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significado, más bien, la idea es que las palabras son como valijas que
cuando las abre encuentra de todo, por lo tanto si tomamos la dimensión
del significante en su fonemática no solo nos remite a un significado. Ej.
clínico: un paciente hablando de su posición en relación al matrimonio.
Venía hablando sin preocuparse de lo que decía…Dice: “el matrimonio es
lo correcto” Habla de una referencia más o menos habitual donde
superyoicamente tendemos a decir que los que se casan hacen lo
correcto. Pero bien, si uno lo lee sin la pausa, sino que lo lee en relación a
lo que dice el sujeto: es un” loco recto”. Hacer esa lectura allí (en el orden
del chiste) abrió la posibilidad de que el sujeto se abra de esa posición tan
superyoica (a la cual no se adscribía, por sus actos) y sincerarse consigo
mismo. Es decir uno de sus problemas era la dimensión del matrimonio en
lo que tendría que ser en sus obligaciones una consecuencia de una
relación de su pareja. Pero no fue azar, allí estaba uno de sus conflictos, y
lo que aparece como una lectura de una significación distinta de lo
habitual hace de una emergencia del inconsciente, por lo tanto lo
reprimido se destapa y empieza por otro surco. Ya no en el surco
monótono del superyó, donde todos tenemos que decir más o menos lo
mismo de lo que es políticamente correcto.
deber decir y deber actuar. Dentro de esos discursos uno de ellos, plantea
Lacan es el discurso de la histeria. Un discurso no solo formatea sino que
además hace, provoca un lazo social particular. Un discurso distinto
opuesto al de la histeria es lo que Lacan llama el discurso del amo, no solo
a los que mandan sino aquellos discursos estructurantes y fundantes de
una subjetividad.
juicios del otro era muy sincera, casi cruel (según su padre), para decir la
verdad, no se quedaba con nada dentro. La preocupación de su padre es
que ese carácter tan irascible para ubicar la falla del otro y decírselo, le
complicaba sus chances de conseguir marido: “esta chica no está para
casarse”, afirmación que ella compartía. Ella había reconocido que no era
para el matrimonio y estaba en una querella mental en contra del
matrimonio porque consideraba que las pérdidas a la libertad hacían de
esa institución una esclavitud, enemiga del matrimonio.
Cuando F la ve por primera vez, destaca que todo este destino trágico, ella
la llevaba como si fuese algo lineal y había resignado sus proyectos, y
estaba ocupada en 2 cosas: en cuidar a la madre y en cuidar su
enfermedad, su dolor, su imposibilidad de caminar y sostenerse en pie.
Esta paciente entonces, por este mismo rasgo de carácter enunciado por
el padre, era rebelde a hipnosis así que le despliega toda la historia de
desgracias y le dice “ya le conté todo “ y?... Le conto la historia de sus
desgracias y seguía igual. No hubo cambios, ahí empieza la dificultad. Es
donde F plantea que esa es la barrera más importante del análisis: el
sujeto. Este es mi sufrimiento, ud puede hacer algo? Esta paciente tiene la
función de llevar al otro a su nivel de impotencia, ridiculizarlo y sobre todo
si era un sabio, por un lado le demanda un poder que la cure pero rechaza
el saber. Te demando que no me des eso que te pido porque no es eso
(Lacan). Esto nos pone frente a una particular dificultad de la histeria
donde el sujeto expone su sufrimiento, puede ubicar al otro como
demandado y sorprendido por ese sufrimiento pero no puede hacer nada
por eso. Mantiene en pie y cuida demasiado la INSATISFACCIÓN.
F se pregunta pero x q la astasia? Por qué no puede caminar? Por qué ese
raro síntoma? Por qué no puede sostenerse en pie? Hay algo más
Entonces continua, insiste. Se encuentra con una sorpresa, las piernas son
sensibles al pellizco y casi insensibles al pinchazo, cuando toca los muslos,
parece que exclama dolor del orden del placer. Le confiere a esas zonas de
los muslos un carácter histerogeno (zonas corporales erotizadas). F insiste
con la imposición de manos. A él le llamaba la atención de que cuando
hacia la imposición de manos, se quedaba pensando….algo pasaba, no se
lo “daba”, te muestro pero te lo oculto. Con toda la dificultad del juego
histérico algo avanza. Surge un muchacho que era cercano a la familia, con
Material de estudio. Materia: Fundamentos Psicoanalíticos
para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
Desgrabadas por: Karen Tauzy
el que compartía cosas y que tuvo algo con él, pero la enfermedad del
padre cae de sorpresa, ella recuerda estar parada frente a su casa y al
padre lo ve derrumbarse y ella lo levanta. A partir de ahí ella es la fiel
cuidadora del padre, no se mueve de su lado. Solo una vez de esos dos
años de convalecencia, 6 meses antes de su muerte ella recuerda haber
estado en cama un día por un fuerte dolor de piernas(F sospecha de
alguna afección muscular)y sobre esa enfermedad orgánica la neurosis
que la alarga , la hace duradera a la enfermedad. En ese 1er momento de
que tuvo que hacer cama un día, se levantó y siguió cuidando al padre.
Unos días antes de esa situación había sido empujada por la familia a una
salida social y sale con ese chico. Ella acepta quedarse hasta más tarde con
él , y casi enamorada pero su padre recrudece en su enfermedad y se juró
nunca más dejar al padre. Ahí está el conflicto dice F, una chica de 22 que
no puede aceptar su deseo femenino porque entre medio tiene la tarea
superyoica de tener que cuidar al padre enfermo, está sometida a eso, es
su misión, pero ese amor tremendo por su padre enfermo se choca con
otro deseo, ya no de hija sino de mujer y el conflicto de resuelve para el
lado de hija que sostiene al padre y se culpa por salirse del libreto. Otro
recuerdo: todos los días le cambiaba el vendaje al padre poniendo el pie
del padre sobre su muslo derecho.
