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UNIVERSIDAD D E NAVARRA

FACULTAD D E TEOLOGÍA

Gloria HERAS OLIVER

JESÚS SEGÚN SAN MATEO


Análisis narrativo del primer evangelio

Extracto de la Tesis Doctoral presentada en la


Facultad de Teología de la Universidad de Navarra

PAMPLONA

1998
Ad normam Statutorum Facultatis Theologiae Universitatis Navarrensis,
perlegimus et adprobavimus

Pampilonae, die 29 mensis marcii anni 1998

Dr. Vicentius BAIAGUER Dr. Ioseph M . CASCIARO

Coram tribunali, die 27 mensis ianuari anni 1998, hanc


dissertationem ad Lauream Candidatus palam defendit

Secretarius Facultatis
Dr. Iacobus PUJOL

Excerpta e Dissertationibus in Sacra Theologia

Vol. XXXV, n. 1
PRESENTACIÓN

El trabajo q u e presentamos constituye, tal c o m o indica su título,


u n a aproximación al primer evangelio desde el m é t o d o de análisis na-
rrativo, dirigido a la comprensión de Jesús según S a n M a t e o . L a elec-
ción del m é t o d o narrativo responde a su razón de conveniencia y ac-
tualidad: E n efecto, por u n lado el empleo de este m é t o d o resulta un
c a m i n o adecuado para la comprensión del primer evangelio ya q u e es
un texto marcadamente narrativo. Por otro, c o m o señala el d o c u m e n -
to de la P C B sobre La interpretación de la Biblia en la Iglesia, la Exege-
sis c o n t e m p o r á n e a se caracteriza por su aprovechamiento de los m é t o -
d o s literarios de análisis que, además de aportar un enriquecimiento al
estudio crítico de los textos, permiten descubrir o poner m á s en claro
aspectos relevantes c o m o la dimensión comunicativa de los relatos sa-
grados. C o n esta orientación metodológica, nuestro trabajo se ha cen-
trado en el análisis sincrónico del primer evangelio, c o n el o b j e t o de
mostrar u n a mejor comprensión del m i s m o , en cuanto relato trabado
c o m o un todo significativo, penetrar a su vez con mayor profundidad
en el horizonte teológico y, en particular, cristológico de M a t e o , y fi-
nalmente facilitar la comunicación de su mensaje a los lectores de hoy.
¿Por q u é el evangelio de M a t e o ? Las motivaciones p u e d e n ser au-
n a d a s en t o r n o a d o s cuestiones fundamentales. E n p r i m e r lugar, el
e x a m e n de la bibliografía especializada en el análisis narrativo de los
evangelios revela q u e los estudios dedicados al relato m a t e a n o son los
m á s escasos. Si bien es cierto q u e en el á m b i t o norteamericano se han
m u l t i p l i c a d o los estudios c o m p l e t o s sobre la narratividad del p r i m e r
evangelio y, m á s recientemente, algunos autores franceses han p u b l i -
cado artículos y obras relevantes, el relato de M a t e o ha sido relegado a
un s e g u n d o plano. Esta situación contrasta, sin d u d a , con la posición
privilegiada del primer evangelio en los primeros tiempos d e la Iglesia
en los q u e fue el m á s leído y c o m e n t a d o , tal vez p o r q u e resultaba m u y
a d e c u a d o para la memorización y fijación de contenidos en las p r i m e -
12 GLORIA HERAS OLIVER

ras c o m u n i d a d e s cristianas p o r su estilo sobrio, s u lenguaje formula-


rio y la a b u n d a n c i a de enseñanzas recogidas en los discursos de Jesús.
El m o t i v o del desplazamiento en la Exégesis actual radica, sin lugar a
d u d a s , en la negación p o d r í a m o s decir tradicional del carácter narra-
tivo del p r i m e r evangelio. C i e r t a m e n t e a m e n u d o se afirma q u e los
evangelios de M a r c o s , L u c a s y t a m b i é n J u a n son m á s narrativos q u e
M a t e o sin e m b a r g o , a nuestro m o d o de ver, ésta es u n a calificación
q u e afecta tan sólo a la manera de describir la trama. E n definitiva, lo
único q u e quiere decir es q u e M a t e o es «peor» c o n t a d o r de historias.
D e s d e nuestro p u n t o de vista, los cuatro evangelistas s o n narradores,
cada u n o con cualidades específicas, p o r q u e cuentan la historia de J e -
sús c o m o un relato de acontecimientos c o n u n a trabazón particular,
c o n u n o r d e n y orientación d e t e r m i n a d o s . E n este s e n t i d o , nuestro
trabajo a s u m e el carácter narrativo del primer evangelio c o m o p u n t o
de p a r t i d a y n o c o m o objetivo q u e d e b a demostrarse. L o s resultados
del análisis p o n e n de manifiesto el acierto de este planteamiento.
E n s e g u n d o lugar, en los estudios acerca del evangelio de M a t e o se
observa la existencia de algunas cuestiones en debate a las q u e el análi-
sis narrativo p u e d e aportar luces interesantes. Entre ellas destaca la de-
t e r m i n a c i ó n de la estructura del evangelio, decisiva para u n a recta
comprensión del m i s m o . E n efecto, los .exégetas suelen estar de acuer-
d o en sus opiniones sobre el plan seguido por el evangelio de M a r c o s ,
el de Lucas y J u a n . E n c a m b i o , M a t e o es una excepción. Las propues-
tas acerca de la estructura del primer evangelio se diversifican y multi-
plican. C o m o es fácil de c o m p r e n d e r la investigación en este terreno
no es sencilla. Las numerosas tesis que se han desarrollado han permi-
tido resaltar los p u n t o s m á s destacados del evangelio pero la falta de
consenso, reconocida por todos los autores, postula un m o d e l o de aná-
lisis, quizá m á s ajustado al carácter narrativo del relato, q u e clarifique
el cuadro caótico actual. E n nuestro trabajo, la cuestión de la estructu-
ra del primer evangelio se aborda en el último capítulo, c o m o fruto del
análisis narrativo. A d e m á s de examinar críticamente las propuestas
m á s recientes, a p u n t a m o s u n a propuesta personal q u e presta atención
al desarrollo de la trama narrativa y, a la vez, indica cuáles son, a nues-
tro m o d o de ver, los principales motivos teológicos de M a t e o .
N u e s t r o estudio se abre con una reflexión sobre cuestiones teóricas
de carácter general acerca de la narración: su naturaleza, sus elemen-
tos esenciales, su especificidad y las virtualidades q u e p u e d e desarro-
llar, c o n el p r o p ó s i t o de asentar un f u n d a m e n t o sólido sobre el q u e
p u e d a apoyarse el análisis del evangelio d e M a t e o . S ó l o p o d r á desa-
rrollarse u n análisis serio del evangelio y entrar en diálogo c o n los es-
PRESENTACIÓN 13

pecialistas del m i s m o c u a n d o se hayan c o m p r e n d i d o las categorías so-


bre las q u e se basa el m é t o d o narrativo y la finalidad q u e pretende al-
canzar. U n estudio de este tipo no suele estar presente en las obras de-
dicadas al análisis narrativo de los evangelios. L o s exégetas, en su
mayoría, recogen acríticamente las categorías de teóricos de la Litera-
tura c o m o G é r a r d Genette en el á m b i t o francés o S e y m o u r C h a t m a n
en el americano, aplicándolas al relato evangélico. E n nuestro trabajo
h e m o s preferido dirigir la atención, en p r i m e r lugar, hacia la c o m -
prensión d e la narración en general para poder entender después q u é
tipo de narración es el relato de M a t e o .
C o m o resultado de dicha reflexión e x p o n e m o s u n a consideración
científica del c o n c e p t o de narración y e s b o z a m o s u n a definición q u e
a u n a las aportaciones m á s valiosas de la Teoría de la literatura, la Filo-
sofía y la Historia. Por narración entendemos la «historia q u e u n a ins-
tancia refiere por m e d i o de un discurso, constituyendo una secuencia
t e m p o r a l p r o p i a , c a p a z de revelar el m o d o de ser y manifestarse del
h o m b r e , la identidad h u m a n a , q u e el lector reconstruye en el proceso
de lectura». E s t a definición p u e d e ser aplicada al relato de M a t e o y
lleva consigo u n a apertura de horizontes m á s amplios q u e los de Best
sobre M a r c o s , Aletti sobre Lucas, o K i n g s b u r y sobre el p r o p i o M a t e o ,
p o r citar algunos autores relevantes. D e este m o d o , p o d e m o s afirmar
q u e el evangelista narra los eventos de la vida de Jesús f o r m a n d o u n a
totalidad significante, u n a historia, a través d e la cual p u e d e accederse
a la identidad del Señor. E n el evangelio n o e n c o n t r a m o s definiciones
categóricas acerca del ser de Jesús, sin e m b a r g o , s u lectura d a respues-
ta a la p r e g u n t a sobre q u i é n es él. Y éste es, sin d u d a , el aspecto q u e
m á s interesa en un estudio teológico c o m o el nuestro.
N o obstante, es preciso señalar que el evangelio de M a t e o es un re-
lato cuya intencionalidad va m á s allá de la p u r a narración, de m o d o
q u e su objeto primordial n o es el desarrollo de las cualidades de lo na-
rrativo, sino transmitir u n a d e t e r m i n a d a c o m p r e n s i ó n de la historia
de Jesús. Por ello, en el primer evangelio los personajes son delineados
c o n u n o s p o c o s trazos, la t r a m a se desarrolla sin c o m p l e j i d a d y s o n
frecuentes las intervenciones del narrador para dar a conocer el senti-
d o d e los eventos. Estos y otros rasgos del evangelio m a t e a n o p e r m i -
ten describirlo c o m o u n a narración p o c o elaborada en c u a n t o relato.
E n c a m b i o , la idea teológica fundamental q u e recorre la historia na-
rrada desde su inicio, con la presentación de Jesús c o m o el Cristo ( M t
1 , 1 6 - 1 7 ) , hasta el m a n d a t o misionero con el q u e se concluye, se ex-
presa de m o d o reiterado. Para ello, el autor recurre a técnicas, c o m o
las citas de c u m p l i m i e n t o , q u e son adecuadas a procesos argumentati-
14 GLORIA HERAS OLIVER

vos propios de ciencias c o m o la Teología o la Historia. Sin e m b a r g o ,


es i m p o r t a n t e entender bien esta descripción del relato m a t e a n o . El
primer evangelio n o es, con palabras de Ulrich L u z , un «esbozo histó-
rico de teología» 1 sino u n a narración. L o decisivo en la descripción del
relato mateano n o es la elaboración teológica de la historia de Jesús, sino
la inserción del evangelio en la historia de Jesús. Por ello, el primer
evangelio debe ser interpretado primariamente en el plano de la narra-
ción y desde ese nivel hacer emerger s u proyecto teológico. E s t e ha
sido, en definitiva, el propósito del presente trabajo de investigación.
E n el s e g u n d o capítulo se inicia el análisis del relato m a t e a n o con
el estudio del T i e m p o . E s t a categoría, según el m o d e l o narratológico
a d o p t a d o en nuestro trabajo, permite descubrir el sustrato d e la es-
tructura superficial del relato y constituye el soporte sobre el cual se
a p o y a el e x a m e n de las d e m á s categorías. El estudio se centra en el
análisis de las relaciones existentes entre el tiempo q u e abarca la histo-
ria de Jesús y el t i e m p o q u e se emplea en el discurso m a t e a n o , según
tres d e t e r m i n a c i o n e s esenciales: el o r d e n en q u e se desarrollan los
a c o n t e c i m i e n t o s de la historia y su disposición en el relato, la d u r a -
ción de los eventos y la longitud q u e o c u p a n en el texto, y la frecuen-
cia o repetición de los eventos en el relato. D e este m o d o , se e x a m i n a
la sucesión cronológica de los acontecimientos, las transgresiones del
o r d e n , la articulación de las grandes u n i d a d e s del relato, los m o v i -
mientos narrativos, y el uso de dobletes y relatos iterativos.
L a categoría q u e se analiza en el tercer capítulo es el M o d o , térmi-
n o con el q u e se designa la regulación de la información narrativa. S u
estudio atañe, por un lado, al v o l u m e n del material de la historia q u e
relata M a t e o y, por otro, a la perspectiva o p u n t o de vista desde la cual
se organiza y lleva a cabo la narración. E n este caso, el análisis se cen-
tra en la investigación de los tipos de discurso q u e e m p l e a el narrador
para referir los acontecimientos y las palabras de Jesús, y en la m a n i -
festación del p u n t o de vista m e d i a n t e el e x a m e n de cuestiones c o m o
la d e n o m i n a c i ó n de los personajes y s u fraseología, el u s o de los ver-
bos de m o v i m i e n t o y m o d a l i d a d , y la valoración de la historia q u e se
refleja en el uso d e las citas de c u m p l i m i e n t o .
L a Voz o enunciación narrativa, constituye el objeto de análisis del
capítulo cuarto. El e x a m e n de esta categoría p e r m i t e d e t e r m i n a r
c ó m o y c u á n d o el narrador, q u e es la voz principal de t o d o relato, de-
lega s u función en J e s ú s , personaje central del evangelio. A d e m á s se

1. U. L u z , El evangelio según San Mateo I, Salamanca 1993, p. 4 6 , nota 42.


PRESENTACIÓN 15

describe c o n detalle de q u é m o d o el narrador y Jesús d e s e m p e ñ a n su


función narrativa, explicativa y c o m u n i c a t i v a . A l g u n o s e l e m e n t o s
destacados del análisis en este capítulo s o n el uso de los s u m a r i o s , la
i n t r o d u c c i ó n de glosas explicativas, los relatos de parábolas, y las re-
ferencias al lector.
E n el capítulo quinto, c o m o ya se ha señalado, se exponen las p r o -
puestas de estructura del primer evangelio, de corte narrativo, m á s re-
presentativas d e los estudios de los d o s últimos decenios, y se ensaya
u n a propuesta personal c o m o resultado del análisis del evangelio. Por
otra parte, en el p u n t o final del trabajo, se alcanza el objetivo nuclear
de t o d o análisis narrativo, esto es, la descripción de la configuración
de los eventos q u e hacen del relato m a t e a n o u n t o d o unitario, y el es-
tudio de su significación específica. Este capítulo es el objeto del pre-
sente excerptum.
Por ú l t i m o , deseo expresar m i a g r a d e c i m i e n t o al profesor D . V i -
cente Balaguer p o r su orientación y valiosas sugerencias q u e han guia-
d o la realización de este trabajo. Dirijo también m i agradecimiento a
la Facultad de Teología de la Universidad de N a v a r r a por las facilida-
des q u e h a n hecho posible esta investigación y, particularmente, a su
claustro de profesores de cuyo saber y disponibilidad m e he beneficia-
d o c o n tanta a b u n d a n c i a durante mis años d e formación teológica.
Í N D I C E D E LA TESIS

T A B L A D E SIGLAS Y ABREVIATURAS 7
INTRODUCCIÓN 9

CAPÍTULO I

PERSPECTIVAS D E L A N A R R A C I Ó N

1. E L C O N C E P T O D E N A R R A C I Ó N 13
1.1. L a Poética aristotélica 14
1.2. L a Teoría Literaria contemporánea 20
1.3. La Pragmática de la comunicación 30
2. R E F L E X I O N E S A C E R C A D E L A N A R R A C I Ó N D E S D E O T R O S Á M B I T O S . . . . 33
2.1. L a «Teoría de la acción» 34
2.2. L a Filosofía de la Historia 37
3. N A R R A C I Ó N Y S A G R A D A E S C R I T U R A 41
3.1. El método de análisis estructural y la Exégesis bíblica 42
3.2. El método narrativo y su uso en la Exégesis bíblica 45
3.3. La Teología Narrativa: una propuesta de especulación teológica 49
3.4. El método narrativo en el documento de la P C B sobre La in-
terpretación de la Biblia en la Iglesia 52

CAPITULO II

EL TIEMPO

INTRODUCCIÓN 59
1. E L O R D E N 61
1.1. L a sucesión cronológica 61
a) Notas temporales 62
b) El adverbio TOTE y la expresión a7tó x ó x e 67
c) Notas espaciales 71
1.2. Las rupturas del orden: anacronías 77
1.2.1. Analepsis 79
18 GLORIA HERAS OLIVER

a) Analepsis externas 79
b) Analepsis internas 80
c) Analepsis mixtas 84
1.2.2. Prolepsis 87
a) Prolepsis internas homodiegéticas 88
b) Prolepsis internas heterodiegéticas 91
c) Prolepsis externas homodiegéticas 91
d) Prolepsis externas heterodiegéticas 92
2. L A D U R A C I Ó N 97
2.1. Las unidades narrativas y su cronología interna 98
2.2. Los movimientos narrativos 102
3. L A F R E C U E N C I A 108
3.1. Relatos repetitivos 109
3.2. Relatos iterativos 118

