cuculí madrugadora, hasta las piedras lloraron a las cuatro de la mañana, encanto de mi persona. Qué bonitos ojos tienes, cuculí madrugadora, para robar corazones, a las cuatro de la mañana, encanto de mi persona. Quién dice que no se goza, cuculí madrugadora, sabiéndo sobrellevarse, a las cuatro de la mañana, encanto de mi persona. Mañana cuando me vaya, cuculí madrugadora, llorarás si me has querido, a las cuatro de la mañana, encanto de mi persona.