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En los primeros tiempos, la música medieval recibe dos influencias palpables:

 Influencia hebrea. Se recoge el modo hebreo de cantar a base de largos melismas y la


importancia del canto en el culto.
 Influencia grecorromana. Del mundo clásico se hereda la teoría musical con su sistema
modal y la valoración ética y educativa de la música expresada por Platón.

Canto Gregoriano

La música eclesiástica de los primeros siglos medievales está al servicio del texto litúrgico de los
oficios religiosos.

Pero el caso es que no existía una sola liturgia unificada. De hecho, con la expansión del
Cristianismo a partir del siglo IV, se desarrollan diferentes liturgias regionales independientes de
Roma:

 Liturgia Ambrosiana o Milanesa


 Liturgia hispanovisigoda o Mozárabe
 Liturgia Galicana,
 Céltica (irlando-británica)
 Liturgia Romana
 En Oriente (la Bizantina/la Siria).

Ante esta diversidad, la Iglesia ve la necesidad de unificar la liturgia, es decir, de establecer un


conjunto de signos y palabras que formen parte de sus celebraciones, especialmente en la Misa, y
que sean comunes para todos los fieles.

De este modo, en el siglo VII, el Papa Gregorio I el Magno recopila y organiza una serie de cantos
romanos que establece como los obligatorios de la liturgia unificada cristiana.

No será hasta tiempos de Carlomagno cuando se establece como obligatorio en el imperio


carolingio el rito romano, muy influido, eso sí, por tradiciones francogermánicas propias. La relación
entre los monasterios benedictinos de la Orden de Cluny y el papado impulsan esta liturgia franco-
romana y el canto gregoriano por toda Europa.

El Gregoriano tiene una serie de elementos formales que se pueden resumir en:

 Usa ocho escalas especiales heredadas de los griegos: los modos.


 El ritmo es libre, reducido a una especie de línea ondulante, ligera, muy flexible y
que huye de cuanto puede ser excitante y machacón.
 Se persigue una exaltación estético espiritual de acercamiento a Dios gracias a su
concentración, solemnidad, sobriedad y sencillez.
 Es monódico, es decir, emplea melodías al unísono. Se canta a capella, sin
instrumentos musicales.
 Es el canto latino de la Iglesia, es decir, se canta en latín.
 Es una música ligada a un texto (en concreto, un texto exclusivamente religioso) y
que no tiene sentido sin él.

Canto Mozárabe

Hasta su supresión a finales del siglo XI, el canto mozárabe supuso una de las manifestaciones
culturales más apasionantes de la música medieval. Hunde sus raíces en los primeros tiempos de
la cristianización y a su vez en la liturgia judaica.
Lamentablemente no es posible su transcripción por su notación neumática que no expresa la
altura exacta de los sonidos.

Del repertorio musical hispanovisigodo o mozárabe se conservan 45 códices, escritos


fundamentalmente entre los siglos X y XI. Especial importancia tiene el famoso Antifonario de la
catedral de León.

A pesar de lo antedicho, que no es posible reproducir con exactitud el canto mozárabe por su tipo
de notación, se sabe que fue más adornado que el canto gregoriano y que se cantaban más
piezas.

La Música Profana en la Edad Media


La música culta litúrgica es la única que ha quedado plasmada en los códices, como hemos visto.

Lamentablemente la música medieval profana y popular, la que divertía y disfrutaba el pueblo


prácticamente se ha perdido pues nunca se perpetuó por escrito. Sabemos que en la Edad Media
era habitual el canto y el baile entre la población, en muchos casos como herencia del mundo
pagano. Lo conocemos por numerosas fuentes eclesiásticas que los condenaban o criticaban.

Tanta insistencia en el ataque a estas prácticas pone de manifiesto la habitualidad con la que se
producían.
La música profana de los nobles: troveros y trovadores
A partir del siglo XII, surge el movimiento
trovadoresco. Nacen los llamados trovadores, troveros y
minnesänger. Son compositores y poetas que en ocasiones
eran también cantores de su propia obra. En sus obras se
emplean lenguas romances autóctonas: dialectos franceses,
alemán, portugués, etc.

No hay que confundir la figura del trovador con la del juglar.


Los trovadores formaban un estamento entre los que se
encontraban gentes de la más alta nobleza, mientras que
los juglares solían pertenecer a las clases más populares.

La música medieval profana se centra en los intereses

humanos, sobre todo en el amor, la guerra y la


naturaleza.

A diferencia del canto litúrgico, en las obras de los


trovadores se empleaban instrumentos musicales como
acompañamiento.

Trovadores ilustres fueron Guillermo IX, duque de


Aquitania, Rimbaut de Vaqueiras, Marcabrúy Adam de
Halle.

Entre los Minnesänger destacaron: Rudolf von Fenis,


Raimar el Viejo y Walter von der Vogelweide.

En España tenemos las importantes figuras de Martín de


Codax, Guillermo de Berguedá y Berenguer de Palou y
Alfonso X El Sabio, con sus famosas Cantigas.
Las Cantigas de Alfonso X El Sabio son 432 melodías no compuestas en su totalidad por el propio
rey, de singular importancia por las circunstancias culturales y sociales de la época que
manifiestan.

La cantigas recogen diversas tendencias musicales de la época: melodías gregorianas aplicadas a


textos en lengua vulgar, melodías de motetes polifónicos en latín o francés, tonadas de canciones
épicas y cantares de gesta basadas en música castellana, gallega, portuguesa, judía y árabe, etc.

La música profana popular: los juglares


Los juglares eran infatigables andariegos ambulantes que
recorrían las villas y aldeas de la Europa medieval.

Su profesión consistía en amenizar la vida de las gentes de


la época a cambio de dinero, comida y otros bienes.

No sólo se centraban en la música, sino que entretenían al


público ejerciendo de saltimbanquis, lanzadores de cuchillos,
equilibristas, domadores, etc.

En su actividad musical, lo normal es que se limitaran a ser


los intérpretes del canto y tocar instrumentos, pero no eran
compositores, como sí fueron los trovadores.
En general los juglares fueron muy criticados por las autoridades religiosas por considerarlos
viciosos y escandalosos.

Frecuentemente sus canciones abordarían temas obscenos y el baile de las danzarinas sería
deliberadamente voluptuoso.

Una iconografía muy repetida en la escultura románica y que obedece al hecho histórico es la
escena en que un trovador emplea un instrumento de cuerda o viento mientras una juglaresa
danzarina baila con los brazos levantados con castañuelas o contorsionándose y dejando caer su
cabellera.

Los instrumentos musicales en el mundo medieval

Uno de los aspectos más interesantes de la música medieval fueron los instrumentos musicales
empleados en la época.

Gracias a su representación en esculturas románicas y góticas y a los códices, en que son


destacables las Cantigas de Alfonso X, se han podido reproducir y actualmente existen fabricantes
especializados. Mediante su sonido, podemos acercarnos mejor a lo que fue la música popular
medieval.
Algunos de los instrumentos más utilizados en la Edad
Media fueron:

Dulzaina. Se trata un instrumento de viento de madera de


forma cónica y doble lengüeta.

Arpa. Es uno de los instrumentos más antiguos de la


humanidad y que más aparece representado.

Los que aparecen en la iconografía española están


relacionados con los modelos irlandeses.

En la iconografía del románico es muy frecuente


representar no sólo hombres con arpa sino incluso
animales.

Salterio, una cítara pulsada, con un cuerpo que puede


adoptar diferentes formas: trapezoidal, cuadrada,
triangular o de hocico de cerdo.

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