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Dedicatoria

Primeramente a dios por haberme permitido llegar hasta este punto y haberme
dado salud, ser el manantial de vida y darme lo necesario para seguir adelante
día a día para lograr mis objetivos, además de su infinita bondad y amor
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INDICE
INTRODUCCION
MARCO TEORICO
CAPITULO I
DELITO CONTRA LA ADMINISTRACION PÚBLICA

ATENTADO CONTRA LA AUTORIDAD


I. LA FIGURA BÁSICA (ART. 237)
II. LAS FIGURAS AGRAVADAS. (ART. 238)
238. LA PRISIÓN SERÁ DE SEIS MESES A DOS AÑOS
II. LOS ATENTADOS LEVES (ART. 241)
III. VIOLACIÓN DE FUEROS (ART. 242

IV. DESOBEDIENCIA A UNA CITACIÓN JUDICIAL. (ART. 243).


V. EL DELITO ES DE PURA OMISIÓN.
VI. USURPACIÓN DE AUTORIDAD, TÍTULOS U HONORES
EL ART. 246 CONTIENE 3 FIGURAS:

VII. EL ART. 247 SE REFIERE A LA USURPACIÓN DE TÍTULOS U


HONORES.
VIII. CONTINUACIÓN ILEGITIMA DE LA ACTIVIDAD FUNCIONAL.
IIX. USURPACIÓN DE FUNCIONES
IX. EJERCICIO DE UNA PROFESIÓN SIN TITULO O AUTORIZACIÓN.
USURPACIÓN DE TÍTULOS U HONORES (ART. 247).
X. USURPACIÓN DE TÍTULOS Y HONORES.
ABUSOS DE AUTORIDAD Y VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS
FUNCIONARIOS PÚBLICOS
XI. LA FIGURA GENÉRICA DEL ABUSO DE AUTORIDAD (ART.248)
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XII. OMISIÓN O RETARDO DE DEBERES (ART. 249)


XIII. OMISIÓN DE AUXILIO (ART. 250)
XIV. ABANDONO DEL CARGO SIN HABERSE ADMITIDO LA RENUNCIA.
(ART. 252)
NOMBRAMIENTO ILEGAL Y ACEPTACIÓN DE ESTOS. (ART. 253)
XV. VIOLACIÓN DE SELLOS Y DOCUMENTOS
XVI. SUSTRACCIÓN O INUTILIZACIÓN DE OBJETOS EN CUSTODIA.
(ART.255)

XVII. EL COHECHO
XVIII. COHECHO ACTIVO (ART. 258)

CAPITULO II

I. MALVERSACIÓN DE CAUDALES PÚBLICOS

II. BIENES COMPRENDIDOS POR EL ART. 263


DESTINO INDEBIDO DE FONDOS PÚBLICOS. (ART. 260)
LA FIGURA CULPOSA. (ART. 262)
CAPITULO II

DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PUBLICOS

ANTECEDENTES
CONCLUCIONES
RECOMENDACIONES
ANEXOS
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INTRODUCCION

A menudo escuchamos en los diferentes medios de comunicación alusiones a


diferentes delitos cometidos por distintos personajes públicos y no públicos que
tienen por resultado menoscabar el correcto funcionamiento de la administración
del Estado. Hay que decir que existe una larga lista de delitos tipificados dentro
de esta categoría, y dado que ya existen artículos publicados que hacen
referencia a delitos como el cohecho o la malversación, vamos a centrarnos
ahora en otros que igualmente tienen una gran repercusión en la actualidad. En
primer lugar nos encontramos con el delito de tráfico de influencias tipificado
entre los artículos 428 y 430 del Código Penal. Cabe señalar que este delito
puede ser dividido en dos partes claramente diferenciadas: por un lado podemos
hablar de tráfico de influencias en sentido estricto (artículos 428 y 429 CP), y por
el otro del ofrecimiento para llevar a cabo un tráfico de influencias o la llamada
“venta de influencias” (artículo 430 CP).

El tráfico de influencias en sentido estricto consiste en que un sujeto se


aprovecha de su relación personal o jerárquica con un funcionario público o
autoridad para lograr una resolución que le beneficie directa o indirectamente a
él o a un tercero. Los artículos 428 y 429 únicamente se diferencian entre sí por
el sujeto activo del delito. El primero hace referencia a cuando un funcionario
público o autoridad influye en otro funcionario público prevaliéndose de la
relación personal o jerárquica que le une con él o con otro funcionario, mientras
que en el segundo caso el sujeto activo es un particular que se sirve de la relación
personal con éste u otro funcionario público para conseguir ese beneficio. La
pena será ligeramente superior si el delito es cometido por el funcionario público
ya que a éste se le impondrá la pena de inhabilitación especial para empleo o
cargo público.
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Es importante destacar en este punto que la conducta del funcionario que se deja
influir resulta impune, ya que no hay mención alguna en estos artículos a su
figura, y solo será punible en caso de ser constitutiva de cualquier otro delito
(prevaricación, fraudes…), pero nunca por haber aceptado esa influencia de otro
funcionario público o del particular. Otro aspecto reseñable es que el delito se
consuma desde que se influye sobre un funcionario público o autoridad, sin ser
necesario en ningún caso que llegue a lograrse un beneficio económico real y
efectivo, tratándose por tanto de un delito de mera actividad en el que se
adelantan las barreras punitivas a momentos previos a la lesión del bien jurídico.
En este caso el bien jurídico protegido es el correcto funcionamiento de la
Administración Pública en su faceta de imparcialidad, objetividad y
transparencia.

El delito de tráfico de influencias muestra una gran similitud con el delito de


cohecho, existiendo una única gran diferencia: mientras que en el delito de
cohecho el funcionario público solicita o recibe una dádiva o retribución, en el
tráfico de influencias esa dádiva es sustituida por las relaciones personales que
le unen con el funcionario público y a través de las cuales se logra la resolución
favorable.

-La “venta de influencias” consiste en ofrecerse para influir sobre un funcionario,


solicitando previamente de terceros dádivas, promesas o remuneraciones a
cambio, con el objetivo de obtener una resolución beneficiosa. En este delito los
sujetos intervinientes son siempre particulares, ya que en el caso de que se
tratase de un funcionario público el que solicita o acepta la dádiva nos
encontraríamos ante un delito de cohecho. Por otro lado, la conducta de quien
ofrece la dádiva no es punible por este artículo, pero el sujeto podría ser
considerado inductor del delito. Para que se tenga por consumado este delito no
es necesario que el sujeto que se ofrece a influir sobre un funcionario cuente en
realidad con esa capacidad para influir sobre el mismo, ya que esas influencias
pueden ser ficticias o inventadas.
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MARCO TEORICO
CAPITULO I

DELITO CONTRA LA ADMINISTRACION PÚBLICA

ATENTADO CONTRA LA AUTORIDAD


I. LA FIGURA BÁSICA (ART. 237)
Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que empleare intimidación o
fuerza contra un funcionario público o contra la persona que le prestare
asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de un deber legal, para exigirle la
ejecución u omisión de un acto propio de sus funciones.

La acción consiste en emplear intimación o fuerza contra un funcionario publico


o contra quien le presta asistencia, para exigirle la ejecución u omisión de un
acto propio de sus funciones.

La acción propiamente dicha, la acción física, se reduce al empleo de la


intimación o fuerza.

Un elemento subjetivo termina de caracterizar la acción típica: la intimidación o


fuerza ha de haberse empleado para que el empleado publico o la persona que
le presta asistencia ejecute u omita un acto propio de sus funciones.

Sujeto activo de este delito puede ser cualquier persona.

Sujeto pasivo debe ser un funcionario publico, en los términos del art. 77, con las
ampliaciones contenidas en el art. 237, que habla de quien preste asistencia al
funcionario, a su requerimiento, y en el art. 240, que extiende ese carácter al
particular que tratare de aprehender o hubiere aprehendido a un delincuente en
flagrante delito.
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El hecho queda consumado con el empleo de la intimación o la fuerza; no es


preciso que se haya logrado o impedido la ejecución del acto del funcionario, por
lo que la tentativa no aparece como posible. Si el hecho que se hace ejecutar
mediante la intimidación o la fuerza, constituyera en sí mismo un delito, el autor
del atentado podrá resultar también autor inmediato de ese hecho delictuoso.

II. LAS FIGURAS AGRAVADAS. (ART. 238)


238. LA PRISIÓN SERÁ DE SEIS MESES A DOS AÑOS:

l. Si el hecho se cometiere a mano armada;


2. Si el hecho se cometiere por una reunión de más de tres personas;
3. Si el culpable fuere funcionario público;
4. Si el delincuente pusiere manos en la autoridad.
En el caso de ser funcionario público, el reo sufrirá además inhabilitación
especial por doble tiempo del de la condena.

EL INC.1 DEL ART. 238 agrava el delito cuando el hecho se comete a mano
armada.

 El inc. 2 contempla la comisión del hecho por una reunión de mas de tres
personas. Es preciso que eses personas obren en conjunto, como grupo;
no basta la presencia de 4 personas, si una sola intimida y las demás
permanecen pasivos, acaso, totalmente ajenas, porque la razón de la
agravante esta dad por la mayor eficacia intimatoria y, naturalmente, física
para el caso de fuerza, de la acción de varias personas.

 El inc. 3 prevé una agravante que no requiere explicación: que el autor


sea funcionario público.

 El inc. 4 cualifica el hecho cuando el autor pusiere manos en la autoridad.


Cuando la fuerza es ejercida sobre el funcionario, el hecho seria siempre
atentado cualificado.
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 Resistencia y desobediencia (art.239)


Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que resistiere o
desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus
funciones o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento de
aquél o en virtud de una obligación legal.

La acción consiste en resistir o desobedecer a un funcionario público en el


ejercicio de sus funciones.

En el atentado el funcionario puede o no haberse propuesto hacer o dejar de


hacer algo, y es el sujeto activo quien se lo impone. En la resistencia, en cambio,
el funcionario va a ejecutar o comienza a ejecutar algo a cuyo cumplimiento el
autor resiste.

Como consecuencia de lo dicho, podemos fijar al acto de resistencia a la


autoridad, las siguientes características:

a) Oportunidad la resistencia tiene lugar contra una decisión que va a ejecutarse


o comienza a ejecutarse.

b) Se persigue una omisión. En la resistencia se trata de evitar la ejecución de


una obra; aun la violencia y la coacción destinada a ese fin, constituye resistencia

b) Identidad la fuerza o coacción, que hemos admitido en b), ha de perseguir


el incumplimiento de la orden y no un fin distinto; por ejemplo, quien no se
ha opuesto a la traba de un embargo, amenaza luego al oficial de justicia
para que deje en el acta determinada constancia.

El sujeto pasivo de la resistencia lo amplia la ley a las personas que prestan


asistencia al funcionario público, a su requerimiento, o en virtud de una
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obligación legal. Ese deber legal lo tienen los solados, marinos, gendarmes,
miembros de institutos penales y algunos otros en virtud de sus propias leyes o
reglamentos.

El funcionario ha de haber actuado en ejercicio legítimo de sus funciones, según


la letra del art. 239. No importa que el acto resistido sea intrínsecamente injusto,
se trata de algo que el funcionario tiene la facultad de ejecutar

Subjetivamente el hecho presenta estas características:

Sujeto del delito puede ser cualquiera.


Es una figura dolosa
La forma culposa no esta prevista
En el caso de ser el autor funcionario público, la pena no se agrava, pues a
norma del art. 238 inc. 3 y último parrado, solo rige para el atentado.

El delito se consuma con la acción tendiente a evitar el cumplimiento de la orden


o disposición; no es preciso que se logre. La tentativa no aparece como posible.

La desobediencia ha sido caracterizada cono una firma de resistencia menor, en


la que no se emplea intimidación o fuerza. Por eso se ha definido por exclusión,
diciendo que constituye el incumplimiento de una orden que no tiene lugar con
los medios comisivos de la resistencia.

También se requiere, para este delito, una orden clara y concreta, dirigida a
persona o personas determinadas, lo que constituye a los destinatarios en
sujetos posibles de delito. Este requisito fija el momento de la acción típica en un
tiempo posterior al de contraerse la orden y ser conocida por quien es objeto de
ella. Por lo demás, es de toda evidencia que solo delinque el que no cumple la
orden pudiéndola cumplir.
La desobediencia a la orden relativa a la propia detención fue derogada. Si quien
se encuentra detenido puede evadirse impunemente de no mediar violencia en
las personas o fuerza en las cosas, a fortiori también debe resultar impune quien
aun no fue detenido.
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El hecho se consuma en el momento en que vence el plazo fijado para el


cumplimento de la orden, de manera que se frustración no es necesaria y queda
fuera del tipo. Es un delito instantáneo.

La orden que se desobedece y que es presupuesto del delito debe haber sido
impartida por un funcionario publico en el legitimo ejercicio de sus funciones. Si
el funcionario se excede en su conducta, el modo que la orden resulte ilegitima,
no estará actuando en el ejercicio de sus funciones, y por lo tanto no existe el
deber de obediencia.

II. LOS ATENTADOS LEVES (ART. 241)


Será reprimido con prisión de quince días a seis meses:
l. El que perturbare el orden en las sesiones de los cuerpos legislativos
nacionales o provinciales, en las audiencias de los tribunales de justicia o
dondequiera que una autoridad esté ejerciendo sus funciones;

2. El que sin estar comprendido en el artículo 237, impidiere o estorbare a un


funcionario público cumplir un acto propio de sus funciones.

La acción prevista en el inc. 1 consiste en perturbar el orden de las sesiones de


los cuerpos legislativos nacionales o pciales, en las audiencias de los tribunales
de justicia o dondequiera que una autoridad este ejerciendo sus funciones.

El hecho se consuma al producirse la perturbación del orden: no basta la


conducta que persigue ese fin. En este punto, la acción es distinta de la del
atentado, que se perfecciona con el acto tendiente a imponer la ejecución u
omisión de una acto propio del funcionamiento.

La figura admite la tentativa, aunque dadas las características de este delito ella
resulta poco probable, aunque conceptualmente posible.

La acción descripta por el inc. 2 consiste en impedir o estorbar a un funcionario


publico en el cumplimiento de un acto propio de sus funciones.
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Los medios empleados serán aquí, por lo común, la astucia o el engaño.


