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La escuela cotidiana

Elsie Rockwell

Capitulo III: Relaciones y saberes docentes en los cursos de actualización

Al maestro se le asigna un papel central en la concreción de cualquier plan educativo.

La actualización implica una relación directa entre la formación del docente y la calidad de
la enseñanza

El maestro como promotor del campo educativo.

La distancia entre planeación y ejecución

Las orientaciones en la actualización de docentes en México están enmarcadas en una


concepción que sitúa al maestro como “un trabajador del Estado”, difusor de las políticas
educativas estatales.

La actualización que se brinda a los maestros en los cursos a que hago referencia responde,
por regla general, a la necesidad de adecuar a los maestros al modelo pedagógico vigente,
modelo que a su vez está determinado por la política educativa en turno.

Los contenidos de estos programas sufren múltiples cambios en el momento de su


ejecución. Dichos cambios provienen tanto de las diferentes formas en que cada maestro
se apropia de ellos y de sentido de utilidad que les asigna para su trabajo docente.

La actualización por multiplicación, forma institucional en que se extienden estos programas


a todos los maestros.

La expresión “si queremos lo aplicamos, y si no, no” nos remite al margen de autonomía
que el maestro tiene en el salón de clase y del cual hace uso según sus necesidades y
reflexiones propias.

El “aula cerrada” como el lugar donde el maestro puede ejercer autonomía.

El maestro como un sujeto con saberes y experiencias profesionales que actúa dentro de
una situación concreta de trabajo entre en contradicción con la imagen institucional del
docente como un técnico aplicador de procedimientos diseñados por otros.
Los cursos de actualización

Se realizan durante la jornada laboral; son de carácter obligatorio y de corta duración, se


imparten en alguna escuela de la zona escolar, reuniendo para tal fin a todos los maestros
que la integran.

Frecuentemente su dirección recae en maestros que tienen algún puesto administrativo


(técnicos de la Secretaria de Educación Pública, supervisores de zona o directores de
escuela).

Los cursos pueden ser regionales o nacionales. Se organizan cuando se pretende introducir
un programa educativo o reforma en toda la república, y su objetivo es corregir fallas o
carencias educativas que los propios técnicos han detectado y que es posible superarlas a
partir de modificaciones, reestructuraciones o cambios a programas o métodos.

Los cursos a supervisores

Los supervisores constituyen un eslabón importante por la relación directa que tienen con
los maestros.

Dada la magnitud de la empresa se hace necesario incluir a maestros con algún cargo
directivo para que actúen como “multiplicadores”.

Para los supervisores, impartir los cursos es una de las funciones del puesto, ya que son
considerados “orientadores de la labor educativa”,

Los supervisores manifiestan inconformidad por no ser tenidos en cuenta en la planeación


de estos programas.

Los asesores son los receptores directos de la criticas al programa que transmiten.

En el caso de los supervisores la tensión se genera por su necesidad de moverse en dos


planos: mostrar a las autoridades su conocimiento del oficio y consolidar su influencia.

Entre proyectos distintos. Las relaciones con los técnicos de la SEP

En muchas ocasiones, los técnicos consideran a los supervisores un serio obstáculo por la
resistencia que oponen a los proyectos que ellos impulsan. Los supervisores, por su parte,
consideran que sólo ellos conocen los problemas de la educación, pues “la viven
diariamente”; por lo tanto, descalifican de antemano los “planes implementados tras un
escritorio”.
Las pugnas subyacentes se expresan cuando la SEP necesita a los supervisores para
realizar sus proyectos, y toman matices particulares dependiendo de la intensidad de los
conflictos entre la SEP y el SNTE en cada estado.

El conocimiento del oficio y los problemas que enfrenta el supervisor en su zona


escolar

En algunos casos los maestros aceptan al supervisor únicamente como autoridad formal,
pero no le reconocen capacidad para dirigirlos y orientarlos.

Al mismo tiempo los supervisores deben considerar a los usuarios del sistema, los padres
de familia, que en ocasiones muestran oposición ante los cambios impulsados por la SEP.

Los cursos a maestros

En la capacitación de los maestros de grupo se da una negociación entre quienes los


imparten (asesores) y quienes los reciben. Esta negociación, en la que subyace la
aceptación o el rechazo de los contenidos del curso, lleva a que los asesores hagan uso de
algunos mecanismos de control, aceptados parcialmente por los maestros debido a que se
basan en esquemas escolares apropiados y compartidos.

La negociación en los cursos a maestros.

El maestro-maestros (asesor), investido de la autoridad que le da designación del


supervisor, es al mismo tiempo compañero de trabajo de sus “alumnos”. Los lazos de
relación entre ellos en muchas ocasiones van más allá del terreno estrictamente
profesional; suelen encontrarse los de amistad y parentesco.

Para los maestros, los cursos son obligatorios porque se realizan dentro de la jornada
laboral y este carácter se refuerza con las medidas administrativas que se toman para
garantizar la asistencia. (pase de lista al principio y al final de cada sesión, reportes por
inasistencia, vigilancia del supervisor).

¿Control impuesto o apropiado?

Para el asesor es vital mantener un control del grupo que le permite desempeñar su trabajo.
Para ello recurre por un lado a un principio de compañerismo, que le permite solicitar el
apoyo de los maestros y deslindar su responsabilidad de los contenidos de programa.
Mantener el control del grupo implicaba cerrar canales de comunicación con os maestros y
evitar al máximo posibles cuestionamientos.

Las formas de trabajo y el manejo de los contenidos

En el proceso de actualización el contenido parece ser lo menos importante, se maneja y


se transmite, pero de manera superficial, generalmente los contenidos no se tratan
completos “por falta de tiempo”.

El tema de sesión se trata rápidamente, por lo regular en equipos que leen el material y
responden a las preguntas que “les tocan” de manera formal.

El conocimiento reconocido oficialmente y el conocimiento “útil”

A la luz de su experiencia docente los maestros califican, valoran, utilizan o desechan los
conocimientos que se manejan en los cursos.

Copian de manera selectiva algunas rimas o cuadros sinópticos que el asesor les lleva, o
hacen síntesis de algunas técnicas grupales que les gustaron.

Los maestros aprovechan el trabajo en equipos para expresar sus opiniones de manera
más abierta.

Como maestros en servicio, en cambio, no pueden separar el ámbito de la teoría del de sus
vivencias diarias, ni borrar el rostro de sus alumnos para sustituirlo por el de un “sujeto
educativo” abstracto.

La propuesta es “discutida” a partir de una lectura rápida, con la participación de unos


cuantos y la abstención de la mayoría.

Parece indispensable alentar la participación y el compromiso de los maestros en la


organización y planeación de las actividades formativas que les parezca pertinentes.

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