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Sucesión vegetal

Las tierras de pastoreo de clímax


La retrogresión, y la sucesión secundaria

El grado de utilización es la proporción de la producción de forraje del año que es


consumida y/o destruida por el pastoreo. Puede referirse a una sola especie o a toda la
vegetación y se puede expresar en términos cuantitativos tales como porcentaje (25, 50,
75, etc.) o en términos cualitativos tales como utilización liviana, moderada, intensa o
destructiva. Sus sinónimos son grado de uso, utilización o uso, todos los cuales
aparecen en los escritos. El grado de uso y producción animal están inversamente
relacionados. A medida que aumenta el uso, decrece la productividad individual de los
animales, y vice versa.

Numerosas investigaciones se han realizado con respecto a todos los tipos de pasto,
tanto nativos como artificiales, en distintas partes del mundo y todas han mostrado una
relación linear entre el grado de uso y la producción animal por hectárea. Se presenta un
modelo que se desarrolló en las planicies centrales de Colorado, EE.UU., basado en
treinta años de datos sobre el aumento de peso de los animales individuales por hectárea
en relación con herbaje no pastoreado. Este modelo se presenta como un ejemplo en el
cual queda muy claro el concepto de un manejo de alta calidad de los pastizales
(Bement, 1969). La medida de Bement para el forraje "no pastoreado" es un reflejo del
grado de utilización y de la tasa de ocupación.

La relación utilización-animal se puede ilustrar señalando las dos respuestas animales


(producción por animal y producción por hectárea) sobre el forraje remanente al final
del período de pastoreo como se puede observar en la figura 8. Hasta el punto "A" de la
figura 8, el suministro de forraje no es limitante, y cada animal recibe sus
requerimientos diarios de forraje y sólo los factores genéticos y otros de este tipo
limitan la producción. Más allá de este punto, el suministro de forraje es limitado y la
producción por animal se reduce, debido al estrés nutricional que va empeorando a
medida que se reduce la cantidad de forraje no pastoreado debido a la utilización y tasa
de ocupación excesivos.

El punto "B", como se ilustra en la figura 8, indica cuándo se ha alcanzado la


producción animal máxima por hectárea. Este punto siempre se alcanza cuando el
forraje remanente por hectárea es menor que el punto donde se alcanza la producción
óptima por animal (punto "A"). Sin embargo, en el punto "B" tanto el rendimiento
individual de los animales como la vegetación del pastizal resultan con estrés debido a
la sobreutilización. Si ello continúa, no durará mucho la ventaja de lograr la producción
máxima por hectárea porque la vegetación y el suministro de forraje se deteriorarán y el
punto "B" descenderá en la escala de producción.

Por lo tanto el punto óptimo de disponibilidad de forraje y el grado de uso para la


producción máxima sostenida, que es el objetivo del manejo de pastizales, se encuentra
entre los puntos "A" y "B". Este punto común de equilibrio se encuentra en el cruce de
las dos gráficas, el que se indica como el punto "C. en la figura 8. Se puede observar
que la producción por hectárea declina rápidamente una vez que se ha alcanzado la tasa
de ocupación óptima (Punto "C"). Por lo tanto, con el sub-pastoreo con menos animales
es posible lograr una producción total mayor que con el sobre-pastoreo con más
animales. Está claro que la filosofía de "a más ganado, más productos animales" no es
verdadera una vez que se ha alcanzado el sobre-pastoreo.

Figura 8. Producción animal por individuo y por hectárea influenciada por el grado de
utilización (Bement, 1969)

Sucesión vegetal

Las manipulaciones para lograr una nutrición apropiada de las plantas también aseguran
una producción ganadera superior y representan un gran paso hacia la reversión de la
desertificación. Pero, al igual que con el término "nutrición", hay otros aspectos que es
necesario saber. La sucesión vegetal también juega un papel importante en la
desertificación o en su reversión y el ganado doméstico se encuentra justo en el medio.

La sucesión vegetal es el reemplazo una comunidad de plantas por otra. Existen dos
tipos de sucesión: la progresiva y la regresiva. A esta última generalmente se la llama
"retrogresión" que es el término que se utilizará en este texto. Hay dos tipos de sucesión
progresiva: primaria y secundaria. La sucesión primaria es el desarrollo original y
simultáneo de vegetación y sus suelos asociados. El "marchitamiento, muerte y
descomposición de las plantas" era el desarrollo armonioso de suelos y vegetación, cada
uno influyendo en el otro. La naturaleza del "marchitamiento, muerte y descomposición
de las plantas" y su producto final dependen de los factores climáticos, edáficos,
fisiográficos, píricos y bióticos involucrados frente a las alteraciones químicas y
mecánicas. El producto final es cualquier tipo de tierra de pastoreo mencionado
anteriormente o bosques u otro tipo de biomas.

El "marchitamiento, muerte y descomposición de las plantas. se detuvo cuando se


estableció un equilibrio entre todos los factores nombrados arriba. Esta etapa del
desarrollo es llamada "clímax" por algunos ecologistas y "potencial natural" por otros.
Sin perjuicio de su nombre, el estado de equilibrio de la sucesión primaria es la forma
de desarrollo natural más alta que son capaces de producir los factores ambientales.

La madre naturaleza es muy indulgente. Siempre trata de restaurar lo que el hombre ha


destruido. Este es el caso de la sucesión secundaria. Una alteración del clímax
provocará la retrogresión, pero, si se le da una oportunidad, la naturaleza hará el
máximo esfuerzo por restaurar el daño mediante la sucesión secundaria. La sucesión
secundaria es mucho más rápida que la primaria debido a que el suelo ya está formado;
aunque deteriorado y con necesidad de restauración también.

Las tierras de pastoreo de clímax


Los exploradores de América describieron grandes extensiones de pastizales naturales
ricos y abundantes. Como un mar de pastos, decían algunos, lo que probablemente
estuvo inspirado por la vegetación que se muestra en la figura 9. Algunos afirmaban que
los pastos alcanzaban hasta sus estribos y aún más arriba en algunas partes. Las praderas
de pasto alto como el que aparece en la figura 10 predominaban en las pampas. Los
pastizales anuales de Chile estaban dominados por especies perennes. No había escasez
de forraje para las llamas y alpacas de los indígenas del Altiplano. Las sabanas
tropicales secas y húmedas estaban libres de matorrales, y en Venezuela hubo guerras
por su control. Hasta las áreas áridas tenían pastos y arbustos agradables al paladar del
ganado.

Estas tierras de pastoreo eran y todavía son la herencia de la región. Los colonos
llegaron con su ganado y se desarrolló una de las industrias ganaderas más coloridas y
mayores del mundo. Al no existir precedentes, los constructores de la industria pensaron
que la abundante vegetación se regenaría y duraría para siempre. No fue así. El mal uso
dio origen a la retrogresión, y declinación de la productividad. La herencia está enferma
y necesita atención médica.

La retrogresión, y la sucesión secundaria

La retrogresión o degeneración es el reemplazo de una comunidad vegetal de orden


ecológico superior por una comunidad de orden ecológico inferior. La alteración del
clímax estabilizado por el sobre-pastoreo o el cultivo da origen a la retrogresión. Al
deterioro de la vegetación sigue la degradación del suelo. Esta última comienza con la
pérdida de materia orgánica y el derrumbe de la estructura seguido por la erosión. La
alteración extrema puede exponer el material madre y las etapas de líquenes donde
comenzó la sucesión primaria. Si la alteración se compensa o elimina oportunamente, la
sucesión retrocede hacia el clímax. A esto se llama sucesión secundaria, es decir
cualquier sucesión después de la sucesión inicial y primaria. Generalmente comienza
con etapas más avanzadas de desarrollo del suelo y de comunidades vegetales, por lo
tanto el mejoramiento a través de la sucesión secundaria puede ser bastante rápido.

El conocimiento de los procesos que entraña la sucesión, ya sea progresiva o regresiva,


nos prepara mejor para analizar y sintetizar los eventos en el terreno. El primer paso del
proceso es la migración que consiste en el movimiento de la progenie de una planta a
una nueva ubicación, ya sea cerca o lejos de la planta madre. La migración puede
ocurrir sexualmente a través de las semillas o asexualmente (vegetativamente) en el
caso de algunas especies a través de los estolones (tallos sobre la superficie que euraízan
en los nudos) rizomas (tallos bajo la superficie que producen raíces y brotes sobre la
superficie en los nudos), renuevos (yemas basales que forman nuevos tallos) o bulbos.

Ecesis es el establecimiento exitoso de una semilla u órgano de reproducción vegetativa.


El que se produzca la ecesis con respecto a la especie involucrada depende de la
situación ambiental. Por ejemplo, en una situación de sobre-pastoreo, se favorece la
ecesis de especies sin valor y que no son agradables al paladar mientras que la ecesis de
las especies apetitosas resulta desfavorecida y eventualmente el pastizal será dominado
por especies sin valor. Por el contrario, en un sistema de pastoreo con rotación
debidamente espaciada, la ecesis de las especies apetitosas resulta favorecida, lo que les
da oportunidad de aumentar.

Agregación es la expansión y agrupamiento de plantas recién establecidas en la sucesión


secundaria o proceso de retrogresión. Las fuerzas que limitan o favorecen la agregación
son las mismas que aquellas relacionadas con la ecesis. La competencia es la lucha
general en que las plantas y las especies de plantas compiten por la luz, el espacio, el
agua y los nutrientes.

Naturalmente, las especies que son genéticamente superiores con respecto a la


producción de hojas y raíces dominarán si se les da la oportunidad. El clímax está
caracterizado por el dominio de especies y ecotipos de especies que en la mayoría de los
casos son las especies forrajeras más productivas que puede producir en forma natural
un medio ambiente. Finalmente, la reacción es la influencia que las plantas y el material
vegetal tienen sobre el ambiente, particularmente sobre el micro-clima en que se
encuentran las plantas.

La influencia de las plantas en el micro-clima puede ser beneficioso o desastroso


dependiendo de las circunstancias. Por regla general, las temperaturas del suelo y de la
superficie y la evaporación aumentan y la infiltración de la lluvia disminuye con la
retrogresión, produciendo un microclima de tipo desértico (xerítico) en el que sólo
pueden vivir las especies desérticas o xerofíticas. En la sucesión secundaria ocurre lo
contrario y el resultado final es un microclima más húmedo (mésico) favorable para las
especies mesofíticas, pero desfavorable para las xerofíticas. En la sucesión secundaria,
la reacción crea un hogar que es "demasiado" bueno para las especies de orden
ecológico inferior pero que es lo "justo" para las especies de orden superior. Suponiendo
que todos los factores sean iguales, no habrá barrera para la migración, ecesis y
agregación de las últimas y ellas entrarán y dominarán. En consecuencia, la reacción no
sólo es esencial para la sucesión secundaria, sino que también es un catalizador.

En la figura 11 se da un ejemplo de retrogresión. Los animales comen, en primer


término, las especies que más les agradan, las que por lo general son las más nutritivas y
productivas y las mejores conservadoras del suelo y del agua. Consecuentemente, estas
especies disminuyen con el sobre-pastoreo continuado y se las llama "disminuidoras" o
"deseables".

Cuando el suministro de especies deseables escasea, los animales buscan las siguientes
especies de su agrado, las que por lo general son menos productivas y nutritivas y
menos deseables con respecto a la conservación del suelo y del agua. Mientras decrecen
las especies deseables, estas especies aumentan hasta cierto punto, pero con la
utilización excesiva continuada, también se debilitan y mueren. A estas especies se las
llama "aumentadores" o "menos deseables" (figura 11).

Sólo las especies que no son agradables al paladar y las que evaden el pastoreo pueden
sobrevivir a un sistema de sobre-pastoreo como éste, eventualmente invadirán el
pastizal llamándoselas "invasoras" o "indeseables". Las invasoras son especies que
estaban ausentes de la vegetación original o que se encontraban presentes en muy
pequeñas cantidades, y que invaden después de alguna alteración o del sobre-pastoreo
continuado. Las invasoras son menos productivas que las aumentadores y son de poco
valor para la conservación del suelo y del agua. Algunas son consumidoras excesivas de
agua, sin proporcionar nada a cambio, y el ganado se rehúsa a pastar algunas especies.
Eventualmente los animales se ven forzados a comer algunas especies de invasoras o
morir de hambre, y esto último sucede generalmente con los animales productores,
dejando a los animales menos productivos y exigentes, los que logran sobrevivir y
producen poco a cambio.

Los términos decrecedor, aumentador e invasor se utilizan en los EE.UU. donde se


conoce bastante bien la ecología de especies individuales. Esto no es conocido
suficientemente en América Latina y el Caribe y en la actualidad es más aplicable la
clasificación de deseable, menos deseable e indeseable. Estas se describen a
continuación:

Figura 11. Un ejemplo de retrogresión y condiciones del campo relacionado con el


clímax restante.

Deseable: especies altamente productivas y agradables al paladar que proporcionan buena


protección al medio ambiente.

Menos deseable: especies que son menos productivas y agradables al paladar que las especies
deseables y que proporcionan menos protección ambiental.

Indeseables: especies que producen muy poco o ningún forraje y que no son particularmente
apetitosas. Perjudican al ecosistema. También pueden ser nocivas.

En la figura 12 se da un ejemplo de sucesión secundaria, que ilustra lo contrario de


retrogresión, y el hecho de que las especies deseables pueden recuperar el dominio o al
menos aumentar tras años de buen manejo. Es dudoso que alguna vez se pueda
recuperar por completo el clímax original, aunque un tipo de vegetación de clímax
constituye una meta valiosa. También hay algunas situaciones donde un sub-clímax
aparentemente es más nutritivo que un clímax, por lo que el rendimiento del ganado es
mayor. No obstante, el hecho de que hay un fenómeno natural en que la naturaleza trata
de restaurar el clímax proporciona al manipulador una herramienta muy valiosa y útil.
El o ella saben que en muchas situaciones, la composición de las especies, la cubierta
vegetal y la producción de forraje pueden ser mejoradas conjuntamente con la
conservación del suelo y del agua a través de la sucesión secundaria natural y
económica. Es el deber de él o de ella idear, planificar y e

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