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GENES, VARIEDADES Y AMBIENTE

El hombre y las plantas. Una relación en crisis.

Las plantas salvajes (ancestros) y las comunidades de plantas están cambiando


constantemente.

Las especies componentes de un ecosistema son diferentes en hábitats diferentes. Las


especies interactúan competitivamente entre sí por el medio que las rodea para formar
una comunidad compleja y dinámica la cual está adaptada a sobrevivir en ese hábitat.

Los ecosistemas evolucionan hacia una asociación de plantas que finalmente está en
un clímax que es estable. No obstante, una asociación en clímax y estable puede sufrir
cambios a lo largo del tiempo.

Hay dos causas primarias responsables de la inestabilidad de los ecosistemas: a)


cambios en el clima y b) cambios en las actividades humanas. Los cambios climáticos
son normales y ocurren en ciclos cortos y largos que son diferentes en todo el globo.

Las comunidades de plantas han respondido a esos cambios cíclicos ambientales. La


respuesta se ha producido a tres niveles: la sucesión de un ecosistema por otro, la
sustitución de una especie por otra dentro del ecosistema y cambios en la constitución
genética de los individuos dentro de la especie. Los cambios producirán extinción de
algunas especies, surgimiento de otras y cambios en la composición de las especies y
de las comunidades.

La segunda causa de cambio es la actividad humana que ha producido cambios


súbitos e irreversibles. La deforestacién a gran escala ha provisto tierras para
agricultura y madera para combustible. El pastoreo intensivo ha impedido la
regeneración de las comunidades de monte y de bosque a través de la destrucción de
las plántulas. Aparte el desarrollo industrial y urbanístico ha tenido dramáticas
consecuencias sobre la la destrucción del ecosistema. Además, el hombre ejerce un
efecto indirecto sobre la destrucción del ecosistema a través de la polución ambiental.
Es un agente determinante en el efecto invernadero que aumenta los niveles de
dióxido de carbono, metano y otros gases.

En la relación planta-ambiente hay un factor nuevo que intervienen en el cambio de su


dinámica que es el hombre. Las plantas no son capaces de reaccionar rápidamente a
esos cambios y adaptarse razón por la cual se producen grandes pérdidas no sólo de
plantas sino también de ecosistemas.
La variación genética y el sexo son los puntos claves para los cambios
adaptativos.

Las características mostradas por las plantas son la resultante de la interacción de los
genes con el ambiente. Los genes están sometidos a continuos cambios debido a
factores externos (ejemplo: irradiación) como internos (replicación y reparación del
ADN). Un atributo que se desarrolló muy pronto durante la evolución de las plantas
ha sido la capacidad de intercambiar material genético entre individuos. a través de la
reproducción sexual.

La reproducción sexual asegura la dispersión y mezcla de la variación genética dentro


de un grupo de individuos que se intercambian genes. La consecuencia es que todos
los individuos difieren en su potencial genético y en su eficacia biológica en el
ambiente en el que se encuentre. Algunos estarán mejor adaptados que otros y dejarán
más progenie.

La diversidad genética de las plantas cultivadas está seriamente en riesgo.

Las presiones ejercidas por el desarrollo de la agricultura e industria ha sido tan


grande en los últimos 100 años y las consecuencias de los cambios tan grandes y
rápido que la única respuesta a la crisis ha sido la recolección y conservación de
semillas en frío como representantes de la diversidad de cultivos existentes. Esta
recolección comenzó a menor escala y de forma incoordinada durante la década de
1920 a 1930 mucho antes de que se concientizará a la gente a nivel internacional
(1974) de la conservación del patrimonio genético de los mayores cultivos.

Los recursos genéticos de las plantas cultivadas.

Las plantas cultivadas han evolucionado en paralelo con las sociedades humanas y la
mayoría de nuestros cultivos mayores se han diseminado con el hombre a través de
grandes superficies del globo. Ellos se han diferenciado en un gran número de
variedades de la tierra que son equivalentes a los ecotipos de las especies silvestres (o
salvajes). Esta fase de dispersión y diferenciación duró aproximadamente unos 10.000
años y culminó con la máxima expresión de la diversidad genética. Durante los
últimos 1000 años el proceso se ha detenido y revertido por la intervención de los
mejoradores quienes descubrieron cómo producir variedades más uniformes y más
productivas. Estas variedades que rápidamente se utilizaron reemplazaron a las
variedades de la tierra en cultivo y llevaron a la erosión y pérdida de la diversidad
natural de las plantas cultivadas.

¿Cuáles son los recursos genéticos de las plantas cultivadas?


Los recursos genéticos de un cultivo consisten de la variedad genética total que existe
en la especie cultivada. Esto incluye los genes de las especies cultivadas, de las
malezas con ellas relacionadas y que pudieran intercambiar material genético. El
intercambio genético puede ocurrir de forma natural y de forma manual o bien
manipulando técnicas que permitan evitar los mecanismos de aislamiento
reproductivo (como ser cultivo de embriones). Los límites impuestos a la hibridación
están en el pool génico (conjunto génico) del grupo al que pertenece la especie y la
variación genética que contiene representa los recursos genéticos del cultivo.

La conservación de los recursos genéticos de los cultivos está motivada por la


búsqueda de caracteres tales como resistencia, presentes en las especies silvestres.

