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Al iniciar la conversación
El sistema que es asunto de esta clase puede ser fácilmente relacionado con el cotidiano de los
estudiantes, pues podemos utilizar varios fenómenos del día a día para abordarlo. ¿Qué comiste
hoy? ¿Por qué siente hambre? Estas son preguntas que pueden generar buenas discusiones.
¡Esperamos proporcionar algunos subsidios para que usted pueda ampliar sus conocimientos y
compartirlos con sus estudiantes!
Principios generales
COMPONENTES DEL SISTEMA DIGESTIVO
El sistema digestivo humano posee un tracto gastrointestinal (TGI) y las glándulas anexas
(glándulas salivares, páncreas e hígado), ver las figuras de las animaciones 1 y 2, que introducen
sus secreciones a la luz del TGI. El TGI consiste en la cavidad oral, la faringe, el esófago, el
intestino delgado, el intestino grueso o el colon y el ano. Estas regiones están separadas por
esfínteres (estructuras formadas por fibras musculares circulares concéntricas dispuestas en
forma de anillo, que controlan el grado de amplitud de un determinado orificio - vea la figura de
la animación 3, abajo). El sistema digestivo humano tiene tres esfínteres importantes: el esfínter
esofágico, el esfínter anal y el esfínter pilórico, que hace comunicación entre el estómago y el
duodeno. Estos esfínteres ayudan en el control del flujo del bolo alimenticio que transita por el
TGI.
El TGI es responsable del tratamiento mecánico y digestión química del alimento, absorción de
nutrientes y excreción del material no procesado o no absorbido.
Inicio de la digestión
MASTIGACIÓN Y PROPULSIÓN DEL ALIMENTO
La digestión química ocurre a través de la acción de enzimas digestivas que hidrolizan las
macromoléculas del alimento (como proteínas, almidón y lípidos), quebrándolas en moléculas
menores (como aminoácidos, azúcares simples y ácidos grasos) pasibles de ser absorbidas a
través de la membrana de las células del cuerpo, TGI (véase la figura 4.7).
La Micela es una estructura globular formada por la unión de moléculas capaces de alterar las
propiedades superficiales e interfaciales de un líquido (llamadas moléculas surfactantes), estas
moléculas poseen características polares y apolares simultáneamente.
Definiendo ...
Compuestos hidrofóbicos: son sustancias que no se disuelven fácilmente en agua y
generalmente son apolares.
La difusión simple: es un tipo de transporte de soluto a través de la membrana celular en la
que no hay gasto de energía, pues el movimiento está a favor de un gradiente de
concentración (más centrado para menos concentrado), por lo que es conocido como
transporte pasivo. Su función es establecer un equilibrio, hasta que el soluto y el solvente
tengan la misma concentración.
Diferentes secreciones son producidas y lanzadas a lo largo del TGI. Tales secreciones confieren
que la luz intestinal es un lugar propicio para una digestión eficiente y proporciona moco para
la lubricación y protección de todas las partes del TGI.
El moco es una secreción espesa, producida a lo largo de todo el TGI, compuesta de agua,
electrolitos y una mezcla de diversos mucopolisacáridos. El moco tiene cualidades adherentes
que recubre los alimentos con una fina capa. Esto impide el contacto directo del alimento con
la mucosa. Además, el moco se desliza fácilmente, facilitando así el movimiento del bolo
alimentario y auxiliando en el proceso de evacuación. Las demás secreciones del TGI están en
fina sintonía con las necesidades locales de enzimas digestivas y de ajuste del pH de la luz
intestinal (tampón).
Las glándulas salivales producen una potente enzima, la amilasa, que inicia la digestión de
almidón, además de moco y algunas sustancias bactericidas. El pH de la saliva varía entre 6,0 y
7,4, lo que coincide con el pH óptimo de funcionamiento de la amilasa. El estómago produce
pepsinógeno, una importante proteinasa que funciona en pH ácido. Las células parietales del
estómago también secretan iones H + acidificando el medio y transformando el pepsinógeno en
su forma activa, la pepsina.
