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Resumen
Recibido: 30 de octubre de 2014 Desde el feminismo de la década de los setenta, y en particular
Evaluado: 4 de noviembre de 2014 del anglosajón, surgió la categoría analítica del género, lo que
Aceptado: 25 de noviembre de 2014 develó el carácter construido de las desigualdades entre mujeres
y hombres. Desde sus planteamientos iniciales, esta categoría ha
referido a la necesidad de repensar y actuar sobre las perspecti-
vas de análisis, permeadas por una visión parcial y masculina
que históricamente, a partir de la diferencia anatómica entre los
sexos, han ocultado o disfrazado estas desigualdades.
*
Artículo de revisión. Cómo citar este artículo: Araya Umaña, S. (2014). La categoría analítica de género: notas para un debate. Hallazgos, 12(23),
287-305. (doi:10.15332/s1794-3841.2015.0023.014)
Este artículo es producto de la investigación doctoral de la autora y de las reflexiones teóricas surgidas en los debates, seminarios y encuentros
feministas de los últimos diez años.
**
Profesora catedrática de la Universidad de Costa Rica. Docente e investigadora de la Escuela de Trabajo Social. Licenciada en Trabajo Social y
doctora en Educación, (Costa Rica). Correo electrónico: sarayau.san@gmail.com
HALLAZGOS / ISSN: 1794-3841 / Año 12, N.° 23 / Bogotá, D. C. / Universidad Santo Tomás / pp. 287-305 287
La categoría analítica del género: Notas para un debate
Abstract
Since feminism of the 70s, especially the Anglo-Saxon, the Received: October 30, 2014
analytical category of gender emerged, which allowed revealing Evaluated: November 4, 2014
the constructed nature of inequalities between women and men. Accepted: November 25, 2014
From the initial approach, this category referred to the need to
rethink and act on analytical perspectives, and permeated by a
partial male view that historically had concealed or disguised
these inequalities, from the anatomical difference between the
sexes.
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Sandra Araya Umaña
Resumo
Recebido: 30 de outubro de 2014 Desde o feminismo dos anos setenta, sobretudo do anglo-saxão,
Avaliado: 4 de novembro de 2014 a categoria analítica de gênero surgiu, o que revelou a natureza
Aceito: 25 de novembro de 2014 construída das desigualdades entre mulheres e homens. A partir
de suas propostas iniciais, esta categoria se referiu à necessidade
de repensar e agir sobre as perspectivas de análise, permeadas
por uma visão parcial e masculina que historicamente, a partir
da diferença anatômica entre os sexos, tem escondido ou dis-
farçado essas desigualdades.
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posible clasificar a los seres humanos desde también era incompleta y no era suficiente
la diversidad (más allá de la existencia de rellenarla con los componentes de clase, et-
machos o hembras) y es factible criticar la nia y sexualidad para alcanzar su comple-
definición tradicional de sexo, como vere- tud (De Barbieri, 1992).
mos en páginas posteriores.
El debate continúa, en particular en lo
Por último, las más diversas polémicas al- que respecta al significado de los términos
rededor de las formas o mecanismos para acuerdo y unidad. Si lo que siempre se ha cri-
lograr la igualdad entre las mujeres y los ticado a través de la historia es que las muje-
hombres es otro de los aspectos que concita res han sido representadas por los hombres,
a distintos sectores2 debido, en gran medi- ¿cuáles mujeres representarán ahora a las
da, a las discusiones sobre los alcances teó- mujeres? Bultler (1990) responde indicando
rico-prácticos de las categorías mujer, mu- que es necesario replantear las construccio-
jeres, sexo, género y poder (De Barbieri, 1992, nes ontológicas de la identidad y formular
Hawkesworth, 1999, Lamas, 1996). una política representacional.3 Dicha políti-
ca debe superar la visión frágil de la “uni-
En la década de los setenta, el vocablo mujer
dad” y reconocer las diferencias de poder y
se utilizó con un contenido unívoco, como
desventajas en el bloque de mujeres y con-
si existiese un bloque homogéneo cuyas
textualizarlas, dando cabida a “coaliciones
características y vivencias en común per-
abiertas” que reconozcan las múltiples con-
mitirían la consolidación de un movimien-
vergencias y divergencias, sin que se tenga
to social de mujeres con objetivos y luchas
que obedecer a fines normativos de corte
comunes. Muy pronto, en la década de los
definicional.
ochenta, las diferentes realidades de las mu-
jeres, entre las que destacaron las de clase
social, religión, etnia y orientación sexual se
Eso llamado género
impusieron y revelaron la ahistoricidad del
Según Imre Lakatos (Hawkesworth, 1999),
vocablo. Por tanto, fue sustituido por el de
una categoría analítica es un mecanismo
mujeres con el fin de expresar la historicidad,
heurístico que desempeña funciones po-
diversidad y pluralidad de situaciones que
sitivas y negativas. Se afirma que el géne-
experimentan las mujeres y, de esta forma,
ro es una categoría analítica, pues como
dimensionar que no son bloques homogé-
heurística positiva proporciona un marco
neos sino subconjuntos colectivamente dife-
conceptual que permite formular nuevos
renciados. No obstante, las fragmentaciones
aspectos sobre el conocimiento y su carác-
dentro de los feminismos y la oposición al
ter androcéntrico al ofrecer conceptos, de-
mismo por parte de mujeres que paradó-
finiciones e hipótesis que guían un proceso
jicamente el feminismo decía representar,
de investigación. Desde la noción de heu-
evidenciaron que la categoría de mujeres
rística negativa, es decir, desde el conjunto
compartido de supuestos que son centrales
2 Los mecanismos para lograr la igualdad han constituido fuertes de-
bates entre las teóricas feministas europeas. La existencia de diver- y que, por tanto, no se pueden desechar, la
sos feminismos, entre ellos el liberal, el socialista y el radical, han
postulado diversos posicionamientos políticos cuya discusión no ha 3 Es evidente que no solo para el movimiento de mujeres la represen-
tocado las fronteras de Costa Rica. Para ampliar ver Araya (2003a). tatividad constituye un punto álgido de discusión.
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heurística negativa del género es la impug- para acceder a todo aquello que consideran
nación; el rechazo de la naturalización de recursos necesarios: prestigio, poder, privi-
las desigualdades basadas en las diferencias legios sexuales, compensaciones económi-
anatómicas. cas, entre otros.
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su vez, consolida el poder característico de otro, ubicó a las mujeres como víctimas y
las relaciones sociales imperantes. carentes de poder (León, 1997).
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• Poder desde adentro o poder desde el in- clara perspectiva feminista; esto es, con una
terior: se refiere a la habilidad para teleología que conlleve la superación de las
resistir el poder de otros por medio
asimetrías entre las personas, sean estás por
del rechazo efectivo de sus deman-
das indeseadas. Ofrece la base desde género, clase, etnia, u otras.
la cual construir a partir de las mis-
mas personas. Educadas en la desconfianza de géne-
Es importante advertir que no hay un “po- ro, cantidad de mujeres actúan desi-
der bueno” y un “poder malo”. El primero, dentificadas entre sí, y si no muestran
erróneamente, ha sido asociado al “poder un compromiso real con la causa de las
sobre” y, a su vez, a lo masculino; el segun- mujeres, hablan a nombre de ellas sin
do, al “poder para” y, consecuentemente, representarlas. Si además las ignoran y
a lo femenino (Facio, 1997). Además del omiten en su quehacer público ―civil,
esencialismo7 contenido en esta óptica de legislativo, de gobierno―, se produce
análisis, se pierde de vista que ambos po- un nuevo malestar entre ellas (Lagar-
deres no son polos opuestos y que el poder de, 2014. p. 234).
no solo es imputable a atributos personales,
Considero que la desconfianza aprendida
pues ello le confiere un carácter estático,
como algo “dado” o “no dado” y, por tanto, de las mujeres es solo uno de los factores
lo reduce a una capacidad adquirida. que inciden en lo que Lagarde denomina
desidentificación de las mujeres; según mi cri-
No es una cuestión de tener o no tener terio, el poder derivado del lugar que las
poder, sino más bien de acceso y de uso, personas ocupan en la estructura social y
y el control sobre los recursos materiales el acceso diferenciado a los recursos inter-
e ideológicos de la sociedad. Tampoco se vienen como elemento central de las rela-
trata de que las mujeres ocupen puestos ciones sociales. Consecuentemente, teori-
de poder como si su sola presencia fuese zar las formas o mecanismos de la relación
suficiente para la promoción de relaciones entre el poder y el género es un reto de
equitativas e igualitarias; lo cierto es que se los movimientos feministas. Según Davis
requieren vindicaciones políticas que ase-
(1991), existen dos posibilidades para esta
guren la superación de las asimetrías entre
teorización.
los sexos y para ello es imprescindible la
presencia de mujeres (y hombres) con una La primera toma el género como el concep-
to central e intenta desarrollar una teoría
7 El pensamiento esencialista es un enfoque minoritario y criticado feminista sobre el poder y el género. Esta
dentro del feminismo contemporáneo, cuya producción académica posición asume que la experiencia social,
se puede ilustrar con diversas autoras: “Las mujeres tienen una vi-
sión distinta y dan una importancia diferente a la construcción social incluyendo las relaciones de poder entre los
de la realidad porque difieren de los hombres fundamentalmente en sexos, se puede entender mejor en términos
lo tocante a sus valores e intereses básicos” (Ruddick,1980); “a su
de género. También asume que el poder tie-
modo de hacer juicios de valor” (Gilligan, 1982); “a su creatividad li-
teraria (Gilbert y Gubar, 1979); “a sus fantasías sexuales” (Hite,1976; ne un género y que existen formas específi-
Radway,1984; Snitow et al, 1983); “a su sentido de la identidad cas de poder operando en las relaciones de
(Laws y Schwatz, 1977) y a sus procesos generales de conciencia
e individualidad (Kasper, 1986 y Miller, 1976). Ver Madoo y Niebrug- género. Finalmente, asume que se requiere
ge-Brantley (1997, p. 367). una perspectiva feminista específica.
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mujeres respondiendo no solo a las relacio- que, en el fondo, opera solo para las muje-
nes de género o de clase, sino también a la res de ciertos estamentos sociales. Al igual
discapacidad, el racismo, la lesbofobia, los que Vega y Gil (2003), quienes opinan que
efectos de la colonización, la descoloniza- en España esto no solo se presenta en ho-
ción, el ciclo de vida, las migraciones trans- gares conformados por “cónyuges”, en Cos-
nacionales, entre otras. ta Rica se observa una tendencia creciente
y sostenida de contratar para los servicios
Ello ha propiciado diversas posturas, y se
domésticos a mujeres migrantes (en parti-
hará referencia acá a algunas de ellas. Por
cularidad, de nacionalidad nicaragüense)
una parte, las mujeres negras indican que la
por parte de diversos sectores: hombres y
agenda feminista toma como sujeto de re-
mujeres, con o sin hijas e hijos, parejas jóve-
ferencia a la mujer blanca, occidental, hete-
nes y con distintas sexualidades, profesio-
rosexual, de clase media, urbana, educada
nales con trabajos inestables y precarios y
y ciudadana (hooks, 2004), desconociendo
personas adultas mayores que viven solas.
por ende que bajo el lema “todas las muje-
O sea, estas mujeres se insertan en este tipo
res somos oprimidas” se ocultan las formas
de relación laboral tanto por su condición
como el racismo y la posición de clase ha-
de género, como por su condición migrato-
cen específica la opresión de género para las
mujeres negras. ria y de clase.
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dichas cosmovisiones sean un manantial por Zuñiga, 1996, p. 41) como “el juicio más o
de significados históricamente heredados menos generalizado de que por lo general la
por cada una de las personas pertenecien- conducta de las mujeres (sus roles, activida-
tes a una cultura, con el fin de poder definir des y control sobre los recursos), sus intereses
y dar sentido a las situaciones que deben y sus estatus ideológico son menos valiosos,
atravesar a lo largo de su vida. Construyen son menos importantes o menos significati-
paulatinamente un determinado tipo de sa- vos que los de los hombres”, es racionalizada
ber colectivo o sentido común que es el que por la cultura occidental desde el supuesto
utilizan los miembros que comparten una de que estas son características inherentes a
misma cultura para resolver las situaciones la naturaleza biológica de las mujeres.
a las que se ven abocados. Cultura es, en-
Según Álvarez (1992), se ha comprobado,
tonces, un sistema de signos y significados
empíricamente, que en la mayor parte de
existentes en los grupos sociales, permite la
las sociedades occidentales se socializa a
comunicación entre las sociedades y es la
los hombres para que asuman roles de do-
plataforma desde la cual los diferentes gru-
minancia, asertividad, orientación al logro,
pos organizan y dan sentido a sus prácticas:
independencia, control de sentimientos y
religiosas, políticas, educativas, literarias.