La producción de variedades con caracteres o combinación de caracteres diferentes a


los presentes en las variedades ya existentes dependerá de la identificación e
incorporación de genes o de sistemas genéticos capaces de desarrollar los caracteres
requeridos. Estos genes deben encontrarse en el pool génico (reservorio de genes de la
especie) ya que no pueden crearse y si los mismos están presentes deben incorporarse
en los genomas respectivos mediante métodos de mejora convencional o por técnicas
de ingeniería genética.

Las plantas cultivadas y las sociedades humanas han evolucionado juntas.

Los orígenes de la agricultura se remontan a unos 10.000 años. Antes del surgimiento
de la misma el hombre subsistía como cazador y recolector de raíces, brotes y frutos
silvestres.

La práctica de la agricultura fue un proceso complejo que significó el establecimiento


de asentamientos humanos con el fin de que las plantas pudieran sembrarse, recogerse
y guardarse. Tan pronto como se inició el cultivo planificado de las plantas comenzó
el proceso de domesticación de las mismas. Cuando las plantas se adaptaron más a las
necesidades del hombre los cultivos fueron más productivos, los asentamientos
crecieron, las poblaciones aumentaron de tamaño y la agricultura se dispersó desde
sus centros de origen a nuevas regiones y hábitats.

La domesticación hizo que las formas cultivadas fueran menos adaptadas a sobrevivir
en el campo como las especies silvestres y de esta forma se hicieron más dependientes
de la agricultura. Las sociedades humanas, las plantas cultivadas y los animales
domésticos evolucionaron conjuntamente tanto en sus orígenes como en su desarrollo.

La importancia que ha tenido la agricultura para el hombre sólo ha sido igualada al


descubrimiento del fuego y a la invención de la rueda.
La domesticación de las plantas comenzó de forma independiente en varias regiones
del mundo y a diferentes tiempos. Harlan (1971) propuso 3 centros primarios: Este de
Asia, Asia Menor y Meso América mientras que Hawkes (1983) propuso 4, Norte de
China, Asia Menor, Sur de Mejico y Centro y Sur de Perú.

Los primeros cultivadores utilizaron las plantas que parecían más adecuadas de la
flora natural. Conforme la agricultura se expandió de los centros primarios las
primeras plantas domesticadas se diseminaron y con ellas nuevas especies silvestres
(que se desplazaron juntas) se domesticaron también. Es importante resaltar que de la
enorme diversidad de plantas existente en cada centro se domesticaron muy pocas de
ellas y que en todo el mundo de un total de 200.000 especies con flores sólo 300 se
han utilizado en agricultura. De éstas 20 o 30 proveen de alimento a la humanidad.

Algunos cultivos como trigo y maíz se han distribuido por todo el mundo, otros han
permanecido muy localizados como la quinoa en los Andes peruanos. Las razones
probablemente subyacen en diferencias innatas en la productividad y en diferencias en
la adaptabilidad de estas especies a nuevos hábitats. Los cultivos varían en el grado de
domesticación. Ejemplos contrastantes son la remolacha azucarera un cultivo
moderno hecho por el hombre y muchos árboles frutales tropicales los cuales difieren
muy poco de las especies silvestres.

Cuando las plantas se diseminaron de sus centros primarios de origen a nuevos


hábitats diferentes del centro de origen se expusieron a diferentes presiones de
selección resultantes en el desarrollo de diferentes agro-ecotipos o variedades de la
tierra. De este modo la dispersión de la agricultura estuvo acompañada por la
evolución de la diversidad.

Cuando una especie cultivada alcanza los límites de su rango adaptativo, otra especie
que había estado previamente asociada a la primera como mala hierba se convierte en
el componente dominante en la mezcla mala hierba- planta y evoluciona como un
nuevo cultivo sustituto. Esto parece haber ocurrido en las avenas y en los trigos del
Nor-Este de Europa donde el componente avena medró en condiciones de mayor
temperatura y humedad que el trigo el que se infestaba fácilmente.

La domesticación de un cultivo se refiere al desarrollo de nuevas formas de la planta


más adecuadas al cultivo por el hombre y al uso por el mismo. La fuerza motora de la
domesticación es la presión de selección ejercida por el cultivador y el proceso de
cultivo sobre las variantes naturales. Los ejemplos adaptativos impuestos por la
domesticación son:

1.- Adaptación de las semillas para que sea más fácil su siembra por ejemplo pérdida
de pelos y espinas de la cubierta seminal.
2.-Mayor uniformidad en el crecimiento del cultivo y en la maduración de frutos y
semillas resultante de uniformidad en la germinación.

3.-Mejora en la eficiencia de la cosecha obtenida como consecuencia de la


eliminación de inflorescencias que se rompen y disgregan ( flores, frutos y semillas).

4.-Mejora en las cualidades palatables resultantes de la eliminación o reducción de


principios tóxicos de aquellas partes de la planta que se utilizan como alimento.

Los cambios producidos por la domesticación parece que han sido mayores en
cultivos que se han desarrollado para producción de semillas que en raíces y vegetales
como patatas y ñame. En todos los casos los cambios reflejan las necesidades del
cultivador y del consumidor. Cuanto mayor es el grado de domesticación mayor es el
cambio que experimenta un cultivo respecto de sus formas silvestres y mayor será la
dependencia del cultivo hacia el hombre para su desarrollo y de éste para su obtención
para alimento.

La dispersión de los cultivos depende de su adaptación a nuevos hábitats.

La adaptación de las poblaciones vegetales a su hábitat tiene una base genética. La


selección natural opera sobre los genes y las combinaciones genéticas que favorecen a
aquellas plantas mejor adaptadas a ambientes determinados y, dado que estas
combinaciones contribuyen en forma desigual a la constitución genética de la
siguiente generación aquellos tipos adaptados a las condiciones ecológicas locales
reciben el nombre de ecotipos.

Las diferencias entre ecotipos son muy sutiles y difíciles de detectar. Cada ecotipo no
es uniforme desde el punto de vista genético. Las plantas cuando forman parte de
poblaciones naturales son alógamas por tanto retienen su diversidad genética y la
población mantiene su heterogeneidad. Esta diversidad genética residual ofrece a las
plantas del ecotipo la oportunidad de responder en caso de que las condicones
ambientales cambien.

Si comparamos ecotipos de diferentes y muy dispares partes del mundo se observa


que los mismos son cualitativamente diferentes ya que algunos pueden presentar
genes que otros carecen, pero, las diferencias son más bien cuantitativas con
diferentes frecuencias génicas para genes determinados dentro de la población.

Las variedades de la tierra son equivalentes a los ecotipos de las especies


silvestres.
La adaptación a diferentes prácticas de cultivo, por ejemplo: fechas de siembra y de
recolección constituyen una presión de selección muy fuerte si se aplica de forma
consciente o inconsciente sobre el cultivo. Cuando se produce la dispersión rápida de
un cultivo a diferentes latitudes se requiere respuestas rápidas.

En muchos cultivos la iniciación de la floración está disparada por la longitud del día.
Esto también se aplica a la formación del tubérculo en la patata. Las patatas se
trajeron por primera vez a Europa por los portugueses y españoles que regresaban de
los viajes a tierras de América. Las especies encontraron su destino final en los
jardines botánicos antes que se utilizaran para la alimentación. La falta de interés de
los agricultores por la patata se debió a las limitaciones naturales impuestas por el
cultivo. Se trata de un cultivo procedente de regiones ecuatoriales donde los días son
cortos. Así, el material introducido desde Sud-América no produjo tubérculos hasta el
otoño europeo cuando se produce el acortamiento de los días. El rendimiento era bajo
y los tubérculos eran pequeños Por otra parte la distribución de la semilla entre
botánicos europeos permitió la dispersión de material genéticamente diferente el que
se pudo utilizar posteriormente para iniciar programas de selección con el fin de
obtener plantas capaces de iniciar la formación del tubérculo bajo días largos es decir
durante el verano.

La adaptación de la patata en Europa tuvo lugar en los jardines botánicos.

La mejora genética ha producido un doble efecto: erosión genética y mejora de


los cultivos.

Las primeras variedades cultivadas obtenidas eran selecciones simples para


rendimiento y uniformidad.

Las variedades de la tierra consistían de una mezcla de plantas que diferían en


forma, color, altura, vigor, y rendimiento. De esta amplia diversidad se seleccionaron
plantas únicas que los agricultores consideraron superiores y multiplicaron su
progenie en aislamiento. De esta forma se fijaron las características de las plantas
seleccionadas en contra de otras e incluso de la variedad de la tierra de la que deriva.
El resultado de este proceso de selección fue la producción y la comercialización de
variedades mejoradas que llevaron por lo general el nombre del agricultor que las
produjo. Dos personajes fueron claves en esta etapa de inicio del desarrollo de
variedades. Ellos fueron Vilmorin en Francia y Shirreff en Escocia. Ambos
produjeron variedades de trigo que reemplazaron a las variedades de la tierra de la
cual derivaron. Un trabajo similar hizo Rimpau en Alemania con centeno, pero él
seleccionó un número de plantas similares que formaron el núcleo de la nueva
variedad. Esto fue la base del método de selección masa] en contraste con el método
de selección de planta única que se utilizó para mejorar trigo.
Actualmente con los conocimientos que se tienen se puede concluir que ambos
métodos son igualmente buenos para cultivos diferentes y con caracteres diferentes
(sistema reproductivo). Las plantas autógamas como el trigo tienen un nivel bajo de
variabilidad genética y producen por tanto progenie muy similar a ellas mismas razón
por la cual pueden ser propagadas eficientemente a partir de un individuo único. El
centeno en cambio es una planta alógama y tiene por tanto un porcentaje alto de
diversidad genética. Estas plantas deben ser propagadas a partir de un grupo de
plantas parentales a fin de mantener el vigor en la progenie. Dado que las nuevas
variedades de Rimpau se basaron en 20 6 más plantas éstas variedades eran más
variables, pero más vigorosas. Los mejoradores de autógamas como avena, cebada y
trigo encontraron que la mejora de sus líneas luego de llegar a un límite se detenía. El
éxito obtenido por ellos para obtener plantas uniformes conducía irremediablemente a
la eliminación de la variación genética y por tanto a la posibilidad de encontrar
variación que es donde subyace el progreso. Por tanto, cuando se sustituyeron las
variedades de la tierra comenzó la erosión del pool (bagaje, conjunto) génico de la
especie.

La hibridización genera nueva variabilidad.

A principios del siglo XIX científicos ingleses y alemanes realizaron experimentos


consistentes en el cruzamiento entre variedades o plantas con caracteres opuestos y el
análisis de sus híbridos más prometedores obtenidos en la progenie en lo que se
refiere a caracteres de producción para iniciar programas de mejora controlados. Se
observó que la selección simple en las variedades consanguíneas ya mejoradas no
producía progreso alguno en la variedad razón por la cual comenzaron los programas
de mejora a partir de parentales de alta calidad obtenidos los últimos entre la progenie
variable. De esta forma la mejora de plantas entró sin saber en una fase decisiva y la
base teórica de la misma se logró con las redes cubrimiento de los trabajos de Mendel.

