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Patrick Barlow
ACTO UNO
Obertura
Un escenario vacío. Solo los ladrillos desnudos del fondo. Un matafuegos. Un cartel de
“SALIDA”.
Los payasos entran corriendo. Uno de ellos emite un silbido y hacen una reverencia al
público. Proceden a instalar los elementos para la escena 1. Las escaleras de los
instaladores, los baúles, un sillón, una mesa, una lámpara común. Sobre la mesa, una
botella medio vacía de scotch y un vaso vacío. Una ventana colgante desciende.
Aparece Richard Hannay. Espera inmóvil mientras terminan. Los payasos terminan de
preparar el escenario dando por terminada la obertura. Hacen una reverencia y salen
rápidamente. Hannay se deja caer en el sillón.
Cambia la luz.
HANNAY: Londres. 1935. Agosto. Regresé por tres meses a la madre patria y,
francamente, me pregunto por qué. Este clima me enferma, ni vale la pena hablar de él,
el hablar del hombre inglés ordinario también me enferma. Había tenido suficiente de
restaurantes, fiestas y carreras. Sin amigos para salir, lo que porbablemente explique las
cosas. Tommy Deloraine se casó con una heredera rubia en Chicago, Hoppy Bynge se
perdió entre los tesoros de Canadá, Chips Carruthers voló en pedazos en Tanganyika.
Quedé yo. Richard Hannay. Treinta y siete años, el sonido del viento y yo, solos,
suficientemente hecho desde el asunto de Buluwayo para tener un prolijo montón. No
de los grandes, pero suficiente para mí. De vuelta en casa. Que, si quieren saberlo, no
era mi casa en absoluto. Solo un departamento alquilado en West Center 1. Portland
Place, en realidad… Y estaba aburrido. Extremadamente aburrido. Nada mas que
aburrido. Cansado. Cansado del mundo y cansado de la vida, para ser honesto.
Entonces, llamé a mi corredor. No estaba. Me fui al club. Lleno de colonialistas inútiles.
Tomé un scotch con soda, agarré un diario de la tarde, lo dejé. Estaba lleno de
elecciones, y guerras y rumores de guerras. Y pensé, francamente, a quién cuernos le
importa? Qué importa todo eso? Qué pasa con todo el mundo? Qué pasa conmigo?
Nadie me extraña. Yo mismo no me extrañaría. Solo podría, simplemente… (Vuelve a
su scotch.) Y entonces pensé, vamos Hannay, tenés que salir adelante, hombre!
Encontrá algo que hacer, pedazo de tarado! Algo trivial y poco inteligente. Algo
profundamente carente de objetivos. Algo… Ya sé! Un espectáculo teatral! Eso puede
ser la solución! (Música de vaudeville. Se enciende la línea de luces del proscenio.)
Música: tema de Mr. Memory. Aplauso cerrado. Dicky saluda. Bigote al estilo cepillo
de dientes. Saluda repetidamente. Hannay aparece en la sala. Se ubica.
PRESENTADOR: Ocupen sus lugares, señoras y señores. Todos los días Mr. Memory
agrega a su memoria 50 nuevos sucesos y recuerda cada uno de ellos! Sucesos de la
historia y de la geografía, de los diarios y de publicaciones científicas. Hay más
suscesos en su cerebro de los que es posible concebir! También voy a mencionar que,
antes de retirarse, Mr. Memory ha aceptado gentilmente dejar su cerebro entero al
Museo Británico con propósitos científicos. Graciasss.
ANNABELLA: Perdón?
MEMORY: Quién ganó la copa en 1926? El Tottenham Hotspurs ganó la copa en 1926
derrotando al Arsenal Gunners por cinco goles a cero en presencia de Su Majestad el
Rey George Quinto. Es correcto, señor?
MEMORY: Graciasss.
Aplauso cerrado.
PRESENTADOR: Próxima pregunta, por favor! Si señor! Hable mas alto, por favor?
(Señala un miembro del público.) Cómo se llamaba el caballo de Napoleón? Cómo se
llamaba el caballo de Napoleón?
MEMORY: Graciasss.
MEMORY: Graciasss.
Aplauso cerrado.
HANNAY: Yo digo.
PRESENTADOR: Ah, un voluntario desde la galería. Sí, señor? (Mira hacia los palcos.
Annabella lo mira aterrorizada.)
HANNAY: A qué distancia está Winnipeg de Montreal?
HANNAY: Gracias.
ANNABELLA: Discúlpeme?
HANNAY: Sí?
PRESENTADOR: Juegue, hombre, juegue! Ese fue Mr. Memory! Vamos , Mr.
Memory!
HANNAY: Perdón?
ANNABELLA: Bleinz!
HANNAY: Bleinz?
ANNABELLA: BLEINZ!!!
HANNAY: AH, la persiana! Sí, por supuesto. Bleinz. Claro. (Baja una cortina vertical
enrrollable que vuelve ha subirse un par de veces, hasta que consigue engancharla.) Le
pido que me disculpe.
ANNABELLA: Lo ví en el palier.
HANNAY: Ah, claro. (Pausa.) Hola. Ahí está el teléfono. (Suena el teléfono.)
ANNABELLA: Porque creo que es para mí. (Hannay va a contestar.) Por favor, no
conteste!!!
HANNAY: Sí?
ANNABELLA: Sí?
HANNAY: No?
ANNABELLA: Schmidt.
HANNAY: Schmidt?
ANNABELLA: Historia?
HANNAY: No fue usted la que disparó ese revólver en el teatro? Quiero decir, no era
un show genial, pero tampoco era tan malo.
HANNAY: Una hermosa y misteriosa mujer perseguida por hombres armados. Suena
como una historia de espías.
ANNABELLA: Eso es exactamente lo que es. Solo que preferiría la pabra “agente”.
ANNABELLA: Esto no es broma, Sr. Hannay! Estoy siendo perseguida por un brillante
agente secreto de cierta potencia extranjera que está a punto de obtenr información
altamente confidencial vital para nuestra defensa aérea. Pude rastrear a dos de estos
hombres hasta ese espectáculo de musci hall. Desafortunadamente, me reconocieron.
HANNAY: Alguna vez escuchó hablar de algo que se llama manía persecutoria?
ANNABELLA: No me cree? En este momento están en la calle. Al lado de su poste de
alumbrado público inglés. Me están esperando.
Hannay se queda pensando en esto. Camina hacia la ventana. Música dramática. Los
payasos entran corriendo nuevamente con el poste de luz. Hannay deja de mirar por la
ventana. Los payasos suspiran y salen corriendo nuevamente.
Música.
ANNABELLA: (Lo mira.) Es el juego más mortalmente peligroso que jamás haya
jugado. Puede significar incluso la vida. O la muerte. Dígame, Sr. Hannay, debo
contarle esto tan terrible? O no? Quiere estar… involucrado?
Se vuelve hacia la ventana. Los dos payasos vuelven a entrar corriendo con la lámpara
de calle. Hannay se vuelve inmediatamente. Los payasos salen corriendo.
ANNABELLA: Sin bromas, por favor, Sr. Hannay. Estos hombres son capaces de
cualquier cosa. Me está escuchando? Soy la única persona que puede detenerlos. Si no
son detenidos, tal vez sea solo cuestión de días, tal vez horas antes que esta información
“top secret” y altamente confidencial esté fuera del país. Y cuando la tengan fuera del
país, que Dios nos ayude a todos!!! Le digo, Sr. Hannay, estos hombres actúan rápido!
No sabe lo astuto que es su jefe! Lo conozco muy bien!
ANNABELLA: Tiene una docena de nombres! Y puede verse como cientos de personas
diferentes! Pero hay algo que no pued edisfrazar.
HANNAY: Qué?
Están de pie, uno muy cerca del otro. Ella lo mira fijo, baja los párpados.
HANNAY: Richard.
ANNABELLA: Richard?
HANNAY: Sí?
ANNABELLA: Gracias.
HANNAY: Su arenque…
HANNAY: Sí?
ANNABELLA: Hay un hombre en Escocia a quien debo visitar en caso de que algo
deba ser hecho. Es un inglés. Vive en una casa grande.
ANNABELLA: Alt-na-Schellach.
ANNABELLA: Richard?
HANNAY: Annabella!?
HANNAY: Sí?
HANNAY: (La mira.) Dios… (Ve el mapa. Lo saca de la mano cerrada de Annabella.
Lo abre y lo revisa. Luego de observarlo en detalle durante un buen rato.) Alt na
Shellach. (Levanta la vista del mapa.) Alt na Shellach…
Suena el teléfono. Hannay va hacia el aparato. El teléfono suena cada vez mas fuerte.
Hannay se aleja con cada campanilla. Guarda el mapa en el bolsillo. Cubre a Anabella
con una pieza de tela. Repentinamente, el eco de la voz de Annabella comienza a
escucharse a su alrededor.
ANNABELLA: (Voz off.) Hay un hombre en Escocia… Es solo cuestión de días, tal
vez horas… Antes de que el secreto esté fuera del país… Se lo digo yo. Estos hombres
actúan rápido. Rápido. Rápido. Rápido…
HANNAY: Sí.
HANNAY: Voy a tener que confiar en usted. Hubo un asesinato en el primer piso.
HANNAY: No, no. Fueron esos dos hombre que estána allá.
LECHERO: Ya veo. Entonces, ahora están esperando que llegue la policía y los lleve
presos, no?
HANNAY: Esa es la pura verdad. Le digo, son espías extranjeros. Asesinaron a una
mujer en mi departamento y a ahora están esperando por mí.
HANNAY: Está bien, está bien. Le voy a decir la verdad. Usted es casado?
LECHERO: Sí?
LECHERO: No!
LECHERO: No me lo diga!
HANNAY: Qué lo parió! No quisiera estar en sus zapatos! Vamos, póngase mi gorra y
mi chaqueta.
LECHERO: (Mira las dos libras. Mira al público.) Dos libras! Son mías, no?
SRA. HIGGINS: Buenos días, Sr. Hannay! Cómo está usted? Qué hermosa mañana, Sr.
Hannay! Cómo está usted? Bueno, qué hermosa mañana es ésta. Qué me dice de esta
ola de calor? No teníamos una ola de calor como ésta desde 1933!
Retira la tela que cubre a Annabella, la ve, queda paralizada. Lanza un grito,
aterrorizada. Transición a un silbido de tren ensordecedor. La compañía arma el vagón
de tren.
VENDEDOR 1: Bueno, hay que reconocer que son mucho más lindos de lo que eran
hace veinte años.
VENDEDOR 2: (Saca algo más.) Mire esta belleza! (Saca un corpiño blanco. Todos lo
miran mientras se balancea colgando frente a ellos.) Lo que todo ojo fatigado debe ver!
VENDEDOR 2: La Cachó?
VENDEDOR 1: La cachó?
VENDEDOR 1: (Mira por la ventana. Frente a ella pasa un cartel que dice “Halifax”.)
En Halifax. (pasa un cartel que dice “Durham”.) Durham. (Pasa un cartel que dice
“Berwick-Upon-Tweed.) Berwick-Upon-Tweed. (Se escucha un estruendo fuera de
escena. Saca una caja de galletitas.) Una galletita? (El mismo saca un galletita.)
HANNAY: Perdón.
HANNAY: Perdón.
El vendedor 1 se sienta.
VENDEDOR 2: Hola.
VENDEDOR 1: Hola.
VENDEDOR 1: Qué?
VENDEDOR 1: Bien.
VENDEDOR 2: Pagó 7 a 4.
HANNAY: Terrible.
VENDEDOR 1: Me sorprende!
HANNAY: Gracias.
Le da el diario. Hannay lo abre y comienza a leer. Mira por sobre el diario y ve que los
dos hombres continúan observándolo.
VENDEDOR 2: Me parece que voy a ir hasta el vagón comedor. Terminó? (Le quita el
diario a Hannay.) Se les ofrece algo?
VENDEDOR 2: (Pasa con dificultad entre las rodillas de los otros dos para dejar el
compartimento.) Disculpen. Perdón. Perdón.
HANNAY: Perdón.
VENDEDOR 1: (Mirando hacia fuera por la ventanilla.) Mire! El lugar está lleno de
policías! (Hannay se paraliza. El vendedor 1 habla hacia fuera por la ventanilla.)
Disculpe, oficial! Ya atraparon al asesino del West End?
El payaso cambia el sombrero de policía por la gorra del guarda. Lo que sigue es una
rutina de cambio de sombreros.
VENDEDOR 2: Perdón.
VENDEDOR 1: Perdón.
HANNAY: Perdón.
VENDEDOR 2: Bueno, acabo de volver del vagón comedor! Adivinen qué? La policía
está registrando en tren!
Hannay se congela.
VENDEDOR 2: Escuche ésta, que es muy buena! Había una mujer joven, de Hungría…
VENDEDOR 1: Perdón.
El tren hace un sonido estruendoso. Entran en un túnel. Los ruidos del tren se hacen
más fuertes. Las luces de escena parpadean. Hannay se tambalea ahora en el pasillo
del tren entre las luces que se prenden y se apagan. El vendedor 1 se convierte en el
policía 1. Revisa compartimentos imaginarios.
POLICIA 1: Disculpen, por favor. Perdón por la molestia. Han visto a este hombre? Su
nombre es Richard Hannay.
POLICIA 2: Discúlpen, por favor. Perdonen la molestia. Han visto a este hombre? Su
nombre es Richard Hannay.
