Está en la página 1de 28

República de Colombia

Tribunal Administrativo de Cundinamarca


Sección Segunda – Subsección F
Magistrada: Dra. Patricia Salamanca Gallo
Bogotá D.C., veinte (20) de agosto de dos mil veinte (2020)

Demandante: Bernardo Vivas Mosquera y otros


Demandado : Presidente a de la República
Radicación : 25000231520002020-02555-00
Controversia: Acción de tutela

Decide la Sala en primera instancia sobre la acción de tutela instaurada


contra el Presidente de la República por Orlando Castillo Advincula,
Coordinador del Espacio Humanitario Puente Nayero, Dagoberto Pretel
Cabeceras, Representante Legal Consejo Comunitario Cabeceras, Rodrigo
Valencia Tovar, Gobernador Resguardo Indígena Rio Pichima, Mariela
Rodríguez Saavedra, Representante Legal CIVIPAZ, María Consuelo Curvelo
Rodríguez, Gobernadora del Cabildo Indígena Sikuani, Hermes Andrés García
Torres, Gobernador del Cabildo Indígena Jiw, Luis Carlos Coicue Pacue,
Representante Legal Asociación del Consejo Regional del Pueblo Nasa del
Putumayo, Jani Rita Silva, Representante Legal Zona de Reserva Campesina
Perla Amazónica, Cecilio Conquisia Uacorizo, Gobernador Resguardo
Indígena Wounaan de Juin Phu Buur, Albeiro Casama, Gobernador Mayor,
Cabildo Mayor Emberá del Resguardo Indígena Urada Jiguamiandó –
CAMERUJ, Bernardo Vivas Mosquera, Asociación Comunidades de
Autodeterminación Vida Dignidad de Cacarica CAVIDA.

I. ANTECEDENTES

1. Pretensiones

El señor Bernardo Vivas Mosquera y los demás accionantes ya referidos,


en representación de las comunidades que los han elegido como sus líderes,
solicitan que se tutelen los derechos de petición, paz, vida y salud de las
comunidades que representan, en los siguientes términos:

“PRIMERO: Tutelar el derecho fundamental a la Paz, al Derecho


petición, integridad personal, y el de salud en conexidad con la vida.
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 2

SEGUNDO: Como consecuencia de lo anterior, ordenar a la


Presidencia de la República que en un término no superior a cuarenta
y ocho (48) horas, responda de forma específica, clara y de fondo las
peticiones radicadas el 27 de marzo de 2020, además de las
reiteraciones que se han presentado el 9 de abril de 2020 junto a otros
pronunciamientos de carácter público, y por lo tanto, se ordene a las
FFMM y Policiales, organismos de seguridad del estado y
erradicadores; que se suspendan operaciones y se decrete un cese al
fuego por 90 días, de conformidad con la Resolución No. 2532 de 2020
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

TERCERO. Ordenar a la Oficina del Alto Comisionado para la Paz,


que por los mismos medios utilizados por el Gobierno Nacional para
comunicar la expedición el Decreto 965 del 7 julio de 2020, informe a
la nación y los grupos armados del país que la Presidencia de la
República ha ordenado un cese de operaciones ofensivas por 90 días,
asumiendo la solicitud de la Resolución No. 2532 de 2020 del Consejos
de Seguridad de las Naciones Unidas.

CUARTO: Ordenar a la Presidencia de la República, que, a través de


la Ministra de Relaciones Exteriores, solicite a los países garantes de
la República de Cuba y el Reino de Noruega, se haga un llamado al
Ejército de Liberación Nacional – ELN, para que acoja el llamado de
la Resolución No. 2532 de 2020 del Consejos de Seguridad de las
Naciones Unidas”.

2. Hechos y fundamentos de derecho.

Los accionantes refieren que el 23 de marzo de 2020 el Secretario


General de Naciones Unidas, Antonio Gutiérrez, hizo un llamado al alto al
fuego mundial inmediato de todas las partes que intervienen en los conflictos
armados y que afectan desproporcionadamente a los más desfavorecidos.

Sostienen que el 27 de marzo de 2020, en asocio con otros representantes


de diversas comunidades del país afectadas tanto por la crisis humanitaria
actual como por los efectos adversos de la pandemia del Covid 19, radicaron
derecho de petición ante el Presidente de la Republica, en el que se formularon
diversas solicitudes relacionadas con la crisis que atraviesan en la actualidad.

Exponen que el 28 de marzo de 2020, el representante especial del


Secretario General de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, instó a todos
los actores armados del país, a decretar un Alto al Fuego y a unir esfuerzos
de cara a la pandemia producto del COVID-19, colocando a la vida sobre
cualquier tipo de consideración.
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 3

Manifiestan que el 9 abril de 2020, las mismas comunidades


presentaron un segundo derecho de petición a la Presidencia de la República,
en razón a “la agudización del control territorial por parte de grupos armados en
nuestros territorios, en medio del aislamiento preventivo obligatorio durante la
pandemia”. Sostienen que en esta nueva solicitud, se pidió al Gobierno que (i)
se adopten medidas inmediatas, urgentes para prevenir la expansión del
COVID19 en los territorios ya referidos, (ii) proferir una respuesta “para
enfrentar preventivamente la pandemia del COVID19. Esto significa el poder acceder
ya a agua potable, a suministros de alimentos, y una atención urgente frente a los
síntomas de paludismo, de dengue y otras enfermedades que nos están afectando. Esta
decisión URGENTE evitará unas graves consecuencias y unos efectos sociales,
ambientales y culturales de la llamada cuarentena de las que difícilmente nos
recuperaremos”.

Señalan que en la referida solicitud los peticionantes resaltaron que lo


que se solicita es que “ejerzan las funciones de otra manera, sin operaciones
ofensivas contra nadie, salvo que les ataquen. Ejerzan realmente operaciones de
control eficaz, respetuoso de derechos humanos, eviten acercarse a nuestras
comunidades. Parar las erradicaciones forzosas de unidades militares y policiales son
ventajas para la Vida y de fondo para resolver el narcotráfico. Cesen de aprovechar
este tiempo para continuar generando zozobra adicional a la que ya existe. Habrá otro
tiempo para debatir sobre esta materia.”

Añaden que el 10 de abril de 2020 la Comisión Interamericana de


Derechos Humanos expidió la Resolución 1/2020 sobre "Pandemia y
Derechos Humanos en las Américas", en la cual se indicó que la pandemia por
COVID19 “podría estar afectando gravemente la vigencia de los derechos humanos
arriesgando la vida, la salud y la integridad personal, en un inmediato, mediano y
largo plazo, especialmente a las personas y grupos vulnerables. Por lo cual, dispuso
una serie de estándares y recomendaciones dirigida a los gobiernos de los Estados
miembros, especialmente encaminadas a la protección de los derechos de las víctimas
de desplazamiento forzado”.

Resaltan que el 1º de julio de 2020 el Consejo de Seguridad de las


Naciones Unidas, emitió la Resolución No. 2532 de 2020, por la cual dispuso:
“1. Exige el cese general e inmediato de las hostilidades en todas las situaciones de
las que se ocupa y apoya los esfuerzos realizados por el Secretario General y sus
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 4

Representantes y Enviados Especiales a ese respecto; Exhorta a todas las partes en


los conflictos armados a que realicen de inmediato una pausa humanitaria duradera
de al menos 90 días consecutivos, a fin de permitir la entrega sostenida de asistencia
humanitaria en condiciones de seguridad y sin trabas, la prestación de los servicios
conexos por agentes humanitarios imparciales, de conformidad con los principios
humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia, y las
evacuaciones médicas, con arreglo al derecho internacional, incluido el derecho
internacional humanitario y el derecho de los refugiados, según proceda”.

Advierten que el 2 de julio de 2020, en una declaración de la Misión de


Verificación de las Naciones Unidas de Colombia, se acogió la Resolución
emitida por el Consejo de Seguridad y se manifestó que “Considerando que en
Colombia las comunidades han seguido siendo afectadas por el conflicto y no han
cesado los asesinatos de líderes y lideresas sociales y personas en proceso de
reincorporación, no obstante la pandemia, reitero en mi calidad de Representante
Especial del Secretario General el llamado a los actores en conflicto y a aquellos que
generan violencia para que cesen las hostilidades con el fin de facilitar la respuesta a
la emergencia sanitaria y de proteger los importantes resultados alcanzados hasta
ahora en el camino de la consolidación de la paz”.

Aducen que el 5 de julio de 2002, en un pronunciamiento del Papa


Francisco, expresó su apoyo a la Resolución del Consejo de Seguridad,
pidiendo un cese de conflictos armados para facilitar la lucha contra el
COVID19 en el mundo.

Exponen que el 6 de julio de 2020 reiteraron a la Presidencia de la


República las solicitudes radicadas el 27 de marzo y 9 de abril de 2020,
resaltando que aún no recibían una respuesta de fondo a sus solicitudes.
Agregan que a la fecha se encuentra vencido el plazo consagrado en el artículo
14 de la Ley 1437 del 18 de enero de 2011, para que se resuelvan de fondo
las peticiones antes descritas.

Resaltan que en los últimos días se han presentado hechos de violencia


que afectan sus derechos fundamentales a la vida, integridad personal,
dignidad humana, salud y la paz. Individualizan los numerosos hechos de
violencia que se han presentado en sus territorios, por hechos relacionados
con combates entre el Ejército y grupos alzados en armas, así como delitos
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 5

cometidos por grupos de delincuencia común, tales como homicidios de


civiles, homicidios en masa de líderes sociales, masacres de jóvenes y familias
de las comunidades, situaciones que consideran se han presentado en medio
de la crisis de salud por los contagios de Covid 19 y que se han agravado por
la falta de atención del Gobierno Nacional frente a estos hechos.

Así mismo, alegan la falta de recursos de estas poblaciones para poder


atender sus necesidades básicas, pues atraviesan una crisis alimentaria y de
salud ante la imposibilidad de por ejemplo cazar, sembrar y acceder a agua
potable.

2. Contestación de la tutela

La apoderada del Presidente de la República refiere que mediante


radicado EXT20-00040961, los accionantes a través de la Comisión
Intereclesial de Justicia y Paz radicaron escrito mediante el cual, hicieron la
solicitud a que se hace referencia en los hechos de la presente acción.

Señala que con OFI20-00055931/IDM 1202000 de 13 de abril de 2020,


se envió respuesta a la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz donde se
informó que se trasladó la petición a las autoridades competentes para lo de
su cargo. Informa que la referida remisión, se efectuó mediante oficio OFI20-
00056102/IDM 1202000.

Manifiesta que el derecho de petición con radicado EXT20-00045322


por medio del cual los accionantes, a través de la Comisión Intereclesial de
Justicia y Paz, solicitaron “…salud, alimentación, agua URGENTE y respuesta a
ACUERDO HUMANITARIO GLOBALCOVID19…” fue contestado mediante
oficio OFI20-57280/IDM12020000 de 15 de abril de 2020, en el que la
Presidencia informó nuevamente que se trasladarían las solicitudes a las
autoridades competentes.

Expone que mediante oficio OFI20-00153891 / IDM 12000000 de 15 de


julio de 2020, la Presidencia comunicó a la Comisión Intereclesial de Justicia
y Paz, que se dio traslado del escrito de los accionantes al Ministerio de
Defensa, la Fiscalía General de la Nación y la Agencia de Renovación del
Territorio.
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 6

Aduce que respecto a los aspectos “…sobre asesinatos, erradicación


forzada sin protocolos de prevención por COVID19, riesgo sobre JANI SILVA e
inteligencia militar ilegal y hace solicitudes de protección por parte del Estado…”, se
libraron oficios de 10 de agosto de 2020 a la Unidad Nacional de Protección,
la Fiscalía General de la Nación y el Ministerio de Defensa Nacional, para lo
de su competencia. Informa que estos últimos traslados fueron informados a
la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, a través del OFI20-00174724/IDM
13050000.

De conformidad con lo anterior, considera que ni el Departamento


Administrativo de la Presidencia de la República, ni el Presidente de la
República, han quebrantado el derecho de petición de los accionantes y en tal
medida, se debe declarar la improcedencia de la presente acción de tutela por
inexistencia de vulneración de los derechos invocados, pues los múltiples
derechos de petición radicados por los accionantes, fueron atendidos en
oportunidad.

Hace un recuento normativo y jurisprudencial sobre el derecho a la paz


y concluye que su protección se limita a circunstancias en las que la
convivencia pacífica entre personas se encuentra seriamente amenazada, o
cuando se trata de avanzar en la defensa de derechos de personas
especialmente protegidas, “pero nunca ha avanzado en situaciones donde no es
clara la manera en que se puede alcanzarse la paz o la cesación de violencia, o cuando
esta es meramente hipotética”. Argumenta que en el presente asunto no existe la
violación alegada por los accionantes, “pues no es clara la forma en que se afecta
el derecho fundamental cuando está demostrado que el Gobierno de Iván Duque
Márquez ha mantenido su compromiso con la Paz y el cumplimiento del Acuerdo de
Paz”.

En torno a la vulneración del derecho a la salud, menciona las diferentes


medidas que el Gobierno Nacional ha adoptado para mitigar los efectos de la
pandemia y resalta que el Ministerio del Interior profirió la Circular Externa
0000015 de 2020 dirigida a las Secretarías de Salud Departamentales,
Distritales y Municipales, EPS, EPSI, IPS, IPSI y grupos étnicos, mediante la
cual se establecieron las recomendaciones para la prevención, contención y
mitigación del Covid-19 en grupos étnicos, pueblos indígenas, las
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 7

comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras y el pueblo


RROM.

Explica que en la referida circular se recomendó a los grupos étnicos


las medidas específicas que se deben adoptar teniendo en cuenta sus
características socio culturales. Sostiene que se recomendó a los grupos
étnicos “integrar acciones que promuevan la vigilancia comunitaria enfocada a la
identificación oportuna de casos sospechosos, definiendo actores determinantes y las
rutas de notificación y reporte inmediato y contar con interpretes que faciliten la
interacción, el flujo y comunicación efectiva de la información garantizando que los
grupos étnicos conozcan los actos administrativos del Gobierno Nacional sobre,
prevención, contención y manejo del Covid-19”,

Alega que el Gobierno Nacional impartió instrucciones a las secretarias


de salud del orden departamental y municipal tendientes a socializar las
recomendaciones y a asegurar los interpretes que faciliten la interacción, flujo
y comunicación efectiva de información garantizando que los pueblos étnicos
conozcan las disposiciones que expida el Gobierno Nacional sobre
prevención, contención y manejo del Covid-19.