Resumen:
mayor y la q muere. Ella ahí se le cae la ficha, todo lo que quería sostener
se cayó, yo también me derrumbo.
El drama de ella es una mujer joven que desea ser amada, pero no
encuentra las vías, porque ella misma lo bloquea por ser 1ero y ante todo
sustituto del padre, incluso de su padre muerto.
Clase 2 OpenPsico
LACAN hace un desarrollo “la familia”. Dice que lo central de las neurosis
contemporáneas va a girar del eje de las histerias desarrolladas por
Charcot, porque esas histerias del XIV varían a otra cosa. El tránsito de esa
variación de las histerias sujetas a hipnosis o caracteriales, una bisagra son
los estudios sobre la histeria porque F no sigue los pasos de otros autores
(las grandes histerias). Histerias que tenían una teatralidad que hacía que
el síntoma conversivo fuera el centro de la preocupación de los psiquiatras
e la época. Las histerias del s19 se parecían más a aquellas posesiones
demoniacas que a este núcleo caracterial (para Lacan).
La histérica era una bruja. Con F lo antiguo no se descarta del todo pero
hay un intento de esclarecer las causas de la histeria y a sus posibles curas.
Uso electroterapia, hipnosis, y vio que había una insuficiencia y en
ninguna se producía la naturaleza de los fenómenos que allí acontecían.
Algo con la hipnosis se aclaraba, como una suerte de memoria activa que
permite acceder a recuerdos que en la vigilia no están presentes.
Esta crisis . Esta caída del patriarcado nos da paso a que el padre en esta
especulación lacaniana aparece como figura central para determinar las
conversiones histéricas de un modo espectacular. En el caso Elizabeth era
enfermante, en ese juicio que la ubica como no apta para el matrimonio,
no apta para el erotismo, ahí está la presencia de ese padre absoluto.
Ausente, humillada (no corta ni pincha), la palabra pasa por la madre, los
afectos pasa por la madre, la risa, las cosas importantes. Agrega : dividida
(proveedor, esclavo) y postiza (postizo es otro), el novio de la madre, o el
abuelo o el tío. Quien ejerce la figura paterna? Incorporamos dentro del
lenguaje psi a este padre postizo, siempre habrá uno. Muchas veces esos
padres postizos ejercen una mejor función con los hijos que sus padres
biológicos.
Alguna vez existió ese padre? No se…existió como referencia ideal cierta
normativa política de lo que debería ser un padre, es un padre que tiene
los prestigios de la religión, de la monarquía. Cuando decimos carente es
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para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
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STEHEN: quiere decir estar de pie. Estar parado. Queda parada cuando
empieza la enfermedad del padre y delante de ella se cae. Punto central.
EHE: MATRIMONIO – Acá con mucha razón cuando comenta esto dice
Lacan “Freud se pasó de Lacaniano” porque Lacan plantea que las
palabras, los significantes el sostén material sonoro de las palabras (que lo
reducimos al nivel del significado generalmente, nosotros) dice lacan,
dicen otra cosa y no lo que pretende decir solamente. Lacan arranca de
Freud para esto. El pie de apoyo es la interpretación de los sueños.
Ejemplo
Dos días antes de eso que la vio a ella, le había pedido a Breuer que le
diera un remedio fantástico para sus dolores, no dice cual (algo pesado). Él
se niega a dárselo, ella se contacta con F y le “hace el cuento”, más joven,
etc., y se lo pide, pero se niega también. Viene la alucinación, y cuando le
piden que la viva, dice: Uds. dos son un “pendant” uno del otro, ambos tal
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para cual, colgados. Ahí termina, el enojo que ella tiene y viene la
alucinación. Ella podía representar simbólicamente por vía de la
alucinación sus peores pensamientos que además la espantaban.
La relación que hay entre el trabajo que desarrolla F en ese tiempo, que
aún no era psicoanalista, se encuentra en el camino de ir abriéndose al
dialogo con esas pacientes, y va encontrando un nuevo método y lo que
va a constituirse en una nueva manera de abordar lo psíquico
(psicoanálisis), que fue parte de la concepción, se integró de lo que es la
comprensión psíquica del ser humano a partir del S20 y que a partir del
S21 mantiene su vigencia y su expansión no solo como una terapéutica
especifica sino como una comprensión del conflicto psíquico con lo que
tiene que ver con una aproximación (intuitiva) de lo que hace al
inconsciente como emergiendo los lapsus, síntomas, los sueños. Y más allá
de eso lo que aparece como una explicación general de lo que son los
conflictos del sujeto con otro, con su deseo y su destino como formas
incorporadas de esos relatos subjetivos. Palabras como: subjetivo, trauma,
complejo de Edipo son parte de una cultura del occidente.
