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ISBN-13 978-84-690-7016-1
INTRODUCCIÓN
mos mucha más gente en la escuela de la que había hace un par de años.
Y no todos están ahí por su propia voluntad. En algunos sitios hay chavales
que no están motivados, que quieren buscar un puesto de trabajo, ganar-
se un dinero. Como por otro lado sus padres les obligan a seguir en el cen-
tro, ven que la única forma de dejar la escuela es que les echen. Es aquí,
en la escuela, donde se afrontan los principales problemas de conviven-
cia, indisciplina, comportamientos antisociales e incluso violencia entre
jóvenes. Son pocos los casos graves y tenemos conocimiento de ellos a
través de los medios de comunicación. La mayoría son considerados de
'baja intensidad' y están relacionados en cierta forma con nuestro actual
sistema escolar y un elemento que apuntan muchos analistas: la pérdida
de autoridad por parte de padres y profesores. El informe Monbuso (1994)
indica que el 50.6% de los padres y madres no sabe que sus hijos / as son
víctimas y que el 67.4% de los padres y madres se entera por las víctimas
y no por el centro escolar. Estos datos apoyan la idea de que una parte
muy importante del profesorado no se entera de lo que está pasando
(Byrne, 1994; Monbuso, 1994; Defensor del Pueblo, 1999) y tampoco se
siente preparado para afrontarlo (Byrne, 1994). De hecho es el último co-
lectivo al que el alumnado victimizado comunica lo que le sucede (Whit-
ney y Smith, 1993; Defensor del Pueblo, 1999). Esto conlleva una dificul-
tad añadida en términos de detección e intervención puesto que, cuando
los casos salen a la luz, la escalada de las agresiones, suele estar en nive-
les de mayor riesgo e intensidad para la víctima. Por tanto es necesario no
solo alertar a los adultos sobre la importancia de estos hechos para que
mantengan una actitud vigilante y atenta, sino también concretar y defi-
nir con claridad con los alumnos qué tipos de actitudes y de relaciones no
son permisibles, y, por consiguiente, deberían comunicarse por las vícti-
mas, en caso de producirse, ya que atentan contra el clima social positivo
que ha de existir en las escuelas (Defensor del Pueblo, 1999).
Casi uno de cada tres estudiantes de secundaria (28%) no certifican
su titulo de graduado en ESO, una de las peores estadísticas de una
Unión Europea. Los chicos y chicas que abandonan sus estudios sin fina-
lizar la ESO padecen, dos tipos de influencias negativas: una de carácter
educativo y otra de carácter socio-laboral.
Más de la mitad de las víctimas de violencia escolar en Educación
Secundaria Obligatoria (ESO) en España declaran que los profesores no
intervienen ante una agresión, en el 74,2% de los casos porque "no se
enteran" y en el 14,5% porque "pasan", según se recoge en el informe
"Violencia entre compañeros en la escuela" del Centro Reina Sofía para
el Estudio de la Violencia, basado en 800 entrevistas, y dado a conocer
en la IX Reunión Internacional sobre Biología y Sociología de la Violen-
cia, centrada en la escuela, un encuentro organizado por la misma insti-
tución y celebrado en Valencia, informan las agencias. De acuerdo con
176 Remedios Martinez Verdu, Bullying y medios de comunicación
Creo que se trata de una buena noticia porque da la vuelta a ese alar-
mismo generado y permite analizar las cosas desde otra perspectiva". De
esta manera encontramos titulares llamativos:
“Acoso insoportable”.Mónica C. Baeza- Madrid El País- Opinión-
25/09/2004, “Investigan si el suicidio de un menor, respondió al acoso
de sus compañeros. El Correo Digital 28/09/2004 “La Ertzaintza investi-
ga el suicidio de un menor que al parecer sufría el acoso de sus compa-
ñeros”. Diario Vasco 28/09/04. “La autopsia del menor que se suicidó
por el acoso en su colegio revela lesiones previas. Abc.es 29/09/04.”La
familia del menor que se suicidó en Hondarribia acusa a una de las pro-
fesoras de vejación”. Eitb noticias 01/10/2004. “Nadie lo denunciaba por
miedo”. Diario Vasco 03/10/2004. “Compañeros de Jokin delatan a los
acosadores, según Interviú. El Periódico 04/10/2004. “Los presuntos aco-
sadores de Jokin, dicen que todo el instituto participó en las vejaciones”.
El Mundo 06/10/04. “La familia de Jokin quiere incluir a los docentes en
la denuncia. El Correo Digital 08/10/04. “Educarán a parte a los chicos que
acosaron a Jokin. Diario de Málaga 09/10/04. “Los padres de Jokin denun-
cian : “a nuestro hijo lo suicidaron”. Diario Vasco 10/10/04. “Muchos niños
repiten lo que han visto en casa”. José A. Boraburo, responsable del Gabi-
nete “Cultura de Paz” de la Delegación de Educación. Sur Digital.
17/10/04. “Ocho menores sin piedad”. Interviú. 17/10/04. “El instituto del
menor que sufrió acoso, ofrecerá atención psicológica a los alumnos. El Co-
rreo Digital 19/10/04. “La maestra que obligó al niño acosado, a limpiar la
clase “ignoraba” que se burlaban de él”. El Correo Digital 20/10/04.
Los medios de comunicación, sobre todo la televisión, nos exponen
continuamente a la violencia, tanto real (telediarios) como ficticia (pelí-
culas o series), y por eso son considerados como una de las principales
causas que originan la violencia en los niños y jóvenes. Los comportamien-
tos que los niños observan en televisión influyen en el comportamiento
que manifiestan inmediatamente después, por lo que es necesario prote-
ger a los niños de la violencia a la que les expone la televisión e incluso
debería plantearse la posibilidad de utilizar la televisión de forma educa-
tiva para prevenir la violencia. La repetida exposición a la violencia puede
producir cierta habituación, con el riesgo de considerarla como algo nor-
mal, inevitable y de reducirse la empatía con las víctimas. Es importante
promover en los niños la reflexión respecto a la violencia que nos rodea.
Conviene tener en cuenta, por otra parte, que determinadas actitu-
des y creencias existentes en nuestra sociedad hacia la violencia y hacia
los diversos papeles y relaciones sociales en cuyo contexto se produce
(hombre, mujer, hijo, autoridad, o personas que se perciben como dife-
rentes o en situación de debilidad, ...) ejercen una decisiva influencia
en los comportamientos violentos. De lo cual se deriva la necesidad de
180 Remedios Martinez Verdu, Bullying y medios de comunicación
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA