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Origen de la Fı́sica Cuántica

Franklin Moisés Mejı́a Hurtado

Escuela de Fı́sica, Universidad de El Salvador

13 de noviembre de 2013
“Quien no se sienta abrumado por la mecánica cuántica es
porque no la ha entendido.”

Niels Bohr (1885–1962)


Objetivo

Se propone como objetivo de esta charla presentar en forma


breve el origen de la fı́sica cuántica.
Contenido
Introducción

La Fı́sica Clásica

Problemas No Resueltos

Soluciones a los Problemas

Desarrollo Inicial de la Teorı́a Cuántica

Postulados

Conclusión

Bibliografı́a
Introducción

Toda teorı́a fı́sica posee dos componentes esenciales: un


formalismo y una interpretación.

El fı́sico representa los conceptos básicos mediante sı́mbolos


matemáticos. Por ejemplo, la posición de una partı́cula r , la
velocidad ṙ , la masa m, etc.

Establece procedimientos experimentales bien definidos para


asignar a estos sı́mbolos valores numéricos.
De esta manera, las relaciones conceptuales se transforman en
ecuaciones que podrán ser manipuladas por el aparato
matemático.

La teorı́a ha adquirido formalismo.

El formalismo es interpretado al asignar un significado a estas


expresiones matemáticas.

Cuando se acepta universalmente que todos los sı́mbolos del


formalismo son interpretados sin ambigüedad representando
alguna propiedad de la realidad, se dice que la teorı́a queda
concluida.
Cualquier teorı́a fı́sica, para ser aceptada, debe hacer
predicciones detalladas.

Dado un experimento bien definido, la teorı́a ha de especificar


correctamente el resultado o, al menos, asignar probabilidades
correctas a todos los resultados posibles.

Desde este punto de vista formal la mecánica cuántica puede


considerarse extraordinariamente buena.

En su calidad de teorı́a moderna fundamental de las partı́culas


elementales, de los átomos, de las moléculas, de la radiación
electromagnética y del estado sólido, suministra métodos para
calcular los resultados de la experimentación en todos estos
campos.
Pero se espera que no sólo sea capaz de determinar los
resultados de un experimento sino que nos de alguna
comprensión de los sucesos que presumiblemente sustentan los
resultados observados (interpretación).
Antes de nada conviene aclarar que sobre lo que hubo y hay
desacuerdo entre los fı́sicos teóricos no es sobre el formalismo
matemático de la teorı́a cuántica, sino sobre su interpretación
o significado concreto.

Todos los fı́sicos cuánticos aceptan un mismo conjunto básico


de ecuaciones y las aplican de la misma manera, sin embargo
algunos muestran discrepancias acerca de las estructuras
fı́sicas que subyacen a dichas ecuaciones.
El problema no está, pues, en la matemática, por complicada
que ésta sea, ni en su adecuación empı́rica, mayor que ninguna
otra en la historia de la ciencia.

El problema está en la filosofı́a, y sobre todo en la ontologı́a,


que debe ponerse detrás (o delante) de las ecuaciones.

Aunque, eso sı́, es un problema filosófico peculiar al que


inopinadamente se le supo extraer un hallazgo cientı́fico de
suma importancia.
La Fı́sica Clásica
La fı́sica clásica ha sido la pieza esencial para la descripción de
la realidad desde que Isaac Newton anunciara sus
fundamentos.

Tres siglos de desarrollo matemático la han hecho una teorı́a y


un cuadro casi universal al final del siglo XIX.

Originalmente desarrollada para modelizar la gravitación por


Newton, se enriquece en el siglo XIX con el aporte de las
ecuaciones de Maxwell (1855), que unifican el magnetismo y
la electricidad.

Los trabajos de Maxwell y Boltzman sobre la mecánica


estadı́stica (el estudio del comportamiento colectivo de
numerosos objetos idénticos), fundamentan solidamente a la
termodinámica.
La estructura ı́ntima de la materia comienza a ser explorada
con el descubrimiento en 1897 por Thomson del electrón y una
teorı́a completa de la interacción electrón ondas
electromagnéticas es porpuesta por Lorentz.

Gracias a experiencias convincentes, como el movimiento


browniano, la existencia de átomos y moléculas es admitida
como una realidad.

La descripción del universo fı́sico, dada por la fı́sica clásica, era


muy satisfactoria y estaba firmemente suscrita al realismo
cientı́fico. Aspiraba a la consistencia lógica interna y a la
completitud de la descripción.
Habı́an ciertas premisas clásicas antes de la formulación
cuántica.

