Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
urgencias
cardiovasculares
Tercera edición
ZZZIDFHERRNFRPIRURULQFRQPHGLFR
Manual de
urgencias
cardiovasculares
Tercera edición
NOTA
La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos cono-
cimientos, se requerirán cambios de la terapéutica. El (los) autor(es) y los editores se
han esforzado para que los cuadros de dosificación medicamentosa sean precisos y
acordes con lo establecido en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los posibles
errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores ni cualquier otra persona que
haya participado en la preparación de la obra garantizan que la información contenida
en ella sea precisa o completa, tampoco son responsables de errores u omisiones, ni
de los resultados que con dicha información se obtengan. Convendría recurrir a otras
fuentes de datos, por ejemplo, y de manera particular, habrá que consultar la hoja infor-
mativa que se adjunta con cada medicamento, para tener certeza de que la información
de esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis recomendada o
en las contraindicaciones para su administración. Esto es de particular importancia con
respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente. También deberá consultarse a los
laboratorios para recabar información sobre los valores normales.
1234567890 09865432107
Impreso en México Printed in Mexico
Fause Attié
Director General, INCICH
ii
ix
Fause Attié
Director General del INCICH
Urgencias en cardiología pediátrica
Francisco Martín Baranda Tovar
Médico adscrito a Terapia Posquirúrgica, INCICH
Catéter de flotación pulmonar
Rodolfo Barragán García
Jefe del Servicio de Cirugía Cardiotorácica, INCICH
Síndromes aórticos agudos
Edgar G. Bautista Bautista
Médico adscrito al Servicio de Cardioneumología, INCICH
Interpretación de gases arteriales; taller de gases
Eduardo Rafael Bucio Reta
Médico adscrito al Servicio de Consulta Externa, INCICH
Punción y catéteres arteriales
Juan Calderón Colmenero
Médico adscrito al Servicio de Cardiopediatría, INCICH
Urgencias en cardiología pediátrica
Eduardo Chuquiure Valenzuela
Médico adscrito al Servicio de Terapia Intensiva Posquirúrgica,
INCICH
Estratificación del riesgo de los síndromes coronarios agudos
Colín Lizalde Luis
Médico adscrito al Servicio de Electrofisiología, INCICH
Arritmias
Jorge Eduardo Cossío Hernández
Médico adscrito a la Consulta Externa de Cardiología, INCICH
Taponamiento cardiaco
x
1. Reanimación cardiopulmonar 3
Josué Zamarripa Mottu
2. Insuficiencia cardiaca aguda 14
Ramón José Cué Carpio, José Fernando Guadalajara Boo
3. Disfunción diastólica 25
Ramón José Cué Carpio, José F. Guadalajara Boo
4. Edema agudo de pulmón 36
Yigal Piña Reyna, Gustavo Sánchez Miranda
5. Dolor torácico en urgencias 50
Juan José Lizardi Manzo, Héctor González Pacheco
6. El electrocardiograma difícil en el infarto del miocardio 66
Raúl Navarrete Gaona, Hermes Ilarraza Lomelí
7. Estratificación del riesgo de los síndromes coronarios agudos 78
Zuilma Yurith Vásquez Ortiz, Eduardo Chuquiure Valenzuela
8. Tratamiento de la angina inestable e infarto agudo del miocardio
sin elevación del segmento ST 96
Alfredo Gutiérrez Angulo, Úrsulo Juárez Herrera
9. Infarto agudo del miocardio con elevación del segmento ST 107
Jaime González Zárate, Carlos Rodolfo Martínez Sánchez
10. Infarto del ventrículo derecho 129
Armando Yáñez Merlán, Eulo Lupi Herrera
11. Complicaciones mecánicas del infarto agudo del miocardio 139
Luis Jonathan Uribe González, Marco Antonio Martínez Ríos
12. Síndrome de prechoque cardiógeno en síndromes coronarios
agudos (SICA) 148
Héctor González Pacheco, Mizraym Rojas Chávez
xxi
xx
xxii
Contenido
Paro cardiorrespiratorio
Reanimación cardiopulmonar en el medio extrahospitalario
Reanimación cardiopulmonar en el medio hospitalario
Desfibrilación
Fármacos
Fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso
Actividad eléctrica sin pulso
Asistolia
PARO CARDIORRESPIRATORIO
El paro cardiorrespiratorio (PCR) es la desaparición súbita de la acti-
vidad contráctil del corazón y de la ventilación espontánea. La causa
más común es la fibrilación ventricular/taquicardia ventricular sin pul-
so presente hasta en 90% de los casos en los primeros 10 minutos de
evolución; más tarde es común que degenere en asistolia. Otra causa es
la actividad eléctrica sin pulso, la cual después de unos minutos puede
degenerar en asistolia.
El tratamiento del PCR constituye la mayor urgencia cardiovascu-
lar y su éxito depende del tiempo que se tarde en iniciar las maniobras
de reanimación básica y avanzada.
Una vez identificado, es de suma importancia ubicar el lugar en
donde se presenta el mismo, para de esta manera efectuar el tratamien-
to más adecuado.
REANIMACIÓNCARDIOPULMONARENELMEDIOEXTRAHOSPITALARIO
Frente a una persona con un probable PCR importa actuar de forma
rápida y ordenada para establecer el diagnóstico del mismo y luego
proceder con una cadena de acciones críticas como son:
DESFIBRILACIÓN
Técnica
FÁRMACOS
Vasopresores
Antiarrítmicos
Se emplean para revertir el potencial arritmógeno del miocardio y para
preservar el ritmo de perfusión una vez que se recupera.
El más usado por disponibilidad es la lidocaína a dosis de 1 a 1.5
mg/kg de peso en bolo; se puede usar un segundo bolo de 0.5 mg/kg
de peso. En caso de que haya respuesta positiva, se deja una infusión a
dosis de 1 a 4 mg/min con el fin de que no haya una nueva fibrilación
ventricular.
Otro fármaco disponible es la amiodarona a dosis inicial de 300 mg
en bolo y un segundo bolo de 150 mg; en caso de respuesta favorable
se instala una infusión continua cuya dosis es de 150 mg en 10 minutos,
360 mg en seis horas y 540 mg en 18 horas.
Otros fármacos
Una vez que se establezca el diagnóstico diferencial se usan fármacos
dirigidos a corregir la causa específica de la arritmia.
Se puede emplear sulfato de magnesio en caso de sospecha de hipo-
magnesemia o cuando se presente taquicardia ventricular polimórfica
sin pulso. La dosis es de 1 g en bolo.
Otro producto que se utiliza cuando se diagnostica acidosis metabó-
lica, hiperpotasemia o intoxicación por algunos fármacos es el bicarbona-
to de sodio. Su uso es controversial en caso de paro cardiaco prolongado.
En general, la dosis inicial es de 1 meq/kg de peso en bolo y después una
infusión cuyo cálculo se basa en el déficit de bicarbonato.
VASOPRESORES
Adrenalina: 1 mg IV cada 3 a 5 min
o
Vasopresina: 40 UI IV en dosis única
DESFIBRILACIÓN
Con 360 J, una sola aplicación
ANTIARRÍTMICOS
Amiodarona (clase IIb): 300 mg IV en bolo, para fibrilación ventricular o
taquicardia ventricular sin pulso recurrentes
Lidocaína (clase indeterminada): 1 mg/kg de peso IV en bolo
Sulfato de magnesio: 1 g IV dosis única, en caso de hipomagnesemia
DESFIBRILACIÓN
Con 360 J, una sola aplicación
ASISTOLIA
ABCD SECUNDARIO
A. Vía aérea: instalar un dispositivo que asegure la vía en forma definitiva, de
manera ideal una cánula endotraqueal
B. Ventilación: a) confirmar la posición de la cánula endotraqueal; b) ase-
gurar el dispositivo, fijar la cánula; c) confirmar que la oxigenación sea
efectiva mediante el oxímetro de pulso
C. Circulación: a) establecer un acceso venoso periférico; b) monitorizar al
paciente para identificar ritmo; c) administrar los fármacos adecuados
D. Diagnóstico diferencial
FÁRMACOS
Adrenalina: 1 mg IV cada 3 a 5 minutos
Atropina: 1 mg cada 3 a 5 minutos, sólo en caso de que el ritmo de la
actividad eléctrica sin pulso sea lento; máximo, tres dosis
ABCD SECUNDARIO
A. Vía aérea: instalar un dispositivo que asegure la vía en forma definitiva, de
manera ideal una cánula endotraqueal
B. Ventilación: a) confirmar la posición de la cánula endotraqueal; b)
asegurar el dispositivo, fijar la cánula; c) confirmar que la oxigenación sea
efectiva mediante un oxímetro del pulso
C. Circulación: a) establecer un acceso venoso periférico; b) monitorizar
al paciente para identificar el ritmo; c) verificar que sea una asistolia
verdadera; d) administrar los fármacos adecuados
D. Diagnóstico diferencial
FÁRMACOS
Adrenalina: 1 mg IV cada 3 a 5 min
Atropina: 1 mg cada 3 a 5 min; máximo, tres dosis
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Guidelines 2000 for cardiopulmonary resuscitation and emergency cardiovascular
care. Circulation 2000;102(Suppl).
2. ACLS, Provider manual 2000.
Contenido
INTRODUCCIÓN
14
Terapia vasodilatadora
Terapia vasopresora
Noradrenalina. La noradrenalina es un potente agonista adrenérgico
alfa, pero también denota propiedades agonistas beta-1 ligeras. Empe-
ro, no se utiliza como inotrópico debido a que su efecto predominante
es el incremento en la poscarga. De inicio, la noradrenalina puede in-
Terapia diurética
Se encuentra indicada en la descompensación aguda de la ICC, así
como en el edema pulmonar agudo de origen cardiógeno; se utilizan
predominantemente diuréticos de asa como la furosemida y bumetani-
da. El objetivo de su uso es disminuir el exceso de agua pulmonar me-
diante la natriuresis y diuresis con reducción subsiguiente del volumen
intravascular. Sin embargo, debe utilizarse con precaución y con juicio
en la ICA secundaria a infarto agudo del miocardio debido a que el
volumen líquido corporal total e intravascular suele ser normal. La diu-
resis excesiva puede causar hipotensión con progresión de la isquemia y
mayor compromiso de la perfusión coronaria. La dosis efectiva de furo-
semida intravenosa es variable, pero en general se encuentra en rangos
de 20 a 40 mg en pacientes que no se encontraban en terapia diurética
previa y tienen una buena función renal. No obstante, por otro lado, los
pacientes con ICC descompensada suelen presentar retención hídrica y
requieren dosis mayores. Sólo en pacientes con gran sobrecarga hídrica
y resistencia a los diuréticos se recomienda su infusión a razón de 5 a
20 mg/hora.
01-U-CHAVEZ.indd 23
GC PCP, RVS GC, PCP
1, dopamina o 2,
Nitroprusiato y/o NTG
noradrenalina o 3,
vasopresina
• Añadir NTG y/o NTP • Añadir dobutamina • Añadir dobutamina • Añadir dobutamina y/o
• Diuresis • Diuresis • Diuresis combinación de inotrópicos
• Milrinona si falla la dobutamina • Agregar milrinona • Preparar al paciente para
• Considerar levosimendán • Considerar levosimendán BIAC
Capítulo 2
20/12/06 8:08:57 am
24 Parte I Diagnóstico y terapéutica
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Tamargo J, López-Sendón J. Bases y evidencias clínicas de los efectos de los nuevos tra-
tamientos farmacológicos en la insuficiencia cardiaca. Rev Esp Cardiol 2004;57(5):447-
464.
2. Segovia J, Alonso L, Pereira R y Silva L. Etiología y evaluación diagnóstica en la insu-
ficiencia cardiaca. Rev Esp Cardiol 2004;57(3):250-259.
3. Moiseyev V, Poder P, Andrejevs N, Ruda M, Golikov A, et al. Safety and efficacy of a
novel calcium sensitizer, levosimendan, in patients with left ventricular failure due to
an acute myocardial infarction. A randomized, placebo-controlled, double-blind study
(RUSSLAN). Eur Heart J 2002;23:1422-1432.
4. Slawsky M, Colucci W, Gottlieb S, Greenberg B, Haeusslein E, Hare J, et al. Acute
hemodynamic and clinical effects of levosimendan in patients with severe heart failure.
Circulation 2000;102:2222-2227.
5. Hass CJ, Young JB. Heart failure and transplantation. Acute heart failure manage-
ment. En: Topol (ed.). Textbook of cardiovascular medicine. 2nd Ed. Philadelphia,
Lippincott Williams and Wilkins, 2002:1845.
6. The Task Force on Acute Heart Failure of the European Society of Cardiology. Gui-
delines on the diagnosis and treatment of acute heart failure-full text. ESC Guidelines
2005.
7. Aprobado por la Sociedad Europea de Medicina Intensiva (ESICM). Guías de prácti-
ca clínica sobre el diagnóstico y tratamiento de la insuficiencia cardiaca aguda. Versión
resumida. Grupo de Trabajo sobre la Insuficiencia Cardiaca Aguda de la Sociedad
Europea de Cardiología. Rev Esp Cardiol 2005;58(4):389-429.
Contenido
Fisiología
Diagnóstico
Tratamiento
INTRODUCCIÓN
FISIOLOGÍA
25
1 2 3 4 5 6 7
Sístole
Diástole
40 Distensibilidad (DV/DP)
35 B Ventrículo
rígido
30
100
Presión 25 ⫽4
25
diastólica
del VI 20
(mmHg)
15 A
Normal
10 100
⫽ 14
5 7
0
50 100 150 200
Vol (ml)
A, el cambio de volumen (∆V) de 50 a 150 cc (ingreso 100 cc), cambia la presión (∆P) de 3 a 10
mmHg (7 mmHg). B, en el ventrículo rígido (poco distensible), el mismo cambio de volumen
(100 cc) aumenta exageradamente la presión (∆P de 25 mmHg), lo que significa que B tiene
menos distensibilidad (4) que A (14).
DIAGNÓSTICO
0
Adur
Time. ms Time. ms Time. ms Time. ms
Flujo S D
venenoso ARdur
pulmonar 0
AR
Time. ms Time. ms Time. ms Time. ms
E/A ⫽ relación onda E/la onda A del flujo mitral; TRIVI ⫽ tiempo de relajación isovolumétrica, TD⫽
tiempo de desaceleración; S/D ⫽ relación flujo sistólico/diastólico de las venas pulmonares; AR⫽ flujo
inverso de las venas pulmonares; AR dur/A dur ⫽ relación entre la duración del flujo inverso de las
venas pulmonares y la onda A del flujo mitral. Vp ⫽ velocidad de propagación en el modo M color.
Em/Am⫽ relación de las velocidades de las ondas Em y Am por Doppler tisular. E/Em⫽ relación de la
onda E mitral/Em tisular.
TRATAMIENTO
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Jorge GM. Diagnóstico y guía terapéutica de la insuficiencia cardiaca diastólica. Rev
Esp Cardiol 2003;56(4):396-406.
2. Khouri S, Maly G, Suh D, Walsh T. A practical approach to the echocardiographic
evaluation of diastolic function. J Am Soc Echocardiogr 2004;17:290-297.
3. Rakowski H, Appleton CP, Chan K-L, Dumesnil JG, Honos G, Jue J, et al. Recommen-
dations for the measurement and reporting of diastolic function by echocardiography.
J Am Soc Echocardiogr 1996;9:736-760.
4. Nishimura RA, Tajik AJ. Evaluation of diastolic filling of left ventricle in health and
disease: Doppler echocardiography is the clinician’s Rosetta stone. J Am Coll Cardiol
1997;30:8-18.
5. Appleton CP, Firstenberg MS, Garcia MJ, Thomas JD. The echo-Doppler evaluation
of left ventricular diastolic function: a current perspective. Cardiol Clin 2000;18:513-
546.
6. Grossman W, McLaurin LP. Diastolic properties of the left ventricle. Ann Intern Med
1976;84:316-326.
7. Kitabatake A, Inoue M, Asao M, Tanouchi J, Masuyama T, Abe H, et al. Transmitral
blood flow reflecting diastolic behavior of the left ventricle in health and disease –a
study by pulsed Doppler technique. Jpn Circ J 1982;46:92-102.
8. Garcia MJ, Thomas JD, Klein AL. New Doppler echocardiographic applications for
the study of diastolic function. J Am Coll Cardiol 1998;32:865-875.
9. Guadalajara JF. ¿Existe la insuficiencia cardiaca diastólica? Arch Cardiol Méx
2003;73:291-300.
10. Zile M, Brutsaert D. New concepts in diastolic dysfunction and diastolic heart failure.
Circulation 2002;105:1387-1393.
Contenido
Fisiopatología
Etiología
Síntomas y signos
Estudios paraclínicos
Laboratorio
Electrocardiograma
Telerradiografía de tórax
Ecocardiograma
Diagnóstico y tratamiento
Identificar el EAP y establecer su origen
Iniciar medidas generales y tratamiento de las causas
precipitantes
Iniciar tratamiento específico para edema agudo de pulmón de
origen cardiaco y diagnóstico diferencial de las causas
cardiacas
Conducir el diagnóstico diferencial de las causas cardiacas
y tratar la patología de base
INTRODUCCIÓN
36
FISIOPATOLOGÍA
ETIOLOGÍA
SÍNTOMAS Y SIGNOS
CARDIACAS
A. Por aumento agudo de la presión capilar pulmonar
1. Aumento de la presión en aurícula izquierda con D2VI normal:
a. Trombosis aguda de válvula protésica mitral
b. Mixoma obstructivo en AI
2. Aumento de la presión en AI por aumento de la D2VI:
a. Aumento agudo de rigidez miocárdica o alteraciones en su
relajación:
1. Isquemia miocárdica
2. Infarto agudo del miocardio
3. Hipertrofia miocárdica complicada por taquicardia o
isquemia
b. Sobrecarga aguda de volumen:
1. Insuficiencia mitral o aórtica aguda
2. CIV posinfarto
c. Sobrecarga aguda de presión:
1. Urgencia hipertensiva
2. Trombosis aguda de válvula protésica aórtica
B. Exacerbación de presiones capilares venosas crónicamente elevadas
1. Aumento de la presión en AI con D2VI normal:
a. Estenosis mitral complicada por fibrilación auricular o trombo
obstructivo en prótesis mitral
b. Mixoma en AI complicado con FA
2. Aumento en presiones crónicamente elevadas de AI por mayor
elevación de D2VI:
a. Exacerbación de rigidez o alteraciones de la relajación
miocárdica:
1. Cardiomiopatías complicadas por isquemia miocárdica
2. Hipertrofia miocárdica complicada por taquicardia o isquemia
b. Sobrecarga de volumen sobreimpuesta a disfunción diastólica
preexistente:
1. Agravamiento de insuficiencia mitral
2. Administración vigorosa de líquidos en el posoperatorio
3. Sobrecarga hídrica por transgresión dietética
c. Sobrecarga de volumen sobreimpuesta a disfunción sistólica
preexistente:
1. Hipertensión acelerada
EXTRACARDIACAS
A. Alteración de la permeabilidad de la membrana alveolocapilar:
a. Neumonía infecciosa o por aspiración
b. Septicemia
c. Radiación aguda o neumonitis por hipersensibilidad
(Continúa)
ESTUDIOS PARACLÍNICOS
Laboratorio
La gasometría arterial debe estar disponible de inmediato; los hallazgos
probables son:
Electrocardiograma
Su obtención en pacientes con dificultad respiratoria puede ser un ver-
dadero reto; no obstante, su registro es imperativo lo más pronto posi-
ble. Resulta de gran ayuda para diferenciar el edema agudo de pulmón
cardiaco del no cardiaco (recordar que un electrocardiograma normal
sugiere con fuerza una función ventricular izquierda conservada), y
cuando el edema agudo de pulmón es cardiaco permite identificar:
Telerradiografía de tórax
Es el estudio más práctico para la detección del edema agudo de pul-
món, pero carece de la sensibilidad suficiente para reconocer cambios
pequeños del líquido pulmonar y de la especificidad para diferenciar el
edema agudo de pulmón de otros trastornos que afectan los espacios
alveolares. En el edema agudo de pulmón de origen cardiaco permite
correlacionar las alteraciones fisiopatológicas con las manifestaciones
clínicas (cuadro 4-2).
Ecocardiograma
Es la herramienta diagnóstica de elección en el edema agudo de pul-
món cuando no es posible ubicar el origen de la crisis con base en el
interrogatorio, electrocardiograma y radiografía de tórax. En el edema
agudo de pulmón cardiógeno permite identificar:
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Implica gran atención, destreza y juicio clínico por parte del médico,
quien de forma “casi simultánea” debe:
Clínicas RxTx*
Se acompaña de disnea de esfuerzo y Presión venocapilar pulmonar 13-17
estertores basales por abertura de las vías mmHg: se iguala el diámetro de los
respiratorias cerradas vasos apicales con los basales
No hay hipoxemia ni alteraciones Redistribución cefálica del flujo
ácido-base
Dx impreciso
No diagnóstico
EAPC: edema agudo pulmonar cardiaco; EAPNC: edema agudo pulmonar no cardiaco; HD: hemo-
dinámica.
01-U-CHAVEZ.indd 46
Dinitrato 5 mg SL cada 2-3 min Se disuelve en 20 seg Por su disponibilidad y facilidad de administración debe darse
Parte I
de iso- e inicia su acción en tan pronto como se identifique el EAP, mientras se prepara la
sorbida 2-5 min formulación IV y se inician otras medidas
Sulfato 2-6 mg IV durante 3 min en Inmediato De suma utilidad por su potente efecto vasodilatador
de mor- intervalos de 10 a 15 min sistémico y pulmonar, sus efectos sedantes y por no deprimir
fina la contractilidad cardiaca. Sus efectos vasodilatadores pueden
reducir considerablemente la presión venocapilar y aumentar
el gasto cardiaco. Sin embargo, no debe administrarse a
pacientes con alteraciones del estado de alerta
Diagnóstico y terapéutica
Furose- 40-80 mg IV en bolo. En pa- Venodilatación: 5-15 De gran utilidad por su efecto en la precarga, la cual
mida cientes con uso crónico de la min disminuye primero por su efecto vasodilatador pulmonar
misma o IRC, las dosis pueden Uresis: 10-20 min y después por el aumento de la uresis. Se debe actuar con
ser de 120 a 200 mg cautela frente a la posibilidad de una uresis excesiva en el
paciente hipotenso, en prechoque o en estado de choque ya
que puede empeorar la evolución
Nitrogli- Iniciar con 0.2 a 0.4 μg/kg/ Inmediato Tiene indicación en todo paciente con edema agudo de
cerina min IV, según respuesta pulmón, pero su utilidad es mayor en el paciente con
cardiopatía isquémica. No debe utilizarse en el paciente
hipotenso por el riesgo de agravar la evolución
Nitro- Iniciar con 0.3 a 10 μg/kg/min Inmediato Es de mayor utilidad en el paciente con insuficiencia cardiaca
prusiato IV y se aumenta de 0.5-0.10 crónica agudizada, en edema agudo de pulmón por urgencia
μg cada 3-5 min, según la hipertensiva, y en los pacientes con insuficiencias valvulares
respuesta (p. ej., mitral aórtica) agudas y graves
*Los tipos, dosis, indicaciones, contraindicaciones y observaciones de los diferentes INOTRÓPICOS en el paciente con edema agudo de pulmón de origen cardiaco
se revisan en los capítulos de insuficiencia cardiaca aguda, choque cardiógeno y farmacología aplicada
20/12/06 8:09:1 am
Capítulo 4 Edema agudo de pulmón 47
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Meyer TE, Gaasch WA. Acute congestive heart failure and pulmonary edema. En
Brown DL (ed.). Cardiac intensive care. Philadelphia, WB Saunders, 1998.
2. Haas GJ, Young JB. Acute heart failure management. En: Topol E (ed.). Textbook of
cardiovascular medicine. 2nd ed. Philadelphia, Lippincott Williams and Wilkins, 2002.
3. Matthay MA, Martin TR. Pulmonary edema and acute lung injury. En: Mason (ed.).
Murray & Nadel’s Textbook of respiratory medicine. 4th ed. Philadelphia, Elsevier
Saunders, 2005.
4. Givertz MM, Wilson SC, Braunwald E. Clinical aspects of heart failure; pulmonary
edema, high-output failure. En: Zipes: Braunwald’s heart disease: a textbook of car-
diovascular medicine, 7th ed. Philadelphia, WB Saunders, 2005.
Contenido
Clasificación y causas
Cuadro clínico
Evaluación clínica inicial
Electrocardiograma
Marcadores macromoleculares de lesión miocárdica
Tratamiento
Prueba de esfuerzo, centelleografia, ecocardiografía y angiografía
coronaria temprana
INTRODUCCIÓN
50
CLASIFICACIÓN Y CAUSAS
CUADRO CLÍNICO
No isquémico
• Disección aórtica
• Pericarditis
• Prolapso mitral
• Rotura de cuerda tendinosa
• Angina con coronarias normales
• Cardiomiopatías
EXTRACARDIACO
Pulmonar
• TEP
• Neumotórax
• Neumonía
Esofágico
• Espasmo/Reflujo
• Reflujo
• Rotura
Psicógeno
• Depresión
• Ansiedad
Neuromuscular
• Sx torácicos
• Costocondritis
Mayores
Angina de pecho típica
Estado posmenopáusico
Diabetes mellitus
Enfermedad vascular periférica
Intermedios
Hipertensión
Tabaquismo
Anormalidades de las lipoproteínas, en especial valores bajos de HDL
Menores
Edad >65 años
Obesidad, sobre todo la de tipo central
Estilo de vida sedentario
Antecedentes familiares de enfermedad coronaria
Otros factores de riesgo de enfermedad coronaria
Electrocardiograma
La fuente más importante de datos, el electrocardiograma, debe obte-
nerse dentro de los primeros cinco a 10 minutos después de la llegada
del paciente a urgencias, toda vez que es un método rápido, barato y
disponible. Se ha demostrado que la evaluación clínica y un ECG ini-
cial hacen posible graduar el riesgo de los sujetos con dolor torácico;
además, el ECG es la única prueba capaz de identificar a los individuos
que pueden beneficiarse del tratamiento fibrinolítico. Por desgracia, el
ECG exhibe limitaciones, entre las cuales se incluye una sensibilidad
relativamente baja, ya que sólo 40 a 60% de los pacientes muestra cam-
bios electrocardiográficos diagnósticos de infarto agudo del miocardio.
Por otra parte, pueden afectarlo factores como el momento en que se
registra, distribución coronaria del infarto y particularidades del pa-
ciente. Así, un ECG que no permite hacer el diagnóstico no excluye la
presencia de infarto agudo del miocardio.
La presencia de un bloqueo reciente de rama izquierda del haz de
His (BRIHH) sugiere isquemia en el territorio de la arteria descendente
anterior y conlleva un pronóstico sombrío. Un BRIHH preexistente
también identifica a un grupo de alto riesgo, pero representa mayor
Mioglobina
La mioglobina es una proteína hem presente en el músculo cardiaco y
esquelético. Se utiliza para la detección temprana del infarto agudo del
miocardio, ya que su elevación puede detectarse una a dos horas tras
iniciarse la necrosis. Se ha considerado el mejor marcador temprano con
una sensibilidad de 90% en el periodo de tres a seis horas, en compara-
ción con la troponina T y CPK-MB, cuyas sensibilidades son de 73 y
87%, respectivamente. A las 12 horas, la sensibilidad para mioglobina,
troponina T y CPK-MB fue de 79, 94 y 99%, respectivamente. Su sensi-
bilidad disminuye en pacientes que se presentan en forma muy temprana
o tardía; su especificidad es baja en sujetos con insuficiencia renal. Es por
ello que no debe utilizarse en forma aislada y requiere el uso combinado
de otros marcadores de daño miocárdico más específicos.
CK-MB
Troponinas T e I
Las troponinas son marcadores importantes en la evaluación de los
síndromes isquémicos coronarios agudos. Están codificadas por genes
diferentes en el músculo cardiaco y esquelético, razón por la cual son
inmunológicamente distintas y esto les confiere especificidad para el
músculo cardiaco. Se localizan en el filamento delgado del aparato con-
tráctil y poseen tres subunidades: C, T e I. Por lo general, no se detec-
tan en el suero, aun en pacientes con daño muscular extenso. Pueden
ser positivas una hora después de iniciados los síntomas y permanecen
elevadas hasta dos semanas; por tanto, se usan para la detección de
daño miocárdico en sujetos que acuden en forma tardía. Su valor para
la gradación del riesgo se reconoció en los estudios GUSTO y TIMI;
en ellos, una elevación de la troponina T mayor de 0.1 ng/ml fue un
TRATAMIENTO
Figura 5-1.
No
Realizar cateterismo No Sí
Selección de la estrategia
cardiaco ¿Evidencia de
de reperfusión:
isquemia o infarto?
Anatomía factible para
• Angiografía revascularización
• ACTP
Ingresar a unidad
(angioplastia Sí
coronaria/monitoreo en
+ endoférula)
cama
• Cirugía Revascularización
• Continuar o
cardiotorácica de • ACTP
iniciar tratamiento
respaldo • CRVC
adjunto
No
• Marcadores
séricos seriados
• ECG seriados
Terapia fibrinolítica • Considerar
seleccionada Angioplastia primaria estudios de
seleccionada gabinete
• Alteplasa • Puerta-balón <90 min (ecocardiograma
• Estreptocinasa • Operadores bidimensional o
• APSAC experimentados radionúclidos)
• Reteplasa • Centro con alto
• Tenecteplasa volumen de estudios
Egreso aceptable
Meta Puerta-Fármaco • Disponibilidad de
• Seguimiento
menor de 30 minutos cirugía cardiaca
clínico
3. Evaluación inicial/electrocardiograma
de 12 derivaciones
El electrocardiograma debe obtenerse dentro de los primeros 10 mi-
nutos, y una vez analizado se clasifica al paciente dentro de uno de los
siguientes tres grupos de ECG:
• Con elevación del segmento ST.
• Sin elevación del segmento ST o con inversión de las ondas T.
• Electrocardiograma normal o no diagnóstico.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Yeghiazarians Y, Braunstein JB, Askari A, et al. Unstable angina pectoris. N Engl J Med
2000;342:101.
2. Weber JE, Shofer FS, Larkin GL, et al. Validation of a brief observation period for
patients with cocaine-associated chest pain. N Engl J Med 2003;348:510.
3. Crea F, Gaspardone A. Mechanisms and significance of anginal pain. Cardiologia
1999;44:233.
4. Mayer S, Hillis LD. Prinzmetal’s angina. Clin Cardiol 1998;21:243.
5. Horwitz LD, Groves BM (eds.). Signs and symptoms in cardiology. Philadelphia, JB
Lippincott, 1985.
6. Boivin M, Peterson WG. Management of complicated gastroesophageal reflux dis-
ease: atypical chest pain. Can J Gastroenterol 1997;11:91B.
7. Lemire S. Assessment of clinical severity and investigation of uncomplicated gastro-
esophageal reflux disease and noncardiac angina-like chest pain. Can J Gastroenterol
1997;11:37B.
8. Chauhan A, Mullins PA, Taylor G, et al. Cardioesophageal reflex: a mechanism for
“linked angina” in patients with angiographically o prooven coronary artery disease. J
Am Coll Cardiol 1996;27:1621.
9. Zimmerman D, Parker BM. The pain of pulmonary hypertension: fact or fancy?
JAMA 1981;246:2345.
10. Spalding L, Reay E, Kelly C. Cause and outcome of atypical chest pain in patients
admitted to hospital. J R Soc Med 2003;96:122.
11. Carter CS, Servan-Schreiber D, Perlstein WM. Anxiety disorders and the syndrome
of chest pain with normal coronary arteries: prevalence and pathophysiology. J Clin
Psychiatry 1997;58:70.
12. Mayou R. Chest pain, palpitations, and panic. J Psychosom Res 1998;44:53.
13. Serlie AW, Erdman RA, Passchier J, et al. Psychological aspects of non-cardiac chest
pain. Psychother Psychosom 1995;64:62.
14. Douglas PS, Ginsberg GS. The evaluation of chest pain in women. N Engl J Med
1996;334:1311.
15. Marroquin OC, Holubkov R, Edmindowicz D, et al. Heterogeneity of microvascular
dysfunction in women with chest pain not attributable to coronary artery disease: im-
plications for clinical practice. Am Heart J 2003;145:628.
16. D’Antono B, Dupuis G, Fleet R, et al. Sex differences in chest pain and prediction of
exercise-induced ischemia. Can J Cardiol 2003;19:515.
17. Goldman L. Approach to the patient with chest pain. En: Braunwald E, Goldman L
(eds.). Primary cardiology, 2nd ed. Philadelphia, WB Saunders, 2003:83–101.
18. Rao SV, Ohman EM, Granger CB, et al. Prognostic value of isolated troponin eleva-
tion across the spectrum of chest pain syndromes. Am J Cardiol 2003;91:936.
Contenido
66
INTRODUCCIÓN
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
DE LA ELEVACIÓN DEL SEGMENTO ST
ST concavo ST convexo
A B
C D E F
A, pericarditis aguda; nótese el desnivel positivo con concavidad superior. B, infarto agudo del
miocardio (IAM) en el que se muestra un supradesnivel del segmento ST-T con convexidad
superior. C, trazo electrocardiográfico normal. D, infarto del miocardio sin elevación del
segmento ST-T. E, IAM sin elevación del ST-T; nótese la aparición de una onda T profunda,
negativa y simétrica. F, reducción del voltaje de la onda R e inversión de la onda T.
Figura 6-1.
V4 V4 V4 V3 V4 V5
7 8 9 10 11 12
V1 V6 V6 V5 V4 V2
1. Accidente vascular cerebral. 2. Trazo posterior a un episodio de taquicardia paroxística. 3. Extrasístole supraventricular en paciente
con marcapaso ventricular. 4. Infarto del miocardio con elevación del segmento ST (evolución de días a semanas). 5. Infarto agudo
del miocardio sin elevación del ST-T (antes llamado infarto No Q). 6. Isquemia subendocárdica aguda. 7. Bloqueo de rama derecha
del haz de His. 8. Bloqueo de rama izquierda del haz de His. 9. Patrón de preexcitación (síndrome de Wolff-Parkinson-White). 10.
Hipertrofia ventricular izquierda y sobrecarga sistólica. 11. Intoxicación digitálica (cubeta digitálica). 12. Hipertrofia del ventrículo
derecho con sobrecarga sistólica.
Fig. 6-2. Diferentes causas de depresión del segmento ST, de negatividad de la onda T o de ambas.
El electrocardiograma difícil en el infarto del miocardio
69
20/12/06 8:10:21 am
70 Parte I Diagnóstico y terapéutica
Miocarditis aguda. Aquí existe elevación difusa del ST-S tal como
ocurre en la pericarditis aguda, pero el supradesnivel del ST-S a veces
es tan prominente que semeja a un IAM. El ECG puede permanecer
anormal hasta por cuatro meses; sin embargo, aquí es de ayuda reco-
nocer que las ondas T son planas o invertidas con QRS de bajo voltaje.
Pueden existir trastornos de la conducción auriculoventricular.
BLOQUEOS DE LA CONDUCCIÓN
EN EL INFARTO AGUDO DEL MIOCARDIO
V1 V2 V3 V4 V5 V6
B
DI DII DIII aVR aVL aVF
V1 V2 V3 V4 V5 V6
C
DI DII DIII aVR aVL aVF
V1 V2 V3 V4 V5 V6
72
V1 V2 V3 V4 V5 V6
INFARTO AURICULAR
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Wellens HJ y Conover MB. The ECG in emergency decision making. Philadelphia,
WB Saunders Company, 1992:1-25.
2. Smith SW et al. The electrocardiography in acute myocardial infarction. Philadelphia,
Lippincott Williams & Wilkins, 2002:47-183.
3. Sodi Pallares et al. Electrocardiografía clínica: análisis deductivo. México, Méndez
Editores, 1964:194-205.
4. Bayés de Luna A. Clinical electrocardiography: a textbook. Futura Publishing Com.,
1993.
5. Edhouse J, Brady WJ, Morris F. ABC of clinical electrocardiography: acute myocardial
infarction. BMJ 2002;321:963-966.
6. Wang K, et al. ST-segment elevation in conditions other than acute myocardial infarc-
tion. N Engl J Med 2003;349:2128:2135.
7. Sgarbossa et al. Electrocardiographic diagnosis of evolving acute myocardial infarction
in the presence of left bundle-branch block. N Engl J Med 1996;334:481.
8. Sokolove PE. Interobserver agreement in the electrocardiographic diagnosis of acu-
te myocardial infarction in patients with left bundle branch block. Ann Emerg Med
2000;36(6):566-571.
9. Iturralde P. Arritmias cardiacas. 2da Ed. México, McGraw-Hill, 2001:693-720.
10. Brady WJ. Acute posterior wall myocardial infarction: electrocardiographic manifesta-
tions. Am J Emerg Med 1998;16(4):409-413.
11. Cárdenas M. Infarto posterior (dorsal) e infarto del ventrículo derecho. Arch Cardiol
Méx 2004;74(supl 1):S38-43.
12. Brady WJ. Reciprocal ST segment depression: impact on the electrocardiographic
diagnosis of ST segment elevation acute myocardial infarction. Am J Emerg Med
2002;20(1):35-38.
13. Kozlowski FH. The electrocardiographic diagnosis of acute myocardial infarction in
patients with ventricular paced rhythms. Acad Emerg Med 1998;5(1):52-57.
Contenido
78
VALORACIÓN PRONÓSTICA
DE LA ANGINA CRÓNICA ESTABLE
Dolor torácico
La información descriptiva acerca del dolor torácico es importante en
la valoración del pronóstico del paciente y el riesgo de enfermedad co-
ronaria grave. Sin embargo, la localización y extensión del obstáculo
por evidencia angiográfica y el grado de disfunción ventricular parecen
encerrar mejor poder predictor que las características de los síntomas,
aunque ello no implica que deban ignorarse los parámetros clínicos
para la estratificación de riesgo.
Electrocardiograma
Los pacientes que muestran anormalidades en el electrocardiograma
(ECG) de reposo tienen un mayor riesgo que aquellos con un electro-
cardiograma normal. La evidencia de una imagen de necrosis miocár-
dica previa en el ECG indica un incremento del riesgo de futuros epi-
sodios cardiacos adversos.
Radiografía de tórax
La presencia de cardiomegalia, aneurisma ventricular izquierdo o con-
gestión venosa pulmonar observados en la radiografía de tórax signifi-
can un débil pronóstico a largo plazo. La dilatación auricular izquier-
da, indicativa de congestión venosa pulmonar o insuficiencia mitral, es
también un factor pronóstico negativo.
Prueba de esfuerzo
La estratificación de riesgo con la prueba de esfuerzo no tiene valor en
forma aislada; adquiere utilidad cuando forma parte de un conjunto
que incluye a factores previamente analizados. En la estratificación del
riesgo de los enfermos con sospecha de enfermedad oclusiva corona-
ria se debe considerar de manera inicial una prueba de esfuerzo. El
tipo de protocolo de esfuerzo se debe basar en el electrocardiograma en
reposo, la capacidad física para realizar esfuerzo y la ausencia de sín-
tomas isquémicos. La prueba de esfuerzo puede utilizarse para estimar
el pronóstico y de este modo dirigir la decisión de tratamiento. Uno de
los predictores pronósticos más importantes es la capacidad máxima
de esfuerzo, la cual se relaciona con la disfunción ventricular izquierda
en reposo y con el grado de disfunción ventricular que se produce al
efectuar esfuerzo. Un segundo grupo de marcadores pronósticos se rela-
Riesgo alto
1. Múltiples factores de riesgo de enfermedad de arteria coronaria (EAC):
diabetes, tabaquismo, dislipidemia o edad 65 años
2. Angina de reposo o posinfarto con dolor prolongado 20 min
3. Depresión del segmento ST 1 mm en dos derivaciones contiguas o
elevación transitoria del ST
4. Signos de insuficiencia cardiaca, disfunción ventricular izquierda y/o
inestabilidad hemodinámica
5. Biomarcadores séricos elevados
6. Puntaje de TIMI 6
Riesgo intermedio
1. Diabetes mellitus
2. Antecedentes de infarto o revascularización miocárdica
3. Angina prolongada, pero ya resuelta
4. Inversión profunda de la onda T en 5 derivaciones sin depresión del
segmento ST
5. Marcadores inflamatorios elevados con biomarcadores normales
6. Puntaje de TIMI de 3-5
Bajo riesgo
1. Angina que ocurre con menor umbral de esfuerzo o angina de reciente
inicio o de mayor frecuencia, gravedad o duración
2. ECG normal o sin cambios
3. Biomarcadores o marcadores inflamatorios normales
4. Puntaje de TIMI de 10-2
Probabilidad de muerte
Clase Definición o IM* a un año
Gravedad
Clase I Angina grave o acelerada de 7.3%
reciente comienzo sin angina
de reposo
Clase II Angina de reposo en el 10.3%
último mes, pero no en las
últimas 48 h
Clase III Angina en reposo en las 10.8%
últimas 48 h p 0.057
Presentación clínica
A (angina En presencia de afección 14.1%
secundaria) extracardiaca que aumente la
isquemia
B (angina primaria) En ausencia de una afección 8.5%
extracardiaca
C (angina posinfarto) Dentro de dos semanas 18.5%
posinfarto miocárdico agudo (p 0.001)
Intensidad del
tratamiento Se divide en tres grupos:
1. En ausencia de
tratamiento para angina
estable crónica
2. Durante el tratamiento de
la angina estable crónica
3. A pesar de tratamiento
antiisquémico máximo
Cambios en el ECG Se dividen en aquellos con o
sin cambios transitorios en el
segmento ST durante la crisis
álgica
* IM: infarto del miocardio.
Electrocardiograma
El electrocardiograma de 12 derivaciones es el primer estudio obje-
tivo en la valoración de isquemia cardiaca y puede proveer informa-
Troponinas
En razón del alto valor predictivo de la troponina T o I para correlacio-
nar la necrosis miocárdica, resulta de gran utilidad para el diagnóstico
y tratamiento de los SICA-SESST. La cantidad de troponinas T o I
liberadas guarda una relación directa con el riesgo de muerte de los
pacientes con SICA-SESST. Sus valores elevados proporcionan infor-
mación pronóstica más allá de la que ofrecen las características clíni-
cas, los hallazgos electrocardiográficos o la prueba de esfuerzo antes
del egreso hospitalario. Las troponinas elevadas pueden correlacionarse
con la presencia de trombo intracoronario y pudieran reflejar la activi-
dad trombógena de las placas fisuradas. En el subestudio GUSTO IIa
se evaluó la troponina T comparada con el electrocardiograma basal y
CK-MB como marcador de riesgo en 855 pacientes, y el resultado indi-
có que la probabilidad de mortalidad a corto plazo se correlacionó con
la concentración sérica de troponina T. La troponina I también ha sido
evaluada como marcador de riesgo en los síndromes coronarios agudos.
En un análisis retrospectivo de 1 404 pacientes realizado en el TIMI-3,
la troponina I fue positiva en 41% de pacientes. El riesgo de mortalidad
se incrementó con el aumento de la troponina I; cuando el estado de la
troponina I fue mayor de 0.04 ng/ml, la mortalidad fue significativa-
mente mayor en comparación con los que la tuvieron negativa (3.7 con-
tra 1.0%). En un análisis retrospectivo de orbofibán en pacientes con
síndromes coronarios agudos (OPUS-TIMI 16), se encontró que cada
biomarcador elevado se relacionó de manera independiente con pro-
0–1 3 5
2 3 8
3 5 13
4 7 20
5 12 26
6–7 19 41
PCR-hs
BNP
Troponina I
Inflamación
Activación neurohumoral
Mortalidad, infarto o insuficiencia
Necrosis
25
cardiaca a 6 meses
20
15 Marcadores
séricos
10
0
0 1 2 3
Examen físico
PAS 100 mmHg 3 puntos
FC 100 2 puntos
Killip Kimbal II–IV 2 puntos
Peso 67 kg 1 punto
Presentación clínica
IM anterior extenso o BRIHH 1 punto
Tratamiento después de 4 h 1 punto
1. Inestabilidad hemodinámica
2. Arritmias ventriculares
3. Persistencia de elevación del SST
4. Evolución desfavorable del SST
5. Valores de HDL bajos o elevados de lipoproteína
6. Insuficiencia mitral residual
7. Cardiopatía hipertensiva
8. Lesiones difusas en las arterias coronarias
9. Diabetes mellitus
10. Estrés
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Gibbons R, Chatterjee K, Daley J, et al. ACC/AHA/ACP-ASIM Guidelines for the
management of patients with chronic stable angina. J Am Cardiol 1999;33:2093-
2189.
2. Mock MB, Ringqvist I, Fisher LD, et al. Survival of medically treated patients in the
coronary artery surgery study (CASS) registry. Circulation 1982;66:562-568.
3. Braunwald E. Unstable angina. A classification. Circulation 1989;80:410-414.
4. Scirica BM, Cannon CP, McCabe CH, et al. Prognosis in the thrombolysis in myocar-
dial ischemia III registry according to the Braunwald unstable angina pectoris classifi-
cation. Am J Cardiol 2002;90:821-826.
5. Braunwald E. Application of current guidelines to the management of unstable angi-
na and non-ST-elevation myocardial infarction. Circulation 2003;108(suppl III):III28-
III37.
