organizaciones. La uni-
nización independiente, es decir, para la acción dad supone la centralización creciente de las
directa de las organizaciones de base. organizaciones directas de las masas, en torno
Para que eso sea factible plenamente, es in- de las de la clase obrera. La democracia interna
dispensable cambiar radicalmente el tipo de re- de aquellas presupone la primacía de las bases
566 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

sobre las burocracias, y el libre debate entre Por el contrario, si lo que se busca es la am-
sus tendencias y organizaciones políticas den- pliación del espacio democrático de las masas
tro de esas organizaciones directas. Unidad y bajo el régimen burgués, y la democracia direc-
democracia no solamente no son excluyentes, ta de los trabajadores más tarde, la condición
sino que se reclaman mutuamente. fundamental es la unidad de las organizaciones
Una parte de las tendencias políticas de directas de las masas, y la democracia centrada
la izquierda peruana, no consigue aún libe- en el libre debate entre todas las tendencias y
rarse del estereotipo sectario de que las dife- organizaciones políticas que actúan dentro de
rencias de ideas revolucionarias implican la ellas, en el legitimo esfuerzo de cada una de
división en la acción y en consecuencia la di- ellas de ganar la dirección –no el control– del
visión orgánica del movimiento de las masas. movimiento. Sólo en ese debate puede, real-
Y eso es uno de los peores resultados de una mente, estar presente y afirmarse la primacía
concepción de poder, según la cual son los de las bases sobre las burocracias, así como la
partidos y no las organizaciones directas, no necesaria relación unitaria entre la o las direc-
partidarias, de las masas los que conquistan y ciones principales y las demás corrientes polí-
detentan el poder político revolucionario. De ticas de las masas.
allí proviene la práctica, inclusive a pesar de La unidad y centralización de las organiza-
las intenciones declaradas, de tratar de apo- ciones y del movimiento de las masas, con las
derarse, por cualquier medio, del control de características señaladas, es la base necesaria
los aparatos burocráticos de los organismos e insustituible del desarrollo de la orientación
de masas y, para eso, de liquidar a los otros clasista de ese movimiento, en el sentido de
partidos y de dividir el movimiento de los tra- cuestionar no solamente los efectos de una po-
bajadores, llegando inclusive a la derrota de lítica estatal, sino a ésta misma y sus factores
ellos, como ocurrió con la conducta del PCP de base, global y sectorialmente. Como lo mos-
frente al Comando Unitario de Lucha que las tró con rotunda claridad la secuencia de los pa-
masas forzaron a formar a sus direcciones ros nacionales, solamente unidas las masas su-
sindicales en el histórico paro del 19 de julio peran las limitaciones gremialistas y reivindi-
de 1977. Y la conducta de UNIR-PCR y la de cativas parciales de su acción, para cuestionar
los trotskistas en ARI. la acción misma del Estado burgués. Y sólo en
José Carlos Mariátegui: Reencuentro y debate 567

ese camino, pueden ellas efectivamente ganar En definitiva, las clases explotadas y par-
la conciencia real de que sin la conquista de su ticularmente el proletariado y sus corrientes
propio poder, sus necesidades fundamentales revolucionarias, no pueden desarrollar victo-
no podrán ser satisfechas. riosamente sus luchas por la democracia sin
Esa unidad es, sin duda, requerida tanto defenderse de quedar prisioneras de las mallas
para la acción dentro de las instituciones y re- de la formalidad burguesa; sin defenderse de
glas de juego de la democracia burguesa, como una relación burocrática entre partidos y or-
las elecciones parlamentarias o municipales, ganizaciones directas de bases; sin luchar por
por ejemplo, como para el desarrollo de la ac- la unidad y la democracia interna de sus movi-
ción directa de las masas en el otro escenario. mientos; sin combatir por la democratización
Pero desde la perspectiva que aquí se trata de de cada uno de los aspectos de la vida social,
indicar, es la unidad en el terreno de la acción tanto en la arena de la política global del Esta-
directa la que es no solamente prioritaria, sino do burgués como en cada una de las áreas de
que la unidad para los otros fines, los electora- la vida diaria.
les por ejemplo, no puede hacerse sino dentro No puede bastar la lucha contra los precios
de aquella y sobre esa base. del pasaje. Es necesario luchar por una otra
No obstante, como es observable plena- política del trasporte y de sus soportes pro-
mente, la mayoría de la izquierda peruana ductivos e institucionales. No basta la lucha
actual tiende constantemente a enfatizar contra los bajos salarios y la reposición en el
la unidad solamente para las elecciones y empleo. Es indispensable combatir contra el
solamente entre las cúpulas partidarias, fo- conjunto de la política económica que da ori-
mentando de esa manera el sectarismo y el gen a los problemas de empleo y de salario.
burocratismo en contra de la democracia de Presionando por otra estructura de producción
las bases, y manteniéndose prisionera de las y en consecuencia de control de los recursos,
reglas de juego de la institucionalidad bur- por la democratización de los salarios frente
guesa. Inclusive los apetitos individuales de a la brutal concentración del ingreso que hoy
poder y de exhibición encuentran en ese te- está en curso; por la redistribución del empleo
rreno todo su abono. Es tiempo de ir en con- estable entre los trabajadores; no es suficien-
tra de esa corriente. te protestar contra las alzas de precios cada
568 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

vez que se decretan los “paquetes” de alzas. Es La lucha por el ejercicio efectivo de nuestros
preciso luchar por otra política financiera y co- derechos democráticos, por la ampliación y pro-
mercial. Global y sectorialmente, es la política fundización del espacio político y social para
económica de la burguesía y de su Estado, la ese ejercicio, son las tareas principales de esta
que tiene que ser cuestionada y no solamente coyuntura. Pero ellas son las bases del desa-
sus efectos. rrollo de las bases del poder de los explotados,
Nada de eso puede hacerse sin unidad de para resistir y vencer a la represión y avanzar
las masas y de sus organizaciones directas y hacia la democracia directa de los trabajadores,
sin ampliación de la democracia interna de organizados y unificados en un vasto frente bajo
esas organizaciones. Para ello no basta la la dirección del proletariado revolucionario.
unidad de las cúpulas partidarias cada vez Si no empeñamos nuestros recursos en la uni-
que hay elecciones, ni la coordinación de los ficación democrática de los explotados de todos
parlamentarios de esos partidos. La unidad de los sectores, de desarrollo de sus organizaciones
las organizaciones de tipo partido no puede directas y de su capacidad de acción directa, no
ejercerse realmente sino dentro de las organi- podremos acumular fuerzas contra las tenden-
zaciones directas de las masas y no por fuera cias represivas del Estado de los capitalistas y
de ellas. Las diferencias de pensamiento, de no podremos escapar a una derrota. Bajo la ac-
programas y de modos de acción, tienen que tual democracia burguesa, y frente a claras se-
ser debatidos en el seno de aquellas organi- ñales de acortamiento de su tiempo, los trabaja-
zaciones, y no constituyen una traba para la dores y los militantes revolucionarios socialistas
acción común de tales organizaciones, salvo tenemos tareas claras para nuestro propio uso
para las finalidades burocráticas, no democrá- de clase de esta precaria legalidad democrática a
ticas, de las cúpulas partidarias que quisieran que ha sido forzada la burguesía en el Perú.
sustituir el poder de las masas con el poder de
sus aparatos burocráticos. Lima, 3 de octubre de 1980.
Poder y democracia
en el socialismo*

L a perspectiva anticapitalista, y por ello


mismo antiimperialista, de las actua-
les luchas de los explotados peruanos y del
tamiento se hacía contra el capital, la burgue-
sía y su Estado y de que su única perspectiva
victoriosa era la destrucción de ese enemigo
proletariado en particular, es una determi- preciso. Esto es, la revolución socialista.
nación objetiva del carácter general de las
luchas de clases en esta formación social y Ahora, eso es inclusive más definido, tras el
de su modo de articulación en el orden capi- importante cambio histórico que significa en la
talista internacional. política peruana el acceso al comando directo
Aunque es todavía mayoritaria la direc- del Estado alcanzado por los representantes
ción de las organizaciones partidarias y del capital internacional en el país.
sindicales que sostiene que en esta etapa la A diferencia de hace apenas una década,
Revolución peruana tiene carácter nacional cuando era casi marginal entre los trabajado-
y no de clase, las principales investigaciones res y entre los intelectuales revolucionarios la
llevadas a cabo concurren a demostrar lo con- corriente socialista, ésta es ahora ya extensa
trario, y la experiencia práctica del movimien- aunque minoritaria y su influencia se amplía en
to obrero y popular, especialmente a partir de importantes sectores del movimiento obrero y
las grandes movilizaciones iniciadas con el popular. Eso se expresa tanto en el desarrollo
paro nacional de 1977, implicó la demostra- de nuevos movimientos de organización polí-
ción material más rotunda de que su enfren- tica en el seno de los trabajadores, como en la
reflexión e investigación intelectual.
* Este artículo fue publicado en Sociedad y política Sin embargo, el hecho de que varias de las
(Lima) Año 3, N° 12: 33-50, agosto de 1981. organizaciones que se reclaman revoluciona-
570 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

rias socialistas hayan, como los trotskistas, proletariado, y a las demás capas explotadas a
mantenido su burocratismo sectario en cir- la burguesía y a su Estado, y al dominio impe-
cunstancias decisivas para la reorientación rialista que con ellos se ejerce. Que todo eso no
y reagrupamiento político de las masas mo- es bastante para practicar las formas de lucha
vilizadas, o el que otros grupos menores que y de organización implicadas en la perspectiva
hacen público su reconocimiento del carácter de la revolución socialista.
socialista de la perspectiva revolucionaria de Más de sesenta años de experiencias revo-
las luchas actuales de los trabajadores explo- lucionarias triunfantes y derrotadas han mos-
tados, mantengan su integración en la IU sin trado que el desplazamiento de la burguesía
debate y sin crítica explicita y pública de la de la propiedad de los medios de producción
actual práctica política de esa alianza, ostensi- y del Estado, no conduce siempre de modo in-
blemente burocrática, reformista y parlamen- evitable o necesario al continuado proceso de
tarista o institucionalista en general, no son socialización de la sociedad, cuyo desarrollo y
sin duda accidentales1. maduración se llama comunismo.
Tales hechos ponen en evidencia que no bas- Los problemas que de allí se desprenden son
ta, en modo alguno, reconocer que el capital el terreno del revitalizado debate e investiga-
tiene el dominio de las bases materiales de esta ción contemporáneos en el movimiento revolu-
formación social; que las relaciones de servi- cionario socialista internacional. Pero ese de-
dumbre y las clases sociales correspondien- bate en el Perú apenas ha comenzado, a pesar
tes están terminando su desintegración; que, de que viene desarrollándose en el seno de al-
en consecuencia, el Estado peruano de hoy gunas organizaciones como el Movimiento Re-
es depuradamente burgués y que la burguesía volucionario Socialista (MRS) y de que en esta
que lo domina ha sido igualmente depurada de misma revista se han hecho públicas algunas
sus fracciones más atrasadas y de sus previas líneas de reflexión y de investigación. Y, más
alianzas con el señorío gamonal. Y que, en fin, aún, son muchos los sectores de la izquierda
las luchas político-sociales de hoy oponen al peruana que omiten del todo el estudio y el de-
bate de estas cuestiones, acaso por considerar
que ellas han sido ya resueltas, de una vez para
1 Por ejemplo, la Confluencia marxista-leninista o el
MIR-El militante. siempre, en modelos históricos a los que, a pe-
Poder y democracia en el socialismo 571

sar de saberlos bajo cuestión abierta, prestan relación con el internacionalismo; sobre los
una simplista adhesión. condicionamientos sobre el proceso socialista,
Así, sobre el problema de la estructura de provenientes de las bases históricas del capita-
poder que la revolución socialista implica en lismo subdesarrollado y dependiente; sobre las
general, e implicaría en el Perú en particular; relaciones entre nacionalismo y socialismo y
sobre el modo de reorganización y socializa- entre socialismo y comunismo; en fin, sobre to-
ción de la división social del trabajo, apta para das estas cruciales cuestiones el debate perua-
dar paso a la erradicación de la explotación, no es incipiente. Empero, nadie entre quienes
capitalista en particular; sobre la relación entre se reclaman revolucionarios socialistas puede
poder político y partidos, y consecuentemente sostener, frente a la crisis del capitalismo y a la
sobre el carácter y forma institucional de las del “socialismo realmente existente”, que pue-
organizaciones partidarias del proletariado; de madurar efectivamente la perspectiva orga-
acerca del lugar del partido en la clase, sobre nizada de la revolución socialista en el Perú sin
todo en relación con los otros organismos de la el estudio y el debate de esas cuestiones, no
clase, como los sindicatos; acerca del proble- solamente en la investigación teórica, sino mu-
ma de la unicidad o pluralidad de partidos en cho más aún en la práctica viva de las luchas
el seno de las masas trabajadoras y en relación diarias de los explotados.
con el poder político, sobre el problema de la A contribuir a ese debate impostergable, se
burocracia y de las tendencias a la reconstitu- destinan las notas que siguen. Ellas adelantan
ción de nuevas sociedades de clase a partir del proposiciones en elaboración y necesidades de
poder burocrático; acerca, por lo tanto, de la investigación. Son las primeras de una serie que
naturaleza de las formaciones sociales deno- debe ir apareciendo en esta u otras publicacio-
minadas de “socialismo realmente existente”, nes, explorando las cuestiones arriba mencio-
de las condiciones de su constitución y desa- nadas y corrigiéndose en el debate. Este texto
rrollo y de su revolución; sobre el problema de no abarca, por eso, a todas ellas, ni pretende
las alianzas de clases y el poder político revo- agotar las que aborda, que son dos: el problema
lucionario, del lugar del proletariado en ellas de la estructura de poder en la revolución so-
y de las condiciones y formas de su dirección; cialista y, en relación con eso, el problema del
acerca de la cuestión del nacionalismo y de su carácter de las organizaciones políticas.
572 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

La revolución socialista: ducción, apropiación y las condiciones de su


un proceso de socialización reproducción, materiales e ideológicas. Se
reorganiza la división social del trabajo y del
La revolución socialista es un período parti- intercambio, en contra de la producción de
cular de la lucha de clases caracterizado, ante mercancías y de su intercambio en el mer-
todo, por dos rasgos básicos e inseparables: cado. Se reorientan las necesidades sociales
y en función de ellas se busca aumentar la
1. Un proceso de socialización del poder po- capacidad productiva de la sociedad para la
lítico, que comienza con la destrucción del satisfacción de esas necesidades, definidas
Estado burgués y no por su conquista y en y redefinidas constantemente de manera co-
cuyo lugar se establece la democracia direc- lectiva y democrática, sin cuyo desarrollo no
ta de los productores. Que se desarrolla di- podría afirmarse el proceso de socialización
solviendo las instituciones en las cuales se y las bases de su reproducción. La madura-
encarna la privatización del poder político y ción de este proceso lleva a la erradicación
su separación de la vida cotidiana y del con- de toda base social de desigualdad expresa-
trol directo de los productores; erradicando da en clases.
las bases sociales que las sustentan y las re-
producen. De ese modo, se va profundizan- El primero es condición y punto de partida
do la socialización del poder político, como del segundo, y eje permanente de la dirección
reinserción de este en la vida diaria de los de todo el proceso global. Pero el segundo es,
trabajadores, en un proceso que lleva a la a su vez, fundamento de la profundización y
extinción de toda forma de poder político. maduración del primero y de todo el proceso
2. Un proceso de socialización de los recursos conjunto. Entre ambos puede haber discon-
de producción y de la división social del tra- tinuidades de ritmo y de amplitud durante el
bajo, esto es su puesta bajo el control y ges- proceso, debido a las relaciones de fuerzas
tión inmediata y directa de los productores, políticas y a los condicionamientos materiales
organizados en poder político directo. En su e históricos generales. Mas ninguno puede te-
desarrollo se van erradicando todos los ele- ner lugar sin el otro, salvo efímeramente. Es
mentos explotativos en las relaciones de pro- decir, a costa de la derrota. Sea en su forma de
Poder y democracia en el socialismo 573

reversión o de desviación del proceso, según de éste. Es decir, un proceso en el cual de un


las situaciones. lado se erradican las bases de la explotación
Es, pues, la presencia conjunta y articulada y de la desigualdad entre las clases, las formas
de ambos procesos diferenciables, lo que per- de poder político en que ellas se organizan,
mite reconocer y distinguir en un proceso his- mientras simultáneamente la socialización de
tórico global, más allá de sus denominaciones la sociedad en cada una de sus instancias toma
bautismales o de sus orígenes reales, su carác- cuerpo y se desarrolla, esto es las bases de una
ter socialista. Esto es, de afirmación y desarro- sociedad sin mercancía y sin mercado, sin cla-
llo del comunismo. ses sociales ni poder político privatizado y se-
parado de la vida cotidiana de las masas, y cuya
profundización y maduración y consolidación
Socialismo y comunismo se llama comunismo.
Ese es, sin duda alguna, el preciso sentido
En el marco del debate actual, especialmente de la formulación de Marx en la Crítica del
en el Perú, no es seguramente ocioso insistir en Programa de Gotha sobre el doble carácter del
que el concepto de revolución socialista no se proceso socialista: al mismo tiempo una tran-
refiere a un modo de producción o a un modelo sición entre capitalismo y comunismo y ya la
de sociedad, ubicable entre el capitalismo y el primera etapa de este. Porque sin ser lo último
comunismo. no podría ser lo primero.
La revolución socialista es una transición,
en el sentido de una lucha constante entre los
elementos de la sociedad que se trata de revo- La socialización del poder
lucionar y los elementos que concurren a la político y la democracia directa
socialización y que la expresan. En esa pers- de los productores
pectiva, se trata efectivamente de una lucha de
clases, puesto que éstas son las portadoras de A medida en que avanza el conocimiento sobre
los intereses implicados en tales elementos. el tipo de poder político que se desarrolla en
La transición socialista no puede conducir al los países llamados como “socialismo realmen-
comunismo si no fuera ya una primera etapa te existente” y particularmente en Rusia, en la
574 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

forma de una inmensa maquinaria institucional abandona la teoría materialista de la historia


de administración, de coerción y de represión, para la cual la revolución socialista implica la
cada vez más separada de la vida diaria de los destrucción de ese tipo de Estado y su reem-
trabajadores y por lo tanto de su control inme- plazo por una forma de poder político que las
diato, y que se relaciona con ellos de manera masas productoras puedan controlar directa
burocrática y despótica, ha rebrotado con vi- e inmediatamente, como primer paso hacia la
gor el debate sobre las relaciones entre demo- gradual extinción de toda forma de poder polí-
cracia y socialismo. tico en la sociedad.
Ese problema y su tratamiento es lo que ha ¿Por qué Marx y Engels, fundadores de la
dado origen a la corriente llamada “eurocomu- teoría materialista de la historia, llegaron a la
nista”, que se desenvuelve sobre este particular conclusión de que era necesario destruir el tipo
admitiendo la equivalencia entre dictadura del de Estado burgués y reemplazarlo por un tipo
proletariado y el tipo de poder político impe- de poder político que los productores pudieran
rante en aquellas formaciones sociales, y por lo controlar directa e inmediatamente?
cual algunos de los partidos que forman esa co- La respuesta es conocida. En esa teoría, el
rriente, como en el caso específico del Partido Estado en general es la resultante de la división
Comunista francés, han resuelto el abandono de la sociedad en clases sociales y de la lucha
del concepto mismo en su teoría y en su prácti- entre ellas. Y el Estado burgués es la forma más
ca. De ese modo, se emparentan con la social- desarrollada del poder político clasista, porque
democracia actual y sostienen que la lucha por es en el capitalismo que las clases y sus luchas
el socialismo en los países de capitalismo desa- alcanzan su mayor grado de maduración como
rrollado implica un gradual avance del proceso fenómenos históricos. Todo Estado clasista, y
de democratización del Estado actual, que es especialmente el burgués, es el correlato políti-
burgués, por la ampliación de la participación co de una cuestión económica: la privatización
de los partidos obreros dentro de él hasta su de la apropiación del excedente producido en
ocupación total. una sociedad no puede ser mantenido sino por
Así, las relaciones entre democracia y socia- medio de la privatización del poder político.
lismo son pensadas en la práctica dentro del Cuanto más se concentra la apropiación priva-
marco de la teoría burguesa del Estado, y se da del excedente, tanto más privatizado el con-
Poder y democracia en el socialismo 575

trol del poder político. Y para ello, tanto más sostener y reproducir la privatización de la
separado de la vida cotidiana de las masas y de apropiación del excedente que se produce en
su control directo. la sociedad, lo que implica relaciones de pro-
En el capitalismo, la apropiación privada ducción de carácter explotativo.
del excedente se realiza a través de la apro- De esa manera, la cuestión de la democracia
piación del plusvalor. La organización de las en el socialismo no se refiere sólo ni principal-
relaciones de producción que permiten la ge- mente a las relaciones democráticas de todos
neración y apropiación del plusvalor, es lo que los sectores de la sociedad en un Estado cons-
se llama explotación. Y el Estado burgués es la tituido como maquinaria institucional separa-
condición sine qua non para sostener y repro- da del control inmediato de los productores. Y
ducir esa explotación. Es por ello, ante todo, menos aún se reduce a una cuestión de ética
que el Estado se desarrolla como maquinaria humanista en contra de las dictaduras.
institucional de administración, de coerción y La democracia en el socialismo se refiere a
de represión, separada de la vida diaria de los la necesidad de erradicar el carácter explota-
productores explotados, y a través de la cual se tivo de las relaciones de producción, las del
ejerce el poder político en las condiciones con- capitalismo en primer lugar, para dar paso a la
cretas que resultan de las relaciones de fuerzas apropiación social del excedente. Todo aquel
entre las clases y fracciones de ellas, en cada que luche contra la desigualdad de clases lu-
momento concreto, en cada sociedad, dentro cha ante todo contra la explotación. Y ésta no
del dominio general del interés burgués. puede ser erradicada sino en la medida en que
De allí se desprende que entre la forma ins- se destruya las instituciones políticas que en
titucional del poder político y su carácter de cualquier sentido, mayor o menor, impliquen
clase no existen relaciones accidentales. Todo la privatización del control del poder político,
tipo de poder político que asume la forma de porque eso es la garantía de la división social
una maquinaria institucional separada del con- del trabajo fundada en la explotación.
trol inmediato y directo de las masas produc- En otros términos, la socialización de los
toras, da cuenta de que un interés social deter- recursos de producción y de la división social
minado, una clase, requiere la privatización del del trabajo y de la apropiación del producto,
control del poder político como recurso para que permiten la eliminación de los elementos
576 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

explotativos en la producción-apropiación, no momento de maduración en la Comuna de Pa-


puede hacerse sino destruyendo y cancelando rís, en 1871, en Francia. Y fue entonces cuando
toda forma de privatización del poder político. Marx pudo también alcanzar la madurez de su
Es decir, socializando el poder político. teoría sobre el poder político directo del prole-
La socialización del poder político consiste tariado, tanto acerca de su forma institucional
en la redistribución del poder político entre los especifica, como acerca de la necesidad de su
productores organizados, y a través de sus or- ejercicio dictatorial mientras durara la resis-
ganismos directamente incorporados a su vida tencia violenta y organizada de la burguesía.
cotidiana, de modo que ellos puedan ejercer el No es, pues, por accidente que desde enton-
control inmediato y directo de ese poder. Por ces por más de cien años, en todo momento y
ello Marx señalaba que ese tipo de poder polí- en todo lugar en que las masas trabajadoras se
tico es aún un Estado y ya no lo es, al mismo alzaron luchando contra la explotación capita-
tiempo. Porque el poder político se reinserta en lista, han procurado destruir la maquinaria ins-
la vida diaria de los productores, y de ese modo titucional del Estado burgués y en su lugar han
va dejando de ser Estado, aunque es todavía un buscado establecer su poder bajo la forma ins-
poder político, por democrático que sea. titucional específica de la comuna, bajo diver-
El socialismo implica, en ese sentido, la de- sos nombres y con particularidades especificas
mocracia directa de los productores. Y la forma a cada formación social.
institucional de ese poder político socializado,
no puede ser en modo alguno semejante con la La lista es larga. Pero vale la pena mencionar
que tienen los estados clasistas y en particular las experiencias más importantes y conocidas:
el más desarrollado de ellos, el Estado burgués.
Es decir, no puede consistir en una maquinaria 1. La Comuna de París, Francia, 1871.
institucional burocrática, de administración, de 2. Los soviets o consejos obreros y populares
coerción y de represión, colocada por encima en Rusia, 1905.
de la vida diaria de las masas, porque ellas no 3. Los soviets en Rusia en 1917.
podrían ejercer su control inmediato y directo. 4. Los consejos obreros en Alemania, Austria,
La forma institucional del poder directo de Hungría, durante las revoluciones derrota-
los productores fue demostrada en su primer das entre 1918 y 1920.
Poder y democracia en el socialismo 577

5. Las comunas de Cantón y de Shanghái en dos, los explotados del capital han tratado de
1927. organizar su propio poder bajo una única for-
6. Los consejos obreros en Italia antes de la ma institucional genérica: la comuna o consejo
dictadura fascista, en 1921. obrero y popular. Esos hechos dan cuenta no
7. La comuna de Barcelona y los consejos de solamente de eso, sino también del no menos
Aragón durante la Revolución española y la importante para el debate contemporáneo del
guerra civil, en 1936. socialismo revolucionario, que la democracia
8. Los consejos obreros de Francia, en 1936. directa de los productores no es un sueño utó-
9. Las comunas de Berlín, Budapest y Poznan pico nacido en la cabeza de intelectuales visio-
durante las revueltas obreras antiestalinis- narios, sino una tendencia objetivamente acti-
tas, en 1956. va en la historia política de este siglo y que va
10. La comuna de Shanghái, durante la primera ampliando su lugar y buscando materializarse
Revolución cultural china, en 1967, impul- y perdurar.
sada primero y reprimida después por el Esa forma genérica propia del poder directo
gobierno maoísta. de los productores, de la democracia socialis-
11. Los consejos obreros de Polonia, en 1976. ta, es precisamente el fundamento del nombre
12. La revuelta antiburguesa y antiburocrática “comunista” de la revolución contra el capital,
del Mayo francés de 1968, puede ser men- y de la sociedad fundada en esa nueva forma de
cionada en la misma dirección. organización: la comuna.
13. El poder de la COB boliviana en la Revolu- No es, pues, ni sólo ni tanto el programa
ción de 1952. formal, la ideología, la voluntad de repre-
14. Los comandos comunales y cordones in- sentar y de servir a los productores lo que
dustriales en Chile, en 1972-73. otorga a cualquier tipo de poder político, y
15. Los consejos populares en las zonas obre- de forma institucional, su carácter socialista
ras de Irán durante la revolución contra la o, en otros términos, de democracia directa
autocracia del Sha, en 1979. de los productores, de socialización del po-
der político. El control inmediato y directo
En todas partes, no obstante la diversidad de de los productores no podría ejercerse sino
situaciones históricas, triunfantes o derrota- sobre un poder cuya forma institucional es
578 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

apta para eso. Y esa es la comuna o consejo en el punto de partida del poder revoluciona-
obrero y popular. rio, de las relaciones políticas de fuerzas entre
La conquista del poder para las masas explo- las clases y capas sociales revolucionarias, an-
tadas del capital, no consiste en la ocupación tes y durante el proceso, así como del nivel y
pacífica o violenta de la actual maquinaria del claridad de la conciencia teórica y política de
Estado burgués, para llenarlo con “nuestros” las direcciones revolucionarias acerca de esta
burócratas, para que defiendan “nuestros” inte- cuestión crucial.
reses desde allí. Por el contrario, consiste en la Empero, cualesquiera que sean las condicio-
destrucción de esa maquinaria y su reemplazo nes y circunstancias concretas, históricamente
por el poder de comunas o consejos obreros determinadas, solamente en la medida en que
y populares, articulados nacional e internacio- tanto la dirección hacia la cual se encamina
nalmente entre sí para poder organizar y reor- conscientemente el proceso, como la práctica
ganizar la sociedad en dirección de la plena institucional cotidiana de la lucha, antes de la
socialización de la sociedad, a lo cual se llama conquista del poder y durante su ejercicio, se
comunismo. alimenten recíprocamente en la perspectiva
La socialización del poder es un concepto del poder directo de los productores, puede
riguroso y preciso. Su práctica revolucionaria, realmente abrirse el paso a ese poder.
la constitución y la profundización de la demo- Eso plantea el problema de las relaciones
cracia directa de las masas, es el eje y el punto entre la conciencia y la praxis histórica con-
de partida de la revolución socialista. creta y, en consecuencia, el problema de las
Las formas concretas y las etapas y límites relaciones entre organización política o parti-
del proceso de socialización del poder político, do y la lucha revolucionaria de los productores
sin duda serán resultantes de las condiciones explotados, el proletariado en primer término,
particulares bajo las cuales se desarrollan las antes de la destrucción del Estado burgués y
luchas de clases y se conquista la victoria de durante el ejercicio del poder político. Pues el
los explotados en cada formación social espe- partido revolucionario es la instancia histórica
cífica, dentro de contextos históricos naciona- en la cual se anudan las relaciones entre la con-
les e internacionales concretos. Es decir, de las ciencia y el movimiento objetivo de la historia,
condiciones materiales y culturales existentes dentro del proceso revolucionario socialista.
Poder y democracia en el socialismo 579

Poder político y partido debate actuales algunos de ellos comienzan a


revolucionarios replantearse esta cuestión. Eso incluye tam-
bién a algunos de las corrientes trotskistas.
Desde la Revolución rusa de 1917 en adelan- La idea que subyace al discurso y a la prác-
te, las relaciones entre partido y poder revo- tica de esas organizaciones, es que el partido
lucionarios han sido aprisionadas dentro de (esto es, el único partido) es el depositario úni-
una única perspectiva predominante, teórica co de la conciencia de la clase y su dirección
y prácticamente que incluye dos elementos organizada. Por lo tanto, sólo el partido puede
fundamentales: la ocupación del poder polí- expresar y representar el poder de la clase y en
tico por el partido, en representación de una consecuencia ejercerlo. Siendo ello así, cada
o más clases; y la unicidad total de un partido partido tiende a buscar la completa hegemonía
en ese ejercicio tras la eliminación de todos política y organizacional durante la lucha por
los demás, aunque en algunos pocos casos esa el poder, ya que cada uno se considerará el más
práctica aparezca disfrazada formal o nominal- autentico y fiel defensor de los intereses de la
mente como alianza de varios partidos bajo la clase, de modo que al proceder en contra de
dirección e uno de ellos que, en los hechos, es los demás ejerce esa defensa, lo cual le otorga
el único partido. plena justificación a los medios que se ponen
Tal perspectiva no solamente está presente en juego para el logro de la hegemonía. Y aquel
en la práctica de los países en donde, sea por que logra tener el control del poder político, o
medios revolucionarios o burocráticos, la bur- elimina físicamente a los demás o los convierte
guesía fue desplazada del poder político, como en mera formalidad.
ocurre hoy en todos los países denominados Inclusive, ocurre ahora en el contexto del
socialistas. Está igualmente presente en la teo- renovado debate sobre la necesidad del poder
ría y en la práctica política de todos los parti- directo de las masas, que este tipo de organiza-
dos que forman parte del movimiento comunis- ciones o corrientes políticas no titubeen en ha-
ta oficial (pro rusos o pro chinos), y hasta hace blar del tipo de Estado que existe en los países
muy poco tiempo en este asunto no había di- llamados de “socialismo realmente existente”,
ferencias entre los partidos de izquierda, pues o del Estado que controlarían en otros países,
solamente por la presión de la experiencia y el el nuestro, como poder directo de los trabaja-
580 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

dores. Desde su particular óptica, puesto que ducción de mercancías y de mercado; y sobre
el partido es el cerebro y el organismo de di- esa base, de creciente desigualdad en la apro-
rección y organización de los trabajadores, el piación real o uso del excedente producido por
poder del partido en el Estado, no puede sino la sociedad.
aparecer, en efecto, como equivalente a poder Sin duda, los recientes sucesos de Polonia,
directo de las masas. secuencia de largas luchas en ese mismo país
Dos problemas surgen, con claridad, acerca y en otros del área desde mediados de los años
de ese enfoque y práctica del poder revolucio- cincuenta, entre la clase obrera y la burocracia
nario. El primero de ellos es que en todos los controladora del Estado, a pesar de sus ambi-
casos hasta ahora vigentes, en todos los países güedades ilustra con dramatismo la resistencia
en los cuales un movimiento revolucionario del proletariado contra el despotismo burocrá-
desplaza a la burguesía del poder, la ocupación tico, así como las grandes luchas de la Revolu-
del poder resultante por el partido dominan- ción cultural china y la actual afirmación del
te ha dado lugar, más tarde o más temprano, dominio burocrático autoritario allí, testimo-
a la reconstitución de una forma institucional nian ese conflicto político entre la burocracia
característica para ese poder: una maquinaria que reconstituye un Estado fuera del control de
burocrática, de administración, coerción y re- los trabajadores y los movimientos de resisten-
presión que se separa cada vez más de la posi- cia de éstos.
bilidad de control de las masas. Tales fenómenos y luchas concretas, per-
El segundo, es que en esas condiciones se miten hacer evidente el hecho de que la ocu-
constituye también una burocracia cada vez pación del poder político conquistado por las
más amplia y despótica en sus relaciones con masas contra la burguesía, por un partido úni-
los trabajadores, y que en el curso de su con- co o dominante en nombre de esas masas, no
solidación y desarrollo comienza a autorreclu- solamente no lleva a avanzar en el camino de
tarse. Es decir, a constituirse como una nueva la socialización del poder y de la democracia
clase dominante. directa de los trabajadores, sino por el contra-
Ambos fenómenos se desarrollan paralela- rio es la reiniciación de un proceso que lleva
mente al mantenimiento de una división social a una reprivatización del control del poder
del trabajo, destinada a la producción y repro- político, y a la restauración de la forma ins-
Poder y democracia en el socialismo 581

titucional del Estado burgués en lugar de los de una capa burocrática que busca o ejercita
consejos o comunas obreras y populares. Y el control de las masas bajo capa de dirigirlas.
que de ese modo se forma y desarrolla una bu- Y eso no depende de ninguna manera de la
rocracia que domina sobre las masas y tiende buena o mala voluntad de las gentes que reali-
a convertirse en una nueva clase dominante y zan esa práctica o de su deshonestidad. O por
a mantener relaciones de producción / apro- lo menos, no necesariamente. De lo que se tra-
piación de tipo explotativo. ta es de la práctica de una ideología según la
Esa experiencia común a todos esos países cual es el partido el que debe ocupar el poder,
permite observar que la idea y la práctica de la inclusive en pequeña escala dentro de los orga-
ocupación del poder revolucionario, no por las nismos de las masas.
masas mismas a través de sus organizaciones Ese fenómeno revela, además, un otro pro-
de tipo consejo o comuna, sino por un partido blema: la formación de una capa burocrática
único o dominante, son todavía prisioneros de en el seno de las masas es, en buena medida, el
la ideología burguesa del Estado y sus elemen- resultado de la ideología y la práctica políticas
tos: la representatividad en lugar del ejercicio de ese tipo de partidos, porque ellas conducen
directo del poder. a un proceso de desclasamiento parcial –y con
Por eso, no hay modo de no observar en la frecuencia total– de algunos miembros de la
práctica de los partidos que aspiran a ese tipo clase. En consecuencia ese tipo de partidos y
de poder, como por ejemplo aquí entre noso- su característica ideología y práctica se consti-
tros, de qué modo buscan y logran el control tuyen en la matriz de formación de la burocra-
de los aparatos burocráticos de la clase o buro- cia que, desde el momento en que ocupa el po-
cratizan pronto lo que dirigen, dividen los orga- der político en lugar de los organismos directos
nismos que los trabajadores establecen en sus de las masas, tiende a desarrollarse como toda
luchas contra el capital cuando no consiguen la una capa social separada de ellas y a separar
hegemonía o no logran mantenerla contra las el poder político del control directo de las ma-
demás organizaciones; o fundan organismos sas y, de ese modo, a restaurar la forma insti-
supuestamente representativos de los trabaja- tucional del Estado burgués. El desarrollo de
dores sin intervención de éstos, sin su debate, ese proceso, deforma en una primera etapa y
sin sus asambleas, dando lugar a la formación después cancela el curso de socialización de la
582 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

sociedad, en todas sus instancias. Y la burocra- que admitir un determinismo ciego, es decir,
cia se desarrolla en la dirección de una nueva que ninguna praxis consciente conduce; un en-
clase dominante. foque chatamente economicista, mecanicista,
Ciertamente, las condiciones materiales y una ideología tecnocrática pues, para explicar
socioculturales en que se han producido hasta esa innegable sustitución del poder directo de
ahora las revoluciones anticapitalistas, todas las masas por el de una burocracia. Y, de ese
ellas en formaciones sociales de capitalismo modo, habría que admitir que toda revolución
subdesarrollado y casi siempre dependiente anticapitalista, que se inicia en una formación
(no fue éste el caso ruso), y consiguientemen- social capitalista subdesarrollada y dependien-
te enfrentando a los centros más poderosos te, está condenada sin remedio a ese proceso.
del capital y forzadas a negociar tanto como ¿Cuál es o puede ser entonces una alternati-
a chocar con ellos, responden mucho por la va idónea? La respuesta es clara: es necesario
fuerza de las tendencias de burocratización romper con la ideología según la cual el partido
del poder revolucionario, ya que constituyen debe ocupar el poder político y no las masas
un terreno excepcionalmente fértil para el mismas a través de sus organizaciones de base,
desarrollo de tales tendencias. Pero, y dado no partidarias, para abrir el paso a una práctica
el hecho de que la revolución socialista es un política apta para fundar y defender la demo-
proceso en el cual el lugar de la conciencia es cracia directa de los productores, en lo cual
mayor que en cualquier otra praxis histórica, consiste la revolución socialista. Eso implica
no debe ser minimizado el lugar de la teoría y que el partido no puede actuar sino en el seno
su correspondiente práctica. de esos organismos directos de las masas, los
En otros términos, de las relaciones entre consejos obreros y populares o comunas, y de
las condiciones históricas concretas en las cua- modo alguno por fuera de ellas o por encima
les se realizan las revoluciones contra el capital de ellas.
y la conciencia de las metas y cauces propios En segundo lugar, es necesario romper con
de la socialización de la sociedad (esto es, de la ideología y la práctica de que la revolución
la teoría y su práctica), dependen las formas implica un partido único o absolutamente he-
y las características y dificultades de la revo- gemónico, en el poder o fuera de él. Para que la
lución socialista. Porque de otro modo, habría democracia directa de los trabajadores pueda
Poder y democracia en el socialismo 583

ser consolidada y profundizada, el libre debate organismos de lucha y de poder, en cuyo seno
entre todas las organizaciones políticas y entre actúan diversos partidos y corrientes políticas.
todas las tendencias de ideas en el seno de las De otro modo no se abre el cauce a la prác-
masas, es la condición indispensable. tica del partido como instrumento de orga-
No solamente porque se trata de bloquear nización política y de elaboración teórica de
el paso a toda tendencia de burocratización la clase. Por el contrario, se tuerce hacia una
y de cancelación al proceso de socialización práctica en la cual el partido es un instrumento
creciente del poder. Sino porque toda la ex- burocrático para controlar a la clase, al servi-
periencia histórica del movimiento triunfan- cio del interés de una capa burocrática que se
te o derrotado de los explotados señala que va diferenciando de la clase y desclasándose en
no es cierto, de manera alguna, que un solo su desarrollo.
partido sea el depositario de toda la concien-
cia revolucionaria de las masas de la clase,
de toda su capacidad de permanente domi- Las relaciones entre clase
nio teórico y práctico de la realidad histórica. y partido en la revolución
Y en esta perspectiva, solamente el debate socialista2
abierto, permanente y libre en las bases or-
ganizadas de la clase, y en consecuencia la Hasta aquí se ha procurado dejar establecido:
presencia de varias organizaciones y tenden-
cias políticas, puede realmente garantizar el a. que no es cierto que el poder político de los
desarrollo de la conciencia de la clase, y de productores, la democracia directa de los
ese modo mantener y desarrollar la relación trabajadores, pueda expresarse y ser ejer-
democrática entre sus organismos y niveles cido bajo cualquier forma de organización
de organización, en la lucha por el poder y en institucional, la del Estado burgués por
el ejercicio del mismo.
La unidad política de la clase, y en general
de los explotados, no puede expresarse eficaz- 2 Acerca del tema del partido y de la clase, en nuestra
próxima edición publicaremos un otro texto destinado
mente y en condiciones democráticas a través
particularmente a debatir en cuestión. Por eso, las
de un partido único, sino en la unidad de sus notas siguientes sólo inician una primera exploración.
584 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ejemplo, por mucho que se haya andado en sino también por el hecho de la ocupación
la democratización de este Estado; del poder político por un partido único o to-
b. que la democracia directa de los trabajado- talmente hegemónico, en sustitución de los
res asume en la historia concreta de este organismos de poder directo de las masas
siglo, en todo lugar y en todo momento en como los consejos o comunas;
que ha podido levantarse, la forma institu- f. que tal sustitución resulta de una ideología y
cional de los consejos obreros y populares práctica política de los partidos obreros bu-
o comunas, porque solamente a través de rocratizados, que en tal sentido es prisionera
esa especifica forma puede ser ejercicio el de una ideología de origen burgués acerca
control directo y cotidiano del poder por los de las relaciones entre partido y poder polí-
trabajadores; tico, y entre partido y clase, y de cuyo modo
c. que todo camino hacia la restauración de un tales partidos se convierten en canal de for-
Estado cuya forma institucional es la misma mación de burocracias que se desclasan del
o equivalente a la del Estado burgués, impli- seno de la clase trabajadora;
ca el corte del proceso de socialización del g. finalmente, que es necesario romper con la
poder político y de todo el proceso socialis- ideología de la ocupación del poder por el o
ta; los partidos, con la ideología de que la uni-
d. que esa restauración de un Estado separado dad de la clase se expresa en la unicidad del
del control inmediato y directo de las masas partido, para abrir el paso a la socialización
organizadas, es el canal de formación y desa- del poder político tras la destrucción del Es-
rrollo de una capa burocrática que repriva- tado burgués, en la forma de la democracia
tiza el poder político en su beneficio y para directa de los productores.
el control de la producción y del excedente,
tendiendo a desarrollarse en la dirección de Lo anterior implica, por otra parte, que la
una nueva clase dominante; burocratización y reprivatización del poder
e. que este fenómeno no es solamente determi- político conquistado por las masas es corre-
nado por las condiciones materiales y cultu- lato de la burocratización del partido político
rales generales de formaciones sociales de que realiza esa reprivatización del poder. Lo
capitalismo subdesarrollado y dependiente, uno no ocurre sin lo otro. En otros términos,
Poder y democracia en el socialismo 585

que del mismo modo como no es cierto que además de su teoría y programa formales y de
cualquier forma institucional del poder polí- la voluntad explícita de sus miembros, afiance
tico es apta para cobijar el poder directo de efectivamente la democratización interna del
las masas, tampoco es efectivo que cualquier proceso político de la clase y la unidad de sus
tipo de organización partidaria, bajo cual- organismos directos.
quier forma de estructura institucional, es De otro lado, la clase no es algo dado sino
apta para expresar y abrir el cauce del movi- que está en constante proceso de hacerse, en
miento de los explotados hacia la democra- el curso de las modificaciones concretas de
cia directa de los trabajadores. la estructura social que le da existencia y de
No es suficiente la teoría formal, el progra- las luchas sociales y políticas que van con-
ma, la voluntad manifiesta, esto es la subje- formando su organización y su subjetividad
tividad, para que un partido sea realmente la o conciencia social y política. Y, por eso, no
expresión del movimiento organizativo de la puede admitirse la idea de que un único mo-
clase en términos políticos hacia la destruc- delo establecido en una revolución exitosa en
ción del Estado burgués y el control inmedia- una formación social dada y en un contexto
to y directo de un nuevo tipo de poder político histórico concretos, pueda servir para expre-
como el que implican los consejos o comunas sar en todo tiempo y en todo lugar el proceso
obreras y populares. de organización y concientización políticas
Un partido burocrático contiene embriona- de la clase, y servir para la resolución de las
da una burocracia y su tendencia a sustituir el tareas especificas que la lucha de clase con-
poder directo de las masas, tanto durante la lu- creta le demandan.
cha contra la burguesía como durante el ejerci- Así, el partido del proletariado revoluciona-
cio del poder revolucionario. rio no puede ser concebido de otro modo que
El movimiento de la clase obrera, a la ca- como el proceso de organización de la clase,
beza de los demás explotados y dominados, en las condiciones especificas y particulares
hacia la democracia directa de los producto- de su propia lucha contra la burguesía y su Es-
res no puede expresarse y desarrollarse vic- tado, dentro de una formación social concreta
toriosamente sino en una organización par- y en un contexto histórico determinado, esto
tidaria que estructural o institucionalmente, es concreto.
586 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

La clase, además, tampoco puede ser con- inmediata; en la distribución espacial del ca-
cebida como una estructura monolítica y mu- pital; en la configuración de los poblamientos
cho menos en formaciones sociales como la y residencias; en las relaciones entre naciona-
nuestra, marcadas por la extrema desigualdad lidades y etnias, si ellas existen diferenciadas
y heterogeneidad del desarrollo del capital y en una formación social; en las relaciones in-
de sus formas de articulación con otras rela- tersexuales; en las instituciones de poder cul-
ciones de producción y con el orden imperia- tural y político.
lista. De allí se desprende, necesariamente, el El partido es el resultado de ese movimien-
carácter teóricamente inadmisible de que la to histórico cambiante, que procesa la clase,
clase pueda organizarse en un único partido y es al mismo tiempo la expresión del movi-
siempre, o que cada uno de los partidos tien- miento organizativo y de conciencia política
da a ser monolítico. El monolitismo partidario de la clase en cada una de esas instancias,
como la idea de partido único, como canales porque se organiza en cada una de ellas y se
del movimiento político de la clase, implican articula globalmente con todas ellas en un
la idea del monolitismo de la clase. Y tal idea organismo conjunto, actuando así en el cuer-
es extraña a la historia y a la teoría materialis- po conjunto de la clase y en cada una de sus
ta de la historia. instancias de estructuración y de lucha. No
En su movimiento de lucha, de organiza- puede, en consecuencia, consistir en una or-
ción y de toma de conciencia de sus intereses ganización institucionalmente distinta, en lo
específicos, el proletariado se va configuran- fundamental, que la que realiza el movimiento
do como clase dotándose de una estructura concreto de la clase.
y de tendencias de institucionalización, que De ese modo solamente, un partido puede
corresponden a cada una de las áreas de su irse constituyendo no como una representa-
existencia social en y desde las cuales se en- ción externa de la clase, sino como la expre-
frenta a la explotación y a la dominación. En sión política consciente y organizada del con-
las relaciones inmediatas de explotación y junto del movimiento interno de organización
en sus instituciones concretas, referidas a la de la clase. Pues el partido no es, no puede
producción, distribución, reproducción; en ser, una representación de la clase, sino un
las relaciones sociales fuera de la producción organismo interno que dirige su movimiento
Poder y democracia en el socialismo 587

en cada una de sus áreas de acción y articula frente a las de otras organizaciones o corrien-
globalmente la perspectiva de ese movimien- tes políticas, buscando legítimamente que la
to. Y dirigir consiste no en impartir directivas clase asuma esas propuestas, pero con la total
o consignas, ante todo, sino en descubrir y disposición de aprender de ese debate, de ser
hacer consciente para la clase el sentido, la capaz de poner en cuestión sus supuestos y
perspectiva, las metas y los caminos de su proposiciones, y sobre todo, de subordinarse
movimiento histórico. Es decir, hacer visible a las decisiones colectivas y democráticas de
la dirección objetiva que este asume en el cada organismo de la clase o del conjunto de
contexto de las luchas por la socialización de ella, en lugar de dividir esos organismos todo
la sociedad. el tiempo para hacer valer sus propios intere-
Así, la democracia interna del partido se ses de grupo.
funda en la democracia interna de la clase, y La lucha contra las tendencias de burocra-
eso fortalece y defiende a esta última y a través tización de los organismos políticos de la cla-
de eso la vitalidad de la democracia socialis- se, partidos o no, consiste pues no solamente
ta, o democracia directa de los trabajadores. en modificar radicalmente las ideas acerca de
Y todo ello supone la presencia deliberante y las relaciones entre poder y partido, sino ante
decisoria de las bases de la clase, en cada uno todo de las relaciones entre partido y clase, de
de sus organismos. El partido sólo puede ac- modo que eso se funde en la base objetiva de la
tuar en el seno de ellos, y actúa en el conjunto estructura institucional del partido, y no sola-
de la clase por medio de la globalización ar- mente en el nivel de la subjetividad.
ticulada de esas acciones en una perspectiva Todo ello implica formas de acción y de lu-
estratégica general. cha fundamentalmente diferentes que las que
Y en tanto que ningún partido por separa- caracterizan a los partidos burocratizados o
do puede pretender ser el único depositario que tienden a serlo. Ante todo, la lucha por
de toda la conciencia de la clase o de sus más el fortalecimiento de los organismos que la
altos y definidos niveles, concurre a la direc- clase forma en su movimiento, por su demo-
ción de la clase y de cada uno de sus orga- cratización interna, por la unificación demo-
nismos e instancias de lucha, proponiendo crática (esto es, a través del debate abierto y
al debate de ella sus ideas y defendiéndolas libre y bajo el control directo de las bases) de
588 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

todos esos organismos en un movimiento ar- movimiento de articulación global y demo-


ticulado globalmente. La lucha por la unidad crática, porque eso, precisamente, es la base
política de la clase no puede consistir en la misma de la democracia directa de los traba-
integración burocrática entre las cúpulas par- jadores y de su capacidad de lucha por ese
tidarias, de partidos estructurados por fuera poder, bajo todas las circunstancias y formas,
del movimiento organizacional de la clase. violentas y no violentas.
Consiste ante todo en la lucha por la unidad
de los organismos de base de la clase, en un Lima, mayo de 1981.
La crisis en Europa del Este
y la izquierda en América Latina*

E l derrumbe de los regímenes del “socia-


lismo realmente existente” en Europa del
Este es, en lo inmediato, casi una catástrofe
telectual y política que el estalinismo colocó
sobre toda la izquierda, afectando en cierta
forma inclusive a las corrientes y grupos an-
para la mayoría de las gentes de “izquierda” de tiestalinianos, pues toda la problemática del
todo el mundo, no solamente para las de Amé- socialismo fue implicada. Los escombros del
rica Latina. La desmoralización y / o la perpleji- mundo posestaliniano hacen posible la desmi-
dad empujan a muchos a la desocupación polí- tificación del debate socialista. Hacen patente
tica; a no pocos a pasarse con armas y bagajes la necesidad de volver a partir en ese debate
al campo contrario o, lo que es casi lo mismo, y, al mismo tiempo, deslindan un nuevo pun-
a un pragmatismo sin atenuantes. Algunos pro- to de partida. De esa manera será posible re-
curan aún guarecerse detrás de esa suerte de constituir más pronto las bases de una crítica
vulgata marxista que el dominio burocrático revolucionaria del poder, y de otro proyecto de
fue secretando, desde mediados de los años sociedad alternativa.
veinte, como su “ortodoxia”. Una de las cuestiones centrales que tienen
Sin embargo, para el mediano y, sobre todo, que ser decididas en el nuevo punto de partida
para el largo plazo, la crisis de tales regímenes es el dominio del eurocentrismo en la mane-
inicia una liberación de la pesada hipoteca in- ra de conocer la realidad social, y en particu-
lar en el empleo y en el desarrollo del legado
intelectual de los principales teóricos del so-
* Publicado en: Quijano, Aníbal 1995 El fujimorismo
Y el Perú (Lima: SEDES) pp. 45-48. Primera edición en: cialismo europeo, Marx en primer lugar. Para
Cultura Libre, Suplemento de Pagina Libre (Lima), 29 el debate y para la práctica del socialismo en
de agosto de 1990. América Latina eso es, sin duda, una condición
590 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

imprescindible. El eurocentrismo consiste en a Martí, Mariátegui, Haya. Después de todo,


una perspectiva según la cual todas las expe- fue en América Latina que comienza la historia
riencias históricas son “leídas” según la expe- de ese debate, desde fines del Siglo XVIII. La
riencia de Europa; las sociedades en América experiencia de formación de movimientos y
Latina o en el resto del “Tercer Mundo” serían partidos revolucionarios, desde las bases mis-
inteligibles solamente como si fueran Europa, mas de los grupos explotados y dominados y,
no a partir de las especificaciones históricas de por eso, de modo profundamente democrático
tales sociedades. El predominio de semejante y antiburocrático, fue muy extendida antes de
perspectiva en el pensamiento revolucionario 1930. Los casos del Partido Socialista de Puer-
fue una de las marcas del poder estaliniano, y to Rico, a pesar de la derrota final de sus ten-
no cabe duda de que impidió el conocimiento dencias radicales bajo el peso del colonialismo
efectivo de nuestra realidad y, algunas veces, yanqui y del gomperismo sindical; del Partido
llevó a la sustitución de ésta por esquemas casi Revolucionario Socialista de Colombia, en los
puramente ideológicos. El término de la larga mismos años, cuyas discusiones registran uno
prisión estaliniana sobre el pensamiento so- de los más intensos momentos del desarrollo
cialista podrá llevar también a la cancelación de la democracia revolucionaria en el seno de
del eurocentrismo, y no sólo en América Lati- los grupos de trabajadores, antes de ser víc-
na. Los propios europeos, y no menos urgen- timas de la masacre de 1927; del movimiento
temente, deben ser ayudados a defenderse del obrero chileno, que ya hacia 1912 defendía el
eurocentrismo. socialismo. De otro lado, la rica historia de los
Para esas tareas hay en América Latina, movimientos anarquista y anarco-sindicalista
bajo las cenizas del predominio del “socialis- en virtualmente todos estos países, estuvo
mo realmente existente”, un rico y complejo muy lejos de ser, simplemente, una prolonga-
legado intelectual y político revolucionario, ción de la experiencia europea, si se recuerda,
que es importante rescatar. Por ejemplo, el de- por ejemplo, a González Prada y sus propues-
bate sobre la cuestión nacional fue en América tas sobre lo indio y la cuestión nacional. La
Latina, hasta fines de los años treinta de este experiencia de los movimientos populares de
siglo, no menos original y rico que en Europa orientación democrático-nacionalista radical,
de ese mismo período: baste aquí mencionar el primero de los cuales, a pesar de la derrota
La crisis en Europa del Este y la izquierda en América Latina 591

de sus tendencias más radicales, terminó con gui. Ambas fueron virtualmente condenadas
la destrucción del poder oligárquico en Méxi- por la dirección estaliniana. No fue a ésta, sin
co, no consistió solamente en un caso particu- embargo, a la que 60 años de historia posterior
lar de una “revolución democrático-burguesa” ha confirmado.
a la europea, y su debate latinoamericano En realidad el debate latinoamericano ha
tampoco ha seguido únicamente la canónica retomado cauces propios ya desde fines de la
del estalinismo. O, en fin, las experiencias re- Segunda Guerra Mundial, especialmente en las
volucionarias posteriores, desde la década de décadas de los sesenta y setenta, y a pesar del
los veinte, pasando por la revolución boliviana cambio posterior de la correlación de fuerzas,
de 1952, por la Asamblea Popular del 71-72, en por las derrotas de virtualmente todos los mo-
ese mismo país, hasta la derrota de los proce- vimientos y regímenes de carácter popular de
sos de los años setenta, serían ininteligibles esa etapa, y de la extendida influencia de las
desde una perspectiva eurocentrista. Ahora es versiones más reaccionarias del liberalismo,
el tiempo de abandonarla y dejar la mirada co- sus corrientes no se han extinguido. Es, en
lonial, definitivamente. gran medida, sobre esas bases que está comen-
Acerca de eso, es pertinente recordar que zando, de nuevo, el reconocimiento de la rea-
fue la Primera Conferencia Comunista de Amé- lidad social latinoamericana, en el nuevo con-
rica Latina reunida en Buenos Aires, en junio texto mundial.
de 1929, por el Buró Latinoamericano de la III En efecto, después de casi dos décadas de
Internacional, bajo su estrecho control la pri- ininterrumpida crisis del capitalismo en estos
mera gran ocasión del enfrentamiento entre el países, la estructura de poder, en cada una de
pensamiento revolucionario latinoamericano, sus áreas, es ampliamente diferente. Las rela-
con sus específicas perspectivas sobre la rea- ciones sociales que se ordenan en torno del
lidad social de estos países y con sus propios dominio del capital, son ahora muy cambiadas.
proyectos revolucionarios, y, de otro lado, la La actual crisis política de todos los países lati-
“ortodoxia” estaliniana. Del lado latinoameri- noamericanos muestra, entre otras cosas, que
cano estuvieron, sobre todo, la delegación co- se ha producido una distancia muy grande en-
lombiana con Maecha a la cabeza, y la peruana tre la estructura, sus instituciones sociales y el
que sostenía las tesis de José Carlos Mariáte- Estado, y que hay una crisis abierta de repre-
592 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

sentación política. La situación de la mayoría (Bettelheim); Colectivismo Burocrático (Me-


de los partidos de izquierda hace parte de esa llotti); nuevo tipo de sociedad de dominación
problemática. Si algo llamable “izquierda” (no (Bahro); muchos estudiosos en la propia Ru-
hay más remedio que usar el término con to- sia sostienen hoy el carácter de clase del po-
das las salvedades de un entrecomillado, dada der existente (Davies), como Djilas antes (La
la situación actual) puede ser reconstituida Nueva Clase); eso se acerca a la hipótesis de la
en el periodo que comienza, no puede partir posible mutación de la “deformación burocráti-
sino de esa tarea, la de un reconocimiento de ca”, si llegara a durar más de lo previsto, en un
nuestra realidad, dentro del nuevo contexto poder de clase (Trotsky); el propio Gorbachov
mundial. Es decir, de la reconstitución de una emplea la fórmula de “sistema de comando
crítica revolucionaria del poder existente, de administrativo” para el dominio de un partido
los supuestos y categorías que se produzcan único en el Estado. Y esta lista no es, en modo
en ese trabajo, que permitan producir o ir pro- alguno, exhaustiva. Se trata, como no podría
duciendo una nueva utopía, como proyecto ser de otro modo, de una problemática vasta
de un nuevo sentido histórico de la existencia y compleja, que excluye un debate simplista o
social en estas tierras. Lo que no asuma esa mal intencionado.
larga y delicada tarea, que es parte de la lucha En el periodo que termina, el debate fue en-
cotidiana en contra de la explotación y de la trampado en un falso problema: si propiedad
dominación difícilmente sería distinto de la privada o propiedad estatal; si empresa privada
“izquierda” que hoy sigue tratando de cogober- o empresa estatal. Pero 70 años después no hay
nar el orden existente. modo de no ver que se trata, en definitiva, de
De otro lado, la propaganda capitalista in- las dos caras de lo mismo. Fue una economía
siste en que es el socialismo lo que llega al fi- de control estatal que se llamó socialista, y es
nal de su historia, en la crisis de los regímenes ella la que se derrumba. El capitalismo privado
de Europa del Este. Sin embargo, la cuestión pretende cantar victoria. Inclusive proclama,
no es tan simple. De hecho, la mayoría de las Fukuyama mediante, nada menos que el fin de
posiciones que están en debate dentro de la la Historia y el comienzo del eterno reinado del
izquierda, no admiten el carácter socialista de capital y del liberalismo.
aquellas sociedades: Capitalismo de Estado La historia, sin embargo, apenas comienza
La crisis en Europa del Este y la izquierda en América Latina 593

en realidad. El socialismo como proyecto alter- ciones de tipo comunitario en las ciudades
nativo al capitalismo no se originó en el sueño empobrecidas, o la revitalización y cambio de
de un nuevo poder estatal, cualquiera que fuese las comunidades rurales de larga y continuada
su carácter. Fue el proyecto de la democracia historia, puede ser mirada como parte de ese
directa: elección y control directo de la auto- proceso. Y estamos apenas en los umbrales
ridad; debate y decisión como su modo nor- del nuevo período histórico.
mal de ejercicio; reciprocidad como relación Los regímenes formados en los procesos
social básica, piso de la solidaridad social: revolucionarios previos, y que lograron sos-
espacio creciente del libre desarrollo indivi- tenerse hasta hoy, como en el caso de Cuba,
dual. Única fuente y cauce de un continuado difícilmente podrían continuar sosteniéndose
proceso de erradicación de la explotación y de con todas sus actuales características aisla-
la dominación. Esa fue también la inferencia das. “Ya no hay campo socialista”, ha dicho el
de Marx después de la Comuna de París. Ese propio Fidel Castro. Pero no es cierto que la
proyecto no es lo que ahora colapsa con el “so- única opción alternativa sea la plena restaura-
cialismo realmente existente”. ción del capitalismo liberal. Por el contrario,
Se sabe que ese debate ya está activo entre se trata allí, como en todas partes donde fuera
los explotados y dominados, inclusive en Ru- posible, de una profunda transformación en la
sia y otros países que se liberan de la repre- dirección de una democracia directa como la
sión burocrática, como lo está en varios otros expresión precisa de la democracia socialista,
lugares, y ciertamente en América Latina. En- alternativa a la democracia liberal. Pero son las
tre los nuevos movimientos populares de esta propias masas las que allí, como en los demás
región, así como en otras partes del “Tercer lugares, tienen la palabra.
Mundo”, los más importantes vienen de esas Mientras parece que se hunde el “socialis-
nuevas fuentes y se orientan en esa dirección. mo realmente existente”, el poder del capital
Las formas específicas que sus instituciones se extiende a escala planetaria. La explotación
cobren, así como las formas de su enfrenta- y la dominación no se han terminado, en con-
miento con el poder vigente, difícilmente se- secuencia. Y esa es, exactamente, la cuestión
rían idénticas en un mundo heterogéneo. En central del socialismo: la lucha contra la explo-
América Latina, la reconstitución de institu- tación y contra la dominación, en todo tiempo
594 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y en todo lugar donde existan, bajo cualquier hasta hoy, entre el capitalismo privado y la es-
forma. No solamente contra los explotadores tatización de la economía y de la sociedad. Las
y dominadores específicos del capitalismo. En luchas contra la explotación y la dominación
ese sentido, la experiencia con el “socialismo se orientarán, en adelante, hacia la democracia
realmente existente”, así como las tendencias directa, como la más eficaz manera de asegurar
actuales del poder capitalista y de los nuevos y desarrollar la solidaridad social, la libertad
movimientos sociales y políticos, conducen, individual y la democracia cotidiana de la so-
sin duda, a una fundamental redefinición de la ciedad. Esa es, después de todo, la más larga y
idea misma de una revolución socialista. Eso continuada utopía de América Latina.
parte de liberarla de la falaz disyuntiva en que
el estalinismo y el liberalismo la entramparon Lima, julio de 1990.
¿El fin de cual Historia?*

F rancis Fukuyama saltó de la oscuridad


de una oficina burocrática de los Estados
Unidos a la celebridad mundial, tras la publi-
idea central cala, literalmente, como anillo al

que se realizaba, se objetivaba, en la Historia humana,


cación de El fin de la Historia1, un texto cuya como Historia. Cuando todas su potencialidades y
virtualidades se hubieran objetivado, se habría llegado
pues al fin de la Historia. Es conocida la discusión
* Publicado originalmente en Análisis Político (Insti- sobre la presunta duplicidad de Hegel, entre la Idea
tuto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales - absoluta y el Estado Prusiano. Pero ese es otro asunto.
Universidad Nacional de Colombia) N° 32, sep.-dic., 1997. Esa tesis ha producido varias opciones de lectura.
Una es la de Marx. De una parte su visión del fin de la
1 Fue publicado en World Affairs, New York, 1989. La Prehistoria, como reino de la necesidad, y del comienzo
fama impulsó después al autor a expandir su relato en un de la Historia como reino de la libertad. De la otra, su
libro del mismo título. Después publicó textos que asumen tesis de que todo modo de producción, en este caso el
con más claridad su papel de publicista del capital: Trust. Capital, no se retira de la historia sino cuando todas sus
La historia filosófica de la idea, desde Hegel, es de potencialidades han sido plenamente realizadas. En fin,
dominio común. He preferido, por eso, abrir aquí un la propuesta de que toda Historia es la de una entidad
debate distinto, proponiendo una lectura diferente de si no suprahistórica, sí supraindividual, la sociedad,
la Historia transcurrida y una hipótesis opuesta sobre despojando así a la propuesta hegeliana de su envoltura
sus direcciones en curso. Ella misma dará cuenta, a mística. Otra es la de Benedetto Croce y la idea central
su tiempo, de ambas. Está pendiente el debate sobre de su libro La Historia como hazaña de la libertad,
las opciones alternativas de lectura de la propuesta implicando que la realización total de la libertad y de
hegeliana. Pero aquí es pertinente apenas una breve nota. su universalización en el planeta serían el final de la
Historia. La más reciente es la de Alexandre Kojéve
Hegel (Fenomenología del Espíritu y Ciencia de la (originalmente, Kojevnikov, emigrado ruso radicado
Lógica) propuso la tesis de una entidad suprahistórica en París), expuesta en su hoy famoso seminario de
596 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

dedo de la burguesía mundial en el momento éste que las luchas de los obreros europeos y
mismo en que ésta emergía, finalmente, vence- euroamericanos tuvieron que ser enfrentadas,
dora absoluta de un largo enfrentamiento con- al mismo tiempo que las de los explotados y
tra sus explotados, los trabajadores de oprimidos del resto del mundo. Si bien no es-
todo el mundo, y contra su rival, el despotismo tuvieron siempre combinadas, su mera simul-
burocrático bautizado como “socialismo real” taneidad obligó a la burguesía central a admitir
y articulado en un sistema internacional de- reconfigurar el poder tan amplia y drástica-
nominado “campo socialista”. Ya que durante mente como fuese.
buena parte del siglo XX, tal “socialismo real”
había encarnado para muchos una genuina al-
ternativa histórica al capitalismo, y ese “campo Las mutaciones del capitalismo
socialista” el polo concreto de poder real an-
tagónico al sistema imperialista del capital, el Tal vez no es inútil recordar que, apenas comen-
colapso total de sus centros europeos parecía zado este siglo, arrancó la ola de las grandes re-
sellar para siempre esa victoria. voluciones sociales: México 1910, China 1911,
Ese período de guerra entre el capital y el Rusia 1917, Turquía 1919. Y, aunque entre 1918
trabajo se prolongó durante dos siglos y tuvo al y 1940 fueron derrotadas en Alemania, España,
planeta entero como escenario. Pero su tiempo Europa del Este, Estados Unidos y, después de
decisivo resultó ser el siglo XX. Porque fue en México, en toda América Latina, otro período
de revoluciones recomenzó poco después de la
Segunda Guerra Mundial, con las luchas antico-
la Sorbonne (1935-1939), de que la universalización loniales de África, al mismo tiempo que las de
del capitalismo, del mercado y de su orden político,
Asia, América Latina y Europa del Este contra
implican la plena objetivación de la Idea hegeliana y
en consecuencia el fin de la Historia. Fukuyama repite el imperialismo. Dicho período tuvo momentos
esa variante. Los escritos de Kojéve han sido ya casi de triunfos decisivos: China 1949, India 1950,
todos publicados en Francia. Sobre todo Introduction Bolivia 1952, Cuba 1959, Argelia 1962, Vietnam
a la lecture de Hegel, (París: Gallimard, 1947). Su más 1975, los “socialismos africanos” (Tanzania,
completa biografía intelectual todavía es la de Auffrett,
Mozambique, Angola, Guinea-Bissau), para se-
Dominique 1990 Alexandre Kojéve. La philosophie,
l´Etat, la fin de l´Histoire (París: Grasset). ñalar los más importantes.
¿El fin de cuál Historia? 597

Para la burguesía mundial, en especial la eu- tido, sobre todo porque en ese contexto podían
roamericana, durante un primer período fue in- negociar mejor la distribución de los beneficios
dispensable, primero, ceder a los trabajadores de la explotación mundial.
europeos y euroamericanos la extensión de la Así pudo avanzar el proceso de descoloniza-
ciudadanía y, después, las ventajas del “Welfare ción en Asia y África y el proceso de nacionali-
State” o “Estado benefactor” para contener sus zación y democratización, sobre todo en Amé-
luchas dentro de los límites del poder capita- rica Latina. Las luchas nacionales y sociales
lista, pero también como precio de su lealtad forzaron una reconfiguración del poder mun-
frente a los “pueblos de color” (el más bella- dial, empujaron a la relativa desconcentración
co y perverso, pero también el más eficiente, del control de recursos de producción y a la
influyente y duradero de los instrumentos de extensión relativa de los derechos ciudadanos,
clasificación de los dominados), colonizados, para mantener el control de los ejes centrales
ultraexplotados, embotellados en el atraso y del sistema global.
en la degradación, bajo el dominio colonial eu- También, sin embargo, en esa misma lucha
ropeo e imperialista euroamericano. muchos trabajadores aprendieron que la con-
Empero, sobre todo desde la Segunda Gue- quista y consolidación de esas formas de exis-
rra Mundial, las víctimas del colonialismo del tencia social no serían viables, en definitiva,
poder emergieron combatiendo en todas par- sino con una radical mutación del poder, por la
tes, ante todo por conquistar las mismas ven- devolución a los trabajadores del control sobre
tajas de los euroamericanos, idealizadas desde su existencia cotidiana e histórica, es decir so-
la mirada colonial: Estados-nación, ciudadanía, bre el sentido de su historia. Por el socialismo,
democracia, igualdad social, libertad individual en una palabra. Eso amenazaba ya no solamen-
y acceso creciente a los bienes y servicios ma- te a los amos coloniales e imperiales, sino al
teriales y culturales producidos en el mundo. conjunto de la burguesía de todo el mundo y a
Capitalismo y modernidad, pues. No moderni- cada uno de sus grupos “nacionales”.
zación capitalista. En esa dirección y dentro de En consecuencia, ya no sólo para la burgue-
esos límites, incluso algunos núcleos importan- sía euroamericana, sino para su conjunto mun-
tes de la burguesía no euroamericana podían dial, fue preciso reorganizar las alianzas de ex-
tener con sus trabajadores un interés compar- plotación y de dominación. Eso fue llevado a
598 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

cabo bajo la dirección de sus grupos centrales arreglo. A ésta se le permitió imponerse sobre
y de su Estado hegemónico, el de los Estados Europa del Este. Pero al precio, primero, del
Unidos. Hubo que admitir el rápido fin del colo- directo sabotaje de las revoluciones de Euro-
nialismo, ya que éste arriesgaba en el seno de la pa mediterránea, Grecia e Italia en particular.
propia burguesía enfrentamientos que podían Y en adelante, del control sobre los grupos
ser letales frente a vastos movimientos arma- revolucionarios organizados en los partidos
dos de trabajadores y de amplias capas medias comunistas. Desde entonces, la contradictoria
y que podían reducir el campo de maniobra naturaleza del despotismo burocrático se hizo
de la burguesía hegemónica. El colonialismo definitiva: rival de la burguesía en el control del
terminó y pudo ser reemplazado por el impe- poder mundial, pero ya no su antagonista, por-
rialismo, esa específica alianza de dominación tador del socialismo. El modelo se extendió, de
entre la burguesía imperial y la de los países modo independiente, a Yugoslavia, a China, a
sometidos, y se reordenó el frente conjunto de Cuba, a Vietnam.
la burguesía contra los explotados. Rebautizado como “socialismo realmente
existente” o “socialismo real”, para navegar
entre la crítica y el desapego crecientes de los
“Socialismo real” y capitalismo revolucionarios socialistas de todo el mundo,
pasó a ser rival de la burguesía imperialista
Por su lado, el despotismo burocrático, impues- en la disputa por la hegemonía sobre el orden
to por el estalinismo desde fines de los veinte, capitalista mundial, y apoyó por eso, limitada-
contra los trabajadores y los revolucionarios mente, las luchas anticoloniales y antiimperia-
socialistas en Rusia, fue admitido, durante la listas. Pero también pasó a ser su aliada para
Segunda Guerra Mundial, como aliado coyun- enfrentar a los movimientos revolucionarios
tural indispensable por el bando burgués, an- que emergían en contra del despotismo bur-
gloamericano sobre todo, que disputaba con gués y del burocrático, al mismo tiempo.
Alemania y Japón el control hegemónico del Nunca fue tan explícita esa alianza como en
imperialismo mundial. Como resultas de esa la decisiva década entre 1965 y 1975, cuando
guerra, la burguesía hegemónica y la burocra- una vasta ola antiburguesa, antiburocrática y
cia despótica de Rusia negociaron un nefando antiautoritaria, avanzaba en todo el mundo.
¿El fin de cuál Historia? 599

Se la denominó “revolución cultural” porque los partidos llamados “comunistas”, princi-


ponía en cuestión no solamente las relaciones palmente en Checoslovaquia, en Polonia, en
materiales de poder, sino también, por fin la co- Francia, en Alemania, en Estados Unidos, en
lonización del imaginario y los supuestos, los China, en México.
fundamentos intersubjetivos de la racionalidad
capitalista. Era, por primera vez, la revuelta de
las gentes no sólo como trabajadores explota- El comienzo del fin:
dos, sino como portadoras de necesidades de la “globalización”
liberación en cada una de las dimensiones de
la existencia humana en sociedad. Fue, pues, Ese fue el comienzo del fin de esa historia. La
no sólo la revuelta de obreros, campesinos y derrota mundial de los movimientos radicales
capas medias contra la explotación del trabajo “antisistema” como dicen algunos –en otros
y la distribución de su producto, por el cambio términos, de los movimientos revolucionarios
de su lugar en la sociedad y en el Estado. Fue que luchaban por la “autoproducción democrá-
al mismo tiempo, la revuelta de los jóvenes, tica de la sociedad”, según la apta formulación
de las mujeres, de los homosexuales, de los de Castoriadis–, arrastró también la de todos
“negros”, de los “indios”, de los “mestizos”, de los demás movimientos de los explotados y
los “chicanos”, de los “newyoricans”, contra dominados del mundo y la gradual desintegra-
el “racismo-etnicismo”, contra el sexismo y el ción de sus organizaciones de defensa sindical
machismo, contra la represión sexual, contra y política.
el eurocentrismo, contra el imperialismo, con- Esas derrotas, asociadas a las consecuen-
tra la ética productivista y consumista, contra cias del agotamiento del patrón de acumula-
el autoritarismo en el Estado y en la vida coti- ción hasta entonces dominante, permitieron la
diana de la sociedad. exitosa contrarrevolución mundial que está en
Como nadie ignora, o puede pretender ig- curso. Esta reconfigura las relaciones de poder
norar, ese movimiento revolucionario mun- a escala global, entre países, entre regiones de
dial fue contenido y derrotado en todas partes cada país, entre sectores de la economía, entre
por el esfuerzo combinado de la burguesía y grupos burgueses, reconcentra y reprivatiza en
de la burocracia del “campo socialista” y de manos de los grupos hegemónicos de la bur-
600 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

guesía, el control de recursos de producción ca, puede integrar mundialmente sus institucio-
y del Estado, desnacionaliza los Estados más nes de administración. Organiza, por medio de
débiles, los desdemocratiza, pues produce instituciones supraestatales (Fondo Monetario
la sustitución del control democrático de los Internacional, Banco Mundial), el control del
electores sobre el Estado, por el control de una movimiento de capitales en los países con Es-
tecno-burocracia cooptada del todo al capital, tados no nacionalizados o exitosamente desna-
que no depende para nada de la opinión o de cionalizados. Al mismo tiempo, y por medio de
la voluntad de los electores, desdemocratiza y esos mecanismos, condena a la mayoría de los
desnacionaliza sus sociedades, pues relegiti- trabajadores “de color” de todo el mundo a una
ma la desigualdad social y rompe las precarias pauperización continuamente agravada y así
conquistas sociales de los explotados, reclasifi- los empuja a la migración mundial, mientras los
ca la población mundial a escala global, en una presenta como chivos emisarios para la xeno-
tendencia irreversible de polarización entre fobia exacerbada de los trabajadores “blancos”
una minoría rica y todopoderosa de explotado- de los países centrales y organiza la represión
res y sus asociados y la inmensa mayoría res- contra los migrantes. Controla de ese modo, sin
tante de trabajadores cada vez más empobreci- atenuantes, el flujo mundial del trabajo.
dos, desintegra los procesos de agrupamiento Así, la concentración del control imperialis-
social y político de los dominados y los empuja ta sobre el tramo final del proceso de integra-
a una completa crisis de identidad social, con ción mundial de la estructura de acumulación,
todas sus implicaciones sobre la memoria, la iniciado con América hace 500 años y que des-
conciencia, el discurso. Usa el poder de la tec- de hace algunas décadas se conoce como “glo-
nología actual de comunicación y de transpor- balización”, parece no tener obstáculos.
te, para tratar de imponer una recolonización En un período notablemente corto y por el
mundial del imaginario. momento controlando la focalización de la vio-
En ese marco y sobre esas bases, la burguesía lencia estrictamente sobre las poblaciones más
mundial ha procedido a liberar de todo control pobres (Ruanda-Burundi, Zaire, Somalia, Che-
nacional el flujo mundial de capital, financiero chenia) o sobre los Estados más democráticos
en primer término. Gracias a su control de los del “socialismo real” (Yugoslavia), o sobre re-
productos de la revolución científico-tecnológi- gímenes despóticos pero que resisten la desna-
¿El fin de cuál Historia? 601

cionalización de sus Estados (Irak), la victoria años no consiguieron desbordar, ni romper, mu-
total y definitiva de la burguesía aparece sin ri- cho menos hacer estallar, el patrón o “sistema”
vales, menos aún antagonistas, a la vista o pre- de poder configurado en torno del capital. Lo
visibles. El proceso parece incluso equivaler, a que produjeron en cambio, y paradójicamente
primera vista, a toda una integración global del cuando más exitosas fueron, fue el desarrollo
poder en todas y en cada una de sus instancias. de las virtualidades inherentes a la naturaleza
¿Quién podría dudar, a la vista de semejante de este poder. En especial dos: 1) la universa-
panorama del actual poder del capitalismo, que lización de la producción para el mercado y
éste puede ahora, y en adelante, reproducirse del mercado mismo, es decir de las relaciones
indefinidamente? ¿Qué, en efecto, podría obs- sociales de mercado, como ejes materiales e
taculizar aún el continuado despliegue de la intersubjetivos de la vida diaria de todas las
propiedad privada de la burguesía y del merca- poblaciones y en todos los espacios históricos;
do como los únicos ejes de la vida cotidiana de 2) la necesaria equivalencia de los actores en el
la humanidad? Y muertos para siempre los fas- mercado, como el único fundamento real y por
cismos y los socialismos, ¿qué podría interrum- lo tanto, el límite, de la equivalencia jurídica y
pir la continuidad del liberalismo como el úni- política de las gentes, esto es, de la ciudadanía,
co orden político realmente existente? ¿Y no del orden liberal, en suma.
es todo eso una demostración eficiente de que Esas no fueron siempre las demandas im-
toda visión o propuesta alternativa al reino del plicadas en las luchas revolucionarias de los
capital, del mercado y del liberalismo no era, ni trabajadores del mundo y tanto más fuertes y
podía ser, otra cosa que pura ideología? ¿No es, radicales. Pero ellas terminaron como el resul-
pues, simplemente exacto promulgar que, por tado histórico de las confrontaciones, como
lo tanto, toda otra historia no es posible? las victoriosas derrotas de la burguesía y, sobre
todo, de lo burgués, en las revoluciones. Así,
las revoluciones fueron decisivas en producir
¿Por quién doblan las campanas? el máximo desarrollo y la universalización de
tales virtualidades del capitalismo. ¿Por qué?
Debe ser visible a estas alturas, que todas La cuestión apenas comienza a ser abierta.
las revoluciones triunfantes durante estos 200 Con todo, es probable que eso se deba, en lo
602 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

fundamental, a que en especial desde el fin del rrota final de los movimientos “antisistémicos”,
siglo XIX hasta entrados los años sesenta del anuncian, en consecuencia, que el sistema está
actual, entre esos movimientos y en particular plenamente configurado, madurado, desarro-
entre sus grupos más exitosos, la hegemonía lladas del todo todas sus potencialidades. Su
del eurocentrismo –el patrón central de la ra- historia ha terminado.
cionalidad capitalista– permaneció incontesta- Fukuyama aparece de la mano de una extra-
da. Es decir, no sólo no alcanzaron a liberarse ña razón. Porque es real que es el fin de esa his-
de ella, sino que nunca la pusieron realmente toria. Eso, de todos modos, es cierto. No lo es,
en cuestión, ni en su teoría, ni en su práctica. decir que esa es la única Historia posible para
Con su imaginario configurado por el eurocen- todo el tiempo que viene. Ha habido otras an-
trismo, en la mayoría de los casos, o entregado tes. Otras vendrán.
a él de nuevo, en los menos, terminaron practi-
cando, incluso contra su propio discurso, pre-
cisamente lo que estaba implicado en el patrón La Historia que viene
capitalista de poder.
Dicho de otro modo, toda la historia del El poder capitalista comenzó su mundializa-
siglo XX, incluidas las revoluciones, trans- ción con América, hace 500 años. Hoy culmina
currió dentro y como parte del desarrollo integrando toda su estructura mundial bajo un
del capitalismo. Y las revoluciones sociales, único patrón. Y en el momento mismo de su
triunfantes sobre todo, pero no mucho menos culminación está iniciando, ya ha iniciado, su
las derrotadas, sirvieron a la plena y final rea- proceso de transición a… otra Historia. Por-
lización y universalización de las principales que esta transición implica su desintegración
tendencias y virtualidades del capital y de su como el patrón de poder que conocemos. Las
orden de dominación. señales ya son visibles y para cada vez más
Desde esta perspectiva, la integración de to- observadores. Están en la irremisible agudi-
dos los espacios y poblaciones del planeta en zación de sus contradicciones internas, ma-
el poder de un capitalismo articulado finalmen- duradas hasta el límite precisamente con la
te bajo un único patrón, la desintegración del culminación del patrón; en la exhaustión de su
polo de poder rival del de la burguesía y la de- engranaje vital, la compraventa y valorización
¿El fin de cuál Historia? 603

mercantil de la fuerza de trabajo; en la exacer- ninguna Historia. Pagaremos todos, todas


bación de la heterogeneidad histórico-estruc- sus consecuencias. Pero no todo está dicho,
tural de sus integrantes, bajo el manto de la in- ni decidido, sobre la suerte que correrán, que
tegración homogeneizadora: en el más rápido correremos, sus víctimas. Porque, pese a He-
acercamiento de los límites del modo actual de gel y a Fukuyama, no existe ninguna entidad
relación con la naturaleza. El capitalismo, la suprahistórica que pre-decida nuestro desti-
historia del capital, avanza ahora más rápida e no. Y en tabla alguna está escrito que sere-
irreversiblemente en la dirección de su última mos siempre derrotados. Es, por el contra-
realización. Cuanto más exitoso y más plena- rio, el momento de romper con las rejas del
mente realizado y gracias exactamente a su eurocentrismo y de preparar la otra Historia,
éxito, se despide de sí mismo. la que resultará de las grandes luchas que ya
El fin de esa historia no ocurrirá quieto, están a la vista. ¡Esa nueva Historia puede ser
ni pacíficamente. Nunca ocurrió así el fin de nuestra Historia!
Estado-nación, ciudadanía
y democracia
Cuestiones abiertas*

