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Secretariado de Pastoral Litúrgica

de la Arquidiócesis de México

RITO PARA INSTITUIR


NUEVOS MINISTROS

EXTRAORDINARIOS
DE LA COMUNIÓN

EUCARÍSTICA (MECES)
DENTRO DE LA MISA
Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 2

Presentación

Con el presente subsidio “Institución de nuevos Ministros


Extraordinarios de la Comunión Eucarística para las
comunidades parroquiales”, el Secretariado de Pastoral Litúrgica
desea continuar ofreciendo a la comunidad Arquidiocesana (en
este caso por medio de las Vicarías y Decanatos), instrumentos
celebrativos sobrios y adecuados, que animen y promuevan la vida
litúrgica en nuestra Ciudad.
Algunas acciones sacramentales, previstas en los rituales
(cómo es el caso de la Institución de MECE´s y el ritual de la
comunión y culto fuera de misa) no siempre contemplan otras
posibilidades asociadas a la celebración, ya sea porque las suponen
en otros libros litúrgicos (Bendicional, por ejemplo, para la
bendición del relicario), o bien, porque sólo por la práctica pastoral
llega a contemplarse esta necesidad (como en el caso de aquellos
ministros que renuevan su encargo de servicio, o bien, la
pertinencia una presentación, así como la renovación de las
promesas bautismales y un breve interrogatorio a los candidatos),
y que requiere de una cierta creatividad, contenida de suyo en la
Liturgia.
Además, se consideró pertinente presentar, en un solo
subsidio, el formulario completo para la celebración, con una
selección de textos del misal romano, el leccionario, y del libro de
la plegaria de los fieles. Con esto no se pretende sustituir el
adecuado uso de los rituales, pero sí se busca facilitar la
preparación de la acción sagrada y ayudar a los responsables a
presentar esquemas integrales.
Es nuestro deseo promover la renovación litúrgica en nuestra
comunidad diocesana, y ponerla al servicio de la Pastoral
misionera y de conjunto.

Pbro. Salvador Barba Maldonado


Secretario de Pastoral Litúrgica
Arquidiócesis de México
3 Secretariado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México

Rito para instituir nuevos Ministros


Extraordinarios de la Comunión Eucarística (MECE’s)
dentro de la Misa

Las personas que son presentadas al ordinario del lugar para distribuir la Sagrada
Comunión en peculiares circunstancias deben recibir este ministerio según el rito que sigue,
que debe tenerse dentro de la Misa, estando presente el pueblo.

Para la celebración eucarística, si lo permiten las normas del calendario litúrgico, se


pueden usar los textos aquí sugeridos. El formulario de oraciones presidenciales ó eucología
se tomó de los esquemas por diversas necesidades, 8. Por los ministros de la Iglesia (ver 2ª
ed. MR, pp 740).

Monición inicial
Hermanos: Hoy nos hemos reunido para celebrar que algunos miembros
de nuestra comunidad (parroquial, decanal, vicarial) serán instituidos nuevos
Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística. Ellos se han
preparado para llevar a cabo el testimonio de caridad en su comunidad
administrando la sagrada comunión a sus hermanos más necesitados.
Renovemos nuestra fe en la presencia del Espíritu del Señor en medio de su
asamblea y dispongámonos a celebrar una nueva efusión de sus dones.

Antífona de entrada

1 Cor 12, 4-6


Los carismas son diferentes, pero el Espíritu es el mismo.
Son diferentes los ministerios, pero el Señor es el mismo.
Las actividades son diferentes,
pero el Dios que obra todo en todos es el mismo.

Reunido el pueblo, el Obispo se dirige al altar, con los ministros, mientras se entona
el canto de entrada.

RITOS INICIALES
V. En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo.
R. Amén.
V. La paz esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 4

Acto penitencial
V. Hermanos: para celebrar dignamente
estos sagrados misterios,
reconozcamos nuestros pecados
Se hace una breve pausa en silencio. Después, todos hacen en común la fórmula de la
confesión general:
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Y, golpeándose el pecho, dicen:


Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Luego prosiguen:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios,
nuestro Señor.

Sigue la absolución del celebrante:


V. Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

In vocaciones
V. Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.
V. Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad.
V. Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.
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Si la rúbrica lo indica, se hace el himno Gloria a Dios. Si no, continua la Oración


Colecta (página siguiente).
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo;
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo Tú eres Santo,
sólo Tú Señor,
sólo Tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 6

ORACIÓN COLECTA
V. Dios nuestro, que enseñaste
a los ministros de tu Iglesia,
a no buscar que alguien los sirva,
sino a servir a todos,
concédeles ser infatigables en el don de sí mismos,
constantes en la oración, alegres y bondadosos
en el ejercicio de su ministerio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
R. Amén

LITURGIA DE LA PALABRA
Monición a la Palabra
Hermanos: la carta a los efesios nos recuerda que en Cristo hemos sido
elegidos para ser bendición y alabanza divina y que quien garantiza nuestra
opción de servicio a los demás es el Santo Espíritu que nos ha marcado; el
salmo nos exhorta a vivir el servicio en la alegría de Dios. Finalmente, el
Evangelio nos muestra cómo Jesús busca colaboradores que no teman ser
puestos a prueba en su servicio. Escuchemos.

PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios 1, 3-14

B endito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,


que nos ha bendecido en él
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo,
para que fuéramos santos
e irreprochables a sus ojos, por el amor,
y determinó, porque así lo quiso,
que, por medio de Jesucristo, fuéramos sus hijos,
para que alabemos y glorifiquemos la gracia
con que nos ha favorecido por medio de su Hijo amado.
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Pues por Cristo, por su sangre,


hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El ha prodigado sobre nosotros el tesoro de su gracia,
con toda sabiduría e inteligencia,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo,
cuando llegara la plenitud de los tiempos:
hacer que todas las cosas, las del cielo y las de la tierra,
tuvieran a Cristo por cabeza.

Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto estábamos


destinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad: para que
fuéramos una alabanza continua de su gloria, nosotros, los que ya antes
esperábamos en Cristo.

En él, también ustedes, después de escuchar la palabra de la verdad, el


Evangelio de su salvación, y después de creer, han sido marcados con el
Espíritu Santo prometido. Este Espíritu es la garantía de nuestra herencia,
mientras llega la liberación del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de
su gloria.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 99
R. Sirvamos al Señor con alegría.
1. Alabemos al Señor sus fieles todos,
sirvamos al Señor con alegría
y entremos en su templo, jubilosos. R.

2. Reconozcamos que el Señor es Dios,


que él nos hizo y a él pertenecemos,
que formamos su pueblo y su rebaño. R.

3. Entremos por sus puertas dando gracias,


por sus atrios, con himnos,
alabando al Señor y bendiciéndolo. R. 
Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 8

4. Porque el Señor es bueno,


eterna es su bondad
y su fidelidad no tiene término. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO


Mt 23, 11. 12
R. Aleluya, aleluya.
Que el mayor entre ustedes sea su servidor,
porque el que se humilla será enaltecido, dice el Señor.
R. Aleluya.

EVANGELIO
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Del santo evangelio según san Juan
6, 1-15
R. Gloria a ti, Señor.

E n aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago
de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto las señales
milagrosas que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó
allí con sus discípulos.

Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha
gente lo seguía, le dijo a Felipe: “¿Cómo compraremos pan para que coman
éstos?” Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que
iba a hacer. Felipe le respondió: “Ni doscientos denarios bastarían para que a
cada uno le tocara un pedazo de pan”. Otro de sus discípulos, Andrés, el
hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un muchacho que trae cinco
panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?” Jesús le
respondió: “Díganle a la gente que se siente”. En aquel lugar había mucha
hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco
mil.

Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue
repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de
los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a
sus discípulos: “Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien”.
9 Secretariado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México

Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron
doce canastos.

Entonces la gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, decía:
“Este es, en verdad, el profeta que había de venir al mundo”. Pero Jesús,
sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la
montaña, él sólo.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Institución de nuevos Ministros


Extraordinarios de la Comunión Eucarística (MECE’s)
para las comunidades parroquiales
Después de la bendición con el evangeliario (si la hay), el comentarista dice:
Los que van a ser instituidos ministros extraordinarios de la Comunión
Eucarística permanecen de pie; los demás podemos sentarnos.
Hermanos: los candidatos que ven aquí, son laicos de nuestra
comunidad, que están dispuestos a dar su tiempo al servicio de los más
necesitados, es decir: a visitar a los enfermos, orar con ellos y llevarles la
Sagrada Comunión, acompañar a sus familiares, para dar testimonio de
servicio en nuestra (o) (vicaría, decanato, comunidad parroquial).
Ahora, el encargado de su formación, presentará a los candidatos y dará
fe de que ellos han recibido la preparación adecuada.

Entonces, si se considera pertinente, el encargado de la formación presenta al Obispo


y a la comunidad a los candidatos, de la manera que se crea adecuada. Después, desde un
lugar adecuado, da fe de su formación:
Como responsable de la formación de los ministros, puedo decir con
satisfacción a toda la comunidad (vicarial, decanal, etc.) aquí presente, (y a
nuestro pastor, padre y obispo), que los candidatos han recibido la formación
adecuada para desempeñar este servicio.

El comentarista se dirige a los candidatos:


Pueden sentarse.
Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 10

Y continúa la homilía.

HOMILÍA O EXHORTACIÓN

Acabada la homilía, sigue la renovación de las promesas bautismales.

RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO:

El comentarista dice:
Todos de pie. Los candidatos se acercan al Obispo, y todos haremos la
renovación de nuestras promesas bautismales. A cada pregunta se responde de
manera personal (si renuncio, si creo, según sea el caso).

V. Ahora, antes de instituirles como ministros


extraordinarios de la comunión eucarística,
conviene que personalmente
renueven sus promesas bautismales,
junto con esta comunidad
y en unión con toda la Iglesia,
renuncien a todo lo que los aparta
del Reino de Dios,
prometiendo seguir a Jesucristo
con la fidelidad de los discípulos y misioneros.

V. ¿Renuncian ustedes a Satanás y a todas sus obras


y seducciones?
R. Sí, renuncio.

V. ¿Renuncian al pecado, para que puedan vivir en la


libertad de los hijos de Dios?
R. Si, renuncio.

V. ¿Renuncian a las seducciones del mal, para que el


pecado no los esclavice?
R. Sí, renuncio.
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V. ¿Creen en Dios, Padre todopoderoso, Creador del


cielo y de la tierra?
R. Sí, creo.

V. ¿Creen en Jesucristo, su único hijo, nuestro


Señor, que nació de Santa María Virgen, padeció,
fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está
sentado a la derecha del Padre?
R. Sí, creo.
V. ¿Creen en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
en la Santa Iglesia católica, en la comunión de los
santos, en el perdón de los pecados, en la
resurrección de los muertos y en la vida eterna?
R. Sí, creo.

V. Esta es nuestra fe.


Esta es la fe de la Iglesia,
que nos gloriamos de profesar
en Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

RITO DE ENVÍO

Con estas palabras o semejantes, el Obispo exhorta a los futuros ministros diciendo:
Hermanos: Se les va a confiar el ministerio de poder
comulgar la Eucaristía por sí mismos, distribuirla a
los demás, llevarla a los enfermos, administrar el
viático.

Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 12

Ustedes que son llamados a tan alto servicio en la


Iglesia, deben procurar dar testimonio de fe y vida
cristiana, y vivir con más fervor este ministerio de
unidad y de amor: pues somos un solo cuerpo los que
participamos de un mismo pan y de un mismo cáliz.
Al distribuir a sus hermanos la Eucaristía,
ejercitarán la caridad fraterna, según el precepto del
Señor, que dijo a sus discípulos, cuando les entregaba
su cuerpo: “Esto les mando: que se amen mutuamente
como yo los he amado”
Después, el Obispo les pregunta:
V. ¿Quieren ser instituidos Ministros Extraordina-
rios de la Comunión Eucarística?
R. Sí, quiero.
V. ¿Quieren recibir el encargo de distribuir a sus
hermanos el cuerpo del Señor, para servicio y
edificación de la Iglesia?
R. Sí, quiero.
V. ¿Están dispuestos a procurar diligentemente todo
cuidado y reverencia en la distribución de la
Eucaristía?
R. Si estoy dispuesto.
V. ¿Están dispuestos a ejercer su ministerio en
comunión conmigo y con la Iglesia, bajo la
dirección de su párroco, y únicamente en el
territorio y por el periodo de tiempo que se les
indique?
R. Si estoy dispuesto.
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Oración de bendición

El que preside invita a todos los fieles a orar, diciendo:


V. Hermanos: Supliquemos con fe a Dios Padre que
se digne bendecir a estos hermanos nuestros, que
han sido elegidos para el ministerio de distribuir
la Sagrada Eucaristía a sus hermanos.
El comentarista dice:
Los candidatos a ministros inclinan su cabeza para recibir la bendición.