Anota que la alimentación de los menores que residen en los


resguardos debe ser garantizada por las respectivas entidades territoriales, en
virtud de la descentralización administrativa del servicio, por lo que, dicha
competencia corresponde a las entidades territoriales y no al Gobierno
Nacional. No obstante lo anterior, informa que en atención al Estado de
Emergencia en el que nos encontramos, el Gobierno Nacional procedió a
proferir el Decreto Legislativo 533 del 9 de abril de 2020, “Por el cual se adoptan
medidas para garantizar la ejecución del Programa de Alimentación Escolar y la
prestación del servicio público de educación preescolar, básica y media, en el marco
del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica”, mediante el cual se
permitió el Programa de Alimentación Escolar para el consumo en casa y se
modificó el inciso del artículo 4 de la Ley 715 de 2001 al establecer que los
recursos de la participación serán transferidos directamente a los municipios y
departamentos y no podrán ser utilizados para gastos de personal de cualquier
naturaleza. En consecuencia, se garantiza que mientras los niños no estén en
el Colegio no dejen de recibir el apoyo nutricional.
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 8

Hace énfasis en que “es competencia de las entidades territoriales gestionar


la prestación de los servicios de salud de manera oportuna, eficiente y con calidad a
la población pobre en lo no cubierto con subsidios a la demanda que resida en su
jurisdicción, identificar y coordinar la prestación de servicios durante el Covid-19,
coordinar la atención y resolución de la emergencia médica en el marco de la
pandemia por Covid-19, organizar y coordinar la red de vigilancia epidemiológica
que incluye el seguimiento de casos y contactos en su jurisdicción de acuerdo con los
lineamientos establecidos por el MSPS, implementar acciones de información en salud
y estrategias de educación y comunicación para la salud a nivel territorial, dirigidas
a población general frente a los cuidados para prevenir la IRA, el manejo inicial en
casa y los signos de alarma para consultar”.

Solicita que se declare improcedente la presente acción de tutela por


falta de legitimación en la causa por pasiva de la Presidencia de la República,
toda vez que dicha autoridad no tiene competencias “para ordenar o si quiera
coordinar la entrega de elementos de protección personal y/o insumos alimentarios”
pues éstas son funciones de otras entidades del Gobierno Nacional.

Por último, refiere que a los accionantes les corresponde demostrar que la
presunta afectación de derechos se presenta como una consecuencia de una
actuación específica de la entidad demandada en el proceso y “en sentido
opuesto, si la presunta violación en nada se relaciona con el accionar de la entidad,
la consecuencia jurídica deberá ser necesariamente la improcedencia respecto de
ella”.

II. CONSIDERACIONES

Procede la Sala a adoptar la decisión que en derecho corresponda, previo


el análisis de los elementos probatorios allegados de la siguiente manera.

1. Cuestión previa

Es importante resaltar que en el presente caso se cumple el requisito de


legitimación activa pues la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha
señalado que “En concordancia con el reconocimiento de las comunidades indígenas
como sujetos colectivos titulares de derechos fundamentales, la jurisprudencia ha
admitido que la legitimación en la causa para la formulación de la acción de tutela
está radicada en: (i) las autoridades ancestrales o tradicionales de la respectiva
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 9

comunidad; (ii) los miembros de la comunidad; (iii) las organizaciones creadas para
la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, y (iv) la Defensoría del Pueblo”1.

En el caso de autos sólo tres de los accionantes allegaron documentos


que los acreditan como de representantes de las diferentes comunidades pluri
étnicas como sujetos afectados por la situación actual de vulnerabilidad, dadas
las condiciones de orden público y crisis de salud que se vive en el país y que
ha afectado en gran medida a dicha población. Sin embargo, se aceptará la
representación de todos los accionantes como quiera que fue respaldada por
autoridades como (i) la Secretaría para lo Convivencia de la Sociedad Civil de
Buenaventura, (ii) la Coordinación del Grupo de Investigación y Registro de la
Dirección de Asuntos Indígenas, ROM y Minorías del Ministerio del Interior y
(iii) la Alcaldía de Río sucio Chocó y no fue puesta en entredicho por la
Presidencia de la República durante el trámite de los derechos de petición, ni
al momento de ser contestada la demanda.

2. Problema jurídico

Corresponde a la Sala establecer si la autoridad accionada vulneró los


derechos fundamentales de petición, a la vida, la salud y la paz de los
accionantes debido a la omisión en que incurrió al no contestar de fondo las
peticiones radicadas el 27 de marzo, el 9 abril y el 6 de julio de 2020.

3. Naturaleza de la acción de tutela y competencia

La acción de tutela prevista en el artículo 86 de la Carta Política y


reglamentada por los Decretos 2591 de 1991, 306 de 1992, 1382 de 2000 y
Decreto 1834 de 2015, como mecanismo directo y expedito para la protección
de derechos fundamentales constitucionales, permite a las personas reclamar
ante los jueces, en todo momento y lugar, mediante un procedimiento
preferente y sumario, la protección inmediata de los mismos, cuando quiera
que resulten amenazados o vulnerados por la acción u omisión de cualquier
autoridad pública o de los particulares, siempre que no se disponga de otro
medio de defensa judicial, salvo que se trate de impedir un daño irremediable,
en cuyo evento procede como mecanismo transitorio.

1
Sentencia T-172 de 2019
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 10

Este tipo de derechos, que se diferencian de los demás por ser


indispensables para el desarrollo de la personalidad2, gozan de este
mecanismo constitucional ágil, breve, preferente y sumario, puesto al alcance
de todas las personas, para la protección real y efectiva cuando se consideran
vulnerados, lesionados o amenazados por las autoridades públicas o por
particulares en circunstancias específicas.

De conformidad con lo establecido en el numeral quinto del artículo


2.2.3.1.2.1. del Decreto 1983 de 2017 que establece las reglas de reparto de
la acción de tutela, corresponde a los Tribunales conocer “Las acciones de
tutela dirigidas contra las actuaciones (…) del Presidente de la República, (…) y del
Consejo Nacional Electoral (…), por lo que esta Corporación es competente para
conocer la acción de la referencia en primera instancia.

4. De los derechos presuntamente vulnerados

4.1. El derecho de petición

El derecho fundamental de petición es autónomo y se encuentra contenido


en el artículo 23 de la Constitución Política, en los siguientes términos:

“Toda persona tiene derecho a presentar peticiones respetuosas a las


autoridades por motivos de interés general o particular y a obtener
pronta resolución. El legislador podrá reglamentar su ejercicio ante
organizaciones privadas para garantizar los derechos
fundamentales”.

En relación con las características esenciales del derecho de petición, ha


sido clara y reiterativa la jurisprudencia de la Corte Constitucional, al
considerar que su núcleo esencial reside en la resolución pronta y oportuna de
la situación. Es así como en sentencia T-172 de 2013 la Alta Corporación
indicó que:

“…Esta corporación ha señalado el alcance de ese derecho y ha


manifestado que la respuesta a una solicitud debe cumplir los
siguientes parámetros: (i) ser pronta y oportuna; (ii) resolver de fondo,
de manera clara, precisa y congruente la situación planteada por el
interesado; (iii) y, finalmente, tiene que ser puesta en conocimiento del
peticionario. El incumplimiento de cualquiera de estos ingredientes
conllevará a la vulneración del goce efectivo de la petición, lo que en
términos de la jurisprudencia conlleva a una infracción seria al

2
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-538-1992. Magistrado Ponente. Dr. SIMÓN RODRÍGUEZ
RODRÍGUEZ.
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 11

principio democrático. El derecho fundamental de petición propende


por la interacción eficaz entre los particulares y las entidades públicas
o privadas, obligando a éstas a responder de manera oportuna,
suficiente, efectiva y congruente las solicitudes hechas por aquellos.
Faltar a alguna de estas características se traduce en la vulneración de
esta garantía constitucional.”

En suma, el derecho fundamental de petición propende por la


interacción eficaz entre los particulares y las entidades públicas o
privadas, obligando a éstas a responder de manera oportuna,
suficiente, efectiva y congruente las solicitudes hechas por aquellos.
Faltar a alguna de estas características se traduce en la vulneración de
esta garantía constitucional…”.

Así pues, el derecho previsto en el artículo 23 de la Constitución Política le


otorga a los administrados la posibilidad de presentar peticiones respetuosas
y de obtener una respuesta de fondo sobre su solicitud en forma pronta, esto
es, en un término no superior a los 15 días contados a partir del momento en
que se elevó la solicitud.