CAPÍTULO III

EL M O D O

I N T R O D U C C I Ó N Y P A U T A S PARA E L A N Á L I S I S 123
1. A N Á L I S I S D E L A D I S T A N C I A E N E L R E L A T O M A T E A N O 134
1.1. Relatos en discurso narrativizado 135
1.2. Relatos en discurso transpuesto 142
1.3. Relatos en discurso restituido 146
2. A N Á L I S I S D E L P U N T O D E V I S T A E N E L R E L A T O M A T E A N O 156
2.1. El plano fraseológico 156
2.1.1. La denominación de los personajes 162
a) El nombre «Jesús» 164
b) Los nombres «Jesucristo» y «Cristo» 167
c) Otros nombres de Jesús 175
d) Los nombres de los personajes 182
2.1.2. Análisis de la fraseología 188
a) El verbo áva^Mpéc») 189
b) La expresión 7tXr)poa> x ó p7)&év 192
c) La mención de Dios como «padre» 196
2.2. El plano espacio-temporal 199
a) El verbo 7tpoCTépx.O[Ji.a[. 212
b) Otros verbos de movimiento 215
2.3. El plano psicológico 221
a) Las referencias a Jesús 223
b) Los discípulos 230
c) Los jefes religiosos y la multitud 234
2.4. El plano ideológico 241
a) Las referencias a la Escritura 243
b) Comentarios explicativos 248
Í N D I C E D E LA TESIS 19

CAPITULO IV

LA V O Z

I N T R O D U C C I Ó N Y P A U T A S PARA E L A N Á L I S I S 253
1. E L N A R R A D O R M A T E A N O E N P R I M E R G R A D O Y S U S F U N C I O N E S 256
1.1. La función narrativa 257
a) El narrador y el desarrollo de los eventos 258
b) Los sumarios 263
c) La fórmula conclusiva de los grandes discursos 267
1.2. La función explicativa 272
a) Las glosas 275
b) Las citas de cumplimiento 279
1.3. La función comunicativa 290
2. J E S Ú S C O M O N A R R A D O R 297
2.1. La función narrativa 298
a) Datos sobre la historia de Jesús 298
b) Los relatos de Jesús 316
2.2. La función explicativa 325
2.3. La función comunicativa 333

CAPÍTULO V

LA T R A M A

INTRODUCCIÓN 339
1. L A E S T R U C T U R A D E L P R I M E R E V A N G E L I O : P A N O R A M A D E P R O P U E S T A S . 340
2. L A N O C I Ó N D E T R A M A 349
3. L A T R A M A D E L P R I M E R E V A N G E L I O 352
3.1 Descripción de la trama 352
a) M t 1,1-4,16 353
b ) M t 4,17-25,46 358
c) M t 26,1-28,20 364
3.2. La función de los personajes en la configuración de la trama .. 368
3.3. La estructura del primer evangelio 372
3.4. Significación de la trama mateana 375
CONCLUSIONES 381
BIBLIOGRAFÍA 387
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LA T R A M A D E L PRIMER EVANGELIO

INTRODUCCIÓN

N u e s t r o t r a b a j o ha a s u m i d o c o m o p r e s u p u e s t o f u n d a m e n t a l la
consideración del evangelio de M a t e o c o m o u n a narración unitaria,
esto es, u n relato d e la historia de Jesús c o n f i g u r a d a en el t i e m p o , en
el q u e el e n s a m b l a j e d e los eventos o t o r g a a la narración s u carácter
d e totalidad significativa. C o n esta orientación se ha llevado a cabo
el análisis d e las tres categorías básicas del relato s e g ú n el m é t o d o ,
d e corte estructuralista, p r o p u e s t o p o r G e n e t t e : T i e m p o , M o d o y
Voz. E n este capítulo es preciso dirigir el e s t u d i o hacia el o b j e t i v o fi-
nal d e t o d o análisis narrativo: la selección y v a l o r a c i ó n d e los ele-
m e n t o s q u e p e r m i t e n describir la organización del relato, es decir, la
d e t e r m i n a c i ó n de los a s p e c t o s q u e hacen p o s i b l e la d e l i n c a c i ó n d e
u n a t r a m a q u e , p o r u n l a d o , dé razón de la c o m p o s i c i ó n y, p o r o t r o ,
p e r m i t a c o m p r e n d e r el relato c o m o un t o d o significativo. E n efecto,
n u e s t r a investigación q u e d a r í a i n c o m p l e t a sin el p l a n t e a m i e n t o de
u n a p r o p u e s t a de la e s t r u c t u r a del p r i m e r evangelio, q u e refleje
c ó m o se desenvuelve la t r a m a y q u e a d e m á s p o n g a de manifiesto la
u n i d a d d e la narración de la historia d e J e s ú s , d e s d e s u inicio hasta
el p u n t o final.
Por o t r a p a r t e , en los c a p í t u l o s d e d i c a d o s al análisis se h a n i d o
d e s t a c a n d o n u m e r o s o s f e n ó m e n o s c u y a significación ha q u e d a d o
sólo a p u n t a d a . A h o r a es el m o m e n t o a d e c u a d o p a r a recoger d i c h o s
a s p e c t o s y describir s u s e n t i d o m e d i a n t e el d i s c e r n i m i e n t o d e la
f u n c i ó n q u e d e s e m p e ñ a n en la c o n f i g u r a c i ó n de la t r a m a . D e este
m o d o , la descripción de la t r a m a del relato m a t e a n o llevará c o n s i g o
u n a m a y o r c o m p r e n s i ó n de cuál sea el plan s e g u i d o p o r el a u t o r en
la c o m p o s i c i ó n del evangelio, y permitirá apreciar su horizonte teo-
lógico.
32 GLORIA HERAS OLIVER

1. L A ESTRUCTURA DEL PRIMER EVANGELIO:


PANORAMA D E PROPUESTAS

L a determinación de la estructura del primer evangelio es u n a de


las cuestiones m á s debatidas p o r los estudiosos d e los s i n ó p t i c o s .
C i e r t a m e n t e , los exégetas suelen estar de acuerdo, si bien c o n algunas
diferencias de detalle, en sus opiniones sobre el plan seguido p o r M a r -
cos y L u c a s en sus relatos. M a t e o , en c a m b i o , es u n a excepción ya
q u e , c o m o señala L u z 1 su relato no ofrece un e s q u e m a de articulación
claro. C o m o es s a b i d o , hasta hace a p r o x i m a d a m e n t e veinte a ñ o s , los
autores han desarrollado numerosas propuestas que, en líneas genera-
les, suelen reducirse a tres tipos básicos: las q u e a d o p t a n u n criterio
geográfico-cronológico y organizan el evangelio de a c u e r d o c o n las
notas geográficas y la secuencia lineal de los eventos q u e c o m p o n e n la
vida d e Jesús; las propuestas basadas en la repetición de fórmulas o es-
q u e m a s q u e d a n lugar al m o d e l o de los cinco libros y la estructura
quiástica; y, p o r ú l t i m o , las conceptuales q u e intentan definir la es-
tructura m a t e a n a de acuerdo con un t e m a o idea central q u e el evan-
gelista ha t o m a d o de sus materiales 2 . A estos tres m o d e l o s de estructu-
ra h a y q u e s u m a r ahora las propuestas d e e n f o q u e narrativista, q u e
r e t o m a n esta cuestión controvertida c o m o u n o de los objetos centra-
les d e estudio. L a proliferación de trabajos d e d i c a d o s a la estructura
m a t e a n a p o n e de manifiesto s u relevancia y a c t u a l i d a d y, p o r t a n t o ,
resulta m u y conveniente exponer, si bien de m o d o escueto, u n a visión
p a n o r á m i c a de las pincipales propuestas q u e tratan de poner de relie-
ve c ó m o se p r o d u c e el desenvolvimiento de la trama del primer evan-
gelio.
E n primer lugar cabe mencionar, según el orden de publicación de
los estudios, la estructura propuesta por J . D . K i n g s b u r y en la s e g u n d a
edición de su o b r a titulada Matthew as Story, de 1 9 8 8 3 . Para este au-
tor el relato m a t e a n o está f o r m a d o p o r tres grandes secciones q u e se
corresponden con los movimientos mayores de la acción: el inicio en
el q u e se presenta a Jesús c o m o H i j o de D i o s , la parte central en la
q u e M a t e o narra el ministerio de Jesús en Israel y el rechazo del p u e -
blo y, por último, el desenlace que c o m p r e n d e la subida de Jesús a J e -
rusalén, su Pasión, la muerte y resurrección. El e s q u e m a q u e p r o p o n e
es el siguiente:
1. Presentación de Jesús Mesías ( M t 1,1-4,16).
2 . Ministerio de Jesús Mesías a Israel ( M t 4 , 1 7 - 1 1 , 1 ) y rechazo de
Israel ( M t 1 1 , 2 - 1 6 , 2 0 ) .
JESÚS SEGÚN SAN MATEO 33

3. El c a m i n o de Jesús hacia Jerusalén, Pasión, M u e r t e y Resurrec-


ción ( M t 1 6 , 2 1 - 2 8 , 2 0 ) .
E n la exposición de su propuesta, K i n g s b u r y defiende que M a t e o
e m p l e a la fórmula onno xóxe c o m o la m a r c a fundamental q u e p o n e
en evidencia cuál es el inicio de la segunda y la tercera fase de su rela-
to 4 . E n el primer caso ( M t 4 , 1 7 ) esta fórmula concluye el t i e m p o de
presentación y preparación de Jesús y m a r c a el inicio de su ministerio;
en el s e g u n d o caso dicha expresión aparece tras la confesión de Pedro
en C e s á r e a ( M t 1 6 , 2 1 ) , y enlaza c o n el p r i m e r a n u n c i o explícito de
J e s ú s a sus discípulos acerca de s u m u e r t e y resurrección. A d e m á s ,
j u n t o a esta fórmula q u e facilita la delimitación de las secciones en el
nivel de la superficie del texto, K i n g s b u r y señala q u e el elemento es-
tructural alrededor del cual gira y progresa la narración es el «conflic-
to» q u e se desarrolla en dos direcciones: entre Jesús y los dirigentes re-
ligiosos de Israel, y entre Jesús y sus discípulos. El primero concluye
con el rechazo definitivo de Israel tras el ministerio de Jesús, q u e cul-
m i n a c o n la muerte y resurrección del Señor y q u e d a realzado por tres
s u m a r i o s ( M t 4 , 2 3 ; 9 , 3 5 ; 1 1 , 1 ) ; el s e g u n d o «conflicto», en c a m b i o ,
termina al final del evangelio con la reconciliación de Jesús y los discí-
pulos y el consiguiente m a n d a t o misionero.
Es preciso señalar que la propuesta de K i n g s b u r y ha sido objeto de
a l g u n a s correcciones y críticas p o r parte de otros autores, ya q u e se
observa con facilidad cierta discontinuidad entre el m é t o d o de análi-
sis narrativo q u e e m p l e a en s u estudio del evangelio y la estructura
q u e traza sólo en sus líneas maestras. E n efecto, si bien es cierto q u e
en la o b r a de K i n g s b u r y el análisis aporta numerosos elementos de in-
terés, n o obstante, la estructura q u e p r o p o n e n o a u n a dichos aspectos
sino q u e parece m á s bien el resultado de un presupuesto a s u m i d o de
a n t e m a n o : la d e p e n d e n c i a por parte de M a t e o del relato de M a r c o s ,
n o sólo en c u a n t o fuente p r i m o r d i a l 5 sino t a m b i é n en su articula-
c i ó n 6 . D e este m o d o , a p o y a d o en la cesura q u e existe entre M t 1 6 , 2 0
y 1 6 , 2 1 , después de la confesión de Pedro en Cesárea, y en la coinci-
dencia del uso de la expresión arcó T O T E en el citado pasaje y en M t
4 , 1 7 , K i n g s b u r y establece la división en d o s secciones q u e se corres-
p o n d e n , d e h e c h o , c o n las d o s partes principales del evangelio de
M a r c o s 7 , a las q u e antecede en el relato m a t e a n o u n a i n t r o d u c c i ó n
preliminar.

N o obstante las críticas, la aportación principal de Kingsbury, esto


es, la división del evangelio en tres grandes secciones a p o y a d a en la
fórmula tx.no T O T E , ha sido a s u m i d a por otros estudiosos c o m o D a -
34 GLORIA HERAS OLIVER

vid R. Bauer. Este autor, en su monografía The Structure ofMatthew's


Gospel. A Study in Literary Design, p u b l i c a d a en 1 9 8 9 , elabora u n a
propuesta de estructura m á s trabada, con la delimitación de unidades
m e n o r e s 8 . A d e m á s , conviene destacar q u e B a u e r lleva a t é r m i n o el
p r i m e r intento de identificación y clasificación de las relaciones es-
tructurales q u e existen entre las diferentes secciones del relato. E n su
obra establece una tipología de 15 categorías de las que selecciona seis
para articular s u propuesta de estructura: repetición, contraste, c o m -
paración, climax, particularización e inclusión 9 . D e este m o d o , según
Bauer, la narración m a t e a n a está c o n s t r u i d a sobre la base de cuatro
tipo de relaciones q u e c o m b i n a n estos seis principios estructurales.
D i c h a s relaciones son la «repetición de c o m p a r a c i ó n » , «repetición de
contraste», «repetición de particularización y climax» y, p o r ú l t i m o ,
«climax e inclusión». L a primera categoría se refiere a la repetición de
expresiones u otros elementos q u e p o n e n de manifiesto la relación
q u e existe, en términos de c o m p a r a c i ó n , entre la persona de Jesús y el
papel de los discípulos en cuanto a su relación con D i o s , el m o d o de
vida y la misión. E n segundo lugar, la «repetición de contraste» remi-
te a la o p o s i c i ó n reiterada entre Jesús y los jefes religiosos de Israel y,
en m e n o r m e d i d a , con todos aquellos personajes q u e se acercan a J e -
sús sin fe. L a «particularización», p o r s u parte, es el p r o c e d i m i e n t o
por el cual q u e d a determinado, al principio de cada sección, el aspec-
to singular q u e la caracteriza y cuyo contenido se e x p a n d e a lo largo
del material q u e le sigue en cada caso. Por último, el término «climax»
remite al p u n t o c u l m i n a n t e de cada sección alrededor del cual se
construye la narración, y la «inclusión» hace referencia al e l e m e n t o
q u e se repite al principio y al final de u n a unidad.
El e s q u e m a delineado por Bauer es el siguiente:
A . L a preparación de Jesús Mesías, H i j o de D i o s ( M t 1,1-4,16)
1. Particularización ( M t 1,1): Jesús « C r i s t o » , « H i j o de D a v i d » ,
« H i j o de A b r a h a m » .
2. Repetición de los temas y climax ( M t 3,17): Jesús «el H i j o amado».
B. Proclamación de Jesús a Israel ( M t 4 , 1 7 - 1 6 , 2 0 )
1. Particularización ( M t 4 , 1 7 ) : J e s ú s «desde entonces» (arcó
T O T E ) empieza su ministerio.
2 . C a u s a c i ó n : m o v i m i e n t o de la proclamación ( M t 4 , 1 7 - 1 1 , 1 ) a la
respuesta a la proclamación ( M t 1 1 , 2 - 1 6 , 2 0 ) .
3. C l i m a x ( M t 1 6 , 2 0 ) : la confesión de Pedro.
C . Pasión y resurrección de Jesús Mesías, H i j o de D i o s ( M t 1 6 , 2 1 -
28,20)
JESÚS SEGÚN SAN MATEO 35

1. Particularización ( M t 1 6 , 2 1 ) : Jesús «desde entonces» (arcó T O -


T E ) e m p i e z a a manifestar q u e es necesario q u e vaya a Jerusalén para
morir y resucitar al tercer día.
2 . C l i m a x : muerte, resurrección y envío d e los apóstoles. Jesús ca-
m i n o de Jerusalén ( M t 1 6 , 2 1 - 2 0 , 3 4 ) , rechazo de los jefes religiosos,
m u e r t e y resurrección ( M t 2 1 , 1 - 2 8 , 1 5 ) .
3. C l i m a x c o n inclusión ( M t 2 8 , 1 6 - 2 0 ) : Jesús «el E n m a n u e l » .
Bauer explica su propuesta de la siguiente manera. L a primera sec-
ción ( M t 1,1-4,16) establece el p a n o r a m a de todo el evangelio: Jesús
es presentado c o m o Mesías e H i j o de D i o s . A continuación, el segun-
d o s e g m e n t o narrativo ( M t 4 , 1 7 - 1 6 , 2 0 ) revela la causa q u e d e s e m b o -
cará en el final del relato: Israel rechaza el ministerio de Jesús y lo con-
d u c e a la m u e r t e . E n la tercera parte ( M t 1 6 , 2 1 - 2 8 , 2 0 ) se narra el
desenlace q u e c u l m i n a con la manifestación del E n m a n u e l y la acep-
tación de la persona de Jesús por parte de los discípulos, motivo p o r el
cual reciben el m a n d a t o misionero. E n este final, según Bauer conver-
g e n los tres temas f u n d a m e n t a l e s q u e se desarrollan a lo largo del
evangelio y q u e d a n u n i d a d a la narración: la a u t o r i d a d de J e s ú s , el
universalismo y la presencia del Señor en s u c o m u n i d a d 1 0 .
El e x a m e n de esta propuesta permite señalar q u e , si bien es cierto
q u e B a u e r t o m a en consideración las categorías de « c o m p a r a c i ó n » y
«contraste», los principios estructurales q u e a d o p t a c o m o p u n t o s de
a p o y o de la configuración de la narración m a t e a n a son tan sólo la «re-
petición de la particularización» y el «climax» c o n u n a «inclusión» fi-
nal q u e c o m p r e h e n d e t o d o el relato.
U n a estructura m u y similar en cuanto a la delimitación de las sec-
ciones del relato es la p r o p u e s t a por D a v i d B. H o w e l l en su o b r a
Matthew's Inclusive Story, A Study in the Narrative Rhetoric ofthe First
Gospel 11, publicada en 1 9 9 0 . E n efecto, Howell sigue de cerca la arti-
culación señalada p o r Bauer en c u a n t o a los s e g m e n t o s o u n i d a d e s
narrativas 1 2 a u n q u e e m p l e a distintos principios estructurales. Para
este autor, cuyo propósito es mostrar q u e el primer evangelio consti-
tuye, ante t o d o , un relato inclusivo 1 3 de la vida y el ministerio de J e -
sús, los temas p r o m e s a / c u m p l i m i e n t o y aceptación/rechazo deben ser
c o n s i d e r a d o s c o m o los elementos estructurales q u e relacionan cada
sección del evangelio y que, en definitiva, d a n u n i d a d a la narración.
Por un l a d o , según este autor, el tema p r o m e s a / c u m p l i m i e n t o es e m -
p l e a d o p o r M a t e o c o n d o s funciones diferentes: en ocasiones sirve
para presentar a Jesús c o m o el c u m p l i m i e n t o de la esperanzas mesiá-
nicas de Israel (citas de c u m p l i m i e n t o ) ; en otros casos, este e s q u e m a
36 GLORIA HERAS OLIVER

late bajo los anuncios de eventos q u e se c u m p l e n m á s tarde (prolep-


sis) cuya función es crear u n a serie de expectativas q u e se resuelven a
m e d i d a q u e avanza el relato. Por otra parte, el e s q u e m a aceptación (de
los discípulos)/rechazo (de los jefes religiosos), q u e sin d u d a remite a
los principios de « c o m p a r a c i ó n » y «contraste» de Bauer, se repite de
tal m o d o en el relato q u e , según Howell, la manifiestación de la acti-
tud q u e presentan los personajes respecto a Jesús lleva consigo el desa-
rrollo de los acontecimientos. E n definitiva, la articulación del relato
m a t e a n o , en la p r o p u e s t a de H o w e l l , se a p o y a en las p r o m e s a s o
anuncios q u e se c u m p l e n a m e d i d a q u e avanza el relato, y en la acti-
tud de aceptación u oposición de los personajes q u e se relacionan con
Jesús.
Para cerrar este sucinto p a n o r a m a de p r o p u e s t a s es preciso m e n -
cionar la q u e expone W. Cárter en su obra Matthew: Storyteller, Inter-
preten Evangelist, publicada en 1 9 9 6 . Para este autor, la existencia de
u n o s sucesos «núcleos», q u e hacen avanzar la t r a m a al plantear y re-
solver cuestiones y que, por tanto, n o p u e d e n suprimirse sin destruir
la lógica narrativa, frente a otros q u e s o n «satélites», q u e desarrollan
las elecciones hechas en los núcleos y, p o r tanto, sólo los elaboran o
c o m p l e t a n , permite delimitar seis bloques narrativos en el relato m a -
t e a n o 1 4 . S e ñ a l a m o s a continuación la estructura q u e p r o p o n e anotan-
d o entre paréntesis los eventos «núcleos» 1 5 .
1. M t 1,1-4,16 ( 1 , 1 8 - 2 5 ) : D i o s inicia la historia de Jesús. C o n c e p -
ción y envío de Jesús para manifestar la presencia salvífica d e D i o s .
2 . M t 4 , 1 7 - 1 1 , 1 ( 4 , 1 7 - 2 5 ) : Jesús manifiesta la presencia salvífica
de D i o s mediante su ministerio de predicación y su actividad t a u m a -
túrgica.
3. M t 1 1 , 2 - 1 6 , 2 0 ( 1 1 , 2 - 6 ) : El ministerio de Jesús revela su identi-
d a d de enviado de D i o s y exige una respuesta de aceptación o rechazo.
4 . M t 1 6 , 2 1 - 2 0 , 3 4 ( 1 6 , 2 1 - 2 8 ) : Jesús enseña a sus discípulos q u e el
plan divino incluye su muerte y resurrección.
5. M t 2 1 , 1 - 2 7 , 6 6 ( 2 1 , 1 - 2 7 ) : Jesús m u e r e en Jerusalén, en m a n o s
de los jefes religiosos, p o r el perdón de los pecados.
6. M t 2 8 , 1 - 2 0 ( 2 8 , 1 - 1 0 ) : D i o s vence t o d a o p o s i c i ó n , p e c a d o y
muerte con la resurrección de Jesús. Este envía a sus discípulos a u n a
misión universal y les p r o m e t e permanecer con ellos.
L o s seis sucesos nucleares permiten, según Cárter, describir la tra-
m a m a t e a n a del siguiente m o d o : Jesús es enviado por D i o s para m a -
nifestar su presencia salvífica entre los h o m b r e s . E s t a m i s i ó n se desa-
rrolla m e d i a n t e la predicación y la actividad curativa del S e ñ o r de
JESÚS SEGÚN SAN M A T E O 37

manera q u e sus hechos y palabras permiten reconocer su identidad y,


a la vez, exigen u n a respuesta. Así se p o n e de relieve en el suceso q u e
concluye el tercer bloque narrativo — e l episodio de C e s á r e a — cuan-
d o Jesús pregunta a sus discípulos q u é o p i n a la gente de él. El conte-
n i d o de la m i s i ó n de Jesús q u e d a enriquecido c o n la inclusión de su
m u e r t e y resurrección: Jesús anuncia que, para cumplir el designio di-
vino, a d e m á s de predicar y curar debe morir y resucitar. Estos aconte-
cimientos suceden c o m o consecuencia del rechazo de los jefes religio-
sos y, p o r tanto, dejan en s u s p e n s o el triunfo del plan salvífico. N o
o b s t a n t e , la m u e r t e de Jesús n o es el final del relato sino la resurrec-
ción, y ésta manifiesta q u e el designio divino supera la aparente victo-
ria de los jefes de Israel, y ratifica la misión de Jesús c o m o enviado de
D i o s . Por ú l t i m o , dicha m i s i ó n es transmitida a los discípulos p a r a
q u e se prolongue hasta el final de los tiempos.
H a s t a aquí nuestro examen de las propuestas m á s representativas,
en c u a n t o a la descripción del primer evangelio c o m o u n a narración
unitaria 1 6 . S u exposición nos permite señalar d o s aspectos esenciales.
E n primer lugar, se ha puesto de relieve q u e la determinación de la es-
tructura mateana debe tomar en consideración aspectos compositivos
c o m o la repetición n o sólo de fórmulas o expresiones fijas, sino de fe-
n ó m e n o s de m a y o r c o m p l e j i d a d c o m o la recurrencia de s e g m e n t o s
narrativos y la correlación de los eventos según esquemas del tipo pro-
m e s a / c u m p l i m i e n t o , aceptación/rechazo, climax e inclusión. E n este
sentido, es de importancia capital la determinación de cuáles pueden
ser considerados elementos estructurales q u e den razón del evangelio
t o m a d o en su c o n j u n t o . Por otra parte, se ha p u e s t o de manifiesto
q u e u n a p r o p u e s t a de estructura de corte narrativo d e b e mostrar las
relaciones q u e existen entre las unidades q u e c o m p o n e n cada u n a de
las secciones, es decir, debe tener la capacidad de explicar, por sí mis-
m a , el d i n a m i s m o interno del relato, su configuración, esto es, c ó m o
se desarrolla desde el inicio para llegar al final.
E n definitiva, el trazado de la estructura m a t e a n a n o debe buscar
cierta semejanza con u n tipo de construcción arquitectónica, en cuyo
interior todos los aspectos del relato encuentren su orden y lugar, sino
q u e m á s bien debe poner de relieve los grandes movimientos del rela-
t o 1 7 . A d e m á s , c o m o ya se ha señalado antes, u n a estructura q u e preste
atención a la naturaleza del evangelio c o m o u n a narración unitaria,
debe indicar también cuáles son los principales motivos teológicos de
M a t e o . Este es nuestro objetivo. Para ello, c o m o h e m o s hecho en los
capítulos precedentes, e x p o n e m o s primero u n a breve descripción de
la noción de trama q u e a s u m i m o s en nuestro trabajo.
38 GLORIA HERAS OLIVER

2. LA NOCIÓN DE TRAMA

E n sentido genérico la trama puede ser definida c o m o el desarrollo


de los episodios q u e c o m p o n e n la narración en cuanto u n t o d o signi-
ficativo, esto es, constituye u n a secuencia q u e n o se identifica c o n la
s i m p l e sucesión cronológica d e los eventos sino q u e i m p l i c a la des-
cripción de las conexiones q u e existen entre ellos, y q u e confieren al
relato s u sentido unitario. L a trama lleva siempre consigo u n proceso
de construcción d e la historia, q u e es posible descubrir precisamente
mediante el análisis de sus manifestaciones en el discurso narrativo, y
q u e se resuelve en la configuración del relato en s u especificidad.
C o n palabras de R i c o e u r 1 8 , p u e d e señalarse q u e la trama d e s e m p e -
ña u n a función m e d i a d o r a entre los acontecimientos individuales y la
historia t o m a d a c o m o u n t o d o y, p o r ello, «se p u e d e decir equiva-
lentemente q u e extrae u n a historia sensata de u n a serie d e aconteci-
mientos o d e incidentes (...); o q u e transforma estos acontecimientos
o incidentes en u n a historia» 1 9 . E n cierto sentido, p u e d e considerarse
q u e los eventos q u e c o m p o n e n u n relato reciben u n a inteligibilidad
derivada de s u contribución al desarrollo d e la trama, d e m a n e r a q u e ,
los acontecimientos q u e «soportan» el hilo argumental, gozan d e u n a
m a y o r significación p o r el papel q u e d e s e m p e ñ a n en la construcción
de la narración. D e este m o d o , el primer paso para determinar la tra-
m a es seguir el relato desde el principio hasta el final p a r a descubrir
cuáles s o n los sucesos q u e constituyen s u a r m a z ó n . N o o b s t a n t e , es
preciso tener t a m b i é n en cuenta q u e el desarrollo d e la trama, c o m o
ya se h a dicho, n o coincide c o n la m e r a sucesión lineal de los aconte-
cimientos, sino q u e incluye otro aspecto determinante: la causalidad.
E n efecto, d e s d e Aristóteles se h a m a n t e n i d o q u e en t o d a narración
los sucesos s o n radicalmente correlativos, encadenantes y vinculantes,
es decir, su secuencia n o es simplemente lineal sino causativa, a u n q u e
dicha causalidad p u e d e estar o n o representada de m o d o explícito. E n
este sentido, los sucesos narrativos n o sólo tienen u n a lógica d e jerar-
q u í a , en c u a n t o q u e u n o s s o n m á s i m p o r t a n t e s q u e otros, sino t a m -
bién u n a lógica d e conexión d e m o d o q u e p u e d e afirmarse q u e t o d a
narración r e s p o n d e a d o s preguntas al m i s m o t i e m p o : ¿qué? y ¿por
qué? Por tanto, la descripción de la trama debe dar razón del desarro-
llo de los eventos y d e las relaciones de causalidad q u e existen entre
ellos. Pero a d e m á s , para poder comprender la d i m e n s i ó n configuran-
te d e la trama, es preciso t o m a r en consideración u n ú l t i m o término
q u e es constitutivo de t o d o relato concreto: el sentido del p u n t o fi-
n a l 2 0 . E n efecto, el p u n t o final d e u n a narración es el q u e , en ú l t i m a
JESÚS SEGÚN SAN MATEO 39

instancia, p e r m i t e q u e ésta p u e d a ser e n t e n d i d a c o m o u n a totalidad


ya q u e desvela la dirección que siguen los eventos del relato. S ó l o des-
de el cierre se p u e d e comprender q u é acontecimientos c o n d u c e n ha-
cia él y c ó m o h a n c o n t r i b u i d o al desarrollo de la t r a m a . D e este
m o d o , reconocer el sentido de los episodios en cuanto q u e c o n d u c e n
al desenlace es determinante para la c o m p r e n s i ó n de la trama, ya que
ésta extrae de la simple sucesión la configuración, pero siempre en or-
den a u n final d e t e r m i n a d o 2 1 .
E n definitiva, según esta descripción, la trama p u e d e ser definida
c o m o el principio organizador q u e , desde su p u n t o final, d a lógica y
sentido a los elementos dispares del relato; es aquel principio q u e con-
fiere u n a hilazón a los episodios y permite delinear la estructura del
relato, en nuestro caso del primer evangelio, en cuanto u n a narración
q u e incluye la temporalidad y la causalidad c o m o relaciones esenciales
entre los acontecimientos de la historia. E n este sentido, se c o m p r e n -
de q u e la trama d e b a ser considerada c o m o el resultado de un proyec-
to consciente del autor. E n efecto, el hecho de q u e el autor elija u n
determinado orden en la presentación de los acontecimientos, q u e dé
o q u i t e énfasis a eventos singulares, q u e explique u n o s y deje q u e el
lector d e d u z c a otros, q u e se concentre en éste o aquel aspecto de un
suceso o personaje, no son elementos fortuitos dentro del relato sino
q u e llevan consigo u n a significación 2 2 . E n consecuencia, el examen de
la t r a m a del primer evangelio n o debe concluir sólo en la exposición
de c ó m o se han configurado los eventos, sino q u e llevará consigo u n a
mejor c o m p r e n s i ó n de la perspectiva de M a t e o , c o n la descripción de
la p e r s o n a e historia de J e s ú s específica de su evangelio, y u n a refle-
xión acerca de los contenidos q u e privilegia.

3. L A TRAMA DEL PRIMER EVANGELIO

3 . 1 . D e s c r i p c i ó n de la trama

E n el capítulo dedicado al análisis del T i e m p o se ha puesto de re-


lieve q u e , en líneas generales, M a t e o a d o p t a u n a disposición de los
eventos c o n f o r m e al orden c r o n o l ó g i c o , es decir, sigue en su narra-
ción la sucesión propia de los acontecimientos q u e c o m p o n e n la his-
t o r i a 2 3 . Sin e m b a r g o , t a m b i é n se h a s e ñ a l a d o la presencia de ciertos
procedimientos compositivos q u e no responden a la m e r a sucesión de
los hechos, c o m o las anacronías temporales, retrospecciones (analep-
sis) y anticipaciones (prolepsis), y otros f e n ó m e n o s llamativos entre
40 GLORIA HERAS OLIVER

los q u e destaca la repetición de sumarios. A h o r a será necesario prestar


atención a dichas distorsiones de la t e m p o r a l i d a d , q u e al trastocar la
m e r a d i m e n s i ó n episódica de los a c o n t e c i m i e n t o s a p o y a n la idea d e
q u e M a t e o configura la narración m e d i a n t e u n a o r g a n i z a c i ó n parti-
cular del material de la historia, y, por otro lado se deberá examinar su
conexión c o n las relaciones causales q u e existen entre los eventos, de
m o d o q u e sea posible llevar a cabo la reconstrucción de la trama. C o n
otras palabras, se tratará de seguir la construcción del relato, desde el
inicio hasta su p u n t o final, con el objeto de determinar cuáles s o n los
elementos q u e aportan datos de la lógica narrativa del relato m a t e a n o
y c o n d u c e n al lector hacia su c o m p r e n s i ó n 2 4 . Para esta reconstrucción
de la trama a d o p t a m o s la división del relato en tres bloques t o m a n d o
c o m o criterio demarcativo el c o n t e n i d o t e m á t i c o específico q u e tie-
nen c a d a u n o d e ellos p u e s t o q u e , a nuestro m o d o de ver, p e r m i t e
describir las grandes unidades sobre las q u e se articula la narración.