Hannay ve a los dos policías que vienen hacia él. Mira desesperadamente hacia un
lado, luego hacia el otro. Simultáneamente, una mágica luz azul se enciende en el
compartimento contiguo. Se puede ver a Pamela por primera vez. Es hermosa hasta
cortar el aliento, lleva puesto un pequeño top negro y una fantástica falda ajustada. Se
quita los anteojos. Se pasa la mano por el cabello y mira hacia fuera por la ventana.
Hannay se da vuelta. La ve. Se queda mirándola. Música romántica. Los dos policía se
acercan cada vez mas. Repentinamente, Hannay irrumpe en el compartimento de
Pamela y la toma entre sus brazos.
Hannay la besa. Ella se sienta con la espalda rígida, demasiado shockeada aún para
suspirar. Los dos policías llegan junto a la puerta.
HANNAY: Escuche, no sabe cuánto lo siento! Estaba desesperado! Tuve que hacerlo!
Mi nombre es Richard Hannay. Me estan buscando a mí. Le juro que soy inocente!
Tiene que ayudarme! Necesito estar en libertad durante los próximos días. La seguridad
de este país depende de ello…
POLICÍA 1: Sentimos molestarlos pero, alguno de ustedes ha visto pasar a este hombre
durante los últimos minutos?
Pausa. Pamela mira a los policías, mira a Hannay, mira a los policías. Finalmente
decide.
PAMELA: Este es el hombre que busca, Inspector! Entró aquí y me forzó. Me dijo que
su nombre es Richard Hannay!
Hannay abre la puerta del compartimento de un empujón. Salta fuera del tren. Pamela
grita. El sonido del tren y el efecto sonoro del viento se tornan ensordecedores. Hannay
sale del tren y consigue abrir otra puerta para volver a entrar. Sale de escena
corriendo.
Pamela tira del cable. Los frenos se activan, el tren se sacude. El policía 2 se queda
con el abrigo de Hannay en la mano. El humo inunda la escena. Las luces bajan hasta
el apagón.
Los dos policías suben por las escaleras a ambos lados de Hannay. Se arrastran hacia
él. Lo alcanzan y tratan de agarrarlo. Hannay se cuelga desesperadamente hacia los
escalones. Ve ambos policías que vienen hacia él. Mira hacia abajo. Mira hacia los
lados. Mira hacia abajo. Mira hacia el público. Suspira.
Se escucha el ruido lejano de la caída al agua. Agudo silbido del tren. El sonido
metálico del tren se aleja en medio de la niebla. Los “beep” del lenguaje Morse
inundan la sala.
Cambian las luces. Hannay se detiene, exhausto. Aparece uno de los payasos. Es ahora
un granjero poco amistoso. Luce nervioso y con sospechas.
HANNAY: Hola.
GRANJERO: Al Inglés.
HANNAY: Al inglés?
HANNAY: Muy bien! Bueno… muchas gracias. Voy… voy a probar allí.
HANNAY: No?
GRANJERO: Mujer!!! (Aparece una puerta desde bambalinas. Se abre. Margaret entra
a través de ella.. Tímida. Peinada con trenzas.) Vení para acá! (Margaret cruza hasta
ellos con la cabeza gacha.) Tenemos un visitante. (Margaret mira tímidamente a
Hannay. El nota lo increíblemente hermosa que es.)
HANNAY: Hecho.
HANNAY: Su hija?
GRANJERO: Mi esposa!
MARGARET: Sí.
HANNAY: Perdón?
HANNAY: Gracias.
HANNAY: Perfectamente. (Margaret sale para traer la mesa y las sillas.) Déjeme
ayudarla.
MARGARET: Ah, debería verlo! Debería ver Sauchiehall Street los sábados a la noche
con todas sus tiendas finas y los tranvías, y las luces. Y los cines y toda la gente.
(Recordando con nostalgia.) Hoy es sábado a la noche.
HANNAY: John?
MARGARET: Mi esposo. Dice que no hay que pensar en esos lugares ni en todas las
perversiones que ocurren en ellos.
MARGARET: Bueno… es cierto que todas las mujeres se pintan las uñas de los pies?
HANNAY: Algunas.
HANNAY: Sí!
Margaret contiene la respiración. Se vuelve hacia él. No puede mirarlo. Luego lo mira.
Sus miradas se encuentran. Un momento de sorprendente tensión sexual.
Repentinamente, el granjero entra por la puerta. Se notan los celos en su mirada. Ellos
no lo ven.
HANNAY: Ciertamente!
HANNAY: (Va detrás del granjero tratando de ver el diario.) Le importa si le doy una
hojeada a su diario?
MARGARET: Amén.
El granjero sale silbando y mostrando cierto desinterés. Casi inmediatamente sus ojos
paranoicos al punto de la locura aparecen en la ventana. Hannay y Margaret no lo
notan. Empieza entre ellos una mímica honesta y apasionada. Hannay acaricia sus
manos. Le ruega que le crea. El granjero los mira estupefacto! Sus ojos revelan su
estado de furia. Música de suspenso.
MARGARET: Tiene que irse mientras tenga oportunidad! (Le toma la mano.)
MARGARET: Yo le muestro.
GRANJERO: Ah! Tendría que habérmelo imaginado! Haciendo el amor a mis espaldas!
Fuera! (A Margaret.) Y vos también! Fuera de mi casa antes que… (Levanta el puño.)
GRANJERO: La policía!!!
Se escuchan golpes a la puerta. El granjero corre hacia la puerta. Espía por una grieta.
Vuelve corriendo.
Mas golpes a la puerta. El granjero corre hasta la puerta. La abre. Se queda hablando
y gesticulando hacia la policía, que están fuera de escena y no pueden ser vistos. (LA
parte de adelante del cuerpo del granjero es vestida del policía 2.)
MARGARET: No confío en él! Escúcheme! (Corre hacia la puerta y escucha. Vuelve
hacia Hannay.) Yo tenía razón! Lo está traicionando! Rápido! Este es el momento! Por
la ventana de atrás! (Hannay va para saltar por la ventana.) Espere! Su abrigo!
HANNAY: Mi abrigo?
MARGARET: Aunque esté oscuro en las colinas, con eso, lo van a ver igual. Mejor
póngase éste! (Toma un sobretodo que está detrás de la puerta.)
HANNAY: Es de su esposo!
MARGARET: El de los domingos. Pero es tan negro que nunca lo van a ver!
MARGARET: Margaret.
HANNAY: Adios, Margaret. (Se besan.) Nunca voy a olvidar lo que ha hecho por mí!!!
(Se besan nuevamente con mayor intensidad. Ella se rinde, apasionada. Luego se separa
de él.)
MARGARET: Ahora váyase!
PILOTOS 1 y 2: Aaaaahhhhhh!!!