para que se dirijan a actividades que son
Desde lo cultural surgen, por lo tanto, di- asociadas a procesos cognitivos más com-
versas formas de producción de sentido y plejos. En contraste, a las mujeres se les es-
distintas expresiones de los modos de sen- timula para que desarrollen características
tir, actuar, pensar y comunicarse en la expe- como sociabilidad, expresión de sentimien-
riencia de la vida cotidiana. Dentro de esta tos, sugestionabilidad, dependencia, y para
diversidad, las pautas y normas asignadas a que ejerzan tareas que no están asociadas a
hombres y mujeres constituyen la expresión un desarrollo cognitivo mayor.
más evidente no solo de las diferencias, sino
La condición de inferioridad de las mujeres,
también de las desigualdades entre la con-
empero, no comporta rasgos homogéneos
dición y posición social de unos y de otras.
para todas ellas. Como ya se analizó, otros
Efectivamente, numerosas investigaciones factores interactúan en la conformación de
(Subirats, 1992) han demostrado que desde un bloque diferenciado de mujeres.
los primeros días de vida, en la familia se
Es importante, además, recuperar los cam-
señalan diferencias que van conformando
bios a los que hemos asistido en los últimos
el “ser mujer” o el “ser hombre” aceptados
años que, a todas luces, indican avances
en la sociedad. Este “deber ser” es reforza-
importantes con respecto a las exclusiones:
do por otras instituciones sociales como la
equiparación de la matrícula en todos los
educación, la religión y los medios de co-
niveles de la educación e incluso en las uni-
municación, entre otras, que transmiten ca-
versidades de algunos países, la matrícula
racterísticas de superioridad a los hombres
de las mujeres supera la de los hombres; el
y de inferioridad a las mujeres.
reconocimiento de los derechos de las per-
Esta condición de inferioridad de las muje- sonas gais, el acceso a puestos de dirección
res, definida por Gabriela Castellanos (citada por parte de las mujeres, entre otros.
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No obstante lo anterior, la fuerza de las tra- social. “[El sistema sexo-género] es el con-
dición cultural se manifiesta en el acento junto de disposiciones por el que una socie-
colocado a la familia y a la maternidad, y dad transforma la sexualidad biológica en
así vemos cómo en nombre de estas dos ins- productos de la actividad humana y en el
tituciones se siguen recreando y perpetuan- cual se satisfacen esas necesidades huma-
do distintas exclusiones. Ello hace que “al nas transformadas” (Rubin, 1996, p. 37).
techo de cristal” se le sumen las fronteras de
Es posible identificar estudios pioneros que
cristal que las mismas mujeres se imponen
abarcan las diferencias inherentes/aprendi-
como producto de la existencia de leyes y
das entre los sexos. Entre ellos se pueden
códigos familiares y sociales que tácitamen-
mencionar Sex and Temperament in Three Pri-
te les imponen el mandato de la familia y
mitive Societies (Sexo y temperamento en tres
del cuido (Burin, 2008). De igual manera y sociedades primitivas), elaborado por Mar-
desde mi práctica como docente universita- garet Mead en 1935, en el que planteó las
ria, he observado que a pesar de las nuevas diferencias de género como culturales y no
expresiones con las cuales las mujeres expe- biológicas. En 1937, con su obra Comparative
rimentan su sexualidad, continúan ancla- Data on the Division of Labory by Sex (Análisis
das a tradicionales esquemas en los que el comparativo de la división del trabajo por sexo)
amor se convierte en el fin, a diferencia de Murdock concluyó que la división sexual
los hombres, para los cuales se constituye del trabajo no se explica solo por las dife-
en un medio de realización personal. rencias físicas entre los sexos.
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anatómico corporal. Lo universal es la clasi- con una base en común: un sistema capita-
ficación sexual, pero los contenidos especí- lista y patriarcal cuyo eje de sobrevivencia
ficos de esta clasificación varían de acuerdo es la desigualdad y la explotación.
con el contexto histórico y cultural.
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cultural de la diferencia sexual (pp. 265- Vega, C. y Gil, S. (2003). Introducción. Con
302) México D. F.: Programa Universi- trageografías: circuitos alternativos para
tario de Estudios del Género. una ciudadanía global. En S. Sassen.
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