a) Relato de la infancia de Jesús: Mt 1,1-4,16

El relato se inicia, tras la m e n c i ó n del título del evangelio 2 5 y la ge-


nealogía de J e s ú s , c o n la narración de su c o n c e p c i ó n y n a c i m i e n t o
( M t 1 , 1 8 - 2 5 ) . Resulta o p o r t u n o prestar cierta atención al desarrollo
de este primer s e g m e n t o narrativo puesto q u e , c o m o se verá en segui-
da, presenta un e s q u e m a de c o m p o s i c i ó n q u e se repetirá a lo largo de
t o d o el relato. L a trama se desenvuelve del siguiente m o d o :
1. Planteamiento de la situación: M a r í a , p r o m e t i d a de J o s é , conci-
be a Jesús p o r obra del Espíritu Santo ( M t 1,18).
2 . U n ángel d a a conocer á José el suceso y le anuncia q u e el hijo de
M a r í a , al que debe i m p o n e r el n o m b r e Jesús, salvará a su pueblo de sus
pecados, de m o d o que así se cumplirán las Escrituras ( M t 1,19-23).
3. María d a a luz y José impone al niño el nombre Jesús ( M t 1,24-25).
El núcleo temático fundamental de este primer pasaje es la presen-
tación del personaje central (Jesús) y la declaración de su identidad (el
E n m a n u e l ) y misión (la salvación de los pecados). C o m o p u e d e obser-
varse, tras el planteamiento de la situación, el a c o n t e c i m i e n t o de la
concepción de Jesús, q u e es el centro de este segmento narrativo, que-
da avalado por d o s vías de autoridad: la presencia de u n ángel del Se-
ñor, q u e d a a conocer el evento a J o s é , y el testimonio de las Escrituras
con la introducción de la primera cita de cumplimiento. Por último, el
personaje anunciado nace y recibe su n o m b r e . C a b e señalar q u e , desde
el p u n t o de vista de la configuración de la trama, el dato m á s relevante
no es tanto la m e n c i o n a d a declaración del n o m b r e y la m i s i ó n de J e -
JESÚS S E G Ú N SAN M A T E O 41

sus, c o m o la m i s m a construcción narrativa que parece desarrollarse so-


bre u n e s q u e m a q u e p o d e m o s denominar, c o n u n término parecido al
q u e e m p l e a H o w e l l , c o m o el b i n o m i o a n u n c i o / c u m p l i m i e n t o . E n
efecto, primero se anuncia un acontecimiento — e l nacimiento del Se-
ñ o r — y, sólo después se narra s u realización de m a n e r a q u e el lector
percibe dicha narración c o m o el efectivo cumplimiento del relato anti-
cipado. Por otra parte en este caso, además de la realización del evento,
el c u m p l i m i e n t o afecta también a unas palabras de la Escritura.
A l g o m u y similar sucede en el relato de la infancia de J e s ú s ( M t
2 , 1 - 2 3 ) en el q u e el desenvolvimiento de los sucesos sigue el e s q u e m a
de anuncio y realización. Así, se observa q u e los M a g o s , después de su
d i á l o g o c o n H e r o d e s , en el q u e vuelve a plantearse la cuestión d e la
identidad del n i ñ o , y tras haber ofrecido sus presentes a Jesús, son avi-
sados en s u e ñ o s 2 6 ( M t 2 , 1 2 ) de q u e deben regresar a su país por otro
c a m i n o y, en efecto, lo hacen de este m o d o tal c o m o se relata m á s
adelante ( M t 2 , 1 6 ) . T a m b i é n J o s é recibe tres a n u n c i o s de u n ángel
q u e se realizan a continuación: la huida a E g i p t o p o r q u e H e r o d e s va a
intentar m a t a r al niño ( M t 2 , 1 3 ) y el regreso a la tierra de Israel ( M t
2 , 1 9 ) , en concreto a la región de Galilea, tras la m u e r t e de H e r o d e s
( M t 2 , 2 2 ) . A d e m á s , en estos tres casos la realización de los eventos no
sólo tiene lugar en el m i s m o decurso de la narración sino q u e , de n u e -
v o , el narrador introduce tres citas de c u m p l i m i e n t o q u e sirven para
insertar dichos acontecimientos de la vida de Jesús en el m a r c o de lo
a n u n c i a d o p o r las Escrituras: la estancia en E g i p t o ( M t 2 , 1 5 ) , los su-
cesos q u e r o d e a r o n la h u i d a ( M t 2 , 1 7 - 1 8 ) y s u vida en N a z a r e t ( M t
2 , 2 3 ) . D e este m o d o , en el s e g u n d o segmento narrativo, se observa en
varias ocasiones q u e la realización de los eventos de la historia de Jesús
n o sólo responde a las expectativas creadas por los anuncios sino q u e ,
a d e m á s , cobran un plus de significación por tratarse de acontecimien-
tos q u e forman parte de u n a historia más amplia, q u e sobrepasa los lí-
mites d e la narración actual, y a q u e tiene sus orígenes en relatos vete-
ro testamentarios.
Por ú l t i m o , c o m o cierre de este primer b l o q u e narrativo, después
del relato de la infancia de Jesús y tras u n a elipsis temporal considera-
ble, el narrador describe dos acontecimientos previos al inicio del m i -
nisterio p ú b l i c o : el b a u t i s m o en el J o r d á n y las tentaciones en el d e -
sierto.
E n el primero de estos pasajes M a t e o muestra al Bautista en s u pa-
pel de Precursor a n u n c i a d o t a m b i é n p o r las Escrituras ( M t 3 , 3 ) 2 7 .
J u a n está d e s e m p e ñ a n d o su ministerio de predicación y, c o m o p u n t o
culminante, a n u n c i a la llegada inminente de alguien q u e bautizará en
42 GLORIA HERAS OLIVER

Espíritu Santo y fuego ( M t 3 , 1 1 : (3a7tTÍo-£t s v TCveúfxaxt, á y l t p x a l


7 t u p í ) . L a alusión a Jesús, q u e aparece i n m e d i a t a m e n t e en la escena,
es clara ya q u e a continuación el Bautista reconoce ante el Señor q u e
es él m i s m o , y n o Jesús, quien debe ser bautizado ( M t 3 , 1 4 ) . D e nue-
vo, p o r tanto, se c u m p l e u n a n u n c i o : la llegada d e aquél a q u i e n el
Precursor tenía q u e preparar el c a m i n o . A d e m á s , en la p e r í c o p a del
b a u t i s m o del Señor conviene destacar la intervención de u n a v o z del
C i e l o q u e califica a Jesús c o m o el H i j o a m a d o ( M t 3 , 1 7 ) 2 8 . E n efecto,
si hasta ahora el lector h a «oído» ya en varias ocasiones las voces celes-
tiales d e los ángeles, q u e siempre se han c u m p l i d o , en este m o m e n t o
la voz del Padre, q u e declara la filiación divina de Jesús, no p u e d e de-
jar de ser percibida c o m o u n testimonio veraz.

Por otra parte, en cuanto al relato de las tentaciones de Jesús en el


desierto, narradas después de su b a u t i s m o , es preciso anotar también
dos aspectos relevantes. E n primer lugar, aparece d e nuevo la referen-
cia a las Escrituras pero, en este caso, n o es el narrador quien las m e n -
ciona sino el m i s m o J e s ú s q u e cita pasajes veterotestamentarios para
dar razón d e su actuación. E n efecto, Jesús en las tres ocasiones en q u e
el diablo le tienta, recurre a lo q u e «está escrito» (yéypcf.nxixi) para
poner d e manifiesto la adecuación d e su m o d o de proceder y las pala-
bras d e las Escrituras ( M t 4 , 4 . 7 . 1 0 ) . Por otra parte, el s e g u n d o aspec-
to q u e se p o n e claramente de manifiesto en esta perícopa es la autori-
d a d q u e tienen las palabras de Jesús. C i e r t a m e n t e , en el pasaje
anterior el Bautista ha cedido ante el Señor c u a n d o éste h a declarado
la necesidad de cumplir «toda justicia» ( M t 3 , 1 5 ) , pero ahora es Sata-
nás quien, ante la imprecación que Jesús le dirige ( " T T t a y e , S a x a v á c )
deja, en efecto, d e tentarle 2 9 . D e este m o d o , tanto en el b a u t i s m o
c o m o en el relato d e las tentaciones, c u a n d o Jesús pasa de ser u n per-
sonaje presentado, del q u e se habla, a un personaje q u e actúa, y sobre
t o d o q u e habla, parece q u e el e s q u e m a d e c u m p l i m i e n t o o realización
de los eventos se a m p l í a a las m i s m a s palabras pronunciadas p o r él.
Por ú l t i m o , c o m o cierre d e este primer b l o q u e narrativo, antes de
e m p e z a r p r o p i a m e n t e el ministerio p ú b l i c o del Señor, M a t e o intro-
d u c e la quinta cita de c u m p l i m i e n t o ( M t 4 , 1 4 - 1 6 ) . D e este m o d o , el
traslado de Jesús a C a f a r n a ú m y el inicio de su predicación en Galilea
q u e d a n t a m b i é n insertados en el a m p l i o marco de la historia anuncia-
da p o r los profetas del A n t i g u o Testamento.
El e x a m e n d e la configuración d e los episodios del primer b l o q u e
narrativo p e r m i t e señalar el b i n o m i o a n u n c i o / c u m p l i m i e n t o c o m o
e s q u e m a fundamental, sobre el q u e progresa la trama, referido tanto a
JESÚS S E G Ú N SAN M A T E O 43

los eventos q u e se suceden c o m o a las palabras pronunciadas por Jesús.


E n efecto, la repetición de este fenómeno p o n e de manifiesto su rele-
vancia: se c u m p l e n los anuncios de los ángeles (cinco sueños) y del
Bautista, se constata la realización de las Escrituras (cinco citas de
c u m p l i m i e n t o además de la mención del lugar del nacimiento del M e -
sías, referida p o r los príncipes de los sacerdotes y los escribas a H e r o -
des, y la descripción del Precursor), y se p o n e de manifiesto la eficacia
de las palabras pronunciadas por Jesús (a J u a n y al diablo). E n definiti-
va, M a t e o parece emplear el e s q u e m a narrativo a n u n c i o / c u m p l i m i e n -
to c o m o la urdimbre que sostiene su relato y q u e permite seguir la tra-
m a . D e este m o d o , el lector puede advertir el desarrollo de los eventos
c o n t o d a su significación, c o m o la realización de u n a historia «previs-
ta», ya q u e la m i s m a narración le abre esta perspectiva 3 0 . Pero es preci-
so verificar si M a t e o emplea este e s q u e m a narrativo en el resto del re-
lato de m a n e r a q u e p o d a m o s , al final, interpretar el sentido de dicha
c o m p o s i c i ó n de la historia de Jesús.

b) Ministerio público de Jesús: Mt 4,17-25,46

Si el p r i m e r b l o q u e narrativo es de d i m e n s i o n e s reducidas, el se-


g u n d o abarca m á s de d o s tercios del relato. C o m o ya se ha s e ñ a l a d o
en el capítulo anterior, esta parte central de la narración m a t e a n a está
dedicada en su totalidad al desarrollo de la actividad misionera de J e -
sús, y dentro de ésta, sus palabras pueden ser consideradas, p o r la ex-
tensión q u e o c u p a n , c o m o el «evento» fundamental.
El ministerio de Jesús se inicia con la siguiente expresión: «desde
entonces c o m e n z ó Jesús a predicar y a decir: haced penitencia; se ha
acercado el R e i n o de los cielos» ( M t 4 , 1 7 : 'Ano T O T E y]p^aTO ó
Tiqaoú<; XYjpúacrELv x a l X é y e i v ' M s x a v o E Í T E ' r¡yfiy.ev y á p r¡
¡ S a a i A s í a T & V o ú p a v w v ) . Se abre, p o r tanto, el bloque d e d i c a d o al
ministerio d e J e s ú s con u n a afirmación de t o n o p r o g r a m á t i c o : la de-
claración de la llegada del Reino de los cielos y la exhortación al arre-
pentimiento. A continuación, el narrador relata la elección de cuatro
discípulos q u e siguen al Señor «al instante» (sú&swt; en M t 4 , 2 0 . 2 2 )
y concluye este primer e p i s o d i o con un s u m a r i o q u e constituye u n a
síntesis perfecta de los a c o n t e c i m i e n t o s q u e c o m p o n e n la totalidad
del b l o q u e : la enseñanza en las sinagogas, la predicación del evangelio
del Reino y las curaciones de todo tipo de enfermedades, con la con-
siguiente difusión de la fama de Jesús y el seguimiento por parte de la
m u l t i t u d ( M t 4 , 2 3 - 2 5 ) . N o obstante, es preciso hacer notar el papel
de a n u n c i o q u e d e s e m p e ñ a este s u m a r i o ya q u e , de h e c h o , la narra-
44 GLORIA HERAS OLIVER

ción t o d a v í a n o ha d a d o c u e n t a de la actividad m i s i o n e r a de J e s ú s
sino q u e tan sólo ha m e n c i o n a d o su «programa» y la elección de cua-
tro d i s c í p u l o s . S e trata, en efecto, de u n s u m a r i o cuya función es
a n u n c i a r los eventos q u e se narrarán en este b l o q u e narrativo. Por
otra parte, conviene señalar también q u e esta descripción del ministe-
rio de J e s ú s , en f o r m a de s u m a r i o , se repite de m a n e r a m á s o m e n o s
extensa en o n c e ocasiones a lo largo de esta parte central del evange-
l i o 3 1 y q u e , a d e m á s , los eventos que resume encuentran apoyo en tres
citas de c u m p l i m i e n t o q u e recuerdan al lector su cualidad de realiza-
ción de acontecimientos anunciados. L a primera aparece tras el relato
de las primeras curaciones y menciona las enfermedades que el Mesías
iba a asumir ( M t 8 , 1 7 ) ; la segunda se encuentra después de unas bre-
ves enseñanzas y hace referencia a la predicación ( M t 1 2 , 1 7 - 2 1 ) ; la úl-
t i m a , situada en el centro del tercer gran discurso, señala un aspecto
concreto de dicha predicación: el uso de parábolas ( M t 1 3 , 3 5 ) .
El ministerio p ú b l i c o d e J e s ú s , a n u n c i a d o en el s u m a r i o de M t
4 , 2 3 - 2 5 , se desarrolla en este extenso b l o q u e m e d i a n t e la exposición
de largas o breves enseñanzas y con el ejercicio de su actividad t a u m a -
túrgica. N o o b s t a n t e , el e x a m e n de la configuración de los aconteci-
m i e n t o s q u e c o m p o n e n la narración presenta u n a gran c o m p l e j i d a d .
E n efecto, si bien es cierto q u e el desarrollo de M t 5 , 1 - 1 1 , 1 parece
responder a un principio de ordenación temática, en c a m b i o los epi-
sodios de M t 1 1 , 2 - 2 5 , 4 6 son narrados en simple c o n t i n u i d a d 3 2 . Cier-
tamente, en la sección narrativa de M t 5 , 1 - 1 0 , 4 2 el empleo de u n es-
q u e m a b a s a d o en la distinción de b l o q u e s de c o n t e n i d o , c o n la
utilización de marcos introductorios y fórmulas conclusivas, permite
delimitar c o n facilidad tres unidades: el sermón de la m o n t a ñ a ( M t 5-
7 ) , u n a serie c o m p u e s t a p o r el relato de diez de milagros y algunas
controversias breves con los escribas y fariseos ( M t 8-9), y el discurso
dirigido a los d o c e discípulos ( M t 1 0 , 1 - 1 1 , 1 ) . E n esta p r i m e r a sec-
ción, la exposición de los dos extensos discursos n o q u e d a interrum-
pida, en n i n g ú n m o m e n t o , por la presencia de diálogos ni p o r la na-
rración de otras acciones; por otra parte, en el desarrollo de la serie de
milagros t a m p o c o se encuentran enseñanzas prolongadas. E n c a m b i o ,
a partir de M t 11,2 la organización de los episodios n o parece contar
con u n principio ordenador claro, de m a n e r a que se suceden distintas
escenas e m i n e n t e m e n t e dialógicas, en las q u e intervienen sobre t o d o
los discípulos y los fariseos c o m o interlocutores de Jesús, entremezcla-
das con escuetas narraciones de milagros y breves enseñanzas, y t a m -
bién se desarrollan varios discursos extensos q u e s i e m p r e s o n inte-
r r u m p i d o s p o r cuestiones planteadas p o r los oyentes. El resultado,
JESÚS SEGÚN SAN MATEO 45