Autor de este delito puede ser cualquiera. Si se trata de un funcionario público y
ha actuado con incompetencia o abuso en el ejercicio de un empleo o cargo
público, resultara aplicable la inhabilitación prevista con carácter general en el
art. 20 bis.

Las dos figuras contenidas en el art. 241 son dolosas, y el dolo debe abarcar el
conocimiento de la naturaleza de los actos que se perturban en el caso del inc.1

III. VIOLACIÓN DE FUEROS (ART. 242)

Será reprimido con multa de inhabilitación especial de uno a cinco años, el


funcionario público que, en el arresto o formación de causa contra un miembro
de los poderes públicos nacionales o provinciales, de una convención
constituyente o de un colegio electoral, no guardare la forma prescripta en las
constituciones o leyes respectivas.

La acción consiste en arrestar o formar causa a alguno de los funcionarios


alcanzados por los fueros. El articulo dice "que, en el arresto o formación de
causa...no guarde las formas prescriptas en la constituciones o leyes
respectivas."

El delito se consuma con el hecho de formar causa o arrestar según la naturaleza


del privilegio que la constitución o las leyes confieran a la persona sobre la cual
recae la acción.
Sujeto activo de este delito solo puede ser según expresa indicación legal, un
funcionario publico y, de hecho, únicamente los jueces y los funcionarios
policiales, puesto que solo ellos proceden al arresto o formación de causa. Es
por eso que resulta siempre aplicable la pena de inhabilitación especial
juntamente con la de multa.
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La violación de fueros es un delito doloso. Basta el conocimiento de que la


persona a la que se arresta o forma causa, goza de privilegios que lo impiden.
No se requiere propósito especifico.

IV. DESOBEDIENCIA A UNA CITACIÓN JUDICIAL. (ART. 243).

Será reprimido con prisión de quince días a un mes, el que siendo legalmente
citado como testigo, perito o intérprete, se abstuviere de comparecer o de prestar
la declaración o exposición respectiva.

En el caso del perito o intérprete, se impondrá, además, al reo, inhabilitación


especial de un mes a un año.

La acción consiste en abstenerse de comparecer o de prestar la declaración o


exposición respectiva por parte del que ha sido legalmente citado como testigo,
perito o interprete. Son, pues, dos acciones típicas que abarcan a su vez dos
etapas de la conducción del testigo, perito o intérprete:

1. No comparecer;
2. Compareciendo, negarse a prestar la declaración o exposición respectiva.

V. EL DELITO ES DE PURA OMISIÓN.


Hace a la ilicitud del hecho la legalidad de la citación y la obligación de
comparecer del sujeto legalmente citado. No están obligados a comparecer
como testigos las personas que declaran por oficio según las disposiciones de
los códigos de procedimientos, pero están obligados declarar. Tampoco tienen
la obligación de comparecer aquellas personas a las cuales la ley prohibe que
se los llame como testigos.
Autor de este delito es la persona citada como testigo, perito o interprete. Cuando
se trata de una declaración de un testigo, puede ser cualquier persona citada
como tal.
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Peritos son las personas que tienen conocimientos especiales sobre


determinado arte o ciencia, que son llamados por el juez para asesorarlo, ya sea
verbalmente o por escrito.

La desobediencia a una citación judicial es un delito doloso, que nada ofrece de


particular en el aspecto subjetivo.

La acción consiste en denunciar falsamente un delito ante la autoridad. A


diferencia de lo que ocurre en otros códigos, en nuestro derecho no es preciso
que la denuncia se haga contra alguien; es suficiente con denunciar el hecho.
Es indistinto que se trate de denuncia o querella; la ley requiere la menos, pero
es innegable que quien querella también denuncia un delito ante la autoridad. En
cuanto a la denuncia en si, no hay requisitos sacramentales aspecto a las formas.
Lo que importa es que los hechos denunciados puedan lugar a la investigación
de un delito.

El hecho ha de ser objetivamente falso.


La denuncia ha de ser formulada ante autoridad competente. En el supuesto de
delitos de acción privada, no hay más interpuesta una querella. Cuando se trata
de denuncia, el número de funcionarios que queda comprendido dentro del
concepto de autoridad competente es mayor.

La cuestión considerada en el párrafo anterior se vincula directamente con el


momento consumativo en el delito de falsa denuncia.

 El delito se consuma en el momento en que los hechos llegan a


conocimiento de la autoridad.
 El elemento subjetivo.
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 El delito de falsa denuncia es un delito doloso. La ley dice que se aplicara


prisión de 2 meses a un año de multa al que denunciare falsamente un
delito.

Es decir, se trata de un delito necesariamente intencional en el que la denuncia


falsamente un delito.

Es decir, se trata de un delito necesariamente intencional en el que la denuncia


ha de ser hecha de mala fe.

Es preciso que el autor sepa otra cosa que no le permita dudar de la falsedad de
los hechos que denuncia. Es decir que a demás de la conciencia de la falsedad,
se requiere el conocimiento de la verdad, sobre la cual se apoya la conciencia
de la falsedad.

El concurso con la calumnia y la injuria es posible.


 Habrá falsa denuncia sin que exista calumnia:
 Cuando la denuncia no se haga contra persona determinada
 Cuando se querella por el delito de acción privada.
 Habrá calumnia sin que exista falsa denuncia:
 En todos los casos de calumnia no judicial

Cuando siendo la calumnia judicial, el elemento subjetivo llena las exigencias del
delito contra el honor, careciendo de relevancia para adecuarse a la figura del
art. 245.

Resulta así claro que la falsa denuncia y la calumnia pueden concurrir


formalmente.

En cuanto al concurso con la injuria, ya hemos visto que la falsa denuncia


también se comete en los casos de delitos de acción privada, constitutiva de
injuria en nuestro Derecho, en caso de falsa imputación.
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VI. USURPACIÓN DE AUTORIDAD, TÍTULOS U HONORES


EL ART. 246 CONTIENE 3 FIGURAS:

La asunción o ejercicio de funciones públicas sin título o nombramiento


El ejercicio de funciones públicas más allá de la cesantía o suspensión
El ejercicio de funciones de otro car

VII. EL ART. 247 SE REFIERE A LA USURPACIÓN DE TÍTULOS U


HONORES.

El bien tutelado es, generalmente, el buen funcionamiento de la administración


pública, que en los casos previstos puede verse entorpecida por la falta de
idoneidad o competencia del que actúa, unida a la irregularidad de un ejercicio
no legítimo de autoridad.

La usurpación de funciones publicas


Puede denominarse la figura descripta en el inc. 1 del art. 246, que dispone: Será
reprimido con prisión de un mes a un año e inhabilitación especial por doble
tiempo:

l. El que asumiere o ejerciere funciones públicas, sin título o nombramiento


expedido por autoridad competente;

 La acción consiste en asumir o en ejercer funciones públicas.


 Asumir significa hacerse cargo de la función; lo que se asume, en realidad,
es el cargo que confiere las funciones, pues para la consumación no es
necesario que el autor realice actos que constituyan ejercicio de la
autoridad.
 Ejercer es desempeñar actividad funcional inherente al cargo. Es preciso
una actividad propia de la función específica: no basta la sola invocación
del falso cargo, si no se hace ejecutando un acto funcional. Lo común será
que quien ejerce funciones haya asumido el cargo, pero ello no multiplica
la delincuencia. El hecho se consuma con el falso acto de asunción o del
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ejercicio de las funciones públicas, ya que es posible una cosa sin otra.
No se requiere daño ni provecho alguno.

 La ilicitud de estas acciones resulta del hecho de que el autor carece de


titulo o de nombramiento expedido por la autoridad competente, único
nombramiento de verdad.

Titulo es el medio oficial de acreditar idoneidad en determinada rama del


conocimiento. Debe tratarse de una profesión reglamentada y su titulo oficial por
el Estado o entidades legalmente facultadas. Su necesidad resulta únicamente
de la exigencia legal.

Tampoco debe crear problemas objetivamente el supuesto de falta de


nombramiento. Pero, refiriéndose la ley a nombramiento expedido por la
autoridad competente, los autores se detienen en este punto. Objetivamente la
cuestión no cambia para el designado, sin perjuicio del hecho punible en el que
pueda incurrir el funcionamiento que obra fuera de los límites de sus facultades.

Si el autor hubiera falsificado el titulo o el nombramiento, la solución es clara y


se resuelve en la falta de titulo o falta de nombramiento, debiéndose aplicar,
además, las reglas de concursos de delitos, pues la falsedad constituiría el delito
medio para la usurpación de autoridad.

Autor de este delito puede ser cualquiera. Lo común será que se trate de una
particular que no ha llegado a funcionario par faltarle alguno de los requisitos
señalados en la norma. Sin embargo, no debe pensarse que un funcionario no
pueda ser sujeto, cuando se trata de asumir otro cargo para el que carece de
titulo o nombramiento. No puede serlo en el ejercicio de su cargo legitimo.
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VIII. CONTINUACIÓN ILEGITIMA DE LA ACTIVIDAD FUNCIONAL.

El inc. 2 del art. 246 amenaza con prisión de 1 mes a 1 año e inhabilitación por
el doble del tiempo: al que después de haber cesado por ministerio de la ley en
el desempeño de un cargo público o después de haber recibido de la autoridad
competente comunicación oficial de la resolución que ordenó la cesantía o
suspensión de sus funciones, continuare ejerciéndolas;

La acción cosiste en continuar ejerciendo las funciones que corresponden a un


cargo, en ese momento, no se desempeña.

Continuar significa que no habiendo interrupción o, al menos, que no la ha habido


de modo ostensible en ese ejercicio; de no ser así, el hecho caería en el inc. 1.
La actividad del funcionario se prolonga como si no hubiera mediado cesantía o
suspensión y así, sin solución de continuidad, se pasa de lo licito a lo ilícito. La
especie y la cantidad de los actos funcionales carece de significado, solo importa
que sea de los que corresponden al cargo que se desempeñaba. El delito se
consuma con el primer acto de autoridad, sin que la pluralidad de ellos
multiplique la delincuencia.

La ilicitud del desempeño de las funciones publicas esta dada en este caso por
la perdida de las facultades funcionales. Tal cosa puede resultar de haber cesado
en el cargo por el ministerio de la ley o por resolución que ordeno la cesantía o
suspensión. La presentación de la renuncia no se identifica con ninguna de estas
situaciones, y el funcionamiento sigue siendo tal hasta que dicha renuncia se
haya admitido.

El funcionamiento cesa por ministerio de la ley, en los cargos cuya duración esta
establecida de antemano. El vencimiento del termino es el punto de deslinde
entre los actos funcionales lícitos y los ilícitos, sin necesidad de notificación o
comunicación alguna.
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Subjetivamente el hecho es doloso. Es esta una de las figuras en las que la ley
fija el contenido del dolo aun dando con cierto detalla las características de la
ilicitud.

IIX. USURPACIÓN DE FUNCIONES

El inc. 3 del art. 246 prevé la figura que podemos denominar, simplemente,
usurpación de funciones, amenazando con la misma pena de los otros 2 incisos.
El funcionario público que ejerciere funciones correspondientes a otro cargo.

Autor en el supuesto de este inciso, es el funcionario público en ejercicio ilegitimo


de su cargo. No parece, pues, de título ni nombramiento, como en el inc. 1, ni ha
cesado o sido suspendido en sus funciones, como en el supuesto del inc. 2. Lo
que ocurre es que el autor realiza funciones que, al par, no corresponden a su
cargo y pertenecen a otro cargo. Esta doble condición es importante, porque es
lo que distingue esta forma de usurpación de autoridad de los abusos de
autoridad. El acto funcional que corresponde a otro cargo, tiene que ser legitimo.
De modo que el autor ejecuta un acto sustancialmente legitimo, cuyo vicio
consiste únicamente en que el carece de facultades para ese acto. No hay
arbitrariedad ni abuso en el hecho, sino incompetencia del órgano funcional. Si
el acto constituyere, además, un abuso de autoridad, es decir, que fuera abusivo
aun cumplido por el funcionario competente, será aplicable la figura mas grave
del art. 248.

La acción consiste en ejercer funciones correspondientes a otro cargo que no se


desempeña, cualquiera sea el fin que con ello se persiga.

El hecho se consuma con la ejecución del acto funcional que corresponde a otro
cargo, sin que se requieran provecho para el autor, ni perjuicio para la
administración pública o consecuencia otra alguna.

Subjetivamente el hecho es doloso. Apenas si parece necesario señalar el papel


decisivo que el error sobre el conocimiento de todas las circunstancia,
frecuentemente de derecho, juega en este delito. Si algo es realmente una
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ficción, es suponer que todos los actos que competen a la función pública tienen
asignación y deslinde señalado en alguna parte, y más aún dar por entendido
que tal distribución de la competencia es siempre conocida- se requiere el dolo
directo que comprenda la certeza de estar ejecutando actos funcionales que
corresponden a otro cargo.

IX. EJERCICIO DE UNA PROFESIÓN SIN TITULO O AUTORIZACIÓN.


USURPACIÓN DE TÍTULOS U HONORES (ART. 247).

Será reprimido con prisión de quince días a un año el que ejerciere actos propios
de una profesión para la que se requiere una habilitación especial, sin poseer el
título o la autorización correspondiente.

Será reprimido con multa de setecientos cincuenta a doce mil quinientos pesos,
el que públicamente llevare insignias o distintivos de un cargo que no ejerciere o
se arrogare grados académicos, títulos profesionales u honores que no le
correspondieren.

9.1 EL EJERCICIO DE UNA PROFESIÓN SIN TITULO HABILITANTE.


El primer párrafo del art. castiga al que ejerciere una profesión reglada por el
estado, sin titulo o la habilitación correspondiente. Se extiende así, como delito
contra la administración publica la regla del art. 208, inc.1, del C.P., que reprime
el ejercicio ilegal de la medicina, como delito contra la salud pública, castigando
a quien sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o excediendo
los límites de su autorización, anunciare, prescribiere, administrare o aplicare
habitualmente medicamentos... o cualquier medio destinado al tratamiento de las
enfermedades de las personas, aun a título gratuito.

La acción consiste en ejercer actos propios de una profesión para la que se


requiere una habilitación especial, sin poseer el titulo o habilitación
correspondiente.

Ejercer importa desempeñar la actividad de una profesión. En un abogado,


evacuar consultas, concurrir a audiencias, etc. en un arquitecto, confeccionar
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planos, presentarlos para su aprobación, etc. la previsión alcanza no solamente


a quienes carecen de conocimientos necesarios para ejercer una profesión, sino
también, al que teniendo un título que lo capacita, no esta autorizado para ese
ejercicio, sea por falta de revalida del titulo en el país, sea por la falta de
satisfacción de los requisitos administrativos.

En el primer caso se encuentran los profesionales truchos, tan comunes es estos


días, que ejercen la profesión de abogado, ingeniero, arquitecto sin haber
obtenido el titulo.

En el segundo, quienes poseyendo titulo, no efectuaron las practicas


correspondientes o no obtuvieron la habilitación especial que exigen las
autoridades estatales o los colegios que gobiernan la matricula respectiva.

El delito requiere habitualidad. Un solo acto no lo configura, pues la ley exige la


repetición de hechos, al referirse a actos propios de una profesión. Por ese
motivo no admite tentativa.

Autor de este delito puede ser cualquiera. El hecho es doloso y dicho aspecto
subjetivo se satisface también con el dolo eventual.

X. USURPACIÓN DE TÍTULOS Y HONORES.


Son dos las acciones descriptas en el segundo párrafo del art. 247: llevar
insignias o distintivos de un cargo que no ejerce; arrogarese grados académicos,
títulos profesionales u honores que no le correspondieren al autor.
Es elemento de ambas acciones la publicidad. La expresión "públicamente",
puesta al comienzo de la definición legal, se refiere a ambas conductas.

La acción supone una actitud activa; no basta un puro dejar hacer, como el jefe
de mecánicos que se deja llamar ingeniero, o cosas semejantes.

El delito se consuma, en uno u otro supuesto legal, con el hecho de llevar la


insignia o distintivo en forma ostensible, notoria, de modo que pueda ser visto
por un numero indeterminado de personas, o el atribuirse públicamente los
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grados, títulos u honores, cualquiera sea el medio utilizado para ello. El delito,
que es instantáneo y de peligro, puede adquirir las características de los actos
permanentes. Si la actividad va mas allá de la pura ostentación, y se ejercen los
actos propios de la condición que se invoca, se incurrirá en otros delitos, que
pueden ir desde el ejercicio ilegal de la medicina hasta la estafa, pasando por la
usurpación de autoridad del art. 246 según cual sea el cargo o titulo que se
invoque falsamente.

La ilegitimidad de la acción resulta de la falta de derecho para usar la insignia o


distintivo o de la carencia del grado, titulo u honor que el autor se arroga. Las
insignias se refieren a un cargo, es decir, a una función; los grados académicos,
títulos profesionales y honores, con conferidos en virtud de requisitos o méritos
determinados y no suponen el desempeño de un cargo, aunque puedan
capacitar para ello. Se trata de titulo, y no de la idoneidad, de modo que, para el
caso, carece en absoluto de significado que el autor pueda ser un experto en la
materia correspondiente.

Las insignias o distintivos a cuyo uso publico se refiere la primera parte del art.
247, son los oficiales, es decir los que corresponden a un cargo publico.

Los grados académicos, títulos profesionales u honores que debe arrogarse el


autor de la segunda modalidad de la figura que estudiamos, son los oficiales o
legalmente autorizados.

Grados académicos son los que otorgan los establecimientos de enseñanza


oficiales autorizados para ello por el estado. Tales grados pueden ser también
títulos, como el de doctor; pero se reserva la denominación para los de mayor
jerarquía que, además, no tiene, por lo común, función habilitante para
determinada actividad. No es un criterio diferencial del titulo la función de
exclusión de la competencia de quienes no lo poseen, como suele sostener,
porque algunos grados académicos, como el de doctor puesto generalmente
como ejemplo, fue en diversas épocas indispensable para ocupar la cátedra
universitaria.
22

Títulos profesionales son los expedidos o convalidados en el país que


corresponden a las profesiones reglamentadas, liberales o no, entendida esta
exigencia en el sentido de estar reconocidos y establecidos legalmente por el
Estado y reglamentado el ejercicio profesional.

Subjetivamente el hecho es doloso, sin que requiera ningún fin ilícito y solo
mueva al autor un puro espíritu de vanidad. El dolo consiste en la conciencia de
no poseer el titulo, grado u honor o no desempeñar el cargo al que corresponden
las insignias o distintivos de que se hace gala o uso.

XI. ABUSOS DE AUTORIDAD Y VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE


LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS
El bien jurídico tutelado es, generalmente, la administración publica.
Especialmente, estos delitos persiguen garantizar la regularidad y especialmente
la legal8idad de los actos de los funcionarios en las actividades propias de su
cargo, cuyas violaciones no son castigadas por otras disposiciones legales.

El código no se limita a poner pena de abuso de autoridad y un hecho, sino que


describe distintas figuras de mayor o menor gravedad, y agrupa otras acciones,
que estrictamente, no pueden ser tenidas en cuanta por abuso de autoridad, si
bien no debe olvidarse que la rubrica del capitulo se refiere a la violación de los
deberes de los funcionarios.

XII. LA FIGURA GENÉRICA DEL ABUSO DE AUTORIDAD (ART.248)


Será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial por
doble tiempo, el funcionario público que dictare resoluciones u órdenes
contrarias a las constituciones o leyes nacionales o provinciales o ejecutare las
órdenes o resoluciones de esta clase existentes o no ejecutare las leyes cuyo
cumplimiento le incumbiere.

El autor Esta condición objetiva de autor lleva consigo el presupuesto


indispensable para que el delito pueda configurarse: la autoridad, es decir, las
facultades, poderes y medios inherentes al cargo, de los cuales se abusa. Bien
se ha dicho que no puede abusar de su autoridad quien no tienen autoridad. Ello
23

no obsta a la participación de los particulares, como en los demás casos en que


la condición de funcionario es elemento del delito, de acuerdo con los principio
generales.

El termino funcionario se entiende en el sentido del art. 77 del C.P.

Se requiere además, que el autor actúe como funcionario. Los hechos cumplidos
fuera de sus funciones, no constituyen abuso. No se puede aquí hablar de
relación funcional, porque se trata de hechos ilícitos, y conductas de esa
naturaleza no pueden ser propias de ninguna función.

El abuso, que en si mismo constituye el delito, puede resultar de 2 situaciones:


que el acto mismo sea contrario a la Constitución o las leyes, es decir, que lo
que sea siempre, y que por lo tanto, ningún funcionario pueda estar facultado
para disponerlo o ejecutarlo; que el acto sea legitimo en determinadas
condiciones y circunstancias que no se dan en el caso de decir, actos que
pueden ser ejecutados como legítimos, pero que no lo son en el caso concreto.
El delito consistirá en hacer algo que el funcionario esta facultado para hacer,
pero que lo hace en situaciones que corresponde, completada la acción
subjetivamente por el conocimiento de esa improcedencia. Así por ejemplo,
intervenir un teléfono sin orden judicial.

La materialidad. El abuso de autoridad debe cometerse a través de uno de los


actos que la ley indica. El hecho puede consistir tanto en dictar resoluciones u
ordenes contrarias a las constituciones o alas leyes nacionales o pciales. como
en ejecutar las ordenes o resoluciones, ya existentes, o en no ejecutar las leyes
cuyo cumplimiento le incumbe al actor.

El abuso de autoridad del art. 248, debe, pues, concretarse en alguna de esas
conductas que violen las constituciones o una ley. Se trata aquí de la ley en
sentido formal, de modo que no configura el delito la violación de disposiciones
reglamentarias u órdenes superiores.
24

El abuso puede también materializarse a través de una omisión consistente en


no ejecutar las leyes cuyo cumplimiento incumbiere al funcionario. Aparece aquí
expresamente señalada la relación funcional del acto de ejecutar las leyes. Se
trata únicamente de las leyes.

El delito se consuma con la acción o la omisión, según se trata de dictar o


ejecutar resoluciones u ordenes, o de no ejecutar las leyes, sin que se requiera
la producción de daño ni la obtención de provecho alguno. Precisamente es esa
la característica del abuso genérico de autoridad. No es admisible la tentativa.

Subjetivamente el abuso de autoridad es un delito doloso y el dolo debe abarcar


el conocimiento de la ilegalidad de las resoluciones u ordenes que se dictan,
trasmiten o ejecutan ya en si mismas, sustancialmente, ya con relación al caso
concreto.

XIII. OMISIÓN O RETARDO DE DEBERES (ART. 249)


Será reprimido con multa de inhabilitación especial de un mes a un año, el
funcionario público que ilegalmente omitiere, rehusare hacer o retardare algún
acto de su oficio.

La acción consiste en omitir, rehusar hacer, o retardar algún acto propio de las
funciones. Se trata de un delito de pura omisión.
Omitir es no hacer.

Rehusar hacer es negarse de modo que para este supuesto es necesario que
haya habido interpelación legitima en un determinado sentido.

 El delito consiste, en retardar el acto


 Retardar es no hacer a su tiempo.
 La consumación tiene lugar con el acto omisivo, sin necesidad de que se
produzca consecuencia alguna.
 No es posible la tentativa
25

Objeto de la omisión es un acto de su oficio. Se trata pues de actos propios de


una función, de donde resulta con toda claridad que solo puede ser autor un
funcionario publico.

El hecho es doloso, y la exigencia expresa de la norma en el sentido de que se


trate de un omisión cumplida ilegalmente, pone una exigencia que es al par
objetiva y subjetiva.

XIV. OMISIÓN DE AUXILIO (ART. 250)

Será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial por
doble tiempo, el jefe o agente de la fuerza pública, que rehusare, omitiere o
retardare, sin causa justificada, la prestación de un auxilio legalmente requerido
por la autoridad civil competente.

La acción propiamente dicha es definida con los mismos términos que en art.
249: omitir, rehusar hacer o retardar la prestación de auxilio legalmente
requerido.

Presupuesto de la acción es aquí el jefe o agente de la fuerza publica haya sido


legalmente requerido por la autoridad civil competente. Se trata de 2 requisitos:
la legalidad del requerimiento y la competencia de la autoridad que lo hace, la
legalidad exigible en el requerimiento es la que resulta de la externo, lo formal;
el requerido no tiene el deber de indagar la justicia intrínseca del pedido. La
competencia supone qe la autoridad civil esta facultada para formularlo.

El sujeto activo esta limitado en este delito a los jefes y agentes de las fuerzas
publica.

Fuerza publica es la que esta encargada del mantenimiento del orden publico y
agentes son todos los individuos que forman parte de ella.
26

Están comprendidos desde el jefe de la repartición hasta el agente de menor


graduación. Están excluidas las fuerzas armadas, que no son fuerza publica,
salvo el caso en que actúen como tales, con motivo de funciones que les han
sido encomendadas.

Requerimiento de la fuerza policial contra actos legítimos. (art. 251)

Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años e inhabilitación especial por
doble tiempo, el funcionario público que requiriere la asistencia de la fuerza
pública contra la ejecución de disposiciones u órdenes legales de la autoridad o
de sentencias o de mandatos judiciales.

La acción consiste en requerir la asistencia de la fuerza publica contra la


ejecución de disposiciones u ordenes legales de la autoridad o sentencias o
mandatos judiciales.

Es presupuesto de la acción la vía de ejecución de la disposición u orden legal o


de la sentencia o mandato judicial. El hecho consiste en requerir la asistencia de
la fuerza para oponerse a ella. El delito se consuma con el requerimiento hecho
con ese fin; no es necesario que se obtenga el concurso de la fuerza publica y
menos aun que la oposición llegue a tener lugar o que se haya logrado impedir
la ejecución; lo típico es requerir. No es admisible la tentativa.

La fuerza publica es la encargada del mantenimiento del orden publico. No están


comprendidas las fuerzas armadas.

Sujeto de esta infracción es un funcionario publico. Para que el delito pueda


imaginarse, el funcionario ha de tener autoridad, facultades como para poder
requerir la asistencia de la fuerza publica.

El hecho es doloso y el dolo debe abarcar el conocimiento de que se trata de


disposiciones u ordenes legales de la autoridad o de sentencias o mandatos
judiciales. La conciencia de la legalidad y la voluntad de oponerse a su ejecución
son aquí indispensables.
27

XV. ABANDONO DEL CARGO SIN HABERSE ADMITIDO LA


RENUNCIA. (ART. 252)

Será reprimido con multa de [setecientos cincuenta a doce mil quinientos pesos]
e inhabilitación especial de un mes a un año, el funcionario público que, sin
habérsele admitido la renuncia de su destino, lo abandonare con daño del
servicio público.

La acción consiste en abandonar el cargo con daño del servicio publico, aunque
el autor haya presentado su renuncia, si esta no le ha sido aceptada. La
presentación de la renuncia no es un presupuesto de la acción; el hecho consiste
en abandonar el cargo, y ese abandono es punible aunque el funcionario haya
presentado la renuncia, si la misma no ha sido aun admitida. Ese es el momento
limite. Una vez aceptada la renuncia, no es posible cometer el delito. Es una caso
claro de incumplimiento de los deberes del funcionario, ya que, mientras la
renuncia al cargo no sea aceptada, el funcionario sigue siendo tal.

El articulo requiere daño del servicio publico, de modo que ele hecho se consuma
con el perjuicio. Se trata del daño que puede resultar en las funciones que
corresponden al funcionario que abandona. Para la aparición del daño habrá que
tomar en cuanta todas las circunstancias.

Autor de esta infracción solo puede ser un funcionario publico. El hecho es


doloso, sin que se requiera ningún propósito especifico, ni la intención de causar
un daño a la administración.

NOMBRAMIENTO ILEGAL Y ACEPTACIÓN DE ESTOS. (ART. 253)

Será reprimido con multa de inhabilitación especial de seis meses a dos años, el
funcionario público que propusiere o nombrare para cargo público, a persona en
quien no concurrieren los requisitos legales.
28

En la misma pena incurrirá el que aceptare un cargo para el cual no tenga los
requisitos legales.

La acción del primer párrafo consiste en proponer o nombrar para un cargo


público a persona en quien no concurran los requisitos legales para ese cargo.

El delito se consuma al proponer o nombrar al funcionario; lo primero ocurrirá en


los casos que el funcionario actuante debe recurrir a ese procedimiento, sea
porque es preciso el acuerdo de otro poder, como ocurre con los jueces federales
y ministros plenipotenciarios, sea porque el funcionario debe elevar la propuesta
a una autoridad o consejo superior. Se entiende una propuesta oficial y no un
pedido de recomendaciones particular. La no aceptación de la propuesta es
irrelevante para el funcionario que ha hecho la designación (o propuesta), puesto
que tal circunstancia es posterior a la consumación.