El celebrante hace la oración:


V. Dios de toda clemencia,
maestro y guía de tu Iglesia,
dígnate bendecir , a estos hermanos nuestros,
para que, distribuyendo fielmente a sus hermanos
el alimento de la vida
y confortados con el poder de este sacramento,
tengan parte en el banquete del cielo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.

Bendición del Relicario

El comentarista dice:
Ahora presentarán los relicarios nuevos al Obispo para que los bendiga.

Los nuevos ministros se acercan al Obispo para presentarle sus relicarios.


Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 14

El celebrante hace la oración de bendición:


V. Bendito seas, oh Dios,
que estableciste a tu Hijo único
sumo y eterno sacerdote del Nuevo Testamento,
y escogiste a estos hermanos
para que fueran administradores de tus misterios;
te pedimos que usen con reverencia
y dignifiquen con su conducta
estos Relicarios, que tu bendición santifica
y que serán destinados
para distribuir la Sagrada Eucaristía
entre los enfermos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

A continuación, el Señor Obispo rocía con agua bendita a los ministros y sus
Relicarios. Después pronuncia la siguiente fórmula:
V. Reciban este relicario,
para que puedan llevar
la comunión a los enfermos,
y puedan servir dignamente
a la mesa del Señor y de la Iglesia.
R. Amén.

Después de esta bendición, todos se retiran a sus lugares, a menos que haya
renovación de ministros instituidos con anterioridad (ver rito en la siguiente página).
15 Secretariado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México

Renovación del período de servicio de los Ministros


Extraordinarios de la Comunión Eucarística (MECE’s)
para las Comunidades Parroquiales
Después de que se ha instituido a los nuevos ministros, el comentarista dice:
Ahora, los ministros extraordinarios de la Comunión Eucarística que en
años anteriores fueron instituidos para servir en sus comunidades, se ponen
de pie (y si es posible, debido a su número, continúa: y se acercan ante el Obispo).
Estos hermanos nuestros que han servido en su comunidad a los
enfermos, antes de renovar su período de servicio, serán interrogados
brevemente por el Obispo sobre sus intenciones para continuar con el
ministerio encomendado.

Con estas palabras o semejantes, el Obispo exhorta a los futuros ministros diciendo:
Hermanos: Antes de extender por un nuevo período la
encomienda de su servicio, es conveniente que los
interrogue delante del pueblo de Dios.
Después, el Obispo les pregunta:
V. ¿Están dispuestos a continuar ejerciendo el
encargo de distribuir a sus hermanos el cuerpo del
Señor, con todo cuidado y reverencia, en
comunión conmigo y con la Iglesia, bajo la
dirección de su párroco, y únicamente en el
territorio y por el período de tiempo que se les
indique?
R. Sí, estoy dispuesto.

Oración

El Obispo invita a todos los fieles a orar, diciendo:


V. Hermanos: Supliquemos con fe a Dios Padre que
siga bendiciendo a estos hermanos nuestros.
Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 16

El comentarista dice:
Los que renuevan su ministerio inclinan su cabeza.

Después de un momento de silencio, con las manos extendidas hacia ellos, el Obispo
dice la oración:
V. Padre de clemencia,
que en tu Hijo único,
confiaste a la Iglesia el pan de vida,
prolonga tu bendición  sobre estos hijos tuyos,
que con anterioridad elegiste,
para que continúen entregando
el alimento de la salvación a sus hermanos
y crezcan constantemente en la fe y en el amor,
para edificación de tu Iglesia.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.

Si los ministros que renuevan su ministerio han traído sus relicarios, estos pueden
ser honrados con incienso. Entonces, el Obispo dice la siguiente fórmula:
V. Que el relicario que recibiste anteriormente
siga siendo para ti un signo
del amor y de la dignidad
con los que debes de alimentar a los enfermos.
R. Amén.

Después de esta bendición, se retiran a sus lugares.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

Sigue la oración de los fieles. Se puede hacer el siguiente esquema sugerido, o bien, si
se tiene otro esquema, incluir al final la intención encerrada en el recuadro:
V. Oremos, hermanos, al Señor,
que nos dejó la Eucaristía
como sacramento de la salvación
y salud de su pueblo y de todos los hombres:
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El pueblo responde a cada petición:


R. Te rogamos, óyenos.
1. Para que el Hijo de Dios, conceda a los obispos y presbíteros ser
predicadores humildes y valientes de la Palabra divina y
administradores fieles de los sacramentos de la Iglesia, roguemos al
Señor. R.
2. Para que el Señor, que quiso tomar nuestras dolencias y cargar con
nuestras enfermedades, alivie los sufrimientos de nuestros hermanos
enfermos en todo el mundo, roguemos al Señor. R.
3. Para que Dios conceda su fuerza a todos los que cuidan a los enfermos y
les conceda amor y entrañas de misericordia en su tarea, roguemos al
Señor. R.
4. Para que los fieles que se encuentran a las puertas de la muerte dejen
este mundo llenos de paz y, confiando en las promesas del Señor y
fortalecidos con el Cuerpo de Cristo, lleguen al reino de la felicidad y de
la vida, roguemos al Señor. R.
5. Para que pronto llegue el día en que todos los cristianos celebremos la
Eucaristía en la unidad de una sola Iglesia y todos los hombres, de un
extremo al otro del mundo, ofrezcan los sagrados misterios de la
redención, roguemos al Señor. R.
6. Por estos hermanos nuestros que hoy han sido constituidos ministros
extraordinarios de la comunión eucarística, para que continúen
honrosamente el testimonio de nuestra madre santísima y los santos, en
el servicio de atención y de caridad para con los enfermos y sus familias,
roguemos al Señor. R.

Conclusión
V. Señor, Padre santo,
escucha nuestras oraciones
y haz que todos tus hijos
participen de la Eucaristía
como remedio de todos sus males.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 18

Liturgia Eucarística
El celebrante toma la patena con el pan y dice en voz baja:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan,
fruto de la tierra y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos;
él será para nosotros pan de vida.
Después, deja sobre el corporal la patena con el pan.

El diácono, o el celebrante, echa vino y un poco de agua en el cáliz, diciendo en


secreto:
Por el misterio de esta agua y este vino,
haz que compartamos la divinidad
de quien se ha dignado participar
de nuestra humanidad.
Después, el celebrante toma el cáliz y dice en voz baja:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino,
fruto de la vid y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos;
él será para nosotros bebida de salvación.
Después deja sobre el corporal el cáliz. Luego, el celebrante, inclinado
profundamente, dice en secreto:
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito
y nuestro espíritu humilde;
que éste sea hoy nuestro sacrificio
y que sea agradable en tu presencia,
Señor, Dios nuestro.
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Y, si es oportuno, inciensa las ofrendas, la cruz y el altar. Después el diácono, u otro


ministro, inciensa al celebrante y al pueblo.

Luego el celebrante, se lava las manos, diciendo en secreto:


Lava del todo mi delito, Señor,
y limpia mi pecado.
Después, de pie en el centro del altar, de cara al pueblo, extendiendo y juntando las
manos, dice:
V. Oren, hermanos, para que este sacrificio,
mío y de ustedes,
sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El pueblo se pone de pie y responde:
R. El Señor reciba de tus manos este sacrificio,
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS


V. Acepta, Padre santo, nuestros dones
y concédenos seguir el ejemplo
de humildad y servicio a los demás
que nos dejó tu Hijo Jesucristo
al lavar los pies de los Apóstoles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 20

PREFACIO
La Eucaristía, viático para la Pascua eterna.
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

E n verdad es justo darte gracias,


es bueno bendecir tu nombre,
Padre santo,
Dios de misericordia y de paz.
Porque has querido que tu Hijo
obediente hasta la muerte de cruz,
nos precediera en el camino del retorno a ti,
término de toda esperanza.
En la Eucaristía, testamento de su amor,
Él se hace comida y bebida espiritual,
para alimentarnos en nuestro viaje
hacia la Pascua eterna.
Con esta prenda de la resurrección futura,
en la esperanza participamos ya
de la mesa gloriosa de tu Reino
y, unidos a los ángeles y a los santos
proclamamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
21 Secretariado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México

El celebrante con las manos extendidas dice:

CP S anto eres en verdad, Señor,


fuente de toda santidad;
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas dice:
CC por eso te pedimos que santifiques estos dones
con la efusión de tu Espíritu,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente
diciendo:
de manera que se conviertan para nosotros
en el Cuerpo y  la Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor.
Junta las manos.

En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con
claridad, como lo requiere la naturaleza de estas.
El cual,
cuando iba a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, dándote gracias, lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

“Tomen y coman todos de él,


porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por ustedes”.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego en la patena y lo adora
haciendo genuflexión.

Después prosigue. 
Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 22

Del mismo modo, acabada la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz,
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

“Tomen y beban todos de él,


porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada
por ustedes y por muchos
para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía”.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo
genuflexión.

Luego dice una de las siguientes fórmulas:


CP Éste es el Misterio de la fe.
O bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue aclamando:
Anunciamos tu muerte
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
23 Secretariado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México

Después el celebrante, con las manos extendidas, dice:

CC A sí, pues, Padre,


al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos
el pan de vida y el cáliz de salvación,
y te damos gracias
porque nos haces dignos
de servirte en tu presencia.
T e pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
C1 Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra
y con el Papa N.,
con nuestro Obispo N.1.
y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.

C2 A cuérdate también de nuestros hermanos


que se durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

1
Aquí se puede hacer mención del Obispo coadjutor, de los Obispos auxiliares o de otro Obispo, conforme a lo previsto por la
IGMR, n. 149
Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 24

Ten misericordia de todos nosotros,


y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.
Junta las manos.

Eleva la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos, dice:

CP P or Cristo, con él y en él,


o a ti , Dios Padre omnipotente,
CC en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

El pueblo aclama:
R. Amén.
25 Secretariado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México

Rito de la Comunión
Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el celebrante, con las manos
juntas, dice:
V. Fieles a la recomendación del Salvador
y siguiendo su divina enseñanza,
nos atrevemos a decir:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:

P adre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Solo el celebrante, con las manos extendidas, prosigue diciendo:


V. Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Junta las manos.
Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 26

El pueblo concluye la oración, aclamando:


R. Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

Después el celebrante, con las manos extendidas, dice en voz alta:


V. Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
“La paz les dejo, mi paz les doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.
V. Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:
R. Amén.

El celebrante, vuelto hacia el pueblo, extendiendo y juntando las manos, añade:


V. La paz del Señor esté siempre con ustedes.
El pueblo responde:
R. Y con tu espíritu.

Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o un sacerdote, añade:


Dense fraternalmente la paz.
27 Secretariado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México

Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena y pone una partícula
dentro del cáliz, diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre
de nuestro Señor Jesucristo,
unidos en este cáliz,
sean para nosotros
alimento de vida eterna.
Mientras tanto, se canta o se dice:
R. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.

A continuación el celebrante, con las manos juntas, dice en secreto:


Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
que por voluntad del Padre,
cooperando el Espíritu Santo,
diste con tu muerte la vida al mundo,
líbrame, por la recepción
de tu Cuerpo y de tu Sangre,
de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos
y jamás permitas que me separe de ti.
El celebrante hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco
elevado sobre la patena o sobre el cáliz, de cara al pueblo, dice con voz clara:
V. Éste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.

Institución de nuevos Ministros Extraordinarios de la Comunión Eucarística dentro de la Misa 28

Y, juntamente con el pueblo, añade:


R. Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.

El celebrante, vuelto hacia el altar, dice en secreto:


El Cuerpo de Cristo
me guarde para la vida eterna.
Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo. Después toma el cáliz y dice en
secreto:
La Sangre de Cristo
me guarde para la vida eterna.
Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.

Cuando el celebrante ha comulgado el Cuerpo de Cristo, comienza el canto de Co-


munión.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 12, 37


Dichosos aquellos criados a quienes el Señor,
al llegar, encuentre en vela.
Los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá.

ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN


V. Concede, Señor,
a tus hijos alimentados con esta Eucaristía,
ser fieles ministros del Evangelio,
de los sacramentos y de la caridad,
para bien de tu pueblo y gloria de tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
29 Secretariado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México

RITO DE CONCLUSION

Bendición final

Después tiene lugar la despedida. El Obispo extiende las manos hacia el pueblo y
dice:
V. Sea bendito el nombre del Señor.
R. Ahora y por todos los siglos

V. Nuestro auxilio está en el nombre del Señor.


R. Que hizo el cielo y la tierra
V. Señor, confirma, lo que has realizado en tus hijos
y conserva en el corazón de tus fieles
los dones del Espíritu Santo,
para que nunca se avergüencen
de dar testimonio de Jesucristo
y cumplan siempre con amor tu voluntad.
V. Y la Bendición de Dios Todopoderoso,
Padre,  Hijo  y Espíritu  Santo,
estén con todos ustedes.
R. Amén.

Luego, el diácono, despide a todos diciendo:


La alegría del Señor sea nuestra fuerza.
Pueden ir en paz.
R. Demos gracias a Dios

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