por tanto, es la narración d e u n a serie de eventos, u n o a continuación


del otro, sin q u e unos sean los desencadenantes de los otros, de m o d o
q u e n o es posible observar u n a progresión cualitativa d e la historia.
El desarrollo d e los eventos q u e c o m p o n e n el ministerio d e Jesús
cuenta, sin e m b a r g o , con la introducción de tres sucesos en el centro
de este extenso b l o q u e narrativo q u e , p o r u n lado, c o n d u c e n al lector
al p u n t o final de la sección — l a presencia d e J e s ú s en Jerusalén y el
rechazo de los jefes de Israel— y, p o r otro, dirigen ya su m i r a d a hacia
la c o n c l u s i ó n del relato. S e trata d e tres a n u n c i o s c u y o núcleo es la
m u e r t e d e J e s ú s , en m a n o s d e los jefes religiosos, y la resurrección al
tercer d í a 3 3 . L o s citamos a continuación para facilitar su examen:
— M t 1 6 , 2 1 : 'Ano T O T E yjp^aTO ó ' I r ¡ a o O < ; Sctxvúetv T O Í C ,
fi.a$7]Tat(; auTOÍ» OTI S e t aúTÓv E l q ' I e p o a ó X u L i a v.nz'k&zív
x a l 7ioXXá 7ta9-etv ¿ano TOJV npeofivTspw x a l áp^epéeav
x a l ypaLiLiaTÉwv x a l á 7 t o x T a v 8 ^ v a t . x a l xf¡ Tpíxr¡ ^[xépa
eyEp^fjvat, ( D e s d e entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discí-
pulos q u e él debía ir a Jerusalén y padecer m u c h o de parte d e los a n -
cianos y d e los príncipes de los sacerdotes y de los escribas y ser muer-
to y al tercer día ser resucitado).
— M t 1 7 , 2 2 - 2 3 : M É X X s t . ó utoc, T O Ü áv&ptórcou 7 t a p a S í -
S o a & a t , elq yzlpoLq ávt}p(Ó7to)V, x a l á 7 t o x T s v o ü a t . v aúTÓv,
x a l T Í ] Tpí.T7] v¡{xépa é y e p ^ a e T a i . (el H i j o del H o m b r e va a ser
entregado en m a n o s d e los hombres, y le matarán, y al tercer día resu-
citará).
— M t 2 0 , 1 8 - 1 9 : 'ISou á v a ^ a í v o L i e v e l q ' I e p o o ó X u L t a , x a l ó
ulbc, T O O áv&ptárcou 7tapao*oíhío-ETat, T O Í C ; á p / i e p e ó a i v x a l
Y p a L t L t a T e ú a x v , x a l xaTaxpt,voüo"t.v aúTÓv O a v a T t o x a l na.-
paSwaouCTtv auTÓv T O Í < ; E&VSCTCV zlq T Ó ELiTcat^at. x a l
¡xaCTTLy&aat, x a l CTTaupwrjat-, x a l T Í ) T p í n g iQLiépa Eyspíhq-
a s T a t . ( M i r a d q u e estamos subiendo a Jerusalén, y el H i j o del H o m -
bre será entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas, y le
c o n d e n a r á n a m u e r t e , y le entregarán a los gentiles para burlarse y
azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará).
L a c o m p a r a c i ó n de estos tres textos p e r m i t e p o n e r d e manifiesto
varios aspectos relevantes. E n primer lugar, es preciso señalar la exis-
tencia d e cierta progresión en cuanto a los acontecimientos q u e se an-
ticipan. E n efecto, el primero refiere q u e Jesús «debía» ir a Jerusalén
para m o r i r en m a n o s de los jefes de Israel y resucitar al c a b o d e tres
días. E n el s e g u n d o J e s ú s , c o n su p r o p i a v o z , recuerda tan sólo q u e
este acontecimiento va a suceder. E n el tercero, p o r fin, Jesús afirma
46 GLORIA HERAS OLIVER

su inminencia y m e n c i o n a de m o d o explícito varios detalles m u y sig-


nificativos: la m u e r t e c o m o consecuencia de un juicio condenatorio,
la ejecución de la c o n d e n a por parte de los gentiles q u e se burlarán de
él y le azotarán, y la referencia a la cruz. Por otro lado, conviene hacer
notar q u e el primero y el tercero m e n c i o n a n el lugar d o n d e sucederán
estos eventos — J e r u s a l é n — . L a relevancia de este dato cobra u n a sig-
nificación m a y o r m á s adelante, c u a n d o tras el tercer a n u n c i o y des-
pués de u n a breve enseñanza a los discípulos y el relato del postrer m i -
lagro, aparece la última cita de c u m p l i m i e n t o de este b l o q u e en la q u e
se aplica a J e s ú s el a n u n c i o de la entrada del rey-mesías en la c i u d a d
santa ( M t 2 1 , 4 - 6 ) . D e este m o d o , la llegada de Jesús a Jerusalén reci-
be el m i s m o t e s t i m o n i o de las Escrituras q u e antes, en este m i s m o
b l o q u e , habían recibido su predicación y la actividad taumatúrgica.
¿Cuál p u e d e ser la función de estos episodios? Por un lado, es cier-
to q u e estas afirmaciones y anuncios t a m p o c o provocan c a m b i o s en la
trama, es decir, n o se sigue en el relato un c a m b i o cualitativo de la ac-
ción, de m o d o q u e el ministerio de Jesús se sigue desarrollando de la
m i s m a f o r m a q u e hasta ese m o m e n t o . N o obstante, se trata de tres
pasajes q u e a p o r t a n u n a explicación del estado final de la actividad
m i s i o n e r a de J e s ú s c o n el q u e concluye este b l o q u e narrativo y, a d e -
m á s adelantan, de u n m o d o claro, el desenlace del relato de m a n e r a
q u e , al final del m i s m o , el lector p o d r á verificar, de nuevo, la realiza-
ción del e s q u e m a a n u n c i o / c u m p l i m i e n t o . E n este sentido, p u e d e afir-
m a r s e q u e estos a n u n c i o s d e s e m p e ñ a n u n papel i m p o r t a n t e en la
configuración de la t r a m a en c u a n t o q u e dirigen al lector hacia la
c o m p r e n s i ó n del final del relato, ya q u e el significado p l e n o de los
eventos q u e tienen lugar en el desenlace, p u e d e ser c o m p r e n d i d o gra-
cias a este tipo de anticipaciones. Pero a d e m á s , a nuestro m o d o de
ver, destacan p o r otro m o t i v o m á s i m p o r t a n t e q u e p u e d e enunciarse
de la siguiente manera: mediante la inclusión en el ministerio de Jesús
de los anuncios de su Pasión y resurrección, M a t e o p o n e de manifies-
to q u e estos a c o n t e c i m i e n t o s no d e b e n ser c o n s i d e r a d o s c o m o u n a
consecuencia inevitable de la intervención de los jefes religiosos, sino
m á s bien c o m o parte integrante de la m i s m a voluntad del S e ñ o r 3 4 . E n
efecto, mediante la construcción de u n a trama en la q u e los episodios
se desarrollan en s i m p l e c o n t i n u i d a d q u e d a claro q u e la explicación
del p o r q u é de la m u e r t e y resurrección de Jesús n o se encuentra en
n i n g u n o de los «eventos» narrados sino m á s bien en que tales aconte-
cimientos «debían» suceder. E n definitiva, la muerte de Jesús se expli-
ca c o m o consecuencia de su propia voluntad, tal c o m o se muestra en
el desarrollo de s u ministerio, y por eso sucede c u a n d o él manifiesta
JESÚS SEGÚN SAN MATEO 47

q u e h a llegado el m o m e n t o . E n s e g u i d a p o d r á verse q u e esto q u e d a


m á s claro en el último bloque narrativo.
A m o d o de resumen p u e d e señalarse que, en la parte central del re-
lato, M a t e o reitera el e s q u e m a a n u n c i o / c u m p l i m i e n t o de m a n e r a q u e
orienta al lector hacia u n a concreta comprensión de los eventos: t o d o
se c u m p l e c o m o consecuencia de la a u t o r i d a d o p o t e s t a d de J e s ú s ,
p o r q u e él afirma o anuncia t o d o lo q u e va a suceder. E n efecto, en el
relato del ministerio de Jesús la a u t o r i d a d se manifiesta en sus pala-
bras de diferentes m a n e r a s : m e d i a n t e sus enseñanzas q u e p r o v o c a n
s i e m p r e a d m i r a c i ó n , a través de los milagros q u e se p r o d u c e n p o r la
m i s m a fuerza de las palabras, se refleja t a m b i é n en su c o n o c i m i e n t o
de t o d o lo q u e sucede o va a suceder y, sobre t o d o , p o r q u e los aconte-
cimientos de la vida de Jesús c u m p l e n el plan divino a n u n c i a d o en las
Escrituras. E n este sentido, el examen del desarrollo de la t r a m a per-
mite poner de relieve que ésta no lleva consigo la resolución del por-
q u é sino m á s bien el desvelamiento del p o r q u é , es decir, la configura-
ción de los episodios n o parece explicar p o r q u é se ha llegado a u n a
situación determinada sino a exponer c ó m o se han desencadenado los
a c o n t e c i m i e n t o s de m a n e r a q u e , de h e c h o , se h a llegado a esa situa-
ción. D e este m o d o , p u e d e señalarse ahora con m á s f u n d a m e n t o algo
q u e antes tan sólo se ha a p u n t a d o , esto es, la falta de progresión de la
trama mateana, en el sentido de que unos eventos n o son en sí causa de
los otros sino que, sencillamente unos siguen a los otros y en ésto radica
su vinculación. M á s adelante volveremos sobre el sentido que pueda te-
ner la configuración de este tipo de trama en el relato mateano.

c) Pasión y resurrección de Jesús: Mt 26,1-28,20

E n la parte final del relato nos encontramos, c o m o al inicio, c o n el


p r e d o m i n i o de u n a narración de acontecimientos que se dirigen hacia
el final ya cercano, y con el desarrollo de u n a trama q u e se sigue con
facilidad. Jesús ha terminado su ministerio c o n el discurso escatológi-
co y anuncia de nuevo a sus apóstoles q u e «va a ser entregado para ser
crucificado» ( M t 2 6 , 2 ) . Sin e m b a r g o , conviene hacer notar q u e este
a n u n c i o es sustancialmente distinto de los anteriores p o r q u e a p o r t a
u n d a t o singular: J e s ú s afirma q u e ésto sucederá dentro de d o s días
(fxexá Súo ^ [ i - é p a ^ ) , durante la celebración de la Pascua, es decir, el
Señor se muestra consciente de la inminencia del desenlace 3 5 . A conti-
n u a c i ó n , se narra la decisión de los príncipes de los sacerdotes de
«prender al Señor c o n e n g a ñ o y matarle» ( M t 2 6 , 3 ) ; n o o b s t a n t e ,
c o m o ya se ha señalado, n o es su decisión la q u e provocará dicho de-
48 GLORIA HERAS OLIVER

senlace sino la traición de J u d a s q u e , tras el siguiente a c o n t e c i m i e n -


to, la u n c i ó n en Betania, busca la ocasión de entregarlo ( M t 2 6 , 1 6 ) .
D e este m o d o , J u d a s , a quien el lector c o n o c e ya c o m o el «traidor» (o
x a l TCapaSou^) d e s d e la p r i m e r a o c a s i ó n en q u e se le m e n c i o n a
( M t 1 0 , 4 ) , lleva a c a b o s u f u n c i ó n principal en el relato en el m o -
m e n t o o p o r t u n o . E s t a o p o r t u n i d a d , sin e m b a r g o , parece ser m e j o r
c o n o c i d a p o r el m i s m o J e s ú s y a q u e en el evento q u e s i g u e , la c e n a
d e la Pascua, es el S e ñ o r q u i e n n o sólo afirma c o n o c e r la i d e n t i d a d
del traidor ( M t 2 6 , 2 3 ) sino q u e a d e m á s a n u n c i a q u e s u t i e m p o está
cercano ( M t 2 6 , 1 8 ) . D e s p u é s , tras la oración en el huerto, Jesús d e -
clara q u e h a llegado la hora ( M t 2 6 , 4 5 : TJyyixev r¡ t o p a ) y q u e se
acerca el traidor ( M t 2 6 , 4 6 : 7]yyt.xev ó Tiapoco't.o'oúc, fi.e). T a m -
bién el p r e n d i m i e n t o sucede c o m o Jesús había d i c h o , esto es, c o n la
m e n c i o n a d a m e d i a c i ó n de u n o de los d o c e ( M t 2 6 , 2 1 ) y el a b a n d o -
n o d e los d e m á s ( M t 2 6 , 3 1 ) . Por otra parte el S e ñ o r se refiere a q u e
t o d o e s t a b a a n u n c i a d o en las Escrituras ( M t 2 6 , 5 4 . 5 6 ) 3 6 . A c o n t i -
n u a c i ó n , tras estos a c o n t e c i m i e n t o s , a n t i c i p a d o s c o n p a l a b r a s del
m i s m o J e s ú s , se p r o d u c e el juicio c o n d e n a t o r i o del Sanedrín y el re-
chazo d e la m u l t i t u d q u e h a sido p e r s u a d i d a ( M t 2 7 , 2 0 : £7i£t,o"av)
p o r los príncipes d e los sacerdotes para pedir a Pilato la m u e r t e en la
cruz. E n el relato de la m u e r t e , q u e M a t e o concluye c o n la descrip-
ción d e efectos de dimensiones c ó s m i c a s , destaca de nuevo la presen-
cia d e u n a anticipación de la resurrección d e Jesús q u e distorsiona la
m e r a sucesión lineal de los eventos. Se trata de la referencia a la apa-
rición d e m u c h o s m u e r t o s en Jerusalén tras la resurrección d e J e s ú s
( M t 2 7 , 5 3 : [ x s x á TYJV e y e p a i v a u x o O ) . D e este m o d o , en el rela-
to m a t e a n o , la c o n t i n u i d a d de la Pasión, m u e r t e y resurrección de J e -
sús q u e aparece en t o d o s los a n u n c i o s de estos eventos, se hace pre-
sente t a m b i é n en el m i s m o m o m e n t o d e la m u e r t e , en el q u e se
a n t i c i p a el ú l t i m o evento d e esa tríada. E n este s e n t i d o , en n i n g ú n
m o m e n t o d e la narración m a t e a n a la m u e r t e d e Jesús es un final sino
q u e s i e m p r e va seguida de la resurrección 3 7 . Por ú l t i m o , tras la m u e r -
te y la sepultura, Jesús resucita al tercer día y se aparece a las mujeres,
q u e y a h a n recibido antes el a n u n c i o d e u n ángel ( M t 2 8 , 2 - 7 ) , y les
dice q u e se reunirá c o n los d i s c í p u l o s en G a l i l e a ( M t 2 8 , 1 0 ) . Y así
llega el final del relato q u e conviene examinar d e m o d o m á s detalla-
d o : el m a n d a t o misionero.

Jesús se reúne con los once en un m o n t e de Galilea y, después de afir-


m a r q u e h a recibido « t o d a a u t o r i d a d » ( M t 2 8 , 1 8 : n & o a e ^ o u a l a
ev o u p a v w x a l eni v9]C, yf]Q), les confiere u n a misión de carácter
universal: hacer discípulos d e todas las gentes ( M t 2 8 , 1 9 : fJLa^Yjxsú-
JESÚS S E G Ú N SAN M A T E O 49

Gttxz 7 t á v x a XOL £&VY)), bautizarlos y enseñarles a guardar t o d o lo


q u e él les ha m a n d a d o , con la p r o m e s a de q u e permanecerá c o n ellos
( M t 2 8 , 2 0 : éyto ¡i.e&' u\i&v) hasta el final de los tiempos ( M t 2 8 , 2 0 :
í(úq rt¡q auvTeXet.ac, T O Ó a l & v o c ) .
Sin d u d a se trata de u n final a primera vista sorprendente. E n efec-
to, Jesús ha a n u n c i a d o en reiteradas ocasiones su Pasión, muerte y re-
surrección pero el relato n o concluye c o n esos eventos sino c o n un su-
ceso posterior: el m a n d a t o misionero. Es cierto q u e n o es la primera
vez q u e J e s ú s confiere u n a m i s i ó n a sus discípulos; sin e m b a r g o , a h o -
ra, el m a n d a t o misionero es el p u n t o final del relato 3 8 y, por tanto, es
preciso tratar de responder a la cuestión de cuál p u e d e ser la perspec-
tiva q u e a p o r t a este final a la historia. ¿Es el m a n d a t o misionero tan
sólo la última realización de la autoridad de Jesús? ¿aporta a d e m á s el
d a t o de q u e los destinatarios del relato deben considerar a los apósto-
les n o sólo c o m o continuadores de la m i s i ó n de Jesús sino también en
cuanto participadores de su poder?
E n el relato m a t e a n o Jesús ha llevado a c a b o , c o n su a u t o r i d a d , el
«plan previsto» p o r el designio divino. Al final de la narración su m i -
nisterio terreno ha t e r m i n a d o al cumplirse su muerte y resurrección,
pero el plan de salvación n o concluye ahí. E n efecto, debe ser a n u n -
c i a d o a t o d a s las gentes y, p o r ello, J e s ú s t r a n s m i t e esa m i s i ó n a los
q u e él ha elegido, revistiéndoles de la a u t o r i d a d necesaria p a r a predi-
carlo, y p r o m e t i é n d o l e s s u presencia h a s t a el final d e los t i e m p o s 3 9 .
E n el pasaje final, u n a vez m á s , Jesús hace uso d e s u a u t o r i d a d pero el
c a m b i o radical en este p u n t o del relato es el traspaso de s u m i s i ó n a
los o n c e . H a s t a a h o r a el lector h a p o d i d o c o m p r o b a r q u e J e s ú s h a
c u m p l i d o todas sus palabras y, c o m o consecuencia, se inclina a p e n -
sar q u e t a m b i é n llevará a c a b o la realización d e s u ú l t i m o m a n d a t o .
D e este m o d o , si v a m o s del final de la historia al principio p o d e m o s
concluir q u e , m e d i a n t e la configuración de los episodios, la transmi-
sión del m a n d a t o misionero q u e d a marcada, por un lado, con la im-
p r o n t a del a n u n c i o / c u m p l i m i e n t o y, p o r otro, se inserta en el m i s m o
plan del q u e ya hablaban las Escrituras. A m b o s datos son, a nuestro
m o d o de ver, de vital i m p o r t a n c i a para c o m p r e n d e r cuál p u e d e ser el
sentido q u e late bajo el relato m a t e a n o : el deseo de mostrar el p u n t o
de a p o y o de la transmisión de la vida y enseñanzas de Jesús p o r parte
de los apóstoles. E n definitiva, el evangelio de M a t e o n o constituye
sólo u n relato de Jesús, a u n q u e este es su objeto primordial, sino u n a
justificación de la m i s m a narración y esto es lo q u e a ñ a d e el m a n d a -
to m i s i o n e r o 4 0 . E n el ú l t i m o a p a r t a d o volveremos sobre esta cues-
tión.
50 GLORIA HERAS OLIVER