Sujeto de este delito debe ser un funcionario publico facultado para nombrar o
proponer para cargos públicos.

La ilicitud de la acción esta determinada por el hecho de carecer la persona


propuesta de las condiciones requeridas específicamente para el cargo al cual
es propuesto p designada. Puede tratarse del titulo, la edad, la nacionalidad,
puede ser persona inhabilitada en general o en especial, etc.

La acción típica descripta en el segundo párrafo para la persona propuesta o


designada, consiste, simplemente, en aceptar el nombramiento; el hecho caerá
en el art. 246 inc. 1, como usurpación de autoridad.

El hecho es doloso para el funcionario que propone y para el sujeto que acepta,
integrándose el contenido del dolo, de una y otra parte, con el conocimiento de
la carencia de los requisitos indispensables para el cargo de que se trata. El error
sobre ese aspecto excluye el dolo y consecuentemente, el delito.

XVI. VIOLACIÓN DE SELLOS Y DOCUMENTOS


29

Violación de sellos. (art.254)


Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare los sellos
puestos por la autoridad para asegurar la conservación o la identidad de una
cosa.

Si el culpable fuere funcionario público y hubiere cometido el hecho con abuso


de su cargo, sufrirá además inhabilitación especial por doble tiempo.

Si el hecho se hubiere cometido por imprudencia o negligencia del funcionario


público, la pena será de multa La acción dolosa de los párrafos 1 y 2 consiste en
violar los sellos.

Violar comprende todos los actos materiales por los que el sello deja de cumplir,
definitiva o transitoriamente, la función para la cual fue puesto. Es indiferente que
el autor lo rompa o lo quite sin romper lo que se tutela no es la integridad del
sello, sino la seguridad que con el se persigue.

Romper o despegar un sello puede no configurar el delito, si existen otros con


los que resulta asegurada, de modo igualmente eficaz, la conservación o la
identidad de la cosa; como no basta la acción de perjudicar materialmente el
sello, si mantiene su poder simbólico identificador.

El delito se consuma con la violación del sello que deja sin asegurar la
conservación o identificación de la cosa, son independencia de cualquier
consecuencia posterior. Es posible la tentativa.

Presupuesto del delito es la colación de sellos por la autoridad. Los sellos pueden
ser colocados en la cosa misma sobre su continente, sobre bienes muebles o
inmuebles, y no se requiere formas, sustancia o sistemas determinados,
mientras se obtenga con ellos un medio lógico de conservación o identidad.

Los sellos deben ser puestos por la autoridad, nacional, pcial. o municipal.
30

Debe tratarse de autoridad competente en el sentido que el acto corresponda a


las facultades del cargo o bien que el que lo realiza materialmente actúe por
disposición de quien tiene tal facultad. Por lo tanto, la violación de un sello
impuesto arbitrariamente, con abuso de autoridad o por un acto de voluntad, no
constituye este delito.

Los sellos alcanzados por la tutela legal son los destinados a asegurar la
conservación o la identificación de una cosa.

No cumplen esta función el sellado o lacrado de la correspondencia o el que


acredita un pago, y en general, todos los destinados a certificar, pero no a
conservar o identificar.

Autor de este delito, puede ser un particular o un funcionario publico. Para estos
últimos, se requiere, además, que haya obrado con abuso de su cargo.

No es preciso que se trate del mismo empleado que puso los sellos o del
encargado de custodiarlo. Para el funcionario se agrega a la pena privativa de
libertad, la de inhabilitación especial por el doble tiempo de la condena, siempre
que hubiere abuso del cargo.

El dolo consiste en el conocimiento de la función que el sello desempeña y la


voluntad de violarlo. No se requiere fin especifico alguno.

El hecho culposo esta previsto en el 3° párrafo del art. 254. A diferencia de lo


que ocurre en el tipo doloso, solo puede ser autor un funcionario publico.

Figura culposa. El sello no es violado por la propia negligencia o imprudencia del


funcionario, sino porque de ella resulta posible la acción dolosa de otro, que es
el que lo viola. Es decir que el funcionario cumple con la conducta culposa que
hace posible un actuar doloso de otro. Así tipificado el delito, la destrucción o
inutilización culposa de los sellos por el funcionario, no es punible. Tampoco
satisface las exigencias legales del hecho en el que el autor de la violación del
31

sello obra culposamente, sea funcionario o un particular. Ni es típica la violación


culposa directa, ni hay culpa de culpa.

Es preciso que aparezca una estrecha conexión entre la culpa del funcionario y
el hecho del tercero. Esa conexión debe ser objetiva. No puede hablarse de
conexión subjetiva, porque ella descartaría la culpa en el funcionario y el hecho
seria entonces dolosa valiéndose el autor de un tercero que actúa también
dolosamente.

XVII. SUSTRACCIÓN O INUTILIZACIÓN DE OBJETOS EN CUSTODIA.


(ART.255)
Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el que sustrajere, ocultare,
destruyere o inutilizare objetos destinados a servir de prueba ante la autoridad
competente, registros o documentos confiados a la custodia de un funcionario o
de otra persona en el interés del servicio público. Si el culpable fuere el mismo
depositario, sufrirá además inhabilitación especial por doble tiempo.

La acción dolosa del 1° párrafo consiste en sustraer, ocultar, destruir o inutilizar


objetos destinados a servir de prueba, registros o documentos confiados a la
custodia de un funcionario o de otra persona en el interés del servicio publico.

Sustraer es quitar la cosa de la esfera de custodia aunque sea


momentáneamente

Inutilizar consiste en impedir que los objetos cumplan el fin por el cual fueron
puestos en custodia.

Ocultar es esconder o hacer desaparecer el objeto, de modo que no pueda ser


encontrado o tenido a disposición en el momento en que debe ser utilizado.

El hecho se consuma con la sustracción, ocultación, destrucción o inutilizaron,


sin que se requiera resultado o consecuencia alguna, pues lo típico es quitar las
cosas de la custodia en que se encuentran. Es posible tentativa.
32

Objeto material de la acción son los objetos destinados a servir de prueba ante
la autoridad competente y los registros o documentos confiados a la custodia de
un funcionario o de otra persona en el interés del servicio publico. La palabra
objetos es amplia y comprensiva. Lo que aquí importa y debe haber determinado
la custodia es que estén destinados a servir de prueba.

Cuando se trata de documentos, es preciso no perder de vista los supuestos del


art. 173, inc. 8 y 294. Por el 1° se castiga a que cometa defraudación
sustituyendo, ocultando o mutilando algún proceso, expediente, documento u
otro papel importante. En el 2° se prevé la supresión o destrucción de un
documento de modo que puede resultar perjuicio.

Presupuesto de la acción es que los objetos, registros o documentos sean


confiados a la custodia de un funcionario o de otra persona en interés del servicio
público.

Autor de este delito en su forma dolosa puede ser cualquiera. Si el culpable es


el mismo depositario, funcionario o particular, le es aplicable además de la pena
privativa de libertad, inhabilitación especial por doble tiempo. El delito solo puede
ser cometido por el depositario.

El dolo en las figuras del 1° apartado se satisface con el conocimiento de la


situación y destino de la cosa o la característica de registro o documento y la
voluntad de quebrar la custodia. No es preciso que concurra animo especifico
alguno. Por el contrario, la concurrencia del animus rem sibi habendi podría, en
ciertas condiciones, hacer inaplicable esta disposición.
La figura culposa presenta la misma estructura que la correspondiente de la
violación de sellos, consistente en la conexión objetiva entre la culpa del
depositario y la ccion dolosa de un 3°.

Autor del hecho culposo puede ser únicamente el depositario, funcionario o


particular, según lo admite la posibilidad de la entrega en custodia en el 1°
párrafo del art. La pena es únicamente de multa. Cuando se trata de un
empleado o funcionario publico y el hecho suponga incompetencia en el
33

desempeño del cargo, podrá aplicarse la inhabilitación especial que prescribe el


art. 20 bis.

XVIII. EL COHECHO
La figura básica del cohecho pasivo. (art. 256)

Será reprimido con prisión de seis meses a dos años o reclusión de dos a seis
años e inhabilitación absoluta por tres a diez años el funcionario público que por
sí o por persona interpuesta recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare
una promesa directa o indirecta, para hacer o dejar de hacer algo relativo a sus
funciones, o para hacer valer la influencia derivada de su cargo ante otro
funcionario público, a fin de que éste haga o deje de hacer algo relativo a sus
funciones.

La acción consiste en recibir dinero o cualquier otra dádiva o aceptar una


promesa directa o indirecta.

Son dos las modalidades de la acción: recibir dinero o cualquier otra dádiva;
aceptar una promesa. En ambos casos, para que el funcionario haga algo
relativo a sus funciones o para que haga o deje de hacer algo relativo a sus
funciones o para que haga valer la influencia derivada de su cargo ante otro
funcionario publico, a fin de que este haga o deje de hacer algo relativo a sus
funciones.

Cuando se trata de recibir dinero o cualquier otra dádiva, sin que haya mediado
ofrecimiento anterior, el delito se consuma en el momento de la recepción. Si ha
mediado promesa de hecho queda ya perfeccionado al aceptarla, con
prescindencia de lo que lo prometido se cumpla o no. Cuando actúa una persona
interpuesta: se consuma en el momento de recibir esta dádiva o aceptar la
promesa. En este supuesto, se requiere que el tercero actúe con conocimiento y
consentimiento del funcionario.

Lo que se recibe es dinero o cualquier otra dádiva, y lo que se acepta es una


promesa.
34

Dádiva para unos, debe consistir en algo con significado económico, que mejore
el patrimonio o libere de una carga, en tanto que para otros comprende cualquier
beneficio, provecho o utilidad, con o sin valor económico.

La dádiva puede ser de cualquier naturaleza, siempre que signifique un beneficio


para el funcionario.

Autor de cohecho debe ser un funcionario publico, entendido en los términos del
art. 77 del C.P.

Se trata de un delito con codelincuencia necesaria cuando resulta del cohecho


pasivo

La exigencia de la codelincuencia corresponde únicamente al cohecho pasivo,


pues para el cohecho activo, basta con que el autor ofrezca para que el hecho
se perfeccione, sin necesidad de que haya otra persona que delinca. Lo dicho
en nada obsta a que cada uno de los autores necesariamente tenga a su vez
participes. Cualquier forma de participación es posible.

El cohecho es un delito doloso, y el dolo comprende la conciencia y voluntad de


recibir la dádiva como retribución ilícita por un acto del cargo.

La pena es prisión de 6 meses a 2 años o reclusión de 2 a 6 años de inhabilitación


absoluta por 3 a 10 años.

Cohecho pasivo de los jueces (art. 257)

Será reprimido con prisión de cuatro a doce años e inhabilitación absoluta y


perpetua, el juez que aceptare promesa o dádiva para dictar o demorar u omitir
dictar una resolución o fallo, en asunto sometido a su competencia.

Lo especifico de esta figura esta dado por la condición de autor y por la


naturaleza del hecho que es objeto del trato corrupto.
35

Autor del cohecho agravado puede ser únicamente un juez cualquiera sea su
competencia.

El juez acepta promesa o dádiva para dictar o demorar u omitir dictar una
resolución o fallo, en asunto sometido a su competencia.

Los términos dictar u omitir se corresponden con el hacer o dejar de hacer de la


figura básica.

La ley en este art. se refiere expresamente a la demora, que es un modo de dejar


de hacer temporariamente.

Debe tratarse de una resolución o fallo. Resolución es procesalmente una


expresión genérica que comprende cualquiera que afecte a las partes, sea
definitiva o interlocutoria, auto o decreto.

La decisión puede ser justo o injusta, eso no esta aquí en cuestión. Cuando el
hecho importa al mismo tiempo un prevaricado, ambos delitos concurren
formalmente.

XIX. COHECHO ACTIVO (ART. 258)


Será reprimido con prisión de seis meses a seis años, el que directa o
indirectamente, diere u ofreciere dádivas a un funcionario público, en procura de
la conducta reprimida por el artículo 256. Si la dádiva se hiciere u ofreciere a un
juez, la pena será de reclusión o prisión de dos a seis años. Si el culpable fuere
funcionario público, sufrirá además inhabilitación especial de dos a seis años en
el primer caso y de tres a diez años en el segundo.

Cohecho activo es independiente de la del pasivo, en el sentido de que no se


trata de 2 acciones absolutamente coincidentes que son siempre constitutivas
de un mismo hecho en el que intervienen 2 personas, cada una en su papel.
36

Para el cohechante la acción consiste en dar u ofrecer dádiva a un funcionario


público o a un juez. No puede decirse que esta conducta guarda perfecto
paralelismo con la del cohecho activo, pues el delito se consuma, cuando se trata
de ofrecer, en el momento del ofrecimiento, sin necesidad de captación por parte
del funcionario, en tanto que este último es lo que perfecciona el delito de los
art. 256 y 257.

No hay aquí codelincuencia necesaria como en el cohecho pasivo.


Lo que se persigue con el ofrecimiento o entrega de la dádiva es que el
funcionario cumpla la conducta reprimida por el art. 256, es decir, que haga o
deje de hacer algo relativo a sus funciones o que haga valer la influencia derivada
de su cargo para que otro funcionario haga o deje de hacer algo relativo a sus
funciones. Cuando se trata de un juez, para que dicte, demore u omita una
resolución o fallo en asunto sometido a su competencia. Con respecto a la
naturaleza de estos actos, nos remitimos a lo dicho al ocuparnos del cohecho
pasivo.

Autor de este delito puede ser cualquiera, inclusive un funcionario publico. La


dádiva puede ser dada u ofrecida directa o indirectamente. La figura del cohecho
activo coordina la del pasivo, y puede haber mas de 1 persona interpuesta.
También el cohecho activo en si admite cualquier forma de participación
conforma con los principios generales.

El cohecho es un delito doloso, y la dádiva ha de haber sido dada u ofrecida para


que el funcionario o el juez cumplan en un acto posterior las conductas típicas
previstas, respectivamente, en los art. 256 y 257

La aceptación y el ofrecimiento de dádivas en consideración al oficio. (art. 259)


Será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación absoluta de uno
a seis años, el funcionario público que admitiere dádivas, que fueran entregadas
en consideración a su oficio, mientras permanezca en el ejercicio del cargo.