Las hipótesis básicas hechas por los pensadores griegos acerca


de la naturaleza, de acuerdo a Schrödinger son:
1. La existencia de un mundo externo real, que trasciende
para tomar la conciencia del observador, fuera del ámbito
del mundo observado,
2. Este mundo externo es accesible a través de la existencia
de las leyes de la naturaleza (las leyes de Newton de la
mecánica clásica).
Se debe enfatizar en la naturaleza unitaria de la mecánica
clásica, concretamente describe al sistema bajo observación, al
aparato de medición y a su interacción mutua.

En principio, la interacción perturba al sistema, pero la


perturbación puede reducirse al nivel de precisión deseado, asi
que la medida no es un problema epistemológico, sino uno
práctico.

Ası́, la fı́sica clásica, no requiere una división entre el sistema a


observar y el aparato de observación.
Las entidades “ontológicas” de la fı́sica clásica son las
partı́culas puntuales y los campos (ondas) moviéndose en un
espacio tiempo 4D.

Las leyes de la fı́sica clásica son deterministas y causales, es


decir, las ecuaciones de movimiento con las fuerzas predicen el
pasado y el futuro, sujetos unicamente a las condiciones
iniciales y al orden de precisión deseado.

Que el comportamiento clásico de un gran número de


partı́culas clásicas para propósitos prácticos sea más
convenientemente descrito por la mecánica “estadı́stica”, no
implica un aspecto epistemológico, es más que todo una
estrategia.
Una aparente perdida de determinismo vino también del
movimiento browniano (aleatorio) en un fluido debido a las
colsiones de un gran número de moléculas en el fluido.

Las leyes de la fı́sica clásica están centradas alrdededor de un


concepto común de “localidad”, cuyo significado se manifiesta
por nuestra capacidad de entender de manera significativa el
mundo exterior poco a poco y no de una sola vez.

Es más, es suficiente identifiar subsistemas del mundo exterior


para cualquier orden de precisión deseado, y tratar solo con
ellos, mientras se ignora al resto, ya que cualesquiera dos
subsistemas que estan demasiado lejos, no se afectan
apreciablemente.
Y la localidad y el determinsimo son cruciales para nuestro
concepto de “realismo clásico”, cuyos principios básicos son
los siguientes:

C1) Todos los atributos fı́sicos de un objeto invidividual tienen


valores definidos y en cualquier instante de tiempo
irrespectivo de su medida real (no invasiva).
C2) El realismo en el macro mundo clásico está intimamente
relacionado con la causalidad, en el sentido que los
valores de los atributos fı́sicos de un objeto individual en
distintos instantes de tiempo estan unicamente
conectados por las leyes pertinentes.
Las entidades básicas ontológicas eran las partı́culas puntuales,
los campos y el espacio-tiempo.

Éstas obedecı́an leyes causales dinámicas bien definidas, en


forma de ecuaciones diferenciales, de carácter determinista.

Las ecuaciones de la mecánica newtoniana, las ecuaciones de


Maxwell para el campo electromagnético y las ecuaciones de
Einstein para el campo gravitatorio determinaban el
comportamiento de las entidades en cualquier tiempo con
apropiadas condiciones de fontera.
El azar no tenı́a un papel fundamental en la descripción fı́sica.

El rol de las consideraciones probabilı́sticas estaba solo


presente cuando no se estaba interesado en los detalles
completos de la situación o cuando se deseaba una descripción
simplificada de la complejidad de ésta usando pocas variables.

Ejemplos de esta situación son la mecánica estadı́stica clásica


y la teorı́a del movimiento browniano.

El descubrimiento de los sitemas caóticos no lineales en la


fı́sica clásica produjo una distinción entre determinismo y
predictibilidad.

Estos sistemas poseen una extrema dependencia de las


condiciones iniciales del movimiento.
En su forma madura, la fı́sica clásica rechazó las teorı́as de la
influencia de la “acción a distancia”.

Esto se logró a través de las modalidades de los campos.

Las partı́culas generan campos que actúan en otras partı́culas.

Faraday: “La materia no puede actuar donde no hay materia”.

Las señales y los efectos fı́sicos no se propagan


instantáneamente.

Ellos lo hacen como máximo a la velocidad de la luz.


Otro aspecto de la fı́sica clásica, es su naturaleza unitaria.

Los sistemas fı́sicos y los aparatos de medida obedecı́an leyes


de la fı́sica clásica.

