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Heidelberg, Alemania/Ginebra, Suiza, julio 20, 2018

Honorables Magistradas y Magistrado


Sala de lo Civil Y Mercantil de la Corte Provincial del Azuay. República del Ecuador.

RE: Intervención ciudadana (Amicus Curiae) en el proceso No. 01333-2018-03145

Honorables Señoras Magistradas y Señor Magistrado,

FIAN Internacional es una organización internacional de derechos humanos, que trabaja por la
realización del derecho humano a la alimentación y nutrición en más de 50 países en el mundo y
cuenta con estatus consultivo ante la Organización de las Naciones Unidas. Nuestro Secretariado
Internacional se encuentra ubicado en las ciudades de Heidelberg, Alemania y en Ginebra, Suiza.

En Ecuador, FIAN Internacional y FIAN Ecuador han trabajado desde hace más de 10 años por la
observación de los estándares internacionales relativos al derecho a la alimentación y nutrición,
incluyendo los derechos colectivos al agua, a la tierra, y a otros recursos naturales que permiten
alimentarse especialmente a las comunidades más vulnerables de la sociedad, como las comunidades
indígenas y campesinas. En el curso de este período FIAN ha observado con preocupación cómo cada
vez más las comunidades indígenas se ven obligadas a dejar sus medios de vida por causa de
proyectos extractivistas que las despojan de sus tierras, contaminan sus aguas, y rompen el tejido
social de sus comunidades, resultando en la emigración a las ciudades y en la desaparición de estos
pueblos. Entre junio 29 y julio 4 del presente año, FIAN Internacional, FIAN Ecuador, y FIAN Colombia
organizaron una misión internacional de verificación que visitó las comunidades afectadas por los
proyectos mineros Loma Larga y Rio Blanco en la provincia del Azuay. La misión internacional conto
además con delegados y delegadas de Suecia, Canadá, China, Colombia, Perú, y una observadora de
la Unión Europea. En esta ocasión y en este contexto, nos permitimos presentar ante ustedes este
escrito de amicus curiae para apoyar la ratificación de la Acción de Protección que suspendió la
explotación en el proyecto minero Rio Blanco.

Hallazgos de la misión internacional de verificación.


1. La misión de verificación internacional parte del respeto a la convicción personal y
comunitaria de la autodefinición como pueblos y comunidades indígenas por parte de las
personas con las cuales se dialogó durante la visita in situo realizada el proyecto Rio Blanco.
Además, se evidencia la presencia de otros elementos como la continuidad histórica
precolonial de habitabilidad en la zona; un fuerte vínculo con los territorios y los recursos
naturales circundantes; y, la conservación de elementos socio-culturales diversos y
tradicionales de la nacionalidad Kichwa del Ecuador.
2. Se constató que ninguna institución pública visitada (Ministerio de Minería, Ministerio de
Ambiente, Secretaría del Agua, Gobernación del Azuay, Municipio de Cuenca, Gobernación
del Azuay, Prefectura) aportó documentación en la que se pueda verificar la realización de
una consulta previa libre e informada de acuerdo con los estándares de la normativa del
derecho internacional. Los habitantes de Río Blanco solamente confirmaron la presencia de
varios relacionadores comunitarios en asambleas y reuniones que de ninguna manera
pueden ser consideras como una consulta previa libre e informada. Además, tampoco se
encontraron elementos para comprobar la realización de una adecuada consulta ambiental
como lo establece el art. 398 constitucional.
3. En cuanto al acceso a la tierra, como elemento fundamental para garantizar el acceso a la
alimentación, las comunidades se sienten atropelladas en sus derechos colectivos por el
manejo de propiedades comunitarias y ancestrales dentro de la concesión minera (situadas
mayoritariamente en el páramo) por parte de autoridades estatales. Por ejemplo, se ha
propiciado el fraccionamiento y venta de territorio comunitario, prohibido
constitucionalmente (art.57.4).
4. Las comunidades de la zona manifiestan que no han existido políticas estatales que
garanticen el cumplimento de la obligación estatal de plasmar la soberanía alimentaria. Así,
las personas consultadas reportan que no hay fomento para la producción agrícola y
ganadera ni comercialización de estos productos de la zona, sin embargo, muchos recursos
son utilizados para fomentar la minería.
5. Se pudo comprobar que los habitantes de las comunidades de Rio Blanco, relacionan el inicio
de los procesos mineros de la zona con la degradación ambiental, especialmente en la
disminución y contaminación de caudales en fuentes de agua utilizadas ancestralmente por
los pobladores.
6. Uno de los hallazgos fundamentales de la misión fue la comprobación del rompimiento del
tejido social producto de las prácticas sociales de las empresas mineras que han sido
concesionarias del proyecto. Es evidente la división de la población entre quienes defienden
la minería y quienes se oponen a ella, esto producto de ofertas de trabajos temporales de las
empresas mineras a pocos personas de la comunidad, entrega de pequeñas obras que
tendrían que ser responsabilidad del Estado, utilización de redes sociales y otros medios de
comunicación para desacreditar y difamar a líderes sociales que se oponen a la minería, etc.
7. Esto ha provocado el debilitamiento de las organizaciones sociales existentes en la zona,
especialmente han sido afectadas las organizaciones de mujeres que en cierto momento
desaparecieron; la falta de participación en actividades comunitarias como en mingas o
deportes colectivos; enemistad en miembros de una misma comunidad y familias.
8. Las mujeres han sido particularmente afectadas con la presencia de la minería. Por ejemplo,
ellas han sido más precarizadas laboralmente en los puestos de trabajo que ofrece la minería.
Se reportó que a las mujeres se les ofrece puestos laborales por apenas cinco días al mes y
peor pagado que el del hombre; también se informa del ataque directo a mujeres dirigentas
sociales en redes sociales hechas por personas con identidades falsas, recurriendo a
calumnias.
9. Ser reporta la criminalización de los 23 líderes sociales que tienen procesos penales en
trámite por realizar un uso legítimo de derecho constitucional a la resistencia (art. 98) y la
estigmatización de personas opuestas a la minería mediante calumnias en redes sociales,
asambleas comunitarias e incluso reuniones escolares.