El que presentare u ofreciere la dádiva será reprimido con prisión de un mes a


un año.
37

La acción del primer párrafo consiste en admitir dádivas que son presentadas al
funcionario en razón de su oficio.
Admitir equivale a aceptar.

El delito se consuma al admitir la dádiva.


No es imaginable la tentativa.
Sujeto activo del delito debe ser funcionario publico mientras permanezca en el
ejercicio de su cargo. El hecho es doloso.

La acción prevista en el segundo párrafo del art. 259 consiste en presentar u


ofrecer una dádiva a un funcionario público en consideración a su oficio.

Presentar quiere decir poner a disposición Ofrecer es proponer, darEl delito se


consuma con el acto de presentar u ofrecer la dádiva, con prescindencia de que
sea aceptada o no. El hecho se perfecciona en momentos distintos cuando se
trata de la acción de admitir y la de presentar u ofrecer la dádiva. En este aspecto
los tipos guardan paralelismo con los del cohecho activo y pasivo.

Sujeto pasivo de este delito puede ser cualquiera, inclusive un funcionario


publico, si bien se prevé para el caso inhabilitación, y no parece que el hecho
caiga dentro de ninguno de los supuestos del art. 20 bis. El delito es doloso.

CAPITULO II
I. MALVERSACIÓN DE CAUDALES PÚBLICOS
Objetos material. Caudales o efectos públicos y bienes equiparados.
Bienes públicos.

El termino caudales es entendido por nuestra doctrina en un sentido que


comprende toda clase de bienes.
38

Los caudales y efectos deben ser públicos, ya sean pertenecientes a la Nación,


las pcia. o los municipios.

Según el punto de vista de la tesis del riesgo, fondos públicos son los del fisco
nacional, pcial. o municipal, en cuanto no están afectados a empresas de tipo
comercial, como ocurre con ciertas instituciones autarquías.

Cuando el estado emplea sus fondos en actividades de tipo financiero, asume


las responsabilidades propias de ellas, y seria absurdo que dispusiera, al mismo
tiempo, de las ventajas de la libre empresa y las garantías de los actos de
autoridad. La malversación supone un capa protectora mayor para los bienes del
fisco, que no parece justo mantener cuando se ha dado a los fondos el destino
señalado.

II. BIENES COMPRENDIDOS POR EL ART. 263


Quedan sujetos a las disposiciones anteriores los que administraren o
custodiaren bienes pertenecientes a establecimientos de instrucción pública o de
beneficencia, así como los administradores y depositarios de caudales
embargados, secuestrados o depositados por autoridad competente, aunque
pertenezcan a particulares.

Lo que aquí se equipara son los bienes, en razón del interés de que sean objeto
de mayor protección por su pertenencia y destino o por la situación en que se
encuentran, y en relación con ello, la función asignada a su autor.

La disposición se refiere a los administrados y depositarios de caudales


embargados, secuestrados o depositados por autoridad competente. Cualquier
otro administrador o depositario queda sometidos a las disposiciones del titulo
de los delitos contra la propiedad. Requisito indispensable para que pueda
cometerse es que tanto el acto del embargo, secuestro o deposito, como la
designación de administrador o depositario tanga plena validez. No se requiere
condición particular alguna en el autor, que puede ser el propio dueño.
39

 El delito tendrá como requisito en los casos de los administradores o


depositarios el previo conocimiento consentimiento del interesado.

 El autor y la relación funcional con los bienes

 Los tipos de malversación, limitan la condición del posible sujeto pasivo a


los funcionarios que por la naturaleza de su cargo están legalmente
facultados para administrara, percibir o custodiar bienes públicos.

 La relación funcional aparece claramente indicada en el art. 261, al


señalarse que los caudales o efectos deben haber sido confiados al
funcionario por razón de su cargo. Se trata de funcionario que tiene
competencia para ello, a quien corresponde legalmente el manejo,
percepción, administración o custodia de bienes.

DESTINO INDEBIDO DE FONDOS PÚBLICOS. (ART. 260)

Será reprimido con inhabilitación especial de un mes a tres años, el funcionario


público que diere a los caudales o efectos que administrare una aplicación
diferente de aquella a que estuvieren destinados. Si de ello resultare daño o
entorpecimiento del servicio a que estuvieren destinados, se impondrá además
al culpable, multa del veinte al cincuenta por ciento de la cantidad distraída.

La acción consiste en dar una aplicación diferente de aquella a que están


destinados los caudales o efectos que administra el funcionario público.

La acción propiamente dicha es la misma para el 1° y el 2° párrafo. En este se


agrega un resultado: daño o entorpecimiento del servicio a que estuvieren
destinados los fondos. Se trata de un cambio de destino que los fondos tienen
fijados, sin lucro ni fin de lucro para el autor o para un tercero.

El destino que se da a los fondos debe ser público.


En el supuesto del 1° párrafo el hecho queda consumado con el empleo o
inversión de los fondos. Es un delito de peligro. La modalidad agravada del 2°
40

párrafo se perfecciona al causarse daño o entorpecimiento del servicio al que los


fondos estuvieren destinados.

El daño a que la ley se refiere no es preciso que sea de apreciación económica:


es suficiente pensar que esta equiparado a él el entorpecimiento del servicio.

Presupuesto de esta malversación es que los fondos tengan asignado destino.


El destino puede, pues, ser establecido por ley, decreto, ordenanza o resolución
de autoridad competente.

No existiendo imputación especifica, la preferencia queda librada a la


apreciación del funcionario y falta el presupuesto para la malversación.

En lo que se refiere al significado de los términos caudales o efectos, lo mismo


que la relación funcional impuesta específicamente en el caso por la indicación
de que debe tratarse de bienes que el funcionario administre.

Autor de este delito debe ser un funcionario o empleado público o alguna de las
personas equiparadas para el art. 263 a los fines de este delito y del art. 261 y
262. Para que se trate de la figura que nos ocupa, el autor debe tener cierta
facultad dispositiva sobre los fondos.

El hecho es doloso. La forma culposa prevista en el art. 262 solo alcanza al


funcionario que por negligencia haya dado ocasión a que se cometa el peculado
del art. 261. El dolo debe abarcar el conocimiento de que los bienes tienen
asignada una imputación concreta

El peculado. (Art. 261)


Será reprimido con reclusión o prisión de dos a diez años e inhabilitación
absoluta perpetua, el funcionario público que sustrajere caudales o efectos cuya
administración, percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su
cargo.
41

Será reprimido con la misma pena el funcionario que empleare en provecho


propio o de un tercero, trabajos o servicios pagados por una administración
pública.

La acción consiste en sustraer caudales o efectos cuya administración,


recepción o custodia la haya sido confiada al funcionario publico por razones de
su cargo.

Se trata de un delito instantáneo de resultado material consistente en la


causación de una lesión patrimonial, que no es preciso que sea definitiva. El
delito queda perfeccionado al causarse el perjuicio.

Creemos que la tentativa es posible.

Al definir el peculado en el art. 261, la ley se refiere a la sustracción de caudales


o efectos cuya administración, percepción o custodia la haya sido confiada al
autor por razón de su cargo.

Administrar supone disponer y, en cierto caso también destinar los bienes que
son objeto material del peculado.

Percepción es la facultad de recibir bienes para la administración publica.


La custodia es el cuidado y vigilancia de las caudales o efectos.

Autor de peculado puede ser un funcionario publico en la relación funcional que


antes se señalo o que administre o custodie bienes que se encuentran en alguna
de las situaciones previstas en el art. 263, aunque pertenezcan a particulares.

El delito del 1° párrafo del art. 261 es doloso. No se requiere animo alguno
especifico; es suficiente el conocimiento de que se actúa como funcionario y de
que los bienes de que se trata, que pertenecen a la administración publica, le
han sido confiados a alguno de los títulos que la norma indica, y la voluntad de
sustraer. Basta el dolo condicionado. El error sobre alguno de los puntos de
conocimiento señalados cambia el titulo delictivo.
42

Aprovechamiento por funcionarios de trabajos o servicios públicos.


El segundo párrafo del art. 261 determina la misma pena del 1° párrafo para el
funcionario que empleare en provecho propio o de un tercero, trabajos o servicios
pagados por una administración pública.

La acción consiste en emplear en provecho propio trabajos o servicios pagados


por una administración publica.

Emplear quiere decir ocupar o negar. Y lo que se emplea son trabajos o servicios.

Trabajo hace referencia a mano de obra.


Servicios se corresponde con la actividad que se cumple, manual o
intelectualmente, siempre que no este determinada por la sola construcción de
algo. Los servicios pueden ofrecer múltiples matices, que van desde el domestico
hasta el de los profesionales y técnicos, y dentro de eses actividades pueden ser
encomendados trabajos.

El hecho se consuma con el aprovechamiento, sin necesidades de que se


produzcan otro perjuicio que la distracción de esos trabajos o servicios.
La exigencia de que los servicios o trabajos sean pagados por una
administración publica, es lo que da el matiz característico de este delito.
No es indispensable que las personas que se emplean sean funcionarios o
empleados públicos; lo típico es quien los paga.

Autor de este delito debe ser un funcionario publico. Los servicios o trabajos
pueden ser empleados en provecho propio o de tercero. Pero el que los emplea
es siempre el funcionario. Y esta es la acción. El tercero debe ser ajeno a la
administración publica.

No es necesario que el autor sea quien debe pagar, ni que las personas cuyos
trabajos o servicios se emplean están en relación de dependencia jerárquica con
él.
43

La participación es posible y se rige por los principios generales, con las


modalidades que caracterizan a los delitos de los funcionarios públicos.
La culpabilidad. Es un hecho doloso. El dolo debe abarcar el conocimiento de
que los servicios o trabajos son pagados por una administración publica y que
los mismos los utiliza el funcionario en su beneficio o en el de un tercero que no
tiene derecho a ellos. Al tiempo que esos conocimientos llevan implícita la
conciencia de que se obtiene o persigue un provecho, el error sobre cualquiera
de los aspectos señalados excluye el dolo. No es indispensable que el provecho
constituya una ventaja de carácter patrimonial.

III. LA FIGURA CULPOSA. (ART. 262)


Será reprimido con multa del veinte al sesenta por ciento del valor sustraído, el
funcionario público que, por imprudencia o negligencia o por inobservancia de
los reglamentos o deberes de su cargo, diere ocasión a que se efectuare por otra
persona la sustracción de caudales o efectos de que se trata en el artículo
anterior.

Autor culposo de peculado es el funcionario negligente, condición que no alcanza


al 3°, pues este actúa dolosamente y no siendo un funcionario o no estando en
relación funcional con los bienes, cometerá un delito contra la propiedad, que
será uno u otro según las circunstancias. El autor debe estar en reacción
funcional con los bienes que son objeto de la sustracción, en la misma medida
que para el peculado.

La conducta del 3° es dolosa.: lo que se prevé es la sustracción de caudales o


efectos de que trata el art. 261. La connivencia con el autor, elimina la posibilidad
de culpa, de modo que este pasa a ser autor de peculado doloso, y el tercero
cómplice primario, de acuerdo con los principios generales.
La pena revista es únicamente de multa, la que no tiene limite, pues se fija entre
el 20 y el 60% del valor sustraído.

Demora en el pago y negativa a entregar bienes. (art. 264)


44

Será reprimido con inhabilitación especial por uno a seis meses, el funcionario
público que, teniendo fondos expeditos, demorare injustificadamente un pago
ordinario o decretado por autoridad competente.

En la misma pena incurrirá el funcionario público que, requerido por la autoridad


competente, rehusare entregar una cantidad o efecto depositado o puesto bajo
su custodia o administración.

El delito del primer párrafo es denominado por la doctrina demora injustificada


de pago.

La acción consiste en demorar un pago ordinario o decretado por autoridad


competente. Se trata de una demora, lo cual no puede ir mas allá de una
desobediencia. Si la demora respondiera al cambio de destino publico de los
fondos o a sus sustracciones por el funcionario que los administra, custodia o
percibe por razón de su cargo, serán aplicables las previsiones de la
malversación o el peculado, de los cuales la demora en el pago solo será una
consecuencia.

El hecho se consuma con la demora. No se necesita mas, pues es ese el verbo


que define la acción. El tipo se configura con una omisión. El requerimiento del
2°párrafo, no tiene aplicación a la figura del 1°.

La demora debe ser justificada, luego de señalar que el autor debe tener fondos
expeditos, lo que constituye un presupuesto del delito. La demora puede ser
justificada por motivos distintos a la falta de fondos.

Fondos expeditos son fondos suficientes disponibles y destinados a los pagos


que el autor demora Naturalmente, si existe justificación, no puede pensarse en
un hecho ilícito.

Objeto de la demora son los pagos ordinarios o los decretados por autoridad
competente. Son ordinarios o los decretados por autoridad competente.
45

Son ordinarios los que la administración publica hace habitual y periódicamente,


que no son motivo de una decisión especial e cada caso, como por ejemplo, los
sueldos.

Pagos decretados son los que dispone una resolución especial, como puede ser
la cancelación de una factura de un proveedor del estado o la orden de pago
dispuesta en juicio.

La demora puede consistir tanto en no dar la orden de pagar, como en no


efectuar el pago ordenado.

Autor es el funcionario publico que tiene a su cargo efectuar los pagos. En el


caso de que el pago requiera la intervención de mas de un funcionario, podrá ser
autor todos los que son causantes de la demora. Si solo es atribuible a uno o
algunos, para los demás el hecho es atípico.

La previsión de la segunda figura del art. 264 consiste en rehusarse a entregar


una cantidad o efecto depositado o puesto bajo la custodia o administración del
autor.

Autor es el funcionario público que ha sido puesto en la tenencia o disposición


material de los bienes a alguno de los títulos que indica la ley: deposito, custodia
o administración.

La acción consiste en rehusar la entrega. El tipo se limita a esa conducta y el


delito se consuma con la negativa. No se requiere provecho del autor, ni daño
para la administración distinta de la perturbación del servicio que el hecho puede
causar. Es una autentica desobediencia.

Es presupuesto de acción típica de rehusar entregar, que el funcionario haya


sido requerido por la autoridad competente. Este requisito es siempre necesario
en la forma que administrativamente corresponde. Por lo demás, aunque la
46

aclaración pueda resultar sobrada, debe partir de autoridad competente, según


la indica la disposición.