“En relación a lo que es el método F se lamenta pero por otro lado acepta
ciertas condiciones que le impone este tipo de sufrimiento” Me resulta
singular que los historiales clínicos por mi escritos se lean como unas
novelas breves” “ y que en ellos esté ausente el sello de seriedad que lleva
estampado lo científico” Por eso me tengo que consolar diciendo que la
responsable de este resultado es la naturaleza misma del asunto, más que
una predilección mía” “Es que el diagnostico local y las reacciones
eléctricas no cumplen mayor papel en el estudio de la histeria” mientras
que una exposición en profundidad de los procesos anímicos como la que
estamos habituados a recibir del poeta me permite, mediando la
aplicación de unas pocas formulas psicológicas, obtener una suerte de
intelección sobre la marcha de una histeria”
Hoy, que el caso clínico se opone (como metodología) a lo que son los
estudios estadísticos de trastornos o desórdenes mentales. Se opone en
varios sentidos. Se opone porque lo anormal y lo normal (tal como lo
señala el DSM 5), corresponde a una cuestión estadística. En rigor desde el
psicoanálisis no hay tal frontera entre lo normal y lo anormal. Esa
normalidad o anormalidad la marca cierta dimensión del ideal de lo que
espera la sociedad de cada sujeto, que, en la que estamos suele ser
bastante tiránica y bastante superyoica. Tal y cual como está planteado el
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dsm5 hoy día, nos encontramos con una paradoja: todos padecemos
trastornos, ninguno se salva.
Antiguamente les daba ceguera blanca a las histéricas, pero esos síntomas
han mutado y en la contemporaneidad corresponden a trastornos del
carácter que dominan hoy la histeria contemporánea, y la somatización,
eso que hace un dolor del alma, una depresión.
Si se trata de una cura tan rara, cual es el deseo del analista entonces?, no
se trata de decirle cuál es su bien. La enfermedad del sufrimiento está en
la constitución del sujeto dividido por el lenguaje. En tanto somos sujetos
hablantes somos sujetos que padecemos la palabra. Podríamos usar ese
doble sentido: la palabra lo cura. El psicoanálisis se mete en ese punto: la
palabra como cura y la palabra es lo que hace a la locura. La palabra nos
constituye como sujeto y nos mete en el brete del conflicto entre la
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esos síntomas sino poder ver más allá de lo que la tenía sumergida,
embargada. Cuidar a la madre y a su enfermedad. Su enfermedad pasaba
a sustituir una relación con otros, esa es la dimensión radical donde F
marca que el síntoma de las neurosis es el erotismo del neurótico, es la
relación sexual del neurótico. No solo porque sin duda refleja allí una
suerte de repetición onanista, una suerte de repetición masturbatoria
sino que el otro está presente en el sufrimiento, en el dolor y en la
enfermedad en un modo sádico y hacia sí, masoquista. Sádico con el
otro, reflejado en un dominio imaginario, y masoquista por el
sufrimiento que se auto infringe.
Esta joven mujer tenía una especial predilección por cuidar enfermos. Una
de las razones que se desprende es que en el 2do momento de la
enfermedad, en el más grave, también influye que no tuviera ningún
enfermo más para cuidar. La madre se había curado, el padre muerto, las
hermanas lejos. Ella estaba con su madre sana y ella enferma, ella pasa a
ser la enferma de ña familia y la que tiene que ser cuidada. Para ella
misma por el destino que toma este tratamiento y su vida, sin duda que
era una vida mejor esto de bailar, casarse y tener hijos a vivir enferma,
según su propia valoración.
Uno puede decir: “bueno entonces F. inventó esta historia”… cada uno
juzgará. Como cuando cada uno lee una novela. También podemos pensar
que una mujer que estaba aleccionando a su hija para el futuro, le
transmita que estaba enamorada del cuñado, etc., etc.
Si no tiene que ser el que le dice el bien y lo que tiene que hacer, y casar,
etc. ¿Cuál es la función del analista?
Otra forma para acceder al inconsciente, más allá del síntoma son: los
sueños. Los sueños es un trabajo que F. hace pocos años después de
estudios sobre la histeria. Lo va a hacer motivado por razones que emanan
de la clínica con sí mismo y con otros, que el a la clínica la definía como un
autoanálisis. En realidad era un dialogo con otro, con Fritz, que era un
médico lejano, amigo de el que vivía en Berlín, y se mandaban cartas. Era
como un autoanálisis no hablándose, sino escribiéndose.
Si la novela se trata de una ficción que a través de esa ficción revela cierta
verdad, en lo opuesto se trata de mentiras para ocultar una verdad (como
en acciones políticas)
sistema que sobretodo conocemos por sus efectos, efectos que dan
cuenta de un conflicto a nivel del deseo del sujeto, ese conflicto hace que
solamente a nivel consciente se pueda percibir el sufrimiento o los
estragos pero manteniéndose fuera de la conciencia del sujeto lo que son
las determinantes de ese suceso, o de ese conflicto.
12Empieza a ser tocado por esa interrogante que dejan esos sueños que
por su potencia, por su claridad, por el mensaje enigmático o por la razón
que fuere, logran penetrar a la vida diurna y quedarse en cierto modo
dejando al sujeto al menos interrogado o consternado por la experiencia
onírica. Esta repetición es del orden de una narrativa que se mete en la
historia del sujeto, ajena, pero propia.
hablan de una situación recién vivida que tocan con un conflicto del
sujeto en lo actual pero que también resignifica con supletoriedad un
conflicto antiguo, de la infancia, algo que queda no tramitado allí del
todo, es decir un resto traumático.
En el CAP 7, habla de qué leían los antiguos, y ellos leían un mensaje de los
dioses, o en la Biblia o en el Corán, etc., mensaje de Dios. Se trataba de
una comunicación básicamente divina. El paradigma laico en el que se
maneja F, no da pie a esa explicación, entonces el plantea que eso que
aparece escenificado en el sueño y que se manifiesta como algo en el
orden de lo ajeno, corresponde al conflicto psíquico, (como vimos por
ejemplo en el caso Elizabeth). La diferencia es que si en una histeria se
escenifica ese conflicto en el propio cuerpo, acá se va a escenificar en la
película que se ve y se vive en el sueño. La figurabilidad, la película, los
sonidos, los olores, los colores, el impacto perceptivo plantea lo que F
llama una figurabilidad, que hace un camino invertido al de la percepción.
