Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Juan 6.1–15
Introducción
Continuamos con nuestra serie de Juan y vamos a considerar la cuarta
señal de Jesus, Juan ha escogido 7 Señales con el proposito de
motivarnos a la fe y tengamos vida eterna.
• La primera Señal fue en boda en Canaan de Galilea: Jesus convierte el
agua en Vino, sucedió en un contexto privado - Pocos testigos vieron su
gloria, entre ellos: Juan, Andres, Felipe, Pedro y Natanael, estuvieron
presentes y vieron su gloria. Esta Señal fue como una ventana que
se abrió con el proposito de mostrarnos que Jesus vino a hacer
nuevas todas las cosas, lo que sigue después de las bodas de Canaan
es la explicación del milagro (Nuevo templo, nuevas creaturas,
nueva agua)
• Esta 4 Señal también fue echa en Galilea, (Vs. 1 - Después de Esto...) es
decir meses después de que Jesus defiende su identidad ante los
fariseos. Aquí hay una multitud de testigos (Por lo menos 15 o 20 mil
personas) pueden ver esta ventana abierta que nos revela a Jesus
como el pan de vida “Suficiente para satisfacer el alma
hambrienta” - Aquí Juan sigue el mismo patrón: Primero esta la Señal
y desde el ver. 16 esta la explicación: En primer lugar los discípulos
experimentan como Jesu es el Pan de Vida y luego la multitud es
instruida por Jesus y llamada comer este pan de vida.
Esta es la mas extraordinaria de todas las señales, todos los
evangelistas acuden a allá para testificar de Cristo (Mt. 14.13–21; Mr.
6.30–44; Lc. 9.10–17) Mateo y Lucas cuentan esta historia con el
proposito de testificar el poder de Cristo al alimentar una multitud tan
numerosa (Mateo dice 5 mil sin contar mujeres y Niños) - Marcos cuenta
Pero Felipe hace cálculos matemáticos: hay unos 5000 hombres con
sus familias, es decir unas 15 o 20 mil personas, un corrientazo cuesta
unos 3.500 pesos en mi pueblo, necesitamos como 70 millones de pesos,
ni siquiera el salario de 8 meses de un trabajador normal nos alcanzaría
para comprar pan para toda esta gente.
Los otros evangelios nos muestran que según cálculos de Felipe era mejor
despachar a la gente con hambre para su casa, esta fue la idea de los
doce.
2. La suficiencia de Jesus
Juan nos dice que el sabe lo que hace. La gente esta hambrienta y el la va a
sustentas en medio del desierto como lo hizo Dios con Israel al salir de
Egipto:
“Entonces el Señor dijo a Moisés: He aquí, haré llover pan del cielo para
vosotros; y el pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día,
para ponerlos a prueba si andan o no en mi ley.” (Éxodo 16.4, LBLA)
Jesus Conoce el corazón de esta gente, pero el pasa por alto estas
debilidades y les va a revelar su gloria y les va a mostrar de su verdadera
necesidad.
Les ordena acomodar a la gente y hacerla sentar, ellos va a darle de
comer a esta multitud. Estos hombres agotados y si recursos recibirán
de la mano del Señor fortaleza y recursos. Ellos verán aquí que el
Señor es su pan, que el Señor es todo suficiente para ellos.
Ellos obedecen, pero imaginan lo que están pensando, que pena hacer
agrupar a un montón de gente para repartir una lonchera ¿Que quiere
¿Como responderemos?
Comenta Rollock que los judíos eran muy sensibles con respecto al
tiránico dominio de los romanos, mientras que no sentían la tiranía
mucho mayor y el dominio del pecado.
› Puedes reconocer tu necesidad y podrás creer que él es suficiente?
Oremos.
La Cena del Señor obra para bien; es un emblema de la cena de las bodas
del Cordero (Ap. 19:9), y un anticipo de aquella comunión que tendremos
con Cristo en la gloria. Es una gran fiesta, nos proporciona un pan del
cielo tal que preserva la vida e impide la muerte. Tiene efectos gloriosos
en los corazones de los piadosos. Vivifica sus afectos, fortalece sus
virtudes, mortifica sus corrupciones, aviva sus esperanzas e incrementa
su gozo. Lutero dice “Consolar a un alma abatida es una obra tan grande
como resucitar a los muertos”; sin embargo, esto puede ocurrir, ya veces
ocurre, a las almas de los piadosos en la bendita Cena.
Watson, T. (2006). Consolación divina. (D. C. Moreno, Trad.) (Segunda
edición, p. 19). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.