Subjetivamente el hecho es doloso, y el dolo comprende el conocimiento de la


obligación de entregar y de la existencia del requerimiento valido. No se señala
ningún anima especial: en cambio debe excluirse el de apropiación.

7. Negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones Públicas.


El bien jurídico tutelado es la Adam. Publica, y especialmente la lealtad de los
funcionarios y empleados del estado, expuesta a través de su prescindencia e
imparcialidad.

LA PREVISIÓN LEGAL. (ART. 265)


Será reprimido con reclusión o prisión de dos a seis años e inhabilitación
absoluta de tres a diez años, el funcionario público que, directamente, por
persona interpuesta o por acto simulado, se interesare en cualquier contrato u
operación en que intervenga por razón de su cargo.

Esta disposición será aplicable contadores particulares respecto a los peritos y


de los bienes en cuya tasación, partición o adjudicación hubieren intervenido y a
los tutores, curadores, albaceas y síndicos respecto de los pertenecientes a
pupilos, curados, testamentarias o concursos.

Autor de este delito debe ser un funcionario o empleado publico en los términos
del art. 77. Puede pertenecer a la adm. Nac. Pcial. o municipal y a cualquiera de
los 3 poderes.

La actividad puede ser cumplida por persona interpuesta; esto será lo mas
frecuente. Pero autor es el funcionario. La ley dice: el funcionario público que,
directamente, por persona interpuesta o por acto simulado. Aunque
doctrinariamente se ha puesto en cuestión la punibilidad del intermediario
creemos que en el dcho. Argentino es punible de acuerdo con los ppios. grales.
de la participación, si obra con dolo naturalmente. Por lo común, habrá prestado
una cooperación sin la cual el hecho no habría podido cometerse. En cuanto al
47

acto simulado, es aquel que contiene una dirección deliberadamente discordante


de la voluntad real, a fin de producir la simple apariencia de un negocio jurídico
o de ocultar mediante el negocio aparente aquel efectivamente querido.

El segundo párrafo del art. 265, se extiende los efectos de la disposición a los
peritos y contadores respecto de los bienes en cuya tasación, partición o
adjudicación intervenido y a los tutores, curadores, albaceas y síndicos respecto
de los pertenecientes a pupilos, curados, testamentarias o concursos.
La previsión resulta así aplicable a los peritos y contadores solo respecto de los
bienes cuya tasación o adjudicación les hubiera sido encomendada
particularmente.

La intervención interesada del contador y del perito ha de ser posterior a la


tasación, participación o adjudicación, ya que el verbo intervenir esta utilizado en
pretérito.

Con respecto a los tutores, curadores, albaceas y síndicos, han de serlo en los
términos de la ley civil o comercial.

No parece dudoso que también en los supuestos de este segundo párrafo que
comentamos, el hecho puede cometerse por persona interpuesta, en cuyo caso
la actuación delegada del perito o contador puede ser simultanea a la
participación, tasación o adjudicación.

La acción consiste en interesarse en un contrato u operación n que el autor


intervenga por razón de su cargo. El verbo interesarse con el que se define la
conducta típica, tiene generalmente mas de 1 sentido: se interesa en un contrato
u operación quien pide que se resuelva con rapidez.

El interés debe ser económico. En este sentido son significativos los


antecedentes de la norma que fijaban pena de multa cuyo monto era
proporcional a valor de la parte que el autor hubiese tomado en el negocio. A ello
debe agregarse la denominación del capitulo, en la que se emplea la palabra
"negociación".
48

El delito se consuma al interesarse, al momento que puede prolongarse en el


tiempo con las características de los delitos permanentes. Carece de significado
que el fin perseguido se logre a no. La doctrina ha señalado a este delito el
carácter de formal. No es posible la tentativa.

El acto objeto del interés del funcionario ha de ser un acto propio de la adm.
publica. De modo que debe ser en sí mismo un acto ilícito.

Subjetivamente la negociación incompatible es dolosa. De modo que el error y


la ignorancia esenciales, aun culpable, excluyen la aplicación del art.265. Debe
mediar un móvil económico.

El dolo no tiene porque abarcar un perjuicio a la adm. publica, que el delito


tampoco tiene porque causar o perseguir. El móvil de lucro es perfectamente
posible sin perjuicio para nadie. Quien obtiene un contrato de suministro a
precios ventajosos para la adm. que los favorecidos por cualquier otro proveedor,
no causa perjuicio alguno, en tanto obtiene el normal beneficio de la operación.

 Las exacciones ilegales


Exacción significa el hecho de exigir, con aplicación a impuestos, prestaciones,
multas o deudas. En las exacciones, la entrega se hace con voluntad constreñida
por el temor.

Concusión es la exacción arbitraria hecha por un funcionario público en provecho


propio. A esos significados responden, en términos generales, las disposiciones
del código.
La característica más peculiar y distintiva de las exacciones radica en la
exigencia de lo que indebidamente se recibe. Esto en lo que hace a la diferencia
con otros delitos de los funcionarios públicos, especialmente con el cohecho.

En las exacciones el autor debe ser, efectivamente un funcionario público.


En las exacciones el funcionario abusa de su cargo como medio de coacción.
49

La jurisprudencia ha entendido que se comete exacción toda vez que el autor,


abusando de su autoridad e invocando su condición de funcionario, exige para
si sumas de dinero.

 Las exacciones. (art. 266)


Será reprimido con prisión de uno a tres años e inhabilitación especial de uno a
cinco años, el funcionario público que, abusando de su cargo, exigiere o hiciere
pagar o entregar indebidamente, por sí o por interpuesta persona, una
contribución, un derecho o una dádiva o cobrase mayores derechos que los que
corresponden.

La acción consiste en exigir, hacer pagar o entregar indebidamente una


contribución, un derecho o una dádiva o en cobrar mayores derechos que los
que corresponden.

El hecho puede ser cometido por cualquier medio, excepción hecha de aquellos
que cualifican el delito y que están previstos en el art. 267, a saber: empleando
intimación o invocando orden superior, comisión, mandamiento judicial u otra
autorización legitima.

El hecho se consuma con la exigencia, sin que sea necesario que la entrega se
logre.

El delito se consuma al exigir.

Exigir es una de sus acepciones, significa demandar imperiosamente.

Objeto material de la exacción debe ser una contribución, un derecho o una


dádiva o mayores derechos de los que corresponden.

La inclusión de dádiva en el art. 266 ha dado motivo a mas de una interpretación.


Soler piensa que no debe descartarse la posibilidad de que un funcionario exija
la contribución o la dádiva indebida y que efectivamente la invierta en el servicio
público, único caso que es aplicable el art. 266.
50

Debe tenerse en cuenta, asimismo, que el art. 266 no usa el termino exacciones,
sino que solo menciona las diversas exigencias según se trate de contribuciones,
derechos.

Autor de estos delitos debe ser un funcionario publico que exige o hace pagar o
se entrega a la actividad funcional.

La condición de autor no se satisface cuando solo se invoca o simula un función


o cargo publico.

La norma del art. 266 admite expresamente que el funcionario pueda actuar por
si o por persona interpuesta. Este ultimo tiene el carácter de participe.

Subjetivamente el hecho es doloso. El funcionario ha de actuar abusando de su


cargo y, prevaleciéndose de ello, requerir algo a lo que no tiene derecho, sea
para beneficiar al estado, cuando se trata de una contribución o de un derecho,
sea para si mismo cuando exige una dádiva.

El adverbio indebidamente, empleado en el tipo, traduce aquí en la exigencia


subjetiva de que el autor sepa que lo que reclama no se debe.
Están excluidas las formas culposa.

 LAS MODALIDADES CUALIFICADAS. (ART. 267)


Si se empleare intimidación o se invocare orden superior, comisión,
mandamiento judicial u otra autorización legítima, podrá elevarse la prisión hasta
cuatro años y la inhabilitación hasta seis años.

La acción consiste en exigir o hacer pagar o entregar una contribución, un


derecho o una dádiva o en cobrar mayores derechos de los que correspondían
empleando para ello intimidación o invocando orden superior, comisión,
mandamiento judicial u otra autorización legitima.
51

La exigencia de la legitimidad debe entenderse en el sentido de que la orden,


comisión, etc. sean invocados como tales, ya que de serlo realmente no habría
posibilidad de hacer pagar o entregar antijurídicamente.

Estas modalidades de las exacciones agregan a su ejecución un medio que esta


a lo menos tan próximo al engaño como la intimidación.

 LA CONCUSIÓN. (ART. 268)


Será reprimido con prisión de dos a seis años e inhabilitación absoluta perpetua,
el funcionario público que convirtiere en provecho propio o de tercero las
exacciones expresadas en los artículos anteriores.

La acción es compleja: la norma da por cumplido el tipo del articulo 266 y 267,
es decir, exigir, hacer pagar o entregar indebidamente una contribución o una
dádiva o cobrar mayores derechos de los que corresponden. A ello agrega el art.
268, como acción especifica, que el autor convierta la exacción en provecho
propio o de tercero. Con respecto a la primera parte de la conducta punible.

El hecho se consuma en el momento de disponer el autor de lo obtenido o en el


de no ingresado a las arcas fiscales, si hay un termino para ello. Se trata, en
realidad, de algo que se refiere o es objeto de apropiación, de modo que en
momento determinante también puede motivar la necesidad de una intimación.
Autor de este delito es el funcionario publico que ejecuto la exacción. Si su
apropiación fuere cometida por una persona distinta el hecho podrá configurar
otro delito, pero no concusión, puesto que faltaría de parte del tercero la
exigencia a nombre del estado que caracteriza el delito inicial y no podría
hablarse para el de convertir.

La exacción puede convertirse en provecho propio o de un tercero, pero autor es


el funcionario. Es posible la participación.

Subjetivamente, la concusión es un delito doloso, bastando la conducta y la


voluntad de convertir el objeto de la exacción en provecho propio o de 3°.
Enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados
52

Utilización de informaciones oficiales reservadas con fines de lucro (art. 268 (.


Será reprimido con la pena del artículo 256, el funcionario público que con fines
de lucro utilizare para sí o para unas terceras informaciones o datos de carácter
reservado de los que haya tomado conocimiento en razón de su cargo.

El autor. Exigencia de esta figura es el carácter de funcionario publico como


condición objetiva del autor.

Cualquier funcionario publico puede ser sujeto activo.


El autor debe participar del ejercicio de sus funciones tanto al tiempo de tomar
conocimiento, como al de utilizarlo.

La ley tiene por autor solo al funcionario publico aunque la acción material halla
sido ejecutada por otro que no tenga tal carácter. Esta 2° persona puede ser un
instrumento, consiente o no del funcionario pero este es el único que puede llegar
al conocimiento de la utilización de los datos en forma típica.
La acción consiste, en utilizar para si o para uno 3°, informaciones o datos de
carácter reservados de los que haya tomado conocimiento en razón del cargo.
El núcleo del tipo consiste aquí en utilizar, es decir, en obtener un provecho del
uso de algo.

Son operaciones que, consideradas con independencia del conocimiento


funcional, tienen toda la apariencia de un hecho licito.
No se trata de haber obtenido una contraprestación "por la noticia", sino por
haberla usado para lograr un beneficio.

El delito se consuma al utilizar el dato o informe con fines de lucro. No se requiere


consecuencia o resultado alguno. Menos aun perjuicio económico para la adm.
publica, que lo común será que no se cause. Es viable la tentativa.
Objetivo material del conocimiento obtenido y utilizado, debe ser un informe o
dato de carácter reservado.
53

El dato o informe debe ser de carácter reservado, es decir, de aquellos cuya


comunicación, a personas ajenas al ámbito funcional que los posee esta
prohibida.

Subjetivamente el delito 268 (1) es doloso. La norma señala un elemento


subjetivo especifico que debe acompañar al dolo: el fin de lucro. Es el animo que
inspira la acción. Eso es lo típico; que se obtenga o no beneficio cae fuera del
tipo.

Enriquecimiento ilícito. (art. 268 (2)).

268/2. Será reprimido con reclusión o prisión de dos a seis años e inhabilitación
absoluta de tres a diez años, el que al ser debidamente requerido, no justificare
la procedencia de un enriquecimiento patrimonial apreciable suyo o de persona
interpuesta para disimularlo, posterior a la asunción de un cargo o empleo
público. La prueba que ofrezca de su enriquecimiento se conservará secreta, a
su pedido, y no podrá ser invocada contra él para ningún otro efecto.

La persona interpuesta para disimular el enriquecimiento será reprimida con


prisión de uno a cuatro años.

La acción. Lo que la ley castiga es el hecho de enriquecerse ilícitamente, aunque


el no justificar ese enriquecimiento sea una condición de punibilidad.
El delito se consuma, pues, con el enriquecimiento. La tentativa no resulta
punible puesto que nada hay que justificar.

El enriquecimiento patrimonial puede consistir en un aumento del activo o en una


disminución del pasivo y ha de haber tenido lugar durante el tiempo en que se
desempeño la función publica: posterior a la asunción de un cargo publico.
El funcionario o ex funcionario debe ser debidamente requerido para que
justifique la procedencia (licita) de la enriquecimiento suyo o de persona
interpuesta para disimularlo. La ley no dice de quien debe partir el requerimiento.
54

La prueba de que el requerido se valga para justificar la licitud de la procedencia


del acrecentamiento patrimonial, puede ser de cualquier naturaleza; la ley no
contiene limitaciones.

Sujeto activo de este delito puede ser únicamente el funcionario o empleado


publico mientras que pertenece en el cargo. La persona interpuesta es un
participe amenazado con pena sensiblemente menor. El requerimiento puede
ser formulado luego de que el funcionario hace cesado en su cargo.
El hecho es doloso tanto para el funcionario como para el personero y debe
abarcar el conocimiento del origen ilícito de aquello que constituye el
enriquecimiento.

 El prevaricato
Se trata de hechos contrarios a la adm. publica y , especialmente, a la adm. de
justicia. Aunque estos delito lesionen, generalmente, intereses particulares, el
daño que experimenta la adm. es el que prevalece para establecer la objetividad
jurídica del hecho.

El prevaricato del los jueces y personas equiparadas (art. 269)


Sufrirá multa de [tres mil a setenta y cinco mil pesos] e inhabilitación absoluta
perpetua el juez que dictare resoluciones contrarias a la ley expresa invocada
por las partes o por él mismo o citare, para fundarlas, hechos o resoluciones
falsas.