L a vertiente dominante en el actual deba-


te político y politológico insiste en que la
democracia y la ciudadanía tienen hoy una vi-
permitiría inferir que los regímenes no-elegidos
han perdido, o están perdiendo, todo sustento
legitimatorio en la comunidad internacional, lo
gencia mundial mayor que en cualquier otro que indicaría que los valores democráticos son
período anterior. Eso estaría demostrado por ahora universales. La democracia y la ciudada-
el hecho de que el número de gobiernos no nía estarían, pues, en trance de consolidación
elegidos tiende a disminuir en todo el mundo. mundial. Podría afirmarse, desde esta perspec-
Así, en el Freedom House Report de 1996, se tiva, que hemos ingresado finalmente en el pe-
consigna que en 1974 de 142 países del mundo ríodo de la democracia liberal universal2.
sólo 39 (el 27,5%), tenían gobiernos elegidos. Esa vertiente es, por supuesto, el liberalis-
Ya en 1995 el número de países con gobiernos mo. Y casi podría decirse que hoy no es solo
electos era 117, el 61 ,3%1. De hecho, en Europa dominante. Puesto que en este momento ningu-
y América –por vez primera en toda la historia– na otra actúa tan explícita y consistentemente
no existe hoy gobierno que no sea electo. Eso en la escena del debate, a muchos les parece la
única. Por eso, a pesar de las sospechas sobre

* Este artículo fue originalmente publicado en: Gon-


zález, Helena y Schmidt, Heidulf 1997 Democracia para
una nueva sociedad (Modelo para armar) (Caracas: 2 Es asociada a esta visión que se ha hecho famosa,
Nueva Sociedad) pp. 139- 152. como se sabe, la sesgada lectura fukuyamesca del
“fin de la historia”. Sobre esa cuestión, mi texto “La
1 Freedom House in the World: The Annual Survey Historia recién comienza” (título original “¿El fin de
of Political Rights and Civil Liberties 1990-1996 cuál Historia?”), publicado en La República (Lima), 8
(Nueva York: Freedom House, 1996). de diciembre de 1996, pp. 23-25.
606 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

sus categorías, de lo extendido de un expreso aunque ciertamente admite que están pendien-
desencanto con su discurso y su práctica, la tes y no son de fácil solución los problemas de
mayor parte del debate y la crítica vienen del li- su “gobernabilidad”5.
beralismo y vuelven a él. Esa posición histórica E pur… si muove. En realidad, las experien-
excepcional es, probablemente, la que le permi- cias de poder que el liberalismo define como
te, de una parte, arrogarse una suerte de marca ciudadanía y democracia están ahora en cues-
registrada sobre los conceptos de ciudadanía y tión y quizás en abierto riesgo, como en ningún
democracia3. Y de la otra, su confiado discurso
sobre la continuada expansión y consolidación
de los respectivos fenómenos a la escala en- Mainwaring, S.; O’Donnell, G. y Valenzuela, J. 1992
tera del planeta. Su vasta literatura dice que, Issues in Democratic Consolidation: The New South
American Democracies in Comparative Perspective
cumplidos los procesos de “transición a la de- (Notre Dame: Notre Dame University Press). Una incisiva
mocracia” estaría en curso su “consolidación”4, revisión crítica de esa literatura es la de Desfor Edles, L.
“Rethinking Democratic Transition. A Culturalist Critique
and the Spanish Case” en Theory and Society (Norwell:
3 Esto no deja de ser curioso si se tiene en cuenta que Kluwer Academic Publishers), N° 24: 355-384. La autora
liberalismo y democracia mantuvieron en el debate y en propone denominarla como la “escuela del pacto”.
la práctica políticos, y por no poco tiempo, relaciones 5 La literatura sobre esta cuestión es numerosa y
más bien tensas, cuando no abiertamente hostiles. creciente. Véase principalmente de Arbos, X. y Giner, S.
Inclusive la democratización (universalización) del 1933 La gobernabilidad: ciudadanía y democracia en la
voto, en la propia Europa es una conquista más bien encrucijada mundial (Madrid: Siglo XXI); Huntington,
reciente. Pero aquí no es pertinente, por el momento, Ir S. 1984 The Third Wave. Democratization in the Late
más allá en esa historia. XX Century (Norman: Oklahoma University Press);
4 La literatura sobre ese tópico es numerosa, en Darhrendorf, R. 1980 “Effectiveness and Legitimacy.
particular desde O’Donnell, G.; Schmitter, P. y Whitehead, On the Governability of Democracies” en Political
L. 1986 Transitions from Authoritarian Rule: Tentative Quarterly, Vol. LV, N° 4; Ragolski, M. 1994 “Mondilsation
Conclusions about Uncertain Democracies (Baltimore: et goubernabilités” en Mondes en Developpement, N°
J. Hopkins). Principalmente, Baloyra, E. 1987 Comparing 88; Rosenau, J. N. y Czempiel, E. O. 1992 Governance
New Democracies: Transition and Consolidation in without Government: Order and Change in World
Mediterranean Europe and the Southern Cone (Boulder: Politics (Cambridge: Cambridge University Press);
Westview Press); Przeworski, A. 1991 Democracy and Williams, D. y Young, T. “Governance, The World Bank
the Market (Cambridge: Cambridge University Press); and the Liberal Theory” en Political Studies, N° 42.
Estado-nación, ciudadanía y democracia 607

otro momento de su historia. En los actuales En esa trayectoria, las luchas de poder pue-
procesos de cambio histórico, en la contrarre- den desembocar, ya han desembocado en mu-
volución mundial nombrada como globaliza- chos lugares de Europa (por ejemplo, la ex Yu-
ción, las tendencias de reconfiguración del po- goslavia), de África (por ejemplo, la región de
der implican intereses sociales que no podrían los lagos, Nigeria, los Congos), del Medio Orien-
desarrollarse y consolidarse sino a costa de la te y de Asia (por ejemplo, Indonesia, Singapur,
democracia y de la ciudadanía. De hecho, aso- Tailandia), América Latina (Perú, por ejemplo)
ciadas a tales intereses ya están activas en todo en un pantano de conflictos y de violencia don-
el mundo fuerzas políticas antidemocráticas. Y de, en el mejor de los casos, los atuendos libera-
algunas de ellas vestidas, precisamente, con les visten despotismos reales. Por supuesto, la
armaduras liberales6. Unas, radicales, como lo ciudadanía y la democracia no necesariamente
testimonia la gradual reproducción del racismo tienen que quedar sepultadas allí. Pero si tienen
y del fascismo en Europa o sus aún aislados que salir, difícilmente podrían hacerlo sin muta-
brotes en Estados Unidos; o moderadas, como ciones decisivas y sin aparejar, probablemente,
el discurso político que presiona a la democra- estructuras institucionales más aptas que las
cia por crecientes limitaciones –“democracia del liberalismo, no solo para darles más esta-
controlada”, “democracia restringida”, “demo- bilidad y consistencia sino también, por fin, un
cracias de baja intensidad”– y que tiene influ- lugar cotidiano en la existencia social.
yentes representantes en la teoría política, en A todo eso se debe, acaso que el bando del li-
América Latina inclusive7. beralismo parezca no solo y no tanto impotente
para percibir esas cuestiones, como interesado
en impedir que sean percibidas. A ese interés
6 El “fujimorismo” es emblemático de esa especie se debe, obviamente, el invento y extendido
política. uso de un término como “gobernabilidad”, ar-
7 Una revisión de ellas en Neff, Jorge 1986 “Redemo- tefacto de ideologías y de programas políticos
cratization in Latin America or the Modernization of que procuran “democracias controladas” don-
Status Quo?” en Canadian journal of Latin American de los trabajadores son impedidos de presen-
and the Caribbean Studies, Vol. 11, N° 21. Y, del mismo
tar sus demandas, como si fuera o pudiera ser
autor, “Demilitarization and Democratic Transition in
Latin America” (Quito: Separata de FLACSO, 1995). una genuina categoría conceptual, a pesar de
608 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

su imposible utilidad analítica o de producción Por todo eso, ahora es necesario tratar de
de sentido en una teoría del poder8. abrir de nuevo las cuestiones centrales de este
debate. A esa tarea se destina el texto que si-
gue, en cuyos límites, sin embargo, ese propó-
8 “Gobernabilidad” es un concepto ad hoc acuñado
por los politólogos neoconservadores y neoliberales, sito no podrá ser desarrollado sino de manera
como parte de la ofensiva ideológica contra la esquemática y simplificada.
desconcentración y relativa redistribución de poder que
habla venido ocurriendo entre los centros Imperiales
del capital y las sociedades dependientes y dentro de
éstas en particular, de modo irregular y precario es
La ciudadanía y la democracia,
verdad, pero no menos realmente, impulsada por las un asunto de la modernidad
luchas hacia la democratización y nacionalización en
las sociedades y estados dependientes. Esto es, en En su actual sentido, ciudadanía y democracia
pro de la relativa, pero importante, redistribución del son fenómenos de la modernidad9. En la crisis
control de recursos de producción y de la generación
y gestión de la autoridad pública, el Estado en primer
actual hemos aprendido que modernidad no es
lugar. “Gobernabilidad” se refiere a la cuestión un término unívoco. Por el contrario, implica
de cómo neutralizar o reducir las demandas y las fenómenos y cuestiones históricamente dis-
presiones de los explotados y dominados, víctimas continuos, y heterogéneos, no solamente di-
del despojo de derechos democráticos, de servicios versos y complejos. Y que es imprescindible di-
públicos, de empleo, salarios y consumo, durante el
proceso de reconcentración del control de recursos ferenciar modernidad de modernización10. De
de producción y del Estado en manos de grupos
reducidos de los funcionarios del capital global. No
se trata de las cuestiones de “legitimidad”, ni del 9 La apariencia banal de esta afirmación debe ser
“consenso” democráticos, siquiera en el sentido de contrastada con la necesidad de opción histórica
Locke (Ensayo sobre el gobierno civil). Se refiere al entre la democracia y el despotismo, en otros térmi-
control y a la gestión del Estado como garante de la nos entre el corazón de la modernidad y la pre o la
reconcentración capitalista del poder. En ese sentido, posmodernidad. Tal opción nunca ha dejado de es-
debe ser claramente diferenciado del concepto de tar planteada, sobre todo en los últimos doscientos
“buen gobierno”, tópico de la tradición politológica años, pero será más imperiosa para todos en el tiem-
hispanoamericana, desde Guamán Poma de Ayala y po que viene.
su “Nueva Crónica y Buen Gobierno”, en el Virreinato 10 Sobre la heterogeneidad de la modernidad y sus
Peruano del siglo XVI. diferencias con la modernización, ver Quijano, A. 1988
Estado-nación, ciudadanía y democracia 609

todos modos, el núcleo decisivo que identifica de la Igualdad social entre tales individuos. En
y deslinda en su raíz la modernidad y lo que en la modernidad cada una de esas ideas es sine
verdad interesa de ella hoy y aquí, sobre todo qua non de la otra. Su asociación, de ese modo,
a los latinoamericanos, es la asociación de las produce una perspectiva nueva en el horizonte
ideas de des-sacralización11 de toda autoridad, histórico de toda la humanidad.
de una parte en la producción y en el empleo La legitimación social de esa perspectiva sig-
del conocimiento; y en la otra, de todas las je- nificó, junto con la exigencia de igualdad social
rarquías en la sociedad. La primera implica la y de libertad entre los individuos en la socie-
primacía de la racionalidad humana tal como dad, la admisión de la intervención humana,
ella es históricamente practicada y modifica- individual y colectiva, en la producción de su
da en cada tiempo y en cada espacio, en cada historia y de su existencia social cotidiana y del
contexto histórico. La segunda, la legitimación carácter, en consecuencia, necesario del cam-
de la idea de que todos los seres humanos son bio histórico. Esto es, el desplazamiento de la
individuos con foro propio –esto es, libres– y mirada histórica desde el pasado hacia el futu-
ro. Racionalidad, Sociedad, Individuo, Igualdad
Social, Libertad, Cambio, Futuro, juntos y aso-
Modernidad, identidad y utopía en América Latina ciados, constituyen la perspectiva conceptual y
(Lima: Sociedad y Política). de exigencia de práctica social que identifican
11 Prefiero usar “des-sacralización” en lugar de “secu- y deslindan la modernidad. Es con ella, por pri-
larización”, porque este último término ha terminado, mera vez en la historia, que esas ideas emergen
por el uso descuidado, abriendo un flanco, bien a la idea asociadas. Ya no solamente, como quizás antes
de que alguna entidad (un fenómeno, un concepto) que ocurría, una guardada esperanza de exiguas y
ya no es considerada mágica, sagrada o divina, como
asediadas minorías, sino como exigencia de
antes, pero todo lo demás en ella se mantiene y, sobre
todo, excluye todo cuestionamiento. O bien a la reifi- sentido de las relaciones sociales cotidianas,
cación u ontificación metafísica de entidades, preci- materiales e intersubjetivas, del conjunto de
samente, históricas. La idea de desacralización de una la sociedad y de la subjetividad del promedio
entidad implica la admisión de su condición de produc- de los individuos. Pero cada uno de tales con-
to de la acción histórica de las gentes, por lo tanto la
ceptos Implica cuestiones y fenómenos históri-
relatividad de la naturaleza de tal entidad y su provi-
soriedad en el tiempo. camente heterogéneos, discontinuos y contra-
610 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

dictorios. Por eso mismo, respecto de ellos la la Iglesia. Frente a esas instituciones serán eri-
historia no ha sido unidireccional, ni fácil. gidos el Estado-nación, la República, la univer-
Ha sido ya señalado que la constitución de sidad laica. En el resto del mundo del capital,
la modernidad ocurre en el mismo proceso y otras serán, muy diversas, las instituciones a
en el mismo movimiento histórico del capita- destruir, a cambiar o a utilizar. En otros térmi-
lismo12. Por lo tanto, desde América hasta su nos, una nueva configuración del poder está en
maduración con la Ilustración y sobre el piso curso de constitución.
de la Revolución Industrial. Esta vinculación Las ideas y las exigencias sociales que dan
se articula en torno, sobre todo, de las nuevas sentido a la modernidad no podrán, en conse-
necesidades de una relación social nueva, el cuencia, desarrollarse por fuera de esas ten-
capital: producción y mercado masivos y en rá- dencias. Aunque en abstracto parecieran im-
pida expansión. Para esas necesidades, las je- plicar la necesidad de liberarse del poder, de
rarquías, sociales y sus mecanismos de control todo poder, en la práctica histórica sólo podrán
mental y social entre niveles y sobre los indivi- tomar cuerpo como ingredientes de un patrón
duos se hacen sentir como obstáculos y limi- de poder. Y ese patrón corresponderá, en defi-
taciones de los que es indispensable liberarse. nitiva, a las implicadas en las relaciones socia-
En consecuencia, todas las formas de poder les capitalistas.
institucionalizado que se opongan, obstaculi- Ese nuevo patrón de poder entrañaba: 1) la
cen o enlentezcan la producción y el mercado total reclasificación social de la población del
del capital, es decir la expansión de las nuevas mundo del capitalismo; 2) una estructura ins-
relaciones sociales que implica el capital, de- titucional apta para expresar y para controlar
ben ser confrontados y, mejor, destruidos. En esa reclasificación; 3) la definición de los espa-
Europa, sede central del proceso, sobre todo cios de dominación adecuados a esos efectos;
la tríada del Imperio, la monarquía absoluta y 4) una perspectiva de conocimiento que reco-
giera el sentido principal del nuevo patrón de
poder y que encauzara dentro de tal sentido la
12 No en una relación de “causa-efecto” entre los dos producción y el empleo del conocimiento.
fenómenos, sino apoyándose recíprocamente. Véase
Puesto que en ese mismo proceso se fue
Quijano, A. 1991a “La modernidad, el capitalismo y
América” en ILLA (Lima), N° 10, enero. constituyendo el mundo del capitalismo, abar-
Estado-nación, ciudadanía y democracia 611

cando casi todo el planeta entre fines del siglo “blancos” y “no-europeos” (“indios”, “negros”,
XV y mediados del siglo XVIII, con él se consti- etc.) y “mestizos”, como el marco y el piso de la
tuyen también América, Europa, África y Asia. distribución de las gentes en torno de las rela-
Pero Europa como el centro de control de todo ciones de poder, combinándola con las relacio-
el proceso del mundo colonial del capitalismo, nes en torno del trabajo, según las cambiantes
al cual le fue impuesto el nuevo patrón de po- necesidades del capital, en cada contexto (mo-
der. Es, pues, sólo pertinente afirmar que tal mento y lugar) histórico.
patrón de poder tiene carácter eurocéntrico. Durante un largo período que llega hasta
fines del siglo XIX, que incluye así nada me-
nos que la instauración de la modernidad en
El patrón eurocéntrico de poder Europa, en el mundo colonial del capitalismo,
el trabajo esclavo y servil se organizó con las
La característica central y decisiva de este pa- “razas” no europeas y los “mestizos”, y el tra-
trón de poder es la colonialidad13. Ella consis- bajo industrial-mercantil con los “europeos” o
te, en lo fundamental, en la clasificación de la “blancos”. La división de trabajo y en particular
población del mundo según la idea de “raza” las relaciones entre trabajo asalariado y no asa-
emergida junto con América14, en “europeos” o lariado siguieron, en consecuencia, las mismas
líneas básicas, del patrón eurocéntrico de po-
der. Así, la “empresa”, primigenia y central ins-
13 El neologismo “colonialidad”, que fue necesario acu- titución del capital, fue una forma típicamente
ñar para nombrar el concepto, lo usé por primera vez en
colonial de organizar el control del trabajo y de
“Colonialidad y racionalidad / modernidad”. Se publicó ori-
ginalmente en Perú Indígena (Lima), N° 29, 1991. Además los recursos de producción. Sus funcionarios y
de ese texto, sobre la “colonialidad del poder” sugiero ver asalariados en Europa. Sus siervos y esclavos
también mi texto “Colonialidad, cultura y conocimiento en en las sociedades coloniales.
América Latina” (en prensa en Lima, en la International So- Empero, esa reclasificación social no sola-
ciological Asociation, ISA, 1997), donde se consignan mis
mente hizo posible esa colonial distribución de
anteriores trabajos acerca de esta cuestión.
la población del mundo capitalista en la orga-
14 Véase Quijano, A. 1992 “Raza, etnia y nación: cues-
nización del trabajo, sino también en las insti-
tiones abiertas” en José Carlos Mariátegui y Europa
(Lima: Amauta). tuciones públicas y privadas de control de la
612 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

sociedad. Así, mientras que las luchas contra las conquistas democráticas que pudieron ser
el Imperio y el Papado redefinían en Europa expresadas en la constitución de sociedades
los espacios de dominación entre los domina- nacionales, de Estados que expresaran esa na-
dores locales, y comenzaban en tales espacios cionalización, y en consecuencia de ciudada-
los procesos que en algunos casos llegarían a nía y de libertades públicas de los individuos.
la formación de Estados-nación, en las regio- No pudo ser lo mismo, sino exactamente lo
nes colonizadas también se redefinían los es- contrario, en las sociedades sometidas a un
pacios de dominación bajo el control de los poder imperial de nuevo cuño, con las pobla-
dominadores europeos. Pero mientras allá se ciones clasificadas colonialmente en “razas in-
destruían Imperios, aquí se instauraban e im- feriores”, distribuidas en formas de trabajo no
ponían otros, Imperios coloniales esta vez, y se salariales y que, por lo tanto, junto con excluir-
bloqueaba, en consecuencia, por varios siglos, las del mercado y del contrato, las excluían de
todo proceso de nacionalización de sociedades toda forma de individuación y de las libertades
y Estados. Todavía más, la identificación nacio- consiguientes. La modernidad, en cuyo proce-
nal de las poblaciones europeas pudo ser im- so de gestación y constitución había participa-
pulsada, incluso en situaciones de débil o defi- do todo el mundo nuevo del capitalismo, Amé-
citaria nacionalización real de sus sociedades, rica en especial, apareció así como privilegio
precisamente en relación con las poblaciones característico de Europa, como su creación
colonizadas y “racialmente” clasificadas. propia y exclusiva. Y en el mundo colonial, los
Las consecuencias de esta clasificación de “europeos” locales sólo pudieron, en particu-
las gentes respecto del salario, del lugar en la lar desde el término del siglo XVIII, participar
empresa y en las instituciones de control polí- mentalmente en la modernidad. Es decir, inte-
tico, fueron decisivas también para la distribu- lectual e imaginariamente15.
ción de esa población respecto de la cuestión En Europa, mientras se constituía en el cen-
de la modernidad y de las ideas y exigencias tro de control del mundo del capitalismo co-
sociales que la identifican. Las necesidades del lonial, se inició temprano un matrimonio entre
mercado, de individuar a las gentes, de igualar-
las hasta el límite de esas necesidades, fueron
en Europa el piso de las luchas sociales y de 15 Véase (Quijano, 1988) Op. cit.
Estado-nación, ciudadanía y democracia 613

ese patrón de poder y la producción y el em- más de objetos de explotación, dominación,


pleo del conocimiento. Para lo que aquí impor- discriminación. Las “razas” colonizadas de ese
ta, me limitaré a resaltar dos rasgos resultantes modo, fueron forzadas a mirarse con el ojo del
de esa cama. De una parte, mientras en Europa dominador “blanco” y a admitir como propias
se desarrollaban las luchas contra el Papado las nuevas identidades negativas impuestas por
y las monarquías absolutas por la libertad en la colonialidad. Finalmente, mientras que en
la producción de conocimientos y de manejo Europa se iba estableciendo la familia burgue-
y expresión de ideas, era exactamente eso lo sa, como diferenciada de la familia nobiliaria,
que no era permitido a las “razas” colonizadas. con su característica estructura, matrimonio
Ellas fueron expropiadas de sus culturas, de su entre individuos y no como miembros de una
libertad para vivirlas y desarrollarlas. Así, su corporación artesanal o de una fauna nobilia-
propio imaginario fue colonizado. En segundo ria, monogamia y autoritarismo patriarcal, para
lugar, sobre todo desde el siglo XVII, la pers- las “razas inferiores” de las sociedades coloni-
pectiva cognitiva que se fue haciendo dominan- zadas la familia burguesa fue durante varios
te fue la característica visión dual y antinómica siglos una categoría imposible, sobre todo en
de la realidad, de exterioridad entre “sujeto” y el caso de los esclavos. Eso no dejaba de te-
“objeto” de conocimiento, de unilinealidad y ner sus ventajas, por cierto, pues permitió a las
unidimensionalidad del razonamiento, de ad- mujeres de esas “razas” ser parte de relaciones
judicación de identidades ónticas originales a más democráticas con los varones, de lejos
los “objetos”, el modo de constituir unidades más democráticas que en la familia burguesa, y
de sentido o “totalidades” en esos términos, en sin duda más libres respecto de las decisiones
fin de todo eso que ahora denominamos “racio- sobre su cuerpo, respecto de la moralina de la
nalidad eurocéntrica”, pero que los “europeos” familia burguesa europea. Después de todo, las
impusieron sobre los dominados de Europa y recientes conquistas de las mujeres urbanas de
del mundo colonial como la única racionalidad “Occidente” tienden, en sus vertientes menos
posible, como La Razón. En esa perspectiva las burguesas, a esa libertad y democracia en las
“razas” no europeas, puesto que “inferiores”, relaciones entre los géneros.
no podían ser consideradas “sujetos” de cono- En breve, las tres instituciones centrales del
cimiento, eran “objetos” de conocimiento, ade- poder capitalista, la empresa, el Estado-nación
614 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y la familia burguesa, que ordenaron las rela- del capital y el del trabajo articulados en el pa-
ciones sociales, culturales y políticas básicas trón eurocéntrico de poder. Aparecen, en con-
en el trabajo, en el Estado y en la familia, fue- secuencia, en dos modos diferenciados de aso-
ron constituidas en estrecha relación con las ciación: uno, entre el individualismo y la razón
necesidades del patrón de poder fundado en la instrumental. Otro, entre la igualdad social y la
colonialidad. Por fuera de esas cuestiones, que razón histórica.
requieren ser abiertas e indagadas de nuevo, En la primera, la idea de la des-sacraliza-
precisamente a la hora de crisis de tales insti- ción del conocimiento y de toda autoridad en
tuciones, en el marco de la “globalización” del la producción y el uso del conocimiento, tiene
poder, democracia y ciudadanía serían cues- un sentido casi exclusiva e inmediatamente
tiones sólo muy parcial y distorsionadamente utilitario, para un uso tecnocrático. En conse-
inteligibles. Esto es, inteligibles sólo de manera cuencia, apto para todo fin, en cualquier po-
eurocéntrica. sible relación social, sobre todo jerarquizada
De todos modos, lo anterior ayuda a expli- ya que implica la eficacia inmediata. Y la des-
carse el peculiar derrotero histórico de las rela- sacralización de las jerarquías en la sociedad
ciones de esas instituciones y del conjunto del lleva al mero individualismo. Esto es, puede
patrón de poder, con las ideas y las exigencias excluir la igualdad social de los individuos,
sociales que la modernidad anunciaba. que son libres o pueden serlo, pero dentro de
sociedades jerárquicas.
En la otra asociación, en cambio, la racio-
Modernidad y patrón nalidad no puede ser sino histórica, esto es,
eurocéntrico de poder no tiene lugar, ni sentido, si no están en cues-
tión, todo el tiempo, los fines y la trayectoria
Desde la Ilustración, y en particular desde la de las acciones y su relación con los medios,
Revolución Francesa y la llamada Revolución los instrumentos y los recursos para actuar. Y
de Estados Unidos, las ideas y exigencias so- tales fines y trayectorias de las acciones están
ciales centrales de la modernidad existen siempre en cuestión porque remiten, todo el
formando parte de dos complejos distintos y tiempo, a los fines, al sentido, a la trayectoria
opuestos de intereses y discursos sociales: el de la humanidad entera o, en todo caso, de una
Estado-nación, ciudadanía y democracia 615

sociedad determinada. Por eso se trata de una En esta específica perspectiva, la historia de
racionalidad histórica. Esa racionalidad pre- la modernidad podría ser vista también como
supone, implica, necesariamente, individuos una tensión conflictiva y permanente entre dos
no solamente libres (en el sentido de tener asociaciones o complejos de ideas y de inte-
foro propio) sino socialmente iguales. De otro reses. En un lado, el del capital, la del indivi-
modo, no sería posible que exista como una dualismo y la racionalidad instrumental. En el
parte de relaciones intersubjetivas y materiales otro, el del trabajo, la de la igualdad social y la
entre las gentes. En esa racionalidad, las gen- racionalidad histórica. Antes de la modernidad
tes requieren de igual lugar en las relaciones esa oposición no existe, explícitamente, en las
sociales. Porque, a su vez, la igualdad social no relaciones intersubjetivas y quizás tampoco en
podría tener sentido sino junto con la solidari- la subjetividad individual de la mayoría. Las
dad social. La racionalidad histórica apunta no jerarquías sociales proveían la autoridad y el
sólo a la individuación de las gentes en la socie- conocimiento en las relaciones sociales. Y los
dad, sino a la constitución misma de ésta como tres eran sagrados. Su legitimidad estaba fuera
relación entre individuos libres y socialmente de cuestión.
iguales16. Entre la idea de la igualdad social, la La historia de la ciudadanía y de la democra-
libertad individual y la racionalidad histórica, cia difícilmente podría ser entendida sin per-
la asociación no es externa, ni contingente. Es cibirla tironeada entre esas dos asociaciones.
sine qua non para cada una de ellas. Es por cierto demostrable que hasta aquí la he-
gemonía no ha dejado de estar bajo el control
del primero de aquellos complejos. Pero no lo
16 Acerca de estas cuestiones he adelantado algunas es menos, que no solamente ha estado todo el
propuestas de debate en “La razón del Estado” en Ur-
tiempo desafiada desde la asociación entre la
bano, H. (comp.) y Lauer, M. (ed.) 1991 Modernidad en
Los Andes (Cusco: Centro de Estudios Rurales y Andi- igualdad social y la racionalidad histórica, sino
nos “Bartolomé de las Casas”). También en Moderni- que, mucho más, la legitimidad de la idea de
dad, identidad y utopía en América Latina (Quijano, igualdad social nunca ha podido ser negada,
1988) Op. cit. En la “Introducción” al libro: Mariátegui, menos evacuada, en el discurso formal de la
José Carlos 1991 Textos básicos (Lima / México: FCE).
asociación dominante. Por el contrario, desde
También en Colonialidad y modernidad / racionalidad
(Quijano, 1991) Op. cit. la asociación dominante se insiste todo el tiem-
616 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

po en que es bajo su dirección que se arriba- Aquí no es pertinente ingresar en el debate


rá, tarde o temprano, a la rada de la igualdad de las relaciones entre la mitología y la histo-
social. Esta insistencia es, en verdad, su argu- ria del Estado-nación en el debate contempo-
mento principal de legitimación y de justifica- ráneo. Apenas tiene cabida una versión muy
ción del sentido opuesto de su práctica histó- esquemática de la perspectiva optada17. Un
rica real. Y eso muestra con claridad que esta
asociación entre la idea de igualdad social y la
racionalidad histórica, no es meramente una 17 No existe, a mi juicio, una teoría de la nación sufi-
cientemente afirmada en la investigación. Hay un vasto
aspiración utópica sino la expresión de un in- y prolongado debate, cuyas vertientes principales son,
terés social material y cada vez más extendido. conocidamente, el liberalismo y el “materialismo histó-
Eso explica también porqué entre los intereses rico” pos-Marx. El liberalismo no ha perdido, sin em-
y agentes sociales dominados, la legitimidad de bargo, su hegemonía. No sólo y no tanto, en realidad,
esta contradictoria articulación entre los dos desde fuera, sino también actuando desde el discurso
de su adversario, ya que el “materialismo histórico” ter-
complejos de ideas e intereses se pierde sólo minó en la cama procusteana del liberalismo, en par-
en coyunturas de crisis de poder. ¿Podría en- ticular durante el largo período de hibridación marxo-
tenderse de otro modo lo contradictorio de la positivista llevada a su culminación bajo el estalinismo.
historia del discurso-práctica de la ciudadanía En el liberalismo nunca ha sido clara la relación entre
y de la democracia en nuestro tiempo? la “raza / etnia” y la “nacionalidad” y entre la “nación” y
la “comunidad”. Por lo cual el “nacionalismo” ha nave-
gado muchos mares decidiendo de cuál era la prolon-
gación como “lealtad”. Sin embargo, en nombre mismo
El Estado-nación moderno del Estado-nación evoca el supuesto hecho de que una
y la ciudadanía-democracia “nación” se organiza políticamente en un “Estado”, que
por eso es un “Estado nacional” o “Estado-nación”. Y
en el “materialismo histórico” la “clase” y la “cultura”,
El Estado-nación moderno es la estructura ins- o la “comunidad” nunca lograron un lugar teórico, ni
titucional específica producida por ese forcejeo histórico, convincentes en el debate. Y, notablemente,
activo y continuado, esa tensión conflictiva entre los elementos teóricos propuestos para el estudio del
esos dos complejos de ideas e intereses sociales, Estado, entre los cuales la “clase” ocupa el lugar pri-
mado, Casi no tienen relación con el discurso teórico
y al mismo tiempo el mecanismo que los mantie- del “materialismo histórico” sobre la “nación” y sobre
ne articulados no obstante sus conflictos. el “Estado-nación”. La línea básica que recorre ese
Estado-nación, ciudadanía y democracia 617

Estado-nación moderno implica, desde esta to, porque ocurren dentro de un particular y
perspectiva: muy estable espacio de dominación. Debido
a eso último, principalmente, una relación
–– un determinado espacio de dominación; intersubjetiva entre los habitantes de tal
–– un patrón de explotación-dominación-discri- espacio de dominación-patrón de poder, de
minación que no sólo alberga, sino que está pertenencia común a él. Es decir, una “iden-
fundado en la contradictoria articulación del tidad nacional” común de los habitantes de
complejo individualismo / razón instrumen- tal espacio de dominación, hasta tanto sean
tal con el de igualdad social / razón histórica. estables los elementos fundantes del Esta-
Esto es, un patrón capitalista; do-nación. No siempre, ni necesariamente,
–– un Estado como condición y como resultado, la “identidad nacional” en el Estado-nación
al mismo tiempo, de la delimitación y defini- moderno es siempre una “lealtad” como apa-
ción de tal espacio y de tal específico patrón rece en la metafísica del liberalismo.
de explotación-dominación-discriminación y
con el cual Estado se completa el patrón glo- Toda nación es hija del poder aunque se expre-
bal de poder en ese espacio de dominación; se en sus habitantes como una identidad. La
–– un proceso de larga duración durante el nación moderna no existe sino como Estado-
cual se van particularizando, individuando nación, hasta hace poco la institución pública
en un sentido, los elementos universales del central del poder en el mundo del capitalismo.
patrón de explotación-dominación, sus ejes El Estado-nación moderno se fue consti-
históricos de movimiento y desenvolvimien- tuyendo en Europa en el mismo cauce, en el
mismo movimiento histórico del mundo del ca-
pitalismo y como parte del patrón eurocéntrico
discurso es que hay una relación externa entre ambas
categorías y que, finalmente, la cuestión clase-Estado de poder. Grosso modo, pueden ser diferencia-
es la decisiva. La historia conocida contiene, sin embar- das dos grandes etapas: entre fines del siglo
go, procesos y cuestiones diferentes. He discutido esas XV hasta fines del siglo XVIII; desde entonces
cuestiones en varios Seminarios para posgraduados, hasta hoy.
dentro y fuera de América Latina, y sobre ellas trabajo
La primera etapa corresponde al proceso
en un texto específico de donde procede la perspectiva
que aquí, sumariamente, propongo. de enfrentamiento de los dominadores de los
618 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nuevos intereses sociales con el Sacro Imperio La explicación fundamental, esto es restric-
Romano-Germánico (o su virtual existencia) y ta a su núcleo central, es que en todos esos
el Papado, y la lucha por la definición de los casos fue llevada a cabo una distribución o
espacios particulares de dominación. La segun- redistribución democrática –con toda la re-
da, a la maduración y depuración del patrón de latividad del concepto en una sociedad cuyos
poder, a la constitución de la ciudadanía y de miembros tienen desigual lugar en las relacio-
la democracia, a la lucha por la definición final nes de poder– del control de recursos de pro-
y estabilización de los espacios de dominación ducción y de las instituciones y mecanismos
frente a los imperios europeos en crisis, en par- de poder político.
ticular desde fines del siglo XIX y primeras dé- En otros términos, la nacionalización de so-
cadas del XX. ciedades y Estados consistió en procesos de
Fueron muchos –todavía son– los grupos democratización del control de recursos de
dominantes, o pretendientes a serlo, que inten- producción, en el área privada, y de mecanis-
taron la “construcción” (término de Bendix) mos institucionales en el área pública. De ese
de Estados-nación, dentro y fuera de Europa. modo, sin dejar de ser desiguales los lugares
Muy pocos de ellos, o mejor muy pocos de los y los roles de las gentes en las relaciones de
respectivos procesos, lograron reunir todas poder, pudo ser más o menos democrática la
las condiciones y mantenerlas durante el tiem- distribución entre ellas del control del poder,
po necesario para culminar. Pero en todos los privado y público. Sin distribución democrá-
casos, sin excepción histórica conocida, los tica en el área privada, en el área pública esa
procesos en mayor o menor medida realmente distribución no sería democrática, o sólo for-
exitosos fueron, precisamente, aquellos en los mal e inestable. Por eso mismo, los procesos
cuales fue posible una durable articulación en- de nacionalización social / estatal pudieron ser
tre los dos contradictorios y conflictivos com- más exitosos y más duraderos cuanto más pro-
plejos de ideas y de intereses –individualismo / fundamente democrática pudo ser esa distribu-
racionalidad instrumental versus igualdad so- ción del control del poder, y tanto más estable
cial / racionalidad histórica– bajo la necesaria y duradero el proceso. Y en caso alguno podría
hegemonía del primero. ¿Qué hizo posible el sostenerse que el proceso es total y definitivo.
éxito en esos casos? Los casos de Francia, en Europa, y de Estados
Estado-nación, ciudadanía y democracia 619

Unidos, en América, son hasta ahora los ejem- Tocqueville no dejó de ver, ni lo ocultó, que los
plos más ilustrativos. únicos impedidos de integrarse eran, precisa-
¿Por qué fue exitoso en Europa y no en el mente, “negros” e “indios”. Como un siglo más
mundo colonizado? La historia muestra que tarde observara de nuevo otro europeo, Myr-
una condición para que genuinos procesos de dall. Los límites de la ciudadanización, demo-
nacionalización-democratización fueran exito- cratización de las gentes, ergo de la nacionali-
sos en las sociedades y en sus Estados, hasta zación de la sociedad y de su Estado, era y es
aquí ha sido siempre una gran homogeneidad la “raza”.
“racial”. Y es aquí donde se revela en todo su América Latina fue hasta ahora, sin duda,
porte histórico la importancia crucial de la cla- el más completo ejemplo de la actuación de
sificación mundial de las gentes en “razas”, des- las diferencias “raciales” en la cuestión na-
de América en adelante, en todo el mundo del cional18. Pero, desde hace poco, el problema
capitalismo. Porque esa clasificación no parte parece desplazarse hacia la propia Europa y
del lugar que las gentes ocupan en el poder, sus relaciones con los migrantes de las socie-
cambiante históricamente, sino de lo contrario: dades coloniales y la clasificación “racial” im-
las diferencias de lugar en el poder se determi- puesta a ellas.
nan y se explican por la diferente naturaleza de De todos modos, en los procesos exitosos
las gentes. de formación de naciones-Estado modernos,
Fue eso, exactamente, lo que Tocqueville ob- pudo ser preservada la hegemonía de los inte-
servó en el naciente Estado-nación de Estados reses del capital, a través de la institución de
Unidos. Vio fascinado la rapidez y la facilidad la ciudadanía, ceñida expresión de la asocia-
con que gentes venidas de lugares, lenguas, his-
torias y culturas distintas, se integraban en el
proceso y adquiría la nueva “identidad nacio- 18 Sobre América Latina, ver: Quijano, Aníbal 1994
nal”. Y, por supuesto, la distribución del prin- “Colonialidad del poder, ciudadanía y democracia en
cipal recurso de producción del período no era América Latina” en Amérique Latine: démocratiet et
casi un problema con la vasta tierra arrebatada exclusion (París: L’Harmattan). Y Quijano, Aníbal 1993
“América Latina en la economía mundial” en Problemas
a los “indios”. Y en esas condiciones la partici-
del Desarrollo (México: UNAM - Instituto de Investiga-
pación política era realmente muy amplia. Pero ciones Económicas), Vol. XXIV, N° 95, oct.-dic.
620 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ción del individualismo y la razón instrumen- lonizado esa esperanza, y el eurocentrismo del
tal, debido a que pudo ser posible alojar tam- conocimiento impidió percibir el limitado, y en
bién en esa misma asociación la idea básica muchos casos ciego, final de ese camino hacia
de la igualdad social de los individuos y de ese la democratización de las relaciones entre las
modo y sobre esa base de realidad, la imagen gentes de este mundo. Casi dos siglos después
virtual de una sociedad de iguales, es verdad de la “emancipación”, el proceso está aún pen-
que sobre todo como meta histórica, como uto- diente en América Latina, con uno o dos casos
pía, pero también a veces como real exigencia algo más avanzados porque, precisamente, lle-
social. Pues fue esa ciudadanía la base misma varon lejos la “homogenización” de su pobla-
de esas exigencias de cada vez más amplia y ción por la vía del exterminio de los “indios”.
realmente democrática distribución de control
de recursos de producción, de acceso a bienes
y servicios, de control de los mecanismos de Capital y Estado-nación
decisiones societales. La ciudadanía no agota
la democracia, ni mucho menos. Pero implica No está en modo alguno agotada la indaga-
una. Y, sobre todo, funda las exigencias hacia ción acerca de lo que impulsó al capitalismo a
una más amplia y más profunda. la formación de Estados-nación, ciudadanía, si
La nación Estado se convirtió por eso, ante no siempre democracia, en Europa, mientras
todo, no solamente como imitación de los atri- colonizaba el resto del mundo. Y por qué inclu-
butos del dominador, en la aspiración universal sive alojó, o dejó alojar, la misma perspectiva
de las gentes en todo el mundo del capital. El en el mundo ex colonial, en América Latina
patrón eurocéntrico de poder se convirtió en desde comienzos del siglo XIX y en el resto
modelo para todas las poblaciones. El eurocen- del mundo, sobre todo después de la Segunda
trismo de la perspectiva cognitiva dominante Guerra Mundial. La literatura de ese debate es
empujó en todas partes a buscar implantar las vasta y aún se prolonga en nuestros días19.
mismas instituciones, la misma homogeneidad.
Pero ha sido hasta aquí, el propio patrón euro-
19 Por ejemplo: Hobsbawn, E. J. 1990 Nations and
céntrico de poder, su raigal colonialidad, lo que
Nationalism since 1780 (Nueva York: Cambridge
ha burlado casi en todas partes del mundo co- University Press).
Estado-nación, ciudadanía y democracia 621

Quizás cabe recordar que se trataba al co- Por eso, aunque era claramente percepti-
mienzo, cuando se levanta la “cuestión nacio- ble el agotamiento de las relaciones Estado-
nal”, del capitalismo competitivo, cuyos domi- nación y capital desde poco después de la
nadores (o “funcionarios” como Marx decía) Segunda Guerra Mundial, en la ideología do-
requerían, probablemente de manera necesa- minante a escala mundial, la “cuestión nacio-
ria, el control estable de un bien delimitado nal” consistía, ante todo, en cómo lograr una
espacio de dominación, desde donde poder “construcción” exitosa de un Estado-nación
competir, defender sus intereses y avanzar so- moderno. Desde fines del siglo pasado, sin
bre los de sus competidores o negociar con embargo, en especial en el mundo ex colonial
ellos. Para eso era indispensable ganar la leal- o colonial, ese debate se convirtió en un ver-
tad de la población encerrada, con su consen- tedero del “nacionalismo”, Eso explica, proba-
timiento o sin él, dentro de tal espacio, reducir blemente, por qué en todos los casos en los
los conflictos inevitables. La democracia en el cuales un proceso de “construcción” nacional
control de los bienes privados, y en el control se puso en marcha, no se trató casi nunca de
de los mecanismos públicos, hasta donde fue- una distribución o redistribución democrática
ra necesario según la fuerza del conflicto, fue de recursos, bienes y poder político, como du-
sin duda el camino que esos mismos conflic- rante los siglos XVIII y XIX en Europa, sino
tos definieron. de la concentración de su control en manos
El “mercado interno” obsesión teórica y de los funcionarios del Estado. La única re-
política del “materialismo histórico” pos- distribución admitida como legítima fue la
Marx, no parece haber sido en realidad la “redistribución de ingresos”, máxima panacea
condición, sino el resultado de ese proceso. democrática de los regímenes llamados “po-
Más que un fenómeno “económico” su ca- pulistas” en el “Tercer Mundo”. Y en esas con-
rácter es político-social. Pero, de cualquier diciones la ciudadanía sólo podía ser formal
modo, en las condiciones del capitalismo, el y limitada, o a veces simplemente bloqueada,
mercado interno era el más importante me- de todos modos distorsionada, y la democra-
canismo de esa distribución de recursos y de cia un discurso, nunca una práctica cotidiana.
bienes, cuando los mecanismos políticos ya México, Argelia, Perú (del “velasquismo”),
podían ser evitados. son buenos ejemplos.
622 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Globalización, Estado-nación, No se desprende de allí, inmediata, ni necesa-


ciudadanía y democracia riamente, que el Estado-nación será una víc-
tima del proceso en todas partes. No parece
Desde la crisis mundial desatada a mediados de así en el “centro” del mundo capitalista, don-
los años setenta, se hizo explícito el agotamien- de más bien tiende a redefinirse el espacio de
to del matrimonio entre el capital y el Estado- dominación para integrar en uno solo a varios
nación. La entrada del discurso de la “globa- de ellos, incluidos sus Estados-nación menos
lización” en pareja con el proceso de drástica consistentes, primero, y a largo plazo, si la ten-
reconcentración del control de recursos de pro- dencia se desarrolla, a todos ellos. Pero parece
ducción y del Estado, con sus efectos de polari- igualmente perceptible que en todo el resto del
zación social en todas partes, ha vuelto –explí- mundo, la presión se dirige a desnacionalizar
citamente– del revés la “cuestión nacional”. Ella las sociedades-Estados que no culminaron el
consiste ahora, ante todo, en cómo transitar proceso o que lo hicieron débilmente. Es decir,
más rápidamente el proceso de debilitamiento, a des-democratizadas, a bloquear los procesos
reducción o desintegración del Estado-nación, en vías de democratización-nacionalización.
para integrarse en la “globalización”. Esa es una cuestión abierta en casi toda Amé-
Ese nuevo discurso de lo nacional estatal es, rica Latina, sin duda en África y en gran parte
desde luego, apenas una indicación de que –del de Asia.
mismo modo que al madurar la modernidad, en Como en el lenguaje cotidiano se admite
los siglos XVII-XVIII– está en curso una profun- llamar Estado-nación a todos los países reco-
da reconfiguración del patrón de poder vigente. nocidos como entidades jurídico-territoriales,
Y ahora tienen lugar procesos equivalentes: pudiera parecer que el debilitamiento del Es-
tado-nación equivale al del Estado tout court.
a. una reclasificación social de la población del No parece esa la tendencia. El Estado como tal,
mundo, a escala global otra vez; en las sociedades dependientes es quizás ahora
b. la reconfiguración institucional correspon- más necesario aún que en períodos previos. Lo
diente; que está en cuestión en esa parte del mundo
c. la redefinición del espacio de dominación; es el Estado-nación. Esto es, lo poco o mucho
d. la reelaboración de la perspectiva cognitiva. andado en dirección de la democratización del
Estado-nación, ciudadanía y democracia 623

control de recursos y del Estado, la ciudada- La modernidad podría subsistir casi exclusi-
nía en primer término. Contener, bloquear, vamente en el complejo individualismo-racio-
desmantelar, procesos de democratización y nalidad instrumental. Si eso logra imponerse,
ciudadanización en el mundo “periférico” del finalmente, la desigualdad social, la solidaridad
capitalismo, parece ser, probablemente es, una social, serían excluidas. Y la democracia limita-
necesidad sobre la cual se desarrolla la recon- da a las necesidades del mercado y la ciudada-
centración mundial del control de recursos y nía como institución bisagra entre el individuo
de mecanismos de poder público. En América libre y la sociedad de iguales, que fueron hasta
Latina, el más claro ejemplo es el caso del Perú aquí el mecanismo central del Estado-nación
bajo el “fujimorismo”. moderno, difícilmente podrían sostenerse. O
En el mismo cauce de esa tendencia se solamente en el “centro” del mundo capitalista.
expande también una ideología social que El predominio absoluto de la acumulación
deslegitima la asociación entre las ideas de financiera, de una parte, el agotamiento de la
individuos libres y de igualdad social. La relación salarial capital-trabajo, de la otra, son
presión para admitir la naturalidad, la nece- las cuestiones centrales colocadas en esta tran-
sidad y hasta la deseabilidad de sociedades sición. El capital financiero no requiere, obvia-
jerárquicas es muy fuerte en todo el mundo mente, ni Estados-nación, ni ciudadanos, ni
marcado por la colonialidad del poder. Un su- democracia, ni individuos libres, ni sociedades
brepticio apartheid está instalándose en las iguales. La concentración máxima del control
ciudades, ya no solamente en la segregación en un extremo de la sociedad, la máxima frag-
residencial conocida, sino en la división del mentación en el otro, son las tendencias que ha
trabajo. Y junto con esa ideología, una par- desatado su predominio. Eso que en los medios
te del posmodernismo insiste en desalojar la posmodernistas se reconoce como la posmo-
idea de totalidad de la perspectiva cognitiva dernización de la sociedad. La globalización
dominante, precisamente en el mismo mo- implica esa polarización.
mento en que se procura establecer un pa- Las tendencias actuales, sin embargo, están
trón totalizante de poder, la globalización. La en curso. Implican desintegración y otra inte-
cuestión del poder es desalojada de la pers- gración; desclasificación y reclasificación so-
pectiva analítica de la sociedad. cial; destrucción institucional y constitución
624 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de otras nuevas instituciones; deslegitimación mientos y de derrotas del mundo del trabajo
de previas perspectivas de conocimiento, so- frente al capital, de consiguientes cambios en
cial en particular, su reemplazo por otras. En las relaciones de fuerzas políticas. Implican de-
otros términos, estamos en el medio de una cri- cisiones y acciones de las gentes de este mun-
sis, no de situaciones consumadas del todo. Y do. De opciones, por lo tanto, y de sus corres-
no se trata de procesos de la naturaleza sobre pondientes acciones. Para cada quien. No sólo
los cuales no podemos tener control. Se trata para algunos.
de fenómenos políticos, sociales, subjetivos e
intersubjetivos. Son el resultado de enfrenta- Lima, noviembre de 1997.
Allende otra vez
En el umbral de un nuevo período histórico*

E n los últimos treinta años, ha habido dic-


taduras más prolongadas y más brutales,
dentro y fuera de América Latina. ¿Por qué,
no era entonces contestada entre los socios del
mundo imperialista, decidió, junto con sus so-
cios chilenos, destruirlo de manera sangrienta,
entonces, tantos en todo el mundo se alistan alegando que lo hacía nada menos que en de-
hoy a conmemorar precisamente el ominoso fensa de la democracia?
comienzo de esta particular historia? El que Treinta años no son siempre suficientes para
produjo el régimen de Salvador Allende no producir una perspectiva eficaz que desoculte
era el más radical, ni el más profundo, de los los sentidos históricos de los procesos y de los
procesos de cambios históricos que tenían lu- sucesos ocurridos en su curso. Al cerrarse éste,
gar en ese mismo momento en América Latina. sin embargo, ahora no es difícil advertir que es-
¿Por qué, entonces, concitó por sobre todos los tas no son tres décadas cualesquiera, sino el
otros la esperanzada atención de todo el mun- tiempo de un específico período histórico cuya
do? Y puesto que era un régimen establecido singular importancia apenas comenzamos a en-
según todas las reglas de la democracia liberal trever, porque las implicaciones de los cambios
y vuelto a legitimar del mismo modo, dos años históricos que ha producido apenas están co-
después, en elecciones municipales, ¿por qué menzando a desplegarse, inclusive en un modo
el Estado de Estados Unidos, cuya hegemonía diferente de producir nuestro conocimiento de
la historia. Puesto que no dispondré aquí del
espacio necesario para presentar y discutir de
* En: América Latina en Movimiento, 16 de septiem-
bre de 2003. Una versión abreviada de este texto fue modo sistemático las respectivas cuestiones,
publicada en Il Manifesto (Roma), 11 de setiembre de me restringiré a señalar y abrir las que pueden
2003, p. 503. ser consideradas como decisivas.
626 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Crisis y globalización de la “globalización”. Y el Golpe de Pinochet, el 11


contrarrevolución de setiembre de 1973, que llevó a la muerte
de Salvador Allende y a la destrucción del
Este período histórico se abrió con la más régimen de la Unidad Popular en Chile, fue
profunda y duradera de las crisis, que aún el evento mayor con el cual se inició este es-
no termina, del actual patrón de poder mun- pecífico período histórico y en particular su
dialmente dominante. Y se desarrolló, hasta dimensión contrarrevolucionaria1.
aquí, como un victorioso proceso contrarre-
volucionario. Esta última dimensión del pro-
ceso no consiste sólo, y quizá no tanto, en la El contexto histórico
derrota y en la desintegración del “campo so- que produjo la crisis
cialista” como rival principal del imperialis-
mo y, junto con él, inclusive de las entonces Lo que la prensa gringa bautizó como “stagfla-
minoritarias corrientes y organizaciones an- tion”, la inusitada combinación de estanca-
tagonistas del capitalismo. Consiste también, miento productivo con inflación, inédita en la
y ante todo, en la aceleración y en la profun- historia capitalista, estalló ese mismo año de
dización abruptas de las tendencias centrales 1973, casi al mismo tiempo que la formación de
de este patrón de poder, a partir de aquellas la OPEP y poco después del Golpe de Pinochet.
derrotas de sus rivales y antagonistas. Eso no La asociación histórica entre dichos aconteci-
podía dejar de implicar, y ha implicado, la rá- mientos no es difícil de establecer.
pida intensificación de la dominación políti-
ca imperialista y de la explotación capitalista
1 No debe olvidarse las implicaciones estratégicas
del trabajo, a escala mundial. En otros tér- del Golpe de Suharto en Indonesia, en 1968, ni del de
minos, este proceso ha producido la derrota Brasil, en 1964. Tampoco el de Bolivia en 1972, an-
social y política extremas de los dominados tecedente directo del Golpe de Estado de Pinochet
y explotados del mundo. Se trata, por eso, de en Chile, en 1973. Pero no fue con ellos que se dio
comienzo a la crisis y a la neoliberalización mundia-
un proceso mundial de contrarrevolución del
les del capitalismo, con todas sus implicaciones en la
imperialismo capitalista. Tal es el carácter agudización y la aceleración de la crisis del “socialis-
básico de lo que la prensa capitalista llama mo realmente existente”.
Allende otra vez 627

La OPEP era una señal dramática, por la todo en Chile y Venezuela, y del militarismo re-
importancia del petróleo para el capitalismo, formista y nacionalista, como en los casos de
de la intensificación de la lucha mundial por Velasco Alvarado, Rodríguez Lara, Juan José
la desconcentración del control del poder, re- Torres, Torrijos, en Perú, Ecuador, Bolivia, Pa-
comenzada al término de la Segunda Guerra namá, respectivamente, todos empeñados en
Mundial como proceso anticolonial y antiimpe- prevenir procesos revolucionarios.
rialista en Asia, África y América Latina, y que Simultáneamente, los trabajadores explo-
en algunos pocos casos había avanzado hacia tados de todo el mundo, y en particular en el
una redistribución real de dicho control (Chi- “centro” del universo capitalista, no sólo con-
na, Cuba, o Bolivia tempranamente derrotada tinuaban sino que extendían y profundizaban
entre 1952 y 1964). sus propias luchas por negociar mejor las con-
En América Latina en particular, ambas di- diciones y los límites de la explotación y, en
mensiones de ese conflicto aparecieron aso- primer lugar, por aumentar salarios y mejorar
ciadas. Los “nacionalistas” y los “socialistas” sus condiciones de trabajo. De ese modo, la
se deban la mano, pues tenían un interés co- disputa mundial se desarrollaba en dos cana-
mún: el control del Estado. De un lado, las les y en dos niveles simultáneos. De una parte,
luchas guerrilleras que después de Cuba se entre los grupos burgueses del mundo, por la
extendieron a Colombia, Venezuela, Argenti- desconcentración o la redistribución del con-
na, Uruguay, Bolivia, pugnaban por una redis- trol del capital y del plusvalor entre grupos bur-
tribución del control del poder. Y los propios gueses de desigual acceso al control del poder
trabajadores, de manera mucho más profunda capitalista. Mientras, de otro lado, las luchas de
y radical en el caso de la Asamblea Popular los trabajadores de todo el mundo ponían en
de Bolivia, víctima de un Golpe militar un año cuestión la distribución del plusvalor entre la
antes que el de Pinochet. De otro lado, las co- burguesía y los explotados, a escala mundial,
rrientes “modernizadoras” y “desarrollistas” de pero en especial en el “centro” del capitalismo.
las capas medias y de algunas fracciones bur- La creciente agudización de esos dos tipos y
guesas, pugnaban también por lograr alguna niveles del conflicto social y político mundial –
desconcentración del control del poder, como que ya había comenzado a generar sus efectos
en los casos de la Democracia Cristiana, sobre desde 1969 con la decisión norteamericana de
628 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

anular los acuerdos de Breton Woods sobre la estaba ya en cuestión. Al estallar la stagflation,
relación dólar-oro y con la creciente extensión todo ese contexto entró en combustión. Era, de
de la inflación mundial, que llegaba ya al doble ese modo, un momento de genuina crisis del
dígito en Estados Unidos por primera vez en poder, en todas sus dimensiones. ¿Por qué esta
su historia– desembocó a fines de 1973 en la crisis se desarrolló y, aunque parcial y tempo-
brusca caída mundial de la tasa de ganancia y, ralmente, se resolvió como una victoriosa con-
con ella, en el también abrupto estancamien- trarrevolución capitalista global?
to de la producción, mientras continuaba cre-
ciendo la inflación.
La magnitud y la profundidad de la crisis en Pinochet y el comienzo
la estructura de acumulación capitalista, de de la contrarrevolución
un lado aterraron a los grupos capitalistas que
ocupaban el “centro” del control mundial del Se puede entender ahora que la decisión del
patrón de poder, esto es, a los principales gru- Estado de Estados Unidos, entonces bajo la
pos imperialistas. Pero del otro lado, sin duda conducción de Nixon y Kissinger, primero
generó en sus rivales del “socialismo real” la de impedir la elección de Allende y después
ilusión de avanzar en la disputa por la hegemo- de destruir a cualquier costo el régimen de la
nía mundial, y entre las corrientes y organiza- Unidad Popular, que él presidía, no fue sólo, ni
ciones anticapitalistas, la ilusión de que, por principalmente, el resultado de la presión de
fin, estaba cerca la revolución socialista como las empresas estadounidenses afectadas por la
efectiva liberación del poder. Para tales co- política de nacionalizaciones, ni de las disputas
rrientes, la liberación del trabajo era, con segu- hegemónicas con la entonces Unión Soviética
ridad, la cuestión predominante, seguida de la en la llamada “Guerra Fría”, aunque, sin duda,
“liberación nacional”. Pero si se recuerda bien, esos elementos no dejaron de estar en juego.
los movimientos de liberación femenina, los Tras las derrotas en Vietnam y en Argelia, que
movimientos antirracistas, antihomofóbicos, continuaban las ocurridas antes en China y Co-
los movimientos de jóvenes, estaban ya en ple- rea del Norte, para la coalición imperialista y
no desarrollo. Y el propio patrón eurocéntrico su Estado hegemónico, la revuelta nacionalis-
de producción y de control del conocimiento ta y socialista latinoamericana, en el momen-
Allende otra vez 629

to mismo en que se hacían explícitas dificul- Otra cuestión histórica debe ser aquí abierta
tades crecientes en la estructura mundial de de nuevo, aunque no sea esta la ocasión de una
acumulación, no podía ser tolerada. Y muy en más detenida indagación. Estados Unidos es
especial, un régimen como el de Allende, que un caso excepcional en la historia, pues la his-
era nada menos que el resultado del desarro- toria de su desarrollo nacional está estructural-
llo de un movimiento sociopolítico que había mente asociada a la de su constitución como
logrado, después de varios intentos, usar con sede imperial regional, primero, y a su conso-
éxito las propias reglas de juego de la demo- lidación como sede imperial mundial después.
cracia liberal, para establecer el control de los Las etapas son, en general, conocidas. La con-
representantes políticos de los trabajadores y quista de las tierras de los “indios” y el virtual
de las capas medias asociadas, sobre el Estado. exterminio de éstos; la imposición de su domi-
Y que precisamente por eso era mundialmente nio en el Caribe; la conquista de la mitad norte
acogido por los trabajadores y socialistas de de México; la guerra con el moribundo imperio
todo el mundo, como una genuina alternativa colonial español y la conquista de Cuba, Puerto
al “socialismo real”. El genio malvado de Kis- Rico, Filipinas y Guam, que propulsó a Estados
singer, en ese preciso momento en la atalaya Unidos a la categoría de poder imperial mun-
principal de la fortaleza imperialista, no podía dial; su intervención política al final de la Pri-
no percibir las señales de la crisis mundial que mera Guerra Mundial, ya como actor decisivo,
llegaba, cuando muchos de los observadores imponiendo el wilsonismo como la ideología
del mundo ya estaban discutiendo sobre ella, principal de esa postguerra; su intervención
ni los riesgos de la propuesta allendista para el militar masiva en la Segunda Guerra Mundial
poder capitalista mundial y en primer término
para la hegemonía de Estados Unidos2.
Para las demás regiones, véase, por ejemplo: Ambrose,
Stephen E. 1985 Rise to Globalism (Londres: Penguin).
2 Ahora existe información suficiente acerca del Y, para el caso chileno: Kornbluh, Peter 2003 The
debate dentro del Estado norteamericano en esos años, Pinochet File. A Declassified Dossier on Atrocity and
sobre esas cuestiones, así como sobre las principales Accountability (Nueva York: New Press); Kornbluh,
decisiones y acciones dirigidas por Nixon-Kissinger Peter 2003 “Opening Up the Files. Chile Declassified” en
contra el régimen de Allende y de la Unidad Popular. NACLA (Nueva York), Vol. XXXVII, N° 1: 25-31, jul.-ago.
630 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y su definitiva entronización como el Estado imperial de Estados Unidos: el dominio impe-


hegemónico del imperialismo capitalista frente rialista sobre América Latina.
al “campo socialista”. Y, finalmente, tras la des- Históricamente, el Estado yanqui reaccionó
integración de éste y después de la Guerra del siempre con violencia, directa e indirecta, en
Golfo, como el Estado hegemónico del Bloque todos los casos en que pudiera estar en juego
Imperial Global3. su hegemonía imperial en América Latina. No
Lo que de todo ello se desprende es que nin- se podría explicar de otro modo la recurrente
guna explicación de la decisión de tal Estado intervención de Estados Unidos, ya desde fines
norteamericano de destruir a cualquier costo del siglo XVIII en el Caribe y en Centroamérica,
el régimen de Allende y de la Unidad Popular, en especial en Nicaragua, y en toda América
puede ser completa sin insertarla en ese espe- Latina desde los primeros años del siglo XX,
cífico patrón histórico de la historia nacional, comenzando con su intervención en la derrota
imperial y hegemónica de Estados Unidos. de la revolución latinoamericana entre 1925-
Porque desde esa perspectiva, para el Estado 19354. Sin duda, el nuevo carácter revolucio-
y la burguesía yanquis, Allende y la Unidad nario de los procesos de Bolivia o de Chile, al
Popular no implicaban solamente los específi- comenzar la década del setenta, en el contexto
cos problemas de la guerra fría o los riesgos de de la disputa hegemónica y de la crisis mundial
un proceso que levantaba simpatías mundiales que se iniciaba, exacerbó esa tendencia cons-
por trabajar un camino socialista no estalinia- titutiva de la historia de las relaciones entre el
no. Tales elementos, por ocurrir precisamente Estado hegemónico del capitalismo imperialis-
en ese contexto, ponían en cuestión de más ta y América Latina. El Estado de Estados Uni-
dramática forma uno de los fundamentos cen- dos no retrocedió ante nada para mantener y
trales, una de las condiciones decisivas del pa- ampliar esa dominación. Incluso, si se fue con-
trón histórico mismo del desarrollo nacional- virtiendo, como Chomsky afirma, en el princi-

3 Acerca de este concepto, véase: Quijano, Aníbal 4 Este fue uno de los resultados de un estudio llevado
2000 Colonialidad del Poder, globalización y democra- a cabo en Lima entre 1986-1988: “Estados Unidos, Rea-
cia (Caracas: Tendencias básicas de nuestro tiempo, Ins- gan y Centroamérica”, que no llegó a la imprenta, pero
tituto de Altos Estudios Internacionales “Pedro Gual”). que circuló entonces algo extensamente.
Allende otra vez 631

pal Estado terrorista del mundo después de la miento socialista dominado por la perspectiva
Segunda Guerra Mundial, esa trayectoria fue eurocéntrica de conocimiento, en el marco
ejercida y desarrollada, en primer término, en de la colonialidad del poder imperante. Y, por
América Latina. supuesto, de la política de lo que entonces se
admitía como la versión dominante del socia-
lismo, en particular en el denominado “cam-
La derrota y desintegración del po socialista”, y que se resolvería durante este
socialismo del período preciso período con la desintegración de dicho
“campo”. Este ya estaba comenzando el curso
Empero, nada de eso es suficiente para expli- que lo llevaría a su rápida desintegración en
car la derrota de los dos procesos más impor- la siguiente década, culminando con la súbita
tantes para los trabajadores latinoamericanos implosión de la Unión Soviética. Tal implosión
en ese período: la Asamblea Popular Bolivia- mostró, además, que su Estado y su Partido de
na, en 1972; y la Unidad Popular, presidida por Estado estaban ya bajo la dirección de quienes
Allende, en 1973. Aquí sólo anotaré dos cues- inmediatamente después aparecieron como
tiones. Primero, el que ambos, cada cual a su agentes de la neoliberalización capitalista en
propio modo, fueran procesos que proponían todos sus países.
opciones distintas al despotismo burocrático Desde esta perspectiva, ahora no es, quizá,
bautizado por el estalinismo como “socialismo muy difícil entender porqué la Unión Soviéti-
real” y que esa fuera, precisamente, la razón ca no estuvo interesada en apoyar ninguno de
de la atención esperanzada de los socialistas esos procesos. No es inútil recordar que una
de todo el mundo. Esa es una indicación efi- semana antes del Golpe de Banzer en Bolivia,
caz del descrédito del estalinismo, sobre todo cuando virtualmente todos en ese país sabían
después de la derrota de la ola revolucionaria que ese Golpe estaba próximo, el embajador
de 1968 en todo el mundo y, muy especialmen- de EE.UU. –acusado de ser hombre de la CIA y
te, tras la invasión rusa a Checoeslovaquia, en uno de los organizadores del Golpe de Banzer–
1969, para derrotar el intento democratizador y el de la URSS salieron del país, el mismo día,
del régimen de Dubcek. Pero no menos tam- de vacaciones. Y que, poco después, la Unión
bién de la profunda y decisiva crisis del pensa- Soviética otorgó a Banzer un crédito que había
632 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

negado al gobierno de Torres-Asamblea Popu- internacionalismo, el hecho obvio es que los


lar. Y el gobierno de Allende no consiguió tam- procesos revolucionarios de Bolivia y Chile no
poco ayuda financiera o técnica alguna desde sólo emergieron separados, sino, sobre todo,
el “campo socialista”. que no produjeron, ni lo intentaron siquiera en
Ninguno de aquellos procesos, ni el de Bo- realidad, formas de coordinación, de asistencia
livia, ni el de Chile, pudieron contar con la y de apoyo recíproco, no obstante su contigüi-
ayuda del “campo socialista”, exactamente dad territorial, precisamente cuanto más les
cuando el “campo imperialista” volcaba todo era necesario. Por lo demás, el proceso que
su poder material y político a la destrucción y produjo la Asamblea Popular boliviana era, sin
derrota de la revolución socialista latinoameri- duda, el más radical y el más profundo de los
cana. Los de Bolivia resistieron abiertamente procesos revolucionarios de ese momento en
con las armas en la mano y fueron vencidos. América Latina. Pero no atrajo la atención, ni
Los de Chile, no obstante que la amplitud y la la simpatía debidas, de parte del movimiento
profundidad crecientes de la distribución de socialista mundial, ni antes, ni después de la
acceso al control del trabajo, de los recursos derrota, en la escala del proceso chileno. La co-
y de los productos a favor de los trabajadores, lonialidad del poder en América Latina es parte
empujaban a un enfrentamiento violento de los necesaria de esos desencuentros5.
dominadores, rehusaron en realidad preparar
la defensa del proceso. El allendismo mostró,
así, que era posible comenzar la redistribución Allende otra vez: de la resistencia
del poder según las propias reglas de la demo- mundial a la revolución
cracia liberal. Pero también hizo claro que sin
una consistente preparación material y política Durante estos treinta años, dos procesos han
para defenderlo, un tal proceso no puede con- dominado el capitalismo, sobre todo después
tinuar exitosamente. de la desintegración del “campo socialista”.
Todavía hay otra cuestión que no puede ser
eludida, pero que no será discutida aquí. Mien-
5 Véase de Oruro, José 1980 “Bolivia: La tragedia de
tras toda la ideología formal de los revolucio-
las equivocaciones” en Sociedad y Política (Lima), N°
narios socialistas de todo el mundo cantaba al 10: 25-42, nov.
Allende otra vez 633

Ambos consisten en la aceleración y en la procesos comenzó con el Golpe militar de Pi-


profundización de las tendencias centrales nochet y Chile fue el primer escenario de la
del capitalismo. De una parte, la reconcentra- neoliberalización del capitalismo.
ción del control político mundial en manos del El siglo XXI comenzó con el Foro Social
Bloque Imperial Mundial. Este proceso se ha Mundial de Porto Alegre, de un lado, y, del otro,
acelerado bruscamente después del otro 11 de con la recesión mundial aún en curso. Casi una
septiembre, el del 2001, y amenaza con la re- década de continuada resistencia a la profun-
colonización imperialista del mundo. Y de la dización de las tendencias centrales del capita-
otra, la creciente y extrema polarización social lismo ha logrado avanzar hasta abrir de nuevo,
de la población mundial entre un 80% que no mundialmente también, la cuestión de la revo-
tiene acceso sino al 18% del producto mundial, lución como destrucción del actual patrón de
y un 20% que tiene el control de más del 80% poder. Esa es la cuestión central del debate que
del producto mundial. Su desarrollo amena- ya ha comenzado. Estamos, por lo tanto, en el
za con una catástrofe demográfico-social sin umbral de un nuevo período histórico. Por eso,
precedentes en la historia conocida, que ya ha en la conmemoración mundial del infausto 11
comenzado a operar en parte de África, Asia, de septiembre de 1973, es Allende el que vuel-
América Latina. La exacerbación de ambos ve, no Pinochet.
El “movimiento indígena”
y las cuestiones pendientes
en América Latina*

N o es poca la letra gastada, dentro y fuera


de América Latina, sobre el así llamado
“movimiento indígena”, en especial después
mocráticos y la “gobernabilidad” de una po-
blación cada vez más descontenta porque sus
necesidades son cada vez menos satisfechas, y
de la insurgencia de Chiapas en enero de 1994 que está aprendiendo a organizarse con modos
y, recientemente, en atención a los sucesos nuevos y a plantear demandas inesperadas,
políticos de Bolivia y de Ecuador. Eso proba- obviamente, para sus dominadores. Sin embar-
blemente expresa, ante todo, un preocupado go, quizá la mayor parte de la literatura se re-
reconocimiento del impacto político inmedia- fiere al tema de la identidad, aunque más bien
to de las acciones de los “indígenas”, de los como una demostración de la infinitud del dis-
conflictos que tales acciones desencadenan curso sobre la cultura, la multiculturalidad, la
y que amenazan desencadenar en el resto de hibridez cultural, etcétera, en fin, de la siempre
la población, poniendo en riesgo, en cada vez creciente familia de términos que envuelven la
mayor número de países, la estabilidad de los cuestión de la identidad para mantenerla lejos
actuales regímenes autodefinidos como de- de la cuestión del poder. En cambio, son aún
delgadas e incipientes otras líneas de reflexión
* Este artículo fue originalmente publicado en: Quija- sobre implicaciones más complejas y de más
no, Aníbal 2005 “El ‘movimiento indígena’ y las cuestio- largo plazo de las acciones de los actuales “in-
nes pendientes en América Latina” en Tareas (Panamá: dígenas” latinoamericanos, en particular res-
CELA), N° 119: 31-62, enero-abril; y en Estay Reyno, pecto de las condiciones de otras formas de
Jaime (comp.) 2005 La economía mundial y América
Latina: tendencias, problemas y desafíos (Buenos Ai- control del trabajo y de la autoridad colecti-
res: CLACSO). En: <http://bibliotecavirtual.clacso.org. va, en la trayectoria de, hacia, otras formas de
ar/ar/libros/tar119/quijano.rtf>. existencia social.
636 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Aquí lo que me propongo, principalmente, exactamente, bajo los mismos calificativos iden-
es abrir dos de las cuestiones que con respecto tificatorios. En cambio, los unos y los otros no
al “movimiento indígena” no son aún suficien- son lo mismo, de ninguna manera, si se trata de
temente discutidas pero, que a mi juicio son, su relación con los “blancos” y con lo “europeo”1.
podrían ser, las de más decisiva reverberación Y esa es, precisamente, la cuestión: cual-
sobre la próxima historia latinoamericana: su quiera de tales “categorías”, en América, en es-
relación con el Estado-nación y con la demo- pecial en América Latina, sólo tienen sentido
cracia dentro del actual patrón de poder. en referencia al patrón de poder que se origina
en la experiencia colonial y que desde entonces
no ha dejado de reproducirse y desarrollarse
Nota sobre lo “indígena” manteniendo sus mismos fundamentos de ori-
y la colonialidad del poder gen y de carácter colonial. En otros términos,
se trata de un patrón de poder que no deja, no
Para ese propósito es indispensable abrir de puede dejar, su colonialidad.
nuevo la cuestión de lo “indígena” en América
Latina. Pero, en esta ocasión en un espacio li-
mitado, me restringiré a plantear las propuestas La colonialidad del actual
más significativas para su indagación y debate. patrón de poder
En primer término, es necesario reconocer
que tanto los que hoy se autoidentifican como Para lo que aquí específicamente interesa,
“indígenas” en vez de “indios”, como aquellos los principales productos de la experiencia co-
otros que admiten ahora identifi­car­los como “in- lonial son:
dígenas”, “nativos”, “aborígenes” u “originarios”,
son exactamente lo mismo, si se trata del lugar 1 Toda estadística sobre los “indios” o “indígenas” en
de su nacimiento o, incluso para una inmensa América Latina es azarosa e incierta. Depende, obvia-
mayoría, si se trata de la “antigüedad” –de lo mente, de los criterios de i­dentificación, de quién iden-
“aborigen”, pues– parcial o total, de su linaje tifica a quién y quién se identifica cómo. En México, las
cifras van de 25 a 50 millones y en los países andinos de
familiar. Esto es, desde esa perspectiva todos y
10 a más de 20 millones. Las cifras sólo pueden te­ner uti-
cada uno de cualquiera de ambos lados caben, lidad de referencia, pero no, exactamente, de estadística.
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 637

1. La “racialización” de las relaciones entre pecto de los “indios”, “negros” y “mestizos”,


colonizadores y colonizados. En adelante, como “blancos” y “europeos”.
“raza”, un constructo mental moderno, sin 2. La configuración de un nuevo sistema de ex-
nada que ver con nada en la previa realidad, plotación, que articula en una única estruc-
generado para naturalizar las relaciones so- tura conjunta a todas las formas históricas
ciales de dominación producidas por la con- de control del trabajo o explotación (esclavi-
quista, se constituye en la piedra basal del tud, servidumbre, pequeña producción mer-
nuevo sistema de dominación, ya que las for- cantil simple, reciprocidad, capital) para la
mas de dominación precedentes, como en- producción de mercaderías para el mercado
tre sexos y edades, son redefinidas en torno mundial, en torno de la hegemonía del capi-
de la hegemonía de “raza”2. Los originarios tal, lo que otorga al conjunto del nuevo sis-
términos extremos de ese nuevo sistema de tema de explotación, su carácter capitalista.
dominación son, de un lado, los “indios”, tér- 3. El eurocentrismo como el nuevo modo de
mino colonial en el cual son embutidas las producción y de control de subjetividad –
numerosas identidades históricas que habi- imaginario, conocimiento, memoria– y ante
taban este continente antes de la conquista todo del conocimiento. Expresa la nueva
ibérica y, del otro, los colonizadores, que subjetividad, las relaciones intersubjetivas,
desde el siglo XVIII se autoidentificarán, res- que se procesan en el nuevo patrón de poder.
Es decir, los nuevos intereses sociales y las
nuevas necesidades sociales que se generan
2 Véanse: Quijano, Aníbal y Wallerstein, Immanuel y se desarrollan dentro de la experiencia de
1992 “The Americanity as a concept. Or the Americas la colonialidad del poder, en especial de las
in the Modern World-System” en International Jour-
relaciones entre el nuevo sistema de domi-
nal of Social Sciences (París: UNESCO), N° 134, nov.;
Quijano, Aníbal 1999 “¡Qué tal raza!” en Familia y nación social ordenado en torno de la idea
cambio social (Lima: CECOSAM) pp. 186-204; que fue- de “raza” y el nuevo sistema de explotación
ra reproducido en varias otras publicaciones. Y véase, capitalista. Ese es el contexto que modula la
además: Quijano, Aníbal 1993 “‘Raza’, ‘etnia’, ‘nación’ novedad de la experiencia del tiempo nue-
en Mariátegui. Cuestiones abiertas” en Forgues, Ro-
vo, de radicales cambios histórico-sociales,
land (ed.) José Carlos Mariátegui y Europa (Lima:
AMAUTA) pp. 167-188. de nuevas relaciones con el tiempo y con
638 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

el espacio, el desplazamiento del pasado Ese patrón de poder, que comenzó a ser consti-
por el futuro como la nueva edad dorada de tuido hace cinco siglos, es mundialmente hege-
realización de los anhelos de la especie. En mónico desde el siglo XVIII. Si bien las luchas
suma, el proceso que será nombrado pronto anticolonialistas han logrado desconcentrar
como modernidad. El eurocentramiento del relativamente el control del poder, arrebatan-
control del nuevo patrón de poder implicó do a los colonizadores el control local de la
que la elaboración intelectual sistemática autoridad colectiva y en gran parte del mundo,
del modo de producción y de control del co- ésta incluso se ha hecho formalmente pública,
nocimiento tuviera lugar, precisamente, en admitiendo la participación, en general pro-for-
la Europa Occidental que se va constituyen- ma, de los miembros de las “razas inferiores”,
do en el mismo tiempo y en el mismo mo- el control central y mundial no ha dejado de ser
vimiento histórico. Y la expansión mundial eurocentrado. Más aún, está en curso un pro-
del colonialismo europeo lleva también a la ceso de reconcentración del control mundial o
hegemonía mundial del eurocentrismo. global de dicha autoridad, en beneficio de los
4. Finalmente, el establecimiento de un siste-
ma nuevo de control de la autoridad colec-
tiva, en torno de la hegemonía del Estado – “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América
Estado-nación después del siglo XVIII– y de Latina” en Lander, Edgardo (comp.) Colonialidad del
saber, eurocentrismo y ciencias sociales (Buenos Ai-
un sistema de Estados, de cuya generación res: UNESCO / CLACSO); Quijano, Aníbal 2000 “Colo-
y control son excluidas las poblaciones “ra- nialidad del poder y clasificación social” en Festschrift
cialmente” clasificadas como “inferiores”. for Immanuel Wallerstein. Journal of World-Systems
En otros términos, se trata de un sistema Research (Colorado), Vol. VI, N° 2: 342-386, fall-winter
Special Issue: Arrighi, Giovanni y Goldfrank, Walter L.
privado de control de la autoridad colectiva,
(eds.); y en Quijano, Aníbal 2001 “Colonialidad, globali-
en tanto que exclusivo atributo de los colo- zación y democracia” en Tendencias básicas de nues-
nizadores, ergo “europeos” o “blancos”3. tra época. Globalización y democracia (Caracas: Ins-
tituto de Altos Estudios Diplomático Pedro Gual) pp.
25-61, posteriormente reproducido en otras publicacio-
3 He comenzado a discutir las cuestiones referidas a nes latinoamericanas y traducido al portugués como
ese nuevo patrón de poder, sus fundamentos y sus im- “Colonialidade, poder, globalização e democracia” en
plicaciones, principalmente en: Quijano, Aníbal 2000 Novos Rumos (San Pablo), Año 17, N° 37: 4-29, 2002.
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 639

europeos4. Y en una buena parte del mundo ac- sudeste de Asia, en India, Indonesia, Filipi-
tual ex colonial, principalmente en América y nas, en los países situados en la antigua Indo-
Oceanía, los “blancos” y lo “europeo” han lo- china, quienes son identificados como “indí-
grado mantener el control local del poder en genas” y han terminado aceptando tal identi-
cada una de sus dimensiones básicas. En Amé- ficación, así como quienes los identifican de
rica, por eso, las cuestiones referidas al debate ese modo, no mientan para nada ninguna re-
de lo “indígena” no pueden ser indagadas, ni ferencia con lo “europeo”, con lo “blanco”, en
debatidas, sino en relación a la colonialidad suma con el colonialismo europeo. Allá los
del patrón de poder que nos habita, y desde esa grupos o poblaciones “indígenas” son aque-
perspectiva, pues fuera de ella no tendrían sen- llos que habitan las zonas más aisladas, más
tido. Es decir, la cuestión de lo “indígena” en pobres, por lo general en la floresta o en la
América y en particular en América Latina, es tundra, cuyos principales recursos de vida, a
una cuestión de la colonialidad del patrón de veces los únicos, son el bosque, la tierra, los
poder vigente, al mismo título que las catego- ríos, y sus respectivos habitantes, vegetales
rías “indio”, “negro”, “mestizo”, “blanco”. o animales. Tales poblaciones son oprimidas,
En consecuencia, no es complicado enten- discriminadas, despojadas de sus recursos,
der que, en todos los contextos donde el con- sobre todo ahora en tiempos de la “globali-
trol inmediato del poder local no lo tienen zación”, por los otros grupos no “blancos”,
los “blancos” ni lo “europeo”, el término “in- ni “europeos” (por lo mismo, tan “nativos”,
dígena” no tiene la misma significación, ergo “aborígenes” u “originarios” como los otros)
tampoco las mismas implicaciones. Así, en el que en esos países tienen hoy el control in-
mediato del poder, aunque sin duda asocia-
dos a la burguesía “global” cuya hegemonía
4 El término “europeo” es usado aquí no en su sentido
físico-geográfico, sino en relación con la colonialidad corresponde a los “europeos” y “blancos”.
del patrón de poder vigente. Esto es, como referencia En países como India, la clasificación de la
a los grupos sociales “blancos” o “europeos” que población en términos de castas, agrava esa
tienen el control del poder mundial donde quiera que situación de los adivasi (“indígenas”), los
sus respectivos países están ahora ubicados, pues esa
vincula y equipara a los dalit (“intocables”),
geografía del poder sigue siendo un producto de la
colonialidad del poder. al imponerles un secular sistema institucio-
640 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nalizado de discriminación y de opresión5. Y La colonialidad del poder y la


bajo el renovado dominio de los brahmines cuestión nacional en América
y su fundamentalismo “comunalista”, esa si-
tuación es hoy aún peor y más violenta. Las Con la derrota del colonialismo británico prime-
demandas de los “indígenas” del sudeste ro, e ibérico después, en América se instala una
asiático son, pues, en todo lo fundamental, paradoja histórica específica: Estados indepen-
diferentes que los de sus homónimos latinoa- dientes articulados a sociedades coloniales.
mericanos. Sus movimientos de resistencia Ciertamente, en el caso de Estados Unidos,
son cada vez más amplios y organizados y los la nacionalidad del nuevo Estado correspondió
conflictos regionales que ya producen irán en a la de la mayoría de la po­blación del nuevo
la misma dirección. La actual virulencia del país, que no obstante su origen y filiación “eu-
chauvinismo fundamentalista del “comuna- ropea” y “blanca”, con su victoria anticolonial
lismo” es una de sus claras señales6. se otorga una nueva nacionalidad. La pobla-
ción “negra”, inicialmente la única sometida a
la colonialidad del nuevo poder dentro de las
5 Hay una extensa literatura de ese debate. Véase el
reciente libro de Tirkey, Agapit 2002 Jharkhand Mo- sociedades coloniales britano-americanas, e
vement. A Study of its Dynamices (New Delhi: All impedida de tener parte alguna en la genera-
India Coordinating Forum Of The Adivasi/Indigenous ción y control del nuevo Estado, era minorita-
Peoples, AICFAIP). La “castificación” de las relaciones ria a pesar de su importancia económica, como
de poder en India hace más compleja aún la “indige- lo será pronto la población “india” que sobrevi-
nización” de parte de la población. Véase, entre otros,
de Mendelsohn, Oliver y Vicziany, Marika 2000 The Un-
touchables. Subordination, Poverty and the State in ocupando junto con los dalit/intocables todos los es-
Modern India (New Delhi: Foundations Books / Cam- pacios del Foro con sus marchas, sus consignas, sus
bridge University Press). demandas, su protesta contra la opresión, la discrimi-
6 En el IV Foro Social Mundial, cuya cuarta edición nación, el despojo, contra la violencia del fundamen-
acaba de realizarse del 15 al 21 de enero de 2004 en talismo “comunalista”. El Foro fue, para todos ellos
Mumbai (Bombay), India, fue, sin duda, más amplio y también, la ocasión de un común encuentro sin prece-
popular que los anteriores, precisamente por la masiva dentes. No hay como minimizar la importancia de esos
presencia de los adivasi/indígenas de todo el Sureste hechos cuyas implicaciones no tardarán en hacerse
Asiático y sobre todo de todas las regiones de la India, perceptibles.
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 641

vió a su cuasi exterminio, a la conquista de sus siendo, una sociedad colonial, en los mismos
tierras y a su colonización con posterioridad a tiempos y movimiento histórico en que se in-
la constitución del nuevo país, de la nueva na- dependizaba, se formaba y se definía el nuevo
ción y de su nuevo Estado. Estado. Ese nuevo Estado era independiente
En el caso de los países que se constituyen del poder colonial, pero, simultáneamente, en
en la América que se desprende del colonialis- su carácter de centro de control del poder, era
mo ibérico, sea en el área española o más tarde una ceñida expresión de la colonialidad del po-
en la portuguesa, el proceso es radicalmente der en la sociedad.
diferente: los que logran asumir finalmente el ¿De cuál “nación” eran los nuevos Estados
control del proceso estatal forman, de un lado, que se constituían? ¿De los “europeos” o “blan-
una reducida minoría de origen “europeo” o cos” que se llamaban ahora “mexicanos”, “pe-
“blanco”, frente a la abrumadora mayoría de ruanos” o “brasileños”, esto es, que también se
“indios”, de “negros” y de sus correspondien- otorgaban una nueva identidad nacional? Pero
tes “mestizos”. De otro lado, los “indios” eran estos eran una minoría realmente muy pequeña
siervos en su mayoría y los “negros”, salvo en el en todas partes, aunque relativamente no tanto
Haití resultante de la primera gran revolución en Chile, donde la mayoría de la población “in-
social y nacional americana del período de la dia” no había sido colonizada y ocupaba todo
modernidad, eran esclavos. Esto es, esas po- el territorio al sur del Bío-Bío y resistió aún
blaciones no sólo estaban legal y socialmente por otro siglo antes de ser cuasi exterminada y
impedidas de tomar alguna participación en la colonizada, como lo había sido más temprano
generación y en la gestión del proceso estatal, en Argentina y en Uruguay, bajo otras condicio-
en su condición de siervos y de esclavos, sino nes y con otros resultados. Por el contrario, la
que además, no habían dejado de ser poblacio- nacionalidad de dichos Estados no tenía nada
nes colonizadas en tanto “indios”, “negros” y que ver con las poblaciones colonizadas de “in-
“mestizos” y, en consecuencia, tampoco tenían dios”, “negros” y “mestizos”. No obstante, éstas
opción alguna de participar en el proceso es- eran la abrumadora mayoría de quienes queda-
tatal. La sociedad continuó organizada, larga- ban encuadradas dentro de las fronteras de los
mente, según el patrón de poder producido nuevos Estados. La nacionalidad de los nuevos
bajo el colonialismo. Era entonces, y seguía Estados no representaba a las identidades de la
642 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

abrumadora mayoría de la población sometida cretas de su implantación en esta América.


a los nuevos Estados. En rigor, originalmente Y la población “india” será percibida pronto
les era contraria. como un problema para la implantación del
En ambas dimensiones fundamentales, el moderno Estado-nación, para la moderniza-
nuevo Estado independiente en esta América ción de la sociedad, de la cultura. Así, en el
(Latina), no emergía como un moderno Estado- debate político latinoamericano se instala,
nación: no era nacional respecto de la inmensa desde la partida, lo que se denominó por casi
mayoría de la población y no era democrático, dos siglos, el “problema indígena”. Se podría
no estaba fundado en, ni representaba, ninguna decir, en verdad, que tal “problema indígena”
efectiva ciudadanía mayoritaria. Era una ceñi- es coetáneo con la fundación de las repúblicas
da expresión de la colonialidad del poder. iberoamericanas.
¿Por qué eran los “indios” un problema en
el debate sobre la implantación del moderno
La cuestión de la democracia y el Estado-nación en esas nuevas repúblicas? Fue-
“problema indígena” ra de la colonialidad del poder en las nuevas
repúblicas, semejante problema no tendría
Esa peculiar situación de la nueva sociedad sentido. En cambio, desde esa perspectiva, los
ex colonial no quedó del todo oculta para una “indios” no eran solamente siervos, como eran
parte de los nuevos dueños del poder. Inme- esclavos los “negros”. Eran, primero que nada,
diatamente después de la consolidación de la “razas inferiores”. Y la idea de “raza” había sido
victoria anticolonial, al promediar la segunda impuesta no solamente como parte de la ma-
década del siglo XIX, en el área hispana ya terialidad de las relaciones sociales –como era
está en debate la cuestión del carácter del Es- el caso de la esclavitud o de la servidumbre,
tado y los problemas de ciudadanía. Para los lo que, en consecuencia, puede cambiar– sino
liberales, en particular, eran demasiado visi- como parte de la materialidad de las propias
bles, por inmensas, las distancias entre sus gentes, como era, precisamente, el caso con los
modelos políticos. Entonces procedentes so- “indios”, con los “negros”, con los “blancos”. Y
bre todo del discurso de la revolución liberal en este nivel, por lo tanto, no había cambios
en Europa Occidental, y las condiciones con- posibles. Y éste era, exactamente, el “problema
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 643

indígena”: no era suficiente quitar a los “indios” social, la expurgación de “raza” como la forma
el peso de las formas no salariales de división universal y básica de clasificación social.
del trabajo, como la servidumbre, para hacer- En otros términos, la solución efectiva del
los iguales a los demás, como había sido posi- “problema indígena” implicaba –no podía dejar
ble en Europa en el curso de las revoluciones de implicar– la subversión y desintegración del
liberales. O las marcas del colonialismo tradi- entero patrón de poder. Y dadas las relaciones
cional, como el “tributo indígena”, para des- de fuerzas sociales y políticas del período, no
colonizar las relaciones de dominación, como era en consecuencia factible la solución real y
había ocurrido al ser derrotados o desintegra- definitiva del problema, ni siquiera parcialmen-
dos los colonialismos anteriores. Y, encima, los te. Por eso, con el “problema indígena” se cons-
sectores hegemónicos dentro de la fauna do- tituyó el nudo histórico específico, no desatado
minante se oponían con todas sus fuerzas a la hasta hoy, que maniata el movimiento histórico
eliminación del tributo, pero sobre todo de la de América Latina: el des-encuentro entre na-
servidumbre. ¿Quién trabajaría entonces para ción, identidad y democracia.
los dueños del poder? Y era, precisamente, el De otro lado, la independencia política fren-
argumento “racial” el instrumento, explícito o te a España o Portugal, bajo la dirección y el
sobrentendido, para la defensa de los intereses control de los “blancos” o “europeos”, no sig-
sociales de los dominadores. nificó la independencia de estas sociedades de
El “problema indígena” se convirtió, pues, la hegemonía del eurocentrismo. En muchos
en un auténtico incordio político y teórico en sentidos, por el contrario, llevó a la profundi-
América Latina. Para ser resuelto requería, zación de dicha hegemonía, precisamente por-
simultáneamente, ya que por su naturaleza el que el eurocentramiento del patrón de poder
cambio en una de las dimensiones implicaba el implicó que mientras en Europa Occidental la
de cada una de las otras: 1) la descolonización modernidad fuera impregnando no sólo el pen-
de las relaciones políticas dentro del Estado; samiento, sino las prácticas sociales, en esta
2) la subversión radical de las condiciones de América la modernidad fuera arrinconada en
explotación y el término de la servidumbre; y los ámbitos ideológicos de la subjetividad, so-
3) como condición y punto de partida, la des- bre todo en la ideología del “progreso”, y ésta,
colonización de las relaciones de dominación por supuesto, más bien entre grupos minorita-
644 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

rios entre los sectores dominantes y entre los tampoco están libres los que imaginan la revo-
primeros y reducidos grupos de capas medias lución latinoamericana como reproducción de
intelectuales7. la experiencia eurocéntrica. El eurocentrismo
cobra aquí todas sus consecuencias.
En el debate político latinoamericano de
¿Democracia y modernidad los casi dos siglos corridos, después de la de-
sin revolución? rrota del colonialismo español, esa ideología
ha implicado la adopción del paradigma de la
Ese es el contexto que permite explicar y dar democracia liberal acerca del Estado y de las
sentido a un fenómeno político peculiar, quizá, relaciones entre Estado y sociedad, pero sepa-
de la América Latina: la idea de que es posible rado, incluso opuesto en verdad, del paradigma
alcanzar o establecer la modernidad y la demo- de la sociedad burguesa. En ésta, que produjo
cracia en estos países, sin tener que pasar por la democracia liberal, las relaciones de poder
ninguna revolución del poder, o por lo menos social se han constituido no solamente como
de cambios radicales en los principales ám- expresión del capital y de la centralidad de
bitos del poder. De ese modo, la modernidad Europa en el heterogéneo universo capitalista,
y la democracia, aquí tuvieron, tienen aún, el sino también –y para las necesidades de la de-
lugar y el papel de un espejismo político: pues- mocracia liberal, sobre todo– como expresión
to que existen en otros espacios, la retina libe- de una relativamente amplia, si no exactamen-
ral puede copiar sus imágenes en el ho­rizonte te democrática, distribución de recursos de
ideológico del desierto territorio político y producción, de ingresos, de mercado interno,
social lati­noamericano. Tal espejismo político de instituciones de organización y de represen-
aún fascina a una parte principal del espectro tación. En los países “centrales” regidos por la
político latinoamericano. Y de aquel espejismo democracia liberal, eso es el resultado de una
centuria de revoluciones liberal-burguesas, o
de procesos equivalentes. Pero tales procesos
7 He propuesto algunas cuestiones para ese debate no sólo no tuvieron lugar, sino que no podían
en: Quijano, Aníbal 1988 Modernidad, identidad y
tener lugar en América Latina. Pues no se tra-
utopía en América Latina (Lima: Sociedad y Política
Ediciones). ta, obviamente, sólo de la persistencia aquí de
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 645

la esclavitud, de la servidumbre, de la limitada Respecto del lugar de la población “india” en


producción industrial, etcétera, producida por el posible futuro democrático, el único cambio
la distribución de poder en el universo capita- importante que pudo ser admitido ya tarde en
lista y el proceso de eurocentramiento de su el siglo XIX y que ha sido, entrecortadamente,
control. Se trata ante todo de que la ciudadanía puesto en práctica en el siglo XX, es la “europei-
liberal fue –aún es, en rigor– una aspiración im- zación” de la subjetividad de los “indios”, como
posible para la inmensa mayoría de la pobla- un modo de su “modernización”. El movimien-
ción, formada por “razas inferiores”, esto es to intelectual llamado “indigenista” en América
por no-iguales a los demás. Latina, con ramificaciones en las artes visuales
En ese sentido, el liberalismo en América La- y en la escritura literaria, fue, sin duda, la más
tina no ha dejado de proponer la imagen de un acabada encarnación de esa propuesta9. La co-
“Estado de Derecho” constituido por un univer-
so de instituciones políticas y administrativas,
diseñadas casi siempre con exquisito apego a participación en el Estado liberal, se puede ver: Quijano,
las mejores esperanzas del liberalismo, pero Aníbal 1994 “Colonialité du Pouvoir et Democratie
sustentadas casi exclusivamente en el discurso en Amerique Latine” en Future Anterieur. Amerique
Latine, Democratie et Exclusion (París: L´Harmattan).
constitucional, que no por acaso tiene en nues- Y, también: Quijano, Aníbal 1997 “Ciudadanía y
tros países una historia tan copiosa, pero sin co- democracia: Cuestiones abiertas” en González, Helena
rrelativos o previos cambios en las relaciones y Schmidt, Heidulf (eds.) Democracia para una nueva
de poder social. Parafraseando al propio discur- sociedad (Caracas: Nueva Sociedad).
so liberal, bien podría decirse que esa propues- 9 En el Perú el debate más importante se dio entre
ta ha implicado en la práctica, casi siempre, un José Carlos Mariátegui y Luis Alberto Sánchez. Véase:
de Mariátegui, J. C. 7 ensayos de interpretación de la
“Estado de Derecho” articulado con una “socie-
realidad peruana (originalmente publicado en 1928,
dad de derecha”. Por lo cual cuando funciona hay numerosas ediciones); de Sánchez, Luis Alberto
no puede durar, nunca ha podido durar, o sim- 1978 Apuntes para una biografía del APRA. Los
plemente no ha logrado funcionar8. primeros pasos, 1923-1931 (Lima: Mosca Azul); de
Deustua, José y Renique, José Luis 1984 Intelectuales,
indigenismo y descentralismo en el Perú, 1897/1931
8 Para una debate más detenido sobre las implicaciones (Cusco: Centro Bartolomé de las Casas); de Ibarra,
de la “raza” para la ciudadanía, la representación y la Hernán 1999 “Intelectuales indígenas, neoindigenismo e
646 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

lonialidad de semejante idea es, sin embargo, momentos históricos. De una parte, el virtual
patente, pues se funda en la imposibilidad de exterminio de los “indios” y la conquista de sus
admitir, de imaginar siquiera, la posibilidad de territorios, en todos los países en los cuales los
una descolonización de las relaciones entre lo dominadores, liberales y conservadores por
“indio” y lo “europeo”, ya que, por definición, lo igual, concluyeron pronto que ninguna desin-
“indio” no es solamente “inferior”, sino también dianización, como “europeización”, era viable.
“primitivo” (arcaico, dicen ahora), es decir, por Así ocurrió en Estados Unidos, Argentina, Uru-
partida doble, “inferior” ya que “anterior” a lo guay, Chile. De otra parte, el asimilacionismo
“europeo” en una supuesta línea de evolución cultural y político en México-Centroamérica y
histórica de la especie, concebida según el des- en los Andes11.
plazamiento del tiempo que se hizo inherente
a la perspectiva eurocéntrica de conocimiento.
Ya que no era posible “emblanquecerlos” a to- 11 Hay en ese debate un fenómeno aún no realmente
estudiado. No cabe duda de que la población “india”
dos en términos “raciales”, a pesar de la intensa era demográficamente mayoritaria en las repúblicas
práctica de “mestizaje” que cubre la historia de más importantes, en todo caso más extensa, del área
las “razas” en América Latina, se concluyó que, hispana y era culturalmente predominante entre los
en todo caso, era viable y tenía sentido “euro- colonizados, en México, Centroamérica y los Andes.
peizarlos” subjetivamente, o culturalmente, si No obstante, la población “negra”, aunque obviamente
menor, era importante en la costa norte del Pacifico y
se quiere10. sin duda, sobre todo, en el Caribe, para no mencionar
No será necesario detenerse mucho aquí en el área portuguesa donde era abrumadoramente
lo muy sabido. Las políticas de los dominantes mayoritaria. Y curiosamente, la población “blanca”
para enfrentar ese problema fueron principal- era la menos numerosa en todas estas repúblicas.
Por lo mismo, la demografía no es, seguramente, la
mente dos en América, aunque practicadas con
instancia a la que hay que recurrir para explicarse
muy diversas variantes entre países y entre porqué la población “negra” no aparece en el debate
político sobre el Estado, más allá del problema de
abolir o mantener la esclavitud. Sugiero que después
indianismo en el Ecuador” en Ecuador Debate (Quito), de la revolución haitiana, los dominantes de todas
N° 48: 71-94, diciembre. las Américas, pero no menos los de Europa –éstos
10 Véase: Quijano (2001) “Colonialidad del poder...”, estaban en pleno curso de colonización de los “negros”
Op. cit. del África– procuraron y lograron hacer sociológica y
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 647

¿Por qué la diferencia? Principalmente, sin El asimilacionismo cultural es la política que


duda, porque en esos últimos países la pobla- se ha procurado sostener desde el Estado, a tra-
ción “india” era y es no solamente mayoritaria vés del sistema institucionalizado de educación
sino, sobre todo, a diferencia de la de los otros pública. La estrategia, por lo tanto, ha consistido
países, socialmente disciplinada en el traba- y consiste en una “asimilación” de los “indios”
jo organizado dentro de un sistema de domi- en la cultura de los dominadores, que suele ser
nación y de explotación. Estos países, como también mentada como la “cultura nacional”,
México y Perú, fueron precisamente las sedes a través de la educación escolar formal, sobre
centrales del imperio colonial español, mien- todo, pero también por el trabajo de institucio-
tras Argentina, Chile y Uruguay fueron margi- nes religiosas y militares. Por eso, en todos estos
nales antes de mediados del siglo XVIII. Dadas países, el sistema educacional pasó a ocupar un
esas condiciones, la política de los “blancos” lugar central en las relaciones entre “indio” y no
respecto de los “indios” prolongó, con modifi- “indio”. La educación escolar fue inclusive mis-
caciones y adaptaciones, la política del perío- tificada y mitificada en ambas partes, y no hay
do colonial, de asimilación y de discriminación duda de que en países como México o Perú, más
cultural, al mismo tiempo. Con la formación en el primero después de la Revolución Mexi-
republicana, el asimilacionismo comenzó a cana, de todos modos en ambos más que en los
ser, sobre todo desde fines del siglo XIX y a lo demás países, fue un mecanismo de desindia-
largo del siglo XX, la dimensión enfatizada en nización subjetiva, cultural si se quiere, de una
el discurso político, aunque mucho menos en parte no desdeñable de la población “india”. Un
la práctica. elemento importante en dicha estrategia ha sido
también la apropiación de las conquistas cultu-
rales de las sociedades que fueron conquistadas,
políticamente invisibles a los “negros” y los incluyeron
solamente en el debate sobre la esclavitud. El hecho destruidas y sus poblaciones colonizadas, tras-
es, de todos modos, que en el debate sobre qué hacer mitido como orgullo de lo “inca”, de lo “azteca”,
políticamente con las poblaciones no “blancas” o no “maya”, etcétera, en una palabra, de lo “indio”
“europeas”, en el área hispana los “negros” son durante anterior a la colonización.
todo el siglo XIX virtualmente invisibles. Por eso no
Sin embargo, dicha estrategia nunca ha
se instala el “problema negro” al mismo título que el
“problema indígena”. dejado de alternarse y de combinarse con
648 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

la política de discriminación de los “indios” en la más grave de sus crisis desde su constitu-
y de enajenación de lo “indio”. De ese modo, ción hace 500 años12.
la desindianización no pudo abarcar a la ma- Por supuesto, las poblaciones sobrevivien-
yoría de la población “india” y ésta no pudo tes de las derrotadas sociedades e identidades
incorporarse, ser incorporada, sino de mane- históricas13 anteriores, no aceptaron inmedia-
ra parcial, precaria y formal, en el proceso de
nacionalización de la sociedad, de la cultura,
12 Sus dos primeros grandes momentos de crisis
del Estado. La colonialidad del poder sigue fueron: primero, la revolución de Tupac Amaru en el
implicando que toda o parte de las poblacio- Virreinato del Perú, en 1780, que fue derrotada pero
nes no “blancas” no puede consolidarse en su dejó profundas secuelas para el destino del poder co-
ciudadanía sin originar profundos y graves lonial. El segundo fue la revolución en Haití, en 1804,
bajo la conducción de Toussaint Louverture, sin duda
conflictos sociales. En ciertos países como la primera gran revolución moderna, que en el mismo
Brasil, Ecuador o Guatemala, o en ciertas zo- movimiento histórico produjo una victoriosa subver-
nas de Bolivia, México o Perú, esa es, exac- sión social (esclavos contra amos), otra anticolonial y
tamente, la raíz de lo que para la fauna do- nacional (la derrota del colonialismo francés y la for-
minante quizá aparece todavía apenas como mación de la nacionalidad haitiana), y una de porte
global, el primer momento de la desintegración de la
un nuevo “problema indígena”, pero que en colonialidad del poder (“negros” contra “blancos”). Los
verdad, como se verá inmediatamente, ha posteriores avatares del proceso haitiano, de sobra co-
inaugurado un período histórico nuevo y en nocidos, mellaron las potencialidades de la revolución;
primer término para el patrón de poder en el pero no disminuyen el significado histórico de aquella
gesta excepcional.
cual está implicado.
13 No tengo una traducción satisfactoria del término
peoplehood, neologismo acuñado en inglés por
Gonzalo Santos, ahora profesor de Bakersfield College,
Trayectoria del actual California, mien­tras era estudiante del doctorado en
“movimiento indígena” State University of New York at Binghamton, para
mentar el modo propio, sui generis, de ser un pueblo
En la partida es pertinente hacer notar que el (en el sentido que la palabra implica en inglés) con
sus propios patrones de poder, su propia historia, sus
actual “movimiento indígena” es la más defini- conquistas culturales, sus imaginario, conocimiento,
da señal de que la colonialidad del poder está lenguaje, memoria, su lugar en el mundo, pues, y que
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 649

tamente nombrarse “indias”. Algunas de ellas tiendo esa derrota y la nueva común identidad
resistieron admitir la derrota y la desintegra- colonial, la cual, obviamente, ya no implicaba
ción de sus sociedades y de sus identidades ningún peoplehood. Trescientos años después
históricas durante todo un medio siglo, como de la Conquista, al comenzar el período repu-
una parte de los incas del Cusco. Todavía hoy blicano, todas ellas eran “indias”. Y durante los
muchos grupos reivindican o vuelven a reivin- dos siglos siguientes, esa identidad colonial se
dicar los nombres particulares de sus antiguas mantuvo. Podría decirse, sin arriesgar mucho,
identidades históricas (hoy colonialistamente que para una parte mayoritaria de esas pobla-
admitidas apenas como “etnicidades”). Y es ciones, esa identidad había terminado siendo
probable que en adelante varios otros nombres admitida como “natural”.
regresen a la nomenclatura de esas poblacio- ¿Por qué, en consecuencia, el rechazo aho-
nes, e inclusive que la hoy tan extendida “tenta- ra de esa denominación y la reivindicación del
ción identitaria” lleve a que sean reinventadas nombre de “indígena”, se han extendido e im-
algunas identidades para ser recubiertas por puesto virtualmente entre esas poblaciones en
esos nombres. toda América Latina, en el plazo relativamente
Empero, la consolidación, el desarrollo y corto de dos a tres décadas? Y, más aún, ¿por
la expansión mundial de la Colonialidad del qué los “no-indios”, “mestizos” en primer lugar,
Poder probaron ser procesos de excepcional pero también los “blancos” y “europeos” han
vitalidad histórica. Pudieron sobrevivir algu- terminado admitiendo esa reivindicación?
nos de sus nombres y jirones de sus memorias
históricas, pero todas aquellas sociedades e
identidades, o peoplehoods, terminaron des- Entre dos crisis
integradas y sus poblaciones sobrevivientes y
sus descendientes terminaron también admi- Sugiero, en primer término, que el actual
“movimiento indígena” fue incubándose en
el mismo cauce del agotamiento de lo que la
dice de manera más ceñida aquello que trato de decir, investigación social latinoamericana llamó la
sin quedar satisfecho, con los términos de identidad
“crisis del Estado oligárquico”, y que se cons-
histórica. Quizá sea mejor simplemente usar el
neologismo en inglés. tituyó y emergió en el mismo proceso de la
650 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

neoliberalización-globalización de la sociedad América Latina era rural, aunque en la ciudad,


latinoamericana14. no sólo en el campo, el régimen de dominación
Es necesario tener en cuenta, a este respec- del cual eran víctimas era igualmente señorial.
to, que bajo el Estado oligárquico la abrumado- Esto es, la condición social de la mayoría de
ra mayoría de la población llamada “india” en los “indios” era la servidumbre. Doméstica en
las ciudades y agrario-doméstica en el campo.
La cuasi universal servidumbre de los “in-
14 Obviamente, de esa hipótesis de trabajo no se dios” fue consecuencia del despojo continuo
desprende que los “indios”, como tales, hayan comen-
zado a movilizarse recién en los últimos treinta años.
de sus tierras en favor de los no-indios, des-
La lista de sus rebeliones e intentos de organización de el comienzo mismo de la era republicana.
más permanente, por ejemplo en los países andinos, no Durante el coloniaje, junto con la eliminación
es corta y hay abundante documentación al respecto. formal del sistema de encomienda, y como un
Pero mi propósito aquí no es historiar las rebeliones modo de control de las poblaciones “indias”, la
de “indios” después de la Colonia, sino indagar por las
especificidades y por el sentido del actual “movimiento
Corona dispuso que se les otorgase tierras para
indígena”. Acerca de las luchas de los “indios” antes de sembrar y para residir, como zonas de exclu-
ahora, puede consultarse, entre otros, Bonfil Batalla, siva propiedad y residencia “indias”. La exten-
Guillermo 1981 Utopía y revolución. El pensamiento sión de esas tierras fue diversa según las zonas.
político contemporáneo de los indios en América Lati- Pero no fue poca en ningún caso. En el Perú
na (México: Nueva Imagen); AA.VV. 1998 Democracia,
etnicidad y violencia política en los países andinos fueron muy extensas y en Bolivia aún mucho
(Lima: IEP / IFEA); AA.VV. 1993 Sismo étnico en el más. Tras la derrota de los españoles, Bolívar
Ecuador (Quito: Abya Yala / Cedime); Montoya, Rodri- decretó para todo el ex Virreinato del Perú,
go 1992 Al borde del naufragio. Democracia, violencia que las tierras de las comunidades indígenas
y problema étnico en el Perú (Madrid: Talasa). Debe
fueran privatizadas y mercantilizadas. Sin em-
tenerse en cuenta, además, que la mayor parte de las
luchas indígenas fueron subsumidas como luchas cam- bargo, durante la mayor parte del siglo XIX, las
pesinas entre 1930 y 1980. Sobre las luchas agrarias y comunidades indígenas de las repúblicas andi-
campesinas, véase Quijano, Aníbal 1967 “Movimientos nas, mantuvieron el control de la mayor parte
campesinos contemporáneos de América Latina” en de las tierras que les fueron adjudicadas duran-
Lipset, Seymour Martin y Solari, Aldo (comps.) Elites y
desarrollo en América Latina (Buenos Aires: Paidós)
te el Virreinato. El despojo recomenzó a fines
pp. 254-308. de ese siglo, como una de las consecuencias
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 651

de la apropiación de minas, plantaciones y ha- (1910-1927) o en Bolivia (1952) en las cuales


ciendas por parte del capital norteamericano. la participación organizada del campesinado,
Y se acentuó y expandió en las tres primeras “indio” en su ma­yo­ría, fue decisiva; sea porque,
décadas del siglo XX, reprimida y derrotada por ejemplo en Perú, por la masiva presión or-
sangrientamente la resistencia del campesina- ganizada de los campesinos, mayoritariamente
do indígena, se forzó a la mayoría de las pobla- “indios”. Entre 1957 y 1969, fueron adoptadas
ciones “indias” someterse a la servidumbre. Lo medidas de redistribución de tierras para sem-
que se ha denominado el Estado oligárquico, brar, llamadas reformas agrarias; sea porque
basado en las relaciones de dominación inhe- los propios terratenientes señoriales fueron
rentes a la colonialidad del poder, fue fortaleci- forzados, como en Ecuador (1969-70), a cam-
do en esos procesos. En México, la resistencia biar el régimen de trabajo servil por el trabajo
del campesinado indígena convergió con la dis- asalariado. El resultado fue, en todas partes, la
puta por el control del poder en el seno de la expansión del trabajo asalariado y de las activi-
propia burguesía y de las capas medias, dando dades de carácter mercantil.
lugar a la llamada “revolución mexicana”. Tales procesos estuvieron asociados, como
Ese es el contexto histórico que ayuda a en- es conocido, con la abrupta urbanización de
tender por qué la crisis y retirada del Estado la sociedad latinoamericana en su conjunto, la
oligárquico, en los países de mayoritaria pobla- relativa expansión de la producción industrial
ción “india” tuvo implicaciones decisivas en la y de su mercado interno, el cambio de la es-
situación social y política de dicha población y tructura social urbana con la formación de nue-
estuviera en el origen de la crisis y del cambio vos grupos de burguesía industrial-urbana, de
de su identidad. nuevas capas medias de profesionales e inte-
En efecto, la crisis del Estado oligárquico lectuales y de una nueva población asalariada,
terminó junto con el fin de la predominancia industrial y comercial. Y, por supuesto, parte
de las relaciones serviles y semiser­viles y la de esos cambios fue la masiva migración desde
desintegración de las estructuras de autoridad el campo a la ciudad.
local y estatal ligadas al poder de la burguesía Todo eso se expresó pronto en la relativa
señorial y de los terratenientes señoriales, ya modernización del Estado, que vio no sólo
sea por revoluciones sociales co­mo en México ampliadas sus bases sociales, sino sobre todo
652 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

cambiadas profundamente con la parcial y pre- La nueva población “chola” fue, sin duda,
caria, pero no menos real y decisiva, incorpora- la principal protagonista y agente del proceso
ción de nuevos contingentes, de origen campe- de cambios en el Perú posterior a la Segunda
sino e “indio”, al ámbito de la ciudadanía, aun- Guerra Mundial. Fue ella, en primer término,
que enredados aún en mallas de clientelaje y de la que formó el que hasta fines de la década del
formas de intermediación política, más que de sesenta fue el más amplio y poderoso movi-
representación directa. miento campesino de América Latina16 y llevó
Esos procesos fueron más amplios, masivos, finalmente a la desintegración del poder seño-
globales en una palabra, más en unos países rial en el campo, cuya culminación fue la re-
que en otros. Para los de población indígena forma agraria de la dictadura militar de Ve-
mayoritaria, esas diferencias han probado ser lasco Alvarado en 1969 hecha, en rigor, para
decisivas. En el Perú fue donde, sin duda, el bloquear el desarrollo del movimiento campe-
proceso fue más temprano, más rápido y más sino de los “cholos”, con todas las consecuen-
abarcador. Eso implicó la desindianización de cias negativas para la sociedad rural y para
la identidad y de la autoidentificación de una la producción agropecuaria. Fueron ellos los
parte mayor de la población “india”, su traslado que formaron el nuevo contingente de asalaria-
a las ciudades, a actividades vinculadas al sala- dos industriales y comerciales urbanos, levan-
rio y al mercado, e inclusive en el mundo rural, taron un nuevo movimiento sindical, cuya gra-
mucho más que a las campesinas del período
precedente. Ese específico proceso de desin-
de la ciudad de Huancayo” en Revista del Museo Na-
dianización fue denominado “cholificación”15.
cional (Lima), Vol. XXVI: 78-151; Quijano, Aníbal 1964
La emergencia del grupo cholo y sus implicaciones
15 Del debate respectivo, durante las décadas de los en la sociedad peruana (Bogotá: Memorias del Con-
cincuenta y sesenta, tomaron parte varios de los in- greso Latinoamericano de Sociología) que fuera re-
vestigadores sociales peruanos y extranjeros. Véase, producido como “El cholo y el conflicto cultural en el
sobre todo, de Bourricaud, François 1954 “Algunas Perú” en Dominación y Cultura (Lima: Mosca Azul,
características originales de la cultura mestiza del 1980) pp. 47-117.
Perú contemporáneo” en Revista del Museo Nacional 16 Un estudio sistemático de esos movimientos socia-
(Lima), Vol. XXIII; Arguedas, José María “Evolución les de Quijano (1967: 254-308) “Los movimientos campe-
de las comunidades indígenas del Valle del Mantaro y sinos contemporáneos en América Latina” Op. cit.
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 653

vitación en el debate político nacional fue muy maoístas del ya eurocentrificado “materialis-
importante hasta la crisis de mediados de la mo histórico” introducían en las universidades
década del setenta, y conquistaron decisiones y entre la joven inteligencia “chola”, en el deba-
legislativas que les permitían negociar con al- te sobre el conocimiento del proceso peruano
gunas ventajas la venta de su fuerza de trabajo. –según ellas el Perú era una sociedad feudal o
Fueron ellos los que poblaron el aparato estatal semifeudal, como la China de comienzos de los
de educación en todos los niveles, obligando al años treinta del siglo XX, por lo cual la guerra
Estado a su rápida ampliación. Ellos poblaron revolucionaría del campo a la ciudad, etcétera–
las universidades estatales formando un nuevo y finalmente se combinaron con ellas, hasta lle-
y más amplio movimiento de estudiantes uni- var, de­safortu­nadamente para todos, al turbio y
versitarios, con consecuencias profundas para sangriento intercambio terrorista entre el Esta-
el país, comenzando por la ampliación brusca do y la agrupación maoísta Sendero Luminoso,
de nuevas capas medias, que se reclutaban pre- entre 1980 y 2000, y cuyas principales víctimas
cisamente en esa población. Ellos, más que na- fueron las propias poblaciones campesinas “in-
die, poblaron las “barriadas” peruanas, que han dígenas” o no del todo “cholificadas” (según la
llegado a albergar más del 70% de la población Comisión de la Verdad y Reconciliación en su
urbana del Perú y que han llegado a significar la Informe Final, Lima, 2003; más de 60 mil).
experiencia social, cultural y simbólica central Durante medio siglo, la población que se
del último medio siglo XX peruano. desindianizó, se apropió de e hizo positiva la
La militarización del Estado después de las derogatoria identificación como “chola” y/o
experiencias guerrilleras de 1965-1967 y su como “mestiza”, no ha hecho sino aumentar en
enfrentamiento con las capas más jóvenes de proporciones y en presencia e influencia en to-
esa nueva población “chola”, en especial en las dos los ámbitos de la sociedad peruana, inclui-
universidades y entre los intelectuales jóve- do por cierto el mundo rural donde habitan, mi-
nes, bloqueó y distorsionó el desarrollo social, noritariamente, los que son aún identificados
cultural y político de esas poblaciones, sobre como “indios”, aunque no es seguro que ellos
todo en la “segunda fase” de la dictadura mili- acepten ya esa identificación. Y es improbable
tar (1968-1980), ayudó a exacerbar las graves que la población “chola” regrese a la identifica-
distorsiones que las versiones estalinianas y ción como “india”.
654 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Esa es, seguramente, la respuesta a la inte- sos implican o han implicado para la cuestión
rrogante que ahora pena en el debate peruano del “movimiento indígena”, apenas comienza a
y latinoamericano sobre el actual “movimiento ingresar en el debate latinoamericano. En con-
indígena”: ¿por qué siendo Perú el país donde secuencia, aquí es más bien pertinente abrir al-
la población “india” era mayor que en los de- gunas de las cuestiones más significativas.
más países andinos no hay ahora ningún “mo- Sugiero, en primer lugar, que la rápida, más
vimiento indígena” importante, mientras si lo bien brusca, desintegración de la estructura
hay, y tan presente e influyente, en Ecuador, productiva que estaba en curso de desarrollo
sobre todo, y en Bolivia? en estos países, produjo no solamente el des-
empleo, aumento del subempleo y rápida po-
larización social, sino también un proceso que
La neoliberalización- puede ser reconocido como un proceso de re-
globalización y sus implicaciones clasificación social que afecta a todos los sec-
en el “movimiento indígena” tores sociales y, obviamente, sobre todo a los
trabajadores. Y ese proceso está asociado a una
Por comodidad, pero sin arbitrariedad, enlazo crisis de identidad social en todos los sectores.
aquí neolibe­ralización-globalización para deno- En primer término, en aquellos cuya identidad
minar el proceso que ha sufrido América Lati- era ambigua o vacilante, empujándolos a la
na, como el resto del mundo, entre la crisis de búsqueda urgente de otras nuevas identidades.
mediados de la década del setenta y ahora. Hay
relativo consenso en el debate actual, aparte
de un océano de escritura, acerca del debilita- democracia”, Op. cit. Y sobre las consecuencias de la
neoliberalización-globalización en la sociedad latinoa-
miento y de la desnacionalización del Estado,
mericana, en especial en la estructura social y en la
de la polarización social y de la desdemocra- estructura de poder, mis propuestas de debate en: Qui-
tización de la sociedad. No tengo que insistir jano, Aníbal 2004 “El laberinto de América Latina: ¿Hay
en esas cuestiones17. Pero lo que tales proce- otras salidas?” en Revista Venezolana de Economía y
Ciencias Sociales (Caracas: Facultad de Ciencias Eco-
nómicas y Sociales, UCV), Vol. 10, N° 1, enero-abril. Y
17 Sobre mis propias perspectivas, puede verse: Qui- también publicado en Tareas (Panamá: CELA), N° 116:
jano (2001) “Colonialidad del poder, globalización y 39-77, enero-abril, 2004.
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 655

Eso es lo que explica, a mi juicio, por ejemplo, dios”, hasta el correo electrónico, extendido en
que las identidades sociales expresadas en lugares no inmediatamente sospechados, o el
términos de “clases sociales” hayan cedido en teléfono portátil, el famoso “celular”, ubicuo
todos estos países, su lugar a identidades lla- ahora inclusive en localidades, de otro modo,
madas “étnicas”, regionales, residenciales, o aisladas. En ese sentido, las poblaciones ru-
“informales” y “pobres”. rales o rural/urbanas en proceso de crisis de
Esa crisis y cambio de identidades ha teni- identidades sociales y de re-identificación étni-
do lugar, explícitamente, entre los trabajadores ca, sobre todo, han encontrado, en la red vir-
rurales “indios” de los países andinos y mesoa- tual un modo de re-conocerse y de identificarse
mericanos menos urbanizados, que habían sido con todos sus próximos en lugar y nombre en
identificados y habían admitido serlo en térmi- el sistema “racial” de discriminación y de do-
nos de “clase”, como “campesinos” y que ahora minación, como en el período inmediatamente
han terminado re-identificándose como “indí- anterior era pertinente identificarse con todos
genas”. Mientras que en el Perú, en cambio, la aquellos afectados por un mismo aparato de
retirada de la identidad de “campesinos” o no explotación, el capital.
está en juego, o es más bien indecisa y lenta. Sin embargo, las propuestas de reconocer
Inclusive hoy, la más importante organización como “desterritorialización” o “deslocaliza-
comunal enfrentada a las empresas mineras se ción”, las nuevas realidades virtuales que pro-
llama Coordinadora Nacional de Comunidades ducen esas nuevas redes de comunicación, en
Afectadas por la Minería (CONACAMI), y no el caso específico de los “indígenas”, deben
apela a la idea de “comunidad indígena” en el tomarse con muchas cautelas, porque la geo-
propio país donde ella se originó. grafía, lo local y lo comunal, el vecindario y la
Junto con esos problemas, en segundo lugar, vivienda, tienen sin duda una gravitación muy
la llamada globalización ha instaurado también diferente que en el caso de las dispersas, a ve-
un nuevo universo de comunicación, con un ces itinerantes o trashumantes, poblaciones ur-
creciente espectro de recursos, de medios tec- banas de las sociedades industriales.
nológicos, que van desde el clásico radio tran- En tercer lugar, el debilitamiento del Esta-
sistor, que fue el primer elemento en romper do, su visible desnacionalización e inclusive su
la localización aislada de “campesinos” e “in- re-privatización en muchos países de la región,
656 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

procesos todos que cortan, precisamente, las de la autoridad colectiva o pública por las po-
conquistas de las poblaciones de origen o de blaciones “indias” que iniciaron acciones de
identidad “india” educación y salubridad pú- organización y de movilización en los países
blicas, servicios urbanos, producción y protec- andino-amazónicos y que han ganado celebri-
ción de empleo asalariado, no solamente han dad mundial después de Chiapas.
dejado a sectores amplios de los dominados y Primero en el curso de organización de la
explotados de América Latina sin referencia de Coordinadora de Organizaciones Indígenas de
apelación para sus demandas y necesidades, la Cuenca Amazónica (COICA), que se estable-
ahora mayores y más premiosas que nunca an- ció en 1984, integrada por las organizaciones
tes en los últimos doscientos años. En varios de las más importantes poblaciones de la cuen-
de estos países, el Estado ha venido actuando, ca amazónica, de Perú, de Bolivia, de Brasil,
sobre todo en la década del noventa, en contra de Ecuador, de Colombia y de Venezuela, y
de la mayoría de la población, de un modo aná- poco después en la organización de la Unión
logo a como lo hacía inmediatamente después Nacional de Comunidades Aymaras (UNCA)
de la derrota de los imperios coloniales ibéri- en Puno, en el altiplano peruano que bordea el
cos. Por eso, después de más de tres décadas lago Titicaca; en esa misma década, emergió
de esos procesos, sectores crecientes de la po- como uno de los aspectos de mayor significa-
blación popular de América Latina y dentro de ción la reorganización y revitalización de la
ellos los “indios”, han aprendido o están rápi- comunidad, como la específica estructura de
damente aprendiendo que tienen que encontrar autoridad colectiva y pública de esas poblacio-
maneras no sólo de no vivir del Estado, sino de nes. En los congresos que decidieron la forma-
vivir sin o contra el Estado. ción de la COICA y de la UNCA, el problema
Y es allí, en ese específico ámbito, donde de la ausencia y de la hostilidad del Estado fue
probablemente se encuentre el núcleo princi- explícitamente debatido y fue decidido, por
pal de determinaciones de la re-identificación eso, la necesidad y la urgencia de la autoridad
en curso: de “campesinos” y de “indios” a “in- comunal18. La cuestión de la autonomía territo-
dígenas”. Me refiero, ante todo, a las direccio-
nes que ha ido tomando, desde comienzos de
18 Invitado al congreso de formación de la UNCA, me
la década de 1980, el manejo de las cuestiones fue permitido asistir a esos debates.
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 657

rial y política, que había sido el vacío slogan de Durante el coloniaje fue sede y refugio de las
los seguidores de la Internacional estaliniana a poblaciones “indias” no inmediatamente servi-
fines de la década del veinte y comienzos de lizadas. Por eso, cuando comienza el despojo
la década del treinta, reaparecía ahora, autóno- republicano de sus tierras y el sometimien-
mamente colocada en la mesa del debate de las to de los “indios” a la nueva servidumbre, la
“comunidades indígenas”. “comunidad indígena” es reclamada y procla-
Comenzó, entonces, el período de tensiones mada como la institución emblemática de la
y de presiones entre esas poblaciones y el Es- lucha contra la servidumbre y el abuso de la
tado, que no ha hecho sino ampliarse e intensi- hacienda, de la mina y del Estado. Y, además,
ficarse hasta hoy. Probablemente fue también por muchos años, para la población campesi-
el momento del desplazamiento de identidad na “india”, se convierte en la sede virtualmen-
de lo “indio” hacia lo “indígena”. Es dudoso, te exclusiva de democracia política bajo el
incierto en todo caso, que se haya producido Estado oligárquico, porque todos los miem-
entre los “indios” un debate colectivo y siste- bros adultos de las “comunidades indígenas”,
mático sobre la colonialidad de los términos varones y mujeres, desde los 14 años, tienen
“indio”, “negro”, “blanco”, “mestizo”, aunque derecho a participar en el debate y en las deci-
algunos científicos sociales, en México y en el siones colectivas que afectan a sus miembros.
Perú, ya estaban discutiendo esas cuestiones19. Sin duda por eso, ante todo, a despecho de su
Lo más probable es que fue a partir de las deci- origen colonial, la “comunidad indígena” pro-
siones de reorganización y de revitalización de vee ahora a las poblaciones de campesinos y
la “comunidad indígena” frente al Estado, que de desocupados, informales, de origen “indio”
se va produciendo el abandono de la identifica- y luego a profesionales e intelectuales del mis-
ción de “indio” en favor de “indígena”. mo origen, de las banderas ideológicas antico-
La “comunidad indígena” fue una creación loniales tanto respecto del problema nacional,
de las autoridades coloniales en el siglo XVI. como de la democracia.
Hay ya visible, reconocida y activa, una
capa de intelectuales “indígenas” en Ecuador,
19 Bonfil Batalla, Guillermo 1988 México Profundo
en Bolivia, en México, en Guatemala. También
(México: ERA); Quijano (1993: 167-188) “‘Raza’, ‘etnia’,
‘nación’ en Mariátegui. Cuestiones abiertas” Op. cit. en Perú, pero los que se identifican como ta-
658 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

les están sobre todo entre los aymaras y entre ción de Nacionalidades Indias Ecuatorianas)
los pobladores de la cuenca andino-amazónica. y, finalmente, de CONAIE (Confederación Na-
En el debate reciente acerca de todas aquellas cional de Indígenas Ecuatorianos) en 1989,
cuestiones, sin duda han pasado a tener una como organización central de todos los grupos
participación activa y decisiva. La creación organizados de indígenas ecuatorianos. Su le-
de la Universidad Indígena Intercultural y del gitimidad política fue conquistada en la famosa
Instituto de Investigaciones Indígenas, en Qui- Marcha sobre Quito en 1992. Y ganó presencia
to, bajo la conducción de Luis Macas, uno de internacional con su participación en la caída
los fundadores de la CONAIE (Confederación del gobierno de Abdala Bucaram en 1997 y con
de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) y su liderazgo en la caída del gobierno de Miguel
recientemente Ministro de Asuntos Indígenas Mahuad, en enero del año 2000, en cuya oca-
en el gobierno de Lucio Gutiérrez, con quien sión el líder principal de la CONAIE, Antonio
finalmente ha roto, es una de las más eficaces Vargas, ocupó, brevemente, el sillón presiden-
demostraciones de ese fenómeno. cial, con el respaldo del entonces coronel Lucio
El actual “movimiento indígena” se desarro- Gutiérrez, que después sería elegido presidente
lla inicialmente entre los grupos principales de de Ecuador, gracias, principalmente, al apoyo
la Cuenca Amazónica, cuya expresión mayor del movimiento indígena20.
antes de la COICA fue ECUARUNARI (Pueblos El caso de Bolivia es mucho más complejo.
del Ecuador), en 1972. Aunque en Ecuador Los campesinos bolivianos se fueron organi-
estuvieron activas organizaciones de “indios” zando siguiendo patrones sindicales desde la
que, con la influencia y el respaldo del Partido década del cuarenta, lado a lado con el movi-
Comunista Ecuatoriano, buscaban autonomía miento minero. Juntos participaron en la revo-
política respecto del Estado de Ecuador, no es
probable que esos antecedentes hayan tenido
gravitación en la formación del actual movi- 20 Véase de Burbano de Lara, Felipe 2000 “Ecuador,
miento indígena de ese país. Por el contrario, cuando los equilibrios crujen” en Anuario Social y
algunas organizaciones religiosas, salesianas y Político de América Latina (Caracas: FLACSO / Nueva
Sociedad), N° 3: 65-79. De Bustamante, Fernando 2000
jesuitas, habrían tenido influencia importante.
“Y después de la insurrección qué...” en Ecuador Debate
En 1980 se formó la CONFENAIE (Confedera- (Quito), N° 49: 43-56 abril.
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 659

lución boliviana de abril de 1952 y mientras los de las redes mafiosas del tráfico de coca y de
mineros tomaban las minas y las expropiaban, cocaína. Pero también les ha permitido resis-
ellos se tomaron las tierras y expulsaron a los tir al Estado boliviano y al de Estados Unidos,
terratenientes señoriales21. Formaron juntos empeñados simplemente en la erradicación del
las famosas milicias obrero-campesinas que cultivo de coca, sin alternativas provechosas
consolidaron la revolución y aliados a la Con- para los campesinos. En esa lucha se han for-
federación Obrera Boliviana (COB), obligaron talecido como movimiento de trabajadores y
al gobierno de Paz Estenssoro a legalizar y a de campesinos, han ganado el apoyo de otras
extender la redistribución de tierras. Estuvie- fuerzas sociales, a las cuales han apoyado en
ron en todos los avatares de la política bolivia- sus propias luchas, han emergido después
na desde entonces, aunque no siempre en la como un movimiento político de filiación so-
misma línea. Inclusive, fueron utilizados por el cialista, el Movimiento al Socialismo (MAS) y
general Barrientos que, con el golpe militar de producido líderes políticos de talla nacional,
1964, bloqueó el proceso revolucionario y pro- como Evo Morales, candidato a la Presidencia
dujo la feroz masacre de obreros mineros en de la República en las elecciones y segundo en
junio de ese mismo año. el resultado final, contra los pronósticos de la
Al derrumbarse la minería del estaño y clau- prensa urbana.
surarse las minas estatales, muchos de los De otro lado, sin perder continuidad con
obreros mineros, incluidos algunos de sus más las experiencias del movimiento katarista
respetados líderes, decidieron ir a trabajar jun- (nombre en homenaje a Tupac Katari, caudi-
to con los cultivadores de coca en el Chapare. llo aymara en la revolución de Tupac Amaru
Además, les ayudaron a organizarse según la en 1780), activo en las luchas campesinas y
experiencia sindical minera. Eso permitió a guerrilleras de la década del setenta, se han
esos campesinos, “indios” si se les aplica el cri- ido formando y cambiando otros movimien-
terio de “raza”, no ser víctimas, ni instrumentos tos de los aymaras, que pueblan el altiplano
que rodea el lago Titicaca. El más importan-
te actualmente es la Confederación Sindical
21 Las referencias respectivas en Quijano (1967) “Los
Única de Trabajadores Campesinos de Boli-
movimientos campesinos contemporáneos en América
Latina”, Op. cit. via (CSUTCB), cuyo líder es Felipe Quispe,
660 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

apodado el Mallku, que ha conquistado una Sentido y perspectivas del actual


notable autoridad sobre el campesinado y no- “movimiento indígena”
table presencia nacional.
El MAS y la CSTUCB han participado no so- No existe, en realidad, un “movimiento indíge-
lamente en las elecciones, sino sobre todo en na”, salvo en sentido abstracto nominal. Y sería
amplios movimientos sociales y políticos en mal conducente pensar que el término “indíge-
defensa del control nacional de los recursos na” nombra algo homogéneo, continuo y con-
de producción del país, como en la Marcha por sistente. Así como la palabra “indio” sirvió en
el Territorio y la Dignidad de 1991, y reciente- el coloniaje como un identificador común de
mente en los conocidos sucesos que llevaron a muchas, diversas y heterogéneas identidades
la renuncia de Gonzalo Sánchez de Losada a la históricas, para imponer la idea de “raza” y
Presidencia de Bolivia, después de sangrientos como mecanismo de control y de dominación
conflictos con el movimiento popular. que facilitara la división del trabajo explotado,
No se trata, pues, en el caso boliviano, estric- la palabra “indígena”, no obstante ser testimo-
tamente de “movimientos indígenas” en todos los nio del rechazo de la clasificación colonial y de
casos, como en Ecuador, en la COICA amazóni- reivindicación de identidad autónoma, no sólo
ca, o en Chiapas, Guatemala, y más recientemen- no es una liberación de la colonialidad, sino
te en los casos de los mapuches de Chile y otros que tampoco indica ningún proceso de homo-
grupos menores en Argentina. Respecto de Chia- genización, a pesar de que, sin duda, disueltas
pas y de Guatemala, la prensa internacional ha
hecho mundialmente famoso el movimiento de
los “indígenas” de Chiapas y a su mediático vo- and the Zapatistas. Rebellion in Chiapas (Oakland:
Food First Books); AA.VV. 2001 Auroras of the
cero el subcomandante Marcos, en gran medida
Zapatistas. Local and Global Struggles of the Fourth
gracias a él, lo mismo que sobre Guatemala, por World War (Brooklyn / Jamaica Plain: Autonomedia /
la prolongada y sangrienta guerra civil y la pre- Midnight Notes). Sobre Guatemala, de Warren, Kay
sencia de la Premio Nobel Rigoberta Menchú22. 1998 “Indigenous Movements as a Challenge to the
Unified Social Movements Paradigm for Guatemala”
en Álvarez, Sonia E.; Dagnino, Evelina and Escobar,
22 Entre los de mayor interés, por ejemplo, de Collier, Arturo (eds.) Cultures of Politics, Politics of Culture
George A. y Lowery Quaratiello, Elizabeth 1994 Land (Boulder: Westview) pp. 165-196.
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 661

las antiguas identidades, la homogeneidad es quisieran que lo que ellos llaman “cultu­ ras”
ahora mayor que ayer. No hay duda de que el fueran preservadas en una suerte de museos,
término cubre una heterogénea y diversa reali- independien­te­mente de si así les gustaría o be-
dad y tampoco debe dudarse de que varias de neficiaría a las propias gentes.
las identidades específicas reaparecerán, ya es- Los más organizados, sin embargo, como
tán reapareciendo, aparte de que varias nunca en Ecuador primero y luego en Chiapas, han
se disolvieron, como en el caso de los aymaras, avanzado a plantear la necesidad de un Estado
entre los amazónicos, o entre los diversos gru- plurinacional. Y no se trata solamente de hacer
pos de Chiapas o del Altiplano guatemalteco23. admitir en los textos constitucionales las fra-
Nada asegura, en consecuencia, que todos ses rituales, ahora comunes a casi todos esos
los actuales grupos de “indígenas” o los que textos, sobre la plurietnici­dad, la pluricultura-
emergerán después, se orientarán en las mis- lidad, la pluri, etcétera. Se trata de que la es­
mas perspectivas y se dirigirán hacia el mismo tructura institucional del Estado sea modifica-
horizonte. da en sus fun­da­mentos, de modo que pueda re-
Con todo, su actual presencia en el escena- presentar efectivamente a más de una nación.
rio latinoameri­ca­no tiene algunas implicacio- Es decir, se trata de una múltiple ciudada­nía,
nes comunes. Primero que todo, es verdad, hay ya que en la existente los “indígenas” no tienen,
un reclamo común de identidad, pero más bien no pueden te­ner, plena cabida24.
co­mo contrapartida de la discri­minación que
impide asimilarse plenamente a la i­dentidad
nacional o cultural dominante. Pe­ ro esa es 24 Sobre Ecuador véase, sobre todo: “Proyecto políti-
una reivindicación casi tradicional, en la cual co” (Quito: CONAIE) Documento N°4, 2002. Sobre Chia-
pas, Auroras of the Zapatistas, Op. cit. Sobre Perú, han
han es­tado comprometidos los indios y los in-
sido difundidos varios documentos, principalmente:
digenistas, y por cierto los antropólogos que Palacin, Miguel (CONACAMI), Iviche Quisque, Antonio
(AIDESEP), Ruffner Sebastian, Hildebrando (CCOICAP)
y Sarasara, César (CONAP) 2003 “Propuesta concertada
23 Poco tiempo atrás un dirigente aymara del lado para incorporar los derechos de los pueblos indígenas y
peruano, en una entrevista, enfrentó agriamente a una comunidades en la constitución política del Perú”, Presen-
periodista que insistía en llamarlo indígena: “señorita, tada el 14 de abril, después de la Gran Consulta Indígena
yo no soy indio, ni indígena, soy aymara”. sobre Reforma Constitucional del 12 al 14 del mismo mes.
662 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Es también cierto, sin embargo, que ese movieran en otras direcciones. Los aymaras
no es aún el horizonte de la mayoría de han ya imaginado, explícitamente, la posibili-
las poblaciones que se re-identifican como dad de territorio autónomo. Pero ellos habitan
“indígenas” en América Latina. Pero esa en cinco países, y su situación podría parecer-
demanda implica, de todos modos, el final se alguna vez a la de los kurdos en el Medio
del asimilacionismo político y cultural en Oriente. En estos países, el conflicto entre el
América, ya que, después de todo, nunca fue Estado-nación y el Estado Plurinacional está
plena y consistentemente practicada por los planteado en serio.
dominantes no-indios o “blancos”. Y si eso Empero, a la hora de la globalización, con
logra abrirse realmente paso, si no es sim- sus procesos de debilitamiento y de des-nacio-
plemente reprimida y derrotada, ese es tam- nalización de los Estados, la demanda de Es-
bién el fin del espejismo eurocéntrico de un tados y de ciudadanías plurinacionales apare-
Estado-nación donde unas nacionalidades ce mucho más confusa y complicada. Porque
no han dejado de dominar y de colonizar a eso plantea a los pueblos sometidos a Estados
otras, además, mayoritarias. producidos dentro de la colonialidad del poder,
Una variante de esa demanda es la autonomía ante todo, pero no menos a los demás pueblos,
política y territorial. Y en algunos casos, como inclusive a los identificados con su propio Es-
en Venezuela y Canadá, los grupos dominantes tado-nación, un serio problema sobre el con-
han preferido no arriesgar sus Estados nacio- trol democrático de la autoridad colectiva o
nes y ceder territorios relativamente extensos, pública. Y aquí, de nuevo, los movimientos de
políticamente autónomos, para determinados los indígenas latinoamericanos más fuertes y
grupos indígenas. Pero en esos países, como en más organizados, ya han levantado la reivindi-
Argentina, Chile y Uruguay, o en Brasil, las po- cación de la autoridad comunal, o mejor, de la
blaciones “indígenas” son minoritarias y bien comunidad como estructura de autoridad apta
pueden alguna vez acceder a espacios relativa- para ser democráticamente controlada, desde
mente autónomos. Otro muy distinto es el caso sus bases y de modo continuo, frente a Estados
de países con grandes poblaciones “indígenas”, de naciones ajenas o, peor, bajo control global,
como México, Guatemala, Ecuador, Bolivia, e lejano, imperial, represivo, burocrático, corpo-
inclusive Perú, si los procesos identitarios se rativo y vertical, como el que parece emerger
El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina 663

con el Bloque Imperial Global, bajo hegemonía y ejercicios no nacen del aire, ni están en él.
de Estados Unidos25. Son el desarrollo y la redefinición de la secu-
En este plano, la iniciativa de la Unión Na- lar experiencia de la democracia local de las
cional de Comunidades Aymaras (UNCA), del comunidades indígenas. Si las poblaciones in-
lado peruano, intentó un proyecto notable. Las dígenas mayoritarias en determinados países
comunidades de cada jurisdicción básica (el deciden poner en práctica esas formas de au-
distrito, en el caso peruano) local, se asocian toridad política, podrían confluir con las ten-
entre sí en una Multicomunal Distrital. Las dencias más recientes y también más incipien-
varias de ese nivel se asocian en una Multico- tes de otros sectores sociales, como los que
munal Provincial. Y ellas dan lugar a la UNCA. emergieron en el reciente estallido social de
Cada dirigente, de cualquier nivel es electo en Argentina. De cierta manera, pues, estos movi-
su comunidad de base y puede ser removido mientos emergen en el mismo nuevo horizonte
allí. El diseño es algo muy parecido a la co- común de los nuevos imaginarios de cambio
nocida idea del Estado que ya no es Estado, social y político, la producción democrática de
porque tiene la consistencia y la cobertura de una sociedad democrática.
un Estado, pero sus bases son diferentes y el En todo caso, la redefinición de la cuestión
modo de su generación y de su control, mu- nacional y de la democracia política, aparecen
cho más. Se trata de un modo de autogobierno ahora como las implicaciones más profundas,
directo de las gentes asociadas en una red de las de mayor alcance y de mayor potencial con-
comunidades, pero con la fuerza y la autoridad flictivo en esta parte de América Latina. En ese
de todo un Estado. Estas últimas demandas sentido, se trata del desafío más importante
que le haya surgido al patrón de poder marca-
25 Sobre el concepto de “bloque imperial global”, véa-
do por su colonialidad. Este se originó aquí en
se: Quijano (2001) “Colonialidad del poder, globaliza- América y también aquí está entrando en su
ción y democracia”, Op. cit. más peligrosa crisis.
EJE 3
Identidad latinoamericana
y eurocentrismo
El nuevo horizonte de sentido histórico
y la descolonialidad del poder
Dominación y cultura
(Notas sobre el problema
de la participación cultural)*

El terreno problemático tos de un determinado Estado conducirán a la


Algunas décadas atrás, en los países andinos realización de los planes otorgándole implícita-
de América Latina llegó a ser un tópico el re- mente una condición neutra, meramente técni-
clamo de “integración de los indios en la cultu- ca, como si no formara parte principal él mis-
ra nacional” sin que nadie se preguntara si esa mo de una estructura de subdesarrollo, y como
“cultura nacional” era apta para ello, o si la cul- si éste no correspondiera, por eso mismo, a
tura de los indios debía también ser integrada una política de subdesarrollo.
en aquélla. Hoy, de modo equivalente, aunque Al formular sus cuestiones en un espacio so-
para una esfera distinta de problemas, muchos cial abstracto, históricamente indeterminado,
postulan la “integración de los marginados en quienes así proceden no pueden evitar identi-
la sociedad” sin detenerse mucho a inquirir si ficar a priori a esta cultura (o a esta sociedad
el carácter de la sociedad lo permite. y a este Estado) con la cultura (o la sociedad o
Los técnicos desarrollistas, en los países el Estado). El contexto histórico-social concre-
subdesarrollados, diseñan planes destinados a to se asume, pues, como dado, no como algo a
ser ejecutados por el Estado, sin preocuparse cuestionar en el punto mismo de partida.
tampoco de si los elementos sociales concre- Sobre este piso de supuestos, la crítica de
la situación existente desemboca, indepen-
dientemente de su intención radical, en inda-
* Publicado en: Quijano, Aníbal 1980 Dominación
gaciones acerca de los “obstáculos” que impi-
y cultura. Lo cholo y el conflicto cultural en el Perú
(Lima: Mosca azul editores) pp. 17-45. Originalmente den la participación en la cultura, la integra-
publicado en Revista latinoamericana de Ciencias So- ción en la sociedad, o la acción de el Estado
ciales (Santiago de Chile) N° 1, 1971. para el desarrollo, y esos factores adversos se
668 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

conciben, por lo tanto, como externos a estas de las instituciones estatales que promueven
entidades abstractas. actividades culturales, especialmente activida-
El terreno problemático que subyace a los des artísticas e intelectuales características de
conceptos de “público” y “no-público” y sus co- la élite, de las “gentes cultivadas”2. El concepto
rrelativos de “cultura oficial” y “cultura no-ofi- trata de dar cuenta de un problema de no-parti-
cial”, tal como han sido acuñados y por los pro- cipación en la “función” de la cultura.
pósitos que sirven1, no parece ser muy diferente. No se podría dejar de notar, sin embargo, que
Originados en una preocupación respetable, tiene poco sentido identificar un área restricta
sobre una situación indeseable en el área de las de la cultura con ésta como totalidad. Por ello
relaciones culturales entre los grupos sociales será necesario el correctivo de otros concep-
y del lugar del Estado en esa configuración, tos complementarios. Así harán su ingreso los
esos conceptos conllevan todas las dificultades de “cultura oficial” y “cultura no-oficial”, para
teóricas de un enfoque inicialmente elitista-in- proveer al enfoque de las mínimas categorías
telectualista de la cultura, bajo cuyos supues- discriminatorias del universo cultural global.
tos se elaboraron. Es patente, sin embargo, que esta genera-
En efecto, el concepto de “no-público” se ción empírica de una familia de conceptos, no
acuña para denominar a los grupos sociales produce necesariamente un cambio de proble-
que no participan –sea porque existen barre- mática, aunque enriquece la previa. Porque si
ras sociales que lo impiden, o porque no tienen bien por la vía de inquirir acerca de los facto-
motivaciones adecuadas o porque rechazan res que condicionan o determinan las dificulta-
esa participación– dentro del ámbito de acción des de ciertos grupos sociales para participar
como “público” –por lo menos– en la “cultura
oficial”, se puede llegar finalmente a plantearse
1 Véase los siguientes documentos del encuentro so- el problema del carácter mismo de las relacio-
bre los Derechos Culturales como Derechos Humanos, nes culturales entre los grupos de una sociedad
celebrado en París del 8 al 13 de julio de 1968, bajo los y sobre el papel del Estado dentro de ellas, el
auspicios de UNESCO: 1) Francis Jeanson: Sur la No-
tíon de “Non-Public”; 2) Exposé des Motifs; 3) Final
Report; 4) Cultural Rights as Human Rights: Study on
the non public outline of Project. 2 Francis Jeanson, op. cít.
Dominación y cultura 669

enfoque no necesariamente genera interroga- tienen quizás raros paralelos históricos. Sin
ciones sobre el contenido mismo de la “cultura este marco, no habrían acaso cristalizado aque-
oficial” o “no-oficial”, de su aptitud para coartar llos conceptos y aquellas inquietudes, que a su
una más amplia participación de más amplios modo son su resultante tanto como un intento
grupos y de su legitimidad para pretenderlo. de respuesta al deterioro de la lealtad de cada
Tampoco, asimismo, para poner en cuestión el vez mayores grupos a la cultura dominante.
carácter y el contenido de las propias institu- Por primera vez en su historia, las sociedades
ciones estatales o no-estatales que intervienen europeas-norteamericanas, autoras y protago-
en la “función” de la cultura, de su aptitud para nistas de la “cultura occidental”, observan con
promover la participación buscada y de su legi- desasosiego que sus generaciones más jóvenes
timidad para hacerlo. levantan banderas y héroes provenientes de otras
Y son éstas, exactamente, algunas de las sociedades y culturas: Mao, Ho-Chi-Min, Gueva-
cuestiones centrales que no pueden estar au- ra; que buena parte de ellas se interesa por, y aun
sentes en lo base misma de una problemática adopta, valores ético-religiosos no-occidentales,
de la cultura de las sociedades contemporá- como el budismo zen, no sólo en la búsqueda
neas. Ella no puede organizarse, por lo tanto, de nuevas bases de conducta para el hombre,
sólo como un asunto de participación-integra- sino también de nuevas vías de conocimiento
ción de una cultura dada, que se asume como extrañas a la vocación técnico-científica de “oc-
la cultura, y en el marco de las instituciones cidente”. Muchos verán en estos fenómenos, la
encargadas de su promoción y de su sustento, presencia de modas de corto aliento, de esnobis-
sino también como el del valor y la legitimidad mo, de alienación, de perversión. Muchos otros,
de esta cultura y de estas instituciones, para sin dejar de reconocer que todos esos elementos
proveer a los hombres de un alimento por igual pueden estar activos en estas corrientes, verán
eficaz y digno. también, sin embargo, el surgimiento magmático
La nuestra es justamente una época en que de las bases posibles de una nueva cultura, de
los valores y comportamientos occidentales una “contra-cultura” alternativa3.
predominantes, en lo que se da en llamar las
“sociedades occidentales”, son sometidos a
3 A propósito de la noción de “contra-cultura” y de
una crítica cuya radicalidad y cuya intensidad la realidad a que se refiere, véase el sugestivo ensayo,
670 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Ya no parece posible, en consecuencia, gua- tre sí los elementos que integran, y a los fac-
recerse en los límites de un conjunto de interro- tores y engranajes de determinación de tal
gaciones que sólo atañen a las dificultades y a orden estructural.
las posibilidades de que ciertos grupos sociales 2. Las que se refieren a la estructura de rela-
participen en esta cultura, sin que eso niegue ciones que se configuran entre los grupos
de modo alguno la importancia de desocultar sociales dentro de ese universo cultural, y a
los factores y los mecanismos que condicionan los factores y engranajes de determinación
las actuales relaciones culturales en cada una de esas relaciones.
de estas sociedades.
Ambos núcleos de cuestiones están, sin duda,
articulados de manera interdependiente, pues
Dominación y conflicto se condicionan mutuamente. Este reconoci-
en el orden de la cultura miento es hoy día un lugar común o poco me-
nos. Pero los modos, los grados y los mecanis-
Dos núcleos interconectados de cuestiones me- mos específicos con que esa interdependencia
recen ser relevados en el punto de partida de tiene lugar, en cada momento, son mucho me-
una tentativa de exploración de los problemas nos obvios y todavía tienen una marcada esqui-
de la cultura en las sociedades contemporáneas: vidad a la capacidad de nuestros actuales ins-
trumentos de conocimiento objetivo. No están
1. Las que se refieren a la configuración estruc- ubicadas con la precisión deseable las instan-
tural del universo cultural en una sociedad cias concretas de las relaciones de los hom-
determinada, esto es, a los modos en que se bres entre sí y con la naturaleza, donde nacen
relacionan, diferencian y se jerarquizan en- y cambian los elementos propios de la cultura,
ni las que condicionan o determinan el orden
en que esos elementos irán a configurar la es-
a ratos malogrado de cierta ingenuidad sociológica: tructura cambiante de un determinado univer-
de Theodora Roszak: The Making of a Counter Cul- so cultural y de cada uno de sus núcleos, ni el
ture. Reflection on the Technocratic Society and the
orden en que los grupos sociales se establecen
Youthful Opposition (Nueva York: Anchor Books /
Doubleday, 1969). dentro de ese universo.
Dominación y cultura 671

Si es cierto que en un nivel muy general de formas básicas de la estructura social básica.
abstracción, los elementos que integran un Eso no niega, en ningún sentido, que las ma-
mundo cultural, el orden en que lo integran, trices fundamentales de determinación de un
así como las relaciones que los grupos sociales universo cultural dado no se encuentren, jus-
guardan entre sí respecto de la cultura de su tamente, en la propia matriz estructural básica
sociedad, en cada momento, son fundamental- de la sociedad concreta a la cual corresponde
mente dependientes de los procesos y configu- tal universo.
raciones que tienen lugar en la estructura bási- Por todo ello, la autonomización relativa de
ca de producción y de poder social y político cada uno de aquellos núcleos de cuestiones
aparejado, no es menos cierto que ello ocurre para fines de análisis, no se apoya solamente
solamente a través de un engranaje de instan- en conveniencias metodológicas, sino también
cias y elementos de mediación, tanto más indi- en la autonomía relativa real de algunas de las
rectos y tanto más sutiles –por elusivos y em- respectivas fuentes de determinación.
boscados– cuanto más elaborado y complejo, Sin embargo, lo que aquí interesa, es preci-
más rico en matices, se presenta un determina- samente el terreno en el cual ambos núcleos
do núcleo de un universo cultural. de problemas se trenzan y se condicionan, lo
De otro lado, la cultura global de una socie- que tiene sentido explorar. Pues lo que atañe
dad concreta, en un momento histórico concre- específicamente a nuestros propósitos, es in-
to, no puede ser concebida meramente como quirir cómo es que las relaciones de domina-
un reflejo de lo que ocurre en la estructura bá- ción-conflicto entre los grupos sociales, en las
sica de esa sociedad, pues para eso sería nece- dimensiones económico-sociales y políticas
sario que estuviera totalmente aislada de otras de la sociedad, condicionan también sus rela-
sociedades y culturas, que todas las instancias ciones en la dimensión cultural, así como las
de relación entre el hombre y la naturaleza fue- relaciones que se establecen entre los propios
ran únicamente determinadas por las relacio- elementos de la cultura global de esa sociedad.
nes de los hombres entre sí, y que el pasado De otro lado, cómo el carácter de la misma
no estuviera incorporado de múltiples formas cultura como tal, condiciona a su vez las re-
en los procesos concretos de un horizonte his- laciones entre los grupos sociales dentro del
tórico concreto, cuando ya han cambiado las universo cultural.
672 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

El orden cultural como instancias históricas, de varias culturas, es in-


estructura de dominación- evitable que la estructura registre heterogenei-
conflicto dades e incongruencias de diverso tipo entre
sus elementos, no obstante lo cual éstos con-
Se puede observar que ningún orden cultural forman una estructura común y no meramente
determinado, en una determinada sociedad, una yuxtaposición.
existe como una masa de elementos aislados De todos modos, lo que importa destacar es
e inorgánicamente conjuntados, sino consti- que los elementos de un universo cultural glo-
tuyendo núcleos estructuralmente articulados bal determinado, no se integran ocupando un
que a su vez se integran del mismo modo con mismo nivel dentro de la estructura cultural,
otros. Las relaciones que tienen lugar en esa es- sino formando núcleos estructurados que se
tructura son, normalmente, de jerarquización, subordinan los unos a los otros, que compiten
de subordinación de unos elementos a otros, entre sí o que convergen.
de convergencia o de conflicto, en diversos mo- De ese modo, los procesos de cambios en la
dos y grados. cultura corresponden no solamente al ingreso
Lo anterior no significa que ese orden es- de nuevos elementos y a la declinación y/o des-
tructural en la cultura tenga, necesariamente, aparición de otros, sino también a los cambios
un carácter sistemático real, aun cuando la en el orden en que se relacionan los elementos
abstracción puede resaltar una lógica en esa dentro de ella.
dirección. Es probable, por ejemplo, que en El problema aquí es establecer los factores
determinadas situaciones culturales existan que condicionan o determinan –y los engra-
elementos precariamente integrados como los najes de mecanismos con que lo hacen– esta
que algunos antropólogos denominan “necróti- ordenación estructural entre los elementos de
cos”, ciertos relictos culturales que no corres- una cultura, por qué son unos y no otros los
ponden para nada a las características y a las que obtienen en cada momento una posición y
tendencias de la cultura de un momento, pero no otra en el proceso de la cultura.
que existen allí. Pero, sobre todo, en la medi- La respuesta no es fácil, ni puede ser simple.
da en que todo universo cultural concreto se En primer lugar, se puede observar que en to-
integra con elementos procedentes de varias das las sociedades de dominación, la “cultura
Dominación y cultura 673

de los dominantes” es también la “cultura domi- cual de ese modo adquiere el carácter de una
nante”. Esto es, que los núcleos estructurados “cultura dominada” o de una “subcultura do-
de elementos culturales que portan los grupos minada”, dependiendo de cada formación his-
dominantes en las dimensiones económico-so- tórico-social concreta. En unas, la dominación
cial y política de la sociedad, son hegemónicos se establece como relación entre miembros de
en la dimensión cultural de esa sociedad. culturas globales diferentes, en cuyo caso los
En otros términos, no solamente el orden dominados portan una “cultura dominada”. En
cultural como tal aparece como un orden de otras, la dominación se establece entre miem-
dominación, sino también que a través de eso bros de una misma cultura global, en cuyo
expresa el orden de dominación en los otros caso, ésta se diferencia en “subculturas” do-
ámbitos de la existencia social. Se presenta, minantes y dominadas.
así, como una dimensión junto a otras de la es- Es decir, la “cultura de los dominantes” es
tructura global de dominación. también una “cultura dominante” sólo en tan-
El hecho de que la “cultura de los dominan- to que provee al conjunto de la sociedad de un
tes” sea también la “cultura dominante” en una sistema común de orientación cultural, junto a
sociedad, no implica que todos los miembros otras orientaciones particulares a cada segmen-
de esa sociedad se orienten únicamente en los to social. Por eso mismo, la “cultura dominan-
términos propios de la “cultura de los dominan- te” no es tampoco idéntica en todos sus elemen-
tes” ya que eso supondría que todos son por tos y niveles a la “cultura de los dominantes”.
igual portadores de la misma cultura, que todos En primer lugar, si bien es real que la “cul-
contribuyen a su elaboración y difusión. En la tura dominante” procede de la “cultura de los
realidad, lo que se puede constatar es el hecho dominantes”, también es cierto que éstos dis-
de que para todos los grupos no-dominantes, ponen de numerosos elementos culturales que
esto es, los dominados y los intermediarios, les son privativos, que conforman una “subcul-
existe una doble matriz de orientación cultural. tura” dentro de la “cultura dominante”, un coto
De un lado, una orientación en la vertical cultural cerrado y en gran medida exclusivo de
que corresponde a la “cultura de los domi- los dominantes.
nantes” y, de otro lado, en una horizontal que De ese modo, en cuanto sistema común de
corresponde a su propia atmósfera cultural, la orientación cultural en una sociedad, la “cul-
674 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

tura dominante” constituye básicamente un “campos culturales”4, de contenido valórico-


terreno de encuentro y de comunicación entre ideológico, de bajo nivel de objetivación y for-
grupos sociales con orientaciones culturales malización, que no requieren, por eso mismo,
particulares, cuyo carácter puede ser más o de un largo y costoso entrenamiento. Tales
menos convergente o antagónico según las for- “campos culturales”, pueden por lo tanto ga-
maciones histórico-sociales concretas. En esa nar existencia mucho más al nivel del incons-
medida, la “cultura dominante” es un mecanis- ciente y del subconsciente, asumiéndose por
mo, entre otros, de integración de la sociedad, tanto como “evidencias” que no están sujetas
esto es, de mantenimiento de un modo concre- a cuestionamiento sino en circunstancias par-
to de integración que incluye la dominación de ticulares. Como los elementos que constituyen
unos grupos sobre otros. Por lo tanto, la “cultu- tales “campos” provienen de la “cultura de los
ra dominante” funciona como un instrumento dominadores”, al insertarse entre los domina-
de la dominación. dos operan, de modo necesario, como funda-
Pero la “cultura dominante” no cumple esta mentos de la “lealtad” de éstos al orden social
función solamente por medio del mantenimien- vigente, es decir, proveen las bases de la “legiti-
to de la integración de un orden de dominación midad” de tal orden.
y, en ese sentido, por medio de la relativa ho- En cambio, otros “campos culturales”, sea
mogeneización cultural de los grupos de la so- de contenido cognitivo-objetivo o valórico-
ciedad, sino también por medio de la diferen- ideológico, pero que se presentan con un com-
ciación de éstos dentro de la propia “cultura plejo y elaborado grado de objetivación forma-
dominante”. lizada, artística o intelectual, y que en conse-
En efecto, la integración de la sociedad de cuencia requieren de los individuos y grupos
dominación a través de la “cultura dominante” una estructura cognitiva adecuada y un largo
no supone que los dominados tengan acceso a y costoso entrenamiento, excluyen por este
todos los elementos y “campos” de esa cultura,
en el mismo nivel que los dominantes. Lo que
se puede observar, es que, de un lado, lo que de 4 El concepto de “campo cultural” se encuentra en:
Bourdieu, Pierre 1967 “Campo intelectual y proyecto
la “cultura dominante” puede ser participado
creador” en Problemas del estructuralismo (México:
por los grupos dominados, son determinados Siglo XXI).
Dominación y cultura 675

carácter la participación de los dominados en tructuración y cumplen en consecuencia una


tanto que grupos sociales. función específica distinta que en su núcleo
Tal exclusión se apoya en el hecho de que cultural de origen.
los dominados no pueden, en general, dispo- Correlativamente, los elementos que corres-
ner de una estructura cognitiva plenamente ponden a la “cultura” o “subcultura” de los gru-
adecuada para acceder al dominio de estos pos sociales dominados, por su carácter subor-
“campos culturales” formalizados, tanto por- dinado en el universo cultural de la sociedad,
que pertenecen a una matriz subcultural que no tienen la posibilidad de desarrollarse sino
puede, inclusive, tener una orientación cogni- de modo limitado y vicario, y de alcanzar ni-
tiva antagónica con la de la cultura de los do- veles muy complejos de objetivación y formali-
minadores, cuanto porque aún teniendo una zación, mientras formen parte integrante de la
estructura cognitiva del mismo tipo en general “cultura de los dominados”. Esta limitación es
que la requerida, no disponen del tiempo ni de reforzada por el hecho de que sólo el acceso a
los recursos necesarios para desarrollar esa la cultura dominante, en una sociedad de do-
orientación cognitiva hasta el nivel compatible minación, permite a los individuos el dominio
con las exigencias de tales “campos cultura- de los instrumentos cognitivos indispensables
les” que son, precisamente, los decisivos para para intentar la formalización y objetivación
el control de los recursos materiales y sociales elaborada de sus “vivencias” y “evidencias” cul-
decisivos de la sociedad; por ejemplo, la cien- turales. Es decir, permite la función intelectual
cia, la técnica, la filosofía. propiamente tal.
En ese sentido, los grupos sociales domina- En determinadas situaciones, en que el or-
dos sólo “participan” de la cultura dominante den de dominación se constituye por la subyu-
en tanto que “clientela”, más no como autores gación de los miembros de una cultura de alto
o “elaboradores” de esa cultura. Esto es así, nivel de desarrollo intelectual, como en el caso
inclusive, en los casos en que algunos elemen- de la dominación europea sobre el mundo hin-
tos originados entre los dominados son apro- dú o arábigo o chino, sin duda la propia cultura
piados por los dominadores, pues en tales dominada tiene las condiciones como para la
casos esos elementos pasan a integrar otros continuidad de la función de los intelectuales;
núcleos culturales con diferente lógica de es- pero en todos estos casos, se establece una
676 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

compleja relación en la cual los portadores de Tal heterogeneidad cultural implica la coexis-
la cultura dominada con desarrollo intelectual tencia en un proceso de activa interpretación,
y capaz de continuar como tal, son a su vez los de intercambio y de conflicto, entre una “cultu-
dominadores respecto de otros grupos sociales ra dominante” que corresponde a la “cultura de
y portadores de una cultura dominante respec- los dominadores”, y “culturas dominadas” que
to de la cultura de los grupos sometidos. Esto corresponden a los grupos sociales dominados.
último permite introducir la distinción necesa- En cambio, otras sociedades se constituyen
ria entre “cultura popular” y “cultura domina- sobre la base de la diferenciación social entre
da” en la problemática de la dominación y el los miembros portadores de una misma cultura
conflicto en el orden de la cultura. global, sobre la base de cuya diferenciación se
Determinadas sociedades se establecen genera también un proceso de diferenciación
como un orden de dominación entre grupos en subculturas que corresponden a los diver-
sociales portadores de universos culturales sos grupos sociales ubicados en el orden social
distintos estructuralmente, no sólo en cuanto de dominación. En este caso, los grupos domi-
a los elementos que las constituyen, a su modo nados tanto como los grupos dominantes tien-
de ordenamiento interno, sino también a su den a generar sobre la base de su particular ex-
orientación valórico-cognitiva básica. Tal, por periencia social elementos culturales relativa-
ejemplo, el caso de las sociedades coloniales mente propios, a apropiarse de unos elementos
en el territorio que hoy es América Latina, en más que de otros dentro del universo cultural
las regiones andina y mesoamericana, o ciertas global, y a elaborar de ese modo subculturas
sociedades africanas y asiáticas de la actuali- particulares que proveen de una línea propia
dad. En este proceso de dominación, las socie- de orientación en la sociedad, subordinadas a
dades preexistentes fueron integradas y como la orientación común provista por la “cultura
resultado fueron emergiendo nuevas formacio- dominante”. En tal sentido, puede hablarse de
nes histórico-sociales cuya característica cen- una “subcultura proletaria”, de una “subcultu-
tral, dentro de la problemática que aquí intere- ra de los sectores medios”, de una “subcultura
sa, es la heterogeneidad estructural básica en burguesa”, y en un sentido menos precisable
todas las dimensiones, y de manera particular pero quizás no menos real, de una “subcultura
en la dimensión de la cultura. popular” que se refiere a los campos culturales
Dominación y cultura 677

comunes que, dentro de la “cultura dominan- posición dominante sobre las otras subculturas
te”, son patrimonio del conjunto de los grupos y eso sólo sería posible por una alteración igual-
dominados de la sociedad. mente radical en la estructura básica de domina-
De ese modo, lo que se puede llamar una ción social, esto es por el paso de los grupos do-
”subcultura popular” es un universo de elemen- minados a condición dominante en la sociedad.
tos culturales que se derivan tanto de las sub- En el caso de la dominación entre “culturas
culturas de grupos sociales concretos, como globales” estructuralmente diferente y quizás
las clases, y de la cultura dominante, pero que antagónicas en la orientación de sus “cam-
se caracterizan por su bajo nivel de objetiva- pos” centrales, el proceso no ocurre del mis-
ción formalizada, en tanto que la posición so- mo modo. Las culturas que se ordenan en un
cial de sus grupos portadores, así como las pro- sistema de dominación pueden tener, según los
pias características ya señaladas de la “cultura casos, desarrollos y niveles de formalización
dominante”, excluyen la posibilidad de que los equivalentes, o totalmente desiguales, y de eso
portadores de las “subculturas” particulares de dependerá, en primera instancia, la posibilidad
cada grupo dominado, y del conjunto de ellos de que las “culturas dominadas” tengan, en
en la “subcultura popular”, puedan desarro- cada momento, la capacidad de generar y man-
llar sus estructuras cognitivas hasta el punto tener la función de sus propios intelectuales.
de ser capaces de proporcionar objetivación A su vez, eso está sujeto a la relación concreta
y formalización de alto grado de complejidad de dominación en que ingresan los respectivos
y de elaboración a sus propios elementos cul- portadores con los otros.
turales. Esto es, la “subcultura popular” no es, Si se compara el tipo de relación estableci-
como tal, capaz de generar intelectuales, cuya da entre la “cultura occidental” y las “culturas
función estricta es, justamente, dotar de objeti- orientales” –hindú, arábiga, china–, y las “cul-
vación y de formalización complejas a las “evi- turas indígenas” de América Latina, se pueden
dencias” culturales de su sociedad. observar ciertas diferencias significativas.
Para que ello pudiera ser posible, sería nece- En el primer caso, la dominación europea
sario que el orden cultural mismo de domina- sobre la India, sobre la China y sobre las so-
ción fuera radicalmente modificado, haciendo ciedades arábigas, no implicó la desintegración
que esa “subcultura popular” se colocara en de las respectivas sociedades hasta el punto en
678 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

que sí lo implicó en el caso de las sociedades mientos actuales de “revitalización cultural”,


indígenas prehispánicas. Pero, asimismo, las que tienen lugar en esas sociedades que se
“culturas indígenas” prehispánicas de Améri- descolonizan, se fundan ante todo en ese con-
ca Latina no habían alcanzado aún el grado de texto histórico peculiar.
objetivación y formalización de las “culturas En cambio, en las relaciones entre culturas
orientales”, esto es, un grado equivalente de en América Latina, las culturas indígenas han
“intelectualización”. sido arrinconadas como “subculturas campesi-
En tales condiciones, la destrucción de las nas”, y el proceso de conflicto y de cambio que
sociedades indígenas de América Latina impli- se ha generado dentro de las relaciones entre
có a la larga el progresivo deterioro del univer- ellas y la “cultura dominante” toma ante todo
so cultural indio, su incapacidad para generar la forma de un proceso de sincretismo cultural,
sus propios intelectuales, y competir con la ejemplificado por el proceso de “cholificación”
cultura de los dominadores. Se convirtió, de en el mundo andino5. Esto es, la emergencia
ese modo, en una “cultura dominada” campe- de una vertiente cultural en que se amalgaman,
sina, ante todo, con todo lo que eso conlleva. de un modo ambivalente y contradictorio, ele-
Mientras tanto, las sociedades dominadas mentos que provienen de la cultura indígena
en Asia pudieron mantenerse en gran parte y de la versión criolla de la cultura europeo-
integradas como tales sociedades, a pesar de norteamericana, y que comienzan a colorear
los cambios internos originados en su situa- las nuevas formas de la “cultura popular” ur-
ción dominada, y el hecho de que sus respec- bana de los países andinos, como Perú, Bolivia
tivas “culturas dominantes” hubieran previa- y Ecuador.
mente alcanzado un grado de objetivación y
formalización equivalente al de la “cultura
dominante” en las sociedades europeas-nor- 5 Para un estudio preliminar del “cholo” como fenó-
teamericanas, permitieron que las “culturas meno cultural característico de la oposición y el inter-
dominantes” de las sociedades dominadas se cambio entre la cultura de los indios y la de los “crio-
convirtieran no tanto en “culturas dominadas” llos” en el mundo andino, véase Quijano, Aníbal 1964
«La Emergencia del Grupo Cholo y sus implicaciones
sino en “culturas competitivas” con la “cultura
en la sociedad peruana» en Memorias del VII Congreso
de los dominadores” occidentales. Los movi- Latinoamericano de Sociología (Bogotá: s/d).
Dominación y cultura 679

