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La Diablada

La diablada es una danza llamada así por la careta y el traje de diablo que usan los
danzantes. La danza representa el enfrentamiento entre las fuerzas del bien y del mal,
reuniendo tanto elementos propios de la religión católica introducida durante la presencia
hispánica como los del ritual tradicional andino.
En la actualidad esta danza se practica en diversas regions andinas y altiplánicas de
América del Sur; occidente de Bolivia, sur del Perú y norte de Chile, además de fundarse
agrupaciones de residentes bolivianos en Argentina, Estados Unidos y Austria. Se aprecia
principalmente en el Carnaval de Oruro en Bolivia, la Fiesta de la Candelaria en el Perú y
en la Fiesta de La Tirana en Chile. El sentido de identidad patrimonial de esta danza es
motivo de disputa.

Actualmente la Diablada ha sufrido diversas modificaciones, sobre todo coreográficas, pues


antes se bailaba en grupo de dos filas y al ritmo del sicuri (música producida por zampoñas
y tambores), actualmente se danza a los acordes de una banda de músicos con
instrumentos contemporáneos. Durante el desenvolvimiento de la danza los danzarines se
desplazan con bastante agilidad, dando espectaculares saltos, movimientos feroces,
lanzando sordos gruñidos y carcajadas infernales.

Su vestuario es muy lujoso y lleva bordados de oro, plata y pedrerías. Destacan los
Caporales con vestuarios que superan los 30 kilos, así como los diablos menores y las
chinas diablas. Alcanzan su máximo esplendor en la festividad de la Virgen de la Candelaria
que se realiza en la Región Puno y esencialmente su contenido es la lucha entre el bien
(ángeles) y el mal (demonios).
El Huayno
Su origen es prehispánico y proviene de la cultura Quechua, por tanto no se le puede
asignar un país en particular, más allá de que tenga una mayor dispersión e influencia en
los actuales estados de Ecuador y Perú. Huayno proviene de un vocablo quechua huañuy
(muerte), o sea, al llegar los españoles a Sudamérica, especialmente al derrocar al imperio
de los Incas, se encontraron con la música de instrumentos sencillos en los que
interpretaban los yaraví es (jharawis), jhatchuas, chimayche y otros ritmos musicales muy
variados con quenas, tinyas, etc.
Es el Baile principal de los Andes peruanos. Hay muchas variantes que toman carácter
propio según qué región y pasan a llamarse de otra forma: Tunantada, Huaylas, etc.
Es de pareja suelta y ya existía con anterioridad a la conquista. Sin embargo cabe destacar
la diferencia entre el Huayno mestizo actual y el Wayno indígena, que es probablemente
más fiel al original. En Bolivia pasa a llamarse Huayno teniendo sus propias características
diferentes.
Hay numerosos estudios profundos sobre el tema, pues al ser el ritmo más importante, es
interesante el estudio de las migraciones y adaptaciones musicales a lo largo de toda la
zona andina.
El Huayno, expresión de alegría, expresión del espíritu exteriorizado en forma musical
poética, constituyó el baile más conocido en todo el Imperio de los Incas, siendo hasta ahora
el más tradicional en todo los pueblos de la serranía, y más aun por su gente.
El Huayno no es tan solo un género musical folklórico, sino la primera manifestación cultural
de los pueblos de esta parte del mundo, que consta de tres partes: Introducción, cuerpo y
remate. El ritmo, estilo, orquestación, sabor y ejecución es diferente de región a región y
hasta de pueblo a pueblo, siendo fácil para el aficionado reconocer este género cuando los
oye.
La Saya
La Saya es una manifestación cultural expresada en música hermosa, danza, poesía y ritmo
propia del pueblo afroboliviano, originada en la región de valles interandinos de Bolivia,
Yungas, como también tuvo influencia en las tierras sureñas de Perú, (Puno y Arequipa),
uno de los lugares donde se establecieron los esclavos traídos de África , esta nace de la
expresión de los esclavos negros traídos desde África junto con la de los indígenas. La saya
fue producto de una manifestación cultural de los esclavos africanos llevados a la Real
audiencia de Charcas que estaba bajo el control de la corona española.
Los intereses económicos que movían la práctica del comercio de esclavos en el siglo XVIII
hicieron que la población africana llegue por procesos de migración forzada a
Latinoamérica. Y la música y la danza como parte de la vida del ser humano, esta también
viajó a la tierra de Los Andes, donde se adaptó a prácticas ancestrales ya existentes.
Su origen africano está implícito en la deformación del vocablo Nsaya de Origen Kikongo;
así la saya etimológicamente significa: trabajo en común bajo el mando de un (a) cantante
principal. Está compuesta de música, danza, poesía y ritmo donde se utiliza bastante la
metáfora y la sátira, tocando temas de la esclavitud y de la situación actual.
La vestimenta de la saya es bastante sencilla, las mujeres visten una blusa de colores vivos
adornada con cintas. La pollera vistosa, la manta en la mano y un sombrero borsalino. Los
hombres llevan un sombrero, camisa de fiesta blanca, una faja aymara en la cintura,
pantalón de bayeta y sandalias.
La Saya presenta elementos de influencia africana así como peculiaridades sincréticas
aymaras en la vestimenta de las mujeres, particularmente en la adopción de las blusas y
polleras características de la chola boliviana .
La vestimenta es blanca. Las mujeres llevan polleras con varias tiras de colores, en la parte
del ruedo y bordados en la parte superior, blusas de mangas cortas, escote cuadrado, toda
la blusa va bordada y adornada de cintas, encajes y zigzag, el sombrero en la mano y una
manta de color, doblada y colgando en el brazo derecho. Llevan ojotas.
Las características de la Saya son bien definidas. Los hombres entonan, con sus potentes
voces, coplas que las mujeres repiten con bellos matices de sus voces de sopranos. Los
movimientos del baile son muy cadenciosos y sensuales. Las mujeres con el porte muy
erguido, moviendo la cadera y con pasos cortos marcan la coreografía y la danza.

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