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El Sistema Digestivo

Al iniciar la conversación
El sistema que es asunto de esta clase puede ser fácilmente relacionado con el cotidiano de los
estudiantes, pues podemos utilizar varios fenómenos del día a día para abordarlo. ¿Qué comiste
hoy? ¿Por qué siente hambre? Estas son preguntas que pueden generar buenas discusiones.
¡Esperamos proporcionar algunos subsidios para que usted pueda ampliar sus conocimientos y
compartirlos con sus estudiantes!

Principios generales
COMPONENTES DEL SISTEMA DIGESTIVO

Todos los organismos vivos necesitan constantemente energía para el mantenimiento y la


renovación de sus estructuras, así como para el crecimiento, el desarrollo y la reproducción. Esto
significa que estos organismos son una necesidad primordial de captar energía del medio
ambiente y luego incorporarla al medio interno. En los seres humanos, así como en muchos
otros animales, estas funciones son realizadas por estructuras y órganos especializados, cuyas
funciones convergen de modo que constituye una unidad fundamental, el sistema digestivo.

El sistema digestivo humano posee un tracto gastrointestinal (TGI) y las glándulas anexas
(glándulas salivares, páncreas e hígado), ver las figuras de las animaciones 1 y 2, que introducen
sus secreciones a la luz del TGI. El TGI consiste en la cavidad oral, la faringe, el esófago, el
intestino delgado, el intestino grueso o el colon y el ano. Estas regiones están separadas por
esfínteres (estructuras formadas por fibras musculares circulares concéntricas dispuestas en
forma de anillo, que controlan el grado de amplitud de un determinado orificio - vea la figura de
la animación 3, abajo). El sistema digestivo humano tiene tres esfínteres importantes: el esfínter
esofágico, el esfínter anal y el esfínter pilórico, que hace comunicación entre el estómago y el
duodeno. Estos esfínteres ayudan en el control del flujo del bolo alimenticio que transita por el
TGI.

El TGI es responsable del tratamiento mecánico y digestión química del alimento, absorción de
nutrientes y excreción del material no procesado o no absorbido.

Inicio de la digestión
MASTIGACIÓN Y PROPULSIÓN DEL ALIMENTO

El alimento sufre inicialmente un tratamiento mecánico, la masticación, por un conjunto de


dientes adaptados para una fuerte acción cortante (los incisivos) y trituradora (los molares - vea
la figura correspondiente a la animación 4, abajo). La masticación es importante para reducir el
tamaño de las partículas del alimento, aumentando el área superficial para una posterior acción
enzimática y evitando posibles excoriaciones del TGI. En el caso de frutas y vegetales crudos, la
masticación es extremadamente importante para romper la pared de celulosa de las células
vegetales, proporcionando así los nutrientes de estos alimentos.
Después de la deglución, el alimento se lleva a través de la faringe y el esófago hasta el
estómago. Este desplazamiento depende de los movimientos peristálticos, resultante de la
contracción alternada de capas de musculatura longitudinal y circular que envuelven todo el
TGI. El peristaltismo puede ser propulsivo como es el caso del esófago, o segmentado como en
el estómago. (Vea la figura 4.5 y la animación 5.)
El proceso químico de la digestión
DIGESTIÓN QUÍMICA A LA ABSORCIÓN DE LOS NUTRIENTES

La digestión química ocurre a través de la acción de enzimas digestivas que hidrolizan las
macromoléculas del alimento (como proteínas, almidón y lípidos), quebrándolas en moléculas
menores (como aminoácidos, azúcares simples y ácidos grasos) pasibles de ser absorbidas a
través de la membrana de las células del cuerpo, TGI (véase la figura 4.7).

