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Numerosas investigaciones se han realizado con respecto a todos los tipos de pasto,
tanto nativos como artificiales, en distintas partes del mundo y todas han mostrado una
relación linear entre el grado de uso y la producción animal por hectárea. Se presenta un
modelo que se desarrolló en las planicies centrales de Colorado, EE.UU., basado en
treinta años de datos sobre el aumento de peso de los animales individuales por hectárea
en relación con herbaje no pastoreado. Este modelo se presenta como un ejemplo en el
cual queda muy claro el concepto de un manejo de alta calidad de los pastizales
(Bement, 1969). La medida de Bement para el forraje "no pastoreado" es un reflejo del
grado de utilización y de la tasa de ocupación.
Figura 8. Producción animal por individuo y por hectárea influenciada por el grado de
utilización (Bement, 1969)
Sucesión vegetal
Las manipulaciones para lograr una nutrición apropiada de las plantas también aseguran
una producción ganadera superior y representan un gran paso hacia la reversión de la
desertificación. Pero, al igual que con el término "nutrición", hay otros aspectos que es
necesario saber. La sucesión vegetal también juega un papel importante en la
desertificación o en su reversión y el ganado doméstico se encuentra justo en el medio.
La sucesión vegetal es el reemplazo una comunidad de plantas por otra. Existen dos
tipos de sucesión: la progresiva y la regresiva. A esta última generalmente se la llama
"retrogresión" que es el término que se utilizará en este texto. Hay dos tipos de sucesión
progresiva: primaria y secundaria. La sucesión primaria es el desarrollo original y
simultáneo de vegetación y sus suelos asociados. El "marchitamiento, muerte y
descomposición de las plantas" era el desarrollo armonioso de suelos y vegetación, cada
uno influyendo en el otro. La naturaleza del "marchitamiento, muerte y descomposición
de las plantas" y su producto final dependen de los factores climáticos, edáficos,
fisiográficos, píricos y bióticos involucrados frente a las alteraciones químicas y
mecánicas. El producto final es cualquier tipo de tierra de pastoreo mencionado
anteriormente o bosques u otro tipo de biomas.
Estas tierras de pastoreo eran y todavía son la herencia de la región. Los colonos
llegaron con su ganado y se desarrolló una de las industrias ganaderas más coloridas y
mayores del mundo. Al no existir precedentes, los constructores de la industria pensaron
que la abundante vegetación se regenaría y duraría para siempre. No fue así. El mal uso
dio origen a la retrogresión, y declinación de la productividad. La herencia está enferma
y necesita atención médica.
Cuando el suministro de especies deseables escasea, los animales buscan las siguientes
especies de su agrado, las que por lo general son menos productivas y nutritivas y
menos deseables con respecto a la conservación del suelo y del agua. Mientras decrecen
las especies deseables, estas especies aumentan hasta cierto punto, pero con la
utilización excesiva continuada, también se debilitan y mueren. A estas especies se las
llama "aumentadores" o "menos deseables" (figura 11).
Sólo las especies que no son agradables al paladar y las que evaden el pastoreo pueden
sobrevivir a un sistema de sobre-pastoreo como éste, eventualmente invadirán el
pastizal llamándoselas "invasoras" o "indeseables". Las invasoras son especies que
estaban ausentes de la vegetación original o que se encontraban presentes en muy
pequeñas cantidades, y que invaden después de alguna alteración o del sobre-pastoreo
continuado. Las invasoras son menos productivas que las aumentadores y son de poco
valor para la conservación del suelo y del agua. Algunas son consumidoras excesivas de
agua, sin proporcionar nada a cambio, y el ganado se rehúsa a pastar algunas especies.
Eventualmente los animales se ven forzados a comer algunas especies de invasoras o
morir de hambre, y esto último sucede generalmente con los animales productores,
dejando a los animales menos productivos y exigentes, los que logran sobrevivir y
producen poco a cambio.
Menos deseable: especies que son menos productivas y agradables al paladar que las especies
deseables y que proporcionan menos protección ambiental.
Indeseables: especies que producen muy poco o ningún forraje y que no son particularmente
apetitosas. Perjudican al ecosistema. También pueden ser nocivas.