Violación del derecho a la consulta previa libre e informada de las comunidades indígenas.

1. Instrumentos internacionales y regionales y otros estándares internacionales de Derechos


Humanos relevantes para el análisis del caso: En los arts. 56, 57, 395 , 398 , 424 de la
Constitución de la República del Ecuador; la Declaración Universal de los derechos Humanos
artículos , 1 , 2, 7 y 8 ; La convención Americana sobre Derechos Humanos , articulo 1 y 2 ; el
convenio 169 sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y Tribales , artículos 2 , 4 , 5 , 6 ,7 y 8.

2. La violación del derecho a la consulta previa libre e informada de las comunidades


afectadas por el proyecto minero Rio Blanco.
(1) El art 57.7 de la Constitución ecuatoriana establece como uno de los derechos
colectivos la “La consulta previa, libre e informada, dentro de un plazo razonable,
sobre planes y programas de prospección, explotación y comercialización de recursos
no renovables que se encuentren en sus tierras y que puedan afectarles ambiental o
culturalmente”.
(2) El convenio 169 de la OIT en su art. 6. establece la obligatoriedad estatal de realizar
una consulta previa libre en informada “mediante procedimientos apropiados y en
particular a través de sus instituciones representativas través de sus instituciones
representativas”; y además estas consultas deben ser ejecutadas de “buena fe y de
una manera apropiada a las circunstancias, con la finalidad de llegar a un acuerdo o
lograr el consentimiento acerca de las medidas propuestas”.
(3) La Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas en
sus arts. 19,30 y 32.
(4) Además, las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los caso
de Ecuador vs Sarayaku (2012); y, Surinam vs Saramaka (2008) ha establecido
precedentes jurisprudenciales que disponen que la obligatoriedad estatal de que la
consulta debe realizarse de conformidad con las costumbres, tradiciones e instancias
representativas de los pueblos indígenas.

Violación del derecho a la alimentación como resultado de la violación del derecho a la consulta
previa, libre e informada de las comunidades indígenas.

1. Instrumentos internacionales y regionales y otros estándares internacionales de Derechos


Humanos relevantes para el análisis del caso

Ecuador es Estado miembro de la Organización de Naciones Unidas y por tanto ha asumido las
obligaciones contenidas en la Carta de la ONU en vigor desde 1945 y en la Declaración Universal de
los Derechos Humanos de 1948, que a pesar de no ser un tratado es reconocida como fuente de
derecho derivada del derecho consuetudinario. El Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (PIDESC) fue ratificado por Ecuador en el año de 1969, y el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), lo fue el mismo año. Adicionalmente, el Estado ecuatoriano es
miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA), encontrándose vinculado por la Carta de
la OEA de 1948 y la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre de 1948, cuya fuerza
vinculante se encuentra reconocida tanto por la Corte como por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos1. El Estado ecuatoriano también ratificó la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en 1977. Por todo lo anterior, el Estado ecuatoriano se encuentra obligado a respetar,
proteger y realizar los derechos humanos contenidos en los mencionados instrumentos
internacionales. Esto por medio de las diversas funciones estatales reconocidas en el ordenamiento
jurídico ecuatoriano: es decir, el poder ejecutivo, en el diseño y la implementación de políticas
públicas; el legislativo en la adopción de las leyes cuyo contenido se debe adecuar a la legislación
internacional antes mencionada; el poder judicial, el cual deberá decidir acciones de
constitucionalidad o acciones de tutela, entre otros recursos constitucionales, teniendo en cuenta la
primacía de los derechos humanos, en los casos que se sometan a su jurisdicción; la función de
1
Al respecto se pueden consultar las siguientes fuentes: Opinión Consultiva OC-10/89 de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos; la interpretación de la Declaración Americana de Derechos y Deberes
del Hombre dentro del marco del artículo 64 de la Convención Americana sobre derechos Humanos, 14 de julio
de 1989, Ser. A No. 10 (1989), párrafos 35-45 CIDE, James Terry Roach y Jay Pinkerton c. Estados Unidos, Caso
9647, Res. 3/87, 22 de septiembre 1987, Informe Anual 1986.1987, párrafos 46-49, Rafael Ferrer Mazorca y
otros c. Estados Unidos de América, Informe 51/01, caso 9903, 4 de abril de 2001; Artículo 20 Estatuto de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos; Documentos Básicos en Materia de Derechos Humanos en el
Sistema Interamericano, Secretaría General de la OEA, Washington D.C. 2004. P. 6
Transparencia y Control Social, promoviendo y protegiendo el ejercicio y cumplimiento de estos
derechos; y, el poder electoral deberá respetar estos derechos y obligaciones en el ámbito de su
competencia.

El derecho a la alimentación y nutrición en el derecho internacional


El derecho a una alimentación y nutrición adecuada se encuentra reconocido en diversos
instrumentos de derecho internacional, especialmente en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). De conformidad con el párrafo 1 del artículo 11 de ese
instrumento internacional los Estados partes reconocen “el derecho fundamental de toda persona a
un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido a vivienda adecuados, y a
una mejora continua de las condiciones de existencia”, y en el párrafo 2 del artículo 11 reconocen “el
derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre”.

El derecho a la alimentación ha sido reafirmado en muchos documentos internacionales, entre otros


la Declaración Universal sobre la Erradicación del Hambre y la Desnutrición de 1974, a cuyo tenor
literal “todos los hombres, mujeres y niños tienen el derecho inalienable a no padecer de hambre y
malnutrición, a fin de poder desarrollarse plenamente y conservar sus facultades físicas y mentales”.
Considerando que la sociedad actual cuenta con los recursos suficientes y la capacidad organizativa y
tecnológica necesaria para lograr este objetivo.

Igualmente se reafirmó este derecho en la Declaración de Derechos de los Impedidos de 1975, en la


Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, de 1979; y en
la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo de 1986. La Declaración Interamericana de los Derechos
y Deberes del Hombre establece en su artículo XI que "Toda persona tiene derecho a que su salud sea
preservada por medidas sanitarias y sociales, relativas a la alimentación, el vestido, la vivienda y la
asistencia médica, correspondientes al nivel que permitan los recursos públicos y los de la
comunidad”. Por su parte, la Declaración de los Derechos del Niño de 1989 reconoce el derecho de
cada niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social. En
el mismo sentido la Convención No. 169 de la OIT referida a Pueblos Indígenas y Tribales en Países
Independientes, también reconoce este derecho como inherente a la persona humana. Igualmente el
derecho a la alimentación – o algunos de sus aspectos- ha sido también reconocido y afirmado en
múltiples reuniones y cumbres internacionales y sus correspondientes documentos finales,
incluyendo la Conferencia Mundial de la Alimentación de 1974, La Declaración de Principios y el
Programa de Acción de la Conferencia Mundial sobre Reforma Agraria y desarrollo Rural de 1979, La
Cumbre Mundial del Niño de 1990, La Conferencia Internacional de Nutrición de 1992, la Declaración
y Programa de Acción de Viena da la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993, la
Declaración de Copenhague y el Programa de Acción de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de
1995, la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing de 1995 y la Declaración de Roma sobre la
Seguridad Alimentaria Mundial y el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de
1996, así como su posterior reunión de seguimiento CMA+5 en el 2002 y Las Directrices Voluntarias
del Derecho a la Alimentación adoptadas por los Estados miembros de la FAO en el 127º período de
sesiones del Consejo de esta organización internacional, Roma, 22-27 de noviembre de 2004.

