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DEL USUFRUCTO
1. INTRODUCCION
938. LOS DERECHOS DE GOCE. Por lo general, las facultades del dominio, uso,
goce y disposición, se ejercen por una misma persona. Pero puede ocurrir
que el uso y el goce sean ejercidos por un sujeto y la facultad de disponer,
por otro. En tal caso, el primero tiene un derecho de goce sobre la cosa, y
puede corresponderle en virtud de una relación creditoria con el dueño o en
razón de un derecho real, según su derecho de goce sea personal o real.
El derecho personal de goce existe merced a un vínculo jurídico que une
al titular con el dueño de la cosa; este último, cumpliendo su obligación,
pone el bien a disposición del primero para su disfrute. Así sucede, por
ejemplo, en el arrendamiento y en el comodato: el arrendatario y el comoda-
tario, meros detentadores de cosa ajena, disfrutan de ésta en virtud del res-
pectivo contrato.
El derecho real de goce no implica ningún vínculo jurídico entre su
titular y el dueño de la cosa: el primero goza de ella por obra de su derecho,
que lo coloca en relación directa con el bien. Por tanto, el propietario no
está obligado a realizar ningún acto para poner la cosa a disposición del
titular del derecho de goce.
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126 A. ALESSANDRI R. – M. SOMARRIVA U. – A. VODANOVIC H.
por el pacto y a nadie más; el gravamen no pesaría sobre el predio sino sobre
el dueño de éste al momento de celebrarse el acto. Y así, por ejemplo, si el
propietario de un bosque se compromete a dejarme cazar durante toda mi
vida en ese lugar, no podría yo, por ese solo hecho, exigir al comprador o
nuevo propietario del bosque que respete la estipulación suscrita con su ante-
cesor, el antiguo dueño o vendedor.
1.b C. Suprema, 5 de octubre de 1989, R. de D. y J., tomo LXXXVI, sec. 1 a., pág. 129 (C. 8,
pág. 130).
1c. Véase JORGE LÓPEZ SANTA MARÍA , “Acción de desposeimiento contra el usufructuario del
inmueble hipotecado intentada por el acreedor hipotecario de la nuda propiedad”, en R. de D. y J.,
tomo LXXXII, 1985, sec. Derecho, págs. 67 a 73.
1d. SERGIO ROSSEL C., citado por López Santa María en el trabajo mencionado en la nota
anterior, pág. 71, primera columna, al final.
1e. C. de Valparaíso, 28 de mayo de 1985, citada por LÓPEZ SANTA MARÍA, ob. cit., pág. 71,
segunda columna.
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1.f C. Suprema, 17 de noviembre de 1985, Fallos del Mes Nº 323, sent. 2, pág. 643 (consideran-
dos 1º y 2º, págs. 643-644); R. de D. y J., tomo LXXXII, sec. 1a, pág. 71.
1.g C. de Valparaíso, 11 de diciembre de 1986, Gaceta Jurídica Nº 79, pág. 19 (considerandos 4º y
5º y parte resolutiva, pág. 20). Por sentencia de 21 de enero de 1987 la Corte Suprema confirmó
esta resolución, que había sido apelada.
TRATADO DE LOS DERECHOS REALES 133
1.h Véase más extensamente el asunto de la cosa juzgada en los juicios de alimentos en V ODANO-
VIC,
Derecho de Alimentos, Santiago, 1989, Nos 451 a 454, págs. 250 a 253.
1.i C. Suprema, 22 de diciembre de 1986, R. de D. y J., tomo LXXXIII, sec. 1a, pág. 183 (conside-
rando 4º, pág. 184).
134 A. ALESSANDRI R. – M. SOMARRIVA U. – A. VODANOVIC H.
2 J UAN JORDANO BAREA, “El cuasiusufructo como derecho de goce sobre cosa ajena”, estudio
publicado en Anuario de Derecho Civil, tomo I, Madrid, 1948, pág. 984.
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3 J UAN JORDANO BAREA, “El cuasiusufructo como derecho de goce sobre cosa ajena”, estudio
publicado en Anuario de Derecho Civil, tomo I, Madrid, 1948, pág. 994.
4 Ibídem, pág. 1007.
136 A. ALESSANDRI R. – M. SOMARRIVA U. – A. VODANOVIC H.
alude a las cosas consumibles. Son éstas, pues, las que ha considerado también
el Código Civil chileno; la palabra fungibles está empleada en su acepción de
consumibles.
será difícil que el usufructuario los haga, pues tendrá temor de que la com-
pensación económica la aproveche el nudo propietario. Y éste, por su parte,
tampoco estará llano a hacer sacrificios, temeroso, de que si el usufructo se
prolonga por mucho tiempo el ganancioso será el usufructuario. Todas estas
dificultades tratan de superarse con una adecuada reglamentación legal.
Sin desconocer los inconvenientes, la existencia del usufructo en los Có-
digos es defendida porque presta una positiva utilidad social, como es la de
“asegurar a una persona recursos seguros durante su vida sin quitar la propie-
dad de los bienes a los herederos consanguíneos”.
I. USUFRUCTO LEGAL
la mujer, están sujetos a las reglas especiales del Título “De la patria potestad” y
del Título “De la sociedad conyugal” (art. 810).
La afirmación corresponde sólo en parte a la realidad. En efecto, el usu-
fructo del padre (o madre) de familia está reglamentado (arts. 243 a 245);
pero el del marido sobre los bienes de la mujer ninguna ley lo establece,
ningún precepto del Título “De la sociedad conyugal” lo reglamenta o siquiera
nombra. El Proyecto de 1853 sólo reconocía como usufructo legal el del
padre de familia sobre ciertos bienes del hijo; el llamado Proyecto Inédito
hace alusión, como el Código definitivo, al usufructo legal del marido sobre
los bienes de la mujer (art. 959, equivalente al actual 810). Esta diferencia
entre un proyecto y otro parece indicar el propósito del legislador de crear el
referido usufructo del marido. Sin embargo, a la postre, en el Código mismo
nada se estructuró; sólo quedó la referencia a dicho usufructo.
956. USUFRUCTO LEGAL DEL PADRE SOBRE LOS BIENES DEL HIJO DE FAMILIA; CARACTE-
RÍSTICAS. El padre, y en su defecto la madre en los casos que expresa la ley,
tiene un usufructo legal sobre todos los bienes del hijo de familia, salvo
ciertas excepciones. La materia se estudia con detalles en las obras de Dere-
cho de Familia. En este lugar sólo abordaremos lo esencial para anotar las
características especiales del usufructo legal señalado.
El artículo 243 del Código Civil dice:
“El padre goza del usufructo de todos los bienes del hijo de familia,
exceptuados los siguientes:
1º Los bienes adquiridos por el hijo en el ejercicio de todo empleo, de
toda profesión liberal, de toda industria y de todo oficio mecánico. Los
bienes comprendidos en este número forman el peculio profesional o
industrial del hijo;
2º Los bienes adquiridos por el hijo a título de donación, herencia o
legado, cuando el donante o testador ha dispuesto expresamente que
tenga el usufructo de estos bienes el hijo y no el padre;
3º Las herencias o legados que hayan pasado al hijo por incapacidad o
indignidad del padre, o por haber sido éste desheredado, en cuyo caso el
usufructo corresponderá a la madre si está separada de bienes.
Se llama usufructo legal del padre de familia el que le concede la ley.
El usufructo del padre de familia sobre las minas del hijo se limitará a
la mitad de los productos, y responderá al hijo de la otra mitad.
Cuando el donante o testador ha dispuesto que el padre no tenga el
usufructo de los bienes del hijo dicho usufructo corresponderá a la ma-
dre si está separada de bienes”.
En cuanto a las minas, los hijos de familia, como todo menor adulto, pue-
den hacer pedimento o manifestaciones sin necesidad del consentimiento o
autorización de sus representantes legales. Los derechos así adquiridos quedan
incorporados a su peculio industrial (C. de Minería, artículos 24 y 25). En
cambio, las minas que el hijo no descubra o denuncie sino que las adquiera por
otro título que no sea el de la constitución de la propiedad minera, como, por
TRATADO DE LOS DERECHOS REALES 139
957. ¿USUFRUCTO O SIMPLE DERECHO LEGAL DE GOCE EJERCIDO POR EL MARIDO SOBRE
LOS BIENES DE LA MUJER ? A pesar de que algunas disposiciones legales califican
de usufructo el derecho de goce que tiene el marido, como administrador de
la sociedad conyugal, en los bienes de la mujer (C. Civil, arts. 810 y 2466; Ley
de Quiebras, art. 64), ciertos autores le niegan ese carácter y lo consideran
simplemente como un derecho legal de goce.5 Afirman, desde luego, que no
es un usufructo legal porque ninguna ley lo ha establecido, y no se puede
concebir un derecho legal sin ley que lo consagre; y si es verdad que el
artículo 810 lo nombra es para manifestar que está sujeto a las reglas especia-
les del Título “De la sociedad conyugal”, pero en dicho título nada se dice al
respecto.6 Por lo demás, se agrega, ese pretendido usufructo no participa de
ninguno de los caracteres de tal: no existe respecto de terceros ni se ejerce
en la cosa fructífera misma sino sobre los frutos de ciertos bienes, mientras
éstos pertenecen a la mujer; enajenados, como ya no son propios de la
mujer, el marido no podría pretender ejercer este derecho con respecto al
nuevo propietario.7
El derecho a los frutos de los bienes de la mujer es un derecho de goce
que compete a la sociedad conyugal. Si lo ejerce el marido es porque le está
confiada la administración de los bienes de la mujer y de los sociales entre los
cuales se comprenden los frutos de esos bienes (art. 1725, Nº 2º). El carácter
de administrador es el que habilita al marido para percibir los frutos; su
percepción es uno de los actos administratorios que puede ejecutar en cuan-
to administrador de los bienes sociales y de los de su mujer.8
5 G ONZALO BARRIGA, De los regímenes matrimoniales, en general; del patrimonio de la sociedad conyugal y
de cada uno de los cónyuges, memoria de prueba, Imprenta Chile, Santiago, 1924, Nº 82, pág. 167.
6 A. A LESSANDRI R., Tratado práctico de las capitulaciones matrimoniales, de la sociedad conyugal y de los
bienes reservados de la mujer casada, Santiago, 1935, Nº 604, págs. 394-395.
7 Ibídem.
8 Ibídem, Nº 606, pág. 398.
140 A. ALESSANDRI R. – M. SOMARRIVA U. – A. VODANOVIC H.
960. a) USUFRUCTO CONSTITUIDO POR ACTO ENTRE VIVOS. 1) Acto constitutivo. En-
tre vivos, el contrato constitutivo es generalmente a título gratuito, una dona-
ción; raro es que sea a título oneroso (venta, permuta, transacción), pues el
usufructo se extingue por la muerte del usufructuario, aunque ocurra antes
del día o condición prefijada para su terminación (art. 806, inc. 2º), y tal
circunstancia –dice Josserand– imprime al negocio un carácter aleatorio, al
menos desde el punto de vista económico. Al momento de celebrarse el
contrato no puede determinarse la equivalencia de prestaciones, pues la
muerte del usufructuario puede inclinar la balanza a uno u otro lado: si
fallece prematuramente, habrá concluido un contrato ventajoso el nudo pro-
pietario; pero si aquél llega a una edad avanzada, ocurrirá lo contrario. Y en
verdad nadie sabe cuándo ni cómo abandonará esta tierra de leones y lagar-
tos. Porque, como decía el novelista francés Honorato de Balzac, “la muerte
es tan repentina en sus caprichos, como una cortesana en sus desdenes; pero
es más fiel, pues jamás ha abandonado a nadie”.