La medida no constituı́a un problema espistemológico.

Naturalmente, cada aparato perturba al sistema, pero en fı́sica


clásica la perturbación puede reducirse cuanto se desée usando
aparatos más finos.
En 1871, James Clerk Maxwell expresaba el humor imperante
de la época en una lectura inaugural en Cambridge:

“...in a few years, all the great physical constants


will have been approximately estimated, and [...] the
only occupation which will then be left to the men of
science will be to carry these measurement to
another place of decimals.”
Problemas no resueltos

La fı́sica clásica, después de describir exitosamente el mundo


fı́sico macroscópico desde Newton hasta Eisntein, desde el
siglo XVII hasta el siglo XIX, se encontró empiricamente
inadecuada en el mundo microscópico.
Se pueden resumir los fracasos de la fı́sica clásica al final del
siglo XIX en tres problemas:

1. La “radiación de cuerpo negro”.

Bajo este nombre se oculta un problema derivado de la


termodinámica.

Se sabe que al elevar su temperatura todo objeto cambia de


color.

El problema de la radiación de “cuerpo negro” es la


modelización idealizada de esta experiencia, que consiste en
tratar de comprender las caracterı́sticas de la radiación
electromagnética que emite tal cuerpo “ideal” a una
temperatura dada.
Experimentalmente, ha sido posible medir la repartición de la
energı́a electromagnética de tal cuerpo en función de la
longitud de onda, pero no ha sido posible reproducir la curva
experimental por un modelo basado en la mecánica estadı́stica
de Maxwell-Boltzman.
Figura : Distribución de Radiación de C N
Figura : Distribuciones Clásicas de CN
2) El efecto “fotoelectrico”.

Se pueden desprender electrones de una placa metálica


“bombardeándola” con ondas electromagnéticas (luz
ultravioleta).

El modelo clásico preveı́a que la cantidad de electrones (y su


velocidad al dejar el metal) estarı́a ligada unicamente a la
intensidad de la onda electromagnética.

En efecto, en la teorı́a clásica, la energı́a de una onda


electromagnética no depende más que de la intensidad.
Experimentalmente, se observa la eyección de electrones
solamente si la radiación electromnagnética tiene una longitud
de onda más pequeña que cierto valor de umbral.

Es más, si la longitud de onda es más pequeña que este valor


de umbral, se puede observar la eyección de electrones a
cualquier intensidad de radiación.
Figura : Efecto Fotoeléctrico
3) El “espectro atómico”.

Los átomos (aislados) emiten o absorben luz (y ondas


electromagnéticas en general) solamente en ciertas longitudes
de onda muy particulares.

Este conjunto de valores, que se llama el espectro del átomo,


no puede ser explicado por la fı́sica clásica.
Figura : Espectro atómico
Figura : Estructura de la Fı́sica
Soluciones a los problemas

Las soluciones dadas a estos problemas fueron las siguientes:

El problema del cuerpo negro es el primero en ser explicado en


parte en 1900 por Max Planck.

Para arribar a sus resultados Plank lanzó la siguiente hipótesis,


que no tiene sentido alguno en los marcos de la fı́sica clásica:

La emisión y absorción de la luz por la sustancias no ocurre de


forma continua, sino por porciones finitas denominadas
cuantos de energı́a o cuantos de luz.
Planck propone considerar la cavidad de cuerpo negro como
una colección de N osciladores armónicos lineales y considerar
la energı́a total EN de los osciladores como finitamente
divisible, es decir, consistente de un número finito P de
elementos de energı́a discreta , cada uno con un valor
definido para cada frecuencia ν:

EN = P .
La fórmula explı́cita es
 = hν,
donde h = 6.626 × 10−34 J · s es la constante de Planck.

Utilizando h, Planck consigue reproducir la curva experimental


de la distribución de la energı́a electromagnética del cuerpo
negro en función de la longitud de onda.
Albert Einstein presenta una hipótesis en 1905, que le permite
explicar el efecto fotoeléctrico: la luz (y toda onda
electromagnética) está constituida de “granos” de energı́a.

La energı́a de un grano es inversamente proporcional a la


longitud de la onda electromagnética y proporcional a h.

Este “quantum” de energı́a será bautizado más tarde fotón.

Se comprende bien el aporte de Einstein con relación al de


Planck.
Figura : Explicación del Efecto Fotoelectrico
En la explicación de la radiación de cuerpo negro, Plack
supone que las interacciones de la radiación y de la materia se
hacen por cuantos de energı́a.

Einstein va más lejos: la luz está constituida de cuantos de


energı́a.

La hipótesis de Einstein se verificó experimentalmente en 1924


en el “efecto Compton”, en el cual, el fotón interactúa
directamente con un solo electrón.
Figura : Efecto Compton
A partir de 1913, Niels Bohr utiliza el principio de
cuantificación de la luz para construir un modelo del átomo.

Plantea la hipóstesis de que el movimiento de los electrones


alrededor del núcleo esta cuantificado, lo que implica que los e
tienen órbitas bien determinadas.

Un e no puede pasar de una órbita a otra, sin la emisión o


absorción de un fotón.

El fotón lleva o trae la diferencia exacta de energı́a entre las


dos órbitas y por eso no puede tener cualquier λ.
El modelo de Bohr es esencialmente clásico, que considera a la
partı́cula con una posición y un momento definidos, pero con
dos asunciones ad hoc no clásicas:

1. El momento angular del electrón está cuantizado:

L = n~, n = 1, 2, 3, . . .

2. Las órbitas electrónicas, determinadas por 1), son


estables (“estacionarias”), no radı́an, a menos que haya
una transición entre dos órbitas, y entonces el átomo
emite o absorbe un fotón de energı́a

hν = |E − E0 | .
Figura : Modelo de Bohr
Desarrollo Inicial de la Teorı́a Cuántica

Después de esta serie de trabajos, de acuerdo a la situación


experimental, la luz podrı́a ser considerada como una onda,
regida por las ecuaciones de Maxwell, o como un jet de
fotones, con el comportamiento cercano al de partı́culas
puntuales.
En 1923, Louis de Broglie tuvo la idea de ampliar esta
dualidad onda-corpusculo a las partı́culas materiales
(electrones, protones, ...), y lanzar la premisa de una “teorı́a
ondulatoria de la materia”.

Para los fotones,


hc
Eγ = hν = ,
λ
donde λ es la longitud de onda de la luz, y acorde a la teorı́a
especial de la relatividad y las ecuaciones de Maxwell, la luz de
energı́a E posee un momento p = E /c, asi

Eγ h
pγ = = = ~k,
c λ
donde k es llamado el número de onda.
De Broglie argumentó que las mismas ecuaciones aplican para
partı́culas e introdujo las ondas de materia
h
E = hν = ~ω, p= = ~k.
λ
La hipótesis de de Broglie da una buena explicación de la
condición de cuantización de Bohr L = n~.
La idea de de Broglie, de asociar una onda a cada corpusculo
de materia implica que la posición del corpusculo debe
corresponder con la posición de la onda.

Pero una onda se extiende sobre una distancia infinita y una


partı́cula material ocuparı́a todo el universo.

Para superar este problema, se superponen una infinidad de


ondas a fin de construir un paquete de ondas, un objeto de
talla finita, que pueda representar a una partı́cula.
Un paquete de ondas que inicialmente esté localizado en un
espacio-x, con una anchura caracterı́stica ∆x, está también
localizado en un espacio-k, con anchura ∆k = 1/(2∆x).

En general, se puede decir que


1
∆x∆k ≥ .
2
Se puede interpretar esto como una incerteza en la
observación de los valores de la posición y el número de onda,
respectivamente.
Una medida del número de onda de la partı́cula k, es
equivalente a una medida de su momento p, ya que p = ~k.

Ası́, una incerteza en k de orden ∆k se traslada a una


incerteza en p de orden ∆p = ~∆k.

De la desigualdad anterior se obtiene


1
∆x∆p ≥ ~.
2
Este es el famoso principio de incerteza de Heisenberg,
propuesto por Werner Heisenberg en 1927.
De acuerdo a este principio, es imposible medir
simultaneamente la posición y el momento (exactamente) de
una partı́cula.

Un adecuado conocimiento de la posición de la partı́cula


implica un inadecuado conocimiento de su momento, y
viceversa.

El principio de incerteza es una consecuencia directa de


representar a las partı́culas como ondas.
La dualidad onda-partı́cula se perfiló como problema decisivo
para el desarrollo de la terı́a cuántica que para los años
1925-1927 entró en una etapa crucial.

¿Cómo podı́a ser el electrón una mezcla de dos elementos


excluyentes?

La analogı́a con modelos macroscópicos y por lo tanto, la


representación mental de lo que ocurre fı́sicamente en el
átomo causaba muchas dificultades.
Lo que faltaba era un modelo matemático para describir
acontecimientos cuánticos.