La Ley estatutaria 1755 de 2015 “Por medio del cual se regula el derecho
fundamental de petición y se sustituye el título del Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo", prevé:

“ARTÍCULO 13. Objeto y modalidades del derecho de petición ante


autoridades. Toda persona tiene derecho a presentar peticiones
respetuosas a las autoridades, en los términos señalados en este
código, por motivos de interés general o particular, y a obtener pronta
resolución completa y de fondo sobre la misma.

Toda actuación que inicie cualquier persona ante las autoridades


implica el ejercicio del derecho de petición consagrado en el
artículo 23 de la Constitución Política, sin que sea necesario invocarlo.
Mediante él, entre otras actuaciones, se podrá solicitar: el
reconocimiento de un derecho, la intervención de una entidad o
funcionario, la resolución de una situación jurídica, la prestación de
un servicio, requerir información, consultar, examinar y requerir
copias de documentos, formular consultas, quejas, denuncias y
reclamos e interponer recursos.

El ejercicio del derecho de petición es gratuito y puede realizarse sin


necesidad de representación a través de abogado, o de persona mayor
cuando se trate de menores en relación a las entidades dedicadas a su
protección o formación.

Artículo 14. Términos para resolver las distintas modalidades de


peticiones. Salvo norma legal especial y so pena de sanción
disciplinaria, toda petición deberá resolverse dentro de los quince (15)
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 12

días siguientes a su recepción. Estará sometida a término especial la


resolución de las siguientes peticiones:

1. Las peticiones de documentos y de información deberán resolverse


dentro de los diez (10) días siguientes a su recepción. Si en ese lapso
no se ha dado respuesta al peticionario, se entenderá, para todos los
efectos legales, que la respectiva solicitud ha sido aceptada y, por
consiguiente, la administración ya no podrá negar la entrega de dichos
documentos al peticionario, y como consecuencia las copias se
entregarán dentro de los tres (3) días siguientes.

2. Las peticiones mediante las cuales se eleva una consulta a las


autoridades en relación con las materias a su cargo deberán resolverse
dentro de los treinta (30) días siguientes a su recepción.

Parágrafo. Cuando excepcionalmente no fuere posible resolver la


petición en los plazos aquí señalados, la autoridad debe informar esta
circunstancia al interesado, antes del vencimiento del término señalado
en la ley expresando los motivos de la demora y señalando a la vez el
plazo razonable en que se resolverá o dará respuesta, que no podrá
exceder del doble del inicialmente previsto.”

De la normativa y jurisprudencia anterior se establece que el Derecho de


petición se consagró como derecho fundamental en el artículo 23 de la Carta
Política, para que las personas puedan obtener respuesta de la autoridad en
un término general de 15 días, salvo términos especiales debidamente
regulados.

Así mismo, la Corte Constitucional ha indicado que el derecho de petición


se satisface cuando concurren los siguientes elementos que constituyen su
núcleo esencial4: i) la posibilidad cierta y efectiva de elevar, en términos
respetuosos, solicitudes ante las autoridades, sin que éstas se nieguen a
recibirlas o se abstengan de tramitarlas; ii) la respuesta debe ser pronta y
oportuna, es decir, la respuesta debe producirse dentro de un plazo razonable,
que debe ser lo más corto posible, así como clara, precisa y de fondo o
material, que supone que la autoridad competente se pronuncie sobre la
materia propia de la solicitud y de manera completa y congruente, es decir sin
evasivas, respecto a todos y cada uno de los asuntos planteados; yiii) una
pronta comunicación de lo decidido al peticionario, independiente de que la
respuesta sea favorable o no, pues no necesariamente se debe acceder a lo
pedido6.

Como lo manifestó la Corte Constitucional en sentencia T-192 de


2007, “una respuesta es: i.) suficiente cuando resuelve materialmente la petición y
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 13

satisface los requerimientos del solicitante, sin perjuicio de que la respuesta sea
negativa a sus pretensiones; ii.) Efectiva si soluciona el caso que se plantea (C.P.,
Arts. 2º, 86 y 209) y iii.) congruente si existe coherencia entre lo respondido y lo
pedido, de tal manera que la solución verse sobre lo preguntado y no sobre un tema
semejante o relativo al asunto principal de la petición, sin que se excluya la posibilidad
de suministrar información adicional que se encuentre relacionada con la petición
propuesta”.

Cabe resaltar, que la Corte Constitucional en sentencia T-063 de 2000


M.P. Dr. José Gregorio Hernández Galindo, señaló lo siguiente:

“En primer lugar cabe señalar que existe una diferencia esencial entre el
derecho de petición y el derecho a lo pedido, en cuanto el primero de ellos,
consagrado en el artículo 23 de la Carta, hace referencia a la facultad que
tienen las personas de elevar solicitudes respetuosas ante las autoridades,
en la seguridad de obtener de ellas una pronta y oportuna respuesta que
debe hacerse conocer en debida forma al interesado, y que materialmente
responda las inquietudes o asuntos planteados. Este derecho, en los
distintos aspectos que lo componen y que han sido analizados por la
doctrina de la Corte, puede ser objeto de amparo constitucional en sí
mismo y con independencia del contenido de las peticiones. Al respecto se
pueden consultar, entre muchas otras, las sentencias T418 de 1992 (Sala
Séptima de Revisión), T575 de 1994 y T228 de 1997 (Sala Quinta de
Revisión) y T125 de 1995 (Sala Tercera de Revisión).

Por su parte, el derecho a lo pedido hace alusión a aquel que se pretende


defender, o cuyo reconocimiento se busca a través del ejercicio del derecho
de petición. El objeto de la solicitud, que no interesa para los fines de la
garantía constitucional, en los términos expuestos, tiene en cambio
relevancia frente a la normatividad que regula el ejercicio de esos otros
derechos, canalizados en su ejercicio por la vía de la solicitud elevada ante
la autoridad competente. Esta, respecto del fondo de la petición, no
está obligada a absolverla favorablemente y, en todo caso su decisión, si
así lo quiere el solicitante por considerar que sus derechos son violados
con la respuesta negativa, está llamada a debatirse ante la jurisdicción
de lo contencioso administrativo, en tanto, como lo ha dicho la
jurisprudencia, ya no está en juego el derecho fundamental de que trata
el artículo 23 de la Carta, “sino otros derechos, para cuya defensa existen
las vías judiciales contempladas en el Código Contencioso
Administrativo y, por tanto, respecto de ella esa hipótesis no cabe la
acción de tutela salvo la hipótesis del perjuicio irremediable (artículo 86
C.N.)” –Negrilla fuera de texto-

En síntesis, se garantiza el derecho de petición cuando la persona


obtiene por parte de la Entidad una respuesta de fondo, clara, oportuna y en
un tiempo razonable a su petición, sin que sea obligatorio que la autoridad ante
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 14

la cual se elevó la petición conceda las peticiones elevadas por los


ciudadanos.

4.2. Del derecho a la vida

El Derecho a la vida, constituye el sustento y razón de ser para el ejercicio


y goce de los restantes derechos, establecidos tanto en la Constitución como
en la ley; con lo cual se convierte en la premisa mayor e indispensable para
que cualquier persona natural se pueda convertir en titular de derechos u
obligaciones.3

Así mismo, la Corte Constitucional ha sostenido en abundante


jurisprudencia que el derecho a la vida reconocido por el constituyente, no
abarca únicamente la posibilidad de que el ser humano exista, es decir, de que
se mantenga vivo de cualquier manera, sino que conlleva a que esa existencia
deba entenderse a la luz del principio de la dignidad humana, reconocido en
el artículo 1° de la Carta como principio fundamental e inspirador de nuestro
Estado Social de Derecho.

En sentencia SU-062/99, la Corte Constitucional, en lo pertinente, precisó:

“Al tenor de lo dispuesto en el artículo 1° de la Constitución Política,


Colombia es un Estado social de derecho fundado en el respeto de la
dignidad humana. La dignidad, como es sabido, equivale al
merecimiento de un trato especial que tiene toda persona por el hecho
de ser tal. Equivale, sin más, a la facultad que tiene toda persona de
exigir de los demás un trato acorde con su condición humana. De esta
manera, la dignidad se erige como un derecho fundamental, de eficacia
directa, cuyo reconocimiento general compromete el fundamento
político del Estado colombiano”.

Desarrollando los conceptos anteriores, la jurisprudencia constitucional


en torno del derecho a la vida ha hecho énfasis en que éste no hace relación
exclusivamente a la vida biológica, sino que abarca también las condiciones
mínimas de una vida en dignidad.

Así las cosas, la efectividad del derecho fundamental a la vida, sólo se


entiende bajo condiciones de dignidad, lo que comporta algo más que el simple

3
Sentencia T-534 de 1992 M.P: Ciro Angarita Barón.
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 15

hecho de existir, porque implica unos mínimos vitales, inherentes a la


condición del ser humano4.

4.3. Del derecho a la salud

La Corte Constitucional ha creado una abundante línea jurisprudencial en


torno a la protección del derecho a la salud por intermedio de la acción de
tutela, en la cual se ha indicado que el derecho a la salud es de raigambre
fundamental5, de tal forma que le corresponde al Estado, tanto como a los
particulares comprometidos con la prestación del servicio público de salud,
desplegar un conjunto de tareas, actividades o actuaciones encaminadas a
garantizar el debido amparo de este derecho.6

El derecho fundamental a la salud, ha sido definido como “la facultad que


tiene todo ser humano de mantener la normalidad orgánica funcional, tanto física
como en el plano de la operatividad mental, y de restablecerse cuando se presente una
perturbación en la estabilidad orgánica y funcional de su ser.”7 Esta definición
responde a la necesidad de garantizar al individuo una vida en condiciones de
dignidad, toda vez que la salud es un derecho indispensable para el ejercicio
de las demás garantías fundamentales.

3.4. Del derecho a la paz

El artículo 22 de la Constitución Política, además, define la paz como


derecho y deber. Desde esta perspectiva, la paz es a su vez un derecho
individual y colectivo y comporta verdaderas obligaciones para las autoridades,
la sociedad y los particulares. La jurisprudencia constitucional ha definido que
“La Paz constituye (i) uno de los propósitos fundamentales del Derecho Internacional;
(ii) un fin fundamental de Estado colombiano; (iii) un derecho colectivo en cabeza de
la Humanidad, dentro de la tercera generación de derechos; (iv) un derecho subjetivo
de cada uno de los seres humanos individualmente considerados; y (v), un deber

4
Sentencia T-675/11
5
Ver, entre otras, sentencias T-016/07, Humberto Antonio Sierra Porto; T-173/08 M.P: Humberto
Antonio Sierra Porto; T-760/08, M.P : Manuel José Cepeda Espinosa, T-820/08, M.P : Jaime Araujo
Renteria;T-999/08, M.P. : M.P. Humberto Antonio Sierra Porto;T566/10, M.P. : Luis Ernesto Vargas Silva
6
Sentencia T-999/08, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
7
Sentencia T-597/93, M.P: Jaime Araujo Renteria, reiterada en la sentencias T-454/08, M.P.: Jaime
Córdoba Triviño T-566/10 M.P: Luis Ernesto Vargas Silva.
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 16

jurídico de cada uno de los ciudadanos colombianos, a quienes les corresponde


propender a su logro y mantenimiento”8.

No obstante lo anterior, aunque la paz ha sido definida como un derecho


de tercera generación, la Corte Constitucional ha resaltado que “la Paz también
se perfila cada vez más, tanto en el Derecho Internacional como en la jurisprudencia
constitucional, como un derecho subjetivo fundamental de cada uno de los seres
humanos individualmente considerados, a los cuales a su vez les corresponde el
correlativo deber jurídico de buscar la paz social”9.

En el mismo sentido en sentencia T- 367 de 2010 precisó que “El


derecho a la paz[36], cuyo núcleo esencial abarca la garantía personal de no sufrir, en
lo posible, los efectos de la guerra, y mucho menos cuando el conflicto desborda los
cauces trazados por el derecho internacional humanitario, en particular la prohibición
de dirigir ataques contra la población civil.[37] Para la interpretación de este derecho
son pertinentes los Principios Rectores 6, 7, 11, 13 y 21 que prohíben el
desconocimiento de las normas de derecho internacional humanitario que protegen a
los no combatientes”.

La pluralidad de dimensiones de la paz, concebida como derecho, ha


sido explicada por la Corte Constitucional en los siguientes términos:

“Una característica peculiar del derecho a la paz es el de la


multiplicidad que asume su forma de ejercicio. Es un derecho de
autonomía en cuanto está vedado a la injerencia del poder público y de
los particulares, que reclama a su vez un deber jurídico correlativo de
abstención; un derecho de participación, en el sentido de que está
facultado su titular para intervenir en los asuntos públicos como
miembro activo de la comunidad política; un poder de exigencia frente
al Estado y los particulares para reclamar el cumplimiento de
obligaciones de hacer. Como derecho que pertenece a toda persona,
implica para cada miembro de la comunidad, entre otros derechos, el
de vivir en una sociedad que excluya la violencia como medio de
solución de conflictos, el de impedir o denunciar la ejecución de hechos
violatorios de los derechos humanos y el de estar protegido contra todo
acto de arbitrariedad, violencia o terrorismo. La convivencia pacífica
es un fin básico del Estado y ha de ser el móvil último de las fuerzas
del orden constitucional. La paz es, además, presupuesto del proceso

8
Sentencia C-370 de 2006.
9
Sentencia C-711 de 2011
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 17

democrático, libre y abierto, y condición necesaria para el goce


efectivo de los derechos fundamentales.”10.

La Corte también ha indicado que las medidas dirigidas a la búsqueda


de la paz y la superación del conflicto armado, tienen un innegable soporte
constitucional y en atención a su carácter preponderante entre los valores
superiores, las soluciones concertadas a los conflictos armados tienen un
valor prevalente sobre el uso de las armas para alcanzar este propósito 11.

Para la Corte, la paz no es un valor absoluto y en ciertas ocasiones,


debe ponderarse con otros valores de rango constitucional, como los derechos
de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición de los
hechos violentos en el marco del conflicto armado colombiano. Esta posición
ha sido sostenida, entre otras decisiones, en las sentencias C-370 de 2006, C-
579 de 2013 y C-379 de 2016, providencias relacionadas con la eventual
desmovilización de grupos al margen de la ley o con la aspiración de cesación
del conflicto armado interno y el proceso de paz que se llevó a cabo en
Colombia12.

5. Caso concreto

En el presente caso, los accionantes manifiestan que el Presidente de la


República no ha dado respuesta de fondo a sus solicitudes radicadas el 27 de
marzo, 9 abril y 6 de julio de 2020, actuación con la cual ha vulnerado no solo
el derecho de petición sino conexamente los derechos a la salud, la vida y la
paz, pues al no adoptar las medidas que se solicitan en las peticiones se
desconoce el estado de vulnerabilidad en el que están los territorios que
representan.

• La petición de 27 de marzo de 2020

Tal como se indica en los hechos de la acción de tutela, los accionantes,


con el respaldo de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, elevaron petición
ante el Presidente de la República, vía correo electrónico, el 27 de marzo de
2020, en la que formularon las siguientes solicitudes:

10
Sentencia T-102 de 1993. M.P. Carlos Gaviria Díaz.
11
Sentencia C-379 de 2016. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
12
Sentencia C-007/18
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 18

“Nuestras comunidades habitan en territorios en donde es persistente


la violencia en diversas manifestaciones.

Les llamamos a ustedes combatientes de todas las fuerzas a proteger


sus propias vidas y las vidas de nosotros, los civiles que estamos en
nuestros territorios.

Hoy les llamamos a un cese de hostilidades a ustedes y todas las fuerzas


que operan en nuestras regiones con base en la declaración de la OMS
de la Pandemia llamada COVID – 19 que ya está causando pérdidas
irreparables en vidas humanas.

Les proponemos en concreto:

1. Informar a todo su personal de la pandemia COVID – 19 y las


consecuencias para sus vidas y las de quiénes están en contacto con
ellos.
2. Formarles en los mecanismos de prevención.
3. Permanecer quietos en sus lugares de campamentación sin realizar
actuaciones de avanzadas y ofensivas. Solo si hubiera ataques e
incumplimiento por los contrarios de esta propuesta implícito de
Acuerdo Humanitario Global por Pandemia.
Esta solicitud la hacemos también explicita a FFMM y Policiales,
organismos de seguridad, erradicadores; tenemos reporte del virus
contagiado en personal de las FFMM de los Estados Unidos.
4. Retirar su personal de nuestros entornos o comunidades y ubicarlos
a distancias que impidan expandir el virus.
5. Abstenerse de convocar a algún tipo de reunión obligatoria.

Nuestras comunidades en algunas regiones están viviendo sequias,


otras regiones afectadas por el invierno. Sus vidas y nuestras vidas son
valiosas. Las estrategias armadas por razón de humanidad, de toda la
humanidad deben parar por lo menos por dos semanas, hasta el 1 de
abril, desde mañana con prórroga por lo menos hasta el 30 de mayo

La pandemia tiene efectos sociales, ambientales, económicos muy


severos que nos están llamando a tomar el rumbo de una sociedad
diferente. Hoy nadie está exento de morir por este virus ni el más
poderoso en armas y riquezas.

Aprovechemos el COVID – 19 para pensar en la vida de cada uno de


ustedes, en la vida de cada uno de nosotros, en la vida del país, asuman
la reflexión en sus cuadrillas, frentes, brigadas, batallones,
comandancias. De nuestras soberbias nada queda, del vano orgullo
tampoco. Es el tiempo de la solidaridad y desde ella la paz en una
democracia nueva.

Les invitamos escuchen nuestra petición de cese parcial de


hostilidades.
(…)”.

La Presidencia de la República profirió respuesta mediante oficio


OFI20-00055931 / IDM 1202000 de 13 de abril de 2020, en el que se indicó:
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 19

Respetados señores:

Hemos recibido su comunicación dirigida al Presidente de la


República, en la que adjunta escrito firmado por varias Comunidades
de Autodeterminación, Vida, Dignidad, CAVIDA, Territorio Colectivo
de Cacarica, invitando a respaldar la iniciativa de acuerdos
humanitarios Globales y Simultáneos para evitar más amenazas por la
violencia y solicitando una audiencia para ser escuchados.

Al respecto, les informamos que teniendo cuenta la declaratoria de


emergencia decretada por la llegada del COVID-19 al país, el Jefe de
Estado no podrá atenderlos.

Respetuosamente estamos remitiendo a la Oficina del Alto


Comisionado para la Paz y al Departamento Administrativo para la
Prosperidad Social, para que se encargue del particular”.

Con la respuesta a la acción de tutela, se allegaron los oficios que la


Presidencia remitió a las autoridades que consideró competentes para resolver
y remediar las circunstancias de vulnerabilidad descritas por los accionantes.

• La petición de 9 abril de 2020

Mediante esta petición que fue radicada a través de la Comisión


Intereclesial de Justicia y Paz, se reiteró la anterior su solicitud y manifestaron
al Presidente la República que: “Más de un centenar de comunidades nos han
solicitado enviar esta comunicación a su despacho ante las delicadas situaciones que
atraviesan en el momento por el aislamiento y la situación de COVID19, así como por
el contexto general de violencia y ambiental. Hay necesidades urgentes en estas
comunidades que pueden significar un riesgo en la expansión de la pandemia.
Estaremos atentos a su respuesta para compartirla a las comunidades.”.

En el archivo adjunto del correo electrónico se observa la segunda


carta abierta a la Presidencia suscrita, entre otras, por 10 de las 11
comunidades accionantes en la que se señala entre otros aspectos que: “Hoy
presidente reiteramos que ese primer derecho a vivir se puede concretar hoy, si usted,
como máximo comandante de las FFMM, toma una decisión coherente con el derecho
humanitario y el respaldo que usted expresó al Secretario General de Naciones
Unidas, acepte nuestra propuesta de cese de la violencia por COVID19. La violencia,
así sea legal, debe parar ahora, hasta que termine la pandemia”.

La Presidencia profirió oficio de 15 de abril de 2020 en la que señaló:


Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 20

“Hemos recibido la carta abierta dirigida al Presidente de la


República en la que junto con los integrantes de ADISPA, como
organización representativa de las 24 Comunidades de la Zona de
Reserva Campesina, solicitan adoptar acciones inmediatas para
prevenir la expansión del COVID-19, acceso a agua potable,
suministro de alimentos y atención urgente frente a los síntomas de
paludismo, dengue y otras enfermedades, situaciones que afectan a los
habitantes de territorios pluriétnicos y víctimas de la continuidad de la
guerra con distintas modalidades, entre otras consideraciones.

Conscientes de la importancia del tema y con el fin de garantizar su


conocimiento, les informamos que ha sido remitida a los Ministerios
del Interior y de Salud y Protección Social, así como al Departamento
para la Prosperidad Social, a las Gobernaciones de Putumayo, Meta,
Cauca, Nariño, Valle del Cauca, Chocó y Huila, para su consideración
y fines pertinentes dentro del marco de sus competencias.
Así mismo, hemos dado traslado a la Oficina del Alto Comisionado
para la Paz y a la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos
y Asuntos Internacionales, para su conocimiento y atención”.

Igual que ocurrió con la anterior respuesta, con la contestación de la


acción de tutela, se allegaron los oficios que la Presidencia remitió a las
diferentes autoridades a que hace referencia en su oficio. Especialmente, se
advierte que en las comunicaciones dirigidas a los Gobernadores se indicó:
“La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz y los miembros de ADISPA como
organización representativa de las 24 Comunidades de la Zona de Reserva Campesina,
enviaron carta abierta al Presidente de la República, en la que solicitan adoptar
acciones inmediatas para prevenir la expansión del COVID-19, acceso a agua potable,
suministro de alimentos y atención urgente frente a los síntomas de paludismo, dengue
y otras enfermedades, situaciones que afectan a los habitantes de territorios
pluriétnicos y víctimas de la continuidad de la guerra en distintas modalidades, entre
otras consideraciones. Respetuosamente y por el tema, remitimos para su
consideración y fines pertinentes, dentro del marco de sus competencias”.

Mediante oficio de 21 de abril de 2020, la Presidencia indicó además,


que:

“Recibimos su comunicación. El Gobierno Nacional, encabezado por


el Presidente de la República, es consciente de las necesidades y
problemáticas colombianas, en las que trabaja buscando soluciones.

Así pues, en consonancia con la articulación existente entre las


entidades del Estado para la atención de las necesidades de la
población, se le ha dado traslado al Ministerio de Defensa Nacional
por medio del oficio OFI20-00061803 / IDM1219001.
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 21

En consecuencia, será esa entidad que resuelva las peticiones


formuladas en su escrito, por lo que les sugerimos estar atentos para
recibir la respectiva respuesta y en caso de presentar alguna inquietud,
dirigirse directamente a esa entidad a través de sus canales de atención
dispuestos en el siguiente link: usuarios@mindefensa.gov.co”.

• La petición de 6 de julio de 2020

En esta oportunidad, se advierte que la Comisión Intereclesial de


Justicia y Paz manifestó al Presidente de la República que:

“Con profundo dolor de patria, esperamos que conforme a sus


responsabilidades institucionales brinden una respuesta integral,
eficaz, precisa y los lleve actuar con urgencia para proteger los
derechos integralmente concebidos de las comunidades rurales.

Nuestra Constancia Histórica y Censura Ética ante los diez asesinatos


y la violencia contra civiles por parte de un grupo criminal heredero
del paramilitarismo llamado ‘La Mafia’ que controla áreas urbanas de
los municipios de Puerto Asís, Orito, Guámez, departamento del
Putumayo extiende operaciones al departamento del Cauca, en medio
de zonas formalmente controladas por efectivos de las Fuerzas
Militares y de la policía Nacional; ante la persecución, hostigamientos,
amenazas, inteligencia ilegal, y dos planes de atentado contra JANI
RITA SILVA, lideresa social promotora de paz, y de los derechos
ambientales; y ante la continuidad de políticas de erradicación forzosa
que desconocen los acuerdos de sustitución voluntaria de 400 familias
de la Zona de Reserva Campesina Perla Amazónica, ZRCPA, y que
profundizan la deuda histórica de derechos sociales y de
desconocimiento humanitario en tiempos de Pandemia reconocida con
la Declaratoria de Emergencia.”

Por medio de oficio de 15 de julio de 2020, la Presidencia de la


República contestó lo siguiente:

“Hemos recibido la comunicación dirigida al Presidente de la


República, en la que solicitan aclaración sobre la presencia de mandos
militares y policiales en el desarrollo expansivo del control territorial
del grupo armado llamado ‘La Mafia’ con operaciones de tipo
paramilitar, así como también de los avances de investigación de los
asesinatos realizados por grupos armados en el Departamento del
Putumayo y requieren información de la implementación de PNIS en
las comunidades de la zona de reserva campesina perla amazónica.

En cumplimiento del artículo 21 de la Ley 1437 de 2011 "Por la cual


se expide el Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo", estamos remitiendo al Ministerio de
Defensa Nacional, la Fiscalía General de la Nación, la Agencia de
Renovación del Territorio y la Consejería Presidencial para los
Derechos Humanos y Asuntos Internacionales, para su consideración
y fines pertinentes dentro del marco de sus competencias”.
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 22

Así mismo, mediante comunicación de 10 de agosto de 2020, la


Presidencia contestó a la Comisión, así:

“La Consejería Presidencial de Derechos Humanos y Asuntos


Internacionales, acusa recibo de su comunicación dirigida a la
Presidencia de la República, radicada bajo número EXT20-00115948
del pasado 10 de julio de 2020, en la que la Comisión Intereclesial de
Justicia y Paz advierte sobre asesinatos, erradicación forzada sin
protocolos de prevención por COVID19, riesgo sobre JANI SILVA e
inteligencia militar ilegal y hace solicitudes de protección por parte del
Estado.
En virtud de lo anterior, queremos informarle que hemos remitido
solicitudes a la Unidad Nacional de Protección, a la Fiscalía General
de la Nación y la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de
Defensa Nacional, mediante oficios OFI20-00174720, 174721 y
174722 del 10 de agosto de 2020, entidades competentes en materia de
protección, investigación y orden público para que revisen el caso, sus
denuncias, y sean adelantadas las gestiones correspondientes.

Estaremos atentos a las medidas adoptadas para hacer seguimiento a


la situación”.

Cabe resaltar que con la respuesta de la acción de tutela, la Presidencia


de la República allegó las respectivas constancias de envío electrónico a la
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, entidad a través de la cual se
allegaron las solicitudes materia de análisis en esta acción constitucional.

Vistas las anteriores pruebas, para la Sala no queda duda que la


Presidencia de la República contestó todas las solicitudes efectuadas por los
accionantes. No obstante, la Sala advierte que es necesario determinar si las
referidas respuestas cumplen con el requisito establecido por la jurisprudencia
en el sentido de ser “i) suficiente cuando resuelve materialmente la petición y
satisface los requerimientos del solicitante, sin perjuicio de que la respuesta sea
negativa a sus pretensiones; ii) Efectiva si soluciona el caso que se plantea (C.P., Arts.
2º, 86 y 209) y iii) congruente si existe coherencia entre lo respondido y lo pedido, de
tal manera que la solución verse sobre lo preguntado y no sobre un tema semejante o
relativo al asunto principal de la petición, sin que se excluya la posibilidad de
suministrar información adicional que se encuentre relacionada con la petición
propuesta”13.

13
T-192 de 2007
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 23

Es importante tener en cuenta que entre las diversas pretensiones


formuladas por los accionantes ante la Presidencia, en armonía con lo
solicitado en la presente acción de tutela, se advierte que la solicitud principal
en este caso radica en que el Presidente de la República (i) suspenda
operaciones militares en las zonas representadas por los accionantes, (ii)
decrete un cese al fuego en dichos territorios, (iii) a través de la Oficina del Alto
Comisionado para la Paz, informe a la nación y los grupos armados del país
que la presidencia de la República ha ordenado un cese de operaciones
ofensivas y (iv) que a través del Ministerio de Relaciones Exteriores solicite a
los países garantes de la República de Cuba y el Reino de Noruega, se haga
un llamado al Ejército de Liberación Nacional – ELN, para que también
proceda a cesar sus actividades bélicas.

La anterior solicitud la elevan diferentes comunidades por considerar que


en su territorio, las acciones armadas han incrementado la crisis que se vive
actualmente en el marco de la pandemia del Covid 19, pues no solo se
perturba su derecho a la vida y a la paz por el conflicto el cual se encuentra
recrudecido, sino que la presencia de grupos armados y enfrentamientos con
las Fuerzas Armadas ha incrementado el riesgo de contagio del virus.

La Sala advierte que las peticiones elevadas ante la Presidencia de la


República giran en torno a dos ejes (i) el suministro de ayudas para acceso a
agua potable, alimentos y medicamentos y (ii) el manejo de orden público
resaltando la necesidad de suspender los enfrentamientos que se suscitan en
las zonas en que se encuentran las comunidades que representan de cara a
la necesidad de un cese al fuego en medio de la pandemia.

Cabe precisar que en la tutela no se presentan inconformidades


respecto al primer aspecto, por lo que la Sala no se pronunciará sobre la
decisión que adoptó el Presidente respecto a la remisión que efectuó frente a
las solicitudes de atención en salud y suministro de elementos de primera
necesidad para paliar las carencias de salud y alimentación de las
comunidades accionantes.

No ocurre lo mismo con el segundo planteamiento formulado en la


primera y segunda petición, esto es la solicitud de emitir una orden de cese al
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 24

fuego, respuesta que debe efectuarse de fondo según las pretensiones de la


tutela. Cabe precisar, que no está demostrado que la petición formulada el 6
de julio de 2020 fuera suscrita por los accionantes, esto sumado a que en la
misma no se advierte la solicitud explícita de cese al fuego, por lo que no
resulta procedente ni necesario efectuar un pronunciamiento sobre ésta.

La Sala considera que le asiste razón a la parte actora en cuanto a que


el Presidente no resolvió de fondo su solicitud de establecer si era procedente
ordenar un cese al fuego en los territorios, pues en efecto, de las respuestas
trascritas no se evidencia que se haya hecho pronunciamiento alguno sobre
este aspecto, pues la Presidencia solo se limitó a remitir las peticiones, entre
otras autoridades, a las Gobernaciones, al Ministerio de Defensa y a la Unidad
Nacional de Protección.