3 . 2 . L a función de los personajes en la configuración de la t r a m a

L o s teóricos de la narración consideran que la construcción de los


personajes es un aspecto q u e se encuentra íntimamente ligado al desa-
rrollo de la trama narrativa 4 1 . E n nuestra descripción de la configuración
de la trama mateana, sin embargo, apenas se ha hecho referencia a la
función q u e desempeñan los personajes. Resulta, por tanto, necesario
examinar ahora esta cuestión con el objeto de determinar si las relaciones
que existen entre Jesús y los demás personajes de la historia influyen en
la progresión de los acontecimientos, es decir, si los caracteres que escu-
chan las enseñanzas de Jesús o solicitan la intervención de su actividad
taumatúrgica desempeñan algún papel en la configuración de la trama.
E n primer lugar, hay q u e prestar atención a los discípulos q u e si-
guen a Jesús a lo largo de t o d o su ministerio, y c o n los q u e concluye el
relato. C u a n d o el g r u p o de los doce ya está constituido c o m o tal, y se
dan a conocer sus n o m b r e s , Jesús les confiere la misión de predicar al
pueblo de Israel la llegada del Reino de los Cielos y también de curar
a los enfermos ( M t 1 0 , 1 - 4 2 ) , es decir, les hace partícipes de su propia
actividad misionera. Sin e m b a r g o , el c u m p l i m i e n t o de esta m i s i ó n no
se narra en el relato y, en este sentido, n o afecta al desarrollo d e los
a c o n t e c i m i e n t o s 4 2 . L o m i s m o sucede m á s adelante en la p r o m e s a de
Jesús a Pedro acerca de su primacía en la Iglesia y el poder de las llaves
( M t 1 6 , 1 8 - 1 9 ) . A d e m á s , en c o n s o n a n c i a c o n la m i s i ó n q u e les ha
sido confiada, y q u e no comparten con otros personajes, Jesús les dice
q u e «les ha sido d a d o conocer los misterios del Reino» ( M t 1 3 , 1 1 ) y
les hace objeto de enseñanzas privilegiadas c o m o su identidad mesiá-
nica en el pasaje de la confesión de Pedro en Cesárea ( M t 1 6 , 2 0 ) , su
filiación divina en el relato de la Transfiguración ( M t 1 7 , 5 ) , y el triple
anuncio explícito de su m u e r t e y resurrección ( M t 1 6 , 2 1 ; 1 7 , 9 . 1 2 . 2 2 -
2 3 ; 2 0 , 1 8 - 1 9 ) 4 3 . N o obstante, la actuación de los discípulos n o parece
responder a las expectativas creadas por las palabras de J e s ú s 4 4 , ni se
observa q u e sus intervenciones lleven consigo u n c a m b i o cualitativo
en cuanto al desarrollo de los acontecimientos. A este respecto resul-
tan m u y significativas las referencias del narrador relativas a las reac-
ciones q u e manifiestan los doce ante las palabras y obras de Jesús, q u e
están m a r c a d a s p o r la presencia s i m u l t á n e a de sentimientos contra-
puestos: j u n t o a la a d m i r a c i ó n e incluso la actitud de a d o r a c i ó n q u e
i m p l i c a fe y r e c o n o c i m i e n t o de la p e r s o n a del Señor, está presente
también la falta de confianza y la incomprensión. D e manera especial
se p u e d e n señalar ahora tres ocasiones, todas después del discurso m i -
sionero, en las q u e los discípulos reciben la recriminación de Jesús por
JESÚS SEGÚN SAN M A T E O 51

su p o c a fe (6"kiyOKiaxíai): Pedro en el pasaje de la tempestad calma-


d a ( M t 1 4 , 3 1 ) , los doce después d e haber sido testigos de las d o s m u l -
tiplicaciones de los panes ( M t 1 6 , 8 ) , y en la alusión a su único inten-
to — f a l l i d o — d e realizar un milagro, la curación de u n e n d e m o n i a d o
( M t 1 7 , 2 0 ) . D e este m o d o , parece que los discípulos n o d e s e m p e ñ a n
u n papel activo en la configuración d e los episodios a u n q u e constitu-
yen los principales destinatarios d e las enseñanzas del Señor.
E n c u a n t o a la relación d e Jesús y la m u l t i t u d , se p u e d e n señalar
d o s aspectos. Por un l a d o , los personajes q u e p i d e n milagros a Jesús
p r o c e d e n siempre d e este g r u p o . Por otro, el ministerio d e Jesús pro-
d u c e en ellos u n a reacción d e clara admiración por su «doctrina» ( o V
$<xy$¡ en M t 7 , 2 8 y 2 2 , 3 3 ) , p o r q u e enseña con «autoridad» ( M t 7 , 2 9 :
é ^ o u c r í a v ) , p o r la «autoridad» de sus acciones ( M t 9 , 8 : ec^oucáav) o
por su «sabiduría y los milagros» ( M t 1 3 , 5 4 : f¡ o o c p í a x a l a l S u -
vaLteiC,). E s t a actitud positiva de la m u l t i t u d , reiterada p o r el narra-
dor, se m a n t i e n e siempre constante de m o d o q u e resulta c o m p r e n s i -
ble q u e , al final del relato, M a t e o tenga q u e explicar su petición de la
m u e r t e d e J e s ú s 4 5 . E n síntesis, p u e d e decirse q u e el papel q u e desem-
p e ñ a la m u l t i t u d en el desarrollo de los a c o n t e c i m i e n t o s es q u e s u
presencia d a pie a la mayoría de las intervenciones milagrosas del Se-
ñor y, en ocasiones, t a m b i é n es destinataria de sus palabras.
L o s jefes de Israel, por su parte, manifiestan u n a actitud contraria
al S e ñ o r y rechazan d e m a n e r a sistemática el ministerio de J e s ú s . El
narrador t a m b i é n introduce de m o d o reiterado anotaciones al respec-
to. El papel q u e estos personajes d e s e m p e ñ a n en el relato es provocar
controversias acerca d e la Ley. D e este m o d o , se limitan a «tentar» a
Jesús (TCSE.pá^ovxec, en M t 16,1 y 2 2 , 3 5 ) , o t a m b i é n a buscar m o t i -
vos p a r a «acusarle» ( M t 1 2 , 1 0 : xaTYjYopyjatoCTt.v), «destruirle» ( M t
1 2 , 1 4 : á7ioÁéo"üXTiv), «prenderle» ( M t 2 1 , 4 6 : x p a T ? ¡ a a t . ) , o «ten-
derle u n a t r a m p a » ( M t 2 2 , 1 5 : nccfiheúaoiaiv). E n el bloque narrati-
vo central su función de antagonistas concluye en M t 2 2 , 4 6 ya q u e , a
partir de ese m o m e n t o , n o harán m á s preguntas a Jesús ni se relacio-
n a r á n c o n él hasta el relato de la Pasión; sólo aparecerán m e n c i o n a -
dos, y es u n dato significativo, en la caracterización q u e hace de ellos
el m i s m o Jesús en el capítulo 2 3 , después de la última controversia so-
bre el origen del Cristo ( M t 2 2 , 4 1 - 4 6 ) . S ó l o al final del relato sus ac-
ciones contribuirán realmente a la consecución del desenlace a u n q u e ,
c o m o se h a observado antes, éste se p r o d u c e en el m o m e n t o c o n o c i d o
y a n u n c i a d o por el m i s m o J e s ú s 4 6 . Por tanto, parece q u e el principal
papel q u e d e s e m p e ñ a n los jefes religiosos es dar lugar, con sus contro-
versias, a las enseñanzas de Jesús.
52 GLORIA HERAS OLIVER

El e x a m e n de la relación q u e existe entre el desarrollo de la línea de


acción principal, los a c o n t e c i m i e n t o s q u e constituyen la historia de
Jesús, y las intervenciones de los demás personajes del relato, permite
concluir q u e en n i n g ú n caso éstos colaboran al desarrollo de la trama
ya que, p o r un lado, ni las palabras q u e Jesús dirige a sus interlocuto-
res o los milagros que realiza llevan consigo cambios cualitativos en la
configuración de los episodios ni, por otro, la admiración de la multi-
tud, el rechazo constante de los fariseos y las distintas actitudes de los
discípulos p r o d u c e n u n c a m b i o de dirección de las acciones realizadas
p o r J e s ú s 4 7 . E n cierto sentido p u e d e afirmarse q u e las acciones de los
personajes corren paralelas a la línea principal de la trama, el ministe-
rio de J e s ú s , q u e es la única q u e hace progresar la historia hacia su
p u n t o final. E n definitiva, la relación entre los personajes y la acción
no parece ser un factor determinante de la t r a m a 4 8 y, por tanto, aun-
q u e s u presencia está en función de ésta n o coadyuvan a su desenvol-
vimiento.

3.3. L a estructura del primer evangelio

El examen de la configuración de los eventos ha puesto de relieve el


carácter unitario de la narración mateana a u n q u e también ha servido
para constatar la complejidad de su articulación 4 9 . Por un lado, el de-
senvolvimiento de la trama nos ha llevado a la conclusión de q u e M a -
teo e m p l e a el e s q u e m a compositivo de a n u n c i o / c u m p l i m i e n t o c o m o
el hilo conductor sobre el que se ensartan los eventos. N o obstante, di-
cho b i n o m i o p u e d e ser considerado m á s bien c o m o el reflejo de u n o
de los ejes fundamentales de la teología del primer evangelio q u e c o m o
un elemento estructurante q u e permita ahora delinear las principales
unidades narrativas del relato. D e hecho, nuestro análisis no ha descu-
bierto un criterio único que sirva para establecer la división de las uni-
dades menores. Sin e m b a r g o , esto n o es obstáculo para exponer u n a
propuesta de estructura cuya principal característica sea, precisamente,
seguir la línea de acción principal y, a la vez, poner de manifiesto los
grandes segmentos narrativos. Nuestra propuesta es la siguiente:

T í t u l o y genealogía de Jesús ( M t 1,1-17)


I. Presentación de Jesús (Mt 1,18-4,16)
1. Concepción e infancia de Jesús, el Enmanuel, que salvará de los
pecados ( M t 1,18-2,23).
2. Preparación del ministerio de Jesús, el Hijo ( M t 3,1-4,16).
JESÚS SEGÚN SAN MATEO 53

II. Ministerio de Jesús (Mt 4,17-25,46)


1. Primeras enseñanzas y curaciones (Mt 4,17-11,1).
1.1. El sermón de la montaña (Mt 5,1-7,28).
1.2. Relatos de milagros y primeras controversias (Mt 8,1-9, 38).
1.3. Presentación délos doce y discurso apostólico (Mt 10,1-11,1).
2. Desarrollo del ministerio: Jesús es rechazado por los jefes de Isra-
el (Mt 11,2-25,46).
2.1. Enseñanzas, controversias, milagros (Mt 11,2-17,23).
2.1.1. Jesús habla del papel del Bautista y manifiesta su
identidad mesiánica (Mt 11,2-30).
2.1.2. Relato de varios episodios (Mt 12,1-49).
2.1.3. El discurso en parábolas (Mt 13,1-53).
2.1.4. Relato de varios episodios (Mt 13,54-16,12)
2.1.5. Jesús manifiesta a los doce que es el Cristo y anuncia
su Pasión (Mt 16,13-17,23).
2.2. Controversias y enseñanzas (Mt 17,24-20,16).
2.2.1. El tributo del César (Mt 17,24-27).
2.2.2. Discurso eclesiástico (Mt 18,1-35).
2.2.3. Relato de varios episodios (Mt 19,1-20,16).
2.3. Jesús va a Jerusalén y rechazo definitivo de los jefes de Israel
(Mt 20,17-25,46).
2.3.1. Camino a Jerusalén y tercer anuncio de la Pasión (Mt
20, 17-34)
2.3.2. Relato de varios episodios (Mt 21,1-22)
2.3.3. Parábolas, controversias, invectivas contra escribas y
fariseos (Mt 21,23-23,39).
2.3.4. El discurso escatológico (Mt 24,1-25,46).
III. Pasión, muerte y resurrección de Jesús (Mt 26,1-28,20)
1. Jesús anuncia la inminencia de la Pasión. Unción en Betania (Mt
26,1-16).
2. Pasión, muerte y resurrección (Mt 26,17-28,15).
3. El mandato misionero (Mt 28,16-20).

El título y la genealogía de Jesús, en c u a n t o s e g m e n t o s previos al


primer evento narrado, q u e d a n fuera de la articulación del relato. L a
p r i m e r a sección narrativa, cuyo objeto es la presentación de J e s ú s , se
divide en dos u n i d a d e s . L a primera, q u e se inicia c o n u n a frase de
tipo declarativo ( M t 1,18), relata los a c o n t e c i m i e n t o s de la c o n c e p -
ción, nacimiento e infancia del Señor, y q u e d a cerrada por una cita de
c u m p l i m i e n t o ( M t 2 , 2 3 ) . L a segunda, tras u n a nota cronológica y un
c a m b i o espacial ( M t 3,1), narra dos eventos de preparación inmedia-
ta del ministerio de Jesús, que es anunciado por el Bautista, y conclu-
ye c o n otra cita de c u m p l i m i e n t o ( M t 4 , 1 3 - 1 6 ) .
El b l o q u e central, dedicado a la actividad misionera de Jesús se di-
vide, d e nuevo, en d o s secciones cuyos títulos p o n e n de manifiesto la
54 GLORIA HERAS OLIVER

falta de «progresión» de la historia. El inicio de la primera q u e d a mar-


cado p o r la referencia explícita al c o m i e n z o de la predicación del Se-
ñor (Mt 4 , 1 7 : 'Ano T O T E T J p ^ a T O . . . ) . S u división en tres unidades
según un principio o r d e n a d o r de tipo temático ya ha sido c o m e n t a -
do. Así, las primeras enseñanzas y curaciones constan de u n largo dis-
curso c o n m a r c o i n t r o d u c t o r i o ( M t 5,1) y f ó r m u l a conclusiva ( M t
7 , 2 8 - 2 9 : K a l ¿ y É V E T O O T E E T E X E O S V ó'ITJCFOÜÍ; r o ó q X ó y o u < ;
T O Ú T O U ^ ) , a continuación se narra u n a serie de diez milagros y varias
controversias, y cierra esta sección o t r o largo discurso c o n m a r c a s
compositivas similares al primero (introducción en M t 10,1 y f ó r m u -
la de conclusión en M t 1 1 , 1 ) . Tras el discurso apostólico se p r o d u c e
también u n a ruptura espacial con la q u e p u e d e marcarse el final de la
primera sección y el inicio de la s e g u n d a ( M t 1 1 , 1 : ^.STÉfíW] EXE í $ £ V
xoO St&ácrxELV x a l X7)púo-a£t.v £V -zatq noXeaiv aÚT&v). Esta
a m p l i a sección, en la q u e se desarrolla el ministerio de J e s ú s y el re-
chazo de los jefes de Israel, está f o r m a d a por tres unidades narrativas y
varias s u b - u n i d a d e s . Para su división h e m o s a d o p t a d o c o m o criterio
la presencia de marcas temporales o espaciales q u e sirven para poner
de manifiesto el desarrollo de los eventos, m á s en c o n t i n u i d a d q u e en
progresión, de la acción principal. L a p r i m e r a u n i d a d concluye c o n
u n anuncio de la Pasión del Señor ( M t 1 7 , 2 2 - 2 3 ) . Tras éste, u n c a m -
bio espacial sirve para señalar el inicio de la segunda ( M t 1 7 , 2 4 : ' E X -
&ÓVTCÚV 8z (XUTwv zíq K a < p a p v a o u [ x ) . L a última comienza con el
c a m i n o de Jesús y los discípulos a Jerusalén y el tercer a n u n c i o exten-
so de la Pasión ( M t 2 0 , 1 7 - 1 8 ) y termina con el ú l t i m o gran discurso
del Señor, cuya fórmula conclusiva constituye también la apertura de
la sección final ( M t 2 6 , 1 ) .

El tercer b l o q u e narrativo se divide en tres u n i d a d e s . L a p r i m e r a ,


c o m o se acaba de señalar, se inicia c o n la fórmula conclusiva del dis-
curso escatológico y el anuncio de q u e la Pasión del Señor tendrá lu-
gar en la Pascua ( M t 2 6 , 1 - 2 ) . C i e r r a esta u n i d a d la referencia a q u e
J u d a s b u s c a b a la o p o r t u n i d a d de entregar a J e s ú s «desde entonces»
( M t 2 6 , 1 6 : x c d a7ró T O T E ) . L a s e g u n d a c o m p r e n d e , en c o n t i n u i d a d
de a c c i ó n , los relatos de la Pasión, m u e r t e y resurrección del Señor.
Por último, el m a n d a t o misionero, c o m o episodio final, cierra t o d o el
relato.

C o m o p u e d e observarse con facilidad nuestra propuesta c u m p l e el


objetivo de reflejar los grandes m o v i m i e n t o s narrativos del p r i m e r
evangelio. L a determinación de las secciones t o m a ocasión, en la m a -
yoría de los casos, de las referencias cronológicas y / o geográficas q u e
JESÚS S E G Ú N SAN MATEO 55

implican un c a m b i o en la actividad de Jesús y, a veces, se apoya t a m -


bién en la presencia d e a l g u n a fórmula c o m p o s i t i v a . Por otra parte,
n o h e m o s q u e r i d o dejar d e anotar los cinco grandes discursos q u e ,
c o m o piezas unitarias dentro del bloque del ministerio de Jesús, o c u -
pan su lugar en la articulación general del relato.

3.4. Significación d e la t r a m a m a t e a n a

L o s teóricos de la narración suelen poner de relieve la cualidad sig-


nificativa d e la t r a m a y, en consecuencia, la capacidad de conocer m e -
diante la narración. E n el primer capítulo d e nuestro trabajo h e m o s
tratado esta cuestión con cierto detalle. El hecho de q u e la t r a m a sea
significativa i m p l i c a q u e es precisamente la configuración de los h e -
chos la q u e d a a los relatos su significado específico 5 0 . D e este m o d o la
descripción del desarrollo d e la trama del primer evangelio debe ir se-
g u i d o d e u n a reflexión acerca de cuál p u e d e ser el sentido d e la histo-
ria d e J e s ú s según el relato de M a t e o .
C o m o p u n t o d e partida es preciso recordar q u e la t r a m a m a t e a n a
desarrolla u n a sola línea de acción, la d e la historia d e s u p e r s o n a j e
central, Jesús. E n este sentido, resulta d e particular interés e x a m i n a r
c ó m o en la configuración d e los eventos p u e d e «reconocerse» la iden-
tidad de Jesús. Se h a señalado, en reiteradas ocasiones, q u e en el rela-
to d e M a t e o J e s ú s es el Mesías a n u n c i a d o , q u e lleva a c a b o m e d i a n t e
s u ministerio u n plan establecido p o r D i o s , q u e incluye su m u e r t e y
resurrección. A los lectores del primer evangelio n o les cabe n i n g u n a
d u d a d e q u e , para M a t e o , Jesús es «el C r i s t o » ya q u e e m p l e a esta ex-
presión y su equivalente «Jesucristo» en cuatro ocasiones, antes d e q u e
se inicie p r o p i a m e n t e el relato 5 1 . N o obstante, la manifestación d e J e -
sús c o m o C r i s t o n o se p r o d u c e a través de afirmaciones declarativas
s i n o p o r m e d i o d e la narración de las palabras y obras de J e s ú s , q u e
son las reveladoras d e su identidad. E n este sentido se h a hecho notar
q u e el t é r m i n o X p t , o " T Ó £ aparece sólo en c o n t a d o s pasajes en los q u e
se plantea d e m o d o explícito la identidad de J e s ú s 5 2 . D e este m o d o , en
el relato m a t e a n o , el dato m á s significativo en cuanto a la manifesta-
ción d e la identidad de Jesús no son estos pocos pasajes sino la actua-
ción del m i s m o J e s ú s , quien siempre lleva a t é r m i n o los eventos q u e
integran su misión.
E n este sentido, la construcción de la trama m a t e a n a permite des-
cribir el primer evangelio m á s c o m o u n a «mostración» de la identidad
56 GLORIA HERAS OLIVER

de J e s ú s q u e c o m o u n a «demostración» o revelación progresiva de su


p e r s o n a . Y en el proceso de esta « m o s t r a c i ó n » tal vez el aspecto m á s
sobresaliente sea la constatación de la a u t o r i d a d de J e s ú s . E n efecto,
J e s ú s manifiesta su a u t o r i d a d en el ejercicio d e s u p r e d i c a c i ó n , tal
c o m o señala M a t e o en n u m e r o s a s ocasiones, en su actividad t a u m a -
túrgica y en el conocimiento de los eventos de su historia q u e él mis-
m o a n u n c i a 5 3 . Por otra parte, dicha manifestación de la persona y m i -
sión de Jesús, desde el anuncio de su concepción y nacimiento hasta
el m a n d a t o m i s i o n e r o , está expresada en relación c o n s u inclusión
d e n t r o de u n plan divino del q u e h a b l a b a n las Escrituras. D e este
m o d o , s e g ú n el relato m a t e a n o , en J e s ú s se c u m p l e el designio de
D i o s manifestado ya en el A n t i g u o Testamento. N o obstante, la con-
figuración de la trama orienta a c o m p r e n d e r q u e Jesús n o sólo forma
parte de ese p l a n «previsto», tal c o m o se p o n e de relieve a través del
recurso de las citas de c u m p l i m i e n t o q u e avalan d e t e r m i n a d o s even-
tos de la vida del Señor, sino q u e lo lleva a cabo con plena autoridad,
c o m o testimonian la efectiva realización de sus palabras anticipadoras
de los sucesos 5 4 .
E n otro orden de cosas también es preciso señalar q u e el relato m a -
teano, a d e m á s de dar a conocer la i d e n t i d a d de J e s ú s a través d e su
historia, constituye u n a invitación a oír y responder a la voz principal
de la narración, la de J e s ú s 5 5 . C o n esta finalidad, por e j e m p l o , M a t e o
construye su relato de m a n e r a q u e m á s de dos tercios estén o c u p a d o s
p o r las palabras p r o n u n c i a d a s directamente p o r J e s ú s . Si se tiene en
cuenta que el lector del primer evangelio percibe en t o d o m o m e n t o la
autoridad de Jesús, al leer sus enseñanzas, n o sólo en los cinco grandes
discursos sino en otras perícopas de m e n o r extensión, c o m p r e n d e q u e
merecen ser puestas por obra. E n este sentido, se p u e d e afirmar, c o m o
se ha señalado de m o d o tradicional 5 6 , q u e el primer evangelio se con-
vierte c o n facilidad en u n a guía de a c t u a c i ó n , en u n a p a u t a de c o n -
d u c t a p a r a los seguidores de C r i s t o . Por otro l a d o , c o m o el lector
c o m p r u e b a a lo largo de la narración q u e las palabras de Jesús siempre
se c u m p l e n , al llegar al final del relato c o m p r e n d e q u e t a m b i é n debe-
rán cumplirse los anuncios del Señor referidos a t i e m p o s futuros, en
concreto los relativos a la vida de la Iglesia 5 7 , las promesas hechas a los
d o c e entre las q u e destaca el m a n d a t o m i s i o n e r o 5 8 , y las referencias a
los acontecimientos escatológicos 5 9 . D e este m o d o el relato m a t e a n o
no q u e d a cerrado en su p u n t o final sino q u e se abre, por efecto de la
m i s m a narración, hacia los tiempos futuros, de m a n e r a q u e cualquier
lector p u e d e encontrar un lugar en las palabras de J e s ú s 6 0 . E n este sen-
tido, por m e d i o de la narración el lector va, sin solución de continui-
JESÚS SEGÚN SAN MATEO 57

d a d , del C r i s t o c o m u n i c a d o a la c o m u n i c a c i ó n c o n Cristo 6 1 .
Por ú l t i m o , a nuestro m o d o de ver, cabe señalar q u e es precisa-
m e n t e la m a r c a d a dimensión comunicativa del primer evangelio, faci-
litada p o r la disposición de los eventos, la q u e explica t a m b i é n algu-
nos aspectos en los que los autores hacen hincapié y que, hasta ahora,
n o h a n e n c o n t r a d o justificación en nuestro e s t u d i o , c o m o la repeti-
ción del e s q u e m a aceptación/rechazo o el carácter «inclusivo» de la
historia. Ciertamente, los destinatarios del primer evangelio, son con-
ducidos por el m i s m o relato a aceptar a Jesús y a aquellos q u e están en
su cercanía, c o m o el Bautista y los discípulos y, en c a m b i o , a rechazar
a los otros, de m o d o especial a los jefes religiosos. Sin d u d a , el princi-
pal recurso q u e p r o d u c e este efecto es la constante repetición d e las
referencias a los pensamientos y reacciones de los personajes respecto
a la persona y actuación de Jesús sobre el e s q u e m a aceptación/recha-
zo. D e este m o d o , el lector percibe q u e los personajes q u e aceptan a
Jesús s o n los q u e h a n reconocido su autoridad y, p o r tanto debe fijar
en ellos s u atención; por contraste, los personajes q u e n o aceptan a J e -
sús s o n los que procuran su muerte y son vencidos, al fin, p o r la resu-
rrección del Señor. E n definitiva, los destinatarios de M a t e o c o m -
prenden al final de la narración q u e deben seguir a Jesús pero también
a los discípulos, a u n q u e a lo largo del relato les haya faltado la fe, por-
q u e ellos son los q u e h a n recibido el m a n d a t o misionero.
NOTAS

1. Cfr. U. Luz, El evangelio según San Mateo I, cit., p. 3 5 . Según este autor el lengua-
je mateano, debido a su carácter formalista y al uso frecuente de giros o expresiones
repetidas, no facilita el discernimiento de los fenómenos que pueden ser considera-
dos c o m o indicios que ponen de manifiesto la estructura del relato. Por otro lado,
Mateo utiliza con frecuencia perícopas o versículos de transición que conectan los
pasajes del evangelio y dificultan en gran m e d i d a la delimitación de las distintas
secciones.
2. L a bibliografía sobre esta cuestión es inmensa. Puede verse un estudio sistemático y
valorativo de las propuestas tradicionales de estructura del primer evangelio con
sus autores más representativos en D . R . B A U E R , The Structure of Matthew's Gospel:
A Study in Literary Design, J S N T S u p 3 1 , Sheffield 1989, pp. 2 1 - 5 5 .
3. S u exposición puede encontrarse en J . D . K I N G S B U R Y , Matthew as Story, Philadelp-
hia 1986, p p . 4 3 - 9 3 .
4. C o m o ya señalamos en el capítulo de análisis del T i e m p o , a nuestro m o d o de ver,
la fórmula arcó TOTE puede ser considerada c o m o una nota de significación parti-
cular pero, a la vez, resulta insuficiente para la determinación de la estructura del
primer evangelio. Sin duda, constituye una expresión que consigue resaltar con es-
pecial intensidad un evento que acontece en el tiempo presente de la narración y
que, además, está abierto al futuro inmediato ya que se repetirá en el relato de aquí
en adelante.
5. Puede verse una exposición crítica acerca de la relación entre M a t e o y Marcos en F.
N E I R Y N C K , The Gospel of Matthew and Literary Criticism. A critical Analysis of A.
Gaboury's Hypothesis, en B E t h L 2 9 (1971) 37-69.
6. En este sentido, a nuestro m o d o de ver, la estructura que Kingsbury p r o p o n e de-
pende de sus estudios anteriores en los que emplea el método de la historia de la re-
dacción. Puede verse, por ejemplo, J . D . K I N G S B U R Y , The Structure of Matthew's
Gospel and His concept of Salvation-History, en C B Q 3 5 ( 1 9 7 3 ) 4 5 1 - 4 7 4 . Así lo
hace notar también Senior cuando afirma, con cierta ironía, que «the reader will
have to decide whether arriving at the identical conclusion by employing two very
different methods confirms the solidity of literary critical methods or questions
their usefulness* ( D . S E N I O R , What are they saying about Matthew?, N e w York-
M a h w a h 1996, p. 3 2 ) . .
7. Cfr. X . L E Ó N - D U F O U R , Evangelio según San Marcos, en A. R O B E R T - A . F E U I L L E T ,
Introducción a la Biblia IL. Nuevo Testamento, Barcelona 1970, p p . 2 7 5 - 2 7 6 .
8. Puede verse en D . R. B A U E R , The Structure of Matthew's Gospel cit., p p . 5 7 - 1 2 8 .
9. Para la definición de los quince principios estructurales del relato cfr. ibidem, p p .
13-19.
60 GLORIA HERAS OLIVER

10. Cfr. ibidem, pp. 115-127.


11. Puede verse el capítulo dedicado a la trama en D . B . HOWELL, Matthew's Inclusive
Story. A Study in the Narrative Rhetoric of the First Gospel, en J S N T S u p 4 2 , Shef-
field 1990, pp. 9 3 - 1 6 0 .
12. C o n el objeto de no alargar nuestra exposición, baste señalar que la única diferen-
cia entre la propuesta de Howell y la de Bauer es la consideración de M t 2 6 , 1 -
2 8 , 2 0 c o m o una sección unitaria. Además es preciso hacer notar que Howell deli-
mita los segmentos narrativos, con la referencia de los capítulos y versículos
correspondientes, pero no aporta los títulos indicadores del contenido.
13. Según Howell en el relato de Jesús se «incluye» la experiencia de los cristianos del
tiempo postpascual y, en este sentido, califica el primer evangelio c o m o «relato in-
clusivo». Esta expresión, que procede de un artículo de Luz (cfr. U. Luz, The The-
ology of the Gospel of Matthew, C a m b r i d g e 1 9 9 5 , p. 9, nota 16) es explicada por
este autor del siguiente m o d o : «The experiences of the disciples with Jesus mirrors
their own experiences with the resurrected Lord. T h e story of Jesus mirrors their
own story, making their story transparent" (ibidem, p. 66).
14. Carter adopta la división de sucesos «núcleos» y «satélites» de C h a t m a n . Cfr. S.
C H A T M A N , Historia y discurso, Madrid 1990, pp. 56-58. Puede verse otro estudio
del primer evangelio basado en la distinción entre sucesos nucleares y satélites en
F.J. M A T E R A , The Plot of Matthew's Gospel, en C B Q 4 9 (1987) 2 3 3 - 2 5 3 .
15. Cfr. W . C A R T E R , Matthew: Storyteller, Interpreter, Evangelist, Massachusetts 1996,
pp. 159-176.
16. N o podemos dejar de mencionar el estudio de J. C . A N D E R S O N , Matthew's Narrati-
ve Web: Over, and Over, and Over Again, en J S N T S u p 9 1 , Sheffield 1994. El obje-
to de esta obra es examinar el papel que desempeñan las repeticiones de palabras en
el desenvolvimiento de la trama mateana. Según esta autora la repetición verbal es
un aspecto nuclear en el desarrollo de la narración del primer evangelio pero no
constituye un criterio determinante a partir del cual sea posible delinear una estruc-
tura de la narración. Por tanto, en coherencia con el propósito que guía su estudio,
no expone ninguna propuesta de articulación del relato en unidades o secciones. N o
obstante, presenta una descripción de cuatro recursos compositivos que, a su m o d o
de ver, deben ser considerados como elementos estructurales del relato mateano: la
repetición de sumarios, las anticipaciones y retrospecciones, el sub-argumento joá-
nico y, por último, las historias repetidas. Cfr. ibidem, pp. 145-191.
17. D e hecho, c o m o señala con acierto Senior, «Matthew's " p l a n " was, in fact, m u c h
less systematic and m u c h richer in variety than m o s t scholars have thought. A
storyteller does not work in the same way as a mathematician. T h e storyteller does
not usually begin with a rigid comprehensive plan» ( D . S E N I O R , What are they sa-
ying about Matthew?, cit., p. 35).
18. Puede verse la noción de trama en el ámbito de la teoría de la triple mimesis en P.
RlCOEUR, Tiempo y Narración I, Madrid 1986, pp. 117-160.
19. Ibidem, p. 136. Ricoeur prefiere hablar de construcción de la trama, en lugar de
trama simplemente, para poner de relieve el carácter dinámico de la operación de
configuración que ésta desempeña.
20. El término, que los teóricos emplean con frecuencia, procede del título de la obra
de F. K E R M O D E , El sentido de un final Barcelona 1983.
21. En este sentido señala Matera que «in terms of time, the conclusion of the narrati-
ve is of p a r a m o u n t importance. In terms of causality, the relationship between
events and the final affective response the narrative endeavors to produce must be
taken into account» (F.J. M A T E R A , The Plot of Matthew's Gospel, cit., p. 240).
NOTAS 61