La digestión química del alimento se inicia en la cavidad


oral, donde la amilasa secretada por las glándulas salivales
hidroliza moléculas de almidón en oligosacáridos como
maltosa y maltotriosa (ver la figura 4.8). En el estómago,
existe una importante proteinasa, la pepsina. Esta enzima
es producida por las células principales que revisten el
estómago e hidroliza proteínas que contienen los
aminoácidos leucina o fenilalanina o triptófano tirosina. La
pepsina es muy activa en pH ácido, en este pH, la amilasa
salivar no es activa (ver la figura 4.9).
Los movimientos peristálticos y la relajación del píloro cargan la torta alimentaria, a través del
duodeno, hacia el intestino delgado. La digestión química del alimento prosigue en esta región
a través de la acción de varias enzimas que son secretadas por el páncreas y llegan al duodeno
por el conducto pancreático. Por lo tanto, las lipasas quiebran moléculas de lípidos en glicerol y
ácidos grasos (animación 6), las proteinasas (como tripsina, quimotripsina y carboxipeptidasas)
quiebran proteínas en oligopéptidos (animación 7) y la amilasa pancreática rompe el almidón
en oligosacáridos (animación 8). La fase final de la digestión química, que resultará en moléculas
simples (monómeros), ocurre en el intestino delgado, ya cerca de los lugares de absorción. En
esta región, la membrana plasmática de las células epiteliales son diferenciadas, formando un
borde en cepillo, o microvellosidades (animación 9). En esta membrana, existen enzimas como
maltasa y otras disacaridasas que terminarán la quiebra de los oligosacáridos, produciendo
azúcares simples, como glucosa y fructosa. De la misma forma, oligopeptidasas, como
aminopeptidasas, también son enzimas encontradas en esta membrana y realizan la quiebra de
oligopéptidos en aminoácidos. Los monómeros resultantes del proceso de digestión química son
absorbidos por la membrana del epitelio a lo largo del intestino delgado.
Los azúcares simples, como la glucosa, se
absorben a través de una proteína de membrana,
que lleva la molécula de azúcar junto con un ion
Na + para el interior de la célula epitelial del
intestino delgado. La concentración de glucosa en
el interior de la célula es mayor que la encontrada
en la luz intestinal, por lo que la absorción se
produce contra el gradiente de concentración. El
ion Na +, por otro lado, es transportado dentro de
la célula a favor del gradiente de concentración.
La concentración de iones Na + se mantiene baja
dentro de las células debido a la acción de una
enzima llamada Na + / K + ATPasa que bombea
constantemente iones Na + fuera de la célula, en
un proceso que implica gasto energético (ATP).
Por último, las moléculas de glucosa atraviesan la
membrana basolateral de las células epiteliales a
través de las proteínas cargadoras, en un proceso
llamado de difusión facilitada, alcanzando así la
circulación sanguínea.

Los aminoácidos, así como la glucosa, también


tienen que ser absorbidos por las células
epiteliales del intestino delgado contra un
gradiente de concentración. El mecanismo es similar al descrito anteriormente para la glucosa,
pero las proteínas transportadoras implicadas en el proceso son muy diferentes. La digestión de
proteínas resulta en diferentes aminoácidos y, de éstos, cerca de 20 son pasibles de ser
absorbidos (ver la tabla a continuación). Como los aminoácidos presentan grupos químicos
diversos ligados al átomo de carbono central de su estructura, las proteínas transportadoras
también son diversas. Hay al menos siete tipos de estas proteínas, con especificidades
diferentes. Así como la glucosa, los aminoácidos atraviesan proteínas transportadoras de la
membrana basolateral de las células epiteliales y caen en el torrente sanguíneo.
Los ácidos grasos, glicerol, colesterol y otros productos de la ruptura
de los lípidos tienen, en común, una fuerte característica hidrofóbica.
Así, ellos pueden atravesar la membrana de las células epiteliales del
intestino delgado por difusión simple. Una vez dentro de las células,
el ácido graso y el glicerol alcanzan el retículo endoplasmático liso,
donde se convierten en triacilglicerol. Estas moléculas forman
micelas mixtas con otros lípidos, como colesterol, las cuales son
secretadas por exocitosis para el espacio intersticial y se incorporan
a los vasos linfáticos (ver la animación 10 / figura 4.14).

La Micela es una estructura globular formada por la unión de moléculas capaces de alterar las
propiedades superficiales e interfaciales de un líquido (llamadas moléculas surfactantes), estas
moléculas poseen características polares y apolares simultáneamente.
Definiendo ...
Compuestos hidrofóbicos: son sustancias que no se disuelven fácilmente en agua y
generalmente son apolares.
La difusión simple: es un tipo de transporte de soluto a través de la membrana celular en la
que no hay gasto de energía, pues el movimiento está a favor de un gradiente de
concentración (más centrado para menos concentrado), por lo que es conocido como
transporte pasivo. Su función es establecer un equilibrio, hasta que el soluto y el solvente
tengan la misma concentración.

Secreciones del TGI


SUSTANCIAS INVOLIDAS EN EL PROCEDIMIENTO DIGESTIVO

Diferentes secreciones son producidas y lanzadas a lo largo del TGI. Tales secreciones confieren
que la luz intestinal es un lugar propicio para una digestión eficiente y proporciona moco para
la lubricación y protección de todas las partes del TGI.

La mayoría de las secreciones digestivas ocurren en respuesta a la presencia del alimento en el


TGI, y la cantidad de secreción producida es muy próxima a la cantidad necesaria para una
digestión adecuada.

El moco es una secreción espesa, producida a lo largo de todo el TGI, compuesta de agua,
electrolitos y una mezcla de diversos mucopolisacáridos. El moco tiene cualidades adherentes
que recubre los alimentos con una fina capa. Esto impide el contacto directo del alimento con
la mucosa. Además, el moco se desliza fácilmente, facilitando así el movimiento del bolo
alimentario y auxiliando en el proceso de evacuación. Las demás secreciones del TGI están en
fina sintonía con las necesidades locales de enzimas digestivas y de ajuste del pH de la luz
intestinal (tampón).