Sobre este aspecto, no puede perderse de vista que en virtud de lo


dispuesto en el artículo 189 numeral 3 de la Constitución Política, al Presidente
de la República entre sus funciones como Jefe de Estado, Jefe del gobierno y
suprema autoridad administrativa, le corresponde “dirigir la fuerza pública y
disponer de ella como comandante supremo de las fuerzas Armadas de la República”
y en virtud de tal calidad, el numeral 4 ibidem le otorga la facultad de “conservar
en todo el territorio el orden público y restablecerlo donde fuere turbado”.

En efecto, la Corte Constitucional ha señalado en su jurisprudencia que


“corresponde al Presidente, la dirección de las Fuerzas Armadas. (…) el Presidente
de la República, como cabeza del ejecutivo, también puede proferir órdenes,
relacionadas con el mantenimiento del orden público, que tengan una prelación sobre
las que emitan los alcaldes y gobernadores. Tal facultad no vulnera la autonomía de
éstos últimos, sino que por el contrario, es expresión de una de las facultades del
Presidente consagradas en el artículo 189-4 superior. En efecto, la atribución y
responsabilidad en cabeza del Presidente de mantener la estabilidad institucional,
implican que en esta materia en concreto, exista una sujeción por parte de alcaldes y
gobernadores a las órdenes de aquél.”14.

Para la Corte, el anterior hecho no vulnera la descentralización territorial


ni la autonomía de las entidades territoriales. Por el contrario, “desarrolla los

14
Sentencia C-251/02
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 25

preceptos superiores la norma legal por cuyo medio se asegura el debido acatamiento
a las decisiones del Jefe del Estado y de Gobierno en lo relativo a la conservación y
restablecimiento del orden público”15. En efecto, la misma Constitución en su
artículo 296 prevé que “para la conservación del orden público o para su
restablecimiento donde fuere turbado, los actos y órdenes del Presidente de la
República se aplicarán de manera inmediata y de preferencia sobre los de
los gobernadores; los actos y órdenes de los gobernadores se aplicarán de igual
manera y con los mismos efectos en relación con los de los alcaldes”.

En este orden de ideas, la Sala considera que las respuestas proferidas


por la Presidencia de la República, en lo que tiene que ver con la solicitud
puntual de ordenar el cese al fuego en los territorios que representan los
accionantes, no cumple con el requisito de ser suficiente, efectiva y
congruente, pues la misma no resuelve materialmente lo requerido por los
peticionarios, no soluciona el caso planteado y no es congruente con lo pedido
en este sentido.

Así las cosas, es claro que por mandato constitucional el Presidente de


la República tiene la competencia para pronunciarse sobre la pretensión de
cese al fuego elevada por los accionantes, quienes precisamente han acudido
directamente al primer mandatario, dadas las condiciones desesperadas que
señalan, en su calidad de víctimas directas de la violencia que padecen por
estar en medio del fuego cruzado, lo cual según manifiestan ha generado un
número importante de muertes y masacres.

En efecto, del escrito de tutela es posible evidenciar que los accionantes


denuncian la creciente crisis de orden público que se vive en sus territorios, en
virtud de la cual, están siendo asesinados líderes sociales, civiles y jóvenes, y
población que debe ser sujeto de protección por parte del Estado, lo cual se
ve agravado por la pandemia de COVID 19 que afecta al país.

Por consiguiente, la Sala considera que los accionantes tienen derecho


a obtener una respuesta de fondo por parte del Presidente de la República, en
relación con la petición de cese al fuego en las zonas que representan; y en
tal medida, se hace imperioso amparar su derecho fundamental de petición,

15
Sentencia C – 032 de 1993
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 26

en conexidad con sus derechos a la salud, la paz y la vida de las comunidades


accionantes, para que el primer mandatario colombiano, en su calidad
constitucional de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la
República, determine de manera motivada si es procedente o no, ordenar el
cese al fuego en los términos solicitados por los accionantes en las solicitudes
radicadas el 27 de marzo y 9 abril de 2020.

Cabe precisar que no es procedente ordenar que se acceda a ordenar


el cese al fuego en forma directa a través de la tutela como quiera que es una
decisión de política pública que no puede ser adoptada a través de una acción
de tutela lo cual hace que las pretensiones elevadas en torno a (i) ordenar a la
Oficina del Alto Comisionado para la Paz que informe sobre la decisión del
Presidente del cese al fuego y (ii) ordenar que la Presidencia de la República,
que a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, solicite a los países
garantes que pidan el cese al fuego al ELN, no se encuentren llamadas a
prosperar, por depender del éxito de la primera.

En mérito de lo expuesto, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca,


Sección Segunda, Subsección F, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la Ley,

FALLA:

PRIMERO: CONCÉDASE el amparo del derecho fundamental de


petición en conexidad con la salud, la paz y la vida de las comunidades
representadas por Orlando Castillo Advincula, Coordinador del Espacio
Humanitario Puente Nayero, Dagoberto Pretel Cabeceras, Representante
Legal Consejo Comunitario Cabeceras, Rodrigo Valencia Tovar, Gobernador
Resguardo Indígena Rio Pichima, Mariela Rodríguez Saavedra,
Representante Legal CIVIPAZ, María Consuelo Curvelo Rodríguez,
Gobernadora del Cabildo Indígena Sikuani, Hermes Andrés García Torres,
Gobernador del Cabildo Indígena Jiw, Luis Carlos Coicue Pacue,
Representante Legal Asociación del Consejo Regional del Pueblo Nasa del
Putumayo, Jani Rita Silva, Representante Legal Zona de Reserva Campesina
Perla Amazónica, Cecilio Conquisia Uacorizo, Gobernador Resguardo
Indígena Wounaan de Juin Phu Buur, Albeiro Casama, Gobernador Mayor,
Cabildo Mayor Emberá del Resguardo Indígena Urada Jiguamiandó –
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 27

CAMERUJ, Bernardo Vivas Mosquera, Asociación Comunidades de


Autodeterminación Vida Dignidad de Cacarica. CAVIDA, en su calidad de
representantes de los grupos pluriétnicos colombianos, de conformidad con
las razones expuestas en la parte motiva de la presente providencia.

SEGUNDO.- ORDÉNASE al PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA IVÁN


DUQUE MÁRQUEZ, que en un término no mayor a cinco (5) días, contados a
partir de la notificación de esta providencia, en su calidad constitucional de
Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República responda de
fondo las solicitudes radicadas el 27 de marzo y 9 de abril de 2020, por las
comunidades étnicas accionantes con el respaldo de la Comisión Intereclesial
de Justicia y Paz, por medio de las cuales solicitaron el cese al fuego en las
zonas étnicas que representan los accionantes.

TERCERO.- NIÉGANSE las demás pretensiones de la demanda.

CUARTO.- NOTIFÍQUESE la presente decisión en la forma prevista


en el artículo 30 del Decreto 2591 de 1991.

QUINTO : En el evento de no ser objeto de impugnación esta decisión,


remítase ante la Honorable Corte Constitucional para su eventual revisión,
dejándose las correspondientes constancias.

SEXTO : En caso que el expediente no sea seleccionado para su


revisión por la Honorable Corte Constitucional, por Secretaría archívense en
forma automática las presentes diligencias.

Esta providencia fue estudiada y aprobada por la Sala en sesión de la


fecha
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE,

PATRICIA SALAMANCA GALLO


Magistrada

BEATRIZ HELENA ESCOBAR ROJAS LUIS ALFREDO ZAMORA ACOSTA


Magistrada Magistrado
Acción de tutela
Radicación: 25000231520002020-02555-00
Pág. 28

También podría gustarte