Conflicto y cambio en la Tal como se acaba de ver, por lo tanto, el


cultura contemporánea proceso de cambio en el orden cultural resulta
de la interpretación de factores que residen en
Aún careciendo de una teoría sistemática, hay la matriz social básica, y sus implicaciones so-
un cierto consenso actual para admitir el rol bre el orden cultural y de factores que residen
central del conflicto en la producción del cam- dentro del propio universo de la cultura. Pero,
bio en la existencia social, en cualquiera de sus la lógica que guía estos procesos es privativa
dimensiones, y para admitir que este rol del de la cultura, y su relación con la que regula los
conflicto está asociado al carácter contradicto- procesos de cambio en la matriz social básica
rio de las unidades estructurales que configu- está mediada por múltiples engranajes de me-
ran cada una de esas dimensiones. Intercam- canismos y factores.
bio y conflicto son, pues, modos necesarios de Sin embargo, en la cultura contemporánea el
existencia de estas unidades estructurales. problema no se agota en el marco ceñido de las
En tanto que orden de dominación en sí correspondencias, contradicciones y autono-
mismo, independientemente de su correspon- mías dentro del universo cultural, y entre éste
dencia con las otras dimensiones de la domi- y la formación histórico-social concreta de la
nación en la sociedad, todo universo cultural que hace parte.
concreto se presenta, tal como acaba de seña- En efecto, el desarrollo científico-tecnológico
larse, entrañando múltiples fuentes de contra- actual ha producido la situación que se mienta
dicción, de diversos tipos y grados, en donde como una “contracción del mundo”, es decir, la
se generan conflictos también de varios tipos inaudita reducción de las distancias culturales
y grados. Contradicciones y conflictos entre que permite la creciente emergencia de un siste-
“culturas globales”, entre “subculturas” que ma universal –planetario, dicen algunos6– de in-
pertenecen a un mismo universo cultural glo- terdependencia cultural, servido por poderosos
bal, entre “campos” culturales dentro de cada medios de comunicación, cuyo alcance es dia-
“cultura” y “subcultura”, entre elementos den- riamente ampliado por el desarrollo tecnológico.
tro de cada campo, y entre el orden cultural
en su conjunto y el orden social básico de su 6 Kostas, Axelos 1965 Marx, penseur de la technique
sociedad. (París: Arguments).
680 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Este emergente sistema de interdependencia de otras culturas y correspondientes a una


cultural, entraña un flujo creciente de intercam- orientación valórico-cognitiva conflictiva con
bio de elementos culturales, entre sociedades la que es dominante en estas sociedades, en-
de diferentes bases concretas de ordenamien- cuentren en los crecientes conflictos sociales
to social, y entre culturas cuyas orientaciones de las sociedades europeo-norteamericanas,
valórico-cognitivas no son en todos los casos un terreno cada vez más fértil.
ni equivalentes ni compatibles. Pero, asimismo, Así, por ejemplo, no puede desatenderse al
el sistema implica también el creciente conflic- hecho de que la progresiva tecnocratización,
to entre elementos culturales, entre culturas y autoritarismo, en las sociedades capitalis-
y subculturas, entre orientaciones valórico- tas avanzadas parece abonar el terreno que
cognitivas, la lucha por la sobrevivencia o la permite a elementos que proceden de otras
hegemonía. Y, por lo mismo, un conflicto cada culturas, sobre todo en el orden valórico, alo-
vez más abierto dentro de las propias culturas jarse y crecer sobre todo en los grupos más
dominantes, penetradas sin pausa de elementos jóvenes de estas sociedades, una de cuyas
entre sí contradictorios. búsquedas se orienta hacia valores antagó-
De allí que, en consecuencia, sobre todo en nicos con la dirección técnico-cientificista
el caso de las sociedades europeo-norteameri- de la cultura dominante. Piénsese, en este
canas, los procesos de cambio y de conflicto sentido, en lo que significaría la atracción
cultural no agotan sus fuentes únicamente en creciente del budismo zen, de las prácticas
las contradicciones del universo cultural global terapéuticas basadas en doctrinas religiosas
asociadas a las contradicciones sociales entre no-occidentales, de la búsqueda de nuevas
los portadores de las varias formaciones sub- vías de conocimiento a través del uso de cier-
culturales de cada sociedad, sino también en la tas drogas, etcétera.
inserción de estas sociedades y culturas en un Este emergente sistema de intercomunica-
sistema universal de interdependencia, que en- ción y de conflicto cultural a escala planetaria,
traña antagonismos e intercambios culturales no establece ni opera en un vacío histórico, sino
sin parangón histórico previo. en el marco de un sistema de interdependencia
No está excluida, desde luego, la posibilidad y de conflicto entre sociedades, el cual es tam-
de que los elementos culturales provenientes bién un orden internacional de dominación.
Dominación y cultura 681

El hecho de que así sea, genera un complejo nes culturales”, tomadas éstas en su dimensión
proceso en que las sociedades incorporadas a estrictamente cultural.
este ordenamiento internacional, convergen, Así, el actual proceso de cambio cultural
compiten y antagonizan entre sí de diversos contemporáneo, acaso más radical y más vasto
modos. Los procesos de descolonización, de que en otra cualesquiera época de la historia
modernización-desarrollo y de revolución, y del hombre, por las dimensiones planetarias
las fuerzas imperialistas que se les oponen, sig- del escenario y la amplitud demográfica y so-
nan claramente el carácter del sistema interna- cial de sus alcances, tiene que ser entendido y
cional de interdependencia. evaluado ya no solamente por la relación entre
Como consecuencia, los varios universos la estructura social básica y el orden cultural
culturales que corresponden a las sociedades en una sociedad dada, sino también por las
integradas en este sistema, no solamente inter- relaciones que se organizan y cambian entre
cambian elementos sino también compiten por sociedades y culturas dentro del emergente
la hegemonía o luchan por su autonomía. Se sistema de dominación, de intercambio, y de
puede, por eso, observar en este complejo es- conflicto a nivel universal.
cenario, de un lado un proceso que sugiere el Mientras las sociedades europeo-norteame-
surgimiento de un fondo o sedimento cultural ricanas tuvieron una clara posición de hegemo-
común, “universal”, a hombres de sociedades nía sobre las de Asia, África y América Latina,
muy distantes y muy distintas. Tal, por ejem- las culturas y las subculturas de estas regio-
plo, en el caso de la ciencia, la tecnología, y de nes fueron dominadas, no podían presentarse
un conjunto de comportamientos y símbolos como competidoras y alternativas, ni buscar
asociados a los modelos de vida producidos su autonomía, y sus portadores tuvieron que
por el desarrollo científico-tecnológico. aprender, bajo modos diversos de violencia, a
Pero, de otro lado, procesos orientados en orientarse también dentro de la cultura de sus
una dirección antagónica al anterior, bajo la dominadores euro-norteamericanos.
forma de movimientos “nativistas”, de “revitali- En cambio, conforme ha ido avanzando la
zación”, o de abierta y deliberada búsqueda de descolonización, la autonomización y la mo-
la reconstrucción radical y global de la heren- dernización y la revolución en el mundo antes
cia cultural, como en el caso de las “revolucio- totalmente dominado, se han desarrollado tam-
682 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

bién procesos paralelos de autonomización, re- Del mismo modo como la redefinición de las
vitalización y revolución cultural. relaciones de poder inter-nacional redefine las
Más lejos todavía, como estos procesos ocu- relaciones de dominación y conflicto entre las
rren simultáneamente con la crisis abierta de las culturas, la redefinición de las relaciones de
sociedades euro-americanas y de sus culturas poder al interior de una determinada forma-
dominantes, eso ha permitido y empujado la cre- ción histórico-social, altera las relaciones entre
ciente penetración en ellas, de valores y orien- las subculturas del universo cultural respecti-
taciones cognitivas procedentes de las culturas vo, entre los campos de cada una de ellas, entre
dominadas, consideradas antes como “exóticas” los elementos dentro de aquellas, y redefine la
para los antropólogos colonialistas y para el et- estructura de las relaciones culturales entre los
nocentrismo provinciano de “occidente”. respectivos portadores sociales.
Poca gente quedará todavía, y no por mucho Los factores y mecanismos asociados a la
tiempo, en estas sociedades cuya dominación operación de aquellos, reconocen múltiples
se deteriora y cuya cultura es desafiada desde fuentes, que radican no solamente en todo
fuera y desde dentro, capaz de mantenerse en aquello que modifica las relaciones entre los
la confiada seguridad acerca de la legitimidad hombres, sino también las relaciones entre és-
definitiva de su cultura, a la que siempre se asu- tos y la naturaleza, que modifican los modos de
mió aquí como la cultura. existencia social concreta y dentro de ella, la
Es decir, tanto en el marco de una determi- herencia psicológica tanto al nivel del indivi-
nada sociedad o formación histórico-social, duo como del grupo.
como dentro del emergente sistema universal Contemporáneamente, el fabuloso desplie-
de interdependencia, la estructura de las rela- gue de lo que ya se conoce como “revolución
ciones entre las culturas y entre los portadores científico-tecnológica”7 no impacta a la socie-
de ellas, es definida por las relaciones de poder dad solamente al nivel del desarrollo de las
social. Lo que, por su parte, significa que los fuerzas productivas, sino que en un parejo
procesos de conflicto y de cambio en el interior
del orden cultural están asociados a los proce-
7 Sobre este tema, una de las más valiosas contribu-
sos equivalentes en el interior del orden social,
ciones recientes es la del colectivo Radovan Richta: La
tanto a nivel nacional como internacional. Civilization au carreƒour (París: Anthropos, 1968).
Dominación y cultura 683

nivel va engendrando una nueva “metafísica” bién al interior de las relaciones del hombre
para el hombre contemporáneo, que ya no está con su más remoto pasado, intentando ilumi-
anclada únicamente en la forma en que aún nar los caminos posibles que conduzcan a la
continuarían organizadas las relaciones de po- fundación de otra vida humana. ¿O no es éste
der político-social concreto, y que en muchos el sentido de la línea que se prolonga de Marx
sentidos la sobrepasa. y de Freud y que hoy día se intersectan, en la
No es sin duda accidental el que nuestra épo- obra de un Marcuse o de Brown8 o en las del
ca asiste al intenso esfuerzo de desarrollar el “grupo de Frankfurt”?
conocimiento científico sobre el hombre mis- De otro lado, simultáneamente, las antenas
mo como ser social y psicológico, sobrepasan- del hombre se tienden hacia el futuro con una
do un período en que el conocimiento de la na- tensión quizás antes jamás conocida o, por lo
turaleza externa era el ámbito privilegiado del menos, nunca explicitada y elaborada con la
conocimiento científico. Pero, también y por misma vehemencia. “Prospectiva”, “futurolo-
eso mismo, la inquietud es creciente por la ca- gía” o “ciencia ficción” intentan iluminar desde
lidad de las propias estructuras cognitivas que el porvenir más distante el destino actual del
fueron su resultado tanto como el del propio hombre sobre la tierra o aventurándose en la
orden de dominación establecido. oscuridad del universo, presintiendo las rutas
Tanto más se expande el conocimiento sobre que acaso un día habremos de surcar, y obli-
los resortes del modo de dominación, tanto más gando con ello a pensar e imaginar los modos y
se robustece la sospecha de que el propio modo los caminos del cambio necesario. El resultado
de conocimiento está afectado en su raíz por no es simplemente un conjunto de conocimien-
esos resortes, así como por la vocación natu- tos nuevos. Es un rostro nuevo, ojos nuevos,
ralista del conocimiento científico dominante. alma nueva, que pugnan por nacer. Esto es, mo-
Sobre ese terreno germinan ahora las semi- dos nuevos de conocimiento, nueva conducta
llas de modos nuevos de conocimiento o se
tienden las aún difusas veredas que los explo-
ran. Necesariamente, entonces, las raíces de la 8 Véase de Herbert Marcuse, principalmente: Eros
and Civilization (Nueva York: Vintage Books, 1962);
cultura se buscan ya no solamente al interior
y de Norman Brown, sobre todo: Life against Death
de la experiencia actual del hombre, sino tam- (Nueva York: Random House, 1966).
684 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

del hombre consigo mismo y con el mundo ex- dentro de cada uno de ellos, va engrosando el
terno. ¿O no es nueva esta suerte de “imagina- contingente humano que habita un “mundo
ción racional” que corre a través de la “ciencia marginado” no sólo de los bienes y servicios
ficción” o de la “futurología”? materiales, sino también de la cultura media de
Están, quizás, apareciendo los gérmenes de su sociedad.
una “contra-cultura”, desperdigados y débiles, Como consecuencia, al paso en que crecen
llenos de adherencias espurias del suelo social los movimientos sociales de protesta y de revo-
y cultural en cuyo seno se engendran, pero en lución, las subculturas de los dominados están
cuya matriz inconfortable pueden estar desti- pasando a ser simplemente dominadas y ten-
nados a incendiar si antes otro incendio no lo diendo a erigirse en contra-culturas, elaborando
reduce todo a cenizas de átomos. símbolos y héroes que asumen como positivo
Los portadores de la cultura dominante, de- todo lo que la cultura dominante condena a la
safiados ahora no únicamente al nivel del po- deshonra9. Pero, al mismo tiempo, algo parece
der social y político, sino también en su modo indicar que la miseria material y el “pauperismo
mismo de ser hombres, reaccionan o tienden a social” aparejan en algún sentido no sólo una
reaccionar oscilando entre la represión abierta “cultura de la pobreza” sino también una cierta
y la utilización de los nuevos elementos cultu- “pobreza de la cultura”, esto es la incapacidad
rales en su propio beneficio. de una elaboración más compleja y más matiza-
La comercialización de los nuevos símbolos, da de los problemas de la relación entre el hom-
su banalización y caricaturización, la sustitución bre y sus circunstancias, por la imposición pro-
de las libertades genuinas por una “permisive- veniente de un orden de dominación que obliga
ness” cínica, el estímulo a las formas espurias a focalizar toda la atención en el más crudo ni-
que permita facilitar la caricatura o el castigo, vel de la supervivencia física cotidiana10.
son por ahora sus técnicas más visibles, pero la
represión violenta va in crescendo y el autori-
9 Véase, por ejemplo, el excelente artículo de Eduar-
tarismo tecnocrático está ensanchando su sitio.
do Galeano: “EI diablo entre los marginales” en Víspe-
Simultáneamente, el ensanchamiento de las ra, Año 4, N° 17: 13-19, junio de 1970.
desigualdades sociales, tanto entre el mundo
10 La noción de “cultura de la pobreza”, hace parte de
desarrollado y el mundo subdesarrollado, como la obra de Oscar Lewis, bien conocida. La de “paupe-
Dominación y cultura 685

El hecho de que esto último esté afectando El empobrecimiento cultural allí implicado,
a cada vez más altas proporciones de la po- así como las resultantes psicosociales de esta
blación de estas sociedades, implica un grave suerte de “aculturación esquizofrénica”, y los
problema en el interior de la cultura contem- problemas a que ello da o puede dar lugar, re-
poránea, al cual todavía no se presta la aten- claman un lugar urgente en la investigación y
ción necesaria, y cuyas raíces hacen parte de la en la práctica política. Pero, entre tanto...
dependencia imperialista y de la concentración Entre tanto, también los valores culturales
de poder en el seno mismo de las secciones he- de los grupos dominados comienzan a invadir
gemónicas del mundo contemporáneo. la subcultura de los grupos jóvenes de los sec-
La dependencia estructural de las forma- tores altos y medios, no siempre capaces de
ciones sociales sometidas a la dominación percibir con claridad lo que les ocurre en este
imperialista, sin embargo, no está presente terreno, ni siempre aptos para expresarlos y
solamente en el proceso de marginalización desarrollarlos con autenticidad. No obstante
social de crecientes grupos, sino también en ello, en América Latina actual por ejemplo,
otro fenómeno cuyo estudio apenas comienza, ya es relativamente visible cómo simultánea-
en América Latina por lo menos: la emergencia mente con el desarrollo de los movimientos
de una “cultura dependiente” en tanto que ad- populares en una dirección que abandona
hesión fragmentaria a un conjunto de modelos cada vez más los viejos moldes reformistas,
culturales que los dominadores difunden, en un ciertos valores característicos de la “cultura
proceso en el cual se abandonan las bases de la criolla” de raíz señorial-burguesa son antago-
propia cultura sin ninguna posibilidad de inte- nizados vigorosamente.
riorizar efectivamente la otra. Como si alguien Si en el nuevo cancionero urbano latinoa-
olvidara su idioma y no lograra nunca aprender mericano sobre todo en aquel orientado por un
suficientemente ningún otro. ánimo de protesta social, no se quiere atender
solamente a las palabras –a veces vanamente
retóricas– no se podrá dejar de encontrar la
rismo social”, como precariedad de los lazos sociales, presencia de las vivencias musicales de los dos
de la falta de pertenencia concreta e identificación con
grandes grupos culturales dominados, el indio
un grupo social, se encuentra en: Hobsbawm, Eric 1968
Industry and Empire (Londres: Penguin Books) p. 74. y el negro, y que se elaboran o se reelaboran
686 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

hoy día en un sentido por entero lejano del crio- el acceso de grandes sectores de población a
llismo oligárquico, o de la simple “estilización” estos bienes permanece limitado, o en numero-
para el paladar “occidental”. Lo indio o lo ne- sos países, tiende a ser restringido.
gro ya no tienen que disfrazarse de “inca” o de Es en ese sentido que los conceptos de
“salvaje” para ser admitidos por su prestigioso “público” y “no público” tratan de dar cuenta
y ya no peligroso pasado o por su “exotismo”, de esa realidad. Se reconoce que las barreras
pues ya no están buscando su “admisión”. Se económico-sociales traban el acceso de nume-
erigen en alternativas conflictivas, o autonomi- rosos grupos a la “función” de la “cultura”, así
zan su identidad y la pregonan. Pero al hacerlo, como que factores “motivacionales” alejan de
se modifican. esa “función” a otros grupos para los cuales
esas barreras no existen en principio. El “públi-
co” de esa cultura puede haber crecido pero su
Democratización y cambio de “no público” crece mucho más. Hay que pensar,
las relaciones culturales y entonces, en la imposibilidad de admitir que las
de las culturas gentes puedan vivir en un vacuum cultural, que
probablemente hay otro mundo cultural en el
Es en este enmarañado contexto de conflicto cual ese “no-público” se convierte en “público”.
y de dominación cultural, y al mismo tiempo Lo que se pensaba como la cultura, se convier-
de crisis y de cambio en las culturas, que tiene te así en “cultura oficial” y todo lo demás se
que situarse el problema de la participación en convierte en “cultura no-oficial”.
la cultura. Es dentro de él que tiene que bus- Pero aquí es indispensable formular otras
carse el valor y los límites de los conceptos de cuestiones: ¿por qué debería ampliarse el
“público” y “no-público”, de “cultura oficial” y “público” de esa cultura? ¿En nombre de qué
“cultura no-oficial”. debería llevarse a la gente a participar en esa
No se puede poner en tela de juicio la legi- “función”? ¿Qué privilegia a esa cultura sobre
timidad de la preocupación que se deriva de otras? ¿Por qué no se reclama “público” para
comprobar, que en el mismo momento en que éstas? Y, además, ¿es posible esa ampliación?
los recursos tecnológicos permiten la produc- En otros términos, lo que se está postulando
ción industrial de las objetivaciones culturales, es una “democratización” de la participación
Dominación y cultura 687

en una cultura determinada, sin cuestionar ni El problema es que, primero, tal homogénea
si esa cultura se lo merece, ni si es apta para la participación no puede ser lograda, no sola-
democratización. mente porque, dadas las diferenciaciones de
Antes se ha señalado que no solamente son recursos y de oportunidades, no podría llegar
las relaciones de dominación social las que a la universidad una población proporcional-
impiden una participación homogénea de los mente distribuida según el volumen de cada
miembros de una sociedad en la cultura do- grupo social, sino porque, en segundo lugar,
minante, sino que esto está condicionado tam- aún cuando eso pudiera hipotéticamente ha-
bién, y no en menor medida, por el carácter cerse, como todas las investigaciones mues-
mismo de esa cultura, así como por la estruc- tran unánimemente, el contenido mismo de
tura de dominación que se configura al interior la enseñanza universitaria actual diferencia
mismo del universo cultural en toda sociedad adentro a los estudiantes según niveles de ren-
de dominación. dimiento que se correlacionan con la calidad
No solamente la “democratización” en la del desarrollo físico-mental (correlacionado a
participación cultural es inviable en una so- su vez con la nutrición, la salud, etc.) y con la
ciedad de dominación, sino también es posible herencia subcultural (motivaciones, estructu-
que no sea necesariamente deseable mientras ra cognitiva, etc., correlacionadas tanto con la
esa participación se gestione solamente al inte- subcultura de origen como con el nivel de vida
rior de la cultura dominante. material), y en preferencias por carreras profe-
Pongamos un ejemplo. Habitualmente se sionales que emboscan vía racionalización en
exige la “democratización” de la educación, términos de vocación, las frustraciones y difi-
entendiendo por tal únicamente o, ante todo, cultades derivadas de los factores anteriores,
la ampliación de los servicios educacionales a como lo ha demostrado Bourdieu11.
todos los grupos de la sociedad por igual. Esto
se demanda hoy día, sobre todo respecto de
la educación universitaria. Admitamos para 11 Bourdieu, Pierre y Passeron, I. C. 1964 “Les etu-
la discusión que eso pudiera ser logrado: ¿qué diants et leurs études” en Cahiers du Centre de Sociolo-
gie Européenne. Véase también, de los mismos autores:
pasa entonces? ¿Es esta educación universita-
Les Héritiers (París, 1964); y, de Bourdieu: Systemes
ria la que debe ser impartida? ¿Por qué? d’enseignement et Systemes de Pensée (Evian: Doc.
688 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Es decir, otra vez, no solamente la “demo- fuera, sino también desde dentro de ella, bien
cratización” de la enseñanza universitaria es que aquí expresándose a través de los propios
inconseguible en el marco de una sociedad elementos de la cultura, de su carácter y de su
de dominación, por las barreras que impiden contenido. La democratización de las relacio-
el acceso de ciertos grupos a esa educación, nes culturales entre los grupos, comporta mo-
sino que el carácter mismo de esa educación dificar la actual configuración estructural del
universitaria lo impide aun cuando aquellas ba- orden cultural, y el cambio de gran parte de
rreras pudieran ser sobrepasadas. Las barreras sus elementos, tanto como de su orientación
deben ser eliminadas –lo que supone el cambio valórico-cognitiva.
del orden de dominación social– y el contenido Algunos han señalado que no debe aten-
mismo de la “función” universitaria tiene que derse solamente al “derecho a la cultura” sino
ser replanteado y modificado, lo que atañe a también al “derecho de las culturas”, aludiendo
ese mismo orden y al de la cultura, si es que la de ese modo a los problemas de dominación
“democratización” tiene que ser lograda. y dependencia entre las culturas. El problema
Tomando el orden cultural en su conjunto, no está allí planteado adecuadamente. Son los
el problema no es en absoluto diferente del que grupos humanos, portadores de las culturas,
se plantea en el ámbito restricto de la univer- quienes tienen derecho no sólo de portar una
sidad. Su actual configuración como orden de cultura sino de elaborarla y reelaborarla, con la
dominación, aparejado al social, impide la “de- autonomía necesaria para organizar en cultura
mocratización” de la participación cultural. su cambiante experiencia social y psicológica,
No se puede levantar pues el problema de y por lo tanto para escoger en el fondo univer-
la dificultad de atraer más “público” a la cul- sal de elementos culturales, lo que resulte me-
tura, mientras la cultura sea esta cultura, esto jor para el desarrollo y el cambio de la calidad
es, sin levantar al mismo tiempo el problema de la vida humana.
del carácter y del contenido de esta cultura. Para que aquello pueda ser posible, será pre-
Las barreras sociales no operan sólo desde ciso contribuir a eliminar o reducir la domina-
ción y la dependencia, tanto entre las naciones
como al interior de ellas.
Congrés Mondial de Sociologie, 1966.
Dominación y cultura 689

Estado y cultura oficial canalizan a través de él los impulsos de innova-


ción cultural; pero con más frecuencia, se ca-
Lugar separado merece aquí el rol del Estado naliza la rutinización de la cultura dominante.
en el orden de la cultura. No será necesario su- Si nos colocamos en la actual situación de
brayar el rol del Estado como centro de poder los Estados nacionales en “occidente”, muy en
de los grupos dominantes, como engranaje de especial en los países de más alto grado de de-
mantenimiento de la integración de un orden sarrollo tecno-industrial, la rutinización de la
dado de dominación, sino también campo de cultura parece mucho más frecuente y afín con
convergencia y de disputa de los grupos socia- el carácter de esos Estados.
les concretos, por influir o controlar la socie- En general, son los Estados revolucionarios,
dad, y por esto, expresión concreta en cada es decir los que acaban de emerger de una re-
momento de las relaciones concretas de poder volución, los que asumen el papel de impulsar
entre esos grupos, y no solamente de los intere- y patrocinar la renovación cultural. Pero eso
ses abstractos de los dominadores. es, justamente, lo que no son los actuales Es-
En la medida en que ese enfoque puede ser tados “occidentales”, tanto como otros que sin
admitido, el rol del Estado en el orden de la serlo tienen de sus orígenes revolucionarios un
cultura es afectado por las relaciones concre- recuerdo mistificado, pero no sus estímulos ni
tas de poder que los grupos sociales básicos, su carácter.
como las clases, tienen en un momento dado En esas condiciones, la porción de la cultu-
en una sociedad. Esto es, por la menor o mayor ra dominante que tales Estados pueden patro-
capacidad que cada uno de ellos tiene en ese cinar, esto es la “cultura oficial”, difícilmente
momento para hacerse presente en la determi- podría escapar a la rutinización, a la segmen-
nación de la conducta concreta del Estado. El tación, al formalismo, al retardo, y cuando la
carácter real del Estado, y su papel en la cultu- crisis de la sociedad que controlan se hace más
ra, no puede evaluarse en abstracto, es decir, abierta, al desprestigio, al cuestionamiento de
hablando de el Estado. su representatividad y de su legitimidad.
Dentro de esta perspectiva, no es cierto que No debe sorprender demasiado, en conse-
cualquier Estado puede hacer no importa qué cuencia, que en la hora actual sea más o me-
papel en la “función” de la cultura. A veces se nos inevitable que el “público” de esa “cultura
690 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

oficial” no solamente sea reducido, sino que en determinados países europeos, en que se
enfrente un “contra-público”, deliberadamen- desarrolló la más intelectualizada de todas las
te hostil. Y esto no es un problema técnico, es burguesías del mundo?
decir, no depende de si hay recursos y cómo Corrientes de “contra-cultura” y por lo tanto la
se usan, aunque eso también cuente, sino de lo aparición de “contra-públicos” frente a la “cultu-
que ese Estado representa en ese momento, ór- ra oficial” sobre todo, son después de todo, fenó-
gano de mantenimiento de un orden social hos- menos normales a la hora de la decadencia, así
tilizado y desafiado desde todas partes, obliga- como la burocratización de la “cultura oficial” y
do a robustecer su autoritarismo. Es decir, es el ritualismo de sus élites o “gentes cultivadas”.
un problema político. Si debe abrirse el camino a una democratiza-
Si puede haber un agente social menos idó- ción de las relaciones culturales entre los gru-
neo para el desarrollo, cambio y elaboración pos de una sociedad, no sólo será necesario que
libre de una cultura, debe ser una tecno-buro- cambien el orden social y el orden de la cultura,
cracia, especialmente cuando tiende a ser au- sino que todo ello ocurra de un modo en que se
toritaria y conservadora. Cuando se combina ensanche permanentemente la autonomía de los
un tal Estado con una élite artístico-intelectual hombres no sólo para participar corno “cliente-
ritualista, que practica su “cultura” como litur- la”, como “público” de una cierta cultura, ni tan
gia, poseída del valor intemporal de sus ritos y siquiera sólo para juzgar, usar o rechazarla libre-
de sus símbolos, de sus “clásicos” y “vanguar- mente, sino ante todo para producir y difundir
distas”, y cuando todo ello ocurre en el preci- cultura, para poner en cuestión de modo per-
so momento de la crisis de su sociedad –como manente los contenidos concretos tanto como
ocurre con frecuencia– ¿qué milagro podría la estructura matriz de su conciencia, y quizás,
aun atraer “público” amplio, y sobre todo jo- aprender a dar curso a lo que esta cultura conde-
ven y popular, a estas “funciones”? ¿Sería muy na a permanecer en la penumbra o la oscuridad
diferente, por ejemplo, lo que sucede hoy día del subconsciente y del inconsciente.
Arguedas
la sonora banda de la sociedad*

A lberto Escobar Arguedas o la utopía


de la lengua (Lima: IEP, 1984).
Jacques Attali acuñó en Bruits1 esta eficaz
la significación de la obra de un escritor en
ese universo.
No me parece arbitrario sugerir que no es
imagen: la música es la banda sonora de la so- muy otro el cauce recorrido por la reflexión de
ciedad. En ella está implicada toda una pues- Escobar sobre la narrativa de Arguedas, para
ta epistemológico-metodológica, un instru- lograr lo que, a mi juicio, es el resultado mayor
mento cognitivo que a través del estudio de de su trabajo: abrir en la crítica arguediana una
la música lleva, o puede llevar, no solamente problemática diferente, en cuestiones de fon-
a conocimientos nuevos sobre la sociedad, do, a la que todavía es predominante.
sino a modos nuevos de conocerla. En una La propuesta que el estudio de Escobar
perspectiva equivalente, admitir una banda permite inferir es que la lengua arguediana,
lingüística de la sociedad permitiría, quizás, y las relaciones entre el escritor y la lengua,
también iluminar de otro modo la indagación se han movido en el tiempo en la misma di-
sobre las relaciones entre lengua, cultura y rección y con las mismas tendencias que han
sociedad, y en particular acerca del lugar y de presidido los cambios en las relaciones entre
lengua, cultura y sociedad en el Perú. Y eso
abre una cuestión necesaria, en cierto modo
* Publicado en Hueso húmero (Lima), N° 19: 157-162,
ya implicada en esta investigación, cuya in-
oct.-dic., 1984.
dagación sistemática debiera hacerse: que la
1 Presses Universitaires de France, 1977. Una parte banda lingüística de la sociedad peruana ha
ha aparecido en castellano en Hueso Húmero (Lima),
N° 3, oct.-dic., 1979; y otra en inglés en Social Text
cambiado entre el primer y el último relatos
(Nueva York), N° 7, 1983. de Arguedas, conforme lo hacían las relacio-
692 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nes entre las principales vertientes culturales borar la lengua (una utopía de la lengua), que
de esta sociedad. resaltó llevando nada menos que en la misma
En tal perspectiva –y esa es, sin duda, la dirección de los movimientos que en la propia
cuestión central que el libro estudia– ni el ca- lengua traducían los procesos de la cultura y
rácter, ni el valor, fundamentales de la narrativa de la sociedad peruanas.
arguediana residirían ni en su temática (rural y Allí reside la pertinencia del parangón que
serrana en su mayor proporción); ni en su ca- Escobar propone entre Dante y Arguedas.
lidad de vehículo de una visión “desde dentro” Porque en ambos se trata, antes que nada, de
de una cultura (andina, india, campesina); ni una opción por la lengua. Porque en ésta y en
en sus ideologías político-sociales (indigenista, ninguna otra instancia, es donde naufragan o
nacionalista, socialista), como lo proponen las triunfan, para un escritor, todas las demás op-
más difundidas líneas de la actual crítica argue- ciones, culturales, sociales o políticas. Y por
diana. Y no porque todos y cada uno de esos ello, más que por sus demás atributos, según
rasgos no sean reales en la obra de Arguedas, Escobar, Arguedas detenta un lugar paradig-
ni porque sea incorrecto afirmar esos valores mático en la cultura.
en ella, por separado o juntos. Más bien, por- La utopía arguediana de la lengua sólo pue-
que ni separados ni juntos tales valores y carac- de ser, sin embargo, explicada si es asumida
terísticas rescatan la significación global de la corno una dimensión privilegiada de una uto-
narrativa arguediana, ni dan cuenta de su lugar pía global de la cultura y de la sociedad en el
en la escritura de nuestro tiempo. Perú. Porque no fue aislada, ni una apuesta al
Desde Escobar, el valor central de la narra- azar. Por el contrario, fue rigurosamente con-
tiva y de la escritura arguedianas, y en relación gruente con sus opciones básicas sobre el des-
al cual solamente las otras características ad- tino de la cultura en nuestra sociedad. Privile-
quieren su propio relieve, consiste ante todo giada sí, y no únicamente por ser la instancia
en que esa obra logró ser vehículo y expresión central de los trabajos y los días de Arguedas,
de los procesos que trabajaban la lengua, den- sino también, sin duda, porque en su agonis-
tro de los cambios en la cultura y en la socie- mo de escritor fue descubriendo y articulan-
dad. Y tal conquista habría sido en Arguedas do, junto con una utopía de la lengua y para
facultada por su opción de un modo de ela- ella, los fundamentos y los horizontes de una
Arguedas693

utopía mayor de la cultura y de la sociedad, de la cultura? La nueva lengua, el español con


aunque es igualmente seguro que el desarro- todo el quechua dentro, ¿no implica una nueva
llo de esta última fue permitiéndole acendrar y cultura en que lo no-indio se recrea como con-
definir la primera. tinente de todo lo indio? ¿No es esa específica
Bregando en sus inicios de escritor, en la os- forma de integración cultural, la condición de
cura zona marginal entre un idioma dominante una nueva cultura, como esa específica integra-
provisto de literatura escrita y un idioma do- ción lingüística la de una nueva lengua? Y más
minado carente de ese instrumento, Arguedas aún, ¿no es tal integración cultural condición y
fue llevado a admitir el español como el marco correlato, al mismo tiempo, de tal integración
necesario de su escritura, pero a condición de lingüística? ¿No es de ese modo que Arguedas
ir convirtiéndolo en vehículo apto para portar comienza a vislumbrar una metodología, un
todas las necesidades expresivas del quechua. derrotero, para el tratamiento de su lengua,
Escobar ha marcado prolijamente los pasos, porque también encuentra que ese mismo itine-
las idas y las vueltas de ese empeño, y su cul- rario conduce, o puede conducir, los procesos
minación en una lengua cuyo marco es el idio- de la cultura y de sus relaciones con la lengua?
ma español, pero cuya escritura es labrada Arguedas luchó por todo ello, dentro y fuera de
con todos los sonidos de la oralidad andina, su narrativa.
y cuya fuente principales el quechua. El resul- La escritura no narrativa de Arguedas –
tado es una lengua constituida por esa espe- como Escobar no ha dejado de señalar– testi-
cífica co-presencia de ambos idiomas, como monia con claridad el sentido de su esperanza
Escobar insiste. y de su combate: la fractura entre lo indio y lo
Empero, ¿no sería precisamente entonces, no-indio en la cultura debe abrir el paso a una
al optar Arguedas por una lengua hecha de la integración entre ambos, no como disolución
co-presencia permanente entre el español y del uno en el otro, sino como integración de la
el quechua, y en que la literalidad del primero diversidad. Pero, del mismo modo como entre
se impone como marco de una escritura inte- el idioma dominante y el dominado, fue lleva-
grada también con los sonidos de la oralidad do a optar por el primero como el marco nece-
andina, que el escritor descubre que esa es y sario para ser recreado con la integración del
debe ser también la expresión de una utopía dominado, también en el conflicto entre una
694 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

cultura dominante y una dominada admitió El itinerario de la narrativa arguediana per-


lo no-indio como el continente de la posible mite sugerir que ese proyecto de subversión
integración cultural, a condición de que fuera lingüística y cultural fue elaborándose de
recreado con la “intervención triunfante” de modo desigual, y el trabajo de la lengua ocu-
lo indio2. pó mucho más tiempo que la segunda. No fue
El proyecto arguediano de la lengua im- sino en su relato final El Zorro de arriba y el
portaba un proyecto cultural de dimensiones zorro de abajo, que se logro encontrar el cami-
históricas. La lucha por otra lengua y por otra no de la segunda, aunque desde esta perspec-
cultura, implicaba la admisión y defensa de am- tiva ya en Yawar Fiesta podrían encontrarse
bas herencias históricas en tanto y en cuanto los primeros atisbos.
pudieran ser, cada una, recreadas y transfigura- Martin Lienhard3 debe ser reconocido
das por medio de tal “intervención triunfante” como quien primero, y mejor que nadie hasta
de lo dominado en el dominante. Y ciertamen- ahora, ha descubierto y explorado penetran-
te, esa forma específica de integración de len- temente la subversión narrativa con que Ar-
guas y culturas sólo puede admitir el carácter guedas logró ordenar y expresar las posibles
y el significado de toda una subversión. Sólo tendencias del actual proceso de integración
de ese modo, y no por su apego al quechua y a cultural, como integración subversiva de lo
la herencia cultural india por separado –como dominado en lo dominante. El derrotero de
probablemente muchos siguen aún recordán- la integración subversiva de la lengua es lo
dolo– cobra todo su diáfano sentido el reclamo que Escobar ha procurado mostrar, y que la
de Arguedas: “yo no soy un aculturado”, en la categoría de co-presencia de ambas lenguas
precisa ocasión de recibir el más alto galardón recoge. Desde este mirador, Lienhard y Esco-
cultural que en el Perú otorgan los mismos que bar fundan un nuevo punto de partida hacia la
se esfuerzan por bloquear o por empobrecer la totalidad arguediana.
“intervención triunfante” de todo lo indio en la
cultura peruana.
3 Lienhard, Martin 1982 Cultura popular andina
y forma novelesca: zorros y danzantes en la
2 Arguedas, José María “Razón de ser del investigador” última obra de Arguedas (Lima: Latinoamericana /
en Escobar (1984: 58-64). Tarea).
Arguedas695

Dos instrumentos metodológicos princi- ¿Hay una banda lingüística de todo ello?
pales –apoyados en técnicas de varia pro- ¿Es la misma que se escribe en la subversión
cedencia– ha empleado Escobar en su in- arguediana de la lengua? ¿Y la subversión na-
dagación. Uno es la comparación entre las rrativa podrá ser, finalmente, expresión de
varias escrituras de Agua. El otro es la com- la subversión cultural real? La indagación de
paración entre ese relato y los Zorros. Los todas esas cuestiones cruciales está apenas
resultados del primero parecen más convin- iniciada. Habría que comparar la lengua y la
centes, porque permiten mostrar con nitidez cultura que se constituyen en ese nuevo uni-
la utopía arguediana de la lengua, el modo verso, con las utopías arguedianas, en particu-
como la lengua fue dejando de ser un “ar- lar con los Zorros; que rastrear las relaciones
tificio” a medida en que se iba elaborando entre el itinerario arguediano y el de la emer-
paralelamente a la constitución de la lengua gencia de ese universo, más allá de la escritu-
de una vasta y nueva franja de habitantes de ra arguediana.
un nuevo espacio de encuentro, de conflic- El astillamiento de la diversidad social y cul-
to y de integración lingüística y cultural. La tural y el conflicto de sus tendencias de integra-
urbanización / ruralización / costeñización / ción fueron vividos enteros por Arguedas. De
andinización / criollización / indianización / algún modo, él tenía quizás que subvertirse él
cholización / transnacionalización, alimen- mismo mientras se empeñaba en la subversión
taron el magma de un nuevo universo social de la lengua y de la narrativa, porque a pesar
y cultural, y en la misma corriente, lingüís- de su declarada esperanza eran muy antiguos
tico. La barriada peruana, continente de los y fuertes sus lazos con el mundo que se des-
tumultos centrales de esos procesos, fue integraba para abrir cauce a una integración
emergiendo como la experiencia social y subversiva en otro mundo: “despidan en mí un
cultural fundamental del Perú de los últimos tiempo del Perú”.
treinta años. De algún modo, la dirección de Escobar se ha detenido largamente en re-
esa historia parecería llevar el mismo rumbo construir las tempranas influencias ideológicas
de la utopía arguediana, aunque su madura- sobre Arguedas y la persistencia de sus viven-
ción y su destino siguen teniendo un carác- cias andinas. Menos, en cambio, a las influen-
ter incierto. cias derivadas de la experiencia y de los debates
696 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y convulsiones posteriores a la publicación de condujo al descubrimiento de la utopía argue-


Los Ríos Profundos hasta los Zorros. A eso se diana de la lengua desde los primeros relatos.
debe, acaso, que su exploración de las relacio- Eso dicho, quiero afirmar mi convicción de
nes entre la lengua arguediana y la historia so- que el libro de Escobar abre –en el mismo sen-
cial y cultural de ese periodo (nada menos que tido que el de Lienhard– un horizonte de cues-
lo que desemboca en los Zorros) sea menos efi- tiones cuya significación en la crítica arguedia-
ciente que su tratamiento del derrotero que lo na importan una problemática nueva.
La tensión del pensamiento
latinoamericano*

M ariátegui, seguramente, está de pleno de-


recho, en una reunión convocada bajo este
provocativo interrogante de “¿Marx para qué?”1.
la experiencia del hombre sobre la tierra; su
densidad y su complejidad, seguramente, ex-
plican por qué se le dedica tanto tiempo, tantos
Y no deja de ser, de alguna manera extraño estudios a lo largo de tantos años.
que una obra, que en lo fundamental fue produ- Pero yo propongo, también, que no sólo se
cida en siete años, se haya convertido ahora en trata de eso, que quizás ahí hay algo igualmen-
un territorio muy dilatado cuya exploración y te o más importante todavía. La de Mariátegui
conocimiento lleva más o menos un cuarto de es una obra que tiene una enorme aptitud para
siglo continuado, estudios que apilan muchos admitir lecturas nuevas, todo el tiempo, cada
más volúmenes que los que integran la obra pu- vez que hay un recodo importante en la historia
blicada de Mariátegui, y para cuya exploración de América Latina y del pensamiento de Amé-
exhaustiva, seguramente, aún serán necesarios rica Latina. Y esta aptitud para admitir lecturas
muchos más años y muchos más estudios. nuevas es probablemente lo que hace que su
Esta vastedad de la obra mariateguiana, su obra sea, hoy día, un territorio cada vez más
carácter multifacético para un hombre que te- concurrido.
nía la vocación de explorar todas las formas de Dije que Mariátegui está de pleno derecho
en una reunión como ésta, porque todo el mun-
do admite dentro y fuera de América Latina que
* Publicado en Hueso húmero (Lima) N° 22: 106-113, es, probablemente, el marxista más ilustre de
jul., 1987. la historia de América Latina, que se deben a él
1 Coloquio convocado por la Sociedad Portorriqueña
los descubrimientos científicos sociales princi-
de Filosofía, Rio Piedras, abril de 1986. pales de su tiempo y que el tiempo posterior ha
698 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

validado en gran medida. Pero, todo el que lo que hacían de este hombre una personalidad
ha estudiado sabe también que Mariátegui no con una excepcional capacidad de autonomía
era, todo él, marxista; que no todo en su pen- intelectual en América Latina y, en particular,
samiento, ni en su sensibilidad era marxista ni dentro del marxismo. No solamente de una gran
mucho menos. Por lo cual, no obstante, estará autonomía intelectual, sino de una aun más in-
aquí de pleno derecho como marxista, él plan- sólita osadía intelectual, capaz, por lo tanto, de
tea también el hecho problemático de la rela- no temer la exploración de ninguna cuestión,
ción de su pensamiento marxista con lo que sino además, con la capacidad de ir todo lo que
no es en él marxista. Yo quisiera introducirme fuera necesario tan lejos, hasta las últimas con-
un poco en esta ambigüedad mariateguiana. secuencias de sus sospechas y del curso de su
Es Robert Paris, probablemente, el que más reflexión. Esta tesitura intelectual y emocional
agudamente ha estudiado el proceso de forma- de Mariátegui es conocida desde el comienzo y
ción ideológica de Mariátegui, el primero que discutida desde hace bastante tiempo. Yo quisie-
levantó esta cuestión de la ambigüedad de Ma- ra sugerir, sin embargo, que la discusión de esa
riátegui. Y la ambigüedad es ciertamente, para tensión mariateguiana ha sido realizada, en gran
muchos, como el propio Paris dice, muy inquie- medida hasta aquí, sobre todo como un debate
tante. ¿Pero qué implica esto para lo que aquí acerca de los efectos psicológicos y las impli-
queremos debatir? ¿Qué implica para la propia caciones y los antecedentes psicológicos de tal
obra mariateguiana y para el debate sobre Ma- tensión en Mariátegui o como contraposición,
riátegui, y sobre América Latina y para el deba- extraña y complicada, entre ambas vertientes de
te del marxismo? Es lo que yo quiero intentar su inteligencia y su sensibilidad: el marxismo y
proponer hoy a nuestro debate. una filosofía de la historia religiosa y metafísica.
Mariátegui ensamblaba con idéntica adhe- Pero yo sugiero que debe haber algo más com-
sión y fuerza, lo esencial de algo llamable una plicado que eso, que es posible, quizás, inten-
apuesta marxista para el conocimiento de la rea- tar una otra lectura de este mismo problema y
lidad. Pero, al mismo tiempo, una filosofía de la que, a mi juicio, hacerla es importante hoy para
historia cuyo contenido y cuya orientación eran, nuestro debate latinoamericano y también para
explícitamente, religiosas y metafísicas. De al- aproximarnos a buscar respuestas a la pregunta
gún modo, también, eran esos los fundamentos que motiva esta reunión.
La tensión del pensamiento latinoamericano 699

Mariátegui era religioso. Creía en Dios. No trabajo intelectual de los peruanos de su tiempo
dejó de sostenerlo nunca. Contra el positivis- en torno del socialismo, mientras sostenía una
mo sostuvo o se sostuvo no tanto en la dialéc- áspera batalla anti-intelectualista. Paris sabe,
tica sino en el vitalismo bergsoniano. Contra pues, bien lo que dice, la obra de Mariátegui tie-
la teoría postuló el mito, como resorte central ne este inquietante signo que para algunos es el
de todo movimiento revolucionario y, en par- de la ambigüedad. En verdad es extraño.
ticular, en América Latina. Contra la idea de ¿Es, pues, la ambigüedad evidente del movi-
que las luchas de clases son el modo de acción miento de razonamiento mariateguiano lo que
histórica fundamental, defendió con ardor que responde por la originalidad de sus descubri-
la historia la hacen los grandes hombres poseí- mientos? ¿Es esta combinación entre el méto-
dos por una mentalidad metafísica, poseídos do de interpretación marxista y el mito sorelia-
de una mística y de una concepción heroica de no o bergsoniano lo que explica esta notable
la existencia. Los demás hombres, dijo, son el perspicacia, esta excepcional capacidad de
coro anónimo del drama. La fe y el mito, sostu- conocimiento? ¿O eran meramente externas,
vo, ocupan lo más profundo y decisivo del alma como dicen muchos, las relaciones entre las
humana. Son lo único que puede mover a un ideas de un lado y las del otro? Y, ¿tendríamos
hombre a la grandeza de los hechos históricos; que admitir, entonces, como lo sostiene la gran
no la razón, no la ciencia. Era un marxista, sin mayoría de estudiosos marxistas de Europa del
embargo, porque dijo también que sin la cien- Este sobre él, que se le debe reconocer como
cia y la técnica europeas no sería posible el de- un marxista, que, además, tenía esas extrañas
sarrollo histórico de América Latina, y ninguna debilidades metafísicas, y que éstas tienen
revolución posible en América Latina. Defen- solamente una explicación psicológica y sólo
dió el carácter científico del socialismo marxis- constituyen una problemática psicológica y
ta y citó a Lenin aprobadoramente: “sin teoría no otra? Yo creo que estos problemas no son
revolucionaria no hay acción revolucionaria”. falsos necesariamente ni son banales todos. Lo
Estudió y descubrió las especificidades del que creo es que no tocan, yo diría, ni siquiera
proceso de clases en el Perú y la América La- superficialmente una cuestión mayor. Yo sos-
tina. Y se dedicó a organizar a la clase obrera y pecho que por debajo de estas ideas y hasta
al campesinado. Procuró estimular y orientar el categorías formales de procedencia e historia
700 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

europea, en el movimiento mariateguiano de historia sólo puede ser captada en realidad


reflexión y de conocimiento, en su relación con como tiempo mítico para mostrar todo su sen-
la realidad, actuaba lo que sigue actuando hoy tido. Y donde, por lo tanto, la historia es una
en el pensamiento, en la producción del pensa- apuesta, en el más pascaliano de los sentidos,
miento latinoamericano. no hay cómo conocer y penetrar la realidad,
Con Mariátegui estaba constituyéndose, a no hay cómo representarla en su totalidad,
mi juicio, por primera vez de manera explíci- en su movimiento, en su transfiguración in-
ta, un campo cultural original que no se agota cesante. No hay cómo transformarla y trans-
en el modo eurocentrista de admisión y pro- figurarla metiendo todo esto solamente en el
ducción del movimiento marxista de conoci- tubo europeo, eurocentrista, en que tanto el
miento, ni, del otro lado, el movimiento de la marxismo como lo que no es marxista, tiende
reflexión llamable idealista del pensamiento y a moverse formalmente hasta hoy en América
del conocimiento. Este campo cultural origi- Latina. Hoy, creo que ni los europeos admiten
nal implica que el logos y el mito no son, no continuar solamente con el antiguo tubo. Yo
pueden ser externos entre sí, sino contradic- estoy proponiendo, tan solo una sospecha que
torios en un mismo movimiento intelectivo a mi juicio hay que explorar y elaborar. Que
en que la imaginación actúa con y a través del ésta es la especial tensión del pensamiento la-
análisis lógico para constituir el conocimien- tinoamericano constreñido normalmente por
to como representación global o globalizante sus tradiciones eurocentristas procedentes
y en movimiento, que es indispensable para de la formación histórica de origen colonial
otorgar estatus suprahistórico, mítico, pues, que nos agota hasta hoy. Sólo las transforma-
a lo que sólo puede realizarse en la historia a ciones de la historia de América Latina en el
través de muchas trascendencias y transfigu- mundo y las propias transformaciones en el
raciones. ¿No es eso lo que nombra la palabra debate europeo nos han permitido ahora co-
utopía en su sentido genuino? ¿Y no es ver- menzar a entender y a sospechar algunas co-
dad que la simultaneidad de los tiempos hoy sas. Y hay que ir al fondo de estas sospechas.
en América Latina ya no puede ser vista como No es verdad que lo real maravilloso, o el
una delirante propuesta, sino licencia poéti- realismo mágico, solamente tenga implicacio-
ca? Porque es real y, aunque inefable, como nes estrictamente literarias, sino que también
La tensión del pensamiento latinoamericano 701

tiene algo que decir sobre el conocimiento y una subversión cultural. Rama fue uno de los
la comprensión de la realidad histórica en la primeros en verlo. ¿Qué quiere decir esta sub-
América Latina. Esto nos ha permitido pene- versión cultural? Es admitir el español como
trar más profundamente nuestra historia y, so- lengua dominante a condición de que fuera un
bre todo, su historicidad particular. marco capaz de contener toda la capacidad
En García Márquez, la simultaneidad de los expresiva de los idiomas andinos, y del que-
tiempos está anudada en tomo a un tiempo mí- chua en particular. Es decir, un castellano que
tico. García Márquez en su discurso de recep- ya no es el anterior a ese mecanismo. Admitir
ción del Premio Nobel, como recuerdan todos la cultura occidental como dominante a con-
ustedes seguramente, dijo: “La realidad en dición de que en ella pudieran caber todas las
América Latina siempre fue asumida de ma- posibilidades de expresión y de creatividad
nera llena de creatividad y de maravilla”. Cita de lo que no era occidental y, en consecuen-
las crónicas de los primeros momentos, desde cia, en realidad es comerse las entrañas de
los hombres que veían los gigantes patagones, lo dominante para incorporarle aquello que
en lo que hoy se llama Patagonia, para ade- es hasta ese momento dominado y convertir-
lante. Pero hay algo más que eso. Creo que lo así en alternativa no excluyente sino, por
es posible ver a través de la obra de alguien el contrario, que envuelve el conjunto de la
como García Márquez, cómo se puede otorgar historia en ese movimiento. Y en eso que se
sentido global a la simultaneidad de los tiem- llama el realismo mágico arguediano, en este
pos que no pueden darse cuenta de sí mismos movimiento subversivo, que no es solamente
cada uno por separado en un único tiempo, y una subversión en la estructura narrativa, sino
este tiempo sólo puede ser míticamente pre- que es proyecto cultural de largo plazo, que es
sentado. Pero esa miticidad del tiempo pre- en ese sentido una apuesta sobre el sentido de
sentado allí es, a su manera, un logro. Cuando la historia y que trasciende y transfigura esta
Arguedas se propone incorporar la oralidad historia, no podría de ningún modo excluirse
andina a la literalidad del español, la oralidad la presencia profunda de esta cuestión que es-
andina es también la banda sonora de todo el toy aquí proponiendo que es posible de encon-
movimiento de la cultura andina dominada. trar en Mariátegui. El modo cómo el logos y
Lo que está proponiendo es, por lo tanto, toda el mito actúan como integrantes de un mismo
702 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

movimiento del conocimiento y la reflexión. Y por ejemplo, haya mostrado que hay la posibi-
que no pueden excluirse el uno del otro. lidad de una lectura tecnocrática del Capital.
Cuando Rulfo dice: “las ardientes sombras No es que el Capital sea solamente tecnocráti-
de sí mismas” en Pedro Páramo ¿no dice lo camente constituido. Pero no hay duda de que
mismo? Descubrieron, pues, este espacio cul- hay una posibilidad de lectura tecnocrática y
tural sui generis en América Latina y creo no es un accidente, porque de algún modo en
que, para la posibilidad de reconocimiento el momento en que Marx decía que la ocupa-
de la realidad de la historia latinoamericana, ción y la colonización de la India por Ingla-
de su especial historicidad, no es posible, en terra era un paso progresivo para la India,
consecuencia, proceder solamente con el an- porque el capital le produciría el desarrollo
damiaje cognoscitivo, epistemológico y me- capitalista y de esa manera la modernización
todológico de la herencia eurocentrista tal y, a través de eso, la revolución, no hay duda
como ella ha sido propuesta hasta aquí en la de que estaba actuando en Marx algo que no
América Latina. terminó de corregir, un movimiento eurocen-
Yo creo que esto dice también algo acer- trista de reflexión, que gran parte de sus segui-
ca de la pregunta que convoca esta reunión: dores continuaron. Y creo que esto es posible
“¿Marx para qué?”. Porque yo creo que hay a partir de Mariátegui. No porque Mariátegui
una necesidad y una opción de lectura dife- estuviera intentando formalmente esto. Yo no
rente a partir de esta experiencia latinoame- estoy seguro de que él fuera consciente de qué
ricana que es necesaria, no sólo posible, de estaba implicando el movimiento de reflexión.
hacer sobre Marx. Que es necesario rescatar Cuando él estaba tratando de sostener que el
la capacidad de penetrar la historia que Marx proceso de clases en América Latina podría
tenia y buscaba, liberándolo de la prisión lar- conducir a una revolución, no porque la cien-
ga que va desde Kautsky hasta Althusser, que cia se lo proponía así, sino porque el mito de
es puramente eurocentrista y que aún actúa la revolución socialista era capaz de mover
entre nosotros de esta manera eurocentrista. la fe de las multitudes en esa dirección, a mi
Pero también ese movimiento implica liberar juicio, no estaba solamente apelando formal-
al propio Marx de su eurocentrismo porque mente a Marx y formalmente a Sorel. Esto es
no es arbitrario que alguien como Castoriadis, lo que está en primer plano en su conciencia.
La tensión del pensamiento latinoamericano 703

Yo quiero proponer no quedarse en esta lec- mo formalizó y categorizó como opuestos pola-
tura de Mariátegui; que, a partir de la experien- res y que, sin embargo, actúan por dentro de to-
cia latinoamericana de los 50 años posteriores dos nosotros como componentes de un único
a su muerte, con la experiencia del realismo movimiento del conocimiento, sin lo cual no es
mágico o de lo real maravilloso, con el nuevo posible penetrar a fondo la realidad latinoame-
debate sobre el mismo problema de la ciencia ricana. Es esto lo que quería proponer con todo
contemporánea, sea posible ver si, efectiva- mi temor al debate nuestro en esta mañana. Y
mente, hay un movimiento latinoamericano les pido disculpas por no poder hacerlo con
que permite juntar las cosas que el eurocentris- mayor precisión y limpieza.
Lo público y lo privado
Un enfoque latinoamericano*

L a crisis mundial del capital ha intensifica-


do el debate sobre la sociedad y la cultura
contemporáneas. No es solamente la econo-
de la cultura de nuestro tiempo, de su fecundi-
dad para contribuir a su reconstitución.
Eso seguramente explica la intensificación
mía la que está en cuestión, sino todo el anda- del propio debate latinoamericano, aunque eso
miaje del conocimiento, las propuestas de ra- parezca desmentido en algunos lugares y entre
cionalidad en las relaciones de las gentes entre algunos grupos, cuya exclusiva preocupación
sí y con el mundo en torno, los proyectos de es el acceso a alguna de las manijas del poder
sentido histórico, el balance de experiencias vigente. Detrás de tal apariencia, sin embargo,
humanas fundamentales como el capitalismo actúan genuinas y cruciales interrogantes, cuya
y el socialismo realmente existente, las pers- indagación intelectual o pragmática, afecta cier-
pectivas y las alternativas. tamente no sólo a la América Latina. Una de
El lugar y la significación de América Latina esas cuestiones, la decisiva y central en un sen-
en este debate, son fundamentales. No única- tido, es la relación entre lo privado y lo público,
mente por ser víctima de los efectos más per- porque en ella están implicadas virtualmente
versos de la crisis, sino, ante todo, por la densi- todas y cada una de las instancias de la existen-
dad de su presencia histórica en la constitución cia social contemporánea. Más allá de su dispu-
ta contingente en la escena política peruana, el
debate de esa cuestión compromete, en verdad,
* Publicado en Quijano, Aníbal 1988 Modernidad,
todo el sentido y toda la legitimidad de los prin-
identidad y utopía en América Latina (Lima: Socie-
dad y Política Ediciones) pp. 8-44. cipales proyectos históricos actuales.
706 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Modernidad y “modernización” dos en aquellos, para oponerse a las conquis-


en América Latina tas primigenias de la modernidad; para ganar
a la gente al culto de la fuerza, presentando
La presión por la “modernización” se ejerce la desnudez del poder como su más atractivo
sobre América Latina durante la mayor parte atributo legitimador. Ciertamente, tales fuer-
de este siglo, pero de manera muy especial zas, como el nazismo, habían sido derrotadas
desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y, en la guerra. Pero después de esa experiencia,
entonces, con ciertos atributos muy distin- después de Auschwitz, las promesas de la mo-
tivos. En primer lugar, tal presión se ejerce, dernidad no volverían “a ser vividas con los en-
en gran medida, por la acción y en interés de tusiasmos y las esperanzas de otrora”, según lo
agentes no latinoamericanos, si se quiere, ex- señalara José Medina Echevarría, a comienzos
ternos. En segundo lugar, aparece formalmen- de los debates latinoamericanos de los años se-
te como una propuesta de recepción plena del sentas. Peor aún, sin duda, así se consolidaría
modo de producir, de los estilos de consumir, en el mundo el oscuro reinado de la razón ins-
de la cultura y de los sistemas de organización trumental, que ahora además reclamaba para
social y política de los países del capitalismo sí sola y contra la razón histórica, el prestigio y
desarrollado, considerados como paradigmas el brillo del nombre de modernidad. Y hay que
de una exitosa “modernización”. En la prácti- observar todavía que para amplios sectores no
ca, se trata de un requerimiento de cambios y era claro, ni era admitido por otros, que ese
de adaptaciones de la región a las necesidades reinado cubría no solamente el mundo llamado
del capital en su fase de maduración de su in- occidental, sino también el que se constituyó
ter o transnacionalidad. bajo el estalinismo.
Ya para entonces, el núcleo de racionalidad De esos procesos, dos de sus consecuencias
histórica de la modernidad había quedado de- en América Latina me parece necesario poner
bilitado y la propia modernidad había ingre- aquí en cuestión. Primera, como la “moderniza-
sado en un período de crisis, bajo la violencia ción” llegó a estas tierras tarde, desde fuera y
de los ataques a que fue sometida por oscuras ya constituida y practicada, entre nosotros se
fuerzas políticas que apelaban a lo irracional de acuñó una idea de la cual somos muchos aún
la especie, a los prejuicios y a los mitos funda- los prisioneros: la de que América Latina ha
Lo público y lo privado 707

sido siempre sólo pasiva y tardía receptora de y entrañable con la constitución histórica de
la modernidad. Segunda, implicada en la ante- América Latina. De esa relación, no quiero aquí
rior, la confusión entre modernidad y “moder- referirme solamente al hecho conocido de que
nización”. Por eso último, y aunque el esnobis- la producción, principalmente metalífera, de
mo juega en ellos un papel muy amplio, no es América, estuvo en la base de la acumulación
difícil hoy encontrar en América Latina, grupos originaria del capital. Ni que la conquista de
políticos e intelectuales que de nuevo ingresan América fuera el primer momento de forma-
a los templos de los mismos dioses que cuen- ción del mercado mundial, como el contexto
tan con lo irracional de la especie, para ganar real dentro del cual emergerá el capitalismo y
adeptos al culto del poder desnudo, y al de la su lógica mundial, fundamento material de la
violencia del ciego interés particular contra el producción de la modernidad europea.
de la humilde mayoría de los hombres y muje- Para Europa, la conquista de América fue
res de la tierra. también un descubrimiento. No sólo y no tan-
La modernidad como categoría se acuña, to, quizás, en el manido sentido geográfico
ciertamente, en Europa y particularmente des- del término, sino ante todo como el descubri-
de el siglo XVIII. Empero, fue una resultante miento de experiencias y de sentidos histó-
del conjunto de cambios que le ocurrían a la ricos originales y diferentes, en los cuales se
totalidad del mundo que estaba sometido al revelaban al asombro europeo, más allá del
dominio europeo, desde fines del siglo XV en exotismo, ciertas cristalizaciones históricas
adelante. Si la elaboración intelectual de esos de algunas viejas aspiraciones sociales que
cambios tuvo a Europa como su sede central, hasta entonces no tenían existencia sino como
eso corresponde a la centralidad de su posición mitos atribuidos a un ignoto pasado. Y no im-
en esa totalidad, a su dominio. porta si esa visión europea de la experiencia
Esa nueva totalidad histórica en cuyo con- americana magnificara la realidad, exaltada
texto se produce la modernidad, se constituye por una imaginación cuyas fronteras se disol-
a partir de la conquista e incorporación de lo vían por el asombro del descubrimiento. No
que será América Latina al mundo dominado importa, porque esa dilatación de las fronteras
por Europa. Es decir, el proceso de producción del imaginario europeo era, precisamente, la
de la modernidad tiene una relación directa consecuencia de América. Y, a estas alturas,
708 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nadie ignora ya que, magnificadas o no, en la Ese es, me parece, el sentido básico de las
experiencia americana, andina en primer tér- utopías que se producen en Europa con pos-
mino, no eran ajenas a la realidad algunas de terioridad al descubrimiento de América. Y el
las formas de existencia social buscadas, la surgimiento de esas específicas utopías puede
alegría de una solidaridad social sin violentas ser reconocido como el primer momento del
arbitrariedades; la legitimidad de la diversidad proceso de constitución de la modernidad. Sin
de los solidarios; la reciprocidad en la relación el nuevo lugar del futuro en el imaginario de la
con los bienes y con el mundo en torno, tan humanidad, la mera idea de modernidad sería
por completo distintas a las condiciones de la simplemente impensable.
sociedad europea de ese tiempo. Para Europa de ese período, aun no sobre-
Propongo, en consecuencia, que ese des- pasada la crisis de la sociedad feudal, la uto-
cubrimiento de América Latina produce una pía de una sociedad sin ominosas jerarquías,
profunda revolución en el imaginario europeo ni arbitrariedad, ni oscurantismo, era la ideo-
y desde allí en el imaginario del mundo euro- logía de una larga lucha contra las jerarquías
peizado en la dominación: se produce el des- feudales, contra el despotismo de las monar-
plazamiento del pasado, como sede de una quías absolutas, contra el poder de la Iglesia
para siempre perdida edad dorada, por el controladora y obstaculizadora del desarrollo
futuro como la edad dorada por conquistar del conocimiento, contra la supremacía del in-
o por construir. terés privado que crecía con el mercantilismo.
¿Cómo se podría imaginar, sin América, el En otros términos, parte de la lucha por una
advenimiento de la peculiar utopía europea de saciedad racional, la promesa mayor de la mo-
los siglos XVI y XVII en la cual ya podemos re- dernidad. En ese primer momento del proceso
conocer los primeros signos de una nueva ra- de producción de la modernidad, América tie-
cionalidad, con la instalación del futuro como ne un lugar fundamental.
el reino de la esperanza y de la racionalización, Sugiero que hay también una estrecha aso-
en lugar de un omnipresente pasado, hasta en- ciación de América Latina en la etapa de cris-
tonces referencia exclusiva de toda legitimi- talización de la modernidad, durante el siglo
dad, de toda explicación, de todos los sueños y XVIII, en el movimiento llamado de la Ilustra-
nostalgias de la humanidad? ción o Iluminismo. Durante ese período, Amé-
Lo público y lo privado 709

rica no fue solamente receptora, sino también que sus contrapartes europeos, no solamente
parte del universo en el cual se producía y se porque leían lo mismo sino, ante todo, porque
desarrollaba el movimiento, porque éste ocu- se interesaban por los mismos problemas, por-
rría simultáneamente en Europa y en América que se hacían las mismas cuestiones y procura-
Latina colonial. ban investigarlas con idéntico apasionado afán,
Esa producción del movimiento de la Ilustra- aunque bajo condiciones menos propicias. Y
ción simultáneamente en Europa y en América, que, en fin, el espíritu de la modernidad y sus
puede verse, en primer término, en el hecho de promesas y necesidades estaban en desarrollo
que a lo largo de ese siglo, las instituciones, los por igual en América que en Europa.
estudios y las ideas y conocimientos que emer- Muchos intelectuales y políticos latinoame-
gían como la Ilustración, se forman y se difun- ricanos fueron partícipes directos de los deba-
den al mismo tiempo en Europa y América. Las tes y de las experiencias políticas de la Ilustra-
Sociedades de Amigos del País, se forman allá ción europea. No puede ser considerado, por
y acá, al mismo tiempo; circulan las mismas eso, como un hecho meramente anecdótico,
cuestiones de estudio y los mismos materiales el que un peruano, Pablo de Olavide, ganara
del debate y de la investigación; se difunde el celebridad en los círculos de la Ilustración eu-
mismo espíritu de interés en la exploración de ropea, que fuera amigo de Voltaire y participa-
la naturaleza, con los mismos instrumentos del ra en el núcleo central de los enciclopedistas
conocimiento. Y en todas partes se afirma el franceses y en las experiencias políticas de la
ánimo reformador de la sociedad y de sus ins- Ilustración española. Cuando es víctima de
tituciones, para allanar el camino de la libertad la persecución inquisitorial su primera bio-
política y de la conciencia, y la crítica de las bibliografía sale de las manos del propio Di-
desigualdades y arbitrariedades en las relacio- derot, iniciando el vasto movimiento que, en
nes entre las gentes. solidaridad con el peruano, promoverán todos
Cuando Humboldt viene a América, no ocul- los círculos de la Ilustración europea. No es,
ta su sorpresa de encontrar que los círculos de pues, sorprendente que a comienzos del siglo
intelectuales y de estudiosos americanos, en siguiente, cuando se reúnen las Cortes de Cá-
cada uno de los principales centros que él vi- diz en 1810, los diputados latinoamericanos
sita, conocían lo mismo y estudiaban lo mismo aparezcan entre los más coherentes portado-
710 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

res del espíritu de la modernidad, avanzados secuencia de que pasen al primer plano de la
defensores de un radical liberalismo. Por ello, sociedad y del poder los sectores y elementos
cumplirán un papel muy destacado en la re- más ligados a la desigualdad y a la arbitrarie-
dacción de la Constitución liberal, en una co- dad, al despotismo y al oscurantismo. Con la
misión presidida por uno de ellos, el peruano conocida excepción de algunas áreas más in-
Morales Duárez, más tarde llevado a la presi- mediatamente ligadas al desarrollo capitalista
dencia de las Cortes. europeo, en el grueso de lo que está emergien-
do como América Latina, esa es la típica con-
tradicción que lo caracteriza.
La paradoja de la modernidad En Europa, la modernidad se consolida de
en América Latina una cierta forma como parte de la experien-
cia cotidiana, al mismo tiempo como práctica
Es, pues, demostrable que el movimiento de la social y como su ideología legitimatoria. En
modernidad se producía, en el siglo XVIII, en América Latina, por el contrario, y hasta bien
América Latina al mismo tiempo que en Euro- entrado el siglo XX, se instala una profunda
pa. En eso se encuentra, sin embargo, un hecho y prolongada brecha entre la ideología de la
paradojal y sorprendente. modernidad y las prácticas sociales, no infre-
Mientras que en Europa la modernidad se cuentemente dentro de las mismas institucio-
difunde y florece abonada por el desarrollo del nes sociales o políticas. En particular, la mo-
capitalismo, con todo lo que eso implica para dernidad es una forma ideológica legitimatoria
la producción de bienes materiales y para las de prácticas políticas que van claramente en
relaciones entre las gentes, en América Lati- contra de su discurso, mientras las prácticas
na, especialmente desde el último tercio del sociales modernas son reprimidas porque no
siglo XVIII, se va estableciendo una brecha pueden ser legitimadas por ninguna instancia
ostensible entre, de un lado, las necesidades de las ideologías dominantes.
ideológicas y sociales de la modernidad, y del El uso de la modernidad como ideología
otro, el estancamiento y desarticulación de la “legitimatoria” de prácticas políticas antagóni-
economía mercantil, inclusive su retroceso cas, sirve para apreciar el peso ideológico de
en ciertas áreas como las andinas, con la con- la modernidad en América Latina, a pesar de
Lo público y lo privado 711

su aprisionamiento en un universo social de procusteanas del propio poder que le debía,


signo inverso y permite explicar, por ejemplo, precisamente, la existencia: la razón burguesa.
la curiosa relación entre las instituciones no- En el proceso de producción de la moder-
minalmente liberales y un poder conservador, nidad, la idea de racionalidad inherente a ella
que se establece con la Independencia. Y eso no significaba lo mismo en cada uno de sus
no podría explicarse, a su turno, sino recordan- centros productores y difusores en Europa.
do que la modernidad, como movimiento de la De manera simplificada, en los límites de este
conciencia, no era simplemente un producto trabajo, podría señalarse que en los países
importado y foráneo, sino producto del propio del norte o sajones, la idea predominante de
suelo latinoamericano, cuando éste era todavía racionalidad se vincula, desde la partida, fun-
el fértil y rico territorio del mercantilismo, aun- damentalmente a lo que desde Horkheimer se
que estuviera bajo una dominación colonial. conoce ahora como la razón instrumental. Es
De todos modos, sobre todo desde el siglo ante todo, una relación entre fines y medios.
XIX, la modernidad en América Latina apren- Lo racional es lo útil. Y la utilidad adquiere su
de a vivir como conciencia intelectual, pero no sentido desde la perspectiva dominante. Es de-
como experiencia social cotidiana. Quizás eso cir, del poder.
explica la trampa de toda una generación del En cambio, en los países del sur la idea pre-
liberalismo latinoamericano en esa centuria, dominante de racionalidad se constituye, espe-
obligada a cultivar la quimera de la modernidad cialmente en el debate acerca de la sociedad,
sin revolución. De esa trampa, no se ha termi- vinculada, en primer término, a la definición de
nado de salir. los fines. Y esos fines son los de la liberación de
la sociedad de toda desigualdad, de la arbitra-
riedad, del despotismo, del oscurantismo. En
Poder y modernidad en Europa fin, contra el poder existente. La modernidad
se constituye, allí, como una promesa de exis-
Empero, si ciertamente es paradojal la historia tencia social racional, en tanto que promesa de
latinoamericana de la modernidad, su avatar libertad, de equidad, de solidaridad, de mejora-
europeo no sólo no la liberó de contradiccio- miento continuo de las condiciones materiales
nes, sino la hizo víctima de las necesidades de esa existencia social, no de cualquier otra.
712 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Eso es lo que desde entonces será reconocido sobre todo en el XIX, hacia el control de la
como razón histórica. burguesía británica. De ese modo, la vertiente
Quiero insistir en que incurro en deliberada “anglo-escocesa” de la Ilustración y de la mo-
simplificación, dados los límites de este espa- dernidad, se impuso sobre el conjunto de la
cio, en esta diferenciación entre el norte y el razón burguesa, no solamente en Europa, sino
sur europeos a propósito de las concepciones también a escala mundial, debido al poder im-
de racionalidad y de modernidad. No obstan- perial mundial que la burguesía británica logró
te, eso no implica alguna arbitrariedad. No conquistar. La razón instrumental se impuso
es, sin duda, accidental, el que los líderes del sobre la razón histórica.
movimiento antimodernista de los “neoconser- El dominio mundial de la vertiente “anglo-
vadores” norteamericanos, como Irving Kris- escocesa” de la modernidad, de la razón instru-
tol, por ejemplo, insistan en su rechazo de la mental, se hizo todavía más firme y extendida,
“Ilustración francesa-continental” y en su ad- cuando la hegemonía imperial británica cedió
hesión a la “ilustración anglo-escocesa”, la de la primacía a la hegemonía imperial norteame-
Locke, Hume, Smith, para reivindicar el privi- ricana, desde fines de la Primera Guerra Mun-
legio de unos respecto de otros en la sociedad. dial. Y la Pax Americana establecida después
O el que una de las más estridentes voceras de la derrota del nazismo y del debilitamiento
del “neoconservatismo” adicto al reaganismo, aún mayor de la razón histórica en ese período,
como Jane Kirkpatrick, no titubee en afirmar significó la exacerbación de las características
que fuera de la defensa de la autoridad y del or- y de las consecuencias de ese dominio.
den, incluidas las desigualdades, el despotismo Y es bajo ese dominio de la Pax Americana
y la arbitrariedad, el modernismo es una mera y de su extrema versión de la razón instrumen-
utopía, en el mal sentido del término. tal, que después de la Segunda Guerra Mun-
Esa diferencia se convirtió en una cuestión dial, se ejerció sobre América Latina la presión
crucial para el destino de la modernidad y de para la “modernización”. Esto es, ya para una
sus promesas, en la medida en que la hegemo- racionalidad despejada de toda conexión con
nía en el poder del capital, en las relaciones las promesas primigenias de la modernidad, ya
de poder entre las burguesías en Europa, se del todo poseída únicamente de las urgencias
fue desplazando ya desde el siglo XVIII, pero del capital, de la productividad, de la eficacia
Lo público y lo privado 713

de los medios para fines impuestos por el ca- trumental: el socialismo no logró constituirse
pital y por el imperio. En definitiva como mero sino como el “socialismo realmente existente”,
instrumento del poder. Eso reforzó, en am- como estalinismo.
plios sectores de América Latina, la tramposa Esa es la modernidad cuya crisis ha estalla-
quimera de la modernidad sin revolución. Sus do, pregonada por nuevos profetas, casi todos
consecuencias aún están activas: no termina- ellos apóstatas de su antigua fe en el socialis-
mos de salir del oscuro túnel del militarismo y mo o, por lo menos, en un liberalismo radical.
del autoritarismo. Pero esos profetas de la “postmodernidad” o
Acaso el más completo ejemplo de lo que de la más franca antimodernidad, en ambos
implica la “modernización” exitosa en América lados del Atlántico, quieren además persua-
Latina, lo muestra el pasaje del Estado oligár- dirnos de que las promesas liberadoras de la
quico al Estado modernizado: en todos estos modernidad no solamente ahora son, sino que
países los Estados se han “modernizado”; sus siempre fueron imposibles, que nadie puede
aparatos institucionales han crecido, inclusi- creer aún en ellas después del nazismo y del
ve se han profesionalizado en cierta medida, estalinismo, y que lo único real es el poder, su
sobre todo los represivos; el Estado es menos tecnología, su discurso.
prisionero de la sociedad y en cierto sentido La crisis de la modernidad redefinida por el
(el ámbito de su acción) es más nacional. Todo completo predominio de la razón instrumen-
eso, sin embargo, no lo ha hecho más demo- tal, corre en el mismo cauce que la crisis de la
crático, ni más apto para satisfacer las necesi- sociedad capitalista, sobre todo tal como am-
dades de su población, ni más legítimamente bas se procesan desde fines de la década de
representativo y quizás tampoco más estable. los sesenta. Y esa modernidad no tiene que ser
Esa hegemonía no afectó, sin embargo, so- defendida, ciertamente, ni objeto de saudade
lamente a la razón burguesa. Pues inclusive ninguna, mucho menos aún en América Latina.
lo que se originó como la alternativa a la ra- Fue bajo su imperio que nos fueron impuestas
zón burguesa, como la más directa y legítima las tareas de satisfacer las peores necesidades
portadora de las promesas liberadoras de la del capital, en beneficio del poder de las bur-
modernidad, durante un período más bien lar- guesías de Europa y de los Estados Unidos,
go se plegó a las seducciones de la razón ins- comenzando por desplazar de la conciencia de
714 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

los latinoamericanos, en el momento mismo callejones sin salida. Eso es particularmente


de la Independencia, la hegemonía de la razón serio en el debate sobre los problemas de las
histórica, sin pérdida del prestigio del nombre sociedades dependientes, configuradas sobre
de modernidad. la base de extremas desigualdades, y que no
El problema, no obstante, es que los profe- han conseguido del todo la erradicación perdu-
tas de la “postmodernidad” y de la antimoder- rable del ejercicio arbitrario y despótico del po-
nidad no solamente nos invitan a celebrar los der, ni siquiera en el limitado sentido que en las
funerales de las promesas liberadoras de la sociedades del capitalismo desarrollado. Sobre
razón histórica y de su específica modernidad, las sociedades dependientes, como en América
sino principalmente a no volver a plantearnos Latina, se abaten las presiones de los proble-
las cuestiones implicadas en esa modernidad, mas de la concentración extrema del poder y,
a no volver a la lucha por la liberación de la al mismo tiempo, las que se generan en los es-
sociedad contra el poder, y aceptar en adelan- tilos de vida del nivel específico del desarrollo
te únicamente la lógica de la tecnología y el capitalista de Europa o de Estados Unidos.
discurso del poder. Bajo el humo de ese deba- En América Latina, sin embargo, la moderni-
te, no es posible no percibir el peculiar aliento dad tiene una historia más compleja que la que
de las mismas fuerzas, que después de la cri- se adhiere simplemente a la de la historia euro-
sis que llevó a la Primera Guerra Mundial, se norteamericana. En ella no solamente quedan,
organizaron para asaltar y tratar de destruir sino, mucho más aún, vuelven a reconstituirse
hasta la simiente de toda utopía de equidad, los elementos de una propuesta de racionali-
de solidaridad y de libertad. No lo consiguie- dad alternativa, porque entre otras razones, la
ron del todo. Pero ante su embate, quedó de- lógica del capital y de su razón instrumental no
bilitada la razón histórica. Hoy, esas mismas fue capaz, precisamente por la insuficiencia de
fuerzas parecen emerger de nuevo en busca su desarrollo, de extinguir o anular al extremo,
de su victoria final. aquellos mismos sentidos históricos que reve-
Por otro lado, la conjunción de ambas crisis lados al asombro europeo a comienzos del si-
ha logrado que ciertas encrucijadas del deba- glo XVI produjeron el comienzo de una nueva
te contemporáneo sobre la sociedad, se hayan racionalidad, mellada ahora, pero en modo al-
convertido en lo que parecen ser auténticos guno enterrada.
Lo público y lo privado 715

