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COACHING PARA PADRES

El coaching realiza una aproximación a la inteligencia emocional respetuosa, dignificadora y


eficaz.

El principio fundamental del que nos nutrimos en inteligencia emocional es que “todo lo que
sentimos los seres humanos, padres o hijos, es legítimo. Este principio ya comienza a
mostrarnos que la clave para el desarrollo de la inteligencia emocional reside en la aceptación y
la presencia de las emociones.

Cuanto antes aprendan nuestros hijos a manejar sus emociones, antes sabrán manejarse en
sociedad, en el mundo material de pérdidas y ganancias. Un manejo sano para ellos y para las
personas con las que se relacionen.

Entonces, ¿cómo ayudar a nuestros hijos a gestionar esas emociones que a los padres no nos
gustan? ¿Quién tenemos que ser con nuestros hijos cuando estos sienten tristeza o rabia o
miedo…?

Por nuestra experiencia vital trabajando con padres sabemos que la inteligencia emocional en
familia se adquiere en familia. Es decir, no se trata sólo de que nuestros hijos aprendan, por
poner un ejemplo, a gestionar su rabia, sino que nosotros tenemos que aprender a estar con
nuestros hijos de una forma que les ayude a a vivir y canalizar esa emoción. El aprendizaje será
mutuo.

En esta sección te presentamos el coaching para los progenitores o para la unidad


familiar. Se desarrolla en una serie de sesiones de trabajo con uno de nuestros coaches, en las
que tú, tu pareja o ambos, vais a encontrar las respuestas a los interrogantes y conflictos que os
han traído al coaching, y a desarrollar vuestro potencial para ejercer la crianza y/o
educación de los hijos.

El coaching para madres o padres es, en su acepción más sencilla, una conversación en la que el
coach emplea preguntas poderosas y otras sencillas herramientas para ayudar a su cliente
a aprender de si mismo y a poner en práctica estos aprendizajes en el día a dia.

Éstos son algunos de los temas/asuntos/problemas con los que los padres llegan al coaching:

 ¿Cómo puedo conciliar mejor y así poder disfrutar de mi familia?


 ¿Cómo afrontar los desafíos cotidianos con mis hijos?
 ¿Cómo comunicarme de forma más eficaz con mis hijos?
 Peleas entre hermanos, ¿qué puedo hacer?
 ¿Cómo puedo conectar más con mis hijos, estar más en sus vidas?
 Hay muchos conflictos en casa y ya he probado de todo.
 ¿Qué puedo hacer cuando mi hijo tiene emociones “desagradables” (ira, envidia,
miedo…)?
 Sencillamente, ¿cómo puedo llegar a ser mejor @adre?
 ¿Cómo apoyar a mi hijo en esta etapa de su vida / situación?
 ¿Cómo fomentar la independencia
 ¿Cómo atender las necesidades de mis hijos sin desatender las mías?

¿Qué se llevan los padres después de un proceso de coaching? Además de haber resuelto los
asuntos que les traían al coaching, los padres consiguen:

 Estar con más presencia / consciencia en la vida de sus hijos


 Tener mayor capacidad para ejercer su papel de padres: se ven más poderosos
 Desarrollar la habilidad para situarse en una sana perspectiva interior desde la que
afrontrar los desafios cotidianos
 Tener más ligereza como padres, pero al mismo mayor seguridad y eficacia
 En definitiva: consiguen ser padres más preparados y felices. Y la consecuencia natural:
hijos más preparados para la vida y más felices

El coaching es una poderosa herramienta que apoyará a padres y madres a


conectar con su sabiduría interior y desde ahí contribuir al crecimiento de
sus hijos potenciando “lo mejor de ellos” que nada o poco tiene que ver con
que aprueben las matemáticas, ordenen su habitación ó sean obedientes.
Tiene que ver con apoyar a sus hijos a desarrollar su SER, su grandeza
interior, para que desde ahí puedan elegir, crear, relacionarse, convivir,… Y
ser felices. Sé que esto es lo que realmente queremos todos los padres para
nuestros hijos. Que sean felices.

Formar y entrenar padres y madres competentes en su rol de


educadores

• Lograr una comunicación familiar afectiva y efectiva.

• Descubrir las creencias limitantes que estoy transmitiendo a mis


hijos.

• Entender el poder que tienen las palabras en la formación de una


autoimagen sana y equilibrada.

• Aprende a enfocarme en la solución y no en los problemas.


• Descubrir que me esta robando el tiempo que les pertenece a mis
hijos.

• Como ayudarles a establecer metas claras, concisas y precisas.

• Descubrir y potenciar sus talentos.

• Establecer límites y no limitantes.

• Como ayudar a mi hijo “a que pueda ser quien quiera ser

Fomenta la autoestima en tus hijos


La mayoría de nuestros miedos, tristezas, frustraciones, fracasos, carencias... en la edad adulta
provienen de creencias que tenemos profundamente grabadas y que adquirimos en la infancia. Pero...
¿cómo podemos nosotros, como padres y educadores, fomentar una alta autoestima en los más
pequeños?

1.- Utiliza el lenguaje en positivo


En lugar de decirle a tu hijo lo que no quieres que haga o diga, dile lo que sí quieres. Hagamos un
experimento: Ahora lee estas líneas atentamente y no pienses en un par de zapatos, no se te ocurra
pensar en zapatos, ni siquiera te imagines zapatos. ¿Verdad que lo único que ves son los tan negados
zapatos?

Pues lo mismo les ocurre a los niños, cuando les dices que no hagan algo: “…no quiero ver tu habitación
desordenada” en realidad visualizan lo que no tienen que hacer. Estás reforzando, sin darte cuenta,
precisamente lo que no quieres que haga. ¿Qué tal si le dijeras:”Me encanta ver tu habitación cuando
está ordenada y alegre.”?

Esto es especialmente importante en situaciones en las que los niños están adquiriendo una nueva
habilidad y responsabilidad.

Otros ejemplos: en lugar de decirle: "no se pega" le puedes decir:"trata a tus amiguitos con cariño", en
lugar de decirle "no pintes en la pared", puedes decirle "aquí tienes un montón de papeles para pintar
en ellos todo lo que tú quieras"...
2.- Ojo con el exceso de halagos.
En esta sociedad hoy, nos enseñan que para fomentar la autoestima de nuestros hijos, hemos de
alabarles constantemente y aplaudir todos sus logros. ¡Nada más lejos de la realidad!

Cuando un niño pequeño hace un dibujo o consigue cualquier logro, solemos escuchar cosas como ¡qué
bien! ¡muy bien!...

Los niños, naturalmente tienden a hacer las cosas porque les gusta descubrirlas y hacerlas por sí
mismos. Pero, cuando los adultos que les rodean alaban sus logros en exceso, empiezan a asociar el
hecho de hacer una cosa, con hacerla para que le guste a mamá (o a papá o a la profe o a la abuela).

De este modo los niños van perdiendo la motivación interna y comienzan a sentir la presión de hacer
las cosas para gustarles a los padres, el miedo a no hacerlo bien, y la necesidad de seducir para ser
queridos crece de forma incontrolada.

Este es el principal origen del fracaso escolar, desmotivación, aburrimiento...

3.- Fomenta que tu hijo coopere en casa


Si desde que son pequeñitos les permitimos cooperar en las labores de la casa, los niños se sentirán
responsables e importantes, se valorarán y sentirán valorados.

Un buen comienzo es que recojan sus juguetes siempre que los saquen de su sitio. Pueden ayudar desde
muy pequeños a poner la mesa, etc.

Pero ojo, no esperes de un niño de tres años que ponga la mesa solo ni autorices a uno de cinco que
deje sus juguetes por el medio.

4.- Evita las etiquetas


Para fomentar una autoestima sana en los más pequeños es fundamental evitar las etiquetas, tanto
positivas como negativas.

¿Por qué hemos de evitar las etiquetas positivas? Si le decimos a un niño: "eres bueno" le estamos
diciendo que también puede ser malo. Mientras que si le decimos:”te comportas bien y a mí me
encanta,” no estamos alterando para nada su propio concepto.

Cuando decimos cosas como: eres: bueno, malo, inteligente, vago, listo, perezoso, rápido, risueño,
triste.... a un niño que está construyendo su auto-concepto, es como darle las piezas del puzle con el
que se irá identificando y que marcará definitivamente su autoestima.

Háblale de sus comportamientos, no de lo que es.Permite que él mismo cree su propio auto-concepto
(base de la autoestima) basado en su experiencia y no en absurdas y limitadoras etiquetas subjetivas.
5.- Permíteles disfrutar de tiempo para estar solos. ¡Ojo con las actividades extraescolares!
Los niños necesitan tiempo para estar solos, (no aislados). Tiempo para experimentar la vida por sí
mismos, para descubrirse, descubrir sus talentos, gustos y habilidades propios.

6.- Haz que tu hijo se sienta seguro.


Los niños, para desarrollarse necesitan un ambiente en el que se sientan seguros. ¿Y cómo se consigue
eso? Con límites claros y consistentes.

Nuestra labor como padres es la de delimitar reglas claras de conducta, límites, que ayudarán a los
niños a guiarse por la vida, a dirigirse por la misma sin dificultad cuando se encuentren con todas las
que nos impone nuestra sociedad y que ya conocemos nosotros.

7.- Permítele descubrirse a sí mismo.


A menudo tenemos expectativas inconscientes tan fuertemente grabadas sobre cómo esperamos que
sean y se comporten nuestros hijos que, en muchas ocasiones, chocan totalmente con la realidad.

Fomenta que tu hijo descubra qué es lo que a él le gusta realmente. Plantéale opciones: facilítale que
toque algún instrumento de música, o que participe en clases de teatro baile o de pintura o de cualquier
otra cosa que le atraiga... por muy diferentes a tus gustos que sus elecciones puedan ser.

8.- No "rescates" a tu hijo de la realidad


Tus hijos van a tener que aprender a recuperarse de pérdidas y fracasos, a enfrentarse con frustraciones
de todo tipo. Y cuanto antes descubran como salir de ahí por sí mismos, mejor. Siempre es mejor
enfrentarse a la perdida y aprender a manejarla cuando, por ejemplo, a los tres años tu amiguito ya
no quiere jugar contigo, que a los veinte, cuando tu pareja te deja.

Si tratas de protegerle de esta realidad, lo único que conseguirás es que se vuelva una persona
dependiente e hipersensible.

¡Respeta a tu hijo y permítele que viva su vida! Su propio conflicto solo le está pidiendo, como a todos
nosotros, que aprenda, que se atreva a resolverlo. Anímale a seguir adelante, sin darle tú mismo al
problema más importancia de la que tiene. Confía en tus hijos, ya que los quieres.

9.- Y cómo no, sé un ejemplo tú mismo.


Muestra tu propia autoestima. El ejemplo es a menudo más valioso que los discursos, el enfado o los
propósitos sentenciosos. ¡Ellos te lo agradecerán a su manera y juntos evitareis muchos conflictos
cuando lleguen a la adolescencia!

Por: Anne Astilleros. Coach, escritora y conferenciante internacional.

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