Con el correr del tiempo la producción agrícola está basada en unas pocas variedades
muy productivas y esta tendencia ha aumentado en los últimos años permitiendo la
comercialización de semillas de variedades aprobadas oficialmente.

Conforme los recursos genéticos se destruyen es mayor la necesidad que se tiene


de los mismos.

Existe una tendencia generalizada en todas las partes del mundo a la obtención de
variedades uniformes y con alto rendimiento que reemplazan a las variedades de la
tierra que son tan diversas en su comportamiento. La tasa de recambio varía de cultivo
a cultivo y de región a región, pero las consecuencias son las mismas para toda clase
de cultivo, ésto es una pérdida progresiva de diversidad genética que habla
evolucionado en no menos de 10.000 años.
La pregunta que a menudo nos hacemos es la siguiente, ¿por qué nos debe preocupar
perder variedades que producen menos o que tiene a campo un comportamiento tan
dispar? Actualmente las variedades modernas de alto rendimiento representan el
cúlmen de la adaptación de unas plantas a las necesidades actuales. Sin embargo,
sabemos que lo que es bueno hoy puede no ser lo suficientemente bueno mañana. Así,
los objetivos de los mejoradores están cambiando continuamente en función de las
necesidades de los agricultores, del mercado y de los nuevos desafíos impuestos por el
ambiente.

El uso de un rango muy restringido de variedades en áreas extensas ha llevado a la


práctica del monocultivo. Esto tiene una importancia grande a la hora de la interacción
de un cultivo con patógenos y llevar a la producción de grandes epidemias y
enfermedades que hacen necesario el diseño de nuevas variedades resistentes a
enfermedades.

Actualmente, el cambio climático puesto de manifiesto en el incremento de dióxido de


carbono y el efecto invernadero hace necesario el pensar en la creación de variedades
adaptadas a estas condiciones. Con el fin de poder cumplir con los objetivos que se le
piden los mejoradores deben buscar variabilidad genética fuera del pool genico tan
escaso que poseen las variedades actuales y la única salida posible la ofrecen las
variedades de la tierra y las especies relacionadas.

La importancia de los recursos genéticos yace en los genes particulares o en las


combinaciones génicas que ellas poseen Por regla general estos individuos son
utilizados como parentales en los programas de mejora y contribuyen indirectamente
en la mejora del cultivo.

Actualmente existen organismos encargados de distribuir las introducciones de


material vegetal dedicado a programas de mejora.

N. I. Vavilov, el padre de la conservación de los recursos genéticos destinados a


cultivos de interés económico.

Vavilov fue un mejorador, agroecólogo y genético que estaba interesado en el estudio


y recolección de plantas para la mejora de la producción de la Unión Soviética a
través de la introducción de nuevos cultivos y la mejora y extensión del rango de los
ya establecidos. Recolectó material de diferentes partes del mundo y llegó a tener una
colección de más de 250.000 introducciones que estudió, describió y conservó
cuidadosamente independientemente de su inmediata utilidad o no.

De este trabajo práctico realizado por Vavilov se introdujeron una serie de conceptos
que han perdurado. Vavilov pensaba que el área donde la diversidad de un cultivo era
mayor era su centro de origen y de su domesticación y propuso 8 centros de origen de
las plantas cultivadas.

Vavilov encontró que habla patrones de variación similares en varios grupos de


especies y propuso la Ley de Series Homólogas que le permitió predecir la existencia
de una especie determinada con una serie de atributos que todavía no se había
encontrado.

Mejoradores comienzan recolectando diversidad genética.

Siguiendo un poco a Vavilov los mejoradores de diferentes países comenzaron a


juntar material vegetal procedente de diferentes colecciones con vistas a su posterior
utilización en programas de mejora. El acopio de material se hizo intercambiando
material entre ellos que habían recogido en áreas donde la diversidad del, cultivo era
máxima o en áreas donde se encontraban las especies silvestres relacionadas con
diferentes cultivos. Se recolectaba todo material sin saber si se utilizaría más tarde o
no. La colección de material comenzó allá por 1930 ó 1940 y rápidamente se
incrementaron al comprobarse que los cultivos con base genética estrecha (poca
variabilidad genética) eran más susceptibles a sufrir enfermedades. La colección del
material se veía siempre como una parte del programa de mejora que era de
imprescindible realización más que como un recurso que debía conservarse. Los
viajes de recolección sirvieron para comprobar la desaparición de variedades de la
tierra y de las primitivas variedades razón por la cual numerosos científicos al final de
los 60 empezaron a interesarse en la pérdida de germoplasma particularmente de los
cereales.

La recolección de material es objetivo de interés de organizaciones


internacionales.

En 1965 y debido a la alarma internacional surgida como consecuencia de la


necesidad de crear nuevas variedades y habida cuenta de la poca variabilidad genética
existente debido a pérdidas de la misma por erosión genética la FAO crea una
pequeña unidad destinada a la conservación ecológica de los recursos fitogenéticos
con el fin de promover la recolección y conservación de semillas en condiciones
adecuadas. Estas colecciones recibieron el nombre de banco de genes. Los recursos
económicos que disponía esta unidad no eran suficientes y en 1974 se crea una
organización científica internacional autónoma que promueve la recolección,
conservación, documentación, evaluación y uso de los recursos genéticos de las
plantas cultivadas y actúa como coordinadora en una red internacional de centro de
conservación de recursos fitogenéticos. Esta institución es la IBPGR (Intemational
Board for Plant Genetic Resources).
Los recursos genéticos proveen soluciones a enfermedades y epidemias.

En la actualidad las nuevas variedades se ajustan deliberadamente a las necesidades


del agricultor, del consumidor y de transporte en el mercado a punto tal que como se
ha dicho anteriormente se han reemplazado las variedades de la tierra por otras más
productivas que se han extendido por todo el mundo y que presenten mayor
uniformidad en todas sus características agronómicas. No obstante, la utilización de
estas variedades tiene un precio alto ya que son más susceptibles a ciertas epidemias y
enfermedades que, cuando aparecen en el cultivo diezman estrepitosamente el
rendimiento de las mismas.

Cada planta posee un espectro de patógenos a la que es susceptible y cada patógeno


tiene un rango de huéspedes a las que puede atacar. El establecimiento de una
infección en una planta depende de la interacción de genes de resistencia en el
huésped y sus correspondientes de patogenicidad en el parásito.

Las variedades de la tierra son generalmente heterogéneas. Esto por ejemplo se ve


claramente en trigo donde las plantas a nivel fenotípico son muy diferentes. Por
ejemplo, se diferencian en la longitud del tallo, arquitectura del raquis y de la espiga,
color de la semilla etc. Esta diversidad se extiende a caracteres que no pueden
observarse tales como los genes de resistencia y susceptibilidad a diferentes
patógenos.

Contrariamente una variedad moderna de trigo es genéticamente uniforme y


fenotípicamente homogénea y cada una de las plantas presenta los mismos genes para
resistencia o susceptibilidad a un hongo, por ejemplo. Si el hongo es capaz de infectar
una planta huésped susceptible todas las plantas enfermarán y se generará una
epidemia

La mejora para resistencia a enfermedades ha constituido unos de los objetivos


principales en los programas de mejora Cuando los genes de resistencia no están
presentes en el material que se está utilizando en un programa de mejora se debe
recurrir a las variedades de la tierra y a las primitivas variedades como posibles
fuentes de diversidad genética necesaria. Si los genes no están presentes en ellas se
deben buscar en especies relacionadas. En otras palabras, que cuando se busca
variabilidad genética se debe ir primero al material más estrechamente relacionado y
luego al más distante. Los híbridos entre variedades modernas y especies silvestres
frecuentemente presentan problemas de esterilidad y aceptabilidad dudosa desde el
punto de vista agronómico lo que hace necesario que los programas de mejora sean
largos para poder solucionar esos problemas. Por esta razón los mejoradores siempre
prefieren utilizar genes que estén presentes en las variedades de la tierra y en las
variedades más viejas si estuvieran presentes.
La resistencia a enfermedades es uno de los ejemplos más claros de utilización de
genes de variedades de la tierra y de viejas variedades para solucionar un problema de
susceptibilidad a enfermedades.

A continuación, veremos algunos ejemplos relacionados con resistencia a pestes y


enfermedades y otros con arquitectura de la planta.

Diversidad Genética. ¿Qué se debe recolectar?

La mayoría de los recursos genéticos se recolectan en el campo como semillas. La


apariencia de la semilla o de la planta madre en el momento de recolección de la
semilla no constituyen una fuente de información acerca de la variabilidad genética
presente en la semilla. Por tanto, el proceso de recolección es un proceso "ciego". Los
recolectores al muestrear semillas deben hacerlo de modo tal que recolecten el
máximo de diversidad genética contenida en la población en otras palabras la muestra
debe ser representativa del grado de variabilidad en ella contenida.

Hay que reconocer 3 niveles de diversidad genética: a) diferencias entre alelos de un


gen, b) diferencias entre los genotipos de individuos dentro de una población y c)
diferencias entre las frecuencias alélicas entre diferentes poblaciones.

¿Qué se debe recolectar?: Se debe recolectar alelos comunes y genotipos adaptados de


tantas poblaciones como sea posible. Se recomienda recolectar unas 4000 semillas
procedentes de un número de plantas que puede variar entre las 50 a 100 por
población y el mismo número de semillas por planta. Estos estándares son fáciles de
lograr en poblaciones en la mayoría de las especies cultivadas debido al gran número
de plantas que por lo general se cultivan de ellas, pero en plantas ornamentales y en
muchas especies silvestres donde los tamaños poblacionales varían de especie a
especies y de año a año es muy difícil recolectar muestras tan grandes.

Para especies que se distribuyen en áreas geográficas muy extensas es muy difícil
identificar los individuos o genotipos que pertenecen a una población o a otra.

En el pasado se ha dado prioridad a la recolección de variedades de la tierra y a


variedades viejas. Mucho de ese material se ha conservado en bancos de
germoplasma.

El material que se conserva en bancos de germoplasma está a disposición de toda la


humanidad y actualmente existen redes de intercambio del mismo.

En algunas especies es necesario la recolección de material vegetativo tales como:


brotes, esquejes, yemas o embriones. Se conocen tres casos en los que éste método es
necesario: cuando el cultivo es sexualmente estéril, cuando los mejoradores aconsejan
esta metodología (como se hace por lo general con árboles frutales) y cuando las
semillas pueden ser conservadas sólo por cortos Í períodos de tiempo debido a que la
desecación, las bajas temperaturas o ambas causas pueden ser las responsables de la
muerte de la misma. Para la recolección y mantenimiento de material de estas
características se aplican los métodos de "cultivo in vitro".

Las semillas son las estructuras ideales para recolectar y conservar.

Las semillas contienen toda la información genética dentro de sus embriones. Por
ejemplo: las semillas de habas, judías, y de árboles forestales son capaces de
conservarse a tempertatruas muy bajas peroocupan mucho espacio. Las semillas como
tales no nos hablan de las caracterísitcas fenotípicas. Los rasgos fenotípicos de las
plantas portadoras de semillas lo que nos 44 1» información de la especie a la que
pertenece, pero no sabemos nada acerca de su constitución genética, ni de los genes
que segregan en ella ni de las características de su progenie.

Por tanto, la recolección de semillas se hace sin conocimiento alguno de la diversidad


genética contenida en ella razon por la cual se debe recolectar siempre gran número de
ellas.

La diversidad genética tiene diferentes niveles de organización.

Se suele atribuir las diferencias morfológicas y fisiológicas de las plantas a diferencias


en sus genes. Esto es realmente así si comparamos plantas pertenecientes a especies
diferentes, pero en plantas pertenecientes a la misma especie el concepto de gen
utilizado tal y como lo hemos hecho arriba nos puede llevar a confusiones.

Dos plantas de la misma especie tendrán un gen determinado en el mismo sitio. Sin
embargo, ambas pueden diferir en sus alelos y éstos a su vez diferir en la calidad y en
la cantidad (o en ambas) de alguna proteína que producen.

Las diferencias entre plantas de una población se deben a múltiples combinaciones


distintas de alelos de sus genes y a las relaciones de éstos con el resto de genes de su
genotipo.

Las diferencias entre poblaciones de la misma especie son debidas a diferencias en las
frecuencias de alelos diferentes de sus genes. Los alelos pueden tener una determinada
frecuencia en un ambiente y otra diferente en otro ambiente como resultado de la
diferente selección natural o artificial.
Se han identificado tres niveles de diversidad genética: entre alelos de un gen único,
entre combinaciones de alelos de diferentes genes en el genotipo (diferencias entre
individuos dentro de poblaciones) y entre poblaciones en diferentes hábitats
(diferencias entre complejos alélicos adaptados).

¿Qué tipo de diversidad genética deberíamos recolectar? ¿Debemos recolectar


alelos útiles o alelos comunes?

Es muy difícil decir qué será útil y qué no ya que teniendo en cuenta que las
necesidades del sector agrario y del mercado cambian continuamente lo que puede ser
útil hoy puede no serlo mañana. No obstante, es conveniente saber que en la mayoría
de los cultivos de importancia en agricultura se desconoce el número de alelos
presentes en cada genoma y, aun cuando se disponga de la información la presencia ó
ausencia de un determinado alelo no puede ser deducida del aspecto fenotípico de la
planta en el momento de recolección de la semilla. En una población las diferencias
entre individuos pueden ser debidas a factores ambientales. Diferencias locales en
fertilidad del suelo o de humedad del mismo puede producir fenotipos variables.

Cuando se quiere recolectar material se debe recolectar en forma "ciega" sin conocer
cuántos alelos hay o donde están razón por la cual el tamaño de la muestra debe ser
grande. Es verdad que los alelos raros se perderán si la recolección se hace a ciegas,
pero también es verdad que la importancia de ellos en la población no será
trascendental si su frecuencia es baja. Los alelos raros en una población son tales
porque no ofrecen ventaja alguna a sus portadores, pero, los mismos alelos pueden
conferir alguna ventaja a los individuos portadores de los mismos en otro ambiente.
Por esta razón para disponer de toda la diversidad genética de un cultivo se deben
muestrear ambientes diferentes y obtener de esta forma numerosas introducciones del
mismo material.

¿Debemos recolectar alelos o genotipos?

En la búsqueda de parentales con caracteres agronómicos superiores los mejoradores


no están interesados en caracteres particulares tales como resistencia a enfermedades
o color de grano sino en la selección de parentales que estén perfectamente adaptados
al ambiente en el que se va explotar la variedad que se quiere mejorar. Este punto nos
conduce por tanto al hecho de que tenemos que recolectar un complejo de alelos
adaptados a diferentes condiciones agroecológicas. Por tanto, muestrearemos
simultáneamente alelos presentes en frecuencias significativas en hábitats diferentes y
de este modo tendremos una colección representativa de toda la diversidad de la
especie.
Estudios teóricos proveen de las bases necesarias para que la recolección sea
efectiva.

Los principios teóricos que subyacen en la práctica de la recolección de material


vegetal fueron descritos por Marhall y Brown en 1975. Basado en conocimientos de
genética de poblaciones estos autores propusieron que la recolección debla tener
como objetivo capturar al menos una copia de cada alelo común siendo definido un
alelo como común si su frecuencia era mayor al 5% en la población. La mejor forma
de lograr este objetivo es recolectar igual número de semillas de 50 a 100 individuos
en cada población y recolectar del mayor número de sitios posibles de forma de
recolectar genotipos adaptados a ambientes diferentes. El número mínimo de plantas
requeridas por población para capturar la mayor variabilidad genética parece ser muy
modesto.

El recolector parece ser que deben tener en cuenta también otros factores cuando
deciden el número de plantas que deben recolectar. El tamaño de la muestra debe ser
adecuado para poder realizar todas las pruebas pertinentes tales como: viabilidad,
capacidad de germinación etc. Además, se debe tener un número considerable de
semillas para realizar análisis descriptivos y para tener muestras en bancos de
germoplasma de diferentes sitios del mundo. Las razones descritas anteriormente
llevaron al IBPGR a recomendar que el tamaño mínimo de la muestra debía ser de
4000 semillas. Cuando se recolectan semillas de variedades de la tierra este tamaño
puede ser fácilmente obtenible pero cuando se recolectan plantas pertenecientes a
poblaciones pequeñas y aparte parte de la muestra debe utilizarse y el resto guardarse
ésto se hace difícil.

Las especies silvestres presentan problemas.

Los problemas que presentan las especies silvestres surgen de la variabilidad presente
en las poblaciones. Los cambios observables de año en año en las poblaciones hace a
veces difícil la recolección. Un rasgo característico que presentan la mayoría de las
especies silvestres es la de poseer semillas fácilmente dispensables por el viento y en
algunas plantas anuales la dispersión ocurre rápidamente cubriendo áreas extensas.
Por tanto, el momento en que se hace la recolección es crítico ya que demasiado
temprano las semillas están inmaduras y demasiado tarde las mismas han caído o se
han dispersado razón por la cual la recolección de un número adecuado de semillas se
hace imposible.

Frecuentemente hay problemas para delimitar los límites espaciales de distribución de


una población y por tanto los límites de un área a muestrearse. Con poblaciones
pequeñas y localizadas la recolección no es difícil porque los límites son discretos,
pero en muchos casos es necesario saber las condiciones climáticas, edáficas, la
altitud, las especies asociadas, la distancia a la que pueda llegar el polen, etc, para
determinar los límites de una población.

Cuando el mejorador recolecta material lo hace basándose en conocimientos que tiene


de la especie. Por lo general concurren en su ayuda la botánica la clasificación sea tan
compleja que conduzca a errores de clasificación.

Desde el punto de vista de conservación de recursos genéticos se debe poner énfasis


taxonomía, la fisiología etc, pero es bastante común que en alguna especie la en las
relaciones genéticas entre especies más que en apariencias similares.

En resumen: cuando recolectamos especies silvestres antecesores de los cultivos de


importancia agronómica la recolección del material se hace difícil porque la mayoría
de las veces no sabemos cómo es la apariencia de los ancestros, no sabemos que
debemos recolectar y menos aún dónde las podemos encontrar.

El germoplasma recolectado tiene dos propósitos.

Las semillas recolectadas y mantenidas en un banco de germoplasma tienen como


finalidad: proveer de diversidad genética al mejorador para utilizar en programas de
mejora y preservar los recursos genéticos que suplirán las necesidades del futuro. De
este so se deduce que el material debe estar listo para usarse prontamente al mismo
tiempo que se deben dar las condiciones óptimas para poder conservarse para el
futuro. Esta aparente contradicción ha llevado a que cada colección se divida en dos
partes que se manipularán diferentemente.

Las semillas que se conservarán por largo tiempo se conservan en las colecciones base
y están separadas físicamente de las colecciones activas que se renuevan con cierta
periodicidad. La regeneración se hace obteniendo semilla fresca con un alto índice de
viabilidad y sustituyendo la semilla vieja de la colección base. El proceso de
multiplicación se debe hacer con sumo cuidado para no alterar la diversidad genética.

Las semillas de las colecciones activas se usan para las actividades de todos los días
del banco de germoplasma que incluyen: documentación, caracterización, pruebas de
viabilidad, multiplicación de la semilla, y distribución para propósitos de
investigación y mejora.

La semilla de la colección de base se utilizará en caso de que por razones fortuitas la


semilla de la colección activa se haya perdido o esté contaminada con genes
procedentes de otras fuentes (polen). Si la colección activa funciona bien la colección
de base no deberá tocarse jamás. Una medida de seguridad consiste en duplicar las
colecciones de base que se mantendrá en otro banco de genes lo que permitirá evitar
de tener algún desastre.

Las semillas están adaptadas naturalmente para su conservación.

La mayoría de los recursos genéticos que se colectan hoy en día son recursos
procedentes de cultivos de interés agronómico (hortícolas, forrajes, etc) y la mayor
parte de ellos se conserva como semillas. Dos factores son los responsables de la
perdurabilidad de la semilla en conservación: el contenido de humedad de la semilla y
la temperatura de conservación. Harrington (1970) ha dicho que por debajo del 14%
de contenido de humedad las reducciones sucesivas del 1% extienden la vida de la
semilla al doble. Del mismo modo temperaturas ambientes que oscilan entre 50 C y 0
C con reducciones sucesivas de 5 C extienden al doble la vida de la semilla. Estas
reglas generales se han ido refinando un poco durante los últimos años.

Aunque los procedimientos pueden variar de una especie a otra en general puede
decirse que si una semilla se seca lentamente a un contenido de humedad bajo (de
entre el 5-8%) y posterionnente se sella en un ambiente libre de humedad y se
mantiene a - 18C puede permanecer viable entre 30 y 100 años según las especies y
hasta 30 años cuando se las conserva a 0 C.

Las temperaturas bajas son recomendables para períodos de conservación largo de las
semillas de la colección de base y también por conveniencia y economía. Las
colecciones activas generalmente se conservan entre 0 y 5C.

Los costos de conservación a largo plazo de las semillas se pueden reducir.

La experiencia demuestra que en países en los que la temperatura ambiente media es


alta el costo de mantenimiento de equipos destinados a conservar material vegetal es
alto y por lo general el presupuesto que se dispone para mantener el banco suele ser
escaso. Recientemente se ha observado que en algunas semillas con en alto contenido
en aceite un proceso de pre conservación en seco realizado a niveles ultra bajos de
contenido de agua (más abajo del 5%) puede incrementar la longevidad de la semilla.
Hay un mínimo de humedad más abajo del cual no hay incremento en la longevidad y
este mínimo depende de las especies.

En el caso de Brassica napus la viabilidad se incrementó cuando las semillas se


conservaron al 3% en vez de hacerlo al 5% Incluso se vio que una reducción de hasta
el 2% de humedad aumentaba la longevidad tanto como una reducción de la
temperatura de almacenaje de + 20 C a -10 C.
Otra posibilidad extrema de reducir costos ha sido la construcción de bancos de
germoplasma en lugares fríos como los países nórdicos que juntos promueven el
Banco de Germoplarna de los países nórdicos. Ellos han decidido utilizar como
depósito del material vegetal de la más variada procedencia una galería en una mina
en desuso en la isla de Svalbar dentro del Círculo Polar Ártico. La temperatura dentro
de la mina es de - 4 C durante todo el año. La temperatura es superior que la ideal
pero su bajo costo y la alta seguridad y la posibilidad de conservar a porcentajes de
humedad más bajos que los rutinarios hacen que varios países mantengan allí sus
colecciones sin perder sus derechos sobre los materiales. La administración de la isla
ha sido cedida a Noruega a través de un tratado garantizado por más de 50 naciones,
la isla está desmilitarizada y en cierto sentido puede verse como un territorio
internacional.

La gran seguridad y la gratuidad de la conservación hará que muchos países intenten


copiar este sistema especialmente si el costo de mantenimiento corre a cargo de la
FAO.

Algunas especies no pueden ser conservadas como semillas.

La mayoría de las especies pueden conservar sus semillas utilizando los métodos de
conservación tradicionales (conservación ex-situ) pero hay algunas en las que no se
puede. Estas especies se llaman recalcitrantes y se Caracterizan porque la viabilidad
de sus semillas desciende notablemente o incluso se pierde si se deshidrata o se
conservan a temperaturas bajas. Ejemplo: la semilla del cacao, del coco, del árbol de
la goma y las semillas de muchos árboles frutales tropicales como el aguacate, el
mango etc. Las semillas recalcitrantes pueden conservarse sin desecación sólo por
unos pocos días, meses o años.

Otros cultivos son sexualmente estériles y dependen de la propagación vegetativa para


sobrevivir. Ejemplos son las bananas cultivadas y las batatas (Ipomea batata). Las
especies de este tipo sólo se pueden conservar en estado vegetativo. Hay dos modos
de hacerlo. Uno de ellos es hacer crecer las especies en el campo o en "nurseries" y la
otra es manteniéndolo por cultivo "in vitro".

Los bancos genéticos "a campo" constituyen una necesidad para alguna especie.

Los bancos que se mantienen en el campo adolecen de una serie de desventajas.


requieren de áreas de terreno grandes si se desea mantener muestras de tamaño
adecuado de toda la diversidad genética de la especie particularmente si la especie es
un árbol. Esto requiere un control muy exhaustivo de pestes y enfermedades. La
mayoría de las especies que se propagan vegetativamente están infectadas por virus
que afectan seriamente la supervivencia de la misma. La historia de la CPC
(Commonwealth Potato Collection) es un ejemplo muy ilustrativo. Mucho de la
colección de patatas se trajo desde Sud América y se mantenía año a año como
tubérculos. Las característcas fenológicas y de rendimiento podían por tanto
analizarse y de ese modo elegir parentales para futuros programas de mejora. Sin
embargo, la infección por virus en los tubérculos se diseminó rápidamente por toda la
colección, los rendimientos bajaron estrepitosamente y tuvo que dejarse la
propagación de tubérculos y hacerse a través de verdaderas semillas; es decir aquellas
producidas por procesos de reproducción sexual. A excepción de algunos viroides,
el uso de semilla es más seguro, pero no se puede hacer la selección de clones
analizando semillas razón por la cual se necesitan al menos dos años para analizar el
material derivado de semillas.

Los bancos de genes "in vitro" ofrecen una gran seguridad.

Hoy en día un gran número de especies hortícolas y ornamentales se micropropagan


(propagación de células o de tejidos). Esta metodología no es muy costosa y permite
controlar muy bien infecciones, aunque las contaminaciones son siempre un riesgo.
Cuando se utiliza el cultivo in vitro para mantener una colección vegetal es deseable
alargar el perídos que media entre dos repiques (transferencia de parte del material
propagado in vitro a medio nuevo). Las razones son las siguientes: primero reducir los
costos operativos y segundo reducir la posibilidad de cambios genéticos en el material
vegetal.

El aumento del intervalo de tiempo que media entre dos repiques puede hacerse
bajando la tasa de crecimiento. Hay dos formas de hacerlo: disminuyendo el
crecimiento del cultivo y quizás también aplicando compuestos químicos que lo
retrasen. o bien mediante criopreservación, método mediante el cual el tejido se
conserva en nitrógeno líquido a una temperatura de -197 C. A esta temperatura los
procesos celulares y el crecimiento se detienen completamente. La criopreservación
tiene que ser seguida de una fase regenerativa del cultivo en condiciones donde está
estimulado el crecimiento y puede verse este tipo de conservación como una clase
especial de conservación "in vitro".

La criopreservación ofrece la perspectiva de mantener los cultivos durante largos


períodos de tiempo sin cambios genéticos asociados a los cultivos de tejido sometidos
a crecimiento lento. La criopreservación parece ser un método bueno para el
mantenimiento de embriones de semillas recalcitrantes. No obstante, todavía queda
por determinar qué especies y tejidos son las más apropiadas para mantener por
criopreservación.

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