Los aviones se vienen en picada y explotan en una mezcla de fuego y humo. Dos
paracaídas descienden lentamente. Se lavanta la pantalla blanca dejando ver a Hannay
que sigue corriendo en medio de la niebla. Hannay trata de orientarse en medio de la
niebla mientras uno de los payasos pasa junto a él llevando un siniestro cartel con
algunos pájaros aún más siniestros sobre él: ALT NA SHELLACH. NO PASAR. Ahora
aparece una siniestra puerta, coronada por un siniestro arco. Hannay llega
tambaleándose hasta la puerta. Recupera el aliento. Se acomoda la corbata. Toca el
timbre: “Ding dong”.
Una mujer de clase alta, interpretada por uno de los payasos, abre la puerta. Louisa
Jordan.
HANNAY: Gracias. (Pasa a través de la puerta. La puerta gira sobre sí misma. Ahora
está dentro de la casa.)
SRA. JORDAN: Estamos tomando algo con unos amigos para celebrar el cumpleaños
de mi hija Hilary. (Hace girar la puerta. Ambos pasan a través de ella.) Por aquí, Sr.
Hammond. Una cantidad de buenas relaciones de mi esposo, incluyendo al Sheriff del
Condado! (Hace girar la puerta nuevamente. La sostiene para él.) Pase por aquí, por
favor. Gracias. (Ambos atraviesan la puerta.) Mas tarde organizaremos un evento de
tiro. Tal vez quiera participar con nosotros?
HANNAY: Gracias.
La Sra. Jordan hage girar la puerta una vez más. Ahora estamos en:
SRA. JORDAN: (Continúa.) Pasamos a la fiesta? (Hannay está a punto de seguirla, pero
ella cambia de opinión.) En realidad, pensándolo bien Sr. H ammond, si no le importa
esperar un momento, voy a ir a buscar a mi esposo.
La Sra. Jordan abre la puerta. Se escucha música de jazz de los años 40. Atraviesa la
puerta y, cuando vuelve a cerrar la puerta, la música se detiene. Hannay espera.
Escucha. Abre la puerta. Espía. La música se escucha nuevamente. Se ven sombras en
la pared que bailan salvajemente. Hannay cierra la puerta. La música se detiene.
Hannay espera. Espía otra vez. Música. Sombras danzantes en la pared. Hannay cierra
la puerta. Se detiene la música. Vuelve a espiar, solo por un segundo. Música. Sombras
en la pared. Cierra la puerta. La música se detiene. El Profesor Jordan irrumpe en
escena sentado en un sillón.
PROFESOR: Sr. Hammond… (Hannay se vuelve hacia él. El profesor está sentado,
sonriente, mientras fuma de una larga boquilla.) Lamento haberlo hecho esperar.
HANNAY: No se preocupe.
HANNAY: Yo no lo hice.
PROFESOR: Por supuesto que usted no lo hizo, Sr. Hannay… Supongo que ahora es
seguro llamarlo por su verdadero nombre?
PROFESOR: Bueno. Pero cuénteme por qué ha hecho todo este camino hasta Escocia
solo para contármelo?
HANNAY: Porque creo que ella estaba tratando de advertirle acerca de un secreto
altamente confidencial, un secreto del ministerio de aviación, y fue asesinada por un
egente extranjero que estaba interesado en el mismo asunto.
PROFESOR: Sí.
HANNAY: Gracias.
PROFESOR: (Al cenicero.) Gracias. (Se vuelve a Hannay.) Le dijo ella qué aspecto
tenía este agente extranjero?
HANNAY: No hubo tiempo, pero, me dijo una cosa. Le faltaba una parte del dedo
meñique.
PROFESOR: Sí. Me temo que sí. (Hannay está petrificado frente al revolver.) Sr.
Hannay, me ha puesto usted en una posición muy difícil. Mi mejor amigo es el Sheriff
del Condado. Debe darse cuenta que toda mi existencia debería ser disfrazada si se
supiera que no soy –cómo decirlo- que no soy lo que parezco. Pero lo que lo hace
doblemente importante que no pueda dejarlo ir es que estoy a punto de transmitir fuera
del país una información de vital importancia. Sí, ya la tengo. Me temo que la pobre
Annabella habría estado lejos demasiado tarde. Así que, Sr. Hannay, solo parece haber
una opción. (Deja de apuntarle.)
PROFESOR: No creo, querida. (La Sra. Jordan se retira.) A menos que, por supuesto…
(Mira fijo a Hannay.) decida unirse a nosotros.
Ninguno de los dos habla. Escuchamos el tic-tac del reloj. El profesor da la vuelta para
colocarse detrás de Hannay.
PROFESOR: Muy bien, Sr. Hannay. Usted es, exactamente, la clase de hombre que
necesitamos. Astuto, inteligente, profundamente despiadado. Cuando la guerra
comience, ésas serán las cualidades necesarias.
PROFESOR: Por favor, Sr. Hannay! AMOR!!! Ha amado usted a alguien alguna vez?
No está en la naturaleza de un individuo como usted. Nunca lo ha estado. Triste,
verdad? Nadie a quien amar. Nadie por quien preocuparse. Sin una casa donde ir. Pero
la hay, sabe. (Se acerca a Hannay, que sigue pegado al sillón.) Está… nuestra casa.
(Notamos que su acento se vuelve ligeramente germánico.)
PROFESOR: El único lugar en el que encontrará “amor”, amigo mío. El lugar al que
realmente pertenece. (Hannay se queda mirándolo.) Nosotros le daremos amor, Hannay.
Y a cambio, usted nos amará a nosotros! La raza superior. En nuestra gran marcha
imparable. Eternamente comandada por el destino mismo!!! (Su acento es ahora muy,
pero mu germano.) Muy bien, amigo mío, qué dice? Se une a nosotros? Eh, Hannay?
HANNAY: (Se decide finalmente. Se vuelve hacia el profesor.) Muy bien, profesor. Si
le parece que soy material adecuado.
PROFESOR: Hágala!
PROFESOR: Bueno, no soy yo quien debería decirlo pero, los 39 escalones es mi mas
brillante idea! El alma verdadera de este emprendimiento! El… un momento! Usted
piensa que puede tirar de esa cuerda? Ach!! Piensa que puede, simplemente, unirse a
nosotros y…
PROFESOR: Ach! Es usted tan imbécil como ella! Annabella Schmidt!!! Con todas
esas nociones sentimentales tan pasadas de moda. Sus pretensiones de estatura moral!
Pensé por un momento que usted sería… Pero no, es patético, pusilánime, de mente
estrecha… (Saca su revolver y dispara sobre Hannay.)
HANNAY: (Se lleva las manos al corazón. Se ve shockeado.) Hijo de…! (Se deploma
en el suelo. El profesor se inclina sobre él de manera que Hannay queda completamente
debajo.)
El profesor ríe como un maníaco. Camina hasta la puerta. La abre. Frente a ella está la
Sra. Jordan. Música de Jazz. Comienzan a bailar un tango salvaje. La música de jazz
cambia a la Marcha del Reich. El profesor y su esposa bailan en la noche. El cuerpo de
Hannay yace muy, muy muerto.
SEGUNDO ACTO
Obertura
MARGARET: En tu abrigo?
GRANJERO: Al hombre?
MARGARET: Sí!
SHERIFF: Muy bien Sr. Hannay! Mire usted! Quién hubiera pensado que un libro de
salmos iba a poder parar… (Sostiene en la mano una bala de plata. Se la arroja.)… una
bala! Aún así, no me sorprende. Algunos de esos himnos son terriblemente pesados de
cantar! Y pensar que no hace más de media hora que yo mismo estaba tomando el
champagne del villano!
HANNAY: Un espía!
SHERIFF: Un espía! Bueno, es una lección para todos nosotros! Muy bien, Sr. Hannay!
HANNAY: No, gracias! Mire, no quiero apurarlo ni nada por el estilo, pero no
deberíamos hacer algo al respecto? Este es un asunto muy serio. Si no lo fuera, no
hubiese venido yo mismo a ponerme en sus manos con un cargo de homicidio pesando
sobre mí?
SHERIFF: No se preocupe por el homicidio, Sr. Hannay! No tengo dudas que será
capaz de convencer a Scotland Yard de su inocencia con la misma facilidad que me
convenció a mí. Todo lo que necesito es una pequeña declaración para hacerla llegar a
la autoridad competente. Justamente, hay alguien del otro lado de esa puerta que ha
venido de la estación de policía para tomársela.
SHERIFF: Así es! Usted piensa que disfruto pasando mi tiempo con un asesino!!!?
HANNAY: Asesino???
SHERIFF: Asesino!!! Richard Hannay, está bajo arresto! Bajo el cargo de asesinato
premeditado de una mujer desconocida en la Mansión Portland de Londres el último día
martes. Llévenlo a la celda!
HANNAY: Solicito que se me permita hablar con la oficina del Servicio Exterior en
Londres.
SHERIFF: (Ríe, burlón.) El Servicio Exterior en Londres! Inspector, las esposas, por
favor
INSPECTOR: Quédese quieto, Señor, por favor. (Saca las esposas de uno de sus
bolsillos y solo alcanza a colocar una en una de las muñecas de Hannay.)
SHERIFF: (Al teléfono.) En este momento le están poniendo las esposas, Señor. Todo
está bajo control, Profesor.
HANNAY: No se crea!!! (Con un esfuerzo sobrehumano consigue arrojar al inspector
sobre el sheriff. Ambos caen al suelo. Aparece una ventana. Hannay rompe el vidrio.
Trepa, salta por la ventana y sale de escena corriendo.)
INSPECTOR: Detengan a ese hombre! Detenegan a ese hombre! (Corre tras Hannay
para perseguirlo.)
Música de persecución.
Hannay corre por las calles. Las sombras de los policías aparecen continuamente.
Movimiento de los haces de luz de las linternas. Lo persiguen. Hannay corre. Las
sombras de los policías se hacen cada vez mas altas y mas grandes. Van envolviendo
gradualmente toda la escena. Hannay está arrinconado. Se escucha repentinamente la
música de gaitas y tambores de una típica banda marcial escocesa. Los dos payasos,
con el uniforme típico escocés, transportan a ambos lados del cuerpo muñecos de
idéntica talla y vestimenta. Marchan a través del escenario. Hannay se esconde detrás
de la banda, mirando con ansiedad hacia todos lados para ubicar a sus perseguidores.
Hannay y la banda dejan el escenario. Luces. Hannay regresa al escenario iluminado,
corriendo y sin aliento.
HANNAY: Hola.
HANNAY: Perdón?
MAESTRO DE CEREMONIAS: Qué bueno que haya venido! Ya estamos todos! Mire,
ahí está el Sr. Macquarrie!
MACQUARRIE: Ah! Está aquí! Gracias a Dios!!! Gracias a Dios!!! Gracias a Dios!!!
Hannay está ahora completamente confuso. Se encuentra frente a una gran audiencia.
Macquarrie sale fuera de escena para buscar una silla. Lo sientan en la silla. Hannay
se sienta con cortesía. El Maestro de Ceremonias se dirige a la audiencia. Aplauso
cerrado.
Los pesados arrastran a Hannay a través del escenario. Este saluda a la audiencia. La
audiencia aplaude. Alcanzan a Pamela.
PAMELA: Adios.
HANNAY: Está bien, solo escuche, por favor! Hay un secreto enormemente
importante…
HANNAY: … que está siendo sacado fuera de este país por un agente secreto
diabólicamente brillante! No puedo hacer nada por mí mismo gracias a este estúpido
detective! Pero si usted llama inmediatamente por teléfono a Scotland Yard y les cuenta
todo esto…
PESADO 1: En realidad, Señorita, pensándolo bien, usted también tendría que venir con
nosotros.
PAMELA: El qué?
Los payasos recuerdan que olvidaron armar el auto. Lo arman rápidamente con cuatro
sillas y un atril.
El pesado 2 enciende el auto y hace ruido de motor. El pesado 1 sube junto a él.
Hannay y Pamela se sientan detrás, incómodos. Hannay le dedica a Pamela una amplia
y hermosa sonrisa, mostrando exageradamente los dientes. Está increíblemente feliz.
HANNAY: Hola.
Música de viaje en auto. Ruidos de auto. Reflejos de luz ocasionales en sus rostros. Se
sacuden a un lado y a otro. Hannay se queda dormido y se apoya de manera molesta
sobre el hombro de Pamela.
PESADO 1: Hay un puente roto en el camino al norte, Señorita. Tenemos que dar un
rodeo. El hombre conoce el camino, Señorita.
HANNAY: Disculpe inspector?
PESADO 1: Qué?
HANNAY: Quiere hacer una pequeña apuesta conmigo, Pamela? (Pamela mira hacia
otro lado.) Muy bien, Sherlock, yo la haré con usted. Le apuesto 100 a 1 a que su fiscal
le falta esta falange del dedo meñique. (El pesado 1 le da un violento golpe a Hannay.
Hannay se frota la cara y sonríe.) Gané.
PESADO 1: (Le grita a las ovejas.) Fuera del camino, bestias malditas! Vamos a tener
que sacarlas. Vení!
PESADO 2: No va a ser fácil con esta niebla. Mirá como baja de golpe. (Efecto de
niebla.) Como si viniera de ninguna parte.
PESADO 1: Bueno, no hay nada que hacer! Dale, bajá del auto!
PAMELA: Pero, qué se cree que está haciendo? Sáqueme esta esposa!!!
PESADO 1: Desde ahora, señorita, usted es un oficial especial. En tanto y en cuanto
usted se quede, él se queda! (Al pesado 2.) Vamos! Fuera, bestias, fuera!
Los dos pesados se abren camino a través de la niebla en medio del balido de las
ovejas.
PAMELA: Ahhh…
PAMELA: No particularmente.
PESADO 1: Se fueron?
PESADO 1: Cómo voy a saber? Vamos, vamos! (Comienza a retirar el auto. Apila las
sillas sobre el pesado 2.) Tomá, tomá esto!!!
HANNAY: Vamos!
Uno de los payasos yace tirado frente a ellos. Viste un impermeable de goma y un
sombrero. Es un pantano.
HANNAY: (Tira por medio de las esposas.) Dije que vamos! (La saca del pantano…
Ruido de chapoteo.)
PAMELA: Ay!
HANNAY: (Empujando la pipa contra sus costillas.) Escúcheme! Emite un sonido mas
y, primero la mato a usted y después me mato yo! (El otro payaso entra con una cortina
de baño.) Rápido! Debajo de esa cascada! (Hannay respira profundamente.) Sienta
solamente el perfume de esas flores! Y… acaso todo el camino es cuesta arriba? Si,
amiga mía, todo el camino! Vamos! (La arrastra detrás de él.)
PAMELA: Puede dejar de hacer eso? (Hannay comienza a silbar la canción de Mr.
Memory.) Y déjese de silbar! Por qué está haciendo todo esto? No tiene posibilidad de
escapar! Qué oportunidad tiene, atado a mí?
HANNAY: Sí, va a pasar. Vamos. (la arrastra a través de la grieta. Ella grita.)
PAMELA: No voy a cruzar ese… ese… (Espera que terminen los payasos.) …
riachuelo!
Los payasos despliegan el rollo delante de ellos. Hannay alza en brazos a Pamela.
Trata de cruzar el riachuelo. Cada vez que trata de hacerlo, le retiran la tela. Hannay
se exaspera.)
HANNAY: Nunca dije que fuera fácil, Pamela, querida! Aquí vamos!
PAMELA: Auch!
PAMELA: Puede dejar de silbar, por favor!? Esos policías lo van a atrapar en cuanto se
haga de día.
El payaso 2 sale. Camina hacia atrás con estilo. Se quita el sombrero, los mira y sale.
Hannay suspira aliviado una vez que se va.
HANNAY: Venga, vamos. (Ambos tratan de saltar una cerca. Quedan atascados a causa
de las esposs.) Parece que estamos trabados.
PAMELA: Le parece?
HANNAY: Escuche! Hay veinte millones de mujeres en esta isla! Y justo tengo que
estar encadenado con usted! Lo voy a repetir una vez mas. Le estoy diciendo la verdad!
Hay una peligrosa conspiración en contra de esta isla y nosotros somos los únicos que
podemos detenerla!
HANNAY: Muy bien, está sola en una colina desolada en medio de la oscuridad,
esposada a un asesino que no se detendrá ante nada para sacársela de encima! Si esa es
la situación, querida, entonces, tendría que tomarlo con un poco mas de calma!
PAMELA: No le tengo miedo! (Estornuda.)
HANNAY: Salud.
PAMELA: Gracias.
HANNAY: Permítame darle un consejo. De ahora en más, haga todo lo que le digo y
hágalo rápido! (La saca de la cerca de un tirón.)
HANNAY: (La mira. La lluvia comienza a caer.) Si, me parece que esa es la clase de
hombre que soy.
PAMELA: Que Dios guarde a su mujer! Eso es todo lo que puedo decir!
Ambos salen. Música de harpa escocesa. El cartel de luz de neón de un hotel comienza
a parpadear en medio de la niebla.
Los dos payasos aparecen como el Sr. y la Sra. McGarrigle. Traen un hogar de leña,
dos cajas de madera para el mostrador de la recepción que se ven como guardarropas.
Sobre el mostrador está el timbre y el libro para el registro de huéspedes.
SRA. MCGARRIGLE: Toda esa lluvia y ese viento soplando sobre el valle! No quisiera
estar fuera esta noche!
SRA. MCGARRIGLE: Ay, pobrecitos! Mirá, Willy. Hay una pareja de jóvenes afuera.
Pasen, señor, pasen! Ay, la chica está empapada! Pobrecitos!
HANNAY: Perdón?
SRA. McGARRIGLE: Pueden estar seguros que, en el hotel McGarrigle los espera una
cálida bienvenida McGarrigle. No es cierto, Willy? Aunque estemos fuera de
temporada.
SRA. MCGARRIGLE: Déjeme ver. Déjeme ver. (Pasa las páginas del libro
rápidamente.) Bueno… (Mira a su esposo. Los mira a ellos. Alegre.) Solo nos queda
una habitación. Con una sola cama matrimonial. (Pamela se paraliza.) Le preocupa?
Hannay va a escribir pero se da cuenta que su mano derecha está esposada a la mano
izquierda de Pamela.
HANNAY: Eh… querida… por qué no firmás vos? Cuanto antes te acostumbres a
escribir tu nombre de casada, mejor. Te acordás?
PAMELA: No.
HANNAY: Sí, a mí me parece que sí, no es cierto? Sr. y Sra. Henry Hopkinson…
(Pamela escribe en el libro de mala gana. El Sr. y la Sra. McGarrigle se apartan mientras
tanto.) … Hollyhocks, Hammersmith, Hertforshire.
HANNAY: Exactamente.
Pamela termina.
HANNAY: Perdón?
SRA. MCGARRIGLE: Si van a necesitar algo de cenar?
Pausa incómoda.
HANNAY: Ah, sí, gracias. Si pueden mandarnos whisky, soda y algunos sandwiches…
Ah, y un vaso de leche.
SRA. MCGARRIGLE: Por supuesto! (Le sonríe a su esposo.) Dos jóvene palomas.
Quieren seguirme hasta su habitación, por favor?
SRA. MCGARRIGLE: Bueno, aquí estamos. Ahora, quítese ese vestido mojado que lo
voy a poner a secar en la cocina.
SRA. MCGARRIGLE: Sin duda, este caballero va a cuidar bien de usted. (Sonríe con
picardía.) Buenas noches, señor. Buenas noches, señora.
El Sr. McGarrigle saluda con la mano y sale, siempre fumando su pipa, cerrando
suavemente la puerta detrás de ellos.
PAMELA: Mire! Si piensa que voy a pasar toda la noche con usted en esta habitación…
HANNAY: Qué más puede hacer? (Golpean la puerta. Hannay arrastra a Pamela hasta
una silla y la sienta sobre sus rodillas.) Pase.
PAMELA: Qué?
PAMELA: Sí.
HANNAY: Querida.
PAMELA: Querido.
SRA. MCGARRIGLE: Sí, ya veo. Bueno, aquí están sus sandwiches, su whisky y su
vaso de leche.
Todos se paralizan.
HANNAY: Ninguno. Es que quiere decirle algo. Nosotros no somos… eh… esto, en
realidad, es una escapada.
SRA. MCGARRIGLE: Por supuesto! Su secreto está a salvo con nosotros. Nadie va a
molestarlos. (Sale tímidamente en puntas de pie y cierra la puerta.)
PAMELA: Perdón?
HANNAY: Lo único que nos hace falta es que se pesque una pulmonía! Puede
sacársela, no me interesa!