En la percepción el objeto se impone, uno tramita cierto sentido en
función de lo ya conocido y lo que es percibido como distinto genera
espanto, angustia, huida o sorpresa.
naturaleza diferente evoca por proximidad semántica para ese sujeto. Por
ejemplo. Una canción, a cada uno lo remite a tal o cual recuerdo, bueno o
malo. Ahí hay una contigüidad semántica específica para ese sujeto. Si
ponemos un caso general: el himno, a todos nos evoca algo, bueno malo,
pero algo, pero no lo mismo.
poético de la metáfora que nos propone. Cualquier poesía que nos guste
va a funcionar como metáfora, pero es más, el nombre propio es una
metáfora ¿de qué? Es una metáfora que sustituye algo que es muy difícil
de nombrar: el deseo del autor de su propio nombre. Difícil de nombrar
porque aunque le pregunten la respuesta jamás va a agotar el problema
de por qué tengo ese nombre y no otro. Metáfora eficaz en tanto lo
llevamos ese nombre y lo repetimos, con más o menos orgullo. Se espera
que con mucho orgullo y con mucho narcisismo, o lo suficiente para decir:
yo soy tal, aunque no esté muy seguro de ¿por qué Juan, pedro o fulano?
Ahí se da justamente el ejemplo de una metáfora donde lo que es
sustituido, desapareció. Un buen y clásico ejemplo de la eficaz función de
la represión: si el nombre propio le entró a la persona lo atravesó, jamás
nos preguntaremos de donde salió ese nombre. Si por el contrario ese
nombre nos incomodó por alguna repetición, por alguna sincronía, por
algún desplazamiento medio extraño…ninguna explicación va a alcanzar:
ahí la metáfora quedó más o menos…
Otra metáfora común: los sobrenombres, que a veces nos gustan y otras
no. Todos los lugares que ocupamos pasan a ser metáforas en tanto
sustituyen a otra cosa nombrada, y, si la metáfora es eficaz, se olvida la
anterior. No siempre las metáforas son eficaces. Por ejemplo, un sujeto
tiene como nombre propio, además un lugar que tiene un significante,
supongamos: el significante hijo o hija. Volvamos a Elizabeth, sobre ese
significante en el caso de Elizabeth, hay un nombre que el padre le pone
que es bastante maldito: “vos si seguís con ese carácter no te vas a casar
nunca”: eso es un nombre, es un significante, un ejemplo claro de
metáfora sobre su nombre, sobre la función de padre e hija, que le pone
un nombre que marca un destino, contra eso justamente es que se las
tiene que ver años después. Una metáfora sustituye, nombra el carácter
en ese caso, y se constituye en destino y en un conflicto. Es una metáfora
que quedó más o menos bien puesta, da cuenta de algo pero no todo,
siempre.
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Otro ejemplo: las metáforas que constituyen ciertos relatos míticos, como
por ejemplo: “el padre de la patria”, Artigas, Bolívar, etc. Son nombres que
si el cuentito nos entró bien no nos preguntamos cómo fue que se llegó a
eso. Pero si nos preguntamos cómo pasó eso, desarmamos la metáfora, y
nos metemos en el segundo nivel, que corresponde a la: metonimia que
corresponde justamente al encadenamiento. El lenguaje se va a manejar
básicamente con esos 2 recursos retóricos: la metáfora, donde uno
siempre está hablando y sustituyendo ni más ni menos que a la cosa
(cuando simbolizamos estamos matando a la cosa), no necesito mostrar la
mesa para decir mesa, funciona la simbolización, por vía metafórica. El
encadenamiento de la palabra es la metonimia, es la referencia discursiva
propiamente tal, y en el encadenamiento metonímico, nos encontramos
con sorpresas. Sorpresas quiere decir que en un diálogo, cuando el diálogo
se está estructurando, cuando se está diciendo, uno adentro puede tener
palabras atrapadas que quieren decir otra cosa.
Puede que no sea suficiente, sin dudas, porque F. va a plantear que estos
mecanismos se dan en otro tipo de irrupciones o de formaciones del
inconsciente: en los actos fallidos, en los lapsus y en los chistes. No solo en
los chistes que uno cuenta como una historia, sino al chiste como el rasgo
de ingenio, es decir el que estando en una reunión dice algo ingenioso y
hace que todos mueran de risa. Es como el chiste en el momento, que
tiene que ver con la comunidad semántica del grupo de amigos, la familia,
etc. Tiene que ver con referencias semánticas al aquí y al ahora de los que
están hablando. Ese chiste tiene que ver justamente con hacer que algo
que aparece como muy sagrado se de vuelta, o hacer aparecer una
referencia de doble sentido como una referencia sexual.
esta por fuera, y con que se queda? Que su deseo como mujer estaba en
las antípodas del designio del padre que ella misma había encarnado.
Otro caso: “El hombre de las ratas”, ahí la metáfora que entra a nombrar
ese sujeto entra en una colisión completa con su modo de ser ya grande,
un chico de 29 años pero más cerca de los 19, pegado en la adolescencia.
Una de las 1eras cosas que recuerda es un castigo del padre, pero no
tanto el castigo en sí, sino que él responde en perfecto alemán, sin tener
aun la metonimia (la unión de un discurso), sí teniendo la claridad de
algunas palabras, empieza a usar esas palabras en tono de insulto, y el
padre queda de cara, sorprendido. AHÍ SE LE OCURRE “ESTE MUCHACHO
CUANDO SEA GRANDE VA A SER O UN GRAN HOMBRE O UN GRAN
CRIMINAL” , ese significante, que es doble, actúa como un oxímoron (una
frase contradictoria en si misma), como claro-oscuro, o como salud
mental. El queda sujeto a ese oxímoron, y queda sujeto durante gran
parte de su vida a esa vacilación sobre si: soy un buen hombre, un numero
1, o soy un criminal?, y así está, “tac tac” y actúa conscientemente para
lograr el premio de sus amigos de ser reconocido como el mejor. Pero por
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otro lado tiene acciones de lo más ruin, sobre todo con sus parejas, la
mayoría imaginarias.
Caso Dora
Este caso tiene una matriz a estudiar para comprender que es el caso
clínico desde el psicoanálisis. Pero también este caso lo propone F porque
le sorprendió la abundancia del material con que esta paciente empezó a
trabajar. Además de su historia despliega sueños que hacen de mojón
(sobretodo 2), que condensan lo que el propio material (su historia) va a ir
presentando. El primer sueño (pág. 57 vol. 7): F. empieza. “Justo en el
momento….” Ella me comunico que una de las noches pasadas había
vuelto a tener un sueño que ya había tenido” “. El interés de tomar este
sueño era en que se convirtiera en el tejido del análisis. Primer sueño: en
una casa hay un incendio, conto Dora, mi padre está frente a mi cama y
me despierta, me visto con rapidez, mama quiere salvar su alhajero y papa
dice “no quiero que mis hijos y yo nos quememos a causa de tu alhajero”,
descendemos, y me despierto” Cuando F le pregunta cuando soñó esto
por primera vez, ella no lo sabe. Lacan dice que cuando pasa eso, es decir
cuando uno pregunta eso que importa y el sujeto dice que no sabe, ahí
está presente el inconsciente. No lo sabe pero se acuerda (segundo
movimiento), no hay histeria sin amnesia dice F., bueno, primero la
amnesia después algo empieza a soltar el tejido de los recuerdos. Pero se
acuerda que tuvo el sueño en un lago en una cena con el “SEÑOR K”.
Quien era el Sr K? Dora al tiempo de iniciar el tratamiento tenía 17 años,
no era la primera vez que veía a F. Lo vio con 14, llevada por el padre, por
sus recurrencias nerviosas. Sus síntomas eran una tos nerviosa, una
disnea, que tenía despejado el médico de familia una raíz nerviosa porque
así como venía también se iba, estaba ligado a algo “nervioso”, una
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El padre que siempre tuvo muy buena relación con Dora, venia en
deterioro en esa relación, y con la madre había una relación de hostilidad,
no la quería nada: le decía ignorante, ridícula, quería ser todo menos
como la madre y al padre lo tenía como EL hombre, pero eso fue girando.
sueño sino del síntoma), están las huellas, las pistas, para poder encontrar
aquello que estaba siendo reprimido, y lo que estaba siendo reprimido allí
era esa dimensión erótica en tanto mujer. En el sueño vamos a ver
entonces, la represión actuando en 2 niveles: en el nivel de la censura y en
el nivel de la sustitución. Censura de no mostrar directamente aquello que
de ser mostrado implica el horror ante eso que directamente NO es
tolerable. Pero la segunda dimensión es: dejar pasar algo en forma
desfigurada.
Habíamos visto que este sueño que es repetido, tuvo su primera aparición
según recuerda Dora, cuando estaba en el lago con el Sr. K. Ese sueño lo
tuvo 3 noches sucesivas y lo había vuelto a tener en Viena y en el
tratamiento nuevamente. ¿Qué pasó en el lago? Cuando Dora había sido
llevada por el padre a la consulta, a los 14 (tratamiento que ella rechazó),
ella tenía un síntoma (tos nerviosa), con una recurrencia aguda y extensa
más de lo común. Luego de esa visita Dora con el padre y el Sr K se van a
esa cabaña que el Sr K tenía en la laguna. A poco de estar, el padre le dice
que tiene que volver a Viena y tienen que quedar ellos dos. En ese
contexto es que dora tiene por primera vez ese sueño. En esa primera
parte aparece: “mi padre está frente a mi cama y me despierta” En este
primer punto cuando F empieza a preguntar parte por parte en relaciona
esa escena, pide asociación y recuerda una serie de situaciones con el Sr. K
donde él está parado frente a ella mientras ella duerme la siesta (eso fue
real y no un sueño)Ella se siente amenazada, hay una amenaza, luego ,
respondiendo a esa amenaza ella pide tener un cuarto con llave, pero
después la llave desaparece, entonces la primera aproximación es que
esas noche la paso en vela preocupada porque algo podía pasar con el Sr.
K.
