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1.

Sal de la cama

Aunque los sentimientos de desgana y apatía te hagan difícil enfrentarte al día a


día, el simple hecho de salir de la cama y afrontar las actividades cotidianas, hará
que te sientas más capacitado, competente y mejorará tu estado de ánimo. ¿Qué
crees que ocurriría si te quedaras todos los días en la cama sin salir?

2. Aunque no tengas ganas, Hazlo

La anhedonia o capacidad de sentir placer por las cosas provoca en ti un estado


de inactividad que a su vez retroalimenta ese displacer. Rompe ese círculo vicioso
y HAZ, aunque no tengas ganas, pues las ganas vendrán después de hacerlo.
Primero hacer, después sentir.

3. Vuelve a aquello que te hacía feliz…

La anhedonia te impide sentir las emociones positivas que sentías al hacer las
actividades que más te gustaban. Vuelve a buscar esa sensación positiva en tus
actividades preferidas. Que no esté tan disponible no quiere decir que no exista,
sino que está bien escondida y tienes que seguir buscando. No te dejes vencer, tu
eres dueño de tus emociones.

4. Déjate abrazar por nuevas sensaciones

El experimentar cosas nuevas puede hacer que rompas ese bloqueo emocional
que tienes, y que te des cuenta de que hay cosas maravillosas aún por descubrir.
Déjate abrazar por las nuevas emociones, y que éstas te saquen de tu apatía.

5. Cuídate y quiérete pues tú eres la persona más importante de tu


vida

Sé bueno contigo mismo, mímate, cuídate, arréglate y busca el bienestar diario,


pues no hace falta pensar a largo plazo, pues el futuro no existe, sólo existe tu
presente. Aliméntate bien, medita sobre las cosas bonitas y buenas de la vida, y
cuida tu sueño nocturno, pues descansar bien hará que te sientas más vital.
6. Rompe con tu rutina, haz que tus días no parezca fotocopias

Rompe con tu rutina y cambia algo en tu día. El vivir de forma similar el día a día,
nos lleva a reducir la motivación a la hora de hacer las cosas. No hace falta que
sean grandes cambios, pues puedes probar a empezar tu día de forma diferente,
por ejemplo: cambia el trayecto al ir o al volver a casa, compra en una tienda
nueva, ve a sitios donde no hayas estado y haya gente nueva que conocer…

7. Reconcíliate con la naturaleza

Salir de vez en cuando del ajetreo de la ciudad y disfrutar de la naturaleza: el mar,


el bosque, los animales, las flores, una puesta de sol… no sólo conseguirá relajarte,
sino también te ayudarán a tomar consciencia de las cosas agradables y bonitas
que hay en este mundo. OBSÉRVALAS Y SIÉNTELAS.

8. Cuida a quien te quiere y te hace bien

Al sentir anhedonia puedes no tener ganas de estar con gente, pues no sientes
motivación para ello. Lucha contra ese sentimiento, lucha por buscar la
satisfacción de relacionarte con los demás y sobre todo con la gente que te quiere.
Ellos se preocupan por ti y harán lo que esté en su mano por ayudar. Intenta
quedar con tus amigos, pues estar con personas te puede abrir nuevas formas de
sentir y de pensar, no te prives de ello, pues el compartir y relacionarnos es lo más
maravilloso de nuestro mundo.

9. Sé tolerante contigo mismo, ponte metas reales y posibles

Sentirte triste o sin ganas de hacer nada no es culpa tuya. No debes sentirte
culpable, pues los sentimientos nos hacen humanos y el ser humano tiene la
maravillosa capacidad de sentir tanto lo bueno, como lo malo. Intenta reducir
toda tu culpa centrándote en cada logro que consigas en la vida y recompénsate
por ello.
10. Busca la solución en lo más práctico

Analiza los problemas de la manera más objetiva que puedas. Si el problema que
analizas no tiene solución, tendrás que aprender a vivir con él y aceptarlo como
una realidad dura que te toca vivir, y con la que seguro podrás hacerlo. Si tiene
solución, escribe todas las alternativas que tengas con las ventajas y desventajas
de cada una de ellas, y una vez hecho, pon en marcha la más beneficiosa para ti.

11. Expresa tus emociones, no las reprimas

Expresa tus emociones. Las emociones forman parte de nuestra naturaleza


humana y nos ayudan a interpretar las situaciones. Sentir rabia, cólera, tristeza,
entusiasmo, impaciencia etc., es del todo normal y por tanto comunicarlas forma
parte de la gestión de las mismas. Al hablar de lo que sientes, te ayudas a ti mismo
a aceptarlo y te beneficias del apoyo externo.

12. NO te entregues a la autocompasión

No te entregues a la autocompasión. Puede que no dejes de darle vueltas a la


cabeza, preguntándote por qué te pasa esto a ti. Con ello, lo único que consigues
es retroalimentar tus emociones negativas, generando más y más pensamientos
negativos, y predicciones pesimistas sobre el futuro; lo que hará que cada vez
tengas menos percepción de control sobre la situación. Rompe el círculo vicioso
con un cambio en el pensamiento a otro más positivo, o con un cambio en la
conducta, y así cambiarás la emoción.

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