El páncreas produce una secreción compleja, conteniendo enzimas digestivas, como amilasa,
tripsina, quimotripsina y lipasa. Estas enzimas pasan por el conducto pancreático y son activas
en el intestino delgado, en pH levemente alcalino. El ajuste del pH en esta región se realiza
mediante la secreción de bicarbonato por el propio páncreas y el hígado. De esta forma, el
contenido ácido proveniente del estómago pasa a presentar un pH más alto.
La vesícula biliar almacena y secreta las sales biliares producidas por el hígado, que son factores
emulsificantes fundamentales para la acción de las enzimas lipolíticas sobre los lípidos y la
subsiguiente absorción de los productos.
La siguiente tabla muestra todos los sustratos, los jugos digestivos, las enzimas presentes en
estos jugos que hidrolizan cada sustrato, el pH óptimo para la actuación de cada enzima y el
producto de cada hidrólisis.
La función endocrina del TGI
HORMONAS EN EL PROCESO DIGESTIVO
El TGI produce y secreta diversas hormonas que actúan en el propio TGI, ordenando y
controlando las actividades digestivas, o que se comunican con otros órganos.
Las células G del estómago secretan la hormona gastrina en respuesta a la presencia de alimento
o de estimulación neural. Esta hormona cae en la circulación sanguínea y estimula las células
parietales del propio estómago a secretar la enzima pepsina y ácido. Además, las células objetivo
presentes en regiones más distales aumentan la motilidad del TGI (véase la animación 11).
Cuando el bolo alimenticio llega al duodeno, la presencia de nutrientes y de ácido estimulan la
secreción de al menos tres hormonas intestinales en el torrente sanguíneo. Dos de estas
hormonas, secretina y colecistocinina, actúan de manera paralela, inhibiendo actividad gástrica
y activando la secreción de enzimas y bicarbonato por el páncreas, y de bicarbonato y sales
biliares por el hígado. Estas secreciones darán las condiciones ideales para la continuación del
proceso digestivo en el intestino delgado. Además, la colecistocinina actúa en el hipotálamo,
señalando saciedad. La tercera hormona es el péptido inhibidor gástrico (GIP) o péptido
insulinotrópico dependiente de la glucosa. Esta hormona tiene como objetivo las células beta
del páncreas y las estimulan a secretar insulina. La acción de esta hormona es interesante, pues
permite al organismo prepararse para el surgimiento de glucosa derivado de la digestión del
alimento, una vez que la insulina tiene un importante papel en el mantenimiento de los niveles
glucémicos en el plasma sanguíneo.
Más recientemente, se han descrito dos hormonas relacionadas con las actividades digestivas:
grelina y leptina.
La grelina, también conocida como la hormona del hambre, es producida por células endocrinas
localizadas en el estómago. Esta hormona se secreta durante el día, especialmente antes de las
comidas, y su producción se suprime durante la noche, posiblemente por la acción de la
melatonina (estudiamos esta hormona más a fondo en la última semana). La grelina actúa en el
sistema nervioso central, donde es un importante anoréxico (estimulador del hambre), además
de estimular la secreción de la hormona de crecimiento. Se ha demostrado que la placenta
también es una fuente importante de esta hormona.
La leptina se conoce como la hormona de la saciedad. Se produce por adipocitos (células que
almacenan grasa) y se secretan en el torrente sanguíneo. Las células objetivo de la leptina se
encuentran en diferentes regiones del organismo, entre los cuales el sistema nervioso central,
donde actúa como un anorexígeno (estimulador de la saciedad) y sistema reproductor. Así,
cuanto mayor es la cantidad de adipocitos, mayor es la producción de leptina. Sin embargo, los
individuos obesos pueden volverse menos sensibles a la acción de la leptina debido a la
exposición a altas concentraciones de la hormona durante períodos prolongados.
De esta forma el TGI es capaz de señalar las etapas de la digestión y de la calidad del alimento
ingerido para otras regiones del propio TGI, así como del estado nutricional para otros órganos
dentro del propio organismo. Acompañe la siguiente tabla: