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-Se trata de los ex congresistas David Char y Álvaro Ashton, procesados por
parapolítica, y del ex agente del DAS Martín Sierra D´Alemán, condenado por
secuestro y homicidio agravados.
David Char Navas y Álvaro Ashton Giraldo están siendo procesados por la llamada
parapolítica. La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia los sindica del delito de
concierto para delinquir agravado por presuntamente haber forjado una alianza con
el Frente José Pablo Díaz, adscrito al Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de
Colombia (AUC), con el fin de asegurar su elección al Congreso de la República. En
reciprocidad, los sindicados se habrían comprometido a favorecer, desde el órgano
legislativo, los intereses del grupo armado ilegal. Adicionalmente, la Corte acusó al
señor Char Navas de haber incurrido en el delito de fabricación, tráfico y porte de
armas y municiones de uso privativo de las Fuerzas Armadas, y al señor Ashton
Giraldo lo sindicó de haber perpetrado un cohecho por dar u ofrecer.
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En cuanto al factor de competencia material, la Sección precisó que la evaluación
de la relación de una determinada conducta con el conflicto armado al interior de la
JEP admite distintas intensidades, de acuerdo con el momento procesal del que se
trate, y atendiendo a los elementos de prueba disponibles. En consecuencia, ese
análisis debe hacerse con una intensidad baja, media o alta, según el caso se
encuentre en la etapa inicial –como cuando se define la competencia de la JEP–,
intermedia –como cuando se estudia la concesión de beneficios de menor entidad
del sistema– o final –como cuando se falla de fondo en relación con el otorgamiento
de los beneficios de mayor entidad.
Por lo tanto, una vez que los señores Char Navas y Ashton Giraldo acrediten ante
la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas que cumplen con el régimen de
condicionalidades exigido en la JEP, podrán ingresar a la misma y solicitar los
beneficios penales a los que tengan derecho, dijo la Sección.
Sierra D´Alemán fue condenado a 30 años de prisión por la justicia ordinaria tras
haber secuestrado, torturado y asesinado a Julio Edgar Galvis Quimbay, Raúl
Gutiérrez Guarín, Rafael Enán Lora Mendoza, Fredy Humberto Guerrero y Aidé
Malaver, personas desmovilizadas del M-19, en marzo de 1994.
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En el 2011, el Consejo de Estado reconoció la responsabilidad de la Nación sobre
estos hechos. Posteriormente, Sierra D’Aleman -quien se encuentra en libertad
condicional desde 2007- manifestó su voluntad de acogerse a la JEP. Sin embargo,
la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, mediante la resolución 055 de mayo
de 2018, declaró la falta de competencia de la Jurisdicción en este caso y dijo que
el conflicto armado no fue la causa directa ni indirecta de la comisión de los delitos
por los que fue condenado.
El caso llegó en apelación a la Sección de Apelación del Tribunal para la Paz, que
concluyó, con fundamento en los elementos probatorios traídos de la justicia
ordinaria y un análisis de contexto de las acciones del DAS en la época de los
hechos, que las conductas cometidas por Sierra D’Alemán pudieron haber ocurrido
por causa o con ocasión del conflicto armado o en relación directa o indirecta con
este.
En línea con lo decidido en los casos de David Char Navas y Álvaro Ashton Giraldo,
la Sección de Apelación advirtió que, por tratarse de un agente del Estado no
miembro de la fuerza pública, es necesario que Sierra D´Alemán exprese un
sometimiento voluntario, inequívoco e integral a la JEP, de manera personal. Por lo
tanto, no basta con una mera manifestación de acogimiento expresada a través de
un representante judicial.