HANNAY: Un sandwich?
PAMELA: Gracias. (Se sirven.) Lo que me voy a sacar, son los zapatos. (Se quita los
zapatos, la mano de Hannay esposada a la de ella. Piensa.) Y las medias.
Hannay no dice nada. Ella lo mira. Entonces, lentamente, levanta la pollera hasta que
se ve el portaligas sobre uno de sus muslos. Trata de desenganchar la media, siempre
sosteniendo el sandwich.
HANNAY: Tome.
PAMELA: Gracias.
PAMELA: Gracias.
Hannay la conduce hasta la cama que aparece como por arte de magia. Ella lo sigue,
complaciente, por un momento. Luego se detiene bruscamente al darse cuenta lo que
está haciendo.
Pamela mira el cuarto a su alrededor. Se da cuenta que no hay otro lugar. Suspira
ruidosamente y se sube a la cama, arrastrando a Hannay detrás de ella. Ambos se
acuestan, incómodos.
PAMELA: Quiero que sepa que lo odio! (Trata de darle la espalda para las esposas la
obligan a permanecer como está.) Ay!
HANNAY: Perdón.
Pamela se recuesta de costado, enfrentándolo con resentimiento. Cierra los ojos y trata
de dormir. Hannay comienza a tararear nuevamente. Pamela abre los ojos, furiosa.
HANNAY: Ahí está otra vez! No puedo sacarme esa maldita canción de la cabeza.
Quisiera saber dónde la escuché? (Bosteza ruidosamente.) Sabe cuándo dormí por
última vez en una cama? El sábado a la noche. Desde entonces solo he dormido un par
de horas.
PAMELA: Qué es lo que le impide dormi? Tiene pesadillas? Me imagino que los
asesinos deben soñar cosas terribles.
PAMELA: En serio?
HANNAY: Solo piense que, en algunos años, podrá llevar a sus nietos al museo de
Madame Tussaud y señalarme.
Aparecen los dos pesados en la recepción del hotel. Uno murmura con urgencia en el
teléfono. Pamela está inmóvil en las sombras.
PESADO 1: Así es, Sra. Jordan. La chica lo trajo hasta nosotros. Pensaba que éramos
detectives. Tuvimos que llevarla a ella también. Me temo que los perdimos a los dos. Sí,
supongo que ya le debe haber contado todo el asunto a ella. (Pamela escucha con los
ojos fuera de órbita.) Bueno, no hubo nada que pudiésemos… (traga saliva.) Si, me
temo que… absolutamente señora… así es, señora. Por favor, quédese tranquila, eso
mismo es lo que vamos a hacer. A primera hora, sí… absolutamente… dispondremos de
ambos en cuanto los encontremos. Ciertamente, señora. No, señora, no volverán a
molestarnos. (Pamela suspira alarmada.) Adiós!
PESADO 1: Lo está. Aunque era muy peligroso con Hannay y esa chica perdidos. Ya
está preparando todo lo de los 39 escalones.
PESADO 1: Sí. Esta noche, cuando vamos de salida, va a recoger a nuestro amigo en el
London Palladium… Voy a poner el coche en marcha. Fijate si no hay nada sospechoso
que esté pasando acá.
PESADO 2: Sí, me preguntaba si, por casualidad, habrá usted dado alojamiento a una
pareja joven…?
SR. MCGARRIGLE: Hum… una pareja joven? Bueno, ahora que lo menciona… me
permite su abrigo?
PESADO 2: Gracias.
SR. MCGARRIGLE: Sí, ahora que lo menciona, hay una pareja joven…
SRA. MCGARRIGLE. Ponete tu abrigo! Y arreglate! Cómo vas a estar parado ahí en
camisón, para que todo el mundo te vea? Andá a la cocina, hombre.!
SRA. MCGARRIGLE: Y usted!!! Quien quiera que sea! Le voy a pedir que se retire de
mi casa! Andar despertando a la gente a esta hora de la noche. No tiene una cama donde
ir a acostarse?
El pesado 2 corre hacia fuera. Regresa inmediatamente como Willie, con su pipa y su
camisón.
HANNAY: Cuál es la idea? Cómo hizo para sacarse esto? Por qué no escapó?
PAMELA: Lo hice. Pero, justo cuando estaba yéndome… Descubrí que usted estaba
diciendo la verdad. Entonces, pensé que debía quedarme.
PAMELA: Esos dos policías estuvieron aquí anoche. Los del auto. Los escuché
hablando por teléfono. No son policías.
PAMELA: Cuándo?
PAMELA: Dijeron un montón de cosas… sobre, eh… ah, sí… sobre los 39 escalones…
HANNAY: Qué?
PAMELA: Qué?
PAMELA: Espere. Ah, sí… Había algo mas. Alguien está preocupado y tiene todo listo.
Y… y… ah, sí! Ya sé! Van a recoger a alguien en el Lonon Palladium,
HANNAY: Está bien, no se preocupe… Bueno… (La mira.) Vamos a tener que…
PAMELA: Qué?
PAMELA: Mmmm.
PAMELA: Qué?
HANNAY: En qué habitación están?
PAMELA: Quién?
PAMELA: Perdón?
HANNAY: Sí.
HANNAY: Cómo?
HANNAY: Dónde?
Ahora están realmente cerca. Hannay está a punto de besarla. Cierra y abre los ojos
repentinamente.
PAMELA: Qué?
PAMELA: Perdón…
PAMELA: Perdón!
HANNAY: No, no hay! No hay nada que pueda hacer! Por qué no los detuvo? Por qué
no los detuvo, por el amor de Dios?
PAMELA: No lo sé!!!
PAMELA: Bueno… si se están yendo del país, está bien, no? Solo hay que dejar que se
vayan!
HANNAY: Hay que dejar que se vayan! Cómo vamos a dejar que se vayan? Estoy
acusado de homicidio! La única manera de limpiar mi nombre es dejando estos espías al
descubierto!
PAMELA: Ahí está otra vez, se da cuenta! Egoísta, egoísta, egoísta! Bruto, horrible, sin
corazón, egoísta!
PAMELA: No sé!!!
HANNAY: (Va hacia la puerta.) Bueno, muchas gracias por su ayuda! Adios!!!
HANNAY: Adios!!!
HANNAY: No lo espero!!!
Las luces se encienden sobre el: conduce a velocidad. Lleva antiparras de conducir.
Haces de luz sobre su cara. Mueve el volante hacia ambos lados. Hace los cambios.
Efectos de sonidos de frenado brusco.
Las luces se encienden sobre Pamela, que habla por teléfono dentro de una cabina.
Habla con urgencia.
PAMELA: Hola, sí. Scotland Yard? Es acerca de… de Richard Hannay. Sí, eso es. El
hombre buscado por homicidio! Necesito hablar con el comisionado en jefe, por
favor… Hola, hola?.. Tio Bob, sos vos?... Sí, sí, fue al London Palladium.