Si la sentencia fuere condenatoria en causa criminal, la pena será de tres a


quince años de reclusión o prisión e inhabilitación absoluta perpetua.

Lo dispuesto en el párrafo 1 de este artículo, será aplicable, en su caso, a los


árbitros y arbitradores amigables componedores.

La acción descripta en el 1° parr. del art. 269 consiste en dictar resoluciones


contrarias a la ley expresa invocada por las partes o por el mismo juez o en citar
para fundar una resolución hecho o resoluciones falsas.
55

Son dos formas de delito, que responden respectivamente a las modalidades del
llamado prevaricato de derecho y prevaricato de hecho. En ambos supuestos la
acción propiamente dicha consiste en dictar resoluciones. En un caso son
contrarias a la ley expresa invocada; en el otro se funda en hechos y resoluciones
falsas.

La invocación o la cita debe ser hecha en una resolución: es decir, en ejercicio


de la función especifica de administrar justicia.

Toda resolución judicial en la que se decida sobre una cuestión sometida a juicio
es susceptible de prevaricato. Quedan excluidas las decisiones tomadas en
función de superintendencia, con las cuales eventualmente podrá cometer el
juez abuso de autoridad. El art. requiere, en su primera modalidad que la
resolución sea contraria a la ley expresa invocada por las partes o por el mismo
juez.

La segunda modalidad del prevaricato es la de hecho, consistente en citar


hechos o resoluciones falsas.
Debe mediar una relación entre el hecho o resoluciones falsas citada y el modo
de decidirse el asunto sometido a conocimiento del juez.

Es un delito instantáneo que se consuma en el momento de dictarse la


resolución, con independencia de que se cause daño o de que sea susceptible
de recurso. La revocatoria en una instancia superior nada significa para la
configuración del delito. No parece imaginable la tentativa.

El aspecto subjetivo requiere una consideración especial en esta figura. El


prevaricato es un delito doloso. Ese dolo esta constituido, no solamente por el
conocimiento que tiene el juez de los hechos sometidos a su decisión, si no,
también, por sus propios conocimientos y la voluntad de obrar en contra de ellos.

 PRISIÓN PREVENTIVA ILEGAL (ART. 270)


Será reprimido con multa de [dos mil quinientos a treinta mil pesos] e
inhabilitación absoluta de uno a seis años, el juez que decretare prisión
56

preventiva por delito en virtud del cual no proceda o que prolongare la prisión
preventiva que, computada en la forma establecida en el artículo 24, hubiere
agotado la pena máxima que podría corresponder al procesado por el delito
imputado.

La acción consiste en decretar prisión preventiva por delito en virtud de cual no


procede o en prolongar la prisión preventiva que es procedente, por mas tiempo
que el que corresponde a la pena max. fijada para el delito, de acuerdo con el
computo determinado en el art. 24 del C.P.

Cuando se trata de la prisión preventiva por delito por el cual no procede, no


basta con la decisión que contiene el pronunciamiento, el cual puede ser dictado
a otros efectos, sino que es preciso que tenga lugar la efectiva detención.

El hecho se consuma al hacerse efectiva la detención o en el momento en que


el termino de la prisión preventiva sobrepase el max. de la escala penal
amenazada para el delito de que se trata. El resultado dañoso es aquí
indispensable.

El aspecto subjetivo presenta un problema de interés. Parte de nuestra doctrina


lo considera un delito doloso.

Si fuera dolosa, debiera ser sancionada con una escala penal mayor que la que
corresponde al prevaricato simple y menor que la determinada para los casos de
condena en causa criminal, puesto que decretar una prisión preventiva ilegal es
mas grave que las formas de prevaricato simple, pero indudablemente menos
grave que una condena en juicio penal.

Por otra parte los delitos de privación de libertad simple y abuso de libertad,
hechos ambos que quedarían comprendidos en esta modalidad de prevaricato,
de ser dolosos, están amenazados con pena privativa de libertad, mientras la
norma determina solamente multa.
Autor de este delito solo puede ser un juez competente en materia penal o
correccional.
57

 EL PREVARICATO DE LOS AUXILIARES DE LA JUSTICIA (ART. 271)

Será reprimido con multa de [dos mil quinientos a treinta mil pesos] e
inhabilitación especial de uno a seis años, el abogado o mandatario judicial que
defendiere o representare partes contrarias en el mismo juicio, simultánea o
sucesivamente, o que de cualquier otro modo perjudicare deliberadamente la
causa que le estuviere confiada.

La acción consiste en defender o representar partes contrarias en el mismo juicio


o en perjudicar, de cualquier modo, la causa que se ha confiado al abogado o
mandatario judicial.

Quedan comprendidos los juicios de cualquier fuero y la actuación puede ser


simultanea o sucesiva. Están excluidos los abogados que hallan sido
consultados por ambas partes, al margen de la actuación judicial.

El hecho se consuma en el momento de causarse un perjuicio. Se trata de un


delito material.

Sujeto activo pueden ser los abogados y mandatarios que actúan en juicio. La
actuación puede tener lugar en forma ostensible o encubierta por una tercera
persona.

9. Denegación y retardo de justicia


Denegación y retardo de justicia (art. 273)
Será reprimido con inhabilitación absoluta de uno a cuatro años, el juez que se
negare a juzgar so pretexto de obscuridad, insuficiencia o silencio de la ley.

En la misma pena incurrirá el juez que retardare maliciosamente la


administración de justicia después de requerido por las partes y de vencidos los
términos legales.
58

La denegación de justicia. El primer párrafo del art. 273 reprime con inhabilitación
absoluta de 1 a 4 años al juez que se negare a juzgar so pretexto de obscuridad,
insuficiencia o silencio de la ley.
Sujeto de este delito debe ser un juez, comprendiendo también a los magistrados
de todas las instancias y de los tribunales unipersonales o colegiados.

La acción consiste en negarse a juzgar. Y esa negativa ha de pretextar oscuridad


insuficiencia o silencio de la ley.

La acción no consiste en no juzgar, sino en negarse a hacerlo.


El hecho se consuma con la simple negativa pues queda cumplido el verbo que
constituye el núcleo del tipo. No se requiere la causación de perjuicio alguno. La
tentativa no es posible.
Subjetivamente la denegación de justicia del 1° parr. de art. 273, es un delito
doloso.

 EL RETARDO DE JUSTICIA. EL 2° P. DEL ART.273.


Autor de este delito debe ser un juez.
La acción propiamente dicha consiste en retardar la administración de justicia.
El vencimiento de los términos sin que el juez se pronuncie, por si solo, no
configura delito.

Tampoco se satisface el tipo con el requerimiento de las partes, si los términos


no están vencidos, pues en tal caso el pedido no obliga al juez.

El hecho se consuma cuando el juez incurre en retardo después de vencidos los


términos legales y de haber sido requerido por las partes.

No se requiere la producción de perjuicio alguno. No es posible la tentativa.


El hecho es doloso y el retardo debe haber sido malicioso.

Incumplimiento del deber de persecución y represión de delincuentes. (art. 274)


El funcionario público que, faltando a la obligación de su cargo, dejare de
promover la persecución y represión de los delincuentes, será reprimido con
59

inhabilitación absoluta de seis meses a dos años, a menos que pruebe que su
omisión provino de un inconveniente insuperable.

Se trata de un delito de omisión. La acción consiste en no promover la


persecución y represión de delincuentes, cuando el cargo impone esa obligación.

El delito queda consumado con la omisión, independiente de los resultados (la


no obtención del delincuente).

El sujeto activo de este delito puede ser el funcionario publico cuyo deber
especifico comprenda la persecución y represión de los delincuentes.

Subjetivamente, el hecho es doloso, sin que la ley contemple ningún elemento


especifico. El dolo se llena con el conocimiento de la obligación de orar que
resulta del cargo y la voluntad de abstenerse.

El delito no se comete si el funcionario prueba que su omisión provino de un


inconveniente insuperable, es innecesario.

10. El encubrimiento

Artículo 277. [Será reprimido con prisión de seis meses a tres años, el que,
sin promesa anterior al delito, cometiere después de su ejecución, algunos
de los hechos siguientes:

1. Ayudare a alguien a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse


a la acción de ésta, u omitiere denunciar el
hecho estando obligado a hacerlo;

2. Procurare o ayudare a alguien a procurar la desaparición, ocultamiento o


alteración de los rastros, pruebas o instrumentos del delito, o a asegurar el
producto o el provecho del mismo;
60

3. Adquiriere, recibiere u ocultare dinero, cosas o efectos que sabía provenientes


de un delito, o interviniere en su adquisición, recepción u ocultamiento, con fin
de lucro. Si el autor hiciere de ello una actividad habitual la pena se elevará al
doble.

ARTICULO 278.* [El que, con fin de lucro, adquiriere, recibiere u ocultare dinero,
cosas o efectos que de acuerdo con las circunstancias debía sospechar
provenientes de un delito, será reprimido con prisión de tres meses a dos años.
Si el autor hiciere de ello una actividad habitual, la pena se elevará al doble.

ARTICULO 279.* Están exentos de pena los que hubieren ejecutado un hecho
de los previstos en los incisos 1 y 2 del artículo 277 a favor del cónyuge, de un
pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad o el segundo de afinidad, de
un amigo íntimo o de una persona a la que debiesen especial gratitud.

La exención de pena a que se refiere el párrafo anterior no se aplicará al que


haya ayudado a asegurar el producto o el provecho del delito o al que haya
obrado por precio.

 FALSO TESTIMONIO

Dispone el art. 275: Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el
testigo, perito o intérprete que afirmare una falsedad o negare o callare la verdad,
en todo o en parte, en su deposición, informe, traducción o interpretación, hecha
ante la autoridad competente.

Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal, en perjuicio del


inculpado, la pena será de uno a diez años de reclusión o prisión.
En todos los casos se impondrá al reo, además, inhabilitación absoluta por doble
tiempo del de la condena.

La condición del sujeto activo es elemento del delito de falso testimonio. Pueden
ser autores el testigo, perito o interprete.
61

Testigo es la persona llamada a declarar según su experiencia personal, acerca


de la existencia y naturaleza de u hecho.

Testigo puede ser cualquiera, sin mas condición que la de ser persona capaz y
no estar alcanzada por la inhabilitaciones legales dispuestas por los códigos de
procedimiento. En causa penal no pueden ser llamados como testigos el
cónyuge del acusado, sus ascendientes y descendientes, legítimos o naturales
legalmente reconocidos; sus hermanos legítimos o naturales igualmente
reconocidos, sus afines hasta el segundo grado; los tutores y pupilos,
recíprocamente.

Peritos son las personas que poseen especiales conocimientos científicos,


artísticos o prácticos.

Interpretes son quienes poseen un idioma y expresan en el nuestro los dichos


vertidos en la lengua de la que son interpretes.

La ley coloca a estos sujetos en un pie de igualdad con los testigos.


La acción propiamente dicha en afirmar una falsedad o negar o callar la verdad,
en todo o en parte.

3 son los modos de cometer falso testimonio:

 Afirmar una falsedad


 Negar la verdad
 Callar la verdad
 Afirmar una falsedad es la más típica de las acciones del testigo falso y
consiste en un hecho positivo.
 Quien niega la verdad, también ejecuta un acto positivo, pues negar
supone un hacer, como supone, también, que se ha preguntado algo, que
es lo que se niega.
 El callar la verdad puede constituir un acto puramente negativo, al no decir
algo que se sabe.
62

 El contenido de la declaración, peritación o informe debe corresponder a


hechos o circunstancias que puedan tener efecto o influjo sobre el modo
de ser resulta la litis.
 La validez de la declaración incide para apreciar la existencia del falso
testimonio.

 Exige 3 elementos:

Que sea completa

Hecha ante juez competente

Realizada con todas las formas requeridas para su validez por la ley procesal.

El falso testimonio se consuma en el momento de quedar concluida la


declaración o presentarse el peritaje o informe. El testigo y el interprete puede
rectificarse hasta el momento de cerrarse el acto. En cuanto a los perito no se
puede decir que hayan incurrido en falsedad en su informe o traducción hasta el
momento en que estos han sido presentados a la autoridad competente.

La tentativa es rechazada, pues se trata de un delito de peligro potencial.

Las modalidades agravadas. Si el falso testimonio se cometiere en una causa


criminal, en perjuicio del inculpado, la pena será de uno a diez años de reclusión
o prisión.

En todos los casos se impondrá al reo, además, inhabilitación absoluta por doble
tiempo del de la condena.

276. La pena del testigo, perito o intérprete falso, cuya declaración fuere prestada
mediante cohecho, se agravará con una multa igual al duplo de la cantidad
ofrecida o recibida.

El sobornante sufrirá la pena del simple testigo falso.


63

La norma se refiere al falso testimonio cometido. Se esta refiriendo al delito y no


solamente a la falsedad cometida en una deposición testimonial. Están
comprendidos también el perito y el interprete.

La falsedad debe tener lugar en una causa criminal y en perjuicio del inculpado.
Causa criminal se entiende cualquiera que persiga la aplicación de una pena.

El art. 276 suma a la pena privativa de la libertad correspondiente al falso


testimonio simple o calificado la pena de multa igual al duplo de la cantidad
ofrecida o recibida cuando la declaración del testigo, perito o interprete falso fue
prestada mediante cohecho.

La materialidad del delito es la misma que la de la figura básica. La única


diferencia radica en que la declaración se obtiene mediante cohecho. Esto quiere
decir que el testigo, perito o interprete recibe dinero o cualquier otra dádiva
apreciable pecuniariamente para declarar con falsedad.

El delito se consuma con la declaración falsa, lo que importa que cuando se


soborna al futuro declarante, perito o interprete para que declare o informe una
falsedad y la declaración no tiene lugar por circunstancias ajenas a la voluntad
del sobornante o testigo, el delito queda en grado de tentativa.

El falso testimonio es un delito doloso. Queda descartada toda conducta culposa


no se requiere propósito especifico alguno; ni siquiera el del causar perjuicio; una
falsedad afirmada para beneficiar también se configura falso testimonio.

El dolo requiere conocimiento conciencia y voluntad de afirmar lo falso o negar


lo verdadero. Quien miente creyendo decir la verdad, no comete falso testimonio,
por que subjetivamente no miente.

