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Cimentaciones en suelos granulares finos (arenas)

Depósitos naturales de suelos arenosos


Origen del suelo

Ensayos de compresión edométrica


El proceso de consolidación unidimensional de un suelo se simula en laboratorio mediante la
compresión de una muestra en un aparato denominado edómetro.
Su finalidad es determinar la velocidad y grado de asentamiento que experimentará una
muestra de suelo arcilloso saturado al someterla a una serie de incrementos de presión o carga.

El fenómeno de consolidación, se origina debido a que si un suelo parcial o totalmente saturado


se carga, en un comienzo el agua existente en los poros absorberá parte de dicha carga puesto
que esta es incompresible, pero con el transcurso del tiempo, escurrirá y el suelo irá absorbiendo
esa carga paulatinamente. Este proceso de transferencia de carga, origina cambios de volumen
en la masa de suelo, iguales al volumen de agua drenada (figura
4.1.).
Descripción del ensayo
En la Figura 4.4a se muestra el esquema de una célula edométrica con todos sus
componentes. Dentro de la célula se sitúa una muestra de suelo colocada en el interior
de un anillo rígido que impide la deformación y flujo laterales durante la compresión. En
la base y en la parte superior de la muestra se sitúan dos piedras porosas que permiten
el drenaje durante la consolidación (hay ensayos en los que el drenaje sólo se permite
por una de las caras, colocando únicamente una de las piedras porosas).
La preparación de la muestra se puede realizar por extrusión de una muestra inalterada
contenida en un tubo porta muestras, por tallado partiendo de una muestra inalterada
en bloque, o por remoldeo. En el caso de una muestra inalterada, la preparación provoca
una cierta alteración, aunque se intente que sea la menor posible.
Para evitar que la muestra se seque durante el ensayo, y para simular las condiciones
existentes en el campo, todo el sistema anterior se encuentra dentro de una célula llena
de agua, la cual comunica con las piedras porosas.
En la Figura 4.4b se puede observar un sistema de aplicación de carga mediante pesas.
Parte de la carga total aplicada sobre la muestra se transmite al anillo por fricción,
haciendo que la carga que llega a la base sea algo menor. Para reducir al máximo esta
fricción, la relación diámetro-altura de la muestra debe ser como mínimo de 2,5. Los
diámetros más usuales son de 45 y 70 mm, y las alturas de 10 a 20 mm.
Una vez colocada la muestra, el ensayo consiste en aplicar una secuencia de cargas
verticales. Como se verá, el suelo se va haciendo cada vez más rígido al irse
comprimiendo. Por ello, para conseguir que la deformación en cada escalón sea del
mismo orden de magnitud, deben darse incrementos de tensiones cada vez mayores. Es
normal duplicar la carga existente. Una secuencia habitual es: 5, 10, 20, 40, 80, 150, 300,
600, 1000, 1500 kPa y descarga.
Después de la aplicación de cada escalón de carga se deja consolidar la muestra hasta
que el exceso de presión intersticial producido en su interior se reduce a cero. En teoría
este tiempo es infinito, sin embargo, en la práctica se establece que a las 24 horas la
consolidación puede considerarse finalizada. Los escalones de carga se prosiguen hasta
alcanzar la máxima presión que se desee, después de lo cual se procede a descargar,
también por escalones sucesivos. Durante la descarga el suelo aumenta de volumen.
Durante cada escalón de carga se registra el valor del asiento producido mediante la
lectura del medidor de asientos (ver Figura 4.4b), para distintos tiempos. Estos valores
permiten obtener la deformación de la pastilla de suelo en distintos instantes, y por
tanto, son una medida de la evolución de las deformaciones con el tiempo.

Metodología de ensayo

- Equipo necesario.
- Un aparato de carga o edómetro de 250 kg de capacidad, provisto de un lector de carga
y un dial lector de deformación de 0,01 mm. De precisión (figura 4.2.).

Figura 4.2.
Tipos de edómetro
(Bowles J.,
1982).
- Un consolidómetro, equipo compuesto por una caja de bronce estanca, un anillo de
bronce de 63 mm. de diámetro y 24 mm. de altura con sus bordes cortantes para tallar
la muestra, un disco de moldeo para rebajar la muestra en una profundidad de 2 y 4
mm., dos piedras porosas, dos discos de papel filtro y un bloque o pistón de carga.
- Un juego de masas para alcanzar las presiones de ensayo.
- Horno de secado con circulación de aire y temperatura regulable capaz de mantenerse
en 110º ± 5º C.
- Balanza de capacidad superior a 1000 grs. y precisión de 0,01 gr.
- Herramientas y accesorios. Cuchillo, espátula, recipientes plásticos, escobilla, agua
destilada y cronómetro.

- Procedimiento. Una vez determinado el peso del anillo de bronce (Mr) de una muestra
inalterada de suelo, se talla la muestra de ensaye con el anillo, el cual posee sus bordes
cortantes que facilitan el proceso. Del suelo sobrante, se toman muestras
representativas para determinar: humedad natural, gravedad específica de los sólidos y
límites de consistencia.

Luego de obtenida la muestra de ensaye, de modo que las piedras porosas calcen dentro
del anillo, se deberá rebajar la altura de la muestra. Utilizando el disco de moldeo por
su lado de 2 mm., se empuja la muestra y al otro extremo, con un cuchillo se corta el
suelo sobrante y se coloca un disco de papel filtro. A continuación, se pasa el disco de
moldeo al otro extremo, empujando la muestra con el lado de 4 mm, repitiendo el
procedimiento.

Por la cara recién cortada, se empuja la muestra con el disco de moldeo por su lado de
2 mm. y se determina la altura inicial (H o) de la probeta y el peso del anillo más el suelo
(W1).

Sobre cada cara de la probeta, se coloca una piedra porosa saturada, las que deben
ajustar perfectamente dentro del anillo como se vio en la figura 4.2. Luego se centra el
conjunto dentro de la caja de bronce, se coloca el pistón o bloque de carga y se levanta
el nivel de agua por encima de la piedra porosa superior.

Se ajusta el consolidómetro al aparato de carga y se aplica una carga de inicialización de


0,05 kgs/cm2 para suelos blandos y de 0,10 kgs/cm2 para suelos firmes. Sin retirar esta
carga, se lleva a cero el dial de deformación.

La compresión de la muestra consiste en aplicar el siguiente incremento de presiones o


escalones de carga en kgs/cm2: 0,25 - 0,50 - 1,00 - 2,00 - 4,00 y 8,00. En cada una de
ellas se registra la lectura del dial de deformación, en los siguientes tiempos: 0, 6, 15, 30
segundos; 1, 2, 4, 8, 15, 30 minutos y 1, 2, 4, 8, 16, 24 horas.

Finalmente, se descarga la muestra ensayada, se retira el consolidómetro y del anillo de


bronce, se extrae el total de la muestra, se pesa (W) y se coloca a horno durante 24
horas para determinar el peso seco (W).
- Cálculos y gráficos.
Observaciones
Este aparato tiene grandes ventajas con respecto a los edómetros convencionales, pues
no presenta inconvenientes como el control de drenaje, medición de presiones
instersticiales, existencia de fricción lateral, etc.

La carga vertical se aplica por medio de presión de agua que actúa sobre una membrana
flexible de goma. Las muestras ensayadas tienen un diámetro de 10” (25,4 cm.) y una
altura aproximada de entre 8 y 9
cm. dependiendo del tipo de dren poroso y placa utilizada.

Influencia de la humedad en la deformabilidad del suelo


Efecto del agua. Resistencia con y sin drenaje
La validez del criterio de Coulomb para la resistencia al corte de los suelos fue estudiada
experimentalmente por el propio Coulomb y posteriormente por otros autores. Los
ensayos consistían en intentar reproducir el estado de tensiones indicado en la Figura
6.1, aplicando diversos valores de la tensión normal y midiendo el valor de la tensión
tangencial de rotura. Estos ensayos son precursores del aparato de corte directo, que
más adelante estudiaremos.
Pronto se vio que, en el caso de suelos granulares, el criterio de Coulomb se cumplía
razonablemente, resultando una línea de resistencia intrínseca aproximadamente lineal
y pasando por el origen, esto es, con una cohesión nula (ec. 6.2) y un ángulo de
rozamiento interno aproximadamente constante para cada suelo.
Sin embargo, en el caso de suelos arcillosos se producían importantes discrepancias
entre ensayos hechos sobre suelos similares. En unos casos se obtenía cohesión
prácticamente nula y ángulo de rozamiento elevado, y en otros, ángulo de rozamiento
interno casi nulo y resistencia en apariencia puramente cohesiva.
La razón más importante para estas diferencias no se pudo comprender hasta el
establecimiento del principio de tensión efectiva por Terzaghi (1925), y radica en las
distintas condiciones de drenaje del agua intersticial.
Los ensayos en arena se suelen hacer en seco, pero incluso si se hacen con la arena
saturada, la elevada permeabilidad del suelo asegura que en todo momento la presión
intersticial se mantiene constante (e igual por tanto a la presión atmosférica). Con ello,
las tensiones aplicadas, (s,t), son efectivas.
En cambio, los suelos arcillosos se ensayan siempre con un cierto contenido de
humedad. Como la permeabilidad es baja, la aplicación rápida de la tensión normal
produce un cierto incremento de la presión intersticial, que posteriormente se va
disipando a lo largo del tiempo, en un proceso de consolidación. Por ello, si no se espera
un tiempo suficiente antes de comenzar a aplicar la tensión tangencial, existirán aun
unas ciertas presiones intersticiales en el suelo, y la tensión efectiva normal no será igual
a la tensión total aplicada, con lo que los ensayos no pueden interpretarse
adecuadamente.
Estos fenómenos se estudian con detalle más adelante, pero es interesante ya analizar
lo que ocurre en los dos casos extremos siguientes:
a) El ensayo se hace suficientemente lento, de forma que la presión intersticial se
mantenga constante e igual a la atmosférica (ensayo con drenaje).
b) El ensayo se hace infinitamente rápido, de modo que puede suponerse que no hay
ninguna disipación de presión intersticial (ensayo sin drenaje).
En el primer caso (Figura 6.5-a), la resistencia obedecerá aproximadamente a la
condición de Coulomb.
La línea de resistencia podrá ser lineal o no, y presentara cohesión o no, pero es evidente
que debe crecer con el valor de la tensión normal. Las probetas están sometidas
inicialmente a una cierta tensión efectiva s’0 (punto A0). Al aplicar la tensión normal si,
sus estados tensionales pasan a ser los puntos Ai. Posteriormente, al aplicar la tensión
tangencial, la rotura se produce en los puntos Ei, que definen la línea de resistencia
intrínseca.
En el caso de ensayo sin drenaje (Figura 6.5-b), la aplicación de la tensión normal si
produce un incremento de la presión intersticial igual a la tensión aplicada, por lo que
instantáneamente no hay ninguna variación de la tensión efectiva, como ya se ha visto
con detalle al estudiar el ensayo edometrico. De esta forma, aunque los estados de
tensiones totales de las probetas son los puntos Ai de la figura, los estados de tensiones
efectivas son idénticos en todas ellas, s'0, pues la trayectoria efectiva no se mueve del
punto A0.
Por tanto, la resistencia que se obtenga será la misma en todas las probetas, con
independencia de la tensión normal aplicada. Se obtendrá un único punto de la línea de
resistencia intrínseca en tensiones efectivas, correspondiente a la tensión efectiva s'0
(punto E). Los puntos en tensiones totales (puntos Ti) estarán desplazados
horizontalmente en el diagrama en la cuantía del valor de la presión intersticial existente
en cada probeta, que será igual a la presión normal aplicada. Si estos resultados se
interpretaran en tensiones totales, desconociendo el efecto de la presión intersticial, se
obtendría una línea de resistencia aparente horizontal, es decir, con una resistencia en
apariencia puramente cohesiva 3.
Es evidente que un ensayo de corte realizado en un suelo arcilloso sin control adecuado
de las condiciones de drenaje puede dar como resultado cualquier linea de resistencia
aparente entre las dos situaciones extremas anteriores, lo cual explica las discrepancias
señaladas anteriormente.
En los suelos reales, la aplicación de una tensión tangencial sin drenaje (trayectorias Ai-
Ti de la Figura 6.5-b) produce unos ciertos incrementos de la presión intersticial
(positivos o negativos según el tipo de suelo y otros factores). Ello hace que la trayectoria
efectiva resultante A0E0 no sea vertical.
Esto no invalida el razonamiento anterior, pues aunque la trayectoria no sea vertical,
sigue siendo la misma para todas las probetas ensayadas con distintas presiones
normales, con lo que los puntos Ti de rotura aparente en tensiones totales están
alineados en una recta horizontal, aunque su ordenada sera algo mayor o menor que la
correspondiente a la trayectoria vertical A0E0. Más adelante se estudiara este aspecto
con detalle.

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