Suenan dos timbres. Hannay aparece en el palco. Está sin aliento y mira hacia atrás.
ACOMODADORA: Hola! Hola! Qué hace acá este policía tan simpático?
El payaso 2 desaparece.
ACOMODADORA: Le digo, lo que es ahí afuera. Parece Piccadilly Circus, ahí afuera!
Ay, Dios! Dónde estábamos? Ah, sí. Le digo una cosa, me encanta hablar con gente que
tiene clase. En las tiendas… qué linda la joyería que hay. Le cuento una cosa… (Con
tono conspirativo.) Arriba. Acabo de ver un tipo arriba. Tenía puesto un solo zapato. Le
dije “Se le perdió un zapato, Señor?” Y él me contestó “No, acabo de encontrar uno!” A
los ricos helados, de todos los sabores. Vamos, vamos, metiendo la manito en el
bolsillo! Vamos, vamos, que esta chica tiene que vivir de algo! (Un timbre.) Ya
empieza! Ya comienza! Vamos, vamos…! (Hace una reverencia y sale a través del
telón.)
Sube el volumen de la música. Hannay se mueve hacia arriba y hacia abajo en el palco
de la derecha. Tiene un enorme par de binoculares con los que recorre todo el teatro.
Detecta algo en el palco de la izquierda. Pamela aparece detrás de él, en el palco.
PAMELA: Hola.
PAMELA: Estuve hoy. En realidad, mi tío es el Comisionado en Jefe. Pero nada ha sido
robado del ministerio de aviación. Nada! Lo chequearon y están completamente
seguros.
HANNAY: Pero, usted escuchó a esos hombres diciendo que lo tiene! (Recorre la sala
con los binoculares. Detecta algo y suspira.) No puede ser! Mas policías! No la habrán
seguido, no? (Ella mira incómoda.) La siguieron o no?
Hannay gira sus binoculares hacia el palco. El presentador aparece ahora como el
Profesor. Hace una señal subrepticia. Hannay vuelve a dirigir los binoculares hacia
Mr. Memory. Mr. Memory asiente hacia el palco.
MEMORY: Graciasss! Graciasss! Primera pregunta, por favor! Qué altura tiene la
Catedral de San Pablo? La Catedral de San Pablo tiene 257 pies y 11 pulgadas…
El detective entra desde bambalinas. Cruza el escenario.
DETECTIVE: perdón por interrumpir el show, señor. Disculpe, señor. (Mira hacia
Hannay, en el palco.) Richard Hannay? Soy el Detective Superintendente Albright,
señor. Scotland Yard, señor. Debo pedirle que me acompañe pacíficamente.
PAMELA: El es inocente!
HANNAY: (Le grita repentinamente a Mr. Memory.) Qué son los 39 escalones? (Mr.
Memory queda petrificado. El terror invade su cara. El Detective mira alarmado.) Qué
son los 39 escalones? Vamos! Conteste! (Mr. Memory comienza a transpirar. Mira
hacia el palco del Profesor en estado de pánico. Hannay desaparece en su palco.)
DETECTIVE: Rápido! Blqueen todas las salidas! Bloqueen todas las salidas!
El detective corre hacia fuera. Los acomodadores comienzan a hacer sonar silbatos.
Hannay reemerge en su palco. Toma una soga. Grita nuevamente.
HANNAY: (Que salta al escenario.) Sí, Mr. Memory. Qué son los 39 escalones?
Vamos, hombre!
HANNAY: (Que usa la soga para trepar al palco.) Abajo, Pamela! Abajo! (Trepa por la
soga y trata de ser el escudo de Pamela.) No lo voy a permitir!
Se tambalea hacia delante y hacia atrás, haciendo la escena de su muerte mucho más
extravagante. Reaparece finalmente, pero es un muñeco arrojado desde el palco que
cae ruidosamente sobre el escenario. Mientras tanto, al otro lado del escenario, Mr.
Memory se extingue lentamente.
MR. MEMORY: Permanezcan en sus asientos, por favor! Eviten el pánico, damas y
caballeros! Que entren las bailarinas! Conserven la calma! Conserven la calma!
Música de bailarinas.
Hannay y Pamela están de rodillas junto a Mr. Memory. El presentador retira del
escenario el cuerpo del profesor. Regresa y se queda respetuosamente de pie junto al
detective.
HANNAY: Cuál era la fórmula secreta que estaba por sacar del país?
MEMORY: Fue un gran esfuerzo aprenderla, señor. El mayor esfuerzo que alguna vez
he tenido que hacer. Y no quiero que sea en vano, señor.
MEMORY: Los mas importante del nuevo motor es su altamente incrementado radio de
compresión reepresentado por r-1 sobre r a la potencia de gamma más 9 secuenciado a
la potencia de xy al cuadrado duplicado por 32 puntos, 71 puntos y 88 puntos reducido
recurrentemente por 19 alpha que proveen cubos iguales de epsilon en la circunferencia
serial alineada con tres válvulas de control dobles que fluyen radialmente al punto de
3/65 pi… arreglados en series… (Colapsa. Los demás sacuden la cabeza. El detective se
quita el sombrero. Repentinamente, Memory revive y continúa.)… con hileras de filos
concéntricos, alternando con hileras fijas en los diafragmas. La presión longitudinal
ejercida en los conductos de la turbina es contrabalanceada por un pistón ranurado en el
final de los caballos de fuerza del conducto, excede la presión tomada por el bloque de
empuje localizado en el rotor a una potencia de 900 abh/7 y se ve al final de la elevación
de acceso a la verdadera línea de cilindros un ángulo de 65 grados. El dispositivo hace a
la máquina completamente silenciosa. (Mira hacia Hannay.) Es correcto, señor?
MEMORY: Gracias, señor. Me alegra que, finalmente, haya salido de mi cabeza, señor.
(Muere.)
HANNAY: Bueno…
PAMELA: Sí.
HANNAY: Quiere…?
PAMELA: Qué?
Se miran.
PAMELA: Sí.
PAMELA: Sí.
PAMELA: Adios.
Pamela se va. Hannay la mira hasta que se ha ido completamente. Se descorre el telón.
HANNAY: Aquí estamos, entonces. Me temo que éste soy yo. Richard Hannay y la
triste historia de mi vida. (Con una mirada genuinamente infeliz.) Irreclamable.
Entra Pamela con una botella de champagne. Hablan los dos juntos.
PAMELA: Profundamente horrible y bestial. Un pobre niño huérfano que nunca tuvo
una oportunidad.
Pamela se sienta en el brazo del sillón. Lo besa. Un pequeño árbol de Navidad entra en
escena. Se escucha el llanto de un bebé. Ambos miran hacia fuera del escenario y se
sonríen mutuamente.
El árbol se enciende. Los dos payasos trepan a la escalera y arrojan nieve por la
ventana. Cae nieve sobre el público.
FIN