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FICHA DE CATEDRA:
Teorías e Instituciones Contemporáneas de Educación
En 1740, a los 28 años, se dirigió primero a Lyón y después a Paris, donde conoció a
Diderot, Condillac y otros enciclopedistas. En esta etapa se preocupa sobre todo de la
música, y escribe comedias y melodramas. Colabora en la Enciclopedia redactando
artículos sobre música.
De regreso a Francia, en Montmorency, y tras haber cortado toda relación con los
enciclopedistas, escribe sus obras más importantes: Eloísa, Emilio y El Contrato Social.
La publicación de Emilio provoca la intervención del poder judicial. El Parlamento de
París condena la obra y ordena el arresto de su autor. Rousseau escapa a Suiza (que
sigue el ejemplo de París) y después a Inglaterra, en donde conoce a Hume, el cual le
brinda su hospitalidad. Pero tiene la impresión de que Hume también va contra él.
Vuelve de nuevo a Francia, aun sabiendo el riesgo que corría, y tras vivir en varias
ciudades, vuelve en 1770 a París. En donde muere (2 de julio de 1778) tras escribir sus
dos obras biográficas, en casa de un admirador.
Rousseau y la Ilustración.
Individuo y sociedad.
Rousseau propone en el Contrato Social encontrar una forma que defienda y proteja con
toda la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado y por medio de la cual,
cada uno, no obedezca más que a sí mismo y quede tan libre como antes. Se trata no
solo de conservar la libertad natural, sino más bien de transformarla en libertad cívica.
No hay que concebir al estado social capaz de ofrecer ventajas con una convivencia
cualquiera, pues se trata de una convivencia fundada en el contrato social y que realiza
una voluntad general. No se trata de un contrato estipulado, sino de una relación ideal
cuya mayor subsistencia en los sistemas políticos es criterio de legitimidad de éstos.
Cada individuo al darse a todos, entra en una convivencia social sin sacrificar nada de
su libertad.
Rousseau tiene en cuenta que la libertad natural, no es la libertad cívica. Todos los
derechos civiles nacen del contrato mismo, ellos son un producto social. Cae en la
cuenta de una grave dificultad en este planteamiento: entre la educación del hombre y la
del ciudadano existe un contraste grave. Es difícil imaginar y representarse una
educación cívica que no desnaturalice a la personalidad.
En el segundo libro de Emilio, Rousseau, afirma que una convivencia civil regulada por
la voluntad general del pueblo tendría un efecto contrario. Esto le impide quizás
proporcionarnos indicaciones más precisas.
Es absurdo querer educar para la sociedad fuera de ésta, pero es claro que se trata de una
abstracción metodológica necesaria por la dificultad de imaginar en concreto una
convivencia democrática formativa.
Emilio es una novela pedagógica escrita con la intención de exponer los criterios
educativos que han surgido, mostrándolos en relación a un niño imaginario. Emilio es
huérfano, noble y rico . Esta última condición es necesaria para poder imaginar el
género de la educación que Rousseau considera como deseable.
Los cinco libros de Emilio trazan el desarrollo del alumnado. Los dos primeros libros
nos lo muestra en el periodo en que predomina el sentido (hasta los 12 años), el tercero
se refiere al periodo en que predominan consideraciones de utilidad (13-15 años), el
cuarto se abre al alcance de la razón (15 años), y el quinto libro está dedicado a la
educación de la mujer, a la entrada de Emilio a la sociedad y su matrimonio.
Para Rousseau la regla más importante de cualquier educación no es ganar tiempo, sino
perderlo. De lo que se trata no es de dejar al niño que es enmohezca, sino de no
obstaculizar o acelerar un proceso natural de maduración. El método inactivo es posible
solo porque en la intimidad del niño existe un principio activo, la educación natural.
Rousseau distingue tres disposiciones que forman la naturaleza del hombre: sentido,
utilidad y razón , las cuales maduran de forma espontánea. Este esquema temporal está
en contra de la tendencia de acelerar el desarrollo. El optimismo de Rouseeau tiene
también un valor metodológico. No significa que sea suficiente desarrollar la naturaleza
humana, lo que quiere es impedirnos atribuir nuestros fracasos educativos a la maldad
natural.
La naturaleza humana no se desarrolla sino mediante experiencias importantes y el
primer deber del educador es hacerlas posibles. Los hombres pueden intervenir en estas
experiencias solo indirectamente. Para Rousseau, la relación educativa fundamental es
la relación entre el individuo y el ambiente natural y se trata de una relación activa que
es la única que vuelve posibles las funciones psíquicas.
La regla del “perder tiempo “vale hasta los 12 años. A esa edad, el niño, puede
desplegar una atención más prolongada y persistente a los fenómenos que lo circundan.
Conclusión.
La vida y la obra.
En 1825 se retiró a Neuhof, donde un nieto suyo había hecho prosperar la finca que
Pestalozzi no había querido vender jamás. Allí escribió el Canto del Cisne. Falleció en
1827.
El niño quiere el bien para sí mismo. El bien al que hay que conducirlo no tiene porque
ser su capricho, sino que debe ser un bien en sí mismo. De aquí la exigencia de acción,
el rechazo del verbalismo perceptivo. La falta de una enseñanza práctica y experimental
de la virtud tiene las mismas consecuencias que la falta de una enseñanza práctica y
experimental en el campo científico.
Según Pestalozzi, en el niño hay que despertar unas fuerzas, que las identifica, como las
fuerzas del corazón, de la mente y de la mano, (Sentimiento, intelecto y gusto
constructivo práctico). Estos resortes determinan todos y cada uno de nuestros hábitos
virtuosos.
Para Petalozzi, entre el amor de los padres y la fe religiosa existe una continuidad plena:
si la madre ama, ama también el hijo. Así con todas las condicionantes de la vida.
La actividad, implícita en todos los niños, no se conforma con expresarse a través del
dibujo, sino que los impulsa a realizar por sí mismos, con las manos, todas aquellos
trabajos cuya naturaleza han comprendido. Esta educación artística puede encaminarse
más adelante hacia manifestaciones estéticas. Estas ideas escapan de caer en el concepto
utilitario y de adiestramiento precoz al trabajo productivo.