También en la partición puede constituirse un usufructo. De acuerdo con
la ley, “si dos o más personas fueren coasignatarios de un predio, podrá el
partidor con el legítimo consentimiento de los interesados separar de la
propiedad el usufructo, habitación o uso para darlos por cuenta de la asigna-
ción” (art. 1337, regla 6a). Algunos autores dicen que en este caso el usufruc-
to se constituye por sentencia judicial, porque el árbitro es un juez y la
partición, en esta ocurrencia, un juicio. Pero otros autores observan, con
razón, que aquí el usufructo se constituye por un acto voluntario de los
interesados, pues el consentimiento de éstos es la nota decisiva; el partidor
simplemente comprueba o verifica el acuerdo.
2) Vías por las que puede constituirse el usufructo por contrato. Como anota un
autor, la creación de un usufructo por contrato puede hacerse de dos mane-
ras diferentes: por vía de enajenación y de retención. En el primer caso el usu-
fructo es directamente el objeto del contrato: se crea a favor de una persona
que antes no tenía el goce de la cosa. En el segundo caso la constitución del
usufructo no es sino el resultado indirecto del contrato: el propietario enaje-
na la nuda propiedad de la cosa, reservándose el usufructo. El goce de la cosa
142 A. ALESSANDRI R. – M. SOMARRIVA U. – A. VODANOVIC H.
Corte Suprema, 7 de noviembre de 1916, R. de D. y J., tomo XIV, sec. 1a, pág. 340.
13
14Sentencias de 26 de julio de 1951, R. de D. y J., tomo XLVIII, sec. 1a, pág. 354, y de 13 de
diciembre de 1954, R. de D. y J., tomo LI, sec. 1a, pág. 605. Dice la primera: “La inscripción no es
propiamente una solemnidad de la constitución del usufructo, como pudiera en apariencia des-
prenderse de los términos del artículo 767 del Código Civil; es un acto posterior, dispuesto para la
tradición del derecho real, de modo que la palabra inscrita con que termina ese precepto, nada
agrega a lo que ya disponían los artículos 686 y 696 del Código Civil sobre la transferencia de
determinados derechos” (considerando 6º, pág. 369).
TRATADO DE LOS DERECHOS REALES 143
real, instrumento público inscrito, agrega que “podría también estimarse que
la inscripción del usufructo en el Registro de Hipotecas y Gravámenes es una
solemnidad del acto constitutivo del derecho de usufructo”.14.a
Nosotros creemos decididamente que la inscripción no es solemnidad del
acto constitutivo, sino el modo de adquirir, la forma de otorgar el derecho
real.
La inscripción del usufructo sobre inmuebles debe hacerse en el Registro
de Hipotecas y Gravámenes (Reglamento del Conservador de Bienes Raíces,
art. 32); si se hace en otro, como en el de Propiedades, la inscripción carece
de valor.
14.a C. de Ap. de Santiago, 9 de agosto de 1989, Gaceta Jurídica Nº 110, sent. 2, pág. 38 (conside-
rando 2º, pág. 38).
15 CLARO SOLAR, ob. cit., tomo VII, pág. 163.
144 A. ALESSANDRI R. – M. SOMARRIVA U. – A. VODANOVIC H.
16 Corte de Apelaciones de Santiago, 29 de mayo de 1969, R. de D. y J., tomo LXVI, sec. 2a,
pág. 30 (considerando 3º, pág. 31).
16.a C. Suprema, 22 de diciembre de 1986, R. de D. y J., tomo LXXXIII, sec. 1a, pág. 183; Gaceta
Jurídica Nº. 78, sent. 7, pág. 27.
TRATADO DE LOS DERECHOS REALES 145
inc. 1º), porque, como decía el Mensaje, “unos y otros embarazan la circula-
ción y entibian el espíritu de conservación y mejora, que da vida y movimien-
to a la industria”.
Usufructo sucesivo es el concedido a varias personas una después de otra.
Usufructo alternativo es el concedido a varias personas sucesivamente, pero de
modo que al terminar el tiempo del último de los llamados, vuelve nuevamente
a gozar de la cosa el primero, y después el segundo, etc. Es un usufructo sucesivo
y circular. Ejemplo: se deja a Primus una casa en usufructo por cinco años,
cumplidos los cuales pasará en el mismo carácter a Secundus por un lapso igual,
en seguida volverá a Primus en la misma forma, y después a Secundus, y así
indefinidamente o por cierto número de años.
La sanción de la prohibición de los usufructos sucesivos y alternativos no
es la nulidad, porque el legislador señala un efecto especial a la contraven-
ción: los usufructuarios posteriores se consideran como substitutos, para el
caso de faltar los anteriores antes de deferirse el primer usufructo. El primer
usufructo que tiene efecto hace caducar a los otros; pero no dura sino por el
tiempo que le estuviere designado (art. 769, incs. 2º y 3º). Ejemplo: se deja
un fundo a Primus por quince años, para que pase después a Secundus
también por quince años; el usufructo no es nulo, sino que se considera que
Secundus es substituto de Primus, y aquél sólo podría adquirir el usufructo si
éste por cualquier causa llega a faltar al momento de deferirse el usufructo; si
tal no acontece, Primus recibe su usufructo, caducando el derecho de Secun-
dus; el usufructo de Primus durará sólo por el tiempo que el constituyente le
designó, o sea, no aprovechará el tiempo del usufructo caducado.
testador (art. 768, inc. 2º), porque en esta hipótesis, desde el momento en
que el usufructo puede ejercerse, al fallecimiento del testador, aparece como
puro y simple. Y tal no ocurre en el usufructo constituido por acto entre
vivos, por escritura pública, ya que en este caso el usufructo debería ejercerse
desde la fecha misma de la escritura constitutiva y a esta fecha la iniciación
del ejercicio esta suspendida.
La excepción a favor del usufructo constituido por testamento es una
mera aplicación de las reglas generales que el Código establece en los artícu-
los 1082 y 1072 sobre las asignaciones testamentarias a día y las asignaciones
testamentarias condicionales.
17 Oficio 283, de 29 de marzo de 1946. Véase el libro de ELOY SÁNCHEZ TORRES, Usufructo de
acciones de sociedades mercantiles (Problemas entre usufructuario y nudo propietario), Madrid, 1946.
18 Sentencia de 8 de agosto de 1955, R. de D. y J., tomo LII, sec. 1 a, pág. 223.
19 C OLIN ET CAPITANT, Traité de Droit Civil, tomo II, París, 1959, Nº 278, págs. 158-159, y la
jurisprudencia ahí citada.
20 LÉON JULLIOT DE LA M ORANDIÈRE, Précis de Droit Civil, tomo II, París, 1961, Nº 136, pág. 64.
150 A. ALESSANDRI R. – M. SOMARRIVA U. – A. VODANOVIC H.
21 JUAN GUTIÉRREZ, “De cuestiones prácticas sobre las leyes regias de España. De la segunda
parte de las nuevas recopilaciones reales”. Libro VII, Tratado de las Gabelas, Madrid, Editor Juan de
la Cuesta, MDCXII (1612), Cuestión XXXVI.
TRATADO DE LOS DERECHOS REALES 151
α) Al primer caso se aplica la regla general del artículo 787, según la cual
“el usufructuario de cosa mueble tiene el derecho de servirse de ella según su
naturaleza y destino; y al fin del usufructo no es obligado a restituirla sino en
el estado en que se halle, respondiendo solamente de aquellas pérdidas o
deterioros que provengan de su dolo o culpa”. El usufructuario, pues, debe
restituir los mismos animales en el estado en que se encuentren, sin respon-
der por la natural disminución de fuerzas por el trabajo y la vejez, haciendo
suyos el estiércol, las astas, la lana, la leche y las crías, es decir, todos los
frutos de los animales. También puede obtener frutos civiles de los mismos,
arrendándolos, ganando premios con un caballo de carrera, etc. Puede, por
excepción, aplicarse la regla del artículo 789, cuando los animales son desti-
nados a la venta o abasto, como si se constituye un usufructo sobre novillos
de engorda.
Recuérdese que el artículo 789 dice que “si el usufructo se constituye
sobre cosas fungibles, el usufructuario se hace dueño de ellas, y el propieta-
rio se hace meramente acreedor a la entrega de otras especies de igual
cantidad y calidad, o del valor que éstas tengan al tiempo de terminarse el
usufructo”.
β) En el segundo caso nos encontramos en presencia de un usufructo de
ganado propiamente dicho; a él se aplica el artículo 788, que dice: “El usufruc-
tuario de ganados o rebaños es obligado a reponer los animales que mueren o
se pierden, pero sólo con el incremento natural de los mismos ganados o
rebaños; salvo que la muerte o pérdida fueren imputables a su hecho o culpa,
pues en este caso deberá indemnizar al propietario. Si el ganado o rebaño
perece del todo o en gran parte por efecto de una epidemia u otro caso
fortuito, el usufructuario no estará obligado a reponer los animales perdidos, y
cumplirá con entregar los despojos que hayan podido salvarse”.
Vemos que se aplican ciertas reglas propias, consecuencia de que el gana-
do constituye una universalidad distinta de los animales que lo componen.
Los derechos del usufructuario son mucho más amplios que los que tiene el
usufructuario de animales individualmente considerados, ya que no sólo hace
suyos los frutos de los animales, sino que puede disponer de todos los que
considere inhábiles para la reproducción, de los animales de engorda y de las
crías; su obligación es sólo restituir un rebaño y no restituir los mismos
animales; esta obligación está limitada en cuanto al número, de modo que
debe restituir igual cantidad. Si hay exceso, puede disponer de los animales
sobrantes; pero si faltan, sólo está obligado a reponer con las mismas crías.
Esta disposición concuerda con la del artículo 1984, referente al caso en
que se arrienda un fundo con ganado.
977. LAS REGLAS DEL DERECHO DE GOCE DEL USUFRUCTO PUEDEN DEROGARSE, porque
son supletorias de la voluntad de las partes. Expresa el artículo 791 que “lo
dicho en los artículos precedentes se entenderá sin perjuicio de las conven-
ciones que sobre la materia intervengan entre el nudo propietario y el usu-
fructuario, o de las ventajas que en la constitución del usufructo se hayan
concedido expresamente al nudo propietario o al usufructuario”.
152 A. ALESSANDRI R. – M. SOMARRIVA U. – A. VODANOVIC H.
to, quiere decir que éste queda en poder del cedente y sólo él, en calidad de
titular del derecho de usufructo, podrá hipotecarlo. Recordemos que “emo-
lumento” viene del latín emolumentum y, literalmente, significa “suma pagada
al molinero por moler el grano”, y de ahí que en general la palabra denota
ganancia, sin perjuicio de que exprese el concepto, dentro de algunas mate-
rias, en forma más específica o circunstanciada. En el usufructo el emolu-
mento vienen a ser los frutos a que tiene derecho el usufructuario.
Diversos preceptos legales inducen a pensar que el objeto de la cesión del
usufructo no es el usufructo mismo, sino su ejercicio, el emolumento del
derecho. Entre otros textos, pueden citarse los siguientes:
a) El que declara que, cedido el usufructo a un tercero, el cedente perma-
nece siempre directamente responsable al propietario (art. 793, inc. 2º). Esto
importa decir –expresa la Corte Suprema– que el derecho de usufructo con-
tinúa radicado en el usufructuario y que lo que se cede no es el derecho
mismo, sino los frutos a que tiene derecho el usufructuario.22
b) Las disposiciones según las cuales pierde el derecho de usufructo el
usufructuario que, no obstante la prohibición impuesta por el constituyente
cede el usufructo (art. 793, incs. 3º y 4º). Si al usufructuario cedente que
contraviene la prohibición de enajenar se le priva del derecho de usufructo,
es porque la cesión no lo ha despojado de ese derecho; de lo contrario no se
explicaría cómo, aun después de la cesión, pueda el usufructuario perder su
derecho.
22 Sentencia de 26 de julio de 1939, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo XXXVII, sec. 1a,
pág. 177.
23 En este sentido: LUIS VICUÑA SUÁREZ, De la facultad de enajenar y de su prohibición impuesta en el
contrato, memoria de prueba, Valparaíso, 1928, pág. 203; A. ALESSANDRI BESA, La nulidad y la rescisión
en el Derecho Civil Chileno, memoria de prueba, Santiago, 1949, Nº 189, págs. 173-175.