Dos esquemas equivalentes desarrollaron la mecánica cuántica:


Uno formulado por Werner Heisenberg y el otro desarrollado
directamente de la hipótesis de de Broglie por Erwin
Schrödinger.
Influenciado por el positivismo de Max Born y el ejemplo de
Einstein, Heisenberg rechazó las abstracciones inverificables en
la teorı́a cientı́fica, quedándose sólo con elementos medibles,
los datos observables.

Su mecánica de matrices es un esquema matemático que en


lugar de funciones usa una tabla numérica para calcular
posiciones y velocidades del electrón con un formalismo
mattemático que le permite hacer operaciones.
En 1925, Erwin Schrödinger (austrı́aco), profesor de fı́sica de
la universidad de Zurich, ofrecı́a un coloquio describiendo la
teorı́a de las ondas de materia de de Broglie.

En la audiencia, el fı́sico Peter Debye llama “infantil” a esta


teorı́a, porque “para tratar propiamente con ondas, se tiene
que tener una ecuación de onda”.

En la vacación de navidad, Schrödinger comienza a desarrollar


su ecuación de las ondas de materia.

En 1927, Schrödinger construye una ecuación de onda para las


ondas de materia de de Broglie.
Asume que una partı́cula “libre” (energı́a potencial V = 0) es
algún tipo de onda descrita por

Ψ(x, t) = A exp(i[kx − ωt]).

Inicialmente, Schrödinger trabaja con una función de onda


compleja por conveniencia matemática.

Esperaba tomar la parte real de Ψ para obtener fı́sicamente la


onda de materia “real”.
La energı́a de una partı́cula libre es totalmente cinética,

1 p2
E = mv 2 = .
2 2m

De acuerdo a las relaciones de de Broglie, esto puede escribirse


como
(~k)2
~ω = .
2m

Schrödinger buscaba que la ecuación de onda reprodujera esta


relación.
Él notó que

Ψ̇ = − iωΨ, Ψ0 = ikΨ, Ψ00 = − k 2 Ψ,

ası́ que

~2 k 2
~ω = ,
2m
~2
i~ [− iωΨ] = − [− k 2 Ψ],
2m
∂Ψ ~2 ∂ 2 Ψ
i~ =− ,
∂t 2m ∂x 2
por lo que para describir una partı́cula con energı́a cinética y
energı́a potencial V = V (x), Schrödinger agregó el término
V Ψ, produciendo finalmente

∂Ψ ~2 ∂ 2 Ψ
i~ =− + V (x)Ψ.
∂t 2m ∂x 2

La ecuación de Schrödinger es realmente una ecuación de


energı́a disfrazada.
Schrödinger inmediatamente usó la ecuación para encontrar
las energı́as del átomo de hidrógeno y encontró la expresión
para los niveles de energı́a.

También dió la solución del átomo de helio que la teorı́a de


Heisenberg no habı́a logrado explicar adecuadamente.

Las soluciones de la ecuación de Schrödinger también


indicaban que no podı́a haber dos electrones con los mismos
números cuánticos, o sea, que estuvieran en el mismo estado
energético.
Postulados
La Mecánica Cuántica se basa en Postulados.

Un postulado es un enunciado que se propone como cierto sin


necesidad inicial de prueba y que se utiliza como punto de
partida para la construcción lógica de una teorı́a. La validez de
la teorı́a se examina a posteriori, comprobando que se
pronostica correctamente el resultado de experimentos
controlados.

Debe recordarse que no se puede demostrar que una teorı́a


cientı́fica sea cierta, sino sólo que es falsa. Por lo tanto, la
validez de una teorı́a siempre es provisional, y siempre debe
estarse prevenido para que un nuevo ámbito, un nuevo tipo de
fenómenos, muestre las limitaciones y los errores del
formalismo.
Postulado 1: Todas las propiedades observables de un sistema
fı́sico están contenidas en su función de onda, Ψ(r , t),
dependiente de las coordenadas de posición r de las partı́culas
que componen el sistema y del tiempo t. Esta función debe ser
univaluada, contı́nua y de cuadrado integrable.
Significado de la Función de Onda

Ψ∗ (r , t)Ψ(r , t), es la densidad de probabilidad de encontrar a


la partı́cula en el punto r en el instante t.
Ψ∗ (r , t)Ψ(r , t) dV , es la probabilidad de encontrar a la
partı́cula en un volumen diferencial dV alrededor del punto r
en
R el∗ instante t.
Ψ (r , t)Ψ(r , t) dV = 1, es la probabilidad de encontrar a la
partı́cula en algún punto del espacio en el instante t.
Postulado 2: Principio de Superposición.