Sin duda, el más destacado de tales callejones Dos posiciones extremas compiten por do-
sin salida, es el que aprisiona el conflicto entre la minar en la orientación económica de la socie-
propiedad privada y la propiedad estatal de los dad actual: ese “socialismo realmente existen-
recursos de producción, de modo que inclusive te”, como se conoce ahora lo que se estructuró
el debate más general sobre las relaciones entre bajo el estalinismo, y para el cual la propuesta
el Estado y la sociedad, queda finalmente orde- de la estatización total de los recursos de pro-
nado en tomo de esa disputa. ducción, de los mecanismos de distribución y
Por supuesto, colocando en esos términos ese de las decisiones sobre la orientación de todo
debate entre lo público y lo privado en la econo- el engranaje económico, está en el centro de la
mía y/o en la sociedad, no puede salir de su actual idea de socialismo. Esa idea recibida en Amé-
entrampamiento. Cada uno de ambos bandos del rica Latina, ha sido influyente no solamente en
debate y del conflicto, asumen, en lo fundamental, las propuestas definidas como socialistas, sino
los mismos supuestos y las mismas categorías: lo también en los varios matices del populismo-
privado allí es lo privado moldeado por el interés nacionalismo-desarrollismo. Setenta años des-
capitalista. Lo estatal o público es lo estatal-públi- pués, se puede tener ya la razonable convicción
co de ese privado, su rival quizás, pero no su an- de que por allí no se va más lejos en el camino
tagonista. En ambos enfoques, es la misma razón hacia una sociedad racional, en los términos de
instrumental la que se muerde la cola. las promesas del socialismo. La economía pue-
de ser desarrollada hasta el límite en que son
excesivas las asfixias burocráticas. La equidad,
Las bases de otra modernidad: el la solidaridad social y la libertad, la democra-
otro privado y el otro público cia de los productores no pueden ser allí enrai-
zadas, ni desarrolladas.
Aunque ese callejón no es privativo de Améri- En el otro extremo, está la propuesta del
ca Latina, ni siquiera del conjunto del llamado “neoliberalismo”, para el cual la propiedad pri-
“tercer mundo” en el debate actual, en este lu- vada capitalista de los recursos de producción
gar y en esta ocasión nos ceñiremos al contex- y la “mano invisible” del mercado, idealmente
to latinoamericano. Y para no tardar mucho iré libres de todo límite, control u orientación por
derecho al asunto. parte del Estado, son las bases sine qua non
716 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de la creación y distribución generalizada de socialismo. El “neoliberalismo” puede así pre-


la riqueza y de toda plena democracia política. sentarse como la única opción efectivamente
Pero también esa propuesta y ciertamente des- apta para fundar o para continuar el camino del
de muchos más que los setenta años del “socia- desarrollo de la riqueza y la democracia de la
lismo realmente existente”, ha probado fuera sociedad contemporánea.
de toda duda y sobre todo en la experiencia de En América Latina, hoy, no muchos más que
la inmensa mayoría de los latinoamericanos, los defensores inmediatos del dominio del ca-
que no conduce ni a la igualdad, ni a la solidari- pital y de sus imperios pueden creer confiada-
dad social, ni a la democracia política. mente en los cantos de sirena del “neolibera-
En la experiencia histórica que actualmen- lismo”. Pero, del mismo modo, después de las
te vivimos y observamos, ese privado conduce experiencias recientes del “socialismo real”,
al verticalismo de las grandes corporaciones, es difícil que sean tan numerosos como antes
equivalente probable del verticalismo “moder- los adictos de la estatización de la economía.
nizado”, esto es, liberalizado por la reintroduc- Quizás eso, y no otra cosa, es lo que se expresa
ción mayor o menor de la propiedad privada y en la virtual parálisis de la acción económica
del mercado privado, de las grandes burocra- de nuestros países. Todos ellos, sin excepción,
cias del “socialismo realmente existente”. Y es marcan el paso del corto y con frecuencia el
en nombre de sus propuestas y de sus intereses del cortísimo plazo, sin proyectos de largo al-
que la libertad y la democracia de la sociedad cance, ni muchas propuestas en esa dirección.
y del Estado no pueden ser afirmadas en Amé- En verdad, el debate entre el “neoliberalismo”
rica Latina, y vuelven a ser amenazadas en su y esa suerte de “neodesarrollismo” que se le
limitada existencia en los países del capitalis- opone (neo, porque sus temas y sus propuestas
mo desarrollado. son las mismas del viejo desarrollismo, pero
La liberalización de la economía y del Es- cada una de ellas empalidecida y de poco audi-
tado en los principales países del “socialismo ble voz), se ha convertido en una trampa, en un
real”, ingresa en los sistemas de comunicación callejón del que no parece haber salida.
de masas no como lo que es, desocultamiento No me parece muy difícil distinguir en ese
del carácter específico de esa experiencia, sino entrampamiento del debate, el hecho de que se
como el definitivo eclipse de la idea misma del opone lo privado capitalista y lo estatal capi-
Lo público y lo privado 717

talista, es decir, dos caras de la misma razón desigualdad no se extinguen, ni tienden a extin-
instrumental, cada una encubriendo la de sus guirse con ello, sino por el contrario, lo privado
agentes sociales que ahora compiten por el lu- está volviendo en esas economías a ser reins-
gar de control del capital y del poder: la bur- talado. De ese modo, lo privado cuenta con la
guesía privada y la burocracia (para algunos, la ventaja de aparecer como la opción necesaria
burguesía estatal). En definitiva, en ninguna de cuando la asfixia burocrática de la estatización
ellas reside una solución a los urgentes proble- estanca el dinamismo de la producción.
mas de nuestras sociedades, ni mucho menos Lo privado parece, pues, funcionar. Empe-
las promesas liberadoras de la razón histórica. ro, la experiencia histórica de América Latina
Lo privado capitalista, o más generalmente permite sugerir que lo privado capitalista o
lo privado mercantil, implica un interés opues- mercantil no es el único privado posible, ni lo
to a los del conjunto de la sociedad, de modo público en el específico sentido de estatal, es
que no puede ser compatible con la equidad, la la otra cara única de lo privado o de todo pri-
solidaridad, la libertad o una democracia que vado. De hecho, y aunque no esté presente for-
esté constituida de esos elementos, sino has- malmente en el debate de estas cuestiones, hay
ta el límite del interés privado. Lo estatal o lo otro privado y otro público, que no solamente
público de ese privado son, exactamente, la ex- forman parte de la anterior historia de América
presión de esa limitada compatibilidad: emerge Latina, sino que continúan activos y tienden a
y se impone, precisamente, cuando la lógica úl- emerger en más amplios y complejos ámbitos.
tima de la dominación está en peligro. Y en sus Solamente para hacerlo visual, no porque
formas limitadas bajo la presión de sus domi- esté proponiéndola como la opción deseada
nados. El capitalismo de Estado, el “socialismo y eficiente, quiero traer aquí el ejemplo de la
real” y el Welfare State, pertenecen a una mis- vieja comunidad andina y plantearnos la pre-
ma familia, pero actúan bajo contextos y para gunta sobre su carácter: ¿es privado o estatal-
necesidades específicas diferentes. Aunque la público? La respuesta es que es privado. Y fun-
plena estatización de la economía y el domi- cionó y funciona. Funcionó antes, antes de la
nio del Estado sobre la sociedad, se presenten dominación imperial y colonial y durante toda
como portadoras del interés social global con- la Colonia, como el ámbito único de la recipro-
tra el privado, puesto que la dominación y la cidad, de la solidaridad, de la democracia y de
718 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

sus libertades: como refugio de la alegría de Del mismo modo, debe quedar claro, tam-
la solidaridad bajo la dominación. Funcionó bién, que si aludo a la reconstitución de un
más tarde frente al embate de un liberalismo privado equivalente al de la comunidad andi-
ya ganado a la razón instrumental, frente al ga- na social en América Latina, es porque en su
monalismo. Y aún funciona frente al capital. Y experiencia actual, en el propio contexto de
es privado. una sociedad compleja y tremendamente di-
Lo que quiero decir, con ese ejemplo, es que versificada, es posible registrar y observar su
hay, pues, otro privado que no es el capitalista, actuación: la organización solidaria y colecti-
ni el mercantil. Que no hay un privado solo. Y va, democráticamente constituida, que repo-
que funciona, eficazmente. ¿Cómo denominar ne la reciprocidad como el fundamento de la
a ese privado? Por el momento, consciente de solidaridad y de la democracia, es actualmen-
la provisoriedad, propongo conocerlo como te una de las más extendidas formas de la or-
un privado-social, para diferenciarlo del priva- ganización cotidiana y de la experiencia vital
do egoísta. de vastas poblaciones de América Latina, en
Debe quedar claro, sin embargo, que no la dramática búsqueda de organizar la sobre-
propongo en modo alguno el regreso a un vivencia y la resistencia a la crisis y a la lógica
comunitarismo agrario como el de la histo- del capitalismo del subdesarrollo.
ria andina precolonial o inclusive actual. La Y esas formas de la experiencia social no
sociedad actual y sus necesidades y posibi- pueden ser consideradas en modo alguno co-
lidades son, sin duda, demasiado complejas yunturales, simplemente, o transitorias en ge-
como para ser cobijadas y resueltas dentro neral. Su institucionalización tiene ya la den-
de una institución como aquella, sin que eso sidad suficiente, como para ser admitido su
implique, tampoco que ella no sea o no pueda lugar como práctica social consolidada para
ser, después, la base o una de las bases de la muchos sectores, en especial los que habitan
constitución de otra racionalidad. Después de el universo de las poblaciones pobres de las
todo, ¿no fue bajo su impacto sobre el imagi- ciudades. Y ellas son la amplia mayoría de
nario europeo que comenzó la historia de la la población del país, en muchos casos. Por
modernidad europea y la poderosa utopía de ejemplo, en el Perú, lo que se conoce como la
una sociedad racional? barriada forma alrededor del 70% de la pobla-
Lo público y lo privado 719

ción urbana, y ésta, a su vez, el 70% de la po- daridad, no son en el mundo urbano islas en el
blación nacional. mar dominado por el capital. Son parte de ese
No solamente por ser la existencia social de mar que, a su turno, modulan y controlan la ló-
esa mayoría, sino principalmente por su gravi- gica del capital. Segundo, esas instituciones no
tación en la del conjunto de la población nacio- existen dispersas y sin conexiones entre ellas.
nal, no hay exageración posible en señalar que Por el contrario, especialmente en las últimas
la barriada es, actualmente, en particular en la décadas, han tendido a articularse formando
constitución de una nueva intersubjetividad, la vastas redes que cubren, muchas de ellas, el
experiencia social y cultural fundamental del espacio nacional. Las instituciones surgidas
Perú de los últimos 30 años. Y esas nuevas for- en y de esa articulación han comenzado a su
mas del privado-social son una instancia cen- vez a formar articulaciones más complejas. Es
tral de esa experiencia. decir, se articulan tales instituciones, como lo
En otros términos, la reciprocidad andina ha hacían o lo hacen los sindicatos obreros tra-
engendrado la reciprocidad actual en las capas dicionales, en sectores y en organizaciones
más oprimidas de la sociedad urbana “moder- nacionales. Pero en el caso de las nuevas insti-
nizada” del capitalismo dependiente y subdesa- tuciones del privado-social, se articulan entre
rrollado de América Latina. Y sobre su suelo se sí sectorialmente y el conjunto de todos los
constituye un nuevo privado-social, alternativo sectores en una urdimbre nacional, que no ne-
al privado capitalista dominante. cesariamente implica un organismo separado.
Dos cuestiones deben ser aclaradas aquí. En otros términos, el privado-social institucio-
Primero, no hay duda de que el privado-capita- nalizado tiende a generar su esfera institucio-
lista es ampliamente dominante en el conjunto nal pública, la cual, sin embargo, no necesaria-
del país y en el conjunto de la población urba- mente tiene carácter de Estado. Es decir, no
na de la barriada y entre las capas pobres de se convierte en un aparato institucional que
esa población. Inclusive, su lógica no sólo con- se separa de las prácticas sociales y de las ins-
vive, sino que penetra y sin duda modula la que tituciones de la vida cotidiana de la sociedad
proviene de la solidaridad y de la democracia. y se coloca por sobre ellas. La esfera institu-
Las instituciones que se forman sobre la base cional que articula global o sectorialmente lo
de la reciprocidad, de la igualdad y de la soli- privado-social tiene carácter público, pero no
720 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

se constituye como poder estatal, sino como sobre todo, a redescubrir y reconstruir, para
un poder en la sociedad. un nuevo y más complejo contexto histórico,
Instaladas esas instituciones del privado- una de las vetas más profundas y caracterís-
social y de su público, dentro del contexto do- ticas de una prolongada y rica experiencia
minante del privado-particular y de su Estado, cultural, la andina.
no pueden dejar de ser afectadas por el im- Ese nuevo privado-social y su articulación
pacto de éstos, o por la lógica dominante del pública-no-estatal, funcionan. Tanto funcio-
capital. La manipulación, la burocratización, nan, y tanta potencialidad de hacerlo tienen,
la explotación del poder, son muestras de la que lo hacen bajo las más adversas y severas
penetración y de la actuación del privado-par- condiciones. Es demasiado importante, y no
ticular, de la lógica del capital, de su Estado. A debe pasar inadvertido, el hecho de que es con-
pesar de ello, la reciprocidad, la solidaridad, la tra esas condiciones, precisamente, que las or-
democracia, resisten. Pero pueden ser someti- ganizaciones del privado-social y del público-
das y cambiar de naturaleza o desintegrarse. no-estatal permiten satisfacer las necesidades
Eso ocurre y no es infrecuente. Lo que es, sin de la sobrevivencia. En otros términos, que
embargo, sorprendente, es que aún bajo esas sólo en tanto y en cuanto una práctica social se
condiciones, las prácticas y las instituciones funda en la solidaridad, en la igualdad, en la li-
del nuevo privado-social y de sus instituciones bertad, en la democracia, es apta para permitir
públicas-no-estatales, existen, se reproducen, a sus portadores sobrevivir a pesar de y en con-
aumentan de número y de tipo, y se van con- tra de la lógica del poder actual, del capital y de
virtiendo en una nueva y vasta red de organi- la razón instrumental. No es, en consecuencia,
zación de una nueva “sociedad civil”. arbitrario, ni excesivamente aventurado, suge-
Que ese proceso se haya extendido y tien- rir que bajo condiciones favorables, es decir si
da a reproducirse tan extensamente en el no tuvieran que estar, como hoy, bajo el ince-
Perú, probablemente se debe a la violencia sante asedio de un enemigo dueño del poder,
de la crisis de esa sociedad y obviamente es esas nuevas prácticas sociales y sus redes ins-
parte de esa misma crisis. Una importante titucionales públicas, podrían no solamente ser
parte de la población ha sido empujada por aptas para permitir la sobrevivencia, sino para
sus necesidades, bajo la crisis económica, servir de marco y de piso a una real integración
Lo público y lo privado 721

democrática de la sociedad y, al mismo tiempo, puede hacerse la defensa de todas las desigual-
de una posibilidad abierta de plena realización dades, de todas las jerarquías, por ominosas que
individual, diferenciada. Es decir, de las prome- fueren: de todos los racismos, chauvinismos y
sas liberadoras de una sociedad racional, mo- xenofobias. No hay en eso diferencias mayores
derna en ese preciso sentido. entre el fundamentalismo norteamericano, el
de Le Pen en Francia, el de los racistas suda-
fricanos, los seguidores de Soon Moon Yoon,
América Latina: las bases los fundamentalismos islámicos, o estalinianos.
de otra racionalidad Porque no existe incompatibilidad real entre la
hegemonía ideológica del fundamentalismo en
Sobre la crisis de la actual modernidad euro- la orientación de las prácticas sociales, y la de
norteamericana, tiende ahora a extenderse y a la razón instrumental en la base de la domina-
imponerse no solamente el desalojo final de la ción de todos los tiempos. Si no, no se podría
razón histórica en ventaja de la razón instru- entender, por ejemplo, la peculiar doctrina de J.
mental, sino también una suerte de culturalis- Kirkpatrick sobre las autocracias tradicionales.
mo cuyo reclamo central es el rechazo de toda Como la modernidad euro-norteamericana
la modernidad, incluida por lo tanto la propia –hay que insistir en su racionalidad instrumen-
racionalidad liberadora, y el regreso de los tal– ha sido parte del colonialismo y del impe-
elementos propios de cada cultura como los rialismo, que no solamente explotan el trabajo
exclusivos criterios legitimadores de las prác- de los pueblos, sino que desprecian y destru-
ticas sociales y de sus instituciones. yen, si pueden, sus culturas, en muchos ámbi-
Ambas vertientes de presiones sobre la so- tos tiene atractivo hasta el simple rechazo de
ciedad contemporánea convergen en sus intere- toda la modernidad y de toda racionalidad. Eso
ses. Juntas son, en verdad, la base de todos los es comprensible, pero no tiene que impedir la
fundamentalismos que actualmente prosperan visión de los contrabandos posibles y reales
en todas las latitudes y en todas las doctrinas. que, bajo ese atractivo manto, tratan de hacer
Ambas procuran la soberanía del prejuicio y del pasar los dominadores de todas partes, para
mito como básicos elementos de orientación de preservar el poder contra las crecientes presio-
las prácticas sociales, porque sólo sobre ellos nes hacia la liberación de la sociedad.
722 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Es necesario, no obstante, admitir también mentación acumulada sobre eso es ciertamen-


que conforme la crisis de la actual sociedad te ya muy vasta y convincente.
capitalista se ha ido haciendo más visible y No es, pues, como parte de un artificial cultu-
más prolongada, la confianza en la razón ins- ralismo que vuelve al primer plano en América
trumental se ha ido deteriorando en crecientes Latina el debate sobre las relaciones entre su
sectores de esta sociedad y, paralelamente, la propia herencia cultural y las necesidades de
necesidad de un sentido histórico distinto ha una nueva racionalidad histórica. Pero, sobre
ido ganando una intensidad de urgencia, y a todo, sugiero que es principalmente por la vir-
escala universal. Paradojalmente, en particular tud de las experiencias sociales de vastas co-
entre los pueblos dominados de esta sociedad, lectividades, que los elementos de esa herencia
eso es lo que ha estimulado la demanda por la cultural pueden ser reconocidos, comienzan a
ruptura con la modernidad europea, con la ra- ser reconocidos, como portadores de un sen-
cionalidad euro-norteamericana, y favorecido tido histórico opuesto por igual al imperio de
el reingreso de un particularismo puramente la razón instrumental y a un culturalismo os-
culturalista. Pero ha estimulado, igualmente, la curantista. Es que las prácticas sociales cons-
búsqueda de nuevas bases a una racionalidad tituidas con la trama de la reciprocidad, de la
liberadora, en la herencia de las mismas cultu- equidad, de la solidaridad, de la libertad indivi-
ras que el eurocentrismo, un tiempo todopode- dual, de la democracia cotidiana, han probado
roso, quiso creer y hacer creer ajenas a toda contra muy adversos factores su aptitud para
racionalidad, o del todo esterilizadas bajo la ser parte de los nuevos tejidos de una raciona-
dominación. lidad liberadora.
En el caso de América Latina, no es nece- Aquí es imprescindible intentar algunas pre-
sario insistir en el hecho conocido de que el cisiones. En primer lugar, recordar que en el
redescubrimiento de la racionalidad específica momento en que América producía la moder-
de las culturas dominadas, ha implicado tam- nidad coetáneamente con Europa, sus prota-
bién el redescubrimiento de los mismos ele- gonistas eran dominadores, descendientes de
mentos, que revelados al imaginario europeo europeos. A ellos, su propia condición de domi-
desde fines del siglo XV, dieron comienzo a la nadores les impidió ver que en la cultura de los
utopía de una modernidad liberadora. La docu- dominados, los “indios”, residían muchos de
Lo público y lo privado 723

los elementos con los cuales se tramaba, desde ahora vivimos. Por el contrario, es el tiempo
sus inicios, la racionalidad europea, aun guiada del conflicto y de la crisis en la sociedad y en
por la relación entre razón y liberación. Cuan- la cultura. Tanto más subdesarrollado es el ré-
do esa relación quedó oscurecida y relegada gimen del capital, tanto más anchas las grietas
bajo el predominio de la relación entre domi- por donde re-emerge la herencia cultural glo-
nación y otra razón, el bloqueo de la visión de bal extraña a la “modernización”. Y ciertamen-
los dominadores se hizo aún más fuerte. te, viene con la emergencia de los dominados
La cultura criollo-oligárquica, que fue el pro- al primer plano de esta contienda.
ducto privilegiado de ese desencuentro, está No se tiene que inferir de todo eso, que la
terminando hoy día, en toda América Latina, el herencia cultural global de América Latina, o
tiempo de su dominación. Socavadas, y en la la que producen y habitan los dominados, pro-
mayoría de los países desintegradas sus bases viene únicamente de las ancestrales fuentes
sociales y sus fuentes, esa cultura ha dejado de precoloniales. Nada de eso. Ella se alimenta de
reproducirse. Su tramonto amenazó, en un mo- los veneros de antiguas conquistas de la racio-
mento, abrir el paso exclusivamente a la entro- nalidad de esas tierras, que produjeron la reci-
nización de la “modernización” en la cultura, procidad, la solidaridad, la alegría del trabajo
esto es, al imperio de la razón instrumental. Así colectivo. Esos veneros confluyen con los que
habría, quizás, ocurrido si el período de expan- provienen de la experiencia africana y preser-
sión del capital internacional que impulsaba van juntos la integridad del árbol de la vida,
esa “modernización” no hubiera tropezado con escindido en otras culturas entre el árbol de la
sus actuales límites e ingresado en una crisis vida y el del conocimiento, cerrando así el paso
profunda y prolongada, al mismo tiempo que a la distorsión de la racionalidad en un enteco
todo el andamiaje de poder en estos países. Sin y superficial racionalismo. Todo ello confluye
embargo, en ese contexto de crisis es la diver- con las corrientes de la cultura europea y euro-
sidad social, étnica, cultural, la que se ha hecho norteamericana, que no cesan de fluir hacia no-
más fuerte. Y en consecuencia, no es un trán- sotros, pero a las cuales nuestra previa heren-
sito unilineal y unidireccional entre la “tradi- cia trata, sin cesar también, de separarlas, de
ción” y la “modernización” como insistían tan- liberarlas en realidad, de las arenas de la mera
to los ideólogos de la “modernización” lo que razón de poder. Más recientes veneros desde
724 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

el Asia, siguen contribuyendo a enriquecer, a al que nos han llevado los estatistas y los priva-
hacer compleja, diversa, heterogénea, rica, esa tistas del capital y de su poder, es una propues-
múltiple herencia. Ella no es, por eso, ni débil, ta latinoamericana ubicada en la perspectiva
ni susceptible de ser entubada en la sola razón de que América Latina es, como ningún otro
instrumental. La peculiar tensión del pensa- ámbito histórico actual, el más antiguo y con-
miento latinoamericano, está hecha de toda sistente surtidor de una racionalidad histórica
esa compleja herencia. constituida por la confluencia de las conquistas
No tenemos, por eso, necesidad de confun- racionales de todas las culturas. La utopía de
dir el rechazo al eurocentrismo en la cultura y una racionalidad liberadora de la sociedad en
a la lógica instrumental del capital y del impe- América Latina no es hoy día solamente una
rialismo euro-norteamericano o de otros, con visión iluminada. Con ella ha comenzado a ser
algún oscurantista reclamo de rechazar o de urdida parte de nuestra vida diaria. Puede ser
abandonar las primigenias promesas liberado- reprimida, derrotada quizás. Lo que no puede
ras de la modernidad: ante todo, la desacra- ser es ignorada.
lización de la autoridad en el pensamiento
y en la sociedad; de las jerarquías sociales;
del prejuicio y del mito fundado en aquel; la Las cuestiones y los riesgos
libertad de pensar y de conocer; de dudar y
de preguntar; de expresar y de comunicar; la Son muchas y muy grandes las cuestiones que
libertad individual liberada de individualis- se abren a partir de aquí. No puedo pretender
mo; la idea de la igualdad y de la fraterni- abordar o plantear siquiera las más importan-
dad de todos los humanos y de la dignidad tes, menos aún discutirlas a fondo, dentro de
de todas las personas. No todo ello se originó estos límites. Pero algunas de ellas deben que-
en Europa. Ni todo fue, tampoco, cumplido o dar planteadas.
siquiera respetado. Pero fue con ella que todo En primer término, estamos en presencia
eso viajó hacia América Latina. de una clara necesidad de resignificación de la
Por todo ello, la propuesta del privado-so- problemática de lo público y de lo privado y no
cial y de sus instituciones de articulación en lo solamente en el debate de América Latina. En
público-no-estatal, como alternativa al callejón tanto que me parece relativamente menos di-
Lo público y lo privado 725

fícil de aprehender la idea y la imagen de otro lo público-no-estatal, no solamente no existe


privado, distinto y en el fondo contrapuesto a y no tiene que plantearse ningún problema de
lo privado derivado de y vinculado a la propie- oposición y de conflicto, en tanto que lo pú-
dad privada y al andamiaje de poder que apa- blico allí existe solamente como instancia de
reja, creo que hay que indagar más el proble- articulación de lo privado-social existente y
ma de lo público-no-estatal, es decir, distinto y no podría existir de otro modo, salvo alteran-
también contrapuesto al Estado y a lo público do su naturaleza y convirtiéndose en Estado.
vinculado a él. Mientras que por su lado, todo Estado puede
Una primera dimensión de esa cuestión de existir y generar y reproducir sus institucio-
lo público y de lo privado, es que en la relación nes específicas, no solamente por fuera, sino
que entre ambos términos se establece dentro muchas veces en contra de las instituciones
del capital y en general dentro de todo poder características de la sociedad civil. América
que incluya el Estado, es que allí lo privado Latina presenta a todo lo largo de su historia
aparece como una esfera autónoma de prácti- ese peculiar desencuentro. Y no es dubitable
cas e instituciones sociales que se defienden y, que en el debate sobre Estado y sociedad civil
al mismo tiempo, se articulan a y se expresan en América Latina, esta es una de las cuestio-
en el Estado. Lo dominante es el problema de nes que más confusión plantea, precisamente
la autonomía de lo privado frente al Estado, porque el análisis convencional parte del su-
así como la de éste para imponerse sobre la puesto de la correspondencia entre las institu-
sociedad. Debido a eso, probablemente, en ciones del Estado y el carácter de la sociedad
esa contradictoria relación no son tan visibles civil, de modo que no cuestiona la represen-
como las instituciones públicas del Estado, las tatividad de ese Estado, no obstante que toda
instituciones públicas que vinculan entre sí a nuestra experiencia histórica gravita en contra
diversas prácticas de la sociedad civil. Y, sobre de esos supuestos. Y ahora, bajo la crisis, ese
todo, porque el Estado es, por su naturaleza, desencuentro entre la sociedad y el Estado
una esfera de prácticas y de instituciones co- deja al descubierto que la representación está,
locadas por encima y por fuera de la cotidia- desde hace rato, en cuestión.
neidad de la sociedad civil. En cambio, en la Esa problemática remite a la cuestión de la
relación emergente entre lo privado-social y libertad y de la democracia en relación con lo
726 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

público y lo privado, crucial en el debate ac- dad. Eso permite poner de relieve que las rela-
tual dentro y fuera de América Latina. Como ciones entre la libertad personal y las necesida-
todos saben, una vertiente hoy dominante en des de la sociedad global u “orden”, se instalan
la teoría política de origen “escocés-anglo-nor- de modo radicalmente diferente en el contexto
teamericano”, presenta el problema de las li- de las relaciones entre lo privado-social y lo
bertades individuales como características de público-no-estatal, en la medida, precisamen-
lo privado, y necesitadas de defenderse de la te, que las necesidades de la sociedad global,
intromisión de lo estatal-público. Pero, de otro que lo público-no-estatal expresa, no son y no
lado, plantea la necesidad de la autoridad y del pueden ser otra cosa que la articulación de las
orden, cuyos ejercicio y defensa requieren la necesidades de la solidaridad colectiva, de la
actuación del Estado. Así queda planteada una reciprocidad y de la democracia, con las nece-
relación contradictoria entre la libertad y el or- sidades de la realización individual diferencia-
den y la autoridad, que en el fondo da cuenta da. En todo caso, esa potencialidad es constitu-
de la misma relación entre el Estado y la so- tiva de esa relación, a diferencia de la que está
ciedad civil. contenida en la relación de exterioridad que
Ese problema no tiene, en ese enfoque, nin- guardan entre sí el Estado y la sociedad y sus
guna perspectiva de solución distinta que la respectivos público y privado.
empírica, tal como es registrable en la poco La defensa de la libertad personal y aún de la
atractiva historia de las relaciones entre orden igualdad, dadas ciertas condiciones, puede no
y libertad, sobre todo aquí en América Latina ser tan difícil de lograr en el área de lo privado.
es verdad, pero en cuya historia nuestras ex- Lo problemático en la historia ha sido siempre
periencias difícilmente podrían rivalizar con constituirlas y hacerlas valer en la esfera de lo
algunas de las europeas. público. Porque es allí donde se juegan. En la
Sugiero, por eso, que no es sorprendente que experiencia de las relaciones entre lo privado
no sea la razón histórica, la liberadora, sino y lo estatal, hasta ahora, hacer valer la libertad
la otra, la instrumental, que gobierna tanto la personal sólo resulta posible, en el fondo, para
práctica como, la teoría de las relaciones entre unos a costa de los otros. Siempre son unos no
la libertad y el orden, aunque la idea de libertad solamente “más iguales” que otros, sino tam-
política es una de las conquistas de la moderni- bién más libres. En el contexto alternativo, el
Lo público y lo privado 727

“orden” sólo podría ser la realización de la li- y un momento de ella. Por eso, la racionalidad
bertad personal de todos. Pero es, justamente, del mercado no tiene cómo admitir un conte-
lo que el orden no hace y no puede hacer en las nido que no sea la razón instrumental más des-
relaciones entre Estado y sociedad. El orden nuda. El mercado excluye, por su carácter, la
siempre sirve a la libertad de los unos sobre la reciprocidad, o sólo puede admitirla de modo
de otros. Se puede ver que esta relación entre lo excepcional como uno de sus medios, para
privado-social y público-no-estatal, que emerge sus propios fines. ¿Por qué? Porque la recipro-
en América Latina, obliga a replantear el pro- cidad es un tipo especial de intercambio: no
blema de las libertades y de la democracia des- necesariamente se funda en el valor de cam-
de otra luz y desde otra perspectiva. Pero vol- bio y tiende más bien a fundarse en el valor de
vamos un momento a lo privado-social, como uso. No es la equivalencia abstracta, lo común
tal, porque eso permite mirar hacia el problema a las cosas lo que cuenta, sino precisamente
de la producción y de la distribución y sobre su diversidad. En un sentido es un intercam-
sus perspectivas y basamentos en este nuevo bio de servicios, que puede asumir la forma de
contexto. En particular, es necesario plantear- un intercambio de objetos, pero no siempre,
se el problema de la reciprocidad, a la cual he ni necesariamente. Por eso es más viable arti-
presentado antes como la base principal, sine cular la reciprocidad con la igualdad y con la
qua non, del otro privado. Pues así como en el solidaridad, que es como ahora funda las prác-
privado mercantil o capitalista, es la ruptura de ticas sociales que son aquí nuestro asunto de
la reciprocidad y su reemplazo por el mercado indagación. La reciprocidad no es una catego-
el fundamento, en el privado-social, el mercado ría unívoca, ni tiene una práctica única, por lo
no puede ocupar el mismo lugar o no puede te- menos tal como resulta en la literatura antro-
ner la misma naturaleza. pológica. Sin embargo, mientras que el merca-
Aunque el concepto de mercado ha sido casi do implica la fragmentación y diferenciación
trasmutado en el debate actual en una catego- de intereses en la sociedad, y está adherido a
ría mística, seguramente es obvio para todo el una visión atomística del mundo, la reciproci-
mundo que implica una correlación de fuerzas, dad implica la articulación de los intereses de
y no otra cosa. Esto es, implica una relación la sociedad, y es parte de una concepción glo-
de poder, una estructura de poder o una parte balizante del mundo.
728 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

En la historia andina, por ejemplo, la reci- también, ser percibida como parte de una es-
procidad no impidió el poder, ni la dominación. tructura de poder, no como una suerte de di-
Actuó en dos niveles. En la base y en la cúspi- solución de todo poder. La diversidad articula-
de de la estructura de dominación, como me- da que la reciprocidad implica, la solidaridad
canismo de solidaridad, un intercambio entre social, la igualdad social, la libertad personal,
iguales. Y, al propio tiempo, entre dominantes como componentes constitutivos de una nue-
y dominados, como mecanismo de articulación va estructura de democracia, no implican la
y de solidaridad entre desiguales. Eso indica disolución de todo poder. Por muy demos que
que la reciprocidad no necesariamente requie- pueda ser, no deja de ser también cratos. Eso
re la igualdad. Pero, a diferencia del mercado, es, por lo demás, lo que está implicado en la
requiere la solidaridad. En el mercado, las per- formación de una esfera pública de ese nuevo
sonas sólo actúan como intercambiadoras de privado. Pero implica también una estructura
objetos equivalentes. En la reciprocidad, los de poder de naturaleza distinta que aquella en
objetos apenas son símbolos de las personas la que se articulan lo privado capitalista y lo
mismas. El mercado es impersonal, por natura- estatal: se trata de un poder devuelto a lo so-
leza. La reciprocidad es personal. cial. Pues eso es, seguramente, lo que busca
En el actual proceso de constitución de las la enorme presión que se puede observar hoy
prácticas sociales que estamos discutiendo, en todas partes, la demanda de lo social de ser
la reciprocidad viene vinculada a la igualdad, políticamente expresado de modo directo, no
a la libertad, a la democracia, no solamente a necesariamente en el Estado.
la solidaridad. Eso da cuenta, visiblemente, Esta es una cuestión demasiado importante
de la confluencia entre la racionalidad de ori- para ser omitida en esta problemática. Es im-
gen andino y la que proviene de la modernidad prescindible dejar claro que este nuevo priva-
europea. Si no está, por lo tanto, liberada del do y nuevo público, no pueden conquistar he-
todo del asedio de la dominación, reclama ser gemonía entre las prácticas sociales sino en la
estudiada, en este nuevo contexto, como fun- medida en que puedan emerger como un poder
damento de una nueva racionalidad, producto, alternativo al que es vigente. El privado actual
precisamente, de una historia alimentada por y su Estado, no dejarán de bloquearlo, frag-
múltiples y diversas historias. Pero requiere, mentarlo, distorsionarlo, o liquidarlo. No hay
Lo público y lo privado 729

forma alguna de que las nuevas instituciones se No cabe duda de que esas nuevas prácticas
desarrollen y se consoliden, salvo como poder sociales que se afirman como portadoras posi-
capaz no solamente de defenderse del actual, bles de una nueva racionalidad histórica, tie-
sino de imponerse finalmente sobre él. nen un suelo más receptivo y fértil allí donde
Pero a diferencia de otras alternativas ese traman sus raíces con previas herencias histó-
poder alternativo no es una meta solamente, es ricas. Ese es, seguramente, el caso de las pobla-
también su camino. Y está en recorrido. ciones de origen andino. No obstante, existe do-
No sería pertinente querer cruzar los lími- cumentación abundante sobre la presencia de
tes de este trabajo, para ir más lejos abrien- prácticas del mismo carácter en virtualmente
do cuestiones cuya indagación llevaría más todos los sectores de la población urbana em-
lejos todavía. Las que han sido planteadas pobrecida bajo la prolongada crisis en curso,
son, creo, suficientemente significativas como en todos o casi todos los países latinoamerica-
para iniciar su debate. Es, sin embargo, nece- nos. Para testimoniarlo no hay sino que acudir
sario aún marcar ciertos deslindes y algunas a la historia de las invasiones de tierra urbana
aclaraciones. para poblar, de sus formas de organización, de
Algunos se preguntan si las instituciones del movilización y de sostenimiento. No es muy
privado-social y de lo público-no-estatal, puesto distante esa historia en Chile, por ejemplo, y su
que se fundan en la reciprocidad y en la solidari- posterior represión. De otro lado, ya que esta-
dad, aunque ahora integren también la equidad, mos en Chile, investigaciones recientes sobre
la libertad y la democracia, son privativas de los efectos de la contrarreforma agraria desde
ciertas áreas culturales, inclusive quizás étni- 1973, han señalado la formación de comunida-
cas, donde la reciprocidad es una parte clave des campesinas en áreas donde antes existían
de su historia cultural, como es, por ejemplo, el solamente parceleros o inquilinos, porque gru-
caso de la cultura andina. Así, que tales prácti- pos de campesinos han descubierto que juntan-
cas e instituciones sociales tengan hoy actuali- do sus pequeñas tierras y sus pocos recursos
dad en el Perú y en otros países del mundo andi- podían sobrevivir, individualmente no. Ese des-
no no es sorprendente. Pero ¿qué tienen que ver cubrimiento de la reciprocidad y de la solidari-
esas prácticas con las otras áreas de América dad entre iguales, como condición misma de la
Latina, y en especial con las del Cono Sur? sobrevivencia, no necesariamente ocurre, pues,
730 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

solamente como prolongación de antiguas his- cional para afirmar lo que, en su visión, era una
torias culturales propias, aunque en América comunidad de intereses entre empresarios y
Latina, sería difícil recusar la vigencia de una trabajadores, o en general entre todos los inte-
fuerte contradicción cultural. Prácticas socia- reses sociales de una misma nación, mientras
les equivalentes, son documentadas en realidad al mismo tiempo estaban más empeñados, sin
en casi todos estos países. Y no siempre sólo duda, en la “modernización” del aparato del Es-
como una virtud producida por una necesidad tado y ante todo de su sector militar y policial,
límite como la sobrevivencia, sino de necesida- para lo cual, y no para otra cosa según toda
des de sentido histórico-colectivo para resistir la información disponible, llevaron la deuda
frente al colapso de los que hasta aquí fueron externa del Perú desde unos 800 millones de
dominantes o suficientemente firmes. La amplia dólares hasta cerca de 10 mil millones en doce
red de organizaciones en donde los cristianos años. Esa “modernización” del aparato estatal
de la teología de la liberación, los pobres, los incluía el armado de un amplio aparato de ca-
perseguidos y núcleos de intelectuales y profe- pital estatal, para cuyo manejo se amplió enor-
sionales se asocian para resistir en la totalidad memente la capa tecnoburocrática de la socie-
de nuestros países, es una buena muestra de dad, y se procuró, de otro lado, una asociación
esa posibilidad. con el capital financiero internacional. Los
En la experiencia reciente de algunos paí- grupos sociales vinculados a las entidades lla-
ses, Perú por ejemplo, ciertos nombres como madas “autogestionarias”, fueron vistos como
“autogestión”, “empresas asociativas” etc. han bases de una reorganización corporativa del
sido usados como denominaciones de institu- Estado, como vía para superar una muy pro-
ciones cuyo carácter nunca dejó de ser bási- longada crisis de representación. El régimen
camente burocrático, pero para presentarlas se descompuso, principalmente víctima de sus
–en realidad con mucho éxito de propaganda propias contradicciones, sin culminar ninguno
sobre todo fuera del país– como instituciones de sus objetivos y la crisis ha fortalecido en
de democracia directa. Lo notable de eso, en muchas gentes el antiguo estereotipo de que
primer lugar, es que fue la obra directa de re- todo tiempo pasado fue mejor. En América
gímenes políticos, sin duda reformistas, pero Latina la experiencia de las décadas recientes
que procuraban armar una estructura institu- ha sido para tanta gente tan desastrosa, que ha
Lo público y lo privado 731

llegado a pensar que en el futuro siempre hay blación se mueve flexiblemente entre ambos
algo peor. De eso puede desprenderse la sos- universos normativos, según sus necesidades,
pecha de que las nuevas prácticas sociales que como señal de que no tienen aún definida del
caracterizan lo privado-social y lo público-no todo su adhesión y lealtad definitiva a uno de
estatal están siempre o pueden estar en riesgo ellos. En ese sentido, no sólo psico-social, sino
de ser cooptadas, redefinidas y distorsionadas estructural, esa población sigue siendo margi-
para los mismos fines sociales que bajo el ve- nal y forma parte de la gran diversidad social
lasquismo. Ese riesgo es real, seguramente, que hoy caracteriza la estructura de la sociedad
como lo es la represión más abierta y dirigida latinoamericana. La economía “informal” es
a la destrucción de esas prácticas, no sólo a habitada, en gran medida, por esa población,
su distorsión. Lo que aquí interesa, por el mo- aunque otra parte de ella corresponde a gen-
mento, es sobre todo insistir en la diferente na- tes definidamente ganadas a la lógica y a las
turaleza y en el distinto sentido histórico que normas del capital y a sus intereses. Y ese con-
tienen las actuales prácticas del nuevo privado flicto entre las perspectivas pertenecientes a la
y de lo público-no-estatal, respecto de las ins- lógica y a los intereses del capital y a las de la
tituciones del velasquismo. Creo que eso, des- reciprocidad y a la solidaridad, es el que ciertas
pués de todo, no es tan difícil de ver. propuestas políticas buscan resolver en favor
Un deslinde equivalente puede ser necesa- de las primeras.
rio de hacer respecto de todas las derivaciones Obviamente, para el “neoliberalismo” nada
ideológicas y políticas asociadas a la catego- puede ser tan plausible como la economía lla-
ría de “informalidad”, de tantos usos ahora en mada “informal”: en ese mundo las reglas del
América Latina. Aquí, y por el momento, será mercado pueden operar con la máxima libertad
suficiente insistir en algo ya señalado. En el posible; la calidad y el precio de los productos
mundo de la barriada (o callampería, o de las (bienes o servicios) no están sujetas a control
favelas, o ciudades perdidas, rancheríos, etc., alguno; los salarios no están regidos por ningu-
etc.), latinoamericana, conviven, se oponen y na estructura legal; no hay seguro social, vaca-
se usan las estructuras normativas del merca- ciones, compensaciones, derechos sindicales.
do, del capitalismo, y los de la reciprocidad y Nadie paga impuesto directo alguno, aunque
de la solidaridad. Una buena parte de su po- todos demandan servicios del Estado. Ninguna
732 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

organización de los explotados del sector sería Hay que insistir con cuidado. La opción no
tolerada. Todo eso permite un complicado en- se plantea solamente entre el estatismo y el
granaje de articulación entre la gran empresa controlismo, de un lado, y la libertad del mer-
“formal” y el trabajo y el mercado “informal”, y cado y de ganancia del otro lado. Los defenso-
cuyos beneficiarios son obvios, puesto que nin- res de la segunda la presentan como la única
guna economía “informal” está realmente fuera garantía real de democracia, en contra del pe-
del aparato financiero global del capital, en cada ligro del totalitarismo estatista de la primera.
país. Y nadie ha demostrado que estén cortados Esa disyuntiva es falaz. El otro sendero lleva,
los canales de transferencia de valor y de be- en definitiva, a lo mismo, al verticalismo de las
neficios entre la economía “informal” y la “for- corporaciones, que puede competir y compite
mal”. Y nada de eso impide, a nadie, destacar con el Estado, pero que está siempre profun-
la excepcional energía y capacidad de iniciativa damente articulado con él. La disyuntiva entre
que los “informales” ponen en acción cada día, lo privado y lo estatal, no es otra cosa que una
para ser capaces, no sólo de sobrevivir en las diferencia dentro de la misma racionalidad
severas condiciones de esta crisis, sino también instrumental, y cuyo dominio ha terminado
para producir, para ganar, para obtener empleo, produciendo la secular crisis y el desconcier-
ingresos, vivienda, etc., al margen y a veces en to presentes.
contra del Estado. Todo lo cual, sin duda, pue- El estatismo y el privatismo capitalistas no
de y debe ser estimulado y desarrollado. Pero son actualmente otra cosa que Scila y Caribdis
puede también ser orientado y canalizado. Y allí de los navegantes de la historia actual. Ni tene-
está el problema. ¿Hacia el pleno desarrollo del mos que optar entre ellas, ni temerlas. La nave
capital o hacia la solidaridad, la reciprocidad, la de la racionalidad liberadora viaja hoy con una
democracia directa de los productores? nueva esperanza.
Estética de la utopía*

E s una comprobación insistente que la trans-


formación del mundo tiene lugar primero
como transfiguración estética (por ejemplo,
La vida está hecha de la misma
madera de los sueños
Lunn, 1982). Es necesario admitir, en conse- Es inevitable partir por un camino que la pro-
cuencia, una relación fundamental entre utopía pia interrogación propone: de alguna extraña
y estética. manera la utopía pareciera constituirse y con-
¿Por qué la utopía se constituye y se aloja, sistir de la misma materia de lo estético. No se
primero, en el reino de lo estético? La pregun- aloja allí solamente como un embrión humano
ta abre un vasto territorio cuya exploración en una probeta. Entre ambas habría, de ese
ayudaría mucho, probablemente, a descifrar modo, una relación de naturaleza y no mera-
algunos de los más oscuros signos de la pa- mente externa o contingente. En ese especifico
sión contemporánea, sobre todo en el mundo sentido, la utopía debiera ser admitida como
constituido, como América Latina, en el con- un fenómeno de naturaleza estética. Lo que no
flicto de la dominación colonial. En particular es, sin embargo, lo mismo que decir que la uto-
el nudo que aprisiona nuestro debate actual: pía es, tout court, un fenómeno estético.
el que forman la cuestión de la liberación so- Si se admite que la utopía no es meramente
cial, de un lado, y de la identidad (¿identida- una quimera, o un constructo arbitrario, y por
des?), del otro. eso prescindible y aún desdeñable, sino un pro-
yecto de re-constitución del sentido histórico
de una sociedad (Quijano, 1988), no se impli-
* Publicado, primeramente, en Hueso húmero (Lima) ca solamente que aquella ocupa ese peculiar
N° 27: 32-42, dic., 1990. territorio de las relaciones intersubjetivas que
734 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

reconocemos corno imaginario de la sociedad, Por esa misma ruta, dos cuestiones vienen
donde lo estético tiene su reino. Eso sólo ya a nuestro encuentro. Primero, si utopía y es-
sería muy importante. Pero lo que está en jue- tética están hechas de la misma materia, ¿no
go, ante todo, es que hay un sentido estético en será también que la estética tiene naturaleza
toda utopía, sin el cual no sería posible tensar utópica? Segundo, ¿en qué consiste esa común
las antenas del imaginario de la sociedad hacia materia y de dónde procede?
otro sentido histórico. Las dos cuestiones llevan, o parece que lle-
En términos coloquiales podría decirse que van, a una misma solución. La utopía, toda
se parte a la búsqueda de otra sociedad, de utopía, es engendrada como búsqueda de
otra historia, de otro sentido (esto es, de otra liberación de una sociedad respecto de un
racionalidad), no únicamente porque se su- orden presente y de su específica perspecti-
fre materialmente el orden vigente, sino ante va de racionalidad. La utopía proyecta una
todo porque disgusta. Toda utopía de subver- alternativa de liberación en ambas dimensio-
sión del poder implica también, por eso, una nes. Implica, de ese modo, una subversión
subversión estética. Tiene carácter estético. del mundo, en su materialidad tanto como en
Eso establece una radical diferencia con las su subjetividad. De su lado, toda rebelión es-
expectativas de todos aquellos que admiten o tética implica igualmente una subversión del
apoyan la plena legitimidad del orden vigente, imaginario del mundo, una liberación de ese
de su particular racionalidad, aún si son sus imaginario respecto de los patrones que lo
víctimas materiales, y cuya lucha no implica, estructuran y al mismo tiempo lo aprisionan.
ni lleva, a otra meta que la de cambiar de lugar Toda estética nueva tiene, en consecuencia,
y de papel dentro del mismo orden. No basta, carácter utópico.
en ese sentido, luchar contra los explotadores. Empero, si toda utopía tiene carácter esté-
Dentro de ese sólo marco, la utopía no está tico, no toda estética tiene carácter utópico.
necesariamente colocada. Para que ella esté Ese rasgo se encuentra solamente en una es-
presente, se requiere la lucha contra la explo- tética subversiva. Por eso, si bien toda utopía
tación, contra toda forma de explotación. Se es constituida con materia estética y aparece
requiere la lucha contra la dominación, contra primero en el reino de lo estético, no toda es-
toda forma de dominación. tética aparece primero en el reino de la uto-
Estética de la utopía 735

pía. La relación entre ambas es fundamental, de la constitución de una nueva racionalidad,


sin duda; pero no se trata de una simétrica de un nuevo sentido histórico de la existencia
reciprocidad. La utopía, toda utopía, proyecta social, sea esta individual o colectiva. Porque
los sueños y las esperanzas de los dominados; sólo dentro de –o en referencia a– ese proceso
pero también de los que sin serlo se cuentan puede, en verdad, producirse la liberación del
entre los “humillados y ofendidos” de este imaginario. Es, precisamente, de esa manera
mundo. Es decir, de aquellos para quienes la que la utopía emerge y se aloja, primero, en el
explotación y la dominación, cualquiera que reino de la estética.
sea la forma de su existencia, son ofensivas y En la misma perspectiva, la crítica de las re-
humillantes para el conjunto de los hombres laciones de poder, vigentes o que apuntan como
y de las mujeres de la tierra. Por eso no podría alternativas, que no se encierre en la denuncia,
existir sin componente estético. En cambio, sino también se oriente al debate de una racio-
el reino de lo estético es un campo de disputa nalidad alternativa, no se dirige únicamente a
entre un patrón dominante y una alternativa la materialidad de las relaciones sociales, sino
de subversión y de liberación. Forma parte de también a las relaciones intersubjetivas quo
la estructura de las relaciones intersubjetivas están tramadas con aquellas. Parte de, implica
del poder. Pero ninguna alternativa de sub- una estética. Si no, devela su carácter tecno-
versión estética podría no tener componente crático y reduccionista, cualquiera que sea su
utópico. El poder es, al fin de cuentas, el ene- nombre o su formal reclamo de identidad. Su
migo común. La materia común a la utopía y a instrumentalismo, su esencial relación con el
la estética es la rebelión contra el poder, con- poder, no con la liberación.
tra todo poder. No será, quizás, muy difícil admitir que en la
En ese sentido, toda propuesta estética que crisis histórica presente esa es una de las cues-
no se resigne al comentario de lo existente, que tiones en causa. Después de todo, no es nueva
se dirija a liberar la producción imaginativa, la idea de que el “socialismo realmente existen-
esto es, el imaginario real, sus modos de cons- te” fue el producto de ese reduccionismo tec-
tituirse, sus formas de expresión y sus modos nocrático. En particular, de la teoría, impuesta
de producirlas, subvierte el universo intersub- desde Stalin, del carácter “reflejo” de la “super-
jetivo del poder. Es un momento y una parte estructura” respecto de la “base”.
736 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

La novedad del mundo Un periodo histórico no es, meramente, una


cronología. Es, primero que todo, una pecu-
Utopía y estética nuevas no hacen su ingreso liar estructura de significaciones; esto es, de
en el mundo en todo tiempo, ni son producidas racionalidad; un escenario de conflictos entre
solamente en las visiones de intelectuales y de propuestas de racionalidad y de hegemonía de
artistas. Emergen en el tramonto de un período alguna de ellas. Es la exhaustión de aquellas lo
histórico, cuando, como es históricamente de- que cierra el período. Y otro conflicto dibuja el
mostrable, el mundo que llega se abre de nuevo horizonte del que se va constituyendo, entre el
a opciones de sentido, de racionalidades alter- discurso del orden triunfante y la nueva utopía.
nativas. Esta centuria fue escenario del conflicto
Sugiero que así ocurre hoy, aunque la opi- entre dos maneras de la misma racionalidad,
nión dominante es casi radicalmente adversa. herederas ambas de la misma versión instru-
En verdad, se confronta una peculiar paradoja. mental de la modernidad europea: el capitalis-
Pocos resistirían admitir que todo un período mo privado y el (¿capitalismo del?) “socialismo
ha llegado a su fin en la historia. Pero la abru- realmente existente”. El telón se va cenando
madora mayoría pareciera aceptar, también, con la victoria del primero.
que de ese modo toda utopía, toda posibilidad Como el “socialismo realmente existente”
de utopía, es arrastrada fuera de la historia. se ocultó bajo su nombre para ocupar el lugar
Si esto último es cierto, el fin del período es, de la democracia socialista en el imaginario de
ni más ni menos, el fin de la historia. El mun- los que se enfrentan a la alienación social, los
do histórico no se abre más a ninguna opción victoriosos fingen que ven en el colapso de sus
nueva; no podría ser nuevo, en absoluto, en el rivales nada menos que la muerte de la espe-
tiempo por venir. ranza misma cuyo nombre fuera usurpado en
Con el muro de Berlín, podría decirse, el si- la contienda que termina.
glo XX ha terminado históricamente, aunque su Sus poderosos mass media procuran abru-
cronología tenga una década aún por delante. marnos con la victoria final del capital, de su
Todo aquello que se edificó como proyecto real poder, de su tecnología, de su discurso. Se han
de utopías antiburguesas en este período, cul- desvanecido para siempre, nos dicen, los sue-
tural y políticamente, está en escombros. ños de liberación, de solidaridad, de control
Estética de la utopía 737

directo de toda autoridad. Eran sólo “grandes etnias, razas, castas, géneros, etc.) que for-
relatos”, desdeñables quimeras. Un pragmatis- man la vasta familia del poder, apenas son hoy
mo sin atenuantes se extiende como la arro- vislumbrables, y aquí no cabría debatir sobre
lladora ideología que proclama el fin de todas eso. Pero pocos, sin duda, arriesgarían en se-
las (otras) ideologías, para cantar la muerte de rio esperar que el poder vigente, el del capi-
toda esperanza de subversión de este orden. tal, consiguiera atravesar inmune e impune el
Inclusive, no faltan intonsos para creer que no tiempo que viene.
es solamente este período, sino toda la Histo- En el actual debate sobre la crisis de la mo-
ria, la que llega a término (Fukuyama, 1989) dernidad, no está en cuestión solamente la ra-
y comienza el eterno reinado del capital y del cionalidad de las propuestas antagonistas del
orden liberal. Pareciera haber muerto, en ver- poder, como sostiene la mayoría de los críti-
dad, toda utopía, enterrada bajo los escombros cos de la modernidad, ni es seguro que podrá
de todos los muros del “socialismo realmente desalojárselas definitivamente en beneficio del
existente” o encerrada en la weberiana jaula de dominio eterno de los elementos instrumenta-
hierro de la razón instrumental. lizables de la racionalidad moderna, para los
E pure si muove. El mundo es ya nuevo, en fines del poder. Más profundamente están en
muchos sentidos. Y, sobre todo, entraña ya vi- juego los fundamentos mismos del paradigma
sibles y activas opciones de sentido histórico. cognitivo que permite tal instrumentalización:
Es decir, el tiempo que viene no será una mera la separación dicotómica sujeto-objeto; la li-
prolongación del pasado, como sueña ahora el nealidad secuencial entre causa-efecto; la ex-
milenarismo capitalista, sino un tiempo históri- terioridad e incomunicación entre los objetos;
camente nuevo. la identidad ontológica de los objetos, para
Señalaré algunos de los trazos decisivos de señalar algunas de las dimensiones centrales
esa novedad. Para comenzar, por primera vez del problema. Es decir, todo aquello contenido
vivimos en un mundo global, literalmente, que en la imagen de la separación entre el árbol de
cubre el globo terráqueo. Las consecuencias la vida y el árbol del conocimiento, en donde
y las implicaciones de tal hecho sobre todos comienza el proceso de desencantamiento del
los fenómenos y sobre todas las categorías mundo. Las estructuras del universo intersub-
referidas a ellos (naciones, Estados, clases, jetivo que sostienen el dominio eurocentrista
738 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

en la inteligencia y en las relaciones materiales ciertamente, más comunicado, y eso indica un


del poder están en cuestión. Está, por cierto, fondo común de significaciones. Pero es tam-
presente el riesgo del regreso de todos los fun- bién, simultáneamente, más diverso, más he-
damentalismos culturalistas, inclusive la impo- terogéneo. “Occidente” penetra, desarticula,
sición de las versiones más perversas del euro- otros mundos. Pero, en contrapartida, produ-
centrismo. Pero también se abren las puertas a ce vastas multitudes migratorias. La migración
la (¿re?)instalación de una relación de comuni- es, casi, una condición humana contemporá-
cación entre la sociedad y el universo. nea. Y las migraciones no son solamente mano
Está apenas en sus comienzos el despliegue de obra, sino universos culturales que también
de la “revolución tecnológica”. Hasta aquí hizo penetran y reconstituyen los “centros” del po-
posible la globalización del mundo y la exten- der global. Lo que en África aún erosiona y
sión del dominio del capital sobre todas las desarticula un modo de existencia social (Chi-
gentes, y de sus beneficiarios, principalmente nua Achebe: The Things Fall Apart), en los mi-
euronorteamericanos, sobre todos los demás grantes es una genuina metamorfosis, produce
grupos del mundo. Pero también ha permitido en Inglaterra una no tan subterránea recons-
poner en cuestión su epistemología, su cosmo- titución de la cotidianeidad (Salman Rushdie:
visión, su racionalidad. Y apenas estamos en Los versos satánicos). Y en América Latina,
el umbral de las implicaciones de ello sobre la como en el Estados Unidos negro, probable-
producción tecnológica del futuro; de la capa- mente por ser los dos territorios más antiguos
cidad de reapropiación tecnológica a partir de del dominio colonial y de la migración, levanta
otras racionalidades; de la re-originalización un proceso de re-originalización cultural, esto
de otras culturas; y en lo inmediato, de las es, de producción de significados originales,
posibilidades de creación estética nueva que no meramente de versiones subalternas de la
todo ello abre, en la producción de nuevos so- cultura criollo-euronorteamericana (José Ma-
nidos, colores, imágenes y formas nuevas, rea- ría Arguedas: El zorro de arriba y el zorro de
lidades nuevas. abajo; Toni Morrison: The Song of Solomon).
La globalización del mundo exacerba, qui- El “nudo arguediano”, ese entrelazamiento pe-
zás, la vieja quimera de sus dominadores: la culiar entre la utopía de la liberación social y
homogenización del mundo. Este es ahora, la de la identidad, resulta no ser privativo del
Estética de la utopía 739

mundo andino o de América Latina, sino de nario cuyos nuevos datos pugnan por hacerse
todo el mundo histórico constituido en la do- presentes, salir de prisiones previas, cobrar
minación colonial. Pero, quizás, termine apre- formas, ser imágenes y sistemas de imágenes.
tando también a los propios dominadores. En Pero todo ello sólo puede ir constituyéndose
sus propias sedes. plenamente en la medida en que en el conjunto
Si se observan las tendencias con las que de la existencia social se procese, en el mismo
emerge la próxima acumulación mundial, no movimiento, la necesidad, como sentimiento y
sólo son visibles los ejes productivos, la tec- como interés, de búsqueda y de lucha por ra-
nología o la posible distribución espacial del cionalidades alternativas a las del poder actual,
control de esa estructura. También puede ser de su orden, de su mundo, en suma. La estética
planteada la cuestión de los límites de mercan- posible no puede constituirse sino como estéti-
tilización de la fuerza de trabajo, más allá del ca de la utopía.
problema del empleo-desempleo-subempleo Y de eso se trata. Aunque la polvareda que la
dentro del capital. Y como una de las opciones caída de los muros levanta no deje verlo y el es-
posibles del trabajo y de los trabajadores, fren- trépito de la fanfarria capitalista no deje oírlo,
te a esos límites, la extensión de las relaciones ahora ingresa un nuevo momento de una lucha
de reciprocidad en el control de los recursos, todo el tiempo inconclusa y de una esperanza
de producción, de distribución, como ya está que no cesa de desafiar a la muerte: el reempla-
ocurriendo y no solamente en América Latina. zo de la autoridad por la libertad y de la moral
Los conflictos dentro del poder y contra él, en del interés por la moral de la solidaridad.
adelante, no podrán permanecer solamente Esa esperanza es muy antigua y al mismo
dentro de las relaciones salario-capital. tiempo nueva. Fue, en el umbral del nuevo pe-
riodo, reconstituida en la vasta onda revolucio-
naria que surcó el planeta del capital en la dé-
Tiempo de utopía cada de los sesenta y cuyo epicentro fue mayo
de 1968, en París. La idea de la democracia di-
No es muy grande el riesgo, frente a tales cues- recta –control directo de la autoridad, solida-
tiones, de sugerir que estamos inmersos tam- ridad colectiva y libertad individual– pudo ser
bién en un proceso de reconstitución del imagi- reencontrada y restaurada a partir de enton-
740 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ces. Esa fue la señal precisa del agotamiento de origen colonial, encerradas en el laberin-
de todo el periodo histórico que ahora termina to de una indecisa identidad, casi siempre es
de cerrarse, de la llegada de una nueva utopía aquello que los dominados hablan, sueñan o
de lucha contra la alienación. aman; sus modos de relación con las formas,
La utopía del tiempo que llega está ahora en- con el color, con el sonido; con su cuerpo y
tre nosotros. Más bruñida y precisa cuanto más con el mundo; todo aquello que hacen u omiten
completo es el derrumbe del edificio del “so- para satisfacerse o realizarse sin el permiso o
cialismo realmente existente”. Más imperiosa el recurso a los dominantes; sus maneras de li-
cuanto más completa la victoria del capitalis- berarse de los patrones de olvido o de memoria
mo privado y más global su dominio. que se les impone como cerrojo en la jaula de la
dominación. Y, por sobre todo, el esplendor de
la fiesta contra la razón instrumental.
América Latina: la fiesta La dominación impone a sus víctimas la imi-
del origen tación y luego la afrenta; empuja a la simulación
y la condena; produce la hibridez y la deshonra.
América Latina ingresa a este horizonte como el La cultura criollo-oligárquica fue el duradero
más apto territorio para la historia de ese tiem- modo de esa imposición, en el período anterior
po que llega. Quizás no sea simple coincidencia, a la globalización capitalista. Pero la hegemonía
después de todo, que sea aquí donde el debate de esa cultura está en escombros, van disolvién-
sobre estética y sociedad sea hoy no solamente dose sus postreras imágenes, su estética de la
más intenso, sino, sobre todo, más profundo y imitación, de la limitación, de la simulación, de
rico (Acha, Lauer, Canclini, entre otros) que en la hibridez, mientras se hace más viva y más fuer-
cualquier otra parte. Porque en América Latina te la presencia de los dominados en la reconsti-
la utopía de la liberación social, así como la de tución del universo intersubjetivo en América
identidad, no pueden ser resueltas la una sin la Latina. Lo indio y lo negro llevan a recrear todas
otra, aquí, más que en lugar alguno de este mun- las formas, todos los ritmos, todas las venas de
do, será requerida una estética de la utopía. relación con el universo, a una recepción propia
Lo que la cultura de los dominantes deshon- de lo que viene de la globalización y de toda la
ra, impide u oculta, sobre todo en las culturas novedad del mundo. Hay un efectivo proceso de
Estética de la utopía 741

re-originalización de la cultura en América Lati- que esa cultura de la dominación deshonra; de


na, porque cada uno de los elementos que la re- otorgar libertad a lo que nos obligan a esconder
constituyen es nuevo: lo indio, o lo negro, y todo en los laberintos de la subjetividad; de dejar de
lo demás, en el marco del nuevo mundo de hoy. ser lo que nunca hemos sido, que no seremos y
Empero, también los dominadores son nue- que no tenemos que ser. Por asumir, en suma,
vos. Y el nacimiento de esa nueva historia, que el proceso de re-originalización de la cultura, y
puede llevar a la liberación del imaginario de trabajar con ella los materiales que devuelvan a
los dominados y a la subversión del mundo, no la fiesta su espacio privilegiado en la existencia.
sólo no les es desconocida, sino que los lleva a
un activo antagonismo. Ahora están empeñados Lima, verano de 1990.
en sustituir la cultura criollo-oligárquica, con su
equivalente colonial / transnacional. Moderni-
zar es europeizar, lo que no es europeo es exó- Referencias
tico, y no podemos continuar siendo exóticos;
proclama hoy uno de sus más famosos actores Lunn, Eugene 1982 Marxism and Modernism
(Vargas Llosa, Le Nouvel Observateur, 1989). (Berkeley: University of California Press).
Pero ni despellejándose entre las aristas de la Quijano, Aníbal 1988 Modernidad, identidad
europeización llegarían a otra cosa que a una y utopía en América Latina (Lima:
nueva simulación. ¿No han pasado su historia Sociedad y Política Ediciones).
fingiendo ser lo que nunca fueron? ¿Y no es eso, Fukuyama, Francis 1989 The End of History
exactamente, lo que urdió el oscuro laberinto (Nueva York: Avon Book) [En realidad se
que forma nuestra cuestión de identidad? trata de una versión simplista y tosca de las
En América Latina, la lucha contra la domi- famosas tesis de Alexandre Kojève. Sobre
nación de clase, contra la discriminación de co- Kojève véase: Auffret, Dominique 1988
lor, contra la dominación cultural pasa también Alexandre Kojève: La philosophie, l’Etat, la
por el camino de devolver la honra a todo lo fin de l’historie (París: Gasset & Fasquelle].
La razón del Estado*

L a idea del socialismo como alternativa al


capitalismo se constituyó no solamente
contra el control privado de la producción / dis-
Los compromisos de la razón

El proceso de constitución de la racionalidad y


tribución de recursos, bienes y servicios, sino de la modernidad, como categorías intelectua-
también y con no menos énfasis contra el Esta- les y como prácticas sociales no sólo fue coetá-
do. Sin embargo muchos, y por mucho tiempo, neo a, sino que también estuvo implicado en la
colocaron al Estado material e intelectualmen- emergencia y consolidación del Estado-nación
te como eje del socialismo. ¿De qué procede y de la sociedad burguesa en Europa.
tan enorme mutación? Aquel proceso ocurrió en dos contextos di-
Aquí exploro dos de los posibles caminos ferenciables, cuyos ejemplos y, de alguna ma-
que han formado esa encrucijada contemporá- nera, sedes principales, fueron Gran Bretaña y
nea, donde aún aguardan las opciones decisi- Francia. Cada país produjo una vertiente igual-
vas de la modernidad. mente diferenciable en la elaboración de tales
categorías (Quijano, 1988). A la definición de
cada uno de estos contextos contribuyeron en
primer lugar los resultados del conflicto entre
* Este artículo fue publicado en Urbano, Henrique
el papado y la realeza por el control del poder
(comp.) y Lauer, Mirko (ed.) 1991 Modernidad en los en Europa, que llevaron a la ruptura religiosa y
Andes (Cusco: Centro de estudios regionales andinos política entre reformistas y contrarreformistas.
Bartolomé de las Casas) pp. 97-120. También influyeron los ritmos y las caracterís-
744 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ticas del proceso capitalista en las principales promiso entre ambos términos de esa relación,
regiones europeas. ya que el segundo fue acomodándose a las
En esa pugna por el poder estuvo implicado necesidades del primero. Ese compromiso ha
también el conflicto ideológico en torno de la sido duradero: el empirismo (y sus varias face-
cuestión racionalidad / modernidad, frente a la tas: utilitarismo, evolucionismo y positivismo a
cual se encontraba la oposición de la jerarquía la Spencer, pragmatismo) nunca ha dejado de
católica romana, más enconada aún bajo la ser allí dominante.
Contrarreforma. Por eso, las relaciones entre En cambio, en las regiones contrarreformis-
dicha pugna y el poder estatal ocurrieron de tas, el conflicto con la Iglesia y con el Estado-
modo muy diferente en cada bando. nación, de un lado, y la resistencia de la cotidia-
En las regiones dominadas por el movimien- neidad social debido a un más lento desarrollo
to de la Reforma fue posible un más temprano capitalista, llevaron a una radicalización del
matrimonio entre el poder estatal y la raciona- movimiento de la modernidad y no hacia una
lidad / modernidad, en comparación con las re- adecuación a las necesidades del poder. De-
giones de predominio contrarreformista donde bido a eso, las ideas de racionalidad y de mo-
el poder civil y/o eclesiástico reprimía dicha ra- dernidad de la sociedad quedaron asociadas
cionalidad / modernidad, empujándola a soste- principalmente a la de liberación. No obstante
nerse como una ideología de oposición contra el Estado-nación no dejó de vincularse por su
el poder. Tales diferencias fueron agudizadas lado y a su modo con la ideología de la moderni-
por un más vigoroso desarrollo capitalista en dad. En consecuencia, aunque las corrientes in-
las regiones reformistas, en especial donde pa- telectuales y políticas más importantes de mo-
ralelamente se desarrollaba, como en la Gran vimiento de la modernidad se desarrollaron en
Bretaña, un Estado-nación cuyas bases socia- oposición al poder, no dejó de producirse, tam-
les y cuya estructura institucional pudieron bién en aquellas regiones una relación ambigua
ser depuradas y reconstituidas más temprano, entre poder y racionalidad. Ese tipo de relación
también, que en las otras regiones. se desarrolló mucho más durante el periodo
Aquella temprana asociación entre poder de las revoluciones democráticas, desde fines
y racionalidad / modernidad, sobre todo en la del siglo XVIII sobre todo porque la burguesía
Gran Bretaña, resultó en una suerte de com- fue en todos los casos la principal beneficiaria
La razón del Estado 745

política. Eso redujo la gravitación de los secto- una cuestión antigua que permanece abierta.
res radicales. Y conforme fue imponiéndose la Esa idea fue ganando terreno en el transcurso
hegemonía británica sobre el poder capitalista de la modernidad europea, y contra una resis-
en el resto de Europa y del mundo, los compro- tencia intelectual extendida, en particular en-
misos entre la racionalidad / modernidad y el tre los empiristas británicos. De hecho fue el
poder burgués tendieron a ser más fuertes en punto de partida de la investigación científico-
todo el ámbito del capital y de sus dominios. La social desde el siglo XIX, y durante el siglo ac-
razón burguesa impuso también su hegemonía tual pudo parecer que la idea de sociedad como
en el movimiento general de la razón moderna. totalidad se había establecido, por lo menos
Es necesario, en consecuencia, admitir la formalmente, como un consenso virtual en el
equivocidad histórica de las categorías de ra- debate. Pero, al declinar el siglo XX, parecen
cionalidad y de modernidad, debido al carácter difundirse de nuevo las posiciones teóricas que
cambiante y contradictorio de su relación con niegan realidad a la sociedad como totalidad
el poder. Las dos vertientes de desarrollo del (Mann, 1986).
movimiento de la modernidad son distingui- La perspectiva atomística de la realidad so-
bles. Y ello ayuda a explicar, seguramente, que cial, característica del período de emergencia
ese movimiento no se agotara en la razón bur- y de consolidación de la sociedad burguesa,
guesa, instrumental, sino que diera nacimiento especialmente en Europa, no solamente está
también a la alternativa, la razón liberadora. de regreso en el debate, sino que pugna por el
Pero hace igualmente posible, como luego vere- predominio, ahora a escala de la recién estable-
mos, rastrear en el corazón mismo de esta últi- cida planetariedad del mundo del capital.
ma. Engendrada en el contexto de una clara he- La razón burguesa ha tenido una posición
gemonía de aquella, las huellas de su enemiga. ambivalente y hasta contradictoria frente a la
categoría de totalidad social, aunque de mane-
ra diferenciada entre las principales sedes cen-
La totalidad social en cuestión trales del movimiento de la modernidad. En el
contexto británico, particularmente se puede
La idea de que la realidad social se constituye distinguir, de un lado, una práctica, sobre todo
siempre como una totalidad estructurada es política, que no sería inteligible separada de la
746 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

idea de totalidad: del otro, una ideología que En cambio, por fuera del Estado, lo que está
explícitamente niega a esa categoría todo va- en cuestión es lo privado. En una sociedad
lor teórico, considerándola una abstracción sin emergida en contra, precisamente, del poder
sustento en la realidad social. público arbitrario que implicaba el Estado ab-
Esta práctica se refiere ante todo a la acción solutista, lo privado es percibido como el ámbi-
del Estado-nación, puesto que la organización to especifico de ejercicio de la vida social, pri-
y el control continuos de un espacio de domi- vilegiado a priori y cuyo fortalecimiento y cuya
nación requieren que éste sea percibido todo el defensa son presentados como el sentido y la
tiempo, explícita o tácitamente, como una tota- finalidad básicos de la acción social. Es decir
lidad. El Estado-nación y su espacio de domi- como el interés social central de la sociedad.
nación se producen recíprocamente, se deslin- La propia acción del Estado es percibida, ante
dan y se ordenan, en el curso de la modernidad todo, como garante de lo privado. La sociedad
europea. Y eso no es sólo un proceso material, aparece, de tal modo, no como una relación en-
sino también intersubjetivo. Es el marco men- tre las partes y una totalidad y entre las partes
tal para todos los habitantes de tal espacio una dentro de un todo, sino entre privados original-
subjetividad impuesta tan profundamente que mente atomizados y dispersos que desde sí y
en ella resulta casi impensable, salvo median- ante sí establecen y rigen sus relaciones, o no.
te intensos desgarramientos, una existencia Toda idea o perspectiva de la sociedad como
social sin Estado. En verdad, la constitución una totalidad tiene que ser percibida, desde ese
y la admisión de la idea de totalidad social punto de vista, como una amenaza contra el
(¿también la categoría general de totalidad?) privilegio de lo privado.
parecen estar asociados, en la modernidad Ese lugar ambiguo de la idea de totalidad
europea, al proceso de formación del Estado- social en la razón burguesa es lo que expre-
nación. Lo sorprendente es que tal subjetividad san, a un tiempo, la distinción entre Estado y
haya sido impuesta en un tiempo corto, un par sociedad civil y sus compromisos. En efecto,
de siglos, luego de un período tan prolongado lo que en un plano se atribuye al mercado y a
en el cual toda percepción globalizante sobre la la “mano invisible”, rechazando la injerencia de
existencia social parece haber estado virtual- todo poder regulador (globalizante), en el pla-
mente ausente. no del Estado implica la necesidad de orden y
La razón del Estado 747

de autoridad central, inclusive de la “razón de todas partes, a formar parte de la ideología del
Estado”, para la defensa global del orden so- poder burgués.
cial, de tal modo admitido, tácitamente, como Por todo ello, cuando los conflictos socia-
orden global. les se van organizando, y sus agentes sociales
En la Ilustración enciclopedista, francesa- ingresan en un proceso de clasificación social
continental, la idea de la sociedad como to- visible y perfilado, la crítica al poder burgués
talidad estructurada está presente y activa parte de la denuncia y de la oposición al pre-
desde el comienzo. Se puede trazar una línea dominio de lo privado, como fuente y matriz
ininterrumpida, explícita ya en Condorcet, que de la desigualdad social, como señal de una
tiende a hacerse insistente desde Saint-Simon no-racionalidad del modo capitalista de or-
(Ferraroti, 1989; Quijano, 1962). Esa notable di- ganización de la existencia social. La crítica
ferencia con la Ilustración empirista, probable- retoma la perspectiva de la totalidad y recha-
mente se debe a que los enciclopedistas eran za y denuncia la perspectiva atomística de
un movimiento de oposición al poder absolu- la existencia social, no sólo como falsa, sino
tista. La crítica del poder existente, en lugar del como falseadora de la realidad. A mediados
compromiso con él, llevó al descubrimiento de del siglo XIX, ante todo a través de Marx, la
que la existencia social se estructura como to- confrontación entre ambas perspectivas ya
talidad. Ninguna propuesta de sociedad alter- está formalizada en el debate. En adelante,
nativa era posible, en consecuencia fuera de la perspectiva totalizadora en el debate de lo
esa perspectiva. social y, en general, en la organización del co-
Sin embargo en el curso de la consolidación nocimiento de la realidad, es el marco necesa-
del poder burgués, desde fines del siglo XVIII rio de toda propuesta de sociedad alternativa.
en adelante, la separación teórica entre Estado En esa condición queda asociada a la imagen
y sociedad civil se impuso también en Europa de la revolución antiburguesa. Y puesto que
continental, con todas sus implicaciones sobre la sociedad burguesa y su perspectiva ato-
el privilegio de lo privado en la realidad social mística, son denunciadas por su racionalidad
y en la ideología. Y aunque no logró desalojar falseada y/o deficitaria, la totalidad emerge,
del todo la idea de totalidad en el debate social también, como una categoría clave de una ra-
y político, la perspectiva atomística pasó, en cionalidad alternativa.
748 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

El problema es, sin embargo, que con la Semejante estructura social global es, en
idea de totalidad social, la critica revolucio- primer término, un orden cerrado. Y como tal
naria de la sociedad burguesa dejó entrar no podría prescindir de una autoridad central
también el componente básico con el cual esa que asegure la coherencia y mantenga la globa-
idea fue instalada en el debate, especialmente lidad. Eso lo habían encontrado ya, a su modo,
a partir de Saint-Simon: la organicidad de la los empiristas británicos, para quienes la pro-
totalidad social. blemática básica del Estado es precisamente
La propuesta saintsimoniana fue, sin duda, el orden y la autoridad. En Saint Simon esa es,
el momento de constitución de la perspectiva igualmente, la cuestión. Claro que en su caso
totalizadora de la existencia social en el pen- se trataba de cambiar un orden global por otro,
samiento europeo, que lleva a la elaboración organizado deliberada, esto es, racionalmente,
de la categoría de sociedad como una estruc- en su globalidad, bajo otra autoridad.
tura global, fundamento de las ciencias de Dos cuestiones deben ser destacadas aquí:
la sociedad y de toda propuesta de sociedad a) la imagen organicista de la sociedad está
alternativa. Pero la imagen organicista de la asociada a una idea de racionalidad que con-
sociedad no apunta solamente a graficar la siste en la congruencia de los elementos de
idea general de totalidad social. En la medi- una totalidad, según una lógica única. De ese
da en que postula una estructura cerrada, cu- modo, una sociedad sería tanto más racional,
yas relaciones internas son regidas por una cuanto más plenamente regida por la lógica de
congruencia funcional entre sus elementos y la totalidad. Ergo, planeada global y sistemáti-
entre cada uno de ellos y la totalidad, admi- camente; b) un virtual macrosujeto histórico,
te para la sociedad una lógica histórica úni- la sociedad, se concibe, se planifica, se diseña.
ca que preside el proceso de la totalidad y de Pero por la mediación de un grupo particular
cada una de sus partes. En sus extremos, la (en Saint-Simon, los “productores”). En breve,
lógica de ese discurso llevaría a configurar un postula un poder y un grupo social en el con-
macrosujeto histórico, del cual los individuos trol de tal poder.
serían partes, expresiones o portadores par- La abrumadora mayoría de las propuestas
ciales. No han sido pocos los que llegaron has- de crítica y de cambio de la sociedad burgue-
ta el final de ese camino. sa, desde el siglo XIX, admitieron explicita o
La razón del Estado 749

tácitamente aquella perspectiva. No es, quizás, el capitalismo. Pero eso no necesariamente


inútil recordar que el término socialismo (pre- implica la idea de una planificación sistemáti-
sumiblemente acuñado por Owen, hacia 1827, ca de cada una de las áreas o instancias de la
en Inglaterra), evoca precisamente esa contra- existencia social, ya que a la vez Marx no dejó
posición de perspectivas, entre el privatismo de insistir en el carácter histórico del proceso
individualista que se funda en una visión ato- de constitución de la sociedad como estructu-
mística de lo social y que la burguesía defien- ra global, lo cual abre las puertas a la idea de
de como sustento legitimador de su poder, y la una estructura no sistémica, ni orgánica, sino
idea de la globalidad. La mutación de la racio- abierta e históricamente (esto es, “lógicamen-
nalidad en racionalismo instrumental bajo la te”) heterogénea y por eso contradictoria. Ter-
razón burguesa ocurre también, en fin de cuen- cero, Marx llegó al rechazo explicito de Estado
tas, en la propia perspectiva que emerge como como algo imprescindible para la sociedad. El
alternativa. La problemática del orden y de la problema de la autoridad parecía, de ese modo,
autoridad aprisiona lo mismo al pensamiento resuelto. Es decir, devuelto a las decisiones
liberal, atomístico en el discurso y totalista en cotidianas de los miembros de la sociedad, lo
la práctica que al pensamiento crítico que re- cual implica la cancelación de toda postura
clame un nuevo orden, pero que no puede pres- lógico-racionalista acerca del orden y de la au-
cindir de la autoridad del Estado. toridad. Pero Marx indagó a medias la cuestión
Es verdad que en Marx no se puede encon- del Estado, sólo en relación con las clases so-
trar una solución teórica congruente, ni global, ciales y sólo dentro de la problemática de los
de las arduas cuestiones de la problemática de modos de producción. No se ocupó de la arti-
la autoridad, el orden, el Estado. En primer tér- culación nacional de las clases sociales en un
mino, su debate sobre un posible macrosujeto espacio de dominación, sin cuya condición his-
histórico, recibido a través de Hegel, no se li- tóricamente no existe Estado alguno conocido.
bró de la ambivalencia. En segundo lugar, su De esa manera, a pesar del rechazo formal del
reiterada insistencia en la anarquía de la pro- Estado, la cuestión quedaba bien lejos de haber
ducción capitalista es ciertamente un recla- sido resuelta.
mo de planificación global, a escala de toda la Después de Marx, junto con la hegemonía
sociedad humana, unificada, globalizada por de un marxopositivismo sostenido a partir de
750 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Engels (Shanin, 1984), el paso quedó libre para blico están a su vez tramadas con las que se
la admisión franca de la idea organicista de la urden entre la perspectiva atomística sobre la
sociedad (Lenin: Quiénes son los amigos del realidad social y la actuación de la categoría de
pueblo) y en consecuencia, la crítica teórico- totalidad en la constitución del orden global
política y la práctica correspondiente reincor- del capital.
poraron de forma explícita la problemática del Lo público es una categoría que se re-esta-
orden y de la autoridad del Estado, al socia- blece en Europa en el tramonto de la sociedad
lismo. El proyecto socialista consistió, desde feudal, con la emergencia de los Estados que
entonces, en la construcción sistemática, or- tienden a constituirse en Estados-nación. Para
gánica, global, de una nueva sociedad, desde los fines y las necesidades de organización e
el Estado. imposición de un orden global sobre la varie-
dad de agrupaciones étnicas y sociales someti-
das dentro de un espacio de dominación y que
Lo público y lo estatal deben ser llevadas a reconocerse en una nación
común, los organizadores de tales Estados-na-
El otro posible camino implicado en la en- ción apelan a la antigua categoría romana de
crucijada entre Estado y socialismo parece res publica. La Corona asume la representa-
originarse en las relaciones históricas entre ción de lo público de todos los intereses incor-
lo privado y lo público en la experiencia de la porados al respectivo espacio de dominación.
Europa moderna. En una primera etapa del relativamente pro-
Sugiero que la idea de lo privado tal como se longado proceso de institucionalización del
usa hoy es relativamente reciente en la histo- nuevo Estado central, de nacionalización de
ria europea, y es una derivación posterior a la la sociedad y de dicho Estado, no existen con-
constitución y al ejercicio de lo público. Dicho flictos importantes entre la encamación estatal
de otra manera, lo privado es una resultante de de la res publica y las agrupaciones sociales o
la existencia de lo público y se establece como clases sociales dominantes. Entre una nobleza
parte y quizás también como núcleo de la ca- que se va haciendo cortesana y un Estado que
tegoría sociedad civil. Por eso, las relaciones es, ante todo o todavía, Corona, se establece
entre las categorías de lo privado y de lo pú- una línea de intereses comunes en el ámbito de
La razón del Estado 751

la res publica, puesto que esta existe y es em- puede ser negada. Pero es admitida sólo hasta
pleada en beneficio y sostén de la nobleza. Los el límite de lo inevitable para garantizar la exis-
conflictos que pudieran generarse en las rela- tencia y la actuación de lo privado, en adelante
ciones con los demás grupos sociales (campe- percibido como el núcleo de la sociedad civil.
sinos siervos) o étnicos que se resisten a reco- En Europa continental el conflicto fue más pro-
nocer un interés nacional común con los con- longado por la resistencia del poder absolutista
troladores y organizadores del Estado. Fueron y por ello llevó a un cambio más radical, a una
sin duda reales, pero totalmente controlados. completa reconstitución de lo público, para
Cuando se establece y se expande un nuevo hacerlo de la misma naturaleza que lo privado
interés social, que es lo burgués, en conflicto triunfante. Esto es, lo privado burgués.
con el que se encama y defiende el Estado ab- Si se estudia esas relaciones entre lo público
solutista, este resulta un poder central externo y lo privado bajo la Corona absolutista, no es
y hostil a ese interés. Desde el punto de vista de difícil observar que lo público es, en realidad,
los intereses burgueses y/o asociados a ellos, privado. Es el ámbito privado de la nobleza en
la res publica es percibida como parte de un su conjunto, como clase social, a la cual per-
poder hostil, que se arroga el control absoluto tenece, aunque con un estatus particular, la
de lo público y que interviene en su nombre en realeza. Quizás no sea inútil, a este respecto,
el patrimonio y en los negocios privados de la recordar que en el poder absolutista la relación
burguesía, y peor aún, en la manera arbitraria individual o social con la res publica viene de-
y despótica de la Corona absolutista. Lo públi- terminada por el estatuto social. Nadie que no
co, identificado con la Corona, pasa a ser un es noble puede tomar parte en el control de lo
peso que debe ser resistido. Lo privado emerge público, sobre todo en sus áreas decisivas. Por
en ese contexto, como el ámbito de la realidad eso, en el fondo, no era necesaria la categoría
que se establece frente a ese público, esto es, de lo privado, como diferenciado de lo público,
frente al Estado. simultáneamente opuesto y tramado con él.
En Inglaterra ese conflicto lleva, Cromwell En el Estado burgués, monárquico o republi-
mediante, a un compromiso entre el Estado- cano, las relaciones entre lo público y lo pri-
Corona y la sociedad civil. La exigencia to- vado son menos sencillas. Lo público burgués
talizadora del Estado, es decir lo público, no parece también el ámbito privado de la burgue-
752 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

sía como clase social. Y en ciertas condiciones, aunque articulada a sí mismo: un ámbito insti-
aniquiladas todas las resistencias, puede ser así tucionalizado cuya capacidad mediadora, arbi-
de hecho. Pero no puede serlo total, ni perma- tral o de imposición no se constituya sólo con
nentemente. Lo impide más que nada la natura- elementos, personales o normativos, prove-
leza de lo privado burgués. nientes sólo de uno de los estatutos sociales o
Lo privado burgués es una categoría contra- bajo su directo e inmediato control, como bajo
dictoria. Implica, de una parte, contrato. De la el absolutismo. Esa esfera es lo público.
otra, imposición. En virtud de lo primero, la re- Lo público burgués, en consecuencia, se
lación con los otros privados no puede depen- constituye también con una doble naturale-
der sólo de la fuerza. Requiere una mediación: za, el contrato y la imposición. Las relaciones
legalidad, arbitraje, autoridad. Por lo segundo, entre ambas instancias son conocidamente
se sustenta sobre una expropiación continua- contradictorias y cambiantes. Pero no puede
da, que ningún contrato respalda o podría res- existir la una sin la otra. La arbitrariedad pura
paldar. Requiere la fuerza. Pero ésta no puede y simple no puede ser rasgo permanente de lo
ser ejercida únicamente por los burgueses mis- público burgués.
mos, o sólo a través de sus instancias sociales, Así el Estado burgués es en primer término
sin llevar a la anulación de todo contrato y así lo que organiza y preserva el marco de la socie-
al restablecimiento de la relación simétrica en- dad civil, de lo privado. En ese especifico senti-
tre estatus social y autoridad, extinguida junto do, es lo público de ese privado. O, si se quiere,
con el Estado absolutista. En la sociedad bur- ese público es privado. Pero no puede ejercer
guesa la fuerza sólo puede ser ejercida legíti- esa publicidad sino por medio de una constan-
mamente por la autoridad y ésta no proviene te, aunque no total, desprivatización, puesto
necesariamente del estatus social previo de que por definición su autoridad no puede ser
quien la ejerce. De otro modo, arriesgaría llevar ejercida sólo por uno de los estatutos sociales.
a la eliminación de todo contrato y al restable- Y, sobre todo, el ejercicio de lo privado en la
cimiento de la relación directa entre el estatus sociedad requiere un ámbito diferenciado de
social y la autoridad. mediación. Las relaciones entre lo privado no
Lo privado burgués requiere, por su natu- se establecen por la violencia inmediata, pre-
raleza, una esfera diferenciada de sí mismo, cisan una norma institucionalizada. La admi-
La razón del Estado 753

nistración de esa norma, por eso, requiere ser De esa forma, son las luchas entre los prin-
diferenciada de lo privado. cipales grupos de interés social diferenciados
El acceso a la administración de lo público, en clases o en agrupaciones de otro carácter
es decir a la autoridad, deber ser público, es (étnico, nacional), las que definen los avatares
decir a través de lo propio público. Los con- de la relación entre lo privado y lo público en la
flictos sociales y la complejización de la so- sociedad burguesa.
ciedad conducen de ese modo a la constante La defensa burguesa de lo privado como el
ampliación de ese tal público. Los cambios en interés social por excelencia, tanto en la socie-
las relaciones entre lo público y lo privado en dad civil como en la acción del Estado, hace
cada una de las etapas diferenciables del pe- que para los intereses no burgueses, competi-
riodo del capital han llevado a cambios en el tivos o antagónicos (burocracia en el primer
carácter de cada una de esas categorías, y son caso, explotados del capital en el segundo), lo
sumamente indicadores. público tienda a aparecer como equivalente o
El proceso de ampliación continuada de la idéntico al interés social adversario o diferen-
esfera de lo público, implica, en el mismo mo- te del interés social burgués, no obstante que
vimiento, la desprivatización de su control y en el marco de la sociedad burguesa lo público
de su acceso, ya que todos los estatutos socia- es, ante todo, lo público del privado burgués,
les están, o pueden estar, en principio, facul- y sólo en segunda instancia un campo de dis-
tados a ellos. Si ese proceso rebasa un límite puta con los otros intereses. Y en tanto que lo
en que lo privado es amenazado de ser total- público es el ámbito propio del Estado, tienden
mente público, la burguesía tiende a recurrir a confundirse, a aparecer idénticas, categorías
a la fuerza para limitar esa desprivatización de naturaleza distinta como lo público, lo esta-
o para desalojar del control de la esfera de lo tal y lo social global.
público a los estatutos sociales competitivos o Las propuestas de sociedad alternativa, que
subalternos. Y, de su lado, tales otros estatutos parten de la perspectiva de la totalidad social
sociales, pugnan por mantener y ensanchar la según una imagen organicista o sistémica, que
esfera de lo público, a intensificar su despri- postulan en consecuencia un orden cerrado,
vatización y a ampliar su acceso al control de cuya racionalidad consiste en su coherencia
dicha esfera. funcional, en la pertenencia de cada una de sus
754 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

instancias y elementos a una y única lógica his- únicamente la formación de una propiedad
tórica; que postulan, en consecuencia una auto- pública, sino de una propiedad común a toda
ridad central para someter a la realidad social a la sociedad. La estatización es admitida como
tales exigencias y para mantener el carácter del socialización.
nuevo orden “construido” o en “construcción”, El Estado provee, en definitiva, todos los
están listas para admitir al Estado como la au- elementos: lo público, redefinido como lo so-
toridad requerida, y a su esfera de lo público cial; la autoridad para preservar la lógica de la
como idéntico a social global o societal. totalidad sobre las partes y de lo público-social
Ya que lo privado burgués, fuente de las des- contra lo privado; la sede del diseño del orden
igualdades e injusticias, se defiende sobre la global alternativo. En suma, puede ser la fuente
base de una perspectiva atomística de la reali- nueva de donde surte una racionalidad social
dad social y se resiste a ser sometido a la lógica concebida como diseño de un orden global.
de una sistemática global, la alternativa es cla- Entre la problemática del orden y de la auto-
ra: frente a la manera atomística de conocer, la ridad en la sociedad burguesa y el socialismo
perspectiva de la totalidad; frente a lo privado, realmente existente, inaugurado con la anula-
lo social global o societal. Como lo social glo- ción de los soviets; con la ilegalización de los
bal aparece ya como equivalente a lo público partidos y de las fracciones dentro del partido
y este, a su vez, aparece vinculado, ante todo, bolchevique; con la monopolización del con-
al ámbito del Estado, lo social global aparece trol del Estado por dicho partido, ya desde
encarnado en el Estado. 1919; acaso no es muy difícil percibir una trama
Una vez que se ha producido así la sustitu- común, tejida por los compromisos de la razón
ción de la oposición entre privado y social por con el poder. El estalinismo fue engendrado en
la de privado y estatal, el problema por resol- el procusteano lecho construido de esa trama.
ver es como liberar a lo estatal de toda pre- La razón instrumental logró disfrazarse de
sión proveniente de lo privado. Este se funda su enemiga, la razón liberadora, la de la fiesta,
y consiste, sobre todo, en la propiedad privada la de la decisión cotidiana de las gentes concre-
de los recursos de producción. Por ello, la ab- tas, sin tregua ni interferencias, sin autoridades
sorción de la propiedad burguesa por la pro- externas, la de la revolución contra el poder,
piedad estatal no significa, en esa perspectiva, contra todo poder.
La razón del Estado 755

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“Raza”, “etnia” y “nación”
en Mariátegui
Cuestiones abiertas*

L a formación del mundo colonial del capita-


lismo dio lugar a una estructura de poder cu-
yos elementos cruciales fueron, sobre todo en su
De ese modo, el proceso de constitución de
tal estructura de poder mundial no consistió
solamente en el establecimiento de relaciones
combinación, una novedad histórica. De un lado, sociales materiales nuevas. Implicó también y
la articulación de diversas relaciones de explo- en el mismo movimiento, la formación de nue-
tación y de trabajo –esclavitud, servidumbre, re- vas relaciones sociales intersubjetivas. Ambas
ciprocidad, salariado, pequeña producción mer- dimensiones del movimiento histórico, en sus
cantil– en torno del capital y de su mercado. Del correspondencias y en sus contradicciones,
otro lado, la producción de nuevas identidades fueron el fundamento de un nuevo tipo de po-
históricas, “indio”, “negro”, “blanco” y “mestizo”, der colonial y, a largo plazo, de una nueva so-
impuestas después como las categorías básicas ciedad y de una nueva cultura.
de las relaciones de dominación y como funda- El racismo y el etnicismo fueron inicial-
mento de una cultura de racismo y etnicismo1. mente producidos en América y reproduci-
dos después en el resto del mundo coloni-
zado, como fundamentos de la especificidad
* Este ensayo fue publicado en: Forgues, Roland de las relaciones de poder entre Europa y las
(ed.) 1993 José Carlos Mariátegui y Europa. El otro
aspecto del descubrimiento (Lima: Amauta).
poblaciones del resto del mundo. Desde hace
500 años, no han dejado de ser los compo-
1 Aún no es inútil insistir, en el estado actual del nentes básicos de las relaciones de poder en
debate, en que ninguna de esas identidades y categorías
históricas existía en el mundo antes de 1492. Son la todo el mundo. Extinguido el colonialismo
marca de nacimiento de América y la base misma de la como sistema político formal, el poder social
colonialidad del actual poder global. está aún constituido sobre la base de crite-
758 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

rios originados en la relación colonial. En ron forzados a cambiar de roles y actividades


otros términos, la colonialidad no ha dejado concretos y mudaron las formas de trabajo y de
de ser el carácter central del poder social ac- explotación. Y eso señala que las diferencias de
tual. Todas las otras determinaciones y cri- identidad no dependían, ni eran el resultado, de
terios de clasificación social de la población la naturaleza concreta de las actividades, ni de
del mundo, y su ubicación en las relaciones los roles sociales específicos.
de poder, desde entonces actúan en interre- Tampoco se trata solamente de las dife-
lación con el racismo y el etnicismo, espe- rencias de hecho que se confrontaron entre
cialmente, aunque no sólo, entre europeos y los conquistadores y los vencidos (por ejem-
no-europeos2. plo, color de la piel, forma y color del cabe-
llo, de los ojos; o vestimentas, instrumentos,
ideas y prácticas sociales). Esas diferencias
Las raíces de las nuevas habrían podido traducirse seguramente, en
identidades históricas los términos actuales, en “etnicidades” y
“etnicismos”; pero no necesariamente com-
La producción de aquellas nuevas identidades binados con “racismo”. Después de todo, la
históricas no podría ser explicada por la natu- dominación colonial ha producido en todas
raleza de las relaciones de producción que fue- partes identidades codificadas como “étni-
ron establecidas en América, ni por las activi- cas”, originadas en la imposición del domi-
dades concretas que fueron cumplidas por las nio de unos grupos sobre otros y en la distri-
gentes que fueron involucradas en las nuevas bución del poder entre ellos.
identidades. El hecho es que estas se mantuvie- La explicación es otra. Con la formación
ron, cuando sus portadores cambiaron o fue- de América se establece una categoría men-
tal nueva, la idea de “raza”. Desde el inicio
de la conquista, los vencedores inician una
2 Esa distinción entre colonialismo y colonialidad discusión históricamente fundamental para
y una discusión más detenida de estas cuestiones, las posteriores relaciones entre las gentes de
puede encontrarse en mi texto “Colonialidad y mo-
este mundo, y en especial entre “europeos”
dernidad / racionalidad” en Perú Indígena (Lima),
Vol. 13, N° 29, 1991. y no-europeos, sobre si los aborígenes de
“Raza”, “etnia” y “nación” en Mariátegui 759

América tienen “alma” o no; en definitiva si Pero en esas nuevas identidades quedó fi-
tienen o no naturaleza humana. La pronta jada, igualmente, la idea de su desigualdad,
conclusión decretada desde el Papado fue concretamente inferioridad, cultural, si se
que son humanos. Pero desde entonces, en quiere “étnica”3.
las relaciones intersubjetivas y en las prác- Esa es la idea que comanda y preside, des-
ticas sociales del poder, quedó formada, de de el momento inicial de la conquista, el es-
una parte, la idea de que los no-europeos tie- tablecimiento de los roles sociales, inclusive
nen una estructura biológica no solamente
diferente de la de los europeos; sino, sobre 3 No de otro modo puede entenderse la polémica,
todo, perteneciente a un tipo o a un nivel entre teólogos y juristas españoles, sobre la natura-
“inferior”. De otra parte, la idea de que las leza de los “indios” de “América” respecto de los hu-
diferencias culturales están asociadas a ta- manos; sobre si tienen o no “alma”; y sí, por lo tanto,
les desigualdades biológicas y que no son, pueden ser tratados como bestias o tienen que ser
tratados como gentes, aunque por supuesto domi-
por lo tanto, producto de la historia de las nadas. Cuando se formaliza esa idea en la categoría
relaciones entre las gentes y de éstas con “raza” y en el “racismo” resultante, no se refiere ante
el resto del universo. Estas ideas han con- todo a las diferencias fenotípicas entre las gentes:
figurado profunda y duraderamente todo un color de piel, ojos, cabello, etcétera, etcétera. Por-
complejo cultural, una matriz de ideas, de que eso es real, pero banal. No tiene relación con las
“facultades” humanas, inteligencia, etcétera, etcéte-
imágenes, de valores, de actitudes, de prácti- ra. La idea de “raza” se refiere a que esas diferencias
cas sociales, que no cesa de estar implicado son parte del desigual nivel de desarrollo biológico
en las relaciones entre las gentes, inclusive entre los humanos, en una escala que va desde la bes-
cuando las relaciones políticas coloniales ya tia al europeo. Se trata, pues, de una diferencia de
naturaleza entre los miembros de una misma espe-
han sido canceladas. Ese complejo es lo que
cie. La discusión entre los conquistadores íberos fue
conocemos como “racismo”. más lejos: estaba en cuestión la misma pertenencia
Como los vencedores fueron adquirien- de los “indios” a la especie humana. Otras variantes
do durante la Colonia la identidad de “eu- de la idea de “raza” se refieren a la relación entre las
ropeos” y “blancos”, las otras identidades diferencias fenotípicas y culturales entre los miem-
bros de la especie humana. Pero ninguna variante ha
fueron asociadas también ante todo al color
dejado de otorgar a los europeos la posición primada
de la piel, “negros”, “indios” y “mestizos”. en esa historia.
760 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de actividades, asignados a los no-europeos cuencia, la peculiar combinación de “racis-


en América. Y es desde aquí que se transporta mo” y “etnicismo” que se desarrolló desde
y se reproduce como modo específico de las entonces hasta convertirse en un compo-
relaciones coloniales entre europeos y no eu- nente central del poder en todo el mundo, la
ropeos, primero en Asia y África, y más tarde colonialidad, sobre todo entre lo europeo y
extendida a todas las relaciones entre euro- lo no-europeo.
peos y no-europeos. La prolongada duración del mundo co-
El colonialismo es un modo de poder de lar- lonial del capitalismo enraizó, profunda y
ga antigüedad. En todas partes ha producido perdurablemente, la idea de las distinciones
“etnias” y “nacionalidades”. Y el “etnicismo” biológicas y su categoría resultante “raza”,
ha sido, probablemente, un elemento frecuen- no solamente entre los europeos, sino igual-
te del colonialismo en todas las épocas. En mente entre los colonizados. Sobre esa base,
algunos casos fue llevado al extremo, se en- la “superioridad racial” de los “europeos” fue
costró en las relaciones de “castas” y originó admitida como “natural” entre todos los inte-
segregaciones brutales, como la de los “into- grantes del poder. Porque el poder se elaboró
cables” en la India o la de los “burakumin” en también como una colonización del imagina-
el Japón. Pero en esos casos la discriminación rio, los dominados no siempre pudieron de-
se funda no en distinciones biológicas, sino en fenderse con éxito de ser llevados a mirarse
la valorización social y cultural de las activi- con el ojo del dominador.
dades de cada grupo. En la India antigua, tal Respecto de la experiencia colonial ameri-
valorización parece asociada a las ideas de lo cana, lo que hoy suele conocerse con los tér-
puro y de lo impuro dentro del respectivo uni- minos de “etnicidad” y “etnicismo”, separado
verso cultural4. de sus connotaciones estrictamente racistas,
El “racismo” no parece, pues, haber exis- probablemente no se registra sino muy pa-
tido antes de América y menos, en conse- sada la violencia cotidiana de la conquista,
acompañando, en ciertos casos, al asombro
del descubrimiento de que los “indios” ha-
4 Véase, acerca de estas cuestiones: Dumont, Louis
bían vivido en mundos socioculturales desa-
1986 Homo Hierarchicus. Le systeme de castes et ses
implications (París: Gallimard). rrollados, inclusive más sofisticados que los
“Raza”, “etnia” y “nación” en Mariátegui 761

que habitaban las pobres y rústicas estepas bién la fuente central de la resistencia cultu-
castellanas anteriores a la conquista ameri- ral por encima del tiempo5.
cana. Y no se trataba solamente de colosales Y desde temprano, los propios intelectuales
“Imperios” como el inca o el azteca, sino de de las “razas” vencidas (Guamán Poma de Aya-
los complejos universos intersubjetivos de la, Santa Cruz Pachacuti Salcamayhua o el pro-
sus habitantes. feta maya del Chilam Balam de Chumayel); o
Sin duda, fueron principalmente los inte- los “mestizos” (Blas Valera, Garcilaso el Inca),
lectuales entre los conquistadores los que aprenderán los códigos culturales de los ven-
primero admitieron esos rasgos históricos cedores para trasmitir por encima del tiempo,
de los vencidos. Los frailes, en primer lu- cada “raza” a su modo, esa misma lección.
gar, que se interesan por esa subjetividad, En el largo período desde entonces, la idea
la testimonian, la debaten, aunque sin dejar de “raza” va llenándose de equívoco. No deja su
de reprimirla. Así, por mucho que su ideolo- prisión original, que todo el tiempo mienta la di-
gía católica de la Contrarreforma le mueva a ferencia de naturaleza entre vencedores y ven-
condenar como diabólicas las creencias de cidos, la “superioridad” biológico / estructural
los sacerdotes aztecas, Fray Bernardino de de los primeros y, en general, de los “europeos”
Sahagún no logrará siempre ocultar su admi- sobre todos los no europeos, incluidos los “mes-
rativo asombro por el vasto, denso, complejo tizos”. Pero va admitiendo imágenes, inclusive
y encendido universo religioso, intelectual, certidumbres, de que las diferencias entre euro-
mental que los sacerdotes aztecas van des- peos y no-europeos son históricas, culturales,
plegando ante él. El fraile sospecha, pero y no de “naturaleza”. Las ideas que se cobijan
no puede, o no quiere quizás, impedir que a bajo las categorías actuales de “etnia” y “etnici-
través de él los sacerdotes estén trasmitien-
do para muchos siglos después el mensaje
de una extraordinaria cultura. Ávila, por su 5 Véanse: De Sahagun, Bernardino Fray 1988 Histo-
parte, perseguirá y reprimirá sin tregua ese ria General de las cosas de Nueva España (Madrid:
universo, como reconocimiento implícito de Alianza). 2 Vols.; De Ávila, Francisco 1966 Dioses y
Hombres de Huarochiri (Lima: Museo Nacional de
que enfrentaba no solamente el desafío ma-
Historia / Instituto de Estudios Peruanos). Traducción
yor para la dominación colonial, sino tam- y edición de José María Arguedas.
762 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

dad” han terminado invadiendo y habitan ahora imágenes nunca han dejado de andar entrela-
la categoría de “raza”6. Desde entonces, ambas zadas para dirimir la desigualdad de europeos
y no-europeos en el poder, y han producido de
ese modo lo que en nuestros términos de hoy
6 La separación formal entre “raza” y “etnia” ingresa
bastante tarde, probablemente ya en el siglo XIX, para llamamos “racismo” y “etnicismo”.
separar biología de cultura, aunque no siempre clara- En las áreas britano-americanas, el proceso
mente. Algunos autores afirman que no hay registro es muy distinto. Cuando los ingleses llegan a
del uso de términos como “étnicos” o “etnicidad”, sino Norte América a comienzos del siglo XVII, lo
hasta hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Es
dudoso, no obstante, que Mariátegui sea el inventor de
que encuentran son “naciones” entre las pobla-
la palabra “étnica”, que usa antes de 1930. De hecho los ciones aborígenes de ese territorio. Y durante la
términos “etnología”, “etnografía”, que implican la idea mayor parte del período colonial establecieron
de “etnia” y “étnico”, están en uso desde temprano en el con ellas relaciones inter-“naciones”, aunque
siglo anterior. Parece ser que los franceses comenzaron no del mismo nivel que entre las europeas: co-
a usar la idea de “etnia” para tratar las diferencias cultu-
rales dentro de una misma “raza”, la “negra” en las colo-
merciaron con las “naciones” indias; hicieron
nias de África. Si bien no implica siempre la causalidad pactos con ellas; y las hicieron sus aliadas en
biológica de la cultura, el término “etnia” alienta, obvia- las guerras inter-europeas (ingleses, franceses
mente, la idea colonial de la “inferioridad cultural” de y holandeses) por la hegemonía en esos territo-
los colonizados, por su carácter de “etnias”. De allí la rios. El exterminio masivo de esas poblaciones
idea de que la Etnología o la Etnografía fueran estable-
cidas como disciplinas de estudio de las culturas de los es posterior a la Independencia o Revolución
colonizados. Los europeos no eran “etnias” entonces, americana. Sin embargo, cuando los “negros”
sino “naciones”. En ese sentido, los pobladores de los son incorporados a la nueva sociedad colonial,
países latinoamericanos no son “etnias” en sus respeci- el tratamiento es bien distinto. Es la idea de
vos países, salvo si son “indios”. Pero cuando emigran
“raza” lo que allí cuenta. Y el “racismo” adquie-
a los Estados Unidos ingresan en un explícito proceso
de “etnificación” como “hispanica”, “latinoamericans”, re allí una extrema virulencia.
“chicanos”, “newyoricans”, etc., parte del proceso de Es curioso a ese respecto, notable en ver-
diferenciación cultural en la población del país entre dad, que cuando los ingleses colonizan África,
“native americanas”, “african americans”, “latinameri- más tarde, lo que allí encuentran son “tribus”.
cans”, etc., respecto de la población “étnicamente” do-
minante, los “anglos”, según los “chicanos” o “wasps”
Lo notable de eso es que, en esos territorios
(White-anglo-saxo-protestant). africanos, habitaban sociedades y organizacio-
“Raza”, “etnia” y “nación” en Mariátegui 763

nes políticas mucho más complejas y desarro- esfuerzo de separar las cuestiones culturales
lladas que entre los aborígenes de América del de la cuestión “racial”, está de todos modos
Norte en el siglo XVII. Esa nueva “categoría” originado inequívocamente en la perspectiva
repercutirá enseguida sobre las relaciones con cognitiva asociada a la colonialidad del poder.
los “indios” norteamericanos. En el siglo XIX, En apariencia, sirve para marcar las diferen-
en efecto, los nuevos “americanos” del Norte, cias histórico-culturales entre los no-europeos.
no tardarán en llamar también “tribus” a las so- Pero termina sirviendo, ante todo, para marcar
ciedades aborígenes que no fueron totalmente la desigualdad, la “inferioridad”, cultural de
exterminadas. La idea de “raza” terminó reem- aquellos con los europeos.
plazando a la idea de “naciones”, también, para
el trato de los dominantes con los “indios”,
ya no sólo con los “negros”. Desde entonces, Poder y cultura
“racismo” y “etnicismo” forman, en Estados en América Latina
Unidos, una ideología más explícita que en las
áreas “latinas” de América y una práctica fre- ¿Por qué los íberos son llevados a polemizar
cuentemente más violenta7. tanto tiempo si los “indios” son bestias o huma-
Los franceses, por su parte, acuñaron el tér- nos? ¿Por qué los colonos britano-americanos
mino “etnia” durante su dominación colonial al comienzo encuentran “naciones” entre los
sobre África, para dar cuenta de las especifi- “indios” de América del Norte, y reencuentran
cidades y diferencias culturales entre los pue- después la idea de “raza” para los “negros” y
blos africanos8. Aunque el término indica un para los “indios”? ¿Por qué los franceses acu-
ñan el calificativo de “etnias” para los pueblos
no-europeos? ¿Por qué, finalmente, todos ellos
7 A eso debe su explicación, sin duda, la vigencia de terminan admitiendo, separadas o en sus cu-
toda un área de los estudios y de la cátedra en las uni- riosas combinaciones, la idea de “raza” y la de
versidades de los Estados Unidos: “race and ethnicity”.
“etnia”, para manejar las relaciones entre euro-
8 El término nació y existe impregnado de colonialidad. peos y no-europeos?
En rigor es un preciso signo de “etnicismo”, puesto que a
Esas preguntas requieren aún investigaciones
ningún antropólogo se le ocurriría llamar “etnia” a los fran-
ceses o a los alemanes. Ellos son, obviamente, una “nación”. muy extensas antes de ser contestadas. Pero en
764 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

el caso de los íberos conquistadores de la futura etapa final, se procesa ya junto con las disputas
América, no parece arbitrario sugerir, en primer religiosas y políticas que en Europa llevan a la
término, que se trata de un hecho en la cultura Reforma y a la Contrarreforma. La combina-
de los futuros colonizadores. En segundo lugar, ción de ese conflicto intra-cristiano con el que
que ese hecho cultural está ligado originalmente los enfrenta a los musulmanes, probablemente
a la experiencia e ideología religiosas. Tercero, es uno de los factores decisivos que conducen
que la historia de América señala, una vez más, a la exasperación de la ideología religiosa entre
la cultura como una de las caras de todo poder, los íberos. De ese modo, al término de la guerra
de todo fundamento del poder. con los musulmanes, aquellos están listos para
Lo que diferencia a los íberos de los britanos, ser carne de la caldeada y feroz ideología de la
en su encuentro con los aborígenes de “Améri- Contrarreforma y de la Inquisición, una forma
ca”, es que cuando los primeros llegan aquí un y un momento de resistencia a la modernidad /
siglo antes que los otros, están apenas saliendo racionalidad emergente. En su libro, la idea del
de una larga guerra contra los musulmanes y “pagano” llega a América deformada hasta no
de la conquista de las sociedades arábigas del caber, ya no sólo en el reino de los cielos, sino
Sur de la Península Ibérica9. Esa guerra, en su ni siquiera en el terrestre reino de lo humano.
El encuentro con un “pagano” tan desconocido
9 La noción de “reconquista” es puramente mítica. Im-
plica la idea de la existencia de la categoría histórica “Es-
paña” antes del siglo VIII d.C., lo que obviamente carece origen, no mucho después, a una innovación notable en
de todo sentido. Lo que los árabes ocupan y dominan la tecnología militar de su tiempo, los famosos “tercios
son poblaciones pos-románicas. Y durante ocho siglos españoles”. Ella será decisiva en la disputa hegemónica
en ese espacio se configura una sociedad compleja, rica, en el resto de Europa y hará, por un momento, de los
productiva, culta, que durante un momento se yergue señores castellanos, ya enriquecidos con América, los
como el “centro” del mundo del Mediterráneo de enton- dueños de esa hegemonía. Pero su atraso cultural puede
ces. Esa sociedad es la que derrotan y conquistan los se- medirse también, probablemente, por el hecho de que
ñores del Norte de la Península. Ellos son dominadores no fueron capaces de dar a sus fabulosos recursos co-
de sociedades señoriales, rurales, más bien atrasadas, loniales y a su poder militar otro destino que perseguir,
poco sofisticadas culturalmente, poco productivas. Pero a escala europea esta vez, la para entonces ya obsoleta
en la permanente guerra con los árabes musulmanes se gloria del señorío. Condenaron a “España” y pronto a sus
han hecho guerreros fuertes y diestros, capaces de dar ex colonias, a un largo “subdesarrollo”.
“Raza”, “etnia” y “nación” en Mariátegui 765

y tan distinto como los aborígenes de las islas los términos apropiados a la relación con otros
del Caribe, semidesnudos o desnudos en el pueblos, “naciones”.
calor del trópico, habituados a bañarse varias Así, entre íberos y britanos la categorización
veces por día, exacerba ese núcleo ideológico de las gentes de pueblos diferentes no procede,
hasta el punto de negar a los vencidos, ya cata- al comienzo, de los mismos criterios, porque
logados como “indios”, no tan sólo derecho al provienen de culturas diferentes. Y esas dife-
reino de los cielos, sino hasta un modesto lugar rencias tienen sus principales raíces en las di-
entre los pecadores10. versas ideologías religiosas. Fue, no obstante,
Los britanos, en cambio, un siglo después la común experiencia de la colonización, de la
proceden, precisamente, de la Reforma, ele- explotación y de la dominación, de una parte; y
mento clave del matrimonio del poder con la de otra parte, la formación de la categoría “Eu-
modernidad / racionalidad. Por eso, es en su ropa” como centro del mundo del capitalismo
libro (la Biblia de San Jaime) que encuentran colonial, lo que irá llevando a ambos grupos de
colonizadores –esto es, ya como iberoamerica-
nos y britano-americanos– a un cauce ideológi-
10 La figura de “limpieza de sangre”, establecida en la co común respecto de las relaciones de poder
Península Ibérica en la lucha contra musulmanes y ju- entre europeos y no-europeos.
díos, es probablemente el más próximo antecedente de El proceso de formación del mundo colo-
la idea de ‘raza’ que se establece durante la conquista
de las sociedades aborígenes de América, así como de nial es el contexto histórico dentro del cual
la “limpieza étnica” practicada en la Alemania nazi y en se va constituyendo y definiendo “Europa”
la actual ex Yugoeslavia. La “limpieza de sangre” ori- como categoría histórica particular y distin-
ginada en la ideología religiosa, implica curiosamente ta, y como centro hegemónico de ese mundo.
que las ideas y las creencias, la cultura, se trasmiten por
Es parte del mismo proceso la elaboración
la “sangre”. Durante la colonización de los aborígenes
americanos, la idea básica que es codificada después de la nueva racionalidad que funda la moder-
como “raza” es, precisamente, que por determinaciones nidad y se asocia con ella. Por eso, los eu-
biológicas los “indios”, inclusive cuando ya se les reco- ropeos y sus descendientes en las colonias
noce como parte de la especie humana, tienen cultura tienen el papel central en esa elaboración.
“inferior” y no pueden tener acceso a una “superior”..
Una de las implicaciones de todo ello es que
Pues eso es, en primer término, en lo que “raza” consis-
te: la asociación causal entre biología y cultura. el nuevo modo de producir conocimiento, su
766 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

perspectiva central y sus categorías específi- se universalizaba, el capitalismo. Pero de ese


cas, no podrían ser elaborados independien- modo, la perspectiva general, los paradigmas
temente de las experiencias, ideas, imágenes centrales y las categorías principales fueron
y prácticas sociales implicadas en la colonia- elaborados también como expresión de esa
lidad del poder. centralidad europea y de la colonialidad de las
La racionalidad / modernidad eurocén- relaciones de poder. Esto es, resultaron euro-
trica se establece, por eso, negando a los céntricas. Y conforme Europa fue diferencián-
pueblos colonizados todo lugar y todo pa- dose e identificándose más perfiladamente,
pel que no sean el de sometimiento, en la la racionalidad / modernidad fue haciéndo-
producción y desarrollo de la racionalidad. se todavía más europea y eurocéntrica, más
O, como Hegel diría, expresamente (Leccio- provinciana en consecuencia, sin dejar de ser
nes de filosofía de la Historia), refiriéndose universalmente hegemónica. Esa es la racio-
nada menos que a México y Perú precolom- nalidad / modernidad en cuya crisis estamos
binos, que toda “aproximación del Espíritu” hoy envueltos11.
implicaba necesariamente la destrucción de Todo ello sirve para insistir en que aque-
las culturas aborígenes de América. El “Es- llas identidades históricas coloniales –“indio”,
píritu”, pues, resulta un exclusivo privilegio “negro”, “blanco” y “mestizo”– y el complejo
europeo. Pero, como ahora puede verse, no “raza” / “etnia” y sus consecuencias en el poder
hay nada de sorprendente en eso: se trata, contemporáneo, son hechos que ocurrieron y
desde el comienzo y en sus fundamentos, del ocurren en la cultura, en las relaciones inter-
“Espíritu” de la colonialidad. subjetivas que forman la otra cara del poder, el
Esa versión peculiar de la racionalidad / otro fundamento del poder; y son igualmente
modernidad es, en la propia Europa, un pro- originados y fundados en esa misma dimensión
ducto de la imposición hegemónica del centro de la existencia social. Que están, sin duda,
y norte europeos sobre el Mediterráneo, y de
la derrota de las opciones rivales en los pro-
pios países dominantes. Ganó más tarde he- 11 Sobre estas cuestiones, ver: “Colonialidad y ra-
cionalidad / modernidad”, Op. cit. Y Quijano, A. 1988
gemonía universal porque esa nueva Europa
Modernidad, identidad y utopía en América Latina
retuvo su lugar de centro del mismo poder que (Lima: Sociedad y Política Ediciones).
“Raza”, “etnia” y “nación” en Mariátegui 767

todo el tiempo asociados a, e implicados en, Raza, etnia y nación


las relaciones sociales materiales, ante todo
en las formas de explotación o relaciones de En la victoria final de esa versión eurocéntrica de
producción; que se modulan y se condicionan la racionalidad / modernidad, el “Estado-nación”
recíprocamente con estas relaciones; pero no fue el agente central y decisivo. La derrota de las
son sus consecuencias, derivaciones, reflejos o opciones rivales en la propia Europa no hubiera
superestructuras. Y no se identifican, ni se fun- ocurrido sin él. Porque este fenómeno, en su rea-
dan, ni se agotan en ellas12. lidad y en su mistificación, está ligado siempre a
Hay un hecho en la cultura de América toda, un proceso de colonización y de desintegración
y en la de América Latina en particular, que de unas sociedades y unas culturas por otras.
implica a todo el mundo de hoy en su globa- La formación del mundo colonial del capitalis-
lidad y que precisa ser reconocido, puesto en mo se caracterizó, entre otras cosas, por un doble
cuestión, debatido y evacuado: la colonialidad movimiento de colonización. En Europa implicó
del poder. Ese es el primer paso en dirección la derrota de unas culturas en favor de otras, cu-
de la democratización de la sociedad y del Es- yos portadores tomaron el control del proceso de
tado; de la reconstitución epistemológica de formación de los Estados naciones. En el resto
la modernidad; de la búsqueda de una racio- del mundo, implicó la colonización de socieda-
nalidad alternativa. des y culturas en favor de aquellos Estados nacio-
nes. Ambos fenómenos ocurrieron en el mismo
proceso, en el mismo movimiento histórico. De
12 Eso es otro modo de decir que el poder es un fe- otro modo, el carácter del mundo colonial ameri-
nómeno multidimensional, una vasta familia de catego- cano, íbero o britano, no hubiera sido el mismo.
rías, que se constituye en la articulación histórica de
distintas dimensiones de la experiencia humana como Inclusive, difícilmente habría sido practicable la
existencia social; que de ese modo, y en esa medida, colonización perdurable de las sociedades no-
constituye una totalidad estructurada, presidida por europeas, y para comenzar, en América13.
una lógica central o hegemónica, pero todo el tiempo
disputada y contradicha por otras lógicas, diversas en-
tre sí; subalternas sí, secundarias también, e histórica- 13 Los estudios acerca de las interdependencias entre
mente heterogéneas. No es un edificio en que cada piso los procesos de colonización de unas sociedades y
es engendrado en y por el anterior. culturas, y la formación de “naciones Estados” en otras,
768 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Probablemente eso explica porqué la cues- Independencia nacional, la descolonización del


tión nacional emerge primero en el mun- poder social y la revolución social.
do colonial americano, en el curso del siglo En el mundo colonial iberoamericano, en
XVIII, ya que la lucha contra la dominación cambio, la única revolución con real potencial
política de Europa, al comienzo, no se plantea descolonizador, Tupac Amaru, es derrotada.
solamente como ruptura y corte de esa domi- Por eso la Independencia de las colonias ibe-
nación, sino también como descolonización, roamericanas no equivalió a –no produjo– un
esto es, como democratización de la propia proceso de descolonización, esto es, de nacio-
sociedad que pugna por la independencia nalización de la sociedad y del Estado; ni un
frente al imperio. proceso de revolución de las relaciones mate-
La independencia de las colonias britano- riales de explotación.
americanas es el primer momento de ese pro- En Europa, por su lado, la cuestión nacio-
ceso. De allí su nombre de Revolución ameri- nal, como problema de democratización de las
cana. Sin embargo, la experiencia más radical relaciones de poder, se plantea en el marco del
ocurre y no por casualidad, en Haití. Allí, es la primer proceso radical de revolución social,
población esclava y “negra”, la base misma de durante la Revolución francesa. En ambas par-
la dominación colonial antillana, la que destru- tes del mundo del colonialismo capitalista, la
ye junto con el colonialismo, la propia colonia- cuestión nacional en ese período sólo tiene
lidad del poder entre “blancos” y “negros” y la sentido real cuando emerge como problema de
sociedad esclavista como tal. Tres fenómenos nacionalización de la sociedad, el cual consiste
en el mismo movimiento de la historia. Aunque en todas partes en un proceso de democratiza-
destruido más tarde por la intervención neoco- ción más o menos profunda, más o menos radi-
lonial de los Estados Unidos, el de Haití es el cal, de la sociedad y de su Estado.
primer momento mundial en que se juntan la Lo paradójico, desde esta perspectiva, es
que después de la Emancipación, la cuestión
del Estado-nación en América Latina –esto es,
no son aún muy numerosos, pero la cuestión ha sido la América poscolonial– no se plantea realmen-
aludida ya más de una vez. Por ejemplo: Wallerstein,
te en el mismo sentido inicial. Derrotados los
Immanuel 1989 (1974) The Modern World-System
(Nueva York: Academic Press) 3 Vols. movimientos sociales descolonizadores desde
“Raza”, “etnia” y “nación” en Mariátegui 769

fines del siglo XVIII, el “Estado-nación” es es- fronteras de un Estado. Eso planteó inmedia-
tablecido precisamente por los que heredan los tamente el así llamado “problema indígena” y,
privilegios del poder colonial. Es decir, como aunque innominado, el “problema negro”. Bajo
imposición de sus intereses sobre los de todos su influencia, se han llevado a cabo genocidios
los demás sectores y, en primer término, los de masivos de “indios” (así como en EE.UU.), en
“indios” y “negros”. En consecuencia, como una Argentina, Uruguay y Chile. O se ha intentado
mistificación. De ese modo, el “Estado-nación” llevar a “indios” y “negros” a optar por la “mo-
en América Latina no ha dejado de ser –salvo dernidad” eurocéntrica por la fuerza, no obs-
parcialmente en algunos países– expresión po- tante la densidad de sus propias orientaciones
lítica de la colonialidad de la sociedad. Y no ha culturales, diferenciables sin duda aún después
dejado de ser agente de la hegemonía del euro- de 500 años. O se recurre a velar, inclusive a
centrismo en la cultura latinoamericana. negar, la colonialidad de las relaciones, el racis-
Esa peculiar historia del problema de la na- mo, el etnicismo y sus combinaciones.
ción y del Estado-nación en la América Latina La “nación” que se sigue intentando inventar
poscolonial, no podría ser explicada sino por el de ese modo, es una idea que en Europa casi
predominio, en realidad el pleno dominio, del llegó a ser posible en ciertos casos (Francia,
eurocentrismo entre las etnias / clases domi- por ejemplo), porque la destrucción de unas
nantes y en los grupos intelectuales desde fines culturas y “etnias” en favor de otras, pudo reali-
del siglo XVIII y que se hace particularmente vi- zarse sin producir una colonialidad perdurable
rulento durante el siglo XIX. Es sólo durante el del poder, porque no intervenía en esos proce-
siglo XX, desde los comienzos de la Revolución sos el “factor raza” (como diría Mariátegui)14.
mexicana, que el eurocentrismo ha sido puesto
en cuestión y gradual y parcialmente va siendo
14 Sin duda, una muy eficiente demostración de la
puesto en crisis. actuación del “factor raza” en la formación de la “na-
La mirada eurocentrista de la realidad so- ción francesa” antes de la Segunda Guerra Mundial,
cial de América Latina, llevó a los intentos de es la actual resistencia de una gran parte de los ciu-
construir “Estado-nación” según la experien- dadanos franceses a considerar igualmente franceses,
esto es, miembros de la “nación francesa” a los naci-
cia europea, como homogenización “étnica”
dos en Francia que no sean “blancos”, como ocurre
o cultural de una población encerrada en las con los hijos de los migrantes norafricanos. El debate
770 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

El “Estado-nación” pudo llegar a ser inclusive, Latina: “La tesis de que el problema indígena
después de las revoluciones sociales de toda es un problema étnico no merece siquiera ser
una centuria, un instrumento de democratiza- discutida”, llega a decir (“Punto de vista anti-
ción relativa de la sociedad. imperialista”. En adelante lo citaré como PVA).
En América Latina, en cambio, esa misma En cambio, no hace reparo alguno a la catego-
vía es imposible si es pensada realmente con ría “raza”, es cierto, pero hay que admitir que
autenticidad, mientras no sea erradicada la co- sobre ésta sus ideas no están libres de ambi-
lonialidad del poder; o perfectamente transita- güedad.
ble si bajo ese membrete se trata, como todo Es temprano aún para dejar estas cuestiones
parece indicar hasta ahora, de perpetuar ese resueltas. Esto es, se requieren más estudios
poder. Por esas razones es indispensable abrir específicos acerca de las fuentes intelectuales
ahora, de nuevo, el debate de esas cuestiones. de Mariátegui en estos asuntos y sobre el movi-
Mariátegui puede ofrecer un punto de partida. miento de su propia reflexión. Por eso, aquí se
trata apenas de sugerir ciertas pistas.
En primer lugar, antes de 1930 la categoría
Cuestiones abiertas de “etnia” aún estaba haciendo su ingreso en
la problemática antropológica, por medio de
Una de las intrigas no resueltas en el debate ma- los franceses, y sobre todo respecto de las
riateguiano es su peculiar empleo de las catego- poblaciones africanas colonizadas. Probable-
rías “raza” y “etnia”, de una parte; y, de la otra, mente en la atmósfera intelectual europea de
el cordón umbilical que liga su noción de “raza” entreguerras, el olor colonialista de la catego-
con sus ideas sobre la “cuestión nacional”. ría era muy intenso, puesto que era entonces
Como es sabido, él recusó con rotundidad la más patente que hoy que el término servía para
pertinencia de la categoría “etnia” para deba- marcar las desigualdades, en términos de “infe-
tir la problemática de los “indios” en América rioridad” / ”superioridad” y no tanto las diferen-
cias culturales, entre colonizados y colonizado-
res, entre europeos o “blancos” y africanos o
actual sobre esa cuestión ilustra claramente cómo
“negros”. En todo caso, sin duda mucho más
opera en el mundo de hoy el complejo cultural “racis-
mo” / “etnicismo”. que ahora. En esa atmósfera intelectual, Ma-
“Raza”, “etnia” y “nación” en Mariátegui 771

riátegui no podía dejar de sentirse lejos de los no auge en el debate europeo de ese período,
atractivos del concepto de “etnia”. aún no había sido apropiado; lo que ocurriría
En cambio, la idea de “raza”, no era exac- muy poco después de la muerte de Mariátegui,
tamente recusada, pero había llegado a ser en como bandera ideológica de las corrientes polí-
algunos medios intelectuales y políticos euro- ticas más perversas, como el nazismo.
peos de entonces, suficientemente equívoca En efecto, es en esa línea que se apoya en
como para admitir, si no una equivalencia, sí Pareto, no obstante la perspectiva autoritaria
una vecindad o un parentesco con la idea de y jerarquizante de ese autor, contra la idea de
civilización. Esas son, seguramente, las versio- la “inferioridad racial” biológica o natural, en
nes que recoge Mariátegui durante su estadía la discusión del problema racial en América
europea, sobre todo en el debate del “materia- Latina (“El problema de las razas en América
lismo histórico” centroeuropeo, ya básicamen- Latina”. En adelante lo citaré como EPR). Pero
te incorporado al dominio del eurocentrismo15. admite la posible inferioridad histórica de las
Por lo demás, aunque el término estaba en ple- “razas” indígenas: “Las razas indígenas se en-
cuentran en la América Latina en un estado
clamoroso de atraso y de ignorancia, por la ser-
15 En los debates de la socialdemocracia europea vidumbre que pesa sobre ellas, desde la con-
acerca de la cuestión nacional y colonial, durante la Pri- quista española” (EPR). Apela a la autoridad
mera Guerra Mundial y en el período de entreguerras,
los más influyentes teóricos y líderes mostraron una de Bujarin para el mismo propósito: “Lo que
posición racista y etnicista, no obstante su oposición al nos interesa saber es si existe una diferencia
colonialismo. Kaustky, por ejemplo. Otros defendieron entre el nivel de cultura de los blancos y de los
el colonialismo europeo como favorable a los coloniza- negros en general. Ciertamente esa diferencia
dos. Bernstein, entre otros. Otros eran abiertamente co-
existe. Actualmente los blancos son superiores
lonialistas y racistas, como Hildebrand. Otras corrien-
tes sostenían la necesidad de terminar con el colonialis- a los otros. Pero ¿qué prueba eso? Prueba que
mo, pero no precisamente para dejar a los colonizados actualmente las razas han cambiado de lugar.
libres de optar sus modos de existencia, sino para hacer Y eso contradice la teoría de las razas” (EPR).
más lugar a políticas donde la cuestión nacional fuera De otro lado, en referencia a la situación chi-
resuelta en términos europeos. Ver, a ese respecto: Da-
na de ese momento (1929), no titubea en decir
vis, Horace 1967 Nationalism and Socialism (Nueva
York: MR Press). que la “colaboración [de los trabajadores chi-
772 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nos en la lucha antiimperialista. A. Q.] con la “Raza” sería una categoría básicamente bi-
burguesía china, y aún de muchos elementos dimensional. Mienta al mismo tiempo las ca-
feudales, se explica por razones de raza, de ci- racterísticas físicas y el estado de desarrollo
vilización nacional, que entre nosotros no exis- civilizatorio. Y aunque no hay ninguna indi-
ten” (PVA). cación acerca de las relaciones entre ambas
“Raza” parece ser, pues, para Mariátegui, dimensiones de la categoría, la última de ellas
una categoría que se refiere simultáneamente es, ante todo, vinculada a las relaciones de
a las características biológicas y a la historia producción. Por eso es que puede sostener
civilizacional particulares de un grupo huma- claramente: “Llamamos problema indígena
no. En esos términos puede hablar de la “raza a la explotación feudal de los nativos en la
blanca” y de las “razas indígenas” (EPR). En la gran propiedad agraria”. O, en el mismo senti-
primera de esas dimensiones del concepto, no do: “El problema indígena se identifica con el
admite la idea de “inferioridad / superioridad” problema de la tierra” (EPR).
racial. En la segunda, sí. De hecho, en todos los Empero la primera dimensión, física o bio-
textos está implícita la admisión de la idea de lógica, de la categoría no carece de importan-
la “raza blanca” como la más avanzada. Esta es cia. Así, Mariátegui afirma, de una parte, que
sinónimo de europea, obviamente, ya que siem- la explotación de las “razas indígenas” permite
pre está colocada en singular. Llega a frasear al imperialismo una mano de obra barata: “La
que hay una “civilización blanca”: “En el agro raza tiene, ante todo, esta importancia en la
feudalizado, la civilización blanca no ha creado cuestión del imperialismo”, afirma. Y añade en
focos de vida urbana [...]” (EPR). seguida: “Pero tiene también otro rol, que impi-
En cambio, existirían varias “razas indíge- de asimilar el problema de la lucha por la inde-
nas”. Señala, explícitamente: “Pueblos como el pendencia nacional en los países de la América
quechua y el azteca, que habían llegado a un con fuerte porcentaje de población indígena,
grado avanzado de organización social, retro- al mismo problema en el Asia o el África”. Ese
gradaron, bajo el régimen colonial, a la condi- rol es la diferencia de color: “los elementos feu-
ción de dispersas tribus agrícolas” (EPR). dales o burgueses, en nuestros países, sienten
Esa parece ser, quizás, la idea central por los indios, como por los negros y mulatos,
mariateguiana acerca de la cuestión racial. el mismo desprecio que los imperialistas blan-
“Raza”, “etnia” y “nación” en Mariátegui 773

cos”. Y poco más adelante: “Entre el señor o el De todos modos, con su reconocida perspica-
burgués criollo y sus peones de color, no hay cia, Mariátegui logró observar que el “problema
nada en común” (EPR). indígena” no podría ser resuelto sin la liquida-
Es mucho menos seguro lo que puede ser ción del gamonalismo y de la servidumbre. Al
inferido acerca de su idea de “etnia”. A veces mismo tiempo, puso también al descubierto que
pareciera hacerla exactamente equivalente a lo las relaciones de poder entre “blancos”, “indios”,
que suele entenderse por “raza” en su acepción “negros” y “mestizos”, no consistían solamente
estrictamente biológica. Pero eso no es inequí- en las relaciones de explotación, ni se origina-
voco. Dice, por ejemplo, que: “La raza india no ban en ellas, sino que implicaban también fenó-
fue vencida en la guerra de la conquista, por menos de otro carácter y de otro origen, como la
una raza superior étnica o cualitativamente; idea de “raza”. Ese es el sentido necesario de su
pero sí fue vencida por su técnica, que estaba comparación de las relaciones entre dominan-
muy por encima de la técnica de los aboríge- tes y dominadores en China o en el Perú, acerca
nes” (EPR). de la cuestión nacional.
Tampoco en la cuestión de “raza” se puede Sin embargo, a pesar del esfuerzo mariate-
estar seguro completamente. Por ejemplo, es guiano aquellas categorías no han dejado de se-
arriesgado decir con certeza qué está realmen- cretar sus inevitables implicaciones. Primero,
te implicado en el “factor raza”, término usado la disolución de una realidad heterogénea y di-
más de una vez en sus textos: “la influencia del versa en un discurso homogeneizador. Segun-
factor raza se acusa evidentemente insignifi- do, el bloqueo a percibir y poner en cuestión,
cante al lado de la influencia del factor econo- explícitamente, el hecho cultural que está im-
mía”, dice en un momento, para oponerse a la plicado en la base misma del poder en América
idea de una superioridad racial del indio y de Latina: el complejo “raza”-”racismo”-”etnia”-
su presunta misión racial en el “renacimiento ”etnicismo”. Esos problemas hacen difícil el
americano”; y para defender la necesidad de debate actual de la colonialidad del poder.
los productos mentales y materiales del capi- En un sentido muy preciso, la “nación” en
talismo europeo para un “Estado socialista”. América Latina implicaría o una radical redefi-
“Raza” aquí parece reducirse, de nuevo, a sólo nición de la categoría, sacarla de su matriz eu-
uno de sus elementos, el biológico. rocéntrica, aunque eso no parece viable actual-
774 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

mente. O una destrucción prácticamente total de esa magnitud histórica no ocurriría sin
de la diversidad “étnica” o histórico-cultural, un conflicto de vastas proporciones y con-
para producir una nueva etnicidad global o una secuencias, que subvirtiera las relaciones
única “nacionalidad”, en los términos eurocén- intersubjetivas del poder y produjera una
tricos. Eso levanta algunos problemas básicos. mutación de identidades.
3. No hay ninguna razón que asegure que la
1. Después de 500 años esa homogeneización descolonización del poder llevaría necesa-
histórico-cultural no ha ocurrido, no solamen- riamente a la formación de una “nación”, en
te, por la resistencia cultural de los domina- lugar del establecimiento de nuevas identida-
dos, sino en la misma medida por la coloniali- des, si se quiere, “nacionales”; ni, por conse-
dad (etnicista / racista) de la perspectiva y de cuencia, a afirmar los actuales “Estados na-
la práctica social de los dominadores. Así, se ciones”; o a la formación de un “Estado-na-
hace visible que la producción, reproducción ción” en lugar de uno “plurinacional”; o, por
o cambio de identidades históricas no son el qué no, de nuevos “Estados naciones”; o can-
resultado del comportamiento de un agente didatos a ello, disputando, inevitablemente
histórico aislado, sino parte de la historia de con violencia, espacios de dominación.
las relaciones de poder. La identidad no es un
atributo inmanente a los pueblos, grupos o in- En primer término, porque la descolonización
dividuos. Es siempre un modo y un momento del poder social implicaría el reconocimiento
de las relaciones entre esas categorías. de las diferencias históricas, culturales, “étni-
2. Nada sugiere que los actuales dominadores, cas”, entre los varios componentes de la pobla-
sus asociados en las capas intermedias o ción que habita el espacio de los actuales “Esta-
aún los propios dominados estén actualmen- dos naciones”. Segundo, porque por debajo de
te preparados para, o encaminándose hacia, las identidades coloniales es inevitable encon-
el abandono del complejo cultural “raza”- trar identidades históricas específicas, diver-
“racismo”-“etnia”- “etnicismo”. Bajo la crisis sas, sobre todo entre los “indios” (por ejemplo:
cultural en curso, es visible una suerte de aymaras, guaraníes, mayas, tarahumaras, etc.);
re-legitimación explícita de la dominación pero quizás también, en cierta medida, entre los
“racial”. En todo caso, un cambio cultural “negros”, aunque en ese caso ha ocurrido, pro-
“Raza”, “etnia” y “nación” en Mariátegui 775

bablemente, una “etnificación” relativamente e intermediarios no han cesado de hacer es-


más homogénea, o que tiende en esa dirección, fuerzos para empujar la realización de esa mis-
dados el desenraizamiento cultural tan prolon- ma idea de “Estado-nación”, sin duda como un
gado, y una tan continuada y larga presión ho- modo de lograr alguna democratización del po-
mogeneizante de los dominadores. der. No por casualidad, tales esfuerzos no han
Es necesario recordar que el “problema indí- sido exitosos, o lo han sido muy parcialmente.
gena” se planteó, precisamente, para discutir y Y aún así, sólo bajo condiciones revoluciona-
resolver en términos “raciales” la “cuestión na- rias. El actual espejo mexicano es, en este sen-
cional”. Los liberales argentinos y los chilenos tido, más que ilustrativo.
se decidieron por el exterminio de la “raza in- A la hora de la globalización del poder mun-
dia” para tener una población “nacionalmente” dial, todos esos problemas vuelven al primer
homogénea. Porque es obvio que no se trataba plano del debate. Ese nuevo debate ya está
de una homogenización cultural, si se tiene en asediado de riesgos. De una parte, una reco-
cuenta que la migración de “eslavos”, “judíos” y lonización de los pueblos en los términos de
“latinos” se promovía a pesar de sus recíprocas esa nueva globalidad y de sus controladores.
diferencias culturales o “étnicas”, por ser todos De otro lado, la producción y reproducción de
ellos de “raza blanca”. Esos son exactamente identidades generadas, precisamente, en aquel
los mismos problemas que se plantearon tam- contexto de poder, y en consecuencia, como
bién en el áspero debate norteamericano du- hace 500 años, sobre la base de categorías de
rante la conquista de los territorios mexicanos, ese nuevo carácter colonial.
y que también estuvieron implicados en la gue- Todo ello apunta a la necesidad de abrir de
rra civil que siguió a esa conquista. nuevo estas cuestiones, sacar a luz los orígenes y
Las categorías que están en la base de la co- el carácter de las categorías que aún dominan el
lonialidad del poder, han sido mantenidas y re- pensamiento de los pueblos originados en la vio-
producidas por los dominadores, precisamente lencia de la dominación colonial y, por eso, con
junto con la del “Estado-nación”. No obstante, problemas de identidad. En tales cuestiones pa-
los sectores urbanos de los grupos dominados recen residir, aún, las claves de América Latina.
Colonialidad del poder,
eurocentrismo y América Latina* **

L a globalización en curso es, en primer


término, la culminación de un proceso
que comenzó con la constitución de América
una construcción mental que expresa la ex-
periencia básica de la dominación colonial
y que desde entonces permea las dimensio-
y la del capitalismo colonial / moderno y eu- nes más importantes del poder mundial, in-
rocentrado como un nuevo patrón de poder cluyendo su racionalidad específica, el eu-
mundial. Uno de los ejes fundamentales de rocentrismo. Dicho eje tiene, pues, origen y
ese patrón de poder es la clasificación social carácter colonial, pero ha probado ser más
de la población mundial sobre la idea de raza, duradero y estable que el colonialismo en
cuya matriz fue establecido. Implica, en con-
secuencia, un elemento de colonialidad en el
* El presente artículo fue publicado originalmente en:
patrón de poder hoy mundialmente hegemó-
Quijano, Aníbal 2000 “Colonialidad del poder, eurocen-
trismo y América Latina” en Lander, Edgardo (comp.) nico. En lo que sigue, el propósito principal
La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias es abrir algunas de las cuestiones teórica-
sociales. Perspectivas latinoamericanas (Buenos Ai- mente necesarias acerca de las implicancias
res: CLACSO) p. 246. En: <http://bibliotecavirtual.clac- de esa colonialidad del poder respecto de la
so.org.ar/ar/libros/lander/quijano.rtf>.
historia de América Latina1.
** Quiero agradecer, principalmente, a Edgardo Lan-
der y a Walter Mignolo, por su ayuda en la revisión de
este artículo. Y a un comentarista, cuyo nombre ignoro,
por sus útiles críticas a una versión anterior. Ellos, por 1 Sobre el concepto de colonialidad del poder, véa-
supuesto, no son responsables de los errores y limita- se: “Colonialidad y modernidad / racionalidad” (Quija-
ciones del texto. no, 1991a).
778 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

I. América y el nuevo patrón Raza, una categoría mental


de poder mundial de la modernidad

América se constituyó como el primer espacio La idea de raza, en su sentido moderno, no tie-
/ tiempo de un nuevo patrón de poder de voca- ne historia conocida antes de América3. Quizás
ción mundial y, de ese modo y por eso, como la se originó como referencia a las diferencias fe-
primera identidad de la modernidad. Dos proce- notípicas entre conquistadores y conquistados,
sos históricos convergieron y se asociaron en la pero lo que importa es que muy pronto fue cons-
producción de dicho espacio / tiempo y se esta- truida como referencia a supuestas estructuras
blecieron como los dos ejes fundamentales del biológicas diferenciales entre esos grupos.
nuevo patrón de poder. De una parte, la codifi- La formación de relaciones sociales funda-
cación de las diferencias entre conquistadores y das en dicha idea produjo en América identida-
conquistados en la idea de raza, es decir, una su- des sociales históricamente nuevas: indios, ne-
puesta diferente estructura biológica que ubica- gros y mestizos, y redefinió otras. Así, términos
ba a los unos en situación natural de inferioridad como español y portugués, y más tarde euro-
respecto de los otros. Esa idea fue asumida por peo, que hasta entonces indicaban solamente
los conquistadores como el principal elemento procedencia geográfica o país de origen, desde
constitutivo, fundante, de las relaciones de do- entonces cobraron también, en referencia a las
minación que la conquista imponía. Sobre esa nuevas identidades, una connotación racial. Y
base, en consecuencia, fue clasificada la pobla- en la medida en que las relaciones sociales que
ción de América, y del mundo después, en dicho
nuevo patrón de poder. De otra parte, la articula-
ción de todas las formas históricas de control del rica, el capitalismo y la modernidad nacieron el mismo
trabajo, de sus recursos y de sus productos, en día” (ILLA, 1991). Sobre el concepto de espacio / tiem-
torno del capital y del mercado mundial2. po, ver de Wallerstein (1997) “El espacio / tiempo como
base del conocimiento”.
3 Sobre esta cuestión y sobre los posibles antece-
2 Ver “Americanity as a Concept or the Americas dentes de la idea de raza antes de América, remito a
in the Modern World-System” (Quijano y Wallerstein, mi “‘Raza’, ‘etnia’ y ‘nación’ en Mariátegui: cuestiones
1992). También, la entrevista a Aníbal Quijano “Amé- abiertas” (Quijano, 1992a).
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 779

estaban configurándose eran relaciones de do- En América, la idea de raza fue un modo de
minación, tales identidades fueron asociadas a otorgar legitimidad a las relaciones de domina-
las jerarquías, lugares y roles sociales corres- ción impuestas por la conquista. La posterior
pondientes, como constitutivas de ellas y, en constitución de Europa como nueva id-entidad
consecuencia, al patrón de dominación colo- después de América y la expansión del colo-
nial que se imponía. En otros términos, raza nialismo europeo sobre el resto del mundo
e identidad racial fueron establecidas como llevaron a la elaboración de la perspectiva eu-
instrumentos de clasificación social básica de rocéntrica de conocimiento y con ella a la ela-
la población. boración teórica de la idea de raza como natu-
Con el tiempo, los colonizadores codifica- ralización de esas relaciones coloniales de do-
ron como color los rasgos fenotípicos de los minación entre europeos y no-europeos. Histó-
colonizados y lo asumieron como la caracte- ricamente, eso significó una nueva manera de
rística emblemática de la categoría racial. Esa
codificación fue inicialmente establecida, pro- no-americanos, ya que no hay huellas de esas catego-
bablemente, en el área britano-americana. Los rías en las crónicas y otros documentos de los primeros
negros eran allí no solamente los explotados cien años del colonialismo ibérico en América. Para el
más importantes, pues la parte principal de la caso britano-americano existe una extensa bibliografía:
economía reposaba en su trabajo. Eran, sobre Allen (1994); Jacobson (1998), entre los más importan-
tes. El problema es que ésta ignora lo sucedido en la
todo, la raza colonizada más importante, ya que América ibérica. Debido a eso, para esta región care-
los indios no formaban parte de esa sociedad cemos aún de información suficiente sobre este aspec-
colonial. En consecuencia, los dominantes se to específico. Por eso ésta sigue siendo una cuestión
llamaron a sí mismos blancos4. abierta. Es muy interesante que a pesar de que quienes
habrían de ser europeos en el futuro, conocían a los
futuros africanos desde la época del imperio romano,
inclusive los íberos que eran más o menos familiares
4 La invención de la categoría de color –primero con ellos mucho antes de la Conquista, nunca se pensó
como la más visible indicación de raza, luego simple- en ellos en términos raciales antes de la aparición de
mente como el equivalente de ella–, tanto como la in- América. De hecho, raza es una categoría aplicada por
vención de la particular categoría de blanco, requieren primera vez a los “indios”, no a los “negros”. De este
aún una investigación histórica más exhaustiva. En modo, raza apareció mucho antes que color en la histo-
todo caso, muy probablemente fueron inventos brita- ria de la clasificación social de la población mundial.
780 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

legitimar las ya antiguas ideas y prácticas de El capitalismo: la nueva estructura


relaciones de superioridad / inferioridad entre de control del trabajo
dominados y dominantes. Desde entonces ha
demostrado ser el más eficaz y perdurable ins- De otro lado, en el proceso de constitución his-
trumento de dominación social universal, pues tórica de América, todas las formas de control
de él pasó a depender inclusive otro igualmen- y de explotación del trabajo y de control de la
te universal, pero más antiguo, el intersexual producción-apropiación-distribución de pro-
o de género: los pueblos conquistados y domi- ductos fueron articuladas alrededor de la rela-
nados fueron situados en una posición natural ción capital-salario (en adelante capital) y del
de inferioridad y, en consecuencia, también sus mercado mundial. Quedaron incluidas: la escla-
rasgos fenotípicos, así como sus descubrimien- vitud, la servidumbre, la pequeña producción
tos mentales y culturales5. De ese modo, raza mercantil, la reciprocidad y el salario. En tal en-
se convirtió en el primer criterio fundamental samblaje, cada una de dichas formas de control
para la distribución de la población mundial en del trabajo no era una mera extensión de sus
los rangos, lugares y roles en la estructura de antecedentes históricos. Todas eran histórica
poder de la nueva sociedad. En otros términos, y sociológicamente nuevas. En primer lugar,
en el modo básico de clasificación social uni- porque fueron deliberadamente establecidas y
versal de la población mundial. organizadas para producir mercaderías para el
mercado mundial. En segundo lugar, porque no
existían sólo de manera simultánea en el mismo
5 La idea de raza es, literalmente, un invento. No tie- espacio / tiempo, sino todas y cada una articu-
ne nada que ver con la estructura biológica de la espe- ladas al capital y a su mercado, y por ese medio
cie humana. En cuanto a los rasgos fenotípicos, éstos
se hallan obviamente en el código genético de los in-
entre sí. Configuraron así un nuevo patrón glo-
dividuos y grupos, y en ese sentido específico son bio- bal de control del trabajo, a su vez un elemento
lógicos. Sin embargo, no tienen ninguna relación con fundamental de un nuevo patrón de poder, del
ninguno de los subsistemas y procesos biológicos del cual eran de modo conjunto e individual depen-
organismo humano, incluyendo por cierto aquellos im- dientes histórico-estructuralmente. Esto es, no
plicados en los subsistemas neurológicos y mentales,
y sus funciones. Véase: Mark (1994) y “¡Qué tal raza!” sólo por su lugar y función como partes subor-
(Quijano, 1999a). dinadas de una totalidad, sino porque sin per-
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 781

der sus respectivas características específicas das a la naturaleza de los roles y lugares en la
y sin perjuicio de las discontinuidades de sus nueva estructura global de control del trabajo.
relaciones con el orden conjunto y entre ellas Así, ambos elementos, raza y división del tra-
mismas, su movimiento histórico dependía en bajo, quedaron estructuralmente asociados y
adelante de su pertenencia al patrón global de reforzándose mutuamente, a pesar de que nin-
poder. En tercer lugar, y como consecuencia, guno de los dos era necesariamente dependien-
para colmar las nuevas funciones cada una de te el uno del otro para existir o para cambiar.
ellas desarrolló nuevos rasgos y nuevas confi- De ese modo se impuso una sistemática di-
guraciones histórico-estructurales. visión racial del trabajo. En el área hispana, la
En la medida en que aquella estructura de Corona de Castilla decidió temprano el cese
control del trabajo, de recursos y de produc- de la esclavitud de los indios, para prevenir
tos consistía en la articulación conjunta de su total exterminio. Entonces fueron confina-
todas las respectivas formas históricamente dos a la servidumbre. A los que vivían en sus
conocidas, se establecía, por primera vez en la comunidades, les fue permitida la práctica de
historia conocida, un patrón global de control su antigua reciprocidad –por ejemplo, el in-
del trabajo, de sus recursos y de sus produc- tercambio de fuerza de trabajo y de trabajo
tos. Y en tanto que se constituía en torno a y sin mercado– como una manera de reprodu-
en función del capital, su carácter de conjunto cir su fuerza de trabajo en tanto siervos. En
se establecía también con carácter capitalista. algunos casos, la nobleza india, una reducida
De ese modo se establecía una nueva, original minoría, fue eximida de la servidumbre y reci-
y singular estructura de relaciones de produc- bió un trato especial, debido a sus roles como
ción en la experiencia histórica del mundo: el intermediaria con la raza dominante y le fue
capitalismo mundial. también permitido participar en algunos de
los oficios en los cuales eran empleados los
Colonialidad del poder y españoles que no pertenecían a la nobleza.
capitalismo mundial En cambio, los negros fueron reducidos a la
esclavitud. Los españoles y los portugueses,
Las nuevas identidades históricas, producidas como raza dominante, podían recibir salario,
sobre la base de la idea de raza, fueron asocia- ser comerciantes independientes, artesanos
782 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

independientes o agricultores independientes, nados (u oliváceos) fueron sumados a blancos,


en suma, productores independientes de mer- indios, negros y mestizos. Dicha distribución
cancías. No obstante, sólo los nobles podían racista de nuevas identidades sociales fue com-
participar en los puestos altos y medios de la binada, tal como había sido tan exitosamente
administración colonial, civil y militar. lograda en América, con una distribución racis-
Desde el siglo XVIII, en la América hispánica ta del trabajo y de las formas de explotación
muchos de los mestizos de españoles y muje- del capitalismo colonial. Esto se expresó, so-
res indias, ya un estrato social extendido e im- bre todo, en una cuasi exclusiva asociación de
portante en la sociedad colonial, comenzaron a la blanquitud social con el salario y por supues-
participar en los mismos oficios y actividades to con los puestos de mando de la administra-
que ejercían los ibéricos que no eran nobles. ción colonial.
En menor medida y sobre todo en actividades Así, cada forma de control del trabajo estuvo
de servicio o que requerían de talentos o habi- articulada con una raza particular. Consecuen-
lidades especiales (música, por ejemplo), tam- temente, el control de una forma específica de
bién los más “ablancados” entre los mestizos trabajo podía ser al mismo tiempo el control
de mujeres negras e ibéricos (españoles o por- de un grupo específico de gente dominada.
tugueses), pero tardaron en legitimar sus nue- Una nueva tecnología de dominación / explo-
vos roles ya que sus madres eran esclavas. La tación, en este caso raza / trabajo, se articuló
distribución racista del trabajo al interior del de manera que apareciera como naturalmente
capitalismo colonial / moderno se mantuvo a lo asociada. Lo cual, hasta ahora, ha sido excep-
largo de todo el período colonial. cionalmente exitoso.
En el curso de la expansión mundial de la
dominación colonial por parte de la misma Colonialidad y eurocentramiento
raza dominante –los blancos (o a partir del si- del capitalismo mundial
glo XVIII en adelante, los europeos)– fue im-
puesto el mismo criterio de clasificación social La privilegiada posición ganada con América
a toda la población mundial a escala global. En para el control del oro, la plata y otras mercan-
consecuencia, nuevas identidades históricas y cías producidas por medio del trabajo gratui-
sociales fueron producidas: amarillos y aceitu- to de indios, negros y mestizos, y su ventajo-
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 783

sa ubicación en la vertiente del Atlántico por Una región históricamente nueva se constituía
donde, necesariamente, tenía que hacerse el como una nueva id-entidad geocultural: Eu-
tráfico de esas mercancías para el mercado ropa y más específicamente Europa Occiden-
mundial, otorgó a dichos blancos una ventaja tal6. Esa nueva identidad geocultural, emergía
decisiva para disputar el control del tráfico co- como la sede central del control del mercado
mercial mundial. La progresiva monetización mundial. En el mismo movimiento histórico se
del mercado mundial que los metales preciosos producía también el desplazamiento de hege-
de América estimulaban y permitían, así como monía desde las costas del Mediterráneo y des-
el control de tan ingentes recursos, hizo que a de las costas ibéricas, hacia las del Atlántico
tales blancos les fuera posible el control de la Noroccidental.
vasta red preexistente de intercambio comer- Esa condición de sede central del nuevo
cial que incluía, sobre todo, China, India, Ce- mercado mundial no permite explicar por sí
ylán, Egipto, Siria, los futuros Lejano y Medio misma, o por sí sola, por qué Europa se convir-
Oriente. Eso también les hizo posible concen- tió también, hasta el siglo XIX y virtualmente
trar el control del capital comercial, del trabajo hasta la crisis mundial alrededor de 1870, en la
y de los recursos de producción en el conjunto sede central del proceso de mercantilización
del mercado mundial. Y todo ello fue, poste- de la fuerza de trabajo, es decir del desarrollo
riormente, reforzado y consolidado a través de de la relación capital-salario como forma espe-
la expansión de la dominación colonial blanca cífica de control del trabajo, de sus recursos y
sobre la diversa población mundial. de sus productos. Mientras, en cambio, todo el
Como es sabido, el control del tráfico co- resto de las regiones y poblaciones incorpora-
mercial mundial por los grupos dominantes, das al nuevo mercado mundial y colonizadas o
nuevos o no, en las zonas del Atlántico donde en curso de colonización bajo dominio euro-
tenían sus sedes, impulsó un nuevo proceso de peo, permanecían básicamente bajo relaciones
urbanización en esos lugares, la expansión del no-salariales de trabajo, aunque, desde luego
tráfico comercial entre ellos, y de ese modo la
formación de un mercado regional creciente-
6 Fernando Coronil (1996) ha discutido la construc-
mente integrado y monetizado gracias al flujo
ción de la categoría Occidente como parte de la forma-
de metales preciosos procedentes de América. ción de un poder global.
784 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ese trabajo, sus recursos y sus productos, se portaban, sino porque tales indios fueron usa-
articulaban en una cadena de transferencia de dos como mano de obra desechable, forzados a
valor y de beneficios cuyo control correspon- trabajar hasta morir. La eliminación de esa prác-
día a Europa Occidental. En las regiones no- tica colonial no culmina, de hecho, sino con la
europeas, el trabajo asalariado se concentraba derrota de los encomenderos, a mediados del
cuasi exclusivamente entre los blancos. siglo XVI. La subsiguiente reorganización polí-
No hay nada en la relación social misma del tica del colonialismo ibérico implicó una nueva
capital, o en los mecanismos del mercado mun- política de reorganización poblacional de los in-
dial, en general en el capitalismo, que implique dios y de sus relaciones con los colonizadores.
la necesariedad histórica de la concentración, Pero no por eso los indios fueron en adelante
no sólo, pero sobre todo en Europa, del trabajo trabajadores libres y asalariados. En adelante,
asalariado y después, precisamente sobre esa fueron adscritos a la servidumbre no pagada. La
base, de la concentración de la producción in- servidumbre de los indios en América no puede
dustrial capitalista durante más de dos siglos. ser, por otro lado, simplemente equiparada a la
Habría sido perfectamente factible, como lo de- servidumbre en el feudalismo europeo, puesto
muestra el hecho de que así ocurriera en verdad que no incluía la supuesta protección de ningún
después de 1870, el control europeo-occidental señor feudal, ni siempre, ni necesariamente, la
del trabajo asalariado de cualquier sector de la tenencia de una porción de tierra para cultivar,
población mundial. Y, probablemente, más bene- en lugar de salario. Sobre todo antes de la In-
ficioso para los europeo-occidentales. La expli- dependencia, la reproducción de la fuerza de
cación debe ser, pues, buscada en otra parte de trabajo del siervo indio se hacía en las comuni-
la historia. El hecho es que ya desde el comienzo dades. Pero inclusive más de cien años después
mismo de América, los futuros europeos asocia- de la Independencia, una parte amplia de la
ron el trabajo no pagado o no-asalariado con las servidumbre india estaba obligada a reproducir
razas dominadas, porque eran razas inferiores. su fuerza de trabajo por su propia cuenta7. Y la
El vasto genocidio de los indios en las prime-
ras décadas de la colonización no fue causado
7 Eso fue lo que, según comunicación personal, en-
principalmente por la violencia de la conquista,
contró Alfred Metraux, el conocido antropólogo fran-
ni por las enfermedades que los conquistadores cés, a fines de los años cincuenta en el Sur del Perú; y
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 785

otra forma de trabajo no-asalariado, o no paga- sificación social racista de la población del
do simplemente, el trabajo esclavo, fue adscrita, mundo. En otros términos, por separado de
exclusivamente, a la población traída desde la la colonialidad del poder capitalista mundial.
futura África y llamada negra. El control del trabajo en el nuevo patrón de
La clasificación racial de la población, y la poder mundial se constituyó, así, articulan-
temprana asociación de las nuevas identida- do todas las formas históricas de control del
des raciales de los colonizados con las formas trabajo en torno de la relación capital-trabajo
de control no pagado, no asalariado, del tra- asalariado, y de ese modo bajo el dominio de
bajo, desarrolló entre los europeos o blancos ésta. Pero dicha articulación fue constitutiva-
la específica percepción de que el trabajo pa- mente colonial, pues se fundó, primero, en la
gado era privilegio de los blancos. La inferio- adscripción de todas las formas de trabajo no
ridad racial de los colonizados implicaba que pagadas a las razas colonizadas, originalmen-
no eran dignos del pago de salario. Estaban te indios, negros y de modo más complejo, los
naturalmente obligados a trabajar en benefi- mestizos en América y, más tarde, a las demás
cio de sus amos. No es muy difícil encontrar, razas colonizadas en el resto del mundo: olivá-
hoy mismo, esa actitud extendida entre los ceos y amarillos. Y, segundo, en la adscripción
terratenientes blancos de cualquier lugar del del trabajo pagado, asalariado, a la raza coloni-
mundo. Y el menor salario de las razas infe- zadora, los blancos.
riores por igual trabajo que el de los blancos, Esa colonialidad del control del trabajo de-
en los actuales centros capitalistas, no podría terminó la distribución geográfica de cada una
ser, tampoco, explicado al margen de la cla- de las formas integradas en el capitalismo mun-
dial. En otros términos, decidió la geografía so-
cial del capitalismo: el capital, en tanto que re-
lo mismo que también encontré en 1963, en el Cusco:
un peón indio obligado a viajar desde su aldea, en La lación social de control del trabajo asalariado,
Convención, hasta la ciudad, para cumplir su turno de era el eje en torno del cual se articulaban todas
servir durante una semana a sus patrones. Pero éstos las demás formas de control del trabajo, de sus
no le proporcionaban vivienda, ni alimento, ni, desde recursos y de sus productos. Eso lo hacía do-
luego, salario. Metraux proponía que esa situación es-
minante sobre todas ellas y daba carácter capi-
taba más cercana del colonato romano del siglo IV d.C.,
que del feudalismo europeo. talista al conjunto de dicha estructura de con-
786 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

trol del trabajo. Pero al mismo tiempo, dicha capitalismo mundial, no podría ser apropiada
relación social específica fue geográficamente y plenamente entendido.
concentrada en Europa, sobre todo, y social-
mente entre los europeos en todo el mundo del Nuevo patrón de poder mundial
capitalismo. Y en esa medida, y manera, Euro- y nueva intersubjetividad mundial
pa y lo europeo se constituyeron en el centro
del mundo capitalista. Ya en su condición de centro del capitalis-
Cuando Raúl Prebisch8 acuñó la célebre mo mundial, Europa no solamente tenía el
imagen de “centro-periferia”, para describir control del mercado mundial, sino que pudo
la configuración mundial del capitalismo des- imponer su dominio colonial sobre todas las
pués de la Segunda Guerra Mundial, apuntó, regiones y poblaciones del planeta, incorpo-
sabiéndolo o sin saber, al núcleo principal del rándolas al “sistema-mundo” que así se cons-
carácter histórico del patrón de control del tra- tituía y a su específico patrón de poder. Para
bajo, de sus recursos y de sus productos, que tales regiones y poblaciones, eso implicó un
formaba parte central del nuevo patrón mun- proceso de re-identificación histórica, pues
dial de poder constituido a partir de América. desde Europa les fueron atribuidas nuevas
El capitalismo mundial fue, desde la partida, identidades geoculturales. De ese modo, des-
colonial / moderno y eurocentrado. Sin rela- pués de América y de Europa, fueron estable-
ción clara con esas específicas características cidas África, Asia y eventualmente Oceanía.
históricas del capitalismo, el propio concepto En la producción de esas nuevas identidades,
de “moderno sistema-mundo” desarrollado, la colonialidad del nuevo patrón de poder fue,
principalmente, por Immanuel Wallerstein9 a sin duda, una de las más activas determina-
partir de Prebisch y del concepto marxiano de ciones. Pero las formas y el nivel de desarro-
llo político y cultural, más específicamente
intelectual, en cada caso, jugaron también un
8 Ver: “Commercial Policy in the Underdeveloped
papel de primer plano. Sin esos factores, la
Countries” (Prebisch, 1959); Prebisch (1960); “The Eco-
nomics of Prebisch and ECLA” (Baer, 1962). categoría Oriente no habría sido elaborada
como la única con la dignidad suficiente para
9 Ver, principalmente: Wallerstein (1989); Hopkins y
Wallerstein (1982). ser el Otro –aunque, por definición, inferior–
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 787

de Occidente, sin que alguna equivalente fue- En el proceso que llevó a ese resultado, los
ra acuñada para indios o negros10. Pero esta colonizadores ejercieron diversas operaciones
misma omisión pone al descubierto que esos que dan cuenta de las condiciones que llevaron
otros factores actuaron también dentro del a la configuración de un nuevo universo de re-
patrón racista de clasificación social univer- laciones intersubjetivas de dominación entre
sal de la población mundial. Europa y lo europeo y las demás regiones y po-
La incorporación de tan diversas y hetero- blaciones del mundo, a las cuales les estaban
géneas historias culturales a un único mundo siendo atribuidas, en el mismo proceso, nuevas
dominado por Europa, significó para ese mun- identidades geoculturales. En primer lugar, ex-
do una configuración cultural e intelectual, propiaron a las poblaciones colonizadas –entre
en suma, intersubjetiva, equivalente a la ar- sus descubrimientos culturales– aquellos que
ticulación de todas las formas de control del resultaban más aptos para el desarrollo del
trabajo en torno del capital, para establecer capitalismo y en beneficio del centro europeo.
el capitalismo mundial. En efecto, todas las En segundo lugar, reprimieron tanto como pu-
experiencias, historias, recursos y productos dieron; es decir en variables medidas según
culturales, terminaron también articulados los casos, las formas de producción de cono-
en un sólo orden cultural global en torno de cimiento de los colonizados, sus patrones de
la hegemonía europea u occidental. En otros producción de sentidos, su universo simbólico,
términos, como parte del nuevo patrón de po- sus patrones de expresión y de objetivación de
der mundial, Europa también concentró bajo la subjetividad. La represión en este campo fue
su hegemonía el control de todas las formas de conocidamente más violenta, profunda y dura-
control de la subjetividad, de la cultura, y en dera entre los indios de América ibérica, a los
especial del conocimiento, de la producción que condenaron a ser una subcultura campesi-
del conocimiento. na, iletrada, despojándolos de su herencia inte-
lectual objetivada. Algo equivalente ocurrió en
África. Sin duda mucho menor fue la represión
10 Sobre el proceso de producción de nuevas identida- en el caso de Asia, en donde, por lo tanto, una
des histórico-geoculturales, véanse: O’Gorman (1954);
parte importante de la historia y de la heren-
Rabasa (1993); Dussel (1995); Mudimbe (1988); Tilly
(1990); Said (1979); Coronil (1996). cia intelectual, escrita, pudo ser preservada.
788 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Y fue eso, precisamente, lo que dio origen a la periales de la historia, el etnocentrismo. Pero
categoría de Oriente. En tercer lugar, forzaron en el caso europeo ese rasgo tenía un funda-
–también en medidas variables en cada caso– mento y una justificación peculiar: la clasifica-
a los colonizados a aprender parcialmente la ción racial de la población del mundo después
cultura de los dominadores en todo lo que fue- de América. La asociación entre ambos fenó-
ra útil para la reproducción de la dominación, menos, el etnocentrismo colonial y la clasifi-
sea en el campo de la actividad material, tec- cación racial universal, ayuda a explicar por
nológica, como de la subjetiva, especialmen- qué los europeos fueron llevados a sentirse
te religiosa. Es este el caso de la religiosidad no sólo superiores a todos los demás pueblos
judeocristiana. Todo ese accidentado proceso del mundo, sino, en particular, naturalmente
implicó a largo plazo una colonización de las superiores. Esa instancia histórica se expresó
perspectivas cognitivas, de los modos de pro- en una operación mental de fundamental im-
ducir u otorgar sentido a los resultados de la portancia para todo el patrón de poder mun-
experiencia material o intersubjetiva, del ima- dial, sobre todo respecto de las relaciones
ginario, del universo de relaciones intersubjeti- intersubjetivas que le son hegemónicas y en
vas del mundo, de la cultura en suma11. especial de su perspectiva de conocimiento:
En fin, el éxito de Europa Occidental en los europeos generaron una nueva perspecti-
convertirse en el centro del moderno sistema- va temporal de la historia y re-ubicaron a los
mundo, según la apta formulación de Wallers- pueblos colonizados, y a sus respectivas his-
tein, desarrolló en los europeos un rasgo co- torias y culturas, en el pasado de una trayec-
mún a todos los dominadores coloniales e im- toria histórica cuya culminación era Europa12.
Pero, notablemente, no en una misma línea
de continuidad con los europeos, sino en otra
11 Acerca de esas cuestiones, ver: Stocking (1968); categoría naturalmente diferente. Los pueblos
Young (1995). Ver, también, “Colonialidad y moder- colonizados eran razas inferiores y –por ello–
nidad / racionalidad” (Quijano, 1991a); “Colonialidad anteriores a los europeos.
del poder, cultura y conocimiento en América Latina”
(Quijano, 1997); “Réflexions sur l’Interdisciplinarité, le
Développement et les Relations Inter culturelles” (Qui-
jano, 1992b); Gruzinski (1988). 12 Véase: Mignolo (1995); Blaut (1993); Lander (1997).
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 789

Con acuerdo a esa perspectiva, la moder- mente hegemónica en el mismo cauce de la


nidad y la racionalidad fueron imaginadas expansión del dominio colonial de Europa
como experiencias y productos exclusiva- sobre el mundo. No sería posible explicar de
mente europeos. Desde ese punto de vista, otro modo, satisfactoriamente en todo caso,
las relaciones intersubjetivas y culturales la elaboración del eurocentrismo como pers-
entre Europa, es decir Europa Occidental, y pectiva hegemónica de conocimiento, de la
el resto del mundo, fueron codificadas en un versión eurocéntrica de la modernidad y sus
juego entero de nuevas categorías: Oriente- dos principales mitos fundantes: uno, la idea-
Occidente, primitivo-civilizado, mágico / mí- imagen de la historia de la civilización huma-
tico-científico, irracional-racional, tradicio- na como una trayectoria que parte de un esta-
nal-moderno. En suma, Europa y no-Europa. do de naturaleza y culmina en Europa. Y dos,
Incluso así, la única categoría con el debido otorgar sentido a las diferencias entre Europa
honor de ser reconocida como el Otro de Eu- y no-Europa como diferencias de naturaleza
ropa u “Occidente”, fue “Oriente”. No los “in- (racial) y no de historia del poder. Ambos mi-
dios” de América, tampoco los “negros” del tos pueden ser reconocidos, inequívocamen-
África. Estos eran simplemente “primitivos”. te, en el fundamento del evolucionismo y del
Por debajo de esa codificación de las relacio- dualismo, dos de los elementos nucleares del
nes entre europeo / no-europeo, raza es, sin eurocentrismo.
duda, la categoría básica13. Esa perspectiva
binaria, dualista, de conocimiento, peculiar La cuestión de la modernidad
del eurocentrismo, se impuso como mundial-
No me propongo aquí entrar en una discusión
detenida de la cuestión de la modernidad y de
13 Acerca de las categorías producidas durante el
dominio colonial europeo del mundo, existen un buen su versión eurocéntrica. Le he dedicado antes
número de líneas de debate: “estudios de la subalter- otros estudios y volveré sobre ella después.
nidad”, “estudios postcoloniales”, “estudios culturales”, En particular, no prolongaré este trabajo con
“multiculturalismo”, entre los actuales. También una una discusión acerca del debate modernidad-
floreciente bibliografía demasiado larga para ser aquí
posmodernidad y su vasta bibliografía. Pero
citada y con nombres famosos como Guha, Spivak,
Said, Bhabha, Hall, entre ellos. es pertinente para los fines de este trabajo, en
790 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

especial de la parte siguiente, insistir en algu- nuevo universo intersubjetivo del patrón mun-
nas cuestiones14. dial de poder.
El hecho de que los europeos occidentales Desde luego, la resistencia intelectual a esa
imaginaran ser la culminación de una trayec- perspectiva histórica no tardó en emerger. En
toria civilizatoria desde un estado de natura- América Latina desde fines del siglo XIX, pero
leza, les llevó también a pensarse como los se afirmó sobre todo durante el siglo XX y en es-
modernos de la humanidad y de su historia, pecial después de la Segunda Guerra Mundial,
esto es, como lo nuevo y al mismo tiempo lo en vinculación con el debate sobre la cuestión
más avanzado de la especie. Pero puesto que al del desarrollo-subdesarrollo. Como ese debate
mismo tiempo atribuían al resto de la especie fue dominado durante un buen tiempo por la
la pertenencia a una categoría, por naturaleza, denominada teoría de la modernización15, en
inferior y por eso anterior, esto es, el pasado en sus vertientes opuestas, para sostener que la
el proceso de la especie, los europeos imagina- modernización no implica necesariamente la
ron también ser no solamente los portadores occidentalización de las sociedades y de las
exclusivos de tal modernidad, sino igualmente culturas no-europeas, uno de los argumentos
sus exclusivos creadores y protagonistas. Lo más usados fue que la modernidad es un fenó-
notable de eso no es que los europeos se ima- meno de todas las culturas, no sólo de la euro-
ginaran y pensaran a sí mismos y al resto de la pea u occidental.
especie de ese modo –eso no es un privilegio Si el concepto de modernidad es referido,
de los europeos–, sino el hecho de que fueran sólo o fundamentalmente, a las ideas de nove-
capaces de difundir y de establecer esa pers- dad, de lo avanzado, de lo racional-científico,
pectiva histórica como hegemónica dentro del laico, secular, que son las ideas y experiencias
normalmente asociadas a ese concepto, no
cabe duda de que es necesario admitir que es
14 De mis anteriores estudios, ver, principalmente: un fenómeno posible en todas las culturas y
“Modernidad, identidad y utopía en América Latina”
(Quijano, 1988a); “Colonialidad y modernidad / racio-
nalidad” (Quijano, 1991a); y “Estado-nación, ciuda- 15 Hay una vasta literatura en torno de ese debate. Un
danía y democracia: cuestiones abiertas” (González y sumario puede ser encontrado en mi texto “El fantasma
Schmidt, 1998). del desarrollo en América Latina” (Quijano, 2000a).
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 791

en todas las épocas históricas. Con todas sus nes, con el papel hegemónico de Europa y, en
respectivas particularidades y diferencias, to- general, de Occidente.
das las llamadas altas culturas (China, India, Los defensores de la patente europea de la
Egipto, Grecia, Maya-Azteca, Tawantinsuyo) modernidad suelen apelar a la historia cultural
anteriores al actual sistema-mundo, muestran del antiguo mundo heleno-románico y al mun-
inequívocamente las señales de esa moderni- do del Mediterráneo antes de América, para
dad, incluido lo racional-científico, la secula- legitimar su reclamo a la exclusividad de esa
rización del pensamiento, etc. En verdad, a patente. Lo que es curioso de ese argumento
estas alturas de la investigación histórica sería es que escamotea, primero, el hecho de que la
casi ridículo atribuir a las altas culturas no- parte realmente avanzada de ese mundo del
europeas una mentalidad mítico-mágica como Mediterráneo, antes de América, área por área
rasgo definitorio, por ejemplo, en oposición a de esa modernidad, era islamo-judaica. Segun-
la racionalidad y a la ciencia como caracterís- do, que fue dentro de ese mundo que se mantu-
ticas de Europa, pues aparte de los posibles vo la herencia cultural grecorromana, las ciu-
o más bien conjeturados contenidos simbóli- dades, el comercio, la agricultura comercial,
cos, las ciudades, los templos y palacios, las la minería, la textilería, la filosofía, la historia,
pirámides, o las ciudades monumentales, sea cuando la futura Europa Occidental estaba
Machu Pichu o Boro Budur, las irrigaciones, dominada por el feudalismo y su oscurantis-
las grandes vías de trasporte, las tecnologías mo cultural. Tercero que, muy probablemente,
metalíferas, agropecuarias, las matemáticas, la mercantilización de la fuerza de trabajo, la
los calendarios, la escritura, la filosofía, las relación capital-salario, emergió, precisamen-
historias, las armas y las guerras, dan cuenta te, en esa área y fue en su desarrollo que se
del desarrollo científico y tecnológico en cada expandió posteriormente hacia el norte de la
una de tales altas culturas, desde mucho antes futura Europa. Cuarto, que solamente a partir
de la formación de Europa como nueva iden- de la derrota del Islam y del posterior despla-
tidad. Lo más que realmente puede decirse es zamiento de la hegemonía sobre el mercado
que, en el actual período, se ha ido más lejos mundial al centro-norte de la futura Europa,
en el desarrollo científico-tecnológico y se han gracias a América, comienza también a despla-
hecho mayores descubrimientos y realizacio- zarse el centro de la actividad cultural a esa
792 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nueva región. Por eso, la nueva perspectiva Hay, sin embargo, un conjunto de elemen-
geográfica de la historia y de la cultura, que tos demostrables que apuntan a un concepto
allí es elaborada y que se impone como mun- de modernidad diferente, que da cuenta de un
dialmente hegemónica, implica, por supuesto, proceso histórico específico al actual sistema-
una nueva geografía del poder. La idea misma mundo. En ese concepto no están, obviamente,
de Occidente-Oriente es tardía y parte desde la ausentes sus referencias y sus rasgos anterio-
hegemonía británica. ¿O aún hace falta recor- res. Pero más bien en tanto y en cuanto forman
dar que el meridiano de Greenwich atraviesa parte de un universo de relaciones sociales,
Londres y no Sevilla o Venecia?16 materiales e intersubjetivas, cuya cuestión cen-
En ese sentido, la pretensión eurocéntrica de tral es la liberación humana como interés histó-
ser la exclusiva productora y protagonista de la rico de la sociedad y también, en consecuencia,
modernidad, y de que toda modernización de su campo central de conflicto. En los límites de
poblaciones no-europeas es, por lo tanto, una este trabajo, me restringiré solamente a ade-
europeización, es una pretensión etnocentrista lantar, de modo breve y esquemático, algunas
y a la postre provinciana. Pero, de otro lado, si proposiciones17.
se admite que el concepto de modernidad se En primer término, el actual patrón de po-
refiere solamente a la racionalidad, a la ciencia, der mundial es el primero efectivamente glo-
a la tecnología, etc., la cuestión que le estaría- bal de la historia conocida. En varios sentidos
mos planteando a la experiencia histórica no específicos. Uno, es el primero donde en cada
sería diferente de la propuesta por el etnocen- uno de los ámbitos de la existencia social están
trismo europeo, el debate consistiría apenas en articuladas todas las formas históricamente
la disputa por la originalidad y la exclusividad conocidas de control de las relaciones socia-
de la propiedad del fenómeno así llamado mo- les correspondientes, configurando en cada
dernidad, y, en consecuencia, moviéndose en área una sola estructura con relaciones siste-
el mismo terreno y según la misma perspectiva máticas entre sus componentes y del mismo
del eurocentrismo. modo en su conjunto. Dos, es el primero donde

16 Sobre esto, sugiero consultar las agudas observa- 17 Un debate más detenido en “Modernidad y demo-
ciones de Robert J. C. Young (1995). cracia: intereses y conflictos” (Quijano, 2000b).
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 793

cada una de esas estructuras de cada ámbito tual en su conjunto constituye el primer siste-
de existencia social está bajo la hegemonía de ma-mundo global históricamente conocido, no
una institución producida dentro del proceso solamente un mundo como el que quizás fue-
de formación y desarrollo de este mismo pa- ron el chino, el hindú, el egipcio, el helénico-
trón de poder. Así, en el control del trabajo, de románico, el maya-azteca o el tawantinsuyano.
sus recursos y de sus productos, está la em- Ninguno de esos posibles mundos tuvo en co-
presa capitalista; en el control del sexo, de sus mún sino un dominador colonial / imperial y,
recursos y productos, la familia burguesa; en aunque así se propone desde la visión colonial
el control de la autoridad, sus recursos y pro- eurocéntrica, no es seguro que todos los pue-
ductos, el Estado-nación; en el control de la in- blos incorporados a uno de aquellos mundos
tersubjetividad, el eurocentrismo18. Tres, cada tuvieran también en común una perspectiva
una de esas instituciones existe en relaciones básica respecto de las relaciones entre lo hu-
de interdependencia con cada una de las otras. mano y el resto del universo. Los dominado-
Por lo cual el patrón de poder está configurado res coloniales de cada uno de esos mundos,
como un sistema19. Cuatro, en fin, este patrón no tenían las condiciones, ni probablemente
de poder mundial es el primero que cubre a la el interés, de homogenizar las formas básicas
totalidad de la población del planeta. de existencia social de todas las poblaciones
En ese específico sentido, la humanidad ac- de sus dominios. En cambio, el actual, el que
comenzó a formarse con América, tiene en co-
mún tres elementos centrales que afectan la
18 Acerca de las proposiciones teóricas de esta con-
vida cotidiana de la totalidad de la población
cepción del poder, ver: “Coloniality of Power and its
Institutions” (Quijano, 1999). mundial: la colonialidad del poder, el capitalis-
mo y el eurocentrismo. Por supuesto que este
19 En el sentido de que las relaciones entre las par-
tes y la totalidad no son arbitrarias y la última tiene patrón de poder, ni otro alguno, puede implicar
hegemonía sobre las partes en la orientación del mo- que la heterogeneidad histórico-estructural
vimiento del conjunto. No en el sentido sistémico, es haya sido erradicada dentro de sus dominios.
decir en que las relaciones de las partes entre sí y con Lo que su globalidad implica es un piso bási-
el conjunto son lógico-funcionales. Esto no ocurre sino
co de prácticas sociales comunes para todo el
en las máquinas y en los organismos. Nunca en las rela-
ciones sociales. mundo, y una esfera intersubjetiva que existe
794 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y actúa como esfera central de orientación va- trón de poder mundial. Si hay que preservar
lorativa del conjunto. Por lo cual, las institu- el nombre, debe tratarse, de todos modos, de
ciones hegemónicas de cada ámbito de exis- otra modernidad.
tencia social son universales a la población del La cuestión central que nos interesa aquí es
mundo como modelos intersubjetivos. Así, el la siguiente: ¿qué es lo realmente nuevo respec-
Estado-nación, la familia burguesa, la empre- to de la modernidad? ¿No solamente lo que de-
sa, la racionalidad eurocéntrica. sarrolla y redefine experiencias, tendencias y
Por lo tanto, sea lo que sea lo que el término procesos de otros mundos, sino lo que fue pro-
modernidad mienta, hoy involucra al conjun- ducido en la historia propia del actual patrón
to de la población mundial y a toda su historia de poder mundial?
de los últimos 500 años, a todos los mundos Dussel ha propuesto la categoría de trans-
o ex mundos articulados en el patrón global modernidad como alternativa a la pretensión
de poder, a cada uno de sus segmentos dife- eurocéntrica de que Europa es la productora
renciados o diferenciables, pues se constitu- original de la modernidad20. Según esa pro-
yó junto con, como parte de, la redefinición o puesta, la constitución del ego individual dife-
reconstitución histórica de cada uno de ellos renciado es lo nuevo que ocurre con América y
por su incorporación al nuevo y común pa- es la marca de la modernidad, pero tiene lugar
trón de poder mundial. Por lo tanto, también no sólo en Europa sino en todo el mundo que
como articulación de muchas racionalidades. se configura a partir de América. Dussel da en
En otros términos, puesto que se trata de una el blanco al recusar uno de los mitos predilec-
historia nueva y diferente, con experiencias tos del eurocentrismo. Pero no es seguro que
específicas, las cuestiones que esta historia el ego individual diferenciado sea un fenómeno
permite y obliga a abrir no pueden ser in- exclusivamente perteneciente al período ini-
dagadas, mucho menos contestadas, con el ciado con América.
concepto eurocéntrico de modernidad. Por lo Hay, por supuesto, una relación umbilical
mismo, decir que es un fenómeno puramente entre los procesos históricos que se generan
europeo o que ocurre en todas las culturas,
tendría hoy un imposible sentido. Se trata de
algo nuevo y diferente, específico de este pa- 20 Enrique Dussel (1995).
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 795

a partir de América y los cambios de la subje- histórico. Es ese elemento lo que desencadena
tividad o, mejor dicho, de la intersubjetividad el proceso de constitución de una nueva pers-
de todos los pueblos que se van integrando pectiva sobre el tiempo y sobre la historia. La
en el nuevo patrón de poder mundial. Y esos percepción del cambio lleva a la idea del futu-
cambios llevan a la constitución de una nueva ro, puesto que es el único territorio del tiempo
subjetividad, no sólo individual, sino colectiva, donde pueden ocurrir los cambios. El futuro es
de una nueva intersubjetividad. Ese es, por lo un territorio temporal abierto. El tiempo puede
tanto, un fenómeno nuevo que ingresa a la his- ser nuevo, pues no es solamente la extensión
toria con América y en ese sentido hace parte del pasado. Y, de esa manera, la historia puede
de la modernidad. Pero cualesquiera que fue- ser percibida ya no sólo como algo que ocurre,
sen, esos cambios no se constituyen desde la sea como algo natural o producido por decisio-
subjetividad individual, ni colectiva, del mundo nes divinas o misteriosas como el destino, sino
preexistente, vuelta sobre sí misma, o, para re- como algo que puede ser producido por la ac-
petir la vieja imagen, esos cambios no nacen ción de las gentes, por sus cálculos, sus inten-
como Minerva de la cabeza de Zeus, sino que ciones, sus decisiones, por lo tanto como algo
son la expresión subjetiva o intersubjetiva de que puede ser proyectado, y, en consecuencia,
lo que las gentes del mundo están haciendo en tener sentido21.
ese momento. Con América se inicia, pues, un entero uni-
Desde esa perspectiva, es necesario admitir verso de nuevas relaciones materiales e inter-
que América y sus consecuencias inmediatas subjetivas. Es pertinente, por todo eso, admitir
en el mercado mundial y en la formación de un que el concepto de modernidad no se refiere
nuevo patrón de poder mundial, son un cam- solamente a lo que ocurre con la subjetividad,
bio histórico verdaderamente enorme y que no no obstante toda la tremenda importancia de
afecta solamente a Europa sino al conjunto del ese proceso, sea que se trate de la emergencia
mundo. No se trata de cambios dentro del mun- del ego individual, o de un nuevo universo de
do conocido, que no alteran sino algunos de sus relaciones intersubjetivas entre los individuos
rasgos. Se trata del cambio del mundo como
tal. Este es, sin duda, el elemento fundante de
21 Ver: “Modernidad, identidad y utopía en América
la nueva subjetividad: la percepción del cambio Latina” (Quijano: 1988a).
796 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y entre los pueblos integrados o que se integran rá un papel de primer orden en esa elaboración
en el nuevo sistema-mundo y su específico pa- eurocéntrica de la modernidad. Esto último no
trón de poder mundial. El concepto de moder- es muy difícil de percibir si se tiene en cuen-
nidad da cuenta, igualmente, de los cambios en ta lo que ya ha sido mostrado antes, el modo
la dimensión material de las relaciones socia- como la colonialidad del poder está vinculada
les. Es decir, los cambios ocurren en todos los a la concentración en Europa del capital, del
ámbitos de la existencia social de los pueblos salariado, del mercado del capital, en fin, de la
y, por tanto de sus miembros individuales, lo sociedad y de la cultura asociadas a esas de-
mismo en la dimensión material que en la di- terminaciones. En ese sentido, la modernidad
mensión subjetiva de esas relaciones. Y puesto fue también colonial desde su punto de partida.
que se trata de procesos que se inician con la Pero ayuda también a entender por qué fue en
constitución de América, de un nuevo patrón Europa mucho más directo e inmediato el im-
de poder mundial y de la integración de los pacto del proceso mundial de modernización.
pueblos de todo el mundo en ese proceso, de En efecto, las nuevas prácticas sociales
un entero y complejo sistema-mundo, es tam- implicadas en el patrón de poder mundial,
bién imprescindible admitir que se trata de capitalista, la concentración del capital y del
todo un período histórico. En otros términos, a salariado, el nuevo mercado del capital, todo
partir de América un nuevo espacio / tiempo se ello asociado a la nueva perspectiva sobre el
constituye, material y subjetivamente: eso es lo tiempo y sobre la historia, a la centralidad de
que mienta el concepto de modernidad. la cuestión del cambio histórico en dicha pers-
No obstante, fue decisivo para el proceso pectiva, como experiencia y como idea, requie-
de modernidad que el centro hegemónico de ren, necesariamente, la des-sacralización de
ese mundo estuviera localizado en las zonas las jerarquías y de las autoridades, tanto en la
del centro y norte de Europa Occidental. Eso dimensión material de las relaciones sociales
ayuda a explicar por qué el centro de elabora- como en su intersubjetividad; la des-sacraliza-
ción intelectual de ese proceso se localizará ción, el cambio o el desmantelamiento de las
también allí, y por qué esa versión fue la que correspondientes estructuras e instituciones.
ganó hegemonía mundial. Ayuda igualmente a La individuación de las gentes sólo adquiere
explicar por qué la colonialidad del poder juga- su sentido en ese contexto, la necesidad de
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 797

un foro propio para pensar, para dudar, para En ese sentido, todo concepto de modernidad
decidir; la libertad individual, en suma, contra es necesariamente ambiguo y contradictorio22.
las adscripciones sociales fijadas y en conse- Es allí, precisamente, donde la historia de
cuencia la necesidad de igualdad social entre esos procesos diferencia tan claramente a Eu-
los individuos. ropa Occidental y el resto del mundo, para el
Las determinaciones capitalistas, sin em- caso, América Latina. En Europa Occidental,
bargo, requerían también, y en el mismo mo- la concentración de la relación capital-salario
vimiento histórico, que esos procesos sociales, es el eje principal de las tendencias de las re-
materiales e intersubjetivos, no pudieran tener laciones de clasificación social y de la corres-
lugar sino dentro de relaciones sociales de ex- pondiente estructura de poder. Eso subyace a
plotación y de dominación. En consecuencia, los enfrentamientos con el antiguo orden, con
como un campo de conflictos por la orienta- el Imperio, con el Papado, durante el período
ción, es decir, los fines, los medios y los límites del llamado capital competitivo. Esos enfren-
de esos procesos. Para los controladores del tamientos permiten, a los sectores no domi-
poder, los controles del capital y del mercado nantes del capital y a los explotados, mejores
eran, y son, los que deciden los fines, los me- condiciones de negociar su lugar en el poder y
dios y los límites del proceso. El mercado es el la venta de su fuerza de trabajo. De otro lado,
piso, pero también el límite de la posible igual- abre también condiciones para una seculariza-
dad social entre las gentes. Para los explotados ción específicamente burguesa de la cultura y
del capital y en general para los dominados del de la subjetividad. El liberalismo es una de las
patrón de poder, la modernidad generó un ho- claras expresiones de ese contexto material y
rizonte de liberación de las gentes de toda rela- subjetivo de la sociedad en Europa Occidental.
ción, estructura o institución vinculada a la do- En cambio, en el resto del mundo, en Améri-
minación y a la explotación, pero también las ca Latina en particular, las formas más exten-
condiciones sociales para avanzar en dirección didas de control del trabajo son no-salariales,
a ese horizonte. La modernidad es, pues, tam-
bién una cuestión de conflicto de intereses so-
22 Ver: “Estado-nación, ciudadanía y democracia:
ciales. Uno de ellos es la continuada democra-
cuestiones abiertas” (Quijano, 1998). También “El fan-
tización de la existencia social de las gentes. tasma del desarrollo” (Quijano, 2000a).
798 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

aunque en beneficio global del capital, lo que modo concreto de producir conocimiento se
implica que las relaciones de explotación y de reconocen como eurocentrismo24.
dominación tienen carácter colonial. La Inde- Eurocentrismo es, aquí, el nombre de una
pendencia política, desde comienzos del siglo perspectiva de conocimiento cuya elaboración
XIX, está acompañada en la mayoría de los sistemática comenzó en Europa Occidental an-
nuevos países por el estancamiento y retroceso tes de mediados del siglo XVII, aunque algunas
del capital y fortalece el carácter colonial de la de sus raíces son sin duda más viejas, incluso
dominación social y política bajo Estados for- antiguas, y que en las centurias siguientes se
malmente independientes. El eurocentramien- hizo mundialmente hegemónica recorriendo
to del capitalismo colonial / moderno, fue en el mismo cauce del dominio de la Europa bur-
ese sentido decisivo para el destino diferente guesa. Su constitución ocurrió asociada a la
del proceso de la modernidad entre Europa y específica secularización burguesa del pensa-
el resto del mundo23. miento europeo y a la experiencia y las necesi-
dades del patrón mundial de poder capitalista,
colonial / moderno, eurocentrado, establecido
II. Colonialidad del poder a partir de América.
y eurocentrismo No se trata, en consecuencia, de una catego-
ría que implica a toda la historia cognoscitiva en
La elaboración intelectual del proceso de mo- toda Europa, ni en Europa Occidental en parti-
dernidad produjo una perspectiva de conoci- cular. En otros términos, no se refiere a todos
miento y un modo de producir conocimiento los modos de conocer de todos los europeos y
que dan muy ceñida cuenta del carácter del en todas las épocas, sino a una específica racio-
patrón mundial de poder: colonial / moderno, nalidad o perspectiva de conocimiento que se
capitalista y eurocentrado. Esa perspectiva y hace mundialmente hegemónica colonizando

23 Ver: “Modernidad, identidad y utopía en América 24 La literatura del debate sobre el eurocentrismo cre-
Latina” (Quijano: 1988a); “Colonialité du Pouvoir, Dé- ce rápidamente. Una posición diferente de la que orien-
mocratie et Citoyenneté en Amérique Latine” (Quija- ta este artículo, aunque emparentada, es la de Samir
no, 1994). Amin (1989).
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 799

y sobreponiéndose a todas las demás, previas secuencia histórica unilineal; ninguna de ellas
o diferentes, y a sus respectivos saberes con- fue una mera extensión de antiguas formas pre-
cretos, tanto en Europa como en el resto del capitalistas, ni fueron tampoco incompatibles
mundo. En el marco de este trabajo lo que me con el capital.
propongo es discutir algunas de sus cuestiones En América la esclavitud fue deliberada-
más directamente vinculadas a la experiencia mente establecida y organizada como mercan-
histórica de América Latina, pero que, obvia- cía para producir mercancías para el mercado
mente, no se refieren solamente a ella. mundial y, de ese modo, para servir a los propó-
sitos y necesidades del capitalismo. Así mismo,
Capital y capitalismo la servidumbre fue impuesta sobre los indios,
inclusive la redefinición de las instituciones de
Primero que nada, la teoría de una secuencia la reciprocidad, para servir los mismos fines,
histórica unilineal y universalmente válida en- por ejemplo, para producir mercancías para el
tre las formas conocidas de trabajo y de con- mercado mundial. Y en fin, la producción mer-
trol del trabajo, que fueran también conceptua- cantil independiente fue establecida y expandi-
lizadas como relaciones o modos de produc- da para los mismos propósitos.
ción, especialmente entre capital y pre capital, Eso significa que todas esas formas de traba-
precisa ser, en todo caso respecto de América, jo y de control del trabajo en América no sólo
abierta de nuevo como cuestión mayor del de- actuaban simultáneamente, sino que estuvie-
bate científico-social contemporáneo. ron articuladas alrededor del eje del capital y
Desde el punto de vista eurocéntrico, reci- del mercado mundial. Consecuentemente, fue-
procidad, esclavitud, servidumbre y produc- ron parte de un nuevo patrón de organización y
ción mercantil independiente son todas perci- de control del trabajo en todas sus formas his-
bidas como una secuencia histórica previa a la tóricamente conocidas, juntas y alrededor del
mercantilización de la fuerza de trabajo. Son capital. Juntas configuraron un nuevo sistema:
pre capital. Y son consideradas no sólo como el capitalismo.
diferentes sino como radicalmente incompati- El capital, como relación social basada en
bles con el capital. El hecho es, sin embargo, la mercantilización de la fuerza de trabajo, na-
que en América ellas no emergieron en una ció probablemente en algún momento circa
800 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

los siglos XI a XII, en algún lugar en la región predominante de otro modo, a escala mundial
meridional de las penínsulas ibérica y/o itálica y global, y con toda probabilidad no habría po-
y por consecuencia, y por conocidas razones, dido desarrollarse de otro modo.
en el mundo islámico. Es pues bastante más
antiguo que América. Pero antes de la emer- Evolucionismo y dualismo
gencia de América, no está en ningún lugar
estructuralmente articulado a todas las demás Como en el caso de las relaciones entre capi-
formas de organización y control de la fuerza tal y pre capital, una línea similar de ideas fue
de trabajo y del trabajo, ni tampoco era aún elaborada acerca de las relaciones entre Euro-
predominante sobre ninguna de ellas. Sólo con pa y no-Europa. Como ya fue señalado, el mito
América pudo el capital consolidarse y obte- fundacional de la versión eurocéntrica de la
ner predominancia mundial, deviniendo pre- modernidad es la idea del estado de naturaleza
cisamente en el eje alrededor del cual todas como punto de partida del curso civilizatorio
las demás formas fueron articuladas para los cuya culminación es la civilización europea u
fines del mercado mundial. Sólo de ese modo, occidental. De ese mito se origina la específica-
el capital se convirtió en el modo de produc- mente eurocéntrica perspectiva evolucionista,
ción dominante. Así, el capital existió mucho de movimiento y de cambio unilineal y unidi-
tiempo antes que América. Sin embargo, el ca- reccional de la historia humana. Dicho mito
pitalismo como sistema de relaciones de pro- fue asociado con la clasificación racial de la
ducción, esto es, el heterogéneo engranaje de población del mundo. Esa asociación produjo
todas las formas de control del trabajo y de sus una visión en la cual se amalgaman, paradóji-
productos bajo el dominio del capital, en que camente, evolucionismo y dualismo. Esa visión
de allí en adelante consistió la economía mun- sólo adquiere sentido como expresión del exa-
dial y su mercado, se constituyó en la historia cerbado etnocentrismo de la recién constituida
sólo con la emergencia de América. A partir de Europa, por su lugar central y dominante en el
ese momento, el capital siempre ha existido y capitalismo mundial colonial / moderno, de la
continúa existiendo hoy en día sólo como el vigencia nueva de las ideas mitificadas de hu-
eje central del capitalismo, no de manera se- manidad y de progreso, entrañables productos
parada, mucho menos aislada. Nunca ha sido de la Ilustración, y en la vigencia de la idea de
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 801

raza como criterio básico de clasificación so- de la producción cultural de la humanidad.


cial universal de la población del mundo. En adelante no eran sino razas inferiores,
La historia es, sin embargo, muy distinta. capaces sólo de producir culturas inferiores.
Por un lado, en el momento en que los ibéri- Implicaba también su reubicación en el nue-
cos conquistaron, nombraron y colonizaron vo tiempo histórico, constituido con América
América (cuya región norte o Norte América, primero y con Europa después: en adelante
colonizarán los británicos un siglo más tarde), eran el pasado. En otros términos, el patrón
hallaron un gran número de diferentes pueblos, de poder fundado en la colonialidad impli-
cada uno con su propia historia, lenguaje, des- caba también un patrón cognitivo, una nue-
cubrimientos y productos culturales, memoria va perspectiva de conocimiento dentro de
e identidad. Son conocidos los nombres de los la cual lo no-europeo era el pasado y de ese
más desarrollados y sofisticados de ellos: azte- modo inferior, siempre primitivo.
cas, mayas, chimús, aymaras, incas, chibchas, Por otro lado, la primera identidad geocul-
etc. Trescientos años más tarde todos ellos tural moderna y mundial fue América. Eu-
quedaban reunidos en una sola identidad: in- ropa fue la segunda y fue constituida como
dios. Esta nueva identidad era racial, colonial consecuencia de América, no a la inversa. La
y negativa. Así también sucedió con las gentes constitución de Europa como nueva entidad /
traídas forzadamente desde la futura África identidad histórica se hizo posible, en primer
como esclavas: ashantis, yorubas, zulús, con- lugar, con el trabajo gratuito de los indios, ne-
gos, bacongos, etc. En el lapso de 300 años, to- gros y mestizos de América, con su avanzada
dos ellos no eran ya sino negros. tecnología en la minería y en la agricultura, y
Ese resultado de la historia del poder co- con sus respectivos productos, el oro, la pla-
lonial tuvo dos implicaciones decisivas. La ta, la papa, el tomate, el tabaco, etcétera, et-
primera es obvia: todos aquellos pueblos fue- cétera25. Porque fue sobre esa base que se
ron despojados de sus propias y singulares configuró una región como sede del control
identidades históricas. La segunda es, quizás, de las rutas atlánticas, a su vez convertidas,
menos obvia, pero no es menos decisiva: su
nueva identidad racial, colonial y negativa,
implicaba el despojo de su lugar en la historia 25 Véase sobre este punto: Viola y Margolis (1991).
802 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

precisamente sobre esa misma base, en las su codificación con la idea de raza; y c) la dis-
decisivas del mercado mundial. Esa región torsionada reubicación temporal de todas esas
no tardó en emerger como Europa. América diferencias, de modo que todo lo no-europeo es
y Europa se produjeron históricamente, así, percibido como pasado. Todas estas operacio-
mutuamente, como las dos primeras nuevas nes intelectuales son claramente interdepen-
identidades geoculturales del mundo moderno. dientes. Y no habrían podido ser cultivadas y
Sin embargo, los europeos se persuadieron a desarrolladas sin la colonialidad del poder.
sí mismos, desde mediados del siglo XVII, pero
sobre todo durante el siglo XVIII, no sólo de Homogeneidad / continuidad
que de algún modo se habían autoproducido a y heterogeneidad / discontinuidad
sí mismos como civilización, al margen de la
historia iniciada con América, culminando una Como es observable ahora, la perspectiva
línea independiente que empezaba con Grecia eurocéntrica de conocimiento, debido a su
como única fuente original. También concluye- radical crisis, es hoy un campo pletórico de
ron que eran naturalmente (por ejemplo, racial- cuestiones. Aquí es pertinente aún dejar plan-
mente) superiores a todos los demás, puesto teadas dos de ellas. Primero, una idea del cam-
que habían conquistado a todos y les habían bio histórico como un proceso o un momento
impuesto su dominio. en el cual una entidad o unidad se transforma
La confrontación entre la experiencia histó- de manera continua, homogénea y completa
rica y la perspectiva eurocéntrica de conoci- en otra cosa y abandona de manera absoluta
miento permite señalar algunos de los elemen- la escena histórica. Esto le permite a otra en-
tos más importantes del eurocentrismo: a) una tidad equivalente ocupar el lugar, y todo esto
articulación peculiar entre un dualismo (pre continúa en una cadena secuencial. De otro
capital-capital, no europeo-europeo, primitivo- modo no tendría sentido, ni lugar, la idea de
civilizado, tradicional-moderno, etc.) y un evo- la historia como una evolución unidireccional
lucionismo lineal, unidireccional, desde algún y unilineal. Segundo, de allí se desprende que
estado de naturaleza a la sociedad moderna cada unidad diferenciada, por ejemplo una
europea; b) la naturalización de las diferencias “economía / sociedad” o un “modo de produc-
culturales entre grupos humanos por medio de ción” en el caso del control del trabajo (capital
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 803

o esclavitud) o una “raza / civilización” en el capital monopólico, capital transnacional o


caso de grupos humanos, es una entidad / iden- global, o pre fordista, fordista, de mano de obra
tidad homogénea. Más aún, que son, cada una, intensiva, de capital intensivo, de información
estructuras de elementos homogéneos relacio- intensiva, etc., etc.) están simultáneamente en
nados de manera continua y sistémica (lo que actividad y trabajan juntos en una compleja
es distinto de sistemática). malla de transferencia de valor y de plusvalor.
La experiencia histórica demuestra sin em- Esto es igualmente cierto respecto de las razas,
bargo que el capitalismo mundial está lejos de ya que tantos pueblos diversos y heterogéneos,
ser una totalidad homogénea y continua. Al con heterogéneas historias y tendencias histó-
contrario, como lo demuestra América, el pa- ricas de movimiento y de cambio fueron reuni-
trón de poder mundial que se conoce como ca- dos bajo un solo membrete racial, por ejemplo
pitalismo es, en lo fundamental, una estructura indio o negro.
de elementos heterogéneos, tanto en términos Esta heterogeneidad no es simplemente es-
de las formas de control del trabajo-recursos- tructural, basada en las relaciones entre ele-
productos (o relaciones de producción) o en mentos coetáneos. Ya que historias diversas y
términos de los pueblos e historias articulados heterogéneas de este tipo fueron articuladas
en él. En consecuencia, tales elementos se re- en una sola estructura de poder, es pertinente
lacionan entre sí y con el conjunto de manera admitir el carácter histórico-estructural de esa
también heterogénea y discontinua, incluso heterogeneidad.
conflictiva. Y son ellos mismos, cada uno, con- Consecuentemente, el proceso de cambio
figurados del mismo modo. de dicha totalidad capitalista no puede, de
Así, cada una de esas relaciones de produc- ningún modo, ser una transformación homo-
ción es en sí misma una estructura heterogénea. génea y continua del sistema entero, ni tampo-
Especialmente el capital, desde que todos los co de cada uno de sus componentes mayores.
estadios y formas históricas de producción de Tampoco podría dicha totalidad desvanecerse
valor y de apropiación de plusvalor (por ejem- completa y homogéneamente de la escena his-
plo: acumulación primitiva, plusvalía absoluta tórica y ser reemplazada por otra equivalente.
y relativa, extensiva o intensiva; o en otra no- El cambio histórico no puede ser unilineal,
menclatura: manufactura, capital competitivo, unidireccional, secuencial o total. El sistema,
804 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

o el específico patrón de articulación estruc- manidad, común a todas las “culturas” o “civi-
tural, podría ser desmantelado. Pero aún así lizaciones” históricamente conocidas. Pero es
cada uno o algunos de sus elementos puede también común a todas –hasta la aparición del
y habrá de rearticularse en algún otro patrón eurocentrismo– la permanente co-presencia de
estructural, como ocurrió, obviamente, con los los dos elementos como dos dimensiones no
componentes del patrón de poder pre colonial separables del ser humano, en cualquier aspec-
en, digamos, el Tawantinsuyu26. to, instancia o comportamiento.
El proceso de separación de estos elemen-
El nuevo dualismo tos del ser humano es parte de una larga histo-
ria del mundo cristiano sobre la base de la idea
Finalmente, por el momento y para nuestros de la primacía del “alma” sobre el “cuerpo”.
propósitos aquí, es pertinente abrir la cuestión Pero esta historia muestra también una larga e
de las relaciones entre el cuerpo y el no-cuerpo irresuelta ambivalencia de la teología cristiana
en la perspectiva eurocéntrica, tanto por su sobre este punto en particular. Ciertamente, es
gravitación en el modo eurocéntrico de produ- el “alma” el objeto privilegiado de salvación.
cir conocimiento, como debido a que en nues- Pero al final, es el “cuerpo” el resurrecto, como
tra experiencia tiene una estrecha relación con culminación de la salvación.
las de raza y género. Ciertamente, también, fue durante la cultu-
La idea de la diferenciación entre el “cuer- ra represiva del cristianismo, como resultado
po” y el “no-cuerpo” en la experiencia humana de los conflictos con musulmanes y judíos,
es virtualmente universal a la historia de la hu- sobre todo entre los siglos XV y XVI en ple-
na Inquisición, que la primacía del “alma” fue
enfatizada, quizás exasperada. Y porque el
26 Sobre el origen de la categoría de heterogeneidad “cuerpo” fue el objeto básico de la represión,
histórico-estructural véase: “Notas sobre el concepto el “alma” pudo aparecer casi separada de las
de marginalidad social” (Quijano, 1966); incorporado relaciones intersubjetivas al interior del mun-
después al volumen Imperialismo y marginalidad en do cristiano. Pero esto no fue teorizado, es
América Latina (Quijano, 1977). Puede verse, también:
decir, sistemáticamente discutido y elabora-
“La nueva heterogeneidad estructural de América Lati-
na” (Quijano, 1988). do, hasta Descartes, culminando el proceso
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 805

de la secularización burguesa del pensamien- ese punto de vista el ser humano es, por exce-
to cristiano27. lencia, un ser dotado de “razón”, y ese don se
Con Descartes28 lo que sucede es la mutación concibe como localizado exclusivamente en el
del antiguo abordaje dualista sobre el “cuerpo” alma. Así el “cuerpo”, por definición incapaz
y el “no-cuerpo”. Lo que era una co-presencia de razonar, no tiene nada que ver con la “ra-
permanente de ambos elementos en cada eta- zón / sujeto”. Producida esa separación radical
pa del ser humano, en Descartes se convierte entre “razón / sujeto” y “cuerpo”, las relacio-
en una radical separación entre “razón / suje- nes entre ambos deben ser vistas únicamente
to” y “cuerpo”. La razón no es solamente una como relaciones entre la “razón / sujeto” hu-
secularización de la idea de “alma” en el senti- mana y el “cuerpo / naturaleza” humana, o en-
do teológico, sino que es una mutación en una tre “espíritu” y “naturaleza”. De este modo, en
nueva id-entidad, la “razón / sujeto”, la única la racionalidad eurocéntrica el “cuerpo” fue fi-
entidad capaz de conocimiento “racional”, res- jado como “objeto” de conocimiento, fuera del
pecto del cual el “cuerpo” es y no puede ser entorno del “sujeto / razón”.
otra cosa que “objeto” de conocimiento. Desde Sin esa “objetivización” del “cuerpo” como
“naturaleza”, de su expulsión del ámbito del
“espíritu”, difícilmente hubiera sido posible
27 Siempre me he preguntado por el origen de una intentar la teorización “científica” del pro-
de las más caras propuestas del Liberalismo: las ideas blema de la raza, como fue el caso del Con-
deben ser respetadas. El cuerpo, en cambio, puede ser de de Gobineau durante el siglo XIX29. Desde
torturado, triturado y muerto. Los latinoamericanos
esa perspectiva eurocéntrica, ciertas razas
solemos citar con admiración la desafiante frase de un
mártir de las luchas anticoloniales, en el momento mis- son condenadas como “inferiores” por no ser
mo de ser degollado: “¡Bárbaros, las ideas no se degüe- sujetos “racionales”. Son objetos de estudio,
llan!”. Sugiero ahora que su origen debe buscarse en ese “cuerpo” en consecuencia, más próximos a la
nuevo dualismo cartesiano, que convirtió al “cuerpo” “naturaleza”. En un sentido, esto los convier-
en mera “naturaleza”.
te en dominables y explotables. De acuerdo
28 Cf. Discours de la méthode (varias ediciones). Tam-
bién “Méditations” y “Description du corps humain”
(1967). Paul Bousquié (1994) acierta en este punto: el 29 Essais sur l’inégalité des races humaines (París:
cartesianismo es un nuevo dualismo radical. s/d, 1853-1857).
806 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

al mito del estado de naturaleza y de la ca- de la naturaleza. Es probable, aunque la cues-


dena del proceso civilizatorio que culmina en tión queda por indagar, que la idea de género
la civilización europea, algunas razas –negros se haya elaborado después del nuevo y radical
(o africanos), indios, oliváceos, amarillos dualismo como parte de la perspectiva cogniti-
(o asiáticos) y en esa secuencia– están más va eurocentrista.
próximas a la “naturaleza” que los blancos30. Durante el siglo XVIII, ese nuevo dualismo
Sólo desde esa peculiar perspectiva fue po- radical fue amalgamado con las ideas mitifica-
sible que los pueblos no-europeos fueran das de “progreso” y de un estado de naturaleza
considerados, virtualmente hasta la Segunda en la trayectoria humana, los mitos fundacio-
Guerra Mundial, ante todo como objeto de nales de la versión eurocentrista de la moder-
conocimiento y de dominación / explotación nidad. Esto dio pie a la peculiar perspectiva
por los europeos. histórica dualista / evolucionista. Así todos los
Ese nuevo y radical dualismo no afectó so- no-europeos pudieron ser considerados, de un
lamente a las relaciones raciales de domina- lado, como pre europeos y al mismo tiempo
ción, sino también a las más antiguas, las re- dispuestos en cierta cadena histórica y con-
laciones sexuales de dominación. En adelante, tinua desde lo primitivo a lo civilizado, de lo
el lugar de las mujeres, muy en especial el de irracional a lo racional, de lo tradicional a lo
las mujeres de las razas inferiores, quedó es- moderno, de lo mágico-mítico a lo científico.
tereotipado junto con el resto de los cuerpos, En otras palabras, desde lo no-europeo / pre
y tanto más inferiores fueran sus razas, tanto europeo a algo que en el tiempo se europeizará
más cerca de la naturaleza o directamente, o “modernizará”.
como en el caso de las esclavas negras, dentro Sin considerar la experiencia entera del co-
lonialismo y de la colonialidad esa marca inte-
lectual sería difícilmente explicable, así como
30 Acerca de esos procesos en la subjetividad euro- la duradera hegemonía mundial del eurocen-
centrada, dice mucho el que la única categoría alterna trismo. Las solas necesidades del capital como
a Occidente era, y aún lo es, Oriente, mientras que los tal, no agotan, no podrían agotar, la explicación
negros (África) o los indios (América antes de los Esta-
del carácter y de la trayectoria de esa perspec-
dos Unidos) no tenían el honor de ser el Otro de Europa
u Occidente. tiva de conocimiento.
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 807

III. Eurocentrismo y experiencia historia de la llamada cuestión nacional. Dicho


histórica en América Latina de otro modo, del problema del moderno Esta-
do-nación en América Latina.
Aplicada de manera específica a la experiencia Naciones y Estados son un viejo fenómeno.
histórica latinoamericana, la perspectiva euro- Sin embargo, aquello que llamamos el moderno
céntrica de conocimiento opera como un espejo Estado-nación es una experiencia muy especí-
que distorsiona lo que refleja. Es decir, la ima- fica. Se trata de una sociedad nacionalizada
gen que encontramos en ese espejo no es del y por eso políticamente organizada como un
todo quimérica, ya que poseemos tantos y tan Estado-nación. Implica a las instituciones mo-
importantes rasgos históricos europeos en tan- dernas de ciudadanía y democracia política. Es
tos aspectos, materiales e intersubjetivos. Pero, decir, implica una cierta democracia, dado que
al mismo tiempo, somos tan profundamente cada proceso conocido de nacionalización so-
distintos. De ahí que cuando miramos a nuestro cietal en los tiempos modernos ha ocurrido so-
espejo eurocéntrico, la imagen que vemos sea lamente a través de una relativa (o sea, dentro
necesariamente parcial y distorsionada. de los límites del capitalismo) pero importante
Aquí la tragedia es que todos hemos sido con- y real democratización del control del trabajo,
ducidos, sabiéndolo o no, queriéndolo o no, a ver de los recursos productivos y del control de la
y aceptar aquella imagen como nuestra y como generación y gestión de las instituciones políti-
perteneciente a nosotros solamente. De esa ma- cas. De este modo, la ciudadanía puede llegar a
nera seguimos siendo lo que no somos. Y como servir como igualdad legal, civil y política para
resultado no podemos nunca identificar nuestros gentes socialmente desiguales31.
verdaderos problemas, mucho menos resolverlos, Un Estado-nación es una suerte de socie-
a no ser de una manera parcial y distorsionada. dad individualizada entre las demás. Por eso,
entre sus miembros puede ser sentida como
El eurocentrismo y la “cuestión identidad. Sin embargo, toda sociedad es una
nacional”: el Estado-nación estructura de poder. Es el poder aquello que

Uno de los ejemplos más claros de esta trage- 31 Sobre este punto véase mi “Estado-nación, ciudada-
dia de equivocaciones en América Latina es la nía y democracia: cuestiones abiertas” (Quijano, 1998).
808 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

articula formas de existencia social dispersas homogeneización de la gente en un Estado-


y diversas en una totalidad única, una socie- nación moderno. Toda homogeneización de
dad. Toda estructura de poder es siempre, la población de un Estado-nación moderno,
parcial o totalmente, la imposición de algu- es desde luego parcial y temporal y consiste
nos, a menudo cierto grupo, sobre los demás. en la común participación democrática en
Consecuentemente, todo Estado-nación po- el control de la generación y de la gestión
sible es una estructura de poder, del mismo de las instituciones de autoridad pública y
modo en que es producto del poder. En otros de sus específicos mecanismos de violen-
términos, del modo en que han quedado con- cia. Esto es, se ejerce, en lo fundamental, en
figuradas las disputas por el control del tra- todo el ámbito de la existencia social vincu-
bajo, sus recursos y productos; del sexo, sus lado al Estado y que por ello se asume como
recursos y productos; de la autoridad y de su lo explícitamente político. Pero dicho ámbi-
específica violencia; de la intersubjetividad y to no podría ser democrático, esto es, impli-
del conocimiento. car ciudadanía como igualdad jurídica y civil
No obstante, si un Estado-nación moder- de gentes desigualmente ubicadas en las re-
no puede expresarse en sus miembros como laciones de poder, si las relaciones sociales
una identidad, no es solamente debido a que en todos los otros ámbitos de la existencia
puede ser imaginado como una comunidad32. social fueran radicalmente no democráticas
Los miembros precisan tener en común algo o antidemocráticas33.
real, no sólo imaginado, algo que compartir. Puesto que todo Estado-nación es una es-
Y eso, en todos los reales Estados-nación tructura de poder, eso implica que se trata de
modernos, es una participación más o menos un poder que se configura en ese sentido. El
democrática en la distribución del control
del poder. Esta es la manera específica de
33 Una discusión más amplia sobre los límites y las
condiciones de la democracia en una estructura de
32 Como sugiere Benedict Anderson (1991) en Imagi- poder capitalista, en mi “El fantasma del desarrollo en
ned Communities. Una discusión más extensa sobre América Latina” (Quijano, 2000a) y en “Estado-nación,
este punto en mi “Estado-nación, ciudadanía y demo- ciudadanía y democracia: cuestiones abiertas” (Quija-
cracia: cuestiones abiertas” (Quijano, 1998). no, 1998).
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 809

proceso empieza siempre con un poder políti- esa peculiar institución llamada “certificado de
co central sobre un territorio y su población, limpieza de sangre”34.
porque cualquier proceso de nacionalización Por otro lado, el proceso de centralización
posible sólo puede ocurrir en un espacio dado, estatal que antecedió en Europa Occidental
a lo largo de un prolongado período de tiempo. a la formación de Estados-nación, fue parale-
Dicho espacio precisa ser más o menos esta- lo a la imposición de la dominación colonial
ble por un largo período. En consecuencia, se que comenzó con América. Es decir, simultá-
precisa de un poder político estable y centrali- neamente con la formación de los imperios
zado. Este espacio es, en ese sentido, necesa- coloniales de esos primeros Estados centrales
riamente un espacio de dominación disputado europeos. El proceso tiene, pues, un doble mo-
y ganado frente a otros rivales. vimiento histórico. Comenzó como una coloni-
En Europa, el proceso que llevó a la for- zación interna de pueblos con identidades di-
mación de estructuras de poder configuradas ferentes, pero que habitaban los mismos terri-
como Estados-nación, empezó con la emer- torios convertidos en espacios de dominación
gencia de algunos pocos núcleos políticos que interna, es decir, en los mismos territorios de
conquistaron su espacio de dominación y se los futuros Estados-nación. Y siguió paralela-
impusieron sobre los diversos y heterogéneos mente a la colonización imperial o externa de
pueblos e identidades que lo habitaban. De este pueblos que no sólo tenían identidades dife-
modo el Estado-nación empezó como un pro- rentes a las de los colonizadores, sino que ha-
ceso de colonización de algunos pueblos sobre bitaban territorios que no eran considerados
otros que, en ese sentido, eran pueblos extran- como los espacios de dominación interna de
jeros. En algunos casos particulares, como en los colonizadores, es decir no eran los mismos
la España que se constituía sobre la base de territorios de los futuros Estados-nación de
América y sus ingentes y gratuitos recursos, el los colonizadores.
proceso incluyó la expulsión de algunos gru-
pos, como los musulmanes y judíos, conside-
rados como extranjeros indeseables. Esta fue 34 Probablemente el antecedente más cercano de la
idea de raza producida por los castellanos en América.
la primera experiencia de limpieza étnica en el
Véase mi “’Raza’, ‘etnia’ y ‘nación’ en Mariátegui: cues-
período moderno, seguida por la imposición de tiones abiertas” (Quijano, 1992a).
810 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Si indagamos desde nuestra actual perspec- su poder señorial en Europa, en lugar de una
tiva histórica aquello que sucedió con los pri- hegemonía sobre el mercado mundial y el capi-
meros Estados centrales europeos, sus espa- tal comercial y financiero, como hicieran luego
cios de dominación (poblaciones y territorios) Inglaterra o Francia. Todas las luchas por for-
y sus respectivos procesos de nacionalización, zar a los controladores del poder a admitir o ne-
se observa que las diferencias son muy visibles. gociar alguna democratización de la sociedad y
La existencia de un fuerte Estado central no es del Estado fueron derrotadas, notablemente la
suficiente para producir un proceso de relativa Revolución liberal de 1810-12. De este modo, el
homogeneización de una población previamen- colonialismo interno y los patrones señoriales
te diversa y heterogénea, para producir, así, de poder político y social, combinados, demos-
una identidad común y una fuerte y duradera traron ser fatales para la nacionalización de la
lealtad a dicha identidad. Entre esos casos, sociedad y el Estado españoles, en la medida
Francia es probablemente la más lograda expe- en que ese tipo de poder no sólo probó ser inca-
riencia, así como España es la menos exitosa. paz de sostener cualquier ventaja proveniente
¿Por qué Francia sí y España no? España era de ese rico y vasto colonialismo imperial o ex-
en sus inicios mucho más rica y poderosa que terno: probó igualmente que era muy poderosa
sus pares. Sin embargo, luego de la expulsión valla a todo proceso democratizador de las re-
de los musulmanes y judíos dejó de ser pro- laciones sociales y políticas, y no sólo dentro
ductiva y próspera para convertirse en correa del espacio propio de dominación.
de trasmisión de los recursos de América a los Por el contrario, en Francia, a través de la
centros emergentes del capital financiero mer- democratización radical de las relaciones so-
cantil. Al mismo tiempo, luego del violento y ciales y políticas con la Revolución francesa, el
exitoso ataque en contra de la autonomía de las previo colonialismo interno evolucionó hacia
comunidades campesinas y de las ciudades y una “francesización” efectivo, aunque no total,
burgos, quedó atrapada en una estructura se- de los pueblos que habitaban el territorio de
ñorial de poder, y bajo la autoridad de una mo- Francia, originalmente tan diversos e históri-
narquía y de una iglesia represivas y corruptas. co-estructuralmente heterogéneos como en el
La monarquía de España se dedicó, además, a espacio de dominación que se llamaría España.
una política bélica en busca de la expansión de Los vascos franceses, por ejemplo son, en pri-
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 811

mer lugar, franceses, como los occitanos o los inter-naciones, inclusive se formaron alianzas
navarros. No así en España. militares en las guerras entre colonialistas in-
En cada uno de los casos de exitosa nacio- gleses y franceses, sobre todo. Los indios no
nalización de sociedades y Estados en Euro- eran parte de la población incorporada al espa-
pa, la experiencia es la misma: un importante cio de dominación colonial britano-americana.
proceso de democratización de la sociedad es Por eso mismo, cuando se inicia la historia del
la condición básica para la nacionalización de nuevo Estado-nación llamado Estados Unidos
esa sociedad y de su organización política en de América del Norte, los indios fueron exclui-
un Estado-nación moderno. No hay, en verdad, dos de esa nueva sociedad. Fueron considera-
excepción conocida a esa trayectoria histórica dos extranjeros. Pero, más adelante, sus tierras
del proceso que conduce a la formación del fueron conquistadas y ellos casi exterminados.
Estado-nación. Sólo entonces los sobrevivientes fueron ence-
rrados en la sociedad norteamericana como
El Estado-nación en América: raza colonizada. En el comienzo, pues, relacio-
Estados Unidos nes colonial / raciales existieron solamente en-
tre blancos y negros. Este último grupo era fun-
Si examinamos la experiencia de América, damental para la economía de la sociedad co-
sea en sus áreas hispánica o británica, pode- lonial, como durante un primer largo momento
mos reconocer diferencias y factores básicos para la economía de la nueva nación. Sin em-
equivalentes. En el área britano-americana, la bargo, demográficamente los negros eran una
ocupación del territorio fue desde el comien- relativamente reducida minoría, mientras que
zo violenta. Pero antes de la Independencia, los blancos componían la gran mayoría.
conocida en Estados Unidos como la Revolu- Al fundarse Estados Unidos como país inde-
ción americana, el territorio ocupado era muy pendiente, el proceso de constitución del nue-
pequeño. Por eso los indios no fueron habitan- vo patrón de poder llevó desde el comienzo a
tes del territorio ocupado, no estaban coloniza- la configuración de un Estado-nación. En pri-
dos. Por eso, los diversos pueblos indios fue- mer término, a pesar de la relación colonial de
ron formalmente reconocidos como naciones dominación entre blancos y negros y del exter-
y con ellos se practicó relaciones comerciales minio colonialista de la población india, dada
812 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

la condición abrumadoramente mayoritaria Hacia mediados del siglo XIX, Tocqueville35


de los blancos, es inevitable admitir que dicho observó que en Estados Unidos de América,
nuevo Estado-nación era genuinamente repre- gente de orígenes tan diversos cultural, étnica
sentativo de la mayoría de la población. Esa e incluso nacionalmente eran incorporados to-
blanquitud social de la sociedad norteamerica- dos en algo parecido a una máquina de re-iden-
na fue incluso más lejos con la inmigración de tificación nacional: rápidamente se convertían
millones de europeos durante el siglo XIX. En en ciudadanos estadounidenses y adquirían una
segundo término, la conquista de los territorios nueva identidad nacional, incluso preservando
indios resultó en la abundancia de la oferta de por algún tiempo sus identidades originales. To-
un recurso básico de producción, la tierra. Este cqueville encontró que el mecanismo básico de
pudo ser, por consecuencia, apropiado y distri- ese proceso de nacionalización era la apertura
buido de manera no únicamente concentrada de la participación democrática en la vida polí-
bajo el control de muy pocas gentes, sino por tica para todos los recién llegados. Todos ellos
el contrario pudo ser, al mismo tiempo, parcial- eran atraídos hacia una intensa participación
mente concentrado en grandes latifundios y política y con la libertad de decisión de parti-
también apropiado o distribuido en una vasta cipar o no. Pero vio también que dos grupos
proporción de mediana y pequeña propiedad. específicos no estaban autorizados a participar
Equivalente, pues, a una distribución democrá- en la vida política. Estos eran, evidentemente,
tica del recurso. Eso fundó para los blancos negros e indios. Esa discriminación era, pues,
una participación notablemente democrática el límite de ese impresionante y masivo proceso
en el control de la generación y la gestión de de formación del Estado-nación moderno en la
la autoridad pública. La colonialidad del nuevo joven república de Estados Unidos de América.
patrón de poder no fue anulada, sin embargo, Tocqueville no dejó de advertir que a menos
ya que negros e indios no podían tener lugar, en que esa discriminación social y política fuera
absoluto, en el control de los recursos de pro- eliminada, el proceso de construcción nacional
ducción, ni de las instituciones y mecanismos se vería limitado. Un siglo más tarde, otro eu-
de la autoridad pública.
35 Democracy in America (ediciones varias, 1835:
Vol. 1, Caps., XVI y XVII).
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 813

ropeo, Gunnar Myrdall36, observó esas mismas América Latina: Cono Sur
limitaciones en el proceso nacional de Estados y mayoría blanca
Unidos. Vio también que debido a que los nue-
vos inmigrantes eran no-blancos (provenían de A primera vista, la situación en los países del
América Latina y de Asia, en su mayoría), las llamado Cono Sur de América Latina (Argen-
relaciones coloniales de los blancos con esos tina, Chile y Uruguay) fue similar a la ocurrida
otros pueblos podrían ser un serio riesgo para en Estados Unidos. Los indios, en su mayoría,
la reproducción de esa nación. Sin duda esos tampoco fueron integrados a la sociedad colo-
riesgos van en aumento hoy en día, a medida en nial, en la medida en que eran pueblos de más
que el viejo mito del melting pot ha sido aban- o menos la misma estructura que aquellos de
donado forzosamente y el racismo tiende a ser Norteamérica, sin disponibilidad para conver-
de nuevo agudo y violento. tirse en trabajadores explotados, no condena-
En suma, la colonialidad de las relaciones bles a trabajar forzosamente y de manera dis-
de dominación / explotación / conflicto entre ciplinada para los colonos. En esos tres países,
blancos y no-blancos, no obstante su intensa también la población negra fue una minoría
vigencia, dada la condición vastamente mayo- durante el período colonial, en comparación
ritaria de los primeros no fue tan fuerte como con otras regiones dominadas por españoles o
para impedir la relativa, pero real e importan- portugueses. Y los dominantes de los nuevos
te, democratización del control de recursos países del Cono Sur consideraron, como en el
de producción y del Estado, entre blancos, es caso de los Estados Unidos, necesaria la con-
verdad, pero con el vigor necesario para que quista del territorio que los indios poblaban y
pudiera ser reclamada más tarde también por el exterminio de éstos como forma expeditiva
los no-blancos. El poder pudo ser configurado de homogenizar la población nacional y de ese
en la trayectoria y la orientación de un Estado- modo facilitar el proceso de constitución de
nación. Es a eso que se refiere, sin duda, la idea un Estado-nación moderno, a la europea. En
de la Revolución americana. Argentina y Uruguay eso fue hecho en el siglo
XIX. Y en Chile durante las tres primeras dé-
cadas del siglo XX. Estos países atrajeron tam-
36 American Dilemma (Myrdall, 1944). bién millones de inmigrantes europeos, con-
814 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

solidando en apariencia la blanquitud de las y por eso su reconocimiento como sede de un


sociedades de Argentina, Chile y Uruguay. En Virreinato fue tardío (segunda mitad del siglo
un sentido, esto también consolidó en aparien- XVIII). Su emergencia como una de las áreas
cia el proceso de homogeneización en dichos prósperas del mercado mundial fue rápida
países. desde el último cuarto del siglo XVIII, lo que
Un elemento crucial introdujo, sin embargo, impulsó en el siglo siguiente una masiva mi-
una diferencia básica en esos países en com- gración desde Europa del Sur, del Centro y del
paración con el caso norteamericano, muy en Este. Pero esa vasta población migratoria no
especial en Argentina. Mientras en Estados encontró una sociedad con estructura, historia
Unidos la distribución de la tierra se produjo e identidad suficientemente densas y estables,
de una manera menos concentrada durante un para incorporarse a ella e identificarse con ella,
importante período, en Argentina la apropia- como ocurrió en el caso de Estados Unidos y,
ción de la tierra ocurrió de una manera com- sin duda, en Chile y Uruguay. A fines del XIX
pletamente distinta. La extrema concentración la población de Buenos Aires estaba formada
de la tenencia de la tierra, en particular de las en más de un 80% por migrantes de origen eu-
tierras conquistadas a los indios, hizo imposi- ropeo. Tardaron, por eso probablemente, en
ble cualquier tipo de relaciones sociales demo- considerarse con identidad nacional y cultural
cráticas entre los propios blancos y, en conse- propias diferentes de la europea, mientras re-
cuencia, de toda relación política democrática. chazaban explícitamente la identidad asociada
Sobre esa base, en lugar de una sociedad de- a la herencia histórica latinoamericana y, en
mocrática, capaz de representarse y organizar- particular, cualquier parentesco con la pobla-
se políticamente en un Estado democrático, lo ción india37.
que se constituyó fue una sociedad y un Estado
oligárquicos, sólo parcialmente desmantelados
desde la Segunda Guerra Mundial. Sin duda, 37 Todavía en los años veinte en pleno siglo XX, H.
esas determinaciones se asociaron al hecho de Murena, un miembro importante de la inteligencia ar-
que la sociedad colonial en ese territorio, so- gentina, no dudaba en proclamar: “somos europeos exi-
lados en estas salvajes pampas”. Ver Nosotros mañana
bre todo en la costa atlántica que devino he-
(Imaz, 1964). Y tan tarde como en los años sesenta, en
gemónica sobre el resto, fue poco desarrollada las luchas sociales, culturales y políticas de Argentina,
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 815

La concentración de la tierra fue igualmente parte importante de la burguesía señorial. Fue-


fuerte en Chile y algo menor en Uruguay. De ron esas condiciones las que hicieron posible
todos modos, a diferencia de Argentina, los que los trabajadores y las capas medias pudie-
migrantes europeos encontraron en esos paí- ran negociar con algún éxito, desde 1930-35, las
ses una sociedad, un Estado, una identidad, condiciones de la dominación / explotación /
ya suficientemente densos y constituidos, a conflicto. Esto es, de la democracia en las con-
los cuales incorporarse y con los cuales iden- diciones del capitalismo. De ese modo, pudo
tificarse más pronto y más completamente que ser establecido un poder configurado como Es-
en el otro caso. En el caso de Chile, por otra tado-nación de blancos, por supuesto. Los in-
parte, la expansión territorial a costa de Boli- dios, exigua minoría de sobrevivientes habitan-
via y de Perú, permitió a la burguesía chilena el do las tierras más pobres e inhóspitas del país,
control de recursos cuya importancia ha mar- fueron excluidos de ese Estado-nación. Hasta
cado desde entonces la historia del país: salitre hace poco eran sociológicamente invisibles.
primero, y cobre poco después. En las pampas Ahora no lo son tanto, comienzan a movilizarse
salitreras se formó el primer gran contingente en defensa de esas mismas tierras que también
de asalariados obreros de América Latina, des- arriesgan perder frente al capital global.
de mediados del siglo XIX, y más tarde fue en el El proceso de homogeneización de los
cobre que se formó la columna vertebral de las miembros de la sociedad imaginada desde una
organizaciones sociales y políticas de los obre- perspectiva eurocéntrica, como característica
ros chilenos de la vieja república. Los benefi- y condición de los Estados-nación modernos,
cios, distribuidos entre la burguesía británica y fue llevado a cabo en los países del Cono Sur
la chilena, permitieron el impulso de la agricul- latinoamericano no por medio de la descoloni-
tura comercial y de la economía comercial ur- zación de las relaciones sociales y políticas en-
bana. Se formaron nuevas capas de asalariados tre los diversos componentes de la población,
urbanos y nuevas capas medias relativamente sino por la eliminación masiva de unos de ellos
amplias, junto con la modernización de una (indios, negros y mestizos). Es decir, no por
medio de la democratización fundamental de
las relaciones sociales y políticas, sino por la
“cabecita negra” era el despectivo mote de la discrimi-
nación específicamente racial. exclusión de una parte de la población. Dadas
816 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

esas condiciones originales, la democracia al- se ha demostrado hasta ahora imposible de


canzada y el Estado-nación constituido, no po- culminar. Tras la derrota de Tupac Amaru y de
dían ser afirmados y estables. La historia políti- Haití, sólo en los casos de México y de Bolivia
ca de esos países, muy especial desde fines de se llegó tan lejos como se pudo en el camino de
los sesenta hasta hoy, no podría ser explicada la descolonización social, a través de un pro-
al margen de esas determinaciones38. ceso revolucionario más o menos radical, du-
rante el cual la descolonización del poder pudo
Mayoría india, negra y mestiza: el recorrer un trecho importante antes de ser con-
imposible “moderno Estado-nación” tenida y derrotada. En esos países, al comenzar
la Independencia, principalmente aquellos que
En el resto de países latinoamericanos, esa tra- fueron demográfica y territorialmente exten-
yectoria eurocéntrica hacia el Estado-nación sos a principios del siglo XIX, aproximadamen-
te poco más del 90% del total de la población
estaba compuesta de negros, indios y mestizos.
38 La homogeneización es un elemento básico de la Sin embargo, en todos estos países, durante el
perspectiva eurocentrista de la nacionalización. Si así proceso de organización de los nuevos Esta-
no fuera, no se podría explicar, ni entender, los con- dos, a dichas razas les fue negada toda posible
flictos nacionales en los países europeos cada vez que participación en las decisiones sobre la orga-
se plantea el problema de las diferencias racial-étnicas
dentro de la población. No se podría entender tampoco, nización social y política. La pequeña minoría
de otro modo, la política eurocéntrica de poblamiento blanca que asumió el control de esos Estados
favorecida por los liberales del Cono Sur de América se encontró inclusive con la ventaja de estar
Latina, ni el origen y el sentido del así llamado “proble- libre de las restricciones de la legislación de la
ma indígena” en toda América Latina. Si los hacenda-
Corona española, que se dirigían formalmente
dos peruanos del siglo XIX importaron culíes chinos,
fue, precisamente, porque la cuestión nacional no es- a la protección de las razas colonizadas. A par-
taba en juego para ellos, sino el desnudo interés social. tir de ahí llegaron inclusive a imponer nuevos
Ha sido por esa perspectiva eurocentrista, fundada en tributos coloniales sobre los indios, sin perjui-
la colonialidad del poder, que la burguesía señorial la- cio de mantener la esclavitud de los negros por
tinoamericana ha sido enemiga de la democratización
muchas décadas. Por supuesto, esta minoría
social y política, como condición de nacionalización de
la sociedad y del Estado. dominante se hallaba ahora en libertad para
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 817

expandir su propiedad de la tierra a expensas das nacionales, y ciertamente mucho menos,


de los territorios reservados para los indios por democráticas. Esto presenta una situación en
la reglamentación de la Corona española. En el apariencia paradójica: Estados independientes
caso del Brasil, los negros no eran sino escla- y sociedades coloniales39. La paradoja es sólo
vos y la mayoría de indios estaba constituida parcial o superficial; sin embargo, cuando ob-
por pueblos de la Amazonía, siendo de esta ma- servamos con más cuidado los intereses socia-
nera extranjeros para el nuevo Estado. les de los grupos dominantes de aquellas socie-
Haití fue un caso excepcional donde se pro- dades coloniales y sus Estados independientes.
dujo, en el mismo movimiento histórico, una En la sociedad colonial britano-americana,
revolución nacional, social y racial. Es decir, ya que los indios constituían un pueblo ex-
una descolonización real y global del poder. tranjero, viviendo más allá de los confines de
Su derrota se produjo por las repetidas inter- la sociedad colonial, la servidumbre no estuvo
venciones militares por parte de los Estados tan extendida como en la sociedad colonial de
Unidos. El otro proceso nacional en América la América ibérica. Los sirvientes (indentured
Latina, en el Virreinato del Perú, liderado por servants) traídos de la Gran Bretaña no eran
Tupac Amaru II en 1780, fue tempranamente legalmente siervos, y luego de la Independen-
derrotado. Desde entonces, en todas las demás
colonias ibéricas los grupos dominantes tuvie-
ron éxito en tratar precisamente de evitar la 39 En los sesenta y setenta muchos científicos socia-
descolonización de la sociedad mientras pelea- les dentro y fuera de América Latina, entre los que me
ban por tener Estados independientes. incluyo, usamos el concepto de “colonialismo interno”
Tales nuevos Estados no podrían ser con- para caracterizar la aparente relación paradójica de los
Estados independientes respecto de sus poblaciones
siderados en modo alguno como nacionales,
colonizadas. En América Latina: “Internal colonialism
salvo que se admita que esa exigua minoría de and national development” (González Casanova, 1965)
colonizadores en el control fuera genuinamen- y “Classes, colonialism and acculturation” (Stavenha-
te representante del conjunto de la población gen, 1965); fueron seguramente los más importantes
colonizada. Las respectivas sociedades, funda- entre quienes trataron de teorizar el problema de mane-
ra sistemática. Ahora sabemos que esos son problemas
das en la dominación colonial de indios, negros
acerca de la colonialidad que van mucho más allá de la
y mestizos, no podrían tampoco ser considera- trama institucional del Estado-nación.
818 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

cia no lo fueron por mucho tiempo. Los escla- asalariados, los productores independientes
vos negros fueron de importancia básica para y la burguesía local. Esto, en consecuencia,
la economía, pero demográficamente fueron con las limitaciones derivadas de la exclusión
una minoría. Y desde el comienzo, después de negros y mestizos, era un interés nacional
de la Independencia, la producción fue hecha para la gran mayoría de la población del nue-
en gran medida por trabajadores asalariados vo Estado-nación.
y productores independientes. En Chile, du-
rante el período colonial, la servidumbre india Estado independiente y sociedad
fue restringida, ya que los sirvientes indios lo- colonial: dependencia histórico-
cales eran una pequeña minoría. Y los escla- estructural
vos negros, a pesar de ser más importantes
para la economía, eran también una pequeña En cambio, en las otras sociedades iberoameri-
minoría. De este modo, esas razas no eran una canas, la pequeña minoría blanca en el control
gran fuente de trabajo gratuito como en el de los Estados independientes y las sociedades
caso de los demás países ibéricos. Consecuen- coloniales no podía haber tenido, ni sentido,
temente, desde el inicio de la Independencia ningún interés social en común con los indios
una creciente proporción de la producción y negros y mestizos. Al contrario, sus intereses
local hubo de estar basada en el salario y el sociales eran explícitamente antagónicos res-
capital, y por esa razón el mercado interno fue pecto de los siervos indios y los esclavos ne-
vital para la burguesía pre monopólica. Así, gros, dado que sus privilegios estuvieron, pre-
para las clases dominantes de ambos países cisamente, hechos del dominio / explotación
–toutes distances gardées– el trabajo asalaria- de dichas gentes. De modo que no había ningún
do local, la producción y el mercado interno terreno de intereses comunes entre blancos y
fueron preservados y protegidos de la compe- no blancos y, en consecuencia, ningún interés
tencia externa como la única y la más impor- nacional común a todos ellos. Por eso, desde
tante fuente de beneficio capitalista. Aún más, el punto de vista de los dominadores, sus inte-
el mercado interno tuvo que ser expandido y reses sociales estuvieron mucho más cerca de
protegido. En ese sentido, había algunas áreas los intereses de sus pares europeos y en con-
de intereses comunes entre los trabajadores secuencia estuvieron siempre inclinados a se-
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 819

guir los intereses de la burguesía europea. Eran riada, precisamente porque eso iba en contra
pues, dependientes. de la reproducción de su señorío. Y destinaban
Eran dependientes de esa manera específi- esos beneficios comerciales al consumo osten-
ca, no porque estuvieran subordinados por un toso de las mercancías producidas, sobre todo,
mayor poder económico o político. ¿De quién? en Europa.
España o Portugal eran entonces demasiado La dependencia de los capitalistas seño-
débiles, se subdesarrollaban, no podían ejercer riales de esos países tenía, en consecuencia,
ningún neocolonialismo como ingleses o fran- una fuente inescapable: la colonialidad de su
ceses en ciertos países de África después de la poder los llevaba a percibir sus intereses so-
independencia política de esos países. Estados ciales como iguales a los de los otros blancos
Unidos estaba absorbido en la conquista de las dominantes, en Europa y en Estados Unidos.
tierras de los indios y en el exterminio de esa Esa misma colonialidad del poder les impedía,
población, iniciando su expansión imperial so- sin embargo, desarrollar realmente sus intere-
bre parte del Caribe, sin capacidad aún de ex- ses sociales en la misma dirección que los de
pandir su dominio económico o político más sus pares europeos, esto es, convertir capital
allá. Inglaterra intentó la ocupación de Buenos comercial (beneficio producido lo mismo en la
Aires y fue derrotada. esclavitud, en la servidumbre, o en la recipro-
Los señores blancos latinoamericanos, cidad) en capital industrial, puesto que eso im-
dueños del poder político y de siervos y de plicaba liberar indios siervos y esclavos negros
esclavos, no tenían intereses comunes, sino y convertirlos en trabajadores asalariados. Por
exactamente antagónicos a los de esos traba- obvias razones, los dominadores coloniales
jadores, que eran la abrumadora mayoría de la de los nuevos Estados independientes, en es-
población de los nuevos Estados. Y mientras pecial en América del Sur después de la crisis
en Europa y Estados Unidos la burguesía blan- de fines del siglo XVIII, no podían ser en esa
ca expandía la relación social llamada capital configuración sino socios menores de la bur-
como eje de articulación de la economía y de guesía europea. Cuando mucho más tarde fue
la sociedad, los señores latinoamericanos no preciso liberar a los esclavos, no fue para asa-
podían acumular sus cuantiosos beneficios co- lariarlos, sino para reemplazarlos por trabaja-
merciales comprando fuerza de trabajo asala- dores inmigrantes de otros países, europeos y
820 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

asiáticos. La eliminación de la servidumbre de latinoamericano de industrialización depen-


los indios es reciente. No había ningún interés diente: la sustitución de los bienes importados
social común, ningún mercado propio que de- para el consumo ostentoso de los señores y de
fender, lo que habría incluido el salariado, ya sus pequeños grupos medios asociados, por
que ningún mercado local era de interés de los productos locales destinados a ese consumo.
dominadores. No había, simplemente, ningún Para esa finalidad no era necesario reorganizar
interés nacional. globalmente las economías locales, asalariar
La dependencia de los señores capitalistas masivamente a siervos, ni producir tecnología
no provenía de la subordinación nacional. Esta propia. La industrialización a través de la susti-
fue, por el contrario, la consecuencia de la co- tución de importaciones es, en América Latina,
munidad de intereses raciales. Estamos tra- un caso diáfano de las implicaciones de la co-
tando aquí con el concepto de la dependencia lonialidad del poder41.
histórico-estructural, que es muy diferente de En este sentido, el proceso de independencia
las propuestas nacionalistas de la dependencia de los Estados en América Latina sin la desco-
externa o estructural40. La subordinación vino lonización de la sociedad no pudo ser, no fue,
más adelante, precisamente debido a la depen- un proceso hacia el desarrollo de los Estados-
dencia y no a la inversa: durante la crisis eco- nación modernos, sino una rearticulación de la
nómica mundial de los treinta, la burguesía con colonialidad del poder sobre nuevas bases ins-
más capital comercial de América Latina (Ar- titucionales. Desde entonces, durante casi 200
gentina, Brasil, México, Chile, Uruguay y, has- años, hemos estado ocupados en el intento de
ta cierto punto, Colombia) fue forzada a pro- avanzar en el camino de la nacionalización de
ducir localmente los bienes que servían para nuestras sociedades y nuestros Estados. Toda-
su consumo ostentoso y que antes tenían que vía, en ningún país latinoamericano es posible
importar. Este fue el inicio del peculiar camino encontrar una sociedad plenamente naciona-
lizada ni tampoco un genuino Estado-nación.

40 Véase, sobre este aspecto, mi “Urbanización, cam-


bio social y dependencia” (Quijano, 1967), publicado en 41 Sobre estas cuestiones he adelantado algunas pro-
el libro de Cardoso y Weffort América Latina. Ensa- puestas de debate en “América Latina en la economía
yos de interpretación sociológica. mundial” (Quijano, 1993).
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 821

La homogeneización nacional de la población, Tupac Amaru. En México, el proceso de des-


según el modelo eurocéntrico de nación, sólo colonización del poder empezó a verse pau-
hubiera podido ser alcanzada a través de un latinamente limitado desde los sesenta hasta
proceso radical y global de democratización entrar finalmente en un período de crisis al
de la sociedad y del Estado. Primero que nada, final de los setenta. En Bolivia la revolución
esa democratización hubiera implicado, y aún fue derrotada en 1965.
debe implicar, el proceso de la descolonización 2. Un limitado pero real proceso de homoge-
de las relaciones sociales, políticas y culturales neización colonial (racial), como en el Cono
entre las razas, o más propiamente entre gru- Sur (Chile, Uruguay, Argentina), por medio
pos y elementos de existencia social europeos de un genocidio masivo de la población abo-
y no europeos. No obstante, la estructura de rigen. Una variante de esa línea es Colombia,
poder fue y aún sigue estando organizada sobre en donde la población original fue cuasi ex-
y alrededor del eje colonial. La construcción de terminada durante la colonia y reemplazada
la nación y sobre todo del Estado-nación han con los negros.
sido conceptualizadas y trabajadas en contra 3. Un siempre frustrado intento de homogenei-
de la mayoría de la población, en este caso, de zación cultural a través del genocidio cultu-
los indios, negros y mestizos. La colonialidad ral de los indios, negros y mestizos, como en
del poder aún ejerce su dominio, en la mayor México, Perú, Ecuador, Guatemala-Centro
parte de América Latina, en contra de la de- América y Bolivia.
mocracia, la ciudadanía, la nación y el Estado- 4. La imposición de una ideología de “demo-
nación moderno. cracia racial” que enmascara la verdadera
Actualmente se puede distinguir cuatro tra- discriminación y la dominación colonial de
yectorias históricas y líneas ideológicas acerca los negros, como en Brasil, Colombia y Vene-
del problema del Estado-nación: zuela. Difícilmente alguien puede reconocer
con seriedad una verdadera ciudadanía de la
1. Un limitado pero real proceso de descolo- población de origen africano en esos países,
nización / democratización a través de re- aunque las tensiones y conflictos raciales no
voluciones radicales como en México y en son tan violentos y explícitos como en Sudá-
Bolivia, después de las derrotas de Haití y de frica o en el sur de los Estados Unidos.
822 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Lo que estas comprobaciones indican es que las limitaciones sabidas, en todo el mundo de
hay, sin duda, un elemento que impide radi- identidad europea (Canadá, EE.UU., Australia,
calmente el desarrollo y culminación de la na- Nueva Zelandia, por ejemplo)? ¿Por qué no ha
cionalización de la sociedad y del Estado, en sido posible, hasta hoy sino de modo parcial y
la misma medida en que impide su democra- precario, en América Latina?
tización, puesto que no se encuentra ningún Para empezar, ¿hubiera sido posible en Fran-
ejemplo histórico de modernos Estado-nación cia, el caso clásico de Estado-nación moderno,
que no sean el resultado de dicha democrati- esa democratización social y radical si el factor
zación social y política. ¿Cuál es o puede ser racial hubiera estado incluido? Es muy poco
ese elemento? probable. Hoy en día es fácil observar en Fran-
En el mundo europeo, y por eso en la pers- cia el problema nacional y el debate producido
pectiva eurocéntrica, la formación de Estados- por la presencia de población no-blanca, origi-
nación ha sido teorizada, imaginada en verdad, naria de las ex colonias francesas. Obviamente,
como expresión de la homogeneización de la no es un asunto de etnicidad ni creencias reli-
población en términos de experiencias his- giosas. Nuevamente basta con recordar que un
tóricas comunes. Y a primera vista, los casos siglo atrás el caso Dreyfus demostró la capa-
exitosos de nacionalización de sociedades y cidad de discriminación de los franceses, pero
Estados en Europa parecen darle la razón a su final también demostró que para muchos
ese enfoque. Lo que encontramos en la histo- de ellos la identidad de origen no era requisito
ria conocida es, desde luego, que esa homo- determinante para ser miembro de la nación
geneización consiste en la formación de un francesa, hasta tanto el color fuera francés. Los
espacio común de identidad y de sentido para judíos franceses son hoy más franceses que los
la población de un espacio de dominación. hijos de africanos, árabes y latinoamericanos
Y eso, en todos los casos, es el resultado de nacidos en Francia. Esto, para no mencionar lo
la democratización de la sociedad, la cual de sucedido con los inmigrantes rusos y españo-
ese modo puede organizarse y expresarse en les cuyos hijos, por haber nacido en Francia,
un Estado democrático. La pregunta pertinen- son franceses.
te, a estas alturas del debate, es ¿por qué eso Esto quiere decir que la colonialidad del
ha sido posible en Europa Occidental, y con poder, basada en la imposición de la idea de
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 823

raza como instrumento de dominación, ha sido va de conocimiento es el debate y la práctica


siempre un factor limitante de estos procesos de proyectos revolucionarios. En el siglo XX la
de construcción del Estado-nación basados en abrumadora mayoría de la izquierda latinoame-
el modelo eurocéntrico, sea en menor medida ricana, adherida al materialismo histórico, ha
como en el caso norteamericano o de modo de- debatido básicamente en torno a dos tipos de
cisivo como en América Latina. El grado actual revoluciones: democrático-burguesa o socialis-
de limitación depende, como ha sido mostrado, ta. Rivalizando con esa izquierda, el movimien-
de la proporción de las razas colonizadas den- to denominado aprista –el APRA (Alianza Popu-
tro de la población total y de la densidad de sus lar Revolucionaria Antiimperialista) en el Perú;
instituciones sociales y culturales. AD (Acción Democrática en Venezuela); MNR
Por todo eso, la colonialidad del poder esta- (Movimiento Nacionalista Revolucionario) en
blecida sobre la idea de raza debe ser admitida Bolivia; MLN (Movimiento de Liberación Na-
como un factor básico en la cuestión nacional cional) en Costa Rica; Movimiento Revolucio-
y del Estado-nación. El problema es, sin em- nario Auténtico y los Ortodoxos en Cuba, entre
bargo, que en América Latina la perspectiva los más importantes– por boca de su mayor
eurocéntrica fue adoptada por los grupos do- teórico, el peruano Haya de la Torre, propuso
minantes como propia, y los llevó a imponer originalmente, entre 1925-1935, la llamada Re-
el modelo europeo de formación del Estado- volución antiimperialista, como un proceso de
nación para estructuras de poder organizadas depuración del carácter capitalista de la econo-
alrededor de relaciones coloniales. Así aún mía y de la sociedad latinoamericanas, sobre la
nos encontramos hoy en un laberinto donde base del control nacional-estatal de los princi-
el Minotauro es siempre visible, pero ningu- pales recursos de producción, como una tran-
na Ariadna para mostrarnos la ansiada salida. sición hacia una revolución socialista. Desde el
fin de la Segunda Guerra Mundial, ese proyecto
Eurocentrismo y revolución transitó definitivamente a una suerte de social-
en América Latina liberalismo42, y se va agotando de ese modo.

Otro caso claro de ese trágico desencuentro


42 La miopía eurocéntrica, no sólo de estudiosos de
entre nuestra experiencia y nuestra perspecti- Europa o de Estados Unidos sino también de los de
824 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

De manera breve y esquemática, pero no ar- que la economía, y por lo tanto, la sociedad y el
bitraria, se puede presentar el debate latinoa- Estado en América Latina son básicamente ca-
mericano sobre la revolución democrático-bur- pitalistas. En su lenguaje, eso implica que el ca-
guesa como un proyecto en el cual la burguesía pital como relación social de producción es ya
organiza a la clase obrera, a los campesinos y a dominante y que, en consecuencia, lo burgués
otros grupos dominados para arrancar al seño- es también dominante en la sociedad y en el
río feudal del control del Estado, y para reorga- Estado. Admite que hay rezagos feudales y en
nizar la sociedad y el Estado en los términos del consecuencia tareas democrático-burguesas
capital y de la burguesía. El supuesto central de en el trayecto de la revolución socialista.
ese proyecto es que la sociedad en América La- De hecho, el debate político del último me-
tina es, en lo fundamental, feudal, o a lo sumo dio siglo en América Latina ha estado anclado
semifeudal, ya que el capitalismo es aún inci- en si la economía, la sociedad y el Estado eran
piente, marginal y subordinado. La revolución feudales / semifeudales o capitalistas. La ma-
socialista, en cambio, se concibe como la erra- yor parte de la izquierda latinoamericana, hasta
dicación de la burguesía del control del Esta- hace pocos años, adhería a la propuesta demo-
do por la clase obrera, la clase trabajadora por crático-burguesa; siguiendo ante todo los linea-
excelencia, a la cabeza de una coalición de las mientos centrales del socialismo real o campo
clases explotadas y dominadas, para imponer socialista, sea con sede en Moscú o en Pekín.
el control estatal de los medios de producción, Para creer que en América Latina una re-
y construir desde el Estado la nueva sociedad. volución democrático-burguesa basada en el
El supuesto de esa propuesta es, obviamente, modelo europeo es no sólo posible, sino nece-
saria, primero es preciso admitir en América,
y más precisamente en América Latina: 1) la
América Latina, ha difundido y cuasi impuesto univer-
salmente el nombre de populismo para esos movimien- relación secuencial entre feudalismo y capita-
tos y proyectos que, sin embargo, tienen poco en co- lismo; 2) la existencia histórica del feudalismo
mún con el movimiento de los narodnikis rusos del si- y en consecuencia el conflicto histórico an-
glo XIX o del populismo norteamericano posterior. Una tagónico entre la aristocracia feudal y la bur-
discusión de estas cuestiones en mi texto “Fujimorismo
guesía; 3) una burguesía interesada en llevar a
y populismo” (Quijano, 1998a), publicado en el libro de
De Lara El fantasma del populismo. cabo semejante empresa revolucionaria. Sabe-
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 825

mos que en China a inicios de los treinta, Mao te de este continente (EE.UU., todo el Caribe,
propuso la idea de la revolución democrática incluyendo Venezuela, Colombia, las costas de
de nuevo tipo, porque la burguesía ya no está Ecuador y Perú, Brasil), el esclavismo ha sido
interesada en, y tampoco es capaz de llevar a más extendido y más poderoso. Pero, claro, la
cabo, esa, su misión histórica. En este caso, esclavitud terminó antes del siglo XX. Y fueron
una coalición de clases explotadas / domina- los señores feudales los que heredaron el po-
das, bajo el liderazgo de la clase trabajadora, der. ¿No es verdad?
debe sustituir a la burguesía y emprender la Una revolución antifeudal, ergo democrá-
nueva revolución democrática. tico-burguesa, en el sentido eurocéntrico ha
En América, sin embargo, como en esca- sido, pues, siempre, una imposibilidad histó-
la mundial desde hace 500 años, el capital ha rica. Las únicas revoluciones democráticas
existido sólo como el eje dominante de la ar- realmente ocurridas en América (aparte de la
ticulación conjunta de todas las formas histó- Revolución americana) han sido las de Méxi-
ricamente conocidas de control y explotación co y de Bolivia, como revoluciones populares,
del trabajo, configurando así un único patrón nacionalistas-antiimperialistas, anticoloniales,
de poder, histórico-estructuralmente heterogé- esto es contra la colonialidad del poder, y anti-
neo, con relaciones discontinuas y conflictivas oligárquicas, esto es contra el control del Esta-
entre sus componentes. Ninguna secuencia do por la burguesía señorial bajo la protección
evolucionista entre los modos de producción, de la burguesía imperial. En la mayoría de los
ningún feudalismo anterior, separado y anta- otros países, el proceso ha sido un proceso de
gónico del capital, ningún señorío feudal en el depuración gradual y desigual del carácter so-
control del Estado, al cual una burguesía urgi- cial, capitalista, de la sociedad y el Estado. En
da de poder tuviera que desalojar por medios consecuencia, el proceso ha sido siempre muy
revolucionarios. Si secuencia hubiera, es sin lento, irregular y parcial.
duda sorprendente que el movimiento seguidor ¿Podría haber sido de otra manera? Toda de-
del materialismo histórico no haya luchado mocratización posible de la sociedad en Amé-
por una revolución antiesclavista, previa a la rica Latina debe ocurrir en la mayoría de estos
revolución antifeudal, previa a su vez a la revo- países, al mismo tiempo y en el mismo movi-
lución anticapitalista. Porque en la mayor par- miento histórico como una descolonización y
826 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

como una redistribución del poder. En otras la idea de una sociedad capitalista homogénea,
palabras, como una redistribución radical del en el sentido de que sólo el capital como re-
poder. Esto es debido, primero, a que las “cla- lación social existe y en consecuencia la clase
ses sociales”, en América Latina, tienen “co- obrera industrial asalariada es la parte mayori-
lor”, cualquier “color” que pueda encontrarse taria de la población. Pero ya hemos visto que
en cualquier país, en cualquier momento. Eso así no ha sido nunca, ni en América Latina, ni
quiere decir, definitivamente, que la clasifica- en el resto del mundo, y que casi seguramente
ción de las gentes no se realiza solamente en así no ocurrirá nunca. Segundo, la idea de que
un ámbito del poder, la economía, por ejemplo, el socialismo consiste en la estatización de to-
sino en todos y en cada uno de los ámbitos. La dos y cada uno de los ámbitos del poder y de
dominación es el requisito de la explotación, y la existencia social, comenzando con el control
la raza es el más eficaz instrumento de domina- del trabajo, porque desde el Estado se puede
ción que, asociado a la explotación, sirve como construir la nueva sociedad. Ese supuesto co-
el clasificador universal en el actual patrón loca toda la historia, de nuevo, sobre su cabeza.
mundial de poder capitalista. En términos de la Inclusive en los toscos términos del materia-
cuestión nacional, sólo a través de ese proceso lismo histórico, hace de una superestructura,
de democratización de la sociedad puede ser el Estado, la base de la sociedad. Y escamotea
posible y finalmente exitosa la construcción de el hecho de una total reconcentración del con-
un Estado-nación moderno, con todas sus im- trol del poder, lo que lleva necesariamente al
plicancias, incluyendo la ciudadanía y la repre- total despotismo de los controladores, hacién-
sentación política. dola aparecer como si fuera una socialización
del poder, esto es la redistribución radical del
En cuanto al espejismo eurocéntrico acerca control del poder. Pero, precisamente, el socia-
de las revoluciones “socialistas”, como control lismo no puede ser otra cosa que la trayectoria
del Estado y como estatización del control del de una radical devolución del control sobre el
trabajo / recursos / productos, de la subjetivi- trabajo / recursos / productos, sobre el sexo /
dad / recursos / productos, del sexo / recursos / recursos / productos, sobre la autoridad / ins-
productos, esa perspectiva se funda en dos su- tituciones / violencia, y sobre la intersubjetivi-
puestos teóricos radicalmente falsos. Primero, dad / conocimiento / comunicación, a la vida
Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 827

cotidiana de las gentes. Eso es lo que propon- será retomado en América Latina sino a partir
go, desde 1972, como socialización del poder43. de los años sesenta del siglo que recién termi-
Solitariamente, en 1928, José Carlos Mariá- nó, y en el resto del mundo a partir de la derro-
tegui fue sin duda el primero en vislumbrar, no ta mundial del campo socialista.
sólo en América Latina, que en este espacio / En realidad, cada categoría usada para ca-
tiempo las relaciones sociales de poder, cual- racterizar el proceso político latinoamericano
quiera que fuera su carácter previo, existían y ha sido siempre un modo parcial y distorsio-
actuaban simultánea y articuladamente, en una nado de mirar esta realidad. Esa es una conse-
única y conjunta estructura de poder; que ésta cuencia inevitable de la perspectiva eurocéntri-
no podía ser una unidad homogénea, con rela- ca, en la cual un evolucionismo unilineal y uni-
ciones continuas entre sus elementos, movién- direccional se amalgama contradictoriamente
dose en la historia continua y sistémicamente. con la visión dualista de la historia; un dualis-
Por lo tanto, que la idea de una revolución so- mo nuevo y radical que separa la naturaleza de
cialista tenía que ser, por necesidad histórica, la sociedad, el cuerpo de la razón; que no sabe
dirigida contra el conjunto de ese poder y que qué hacer con la cuestión de la totalidad, ne-
lejos de consistir en una nueva reconcentra- gándola simplemente, como el viejo empirismo
ción burocrática del poder, sólo podía tener o el nuevo posmodernismo, o entendiéndola
sentido como redistribución entre las gentes, sólo de modo organicista o sistémico, convir-
en su vida cotidiana, del control sobre las con- tiéndola así en una perspectiva distorsionante,
diciones de su existencia social44. El debate no imposible de ser usada salvo para el error.
No es, pues, un accidente que hayamos
sido, por el momento, derrotados en ambos
43 Véanse: “¿Qué es y qué no es el socialismo?” (Qui-
jano, 1972); “Poder y democracia en el socialismo”
(Quijano, 1981). (Mariátegui, 1928; numerosas ediciones); “Punto de
44 Ese descubrimiento es, sin duda, lo que otorga a vista Antiimperialista” (Mariátegui, 1974), presentado
Mariátegui su mayor valor y su continuada vigencia, en la Primera Conferencia Comunista Latinoameri-
derrotados los socialismos y su materialismo históri- cana, Buenos Aires, junio de 1929; y el célebre editorial
co. Véase, sobre todo, el tramo final del primero de sus de la revista Amauta “Aniversario y balance” (Mariáte-
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El regreso del futuro
y las cuestiones del conocimiento*

L as notas que siguen abren algunas cuestio-


nes acerca de las implicaciones del regreso
del futuro sobre la producción del conocimien-
era pues la mera continuación del presente y
del pasado. Era nuevo, entrañaba el cambio y
anunciaba o prometía lo deseado o lo espera-
to. Quizá muchos, si no todos, concuerden con do, quizás incluso lo soñado. De todos modos,
que al final de los años ochenta todo lo que era un sentido distinto para cada historia, en cada
opuesto al capitalismo, resistía al imperialis- espacio / tiempo.
mo o rivalizaba con él, había sido derrotado en Debido a eso, las numerosas derrotas de
todo el mundo. La especificidad de esa derrota las innúmeras luchas y de las muchas gentes
consiste, en mi opinión, en la extinción de todo que perseguían la conquista de algunas de esas
un determinado horizonte de futuro. Permítan- metas fueron asumidas como transitorias siem-
me explicarme. pre, como coyunturales muchas veces, esto es
Durante los últimos quinientos años, es de- de plazo histórico, pero en caso alguno como
cir desde América, siempre ha habido al fren- finales o definitivas: el horizonte estaba allí
te de todos, de todo el mundo, un horizonte delante, el buscado futuro estaba allá, invicto,
brillante, incluso resplandeciente para ciertas con más alto resplandor cuanto más distante
promesas y en ciertos momentos: la moderni- después de una derrota. Además, en los últi-
dad, la racionalidad, el progreso, el liberalis- mos tres siglos habíamos logrado, de veras,
mo, el nacionalismo, el socialismo. El tiempo muchas victorias. Las formas peores de explo-
que ese horizonte anunciaba o prometía no tación habían sido arrinconadas. En muchas
partes del mundo, la fauna, dominante había
* Este texto fue publicado en Hueso húmero (Lima) tenido que admitir, por lo menos, negociar los
N° 38, abril de 2001. límites de la dominación y de la explotación.
834 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Los grandes imperios coloniales habían sido, No es mi propósito, esta vez, hurgar en las
casi todos, destruidos. Y en un momento has- determinaciones de esas derrotas. Lo que me
ta pareció real que la dominación y la explota- interesa es señalar, primero, que desde fines de
ción comenzaban, en ciertas áreas del mundo, los sesenta (Shanghái 1967, París 1968, Praga
a quedar atrás. Esas victorias sólo confirmaban 1969) comenzó a eclipsarse –y no ya sólo para
la poderosa certidumbre de que las luchas se una reducida y arrinconada minoría– el más
orientaban hacia un real horizonte de futuro, brillante horizonte de futuro de ese período y
no a una visión engañosa. Para esa esperanza, que desde mediados de los setenta (el estallido
toda derrota era sólo un momento de la lucha. de la crisis mundial del capitalismo) hasta fines
Por eso, millones de gentes pudieron resistir- de los ochenta (la “caída del muro” y la desin-
lo todo, desde el exilio, la cárcel, la tortura, la tegración final del “campo socialista”), terminó
muerte, hasta lo más personal y doloroso, el sa- extinguiéndose en todo el mundo. Y segun-
crificio o la pérdida de vidas amadas. do, preguntar por sus implicaciones sobre las
Estoy seguro de que muchos lo saben perso- cuestiones del conocimiento.
nalmente, país por país. O pueden haberse pre- Sobre lo primero, no creo que sean muchos
guntado lo que sintieron los derrotados de la los que nieguen que todos los movimientos, or-
guerra civil española, toda una generación de ganizaciones y regímenes políticos que busca-
revolucionarios de todo el mundo, temiendo o ban sea una importante desconcentración del
sabiendo que sería largo el tiempo de la derro- control del poder, sea su radical redistribución
ta. Pero no hay testimonio alguno de esos años para fines de los ochenta habían sido todos, en
que indicara una renuncia al camino que el ho- todo el mundo, derrotados. Todos ellos se ex-
rizonte señalaba. «Si España cae, digo, es un tinguieron. Y con ellos se extinguió también, no
decir, niños del mundo id a buscarla», clamaba sólo se eclipsó, todo horizonte de futuro para
Vallejo. Pero estaba seguro de que los niños del toda la década de los noventa, a menos que al-
mundo irían a buscarla. En América Latina, la guien estuviera dispuesto a sostener, en serio,
más análoga experiencia colectiva fue, proba- que ese horizonte fuera el neoliberalismo. Para
blemente, la caída de Allende en 1973, prelu- algunas de las vertientes neoliberales, inclusi-
diada por la derrota de la Asamblea Popular en ve había llegado al fin de la historia (Fukuya-
Bolivia, en 1972. ma). Por primera vez en quinientos años los
El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento 835

más ilustres sueños de la especie parecían ha- debate, si de verdad lo fue, en América Latina
ber sido enterrados. Extraviada la esperanza, tiene en rigor virtud testimonial: la “crisis de
el temor oscurecía de nuevo el horizonte1. paradigmas”. Y fue nada menos que Fernando
Sobre lo segundo, sugiero que la extinción Henrique Cardoso, uno de los primeros, si no el
del horizonte de futuro se hizo perceptible para primero, en acuñar la fórmula.
todos sobre todo desde fines de los ochenta. En Son muchos y muy fuertes los núcleos de
todo caso, es desde entonces que la intersub- cuestiones que aquí se abren. En esta ocasión,
jetividad mundial aparece marcada, intempes- quiero apuntar sólo a dos de ellos. En primer
tivamente, por dos rasgos: uno, para muchos lugar, a las relaciones entre las perspectivas
la extraña sensación de que las ideas, las pro- históricas del imaginario y las del conocimien-
puestas, las promesas y las razones de cambios to. Y en segundo lugar, a algo más complejo:
históricos radicales pertenecían a un pasado las relaciones entre el imaginario, las accio-
súbitamente remoto; dos, el abandono, rápido nes sociales y los modos de producción de
y masivo e igual de repentino, de las perspec- conocimiento.
tivas mentales, de las cuestiones y categorías
conceptuales asociadas a aquellas que pregun-
taban por el poder en la existencia social y por Imaginario y conocimiento
los modos de su crisis y de su cambio radical
o de su remoción definitiva. O, para decirlo en La idea de un horizonte de futuro en cuanto
fácil, lo que se reconocía como el “pensamien- un tiempo nuevo para la existencia social y
to crítico” era abandonado sin debate. El único de ese modo portador de un sentido nuevo de
historia, total o parcial, radical o de superficie,
apunta obviamente a una específica perspecti-
1 Todos recuerdan sin duda el Prometo de Esquilo.
No tengo a la mano ningún ejemplar mientras escribo va de imaginario: la de un imaginario histórico.
estas notas. Cito, pues, de memoria su diálogo con las Muy diferente, en consecuencia, que la de un
náyades que van a visitarlo encadenado: imaginario místico o mágico que trasciende a
– ¿Qué has hecho para merecer este castigo? la historia.
– He desterrado de los hombres el temor a la muerte.
La perspectiva de imaginario histórico,
– ¿Y cómo has hecho para lograr ese milagro?
– He hecho nacer entre ellos la ciega Esperanza. que ha sido mundialmente hegemónica has-
836 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ta hace poco, comenzó con América, aunque Esta vez no iré muy lejos en esta indaga-
su elaboración central correspondiera a Eu- ción. Lo que me interesa es hacer notar que
ropa. Implicó un cambio de porte histórico sin esas ideas / imágenes, determinadas
para las relaciones intersubjetivas de la po- preguntas a la “realidad”, es decir a la expe-
blación de todo el mundo. Y para Europa, en riencia social, al poder en primer término, la
particular, el abandono del pasado como la elaboración de las cuestiones respectivas, la
edad dorada de la humanidad, por la del fu- búsqueda de las instancias de la “realidad” en
turo como el continente histórico de la espe- donde encontrar los elementos de respuesta,
ranza. Dos elementos me interesa destacar los campos de relaciones que se establecen o
en esa específica perspectiva de imaginario: se descubren en esa búsqueda, las explicacio-
1) la idea de modernidad / racionalidad aso- nes y los sentidos que se elaboran para esas
ciada a las ideas de progreso y de mercado; respuestas, no serían posibles. O lo serían
2) la idea de democracia como un interés so- de modo muy diferente del que ha llevado a
cial concreto, como la expresión cimera de la constitución del conocimiento “crítico”,
le modernidad2. la perspectiva de conocimiento que hizo del
poder del capital la cuestión central de inves-
tigación, de debate y de teoría científica. En
2 En el poder del capital el mercado es el piso de la otros términos, sugiero que la perspectiva de
igualdad, pero es también su techo, es decir su límite.
Por lo tanto, dentro de ese patrón de poder la igualdad conocimiento implicada en el “pensamiento
no puede dejar de ejercerse sino como un conflicto irre- crítico” y en la “teoría crítica de la sociedad”,
soluto que, de un lado, ha llevado a institucionalizar la fue compañera y asociada de una perspectiva
negociación de los límites, las condiciones y las modali- de imaginario también “crítico” que se instaló
dades de la dominación / explotación / conflicto, lo que
junto con la modernidad.
se expresa en la igualdad jurídico-política de desigua-
les sociales y en el universo institucional del moderno
Estado-nación. Pero de otro lado, lleva a un continuado
conflicto de una parte por la reducción continua de ta-
les límites; de otra parte, por la continuada ampliación contradictoria y conflictiva, pero no es evitable. Es una
y profundización de la igualdad en la sociedad misma, necesidad histórica. En ese específico y preciso sentido
lo que, por supuesto sobrepasa los límites del poder del constituye un interés social concreto, el que define la
capital y del moderno Estado-nación. Esa relación es modernidad.
El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento 837

Imaginario e historia ¿Se desprende de allí, simplemente, que el


capitalismo ha salido victorioso, porque es in-
¿Qué hizo que tales perspectivas de imaginario vencible? ¿Y que, como lo propone el pensa-
y de conocimiento que se desarrollaron asocia- miento “posmodernista”, esa crítica, sus pro-
das se derrumbaran y se extinguieran también puestas y sus proyectos eran solamente “gran-
asociadas? Si las cuestiones que la segunda in- des narrativas”, quiméricas en lo fundamental,
dagaba estaban asociadas a la primera, ¿podría que hay que admitir que el poder o es una abs-
decirse que fue la extinción de ese específico tracción teóricamente impertinente o un dato
horizonte de futuro lo que arrastró a la perspec- inmutable de la vida tal como es, y respecto
tiva de conocimiento que le estaba asociada? ¿O del cual, en consecuencia, apenas tiene sentido
fue al revés, la derrota de las acciones sociales ubicar sus intersticios más aptos donde jugar
vinculadas a esa perspectiva de conocimiento con la libertad individual, como lo propone hoy
lo que llevó a la extinción de la perspectiva de la lectura postmodernista de Foucault?
imaginario con la cual estaba asociada? En la sociedad, todo poder es una relación
La extinción de todo un horizonte de futuro social de dominación / explotación / conflicto.
o perspectiva de imaginario histórico no podría Esos tres elementos constitutivos de toda re-
ser explicada sino por cambios muy profundos lación de poder están allí en medidas y formas
en las fuentes intersubjetivas de donde surtía. diferentes cada cual, según las situaciones, los
Pero eso, sin duda, vale lo mismo para lo que espacios / tiempos concretos. El poder que se
ocurre o puede ocurrir con una dada perspec- articula en torno del capitalismo ha resultado
tiva de conocimiento histórico social. En otras ser hasta ahora más fuerte que sus adversarios.
palabras, lo que estoy sugiriendo es que el Eso no es necesariamente, sin embargo, una
patrón capitalista de poder ha venido modifi- demostración de su invencibilidad, sino la in-
cando las fuentes mismas que alimentaban las dicación de una relación de fuerzas que lleva a
corrientes del específico imaginario histórico, indagar por la de sus adversarios: ¿dónde resi-
que podríamos llamar “crítico” y del conoci- de su debilidad?
miento social “critico” que le estaba asociado. Para comenzar esa exploración, sugiero par-
En ambos lados se trata sin duda alguna de una tir de otra pregunta, indispensable: ¿podría un
profunda victoria del capitalismo. imaginario histórico, y “crítico” en particular,
838 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

vivir y desarrollarse largamente sin referentes una parte de la experiencia concreta, preci-
demostrativos, en consecuencia victoriosos, en samente aquella vinculada a la fuerza hege-
la experiencia concreta? Probablemente, no. O mónica, responsable en consecuencia por las
mejor, sin duda no. Porque un imaginario histó- derrotas o las victorias, ha tendido a orientar-
rico no es lo mismo que un imaginario místico se y a desarrollarse en una dirección distinta
o mágico sobre un universo que trasciende a a la del imaginario crítico. Y en ese caso, las
la historia concreta. Respecto de estos últimos, acciones destinadas a la materialización del
la experiencia concreta o no es un referente imaginario eran o derrotadas o, mucho peor,
demostrativo necesario, porque ese imaginario precisamente las victorias mismas conducían
la trasciende, o es siempre, de todos modos, a otra parte3.
una continua demostración del imaginario. Quizás es útil una corta historia. Desde co-
Por ejemplo, para quien cree que el universo mienzos del siglo XX y en especial desde la
ha sido “creado”, la experiencia es una conti- derrota de la República en España, se reduce
nua demostración. Pero para quien cree en la el espacio del debate y de los movimientos so-
“inmaculada concepción”, la experiencia es del ciales para los cuales la lucha por el control del
todo irrelevante. Sin embargo, ambas creen- Estado-nación no es el camino que lleva al ho-
cias corresponden a una misma perspectiva de rizonte de futuro donde la dominación y la ex-
imaginario místico. plotación no son las que organizan la sociedad.
Desde ese punto de vista, no es arbitrario, Su espacio se reduce de tal modo que para una
ni impertinente, sugerir que entre el imagina- inmensa mayoría de la población mundial esas
rio histórico-crítico y la experiencia histórica corrientes simplemente no existen. Se instala,
concreta, las relaciones originalmente ceñi- en cambio, como mundialmente hegemónico
das, casi podría decirse que simétricas si se
consideran los siglos XVIII y XIX desde la
perspectiva europea, durante el siglo XX han 3 Fue quizás en el cine italiano, sin duda no por mera
tendido hacia un creciente desencuentro, el coincidencia, donde por primera vez y desde tan tem-
que ha ido llevando a la frustración continua prano como desde los sesenta, comienzan a ser ela-
boradas las imágenes de ese desencuentro. Recuerdo
y a la subalternización final de la subjetivi-
sobre todo la devastada conciencia, atrapada entre el
dad vinculada a ese imaginario. Es decir que cinismo y la angustia, de “Nos habíamos amado tanto”.
El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento 839

el llamado “materialismo histórico” y desde a pesar de la experiencia de los “procesos” de


la llamada Revolución socialista en Rusia, en Moscú, del asesinato de Trotsky, de los campos
1917, la vertiente que conserva su nombre po- de trabajo forzado, Rusia y los bolcheviques
lítico original corno socialdemocracia cede su lograron establecer una auténtica constelación
lugar en la hegemonía mundial a la que adopta de prestigio sobre los revolucionarios de todo
el nombre de “marxismo-leninismo” y que pasa el mundo. En particular, su apoyo a las luchas
a ejercer el dominio mundial desde el nuevo anticoloniales y antiimperialistas de todo el
Estado ruso, a partir de 1924. mundo hizo de Rusia un polo mundial de atrac-
Se sabe bien que ya desde 1917 algunas im- ción y de dirección política, y su prestigio y su
portantes minorías habían introducido críticas influencia no hicieron sino agrandarse después
radicales sobre el carácter y el futuro del nuevo de la Segunda Guerra Mundial con la forma-
poder instalado en Rusia y que se reclamaba ción del “campo socialista” que incluía a todos
como revolucionario y socialista. Así, entre los países de Europa Oriental, a China después
1917-1918 Rosa Luxemburg denuncia el despo- de la Revolución China (1949) y a Cuba, des-
tismo, Anton Pannekoek la contrarrevolución pués de 1962.
burocrática, Rodolfo Mondolfo el capitalismo
de Estado que usurpa el lugar del socialismo y
desde 1927 sobre todo Trotsky y sus seguidores tación. Pero no hay cómo inferir la propuesta teórica
alternativa, ni la perspectiva de conocimiento a la cual
denuncian las “deformaciones burocráticas” dicha sospecha pudiera estar asociada. Sus seguidores,
en lo que, sin embargo, reconocen aún como los llamados trotskistas, nunca recogieron esa pro-
“Estado obrero”4. Pero a pesar de las críticas, puesta, bien pasados esos cincuenta años, ni siquiera
cuando se publicó el notable libro de Rudolf Bahro, Die
Alternative (Koln: Europaische Verlagsansalt, 1977;
4 Es interesante e intrigante que al final de su libro Barcelona: Editorial Malenales 1979) cuya tesis central
principal en ese debate, La revolución traicionada, es, precisamente, que el poder en Rusia y en el “campo
Trotsky pareciera sospechar que quizás había algo socialista” no sólo no es socialista, sino que se trata de
más que una “deformación burocrática” en el proceso un patrón históricamente nuevo de dominación y de
de Rusia. De otro modo no podría explicarse que sugi- explotación. Véase también de Bahro: El socialismo
riera que si esa situación fuera a durar mucho tiempo, realmente existente. Seis conferencias críticas (Lima:
digamos unos cincuenta años, habría que pensar en que Mosca Azul editores, Serie Debate Socialista N° 3, 1981)
se trataba de otro sistema de dominación y de explo- con “Prólogo” de Aníbal Quijano y Mirko Lauer.
840 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Sin embargo, no mucho después de la Se- esos partidos (pienso en el desolado balance
gunda Guerra Mundial, en el “campo socialista” de La Somme et la Reste de Henri Lefevre). La
comenzó una secuencia de hechos que comen- gran mayoría de ellos no dejó, sin embargo,
zaron a reintroducir dudas sobre el carácter de ser socialista y marxista. Las dudas se hi-
real de dicho “campo” respecto del horizonte cieron definitivas cuando a la muerte de Stalin
de futuro, del “imaginario crítico” anticapitalis- comenzaron a ser confirmadas, desde dentro
ta. Desde entonces, las dudas no hicieron sino mismo de la fauna dominante, las acusaciones
crecer y hacerse más profundas. Primero fue de despotismo, de criminalidad y de abusos
la ruptura de Tito y de Yugoeslavia con Stalin del régimen estaliniano. El célebre Informe
y con la URSS y dentro de la propia Yugoesla- Kruschev, ante el XX Congreso del PCUS, tuvo
via la disidencia que denuncia a la burocracia un efecto devastador, a pesar de que los par-
dominante como una “nueva clase” (Djilas). tidos estalinianos procuraban embutir todo
Luego fue la revuelta obrera de Berlín Este, en en la inefable fórmula de “culto a la persona-
1953, tan brutalmente reprimida que Brecht no lidad”. Después vino la ruptura chino-rusa,
dudó en hacer pública su feroz ironía: ya que el la expansión de la influencia maoísta como
Estado estaba tan descontento de sus ciudada- la versión substituta del estalinismo. Pero la
nos, debería elegir otros. No mucho después, masacre de la Comuna de Shanghái, en 1967,
en 1956, fue la Revolución en Hungría, en don- ordenada por el propio Mao, anunciaba ya la
de fueron los propios tanques soviéticos los orientación y el desemboque futuros del régi-
encargados de la sangrienta represión. A esos men chino. La secuencia final que lleva desde
hechos se añadieron pronto las repetidas re- la represión y ocupación de Praga, 1969, por
vueltas de los obreros de Polonia, durante las los mismos tanques rusos, liquidando lo que
décadas del cincuenta y del sesenta. prometía ser una liberalización democrática
Tras cada uno de esos hechos, numerosos del despotismo burocrático, pasando por la
intelectuales ligados a los partidos comunistas revuelta finalmente exitosa de los obreros de
en muchos lugares, especialmente en Europa, Solidarnosc en Polonia, 1976, a pesar del gol-
decidieron romper con el partido. Después de pe militar estaliniano del general Jaruzselsky,
la revuelta húngara se estima en unos 6 mil hasta la “caída del muro” en Berlín en 1989 y
los intelectuales europeos que abandonaron a la desintegración del “campo socialista”, está
El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento 841

sin duda fresca aún en la memoria de todos y madas las tendencias revolucionarias críticas
no requiere más comentarios. dentro de los países del “campo socialista”, se
Esa secuencia fue en verdad suficientemen- ampliaron rápidamente y se hicieron explíci-
te larga para mostrar al mundo la naturaleza tos los conflictos entre los controladores del
real del patrón de poder impuesto en Rusia y poder y sus víctimas.
en todo el “campo socialista” desde octubre de Fuera de esos países, los millones de tra-
1917. Su minoría dirigente –como es evidente bajadores y de revolucionarios socialistas en
por lo que ha hecho en todas partes después todo el mundo continuaron combatiendo por
de la “caída”– durante ese período estaba in- las promesas del brillante horizonte de futuro
teresada cada vez más en la privatización del asociado a la idea de socialismo. Y la crítica re-
control del poder, no en su destrucción5. Y volucionaria del poder comenzó a enfrentarse
debido a eso las disidencias, como fueron lla- tanto al capitalismo como al despotismo buro-
crático dentro del “campo socialista”. Como
5 “Los peligros de la democracia” es, precisamente,
Rudy Dutschke dijera en un mitin de Berlín
el título del artículo de Gavril Popov, alcalde de Moscú, poco antes de ser víctima de un intento de ase-
el primero electo de la historia de Rusia, después de la sinato, era perceptible un poder despótico que
desintegración de la URSS. La ominosa tesis de Popov comenzaba a extenderse desde Washington
–profesor de Marxismo y Dialéctica hasta apenas la hasta Vladivostok y era urgente enfrentarlo an-
víspera de tal desintegración– es que la destrucción del
“socialismo real” en Rusia fue la obra de una alianza tes de que se hiciera más fuerte.
entre las masas trabajadoras y la inteligencia soviética, Fue, pues, tanto al lado como separado de
pero que ambos sectores persiguen intereses opues- la hegemonía del “materialismo histórico” o
tos: las masas quieren la democracia para conquistar “marxismo-leninismo”, que desde los años se-
la igualdad social y el control del poder, mientras que
senta se desarrolló en todo el mundo un nuevo
esa inteligencia está interesada en una nueva jerar-
quización de la sociedad. Es decir, cuanto más amplia movimiento social que se dirigía no solamente
sea la democracia las masas avanzarían en dirección a la subversión del poder capitalista-imperialis-
de la igualdad social, en contra de los intereses de la ta, sino también a la del despotismo burocrá-
inteligencia. Por eso, para Popov, la democracia es un tico del “campo socialista”. Ya no se trataba
peligro que es necesario controlar (“Dangers of Demo-
solamente de la liberación de los obreros del
cracy” en New York Review of Books, 16 de agosto de
1997, p. 27). trabajo explotador, sino de la liberación de las
842 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

gentes, de todas las gentes, de la dominación y mismo año, en las calles de Praga en 1969, en la
de la discriminación en cada uno de los aspec- parte más activa del movimiento juvenil en los
tos de la vida humana en sociedad: de la mu- Estados Unidos, incluso en el medio millón de
jer, de los homosexuales, de los jóvenes, de los gentes que concurrieron a la fiesta de la subver-
discriminados por razones racista-etnicistas. sión de Woodstock.
Se trataba ahora de la plena liberación de la Un horizonte de futuro aún más encendido
subjetividad, de la producción del conocimien- comenzó a instalarse. En otros términos, un
to de sus ataduras en el poder, de la liberación imaginario crítico más radical y más global,
de cada uno de los campos de la cultura, del que se enfrentaba al capitalismo y al despotis-
arte en especial, de la defensa de la naturale- mo burocrático del “socialismo real”, al mis-
za frente la depredación humana, capitalista mo tiempo.
en particular. Se trataba de la liberación de las Después de casi un siglo retornaba el debate
gentes de la autoridad encarnada en la “razón sobre el lugar del Estado en la articulación del
de Estado”. poder, liberarse del cual era el sentido de toda
La lucha por la ampliación y la profundiza- revolución. Se trataba, en suma, de un imagi-
ción de la democracia en la sociedad, no sólo nario asociado a la liberación de las gentes del
en el Estado-nación, no sólo como negociación poder, de todo poder. Y como es normal en la
de los límites y de las condiciones de la explo- historia, fueron la música, las artes visuales, la
tación y de la dominación, ni sólo como libe- poesía y el relato las formas de expresión más
ración del trabajo explotado, sino, ante todo, ceñidas del nuevo imaginario.
como la materialización de la idea de igualdad Nada sorprendente, desde ese punto de vis-
social de las gentes, como modo de las relacio- ta, que los dos poderes, el del capitalismo pri-
nes cotidianas entre las gentes, en cada ámbito vado y el del despotismo burocrático, actuaran
de la existencia social, en todo el mundo, emer- de algún modo al unísono para derrotar ese
gió como el núcleo más brillante del nuevo ho- nuevo asalto al cielo. Tuvieron entonces pleno
rizonte de futuro. Esas eran las propuestas y las éxito. Pero el resultado fue esta genuina catás-
imágenes de todos los movimientos de los jóve- trofe histórica que estoy aquí tratando de hacer
nes en ámbitos diversos, en Shanghái en 1967, perceptible: la derrota de todos los movimien-
en mayo del París de 1968, en Tlatelolco en ese tos, organizaciones, regímenes, opuestos a o
El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento 843

rivales del capital y de la burocracia, en todo el 1. Que ese “pensamiento crítico” y esa “teo-
mundo, hasta su virtual extinción. Y con ellos, ría crítica” de la sociedad se constituyeron
la extinción también de todo horizonte de futu- dentro de la perspectiva eurocéntrica de
ro, de todo imaginario crítico, el ensombreci- conocimiento y referidas al poder social es-
miento de un horizonte que pasaba a estar ocu- pecífico de Europa. Aunque ya con el atisbo
pado, total y únicamente, por las predatorias de las principales dificultades epistemoló-
necesidades del capital financiero. gicas de dicha perspectiva, las preguntas
La derrota del movimiento revoluciona- a la realidad y las categorías conceptuales
rio mundial fue también la derrota del nuevo básicas fueron elaboradas en y para la ex-
“imaginario crítico”. Este no tuvo la duración periencia europea.
suficiente como para generar también su pro- 2. La hegemonía mundial fue ganada por la
pio “pensamiento crítico” y su propia “teoría más definidamente eurocentrista de las ver-
crítica” de la sociedad. Una década o década siones de tal “pensamiento crítico” y de su
y media no son, sin duda, suficientes para pa- respectiva “teoría crítica”: el “materialismo
sar del nuevo imaginario a la producción de un histórico” o “marxismo-leninismo”. Y fue esa
nuevo modo de conocimiento. Es pertinente, versión la que tenía el dominio en la conduc-
en consecuencia, preguntarse también qué ción de las acciones y en la evaluación de la
ocurrió con el llamado “pensamiento crítico” orientación y de la eficacia de éstas desde el
anterior y con su producto la llamada “teoría comienzo del siglo XX.
crítica de la sociedad”. Primero, porque esa 3. Esa vertiente del pensamiento y de la teoría
perspectiva de conocimiento era la que orien- social ha sido desde entonces alimentada,
taba, conducía en la práctica, las acciones so- en lo fundamental, por la perspectiva cog-
ciales hacia el horizonte de futuro. Y, segundo, nitiva del eurocentrismo y su desarrollo ha
porque era también ella misma el tribunal que corrido, por eso, ceñido a las tendencias de
juzgaba y evaluaba la orientación y la eficacia tecnocratización creciente de esa específica
de las acciones. racionalidad.
Tampoco en este asunto quiero ir aquí más
lejos. Me limitaré, por ahora, a reiterar lo que Ese específico proceso de la versión mun-
ya he tratado de mostrar en otros textos: dialmente dominante del pensamiento y de
844 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

la teoría social que conducía y evaluaba las debió parecer que las victorias anticapitalistas
acciones frente al poder, fue generando un estaban más próximas. Si no fue así, en conse-
desencuentro creciente entre el imaginario cuencia, no se debió a que las gentes hubieran
crítico, la experiencia social concreta y la teo- comenzado a salir de los horizontes críticos del
ría social. Ese desencuentro se hizo cada vez imaginario, sino a que la conducción intelec-
más perceptible, esto es para cada vez mayor tual y política mundialmente hegemónica había
número de gente, desde el fin de la Segunda hecho más profunda y definitiva su pertenencia
Guerra Mundial. y su identidad eurocéntrica. Sugiero, por eso,
Las tendencias más profundas del capita- abrir esta nueva cuestión en el laberinto: la de-
lismo (no sólo del capital) que han llevado a rrota mundial en la dimensión material estaba
la situación actual ya estaban en visible curso ya dada, primero, en la dimensión intelectual-
desde mediados de los sesenta: las limitaciones política. La derrota entregó a las víctimas del
crecientes a la mercantilización de la fuerza in- capitalismo, en su mayoría, a un vacío del ima-
dividual de trabajo; la “desocupación estructu- ginario. A una minoría, a ingresar en los cami-
ral”; la sobre-acumulación en unas áreas y la nos conformistas del imaginario. Pero a los
sub-acumulación en otras; la fragmentación profesionales del conocimiento, a ellos, en su
del trabajo; la tecnocratización del conoci- mayoría abrumadora, les llevó a fortalecerse
miento; la reducción del espacio de la demo- en sus propensiones eurocéntricas y abando-
cracia. Pero todo eso estaba en conflicto con nar sin complicaciones psicológicas los ele-
un importante proceso de desconcentración mentos cognitivos de la perspectiva crítica de
del control del poder, en la mayor parte de los conocimiento.
casos, y de efectiva redistribución de ese con-
trol, en menos casos. Y finalmente, con una ola
mundial de cuestionamientos de las bases mis- A la hora de la resistencia
mas del poder del capitalismo, entre mediados mundial: ¿el regreso del futuro?
de los sesenta hasta mediados de los setenta.
Por eso, cuando estalla la crisis mundial Al terminar la década de los noventa, también
del capital a mediados de los setenta, para la el tiempo de la derrota está comenzando a ter-
inmensa mayoría de la “izquierda” del mundo minar. La resistencia contra las más perversas
El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento 845

tendencias del capitalismo, lo que se conoce titución de un imaginario crítico, la reconstitu-


con el nombre de globalización, está ya levan- ción de otro horizonte de futuro, diferente del
tándose en todo el mundo. En América Latina, que se ha extinguido. Aún no está con nitidez a
en particular en América del Sur, ningún país la vista ese probable horizonte nuevo. Pero si
esta exceptuado de la creciente resistencia de la resistencia no es aplastada pronto y del todo,
los trabajadores y de la inestabilidad política esa será una indicación de que hay, de todos
que allí se genera. modos, un horizonte de futuro en plena consti-
Ese nuevo período de acciones sociales tución. ¿Cuáles son, cuáles serán, las imágenes
que enfrentan el poder capitalista mundial, históricas que allí se instalen? Sobre ellas, por
comienza a desarrollarse en un escenario casi el momento, apenas puede tenerse sospechas
totalmente cambiado, en su estructura, en sus de imágenes: la que fue derrotada y parecía
elementos específicos, tanto en la dimensión enterrada, la esperanza más iluminada de los
material, como en la intersubjetiva de las rela- años sesenta, la democracia como igualdad
ciones sociales. En especial, en un tiempo de social, no sólo como ciudadanía en el Estado-
reconcentración casi total del control del po- nación, como legitimación de la diversidad de
der, del lado de los dominantes, y de fragmen- las gentes y de la heterogeneidad de sus crea-
tación y desconcentración social, en el lado de ciones, como liberación de la vida en sociedad
los trabajadores. respecto de cada una de las formas y de los
No es inevitable que las versiones eurocén- mecanismos de explotación, de dominación,
tricas convencionales (el “materialismo his- de discriminación, como descolonización y
tórico”) obtengan la primacía inmediata en el liberación del conocimiento y del imaginario,
comando de la resistencia. Pero casi siempre como la co-presencia de la igualdad, de la so-
ocurre que las gentes comienzan a actuar no lidaridad y de la libertad de todas las gentes
sólo frente a sus problemas y a sus necesi- en todas las sociedades, tenderá a buscar y a
dades, sino también apelando a su memoria producir otro universo institucional donde
para definir las nuevas situaciones y orientar- pueda, realmente, ser expresada y defendida.
se en ellas. Las disputas y combinaciones entre el mo-
En todo caso, la resistencia mundial ya co- derno Estado-nación y la nueva Comunidad,
menzada implica, o puede implicar, la recons- serán quizás las que expresen la búsqueda de
846 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nuevas formas institucionales de autoridad de todos modos, de un horizonte paralelo de


donde el poder no esté presente o esté reducido conocimiento, de una racionalidad no-eurocén-
y controlado su espacio. trica, que pueda también ser parte del propio
Lo que aquí interesa realmente es la explora- horizonte de futuro. En cualquier caso, hay una
ción, por incipiente que pudiera ser, necesaria tarea planteada.
“Bien Vivir”
Entre el “desarrollo” y la
Des/Colonialidad del Poder*

Todo el dilatado proceso histórico de constitución de la Colonialidad Global del


Poder ha ingresado en una profunda crisis. El “Bien Vivir” como expresión de las
poblaciones indígenas de América Latina configura una alternativa de vida social
que sólo puede ser realiza da como la Des/Colonialidad del Poder.

L o que aquí propongo es abrir una cuestión


crucial de nuestro crucial período históri-
co: Bien Vivir1 para ser una realización histó-
rica efectiva, no puede ser sino un complejo
de prácticas sociales orientadas a la produc-
ción y a la reproducción democráticas de
una sociedad democrática, un otro modo de
existencia social, con su propio y específico
* Este texto fue publicado en Ecuador debate (Quito) horizonte histórico de sentido, radicalmente
N° 84: 77-87, diciembre, 2011. Una primera y breve alternativos a la Colonialidad Global del Po-
versión se publicó en el Boletín de OXFAM, mayo, 2010.
1 “Bien Vivir” y “Buen Vivir”, son los términos más
difundidos en el debate del nuevo movimiento de la pueden no ser lingüísticas solamente, si no, más bien,
sociedad, sobre todo de la población indigenizada en conceptuales. Será necesario deslindar las alternati-
América Latina, hacia una existencia social diferente vas, tanto en el español latinoamericano, como en las
de la que nos ha impuesto la Colonialidad del Poder. variantes principales del Quechua en América del Sur
“Bien Vivir” es, probablemente, la formulación más y en el Aymara. En el Quechua del norte del Perú y
antigua en la resistencia “indígena” contra la Coloniali- en Ecuador, se dice Allin Kghaway (Bien Vivir) o Allin
dad del Poder. Fue, notablemente, acuñada en el virrei- Kghawana (Buena Manera de Vivir) y en el Quechua
nato del Perú, por nada menos que Guamán Poma de del Sur y en Bolivia se suele decir “Sumac Kawsay” y se
Ayala, aproximadamente en 1615, en su Nueva Cróni- traduce en español como “Buen Vivir”. Pero “Sumac”
ca y buen gobierno. Carolina Ortiz Fernández es la pri- significa bonito, lindo, hermoso, en el norte del Perú y
mera en haber llamado la atención sobre ese histórico en Ecuador. Así, por ejemplo, “Imma Sumac” (Qué Her-
hecho. Véase: Ortiz Fernández, Carolina 2009 “Felipe mosa), es el nombre artístico de una famosa cantante
Guamán Poma de Ayala, Clorinda Matto, Trinidad Hen- peruana. “Sumac Kawsay” se traduciría como “Vivir
ríquez y la teoría crítica. Sus legados a la teoría social Bonito”. Inclusive, no faltan desavisados eurocentris-
contemporánea” en YUYAYKUSUN (Lima: Universi- tas que pretenden hacer de Sumac lo mismo que Suma
dad Ricardo Palma) N° 2, diciembre. Las diferencias y proponen decir Suma Kawsay.
848 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

der y a la Colonialidad / Modernidad / Euro- mundialmente hegemónico, pero también en


centrada2. Este patrón de poder es hoy aún su momento de más profunda y raigal crisis
desde su constitución hace poco más de qui-
nientos años. En estas condiciones, Bien Vi-
2 La teoría de la Colonialidad del Poder, o Colo-
nialidad del Poder Global, y del Eurocentrismo o vir, hoy, sólo puede tener sentido como una
Colonialidad / Modernidad / Eurocentrada como su existencia social alternativa, como una Des/
específico horizonte histórico de sentido, fue original- Colonialidad del Poder.
mente propuesta en mis textos desde comienzos de
la década final del siglo XX. Para los fines del actual
debate, puede ser útil mencionar los principales. “Co-
lonialidad y modernidad / racionalidad” originalmen- “Desarrollo”, una paradoja
te publicado en Perú Indígena (Lima),Vol. 13, N° 29, eurocéntrica: modernidad
1991; publicado en coautoría: Wallerstein, Immanuel sin Des/Colonialidad
1992 “Americanity as a Concept or the Americas in
the Modern World-System” en International Social
Science Journal (París: UNESCO / Blackwel) N° 134:
Desarrollo fue, sobre todo en el debate lati-
549-557, noviembre.; “América Latina en la Economía noamericano, el término clave de un discur-
Mundial” en Problemas del desarrollo (México: Insti- so político asociado a un elusivo proyecto de
tuto de Investigaciones Económicas-UNAM) Vol. XXIV, desconcentración y redistribución relativas
N° 95, oct.-dic., 1993; “Raza, etnia y nación: cuestiones del control del capital industrial, en la nueva
abiertas” en José Carlos Mariátegui y Europa (Lima:
Amauta, 1993) pp. 167-188; “Colonialité du Pouvoir et geografía que se configuraba en el capitalismo
Democratie en Amérique Latine” en Future Anterieur: colonial-moderno global, al término de la Se-
Amérique Latine, Democratie et Exclusion (París: gunda Guerra Mundial.
L’Harmattan, 1994); “Colonialidad, poder, cultura y
conocimiento en América Latina” en Anuario maria-
teguiano (Lima) Vol. IX, N° 9: 113-122, 1998; “Qué tal
raza” en Familia y cambio social (Lima: CECOSAM, (eds.) 2000 Journal of World Systems Research (Colo-
1998); “Colonialidad del poder, eurocentrismo y Amé- rado) Vol. VI, N° 2: 342-388, fall-winter, Special Issue:
rica Latina” en Lander, Edgardo (comp.) Colonialidad Festschrift for Immanuel Wallerstein; “Colonialidad
del saber, eurocentrismo y Ciencias Sociales (Buenos del poder, globalización y democracia” en San Marcos
Aires: CLACSO / UNESCO, 2000) p. 201 y ss; “Colonia- (Lima: Universidad de San Marcos) N° 25: 51-104, julio,
lidad del poder y clasificación social” originalmente Segunda época, Versión revisada, 2006. Actualmente se
publicado en Arrighi, Giovanni y Goldfrank, Walter L. desarrolla un debate mundial sobre la teoría.
“Bien Vivir” 849

En un primer momento, ese fue un discur- De modo breve, se podría decir que en
so virtualmente oficial. Sin embargo, pronto América Latina el resultado principal fue la
dio lugar a complejas y contradictorias cues- remoción del “Estado oligárquico” y de algu-
tiones que produjeron un rico e intenso de- nas de sus instancias en la existencia social
bate, con reverberación mundial, como clara de la población de estos países. Pero ni su
expresión de la magnitud y de la profundidad dependencia histórico / estructural en la Co-
de los conflictos de interés político-social im- lonialidad Global de Poder, ni los modos de
plicados en toda esa nueva geografía de po- explotación y de dominación inherentes a
der y en América Latina en particular. Así fue este patrón de poder, fueron erradicados o al-
producida una extensa familia de categorías terados suficientemente como para dar lugar
(principalmente, desarrollo, subdesarrollo, a una producción y gestión democráticas del
modernización, marginalidad, participación, Estado, ni de los recursos de producción, ni
de un lado, e imperialismo, dependencia, de la distribución y apropiación del producto.
marginalización, revolución, en la vertiente Ni el debate logró, a pesar de su intensidad,
opuesta) que se fue desplegando en estrecha liberarse de la hegemonía del Eurocentrismo.
relación con los conflictivos y violentos mo- En otros términos, esos cambios no llevaron
vimientos de la sociedad, que llevaron sea a al “desarrollo”. De otro modo no podría enten-
procesos inconducentes o a cambios relati- derse por qué el término reaparece siempre,
vamente importantes, pero inacabados, en la ahora por ejemplo, como fantasma de un in-
distribución de poder3. concluso pasado4.

3 Los nombres de Raúl Prebisch, Celso Furtado,


Aníbal Pinto, Fernando Henrique Cardoso, Enzo
Faletto, Andrew Gunder Frank, Rui Mauro Marini, 4 Ver de Quijano, Aníbal 2000 “El fantasma del de-
Theotonio Dos Santos, José Nun, entre los muchos sarrollo en América Latina” en Revista venezolana de
que tomaron parte en dicho debate, son probable- Economía y Ciencias Sociales (Caracas: UCV) N° 2:
mente familiares a la generalidad de los lectores. Y 73-91. Quijano, Aníbal 2006 “Os Fantasmas da América
hay, por supuesto, disponible, a ese respecto, una ex- Latina” en Adauto Novais (org.) Oito Visões da Ameri-
tensa literatura. ca Latina (San Pablo: SENAC) pp. 49-87.
850 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

La Colonialidad Global del Poder ampliación del margen de acumulación es-


y el fantasma del Estado-nación peculativa, también como tendencia estruc-
tural y no solamente cíclica, y llevaron a la
La hegemonía del Eurocentrismo en el debate dominación progresiva de la “financiariza-
llevaba en América Latina a plantearse el “desa- ción estructural”. Así se fue configurando
rrollo” en relación al Estado-nación. Pero, en el un nuevo capital industrial / financiero, que
contexto de la Colonialidad Global del Poder, pronto tuvo una relativamente rápida ex-
esa perspectiva era históricamente incondu- pansión mundial.
cente. Más aún, precisamente cuando después 3. Un proceso de tecnocratización / instru-
de la Segunda Guerra Mundial, este patrón de mentalización de la subjetividad, del ima-
poder ingresaba a escala global, en un prolon- ginario, de todo el horizonte de sentido
gado período de cambios decisivos que aquí es histórico específico de la Colonial / Moder-
útil sumarizar: nidad / Eurocentrada. Se trata, en rigor, de
un proceso de creciente abandono de las
1. El capital industrial comenzó a vincularse promesas iniciales de la llamada “racio-
estructuralmente con lo que entonces fue nalidad moderna” y, en ese sentido, de un
de denominada como “revolución científi- cambio profundo de la perspectiva ético /
co-tecnológica”. Esa relación implicaba, de política de la eurocéntrica versión original
una parte, la reducción de las necesidades de la “Colonialidad / Modernidad”. Ésta no
de fuerza de trabajo viva e individual y, en dejó de ser, no obstante su nuevo carácter,
consecuencia, del empleo asalariado como atractiva y persuasiva, aun que tornándose
estructuralmente inherente al capital en su cada vez más paradójica y ambivalente, his-
nuevo período. El desempleo dejaba de ser tóricamente imposible en definitiva.
un problema coyuntural o cíclico. “Desem- 4. El desarrollo y la expansión del nuevo capi-
pleo estructural” fueron los términos poste- tal industrial/financiero, junto con la derrota
riormente acuñados entre los economistas de los grupos nazi-fascistas de la burguesía
convencionales para significar ese proceso. mundial, en la disputa por la hegemonía del
2. Esas tendencias de cambio de las relacio- capitalismo durante la Segunda Guerra Mun-
nes entre capital y trabajo implicaron la dial, facilitaron la desintegración del colo-
“Bien Vivir” 851

nialismo europeo en Asia y África, y, al mis- nación para derrotar (sea en París, Nueva
mo tiempo, la prosperidad de las burguesías, York, Berlín, Roma, Jakarta, Tlatelolco, o
de las capas medias, inclusive de sectores en Shanghái y Praga) a los movimientos,
importantes de los trabajadores explotados, juveniles sobre todo, que entre fines de los
de los países euro/americanos. sesenta y comienzos de los setenta del si-
5. La consolidación del despotismo burocrá- glo XX, luchaban, minoritariamente pero en
tico (rebautizado de “socialismo realmente todo el mundo, entonces ya no solamente
existente”) y su rápida expansión dentro contra la explotación del trabajo y contra
y fuera de Europa, ocurrió dentro de ese el colonialismo y el imperialismo, contra
mismo cauce histórico. Dicho modo de las guerras colonial-imperiales (en ese pe-
dominación fue siendo afectado, cada vez ríodo, Vietnam era el caso emblemático),
más profunda e insanablemente, por esa sino también contra la ética social del
corriente tecnocrática e instrumental de la productivismo y del consumismo; contra
“racionalidad” colonial / moderna. el pragmático autoritarismo burgués y bu-
6. En ese contexto, la hegemonía de esa ver- rocrático; contra la dominación de “raza”
sión de la “modernidad” operaba como el y de “género”; contra la represión de las
más poderoso mecanismo de dominación formas no convencionales de sexualidad;
de la subjetividad, tanto por parte de la contra el reduccionismo tecnocrático de la
burguesía mundial como de la despótica racionalidad instrumental y por una nueva
burocracia del llamado “campo socialista”. tesitura estética / ética política. Pugnando,
De ese modo, no obstante sus rivalidades, en consecuencia, por un horizonte de sen-
ambos modos de dominación / explotación tido histórico radicalmente distinto que el
/ conflicto confluyeron en su antagonismo implicado en la Colonialidad / Modernidad /
represivo a los nuevos movimientos de la Eurocentrada.
sociedad, en particular en torno de la ética 7. Al mismo tiempo, emergía un nuevo patrón
social respecto del trabajo, del género, de de conflicto. En primer término, la desle-
la subjetividad y de la autoridad colectiva. gitimación de todo sistema de dominación
Sería más difícil explicar de otro modo, la montado sobre el eje “raza” / “género” / “et-
exitosa alianza de ambos modos de domi- nicidad”. La tendencia comenzó ya desde
852 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

fines de la Segunda Guerra Mundial, como El nuevo período histórico:


resultado de la revulsa mundial respecto la crisis raigal de la Colonialidad
de las atrocidades del nazismo y del au- Global del Poder
toritarismo militar japonés. El racismo /
sexismo / etnicismo de dichos regímenes El desarrollo de aquellas nuevas tendencias his-
despóticos no sólo quedaba, por lo tanto, tóricas del capital industrial-financiero llevó a
derrotado en la guerra, sino también y no ese prolongado período de auge y de cambios a
menos, convertido en referencia deslegiti- culminar con la explosión de una crisis raigal en
matoria de la racialización, del patriarca- el patrón de poder como tal, la Colonialidad Glo-
do, del etnicismo y del autoritarismo mili- bal del Poder, en su conjunto y en sus elementos
tarista en las relaciones de poder. Pero fue raigales, desde la segunda mitad de 1973.
sobre todo durante la década de los años Con esa crisis, el mundo ha ingresado en
sesenta del siglo XX que el gran debate so- un nuevo período histórico, cuyos procesos
bre la “raza” y sobre el “género” pudieron específicos tienen profundidad, magnitud e im-
cobrar un nuevo y definitivo relieve, anun- plicaciones equivalentes, aunque con un casi
ciando el gran conflicto mundial actual en inverso signo, a los del período que denomina-
torno del control de los respectivos ámbi- mos como “Revolución industrial / burguesa”.
tos de práctica social. Los términos “neoliberalismo”, “globalización”
8. Por todo eso, no obstante la de rota de los y “posmodernidad” (que aquí no podrían ser
movimientos antiautoritarios y antiburocrá- discutidos detenidamente)5 presentan con
ticos, y de la secuente imposición de la “glo-
balización” del nuevo Capitalismo Colonial
5 Mi contribución al debate de esas cuestiones,
Global, la simiente de un horizonte histó-
principalmente en: Modernidad, identidad y utopía
rico nuevo pudo sobrevivir entre la nueva en América Latina (Lima: Sociedad y política, 1988);
heterogeneidad histórico / estructural del “Colonialidad del Poder, Globalización y Democracia”
imaginario mundial, y germina ahora como originalmente publicado en Tendencias Básicas de
uno de los signos mayores de la propuesta nuestra era (Caracas: Instituto de Estudios Internacio-
nales Pedro Gual, 2001). Una versión revisada, “Entre
de Bien Vivir.
la Guerra Santa y la Cruzada” en San Marcos (Lima:
Universidad de San Marcos) N° 25, julio, 2006, y origi-
“Bien Vivir” 853

razonable eficacia, no obstante todas sus am- y políticas (sindicatos, sobre todo); la derrota
bivalencias y complejidades, el carácter y las y desintegración del llamado “campo socia-
tendencias mayores del nuevo período. lista”, y de virtualmente todos los regímenes,
Lo primero consiste, básicamente, en la im- movimientos y organizaciones políticas que le
posición definitiva del nuevo capital financiero estaban vinculados. China, y después Vietnam,
en el control del capitalismo global colonial / optaron por ser miembros del nuevo “capitalis-
moderno. En un sentido preciso, se trata de la mo realmente existente”, industrial-financiero
imposición mundial de la “desocupación estruc- y globalizado, bajo un despotismo burocrático
tural”, plenamente tramada con la “financiariza- reconfigurado como socio de las mayores cor-
ción estructural”. Lo segundo, en la imposición poraciones financieras globales y del Bloque
de esa definida trama sobre todos los países y Imperial Global6.
sobre toda la población humana, inicialmente En fin, “posmodernidad” denomina, no del
en América Latina, con la sangrienta dictadura todo inapropiadamente, la imposición definiti-
del general Pinochet en Chile, y después por la va de la tecnocratización / instrumentalización
política de los gobiernos de Margaret Thatcher de la hasta entonces conocida como la “racio-
y Ronald Reagan en Inglaterra y en Estados nalidad moderna”. Esto es, de la Colonialidad /
Unidos, respectivamente, con el respaldo y/o la Modernidad / Eurocentrada.
sumisión de todos los demás países. Estamos, pues, inmersos en un proceso de
Esa imposición produjo la dispersión social completa reconfiguración de la Colonialidad
de los trabajadores explotados y la desintegra- Global del Poder, del patrón de poder hegemóni-
ción de sus principales instituciones sociales co en el planeta. Se trata, en primer término, de
la aceleración y profundización de una tenden-
cia de re-concentración del control del poder.
nalmente publicada en América Latina En Movimien- Las tendencias centrales de dicho proceso
to (Quito) N° 341, octubre, 2001; “El trabajo al final del consisten, en un apretado recuento, en:
siglo XX” originalmente publicado en Amin, Samir (ed.)
2003 Pensée Sociale Critique Pour le XXI Siécle (París:
L’Harmattan) pp. 131-149; y “Paradojas de la colonia- 6 Sobre el concepto de Bloque Imperial Global, remi-
lidad / modernidad / eurocentrada” en Hueso húmero to a “Colonialidad del poder, globalización y democra-
(Lima) N° 53: 30-59, abril, 2009. cia”, ya citado.
854 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

1. la re-privatización de los espacios públicos, sociales, lo que re-legitima el control de los


del Estado en primer término; principales ámbitos de la existencia social;
2. la reconcentración del control del trabajo, 10. el uso creciente de las llamadas “industrias
de los recursos de producción y de la pro- culturales” (sobre todo de imágenes, cine,
ducción-distribución; TV, video, etc.) para la producción indus-
3. la polarización social extrema y creciente trial de un imaginario de terror y de mis-
de la población mundial; tificación de la experiencia, de modo de
4. la exacerbación de la “explotación de la na- legitimar la “fundamentalización” de las
turaleza”; ideologías y la violencia represiva.
5. la hiperfetichización del mercado, más que
de la mercancía;
6. la manipulación y control de los recursos La “explotación de la naturaleza”
tecnológicos de comunicación y de trans- y la Crisis de la Colonialidad
porte para la imposición global de la tec- Global del Poder
nocratización / instrumentalización de la
Colonialidad / Modernidad; Aun que aquí de manera apenas alusiva, no se-
7. la mercantilización de la subjetividad y de ría pertinente dejar de señalar que uno de los
la experiencia de vida de los individuos, elementos fundantes de la Colonialidad / Mo-
principalmente de las mujeres; dernidad / Eurocentrada es el nuevo y radical
8. la exacerbación universal de la dispersión dualismo cartesiano, que separa la “razón” y la
individualista de las personas y de la con- “naturaleza”7. De allí, una de las ideas / imáge-
ducta egoísta travestida de libertad indi- nes más características del eurocentrismo, en
vidual, lo que en la práctica equivale a la cualquiera de sus vertientes: la “explotación de
universalización del “sueño americano” la naturaleza” como algo que no requiere justi-
pervertido en la pesadilla de brutal per- ficación alguna y que se expresa cabalmente en
secución individual de riqueza y de poder
contra los de más;
7 Un debate más detenido puede ser encontrado en
9. la “fundamentalización” de las ideologías
“Colonialidad del poder y clasificación social” en Arrighi
religiosas y de sus correspondientes éticas y Goldfrank (2000), op. cit.
“Bien Vivir” 855

la ética productivista engendrada junto con la miembros de la especie animal Homo Sa-
“revolución industrial”. No es en absoluto di- piens, es el resultado de la exacerbación de
fícil percibir la inherente presencia de la idea aquella desorientación global de la especie
de “raza” como parte de la “naturaleza”, como sobre la tierra, impuesta por las tendencias
explicación y justificación de la explotación de predatorias del nuevo Capitalismo Industrial
las “razas inferiores”. / Financiero dentro de la Colonialidad Global
Es al amparo de esa mistificación metafísi- del Poder. En otros términos, es una de las
ca de las relaciones humanas con el resto del expresiones centrales de la crisis raigal de
universo, que los grupos dominantes del homo este específico patrón de poder.
sapiens en la Colonialidad Global del Poder, en
especial desde la “Revolución industrial”, han
llevado a la especie a imponer su hegemonía La nueva resistencia: hacia la
explotativa sobre las demás especies animales Des / Colonialidad del Poder
y una conducta predatoria sobre los demás ele-
mentos existentes en este planeta. Y, sobre esa Desde fines del Siglo XX, una proporción cre-
base, el Capitalismo Colonial / Global practica ciente de las víctimas de dicho patrón de poder
una conducta cada vez más feroz y predatoria, ha comenzado a resistir a esas tendencias, en
que termina poniendo en riesgo no solamen- virtualmente todo el mundo. Los dominadores,
te la sobrevivencia de la especie entera en el los “funcionarios del capital”, sea como due-
planeta, sino la continuidad y la reproducción ños de las grandes corporaciones financieras
de las condiciones de vida, de toda vida, en la o como gobernantes de regímenes despótico-
tierra. Bajo su imposición, hoy estamos matán- burocráticos, responden con violentas repre-
donos entre nosotros y destruyendo nuestro siones, ahora no sólo dentro de las fronteras
común hogar. convencionales de sus propios países, sino a
Desde esta perspectiva, el llamado “ca- través o por encima de ellas, desarrollando una
lentamiento global” del clima en la tierra, o tendencia a la re-colonización global, usando
“crisis climática”, lejos de ser un fenómeno los más sofisticados recursos tecnológicos que
“natural”, que ocurre en algo que llamamos permiten matar más gente, más rápido, con me-
“naturaleza” y separado de nosotros como nos costo.
856 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Dadas esas condiciones, en la Crisis de la integrar la Colonialidad Global del Poder y su


Colonialidad Global del Poder y, en especial, de Capitalismo Colonial / Global hoy en su más
la Colonialidad / Modernidad / Eurocentrada, predatorio período, esas luchas no podrían
la exacerbación de la conflictividad y de la vio- avanzar hacia la producción de un sentido his-
lencia se ha establecido como una tendencia tórico alternativo al de la Colonialidad / Mo-
estructural globalizada. dernidad / Eurocentrada.
Tal exacerbación de la conflictividad, de
los fundamentalismos, de la violencia, apa-
rejadas a la creciente y extrema polarización Des / Colonialidad del Poder como
social de la población del mundo, va llevando continua producción democrática
a la resistencia misma a configurar un nuevo de la existencia social
patrón de conflicto.
La resistencia tiende a desarrollarse como Ese nuevo horizonte de sentido histórico, la
un modo de producción de un nuevo sentido de defensa de las condiciones de su propia vida y
la existencia social, de la vida misma, precisa- de las demás en este planeta, ya está planteado
mente porque la vasta población implicada per- en las luchas y prácticas sociales alternativas
cibe, con intensidad creciente, que lo que está de la especie. En consecuencia, en contra de
en juego ahora no es sólo su pobreza, como su toda forma de dominación / explotación en la
sempiterna experiencia, sino, nada menos que existencia social. Es decir, una Des / Colonia-
su propia sobrevivencia. Tal descubrimiento lidad del Poder como punto de partida, y la
entraña, necesariamente, que no se puede de- autoproducción y reproducción democráticas
fender la vida humana en la tierra sin defender, de la existencia social, como eje continuo de
al mismo tiempo, en el mismo movimiento, las orientación de las prácticas sociales.
condiciones de la vida misma en esta tierra. Es en este contexto histórico donde hay que
De ese modo, la defensa de la vida humana, ubicar, necesariamente, todo debate y toda ela-
y de las condiciones de vida en el planeta, se boración acerca de la propuesta de Bien Vivir.
va constituyendo en el sentido nuevo de las Por consiguiente, se trata, ante todo, de admitir-
luchas de resistencia de la inmensa mayoría la como una cuestión abierta, no solamente en el
de la población mundial. Y sin subvertir y des- debate, sino en la práctica social cotidiana de las
“Bien Vivir” 857

poblaciones que decidan urdir y habitar históri- mecanismo de distribución y redistribución


camente en esa nueva existencia social posible. de derechos, obligaciones, responsabilida-
Para desarrollarse y consolidarse, la Des / des, recursos, productos, entre los grupos y
Colonialidad del poder implicaría prácticas so- sus individuos, en cada ámbito de la existen-
ciales configuradas por: cia social, sexo, trabajo, subjetividad, auto-
ridad colectiva y co-responsabilidad en las
a. la igualdad social de individuos heterogé- relaciones con los demás seres vivos y otras
neos y diversos, contra la desigualizante entidades del planeta o del universo entero.
clasificación e identificación racial / sexual /
social de la población mundial;
b. por con siguiente, ni las diferencias ni las Los “indígenas” del “sur global”
identidades no serían más la fuente o el y la propuesta de Bien Vivir:
argumento de la desigualdad social de los cuestiones pendientes
individuos;
c. las agrupaciones, pertenencias y/o identi- No es por accidente histórico que el debate sobre
dades serían el producto de las decisiones la Colonialidad del Poder y sobre la Colonialidad
libres y autónomas de individuos libres y / Modernidad / Eurocentrada, haya sido produci-
autónomos; do, en primer término, desde América Latina. Así
d. la reciprocidad entre grupos y/o individuos como no lo es que la propuesta de Bien Vivir pro-
socialmente iguales, en la organización del venga, en primer término, del nuevo movimiento
trabajo y en la distribución de los productos; de los “indígenas” latinoamericanos.
e. la redistribución igualitaria de los recursos y América Latina es el mundo constituido en las
productos, tangibles e intangibles, del mun- “Indias Accidentales” (irónica referencia a la di-
do, entre la población mundial; vulgada idea de “Indias Occidentales”)8. Por eso,
f. la tendencia de asociación comunal de la como el espacio original y el tiempo inaugural de
población mundial, a escala local, regional o un nuevo mundo histórico y de un nuevo patrón
globalmente, como el modo de producción y
gestión directas de la autoridad colectiva y,
8 Finley, Robert 2003 Las Indias Accidentales (Bar-
en ese preciso sentido, como el más eficaz celona: Barataria).
858 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

de poder, el de la Colonialidad Global del Poder. dría llevar a la Des / Colonialidad Global del Po-
Y, así mismo, como el espacio / tiempo original e der, esto es a otra existencia social, liberada de
inaugural de la primera “indigenización” de los dominación / explotación / violencia.
sobrevivientes del genocidio colonizador, como La crisis de la Colonialidad Global del Poder,
la primera población del mundo sometida a la y el debate y la lucha por su Des / Colonialidad,
“racialización” de su nueva identidad y de su lu- han mostrado a plena luz que la relación social
gar dominado en el nuevo patrón de poder. de dominación / explotación fundadas en torno
América Latina y la población “indígena” de la idea de “raza” es un producto de la historia
ocupan, pues, un lugar basal, fundante, en la del poder y de ninguna cartesiana “naturaleza”.
constitución y en la historia de la Colonialidad Pero también hacen patente la extrema hetero-
del Poder. De allí, su actual lugar y papel en la geneidad histórica de esa población “indigeni-
subversión epistémica / teórica / histórica / es- zada”, primero en su historia previa a la coloni-
tética / ética / política de este patrón de poder zación europea; segundo, en la que se ha produ-
en crisis, implicada en las propuestas de Des / cido por las experiencias bajo la Colonialidad
Colonialidad Global del Poder y del Bien Vivir del Poder, durante casi medio millar de años y,
como una existencia social alternativa. finalmente, por la que está siendo ahora produ-
Empero, si bien América, y en particular cida en el nuevo movimiento de la sociedad ha-
América Latina, fue la primera nueva identidad cia la Des / Colonialidad Global del Poder.
histórica de la Colonialidad del Poder y sus po- No tendría sentido esperar que esa histórica-
blaciones colonizadas los primeros “indígenas” mente heterogénea población, que compone la
del mundo, desde el siglo XVIII, todo el resto abrumadoramente inmensa mayoría de la po-
del territorio del planeta, con todas sus pobla- blación del mundo, haya producido o cobijado
ciones, fue conquistado por Europa Occidental. un imaginario histórico homogéneo, universal,
Y tales poblaciones, la inmensa mayoría de la como alternativa a la Colonialidad Global del
población mundial, fueron colonizadas, racia- Poder. Eso no podría ser concebible inclusive
lizadas y, en consecuencia, “indigenizadas”. Su tomando en cuenta exclusivamente América
actual emergencia no consiste, pues, en otro Latina, o América en su conjunto.
“movimiento social” más. Se trata de todo un De hecho, todas esas poblaciones, sin excep-
movimiento de la sociedad cuyo desarrollo po- ción, provienen de experiencias históricas de
“Bien Vivir” 859

poder. Hasta donde sabemos, el poder parece tencia histórica de tan largo plazo. Estamos, por
haber sido, en toda la historia conocida, no so- eso, caminando en la emergencia de una identi-
lamente un fenómeno de todas las existencias dad histórica nueva, histórico / estructuralmente
sociales de larga duración, sino, más aún, la heterogénea como todas las demás, pero cuyo
principal motivación de la conducta histórica desarrollo podría producir una nueva existencia
colectiva de la especie. Tales experiencias de social liberada de dominación / explotación / vio-
poder sin duda son distintas entre sí y respecto lencia, lo cual es el corazón mismo de la demanda
de la Colonialidad del Poder., no obstante po- del Foro Social Mundial: Otro Mundo es Posible.
sibles comunes experiencias de colonización. En otros términos, el nuevo horizonte de
Sin embargo, las poblaciones “indigenizadas” sentido histórico emerge con toda su heteroge-
bajo la dominación colonial, primero en “Amé- neidad histórico / estructural.
rica” bajo Iberia, y más tarde en todo el mundo En esa perspectiva, la propuesta de Bien Vi-
bajo “Europa Occidental”, no sólo han compar- vir es, necesariamente, una cuestión histórica
tido en común, universalmente, las perversas abierta9 que requiere ser continuamente inda-
formas de dominación / explotación impuestas gada, debatida y practicada.
con la Colonialidad Global del Poder. También,
paradojal pero efectivamente, en la resistencia
contra ellas han llegado a compartir comunes
aspiraciones históricas contra la dominación, la
explotación, la discriminación: la igualdad social 9 Acerca de eso, por ejemplo las recientes entrevis-
de individuos heterogéneos, la libertad de pensa- tas a dirigentes aymaras en Bolivia, hechas y difundidas
por medio del correo electrónico de la CAOI. La revista
miento y de expresión de todos esos individuos, América Latina en Movimiento, de la Agencia Lati-
la redistribución igualitaria de recursos, así como noamericana de Información (ALAI), ha dedicado el N°
del control igualitario de todos ellos, sobre todos 452, febrero de 2010, íntegramente a este debate, bajo
los ámbitos centrales de la existencia social. el título general de “Recuperar el sentido de la vida”.
Por todo eso, en la “indigenidad” histórica de Respecto de las prácticas sociales mismas, hay ya un
muy importante movimiento de investigación especí-
las poblaciones víctimas de la Colonialidad Glo- fica. Ver: “Vivir Bien frente al desarrollo. Procesos de
bal del Poder, no alienta solamente la herencia planeación participativa en Medellín” en Gómez, Espe-
del pasado, sino todo el aprendizaje de la resis- ranza et al. (Medellín: Universidad de Medellín, 2010).

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