154 A. ALESSANDRI R. – M. SOMARRIVA U. – A. VODANOVIC H.
984. DISTINCIÓN. Para estudiar en forma metódica las obligaciones del usu-
fructuario, hay que distinguir:
a) Obligaciones que tiene antes de entrar en el goce de la cosa;
b) Obligaciones que tiene durante el usufructo, y
c) Obligaciones que tiene una vez extinguido el usufructo.
985. INVENTARIO Y CAUCIÓN. Estas obligaciones, que son dos, han sido estable-
cidas por el legislador en consideración a los derechos del nudo propietario,
TRATADO DE LOS DERECHOS REALES 155
24 Nótese que los poseedores “provisorios” de los bienes del desaparecido están obligados a
formar inventario.
156 A. ALESSANDRI R. – M. SOMARRIVA U. – A. VODANOVIC H.
aludida, ya que cuando la ley ha estimado que no puede eximirse del deber
jurídico de hacer inventario, lo ha dicho expresamente, como en el caso de
los tutores y curadores (art. 379). Corresponde aplicar el principio de que en
Derecho Privado puede hacerse todo lo que la ley no prohíbe. Por tanto, en
el usufructo constituido a título oneroso las partes podrían convenir en no
practicar un inventario del estado de los bienes.
Por fin, el argumento de la tesis contraria de que la ley sólo faculta al
constituyente para exonerar de la caución al usufructuario, y no de la facción
de inventario, tiene una explicación histórica y no el alcance que se le atribu-
ye: la ley se refirió expresamente a la dispensa de la caución en razón de que
conforme a la antigua legislación, el testador no podía liberar de la caución
al usufructuario; para patentizar el cambio de criterio se hizo esa referencia
expresa en el Código. De la posibilidad de eximir de la obligación de hacer
inventario nada se dijo porque, en la antigua legislación, esa obligación no se
imponía,y el hecho de que ahora se exija no es motivo para darle carácter de
ineludible. Más todavía: el haber autorizado la ley la dispensa de la caución,
modificando en esto el antiguo Derecho Civil, sería una razón para admitir
que también puede exonerarse al usufructuario de la obligación de hacer
inventario.25
Con todo, en la práctica las más de las veces será obligatoria la facción de
éste, porque las leyes tributarias lo exigen, junto con la tasación de los bie-
nes, para determinar el monto del impuesto.
Derecho de usufructo fijado como pensión alimenticia; inventario simple. Referen-
cia. Véase nuestro Nº 964.
25 En este sentido: CLARO SOLAR. ob. cit., tomo VIII, Nº 1029, págs. 189 a 191.
TRATADO DE LOS DERECHOS REALES 157
cosa, debe rendir caución y hacer inventario el nudo propietario está exento
de ambas obligaciones cuando se le adjudica la administración.
995. 1) GOCE DE LA COSA SIN ALTERAR SU FORMA Y SUBSTANCIA. Hay una obliga-
ción que es de la esencia del usufructo: el usufructuario debe gozar de la
cosa sin alterar su forma y substancia. Así lo establece el artículo 764.
Salva rerum substantia. Desde el Derecho romano la doctrina universal ha
tratado de explicar qué se entiende por conservar la forma y la substancia de
la cosa fructuaria (salva rerum substantia).26 Al respecto, no nos detendremos
en las interpretaciones puramente romanas; sólo señalaremos algunas que
sirven o se formulan en la actualidad.
28 En este sentido: J. PUIG BRUTAU, Fundamentos de Derecho Civil, tomo III, Barcelona, 1953,
pág. 307.
29 CASSAZIONE, 19 maggio 1956, II Massimario del Foro italiano, 1956, Nº 1.724, c. 313.
162 A. ALESSANDRI R. – M. SOMARRIVA U. – A. VODANOVIC H.
997. 3) CARGAS FRUCTUARIAS. Son las indispensables para que la cosa produz-
ca frutos y que el usufructuario debe satisfacer. Entran en esta categoría las
siguientes:
a) Las expensas ordinarias de conservación y cultivo (art. 795), ya definidas
en este libro en el capítulo de la propiedad fiduciaria (Nº 910 de este tomo).
b) Las cargas anuales o periódicas. Dispone el Código que son de cargo del
usufructuario las pensiones, cánones y en general las cargas periódicas con
que de antemano haya sido gravada la cosa fructuaria y que durante el usufruc-
to se devenguen. No es lícito al nudo propietario imponer nuevas cargas sobre
ella en perjuicio del usufructo (art. 796, inc. 1º).
Corresponde asimismo al usufructuario el pago de los impuestos periódi-
cos fiscales y municipales, que graven a la cosa durante el usufructo, en cual-
quier tiempo que se haya establecido (art. 796, inc. 2º).
Si por no hacer el usufructuario estos pagos los hiciere el propietario, o
se enajenare o embargare la cosa fructuaria, debe el primero indemnizar de
todo perjuicio al segundo (art. 796, inc. final).
29.a DOMENICO B ARBERO, Sistema del Derecho Privado, traducción del italiano, vol. II, Buenos Aires,
1967, Nº 561, pág. 390.
30 Ibídem.
TRATADO DE LOS DERECHOS REALES 163
I. DERECHOS
31 JOSSERAND, Derecho Civil, tomo I, vol. III, Buenos Aires, 1952, Nº 1.924, pág. 421.
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II. OBLIGACIONES
pues, por otra parte, sería enojoso e injusto que el nudo propietario pudiera
poner obstáculos al goce del usufructuario –indirecta y pasivamente, sin duda,
pero muy efectivamente– dejando que se hunda un edificio: ni la justicia ni
el interés general quedan de esa manera servidos”.33
1.020. 5) SE EXTINGUE POR LA RENUNCIA DEL USUFRUCTUARIO ( ART. 806 CASO 5º).
Se trata en este caso de un derecho que sólo mira al interés particular de su
titular, y su renuncia no está prohibida. Superfluamente, el artículo citado la
permite, ya que puede renunciarse, de conformidad con el principio general
contenido en el artículo 12.
De acuerdo con lo dispuesto en el Nº 3º del artículo 52 del Reglamento
del Conservador, la renuncia del usufructo debe inscribirse en el Registro
respectivo.
El juez, según la gravedad del caso, podrá ordenar, o que cese absoluta-
mente el usufructo, o que vuelva al propietario la cosa fructuaria, con cargo
de pagar al fructuario una pensión anual determinada, hasta la terminación
del usufructo (art. 809).
1.024. 9) EXTINCIÓN DEL USUFRUCTO POR EXPROPIACIÓN DEL PREDIO RÚSTICO SOBRE
EL QUE RECAÍA. La legislación agraria disponía que los derechos de fideicomi-
so, usufructo, uso y habitación que afecten a un predio expropiado por la
Corporación de la Reforma Agraria o a una parte del mismo, se extinguen
desde la fecha de la inscripción de dominio en favor de esa corporación. Sin
embargo, los mencionados derechos subsisten en la parte del predio expro-
piado que, en definitiva, quede en dominio del propietario. La sola extinción
de los derechos de fideicomiso, usufructo, uso y habitación no faculta a los
titulares para demandar indemnización, y la que proceda por otro motivo o
título que no sea la extinción, deben hacerla valer sobre el monto de la
indemnización. Normas especiales regulan la liquidación de indemnizacio-
nes por expropiaciones de predios rústicos efectuadas por la Corporación de
la Reforma Agraria de conformidad a la Ley Nº 16.640 (Ley Nº 16.640, de 28
de julio de 1967, art. 57; Decreto con Fuerza de Ley Nº 3, de 26 de diciembre
de 1967, sobre normas de la citada liquidación de indemnizaciones, publica-
da en el Diario Oficial de 9 de febrero de 1968, arts. 1º y siguientes).35
35 Este decreto con fuerza de ley aparece reproducido en la Recopilación de Leyes, Decretos con
Fuerza de Ley, Reglamentos y Decretos Agrarios, Santiago, Editorial Nascimento, 1968, págs. 32-35.
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