Vale resaltar que los Presidentes y Jefes de Estado presentes en la Cumbre Mundial de la
Alimentación estipularon en el Objetivo 7.4 del plan de Acción invitar al Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los derechos Humanos a que, en consulta con los órganos pertinentes del
Sistema de Naciones Unidas y con los mecanismos intergubernamentales apropiados, definiera mejor
el derecho a la alimentación contenido en el PIDESC y propusiera formas de aplicar y realizar estos
derechos, como medio para lograr el cumplimiento de los compromisos y objetivos de la Cumbre
Mundial de la Alimentación, considerando incluso la posibilidad de establecer directrices voluntarias
encaminadas a alcanzar la seguridad alimentaria para todos. Como resultado de esta decisión de los
estados se realizaron varias reuniones de diferentes órganos y agencias especializadas de la ONU tales
como la FAO, UNICEF, El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y organizaciones no
gubernamentales como FIAN, WANAHR entre otros. Como resultado de este proceso el Comité de
Derechos económicos, Sociales y Culturales aprobó en mayo de 1999 su Observación General No. 12
relativa al derecho a la alimentación adecuada, como un desarrollo interpretativo con autoridad del
art. 11 del PIDESC, instrumento internacional que se constituye en el marco de referencia más
importante en el derecho internacional y como tanto, determina la forma en que los Estados deben
cumplir con su obligación internacionalmente adquirida de respetar, proteger y garantizar el derecho
a la alimentación adecuada.

La Observación General 12 precisa el contenido normativo del artículo 11 del PIDESC en los siguientes
términos: “El derecho a la alimentación adecuada se ejerce cuando todo hombre, mujer o niño, ya
sea solo o en común con otros , tiene acceso físico y económico, en todo momento, a la alimentación
adecuada o a medios para obtenerla. El derecho a la alimentación adecuada no debe interpretarse,
por consiguiente, en forma estrecha o restrictiva asimilándolo a un conjunto de calorías, proteínas, y
otros elementos nutritivos concretos. El derecho a la alimentación adecuada tendrá que alcanzarse
progresivamente. No obstante, los Estados tienen la obligación básica de adoptar las medidas
necesarias para mitigar y aliviar el hambre, tal como se dispone en el párrafo 2 del artículo 11, incluso
en casos de desastre natural o de otra índole. (OG 12. Parr. 6)

Aunque el derecho a la alimentación adecuada como parte del derecho a un nivel adecuado de vida
(Art. 11. 1 PIDESC) contempla más que el derecho a ser protegido contra el hambre (art. 11. 2
PIDESC), sin embargo este último constituye el “contenido básico” o “núcleo esencial” del derecho a
la alimentación, con respecto al cual los Estados han adquirido la obligación de actuar de manera
inmediata.

De conformidad con la normatividad internacional se derivan para el Estado unas obligaciones


específicas en materia del derecho a la alimentación, de las cuales algunas deben ser cumplidas de
manera inmediata, como las obligaciones de respetar y proteger este derecho y otras serán cumplidas
de manera progresiva, con el máximo de los recursos disponibles de que estos dispongan.

Veamos:
La OG No. 12 resume en sus párrafos 14-20 las obligaciones y violaciones en relación con el derecho
humano a la alimentación. Sobre la naturaleza de las obligaciones establece: “La índole de las
obligaciones jurídicas de los Estados Partes se enuncia en el artículo 2 del Pacto y se ha tratado en la
Observación General No. 3 (1990) del Comité. La principal obligación es la de adoptar medidas para
lograr progresivamente el pleno ejercicio de derecho a una alimentación adecuada. Ello impone la
obligación de avanzar lo más rápidamente posible para alcanzar ese objetivo. Cada uno de los Estados
parte se compromete a adoptar medidas para garantizar que toda persona que se encuentre bajo su
jurisdicción tenga acceso al mínimo de alimentos esenciales suficientes inocuos y nutritivamente
adecuados para protegerla contra el hambre. (OG 12, párr. 14).