6. Sabatine MS, Morrow DA. Multimarker approach to risk stratification in non-ST ele-
vation acute coronary syndromes. Circulation 2002;105:1760-1763.
7. Mandeep S, Reeder S. Scores for post-myocardial infarction risk stratification in the
community. Circulation 2002;106:2309-2314.
8. Jakob T, Hoefsten ED. Simple risk stratification at admission to identify patients with
reduced mortality from primary angioplasty. Circulation 2005;112:2017-2021.
9. Morrow DA, Antman ME. TIMI risk score for ST-elevation myocardial infarction:
a convenient, bedside, clinical score for risk assessment at presentation. Circulation
2000;102:2031-2037.
Contenido
INTRODUCCIÓN
96
Analgésicos
Disminuir el dolor es un objetivo primordial en la terapéutica médica,
además de que abate la respuesta catecolamínica. La morfina se consi-
dera el analgésico de primera elección en la fase aguda del enfermo
isquémico por su efecto sedante y por sus favorables propiedades he-
modinámicas. Se administra si el dolor no cede de inmediato con la
utilización de nitroglicerina, existe edema pulmonar o está presente un
estado de agitación o de ansiedad. Se puede considerar a la nalbufina
como una segunda opción.
Nitratos
Se usan como tratamiento sintomático para el alivio de la isquemia
miocárdica ya que no se ha demostrado que tengan efecto sobre la mor-
Betabloqueadores
Se prescriben en todos los enfermos que no presenten contraindica-
ciones para su empleo. La vía de administración depende del riesgo
establecido para el síndrome coronario agudo. La dosis inicial debe ser
intravenosa en enfermos de alto riesgo o en presencia de angina en
evolución. Para aquellos de riesgo medio o bajo se prefiere la adminis-
tración por vía oral.
El metoprolol y el atenolol son los dos betabloqueadores más utili-
zados. La dosis del metoprolol por vía intravenosa es de 1 mg/min, con
dosis máxima de 5 mg cada vez, hasta alcanzar el total de 15 mg de ser
necesario, seguida de la vía oral (dosis de 100 hasta 200 mg en 24 h). La
dosis de atenolol es de 5 mg IV y de 50-100 mg vía oral/día.
Antitrombínicos
Heparina. Ejerce su efecto anticoagulante al acelerar la acción de la
antitrombina circulante, una enzima que inhibe a los factores II activa-
do (trombina), IXa y Xa. Previene la propagación del trombo, mas no
ejerce efecto lítico en el ya formado. La heparina no fraccionada (HNF) es
una cadena de polisacáridos con peso molecular que oscila entre 5 000
y 30 000 dáltones y se une a varias proteínas circulantes, células sanguí-
neas y células endoteliales. La heparina de bajo peso molecular se obtiene de
la despolimerización de la heparina no fraccionada, con conservación
de su poder anticoagulante, incluso con un efecto más específico sobre
el factor Xa y una relación de inhibición Xa/IIa de 1.9 a 3.8 según la
heparina de bajo peso molecular, de las cuales la enoxaparina es la que
muestra una relación más alta. Así, este tipo de heparina es más selec-
tivo, ejerce un efecto más duradero, muestra mejor biodisponibilidad y
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Sigmund S. ESC Guidelines. The task force for percutaneous coronary interventions
of the European Society of Cardiology. Eur Heart J 2005;26:804-847.
2. Braunwald E. ACC/AHA 2002. Guideline update for the management of patients
with unstable and non-ST-segment elevation myocardial infarction. J Am Coll Cardiol
2002;40:1366-1374.
3. Campos J, Juárez U, Rosas M. Disminución de hemorragias totales con dosis redu-
cidas de enoxaparina en angina inestable de alto riesgo. Estudio ENHNFAI. Arch
Cardiol Méx 2002;72:209-219.
4. Grupo Cooperativo del Consenso. Primer Consenso Mexicano sobre los síndromes
isquémicos coronarios agudos sin elevación del segmento ST. Arch Cardiol Méx
2002;72(S2):S5-S44.
Contenido
Diagnóstico
Interrogatorio
Exploración física
Electrocardiografía
Exámenes de laboratorio
Radiografía de tórax
Ecocardiograma
Tratamiento
Medidas generales inmediatas
Aspirina y terapia antiplaquetaria
Nitroglicerina
Morfina
Terapia de reperfusión
Heparina
Betabloqueadores
IECA
Antagonistas de los canales del calcio
Antiarrítmicos
107
INTRODUCCIÓN
El infarto del miocardio es la necrosis del músculo cardiaco secundaria a
isquemia extrema, que ocurre como resultado de un déficit agudo de la
perfusión coronaria lo suficientemente prolongada para llegar a producir
muerte del segmento miocárdico que irrigaba la arteria ocluida.
Hoy en día, el infarto del miocardio se considera como una en-
tidad situada en uno de los extremos de un espectro conocido como
síndromes coronarios agudos (SICA), que también incluye al infarto sin
elevación del segmento ST, en la parte media del espectro, y a la angina
inestable en el extremo opuesto.
De manera habitual la oclusión trombótica de una arteria corona-
ria con enfermedad ateroesclerosa previa causa el infarto del miocar-
dio. Esta oclusión representa el punto final de un proceso complejo que
en términos generales comprende:
Formación de una placa ateroesclerosa ⇒ Rotura de la misma ⇒
Agregación plaquetaria ⇒ Trombosis intravascular ⇒ Vasoconstric-
ción ⇒ Oclusión coronaria
En cada caso, el volumen de miocardio en riesgo depende de: a)
arteria(s) coronaria(s) comprometida(s), b) sitio de la oclusión coronaria
(proximal, medio o distal), c) grado de oclusión trombótica (total o sub-
total), d) presencia de circulación colateral al área afectada, e) tiempo de
evolución de la oclusión coronaria, f) presión de perfusión coronaria.
Con una necrosis miocárdica 25% de la masa miocárdica apa-
rece insuficiencia cardiaca y con una necrosis 40% sobreviene el
choque cardiógeno.
Sin un tratamiento adecuado, la mortalidad por infarto del miocar-
dio se aproxima a 40% en el curso del primer mes.
DIAGNÓSTICO
Interrogatorio
• Presencia de uno o más factores de riesgo cardiovascular.
• No modificables: edad avanzada, género masculino, antecedentes
familiares de cardiopatía isquémica.
Exploración física
Aunque en la mayoría de los casos aporta pocos datos al diagnóstico del in-
farto, su utilidad es imprescindible para valorar la presencia de insuficien-
cia cardiaca, en la realización del diagnóstico diferencial, y para estratificar
el riesgo y establecer la situación clínica basal ante el posible desarrollo de
complicaciones mecánicas. Debe prestarse atención a la presencia de:
Electrocardiografía
El electrocardiograma es la prueba diagnóstica más útil en la evalua-
ción inicial y estratificación de pacientes con sospecha de un SICA; per-
mite confirmar el diagnóstico de infarto del miocardio en más de 80%
de los casos. Se debe realizar en los primeros 10 minutos de ingreso del paciente a
la consulta de urgencias mientras se completa el interrogatorio.
Clasificación electrocardiográfica
• DIII es la derivación más sensible para detectar infarto de localiza-
ción inferior.
• aVL es la derivación más sensible para detectar infarto de localiza-
ción lateral alta.
• El infarto de localización posterior (dorsal) se identifica en el elec-
trocardiograma de 12 derivaciones por depresión del segmento ST
de V1 a V3 (en general asociada a infarto inferior), con aumento
creciente de la onda R en estas derivaciones.
• El infarto del ventrículo derecho se identifica en el electrocardio-
grama de 12 derivaciones por elevación del segmento ST en V1
(usualmente vinculado a infarto inferior) y se confirma con el regis-
tro de precordiales derechas.
Fig. 9-2. Infarto agudo del miocardio anterior extenso. Obsérvese la le-
sión subepicárdica en las derivaciones precordiales V2 a V6, DI y aVL.
Radiografía de tórax
Es útil para demostrar cardiomegalia, edema pulmonar o ensancha-
miento mediastínico ante sospecha de disección o aneurisma aórtico.
Si el diagnóstico de infarto agudo del miocardio ya se estableció
y no se sospecha disección aórtica, la radiografía puede diferirse para
después del tratamiento de reperfusión.
Ecocardiograma
Puede ser útil en la evaluación de pacientes con bloqueo de rama iz-
quierda del haz de His. La ausencia de anomalías de la contracción
segmentaria en presencia de síntomas persistentes hace poco proba-
ble el diagnóstico de infarto y, por el contrario, ante un cuadro clínico
propicio y un electrocardiograma vago encontrar acinesia o discinesia
segmentarias es muy sugerente de isquemia aguda. La limitación de
este procedimiento surge cuando el paciente tuvo un infarto previo.
También es útil para valorar la función ventricular y para reconocer
complicaciones mecánicas secundarias (rotura de músculo papilar, CIV,
seudoaneurisma, etc.).
TRATAMIENTO
Nitroglicerina
La nitroglicerina puede ser útil en el tratamiento de pacientes con in-
farto complicado con insuficiencia cardiaca, persistencia de la angina
o hipertensión arterial. En forma inicial también puede administrarse
nitroglicerina sublingual (0.4 mg) para determinar si el supradesnivel
del segmento ST es secundario a espasmo coronario (cuadro 9-5).
Debe interrogarse al paciente sobre el uso reciente de sildenafilo, dado que la
administración de nitroglicerina dentro de las 24 horas siguientes podría causar hi-
potensión refractaria. El tratamiento con nitroglicerina puede continuarse
durante 24 a 48 horas, después de las cuales los pacientes con insufi-
Morfina
En aquellos pacientes que no presentan remisión completa del dolor
con el uso de nitroglicerina se deben utilizar dosis pequeñas de sulfato
de morfina a intervalos regulares (cuadro 9-6).
La meperidina es una alternativa aceptable al sulfato de morfina a
dosis de 50 mg cada 4 horas.
Terapia de reperfusión
La medida fundamental en el tratamiento de pacientes con infarto del
miocardio es lograr cuanto antes el inicio de medidas destinadas a re-
Heparina
La heparina es un anticoagulante que inhibe en forma indirecta a la
trombina. Su administración está indicada junto a la terapéutica fibri-
nolítica específica contra fibrina y las recomendaciones para su uso es-
tán determinadas por el agente fibrinolítico seleccionado.
El uso de heparina se considera:
• Efectivo, apoyado por evidencia contundente (clase I) en:
• Efectivo, la evidencia disponible apoya con firmeza su uso (clase IIa) en:
Betabloqueadores
Los betabloqueadores ejercen varios efectos benéficos en la fase aguda
del infarto. Al antagonizar el estado hiperadrenérgico que acompaña al
infarto, disminuyen la presión arterial y la frecuencia cardiaca, lo cual
reduce la demanda miocárdica de oxígeno, limita el tamaño del infarto
y alivia el dolor. También se reduce la incidencia de rotura de la pared
libre del ventrículo.
Cuando el betabloqueo IV inmediato es seguido por tratamiento
oral, los estudios demuestran una reducción relativa del 15% en muerte
y reinfarto no fatal. Estos beneficios suelen contrabalancear los relativa-
mente poco comunes efectos adversos, como hipotensión, bradicardia
e insuficiencia cardiaca.
IECA
Los IECA demostraron disminuir la mortalidad en el estudio GISSI-3
y en el ISIS-4. Puede iniciarse su administración vía oral durante las
Antiarrítmicos
No se aconseja el uso profiláctico de lidocaína u otros agentes antiarrít-
micos para prevenir la taquicardia ventricular, la fibrilación o ambas.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Antman EM, Anbe DT, Armstrong PW, Bates ER, Green LA, Hand M, et al. ACC/
AHA guidelines for the management of patients with ST-elevation myocardial infarc-
tion: executive summary: a report of the ACC/AHA Task Force on practice guidelines
(Committee to revise the 1999 guidelines on the management of patients with acute
myocardial infarction). Circulation 2004;110:588-636.
2. Flather M, Pipilis A, Collins R, et al. Randomized controlled trial of oral capto-
pril, of oral isosorbide mononitrate and of intravenous magnesium sulphate start-
ed early in acute myocardial infarction: safety and haemodynamic effects. ISIS-4
(Fourth International Study of Infarct Survival) Pilot Study Investigators. Eur Heart
J 1994;15:608-619.
3. Gruppo italiano per lo studio dell streptochinasi nell’ infarto miocardico. Long term
effects of intravenous thrombolysis in acute myocardial infarction: final report of the
GISSI study. Lancet 1987;2:871-874.
4. Gruppo italiano per lo studio dell streptochinasi nell’ infarto miocardico. GISSI-
3: effects of lisinopril and transdermal glyceryl trinitrate singly and together on 6-
week mortality and ventricular function after acute myocardial infarction. Lancet
1994;343:1115-1122.
5. The GUSTO Investigators. An international randomized trial comparing four throm-
bolytic strategies for acute myocardial infarction. N Engl J Med 1993;329:673-682.
6. GUSTO IIb angioplasty substudy investigators. A clinical trial comparing primary
coronary angioplasty with tissue plasminogen activator for acute myocardial infarc-
tion. N Engl J Med 1997;336:1621-1628.
7. The GUSTO III Investigators. A comparison of reteplase with alteplase for acute
myocardial infarction. N Engl J Med 1997;337:1118-1123.
8. ISIS-2 (Second international study of infarct survival) Collaborative Group. Ran-
domised trial of intravenous streptokinase, oral aspirin, both or neither among 17,187
cases of suspected acute myocardial infarction. Lancet 1988;2:349-360.
9. Falk E, Shah PK, Fuster V. Coronary plaque disruption. Circulation 1995;92:657-671.
10. White HD, van de Werf FJ. Thrombolysis for acute myocardial infarction. Circulation
1998;97:1632-1646.
11. Topol EJ, van de Werf FJ. Acute myocardial infarction: early diagnosis and manage-
ment. En: Topol EJ (ed.). Textbook of cardiovascular medicine. New York: Lippincott-
Raven, 2002.
Contenido
Fisiopatología
Aspectos clínicos
Diagnóstico
Diagnóstico diferencial
Tratamiento
Líquidos parenterales
Inotrópicos
Trastornos del ritmo
Reperfusión
Pronóstico
INTRODUCCIÓN
129
FISIOPATOLOGÍA
La pared posterior y la lateral del VD son las que se afectan con más
frecuencia y determinan la aparición de trastornos de la movilidad y
el engrosamiento, lo que va desde la hipocinesia, la acinesia y hasta
la discinesia. Esta última es la forma más grave y provoca una mayor
disminución de fracción de expulsión del VD. Dicha cámara isqué-
mica se encuentra rígida y dilatada, lo que incrementa su presión de
llenado con desviación del tabique interventricular a la izquierda, he-
cho que a la vez altera la precarga del VI. La dilatación e incremento
en las presiones de llenado del VD ocasionan también aumento de la
tensión intrapericárdica, lo que ocasiona que ambos ventrículos com-
pitan entre sí durante la diástole. Esta situación de restricción ventri-
cular se puede apreciar en el patrón de raíz cuadrada en las curvas
de presión ventricular. La presión de la aurícula derecha está incre-
mentada, semejante a la del sistema venoso, lo que da lugar al signo
de Kussmaul. Existe, además, disminución de la precarga del VI que
parece ser producto de una disminución en la función sistólica por
pérdida de la geometría biventricular.
ASPECTOS CLÍNICOS
DI DII DIII
V1 V2 V3
V4 V5 V6
V3R V4R
Fig. 10-1. ECG con infarto inferolateral con extensión a ventrículo dere-
cho, como lo demuestra el desnivel positivo del ST de más de 0.1 mV en
V3R y V4R.
DIAGNÓSTICO
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
La presentación clínica del IVD que incluye el dolor precordial con los
cambios ECG y las alteraciones ecocardiográficas descritas permiten
diferenciarlo de las otras entidades mencionadas (cuadro 10-2).
TRATAMIENTO
Taponamiento cardiaco
Tromboembolia pulmonar
Infarto del miocardio con disfunción del VI
Pericarditis constrictiva
Hipertensión arterial pulmonar con insuficiencia del VD
Tumoración en corazón derecho que ocasiona obstrucción
PRONÓSTICO
LECTURAS SUGERIDAS
1. Lupi-Herrera E, Lasses LA, Cossío-Aranda J, et al. Acute right ventricular infarction:
clinical spectrum, results of reperfusion therapy and short-term prognosis. Coron Ar-
tery Dis 2002;13:57-64.
2. Lupi-Herrera E. Infarto agudo del ventrículo derecho. Fisiopatología, tratamiento y
pronóstico. Arch Inst Cardiol Méx 2001;71:S111-113.
3. Kinch JW, Ryan TJ. Right ventricular infarction. N Engl J Med 1993;330:1211-1217.
4. Rahimtoola SH. Diagnosis and management of right ventricular myocardial infarc-
tion. Curr Probl Cardiol 2004;29:1-47.
5. Zeymer U, Neuhaus KL, Wegscheider K, et al. Effects of thrombolytic therapy in acute
inferior myocardial infarction with or without right ventricular involvement. J Am Coll
Cardiol 1998;32:876-881.
6. Hurst JW. Comments about the electrocardiographic signs of right ventricular infarc-
tion. Clin Cardiol 1998;21:289-291.
7. Goldstein JA. Pathophysiology and management of right heart ischemia. J Am Coll
Cardiol 2002;40:841-853.
8. Golstein JA. Right heart ischemia: pathophysiology, natural history, and clinical man-
agement. Progr Cardiovasc Dis 1998;40:325-341.
9. Jacobs AK, Leopold JA, Bates E, et al. Cardiogenic shock caused by right ventricular
infarction. J Am Coll Cardiol 2003;41:1273-1279.
10. Haji S, Movahed A. Right ventricular infarction —diagnosis and treatment. Clin Car-
diol 2000;23:473-482.
Contenido
139
Fisiopatología
Esta complicación puede ocurrir como resultado de tres mecanismos
principales: 1) dilatación del anillo mitral secundario a dilatación del
ventrículo izquierdo, 2) disfunción asociada a isquemia regional o anor-
malidades en el movimiento de la pared ventricular cercana al sitio de
inserción del músculo papilar posterior y 3) rotura parcial o total del
músculo como resultado del infarto.
En general, suele presentarse con mayor frecuencia durante un in-
farto inferior, y es el músculo posteromedial el que se afecta con mayor
frecuencia como resultado del compromiso de la arteria descendente
posterior.2,3
Manifestaciones clínicas
La rotura total del músculo suele manifestarse con edema pulmonar,
choque cardiógeno y muerte. Al examen clínico el paciente puede refe-
rir dolor precordial y a la exploración se encuentra un soplo holosistóli-
co, el cual es audible en el ápex y se irradia a la axila o base del corazón,
además de cursar con disminución del 1er. ruido. Si existe rotura franca
del músculo papilar, el soplo suele irradiarse al borde esternal izquierdo
y puede confundirse con un soplo por rotura septal interventricular o de
estenosis aórtica. Cabe mencionar que en ocasiones la intensidad no re-
fleja la gravedad de la insuficiencia, ya que en pacientes con disfunción
ventricular grave y gasto cardiaco bajo el soplo puede ser muy suave o
estar ausente.1,2
Diagnóstico
El electrocardiograma (ECG) suele mostrar evidencia reciente de un
infarto, de manera habitual inferior, y la radiografía de tórax ilustra un
edema pulmonar.
El ecocardiograma (ECO) transtorácico bidimensional con Do-
ppler pulsado y a color es el método de elección para el diagnóstico, ya
que se constata el aleteo de la valva posterior como hallazgo caracterís-
tico en los casos de insuficiencia grave. De igual forma, en caso de que
Tratamiento
Los pacientes con rotura del músculo papilar deben identificarse con
rapidez con el fin de recibir la terapéutica apropiada en tanto se los
puede operar. Los objetivos principales son: disminuir el volumen re-
gurgitante, incrementar el volumen latido y el gasto cardiaco, reducir
la PCP y la presión sistólica de la arteria pulmonar (PSAP). El uso de
vasodilatadores como el nitroprusiato (0.5-1.0 μg/kg/min) con el obje-
to de mantener una TAM de 60 a 70 mmHg es útil para disminuir la
resistencia sistémica vascular, y por lo tanto reducir el volumen regur-
gitante e incrementar el volumen latido y el gasto cardiaco. De igual
manera, el balón de contrapulsación intraaórtico (BIAC) debe utilizarse
con el fin de disminuir la poscarga, mejorar la perfusión coronaria y el
gasto cardiaco.2
Además, dado que se trata de una entidad de alta morbimortalidad
(30 a 35%), la reparación quirúrgica es imperativa, si es factible con
plastia o en su defecto con el recambio valvular, sin dejar de lado la
posibilidad de revascularización completa de permitirlo la situación con
el fin de mejorar el pronóstico.4
Fisiopatología
En el caso de los infartos anteriores, el defecto suele encontrarse en-
tre los límites del miocardio preservado e infartado, en la parte apical
del tabique; por otro lado, en los infartos inferiores, suele encontrarse
en la región basal y posterior del tabique. En los casos sin reperfu-
sión, se inicia un proceso de necrosis coagulativa durante el tercer y
quinto días posinfarto, que después se comprueban como cambios
fibróticos septales en el caso de que los pacientes sobrevivan por va-
rias semanas.1,2
Becker y Mantgem, al igual que para la rotura de la pared libre
ventricular, describieron una clasificación fisiopatológica que consta de
tres grados: 1) rotura con desgarro abrupto del miocardio sin adelga-
zamiento de la pared, 2) miocardio adelgazado recubierto por trombo
antes de la rotura y 3) miocardio muy adelgazado con la formación
previa de un aneurisma y rotura en el centro del mismo (35-40% de los
casos). Desde el punto de vista morfológico puede clasificarse en simple
y compleja, la primera con un solo orificio que comunica ambas cavida-
des ventriculares, con el orificio a la misma altura, y la última con varios
tractos serpiginosos que comunican ambos ventrículos cuya base es el
tejido miocárdico necrótico.
Ahora bien, es necesario recalcar que la incidencia de esta compli-
cación durante un infarto anterolateral es mayor (con 30% de morta-
lidad); empero, el pronóstico es peor cuando el defecto es posterobasal
(70% de mortalidad), ya que en 30 a 40% de los casos el defecto no es
simple sino complejo.2,6
Manifestaciones clínicas
En estos casos los pacientes pueden cursar asintomáticos en forma ini-
cial, aunque pueden desarrollar de manera súbita angina, hipotensión
y de manera tardía edema pulmonar y datos de choque cardiógeno,
según la progresión del defecto. A la exploración suele auscultarse un
soplo holosistólico en la parte baja del borde esternal izquierdo, acom-
pañado de un frémito en 50% de los casos.1,5
Diagnóstico
El ECG puede mostrar trastornos de la conducción AV en 30 a 40% de
los casos. El ECO Doppler a color es el método diagnóstico de elección,
para el cual se informan sensibilidad y especificidad 95%, ya que con
Tratamiento
Al igual que en la rotura de músculo papilar, el tratamiento quirúr-
gico temprano (en forma ideal cierre del defecto y revascularización
completa) es el tratamiento de elección (supervivencia de 65-70% a 5
años), aunque existen comunicaciones en el sentido de que el retraso de
la operación por un periodo de tres a cuatro semanas puede ayudar a la
cicatrización del miocardio lesionado y mejorar de manera parcial
la mortalidad quirúrgica. Pese a ello, la mortalidad suele incrementarse
de manera progresiva en los pacientes que sólo reciben tratamiento mé-
dico a una tasa de 24% a las 72 horas y hasta de 75% a las tres a cuatro
semanas por la descompensación hemodinámica progresiva. Además,
en 28% de los casos puede haber reincidencia del defecto, lo cual con-
fiere una mortalidad mucho mayor.1,6-8
Por lo anterior, aparte del tratamiento quirúrgico, el manejo médi-
co intensivo con BIAC es imperativo con el fin de disminuir la poscarga
y el cortocircuito, además de incrementar la perfusión coronaria y man-
tener cifras tensionales adecuadas.8
Por otro lado, el empleo de vasodilatadores del tipo del nitropru-
siato juega un papel relevante en el tratamiento hemodinámico del pa-
ciente (reducción del cortocircuito e incremento del flujo sistémico). En
tiempos recientes se tuvo éxito en el cierre de los defectos septales con
dispositivos tipo amplatzer.8
Fisiopatología
A pesar de que la rotura ventricular puede ocurrir de manera muy tem-
prana (primeras 24 h), la terapia fibrinolítica disminuyó su incidencia.
Cabe mencionar que se presenta con más frecuencia en la porción
media de la región anterolateral del ventrículo izquierdo como parte
del compromiso de la arteria circunfleja, y la mayor parte de las veces
tiene lugar cerca de la unión del tejido necrótico con el músculo normal
(temprana), con menos frecuencia en el centro del infarto (tardía). Ade-
más de lo anterior, debe mencionarse como parte de la fisiopatología la
isquemia grave en ausencia de reperfusión espontánea sin circulación
colateral apropiada.1,2,10
Manifestaciones clínicas
Desde el punto de vista clínico se describen tres tipos de presentaciones
clínicas, de las cuales es más común la hemorragia masiva (5-6% de
los casos) dentro del saco pericárdico. Este tipo de pacientes desarrolla
datos de taponamiento y disociación electromecánica (DEM) intratable
que suele llevar a la muerte a los pacientes de manera instantánea.1,2,9
Con menor frecuencia (incidencia 2-3%) los pacientes pueden pre-
sentar una forma subaguda que se caracteriza por el desarrollo progre-
sivo de hipotensión, más tarde por taponamiento con DEM y choque
cardiógeno, para terminar en una forma más indolente de la enferme-
dad que puede conducir a la formación de un seudoaneurisma de la
pared ventricular izquierda (cuadro 11-2).2
Diagnóstico
En general los síntomas suelen presentarse de manera súbita, con ma-
nifestaciones como síncope (rotura masiva), dolor torácico prolongado
(54% de los casos), náusea, vómito recurrente, disnea, cianosis, ansiedad
y agitación, datos de pericarditis y taponamiento cardiaco (hipotensión,
plétora yugular, pulso paradójico y ruidos cardiacos atenuados).1,2
Tratamiento
El objetivo de la terapéutica es el diagnóstico oportuno con el fin de
realizar el tratamiento más conveniente, que depende del tipo de pre-
sentación clínica, ya que la mortalidad es muy elevada (60-90%). El
manejo médico con inotrópicos y vasopresores es necesario para lo-
grar la compensación pronta del estado hemodinámico del paciente.
De igual manera, la corrección quirúrgica es vital en los pacientes con
comportamiento tipo I, mientras que en los comportamientos tipos II y
III la pericardiocentesis juega un papel primordial, mientras se planea
la corrección definitiva.2
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Conforto A, Nuño I, et al. Acute myocardial infarction: disposition to the operating
room? Emerg Med Clin N Am 2003;21:779-802.
2. Johanes E, et al. Mechanical complications of acute myocardial infarction. Clev Clin
2003;22:901-920.
Contenido
INTRODUCCIÓN
148
FISIOPATOLOGÍA
ETIOLOGÍA
DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTO
temprana del Shock registry trial, 33% de los pacientes presentó estas
arritmias y necesitó reanimación cardiopulmonar avanzada. Además se
debe tener el material necesario para el uso de un marcapaso transito-
rio, sea transcutáneo o transvenoso.
De manera simultánea, se debe administrar el tratamiento farma-
cológico adjunto para síndromes coronarios agudos con y sin elevación
del segmento ST. En el caso particular de pacientes con infarto del mio-
cardio con elevación del segmento ST, si no se dispone de los medios
para realizar una intervención coronaria percutánea en forma tempra-
na, se debe iniciar la terapia trombolítica lo antes posible, en un periodo
de ventana menor de 12 horas desde el inicio del infarto, o bien en un
periodo de entre 12 y 24 horas del inicio del infarto para pacientes con
evidencia de isquemia recurrente o continua, siempre y cuando no exis-
tan contraindicaciones y los riesgos no superen los beneficios.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Goldberg RJ, Samad NA, Yarzebski J, et al. Temporal trends in cardiogenic shock
complicating acute myocardial infarction. N Engl J Med 1999;340:1162-1168.
2. Hasdai D, Harrington RA, Hochman JS, et al. Platelet glycoprotein IIb/IIIa blockade
and outcome of cardiogenic shock complicating acute syndromes without persistent
ST-segment elevation. J Am Coll Cardiol 2000;36:685-692.
3. Holmes DR, Jr, Berger PB, Hochman JS, et al. Cardiogenic shock in patients with
acute ischemic syndromes with and without ST-segment elevation. Circulation
1999;100:2067-2073.
4. Holmes DR, Jr, Bates ER, Kleiman NS, et al. Contemporary reperfusion therapy for
cardiogenic shock: the GUSTO-I trial experience. J Am Coll Cardiol 1995;26:668-674.
5. Menon V, Slater JN, White HD, et al. Acute myocardial infarction complicated by sys-
temic hypoperfusion without hypotension: report from the Shock registry trial registry.
J Am Med 2000;108:374-380.
6. Stamm RB, Gibson RS, Bishop HL, et al. Echocardiographic detection of infarction:
correlation with the extent of angiographic disease. Circulation 1983;67:233-244.
7. Parisi AF, Moynihan PF, Folland ED, et al. Echocardiography in acute and remote
myocardial infarction. Am J Cardiol 1980;46:1205-1214.
8. Leimbach WN, Jr, Wallin BG, Victor RG, et al. Direct evidence from intraneural recor-
dings for increased central sympathetic outflow in patients with heart failure. Circula-
tion 1986;73:913-919.
9. Thomas JA, Marks BH. Plasma norepinephrine in congestive heart failure. Am J Car-
diol 1978;41:233-243.
10. Levine TB, Francis GS, Goldsmith SR, et al. Activity of the sympathetic nervous system
and renin-angiotensin system assessed by plasma hormone levels and their relation to
hemodynamic abnormalities in congestive heart failure. Am J Cardiol 1982;49:1659-
1666.
11. Hasdai D, Holmes DR Jr, Califf RM, et al. Cardiogenic shock complicating acute
myocardial infarction: predictors of death. Am Heart J 1999;138:21-31.
12. Hasdai D, Califf RM, Thompson JS, et al. Predictors of cardiogenic shock after throm-
bolytic therapy for acute myocardial infarction. J Am Coll Cardiol 2000;35:136-146.
13. Hasdai D, Topol EJ, Califf RM, et al. Cardiogenic shock complicating acute coronary
syndromes. Lancet 2000;356:749-756.
14. Wong SC, Sanborn T, Sleeper LA, et al. Angiographic findings and clinical correlates
in patients with cardiogenic shock complicating acute myocardial infarction: a report
from the Shock registry trial registry. J Am Coll Cardiol 2000;36:1077-1083.
15. Hochman JS, Sleeper LA, White HD, et al, for the SHOCK investigators: Should we
emergently revascularize occluded coronaries for cardiogenic shock: one-year survival
following early revascularization for cardiogenic shock. JAMA 2001;285:190-192.
16. Dzavik V, Sleeper LA, Cocke TP, et al, for the SHOCK investigators. Early revascula-
rization is associated with improved survival in elderly patients with acute myocardial
infarction complicated by cardiogenic shock: a report from the Shock registry trial
Registry. Eur Heart J 2003;24:828-837.
17. Dauerman HL, Ryan TJ, Piper WD, et al. Outcomes of percutaneous coronary in-
tervention among elderly patients in cardiogenic shock: a multicenter, decade-long
experience. J Invasive Cardiol 2003;15:380-384.
18. ACC/AHA Guidelines for the Management of Patients with ST-Elevation Myocar-
dial Infarction-Executive Summary. A report of the American College of Cardiology/
American Heart Association Task Force on Practice Guidelines (Writing Committee
to Revise the 1999 Guidelines for the Management of Patients with Acute Myocardial
Infarction). Circulation 2004;110:588-636.
19. ACC/AHA 2002 Guideline Update for the Management of Patients with Unsta-
ble Angina and Non-ST-Segment Elevation Myocardial Infarction. A report of the
American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice
Guidelines (Committee on the Management of Patients with Unstable Angina). Cir-
culation 2002;106:1893-1900.
Contenido
Definición
Epidemiología
Evaluación inicial
Fisiopatología
Tratamiento
Manejo inicial
Medicamentos
Balón intraaórtico de contrapulsación
Reperfusión
Trombólisis
Angioplastia coronaria transluminal percutánea (ACTP)
Cirugía de revascularización coronaria
Situaciones especiales
Insuficiencia mitral aguda
Rotura ventricular
INTRODUCCIÓN
156
DEFINICIÓN
El choque cardiógeno es la disminución del gasto cardiaco con evidencia
de hipoperfusión tisular en presencia de volumen intravascular adecuado.
Las manifestaciones clínicas y hemodinámicas se presentan en el
cuadro 13-2.
EPIDEMIOLOGÍA
EVALUACIÓN INICIAL
FISIOPATOLOGÍA
Infarto al miocardio
Isquemia
Vasodilatación
Vasoconstricción
RVS
compensadora Disfunción
miocárdica
progresiva
Muerte
TRATAMIENTO
Manejo inicial
El tratamiento inicial en pacientes con choque cardiógeno debe incluir
líquidos, a menos que exista edema pulmonar. Debe colocarse un acce-
so venoso central, línea arterial, sonda vesical y oximetría de pulso; por
lo general, la intubación y ventilación mecánica asistida se requieren ya
que disminuyen el trabajo respiratorio y el consumo de O2. El uso del
catéter de flotación pulmonar es una guía útil para el clínico, y sin em-
bargo hacerlo no se traduce en un menor impacto en la mortalidad de
estos enfermos, por lo que su empleo es opcional. Deben corregirse las
anormalidades electrolíticas ya que favorecen el desarrollo de arritmias,
además de mantener la homeostasis. La sedación y analgesia con fenta-
nilo o morfina disminuyen la liberación de catecolaminas, la precarga,
poscarga y consumo de O2.
Medicamentos
El uso de nitratos, betabloqueadores e IECA puede exacerbar la hipoten-
sión, por lo que en general se evitan hasta que el paciente se estabiliza.
Reperfusión
El tratamiento médico y el BIAC no cambian la historia natural de la
enfermedad, por lo que el mejor tratamiento en el choque cardiógeno
es la revascularización temprana, ya que es la única medida que puede
interrumpir el progresivo deterioro hemodinámico.
Trombólisis
La terapia trombolítica ha mostrado consistentemente disminuir la mor-
talidad en pacientes con infarto del miocardio así como disminuir la in-
cidencia de choque cardiógeno; pese a ello, en la actualidad la evidencia
es que la trombólisis no disminuye la mortalidad en pacientes con choque
cardiógeno, excepto cuando se utiliza junto a BIAC, en donde parece
mejorar la sobrevida. Se cree que las razones por las cuales la trombólisis
no produce beneficios obedecen a que la hipotensión no permite la pe-
netración de los agentes trombolíticos al trombo y el colapso pasivo de la
arteria afectada disminuye la eficacia del trombolítico.
SITUACIONES ESPECIALES
Rotura ventricular
La rotura ventricular en el tabique se presenta como un cuadro de insu-
ficiencia cardiaca grave o choque, en donde se detecta un soplo o frémi-
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Hollenberg SM, et al. Cardiogenic shock. Ann Intern Med 1999;131:47-59.
2. Hochman JS. Cardiogenic shock complicating acute myocardial infarction. Expand-
ing the paradigm. Circulation 2003;107:2998-3002.
3. Chen EW, et al. Relation between hospital intra-aortic balloon counterpulsation vol-
ume and mortality in acute myocardial infarction complicated by cardiogenic shock.
Circulation, 2003;108:951-957.
4. Wernly JA. Ischemia, reperfusion, and the role of surgery in the treatment of cardio-
genic shock secondary to acute myocardial infarction: an interpretative review. J Surg
Res 2004;1(117):6-19.
5. Fincke R, et al. Cardiac power is the strongest hemodynamic correlate of mortality
in cardiogenic shock: a report from the SHOCK trial registry. J Am Coll Cardiol
2004;44:340-348.
6. Fang J, Alderman MH. Revascularization among patients with acute myocardial in-
farction complicated by cardiogenic shock and impact of American College of Cardi-
ology/American Heart Association Guidelines. Am J Cardiol 2004;94:1281-1285.
7. Opie L. Drugs for the heart. 6th edition. Philadelphia, WB Saunders, 2004.
8. Dzavik V, et al. Outcome of patients aged 75 years in the SHould we emergently
revascularize Occluded Coronaries in cardiogenic shocK (SHOCK) trial: do elderly
patients with acute myocardial infarction complicated by cardiogenic shock respond
differently to emergent revascularization? Am Heart J 2005;149(6):1128-1134.
9. Klein LW, et al. Mortality after emergent percutaneous coronary intervention in car-
diogenic shock secondary to acute myocardial infarction and usefulness of a mortality
prediction model. Am J Cardiol 2005;96:35-41.
Contenido
165
1. Taquiarritmias
a) Ventriculares
a.1. Fibrilación ventricular
a.2. Taquicardia ventricular
a.3. Ritmo idioventricular acelerado
a.4. Extrasístoles ventriculares
b) Supraventriculares
b.1. Fibrilación auricular y flúter auricular
b.2. Taquicardia supraventricular paroxística
b.3. Taquicardia sinusal
b.4. Extrasístoles supraventriculares
b.5. Ritmo nodal acelerado
2. Bradiarritmias
a) Asistolia ventricular
b) Bloqueo auriculoventricular
b.1. Primer grado
b.2. Segundo grado
b.3. Tercer grado
c) Bradicardia sinusal
d) Disfunción del nodo sinusal
3. Arritmias por reperfusión
La finalidad de esta clasificación es que resulte clínicamente práctica. Se incluyen las que con más
frecuencia acompañan al infarto agudo del miocardio.
1. Disociación AV TV
2. Forma del QRS semejante a los bloqueos de rama de grado avanzado:
a) Duración del QRS 0.12 seg
b) Desviación del AQRS por arriba de 30°
c) + BRDHH V1: R monofásica o qR o QR o RS difásico
V6: Índice R/S 1
d) + BRIHH V1: R de menor amplitud que en ritmo sinusal
V1 y V2: Empastamiento de la rama descendente de la S
Intervalo entre el inicio del QRS y nadir de la S 70 mseg
e) QRS concordante de V1 a V6 (descartar preexcitación si son positivas)
f) Concordancia negativa de V1 o V2 a V6 es casi siempre TV
g) Ausencia de complejos R/S de V1 a V6
h) Si existen complejos RS: R/S 100 mseg TV
R/S 100 mseg TV o TSV
i) Latidos de fusión o captura (muy específico, pero poco sensible)
Son latidos adelantados del complejo QRS ancho, que se pueden pre-
sentar en forma aislada o duplas, bigeminismo o trigeminismo.
Se presenta en menos de 10% de los pacientes con IAM, pero por la fre-
cuencia rápida obliga al tratamiento inmediato. Se caracteriza por ser
de complejo QRS angosto, con una frecuencia ventricular media entre
120 y 250 latidos por minuto, sin onda P precedente (por encontrarse
ésta oculta en la T o por originarse en la parte baja de la aurícula). Es
de inicio súbito y puede ceder en forma espontánea del mismo modo
como se inició.
TAQUICARDIA SINUSAL
Una taquicardia mayor de 100 latidos por minuto, pero de manera ha-
bitual menor de 150 latidos por minuto, precedida de onda P; es una
manifestación de hiperactividad simpática que se puede acompañar de
hipotensión o hipertensión, causada por la ansiedad del dolor persisten-
te, insuficiencia ventricular izquierda, fiebre, pericarditis, hipovolemia,
tromboembolia pulmonar o la administración de simpatomiméticos
como epinefrina (adrenalina), atropina o dopamina, y rara vez en pa-
cientes con infarto auricular.
EXTRASÍSTOLES SUPRAVENTRICULARES
100 latidos por minuto que se detecta con mayor frecuencia en infartos
inferiores que en anteriores y el cual puede ser manifestación de intoxi-
cación digitálica.
ASISTOLIA VENTRICULAR
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Antman EM, Anbe DT, Armstrong PW, Bates ER, Green LA, Hand M, et al. ACC/
AHA guidelines for the management of patients with ST-elevation myocardial infarc-
tion: a report of the American College of Cardiology/American Heart Association
Task Force on Practice Guidelines (Committee to Revise the 1999 Guidelines for the
Contenido
Estenosis aórtica
Fisiopatología
Interrogatorio y examen físico
Estudios de gabinete
Tratamiento
Insuficiencia aórtica aguda
Fisiopatología
Interrogatorio y examen físico
Estudios de gabinete
Tratamiento
Estenosis mitral
Fisiopatología
Interrogatorio y examen físico
Estudios de gabinete
Tratamiento
Insuficiencia mitral aguda
Fisiopatología
Interrogatorio y examen físico
Estudios de gabinete
Tratamiento
178
ESTENOSIS AÓRTICA
Fisiopatología
Estudios de gabinete
Tratamiento
Quirúrgico: no hay tratamiento médico para la estenosis aórtica avan-
zada, por lo que el tratamiento de elección es el cambio valvular aórtico,
que se debe llevar a cabo lo antes posible. La sobrevida de los pacientes
sin tratamiento quirúrgico es: a) del 50% a 5 años en los que inician con
angina; b) del 50% a 3 años en los que presentan síncope, y c) del 50%
a 2 años en pacientes con insuficiencia cardiaca.
Valvuloplastia con balón: su eficacia es limitada, ya que sólo dismi-
nuye los síntomas sin mejorar la sobrevida, además de que se produce
Fisiopatología
Durante el cuadro agudo existe un aumento súbito del volumen en el
ventrículo izquierdo, el cual no es capaz de dilatarse como mecanismo
compensador, por lo que desarrolla taquicardia para mejorar el flujo
sanguíneo anterógrado. Además, se incrementa la presión diastólica
ventricular, que se transmite a la circulación pulmonar donde provoca
hipertensión venocapilar. Por otro lado, hay disminución del volumen
sistólico y del gasto cardiaco, con incremento de las resistencias peri-
féricas.
Estudios de gabinete
Tratamiento
ESTENOSIS MITRAL
Fisiopatología
Presentan un periodo latente de entre 20 y 40 años posterior al brote
de fiebre reumática. El flujo sanguíneo desde la aurícula izquierda al
ventrículo izquierdo está restringido, lo cual determina un gradiente
de presión entre las dos cámaras. Esto da como resultado el incre-
mento de la presión en la aurícula izquierda y en forma paulatina su
crecimiento, lo cual origina congestión pulmonar y disnea. Conforme se
incrementa la estenosis disminuye el flujo hacia el ventrículo izquierdo
y por lo tanto el gasto cardiaco. Alrededor de 40% de los pacientes
presenta fibrilación auricular, que se debe a la dilatación progresiva
de la aurícula izquierda. La vasoconstricción pulmonar, en conjunto
con la hipertensión en la aurícula izquierda, condicionan hipertensión
arterial pulmonar (HAP), que puede producir insuficiencia ventricular
derecha.
Estudios de gabinete
Tratamiento
• Médico: en pacientes con datos de congestión pulmonar se deben
restringir la ingesta de líquidos y sal, así como administrar diuréti-
cos. En casos de riesgo de embolia se debe iniciar anticoagulación
con heparina.
• Fibrilación auricular: incrementa el riesgo de embolia arterial sisté-
mica, que se presenta en 7 a 15% de los pacientes, y que se mani-
fiesta de manera preponderante como un accidente vascular cere-
bral, con sobrevida a 10 años de 25%. Es indispensable el control
de la frecuencia cardiaca mediante la administración de digoxina,
betabloqueadores o antagonistas del calcio del tipo no dihidropiri-
dínicos. Cuando se presenta en forma paroxística puede responder
a amiodarona o antiarrítmicos de clase IC. En caso de inestabilidad
hemodinámica por la reducción del llenado ventricular hay que
considerar la cardioversión eléctrica de urgencia. Si el episodio de
fibrilación auricular es mayor de 24 horas se debe realizar un eco-
cardiograma transesofágico previo para descartar la presencia de
trombo intraauricular, siempre con la administración de heparina
antes, durante y después del procedimiento.
• Valvuloplastia con balón: al inicio hay que descartar que el pa-
ciente no presente alguna contraindicación para el procedimiento
(cuadro 15-1). Además, se deben evaluar las condiciones de la vál-
vula, usualmente con la escala de Wilkins mediante la ayuda del
Fisiopatología
Existe un volumen regurgitante hacia la aurícula izquierda que determi-
na el incremento del flujo sanguíneo hacia las venas pulmonares y con-
diciona edema pulmonar, incremento de las resistencias pulmonares y
más adelante datos de insuficiencia cardiaca derecha. Por otro lado, hay
incremento del volumen que llega al ventrículo izquierdo proveniente
de las venas pulmonares y aurícula izquierda que determina el aumento
del volumen telediastólico. Esto da como resultado la disminución del
gasto cardiaco efectivo (anterógrado) del ventrículo izquierdo.
Los pacientes presentan disnea importante, así como también tos pro-
ductiva y fatiga.
A la exploración física no hay desplazamiento del ápex, y destaca
un soplo regurgitante mitral in decrescendo, suave y de baja tonalidad, el
cual puede o no ser holosistólico. En ocasiones puede acompañarse de
un tercer o cuarto ruido.
Estudios de gabinete
• ECG: hay que descartar la presencia de infarto como causa de la insu-
ficiencia mitral.
• Radiografía de tórax: no hay cardiomegalia, sólo puede presentar
datos de hipertensión venocapilar pulmonar.
• Ecocardiograma: el estudio transtorácico puede ayudar a determi-
nar la causa y gravedad de la IM; sin embargo, con el estudio trans-
esofágico se pueden obtener mejores imágenes de la morfología
valvular.
• Cateterismo: útil el del lado derecho para medir la presión capilar
pulmonar (onda v gigante), que refleja la presión de la aurícula iz-
quierda. El cateterismo izquierdo es útil para determinar el grado
de insuficiencia mitral en caso de duda con el ecocardiograma, ade-
más de evaluar la anatomía coronaria si se sospecha que la causa de
la IM sea isquémica.
Tratamiento
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Boon NA, Bloomfield P. The medical management of valvar heart disease. Heart
2002;87:395-400.
2. Bonow RO, Carabello B, de Leon AC, et al. ACC/AHH guidelines for the mana-
gement of patients with valvular heart disease: executive summary. A report of the
American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice
Guidelines (Committee on Management of Patients With Valvular Heart Disease).
Circulation 1998;98:1949-1984.
3. Carabello BA. Aortic stenosis. N Engl J Med 2002;346(9):276-282.
4. Bermejo J. The effects of hypertension on aortic valve stenosis. Heart 2005;91:280-
282.
5. Carabello BA. Evaluation and management of patients with aortic stenosis. Circula-
tion 2002;105:1746-1750.
6. Vahanian A, Palacios I. Percutaneous approaches to valvular disease. Circulation
2004;109:1572-1579.
7. Khot UN, Novaro GM. Nitroprusside in critically ill patients with left ventricular dys-
function and aortic stenosis. N Engl J Med 2003;348:1756-1763.
8. Crawford PA, Lin TL. The Washington Manual of Cardiology Subspeciality Consult.
1st ed. Washington, Lippincott Williams & Wilkins, 2004.
9. Bonow RO, Braunwald E. Valvular heart disease. En: Zippes DP (ed.). Braunwald’s
heart disease. 7th ed. Philadelphia: Elsevier Saunders, 2005:1553-1621.
10. Carabello BA. Modern management of mitral stenosis. Circulation 2005;112:432-
437.
Contenido
Antecedentes
Evaluación clínica de las prótesis valvulares
Métodos diagnósticos
Fluoroscopia
Ecocardiograma
Cateterismo cardiaco
Causas de disfunción protésica
Trombosis
Embolismo
Disfunción protésica estructural
Hemólisis
Fuga paravalvular
Endocarditis
Hemorragia por sobreanticoagulación
ANTECEDENTES
188
Bioprótesis
CA P CM
Aloinjerto S1 AM
2
S2 Soplo holosistólico
(Hancock o Escape aórtico
de alta frecuencia
Carpentier- SES SES R
Edwards)
ChA chasquido de abertura; ChC chasquido de cierre; SES soplo expulsivo sistólico;
R retumbo; CA cierre aórtico; CM cierre mitral; AM abertura mitral.
Fig. 16-1. Hallazgos auscultatorios en válvulas protésicas.
MÉTODOS DIAGNÓSTICOS
LECTURAS RECOMENDADAS
1. American Heart Association. Guidelines for the management of patients with valvular
heart disease: executive summary: a report of the American College of Cardiolo-
gy/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines (Committee on
Management of Patients With Valvular Heart Disease). Circulation 1998;98(18):1949-
1984.
2. Vongpatanasin W, Hills LD, Lange RA. Medical progress: prosthetic heart valves. N
Engl J Med 1996;335(6):407-416.
3. Romero A. Valoración racional de la disfunción de prótesis valvulares. Arch Cardiol
Méx 2004;74(supl. 2):243-247.
4. Gueret P, Vignon P, Fournier P, Chabernaud JM, Gómez M, LaCroix P, Bensaid J.
Cardiac values: transesophageal echocardiography for the diagnosis and manage-
ment of nonobstructive thrombosis of mechanical mitral valve prosthesis. Circulation
1995;91(1):103-110.
5. Juárez A, Del Campo JA, Figueroa JR, Benita A, Ramos VH, Chagolla MA, y col.
Prótesis valvulares. Experiencia del Instituto Nacional de Cardiología. Arch Cardiol
Méx 2004;74(supl. 2):364-368.
6. Gupta D, Kothari SS, Bahl VK, Goswami KC, Talwar KK, Manchanda SC, Venugo-
pal P. Valvular and congenital heart disease. Thrombolytic therapy for prosthetic valve
trombosis: Short- and long-term results. Am Heart J 2000;140(6):906-916.
7. Silber H, Khan SS, Matloff JM, Chaux A, DeRobertis M, Gray R. The St. Jude val-
ve: thrombolysis as the first line of therapy for cardiac valve thrombosis. Circulation
1993;87(1):30-37.
8. Groves P. Valve disease. Surgery of valve disease: late results and late complications.
Heart 2001;86:715-721.
9. Ferrans VJ, Loredo ML. Complicaciones de las válvulas protésicas cardiacas. Arch
Cardiol Méx 2001;71(1):10-12.
10. Mecozzi G, Milano AD, De Carlo M, Sorrentino F, Pratali S, Nardi C, Bortolotti
U. Intravascular hemolysis in patients with new-generation prosthetic heart valves: a
prospective study. J Thorac Cardiovasc Surg 2002;123(3):550-556.
Contenido
Definición
Clasificación
Patogenia
Microbiología de la endocarditis infecciosa (EI)
Diagnóstico
Ecocardiografía
Laboratorio
Complicaciones agudas
Insuficiencia cardiaca
Embolización
Anormalidades de la conducción
Abscesos del anillo valvular y pericarditis
Manifestaciones neurológicas
Aneurisma micótico
Tratamiento
Factores de mal pronóstico
Indicaciones de cirugía
Profilaxis
198
DEFINICIÓN
CLASIFICACIÓN
PATOGENIA
DIAGNÓSTICO
EVN, endocarditis sobre válvula nativa; EADP, endocarditis en adictos a drogas IV; EVP, endocarditis
de válvula protésica.
Criterios mayores
1. Como mínimo, dos hemocultivos positivos tomados con un intervalo
no menor de una hora o bien tres estudios positivos de una serie de
muestras recolectadas en el lapso de una hora.
2. Datos de daño valvular:
a. Ecocardiograma positivo para vegetación
b. Dehiscencia de prótesis no detectada previamente
c. Absceso miocárdico o paravalvular
Criterios menores
1. Presencia de cardiopatía subyacente
2. Fiebre de por lo menos 38°C
3. Alteraciones de origen inmunitario
a. Nódulos de Osler
b. Glomerulonefritis
c. Manchas de Roth
4. Fenómenos vasculares
a. Embolismo
b. Aneurismas micóticos
c. Hemorragias en astilla
d. Lesiones de Janeway
5. Hemocultivos positivos de forma aislada
Ecocardiografía
Su utilidad radica en la detección de vegetaciones en las cavidades car-
diacas, en particular en las válvulas. El ecocardiograma permite obser-
var las vegetaciones de un diámetro mayor de 2 mm. Las vegetaciones
que mejor se observan son las que se presentan en las EI por hongos,
por su gran tamaño.
La ecocardiografía es de gran utilidad en la detección de las com-
plicaciones de la EI a consecuencia del embolismo, en la localización de
los abscesos perivalvulares aórticos, en los trastornos hemodinámicos
debidos a tal situación y de enorme valor para indicar cirugía.
La sensibilidad del ecocardiograma transtorácico para detectar ve-
getaciones en válvulas nativas es de 71%, del transesofágico de 95%,
mientras que los abscesos perivalvulares por el ecocardiograma trans-
esofágico se detectan hasta en 87%.
Laboratorio
COMPLICACIONES AGUDAS
TRATAMIENTO
• Edad avanzada
• Formación de abscesos
• HIV con recuento de CD4 menor de 200
• Retraso en el diagnóstico
• Embolismo coronario o cerebral
• Endocarditis infecciosa recurrente
INDICACIONES DE CIRUGÍA
Aprobadas
• Insuficiencia cardiaca congestiva
• Prótesis inestable
• Infección no controlada
• Recaída de endocarditis sobre la prótesis valvular tras tratamiento
óptimo
• Embolia recurrente
PROFILAXIS
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Bertolasi C, Barrero C, Gimeno G, Liniado G, Mauro V. Cardiología 2000. Argentina,
Editorial Médica Panamericana S.A., 2001.
2. Durack D, Lukes A, Bright D. New criteria for diagnosis of infective endocarditis:
utilization of specific echocardiographic findings. Am J Med 1994;96.
3. Fuster V, Wayne A, Orourke R. Hurst’s, the heart. 10th edition. New York, McGraw-
Hill, 2001.
4. Marso S, Griffin B, Topol E. Cardiología. España, Marban Lobros S.L., 2002.
5. Sanford J, Gilbert D, Eliopoulos G, Moellering R, Sande M. The Sanford guide to an-
timicrobial therapy. 35th edition. Estados Unidos de América, Antimicrobial Therapy,
INC., 2005.
Contenido
Fisiopatología
Cuadro clínico
Diagnóstico
Gasometría arterial
Electrocardiograma (ECG)
Radiografía de tórax
Determinación de dímero D
Troponinas cardiacas
Gammagrama ventilatorio-perfusorio
Tomografía helicoidal (TH)
Resonancia magnética
Arteriografía pulmonar
Ecocardiograma transtorácico
Ecocardiograma transesofágico
Estratificación de riesgo en EP
Tratamiento
Heparina de bajo peso molecular (HBPM) y heparina no
fraccionada (HNF)
Interrupción de la vena cava inferior
Terapia trombolítica
209
FISIOPATOLOGÍA
CUADRO CLÍNICO
DIAGNÓSTICO
TEP menor
Síntomas: disnea o taquicardia transitoria, dolor pleural, palpitaciones, taquipnea
transitoria, tos, esputo hemoptoico, sibilancias
Signos: frote pleural
Gasometría arterial
La presencia de hipoxemia es común, pero su ausencia no excluye el
diagnóstico; la hipoxemia refractaria en presencia de presión arterial
normal sugiere disfunción de ventrículo derecho grave. La diferencia
alveolo-arterial puede ser útil como parámetro de gravedad de EP; es
común la presencia de alcalosis respiratoria y en casos de TEP masiva
existe mezcla de acidosis metabólica y respiratoria.
Electrocardiograma (ECG)
La utilidad del ECG en el paciente con sospecha de EP radica en la
capacidad de establecer o excluir otras afecciones, en primer lugar el
infarto agudo del miocardio. Las anormalidades electrocardiográficas
que presentan enfermos con EP tales como desviación del eje eléctrico
a la derecha, cambios en la onda T y anormalidades del segmento ST
son comunes cuando se presenta, pero no son específicas de EP y sólo
un tercio de los enfermos con EP masiva o submasiva presenta las ma-
nifestaciones de corazón pulmonar agudo.
Radiografía de tórax
En enfermos con EP, el estudio radiológico del tórax suele ser anormal
pero, al igual que el ECG, los datos no son específicos. Los hallazgos
radiológicos comunes incluyen atelectasias, derrame pleural, infiltrados
pulmonares y ligera elevación del hemidiafragma.
Determinación de dímero D
El valor de la determinación de dímero D por el método de ELISA es
que un resultado negativo ( 500 μg/L) prácticamente descarta TVP y
EP. La determinación positiva no es específica de ETV ya que también se
encuentra en casos de neumonía, sepsis, infarto agudo del miocardio, etc.
Siempre debe conocerse la técnica de determinación del dímero D con
que se cuenta, ya que métodos como el del látex tienen baja sensibilidad
y por tanto un valor negativo no excluye el diagnóstico de ETV.
Troponinas cardiacas
En el contexto clínico de EP, el mecanismo para la liberación de tropo-
ninas T e I se atribuye a incremento en la tensión de la pared del ven-
trículo derecho por sobrecarga de presión, con daño celular y micro-
infarto. Se ha demostrado una relación directa entre mayor liberación
de troponinas con la gravedad, curso clínico complicado, recurrencia
y mortalidad en los pacientes con EP. La demostración objetiva de mi-
cromionecrosis en el contexto de una EP establece a la isquemia como
marcador determinante en la génesis de la disfunción del ventrículo
derecho (DVD).
Los síntomas, signos, hallazgos gasométricos, radiológicos, electro-
cardiográficos, el resultado del dímero D y de troponinas cardiacas no
pueden considerarse diagnósticos de EP. Cuando la sospecha de ETV
es alta se requiere mayor evaluación, lo que implica recurrir a estrate-
gias diagnósticas invasivas y no invasivas. A continuación se describen
los métodos diagnósticos confirmatorios de EP y por último se hace
referencia al ecocardiograma como un método para cuantificar la re-
percusión hemodinámica del cuadro.
Gammagrama ventilatorio-perfusorio
De manera histórica, el gammagrama ventilatorio-perfusorio represen-
tó el método diagnóstico más difundido ante la sospecha de EP; sin em-
Resonancia magnética
Arteriografía pulmonar
Ecocardiograma transtorácico
Al igual que el ECG, este estudio orienta en el diagnóstico diferencial
de la EP con síndromes coronarios agudos, taponamiento cardiaco, di-
sección aórtica, etc.; además resulta útil en apoyar el diagnóstico de
EP con hallazgos como dilatación de cavidades derechas, insuficiencia
tricuspídea e hipertensión arterial pulmonar (HAP), y en cuantificar
la repercusión hemodinámica de la EP y graduar la respuesta al trata-
miento. El signo de McConell, caracterizado por acinesia o discinesia
de la porción media de la pared libre del ventrículo derecho con mo-
vilidad apical y basal hipercinética o normal, se considera un hallazgo
compatible con disfunción ventricular derecha (DVD) y se correlaciona
con datos clínicos y electrocardiográficos de hipertensión arterial pul-
monar aguda. Un dato importante es que en aquel paciente con EP
clínicamente estable, el signo de McConell es un dato fehaciente de
“inestabilidad inminente” en la evolución de la EP.
Ecocardiograma transesofágico
En ocasiones este estudio puede suministrar el diagnóstico definitivo de
EP, a diferencia del ecocardiograma transtorácico, al exhibir un trombo
en las porciones proximales de la rama derecha o izquierda de la arteria
pulmonar, con o sin contraste espontáneo. Tiene menor sensibilidad
que la TH, pero la especificidad para trombos en ramas principales es
igual que la TH y es el estudio de elección en aquel paciente con alta
sospecha clínica de EP que se encuentra en ventilación mecánica, en
el paciente con choque de causa desconocida o en el enfermo que se
recupera de un paro cardiorrespiratorio.
ESTRATIFICACIÓN DE RIESGO EN EP
Demográficas
70 años, cáncer, disfunción ventricular, enfermedad pulmonar crónica,
isquemia miocárdica
Síntomas
Disnea sostenida asociada a dolor en cara anterior de tórax sugestivo de
isquemia coronaria, síncope, choque o paro cardiorrespiratorio
Signos
Aumento del trabajo respiratorio, taquicardia, 3er ruido derecho, componente
pulmonar del 2o ruido aumentado de intensidad, hipotensión sistólica
( 100 mmHg), hipotermia, diaforesis, plétora yugular
Laboratorio
Hipoxemia refractaria, troponina T (0.04 y 0.07 ng/ml) o I ( 0.1 y 1.5 ng/
ml) predictores de mal pronóstico, péptido natriurético cerebral
( 50 pg/ml), elevación de CK-MB una o dos veces el valor normal
Electrocardiograma
S1–Q3–T3, qR en VI con elevación transitoria o persistente del segmento ST,
desnivel negativo del segmento ST u ondas T negativas de V1 a V4
Ecocardiograma
Hipocinesia regional o global del ventrículo derecho, presión sistólica de
arteria pulmonar 50 mmHg, fosa oval permeable, trombo en tránsito
en aurícula o ventrículo derecho
Ultrasonido o venografía
Trombosis en venas pélvicas
Hemodinamia
Presión media de arteria pulmonar de 30 a 40 mmHg, presión media de aurícula
derecha 10 mmHg, resistencias pulmonares 500 dinas/seg/ cm5
Circulación pulmonar
Obstrucción o alteraciones de la perfusión 30%
Todas las variables incluidas tienen significado estadístico para mortalidad y/o
eventos adversos y/u obstrucción 50%, y/o HAP grave y DVD
Sospecha clínica
Factores de riesgo morbilidad signos y síntomas Rx ECG
hipoxemia/desaturación dímero D
Estratificación
Estable Inestable
de riesgo
Anticoagulación
TF, terapia fibrinolítica; Rx, radiografía de tórax; ECG, electrocardiograma
TRATAMIENTO
Heparina de bajo peso molecular (HBPM)
y heparina no fraccionada (HNF)
En el momento en que se sospecha la presencia de TVP o EP debe ini-
ciarse la anticoagulación con cualesquiera de estas heparinas, a menos
que exista contraindicación. Recuérdese que al utilizar HNF la frecuen-
Terapia trombolítica
Si bien está por comprobarse que la terapia fibrinolítica (TF) disminuya
la mortalidad y hechos adversos en la fase aguda y a largo plazo, no hay
duda que al conjuntar anticoagulación con TF mejora la hemodinámica
pulmonar y la DVD. Los ensayos clínicos han culminado con la aproba-
ción de la TF para el tratamiento de ETV que cursa con inestabilidad he-
modinámica. Los trombolíticos aprobados son estreptocinasa, urocinasa y
activador tisular del plasminógeno, a las dosis que se indican en el cuadro
18-3. La TF también debe considerarse en pacientes que cursan con dis-
función ventricular derecha evidenciada por ecocardiograma. La vía de
administración intravenosa es hasta ahora la más recomendable. Siem-
pre debe recordarse que las contraindicaciones absolutas para trombólisis
incluyen sangrado activo, cirugía en las dos semanas previas al episodio,
presencia de afección intracraneal o antecedente de operaciones previas.
CONCLUSIÓN
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Tapson VF. Acute pulmonary embolism. Cardiol Clin 2004;22:353-365.
2. Kucher N. Goldhaber 52. Management of massive pulmonary embolism. Circulation
2005;112:e28-e32.
3. Wood KE. Major pulmonary embolism. Chest 2002;121:877-905.
4. Jerjes-Sánchez DC, Elizalde JJ, Sandoval J, Gutiérrez-Fajardo P, Seoane M, Ramí-
rez-Rivera A, y col. Diagnóstico, estratificación y tratamiento de la tromboembolia
pulmonar aguda. Arch Cardiol Méx 2004;74(Supl. 3):S547-S585.
5. Comerota AJ. The role of fibrinolytic therapy in the treatment of venous thromboem-
bolism. Dis Mon 2005;51:124-134.
Contenido
Definición
Epidemiología
Clasificación
Emergencia hipertensiva
Urgencia hipertensiva
Seudourgencias
Signos y síntomas
Interrogatorio
Exploración física
Etiología
Estudios de laboratorio e imagen
Tratamiento
Emergencias hipertensivas
Urgencias hipertensivas
DEFINICIÓN
219
EPIDEMIOLOGÍA
CLASIFICACIÓN
Emergencia hipertensiva
Se caracteriza por daño orgánico agudo grave causado por una ele-
vación acentuada de la presión sanguínea. El tratamiento debe dismi-
nuir de manera inmediata la presión arterial (minutos a pocas horas) y
controlarla con toda seguridad mediante tratamiento intravenoso, de
manera ideal, en una unidad de terapia intensiva.
Existen múltiples síndromes que se pueden manifestar como emer-
gencia hipertensiva (cuadro 19-1).
Urgencia hipertensiva
Elevación aguda o crónica de la PA (presión diastólica de más de 120
mmHg) sin relación con daño orgánico agudo y con síntomas mínimos
o ausentes. El riesgo de daño orgánico no es inmediato. La PA puede
disminuirse en forma progresiva en varias horas a días. Por lo general
no se requiere hospitalización y puede tratarse con medicamentos por
vía oral y seguimiento temprano (cuadro 19-2).
Seudourgencias
A diferencia de las crisis hipertensivas, son causadas por una estimula-
ción excesiva del sistema simpático como resultado de dolor, hipoxia,
Emergencia Urgencia
Variable hipertensiva hipertensiva
Síntomas Sí No o mínimos
Elevación aguda de la PA Sí Sí
Daño orgánico agudo Sí No
Hospitalización Sí No*
Cuidados intensivos Sí No
Vía de administración de IV Oral
medicamentos
Línea arterial Sí No
Velocidad de disminución de la PA Minutos a horas Horas a días
Evaluar HAS secundaria Sí Sí
*O estancia intrahospitalaria breve.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Interrogatorio
Se debe cuestionar acerca de los siguientes puntos:
Síntomas generales: náusea, vómito, pérdida de peso, anorexia, disnea, do-
lor precordial, cefalea, visión borrosa, dolor abdominal, oliguria (cua-
dro 19-3).
Cronología: la encefalopatía hipertensiva se caracteriza por una progre-
sión de los síntomas a lo largo de varios días.
Antecedente de hipertensión: la mayoría de los pacientes con hipertensión
acelerada o maligna tiene el diagnóstico de hipertensión arterial crónica
esencial y un porcentaje significativo padece hipertensión secundaria.
Fármacos: antihipertensivos, anticonceptivos, diuréticos, psicotrópicos,
inhibidores de la MAO, efedrina, remedios para el resfriado común.
Drogas: cocaína, anfetaminas.
Tabaquismo: los fumadores corren mayor riesgo de progresión a hiper-
tensión maligna.
Exploración física
Signos vitales: la PA debe medirse en brazos y piernas. La presencia de
hipertensión grave se confirma con dos mediciones separadas en 5 a 10
minutos. No existe un valor que diferencie una urgencia de una emer-
gencia; la diferencia la establece la presencia de hallazgos clínicos.
Fondo de ojo: se buscan datos de retinopatía, que incluye exudados, he-
morragias o papiledema.
Sistema nervioso central: se exploran funciones mentales superiores y signos
focales. Los pacientes con encefalopatía pueden presentar signos foca-
les, confusión o crisis convulsivas.
Sistema cardiorrespiratorio: se buscan estertores pulmonares (que pueden
explicarse por hipertensión venocapilar pulmonar), tercer o cuarto rui-
do cardiaco.
Sistema vascular: se exploran pulsos en las cuatro extremidades y en el
cuello y se buscan soplos, así como la presencia de edema.
ETIOLOGÍA
TRATAMIENTO
Emergencias hipertensivas
Hipertensión posoperatoria
Un 20 a 75% de los pacientes presenta hipertensión en el posoperato-
rio. Hipertensión grave se observa en pacientes con pobre control hi-
pertensivo en el preoperatorio, alteraciones autónomas, o antecedente
de ingesta de alcohol o cocaína. Para su tratamiento se debe buscar
una causa desencadenante, como dolor, hipoxia, hipercapnia, vejiga
distendida, hipervolemia, hipovolemia, vómito persistente o ansiedad.
El tratamiento debe ser intravenoso, más agresivo en el caso de pacien-
tes posoperados de una revascularización coronaria o endarterectomía
carotídea, pero de manera predominante el esquema a usar depende
de las condiciones clínicas del paciente, del tratamiento previo a la ope-
ración y del procedimiento realizado. En general, el NPS y el labetalol
conforman el tratamiento de elección y la NTG se escoge para los casos
de cirugía de revascularización coronaria.
Disección aórtica
La PA se debe disminuir de manera inmediata; el tratamiento anti-
hipertensivo es la primera elección en disecciones tipo B. Labetalol o
una combinación de BB con NTP es el tratamiento de elección (cuadro
19-5). Medicamentos que disminuyen la precarga e inducen taquicar-
dia compensadora están contraindicados. La meta es una PAM de 70
mmHg.
Urgencias hipertensivas
Inicio/duración
01-U-CHAVEZ.indd 228
Nombre Dosis Administración. de acción Efectos adversos Complicaciones Indicaciones
NPS 0.25-10 μg kg Iny 50 mg/2 ml; Inmediato/2-3 Náusea, Paro cardiaco, La mayoría de las
Parte I
(nitroprusiato) min; aumentar diluir en 250 cc min debilidad, toxicidad por emergencias
progresivamente de sol. salina en hipotensión, cianuro
según respuesta microgotero con toxicidad por
protección a la luz tiocianato
NTG 5-100 μg/min Iny 50 mg/10 ml; 2-5 min/5-10 Cefalea, Hipotensión, CI Síndromes
(nitroglicerina) diluir en 250 cc min taquicardia, en cardiopatías coronarios
de sol. salina en náusea, vómito con precarga agudos, IC
microgotero disminuida
Diagnóstico y terapéutica
Labetalol 20-80 mg c/15 min Iny 5 mg/ml 5 min/3-6 h Náusea, Hipotensión, Hipertensión
o 0.5-2 mg/min bradicardia asma, ICC intraoperatoria/
disección aórtica
Enalaprilo 0.625-1.2 mg c/6 h Iny 1.25 mg/ml 15 min/12- Hipotensión IR, hipotensión ICC
Bolo c/6 h 24 h
Hidralacina 10-20 mg IV c/4-6 h 20 mg/ml en bolos 15-30 min/4- Cefalea, AVC isquémico Eclampsia
6h taquicardia,
isquemia
cardiaca
Diazóxido 50-150 mg c/5 min; Iny 15 mg/ml sin 3-5 min/1-8 h Taquicardia, AVC isquémico, Encefalopatía,
30 mg/min diluir, en bolo angina, hipotensión eclampsia
retención
de sodio,
hipoglucemia
IR: insuficiencia renal; CI: contraindicada; ICC: insuficiencia cardiaca congestiva; IC: insuficiencia cardiaca; AVC: accidente vascular cerebral.
20/12/06 6:21:58 am
Capítulo 19 Crisis hipertensiva 229
Deterioro
neurológico
Dolor
precordial
Disnea
Cefalea
SÍ NO 3er RC
Estertores
Síntomas
focales
Retinopatía
EMERGENCIA URGENCIA GIV
HIPERTENSIVA HIPERTENSIVA Alteración de
pulsos
INGRESO A UNIDAD
OBSERVACIÓN 4-6 H EN
INTENSIVA
URGENCIAS
TRATAMIENTO
TRATAMIENTO VÍA ORAL
INTRAVENOSO
SEGUIMIENTO A CORTO
DISMINUCIÓN RÁPIDA Y
PLAZO
CONTROLADA DE LA PA
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Chiu J, Bhalla H. Hypertensive crisis. En: Griffin BP, Topol EJ (eds.). Manual of car-
diovascular medicine. Second edition. The Cleveland Clinic Foundation. Cleveland,
Ohio, Lippincott Williams & Wilkins, 2004:486-496.
2. Kaplan NM. Systemic hypertension: mechanisms and diagnosis. En: Braunwald E
(ed.). Heart disease: a textbook of cardiovascular medicine, 6th ed. Philadelphia, WB
Saunders Company, 2001:941-971.
3. Mansoor G, Frishman W. Comprehensive management of hypertensive emergen-
cies and urgencies. En: Heart disease. Philadelphia, Lippincot Williams & Wilkins,
2002:358-371.
4. Kaplan NM. Management of hypertensive emergencies. Lancet 1994;344:133-135.
5. McKindley DS, Boucher BA. Advances in pharmacotheraphy: treatment of hyperten-
sive crisis. J Clin Pharm Ther 1994;19:163-161.
Contenido
Disección aórtica
Tipos de disección aórtica
Manifestaciones clínicas
Diagnóstico
Estudios de imagen
Telerradiografía de tórax
Aortografía
Angiografía
Tomografía axil computarizada (TAC) con contraste
Resonancia magnética nuclear (RMN)
Ecocardiografía
Tratamiento
Disección aórtica tipo A
Disección aórtica tipo B
Tratamiento endovascular
Hematoma intramural
Evolución y tratamiento a corto plazo
Úlceras aórticas
Tratamiento
231
DISECCIÓN AÓRTICA
Clase Descripción
Clasificación de Daily o Stanford
Tipo A Disección que compromete la aorta ascendente,
independientemente del sitio de inicio de la lesión
Tipo B Disección de la aorta descendente
Clasificación de DeBakey
Tipo 1 Disección de las porciones ascendente y descendente de
la aorta torácica
Tipo 2 Disección de la aorta ascendente
Tipo 3 Disección de la aorta descendente
Clasificación de las variantes
Clase 1 Disección clásica con separación de la íntima/media, colgajo
de la íntima entre dos lúmenes (falso y verdadero)
Clase 2 Rotura de la media con hematoma intramural y separación de
la íntima/media; no hay imagen de colgajo
Clase 3 Disección discreta, lesión de la íntima sin hematoma
(disección limitada)
Clase 4 Úlcera ateroesclerótica penetrante, usualmente penetra hasta
la adventicia con hematoma localizado
Clase 5 Disección yatrógena/traumática
Manifestaciones clínicas
De manera típica, los pacientes con disección aórtica manifiestan dolor
en la región posterior del tórax de tipo lancinante o desgarrante (disec-
ción distal a la subclavia), o dolor en la región anterior de tórax (disección
de aorta ascendente) con irradiación a cualquier parte del tórax o ab-
domen.
Las presentaciones clínicas más características de la disección aór-
tica tipo A son el dolor torácico anterior (85%) o de espalda (46%), el
dolor abdominal (22%), el síncope (13%) y el accidente cerebrovascular
(6%); la presentación indolora es una forma poco frecuente (6.3%).
La presencia de síncope durante la disección aórtica se asocia a
peor pronóstico, y por lo general se trata de una disección proximal.
Cursa con un incremento en la incidencia de taponamiento cardiaco
así como de algún accidente vascular cerebral.
El antecedente de hipertensión en la presentación inicial es más
común en la disección distal (tipo B).
Diagnóstico
La disección aórtica se sospecha durante el interrogatorio y la explora-
ción física, o con la combinación de algunos hallazgos: el dolor aórtico
súbito de características desgarrantes junto a ensanchamiento medias-
Estudios de imagen
Telerradiografía de tórax
Convencionalmente se puede observar ensanchamiento mediastínico
(mayor de 8 cm), el cual se constata en 63% de los casos con disección
tipo A, mientras 11% no exhibe ninguna anormalidad. Asimismo es
posible evidenciar un derrame pleural, que se encuentra en 19% de
los pacientes, con más frecuencia en mujeres que en varones. A veces
se detecta el signo del anillo, que consiste en un desplazamiento de la
pared externa de la aorta mayor de 5 mm del sitio de la calcificación
(luz del vaso).
Aortografía
Permite ubicar el sitio de la disección, la comunicación entre las gran-
des ramas de la aorta y la disección, y los sitios de comunicación entre
la falsa y la verdadera luz. Presenta una sensibilidad de 88% y especifi-
cidad de 94%.
Angiografía
Ha sido reemplazada por la utilización de métodos no invasivos para
establecer el diagnóstico.
Ecocardiografía
La ecocardiografía transtorácica tiene una sensibilidad de 80% y una
especificidad de 90%. Se utiliza más en la disección de aorta ascenden-
te, sobre todo cuando las lesiones se localizan en la raíz aórtica, cerca
de la válvula homónima. La ecocardiografía transesofágica (ETE) tiene
una sensibilidad de 99 a 100% y una especificidad de 97 a 100%.
Es importante considerar los siguientes factores para seleccionar el
estudio de diagnóstico ante la sospecha de disección aórtica: a) informa-
ción que se requiere, b) acceso al equipo y c) experiencia con cada tipo
de estudio de acuerdo con las posibilidades de cada institución.
Por lo general, en el departamento de urgencias se utiliza el ecocar-
diograma transesofágico (ETE), ya que es en dicho sitio donde el paciente
presenta dolor agudo e inestabilidad hemodinámica. La utilización de
la resonancia magnética nuclear se prefiere en los pacientes con dolor torá-
cico crónico y que presentan estabilidad hemodinámica. La TAC se
indica cuando no se cuenta con ecocardiografía transesofágica ni reso-
nancia magnética nuclear o existe alguna contraindicación para recu-
rrir a las mismas.
Tratamiento
La mortalidad de la disección aórtica es de 1 a 2% por hora en las
primeras 24 a 48 horas. Por eso, es decisivo iniciar el tratamiento en
Tratamiento endovascular
En fecha reciente se introdujo el tratamiento endovascular para los
aneurismas de aorta torácica descendente y en la disección aórtica de
tipo B. Este tratamiento no sólo puede ayudar a disminuir de forma
drástica la mortalidad de la disección de tipo B, sino que es probable
que cambie la historia natural de la enfermedad. En vista del exceso de
mortalidad quirúrgica en pacientes con mala perfusión de ramas arte-
riales, se sugiere el tratamiento percutáneo para mejorar la perfusión y
reservar para más adelante el tratamiento quirúrgico, si llegara a resul-
tar necesario. Por otra parte, la mayoría de las complicaciones posim-
plantación de la prótesis intravascular se relacionan con la gravedad
y duración de la isquemia antes del procedimiento. En la actualidad se
podría aceptar que el tratamiento endovascular está indicado cuando
HEMATOMA INTRAMURAL
ÚLCERAS AÓRTICAS
De esta entidad del síndrome aórtico agudo es de la que se dispone de
menos información. El diagnóstico de una úlcera aórtica por técnicas
de imagen puede corresponder a diversos procesos, con etiopatogenias
y pronósticos diferentes, y sólo tratarse de un diagnóstico incidental.
En esencia, las úlceras aórticas pueden corresponder a una placa ar-
terioesclerótica ulcerada, una úlcera arterioesclerótica penetrante o a
imágenes ulcerosas en la pared de la aorta secundarias a la evolución
de otras enfermedades aórticas. Las técnicas de imagen con contraste,
como la angiografía y la TAC, al permitir visualizar la protrusión de
una úlcera desde la luz de la aorta, son las que exhiben mayor sensibi-
lidad para el diagnóstico de las úlceras aórticas. La ETE muestra baja
sensibilidad para el diagnóstico de la úlcera aórtica, pero es la técnica
de elección para clasificar los diferentes tipos de úlceras en relación
con su etiopatogenia. La visualización de la luz y de la pared aórti-
cas es excelente mediante esta técnica de imagen y permite efectuar el
diagnóstico diferencial entre las placas ulceradas que se observan por
encima de la íntima y las úlceras arterioescleróticas que penetran la
íntima hasta la capa media y con frecuencia deforman la adventicia. La
ETE es de gran utilidad en el diagnóstico de las imágenes de seudoúl-
cera que se observan en la evolución del hematoma intramural aórtico
como consecuencia de una disección localizada o un seudoaneurisma,
o de las imágenes de úlcera secundarias a un cráter en la superficie
de un trombo parietal. Las placas arterioescleróticas ulceradas no se
acompañan de síntomas y acostumbran ser un hallazgo casual de la
ETE; su evolución no es bien conocida, aunque algunas de ellas pueden
evolucionar a una úlcera penetrante. La úlcera arterioesclerótica pene-
trante aórtica aguda y sintomática tiene un riesgo igual o superior al de
la disección aórtica aguda o al del hematoma intramural. De manera
habitual la úlcera penetrante se diagnostica en pacientes de más de 60
años de edad con arterioesclerosis en otros territorios y factores de ries-
go cardiovascular asociados. Al igual que el hematoma intramural, se
localiza con mucha más frecuencia en la aorta descendente. Se describe
una incidencia de rotura aórtica de 10 a 40%; en algunos casos evoluciona
a aneurisma sacular o fusiforme. Por otra parte, es bien conocido que
muchas úlceras penetrantes se acompañan de sangrado intramural y
muestran un hematoma intramural a su alrededor. En la experiencia de
los autores, la mayoría de las úlceras arterioescleróticas penetrantes, en
la fase aguda, se diagnostica en el contexto de un hematoma intramural.
Pese a ello, no es excepcional el diagnóstico de esta entidad en pacientes
Tratamiento
En la fase aguda, el tratamiento de la úlcera arterioesclerótica pene-
trante sintomática debería ser similar al de los otros síndromes aórticos
agudos dado el riesgo de rotura aórtica. Fuera de la fase aguda, el tra-
tamiento depende del patrón de evolución, según condicione síntomas,
dilatación progresiva o resangrado de la pared aórtica. No hay infor-
mación en la bibliografía sobre la evolución y el pronóstico de estas
úlceras aórticas a largo plazo. No obstante, en las úlceras de un tamaño
considerable, sobre todo si se van dilatando o generan resangrados en la
pared de la aorta, podría estar indicado el tratamiento endovascular.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Nienaber CA, Eagle KA. Aortic dissection: new frontiers in diagnosis and manage-
ment: Part I: from etiology to diagnostic strategies. Circulation 2003;108:628.
2. Nienaber CA, Fattori, R, Mehta RH, et al. Gender-related differences in acute aortic
dissection. Circulation 2004;109:3014.
3. Januzzi JL, Isselbacher EM, Fattori R, et al. Characterizing the young patient with
aortic dissection: results from the International Registry of Aortic Dissection (IRAD).
J Am Coll Cardiol 2004;43:665.
4. Nienaber CA, von Kodolitsch Y, Nicolas V, et al. The diagnosis of thoracic aortic dis-
section by noninvasive imaging procedures. N Engl J Med 1993;328:1.
5. Erbel R, Alfonso F, Boileau C, et al. Diagnosis and management of aortic dissection.
Eur Heart J 2001;22:1642.
6. Von Kodolitsch Y, Csoz S, Koschyk D, Schalwat I, Loose R, Kark M, et al. Intramural
hematoma of the aorta. Predictors of progression to dissection and rupture. Circula-
tion 2003;107:1158-1163.
7. Evangelista A. Aortic intramural haematoma: remarks and conclusions. Mini-Sympo-
sium. Heart 2004;90:389-380.
8. Ganaha F, Miller C, Sugimoto K, Do YS, Minamiguchi H, Saito H, et al. Prognosis
of aortic intramural hematoma with and without penetrating atherosclerotic ulcer: a
clinical and radiological analysis. Circulation 2002;106:342-348.
9. Kaji S, Akasaka T, Horibata Y, Nishigami K, Shono H, Katayama M, et al. Long-
term prognosis of patients with type A aortic intramural hematoma. Circulation
2002;106(Suppl I):I248-252.
10. Kaji S, Akasaka T, Katayama M, Yamamuro A, Yamabe K, Tamita K, et al. Long-
term prognosis of patients with type B aortic intramural hematoma. Circulation
2003;108(Suppl II) I307-311.
Contenido
Etiología
Diagnóstico
Interrogatorio
Exploración física
Electrocardiograma
Laboratorio
Radiografía de tórax
Ecocardiografía
Tratamiento
244
ETIOLOGÍA
La pericarditis aguda se puede encontrar como una entidad aislada o
como resultado de una enfermedad sistémica. La mayoría de los casos
es idiopática o se debe a infecciones víricas, agentes estos últimos a los
que se atribuye desde 50 hasta 90% de los casos, de acuerdo con distin-
tas series, y según el interés con que se busque la etiología específica, ya
que es muy posible que la mayoría de las causas idiopáticas se relacione
con virus no identificados.
Las infecciones víricas son la principal causa infecciosa, aunque
existen diferentes tipos y serotipos de virus. Dentro de las otras cau-
sas infecciosas se encuentran la tuberculosis (TB), bacterias, amebas,
etc. El resto de los pacientes adquiere la pericarditis al sufrir un IAM
transmural, traumatismos, enfermedad aórtica, neoplasias (incluido su
tratamiento), o surgir de manera secundaria a enfermedades crónicas
(insuficiencia renal, hepática, enfermedades autoinmunitarias o infla-
matorias) y farmacológicas (ciclofosfamida, citarabina, ácido retinoico,
imatinibo, etc.) (cuadro 21-1).
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico se realiza cuando surge la sospecha por los datos que
proporciona el paciente durante el interrogatorio, así como cuando se
Interrogatorio
La presentación de los enfermos puede incluir síntomas sugerentes de
infección respiratoria o digestiva días o semanas previos al inicio de su
cuadro clínico, o tener antecedente de enfermedades crónicas o infla-
matorias.
El síntoma principal es el dolor en tórax anterior, de localización
retroesternal o precordial, que de manera típica presenta un inicio súbi-
to y duración variable, desde algunas horas hasta varios días, y cede tras
el inicio del tratamiento. La naturaleza del dolor es pleurítico, aunque
algunos lo describan como ardoroso, punzante u opresivo. De manera
usual se incrementa con la inspiración profunda y con cambios postu-
rales, sobre todo en decúbito supino o lateral, y disminuye con la posi-
ción de Fowler o al inclinarse hacia delante. A semejanza del IAM, la
irradiación es al cuello, brazos, hombros y en ocasiones hacia la región
interescapular. Otros síntomas comunes son la disnea, tos y fatiga, y en
algunos casos en que ya existe constricción se presenta edema.
Exploración física
Los pacientes acuden quejumbrosos al servicio de urgencias, muchos
con fiebre, lo que sugiere etiología infecciosa o pericarditis purulenta.
A la inspección el tórax puede parecer normal. Las características aus-
cultatorias incluyen el frote, ruidos anormales como chasquidos y en
ocasiones soplos.
El signo patognomónico es el frote pericárdico, que se encuentra has-
ta en 85% de los casos en algún momento de la enfermedad, y también se
logra escuchar en algunos casos de pericarditis subagudas o crónicas.
Electrocardiograma
Las alteraciones electrocardiográficas incluyen cambios cuasi específi-
cos del segmento ST, que se relacionan directamente con la inflamación
contigua del pericardio con el epicardio, lo que condiciona una miocar-
ditis superficial. Al incrementarse el líquido dentro de las membranas
pericárdicas, éste disminuye la transmisión eléctrica con la consecuente
disminución en los voltajes de las derivaciones; este signo no se relacio-
na con pericarditis pura sino con derrame pericárdico importante.
La pericarditis aguda cuenta con cuatro etapas de evolución elec-
trocardiográfica:
Laboratorio
Con este recurso diagnóstico algunos exámenes sólo evidencian resul-
tados que se relacionan con un proceso inflamatorio importante sin ser
específicos para el diagnóstico preciso. Entre ellos, en la biometría he-
I aVR V1 V4
II aVL V2 V5
III aVF V3 V6
II
Radiografía de tórax
En la mayoría de los casos no demuestra ninguna alteración, pero en
algunos se puede observar un derrame pleural secundario al proceso
etiológico subyacente.
Ecocardiografía
Es el estudio de elección, y se recomienda el modo transtorácico ya que
delimita la magnitud de producción de líquido tras el proceso inflama-
torio, y no para observar el grosor del pericardio. En casos donde se
demuestra incremento súbito del líquido, se pueden encontrar datos
sugerentes de taponamiento cardiaco con compresión del llenado au-
ricular y ventricular derechos, de manera preponderante.
TRATAMIENTO
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Adler Y, Finkelstein Y, Guindo J, et al. Colchicine treatment for recurrent pericarditis.
Circulation 1998;97:2183-2185.
2. Imazio M, Demichelis B, Cecchi E, et al. Cardiac troponin I in acute pericarditis. J Am
Coll Cardiol 2003;42:2144-2148.
3. Sagrista-Sauleda J, Ángel J, Sánchez A, et al. Effusive-constrictive pericarditis. N Engl
J Med 2004;350:469-475.
4. Lange R, Hillis D. Acute pericarditis. N Engl J Med 2004;351:2195-2202.
5. Hoit BD. Management of effusive and constrictive pericardial heart disease. Circula-
tion 2002;105:2939-2942.
6. Yeh E, Tong A, Lenihan D, et al. Cardiovascular complications of cancer therapy.
Circulation 2004;109:3122-3131.
7. Guindo J, Rodríguez de la Serma A, Ramió J, et al. Recurrent pericarditis: relief with
colchicine. Circulation 1990;82:1117-1120.
8. Adolph RJ. Old drugs with new uses, colchicine for treatment of recurrent pericarditis.
Circulation 1990;82:1505-1506.
9. Bruch C, Schmermund A, Dagres N, et al. Changes in QRS voltaje in cardiac tam-
ponade and pericardial effusion: reversibility after pericardiocentesis and after anti-
inflammatory drug treatment. J Am Coll Cardiol 2001;38:219-226.
10. Bertog S, Thambidorai S, Parakh K, et al. Constrictive pericarditis: etiology and cause-
specific survival after pericardiectomy. J Am Coll Cardiol 2004;43:1445-1452.
11. Haley J, Tajik AJ, Danielson GK, et al. Transient constrictive pericarditis: causes and
natural history. J Am Coll Cardiol 2004;43:271-275.
12. Imazio M, Demichelis B, Parrini J, et al. Day hospital treatment of acute pericarditis: a
management program for outpatient therapy. J Am Coll Cardiol 2004;43:1042-1046.
13. Artom G, Koren-Morag N, Spodick DH, et al. Pretreatment with corticosteroids at-
tenuates the efficacy of colchicines in preventing recurrent pericarditis: a multicentre
all-case analysis. Eur Heart J 2005;26:723-727.
Contenido
Diagnóstico
Clínico
Pulso paradójico de Kussmaul
Radiografía de tórax
Electrocardiograma
Ecocardiograma
Cateterismo cardiaco
Tratamiento
INTRODUCCIÓN
254
DIAGNÓSTICO
Clínico
En los pacientes con TC es fundamental el tratamiento etiológico. En
la mayoría de ellos, los síntomas son inespecíficos, dependen del tiempo
en que se instaura el TC y la causa subyacente. Éste debe sospecharse en
aquellos pacientes con plétora yugular, precordio inmóvil, taquicardia
e hipotensión arterial. La taquicardia es la regla, aunque pacientes con
uremia e hipotiroidismo son la excepción y por lo general manifiestan
bradicardia. Algunos pacientes presentan taquipnea y disnea de esfuer-
zo que incluso puede aparecer en reposo. Otros síntomas son tan vagos
como debilidad, anorexia, disfagia y tos. En el pulso yugular puede ob-
servarse onda “y” descendente disminuida o ausente mientras que las
ondas “a” y “v” son prominentes. Durante la inspiración constante en
I. AGUDAS
1. Pericarditis infecciosas: sepsis
2. Colagenopatías: LES, artritis reumatoide
3. Traumatismos: penetrante, punzante
4. Pericarditis vírica o idiopática: coxsackie, virus del grupo B
5. Disección de la aorta: hemopericardio
6. Uremia: IRA
7. Anticoagulantes
8. Tumores vasculares del pericardio: angiomas, angiosarcomas
9. Operación o procedimientos invasivos: marcapaso, ACTP,
valvuloplastia
10. Infarto agudo del miocardio: rotura cardiaca
II. CRÓNICAS
1. Infecciosas: tuberculosis, hongos
2. Inmunológicas: síndrome de Dressler o síndrome poscardiotomía
3. Inflamatorias: posradiación
4. Neoplasias malignas: cáncer de pulmón y mama
5. Metabólicas: mixedema, hipercolesterolemia, uremia, diálisis crónica
con TC este signo puede llegar a estar ausente, sobre todo cuando exis-
te elevación preexistente de la presión diastólica en ambos ventrículos,
comunicación interauricular, insuficiencia aórtica, obstrucción arterial
pulmonar y ventilación pulmonar asistida con presión positiva.
Radiografía de tórax
No hay un hallazgo patognomónico de TC, aunque encontrar una
imagen en “garrafa” sin signos de edema pulmonar (pulmones limpios)
debe hacer sospechar esta entidad; sin embargo, el tamaño del corazón
puede ser normal.
Electrocardiograma
En general el electrocardiograma es normal, aunque a menudo muestra
alteraciones inespecíficas del segmento ST y de la onda T. Puede mostrar
también alteraciones características de pericarditis como elevación del
segmento ST, depresión de la línea basal de PR y en algunos casos dis-
minución del voltaje del complejo QRS o también alternancia eléctrica
tanto de los complejos QRS como de P-QRS; este último es un dato más
específico de TC. La bradicardia es parte del estadio final del TC así
como la actividad eléctrica sin pulso (disociación electromecánica).
Ecocardiograma
Es el método diagnóstico más importante para la detección del TC.
No sólo es de valiosa ayuda diagnóstica sino también para identificar
la etiología, para cuantificar el líquido y para facilitar la punción peri-
cárdica dirigida.
El estudio ecocardiográfico debe incluir una imagen bidimensional
y Doppler. En el ecocardiograma bidimensional se observa la presencia
de derrame pericárdico, el cual aparece como una imagen libre de ecos
que rodea la silueta cardiaca. Otro hallazgo que puede encontrarse en
la proyección paraesternal es la presencia de líquido en posición an-
terior a la aorta descendente. El colapso de las cámaras cardiacas es
un hallazgo de TC. El colapso de la aurícula derecha es el signo más
temprano y es un fenómeno que ocurre en la fase final de la diástole
ventricular y se extiende hasta la sístole; no obstante, es un dato con
baja especificidad. La extensión del colapso de más de un tercio del
ciclo cardiaco incrementa la sensibilidad del mismo hasta en 90%. Otro
dato que es más específico pero menos sensible es el colapso ventricular
Cateterismo cardiaco
El cateterismo cardiaco derecho puede ser una herramienta de gran
utilidad en el diagnóstico del TC, sobre todo en enfermos que se en-
cuentran en terapia intensiva, donde el diagnóstico clínico y el eco-
cardiográfico pudieran tener limitaciones. Los signos hemodinámicos
típicos incluyen elevación de la presión venosa central con onda descen-
dente “x” prominente, pérdida de la onda descendente “y” y tendencia
a que las presiones se igualen en aurícula derecha, ventrículo derecho,
capilares pulmonares y la presión diastólica del ventrículo izquierdo.
También este procedimiento permite la detección de problemas co-
existentes como la insuficiencia ventricular, pericarditis constrictiva-tra-
sudativa e hipertensión arterial pulmonar no sospechada, en particular
en pacientes que sufren un derrame pericárdico de origen neoplásico.
El diagnóstico diferencial de TC se debe establecer con otras cau-
sas cardiacas y con causas pulmonares (cuadro 22-3).
TRATAMIENTO
El tratamiento definitivo del TC es la rápida evacuación del líquido
pericárdico. Los métodos de elección para ello son la pericardiocentesis,
que puede ser guiada por ecocardiografía, fluoroscopia o tomografía,
y el drenaje quirúrgico (fig. 22-1). La elección depende del grado de
I. Causas cardiacas
1. Pericarditis constrictiva
2. Infarto ventricular derecho
3. Miocardiopatía restrictiva
Angulación
aproximada de
15 grados sobre la piel Área
apical
Área
paraxifoidea
Fig. 22-1. Técnica para realizar la pericardiocentesis. Los sitios más fre-
cuentes de punción son el área paraxifoidea (más usado) y el área apical.
Se punciona con una aguja calibre 16-18 entre el apéndice xifoides y el
reborde costal izquierdo. Luego se hace avanzar la aguja con lentitud hasta
que se atraviesa el pericardio y se aspira líquido.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Bernhard M, Arsen D. Practical aspect of the management of pericardial disease.
Heart 2003;89:1096-1103.
2. Brian D. Management of effusive and constrictive pericardial heart disease. Circula-
tion 2002;105:2939-2942.
3. Craig R, Allan L. Diastolic heart failure: restrictive cardiomyopathy, constrictive peri-
carditis and cardiac tamponade: clinical and echocardiographic evaluation. Cardiol-
ogy in review 2002;10:218-229.
4. Spodick D. Acute cardiac tamponade. N Engl J Med 2003;349:684-690.
5. Jordi S, Jaume S, Graieta P, et al. Management of pericardial effusion. Heart
2001;86:235-240.
6. Klein M, Lloyd W. Diagnosis of cardiac tamponade in the presence of complex medi-
cal illness. Crit Care Med 2002;30:721-723.
Contenido
Manifestaciones clínicas
Diagnóstico
Electrocardiograma
Ecocardiograma
Enzimas cardiacas
Criterios para la admisión a la unidad de cuidados intensivos
Tratamiento
Pronóstico
INTRODUCCIÓN
262
seguridad como por ejemplo las bolsas de aire y los cinturones de se-
guridad.
Los mecanismos de daño pueden deberse a impacto directo (depor-
tes de contacto), daño por aplastamiento o compresión entre esternón y
columna vertebral (maniobras de reanimación cardiopulmonar), acelera-
ción o desaceleración súbita del tórax (accidente automovilístico), efecto
hidráulico (aumento súbito de la presión intraabdominal, condicionan-
do aumento de la presión venosa que se transmite a la aurícula y ventrículo
derechos), daño por detonación (explosivos) y penetración de instrumen-
tos punzocortantes y proyectil de arma de fuego. Puede ir desde una le-
sión menor hasta franca rotura cardiaca con daño del aparato valvular y
desprendimiento de las placas ateromatosas de las arterias coronarias.
La lesión sobre el músculo cardiaco puede ser consecuencia direc-
ta del trauma o de la obstrucción de las arterias coronarias. El tejido
de conducción también puede afectarse como consecuencia del mismo
movimiento de aceleración-desaceleración o por alteraciones de perfu-
sión. La lesión sobre las válvulas y cuerdas tendinosas es consecuencia
directa del trauma o del daño de los músculos papilares, en el caso de
las válvulas mitral y tricúspide, o del daño del endocardio adyacente,
en el caso de las válvulas aórtica y pulmonar. Las válvulas que más se
afectan son la aórtica y la mitral y la insuficiencia valvular es la conse-
cuencia más frecuente.
El ventrículo y aurícula derechos son las estructuras más expuestas
por su relación anatómica con el esternón y son las que se dañan con
mayor frecuencia.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
DIAGNÓSTICO
ELECTROCARDIOGRAMA
ECOCARDIOGRAMA
Por su naturaleza no invasiva y expedita, que proporciona imágenes en
tiempo real y que puede repetirse cuanto sea necesario, el ecocardio-
grama es de particular utilidad en los pacientes con inestabilidad hemo-
II aVL V2 V5
III aVF V3 V6
I aVR V1 V4
II aVL V2 V5
III aVF V3 V6
VI
ENZIMAS CARDIACAS
ECG de 12 derivaciones
Normal Anormal
ETT y ETE
TRATAMIENTO
PRONÓSTICO
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Kaye P, O’Sullivan I. Myocardial contusion: emergency investigation and diagnosis.
Emerg Med J 2002;19:8-10.
2. Schultz JM, Donald D, Trunkey MD. Blunt cardiac injury. Crit Care Clin 2004;20:57-
70.
3. Bansal MK, Maraj S, Chewaproug B, Amanullah A. Myocardial contusion injury:
redefining the diagnostic algorithm. Emerg Med J 2005;22:465-469.
4. Lindstaedt M, Germing A, Lawo T. Acute and long-term clinical significance of myo-
cardial contusion following blunt thoracic trauma: results of a prospective study. J
Trauma 2002;52:474-485.
5. Plautz C, Perron A, Brady W. Electrocardiographic ST-segment elevation in the
trauma patient: acute myocardial infarction vs myocardial contusion. Emerg Med J
2005;23:510-516.
6. Mandavia D, Joseph A. Bedside echocardiography in chest trauma. Emerg Med Clin
N A 2004;22:601-619.
7. Ramón J, San Román A. Evaluación y tratamiento de los traumatismos cardiacos. Rev
Esp Cardiol 2000;53:727-735.
8. Martínez A, Pavón M, Hidalgo R. Aneurisma ventricular izquierdo y arritmia ventri-
cular tardía tras contusión miocárdica. Rev Esp Cardiol 2003;56:518-521.
9. Jackson L, Stewart A. Use of troponin for the diagnosis of myocardial contusion alter
blunt chest trauma. Emerg Med J 2005;22:192-197.
10. Edouard A, Felten M, Hebert J. Incidence and significance of cardiac troponin I rele-
ase in severe trauma patients. Anesthesiology 2004;101:1262-1268.
Contenido
Clasificación
Fisiopatología
Manifestaciones clínicas, examen físico y evolución
Estudios paraclínicos
Electrocardiograma
Placa de tórax
Exámenes sanguíneos
Ecocardiografía
Medicina nuclear
Resonancia magnética
Diagnóstico
Tratamiento
CLASIFICACIÓN
270
FISIOPATOLOGÍA
ESTUDIOS PARACLÍNICOS
DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTO
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Hingorani AD. Postinfectious myocarditis. BMJ 1992;304:1676.
2. Olinde KD, O’Connell JB. Inflammatory heart disease: pathogenesis, clinical manifes-
tations, and treatment of myocarditis. Annu Rev Med 1994;45:481.
3. Knowlton KU, Badforff C. The immune system in viral myocarditis: mantaining the
balance. Circ Res 1959;85:550.
4. Herskowitz A, Campbell S, Deckers J, et al. Demographic features and prevalence of
idiopathic myocarditis in patients undergoing endomyocardial biopsy. Am J Cardiol
1993;71:982.
5. Dec GW, Fuster V. Medical progress: idiopathic dilated myocardiopathy. N Engl J
Med 1994;331:1564.
6. Friedrich MG, Strohm O, Schultz-Menger J, et al. Contrast media –enhanced magnet-
ic resonance imaging visualizes myocardial changes in the course of viral myocarditis.
Circulation 1998;97:1802.
7. McCarthy RE, 3rd, Boehmer JP, Hurban RH, et al. Long term outcome in fulminant
myocarditis as compared with acute –nonfulminant– myocarditis. N Engl J Med
2000;342:690.
8. Smith SC, Ledenson JH, Mason JW, et al. Elevations of cardiac troponin I associated
with myocarditis. Experimental and clinical correlates. Circulation 1997;95:163.
9. Matsouka H, Hamada M, Honda T, et al. Evaluation of acute myopericarditis by Bg-
DTPA enhanced magnetic resonance imaging. Eur Heart J 1994;15:283.
10. Mason JW, O’Connell JB, Herskowitz A, et al. A clinical trial of immunosupresive
therapy for myocarditis: The Myocarditis Treatment Trial Investigators. N Engl J Med
1995;333:269.
11. Rosi MA, Bestetti RB. The challenge of chagasic cardiomyopathy: the pathologic roles
of abnormalities, autoimmune mechanisms and microvascular changes, and thera-
peutic implications. Cardiology 1995;86:1.
Contenido
Aspectos generales
Diagnóstico de intoxicación farmacológica
Tratamiento de la intoxicación farmacológica
Intoxicación por glucósidos digitálicos
Consideraciones especiales
Diagnóstico de la intoxicación por digital
Tratamiento de la intoxicación por digital
Hiperpotasemia
Arritmias
Refractariedad al manejo convencional
Intoxicación por bloqueadores de los canales del calcio
Consideraciones particulares
Diagnóstico de la intoxicación por BCC
Tratamiento de la intoxicación por BCC
Intoxicación por betabloqueadores
Consideraciones particulares
Diagnóstico de la intoxicación por BB
Tratamiento de la intoxicación por BB
Intoxicación por antiarrítmicos
Sotalol
Amiodarona
276
ASPECTOS GENERALES
Consideraciones especiales
V6
V1
Hiperpotasemia:
• Bicarbonato de sodio: 50 meq IV en 5 minutos.
• Insulina y glucosa: 50 g de glucosa más 10 UI de insulina rápida IV
en 15 a 30 minutos.
• Salbutamol: 10 a 20 mg en 15 minutos; se debe repetir cada 2 a 4
horas.
• Furosemida: 40 a 80 mg IV. Se debe emplear con suma precaución
ya que a veces no es efectiva y causa mayores trastornos electrolíti-
cos, por lo que se deben vigilar en forma estrecha las concentracio-
nes séricas de potasio.
• Resinas de intercambio sodio-potasio: sulfato de poliestireno, 15 g
en 50 ml de suero oral una a cuatro veces al día, o por vía rectal, 30
a 50 g en 100 ml de agua.
• Hemodiálisis: ante hiperpotasemia refractaria.
Arritmias
Bradiarritmias
• Atropina: 0.5 a 1 mg cada 3 a 5 min, máximo 0.04 mg/kg. Por
lo general, con este tratamiento responden la bradicardia sinusal,
Taquiarritmias
• Cloruro de potasio: 10 a 20 meq en 2 a 4 horas, hasta 4 a 5 meq/L,
si el potasio sérico es menor de 3.5 meq/L. Está contraindicado en
insuficiencia renal o hiperpotasemia.
• Sulfato de magnesio al 50%: 1 a 2 mg en 50 ml de SG 5% en 30
min, cada 6 a 8 horas junto con potasio. Está contraindicado en
daño renal o ante niveles elevados de magnesio.
• Cardioversión eléctrica: está contraindicada en casos de toxicidad
digitálica ya que puede llevar a taquicardia ventricular, fibrilación
ventricular o asistolia; si existen cifras normales de digoxina se pue-
de emplear con grados bajos de energía.
Consideraciones particulares
El verapamilo es el más tóxico, con acción confinada al corazón si se
administra a dosis terapéuticas. La nifedipina ejerce efectos exclusivos
en vasos periféricos.
I aVR V1 V4
II aVL V2 V5
III aVF V3 V6
V1
Consideraciones particulares
Ante intoxicación por nadolol o sotalol (liberación prolongada) se es-
peran síntomas más allá de 12 horas. El sotalol es único en cuanto a su
capacidad de prolongar la duración del potencial de acción al bloquear
los canales del potasio que determinan la repolarización, con prolonga-
ción del QT y predisposición para taquicardia helicoidal y fibrilación
ventricular, incluso a dosis terapéuticas. El esmolol, aunque es hidro-
soluble, no se acumula ante insuficiencia renal ya que es metabolizado
por la estearasa eritrocitaria. El propranolol, acebutolol y oxprenolol
conllevan riesgo adicional debido a su capacidad para bloquear los ca-
nales rápidos del sodio (actividad estabilizadora de la membrana); tie-
nen poco efecto clínico y sin embargo en caso de intoxicación pueden
causar convulsiones, coma e hipotensión asociada a ensanchamiento
del QRS y arritmias ventriculares.
Sotalol
Su principal efecto secundario es proarrítmico, ya que causa arritmias
ventriculares o taquicardia helicoidal favorecida por la prolongación
del QT y presenta los demás efectos de los BB. Se debe suspender frente
a un intervalo QT mayor de 500 mseg. El tratamiento de la taquicardia
helicoidal es con 2 g de sulfato de magnesio en 1 a 2 min IV, seguido de
infusión de 3 a 20 mg/min. Se puede emplear marcapaso auricular o
ventricular ante arritmias ventriculares para suprimir los pospotenciales
tempranos o bien isoproterenol (con extremo cuidado porque puede fa-
vorecer más arritmias) a dosis de 0.01 μg/kg/min hasta obtener efecto.
Se deben determinar las concentraciones de los electrólitos séricos y
corregirlas si existen alteraciones.
Amiodarona
Causa bradiarritmias, arritmias ventriculares, taquicardia helicoidal e
insuficiencia cardiaca cuando se asocia al empleo de anestésicos, du-
rante cirugía de corazón o si acompaña a otros antiarrítmicos; se debe
suspender el fármaco y tratar la arritmia o complicación secundaria.
Son raras la insuficiencia hepática fulminante y las tormentas tiroideas.
El tratamiento es de apoyo. Los efectos crónicos (pulmonares, dermato-
lógicos, oftalmológicos, etc.) no requieren tratamiento de urgencia.
Salicilatos
Se manifiesta por tinnitus, vómito, fiebre, depresión mental, convulsio-
nes, acidosis metabólica, alcalosis respiratoria, hipoglucemia, sangrado
de tubo digestivo, coagulopatía y hepatotoxicidad. Ante valores mayo-
res de 35 mg/dl en las primeras 6 horas de la ingestión se debe ad-
ministrar bicarbonato de sodio para alcalinizar la orina hasta un pH
Acenocumarina y warfarina
El principal efecto tóxico es la hemorragia, que cuando es importante
se trata con crioprecipitados o plasma fresco congelado hasta corregir el
INR y hacer hemostasia del sitio sangrante. Con sangrados menores
e INR menor de 9, se suspende el anticoagulante dos días, se administran
2.5 mg de vitamina K por vía oral y se optima el INR. La vitamina K IM,
aunque revierte el efecto en 6 a 12 horas, causa un periodo refractario
contra el anticoagulante por dos semanas y es difícil optimar el INR.
Heparina
La hemorragia es la complicación más frecuente y el tratamiento de-
pende de la gravedad de la misma y del valor del tiempo parcial de
tromboplastina (TPT) o del factor anti-Xa. El TPT debe estar entre
1.5 y 2 veces el valor normal de referencia. Los niveles de anti-Xa son
de 0.5-1 U/ml; valores por arriba de 1 U/ml causan prolongación del
TPT. En sangrados importantes se emplea sulfato de protamina a 1
mg/100 U de heparina IV en 10 min, que sirve para neutralizar la
heparina empleada en la última media hora. La dosis se reduce en rela-
ción con el tiempo de administración de la heparina: a 50% si pasó una
hora y a 25% si pasaron 2 horas. El factor plaquetario 4 recombinante
revierte la heparina a dosis de 2.5-5 mg/kg. Ante la indicación formal
de anticoagulación y sangrado mínimo optimar el TPT; si el sangrado
es ligero y el TPT está prolongado, se ha de suspender la heparina por
4 a 6 horas.
Diuréticos
El efecto tóxico es por interacción farmacológica y alteraciones electro-
líticas. Las tiacidas asociadas a quinidina prolongan el QT. Los salicila-
tos reducen la eficacia de la espironolactona, que altera la depuración
de los glucósidos digitálicos. La furosemida causa hipopotasemia y favo-
rece la toxicidad por digoxina y sotalol.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Mokhlesi B, Leiken J, Murray P, Corbridge T. Adult toxicology in critical care, Part I:
General approach to the intoxicated patient. Chest, 2003;123(2):577-592.
2. Mokhlesi B, Leiken J, Murray P, Corbridge T. Adult toxicology in critical care, Part II:
Specific poisonings. Chest, 2003;123(3):897-920.
3. Zimmerman J. Poisoning and overdoses in the intensive care unit: general and specific
management issues. Crit Care Med 2003;31,12:2794-2801.
Contenido
Concepto
Causas de síncope
Evaluación inicial
Estratificación del riesgo
Criterios de hospitalización
Estudios complementarios
Tratamiento en el servicio de urgencias
Medidas generales
Medidas específicas
Tratamiento ambulatorio
CONCEPTO
289
CAUSAS DE SÍNCOPE
EVALUACIÓN INICIAL
1. CAUSAS CARDIACAS
Arritmias cardiacas (5-30%)
Bradiarritmias
• Disfunción del nodo sinusal, incluye síndrome de bradicardia/
taquicardia
• Bloqueo auriculoventricular (en general de 3er grado)
• Disfunción de marcapaso o de un desfibrilador implantable (en
general por agotamiento de batería)
• Hipersensibilidad del seno carotídeo
Taquiarritmias
• Taquicardias paroxísticas supraventriculares
• Taquicardias ventriculares:
— Isquémica
— No isquémica: insuficiencia cardiaca, miocardiopatías, síndromes
hereditarios (síndrome de QT largo, síndrome de Brugada)
• Arritmias inducidas por drogas (efecto proarrítmico)
CRITERIOS DE HOSPITALIZACIÓN
Deben ingresarse los pacientes catalogados como de alto riesgo para
completar estudios y tratamiento específico. También se pueden in-
gresar para estudio los pacientes de riesgo medio pero con síncopes
Síncope cerebrovascular
• Síncope asociado a cefalea (migraña, convulsiones)
• Síncope asociado a vértigo, disartria o diplopía (ataque isquémico
transitorio, robo de la subclavia o migraña basilar)
• Con el movimiento de los brazos (robo de la subclavia)
• Diferencia de presión arterial o pulso entre los dos brazos (robo de la
subclavia)
• Estado confusional posictus o pérdida de estado de alerta mayor de 5
minutos (epilepsia)
ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS
SÍNCOPE
Estado de
Bradiarritmia conciencia
PA, FC, Hipoglucemia
Interrogatorio
Tratamiento
Examen físico
específico
ECG
Tratamiento
Radiografía de
Taquiarritmia específico
tórax
Glucemia capilar
Medidas generales
• Canalizar una vena y tomar muestras para exámenes de laboratorio
• Infusiones parenterales (según la presión arterial y exámenes bio-
químicos)
• Oxígeno (si es necesario)
• Monitorización electrocardiográfica en pacientes con inestabilidad he-
modinámica, arritmia significativa o sospecha de síncope arrítmico
Medidas específicas: según la etiología de la que se sospecha.
Tratamiento ambulatorio
Vasovagal
Medidas generales:
1. Evitar desencadenantes
2. Aumentar la ingesta de líquidos y sal (bebidas isotónicas)
3. Evitar situaciones de riesgo
Ortostático
Medidas generales:
1. Elevar la cabecera de la cama.
2. Medias de compresión.
3. Evitar bipedestación brusca o mantenida.
4. Evitar ingesta de alcohol y comidas copiosas.
Situacionales
Medidas generales: evitar precipitantes, hipovolemia, postura de protec-
ción si existe situación de riesgo (orinar sentado, etc.).
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Farwell D, Sulke N. Does the use of a syncope diagnostic protocol improve the investi-
gation and management of syncope? Heart 2004;90:52-58.
2. Grubb BP. Neurocardiogenic syncope and related disorders of orthostatic intolerance.
Circulation 2005;111:2997-3006.
3. Kapoor WN. Syncope. N Engl J Med 2000;343(25):1856-1861.
4. Lennar B. Differential diagnosis of cardiogenic syncope and seizure disorders. Heart
2003;89:53-58.
5. Maisel WH. Syncope-Getting to the heart of the matter. Editorial. N Engl J Med
2002;347(12):931-933.
6. Márquez MF. ¿Existe el síncope neurocardiogénico maligno? Arch Cardiol Méx
2002;72(Supl):126-129.
7. Márquez MF. Síncope de origen desconocido en pacientes con bloqueo auriculoven-
tricular permanente sintomático después del implante de un marcapasos definitivo.
Utilidad de la prueba de mesa basculante. Rev Esp Cardiol 2002;55(4):439-441.
8. Priori S y col. para el ESC Committee for Practice Guidelines. Guidelines on Manage-
ment (Diagnosis and Treatment) of syncope-Update 2004. Eur Heart J 2004;25:2054-
2072.
9. Sarasin FP y col. Role of echocardiography in the evaluation of syncope: a prospective
study. Heart 2002;88:363-367.
Contenido
Falla en la salida
Diagnóstico
Tratamiento
Falla de captura
Diagnóstico
Tratamiento
Fallas de detección o sensado
Diagnóstico
Tratamiento
Frecuencias de estimulación inapropiadamente rápidas
Tratamiento
299
FALLA EN LA SALIDA
Se trata de una situación grave en el paciente que depende del marcapa-
so. Se caracteriza por la ausencia de espigas de estimulación, las cuales
pueden ser totales o parciales. La ausencia total de espigas de estimulación
suele obedecer al agotamiento de la fuente del marcapaso; en cambio, la
ausencia parcial de espigas de estimulación se relaciona con la detección
e inhibición del marcapaso por artefactos, desplazamiento o fractura del
electrodo o por agotamiento de la batería. El sobresensado se relaciona
con señales intra o extracardiacas inapropiadas. En su presentación inter-
mitente se producen retardos irregulares en la frecuencia de estimulación,
que cuando es constante disminuye la frecuencia de estimulación o inhi-
be totalmente al marcapaso. Las señales que ocasionan el sobresensado
incluyen el sensado de la onda T y la onda P, las extrasístoles y los mio-
potenciales, los cuales producen pausas en un marcapaso unicameral, o
taquicardia cuando son sensadas por el electrodo auricular en un marca-
paso bicameral. Una entidad especial es el fenómeno de plática cruzada,
“cross-talk”, que se presenta en los marcapasos bicamerales y que ocurre
porque la espiga de estimulación en una cámara es sensada en la otra; si
la espiga auricular es sensada en el canal ventricular, la estimulación ven-
tricular se inhibe. Los marcapasos tienen dos formas para evitarlo, de las
cuales la primera consiste en la interposición de un periodo corto de ce-
gamiento en el canal ventricular en forma simultánea con la estimulación
auricular, y el segundo es a través de la respuesta a un estímulo sensado
con base en el momento que ocurre durante el ciclo.
Diagnóstico
Se establece al observar en un trazo de electrocardiograma ausencia de es-
pigas de estimulación del marcapaso que condiciona asistolia ventricular.
Tratamiento
Después de verificar la fecha de implantación del marcapaso, debe
comprobarse el estado actual de la batería del marcapaso, acerca de
la cual la leyenda en la programadora de “fin de vida útil” implica su
sustitución inmediata. De lo contrario, el problema se corrige disminu-
yendo la sensibilidad del marcapaso (asignando un valor numérico más
alto), aumentando el periodo refractario del canal con el sobresensado
o cambiando la forma de sensado de unipolar a bipolar.
FALLA DE CAPTURA
Se caracteriza por la presencia de una espiga de estimulación que es
incapaz de despolarizar al miocardio de la cámara estimulada. La causa
más frecuente es el desplazamiento del cable de marcapaso, con pérdi-
da del contacto con la superficie del endocardio, lo que suele ocurrir en
la primera semana posterior a la implantación; esto se ve en 5% con el
cable auricular y 2% con el cable ventricular. Otra causa es la pérdida
del material aislante del cable del marcapaso, lo que genera disipación
de la energía entre los tejidos vecinos y produce falla en la captura com-
pleta o intermitente. Los umbrales de estimulación siempre serán más
altos de lo habitual. Cuando los rayos X descartan el desplazamiento
del cable, se debe sospechar una reacción inflamatoria o la presencia
de tejido fibroso en la interfaz electrodo-miocardio. La falla de captura
también es producida por estados metabólicos como la hiperpotasemia
y el empleo de medicamentos cardioactivos como la flecainida. La pro-
gramación con señales de muy bajo voltaje o una corta duración del
impulso también se relacionan con verdaderas fallas de captura.
Diagnóstico
Se establece por la presencia de una o varias espigas de estimulación
que no son seguidas de una onda P o un complejo QRS, según si la
cámara estimulada es la aurícula o el ventrículo (fig. 27-1). Los rayos X
identifican el posible desplazamiento del electrodo. El análisis de gases y
electrólitos en escenarios específicos permite establecer su participación
en el mal funcionamiento de un marcapaso.
Tratamiento
En casos de desplazamiento del electrodo del marcapaso, la recoloca-
ción del mismo resuelve el problema. La utilización de electrodos libe-
Fig. 27-1. Marcapaso VVI a 70 ppm; falla de sensado y captura. Los la-
tidos 5 y 6 corresponden a extrasístoles ventriculares no sensadas con una
espiga de marcapaso al inicio de la onda T que no generó despolarización
ventricular; esto sucedió pues cayó en el periodo refractario efectivo del ven-
trículo (falla de captura).
Diagnóstico
Se establece cuando el intervalo entre el QRS previo y el siguiente arte-
facto de estimulación es de menor duración que el intervalo interespiga
básico (fig. 27-1).
Tratamiento
Con frecuencia los defectos de sensado se corrigen al aumentar la sensi-
bilidad del marcapaso (se le asigna un valor numérico menor).
Tratamiento
Para los casos de runaway pacemaker la terapia consiste en la sustitución
de la fuente del marcapaso. El tratamiento de la taquicardia en asa im-
plica interrupción del circuito con la aplicación de un imán que termina
con la taquicardia al cambiar el modo de estimulación en asincrónico.
Acto seguido se debe prolongar aún más el periodo refractario auricu-
lar posventricular (PVARP) con la finalidad de no detectar la onda P
retrógrada o encender la función de terapia antitaquicardia mediada
por marcapaso en aquellos dispositivos que cuenten con ella (extensión
automática del PVARP). Los modos de estimulación DVI y DDI no se
acompañan de taquicardia en asa al no detectar la onda P retrógrada o
no iniciar un intervalo AV.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Hayes DL, Zipez DP. Cardiac pacemakers and cardioverter-desfibrillators. En: Braun-
wald E. Heart disease: a textbook of cardiovascular medicine. 6th Ed. Philadelphia,
WB Saunders, 2001:797-800.
2. Iturralde TP. Arritmias cardiacas. 2da ed. México, McGraw-Hill Interamericana,
2003:627-635.
3. Pozas GG, Iturralde TP. Estimulación eléctrica por marcapasos. 1ª ed. México, Inter-
sistemas, 1999:1-43.
4. Hayes DL, Vlietstra RE. Pacemaker malfunction. Ann Intern Med 1993;119:828-
835.
5. Pollak WM, Simmons JD, Interian A. Pacemaker diagnostics: a critical appraisal of
current technology. PACE 2003;26(part I):76-98.
6. Janosik DL, Redd RM. Utility of ambulatory electrocardiography in detecting pace-
maker dysfunction in the early postimplantation period. Am J Cardiol 1987;60:1030-
1035.
7. Austin JL, Preis LK. Analysis of pacemaker malfunction and complications of tempo-
rary pacing in the coronary care unit. Am J Cardiol 1982,49:301-306.
8. Berman ND, George CA. Apparent pacemaker malfunction due to ventricular blank-
ing. Can J Cardiol 1987;3:63-65.
9. Kohli S, Erikkila KI. Pseudo-malfunction of a DDD pacemaker. Am J Cardiol
1987;60:199-200.
10. Solow E, Bacharach B, Chung EK. Runaway pacemaker. Arch Intern Med
1979;139:1190-1191.
11. Vijayaraman P, Vaidya K. Runaway pulse generator malfunction resulting from unde-
tected battery depletion. PACE 2002;25:220-222.
Contenido
305
Soporte inotrópico
Control de la hipertensión arterial
Control del síndrome vasopléjico
Profilaxis antiarrítmica
Casos especiales
Pacientes posoperados de cirugía de revascularización
coronaria
Antiplaquetarios
Estatinas
Puentes de arteria radial
Infarto perioperatorio
Disfunción diastólica
Bloqueo cardiaco completo
Anticoagulación
Válvulas biológicas
Válvulas mecánicas
Disfunción ventricular derecha
01-U-CHAVEZ.indd 307
Traslado: ECG, presiones, saturación presión arterial media; AD: aurícu-
Profilaxis antimicrobiana
de O2, temperatura, traslado sólo la derecha; AI: aurícula izquierda;
Cefazolina: 1 g IV c/8 h por 2 días
con bombas de infusión IC: índice cardiaco; RVS: resis-
tencias vasculares sistémicas; Mg:
Recuperación magnesio; Ca: calcio; Na: sodio;
cardiovascular PEEP: presión positiva al final de
la espiración; FR: frecuencia res-
ECG Rx de tórax piratoria; FC: frecuencia cardiaca;
FC 80-100 l/min Mediastino un poco ensanchado Vol. corriente: volumen corriente
Ritmo sinusal Ubicación de tubo endotraqueal, drenajes, catéteres o tidal.
Eventual MCP auricular o secuencial Descartar neumotórax, neumomediastino, derrame pleural
Presiones:
Drenajes: sangrado esperado: TAM: >70-75; sistólica >100, <140
Primeras 3 h, hasta 100 cm3/h AD <10, AI < 15, IC > 2.5, RVS 800-1 000 dinas
AVM Laboratorio:
Buena entrada bilateral simétrica de aire Glucemia 150-200 mg/dl, Mg < 0.8 mmol/L, Ca > 0.7mmol/L, Na
Vol. corriente 8 ml/kg, flujo pico 50-60 L/min, 135-142 meq/L, K > 4 y < 5 meq/L, Hto > 25%. GASES: pH 7.35-7.42,
Presión de vía aérea < 30 cm H2O, PaO2: > 80 mmHg, PaCO2 35-45 mmHg, Sat. > 95%,
PEEP: 4 cm H2O, FR 10-15/min Bicarbonato > 18 meq/L, Exc. base –4/+4.
Profilaxis antiarrítmica:
Atenolol: 50 mg c/24 h, iniciando a 12-18 h del posoperatorio
capítulo 28 Cuidados generales del paciente posoperado de cirugía cardiaca
307
20/12/06 10:25:13 am
308 Parte I Diagnóstico y terapéutica
medIcamentos
casos especIales
Disfunción diastólica
Se presenta en pacientes hipertensos sistémicos crónicos, estenosis aór-
tica, miocardiopatía hipertrófica, en quienes hay presiones de llenado
adecuadas a través del catéter de flotación, con gasto cardiaco bajo. El
ecocardiograma transesofágico es el método diagnóstico de elección ya
que corrobora la hipertrofia y la hiperdinamia. Su tratamiento se basa
en betabloqueadores, antagonistas del calcio y en evitar la hipovolemia
(PCP entre 20 y 25 mmHg).
Anticoagulación
Válvulas biológicas: sugerencias del American College of Chest Physicians,
2004: usar warfarina por tres meses, con INR de 2.5 (rango de 2-3).
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Bojar R. Manual of perioperative care in adult cardiac surgery. 4th Edition. Massa-
chusetts, Robert M. Bojar, 2005:219-263.
2. Ruesch S, Walder B, Tramer M, Phil D. Complications of central venous cathe-
ters: internal jugular versus subclavian access –a systematic review. Crit Care Med
2002;30:454-460.
3. Salem D, Stein P, Al-Ahmad A, et al. Antithrombotic therapy in valvular heart disease
–native and prosthetic. Chest 2004;126:457S-482S.
4. Meade M, Gordon G, Butler R, et al. Trials comparing early vs late extubation follo-
wing cardiovascular surgery. Chest 2001;120 (Suppl 6):S445-S453.
5. Lehott J, Celard M, Etienne J, et al. Antibiotic prophylaxis in heart surgery. Ann Franc
Anesth Reanim 1994;13(Suppl 5):S78-87.
6. Calvat S, Medioni P, Gilbert C. Mediastinites suppurees. Une complication grave et
frequente dans les suites de chirurgie cardiaque. Rev Practicien 1993;43(3):333-335.
7. Moulton M, Creswell L, Mackey M, et al. Reexploration for bleeding is a risk fac-
tor for adverse outcomes after cardiac operations. J Thorac Cardiovasc Surg
1996;111(5):1037-1046.
8. Leal S, Rincón M, García A, et al. Transfusion of blood components and postoperative
infection in patients undergoing cardiac surgery. Chest 2001;119(5):1461-1468.
9. Levi M, Cromheecke M, De Jonge E, et al. Pharmacological strategies to decrease
excessive blood loss in cardiac surgery: a meta-analysis of clinically relevant endpoints.
Lancet 1999;354(9194):1949-1947.
10. Puskas J, Williams H, Duke G, et al. Off-pump coronary artery bypass grafting provides
complete revascularization with reduced myocardial injury, transfison requirements,
and length of stay: a prospective randomized comparison of two hundred unselected
Contenido
INTRODUCCIÓN
319
Tratamiento
Evaluar y corregir los siguientes puntos en el orden que se presentan:
tener permeable el conducto hasta que sea posible llevar a cabo el tra-
tamiento quirúrgico o cateterismo cardiaco.
Se inicia la infusión de prostaglandinas a 0.01 a 0.1 µg/kg/min.
Los efectos secundarios que deben vigilarse son: bradicardia, hipoten-
sión arterial, fiebre y convulsiones.
Tratamiento
Ante la sospecha de estas cardiopatías se debe iniciar la administración
de prostaglandinas. Puede requerirse apoyo con aminas para mejorar la
función ventricular derecha. El manejo ventilatorio debe estar basado en
mantener una saturación de oxígeno entre 75 y 85% y un pH relativa-
mente ácido, ya que la hiperoxigenación promueve la vasodilatación pul-
monar, con la consiguiente caída de la presión pulmonar, y por lo tanto la
disminución del cortocircuito por el conducto arterioso, lo que lleva a una
reducción del flujo sistémico con acidosis metabólica secundaria a hi-
poperfusión tisular. Mantener la oxigenación relativamente baja y cierta
acidosis respiratoria ayuda a conseguir una vasoconstricción pulmonar
para lograr dicho objetivo, hasta que pueda llevarse a cabo la corrección
de la cardiopatía. El cateterismo cardiaco ha mostrado ser de gran uti-
lidad ya que permite la dilatación de coartaciones o estenosis críticas,
así como la colocación de endoférulas (stents) para mantener permeable
el conducto. En muchos sitios la cirugía es la opción más viable para
liberar dichas obstrucciones al tracto de salida. En niños con ventrículo
izquierdo hipoplásico, el tratamiento quirúrgico debe ser temprano, de
preferencia antes de los 15 días de vida, para evitar que la hipertensión
pulmonar persistente contraindique una corrección posterior.
Tratamiento
Al principio, el tratamiento requiere prostaglandina E1. En neonatos
con TGA y CIA restrictiva, o de AT con CIA restrictiva, debe realizar-
se una auriculoseptostomía por medio de cateterismo para mejorar la
mezcla de sangre. Los pacientes con AP o TF extrema suelen requerir
fístula sistémico-pulmonar de urgencia o colocación de endoférula me-
diante cateterismo cardiaco.
Tratamiento
Los objetivos son incrementar la eficacia de la contracción, disminuir
resistencias periféricas, inducir uresis y bloquear los factores neurohor-
crIsIs de hIpoxIa
1. Ayuno
2. Restricción hídrica (60–100 ml/kg/día o 600-1 000 ml/m2 SC/día)
3. Furosemida: 0.5-1 mg/kg/dosis (dosis inicial hasta 2 mg/kg/dosis;
mantenimiento a 0.5 a 1 mg/kg/dosis)
4. Digoxina: 8 a 10 µg/kg/día
5. Valorar hemotransfusión o corrección de alteraciones electrolíticas
6. Oxígeno en mascarilla o cámara cefálica
Tratamiento
El propósito es incrementar las resistencias vasculares sistémicas, dis-
minuir el espasmo infundibular, disminuir las demandas de oxígeno,
asegurar un adecuado aporte de oxígeno y un buen transportador, así
como un volumen circulante adecuado. El manejo depende del diag-
nóstico de base y de la fisiopatología de la crisis presentada.
Se debe tomar en cuenta que el diagnóstico oportuno permite un
tratamiento precoz que impide la progresión de la crisis. En muchos ca-
sos, la posición genupectoral, el aporte de oxígeno y la sedación pueden
ser suficientes. En caso contrario se recomienda administrar bicarbona-
to para mejorar la acidosis, aun sin contar con gasometría. En caso de
hipertrofia infundibular (p. ej., tetralogía de Fallot), el inicio de betablo-
queadores puede disminuir la obstrucción dinámica infundibular y la
taquicardia. Al usar esmolol se debe considerar el riesgo de bradicardia
y bloqueo AV, por lo que es importante que un marcapaso transitorio
esté disponible (cuadro 29-9).
1. Posición genupectoral
2. Oxígeno al 100
3. Sedación: midazolam, 100 a 200 µg/kg/dosis nasal, IR o IV, o fentanilo,
1-3 µg/kg/dosis IV
4. HCO3 Na: 1-2 meq/kg/dosis
5. Betabloqueador (en caso de espasmo infundibular):
propranolol, 0.01 a 0.02 mg/kg/dosis en 5 min
esmolol, 0.5 mg/kg IV, y luego infusión de 100-300 µg/kg/min
6. Dopamina: 15 µg/kg/min (efecto alfa, vasoconstrictor) o epinefrina,
0.01 mg/kg/dosis IV
7. Valorar transfusión de paquete globular o carga con cristaloide
(10-20 ml/kg/dosis)
IR: intrarrectal.
Tratamiento
El manejo inicial es la hiperventilación para llevar a alcalosis respirato-
ria con la consiguiente vasodilatación pulmonar, así como la adminis-
tración de oxígeno. La sedación y relajación son de vital importancia ya
que el esfuerzo físico, el dolor y el estrés son factores que propician estas
crisis. El uso de inotrópicos puede requerirse para mantener un gasto
cardiaco adecuado. En pacientes posoperados, la milrinona es muy útil,
mientras se conserve la cautela con la presión sistémica. En pacientes
prequirúrgicos no se recomienda ya que al vasodilatar el lecho pulmo-
nar incrementa el flujo sanguíneo y con ello la presión pulmonar. En
algunos casos que no responden a este esquema se utiliza óxido nítrico
inhalado para vasodilatación pulmonar selectiva. Se debe disminuir y
retirar en forma paulatina para no causar crisis hipertensivas de rebote.
En la actualidad se encuentran bajo estudio los antagonistas de endote-
lina 1 subtipo A y el sildenafilo.
urgencIas hIpertensIvas
Tratamiento
Una elevación grave de la tensión arterial debe reducirse no más de
25% en las primeras dos horas y después reducirse de manera gradual
en los siguientes tres a cuatro días. Esto se debe a que por la hiperten-
sión existen mecanismos cerebrales de autorregulación vascular que no
pueden compensar cambios agudos en la presión. Una caída rápida de
la TA puede provocar secuelas neurológicas serias.
En una urgencia hipertensiva, se prefiere el control por vía intra-
venosa, que permite una titulación del fármaco para reducir la presión
en forma gradual. El nitroprusiato de sodio ha demostrado ser muy útil
tanto en urgencias hipertensivas como en el posoperatorio. Se deben
cuidar los efectos colaterales como toxicidad por tiocianato o acido-
sis metabólica. El esmolol, un betabloqueador cardioselectivo, puede
ser útil para el manejo de crisis hipertensivas en el posoperatorio de
procedimientos quirúrgicos por cardiopatías congénitas, cuidando la
arrItmIas
cia con 2 J/kg, utilizando las paletas más grandes, sin que entren
en contacto entre ellas. Se puede doblar la dosis a 4 J/kg, de ser
inefectiva la primera, una o dos veces. Después del tercer choque se
debe administrar epinefrina, seguida de más choques a 4 J/kg. En
caso de no tener éxito, se puede utilizar lidocaína (cuadro 29-11).
Bradiarritmias
Su manifestación más frecuente es el síncope o la insuficiencia cardiaca
con hipoperfusión. Puede tratarse de bradicardia sinusal secundaria a
alteraciones sistémicas, que puede progresar hacia asistolia, o bien de-
berse a disfunción intrínseca o adquirida del nodo sinusal o AV.
Tratamiento
En bradicardia sinusal, se debe corregir la causa subyacente, dar venti-
lación y oxigenación oportuna. Iniciar con epinefrina y valorar el uso
1. Iniciar RCP
2. Desfibrilar hasta tres veces si es necesario, a 2, 2-4 y 4 J/kg
3. Epinefrina, primera dosis IV o IO: 0.01 mg/kg (1:10 000, 0.1 ml/kg)
ET: 0.1 mg/kg (1:1 000, 0.1 ml/kg)
4. Desfibrilar con 4 J/kg 30 a 60 seg después de cada medicación
Secuencia: RCP-medicamento-descarga (repetir) o RCP-medicamento-
descarga, descarga, descarga (repetir)
5. Antiarrítmico:
Amiodarona, 5 mg/kg IV/IO o
Lidocaína, 1 mg/kg IV/IO/ET o
Magnesio, 25 a 50 mg/kg IV/IO (taquicardia helicoidal o
hipomagnesemia), máximo 2 g
6. Desfibrilar con 4 J/kg 30 a 60 seg después de cada medicación. Misma
secuencia
7. Epinefrina, segunda dosis y subsecuentes (cada 3 a 5 min):
IV/IO/ET: 0.1 mg/kg (1:1 000, 0.1 ml/kg)
Puede ser efectivo hasta 0.2 mg/kg de 1:1 000
Considerar antiarrítmicos. Desfibrilar con 4 J/kg 30 a 60 seg después
de cada medicamento
IO: intraósea; ET: endotraqueal.
Taquiarritmias
Valorar estado de perfusión, esfuerzo respiratorio y nivel de conciencia,
así como el potencial de degeneración en otra arritmia que no pueda
mantener el gasto cardiaco.
1. ABC
2. Si hay datos de compromiso cardiovascular:
A. Inicio de compresiones torácicas si a pesar de la ventilación y
oxigenación existe FC , 100/min en neonatos o FC , 60/min
en lactantes o preescolares, además de hipoperfusión
B. Inicio de acceso IV o IO
C. Epinefrina IV o IO: 0.01 mg/kg (1:10 000 o 0.1 ml/kg)
ET: 0.1 mg/kg (1:1 000 o 0.1 ml/kg)
Repetir la dosis cada 3 a 5 min
D. Atropina: 0.02 mg/kg; dosis mínima, 0.1 mg
La dosis máxima por cada dosis es de 0.5 mg en escolares y menores,
y 1 mg en adolescentes. Puede repetirse una vez
E. Considerar marcapaso externo o esofágico
Tratamiento
Iniciar maniobras vagales (hielo en cara y nuca, masaje carotídeo o es-
tímulo nasofaríngeo; la compresión ocular está contraindicada). Tienen
una eficacia de 30 a 50% sobre las taquicardias que comprometen al
nodo AV. No son efectivas en flúter auricular ni en taquicardias auricula-
res primarias. Se puede emplear adenosina, la cual produce un bloqueo
agudo del nodo AV, con lo cual abate la taquicardia del nodo AV en 90%
de los casos. Por lo general no es efectiva por vía umbilical o arterial
(vida media muy corta). Si no funciona puede duplicarse la dosis. Entre
los efectos secundarios produce broncoespasmo y vasodilatación. Rara
vez puede presentarse respuesta ventricular rápida con fibrilación ventri-
cular, taquicardia ortodrómica o taquicardia helicoidal, por lo que debe
contarse con un desfibrilador. La adenosina también puede revelar una
taquicardia auricular o fibrilación auricular con bloqueo AV.
El verapamilo sólo puede indicarse en niños mayores y sin com-
promiso hemodinámico ya que puede provocar hipotensión importante.
La digoxina IV es útil, pero el inicio de su acción es lento y se encuentra
contraindicada en TSV secundaria a síndrome de Wolff-Parkinson-
White (WPW) por el riesgo de acelerar la conducción anterógrada por
la vía accesoria y llevar a fibrilación auricular o ventricular. En casos
de WPW se prefiere un betabloqueador. Otras opciones para TSV son
propafenona, procainamida, sotalol y amiodarona.
Puede intentarse el control de la taquicardia mediante un mar-
capaso transesofágico con tiempo de ciclado auricular programado a
70 u 80% del ciclado de la taquicardia. Un paciente con compromiso
hemodinámico significativo debe recibir tratamiento con cardioversión
sincronizada, de inicio con 0.5 J/kg; si no resulta efectiva, puede do-
blarse la dosis. Valorar si se requiere ventilación asistida o corrección
de acidosis metabólica. Al cardiovertir es importante vigilar: a) que se
encuentre en modo sincrónico, ya que una descarga que coincida con
Tratamiento
1. Si hay compromiso hemodinámico se debe llevar a cabo cardioversión
sincronizada a 1 a 2 J/kg, duplicando la dosis si la inicial no es efectiva.
Corregir hipoxemia, acidosis e hipoglucemia. En TV puede intentarse
la sobreestimulación con marcapaso por 5 min, 30 o 50 latidos mas
rápida. Puede desencadenar fibrilación ventricular. Considerar el uso
de amiodarona.
2. Si no hay compromiso hemodinámico, se debe corregir la causa des-
encadenante. Puede intentarse administrar lidocaína (eficacia de 20%)
en tres dosis seguidas de infusión continua o procainamida (eficacia de
78%). La última está contraindicada en intoxicación por fármacos IA
(quinidina), por amiodarona o QT largo. Si el ritmo es lento o normal
puede intentarse el control con atropina ya que el incremento de la FC
suele suprimir la extrasistolia ventricular. En caso de taquicardia ven-
tricular recurrente, la amiodarona es muy útil. En taquicardia helicoi-
dal (torsade de pointes) debe implantarse un marcapaso transvenoso que
estimule a frecuencias de 150 latidos/min en menores de 1 año y de
120 en mayores de un año, además de administrar sulfato de magnesio
(cuadros 29-13 y 29-14).
Arritmias en el posoperatorio
Los cambios agudos de la fisiología cardiovascular, tono autónomo y
balance electrolítico hacen que sean frecuentes. Las bradiarritmias pue-
den ocurrir por lesión quirúrgica al nodo sinusal o sistema distal de
conducción. Se deben descartar otras causas como neumotórax o hipo-
ventilación. Un catéter auricular ectópico puede inducir taquiarritmias
por irritación local o por trombos interauriculares. Otra causa es la ele-
vación de la presión interauricular así como el uso de inotrópicos.
ET: endotraqueal, IM: intramuscular, IN: intranasal, IO: intraóseo, IV: intravenoso, IR: intrarrectal, VO:
vía oral, SL: sublingual, INH: inhalado.
Tratamiento
Se debe intentar disminuir las aminas simpatomiméticas y puede ini-
ciarse digoxina IV. También cabe iniciar con procainamida o amioda-
rona, cuidando la potencial depresión miocárdica. En caso de taquicar-
dia por hiperpotasemia se sugiere uso de hiperventilación, bicarbonato
de sodio y calcio.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Attie F, Zabal C, Buendía A. Cardiología pediátrica. Diagnóstico y tratamiento. 1ª ed.
México, Panamericana, 1993.
2. Barnes S, Shields B, Bonney W, et al. The pediatric cardiology pharmacopoeia: 2004
update. Pediatr Cardiol 2004;25:623-646.
3. Bink-Boelkens M. Pharmacologic management of arrhythmias. Pediatric Cardiol
2000;21:508-515.
4. Brawn W, Barron D. Management and outcome in hypoplastic left heart syndrome.
Curr Paed 2004;14:26-32.
5. Buendía A, Calderón Colmenero J, Patiño E, et al. Secuencia de estudio en el niño con
cardiopatía congénita. En: Briones Zubiría M (ed.). Programa de actualización con-
tinua en pediatría. Tomo 1. Academia Mexicana de Pediatría. México, Intersistemas
Editores, 2004-2005:525-554.
6. Buendía A, Calderón Colmenero J, Zabal C, et al. Insuficiencia cardiaca en el feto y el
recién nacido. En: Rodríguez Weber MA, Udaeta E (ed.). Neonatología clínica. 1ª ed.
México, McGraw-Hill Interamericana, 2004:567-585.
7. Constantine E, Linakis J. The assessment and management of hypertensive emergen-
cies and urgencies in children. Ped Emerg Care 2005;21(6):391-396.
8. Calderón Colmenero J. Systemic arterial hypertension in pediatrics. Arch Inst Cardiol
Méx 1994;64(6):563-569.
9. Calderón Colmenero J, Patiño E, et al. Urgencias cardiológicas. En: Urgencias. Temas
de pediatría. Asociación Mexicana de Pediatría. México, Interamericana McGraw-
Hill, 1998:239-250.
10. Silka M. Emergency management of arrhythmias. En: Deal B, Wolff G, Gelband H
(eds.). Current concepts in diagnosis and management of arrhytmias in infants and
children. Armonka, NY, Futura Publishing, 1998:309-328.
11. García Montes J, Calderón Colmenero J. Farmacología cardiovascular. En: Quevedo
A, Martínez Y, Duque JI (eds.). Fundamentos de pediatría. El niño en estado crítico. 1ª
edición. Corporación para investigaciones biológicas. Colombia, 2001:229-236.
12. Kay J, Colan S, Graham T, et al. Congestive heart failure in pediatric patients. Am
Heart J 2001;142(5):923-928.
13. Liu P, Mason J. Advances in the understanding of myocarditis. Circulation
2001;104:1076-1082.
14. Maroto Monedero C, Camino López M, Girona Comas J, et al. Guías de práctica
clínica de la Sociedad Española de Cardiología en las cardiopatías congénitas del re-
cién nacido. Rev Esp Cardiol 2001;54:49-66.
15. Maroto Monedero C, Enríquez de Salamanca F, Herráiz Sarachaga I, et al. Guías de
práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología en las cardiopatías congénitas
más frecuentes. Rev Esp Cardiol 2001;54:67-82.
Contenido
Definición
Fisiopatología
Etiología
Diagnóstico
Cuadro clínico
Tomografía axil computarizada
Angiografía
Ecocardiografía
Tratamiento
Medidas iniciales
Control antihipertensivo
Control glucémico
Anticoagulación
Tratamiento trombolítico
Tratamiento trombolítico
Indicación clase I para trombólisis
Criterios para iniciar trombólisis
Contraindicaciones para uso de trombólisis
Precauciones
Prevención
345
defInIcIón
fIsIopatología
INNN: Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía; AHCG: Antiguo Hospital Civil de Guada-
lajara.
etIología
dIagnóstIco
Cuadro clínico
El diagnóstico de embolismo cerebral cardiógeno se basa en una
constelación de hallazgos, ninguno de los cuales es diagnóstico por
sí mismo. Las características de un AVCICE son el inicio repentino
de un déficit neurológico máximo, presencia de una fuente poten-
cialmente embolígena, múltiples infartos cerebrales que comprome-
ten la corteza en numerosos sitios cerebrales, infarto hemorrágico,
ausencia de enfermedad ateroesclerosa en la angiografía cerebral,
evidencia angiográfica de oclusiones evanescentes, evidencia de
PRIMARIOS
Inicio súbito del déficit neurológico
Infartos múltiples dispersos en la corteza cerebral o cerebelo en múltiples
territorios vasculares
SECUNDARIOS
Infarto hemorrágico en la tomografía axil computarizada
Ausencia de enfermedad ateroesclerosa vascular por angiografía
Evidencia de embolismo a otros órganos
Trombo cardiaco demostrado por estudio de imagen
Angiografía
Existen datos angiográficos que sugieren el origen embólico del AVC
isquémico, aunque en forma aislada no hacen el diagnóstico, como au-
sencia de lesiones ateroescleróticas proximales a la oclusión arterial o
defectos de llenado intraluminal en la arteria causante del infarto. Al
menos un tercio de los pacientes con AVC isquémico tiene evidencias
de cardiopatía al examen físico, radiografía del tórax o electrocardio-
grama; sin embargo, debe subrayarse que encontrar estos datos no es-
tablece el diagnóstico de AVCICE.
Ecocardiografía
El ecocardiograma bidimensional es de utilidad para confirmar la pre-
sencia de posibles fuentes embolígenas, ya que sobre todo es sensible
para detectar grandes trombos intracavitarios; no obstante, el límite
menor para la detección de un trombo ventricular es de 4 mm. Cabe el
comentario de que un émbolo de este tamaño es capaz de ocluir ramas
tratamIento
Medidas iniciales
1. Evaluación de la vía respiratoria, ventilación y estado circulatorio.
2. Se recomienda intubación endotraqueal en caso de Escala de Glasgow
menor de 8 puntos.
3. Evaluación neurológica inicial con descarte de hipoglucemia, trauma-
tismo craneal o intoxicación farmacológica.
4. Iniciar tratamiento inmediato en caso de hipoglucemia o hipertermia.
5. Obtener acceso venoso para infundir solución de Hartmann o fisiológica
al 0.9%; evitar soluciones con dextrosa (agravan el edema cerebral).
6. Dejar en ayuno en caso de riesgo de broncoaspiración.
7. Tiamina (100 mg), en caso de pacientes alcohólicos o desnutridos.
8. Uso de oxígeno sólo en el caso de que la saturación del gas sea menor
de 90%.
9. Estudios iniciales: biometría hemática, electrólitos séricos, glucosa séri-
ca, cuerpos azoados, tiempos de coagulación e INR, electrocardiogra-
ma de 12 derivaciones y radiografía del tórax portátil.
Control antihipertensivo
En el contexto de un AVC isquémico agudo, la hipertensión arterial
sistémica se considera una respuesta fisiológica normal para mantener
una adecuada perfusión cerebral en la zona de “penumbra isquémica”,
por lo que debe tratarse sólo si sus valores son graves (presión sistóli-
ca . 220 mmHg), presión diastólica . 120 o presión arterial media
. 140 mmHg, o bien que la hipertensión esté asociada a infarto con
transformación hemorrágica, isquemia miocárdica, disección aórtica o
daño renal. Se recomienda una reducción gradual de la presión arte-
rial sistólica en 15 a 20%, cuidando de no llevar a la normotensión en
las primeras 24 horas. Conviene hacerlo mediante fármacos de acción
rápida y vida media corta con poco efecto sobre la circulación cerebral,
de los cuales el más recomendado y accesible es el nitropusiato de sodio.
Se inicia con una infusión de 0.3 mg/kg/min que se aumenta cada 5
minutos, sin exceder de 10 mg/kg/min; la dosis máxima no debe durar
más de 10 minutos.
Control glucémico
En caso de hipoglucemia debe iniciarse tratamiento inmediato con la
administración de dextrosa ya que puede simular un cuadro de AVC
isquémico y debido a que la hipoglucemia agrava el daño cerebral is-
quémico. Por el contrario, también es necesario tratar una hiperglu-
cemia grave ya que es factor de riesgo para hemorragia cerebral en
pacientes con infarto cerebral agudo, sobre todo aquellos que reciben
terapia trombolítica. Se ha sugerido que los valores elevados de gluce-
mia también pueden aumentar el daño cerebral en forma lineal con
las concentraciones de glucosa sérica, por lo que el adecuado control
de la hiperglucemia durante el ataque agudo de isquemia cerebral es
imperativo.
El mecanismo por el que la hiperglucemia origina daño cerebral en
pacientes con isquemia cerebral aguda no ha sido bien establecido, pero
se postulan algunos como acidosis tisular, incremento en la permeabili-
dad de la barrera hematoencefálica, disminución de la reactividad vas-
cular o una combinación de éstos.
Anticoagulación
No se recomienda el uso de anticoagulación en el AVC isquémico agu-
do ya que no ha probado ser benéfica y conlleva un alto riesgo de hemo-
rragia en el área infartada. En pacientes con prótesis valvulares mecá-
nicas aún no se define en forma satisfactoria en qué tiempo después del
infarto cerebral agudo se debe reiniciar la anticoagulación.
Tratamiento antitrombótico
El uso de heparina no fraccionada para el tratamiento del AVC isqué-
mico agudo aún es motivo de debate. Se ha establecido que puede pre-
venir la recurrencia de isquemia cerebral, sobre todo en el AVCICE o el
AVC isquémico secundario a disección carotídea, y por otro lado está
el riesgo de eventos adversos (hemorragia intracraneal). Algunos auto-
res sugieren que en el AVC isquémico cardioembólico debe iniciarse
heparina no fraccionada intravenosa en las primeras 24 horas en pa-
cientes con fibrilación auricular, válvulas protésicas mecánicas, trombos
intracavitarios o disfunción ventricular grave, excepto en pacientes con
infartos extensos o que recibieron trombólisis. En cuanto al uso de he-
parinas de bajo peso molecular, no se recomiendan en forma rutinaria
en el AVC isquémico, y se reservan para pacientes con factores de ries-
Tratamiento trombolítico
Al recanalizar la oclusión arterial cerebral, la terapia trombolítica pue-
de reducir el daño cerebral si se inicia antes que el proceso de infarto
cerebral se complete. La mortalidad de los pacientes con AVC isqué-
mico a tres meses es de 12%, pero debe aclararse que los pacientes
candidatos a trombólisis tienden a presentar una isquemia cerebral más
seria que el promedio, y en estos sujetos la mortalidad sin tratamiento
es de alrededor de 21%.
En varios estudios se ha demostrado el beneficio del uso del acti-
vador tisular del plasminógeno (tPA), entre los cuales uno de los más
destacados fue el del grupo NINDS, en el cual se estudiaron 624 pa-
cientes, donde se comparó el uso de tPA contra placebo. A pesar de un
incremento en la incidencia de hemorragia hubo una franca mejoría en
parámetros evaluados a tres meses como escala de Glasgow, índice de
Barthel, escala de Rankin modificada y escala NIHSS.
precaucIones
prevencIón
LECTURAS RECOMENDADAS
1. The National Institute of Neurological Disorders and Stroke rt-PA Stroke Study Group.
Tissue plasminogen activator for acute ischemic stroke. N Engl J Med 1995;333:1581-
1587.
2. Cardiogenic Brain Embolism. Cerebral Embolism Task Force. Arch Neurol 1986;43.
3. Ruiz Sandoval JL y col. Enfermedad vascular cerebral en dos hospitales mexicanos.
Rev Mex Neuroci 2003;4(5):319-323.
4. Katzan IL, et al. Utilization of intravenous tissue plasminogen activator for acute is-
chemic stroke. Arch Neurol 2004;61:346-350.
5. Stanley GR, et al. Comparing the guidelines: anticoagulation therapy to optimize stroke
prevention in patients with auricular fibrilation. J Am Coll Cardiol 1993;22:720-726.
6. Bath P, Iddenden R, Bath F. Low molecular weight heparins and heparinoids in
acute ischemic stroke: a meta-analysis of randomized controlled trials. Stroke
2000;31(7):1770-1778.
Contenido
INTRODUCCIÓN
355
IMEST
dentro de las 12 h de iniciados los síntomas
Trombólisis
Traslado
inmediato
Fallida Exitosa
angIoplastIa de rescate
InhIbIcIón plaquetarIa
ción; es por ello que las guías europeas de ICP lo recomiendan como
clase IIa.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Antman EM, Anbe DT, Alpert JS, et al. ACC/AHA Guidelines for the management
of patients with ST-elevation myocardial infarction. Circulation 2004;110:588-636.
2. Tcheng JE. Primary angioplasty in acute myocardial infarction. 1a ed. USA, Human
Press, 2002.
3. Silber S, Alberson P, Avilés FF, Camici PC, et al. Guidelines for percutaneous coronary
interventions of the European Society of Cardiology. Eur Heart J 2005;26:804-847.
4. Brodie BR, Stuckey TD, Muncy DB, et al. Importance of time to reperfusion in pa-
tients with acute myocardial infarction with and without cardiogenic shock treated
with primary angioplasty. Circulation 2000;102(Suppl II):II-386 (abstract).
5. Keeley EC, Boura JA, Grines CL. Primary angioplasty versus intravenous throm-
bolytic therapy for acute myocardial infarction: a quantitative review of 23 randomi-
zed trials. Lancet 2003;361:13-20.
6. Stone GW, Grines CL, Cox DA, Garcia E, et al, for the CADILLAC investigators.
Comparison of angioplasty with stenting, with or without abciximab, in acute myo-
cardial infarction. N Engl J Med 2002;346:957-966.
7. Montalescot G, Borentain M, Payot L, Collet JP, Thomas D. Early vs late adminis-
tration of glycoprotein IIb/IIIa inhibitors in primary percutaneous coronary inter-
vention of acute ST-segment elevation myocardial infarction: a meta-analysis. JAMA
2004;292:362-366.
8. Ellis SG, Da Silva ER, Spaulding CM, Nobuyoshi M, Weiner B, Talley JD. Review of
immediate angioplasty after fibrinolytic therapy for acute myocardial infarction: insi-
ghts from the RESCUE I, RESCUE II, and other contemporary clinical experiences.
Am Heart J 2000;139:1046-1053.
9. Webb JG, Lowe AM, Sanborn TA, White HD, Sleeper LA, Carere RG, et al. Percu-
taneous coronary intervention for cardiogenic shock in the SHOCK trial. J Am Coll
Cardiol 2003;42:1380-1386.
Contenido
365
Bradicardia sinusal
Aunque rara vez es motivo de consulta en urgencias, los criterios diag-
nósticos para esta arritmia son: onda P de origen sinusal, eje de P nor-
mal, intervalo PR normal, la frecuencia es de 59 lpm o menor, y el PP
puede ser regular o algo irregular (en caso de arritmia sinusal). Debe
hacerse el diagnóstico diferencial con bloqueo sinoauricular de segundo
grado 2:1 o paro sinusal. No suele requerir tratamiento específico a me-
nos que se produzcan síntomas de gasto bajo como en la enfermedad
del nodo sinusal, que incluso podría requerir un marcapaso definitivo.
Taquicardia sinusal
Pocas veces es motivo de consulta en urgencias, pero en casos de fre-
cuencia cardiaca alta se debe diferenciar de otras taquiarritmias. En
ésta se cumplen los criterios diagnósticos previos, pero la frecuencia del
nodo sinusal oscila entre 100 y 160 o hasta 180 lpm. Este tipo de ta-
quicardia es fisiológico la mayor parte de las veces y lo más importante
radica en determinar el origen, ya sea que responda a causas cardiacas
(ICCV) o extracardiacas (hipertirodismo, anemia, etc.). El tratamiento
se basa en la etiología.
Marcapaso migratorio
Algunos autores consideran a esta arritmia como una variedad exagera-
da de la arritmia sinusal ya que exhibe un patrón de variación respira-
torio. En esta arritmia el sitio de origen del latido sinusal cambia dentro
del nodo sinusal; en consecuencia, hay variaciones en la configuración
de la onda P mientras el intervalo PR permanece constante o con ligera
variación. El significado clínico de esta arritmia es el mismo que el de la
arritmia sinusal, y se puede observar en sujetos sanos ya que coexisten
bradicardia sinusal y arritmia sinusal.
trastornos de la conduccIón
Bloqueos sinoauriculares
De este grupo se destaca el de segundo grado con sus variantes Mobitz
I y II. En el tipo II, el PP que contiene la pausa es múltiplo (doble o
triple) del PP de base. En el de tipo I, o fenómeno de Wenckebach, los
intervalos PP que preceden a la pausa se acortan en forma progresiva.
Este trastorno debe distinguirse de la arritmia sinusal y del paro sinusal.
El bloqueo sinoauricular suele observarse en miocarditis, IAM o en pa-
cientes sanos.
taquIcardIas supraventrIculares
Taquicardia auricular
Este ritmo se origina en las aurículas, pero para diagnosticar taquicar-
dia auricular deben presentarse cuando menos tres o más latidos conse-
cutivos. La configuración de la onda P depende del sitio de origen, que
pueden ser varios, como una variedad en la que existen varios focos de
descarga denominada taquicardia auricular multifocal (se presenta en
los pacientes con enfermedades graves como EPOC). En la taquicardia
auricular la frecuencia oscila entre 140 y 250 lpm y en general muestra
una conducción 2:1, pero si la conducción AV es óptima puede obser-
varse una conducción 1:1. En general la respuesta a antiarrítmicos es
escasa, pero no obstante se pueden ensayar antiarrítmicos como beta-
bloqueadores, verapamilo o flecainida, o incluso llegar a la ablación con
radiofrecuencia para el tratamiento definitivo.
Flúter auricular
Puede ocurrir en forma paroxística o, lo más común, en forma cróni-
ca. La frecuencia auricular varía de 250 a 350 lpm (en promedio, 300
lpm). Es característica la configuración de la activación auricular en
dientes de sierra (ondas F), cuya morfología está dada por dos compo-
nentes de la onda P, el primero de los cuales constituye propiamente la
onda P y el segundo la Ta de la repolarización auricular. Con frecuen-
cia se manifiesta con una conducción 2:1, y hay que sospecharla en
casos de taquicardias supraventriculares con frecuencia ventricular entre
140 y 160 lpm. Esta arritmia se debe diferenciar de la taquicardia
auricular.
Fibrilación auricular
En el electrocardiograma se manifiesta por la ausencia de ondas P,
a las que sustituyen las ondas f de morfología variable y que dan el
aspecto de una línea de base irregular. El ritmo ventricular es impre-
visible en caso de no existir bloqueo AV. La frecuencia auricular oscila
entre 400 y 700 lpm, por lo cual si se desean identificar las ondas f
conviene hacerlo en derivaciones inferiores o en V1. Cuando en esta
derivación se observan ondas más regulares es posible que se deba a
que recoge la actividad eléctrica de ciertas áreas de la aurícula con
un ritmo más organizado. De acuerdo con la amplitud de las ondas
puede haber fibrilación fina o gruesa, que es más frecuente en los cre-
cimientos auriculares mientras que la primera lo es en la cardiopatía
coronaria. Si la respuesta ventricular supera los 200 lpm y el QRS está
ensanchado, debe tenerse en cuenta la posibilidad de un síndrome de
preexcitación asociado.
El tratamiento se encamina a controlar la frecuencia ventricular
cuando no es posible realizar la cardioversión a ritmo sinusal. Entre
los esquemas farmacológicos más efectivos para conseguir el control
de la frecuencia o para realizar cardioversión está la asociación de un
betabloqueador con un calcioantagonista, pero en caso de función ven-
tricular deprimida puede intentarse el uso de amiodarona. El uso de ve-
rapamilo está proscrito en casos de fibrilación auricular con WPW. Los pa-
cientes candidatos a cardioversión eléctrica son aquellos con fibrilación
auricular paroxística o persistente, menores de 65 años, con mal control
farmacológico de la frecuencia ventricular y que presentan deterioro
clínico en presencia de esta arritmia. También, cuando la fibrilación au-
ricular es consecuencia de una afección estructural de base y cuando es
Taquicardia supraventricular
por reentrada nodal AV
otras arrItmIas
Taquicardias ventriculares
Se definen como la presencia de tres o más complejos ventriculares con-
secutivos, con tres formas de presentación: paroxística, no paroxística y
por foco parasistólico. En cuanto a su duración, pueden ser sostenidas
(más de 30 seg de duración o , 30 seg pero que requieran alguna ma-
niobra para terminarla) y no sostenidas (menos de 25 seg). La frecuencia
cardiaca es mayor de 120 lpm, pero puede llegar a frecuencias de 180
a 250 lpm; los ventrículos tienen una frecuencia que no depende del
ritmo sinusal, por lo que se produce disociación AV (hasta en 50% de los
casos). El QRS tiene duración . 120 mseg y puede haber taquicardia
sinusal asociada, pero la frecuencia es menor que la ventricular, por lo
que en ocasiones hay latidos de captura o de fusión ventricular y cap-
turas auriculares cuando el ventrículo activa en forma retrógrada a la
aurícula. Esta arritmia debe diferenciarse de las taquicardias supraven-
triculares con aberrancia. Para ello, se sugiere el análisis de las mismas
con base en los criterios ya propuestos (figs. 32-2 y 32-3). En caso de
que se produzca repercusión hemodinámica se debe realizar la cardio-
versión eléctrica inmediata, aunque si el paciente se encuentra estable
se puede administrar lidocaína o propafenona, en el contexto de que el
origen sea isquémico; si no hay resultado, se debe tener preparada la
cardioversión eléctrica. La ablación con radiofrecuencia se utiliza en el
tratamiento de la taquicardia ventricular de todos los tipos, pero puede
ser curativa en casi todos los casos con corazón estructuralmente sano y
Sí = TV No = Continuar
Sí = TV No = Continuar
Disociación AV
Sí = TV No = Continuar
Sí = TV No = TSV
Sí = TV No = Continuar
Sí = TV No = Continuar
Relación AV diferente de 1 a 1
Sí = TV No = TSV antidrómica
Fibrilación ventricular
Es una arritmia ventricular grave que equivale a estar en paro cardio-
circulatorio y que por ello exige que de inmediato se inicie la RCP. Los
QRS muestran grados variables de amplitud y duración, puede ser pri-
maria o secundaria (ésta acompaña a la fase final de cualquier enferme-
dad cardiaca), la frecuencia varía entre 250 y 500 por min. Es imposible
distinguir el QRS del segmento ST, y la desfibrilación es mandatoria.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Brugada P, Brugada J, Mont L, Smeets J, Andries EW. A new approach to the dif-
ferential diagnosis of a regular tachycardia with a wide QRS complex. Circulation,
1991;83:1649-1659.
2. Zipes D, Braunwald E. Heart disease: a textbook of cardiovascular medicine. 5th edi-
tion. Philadelphia, WB Saunders Company, 1997.
3. Iturralde P. Arritmias cardiacas. México, McGraw-Hill Interamericana, 1997:103-117.
4. Wellens HJ, Conover MB. Wide QRS tachycardia. The ECG in emergency decision
making. Philadelphia, WB Saunders Company, 1992.
5. Kennedy HL, Whitlock JA, Sprague MK, Kennedy LJ, Buckingham TA, Goldberg
RJ. Long-term follow-up of asymptomatic healthy subjects with frequent and complex
ventricular ectopy. N Engl J Med 1985;312:193-197.
6. Echt DS, Liebson PR, Mitchell LB, Peters RW, Obias-Manno D, Barker AH, et al.
Mortality and morbidity in patients receiving encainide, flecainide, or placebo. The
Cardiac Arrhythmia Suppression Trial. N Engl J Med 1991;324:781-788.
7. Guidelines 2000 for cardiopulmonary resuscitation and emergency cardiovascular
care. An international consensus on science. The American Heart Association in col-
laboration with the International Liaison Committee on Resuscitation (ILCOR). Cir-
culation 2000;102(Suppl 8):I1-370.
8. Gregoratos G, Cheitlin MD, Conill A, Epstein AE, Fellows C, Ferguson TB, Jr, et al.
ACC/AHA guidelines for implantation of cardiac pacemakers and antiarrhythmia
devices: executive summary –a report of the American College of Cardiology/Ameri-
can Heart Association Task Force on Practice Guidelines (Committee on Pacemaker
Implantation). Circulation 1998;97:1325-1335.
9. Link MS, Olshansky B, Estes NA, 3rd. Cardiac arrhythmias and the athlete. Curr Opin
Cardiol 1999;14:24-29.
10. Maron BJ, Shirani J, Poliac LC, Mathenge R, Roberts WC, Mueller FO. Sudden death
in young competitive athletes. Clinical, demographic, and pathological profiles. JAMA
1996;276:199-204.
11. Case CL. Diagnosis and treatment of pediatric arrhythmias. Pediatr Clin North Am
1999;46:347-354.
12. Ryan TJ, Anderson JL, Antman EM, Braniff BA, Brooks NH, Califf RM, et al. AHA/
ACC guidelines for the management of patients with acute myocardial infarction: ex-
ecutive summary. A report of the American College of Cardiology/American Heart
Association Task Force on Practice Guidelines (Committee on Management of Acute
Myocardial Infarction). Circulation 1996;94:2341-2350.
13. Wellens HJJ, Bar FWHM, Lie KI. The value of the electrocardiogram in the differential
diagnosis of a tachycardia with a widened QRS complex. Am J Med 1978;64:27-33.
14. Kremers MS, William HB, Welles PJ, Solodyna M. Effect of preexisting bundle branch
block on the electrocardiographic diagnosis of ventricular tachycardia. Am J Cardiol
1988;62:1208-1212.
15. Kindwall KE, Brown J, Josephson ME. Electrocardiographic criteria for ventricular
tachycardia in wide complex left bundle branch block morphology tachycardias. Am J
Cardiol 1988;61:1279-1283.
16. Morady F. Radio-frequency ablation as treatment for cardiac arrhythmias. N Engl J
Med 1999;340(7):534-544.
Contenido
• Clase I: inhiben los canales del sodio al inicio de la fase O del po-
tencial de acción en células cardiacas de respuesta rápida. A su vez
se dividen en:
− Clase IA: prolongan la repolarización y alargan el periodo refrac-
tario de aurícula, ventrículo y vías accesorias. ECG: ensanchan el
complejo QRS y prolongan el segmento QT. Entre sus represen-
tantes más conocidos se encuentran quinidina, disopiramida y pro-
cainamida.
− Clase IB: acortan la repolarización. ECG: no afecta la duración
del QRS y el segmento QT puede ser igual o de menor duración.
Entre sus representantes más conocidos se encuentran lidocaína,
fenitoína, mexiletina y tocainida.
− Clase IC: no afectan la repolarización. ECG: aumentan la dura-
ción del complejo QRS y en forma subsecuente prolongan el seg-
381
Se divide en:
02-U-CHAVEZ.indd 384
Antiarrít- Dosis Dosis Farmacocinética Contraindicaciones y Precauciones
mico Indicación Clase Dosis IV VO pediátrica y metabolismo efectos secundarios e interacciones
Parte II
Quinidina FA, FLA, TSV IA 6-10 mg/kg 200-400 mg V½: 7-9 h Contraindicada con ante- Evitar su uso en disfunción he-
REIN en 20-30 c/4-6 h Metabolismo cedentes de taquiarritmia pática grave, con antiarrítmicos
TRAV min hepático ventricular por segmento QT clase III es necesario corrección
prolongado o predisposición de potasio y magnesio.por el
a taquicardia helicoidal. riesgo de taquicardia helicoidal.
Otras contraindicaciones son ↑ Valores de digoxina .
síndrome del seno enfermo,
bloqueo de la conducción ↑ Anticoagulación.
intraventricular, insuficiencia
Farmacología aplicada
Procaina- FA, FLA, IA 15 mg/kg 50 mg/kg/ 15-50 mg/kg/día V½: 3.5 h Puede producir hipotensión. Evitar su uso con antiarrítmicos
mida TSV REIN (máx. 1 g día VO divididos Metabolismo plas- Taquicardia helicoidal es rara. clase III por el riesgo de taquicar-
TRAV en la prime- distribuida c/3-6 h; no mático Uso oral limitado a 6 meses dia helicoidal.
ra hora), a en 6 a 8 exceder 4 g/d. (lupus) Cimetidina disminuye la excre-
razón de 20 tomas Dosis inicial: 3-6 ción renal.
mg/min y Prepara- mg/kg IV en 5 No interactúa con digoxina.
después ciones de min; no exceder Embarazo: clase C
infusión: 2- liberación 100 mg; puede
6 mg/min lenta: 2 vd repetirse c/5-10
h hasta un
máximo de 15
mg/kg.
Mantenimiento:
20-80 µg/kg/min
IV; no exceder
2 g/d
20/12/06 12:54:58 am
Disopiramida TSV REIN IA 0.5 mg/kg 300 mg V½: 8 h Contraindicado en insuficien- Evitar su uso con antiarrítmicos
SWPW IV en 5 min inicial; Metabolismo hepáti- cia cardiaca, hipotensión y clase III y fármacos que prolon-
1 mg/kg/h 100-200 mg co (50%) antecedentes de taquicardia gan el segmento QT por el riesgo
c/6 h Excreción renal sin helicoidal de taquicardia helicoidal. No
02-U-CHAVEZ.indd 385
modificar (50%) Puede producir retención interactúa con digoxina.
urinaria, boca seca ↓ con fenitoína. Debe ajustarse en
insuficiencia renal y en ancianos.
Flecainida FA, FLA, TA, IC 1-2 mg/kg 100-400 mg Dosis inicial: 1-3 V½: 13-19 h Contraindicado en enfer- ↑ valores de digoxina
REIN, TRAV en 10 min c/12 h mg/kg/d o 50- Metabolismo hepáti- medad cardiaca estructural ↑ valores con amiodarona,
Posterior- 100 mg/m2/d co (66%) (proarritmógeno), altera- propranolol, cimetidina.
mente VO dividida en Excreción renal sin ciones de la conducción ↓ al fumar cigarrillos
0.15-0.25 2 vd; puede modificar (33%) intraventricular sin presencia
mg/kg/h incrementarse de marcapaso, síndrome del
gradualmente en seno enfermo, insuficiencia
50 mg/m2/día ventricular izquierda y en el
c/5 d hasta posinfarto (incrementa la mor-
lograr un control talidad). Efectos neurológicos:
adecuado, sin ex- temblor y mareo
ceder 8 mg/kg/d
(200 mg/m2/
día); niños <6 m:
iniciar con dosis
más bajas.
Dosis de man-
Capítulo 33
tenimiento: 3-6
mg/kg/d o 100-
150 mg/m2/d
VO dividida en
2 vd.
Antiarrítmicos
Propafenona FA, FLA, TA, IC 2 mg/kg en 150-300 mg Dosis sugeridas: V½: 2-10 h Contraindicación relativa con Sinergismo con ß-bloqueadores
REIN, TRAV bolo c/8 h, hasta 150-400 mg/ Metabolismo hepáti- síndrome del seno enfermo, ↑ niveles de digoxina
Infusión: 2 1 200 mg/d m2/d (8-10 co variable alteraciones de la conducción
II mg/min (4 tomas) mg/kg/d) VO AV o ventricular, insuficiencia (continúa)
385
20/12/06 12:54:59 am
Cuadro 33-1. Características farmacológicas de los antiarrítmicos (Continuación)
386
02-U-CHAVEZ.indd 386
Antiarrít- Dosis Dosis Farmacocinética Contraindicaciones y Precauciones
mico Indicación Clase Dosis IV VO pediátrica y metabolismo efectos secundarios e interacciones
Parte II
Esmolol FA, FLA, TA y II 500 µg IV No se admi- Dosis sugerida: V½: 9 min. Inicio Contraindicado en bradicardia ↑ digoxina, puede ocasionar
TS (p/control en 1-2 min. nistra Inicio,100-500 de acción: 2 min, grave, bloqueo AV de segun- confusión, hipotensión, isquemia
de resp. Infusión µg/kg IV en 1 descontinuación de do o tercer grado, choque periférica, broncoespasmo,
ventricular) de 50-200 min seguido por la infusión origina cardiógeno e insuficiencia tromboflebitis y necrosis por
µg/kg/min 200 µ/kg/min recuperación del cardiaca extravasación.
IV; ↑ 50-100 µg/ bloqueo beta en 18 Embarazo: clase C
kg/min c/5-10 a 30 min
min hasta control
adecuado: 300-
1 000 µg/kg/min
Propranolol FA, FLA, TA II 1-5 mg a 1 20-320 mg/ 0.25-0.5 mg/kg V½: 3-6 h Puede ocasionar bradicardia, Sinergismo con calcioantagonis-
y TS (control mg/min d en 1, 2, 3 3-4 vd Metabolismo hepáti- bloqueo AV, insuficiencia tas y propafenona (inotropismo
de resp. o 4 tomas co (90%) cardiaca congestiva, bronco- negativo)
ventricular) espasmo Embarazo: ↓ circulación pla-
centaria, se excreta en la leche
materna
20/12/06 12:55:0 am
Sotalol FA, FLA, TA III No se admi- 80-160 mg 80-160 mg/m2/ V½: 12 h Contraindicado en alteracio- Evitar su uso con antiarrítmicos
REIN, TRAV nistra c/12 h d divididos en 3 No se metaboliza. nes de la conducción AV, clase IA u otros fármacos que
Puede dosis (preescola- Excreción renal síndrome del seno enfermo, prolonguen el segmento QT
alcanzarse res) y 2 dosis (en asma o bronquitis crónica, por el riesgo de taquicardia
02-U-CHAVEZ.indd 387
una dosis escolares) depuración de creatinina <40 helicoidal.
de 640 ml/min. Su forma dextro ↑ Corregir hipopotasemia (mayor
mg/d para mortalidad posinfarto. Puede proarritmia en mujeres). Embara-
un control producir depresión miocárdi- zo: produce bajo peso al nacer,
adecuado ca, bradicardia, bloqueo AV se excreta en la leche materna
y taquicardia helicoidal en
presencia de hipopotasemia
Amiodarona FA, FLA, TA III 150 mg IV Dosis inicial: Inicio:10-15 mg/ V½: 25-110 días Efectos pulmonares: 10-17% ↑ valores de digoxina
REIN, TRAV en 10 min 1 200-1 600 kg/día (600-800 Metabolismo he- con dosis de 400 mg/d ↑ efecto de warfarina
360 mg IV mg/d mg/1.73 m2/d) pático. 1% con dosis de 200 mg/d ↑ quinidina y flecainida
en 6 h Manteni- VO por 4-14 días, Excreción por la piel, Efectos en tiroides: 10% alte- ↑ valores de dilantín
540 mg IV miento: después reducir a tracto biliar y glándu- raciones subclínicas con dosis El uso con antiarrítmicos clase
en 18 h 200-400 5 mg/kg/d (200- las lagrimales de 200-400 mg/día. IA predispone a taquicardia
Posterior- mg/d 400 mg/1.73 Hipotiroidismo 6% helicoidal
mente 0.5 m2/d) por varias Hipertiroidismo 0.9% Su uso en neuropatía preexisten-
mg/min semanas. Puede producir dolor mus- te no incrementa la mortalidad
Mantenimiento: cular, neuropatía periférica, pulmonar.
2.5 mg/kg/d ataxia, temblor, cefalea, Embarazo: clase C, se excreta en
VO o la menor alteraciones de la memoria, la leche materna
dosis efectiva disfunción testicular, microde-
Capítulo 33
Dronedarona FA, FLA III No se admi- 400 mg VO No disponible Metabolismo El estudio ANDRÓMEDA Combinados con -bloq. ↓ su
nistra 2 vd hepático demostró un incremento en la biodisp. y ↑ la del -bloqueador
Cardio- mortalidad en pacientes con Los estudios EURIDIS y ADONIS
versión insuficiencia cardiaca. demostraron su utilidad en el
espontánea
Antiarrítmicos
20/12/06 12:55:0 am
Cuadro 33-1. Características farmacológicas de los antiarrítmicos (Continuación)
388
02-U-CHAVEZ.indd 388
Antiarrít- Dosis Dosis Farmacocinética Contraindicaciones y Precauciones
mico Indicación Clase Dosis IV VO pediátrica y metabolismo efectos secundarios e interacciones
Parte II
Ibutilida FA III 1 mg IV No se admi- Dosis sugerida: V½: 1.5 min, valores Contraindicado en insu- Evitar el uso concurrente con
FLA en 10 min, nistra 100-500 μg/kg óptimos: 40 min, ficiencia cardiaca y con antiarrítmicos clase I o III u otros
menos de IV en 1 min, tiempo de elimina- antecedentes de taquicardia medicamentos que prolonguen
60 kg: 0.01 seguido de 200 ción: 2-12 h helicoidal el segmento QT (antipsicóticos,
Farmacología aplicada
Dofetilida FA III No se admi- 125-500 No disponible Valores óptimos en Contraindicado con Evitar el uso concurrente con
FLA nistra µg 2 vd. 2.5 h antecedentes de taquicardia antiarrítmicos clase I o III u otros
Vigilar QT 50% se excreta sin helicoidal y depuración de medicamentos que prolonguen
c/2-3 h, si el metabolizar por los creatinina < 20 ml/min. el segmento QT (antipsicóticos,
segmento riñones Puede producir cefalea, dolor antidepresivos, macrólidos y
QTc > en un de pecho, náusea y mareo algunos antihistamínicos).
15% o Proarritmógeno ventricular Corregir hipopotasemia para
500 mseg reducir el riesgo de taquicardia
↓ dosis helicoidal
20/12/06 12:55:1 am
Si QTc es
500 mseg
suspender
02-U-CHAVEZ.indd 389
Acimilida FA III No se admi- 125mg c/día No disponible No aumenta la mortalidad Puede producir neutropenia
nistra VO en pacientes posinfarto del No se producen interacciones de
Reduce la miocardio importancia clínica al usarlo con
incidencia digoxina
de síntomas
y recurrencia
RSD1235 FA Bloq 0.5 o 2 mg/ Fase 1b No disponible Inhibición de los Puede producir disgeusia y
Canal. kg IV en 10 canales de Na/K parestesias, náusea, estornu-
Na/K min. Si la FA dos, tos
persiste, una
segunda
dosis de 1 o
3 mg/kg IV
en 2 min
Conversión
en ritmo
sinusal 52%
(3 h-7 d)
38% (3
h-45 d)
Capítulo 33
Verapamilo FA IV 5-10 mg IV 120-480 4-8 mg/kg/d di- V½: 2-8 h. Al admi- Contraindicado en hipoten- Disminuir dosis en daño hepático.
FLA lento (2-3 mg/d vidido en 3 dosis nistrarlo IV actúa sión, bradicardia marcada, ↑ actividad con betabloq., digoxi-
TSV x REIN min). Si es dividido en o en una sola dentro de 5 min y BAV de segundo a tercer na, quinidina, carbamacepina,
TRAV necesario 3 a 4 dosis dosis si es SR VO en 1-2 h grado, síndrome de WPW, ciclosporina.
TA, TAM y tolerado, o en una Absorción GI 90%, taquicardia de complejo QRS ↑ toxicidad con rifampicina y
Antiarrítmicos
20/12/06 12:55:2 am
Cuadro 33-1. Características farmacológicas de los antiarrítmicos (Continuación)
390
02-U-CHAVEZ.indd 390
Antiarrít- Dosis Dosis Farmacocinética Contraindicaciones y Precauciones
mico Indicación Clase Dosis IV VO pediátrica y metabolismo efectos secundarios e interacciones
Parte II
Diltiacem FA IV Dosis inicial: 120-360 mg V½: 3-5 h, meta- Contraindicado en síndrome Precauciones: riesgo de
FLA, 0.25 mg/kg en 4 dosis. bolismo hepático. del seno enfermo, bloqueo bradicardia y bloqueo AV con
TSV x REIN IV en 2 min, Prepara- Biodisponibilidad de AV de segundo o tercer gra- amiodarona, betabloqueadores
TRAV seguido a ciones de 40%; 80% se une a do preexistente, taquicardia y digoxina.
TA, TAM los 15 min liberación proteínas plasmáticas de QRS ancho, bradicardia ↑ con cimetidina
de 0.35 mg lenta : 1-2 marcada o insuficiencia ven- ↓ con barbitúricos, fenitoína y
Farmacología aplicada
Adenosina REIN Pare- Dosis inicial: No se admi- 0.0375 a 0.25 V½: 10-30 seg. Contraindicado en asma, En flúter auricular puede precipi-
TA cido a 6 mg IV nistra mg/kg Transporte activo por bloqueo AV de segun- tar conducción 1:1.
TRAV IV rápido, se- eritrocitos y células do o tercer grado y ↑ actividad con dipiridamol
20/12/06 12:55:2 am
guido de 12 endoteliales. Vía de enfermedad del nodo ↓ actividad con metilxantinas
mg 2 si es eliminación más im- sinusal.
necesario portante: endotelio Náusea, cefalea, rubor
facial, opresión en el pecho,
02-U-CHAVEZ.indd 391
disnea, inhibición del nodo
sinusal o AV, bradicardia
Quinidina TVMS IA 6-10 mg/kg 200-400 mg V½: 7-9 h Contraindicado con ante- Evitar su uso con antiarrítmicos
en 20-30 c/4-6 h Metabolismo cedentes de taquiarritmia clase III.por el riesgo de taquicar-
min hepático ventricular por segmento QT dia helicoidal.
prolongado o predisposición Cimetidina disminuye la excre-
a taquicardia helicoidal. ción renal.
Otras contraindicaciones son No interactúa con digoxina
síndrome del seno enfermo,
bloqueo de conducción
intraventricular, insuficiencia
hepática y miastenia grave.
Capítulo 33
Procaina- TVMS IA 15 mg/kg Prevención 15-50 mg/kg/día V½: 3.5 h. Puede producir hipotensión. Evitar su uso con antiarrítmicos
mida (máximo 1 de TV: VO dividido c/3- Metabolismo plas- Es rara la taquicardia helicoidal. clase III.u otros fármacos que
g en la pri- 50 mg/kg/d 6 h; no exceder mático Uso oral limitado a 6 meses prolongan el segmento QT por
Antiarrítmicos
20/12/06 12:55:3 am
Cuadro 33-1. Características farmacológicas de los antiarrítmicos (Continuación)
392
02-U-CHAVEZ.indd 392
Antiarrít- Dosis Dosis Farmacocinética Contraindicaciones y Precauciones
mico Indicación Clase Dosis IV VO pediátrica y metabolismo efectos secundarios e interacciones
Parte II
Lidocaína TVMS con IB 75-200 No se admi- 1 mg/kg IV V½: 2 h No usar en forma profi-
sustrato mg IV nistra Metabolismo láctica.
isquémico Posterior- hepático Contraindicado en bradicar-
mente dia, bradicardia y taquicardia
2-4 mg/min ventricular, ritmo nodal.
durante Puede producir efectos
24-30 h neurológicos
Mexiletina TVPS IB 100-250 mg Dosis inicial V½: 10-17 h Puede producir efectos IMPACT (1984) demostró un in-
DAI más a 25 mg/ 400 mg, Metabolismo hepático neurológicos, cremento de la mortalidad al año
20/12/06 12:55:3 am
arritmia min, segui- luego bradicardia e hipotensión en pacientes posinfarto tratados
ventricular do de 250 100-400 mg con este medicamento
mg IV en c/8 h
1 h, segui-
02-U-CHAVEZ.indd 393
do de 125
mg en 2 h.
Posterior-
mente 30
mg/h
Fenitoína Arritmias IB 10-15 mg/ Dosis inicial: 3.5-5 mg/kg IV, V½: 24 h Puede producir hipotensión, Disminuye valores con barbitúri-
ventriculares kg en 1 h 1 g o 500 repetir en una Metabolismo vértigo, disartria, gingivitis, cos y rifampicina.
en el posqui- No exceder mg por 2 ocasión, si es hepático lupus, infiltrados pulmonares Embarazo: un tratamiento
rúrgico de 50 mg/min días necesario. continuo puede producir en el
cardiopatías Posterior- Dosis de mante- feto labio/paladar hendido, mal-
congénitas mente nimiento: formaciones cardiacas, bajo peso
Intoxicación 300- 600 4-8 mg/kg/d al nacer, microcefalia, deficiencia
por digital mg c/d mental
Flecainida TVS IC 1-2 mg/kg 100-400 mg Dosis Inicial: 1-3 V½: 13-19 h Contraindicado en enfer- ↑ valores de digoxina
en 10 min c/12 h mg/kg/d o 50- Metabolismo hepáti- medad cardiaca estructural ↑ valores con amiodarona,
Posterior- 100 mg/m2/d co (66%) (proarritmógeno), altera- propranolol, cimetidina.
mente VO dividido Excreción renal sin ciones de la conducción ↓ al fumar cigarrillos
0.15-0.25 en 2 vd. Puede modificar (33%) intraventricular sin presencia
mg/kg/h incrementarse de marcapaso, síndrome del
Capítulo 33
mg/m2/d); niños
<6 meses, iniciar
con la dosis más
baja (continúa)
393
20/12/06 12:55:4 am
Cuadro 33-1. Características farmacológicas de los antiarrítmicos (Continuación)
394
02-U-CHAVEZ.indd 394
Antiarrít- Dosis Dosis Farmacocinética Contraindicaciones y Precauciones
mico Indicación Clase Dosis IV VO pediátrica y metabolismo efectos secundarios e interacciones
Parte II
Flecainida Mantenimiento:
(cont.) 3-6 mg/kg/d o
100-150 mg/m2/
d VO dividida
2 vd
20/12/06 12:55:5 am
Amiodarona TV 150 mg IV Dosis ini- Inicio:10-15 mg/ V½: 25-110 días Efectos pulmonares: 10-17% ↑ valores de digoxina
(pacientes en 10 min cial: 1 200-1 kg/d (600-800 Metabolismo he- con dosis de 400 mg/d ↑ efecto de warfarina
con cardiopa- 360 mg IV 600 mg/d mg/1.73 m2/d) pático. 1% con dosis de 200 mg/d ↑ quinidina y flecainida
tía isquémica) en 6 h Manteni- VO por 4-14 Excreción por la piel, Efectos en tiroides: 10% ↑ valores de dilantín
02-U-CHAVEZ.indd 395
540 mg IV miento: días; después tracto biliar y glándu- alteraciones subclínicas con El uso con antiarrítmicos clase
en 18 h 200-400 reducir a 5 las lagrimales dosis de 200-400 mg/d IA predispone a taquicardia
Posterior- mg/d mg/kg/d (200- Hipotiroidismo, 6% helicoidal.
mente 0.5 400 mg/1.73 Hipertiroidismo, 0.9% Embarazo: clase C, se excreta en
mg/min m2/d) por varias Puede producir dolor mus- la leche materna
semanas. cular, neuropatía periférica,
Mantenimiento: ataxia, temblor, cefalea,
2.5 mg/kg/d alteraciones de la memoria,
VO o la menor disfunción testicular, microde-
dosis efectiva pósitos corneales
registrada
Tosilato de TV, FV 5-10 mg/kg No se admi- V½: 7-9 h Produce hipotensión arterial,
bretilio Masaje car- IV elevando nistra la cual puede corregirse con
diaco externo el brazo del aminas.
paciente (ac- Náuseas y vómitos
ceso venoso
periférico); CLAVES DEL CUADRO 33-1:
repetir hasta DAI: desfibrilador automático implantable.
un máximo FA: fibrilación auricular.
de 30 mg/ FLA: flúter auricular.
Capítulo 33
punción
IM ya que TSV: taquicardia supraventricular.
produce TVMS: taquicardia ventricular monomórfica sostenida.
mionecrosis) 2 vd: dos veces al día.
395
20/12/06 12:55:5 am
396 Parte II Farmacología aplicada
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Zipes D. Cardiac electrophisiology. En: New antiarrhytmic drugs. 4ª ed. Elsevier, 2004,
959-962.
2. Davey MJ, Teubner D. A randomized controlled trial of magnesium sulfate, in addition to
usual care, for rate control in atrial fibrillation. Ann Emerg Med 2005;45:347-353.
3. Roy D, et al. Conversion trial 1 (ACT 1). J Am Coll Cardiol 2004;44:2355.
4. Chow T, Galvin J, McGovern B. Antiarrhythmic drug therapy in pregnancy and lactation.
Am J Cardiol 1998;82:I58–I62.
5. CAMIAT (Canadian Amiodarone Miocardial Infarction Arrhythmia Trial). Am J Cardiol
1993;72(16):87F-94F.
6. EMIAT (European Miocardial Infarction Amiodarone Trial). Circulation 1999;99:2268-
2275.
7. Opie L. Antiarrithmics drugs and strategies. En: Drugs for the heart. 6ª Ed. Philadelphia,
Elsevier Saunders, 2005:218-259.
8. Touboula P, Brugadab J, Capuccic A, Crijnsd H, Edvardssone N, Hohnloserf SH.
Dronedarone for prevention of atrial fibrillation: a dose-ranging study. Eur Heart J
2003;24:1481–1487.
9. Connolly SJ, Schnell DJ, Page RL, Wilkinson WE, Marcello SR, Pritchett ELC. Symp-
toms at the time of arrhythmia recurrence in patients receiving azimilide for control of
atrial fibrillation or flutter: results from randomized trials. Am Heart J 2003;146:489-
493.
10. Crawford M. Antiarrhytmics drugs. En: Current diagnosis & treatment in cardiology. 2nd
ed. New York, McGraw-Hill, 2003:250-300.
11. Waldo AL, et al. SWORD, survival with oral d-sotalol. Am J Cardiol 1995;75:1023-1027.
12. ANDROMEDA (Antiarrhythmic trial with DROnedarone in Moderate to severe CHF
Evaluating morbidity DecreAse) Sanofi-Synthélabo Press releases and press packs are
intended to journalists, investors and shareholders. Paris 2003.
13. Karam R, Marcello S, Brooks RR, Corey AE, Moore A. Azimilide dihydrochloride, a
novel antiarrhythmic agent. Am J Cardiol 1998;81:40D–46D.
14. CAST II (Cardiac Arrhythmia Suppression Trial II). New Engl J Med 1992;327(4):227-
233.
15. Wolbrette DL. Risk of proarrhythmia with class III antiarrhythmic agents: sex-based di-
fferences and other issues. Am J Cardiol 2003;91(suppl):39D–44D.
16. Olshansky B, et al. Use of amiodarone for atrial fibrillation in patients with preexisting
pulmonary disease in the AFFIRM Study. Am J Cardiol 2005;95:404–405.
17. EURIDIS (EURopean trial In atrial fibrillation or flutter patients receiving Dronedar-
one for the maIntenance of Sinus rhythm). Hohnloser SH. EURIDIS and ADONIS:
maintenance of sinus rhythm with dronedarone in patients with atrial fibrillation or
flutter. Hot line II: acute coronary syndromes/medical treatment II. Program and
abstracts from the European Society of Cardiology Congress 2004; August 28-Sep-
tember 1, 2004; Munich, Germany.
18. ADONIS (American-Australian-African trial with DronedarONe In atrial fibrillation or
flutter patients for the maintenance of Sinus rhythm). Program and abstracts from
the European Society of Cardiology Congress 2004; August 28-September 1, 2004;
Munich, Germany.
Contenido
397
Clasificación
Por el sistema de regulación contráctil en que intervienen los fárma-
cos con efecto inotrópico positivo, pueden agruparse en tres grandes
divisiones: a) moduladores de actividad enzimática; b) moduladores
de receptores celulares, y c) moduladores de la sensibilidad al Ca
(cuadro 34-1).
Glucósidos cardiacos
Todos los digitálicos producen los efectos farmacológicos y tóxicos so-
bre el corazón que figuran en el cuadro 34-2. Los tres primeros efectos
pueden considerarse como terapéuticos; los demás, con alguna excep-
ción, son efectos tóxicos.
Mecanismo de acción
Son los siguientes: a) inhibición de la ATP-asa dependiente de sodio
y de potasio; b) incremento en la intensidad de la corriente lenta de
entrada de calcio a la célula durante la fase 2 del potencial de acción,
y c) aumento de la liberación de calcio de los depósitos intracelulares
durante el acoplamiento excitación-contracción.
Toxicidad
El margen de seguridad (relación entre dosis terapéutica y dosis tóxica)
de estos compuestos es uno de los menores de todos los medicamentos,
con una dosis tóxica que es apenas dos a tres veces mayor que la dosis
terapéutica. La intoxicación digitálica puede comenzar con pérdida del
apetito seguida de náuseas y vómitos. El vómito digitálico no es un fenó-
meno de irritación local; se debe a estimulación en una zona quimiorre-
ceptora del bulbo raquídeo. También pueden producirse síntomas in-
testinales, como dolor abdominal y diarrea. Al avanzar la intoxicación
se presentan trastornos de origen nervioso como mareos, visión confusa
o coloreada de verde o amarillo y alucinaciones (cuadro 34-3).
Contraindicaciones
Los glucósidos cardiacos están contraindicados en las arritmias supra-
ventriculares (flúter o fibrilación auricular) que se relacionan con el sín-
drome de preexcitación (Wolff-Parkinson-White), en el bloqueo AV de
grados II y III, en el síndrome del seno enfermo, en el síndrome del
seno carotídeo, en la miocardiopatía hipertrófica obstructiva, en el de-
rrame pericárdico, en el aneurisma aórtico y, desde luego, en las arrit-
mias cardiacas por intoxicación digitálica.
Interacciones medicamentosas
Las interacciones de otros medicamentos con los glucósidos cardiacos
pueden ser de naturaleza muy variada. Los bloqueadores betaadrenér-
gicos presentan de manera simultánea efectos antagónicos y aditivos
con los digitálicos; otros dan lugar a alteraciones en sus valores plas-
máticos. La colestiramina y la asociación de caolín y pectina reducen
el grado de absorción de la digitoxina y la digoxina al combinarse con
las mismas en el tracto gastrointestinal. La fenilbutazona, el fenobar-
bital y la difenilhidantoína son inductores de la actividad enzimática
microsómica hepática, aumentan el metabolismo de la digitoxina y
reducen sus concentraciones plasmáticas. Los valores de digoxina se
incrementan por sustancias como la quinidina que reduce su elimina-
ción renal hasta en 50%; este antiarrítmico además desplaza a los di-
gitálicos de sus sitios de unión tisular, por lo que incrementa el riesgo
de toxicidad. Un efecto similar producen verapamilo, propafenona,
diltiacem y amiodarona.
Efectos hemodinámicos
Los efectos hemodinámicos de la milrinona, administrada en dosis de
carga de 50 μg/kg, seguida de una infusión continua de 0.5 μg/kg/min,
consisten en reducciones significativas de la presión diastólica en la aorta,
Efectos adversos
La administración de milrinona por vía endovenosa puede acompañar-
se de arritmias supraventriculares y ventriculares, hipotensión, cefalea
y malestar precordial; todos éstos son reversibles en forma espontánea y
susceptibles de control medicamentoso. La única reacción adversa de
consideración, observada durante el tratamiento prolongado con anri-
nona administrada por vía oral ha sido la producción de trombocito-
penia en una baja proporción de pacientes. Para buena fortuna, este
efecto es reversible y no lo presenta la milrinona, que además es casi 20
veces más potente como inotrópico que la anrinona.
Aminas adrenérgicas
Mecanismo de acción
Dobutamina
Se desarrolló al modificar el grupo amino terminal del isoproterenol. Su
efecto se ejerce por estimulación adrenérgica (beta-1, beta-2 y alfa-1). Tie-
ne dos isómeros: el levoisómero estimula los receptores alfa, que incre-
mentan el gasto cardiaco, volumen latido, resistencia vascular periférica
Farmacocinética y farmacodinamia
En pacientes con insuficiencia cardiaca la vida media es de 2.5 a 4 mi-
nutos, el efecto máximo se consigue a las dos horas, después de 72 horas
pierde 33% del efecto máximo y a las 96 horas hasta 50% debido a la
regulación a la baja (internalización) de los receptores; este descenso
se puede revertir con una dosis mayor. La eliminación es por vía renal
(67%) y el resto por vía entérica. Los efectos hemodinámicos logran
un incremento de 40 a 55% del gasto cardiaco en dosis de 5 a 15 μg/
kg/min. La disminución de las resistencias periféricas es de 5 a 50%,
al igual que las resistencias vasculares pulmonares, que disminuyen de
10 a 70%. Los efectos principales son incremento del índice cardiaco
y volumen latido, disminución de la presión de llenado del ventrículo
izquierdo y disminución de la presión arterial media. La dobutamina
posee un efecto mayor en los receptores adrenérgicos ventriculares y
menor en el nodo sinusal. Está indicada en casos de insuficiencia car-
diaca congestiva.
Contraindicaciones
Estenosis valvular aórtica, hipertrofia ventricular asimétrica con obs-
trucción subaórtica del tracto de salida del ventrículo izquierdo.
Presentación
Disponible para infusión intravenosa de 250 mg en 20 ml. La dosis es
de 2.5 a 15 μg/kg/min, y puede incrementarse de forma paulatina
hasta alcanzar el efecto hemodinámico deseado o éste se vea limitado
por incremento de la frecuencia cardiaca. La dilución es incompatible
con medios alcalinos y produce precipitados con la administración
conjunta de algunos fármacos como bicarbonato de sodio, gluconato
de sodio, furosemida, bumetanida, aminofilina, diacepam y DFH. La
dilución habitual es de 500 mg (dos frascos en 40 ml) en 210 ml de
solución glucosada al 5% o salina al 0.9% para obtener 500 mg/250
ml 2 mg/ml 2 000 μg/ml.
Epinefrina
Tiene efecto mixto sobre la estimulación beta-1 y beta-2, al igual que
actividad sobre los receptores alfa. Su uso principal es en casos en
que se requiere acción inotrópica y cronotrópica urgente. Debido a su
efecto adicional agonista alfa, es el fármaco de elección en la reani-
mación cardiopulmonar. A dosis 0.01 mg/kg/min se logra el efecto
vasodilatador y con dosis 0.2 mg/kg/min un efecto combinado, ino-
trópico y vasoconstrictor. Su vida media es de dos minutos y sus efectos
colaterales incluyen taquicardia, arritmias, ansiedad, cefalea, hemorra-
gia cerebral y edema pulmonar. Incrementa de forma importante el
consumo de oxígeno (MVO2) y es arritmógena. También se encuentra
indicada en el choque anafiláctico y el estado asmático, así como con-
traindicado en el infarto agudo de miocardio y en etapas avanzadas del
embarazo por la inducción de contracciones uterinas.
Norepinefrina
Es una catecolamina natural (noradrenalina), con mayor efecto beta-
1 y alfa, lo cual incrementa el inotropismo miocárdico y la presión
arterial, reduce la perfusión esplácnica y renal, y aumenta la poscar-
ga ventricular izquierda. Las principales indicaciones son los choques
cardiógeno y séptico que no reaccionan a dopamina-dobutamina.
Está disponible para uso intravenoso en frasco-ámpula de 4 mg/4 ml;
la dosis es de 2 a 12 μg/min, y se incrementa hasta alcanzar la pre-
sión arterial deseada. La vida media es de tres minutos. Los adversos
principales son inducción de arritmias, incremento de la isquemia
miocárdica por el aumento del consumo de oxígeno y necrosis tisular
con extravasación.
Agonistas dopaminérgicos
Dopamina (DA)
Precursor de la noradrenalina en la síntesis biológica, la dopamina
es en sí una catecolamina así como un compuesto intermedio en la
síntesis de las catecolaminas. Se describen dos distintos subtipos de
receptores a la misma: los DA-1, que se encuentran en la musculatura
lisa de vasos renales, mesentéricos y coronarios y del sistema nervio-
so central, y los DA-2, que se encuentran en los nervios simpáticos
posganglionares y ganglios simpáticos, cuya estimulación induce una
disminución en la liberación de noradrenalina.
A dosis de 3.5 μg/kg/min la dopamina estimula los receptores be-
taadrenérgicos en el corazón y produce un efecto inotrópico positivo
que no se acompaña de un incremento tan acentuado en las resistencias
periféricas, como ocurre con la epinefrina y la norepinefrina.
Está disponible en frasco-ámpula de 200 mg en 5 ml. La dilución
empleada con mayor frecuencia es de 400 mg (dos frascos de 10 ml) en
240 ml de solución glucosada al 5% o salina al 0.9% 400 mg/250 ml
1.6 mg/ml 1 600 μg/ml.
Levosimendán
El compuesto levosimendán ejerce un efecto sensibilizador de la TnC al
Ca en forma dependiente de la concentración de este ion, de tal ma-
nera que la sensibilización sólo actúa durante la sístole. Comparado con
dobutamina en el estudio clínico LIDO, en pacientes con insuficiencia
cardiaca mejoró con mayor eficacia las condiciones hemodinámicas y
se acompañó de una menor mortalidad. Levosimendán también induce
vasodilatación, sobre todo venosa, por activación de canales de K+ de-
pendientes de ATP. Es de desear que al someterse a las fases 3 y 4 este
compuesto compruebe su utilidad terapéutica y su aparente ausencia
de toxicidad.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Hunt SA, Baker DW, Chin M, Cinquegrani MP, et al. ACC/AHA Guidelines for the
Evaluation and Management of Chronic Heart Failure in the Adult: executive sum-
mary. Circulation 2001;104:2996-3007.
2. Agusti Escasani A, Durán Dalmau M, Arnau de Bolós JM, Rodríguez Cumplido D.,
et al. Tratamiento médico de la insuficiencia cardiaca basado en la evidencia. Rev Esp
Cardiol 2001;54:715-734.
3. Lopera G, Castellanos A, Marchena E. Nuevos fármacos en insuficiencia cardiaca.
Rev Esp Cardiol 2001;54:624-634.
4. Méndez R, Pastelín G, Kabela E. The influence of the position of attachment of the
lactone ring to the steroid nucleus on the action of cardiac glycosides. J Pharmacol
Exp Ther 1974;188:189-197.
5. Moss RL, Fitzsimons DP. Frank-Starling relationship. Long on importance, short on
mechanism. Circ Res 2002;90:11-13.
6. Peter HC, Visscher MB. Energy metabolism of heart in failure and influence of upon
it. Am Heart J 1936;11:273-280.
7. Schwartz A. Is the cell membrane Na+-K+ ATPase enzyme system the pharmacologi-
cal receptor for digitalis? Circ Res 1976;39:2-7.
8. Méndez R. Doscientos años de digital. Arch Inst Cardiol Méx 1986;56:339-348.
9. Tischler MD, Smith TW. Digitalis: its current place in the treatment of heart failure.
Modern Cardiovasc Dis 1990;59:67-72.
10. Monrad ES, McKay RG, Baim DS, et al. Improvement of indexes of diastolic per-
formance in patients with congestive heart failure treated with milrinone. Circulation
1984;70:1030-1037.
11. Thackray S, Easthaugh J, Freemantle N, Cleland JGF. The effectiveness and relative
effectiveness of intravenous inotropic drugs acting through the adrenergic pathway in
patients with heart failure —a meta-regression analysis. Eur J Heart Fail 2002;4:515-
529.
12. Szokodi I, Kinnunen P, Tavi P, Weckstrom M, et al. Evidence for cAMP-independent
mechanisms mediating the effects of adrenomedullin, a new inotropic peptide. Circu-
lation 1998;97:1060-1070.
13. Nagoya N, Satoh T, Nishikimi T, Uematsu M, et al. Hemodynamic, renal and hor-
monal effects of adrenomedulin infusion in patients with congestive heart failure. Cir-
culation 2000;101:498-503.
14. Tavi P, Laine M, Weckstr M, Ruskoaho H. Cardiac mechanotransduction: from sens-
ing to disease and treatment. Trends Pharmacol Sci 2001;22:254-260.
15. Follath F, Cleland JGF, Just H, Papp H, et al. Efficacy and safety of intravenous levo-
simendan compared with dobutamine in severe low-output heart failure (the LIDO
study): a randomized double-blind trial. Lancet 2002;360:196-202.
Contenido
409
NITRATOS
Los nitratos constituyen una fuente exógena de óxido nítrico en las cé-
lulas vasculares y de ese modo provocan vasodilatación coronaria, aun
cuando la coronariopatía impida la producción endógena de óxido ní-
trico. Los nitratos dilatan las grandes arterias coronarias y las arteriolas
de mayor calibre, lo cual ocasiona redistribución del riego sanguíneo
a lo largo de los conductos colaterales y desde las regiones epicárdicas
NITROPRUSIATO SÓDICO
CALCIOANTAGONISTAS
Los efectos principales de los bloqueadores del canal del calcio consis-
ten en inducir vasodilatación y disminuir la resistencia vascular periféri-
ca. Sus propiedades farmacocinéticas incluyen la inhibición selectiva de
la abertura del canal L en el músculo liso vascular y el miocardio. Son
todavía algunos de los fármacos más empleados para el tratamiento de
la hipertensión.
HIDRALACINA
Contenido
Compuestos digitálicos
Digoxina
Otros inotrópicos usados por vía oral
Ibopamina
Fenoldopam
Agonistas adrenérgicos
Receptores adrenérgicos y efectos inotrópicos
Dopamina
Dobutamina
Isoproterenol
Noradrenalina
Adrenalina
Vasopresores e inotrópicos no adrenérgicos
Vasopresina
Inhibidores de la fosfodiesterasa
Anrinona
Milrinona
Enoximona
Sensibilizador al calcio
Levosimendán
416
INTRODUCCIÓN
Fármacos y recep- Dobu- Dopamina Norepi- Epinefrina Feni- Isoprote- Anrinona Milrinona Levosimendán
tores por los que tamina (dopaminér- nefrina lefrina renol (β1 (inhibidor (inhibidor de (sensibilizador
02-U-CHAVEZ.indd 418
(β1
actúan (β1 gico β; (β1 β2 α) (agonista β2) de la PDE) la PDE) al calcio)
altas dosis
Parte II
β2 α α)
α) α) β2)
Dosis en infusión 215 25 efecto 0.01 a 0.01 a 0.20.3 0.010.1 Bolo de Bolo: 5075 Bolo: 24 μg/
(μg/kg/min) renal 510 0.03; 0.03; máxi- 750 (3 (10 min). kg. Infusión IV
inotrópico máximo mo 0.1 a min). Infu- Infusión a 0.10.2
1020 RVS 0.1 0.3 sión 210 0.3750.75
T½ eliminación 2.4 2.0 3.0 2.0 20 2.0 240 150 80
(minutos)
Farmacología aplicada
20/12/06 12:55:16 am
Capítulo 36 Inotrópicos y aminas vasopresoras 419
COMPUESTOS DIGITÁLICOS
Digital es el término usado para designar a un grupo de glucósidos
cardiacos como la digoxina (única en la actualidad aprobada para uso
clínico), digitoxina, lanatósido C y ouabaína. En la insuficiencia cardia-
ca crónica, los glucósidos cardiacos reducen los síntomas y mejoran el
estado clínico, y así disminuyen el riesgo de hospitalización por insufi-
ciencia cardiaca sin efectos sobre la supervivencia. En la insuficiencia
cardiaca aguda, los glucósidos cardiacos producen un pequeño aumen-
to del gasto cardiaco y una reducción de las presiones de llenado; son
efectivos para reducir la recurrencia de descompensación aguda. Los
predictores de estos efectos benéficos son un tercer ruido cardiaco, la di-
latación acentuada del ventrículo izquierdo y la distensión de las venas
yugulares durante el episodio de insuficiencia cardiaca aguda.
Digoxina
Además de ejercer efecto inotrópico, la digoxina tiene efectos en el siste-
ma nervioso autónomo y en el de renina-angiotensina. Conforme se in-
hibe la bomba de sodio (ATP-asa de Na+-K+) se observa un incremento
transitorio del sodio intracelular cerca del sarcolema que favorece el
flujo hacia dentro de calcio mediante un intercambio sodio-calcio. El
resultado final es la elevación de la contractilidad del miocardio. No
modifica la mortalidad, pero reduce la sintomatología y la frecuencia
de hospitalización por insuficiencia cardiaca (IC).
La digitalización aguda mejora el gasto cardiaco y la insuficiencia
cardiaca. El efecto directo de la digoxina sobre las venas y arterias es
de vasoconstricción leve debido al aumento de calcio intracelular. De la
misma manera causa vasoconstricción coronaria. Además, disminuye
la conducción del nodo AV y alarga el periodo refractario de éste.
Entre 60 y 80% de la dosis administrada por vía oral se absor-
be con rapidez; el resto se inactiva en el intestino grueso y da lugar a
productos de reducción (dihidrodigoxina) a través de las bacterias de
la flora intestinal. Su vida media sérica se aproxima a las 36 horas. Su
valor sérico terapéutico es en la actualidad de 0.5 a 1.5 ng/ml. Cerca
de una tercera parte de las reservas del medicamento en el organismo
se elimina en forma diaria, sobre todo en forma de digoxina íntegra a
través de los riñones. Alrededor de 30% se excreta por vías distintas de
la renal (heces, metabolismo hepático) en personas con función renal
normal. El ajuste entre la digital y su receptor es mucho más estrecho
en el músculo esquelético que en el miocardio, por lo que constituye el
Digitalización
El objetivo alternativo es alcanzar valores sanguíneos terapéuticos y evi-
tar el límite tóxico mayor de 2 ng/ml. Sin dosis de carga las concentra-
ciones estables en plasma y los tejidos se alcanzan en cinco a siete días.
Puede comenzarse con dosis de carga de 0.75 mg a 1.25 mg por vía oral
(o por vía IV en dosis 25% menores) durante un periodo de 24 horas en
tres o cuatro administraciones, y luego continuar con las dosis de man-
tenimiento, o bien empezar directamente con la dosis de mantenimien-
to de 0.0625 mg o 0.25 mg/día por vía oral, de acuerdo con la función
renal, el tamaño corporal y las posibles interacciones farmacocinéticas
con otros fármacos. Los valores séricos de digoxina por debajo de 0.09
ng/ml son efectivos para reducir la frecuencia de eventos cardiovascula-
res, ya que concentraciones mayores son potencialmente tóxicas.
Fenoldopam
Agente agonista de receptores dopaminérgicos que se usa por vía oral,
tiene capacidad de dilatar determinados sitios arteriales y ha sido usa-
do en la hipertensión arterial, en crisis hipertensivas y en la ICC. Su
biodisponibilidad por vía oral es limitada, por lo que ahora sólo se usa
por vía parenteral. Como agonista DA-1 produce vasodilatación en las
circulaciones sistémica, renal, mesentérica, coronaria y pulmonar. Por
su capacidad vasodilatadora renal puede usarse en la prevención de la
nefropatía por medio de contraste y por sus características hemodiná-
micas puede usarse en la ICC en estado terminal.
AGONISTAS ADRENÉRGICOS
Dopamina
Agonista adrenérgico precursor de la noradrenalina, es un fármaco del
tipo de las catecolaminas que se prescribe en el tratamiento de la IC
grave y el choque cardiógeno. Estimula los receptores adrenérgicos y
dopaminérgicos; a dosis bajas es sobre todo un estimulante dopami-
nérgico merced a lo cual produce vasodilatación renal y mesentérica;
a dosis altas es estimulante dopaminérgico y adrenérgico beta-1 por lo
que produce estimulación cardiaca y vasodilatación renal; dosis mayo-
res ejercen estimulación adrenérgica alfa. Su inicio de acción en adul-
tos es de 5 minutos, mientras que alcanza su nivel terapéutico a los 10
minutos. La vida media es de 2 minutos. Su metabolismo se realiza en
el riñón, hígado y plasma y en 25% se convierte en noradrenalina. Su
excreción es urinaria en forma de metabolitos.
Los efectos hemodinámicos de la dopamina dependen de la dosis;
así, la dosis baja, 1 a 5 μg/kg/min, aumenta el flujo sanguíneo renal y
el volumen urinario, la dosis intermedia, 5 a 15 μg/kg/min, aumenta el
flujo sanguíneo renal, la frecuencia cardiaca, contractilidad cardiaca y
en consecuencia el gasto cardiaco, y con la dosis alta, más de 15 μg/
kg/min, predomina el efecto adrenérgico alfa, por lo cual aumenta la
presión sanguínea. A dosis de 1 a 2 μg/kg/min actúa en especial sobre
los receptores D-1 en los lechos renal, mesentérico, cerebral y coro-
nario, donde provoca vasodilatación selectiva. Incrementa el volumen
urinario por aumento del flujo renal, la TFG y la natriuresis. A dosis de
2 a 5 μg/kg/min tiene ligero efecto sobre la presión sistémica y además
incrementa la RVS y ligeramente la presión arterial media. A dosis de 5
a 10 μg/kg/min también estimula a los receptores adrenérgicos beta-1 e
incrementa al gasto cardiaco, sobre todo a expensas del volumen sistóli-
co, con efectos variables sobre la frecuencia cardiaca. A dosis mayores de
10 μg/kg/min estimula los receptores adrenérgicos alfa y produce vaso-
constricción con un incremento de la RVS.
Cuando se recurre a su uso para brindar apoyo hemodinámico la
infusión IV se inicia a dosis de 1 a 5 μg/kg/min con incremento gra-
dual de acuerdo con la dosis-respuesta de 1 a 4 μg/kg/min a intervalos
de 10 a 30 minutos. La dosis pediátrica es de 1 a 20 μg/kg/min con
un máximo de 50 μg/kg/min en infusión continua de acuerdo con la
dosis-respuesta.
Dobutamina
Es un análogo sintético de la dopamina cuya acción principal consiste
en estimular los receptores beta-1 y beta-2 (con predominio beta-1).
Produce un potente efecto inotrópico y cronotrópico, con muy pocos
efectos adversos sobre la FC o la TA. Reduce la presión de llenado
del VI y en pacientes con IC disminuye la actividad simpática. En do-
sis baja induce una vasodilatación arterial leve (TA estable o ligera hi-
potensión) que aumenta el volumen de expulsión por disminución de
Isoproterenol
Más que vasopresor, es un agente inotrópico y cronotrópico positivo.
Actúa predominantemente sobre los receptores adrenérgicos beta-1
más que sobre los beta-2 y a diferencia de la dobutamina tiene un po-
tente efecto cronotrópico. Produce vasodilatación y disminución de la
PAM. En teoría está indicado en caso de disminución de la contractili-
dad del miocardio o cuando la FC es menor, aunque la resistencia peri-
férica sea alta, por ejemplo, después de cirugía cardiaca en sujetos que
recibían betabloqueadores. Otra indicación ideal es en la sobredosis por
betabloqueadores. La dosis IV es de 0.5 a 10 μg/min y su vida media
en plasma es de alrededor de dos minutos. El principal problema con su
administración es que incrementa el riesgo de taquicardia y arritmias.
Noradrenalina
Catecolamina endógena que estimula específicamente los receptores
adrenérgicos beta-1. Muestra gran afinidad por los receptores de tipo
alfa y se usa por lo general para incrementar la RVS. Los aumentos de
la FC que induce noradrenalina son menores que los inducidos por
Adrenalina
Vasopresina
INHIBIDORES DE LA FOSFODIESTERASA
Anrinona
Milrinona
Enoximona
Aunque se ha aprobado (sobre todo en el Reino Unido) para la insu-
ficiencia cardiaca congestiva cuando el gasto cardiaco está disminuido
y elevadas las presiones de llenado, se debe indicar en primer lugar en
caso de IC aguda o en situaciones de apoyo transitorio a pacientes
en espera de trasplante. No parece ser mejor que otros inhibidores de
la PDE e incluso se ha demostrado producción de arritmias graves e
incremento de la mortalidad.
Se administra en un bolo de 0.25-0.75 mg/kg seguida de una infu-
sión continua a 1.25-7.5 μg/kg/min.
SENSIBILIZADOR AL CALCIO
Levosimendán
Tiene dos mecanismos de acción principales: la sensibilización al cal-
cio de las proteínas contráctiles, causantes de la acción inotrópica, y la
abertura de los canales de K+ del músculo liso, que causa la vasodila-
tación periférica, pulmonar y coronaria. Su vida media es de alrededor
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Pastelín HG. Farmacología de los agentes inotrópicos. Arch Cardiol Méx 2002;72(supl.
1):S156-S162.
2. Opie LH, Gersh BJ. Fármacos en cardiología. 5ta Ed. México, McGraw-Hill Inter-
americana, 2002:191-230.
3. Jessup M, Brozena S. Heart failure. N Engl J Med 2003;348:2007-2018.
4. Crespo Leiro MG, Paniagua Martín MJ. Tratamiento de la insuficiencia cardiaca re-
fractaria o avanzada. Rev Esp Cardiol 2004;57(9):869-883.
5. Nieminen MS, et al. Guías de práctica clínica sobre el diagnóstico y tratamiento de la
insuficiencia cardiaca aguda. Versión resumida. Rev Esp Cardiol 2005;58(4):389-429.
6. Tamargo J, López-Sendón J. Bases y evidencias clínicas de los efectos de los nuevos tra-
tamientos farmacológicos en la insuficiencia cardiaca. Rev Esp Cardiol 2004,57(5):447-
464.
7. Guadalajara Boo J. Cardiología. Quinta edición. México, Méndez Editores, 2001.
8. Braunwald, Zipes, Lobby. Heart disease. A textbook of cardiovascular medicine. Phil-
adelphia, WB Saunders, 2001-2004.
9. Topol L. Textbook of cardiovascular medicine. Second edition. Philadelphia, Lippin-
cott Williams and Wilkins, 2002.
10. American Heart Association. 2001-2002. ACLS.
Contenido
Nociones farmacológicas
Indicaciones en casos de urgencia
Infarto del miocardio con elevación del segmento ST
Infarto del miocardio sin elevación del segmento ST
Angina inestable
Disección de aorta
Disección de aorta tipo A
Disección de aorta tipo B
Hipertensión arterial-crisis hipertensivas
Arritmias; fibrilación auricular
Insuficiencia cardiaca
INTRODUCCIÓN
433
NOCIONES FARMACOLÓGICAS
Angina inestable
Los pacientes con angina inestable o infarto de miocardio sin elevación
del segmento ST, con síntomas recurrentes o ECG con desviaciones del
segmento ST o marcadores cardiacos positivos que se encuentran he-
Disección de aorta
Es una rotura súbita de la íntima que permite que la sangre pase a alta
presión desde la luz de la aorta hacia su pared, separando la íntima de
la adventicia en un trayecto de extensión variable.
Clasificación
Según Daily, en 1970, propuso la calificación de Stanford en dos tipos,
el A y el B:
Tratamiento
1. Morfina.
2. Betabloqueadores, que disminuyen la fuerza de contracción del ventrí-
culo izquierdo y además actúan en la pared arterial, con lo cual favore-
cen una rotura de la íntima menor.
Esmolol: bolo de 0.5 a 1 mg/kg/dosis en 1 minuto, seguido de una
infusión continua intravenosa de 50 a 200 μg/kg/min.
El metoprolol y el atenolol pueden usarse por vía endovenosa, pero
debe tenerse en cuenta que tienen una vida media extensa.
En pacientes intolerantes a los betabloqueadores se pueden usar
antagonistas del calcio.
Tratamiento
Labetalol: por vía IV en perfusión lenta (2 mg/min) en suero salino o
glucosado isotónicos, aunque puede usarse en forma de inyección rápi-
da. La sobredosis, que se manifiesta por bradicardia, puede tratarse con
atropina, y la hipotensión, con adrenalina.
Insuficiencia cardiaca
Los betabloqueadores están formalmente contraindicados en la insufi-
ciencia cardiaca aguda. Para más detalles sobre su uso en la insuficien-
cia cardiaca crónica consúltese la bibliografía especializada.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Antman E, Beasley J, Califf R, et al. ACC/AHA Guideline Update for the manage-
ment of patients with unstable angina and non-ST segment elevation myocardial in-
farction. 2004:37-39.
2. Bertrand M, Maarten L, Fox K. Management of acute coronary syndromes in pa-
tients presenting without persistent ST-segment elevation task force. Eur Heart J
2002;23(23):1818-1820.
3. Crawford M, Afridi I, Akhtar M. Current diagnosis and treatment in cardiology. New
York, McGraw-Hill, 2003:65.
4. Braunwald E, Elliot M, AntmanE, et al. ACC/AHA 2002 Guideline Update for the
management of patients with unstable angina and non-ST-segment elevation myocar-
dial infarction. ACC/AHA Practice Guidelines, 2002:23-26.
5. Bertolasi C, Barrero C. Cardiología 2000. Ed. Médica Panamericana 2001:3550-
3551.
6. Erbel R, Alfonso F, Dirsch O. Diagnosis and management of aortic dissection task
force report. Eur Heart J 2001;22(18):1653-1654.
7. Bertolasi C, Barrero C. Cardiología 2000. Ed. Médica Panamericana, 2001:2394-
2396.
8. Bertolasi C, Barrero C. Cardiología 2000. Ed. Médica Panamericana, 2001:3775-
3912.
Contenido
Insuficiencia cardiaca
Tiacidas
Furosemida, bumetamida, torsemida
Ahorradores de potasio
Hipertensión arterial sistémica
Casi todos los diuréticos son útiles en IC leve a moderada para reducir
o evitar el edema y la plétora yugular; sin embargo, en la IC grave las
anomalías electrolíticas deben ser vigiladas. El sobretratamiento debe
evitarse porque la hipovolemia puede reducir el gasto cardiaco e inter-
ferir con la función renal, además de producir debilidad y letargia.
Tiacidas
Son útiles en IC leve o en combinación con diuréticos de asa en IC
grave.
440
Usos: útiles en todos los casos de IC, en especial en las formas refrac-
tarias y el edema agudo pulmonar. Producen diuresis en casos en que
las tiacidas y ahorradores de potasio no fueron efectivos. En las formas
refractarias de IC los diuréticos de asa intravenosos pueden ser poten-
ciados por la aplicación de otros diuréticos como tiacidas y ahorradores
de potasio.
Ahorradores de potasio
Actúan sobre los túbulos distal y colector. Son relativamente débiles en
su acción farmacológica y por tanto rara vez se indican como agentes
únicos. La espironolactona presenta una estructura similar a la aldos-
terona y actúa por inhibición competitiva de esta última, bloquea el in-
tercambio entre Na+, por un lado, y K e H, por el otro, en los túbulos
distales y conductos colectores. La amilorida y el triamtereno muestran
un efecto similar, pero actúan en forma directa sobre los túbulos distal y
colector. Producen natriuresis y retención de K.
Las tiacidas son los diuréticos más investigados en HAS. Su acción radi-
ca en la diuresis de sodio y reducción de volumen, efecto que se obtiene
a los tres a cuatro días de su inicio. La disminución de las resistencias
periféricas se alcanza a largo plazo.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. ACC/AHA Guidelines for the evaluation and management of chronic heart failure in
adult — exclusive summary. J Am Coll Cardiol 2001;38:2101.
2. Nohria A, et al. Medical management of advanced heart failure. JAMA 2002;287:628.
3. Pitt B, et al. The effect of spironolactone on morbidity and mortality in patients with
severe heart failure. N Engl J Med 1999;341:709.
4. Wilcox CS. Diuretics. En: Brenner BM (ed.): The kidney. 7th ed. Philadelphia, WB
Saunders, 2004.
5. ALLHAT Collaborative Reserch Group: the antihipertensive and lipid lowering treat-
ment to prevent heart attack trial. Major outcomes in high-risk hypertensive patients
randomized to angiotensin converting enzime inhibitor or calcium channel blocker vs.
diuretic. JAMA 2002;288:2981.
6. Chobain AV, et al. The seventh report of the joint national committee on prevention,
detection, evaluation and treatment of high blood pressure: The JNC 7 report. JAMA
2003;289:2560.
7. Mortensen RM, Williams GH. Aldosterone action (physiology). En: De Groot LJ et al
(eds.): Endocrinology. 4th ed. Philadelphia, WB Saunders, 2000.
8. Guidelines Committee. 2003 European Society of Hypertension-European Society of
Cardiology guidelines for the management of arterial hypertension.
Contenido
Ácido acetilsalicílico
Tienopiridinas
Inhibidores de la glucoproteína plaquetaria IIb/IIIa
Inhibidores de la fosfodiesterasa
Antiplaquetarios de acción indirecta
ÁCIDO ACETILSALICÍLICO
445
TIENOPIRIDINAS
Las tienopiridinas (ticlopidina y clopidogrel) inhiben de manera selec-
tiva la agregación inducida por ADP: inhiben en forma irreversible la
unión del ADP a su receptor plaquetario y por lo tanto la transforma-
ción de la glucoproteína IIb/IIIa en su forma activa. Después de la
ingestión oral, ambos fármacos necesitan transformarse en su forma
activa, lo que puede retrasar su efecto: el clopidogrel logra actuar dos
horas después de una dosis de impregnación (300 a 400 mg). Cuando se
utilizan 75 mg al día de clopidogrel, la inhibición parcial de las plaque-
tas se logra al segundo día, mientras que la inhibición completa se logra
a los 4 a 7 días de usarlo. La ticlopidina tarda más en lograr el efecto
antiplaquetario. El efecto antiplaquetario de las tienopiridinas desapa-
rece 4 a 8 días después de la última dosis (cuadro 39-2).
INHIBIDORES DE LA FOSFODIESTERASA
02-U-CHAVEZ.indd 450
Heparina
10 000 UI/10 ml TVP* y TEP** Sangrado activo (excepto Sangrado.
Parte II
Bolo IV: 80 UI/kg IV (máx. 5 000 CID***), precaución en cirugía Trombocitopenia inducida por
25 000/5 ml UI). Infusión: 18 UI/kg/h (máx. mayor reciente, en pacientes con heparina (10% después de 5 días
1 000 UI/ml 1 200 UI/h) anestesia peridural, después de o más de tratamiento)
5 000 UI/ml punción lumbar, pacientes con El TPT terapéutico debe ser el
Profilaxis de TVP 5 000 UI SC trastornos de la coagulación doble del control o estar entre 50
Ajustar según TPTa c/6 c/8-12 h y 70 seg. La sobredosis se trata
h hasta lograr meta con sulfato de protamina (1 mg
SICA con o sin trombólisis neutraliza 100 UI [asumir T½ de
Farmacología aplicada
20/12/06 12:55:33 am
Hirudina
recombinante
02-U-CHAVEZ.indd 451
(lepirudina)
Viales de 50 mg/ml En TIH† y quizá en SICA: bolo Sangrado reciente, úlceras Sangrado mayor; menos
Se recomienda aforar de O.4 mg/kg IV (máx. 44 mg). sangrantes, punción de vasos hemorragia que pone en peligro
2 viales a 500 o 250 Infusión de 0.15 mg/kg/h (máx. mayores la vida en comparación con la
ml de solución salina 16.5 mg/h) por 2-10 días heparina, pero más hemorragia
al 0.9% En combinación con trombolítico: Mayor riesgo de sangrado en: que amerita transfusiones
Tomar TPTa a las 4 h. Bolo: 0.2 mg/kg; infusión: 0.1 insuficiencia renal (la hirudina Reacciones alérgicas, incluido el
Alcanzar una meta de mg/kg/h no es dializable, se debe ajustar estridor
TPTa de 1.5 a 2.5 veces la dosis), hepatopatía, operación Mayor riesgo de sangrado
el valor normal reciente o AVC intracraneal cuando se usa
trombolítico
Bivalirudina
Viales de 250 mg En circulación extracorpórea: Bolo: Sangrado activo. Menos hemorragia
Aforar 2 viales en 100 0.2 mg/kg; infusión: 0.5 mg/min, 5 Precaución con antiinflamatorios La unión reversible a la trombina
ml de sol. glucosada min antes de canular no esteroideos, con tendencias le confiere mayor seguridad
Capítulo 39
*TVP= trombosis venosa profunda; **TEP= tromboembolia pulmonar; ***CID= coagulación intravascular diseminada; †TIH= trombocitopenia inducida por heparina.
Terapia antiplaquetaria
451
20/12/06 12:55:33 am
452 Parte II Farmacología aplicada
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Zipes DP, Libby P, Bonow RO, Braunwald E. Braunwald’s heart disease, a textbook of
cardiovascular medicine. 7th ed. Philadelphia, Elsevier Saunders, 2005:2067-2092.
2. Opie LH, Gersh BJ. Fármacos en cardiología. 5ta ed. México, McGraw-Hill Interame-
ricana, 2001:340-400.
3. Messmore HL, Jeske WP, Wehrmacher W, Coyne E, Mobarhan S, Cho L, et al.
Antiplatelet agents: current drugs and future trends. Hematol Oncol Clin N Am
2005;19:87–117.
4. Lederman RL, Winshall JS. Tarascon Internal Medicine & Critical Care Pocketbook.
2nd ed. Tarascon Publishing, 2001:158-160, 164.
5. Unstable Angina and Non-ST-Segment Elevation Myocardial Infarction: ACC/
AHA 2002 Guideline Update for Management of Patients with. J Am Coll Cardiol
2002;40:366-374.
Contenido
Clasificación
Fibrinolíticos de primera generación
Estreptocinasa
Urocinasa
Fibrinolíticos de segunda generación
Anistreplasa
Alteplasa
Fibrinolíticos de tercera generación
Reteplasa
Tenecteplasa
Monteplasa
Errores en la medicación del fibrinolítico
Dosis muy elevadas
Dosis muy bajas
Consecuencias de los errores en la dosificación del fibrinolítico
Limitaciones del tratamiento fibrinolítico
Vaso permeable y pronóstico
¿Es lo mismo vaso permeable que reperfusión?
Mecanismos causantes del fracaso en la reperfusión
Asociación farmacológica en el tratamiento del infarto agudo del
miocardio
453
INTRODUCCIÓN
Al establecer que la trombosis es la causa del infarto agudo del mio-
cardio, la trombólisis (fibrinólisis) se ha convertido en una opción tera-
péutica no sólo para el infarto del miocardio sino también para otras
enfermedades tromboembólicas. Los fibrinolíticos o trombolíticos se
desarrollaron a partir de la década de 1980, después que se observaron
tres aspectos importantes:
1. El infarto agudo del miocardio se relaciona con una trombosis corona-
ria aguda.
2. La extensión de la necrosis miocárdica posterior al infarto es un fenó-
meno dependiente del tiempo, alcanza su daño máximo a las seis horas
tras su aparición y puede ser limitado por una reperfusión temprana.
3. El tratamiento fibrinolítico reduce la mortalidad hospitalaria en más de
50% y mejora la sobrevida siempre que se instituya en las primeras seis
horas de ocurrido el infarto.
El auge de estos fármacos en las últimas dos décadas obedece al es-
fuerzo de producir un medicamento que ofrezca eficacia, tolerabilidad
y seguridad.
Los aspectos fisiopatológicos y el papel actual de la plaqueta en los
síndromes coronarios agudos permiten considerar y valorar la terapia
farmacológica combinada en el infarto del miocardio.
CLASIFICACIÓN
Estreptocinasa
Urocinasa
Esta sustancia activadora del plasminógeno se encuentra de manera
natural en la orina y células embrionarias del riñón humano. Sobre su
análogo se ha documentado menor antigenicidad, se administra con
rapidez y presenta una tasa relativamente baja de reoclusión, con una
tasa de arteria permeable angiográfica a los 90 minutos de 60%. A
pesar de ser pionera, existen pocos estudios clínicos al respecto y hay
pocas ventajas en su uso, lo que la coloca en una preferencia baja, sobre
todo en casos del sistema vascular periférico.
Anistreplasa
El complejo activador de estreptocinasa y plasminógeno derivado de
la estreptocinasa (APSAC) consiste en estreptocinasa enlazada con lis-
plasminógeno para formar un complejo activador. La vida media de los
fibrinolíticos de segunda generación se prolonga casi 100 minutos cuan-
do se activan después de la desacilación. Presentan la ventaja práctica
de poder suministrarse con rapidez durante dos a cinco minutos a una
dosis de 30 U; no obstante, una desventaja es su antigenicidad, similar
a la de estreptocinasa. Este fibrinolítico se ha utilizado poco y su tasa de
permeabilización del vaso es intermedia entre la estreptocinasa y tPA.
En el estudio ISIS-3 se observó una tasa más elevada de hemorragia
intracraneal en comparación con la estreptocinasa (0.7%).
Alteplasa (tPA)
Esta enzima fibrinolítica es una proteasa natural considerada un acti-
vador fisiológico del plasminógeno. Las concentraciones de tPA produ-
Reteplasa (rPA)
Es un mutante supresor del tPA humano con vida media más prolon-
gada. En pruebas clínicas, este fibrinolítico se administra a dosis rá-
pida doble de 10 U, con un intervalo de 30 minutos entre ambas. El
agotamiento del fibrinógeno es mayor con rPA en comparación con
alteplasa, pero menor respecto a estreptocinasa. Hasta hoy no se ha
comentado antigenicidad.
En el estudio RAPID-I (Recombinant plasminogen Activator Angiographic
Phase II Internacional Dose Finding Study) se examinaron tres diferentes do-
sis de rPA y se comparó con la dosis de 100 mg en tres horas de tPA;
el resultado fue una permeabilidad del vaso infartado de 63% con rPA
frente al 49% con tPA (p 0.05). Los resultados fueron similares al
utilizar rPA y contrastarlo con el tPA acelerado del estudio RAPID-
II (Reteplase versus Alteplase Potency Investigation during Myocardial
Infarction Study). En esta investigación se instituyó el régimen terapéu-
tico más efectivo utilizado en el rPA del RAPID-I en comparación con
la alteplasa. Sin embargo, en el estudio GUSTO-III no se demostró
superioridad de la reteplasa sobre la alteplasa.
Tenecteplasa (TNK)
Es un mutante específico de la alteplasa desarrollado para superar al-
gunas de las limitantes de otros trombolíticos. La tenecteplasa tiene una
vida media más prolongada de 20 minutos (frente a cuatro minutos de
alteplasa), más especificidad por la fibrina y mayor resistencia a la inhi-
bición del PAI-1 que la alteplasa. Su administración es única y rápida.
La investigación de este fármaco se inició en el estudio TIMI-10A, en
el cual se realizaron pruebas a dosis que variaron entre 5 y 50 mg. En
esta investigación se logró un flujo distal TIMI-3 a los 90 minutos de 57
a 64% en los individuos que recibieron dosis de 30 a 50 mg. Después se
realizó el estudio TIMI-10B, en el cual participaron 886 pacientes, los
cuales se aleatorizaron para recibir alteplasa o TNK-tPA. A una dosis
de 50 mg de este último se observó una mayor incidencia de sangrado
intracraneal (3.8%).
En el estudio multicéntrico ASSENT-2 intervinieron 16 950 pa-
cientes y se comparó la mortalidad en personas con IMEST tratados
con tenecteplasa o alteplasa en las primeras 6 horas. La mortalidad
global en esta investigación fue muy semejante, 6.17% con TNK-tPA
contra 6.l5% con alteplasa. No obstante, cabe señalar que en el grupo
de pacientes que se trataron después de las cuatro horas tras el inicio de
los síntomas se alcanzó un mejor resultado en el grupo de TNK-tPA, lo
cual puede atribuirse a la mayor especificidad de la combinación TNK-
tPA por la fibrina (cuadro 40-1).
Monteplasa
Es un nuevo mutante del plasminógeno constituido por un solo amino-
ácido en el dominio del factor de crecimiento epidérmico y se expresa
en riñones de cricetos (hámsters). Tiene una vida media de 20 minutos
y puede administrarse en bolo intravenoso. El estudio COMA (Com-
bining Monteplase with Angioplasty Trial) evaluó su eficacia y mostró
56% de tasa de recanalización.
02-U-CHAVEZ.indd 459
Primera generación Segunda generación Tercera generación
Estreptocinasa Urocinasa Alteplasa Anistreplasa Reteplasa Lanoteplasa Tenecteplasa
Origen Estreptococo Recombinante, Recom- Plasminógeno Activador del Es una Es un
del grupo C fetal, humana, binante anisoilado de plasminógeno supresión mutante del
renal humano estreptococos de tipo hístico del mutante tPA
del grupo C humano del tPA
–mutante
recombinante
Peso molecular (Kd) 47 35 a 55 70 131 39 53.5 70
Metabolismo Hepático Hepático Hepático Hepático Renal Hepático
Activación del No Directo Directo Directo Directa Directa Directa
plasminógeno
Especificidad por la No No Sí No Intermedia Intermedia Sí
fibrina
Inhibición del OAI-1 Sí Sí Sí Sí Sí No No
Capítulo 40
Dosis 1.5 mU/1 h 3 MU/1 h 100 30 U/5 min 10 U + 10 U en 120 000 0.5 mg/
mg/90 infusión rápida U/kg en kg/infusión
Trombolíticos
20/12/06 12:55:37 am
460
02-U-CHAVEZ.indd 460
Parte II
Antigenicidad Sí No No Sí No No No
Flujo TIMI-3 31% —— 46 a 75% a los —— 60-63% a 57-83% a 63% a los 90
90 min los 90 min los 90 min min
Hemorragia 0.5 —— 0.7 —— 0.8-0.9 1.13 0.9
intracranea (%)
20/12/06 12:55:38 am
Capítulo 40 Trombolíticos 461
CONCLUSIONES
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Bhatt DL, Topol EJ. Current role of the platelet glycoprotein IIb/IIIA inhibitors in
acute coronary syndromes. JAMA 2000;284:1549-1558.
2. De Wood MA, Spores J, Nortske R, et al. Prevalence of total coronary oclussion during
early hours of transmural myocardial infarction. N Engl J Med 1980;303:897-902.
3. French JK, Hyde TA. Patel H, et al. Survival 12 years after randomization to strepto-
kinase. The influence of thrombolysis in myocardial infarction flow al three to four
weeks. Am Coll Cardiol 1999;34:62-69.
4. Gruppo Italiano per lo Studio della Streptochinasi nell’Infarto Miocardico (GISSI).
Effectiveness of intravenous thrombolytic treatment in acute myocardial infarction.
Lancet 1986;1:397–402.
5. ISIS-2 (Second International Study of Infarct Survival) Collaborative Group. Ran-
domized trial of intravenous streptokinase, oral aspirin, both, or neither among 17,187
cases of suspected acute myocardial infarction: ISIS-2. Lancet 1988;336:65-71.
6. Enoxaparin as adjunctive antithrombin therapy for ST-elevation myocardial infarc-
tion results of the ENTIRE-Thrombolysis in Myocardial Infarction (TIMI) 23 Trial.
Antman EM, Louwerenburg HW, Braunwald HFE, ENTIRE-TIMI 23 Investigators.
Circulation 2002;105:1642-1649.
7. Efficacy and safety of tenecteplase in combination with enoxaparin, abciximab, or un-
fractionated heparin: the ASSENT-3 randomized trial in acute myocardial infarction.
Lancet 2001; 358:605-613.
8. Reperfusion therapy for acute myocardial infarction with fibrinolytic therapy or com-
bination reduced fibrinolytic therapy and platelet glycoprotein IIb/IIIa inhibition: the
GUSTO V randomized trial. Lancet 2001;357:1905–1914.
9. Relevance of the combined TIMI flow/perfusion index to effective assessment of re-
perfusion regimens with or without tirofiban in ST-elevation myocardial infarction. In-
sights from SASTRE-STEMI study, a randomized clinical trial safety and efficacy of
a conjunctive strategy for reperfusion. Marco A. Martínez-Ríos, Martín Rosas, Héctor
González, Marco A. Peña-Duque, Arch Cardiol Méx 2004;74(supl 2).
10. A new thrombolytic agent, monteplase, is independent of the plasminogen activator
inhibitor in patients with acute myocardial infarction: initial results of the COmbining
Monteplase with Angioplasty (COMA) trial. Teruo Inoue, Isao Yaguchi, Kan Takay-
anagi, Terumi Hayashi, Am Heart J 2002;144:e5.
11. Addition of clopidogrel to aspirin and fibrinolytic therapy for myocardial infarction
with ST-segment elevation. Marc S. Sabatine, Christopher P. Cannon, C. Michael
Gibson, José L. López-Sendón, N Engl J Med 2005;352:1179-1189.
12. Effect of clopidogrel plus aspirin on tissue perfusion and coronary flow in patients
with ST-segment elevation myocardial infarction: a new reperfusion strategy. Abdullah
Dogan, Mustafa Ozgul, Mehmet Ozaydin, Suleyman M. Aslan, Omer Gedikli, Am
Heart J 2005;149:1037-1042.
13. The PCI-Clopidogrel as adjunctive reperfusion therapy thrombolysis in myocardial
infarction (TIMI) 28. JAMA 2005;294:1224-1232.
Contenido
Sedantes y analgésicos
Hipnóticos
Relajantes musculares
Succinilcolina
Atracurio
Cisatracurio
Pancuronio
Rocuronio
Vecuronio
Narcóticos
Fentanilo
Morfina
Nalbufina
Revertidores
Naloxona
Neostigmina
Flumacenilo
Analgésicos
INTRODUCCIÓN
466
SEDANTES Y ANALGÉSICOS
Nivel Descripción
1 Ansioso o agitado
2 Cooperador, orientado y tranquilo
3 Responde a la voz
4 Dormido, con rápida respuesta a la luz o al sonido
5 Respuesta lenta a la luz o al sonido
6 No hay respuesta
HIPNÓTICOS
Son medicamentos que causan sueño o pérdida parcial del conocimien-
to; como grupo están indicados no sólo como sedantes hipnóticos sino
también como ansiolíticos y anticonvulsivos. Sus efectos secundarios son
sobre todo hipotensión, bradicardia, paro cardiorrespiratorio, convul-
siones, temblor, ataxia, mioclonías, náusea, vómito, visión borrosa, di-
plopía, lagrimeo, depresión respiratoria, desaturación, laringoespasmo
y apnea, dependencia física y psicológica cuando se utiliza por periodos
prolongados. Entre ellos se cuenta con diacepam, etomidato, ketami-
na, midazolam, propofol y tiopental. Es importante que para elegir el
fármaco hipnótico se tomen en cuenta el estado clínico basal del pa-
ciente así como su función renal y hepática debido a que el uso de estos
medicamentos se relaciona con cambios hemodinámicos específicos y
porque el metabolismo y eliminación depende de estos dos órganos; por
ello son de relevancia en la elección de la sedación o anestesia intrave-
nosa prolongada. En el cuadro 41-2 se resumen las recomendaciones
para cada medicamento y en el cuadro 41-3 se recomienda la técnica
de infusión.
RELAJANTES MUSCULARES
Son fármacos que obstaculizan de manera específica la secuencia fisio-
lógica de la transmisión neuromuscular. Este grupo de medicamentos se
divide en despolarizantes y no despolarizantes; los primeros han quedado
en desuso debido a las ventajas de los segundos y sólo se describe el pro-
totipo: la succinilcolina.
Succinilcolina: es un bloqueador neuromuscular despolarizante y
relajante muscular que determina parálisis cuyo inicio de acción se
produce a los 30 a 60 segundos de su administración intravenosa. In-
dicaciones: en la relajación muscular para procedimientos de corta
duración como intubación o endoscopia. Contraindicaciones: hi-
NARCÓTICOS
REVERTIDORES
Salicilatos: Aspirina
AINE
Oxicam
Piroxicam
Tenoxicam
Pirazolonas Fenilbutazona
Paraaminofenoles
Paracetamol
ANALGÉSICOS
tipos de dolor mejor que los opiáceos (dolor óseo, dolor durante el
movimiento), 6) no provocan cambios en la pupila y 7) no causan de-
terioro cognitivo. En el cuadro 41-4 se resumen las recomendaciones
para estos medicamentos.
Otro grupo de analgésicos son los inhibidores selectivos de la ci-
clooxigenasa 2 (COX-2) que disminuyen el dolor, fiebre y respuesta in-
flamatoria sin afectar la síntesis de prostaglandinas vía COX 2, por lo
que no afectan las funciones renal, gástrica y plaquetaria. Cabe hacer
mención que en fechas recientes estos fármacos han sido de uso con-
trovertido en pacientes con enfermedad cardiovascular o de alto riesgo
para cardiopatía isquémica, de tal manera que la tendencia es a no
usarlos en ellos; fuera de estas limitaciones, conservan su utilidad en
otras áreas de la medicina. En el cuadro 41-4 se resumen las dosis reco-
mendadas para estos medicamentos.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Guyton AC, et al. Tratado de fisiología médica. 8ª ed. México, D. F., McGraw-Hill
Interamericana, 1992.
2. Ramsay M, et al. Controlled sedation with alphaxolone alphadolone. Br Med J
1974;2(920):656-659.
3. Takemoto CK, et al. Pediatric dosage handbook. 9ª ed. Lexi-Comp. Hudson, Oh.,
2002.
4. Fitzgerald GA, Patrono C. Drug therapy: the coxibs, selective inhibitors of cyclooxy-
genase-2. N Engl J Med 2001;345(6):433-442.
5. Luna PO. Anestesia cardiovascular. 3ª ed. México, D. F., McGraw-Hill Interamerica-
na, 2005.
Contenido
Indicaciones
Objetivos de la AVMNI
Contraindicaciones
Técnica para su aplicación
Selección de la modalidad ventilatoria
Sincronización paciente-ventilador
Monitorización
Afecciones específicas
Edema agudo de pulmón
Complicaciones
INTRODUCCIÓN
479
INDICACIONES
OBJETIVOS DE LA AVMNI
CONTRAINDICACIONES
SINCRONIZACIÓN PACIENTE-VENTILADOR
MONITORIZACIÓN
AFECCIONES ESPECÍFICAS
Edema agudo de pulmón
La presión positiva continua de la vía aérea con respiración espontánea
es una modalidad de apoyo que proporciona un flujo gaseoso suficiente
para la demanda inspiratoria del enfermo, un mezclador, aditamentos para
suministrar los valores de PEEP que se desee, provocando una disminu-
COMPLICACIONES
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Rodríguez A. Ventilación mecánica no invasiva. Rev Med Int Med Crít 2004;5(1):15-
28.
2. Esquinas A, et col. Metodología de la ventilación no invasiva I. Rev Iberoam Ventil No
Inv 2003;1(1):9-15 y 42-45.
3. BTS Guideline Non invasive ventilation in acute respiratory failure. Thorax
2002;57:192-211.
4. Arroliga A. Noninvasive positive pressure ventilation in acute respiratory failure. Clev
J Med 2002;8(68):677.
5. Internacional Consensos Conferencies in Intensive Care Medicine. Non invasive posi-
tive pressure ventilation in acute respiratory failure. Int Care Med 2001;27;166-178.
Contenido
487
INTERACCIÓN CARDIOPULMONAR
EN LA VENTILACIÓN MECÁNICA
Retorno 120
venoso
Presión (mmHg)
o
Gasto 60
cardiaco
–0 10 10
Presión de la aurícula derecha 0 50 100 120
Volumen (ml)
$ Psm – Pad
RRV = GC VS FC
$RV
• Hipotensión
• Poscarga del VD • Volúmenes pulmonares
• n Gasto cardiaco
• n Retorno venoso • l Resistencias vasculares
• n Distensibilidad
• Interdependencia pulmonares
ventricular
ventricular • reclutamiento alveolar
• n Precarga
• n cortocircuitos fisiológicos
• n Poscarga
• l el cortocircuito anatómico
• Bradicardia sinusal
03-U-CHAVEZ.indd 493
CONTROL DE VOLUMEN CONTROL DE PRESIÓN
∑Varía con la distensibilidad Vs. ∑No varía con la resistencia ni
y resistencia de la vía aérea la distensibilidad de la vía aérea
Flujo
Fig. 43-2. Se ilustra el mecanismo de acción de un ventilador estándar. Arriba a la izquierda las dos formas de aportar el
Ventilación mecánica invasiva
aire inspirado: por volumen y por presión, con sus diferencias en relación con la programación de sus variables. Todos los
ventiladores tienen tres variables de fase que determinan el manejo del aire inspirado por el microprocesador y el paciente.
493
20/12/06 12:38:15 am
Cuadro 43-1. Programación básica al inicio de la asistencia mecánica ventilatoria en control-volumen
494
03-U-CHAVEZ.indd 494
Modo Controlado (A/C) Utilizar en pacientes sin respiración espontánea
Frecuencia 8-12 RPM 7-35 RPM Ajustar la FR de acuerdo con el nivel de PO2 y CO2 en pacientes
Parte III
Flujo 60 L/min 50–100 L/min Asegurar un flujo adecuado para mantener un tiempo inspiratorio de 0.7 a 1
inspiratorio seg. En pacientes con FR elevada incremente el flujo para disminuir el tiempo
inspiratorio y con ello mejorar la interacción del paciente con el ventilador
Patrón de flujo Rampa Patrón de respiración más fisiológico
descendente
Volumen de 5-6 horas 800/1500 ml Ajustar el volumen de para producir una presión de meseta de 30 cmH2O,
suspiro o una presión máxima de 40 cmH2O
Relación Insp/ 1:2 2:1 a 1:4 Depende del flujo inspiratorio, FR y VT. Mantenga el límite fisiológico
esp de 1:2
Relación I:E
20/12/06 12:38:17 am
Capítulo 43 Ventilación mecánica invasiva 495
CMV (A/C):
No ¿Lo tolera el
VT 8-10 ml/kg Entubar
Pplat <30 cmH20, paciente?
PEEP 5 cmH2O
FiO2 100% I:E 1:2
Sí
No
PaCO2 >45 mmHg
Sí Sat O2 <92%;
PEEP Sí
Edema pulmonar
No Continuar con
ventilación a
Titular FiO2 para presión positiva
mantener Sat O2 >92%
Sí No
↓Volumen < 30 Presión plateu PaCO2 >45 mmHg
corriente (Pplat)
(VT)
< 30
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Esponda J, Sierra A, Cerón U. Síndromes cardiopulmonares. 1ª ed. México, Mc-
Graw-Hill Interamericana, 2001.
2. Dantzker D, Scharf SM. Cuidados intensivos cardiopulmonares. 3ª ed. México, Mc-
Graw-Hill Interamericana, 2002.
3. Hall JB, Aschmidt G, Word LD. Cuidados intensivos. 2a ed. México, McGraw-Hill
Interamericana, 2001.
4. Net A, Mancebo J, Benito S. Retiro de la ventilación mecánica. 1ª ed. New York,
Springer, 1995.
5. Hess RA, Kacmareck RM. Essentials of mechanical ventilation. 2ª ed. México, Mc-
Graw-Hill Interamericana, 2002.
6. Pilbeam SP. Mechanical ventilation. 3ª ed. St Louis, Mosby 1998.
Contenido
INTRODUCCIÓN
El registro de un círculo torácico completo constituye un procedimien-
to sencillo, de bajo costo y fidedigno en la exploración del corazón.
El círculo torácico permite captar las morfologías correspondientes a
estructuras que no pueden explorarse con el electrocardiograma con-
vencional, como lo es el ventrículo derecho y las regiones posteriores de
ambos ventrículos. Además, indica los diferentes grados de afección del
miocardio ventricular sujeto a procesos patológicos. Su gran utilidad en
el servicio de urgencias se refleja en el diagnóstico del infarto del mio-
cardio inferior con extensión al ventrículo derecho ya que su presencia
aumenta la morbimortalidad.
498
REGISTROS NORMALES
El registro del círculo torácico completo comprende de V1 a V9 y de V3D
a V9D. Las derivaciones V3D a V3 exploran la pared libre anterior del
ventrículo derecho y masa septal derecha anteroinferior y se caracteriza
por complejos ventriculares S R. Las derivaciones V4D a V6D explo-
ran la pared libre del ventrículo derecho y se caracterizan por comple-
jos r s. La derivación V7D explora el surco auriculoventricular dere-
cho y se caracteriza por rSr´. Las derivaciones V8, V9 y V9D exploran
regiones parietales izquierdas posteriores y la aurícula izquierda. Las
derivaciones MD y ME exploran la pared libre de las regiones basales
del ventrículo derecho y se caracteriza por complejos rS.
V1 V2 V3 V4V5V6
SÍNDROME DE WOLFF-PARKINSON-WHITE
(*) Región I: pared libre lateral izquierda. Región II: posterior izquierda. Región III paraseptal posterior
izquierda. Región IV: paraseptal posterior derecha. Región V: pared libre lateral derecha. Región VI:
paraseptal anterior derecha.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Leif E, Andreas S, Inger W. Single right-sided precordial lead in the diagno-
sis of right ventricular involvement in inferior myocardial infarction. Am Heart J
1976;91(5):571-576.
2. Croft C, Nicod P, Lewis S, et al. Detection of acute right ventricular infarction by right
precordial electrocardiography. Am J Cardiol 1982;50(3):421-427.
3. Coma-Canella I, López-Sendón F, Alcasena S, et al. Electrocardiographic alterations
in lead V1 to V3 in the diagnosis of right and left ventricular infarction. Am Heart J
1986;112(5):940-945.
4. Morguera T, Alberti E, Furio S, et al. Right precordial ST and QRS changes in the
diagnosis of right ventricular infarction. Am Heart J 1984;13(1):13-18.
5. Cárdenas M, Díaz A, González-Hermosillo JA, y col. El infarto agudo del ventrículo
derecho. Arch Inst Cardiol Mex 1980;50:195-306.
6. De Michelle A, Medrano G, Iturralde P. El círculo torácico en la exploración eléctrica
del corazón. Arch Inst Cardiol Mex 2000;70:187-196.
7. Iturralde P, de Michelle A, Romero L, y col. Utilidad del círculo torácico en la loca-
lización de la zona de preexcitación en el síndrome de WPW. Arch Inst Cardiol Mex
1989;59:557-565.
8. Wellens HJ. The value of the right precordial leads of the electrocardiogram. N Engl
J Med 1999;340:381-383.
Contenido
506
Derivación de Lyan
Es una derivación bipolar que se obtiene colocando el electrodo del
brazo derecho sobre el manubrio esternal y el electrodo del brazo iz-
quierdo en el quinto espacio intercostal, a la derecha del esternón, con
el selector de derivaciones del electrocardiógrafo en DI. Aunque con
esta derivación se consigue, en ocasiones, una mejor visualización de la
onda P que con las derivaciones del electrocardiograma convencional,
esta técnica hoy en día está superada por los registros de derivaciones
internas, que permiten mostrar la ampliación de la onda auricular.
DERIVACIONES INTERNAS
Derivación intraesofágica
El esófago se localiza inmediatamente detrás de la aurícula izquierda,
entre las venas pulmonares izquierdas y derechas. Por su proximidad
con las aurículas, el esófago es un buen lugar para registrar el potencial
3
3
2
2
2 2
3
2
1
2+3
1
2
3
2+
25 1 3
1+
2+3 23
3
Fig. 45-1. Registro intracavitario (aurículas y ventrículos) del complejo
QRS en un individuo normal. Vector 1: septal; vector 2: pared libre del
ventrículo izquierdo; vector 3: basal.
EsECG EsECG
V5 V5
RS con CP Flúter auricular Fibrilación auricular
Fig. 45-2. Se aumenta la detección de la actividad eléctrica auricular por
medio de un electrocardiograma esofágico (EsECG). El EsECG demuestra
progresión de la arritmia de un ritmo sinusal (RS), con una contracción
prematura (CP), a flúter auricular y fibrilación auricular. La pérdida de
información de la actividad auricular en la derivación V5 hace imposible
el diagnóstico.
Registro intracavitario
Es el que se obtiene de manera directa desde las cavidades cardiacas
mediante catéteres equipados con dos, tres o más polos o electrodos (ca-
E20
E30
E50
Fig. 45-3. Vista sagital del tórax que indica la posición de las
derivaciones unipolares esofágicas.
APLICACIONES CLÍNICAS
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Miller RD. Miller’s anesthesia. 6th ed. Elsevier 2005:1393-1395.
2. Thys DM, Kaplan JA. The ECG in anesthesia and critical care. New York, Churchill
Livingstone, 1987.
3. Zipes DP. Braunwald’s heart disease: a textbook of cardiovascular medicine. 7th ed.
Elsevier 2005:705-707.
4. Marx: Rosen’s emergency medicine: concepts and clinical practice. 5th ed. Mosby, Inc.
2002:1066-1067.
5. Roberts: Clinical procedures in emergency medicine. 4th ed. Elsevier 2004:276.
Contenido
514
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Harvey WP, Ronan JA. Bedside diagnosis of arrythmias. Prog Cardiovasc Dis
1966;8:319-431.
2. Lim SH, Amamtharaman V, Teo WS, Goh PP, Tam AT. Comparison of treatment of
supraventricular tachycardia by Valsalva maneuver and carotid sinus massage. Ann
Emerg Med 1998;31:30-35.
3. Reanimación cardiopulmonar avanzada. American Heart Association. Emergency
Cardiovascular Care Programs 2001-2002:171-179.
4. Waxman MB, Wald RB, et al. Vagal techniques for termination of paroxysmal supra-
ventricular tachycardia. Am J Cardiol 1980;46:655-664.
5. Waxman MB, Wald RW, Cameron DA. Interactions between the autonomic nervous
system and tachycardias in man. Cardiol Clin 1983;1:143-185.
6. Piha SJ. Autonomic responses to the Valsalva maneuver in healthy subjects. Clin Phy-
siol 1995;15:339-347.
7. Smith ML, Beightol LA, Fritsch-Yelle JM, Ellenbogen KA, Porter TP, Eckberg DL.
Valsalva’s maneuver revisited: a quantitative method yielding insights into human au-
tonomic control. Am J Physiol 1996;271(3 part 2):H1240-H1249.
8. Muller G, Deal BJ, Benson W. Vagal maneuvers and adenosine for termination of AV
reciprocating tachycardia. Am J Cardiol 1994;74:500-503.
Contenido
Antecedentes
Indicaciones
Contraindicaciones
Complicaciones
Consideraciones prácticas
Ondas normales
Ondas anormales
Ondas a grandes
Ausencia de ondas a u ondas a pequeñas
Ondas v grandes
Descenso y pronunciado
Descenso y abolido
Cálculo de la presión capilar pulmonar
Embolismo pulmonar
ANTECEDENTES
519
INDICACIONES
CONTRAINDICACIONES
DIAGNÓSTICO
Cardiovascular
Infarto del miocardio complicado
Hipotensión
Insuficiencia cardiaca
Insuficiencia mitral aguda
Rotura septal
Taponamiento cardiaco
Pulmonar
Insuficiencia respiratoria
Hipertensión pulmonar
Choque
Cardiógeno: infarto, miocarditis
Distributivo: sepsis, anafilaxis
Obstructivo: embolismo pulmonar
Hipovolémico: hemorragia, deshidratación, insuficiencia renal
TRATAMIENTO
Insuficiencia cardiaca
Choque
Cirugía: paciente de alto riesgo o complicación posquirúrgica
Evaluación del volumen intravascular
Evaluación de terapia farmacológica
COMPLICACIONES
CONSIDERACIONES PRÁCTICAS
ONDAS NORMALES
RA
ECG
a c v a c v
RA
ONDAS ANORMALES
Ondas a grandes
Ocurre cuando la contracción auricular se lleva a cabo contra una vál-
vula AV cerrada, como en el bloqueo AV completo, arritmias por reen-
trada (porque la onda P retrógrada ocurre durante el complejo QRS),
estimulación unicameral, extrasístole ventricular, estenosis mitral, este-
nosis tricuspídea.
Ondas v grandes
La magnitud de dichas ondas se relaciona con enfermedades que alte-
ran el volumen auricular y la distensibilidad (insuficiencias mitral y tri-
cuspídea, hipervolemia, defecto septal ventricular). En la insuficiencia
valvular AV la aurícula recibe parte del volumen latido. La presencia de
esta onda durante la sístole ventricular le imparte una apariencia bífida
al trazo, primero con la aparición de la onda sistólica de la presión pul-
monar y después de la onda v (fig. 47-2).
La presencia de ondas v es específica de insuficiencia mitral; la au-
sencia de dichas ondas refleja la cronicidad del padecimiento o la pre-
sencia de hipervolemia. En esta última instancia la aurícula se vuelve
poco distensible, así que pequeños cambios en el volumen auricular se
manifiestan como grandes modificaciones en la presión (fig. 47-3).
En la rotura septal ventricular existe un salto oximétrico entre la aurícu-
la y el ventrículo derecho. Mención especial merece la insuficiencia tricus-
pídea, porque debido a los grandes vasos de capacitancia la onda v puede
ser menos prominente que en la insuficiencia mitral y en su lugar aparecer
una onda v ancha (onda c-v), con un descenso y muy pronunciado.
Auricula
derecha Ventrículo
derecho
Arteria
pulmonar
Arteria
pulmonar
50
40
V.D. A.P.
30
20
A.D. P.C.P.
10
0
Presión mm Hg
Descenso y pronunciado
Los factores que contribuyen a la exageración de esta onda son las alte-
raciones de la distensibilidad ventricular que llevan a una rápida tran-
sición del descenso y a la onda a. Los trastornos donde se observa son
insuficiencia tricuspídea, debido a que ésta cursa con un incremento de la
presión auricular derecha, lo que aumenta el gradiente para el llena-
do pasivo y con ello determina el descenso pronunciado de la onda;
constricción pericárdica, debido a que el volumen ventricular y pericárdico
se encuentran fijos, el volumen telediastólico se encuentra disminuido,
pero el llenado ventricular no tiene impedimento, hasta que se alcanza
este volumen, por lo que se aprecia un llenado rápido en diástole muy
temprana, seguido de un brusco aumento de la presión de la onda a.
En el infarto del ventrículo derecho, los descensos x, e y son pro-
nunciados. Cuando la disfunción ventricular impone una precarga y
poscarga excesivas a la aurícula derecha, se produce un incremento de
su contractilidad, lo que se refleja en el trazo como un patrón en W,
caracterizado por una onda a amplia y alta, un descenso brusco x (re-
lajación auricular incrementada), y un descenso y brusco y disminuido
(disfunción pandiastólica).
Con obstrucciones más proximales del sistema coronario derecho
y compromiso auricular, así como de las ramas ventriculares, aparece
una depresión del funcionamiento auricular, lo que inscribe un patrón
en M caracterizado por una onda a y descenso x deprimidos, así como
un descenso y más breve. En la cardiopatía restrictiva, la presión de
enclavamiento y la ventricular se encuentran sujetas a cambios en la
presión intratorácica con la respiración, y por ello no existe variación
en las velocidades de flujo (fig. 47-4).
Descenso y abolido
Se observa en situaciones que provoquen obstrucción al llenado ventri-
cular, como las estenosis auriculoventriculares o el taponamiento car-
diaco.
EMBOLISMO PULMONAR
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Brierre S, Summer W. Interpretation of pulmonary artery catheter tracings. Clinical
Pulmonary Medicine 2002;9;335-341.
2. Cruz K, Franklin C. The pulmonary artery catheter: Uses and controversies. Critical
Care Clinics 2001;17.
Contenido
Definición
Conceptos físicos
Cardioversión
Desfibrilación
Desfibriladores
Desfibriladores externos manuales
Desfibriladores externos automatizados
Tipo de corriente
Uso de antiarrítmicos
Desfibrilación
Cardioversión
Energía inicial
FA y FLA, control de la frecuencia o cardioversión
Situaciones especiales
Terapia eléctrica en niños
Mujeres embarazadas con inestabilidad hemodinámica
por taquicardias
Medicación transdérmica
Marcapaso definitivo o desfibrilador implantable
DEFINICIÓN
528
CONCEPTOS FÍSICOS
DESFIBRILADORES
Un desfibrilador es un dispositivo que suministra una descarga eléctri-
ca en forma programada y controlada. Existen diferentes tipos que se
comentan en seguida.
TIPO DE CORRIENTE
De acuerdo con la polaridad de la energía entregada, ésta puede ser:
a) Monofásica: la energía no sufre ningún cambio en su polaridad du-
rante el tiempo que dura la descarga; este intervalo se conoce como
ancho de pulso.
b) Bifásica: este tipo de energía tiene una variación en su polaridad
durante el ancho de pulso. Consta de una fase de 6 mseg de energía
con polaridad positiva y una segunda fase de 4 mseg de polaridad
negativa (fig. 48-1).
(A) (B)
10
20
0
10
-10
0
0 4 8 12 Tiempo 0 4 8 12 Tiempo
(mseg) (mseg)
USO DE ANTIARRÍTMICOS
La prescripción de medicamentos antiarrítmicos previos al choque
eléctrico, contrario a lo establecido hace algún tiempo, ha mostrado in-
crementar el porcentaje de éxito y reducir el requerimiento de energía.
La ibutilida, amiodarona y sotalol son los más efectivos, mientras que
los de clase IC tienen un uso controversial con este fin.
DESFIBRILACIÓN
En presencia de FV la terapia eléctrica se indica sin pérdida de tiempo.
Esta taquiarritmia es la causa más común de muerte súbita y la desfibri-
lación es el único tratamiento efectivo para suprimirla; la probabilidad
de éxito para revertir esta alteración del ritmo disminuye muy rápido
conforme pasa el tiempo, entre 7 y 10% por cada minuto que transcu-
rre desde iniciada la arritmia ventricular.
En caso de taquicardia ventricular rápida, por lo general mayor
de 150 por minuto, el equipo puede tener dificultad para sincronizar
la descarga con la onda R debido a una falla de sensado; si la descarga
no se aplica en el modo sincrónico puede realizarse en forma asincró-
nica, es decir, puede preferirse la desfibrilación a la cardioversión. En
FV o TV inestable
ABC primario
Desfibrilar hasta 3 veces*
FV/TV persistente
o recurrente
*ONDA MONOFÁSICA:
1er choque, 200 J
2do choque, 200-300 J
3er choque, 360 J
ONDA BIFÁSICA: 150-200 J ABC secundario.
Diagnóstico diferencial**
Antiarrítmicos:
Amiodarona (IIb), 300 mg IV bolo; DM, 2.2 g/24 h
Lidocaína (Ind), 1-1.5 mg/kg IV, repetir en 3-5 min; DM, 3 mg/kg
Magnesio, 1-2 g Taq. helicoidal
Procainamida (IIb): 30 mg/min
Desfibrilar
CARDIOVERSIÓN
Taquicardia
Inestable a causa
Estable
de la taquicardia
Cardioversión
sincronizada
ENERGÍA INICIAL
SITUACIONES ESPECIALES
Terapia eléctrica en niños: considérese que en niños sólo en 15 a
20% de los casos de paro cardiaco la causa es una arritmia; el porcen-
taje restante es una causa respiratoria. La energía a aplicar es de 1 a 2
J por kilo de peso; en caso de falla, se duplica la dosis con respecto a la
inicial en las siguientes descargas.
COMPLICACIONES
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Schneider T, Martens R, Pasche H. Multicenter, randomized, controlled trial of bi-
phasic shock compared with 200 to 300 J monophasic shocks in the resuscitation of
out-of-hospital cardiac arrest victims. Circulation 2000;102:1780-1787.
2. Gurevitz O, Ammash N, Malouf J. Comparative efficacy of monophasic and biphasic
waveforms for transthoracic cardioversion of atrial fibrillation and atrial fluter. Am
Heart J 2005;149:316-321.
3. Page R, Kerber R, Russell J, et al. Biphasic versus monophasic shock waveform for
conversion of atrial fibrillation. J Am Coll Cardiol 2002;39:1956-1963.
4. Adult Basic Life Support. Circulation 2000;102:22-59.
Contenido
INTRODUCCIÓN
537
Diástole:
Aumento de la
presión diastólica
Sístole:
Disminución de la
poscarga
Inflado
Desinflado
El tamaño del balón se basa en la altura del paciente. Existen tres tamaños
habituales de balón disponibles: 50 cm3, para pacientes de más de 1.80
m; 40 cm3, para pacientes entre 1.65 m y 1.80 m, y 30 cm3 para aque-
llos menores de 1.65 m. La longitud del balón y el diámetro aumentan
con cada tamaño. El balón de 40 cm3 es el que más se utiliza.
Técnica de inserción
Preparación del acceso/inserción del introductor. La pierna
elegida para el acceso debe rasurarse y prepararse de modo antiséptico,
desde el ombligo hasta la rodilla. Después de la infiltración anestési-
ca, se punciona la arteria femoral con una aguja calibre 18, y se hace
avanzar la guía “en jota” hasta el cayado aórtico mediante visión fluo-
roscópica. Se inserta primero un dilatador pequeño de 5 F sobre la guía
para dilatar los tejidos subcutáneos. Entonces se inserta el introductor
cargado con un dilatador grande, que es 1 F más pequeño que el intro-
ductor, avanzando sobre la guía, la cual debe encontrarse situada a la
altura del cayado aórtico.
Preparación inicial
Después de la inserción, la línea de helio del catéter balón se conecta a
la consola del BIAC y la luz central del catéter se conecta a un monitor
de presión de la consola, con lo que se permite la retroalimentación de
la misma.
El autoinflado del balón se inicia desde la consola. La línea arterial
conectada con la luz central del catéter se rellena y el inflado inicial del
BIAC se conecta a 1:2 (por ciclo cardiaco), sincronizando el momento.
El inflado del balón se observa bajo fluoroscopia para tener la segu-
ridad de que el balón se encuentra totalmente fuera del introductor.
Finalmente el introductor y el catéter balón se suturan para evitar
desplazamientos, se recubren con una camisa de forma estéril y se cam-
bia el inflado a 1:1.
Monitorización
Se solicita de inmediato una radiografía de tórax tras la inserción del BIAC
para verificar la posición del catéter balón, incluso aunque se haya uti-
lizado visión fluoroscópica.
Ciclado
El inflado del balón puede dispararse según el ECG de superficie, la
onda de presión arterial, un ritmo de marcapaso o arritmia cardiaca
por fibrilación auricular, o de forma interna, asíncrona.
De preferencia, el inflado del BIAC suele sincronizarse con el ECG
de superficie, el cual se retrasa después de la onda R para comenzar en
el momento del ciclo en el que las valvas aórticas se cierran.
En pacientes con trastornos del ritmo en el ECG el balón puede
sincronizarse con la onda de presión del pulso arterial. Las espigas de un mar-
capaso pueden utilizarse para sincronizar el balón en casos de pacientes
totalmente dependientes del marcapaso.
Cuando el paciente se encuentre en paro o bien si los demás me-
canismos de disparo no funcionan de manera correcta, puede utilizarse
un mecanismo interno asíncrono de disparo para inflar el balón a in-
tervalos regulares.
Sincronización
El momento ideal de inflado se produce en la pendiente descendente de
la curva de presión aórtica, antes de la incisura dícrota. El desinflado,
justo antes del inicio de la siguiente onda de presión.
Para lograr un adecuado ciclado del BIAC se debe interactuar con
los hechos mecánicos del ciclo cardiaco. Es por eso que siempre se debe
utilizar como guía la curva de presión arterial, con identificación inicial
de los diferentes componentes de la misma (fig. 49-2), en especial la
curva dícrota, ya que es ahí donde se inicia el ciclado.
Una vez que se identifican los componentes de la curva de presión
arterial, se procede al inicio del ciclado, el cual debe ser 1:2. Para ello, se
deben tener en cuenta las siguientes referencias de la curva de presión
en relación con la asistencia de BIAC 1:2 (fig. 49-2).
mm Hg PDP
120 PSP
C PSPA
D
F
100
PDFAP
B
OD
80 E
A
PDFAB
Fig. 49-2. Curva de presión arterial con inflado y desinflado del BIAC.
Inflado precoz
PDP
PSP
PSP PDP
PSPA
PSPA
Incisura
décrota
PDFAB
A PDFAB B
PDP PDP
PSPA PSP
Prolongación de
la pendiente de la
sístole asistida
APARIENCIA
ENSANCHADA
PDFAP
PDFAB
C PDFAB D
A. Inflado precoz
B. Inflado tardío
C. Desinflado precoz
D. Desinflado tardío
Inflado tardío
Cuando el BIAC se infla bastante después del cierre de la válvula aór-
tica (fig. 49-3). Existe un menor aumento de la presión diastólica y una
presión de perfusión coronaria subóptima. Se corrige ajustando el infla-
do para que ocurra justo antes de la incisura dícrota.
Desinflado precoz
Cuando el BIAC se desinfla antes de la contracción isovolumétrica ven-
tricular izquierda (fig. 49-3). Existe un aumento subóptimo de la presión
diastólica, así como de la reducción de la poscarga, lo que ocasiona un
incremento en la demanda miocárdica de oxígeno. Se corrige retrasan-
do el desinflado justo antes del inicio de la sístole.
Desinflado tardío
Es el desinflado del BIAC después del inicio de la sístole (fig. 49-3). Exis-
te un vaciamiento ventricular alterado, un aumento de la poscarga y
precarga, aumento del consumo de oxigeno miocárdico y reducción del
volumen latido. Se corrige mediante el ajuste del desinflado para que
ocurra inmediatamente antes del inicio de la sístole.
INDICACIONES
CONTRAINDICACIONES
Las contraindicaciones absolutas para la colocación del BIAC son la
insuficiencia aórtica importante, la disección aórtica y el aneurisma de
la aorta. Las contraindicaciones relativas son prótesis valvular aórtica y
arritmias auriculares. Se debe usarlo con precaución en los trastornos
de la coagulación y en la trombocitopenia.
COMPLICACIONES
Vasculares. Las complicaciones vasculares más frecuentes del BIAC
incluyen la isquemia del miembro por donde se introdujo, hematomas
adyacentes al sitio de punción y sangrado local. Las tasas de compli-
cación vascular oscilan entre 5 y 20%, de acuerdo con la población
estudiada. La diabetes, el sexo femenino, la enfermedad vascular peri-
férica preexistente, el tabaquismo y el tamaño del catéter son todos ellos
factores de riesgo independiente que se asocian estrechamente con el
desarrollo de complicaciones vasculares.
Isquemia. Si la isquemia ocurre en la pierna donde se encuentra el
acceso vascular, hay que retirar el introductor y el catéter, así como
realizar hemostasia de la zona de punción. Si después de hacerlo la
isquemia se mantiene, se recomienda la valoración por un cirujano vas-
cular. Las alternativas quirúrgicas incluyen la trombectomía, los injertos
y, rara vez, las amputaciones.
Sangrado. El sangrado alrededor de la zona de punción ocurre en 1
a 5% de los casos de pacientes tratados con BIAC; de modo habitual se
controla con la compresión manual prolongada en el lugar del acceso
vascular. Si se desarrollan, los hematomas pueden requerir transfusión
de derivados sanguíneos y a veces la reparación arterial directa. Los
seudoaneurismas después del BIAC son excepcionales, pero a menudo
requieren corrección quirúrgica.
Rotura del balón. Debe considerarse si se detecta sangre en la línea
de gas de la luz central o en casos de no producirse el aumento de la
presión diastólica habitual. Pueden aparecer pequeñas fugas en el balón
por daño superficial debido al inflado contra placas aórticas calcificadas;
su incidencia puede llegar hasta 4.2%. Las complicaciones potenciales
para el paciente son el embolismo aéreo y el bloqueo del balón cuando
la sangre penetra en su interior, así como la trombosis. Se verificará un
correcto desinflado del balón antes de intentar retirarlo.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. González Chon O. Manual de contrapulsación intraaórtica. Segunda edición. Méxi-
co, Editorial Manual Moderno, 2002.
2. Aroesty JM. Intraaortic ballon counterpulsation and other circulatory assist devices.
Grossman’s, cardiac catheterization, angiography, and intervention. Sixth Edition.
Philadelphia, Lippincott Williams and Wilkins, 2000:463-488.
3. Goldberger M, Tabak SW, Shan PK. Clinical experience with intra-aortic ballon
counterpulsation in 112 consecutive patients. Am Heart J 1986;111:497-502.
4. Kahn JK, Rutherdford BD, McConahay DR, et al. Supported “high risk” corona-
ry angioplasty using intraaortic ballon pump counterpulsation. J Am Coll Cardiol
1990;15;1151-1155.
5. Meyns BP, Nishimura Y, Jashari R, et al. Ascending versus descending aortic ballon
pumping: organ and myocardial perfusion during ischemia. Ann Thorac Surg
2000;70(4):1264-1269.
6. Port SC, Patel S, Schmidt DH. Effects of intraaortic ballon counterpulsation on myo-
cardial blood flow in patients with severe coronary artery disease. J Am Coll Cardiol
1984;3:367-374.
Contenido
Definición
Indicaciones
Contraindicaciones
Técnica
Complicaciones
Pronóstico
DEFINICIÓN
La pericardiocentesis consiste en la aspiración de líquido del espacio
pericárdico, mediante punción con aguja del saco pericárdico, con fines
diagnósticos o terapéuticos.
INDICACIONES
549
CONTRAINDICACIONES
La disección aórtica es la mayor contraindicación. Contraindicacio-
nes relativas incluyen paciente inquieto o poco cooperador, coagulo-
P
R
E
S
I
Ó
N TAPONAMIENTO
CLÍNICO
Límite de distensibilidad
pericárdica
Volumen/Tiempo
TÉCNICA
B C
Pericardio
Líquido
Apendice pericárdico
xifoides
18°
ECG
A Pericardio
Líquido
pericárdico
ECG
45°
COMPLICACIONES
PRONÓSTICO
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Greenfield. Surgery: scientific principles & practice. 3rd ed. Philadelphia, Lippincott
Williams & Wilkins, 2001:1534-1535.
2. Fuster V. Hurst’s the heart. 11th ed. New York, McGraw-Hill Inc, 2003:1987-1989.
3. Irwin & Rippe’s. Intensive care medicine. 5th ed. Philadelphia, Lippincott Williams &
Wilkins, 2003, cap. 8.
4. Mangi AA. Cardiac surgery in the adult. 2nd ed. Philadelphia, Lippincott Williams &
Wilkins, 2003.
5. Roberts. ST. Clinical procedures in emergency medicine. 4th ed. Elsevier 2004:312-313.
6. Zipes DP. Braunwald’s heart disease: a textbook of cardiovascular medicine. 7th ed. Phi-
ladelphia, Elsevier Saunders Co, 2005:1768-1769 y 1785.
7. Kern Morton J. The cardiac catheterization handbook. 3rd edition. St. Louis Missouri,
Mosby, Inc., 1999:446-450.
Contenido
Indicaciones y contraindicaciones
Acceso
Sitios alternativos
Técnica de punción arterial radial
Posibles complicaciones
INTRODUCCIÓN
555
INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES
Indicaciones
- Medición directa continua de la presión arterial
- Acceso para obtener muestras repetidas
- Valoración de la contractilidad (por visualización del trazo de pre-
sión)
Contraindicaciones:
- Piel infectada
- Presencia de injerto arterial
- Circulación colateral inadecuada
ACCESO
Arteria radial
Prueba de Allen
Arteria radial
Arteria cubital
Sitios alternativos
Cuando la arteria radial proporciona la irrigación dominante del arco
palmar se puede elegir la arteria cubital como sitio de punción. La arteria
cubital no es el vaso de elección de la muñeca porque es más difícil de
estabilizar y está sujeta a trombosis con más facilidad debido a su menor
diámetro.
La arteria humeral en la fosa antecubital es una alternativa lógica cuan-
do no se dispone de arterias radiales; sin embargo, es un sitio no exento
de riesgo y por ello se recomienda que las punciones arteriales que no
lleven a cabo médicos se limiten a la arteria radial. Las arterias humeral y
axilar han sido utilizadas de manera segura en la unidad de terapia inten-
siva y en el quirófano. Los catéteres colocados en grandes arterias exigen
una vigilancia estricta para detectar complicaciones y deben retirarse de
inmediato si aparecen signos de isquemia en la mano.
La canalización percutánea de la arteria pedia se practica con facili-
dad, es confiable y relativamente segura. La incidencia de trombosis es
menor que con las arterias radiales. El arco arterial principal del pie es
irrigado por la arteria pedia y las arterias plantares laterales (externas).
Para verificar el flujo colateral hay que ocluir la arteria pedia mediante
compresión externa y blanquear el dedo gordo del pie comprimiendo
la uña. Se libera la presión sobre la uña y se observa una rápida recu-
peración del color, lo que indica presencia de flujo plantar lateral. El
enrojecimiento puede ser difícil de observar si los pies están fríos o el
Cúbito
Catéter
Arteria Radio
radial
Posibles complicaciones
a) Isquemia: se relata que la incidencia de daño isquémico después de
la canulación de la arteria radial es baja. En un estudio que reali-
zaron Slogoff y colaboradores, en el cual no se realizó la prueba de
Retiro de la aguja
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Jones RM, Hill AB, Nahrwold ML, et al. The effect of method of radial artery can-
nulation on postcannulation blood flow and thrombus formation. Anesthesiology
1981;55:76-78.
2. Davis FM, Stewart JM. Radial artery cannulation. A prospective study in patients
undergoing a cardiothoracic surgery. Br J Anesth 1980;52:41-47.
3. Downs JB, Rackstein AD, Klein EF, Jr, et al. Hazards of radial artery catheterización.
Anesthesiology 1973;38:283-286.
4. Scheller MS, Unger RJ. The influence of intravenously administered dyes on pulse
oximetry readings. Anesthesiology 1986;64(3A):A161.
5. Clarck VL, Kruse JA. Arterial catheterización. Crit Care Clin 1992;8:687-697.
6. Hospital Infection Control Practices Advisory Committee: guideline for prevention of
intravascular device-related infections. Part I. Intravascular device-related infections:
an overview. Am J Infect Control 1996;24(4):262-277.
7. Hospital Infection Control Practices Advisory Committee: guideline for prevention
of intravascular device-related infections. Part II. Recommendations for the pre-
vention of a nosocomial intravascular device-related infections. Am J Infect Control
1996;24(4):277-293.
8. Bedford RF, Wollman H. Complications of percutaneous radial artery cannulation: an
objective prospective study in man. Anesthesiology 1973;38:228-236.
9. Downs JB, Chapman RL, Jr, Hawkins IF, Jr. Prolonged radial artery catheteriza-
tion. An evaluation of heparinized catheters and continuous irrigation. Arch Surg
1974;108:671-673.
Contenido
Definición
Indicaciones
Consideraciones generales
Técnica general
Anatomía de las vías venosas centrales y técnica de canulación
Vena subclavia
Anatomía
Canulación
Vena yugular interna
Anatomía
Canulación
Vena yugular externa
Anatomía
Canulación
Inconvenientes y desventajas
Ventajas
Vena axilar
Anatomía
Canulación
Desventajas
Vena femoral
Anatomía
Canulación
Inconvenientes y desventajas
565
Ventajas
Venas antecubitales
Anatomía
Canulación
Inconvenientes y desventajas
Ventajas
Posición óptima de catéteres venosos centrales
Contraindicaciones
Contraindicaciones generales
Contraindicaciones según la vía venosa seleccionada
Complicaciones
DEFINICIÓN
INDICACIONES
CONSIDERACIONES GENERALES
El paciente debe ser informado ampliamente del procedimiento y dar
su consentimiento por escrito antes de la realización del mismo.
La canulación de una vía central exige técnica de colocación total-
mente aséptica, curación local diaria con técnica estéril, cambio diario
del sistema infusor y uso de soluciones heparinizadas para disminuir la
coagulabilidad intraluminal.
El abordaje venoso se puede efectuar por punción percutánea o por
flebotomía (venodisección), que no se comentará por no ser parte del
objetivo de este capítulo.
Con respecto a la punción percutánea, se pueden emplear dos sis-
temas: 1) punción con aguja e introducción a través de ella del catéter;
2) punción con el catéter montado sobre la aguja.
Técnica general
Primero se debe intentar canalizar las venas más distales y preservar
las más proximales, ello permite que en caso de rotura o laceración se
pueda efectuar hemostasia al mismo tiempo que se intenta canalizar en
un punto más proximal sin interrupciones.
Se recomienda utilizar agujas del No. 20 o 22, aunque también
pueden emplearse agujas de los números 18, 16 o 14. La aguja debe ir
conectada a una jeringa para poder aspirar durante la inserción.
La posición más conveniente para la colocación de vías venosas
centrales es en decúbito dorsal con inclinación de Trendelenburg a 15
a 30°. No se recomienda el empleo de compresas en la espalda pues
no facilita la localización de la vena y sí puede cambiar la anatomía.
A continuación se comprueba la permeabilidad de la aguja al catéter
y a la guía antes de realizar la punción. Se procede a efectuar asepsia
y antisepsia de la zona seleccionada. Se infiltra con anestesia local tipo
lidocaína al 1 o 2% sin epinefrina la zona previamente elegida. Se inicia
la punción con una inclinación de 10 a 30° sobre el plano de la piel con
aspiración constante hasta que se obtenga sangre venosa. Ya punciona-
do el vaso, se hace avanzar unos milímetros la aguja y se introduce la
guía metálica del catéter por la aguja y luego un dilatador para ampliar
el orificio y el túnel de entrada para el catéter. Hecho lo anterior se
introduce el catéter, al que se lo hace avanzar con lentitud en dirección
del vaso. Se corrobora el retorno venoso por el catéter y se fija a la piel
con puntos de sutura. Si no es posible introducir la mayor parte de la
guía o del catéter en el trayecto del vaso, se retiran de inmediato y se
Vena subclavia
Anatomía: se origina como continuación de la vena axilar, cruza por en-
cima de la primera costilla, y pasa por delante del músculo escaleno an-
terior. Tiene un calibre de 1 a 2 cm de diámetro en adultos. Se localiza
en la parte inferior del triángulo supraclavicular, que está constituido
por el borde posterior del esternocleidomastoideo, por el tercio medio
de la clavícula y por el músculo trapecio. Por arriba de la vena se en-
cuentra la arteria subclavia, por abajo descansa sobre la primera costilla
y el vértice del pulmón (pleura cervical); se une con la yugular interna y
forma el ángulo venoso de Pirogoff, que corresponde a la inserción del
borde externo del esternocleidomastoideo en la clavícula (fig. 52-1).
Plexo braquial
Nervio frénico
Pleura cervical
Traquea
Arteria subclavia Vena subclavia
Fig. 52-1. Anatomía de la vena subclavia. Tomada de: Del Río Díez L.
Punciones venosas centrales. 2ª ed. Buenos Aires, Akadia, 1995:275-298.
Vena subclavia
Ángulo de la aguja
respecto al borde posterior
del esternocleidomastoideo
45°
y
Ángulo formado
con respecto al borde del
esternocleidomastoideo
Ángulo formado
respecto al plano B2
frontal del paciente Esternocleido-
30° mastoideo
Cartílago x
tiroides
Sitio de Clav
punción
Vena axilar
Anatomía: nace de la unión de la vena basílica y la vena cefálica. Su
recorrido atraviesa en sentido diagonal la axila siguiendo un trayec-
to paralelo al borde anterior del músculo deltoides, con un recorrido
subaponeurótico por debajo del pectoral menor.
Vena femoral
Anatomía: acompaña a la arteria homónima, situada al principio por
fuera de la arteria, describe gradualmente alrededor de ella media vuel-
ta en espiral, en virtud de lo cual ocupa su lado posterior en la parte
media del muslo y su lado interno en el triángulo femoral o de Scarpa,
a 6 a 10 mm de la arteria (fig. 52-5).
Ligamento
inguinal
Vena
femoral
Nervio
femoral
Arteria
femoral
Músculo
sartorio
Fig. 52-5. Anatomía del triángulo femoral. Tomada de: Del Río Díez L.
Punciones venosas centrales. 2ª ed. Buenos Aires, Akadia, 1995:275-298.
Venas antecubitales
Anatomía: la sangre venosa de los miembros superiores drena a través
de dos venas principales intercomunicadas, la vena basílica y la vena
cefálica.
Vena yugular
externa
Vena
Vena axilar
cefálica
Vena cubital
mediana
Vena
basílica
Fig. 52-6. Anatomía de las venas cubitales. Tomada de: Roberts ST. Cen-
tral venous catheterization. En: Clinical procedures in emergency medici-
ne. 4th ed. Elsevier, 2004:413-440.
CONTRAINDICACIONES
Contraindicaciones generales
• Inexperiencia o falta de supervisión
• Anatomía local distorsionada
• Presencia de lesiones cutáneas (celulitis, quemaduras, eccema im-
portante)
• Vasculitis o canulación prolongada reciente en la vena seleccio-
nada
• Sospecha de lesión vascular proximal o en la vena cava superior
• Radioterapia regional previa
• Terapia trombolítica reciente o anticoagulación plena
• Coagulopatías o diátesis hemorrágica manifiesta
• Presencia de fístulas arteriovenosas quirúrgicas o yatrogénicas en la
zona
COMPLICACIONES
Hasta 20% de los pacientes portadores de un catéter venoso central
puede presentar complicaciones de tipo infecciosas, mecánicas o trom-
bóticas. Cerca de 25% de los pacientes de una Unidad de Cuidados
Intensivos llega a presentar colonización de su vía venosa central, y ésta
llega a ser responsable en 10 a 15% de las infecciones nosocomiales. Las
complicaciones se pueden dividir con base en el tiempo de presentación
en inmediatas y mediatas o tardías (cuadro 52-4).
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Brenner P, Bugedo G, Calleja D, Del Valle G, et al. Prevención de infecciones asociadas
a catéteres vasculares centrales. Rev Chil Infect 2003;20:51-69.
2. Polderman KH, Girbes ARJ. Central venous catheter use. Part 1. Mechanical compli-
cations. J Int Care Med 2002;28(1):1-17.
3. Seneff M. Central venous catheters. En: Intensive care medicine. 3rd ed. Boston, Little
Brown y Co., 1996:68-79.
4. Uberos FJ. Canalización de vías venosas centrales. Sociedad Española de Pediatría.
Madrid 2004. http//www.sepeap.es/revisiones/urgencias/canalizaciones.htm
5. Del Río Díez L. Punciones venosas centrales. 2ª ed. Buenos Aires, Akadia,
1995:275-298.
6. Czepizak C, et al. Evaluation of formulas for optimal positioning of central venous
catheters. Chest 1995;107:1662.
7. Roberts ST. Central venous catheterization. En: Clinical procedures in emergency
medicine. 4th ed. Elsevier, 2004:413-440.
8. Rufener JB. An evaluation of commonly employed central venous catheter kits and
their potential risk for complications of excess guidewire introduction. J Clin Anesth
2003;15:250-256.
9. Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. Vías venosas centrales. En: Manual
de urgencias cardiovasculares. 2ª edición. México, McGraw Hill, 1996:512-519.
10. Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán”. Instalación de vías venosas
centrales. En: Manual de terapéutica médica y procedimientos de urgencia. 3ª edición.
México, McGraw-Hill Interamericana, 1997:727-736.
Contenido
Fundamentos
Indicaciones
Material y método
Complicaciones
Vía aérea difícil
Secuencia rápida de intubación.
FUNDAMENTOS
581
INDICACIONES
Las indicaciones para intubación endotraqueal son:
Absolutas:
1. Insuficiencia respiratoria: apnea, hipoxia, hipercapnia, hipoventilación
2. Obstrucción de la vía aérea: cuerpo extraño, masas, deformidad traumá-
tica, sangrado, secreciones o emesis
3. Imposibilidad para proteger la vía aérea: estado mental alterado, pérdi-
da de los reflejos normales de la vía aérea
4. Necesidad de hiperventilación: daño cerebral, acidosis metabólica en el
paciente crítico
5. Anticipación al compromiso de la vía aérea: choque, traumatismo múl-
tiple, necesidad de sedación o parálisis
Relativas:
1. Proveer una ruta para la administración de medicamentos durante la
reanimación
2. Permite la parálisis temporal durante estudios diagnósticos o procedi-
mientos invasivos
MATERIAL Y MÉTODO
Debe existir el tiempo necesario para evaluar la anatomía de la vía aé-
rea superior. Al examinar los dientes, el tamaño de la cavidad bucal, la
distancia tiromentoniana, la movilidad y profundidad de la mandíbula
y la movilidad del cuello se puede identificar una vía aérea difícil. La
cavidad bucal abierta normal del adulto mide tres dedos a lo ancho.
Si el paciente se encuentra alerta y consciente puede abrir la boca tan
amplia como sea posible y dirigir la lengua en dirección que señale al
examinador. La facilidad de la laringoscopia correlaciona bien con la
posibilidad de visualizar el paladar blando, la úvula y los pilares de la
bucofaringe durante una exploración simple de la vía aérea.
locación del tubo y son de gran utilidad en el paciente obeso. Las hojas
rectas son técnicamente más fáciles de insertar, sobre todo si la boca a
explorar no tiene grandes incisivos. En adultos la hoja curva Macintosh
número 3 es la más común, mientras la 4 lo es para pacientes más gran-
des. La hoja recta Millar número 2 o 3 suele ser adecuada también.
Cuando todo el equipo se encuentra en orden, el paciente se coloca
en posición de husmeador. La flexión del cuello con la extensión de la
articulación atlanto-occipital alinea los ejes bucal, faríngeo y laríngeo, y
permite la visión directa de la laringe. Colocar una pequeña almohada
bajo el occipital es útil para este fin (fig. 53-1). Las causas más comunes
de intubación fallida son tanto la inadecuada preparación del equipo
como la posición incorrecta del paciente.
Eje oral
Eje faríngeo
Eje laríngeo
COMPLICACIONES
Una intubación endobronquial o esofágica resulta en hipoxia o hiper-
capnia; no hay un sustituto para confirmar la intubación bucotraqueal
que no sea visualizar el paso del tubo a través de la laringe. En cambio
hay varios métodos para confirmar la colocación adecuada del tubo en-
dotraqueal, como la auscultación epigástrica, condensación en el tubo,
expansión torácica simétrica, todos ellos clínicos y por tanto útiles en
el servicio de urgencias. Sin embargo, en realidad son menos fiables
que otros métodos, como detectores de CO2 en aire espirado o moni-
tores y detectores de intubación esofágica. Nunca se debe asumir que
la permeabilidad de la vía aérea está asegurada después de la intuba-
ción bucotraqueal, por lo que se debe continuar con la aspiración para
evitar que coágulos o secreciones obstruyan el tubo endotraqueal. El
desplazamiento del balón o sobreinsuflación del mismo también puede
generar fenómenos de válvula con obstrucción de la vía aérea o con
hiperinsuflación de un pulmón o un lóbulo. Si el tubo tiene fugas des-
pués de la insuflación es común retirarlo, reemplazarlo o intercambiar-
lo. Si la fuga es pequeña se puede intentar sellar el tubo a través de la
instilación de una mezcla de solución salina y lidocaína al 2% dentro
del balón en una relación 3:1. Si el tubo se inserta profundamente, la
estimulación de la carina puede causar broncoespasmo; también se ha
informado edema pulmonar unilateral. El tubo endotraqueal también
puede obstruirse por el mismo balón, secreciones, una acodadura o do-
bleces del tubo, o por la mordedura del paciente, si no se encuentra bien
sedado y relajado.
La avulsión del cartílago aritenoides, sobre todo el derecho, condu-
ce al paciente a una fonación inadecuada. Existen reportes de la intuba-
ción de un seno piriforme y perforación de faringe o esófago. Se pueden
desarrollar sinequias anteriores en las cuerdas vocales o estenosis de la
comisura posterior.
La estenosis subglótica es una complicación crónica temible. Para
evitarla, es necesario no incurrir en hiperinsuflación del balón y mi-
nimizar el movimiento del tubo dentro de la laringe o la tráquea; en
general, esto ocurre en pacientes con una pobre fijación del tubo, mal
sedados o relajados que se encuentran luchando con el ventilador. La
rotura gástrica con neumoperitoneo a tensión llega a ocurrir después de
intubaciones difíciles.
Complicaciones frecuentes también son la extubación accidental,
disfonía, parálisis de cuerdas vocales, traqueomalacia y granulomas de
cuerda vocal.
II III IV
I
03-U-CHAVEZ.indd 591
Agente Dosis Inicio de Duración Beneficios Efectos adversos
acción
Tiopental 3-5 mg/kg 30-40 seg 10-30 min ↓ Presión intracraneal Depresión miocárdica
Laringoespasmo
Midazolam 0.1 mg/kg 1-2 min 20-30 min Reversible con flumacenilo, amnésico, Apnea, no analgesia, dosis altamente
anticonvulsivo variables
Ketamina 1-2 mg/kg 1 min 5 min Broncodilatador, ↑ presión arterial, ↑ Presión intracraneal, ↑ secreciones,
amnesia disociativa fenómeno de emergencia
Etomidato 0.3 mg/kg <1 min 10-20 min ↓ Presión intracraneal e intraocular, Mioclonía, emético, poca analgesia
protección a la isquemia miocárdica
y cerebral, mínima liberación de
histamina, estabilidad hemodinámica
Capítulo 53
Propofol 0.5-1.5 20-40 seg 8-15 min Antiemético, anticonvulsivo, ↓ Apnea, no analgesia, ↓ presión arterial
mg/kg presión intracraneal
Fentanilo 3-8 µg/kg 1-2 min 30-40 min Reversible farmacológicamente, perfil Dosis altamente variables, efectos
hemodinámico neutral variables sobre la presión intracraneal,
produce rigidez de la pared torácica
Intubación endotraqueal
591
20/12/06 12:39:8 am
592 Parte III Procedimientos y maniobras
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Foley LJ, et al. Managing the airway in the critically ill patient –bridges to establish an
emergency airway and alternate intubating techniques. Crit Care Clin 2000;16:429
(review of alternative airway management techniques).
2. Levitan RM, et al. Airway management and direct laringoscopy –a review and update.
Crit Care Clin 2000;16:373 (review and airway management techniques).
3. Orebraught SL, et al. Difficult airway management in the emergency department. J
Emerg Med 2002;22:31 (review of techniques for managing the difficult airway).
4. Shuster M, et al. Airway and ventilation management. Cardiol Clin 2002;20:23 (review
of airway management techniques).
Contenido
Interpretación de las alteraciones del equilibrio ácido-base
Generalidades
Trastornos primarios del equilibrio ácido-base
Equilibrio ácido-base respiratorio
Equilibrio ácido-base metabólico
Intercambio gaseoso y mecanismos de hipoxemia
Ecuación alveolar del aire
Mecanismos de hipoxemia
Hipoventilación alveolar
Cortocircuito (shunt)
Desequilibrio de la relación V/Q o VA/QC 1 y 0
Trastorno de la difusión
Generalidades
La determinación de gases arteriales es una herramienta indispensable
dentro de la evaluación y tratamiento del paciente en estado critico
tanto en las salas de urgencias como en la unidad de cuidados intensi-
594
pH pK log HCO3/H2CO3
Acidosis respiratoria
Sinónimo de insuficiencia ventilatoria, representa la incapacidad del
sistema pulmonar para excretar de manera adecuada los productos de
desecho del metabolismo, con acumulación de CO2. El diagnóstico se
establece por la disminución del pH y aumento de la PCO2, ya que la
hipercapnia suele ser resultado de hipoventilación alveolar. Ésta puede
ser aguda o crónica y para establecer la diferencia interesa conocer la
rapidez y magnitud de aparición de los síntomas. En los casos agudos se
Acidosis metabólica
PCO2 esperada 1.5 HCO3 8
2
(límite de compensación = 10 mmHg)
Cambio PCO2 1 a 1.5 cambio en HCO3
Acidosis respiratoria aguda (6 h de duración)
Cambio en [HCO3] 0.1 cambio en la PCO2
(lím. de compensación 32 meq/L)
Acidosis respiratoria crónica
Cambio en [HCO3] 0.4 cambio en la PCO2
(lím. de compensación 45 meq/L)
Alcalosis respiratoria aguda
Cambio en [HCO3] 0.2 cambio en la PCO2
(lím. de compensación 18-20 meq/L)
Alcalosis respiratoria crónica
Cambio en [HCO3] 0.5 cambio en la PCO2
(lím. de compensación 12-15 meq/L)
Alcalosis metabólica: grado de compensación respiratoria en alcalosis
metabólica
Cambio en la PCO2 0.5 a 1 cambio en [HCO3]
(lím. de compensación 60-70 mmHg)
Determinación del pH respiratorio previsto:
PaCO2 40
(PaCO 2 40) 0.5
pH esperado 7.40
100
PaCO2 40
Alcalosis respiratoria
Es resultado de una hiperventilación alveolar que provoca eliminación
transitoria y excesiva de CO2. El diagnóstico se establece por disminu-
ción del pH y de la PCO2. La hipocapnia es el resultado de la hiper-
ventilación alveolar. Esta hiperventilación alveolar puede ser resultado
de tres situaciones: hipoxemia, acidosis metabólica y estimulación del
sistema nervioso central (cuadro 54-4). Este estado también puede pre-
sentarse en forma aguda o crónica, con un cambio característico en la
concentración de H que corresponde a la PCO2: por cada descenso de
10 mmHg de PCO2 por abajo de 30 mmHg, el pH aumenta 0.08 en la
forma aguda y 0.03 en la crónica. La respuesta renal tarda varios días
y consiste en la excreción neta de ácidos y aumento del bicarbonato en
el plasma. Los síntomas consisten en fosfenos y parestesias; además, de-
bido a la disminución en la concentración de calcio sérico, sobrevienen
síntomas neuromusculares como tetania, en especial espasmos carpopé-
dicos. El tratamiento debe centrarse en la enfermedad de base.
Acidosis metabólica
La acidosis metabólica es consecuencia de la pérdida de bases, la acu-
mulación de ácidos no volátiles o ambas cosas, y por lo general precipita
una hiperventilación alveolar compensadora limitada hasta una PaCO2
de 10 a 15 mmHg. La hipoxemia significativa es rara excepto en casos
de acidosis láctica. El diagnóstico se establece con la disminución del
pH y de la concentración de bicarbonato. Desde el punto de vista clí-
nico los efectos metabólicos son significativos cuando el pH es menor
de 7.30, ya que a partir de esta cifra comienzan a alterarse los sistemas
enzimáticos, se produce disfunción electroquímica del miocardio y sis-
tema nervioso, alteraciones electrolíticas e hipertensión pulmonar agu-
da. Cuando el pH es menor de 7.2 los efectos adversos son mayores y se
manifiestan por hipertensión refractaria, arritmias y vasodilatación.
El control primario de la acidosis metabólica puede realizarse me-
diante el cálculo del anión restante o brecha aniónica, que representa
la disparidad entre los cationes y aniones plasmáticos mayores, lo que
determina indirectamente la concentración de aniones no mensurables,
como sulfatos, lactatos, fosfatos y proteínas, que cuando se elevan dan
lugar a la acumulación de ácidos no volátiles, como el ácido láctico y
los cetoácidos. El valor normal es de 8 a 16 meq/L; una brecha an-
iónica estrecha suele ser resultado de hipoalbuminemia o hemodilución
intensa, y en casos más raros obedece a un aumento de los cationes
no mayores, como sucede con la intoxicación por litio y bromuro o
en la hiperpotasemia. La fórmula para el cálculo es: (Na ) (Cl
HCO3).
La acidosis metabólica con brecha aniónica aumentada es causada
por la acumulación de ácidos endógenos y administración de diversas
2. Intoxicaciones:
- Salicilatos
- Etilenglicol
- Paraldehído
- Metanol
1. Pérdida de bicarbonato:
- Diarrea
- Drenajes gastrointestinales
- Ureteroileostomía
- Acidosis tubular renal proximal (hereditaria, adquirida o por
fármacos)
Alcalosis metabólica
Se define como un incremento primario en la concentración plasmática
de bicarbonato (HCO3 >26 meq/L) y es una consecuencia de la acumu-
lación de bases, pérdida de ácidos no volátiles o ambas cosas; su efecto es
una hipoventilación alveolar compensadora que puede ocasionar hipoxe-
mia. Los síntomas consisten en letargia, confusión, convulsiones, arritmias
cardiacas, reducción tisular del suministro de oxígeno por desviación de
la curva de disociación de la hemoglobina hacia la izquierda.
Las causas de alcalosis metabólica (cuadro 54-6) se clasifican en las
que tienen una respuesta al cloro y las que no lo tienen; de ellas, las pri-
meras se relacionan con estados que cursan con pérdida de volumen. En
la alcalosis con resistencia al cloro, casi nunca existe pérdida de volumen
sino, por el contrario, el volumen intravascular está normal o aumentado,
con frecuencia se asocia con aumento de mineralocorticoides y la carac-
terística acompañante obligada es la hipopotasemia. Las que responden
al cloro se tratan corrigiendo la causa subyacente y se debe iniciar con
administración de volumen, después de corregir la hipopotasemia y sus-
pender los diuréticos. En la segunda, el tratamiento se basa en tratar la
causa subyacente. La compensación consiste en incrementar 0.6 a 0.7
mmHg de PCO2 cada mmol/L de incremento en el bicarbonato.
MECANISMOS DE HIPOXEMIA
Hipoventilación alveolar
Cortocircuito (shunt)
Tiene lugar cuando sangre no oxigenada (venosa mixta) se mezcla
directamente con sangre oxigenada proveniente de sangre arterial en
contacto con zonas bien ventiladas. El cortocircuito intrapulmonar ocu-
rre cuando sangre venosa mezclada fluye a través de capilares que están
en contacto con alveolos sin ventilación (colapsados) y que por tanto
no puede tomar oxígeno ni deshacerse del dióxido de carbono. Incre-
mentar la FiO2, aun al 100%, en estos pacientes no mejora la PaO2 o la
mejora muy poco porque el problema reside en la ausencia de contacto
de la sangre con el aire alveolar. Se llama cortocircuito absoluto o cor-
tocircuito de derecha a izquierda cuando la sangre se mueve de una cá-
mara venosa o proveniente de la circulación derecha al lado izquierdo o
circulación arterial sistémica sin tener contacto con el gas alveolar.
La detección y cuantificación del cortocircuito se efectúa a través
de la siguiente fórmula (cuadro 54-9):
CcO2 CaO2/CcO2 CvO2
IVO2 IFE
TEO2 5 (Nl 5 45-50)
100
37. IDO2 (índice de disponibilidad de oxígeno)
IDO2 IC CaO2 10 (Nl 500-600)
Trastorno de la difusión
En el pulmón, además del coeficiente de difusión del propio gas, la di-
fusión depende de las características y extensión de la superficie de difu-
sión que refleja el lecho capilar pulmonar y de las características de la
membrana alveolocapilar. Se estima que el eritrocito promedio tarda
aproximadamente 0.75 segundos en los capilares alveolares (tiempo de
tránsito capilar). Con un componente normal de la capacidad de difu-
sión (DL), el tiempo necesario para establecer el equilibrio entre la Hb
y el O2 es de 0.25 segundos, mientras que para el CO2 no es problema
en realidad ya que éste difunde 20 veces más rápido que el O2. En estas
condiciones, enfermedades pulmonares intersticiales o el edema agudo
pulmonar pueden ocasionar este trastorno al incrementar la distancia
entre uno y otro componente además de reducir el gradiente de presio-
nes de los gases. Por otra parte, enfermedades pulmonares avanzadas
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Grippi MA, Litzky LA, Manaker S. Pulmonary science and medicine; a review of
fundamental principles. 1st Edition. Philadelphia, Pennsylvania, Lippincott Williams
& Wilkins 2000.
2. Benumof J. Anesthesia for thoracic surgery. 2nd Edition. Philadelphia, Pennsylvania,
WB Saunders, 1995.
3. Pappenheimer JR, Comroe JH, Cournand A, et al. Standardization of definitions and
symbols in respiratory physiology. Fed Proc 1950;9:602-615.
4. Lumb A. Nunn’s applied respiratory physiology. 5th Edition. Oxford, Butterworth-
Heinemann, 2000.
5. Richardson DR, Randall DC, Speck DF. Cardiopulmonary system. 1st edition. Black-
well Science, Ltd., Fence Creek Publishing 1998.
6. Criner GJ, D‘Alonzo GE. Pulmonary pathophysiology. 1st edition. Philadelphia, Penn-
sylvania, Fence Creek Publishing 1999.
7. Will Beachey. Respiratory care, anatomy and physiology. Foundations for clinical prac-
tice. 1st Edition. St. Louis Missouri, Mosby, Inc., 1998.
8. Comroe JH. Physiology of respiration. 2nd edition. Chicago, Year Book Medical Pub-
lishers, 1974.
9. Berne RM, Levy MN. Physiology. 3rd edition. St. Louis, Mosby, 1993.
10. Murray JF. The normal lung. 2nd edition. Philadelphia, WB Saunders, 1986.
11. West JB. Respiratory physiology; the essentials. 4th ed. Baltimore, Williams and Wilkins,
1990.
12. Malley WJ. Clinical blood gases: applications and noninvasive alternatives. Philadel-
phia, WB Saunders, 1990.
13. Spiro A. Jet. Comprehensive respiratory medicine. 1st edition. St. Louis, Mosby,
1999.
14. Shapiro BA, Peruzzi WT, Kozelowski-Templin RL. Clinical application of blood. 5th
ed. St. Louis, Mosby, 1994.
Contenido
Ecocardiografía en el dolor torácico agudo
Ecocardiografía en el síndrome coronario agudo
Complicaciones del infarto del miocardio
Rotura del tabique interventricular o pared libre
Disfunción o rotura del músculo papilar
Aneurisma y seudoaneurisma ventricular
Pericarditis y derrame pericárdico
Taponamiento cardiaco
Disección aórtica aguda
Tromboembolia pulmonar aguda
Disfunción de prótesis valvulares
Endocarditis infecciosa
608
TAPONAMIENTO CARDIACO
ENDOCARDITIS INFECCIOSA
LECTURAS RECOMENDADAS
1. Cerqueira MD, Weissman NJ, et al. Standardized myocardial segmentation and no-
menclature for tomographic imaging of the heart. American Heart Association Wri-
ting Group on Myocardial Segmentation and Registration for Cardiac Imaging. Cir-
culation 2002;105:538-542.
2. Cheitlin MD, Alpert JS, et al. ACC/AHA/ASE 2003 Guidelines update for the clinical
application of echocardiography: summary article. A report of the American College
sl
A características del, 446c
Accidente vascular cerebral isquémico Acidosis metabólica, 599-600
de origen cardioembólico, clasificación de la, 600c
345-354 Acidosis respiratoria, 596
definición, 346 causas de, 598c
diagnóstico, 347-350 Acimilida, 383
angiografía, 349 Activación del sistema médico de urgencia,
cuadro clínico, 347 4. Véase también Reanimación
datos clínicos sugestivos de AVC cardiopulmonar.
isquémico de origen cardio- Actividad eléctrica sin pulso, 10. Véase tam-
embólico, 348c bién Reanimación cardiopul-
ecocardiografía, 349 monar.
tomografía axil computarizada, 349 causas de, 9c
etiología, 347 tratamiento de la, 9c
fuentes cardiacas embolígenas, 348c Adenosina, 383
fisiopatología, 346-347 Adrenalina, 428
precauciones, 353 Agonistas adrenérgicos, 423-428. Véase
prevención, 353 también Aminas vasopresoras e
estratificación del riesgo y guía tera- inotrópicos.
péutica, 353c adrenalina, 428
subtipos de AVC isquémico en México, dobutamina, 425-427
346c dopamina, 424-425
tratamiento, 350 isoproterenol, 427
anticoagulación, 350 noradrenalina, 427
antitrombótico, 351-352 Agonistas dopaminérgicos, 406. Véase también
control antihipertensivo, 350 Inotrópicos.
control glucémico, 351 dopamina (DA), 406
medidas iniciales, 350 Alcalosis metabólica, 601
trombolítico, 352 clasificación de la, 601c
contraindicaciones para uso de Alcalosis respiratoria, 598
trombólisis, 352-353 causas de, 599c
criterios para iniciar trombólisis, Allen, prueba de, 557-558. Véase también Pun-
352 ción y catéteres arteriales.
indicación clase I para trombólisis, confiabilidad, 557
352 limitaciones, 558
Acenocumarina y warfarina, 286 modificada, 557-558, 559f
Ácido acetilsalicílico, 445. Véase también Anti- Alteplasa (tPA), 456-457
plaquetaria, terapia. Ambasalida, 383
619
Embolismo, 193-194. Véase también Disfun- Estratificación del riesgo en los síndromes
ción protésica aguda, causas coronarios agudos, 78-95
de disfunción. angina inestable e infarto del miocardio
Embolismo pulmonar, 526. Véase también sin elevación del segmento
Catéter de flotación pul- ST, 83-85
monar. estratificación del riesgo después del
Embolización, 204. Véase también Complica- periodo agudo, 93
ciones agudas de la endocar- características clínicas en pacien-
ditis infecciosa. tes con infarto agudo del
Encefalopatía hipertensiva, 226 miocardio relacionadas con
Endocarditis, 195-196. Véase también Disfun- mayor riesgo de morbimor-
ción protésica aguda, causas talidad al egreso hospitalario,
de disfunción. 94c
Endocarditis infecciosa, complicaciones agu- infarto agudo del miocardio con elevación
das de la. Véase Complicacio- del segmento ST, 92-93
nes agudas de la endocarditis síndromes coronarios agudos, 82
infecciosa. valoración pronóstica de la angina cróni-
Enoximona, 430 ca estable, 79-80
Enzima conversora de angiotensina, inhibi- estratificación del riesgo, 292
dores de la, 98. Véase también riesgo alto, 292
Angina inestable e infarto riesgo medio, 292
agudo del miocardio sin riesgo bajo, 292
elevación del segmento ST, Estreptocinasa, 455-456
tratamiento de la. características generales de la, 122c
Epinefrina, 405 Estudio Doppler, 31-34. Véase también Disfun-
Escala de riesgo TIMI para infarto con ción diastólica.
elevación del segmento ST de flujo mitral, 31
(IMSEST), 92-93, 92c de flujo venoso pulmonar, 31
puntaje de riesgo con la escala de riesgo de propagación de flujo ventricular, 32
TIMI para infarto agudo tisular, 33-34
del miocardio con elevación estudios complementarios, 294-295
del segmento ST; probabili- Evaluación del síncope, 289-298
dad de muerte a 30 días, evaluación inicial, 290-292
93c anormalidades en el ECG sugerentes
Esmolol, 437 de síncope arrítmico, 294c
Estatinas, 105 características clínicas sugerentes de
Estenosis aórtica, 179-181. Véase también causas específicas de síncope,
Valvulopatias críticas. 293c
causas, 179 Extrasístoles supraventriculares, 172. Véase
estudios de gabinete, 180 también Arritmias en el infarto
fisiopatología, 179 agudo del miocardio.
interrogatorio y examen físico, 180 tratamiento, 172
tratamiento, 180-181 Extrasístoles ventriculares (EV), 169. Véase
Estenosis mitral, 182-185. Véase también también Arritmias en el infarto
Valvulopatias críticas. agudo del miocardio.
estudios de gabinete, 183-184
fisiopatología, 183 F
interrogatorio y examen físico, 183 Femoral, arteria, 559. Véase también Punción
tratamiento, 184-185 y catéteres arteriales.
fibrilación auricular, 184 Femoral, vena, 574-575. Véase también Vías
médico, 184 venosas centrales.
quirúrgico, 185 anatomía, 574
valvulopatía con balón, 184-185 del triángulo femoral, 575f
Esteroides, 251 canulación, 574