Tampoco delinque quien dice la verdad creyendo que miente, pero esto por
razones objetivas, puesto que falta un elemento del tipo. Cuando se trata de la
64

modalidad agravada, el dolo debe alcanzar el conocimiento de que se actúa en


causa criminal y de que la persona en cuyo perjuicio se obra es el inculpado.
La coacción y el error que excluye el dolo, eliminan el delito.

CAPITULO II

DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PUBLICOS

ANTECEDENTES

En sentido amplio, Administración Pública denota toda la actividad del Estado,


sea esta Legislativa, ejecutiva y Judicial, por lo que puede ser considerada “como
el Complejo de funciones ejercidas por los Órganos Estatales, en la consecución
de Bienes colectivo” (Luis Bramont Arias), Código Penal Anotado. En
consecuencia, atentan contra la Administración Pública en general los delitos
que impiden o perturban la organización y el desarrollo normal de las actividades
de los órganos públicos en el ejercicio de sus funciones.

El doctor Fidel Rojas, lo trata de definir en dos sentidos:

1) Objetivamente, como un conjunto de actividades llevadas a cabo por los


agentes públicos, y que constituyen el desarrollo y la dinámica de la función
misma.

2) Subjetivamente, es el orden de órganos estatales, lo que implica niveles,


jerarquías, entidades, cargos y oficios limitados en sus competencias.
65

En Primer Lugar hay que tener en cuenta quienes cometen este delito,
necesariamente tienen que ser funcionarios Públicos, es decir tiene que ser un
sujeto activo especial y para ello debemos tener claro quienes son considerados
funcionarios Públicos. A nuestro entender “el sujeto activo no sólo es el
funcionario público o servidor que la ley lo determina así, sino también cualquier
ciudadano particular que para efectos del derecho penal, la ley le da esta
categoría”. Son aquellos considerados así por la ley o por elección (caso de los
alcaldes, regidores, Presidentes de región etc.

Elegidos en las urnas) o por nombramiento de autoridad competente, participe


del ejercicio de sus funciones. El Art. 425 del Código Penal, considera
Funcionarios o servidores públicos a las siguientes persona:

1.-Los que están comprendidos en la carrera administrativa; son todos los


funcionarios y servidores públicos que acceden a los cargos y jerarquías por
concurso y selección en base a méritos y que prestan sus servicios de modo
permanente en la Administración Pública, históricamente constituye una
limitación al Poder Político y un ordenamiento racional del profesionalismo en la
Administración Estatal.

2.- Los que desempeñan cargos políticos o de confianza, incluso si emanan de


elección popular; el cargo político denota funcionario de alto nivel, de decisión y
mando, como los Ministros, parlamentarios, prefectos, gobernadores, etc.; con
respecto a los cargos de confianza podemos decir que el Sistema Jurídico ha
facultado a determinados entes estatales, y por lo mismo a funcionarios de alto
nivel, el proveerse de personal confiable, básicamente en áreas de dirección,
fiscalización, vigilancia e inspección, que tendrá capacidad de decisión y acceso
a información privilegiada; estos cargos pueden ser de naturaleza política,
Administrativa o de gestión; su nota distintiva esta dada por la discrecionalidad
en el nombramiento realizado por el alto funcionario, se trata de cargos
temporales.
66

3.-Todo aquel que independientemente al Régimen Laboral en que se encuentra,


mantiene vinculo laboral o contractual de cualquier naturaleza con entidades u
organismos del Estado y que en virtud de ello ejerce funciones en dichas
entidades u organismos; la norma aquí se refiere a los particulares que prestan
sus servicios técnicos o profesionales al interior o fuera de las instituciones
Estatales y cuyas contribuciones llega a constituir función pública, mas no así
aquellos cuyos aportes sean de servicios públicos o de operaciones menores.
No son propiamente funcionarios o servidores públicos propiamente dicho las
personas naturales o jurídicas que mantienen con el estado sólo vínculos
laborales o contractuales temporales y/o a plazo fijo, cuya naturaleza jurídica de
derecho privado o público se torna irrelevante para excluirlos o considerarlos
dentro de los alcances del derecho penal- pero que dada la importancia de la
actividad que desarrollan han sido considerados normativamente sujetos
públicos para el derecho Penal.

También pertenecen a esta clasificación impropia aquellos particulares


contratados por la Administración Pública por tiempo fijo, cargos definidos y
sujeto a régimen jurídico privado como los contratados bajo el Régimen Laboral
del Decreto Legislativo 728, entre otras, mediante formas previstas en el Código
Civil, como por ejemplo los casi todos los auxiliares de Justicia de Lima,
secretarios Judiciales, Asistentes de Juez, Especialistas Legales, Asistentes de
Función Fiscal etc.

4.-Los Administradores y depositarios de caudales embargados o depositados


por autoridad competente, aunque pertenezcan a particulares; el depositario
Judicial es nombrado por el Juez para que custodie los bienes embargados a
terceros, o también las Juntas de Administración de Bienes designados
formalmente como en el caso de CLAE. Este es otro caso en que la Ley le da la
categoría de funcionario Público a los antes mencionados los cuales
estrictamente carecen de dicha investidura y calidades.

5.-Los miembros de la Fuerzas Armadas y la Policía Nacional; Todos son


considerados, tanto los altos mandos como los subalternos.
67

6.-Los demás indicados por la Constitución política y la ley; Es una norma abierta
(números apertus) son todas aquellas no mencionadas líneas arriba, ya sea por
que tienen un régimen propio de carrera Administrativa, como los funcionarios o
servidores Judiciales, docentes y funcionarios de universidades, como decanos,
rectores etc, o por que simplemente carecen de un sistema de Carrera
Administrativa como el de los notarios.

Una vez identificado al Sujeto activo del delito, podemos decir que sujeto pasivo
siempre es el Estado Peruano y el Bien Jurídico Protegido es el desenvolvimiento
regular de la actividad del Estado dentro de las reglas de dignidad, probidad e
eficiencia o el ordenado e imparcial desenvolvimiento de los servicios adscritos
al Estado a favor de la sociedad y de los individuos.

II. DELITOS DE FUNCIONARIOS PUBLICOS

En los delitos cometidos por funcionarios públicos, tenemos los delitos de Abuso
de autoridad ( incumplimiento de deberes, denegación de Auxilio, abandono del
cargo, nombramiento ilegal etc.), Concusión ( exacción Ilegal, colusión ilegal,
colusión desleal, patrocinio incompatible), Peculado ( malversación, demora
injustificada de pago, retención indebida de cosas, sujetos equiparados),
Corrupción de funcionarios ( Cohecho propio, cohecho impropio, corrupción de
Magistrado, Corrupción de Auxiliares, Negociaciones incompatibles etc.).

IV. CONCUSION

El tema que, que nos convoca en esta oportunidad corresponde al tipo especifico
de Concusión, termino que viene del vocablo latino CONCUTERE, que expresa
la idea de sacudir un árbol para hacer caer sus frutos y recogerlos. La concusión
constituye la extorsión o la estafa del Funcionario Público, así como el peculado
es la apropiación indebida de este. La concusión se diferencia de la extorsión en
cuanto la violencia o el engaño provienen del funcionario que abusa de su cargo.
La concusión se distingue de la Estafa por que éste es un delito con sujeto
independiente, es decir puede ser cometido por cualquiera ciudadano; mientras
que la concusión fraudulenta puede ser cometido por sujeto calificado, es decir
68

solamente por funcionario público abusando de su calidad. La concusión se


distingue de la corrupción en el uso de la violencia o del engaño, que faltan en
la corrupción, por cuanto hay un concurso de voluntades.

En la Corrupción, el particular es sujeto activo junto con el funcionario por que


cooperan con este en el delito (delito bilateral), y en la concusión hay solamente
un sujeto pasivo no imputable (delito unilateral).

La concusión se diferencia del peculado, por que en este último la causa de la


posesión es legítima (razón de cargo), mientras que en la concusión hay un
aprovechamiento viciado por la violencia y fraude.

El Sujeto activo de este delito siempre será un Funcionario Público o Servidor


Público, es un sujeto calificado como tal. El sujeto pasivo del delito es siempre el
titular del bien jurídico afectado con el acto ilícito. Hay que tener bien en claro los
conceptos de agraviado (sujeto pasivo) y víctima del delito, generalmente es la
misma persona, pero no siempre; no obstante y por excepción se produce un
desdoblamiento de ambos.

Ejemplo: a Pedro le hurtan un televisor que pertenece a Juan, Pedro es la víctima


del delito de Hurto, pero no es agraviado en el proceso Penal, el agraviado es
Juan por que es el propietario del Televisor por que el Derecho Penal protege el
bien jurídico y el bien jurídico en este caso es de propiedad de Juan. Podemos
concluir decir que “el sujeto pasivo en este tipo de delito contra la Administra
Pública en la modalidad de Concusión, siempre es el Estado, Todo delito de
Acción u Omisión siempre va a afectar a dicho titular, que viene a constituirse
así en un sujeto genérico.”

Cabe mencionar que si bien es cierto el Estado siempre será sujeto pasivo,
también lo es que el Estado es un órgano global formada por una diversidad de
instituciones autónomas las cuales asumen directamente la titularidad, es decir
el sujeto pasivo genérico es siempre el Estado Peruano y el especifico puede ser
la institución Estatal directamente afectada, como el Ministerio de la Mujer, el
Poder Judicial, el Ministerio del Interior, en todos estos casos quien asume la
69

defensa del Estado en un juicio son los Procuradores de cada sector, por ejemplo
cuando es cometido por un miembro Policial, la institución directamente afectada
seria el Ministerio del Interior, y quien asume la defensa de Este Ministerio en
Juicio es el Procurador Público encargado de los asuntos Judiciales del
Ministerio del Interior; Estos pueden constituirse en Parte Civil y hacer la defensa
como cualquier parte procesal, sin ningún privilegio, pues constitucionalmente
existe una igualdad de las partes en el proceso.

Lo que la norma Protege en este tipo Penal, es el interés de la Administración


Pública en la observancia de los deberes de probidad de los funcionarios, en el
legítimo uso de la calidad o de la función. O Simplemente la Administración
Pública, como lo señala el Dr. Fidel Rojas.

La concusión se da cuando un Funcionario o Servidor Público, que abusando de


su cargo Obliga o induce a una persona a dar o prometer indebidamente, para
si o para otro, un bien o un beneficio patrimonial.

Aquí, uno de los elementos fundamentales del tipo es que el funcionario Público
OBLIGUE y que induzca a error al agraviado, estos elementos son muy
diferentes a la extorsión o a la Estafa respectivamente.

El Elemento constitutivo del delito, “obligar” o “inducir” implica que


necesariamente tiene que haber dolo (conciencia y voluntad); este tipo de delito
esta constituido sobre la base del dolo, los hechos culposos no son castigados
penalmente, ni los casos fortuitos, ni los ocurridos por Fuerza Mayor. El dolo es
un elemento de naturaleza subjetiva esencial en este delito, por que sin el
primaria el castigo en función al resultado, sin importar si hubo voluntad de
cometer el ilícito, ello seria estar en el reino de la responsabilidad objetiva,
proscrita en nuestro ordenamiento jurídico penal en el Art. VII TP el Código
Penal. La conducta dolosa implica voluntad de actuar, en este caso específico,
voluntad de obligar a una persona a dar o prometer indebidamente un beneficio
Patrimonial; Conocimiento de lo que se está realizando y que su conducta
contraviene la ley, es decir a sabiendas que su dicha conducta es sancionada
70

por la norma lo hace por un beneficio patrimonial, y que su comportamiento este


dirigido hacia el logro del objetivo, es decir a ser beneficiado patrimonialmente.
La culpa no es sancionable penalmente en el delito de concusión, es decir no
está tipificada la concusión culposa.

Es importantemencionar también que en este tipo de delito no existe la tentativa;


este tipo penal ha sido construido sobre la base del modelo de delito consumado,
en otras palabras los delitos representados como típico se reputan consumados
para efectos de la sanción correspondiente, ya sea que dicha consumación
implique un resultado material o una simple actividad o inactividad, como el caso
de la desobediencia por ejemplo. En tal sentido las penas conminadas en cada
artículo se aplican al delito consumado no a sus fases imperfectas de tentativa.

Para que se configure el delito de concusión tiene que concurrir además todos
los elementos del tipo, como el abuso del cargo, el obligar o inducir a una persona
a dar o prometer, esto tiene que ser indebidamente, que lo que se obligue sea
un bien o un beneficio, que sea en provecho propio o para otro.

Se requiere también el elemento subjetivo, que como anteriormente hemos


mencionado, tiene que ser doloso, y no cualquier dolo, sino el dolo directo en los
actos del agente, ya que de los medios empleados y el propósito buscado resulta
impracticable que se produzca con dolo eventual.

 CASO : La especialista Martha Flora Romani Sanchez, obligaba al


Pronoesa Antonio Raymondi a trabajar conforme a la Resolucion
Directoral No 1957/87-ED, norma derogada tacitamente por la
R.M.No016/96-ED y la Ley 26549 , leyes que rigen las actividadesde los
Centros y Programas Educativos Privados.

 La Especialista Martha Romani Sanchezm abusaba del cargo, inducia al


centro educativo citado a que le pague coimas, para firmarle sus actas,
las que rechazaba una y otra vez y hasta las escondia, como comprobo
la Fiscalia de Prevencion del Delito de Iquitos.
71

 Exigir el cumplimiento de normas derogadas, con la complicidad del


Director de Direccion de Gestion Pedagogica y Director Regional de
Educacion de Loreto, del año 2002, con el respaldo de ambos, permitia
consumar el abuso de autoridad y llevar al centro educativo citado a pagar
dinero, hacer regalos, para que lo dejen trabajar.
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CONCLUSIONES

Todo delito es castigado, pero más aun para un funcionario público, quien
abusando de su autoridad o el cargo lo cometa, será sancionado con pena
privativa de libertad.
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RECOMENDACIONES.

Todo funcionario público debe de ser consiente que ocupa tal cargo y está en
miras y opinión pública.

Todo delito es juzgado y sancionado

Para evitar la corrupción es necesario que haya un grupo de auditoria que


monitoree, frecuentemente dicha actividad publica
74

Anexos
75

BIBLIOGRAFIA

www.monografia.com.pe

www.buenastareas.com.pe

http://es.wikipedia.org/wiki

WWW.rincondelvago.com/

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