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Desgrabadas por: Karen Tauzy
Pero recordemos lo que vimos en relación a las joyas, al alhajero, que era
una representación de los genitales femeninos. Pero hay más cosas, que
tienen que ver con recuerdos infantiles que empiezan a asociarse en
relación a este sueño. El más importante tiene que ver con la genitalidad
de la madre y con la genitalidad de Dora y el padre. En relación a la
genitalidad de Dora en términos infantiles se destacan 2 cosas, en relación
a la posición con su hermano y antes del sueño, el hermano que era un
poco mayor que ella, había sido en la infancia un gran compañero de
juegos. Dora era “un varoncito más en el juego”, tan a la par iba que
cuando su hermano se enfermaba, ella se enfermaba después pero con
mayor gravedad. Cuando el hermano tenía 6,7 u 8, tenía enuresis (se hacía
pis), diurna y nocturna. Dora a los 8 años también la padece y se prolonga
bastante tiempo, y se cura cuando empieza con la tos nerviosa. En esa
dimensión, F. pesquisa una relación con la infancia, en tanto: un niño,
plantea, que se hace pis en la cama, que tiene enuresis, algún incendio
está apagando, en esa oposición (como decíamos la vez pasada), en
relación a lo que son los significantes que se ponen en juego en el sueño:
fuego, por opuesto tiene que ver con agua, o pichi. Hay un incendio ni más
ni menos ubicado (como en la última parte del sueño), un incendio que
está en relación con los genitales: sea de la niña, sea del niño o sea de la
madre. ¿Cómo de la madre? En el tiempo ese de la disnea de Dora, Dora
para sorpresa de F. ya estaba advertida de algunas peculiaridades de la
genitalidad de sus padres, pero, como se entera?, se entera a partir de
que la madre padece de lo que F. llama “fluor albus”, o lo que hoy
llamamos un flujo vaginal, un catarro vaginal infeccioso. Esto, que le
generaba dolores abdominales, incomodidades genitales era relacionado
por la madre y una hermana de la madre como un contagio de las
enfermedades venéreas del padre. Esa conversación Dora la escucha y
relaciona entonces, la enfermedad vaginal de la madre con un contagio
que efectuó el padre. En ese tiempo ella empieza con la disnea, que es un
catarro no vaginal, sino que es un catarro superior y procede allí un rasgo
identificatorio con la madre pero que a su vez la une al padre. Es como si
estuviese diciendo en su síntoma: Así como el padre contagio a la madre
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una situación. El Sr. K tenía una tienda en la ciudad donde vivía, y la invita
a ver el corso que pasaría por allí en carnaval. En principio iba a ir la Sra. K
y otras personas pero finalmente están ellos solos. En eso, de pronto el
tipo (40 años y ella 14), la abraza, la aprieta y le estampa un beso. Ella
reacciona con asco, susto y rechazo. F. dice: siente en el abdomen un
dolor. F. ahí despeja (mas allá de las consideraciones que podamos hacer y
que nos escandalizan), el mecanismo de la histeria en su dimensión más
pura. Antes de F. el mecanismo fundamental de la histeria era la
somatización. Otro aspecto: el trastorno del afecto: en vez de acontecer
según la circunstancia, una excitación sexual, ocurre una sustitución de
esa excitación por un dolor, o una excitación de otra zona del cuerpo, que,
implica necesariamente el dolor. Lo que ella padece en su abdomen, - en
el flujo asociativo con F.- ella reconoce que lo que le toca el abdomen es
el pene erecto del Sr. K. Allí es donde siente el dolor, y en los brazos donde
el tipo la aprieta, y en el asco que le va a quedar en la boca por mucho
tiempo. Se producen entonces una serie de situaciones sintomáticas: el
dolor en los brazos, en el abdomen y también un rechazo a pasar cerca de
un hombre que este cotejando a una dama (un rechazo absoluto). Y F. le
pregunta ¿Por qué no dijo nada?
A partir de ahí Dora empieza a hacer una fuerte presión para que el padre
rompa relaciones con los K, y el padre se niega rotundamente. En esa puja
se encuentran cuando empieza el tratamiento. Pero F. le pregunta por qué
no dijo nada?, no sabe. No le faltaban recursos ni era tímida, ni le falto
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para la Clínica 2017. Clases del Prof. Octavio Carrasco.
Desgrabadas por: Karen Tauzy
algo ocurría a nivel sexual, que todo indicaba que era así: era en el orden
del sexo oral, además Dora ya estaba enterada de todo, y pareciera que la
Sra. K le aportaba abundante material del tema. Acá entonces se
resignifica la escena infantil de ella chupándose el dedo y agarrando la
oreja de su hermano. Se resignifica ese modelo de gratificación sexual
infantil oral pero no solo en ella, sino que confirmada en la actividad
genital de su padre con la Sra. K. Todo esto del orden del sexo oral entre
ellos, encajaba a la perfección con lo que es la posición, o el imaginario, o
la práctica sexual infantil de ella: la actividad oral no solo la satisface a ella
sino que también al hombre, y esa misma actividad es la que se ve
repetida entre su padre y la SRA. K. No se trata solo de que el Sr K haya
sido deseado por ella, sino un deseo por la Sra. K.: de hablar, de poseer
todos sus secretos, de ser como ella. No se trata de homosexualidad, pero
no eran esas las circunstancias. En el caso de Dora y de la histeria hay una
doble identificación: por un lado a la madre y una facilidad identificatoria
con el otro sexo. Con el padre. Quedando con una doble valencia
identificatoria: puede ocupar imaginariamente el lugar del hombre (como
quiso Elizabeth), o como Dora lo actúa siendo la compañera las largas
tardes de la Sra. K cuando no estaban los hombres. F. mismo va a hacer
esa deriva identificatoria de que cuando niña se identifica por amor al
padre a través del síntoma, ya cuando grande vuelve a identificarse con el
padre a través de la Sra. K, pero hay otro elemento, se identifica con el Sr.