Sean dos funciones de onda cualesquiera, Ψ1 (r , t) y Ψ2 (r , t),


que representan sendos estados de un mismo sistema y sean
dos números complejos arbitrarios c1 y c2 .

La combinación lineal Ψ = c1 Ψ1 + c2 Ψ2 es la función de onda


de un estado valido del sistema y este estado se dice que es
una superposición de los representados por Ψ1 y Ψ2 .
Postulado 3: Cada observable fı́sico, A, se representa mediante
un operador lineal y hermı́tico Â.

Observable Operador
Posición r̂ = r
Momento p̂ = − i~∇
Postulado 4: Una medida única, individual, de la propiedad
asociada al operador  debe dar como resultado uno de los
valores propios del operador.

Se dice que Ψn es una funcion propia del operador Â, con


valor propio an , si

ÂΨn = an Ψn .
Postulado 5: Sea Ψn una función propia arbitraria de
 : ÂΨn = an Ψn .

El conjunto de todas las funciones propias independientes


forma un conjunto completo, de modo que la función de onda
de un estado cualesquiera del sistema se puede escribir siempre
como una combinación lineal de las funciones propias
independientes:
X
Ψ(r , t) = cn Ψn (r , t).
n
Postulado 6: La medición del observable
P asociado a un
operador  en un estado mezcla Ψ = n cn Ψn transforma el
estado del sistema al estado propio Ψn y da como resultado el
valor propio an con una probabilidad proporcional a |cn |2 .

En consecuencia, el valor promedio de una colección de


medidas de  en el mismo estado es
R ∗
Ψ ÂΨ dr
hAi = R ∗
Ψ Ψ dr

donde el denominador es la unidad si Ψ está normalizada.


Postulado 7: La función de onda del sistema varı́a en el tiempo
siguiendo la ecuación de ondas de Schrödinger:

ĤΨ(r , t) = i~ Ψ(r , t),
∂t

donde Ĥ = T̂ + V̂ es el operador de Hamilton del sistema.


Conclusión

La Mecánica Cuántica es la teorı́a mejor comprobada


experimentalmente en la historia de la Ciencia: no da razones
últimas de por qué la Naturaleza es como parece ser, o de si
podrı́a ser de otra forma, pero reproduce correctamente los
comportamientos observados.

Aunque algunas de sus caracterı́sticas desafı́en al sentido


común, no contiene contradicciones, es compatible con todos
los resultados experimentales conocidos, y ha permitido
numerosas predicciones sobre nuevos fenómenos que hasta
ahora siempre se han confirmado.
Ello no la convierte en un dogma indiscutible, pero tampoco es
una mera construcción social o un simple consenso entre
quienes se dedican a ella, como mantienen los sociólogos
postmodernos y deconstructivistas respecto a las ciencias de la
Naturaleza en general, negando su carácter objetivo.

La Mecánica Cuántica tampoco es un sistema puramente


matemático de postulados y teoremas sometido sólo a su
consistencia lógica interna: es una teorı́a de la Naturaleza
experimentalmente falsable.
En cualquier momento puede aparecer nueva evidencia
experimental que obligue a rechazarla o al menos modificarla.

En concreto, sigue habiendo dificultades para compatibilizarla


con la Relatividad General, y existen indicios de que a
distancias del orden de la llamada longitud de Planck,
1.6 × 10−35 m, mucho más pequeñas que las alcanzadas hasta
el presente, la estructura del espacio-tiempo puede ser muy
distinta de la considerada hasta ahora, exigiendo un nivel más
profundo de cuantificación (del propio espacio-tiempo e incluso
de su topologı́a).
Bibliografı́a

1. Mario Piris Silveira, Fı́sica Cuántica, Instituto Superior de


Ciencias y Tecnologı́a Nucleares, Editorial ISCTN, La Habana,
Cuba, 1999.
2. V. Luaña, L. Pueyo, M. Álvarez y J. Recio, Quı́mica Fı́sica
II 2005-2006, Universidad de Oviedo, Departamento de
Quı́mica Fı́sica y Analı́tica, Oviedo, España.
3. Guillermo Garcı́a Alcaine, Mecánica Cuántica, “El legado
filosófico del siglo XX”, Ed. Cátedra, Madrid (2005)
Gracias

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