22. Neirynck se pregunta al respecto « E n effet, n'est-ce pas dans l'ordonnance qu'il
impose à la matière évangelique que le rédacteur exprime sa conception fondamen-
tale?» (F. NEIRYNCK, La rédaction matthéenne et la structure du premier évangile, en
E T h L 43 [1967] 52).
23. En el relato mateano destaca de manera especial la indicación constante de la sim-
ple sucesión de los acontecimientos, mediante el uso reiterado del adverbio tempo-
ral TOTE (entonces). La profusión del empleo de TOTE (90 ocasiones por 6 veces
que lo usa Marcos y 15 Lucas) lo convierte en un recurso configurador del trans-
curso temporal del primer evangelio ya que, a través de esta partícula, se van enla-
zando los diversos eventos de la Historia d a n d o al relato un carácter unitario.
24. Este procedimiento se inspira en la consideración de Ricoeur por la cual «seguir la
historia es no tanto incluir las sorpresas o los descubrimientos en el reconocimien-
to del sentido atribuido a la historia, t o m a d a c o m o un todo, c o m o aprehender los
propios episodios bien conocidos c o m o conduciendo a este fin» (P. RlCOEUR,
Tiempo y Narración I, cit., p. 139).
25. C o m o es sabido la función que desempeña el título es una cuestión controvertida.
Algunos autores lo consideran c o m o el encabezamiento de todo el evangelio; para
otros el título se refiere al primer gran bloque narrativo ( M t 1,1-4,16); otros, en
cambio, señalan que afecta sólo al relato de la generación de Jesús. Puede verse una
síntesis d e las posturas con sus autores m á s representativos en D . R . BAUER, The
Structure ofMatthew's Gospel, cit., pp. 7 3 - 7 7 . En nuestro trabajo consideramos que
el título y la genealogía funcionan c o m o un pórtico de todo el relato y no constitu-
yen, en sentido estricto, el inicio de la narración. D e este m o d o , a nuestro m o d o de
ver, la trama empieza a desarrollarse en M t 1,18 con la entrada en escena del per-
sonaje principal, Jesús.
26. M a t e o emplea en 6 ocasiones, todas redaccionales, el término ó v a p (sueño).
27. C o m o se ha señalado en el análisis de la Voz, el m i s m o Jesús menciona en tres oca-
siones el papel del Bautista c o m o Precursor suyo. Cfr. M t 11,10; 17,12; 2 1 , 3 2 .
28. Recuérdese que en el pasaje de la Transfiguración se repite el testimonio de la voz
del Padre con un nuevo matiz: el mandato de escucharle (Mt 17,6: á x o ú e x e aú-
TOÛ).
29. Resulta interesante señalar que la imprecación de M t 4 , 1 0 no aparece en los relatos
paralelos. D e este m o d o en la narración de Lucas parece que el diablo se retira por
propia iniciativa, hasta el m o m e n t o oportuno (cfr. Le 4 , 1 7 ) , en c a m b i o en el pri-
mer evangelio Satanás desaparece de la escena obedeciendo el mandato de Jesús.
30. D e este m o d o p o d e m o s apuntar de m o m e n t o que en la trama mateana el qué y el
porqué áe los acontecimientos corren paralelos: t o d o sucede p o r q u e estaba anun-
ciado. En cierto sentido, no es que unos sucesos sean causa de los siguientes sino
q u e j a realización de los eventos encuentra su justificación en su carácter de c u m -
plimiento del designio divino.
31. Cfr. M t 4 , 2 3 - 2 5 ; 8,16; 9 , 3 5 ; 1 1 , 1 ; 12,15; 13,34; 1 4 , 3 5 - 3 6 ; 1 5 , 3 0 - 3 1 ; 19,2;
21,14.
32. Los autores han constatado con frecuencia una gran discrepancia de composición
entre M t 1-12 y 13-28, y han ensayado diferentes tipos de explicación. N o obstan-
te, según algunos estudiosos c o m o Luz, esta cuestión todavía no ha sido justificada
de un m o d o convincente (cfr. U . L u z , El evangelio según San Mateo I, cit., p. 36).
A nuestro m o d o de ver, desde el p u n t o d e vista de la configuración d e los episo-
dios, la explicación debe ampliarse a la articulación de M t 11,2-25,46.
33. J u n t o a estos anuncios extensos es preciso recordar que en otros lugares de este blo-
que narrativo Jesús también hace otras referencias a dicho suceso. Unas son clara-
62 GLORIA HERAS OLIVER

mente explícitas c o m o la mención de su resuttección ( M t 17,9) y de los padeci-


mientos (Mt 17,12); otras son más veladas c o m o la referencia al «esposo» que to-
davía está entre los suyos (Mt 9 , 1 5 ) , las alusiones a la señal de J o n á s (Mt 12,40;
16,4), a su misión de «dar la vida» (Mt 2 0 , 2 8 ) , y por último, a la piedra rechazada
por los arquitectos que Jesús menciona tras exponer la parábola de los viñadores
homicidas ( M t 2 1 , 4 2 - 4 4 ) .
34. En efecto, c o m o ya se ha señalado, los jefes religiosos quieren «destruir» a Jesús ya
en M t 12,14, desean «prenderle» en M t 2 1 , 1 4 pero no lo hacen por temor a la
multitud y es en M t 26,4 cuando toman la decisión de «apoderarse con engaño y
hacerle morin>. Sin embargo, Jesús muere por la traición de uno de sus discípulos,
c o m o él m i s m o sabe (Mt 26,21.23).
35. Al final del capítulo del análisis del T i e m p o nos preguntábamos si el relato de Ma-
teo trataba de responder a la cuestión de c ó m o fue posible que sucediera la muerte
de Jesús. Ahora podemos responder que in recto no parece que sea ésta la finalidad
de M a t e o . N o obstante, su relato ofrece de manera implícita una respuesta. La
muerte y, junto a ella, la resurrección es un evento que se mantiene en el horizonte
de expectativas del lector desde m u y pronto y va ganando en intensidad a lo largo
del relato con los anuncios cada vez más explícitos y reiterados. Jesús sabe que va a
morir y, de hecho, muere por su propia voluntad. En definitiva, c o m o ya se ha di-
cho antes, en Mateo incluso el relato de la muerte constituye una manifestación de
la potestad de Jesús.
36. En este sentido Judas, c o m o traidor, tampoco es el que provoca el desenlace de la
trama sino el medio a través del cual se produce el cumplimiento de lo anunciado
en varias ocasiones por Jesús. Este aspecto recibe también c o m o apoyo el hecho de
que un dato de su traición, las treinta monedas de plata, aparezca en la última cita
de cumplimiento. Cfr. M t 27,9.
37. D e este m o d o , en el relato de la Pasión, la muerte de Jesús es una manifestación de
su triunfo. En este sentido afirma Sénior en su estudio del material específico de
M a t e o que «the First Gospel did evidence a distinctive rendering of the passion ac-
count by means o f a more exalted christological portrait of Jesús, a concern with
the issue os Israel's rejection of Jesús, and a pronounced parenetic use of characters
within the narrative» ( D . SÉNIOR, Matthew's SpecialMaterial in the Passion Story:
Implications for the Evangelist's Redactional Technique and Theological Perspectiva
e n E T h L 6 3 [1987] 2 7 3 ) .
38. Resulta necesario señalar que para algunos autores el mandato misionero no puede ser
considerado el punto final sino más bien un epílogo añadido. Según Powell, por ejem-
plo, el punto final es la muerte de Jesús ya que da razón de cómo Jesús salva al pueblo
de sus pecados. Por otra parte, en la muerte se pone de manifiesto el paso que se da en
el evangelio de lo posible a lo probable y que culmina en lo necesario: al principio la
aceptación de Israel parece posible, en medio crece el rechazo y, al final, la respuesta
negativa es inevitable (cfr. M.A. POWELL, The Plot and Suhplots of Matthew's Gospel
en N T S 38 [1992] 190). A nuestro modo de ver resulta difícil considerar el mandato
misionero como un epílogo separable del relato sobre todo si se tiene en cuenta que,
en dos ocasiones, una en el relato de la Pasión y otra tras la resurrección, Jesús anuncia
a sus discípulos que se reunirá con ellos en Galilea (cfr. M t 26,32; 28,10).
39. E n este sentido señala también Cárter que «That G o d ' s purposes are "not yet"
complete means Jesús' continuing presence will be with his disciples (1,23) in their
worship (18,20) and mission activity a m o n g the poor and suffering of the world
(25,31-45;28,20) until the completion of those purposes» (W. C Á R T E R , Matthew:
Storyteller, Interpreter, Evangelista cit., p. 2 2 4 ) .
NOTAS 63

40. Según Rigaux, M a t e o escribe su evangelio movido por el deseo de recomponer del
m o d o más completo posible las palabras de Jesús debido a la situación interna de
su iglesia. D e este m o d o afirma que «La situation interne de l'Église semble être la
préoccupation essentielle et suffisante de la composition de l'évangile. U n juif con-
verti, devenu le scribe de la nouvelle histoire sainte, était amené à juger les événe-
ments c o m m e M t l'a fait» (B. R I G A U X , Témoignage de l'évangile de Matthieu, Paris
1967, p. 2 0 0 ) .
41. H e m o s m e n c i o n a d o esta cuestión en el apartado del capítulo tercero dedicado al
estudio de la denominación de los personajes. Recuérdese la descripción ya citada
de Ricoeur sobre la configuración de la trama c o m o el desarrollo simultáneo «del
carácter y de la acción» (P. R I C O E U R , Tiempo y Narración I, cit., p. 25 nota 7 ) .
Puede verse un estudio de la noción de «personaje» y del papel que puede desem-
peñar en la construcción de la trama en S. C H A T M A N , Historia y discurso, cit., pp.
115-155.
42. Resulta interesante señalar que en los relatos paralelos se menciona, si bien con un
breve enunciado, la efectiva realización del ministerio de los doce. Cfr. M e 6,30 y
L e 9,6.
43. Es importante hacer notar q u e los dos primeros anuncios de la Pasión se encuen-
tran situados a continuación de dos acontecimientos destacados del ministerio pú-
blico: el reconocimiento de Pedro en Cesárea y la Transfiguración.
44. Destaca, por ejemplo, el hecho de que Jesús, después de haber declarado a los dis-
cípulos que les ha concedido comprender los misterios del Reino, también les hace
ver, en dos ocasiones, la falta de entendimiento de sus palabras ( M t 15,16; 16,9).
45. Recuérdese la explicación del c a m b i o de actitud de la m u c h e d u m b r e , narrada en
M t 2 7 , 2 0 , cuando los príncipes de los sacerdotes persuaden a las gentes para q u e
pidan la condena de Jesús.
46. Si bien es cierto que el rechazo de Israel es evidente, no por ello la muerte de Jesús
es su consecuencia directa. D e este m o d o no parece que el «conflicto» p u e d a ser
considerado c o m o el núcleo del relato de M a t e o tal c o m o señalaba Kingsbury. La
trama no se desarrolla en torno a este principio aunque en efecto el tema está pre-
sente a lo largo de todo el evangelio.
47. A nuestro m o d o de ver, por tanto, n o parece q u e pueda hablarse de un esquema
aceptación/rechazo, c o m o propone Howell, que contribuya al desarrollo de la tra-
ma.
48. E n este sentido, en el primer evangelio no se produce un desarrollo simultáneo de
los personajes y la acción, c o m o señalaba Ricoeur, sino más bien un desarrollo «pa-
ralelo».
49. En efecto, c o m o señala Luz, en Mateo «es m u c h o más fácil, en general, reconocer
un trabajo de esmerada ordenación en secciones concretas que una estructuración
de todo el evangelio» (U. Luz, El evangelio según San Mateo I, cit., p. 37). Tal vez
por este motivo la discrepancia entre las propuestas de división en unidades meno-
res permanecerá siempre abierta.
50. En este sentido, afirma el filósofo L. M i n k que «The cognitive function of narrati-
ve form, then, is not just to relate a succession of events but to body forth an en-
semble o f interrelationships of many différent kinds as a single whole. In fictional
narrative the cohérence of such complex forms affords aesthetic or emotional satis-
faction; in historical narrative it additionally claims truth» ( L . O . MlNK, Narrative
Form as a Cognitive Instrument, en Historical Understanding, N e w York 1 9 8 7 , p.
198).
51. Recuérdese las referencias de M t 1,1.16.17.18.
64 GLORIA HERAS OLIVER

52. C o m o ya se ha visto en el apartado de la denominación de los personajes, Herodes


( M t 2,1), el Bautista ( M t 11,2), el m i s m o Jesús ( M t 16,13) y el Sanedrín ( M t
26,63) preguntan quién es el Señor. Al rechazo de Herodes, del Sanedrín y, al final
del relato, de la multitud (Mt 27,22-23) se contrapone el reconocimiento puntual
de Pedro en representación de los discípulos.
53. Rigaux llega a una conclusión similar y afirma que «la structure m ê m e de l'évangi-
le de M t donne à la personne de Jésus ce relief de majesté. Il est le Maître de Justi-
ce par le Discours sur la Montagne, il est le T h a u m a t u r g e par le groupement des
dix miracles, il est à l'origine de la Mission dans l'envoi des disciples, il est le prédi-
cateur en parabole, l'ordinateur de la vie communautaire, le vainqueur des scribes
et des Pharisiens, le révélateur de la Fin. L'évangile de l'enfance lui donne une ori-
gine surnaturelle. La résurrection le pose dand une gloire divine. C'est Lui qui diri-
ge et soutient la Mission de l'Église» (B. RlGAUX, Témoignage de l'évangile de Matt-
hieu, cit., p. 2 5 5 ) .
54. En este sentido hemos calificado el esquema anuncio/cumplimiento c o m o la ur-
dimbre sobre la que la trama, más que progresar, se desenvuelve.
55. E n nuestro estudio de la función comunicativa del capítulo dedicado a la V o z se ha
constatado que el relato de Mateo, c o m o toda narración, lleva en su interior una
llamada a la comunicación con los destinatarios.
56. C o m o es sabido, la profusión de enseñanzas que recoge el primer evangelio y su
impronta didáctica le han ganado la consideración de «primer libro de catequesis
cristiana».
57. Cfr. el discurso eclesiástico de M t 18. Recuérdese también las referencias al premio
del Reino en M t 5,1-20; 7,21-23; 8,11-12; 19,29-30 y a las persecuciones en M t
23,34-35.
58. Cfr. el discurso apostólico, especialmente M t 10,17-23; la promesa a Simón en M t
16,18-19; a los doce de juzgar a las tribus de Israel en M t 19,28-29; la referencia a
que beberán el cáliz del Señor hecha tras la petición de la madre de los Zebedeos en
M t 2 0 , 2 3 ; el mandato misionero en M t 2 8 , 19-20.
59. D e m o d o especial el discurso escatológico de M t 2 4 - 2 5 .
60. En este sentido afirma Luz que « G o d will remain continuously "with" his commu-
nity just as he did in the story o f Jesus. When members of Matthean c o m m u n i t y
read or listened to Jesus' sayings they heard the way in which G o d is "with them"
in the present. When they listened to what Jesus said, they heard what he is telling
them today. Jesus does not, as in Luke belong to a past age that can never repeat it-
self in the same way again. Instead, past and present, the history of Jesus and the
community's own experiences, constandy intermingle, just as the earthly Jesus is at
once the exalted Lord and vice versa» (U. L u z , The Theology of the Gospel of Matt-
hew, cit., p. 33).
61. C o m o señala Carter «Through its activity o f making sense o f the gospel's plot, the
audience learns cognitively and affectively about who Jesus is and what he requires.
It gains examples of how it is to live as his followers" (W. C A R T E R , Matthew: Story-
teller, Interpreter, Evangelist, cit., p. 173).
ÍNDICE DEL EXCERPTUM

PRESENTACIÓN 11
Í N D I C E D E LA T E S I S 17
B I B L I O G R A F Í A D E LA T E S I S 21
LA T R A M A D E L P R I M E R E V A N G E L I O 31
INTRODUCCIÓN 31
1. LA E S T R U C T U R A D E L P R I M E R E V A N G E L I O : P A N O R A M A D E P R O P U E S T A S 32
2. LA N O C I Ó N D E T R A M A 38
3. L A T R A M A D E L P R I M E R E V A N G E L I O 39
3.1. Descripción de la trama 39
a) Relato de la infancia de Jesús: Mt 1,1-4,16 40
b) Ministerio público de Jesús: M t 4,17-25,46 43
c) Pasión y resurrección de Jesús: M t 26,1-28,20 47
3.2. La función de los personajes en la configuración de la trama .. 50
3.3. La estructura del primer evangelio 52
3.4. Significación de la trama mateana 55
NOTAS 59
ÍNDICE DEL EXCERPTUM 65

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