De conformidad con la OG 12 y según la doctrina generalmente aceptada por los tratadistas de


derecho internacional2, al igual que cualquier otro derecho humano el derecho a la alimentación

2
ABSJØRN, Eide KRAUS, Catarina, ROSAS, Allan. Económic, Social and Cultural Rights. 2a. edición. Ediciones
Martibnus Nijhoff. Países Bajos 2001, ABRAMOVICH, Victor; AÑÓN, María José y COURTIS; Christian (comps.).
Apuntes sobre la exigibilidad judicial de los derechos sociales, en Derechos Sociales: instrucciones de uso,
Fontamara, México, 2003. La Haya 2001. SEPÚLVEDA, M. Magdalena: The nature of the obligations under the
International Social and Cultural Rights : in search of accountability / M. Antwerpen [u.a.] Intersentia, Paises
impone tres niveles de obligaciones al Estado: La obligación de respetar, la obligación de proteger y la
obligación de garantizar. Para el cumplimiento de estas obligaciones todas las ramas del poder público
se encuentran en la obligación de adoptar medidas conducentes a su cumplimiento. Así, son los
tribunales quienes en última instancia deben velar por el cumplimiento de dichas obligaciones,
cuando las otras ramas del poder público han sido reticentes en su cumplimiento, cumpliéndose así el
principio de controles y equilibrio entre las ramas del poder público. Si los jueces no realizan este
control de conformidad con la Constitución y con su derecho interno el Estado incurrirá
definitivamente en la violación de sus obligaciones constitucionales y por ende los interesados sólo
tendrán como medio de defensa los mecanismos internacionales regionales o universales previstos
por la comunidad internacional.

3. La violación del derecho a la alimentación y nutrición por la falta de una consulta previa
libre e informada en el caso de las comunidades afectadas por el proyecto minero Rio
Blanco.
Como lo detectamos dentro de los hallazgos de la misión de verificación internacional organizada por
FIAN Internacional, FIAN Ecuador, y FIAN Colombia detectamos que en ningún momento el Estado
ecuatoriano ha realizado una consulta previa libre e informada.

Como lo establece la sentencia de primera instancia “las consultas deberán efectuarse de buena fe y
de manera apropiada a las circunstancias”, de esta manera no se puede justificar como la realización
de esta obligación lo señalado por las autoridades estatales: “audiencias pública en fecha 27 al 29 de
mayo de 2011 en la Escuela Arturo Venegas, Iglesia de Chaucha y en Molleturo, luego se dio
información pública desde el 20 mayo de 2011 hasta el 5 de junio de 2012, donde podría haber
afectación”3.

No se ha comprobado a lo largo del proceso de primera instancia que se ha realizado una consulta
previa libre e informada a las todas las comunidades afectadas por la actividad minera, las entidades
estatales solamente han presentado “72 firmas, pero no alcanza para todos quienes son parte de las
comunidades de Molleturo”.

Peticiones.
Por el expuesto realizamos las siguientes peticiones a las señoras magistradas y señor magistrado de
esta sala:
1. Se ratifique en todas sus partes la sentencia la de primer grado del Dr. Oswaldo Paúl Serrano
que suspende las actividades mineras del proyecto minero Rio Blanco pues se ha
comprobado la falta de realización de una consulta previa libre e informada como lo dispone
la legislación ecuatoriana y convenios internacionales ratificados por este país.
2. Además, solicitamos ser recibidos en la audiencia pública señalada para esta causa el día
viernes 23 de julio de 2018, para exponer el AMICUS CURIAE y ampliar las argumentaciones,

Bajos, 2003. ABRAMOVICH,Victor, COURTIS,Christian. La Justiciabilidad De Los Derechos Economicos, Sociales y


Culturales Hacia la Exigibilidad de los derechos económicos, sociales y culturales. Estándares Internacionales y
criterrios de aplicción ante los tribunales locales, en Martín Abregú, Christian Courtis en „La
aplicación de los tratados sobre derechos humanos por los tribunales locales, (1997). HAUSERMAN,
Julia. The Realisation and Implementation of Economic, Social and Cultural Rights. Economic, Social
and cultural Rights. Progress and Achivement. (Hrsgb) Ralph Beddard, Dilys M.Hill. Mc. Millan & The
Centre for international policy studies University of Southampton. Hong Kong 1992.

3
Sentencia de primera instancia.
que será sustentado por el Ab. Miltón Yulán parte del directorio de FIAN Internacional, que
nos representará en todos las diligencias de provenientes de este amicus curiae.

Atentamente,

FIAN Internacional
Willy-Brandt-Platz 5, 69115 Heidelberg, Alemania
Tel: +49 (0) 6221 65300 30; +1 (215) 821 8459
Fax: +49 (0) 6221 65300 33
E-mail: cordova@fian.org
www.fian.org .

Señalamos como casillero judicial:


Firma en nuestra representación el Ab. Milton Yulán, parte del directorio del FIAN-Internacional.

Ab. Milton Yulán.


Mat.

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