K, como vía para mantenerse cerca de la Sra. K, era “el compañero fiel” de
la Sra. K. Y el punto máximo de dolor psíquico es justamente cuando la
Sra. K la traiciona diciendo que ella se preocupaba demasiado de
cuestiones sexuales, justamente ella, la Sra. K., quien le proveía material…
Ella es la que termina de empujarla al vacío para que todos crean que era
una loca, fantaseadora y perversa. Pero todas esas acusaciones sobre
Dora, habla en si de una situación perversa, pero ¿por qué no es perversa?
Porque ella no está metida del todo, no hace nada. Está metida en el baile
de la perversión sexual. Reacciona ante esa perversión que ella busca bajo
la forma de protegerse con el síntoma: ahí está la neurosis. Si ella hubiese
hecho todo lo que imaginaba que había que hacer (por ejemplo a nivel de
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¿Qué tiene que hacer una mujer para ser deseada? Una pregunta que no
tiene respuesta, ni siquiera puede ser formulada, por su madre. Su madre
no quiere decir nada, o más bien dice todo sin palabras: soy enferma
como mi madre por amor a mi padre. No pasó nada, pero a nivel mental
paso todo. En la histeria hay una suerte de hipertrofia, no solo por el
deseo de ser amada, sino también hipertrofia en relación al imaginario
sexual. Y un imaginario sexual inversamente proporcional a la práctica
sexual, porque justamente la práctica sexual implica rebasar la barrera de
la represión. Es aceptar esas representaciones intolerables moralmente:
cuestión que es avizorada única y exclusivamente por la angustia como
forma de defensa ante esas representaciones eróticas. Esa angustia es la
que se traslada como afecto a lo que es la formación del síntoma. Angustia
que podemos ver en el momento de la insistencia del reproche hacia el
padre bajo su defensa ante la acusación de ser mentirosa y perversa.
Eso que aparece como gran expectativa masculina de lo que debe hacer
una mujer para complacer al hombre, en Dora es asumida del lado
masculino, activamente. Pero activamente en lo que tiene que ver con la
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Para F. acá no hay ningún deseo realizado. “Se “jode la fiesta” en el sueño
y ahí empieza el análisis. Justamente la realización del deseo era no hacer
la fiesta y no servirle en bandeja al marido a la amiga. Pero hay otras
cosas: en el fondo lo que aparece allí es revelada esta dimensión del
fantasma de esta mujer, de la estructura psíquica de ella, la relación con el
otro, que es ella reconociéndose muy satisfecha sexualmente,
económicamente, familiarmente, con su marido, TIENE QUE TENER UN
ELEMENTO PARA PELEARLO. Y ese elemento que está en juego es la
amiga. Ella trae el elemento de discordia, se lo presenta, y después le da
por la cabeza. Se ríe, pero el punto está en que es necesaria la queja para
mantener muy bien establecida no la satisfacción del deseo (que sería
esperable), sino la INSATISFACCION del deseo. El ansia de más…aunque no
se sepa qué más se ansía…
Para entender la dimensión del amo en Hegel, tenemos que recordar que
la esclavitos no lleva más de 200 o 300 años abolida y en algunos países
aun es una práctica común. Entonces Hegel (lo retoma Lacan), plantea que
no solo se trata de una práctica económica antigua sino de un acto de
subjetivación fundacional. Todo sujeto para constituirse necesita de esa
orden que le viene de otro. En el nivel edipico (de la crianza humana), es la
orden que viene de los padres, en su doble dimensión: como la lengua de
la madre y como interdicción del padre al goce de la madre, no del hijo en
primer lugar sino de la madre. La función paterna ahí tiene que ver con
poner un corte o una diferencia entre lo que es el deseo de la madre y lo
otro, ¿y qué es lo otro?, justamente una dimensión de supuesta
realización más allá del ámbito familiar endogámico. Es decir el
movimiento de habilitación de la función paterna debe orientar al hijo y a
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Función paterna que Lacan en un artículo del año 38 ubica como una de
las causas de la mutación sintomática de las histéricas del siglo 19 a lo que
son las histéricas en el siglo 20. Esta mutación es la que venimos viendo
desde clases anteriores. Ya no tienen nada que las histéricas que van a ser
reconocidas, escritas y analizadas en el Siglo 20 y más aún en el siglo 21,
con las histéricas de artículos como “Histoeria” (de mi autoría), en donde
allí se trata de los últimos casos de “posesión demoniaca”. Esto último
mutó hacia finales del siglo 19 hacia la histeria como enfermedad de los
nervios, ya no de posesión demoniaca, sino de una supuesta anatomía
alterada. ¿Cuál? Esa que todavía sigue en nuestro lenguaje como “estoy
nervioso/a”.
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El primer discurso entonces que despeja Lacan, que incluso llega a decir la
eficacia del discurso que funda los comportamientos, las instituciones, los
modos de ser, las mentalidades, muchas veces no necesitan ni siquiera de
la enunciación para que presten cierta eficacia, tiene que ver con la
dimensión de la orden que funciona de un modo interiorizado. Tanto así
que creemos que es hasta por nuestra propia voluntad que hacemos cosas
que son las que se esperan de nosotros.
El discurso del universitario, tiene que ver con lo que se llama hoy día el
mundo del conocimiento. Ya de un tiempo a esta parte el mundo del
conocimiento toma sobre si cierto derecho administrativo sobre los
cuerpos y sobre los procedimientos. Es el universo del todo saber. No
quiere decir que sea un discurso que pretenda que lo sabe todo. Es un
discurso que estructura la realidad en función de todo lo que sabe. No es
que sepa todo, sino que lo real que domina, eso es lo que existe, lo demás
lo elimina. Es el discurso de la ciencia fusionada con el mercado. Su
representante más claro sería en términos ejemplares. El discurso
administrativo burocrático, donde en esa dimensión a un sujeto el tener
un título lo licencia para que los demás supongan que sabe, aunque no es
eso garantía de nada. Esto va desde un título, hasta un objeto tecnológico.
Si nosotros leemos esto a través de la historia del Siglo 20, nos vamos a
encontrar allí reivindicaciones de género, feministas, revolucionarias, del
orden de la demanda de que hay algo a lo que se está sometido/a que es
del orden de lo insatisfactorio. Pero no solamente se trata de rebeldía,
revoluciones y protestas, sino que también de sujeción al discurso del amo
al cual se le demanda ese saber.
Por el otro lado, por el lado de la clínica nos encontramos con efectos de
esto y además con efectos donde hay una suerte de ideal de mujer que
genera mucho más patéticamente, patéticamente, y actualiza aún más
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Hoy se agrega otro componente entonces, que hace que las neurosis
contemporáneas – sobre todo la histeria – más que nada tengan que ver
con una alteración de carácter. Es en esa dimensión de la furia histérica
que en la vida cotidiana contemporánea es (por ejemplo) el 2do deporte
nacional: la violencia doméstica. Esa furia que justamente aparece como
fragmentación del sujeto y del otro, cambiante, explosiva, con
arrepentimiento, con intentos de reparación, y después, de vuelta. Esta es
la realidad contemporánea más destacable (no la única), también hay
conversiones, también hay represión sexual, pero en qué sentido ¿En el
sentido de que hoy ese rasgo de seducción, de hipertrofia sexual es un
elemento de mercado, es un elemento de cotidianeidad, es un elemento
de deber, no un deseo, un deber. Es decir que “la chifladura”
contemporánea es que al inverso de las histéricas que empezamos a
estudiar un sujeto hoy debe coger, debe realizarse sexualmente, debe
tener orgasmos, y si no lo tiene “pobre infeliz”, ese es el problema y eso
justamente organiza las cosas de tal manera que en esa dimensión que se
supone que el sujeto es más libre…queda más atrapado. Más atrapado en
la realización de eso? NO. Más atrapado en la dimensión de ser un
observador, es decir de gozar de la escena primaria, del sexo de otros, del
sexo seduciendo para comprar cualquier producto, de un sexo que
aparece plagando casi todas las películas contemporáneas, y que si no
aparece bajo la forma explícita de la seducción erótica, aparece bajo la
forma de la consumación de la amenaza más temida en el discurso
histérico: la de la FRAGMENTACION, la de la aniquilación.
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Es como una vieja canción de Luca Prodán, que decía: “no sé lo que quiero
pero lo quiero ya” Esa es la médula del discurso histérico “no sé lo que
quiero pero lo quiero ya”, ese punto de la demanda ansiogenica a eso que
no sé qué es, y que si me lo das, lo voy a rechazar, esa es la posición
histérica. Es común?
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Es extra ordinaria, súper común. Lo cual no quiere decir que sea menos
grave y que engendre menos sufrimiento, y que no genere movimientos
importantes a nivel personal, subjetivo, individual y colectivo. Cuando el
discurso de la insatisfacción se hace fuerza política, las cosas se entran a
mover de otra manera, la protesta tiene otro sentido, ya no una pura
explosión. Muy distinto a lo que puede ser la administración burocrática
de la futura revolución. El discurso d la histérica, cuando se hace
instrumento político, encarna justamente la protesta en el punto donde
eso ya no se soporta, sea una generalización de la miseria, del despotismo,
de lo que sea.
Hoy día, salir de la infancia, no es como antes, es más apurada la cosa, son
más precoces, insinuantes y seductoras que antes. Ya en la escuela las
niñas mucho antes de su primera menstruación, están en una posición de
seducción. Seducción para todos lados, a compañeros, a compañeras,
seducción, seducción, y su giro: rechazo, rechazo. Si retenemos ese par de
significantes solamente: seducción y rechazo, nos daremos cuenta que lo
que queda en el medio es lo que está más custodiado: la insatisfacción.
Ahora bien, el encarnar ese ideal , el encarnar ese objeto causa de deseo,
el encarnar esa basculación entre seducción y rechazo (insatisfacción),
hace que encarnar ese significante del fálico a nivel imaginario, a nivel de
las representaciones mentales, a nivel del juego erotice, es encarnar un
lugar imposible por naturaleza, y hace que el sujeto que padece ese
discurso y que lo enuncia también este tremendamente fragilizado y esa
fragilidad en nuestros tiempos se demuestra con la plaga psíquica
contemporánea: la depresión. Siendo que un sujeto debe alcanzar un ideal
que nunca logrará, que siempre estará amenazado por su fragmentación,
hace que, por supuesto, la fragilidad sea algo muy cercano, muy próximo.
Basta que pase alguna cosita nomás, que al sujeto lo haga dudar de que
está acorde con ese objeto o ideal para que la angustia ante la caída de
ese ideal, se precipite.
hablar, sino que empieza a hacer algo distinto con eso que empieza a
saber de ella misma, y lo hace. Logra esa transferencia de querer saber
más allá de lo que ya sabe. Y ahí todavía no aparece el inconsciente. Ese
primer momento done ella le dice: “bueno ya le conté todo, y ahora? Ahí
insiste F., y surge todo lo otro. El amigo, esta mujer que no quiere estar
con nadie y se banca sola, no es tal. Es más, termina aceptando que el
nivel más duro de su enfermedad es cuando se da cuenta que necesita al
otro. Que le gustaría tener una pareja, como su hermana, se da vuelta.