Las glándulas salivales producen una potente enzima, la amilasa, que inicia la digestión de
almidón, además de moco y algunas sustancias bactericidas. El pH de la saliva varía entre 6,0 y
7,4, lo que coincide con el pH óptimo de funcionamiento de la amilasa. El estómago produce
pepsinógeno, una importante proteinasa que funciona en pH ácido. Las células parietales del
estómago también secretan iones H + acidificando el medio y transformando el pepsinógeno en
su forma activa, la pepsina.

El páncreas produce una secreción compleja, conteniendo enzimas digestivas, como amilasa,
tripsina, quimotripsina y lipasa. Estas enzimas pasan por el conducto pancreático y son activas
en el intestino delgado, en pH levemente alcalino. El ajuste del pH en esta región se realiza
mediante la secreción de bicarbonato por el propio páncreas y el hígado. De esta forma, el
contenido ácido proveniente del estómago pasa a presentar un pH más alto.

La vesícula biliar almacena y secreta las sales biliares producidas por el hígado, que son factores
emulsificantes fundamentales para la acción de las enzimas lipolíticas sobre los lípidos y la
subsiguiente absorción de los productos.

La siguiente tabla muestra todos los sustratos, los jugos digestivos, las enzimas presentes en
estos jugos que hidrolizan cada sustrato, el pH óptimo para la actuación de cada enzima y el
producto de cada hidrólisis.
La función endocrina del TGI
HORMONAS EN EL PROCESO DIGESTIVO

El TGI produce y secreta diversas hormonas que actúan en el propio TGI, ordenando y
controlando las actividades digestivas, o que se comunican con otros órganos.

Las células G del estómago secretan la hormona gastrina en respuesta a la presencia de alimento
o de estimulación neural. Esta hormona cae en la circulación sanguínea y estimula las células
parietales del propio estómago a secretar la enzima pepsina y ácido. Además, las células objetivo
presentes en regiones más distales aumentan la motilidad del TGI (véase la animación 11).
Cuando el bolo alimenticio llega al duodeno, la presencia de nutrientes y de ácido estimulan la
secreción de al menos tres hormonas intestinales en el torrente sanguíneo. Dos de estas
hormonas, secretina y colecistocinina, actúan de manera paralela, inhibiendo actividad gástrica
y activando la secreción de enzimas y bicarbonato por el páncreas, y de bicarbonato y sales
biliares por el hígado. Estas secreciones darán las condiciones ideales para la continuación del
proceso digestivo en el intestino delgado. Además, la colecistocinina actúa en el hipotálamo,
señalando saciedad. La tercera hormona es el péptido inhibidor gástrico (GIP) o péptido
insulinotrópico dependiente de la glucosa. Esta hormona tiene como objetivo las células beta
del páncreas y las estimulan a secretar insulina. La acción de esta hormona es interesante, pues
permite al organismo prepararse para el surgimiento de glucosa derivado de la digestión del
alimento, una vez que la insulina tiene un importante papel en el mantenimiento de los niveles
glucémicos en el plasma sanguíneo.

Más recientemente, se han descrito dos hormonas relacionadas con las actividades digestivas:
grelina y leptina.

La grelina, también conocida como la hormona del hambre, es producida por células endocrinas
localizadas en el estómago. Esta hormona se secreta durante el día, especialmente antes de las
comidas, y su producción se suprime durante la noche, posiblemente por la acción de la
melatonina (estudiamos esta hormona más a fondo en la última semana). La grelina actúa en el
sistema nervioso central, donde es un importante anoréxico (estimulador del hambre), además
de estimular la secreción de la hormona de crecimiento. Se ha demostrado que la placenta
también es una fuente importante de esta hormona.

La leptina se conoce como la hormona de la saciedad. Se produce por adipocitos (células que
almacenan grasa) y se secretan en el torrente sanguíneo. Las células objetivo de la leptina se
encuentran en diferentes regiones del organismo, entre los cuales el sistema nervioso central,
donde actúa como un anorexígeno (estimulador de la saciedad) y sistema reproductor. Así,
cuanto mayor es la cantidad de adipocitos, mayor es la producción de leptina. Sin embargo, los
individuos obesos pueden volverse menos sensibles a la acción de la leptina debido a la
exposición a altas concentraciones de la hormona durante períodos prolongados.

De esta forma el TGI es capaz de señalar las etapas de la digestión y de la calidad del alimento
ingerido para otras regiones del propio TGI, así como del estado nutricional para otros órganos
dentro del propio organismo. Acompañe la siguiente tabla:

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